Las metáforas de la experiencia

Transcripción

Las metáforas de la experiencia
TRABAJO DE FIN DE GRADO
ESCUELA TÉCNICA SUPERIOR DE ARQUITECTURA
UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID
Las metáforas de la experiencia
La conceptualización metafórica de la arquitectura
a partir de la experiencia corpórea.
Autor: Jaime Jiménez Barragán
Tutora: María Jesús Muñoz Pardo
Año: 2015
1
Indice
Resumen..........................................................................................................................04
Motivaciones...................................................................................................................04
Hipótesis..........................................................................................................................04
Objetivos..........................................................................................................................05
Metodología y estructura …............................................................................................05
Capítulo I La metáfora conceptual
–
–
–
–
–
Introducción.........................................................................................................06
El origen de las metáforas...................................................................................07
Principales características....................................................................................08
Tipos de metáfora conceptuales...........................................................................09
Evidencias empíricas...........................................................................................09
Capítulo II. El lenguaje metafórico en la arquitectura
–
–
–
–
Introducción.........................................................................................................10
La relación entre arquitectura y metáfora: aproximación histórica.....................11
La metáfora como herramienta creativa: ideación..............................................13
La metáfora como figura retórica: difusión.........................................................14
Capítulo III Las metáforas de la experiencia
–
–
–
Introducción.........................................................................................................15
La experiencia de las cosas: …............................................................................17
La experiencia de la Arquitectura a través de sus metáforas …..........................19
Capítulo IV Caso de estudio. El Caixa Forum de Madrid: Derivas entorno a la
experiencia
– Introducción y método. Un experimento cualitativo entorno a la
experiencia...........................................................................................................21
– Notas entorno a la experiencia.............................................................................24
– Clasificación de las metáforas conceptuales encontradas en las derivas.............24
–
Conclusiones generales..................................................................................................27
Bibliografía.....................................................................................................................28
2
3
Resumen
La arquitectura es una tarea compleja. En su elaboración, ya sea como idea,
discurso o construcción, intervienen infinidad de elementos. Desde las ideas más etéreas
y abstractas hasta los objetos más convencionales y mundanos. Desde los conceptos
más arcaicos hasta las últimas técnicas. Deseos, necesidades e ideologías se cruzan con
vigas, pavimentos y termostatos. En este desvarío son necesarias herramientas capaces
de amalgamar lo concreto y lo abstracto, lo conocido y aquello por conocer. La metáfora
se presenta entonces como el medio idóneo para estructurar , comprender y explicar lo
que se quiere hacer a partir de lo que se dice y lo que se quiere decir con lo que se hace.
La presencia abrumadora de la metáfora en los discursos, procesos y planteamientos de
arquitectura suscita el interés por una herramienta que parece abarcar más allá de la
etiqueta de figura lingüística con la que normalmente la explicamos. A partir de los años
80, autores como George Lakoff y Mark Johnson amplían las capacidades de la
metáfora definiéndola como un fenómeno cognitivo capaz de estructurar nuestra manera
de pensar y conocer. A partir de este trabajo, se distinguirá entre metáfora conceptual y
expresión lingüística metafórica. Desde esta nueva perspectiva este Trabajo de Fin de
Grado pretende comprender la metáfora conceptual en el contexto de la arquitectura; su
presencia, sus capacidades y la implicación de su uso tanto en la creación como en la
difusión de la misma.
Finalmente este Trabajo Fin de Grado quiere resaltar una de las características
fundamentales de este nuevo enfoque sobre la metáfora; su relación con nuestra
experiencia sensible del mundo. Esto significa que la aparición o el uso de ciertas
metáforas conceptuales podría estar mediada por las características del entorno en que
vivimos y el cuerpo con el que lo percibimos. Esta idea suscita un gran interés si se
entiende la arquitectura como el marco donde desarrollamos dicha experiencia. En los
textos del arquitecto finlandés Juhani Pallasmaa se encuentran una serie de ideas que,
desde una perspectiva fenomenológica, tratan la manera en que experimentamos la
arquitectura a través de nuestro cuerpo y nuestros sentidos. Tomando en consideración
estas ideas, este trabajo trata de explicar el camino de ida y vuelta por el cual si la
experiencia concreta es origen de ciertas metáforas conceptuales, la construcción y
descripción de la arquitectura a partir de metáforas conllevará unas experiencias
concretas.
Motivaciones
Este trabajo nace motivado por una pregunta. ¿por qué en algo tan material, concreto y
tangible como la arquitectura encontramos tal abrumadora presencia de la metáfora?. Mi
interés por el significado tanto de las palabras como de la arquitectura motivan el
estudio de una herramienta como la metáfora que parece desbrozar el significado de las
cosas a placer.
Hipótesis
Las hipótesis de partida de este Trabajo Fin de Grado se plantean a partir de la
4
constatación personal como estudiante de arquitectura de la ubicuidad de la metáfora en
los discursos y estrategias de la disciplina arquitectónica, y son las siguientes:
–
–
–
La metáfora trasciende su función como figura poética y llega a ser una
herramienta de pensamiento.
La metáfora como herramienta de pensamiento se encuentra presente en las
distintas fases de la ideación, la producción y el análisis de la arquitectura.
La conceptualización metafórica condiciona nuestra experiencia de la
arquitectura.
Objetivos
Los objetivos de esta investigación se desdoblan a la vez que el carácter práctico y
teórico de la misma. Ambas aproximaciones comparten el mismo objetivo principal que
es comprender cómo las metáforas conceptuales estructuran nuestra manera de crear,
explicar y experimentar la Arquitectura. En este sentido, otro de los objetivos de este
trabajo es profundizar en la comprensión del concepto de metáfora como fenómeno
cognitivo y su relación con la experiencia cotidiana que del mundo tenemos y por tanto,
de la arquitectura que vivimos.
Por otro lado, de acuerdo con el carácter práctico del trabajo, a partir de un experimento
personal se pretende probar la presencia de la metáfora conceptual en la experiencia
cotidiana de la arquitectura.
Metodología y estructura
Para desarrollar este estudio se emplean una serie de textos que explican la metáfora
como fenómeno cognitivo y amplían su definición más allá de esta como pura figura
retórica del lenguaje. La obra fundamental que estructura el marco conceptual del
trabajo es Metaphors we live by1 (1980) de George Lakoff y Mark Johnson. A partir de
esta obra se empieza a hablar de la metáfora conceptual. En ella se divide la
conceptualización metafórica en tres tipos: metáforas estructurales, metáforas
orientacionales y metáforas ontológicas. A partir de esta clasificación, la metáfora se
convierte en una herramienta de pensamiento que abarca diferentes estados del quehacer
arquitectónico y su presencia deja de ser fruto de una azarosa imaginación para
convertirse en una herramienta clave de la manera de conceptualizar nuestros
pensamientos. La metáfora pasa a inscribirse en una perspectiva cognitivista de la
experiencia, donde el cuerpo juega un papel crucial en la formación de dichas metáforas
conceptuales que empleamos en nuestra vida cotidiana. De esta manera el método de
trabajo se convierte en el análisis del lenguaje metafórico empleado en procesos de
diseño, textos explicativos o experiencias de arquitectura, a través del marco teórico
definido por la metáfora conceptual de Lakoff y Johnson.
La estructura del trabajo se compone de dos partes; una parte teórica y otra práctica. La
primera parte se estructura para abordar las cuestiones planteadas por las hipótesis de
partida. En este sentido, se podría dividir el trabajo en tres capítulos que tratan de
1 Lakoff George / Johnson, Mark: Metaphors We Live By. Chicago University Press, 1980.
Edición consultada: Metáforas de la vida cotidiana. Cátedra, Madrid, 1980.
5
responder a las hipótesis de partida y un cuarto capítulo sobre el experimento práctico
realizado.
El primero de ellos define el cambio de perspectiva entorno al concepto de metáfora y
explica las implicaciones que dicho cambio supone. Se adentra en el origen de dichas
metáforas, sus características y las principales distinciones tipológicas.
El segundo capítulo pretende aplicar la definición y estructuras de la metáfora
conceptual, definidas en el primer apartado, al análisis de algunos ejemplos de lenguaje
metafórico empleado en Arquitectura. A través de estos ejemplos se estudiará la
presencia y utilidad de la metáfora en los procesos de ideación y de difusión
arquitectónica.
En el tercer capítulo se abordará brevemente cuestiones sobre la relación entre metáfora,
experiencia y arquitectura. La estrecha relación entre la experiencia y la
conceptualización metafórica que introducen Lakoff y Johnson se pone en contexto con
la arquitectura a través una serie de textos del arquitecto finlandés Juhani Pallasmaa. En
estos escritos, el autor lleva a cabo una aproximación fenomenológica a la arquitectura
apoyándose en las ideas del filósofo francés Maurice Merleau-Ponty. En esta
aproximación, el cuerpo y sus sentidos cobran una importancia capital en cómo
experimentamos y comprendemos la arquitectura. Estas ideas entroncan con la concepto
de corporeización y la perspectiva experiencialista que introduce la metáfora
conceptual. El objetivo de este apartado es llamar la atención de la experiencia directa
de la arquitectura como origen de su conceptualización metafórica.
En el cuarto y último capítulo se trata el método, los resultados y las conclusiones
extraídas del experimento práctico realizado. Dicho experimento consiste en tratar de
cartografiar la presencia de metáforas conceptuales en la experiencia cotidiana de la
arquitectura.
–
Capítulo I . La metáfora conceptual
Introducción
En 1980 George Lakoff y Mark Johnson publican
Metáforas de la vida cotidiana2. Esta obra pionera traslada la
condición periférica que la metáfora tenía en la lingüística y
en la filosofía a un primer plano. Ambos autores compartían
“la intuición de que, por el contrario, se trata de una cuestión
central, acaso clave para dar cuenta adecuadamente de la
comprensión”3
La metáfora pasa a convertirse entonces en un “ fenómeno de
cognición en el que un área semántica o dominio se
representa conceptualmente en términos de otro. Esto quiere
2 Lakoff George / Johnson, Mark: Metaphors We Live By. Chicago University Press, 1980.
Edición consultada: Metáforas de la vida cotidiana. Cátedra, Madrid, 1986.
3 Lakoff , George/ Johnson, Mark: Metáforas de la vida cotidiana. Op. cit; p. 33.
6
decir que utilizamos nuestro conocimiento de un campo conceptual, por lo general
concreto o cercano a la experiencia física, para estructurar otro campo que suele ser más
abstracto”4. Esto es lo que se conoce como metáfora conceptual. Es importante
distinguir entre metáfora conceptual y expresión lingüistica metafórica. Según Cristina
Soriano las metáforas conceptuales son esquemas abstractos de pensamiento que se
manifiestan de muchas formas, entre ellas el lenguaje. Esto quiere decir que siendo una
metáfora conceptual la misma, su expresión lingüística varía de una a otra lengua. Por
ejemplo en español se utiliza la expresión hipotecar el tiempo mientras que en inglés
eso no es posible. Sin embargo la misma metáfora conceptual existe en inglés asociada
a construcciones como ahorrar tiempo (“save time”) o administrarse el
tiempo(“budget time”).
El lenguaje nos sugiere que muchos de nuestros conceptos más básicos se adquieren
metafóricamente y por tanto la metáfora trasciende su definición como un mero recurso
de la imaginación poética. En palabras de Lakoff y Johnson “ hemos llegado a la
conclusión de que la metáfora, por el contrario, impregna la vida cotidiana, no solo el
lenguaje, sino también el pensamiento y la acción”5
–
El origen de las metáforas
Las metáforas conceptuales no surgen de manera arbitraria, existen motivos
concretos para que estas se formen. La motivación principal de una metáfora conceptual
puede residir en su base experiencial o en la percepción que hacemos de una parecido
entre dos dominios.
Determinadas metáforas conceptuales se repiten en idiomas y culturas diferentes. Esta
situación sugiere que la formación de estas metáforas depende de la manera sistemática
en que como seres humanos nos relacionamos con nuestro entorno. De esta manera la
asociación que se produce entre los dominios fuente y los dominios meta tiene una base
experiencial. En su texto sobre la metáfora conceptual Cristina Soriano pone el
siguiente ejemplo sobre una metáfora conceptual cuyo origen reside en nuestra
experiencia:
“Por ejemplo, el dominio del CALOR se utiliza para estructurar el tiempo del
AFECTO en muchos idiomas ( EL AFECTO ES CALOR ), y por ello decimos que una
persona “cálida” es una persona afectuosa, mientras que una persona “fría”
no lo es. Otras muchas expresiones (en español y otros idiomas) explotan la
misma asociación: caluroso aplauso, gélida acogida, comportarse con frialdad
etc. La asociación probablemente se debe a una correlación entre el afecto y el
calor en nuestras experiencias vitales más tempranas, cuando la sensación de
afecto está sistemáticamente ligada a la experiencia fisiológica de tibieza
procedente del cuerpo de la madre o el padre que abrazan a su bebé. Estudios
experimentales recientes sugieren que esta relación temperatura-afecto es
mucho más que un fenómeno del lenguaje y, tal como apunta la teoría de la
4 Soriano C. (2012) La metáfora conceptual. In Ibarretxe-Antuñano, Iraide & Javier Valenzuela
(eds.). Lingüística Cognitiva (pp 97-121). Barcelona: Anthropos.
5 Lakoff , George/ Johnson, Mark: Metáforas de la vida cotidiana. Op. cit; p. 39.
7
metáfora conceptual, la asociación es automática e influye decisivamente en
nuestra forma de percibir o concebir el mundo”.6
Otra de las motivaciones principales por la cual surgen las metáforas conceptuales es la
de la percepción de un parecido entre dos dominios. El parecido puede ser real, ya sea
en forma o función, o ser un parecido “percibido”, es decir; un parecido que surge
dentro de un modelo cultural concreto. Esto último puede ocurrir porque ambos
dominios posean un rasgo común o porque las metáforas conceptuales que ya poseemos
nos invitan a ver una similitud entre ellos, como se ilustra en el siguiente ejemplo:
“Por ejemplo, los linces y las personas inteligentes tienen objetivamente poco
en común, exceptuando un rasgo que se adjudica a ambos en nuestra cultura: el
de ser astutos. Del mismo modo las ratas y las personas tienen poco en común,
pero la poca estima que despiertan estos animales y su presencia en zonas
sucias, unida a la existencia de una metáfora conceptual según la cual lo
inmoral se conceptualiza en términos de suciedad ( INMORAL ES SUCIO) y lo moral
como limpieza ( MORAL ES LIMPIO), nos permiten conceptualizar y describir a las
personas sin escrúpulos como ratas”7
Por tanto, el origen de las metáforas conceptuales es propiciado por la existencia de una
correlación experiencial o en la percepción/construcción de un parecido. Sin embargo,
es importante señalar que toda representación ocurre en el marco de una cultura. Esto
quiere decir que hasta las metáforas conceptuales que se originan a partir de la
experiencia dependerán en gran medida de la cultura, convirtiéndose esta en un filtro en
la formación de estas construcciones conceptuales. En resumen, la metáfora es al mismo
tiempo un fenómeno cognitivo corporeizado y cultural.
–
Principales características
Las características de la metáfora conceptual derivan de su condición como fenómeno
cognitivo, situándolas dentro y fuera del lenguaje. Las principales características son:
– Lo abstracto en términos de lo concreto y corporeización (embodiment)
Como habíamos introducido al principio, uno de los descubrimientos más importantes
sobre la metáfora conceptual es su motivación en nuestra experiencia sensomotriz del
mundo que nos rodea. El cuerpo por tanto, al convertirse en el medio por el cual
experimentamos el mundo que nos rodea y por ser este el origen de ciertas metáforas
conceptuales, se dice que estas metáforas están corporeizadas. En general utilizamos
información de un dominio concreto y perceptual para estructurar otro dominio más
abstracto como se observa en el siguiente ejemplo:
“Los conceptos abstractos del BIEN y del MAL dependen en parte de otros dos
más concretos
y sensoriales: la CLARIDAD y las OSCURIDAD, posiblemente porque
cuando hay claridad podemos desenvolvernos bien, mientras que en la oscuridad
6 Soriano C. (2012) La metáfora conceptual. In Ibarretxe-Antuñano, Iraide & Javier Valenzuela
(eds.). Lingüística Cognitiva (pp 97-121). Barcelona: Anthropos.
7 Ibid. p. 90.
8
existen más riesgos.”8
– Estructura jerárquica y herencia
Las metáforas conceptuales no son hechos aislados. Se relacionan con otras metáforas,
forman grupos y unas se supeditan a otras. Por ejemplo, la metáfora LA VIDA ES UN VIAJE
es un caso específico de la metáfora conceptual más general LAS ACTIVIDADES DE LARGA
DURACIÓN CON UN OBJETIVO SON VIAJES.
– Proyecciones parciales, invariabilidad y multiplicidad
Las asociaciones entre dos dominios nunca son completas. Esto quiere decir que cuando
comprendemos un dominio en términos de otro, no todas las cualidades del dominio
fuente se proyectan sobre el dominio meta. En palabras de Lakoff y Johnson “la misma
sistematicidad que nos permite comprender un aspecto de un concepto en términos de
otro, necesariamente ha de ocultar otros aspectos del concepto en cuestión”9
– Unidireccionalidad
Según el principio de unidireccionalidad la estructura del dominio fuente se proyecta
sobre el dominio meta pero no viceversa. Esto quiere decir que cuando por ejemplo las
personas son descritas como animales, lo que enfatizamos son sus instintos, pero cuando
los animales se caracterizan como personas, lo que enfatizamos es su comportamiento
racional, moral o estético. En este sentido se trata de metáforas diferentes , y no ocurre
que el dominio meta se proyecte sobre el dominio fuente.10
– Inconscientes y automáticas
Según Lakoff, las metáforas conceptuales se usan constantemente de manera
automática, sin esfuerzo y sin darnos cuenta. Si bien es cierto que las evidencias
experimentales de hoy en día no sustentan dicha visión para todas las metáforas
conceptuales si que coincide con aquellas que tienen una base experiencial.11
–
Tipos de metáforas conceptuales
Lakoff y Johnson clasifican las metáforas en tres tipos según su función:
Metáforas estructurales: en las que una actividad o una experiencia se
estructura en términos de otra.12
– Metáforas orientacionales o espacializadoras: organizan “un sistema global
de conceptos con relación a otro sistema… la mayoría de ellas tienen que ver
con la orientación espacial... Estas orientaciones metafóricas no son
arbitrarias, tienen una base en nuestra experiencia física y cultural”.13
– Metáforas ontológicas: “Nuestra experiencia de los objetos físicos y de las
sustancias proporciona una base adicional para la comprensión más allá de la
–
8 Ibid. p. 92.
9 Lakoff , George/ Johnson, Mark: Metáforas de la vida cotidiana. Op. cit; p. 46.
10 Ibid. p. 95.
11 Ibid. p. 96.
12 Lakoff , George/ Johnson, Mark: Metáforas de la vida cotidiana. Op. cit; p. 50.
13 Lakoff , George/ Johnson, Mark: Metáforas de la vida cotidiana. Op. cit; p. 50.
9
mera orientación… nuestras experiencias con objetos físicos (especialmente
nuestros propios cuerpos) proporcionan la base para una variedad
extraordinariamente amplia de metáforas ontológicas, es decir, formas de
considerar acontecimientos, actividades, emociones, ideas, etc., como
entidades y sustancias”.14
– Evidencias empíricas
El análisis de nuestro lenguaje metafórico habitual revela sistematicidades que sugieren
que las metáforas existen como representaciones estables en nuestra mente. En los
últimos años, los estudios en psicología experimental muestran pruebas fisiológicas en
la asociación que se produce entre IRA y CALOR. Un aumento de temperatura acompaña a
la emoción, probando que la representación conceptual de uno y otro dominio están
ligadas y su coactivación es automática.15
Capítulo II. El lenguaje metafórico en arquitectura
–
Introducción
La abrumadora presencia de la metáfora en la arquitectura es incuestionable. Desde la
perspectiva cognitivista de este trabajo, entender por qué se usa la metáfora pasa por
comprender las razones que la motivan.
Una de las razones principales es el carácter propio de la arquitectura como disciplina 16.
La arquitectura está compuesta por un cóctel de elementos que hacen muy difícil
inscribirla en unos límites claros. La ausencia de estos límites hacen que la disciplina
arquitectónica oscile entre diferentes campos como el arte, la ciencia, la tecnología, la
sociología etc. Esta condición inestable motiva el uso de infinidad de metáforas
relacionadas con la manera de explicar la disciplina; sus objetivos y sus especificidades.
Como vimos en el primer capítulo, las metáforas conceptuales establecen marcos de
referencia en los que a partir de las características de un dominio fuente conocido,
normalmente de carácter concreto y físico, representamos un dominio meta que no nos
es claro. Esto es lo que ocurre con la arquitectura. Un dominio fuente muy recurrente en
arquitectura es, por ejemplo, la biología. Existen numerosas metáforas que emplean
términos propios de sistemas animales o vegetales para describir comportamientos y
elementos de la arquitectura. La biología, la lingüística, la mecánica, la música...los
campos de los que se alimenta la arquitectura para definirse como disciplina son
dispares y su uso varía a lo largo de la historia.
Otra de las motivaciones tiene que ver con la capacidad que poseen las metáforas de
hacernos ver algo de una manera distinta y creativa hasta como entonces lo habíamos
hecho. En términos cognitivos al crear una nueva metáfora creamos una nueva
14 Lakoff , George/ Johnson, Mark: Metáforas de la vida cotidiana. Op. cit; p. 63.
15 Ibid. p. 103.
16 Gerber, Andri / Patterson,Brent (Eds) :Metaphors in Architecture and Urbanism: Introduction
Deutsche Nationalbibliothek (2013). Versión consultada Web ( 2015) https://books.google.es
10
coherencia que no formaba parte de nuestra manera convencional de percibir o pensar.
En este sentido la metáfora no es solo una cuestión de lenguaje, es una cuestión de
estructura conceptual, y la estructura conceptual no es solo una cuestión intelectual;
implica todas las dimensiones naturales de nuestra experiencia, incluidos aspectos
sensoriales, color, forma, textura etc17. El arquitecto al igual que el artista, emplea esta
capacidad de la metáfora para crear nuevas realidades al provocar una nueva manera de
comprender
una realidad anterior. Cabe destacar que en esta perspectiva
experiencialista, la metáfora es una cuestión de racionalidad imaginativa y por tanto, no
está limitada al mundo del arte oficial y puede darse en cualquier aspecto de nuestra
vida cotidiana. En esta breve introducción se esboza a grandes trazas de que manera se
inscribe la metáfora conceptual en la disciplina arquitectónica. Por un lado podríamos
inferir que el lenguaje metafórico es fundamental en los discursos arquitectónicos. Por
otro lado, se sugiere que la metáfora es una herramienta creativa, capaz de impulsar los
procesos de ideación arquitectónica.
–
La relación entre arquitectura y metáfora conceptual: Aproximación histórica.
En este apartado se pretende poner en contexto histórico la aparición de la
metáfora conceptual en relación con la arquitectura. Para ello se sitúan algunas obras
teóricas que tratan dicha relación, desde el momento en que se define la metáfora
conceptual hasta ahora. No se trata de un análisis histórico exhaustivo sino simplemente
esbozar un pequeño contexto para entender que ocurría en la disciplina arquitectónica
mientras se desarrollaba este nuevo concepto, que aunque abarca cualquier disciplina
que se ocupe del pensamiento, nacía de las investigaciones de la lingüistica cognitiva.
La nueva perspectiva experiencialista que introduce la metáfora conceptual de Lakoff y
Johnson en los años 80 no llegará a textos específicos en arquitectura hasta un par de
décadas después, aunque las cualidades de la metáfora como relación creativa y como
detonante en el proyecto y el diseño ya eran introducidas con anterioridad, como por
ejemplo, por Anthony Antoniades en su obra Poetic of Architecture: Theory of Design
en 199218. De todas maneras Antoniades se desmarca claramente de las aproximaciones
que relacionan la creatividad de la metáfora con cualquier construcción conceptual. El
trasvase de conocimiento de una a disciplina a otra lleva su tiempo. De hecho, en la
segunda mitad de la década de los 70, poco antes de que Lakoff y Johnson sacaran a la
luz su obra pionera, se publicaban una serie de trabajos teóricos en arquitectura
fundamentales para entender la relación entre esta y la metáfora en dicho momento. En
ellas, la metáfora era tratada exclusivamente desde su definición como figura retórica o
poética del lenguaje, no como fenómeno cognitivo.
Una de estas obras es Design versus Non-Design de Diana Agrest, publicada en 1976.
En ella se exponen las relaciones entre arquitectura y cultura. La metáfora se concibe
como una herramienta de producción de significado. Esta capacidad semántica es la que
permitiría generar nuevos significados en el marco de una cultura determinada o entre
sistemas culturales diferentes. Otro autor fundamental para entender la relación entre
17Lakoff , George/ Johnson, Mark: Metáforas de la vida cotidiana. Op. cit; p. 280.
18 Rodríguez, Angela Teresa (2014) : La metáfora. Herramienta característica de renovación
arquitectónica tras el movimiento moderno. Universidad Politécnica de Madrid. Tesis doctoral.
11
metáfora y arquitectura en estos años, es Charles Jencks. En sus obras El lenguaje de la
arquitectura posmoderna (1977) y Semiología y Arquitectura (1969) explica la
capacidad interpretativa y comprensiva de la metáfora para hacernos entender las
relaciones formales en arquitectura19.
Los relación entre arquitectura y metáfora durante este período se centra en la definición
de esta última como figura del lenguaje. Durante esta época se produce un intento de
trasladar las categorías del lenguaje a la arquitectura tratando de crear una estructura
que permitiera independencia a la disciplina. En este sentido, se propuso una teoría
semiótica de la arquitectura desligada de la analogía lingüística, donde se abordaba la
arquitectura como sistema de signos. Si la arquitectura comunicaba significados, el
debate consistía entonces en la identificación de dichos significados y su relación con
los significantes. En sintonía con estas ideas, en 1972 se celebra el simposio “
Arquitectura, Historia y teoría de los signos” en Castelldefels (Barcelona). A este
encuentro asistieron arquitectos como Oriol Bohigas, María Luisa Scalvini, Geofrey
Broadbent, Charles Jencks y Juan Carlos Bonta, entre otros 20. En él se trata el carácter
semántico de la arquitectura como ya habían introducido Charles Jencks y George Braid
en 1969 con la edición de Meaning in Architecture21. En definitiva, la metáfora para las
teorías arquitectónicas en los años en los que se gestaba el término de metáfora
conceptual aun mantenía su exclusividad como figura del lenguaje.
Aunque son muchas más las obras y arquitectos que durante este período trataron este
tema, las citadas son suficientes para destacar este momento como un punto álgido en la
relación entre arquitectura y metáfora. Cuando el interés por la capacidad de la
arquitectura para comunicar significados decae, la metáfora desaparece de los debates
arquitectónicos. No será hasta la primera década del siglo XXI, cuando empiecen a
aparecer textos que relacionan los procesos de diseño con la metáfora, pero ya esta vez
siendo esta definida como fenómeno cognitivo y por tanto situando el foco de interés en
las estructuras conceptuales de los procesos de proyecto y discurso arquitectónicos y no
exclusivamente en los significados que la arquitectura comunica. En mi opinión la
metáfora tiene un futuro prometedor como herramienta creativa y de comprensión en los
próximos años. Prueba de ello son trabajos como los Rosario Caballero donde, a través
del marco que establece la teoría de la metáfora conceptual, explica la razón de ser de
algunas formas de discursos arquitectónicos, como puede ser la reseña en las revistas
especializadas de arquitectura22. Otro autor que estudia la metáfora como relación
creativa es Hernan Pablo Casakin. Destaca el estudio empírico que realiza en su obra
“Metaphors in Design Problem Solving: Implications for Creativity” (2007). En este
trabajo el autor parte de esa capacidad de la metáfora para estructurar nuestro sistema
cognitivo que habían introducido Lakoff y Johnson. La conexión que la metáfora
19 Rodríguez, Angela Teresa (2014) : La metáfora. Herramienta característica de renovación
arquitectónica tras el movimiento moderno. Op . cit; p 27.
20 Laborda Gil, Xavier (2009): Esplendor social de la lingüística y el simposio de Arquitectura de 1972
en Castelldefels Círculo de língüística aplicada ala comunicación (clac) 39, 95-116 Universidad
Complutense de Madrid. ISSN 1576-4737. http://www.ucm.es/info/circulo
21 Rodríguez, Angela Teresa (2014) : La metáfora. Herramienta característica de renovación
arquitectónica tras el movimiento moderno. Op . cit; p 31.
22 Caballero, Rosario (2014) Thinking, drawing and writing architecture through metaphor Universidad
de Castilla La Mancha (Spain) Iberica 28 (2014) p: 155-180
12
conceptual establece con nuestra experiencia es también aprovechada para explicar la
arquitectura desde una perspectiva fenomenológica por autores como Juhani Pallasmaa23
En resumen, en el momento de la publicación de Metaphors we live by (1980) la
relación entre arquitectura y metáfora se llevaba a cabo desde una perspectiva
exclusivamente lingüística de la metáfora. A día de hoy el enfoque de la metáfora desde
la arquitectura está cambiando hacia una perspectiva cognitivista de la misma. Las
implicaciones que este giro suponen para la arquitectura son aun desconocidas, lo cual
motiva el presente trabajo.
–
La metáfora como herramienta creativa: ideación.
Como ya hemos visto en el apartado anterior, la metáfora se ha entendido en muchos
casos como una herramienta creativa. En arquitectura, se valora la capacidad de la
metáfora para hacernos ver con coherencia algo que hasta entonces no habíamos
imaginado. La especificidad de cada proyecto, de cada lugar y de cada programa hace
necesaria una tarea heurística para resolver problemas no convencionales y es aquí
donde la metáfora se presenta como una herramienta perfecta.
Durante el proceso de ideación, la arquitectura carece de métodos rigurosos o empíricos
para acercarse a los problemas que tiene que resolver. En este sentido, la metáfora
conceptual explica porqué está tan presente lo metafórico en dichos procesos. Como
habíamos visto en el primer capítulo, una de las características de la metáfora
conceptual es que parte de los atributos del dominio fuente son proyectados sobre el
dominio meta, y parte no. Esta parcialidad es esencial ya que a través de la metáfora no
solo somos capaces de ver algo de una nueva manera sino que somos capaces de darle
una serie de atributos y negarle otros al ser fieles a la asociación conceptual que
establece la metáfora. Esto quiere decir que la metáfora nos ayuda a tomar decisiones a
la hora de configurar una idea. Qué personalidad, color,
material, escala posee el espacio que un arquitecto trata
de crear puede depender de la metáfora o metáforas en
las que se está apoyando en su proceso de ideación.
Por ejemplo, en el proyecto para la Adaptación de la
Serrería Belga para la sede de Centro Medialab/Prado
de los arquitectos María Langarita y Victor Navarro se
puede observar
características propias de esta
asociación conceptual. En este proyecto los arquitectos
dan nombre a uno de los componentes de la
intervención, La Cosa24. Al otorgarle un nombre se
lleva a cabo una conceptualización metafórica. La
forma de ser o personalidad de un edificio se presenta
en términos de un personaje creado a través de
referencias propias de los autores. Más allá del juego y
23 Pallasmaa, Juhani (2011): The embodied image en John Wiley & Sons Ltd p: 66.
13
de la ironía del método, esto les permite tomar una serie de decisiones en cuanto a
materialidad, y estructura, pero sobretodo en cuanto a su relación con el edificio
existente. En palabras de los arquitectos:
“La Serrería vs La Cosa es otro formato de coexistencia que, a modo de combate
dialéctico, ha permitido habitar más allá del concepto convencional de rehabilitación
el espacio intermedio que quedaba entre ambos contrincantes. “25.
Palabras como combate dialéctico o contrincantes señalan el marco conceptual en el
que se inscribe el proceso de ideación que llevaron a cabo los arquitectos. Entender el
edificio existente como un contrincante dialéctico de la nueva intervención les permite
tomar decisiones en consecuencia. La más obvia, por ejemplo, es que si son
contrincantes habrá algo que les diferencie, al igual que en un combate de boxeo cada
luchador viste un calzón de distinto color. De la misma manera la metáfora combativa
hace que la relación entre edificios se produzca de manera brusca, donde la continuidad
de material se ve interrumpida, dando pie a interpretar esa relación en los términos de la
metáfora creada por los arquitectos.
Aunque la interpretación de las palabras y las metáforas empleadas tenga un alto
componente subjetivo, es claro que su uso ayuda y conduce los procesos de diseño en
arquitectura. En este caso dominios fuente de la experiencia concreta como pueden ser
los contrincantes de un combate dialéctico, ayudan a establecer unas reglas con las que
explicar y diseñar un dominio meta de carácter más abstracto, como puede ser la
personalidad de un edificio o intervención.
–
La metáfora como figura retórica: difusión.
La perspectiva cognitivista de la metáfora no contradice la visión anterior que sobre ella
se tenía sino que la amplia y aclara al aportar una visión más empírica y menos oscura.
La metáfora conceptual también explica el carácter retórico y poético que hasta ahora se
ha otorgado a la metáfora lingüística, pero lo
metafórico deja de ser excepcional y en cierto sentido
marginal al darnos cuenta de su ubicuidad. De esta
manera la metáfora se entiende como un elemento
central del lenguaje cotidiano de los arquitectos. Es
por esto que este apartado explica el uso de la
metáfora en la difusión de la arquitectura desde la
teoría de la metáfora conceptual. Esta teoría nos
permite entender mejor por qué se utilizan
determinadas metáforas. Además nos permite explicar
que el lenguaje utilizado no es casual e implica
preferencias e ideologías. En este apartado se
introducirán algunos ejemplos del lenguaje cotidiano
del arquitecto para demostrar su carácter metafórico.
24 Langarita-Navarro Memoria del proyecto Medialab/Prado En Web http://www.langaritanavarro.com/ Enero 2008
25
14
Las metáforas conceptuales crean
marcos de referencia. Esto quiere decir
que al introducir un lenguaje
metafórico, aunque sea de manera
convencional, estamos situándonos en
un determinado marco conceptual de
manera automática. Al utilizar una serie
de metáforas y no otras, se llama la atención sobre ciertos aspectos de un edificio,
excluyendo otros, lo que crea intencionalidad detrás de los discursos de arquitectura. Es
por esto que este apartado trata lo retórico de la metáfora en la arquitectura desde la
nueva perspectiva que introduce la metáfora conceptual. Más allá de la originalidad que
se ha otorgado siempre a lo retórico y poético, existe un lenguaje que sin dejar de ser
metafórico, es completamente convencional y por tanto se excluye de lo retórico pero
sin embargo, si se analiza, implica unas preferencias e ideología.
En su trabajo sobre la relación entre la metáfora conceptual y la reseña de arquitectura,
Rosario Caballero introduce una categorización del vocabulario utilizado por los
arquitectos en las descripciones y estrategias de arquitectura 26. La autora sostiene que la
idea del espacio construido se apoya en metáforas conceptuales motivadas por
disciplinas más acotadas como pueden ser la biología o la mecánica. Sostiene, además,
que son parte de la cultura propia de la disciplina y por tanto son convencionales y
automáticas dentro de ella. Por ejemplo, expresiones como las entrañas del edificio, el
corazón, la piel que permiten al arquitecto expresar partes de un edificio, tienen su
origen claramente en nuestra gran conocimiento de nuestro propio cuerpo. Como ya
vimos en el primer capítulo, la metáfora conceptual se apoya en un dominio fuente,
normalmente de carácter concreto como puede ser el cuerpo, para explicar un dominio
meta cuya división o estructura no no es tan clara, por ejemplo, la de un edificio.
Capítulo III Las metáforas de la experiencia
–
Introducción
Si la metáfora conceptual supone un verdadero cambio de perspectiva para la
arquitectura es por introducir dos cosas; la cotidianeidad de lo metafórico y la
experiencia como motivación fundamental de ciertas metáforas. La metáfora rompe con
los límites impuestos de la lingüística y sale a trastocar la manera en que pensamos y
conocemos. Este cambio de perspectiva, en mi opinión, es decisivo en la comprensión
de la arquitectura, tanto la que vivimos como la que imaginamos.
Como veíamos al principio, la metáfora conceptual puede estar motivada por una
correlación experiencial o por la percepción/construcción de un parecido27. Si bien
ambas motivaciones siempre se inscriben en el marco de una cultura, algunas de las
26 Caballero, Rosario (2014) Thinking, drawing and writing architecture through metaphor Universidad
de Castilla La Mancha (Spain) Iberica 28 (2014) p: 155-180
27 Soriano C. (2012) La metáfora conceptual. In Ibarretxe-Antuñano, Iraide & Javier Valenzuela
(eds.). Lingüística Cognitiva (pp 97-121). Barcelona: Anthropos.
15
metáforas que empleamos se repiten de manera sistemática en distintas culturas. Por
ejemplo, la ira se conceptualiza en muchos idiomas como una sustancia caliente que
ejerce presión dentro del cuerpo como demuestran expresiones tales como hervir la
sangre o llevar la ira por dentro. Dentro de esta metáfora conceptual podemos
encontrar un repertorio de metáforas conceptuales más básicas entre las que se
encontraría aquella de El cuerpo es un contenedor que se observa en expresiones como
lleno de tristeza o rebosante de alegría. Esto se debe a una de las características
principales de la metáfora conceptual que introducíamos en el primer capítulo; la
corporeización. Ciertas metáforas dependen de nuestra realidad biológica, es decir, a
través de nuestro cuerpo en contacto con el mundo entendemos como se originan. El
cuerpo, sus sentidos y la manera en que el cerebro procesa la información que a través
de ellos recibe, condiciona nuestra forma de pensar. La manera en que reconocemos
olores, formas, colores y distancias o como nos orientamos en el espacio impregna el
lenguaje metafórico con el que nos expresamos y pensamos. Es por esto que
encontramos las mismas metáforas conceptuales en distintas lenguas.
En este sentido, la idea de la metáfora como un fenómeno corporeizado se enmarca en
una nueva manera de entender como razonamos, es decir, como creamos conceptos y
categorías. Esta nueva perspectiva se aleja del pensamiento clásico occidental que
separaba la mente y el cuerpo, relegando a este último a un papel de soporte o
contenedor. Aunque adentrarse en la teoría e implicaciones de esta nueva visión,
conocida en inglés como embodied cognition 28 , exceda los objetivos de este trabajo, es
necesario comprender que, en las dos últimas décadas, desde ciertas posiciones tanto en
filosofía, lingüística, psicología como en otros campos, el cuerpo se concibe como
culpable fundamental de nuestras estructuras conceptuales, es decir, el cuerpo y el
pensamiento se encuentran irremediablemente unidos. La mente misma depende de la
naturaleza de nuestro cerebro, de nuestro cuerpo y de las experiencias que a través de
este tenemos. No es solo que necesitemos un cuerpo para razonar, sino que la estructura
básica de nuestro pensamiento depende de la manera en que experimentamos el mundo
con nuestro cuerpo. Para comprender la manera en que pensamos debemos conocer los
detalles de nuestro sistema visual, los detalles de nuestro sistema motriz y conocer en
detalle también los mecanismos que permiten las conexiónes neuronales. Es por esto
que Lakoff enfatiza el giro al modelamiento neuronal en relación con las tesis centrales
de la metáfora conceptual. Esta perspecctiva neuronal intenta responder al desafío de
explicar cómo ocurren los apareamientos metafóricos a nivel neurológico y cómo la
mente de los hablantes procesa el lenguaje metafórico. El punto de partida es la
presunción de que el sistema metafórico conceptual existe físicamente en el cerebro y
que una buena parte de los conceptos metafóricos está anclada en la experiencia
corpórea29 En palabras de Lakoff:
Every action our body performs is controlled by our brains, and every input
from the
external world is made sense of by our brains. We think with our brains.
There is no other
choice. Thought is physical. Ideas and the concepts that make
28 Pallasmaa, Juhani (2011): The embodied image en John Wiley & Sons Ltd p: 66.
29 C.Santibañez Y. Osorio B (2011). (eds): Recorridos de la metáfora: Mente, espacio y diálogo
Cosmigon ediciones, Concepción Chile
16
them up are physically
“computed” by brain structures. 29
En definitiva, la experiencia y la conceptualización que de ella hacemos dependen del
cuerpo, los sentidos y de como el cerebro procesa la información que de ellos llega. En
el capítulo anterior tratábamos las consecuencias de aplicar la nueva definición de la
metáfora a los procesos arquitectónicos de difusión o ideación, es decir, revisitábamos
el concepto de metáfora en la arquitectura donde hasta ahora ha sido entendida
exclusivamente como figura del lenguaje. Pero la metáfora conceptual obliga a
trascender lo exclusivamente disciplinar ya que se convierte en un fenómeno de
pensamiento y afecta de lleno a la manera en que experimentamos y conocemos el
mundo. Es aquí donde la teoría de la metáfora conceptual y esta nueva perspectiva
convergen en un desarrollo mas fenomenológico, más adecuado a la caracterización
psicológica del proceso de comprender y producir conceptos.
Esto abre un recorrido en la comprensión de la metáfora que lleva a las tierras de la
neurobiología y que excede los objetivos y contenido de este trabajo pero que en cierta
manera entronca con la lectura que desde la disciplina arquitectónica algunos autores
han hecho de una corriente filosófica del siglo XX; la fenomenología de la percepción
de Maurice Merleau-Ponty30 Muchas de las ideas de este pensamiento filosófico son
intuiciones de nuestra manera de concebir el mundo, que se asemejan a los intentos que
en los últimos años tratan de probar científicamente que nuestro cuerpo, la experiencia y
el pensamiento están completamente interconectados31. Es entonces cuando, en mi
opinión, la arquitectura como contenedor o creador de dicha experiencia cobra un papel
fundamental. La arquitectura como disciplina se convierte en un camino de ida y vuelta
donde conceptos que tienen su origen en la experiencia son finalmente representados y
construidos como arquitecturas e indefectiblemente son experiencia que se vive de
nuevo.
Este capítulo quiere encontrar la relación necesaria que existe entre la nueva perspectiva
entorno a la metáfora y la experiencia concreta de la arquitectura. Quiere situar la
experiencia que con nuestro cuerpo y sentidos tenemos de la arquitectura en el lugar que
la metáfora conceptual le coloca. En definitiva, recorrer el camino que va de la
experiencia a la arquitectura para después volver.
–
La experiencia de las cosas: el cuerpo en el centro
Una vez introducido la idea de la metáfora como fenómeno corporeizado surge la
pregunta de como se produce realmente ese paso desde la experiencia a la formación de
las estructuras conceptuales que organizan nuestro pensamiento. Esta pregunta surge de
manera necesaria a partir de una de las hipótesis de partida del trabajo, véase, que la
conceptualización metafórica condiciona nuestra experiencia de la arquitectura.
29
30 Merleau-Ponty Maurice (1945): Fenomenología de la percepción Editorial Planeta-De Agostini, S.A.
(1993)
31 Lakoff, George Johnson, Mark (1999):Philosophy in the Flesh: the Embodied Mind & its Challenge to Western
Thought Published by Basic Books
17
La perspectiva experiencialista del pensamiento, como Lakoff y Johnson denominan a
las implicaciones de la metáfora conceptual32, supone rechazar cualquier estructura a
priori en nuestra mente. Es un rechazo al dualismo cuerpo y mente presente en gran
parte de la tradición filosófica occidental y a la postura cartesiana según la cual existen
ideas que no tendrían su origen en la experiencia; las verdades matemáticas por
ejemplo. Por el contrario esta perspectiva, basándose en la fenomenología, el
pragmatismo y la neurociencia considera la percepción y la dimensión emocional como
fundamentales en la conformación de la razón 33. Esta perspectiva pone al cuerpo como
condición necesaria del origen del conocimiento. La hipótesis de la corporeización
intenta explicar como se forma y se estructura cognitivamente un concepto a partir de
una experiencia corporal o emocional. Es aquí donde surge el término esquema de
imagen o image schematics en inglés. Este término es introducido por Lakoff y Johnson
en 198734 Para ellos, el esquema de imagen es un patrón abstracto de nuestra cognición
derivado de nuestras interacciones perceptivas y movimientos corporales en nuestro
entorno. Es preconceptual en el sentido de que no constituyen patrones generales de
conocimiento, sino, perceptivos y motores. Por ejemplo, en las expresiones salir a
cazar o tener una relación sentimental Johnson identifica un patrón que se repite, ese
patrón corresponde a un esquema de imagen que denomina “esquema-origen-recorridometa” (Source-Path-Goal Schema)35. En estas dos experiencias podemos identificar un
origen, un camino a recorrer y una meta o final. Este patrón es consecuencia de nuestras
experiencias motrices básicas. Es derivado de nuestra forma de entender como nos
movemos por el espacio. De esta manera a través de una experiencia básica como partir
de un punto, moverse en un camino y llegar a un lugar concreto somos capaces de
identificar experiencias de carácter más complejo y no necesariamente físico. En cierto
sentido es como si estos esquemas guiaran nuestra comprensión y conceptualización
cuando son proyectadas a través de la metáfora.
Mandler y Pagán Cánovas (2014)36 actualizan la definición de las imágenes
esquemáticas. Para ellos no son solo percepciones del espacio que sirven para
estructurar asociaciones conceptuales sino que estas son las primeras estructuras
conceptuales. Las primeras porque son los bebés en sus primeros meses de vida los que
a través de ellas simulan experiencias y consiguen establecer relaciones entre distintas
situaciones. Por otro lado sostienen que estos esquemas de imágenes que preceden al
lenguaje son estrictamente espaciales. La información espacial es simulada a través de
imágenes mentales mientras que aquellas que no son de carácter espacial, como pueden
ser las fuerzas o las emociones, no somos capaces de representarlas mentalmente. En su
opinión, los esquemas de imagen básicos se forman en nuestra infancia y a partir de
nuestro movimiento por el espacio. Ponen énfasis en los esquemas de imagen de camino
32 Lakoff , George/ Johnson, Mark: Metáforas de la vida cotidiana.
33 Muñoz Tobar, Claudia (2010): El cuerpo en la mente. La hipótesis de la corporeización del
significado y el dualismo Departamento de Filosofía, Universidad de Concepción, Chile
34 Mandler, Jean M.and Pagán Cánovas, Cristóbal (2014): On defining image schemas. Language and
cognition. Cambridge Journal
35 Muñoz Tobar, Claudia (2010): El cuerpo en la mente. La hipótesis de la corporeización del
significado y el dualismo Op. Cit;p. 94
36 Mandler, Jean M.and Pagán Cánovas, Cristóbal (2014): On defining image schemas. Language and
cognition. Cambridge Journal
18
(Path), contenedor (Containment) y oclusión (Occlusion) 37. Aquellos elementos no
espaciales como fuerzas o emociones no somos capaces de representarlos como
imágenes mentales, ni siquiera de adultos, pero a través de los esquemas de imagen si
somos capaces de conceptualizarlos en nuestra experiencia como sucesos espaciales
organizados. Para Mandler y Pagán Cánovas debemos entender el fenómeno de la
corporeización de la metáfora, y como este afecta al pensamiento, como parte de un
proceso. El lenguaje y la cultura se entienden como un paso posterior del pensamiento
que se apoya en primera instancia en un sistema de estructuras conceptuales formadas
desde la experiencia durante la infancia.
En su texto sobre los esquemas de imagen terminan con la pregunta de si es posible
afirmar que la mayoría de metáforas se estructuran a partir de esquemas de imagen de
carácter espacial y si por tanto aquellos elementos no espaciales de nuestra realidad,
como pueden ser las fuerzas o la intensidad, requieren a su vez de esquemas de imagen
que describen también situaciones espaciales. Esto les lleva también a la pregunta de si
la preferencia en los primeros momentos del desarrollo preverbal por esquemas como
los de camino, contenedor u oclusión, de carácter espacial, son también empleados en la
creación de metáforas posteriormente. Este último artículo apenas tiene unos años lo
que demuestra que la comprensión de como realmente comenzamos a conceptualizar la
realidad durante la infancia, y como esto afecta a la posterior construcción de metáforas
está aun en discusión. Sin embargo las cuestiones que suscitan pueden abrir un nuevo
camino, en mi opinión, en la comprensión y experiencia de la arquitectura.
En el segundo capítulo veíamos como la nueva definición de la metáfora como
fenómeno cognitivo podía afectar a procesos dentro de la disciplina. En este sentido
introducíamos la importancia de las metáforas elegidas a la hora de definir una
arquitectura y como estas establecían un marco conceptual complejo que imponía la
manera en que entendíamos esa arquitectura y las decisiones que tomábamos en
consecuencia a la hora de proyectarla. En este capítulo descendemos a la parte de la
experiencia donde se forman esquemas de imagen que estructuran posteriormente la
manera en que la metáfora conceptual realiza asociaciones entre dominios. Entendiendo
que una mayoría de estos esquemas, y por tanto las metáforas conceptuales que luego
estructuran, dependen de situaciones espaciales como pueden ser nuestro movimiento
por el espacio o la experiencia de lo que contiene y lo contenido, surge la pregunta de si
la arquitectura comprendida como construcción de espacios puede transmitir dichas
metáforas conceptuales, no solo ser explicada y diseñada por ellas. Es decir, la cuestión
es si la arquitectura es capaz de transmitir toda la complejidad presente en las
construcciones metafóricas que conforman nuestro lenguaje y cultura a través de sus
condiciones espaciales y materiales y si siendo así podríamos encontrar dichas
configuraciones espaciales de la misma manera que los lingüistas desbrozan las
metáforas del lenguaje y encuentran los esquemas de la experiencia que las componen. ¿
Es posible crear una arquitectura a partir de los sentimientos o conceptos más abstractos
basándonos en las experiencias concretas a las que remiten las metáforas que los
estructuran? ¿es posible imaginar una arquitectura que busque crear lazos entre las
personas a través de lo que irremediablemente nos une, nuestra condición biológica y su
37 Mandler, Jean M.and Pagán Cánovas, Cristóbal (2014): On defining image schemas. Language and
cognition. Cambridge Journal
19
consecuente forma de experimentar?. Todas estas cuestiones quedan abiertas.
–
La experiencia de la Arquitectura a través de sus metáforas
Una de las ideas principales de este trabajo es que la metáfora ya no es más una figura
retórica o poética del lenguaje sino un fenómeno de pensamiento cuya estructura
conceptual descansa en como experimentamos el mundo con nuestro cuerpo y sentidos
y la manera en que nuestro cerebro procesa dicha información. Esta perspectiva
cambia, desde mi punto de vista, la relación entre arquitectura y metáfora.
Como veíamos en el segundo capítulo, durante los años setenta se llevó a cabo un
intento de estructurar la arquitectura en un esquema similar a como se estructuraba el
lenguaje, lo que llevó a una relación prolífica entre la arquitectura y la metáfora
lingüística. Según Gernot Böhme se distinguen dos usos de la metáfora en este
contexto38. El primero de ellos es el uso de la metáfora como herramienta descriptiva de
la arquitectura. Este uso, comentado en el segundo capítulo, es coherente con las
capacidades que se otorgan a la metáfora conceptual. Por otro lado, Böhme reconoce
una segunda posibilidad de utilizar la metáfora; la construcción física de metáforas
como objetos arquitectónicos. En su opinión esta última posee un carácter problemático
que identifica con la visión posmoderna de la arquitectura. La arquitectura se convierte
en lenguaje y sus elementos en signos renunciando a una aproximación espacial de la
arquitectura, lo que Böhme considera su verdadera naturaleza.
La metáfora conceptual indica que la comprensión del lenguaje metafórico deriva en
gran medida de la experiencia, en concreto de nuestra manera de experimentar el
espacio. La comprensión del espacio estructura en parte nuestras conceptos. Es aquí
cuando de manera intuitiva se relaciona la metáfora conceptual y la condición espacial
de la arquitectura. La arquitectura no es entonces un sistema de signos reducible a
normas y estructuras abstractas en el cual la metáfora es una herramienta que traslada
significados. Como dice Juhani Pallasmaa en su libro La mano que piensa “los edificios
no son construcciones abstractas carentes de significado o composiciones estéticas; son
extensiones y refugios de nuestros cuerpos, de nuestros recuerdos, de nuestras
identidades y de nuestras mentes. En consecuencia, la arquitectura surge a partir de
confrontaciones, experiencias, recuerdos
y aspiraciones
existencialmente
verdaderas”39Experimentar la arquitectura, desde esta perspectiva, es un acto en primera
instancia corporal donde las sensaciones construyen conceptos y se nutren de recuerdos
cuando les damos significado. En cierta medida esto es lo que la metáfora conceptual
nos permite, conocer y pensar nuestro mundo, que trasciende lo que nos rodea pero que
sale de él como un globo que flota sin escaparse gracias a la gravedad de lo tangible.
38 Gerber, Andri / Patterson,Brent (Eds) :Metaphors in Architecture and Urbanism: Introduction
Deutsche Nationalbibliothek (2013). Versión consultada Web ( 2015) https://books.google.es
39 Pallasma, Juhani (2009): The thinking hand. Existential and embodied wisdom in Architecture John
Wiley & Sons Ltd. Edición consultada: La mano que piensa. Sabiduría existencial y corporal en la
Arquitectura. Editorial Gustavo Gili, SL,Barcelona, 2012
20
Según Pallasmaa “ la arquitectura crea metáforas existenciales a través del espacio, la
estructura, la materia, la gravedad y la luz” 40 . En su opinión el proyecto de arquitectura
reproduce estructuras e imágenes mentales en las que luego vivimos. La arquitectura es
a la vez una construcción utilitaria con unos objetivos específicos y un espacio de
imágenes materiales que definen nuestra manera de estar en el mundo. Para él la
arquitectura son metáforas vividas que median entre nosotros y el mundo. Las metáforas
de la arquitectura no se perciben de manera consciente sino que guían nuestras acciones
y emociones a través de los caminos del subconsciente y lo corporeizado. Para
Pallasmaa la esencia de las metáforas arquitectónicas dependen de nuestra manera de
estar en el mundo y son experimentadas por nuestro cuerpo y sentidos mas que por
nuestro intelecto. Esta visión está estrechamente ligada a la definición de la metáfora
conceptual y una de sus características principales ya introducidas; la corporeización. Es
por esto que la nueva definición de la metáfora es imprescindible para comprender la
capacidad de la metáfora arquitectónica de condensar multitud de experiencias del ser
humano en una imagen o secuencia de imágenes vivida. La metáfora en la arquitectura
tiene la capacidad de comunicar parte de la complejidad del ser humano a través de su
experiencia.
Es en este punto donde, en mi opinión, el cambio de perspectiva entorno a la metáfora
supone un verdadero cambio en la relación entre arquitectura y metáfora. Esta nueva
perspectiva abre la posibilidad de construir físicamente metáforas arquitectónicas, pero
evitando la problemática del lenguaje. Al escapar del lenguaje, la metáfora conceptual
no obligaría a una traslación directa de los signos de este a la arquitectura para expresar
lo metafórico. Como explicábamos en el apartado anterior de este capítulo, la
experiencia corporal subyace en la manera en que la metáfora ordena la asociación entre
el dominio fuente y el dominio meta. Esto se produce a través de los ya citados
esquemas de imagen. Estos patrones que involucran al cuerpo, su estar y transitar por el
mundo podrían ser los responsables en la construcción y consecuente experiencia de
metáforas en la arquitectura. Los esquemas son patrones que en muchos casos
involucran una secuencia espacial determinada o la mezcla de varias. Construir
metáforas arquitectónicas, sería entonces entender como la experiencia del cuerpo en su
andar por el mundo construye nuestro sistema conceptual. La posición de Pallasmaa
coincide con las tesis de la metáfora conceptual que en este trabajo relacionan la
conceptualización metafórica con la experiencia de la arquitectura. Sin embargo da una
categoría metafísica y ontológica a la definición de la arquitectura, y en consecuencia de
sus metáforas, que desde la metáfora conceptual no se entra a valorar ya que está se
asienta exclusivamente sobre las investigaciones empíricas que del estudio del lenguaje,
el cuerpo y el cerebro se derivan.
La posición de Pallasmaa hace del cuerpo humano el centro del mundo de la experiencia
apoyándose en la fenomenología de la percepción de Merleau-Ponty y apoyándose
también en la lectura de obras que introducen la hipótesis de la corporeización como
Philosopy in the flesh y Metaphors we live by de Lakoff y Johnson. En este sentido
Pallasmaa coloca en la experiencia corporal la relación entre arquitectura y metáfora
dándole una cualidad metafísica a la experiencia de dichas metáforas arquitectónicas.
No obstante no se adentra en como realmente se producen esas conceptualizaciones
40 Pallasma, Juhani (2012): La mano que piensa. Sabiduría existencial y corporal Op. cit; p. 129.
21
metafóricas a partir de la experiencia de la arquitectura de una manera empírica. En este
capítulo se ha esbozado dicho proceso que parte de la experiencia sensible en los
primeros momentos de nuestra vida, hasta llegar a las metáforas que componen nuestro
lenguaje y nuestra cultura, aquellos con los que vivimos nuestra día a día. Surge
entonces la pregunta, a modo de especulación, de si sería posible retroceder en este
proceso, y encontrar la manera de construir metáforas arquitectónicas en función de
unas secuencias espaciales determinadas, secuencias que subyacen a las asociaciones
que establece la metáfora conceptual entre dos dominios. Esta especulación deja abierta
la investigación entorno a la relación entre arquitectura y metáfora conceptual.
Capítulo IV Caso de estudio. El Caixa Forum de Madrid: Derivas entorno a
la experiencia
–
Introducción y método. Un experimento cualitativo de la experiencia.
Al definir la metáfora conceptual como un
fenómeno cognitivo, su campo de influencia
se abre a toda disciplina que se adentre en el
pensamiento humano. Esto quiere decir que
por el simple hecho de razonar debemos tener
en consideración la metáfora conceptual,
como demuestra la obra de George Lakoff y
Rafael Nuñez Where the mathematics come
from?41. Pero además, y esto es quizás lo que
es más novedoso en cuanto a su relación con
la arquitectura, algunas metáforas conceptuales parten de nuestra experiencia corpórea
del mundo, es decir, son fenómenos corporeizados. Esta novedad suscita una pregunta
que parece ser reversible, ¿influyen las metáforas conceptuales que estructuran nuestro
pensamiento en la experiencia cotidiana de la arquitectura? O, al revés, ¿condiciona la
arquitectura como experiencia espacial a las metáforas conceptuales presentes en
nuestro lenguaje y cultura?. Para responder, o al menos intentarlo, nos fijamos en la
manera en que los lingüistas analizan el lenguaje en busca de las metáforas conceptuales
y sus esquemas de imagen.
En el tercer capítulo comentábamos que las metáforas conceptuales de basan en
esquemas de imagen y a su vez que gran parte de estos son de carácter espacial. Estos
patrones derivan de nuestra manera de movernos en el mundo como por ejemplo cuando
realizamos un movimiento a lo largo de un recorrido (Esquema-origen-recorrido-meta).
Cuando razonamos, es decir, cuando a partir de una o más premisas extraemos una
conclusión, entendemos que partimos de un punto. La proposición es un punto espacial,
un área limitada de la que partimos, avanzamos y llegamos. Esta proyección metafórica
ocurre de manera sistemática, lo que se observa en nuestra manera de hablar sobre el
razonamiento:
41 Lakoff , George/ Nuñez, Rafael:Where Mathematics Come from: How the Embodied Mind Brings
Mathematics into Being The Perseus Books Group; Edición: Reprint (26 de julio de 2001)
22
“Llegué a la conclusión de que no quiere volverme a ver.”
Aquí se analiza y se deduce el esquema de imagen que hay detrás de una frase
cotidiana. A pesar de tratarse de lenguaje cotidiano no deja de ser resultado de una
proyección metafórica. Se puede identificar la metáfora por la cual una conclusión se
convierte en un lugar. El esquema de contenedor aparece también ya que llegar a dicha
conclusión implica llegar a un área delimitada espacialmente en la que no es lo mismo
encontrarse dentro que fuera. Por tanto analizando la manera en que razonamos o
definimos conceptos e ideas podemos encontrar las proyecciones metafóricas que
estructuran nuestra manera de pensar. El objetivo de este apartado es analizar la
descripción de una experiencia propia de la arquitectura para encontrar las metáforas
conceptuales y sus esquemas de imagen empleados en la descripción de dicha
experiencia. Para realizar este experimento se elige un edificio; el Caixa Forum de
Madrid de los arquitectos suizos Jacques Herzog y Pierre de Meuron. La elección se
debe principalmente a la cercanía del lugar que permite experimentarlo en primera
persona.
Tomar notas de una experiencia en primera persona para luego analizar esas notas tiene
algo de perverso. Es perverso ya que la intencionalidad del experimento puede
condicionar la manera en que este se vive. El mismo título de la obra pionera de Lakoff
y Johnson Metáforas de la vida cotidiana sugiere de que manera deben tomarse esas
notas. El experimento pretende probar la presencia de la metáfora conceptual en la
experiencia de la arquitectura. Una de las cualidades principales de la metáfora
conceptual es que está presente en nuestro lenguaje del día a día. Por ello ello las notas
que se tomen deben reflejar una actitud lo menos intencionada posible, para evitar el
uso de metáforas excepcionales y de descripciones condicionadas por la necesidad de
ensalzar virtudes o defectos de lo vivido. Esta manera de narrar la experiencia se
denomina deriva. Se trata de contar lo que sale al paso como si no lo estuviéramos
buscando. En definitiva observar y anotar cual flâneur errante, para así poder después
analizar lo que la experiencia cotidiana de la arquitectura revela y no lo que de manera
preconcebida entendemos que es
–
Notas entorno a la experiencia.
DERIVA 1 El afuera
“Desciendo por uno de los laterales del Paseo del Prado. Una pantalla de
humo y ruido me separa de la parte central, difuminando la nube
ininterrumpida de hojas verdes y naranjas. El edificio aparece incandescente y
brillante al doblar la calle. Contrasta con el color gris punteado del granito que
ha acompañado la mirada hasta llegar allí. La masa rojiza flota sobre una
sombra densa y oscura. Algún que otro reflejo perdido desvela la presencia de
unos bloques de vidrio tintado. Subiendo por la estrecha calle del Gobernador
el edificio se aprecia retranqueado respecto de la alineación que siguen los
edificios contiguos. El pavimento de pequeñas baldosas grises da paso a un
pavimento continuo, ligeramente afacetado, de largas juntas y suaves
inclinaciones. La gente se detiene ante el edificio, o continua y pasa de largo.
23
Algunos se sumergen en la sombra bajo él y salen en diagonal por el otro lado.”
DERIVA 2 Bajo el vientre
“Me adentro bajo el edificio. Hace sol, siento sumergirme bajo una densa
sombra. El espacio me comprime, pero me escapo con la mirada por las
visiones diagonales y los reflejos que las continúan. Escucho el sonido del agua
caer por unos escalones rojizos, de aspecto erosionado. Techo y suelo se
pliegan, de manera suave a veces, de manera sufrida otras. Siento encontrarme
bajo un vientre que algo contiene. Un vientre que siente presiones y succiones
interiores,que provocan ese techo afacetado. La escalera de entrada se posa
sobre el suelo, como un apéndice que saliese del vientre para recoger a quien en
él quiere entrar. La entrada de luz por los cuatro costados hace que vea a las
personas que cruzan o esperan bajo dicho vientre a contraluz. Siluetas negras
que provocan una clara dualidad entre estar bajo el vientre o no estarlo. Se
respira calma, como si se hubiera bajado el volumen de la ciudad en apenas
unos metros. Tengo la sensación de encontrarme entremedias de algo, no estoy
en la calle, pero aun no he salido de ella.”
DERIVA 3 Los interiores
“Entro al edificio a través del apéndice metálico de aspecto musculado.
Escalones y pasamanos se retuercen y siento como que todo me conduce me
aprieta y me traga. El primer nivel que alcanzo está saturado de frío metal y
asépticos fluorescentes. Este desorden de brillos plateados y blanquecinos
contrasta con la luz cálida de los expositores de la tienda. Compro la entrada al
volver del baño verde intenso. Llamo al ascensor invadido por la cautela. No
estoy seguro de seguir por el camino correcto, parece que haya salido a un
edificio diferente. El espacio lleno de brillos ha dado paso a una escalera
amplia, calmada, de color suave que se enrosca en torno a un vacío con agua
rojiza en el fondo. El ascensor forrado de madera parece otro espacio distinto
también. El vestíbulo, el baño, la tienda, la escalera o la cafetería de la planta
superior tienen una naturaleza distinta los unos de los otros. Cuando llego a la
sala de exposiciones voy precavido de encontrame una nueva experiencia, pero
nada llama mi atención. Nada lo hace más que la exposición, así que olvido mis
notas y me dedico a ver la exposición, que en el fondo es a lo que he venido.”
–
Clasificación de las metáforas conceptuales encontradas en las derivas.
Metáforas
estructurales
Deriva 1: El afuera
24
Color gris punteado
Doblar la calle
Reflejo perdido
Metáforas
orientacionales
La alineación que siguen
los edificios..
Da paso a un pavimento
continuo
Pasa de largo
Metáforas
ontológicas
Una pantalla de humo y
ruido..
Nube ininterrumpida..
que ha acompañado a la
mirada
Suaves inclinaciones
Deriva 2: Bajo el
vientre
Deriva 3: Interiores
–
Me escapo con la mirada
Encontrarme
De manera sufrida
de algo
Vientre que algo contiene
Apéndice que saliese del
vientre
Se posa sobre el suelo
Bajar el volumen de la
ciudad
Aspecto musculado
Aséptico fluorescentes
Desorden
de
brillos
plateados
Luz cálida
Llama mi atención
entremedias Sumergirme bajo una densa
sombra
El espacio me comprime
La entrada de luz
Se respira calma
Seguir por el camino Escalones y pasamanos se
correcto
retuercen
En el fondo es a lo que Invadido por la cautela
venido
El espacio lleno de brillos
Se enrosca entorno a un
vacío
Encontrarme una nueva
experiencia
Análisis
Se realizan tres derivas en función de tres recorridos. El primer recorrido se trata de la
llegada al lugar y primera impresión del edificio. Esta deriva se denomina; el afuera. El
segundo recorrido es en los exteriores mas inmediatos del edificio y bajo él. Esta
segunda deriva se llamará; bajo el vientre. Por último, entrando, se recorre el edificio.
La última deriva se denomina: interiores.
Se trata de tres descripciones de lo encontrado, intentando expresar lo sentido de manera
directa, tratando de contaminar lo menos posible con la retórica inherente al lenguaje.
De esta manera se analiza el texto y se clasifican las metáforas encontradas según la
clasificación propuesta por Lakoff y Johnson en su obra Metáforas de la vida cotidiana.
En ella, los autores dividen la metáfora en tres tipos: metáforas estructurales, metáforas
orientacionales y metáforas ontológicas. Esta clasificación no es exclusiva, es decir, una
característica no excluye a la otra pero sirven para agruparlas según el marco conceptual
que más las define. En cada una de las derivas se han encontrado varias de estas
metáforas conceptuales, demostrando que en cualquier experiencia que
conceptualicemos, a través del lenguaje descriptivo por ejemplo, contiene metáforas
conceptuales. Esto se debe a que es un fenómeno cognitivo y está presente en los actos
de comprensión. De todas las metáforas conceptuales del texto se eligen una de cada
tipo para explicar más en profundidad que significa y de como se origina.
•
Metáfora estructural
“El edificio aparece incandescente y brillante al doblar la calle”
Esta metáfora conceptual está presente en la primera deriva. Como se puede apreciar sin
explicación, se trata de una expresión cotidiana que en ningún caso se entendía
anteriormente como lenguaje metafórico. Sin embargo existe una proyección metafórica
clara por la cual la calle se convierte en un cuerpo u objeto capaz de doblarse. Esta
metáfora es agrupada dentro de las estructurales ya que una actividad o movimiento
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como puede ser girar por una calle es estructurada en términos de otra que es doblar o
actuar sobre cuerpos.
Esta metáfora podría explicarse a partir de uno de los esquemas propuestos Johnson, el
esquema de fuerza coactiva. Este esquema tiene su fuente en la experiencia de nuestros
propios cuerpos ejerciendo fuerza sobre otros cuerpos u objetos, o bien de estos sobre
los primeros. Esta estructura general se caracteriza por ser interaccional, puesto que la
fuerza siempre la experimentamos a través de la interacción, ya sea sobre nosotros o
sobre algún objeto de nuestro campo perceptivo. Posee también direccionalidad, es
decir, un vector, ya que implica el movimiento de un objeto o masa en alguna dirección.
Al implicar movimiento también implica un recorrido.
•
Metáfora orientacional
“En el fondo es a lo que he venido”
De nuevo podemos observar como existe una proyección metafórica por la cual la
verdad u objetivo se identifica con el fondo de algo. Se trata de una metáfora
orientacional porque estructura un sistema de conceptos como pueden ser las verdades,
los objetivos o los razonamientos a través nuestra experiencia de lo superficial o lo
profundo. Esta metáfora tiene sus raíces en nuestra experiencia y en nuestra cultura.
Normalmente aquello que se encuentra profundo es más complicado de conseguir o de
alcanzar que lo que se encuentra en la superficie. Culturalmente la verdad o la razón
requieren de tiempo y trabajo para ser desvelados y alcanzados. Esta experiencia de la
dificultad física de alcanzar algo estructura esta proyección metafórica.
Uno de los esquema de imagen presentes en esta metáfora es el de contenedor. Lo que
contiene puede tener una superficie y un fondo, como el fondo de un vaso. Otro patrón
posible es el de origen-recorrido-meta donde se identifica la meta con un objetivo y el
objetivo como el fondo de algo.
•
Metáfora ontológicas
“Invadido por la cautela”
Sentirnos invadidos por sentimientos es algo corriente en el lenguaje escrito y rara vez
lo entendemos como metafórico. Sin embargo se produce una metáfora conceptual por
la cual los sentimientos son entendidos en términos de sustancias, ya que estas últimas
nos es mas fácil entender su naturaleza mientras los sentimientos y emociones se nos
escapan. Este tipo de metáforas conceptuales se conocen como metáforas ontológicas y
se basan en nuestra experiencia de los objetos físicos y sustancias. En concreto el
conocimiento de nuestro propio cuerpo nos permite proyectar sus características en
conceptos de carácter abstracto. Por otro lado encontramos, dentro de la expresión se
identifica una metáfora cultural por la cual aquello que es invadido también es ocupado
o llenado.
El esquema de imagen subyacente a esta metáfora es claro, es el esquema de
contenedor. Acostumbrados a ver en otros y en nosotros mismos nuestro cuerpo como
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un contenedor de cosas al cual introducimos alimentos, nos es normal proyectar
metafóricamente una sentimiento como el de cautela en forma de sustancia que nos
llena.
–
Conclusiones
La pregunta que provocaba este experimento no ha sido del todo respondida. Por un
lado se demuestra que en cualquier comprensión de algo esta presente la metáfora
conceptual y esta puede reconocerse en un tipo de expresión como puede ser la
lingüística. Por otro no se demuestra que el conceptualizar a través de metáforas
condicione la experiencia de la arquitectura o que esta pueda afectar a la manera en que
conceptualizamos. Por tanto queda abierta la pregunta de si la arquitectura por ser
experiencia y trabajar con el espacio se relaciona de una manera especial con el
pensamiento estructurado a través de la metáfora conceptual, que a su vez se base en
esquemas de imagen en gran medida de carácter espacial. En cualquier caso quedaría
investigar sobre el propio método del experimento con la intención de probar si se
puede trabajar para entender como conceptualizamos la arquitectura en el día a día, en
nuestra experiencia cotidiana.
Conclusiones generales
El traslado de la metáfora de la perifera del pensamiento al centro mismo
supone, en mi opinión, un cambio radical a la hora de entender los discursos dentro de
la disciplina arquitectónica. La arquitectura, entre muchas de sus definiciones, es una
actividad de pensamiento. Es un constante preguntarse “qué” y “cómo” pero aun mas
arduo y desiquilibrante si cabe es el “porqué ”. Los discursos y proyectos de
arquitectura emplean adictivamente el lenguaje metafórico para justificar y levantar las
ideas que los sostienen. Comprender el origen de estas metáforas y en que medida estas
están motivadas por hechos de la experiencia abre una nueva perspectiva entorno a las
preguntas arquitectónicas de qué, cómo y por qué .
El conocimiento de los mecanismos que permiten a la metáfora conceptual estructurar
nuestro pensamiento se torna de gran utilidad para usar dichas metáforas en favor de la
creatividad, tanto en los procesos de diseño como de difusión arquitectónicas. La
metáfora conceptual se convierte en una herramienta tangible y no en un recurso poético
de inspiración incierta.
En definitiva, trasladar la comprensión de la metáfora, del lenguaje al pensamiento y de
este a la experiencia, abre un camino de posibilidades en la arquitectura. La posibilidad
de que se pueda proyectar desde la creatividad que permite la metáfora pero
entendiendo que en el fondo es irremediablemente nuestra experiencia corporal la que
moldea dichas asociaciones creativas suscita el interés que se tiene por todo aquello que
todavía no tiene respuesta.
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