Luz que agoniza (Gas Light), una película de suspense de violencia
Transcripción
Luz que agoniza (Gas Light), una película de suspense de violencia
Luz que agoniza (Gas Light), una película de suspense de violencia de género. Luz que agoniza es una maravillosa película de suspense, de 1944, dirigida por George Cukor. La trama se centra en los manejos que desarrolla el personaje masculino, Gregory, para volver loca a su mujer, Paula. No vamos a desvelar el motivo de tamaña maquinación, en realidad importa poco. Lo interesante se encuentra en cómo se presentan los procesos psicológicos de Gregory y Paula, él queriendo llevarla a ella a la alienación total y ella creyendo a pies juntillas el punto de vista de él, por amor hacia él. Ante la violencia de género, muchas veces se plantean cuestiones como ¿por qué aguanta ella tanto tiempo la relación, si no tiene problemas económicos?, ¿por qué no denuncia o por qué, una vez realizada la denuncia, no la ratifica?, ¿por qué hay un porcentaje significativo de mujeres que no se separan de sus maltratadores, aún habiéndolos denunciado? Estas preguntas y otras muchas, a pesar de la concienciación social que existe respecto del tema, rodean la violencia contra la mujer de cierta incomprensión, de falta de entendimiento. La película que vamos a ver, nos señala claves psíquicas fundamentales para conocer algunos aspectos de la posible personalidad de un maltratador y de su víctima. Ambas actuaciones, la de Charles Boyer y la de Ingrid Bergman, son increíbles, pintan con un amplio despliegue de matices sutiles a sus personajes, pero la actuación de Ingrid Bergman alcanza lo genial. La dificultad de entender ciertos aspectos de la violencia de género psicológica, en relación a la actitud de las mujeres víctimas de maltrato, probablemente disminuya tras ver esta película. La valoración de la conducta del maltratador como machista, se verá enriquecida con el conocimiento de los procesos psicológicos que un maltratador es capaz de llevar adelante con determinación, para conseguir su objetivo, utilizando todo tipo de manejos sobre la realidad de la víctima: descalificar, aislar, desacreditar, inducir a error, desestabilizar, desbaratar su sentido crítico, etc. Así podremos entender la paralización de la mujer, como consecuencia del manejo tendencioso que lleva a cabo el maltratador, en torno a la experiencia de la víctima. Es una película lúcida sobre un tema complejo y además es bella. Es sorprendente cómo a veces, la ética y la estética confluyen. Este encuentro, hay que celebrarlo, posee la magia de la confluencia de las órbitas de los satélites y las estrellas, aunque en vez de tapar la luz como en un eclipse solar, cuando la luna se sitúa entre la tierra y el sol, nuestra película expande la luz, el conocimiento. Amparo Cabrera Valencia, 26.11.2013