1.- Ves tú lo que yo veo? : Te has preguntado alguna vez si percibes
Transcripción
1.- Ves tú lo que yo veo? : Te has preguntado alguna vez si percibes
1.- Ves tú lo que yo veo? : Te has preguntado alguna vez si percibes las cosas de la misma forma en que lo hacen los demás? La mayor parte de los psicólogos y filósofos consideran que es lógico asumir que son similares las características generales de la percepción en la mayor parte de las personas. Sin embargo, si te adhieres a una posición filosófica denominada escepticismo radical, pensarás que es tan probable como lo contrario el que otras personas perciban las cosas de manera distinta a ti. La siguiente afirmación, extraída de un artículo sobre filosofía de la percepción, representa la forma en que los escépticos radicales consideran la percepción (Hartman, 1974): “No tienes la menor razón para suponer que la percepción visual proporciona a otras personas experiencias visuales similares a las tuyas. Tal vez alguien tenga lo que para ti son experiencias auditivas cuando mire el cielo azul, sintiendo lo que tú sientes cuando se toca en un piano. No hay ninguna forma de saberlo, puesto qeu él puede llamar a esta experiencia la experiencia de azul. Por ello es claro que no tienes razón para suponer que otros tengan experiencias como las que tú puedes reconocer. ¿Existe alguna razón para suponer que los otros tienen experiencias en alguna medida? La sugerencia es la de que, incluso si sabes que la gente que te rodea está formada por carne y sangre, ha nacido de mujeres y se alimenta de comida; a partir de todo lo que sabes sobre ellos puede que sean autómatas, en el sentido de que detrás de sus elaboradas reacciones al ambiente puede que no exista la experiencia. Más aín, lo que se sugiere no es que tú puedas saber que otras personas tienen algún tipo de experiencia, sino también de que no tienes la menor razón para suponer que sea así. De modo similar, puede sugerirse que no tienes la menor razón para creer que estás en la situación en la que crees estar: sosteniendo un libro, leyendo un artículo sobre epistemología. Puede que te lo parezca y que te sientas como si pudieses mirar lo que te rodea, sujetamndo un libro y leyendo un artículo. Pero varias hipótesis pueden explicar cómo se ven y se sienten las cosas. Podrías roncar sonoramente y soñar; o un hábil cirujano podría suministrarte estas experiencias estimulando tu córtex en alguna forma determinada. Podrías estar tumbado en una mesa de su laboratorio con conexiones que van de tucabeza a un gran ordenador. Tal vez seas una persona diferente a la que crees: un voluntario a un experimento de psicología que implica el tener experiencias de alguien del sexo opuesto leyendo un artículo sobre epistemología en castellano, un lenguaje que no entiendes en la vida real. Tal vez incluso carezcas de cuerpo. Puede que hayas sufrido un accidente y que todo lo que se haya salvado sea tu cerebro mantenido vivo en un laboratorio. Para que te diviertas te están introduciendo una grabación del siglo XX. Por supuesto, esto es asumir que tienes un cerebro que te sirve para tener experiencias, y esto puede sólo ser parte del mito que estás recibiendo”. 2.- Visión mediante la piel: La persona sentada en un sillón tiene su espalda apoyada sobre un conjunto de 400 pequeños vibradores. Esta persona es ciega, pero pueve “ver mediante la piel” gracias a un sistema de sustitución mecánica desarrollado por Paul Bach y sus colaboradores (1969-70-72). Una cámara de televisión controlada por el sujeto toma una imagen de la escena y ésta es transformada en señales que controlan el funcionamiento de los vibradores del respaldo del sillón: las áreas luminosas de la escena producen vibraciones mayores que las oscuras. Tras un período inicial de entrenamiento los sujetos pueden aprender a interpretar estas vibraciones como representando determinados objetos. Con entrenamiento adicional, los sujetos pueden aprender a percibir tanto las identidades de los objetos como sus localizaciones relativas en el espacio utilizando la información suministrada por las claves de profundidad. Por ejemplo, los sujetos aprenden que las vibraciones más altas en la espalda suelen corresponder a los objetos más alejados (altura relativa), que el área de vibración se incrementa con la aproximación de un objeto (tamaño relativo) y que cuando la vibración de un objeto oscurece parcialmente a la de otro, éste último está más lejos (superposición). El que los invidentes puedan indicarnos que un objeto incluye a otro, significa que segregan las vibraciones que corresponden al objeto del primer plano de las que pertenecen al objeto del fondo. Además de identificar determinados objetos y hacer juicios de profundidad, algunos invidentes pueden “ver” algunos detalles sorprendentes, tal y como indica la transcripción de parte de una entrevista con un sujeto experimentado en esta técnica: “ésta es Betty, hoy lleva el pelo suelto pero no se ha puesto sus gafas. Su boca estpa abierta y está moviendo su mano derecha desde el lado izquierdo de la espalda a la parte superior de la cabeza”. Esta impresionante demostración de la capacidad de la piel para “ver” ha llevado a investigar “sistemas mecánicos de sustitución” más transportables que permitan su uso mientras el invidente camina en su ambiente. (Marr, D., en Scientific American, “Visión y percepción visual” , 1985).