Siglo nuevo
Transcripción
Siglo nuevo
Siglo nuevo Tribus en 26 • Sn Siglo nuevo la ciudad do r e u c a s e d l e la postura d S e han creado a sí mis mos para diferenciars e de los demás, pero a la ve z para agremiarse. Ju ntos, como los clanes al pr incipio de los tiempos, los representantes de las cont raculturas gritan “som os diferentes” por las calles de las grandes ciudades . Hoy lo invitamos a conocer lo qu é hay detrás de las trib us urbanas, quiénes las conforman y cuál es la postura qu e af afiirm rman defender a través és de su imagen y actit ud. POR: DULCE RAMO S FOTO: EFE / ARCHIV O SIGLO NUEVO Sn • 27 Siglo nuevo T res pares de piernas femeni- delineados de negro con dramatismo. traños’ es tan común, que la gente ya nas cuelgan de una barda. Las -¿Ustedes son emo?? -se les pregunta no los nota. Son parte del paisaje citadiforran estrechísimos panta- y responden con una sonora carcajada. no a lo ancho del mundo. Subculturas lones entubados que rema-No. Nada más nos gusta esta ropa. o contraculturas para los sociólogos. tan en tenis Converse. El calDespués de varios minutos de char- Tribus urbanas para los ciudadanos de zado -dos pares negros y uno morado- la, una de ellas -Laura, que está por cum- a pie. Denominaciones aparte, estos tiene una pátina de suciedad. Las chi- plir los 17- lo acepta. “Sí somos, pero si grupos se conforman por ir a contracocas conversan tranquilas. En sus ca- sale en un reportaje mi mamá se va a rriente en lo estético, lingüístico, polímisetas ceñidas, el fondo oscuro con- enterar y a ella le da miedo todo eso. Pien- tico y otros factores. La moda, su jerga, trasta con motivos infantiles en colores sa que nos cortamos y que siempre es- la música que escuchan e incluso los sipastel. El cabello de las tres está corona- tamos en la depre”. tios que frecuentan les dan carácter. do por moños y flequillos lisos. Los ojos En algunas zonas del país la presenEntre los primeros en referirse a ede una están cia de chicos con este y otros perfiles ‘ex- llos como tribus urbanas está el francés Michel Maffesoli, que en 1988 publicó el libro El tiempo de las tribus: El declive del individualismo en las sociedades posmodernas. Fundamental en la llamada ‘sociología de lo cotidiano’, Maffesoli los definió como “microgrupos de personas que comparten intereses comunes en las áreas metropolitanas”. Pero no sólo las inclinaciones semejantes congregan a los integrantes de una tribu. Su visión del mundo y su comportamiento también les arropa. El ejemplo que da el especialista francés es el de los punks, pero si de tendencias se trata, punks el mundo está lleno de contraculturas que en cada país se adoptan y se adaptan. Emos, punks, góticos, hippies, skaEmos tos.. Son muchas y muy variadas las denominaciones y creencias que sostiene cada uno de ellos, pero en la gran mayoría se perfilan dos características: rebeldía, marginación y rechazo a los convencionalismos. Por algo son contraculturas. Cosplayer s EL ORGULLO DE ESTAR A DISGUSTO L as contraculturas son tan viejas como la Historia misma. Hay quienes consideran que los bohemios y los románticos del siglo XIX, que surgieron como respuesta puesta a la Revolución Industrial, son claro ejemplo de una porción de la 28 • Sn Siglo nuevo Hippies población que se reveló ante lo establecido. Sin embargo, es a partir de de los más entendidos del para pertenelos años cincuenta y sesenta cuando fenómeno contracultural en el país. En cer a una tribu urbana es necesario estalló el rechazo a las convenciones su opinión, experimentar los límites es cumplir con diversos códigos. sociales, con expresiones como el repu- uno de los aspectos que da forma a las dio a la bomba atómica o a la guerra de subculturas. “Hay quienes se sienten aUN NOMBRE Vietnam. traídos a ello y empiezan a cambiar su PARA UNA IDENTIDAD “Los grupos urbanos buscan intro- forma de ver el mundo, no obstante la ducirse a una sociedad saliéndose de verdadera contracultura se gesta en el la misma. En ella, indagan normas y lí- underground underground. En una marginalidad que e ha dicho ya que tal vez las mites que seguir”, dice la Doctora en no saldrá en la tele ni en los periódicos”, primeras manifestaciones Psicología Diana Rodríguez, miembro asegura. contraculturales apareciede la Sociedad Psicoanalítica de Méxiron tras la Revolución Indusco, quien ha enfocado su trabajo al estu- ‘Libertad’ condicionada trial, pero apenas en los odio de las subculturas que rondan por Pero mientras las tribus urbanas de- chenta comenzaron a ser vistas como las grandes metrópolis. Para ella, el fac- mandan libertad, los expertos ven una fenómeno de una sociedad posmodertor que los une independiente del mo- dicotomía, pues para pertenecer a ese na y etiquetadas como tribus. Sociólovimiento o creencia que representen, conjunto que clama poder ir “a su aire” gos, psicólogos y otros expertos coincies “mostrar un disgusto”, pedir un cam- hay que cumplir varias normas. Como den en que quizá la primera tribu urbabio social y señalar aquello con lo que ejemplo, la Psicóloga Rodríguez men- na que pudo ganarse ese título fue la no están de acuerdo. Esa es la puntada ciona a los skatos: “Deben usar tenis de de los hippies. Si bien perduran hasta que hilvana y cohesiona a todo sector tal marca, vestir de una forma especial, nuestros días, surgieron en respuesta contracultural. aspiran a tener la mejor patineta y a a la intención de romper con el ambien“Ir contracorriente es un orgullo. darle su toque personal. Se reúnen en te encorsetado de la posguerra y en un Es una actitud ante la vida”, afirma al- determinados sitios, escuchan un mis- rechazo contundente al conflicto béliguien que no sólo sabe de ello, sino que mo tipo de música, siguen a un líder y co de Vietnam. Pugnaron por el natuvive de ello. Carlos Martínez Rentería, están sometidos a reglas o a metas”, a- ralismo, se alejaron del consumismo, Director de la revista Generación y uno punta. Cualquiera que sea su nombre, experimentaron con drogas y tomaron S Sn • 29 Siglo nuevo como bandera el rock psicodélico de Jefferson Airplane y The Grateful Dead, el blues de Janis Joplin y a exponentes folk de protesta como Bob Dylan o Joan Baez. A partir de esa explosión, la historia posmoderna se pintó de clanes variopintos en todo el mundo. Surgieron en los países más desarrollados y se han ido desperdigando. Hoy en día Japón se ubica como uno de los puntos donde se manufacturan muchas de ellas. Un ejemplo son los cosplayers cosplayers, jóvenes cuyo gusto por algún personaje caricaturesco o de videojuegos es tan grande que adoptan su apariencia y salen a la calle disfrazados de él. El Tokio de los años setenta comenzó a ver estos chicos exclusivamente en las ferias de cómics, y poco a poco empezaron a salir a las calles. Algunos grupos permanecen, pero otros son absorbidos y se vuelven parte del llamado mainstream (anglicismo usado en Sociología para definir la ‘corriente principal’). Por ejemplo, en un principio rockeros y metaleros (seguidores del género heavy metal) eran vistos por los sociólogos como una tribu, sin embargo se han camuflado por lo comunes que resultan hoy en día sus gustos y vestimenta, así que han dejado de considerarse como una manifestación contracultural. Actualmente hay “de todo, como en botica”. La inconformidad con la sociedad establecida tiene muchos matices, colores y notas musicales. Estos son algunos de los rostros más visibles. lolitas Punks En la esquina de Madero y el Zócalo capitalino, un cuarentón llama la atención. Su rostro está untado con un maquillaje blanquecino que le cuartea la cara. Lleva cadenas en sus pantalones y su cabello se levanta en innumerables y alargados picos. Usa lentes de contacto de fantasía, que dan a sus ojos un color blanco, y pide monedas a cambio de unos panfletos con información de su movimiento. Se niega a dar su nombre y su edad y pide que sólo se le identifi30 • Sn que como Army. “La gente piensa que todos los punks somos va- un joven inglés de gos. Yo sí soy medio flojo, pero no agre- piel blanca y cabeza rapada. Camina sivo. Aunque me vean así”. por las calles de Manchester en comLos punks nacieron en Gran Breta- pañía de sus amigos, una banda de afiña y en Nueva York a fines de los seten- cionados al Manchester United (¿hay ta, junto con una corriente de música otro?). Al doblar la esquina un pequeño extrema marcada por rápidos de gui- conjunto de seguidores del Liverpool, tarra. Dos emblemáticos exponentes equipo visitante, está a la puerta del bar de esa época: The Ramones y The Sex local. La sola presencia inicia la pelea. Pistols. Es la segunda mitad de los sesenta. Con los años la música se ha suavi- La pasión por el fútbol de la clase obrezado y hecho más sencilla, pero la ideo- ra inglesa vio nacer a este movimiento logía punk permanece intacta: la filoso- de jóvenes de ruda apariencia: botas de fía do it yourself (hazlo tú mismo o a tu trabajo negras, jeans, camisas de cuamanera), rechazar una percepción ma- dros y tirantes. Pero sobre todo impacniquea de la vida y las manipulaciones. taba la cabeza afeitada en una época en que los hippies no tenían mayor cuida Skinheads do por el cabello. Los skinheads (cabezas Una bufanda roja alusiva a su equipo rapadas) eran amantes de la diversión, de fútbol favorito cuelga del cuello de el rockabilly, el sexo, la cerveza y las pe- Siglo nuevo leas a puño limpio igual en la calle que Góticos tras Hispánicas. Cursaba la preparaen las gradas del estadio. “Lo que me gusta de la tendencia góti- toria cuando empezó a sentirse atraíLejos de la idea que se tiene hoy día ca es el interés por rescatar las mane- da por la ropa oscura y aterciopelada, y que los vinculan con el racismo, los skin- ras de la época victoriana”. Susana Mar- por la música que escuchaba el más joheads surgieron en contraposición a la tínez está a punto de cumplir los 24 a- ven de sus tíos. Para dar su testimonio, burguesía inglesa. En un principio no ños y por graduarse de la Licenciatu- ha citado a Siglo nuevo en el lugar que se podía imaginar a uno de ellos que no ra en Le- frecuenta casi cada fin de semana: el llevara en su indumentaria la bandera Tianguis del Chode Reino Unido, sin embargo la migración de jóvenes jamaiquinos y paquistaníes hizo que el movimiento cambiara de objetivo. La clase que representaban vio amenazada su fuente laboral. Las batallas que emprendieron contra los migrantes les dieron la fama de racistas. Fueron perseguidos y encarcelados en su mayoría. Los que lograron escapar a la policía, cambiaron su apariencia. punks Emos Atrás quedaron los días de 2008 cuando los emos,, tribu marcada por la melancolía y la tristeza, fueron atacados por góticos y punks bajo el argumento de que les copiaban sus tendencias. Hoy conviven en paz, al menos en la Ciudad de México. Lucía Sánchez tenía entonces 15 años y recuerda: “Empezamos a juntarnos aquí afuera del metro Insurgentes y los demás nos veían feo. Decían que los estábamos imitando, pero somos muy diferentes”. Los emos se gestan entre los ochenta y noventa en Estados Unidos. Su música es el emotive hardcore, género que tiene tintes de tristeza y rechazo a la incomprensión de la sociedad. Al individualismo. Existe xiste la creencia de que los emos se autoinfligen daño, pero Lucía lo descarta. “Algunos lo hacen, cen, pero al menos entre mis amigos migos eso no pasa”, cuenta la chica, vestida con pantalón negro ajustado y blusa negra con la figura de Hello Kitty delineada en blanco y rosa. Su cabeza está adornada con una diadema morada rematada en un moñito. Sn • 31 Siglo nuevo po, templo comercial de las contraculturas, ubicado en el Distrito Federal. Entre discos de vinilo, mantas repletas de mercancía y parafernalia dark, explica su nacimiento gótico. Viste una larga falda negra, una camisa color berenjena, botas industriales y de su cuello pende un camafeo. Los ojos ma- quillados con sombra negra le hacen Skatos palidecer. En la esquina de San Cosme y CircuiLos góticos (también llamados darks to Interior, en la Ciudad de México, el o despectivamente darketos)) nacieron bajo de un puente sirve de curva para en Reino Unido a mediados de los ochen- una veintena de chicos con sus patineta, tomados de la mano del rock gótico. tas. Tenis Vans o Converse impulsan Escuchan death rock, música industrial, los cuerpos de estos adolescentes en dark wave y gothic metal. Su principal general delgados. Entre ellos destaca influencia es la literatura de terror del una chica. Mariana de la Cruz tiene 15 siglo XIX. años y es bastante más corpulenta que sus amigos, y un poco menos diestra con la patineta. “La patineta se popularizó en los ochenta en Chicago y en California, cuando se empezaron a hacer concursos. Andar en ella era considerado como el deporte de los punk, pero a estas alturas ya no tenemos mucho que ver con ellos”. Los compañeros de Mariana tienen los pantalones flojos, algunos a media nalga, y dejan asomar la ropa interior. A simple vista, ninguno rebasa los 18 años. A su lado, las conversaciones pueden ser indescifrables. Lip, flip, grind. grind Los nombres de los trucos, así como su dificultad, sólo se entienden dentro del grupo, que mientras patina escucha música punk. s k in h e a d s Hippies El departamento de Lizette Juárez huele a incienso. Esta Licenciada en Relaciones Internacionales dice que heredó el gusto por lo natural de sus padres, psicólogos que experimentaron con marihuana en los setenta y que pasaron su juventud escuchando música de protesta. “No sé bien si soy hippie, pero si serlo significa ir contra la moda, respetar las creencias de los demás y a la Naturaleza, entonces sí lo soy”. Se declara enemiga del consumismo, pero su librero está retacado de tomos y películas ‘pirata’. En su cuarto los aretes y collares de aspecto indígena se cuentan por docenas. Nacidos en medio de la protesta por la guerra de Vietnam, sobre todo en California, los hippies escuchan rock, groove y folk. Hicieron suya la revolución 32 • Sn Siglo nuevo sexual y algunos también los alucinógenos. El hedonismo, el ecologismo y el rechazo a la sociedad de consumo los marcaron. Esta es quizá una de las tribus en las que se ven miembros nostálgicos por aquel surgimiento en los sesenta, y aunque ya peinan canas se niegan a abandonar su forma de vida. Sharps La carga supuestamente segregacionista de los skinheads sobrevivió a lo largo de varias décadas. Para los años ochenta una porción de ellos se escindió del nacionalismo racial para adoptar ideas más socialistas y hasta comunistas. Así surgieron los sharps, siglas de skinheads against racial prejudice (cabezas a rapadas contra los prejuicios raciales). Conservaron la imagen agresiva, el gusto por la cerveza y las peleas, las botas de trabajador de la industria del acero y los jeans,, pero reemplazaron las camisas de cuadros por playeras y cargaron sus chaquetas de cuero o mezclilla con parches antinazis o con símbolos comunistas. También cambiaron la música y se orientaron más hacia el reggae, el rocksteady y el ska. El objetivo de los sharps se transformó y combatieron a la ultraderecha que se había infiltrado en el movimiento skin. El símbolo del sharp es un casco troyano, en alusión a la empresa discográfica Trojan Records, especializada en los géneros musicales que escuchan. g ó t ic o s Xtrials En la misma esquina que los skatos, pero horas antes, llega una horda de adolescentes con bicicletas. No se ponen de acuerdo en su nombre. Para unos son bikers, para otros BMX (pronúnciese bímex), pero lo más común es que se autodenominen xtrials. En lo que sí coin- ciden es en intentar toda suerte de trucos en su vehículo. te bermudas holgadas. Martín Robles tiene 17 años. Su del- Del casco y las rodilleras se olvida la gadez le ayuda a mantener el equilibrio mayoría. “Unos porque no tenemos dide la bicicleta en una sola rueda o a su- nero, otros nomás por machines”, conbir y bajar escaleras montado en ella, fiesa. En sus prácticas el repertorio mua saltitos. “¿Quieres ver?”, presume. sical no está definido. “Unos escuchan “Éste es un deporte individual y el rock, pero hay a quienes les gusta el rechiste es probarte a ti mismo, demos- ggaeton. Escuchamos de todo, porque trarte que no hay límites”, relata sudo- básicamente vinimos a hacer trucos, roso. Al igual que sus compañeros, vis- no a bailar”. Sn • 33 Siglo nuevo CLANES EN MEXICO A unque parezca que todos los grupos que se ven en el mapa mexicano se han gestado en el extranjero, hay quienes estiman que las hay nacidas aquí o con influencias y elementos del país. El escritor mexicano José Agustín ubica a los pachucos como una de las primeras tribus urbanas, incluso antes del surgimiento de los hippies. Jóvenes de ascendencia mexicana, nacidos o criados en Estados Unidos a finales de los cuarenta, se rebelaron contra la marginación y la discriminación. Formaron pandillas y establecieron al barrio como su patria y a las calles como su territorio natural. Se peleaban y emborrachaban, cometían atracos y todo el tiempo tenían dos por el antropólogo Enrique Marroque torear a la policía y a los blancos más quín jipitecas (contracción de ‘hippies azracistas,, describe el escritor en su libro tecas’ o ‘hippies hippies toltecas’), los hippies meLa contracultura en México (DeBolsillo, xicanos adoptaron y hasta la actualidad 2007). siguen usando huipiles, faldones, camiEl apelativo pachuco,, cuenta el mito, setas y pantalones de manta. proviene de un chico nacido en PachuEntre las tribus más populares en ca y residente en Los Ángeles. Era un territorio nacional están los emos, los personaje bravucón, líder de una banda punks, los góticos y los skatos. Y poco a de rufianes, que al poco tiempo se vol- poco se ve por las calles de las grandes vió temida en los suburbios. Su vesti- urbes a jóvenes que adoptan la moda, menta habitual era el zoot suit suit,, un traje vestimenta y música de lugares tan le‘tintanesco’ de pantalones anchos, saco janos como Japón. En convenciones de grande, y en la cabeza casi siempre un cómics, o de vez en cuando paseando sombrero fedora. Todo al más puro estiti- en el centro de las grandes ciudades, se lo de los jazzistas afroamericanos, con observa a las llamadas lolita, como se quienes compartían la marginalidad, la denomina en suelo nipón a las chicas pobreza y posteriormente el atuendo. que adoptan el estilo de las muñecas Otro de los clanes que llegó a Méxi- victorianas. Moños, holanes, encajes, co y que a diferencia de los pachucos ha calcetas: las chicas recorren las calles persistido son los hip- vestidas como verdaderos juguetes anpies.. Llama- dantes. También los cosplayers, y si bien aquí los disfraces no skatos 34 • Sn Siglo nuevo son tan elaborados como los que se ven en Japón, los jóvenes hacen lo que pue- alguno de estos calificaden con lo que tienen a su alcance. tivos? Para la mayoría de “Es en las grandes ciudades donde se la sociedad, estos chicos concentra el surgimiento de las tribus no tienen juicio, beneficio, ni mucho meurbanas”, dice José González Núñez, Di- nos oficio. Pero quienes los estudian orector del Instituto de Investigación en pinan diferente. De acuerdo con alguPsicología Clínica y Social (IIPCS). Y es nos expertos, esa falta de quehacer es que si ir a contracorriente genera mira- justamente su función, por extraño que das de asombro en las metrópolis, en las parezca. localidades pequeñas ser ‘diferente’ o “Las subculturas aportan una nueformar parte de uno de estos clanes no va forma de vida”, opina la Socióloga y sólo es mal visto, sino incomprendido. Psicóloga Patricia Rizo. “Se encargan Pero lo cierto es que no importa el tama- de señalar aquello con lo que están en ño de la región. Cuando aparece un gru- contra y cuáles son los efectos en la sopo diferente, los ojos de extrañeza, los ciedad. Su forma de vida dice: ‘estoy en juicios y las dudas surgen hasta por de- desacuerdo con algo’”. Cita como ejembajo de las piedras. plo a los góticos. “Es un grupo que está pidiéndole a la gente que voltee a verlo y señala un vacío”. Para Rizo cada uno de estos conjuntos hace su propia llaSIN JUICIO mada de atención a la población y es ese NI BENEFICIO? grito el que le permite abrirse un nicho. ándalos, drogadictos, holgaPertenecer a una tribu no resulta zanes e incluso locos. ¿Cuán- barato. Según la elección “hay que tetas veces no ha visto a un ner dinero para comprar cómics, o para miembro de una tribu urba- el vestuario ad hoc. A la bicicleta hay na y ha espetado o pensado que hacerle adecuaciones. Los amantes emos V de la patineta deben personalizarla y todo eso tiene un precio”, señala Patricia Rizo. Al ser jóvenes la gran parte de los partidarios, dependen del dinero de sus padres o de trabajos ocasionales para solventar su diferenciación social. Sin embargo la marginalidad no exime a nadie de tener un modo de vida y un sustento. La sociedad ‘normal’ está molesta con ellos en general porque creen que no hacen nada. No obstante “quienes no son adolescentes pocas veces viven del dinero que les da su familia”, asevera la Doctora en Psicología Margarita Díaz, y menciona el caso de Jesús, un gótico. “Los fines de semana usaba pantalones estrechos, una gabardina que caía como capa medieval y se pintaba las uñas. Pero en días hábiles iba a trabajar como Ingeniero en Sistemas en un banco, vestido con camisa y pantalón formales; eso sí, casi siempre de color negro”. Al momento en que un joven se inSn • 35 Siglo nuevo s h a r ps corpora a un clan urbano es sólo eso, un joven, ya sea de edad o 40 años”. Así, el pade corazón. Habla la Psicóloga Diana so a la madurez es lo que marca el aRodríguez: “Los chavos entran como u- coplamiento de una persona a una trina forma de transición, y cuando deci- bu con la cual identificarse. ¿Cuándo mos que son adolescentes, aclaremos saldrá de ahí? No hay fórmulas, reglas que puede haber adolescentes de 30 ó ni cronómetros. “Simplemente lo que tarde en poder integrarse a la llamada sociedad ‘normal’. El tiempo que sea necesario para dejar la adolescencia y entrar a la adultez”, explica Rodríguez. Aunque señala que en algunos casos interfieren las limitaciones físicas, si por ejemplo el grupo practica deportes extremos, pues a la mayoría le sería imposible continuar haciéndolo a partir de cierta edad. En términos generales, el adolescente que ingresa a una tribu vive una dicotomía. A pesar de que quiere hacer y deshacer a su antojo está buscando límites, y los encuentra en esos conjuntos, pues tienen códigos, lineamientos y gustos estrictos y cerrados. Pero sólo es está la característica en común que los expertos ven el entorno familiar de quienes se decantan por este camino. “Aunque queramos decir: ‘mi hijo es punk o darketo, o lo que sea, y no sé por qué’, la familia propicia que el chico se una a esa subcultura. Si revisamos todo lo que éste hace para pertenecer a ella, vemos que la familia favorece de una forma velada que él permanezca ahí”, advierte la psicóloga. Aun así los familiares suelen desaprobarlo. La falla radica en la comunicación. Hay padres que ante la imposibilidad de tener contacto con su hijo, ya sea por tiempo o por no saber cómo crear un nexo, prefieren que el joven esté en una tribu. Pareciera entonces que los grupos urbanos tienen el beneficio social de dar diversidad y pluralidad. A pesar de ello, mucha gente se empeña en verlos como seres ‘descarriados’ que en algún momento de su vida sucumbirán ante un destino del que nadie puede escapar: integrarse a la sociedad y ser lo más ‘normales’ posible. Al final del día, la última palabra, la tiene cada uno. § Fuentes: Doctora en Psicología Diana Rodríguez, miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México; Carlos Martínez Rentería, Director de la revista Generación; Doctor en Psicología José González Núñez, Director del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS); Socióloga y Psicóloga Patricia Rizo, profesora en la Universidad del Desarrollo Empresarial y Pedagógico; Doctora en Psicología Margarita Díaz, experta en familias; Lucía Sánchez, emo; Susana Martínez, gótica; Army, punk; Licenciada en Relaciones Internacionales Lizette Juárez, hippie; Mariana de la Cruz, skata; Martín Robles, xtrial. Asistente de investigación: Carlos Maldonado. 36 • Sn decora Siglo nuevo OTROS PAISES , OTRAS TRIBUS México DANZANTES: Son casi imperceptibles por ser parte del origen cultural del país. Se les ve en el DF, en el Zócalo o en las inmediaciones de la Catedral Metropolitana, danzando a ritmos prehispánicos. En su atuendo y filosofía buscan recuperar las raíces culturales de los mexicas y aztecas, incluso estudian la lengua náhuatl. JAPON, PRINCIPAL ‘ PRODUCTOR ’ En la actualidad, el país del sol naciente es generador y exportador de numerosas tribus urbanas, además de los citados cosplayers y lolitas. Muchas de ellas se reúnen en el barrio de Harajuku, donde se establece un mercadillo en el que se ofrece toda clase de extravagancias llamativas para las contraculturas. Estas son algunas de ellas: KODONA: Similar al estilo lolita, pero en los hombres. En su vestuario predominan los tonos oscuros y los encajes. Sus modales van cargados de finura. GANGURO: Es casi como toparse con un remedo de la muñeca Barbie. Al principio eran chicas con la piel bronceada y el cabello platinado, pero han incorporado mechones de colores y maquillaje mucho más dramático. DECORA: Broches para el cabello, peluches y decenas de accesorios delinean el vestuario de este grupo para el que el rosa es el tono obligado. La carga de collares, pulseras y prendedores es tanta, que a veces les cubre el rostro. VISUAL KEI: Son como una banda de rock sin escenario. Retoman el maquillaje cargado y peinados con formas dramáticas. Vestuarios oscuros y ceñidos, de cuero o látex. En ocasiones el género se confunde, pues hombres y mujeres visten y se comportan de la misma manera. OSHARE KEI: En japonés Oshare significa ‘con estilo’ o de ‘moda’. Se caracterizan por una estética infantil y el uso de colores estridentes, incluso en el cabello. Combinan rayas con cuadros y lunares sin importar patrones. Buscan transmitir inocencia. Son alegres y positivos. Argentina TURROS: En su origen lunfardo (lenguaje del tango) la palabra turro es sinónimo de mala persona. Usan gorras, anteojos y ropa deportiva de marca. Son similares a los raperos, pues usan joyería de fantasía de gran tamaño. Se agrupan en pandillas que suelen robar, iniciar peleas y consumir drogas. No son bien vistos por la sociedad. FLOGGERS: Nacen y prácticamente viven en Internet. Hacen amigos en flogs (sitios web donde comparten principalmente autorretratos y comentarios). Se reúnen en centros comerciales, usan jeans ajustados o mallas y tenis Converse. Su moda se asemeja a la usada en los ochenta, con todo y sus colores vivos. Sn • 37