Los Niños herencia de Jehova

Transcripción

Los Niños herencia de Jehova
LOS NIÑOS HERENCIA DE JEHOVÁ
Pastor M.Sc Gabriel Zelaya López
La Fertilización In Vitro es un tema que está en boga en nuestro país, quizá
abordado en púlpitos en algunas congregaciones de confesión católica o evangélica,
en aulas universitarias o en diversos estrados y por supuesto en comisiones en la
Asamblea Legislativa para ser posteriormente discutido en el Plenario cuya finalidad
es que los matrimonios puedan, con ese procedimiento, tener hijos y convertir en
Ley o derecho de los costarricenses. Parece que todos quieren tener un niño, no por
el beneficio de éste, sino por el hecho de “disfrutar la paternidad”.
El salmista David escribió en el Salmos 127:3 “He aquí, herencia de Jehová
son los hijos”. Permítannos cambiar la frase hijos por niños. Y en ese contexto,
permítannos a su vez, correr las cortinas de la realidad de la niñez en nuestro país.
Para Héctor Porras, trabajador social del Hospital Nacional de Niños, la violencia
contra la niñez alcanza límites que antes ni se imaginaban. “Hemos visto niños hasta
con agujas en los glúteos y otros que llegan más de una vez al año con golpes muy
fuertes. A esto hay que sumar los muchos casos que vemos de negligencia de
padres y de abuso psicológico de su parte”, explicó.
En Costa Rica, el Hospital de Niños recibe cerca de 1.000 niños agredidos, por
año. Se registra entre el año 2007 y el 2010 un incremento de 600% de estos casos.
El aumento también se produce en la gravedad de las lesiones. La preocupación se
da que uno de cada once casos llega al hospital, en otras palabras diez casos de
agresión nunca son reportados. Información obtenida de la Nación 23/02/2011)
Alrededor del 21,5 % de la población infantil nacional es víctima de violencia.
Las Sagradas Escrituras se expresan de la siguiente manera en Marcos 10: 1316. “Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reñían á los que los
presentaban. Y viéndolo Jesús, se enojó, y les dijo: Dejad los niños venir, y no se lo
estorbéis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no
recibiere el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en los
brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.”
Este texto demuestra la poca visión para invertir en la niñez, lo cual ha existido
desde la antigüedad, otra prueba de ello es que en la alimentación de los cinco mil,
La Biblia dice: “sin contar las mujeres y los niños”, es decir, ellos nunca fueron tema
de participación, no era parte de los contables, y tan es así que los discípulos se
molestaron o riñeron, porque algunos padres presentaban sus hijos a Jesús.
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No obstante la actitud del Señor fue de ternura hacia los niños, de tal manera
que los abrazó y se enojó con los discípulos. Él dijo:” Dejad los niños venir, y no se
lo estorbéis; porque de los tales es el reino de Dios”.
Si los apóstoles hubiesen tomado tiempo para abrazar a los niños y
comprendido la importancia de cada uno de ellos, aunado a la inversión de tiempo,
recursos económicos y materiales, América Latina y los demás continentes, de
seguro, estarían convertidos al cristianismo.
Jesús, la maravillosa expresión del amor de Dios, vino en forma de carne.
Fue envuelto en pañales, lloró como los niños, balbuceó como los niños, gateó como
los niños, jugó y estudió como los niños. Durante la infancia se redujo al silencio y a
la impotencia, permitiendo que su padre terrenal, José tomara las decisiones. Él fue
Dios hecho hombre, y no solo hecho hombre sino hecho niño, pudo haber venido con
cuerpo de hombre maduro, pero lo hizo con cuerpo de niño, nacido de mujer y de
ésta manera pasó todos los trabajos y vicisitudes de la infancia, tales como los
propios del no ejercicio de la capacidad volitiva de todo ser humano, hasta alcanzar
la mayoría de edad.
Lucas 2: 39-40, 52. “Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley
del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y el niño crecía y se
fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. Y Jesús
crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres”.
Él era la gloria y sabiduría de Dios, el nacimiento carnal podría significar
humillación, sin embargo lejos de pensar de esa manera, nos enseñó humildad.
Pero más que eso, la esencia era la sublimación y dignificación de la personalidad
del niño. Los niños nunca han sido tomados con importancia, a tal punto que hay
países que no ven como delito el aborto, y nosotros no estamos lejos del permiso de
ésta práctica diabólica.
“En el siglo II, el sacerdote Tertuliano había ya dicho: "quien será hombre es
ya hombre y abortarlo es un homicidio anticipado".
Cristo Nuestro Señor cambió radicalmente la visión de los pueblos para con el
niño. El que había de decir después: "Si no os hiciereis como niños, no entraréis en
el reino de los cielos", quiso ser el primero en darnos ejemplo. Se hizo niño en el
riguroso sentido de la palabra, para que fuéramos como los niños y amáramos a los
niños.
A decir verdad hoy día, los niños están siendo conducidos hacia el
secularismo, materialismo y hacia todo aquello que puede causar su desgracia
durante su vida y están siendo encaminados hacia la perdición. Su fe, inocencia, e
inteligencia han sido afectadas mediante una enseñanza o educación sin Dios, sin
valores eternos, sin teología o filosofía sana y realista.
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Lo que se está haciendo entonces, es preparar ateos, en la política, religión,
educación, las ciencias, letras y en las diversas áreas del saber, para gobernar los
países. Mientras ello sucede, la iglesia duerme, y presenta enseñanzas barnizadas
de teología, Satanás inicia su esfuerzo, induciendo a la niñez en el esoterismo,
supersticiones y toda clase de maldad cuyo centro de operaciones es el mismísimo
infierno y la Iglesia muchas veces, no reacciona a ese ataque.
Muchos gobiernos no quieren invertir recursos en la niñez, porque ellos no
producen dividendos a corto plazo, LOS NIÑOS NO VOTAN. Nos preguntamos
¿Cuál es la sociedad que se está formando? ¿Cuáles son los principios y valores
que se enseñan en la escuela primaria y secundaria? En mucho es una sociedad de
libertinaje, en la cual en repetidas ocasiones han prohibido la lectura de la Biblia en
los centros de enseñanza privados o públicos. La Biblia es y debe ser el manual de
conducta para todo ser humano, por lo que su exclusión de los programas
educativos, redunda en una de las peores decisiones políticas.
Costa Rica y la iglesia, no escapa de ésta realidad, prueba de ello es la poca
inversión económica que se hace en infraestructura y programas hacia la niñez. Un
gran alto porcentaje de las iglesias cristianas carecen de un programa
complementario a la Escuela Dominical, tales como cultos infantiles o Iglesia
Infantil. Se han limitado a la Escuela Dominical, que en la mayoría de casos, son
pocos los minutos aprovechables.
Una simple comparación entre la atención brindada a los adultos versus niños,
nos demostrará esta triste realidad. Los adultos tienen una nave especial para recibir
las predicaciones. Atención personalizada del pastor, cuerpo pastoral o ujieres. En el
presupuesto de la iglesia existe un rubro del cual se les permite hacer uso. Disponen
de recursos, equipos de audiovisuales, videos proyectores, se cubren todas las áreas
sociales, con programas integrales.
No obstante en el caso de los niños tienen aulas que en la mayoría de las
veces no reúnen los requisitos mínimos para el aprendizaje. Un liderazgo sin
capacitación, a veces sin carisma, sin proyección, los salones multiusos no fueron
hechos pensando en los más pequeños, sino en los adultos. Hemos dejado la
formación del carácter y personalidad a los maestros de la Escuela Dominical, y de
la escuela primaria, y hemos rehuido a nuestras funciones y con todo ello nos
quejamos del tipo de sociedad que tenemos.
Las Sagradas Escrituras en San Mateo 18:1-10, señalan: “En aquel tiempo los
discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y
llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si
no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que,
cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y
cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe”. “Y
cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le
fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese
en lo profundo del mar. Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños;
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porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que
está en los cielos”.
Que Dios nos ayude para alzar nuestros ojos y mirar los campos, esta vez no
para la siega, sino para la siembra y dentro de pocos años, recogeremos el resultado
de una gran labranza y seremos recompensados recogiendo las gavillas. La siega de
hoy fue la siembra de ayer, de la siembra de hoy dependerá nuestra cosecha,
mañana. Redoblemos esfuerzos dediquémosle tiempo a la niñez e invirtamos en su
formación.
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