Ibón de Marboré y glaciares de Monte Perdido.

Transcripción

Ibón de Marboré y glaciares de Monte Perdido.
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Ibón de Marboré y glaciares de Monte Perdido.
*Fotografía por Javier del Valle
Los glaciares del Pirineo Aragonés:
una singularidad de gran valor natural
En los macizos montañosos más elevados del sector
SITUACIÓN ACTUAL
aragonés de los Pirineos (Picos del Infierno, Monte
Perdido, Posets y Aneto-Maladeta) se localizan los
Glaciares en el Pirineo aragonés
únicos glaciares existentes actualmente en España,
En la última medición, realizada durante
2007, la situación de los glaciares aragoneses era la siguiente (Datos sobre
la nieve y los glaciares en las cordilleras
españolas, 2008):
que también son los más meridionales del continente Europeo. Además, en sus proximidades, también
existen algunos heleros, masas de hielo también permanente, pero de menor masa y extensión, y que no
presentan movimiento.
•
La superficie glaciada existente en la actualidad es
Macizo de los Picos del Infierno o
Quijada de Pondiellos: glaciar de
resto de un glaciarismo mucho más extenso que ocupó
Infierno Occidental (6 ha).
grandes áreas de la Cordillera durante las glaciaciones
cuaternarias. A lo largo del siglo XX se ha observado
•
una notable disminución, pasando de las 1205 ha en
•
cipios del XXI (Datos sobre la nieve y los glaciares en
las cordilleras españolas, 2008). En once masas de
•
Pirineo Aragonés es resto de unas superficies
cubiertas por hielo mucho mayores durante
las glaciaciones. De las cuatro glaciaciones
identificadas en el cuaternario, es la última la
que ha dejado huellas más abundantes en el
relieve actual, debido a su proximidad en el
tiempo y a que los efectos de una glaciación
normalmente borran o desdibujan las morfolo-
La situación descrita significa una superficie
glaciada total de 200.4 ha en sus diferentes
gías generadas por la anterior. Esta glaciación
morfologías (glaciares, heleros y glaciares rocosos), notablemente menor que las 438.8 ha
Pleistoceno Superior, alcanzando su máximo
identificadas en 1992 (Chueca y Lampre, 1994).
data hace unos 10.000 años, comenzando en-
tuvo su desarrollo en los Pirineos durante el
hace 45.000 a 50.000 años. Su finalización se
tonces la fase postglaciar (Lampre, 2003). De
La huella glaciar
este periodo frío en el que los aparatos glaciares tuvieron un gran desarrollo en la Cordille-
Macizo de Posets: glaciar de Llarda-
Hemos hecho referencia, hasta el momento,
de las morfologías en las que existe presencia
na (9 ha), glaciar de La Paúl (6 ha).
de masa de hielo permanente en la actualidad.
la mayoría de las formas de relieve que vamos
Macizo de Aneto – Maladeta: Gla-
Como ya hemos señalado, el glaciarismo del
a describir a continuación:
ha).
el máximo de la Pequeña Edad del Hielo (1820-30)
calculadas por Chueca (2002) hasta las 200.4 de prin-
Macizo de Monte Perdido: glaciar
superior (4 ha), glaciar inferior (28
ros y 21 por glaciares rocosos, masas de hielo dinámicas (con desplazamiento) que están
cubiertas por una capa de roca, lo que impide
apreciar la presencia del hielo. Se encuentran
repartidas entre las 13 ha del glaciar rocoso de
Argualas (macizo de los Picos del Infierno) y las
8 ha del de Los Gemelos (macizo de Posets).
hielo localizadas en los tres macizos montañosos se-
ciar de Maladeta Occidental, desga-
ñalados se aprecia movimiento de las mismas, por lo
que son verdaderos glaciares.
jado del de Maladeta a finales del
siglo XX (5 ha), glaciar de Maladeta
(28 ha), glaciar de Aneto (64 ha),
La presencia de estos aparatos en el Pirineo Aragonés
glaciar de Barráncs (8 ha) y glaciar
representa una singularidad natural de primer orden,
de Tempestades (10 ha).
ra, tanto en extensión como en espesor, datan
reconocida oficialmente mediante su declaración como
Monumento Natural de los Glaciares Pirenaicos (Ley
2/1990 de 21 de marzo de las Cortes Aragonesas). A su
propio valor natural, hemos de añadir el científico por
Son en total 168 ha cubiertas por glaciares estrictamente, a las que hemos
de añadir 11.4 ha cubiertas por hele-
su potencial como indicadores de los cambios climáticos que se producen en el Planeta, pues los glaciares
tienen una dinámica dependiente de las condiciones
térmicas y pluviométricas reinantes. También son testigo de la extensión e intensidad que los procesos glaciares alcanzaron en los Pirineos, donde en nuestros
días son perfectamente visibles numerosas formas
de relieve (circos, morrenas, ibones, etc.) generadas
por los grandes glaciares que cubrieron la cordillera
durante las glaciaciones cuaternarias. Por último, su
valor hidrológico como reserva de agua regulada de
forma natural, pues en ellos se acumula nieve durante
muchos meses del año y funde poco a poco durante
el verano, lo que contribuye a aumentar el caudal de
algunos ríos pirenaicos durante los meses de estiaje.
“En los macizos
montañosos
más elevados
del Pirineo
Aragonés se
localizan los
únicos glaciares
existentes
actualmente en
España.”
Glaciar inferior de Monte Perdido.
8
*Fotografía por Javier del Valle
Los glaciares del Pirineo Aragonés:
una singularidad de gran valor natural
Los lagos de alta montaña: se denomi-
queños regueros de discurrir divagante y
nan ibones en el Pirineo Aragonés, y se ge-
meandriforme, las llamadas “aguas tuer-
neran como consecuencia de la mayor pre-
tas”. Por ello hoy encontramos ibones de
sión ejercida por el hielo en lugares donde
muy diferentes características: algunos ya
disminuye la pendiente, lo que produce una
convertidos en turberas, otros con escasa
sobreexcavación que genera una depresión.
profundidad debido al avanzado proceso de
En la posterior etapa interglaciar, con el re-
colmatación (caso del superior de Anayet),
troceso de las masas de hielo se produce
mientras otros, según las batimetrías se-
la fusión del manto glaciar, y estas cubetas
ñaladas, alcanzan casi los 100 m de pro-
se transforman en áreas lacustres recep-
fundidad, como el de Cregüeña.
toras de aguas procedentes del deshielo.
Existen un total de 197 ibones inventaria-
•
Los circos glaciares: son anfiteatros
dos en Aragón, distribuidos mayoritaria-
montañosos, normalmente rodeados de
mente en tres grandes zonas: los macizos
paredes y cumbres, en los que se producía
de Panticosa, Posets y Maladeta, (Del Valle
la alimentación de los glaciares. Frecuen-
y Rodríguez, 2004).
temente presentan una disposición con varios escalones en los que pueden instalarse
Frecuentemente se localizan agrupados en
número variable y escalonados a diferentes
alturas. En ellos se desarrollan ecosistemas
muy particulares, adaptados a la altitud y
a la dureza de las condiciones climáticas,
debido a los que permanecen helados durante buena parte del año. Algunos de ellos
se han transformado en diferentes grados,
especialmente mediante su recrecimiento
para aprovechamiento hidroeléctrico, con
la
consiguiente
desnaturalización,
pero
muchos otros permanecen en estado prácticamente inalterado.
Desde su generación, un ibón sufre un
proceso progresivo de colmatación por la
“Existen un total
de 197 ibones
inventariados
en Aragón,
distribuidos
mayoritariamente
en tres grandes
zonas: los macizos
de Panticosa,
Posets y
Maladeta.”
•
*Fotografía por Javier del Valle
•
Morrenas: son formas de acumulación
cascadas (caso de los de Soaso o Pineta).
frecuentes en los fondos y zonas laterales
Son el comienzo de otra forma de relieve
de los valles glaciares pero que, en mu-
muy representativa descrita a continua-
chas ocasiones, son difíciles de apreciar en
ción.
el terreno, con la excepción de la morrena
frontal del valle del Gállego sobre la que se
•
Los valles glaciares: se caracterizan por
asienta el pueblo de Senegüé. En ella se
tener paredes de gran pendiente, próxima
observa fácilmente la forma de media luna
a la verticalidad, y fondos planos. Por ellos
con la parte cóncava orientada hacia aguas
discurrían lenguas de hielo, en los tramos
arriba. Esta morfología se debe a que se
altos de gran espesor: unos 500 m donde
trata del depósito terminal de la lengua
hoy se asientan localidades como Benas-
glaciar, que descendía por el citado valle, y
que o Biescas (Lampre, 2003), que erosio-
que no ha sido borrado por ninguna glacia-
naban las paredes ensanchando así el va-
ción posterior.
lle, y arrastraban sedimentos, generando
morrenas de fondo, laterales y frontales.
Además de las morfologías mencionadas, relacionadas con las glaciaciones cuaternarias, en el
llegada de sedimentos, lo que causa su
progresiva pérdida de superficie y de pro-
Hay casos de valles glaciares laterales cuyo
Pirineo Aragonés es posible ver algunas formas
fundidad. Este proceso explica que, en las
fondo se sitúa a mayor altura que el valle
de acumulación generadas en un periodo frío
orillas de algunos, se aprecien formaciones
principal, son los valles colgados que co-
reciente denominado “Pequeña Edad del Hielo”
deltaicas de mayor o menor desarrollo y
rresponden con antiguas lenguas de hie-
que tuvo lugar entre los siglos XVI y principios
que, una vez terminado el proceso de col-
lo afluentes a la lengua principal, de me-
del XIX. El mencionado periodo frío está per-
matación, desaparezcan como lagos y se
nor espesor y capacidad erosiva. Algunos
fectamente documentado en la Cordillera, pues
conviertan en turberas, es decir, zonas
ejemplos muy significativos son Ordesa,
contamos con grabados y fotografías de finales
llanas encharcadizas con vegetación hidrófila en las que las aguas de escorrentía
con frecuencia se estancan o forman pe-
con el valle colgado de Cotatuero, Pineta,
del siglo XIX o principios del XX que muestran
con el de Lalarri o Benasque con los de Es-
unos aparatos glaciares de mucha mayor ex-
tós y Vallivierna.
tensión y potencia que los actuales.
Glaciar de La Maladeta desde
el Portillón de Benasque.
10
*Fotografías por Javier del Valle
1.
Los glaciares del Pirineo Aragonés:
una singularidad de gran valor natural
Hoy es posible observar perfectamente morrenas laterales de la “Pequeña Edad del Hielo” en
casi todos nuestros glaciares. Incluso en alguno de ellos es visible el arco completo e ininterrumpido constituido por las morrenas laterales y la frontal unidas (caso del antiguo glaciar
de Coronas, hoy convertido en helero, situado
en la cara S del Aneto). Debido a que se trata
de formas recientes, el material que las constituyen está escasamente asentado y sin colonización vegetal (proceso dificultado también por
la altura a la que se localizan), mostrándose
como acumulaciones de cantos y bloques heterogéneos de gran inestabilidad.
•
Indicadores de las variaciones térmicas
que se observan en el Planeta. Su pequeño
tamaño les hace especialmente sensibles a
las alteraciones climáticas, por lo que responden de forma rápida creciendo durante
periodos fríos de importante acumulación
de nieve y menor fusión, y disminuyen su
extensión y potencia también en un plazo
relativamente corto en periodos cálidos de
2.
mayor fusión, como el observado a lo largo
del último cuarto del siglo XX.
•
Debido a sus propias características y a su
localización, son zonas de escasa antropización. Sus condiciones son, por lo tanto,
de alta naturalidad, con un entorno tam-
Valor educativo y científico
bién en estado prácticamente inalterado,
El valor educativo y científico de los glaciares
responde a varias razones, como a continuación se desarrolla:
salvo la existencia de rutas montañeras en
•
•
sus proximidades.
•
12
1.- Ibón Azul superior.
2.- Plan de Aiguallut y sus aguas tuertas.
denominado “Monumentos Naturales de los
Su propia singularidad. Ya hemos mencionado que son los únicos existentes en territorio español y los más meridionales de
Europa, lo que les da un valor natural excepcional. El glaciarismo también se extendió por amplias zonas de otras montañas
españolas (Cordillera Cantábrica, sector N
del Sistema Ibérico, Sistema Central e incluso Sierra Nevada), pero en ellas los aparatos glaciares se extinguieron, quedando
sólo las morfologías derivadas.
Al ser aparatos glaciares dinámicos y activos, aunque de tamaño modesto, facilitan
la comprensión del glaciarismo de grandes
dimensiones que ocupó amplias zonas de
Los Pirineos. Son, por lo tanto, testigos de
épocas en las que las condiciones climáticas y ambientales del Planeta eran muy
diferentes a las actuales, periodos no muy
lejanos en el tiempo en el caso de la última glaciación, cuyo final coincide aproximadamente con algunas representaciones
artísticas del arte paleolítico del Norte de
España y Francia.
Se trata de un espacio natural protegido
Glaciares Pirenaicos” (Ley 2/1990 de 21 de
Marzo de las Cortes de Aragón) que abarca
una superficie de 399 ha. Los Monumentos Naturales “son espacios o elementos
de la naturaleza constituidos básicamente
var el equipo adecuado y contar con cierta
experiencia en montaña, o en su defecto ir
acompañado de guías.
por formaciones de notoria singularidad,
rareza o belleza, que merecen ser objeto
de una protección especial” (Ley 4/1989
•
de 27 de marzo, de Conservación de los
Se proponen, a continuación, algunas rutas
Espacios Naturales y de la Flora y Fauna
Silvestres).
que permiten observar alguno de los glaciares
y sus formas de relieve asociadas:
La localización de los glaciares en alta mon-
•
taña (por encima de 2700 m de altitud),
y la inexistencia de vías de comunicación
para vehículos en sus proximidades, hace
que su visita y observación requiera realizar itinerarios caminando bastante exigentes físicamente, pero que nos permiten
apreciar los valores naturales y paisajísticos del entorno de los glaciares y muchas
formas de erosión y sedimentación creadas
por ellos. Es muy gratificante realizar estas
rutas pero, en cualquier caso, hay que lle-
Superior es de unas tres horas y el desnivel
de unos 800 m.
•
Circo de Pineta – Ibón de Marboré. Da comienzo en una espectacular forma glaciar,
como es el circo de Pineta, en el que se
desploman las cascadas del Cinca. Desde
Balneario de Panticosa – Collado de Tebarray. Sigue la ruta GR-11 desde el mencionado Balneario hasta los ibones de Bachimaña, recrecidos para su aprovechamiento
aquí, en dirección al ibón de Marboré, la
ruta asciende por una marcada pendiente.
A medida que gana altura, permite apreciar
la morfología en “U”, típicamente glaciar
del valle de Pineta. Sin descansos práctica-
hidroeléctrico. Desde el final del ibón superior de Bachimaña la ruta gira hacia la
izquierda, alcanza el ibón Azul Inferior
(también recrecido) y, poco después, el
mente, la senda alcanza el umbral superior
del circo. Desde aquí hay una magnífica
vista de los glaciares superior e inferior de
la cara norte de Monte Perdido. Es posible
ibón Azul Superior, en estado natural. Desde él se aprecia el glaciar de Infiernos sin
necesidad de llegar al Collado de Tebarray.
La duración de la ruta hasta el ibón Azul
desde aquí ir al ibón de Marboré, tramo con
escasa pendiente a lo largo del que se siguen teniendo magníficas perspectivas de
los glaciares. La duración de la ruta hasta
13
Los glaciares del Pirineo Aragonés:
una singularidad de gran valor natural
el ibón es de unas cuatro horas y media,
terránea, aflorar en la cuenca del Garona.
Continuar por la senda permite alcanzar el
Plan de Aiguallut, llano en el que las mencionadas aguas se dividen en varios cauces y se quiebran en numerosos recodos y
meandros, formando unas “aguas tuertas”
desde donde se obtiene una buena vista
del glaciar de Aneto.
con un desnivel de 1200 m.
•
Llano de la Besurta – Portillón de Benasque. El llano de la Besurta se sitúa en el
alto valle del Ésera, de clara morfología
glaciar. Desde él surge una senda que conduce al Portillón de Benasque, paso que comunica con Francia. Antes de alcanzarlo se
últimos años se ha realizado un esfuerzo
de divulgación a través de tres centros de
interpretación, artículos, conferencias, etc.
•
llega a una hombrera glaciar en la que hay
una pequeña zona semiencharcada. Desde
CONCLUSIONES
•
Malditos, donde se localizan los mayores
glaciares de los Pirineos. Su localización es
privilegiada para observar el glaciar de la
Maladeta y su lengua todavía definida. La
•
La presencia de glaciares en Los Pirineos
es un hecho de un gran valor natural por
su singularidad en el contexto español y su
localización meridional en el europeo.
periodos en los que el glaciarismo fue muy
unas dos horas, con un desnivel de 600 m.
extenso en la Cordillera. Muchas de ellas
son perfectamente apreciables en la actualidad y tienen un gran potencial educativo y docente como geoformas específicas
generadas, exclusivamente, en ambientes
unos 350 m de desnivel, ya se aprecia perfectamente el glaciar.
Llano de la Besurta – Plan de Aigüallut.
de clara morfología glaciar. Tras algunos
desniveles de escasa relevancia, alcanza el
“Forau de Aiguallut”, dolina en la que se
precipitan las aguas de fusión del glaciar
de Aneto, para, tras una circulación sub-
•
El glaciarismo actual es de pequeña entidad y, a pesar de su singularidad, ha sido
escasamente conocido en Aragón y en el
resto de España, salvo en sectores sociales
Chueca J., Lampre F., 1994. Cuadernos altoaragoneses de trabajo, Nº 21. Ed. Instituto de Estudios Altoaragoneses, Diputación de Huesca.
•
•
Martí C., García J. M. eds. 1994. El Glaciarismo subpirenaico: nuevas aportaciones.
Geoforma Ediciones, Logroño.
•
Pedraza J., 1996. Geomorfología. Principios, Métodos y Aplicaciones, Editorial
Rueda, Madrid.
•
VV.AA (2008). Datos sobre la nieve y los
glaciares en las cordilleras españolas. El
programa Erhin (1984-2008). Ministerio de
Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
Madrid.
Chueca J., Peña J. L., Julián A. y Blanchard,
2002. Comparación de la situación de los
glaciares del Pirineo español entre el final
de la Pequeña Edad del Hielo y la actualidad. Boletín Glaciológico Aragonés, 3, pp.
13-41.
tentes en los Pirineos.
ra asfaltada, que recorre el alto valle del
SE. Recorre el fondo del mencionado valle,
•
glaciares diferentes a los actualmente exis-
Desde el lugar donde termina la carreteÉsera, es necesario seguir la senda hacia el
López Moreno J. I., 2000. Los glaciares del
alto valle del Gállego (Pirineo central) desde la Pequeña Edad de Hielo. Implicaciones
en la evolución de la temperatura, Geoforma Ediciones, Logroño, 77 p.
BIBLIOGRAFÍA
Son numerosas las huellas glaciares de los
duración de la ruta hasta el Portillón es de
No obstante, a una hora de marcha y tras
•
•
científico y la divulgación social de éste.
aquí, sin necesidad de llegar al Portillón, se
aprecia una magnífica vista de los Montes
La dinámica recesiva, que han tenido desde principios del siglo XX, hace pensar que
pudieran desaparecer a medio plazo o que,
si no se llega a ese extremo, los glaciares puedan convertirse en formas menores, como heleros. Por ello, consideramos
especialmente importante su conocimiento
Actas del VII Congreso Nacional de Medio
Ambiente. Madrid.
•
del Valle J., Rodríguez C., 2004. Análisis de
la calidad ambiental y paisajística del entorno de los ibones del Pirineo aragonés.
Javier del Valle
Dpto. de Geografía y Ordenación del Territorio
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad de Zaragoza
directamente relacionados con la alta montaña o en ciertos medios científicos. En los
Glaciares superior e inferior de Monte Perdido.
*Fotografía por Javier del Valle