LA PRIMERA FOTOGRAFÍA: SECONDO PIA (1898) (Escrito por A
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LA PRIMERA FOTOGRAFÍA: SECONDO PIA (1898) (Escrito por A
LA PRIMERA FOTOGRAFÍA: SECONDO PIA (1898) (Escrito por A. Rodríguez-Saldaña) El verdadero interés científico por la Síndone, y por lo tanto el comienzo los estudios científicos sindónicos, comienza a partir de la realización de la primera fotografía del lienzo en 1898. No obstante, tiempo atrás se había realizado descripciones bastante detalladas del lienzo, fruto de la observación directa del mismo, como en el caso de las realizadas por las monjas Clarisas (1534) mientras trabajaban en la reparación de los deterioros producidos durante el incendio de Chambery en 1532 o aquellas del Obispo Paleotto (1598) que, como ya indicamos en otra sección anterior, dieron lugar al primer libro conocido sobre la Síndone. Sin embargo, fue el desarrollo de la tecnología la que permitió obtener mucha más información a cerca del lienzo. Secondo Pia (Fig 1c), un abogado italiano de 42 años y aficionado a la fotografía desde que tenía 20, por aquel entonces formaba parte de la comisión encargada de recopilar materiales para la exposición de arte sacro que se iba a llevar a cabo en Turín en 1998. Esta exposición de arte sacro, junto con una exposición general de Italia y una ostensión pública de la Síndone, formaba parte de un programa de actos para conmemorar varios eventos entre los que destacan, la boda de Víctor Manuel III (hijo del Rey de Italia Humberto I de Saboya (Fig. 1a) propietario de la Síndone) con la princesa Elena de Montenegro en 1896, el 50 aniversario de la Constitución Italiana y del Reino de Cerdeña firmada por el Rey Carlos Alberto en 1848, el cuarto centenario de la construcción de la Catedral de Turín en 1497 y el tercer centenario de la fundación de la “Confraternità del SS Sudario”. El señor Pia consideró que la ostensión que se iba a celebrar aquel año (Fig. 1b) sería una magnífica oportunidad para retratar fotográficamente la reliquia, y así incorporar la fotografía obtenida a la exposición de arte Sacro, de cuya comisión era miembro. El barón Antonio Manno (presidente de la comisión de la que formaba parte Pia, además de su amigo) hizo uso de su influencia en palacio para conseguir convencer al Rey, no sin gran esfuerzo, de que concediera permiso para la realización de la fotografía. Hay que tener en cuenta que en aquel entonces realizar una fotografía a algo sagrado podría resultar irrespetuoso, y más cuando las cámaras fotográficas comenzaban a popularizarse. Además el Rey temía que las fotografías se difundieran y pudieran dársele un uso inadecuado y sacrílego. Al final, el monarca aceptó tras argumentarle que si la Síndone desapareciera por algún imprevisto, como por ejemplo un incendio como los acontecidos en el pasado, la fotografía haría que quedase constancia de la existencia de la reliquia, y por otra parte, cada vez se incrementaba el número de poseedores de cámaras fotográficas que podían inmortalizar la reliquia y hacer un mal uso de la imagen capturada, por lo que más valía adelantarse a otros indeseados fotógrafos. La única condición que puso el Rey fue el que la actividad de Pia no perturbara en ningún momento de desarrollo de la ostensión. Así, durante la ostensión pública que se llevó a cabo desde el 25 de mayo al 2 de junio de 1898 (a la que acudieron más de 80000 personas), se le concedió al señor Pia dos días para fotografiar la Síndone, el día 25 y el 28 de mayo. Hay que resaltar que aunque para Secondo Pia la fotografía era una afición, las muchas horas que pasaba detrás de su cámara experimentando diversas condiciones y posibilidades, le otorgaron una gran experiencia incluso frente a situaciones realmente complejas como es el caso de la fotografía de interiores para lo que ideaba sistemas de espejos que iluminaban zonas donde la luz no alcanzaba. Gracias a su pericia en el arte fotográfico fue nombrado presidente de la Asociación Fotográfica de Turín. La primea intentona que el abogado tuvo para inmortalizar fotográficamente la Reliquia con su Daguerrotipo (máquina fotográfica inventada por Daguerre en el 1835 dotada, en el caso de la cámara de Pia, de una lente Voigländer) (Fig. 1d, 1e) fue el día 25 de mayo a las 14 h. Pia se subió al andamio de madera que habían montado él y sus ayudantes con la intención de capturar la imagen a la altura de la Síndone. Iba a realizar dos exposiciones, una de 14 y otra de 20 minutos, empleando placas ortocromáticas de 50 x 60 cm de la casa Edward. Sin embargo, ésta resultó ser una intentona fallida ya que a los 5 minutos de comenzar la primera exposición fotográfica, estalló uno de los filtros traslúcidos de vidrio esmerilado situados delante de una de las dos lámparas que iluminaban el lienzo. La función de estos filtros era estabilizar la variable intensidad luminosa que emitían las lámparas. Tras estallar el filtro, no dio tiempo a más puesto que los fieles iban a comenzar a entrar al Templo para venerar la Reliquia. No obstante, Pia disponía de tres días para prepararse para la segunda y última intentona. Esta segunda oportunidad llegó el día 28 a las 21:30 h, una vez finalizada la ostensión celebrada ese día. La sesión, aunque exitosa, no fue falta de dificultades como el robo de las tuercas de sujeción del andamiaje de 3,3 metros de altura sobre el que se situaría la cámara o la aplicación inesperada de un cristal protector delante del lienzo que ordenó colocar la princesa Clotilde para evitar el deterioro de la Síndone durante la ostensión, lo que producía un indeseado reflejo de los focos. Pia colocó los filtros de vidrio esmerilado entre los focos (a una distancia de 1.5 m de ellos para evitar que se sobrecalentaran como ocurrió en la primera intentona) y la Síndone. A las 22:45 h, después de situar a 8 metros de distancia de la Síndone el andamiaje sobre el que se situaría el abogado con su cámara, encendió los focos y procedió con 4 exposiciones fotográficas de 8, 10, 14 y 20 minutos de duración. Todo el proceso quedó registrado en las actas por el notario Giuseppe Inclinan. Secondo Pia recogió las condiciones de su toma las cuales, junto con las observaciones de sus resultados, fueron incluidos en su libro “Memoria sulla riproductione fotografica della Santísima, Síndone de Torino”. A continuación, Pia llevó las placas a su casa y se encerró en su cuarto oscuro. Introdujo la placa de cristal de 50 x 60 cm. en una solución de oxalato de hierro y tras unos instantes el abogado pudo observar algo que le dejó realmente atónito. La imagen del Hombre de la Síndone que veía en la placa (en el negativo) era mucho más realista que la imagen presente sobre la Síndone misma, sorpresa que queda recogida en las siguientes palabras del propio abogado: “encerrado en mi cuarto oscuro, concentrado totalmente en mi trabajo, experimenté una intensa emoción cuando durante el revelado vi aparecer por primera vez el Rostro Santo, con tal claridad que quedé perplejo”. Por ello, no tardó en darse cuenta de que si lo que tenía en la placa era un positivo, forzosamente debía existir un negativo el cual indudablemente, en su opinión, no podía ser otro que el mismo lienzo. Posteriormente introdujo la placa en una solución fijadora de hiposulfito sódico y realizó una copia en positivo (Figs. 1f, 1g, 1h y 1i). a b c e d f h g i Fig. 1 a) Retrato del Rey Humberto I de Saboya. b) Fotografía tomada durante la ostensión de 1898 con los peregrinos acudiendo a la Catedral turinense. c) Retrato fotográfico de Secondo Pia, autor de la primera fotografía de la Síndone. d) Cámara fotográfica (Daguerrotipo) empleado por Secondo Pia. e) Secondo Pia con su Daguerrotipo. f) Negativo de la Síndone y del altar en el que se exponía, obtenido por Pia. g) Positivo fotográfico de la Síndone y del altar en el que se exponía, obtenido por Pia. h) Detalle del rostro del Hombre de la Síndone observado en el negativo de Pia. i) Estampa conmemorativa, mostrando el positivo de S. Pia, con motivo del centenario de la primera fotografía de 1898. a b Fig. 2 Imágenes del Arzobispo de Valencia, Marcelino Olaechea, sirviéndonos como ejemplo de negativo (a) y positivo fotográfico (b). Obsérvese la inversión de los claroscuros y de posicionamiento al comparar ambas imágenes. Seguidamente, haremos un paréntesis para comentar algunos aspectos interesantes del origen de la fotografía y de sus principios. Podemos decir que el origen de la fotografía se lo debemos a Aristóteles quien inventó la cámara oscura y consiste en hacer pasar la luz por un pequeño agujero creado en la pared de un cuarto cerrado, formándose en la pared opuesta al agujero, la imagen de aquello que se encuentra enfrente (Fig. 3a). Es en el S. XVI cuando Leonardo Da Vinci le da por primera vez una utilidad práctica al invento de Aristóteles, empleándola como una herramienta con la que podía calcar las imágenes que se proyectaban en la pared del cuarto oscuro. Sin embargo, la fotografía actual nace en Francia donde la obtención de un buen retrato era símbolo del estatus social entre la Burguesía que trataba así de superar la pintura que poseía la Nobleza. En el S. XVIII el químico alemán Scheele descubrió que el cloruro de plata se ennegrecía en presencia de la luz (lo cual se debe a que la luz provoca la reducción del ión plata produciendo un precipitado de plata metálica de color negro). Posteriormente fueron descubriéndose nuevas sustancias fotosensibles. En 1816, Niépce obtiene la primera imagen sobre papel empleando una cámara oscura. Al mismo tiempo Daguerre inventa el daguerrotipo con la que podía realizar una única copia sobre un soporte metálico de cobre. En 1840, Talbot inventa el primer negativo de papel impregnándola con una solución de nitrato de plata, y por contacto con otro papel podía realizar más de una copia. Diez años después, Blanquart Évrard obtiene fotografías sobre papel recubierta de albúmina de huevo y nitrato de plata. En 1851 aparecen las placas de cristal como sustituto del papel. Al principio estas placas debías estar continuamente humedecidas con la sustancia reactiva a la luz, aunque este inconveniente (que obligaba al fotógrafo a llevar su equipo de revelado, a veces muy aparatoso, para evitar que la placa se secara) queda eliminado cuando en 1871 aparecen las placas de cristal recubiertas con emulsiones fotosensibles como bromuro, agua y gelatina de nitrato de plata. Secondo Pia empleó este último tipo de soporte fotográfico. Cuando Pia realizó la famosa fotografía de 1898, hacía sólo 14 años que habían comenzado a fabricarse comercialmente objetivos para la cámara oscura, lo cual condujo al principio de la expansión de la fotografía en la sociedad. Para entender el principio de la fotografía analógica en blanco y negro emplearemos una explicación del Padre Loring que también se halla incluida en el libro escrito por el Dr. José de Palacios Carvajal: “La realización de los clichés en blanco y negro tiene lugar en dos etapas. Primero la luz reflejada sobre el sujeto fotografiado golpea una placa sensible a través del objetivo de la cámara. El extracto de sales de plata que recubre la placa transparente se ennegrece bajo el efecto de la luz y en proporción con su intensidad, es decir, aquello que es blanco se vuelve negro y lo que corresponde al negro queda blanco. Las luminosidades intermedias dan los matices del gris” (Fig. 3b). a b Fig. 3. Esquema de una cámara oscura (a). Conversión de los colores primarios presentes en la luz blanca natural cuando impresionan la emulsión fotográfica presente sobre una placa ortocromática (blanco y negro) (b). La placa o cliché negativo de Pia fue expuesta en una habitación oscura siendo iluminada por detrás, para que el público contemplase la realista imagen que en ella había aparecido. Los periódicos del lugar como L’Observatore Romano, La Italia Real o el Cittadino se hacían eco, a mediados de junio, de la noticia describiendo las observaciones e impresiones de los asombrados corresponsales. Antes de la obtención de la primera fotografía, la discusión del posible lugar de procedencia de la reliquia y de lo que realmente era, fue monopolizada casi exclusivamente por la jerarquía eclesiástica. Sin embargo, tras el descubrimiento de Secondo Pia, las noticias corrieron como la pólvora y aparecieron dos corrientes contrapuestas, los sindonistas y los antisindonistas, los que veían reforzada su fe debido a tan portentoso fenómeno y los que se burlaban tildando de fraude el descubrimiento del abogado. Aún así, hubo quien, como en el caso de Paul Vignon, dejaron a un lado los prejuicios de cualquier índole para tratar de esclarecer las causas del desconcertante descubrimiento de Pia. Finalizada la ostensión, la Síndone fue guardada y no se volvió a mostrar hasta el 1931, dando la impresión de que ni la Iglesia ni la Casa de los Saboya querían contribuir a la publicidad del fenómeno ni a la controversia. Bibliografía - Linteum (revista CES), nº 19. 1996. - La Síndone de Turín: Estudios y aportaciones. CES. 1998. - El misterio del Sudario de Cristo. Thomas Humber. 1974. - La Sábana Santa. Manuel Solé. Ed. Mensajero. - La Sábana Santa. Estudio científico-histórico-crítico. Hernández Villaescusa. Ed. Humanitas. 1991. - Photographing the Holy Shroud during the 1898 exhibition. Collegamento pro Sindone.Luigi Fossati. 1994. - The first Shroud photo. Remi Van Haelst. 1997. www.shroud.com/vanhels4.htm En Murcia, a 23 de mayo de 2008