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8 l ARAGÓN
Domingo 3 de agosto de 2014 l Heraldo de Aragón
$./*-$ l El cráneo de Benedicto XIII ha sido explorado por un TAC multidetector para el documental ‘El Papa Luna, 600 años sin descanso’.
La radióloga Carmen Lidón apunta que los restos de Pedro Martínez de Luna pueden alumbrar algunas sorpresas
El Papa Luna pudo ser embalsamado
P
edro Martínez de Luna
(Illueca, Zaragoza, 1328Peñíscola, Castellón,
1423) fue el aragonés de mayor
proyección para la historia en el
siglo XV. Casi 600 años después
de su muerte sigue dando que hablar porque su cráneo nunca se
había examinado con las nuevas
técnicas como se hizo hace un
mes en el Centro Médico Puerta
del Carmen. Las primeras conclusiones del trabajo realizado por la
radióloga Carmen Lidón apuntan
la posibilidad de que el Papa Luna pudo ser embalsamado después de su muerte a los 95 años en
el castillo de Peñíscola.
La dirección general de Patrimonio de la consejería de Educación y Cultura dio el permiso el
pasado 26 de junio a la salida del
cráneo del Museo Provincial de
Zaragoza, donde está depositado
como Bien de Interés Cultural
(BIC) desde 2006, después de que
la Guardia Civil lo recuperara tras
el robo en el palacio de Argillo en
Sabiñán. Los forenses Salvador
Baena y José Manuel Arrendondo, que se encargaron del peritaje judicial de su identificación, solicitaron el permiso a la DGA para este trabajo especial.
Máxima seguridad
El cráneo tuvo que salir del Museo Provincial con las máximas
condiciones de seguridad (en una
caja hermética y en un transporte especial), asegurado (para cualquier daño al ser un BIC) y hasta
un funcionario del Museo estuvo
presente en las dos horas que permaneció en el Centro Puerta del
Carmen durante la prueba. Allí se
le realizó un TAC multidetector
en un moderno aparato que ofrece imágenes en tres dimensiones
del interior del cráneo.
Todas las medidas de protección que se adopten tienen que
ver también con la historia reciente de los restos del Papa porque
está marcada por el robo de la reliquia y la urna el 7 de abril de
2000 en el Palacio de Argillo en
Sabiñán. Dos vecinos del municipio lo sustrajeron y llegaron a pedir un rescate de un millón de pesetas al alcalde de Illueca para liberarlo del cautiverio y entregarlo. Al final, la Guardia Civil detuvo a los autores de la singular sustracción. Después de los dos juicios (uno era menor), el cráneo se
depositó en el Museo Provincial
como un bien de la DGA.
La investigación forma parte
del documental ‘El Papa Luna,
600 años sin descanso’, que dirige Germán Roda y está producido por Estación Cinema. Además,
en el mismo participa un equipo
de ingeniería del Instituto I3A,
con Javier Martín al frente. Su trabajo es definir el rostro de Benedicto XIII y se puede sumar con
el examen de la radióloga, al mirar el interior del cráneo.
«El primer día ya parecía que en
la parte de los senos frontales del
cráneo (en la frente) había una
parte de relleno con líquido o resina. En una exploración más detallada también aparece otra par-
EL ROBO
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El cráneo del Papa Luna fue
robado en el palacio de Argillo
de Sabiñán el 7 de abril de
2000. Se recuperó y se juzgó
a dos vecinos del pueblo.
LA DGA
El cráneo fue catalogado
como Bien de Interés
Cultural bajo la tutela del
Gobierno de Aragón. Se depositó en 2006 en el Museo Provincial de Zaragoza.
HAN DICHO
La radióloga Carmen Lidón muestra radiografías del cráneo a los forenses Baena y Arredondo. A. ALCORTA
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CARMEN LIDÓN
Radióloga
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SALVADOR BAENA
Forense y director del Instituto
de Medicina Legal de Aragón
de Pisa le depuso tanto a él como
a Gregorio XII y eligió un nuevo
papa, Alejandro V.
Toda una personalidad de la Alta Edad Media para el mundo occidental, se recluyó en una fortaleza. El Papa Luna acabó sus días
como el castillo de Peñíscola frente al mar Mediterráneo: enrocado
en su idea de que él era el legítimo heredero de San Pedro, enfrentado a casi todos los demás.
El cráneo del Papa Luna en la máquina que hizo el TAC multidetector. ESTACIÓN CINEMA- EDUARDO DE LA PAZ SAN CRISTÓBAL
te en la artería posterior», destacó la radióloga Carmen Lidón, ante los forenses Salvador Baena y
José Manuel Arrendondo. «Estos
restos del cráneo son artificiales
y se colocaron post mortem, después de fallecer en Peñíscola. Forman parte de la época de las reliquias y la peregrinación. Se usaba
la resina para evitar la putrefacción», apuntan los forenses.
Así lo define el propio diccionario de la Real Academia Española al buscar embalsamar: «Llenar de sustancias balsámicas las
cavidades de los cadáveres, como
se hacía antiguamente, o inyectar
en los vasos ciertos líquidos, o
bien emplear otros diversos medios para preservar de la putrefacción los cuerpos muertos».
La investigación del cráneo
ofrece nuevos datos que se ignoraban hasta ahora, como la edad
definida por los huesos, ya que
apunta que tenía más de 80 años,
un extremo que muestra la bóveda craneal o el diploe que está
compuesto por los huesos planos.
Los forenses Baena y Arredondo realizaron una prueba pericial
en el Juzgado de La Almunia comparando el cráneo encontrado
con el busto relicario de San Valero, un regalo del Papa Luna a La
Seo, y eran idénticos. Se sumó a
la prueba del carbono 14 que realizó un laboratorio de Florida (Estados Unidos) a cargo del Ministerio de Justicia.
Benedicto XIII se quedó solo
De cualquier modo, el embalsamamiento del Papa Luna y su defensa por los aragoneses y castellonenses tiene mucho sentido como respuesta a su llegada y salida
en solitario al trono de la Iglesia
católica. Pedro Martínez de Luna
fue elegido Papa en 1394 al morir
Clemente VII. Los cardenales de
Aviñón lo eligieron como sucesor,
con el nombre de Benedicto XIII.
No aceptó influencias externas y
esa intransigencia pronto le llevó
a enfrentarse con Francia, que le
retiró su apoyo. El Papa Luna se
quedó solo en Aviñón y la guerra
del Cisma de Occidente continuó.
El único Papa español se convirtió en un estorbo para los dos bloques en conflicto. Resistió en su
fortaleza de Aviñón la hostilidad
de los franceses durante cinco
años hasta que en el año 1403 acuden a rescatarle las tropas de la
Corona de Aragón. Se refugió en
su tierra y desde allí se negó a llegar a un acuerdo con los sucesivos
papas de Roma hasta que, en 1409,
se impuso por fin la vía cessionis
y, sin su participación, el Concilio
Traslado de Peñíscola a Illueca
Después de su muerte, en 1423, los
restos de Benedicto XIII se pudieron embalsamar y se depositaron
en la capilla de su castillo de Peñíscola. El capitán Don Rodrigo, sobrino del Pontífice que cuidó a su
tío hasta su muerte, decidió que el
lugar donde debían descansar los
restos mortales de Benedicto XIII
era el castillo de los Luna en Illueca, lugar que lo vio nacer. El 9 de
abril de 1430, Jueves Santo, fue
exhumado con el permiso del rey
Alfonso V y lo trasladaron en una
procesión de antorchas por todo
el Maestrazgo turolense.
Los aragoneses peregrinaron
hacia Illueca hasta que un prelado italiano de la Iglesia se presentó allí y golpeó con una gayata la
urna. Se clausuró la capilla y su
momia se protegió. En el siglo
XVIII, los soldados franceses destruyeron sus restos en medio de la
guerra de Sucesión y arrojaron su
cráneo, que salvó un vecino.
RAMÓN J. CAMPO

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