Yann RENOULT

Transcripción

Yann RENOULT
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Sinopsis:
Reportaje fotográfico de
Yann RENOULT
al norte de la Franja de Gaza - Julio / Agosto 2012
En 1993 los Acuerdos de Oslo permitieron el acceso a una zona de pesca de 20 millas náuticas. Pero a
través de los años, este límite se encogió. La toma del poder de Hamas en la Franja de Gaza y la
operación "Plomo Endurecido", condujeron a una reducción a solo 3 millas náuticas, es decir apenas
5 km. El ejército israelí justifica este bloqueo para impedir el contrabando de armas y prevenir
ataques. Pero como dijo Zaccaria, del Sindicato de Pescadores: "Nunca ningún barco fue detenido con
armas. Los pescadores no son ni terroristas ni combatientes".
Cotidianamente
los
barcos
cañoneros israelíes acosan a los
pescadores, incluso dentro del
límite de las 3 millas. En el mejor de
los casos tratan de volcarlos, en el
peor, disparándoles directamente
como blanco de mira o alrededor
del barco con sus armas pesadas. Y
prácticamente son casi siempre
arrestados.
Todos describen las mismas
condiciones de detención: después
de rendirse los pescadores deben
desvestirse y saltar al agua, poco
importa la temperatura exterior.
Luego son izados a bordo de un
barco, esposados y llevados a un
puerto israelí. A veces se les exige
hacer los últimos metros hasta el
puerto a nado. Una vez allí son
encerrados, a menudo en células
metálicas, sin ningún tipo de confort
et interrogados después. Los heridos a veces esperar más de 10 horas antes de ver a un médico. La
mayoría de los pescadores son dejados en libertad unos días después, en el puesto de control de
Erez, sin ningún efecto personal. Heridos o no, deben valerse por sí mismos para atravesar el 1,5 km
que les llevará de vuelta a la Franja de Gaza. El barco, el motor, las redes y todo el material de pesca
les han sido confiscados por los israelíes. Es así como pierden el único medio de subsistencia y miles
de dólares en equipos que difícilmente podrán recuperar. El ejército israelí trata de hacer presión
sobre ellos, especialmente los jóvenes, para que colaboren como espía a cambio de dinero o
beneficios.
Desafiando el peligro, algunos pescadores corren el riesgo de aventurarse más allá de las 3 millas,
con la esperanza de conseguir una mejor pesca. Algunos inclusive corren el riesgo de aventurarse en
aguas egipcias al sur de la Franja de Gaza, donde hay más peces, arriesgando aún sus vidas.
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El bloqueo tiene un impacto directo en la vida de los 3700 pescadores oficiales de Gaza, y de las
70.000 personas que dependen. La zona de pesca es minúscula en comparación con el número de
pescadores. Los recursos pesqueros se agotan y los peces son cada vez más pequeños. Para
garantizar su renovación deben dejar de pescar durante tres meses al año. Pero nadie se lo puede
permitir, ya que significaría una ausencia total de ingresos. Es así como regresan cada día con menos
peces, a menudo ni siquiera lo suficiente para pagar el combustible y el mantenimiento. El salario
mensual nunca está garantizado y rara vez llega a 1.000 shekels, una suma suficiente para alimentar
adecuadamente a sus familias y mantener en estado los equipos. La mayoría de los pescadores
admiten, con un nudo en la garganta, depender de la ayuda alimentaria de las Naciones Unidas para
poder sostener sus familias.
Debido al bloqueo, los pescadores han tenido que cambiar sus costumbres de trabajo. Ahora utilizan
barcos a motor de 6m de largo, mientras que antes eran arrastreros de 20m, en su mayoría. Es así
que muchas familias los han abandonado para aprender una nueva técnica de pesca. Los israelíes
han impuesto también que el motor no supere los 25 caballos de fuerza. Esta baja potencia hace que
el trabajo en el mar sea aún más peligroso.
Otros efectos del bloqueo son más insidiosos aún. Una vez por semana, el gobierno da un poco de
combustible, pero no a todos los pescadores y no lo suficiente como para que puedan hacerse a la
mar, por lo cual dependen del combustible proveniente de Egipto a través de los túneles. Y cuando
éste escasea y los precios aumentan, son los primeros en pagar las consecuencias. Sin poder salir a la
mar, pasan el día en el puerto a esperar.
Ante el agotamiento de los recursos pesqueros y el aumento de los precios, un mercado paralelo se
ha ido estableciendo. El pescado egipcio se importa a través de los túneles. Este pescado no es
fresco, pero se vende a un costo más bajo que la pesca local, causando una competencia desleal para
los pescadores palestinos.
A todas estas dificultades se agregan aquellas inherentes al trabajo en sí: en las pequeñas
embarcaciones se debe levantar la red a mano y varias veces al día. Hay que trabajar todos los días,
por la mañana temprano y tarde por la noche, con un descanso al mediodía. El sol y la sal, desgastan
la salud. Las condiciones mínimas de seguridad no esté aseguradas y regularmente hay pescadores
heridos o que se ahogan trabajando.
A causa de estas condiciones, muchos pescadores consideran la posibilidad de cambiar de empleo.
Pero la mayoría de ellos no saben hacer otra cosa y de todos modos el índice de desempleo es muy
elevado. En el puerto de Gaza, los barcos dados vuelta cuya pintura se está pelando al sol se
multiplican: Los propietarios los abandonan cuando ya no pueden mantenerlos.
Aquellos pescadores después de ser detenidos o heridos, me confiaron que nunca recibieron ningún
tipo de asistencia a su regreso. Ninguna ayuda financiera, asistencia médica, incluso cuando debieron
abandonar su trabajo debido a sus lesiones. Cuando esto ocurre es toda una familia que pierde su
principal fuente de ingresos, provocando así situaciones dramáticas: en el matrimonio, la educación
de los hijos y en las condiciones de vida en general...
Pero la ayuda que piden los pescadores no es financiera principalmente. En calidad de representante,
Zaccaria hace una petición para que este mensaje sea escuchado en occidente. Y afirma que como
pescadores solían ganarse la vida dignamente. Quieren que Europa exija que Israel levante el
bloqueo en el mar de Gaza. Con la pesca antes tenían trabajo y buenos ingresos. Vivían dignamente y
en buenas condiciones. No quieren limosna ya que las ayudas de las ONG son al fin humillantes y los
hacen sentirse como asistidos. Solo quieren poder trabajar y que los israelíes respeten los acuerdos
firmados. Si no existiese ese estado de sitio, no tendrían ninguna necesidad de ayuda.
«Todos los países del mundo con una costa, tienen derecho a pescar donde quieran. Pero en Gaza, los
pescadores no pueden ejercer su profesión ni ese derecho. Es importante denunciar los abusos por
parte de Israel.»
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Noticia de último momento:
Según la tregua firmada entre Israel y Hamas a fines de noviembre de 2012
la situación de los pescadores cambia, ya que podrán pescar hasta a 6 millas
de la costa, en lugar de 3.

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