Número 25. La Santísima Trinidad
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Número 25. La Santísima Trinidad
2015-2016 Año del Jubileo de la Divina Misericordia 1 Número 25. La Santísima Trinidad 22 de mayo de 2016 La Santísima Trinidad y el símbolo de la Cruz: Tertuliano fue un escritor prolífico y persuasivo de la iglesia en sus inicios, que vivió de 165 a 225 d. C. Escribió contra la persecución de los cristianos y para la adopción de la teología cristiana, entre otras cosas. Él fue quien inventó el término “Trinidad” en su tratado al argumentar en contra de un hombre llamado Práxeas quien erróneamente creía que el Padre y el Hijo eran tan similares que podríamos decir que el Dios Padre sufrió en la Cruz de Jesús. Tertuliano citó textos del Antiguo y del Nuevo Testamento para apoyar las enseñanzas del Credo de los Apóstoles en cuanto a las Tres Personas en un solo Dios. Pero seamos realistas, para nosotros es difícil comprender el misterio de la Santísima Trinidad. Santa Faustina escribió en su diario que ella tenía el mismo problema. Un día, intentaba comprender la esencia de Dios en la Santísima Trinidad. Dijo: “En un instante mi espíritu quedó atrapado en lo que parecía ser el otro mundo. Vi una luz inaccesible, y en esta luz lo que parecían ser tres fuentes de luz, algo que no podía entender. Y de esa luz salieron palabras en la forma de rayos que rodearon al cielo y a la tierra. Por no comprender nada, estaba triste. De repente, de este mar de luz inaccesible salió nuestro amado Salvador, inexplicablemente bello con Sus heridas relucientes. Y de esa luz salió una voz que dijo: ‘Quién es Dios, en Su Esencia, es algo que nadie podrá comprender, ni la mente de los Ángeles ni la de los hombres’. Jesús me dijo: ‘Para conocer a Dios, contempla sus atributos’. Un momento después, trazó el símbolo de la cruz con Su mano y desapareció”. [Diario, núm. 30] El símbolo de la cruz es una forma en que frecuentemente veneramos a la Santísima Trinidad. Esta es una antigua tradición cristiana. El antiguo escritor que mencionamos, Tertuliano, también escribió de muchas de las costumbres de la iglesia apostólica, incluida la costumbre de hacer la señal de la cruz en sus frentes con tres dedos para representar la Trinidad. Él dijo: “En todas nuestras actividades, cuando entramos o salimos de un lugar, antes de vestirnos, antes de bañarnos, cuando Cenáculo de la Divina Misericordia Iglesia de María Inmaculada Farmers Branch, TX 2015-2016 Año del Jubileo de la Divina Misericordia 2 tomamos nuestros alimentos, cuando encendemos las lámparas en la noche antes de irnos a dormir, cuando nos sentamos a leer, antes de cada nueva actividad trazamos la señal de la cruz en nuestras frentes”. También estamos acostumbrados a decir la oración “Gloria Patri” para honrar a la Trinidad. Aprendamos hoy una nueva oración para la Santísima Trinidad: “Amada Santísima Trinidad, unida eres en amor perfecto, eres tres personas concebidas en un ser. Permite que mi inconsciencia se expanda por Tu Amor Infinito. Padre Todopoderoso, haz hecho grandes cosas por mí. Dame la gracia para servirte según Tu Voluntad. Oh, misericordioso Jesús, me salvaste de la muerte eterna. Dame la gracia para pagarte con mi amor, paz y felicidad. Santísimo Espíritu Santo, fuente de todas las virtudes y unidad del pueblo de Dios, llena mi corazón con el fuego de tu amor, dirige y perfecciona todos mis pensamientos, palabras y hechos. Santísima Trinidad, yo Te alabo, Te adoro, Te glorifico y Te amo. Nunca dejes que me aparte de Tu amor. Amén”. [Fuentes: Citas de WEISER, Francis X., S.J. Feast of the Holy Trinity (Fiesta de la Santísima Trinidad). CatholicCulture.org. También del Diario de Santa Faustina y de MostHolyTrinity.com]. Cenáculo de la Divina Misericordia Iglesia de María Inmaculada Farmers Branch, TX 2015-2016 Año del Jubileo de la Divina Misericordia 3 Diario de Santa Faustina, #474-5: “Viernes 13 XI 1935. Por la tarde, estando yo en mi celda, vi al ángel, ejecutor de la ira de Dios. Tenía una túnica clara, el rostro resplandeciente; una nube debajo de sus pies, de la nube salía rayos y relámpagos e iban a las manos y de su mano salían y alcanzaban la tierra. Al ver esta señal de la ira divina que iba a castigar la tierra y especialmente cierto lugar, por justos motivos que no puedo nombrar, empecé a pedir al ángel que se contuviera por algún tiempo y el mundo haría penitencia. Pero mi suplica era nada comparada con la ira de Dios. En aquel momento vi a la Santísima Trinidad. La grandeza de su Majestad me penetró profundamente y no me atreví a repetir la plegaria. En aquel mismo instante sentí en mi alma la fuerza de la gracia de Jesús que mora en mi alma; al darme cuenta de esta gracia, en el mismo momento fui raptada delante del trono de Dios. Oh, que grande es el Señor y Dios nuestro e inconcebible su santidad. No trataré de describir esta grandeza porque dentro de poco la veremos todos, tal como es. Me puse a rogar a Dios por el mundo con las palabras que oí dentro de mí. Cuando así rezaba, vi la impotencia del ángel que no podía cumplir el justo castigo que correspondía por los pecados. Nunca antes había rogado con tal potencia interior como entonces. Las palabras con las cuales suplicaba a Dios son las siguientes: ‘Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, por nuestros pecados y los del mundo entero. Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros.’” Cenáculo de la Divina Misericordia Iglesia de María Inmaculada Farmers Branch, TX