Dejar que las cosas, datos, partes, particularidades, objetos, hechos
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Dejar que las cosas, datos, partes, particularidades, objetos, hechos
Hermenéutica de la Hermenéutica F.D.E. Schleiermacher Tercer Seminario del Cuerpo Académico Hermenéutica y Cotidianidad Profr. Dr. Manuel Velázquez Mejía Secretaría de Investigación y Estudios Avanzados Universidad Autónoma del Estado de México Enero, 2011 Primera Parte Gerade Tatsache gibt es nicht, nur Interpretationen -NietzscheSin embargo, por ser la interpretación es un hecho tan real y palpable, es modelo de interpretación. 2 Die Hermeneutik ist das Umgekehrte der Grammatik und noch mehr1 La Hermenéutica es el reverso de la gramática y aun algo más. Acerquémonos a aquel momento, en el que históricamente la interpretación se fue configurado como una estructura consciente de su Historicidad. Momento configurado como el tránsito o proceso legible, cuya lectura nos presenta la necesidad de no distraernos, confundiendo la implicativa e implicada radicalidad de dos hechos: ―Crítica de la Razón Histórica como Crítica Histórica de la Razón‖ 3 Dejar que las cosas, datos, partes, particularidades, objetos, hechos y acontecimientos nos–sean signos, entenderlos en su ser–signos, no significa anular cosas, datos, partes, particularidades, objetos, hechos o acontecimientos, sino saber aceptar que su realidad está, justamente, en aquel explicarse como mensajes, anuncios y pre–anuncios inacabados. Significa un abrirse como intérpretes y encarnar parcialmente un horizonte proferente. Apertura y encarnación son una emergencia y, como toda emergencia, un evento: experiencia histórica2 experimentada historicidad, legible, inteligible y, por esto mismo, no definitiva comprensión; sino inexhausta veritatividad. Desde esta perspectiva, toda teoría filosófica de la interpretación3 y todo filósofo son una emergencia histórica social. Una co–implicación destinada, pero no fatal. Destino común no único que no confunde el hoy con lo vivido, ni difunde, acríticamente, lo vivido con el mañana. El arte de acoger, interpretar cosas, objetos, hechos, fenómenos y quehaceres es también, y al mismo tiempo, el arte de no petrificar, no absolutizar. Es el arte, eventual y transitorio, de fundar, sembrar el signo–palabra, el logos comunicable, no necesariamente común ni mucho menos único, es decir: el diálogo que aproxima. Pero por esto mismo, porque se trata de un acercamiento no total y absoluto, puede 4 alejar o, lo que es saludable, mantenernos en una tensa interrogación. La Hermenéutica no es, única y principalmente, un cúmulo de reglas que facilitan la estructuración del dato, sino reconducción adivinatoria, creativa e inacabada del dato a la inexhausta y jamás totalmente capturada estructura del todo–pre–comprendido. Sin la precomprensión del entero Totalität, horizonte de referencia de la particularidad, no parece posible actuar ni la interpretación–comprensión ni, sobre todo, activar la fundación de la interpretación como tal o esta se presenta de manera muy estrecha. Vattimo inicia su bellísimo texto sobre Schleiermacher4 haciendo una muy pertinente aclaración sobre el uso de la expresión hermenéutica filosófica. Expresión que se ve cargada de una cierta ambigüedad. Ambigüedad que Vattimo cree disolver con una simple distinción. Aquella expresión puede entenderse, como: ―el arte de la interpretación de textos filosóficos‖ o también como ―la teoría filosófica de la interpretación‖, es decir, la hermenéutica, en consecuencia, ha sido y es, por lo general, entendida como una técnica para la interpretación, un arte en el sentido aristotélico de tevcnh —arte, artificio—. ―Se puede marcar la diferencia entre los dos sentidos del término hermenéutica‖: como arte establece e indica un cierto número de reglas prácticas por 5 seguir o ejecutar a fin de interpretar ―X‖ textos filosóficos y; el segundo, ―examina filosóficamente la cuestión de la interpretación‖. Con esta distinción y sus respectivas aclaraciones la gestión apenas enunciada por Vattimo parecería estar resuelta; pero es pertinente preguntarnos, ¿cuál es el sentido de hermenéutica como arte? — tevcnh— ¿Cómo se ha entendido, en general, el término tevcnh? Pero, más aun, ¿qué significa pensar la hermenéutica filosóficamente? ¿Qué sentido tiene producir, engendrar o alcanzar una mayor dilucidación de sentido —comprensión de la comprensión— en el acto o como acto interpretativo? Pensar la hermenéutica filosóficamente implicaría no sólo entender la estructura de un acto interpretativo; sino y al mismo tiempo construir un horizonte de sentido. En otras palabras: comprender en su raíz y engendramiento, en su gestación y estructura, la comprensión. La distinción de Vattimo impulsa nuestra reflexión; es más, no nubla horizontes: los despeja. Un análisis del término tevcnh permite preguntar, ¿qué puede significar tener o ser un rol técnico en la construcción de sentidos? No olvidemos que tevcnh está íntimamente relacionada con poiesis—poivhsi, poievw crear, poetar—.5 Entender la hermenéutica filosóficamente en su gestación, y estructuración o en el sentido estricto como teoría de la interpretación 6 nos pone de inmediato frente o dentro de un sentido u horizonte de un saber actuar interpretativo. Hermenéutica en este sentido u horizonte abandona el carácter de instrumento y descubre su auténtico rostro de instrumentalización del ser-se, presencializándose como modos del realizarse humano. Hablar o pensar teoría filosófica, nos permite vislumbrar una serie de principios o elementos puestos en relación fundante de sentido o significación. Significación que traduce, expresa y habla de una forma concreta de existir. Hay que hacer notar sin embargo, que la hermenéutica en este sentido técnico —instrumental— ha sido objeto de interés y de atención por parte de escritores y pensadores desde la más remota antigüedad, se puede decir, no obstante, que ella tiene una historia relativamente reciente. Pero lo más importante y lo que hay que tener siempre presente es: la llamada interpretación técnica también traduce y manifiesta modos de existencia: la gran parte de las teorías de la interpretación de la antigüedad, del medioevo y hasta cierto punto también de la edad moderna se reducen a cuestionamientos en torno a una supuesta, Ahistórica y ab–soluta tecnicidad. Nos es fácil, entonces, imaginar una especie de prehistoria de la Hermenéutica 7 contemporánea al referirnos a los diversos modelos ejercidos en las etapas históricas anteriores. En Schleiermacher la acentuación filosófica posibilita que todo acto interpretativo se presente implicado con el propósito explícito hallar, encontrar, construyendo X modelo de interpretación–horizonte, codificando normas prácticas para el trabajo crítico-filológico sobre textos. Pero fundamentalmente, el carácter filosófico de una doctrina de la interpretación se reconoce por la generalidad o extensión de sus principios y comprensión de su objeto y por la fortaleza inexhausta de sus hipótesis; pero sobre todo, en otras palabras, por el hecho que en la doctrina, la cuestión de la interpretación constituye no un punto de llegada sino un auténtico punto de partida, una fuente de cuestiones que se ensanchan, buscando la rigurosidad fundante y cada vez más amplia de su legalidad. ―Frente a la no escasa especulación medieval, escribe Vattimo, respecto a los diversos sentidos de la Escritura, nosotros nos percatamos que el fenómeno hermenéutico no es indagado en sí mismo. Por ejemplo, no se pone la cuestión: qué cosa significa para la comprensión —definición—del hombre, el hecho de poder entrar en contacto y cómo con épocas pasadas mediante la lectura de textos escritos; y cuáles sean las condiciones que hacen posible esta 8 lectura y comprensión...; sino que más bien se asume como un hecho obvio, del cual sólo es necesario señalar simple y llanamente, las reglas‖6, para poner en práctica aquella posibilidad de ingreso, acceso y encuentro con aquello que solamente asoma con rostro de texto. ―Esto, continua Vattimo, no quiere decir que la hermenéutica antigua y medieval —es inútil advertir que aquí generalizamos mucho—, esté privada de contenidos filosóficos; por el contrario, es muy rica y constituye una fuente preciosa, justamente, para entender la filosofía y en general la visión del mundo de aquellas épocas, sólo que vale más bien como una expresión de tales prospectivas filosóficas que como fuente de problematizaciones, objeto ella misma —la Hermenéutica— de investigación‖.7 Efectivamente, pensar hermenéutica sólo y únicamente como una serie de reglas, es bastante incorrecto, Este enfoque teorizado por autores contemporáneos, corre el riesgo de no comprender que aquellas reglas nacían también de un esfuerzo por entender y comprender mundos atrapados en la literalidad de unos textos. Todo texto de alguna manera es la manifestación o mostración de una cierta existenciaridad-historicidad, diríamos ahora. Posiblemente las ocupaciones interpretadoras se agotaban o pretendían haber cumplido su cometido, cuando alcanzaban un nivel de moralidad religiosa o 9 religiosidad política. Términos que no agotan todas las facetas y profundidades del sentido de la existencia humana. Lo que parece más problemático, es poder percatarse de la estructura fundante que hace posible el ejercicio, el hecho de la diversidad o combinatoriedad sintáctica con sus respectivas reglas. El hecho de la no presencia patente de una estructura fundante o hecha consciente no debe extrañarnos que no hubiese sido objeto de investigación; no olvidemos que tal problemática se veía asimilada por la gnoseología. Ésta fundaba, todo acto interpretativo y lo ponía fuera de toda discusión siempre y cuando estuviese sujeta a una formalidad lógico-ortodoxa. Por el momento llamamos hermenéutica filosófica aquella en la que el fenómeno hermenéutico —en sí ya fenómeno filosófico— por ahora definido como relación: lector texto y especialmente con los textos de épocas diversas del lector, se convierte objeto de una investigación que tiende a esclarecerlo no sólo en sus reglas de gestación, nacimiento y desarrollo; sino sobre todo en su significación de la misma existencia del hombre. En otras palabras, la adjetivización —filosófica— no sólo nos permite y obliga a poner en crisis —enjuiciar— la estructura que hace posible el acceso a un horizonte de sentido; sino que también a la estructuración misma que inicia y funda todo acceso y sentido. De esta manera: en el accediendo, 10 enjuiciando, sistematizando, se construye, se genera y se explicita sentido–horizonte ―X‖. De manera visual: 1 1) 2) 3) 0 Accediendo. 2 Enjuiciando. Sistematizando 2 1 0 0) Hermenéutico acto– constructor de sentido– interpretando y regulando todo acto constructor. 3 Por consiguiente, parece ser que la diferencia entre el significado técnico y filosófico se ubica a nivel de sentido del quehacer hermenéutico y en el sentido que la hermenéutica filosófica sea una instrumentalización y no un simple instrumento para…, dejando a un lado, por esto mismo, la convicción o el supuesto que una ―X‖ teoría del conocimiento dé por hecho la validez significativa, ampliamente esclarecedora estructural de todo acto interpretante. Una Hermenéutica Filosófica pone en crisis la constitución y generación de todo acto gnoseológico que en sí es ya una interpretación. Los dos significados que hemos convenido en llamar técnico y filosófico de la hermenéutica, no se desarrollan paralela e independientemente en la historia del pensamiento, —nosotros sin confundir los alcances del pensar y sus maneras, diríamos que todo pensar es tal, porque es un acto interpretativo 11 siempre y en cada caso. Entonces, parece ser que no se ve la utilidad teórica en estar hablando de historia del pensamiento e historia de la hermenéutica— sino que se dan dos momentos de un único proceso de desarrollo.8 Sea lo que sea o se decida retener por correcto o no correcto, Schleiermacher representaría uno de esos momentos del desarrollo del proceso histórico del pensar o si se prefiere de la hermenéutica. En palabras de Vattimo: representaría ―el tránsito de la concepción puramente técnica a la concepción filosófica de la hermenéutica. ...Justamente, él en el esfuerzo por concebir una hermenéutica y por supuesto fundarla a carácter general, encuentra dimensiones muy amplias del problema de la interpretación‖.9 —Es independientemente o, mejor aún, dejando por el momento la paternidad de una hermenéutica filosófica, lo que parece ser cierto es que con Schleiermacher el problema de los ―prejuicios‖, recobra su importancia y su significación para el mejor desarrollo del proceso hermenéutico—: ―uno de los sentidos de la Historia de la hermenéutica fue justamente el reconocimiento de la importancia y del significado —significación— positivo de los ―prejuicios‖ para la comprensión del pasado y de los documentos que el pasado nos ha dejado, debemos comenzar a aplicar tal principio a la misma búsqueda sobre la historia de la teoría de 12 la interpretación, definiendo aunque sea sumariamente, el cuadro de intereses teóricos que guían‖.10 Un aspecto sobresaliente del pensamiento contemporáneo ha sido el reconocimiento de la estructura interpretativa de toda experiencia humana, es decir, definamos o no definamos, afirmemos o neguemos, hablemos o guardemos silencio, gritemos o gesticulemos, en fin todo hacer, decir, pensar es siempre y en cada caso alguna posibilidad interpretativa: cualquier modelo de experiencia será siempre interpretación. Toda experiencia obedece a un ―X‖ esquema interpretativo y, en consecuencia, todo es interpretación con sus límites respectivos de inteligibilidad y, por supuesto, capacidad de recepción, transformación e innovación. Una metáfora comprendida, por lo general, produce o engendra otra posible metáfora; no obstante nos encontremos con la interpretación como el ejercicio de una irrepetible singularidad y expresión. Justamente en esto consiste el fundamento de un inexhausto e interminable modelo de existencia, cuya manifestación, tangibilidad, audibilidad, visibilidad se es, siendo lenguaje. En este sentido más que de ―transformación‖ de un problema técnico a un problema filosófico hermenéutico, sería indispensable hablar de un desarrollo dilucidatorio de los actos intención de los individuos sociales. En este sentido también se clarifica no sólo los actos- 13 intención; de los individuos, sino también el lenguaje: se pone cada vez más en evidencia la estructura interpretativa del conocimiento y de la existencia misma. ―El hombre no está jamás y sobre todo en relación con el mundo, relación que el lenguaje no haría otra cosa que describir y formular con el fin de fijarlo y volverlo comunicable. La misma relación con el mundo está ya y desde siempre mediada por una serie de estructuras culturales, que se resumen, justamente en el lenguaje: pertenecer a un mundo significa siempre y en cada caso pertenecer a un lenguaje‖.11 Poseer y ser poseído por ―X‖ lenguaje. Esto se efectúa no sólo como construcción de todo conocimiento interpretativo; sino que se ejercita como un continuo y nunca exhausto proceso de veracidad, es decir, desbancando o, mejor aun, trascendiendo el común y corriente concepto de verdad como evidencia, como un darse inmediato de ―X‖ hecho, acontecimiento. Un darse de la cosa que evidenciaría únicamente un cierto proceso técnico y difícilmente desocultaría sentido u horizonte. ―De hecho, la verdad es aún concebida como el encuentro directo e inmediato con la cosa. El signo y el pertenecer del hombre a un mundo de signos pueden ser un obstáculo por eliminar, y la teoría de la interpretación debería, en tales casos, afrontar 14 los instrumentos para esta operación. Por esto, la filosofía debe preocuparse por investigar la significación de la estructura y estructuración interpretativa del conocer. Así como de la diversidad no tanto de relacionarse, ponerse en contacto, explicarse ―en contacto inmediato‖ con las cosas, y el mundo‖;12 sino el actuar implicativo humano más allá de sus modelos concretos. La sugerencia de Vattimo, nos obliga a preguntarnos, ¿es posible desconocer la estructura del conocimiento —significado— y sólo darse a la tarea de encontrar el modo de relacionar, referir, remitir, o poner en contacto inmediato al hombre con las cosas y el mundo? Significados, gramática de significantes en relación, significación siempre y en cada caso son hechos implicados. Por lo demás pensar en ―X‖ ―inmediatez‖, es finalmente una mediación. ―Uno de los significados teóricos sobresalientes del pensamiento hermenéutico de Schleiermacher será sobre todo mostrar la unión entre hermenéutica en sentido técnico y hermenéutica en sentido filosófico. De hecho podría ser factible que los dos significados del término, así como hasta ahora se nos han presentado, tengan substancialmente una historia independiente. Hermenéutica en el primer sentido puede aparecer de hecho como un quehacer de filólogos, retóricos, gramáticos; mientras que la 15 posición filosófica del problema de la estructura interpretativa del conocer tiene una historia que prescinde de las cuestiones filológicas con no poca frecuencia‖13 o por lo menos esto queda relegado a un segundo plano; pero a nadie escapa la enorme importancia como soporte una buena lectura filológica en el proceso hermenéutico en búsqueda de sentido, por un lado; y, por el otro, pero y al mismo tiempo, en la inteligencia de la estructura de todo acto interpretativo como un actuar crítico. Hasta ¿dónde la búsqueda de la inteligibilidad de la estructura de todo acto interpretativo, coincida o abarque las mismas inquietudes con la filosofía contemporánea? Esto es otro problema. Lo que parece ser cierto: con Schleiermacher se desarrolla una virtualidad interpretativa siempre presente en todo acto humano, que solemos imaginar como el paso de la hermenéutica en sentido técnico a la hermenéutica en sentido filosófico, esto significa entrar de alguna manera en el camino que lleva a la univerlización. Universalidad que subyace y funda todo modelo de hermenéutica particular. Hablar de hermenéuticas particulares, es hablar también del particular ejercicio hermenéutico bíblico y como tal también ser incluido en el abandono de su particularidad y de esta forma liberar a la hermenéutica filosófica del contexto teológico al que se había visto ligado en el transcurso 16 de su historia.14 ¿Podríamos hablar entonces de una especie, en el caso bíblico, de secularización de la hermenéutica? En alguna forma sí; pero por ciertas características atmosféricas a las que se ve ligado el ejercicio hermenéutico y que no son objeto de soslayo; la hermenéutica filosófica conserva un cierto clima religioso: ―la exclusividad‖ de unos pocos sibilinos intérpretes conocedores de los secretos más ocultos del carácter interpretativo del conocer. Entre aquellos inaccesibles secretos: sentido pleno y auténtico sentido de la existencia humana, lo que sería tanto como llegar a un exhaustivo momento de la interpretación, hecho en sí mismo contradictorio. Sin embargo, ―no es verdad, que el hecho de haberse prospectado siempre o por lo menos en conexión con la cuestión de la interpretación de escritos religiosos constituya, para el problema hermenéutico, un obstáculo para su reconocimiento como problema filosófico. Aunque de hecho la generalización de la hermenéutica del campo restringido de la exégesis bíblica a aquel mucho más amplio de la lectura y de la comprensión de textos escritos de todo tipo, ha sido una etapa decisiva para el surgimiento de la hermenéutica filosófica‖, la larga historia de los nexos: HermenéuticaTeología no tiene un significado negativo, es más, son aquellos nexos los que hacen de escenario es la generalización en el campo filosófico.15 Pero el hecho 17 de pasar de un terreno específico de interpretación al terreno de la generalización está indicando el hecho mismo de la estructuración del conocimiento siempre interpretante. Es más la existencia humana se reduce a una serie de ―X‖ actos, actuaciones y actitudes interpretativas. De todas maneras y siempre y en cada caso, todo acto interpretativo descubre formas, maneras y modos de ser en el mundo. ―Que se dé una constante conexión, en la historia del pensamiento, entre hermenéutica y experiencia religiosa no vale sólo para el mundo cristiano antiguo, medieval y moderno, y para la cultura hebrea, sino también para la antigüedad clásica, por lo menos para aquella griega‖. ...sin embargo, el problema fundamental de la hermenéutica, no cosiste en el remontarse de un particular signo a un específico significado —significación—. El modo de remontarse al significado —significación–horizonte de sentido— es, en cierta medida, obvio o como quiera que sea objeto de una claridad que se alcanza fácilmente ... El problema hermenéutico se origina ahí donde el hombre se encuentra relacionado con textos que, de alguna manera, ya sea en un cierto nivel religioso o jurídico, aspiran a valer como marco general de su vida‖.16 La existencia tiene niveles técnicos y éstos con su particular sentido configuran niveles de existencia; pero de ningún modo la existencia o 18 la vida se ven agotados en el sentido técnico de la mucha o poca tecnicidad de la vida. Lo remoto de un ―X‖ texto no se reduce sólo y únicamente dentro de un ―X‖ marco espacio-temporal. Ser remoto está fundado por una no presencia: una presencia comprensible como incomprendida: un supuesto marco-horizonte de referencia ―se da‖. Se respira una cierta atmósfera de religación, religiosidad –no confesional-, en todo acto interpretativo. Lo cotidiano ha perdido su secreto, su atractivo. Su presencia, ha sido sumergida en la supuesta obviedad. Pero esto significa tocar lo inacabable, interminable, lo inexhausto y lo hermeneutizable del Mundus. Alegóricamente: un cabalgar sobre un ya, tras un aún todavía. Un hecho interpretativo reenvía necesariamente a una ―X‖ forma cultural, llámese historia, género literario, o mentalidad, visión, hábito costumbre en una serie de movimientos intencionales que dibujan, sólo en apariencia, el famoso círculo hermenéutico: serie de reenvíos. Todo acto interpretativo se funda en una esclarecedora implicación, cuyo movimiento intencional se deja atrapar y representar como una cada vez más amplia o angostadora espiral. Espiral que dibuja y señala la constitución del Verstehen. En pocas palabras el Verstehen entendible ensanchamiento y profundización de la conciencia histórico-social de sí mismo que se hace presente en la propia historia como un reencuentro 19 siempre renovable. Así llamada y sólo percibida individualidad se experimenta a la luz y bajo el impulso de otras individualidades. ―¿El círculo hermenéutico se resuelve todo en una relación entre operación interpretativa singular y vida‖ —Dilthey—17 o entre particular texto por interpretar y unidades históricas mucho más amplias en que está injerto; o entre palabra por interpretar. Establecer un ―X‖ sentido de un texto es aceptar su aperturación inteligible, o sea percatarse del grado de no ocultamiento de su sentido y horizonte de pertenencia. Hay una cierta simultaneidad entre sentido y veracidad, que no es lo mismo a la persecución de una ―X‖ verdad por el sentido. No está en juego la verdad del sentido; sino la veracidad del sentido, es decir, grado o nivel de aperturación significativa. ―Teniendo como punto de partida la consideración de fondo: hermenéutica es la comprensión del discurso de lo otro, la diferencia, lo aún más del otro. Para Schleiermacher todo discurso se regula sobre una doble y constitutiva referencia: por una parte al conjunto de la lengua, en cuya interior estructura el discurso surge, y, por otra, al conjunto de los pensamientos expresados por el individuo, justamente, en el discurso. Por consiguiente, la hermenéutica se ejercita como comprensión de la lengua y como comprensión del individuo que usa 20 aquella determinada expresión lingüística: pero los dos momentos están estrecha y necesariamente conexos —nosotros diríamos y decimos: implicados—, dado que la lengua es un acto continuo de individuación‖.18 Palabra e individuo configuran un signo significativo aunque no siempre comprendido: pensamiento, lengua, comprensión e interpretación, como operaciones centradas en la unidad complexiva del sujeto, viven solamente si alcanzan su localización, si de puras y abstractas potencialidades se actualizan —se actúan, son actuadas— en un lugar preciso. Y esto no significa objetivar, en su sentido peyorativo y degradado o volver cosas los pensamientos; éstos por el contrario, son un factum. ...es como decir que hay un lugar preciso en el que pensamiento, lengua, comprensión e interpretación se manifiestan como un dato de hecho y este lugar es la proposición, la unidad expresiva del discurso. 21 De manera visual: 1) 2) 0 3) 1) 2) 3) 0) Pensamiento. Discursividad-comprensiva: proposición, unidad expresiva de todo discurso. Sintaxis de significantes. Interpretación. Lenguaje. De aquí que: ―La afinidad —comprensión de la comprensión— es motivada por el hecho que la filología debe comprender los textos, reconstruir los períodos históricos, operar en suma como conocimiento de la lengua y al mismo tiempo captar la peculiaridad del escritor. Lengua y peculiaridad configuran el riel por el que Schleiermacher iniciará un largo proceso hermenéutico‖.19 22 Schleiermacher, F. D. E. Hermeneutik; Nach den Handschriften neu herausgegeben und eingeleitet von Heinz Kimmerle. Carl Winter, Universitätsverlag, Heidelberg, 1974, s. 38. 2 Cfr. Sini Carlo. Semiótica e Filosofía. Bolonga, 1978, pp. 262 y ss. 3 Cfr. Vattimo Gianni Schleiermacher filosofo dell’interpretazione Mursia, Milano, 1968-19862 pp.7-8. 4 Ivi. 5 Sabatini Angelo G. Ragione e Tecnica, 1 Behiamino Caruccí, Assisi, 1970, pp. 170-246. 6 Valtimo Gianni, Op. Cit. p. 8. 7 Ivi. 8 Ibidem p. 9. Cfr. Velázquez Mejía Manuel, Hermenéutica filosofía Genealogía UAEMéx, Toluca, 2002, pp. 25-35. 9 Ibídem. p. 9 10 Ibídem. p. 10 11 Ibídem. p. 11 12 Ibídem. p. 12 13 Ibídem. p. 13 14 Ibídem. p. 15 15 Ibídem. p. 15 16 Ibídem. Pp. 16-17. 17 Ibídem. p. 17-19. 18 Massimo Marassi, in: Friedrich D.E. Schleiermacher ermeneutica Bompiani, Milano, 2000, p. 8. 23 19 Ibídem p. 9. 24