Año 2007

Transcripción

Año 2007
AFIRMACIÓN OLIVARERA DE MORA
Lema: LOS PAJAROS DEL ALBA
Hoy Mora, silenciosa, purifica la imagen
De olivares remotos en colinas paganas.
Somos depositarios de una historia gigante,
Golondrinas viajeras que ensancharon las alas.
Hoy de nueve, suspensos en el alma de un rótulo,
Mis labios han besado consonantes sonoras,
Amigos que me amaron una mañana, rostros
Felices como el sueño de niños que se ignoran.
Son aquí los olivos comunión del pasado,
Rescaldos de existencia retenida entre muros,
El Algodor casas, los barbechos un pálpito,
Hidalga tierra madre de forjas y de escudos.
Hoy contemplo entre surcos un niño que renace
Con un juguete nuevo que nadie le compró,
Una aguja dorada que se clava en la sangre
Y sólo así supimos que existe el corazón.
Hoy quisiera mirarme con todos vuestros ojos,
Caballero manchego por callejas y plazas,
Ser ave migratoria que vuelve cada otoño
Con devoció de auroras y plumas de esperanza.
Me vienen al recuedo lso surcos, los olivos
Supados en laderas como soldados viejos,
Doncellas con el alma del color de los lirios
Que alzaban en los ojos luciérnagas de fuego.
Alboradas rojizas, soledades extensas,
Leyendas medievales sobre confines rotos,
Aliento que se escapa del fondo de la tierra
En liturgia manchega de aceite generoso.
Amo los campanarios, petrificadas lanzas
Sobre olivos y viñas como mares sin olas;
Amo la tierra seca, la piel de las muchachas
Que llevan en el pecho sus cruces redentoras.
Yo estoy participando del orden de esta tierra,
Figura equilibrado, claro rostros extendido.
Hoy cruzo campos fértiles y el corazón me suena
Como una rosa abierta por todos lso caminos.
Hoy os saludo, hermanos. Aquí, junto a vuestros,
Mi corazón se sale por la boca del campo.
Nada importa que el tiempo marchite nuestros rostros
Y en los árboles viejos no se posen los pájaros.
Olivos: sentimientos de blancura flotante,
Reliquias jubilosas colgadas en la historia.
Sube aliento de orillas mojadas y en el aire
Se diluye pureza de cigüeñas remotas.
Caricia desgajada del sol: hermosa tierra.
Hoy me rindo a tus muros ,hoy tu templo convoco,
Senderos polvorientos, rebaños, torrenteras
De escamas encendidas, al alma de los pozos.
Yo confirmo esta tarde ,camaradas austeros,
Que somos testamento de razas orgullosas,
Que hay que elevar el alma sobre horizontes secos
Y saltar cada noche sobre cada derrota.
Los caminos abrevian magnitudes confusas,
La presencia curvada de un amor genitivo.
¡Qué bello matrimonio de cielo y de llanura!
¡Qué enorme puerta abierta gestando su destino!
Elevan las besanas inundación de besos,
Camciones campesinas en lenguas vigorosas;
Pechos nobles que estallan y salpican por dentro,
Rebelde inteligencia brillante entre la sombra.
Mora: madre dichosa, profundo panorama
Con norias en sufragio de corazones lentes,
Bermejales dormidos que la sombra apuñala,
Torres como jinetes sobre caballos muertos.
Mora: gran privilegio de evolución cumplida,
Promontorios rocosos con majestad de púlpito,
Labradores honestos que contemplan la vida
Sentados como reyes a la orilla del mundo.
Mora: Profundo grito de náufragos lejanos,
De misales, tabernas, ayunos, rogativas,
Pupilas incendiadas que saltan al espacio
Y dios dibuja en ellas plural fotografía.
Destellan calles blancas ancladas en el tiempo,
Olivos que gobiernan horizonte de pájaros,
Paredones testados donde quema el silencio,
Romances opulares alrededor de un tránsito.
Hoy de nuevo mis pasos, sedimento de escarcha,
Recorren amplitudes que ensanchan sentimientos,
Piedra vieja colgada sobre el pecho del agua
Por la cual se desliza la serpiente del tiempo.
Almazaras convocan plenilunio de fiesta,
Labios agradecidos que recitan y cantan,
Corazones freternos donde gita la ausencia
Lo mismo que una torres sediente de campanes.
¡Puerta sin dimensiones! Campos duros amplían
Pupilas incendiadas que todo lo retienen.
La vida olivarerra se cumple en otra vida
Y el brillo de los muertos alumbra la simiente.
Hoy contemplo estos campos ,su sencillez remota,
Labios aprisionados en arcos de esperanza.
Hoy cruje entre los dedos el cráneo de la historia
Mientras los pies definen la dimensión de un mapa.

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