El Gran Timonel está vivo Revista A rcadia, A gosto de 2008, p.20

Transcripción

El Gran Timonel está vivo Revista A rcadia, A gosto de 2008, p.20
El Gran Timonel está vivo
Son muchos los líderes de la historia que
sueñan con vivir mil años y crear imperios
eternos, pero son pocos los que lo logran.
¿Sería Mao Zedong (1893 – 1976), “el gran
timonel” del Partido Comunista de China, uno
de estos pocos? Caminando por las galerías
de Beijing 798, el distrito de actividad artística
más importante de la República Popular, nos
lo hace pensar: su cara aparece pintada sobre
guerreros de terracota (1), en afiches de la
Revolución Cultural editados para comentar el
consumismo moderno, y en retratos de
mosaico hechos con habas y granos de maíz
(3). Mao fue en su vida un ícono de una idea
del progreso y es ahora uno de los símbolos
más recurrentes en la comunidad de artistas
chinos en proceso de digerir su pasado – ¿Un
anacronismo? No necesariamente. Nuestra
historia nos acompaña siempre, la cargamos
como el caracol su casa pero, pintándola, la
aligeramos y se vuelve manejable.
La actividad artística en China hoy en día es
frenética, hay un gran talento y una variedad
enorme, y se ha vuelto un sector económico
importante debido al creciente interés
internacional y altos ingresos domésticos.
Según artprice.com, veinticuatro de los cien
2006, eran chinos. El director del Centre
Pompidou en Paris, Bruno Racine, se atreve a
vaticinar que “en los próximos 20 ó 30 años,
la importancia de China en el campo de arte
contemporáneo será la misma que su importancia en el campo político”.
El arte contemporáneo chino nos permite conocer a la China actual: nos cuenta de las
preocupaciones y los sueños de su gente, nos ilumina su pasado y comenta el presente, y nos
habla en una lengua más accesible que el mandarín. Los contrastes entre el mercado liberalizado
y la prensa censurada, entre la imagen brillante que nos prometen los juegos olímpicos en la capital
y la pobreza en las regiones más remotas, todos ellos son comentados con humor e irreverencia
por los artistas chinos de hoy. La escultora Wen Fang tira de los dos extremos del tiempo en su
obra Foundations (2): ladrillos grises como pequeñas lápidas sepulcrales en filas militares nos
recuerdan los guardianes de terracota del primer emperador de China hace dos mil dos cientos
años. Desde cada ladrillo, nos mira la foto de un obrero migrante sonriendo, la cara marcada por el
sol y el trabajo duro y mal pagado, pero con los ojos brillando por la esperanza y el orgullo por la
nueva China.
Benjamin Creutzfeldt
Sinólogo, investigador de la Universidad Externado y directivo de Proasia Colombia
Revista Arcadia, Agosto de 2008, p.20
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