Dejar que las cosas, datos, partes, particularidades, objetos, hechos

Transcripción

Dejar que las cosas, datos, partes, particularidades, objetos, hechos
Hermenéutica
de la
Hermenéutica
F.D.E. Schleiermacher
Tercer Seminario del Cuerpo
Académico
Hermenéutica y Cotidianidad
Profr. Dr. Manuel Velázquez Mejía
Secretaría de Investigación y
Estudios Avanzados
Universidad Autónoma del Estado de México
Enero, 2011
Primera Parte
Gerade Tatsache gibt es nicht,
nur Interpretationen
-NietzscheSin embargo, por ser la
interpretación
es un hecho tan real y
palpable, es modelo de
interpretación.
2
Die Hermeneutik ist das Umgekehrte
der Grammatik und noch mehr1
La Hermenéutica es el reverso de la
gramática y aun algo más.
Acerquémonos a aquel momento, en el
que históricamente la interpretación se
fue configurado como una estructura
consciente de su Historicidad. Momento
configurado como el tránsito o proceso
legible, cuya lectura nos presenta la
necesidad de no distraernos, confundiendo
la implicativa e implicada radicalidad
de dos hechos: ―Crítica de la Razón
Histórica como Crítica Histórica de la
Razón‖
3
Dejar que las cosas, datos, partes, particularidades,
objetos, hechos y acontecimientos nos–sean signos,
entenderlos en su ser–signos, no significa anular
cosas, datos, partes, particularidades, objetos, hechos
o acontecimientos, sino saber aceptar que su realidad
está, justamente, en aquel explicarse como mensajes,
anuncios y pre–anuncios inacabados. Significa un
abrirse como intérpretes y encarnar parcialmente
un horizonte proferente. Apertura y encarnación son
una emergencia y, como toda emergencia, un evento:
experiencia histórica2 experimentada historicidad,
legible, inteligible y, por esto mismo, no definitiva
comprensión; sino inexhausta veritatividad.
Desde esta perspectiva, toda teoría filosófica de
la interpretación3 y todo filósofo son una emergencia
histórica social. Una co–implicación destinada, pero
no fatal. Destino común no único que no confunde
el hoy con lo vivido, ni difunde, acríticamente, lo
vivido con el mañana.
El arte de acoger, interpretar cosas, objetos, hechos,
fenómenos y quehaceres es también, y al mismo
tiempo, el arte de no petrificar, no absolutizar. Es
el arte, eventual y transitorio, de fundar, sembrar
el signo–palabra, el logos comunicable, no necesariamente común ni mucho menos único, es decir: el
diálogo que aproxima. Pero por esto mismo, porque
se trata de un acercamiento no total y absoluto, puede
4
alejar o, lo que es saludable, mantenernos en una
tensa interrogación.
La Hermenéutica no es, única y principalmente,
un cúmulo de reglas que facilitan la estructuración
del dato, sino reconducción adivinatoria, creativa
e inacabada del dato a la inexhausta y jamás totalmente
capturada estructura del todo–pre–comprendido.
Sin la precomprensión del entero Totalität, horizonte
de referencia de la particularidad, no parece posible
actuar ni la interpretación–comprensión ni, sobre
todo, activar la fundación de la interpretación como
tal o esta se presenta de manera muy estrecha.
Vattimo inicia su bellísimo texto sobre Schleiermacher4 haciendo una muy pertinente aclaración
sobre el uso de la expresión hermenéutica filosófica.
Expresión que se ve cargada de una cierta ambigüedad. Ambigüedad que Vattimo cree disolver
con una simple distinción. Aquella expresión puede
entenderse, como: ―el arte de la interpretación de
textos filosóficos‖ o también como ―la teoría filosófica
de la interpretación‖, es decir, la hermenéutica, en
consecuencia, ha sido y es, por lo general, entendida
como una técnica para la interpretación, un arte en
el sentido aristotélico de tevcnh —arte, artificio—.
―Se puede marcar la diferencia entre los dos sentidos
del término hermenéutica‖: como arte establece e
indica un cierto número de reglas prácticas por
5
seguir o ejecutar a fin de interpretar ―X‖ textos
filosóficos y; el segundo, ―examina filosóficamente
la cuestión de la interpretación‖. Con esta distinción y
sus respectivas aclaraciones la gestión apenas
enunciada por Vattimo parecería estar resuelta; pero
es pertinente preguntarnos, ¿cuál es el sentido de
hermenéutica como arte? — tevcnh— ¿Cómo se ha
entendido, en general, el término tevcnh? Pero, más aun,
¿qué significa pensar la hermenéutica filosóficamente?
¿Qué sentido tiene producir, engendrar o alcanzar
una mayor dilucidación de sentido —comprensión de
la comprensión— en el acto o como acto interpretativo?
Pensar la hermenéutica filosóficamente implicaría
no sólo entender la estructura de un acto interpretativo;
sino y al mismo tiempo construir un horizonte de
sentido. En otras palabras: comprender en su raíz y
engendramiento, en su gestación y estructura, la
comprensión. La distinción de Vattimo impulsa
nuestra reflexión; es más, no nubla horizontes: los
despeja.
Un análisis del término tevcnh permite preguntar,
¿qué puede significar tener o ser un rol técnico en
la construcción de sentidos? No olvidemos que tevcnh
está íntimamente relacionada con poiesis—poivhsi,
poievw crear, poetar—.5 Entender la hermenéutica
filosóficamente en su gestación, y estructuración o
en el sentido estricto como teoría de la interpretación
6
nos pone de inmediato frente o dentro de un sentido
u horizonte de un saber actuar interpretativo.
Hermenéutica en este sentido u horizonte abandona
el carácter de instrumento y descubre su auténtico
rostro de instrumentalización del ser-se, presencializándose como modos del realizarse humano. Hablar
o pensar teoría filosófica, nos permite vislumbrar una
serie de principios o elementos puestos en relación
fundante de sentido o significación. Significación que
traduce, expresa y habla de una forma concreta de
existir.
Hay que hacer notar sin embargo, que la hermenéutica en este sentido técnico —instrumental—
ha sido objeto de interés y de atención por parte
de escritores y pensadores desde la más remota
antigüedad, se puede decir, no obstante, que ella
tiene una historia relativamente reciente. Pero lo
más importante y lo que hay que tener siempre
presente es: la llamada interpretación técnica también
traduce y manifiesta modos de existencia: la gran
parte de las teorías de la interpretación de la
antigüedad, del medioevo y hasta cierto punto
también de la edad moderna se reducen a cuestionamientos en torno a una supuesta, Ahistórica y
ab–soluta tecnicidad. Nos es fácil, entonces, imaginar
una especie de prehistoria de la Hermenéutica
7
contemporánea al referirnos a los diversos modelos
ejercidos en las etapas históricas anteriores.
En Schleiermacher la acentuación filosófica
posibilita que todo acto interpretativo se presente
implicado con el propósito explícito hallar, encontrar,
construyendo X modelo de interpretación–horizonte,
codificando normas prácticas para el trabajo
crítico-filológico sobre textos. Pero fundamentalmente,
el carácter filosófico de una doctrina de la interpretación se reconoce por la generalidad o extensión
de sus principios y comprensión de su objeto y
por la fortaleza inexhausta de sus hipótesis; pero
sobre todo, en otras palabras, por el hecho que en
la doctrina, la cuestión de la interpretación constituye
no un punto de llegada sino un auténtico punto de
partida, una fuente de cuestiones que se ensanchan,
buscando la rigurosidad fundante y cada vez más
amplia de su legalidad.
―Frente a la no escasa especulación medieval,
escribe Vattimo, respecto a los diversos sentidos de la
Escritura, nosotros nos percatamos que el fenómeno
hermenéutico no es indagado en sí mismo. Por
ejemplo, no se pone la cuestión: qué cosa significa
para la comprensión —definición—del hombre, el
hecho de poder entrar en contacto y cómo con épocas
pasadas mediante la lectura de textos escritos; y
cuáles sean las condiciones que hacen posible esta
8
lectura y comprensión...; sino que más bien se asume
como un hecho obvio, del cual sólo es necesario
señalar simple y llanamente, las reglas‖6, para poner
en práctica aquella posibilidad de ingreso, acceso y
encuentro con aquello que solamente asoma con rostro
de texto. ―Esto, continua Vattimo, no quiere decir que
la hermenéutica antigua y medieval —es inútil advertir
que aquí generalizamos mucho—, esté privada de
contenidos filosóficos; por el contrario, es muy rica
y constituye una fuente preciosa, justamente, para
entender la filosofía y en general la visión del mundo
de aquellas épocas, sólo que vale más bien como
una expresión de tales prospectivas filosóficas que
como fuente de problematizaciones, objeto ella
misma —la Hermenéutica— de investigación‖.7
Efectivamente, pensar hermenéutica sólo y únicamente como una serie de reglas, es bastante incorrecto,
Este enfoque teorizado por autores contemporáneos, corre el riesgo de no comprender que aquellas
reglas nacían también de un esfuerzo por entender
y comprender mundos atrapados en la literalidad
de unos textos. Todo texto de alguna manera es la
manifestación o mostración de una cierta existenciaridad-historicidad, diríamos ahora. Posiblemente
las ocupaciones interpretadoras se agotaban o
pretendían haber cumplido su cometido, cuando
alcanzaban un nivel de moralidad religiosa o
9
religiosidad política. Términos que no agotan todas
las facetas y profundidades del sentido de la
existencia humana. Lo que parece más problemático,
es poder percatarse de la estructura fundante que
hace posible el ejercicio, el hecho de la diversidad o
combinatoriedad sintáctica con sus respectivas reglas.
El hecho de la no presencia patente de una estructura
fundante o hecha consciente no debe extrañarnos
que no hubiese sido objeto de investigación; no
olvidemos que tal problemática se veía asimilada por
la gnoseología. Ésta fundaba, todo acto interpretativo
y lo ponía fuera de toda discusión siempre y cuando
estuviese sujeta a una formalidad lógico-ortodoxa.
Por el momento llamamos hermenéutica filosófica
aquella en la que el fenómeno hermenéutico —en
sí ya fenómeno filosófico— por ahora definido como
relación: lector texto y especialmente con los textos
de épocas diversas del lector, se convierte objeto de
una investigación que tiende a esclarecerlo no sólo en
sus reglas de gestación, nacimiento y desarrollo; sino
sobre todo en su significación de la misma existencia
del hombre. En otras palabras, la adjetivización
—filosófica— no sólo nos permite y obliga a poner
en crisis —enjuiciar— la estructura que hace posible
el acceso a un horizonte de sentido; sino que también
a la estructuración misma que inicia y funda todo
acceso y sentido. De esta manera: en el accediendo,
10
enjuiciando, sistematizando, se construye, se genera
y se explicita sentido–horizonte ―X‖.
De manera visual:
1
1)
2)
3)
0
Accediendo. 2
Enjuiciando.
Sistematizando
2
1
0
0) Hermenéutico acto–
constructor de sentido–
interpretando y
regulando todo acto
constructor.
3
Por consiguiente, parece ser que la diferencia entre
el significado técnico y filosófico se ubica a nivel de
sentido del quehacer hermenéutico y en el sentido
que la hermenéutica filosófica sea una instrumentalización y no un simple instrumento para…, dejando
a un lado, por esto mismo, la convicción o el supuesto
que una ―X‖ teoría del conocimiento dé por hecho
la validez significativa, ampliamente esclarecedora
estructural de todo acto interpretante. Una Hermenéutica Filosófica pone en crisis la constitución y
generación de todo acto gnoseológico que en sí es
ya una interpretación.
Los dos significados que hemos convenido en
llamar técnico y filosófico de la hermenéutica, no
se desarrollan paralela e independientemente en
la historia del pensamiento, —nosotros sin confundir
los alcances del pensar y sus maneras, diríamos que
todo pensar es tal, porque es un acto interpretativo
11
siempre y en cada caso. Entonces, parece ser que no
se ve la utilidad teórica en estar hablando de historia
del pensamiento e historia de la hermenéutica—
sino que se dan dos momentos de un único proceso
de desarrollo.8
Sea lo que sea o se decida retener por correcto o
no correcto, Schleiermacher representaría uno de esos
momentos del desarrollo del proceso histórico del
pensar o si se prefiere de la hermenéutica. En palabras
de Vattimo: representaría ―el tránsito de la concepción
puramente técnica a la concepción filosófica de la
hermenéutica. ...Justamente, él en el esfuerzo por
concebir una hermenéutica y por supuesto fundarla
a carácter general, encuentra dimensiones muy amplias
del problema de la interpretación‖.9 —Es independientemente o, mejor aún, dejando por el momento
la paternidad de una hermenéutica filosófica, lo que
parece ser cierto es que con Schleiermacher el problema de los ―prejuicios‖, recobra su importancia y
su significación para el mejor desarrollo del proceso
hermenéutico—: ―uno de los sentidos de la Historia
de la hermenéutica fue justamente el reconocimiento
de la importancia y del significado —significación—
positivo de los ―prejuicios‖ para la comprensión del
pasado y de los documentos que el pasado nos ha
dejado, debemos comenzar a aplicar tal principio a
la misma búsqueda sobre la historia de la teoría de
12
la interpretación, definiendo aunque sea sumariamente,
el cuadro de intereses teóricos que guían‖.10
Un aspecto sobresaliente del pensamiento contemporáneo ha sido el reconocimiento de la estructura
interpretativa de toda experiencia humana, es decir,
definamos o no definamos, afirmemos o neguemos,
hablemos o guardemos silencio, gritemos o gesticulemos, en fin todo hacer, decir, pensar es siempre y en
cada caso alguna posibilidad interpretativa: cualquier
modelo de experiencia será siempre interpretación.
Toda experiencia obedece a un ―X‖ esquema interpretativo y, en consecuencia, todo es interpretación
con sus límites respectivos de inteligibilidad y, por
supuesto, capacidad de recepción, transformación
e innovación. Una metáfora comprendida, por lo
general, produce o engendra otra posible metáfora;
no obstante nos encontremos con la interpretación
como el ejercicio de una irrepetible singularidad y
expresión. Justamente en esto consiste el fundamento
de un inexhausto e interminable modelo de existencia,
cuya manifestación, tangibilidad, audibilidad, visibilidad se es, siendo lenguaje. En este sentido más
que de ―transformación‖ de un problema técnico a
un problema filosófico hermenéutico, sería indispensable hablar de un desarrollo dilucidatorio de
los actos intención de los individuos sociales. En
este sentido también se clarifica no sólo los actos-
13
intención; de los individuos, sino también el lenguaje:
se pone cada vez más en evidencia la estructura
interpretativa del conocimiento y de la existencia
misma.
―El hombre no está jamás y sobre todo en relación
con el mundo, relación que el lenguaje no haría otra
cosa que describir y formular con el fin de fijarlo y
volverlo comunicable. La misma relación con el
mundo está ya y desde siempre mediada por una
serie de estructuras culturales, que se resumen,
justamente en el lenguaje: pertenecer a un mundo
significa siempre y en cada caso pertenecer a un
lenguaje‖.11 Poseer y ser poseído por ―X‖ lenguaje.
Esto se efectúa no sólo como construcción de todo
conocimiento interpretativo; sino que se ejercita
como un continuo y nunca exhausto proceso de
veracidad, es decir, desbancando o, mejor aun,
trascendiendo el común y corriente concepto de
verdad como evidencia, como un darse inmediato
de ―X‖ hecho, acontecimiento. Un darse de la cosa que
evidenciaría únicamente un cierto proceso técnico y
difícilmente desocultaría sentido u horizonte.
―De hecho, la verdad es aún concebida como el
encuentro directo e inmediato con la cosa. El signo
y el pertenecer del hombre a un mundo de signos
pueden ser un obstáculo por eliminar, y la teoría
de la interpretación debería, en tales casos, afrontar
14
los instrumentos para esta operación. Por esto, la
filosofía debe preocuparse por investigar la significación de la estructura y estructuración interpretativa
del conocer. Así como de la diversidad no tanto de
relacionarse, ponerse en contacto, explicarse ―en
contacto inmediato‖ con las cosas, y el mundo‖;12
sino el actuar implicativo humano más allá de sus
modelos concretos. La sugerencia de Vattimo, nos
obliga a preguntarnos, ¿es posible desconocer la
estructura del conocimiento —significado— y sólo
darse a la tarea de encontrar el modo de relacionar,
referir, remitir, o poner en contacto inmediato al
hombre con las cosas y el mundo? Significados,
gramática de significantes en relación, significación
siempre y en cada caso son hechos implicados. Por
lo demás pensar en ―X‖ ―inmediatez‖, es finalmente
una mediación.
―Uno de los significados teóricos sobresalientes
del pensamiento hermenéutico de Schleiermacher
será sobre todo mostrar la unión entre hermenéutica
en sentido técnico y hermenéutica en sentido
filosófico. De hecho podría ser factible que los dos
significados del término, así como hasta ahora se
nos han presentado, tengan substancialmente una
historia independiente. Hermenéutica en el primer
sentido puede aparecer de hecho como un quehacer
de filólogos, retóricos, gramáticos; mientras que la
15
posición filosófica del problema de la estructura
interpretativa del conocer tiene una historia que
prescinde de las cuestiones filológicas con no poca
frecuencia‖13 o por lo menos esto queda relegado a
un segundo plano; pero a nadie escapa la enorme
importancia como soporte una buena lectura
filológica en el proceso hermenéutico en búsqueda
de sentido, por un lado; y, por el otro, pero y al
mismo tiempo, en la inteligencia de la estructura de
todo acto interpretativo como un actuar crítico.
Hasta ¿dónde la búsqueda de la inteligibilidad de
la estructura de todo acto interpretativo, coincida o
abarque las mismas inquietudes con la filosofía
contemporánea? Esto es otro problema. Lo que
parece ser cierto: con Schleiermacher se desarrolla una
virtualidad interpretativa siempre presente en todo
acto humano, que solemos imaginar como el paso de
la hermenéutica en sentido técnico a la hermenéutica
en sentido filosófico, esto significa entrar de alguna
manera en el camino que lleva a la univerlización.
Universalidad que subyace y funda todo modelo
de hermenéutica particular. Hablar de hermenéuticas
particulares, es hablar también del particular ejercicio
hermenéutico bíblico y como tal también ser incluido
en el abandono de su particularidad y de esta forma
liberar a la hermenéutica filosófica del contexto
teológico al que se había visto ligado en el transcurso
16
de su historia.14 ¿Podríamos hablar entonces de una
especie, en el caso bíblico, de secularización de la
hermenéutica? En alguna forma sí; pero por ciertas
características atmosféricas a las que se ve ligado el
ejercicio hermenéutico y que no son objeto de soslayo;
la hermenéutica filosófica conserva un cierto clima
religioso: ―la exclusividad‖ de unos pocos sibilinos
intérpretes conocedores de los secretos más ocultos
del carácter interpretativo del conocer. Entre aquellos
inaccesibles secretos: sentido pleno y auténtico sentido
de la existencia humana, lo que sería tanto como
llegar a un exhaustivo momento de la interpretación,
hecho en sí mismo contradictorio. Sin embargo,
―no es verdad, que el hecho de haberse prospectado
siempre o por lo menos en conexión con la cuestión
de la interpretación de escritos religiosos constituya,
para el problema hermenéutico, un obstáculo para
su reconocimiento como problema filosófico. Aunque
de hecho la generalización de la hermenéutica del
campo restringido de la exégesis bíblica a aquel
mucho más amplio de la lectura y de la comprensión
de textos escritos de todo tipo, ha sido una etapa
decisiva para el surgimiento de la hermenéutica
filosófica‖, la larga historia de los nexos: HermenéuticaTeología no tiene un significado negativo, es más,
son aquellos nexos los que hacen de escenario es la
generalización en el campo filosófico.15 Pero el hecho
17
de pasar de un terreno específico de interpretación
al terreno de la generalización está indicando el hecho
mismo de la estructuración del conocimiento siempre
interpretante. Es más la existencia humana se reduce
a una serie de ―X‖ actos, actuaciones y actitudes
interpretativas. De todas maneras y siempre y en
cada caso, todo acto interpretativo descubre formas,
maneras y modos de ser en el mundo.
―Que se dé una constante conexión, en la historia
del pensamiento, entre hermenéutica y experiencia
religiosa no vale sólo para el mundo cristiano antiguo,
medieval y moderno, y para la cultura hebrea, sino
también para la antigüedad clásica, por lo menos
para aquella griega‖. ...sin embargo, el problema
fundamental de la hermenéutica, no cosiste en el
remontarse de un particular signo a un específico
significado —significación—. El modo de remontarse
al significado —significación–horizonte de sentido—
es, en cierta medida, obvio o como quiera que sea
objeto de una claridad que se alcanza fácilmente ...
El problema hermenéutico se origina ahí donde el
hombre se encuentra relacionado con textos que,
de alguna manera, ya sea en un cierto nivel religioso
o jurídico, aspiran a valer como marco general de
su vida‖.16 La existencia tiene niveles técnicos y
éstos con su particular sentido configuran niveles
de existencia; pero de ningún modo la existencia o
18
la vida se ven agotados en el sentido técnico de la
mucha o poca tecnicidad de la vida. Lo remoto de un
―X‖ texto no se reduce sólo y únicamente dentro de un
―X‖ marco espacio-temporal. Ser remoto está fundado
por una no presencia: una presencia comprensible
como incomprendida: un supuesto marco-horizonte
de referencia ―se da‖. Se respira una cierta atmósfera de
religación, religiosidad –no confesional-, en todo acto
interpretativo. Lo cotidiano ha perdido su secreto, su
atractivo. Su presencia, ha sido sumergida en la supuesta
obviedad. Pero esto significa tocar lo inacabable,
interminable, lo inexhausto y lo hermeneutizable del
Mundus. Alegóricamente: un cabalgar sobre un
ya, tras un aún todavía. Un hecho interpretativo
reenvía necesariamente a una ―X‖ forma cultural,
llámese historia, género literario, o mentalidad, visión,
hábito costumbre en una serie de movimientos
intencionales que dibujan, sólo en apariencia, el
famoso círculo hermenéutico: serie de reenvíos. Todo
acto interpretativo se funda en una esclarecedora
implicación, cuyo movimiento intencional se deja
atrapar y representar como una cada vez más amplia
o angostadora espiral. Espiral que dibuja y señala
la constitución del Verstehen. En pocas palabras el
Verstehen entendible ensanchamiento y profundización
de la conciencia histórico-social de sí mismo que se
hace presente en la propia historia como un reencuentro
19
siempre renovable. Así llamada y sólo percibida
individualidad se experimenta a la luz y bajo el impulso
de otras individualidades. ―¿El círculo hermenéutico
se resuelve todo en una relación entre operación
interpretativa singular y vida‖ —Dilthey—17 o entre
particular texto por interpretar y unidades históricas
mucho más amplias en que está injerto; o entre
palabra por interpretar.
Establecer un ―X‖ sentido de un texto es aceptar
su aperturación inteligible, o sea percatarse del grado
de no ocultamiento de su sentido y horizonte de
pertenencia. Hay una cierta simultaneidad entre
sentido y veracidad, que no es lo mismo a la
persecución de una ―X‖ verdad por el sentido. No
está en juego la verdad del sentido; sino la veracidad
del sentido, es decir, grado o nivel de aperturación
significativa. ―Teniendo como punto de partida la
consideración de fondo: hermenéutica es la comprensión
del discurso de lo otro, la diferencia, lo aún más
del otro. Para Schleiermacher todo discurso se
regula sobre una doble y constitutiva referencia:
por una parte al conjunto de la lengua, en cuya
interior estructura el discurso surge, y, por otra, al
conjunto de los pensamientos expresados por el
individuo, justamente, en el discurso. Por consiguiente,
la hermenéutica se ejercita como comprensión de la
lengua y como comprensión del individuo que usa
20
aquella determinada expresión lingüística: pero los dos
momentos están estrecha y necesariamente conexos
—nosotros diríamos y decimos: implicados—, dado
que la lengua es un acto continuo de individuación‖.18
Palabra e individuo configuran un signo significativo aunque no siempre comprendido: pensamiento, lengua, comprensión e interpretación, como
operaciones centradas en la unidad complexiva del
sujeto, viven solamente si alcanzan su localización,
si de puras y abstractas potencialidades se actualizan
—se actúan, son actuadas— en un lugar preciso. Y
esto no significa objetivar, en su sentido peyorativo y
degradado o volver cosas los pensamientos; éstos
por el contrario, son un factum. ...es como decir
que hay un lugar preciso en el que pensamiento,
lengua, comprensión e interpretación se manifiestan
como un dato de hecho y este lugar es la proposición,
la unidad expresiva del discurso.
21
De manera visual:
1)
2)
0
3)
1)
2)
3)
0)
Pensamiento.
Discursividad-comprensiva: proposición, unidad expresiva
de todo discurso. Sintaxis de significantes.
Interpretación.
Lenguaje.
De aquí que:
―La afinidad —comprensión de la comprensión— es
motivada por el hecho que la filología debe comprender
los textos, reconstruir los períodos históricos, operar
en suma como conocimiento de la lengua y al mismo
tiempo captar la peculiaridad del escritor. Lengua
y peculiaridad configuran el riel por el que Schleiermacher iniciará un largo proceso hermenéutico‖.19
22
Schleiermacher, F. D. E. Hermeneutik;
Nach den Handschriften neu herausgegeben
und eingeleitet von Heinz Kimmerle.
Carl Winter, Universitätsverlag, Heidelberg,
1974, s. 38.
2 Cfr. Sini Carlo. Semiótica e Filosofía.
Bolonga, 1978, pp. 262 y ss.
3
Cfr. Vattimo Gianni Schleiermacher filosofo
dell’interpretazione Mursia, Milano, 1968-19862 pp.7-8.
4 Ivi.
5 Sabatini Angelo G. Ragione e Tecnica,
1
Behiamino Caruccí, Assisi, 1970, pp.
170-246.
6 Valtimo Gianni, Op. Cit. p. 8.
7 Ivi.
8 Ibidem p. 9.
Cfr. Velázquez Mejía Manuel, Hermenéutica filosofía
Genealogía
UAEMéx, Toluca, 2002, pp. 25-35.
9 Ibídem. p. 9
10 Ibídem. p. 10
11 Ibídem. p. 11
12 Ibídem. p. 12
13 Ibídem. p. 13
14 Ibídem. p. 15
15 Ibídem. p. 15
16 Ibídem. Pp. 16-17.
17 Ibídem. p. 17-19.
18 Massimo Marassi, in: Friedrich D.E. Schleiermacher
ermeneutica Bompiani, Milano, 2000, p. 8.
23
19
Ibídem p. 9.
24

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