Familia y Sociedad - Departamento de Trabajo Social

Transcripción

Familia y Sociedad - Departamento de Trabajo Social
“El saber de mis hijos
hará mi grandeza”
Savia No.10 Revista del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Sonora
Número 10
ISSN 1870-9389
Familia y Sociedad
Universidad de Sonora
SAVIA. Año 11, No. 10, noviembre 2011-noviembre 2012,
es una publicación anual editada por la Universidad de
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el Departamento de Trabajo Social Blvd. Luis Encinas y
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de noviembre de 2012 con un tiraje de 300 ejemplares.
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Jaime Alonso Espinoza Muñiz
Joel Verdugo Córdova
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Maren Von der Borch
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María Engracia Carrazco Valenzuela
Olivia Peralta Montoya
Patricia Moya Grijalva
Diseño de portada e interiores:
Departamento de Desarrollo y Producción Editorial.
Ilustración de portada: Familia sonorense 1972.
Fotografía: Archivo familiar: Familia Mendoza Von der
Boch, Navarro Gautrín y Eleazar Borquez.
Maren Von der Borch y Manuela Guillén Lúgigo.
Datos de contacto para la publicación: División de Ciencias
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Encinas y Rosales s/n, Edificio C, Planta Baja, Col. Centro,
C.P. 83000, Hermosillo, Sonora, México. Tel. (662)259
51-76 correo electrónico: [email protected].
1
Editorial.................................................................................................................................... 3
Análisis
Familia contemporánea. Trozos para (re)pensar la(s) realidad(es) latinoamericana(s)
María Candelaria Sgró Ruata................................................................................................... 4
A propósito de la intervención con familias transnacionales. O la intervención
como frontera
María Gabriela Pombo............................................................................................................11
La protección social en la Argentina de los últimos 20 años, del “beneficiario” al
“sujeto de derecho”
Ignacio Prieto Belzunce.......................................................................................................... 20
Responsabilidad familiar y suerte: relaciones con el pensamiento de Maquiavelo e
implicaciones para trabajo social
Osvaldo Agustín Marcón ....................................................................................................... 25
Investigación
A la escucha de los niños y los jóvenes. Familia, escuela y participación social en
un poblado costero de Sonora
Maren Von der Borch
Marisol Mendoza Muñoz
Yolanda Ravelo Abrill.............................................................................................................. 35
La estructura familiar de niños en riesgo de callejerización en la Delegación
Coyoacán, D. F.
Aída Valero Chávez
Norma Cruz Maldonado......................................................................................................... 42
Desarrollo social y agua: Los niños de Hermosillo investigan sobre el agua.
Una propuesta de investigación con enfoque participativo
Manuela Guillén Lúgigo
Francisco Barrera Barrios
Cruz Elena Ruíz Figueroa
Fabiola del Carmen Leyva Madero........................................................................................ 51
Desde la práctica
Programa de intervención psicosocial con madres de familia en el Centro
San Bernardo.
Jesús Ernesto Valenzuela Medina
Mayra Cecilia Arriola Álvarez
Teresa Carolina Ayón Muñoz.................................................................................................. 60
Reseñas
Aproximaciones al trabajo social contemporáneo de Elí Evangelista Martínez
Jaime Alonso Espinoza Muñiz................................................................................................ 71
2
Editorial
En la actualidad, las tradiciones y las costumbres atraviesan por una serie de transformaciones
que provoca nuevas apropiaciones del mundo. Los mundos posibles se verifican en el
presente, las identidades se multiplican y se desvanecen, el tiempo se vuelve líquido, y la
sociedad cambia constantemente. En este contexto, la familia es un elemento decisivo para
la construcción social; cómo se ha modificado y cuáles son las nuevas manifestaciones
que ha adquirido, son algunos de los cuestionamientos que plantea el nuevo siglo para la
entidad familiar.
Podemos constatar que hoy por hoy, las diferentes tipologías familiares coexisten y se
afectan mutuamente; el concepto tradicional de familia es cuestionado y los valores que
se desprenden de él son vistos desde diversas perspectivas sociales. No sólo el contexto
nacional lo verifica, por el contrario, a nivel internacional la familia ha sido concebida como
una nueva entidad o agrupación, donde son varios los sujetos que la integran.
Ante un panorama tan diverso, SAVIA en su número 10 se acerca a dicha temática no
para proponer un nuevo concepto, sino para conciliar y darle espacio a las manifestaciones,
críticas y reformulaciones que ha tenido el concepto de familia tanto en el espacio público
como en el privado.
¿Cuáles son las consecuencias para la dinámica social? ¿Qué reformulaciones son
aceptadas? Como institución, la familia es el eje central de la interacción social, de las bases
que regirán las relaciones en lo público, de ahí la importancia de su transformación. No
obstante, podemos cuestionarnos acerca de la veracidad de dicha centralidad, podemos optar
por considerar a la familia como un centro regulador que ante la dinámica actual requiere
ser visualizado a partir de las nuevas circunstancias sociales.
Las posibilidades se expanden ante las interacciones que se verifican en el contexto
actual, de modo que la familia adquiere nuevos espacios para incidir y, asimismo, es excluida
de otros. Como fenómeno social, la crítica que se genera a su alrededor y las perspectivas
que surgen son elementos suficientes para dedicarle unas cuantas líneas a la familia, a su
reflexión desde la panorámica académica y el ojo común, desde el presente hacia el futuro.
3
Análisis
Familia contemporánea.Trozos para
(re)pensar la(s) realidad(es) latinoamericana(s)
María Candelaria Sgró Ruata*
Resumen
En el presente trabajo, tomamos la ley sancionada en
Argentina que habilita el matrimonio entre personas del
mismo sexo, como disparador de una reflexión en torno
a la concepción de familia y a los diferentes fenómenos
que la ponen en cuestión. Así, a partir de la constatación
de la existencia de realidades familiares diferentes al
modelo y de la acción de los movimientos feministas
y por la diversidad sexual, ensayamos unas líneas del
juego de tensiones alrededor de la noción instituida de
familia.
Ahora bien, más allá de las discusiones en relación
específicamente con la modificación de la Ley, el debate
público permite distinguir las significaciones que lo
atraviesan, entre las que la noción de familia adquiriere
un lugar privilegiado. Las diferentes posiciones respecto
a lo que la familia es (o debe ser) tomaron, de esta
manera, visibilidad en las discusiones. Si bien, las
transformaciones que se producen en el ámbito legal
representan nuevos escenarios, el lugar que ocupa la
concepción de familia en el imaginario social como
institución social primaria sigue poniendo en tensión la
validez, legitimidad de múltiples formas de familia que
poco tienen de la idea de familia instituida: la familia
nuclear conformada por una pareja (mamá y papá) e
hijos/as. De esta forma, la idea sobre la “crisis de la
familia” (re)aparece y los argumentos formulados sobre
esta línea, también. A principios del presente siglo,
Elizabeth Jelin (1998) se preguntaba ¿qué familia está
en crisis?:
Si se habla del modelo tradicional “ideal” del papá
que trabaja afuera, la mamá que limpia y atiende a
los hijos, y el nene y la nena, no hay dudas de que
hay una situación de crisis... A esto se agregan otras
formas de familia más alejadas del ideal de la familia
nuclear completa: madres solteras y madres con hijos
sin presencia masculina, padres que se hacen cargo de
sus hijos después del divorcio, personas que viven solas
pero que están inmersas en densas redes familiares,
parejas homosexuales, con o sin hijos. Todas ellas son
familias (Jelin, 1998:5).
Usando esta pregunta como disparador, lo que
intentaremos a continuación es ensayar algunas líneas de
discusión en relación con la concepción de familia que
funciona como “modelo” a partir del cual se construyen
las distintas argumentaciones. El debate argentino puso
de relieve y en explícito la necesidad de reflexionar
sobre las diferentes realidades que, en definitiva, no
son nuevas.
Abstract
In this paper, we take the law passed in Argentina,
which enables the same sex marriage , as a trigger of
a reflection on the concept of family and on diverse
phenomena that put it into question. Thus, from the
constatation of the existence of different family realities
and from the action of the feminist and sexual diversity
movement, we essay some lines on the game of tensions
around the estabilshed sense of family.
Introducción
En el mes de julio de 2010, el Senado de la Nación
Argentina sancionó la modificación del Código Civil
habilitando el matrimonio para personas del mismo
sexo (Ley 26. 618). El proceso de modificación de
la legalidad vigente estuvo atravesado por un intenso
debate público, tanto en el ámbito del Congreso Nacional
y los medios de comunicación como en la ciudadanía
en general. Se produjeron numerosas manifestaciones
a favor y en contra de la transformación de la Ley y
se desarrollaron audiencias públicas en las distintas
provincias presididas por la Comisión de Legislación
General del Senado Nacional, en las que la sociedad
civil participó activamente.
*
Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. [email protected]
4
La familia, institución social
Al hablar de instituciones estamos haciendo referencia
a un sistema de significaciones compartidas socialmente
cuya legitimidad está relacionada con el imaginario
colectivo. El captar (Castordiadis, 1993) el contenido de
la vida social está relacionado con las instituciones, puesto
que éstas existen como formas instituidas, como “maneras
de hacer universales, simbolizadas y sancionadas”
(Castoriadis: 1993: 214-215).
Como institución, la idea de familia es atravesada
por diferentes sentidos que la definen. Entonces, lo que
consideramos que una familia es (y en consecuencia
Archivo: Familia Navarro Gautrin
lo que no es) está relacionado con los significados
privilegiados en su definición. Sin duda, estos sentidos
son fruto de la historia social, de las luchas simbólicas
por el establecimiento de una visión de mundo y
como tales encuentran consenso y reconocimiento.
Sin embargo, como significados instituidos, es decir,
compartidos socialmente como válidos, adoptan un
carácter generalizado y existen en la realidad como
formas universales, naturales, como cuerpos de
verdad indiscutibles. Lo instituido no se percibe como
construcción sociohistórica, puesto que oculta el poder
simbólico que lo posiciona como autoridad y las distintas
luchas existentes para el establecimiento de una
visión de mundo legítima (Bourdieu, 2000).
Ahora bien, el modo de ser de las
concepciones instituidas propone que
los modelos no sean considerados como
construcciones sociohistóricas, sino más
bien, como pertenecientes a un orden natural,
universal, normal. De esta manera, se opaca
su relación con la situación social e histórica
posicionando a la familia como una institución
inmutable:
Estas asignaciones culturales, sedimentadas
durante las primeras décadas del siglo veinte,
han afectado las imágenes y representaciones
de los roles de esposa/ esposo y de madre/
padre y han tenido una notoria persistencia
cuyo sentido reposa en el hecho de que ciertas
instituciones sociales relativamente estables,
como la familia, se conciben como formas de
organización “naturales” de la vida colectiva
antes que como productos cambiantes de la
acción social (Wainermann, 2005:35).
Pensar las instituciones sociales como
producto de la acción social, aún cuando
adquieren cierta estabilidad en respuesta a la
necesidad de un orden social, implica considerar
a los actores que intervienen en la discusión
sobre la concepción instituida de familia.
Las instituciones están atravesadas por
visiones del mundo y como tales establecen el
deber ser de lo social (Lourau, 1994). En las
luchas por el establecimiento de una visión de
mundo legítima, ingresan al campo distintos
actores cuyos intereses se asientan en la
necesidad de influir sobre las concepciones del
mundo (Bourdieu, 1990).
5
Una mirada sobre lo que acontece: la realidad de
las familias
discurso desarrollista y en las políticas públicas2 dirigidas
al crecimiento y desarrollo de los países del continente.
Aún así, en América Latina, la proporción que
el modelo tradicional de familia representaba en
la población total disminuyó del año 1990 al año
2002 de 46.3 por ciento a 42 por ciento. La familia
nuclear como organización representante del sentido
instituido de familia se encuentra en la realidad
diversificada en diferentes formas. Entre ellas, las familias
denominadas monoparentales3 que en la década del
noventa representaban 9.7 por ciento del total de familias
latinoamericanas y que en el año 2002 pasan a representar
11.3 por ciento del total (Sunkel, 2006). Por otra parte, se
produce un aumento de los hogares de tipo unipersonal y
la familia extendida (padre, madre o ambos con o sin hijos
y otros parientes), sigue teniendo una fuerte participación
en la distribución total.
En particular, en Argentina, Susana Torrado (2004)
describe que disminuyen los matrimonios legales y
aumentan las uniones consensuales y la proporción de hijos
extramatrimoniales. Estos últimos en la década del sesenta
representaban 24 por ciento del total de nacimientos y en
el año 2000, un total aproximado de 55 por ciento.
La realidad de las familias fue cambiando según los
tiempos históricos y sociales. Como institución social,
la familia no aparece inmóvil en la historia. Existe un
Sólo una minoría de gente vive ahora en lo que podríamos
llamar la familia estándar de los años cincuenta -ambos
padres viviendo juntos con sus hijos matrimoniales, la madre
ama de casa a tiempo completo y el padre ganando el pan.
A. Giddens
La historia permite reconocer que con el desarrollo de la
industrialización y el consecuente desplazamiento de la
población rural hacia las ciudades, las configuraciones
familiares cambiaron. Ligado a este proceso de
transformación social, se fue consolidando una
concepción de familia que se posicionará como
modelo único. Esta concepción de familia se fortalece
durante el siglo veinte, y se conforma como el modelo
universal reconocido formal (e informalmente) por las
instituciones sociales.
En Latinoamérica, las transformaciones producto
de la industrialización se produjeron muy rápidamente.
Una misma familia pasa de campesina a nuclear en un
breve lapso (Ponce de León, 2006). Paralelamente, se
va solidificando una concepción de familia como única
basada en el modelo de familia nuclear, concepción que
va a ser incentivada por el Estado y por la Iglesia católica.1
Este modelo de familia ocupó un lugar privilegiado en el
1
El papel de la Iglesia católica (especialmente en América Latina) en la constitución del imaginario social, si bien es un tema
de sumo interés, es imposible abordarlo en esta exposición. Aún así es importante dejarlo planteado, dada su relevancia. Es
necesario también, destacar que desde la perspectiva de los estudios de género en América Latina, se está desarrollando una
importante producción académica dirigida al análisis de estas relaciones. Por ejemplo, algunos trabajos analizan las formas
políticas de lo religioso en las sociedades contemporáneas y la participación de la Iglesia católica en los procesos de discusión
de políticas de sexualidad y familia (Dides, 2006; Vaggione, 2005; Gutierrez, 2004).
2
En relación con las políticas públicas planificadas en Latinoamérica, Arriagada (2007: 129) explica: “Por largo tiempo, la
familia nuclear con presencia de un padre proveedor, una madre ama de casa e hijos, fue considerada —y aún lo es— el
paradigma de familia ideal y el modelo familiar sobre el que se planifican las políticas públicas. Hacia 2005, se observa que
ese modelo de familia nuclear tradicional no era el mayoritario en la región latinoamericana. Sólo el 34% de las familias
nucleares, un 24,6% del total de las familias y un 20.9 por ciento del total de hogares se ajustan a ese modelo tradicional...”
3
Las familias monoparentales (hijas/os con el padre o con la madre), principalmente con jefatura femenina, se constituyen como
una tendencia generalizada en América Latina. Arriagada (2007: 129) afirma. “Entre los cambios más notorios del período
1990-2005, se observa la disminución del modelo tradicional patriarcal (male breadwinner) y el aumento de las familias
biparentales con hijos, donde ambos padres desarrollan actividades remuneradas (de 27 a 33 por ciento). Asimismo, crecen
la proporción de familias nucleares monoparentales y las familias nucleares con jefas que trabajan”. La autora indica que en
el año 2005, del total de familias monoparentales, 86.8 por ciento tienen jefatura femenina.
En el caso de Argentina, particularmente, Mazzeo (2008) expresa que las familias monoparentales aumentaron su representación
en la distribución total, constituyendo un 19.3 por ciento del total de las uniones conyugales. El análisis que abarca el periodo
1980-2001, asimismo, indica que en relación a la jefatura femenina, el aumento fue del 91.7 por ciento mientras que en el
caso de jefatura masculina fue de 29.9 por ciento.
6
importante caudal de investigaciones respecto a los
cambios demográficos y a la transformación de las
configuraciones familiares (Torrado, 2003; Wainerman,
1994). Respecto a Argentina, Wainerman (2003:12)
explica:
La familia argentina está transitando a pasos
acelerados el camino que ya han recorrido
otras sociedades de mayor desarrollo... hogares
formados por parejas homosexuales o por parejas
heterosexuales que adoptaron uno o dos hijos, de
familias formadas por una madre y sus hijos, sin padre
conviviente, de otras formadas por padres separados,
que comparten la tenencia de sus hijos y conviven
con ellos en sus respectivos domicilios la mitad de
la semana, de hogares formados (muchos menos)
por un padre y sus hijos sin madre conviviente,
de hogares “ensamblados” o “reconstituidos”,
de hogares encabezados por mujeres que son las
principales proveedoras económicas, de familias
con hijos engendrados por fecundación asistida por
una probeta en lugar de una cigüeña.
y una mujer, y que el objetivo principal de esa unión es
la reproducción”.
A continuación, nos referiremos brevemente a
estos dos movimientos como manera de presentar un
panorama de las tensiones en torno a la familia y sus
actores centrales.
La familia patriarcal
Uno de los puntos centrales de los movimientos
feministas es desnaturalizar la construcción tradicional
de familia a partir de poner en evidencia sus aspectos
históricos, sociales y políticos. Al considerar el
aspecto político, abrimos paso a pensar en la existencia
de relaciones de poder. En este orden, para los
movimientos feministas, la familia establece un espacio
de reproducción del patriarcado puesto que “constituye
la unidad de control económico sexual y reproductivo
del varón sobre la mujer y sus hijos” (Facio y Fries,
2005:285).
Desde estos movimientos, se coloca en el centro de
la discusión la tradicional separación público-privado
poniendo de relieve el cuerpo y la sexualidad como
componentes de la relación de dominación patriarcal
en el ámbito privado: la mujer en tanto esposa en tanto
madre (Barrancos, 2001; Brown, 2009).
En la división de roles dentro de la familia tradicional,
la mujer queda relegada a lo privado. Los movimientos
feministas4 denuncian las relaciones de poder existentes
en la sociedad patriarcal en las que la mujer queda
reducida al ámbito de lo privado y casi limitada a sus
Ahora bien, en los últimos años, las transformaciones
no sólo se visibilizan en los cambios demográficos
respecto a la composición de las familias; paralelamente
diversos sectores de la sociedad civil se movilizan con
el objetivo de transformar los sentidos naturalizados
en la concepción instituida de familia. Podemos
decir entonces, que no sólo la existencia de realidades
familiares diferentes, sino también, la acción los
movimientos feministas y por la diversidad sexual,
ponen en tensión la noción instituida de familia.
Frente al modelo dominante (focalizado en la
familia nuclear), el feminismo y los movimientos por la
diversidad sexual visibilizan una pluralidad de modelos
familiares; como expresa Vaggione (2008:15): “El
objetivo de estos movimientos es desinstitucionalizar la
definición tradicional de familia, la que considera que
la familia legal y legítima es la unión entre un hombre
4
... la familia nuclear constituida a partir de una pareja
heterosexual y monogámica cuyo principal fin era la
procreación se extendió con diferentes grados de aceptación,
racionalización y observancia a diversos sectores de la
población. Las prácticas domésticas no siempre confirmaban
esta “normalidad”, pero la fuerza de ésta hacía que se las
viviera como excepciones o desviaciones.
Nari
Con sus variantes e interrupciones, dadas las coyunturas históricas particulares, el movimiento feminista comienza a gestarse
en Latinoamérica a fines de los 60 y comienzos de 70, aunque en esos años, afectado por los regímenes dictatoriales que
se desarrollaban en gran parte de la región. Sin embargo, Montaño y Sanz Ardaya (2009:85), expresan: “El impacto de las
dictaduras en la vida privada y el liderazgo que a menudo debieron asumir en la vida pública porque los dirigentes políticos
y sociales eran excluidos o desaparecidos, favorecieron el debate y la crítica al machismo de los partidos y las estructuras
políticas”. De allí que el retorno a la democracia en los años 80 favorece el fortalecimiento del feminismo y su reaparición
en el terreno político de los distintos países de la región (Montaño y Sanz Araya, 2009).
7
Tienen así la oportunidad de dejar atrás el olvido
del Estado en reconocer nuestros lazos de afectos,
nuestras familias.5
capacidades reproductivas. En Argentina, Marcela
Nari (2005), analiza los procesos de simbolización que
existieron desde el siglo XIX, en la vida social y la
organización del país, a partir de los cuales la femineidad
se va asociando a la maternidad, sin excepción. En este
proceso de establecimiento de sentidos generalizados y
hegemónicos, las mujeres comienzan a ser partes de un
universal (sólo en tanto) madres.
Ante esto, el movimiento de mujeres se posiciona
como actor central en la denuncia al orden establecido
poniendo de relieve que la concepción instituida
de familia -como único modelo legítimo de familia
(nuclear, patriarcal), disimula relaciones de dominación
y establece ámbitos de exclusión social. En este
sentido, aun cuando las luchas de las mujeres van
transformando las formas naturales de las concepciones
en formas construidas sociohistóricamente, las huellas
de la superioridad masculina siguen estableciendo en la
actualidad límites de exclusión en numerosos ámbitos
de la vida social (Bonan y Guzmán, 2007).
La concepción tradicional de familia, posiciona
a la heterosexualidad como la barrera desde la cual
se regulan las normas morales y legales. El principio
de heterosexualidad, que algunos autores denominan
como “el principio de heterosexualidad obligatoria”
está directamente relacionado con la noción de
heteronormatividad.6 Esta última indica la existencia
de una situación en la que las únicas relaciones
afectivas consideradas como válidas (legítimas) son
las que se establecen entre un hombre y una mujer bajo
fundamentos de naturalidad;7 esto supone que otros tipos
de relación quedan al margen de las formas consideradas
como legítimas (y de la consecuente adquisición de
derechos).
La no heterosexualidad queda excluida de vínculos
legítimos de relación afectiva, relegada al terreno de
la invisibilización. En este sentido, podemos pensar
invisibilización como tolerancia. Es decir, siguiendo
a Meccia, las diferencias son toleradas, en tanto y
en cuanto se mantienen en el ámbito privado: “El
Estado se comprometería a tolerar siempre y cuando la
homosexualidad no se dejara ver” (Meccia, 2006: 71). En
consecuencia, la heteronormatividad se establece como un
sistema de dominación que subordina a toda persona que
escape a la regla natural.8 Ésta es una de las principales
denuncias del movimiento por la diversidad sexual.
Somos familias
La Comunidad Homosexual Argentina, la CHA,
nació junto con la democracia y para reafirmar la
democracia, y como tal es parte suya, es parte de
todos nosotros y de todas nosotras, más allá de la
orientación sexual e identidad de género de cada
cual. Por eso, también a ustedes les compete la
preservación de nosotros y nosotras, en tanto sujetos
de derecho que hoy vienen a reclamar atención.
5
Fragmento de la “Carta a los Senadores y Senadoras del país” presentada por la CHA (Comunidad Homosexual Argentina)
en la publicación “Somos Familias” entregada a los legisladores en el contexto de debate sobre matrimonio entre personas
del mismo sexo en Argentina, 2010. El resaltado es nuestro.
6
Mérida (2002:203) define la heteronormatividad de la siguiente manera: “por heteronormatividad entendemos aquellas
instituciones, estructuras de comprensión y orientaciones prácticas que hacen no sólo que la heterosexualidad parezca coherente
-es decir, organizada como sexualidad- sino también, que sea privilegiada... se la percibe como un estado natural; también se
proyecta como un logro ideal o moral”.
7
Para Foucault (2008), en el discurso dominante sobre sexualidad (en Occidente), la sexualidad Verdadera se define, entre otras
cosas, por la reproducción (la heterosexualidad). Todas las demás identidades que no se ajustan en este orden se constituyen
como “sexualidades periféricas”.
8
Se relaciona con lo que Sousa Santos denomina lógicas de clasificación social a través de las que se van estableciendo las
inclusiones y exclusiones bajo argumentos que elevan lo natural (la naturaleza) como fundamento de subjetividades legítimas,
morales. Sousa Santos (2005) define la lógica de la clasificación social bajo la “nomenclatura de la naturalización de las
diferencias”. En palabras del autor (2005:161): “De acuerdo con esta lógica, la no existencia es producida bajo la forma de una
interioridad insuperable en tanto que natural. Quien es inferior, lo es porque es insuperablemente inferior, y, por consiguiente,
no puede constituir una alternativa creíble frente a quien es superior”. Se relaciona con lo que Sousa Santos denomina lógicas
8
A modo de cierre, final abierto. (re) pensar la/s
realidad/es
terreno de lo intocable; puesto que, al ubicarse en el plano
de las verdades absolutas, y en consecuencia, al margen de
todo cuestionamiento posible, estos discursos determinan
los límites de la (no) existencia de subjetividades. De
esta manera, consideramos que pluralizar aún más las
discusiones puede producir una apertura a nuevas formas
de pensamiento en los que la inclusión tenga mayor
protagonismo en discurso y en práctica.
... autonomía surge, como germen, desde que la pregunta
explícita e ilimitada estalla, haciendo hincapié no sobre
los «hechos» sino sobre las significaciones imaginarias
sociales y su fundamento posible (...)
C. Castoriadis
Consideramos que poner en discusión los
fundamentos que estructuran los discursos hegemónicos,
principalmente en torno a la naturalidad de las
concepciones, deviene en un cuestionamiento al orden
general. La existencia de distintos tipos de familia y la
puesta en explícito de las condiciones de construcción
sociohistórica del modelo de familia instituido, permite
abrir la discusión hacia nuevos terrenos que escapen
a las formas de pensar lo social como dicotomías y
bajo imperativos homogeneizantes, considerando la
experiencia y la posibilidad de la igualdad con base en
las diferencias.
Quizás una de las puertas abiertas para visibilizar las
transformaciones y las denuncias sea otorgarles cuerpo
en el espacio social, abandonando o suspendiendo las
separaciones tradicionales entre lo público y lo privado.
En este sentido, consideramos, siguiendo la línea de la
sociología de las ausencias de Santos (2005), que la
mirada no debería desperdiciar experiencias. Que hayan
logrado mayor visibilidad en el espacio público, los
movimientos de mujeres y por la diversidad sexual en
una acción política que busca no sólo reconocimiento
sino también, y lo que nos gustaría subrayar, cambio
social, no implica la clausura del debate.
Las discusiones siguen abiertas y las sanciones
operando en diversos ámbitos, lo cual no puede sino
llamar la atención sobre la regeneración de nuevas
formas que más que ampliar la reflexión y la inclusión,
pueden renovar las estructuras tanto de pensamiento
como de organización social, bajo otros modelos con
idénticas exclusiones.
La puesta en discusión de los universalismos, permite
desandar las verdades solidificadas para desaferrarlas del
Bibliografía
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de clasificación social a través de las que se van estableciendo las inclusiones y exclusiones bajo argumentos que elevan lo
natural (la naturaleza) como fundamento de subjetividades legítimas, morales. Sousa Santos (2005) define la lógica de la
clasificación social bajo la “nomenclatura de la naturalización de las diferencias”. En palabras del autor (2005:161): “De
acuerdo con esta lógica, la no existencia es producida bajo la forma de una interioridad insuperable en tanto que natural. Quien
es inferior, lo es porque es insuperablemente inferior, y, por consiguiente, no puede constituir una alternativa creíble frente
a quien es superior”.
9
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10
Análisis
A propósito de la intervención con familias transnacionales.
O la intervención como frontera
María Gabriela Pombo*
Archivo: Familia Von der Borch
1999), y que construyen
dialógicamente estrategias
de intervención; asumiendo
la porosidad, la hibridez
y el movimiento como
posiciones epistémicas
desde las que construir
estrategias de intervención,
siempre múltiples y en
suspensión.
Summary
This article analyzes the
transnationalization of the
family, exmined from a
gender perspective that
focuses in the postcolonial
feminism discussion about
gender-class-race/ethnicity
intersections. Later, the
attention is drawn to the
intervention processes with transnational families,
revisiting the thorny issue of social work as a social
control instrument, this time regarding the intersections
previously addressed. Finally, we propose to conceive
the intervention processes as borders, as a space
“between”, in tension, geopolitically situated, where
(dis)encounters between people occupying multiple
social positions (De Lauretis, 1999) take place. Where
they dialogically construct multiple intervention
strategies, assuming porosity, hybridity and movement
as epistemic positions.
Resumen
En este artículo se analiza la transnacionalización
de la familia desde una perspectiva de género
que, retomando los, planteamientos del feminismo
poscolonial, intersecta regímenes políticos ligados al
género con aquellos vinculados a otros condicionantes
de la estratificación social, particularmente la clase
social y la raza/etnia. Posteriormente, se interpelan los
procesos de intervención con familias transnacionales
revisitando la espinosa cuestión del trabajo social
como dispositivo de control social, esta vez a la luz
de las mencionadas intersecciones de género-claseraza/etnia. Finalmente se propone una mirada de los
procesos de intervención como frontera, como espacio
“entre”, en tensión y de borde, geopolíticamente situado,
en el que se producen (des)encuentros entre sujetos
que ocupan posicionalidades múltiples (De Lauretis,
*
Introducción
En contextos de procesos de globalización, las migraciones
trascienden fronteras nacionales e integran un nuevo
espacio, el transnacional. El emerger de las comunidades
transnacionales (Portés, 1996) —constitutivo del
Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires. [email protected]
11
La transnacionalización de las familias como
expresión de la transnacionalización del capitalismo
En el contexto de los procesos de globalización, los
flujos migratorios generan nuevas comunidades a
nivel transnacional. Portes (1996), define el concepto
de comunidades transnacionales como la creación de
comunidades, en respuesta al proceso de globalización,
que se conforman más allá de las fronteras políticas de
los países, configurando un campo “que no está ni aquí
ni allí” sino en ambos lugares a la vez. El autor sostiene
que el emerger de las comunidades transnacionales está
ligado a la lógica del capitalismo mismo (Portes, 1996).
En esta línea, Sassen (2004), acuña el concepto de
circuitos transfronterizos, que define como “circuitos
globales alternativos para la supervivencia”, que
permiten generar ingresos, obtener ganancias y
asegurar ingresos gubernamentales. Tales circuitos
resultan “contrageografías de la globalización” en tanto
están asociados con las principales dinámicas de la
globalización: mercados globales, redes transnacionales
y translocales y tecnologías de comunicación que
permiten eludir formas tradicionales de control. Estos
circuitos forman parte de la economía informal o incluso
ilegal, pero utilizan la infraestructura institucional de la
economía regular, develando su carácter constitutivo del
sistema transnacional.
En este contexto, la migración transnacional es
un proceso mediante el cual las/os migrantes forjan y
sostienen relaciones sociales multívocas —familiares,
económicas, sociales, organizacionales, religiosas y
políticas— que fundan un campo social, el cual enlaza
a la sociedad de origen con la de acogida. Así, estos/
as “trasnmigrantes” toman decisiones y desarrollan
identidades dentro de redes sociales que los mantienen
conectados con dos o más sociedades simultáneamente
(Glick, Basch y Szanton, 1995). Entre las comunidades
transnacionales, las familias transnacionales o unidades
domésticas multilocales —cuyos integrantes viven en
al menos dos estado-nación— emergen como uno de
los fenómenos socio-culturales característicos de la
globalización (Glick et al. 1995; Parella y Cavalcanti,
2008).
capitalismo transnacional— incluye la conformación de
familias cuyos lazos se sostienen a partir de la construcción
de un campo social que funde el espacio de origen con el
espacio de acogida. Esto redunda en la configuración de
subjetividades de borde o de frontera (Anzaldúa, 1999) que
dislocan normatividades hegemónicas respecto a modelos
de familia y de maternidad/paternidad. Asimismo, ponen
en tensión las políticas públicas de los estados nación, y,
en rigor, al Estado nación en sí mismo.
En este artículo se analiza la transnacionalización de la
familia desde una perspectiva de género que, retomando los
planteos del feminismo poscolonial, intersecta regímenes
políticos ligados al género con aquellos vinculados a otros
condicionantes de la estratificación social, particularmente
la clase social y la raza/etnia. Posteriormente, se interpelan
los procesos de intervención con familias transnacionales
revisitando la espinosa cuestión del trabajo social como
dispositivo de control social, esta vez a la luz de las
mencionadas intersecciones de género-clase-raza/etnia.
Finalmente, se propone una mirada de los procesos de
intervención como frontera, como espacio “entre”, en
tensión y de borde, geopolíticamente situado, en el que
se producen (des)encuentros entre sujetos que ocupan
posicionalidades múltiples (De Lauretis, 1999) y que
construyen dialógicamente estrategias de intervención;
asumiendo la porosidad, la hibridez y el movimiento como
posiciones epistémicas desde las que construir estrategias
de intervención, siempre múltiples y en suspensión.
Las reflexiones que se presentan en este trabajo
surgen a partir de la problematización de mis procesos
de intervención con familias de origen boliviano —
particularmente con mujeres— residentes en la zona sur
de la Ciudad de Buenos Aires.1 Aunque en este artículo
no analizo esas intervenciones, a fin de ubicar mi lugar de
enunciación, quiero explicitar que lo que aquí se plantea
surge desde y retorna en prácticas de intervención situadas
—incómodamente— en un organismo estatal del sistema
de salud.
1
Dichas prácticas se inscriben en un efector de salud descentralizado, dependiente del Ministerio de Salud del Gobierno de la
Ciudad de Buenos Aires y ubicado en el Barrio Charrúa. Desde la década del 60 este barrio recibe a migrantes provenientes
de Bolivia y ha sido considerado “el primer barrio boliviano” de la ciudad. Allí trabajo desde el año 2003.
12
Archivo: Familia Von der Borch
o positivos per se. Sus alcances, por el contrario,
estarán ligados a las condiciones sociohistóricas en las
que se inscribe cada familia, así como a los capitales
económicos, culturales y simbólicos —en términos de
Bourdieu (1986)— que sus integrantes construyen en
dichas condiciones, atravesados por relaciones sociales
de clase, de género, étnico-raciales y generacionales. Al
respecto, cabe señalar la importancia de poner en cuestión
cualquier intento de análisis de la familia transnacional que
desatienda los conflictos de intereses entre sus miembros
y las relaciones internas jerarquizadas, particularmente
por género y edad. El análisis de los arreglos familiares
transnacionales debe desempacar la categoría “familia
trasnancional”, recalando en las relaciones de poder que
la atraviesan y en sus heterogeneidades internas (Parella
y Cavalcanti, 2008).
En suma, resulta imprescindible abordar la cuestión
de las familias tranasnacionales trascendiendo el clásico
modelo push-pull2 y atendiendo a las interacciones
entre sus condicionantes estructurales y las trayectorias
particulares de sus integrantes, intentando develar ese
campo social que integra e híbrida el espacio de origen
con el espacio de acogida. La experiencia de frontera
de la que habla Anzaldúa (1999) al problematizar su
condición de chicana, lesbiana y migrante “de color”,
caracterizándola como una “lucha de fronteras” que
conduce a una nueva conciencia, una “conciencia
mestiza”. Una posición “de bordes” en la que la
ambigüedad es un tránsito que genera aprendizajes y
“un nuevo ángulo de visión”; posición que desarticula
el binarismo propio del pensamiento occidental. Esto
alude a esa zona de frontera que interconecta lo local
con lo global y que, como argumenta Sassen (1996),
tiene una espesura social y especificidad empírica tal,
que reclama un análisis particular3.
Bryceson y Vuorela (2002), definen la familia
transnacional como aquella familia cuyos miembros
viven una parte o la mayor parte del tiempo separados/
as unos/as de otros/as; siendo capaces de crear vínculos
que posibilitan que sus integrantes se sientan parte de
una unidad y perciban su bienestar desde una dimensión
colectiva, no obstante la distancia física (Bryceson y
Vuorela, 2002: 2).
El distanciamiento geográfico postmigratorio
—en ocasiones permanente, en otras transitorio—
que caracteriza a los/as integrantes de las familias
transnacionalizadas genera acomodamientos y ajustes
que reconfiguran las dinámicas familiares. Emergen
reordenamientos espaciales y temporales respecto a las
interacciones vinculares, a las estrategias económicas de
las familias, y a la organización del trabajo doméstico y
de cuidado de sus miembros/as. Estos ajustes impactan
en las subjetividades y la organización de la vida
cotidiana tanto de quienes migran como de quienes
permanecen en los lugares de origen.
Los reordenamientos mencionados —inherentes al
vivir transnacional— no acarrean impactos negativos
2
El enfoque de los factores push-pull ha sido el modelo explicativo de los procesos migratorios dominante hasta mediados
del siglo XX. El modelo explica las migraciones como resultantes de condiciones estructurales de los lugares de origen y de
destino, que operan como fuerzas expulsoras y de atracción, respectivamente. Entre los factores push o de expulsión se destacan
una elevada presión demográfica, falta de acceso a la tierra, bajos salarios, bajos niveles de vida y falta de libertades políticas.
El modelo supone un sujeto racional que estratégicamente toma decisiones sobre la base de comparaciones instrumentales
—costo/beneficio— entre las condiciones del lugar de origen y el de destino. Se ha criticado el reduccionismo inherente a
ese modelo explicativo, atendiendo especialmente a su ahistoricidad (en tanto desatiende atravesamientos socioculturales y
políticos) y a su concepción de sujeto, de corte individualista y liberal-racional. Ver: Blanco, Cristina (2000) Las migraciones
contemporáneas”. Madrid. Ciencias Sociales, Alianza editorial.
3
Para un análisis de la perspectiva u óptica transnacional en el estudio de las migraciones ver: Levitt, P. y Jaworsky, N. (2007)
Transnational Migration Studies: Past Developments and Future Trends. Annu. Revista Social, Vol. 33. pp.129–56; Parella,
S. y Cavalcanti, L. (2008). Aplicación de los campos sociales transnacionales en los estudios sobre migraciones, Solé, C.,
Parella, S. y Cavalcanti, L. (comp.) Nuevos retos del transnacionalismo en el estudio de las migraciones, Madrid, OPI.
13
La transnacionalización de las familias desde la
perspectiva de género
Se parte de considerar la centralidad del género como
perspectiva de análisis para la transnacionalización de
las familias. Diversos estudios a nivel internacional
han documentado hallazgos respecto al impacto de
los patrones de género en la pre-migración, el tránsito
fronterizo y la posmigración.4 Aquí puntualizaremos
algunas cuestiones vinculadas a la reorganización de los
patrones de género y de la resolución de las necesidades
de cuidados de las familias en contextos del capitalismo
transnacional.
Aquí entendemos al género en intersección con las
condiciones políticas, culturales e históricas en las que
invariablemente surge y se mantiene (Butler, 2001:
35). Los procesos que rigen la transnacionalización de
las familias intersectan desigualdades de género con
desigualdades vinculadas a otros condicionantes de la
estratificación social, en especial étnico-raciales y de clase
social. Se plantea esta intersección en los términos del
feminismo poscolonial,5 que enfatiza las articulaciones
entre el género, la raza/etnia y la clase como instancias
que no sólo se relacionan/interconenctan sino que
“emergen y toman forma a través de las relaciones que
tienen entre sí” (McClintock, 1995 citado en Wade,
2008). La fusión indisoluble y constitución mutua de
estas categorías (Lugones, 2008) permite comprender que
la experiencia de estas formas de diferencia es para los
sujetos siempre simultánea, y en ningún caso secuencial
o sucesiva (Moore, 2004). Reparar en esta intersección
se convierte, además, en el único modo de visibilizar
las posiciones más subalternas de los distintos sistemas
de estratificación social. En el caso de las familias
transnacionales, la intersección de regímenes políticos
ligados al género, a clase y la raza/etnia arroja luz sobre
la situación de las “mujeres pobres de color” —concepto
político acuñado por del feminismo poscolonial— cuyas
migraciones están atravesadas por esas múltiples e
interconectadas desigualdades. En palabras de Bidaseca
(2010): “Sexismo, racismo y explotación de clase
constituyen sistemas interrelacionados de dominación y
opresión que determinan la agencia femenina” (Bidaseca,
2010: 133).
La globalización trae aparejada “la decadencia de
los sistemas sociosimbólicos tradicionales basados en el
estado, la familia y la autoridad masculina” (Braidotti,
2000:27), y un reordenamiento de las relaciones de
género que incluye redefiniciones en las modalidades
que asume la subordinación de las mujeres.
Retomando la cuestión de los circuitos transfronterizos
abordados en el punto anterior, Sassen (2004) vincula la
creciente presencia de mujeres y extranjeros/as en estos
circuitos con la feminización de la fuerza de trabajo y
la feminización de la pobreza. Sostiene que a la vez que
se feminiza el mercado laboral, se feminiza también la
supervivencia en el mundo, en tanto los hogares y las
comunidades dependen cada vez más de los recursos
sociales de las mujeres y de las actividades generadoras
de las remesas de las mujeres migrantes (Sassen, 2004).
Carbonero y Vázquez Laba (2010) sostienen que la
feminización del capitalismo y la reconfiguración de las
relaciones patriarcales en el marco de la globalización
atraviesan las relaciones de género, desestructurando
lo que Hartmann (2000) ha denominado modelo de
“mujer doméstica” y expresándose en fenómenos
como la feminización de las migraciones y del trabajo.
Las autoras retoman la idea de la “feminización del
capitalismo global” de Celia Amorós (2008), quien
argumenta esta feminización considerando la extensión
del modelo de poliactividad informal —tradicionalmente
asumido por las mujeres— y la invisibilidad e
infrareconocimiento que acarrea la informalidad –
característico de la normatividad femenina. Carbonero
y Vázquez Laba (2010) añaden un tercer componente
de la feminización del capitalismo global atendiendo a
“la intensificación de los flujos de reciprocidad mundial
que se fundamentan en redes que tradicionalmente han
sido el campo de acción de las mujeres en su papel de
sujetas invisibles no reconocidas (o infrareconocidas) en
el espacio público formal-local” (Carbonero y Vázquez
Para una síntesis de este tema se sugiere ver: Rosas, C. (2010). Implicaciones mutuas entre el género y la migración: mujeres
y varones peruanos arribados a Buenos Aires entre 1990 y 2003. Buenos Aires: Eudeba.
5
En un trabajo anterior exploré las potencialidades de incluir la perspectiva del feminismo poscolonial para analizar la situación
de las mujeres migrantes en torno a la organización del trabajo doméstico y de cuidados. Ver. Pombo, G. La organización
del trabajo domestico y de cuidados no remunerados en mujeres migrantes procedentes de Bolivia: posibles lecturas desde el
feminismo poscolonial. En: Karina Bidaseca y Vanesa Vazquez Laba (comp.). Feminismos y Poscolonialidad. Descolonializando
el feminismo desde y en América Latina. Argentina: Godot.
4
14
Hochschild (2001) aborda la cuestión de estas
cadenas, que ella define como “cadenas mundiales de
afecto y asistencia”, que se construyen a escala global
entre mujeres ligadas por distintos vínculos (familiares,
laborales, etcétera) sobre la base del trabajo de cuidados
remunerado y no remunerado (Hochschild, 2001).
En un estudio sobre mujeres migrantes en el área
metropolitana de Buenos Aires, Courtis y Pacceca (2010)
observan redes de mujeres en las que las migrantes se
apoyan antes, durante y después de la migración. Las
autoras perciben “la operatoria tácita del género
como condición para una inserción esencialmente
dual, entre la reciprocidad del parentesco y el
intercambio del mercado. Así como el trabajo de
las mujeres en sus propias unidades domésticas no
tiene valor de cambio, pero es imprescindible ya que
financia o subsidia los costos de reproducción que no
son cubiertos por el salario, los lazos de solidaridad
y reciprocidad articulados en torno al género
igualmente financian o subsidian el traslado de las
mujeres/madres hacia otro mercado de trabajo (el de
la sociedad de destino), donde se insertan en un nicho
laboral absolutamente feminizado y ‘generizado’”
(Courtis y Pacceca, 2010:181).
La vitalidad de las redes sociales de reciprocidad
en el caso de las familias transnacionales, deja
a descubierto los procesos de privatización y
refamiliarización de las tareas inherentes a la
reproducción y cuidado de los/as integrantes de las
familias; cuya contracara está constituida por los
procesos de retracción del Estado y expansión del
mercado en el marco de los modelos neoliberales.
A la vez, arroja luz sobre la importancia de construir
políticas públicas que no sólo desmercantilicen y
desfamiliaricen el cuidado (Lister, 1994),6 ino que
también atiendan a la persistente feminización del
cuidado, que en el contexto de la globalización asume
dimensiones transnacionales. Y ante este desafío
de desfeminizar el cuidado, la labor de los estados
nación, aislada, probablemente resulte insuficiente.
Retomando los cuestionamientos de Daly y Lewis
(2000) respecto a la categoría políticas de familia, y
su propuesta de sustituirlas por políticas de cuidado,
Archivo: Familia Von der Borch
Laba, 2010, en prensa). Estos circuitos transfronterizos
de reciprocidades resultan centrales en el análisis de
las familias transnacionales, quienes para organizar el
trabajo doméstico y de cuidados despliegan relaciones
de reciprocidad transnacionalizadas, que no presentan
la co-presencia típica de los vínculos de reciprocidad
y solidaridad. Sus redes de proximidad incluyen
relaciones distantes en términos geográficos. Se trata de
relaciones construidas básicamente entre mujeres, cuyo
ejemplo paradigmático son las cadenas transnacionales
de cuidado.
Realicé un breve análisis de la crítica feminista a las políticas de los estados de bienestar y sus supuestos en relación a las
familias y las relaciones de género (2010, agosto). En: El trabajo doméstico y de cuidados no remunerado desde la perspectiva
de las mujeres del Barrio Charrúa: desigualdades, violencias y resistencias en el ámbito de la domesticidad y la reproducción.
Prácticas de oficio. Investigación y reflexión en Ciencias Sociales, N° 6. Buenos Aires: IDES/UNGS.
6
15
cabe añadir a ello la necesidad
de que tales políticas incluyan
formulaciones construidas
transnacionalmente, que
recuperen las experiencias de
frontera y del vivir transnacional
de quienes efectivamente las
protagonizan.
Archivo familiar: Eleazar Borquez
Tensionando la intervención
con familias trans-nacionales:
algunas interpelaciones a
nuestras prácticas y sus
supuestos subyacentes
Así como la transnacionalización de la familia implica
reordenamientos al interior de
las dinámicas familiares, exige
igualmente reordenamientos a
nivel de las políticas públicas y
estrategias de intervención que
toman por objeto a las familias.
En este sentido, la familia transnacional desafía el
modelo hegemónico de familia, en el cual se sustentan,
en términos generales, políticas y acciones dirigidas a
las familias.
El modelo familiar dominante, surgido a la par de
la consolidación del Estado liberal moderno, contempla
una estructura jerárquica y patriarcal. El patrón de
familia burguesa define una clara división sexual del
trabajo, inscribiendo a los varones en el espacio público
y responsabilizándolos de la provisión del sustento
económico del hogar; y a las mujeres en la esfera
privada-doméstica, circunscribiéndolas a las tareas
ligadas a la domesticidad y la reproducción. “Todo un
dominio de la actividad humana, a saber la nutrición, la
reproducción, el amor y el cuidado, que en el curso del
desarrollo de la sociedad burguesa moderna pasa a ser el
lote de la mujer, es excluido de consideraciones políticas
y morales, y es relegado al ámbito de la naturaleza”
(Benhabib, 1990: 130). Tal como sostiene Pateman
(1988), el contrato social presupone y lleva implícito un
“contrato sexual”, no consensuado con las mujeres, que
les asigna la responsabilidades previamente descriptas
y naturaliza su adscripción a ellas, conformando su
subordinación.
Así, la familia transnacional torsiona este modelo
burgués, incumpliendo con sus principios fundantes: no
respeta su sistema de jerarquías ni las divisiones dicotómicas
público-privado y producción-reproducción, sustentadas
en la diferencia sexual. Los arreglos trasnancionales
trastocan estas antinomias evidenciando, por ejemplo, que
las mujeres que encabezan procesos migratorios pueden
incursionar flexiblemente tanto en un dominio como en
otro y realizar simultánea y concertadamente trabajos
remunerados y trabajos de cuidados para su grupo familiar;
o pueden ser principales proveedoras de sus hogares,
aunque ninguna de estas situaciones necesariamente
reporte mayor autonomía para ellas.
Los arreglos familiares transnacionales inflexionan,
asimismo, las concepciones hegemónicas respecto
a la maternidad. Siguiendo los planteos de Nari
(2004), la maternidad es una construcción social que
asume modalidades específicas de acuerdo con sus
condicionantes sociohistóricos, mostrando variabilidades
entre culturas y siendo sensible a patrones de clase,
étnicos, etcétera. La maternidad incluye procesos
biológicos (concepción, embarazo, parto, puerperio
y, en algunos casos, la lactancia), pero los trasciende,
comprendiendo prácticas y relaciones sociales que
exceden el cuerpo femenino (como el cuidado y la
socialización, o el apoyo afectivo) y se entrecruzan con
representaciones acerca de lo socialmente aceptado,
legitimado y “naturalizado” (Nari, 2004; Pedone, 2006).
La maternidad transnacional, o “a distancia” resignifica la
maternidad, en tanto supone una disrupción de la relación
16
materno-infantil, la cual debe adaptarse a una separación
espacio-temporal (Parella y Cavalcanti, 2008).
Efectivamente, las familias transnacionales desafían
la co-residencia de sus miembros/as como rasgo típico
de la familia tradicional. El sostenimiento de los
vínculos entre quienes se encuentran separados a raíz
del proceso migratorio suele facilitarse por el uso de las
nuevas tecnologías de la información, la comunicación
y el transporte. Por tanto, la ausencia de una proximidad
física no necesariamente debe interpretarse como
indicador de fragmentación familiar; migrar no implica
taxativamente precarizar los vínculos familiares.
Finalmente, las familias transnacionales ponen
en cuestión al propio estado nación, a sus fronteras
geopolíticas, y sus agencias de producción de políticas
públicas. Develan las limitaciones de sus políticas para
garantizar derechos de quienes integran estas familias,
en particular de los/as niños/as y adolescentes, y de
las mujeres migrantes, a quienes denominará Sassen
“ciudadanas desnacionalizadas” (Sassen, 2003). Las
mujeres y sus familias quedan “des-enmarcadas” en
virtud de una alteración arbitraria del espacio político,
en contextos de un sistema multiestratificado de
gobernabilidad globalizada (Fraser, 2008: 206).
Este “des-enmarque” se ve intensificado en el caso
mujeres migrantes que atraviesan desigualdades de
clase, inteseccionadas con desigualdades de género
y étnico/raciales. Su situación puede leerse desde
el esquema tridimensional de justicia que propone
Fraser (2008), en tanto se ven atravesadas por una
metainjusticia de representación política ligada al desenmarque, que se entrecruza con injusticias distributivas
y de reconocimiento.
En orden a esta premisa, a nivel técnico-instrumental,
la transnacionalización de las familias desafía los
recursos y marcos institucionales nacionales con los que
usualmente se cuenta en las estrategias de intervención
para garantizar distintos derechos de las familias y sus
integrantes. Tales recursos e instituciones responden a
la lógica de los estados-nación y sus políticas públicas,
y se vuelven insuficientes para abordar problemas y
demandas sociales que exigen respuestas más allá de las
7
fronteras de los estados nacionales. Quizás un ejemplo
paradigmático lo constituyan los conflictos vinculados a
niños/as y adolescentes que han migrado con sus madres
y cuyos padres se encuentran en sus países de origen.
Que una madre quiera reclamar ante el incumplimiento
de las cuotas alimentarias y deberes inherentes a la patria
potestad por parte de los padres que permanecen en el
país de origen; o quiera salir del país de residencia con
sus hijos/as sin contar con la autorización del padre,
constituyen situaciones que ejemplifican claramente
la necesidad de contar con acuerdos bilaterales y, en
particular, con mecanismos transnacionales de justicia.7
A la vez, esto suscita la inquietud respecto a la posibilidad
de transnacionalizar los procesos de intervención
con familias transnacionales, estableciendo redes y
articulando instituciones y recursos a nivel transnacional.
En suma, las familias transnacionales inflexionan
normatividades hegemónicas respecto a modelos de
familia, de la masculinidad/feminidad y de la maternidad/
paternidad, así como cuestionan los modelos de políticas
de familia y, en rigor, los alcances de los estados
nacionales para abordar cuestiones transnacionales.
Cuestiones que, como los circuitos transfronterizos de
explotación racial, sexual y económica, emergen en
tanto interconexiones de regímenes políticos ligados
al género, la clase social y la raza/etnia, que resultan
constitutivas del capitalismo transnacional.
La intervención como frontera
Los planteamientos anteriores acarrean implicancias
significativas en términos de los procesos de
intervención social. Invitan, pues, a revisar críticamente
los supuestos que subyacen a nuestras miradas y
abordajes, identificando posibles (re)producciones de
las normatividades hegemónicas mencionadas. Estas
normatividades se sustentan en jerarquías y binarismos
que urge desarticular, en tanto suprimen violentamente
la heterogeneidad de expresiones de las subjetividades
y las vidas. Por tanto, interpela a preguntarnos que tan
cómplices de la legitimación de estas normatividades
pueden ser nuestras intervenciones.
Para un análisis de las obligaciones que generan a los estados la protección de niños/as y adolescentes que integran familias
transnacionales ver: Cortés, P. (2005), Mujeres migrantes de América Latina y el Caribe: Derechos humanos, mitos y duras
realidades, Serie Población y desarrollo Nº 61, Santiago de Chile: CEPAL. Para un análisis de la situación en el caso de
Argentina, ver: Equipo Latinoamericano de Justicia y Género - ELA: Informe sobre género y derechos humanos en Argentina
2005-2008. (2009).Buenos Aires: Biblos.
17
Lo anterior implica revisitar la espinosa cuestión
del trabajo social como dispositivo de control social,
esta vez a la luz de las intersecciones de género-clase
y raza/etnia. Intersecciones presentes no sólo en las
corporeidades y trayectorias vitales de los sujetos que
se encuentran en cada proceso de intervención social,
sino también sedimentadas en las instituciones que
enmarcan dichos procesos (Pombo, 2011). Para ello,
considero valioso adoptar una lectura de los procesos
de intervención social que repare en las relaciones
sociales construidas en cada intervención a partir de
sujetos con posicionalidades múltiples. Retomo aquí la
noción de sujeto múltiple de De Lauretis (1999), sujeto
“engendrado también en la experiencia de relaciones
raciales y de clase, además de sexuales; un sujeto, en
consecuencia, no unificado sino múltiple y no tanto
dividido como contradictorio” (De Lauretis, 1999: 8).
También Braidotti (2000), apela a la multiplicidad de
posicionalidades para conceptualizar la subjetividad
como “el sitio de un conjunto de experiencias múltiples
complejas y potencialmente contradictorias, definido
por variables que se superponen tales como la clase, la
raza, la edad, el estilo de vida, la preferencia sexual y
otras” (Braidotti, 2000: 30).
Contemplar la intervención como (des)encuentros
entre sujetos múltiples, en el marco del capitalismo
transnacional, me ha conducido a postular la propuesta
de concebir los procesos de intervención social como
fronteras. Esto es, como espacios “entre”, híbridos,
porosos y “de borde”, en los que impera el conflicto, la
negociación y la dialéctica separación-articulación. En
estas fronteras se producen (des)encuentros de sujetos
con posicionalidades múltiples, quienes ponen en
conflicto una multiplicidad de saberes y experiencias
construidos a lo largo de sus trayectorias vitales,
inscriptos en condiciones sociales geopolíticamente
situadas. Sujetos que si bien están claramente atravesados
por relaciones de poder que impactan desigualmente en
sus subjetividades y sus vidas, comparten el hecho de
estar marcados por un sistema de jerarquías sociales
—de género, de clase, étnico-raciales, nacionales— que
opera al servicio de la construcción de la hegemonía y de
la legitimación de ciertos sujetos —y ciertos lugares—
como hegemónicos.
Postular la intervención como frontera apunta
entonces a dislocar ese sistema de jerarquías y sus
binarismos constitutivos; a alejarnos del enclave
asistencialista —otra vez binario— que remoza
versátilmente diversas clasificaciones antitéticas que
acaban por ubicarnos en la dicotomía dar vs. recibir;
y a articular un enclave dialógico y de construcción
colectiva, que asuma la provisoriedad y el inacabamiento
de las estrategias que se construyan en el marco de esos
diálogos. Un espacio que, como las fronteras, responde
a condiciones históricamente situadas, pero retiene
la capacidad del desplazamiento. Puede anquilosarse
cual checkpoint que controla “quienes entran y quienes
salen”, o bien puede asumir la porosidad, la hibridez y el
movimiento como posiciones epistémicas desde las que
construir estrategias de intervención, siempre múltiples
y en suspensión.
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19
Análisis
La protección social en Argentina de los últimos 20 años,
del beneficiario al “sujeto de derecho”
Ignacio Prieto Belzunce*
Resumen
El siguiente artículo propone un abordaje sobre las
políticas sociales desarrolladas en Argentina a partir
de la década de los noventa. A su vez, pretende mostrar
cómo fue mutando el posicionamiento del Estado, las
diferentes concepciones que de él surgieron y surgen
sobre las familias e individuos receptores de las
políticas, así como el nivel de participación que tuvieron
y tienen los individuos en la definición y aplicación de
las mismas. Se tomará como referencia, para profundizar
el análisis, el Sistema de Asignaciones Familiares
(AAFF) y en particular el caso de las Asignación
Universal Por Hijo (AUH), como política social que
propone un nuevo “tipo de usuario” sujeto de derecho,
comprometido y partícipe.
Asignación Universal Por Hijo (AUH) y su correlación
con el “modelo de crecimiento económico”.
En 1957, en Argentina se implementó, el Sistema de
Asignaciones Familiares (AAFF), que buscaba aliviar
de las “cargas de familia” a los trabajadores formales
a través de la transferencia de ingresos. Durante esos
años, las mujeres y niños accedían a la protección
social a través del hombre cabeza de familia. Es decir,
la organización familiar estaba regida por el patrón
“hombre proveedor/mujer cuidadora”.
En 1968, el régimen argentino unificó a través de la
Ley 18.017 las distintas cajas de las AAFF y en 1973 se
consolidó el proceso de inclusión de todos los sectores.
(Arcidiácono: 2011).
Focalización, descentralización y privatización: los 90
En la década del noventa, con la ruptura de la lógica
salarial, desaparecen los sectores desclasados que
quisieron y pudieron reincorporarse al sistema
productivo. Ya no existió el ejército de reserva como
tal. Apareció la categoría del “marginado” como nuevo
status social; aquel desalojado de todo tipo de seguro
social y apartado del movimiento del sistema que lo
sobrepasa.
Con el neoliberalismo como modelo de crecimiento
político y económico, donde la sociedad no es más que
un conjunto de individualidades, podemos observar un
modelo de intervención social del Estado que adapta la
estructura del mercado de trabajo a las necesidades de
la estrategia de acumulación. Propone tres estrategias
para reformar al Estado de Bienestar: Focalización,
descentralización y privatización.
La focalización supuso la definición de los sectores
más pobres de la población, para poder atenderlos de
manera singular. Se calificó y clasificó al beneficiario de
cierta política, siendo éste un ‘merecedor’ de la misma.
Tal como propone Aldo Isuani:
Summary
The following article proposes an approach on social
policies developed in Argentina from the nineties. At
the same time, it aims to show how the positioning of
the State was changing; the different conceptions on
families and individuals receiving those policies that
arose and arise from them; and the level of participation
that individuals had and have in their definition and
implementation. The System of Family Allowances
(AAFF) will be used as reference, to deepen the
analysis; and in particular the case of the Universal Child
Allowance (AUH) as social policy that proposes a new
“type of user” subject of right, committed and involved.
Introducción
Cuando hablamos de “protección social” es muy
difícil pensar en el origen del problema social y de la
generación de una cuestión socialmente problematizada,
ya que deberíamos remontarnos a las primeras
intervenciones estatales de los Estados Benefactores
(Otto von Bismarck a fines del siglo XIX). Por esto, haré
un recorte en relación con las políticas anteriores a la
*
Universidad de Buenos Aires (UBA), Argentina. [email protected]
20
Los sectores medio y de trabajadores organizados
sindicalmente [...] debían comenzar a pagar total
o parcialmente por los servicios sociales que
consumían. La privatización aparecía como la
contracara de la focalización, liberando recursos para
ésta y complementando su labor en pos de mayor
equidad [...] la descentralización contribuiría a la
mayor eficiencia y eficacia del gasto social, en la
medida en que acercaría la gestión al beneficiario,
haciendo que éste asumiera un mayor control sobre
la calidad de los servicios (Isuani, 2008: 178)
negando al ciudadano como sujeto de derecho y negando su
protagonismo y participación en la transformación social.
El Estado se retiró durante este período de la
provisión de bienes y servicios. La realidad social se
veía atravesada por la exclusión social dada la crisis
de la sociedad salarial, privatizaciones, desregulación
en varios sectores de la economía y flexibilización del
mercado de trabajo. Sumado al otorgamiento de falsas
libertades de acción a las provincias y municipios que
debían hacerse cargo de las políticas sociales (acción
vinculada directamente con las políticas económicas
de ajuste), las cuales no solo son financiadas por
organismos internacionales de crédito (Banco Mundial,
FMI), sino que son llevadas a cabo (en gran parte) por
las ONG´s, dado el corrimiento del Estado nacional. Se
puede observar en este período una “alta fragmentación
institucional” (retomando palabras de Isuani), dado el
Estado mínimo, la financiación por parte de organismos
internacionales y la aplicación llevada a cabo por
organizaciones de la sociedad civil.
Maren Von der Borch
No se veía a los sectores marginados como sujetos
de derecho, sino como beneficiarios de ciertas políticas
de protección social, es decir, se definió y focalizó a
cierto grupo “marginal” (pobre merecedor) que sería
‘beneficiado’ con determinado plan o política con el fin
de poder darle protección a quienes más lo necesitaban.
Este “merecimiento” calificó y clasificó a la población,
ya que sólo los grupos extremadamente pobres debían
recibir “ayuda estatal”, legitimando así la marginalidad,
21
Crisis y políticas de integración
Desde 1997 se comenzó a plantear la idea de la
universalización de las AAFF a partir de diferentes
iniciativas (Red Argentina de Ingreso Ciudadano,
Frente Nacional Contra la Pobreza, etc.) y en los años
subsiguientes se presentaron (desde distintos sectores
en el Congreso Nacional), un gran número de proyectos
legislativos con distintas características, pero todas
dirigidas a la ampliación del régimen de AAFF.
Sin embargo, y más allá de estas iniciativas, la
desintegración y el descontento social hicieron eclosión
en el recordado diciembre de 2001. Aquí la sociedad se
ve desestructurada por la caída de las normas políticas y
por la ausencia de lazos orgánicos entre los individuos,
hecho que presenta a la sociedad de la época no como
un todo sino como un conjunto de partes. A raíz de estos
cambios y de la crisis, se empezaron a implementar
Programas de Transferencia Condicionada de Ingresos
(PTCI), que pretendían aminorar la pobreza y proteger
de los riesgos sociales a quienes no se encontraban
dentro del mercado laboral forma. El plan Jefes y Jefas
de Hogar otorgaba 150 pesos por familia y cubrió a
más de dos millones de personas. Este plan mantenía
la lógica del “beneficiario” y en dos meses se cubrieron
las inscripciones, dejando fuera a un sinfín de personas
que lo necesitaban y haciendo beneficiarios a un gran
porcentaje de “acomodados”.
A partir del 2003, el nuevo gobierno propuso pensar
las políticas sociales sostenidas sobre dos ejes: Trabajo
y Familia. Se expone el trabajo como dignificador y al
trabajador como sujeto de derecho en búsqueda de la
inclusión social a través de políticas activas en materia
de empleo, utilizando a este último como vínculo entre
el bienestar y el modelo económico. Las prestaciones a
las que accedían las familias dependían de la condición
laboral del adulto y/o de los planes y programas a los
que éste lograse acceder.
Como lo explica Pilar Arcidiácono
Se configuró un esquema de políticas sociales
fragmentado que supuso amplias mejoras para
los trabajadores formales y programas residuales
y focalizados, de empleo y fami¬liares, para los
‘vulnerables’. De esta forma, las prestaciones a las
que las familias con niños, niñas y adolescentes
accedían dependían de la condición laboral de los
adultos y/o de los planes y programas a los que
lograsen acceder. Asimismo pese a su masividad y
al hecho de incorporar cierto discurso de derechos
estos programas no perdieron su lógica focalizada
y residual (Arcidiácono, 2001:4)
La mayoría de la crítica referida a estas políticas
de 2003 apunta a la continuidad de la focalización
y direccionalidad y no al fomento de ciudadanos con
derechos, generando, según los críticos, procesos de
estigmatización.
Protección Social Integral: Asignación Universal
por Hijo
A partir del 2009 se comenzaron a proponer nuevos
mecanismos de protección social no contributivos,
que no dependían necesariamente de la situación
ocupacional (más allá del empleo asalariado formal) y
que garantizaron un piso de ingresos para la satisfacción
de las necesidades sociales y el acceso a los derechos
de la ciudadanía.
“De esta manera, nuestro enfoque de la solidaridad
social es el de ‘titulares de derecho’ [...] El modelo
en el que trabaja nuestro Gobierno tiene un claro
antecedente en el primer gobierno peronista y la
Constitución de 1949, que juntos constituyen el
primer antecedente en lo que a enfoque a derechos
se refiere.” (Kirchne, 2010:42).
Esta posición ve en los derechos atribuciones que
poseen todas las personas y que deben ser garantizados y
facilitados por el Estado, asumiendo éste nuevamente un
rol principal. El trabajador adquiere deberes y derechos
como sujeto reconocido ante la nación, es decir, el
Estado no solo asume un alto nivel de intervención,
sino que es para la totalidad de la nación, rompiendo
así con la focalización y la lógica del “beneficiario”.
“Las políticas sociales actuales apuntan a la inclusión
social, son integrales y reparadoras de las desigualdades
sociales. Además, reconocen a los ciudadanos como
protagonistas del cambio social y no como meros
beneficiarios pasivos de la asistencia” (Kirchner, 2010:
44). Al ser sujetos de derecho, la entidad social, política
y cultural que adquieren estos sujetos es de extrema
relevancia, ya que comienzan a ser decisores de su
propia realidad, siendo a su vez reconocidos legal y
legítimamente por el Estado Nacional.
La lógica de las nuevas políticas sociales supone la
apropiación de “lo público” que estaba despojado de
sentido y de recursos, otorgándole un nuevo sentido;
22
Maren Von der Borch
En el año 2009 se reactivó el debate en el Congreso
nacional sobre la universalización de las AAFF
(aproximadamente nueve proyectos vinculados),
instalándose fuertemente en la agenda pública y en
los medios de comunicación. Dada la repercusión, en
octubre de ese año el Poder Ejecutivo Nacional creó la
Asignación Universal por Hijo para la Protección Social
(decreto presidencial N°1602/2009).
Tal programa funciona como un sistema de
protección social que no condiciona la prestación a
la inserción en el mercado de trabajo. A su vez, la
direccionalidad del programa no va en función del
“pobre” ni de un “beneficiario” por el contrario, es
un derecho reconocido para la población, poniendo a
los trabajadores informales y a los niños como sujetos
de derecho. Se adopta la perspectiva de derechos
garantizando un ingreso a los hogares y el derecho de
los niños y adolescentes de los sectores más pobres a
concurrir a la escuela y realizar controles de su salud.
De esta manera no solo se pretende la inclusión y la
reinserción de un conjunto “marginado” sino que se
un punto de vista. Éste propone la participación y
apropiación de ese espacio, no solo por parte del Estado
(que no participaba de él), sino también de la sociedad
y comunidad que harán uso del mismo, teniendo en
cuenta la diversidad y pluralidad de las mismas para
poder abordarlas inclusivamente.
Esta utilización de “lo público” y la oportunidad que
propone el nuevo gobierno a partir de 2009 necesitan
de estrategias de abordaje y de cooperación entre los
distintos organismos gubernamentales nacionales,
provinciales y municipales; así como el otorgamiento de
herramientas a los sectores de la sociedad civil que harán
uso de estos derechos. Dicha nueva lógica “integral”
de las políticas sociales implica un “trabajo conjunto
y articulación de recursos, circuitos administrativos y
gestiones compartidas. [...] Los programas, proyectos
y acciones son parte de un proyecto colectivo, con
responsabilidades compartidas y asumidos por el
Estado, desde una Red de Políticas Sociales, junto a la
comunidad y el sector privado”(Kirchner, 2010: 65).
23
fomenta el cuidado, el conocimiento y el aprendizaje
de los niños.
Asimismo, se destaca la rápida implementación
que se realizó durante los primeros meses con una
fuerte campaña de comunicación, representa además
una superación de los Programas de Transferencia
Condicionada de Ingresos, ya que todo aquel que cumpla
con las características puede acceder a la prestación. No
hay cupos ni fechas límite de inscripción. Quienes se
encontraban dentro de planes y programas nacionales de
transferencia de ingresos y cumplían con los requisitos
migraron de forma inmediata a la AUH.
Se remarcan dos aspectos nuevos en la forma de
pensar las políticas sociales a partir de la AUH. Por un
lado, la ampliación de la cobertura de niños y niñas antes
excluidos (las AAFF pasaron de cubrir 54 por ciento
de niños, niñas y adolecentes al 82 por ciento de los
menores de 18 años1); por el otro, reconociendo a los
trabajadores informales y desempleados como sujetos
de derecho y partícipes de las políticas sociales.
Al percibir la AUH (tal como lo propone Arcidiácono),
lejos de estar financiando la desocupación, se permite
al desocupado poder elegir qué trabajo realizar para
aumentar sus ingresos. Ya que con este ingreso se
dispone de una base monetaria que permite cierto poder
de decisión. Es preferible que pueda ir en búsqueda de un
trabajo de calidad, a que esté realizando tareas insalubres
por pagos mínimos. El monto delegado desde la AUH no
se acerca al valor de la canasta básica ni mucho menos;
pero busca, no solo poder inyectar un ingreso a los
hogares que no lo tienen, fomentar la inclusión educativa
y la calidad de la salud, sino también, funcionar como
un incentivo para salir a buscar trabajo y poder elegir
sabiendo que se tiene un mínimo colchón base.
que deben participar activamente de la conformación,
diseño, implementación y evaluación de las políticas
públicas a las que se ven sometidos.
¿Cómo se hace para proponerle a la sociedad la
construcción, apropiación y acción del espacio público y
de los derechos? ¿Cuáles son esas herramientas prácticas
y conceptuales que se construyen para el funcionamiento
integral de las nuevas políticas sociales? ¿Qué se espera
de las familias y de los sujetos? ¿Cuáles y cómo son esos
nuevos roles que asumen las personas como partícipes
de sus propias políticas, derechos e identidades?
Todas estas preguntas quedan en el tintero y espero
sean contestadas en el corto plazo, para poder seguir
creciendo y mejorando en las intervenciones que se
realicen a futuro.
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Conclusiones finales
(sujetos de derecho, nuevas lógicas)
En Argentina se vive un proceso de transformación
ciudadana y apropiación del espacio público. En este
marco se gestan nuevas herramientas y conceptos
que buscan no solo un mayor grado de implicancia y
responsabilidad por parte del Estado Nacional, sino
también un mayor involucramiento por parte de los
ciudadanos que no sólo son sujetos de derecho sino
1
Estimaciones ilustrativas elaboradas por las autoras sobre la base de los datos presentados en Roca (2010), y la meta física
alcanzada de 3.5 millones de niños, niñas y adolescentes cubiertos.
24
Análisis
Responsabilidad familiar y suerte: relaciones con el
pensamiento de Maquiavelo e implicancias
para Trabajo Social
Osvaldo Agustín Marcón*
Archivo familiar: Mendoza Von der Borch
Resumen
El substrato sobre el cual se desarrollan las intervenciones profesionales se asienta en, entre otros elementos, un conjunto
de ideas indiscutidas que funcionan con particular fuerza. La idea según la cual las familias en situación de derechos
sociales vulnerados han ingresado a ella por responsabilidad propia, es decir, por tomar decisiones equivocadas o
por desarrollar actitudes despreocupadas forma parte de este substrato. Para discutir esta tendencia pueden tomarse
distintas vías, pero desde el campo de las Ciencias Sociales y Políticas el pensamiento de Maquiavelo puede aportar
contundentes elementos. El autor pensó en El Príncipe, no obstante, esas ideas pueden ser aplicadas a las familias
quitando la naturalidad con que se suele rodear aquella responsabilidad que se les exige sin discutir cómo la simple
suerte o fortuna puede determinarla. Para Trabajo Social no es suficiente con esta argumentación aunque sí aporta al
referido esfuerzo por dejar atrás dicha construcción caracterizada por el prejuicio.
*
Universidad Nacional del Litoral y Universidad Adventista del Plata, Argentina. [email protected]
25
Resumen
The substrate on which to develop professional
interventions is based on, inter alia, an undisputed set
of ideas that work with particular force. The idea that
families in situations of social rights violated have
entered her own liability, that is by making wrong
decisions or careless attitudes develop is part of the
substrate. To discuss this trend can be taken different
ways but from the field of Social and Political Sciences
Machiavelli’s thought can bring strong elements. The
author thought of “The Prince” but these ideas can be
applied to families by removing the natural way that
usually surrounds this responsibility required of them
without discussing how the mere fate or fortune may
determine. It is not enough for Social Work, but this
argument gives the referral effort to leave behind such
a construction characterized by prejudice.
Se trata de la cuestión de la responsabilización de las
familias, particularmente las que son víctimas de la
exclusión social.
La idea de sujetos sociales en adecuadas condiciones
y, por ende, obligados a responder ante el entorno,
aparece estrechamente ligada a corrientes de pensamiento
sintetizadas por Max Weber en La ética protestante y
el espíritu del Capitalismo. El texto, como sabemos,
remite –entre otras cosas–, a la idea de actores sociales
incondicionalmente austeros, rigurosos y trabajadores.
Por extrapolación, se supone que este ascetismo debe
dominar todo el cuerpo social. Ser responsable significa
constituirse en parte de la soldadesca de productores
y consumidores, base fundamental para el desarrollo
del capitalismo. En general, la razonabilidad de tal
plexo axiológico no es problematizada por los sectores
medios, tradicionalmente incorporados a la producción
y al consumo. Vale por sí mismo y se espera que todos
se adhieran sin, admitir preguntas sobre las condiciones
en las cuales cada sujeto se encuentra, como para
poder cumplir con tales exigencias. Ante ello, cuando
la cuestión social (Castel, 1997), se expresa en los
espacios familiares, el imaginario tiende a ver en el
interior de esos espacios el origen de los problemas y,
por ende, a suponer que allí también se encuentra la
responsabilidad última de la solución. Así, expresiones
tales como crisis de valores o crisis de la familia cobran
fuerza, y el orden de lo público (las políticas sociales),
aparece débilmente criticado cuando no justificadas
dichas expresiones como deficiencias. No es extraño
que esta firme tendencia ideológica se exprese también
en distintas intervenciones profesionales.
Ahora bien, el asunto podría ser analizado desde
diversas perspectivas. Así, podríamos centrarnos en
el propio marco de derechos humanos positivizados,
a través de la Convención sobre los Derechos del
Niño, en tanto acota notoriamente la responsabilidad
familiar cuando carga en el Estado la responsabilidad
de garantizar condiciones familiares que permitan
atender la situación de los niños (artículos 18 y 27).
O podríamos tomar el tema desde la perspectiva
clásica del determinismo filosófico, según el cual
el comportamiento humano está completamente
gobernado por leyes causales (Molina Fernández, 2002:
73). En el campo de las ciencias sociales este asunto ha
Desarrollo del artículo:
La cuestión discutida y su relación con Maquiavelo
En el contexto de la denominada globalización mutaron1
diversos órdenes conceptuales. Podría decirse, inclusive,
que varias de tales mutaciones fueron necesarias para
que dicho contexto tuviera lugar. Las variaciones en la
producción capitalista (del fordismo al post-fordismo),
el avance del ideario liberal (político y económico)
o la profundización del individualismo en el sujeto
(Lipovesky: 1983), son ejemplos de dimensiones en las
que se observa cierta identidad entre algunos conceptos
dominantes y la globalización como contexto. Se trata,
en definitiva, de la profundización de la modernidad
en favor de una Segunda modernidad (Beck: 1998),
proceso en cuyas zonas ideológicas fundacionales
aparecen tales transformaciones conceptuales.
De forma más o menos explícita, estas mutaciones
ocupan el lugar de las ideas-fuerza participando
activamente en el desarrollo del contexto, aunque
también en el desarrollo de ellas como nociones
específicas. Como levaduras que actúan sin prisa, pero
sin pausa, estos ejes conceptuales llevan adelante la
tarea preparando el terreno en el que germinan distintos
idearios. Entre ellos pueden encontrarse, aun, otros que
simultáneamente generan nuevos recursos para levar
el escenario. Uno de ellos es el que ahora nos ocupa.
1
Usamos la idea de mutación, pues no se trata de ideas totalmente nuevas sino de transformaciones producidas sobre la base
de otras ya existentes; en ocasiones, estos cambios se dan en su estructura y en otras en su aspecto exterior.
26
llamado particularmente la atención de clásicos como
Durkheim, Schutz y Luhmann (Galassi, 2003), en
distintos pasajes de sus obras. De ello también se ocupó
Sigmund Freud (1856/1939), quien desplegó ingentes
esfuerzos a través de trabajos tales como Más allá del
Principio del Placer o Recordar, repetir, reelaborar. O,
inclusive, la cuestión puede ser analizada, desde dicha
categoría, pero como construcción en el campo de las
ciencias sociales. Ambas permiten, también, advertir
cómo es que la cotidianeidad de cada sujeto y de cada
familia no se desarrolla en condiciones absolutamente
libres, de lo que surge que tampoco es posible actuar de
modo totalmente responsable ante ellas.
Aquí interesa poner en evidencia cuán débiles son
las posibilidades de que una familia se responsabilice
infiriendo aspectos de lo que él sostendría, en un diálogo
imaginario en el aquí y ahora, acerca de la cuestión de
la factibilidad de la responsabilización de un grupo
familiar ante –por ejemplo– las conductas de sus hijos
adolescentes. El ejercicio cobra validez si advertimos
que con posterioridad, y siguiendo en esto a Juan
Carlos Portantiero, el pensamiento de Maquiavelo,
originariamente orientado hacia la individualidad del
príncipe, pudo ser resignificado y aplicado a distintas
cuestiones de la organización social contemporánea y
sus supuestos políticos. Nos referimos a Gramsci, quien
lo tomó en tanto abstracción doctrinaria antes que
mera realidad histórica. Así el Príncipe moderno ya no
puede ser una persona concreta sino un elemento de una
sociedad compleja en el cual comience a concretarse
una voluntad colectiva… (Portantiero:
2000: 151). No se trata del pensamiento
de Maquiavelo como dato histórico sino,
reiteramos, de las implicancias que el mismo
puede tener en relación a categorías vigentes
en el contexto de los Estados Nacionales y,
más aún, respecto de cómo los trabajadores
sociales operativizamos categorías centrales
–por ejemplo derechos humanos– en las
prácticas cotidianas.
Maren Von der Borch
La tensión responsabilización-fortuna
El término se asocia etimológicamente
a la voz responsum, forma latina del
verbo responder. En principio podemos
considerar, entonces, que responsabilidad
es la habilidad de responder. El Diccionario
de la Real Academia Española prescribe
diversas significaciones de las que destacamos la idea
de responsabilidad como cualidad de responsable. La
obra alude también a la noción de deuda, obligación
de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a
consecuencia de un delito, de una culpa o de otra
causa legal. La Real Academia Española también
presenta como opción la carga u obligación moral
que resulta para alguien del posible yerro en caso o
asunto determinado. Vemos que la responsabilidad
aparece recurrentemente como la habilidad de
responder, término que admite como significaciones las
siguientes: Contestar, satisfacer a lo que se pregunta
o propone; contestar a quien le llama; satisfacer el
argumento, duda, dificultad o demanda; replicar a
los requerimientos o afirmaciones de otra persona;
rendir o fructificar; corresponder con una acción a lo
totalmente de lo que sucede en su espacio, es decir,
las escasas posibilidades que tiene de controlar la
totalidad de sucesos fortuitos y, por ende, incontrolables
que bombardean el escenario en el que su existencia
transcurre. En esta perspectiva, interesa recortar
instrumentalmente una mirada: la de Nicolás
Maquiavelo, polémico pensador italiano que aún pone
en tela de juicio aspectos basales de las conductas
gubernamentales, a la naturaleza del poder estatal y,
por carácter transitivo, aguijonea diversos supuestos
de Trabajo Social, profesión ligada por excelencia al
Estado-Nación y la gubernamentalidad (Foucault,
1991).
En particular es importante detectar, en el pensamiento de Maquiavelo, sus ideas acerca de la fortuna
27
realizado por otra; Estar obligada u obligarse a la pena
y resarcimiento correspondientes al daño causado o a
la culpa cometida. Tenemos entonces que la cuestión
de la responsabilidad funda al menos una dimensión
trascendente al sujeto participando de su constitución
como sujeto-en-relación. Si bien incluye la necesidad de
respuesta ante sí mismo, dicha capacidad de responder
está originariamente enclavada en la relación sujetocontexto o, en nuestro caso, familia-contexto.
Ahora bien, es evidente cierta manipulación
ideológica orientada a resignificar el concepto en favor
de cierta micro-responsabilización que debilita aquel
enclave de la categoría en la relación con el contexto.
Tiende a ubicarlo lo más excluyentemente posible en
el lugar de la familia. Esto se advierte tanto en quienes
parten de axiomas liberales fundamentales del tipo la
sociedad no existe, solo existen los individuos; como
también en quienes postulan ciertos conceptos religiosos
de persona en medio de los cuales lo relacional es secundario. En otros casos, estas posiciones suelen aparecer
bajo la defensa del protagonismo de la comunidad frente
a lo que sería la amenaza estatal. Si bien no agotamos
aquí la descripción de todas las posiciones posibles, se
advierte que en ellas la posición de lo comunitario cede y
crece la responsabilización familiar. En esta línea sobre
responsabilización familiar, podemos encontrar entonces
que los padres desocupados son culpables de no haberse
convertido a las nuevas exigencias del mercado; o que
los socialmente excluidos son culpables de no haber
controlado a sus hijos antes de que terminaran en el
delito; o que los viejos pobres son responsables de no
haber aportado para un sistema de seguridad social con
el fin de acceder a una jubilación digna.
Sin embargo, existen distintos recursos como
para poner en evidencia la parcialidad de tal relación.
El funcionamiento de la fortuna como límite a las
posibilidades de control sobre el acontecer familiar,
es solo uno de ellos, y a él prestamos atención en
este trabajo. El enfoque de este artículo se orienta
a concatenar fortuna con responsabilidad en el
pensamiento del florentino, lo cual, como se dijo más
arriba, no implica desconocer la existencia de otros
debates2 sobre tópicos que, aunque diversos, también
recorren este rico concepto.
Más específicamente, interesa rastrear, en el pensamiento de Nicolás Maquiavelo,3 qué elementos aparecen
relacionados a la responsabilización familiar desde su
muy conocido trabajo titulado El Príncipe. No se trata,
evidentemente, de la relevancia que expresamente
deposita el autor en dicha categoría conceptual, pues
ella, en cuanto tal, no aparece en la obra. Se trata, sí, de
identificar algunas protoformas útiles para desmitificar
el arquetipo del sujeto responsable contemporáneo.
La cuestión de la responsabilización es reforzada
con asiduidad desde el orden de las estructuras
(algunos organismos internacionales, diversos cientistas
significativos, muchos grandes medios de comunicación,
entre otros). Pero también, como decíamos más arriba,
se refuerza desde el orden de lo cotidiano pues, a
primera vista, dicha exigencia parece indiscutible: es
obvio que todo ciudadano debe ser responsable. Pero,
¿qué significa esto en el contexto actual? ¿Se trata de un
discurso que favorece el desarrollo de un orden social
más justo o, por el contrario, tiende a cristalizar sus
actuales deficiencias? Las preguntas podrían seguir pero
tratemos de dirigir algunas al pensamiento de Nicolás
Para profundizar puede consultarse a Mendoza, G. (2004-2005). Fortuna y Providencia en la filosofía de Nicolás Maquiavelo
y Giambattista Vico. Cuadernos sobre Vico. España, Universidad de Sevilla – Centro de Investigaciones sobre Vico. Nº 17-18
(pp. 155-162).
3
Recordemos que el autor nació en 1469 en Florencia (Italia) y murió en 1527. En El Príncipe, obra escrita en 1513 y publicada
en 1532, describe el método por el cual un gobernante puede adquirir y mantener el poder político. Se trata de un estudio
polémico, frecuentemente considerado una defensa del despotismo y la tiranía de algunos dirigentes, pues se basa en la
creencia de Maquiavelo de que un gobernante no debe estar sujetado por las normas éticas. El contexto es el de la Florencia
de los Médicis, ciudad que sufre sucesivas crisis y alumbramientos. Son los comienzos de la Revolución renacentista (tránsito
de la Edad Media a la Edad Moderna), de cuyas bases surge, posteriormente, el modelo capitalista de organización de la
economía. La fe en la razón y en el progreso empiezan a convertirse en alternativa a la fe cristiana y la parusía que se había
venido practicando durante la Edad Media. En esos momentos, Italia se encuentra invadida por fuerzas extranjeras (España y
Francia), lo que hace que el autor refleje sentimientos de liberación nacional y la búsqueda de una unidad política, de las que
su patria carece. La lucha contra la tiranía y el triunfo de la libertad impulsaron el desarrollo del pensamiento y el apoyo a la
cultura, haciendo una valoración política de lo tradicional y providencialista.
2
28
Maquiavelo: ¿es justo, paradójicamente, depositar
en dicha categoría conceptual la responsabilidad de
transformar o, al menos, mejorar el actual estado de
cosas? Y más aún: ¿es factible la responsabilización
plena de las familias (lo que vale también para sujetos,
grupos o comunidades)? ¿Pueden y deben hacerse
responsables de lo que les sucede y/o de lo que ellos
provocan? Y en caso afirmativo ¿En qué grado? ¿Cuáles
son sus cotas?
Los interrogantes tienen sentido dado que en la
Modernidad el término aparece con una importante
carga moralizante. Esta realidad ha sido construida
no con elementos contemporáneos exclusivamente
sino que hunde algunas de sus raíces en diversas
tradiciones incluye tanto a la religiosidad medieval
como al secularismo liberal, mencionado más arriba a
través de Weber. La condición de sujeto irresponsable
remite, automáticamente, a un lugar degradado en
el imaginario social, con contenidos negativos que
deben ser problematizados pero que exigen cierta desnaturalización a la que intentamos aportar a través de la
producción escrita del florentino en el referido clásico.
El irresponsable no es, necesariamente, quien decide
libremente no asumir responsabilidades ya que dentro
de dicha irresponsabilidad aparecen múltiples matices
que podríamos resumir en la noción de poder para
asumir respuestas.
Quedan dichas, así, cuestiones a las que también
puede arribarse por la vía del sentido común. Aunque
la significación de las mismas cambia substancialmente
si el camino es el de la argumentación fundada, en este
caso, en un texto capital para –como mínimo– el campo
de las ciencias sociales.
El control del acontecer como falacia de origen: el
factor “suerte”
Esta concepción de la responsabilidad tiene en su centro
una falacia: se da por hecho que ella puede adquirir un
grado pleno a través del esfuerzo del grupo familiar,
sin más. Valores ya mencionados en este trabajo, tales
como la disciplina, la abnegación, la constricción al
trabajo, el orden, la puntualidad, la no-protesta, etcétera,
encarnan un modo de ser que –se presume–, conduce
a la construcción de sujetos plenamente responsables.
Esta idea es la que no coincide plenamente, según
sostenemos, con la posición configurada por Nicolás
Maquiavelo aún cuando él las planteara refiriéndose
originariamente a otra cuestión que, sin embargo, y
29
los arruina… Sin embargo, –en la misma página– deja
simultáneamente planteado que la suerte es una de las
formas de acceso al poder, aún en tal contexto de alta
…variabilidad de las cosas terrenas… (Maquiavelo,
1513) sobre el que vuelve en el capítulo X. Con esta
idea de variabilidad, abona a la relativización del control
sobre las formas que cada sujeto podría ejercer, por más
esfuerzo personal que aplique.
La obra de la que nos estamos ocupando se
caracteriza por, entre otros aspectos que han sido
estudiados, una constante combinación de referencias
históricas a las que el autor apela para extraer lo que
considera enseñanzas generales. Así, en el capítulo
XII, sostiene expresamente que la defensa guerrera
ejercida por el pueblo de Florencia en la época …debe
dar gracias a la suerte, que de manera singularísima
le favoreció… (Maquiavelo, 1513). Más adelante, en
el capítulo XX, transforma a la suerte en cierta especie
de personalidad activa sosteniendo que: …la fortuna,
si quiere elevar a un príncipe nuevo, que, más que un
príncipe hereditario, necesita adquirir fama, le suscita
enemigos, y le inclina a varias empresas contra ellos,
a fin de hacerle triunfar, y con la escala que ellos
mismos le traen, subir mas arriba (Maquiavelo,1513).
Hemos visto ya que el espíritu guerrero requiere cierto
señorío a través de la disciplina, la voluntad, etcétera,
pero aquí advertimos cómo es la propia suerte la que
brinda la posibilidad de poner en acto los potenciales
desarrollados mediante la voluntad consciente. Y es ella
la que, en gran medida, da la orientación final a tales
posibilidades.
El capítulo XXI está dedicado a Cómo debe
conducirse un Príncipe para adquirir consideración.
Repasa distintas alternativas, sosteniendo que para
aquellos casos en los que alguien guerreara junto a
quien después resulta perdedor, el primero conservará la
consideración de este último …y será el compañero de
su fortuna, que puede mejorar algún día (Maquiavelo,
1513). Nuevamente, la idea de lo fortuito está presente,
aún cuando se imagina las situaciones más desfavorables
o allí donde podría sostenerse que todo está perdido
para quien resultó vencido en una guerra y para sus
aliados. La posibilidad de un cambio en “la suerte” sigue
siendo considerada por el autor, quien finaliza esta obra
mediante una Exhortación para librar a Italia de los
como también ya hemos dicho, puede ser resignificada
en la contemporaneidad.
Es cierto, por una parte, que tales recomendaciones
son formuladas en un contexto dominado por las guerras
como medio para la construcción y el ejercicio del
poder. Su ideario está atravesado por la necesidad de
un orden social altamente militarizado, capaz de dar
respuestas acorde con este tipo de relaciones (guerreras).
En consecuencia, se pronuncia a favor de conductas
altamente racionales, mesuradas, previsibles. No
obstante, es cierto, por otra parte, que el autor relativiza
las posibilidades efectivas de tales esfuerzos personales
otorgando un lugar particularmente importante a factores
externos, alejados de las posibilidades de control del
sujeto. Y, también es cierto que la formación de aquel
tipo de ciudadanos implica conformar soldadescas4 aptas
para participar de las batallas más o materiales y más o
menos simbólicas, mediante las cuales el capitalismo
se crea y recrea, una y otra vez.
Así, ya en el capítulo I otorga relevancia al papel de
…la suerte… (Maquiavelo, 1513), de los príncipes como
factor decisivo para acceder a la posesión de Estados
nuevos. Más adelante, en el capítulo VI, el florentino
vuelve sobre esta idea al sostener que …el éxito por
el que un hombre se ve elevado de la categoría de
particular a la de príncipe supone algún valor o alguna
fortuna… (Maquiavelo, 1513). Sostiene a lo largo de
su obra, como hemos dicho, la importancia de cultivar
procedimientos mesurados, pero señala reiterativamente,
la eficacia de la fortuna, sea facilitando u obstaculizando
los resultados de dicho cultivo. Veremos cómo dicha
concepción aparece sucesivamente.
En el capítulo VII se refiere a los que de particulares
que eran se vieron elevados al principado por la sola
fortuna… (Maquiavelo, 1513) señalando las dificultades
que ellos encuentran para conservar el poder aunque
subrayando la posibilidad de que a él se acceda de un
modo totalmente fortuito. No es tan difícil encontrar
ejemplos de familias en las que este ascenso fortuito
es evidente. En la misma página el florentino continúa
diciendo que estos …no se apoyan en más fundamento
que en la voluntad o en la suerte… de los hombres que
los exaltaron, cosas ambas muy variables y desprovistas
de estabilidad en absoluto. Señala la fragilidad de este
estado de cosas pues …el primer golpe de la adversidad
4
Al respecto puede leerse Marcón, O. Penalización Juvenil Selectiva, prácticas educativas y estados guerreros, en Revista
Postdata en el año 2011.
30
Bárbaros, constitutiva del capítulo XXVI. Allí, sostiene
(recordemos: la obra es escrita en el siglo XVI), que
en las acciones de los gobernantes italianos …no tardó
en advertirse que la fortuna no le acompañaba en sus
más sublimes acciones… (Maquiavelo,1513) por lo que,
entiende, Italia se encontraba a la espera de un príncipe
que la redimiera; éste debía surgir de una familia que
fue …elevada por el valor y por la suerte a los favores
de Dios y de la Iglesia… (Maquiavelo, 1513).
Nuevamente, el factor suerte puede ser pensado en
los distintos escenarios en los que interviene Trabajo
Social. No para, claro está, abandonar toda pretensión de
dar direccionalidad a los procesos, pues ello implicaría
renunciar a la intervención. Pero sí para liberar de
ciertos vahos conservadores con los que no pocas veces
es rodeada la acción profesional, sosteniendo aquellos
postulados, ahora reconfigurados, de la ética protestante.
tradicional, cierta negligencia o desidia. Pero esto no
abarca todos los componentes de su realidad. Es cierto
que simultáneamente el pensador plantea …la necesidad
de oponerse a la fortuna en general (Maquiavelo, 1513);
esta oposición significa lo que más arriba escribimos;
la construcción de fuerzas de sentido contrario que no
la anulen en cuanto tal –lo que sería una pretensión
absurda–, sino que la encaminen del modo más racional
posible en un contexto en el que la racionalidad plena
no es posible.
Insiste Maquiavelo en este capítulo XXV al subrayar
que …el príncipe que no se apoya más que en la fortuna
cae según que ella varía (Maquiavelo, 1513). Esta
idea aparece y reaparece a lo largo de su obra, como
lo hemos citado anteriormente, pero toma particular
fuerza aquí. Defiende, por el contrario, la necesidad
de un procedimiento armónico con las circunstancias
por las que atraviesa, aun considerando que en dichas
circunstancias existen fuerzas –las vinculadas a lo
fortuito–, que pueden romper dicha armonía. En estas
circunstancias existen distintas posibilidades. Se ve, así,
que …de dos hombres moderados, uno logra su fin, otro
no; y que dos hombres, uno ecuánime, otro aturdido,
logran igual acierto con dos expedientes distintos,
pero análogos a la diversidad de sus respectivos
genios. Lo cual no proviene de otra cosa más que de
la calidad de las circunstancias y de los tiempos, que
concuerdan o no con su modo de obrar (Maquiavelo,
1513). Pareciera, entonces, aceptar, necesariamente que
diversas paradojas pueden suceder. Todo el esfuerzo
cotidiano puede ser aplicado por unos y toda la desidia
por otros. Pero no hay hombre alguno, por muy dotado
de prudencia que esté, que sepa concordar bien sus
procederes con las circunstancias y con los tiempos
(Maquiavelo, 1513).
El control de la “escasez de suerte”
No por casualidad postergamos el análisis del capítulo
XXV de la obra, titulado Dominio que ejerce la fortuna en
las cosas humanas, y cómo resistirla cuando es adversa.
Allí, Maquiavelo centra su atención en la cuestión que
venimos rastreando, por lo cual condensa su ideario
respecto del asunto que nos ocupa, y que entendemos
se enlaza con la factibilidad de la responsabilización
familiar. Aún sin referirse expresamente a tal categoría
conceptual, el autor de El Príncipe no niega la necesidad
del mérito personal a través de un modo de actuar
que implique la construcción de diques y esclusas
(Maquiavelo, 1513), capaces de ejercer control sobre
lo fortuito, es decir, aquello que no depende de la
voluntad del sujeto. Este vallado cumpliría la función
de orientar racionalmente lo que deviene por obra de
fuerzas no controladas, incluyendo la posibilidad de
transformar las mismas en reservas para momentos en
los que la potencia disminuye o tiende a desaparecer.
He allí lo que decíamos antes: no se trata de renunciar
a la intervención sino de liberarla de algunas tendencias
no acordes con el ethos de trabajo social.
Advertimos que la idea respecto de la factibilidad de
control sobre los sucesos cotidianos sostiene Maquiavelo.
Implícitamente deja planteada la imposibilidad un
manejo pleno con lo que las omisiones en el ejercicio de
la responsabilidad merecen un análisis más meticuloso
antes que un juicio rápido y severo. Es decir, las familias
pueden y deben responder por una parte de lo que
sucede y/o les sucede señalándosele, dicho de un modo
Otros aportes a la discusión
Este desarrollo pretende aportar a un rico campo de
discusiones que incluyen muchas otras dimensiones.
En Tomás Várnagy, por ejemplo, encontramos una
línea interpretativa altamente coincidente con la de este
trabajo en tanto sostiene que para Maquiavelo El éxito
o el fracaso de los hombres depende principalmente
de su capacidad, de su virtud o adaptación a las
circunstancias, esto es, a la fortuna, sobre la cual
Maquiavelo escribió en sus poemas. La idea acerca
del poder de la fortuna sobre los asuntos mundanos era
compartida con los hombres del Renacimiento, una de
31
puede o no favorecerlo hasta inclusive contrariarlo. Para
Maquiavelo entre fortuna y libertad se establece una
dialéctica de oposición y lucha cuya premisa básica es
que ambos polos son realidades irreductibles. El hombre
puede ampliar la esfera de la libertad en la medida en
que, asumiendo su condición de ser libre e inteligente,
no se deja abatir por la certeza de saber que hay en su
existencia un dominio propio de la fortuna constituido
por todo aquello que escapa a su gobierno y previsión.
En la medida en que cede al fatalismo abdica de su
libertad y se entrega inerme en manos de la fortuna;
por el contrario, en cuanto desentraña la verdadera
naturaleza de las realidades políticas toma conciencia
de sus posibilidades de acción así como de los límites
que la acotan (Braun, 2000: 90).
las creencias más difundidas de la época que sustituye
a la Providencia Divina medieval e implica la suerte, el
azar, lo inesperado, los factores externos, la coyuntura,
las circunstancias, lo imprevisible, la constelación de
fuerzas sociales, en suma, los hechos objetivos ajenos
a la voluntad humana. Es como un río torrencial cuya
fuerza arrolladora puede ser vencida por una virtud
extraordinaria que construye canales y diques como la
afirmación de un equilibrio entre la voluntad humana
(virtud) y el conjunto de factores que la limitan (fortuna)
(Várnagy, 2000: 28).
Luigi Russo, prestigioso filósofo y comentarista
de la obra de Nicolás Maquiavelo, analiza la fortuna
en tanto concurrencia de acontecimientos que,
necesariamente, se constituirán en nexos causales para
que algo suceda o deje de suceder. Esta concurrencia
puede ser naturalmente favorable para el sujeto o bien
converger en ella alguna fuerza trascendente (por
ejemplo, Dios según distintas doctrinas religiosas). No
obstante, sostiene que para Maquiavelo el origen de la
fortuna se encuentra en la voluntad del propio sujeto
que protagoniza el proceso del Renacimiento, hombre
racional, aspirante a lograr importantes niveles de
autonomía. Recordemos al respecto que en este proceso
histórico La autonomía individual es para el liberal lo
que la tradición significa para el conservador… (Nisbet:
1977). En ese sujeto –sostiene Russo–, reside la potencia
de la fortuna.
Subrayemos que en el trabajo citado las ideas
sostenidas en relación a la fortuna no provienen
exclusivamente del ideario gestado por el florentino,
sino que, por el contrario, él es quien –quizás sin
saberlo–, las incorpora a la historia. O bien, ya con el
beneficio de la perspectiva histórica, podríamos decir
que es la historia quien decide tomar sus dichos como
expresión de un ethos epocal, caracterizado por el
hombre que se desliga de ataduras sobrenaturales al
momento de pensarse a sí mismo. Implica, entonces, una
época en la que se gesta una nueva mentalidad entendida
…como el motor de las actitudes. La manera como, a
veces inconsciente o subconscientemente, un grupo
social, una colectividad, se planta ante la muerte, el
matrimonio, la riqueza, la pobreza, el amor, el trabajo.
Es un sistema de ideas no racionales que quizás alguna
vez lo fue pero que tiene una enorme fuerza porque se
transforma en tradicional (Pipkin, 2000: 61).
Es el hombre que se planta frente a la contradicción
manifiesta entre, por un lado, la posibilidad de libre
ejercicio de su voluntad y por el otro la fortuna, que
Conclusión: La fortuna como cota de la responsabilidad
Concluye Maquiavelo diciendo que si la fortuna varía
y los príncipes continúan obstinados en su natural modo
de obrar, serán felices, ciertamente, mientras semejante
conducta vaya acorde con la fortuna misma. Pero serán
desgraciados, en cambio, no bien su habitual proceder
se ponga en discordancia con ella. (Maquiavelo, 1513).
Finalizando el capítulo XXV, el autor rescata la tensión
entre el consciente modo de obrar y la fortuna, tensión
que debe conservar una coherente relación. Ubica,
definitivamente, un límite preciso a las posibilidades
humanas de controlar la realidad. En consecuencia,
acota el sentido que la cuestión de la responsabilización
adquiere en los distintos discursos, cota que tiene
particular importancia si la traemos al aquí y ahora.
Como planteamos más arriba, en el imaginario social
y en gran medida en las intervenciones de trabajo
social domina cierta generalización con elevado
contenido ideológico según la cual el sujeto, los grupos,
las instituciones, las comunidades, etcétera, deben
responder por lo que sucede, en términos de acción u
omisión. Esto es razonable, pero no totalmente.
No escapa que la admisión de este límite puede
ser objeto de manipulaciones ideológicas de diversa
índole. Puede, así, servir para justificar la retirada del
Estado de las políticas sociales o, por el contrario, para
justificar su omnipresencia. La desnaturalización debe
verse en la idea de familia responsable cuando dicha
noción es homologada a la de familia capaz de controlar
plenamente su destino, por lo que en definitiva se le
exige que responda.
Haciendo uso de una licencia especial realicemos
32
a un ejercicio interesante. Analicemos detenidamente
la trayectoria familiar de cada lector. En la historia
de vida, si es que el análisis es tan meticuloso como
sincero, no será difícil encontrar múltiples indicadores
referidos al grado en que unas cosas sucedieron o
dejaron de suceder por presencia o ausencia de fortuna.
Es cierto que, por ejemplo, en un trayecto profesional
un examen universitario aprobado o reprobado tiene
relación con la preparación del mismo por parte del
alumno. Pero, ¿solamente con ese esfuerzo? ¿cuántos
eventos sucedieron o pudieron suceder y, entonces,
hubiesen mejorado o perjudicado el rendimiento? Si
el tribunal evaluador preguntaba una cosa u otra ¿los
resultados serían los mismos? Las propias habilidades
del alumno para afrontar la situación de evaluación
¿están estrictamente ligada a sus esfuerzos personales
o dependen de una multiplicidad de experiencia vitales,
muchas de ellas infantiles, sobre las que poco o nulo
control pudo ejercer? ¿cuánta responsabilidad tiene un
joven que llega a la universidad luego de haber cursado
su formación anterior en instituciones educativas
periféricas,5 y encuentra dificultades ante un proceso
diseñado que no incluye la existencia de instituciones
secundarias centrales y periféricas? ¿y cómo esto
impacta, luego, en la responsabilidad familiar por
situaciones de deserción escolar?
Otro ejemplo ¿cuánto mérito real hay en un
gerente de una empresa multinacional que cobra su
sueldo en dólares y cuánto de fortuito, si analizamos
con detenimiento su historia de vida? Si tal o cual
multimillonario europeo o norteamericano nace y
se criaba en un barrio excluido de cualquier país de
los erróneamente denominados subdesarrollados
¿podríamos asegurar que su emplazamiento social sería
el mismo?
Ahora bien, si este enfoque de la cuestión incluye el
riesgo de manipulación ideológica ¿por qué dedicarle
esfuerzo? Vale la tarea, pues, no se trata de sustituir la
naturalización de la responsabilización absoluta por la
naturalización de la irresponsabilización absoluta. Esto
quedó en claro a través del análisis del pensamiento de
Maquiavelo y algunos de sus estudiosos. Se trata, por
el contrario, de aceptar la necesidad de construir sujetos
responsables, en ello aparece también la posibilidad de
transformación de esos sujetos en ciudadanos activos.
Tal aceptación incluye la necesidad de advertir los
contornos reales de la cuestión de la responsabilización
con lo que necesariamente avanzamos hacia una
concepción no individualista de la misma.
La responsabilización familiar plena como posibilidad real se ha consolidado cual espejismo6 imposible
de alcanzar. Sin embargo, subsiste pues es eficaz a los
efectos de sostener ciertas concepciones del orden
social. Como lo advierte Maquiavelo escribiendo a algún
príncipe: la fortuna, que en nuestra realidad podría ser
reemplazada por un concepto que incluya la idea del
contexto, y no solo de la suerte, es un condicionante
de alto rango.
Es cierto, como ya lo dijimos antes, que el autor
escribe al servicio de un entorno de guerra y al servicio
del fortalecimiento de una figura individual –la del
príncipe–. Pero, por ello ofrecimos una analogía con
las condiciones guerreras necesarias para participar de
las relaciones de producción y consumo. Y aclaramos
oportunamente que no buscamos qué pensaba acerca de
la responsabilización sino que tratamos de identificar,
en su obra, algunas formas básicas que pueden aportar
a la deconstrucción de dicha categoría según su forma
contemporánea. Hemos considerado legítima esta
operación pues inclusive Gramsci, interpretado por
Portantiero, consideró factible extrapolar aquellas ideas
al contexto moderno.
Si el éxito o fracaso del príncipe no depende solo
de su esfuerzo, sino que es víctima de la fortuna,
tanto o más incidirá la suerte en el éxito o fracaso de
una familia, más allá del esfuerzo que ella desarrolle.
Hemos aclarado más arriba que ahora, cuando decimos
suerte decimos también contexto político, en el sentido
expuesto a lo largo de este trabajo y también señalado
por Rafael Braun en la cita que de él hemos presentado.
En América Latina la existencia de escuelas “centrales” y escuelas “periféricas” no es discutible. La calidad de la escolarización
en unas y otras varía notoriamente, aún cuando –inclusive–, podríamos discutir la pertinencia de los términos. No obstante
dicha realidad existe.
6
Espejismo: Ilusión óptica que, empleada metafóricamente, remite a la idea de una realidad que aparece siendo lo que en
realidad no es.
5
33
Bibliografía
Beck, U. (1998). ¿Qué es la globalización? Falacias
del globalismo, respuestas a la globalización.
Barcelona: Paidós.
Braun, R. Reflexión política y pasión humana en
el realismo de Maquiavelo. En publicación:
Fortuna y Virtud en la República Democrática.
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social: una crónica del salariado. Trad. Jorge
Piatigorsky. Buenos Aires: Paidos,
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contenido de los sueños. Madrid: Biblioteca
Nueva.
Galassi, J. Determinismo y libre albedrío en la
explicación sociológica: Durkheim, Schutz
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34
Investigación
A la escucha de los niños y los jóvenes. Familia, escuela y
participación social en un poblado costero de Sonora1
Maren Von der Borch*
Marisol Mendoza Muñoz y
Yolanda Ravelo Abril**
Los niños van a la escuela a aprender una serie determinada de
saberes, matemáticas, geografía, ciencias naturales,
pero también a hablar con esa voz que sólo a ellos pertenece
y que hay que saber escuchar.
Gustavo Martín Garzo,
Por una escuela pública, laica y literaria
¿Hoy todavía se puede medir la calidad de una
democracia en términos de la eficacia o confiabilidad
de los mecanismos electorales? De acuerdo con
los estándares desarrollados por la sociedad civil
internacional, la respuesta es un rotundo NO: el elemento
central a considerar es el nivel de cumplimiento de los
derechos humanos de los integrantes de una sociedad.
La idea subyacente a la defensa de los derechos
humanos es relativamente sencilla: en este mundo
ancho y ajeno, somos altos y bajos; gordos y flacos;
morenos y blancos; niños, jóvenes y adultos. Pero a
pesar de nuestras diferencias, nos une una condición:
somos miembros de la gran familia humana y por lo
tanto, dotados de un sentido intrínseco de dignidad e
igualdad en derechos. Ya lo dijo Don Benito Juárez
hace exactamente 155 años: Entre los individuos como
entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.
Un país como México que se ha propuesto
perfeccionar sus mecanismos de convivencia
democrática, tiene que preocuparse de manera continua
por el mejoramiento de las condiciones que propicien
el respeto a todos los derechos de todas las personas.
Participar en los asuntos que afectan la vida de uno,
1
expresarse libremente y ser escuchado, se convierten
así en derechos humanos fundamentales ya que es
sólo a partir de ellos que pueden ejercitarse los demás
derechos.
Lo que opinan los niños y los jóvenes
Un acercamiento importante a la percepción sobre la
democracia entre los niños y los jóvenes, es la Consulta
Infantil y Juvenil realizada por el Instituto Federal
Electoral (IFE) el domingo, 29 de abril de 2012. La
temática era Democracia y Vida Digna. De manera
voluntaria participaron más de 2 millones de niños y
jóvenes de entre 6 y 15 años de edad, de las 32 entidades
del país, lo que equivale al 10 por ciento de la población
de ese rango de edad.
La Consulta pone el énfasis sobre la confianza, y lo
fundamenta de la siguiente manera:
La confianza en los adultos y en las figuras de
autoridad es una condición indispensable para
el desarrollo socio-afectivo y político en la
infancia pues estas figuras brindan certeza sobre
su condición de sujetos de derechos y sobre el
funcionamiento del mundo social. Favorecen la
Estamos en deuda con las Maestras María del Carmen Marmolejo y Olga Alicia Gutiérrez, Jefa de Departamento y Coordinadora
de Programa del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Sonora, por su apoyo en la gestión de los recursos que
permitieron la realización del trabajo de campo que está en la base de este artículo. Igualmente, agradecemos a la maestra
Cecilia Navarro Gautrín y las integrantes del Grupo 01 de la materia Desarrollo Social II (semestre 2012-1), la dedicación
y el entusiasmo con el que participaron en la realización de las entrevistas y ejercicios de observación; y a la Maestra Lucy
Galindo, su cuidadosa lectura y sus atinadas observaciones al último borrador.
*
Profesora de la Licenciatura en Trabajo Social y la Maestría en Políticas y Gestión del Desarrollo Social. [email protected]
**
Alumnas de la Licenciatura en Trabajo Social.
35
socialización política ya que influyen en las concepciones que las niñas y los niños construyen sobre lo público”
(Instituto Federal Electoral, 2012: 13).
¿En quiénes confían los niños y los jóvenes? (%)
Edad Familia Maestros Amigo Vecinos Policía Ejército
6-9 98.9 95.0 ND 68.7 85.5 ND
10-12 98.5 86.3 76.7 45.4 74.0 75.1
13-15 95.9 73.1 82.5 33.8 48.2 63.5
Fuente: Instituto Federal Electoral, 2012. Gráfico 3: 14.
Pensando en lo dicho arriba sobre la importancia de la confianza en el aprendizaje sobre el funcionamiento del
mundo social, llama la atención el brusco descenso en los niveles de confianza que los adolescentes (13-15 años)
tienen en la policía, el ejército y especialmente, los vecinos; y el hecho de que a la vez, sólo tres de cada cuatro
confían en sus maestros.
¿Cómo perciben los niños y los jóvenes sus condiciones para
la participación? (Respuestas afirmativas en %)
En mi casa
toman en
cuenta mi
opinión2
En la escuela En la escuela
discutimos en
puedo decir
grupo lo que
sin miedo lo
nos preocupa
que pienso
6-9 años 91.1
ND
77.7
10-12 años
89.6
83.8
78.5
13-15 años
87.8
81.4
65.3
Fuente: Instituto Federal Electoral, 2012: 28, 29.
Otro asunto explorado por la Consulta es el de la percepción sobre las condiciones para la participación:
La democracia no parece jugar un papel importante ni en las familias ni en las escuelas: 1 o 2 de cada 10 de los
adolescentes (de 10-15 años), sienten que en su casa su opinión no cuenta, y que en la escuela no pueden expresar sus
ideas libremente. De los jóvenes de 13-15 años, uno de cada tres siente que en la escuela no se discute lo que le preocupa.
La percepción de los niños y adolescentes sobre su entorno, muestra una panorámica bastante sombría: cerca de la
mitad afirma que su escuela no cuenta con las instalaciones ni el equipo necesarios; uno de cada cuatro afirma que por
donde vive hay basura, y no hay espacios seguros fuera de la casa para jugar o hacer deporte. El maltrato, el bullying y la
violencia sexual (ejercida por compañeros o adultos) en la escuela, tienen alta incidencia especialmente entre los hombres:
¿Respuestas afirmativas sobre si han sido víctimas de la violencia en la escuela? (%)
Edad
Sexo
6 a 9
10 a 12
13 a 15
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Mujeres
Hombres
Maltrato
7.4
10.1
5.0
7.5
17.4
20.8
Bullying
Violencia sexual
12.8
15.5
15.3
20.6
10.4
13.0
8.1
11.5
6.2
9.5
3.3
4.5
Tomado de: Instituto Federal Electoral, 2012: 21.
2
Las preguntas fueron formuladas con ligeras variaciones, según el rango de edad.
36
El derecho a la participación
En su libro pionero sobre participación infantil, Yolanda
Corona y María Morfín encontraron una fórmula
muy convincente para fundamentar la necesidad de la
participación de los niños y jóvenes –en la medida que su
edad y nivel de madurez lo permiten- en los asuntos que
impactan sus vidas: “la democracia es buena para los niños,
y los niños son buenos para la democracia” (2007/2: 20).
La democracia es buena para los niños ya que sólo
esta forma de ejercer el poder permite a los niños
constituirse como sujetos de derechos, lo que a su vez,
les permite imaginar y construir futuros posibles.
Pero, igualmente, los niños son buenos para la
democracia ya que “la niñez representa potencialmente
la posibilidad de transformar el enfoque ético que
prevalece en nuestra sociedad y que se finca en erigir al
hombre adulto como el centro referencial de toda medida
y legalidad…” (Corona y Morfín, 2007: 16). De ninguna
manera esto debe entenderse como manga ancha en el
sentido de que los niños siempre deben decidir lo que
se va a hacer. Al contrario, se trata de que aporten su
visión fresca y de primera mano sobre los problemas
que los aquejan y que de tal forma, aprendan a dialogar
y negociar sus intereses. El escritor español Gustavo
Martín Garzo, a su vez, resalta otro aspecto fundamental:
“su voz, como la del poeta, es la otra voz, la voz que
nos sitúa en el ámbito de esas experiencias básicas, la
del conocimiento, la del amor, la de la imaginación, sin
las que nuestro corazón se agostaría inevitablemente”.3
Esta concepción de la participación infantil no como
problema sino como aportación a la vida democrática
del país, surge de la Convención sobre los Derechos del
Niño que parte del principio del interés superior del niño:
En todas las medidas concernientes a los niños
que tomen las instituciones públicas o privadas
de bienestar social, los tribunales, las autoridades
administrativas o los órganos legislativos, una
consideración primordial a que se atenderá será
el interés superior del niño (ONU, 1990, Art. 3/1).
Los Estados partes garantizarán al niño que esté
en condiciones de formarse un juicio propio, el
derecho de expresar su opinión libremente en
todos los asuntos que afectan al niño, teniéndose
debidamente en cuenta las opiniones del niño,
en función de la edad y madurez del niño (Ibid.,
Art. 12/1).
La Ley para la protección de los derechos de niñas,
niños y adolescentes (DOF, 2000),4 a su vez, retoma y
amplía lo estipulado por la Convención:
Artículo 38. Niñas, niños y adolescentes tienen
derecho a la libertad de expresión, la cual incluye
sus opiniones y a ser informado. Dichas libertades
se ejercerán sin más límite que lo previsto por la
Constitución.
Artículo 41. El derecho a expresar opinión implica
que se les tome su parecer respecto de:
A. Los asuntos que los afecten y el contenido de las
resoluciones que les conciernen.
B. Que se escuchen y tomen en cuenta sus opiniones
y propuestas respecto a los asuntos de su familia o
comunidad.
Según esta misma Ley, las escuelas deben servir
–aparte de sus tareas tradicionales- como centros de
aprendizaje democrático:
Artículo 32/ E. Se prevean mecanismos
de participación democrática en todas las
actividades escolares, como medio de formación
ciudadana.
Artículo 39. Niñas, niños y adolescentes tienen
derecho a ejercer sus capacidades de opinión,
análisis, crítica y de presentar propuestas en
todos los ámbitos en los que viven, trátese de
familia, escuela, sociedad o cualquier otro,
sin más limitaciones que las que establezca la
Constitución y dicte el respeto de los derechos
de terceros.5
Por una escuela pública, laica y literaria. El País, 26 de agosto de 2012.
Publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 29 de mayo de 2000. La última reforma data del 19 de agosto de 2010.
5
La Ley para la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes del Estado de Sonora (Ley núm. 153) retoma esta
misma idea: “Artículo 33.- se promoverán las medidas necesarias para que: a).- se impulse la enseñanza y respeto de los derechos
humanos, en especial la no discriminación y de la convivencia sin violencia; b).- se prevean mecanismos de participación
democrática en todas las actividades escolares, como medio de construcción de la ciudadanía” (énfasis nuestro).
3
4
37
La Ley General de Educación (DOF, 13 de julio
de 1993), a su vez, regula de manera muy detallada
la participación de padres y tutores, por un lado, y la
sociedad civil, por el otro. En relación a la participación
infantil sólo menciona lo siguiente:
Art. 2. - En el proceso educativo deberá
asegurarse la participación activa del educando,
estimulando su iniciativa y su sentido de
responsabilidad social, para alcanzar los fines a
que se refiere el artículo 7o.
Art. 7/V. – “Infundir el conocimiento y la práctica
de la democracia como la forma de gobierno y
convivencia que permite a todos participar en
la toma de decisiones al mejoramiento de la
sociedad.
decisiones afectan las vidas de los niños y los jóvenes?
Partiendo de estas interrogantes, nos propusimos
explorar la contraparte: ¿A través de qué mecanismos los
maestros, directores, prefectos y trabajadores sociales
promueven la participación del alumnado? ¿Qué tipo
de participación están promoviendo? ¿Cuáles son los
obstáculos más frecuentes con los que se encuentran
en el camino?
El poblado
El poblado seleccionado tiene alrededor de 5 mil
habitantes y se ubica en la Costa Central de Sonora. En
este lugar donde predomina la lógica de los pescadores
de la vida en un lance6, prácticamente todo –los ingresos,
la población, las familias, las casas, el futuro– es
precario, informal, flotante: los ingresos provienen
de actividades tan volubles como la pesca ribereña,
el buceo, el comercio en pequeña escala, la venta de
artesanías y los servicios ligados al turismo. Hay una
fuerte presencia de población flotante – personas que
migran de un campo pesquero a otro o que transitan entre
la zona agrícola cercana y los campos pesqueros, según
los ciclos de trabajo. La composición de las familias
suele ser inestable, precisamente por la precariedad de la
vida. Predomina la familia extensa o unidad doméstica
en la que un grupo de personas que no necesariamente
tiene lazos familiares, comparte ingresos y gastos. La
mayoría de las casas son de construcción
frágil y con facilidad se inundan durante
las tormentas de verano. La preparatoria
del lugar no dispone de un presupuesto
regular ya que opera bajo el esquema de
“cooperación”. Ni siquiera las plazas de los
profesores de las escuelas del lugar son fijas:
varios de los maestros e incluso algunos
de los directores asignados al lugar, están
cubriendo interinatos. Parece que lo único
estable en este lugar -como en casi todos los
de su tipo, es la presencia de la violencia y
el narcotráfico.
En este lugar visitamos cuatro escuelas:
dos primarias públicas regulares, un
Centro de Atención Múltiple (CAM) y una
secundaria, también pública.
Archivo familiar: Mendoza Von der Borch
Las cartas están sobre la mesa. Disponemos de
un marco legal muy avanzado que no sólo respeta la
participación democrática de los niños y los jóvenes
en la vida familiar, escolar y de la comunidad, sino que
incluso la impulsa y protege. ¿Por qué, entonces, los
niños son tan poco visibles en la vida política del país?
¿Por qué su opinión prácticamente no es tomada en
cuenta en los procesos concretos de toma de decisiones
dentro y fuera de la escuela – aún cuando estas
6
Tomado de Luis María Gatti (1986). Los pescadores de México. La vida en un lance. México: CIESAS (Cuadernos de la Casa Chata, 110).
38
la escuela ya desde el primer año […]. Los padres
carecen de la cultura de la educación, no motivan a
sus hijos, no están conscientes de las consecuencias.
También la falta de recursos de los padres para pagar
los estudios, tiene que ver (Maestra).
La falta de motivación para seguir estudiando ¿no
se debe más que nada a que la escuela ha dejado de
ser palanca para el ascenso social? Parece lógico que
en este lugar en donde todo es precario, también la
permanencia en la escuela sea inestable. De todos
modos el fracaso escolar de tantos y tantos jóvenes,
también debe ser entendido como fracaso de las
estrategias de participación social en la escuela.
En esta escuela tenemos pláticas de valores todos
los lunes. Se enseña un valor por semana. En esta
semana nos tocó la perseverancia. Se trata de
un valor casi desconocido para mis alumnos. Se
les invita a aplicar este valor en la vida escolar,
pero no tienen metas establecidas ni anhelos fijos
relacionados con lo escolar. La verdad me siento
decepcionada (Maestra).
El maestro fue puntual y el grupo estaba ordenado y
quieto. Hasta ese momento el maestro contaba con
un buen control sobre los alumnos. Lo que llamó la
atención es que empezó a hablar sobre temas como
el embarazo en adolescentes y el aborto, incitando
a los alumnos a cuidarse y dar la importancia debida
a esta temática. Es muy importante que se impartan
estos temas a los alumnos de secundaria, ya que así
se concientizan sobre la gran responsabilidad de
cuidar de un hijo a tan temprana edad; sin embargo,
ellos no prestaban nada de atención […]. Cuando
llegó la hora de la salida, los jóvenes salieron
inmediatamente del aula, dejando al maestro
hablando solo (Estudiante de TS).
Nuestro objetivo, como ya se dijo, ha sido explorar
una problemática compleja y a la vez, poco estudiada.7
Por lo tanto, en lo que sigue, nos limitamos a citar y
comentar fragmentos de las entrevistas realizadas e
intercalarlas con segmentos de texto resultantes de las
prácticas de observación (véase nota 1). Agrupamos
los fragmentos bajo tres ejes temáticos que son los
siguientes: la participación en el aula y las actividades
extraescolares; disciplina y vida escolar; el papel de la
familia.
La participación en el aula y las actividades
extraescolares
El maestro sólo explicaba lo que había puesto en el
pizarrón sin preguntar si habían entendido. Él sólo
preguntaba al mismo alumno todo el tiempo, no se
dirigía al resto de la clase - como si no le importara
si los demás aprendían o no. Su clase era muy tediosa
y nada dinámica, no existía participación voluntaria
por parte de los alumnos. El profesor era serio, no
sonreía y daba un poco de miedo su apariencia
(Estudiante de TS).
La maestra [de Inglés] hace muy participativa
la clase: anima al alumno a armar sus propias
oraciones. De tal forma ella puede constatar si
el alumno está entendiendo o no. Sólo que aquí
notamos que únicamente tres alumnos de toda la
clase participaban, y sólo a ellos les preguntaba
(Estudiante de TS).
Estos fragmentos apoyan la confirmación de
las hipótesis sostenidas por algunos investigadores
especializados, en el sentido de que no todo lo que
ocurre en el aula se debe a lo que el profesor hace o
deja de hacer; y que en particular la participación del
alumnado en clase, depende de muchos otros factores
que no necesariamente tienen que ver con la escuela.
La mayoría de los maestros de las cuatro escuelas
observadas, son jóvenes entrenados en la nueva
didáctica interactiva. Aun así, en estas escuelas la apatía,
el ausentismo y la deserción son muy altas.
Antes, los alumnos de tercero [de secundaria]
empezaban a faltar mucho. Ahora, para mi gran
sorpresa, ya en primero hay un gran ausentismo […].
Muchos de ellos ya no van a regresar, abandonan
En estos dos testimonios, hay un problema común:
son los adultos quienes han decidido lo que les debe
interesar a los alumnos. Pero por lo visto, ni les interesan
las temáticas ni los horarios ni la presencia de las
estudiantes de trabajo social, apenas algunos cuantos
años mayores que ellos.…
Muy diferente es la situación descrita en el
testimonio que sigue:
El Club de Ecología existe desde 1999. Cuenta
con una mesa directiva compuesta de alumnos.
Véase bibliografía anexa.
7
39
Archivo familiar: Mendoza Von der Borch
Los alumnos usan frases y palabras coloquiales como
“vete a la roña” “profe,” “wey,” “esque”, “chotas”.
Muchos alumnos hacían lo que se les daba la gana
como dibujar, platicar, jugar con sus manos, pasar
objetos, gritar por la ventana o estar pensativos o
totalmente distraídos. Otros copiaron las respuestas
de quienes ya terminaron (Estudiante de TS).
Mis funciones en el plantel son hacer visitas
domiciliarias, dar de baja a los alumnos que no
asisten, verificar por qué no asisten a clases, llevar
un registro de las adolescentes embarazadas y ver
cuáles son los jóvenes-problema (TS).
La población flotante, el embarazo precoz y la
drogadicción son las problemáticas con las que
laboro diariamente. Los jóvenes carecen de
motivación para terminar sus estudios, son muy
libertinos y no se proponen metas a largo plazo (TS).
Actualmente están inscritos 22 alumnos que se
han dividido en pequeños grupos para manejar
las diversas líneas de acción […]. El Club ofrece
pláticas a las escuelas primarias para sensibilizar
sobre la importancia del cuidado del medio ambiente.
Durante dos años consecutivos han ganado los
premios OXXO a la ecología humana. El propósito
de este ciclo escolar es conocer todos los grupos
indígenas del Estado; los incentivos son los viajes
(Maestro).
Disciplina y vida escolar
La apariencia personal de los jóvenes no es su fuerte.
Las niñas no se peinan, parece que se despiertan y
se van a la escuela. Algunas traían su falda como
si fuera tutú, arrugada y sin planchar. El aroma del
salón era a guardado mezclado con petróleo y sudor.
Las mujeres cuchichean mucho y no prestan atención
al maestro. Usan mochilas trozadas, cuadernos rotos
y maltratados, zapatos desgastados, ropa manchada.
Los 8 minutos antes de salir, empezaron a hacer
más relajo. Había compañerismo, pero de manera
agresiva: se arrojaban objetos, se decían groserías
y hacían escándalo por la desesperación de salir de
clase (Estudiante de TS).
¿Puede la escuela ser pensada como isla bucólica
en medio de una sociedad cada vez más competitiva,
violenta y excluyente? Por supuesto que no. Pero en
todo caso hay que hacer valer aquí la vieja sentencia
de que los vicios de la democracia, se combaten con
más democracia.
40
Los lineamientos sobre disciplina, expulsiones,
bullying, etcétera, ya vienen en paquete desde la SEP.
Nosotros no participamos en eso, mucho menos los
alumnos (Maestro).
Los alumnos participan en la “guardia” que a su
vez, es un proyecto contra el bullying en las horas
del receso. Cada semana un grupo determinado
de alumnos debe vigilar el comportamiento de
los compañeros, y en caso de detectar actividades
inadecuadas, los debe reportar (Prefecto).
la escuela. No quiero que de grandes, sean como
nosotros – callados ante los abusos y las injusticias,
incluso las que se cometen en el interior de la propia
familia (Madre de familia).
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de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo.
¿Qué pasó aquí con el papel de la escuela como
centro de aprendizaje democrático? ¿Qué pasó aquí con
el derecho de los niños y los jóvenes de “ejercer sus
capacidades de opinión, análisis [y] crítica” y de presentar
propuestas “en todos los ámbitos en los que viven, trátese
de familia, escuela, sociedad o cualquier otro”?8
El papel de la familia
El problema principal aquí son los padres de familia.
No les interesa la educación de sus hijos, no los
motivan, no los apoyan (Maestro).
Los maestros de ahora ya no quieren trabajar. Quieren
que les ayudemos a los chamacos a hacer la tarea,
porque no explicaron bien en el salón y los plebes
no entienden… quieren que vayamos a limpiar
la escuela… ¿No que el gobierno tiene que tener
personal para eso? (Madre de familia).
La familia y la escuela por naturaleza son instituciones
complementarias, ya que el papel de ambas es procurar
el desarrollo afectivo y la socialización de los niños y
los jóvenes. Pero también es cierto que ambas están
completamente rebasadas por los problemas de la
sociedad más amplia. ¿Cuáles serían las estrategias
adecuadas para recuperar por lo menos en parte,
la antigua complementariedad entre la familia, la
comunidad y la escuela?9
Finalmente, queremos concluir con un testimonio
que resume muy bien la problemática de la participación
infantil:
Yo si procuro escuchar a mis hijos y los animo a
levantar la voz y participar en las actividades de
Ley para la protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes (DOF 2000, Art. 29).
Tal como ocurrió en muchos lugares del campo mexicano, por lo menos durante la primera mitad del siglo XX (véase entre
otros, Rockwell 2007).
8
9
41
Investigación
La estructura familiar de niños en riesgo de callejerización
en la Delegación Coyoacán, D. F.
Aida Valero Chávez*
Norma Cruz Maldonado*
Resumen
El principal objetivo de esta investigación cumple con un doble propósito: revelar el significado que tiene el término
parentesco en la conformación de la familia, y determinar si con base en a las características del menor y de las
familias, así como del perfil socioeconómico de éstas existe o no el riesgo de callejerización. Para la recolección
de esta información se emplearon cuatro fuentes de evidencia: visita domiciliaria, la observación participante, la
entrevista directa y un cuestionario.
Se encontró que de las familias urbanas estudiadas, 44 por ciento son nucleares, 30.3 por ciento extensas, 23.1
por ciento monoparentales y 2.6 por ciento recompuestas, además 44.5 por ciento de los jefes de estas familias
permanecen en unión libre o son solteros. El 11.4 por ciento de las familias proviene de diferentes estados de la
República Mexicana, 52 por ciento vive con menos de dos salarios mínimos mensuales, y 99.0 por ciento vive en
condiciones de hacinamiento. Ante dicho panorama, la familia conyugal tradicional urbana sigue prevaleciendo,
pero en menor proporción, debido a que la división de trabajo ya no es algo exclusivo de un cónyuge, sino que ahora
ambos son proveedores económicos, se dedican a educar a los niños, a brindarles afecto y, aunque es cierto que la
familia se ha ido modificando, el apegarse cada vez menos a sus costumbres y tradiciones, puesto que hoy en día hay
menos uniones legales.
Palabras clave
Relación de parentesco,
familias marginadas, menores
en riesgo de callejerización.
*
Manuela Guillén Lúgigo
Abstrac
The main objective of this study
serves a dual purpose, the first
is to reveal the significance of
the term kinship in shaping the
family, the second is whether,
based on the characteristics
of children and families, as
well as their socioeconomic
profile exist or not the risk of
becoming a street child.
In the collection of this
information four sources of
evidence were used: home
Escuela Nacional de Trabajo Social. Coordinación de Investigación
Universidad Nacional Autónoma de México
42
pudieran haber modificado la actual estructura familiar
de los menores en riesgo de callejerización, aclarándose
algunas diferencias existentes entre la familia nuclear,
extensa, monoparental y recompuesta.
visits, participant observation, direct interview and
questionnaire. We found that the urban households
surveyed: 44 por ciento are nuclear, 30.3 por ciento,
extended, 23.1 por ciento monoparental and 2.6 por
ciento reconstituted (blended family), 44.5 por ciento
of the heads of the families remain in free union or
are single. 11.4 por ciento of families come from
different states of Mexico, 52 por ciento earn two
monthly minimum wage and 99.0 por ciento live in
overcrowded conditions. In this scenario, the urban
traditional conjugal family is still prevalent but to a
lesser extent, because the division of labor is no longer
exclusive or marking of a spouse, but now both are
economic supporters of the family, are dedicated to
educating children, to provide affection, but it is also
true that this has been changing increasingly adhering
less to its customs and traditions, since today there are
less legal marriages.
Metodología
Se trata de un estudio exploratorio realizado a 386
familias con menores que asistían a 18 escuelas públicas
ubicadas en zona de alta y muy alta marginalidad,1 en
cuyas características son las siguientes: menores de
ambos sexos, en cuyas edades de 6 a 16 años, estudiantes
de escuelas públicas ubicadas en zonas de mayor
pobreza con nivel básico (primaria y secundaria), de
escasos recursos económicos e inestabilidad familiar
(violencia intrafamiliar, migración, hacinamiento, sin
seguridad social e inestabilidad laboral, etcétera). En
el estudio figuran 39 colonias: Adolfo Ruiz Cortines,
Ajusco Coyoacán, Carmen Serdán, Emiliano Zapata,
Los Reyes Culhuacán, Sta. Ursula Coapa, entre otras.
Keywords
kinship, marginalized families, children in risk of
becoming street children
En la segunda fase, se inició el diagnóstico social
para determinar el perfil socioeconómico de las familias.
En la recolección de esta información se realizó trabajo
de campo, para el cual se emplearon cuatro fuentes de
evidencia: visita domiciliaria, observación participante,
entrevista directa y un cuestionario. En la tercera fase,
se sistematizó la información agrupándose en categorías
de análisis: familia, lugar de procedencia, ocupación
del jefe de familia, educación, economía familiar,
salud, vivienda, problemática familiar y programas
asistenciales con que cuenta la familia.
Introducción
Los datos que se presentan en este artículo se obtuvieron
de un estudio exploratorio realizado a 386 familias
que habitan en zonas de alta y muy alta marginalidad
en la Delegación Política de Coyoacán. La primera
parte, es un referente teórico que sirve para contrastar e
interpretar los resultados de tres aspectos que explican la
familia. El primero de ellos es el contexto y definición de
familia, donde su significado varía de acuerdo al tiempo
o momento de la sociedad; el segundo, corresponde
a la evolución estructural y funcional de la familia,
alude ciertas condiciones y circunstancias históricosociales por las que esta atraviesa; el tercero, son los
factores que constituyen con la familia, estos elementos
(relación-parentesco y convivencia) son los que definen
y circundan la vida diaria de cualquier tipo de familia.
En la segunda parte, se aborda el perfil social y
económico que presentan las familias estudiadas, se
describen las características de los jefes de familia
y de los menores. Por último, en nuestra conclusión
se describen los hallazgos en torno a los factores que
Contexto y definición de familia
E. Beck (2000) refiere que la familia constituye sin
lugar a dudas una realidad compleja y multidimensional.
Representa una continuidad simbólica que trasciende
a cada individuo y generación; en su conformación,
enlaza tiempo pasado, tiempo presente y tiempo futuro.
Portadora de una historia, la familia incorpora al tiempo
presente un sistema unificador que le da significado a su
acción y al mundo que la rodea, nutriendo y alimentando
la vida de sus miembros. Como todo grupo social, la
familia forja una representación de sí misma, que es
La clasificación de estas zonas obedece a las condiciones socioeconómicas de la zona, los recursos institucionales con que
dispone y el nivel educativo de la población.
1
43
construida y retocada cotidianamente por pequeñas
pinceladas.
El estudio de la familia requiere ante todo reconocer
que ésta ha sido universal durante mucho tiempo, que
en ella se procesan y se articulan experiencias diferentes
de acuerdo con las peculiaridades socioeconómicas,
culturales, étnicas y políticas del contexto históricosocial que la circunda y del cual forma parte. Turian
(2001) señala que en el seno de la familia tiene lugar
la reproducción biológica, pero es igualmente en el
ámbito donde los bienes y el patrimonio se transmiten
a las generaciones siguientes, como lo hacen también
las pautas de conducta y las normas de sociabilidad. Se
reconoce que la familia, en tanto ámbito privilegiado de
socialización, moldea profundamente el carácter de los
individuos, inculca modos de actuar y de pensar que se
convierten en hábitos y opera como espacio productor
y transmisor de pautas y prácticas culturales. Por esta
y otras razones, se afirma que la familia “es célula
básica de la sociedad”. Asimismo, el término tiene, a
su vez, varias acepciones. En su sentido más restringido
(o simple), se refiere al núcleo familiar elemental, en
donde encontramos los tipos de familia: 1) la pareja
sin hijos, 2) la pareja con uno o más hijos solteros y,
3) el padre o la madre con uno o más hijos solteros. En
su sentido más amplio, el término designa al grupo de
individuos vinculados entre sí por lazos consanguíneos,
consensuales o jurídicos, que constituyen complejas
redes de parentesco, actualizados de manera episódica
a través del intercambio, la cooperación y la solidaridad.
Respecto a lo anterior, se considera que en nuestra
cultura la familia tradicional, con el padre como centro
donde gira la actividad económica y social, determina las
formas de vivir de ésta. En ella, como lo señala Sarabia
(2005: 21-22), se establece la referencia de los valores
filosóficos, morales y religiosos para la mujer y sus
hijos; además, de acuerdo con su actividad e ingresos,
se determina la clase social a la que pertenece. La madre
representa el centro afectivo, da la seguridad emocional
a los miembros de la casa, es la administradora del
hogar, tanto en lo económico como en lo afectivo, por
tales razones, “los padres son ante la familia personas
a las que se demanda afecto, amor, protección, apoyo,
y a quienes se les concede la capacidad de conducir,
comprender y a la vez abrir a los hijos caminos para
poder partir. Así, las funciones básicas de una familia
se resumen en una tríada: 1) dar amor a los hijos, 2) dar
protección sana, oportuna y adecuada, y 3) la promoción
psicosocial a los hijos en los diferentes ciclos de vida”.
La familia, por lo tanto, no es una institución
espontánea, ha estado ligada históricamente al
desarrollo de las sociedades y a los modos culturales
de organización social (De Jonj, 2001).
Por otro lado, es necesario establecer que la
estructura de la familia es un conjunto o todo social,
resultante de elementos que ocupan un lugar, rango o
posición; la estructura prescinde de la dinámica de los
diversos elementos.
De acuerdo con Sarabia (2005:21-22), señalaremos
los tres aspectos contemplados en la estructura
social de la familia: el tamaño, la homogeneidad y la
heterogeneidad.
El tamaño del grupo: incorpora a cualquier tipo de
familia que se mencionó anteriormente, en donde los
individuos que la conforman viven bajo el mismo techo,
siendo una, dos o tres generaciones.
Homogeneidad se refiere a las mayores semejanzas
que entre los miembros de la familia existen, por
ejemplo, entre los padres la similitud de edad, su
procedencia económica, su cultura etc.
La heterogeneidad se refiere a las diferencias
tangibles, que existen entre los miembros de la familia,
por ejemplo, diferencias de género y edad de los hijos.
Ante esta situación que se presenta, las diversas
concepciones de la familia han variado a través del
tiempo. Refugio (1989: 219), señala que con frecuencia
se le concibe como un grupo de parentesco que tiene
su origen en el matrimonio, aunque no siempre sea
así. De tal suerte, podemos entonces definir la familia
como “un grupo primario formado por padre e hijo
y eventualmente otros parientes, unidos entre sí por
lazos múltiples y variados, que se apoyan y ayudan de
manera recíproca y que cumplen diferentes funciones
en beneficio mutuo y de la sociedad”.
Es posible constatar que entre la amplia gama
de funciones que cumplen las diversas formas de
organización familiar, las más universales son, sin
duda, la cooperación económica, la reproducción de la
especie, la socialización primaria de los niños en su seno
se conforman fuertes lazos de solidaridad, se reúnen y
distribuyen recursos para satisfacer necesidades básicas
de los miembros del grupo, se definen obligaciones
(roles y reglas), responsabilidades y derechos de
acuerdo con las normas culturales, la edad, el sexo y la
posición en la relación de parentesco de sus integrantes.
Cuando la familia es representada por el padre, el
abuelo, el tío o el hermano se indica que el parentesco
44
se adquiere de manera biológica, de filiación o por
consanguinidad con el menor; en cambio, cuando la
familia es representada por el padrastro u otra amistad
no existe el vínculo biológico ni consanguíneo con el
menor, sino el vínculo de afinidad. Para aclarar estas
relaciones de parentesco, Tuirán (2001) nos habla de
“hogares familiares” (nucleares, extensos, compuestos,
recompuestos, monoparentales y ensambladas) y
“hogares no familiares” (unipersonales y corresidentes).
Dicha variedad de parentescos se confirma por Beck,
E. (2000) y Refugio, M. (1989:419), cuando hablan de
la familia como “un grupo primario formado entre sí
por lazos múltiples y variados”. Con el parentesco no
sólo se observa de manera diferente un vínculo familiar,
además, se aclara la posición (abuelo, padre e hijo, tío,
etc.) que adquieren los integrantes en su estructura
familiar.
la familia e ínteraccionan las condiciones del contexto,
las concepciones de familia, las posibilidades de
desarrollo de sus funciones y el desempeño de roles
tensionados por los valores en juego en la sociedad y en
su interior. Desde allí, se constituyen las posibilidades
de integración y crecimiento ligadas a las condiciones
materiales y simbólicas”. A partir de este marco,
presentaremos los resultados de la investigación
realizada en torno a la familia en el caso de menores
que participaron dentro de un programa asistencial del
Gobierno del Distrito Federal.
Perfil de las familias
Lugar de origen de la familia
En el presente estudio se observó que 89.6 por ciento
de las familias son originarias del Distrito Federal;
mientras que 10.4 por ciento proviene de 14 estados de
la República Mexicana.
Factores que constituyen la familia
Cabe preguntar ¿qué factores constituyen la familia?
Riveiro (2000) nos plantea que el primer factor es la
relación que se da entre uno y otro sujeto, es decir, entre
la pareja (sea matrimonio o unión libre), en tanto, las
relaciones de pareja asumen, por lo general, la forma de
uniones formales, legalizadas mediante el matrimonio,
aunque también, se presentan uniones consensuales
sancionadas por las tradiciones y las costumbres,
importantes en México desde una perspectiva de
género. Las relaciones de pareja se conciben como
relaciones de poder asimétricas, dichas relaciones entre
los cónyuges asume diferentes matices y las mujeres se
enfrentan de diversas maneras al dominio masculino:
sumisión, imposición y cuestionamiento. El segundo
factor es la convivencia dentro de una vida común,
por ejemplo, la participación de la mujer en el ámbito
político o comunitario que conlleva procesos de creación
y recreación de solidaridades y aprendizajes, los cuales
pueden modificar las relaciones familiares.
Por su parte, Schmukler y De Oliverira (1998: 19)
señala que es “un lugar privilegiado de la intimidad
subjetiva, de la construcción de identidades, de procesos
de individualización. Los vínculos primarios familiares
constituyen una fuente nutriente de los más profundos
sentimientos humanos de signo positivo o negativo,
en una tensión amor-odio, contención-discriminación,
protección- desprotección, seguridad-inseguridad,
autoritarismo-democracia, según condiciones y
posibilidades en las que se desarrolla el ciclo vital de
Composición y su estructura
En la población estudiada tenemos que en los hogares
nucleares (32.6 por ciento) y recompuestos (2.0
por ciento) predomina la jefatura única en la figura
masculina, en tanto que para las familias extensas
(18.3 por ciento) y monoparentales (19.6 por ciento)
predomina la jefatura única en mujeres, debido a que
son quienes proveen de sustento a sus familiares. Los
factores que explican esta postura son de índole social,
cultural (incorporación de la mujer al mercado laboral
y al sistema escolarizado) y demográficos (mortalidadviudez, descomposición de la familia y el estado civil).
El parentesco del menor con el jefe de familia
reporta que 77.7 por ciento es de padres biológicos,
17.1 por ciento de abuelos, y 5.2 por ciento corresponde
a padrastro, tío o hermano del menor. Con estos datos
podemos identificar los factores que constituyen a estas
familias:
1. El número de miembros, el cual varía según el
tipo de familia, sirve para diferenciarlas por tener una
tasa de natalidad baja (menos de dos hijos), media (de
tres a cinco hijos) y alta (de seis a ocho o más hijos).
Respecto a dicha variable, parece ser sólo un número,
pero en realidad es un conjunto o un todo por el cual es
posible estudiar como tal e independientemente a cada
uno de sus miembros; partiendo de la composición,
parentesco y posición que guardan cada uno de los
integrantes del núcleo familiar podremos explorar la
45
Maren Von der Borch
compleja estructura familiar. En este caso, encontramos
familias compuestas de dos a 18 integrantes. El 43.8
por ciento se integra por seis personas y la media la
ubicamos en 5.5 miembros.
2. El factor intergeneracional es la adhesión de dos
o más familias (abuelos, padres, hijos, nietos) y es una
propiedad de las familias extensas; mientras que el factor
generacional (única generación padres e hijos), es una
característica de las familias nucleares. La unión de estas
familias la relacionamos también con la dependencia
económica y de vivienda que es muy común en las
familias urbanas: nucleares y monoparentales, que por el
hecho de regresar con su familia de origen reconstituyen
una familia extensa. Su razón de ser radica en que estas
familias no tienen una fuente de ingreso permanente, o
si la tienen, el poder adquisitivo no es lo suficientemente
fuerte para comprar una vivienda propia. En realidad,
esta situación lleva la intención de atenuar los problemas
económicos y afectivos de las familias que se alojan con
la familia receptora.
Así, encontramos que la familia urbana estudiada
está constituida intergeneracionalmente en 30.3 por
ciento de los casos, dicha situación se agrava debido al
problema de la vivienda: 71.5 por ciento carece de una
vivienda propia. Cabe señalar que 99 por ciento vive en
hacinamiento, lo cual obedece principalmente a que un
96.4 por ciento de las viviendas (prestadas, rentadas o
particulares) se conforman por uno o tres cuartos, donde
se albergan hasta cinco miembros, de acuerdo con la
media que se señaló anteriormente. Sin embargo, a pesar
de tal circunstancia se observa un ambiente positivo,
ya que podría tratarse “de una amistad organizada,
cuyo centro es la experiencia compartida en la vida
familiar, por ejemplo, el cuidar a los niños, escucharse,
compartir experiencias, equilibrar el presupuesto
familiar, etcétera”, para contribuir así al desarrollo
del sistema de valores, cuya expresión más elocuente
es que “todo ocurre en la propia casa, en la sala, en la
cocina…” de manera recíproca. Según Vanistendael y
Lecomte (2000), lo anterior suele suceder“ cuando las
familias sostienen a las familias” mediante un “sostén
social” y afectivo que se otorga de manera voluntaria.
Esta situación prevalece en las familias estudiadas, por
lo cual suponemos “que varios parientes conviven por
necesidades económicas”, mientras que en algunos
casos de familias extensas la convivencia se da por
lazos solidarios.
46
Perfil de los Jefes de Familia
El 43.8 por ciento de los jefes está en el rango de 31-40
años; 22.3 por ciento se encuentran en el rango de 4150 años; 12.2 por ciento tiene de 51-60 años; mientras
que11.7 por ciento, entre 21-30 años; y tres más (60-90
años) están por debajo del 5 por ciento. Sorprende ver
esta diferenciación de edades, ya que convergen padres
jóvenes, padres adultos-mayores y padres en estado de
vejez, que son mínimos.
El factor que nos permite comprender el perfil de
los tutores es su estado civil, por ejemplo, la jefatura se
obtiene porque alguno de los miembros se divorció, por
permanecer en unión libre, el estar soltero (a), el haber
enviudado o también por enfermedad. El que sea mayor
el porcentaje de la jefatura en las mujeres en familias
extensas (18.3 por ciento) y monoparentales (23 por
ciento) no significa poder o control sobre el grupo, sino
alude a una manera de ejercer cierta responsabilidad
y decisiones para con sus miembros. Dentro de las
variables encontradas en las familias estudiadas llama la
atención que 3.3 por ciento de ellas es monoparental con
jefatura masculina. En el estudio no se encontró ninguna
jefatura compartida, en donde la toma de decisiones
es conjunta, es decir, sea un acuerdo o entendimiento
de pareja bajo el supuesto de que las condiciones y
características de género son similares.
El estado civil de los padres es resultado de todo un
proceso de creación en las familias nucleares, el cual
desemboca en la recreación de familias monoparentales,
recompuestas y ensambladas. Para el desarrollo
económico de la mujer, contar con una familia es
fundamental, sin embargo, en nuestra investigación se
encontró que existe ausencia de jefatura paterna en 85.3
por ciento de los casos de familias monoparentales y en
60.6 por ciento de las familias con estructura extensa.
En resumen, de nuestras familias, en 35 por ciento de
los casos se presume que no tienen pareja (solteros,
divorciados y viudos).
En el estudio se tiene que 43.8 por ciento de los
proveedores económicos son padres jóvenes de 31 a
40 años, sin embargo, 10.1 por ciento de los familiares
depende de personas mayores de 60 y hasta 90 años,
principalmente los abuelos de los menores. Con esto
se confirmaría lo que nos señala Segalen (1992:159),
que “el ciclo de vida está marcado por dos criterios: 1)
número de posiciones en el seno del núcleo doméstico
(abuelo, padre), 2) distribución de de las edades
respectivas”. La escolaridad de los jefes o tutores de
familia es un factor que permite comprender la dinámica
de la familia, como el acceso que se tiene a las fuentes de
empleo y su nivel de ingresos; en las familias se aprecia
de manera significativa que 40.4 por ciento de jefes de
familia alcanza apenas la primaria, seguido de 35.5 por
ciento de los que cursaron la secundaria; 11.1 por ciento
tienen estudios técnicos; 9.3 por ciento son analfabetos,
1.8 por ciento cursaron el bachillerato; 1.0 por ciento
lo representan jefes alfabetos y 0.8 por ciento tienen
universidad. La diferencia entre estos casos estriba en
que algunos jefes les llevan a otros uno, dos y hasta
tres niveles de estudio, situación que probablemente
repercute en su ocupación laboral. Además, existe un
predominio en el nivel primaría seguido por el nivel
secundaría.
El 52 por ciento de las familias vive con menos de
dos salarios mínimos mensuales (smm) debido a que en
70 por ciento de éstas solo hay un proveedor económico;
en cambio, en las familias que tienen ingresos de dos a
seis salarios mínimos mensuales (smm) 30 por ciento
tiene de dos a cuatro proveedores económicos, según
indicadores de este mismo estudio.
Es importante observar que en 386 casos 81 por
ciento de los jefes de familia gozan de un estado de
salud aparentemente sano, sin enfermedades, debido
a que en su mayoría son jóvenes y adultos entre los
19-50 años, mientras que 19 por ciento de los jefes de
familia presenta diferentes enfermedades (diabetes,
cáncer, discapacidad física y sensorial) que podrían
estar asociadas a su edad, al bajo nivel de ingresos, a la
falta de seguridad social y de apoyos gubernamentales
o debido a que tienen empleos temporales poco
calificados.
Estructura familias vs. jefatura en el hogar
El 44 por ciento son familias nucleares, en donde 32.6
por ciento de las jefaturas son ejercidas por hombres y
11.3 por ciento por mujeres; a éstas las sigue 30.3 por
ciento de familias extensas, en donde 11.9 por ciento de
jefaturas es ejercida por el hombre y 18.3 por ciento por
mujeres; 23.0 por ciento son familias monoparentales,
en las cuales 19.6 por ciento de jefaturas la ejerce la
mujer y 3.3 por ciento la ejerce el hombre; en tanto en
2.5 por ciento de familias reconstruidas, 2.0 por ciento
de jefaturas es representado por el hombre y 0.5 por
ciento por la mujer. El 50.3 por ciento es representado
por mujeres (madre, abuela o tía, 49.7 por ciento es
representado por el hombre (padre, abuelo o tío) por
47
Condiciones de vivienda
De 386 viviendas, 28.5 por ciento es propietario,
mientras que 71.5 por ciento restante la vivienda es
prestada o rentada. En el tipo de vivienda prevalece
la vecindad con 38.3 por ciento, le sigue la casa
independiente con 37.8 por ciento, el departamento
con el 16.6 por ciento y el 7.3 por ciento corresponde
a vivienda temporal o cuarto en la azotea. El 96.4 por
ciento destina de uno a tres cuartos para cocinar y
dormir, y el resto, 3.7 por ciento tiene de cuatro a siete
cuartos, teniendo así mayores espacios para el desarrollo
de otras actividades.
Es preocupante que 99 por ciento viva en
hacinamiento en razón de que el número de miembros
es mayor al número de habitaciones. El material de
construcción de la vivienda en 100 por ciento de las
paredes es de tabique, 81.1 por ciento de los techos
de las viviendas es de concreto, en tanto los techos de
láminas de asbesto, acero y de cartón representan 19 por
ciento. El piso de la loseta representa 51.3 por ciento,
siguiéndole el de concreto con el 39.9 por ciento; el
de mosaico con 6.2 por ciento y el 2.6 por ciento es de
tierra, linóleo o madera.
una mínima de diferencia. Mier (2004:135) refiere que
“este rasgo está asociado con el hecho que en algunos
casos quien encabeza estas familias no es el padre ni la
madre de los menores y pertenece a la generación de
los abuelos”.
Parentesco del jefe o jefa de familia con el menor
En estos 386 casos, el parentesco con el menor es
el vínculo (biológico, consanguíneo o de adopción)
que relaciona padres-hijos, abuelo-nieto, tío- sobrino,
hermano-hermano, padrastro-hijo. Se observa con una
gran proporción que 77.7 por ciento es padre biológico;
17.1 por ciento es el abuelo quien mantiene un nexo
de consanguinidad con el menor; seguido de 2.3 por
ciento y 2.1 por ciento representado por los tíos y
padrastros; con menos del 1 por ciento los hermanos
y otras amistades quienes mantienen un vínculo con el
menor por adopción o por consanguinidad.
Perfil del menor
De entre los becarios del Programa de Becas de Apoyo
Escolar para Niñas y Niños en situación de Riesgo de
Callejerización, se encontró a niños y niñas de seis a
16 años que están en diferentes grados de escolaridad:
primaria y secundaria. El estado de soltería que guardan
estos menores es de 100 por ciento.
La escolaridad es una característica más de los niños
y niñas que nos permite conocer cuál es su rol dentro de
la escuela; al respecto Mier (2004:135-147) señala que
“de hecho el ser estudiante es el principal rol básico
que socialmente se atribuye y con el que principalmente
se identifica a los niños y jóvenes de hoy”. Al parecer,
los niños de primero y cuarto grado de primaria se les
brindó más apoyo, en contraste con los de primer grado
de secundaria. Es menester mencionar que la corta
edad que presentan es una característica que los hace
vulnerables ante cualquier situación o circunstancia
que se relacione con su desarrollo personal. El 18.7 por
ciento alcanza los 13 años, 13.0 por ciento los nueve
años, dos casos con el 11.4 por ciento tiene de seis a 10
años, con una situación similar de 11.1 por ciento y 10.4
por ciento tienen de 8 a 12 años, 9.6 por ciento con 14
años, 7.8 por ciento de 11 años, 4.1 por ciento de siete
años, 2.1 por ciento de 15 años y por debajo del 1 por
ciento tiene 16 años. La totalidad de los menores tiene
como única actividad el estudiar.
Consideraciones finales
Abordar los factores socioeconómicos que inciden en
la estructura familiar en México nos lleva a reflexionar
y conferir de forma particular el sentido que tiene el
parentesco, debido a que es el principal factor por
el cual se constituye la familia. De manera concisa,
éste se presenta como una relación de sujeto a sujeto,
de grupo a grupo, de manera racional e intencionada
lleva implícito un interés que suele relacionarse con la
afinidad, filiación y procreación. El parentesco se da
“por medio de un complejo tejido de fusiones sociales
(agrupaciones e instituciones con mitos y creencias) que
transmiten las señas de identidad de los miembros del
grupo”. La asociación de estos medios pone en acción
la relación y el interés “que da lugar a interacciones de
naturaleza íntima e intensas, constituidas a través de un
continuo proceso de construcción y de diálogo con las
costumbres instituidas”.
Para articular uno y otro orden de hechos se requiere
establecer cierta relación causal entre ellos Villoro
(1997), por ejemplo, en la familia el funcionamiento
de su estructura obedece al sistema cultural, religioso,
educativo y económico- laboral que se práctica en
sociedad.
48
Manuela Guillén Lúgigo
Si bien, lo que ha caracterizado en este momento
y en otros tiempos a las familias nucleares, extensas,
monoparentales y reconstruidas es el parentesco y su
convivencia (cien por ciento de éstas sostiene un vínculo
formal e informal dentro de una vivienda), vía por la
cual se ha dado lugar a definir una gran variedad de
grupos, entre ellos la familia. En el estudio, estos dos
elementos han sido trastocados por las características
propias de la familia.
El perfil en estos cuatro grupos de familia es
heterogéneo, pero también comparten aspectos muy
similares. Los hace diferentes el tipo de familia
(nuclear, extensa, monoparental y recompuesta); lo
funcional o disfuncional; la posición que presupone
presencia o ausencia del padre o de la madre, de los
abuelos u otros parientes; su composición (número de
miembros, género, más mujeres, más hombres) y el rol
que cada uno asume en diferentes ámbitos, además de
observar que 10.7 por ciento son familias inmigrantes
provenientes de diferentes estados de la República
Mexicana y concentradas en el D. F. Si hay algo de
homogeneidad en estos grupos es la convivencia y la
relación particular que guarda cada uno; por ejemplo,
en el estudio determinamos que 52.3 por ciento se
caracteriza por vivir en una misma vivienda; 26.7 por
ciento mantiene una relación independiente de una
pareja (soltero, divorciado), los padres trabajan, sus
hijos asisten a la escuela.
Bajo este panorama, la familia conyugal tradicional
urbana estudiada sigue prevaleciendo, aunque en menor
proporción, debido a que la división de trabajo ya no
es algo exclusivo o de un cónyuge, pero también es
cierto que ésta se ha ido modificando al apegarse cada
vez menos a sus costumbres y tradiciones, puesto que
hoy en día hay menos uniones legales (44.5 por ciento
de los jefes de estas familias permanece en unión libre
y solteros), dando lugar a las familias monoparentales
o extensas.
Las condiciones materiales de la vivienda y de
esparcimiento son desfavorables, no hay que olvidar
que estos dos factores contribuyen a que la convivencia
familiar sea más sana en todos sus sentidos, gracias a
ellos se desarrollan “los vínculos primarios familiares
de los más profundos sentimientos humanos de signo
positivo o negativo. La familia urbana que estudiamos
se constituye intergeneracionalmente en 30.3 por ciento
de los casos, donde convergen varias generaciones.
49
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Con ello concluimos que en esta zona de la
Delegación Política de Coyoacán las nuevas formas de
convivencia familiar son las siguientes: jefes o jefas de
hogar que no contraen matrimonio, ambos cónyuges
trabajan, la tercera parte de las familias estudiadas
convive con los abuelos, los tíos, los hermanos y los
primos; respecto a las condiciones de vivienda, 85.0 por
ciento tiene de uno a dos cuartos, 14 por ciento tiene
de tres a cinco cuartos, prestados o rentados. Respecto
a las respuestas asistenciales gubernamentales para
estas familias, el total de ellas recibe una beca para sus
hijos, 51 por ciento de las familias participa en otros
programas tales como ayuda a madres solteras, ayuda
a adultos mayores, a discapacitados, madres solteras,
etcétera, lo que aminora su problema económico.
En cuanto a los menores, existen cuatro factores que
están contribuyendo de manera particular a su desarrollo.
El primero es el estado de salud favorable, ya que 93.8
por ciento no reporta alguna enfermedad; el segundo es
la familia que al parecer marcha de manera funcional con
sus roles y posiciones bien definidos, aunque en muchos
de los casos son cubiertos por abuelos, tíos, hermanos
del menor o la madre. No obstante, en algunos casos se
reportan algunos problemas de violencia, alcoholismo y
farmacodependencia; el tercero, corresponde al sistema
escolarizado en el que están inscritos sin que alguno
haya desertado, y el último es el apoyo económico que
se les brinda por medio del Programa de becas que
implementa la Dirección de Desarrollo Social de la
Delegación Política de Coyoacán, para niños que asisten
a las escuelas públicas de educación básica, ubicadas
en las zonas de mayor pobreza. Por lo tanto, se descarta
un factor de riesgo a nivel individual, pero persiste la
probabilidad de que estos niños y niñas se expongan al
fenómeno de callejerización, debido a que se encuentran
dentro de la escala de bajo riesgo, en donde ciertas
condiciones (hacinamiento, bajos ingresos y la falta de
presencia paterna) pueda constituir un riesgo para su
desarrollo.
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Paidós.
50
Investigación
Desarrollo social y agua: Los niños de Hermosillo
investigan sobre el agua. Una propuesta de investigación
con enfoque participativo
Manuela Guillén Lúgigo*
Francisco Barrera Barrios**
Cruz Elena Ruiz Figueroa**
Fabiola del Carmen Leyva Madero***
Resumen
En este trabajo presentamos una propuesta de
investigación de corte participativo, que actualmente se
encuentra en fase piloto. El proyecto se titula Desarrollo
social y agua: los niños de Hermosillo investigan sobre
el agua, cuyos principales protagonistas son niños de 9 a
13 años que viven en colonias de la periferia de la ciudad
de Hermosillo. Se trata de una propuesta orientada al
cambio (de actitudes y prácticas), para lo cual se ha
hecho necesario acoplar la estrategia de Investigación
Acción Participativa (IAP) a los actores implicados
en el proyecto. En las líneas que siguen haremos
una descripción general del proyecto en cuestión y
presentaremos las particularidades de la estrategia que se
ha seguido para promover la participación de los niños,
a efecto de involucrarlos en el proceso.
Palabras clave: investigación acción participativa,
niños, desarrollo social y agua.
city periphery. The proposal is oriented toward change
(of attitudes and practices) and that is why it has been
necessary to adapt the Participatory Action Research
strategy to actors implicated in the research project. We
will make a general description of the project and also
we will present the special features of the participatory
strategy in order to promote children participation to
involve them in the process.
Key words:
Participatory Action Research, children, social
development and water
Introducción
La investigación con enfoque participativo constituye
un proceso indagatorio en el que la población-objeto
se convierte —o se pretende que se convierta— en
sujeto activo del proceso de análisis. La Investigación
Acción Participativa (IAP) es una metodología que
apunta a la producción de un conocimiento de corte
propositivo y transformador, mediante un proceso de
debate, reflexión y construcción colectiva de saberes
entre los diferentes actores de un territorio con el fin
de lograr transformaciones en el entorno social. Esta
metodología combina dos procesos, el de conocer y
Abstract
In this paper we present a participative research proposal
that nowadays is in its pilot phase. The title of the
project is “Social Development and water: Hermosillo’s
children investigate about water”, whose principal actors
are 9-13 year old children, living at the Hermosillo’s
Doctora en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (España). Profesora
investigadora del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Sonora. Docente de la licenciatura en Trabajo Social,
del Posgrado Integral en Ciencias Sociales y, de la Maestría en Políticas y Gestión del Desarrollo Social. Líder del Cuerpo
Académico Multiculturalidad, Identidad y Cambio Social, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (Nivel II).
*
[email protected]
AyudanteS de investigación en el proyecto Desarrollo social y agua, los niños de Hermosillo investigan sobre el agua:
Estudiantes de la Licenciatura en Trabajo Social: [email protected]; [email protected]
***
Estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. [email protected]
**
51
Manuela Guillén Lúgigo
de entonces. Mediante la investigación-acción, Lewin
argumentaba que se podían lograr en forma simultánea
avances teóricos y cambios sociales. Para este autor, la
investigación acción consistía en análisis, recolección de
información, conceptualización, planeación, ejecución
y evaluación, pasos que luego se repetían.
Se trata, pues, de una forma de investigar que articula
el análisis de la realidad con la acción social; procesos
en los que es concomitante la participación de los
agentes sociales que encaran las situaciones o problemas
sociales que son objeto de investigación.
El trabajo que a continuación presentamos,
constituye una propuesta de investigación de corte
participativo, que actualmente se encuentra en fase
piloto. El proyecto se titula Desarrollo social y agua:
los niños de Hermosillo investigan sobre el agua,
cuyos protagonistas principales son niños de 9 a 13
años que viven en colonias de la periferia de la ciudad
de Hermosillo. Se trata de una propuesta orientada
el de actuar, implicando en ambos a la población cuya
realidad se aborda. Es decir, constituye un proceso que
combina teoría y praxis para posibilitar el aprendizaje,
la toma de conciencia crítica de la población sobre su
realidad, su empoderamiento, el refuerzo y ampliación
de sus redes sociales, su movilización colectiva y su
acción transformadora.
El proceso de IAP no culmina con la producción de
conocimientos (aunque lo logra), sino que pretende
actuar frente a las realidades sociales, considerando la
voz y participación de sus actores para la transformación
de dichas realidades. Como es ampliamente conocido,
el término de «investigación-acción» proviene de
Kurt Lewin (1946), y fue utilizado por primera vez
a principios de los años cuarenta del siglo XX. Esta
perspectiva en la investigación social, describía una
forma de indagación que ligaba el enfoque experimental
de la ciencia social con programas de acción social
que respondieran a los principales problemas sociales
52
al cambio (de actitudes y prácticas), por lo que se
ha hecho necesario acoplar la estrategia de IAP a
los actores implicados en el proyecto. Ello, en virtud
de que ésta supone un diseño flexible y construido
progresivamente a lo largo del proceso; inicia con una
primera propuesta de investigación que sirve de base
para el proceso indagatorio, pero se va transformando
a lo largo de la experiencia, a partir de las condiciones
y particularidades de la realidad empírica y de en los
agentes sociales implicados en el proceso, en este caso
los niños que viven en contextos de segregación urbana.
El proyecto implica la realización de un diagnóstico
sobre el entorno que viven los niños, poniendo especial
interés en el agua, pero también en cuestiones como
el saneamiento, drenaje, parques seguros, banquetas
seguras y cualquier otro tema que se relacione directa
o indirectamente con el agua. Como producto del
diagnóstico, se diseñará un programa de acción en el
que participarán los niños, a efecto de promover en sus
comunidades el uso y cuidado responsable del agua,
en lo general, y de los recursos sociales asociados a
ella. Se pretende que el proyecto en conjunto (fase de
diagnóstico y programas derivados de ella), redundará
en beneficio de la ciudad de Hermosillo y de las
comunidades, que viven en condiciones de precariedad.
En las líneas que siguen haremos una descripción
general del proyecto en cuestión y presentaremos las
particularidades de la estrategia que se ha seguido1
para promover la participación de los niños2 a efecto de
involucrarlos en el proceso.
Manuela Guillén Lúgigo
Justificación de la investigación
El elemento central que justificó el proyecto de
investigación es la problemática que enfrenta la región
en relación con el agua. El estado de Sonora constituye
una zona desértica del norte de México, en la que la
disponibilidad, así como el uso y aprovechamiento del
agua, constituyen un problema que día a día enfrenta la
población, en particular aquélla que vive en condiciones
Cabe aclarar que en la elaboración del apartado 3 de este trabajo, relativo a la descripción de los avances de la fase piloto
del proyecto (la promoción de la participación de los niños), han participado los alumnos de licenciatura que colaboran en
el proyecto, quienes aparecen como coautores del mismo. La creatividad y el compromiso asumido en su realización, ha
implicado no sólo un proceso de aprendizaje en su práctica profesional, sino un reto de innovación en la puesta en marcha de
la técnica de IAP con población infantil en zonas de segregación urbana.
2
La fase piloto del proyecto ha sido realizada en la colonia Combate de la ciudad de Hermosillo, particularmente con niños
que cursan el 5° y 6° grado, en la escuela primaria del lugar (turnos matutino y vespertino).
1
53
de precariedad, específicamente en la ciudad de
Hermosillo, capital del estado.
Otro elemento, no menos importante, tiene que ver
con la sustentabilidad futura del agua, la cual en buena
parte depende de la educación de las niñas y los niños
de hoy. Ello, en virtud de que éstos no constituyen
“los ciudadanos del mañana”, sino que son parte de
la ciudadanía, como tales, han de enfrentar de manera
activa e informada los retos de hoy día. Desde esta
perspectiva, tanto la sustentabilidad futura como la
actual depende, en buena medida, de los conocimientos
que los niños (y los jóvenes), vayan adquiriendo sobre
el agua y de las prácticas que vayan desarrollando para
su buen uso. Lo anterior influirá positivamente en la
formación de una cultura del agua que se exprese en la
utilización responsable de este bien universal Proyecto
Desarrollo Social y Agua: los niños de Hermosillo
investigan sobre el agua (p. 3).
II. Realización de talleres, en las escuelas primarias
de los barrios seleccionados para la realización del
proyecto, con el fin de promover la comprensión
de la problemática del agua, tanto a nivel global
como en la región de Hermosillo.
III. Realización de estrategias participativas para
que los niños y niñas capacitados actúen como
facilitadores y “educadores” en sus escuelas y
comunidades.
IV.Diseño de material didáctico a partir de la
participación de los niños y niñas, para ser
utilizado en los procesos de educación ambiental
entre pares en las escuelas primarias del área de
influencia del proyecto.
Metodología
El trabajo empírico del proyecto se centra en una
estrategia que involucra, desde un principio, la
participación directa de los niños y niñas de los barrios
seleccionados. Como ya se indicó, se trata de barrios
que constituyen asentamientos precarios situados en
la periferia de la ciudad de Hermosillo. El primero de
ellos (donde se pilotea actualmente el proyecto), es la
colonia Combate, situada al noroeste de la ciudad, a un
costado de la carretera internacional que conduce a la
línea fronteriza que une y separa el estado de Sonora
con el de Arizona.
El abordaje metodológico propuesto para la
realización de la etapa I, que constituye la fase
diagnóstica, consiste en la exploración del escenario
empírico a través de la observación participante (para la
identificación de las condiciones ambientales del barrio),
y el grupo focal (para la identificación de la percepción
subjetiva infantil sobre el agua, su uso y sus problemas).
Dada la población participante (niños y niñas), esta
última técnica ha de estar basada en un proceso de
adaptación —previo a su instrumentación— al nivel
de desarrollo cognitivo-discursivo de dicha población.3
Objetivos del proyecto
Los objetivos generales y específicos del proyecto
propuesto se orientan, tanto a la investigación
diagnóstica, como a la formulación de una estrategia
de intervención dirigida a la sensibilización de la
población (específicamente los niños), sobre el uso
racional del agua y a la confección de materiales de
divulgación sobre el agua, los problemas derivados de
su uso inadecuado y el aprovechamiento adecuado de
este recurso:
I. Realización de un diagnóstico centrado en tres
líneas:
I.1. Condiciones ambientales (especialmente el agua),
del entorno espacial (barrios) donde viven los
niños.
I.2. Percepción subjetiva de los niños de su entorno
y, en especial, del agua.
I.3. Identificación de propuestas generadas por los niños para mejorar las condiciones ambientales
del entorno en que viven.
3
Para ello, proponemos la utilización de un dispositivo “disparador” de la participación libre de los niños y niñas en el grupo
focal, consistente en la presentación de un video infantil (caricatura), en el que los protagonistas son dos gotitas de agua que
se cuentan mutuamente su historia. Una de ellas relata su vida en los arroyos urbanos después de haber sido “lanzada” a ellos
por la práctica del desperdicio del agua y la otra relata su orgullo por ser útil para múltiples usos, en virtud de un proceso de
reciclaje utilizado en una vivienda. Después de la presentación del video se pide a los niños y niñas que platiquen sobre su
contenido. Las participaciones (opiniones libres sobre el contenido del video), son sometidas a réplicas de los miembros del
grupo (a efecto de identificar coincidencias, diferencias, puntos de conflicto en las ideas vertidas, etcétera), información que
es grabada y, posteriormente, sistematizada según los criterios metodológicos del grupo focal.
54
La etapa II del proyecto consiste en la realización de talleres (coordinados por expertos), en donde los niños y
las niñas investigarán sobre temas como el calentamiento global, el ciclo del agua, la contaminación, los desiertos
del mundo, la flora y fauna de los desiertos, prácticas del uso del agua, etcétera Cada niño participante elaborará un
dossier que contenga la información obtenida mediante sus propias actividades de indagación (definiciones, dibujos,
fotografías, etcétera), que constituirán los insumos para ser utilizados durante la última etapa del proyecto, destinado a
la realización de talleres de socialización de la información obtenida por los niños para que, finalmente —como parte
de la etapa III— confeccionen el material didáctico, bajo la asesoría de los expertos que coordinaron dichos talleres.
Estrategia de promoción de la participación
La estrategia diseñada para motivar la participación en el proyecto, conlleva un conjunto de acciones dirigidas tanto
a sujetos clave de la comunidad (personal de las escuelas primarias, tanto directivos como profesores), como a los
niños y niñas.
a) Promoción con sujetos clave.
Entrevistas con directivos de las escuelas primarias para dar a conocer el proyecto e interesarlos en él, a efecto de
lograr su colaboración, facilitando las condiciones para su realización con los niños y niñas (tales como: autorizar la
utilización de espacios y equipo, así como la utilización de horas-aula para la realización de grupos focales y talleres).
b) Promoción con niños y niñas.
Se ha confeccionado una estrategia para sensibilizar a los niños y niñas, consistente en un diseño promocional
cuyo lema es “Guardianes del Planeta”, en el cual se realizaran carteles promocionales para ser colocados en distintos
puntos de la escuela, a efecto de atraer la participación durante la primera actividad: una obra de teatro que vincula
información relativa al cuidado del agua con diversos personajes, cuyo protagonista es un personaje identificado
como “guardián del planeta” que, al término de la obra, insta a los niños a que se sumen al “Club de los Guardianes
del Planeta”. Posteriormente, mediante este lema, se difunden y realizan los grupos focales.
Pósteres promocionales de la fase inicial del proyecto.
55
Tal y como hemos indicado más arriba, del piloteo
del proyecto está siendo realizado en la colonia Combate
de la ciudad de Hermosillo, donde está por concluirse
la etapa I, relativa a la realización del diagnóstico,4 de
ahí que en el presente trabajo no estemos en condición
de presentar los resultados hasta ahora obtenidos.
No obstante, a continuación describimos el proceso
seguido para la promoción de la participación de los
niños y niñas de la escuela primaria Francisco Márquez
Durán de dicho barrio, el cual ha sido exitoso en virtud
de la amplia respuesta obtenida, la cual se reflejó en
una nutrida asistencia a los grupos focales5 realizados
durante el mes de mayo de 2012.
ambiente, temas que constituyen los núcleos centrales
del proyecto a realizar con niños y niñas (véase el Guion
de la Obra de Teatro en el anexo de este trabajo).
Al termino de la presentación, los “actores”
interactuaron con los niños y niñas realizando preguntas
acerca de la temática presentada en la obra y sobre sus
opiniones, en cuanto las actitudes que habían tomado los
personajes (algunos de los cuales mostraron actitudes
negativas y otros actitudes positivas en relación con el
cuidado del agua durante la representación).
La obra de teatro tuvo gran aceptación entre los
alumnos de la primaria, así como entre el personal
directivo y docente. En general, las reacciones de los
participantes fueron positivas, ya que tanto los niños
como las niñas se mostraron emotivos e interesados en
las preguntas que se les realizaron; además, emitieron
sus argumentos respecto de las valoraciones que hicieron
sobre las actitudes mostradas por los distintos personajes.
Una vez concluida la reflexión y discusión de los
niños y las niñas sobre el contenido de la obra y las
actitudes de los personajes, el protagonista principal
invitó a los asistentes a formar parte del “Club de los
Guardianes del Planeta” y participar en próximas
reuniones. El protagonista fue rodeado por los asistentes,
quienes solicitaban ser apuntados al club. Los pósteres
y carteles utilizados en la promoción de la obra de
teatro (con la figura del “guardián del planeta”), se
utilizaron para difundir y promover la participación
en las reuniones posteriores (grupos focales), a las que
acudieron (y en las que tomaron parte activa), todos los
niños y niñas que se sumaron al “Club de los Guardianes
del Planeta.”
A manera de conclusión
En este momento resultaría prematuro establecer
conclusiones puntuales sobre la experiencia, en términos
de los efectos del proyecto, en virtud de que actualmente
Campaña de promoción
Como ya se ha referido, la campaña de promoción llevó
el nombre “Guardianes del Planeta”, tuvo lugar días
antes de la interacción directa con los niños en los grupos
focales.6 Para su realización, se diseñaron materiales de
publicidad como, pósteres y pancartas que se colocaron
en la escuela primaria, para anticipar las actividades que
se pretendían realizar, en los que se invitaba a niños y
niñas a sumarse al “Club de los Guardianes del Planeta”.
Obra teatral
Unos días después de la campaña de promoción, se
invitó a los niños y niñas de 5° y 6° grado de la escuela
primaria Francisco Márquez Durán para que acudieran
a una obra de teatro7 que tendría lugar en el patio central
de la escuela. Tanto el director como los maestros
colaboraron con entusiasmo en la difusión de la obra
y, posteriormente, en la organización de los niños y
las niñas para que ocuparan ordenadamente el espacio
destinado para la presentación. La obra teatral giró en
torno a la temática del cuidado del agua y el medio
Actualmente, se trabaja en la sistematización de la información obtenida mediante la observación participante y los grupos
focales.
5
Se realizaron tres grupos focales (uno de niños, otro de niñas y un tercer grupo de tipo mixto), que fueron planeados y
conducidos con base en la estrategia de adaptación de la técnica señalada.
6 Cabe aclarar que el término grupo focal en ningún momento se utilizó en la interacción directa con niños y niñas (ni en los
promocionales ni en el momento de su realización). Para referirnos a ellos aludimos a términos como “junta”, “reunión” y
“club”. Este último término (seguido del de “guardianes del planeta”, se utilizó después de la promoción, cada vez que se citó
a los niños para participar en los grupos focales.
7
Los ayudantes de investigación del proyecto y un grupo de alumnos de la licenciatura en Psicología y la licenciatura en
Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora participaron como “actores” en la obra de teatro.
4
56
definición de estrategias ad hoc para promover
su implicación en una estrategia de IAP que ha
sido adaptada a las características del entorno y
los participantes.
- Dado que el proyecto del que aquí hemos dado
cuenta se encuentra en marcha, sus resultados
—en términos del impacto del mismo— están
aún en construcción y éstos serán visibles como
resultado del proceso heurístico resultante,
producto del involucramiento de la población
objetivo, en un proyecto de investigación
abierto que adquirirá significado en función del
imaginario colectivo que le da sentido.
Manuela Guillén Lúgigo
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Valles, M. S. (1997). Técnicas cualitativas de
investigación social. Reflexiones metodológica
y práctica profesional. Madrid: Síntesis.
nos encontramos en la fase de sistematización de la
información obtenida a partir del diagnóstico realizado
en la colonia Combate, que constituye el barrio en
el que lo estamos piloteando. No obstante, podemos
plantear algunas conclusiones preliminares respecto de
las acciones hasta ahora realizadas.
- La experiencia de la IAP admite múltiples
variantes, cuando ésta se diseña a partir de un
objeto de estudio específico y se adapta al tipo
de participantes. Eso estamos haciendo en esta
experiencia.
- La IAP constituye una estrategia de investigación
“abierta” que, además de seguir las directrices
metodológicas básicas, se construye en “la
práctica”, a partir de las condiciones específicas
de su puesta en marcha y de las características
socioespaciales que conforman el contexto en
que ésta se inscribe.
- Consideramos que el diseño específico seguido
para su aplicación con niños, hasta ahora ha
permitido incorporar la participación de este
grupo de población con éxito, en virtud de la
57
Anexo:
Guión de la obra de teatro presentada para la promoción de la participación de niños y niñas
de la colonia Combate en el proyecto
Introducción (narrador)
Una muchachita de nombre Chuchita empieza a notar que hay problemas con el agua y estos se vuelven cada vez más graves.
En su afán por querer buscar una solución a todos estos problemas, comienza a preguntar a las personas allegadas a ella sobre
el problema, pero se encuentra con que, en realidad, a nadie le interesa.
La niña, molesta por la falta de información de sus familiares y amigos, decide iniciar su propia investigación sobre métodos
para el cuidado del agua. Consulta el internet, periódico y diversas fuentes de información para, de esta manera, hacer un collage
de toda esa información.
Una vez realizada su investigación, se encuentra con un nuevo dilema, no tiene una forma efectiva de difundir toda esa
información recabada y no quiere que se desperdicie. Por suerte, había escuchado por parte de su maestra, que hay un grupo
encargado de orientar a los niños en el cuidado del planeta para apoyarlos en esta tarea, este grupo se llama Los Guardianes del
Planeta.
Decide acudir a esta organización para que la orienten en las formas de cuidar el agua y hacer partícipes a sus familiares y
amigos. Durante su visita se encuentra con la grata sorpresa de que este grupo no solo brinda información a los niños, sino que,
además, está dispuesto a aceptar cualquier apoyo de ellos. Chuchita (la muchachita) se da cuenta de que toda la información que
tiene podría servir a Los Guardianes del Planeta y decide brindárselas, además de unirse a ellos en la difícil tarea del cuidado
del mundo.
Inicio de la historia
(Televisión)- “La crisis del agua se intensifica cada vez más, las reservas de agua se están acabando y el traer agua de otros lugares
para abastecer a las comunidades se vuelve una tarea cada vez más difícil. Si la situación sigue así, la próxima guerra no será
por petróleo o poder, sino por agua…”
Chuchita- ¡Dios! No puedo creerlo, una guerra por agua. ¿Es que c-c-c-cómo es que llegamos a esto? Debe haber alguna
forma de evitar esta crisis que estamos viviendo.
Narrador- Chuchita se pone a pensar por un momento.
Chuchita- ¡Ya sé! Le preguntaré a mi mamá, ella siempre sabe la respuesta a todo.
-Chuchita va a la cocina, donde se encuentra su madre para preguntarle alguna forma de cuidar el aguaChuchita- ¡Mamá, mamá! Tengo una duda muy dudosa y de vital importancia.
Mamá- ¿Cuál es, mi hijita?
Chuchita- Es que el mundo se está quedando sin agua y yo quiero saber si podemos hacer algo. ¿Qué podemos hacer para
cuidar el agua?
Mamá- Pues, la verdad, no sé. Pregúntale a tu papá, tal vez el sepa algo.
Chuchita- Ok, iré a preguntarle.
Narrador- Chuchita se dirige a donde está su padre.
Chuchita- ¡Papá, papá! Quiero hacerte una pregunta, ¿puedo?
Papá- Bueno, mi hijita, pero ya me hiciste una.
Narrador- Chuchita se queda desconcertada.
Chuchita- ¡No, papá! ¡Otra pregunta!
Papá- Bueno, haberme dicho antes. Pregúntame, Chuchita.
Chuchita- Bueno, ¿qué podemos hacer para cuidar el agua del planeta? Se está acabando y tenemos que hacer algo.
Papá- Mire, m´hija, usted no se preocupe, que mientras yo esté pagando el recibo, siempre va a haber agua en esta casa,
¡para eso lo pago!
Chuchita- Si, papá, pero si no hay agua, no va a haber un recibo de agua que pagar…
58
Papá- Mire, m´hija, yo ya le dije, así que deje de preocuparse por eso. ¡Váyase a jugar!
Narrador- Chuchita se va decepcionada a su cuarto, inconforme con la respuesta de su padre.
Chuchita- Mm…, no puede ser que mis padres no tengan interés por el cuidado del agua, tal vez mis súper “amiguis” me
puedan ayudar.
Narrador- Chuchita enciende su computadora y se conecta a su cuenta de Facebook.
Chuchita- Pepe Pecas, ¿cómo estás?
Pepe- Muy bien, ¿y tú?
Chuchita- Igual, muy bien. Oye, quería saber si conoces alguna forma de cuidar el agua, es que ya le pregunté a mi mamá
y a mi papá y no saben NADA.
Pepe- No, ¿por qué?
Chuchita- Es que es una inconsciencia, nadie sabe nada sobre cómo cuidar el agua, se está acabando y ¡NADIE HACE NADA!
Pepe- Bueno, discúlpame, no es que no me interese, pero tampoco es como que yo use mi tiempo en buscar información
sobre ello, además, los adultos son los que se deberían de preocupar por eso…
Chuchita- Estás mal, esto es algo que también nos afecta y, creo yo, también podemos ayudar a solucionarlo.
Pepe- Pues perdón, no puedo ayudarte, no sé nada sobre el tema. De veras lo siento.
Narrador- Chuchita, decepcionada, decide iniciar su propia búsqueda de información a través de internet.
Narrador– Un tiempo después.
Chuchita- ¡Wooooooow! Yo no sabía que era tan fácil contribuir al cuidado del agua. Toda esta información es muy útil,
ojalá todo el mundo pudiera conocer esta información, así podrían ayudar.
Narrador– Al día siguiente.
Chuchita – Necesito ayudar al planeta, pero yo sola no puedo hacer nada, tengo que convencer a mis amigos
Maestra- ¿Qué pasa Chuchita?, te noto muy preocupada.
Chuchita – Lo que pasa es que el agua se está acabando y NADIE hace NADA. Ni a mis padres y amigos les interesa.
Maestra- Bueno, Chuchita, si tu preocupación es el planeta, ¿por qué no te unes a Los Guardianes del Planeta?
Chuchita- ¿Los Guardianes del Planeta?, ¿quiénes son ellos?
Maestra- Bueno, es un grupo de personas que se ocupa del cuidado del planeta, principalmente del agua. Además, realizan
actividades para promover buenos hábitos sobre la ecología y la preservación del agua. Ellos se reúnen aquí en la escuela, en el
patio de la escuela, podrías acudir hoy con ellos y solicitar apoyo.
Chuchita- ¡Gracias, maestra, por la información! Hoy mismo me reuniré con ellos.
Narrador- Ese mismo día más tarde.
-Chuchita se acerca a un grupo de jóvenes alegres que están reunidos dentro de las instalaciones de la escuela, en el lugar
donde la maestra le indicó que estarían Los Guardianes del Planeta.
Chuchita- Oigan, disculpen, ¿ustedes son Los Guardianes del Planeta?
Cruz- Sí, nosotros somos. ¿Podemos ayudarte en algo?
Chuchita- Claro que sí, lo que pasa es que me preocupa la situación actual del agua y NADIE hace NADA.
Cruz- Bueno, nosotros podemos ayudarte en esta difícil tarea, además de darte información y orientación. Además, podemos
hacerte miembro del grupo si así lo deseas.
Chuchita- Woooow, ¿en serio? Me gustaría mucho ser parte del grupo. Y, además, quiero decirles que yo ya he empezado
una investigación sobre formas de cuidar el agua.
Cruz- ¡Muy bien, Chuchita!, eso es bueno, porque debo decirte que, en este grupo, no solo te podemos dar información, sino
que, además, estamos dispuestos a aceptar toda la información que nos puedas proporcionar. Así, el grupo tendrá más fuerza.
Narrador- Y así, Chuchita, junto con Los Guardianes del Planeta, extendió una cordial invitación a todos los niños para unirse
a su grupo y a su lucha por la preservación del agua.
59
Programa de intervención psicosocial con madres
de familia en el Centro San Bernardo
Jesús Ernesto Valenzuela Medina*
Mayra Cecilia Arriola Álvarez**
Teresa Carolina Ayón Muñoz**
Síntesis descriptiva
Se reporta una intervención psicosocial llevada a
cabo con madres de familia que acuden al Centro San
Bernardo de la ciudad de Hermosillo. La intervención
consistió en dos estrategias, una de ellas con objetivos
de promoción/prevención, y otra de rehabilitación. En
la primera participaron cinco madres en un taller; en
la segunda, se dio atención individualizada a cuatro
de ellas que fueron detectadas con alguna carencia
en habilidades sociales. Se comentan los resultados
de ambas intervenciones. Las observaciones del
comportamiento de las madres, sus comentarios y
su nivel de motivación al haber participado en los
programas permiten valorar la utilidad de ambas
estrategias. Se considera de gran importancia realizar un
seguimiento de las participantes para evaluar los efectos
a largo plazo de ambas intervenciones.
que buscan ayuda psicológica o demás servicios que ahí
se brindan. En la fase de detección de necesidades de
intervención psicológica que se llevó a cabo, se detectó
que las familias del centro podrían beneficiarse con la
puesta en marcha de un servicio de apoyo que informara
y entrenara a las madres de familia en habilidades
sociales; que extendiera al hogar y al vecindario los
beneficios del programa.
El programa académico de la Residencia Recepcional
tiene como propósito que el estudiante avanzado diseñe,
ponga en marcha y evalúe los efectos de programas de
intervención psicológica con objetivos de promoción/
prevención, y de rehabilitación. Esto dio la oportunidad
de vincular la necesidad detectada en la institución
con los propósitos de la práctica. El análisis de las
posibilidades condujo a que la intervención asumiera
niveles de orientación y asesoría, se organizara en
una modalidad institucional, y se impartiera de forma
indirecta, mediante dos acciones de intervención
concretas: una con enfoque psicoeducativo (promoción/
prevención) que se tituló Habilidades para mejorar las
relaciones en el hogar (Desarrollo de competencias
en madres), y otra denominada Mejorar la interacción
social a través del entrenamiento en habilidades sociales.
Más adelante se describen ambas intervenciones. A
continuación presentamos de manera sucinta algunos
elementos que sirven de base para justificar la
importancia de esta experiencia formativa-en-servicio
para los psicólogos.
Palabras clave: madres, habilidades sociales,
entrenamiento, intervención psicosocial, promoción/
prevención, rehabilitación.
introducción
Como parte de las tareas del curso ‘Residencia
Recepcional’, que cierra en noveno semestre el eje
de prácticas de los estudiantes de la licenciatura en
Psicología de la Universidad de Sonora (2011), los
alumnos deben llevar a cabo dos acciones de intervención
en una institución de servicios a la comunidad, mediante
una estrategia pedagógica conocida como aprendizaje
en servicio (Puig y Palos, 2006). En este documento
se reseñan las actividades realizadas en el centro San
Bernardo,1 en Hermosillo, Sonora. Al centro acuden
familias que viven en las inmediaciones del mismo, y
Breve aproximación conceptual al concepto de
familia
La pertenencia a la sociedad inicia con la pertenencia a
un núcleo familiar. En él se nace, se crece, se expresan y
* Tutor de Residencia Recepcional en noveno semestre del Programa Docente de la Licenciatura en Psicología de la Universidad
de Sonora.
** Practicantes de la Licenciatura en Psicología durante el ciclo 2011-2.
1
Dirección del Centro San Bernardo: Ave. Sierra de los Mochomos y Desemboque, Colonia Solidaridad, Hermosillo, Sonora.
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Manuela Guillén Lúgigo
manifiestan las emociones y sentimientos que se hallan
en la base de la naturaleza gregaria de los humanos. De
acuerdo con su funcionamiento, la familia es un sistema
dinámico que experimenta distintos cambios y procesos de
acomodación a las circunstancias, los cuales en ocasiones
mantiene y en otras modifica sus pautas de interacción.
La negociación y la complementariedad representan las
dimensiones cruciales de su definición en el marco de
la diversidad de roles y funciones sociales que cumple
y le permiten mantener su organización relativamente
estable como sistema autorregulado. Se entiende que el
grupo familiar opera mediante pautas transaccionales
que al repetirse, establecen reglas y patrones que le dan
estructura y facilitan la interacción recíproca entre sus
miembros. Como unidad biopsicosocial se constituye
en un agente social estabilizador que cumple funciones
diversas: reproducción, crianza y manutención, soporte
emocional, y transmisor de pautas conductuales y
valorativas.
Según Burguiere, Klapsch-Zuber, y Segalen (1988),
es el mundo romano, principalmente, el que nos hereda
tanto el término como la filosofía de que el jefe de la
misma ejerce el poder sobre los hijos, la esposa y el
resto de los integrantes. Sus características como forma
de organización social han variado históricamente,
dependiendo de la época y cultura. Su estudio ha sido
abordado desde distintos enfoques disciplinarios,
lo que produce también diversidad de definiciones
(Horwitz, Florenzano, y Ringeling, 1985; Ortiz, 1999).
El antropólogo norteamericano George P. Murdock,
a mediados de la década de 1940, investigó 250
sociedades y publicó un texto en el que hizo constar
la prevalencia de lo que llamó familia nuclear como
la estructura social básica de los humanos en diversas
regiones del mundo. Esta estructura constaba del
esposo, la esposa y sus niños. En ese tiempo esa era la
estructura mínima y era la norma en la cuarta parte de
las sociedades investigadas A mediados de los sesenta,
los grupos familiares podían clasificarse en algún punto
del continuo entre familia nuclear y familia extensa
(Minuchin, 2003).
Mauricio Andolfi (2003, citado por Ramírez, 2008),
extiende y detalla una tipología que se ha convertido en
referencia obligada en el área e incluso de instituciones
como el INEGI; para él, la familia puede asumir
distintas estructuras: nuclear; extendida, unipersonal,
monoparental, reconstruida, adoptiva, matrimonio mixto
o bicultural, y matrimonio homosexual. La realidad
actual evidencia una variedad de formas de organización
que difiere de la norma de la familia nuclear, diversidad
que es muestra de la evolución de los valores en la
sociedad urbana. Para el INEGI, en México existen
5 tipos principales de familias identificadas desde el
censo de población de 2005: nuclear (tradicional; de
sólo un progenitor, o de una pareja sin hijos); ampliada
(nuclear más parientes), compuesta (nuclear o ampliada
más no parientes); unipersonales, y co-residente (no
parentesco).
Funcionamiento saludable de una familia
El funcionamiento saludable de una familia concebido
por la OMS en 1976, se define en términos del
funcionamiento efectivo de la familia. Esta definición
se ha ido transformando con el paso del tiempo pero
sin perder su esencia, sólo agregando ciertas pautas
conforme a la transformación social. Ortiz (1999), la
concibe como la salud del conjunto de los miembros en
términos del funcionamiento efectivo de la misma, en
la dinámica interna, en el cumplimiento de funciones
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lleva a cabo el desarrollo de la identidad y el proceso
de socialización. Es para el individuo el contexto en el
que se dan las condiciones para el desarrollo favorable
y sano de su personalidad, o por el contrario, el foco
principal de sus trastornos emocionales.
para el desarrollo de los integrantes, y en la capacidad
de enfrentar los cambios del medio social y del
propio grupo, propiciando el crecimiento y desarrollo
individual según las exigencias de cada etapa de la
vida. Lo novedoso en esta idea está en la incorporación
de la capacidad de enfrentamiento a los cambios tanto
internos como externos que permiten el crecimiento y
desarrollo de los miembros.
Para entender las semejanzas y diferencias de la
dinámica familiar
El Constructo de Estilo de Funcionamiento Familiar
(Dunst, Trivette, y Deal, 1988), fue desarrollado en
el marco de un enfoque de intervención denominado
de empoderamiento, surgido en la transición de los
años setenta y ochenta del siglo XX en el ámbito de
los programas de asistencia social norteamericanos. Se
consideran dos tipos diferenciables de recursos al hablar
de intervención psicosocial con grupos familiares.
Por una parte, los recursos sociales son las fuentes de
apoyo externo a los que potencialmente se puede tener
acceso en un momento y lugar, abarcando aspectos
materiales y/o relacionales (redes). Por otra parte los
recursos psicológicos que incluyen características ínter
e intra-individuales de los miembros del grupo familiar,
mismos que se usan para responder a las situaciones de
crisis, para enfrentar los eventos vitales normativos y nonormativos, y para promover el crecimiento y desarrollo
de todos los miembros. A este tipo de recursos se les
denomina Estilo De Funcionamiento Familiar (EFF).
Conceptualmente, el EFF abarca la combinación de
fortalezas y capacidades existentes, y la capacidad de
emplearlas para movilizar/crear recursos para satisfacer
necesidades (Dunst, et al. 1988).
La investigación de Nick Stinnet y colegas (1985,
citado en Dunst, et al. 1988), apunta a que una familia se
constituye como un contexto favorable para el desarrollo
psicológico cuando presenta ciertas características
o fortalezas: “…patrones de relaciones, habilidades
y competencias interpersonales, y características
sociales y psicológicas, que crean un sentido de
identidad familiar positiva, promoviendo interacciones
satisfactorias y plenas entre los miembros, fomentando
el desarrollo del potencial del grupo así como de los
miembros individuales, y contribuyendo a la capacidad
del grupo para ocuparse de manera efectiva del estrés y
las crisis” (p. 24).2 El trabajo de Jerry M. Lewis (1976,
Teorías acerca de la familia
Las preguntas acerca del porqué del comportamiento
de las personas son la esencia de la investigación de
las ciencias sociales. El interés puede centrarse en
el individuo, en las familias, en los grupos sociales,
en las comunidades, o en las culturas. Desde una
perspectiva de investigación social se requieren dos
cosas para responderlas: investigación y teoría. Debido
a que existen muchas perspectivas a considerar, no es
algo simple desarrollar una teoría coherente acerca
de la interacción familiar. En las ciencias sociales
es aún más difícil, debido que estamos intentando
comprendernos a nosotros mismos. También estamos
limitados por la dificultad de no tener una definición
comúnmente aceptada de familia. Ya comentamos antes
las condiciones en las que la antropología la definió
como un grupo social caracterizado por la residencia
en común, por la cooperación económica, y por la
reproducción.
El trabajo de Murdock, durante más de cincuenta
años, ha generado un continuo debate científico y
político acerca de lo que queremos decir cuando
hablamos de familia. Cada teoría da luz acerca de algún
aspecto que las otras no aportan debido a las diferentes
visiones, pues se enfocan en diferentes aspectos de
la vida familiar y responden diferentes preguntas;
tal diversidad nos acerca más a la comprensión del
funcionamiento familiar, pues cada teoría tiene sus
propios supuestos y conceptos básicos y es producto de
su propio contexto histórico. Depende del investigador
emplear el lente correspondiente a cada teoría y
determinar qué tan bien explica el comportamiento
humano y familiar. Como bien se ha reconocido, la
familia es una instancia mediadora entre el individuo
y la sociedad; es el escenario privilegiado en donde se
Traducido del original, énfasis añadido para destacar el uso del adjetivo saludable para el funcionamiento familiar que opera
como contexto favorecedor del desarrollo psicológico de los miembros.
2
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Archivo familiar: Eleazar Borquez
citado en Dunst, et al. 1988), sobre familias saludables,
destaca que el funcionamiento óptimo o competente en
las familias parece deberse a la presencia e interrelación
de 12 variables o cualidades. Éstas no tienen que estar
presentes necesariamente en su totalidad ni con la misma
intensidad en cada grupo familiar, pero su combinación
singular se manifiesta como un sello característico de
cada familia y hacen posible el uso del concepto de
estilo como elemento diferenciador. A continuación se
resumen las 12 cualidades del funcionamiento familiar
competente, que incluye:
e. Un sentido de congruencia entre los miembros
observado en la valoración y dedicación de
tiempo y esfuerzo para lograr satisfacer sus
necesidades.
f. Capacidad de los miembros para comunicarse
entre sí, enfatizando las interacciones positivas.
g. Un conjunto claro de reglas, valores y
creencias en la base de las expectativas sobre el
comportamiento deseable de los miembros.
h. Un repertorio variado de estrategias para
enfrentar eventos vitales, tanto normativos como
inesperados, que enfatizan el funcionamiento
positivo y el control de las crisis.
i. Capacidad de llevar a cabo actividades de
solución de problemas, evaluando opciones
y procurando recursos necesarios, internos y
externos.
j. La capacidad de ver las crisis y problemas de
forma optimista, dándose la oportunidad de
aprender y crecer.
k. Flexibilidad y adaptabilidad en los roles y
responsabilidades para los recursos necesarios
para satisfacer necesidades.
a. Creencias y sentido de compromiso para promover
el bienestar y el crecimiento, tanto de cada
miembro como de la unidad familiar completa.
b. La manifestación de aprecio y aceptación por
las pequeñas y grandes cosas que cada miembro
hace bien, y por impulsarlos a mejorar.
c. Un esfuerzo concentrado para pasar tiempo
juntos, compartiendo actividades y eventos, sin
importar lo formales o informales que sean.
d. Un sentido de propósito o visión a futuro que se
manifiesta en las razones para permanecer juntos
en las buenas y en las malas.
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l. Un balance entre el uso de recursos internos y
externos a la familia para enfrentar y adaptarse a las
circunstancias y planear el futuro.3
La familia es una institución que se encuentra en
constante cambio y evolución, por lo que los rasgos
arriba mencionados tienden a adecuarse al marco
histórico-social dentro del cual se desenvuelve. Con
pequeñas variaciones, en general se ha planteado
que el ciclo vital de la familia está conformado por
cuatro etapas: formación, expansión, consolidación y
apertura, además de disolución. La manera en que la
familia atraviesa por estas etapas del ciclo vital estará
en amplia correspondencia con sus recursos y estilos
de funcionamiento familiar, lo que puede provocar o
no estados transitorios de crisis, con un mayor o menor
riesgo de surgimiento de trastornos emocionales en uno
o más de sus miembros.
las funcionales y saludables predominan patrones
comunicativos directos y claros. Sus miembros suelen
expresar de manera espontánea tanto sentimientos
positivos como negativos, iras y temores, angustias,
ternuras y afectos, sin negarle a nadie la posibilidad
de expresar libre y plenamente su afectividad. (Dunst,
Trivette y Deal, 1994).
La intervención sobre la dinámica familiar
A partir de estas ideas se decidió proponer una
intervención basada en propiciar el desarrollo de
habilidades sociales como estrategia para colaborar en
el mejoramiento de la interacción entre los miembros
de las familias y así promover el cambio en sus estilos
de funcionamiento hacia un patrón más saludable. Con
esta propuesta, las madres adquieren conocimientos
sobre cómo enfrentar situaciones conflictivas, crisis
y problemas que se les presenten, pues una de las
principales problemáticas detectadas fue la violencia
intrafamiliar, problema muy común y latente dentro de
nuestra sociedad.
La OMS define dicha violencia como el uso
intencional de la fuerza o el poder físico, o como
amenaza contra uno mismo, otra persona, un grupo o
comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de
causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos
del desarrollo o privaciones. Las encuestas aplicadas
por el INEGI (2003, 2006), muestran estadísticas
crecientes de violencia intrafamiliar en todo el país. Con
tales caracterizaciones uno puede identificar que este
fenómeno está presente tanto en hogares con jefatura
masculina como femenina, aunque es más frecuente en
los primeros. Además, las víctimas más comúnmente
afectadas son hijas, hijos y cónyuges. Asimismo, las
expresiones más frecuentes de maltrato emocional son
los gritos y los enojos mayores. En los hogares en que
se identificó violencia física, las formas variaron desde
golpes con el puño, hasta pellizcos. La intimidación se
expresa en actos como empujones, jaloneos y amenazas
verbales. En Sonora, según la Encuesta Nacional sobre la
Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH),
aplicada por el INEGI en el año 2006, casi la mitad de
las mujeres de 15 años y más había vivido situaciones
de violencia emocional, económica, física o sexual a
Indicadores de dinámica y funcionamiento familiar
saludable
Entre los indicadores más utilizados para valorar la
dinámica familiar, podemos señalar los siguientes tres:
la adaptabilidad o flexibilidad, la cohesión y el clima
emocional, y la comunicación. El primero se refiere a
la flexibilidad o capacidad de la familia para adoptar
o cambiar sus reglas o normas de funcionamiento y
sus roles ante la necesidad de enfrentar determinados
cambios, dificultades, crisis o conflictos por los que
puede atravesar la misma en un momento dado. La
ausencia de esta flexibilidad impide a la familia hacer
uso adecuado de sus recursos, lo que dificulta encontrar
soluciones viables a las dificultades. La cohesión es una
de las dimensiones centrales de la dinámica familiar y
puede ser definida a partir de los vínculos emocionales
establecidos entre los miembros. Cuando la cohesión es
estrecha favorece la identificación física y emocional,
el establecimiento de sólidos vínculos y un fuerte
sentimiento de pertenencia. La comunicación familiar
refleja los patrones de interacción a través de los cuales
los miembros de una familia interactúan, intercambian
mensajes con contenidos afectivos, informativos o
normativos. La adecuación o inadecuación de los
patrones comunicativos juega un rol principal en
la funcionalidad o disfuncionalidad familiar. En
3
Ver también: Dunst, C. J., Trivette, C. M., y Mott, D. W. (1994). Strengths-Based Family-Centered InterventionPractices.
(115-131). En: C. Dunst, C., C. Trivette, y A. Deal (Eds.) Supporting & Strengthening Families. Cambridge, MA: Brookline
Books.
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lo largo de su relación de pareja. En ese año, Sonora
ocupó el onceavo lugar nacional con un promedio de
39.7 por ciento, mostrando una disminución, respecto a
2003, en los índices de violencia. Sin embargo, existen
contradicciones entre estos datos y las declaraciones de
la Secretaría de Seguridad Pública estatal que señala un
patrón inverso en la presencia de este problema social.
b. Sobreprotección. Este tipo de interacción lleva a
ahogar las demandas de autonomía de la persona
protegida, generando sentimientos de baja
competencia y desvalimiento y en cierta medida
una relación de dependencia mutua, tanto del que
tiene la necesidad de sobreproteger como del que
necesita ser protegido. Para fortalecer los lazos y
evitar la sobreprotección se entrenó a las madres
para una expresión asertiva de amor, agrado y
afecto, y otros sentimientos por medio de una
comunicación efectiva.
c. La negación. Este mecanismo supone no
reconocer o huir de las relaciones conflictivas,
lo que en consecuencia lleva a no abordar la
resolución de los conflictos existentes. Con ella
se ocultan hechos ante los ojos propios y ajenos,
negando vehementemente su existencia con
engaño y autoengaño. Otras veces se responde
restándoles la importancia que merecen o
buscando atribuciones externas, eludiendo con
ello la responsabilidad de cada miembro, tanto
en su génesis como en su resolución. Para evitar
la negación dentro de las familiar se entrenó a las
madres de familia en resolución estratégica de
conflictos, orientándolas a utilizar sus recursos
para solucionar sus conflictos y hacerles frente
de manera constructiva y proactiva.
d. El enmascaramiento. Esta grave distorsión de la
realidad por medio de pensamientos irracionales
tendientes a la satisfacción de las propias
necesidades sucede cuando, por ejemplo, por
inseguridad personal, necesidad de afecto, para
sentirse útil o para esconder la insatisfacción
personal y familiar, se enmascaran éstas con
obsesiones por la limpieza y el orden y se asume
un rol de máximo interés por la familia, pero
detrás de la preocupación se esconde el rechazo
y con frecuencia la intención de hacerles sentir
culpables. Para ello se entrenó a las madres
para que fueran capaces de rechazar peticiones
e invitaciones en las cuales no querían acceder
y poder expresar sus quejas.
Intervención psicológica familiar: promoción/
prevención y rehabilitación
Como estrategia de intervención profesional para
atender la problemática de la violencia intrafamiliar
presente en las usuarias de la institución, y partiendo de
un enfoque de empoderamiento familiar, se propuso el
trabajo mediante los dos programas que a continuación
se describen. El modelo de intervención familiar para
la intervención es el formulado por Dunst, Trivette
y Deal (1988; 1994), que se ubica en la tradición de
la teoría de sistemas sociales aplicada a la familia.
Desde esta perspectiva, la familia es considerada
como un sistema dinámico viviente, sometido a un
continuo establecimiento de reglas y búsqueda de
acuerdos. Se la considera como un sistema integrador
multigeneracional, compuesto por múltiples subsistemas
de funcionamiento interno, que es influido por una
variedad de sistemas externos relacionados.
Las relaciones y eventos en estas redes sociales afectan
positiva o negativamente la salud tanto individual como del
grupo. Al interior del grupo familiar, el comportamiento
de cada sujeto está conectado de un modo dinámico
con el de los otros miembros afectando el equilibrio del
conjunto (Smith, Hamon, Ingoldsby, y Miller, 2009).
La intervención que se propuso estuvo centrada en los
siguientes aspectos de las relaciones familiares:
a. La rigidez y establecimiento de límites, que se
refiere a aquellas relaciones, distribución de
roles o normas establecidas, que son inamovibles
y en ocasiones incuestionables, rechazando
cualquier propuesta que suponga un cambio,
principalmente inaceptable por quien de manera
implícita o manifiesta ostenta la máxima
autoridad en la familia. Por causas externas
y/o internas todas las familias están sujetas al
cambio, la rigidez suele ser un obstáculo claro
para la funcionalidad familiar. Se entrenó a
las madres de familia para que negociaran y
gestionaran reglas en su hogar, en las que todos
participaran y estuvieran de acuerdo.
Se trabajaron estos aspectos por medio de un
esquema metodológico de entrenamiento en habilidades
sociales (EHS). Según Caballo (1986), la conducta
socialmente habilidosa es emitida por una persona en
un contexto interpersonal, mediante ella expresa sus
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sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de un modo adecuado con la situación, respetando a la vez a
los demás, y en general resolviendo los problemas inmediatos de la situación, mientras minimiza la probabilidad de
futuros problemas. En el EHS se enseñan conductas específicas, que se practican y se integran como competencias
situadas. El EHS incluye diversos procedimientos en su aplicación. Concretamente se emplean las instrucciones,
la observación de modelos, el ensayo de conducta combinado con la retroalimentación y el reconocimiento social
como reforzamiento. Son varias las habilidades sociales que se pueden entrenar, pero, basándonos en las necesidades
detectadas y en relación con las variables de interés del modelo, se decidió trabajar con las habilidades que se presentan
en la figura 1, tanto en el programa de rehabilitación como en el de promoción/prevención. Se decidió trabajar las
habilidades por paquetes para fortalecer aquellas que más necesitaban, de manera individual, las participantes en el
programa de rehabilitación. Todas las madres de familia fueron convocadas a participar en el programa de promoción/
prevención, beneficiándose también con las opiniones y experiencias expresadas por las otras participantes y la
protección y solidaridad emocionales obtenidas en interacción grupal. En la Figura 24 se presenta el modelo de
atención con el que se organizaron las actividades de intervención. Al aceptar participar en el programa, las madres
se comprometían a participar en las acciones de apoyo diseñadas específicamente para ellas. El diagrama presenta
las distintas acciones y momentos de las intervenciones. En la intervención de promoción/prevención participaron
las madres de familia de niños que asistían a la Ludoteca del Centro San Bernardo.
En las sesiones de trabajo se enfatizó en la importancia de transferir lo aprendido en las sesiones a sus hogares
para mejorar sus relaciones familiares. En cada sesión las instructoras presentaron información relevante sobre la
habilidad a enseñar en ese día, así como de la importancia de desarrollarla para mejorar el entorno familiar; de esta
manera se lograba que las madres identificaran y se familiarizaran con la habilidad antes de practicarla.
Para el taller se empleó una adaptación del Aprendizaje Estructurado, (Gil y García, 2006; Michelson, Sugai,
Wood, y Kazdin, 1987; Roth, 1986), para el entrenamiento en habilidades sociales.
El procedimiento consistió en dar instrucciones e información, modelar y demostrar la forma en que puede actuarse
en diversas situaciones; propiciar el ensayo conductual controlado, apoyándolo con retroalimentación correctiva y
Figura 1. Cuadro de habilidades sociales del programa de EHS. El paquete corresponde al taller de
Promoción/Prevención, los restantes a la intervención de rehabilitación.
4
Incluye el programa de promoción/prevención, y el de rehabilitación de agosto a enero 2012, establecido por alumnas practicantes
de noveno semestre de la licenciatura en Psicología de la Universidad de Sonora durante el ciclo académico 2011-2.
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Figura 2. Modelo de intervención psicológicapara usuarias del centro de San Bernardo.
positiva; finalizando con la programación de tareas
para propiciar la transferencia de lo aprendido en la
sesión a los hogares de las participantes. Se empleó el
elogio y el reconocimiento social como reforzador de la
participación proactiva de las participantes. Al inicio, las
participantes respondieron un entrevista ya estructurada
por la institución y también el Cuestionario de Estilo
de Funcionamiento Familiar (CEFF) (Dunst, Trivette, y
Deal, 19885), que permite identificar áreas de fortaleza y
deficitarias en la dinámica de la familia. La valoración
clínica de las respuestas a ambos instrumentos
permitió seleccionar a las candidatas para participar
en la estrategia de rehabilitación, orientada a revisar
con mayor profundidad y de manera individualizada
aquellas áreas valoradas como de riesgo.
El procedimiento usado en las sesiones
individualizadas de rehabilitación fue una extensión
del empleado en el taller de promoción/prevención, pero
poniendo mayor énfasis en los ensayos controlados y
en la retroalimentación brindada a las usuarias según
sus necesidades. Al analizar de manera individual
la situación familiar de cada una, se le brindaban
sugerencias escritas para realizar con éxito las tareas
en casa, que serían revisadas detalladamente la sesión
siguiente. En dicha sesión, se comentaba y se reforzaba
la habilidad y se asignaba una nueva tarea. Se evaluó
así el progreso explorando siempre los efectos de las
actividades sobre sus respectivos entornos familiares
mediante el auto-reporte de las usuarias.
Resultados del programa de intervención
Ocho mujeres respondieron el CEFF, que sirvió como
una evaluación pre-test (ver Tabla 1), arrojando los
siguientes resultados: La media de calificaciones
obtenida por las usuarias en la subescala de compartir
información fue de 13.125 de 16 puntos posibles.6 Un
puntaje de 35.375 de un total de 40 posibles en identidad
familiar; y 41 puntos de un total de 48 posibles en
afrontamiento y uso de recursos. Con esta información
se decidió que todas las usuarias serían convocadas al
taller de promoción/prevención. Para la rehabilitación
elegimos a las tres madres con los puntajes más bajos
en las subescalas, aunque se incluyeron todas debido
Traducción y adaptación del original en inglés.
En el cuestionario, a mayor puntaje, mejor funcionamiento familiar en la subescala correspondiente.
5
6
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Tabla 1. Resultados obtenidos en la evaluación pre-test de los Estilos de Funcionamiento familiar
a madres del centro San Bernardo.
a su interés manifiesto. El programa de promoción/
prevención se llevó a cabo en cuatro sesiones en las que
las usuarias participaron entusiasta y proactivamente.
En la primera sesión se revisó el tema “Distinción entre
conducta agresiva, asertiva y pasiva”. Al final de la
sesión, las usuarias expresaron que lo aprendido sería
de gran utilidad para aplicarlo con su familia, también
se mostraron participativas al momento del ensayo
conductual; cuando se llevó a cabo la retroalimentación
se comprometieron a modificar sus respuestas y a realizar
los cambios pertinentes. Se les entregó un formato de
auto-registro y una tarjeta con recomendaciones para
llevar a casa durante la semana como soporte de lo
revisado en la sesión. Llenaron, también, un formato de
auto-registro en el que explicaron cómo consideraron su
ejecución, cómo se sintieron durante el desarrollo de la
sesión, y qué cosas consideraban que pudieran mejorar.
En la segunda sesión (una semana después), el tema
revisado fue Defensa de los Derechos Humanos Básicos;
al inicio de la sesión, los participantes entregaron los
formatos de auto-registro de la tarea de la sesión previa.
Comentaron que el formato les fue de gran utilidad,
pues se percataron de que hacían cosas que antes no
percibían. En ese sentido, se corrobora lo reportado
por otras intervenciones acerca del efecto modificador
directo de la auto-observación del comportamiento
(Kazdin, 1996; Puente, Labrador, y Arce, 2006). Al
comentar los resultados observados durante la semana
después de la primera sesión, se identificó un efecto
‘bola de nieve’ que se presentó entre las usuarias y
sus vecinas, pues resultó que compartieron con ellas
la información revisada en la sesión. Para el cierre, se
procedió igual que en la sesión anterior. En la tercera
sesión, el tema revisado fue Solución de conflictos. En
la cuarta sesión, el tema fue Expresión de amor, agrado,
molestia y disgusto. El análisis de los resultados del
auto-registro permitió observar que la transferencia
de lo aprendido a su hogar se estaba logrando. Las
participantes recalcaron la importancia de expresar amor
a sus hijos, ya que con el ritmo de vida que ellas llevan
a veces les era difícil dedicar un momento especial para
compartir con su familia
Al finalizar la sesión, se llevó a cabo la aplicación
del Post-test. De forma paralela a la realización del
programa de promoción/prevención, se realizaron
actividades de soporte; una de ellas fue la creación
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de un periódico mural semanal donde se publicaron
temas relacionados con el taller. En total hubo cuatro
publicaciones, que apoyaron no sólo a las participantes
del taller sino a todos los usuarios de la institución.
Otra de las actividades fue la entrega de una colección
de tarjetas con recomendaciones para llevar a casa;
esto se pensó para capitalizar el efecto ‘bola de nieve’
descrito arriba. Se diseñó un formato atractivo (en
forma de llavero) y a cada mujer se le entregaron
cuatro, de los cuales 1 era para ellas y los otros tres
eran destinados a ser entregados a otras vecinas o
amigas. Por último, se llevó a cabo la publicación de
un folleto con información sobre habilidades sociales
y recomendaciones que se entregó en las áreas de
ludoteca, desayunador y psicología del centro, para
extender los efectos de la intervención al resto de
familias asistentes a la institución.
A continuación se transcribe lo comentado después
de la última sesión del taller de promoción/prevención
por una de las usuarias: “Después de participar en
este taller me llevo un buen sabor de boca, creo que
todo esto de alguna manera ya lo sabía pero me hacía
falta saber cómo llevarlo a cabo, creo que es de gran
utilidad para mí, porque antes hasta decir un ‘te quiero’
se me dificultaba y hoy puedo expresarme bien pero
también hacerlo de manera correcta, espero que todo lo
aprendido aquí lo pueda aplicar a mi familia, muchas
gracias” (PA. 32 años de edad. Madre de familia de 2
niños asistentes a la ludoteca del centro). Paralelo al
programa de promoción/prevención y a las actividades
de soporte se llevó a cabo el programa de rehabilitación,
en el que se reforzó de manera individualizada el EHS,
poniendo un mayor énfasis en el ensayo conductual y
retroalimentando la participación de la usuaria en las
actividades. En cada sesión se comentaron las tareas
para casa, se retroalimentó la ejecución reportada por
la madre; en caso necesario se repitió el ensayo de
conducta y se asignó una nueva tarea sobre la misma
habilidad. No se pasaba a la siguiente actividad hasta
que la madre reportaba que se sentía segura y podía
ejecutar con fluidez la habilidad entrenada en la sesión.
A continuación se transcribe lo comentado después
de la última sesión de rehabilitación por una de las
usuarias: “Al terminar con usted me siento más segura
de mi misma, siento que ahora les puedo hablar y pedir
las cosas a mis hijos con mayor seguridad, que tengo las
fuerzas para poder poner reglas y que es importante que
todos estemos de acuerdo, es más, ya hasta les puedo
contar a las vecinas cómo hacerlo (sonrisa), gracias
por su ayuda” (ME, 36 años de edad). Se establecieron
compromisos personales con las usuarias del programa
de rehabilitación para tener entrevistas de seguimiento
un mes después de finalizada la intervención.
Conclusión y recomendación
La puesta a marcha de este programa de intervención
psicológica, con sus dos modalidades: promoción/
prevención, y rehabilitación, resultó satisfactoria para
todos los involucrados, tanto desde la perspectiva de
las usuarias, de la propia institución, así como para los
psicólogos practicantes. Los procedimientos llevados a
cabo estuvieron en concordancia con los lineamientos
del enfoque de empoderamiento que sirvieron de base
conceptual para su diseño, de manera que la institución
nos pidió autorización para seguir aplicando el taller
´Habilidades para mejorar las relaciones en el hogar
(Desarrollo de competencias en madres)´ de forma
regular. Las acciones inmediatas que se llevarán a cabo
como mantenimiento y mejora por parte de la institución
son las siguientes:
a. Mantener y mejorar la edición del periódico
mural de la institución para difundir información
a los visitantes y usuarios.
b. Seguir llevando a cabo una edición mensual de
un folleto con información relevante para las
familias, que asisten al centro.
c. Motivar más a las personas que participan en
los talleres y asesorías psicológicas para que
continúen y culminen las actividades que inician
la institución.
La experiencia de intervención realizada permitió
también el desarrollo real de competencias para la
intervención psicológica, sensibles a las necesidades de
las usuarias del centro, lo cual representó una excelente
oportunidad para la formación universitaria en servicio.
Por tal motivo, se recomienda informar sobre otros
esfuerzos de intervención con el enfoque de sistemas
sociales empleado para esta experiencia. También se
recomienda, que en lo posible, el diagnóstico de las
necesidades se haga por un equipo multidisciplinario
para identificar otras necesidades.
69
Bibliografía
Andolfi, M. (2003). Manual de psicología relacional.
La dimensión familiar. Academia de
psicoterapia de la familia. Colombia: LTDA.
Burguiere, A. Klapsch-Zuber, C., Segalen, M. (1988).
Historia de la familia. Tomo 1. Madrid:
Alianza.
Caballo. V. (1993). Manual de Evaluación y Entrenamiento de las Habilidades Sociales. Madrid:
Siglo XXI.
Dunst C., Trivette C. & Deal A. (1988). Enabling
and Empowering Families. Principles and
Guidelines for practice. Cambridge, MA,
Brookline Books.
Dunst C., Trivette C. & Deal A. (1994). Supporting
and Strengthening Families. Vol 1: Methods,
Strategies and Practices. Cambridge, MA,
Brookline Books.
Gil R. F., y García S. M. (2006). Entrenamiento en
Habilidades Sociales. (796-828). En: F. J.
Labrador, J. A. Cruzado, y M. Muñoz. Manual
de Técnicas de Modificación y Terapia de
Conducta. Madrid: Pirámide.
Horwitz, C. N., Florenzano, U. R., y Ringeling, P. I.
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70
Reseñas y notas
Aproximaciones al trabajo social contemporáneo
de Elí Evangelista Martínez
Jaime Alonso Espinoza Muñiz*
Con el propósito de exponer más que la estructura de
este libro, las partes en que está dividido, sus capítulos
internos y la diversidad de sugerencias y experiencias
narradas por su autor, se presenta la percepción que el
suscrito tiene de él a partir de una primera lectura.
Como maestro de la
licenciatura en Trabajo Social
de la Universidad de Sonora,
muchas de las interrogantes
que a lo largo de 25 años como
docente se gestaron sobre
la profesión del trabajador
social, encuentran una nueva
perspectiva de abordaje
en el texto de Evangelista
Martínez. El mundo del
presente es complejo,
cambiante, incierto y poco
controlable –se puede leer en
la contraportada de su libro–,
a lo que agregaríamos, esta
compleja realidad requiere
que se le explique de forma
alternativa a los modelos que
demostraron en su momento
ser eficientes como referentes
paradigmáticos, como
contribuciones teóricas y
cumplieron su propósito para
con sus áreas disciplinares.
Como idea complementaria
el autor añade: “Es por eso que
desde los espacios globales
y locales visualizamos
fenómenos que día a día se
complejizan, se transforman, se redimensionan, y por
ello, una de las prioridades históricas en n nuestras
sociedades modernas es la posibilidad de construir
plurales y novedosas respuestas para mejorar las
condiciones sociales de los sectores mayoritarios”, y
sostiene que el trabajo social es una de las profesión de
mayor relevancia en estos momentos históricos, por su
quehacer cuyo objetivo esencial es promover y construir
respuestas sociales para
transformar positivamente las
nuevas y viejas formas en que
se presentan las necesidades y
los problemas sociales.
El autor acepta el reto
desde el principio de su obra,
y se compromete, basado en
sus experiencias, a sugerir
alternativas de acción
social que se traduzcan en
esa praxis del profesional
del trabajo social. Este
compromiso resulta de gran
trascendencia, precisamente,
en los momentos en que las
comunidades científicas no
acuerdan ni atinan a encontrar
soluciones prácticas que den
respuesta a los procesos de
formación e intervención de
las distintas profesiones de
las ciencias sociales, así, es
posible leerlo en los informes
de la OCDE del 2010 ante los
retos de las ciencias sociales
y las consecuencias de la
globalización. Por ejemplo: la
economía acertó al interpretar
las causas de la crisis
económica actual, presenta encuadres interpretativos
de diverso orden y establece modelos con esa realidad
desde distintas perspectivas, mas no impacta de forma
* Departamento de Trabajo Social. Universidad de Sonora. [email protected]
71
El libro de Evangelista cubre tal expectativa: señala,
explica, propone un camino a seguir en el quehacer
del trabajador social, que al aceptar el compromiso
social que conlleva la profesión, la categoriza en la
praxis profesional y en una acción social distinta
de la Intervención producto de la experiencia de la
reconceptualización de los años 60 y 70.
Asimismo, aclara el porqué del abandono de la
propuesta anterior y coloca su nueva propuesta en el
escenario del debate, de la crítica, de la observación
como profesional que se asume.
El autor ecurre a la construcción de un marco de
referencia teórico-metodológico y a partir de reflexiones
filosóficas, planteadas en un discurso ameno, invita al
lector a abordar la lectura desde otra perspectiva: la del
compromiso social por encima de las individualidades
propias de los metarelatos de la modernidad; así
pues concibe la transmodernidad que considera mas
adecuada que la posmodernidad, y, a la compresión de
la globalización como un metarelato.
El texto ofrece un esclarecimiento de los caminos que
comprende la acción social del profesional del Trabajo
Social, se vuelve de inmediato un texto obligatorio
para el debate formativo de las nuevas generaciones
de profesionales. Aclara y propone enfoques, campos,
vertientes y espacios profesionales del trabajo social, y,
en consecuencia, invita al compromiso, a la reflexión,
alimenta el espíritu crítico, abre el debate, da espacio a
la crítica, da apertura espacio a las nuevas propuestas y
contribuye a rehacer los caminos colocándose como una
lectura obligada para todo profesional del trabajo social.
determinante pues no muestra la solución viable y
contundente; las crisis económicas retoman nuevos
rumbos y la crisis persiste sin que se encuentre una
solución alternativa. Los sociólogos de los tiempos
de la globalización no terminan por describir un
fenómeno social, sus características problemáticas y
sus distintas manifestaciones, cuando ya la realidad
social ha cambiado, las alternativas de solución a estos
problemas sociales resultan desfasadas y obsoletas
ante un mundo cambiante que presenta una figura
amorfa de la problemática. Las ciencias sociales ven
seriamente cuestionados sus feudos disciplinares ante
el nuevo “orden social”, los psicólogos invaden los
terrenos disciplinares del sociólogo y viceversa, los
antropólogos y sociólogos se definen frente la necesidad
de intervenir en la panorámica social, de forma activa,
reconocido campo propio del trabajo social. Se llega
incluso a proponer opciones de orden alternativo como
establecer una sola ciencia social, ante el derrumbe de
las brechas disciplinares.
En este contexto, Evangelista acepta el reto de
presentar su propuesta para el trabajo social, ubicado
éste en un compromiso no solo de orden teórico, de
nivel paradigmático de compromiso profesional y
de trabajo transdisciplinario. Establece, a su juicio,
los compromisos por cumplir, describe en detalle las
necesidades metodológicas en el quehacer profesional;
contextualiza ese quehacer profesional en el ambiente
de la globalización y sus consecuencias inesperadas y
perversas, y se compromete al ofrecer con fundamentos
su propuesta de acción social.
72
Revista Savia
Departamento de
Trabajo Social
División de Ciencias Sociales
Universidad de Sonora
73
Datos de contacto para la revista Savia:
División de Ciencias Sociales, Departamento de Trabajo Social;
Boulevard Luis Encinas y Rosales s/n, Edificio C Planta Baja,
Col. Centro, C.P. 83000, Hermosillo, Sonora, México. Tel. (662)259 51-76
correo electrónico: [email protected].
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“El saber de mis hijos
hará mi grandeza”
Savia No.10 Revista del Departamento de Trabajo Social de la Universidad de Sonora
Número 10
ISSN 1870-9389
Familia y Sociedad

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