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Título Qigong: Chinese Energy Healing Primera edición Febrero 2004 © 1997 by Kenneth S. Cohen © 2004 para la edición en castellano La Liebre de Marzo, S.L. Traducción Jordi Vilà Diseño gráfico de las cubiertas Bárbara Pardo Impresión y encuadernación Torres & Associats, S.L. Depósito Legal B-3409-2004 ISBN 84-87403-70-0 La Liebre de Marzo, S.L. Apartado de Correos 2215 E-08080 Barcelona Fax. 93 449 80 70 [email protected] www.liebremarzo.com A mis maestros y colegas. Y a mis maestros continuos: mis estudiantes La fe en el orden de la naturaleza, que ha hecho posible el crecimiento de la ciencia, es un ejemplo particular de una fe más profunda. Esta fe no puede justificarse mediante ninguna generalización inductiva. Surge de la inspección directa de la naturaleza de las cosas revelada en nuestra experiencia presente inmediata... Experimentar esta fe es saber que siendo nosotros mismos, seremos más que nosotros mismos: saber que nuestra experiencia, confusa y fragmentada, alcanza, sin embargo, las profundidades más extremas de la realidad... ALFRED NORTH WHITEHEAD Science and the Modern World ÍNDICE Agradecimientos Prólogo La pronunciación de las palabras chinas SECCIÓN I: ¿QUÉ ES EL QIGONG? 1. ¿Qué es el qigong? ......................................................................... 2. Raíces y ramas: historia del qigong .................................................. 3. Los Tres Tesoros: un modelo chino para la energía en el cuerpo ........ 4. La ciencia del qigong: relaciones de la energía curativa .................... 5. ¿Funciona de verdad? Las pruebas experimentales ........................... 23 33 52 66 83 SECCIÓN II: FUNDAMENTOS DEL QIGONG 6. El tiempo y el lugar de la práctica ................................................. 7. La Postura de Poder ...................................................................... 8. Fang Song Gong: el arte de la relajación ........................................ 9. Una respiración sana ....................................................................... 107 115 128 143 SECCIÓN III: EL CAMINO DE LA CURACIÓN 10. Estar de Pie como un Árbol ........................................................ 11. Meditación qigong ...................................................................... 12. Qigong dinámico ........................................................................ 13. An-Mo Gong: masaje autocurativo .............................................. 14. La energía de las emociones ........................................................ 15. Curación por el qi externo: toque terapéutico chino ................... 167 183 222 259 264 285 16. Un programa completo de qigong ............................................... 311 17. Beneficios y peligros del qigong .................................................. 317 SECCIÓN IV: QIGONG, UN ESTILO DE VIDA 18. El Dao de la dieta ........................................................................ 329 19. ¡Sírvase una taza de té! ................................................................ 361 20. El arte de las Nubes y la Lluvia .................................................... 372 21. Completando el círculo: señales de maestría, señales de estupidez .. 391 APÉNDICES A. Cronología de las Dinastías Chinas ............................................... B. Una nota técnica sobre el concepto de «Dan Tian» ....................... C. ¿Doble ciego o doble patrón? ....................................................... D. Beneficios del qigong interno: pruebas experimentales ................. E. Glosario de términos utilizados en qigong .................................... 399 400 403 411 413 Notas ............................................................................................... 421 Recursos sobre qigong ..................................................................... 465 AGRADECIMIENTOS Me inclino profundamente ante los maestros que me iniciaron en este camino con su instrucción meticulosa y paciente: el maestro daoísta y de qigong, el Dr. Henry K. S. Wong y los maestros William C. C. Chen y B. P. Chan. Agradezco a Tom Downes, Ph. D., por introducirme por primera vez en el Taiji Quan a finales de los años sesenta y por permanecer a mi lado como amigo y colega. Agradezco a Alan Watts, mi querido mentor y amigo, sus numerosas lecciones, sus carcajadas cósmicas y la confianza que puso en un joven estudiante. Fue Alan quien me dirigió hacia los estudios chinos y el que, por primera vez, me alentó a escribir. También me siento agradecido por la oportunidad de haber podido estudiar con los siguientes conocidos maestros de Qigong o de Artes Marciales: Stephen Chang, Adam Hsu, Share K. Lew, Liang Shou-yu y Tang Ru-Kun. Si bien mi tiempo de estudio con estas personas fue breve, su influencia ha sido grande. También expreso un especial Duo xie lao shi «Muchas gracias, maestra» para la maestra del Estilo Chen de Taiji y querida amiga, la señora Gao-Fu, por compartir su arte de manera tan generosa. El maestro de Taiji Quan T. T. Liang dijo una vez: «Lo mejor del taiji son los amigos del taiji». Me siento muy agradecido hacia mis amigos de taiji y de qigong por lo que he aprendido de ellos, lo que he compartido con ellos, como colegas que caminan por el mismo sendero. Gracias a los maestros Dan Farber, Ken Fish, Paul Gallagher, Nonoy Gallano, S. H. Guan, Ray Hayward, Patricia Leung, Michael Mayer, Tom Mc Combs, Harrison Moretz, David Mott, Janet Murphy, L. Shila, Mike Sigman y Jampa Mackenzie Stewart. Gracias a mis antiguos maestros de movimiento como meditación, quienes celebraban, utilizando el cuerpo, la santidad de lo cotidiano: Ruthy Alon, Josef Dellagrotte, Richard Freeman, Charlotte Selver y Charles Brooks, y Frank Wildman. Y a los brillantes ejemplos de simplicidad y sabiduría aportados por Sunyata, Swami Venkatesananda, Millie Johnstone, Hisahi Yamada y por los instructores del Urasenke Tea Ceremony Society. XI XII EL CAMINO DEL QIGONG Tanto en lo académico como en lo personal, estoy en deuda con los exquisitos profesores de lengua y cultura chinas que me han ayudado a mantener el equilibrio entre wen (la erudición) y wu (el entrenamiento práctico): los profesores Wolfram Eberhard, Huai I Juang, Nancy Lay, Irene Liu, Edward Schafer, Bernard Solomon, Michel Strickmann y otros miembros de la facultad del Queens College (NYC), la New School for Social Research y la Universidad de Berkeley, Californa. También doy las gracias a mi tutora de chino, la señora Chu Xing-yan, cuyo esplendor y entusiasmo podrían inspirar incluso a un novato para que pensase en chino. Cuanto más sabes, más te das cuenta de que no sabes. Estoy agradecido con todos aquellos que han ayudado a llenar los vacíos. En primer lugar, a mi esposa, Rebecca, por su ojo crítico, su experiencia gramatical y su constante apoyo. Es una consejera en más de un sentido.Y a los especialistas, investigadores y clínicos que han contribuido con conocimientos, datos, sugerencias y/o con su revisión crítica: Megan Andersen, R.N., Daniel Benor, M.D., Bob Flaws, DOM, Elmer Green, Ph. D., Steve Fahrion, Ph, D., Robert Fried Ph. D., Carla Hickey, M. S., Peter Parks, M.S., Carol Schenider, Ph. D., Barry Sears, Ph. D., Mark Seem, Ph. D., Norman Shealy, M.M., el profesor Douglas Wile, y mis colegas del ISSSEEM*, que continúan construyendo un puente entre la ciencia y el espíritu. También deseo que los maestros arquitectos Rich Tillotson y Joe Buckmaster disfruten del fruto de su generosidad al ayudar a crear la elegante oficina en donde se han escrito estas palabras. ¿Cómo agradecer a todas las personas que me han obsequiado con el calor y la hospitalidad de sus hogares mientras yo, un estudiante errabundo, pasaba veinte años de aprendizaje, entrenamiento y enseñanza? Aquí debo incluir a bastantes de los amigos del taiji que he citado más arriba, además de Char Cato, Robert Johns, Philippe Leblond, Michele Rinfret y muchos otros. También doy las gracias al Dr. Sandy Lillie y a su familia por su generoso apoyo durante un período crítico de mi investigación y de mi vida. Y un especial WADO y NYAWEH para Rolling Thunder, Keetoowah y Twylah Nitsch, nativos americanos y amigos apreciados, que me ayudaron a abrir mi mente y mi corazón a las conexiones entre el qigong y la curación indígena. Este trabajo jamás se habría dado a conocer más allá de mi cabaña de madera de no haber sido por la confianza, el apoyo y la integridad de mi agente, Ned Leavitt, y de la experiencia emocional en los negocios de Tami Simon, de Sounds True. Mi editora, Virginia Faber de Ballantine Books, me ha ayudado * International Society for the Study of Subtle Energies and Energy Medicine (Arvada, Colorado, USA) AGRADECIMIENTOS XIII a hablar con una voz más clara y potente. Si el lector recoge una buena cosecha de este libro, es gracias al esfuerzo incansable y compasivo de Ginny, que podó y alimentó el alma y la esencia de mi trabajo. Me siento afortunado al haber encontrado un editor tan dado a la exquisitez.También deseo dar las gracias a Bonnie Curnock por sus hermosas ilustraciones. A Tu Xin-shi por sus poderosas caligrafías llenas de qi y a Larry Dossey por sus amables palabras al principio del libro. Tradicionalmente, un primer libro se dedica a los propios padres. Sentí que ellos debían estar en esta página de agradecimientos. Estoy agradecido a mis padres, Eleanor y Ronald, cuya generosidad me ha permitido seguir una educación inusual y poco convencional desde muy temprana edad. También debo elogiar a mi hermana por tratar con los frecuentes ataques de «computeritis» de papá durante estos últimos años. Y un agradecimiento que va más allá de las palabras para el espíritu de estas montañas que me han otorgado la inspiración más constante mientras iba escribiendo este libro. KEN COHEN INDIAN PEAKS WILDERNESS, COLORADO ABRIL, 1997 PRólOGO A veces aprendemos en forma de enfermedades las lecciones que con más desesperación necesitamos aprender. Esa fue mi experiencia y sé que es la experiencia de muchas personas que van a leer este libro. Permítame explicar porqué el conocimiento de Kenneth S. Cohen me habría podido ayudar, y porqué va a beneficiarle a usted. Cuando era estudiante de primer, año quise abandonar la facultad de medicina por culpa del clásico síndrome de migraña crónica (episodios recurrentes de ceguera, náusea, vómitos y un dolor de cabeza insoportable, seguido de un período de incapacitación). Me preocupaba que pudiese dañar a alguien durante alguna operación en caso de que la ceguera apareciese de repente, como hacía siempre. Sin embargo, mi consejero de la facultad de medicina me convenció para que soportara mi problema y siguiera en la universidad. No me daba cuenta en ese momento de que mi problema era una combinación de ansiedad, stress y exceso de trabajo. Era un excelente estudiante (bastante inteligente y totalmente obsesivo y esforzado). No tenía ni la menor idea sobre las relaciones mente-cuerpo de las que se habla hoy con tanta normalidad. De hecho, no sabía que tenía una conexión mente-cuerpo. Esto lo supe años después, cuando descubrí el biofeedback y la meditación, lo que aportó por primera vez un alivio del problema que casi había acabado con mi carrera y convertido mi vida en miserable. Cuando recuerdo mi experiencia en la facultad de medicina, lamento que no hubiese por allí ningún Kenneth Cohen. Si lo hubiese habido, estoy seguro de que mi experiencia habría sido agradablemente distinta. Pero, por aquel entonces, los estudiantes de medicina nunca habíamos oído hablar del qigong. Me alegra que la situación esté cambiando. Llegará un momento no muy lejano en el que los principios curativos que está usted a punto de leer se enseñarán en nuestras facultades de medicina. En realidad ya está empezando a hacerse, dado que un número cada vez mayor de XIV PRÓLOGO XV instituciones están desarrollando cursos de medicinas alternativas o complementarias, incluyendo el qigong. Existen dos motivos principales para la aceptación creciente de estos métodos: constituyen, a la vez, una ciencia real y una auténtica sabiduría. La ciencia y la venerable tradición del qigong van de la mano, como podrá usted comprobar al leer este libro. Como consecuencia, el qigong ya no podrá seguir siendo considerado solamente cuestión de fe o creencia, y tampoco como un mero conjunto de conocimientos prácticos acumulados a lo largo de los siglos, si bien esto ya es bastante impresionante. Cuando los métodos que Cohen describe se ven sujetos a unos tests empíricos rigurosos, demuestran una y otra vez su valía. Estos desarrollos son inmensamente importantes. Indican no solamente la aceptación cada vez más grande del qigong, sino también la apertura, cada vez mayor, tanto en la ciencia como en la medicina. La medicina moderna, como todo el mundo sabe, puede tener unos éxitos espectaculares y ser dolorosamente inadecuada. Inspira a la vez alabanzas y condena. Cualquier persona que piense tanto desde la medicina como fuera de ella, se dará cuenta de que necesitamos más que una aproximación mecánica y técnica a la curación. Ansiamos un equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu (los cuales están incluidos en la manera en la que el qigong aborda la curación). En su discusión sobre el qigong, Cohen juega con dos barajas, tal y como deberían hacer todos los sanadores modernos. En primer lugar, es un científico. Comprende que la ciencia se ha convertido en la metáfora dominante de nuestra cultura y que no podemos pasar por encima de sus métodos y mensajes. Al contrario que muchos sanadores heterodoxos que parecen estar resentidos contra la ciencia, Cohen se da cuenta de que tiene algo valioso que ofrecer. Entre otras cosas, constituye una excelente manera de protegerse contra ciertos tipos de engaño. La otra faceta de Cohen es la de sanador y místico (alguien que honra los grandes misterios de la existencia y que siente que es posible una unión con el Principio Divino –Dios, Diosa, Alá, el Dao, el Universo-). Yo jamás confiaría en un sanador que no tuviera respeto, a la vez, por la ciencia y por la espiritualidad. Por eso confío en Cohen. Por eso se lo estoy recomendando a usted. Tampoco confiaría en un sanador que no tuviese sentido del humor: la gracia de Cohen se transmite en cada página. En un tiempo en el que la gente se toma «mortalmente en serio» su salud, el humor y la ligereza se necesitan más que nunca. Al leer el libro de Cohen, he sentido una conexión que ha permanecido conmigo desde el principio hasta el final. Uno de los mentores de Cohen fue el XVI EL CAMINO DEL QIGONG fallecido Alan Watts, el gran erudito, maestro y autor de libros sobre la sabiduría de Oriente, particularmente sobre budismo zen. Cohen rinde homenaje a Watts en sus agradecimientos; yo le presento el mío en este momento. En el desierto espiritual de la facultad de medicina, los escritos y las grabaciones de Watts me han ayudado a hacer crecer de nuevo mis raíces espirituales, por lo que le estaré siempre agradecido, y siguen siendo un tónico con el que continúo refrescándome periódicamente. Su sabiduría se manifiesta en los conocimientos de Cohen. Esta es una de las razones que me hacen admirar tanto su libro. A lo largo de todo El camino del qigong, Cohen nunca minimiza a los grandes misterios de la curación. Reconoce rápidamente nuestra limitada comprensión sobre cómo actúa la curación con el qigong. Todo el tiempo da a entender que no saber es aceptable. Esto se expresa de diferentes maneras: por ejemplo, la advertencia de ir pausadamente en la práctica del qigong; contentarse con un aumento gradual de la sabiduría, nunca meteórico; de vez en cuando, hacer menos ritual en vez de más; y confiar en la sabiduría invisible del cuerpo y de la naturaleza, en vez de intentar obligar a que las cosas sucedan. El consejo de Cohen de cooperar con los poderes curativos de la naturaleza será el gran reto para muchos de los que se encuentren por vez primera con el qigong. Siguiendo nuestro estilo típicamente agresivo y extrovertido, muchas veces intentamos poner a la naturaleza a raya. Deseamos «luchar» contra nuestra enfermedad y tratamos de «conquistar» nuestras dolencias. Debemos prepararnos para una aproximación suave. El qigong no es un martillo. En realidad, su propósito principal no es derrotar a la enfermedad en absoluto, «sino volverse expertos en llegar a ser más plenos de lo que somos» (pág. 221). ¿Y quien es así? La respuesta a la gran pregunta de quiénes somos se esconde en el corazón de las más grandes tradiciones curativas, incluyendo el qigong. Suavemente, de manera sabia, Cohen nos invita a descubrir nuestro Ser (esa parte de nosotros que está más allá de la enfermedad y de la muerte), a descubrir que, al final, no necesitamos su libro para empezar. Hasta que llegue esta realización, disfrute de la paradoja, y lea. DR. LARRY DOSSEY AUTOR DE PALABRAS CURATIVAS: EL PODER DE LA ORACIÓN Y LA PRÁCTICA DE LA MEDICINA 246 EL CAMINO DEL QIGONG Figura 52 Figura 53 2. El Oso Empuja hacia Atrás: esta vez, al espirar, gire a la izquierda, empuje la mano izquierda hacia atrás, manteniéndola a la altura del hombro, con la palma hacia fuera y los dedos hacia el cielo (fig. 52). Inspirando, regrese al frente y lleve la mano izquierda de regreso a la posición del Oso original, con el codo doblado 90º, palma arriba. Luego, gire a la derecha, espirando y empujando la palma derecha afuera y lejos del hombro, con la punta de los dedos arriba.Vuelva a inspirar al centro. Repita cambiando de lado. 3. El Oso Empuja hacia Abajo: continúe el movimiento básico del Oso Gira. Ahora, mientras está girando hacia un lado, espire, empuje con una mano hacia abajo hasta la cadera (fig. 53). Por ejemplo, espirando gire a la izquierda, empuje con la mano izquierda hacia abajo por detrás hasta que la palma apunte al suelo cerca de la cadera izquierda. Inspire, vuelva al centro y ponga otra vez la mano en la posición inicial: las dos manos, palmas arriba, al lado de las orejas, como si sostuviese un tablón de madera por encima de la cabeza. Después espire, gire al otro lado empujando con la otra mano hacia abajo hasta la cadera. Inspire, regrese al centro. 4. El Oso Ofrece: lleve las manos hasta la parte baja del pecho, justo debajo del esternón, con las palmas hacia arriba (fig. 54). Mientras expira y gira la cintura a la izquierda, estire la mano izquierda, palma arriba, lejos del hombro y a la altura de éste. La mano derecha se extiende ligeramente a la izquierda y va a descansar sobre la parte central del antebrazo izquierdo, palma arriba (fig. 55). Inspire, vuelva al centro, las dos manos regresan al pecho con las pal- 247 QIGONG DINÁMICO Figura 54 Figura 55 mas hacia el cielo. Luego, gire a la derecha, la mano derecha estirada palma arriba, hasta que quede estirada lateralmente y a la altura del hombro. La mano izquierda está con la palma hacia arriba y descansando en la parte media del antebrazo derecho. Inspire y vuelva al centro. 5. El Oso Empuja: empiece igual que antes, con las dos palmas hacia arriba, bajo el pecho. Esta vez, mientras gira y expira, empuje con las dos manos hacia el lado. Las palmas señalan al exterior. Ambas manos empujan en la misma línea, como si tocasen un muro a su lado (fig. 56). Inspire, vuelva al centro, las manos vuelven a situarse ante el pecho. Espire, empuje al otro lado. Cuando termine esta serie, adopte una postura cómoda, abierta según la anchura de los hombros, dejando caer las manos a sendos costados. Quédese de pie en tranquila meditación y después pasee durante un minuto. Fíjese en si se siente ahora diferente comparado a cómo se sentía antes de la Grulla. ¿Qué efectos ha provocado el Oso en su postura y su respiración, en el peso de su cuerpo, en diferentes partes del cuerpo? Se suele sentir como si el cuerpo estuviese tan arraigado que parece que nos hemos convertido en una montaña. También puede que sintamos que la zona lumbar y los riñones están agradablemente cálidos. Debería practicarse el Oso todo el año. Sin embargo, sus beneficios podrán apreciarse más en invierno. El Oso calienta el cuerpo, mejora las funciones de los riñones y de las glándulas suprarrenales. 248 EL CAMINO DEL QIGONG Figura 56 El lector podrá obtener más información sobre los Juegos Animales consultando el material especificado en los Recursos Sobre Qigong. El Juego de los Cinco Animales continúa con los complejos ejercicios de los pasos de la Grulla y del Oso y en los juegos basados en el Mono, el Ciervo y el Tigre. El Mono tiene una naturaleza ligera y ágil y ayuda a soltar las articulaciones. El Ciervo estira y enrosca la columna y las caderas aportando flexibilidad y gracia. El Tigre es fiero y poderoso y fortalece los músculos y los tendones. LA REGLA TAIJI La Regla Taiji (que no tiene ninguna relación con el Taiji Quan) es un qigong sagrado y secreto que el maestro Zhao Zhong-dao hizo público por primera vez en 1954. Se le llama Regla (Chi, algunas veces pronunciado Chih) porque, en el ejercicio básico, las manos están separadas unos treinta centímetros12. El sistema de la Regla Taiji consiste en suaves movimientos de balanceo y oscilación que estimulan el qi en los pies, en el dan tian y en las manos. Puede ser usado como sistema de autocuración o como preparación para cualquier forma de terapia de masaje o de toque terapéutico. Sus manos se sentirán calientes, vibrantes, llenas de poder curativo después de unos minutos de práctica. En los Estados Unidos, se han hecho famosas muchas variantes extrañas de la Regla, la mayoría de ellas poco relacionadas con las técnicas originales de Zhao. El método que presento ha sido sintetizado por alumnos directos de Zhao, estu- QIGONG DINÁMICO 249 diantes de segunda o tercera generación, y después corroborado mediante la comparación con el texto original chino de Zhao. La Regla tiene una historia fascinante y venerable. La Regla Taiji es una de las muchas formas de qigong atribuidas al ermitaño daoísta del S.IX, Chen Xiyi13. Chen vivió en el Monte Hua, la montaña sagrada del daoísmo en la provincia de Shenxi. El Templo de la Fuente de Jade, situado al pie de la montaña fue diseñado por Chen y contiene una estatua que lo representa. Los monjes siguen explicando la leyenda según la cual, después de la muerte de Chen, sus huesos refulgían con una luz roja. Un día, un visitante robó una de las tibias. Esto enfureció tanto a los monjes, que llevaron sus huesos a un lugar secreto que nunca ha sido revelado. Durante muchos años, Chen mantuvo amistad con un joven visitante llamado Zhao Kuang-yin. Zhao amaba la belleza de las montañas y visitaba con frecuencia el Monte Hua para acompañar a Chen en dos de sus pasatiempos favoritos: jugar al ajedrez chino (wei qi) y practicar qigong. Años después, cuando Zhao subió al trono como primer emperador de la dinastía Song, enseñó a su hijo los métodos de qigong del maestro Chen. La Regla Taiji de Chen se preservó en el seno de la familia imperial, transmitiéndose de generación en generación como una preciada y secreta herencia a favor de la buena salud. A mediados del S.IXX, el arte pasó a un descendiente directo, Zhao Zhong-dao (1844-1962). La abuela de Zhao, antes de morir a los 108 años, le dijo a su nieto de veintidós años: «Aunque la Regla Taiji no podrá convertirte en inmortal, con toda certeza te librará de las enfermedades y aumentará tu esperanza de vida. Tenlo en cuenta». Zhao continuó la práctica familiar y, en 1954, fundó en Beijing la «Asociación del Suave Arte de la Regla Taiji para la Salud», la primera escuela que enseñó públicamente la Regla Taiji. La Sociedad era una especie de hospital de enseñanza universitaria. Llegaban científicos y practicantes de qigong de toda China para aprender el arte. Pacientes que sufrían enfermedades debilitantes o crónicas llamaban a sus puertas en busca de tratamiento. La Asociación tuvo mucho éxito tratando trastornos digestivos y del sistema nervioso, insomnio, hipertensión, así como otros muchos problemas que no habían respondido al tratamiento médico. Según la biografía del maestro Zhao, cuando éste falleció a la edad de 118 años: «No mostraba la apariencia de una lámpara apagándose. Al contrario, tenía la complexión de un niño y el pelo plateado. Su rostro destilaba un saludable resplandor rojizo y podía estar charlando durante horas. Bastaba una sola mirada para comprender que estábamos ante un ser humano excepcional... Su visión y su oído conservaban su agudeza. Sus dientes eran fuertes, carecía de arrugas y dormía y comía como una persona joven»14.