1.- El fuego y los incendios. 2.- Fundamentos del fuego. Química del
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1.- El fuego y los incendios. 2.- Fundamentos del fuego. Química del
1.- El fuego y los incendios. 2.- Fundamentos del fuego. Química del fuego. 3.- El Tetraedro de fuego. 4.- Cambios de estado de la materia. La pirólisis. 5.- El fuego. Clasificación. 5.1.- Naturaleza del combustible. 5.2.- Tipo de manifestación. 5.3.- Velocidad de reacción. 6.- Productos de la combustión. Análisis físico-químico. 6.1.6.2.6.3.6.4.- Las llamas. El humo. Gases de combustión. Calor. 7.- Resumen del capítulo. 1.- El fuego y los incendios. El descubrimiento del fuego es considerado desde siempre como uno de los hitos más importantes en la historia de la humanidad. En épocas prehistóricas marca un antes y un después en la historia del hombre, y a lo largo de la historia sigue unido a los grandes avances científicos y técnicos de la humanidad. En la actualidad, y solo por poner un ejemplo, la práctica totalidad de los medios de transporte siguen basándose en motores que utilizan la combustión para transformar la energía química del combustible en movimiento. Motores de combustión interna en barcos y automóviles, y turbinas en sus distintas variantes para los aviones. Adelantemos ideas. Fuego: Reacción química que se produce cuando interacciona un elemento llamado combustible con otro llamado comburente. Esta reacción se caracteriza por la producción de calor (exotérmica), radiación electromagnética visible (luz) y como toda reacción química genera unos productos finales o de desecho (CO2 , CO, cenizas, humo...). ¿Estará el fuego detrás del calentamiento global y efecto invernadero? Muy probablemente... Pero eso es otra historia. En un par de párrafos, hemos pasado del fuego como gran benefactor de la humanidad a asesino silencioso de la misma... ¿Qué ocurre? ¿Tiene el fuego dos caras? La respuesta es sí. Y en este manual no queremos abordar la temática medioambiental del mismo, que puede ser objeto de otro curso, sino su cara más salvaje y descontrolada: Los incendios. Roma Antigua. Todos hemos escuchado la historia de Nerón tocando la lira mientras Roma ardía. ¿El mayor incendio provocado de la historia? Con independencia de la opinión de los historiadores sobre si Nerón ordenó 3 el incendio de Roma (del que posteriormente fueron culpados los cristianos), el hecho indiscutible es que el incendio existió. Duro 6 días y 7 noches y devastó la ciudad. Principios del XX. San Francisco. En 1906 un terremoto de 7,8 grados en la escala Richter sacude California. Independientemente de los daños directos del terremoto (muy importantes), la mayoría de las víctimas (entre 3.000 y 6.000) y daños materiales se producen por los posteriores incendios que el terremoto provoca y la rotura de las tuberías de abastecimiento de agua que deja sin recursos a los bomberos. Más cercanos. Madrid 1983. Un incendio en una discoteca provoca 81 muertes. Camping de Los Alfaques 1978. La deflagración de un camión cisterna cargado con propileno provoca la muerte de 320 personas. Nueva York 11 de septiembre de 2001. Las torres gemelas del WTC no caen como consecuencia del impacto de los aviones, sino al colapsar la estructura por el posterior incendio. El objetivo de este manual es servir de referencia y mejorar la capacidad de actuación frente a los incendios, de todos aquellos alumnos que sigan el curso. Para ello, en este primer tema trataremos de conocer mejor el fuego. 4 2.- Fundamentos del fuego. Química del fuego. Adelantábamos en el apartado anterior que el fuego era el resultado de una reacción química. En concreto de una reacción química de combustión. Para nota. Técnicamente se define la combustión como aquella reacción no reversible de oxido-reducción (o redox), que se produce a gran velocidad desprendiendo energía térmica. El elemento que se oxida se denomina combustible, y el que se reduce se denomina comburente. En la práctica totalidad de los casos de incendio, el comburente que vamos a encontrar va a ser el aire. O más concretamente el oxígeno del aire, ya que el otro componente mayoritario del aire, el nitrógeno, es un inerte, y por tanto no participa en la reacción. En capítulos posteriores estudiaremos la utilidad de los inertes en la lucha contra el fuego Componentes del aire Nitrógeno Oxígeno Argón Otros (CO2, H2O...) % 78,03 20,90 0,03 0,04 De manera que una vez establecido que nuestro comburente va a ser el oxígeno, podemos definir el combustible como toda sustancia capaz de combinarse con el oxígeno de forma rápida y exotérmica. Y la combustión como el proceso en el que se realiza la mencionada combinación. 5 Ya hemos presentado a los actores principales del fuego: Combustible y oxígeno. Sin embargo, para conseguir fuego es necesario algo más. En la prehistoria fue necesaria la caída de un rayo sobre un árbol para conseguir el fuego. Para determinar que nos falta vamos a estudiar tres ejemplos: 1. Supongamos que tenemos un gas inflamable en contacto con oxígeno (imaginemos una cocina de gas en la que abrimos uno de los quemadores), en principio la combustión no se produce, pero en el momento que salta una simple chispa la combustión comienza de inmediato. Si la cantidad de gas acumulada es importante, esa chispa puede dar lugar no solo a una combustión sino a una deflagración o explosión. 2. Estudiemos ahora el caso del alcohol. El hacer saltar una chispa cerca de él en condiciones ambiente, no tiene porque producir la combustión. Sin embargo, si acercamos una pequeña llama, una cerilla, provocaremos la combustión del alcohol. Es más. Si en lugar de alcohol contemplamos otro líquido como la gasolina y la chispa la hacemos saltar en el interior del pistón de un coche (mediante una bujía), no solo conseguiremos la combustión, sino una explosión controlada. 3. Veamos ahora el caso del carbón. Todos hemos visto o incluso intentado encender una barbacoa. No basta con una chispa, ni siquiera con la llama de una cerilla. Es necesario impregnar el carbón con líquido inflamable o aportar calor de alguna otra forma, para que el carbón comience a arder. 6 ¿Qué está pasando? Para justificar estos fenómenos, debemos introducir el concepto de Energía de Activación. En general, en toda reacción química es necesario aportar energía a los reactivos para conseguir los productos. Esto es válido para las reacciones de combustión y afortunadamente provoca que los árboles u otros materiales combustibles no salgan ardiendo de manera espontánea en contacto con el oxígeno del aire. ¿Pero por qué la energía de activación varía de unos compuestos a otros? La respuesta a esta pregunta no es inmediata, y en buena medida se sale del objeto de este curso, pero vamos a tratar de daros una respuesta sencilla atendiendo solamente al estado físico en que se encuentran los compuestos reactivos. Damos por sentado que en nuestro caso uno de los reactivos está siempre en forma gaseosa, ya que se trata del oxígeno del aire. En general, debemos decir que para que una reacción se produzca, es necesario que exista un contacto íntimo entre los reactivos. Por esta razón y dado que uno de nuestros reactivos es gaseoso, la combustión que más fácilmente se va a llevar a cabo es en fase gas. Si la concentración de Oxígeno y combustible es adecuada. Es decir, si en el momento de saltar la chispa existen átomos de oxígeno y gas combustible en el entorno 7 donde salta, la propia chispa aportará energía suficiente para que la reacción se produzca. En el caso de un líquido, no existe un contacto estrecho entre los átomos. Estos solo pueden reaccionar a través de la superficie del líquido, que además, tiene tendencia a mantener todos sus átomos unidos, a diferencia del gas que se disipa y mezcla rápidamente. En estos casos, una chispa puede no ser suficiente, y es necesario una pequeña llama que evapora parte del líquido que inmediatamente se mezcla con el oxígeno y continua la combustión empezada por la llama. La cantidad de energía de activación necesaria depende del tipo de combustible. Algunos son muy ligeros y se evaporan muy fácilmente por lo que arden con suma facilidad. Otros como el aceite hay que calentarlos de manera importante para que consiga arder. Para nota. En determinadas condiciones, como en el interior de un motor diesel, al gasoil se le aporta la energía de activación de manera mecánica, comprimiendo el aire en el pistón e inyectando al gasoil a muy alta presión. En estas condiciones, la mezcla explota sin necesidad de que salte ningún tipo de chispa o llama. ¡Atento! Este bloque no es sencillo. En cuanto a las reacciones químicas entre sólidos podemos decir que no se producen, o están muy desfavorecidas (podemos contemplar reacciones lentas como la oxidación del acero, pero poco más). Ello se debe a que los átomos en los sólidos se encuentran muy fuertemente unidos los unos a los otros, de manera que es difícil que el átomo exterior de oxígeno consiga separar a un átomo de carbón del resto de átomos con los que se encuentra formando una fuerte estructura. Por eso, 8 para quemar el carbón es necesario aportar una importante cantidad de energía de activación en forma de calor. Con esta operación conseguimos que los átomos de carbón empiecen a vibrar dentro de su estructura, además, el carbón que no suele estar en forma pura, comienza a dejar escapar compuestos volátiles, que al vibrar pasan fácilmente al estado vapor. Estos compuestos en fase vapor y muy calientes arden rápidamente al encontrar el oxígeno del aire, de manera que desprenden calor que ayuda a calentar el carbón. Como consecuencia, algunos átomos de carbón alcanzan un estado de energía que ya les permite salir ardiendo. Al arder proporcionan energía a los átomos cercanos que alcanzan también la energía necesaria para arder. Hemos provocado la Reacción en Cadena. Esta reacción en cadena, es la misma que nos permite que en el caso gaseoso no sea necesario hacer saltar chispas constantemente. Mientras exista oxigeno y combustible, la propia energía desprendida por la reacción facilitará la energía de activación necesaria para que el resto de reactivos culmine la combustión. En el caso líquido la explicación es la misma. Para nota. Los distintos productos que se venden para encender barbacoas, están formados por compuestos muy volátiles, bien en forma líquida o bien encerrados en un cuerpo sólido por comodidad para la venta, transporte y uso. Su función es procurar la energía de activación necesaria hasta que el carbón alcanza el nivel de energía (vibración) que le permite seguir ardiendo por sí solo. 9 Pista Fogatín Olvídate de estados de la materia, sólidos, líquidos y gaseosos... Piensa que estas en el campo y tienes que encender una fogata. Dispones de un grueso tronco, algunas ramas, paja seca y una sola cerilla (la energía de activación). ¿Cómo lo harías? ¿Intentarías encender el grueso tronco con la cerilla? No, ¿verdad? Lo lógico es encender la paja seca con la cerilla, la paja encenderá las ramas y el calor desprendido por la paja y ramas encenderá el grueso tronco. Debes hacerte la idea de que el gas es como la paja, arde muy fácilmente, y se consume muy rápido, el líquido es como las ramas, no es demasiado costoso hacerlo arder, y tarda algo más en consumirse y por último el sólido sería como el grueso tronco, es necesario aportarle mucha energía para hacerlo arder, pero después tarda mucho en consumirse. 3.- El Tetraedro de fuego. Tradicionalmente y de acuerdo a lo estudiado en el apartado anterior, son necesarios tres factores para conseguir que se produzca el fuego: - Combustible. - Comburente. - Calor o Energía de Activación. Durante mucho tiempo se pensó que estos tres factores eran los únicamente necesarios para existiera el fuego, de manera que se definió el conocido como Triangulo de Fuego. 10 En él se representaban en cada uno de los lados uno de los tres factores mencionados, indicando que si en algún momento faltaba uno de los lados, desaparecería el triángulo, y con ellos el fuego. Esta explicación es absolutamente cierta, pero no tiene en cuenta el fenómeno ya introducido de la reacción en cadena, y sin él, el fuego se extinguiría por si solo cuando cesase la causa que lo ha originado (chispa, llama,...). Por ello, el concepto de triángulo de fuego evolucionó hasta el más reciente Tetraedro o Pirámide de Fuego. TRIÁNGULO DEL FUEGO COMBUSTIBLE COMBURENTE ENERGÍA Su representación es análoga a la indicada para el triángulo de fuego, pero incluyendo el elemento reacción en cadena. En cada cara del tetraedro se colocan cada uno de los factores necesarios para que exista el fuego. Si falta una de las caras, desaparece el tetraedro y con ello el fuego. Curiosidad. Se utilizó un tetraedro en lugar de un cuadrado, porque un lado del cuadrado solo está en contacto con otros dos, mientras que cada cara del tetraedro está en contacto con las otras tres. Una forma más de indicar que deben darse los cuatro factores a un tiempo para que se produzca el incendio. Adelantando ideas. Como ya habréis imaginado, los distintos métodos de lucha contra los incendios deben atacar a una o más caras de ese tetraedro. 11 4.- Cambios de estado de la materia. La pirólisis. En el apartado 2, ya se determinó como tenían lugar las reacciones de combustión en estado sólido, líquido y gaseoso. Ahora debemos de avanzar un paso más indicando que los únicos combustibles que arden son los gaseosos. Sólidos y líquidos no pueden hacerlo. Dejando claro que entendemos por arder, la formación de llama. La llama es un fenómeno visible que solo puede producirse en fase gaseosa. Sin embargo, nuestra propia experiencia nos dice que hemos visto arder (con llama) combustibles líquidos e incluso sólidos. Esto es debido a que la cualidad de sólido, líquido y gaseoso no es intrínseca a los distintos cuerpos. Por el contrario, este estado de la materia depende de las condiciones de presión y temperatura a que esté sometido el cuerpo y es posible y de hecho se da con frecuencia el cambio de uno a otro, estando influidos estos cambios por la presión y la aportación de calor. Como el fenómeno del fuego lleva consigo una importante aportación de calor, en el mismo se dan los cambios desde el estado líquido y sólido hacia el gaseoso. Todos conocemos los tres estados del agua: Hielo, agua líquida y vapor de agua. Se indican a continuación la denominación que reciben los fenómenos de cambios de estado que normalmente observamos: Sólido Líquido Fusión Líquido Solidificación Evaporación Condensación Gas De esta manera, cuando vemos arder un líquido (alcohol, gasolina...), en realidad lo que vemos arder son los vapores del mismo, que han pasado a la fase gas gracias al aporte de calor proporcionado. Sin embargo, cuando 12 vemos arder un sólido, rara vez se ha producido un proceso de fusión y posterior evaporación. El que suele darse es un proceso más complejo denominado pirólisis. La pirólisis es una descomposición térmica de la materia. Es una fase previa a la combustión, en la que se generan los gases que realmente arden. La combustión de estos gases aporta el calor necesario para que se produzca la reacción de descomposición y se generen más gases (una vez más reacción en cadena). Podemos considerar los 250ºC como la temperatura necesaria para que comience la pirólisis. 5.- El fuego. Clasificación. Como hemos visto hasta ahora, el fuego es un proceso bastante complejo en cuanto a su estudio y caracterización, ya que depende de multitud de factores normalmente difíciles de controlar. Esto provoca que tampoco sea sencillo realizar una clasificación única de la tipología de los fuegos. Por el contrario, podemos encontrar multitud de clasificaciones de fuegos atendiendo a los más diversos parámetros. Vamos a indicar en este apartado algunas de ellas: 1. Por la naturaleza del combustible. 2. Por la forma de manifestarse. 3. Por la velocidad de reacción. 5.1.- Naturaleza del combustible. Fuegos clase A. Implican a combustibles sólidos con una alta temperatura de fusión y que producen brasas en la combustión tales como papel, madera, textiles, carbón, goma, algunos tipos de plásticos, ... Recordatorio. Este tipo de combustibles debe sufrir el proceso de pirólisis antes de poder arder. 13 Fuegos clase B. Son aquellos que implican a combustibles líquidos como gasolina, alcohol... o aquellos sólidos con una baja temperatura de fusión como alquitrán, grasas, algunas ceras y plásticos, ... Fuegos clase C. Son aquellos en los que intervienen directamente gases inflamables como el hidrógeno, butano, propano... Fuegos clase D. Son incendios en los que intervienen metales combustibles. Hablamos de elementos químicos del tipo magnesio, sodio, potasio, o muchos otros cuando se encuentran reducidos en finas virutas. Estos metales, al contrario de los normalmente utilizados como hierro o cobre, experimentan una oxidación tremendamente rápida y en ocasiones violentas que puede dar lugar a incendios e incluso explosiones. Merece especial atención la reacción que ocurre entre estos elementos y el agua. Es tal la avidez de oxígeno de estos metales, que son capaces de descomponer la molécula de agua para obtener el oxígeno de la misma: 2Na + 2H2O 2NaOH + H2 El sodio reacciona con el agua para dar lugar a hidróxido sódico (sosa cáustica) e hidrógeno. El hidrógeno desprendido en esta reacción suele ser el responsable de las explosiones que hemos indicado ocurren en la oxidación de este tipo de metales. Adelantando ideas. Como podréis entender, en este tipo de incendios no vamos a utilizar agua en la extinción. Estos son los cuatro tipos de fuego normalmente reconocidos en la clasificación basada en el tipo de combustible. No obstante, es fácil que encontremos algún 14 otro tipo clasificado por letras, por lo que los enunciamos a continuación: Fuegos con riesgo de electrocución (también conocidos como clase E). No son más que fuegos de alguno de los tipos anteriormente descritos en los que existen en las proximidades objetos bajo tensión eléctrica (cualquier electrodoméstico conectado) y pueden suponer riesgo de electrocución si se utilizan agentes extintores conductores de la electricidad. En Estados Unidos a estos fuegos se les denomina clase C (no disponen de categoría para los fuegos provocados por gases. Las clases A, B y D son análogas a las europeas). Fuegos clase F. En Europa y Australia se distinguen aquellos incendios que implican grasas y aceites de cocina, ya que las altas temperaturas de los aceites en un incendio exceden con mucho las de otros líquidos inflamables, haciendo inefectivos los agentes de extinción normales (en España esta clase se incluye en la B). Fuegos clase K. A veces suele añadirse un quinto grupo, la Clase K. Se refiere a los incendios que implican grandes cantidades de lubricantes o aceites. Aunque, por definición, la Clase K es una subclase de la Clase B, las características especiales de estos tipos de incendios se consideran lo suficientemente importantes para ser reconocidos en una clase aparte. 5.2.- Tipo de manifestación. Combustión con llamas. Es la que se manifiesta normalmente en fuegos e incendios. Las llamas pueden observarse a simple vista y son producto de la combustión de gases, líquidos que se han evaporado, o sólidos que han sufrido el proceso de pirólisis. 15 Combustión Incandescente. Es aquella que se produce sin que se presenten llamas visibles. La combustión incandescente se puede producir por una de las siguientes causas: -El combustible sólido no contiene en su composición sustancias que puedan desprenderse por efecto del calor (vaporización o pirólisis) en forma de gases o vapores, para dar lugar a llamas. -El combustible ha agotado todas las sustancias volátiles que podía vaporizar. Esto es lo que ocurre en las chimeneas cuando la madera ya casi se ha consumido y solo quedan las brasas. Combustión Incompleta. Es aquella que se da en atmósferas con bajo contenido en oxígeno. Lo habitual es que se produzcan en recintos cerrados, donde el propio fuego va consumiendo oxígeno. El caso más habitual es la combustión incompleta del carbono a monóxido en lugar de a dióxido: C + ½ O2 CO Incompleta. Formación de monóxido de Carbono. C + O2 CO2 Completa. Formación de dióxido de Carbono El peligro de esta reacción incompleta es doble: 1. El monóxido de carbono es un gas muy tóxico, incoloro e inodoro, por lo que es susceptible de ocasionar la muerte cuando se respira en concentraciones suficientes. 16 Efectos tóxicos del Monóxido de Carbono CO (partes por millón) Porcentaje CO en el aire Síntomas 100 0,01 Ningún síntoma - ninguna lesión 200 0,02 Dolor de cabeza leve, pocos síntomas. 400 0,04 Dolor de cabeza después de 1 a 2 horas. 800 0,08 Dolor de cabeza después de 45 minutos, náuseas, colapso, e inconsciencia después de 2 horas . 1000 0,10 Riesgo de inconsciencia después de una hora 1.600 0,16 Dolor de cabeza, vértigo, náuseas después de 20 minutos 3.200 0,32 Dolor de cabeza, vértigo, náuseas después de 5 a 10 minutos, inconsciencia después de 30 min. 6.400 0,64 Dolor de cabeza, vértigo después de 1 a 2 minutos, inconsciencia después de 10 a 15 minutos 12.800 1,28 Inconsciencia inmediata, peligro de muerte con una exposición de 1 a 13 minutos Para nota. El monóxido de carbono tiene una afinidad con la hemoglobina (responsable de transportar el oxígeno por la sangre) 250 veces mayor que el oxígeno. Por ello, ante una mínima concentración de CO, la hemoglobina del cuerpo se satura del mismo y el individuo muere al no llegar al organismo el oxígeno. A la unión del monóxido y la hemoglobina se denomina carboxihemoglobina. 17 1. Si en un recinto cerrado existe una gran cantidad de monóxido de carbono a alta temperatura, como el que se ha generado en un incendio confinado, hay grandes probabilidades de que se produzca el fenómeno denominado Backdraft. Backdraft. Si ante las condiciones descritas anteriormente (gran cantidad de monóxido de carbono, ausencia de oxígeno y altas temperaturas dentro de un recinto cerrado) se produce una entrada de oxigeno (se abre una puerta), suelen generarse grandes combustiones instantáneas del monóxido a dióxido de carbono, verdaderas explosiones en ocasiones. En este fenómeno, existe combustible disponible (y ya en fase gas), existe la energía de activación (alta temperatura), pero no existe oxígeno (falta un lado del triángulo). Dependiendo de la cantidad que exista de los dos primeros factores (CO y temperatura), se producirá una llamarada o una autentica explosión al entrar el oxígeno. CO + ½ O2 CO2 Combustión espontánea. Es aquella que se produce a temperatura ambiente sin que exista un aporte aparente de calor exterior. ¿Cómo puede ocurrir entonces la combustión sin que se aporte la energía de activación necesaria? La respuesta reside en las zonas donde suele darse este tipo de combustión: Basureros, vertederos, almacenes de carbón, bodegas de barcos... En estos lugares, es fácil que comiencen reacciones de degradación de la materia y oxidación. Prácticamente todas las sustancias orgánicas y muchas metálicas, expuestas a la atmósfera, se oxidan a cierta temperatura crítica, y esa reacción desprende calor. Sin embargo, la tasa de oxidación a temperaturas normales es, generalmente tan baja que el calor que se desprende se disipa en el entorno a medida que se genera, con el 18 resultado que no existe aumento de temperatura en el material combustible sujeto a oxidación. Sin embargo, en los lugares mencionados, por su propia naturaleza, pueden existir dificultades para evacuar el calor generado, esta dificultad de evacuación es la que provoca un aumento de temperatura y que se acumule la suficiente energía de activación para que se produzca la combustión espontánea. 5.3.- Velocidad de reacción. Antes de comenzar a indicar la tipología de esta división, es conveniente definir un par de conceptos para comprender mejor cada uno de los tipos. Frente de reacción: Se denomina frente de reacción a la superficie imaginaria que separa la zona donde se está produciendo la combustión, de la zona en la que el combustible todavía no ha reaccionado. Durante los incendios forestales es habitual escuchar en las noticias El incendio mantiene dos frentes activos. Velocidad de avance del frente: Es la velocidad a la que se desplaza esa línea imaginaria. En los incendios forestales puede ser del orden de metros a la hora, aunque dependiendo del viento esa velocidad puede aumentar. En cualquier caso, siempre será muy inferior a la velocidad de avance del frente en una reacción en fase gas, que suede avanzar con un orden de metros por segundo. Una vez definidos estos conceptos, pasemos a ver la clasificación de fuegos en función de su velocidad de reacción. Combustión. Es la reacción que se produce en los incendios que denominaríamos normales, su velocidad del frente de reacción nunca llega al valor de metro por segundo. 19 Explosiones. Podemos definir la explosión como la liberación violenta de energía química (otros tipos como la nuclear quedan fuera del ámbito de este manual), acompañada de altas temperaturas y generación de gases. Estos gases generados son los que técnicamente nos indican que realmente se ha producido una explosión, ya que en su movimiento de expansión provocan una sobrepresión que se desplaza en forma de onda expansiva. Dependiendo de la magnitud de la sobrepresión provocada, podemos diferenciar las explosiones en deflagraciones y detonaciones. Deflagraciones son aquellas explosiones en las que la velocidad del frente de reacción es superior a un metro por segundo, pero inferior a la velocidad del sonido. La onda de presión que se produce está comprendida entre 5 y 10, y tiene una velocidad de propagación superior al frente de reacción. Detonación es aquella reacción prácticamente instantánea en la que la velocidad de propagación del frente de reacción es superior a la velocidad del sonido en el medio. . La onda de presión que se produce está comprendida entre 20 y 40, pudiendo alcanzar los 100. En estos casos, el frente de llama se desplaza a la misma velocidad que el frente de presión al que habitualmente se denomina onda de choque. 6.- Productos de la combustión. Análisis físico-químico. Hasta ahora, nos hemos centrado básicamente en el estudio del incendio desde el punto de vista de la llama. Pero en este último apartado, hemos empezado a vislumbrar como el efecto de los gases puede ser devastador. 20 La presión de 10 bares provocada por una deflagración sobre el tabique de una vivienda puede derrumbarlo sin problemas. Y si buscamos cual es la principal causa de muerte en un incendio, no encontramos las quemaduras causadas por efecto de las llamas, sino la asfixia provocada por los gases. Por esta razón, en este apartado vamos a ampliar nuestro campo de visión analizando los distintos productos de la combustión, responsables no solo de los daños humanos y materiales del incendio, sino también de la propagación del mismo. En general podemos dividirlos en cuatro grupos: 1. 2. 3. 4. Llamas. Humo. Gases. Calor. 6.1.- Las llamas. Como mencionábamos en la introducción de este apartado, es el principal fenómeno estudiado hasta ahora. Se produce al combinarse los combustibles en forma gaseosa con el oxígeno del aire y arder, es decir, llevar a cabo la reacción de oxido reducción de forma rápida e irreversible, desprendiendo una importante cantidad de calor y radiación lumínica. Si atendemos a esta radiación lumínica como diferenciadora, debemos decir que el color que observamos en la llama depende de muchos factores, principalmente de la naturaleza del combustible y de la cantidad de oxígeno presente. En general podemos determinar que llamas muy ricas en oxígeno tienden a tonos azulados, más difícilmente visibles. 21 6.2.- El humo. El humo es una suspensión en el aire de pequeñas partículas sólidas y vapores condensados, que resultan de la combustión incompleta de un combustible. Su color, y sobre todo su opacidad, principal elemento que dificulta la visión en los incendios, depende de la naturaleza de los combustibles y de la concentración de oxígeno existente. Como se ha mencionado, el humo dificulta la visión en los incendios, provocando desorientación y pánico en las personas que se encuentran atrapadas en los mismos. Además, las pequeñas partículas que lo forman pueden afectar a los ojos y a las vías respiratorias, ya que taponan los alvéolos pulmonares y asfixian a la victima. La alta temperatura a que suelen encontrarse favorece todos los efectos mencionados hasta ahora: Pánico, asfixia y dificultad de visión. 6.3.- Gases de combustión. Son sin lugar a dudas los productos de la combustión más peligrosos para la vida humana. Si tenemos en cuenta que el proceso de la combustión consiste en una reacción con el oxígeno, es fácil determinar que en cualquier gas de combustión la concentración de oxígeno es muy pobre, y por tanto, todo gas de combustión es potencialmente asfixiante. Pero a este efecto debemos añadir la toxicidad de los distintos gases que se producen en la combustión. La formación de uno u otro gas y con ello la toxicidad de los mismos depende del combustible empleado, proporción de oxígeno y otras condiciones que puedan afectar a la reacción (presión, temperatura, presencia de otros elementos que interfieran en la reacción...). La lista de gases que se pueden encontrar en un incendio sería interminable, pero vamos a enunciar aquellos principales que podemos encontrar en la inmensa mayoría de los incendios. 22 Compuesto Características Dióxido de Gas no tóxico. Incoloro e inodoro. Su presencia aumenta el ritmo respiratorio, Carbono CO2 lo que aumenta la inhalación de otros tóxicos. El aire contiene 0,03% de dióxido de carbono. A una concentración de 5%, hay un notable incremento en la respiración, vértigo, transpiración, excitación mental. Concentraciones de 10 a 12 por ciento causan la muerte en pocos minutos por parálisis del centro respiratorio cerebral. Monóxido de Muy peligroso a bajas concentraciones. Incoloro e inodoro. Provoca la Carbono CO mayoría de las muertes en los incendios. Bloquea el transporte de oxígeno en la sangre. Cloruro de Tóxico. Incoloro pero de olor penetrante. Produce irritación en los ojos y Hidrógeno HCl vías respiratorias. Dificulta la respiración y puede causar asfixia. Normalmente provocado por incremento de temperatura en PVC. Cianuro de Muy peligroso a bajas concentraciones. Incoloro, olor a almendra. Asfixiante Hidrógeno HCN químico, interfiere con la respiración a nivel celular y de los tejidos. Puede ser absorbido a través de la piel. Es emitido por el nylon, la lona, la espuma de poliuretano, el caucho y el papel. Una atmósfera que contenga 135 partes por millón (0,0135 por ciento) es fatal en 30 minutos, una concentración de 270 ppm es fatal. Nitrógeno Tóxico. NO pasa a NO2 en presencia de O2 y humedad. El NO2 es castaño rojizo. Causa edema pulmonar y conduce a la asfixia. Soluble en NO2, NO agua, puede formar nitritos y nitratos dentro del cuerpo que llevan al Óxidos de colapso y coma. Sus efectos irritantes en la nariz y garganta pueden ser tolerados para una dosis letal. Fosgeno COCl2 Muy peligroso a bajas concentraciones. Gas incoloro, con un olor desagradable. Puede ser producido cuando los refrigerantes tales como el freón hacen contacto con la llama. Irritante fuerte de los pulmones. Su efecto venenoso no es evidente hasta varias horas después de la exposición. Su típico olor es detectable a nivel de ppm. Concentraciones menores pueden causar tos e irritación ocular. 25 ppm son mortales. Sulfuro de Tóxico e inflamable. Incoloro y de olor pestilente. Puede formar mezclas Hidrógeno H2S explosivas con el aire. Peligroso por inhalación o absorción cutánea. Provoca irritación ocular, nauseas, vomito, taquicardia, respiración corta y rápida, edema bronquial o pulmonar, efectos neurológicos y coma. Dióxido de Irritante y corrosivo. Incoloro y de olor ácido. Afecta a sistema respiratorio, Azufre SO2 piel y ojos. Puede provocar una destrucción severa de los tejidos, bronquitis, neumonitis química y edema pulmonar. 23 6.4.- Calor. Desde el punto de vista de la física, el calor se define como energía en tránsito. Es decir, el calor no es una propiedad intrínseca de un cuerpo o sistema, como puede serlo la temperatura, sino una forma de trasladar la energía de un sistema a otro. Para nota. Su concepto está ligado al Principio Cero de la Termodinámica, que dictamina que dos sistemas en contacto intercambian energía hasta que su temperatura se equilibra. En realidad, en el párrafo anterior no se debía haber empleado la palabra contacto, ya que existen diversos mecanismos para la transmisión del calor, en concreto tres, y no todos ellos precisan que existan contacto entre los cuerpos o sistemas para que el flujo de calor se haga efectivo. Lo que sí resulta común a todos los mecanismos es la diferencia de temperatura que debe existir entre los sistemas, para que se produzca la transferencia de calor. Estudiaremos con detalle cada uno de ellos a continuación, pues su influencia en los incendios es importante. Conducción. La conducción es el mecanismo de transferencia de calor más básico o evidente. Se aplica solo a los sólidos y consiste en la transferencia de energía térmica entre las partículas que forman el mismo. El proceso es el siguiente: 1. Conforme mayor es la temperatura de un cuerpo, mayor es el estado de excitación o vibración que tienen sus partículas. 2. Las partículas a mayor temperatura vibran cerca de otras, obligando a estas a vibrar a su vez. En esta acción, las partículas más dinámicas se frenan, al poner en movimiento a las otras. 24 3. Esta es la manera en que se iguala la temperatura entre una zona fría y otra caliente. Esta forma de propagación del calor se da sobre todo al principio de los incendios, cuando aun no hay grandes llamas, pero si importantes diferencias de temperatura entre los materiales que ya están ardiendo y los que no. No todos los elementos conducen igual la energía térmica. Hay elementos como los metales, que son muy buenos conductores pues permiten a sus moléculas vibrar libremente, y otros que poseen una estructura interna que impide esta conducción. En la tabla siguiente se indica la afinidad de distintos materiales a conducir el calor mediante el coeficiente l: coeficiente de conductividad térmica (W/m2·K). A mayor l mayor es la capacidad e conducción del material. Material l Material l Material l Acero 47-58 Corcho 0,04-0,30 Madera 0,13 Agua 0,58 Estaño 64,0 Mercurio 83,7 Aire 0,02 Fibra de vidrio 0,03-0,07 Mica 0,35 Alcohol 0,16 Glicerina 0,29 Níquel 52,3 Aluminio 209,3 Hierro 1,7 Oro 308,2 Amianto 0,04 Ladrillo 0,80 Parafina 0,21 Bronce 116-186 Ladrillo refractario 0,47-1,05 Plata 406,1-418,7 Cinc 106-140 Latón 81-116 Plomo 35,0 Cobre 372,1-385,2 Litio 301,2 Vidrio 0,6-1,0 Convección. Mecanismo de transferencia de calor que se produce únicamente en materiales fluidos. Éstos al calentarse disminuyen su densidad y ascienden al ser desplazados por las porciones a menor temperatura que, a su vez, descienden y se calientan repitiendo el ciclo. El resultado es el transporte de calor por medio del fluido ascendente y descendente. 25 Es un mecanismo mucho más complejo que el anterior, ya que primero debe realizarse una transferencia de calor entre una superficie sólida y el fluido, y posteriormente el transporte de esta energía por el medio fluido. Para nota. La transferencia de calor por este medio depende de la geometría de la superficie sólida e incluso de su posición. Existen formulas de cálculo distintas para superficies verticales y horizontales. Y en las horizontales la transferencia será distinta si nos referimos al suelo o al techo de una vivienda. Debemos distinguir además entre el sistema de convección indicado, que es habitualmente denominado libre o natural, y el denominado de convección forzada. Este sistema de transmisión de calor, provoca un flujo de fluido sobre la superficie sólida por medio de una fuerza externa; bomba, ventilador u otro dispositivo mecánico. En casos extremos como los que suelen darse en un incendio, las diferencias de temperatura son tan grandes, que la transmisión debe estudiarse como una transmisión forzada a pesar de no existir ningún medio mecánico que facilite el movimiento. El mecanismo de convección suele ser el causante del desarrollo vertical de los incendios y tiene gran importancia en la propagación de la mayoría de los mismos. Radiación. Podemos decir que la radiación es el mecanismo de transporte de calor que no necesita de ningún medio para tal fin, ya que esta transmisión se hace a través de ondas electromagnéticas capaces de propagarse incluso en el vacío. Recordemos que la conducción precisaba de un medio sólido para ser efectiva y la convección de un medio fluido. 26 Es fácil determinar que este mecanismo cobrará gran importancia en aquellos incendios en que existan grandes llamas, ya que son las mismas las principales emisoras de radiación, tanto lumínica como térmica. Para nota. En el fondo, radiación lumínica y térmica son muy parecidas, siendo la única diferencia entre ambas la longitud de onda de cada una. La transmisión de calor por radiación es la principal responsable de la propagación horizontal de los incendios. Cabe indicar por último, que el calor tiene un gran efecto no solo sobre las estructuras y materiales, sino también sobre las personas atrapadas en un incendio y personal de salvamento. Los principales efectos que concurren como consecuencia del calor son los siguientes: - Quemaduras. Deshidratación. Agotamiento. Bloqueo de vías respiratorias. Aumento del ritmo cardiaco. 7.- Resumen del capítulo. En este capítulo hemos introducido el presente curso contra incendios, indicando las características básicas del fuego y como inciden estas en la formación y propagación de los incendios. En los siguientes capítulos se profundizará en estas características con mayor detalle, y sobre todo, se estudiarán las distintas técnicas para conseguir paliar sus efectos y atacar correctamente a los incendios. 27