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Juego de
equilibrios
Esta vivienda señorial requería una decoración
en consonancia. El interiorista Diego Rodríguez optó
por el juego entre clasicismo y diseño en un magnífico
ejercicio de equilibrio
Estilismo: Candela Lecanda Fotos: Luis Visconti Texto: Helena Matías
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Los ambientes tienen
un punto masculino
dada la profusión de tonos
sobrios y detalles como
la tapicería de cuadros
ESTAR (páginas anteriores y éstas). El biombo
es un diseño de Diego Rodríguez, al igual que
el sofá y el sillón gris con la trasera de madera
de palisandro tapizados en terciopelo de ZR.
doble caída. Las cortinas de terciopelo
con aplicaciones en seda y los estores de lino
gris se confeccionaron con telas de Andrew
Martin. A la izquierda, consola de Usan.
salón. La estantería, de roble teñido en
color moca, es de Diego Rodríguez.
La alfombra es de Zigler y las mesitas lacadas,
de Usan. De la misma firma es la butaca
que cierra la zona de tertulia, que fue tapizada
con un cuadro príncipe de Gales de Abitare
Aldeco. Sobre ella, cojín rosa de M CH y
diseño de cuadros de C&C Milano.
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P
ara el interiorista Diego
Rodríguez, del estudio
Concepto DR, el reto
en todos sus proyectos
es lograr atmósferas cálidas
y envolventes, en las que
apetezca quedarse: “Conseguir una
sensación de hogar vivido, aunque
obviamente todo sea nuevo”.
Todo un reto sobre todo si tenemos en
cuenta la singularidad de esta vivienda
de 740 m2 –que comercializa Eleveté
Exclusive Homes– perteneciente a una
finca catalogada y a tan sólo un minuto
del Parque del Retiro. De ahí que el
objetivo de Diego Rodríguez pasara
necesariamente por actualizar
los ambientes, aunque sin perder el
alma señorial que transmitía su
arquitectura. “Particularmente
me gusta la mezcla de muebles
y elementos ligeramente clásicos
con otros contemporáneas, pero
sin llegar a los extremos. Es cuestión
de matices, de sutiles pinceladas.
Lo que busco es la armonía y la paz
visual”, comenta el interiorista.
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La calidez, la elegancia y la sofisticación que transmite
el terciopelo potencia la riqueza de los ambientes
detalles. La bandeja y los cuencos de
porcelana blanca, así como la tetera y las flores
artificiales, fueron adquiridos en Sia.
comedor. La mesa es un diseño de
Usan realizado en madera de roble teñida
en tono moca. Se combinó con unas butacas
tapizadas con un tejido de terciopelo en color
vino de la firma Ardecora. El decorador diseñó
un aparador a medida, al que le dio el mismo
color que la mesa, aunque un acabado
distinto, en laca brillo. Vajilla de Sia.
conectado con el salón. El comedor
se abre al salón a través de dos puertas
correderas. En la pared destaca un colorido
cuadro realizado con una tela estampada
de Jacob Schlaepfer y un marco lacado.
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Entre las piezas de aire clásico –señala el
interiorista– destaca la consola que hay
apoyada en la trasera del sofá, mientras
que el toque más actual lo ponen piezas
como las mesitas de centro lacadas
o la lámpara de suelo, de cintas blancas.
El resto de mobiliario, en su mayoría
diseñado por Diego, se caracteriza por
sus líneas rectas y atemporales, como se
aprecia en la estantería baja del salón o
la mesa del comedor, de madera teñida.
Lo paradójico es que el interiorista
busca la armonía y la paz visual sin huir
de los contrastes de color. Y eso
demuestra su sabiduría en el oficio:
“Lo importante es el conjunto, que todo
encaje. Es cierto que las cortinas negras,
con la importante altura de la pared,
pueden impresionar, pero en este
espacio se integran bien y logran
un efecto muy compensado”.
Muy equilibrado está también el juego
masculino-femenino de los coordinados
y textiles, pues Diego no dudó en
alternarlos de una forma absolutamente
natural. Frente al toque sobrio y
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DETALLE. Integrado en una columna, se
dispuso un dispensador de agua fría y cubitos.
Este electrodoméstico, en acabado de acero
inoxidable, es de la firma Neff.
isla central. Aunque la casa era nueva,
Diego Rodríguez vio la necesidad de intervenir
en la cocina para ganar metros. Para ello
tuvo que anexionar una estancia contigua.
Con esta reforma pudo disponer una gran isla
y una zona de despensa. Los muebles de
cocina son de la marca Horstman Group.
El office se compone de una mesa, modelo
Less, de Molteni, y unas sillas Trans, de Fasem.
armarios. La pared reservada como zona
de despensa y almacenaje aloja también los
electrodomésticos. Todos son de Neff.
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masculino que imprime el estampado
de cuadros príncipe de Gales de la
butaca, hay piezas extraordinariamente
femeninas confeccionadas en sedas y
terciopelos. Precisamente el terciopelo es
uno de los tejidos más utilizados en las
tapicerías. “Pero no se trata de un
terciopelo clásico de brillo, sino de
textura seca”, matiza Diego.
Otras telas tan lujosas como la seda, el
lino o la piel contribuyen a mantener el
alto nivel decorativo de los ambientes.
Para este proyecto, se eligió un esquema
basado en un trío de color sereno,
elegante y actual: arena, blanco
y negro. El arena lo reservó para los
revestimientos, con el mármol travertino
que viste el suelo y el no menos refinado
estuco de la pared. “No es el clásico
estuco veneciano. La diferencia es que
en éste las paletas son más largas, lo que
da un resultado más suave, discreto y
actual”, añade el interiorista. Además,
nos confiesa, el estuco le ayudó a
disimular las molduras de escayola
originales, que en su opinión “no eran
muy bellas ni muy importantes”.
Los armarios altos de
la despensa se revistieron
con un elegante acabado
en color moca
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en blanco y negro. El papel pintado,
con aplicaciones que imitan el terciopelo negro,
centra el foco de atención en la pared; se trata
de un pieza de Kemen. La mesita de noche es
un diseño, en laca brillo y cristal, del decorador
Diego Rodríguez. Las lámparas las adquirieron
en Iluminación E. Lezcano. Flores de Sia.
junto a la ventana. En un rincón
privilegiado por las vistas y la gran luminosidad,
se dispuso una chaise longue de la firma Usan.
La manta gris con flecos, confeccionada con
alpaca, es de Nobilis.
dormitorio. La cama es un diseño de
Diego Rodríguez con el cabecero tapizado en
piel. La ropa de cama procede de Zara Home.
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Los toques de negro los utilizó en
el escultórico biombo de laca y cristal
que dispuso junto a los ventanales y que
le ayuda a delimitar la zona de entrada
al salón respecto a la de tertulia.
También en un impactante negro, las
cortinas de terciopelo con aplicaciones
en seda tienen más de tres metros de
altura. Atento a los juegos visuales, el
interiorista escogió una doble caída, que
combina las cortinas con unos estores
de lino gris: “Al haber muchas ventanas
en línea me pareció que los estores,
al poderlos instalar a distintas alturas,
establecían un lenguaje visual mucho
más atractivo que unos simples visillos”,
comenta Diego, convencido de que de
esta forma consiguió una imagen
mucho más joven y fresca.
El tercer color de la paleta, el blanco,
tiene si cabe un mayor protagonismo
en el dormitorio principal. “Cuando
eliges una gama de color para el salón,
ya sabes que la tienes que ‘pasear’ –
aunque con cautela– por todas las
estancias. Diría que es la única forma de
conseguir que la casa desprenda unidad
Los grandes rosetones del papel pintado
otorgan el protagonismo a la pared del cabecero
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detalle (arriba a la izquierda) La grifería
de la ducha es de la firma Grohe.
cuarto de baño. Las tres áreas de uso
se hallan perfectamente delimitadas, aunque
mantienen la comunicación visual. Para revestir
suelos y paredes se utilizó un bello mármol
pulido en dos colores. Los sanitarios,
suspendidos, son de Flaminia y Bathco.
dormitorio. A los pies de la cama, se
hallan dos butacas blancas con sendos
reposapiés; son de la firma Usan. La nota de
color sobre la tapicería blanca la ponen los
cojines de MCH. Sobre la cama, manta de
Minotti. La alfombra de lana es de Urtama, y
las cortinas y los estores se confeccionaron
con telas de la firma Carlucci.
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y coherencia decorativa”, explica Diego,
al mostrarnos la suite, que cuenta con
un espacioso baño, en el que se
pudieron delimitar las tres zonas de uso.
En el dormitorio, el trío de color del
salón se transformó en el binomio
blanco-negro, dando lugar a un
ambiente muy sofisticado y actual.
Incluso los clásicos rosetones de las sedas
antiguas, que son el motivo resaltado en
el papel de la pared del cabecero,
adquieren en este ambiente un aire de
gran modernidad. Diego apostó por las
tapicerías en impoluto blanco y por
las líneas curvas, muy femeninas,
para piezas como las butacas o la
chaise longue. El decorador jugó
asimismo con las texturas para abrigar
el ambiente: la lana de la alfombra, el
terciopelo de los cojines o la calidez
del pelo de la manta. El resultado
es justamente el que pretendía:
una atmósfera serena y vivida, que
actualiza, con nuevos matices, la
imagen clásica del estilo señorial. n
VER GUÍA DE TIENDAS
El contraste del blanco y el negro se radicaliza en el
dormitorio dando lugar a un ambiente vibrante y enérgico
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