Curso coros y cantores 2012 - Parroquia San Joaquín de Flores

Transcripción

Curso coros y cantores 2012 - Parroquia San Joaquín de Flores
Taller para Coros y animadores de Canto
Taller para Coros
y animadores de Canto
Parroquia San Joaquín de Flores
Diócesis de Alajuela
Año 2012
Material preparado por
Pbro. Sixto Edo. Varela Santamaría.
Cura Párroco,
Taller para Coros y animadores de Canto
EL CANTO EN LA LITURGIA
¿Qué es Liturgia?
Y es que debemos recordar que cuando
Cristo estuvo sobre la tierra fue él mismo
quien se encargó de ejecutar la voluntad
de Dios; pero cuando más tarde regresó a
la casa del Padre, fue necesario que la
obra realizada, que la invitación hecha no
se perdiera, y por eso –tras enviar al
Espíritu Santo- designa a personas
comunes, hombre y mujeres de carne y
hueso para que se hagan cargo de este
proyecto.
Para comprender el papel que juega el
canto en la Eucaristía, debemos empezar
por comprender qué es la Liturgia, y luego
entrar en la Liturgia de la Eucaristía,
porque es allí donde generalmente los
coros ejercen su servicio.
Muchas veces la liturgia ha sido vista
como algo secundario, meramente ritual
(“se trata de cumplir con algunos ritos”) o
como algo puramente estético (“lo
importante es que salga todo muy
bonito”). Pero desde hace algunos años
se ha vuelto a reflexionar sobre ella y se
le ha devuelto el papel central que tiene
en la vida de la Iglesia.
Y para que esta obra de la salvación se
pudiera realizar, fue necesaria la
participación de cuatro elementos:
1. La Presencia de Dios
2. Un lenguaje que todos pudieran
entender
3. Un conjunto de acciones
4. Que permanecen a través del
tiempo.
La palabra Liturgia viene del idioma
griego. Surge de la unión de dos
palabras: Leitos (pueblo, público) y
Ergon (obra, acción). Así, Liturgia viene a
ser una “Acción en relación con el pueblo”
o “Acción o servicio a favor del pueblo”. Y
más propiamente, a la luz del Vaticano II
tenemos que decir que Liturgia es el
ejercicio del sacerdocio de Cristo (SC 7)
Jesucristo realizó esto en su propia
persona. Veamos: Él es el Hijo de Dios
hecho hombre (Presencia de Dios), que
con sus propias palabras (lenguaje que
todos podían comprender) y con su propio
modo de actuar (acciones), nos trae la
salvación.
Ya con este significado podemos
comprender que la liturgia no se reduce a
unos ritos, o a unas ceremonias: es ante
todo acción de santificación en la
Iglesia (se realiza en el ámbito de la
comunidad cristiana), de la Iglesia (es
acción de la Iglesia total: Cristo y los
suyos) y para la Iglesia (se realiza a
favor de quienes componen el cuerpo de
Cristo)
Los herederos de estas maravillas de la
misericordia de Dios (permanencia a
través del tiempo) deben ejecutarla
haciendo uso de los mismos elementos:
presencia de Dios, lenguaje y acciones. Si
faltase alguno de estos elementos, no
habría liturgia.
Podemos ahora entonces intentar una definición de lo que es liturgia:
“Una acción sagrada (presencia de Dios) a través de la cual, con un rito
(lenguaje y acciones) en la Iglesia y mediante la Iglesia, se ejerce y
continúa la obra sacerdotal de Cristo (permanencia de la obra en el
tiempo), es decir, la santificación de los hombres y la glorificación de
Dios”
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Taller para Coros y animadores de Canto
2. el culto privado (la oración de
cada quien, sus devociones
privadas, etc.)
Tomemos
esta
definición
y
desmenucémosla para entenderla mejor:
a) Una acción sagrada: se llama así
porque no es una acción cualquiera,
algo que los hombres hemos
inventado, sino que es iniciativa de
Dios y algo que Él mismo hace.
¿Por qué es importante
destacar esto?
Pues porque vamos a entender que
debido a que es acción pública, de toda
la Iglesia, el culto litúrgico se ordena, se
regula. Y también entenderemos que
mis gustos personales (¿caprichos?) no
son los que deben privar en el culto
público.
b) a través de la cual: esto quiere decir
que la liturgia no es sólo un
instrumento que se usa para que Dios
se haga presente y luego se desecha,
sino que ella es ya la presencia de
Dios. No es que primero hagamos la
liturgia y después venga Dios, sino que
gracias a que Dios está presente,
podemos hacer liturgia.
e) mediante la Iglesia: porque Cristo
quiso tener una familia, la cual a su vez
continúa su obra, es que ya no actúa
por sí sólo sino a través de la Iglesia.
c) con un rito: cuando Cristo estuvo
sobre la tierra, él siendo de carne y
hueso realizó la obra de la salvación,
pero en estos tiempos en que ya no
está presente de la misma forma, los
ritos litúrgicos hacen presente al Señor
con sus gestos y palabras, para que él
continúe salvando a todos los
hombres.
f) se ejerce y continúa: la salvación
realizada por nuestro Señor no es algo
que sucedió hace 2000 años y que
quedó perdido en el tiempo tan sólo
como algo bueno que hay que imitar,
sino que ese acto salvador se hizo
permanente, es decir seguirá sin
interrupción hasta el final de los
tiempos, pero realizado en y por la
Iglesia.
d) en la Iglesia: se refiere a que en el
grupo de los congregados se forma
realmente el mismísimo cuerpo de
Cristo, y Él es la cabeza: somos un
pueblo reunido bajo un sólo pastor.
g) la obra sacerdotal de Cristo: en la
liturgia no se realiza sólo una parte de
la obra salvadora de Cristo, sino toda
la esa obra. ¿Y en qué consiste esa
obra salvadora? pues:
Hay que destacar entonces un punto
central en la Liturgia: no se trata de una
acción individual ni privada, sino que es
acción comunitaria. Es muy importante
diferenciar entonces entre culto público y
culto privado. Definamos cada uno de
ellos, para entendernos mejor.
h) santificación
y
glorificación:
santificando
a
los
hombres,
haciéndolos puros y buenos como Dios
nos quiso desde el principio, Dios
mismo se ve glorificado, porque por fin
se ha realizado todo lo perfecto que Él
quería que su obra fuese desde que
fue creada y por la cual se le rinde
gloria.
1. el culto público (el que realiza la
Iglesia entera, siendo signo de
unidad).
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Taller para Coros y animadores de Canto
LITURGIA Y CANTO
La asamblea que se reúne en la
celebración
litúrgica
participa
de
diversas formas:
 con sus respuestas y
aclamaciones,
 con su postura corporal,
 con el silencio,
 y con el canto.
que brota desde dentro y que hace brotar
lo más íntimo del hombre. Cantos de
pasión o de penitencia, cantos de triunfo y
euforia, cantos de esperanza... un canto
bien escogido puede resultar más eficaz
que muchas palabras.
El ministerio (servicio) del canto
El canto expresa nuestras ideas,
sentimientos, actitudes y deseos. Es un
lenguaje universal, que está presente en
todas las épocas de la humanidad. Es
uno de los signos de expresión que con
mayor facilidad utilizamos para manifestar
alegría, dolor, protesta o triunfo. El canto
y la música envuelven al hombre entero,
y se unen a la Palabra para darle mayor
fuerza y expresividad. Por eso el canto
siempre se ha utilizado en el terreno
religioso y cúltico.
Hemos dicho que la liturgia realiza las
acciones de nuestra santificación. Estas
acciones las realiza la Iglesia a través del
ministerio (servicio) de muchos de sus
miembros. Tenemos el ministerio que
ejerce el sacerdote: presidir la celebración
en nombre de Cristo. También está el
servicio de los lectores, los ministros
extraordinarios de la sagrada Comunión,
y por supuesto, el servicio de los que
animan el canto (individualmente o en
coro).
En la liturgia, el canto tiene una función
clara: expresa nuestra postura ante Dios
(alabanza, petición, reverencia...) y
nuestra sintonía con la comunidad y con
el misterio que celebramos.
El servicio de cada una de estas personas
está ordenado (porque como ya dijimos,
no se trata de culto privado, sino de culto
público) y debe responder a lo que la
Iglesia celebra, y a las condiciones
particulares de cada comunidad.
Si nuestra oración aspira a ser algo más
que rutina, o el mero cumplimiento de un
deber, si quiere ser una expresión viva de
la fe y de la alegría cristiana, es natural
que muchas veces se convierta en canto.
El canto contribuye a que la oración sea
más plena y cale más hondo en nuestra
vida.
De la misma forma que un lector no
puede -a su antojo- leer cualquier pasaje
bíblico en la misa, o un sacerdote no
puede “inventar” cómo presidir la
Eucaristía, los encargados del canto
debemos entender que incluso nuestra
creatividad tiene límites, porque
Por esto, en la Iglesia el canto no se
considera un simple adorno que se añade
a la oración, algo añadido o artificial, sino
que es algo que sale de lo más profundo
del espíritu de la persona que ora y de la
Iglesia entera, y es parte sustancial de la
alabanza y glorificación al Señor.
1. estamos dentro del ámbito de la
liturgia (culto público) de la Iglesia, y
2. porque nuestra función es un
ministerio, un servicio determinado que
prestamos, no animamos el canto por
simple gusto de hacerlo o por afición, sino
porque queremos servir a Dios y a los
hermanos,
y
entonces
estamos
dispuestos a asumir las directrices que la
Por eso dice San Agustín que el canto es
el lenguaje del corazón, algo así como el
lenguaje más pleno del hombre. Es algo
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Taller para Coros y animadores de Canto
Iglesia nos da como Madre y Maestra.
parroquia. Un canto desmayado o
entusiasta, desafinado o sin ninguna
coordinación, o incluso una asamblea que
no canta... todo es signo de cómo va la
sensibilidad de esa comunidad y su
expresión de fe.
Por la función tan especial que tiene el
canto (hemos dicho que es capaz de
envolver a la persona en su totalidad),
quien lo dirige tiene una gran
responsabilidad respecto a la asamblea.
Insistimos: es un verdadero ministerio
dentro de la Iglesia, y su objetivo es el de
ayudar a esa comunidad a celebrar con
profundidad y realismo el misterio de la
salvación. Es una función pedagógica.
Más que artistas invitados, son miembros
de esa asamblea, que por sus dones
particulares estimulan y sostienen con sus
cantos esa celebración.
El canto hace fiesta
Difícilmente nosotros nos imaginamos
una fiesta sin música. En toda cultura, la
música es signo de fiesta, de celebración.
Si realmente llegamos a vivir nuestra
celebración litúrgica (y sobre todo la
Eucaristía)
como
una
fiesta,
entenderemos también la importancia del
canto en ella. Lo que nunca debemos
confundir, es que una cosa es una fiesta
popular (una “pachanga”) y otra -muy
diferente- la fiesta de los cristianos, la
fiesta del Señor.
El canto hace comunidad.
En un documento que se llama
“Instrucción sobre la música sagrada” se
nos recuerda que con el canto “la oración
adopta una expresión más penetrante”, y
que mediante la unión de las voces se
llega también a una más profunda unión
de los corazones...
La diferencia fundamental es que a una
fiesta social vamos a divertirnos, o sea, a
vertirnos, a vaciarnos fuera de nosotros
mismos; y la Eucaristía es una fiesta para
intro-vertirnos, o sea, vaciarnos dentro de
nosotros mismos, porque el Señor entra
en nosotros con su Palabra y con el
Santísimo Sacramento del Altar.
Es algo que pasa notoriamente en los
niveles humanos y sociológicos: cantar
crea una atmósfera de sintonía, es un
signo de solidaridad y de comunión por
encima de edades y culturas. Un himno
nacional conserva todavía una evidente
fuerza
de
unión,
renovando
continuamente la razón de ser del grupo y
recordando sus raíces.
La enseñanza de la Iglesia nos dice que
además de ayudar a expresar mejor la fe
y de unir a la comunidad, el canto crea un
ambiente más festivo y solemne: ya sea
expresando con mayor delicadeza la
oración o fomentando la unidad, ya sea
enriqueciendo los ritos sagrados.
Cantar en común ayuda a salirse de uno
mismo -de nuestros intereses que son
tantas veces egoístas- para incorporarse
a la comunidad. Cantar en la celebración
cristiana tiene también algo de esto. Nos
hace salir de nosotros mismos y nos
incorpora a la comunidad. El canto nos va
uniendo y nos saca de una actitud pasiva
para involucrarnos de una manera activa
en lo que todos estamos celebrando.
Teniendo ya un panorama claro de lo que
es la liturgia y la función del canto en ella,
veamos ahora unas notas sobre los
coros, antes de ver el canto en la
Eucaristía.
I. En el coro no estamos para
Por eso podemos decir que el canto es un
buen termómetro de la vida de una
1. Ser un adorno estético de las
celebraciones. No se trata de que la
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celebración quede “bonita”, que nos
feliciten por lo bien que lo hemos
hecho. Si la liturgia es acción de toda
la comunidad, la música es también
cosa de toda la comunidad, y no
exclusiva del coro. Por tanto, en el
coro no estamos para adornar, sino
para celebrar. La música es liturgia
decir, que sean miembros activos de
la asamblea a la que sirven,
sintiéndose miembros de la asamblea
que ora y celebra, dando testimonio
de su participación gozosa, orante y
escuchando la Palabra con la
asamblea. No pueden quedarse fuera,
o sentirse ajenos a la asamblea,
mientras animan a los demás a
participar. Si no se integran en la
asamblea no pueden esperar que esa
asamblea responda a sus esfuerzos
de animación.
.
2. Hacer un espectáculo. Es verdad que
vivimos en una sociedad que cada
vez más vive de espectáculos: una
sociedad de espectadores. Somos
poco creativos y preferimos que nos
den todo hecho. Pero en la liturgia el
coro no está para hacer espectáculo,
para
divertir
a
los
mudos
espectadores, para amenizarles la
celebración como se ameniza una
velada.
3. El gran papel del coro como ministerio
musical consiste en
a) Enriquecer y animar el canto
del pueblo
b) Crear espacios de descanso
que fomenten la contemplación
(silencio)
c) Dar un colorido más propio a
cada celebración, para no
cantar siempre lo mismo,
distinguiendo tiempos litúrgicos,
fiestas y solemnidades, etc.
3. Ser un grupo cerrado. No sólo debe
estar unido el grupo entre sí
(testimonio…) sino también unido y en
comunión con los otros grupos de la
parroquia, como un grupo más dentro
del conjunto de la parroquia.
4. Prever el momento y la duración de las
actuaciones. Hay cantos que son muy
opcionales (como el canto para el
saludo de la paz), que quizá conviene
obviar, y otros que hay que saber
“cortar” en el momento justo (Ej. canto
de entrada)
II. El coro, participante y animador
de la liturgia.
Para que el coro cumpla con su función
ministerial (de servicio) dentro de la
liturgia, debemos insistir en algunos
puntos fundamentales.
5. Debe haber buena comunicación entre
el sacerdote celebrante y el coro. Esto
no sólo hará que los pastores valoren
más el papel que tiene el coro, sino
que también es una oportunidad para
intercambiar
ideas,
pequeños
consejos, etc.
1. Cantar es la forma y el signo más
profundo de participación en la fiesta
litúrgica, después de la comunión
sacramental. No podemos quitarle
este elemento
al resto de la
asamblea y guardárnoslo sólo para
nosotros. Y cabe cuestionarse: si
somos participantes de la liturgia:
¿Cómo anda nuestra participación en
la comunión sacramental?
6. El coro debe tener un gran dominio (y
la práctica hace al maestro) en
escoger,
suprimir
o
seleccionar
estrofas, inclinándose por aquellas que
van más en consonancia con la liturgia
del día. Debe tener programados los
cantos antes de la celebración y no
2. Ser participantes de la liturgia antes
que animadores de la liturgia. Es
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andar buscando y rebuscando los
papeles mientras se proclama la
Palabra, se predica o se consagra.
Para la programación de los cantos de
cada misa, les sugerimos utilizar la ficha
que se encuentra al final del folleto.
El Canto en la Eucaristía
Lo primero que debemos señalar es que el canto en la Eucaristía es el canto de la
Asamblea, y aunque históricamente ha tenido muchos cambios (épocas en que no se
cantó nada, épocas en que todo se cantaba...) lo que hay que rescatar es esta
característica fundamental: es el canto del pueblo de Dios, de la Asamblea Santa, del
cuerpo de Cristo.
En la Iglesia primitiva el canto era sencillo, popular, espontáneo. Eso sí, siempre quiso
diferenciarse del canto de los paganos (hoy también el canto litúrgico debe diferenciarse
del canto pagano...).
Con el transcurso de los siglos se han dado diferentes progresos en el canto litúrgico
(surgió el gregoriano y el canto polifónico) rescatando el deseo de cada época de
alabar al Señor con sus particulares formas de expresión.
Hoy por hoy se encuentra una gran variedad de música religiosa, que es también
expresión de ese deseo de alabanza y glorificación. Pero, como hemos visto, hay algunas
características que cualquier canto -y cualquier coro- deben poseer para participar en el
canto litúrgico, entre ellas:
 Por tratarse de una acción litúrgica
(culto público) el canto debe ser el canto
de toda la asamblea (como en las
primeras comunidades cristianas) y
nunca, nunca el concierto de un coro por
más profesional que éste sea.
La función del coro (o de un solista) es animar la participación de todos en el canto, y no
ahogar esa participación. Podríamos decir “es que la asamblea no canta”, pero si
nosotros nos dedicamos a cantar cosas rarísimas, con ritmos que hemos tenido que
ensayar ochenta veces para aprenderlo ¿cómo esperamos que la gente se lo aprenda
oyéndolo un par de veces (o treinta)?
También podríamos decir: “pero a la gente le gusta así”. Esto es sólo porque no están
bien catequizados (y es función de nosotros hacerlo). Además, si la asamblea llega a
cantar poco a poco se sienten más protagonistas y no simples espectadores, como es
en realidad.
 Un punto muy delicado es el de la
utilización de música protestante y
música popular. Hay que considerar
varios puntos.
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Taller para Coros y animadores de Canto
Ya anotamos que desde el principio del cristianismo, los cantos intentaron diferenciarse
de la música pagana, y también que aunque la Eucaristía es una fiesta, no debemos
convertirla en una “charanga”. Expliquemos un poquito por qué.
La música para la Eucaristía debe expresar el amor que sentimos por Dios. Debe ser
instrumento para la alabanza, la meditación y para la comunión entre los hermanos. Por
esto desde siempre se han compuesto expresamente piezas musicales para ser utilizadas
en la celebración litúrgica.
Utilizar música popular (aún cambiándole la letra) presenta serios inconvenientes, entre
los principales:
1. Cuando las personas de la asamblea la escuchan, piensan más en la pieza original
que en la que están escuchando. (Si escuchamos un “Señor ten piedad” con la música
de “Quince años tenía Martina” no vamos a interiorizar, más bien nos puede dar
risa…)
2. Muchas veces ese mensaje original es absolutamente incompatible con la doctrina
cristiana, y aunque le cambiemos la letra, seguimos -indirectamente- recordando el
mensaje original. Por ejemplo, utilizar una canción de Gloria Trevi (con el respeto que
como ser humano se merece), sólo porque en una estrofa dice “entre dos es más fácil
cargar una cruz”, aunque todo el resto de la canción sea un desastre, no se justifica.
3. Algo también incorrecto es tomar una canción “con algún mensaje positivo” y de
buenas a primeras introducirla en la Eucaristía. El canto en la liturgia no es sólo “para
oír algo bonito”. Muchas veces, junto a ese “mensaje” se introducen una serie de ideas
incorrectas y nocivas.
¿Y LA MÚSICA QUE PROVIENE DE OTROS GRUPOS CRISTIANOS NO
CATÓLICOS?
Aún cuando sea cristiana, la música proveniente de otras denominaciones cristianas no
puede usarse “así como así” en la Eucaristía. Primero, porque poco a poco llega a dar la
impresión de que la Santa Misa es igual a cualquier otro culto protestante. Segundo,
porque posee una serie de problemas y errores doctrinales. Veamos algunos puntos:
 La óptica protestante se ha llenado de una insistente “jesuseadera” (Jesús para arriba,
Jesús para abajo...), que algunos piensan es para recordar e insistir en la dimensión
humana del Señor. Pero han olvidado que Jesús es, sobre todo, el Hijo de Dios, y que
es Dios como el Padre y como el Espíritu. Y a Ellos los han dejado de lado,
quedándose con una visión muy reducida.
 En esa misma visión, han perdido la dimensión de comunidad. Para ellos lo único
importante parece ser la comunicación individual con el Señor, algo así como
“encerrarme yo con Dios, y el resto me vale...”. Y esto contradice las mismas bases
del cristianismo. Cristo vino para redimirnos a todos, y el camino que nos ha señalado
para la salvación es el camino de la comunidad, el camino de hermanos que se
reúnen y caminan juntos, en las buenas y en las malas. Por eso, más que “mi
redención”, “mi oración”, “mi Señor”, en la liturgia católica (y en el canto católico) se
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celebra nuestra redención, nuestra oración, nuestra acción de gracias, celebramos a
nuestro Señor.
 La música protestante jamás ha valorado -obviamente- el sacrificio del altar. La
eucaristía no se menciona. Lo más sagrado que tenemos los católicos ni siquiera es
tomado en cuenta. ¿Cómo animar una Eucaristía con cantos que ni siquiera valoran lo
que se está celebrando?
 Cualquier tipo de canción o canto que lleve "letra" siempre llevará la huella del autor
que la compuso. En el caso de los cantos protestantes es igual.
 No se puede separar la "teología" o creencias de los hermanos separados de la letra
de sus cantos. Pensar así es algo muy ingenuo. En muchas ocasiones el católico
canta las alabanzas y al mismo tiempo adquiere "frases" e "ideas" al puro estilo
protestante. Un ejemplo de esto es oír repetidamente en algunos laicos católicos "la
sangre de Jesús nos cubre", exactamente eso decía Lutero, mientras que nosotros
creemos que no solamente nos cubre como algo meramente externo sino que nos
transforma interiormente y nos santifica. Estas y otras frases como: "solo Jesús salva";
"somos salvos por la fe" "soy salvo" "no hace falta nada mas que Cristo" "las religiones
no salvan" son absorbidas por escuchar cantos protestantes, radio protestante,
predicaciones protestantes, Televisión protestante etc.
 Esto facilita que poco a poco se pierda la "identidad" del católico. La realidad nos
enseña que muchas veces así fue como algunos empezaron y después terminaron en
una secta pues se crea un ambiente de admiración, donde la base de la fe es el sentir
bonito o la emoción. E incluso hay compositores católicos que tienen alabanzas con
errores muy marcados sobre la fe por la influencia evangélica. Hace algún tiempo algo
similar a esto lo afirmó el P. Zezinho que es uno de los grandes compositores de
música católica y decía que era necesario que se cuidara más este aspecto y se
revisará la letra de los cantos que se componen sin ninguna asesoría.
 Desafortunadamente hay católicos "comprometidos" que la razón que usan para decir
que "no tiene nada de malo" es que les ‘gusta' esa música. Esta forma de pensar es
con criterios muy malos, pues hace a un lado cualquier criterio objetivo y su única
base es el "gusto" o sentimiento, como si lo que importara es que se escúchese
bonito. Se parece al católico que escucha la predicación protestante porque también le
"gusta" y siente bonito. Esta actitud no tiene nada que ver con el auténtico
ecumenismo sino mas bien se trata de un ecumenismo ingenuo donde se hacen a un
lado las orientaciones del magisterio para la aplicación del mismo. Nunca ha leído la
"Unitatis Redintegratio" ni la "Ut unum Sint" ni el directorio sobre el ecumenismo y
piensa que esta practicando el ecumenismo al oír cantos protestantes. Con razón hay
tanta confusión hasta en gente que da un servicio dentro de la Iglesia Católica.
 Cuando un católico comprometido escucha continuamente los cantos evangélicos lo
que hace muchas veces es divulgar esas ideas y las divisiones.
 Qué le podría contestar a alguien que lo escucha y le dice que donde puede comprar
ese cassette? Acaso le va a decir: vaya hermano a una librería protestante, ellos
cantan muy bonito? En realidad sería una falta de coherencia entre lo que predica y lo
que cree.
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 Además, si alguien acepta escuchar los cantos, entonces también tendría que aceptar
las predicaciones protestantes y la literatura protestante. Pues la música solamente es
un medio de transmisión, el lenguaje oral es otro y el impreso otro mas. El resultado
es un relativismo eclesial donde ser católico es tener puesta "una camiseta más" y
cambiarla cuando ya no le guste.
 San Pablo dice: "todo me es permitido, pero no todo me es provechoso".
Esto es un camino a seguir para la persona que de verdad esta comprometida con el
Señor Jesucristo. Hay cosas que aunque no fueran malas dice el apóstol, aun así, no
las haría. La razón es que con tal de ganar gente para Jesucristo lo puede dejar de
hacer.
 De hecho uno de los ganchos que usan las sectas es precisamente el canto apara
traer a la gente. Es como el "quesito" que se le pone al ratón en la trampa.
Normalmente cuando hacen una "secta" nueva lo primero que compran es el "sonido"
para la música. Un ejemplo de como se trata de atraer a la gente es Marcos Witt, que
se la pasa en congresos de todas las sectas evangélicas, hasta de las mas
anticatólicas y antiecuménicas. El católico despistado va para sentir bonito y termina
engrosando las filas de una secta religiosa.
 Fonovisa: ¿Música 'cristiana' o música protestante?
De hecho el "truco" ha funcionado muy bien y han logrado engañar a algunos medios
de comunicación, incluyendo a Fonovisa, Univisión, Telemundo... que afirman
promover música cristiana cuando en realidad se trata de música protestante.
 También 'hablan' que tal artista es cristiano cuando en realidad se trata de un
'protestante' mas. Hay algunos que incluso, que como buenas sectas que son, afirman
que ellos son 'cristianos' como diciendo que los católicos no lo son. Se les olvida o no
saben que es peor, que ninguna de esas iglesias protestantes existía antes del año
1517. La verdad es que muchos locutores, entrevistadores... no por salir en los medios
de comunicación se convierten automáticamente en personas preparadas y mucho
menos en lo religioso.
 Tanta ignorancia hay en algunos medios de comunicación que hace poco salieron en
una premiación para la mejor música cristiana y se trataba en realidad de puros
protestantes. Ni modo. Como dice el dicho. De que los hay, los hay... y mientras el
católico no proteste, hable y escriba para aclarar las cosas la confusión ira
aumentando. Los mismos católicos que trabajan en los medios de comunicación
deberían de hablar y aclarar la manipulación y "expropiación" de la palabra 'cristiano'
que las sectas están haciendo.
En Fonovisa, por ejemplo, una de las encargadas de venta en Estados Unidos es
precisamente una protestante interesada en promover a artistas protestantes y a la
que no le importa en absoluto el promover a los autores y artistas católicos. Esto es,
protestantes disfrazados e infiltrados diciendo que promueven "música cristiana".
Ojala y el católico, con este tema, sea más astuto y listo para no dejarse engañar tan
ingenuamente.
 ¿Por qué escuchar cosas diferentes a nuestra fe teniendo tesoros espirituales de
cantos tan grandes en la Iglesia Católica? (Martín Valverde; Silvia Mertins; Jorge
Gómez; Sandy Calderas; P. Zezinho; P. Cesareo Gabaraín. P. Emilio y muchos más.
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¿Por qué en vez de eso no invertimos tiempo y dinero en alabanzas y predicaciones
católicas para profundizar en nuestra fe? ¿No sería mejor cantar la fe que recibimos
de Nuestro Señor por medio de la Iglesia que El nos dejó?
Aún así, si tomamos en cuenta los esfuerzos de apertura a las otras denominaciones
cristianas, nada impide que en algún concierto o actividad pastoral (algún encuentro de
formación, convivencia, etc.) se utilicen cantos de esta índole, siempre y cuando se
mantengan dentro de los límites de la doctrina de la Iglesia católica, y se especifique.
Concluyendo: Debemos seguir la enseñanza y el sentir de la Santa Madre Iglesia, que
prohíbe la utilización de música popular en la Eucaristía, y que desaconseja el uso de
música protestante (en este punto hay que ser muy prudentes).
LISTA DE CANTOS QUE NUNCA SE DEBERÍAN CANTAR EN LA
EUCARISTÍA
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Canta Aleluya (Maranatha)
Busca Primero (Maranatha)
La Canción Del Espíritu (Maranatha)
Quiero Alabarte Señor (Maranatha)
Es Tiempo De Alabar A Dios
(Maranatha)
Bendecid Al Señor (Maranatha)
En Momentos Así (Maranatha)
Eres Mi Protector (Maranatha)
Quiero Alabarte (Maranatha)
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Bendecido, prosperado y en victoria
(José Sojo, a pesar de ser un autor
católico)
Yo quiero ser como Tú (Danny
Berrios)
Himno de Victoria (Danny Berrios)
El rey te mando a llamar (Danny
Berrios)
Como no creer en Dios (Germán
Vélez, Wilkins)
La niña de tus ojos. (Daniel Calveti)
Llegaron los aleluyas (Rigoberto
Amaya)
El Caracolito (Rigoberto Amaya)
Sumérgeme (Jesús Adrián Romero)
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Paz en la tormenta (Jesús Adrián
Romero)
Pan de vida (Jesús Adrián Romero)
Llévame al lugar santísimo (Jesús
Adrián Romero)
Renuévame (Marcos With)
Cuán bello es el Señor (Marcos With)
En los montes, en los valles (Marcos
With)
Al estar aquí (Marcos With)
Dios de Pactos (Marcos With)
Quiero levantar mis manos (Marcos
With)
Yo te extrañaré (Tercer Cielo)
Mi último día (Tercer Cielo)
Un pacto con Dios (Rabito)
Supe Que Me Amabas (Marcela
Gandara)
Dame tus ojos (Marcela Gandara)
Paz en la tormenta (Jesús Adrián
Romero)
Viejo mi querido viejo (Canto popular)
Al Taller del Maestro (Alex
Rodríguez)
El sonido del silencio (Alex
Rodríguez)
De lo profundo (George Hernández)
Taller para Coros y animadores de Canto






Remolineando (Fernel Monroy)
Tu poeta (Alex Campos)
Carros del Faraón (Marcos Barrientos)
El Poderoso de Israel (Juan Carlos
Alvarado)

Hombres de valor (Renan Cariasy)
Yo tengo un nuevo amor (Roberto
Orellana)
Levanto mis manos (Samuel
Hernández)
Decálogo del Cantor
1. Todo instrumento musical es digno de participar en la liturgia, si se toca debidamente.
2. Todo canto que se usa en la liturgia debe ser compuesto expresamente para ella.
3. El canto y la música deben estar al servicio de la Palabra. Esta debe extenderse
claramente.
4. Canto, música y letra deben ayudar a la comunidad a expresar su fe cantando.
5. El canto y la música son parte integrante de la celebración litúrgica, nunca motivos de
adorno o lucimiento personal.
6. Deben preferirse los cantos inspirados en los Salmos o en la Palabra de Dios a otro
tipo de cantos llamados piadosos o sentimentales.
7. Los cantos que acompañan a una acción litúrgica, entrada, ofrendas, saludo de la paz,
comunión, no deben prolongarse más allá de estos momentos.
8. El canto debe apoyar y expresar la acción litúrgica que se realiza: procesión de
entrada, presentación de ofrendas, comunión, etc.
9. Los cantos y la música que se toquen deben estar de acuerdo con los tiempos
litúrgicos que celebra la Iglesia.
10. Deben excluirse de la acción litúrgica los cantos y música compuestos para otros
fines, independientemente de su belleza o nobleza. (Por ejemplo los cantos no
católicos)
(TOMADO DE ACTUALIDAD LITÚRGICA MARZO-ABRIL 1982)
12
Taller para Coros y animadores de Canto
LOS CANTOS DE LA EUCARISTÍA
El orden que marca cómo se desarrolla la
Eucaristía se llama Ordinario de la Misa.
En él se detallan algunos cantos que son
propios de la celebración, y que tienen
algunas características importantes:
contenga esa palabra, ya puede utilizarse.
Hay ejemplos por montones de "glorias"
que no deben utilizarse, anotemos dos:
El "Gloria, gloria aleluya" (que de paso
está prohibido porque su música está
tomada de una marcha militar de los
Estados Unidos) y "Gloria a Dios, Gloria a
Dios, Gloria al Padre...a Él, le sea la
gloria". Porque, aunque por lo menos da
gloria a cada una de las personas de la
Santísima Trinidad, es decir, es una
glorificación trinitaria (y esa es la primera
característica del himno), se “come” el
contenido del mismo, y por lo tanto no es
un himno de Gloria.
 Son los cantos más propios de la
Asamblea. De toda la Asamblea.
Así que los encargados de animar el
canto deben procurar que todos
canten.
 Son cantos invariables en su texto,
y necesitan ser respetados como
textos litúrgicos, aunque de hecho
existan pequeñas variaciones en las
letras, que no alteran el contenido.
Estos textos del Ordinario de la Misa
son textos "ne varietur": no pueden
sustituirse por otros, como son el
Gloria (IGMR n.53) el Santo, y el
Cordero de Dios (IGMR n.366)
De la misma forma, el Santo debe incluir
todo el texto litúrgico, a saber:
-Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos,
te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias,
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado
a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.
 Aún cuando debe respetarse el texto,
existe la gran posibilidad de crear
música
para
estos
cantos,
aprovechando nuestros potenciales
creativos.
¿Cuáles son estos cantos?





Kyrie (Señor ten piedad)
Gloria
Aleluya
(antes
del
Evangelio)
Sanctus (Santo)
Agnus Dei (Cordero de
Dios)
Según hemos anotado, estos cantos
tienen su propia letra, que debe ser
respetada: por muy bonito que suene, no
podemos sustituir el texto litúrgico.
Vamos ahora a destacar algunos puntos
de cada uno de los cantos de la
Eucaristía (incluidos los que acabamos de
mencionar):
Así por ejemplo, el canto del Gloria tiene
que contener TODA la letra del himno del
Gloria. Y no porque cualquier canto
13
Taller para Coros y animadores de Canto
El canto de entrada
La IGMR2000 nos dice respecto al
canto de entrada:
- El canto de entrada debe estar en línea
con el Misterio Pascual celebrado cada
domingo, o con el tiempo litúrgico en
"La finalidad de este canto es
curso. Puede ser escogido en función de
abrir la celebración, fomentar la
su relación con las lecturas bíblicas, pero
unión de los que
no hay que olvidar
Los ritos iniciales de la Eucaristía
se
han
que éstas todavía no
incluyen:
congregado
e
han sido escuchadas.
La procesión de entrada, el saludo al
introducir
los
Santísimo Sacramento, la veneración
espíritus en el
La duración del
del altar. Luego viene la señal de la cruz
misterio
del
canto de entrada
y el saludo al pueblo. Siguen la
tiempo litúrgico
(número de versos o
preparación penitencial y el Gloria
o de la fiesta, y
de estrofas...) debe
(cuando corresponde). Finalmente viene
acompañar
la
adaptarse
al
la oración colecta (se llama así porque
procesión
del
desarrollo de la acrecoge, colecta, todas las intenciones
sacerdote y los
ción litúrgica. El canto
de los fieles.
ministros". (n.46
de
entrada
debe
Cf. también OGMR 25)
acompañar la procesión, y terminar
cuando el sacerdote que preside ya está
en la sede. Continuar cantando otras
estrofas, (o todo el canto) en ese
momento ya no tiene sentido. Pero,
tampoco debe interrumpirse de golpe. Lo
más lógico y normal es que terminemos la
estrofa que se está cantando y cerrar con
el estribillo del canto.
Su función es constituir y crear la
asamblea,
ayudarle
a
acogerse
mutuamente y unir las voces, abrir la
celebración sonorizando el carácter
festivo de toda eucaristía que comienza
gozosa porque se han reunido los
hermanos; fomentar la unión de los fieles
que se han reunido con el privilegio de
cantar juntos; introducirnos en el misterio
litúrgico o fiesta que celebramos...
(OGMR 22-25)
Puntos de atención
Los textos de los cantos de entrada que
ofrece el Misal son, en su gran mayoría,
tomados de los salmos. Se les puede
reemplazar por otros cantos que estén de
acuerdo con la acción litúrgica (ver
OGMR n. 26) pero sería lamentable no
utilizar jamás los salmos.
- Es deseable que la melodía sea "sólida"
y bien conocida (o bien aprendida si el
canto es nuevo). Un canto demasiado
rápido o saltarín no favorecería la unión
de los fieles y el desarrollo de la
celebración. El canto de entrada, salvo
excepción, es claramente uno de aquéllos
en que no sería normal que el coro hiciera
imposible la participación de la asamblea.
14
Taller para Coros y animadores de Canto
El canto de entrada da el tono, tanto por el texto como por la música, a la celebración. Es
un canto-obertura que expresa la idea base o contiene los sentimientos con los que la
asamblea debe celebrar el misterio de la fe.
Características musicales del canto de entrada
1. Debe ser un canto amplio, sonoro, alegre, fuerte, solemne.
2. Su tono debe ser medio, para que todas las personas de la asamblea puedan
participar. Un canto muy alto o muy bajo haría que unos “no lleguen” o que otros “se
ahoguen”.
3. La melodía debe facilitar la marcha, el movimiento. Por tanto debe preferirse una
melodía fácil, con intervalos fáciles de entonar.
Formas de realizar el canto de entrada
1. La forma más corriente es la alternancia estribillo-estrofa. El pueblo canta el estribillo y
el coro o un solista las estrofas.
2. Otra forma es la hímnica. Toda la asamblea canta el canto completo o bien se alterna
entre ella a dos voces.
3. Se puede dar también el silencio musical, como en el caso del Viernes Santo, o los
domingos de Cuaresma.
Criterios para seleccionar el Canto de entrada
a. Debemos tomar en cuenta el tiempo litúrgico que celebramos
b. Si es un canto procesional, no debe entorpecer la marcha de la procesión ni con su
ritmo ni con su tiempo.
c. El texto debe ir en consonancia con el carácter del canto. Un texto meditativo no
procede como texto de entrada.
d. El canto de entrada no es para ser escuchado o meditado, sino para ser cantado.
e. Música y texto han de compenetrarse mutuamente. No podemos cantar un texto triste
con una música alegre.
f. Debe tratar de tomar en cuenta el “tema” de la liturgia de la Palabra del día.
Kyrie eleison (Señor ten piedad)
- Hay que notar que la IGMR considera
que el Kyrie es ante todo una aclamación
antes que una imploración. Por esto, en el
caso de la primera y segunda forma que
no son aclamatorias, se canta el Kyrie
después de la preparación penitencial. Es
preferible escoger un Kyrie bastante
breve, que mantenga el carácter
invocatorio de este canto.
"Es un canto con el que los fieles aclaman
al Señor y piden su misericordia,
regularmente habrán de hacerlo todos, es
decir, tomarán parte en él el pueblo y los
cantores" (OGMR 30).
Es la aclamación a Cristo resucitado cuyo
nombre nuevo es "Señor". No es un
segundo acto penitencial; no corresponde
por lo tanto reemplazarlo por alguna
súplica de perdón, sería duplicar el acto
penitencial.
- Cantarlo en griego (Kyrie), como lo
propone el Misal, recordará que el griego
es la lengua materna de la Iglesia; estas
palabras no son más difíciles de
Puntos de atención
15
Taller para Coros y animadores de Canto
comprender que el hebreo del Amén o el
Aleluya.
Kyrie Eleison, que se trasladó al
comienzo de la misa. Las más antiguas
melodías de los Kyries muestran su
carácter de letanía. Más tarde, estas
melodías antiguas, más sencillas, se
fueron enriqueciendo y adornando con
abundantes melismas. Cantar una sola
sílaba con muchas notas era familiar a los
pueblos latinos, en cambio, a los nórticos
les resulta desagradable.
Es, ante todo, una aclamación confiada a
Cristo, el Señor. Aunque incluye súplica
de piedad, es también una alabanza, un
homenaje a Cristo, vencedor del pecado y
de la muerte, que viene a sanar los
corazones afligidos y a llamar a los
pecadores.
El Señor, grande y poderoso, fuente de
bondad, luz y origen, creador del
universo, conoce nuestra debilidad y
quiere ayudarnos, por eso está sentado a
la derecha del Padre para interceder por
nosotros.
Hemos de cantarlo tres veces dobles:
 Señor ten piedad (2)
 Cristo ten piedad (2)
 Señor ten piedad (2)
Y en algunas ocasiones alternar el canto
con los tropos (frases que amplían el
canto intercalándose en su melodía)
IGMR30
Históricamente el Kyrie eleison parece
provenir de las oraciones de los fieles.
Estas desaparecieron de la misa
quedando la respuesta litánica del pueblo:
Gloria (Alabanza)
Se trata esta vez de un himno, no de una
simple aclamación o de unas respuestas
litánicas. Un himno llamado “angélico”,
por las palabras con que empieza, y
también “gran doxología”, en relación
con la pequeña doxología o alabanza
que es el “Gloria al Padre”.
sacerdote o un cantor o el coro, pero es
cantado o por todos juntos, alternando el
pueblo con los cantores, o sólo por los
cantores. Si no se canta, lo recitarán
todos juntos o alternando en dos coros (y
no sacerdote-asamblea.)
Insistimos: se recita o se canta este
texto del Gloria, y no se remplaza por
otro únicamente porque está la palabra
"gloria". Es el único texto que tenemos
en común con la Iglesia ortodoxa de
Oriente desde el siglo V. Ya contiene
todos los elementos básicos de la
Plegaria Eucarística.
Dice la Ordenación General del Misal
Romano:
«El Gloria es un antiquísimo y
venerable himno con que la Iglesia
congregada en el Espíritu Santo
glorifica a Dios Padre y al Cordero
y le presenta sus súplicas» (n.31).
En efecto, es antiquísimo que hay citas
de él o versiones de su texto ya en el s.
IV. No es raro encontrarlo en
manuscritos bíblicos como apéndice a
los salmos. Por ejemplo en el Codex
Alejandrino de la segunda mitad del s. V.
A comienzos del s. VI ya tiene un lugar
establecido en la Misa del Rito Romano.
Y muy a menudo es llamado gran
doxología (glorificación).
Y la IGMR2000 nos dice:
"Es el himno antiquísimo y venerable
por el que la Iglesia congregada en
el Espíritu Santo glorifica a Dios
Padre y al Cordero y le suplica
(n.53).
El texto de este himno no puede ser
cambiado por otro. Lo comienza el
16
Taller para Coros y animadores de Canto
UN BUEN RESUMEN DE NUESTRA HISTORIA
DE SALVACIÓN
Este venerable y antiquísimo himno
consta fundamentalmente, como todo
canto, de una letra y de una melodía. La
melodía puede variar. A lo largo de los
siglos se ha cantado el Gloria de
innumerables modos: las melodías
gregorianas, las polifonías del clásico y
del barroco, etc., y ahora se debe buscar
siempre algo más digno y bello.
El Gloria empieza con el canto de los
ángeles, y sigue con una serie de
alabanzas al Padre, para pasa después
a alabanzas de Cristo, intercaladas con
súplicas al mismo, y concluir con una
doxología trinitaria.
a) El canto de los ángeles, tomado de Lc.
2,14, da nombre al himno: “Gloria a Dios
en el cielo...” Este inicio se puede pensar
como dividido en dos pensamientos:
gloria a Dios y paz a los hombres. O
bien,
como
prefieren
en
sus
explicaciones varios Padres orientales,
en tres: a Dios, gloria en el cielo; en la
tierra, paz; y a los hombres, buena
voluntad
Pero la letra hay que respetarla;
traducida primero del griego al latín,
ahora traducida al español, puede tener
ciertas variaciones, pero de tal modo que
se pueda decir siempre que es realmente
el texto original traducido. No se deben
admitir, pues, textos que sean, sí, una
glorificación trinitaria pero NO el himno
«Gloria»; ni mucho menos algún canto
usado por el único motivo de que en él
viene la palabra «gloría».
b) A continuación cantamos alabanzas al
Padre. Una alabanza que se fija más en
Dios mismo que en los favores recibidos
de Él.
Por ejemplo:
GLORIA, GLORIA, ALELUYA, (3)
EN NOMBRE DELSEÑOR.
Cuando sientes que tu hermano necesita de
tu amor, no le cierres las entrañas, ni el
calor del corazón:
busca pronto en tu recuerdo la palabra del
Señor: «Mi ley es el amor». (Siguen otras 2
estrofas)
c) Sigue la alabanza a Cristo. Aquí se
suceden los nombres o títulos dirigidos a
Cristo: “Señor Hijo único, Jesucristo;
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del
Padre”. A los títulos les sigue una letanía
de
súplicas
precisamente
porque
estamos convencidos del Señorío de
Cristo le podemos dirigir confiadamente
nuestra petición de ayuda. Finalmente
dirigimos a Cristo más alabanzas:
“porque sólo Tú eres Santo...”
d) Todo concluye con una doxología,
breve pero densa: “con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre”.
Totalmente fuera del tema, se usaba
sólo porque aparece la palabra gloria.
Además la melodía es una marcha
revolucionaria de Estados Unidos, que
no debe usarse en la Liturgia.
El gloria es el himno de alabanza propio
para ser cantado en el tiempo de pascua
y navidad (sobre todo), omitiéndose en
adviento y cuaresma.
Puntos de atención
- El Gloria, al igual que "Luz gozosa " y la
primera parte del Te Deum, es un himno
del siglo II. El hecho de que los cristianos
canten estos himnos desde hace
dieciocho siglos merece veneración y
respeto.
Su nota dominante es el júbilo, la
alabanza confiada y alegre a Dios Padre,
por la obra que ha realizado en el Hijo,
con la fuerza del Espíritu Santo.
El gloria lo canta toda la asamblea, o
alternando los cantores una parte y la
asamblea otra.
- Habrá que evitar hacer de este himno
un canto más.
17
Taller para Coros y animadores de Canto
- Habrá que evitar también hacer de él
un gran trozo de concierto que se
escucha estando sentados.
Se omite durante el Adviento y la
Cuaresma.
G
L
O
R
I
A
Aunque está previsto también que
pueda ser recitado por todos o
alternadamente (ver OGMR 31), no hay
que olvidar que es un himno hecho para
ser cantado.
- El "Gloria" puede ser entonado, ya sea
por el sacerdote, ya sea por el animador
de los cantos o por el coro, ya sea
directamente por la asamblea misma (ver
OGMR 87).
Salmo responsorial
Una de las partes de la Liturgia de la
Palabra más maltratadas es el Salmo
Responsorial. La causa principal podría
ser
el
desconocimiento,
muy
generalizado,
de
su
finalidad
y
características. Su nombre expresa la
forma
normal
de
hacerlo:
con
responsorios; y su naturaleza: ser canto.
Puede cantarse de dos formas:
 de forma responsorial: se ha de
preferir en cuanto sea posible. El
salmista o el cantor del salmo canta la
estrofa del salmo y toda la asamblea
participa de la respuesta.
 de forma directa: el salmo se canta sin
que la asamblea intercale la respuesta
y lo cantan, o bien el salmista o cantor
del salmo él solo.
Cualquiera de las dos formas debe
hacerse desde el ambón (OLM 22) que es
el lugar de la proclamación de la Palabra
y no desde el lugar del coro. (Se entiende
que quien va al ambón es el solista y no
todo el coro)
Ordinariamente es leído, ni siquiera es
proclamado, cuando no hay posibilidad de
cantarlo. Es muy de desear que por lo
menos la antífona sea cantada por la
asamblea (IGMR 61)
Al respecto, imaginémonos a un grupo de
amigos que vienen a felicitar al amigo
cumpleañero y a la hora de llegada,
recitan el “cumpleaños feliz”, o un grupo
de escolares recitando el Himno
Nacional...
Con respecto al Salmo diremos que se
recomienda, en la medida de lo posible,
que el salmo que acompaña el conjunto
de la “Liturgia de la Palabra” sea cantado
por algún salmista o alguna persona que
pueda hacerlo. Para este fin existen
diversas melodías, pero sobre todo debe
tenerse el cuidado de que el Pueblo
Santo debe participar en algún momento
con el canto.
Evidentemente no es el lugar de cantar
cualquier otro canto en lugar del salmo
escogido en función de la lectura: es otra
forma de la proclamación de la Palabra de
Dios. Sería empobrecer la Liturgia de la
Palabra, ya que la función de esta pieza
es ayudar a meditar e interiorizar el
mensaje de la Palabra escuchada que se
prolonga en el salmo. Felices las
parroquias y/o comunidades con un
cantor o un director de coro que tiene el
carisma y el arte de improvisar hermosas
18
Taller para Coros y animadores de Canto
melodías sálmicas que todos escuchan
con recogimiento y emoción...
nueva que promueva una meditación mas
interiorizada.
Algunos salmos se han convertido en
cantos conocidos por su frecuente
utilización: "Que alegría cuando me
dijeron", "El Señor es mi Pastor", "Cantad
alegres a Dios". No recomendamos
utilizarlos cuando se presentan como
salmo responsorial, sino utilizar una
melodía recitativa, distinta de la de los
cantos, lo cual permite evitar la rutina y el
desgaste del texto que no llama más la
atención, y permita oírlos de una manera
Sin embargo hay excepciones, p. Ej. S.
14 "¿Quien puede entrar?" (Palazon); S.
114 "Caminaré en presencia del Señor"
(J. Espinoza),
Y otros, cuya melodía se presta para la
contemplación, con la condición de que
sea un solo cantor el que actúe de
salmista, la asamblea respondiendo con
el estribillo.
Aleluya (Canto antes del Evangelio)
El canto que precede al Evangelio está
básicamente marcado por esta frase
antiquísima proveniente del hebreo, y que
significa Alabad a Yahveh. Es un grito de
victoria de los redimidos (Cf. Ap. 19, 1-3)
y tiene una dimensión eucarística: nuestro
aleluya, nuestra alabanza al
Padre es el mismo Cristo en el
altar. Pero también tiene una
dimensión escatológica: nuestra
alabanza terrestre se dirige
hacia la alabanza definitiva que
cantaremos en la vida eterna.
evangélica con signos particulares: un
ministro especial, un libro especial (el
evangeliario) un saludo antes de
proclamarlo, signaciones, incensación,
beso y aclamación especial al terminar.
Otros signos especiales son la petición y
bendición
antes
de
su
proclamación y la aclamación
del pueblo.
El nuevo orden de las lecturas
(leccionario) facilita un verso que
o se canta o no se canta, pero
que no debemos simplemente
leer interrumpiendo el canto, por
ejemplo, cantar aleluya, hacer
una pausa para que un lector
diga la aclamación y luego
volver a cantar aleluya.
Es la aclamación entusiasta
“con que la asamblea de los
fieles recibe y saluda al Señor
que va a hablar y profesa su fe
cantando” (OLM 23). En tiempo
penitencial la aclamación es
diversa. Por esto, si no se
canta, puede suprimiese (IGMR
39).
Deberíamos
tener
menos
preocupación por recitar el
versículo
correspondiente
y
provocar
en
cambio,
la
participación masiva en un versículo
común que conozca toda la asamblea.
Entonces sí, la aclamación del aleluya es
otro canto dentro del rito de las lecturas;
la asamblea, que antes ha escuchado,
meditado, asentido, ahora aclama jubilosa
al Señor.
«La lectura del Evangelio constituye la
cima de la Liturgia de la Palabra» (OLM
13), pues aunque todas las lecturas sean
palabra de Dios, la Iglesia siempre ha
visto en el Evangelio la palabra de la
Palabra personal del Padre. Las otras
lecturas son su preparación o su
extensión; por eso ha rodeado la lectura
19
Taller para Coros y animadores de Canto
salmo responsorial -cuidado si no se le da
más importancia que al salmo, que quizá
ni se cantó- por lo que deberíamos
simplemente cantar aleluya, aunque nos
parezca un canto simple. Sólo en el
tiempo cuaresmal deberían utilizarse
piezas como "Tu palabra me da vida"
“Evangelio es decir...” “Cuando hablas tu”
u otras similares.
Proclamar la Palabra es celebrar la
presencia de Cristo, y el canto del Aleluya
es la celebración de esa presencia. Por
eso, excepto en Cuaresma, que es un
tiempo penitencial, el canto antes del
evangelio debe ser siempre Aleluya, y
no otros. Además si el canto se compone
de varias estrofas, aparte del aleluya, éste
aparecerá como un pobrecito apéndice,
perdido entre las estrofas, asimilándose al
Canto de ofrendas.
No es el más importante. Quizás es el
único canto que se podría reservar al
coro, como canto de meditación. La
intervención de la asamblea no es tan
necesaria en este momento muy
secundario.
Este canto es a la vez:
-Inicio, preparación de la Eucaristía (la
asamblea se transforma en vista del
banquete)
Bendito seas, Señor por este pan,
Recordemos: no es
fruto de la tierra y del trabajo de los
un
"canto
de
-Al mismo tiempo, este
hombres, que ahora te presentamos,
ofertorio"
(habrá
canto pone en calor y
él será para nosotros alimento de
que modificar el
acentúa líricamente el
salvación.
canto
"Te
gesto
del
momento
ofrecemos
Padre
(procesión de ofrendas).
¡Bendito seas por siempre, Señor!
Nuestro..." por "Te
Este canto acompaña la
presentamos este
procesión de los dones
Bendito seas, Señor por este vino,
pan"...)
que en el altar serán
fruto de la vid y del trabajo de los
transformados
en
el
Es el momento en
hombres, que ahora te presentamos,
cuerpo y la sangre de
que, estando el
él será para nosotros bebida de
Cristo.
sacerdote sentado
salvación.
a la sede, se
- Precisamente porque
efectúa la colecta.
acompaña esta procesión, es un canto
Se levanta y va a la entrada del
breve, conduciendo a la asamblea hasta
presbiterio para recibir el pan y el vino,
la
oración
sobre
las
ofrendas
junto con las canastas de la colecta. Las
(concluyendo
allí
el
prólogo,
la
palabras de presentación pueden rezarse
preparación de la Eucaristía).
en silencio o dialogadas con la asamblea.
-Incluso, cuando no hay procesión de
Una vez terminada el lavabo, debe
dones podría perfectamente omitirse,
terminarse el canto, de manera que no
como hemos dicho, y así dar oportunidad
espere para formular la invitación: "Oren
para escuchar la bellísima oración que
hermanos..." Si no hay procesión, mejor
hace el sacerdote al presentar el pan y el
que no haya canto.
vino (ver cuadro) o puede ambientarse
este momento de la preparación de los
Una vez terminada la oración de los fieles
dones
con
un
acompañamiento
(con la que se concluye la liturgia de la
instrumental.
Palabra),
comienza
la
“Liturgia
Eucarística”.
20
Taller para Coros y animadores de Canto
Cuando la asamblea escucha un canto
del coro, éste debe ayudar a crear un
clima de oración.
nuestro sacrificio de salvación, de allí que
a esta parte de la misa ya no se le llama
ofertorio. Por esto son preferibles cantos
sobre la caridad, el amor entre los
hermanos, etc.
No es necesario cambiar cada domingo
de canto de ofrendas. Se puede tener
uno para cada tiempo litúrgico y una
colección para los domingos ordinarios.
Ante todo, este canto debe hablar de la
unión, la caridad y la fraternidad de todos
los miembros de la asamblea, y no tanto
de “ofrecer”, porque el ofrecimiento se
hace después, en el momento en que el
sacerdote ofrece de Dios Padre a Cristo,
Sanctus.
Es la doxología (glorificación) que
concluye la motivación de la acción de
gracias iniciada en el Prefacio.
en que el prefacio termina debe cantarse,
aún cuando no se cante el prefacio.
Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus Deus
Sábaoth. Pleni sunt caeli et térra gloria tua.
Hosanna in excélsis. Benedictus qui venit in
nomine Domini. Hosanna in excélsis.
La incorporación del
Sanctus a la misa es
tan
remota
que
figura en todas las
liturgias. En oriente
parece datar de
fines del s. II, pero
antes
de
ser
aceptado por la
liturgia estaba muy
en uso en la oración
privada, como himno
en honor a Cristo.
Es una aclamación
bíblica (Isaías 6,3,
Apoc. y Mt 21,9) que
no
corresponde
cambiar por cualquier
Y que en la versión castellana se ha
convenido en estas expresiones:
canto.
Forma parte
integrante
de
la
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del
Plegaria Eucarística, y
Universo. Llenos están el cielo y la tierra de
la 2ª parte ("Bendito el
tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el
que viene" Mt 21,9)
que viene en nombre del Señor. Hosanna
sirve de transición con
en el cielo.
el
memorial
que
sigue: "Santo eres en
El texto es muy antiguo y se inspira en
verdad..."). Esta segunda parte en
Isaías 6,3. La expresión “Dios de los
muchos cantos es eliminada, por lo que
ejércitos” se ha cambiado por “Dios del
valdría la pena revisar cuales están
universo” con gran acierto. El Benedictus
completos y a cuáles es necesario hacer
está inspirado en Mt. 21,9 y en el s. VII se
el añadido.
incorpora al Sanctus, colocándose en el s.
XV después de la consagración, pues la
Por el género literario que poseen la
polifonía se había extendido mucho en la
oración sobre los dones y el himno
primera parte del Sanctus. Hoy ha vuelto
bendicional de alabanza y de acción de
a su lugar primero.
gracias, o prefacio, se deberían cantar
siempre, -pero, esto corresponde al
El “Sanctus” es la expansión, el
Presidente decidirlo-. De allí que por
ensanchamiento
de
la
alabanza
lógica consecuencia también el “santo y el
formulada en el prefacio. El diálogo inicial
bendito”, o aclamación jubilosa y solemne
entre el Presidente y la asamblea invita a
21
Taller para Coros y animadores de Canto
la acción de gracias.
El celebrante
proclama en la asamblea las maravillas
que Dios ha hecho con los hombres y la
asamblea entra en juego con el himno de
los serafines, asociándose así a la
alabanza de la creación (“El cielo y la
tierra...”), los ángeles (“Santo...”) y la
Iglesia (“Bendito el que viene...”).
eucarística y por ello debe procurarse la
participación de toda ella.
Toda la asamblea alaba; bien por medio
de un canto continuo o bien alternando
las aclamaciones (los serafines se dirigían
uno al otro: “Santo, Santo”, dice Isaías...).
El pueblo debe intervenir, por lo menos,
en el “Santo es el Señor” y en los dos
“Hosanna”. Se puede dialogar con el coro
y éste puede enriquecer polifónicamente
esta alabanza.
El “Sanctus” es un pequeño himno
compuesto por una serie de aclamaciones
que expresan actitudes humanas y
espirituales bastante diversas:
“Santo, santo, santo es el Señor...”: triple
adoración.
“Llenos están el cielo y la tierra...”: una
“confesión” (proclamación).
“¡Hosanna...!”: un grito de alabanza.
“Bendito el que viene...”: una bendición.
Hay que tener mucho cuidado al final del
canto, ya que conviene que se mantenga
un buen clima de oración (“Santo eres en
verdad...” sigue la oración); por tanto,
aquel final no es, en realidad, un final.
Finalmente, debemos recordar que se hay
que respetar el texto y no adaptarle
música que no sea exclusivamente
litúrgica.
El santo, junto con el salmo responsorial,
es el principal de las cantos del Ordinario,
es decir, de la misa. Es la primera
aclamación de la asamblea en la plegaria
Durante la Consagración.
Por esta razón no es recomendable
distraer a la asamblea con música
instrumental en este momento, ya que lo
verdaderamente importante en este
momento es la adoración en silencio. Por
ello, una vez concluido el santo, cesa toda
música y todo instrumento musical.
Inclusive, si el Presidente de la
celebración canta las palabras de la
institución,
debe
evitarse
todo
acompañamiento, máxime si no se tiene
pleno conocimiento de la melodía que va
a usar el Presbítero.
Al momento de la consagración -desde
que el Presbítero impone las manos sobre
los dones y hasta la aclamación- los fieles
deben permanecer de rodillas como signo
de humildad y pequeñez que el hombre
reconoce ante la grandeza de Dios que se
hace presente eucarísticamente entre la
asamblea congregada a no ser que lo
impida la estrechez del lugar o la
aglomeración de la concurrencia o
cualquier otra causa razonable (OGMR
21); pero además estará mirando hacia el
Altar donde se están consagrando las
especies eucarísticas, pues el momento
de la elevación es para que los fieles
adoren a su Señor a quien miran en el
Pan y el Vino consagrados.
Después de la consagración, si el
Presbítero canta la aclamación, puede
acompañarse con música la respuesta de
la asamblea, pero nunca se deberá
sustituir o ahogar la respuesta del pueblo.
22
Taller para Coros y animadores de Canto
Doxología Final: “Por Cristo con él y en él...”
La doxología final, expresa la glorificación
de Dios y se concluye y confirma con la
aclamación del pueblo que es el Amén.
Además al ser parte de la Plegaria
Eucarística tenemos que tener presente lo
que nos dice la OGMR al respecto:
De allí que la doxología si se canta, lo
hará únicamente el Presidente (y los
concelebrantes si es que hay). La
asamblea únicamente responderá con el
Amén, que en la medida de la posible
debe ser cantado con gran júbilo, pues es
el asentimiento que la asamblea da a toda
la oración que el Presidente acaba de
realizar. El acompañamiento musical
aquí, resulta igualmente apropiado, si se
conoce la melodía. Si no, se debe evitar
improvisar ya que esto perturba al que
canta y puede incluso perturbar a la
asamblea.
La Plegaria Eucarística que
exige que todos la escuchen
con reverencia y en silencio y
que tomen parte en ella por
medio de las aclamaciones
previstas en el mismo rito
(n.55h).
El Padre Nuestro.
Conviene cantar esta oración tan
importante que inicia la preparación a la
comunión pero que sea el texto del Señor
por ser, como el Credo, un "símbolo" de
unidad, y no textos arreglados. Por ello
debemos erradicar “el famoso” "Padre
nuestro tú que estás en los que aman la
verdad..." herético y que utiliza la melodía
lánguida de una película más bien erótica.
Además debemos tener presente que si
se canta no se reza, y se reza no se
canta, entonces porque hacer las dos
cosas, ¿No es más bien esto una
repetición…? Si se canta, se debe seguir
la letra propia del Padre Nuestro y no
otra, además tener en cuenta que
NUNCA TERMINA CON EL AMÉN.
Además tengamos presente que la
música sagrada es la que se ha creado
propiamente para la celebración del culto
divino. Por lo que se ha de evitar la
adaptación de música “profana” como
música sacra (Musicam Sacram 4a . 60)
Tanto la invitación -que hace el
Presidente-, la oración misma del Pater
Noster, el embolismo -propio del
Presidente- y la doxología, con que el
pueblo cierra esta parte, se pronuncian o
con canto o en voz alta (OGMR 56a).
Canto de Paz.
Las normas no mencionan canto de paz.
El rito de la paz es un rito optativo y, por
lo tanto secundario. Muchos cuestionan
su lugar en este momento de la misa, y lo
verían mejor ubicado antes de la
presentación de los dones (Cf. Mt 5,23)
"Si, al acercarse al altar, te acuerdas..." o
como convivencia al terminar la
celebración. El rito de la fracción es
mucho más importante; es de institución
divina. Es este rito de la fracción que
habría que destacar con el canto del
Cordero que lo acompaña.
Darse la paz es un RITO, no es un
canto. Se trata de un elemento gestual y
no musical. Siendo un gesto, lo
importante es el intercambio del saludo
fraterno. Cantar durante el rito de la paz
no es oportuno porque además de
23
Taller para Coros y animadores de Canto
desvirtuar su sentido de gesto físico,
también opaca el rito siguiente de la
Fracción con su canto propio del Cordero
de Dios. Con la sobrecarga de dos cantos
seguidos, se vuelve pesado y se alarga
sin necesidad en este momento. Cantar
en el rito de la paz no tiene fundamento
sustentable y, además, distrae restando
agilidad y simplicidad a la celebración.
(Además no se puede cantar y al mismo
tiempo decirse: "¡la
paz contigo
hermano!", a no ser que sea el coro que
actúa solo por su cuenta para la
asamblea, pero no con la asamblea.
Lo que no es correcto es el sustituir el
cordero de Dios por los llamados cantos
de paz, desarrollando el rito de la paz a
bombo y platillo. Estos cantos de la paz,
generalmente, se sitúan en un nivel
sociológico o antropológico. Pocas letras
hacen referencia a Cristo, a la paz del
Resucitado, y sus melodías son, con
frecuencia, bastante ligeras.
El canto de paz es un canto potestativo,
no ritual, es decir, se puede o no cantar.
Pero no abusemos de los cantos de la
paz. Los podemos reservar para
determinadas celebraciones como el “día
mundial de la paz” (1 de enero), el Jueves
Santo, el día de Pascua de Resurrección
y en alguna eucaristía en que el rito de
paz se extiende demasiado, por ejemplo
en las ordenaciones de Presbíteros o
Diáconos.
Tampoco los cantos que se usan son muy
adecuados, generalmente pobrísimos
textual y musicalmente: "La paz esté con
vosotros..." Texto inadecuado, muy pobre
y reiterativo, sin la presencia de Dios. El
único canto aceptable que se podría
cantar de vez en cuando es: "Shalom,
Shalom, Shalom haya paz en tu corazón",
sin que se convierta en una costumbre
obligatoria, "Shalom hebreo" que sí afirma
que la paz viene de Dios: "Shalom para ti,
Dios te da la paz, Dios te da el amor"…
El principal problema que presenta este
canto es que opaca el Cordero que debe
acompañar el rito de la fracción del Pan.
Agnus Dei. (Cordero de Dios)
Es el canto de la fracción del pan, gesto
de institución divina que dio su nombre a
la misa. Lo canta la asamblea (no el
sacerdote) mientras éste parte el pan y lo
reparte entre varios o en distintos
copones para la comunión de los fieles.
(Ni hablar de buscar hostias consagradas
en misas anteriores: en el Sagrario, pues
lo ideal es que se consagren las hostias
para cada misa y no que se guarden
cientos de ellas en el sagrario, cuando
está previsto que esto último es solo para
los enfermos o la comunión fuera de la
Santa Misa.
Se canta mientras dure el reparto del Pan,
sobre todo si se demora en la
concelebración.
otros textos o cantos.
Pertenecen
a
la
asamblea.
¡Pobre
Cordero!
El principal “pecado”
que se comete con
este canto es que
cuando se hace, ya
ha pasado el rito al
que debe acompañar:
la fracción del Pan. Esto, porque el canto
se paz de extendió en demasía y porque
la materialidad de este canto, que no ha
sido bien entendido y por lo mismo no es
bien realizado.
Este canto está inspirado en las palabras
por las que Juan Bautista reconoció y
saludó al Redentor, y con los acentos de
gloria y alabanza que se tomaron del
Apocalipsis.
Estos son los cantos litúrgicos del
"Kyriale" que no deben ser sustituidos por
24
Taller para Coros y animadores de Canto
terminando la última vez con “danos la
paz”.
«El acto de la fracción del pan, realizado
por Cristo en la última Cena, en los
tiempos apostólicos fue el que sirvió para
denominara la íntegra acción eucarística.
“Pecados” contra el Cordero
El principal es que no acompaña a la
Fracción del Pan. La causa es que ésta
se ha hecho muy insignificante (no
significa), contrariando así a la Tradición y
lo estatuido:
Según el Líber Pontificalis fue el Papa
Sergio I, de origen sirio, quien introdujo el
canto del Agnus Dei en la Misa romana.
Es, desde su origen, un confractorium, es
decir, un canto para acompañar la
Fracción del Pan.
¡El pan ya viene prepartido! (las hostias
«pequeñas»). La hostia «grande» se
parte, pero no se reparte: «La naturaleza
misma del signo exige que la materia de
la "celebración eucarística aparezca
verdaderamente
como
alimento.
Conviene, pues, que el pan encáustico,
aunque sea ácimo y elaborado en la
forma tradicional, se haga en tal forma
que el sacerdote en la Misa celebrada con
el pueblo, pueda realmente partirlo en
partes diversas y distribuirlas, al menos a
algunos fieles» (IGMR 283). No hay,
pues, inconveniente en que se consagren
varias hostias «grandes», que se dividan
en varias partes (unas cuatro al menos) y
se repartan.
La Instrucción General para el uso del
Misal Romano dice así:
«Agnus Dei: mientras se hace la
fracción del pan y la mezcla, los
cantores o un cantor, cantan el Agnus
Dei, según la costumbre, con la
respuesta del pueblo: o lo dicen al
menos en voz alta. Esta invocación
puede repetirse cuantas veces sea
necesario para acompañar la fracción
del pan. La última vez se concluirá con
las palabras: «Danos la paz». (IGMR
56 e).
Este canto acompaña la fracción del
pan,
porque
contiene
una
idea
fundamental: el Cordero de Dios que se
parte en el altar es el mismo Cordero que
en la cruz fue “partido” por nuestra
salvación. A Él le pedimos que tenga
misericordia de nosotros, y que nos
conceda la paz.
Se comienza a cantar y se sigue
cantando durante la Paz (por supuesto
nadie le hace caso). No es canto para
acompañar la Paz, sino la Fracción.
El actual «canto de la Paz» (que no es
litúrgico,
tampoco
necesariamente
antilitúrgico) muchas veces oculta y aún
elimina al «Cordero».
Este rito no tiene sólo una finalidad
práctica, sino que significa además que
nosotros, que somos muchos, en la
comunión de un solo pan de vida, que es
Cristo, nos hacemos un solo cuerpo (I Cor
10,17) (OGMR 56c) Por ello no debe
iniciarse este canto durante el gesto de la
paz, sino hasta que el intercambio del
saludo ha terminado, es decir cuando el
Presidente de la Celebración toma el
Cuerpo de Cristo en sus manos y lo parte.
La primera invocación (Cordero de Dios,
que quitas el pecado del mundo, ten
piedad de nosotros) puede repetirse
cuantas veces sea necesario (si por
ejemplo hay muchas hostias que partir),
Su finalidad original de acompañar la
Fracción del Pan determina que se pueda
multiplicar (ver más arriba OGMR 56 e).
Según esto, ¿Se podría, dada la rapidez
con que se hace la Fracción en las Misas
ordinarias disminuir su número cuando se
canta, es decir, no necesariamente
cantarlo tres veces?
25
Taller para Coros y animadores de Canto
silencio para la oración y acción de
gracias de cada persona.
Canto procesional de
comunión.
La actitud más acertada durante la
comunión es cantar. Los fieles se unen
cantando y caminando juntos para recibir
el cuerpo del Señor. Aún después de
comulgar, debemos seguir cantando,
porque permanecemos unidos a los
hermanos que todavía están rumbo al
altar. Para la oración personal tendremos
oportunidad cuando concluya el canto.
El Ordenamiento General del Misal
Romano (OGMR) nos explica la finalidad
y sentido de este canto:
“Mientras el sacerdote y los fieles reciben
el sacramento, tiene lugar el canto de
comunión, canto que debe expresar, por
la unión de voces, la unión espiritual de
quienes comulgan; demostrar, al mismo
tiempo, la alegría del corazón y hacer
más fraternal la procesión de los que van
avanzando para recibir el cuerpo de
Cristo.” (OGMR 21 . 56)
También puede entonarse un himno de
acción de gracias cuando toda la
asamblea ha terminado de comulgar. Con
él expresamos la alabanza por la
Eucaristía celebrada y por la comunión
del Cuerpo y la Sangre del Señor. Es una
aclamación comunitaria de acción de
gracias.
El canto comienza cuando comulga el
sacerdote y se prolonga mientras
comulgan los fieles, hasta el momento
que parezca oportuno, porque puede -y
debe- dejarse también un momento de
Canto final (envío).
hubiere concluido, apresúrese cada uno a
hacer buenas obras".
Y ¿EL CANTO FINAL ?...
No hay "canto final". La liturgia no le
prevé. Estaría fuera de la acción litúrgica,
ya que la Asamblea ha sido disuelta por el
rito de envío. Es este rito de envío que
habría que revalorizar.
Es lo que, en forma muy expeditiva,
realiza el rito de despedida (y no de
conclusión). La Eucaristía no termina.
Está siempre empezando.
Es muy poco acertado el cambio que
algunos hacen, al decir: "Hermanos la
misa ha terminado, ¡podéis ir en paz!" Es
como, decir al final de una reunión: "Se
levanta la sesión, ¡nos vamos!
Por eso, ¿qué sentido tendría añadir un
cántico de acción de gracias a una
Eucaristía Acción de gracias que ya
acaba de durar más de una hora?...
Al terminar la larga Vigilia Pascual, el
Aleluia de Haendel impacta como una
explosión de alegría, mucho más que un
canto.
Las últimas palabras de la misa son
palabras de envío de parte de Cristo
mismo, como en la Ascensión: "Vayan, es
ahora su misión" La Misa no termina con
un "Amen" final, sino con la palabra
"Gracias": "¡Demos gracias a Dios!" que
abre a la vida, al mundo, a la misión...
Y al final de un matrimonio, será latoso
imponer un canto, cuando los invitados
tienen ganas de felicitar a los novios
recién casados: es la marcha nupcial que
se impone (la de Mendelssohn o la de
Wagner: hay una para la entrada y otra
para la salida!...)
La celebración eucarística que tuvo un
inicio más bien lento en el rito inicial, tiene
un desenlace rápido. La antigua liturgia
eucarística descrita por Hipólito de Roma
a inicios del S. III terminaba con estas
significativas palabras: "Cuando se
Y ¿no sería incongruente que, después
de la despedida del sacerdote: "Podéis ir
26
Taller para Coros y animadores de Canto
en paz", el monitor se apresure de dar la
contra-orden: "Nos quedamos para rezar
a la Virgen!"?...
rezar una oración a la Virgen o al santo
del lugar, o bien, incluso, el Ángelus o un
breve canto a la Virgen; y solamente
después, dar la bendición final y las
palabras de envío.
Una vez pronunciado el envío, el
sacerdote da el ejemplo, besa el altar y
empieza la salida con los ministros... (no
para desparecer en los bastidores, sino)...
para saludar y despedir a los fieles a la
puerta del templo, fomentando así una
breve
convivencia
y
acercamiento
familiar...
Nos parecerá pérdida de
tiempo, pero entonces, ¿Por qué
hablamos de inculturación?
Luego, música de órgano o música
grabada,
o
cualquier
canto
no
necesariamente estrictamente religioso,
más bien festivo, de estilo carismático...
sobre todo si hay muchos jóvenes y
niños.
Si hubiere que cantar algún canto no
religioso (Himno nacional, himno de
Colegios, etc.) se hará finalizada la Misa,
entre la bendición y las palabras de envío.
Los cantos a la Virgen María pueden,
según la ocasión, cantarse al comienzo o
al final de la Misa, pero no durante la
presentación de dones o en la comunión.
Pero, sinceramente, ¿cómo podríamos
"terminar" la misa?
Inmediatamente
después
de
la
postcomunión, se dan los avisos.
Antes de la bendición final se puede,
sobre todo en los santuarios, invitar a
¿QUÉ MÚSICA PARA NUESTRAS
CELEBRACIONES?
La lengua vernácula y la ampliación del
repertorio musical
El primer paso fue el de las traducciones
de textos, buscando autores literarios que
dieran al texto litúrgico un cierto estilo,
inteligible y no vulgar. El segundo paso
será de los músicos. Deberán dar
expresión musical a dichos textos, y es el
proceso que se ha seguido, y que
podemos decir que aún no está concluido,
porque van apareciendo nuevos textos,
porque se van modificando algunos de los
traducidos en un primer momento, porque
la liturgia es vida del pueblo y no
permanece estática.
Uno de los temas que preocupó largo
tiempo a los liturgistas después del
Concilio Vaticano II fue la inteligibilidad de
la celebración para la asamblea. Para ello
era necesario que se desarrollara ésta en
la lengua del pueblo.
Las Instrucciones de la Sagrada
Congregación de Ritos de 1964 y de 1967
ya indican con claridad la posibilidad de la
utilización de la lengua vernácula cuyo
uso "puede ser adecuado en muchas
ocasiones".
Los
repertorios
se
ampliaron
considerablemente
con
estas
traducciones y musicalizaciones. No
podemos decir que con anterioridad no
existiera un elenco amplio de cantos, pero
lo cierto es que se pasó de piezas
populares que podían en algunas
ocasiones acompañar las celebraciones
paralitúrgicas o incluso las litúrgicas, a la
Poco a poco se va incorporando en la
liturgia la lengua vernácula. Y decimos
poco a poco, porque traducir los textos
exigió mucho tiempo y todavía más
musicalizarlos.
27
Taller para Coros y animadores de Canto
utilización del texto litúrgico
totalidad en lengua vernácula.
en
su
en los textos que forman el ordinario
(Señor, ten piedad, Gloria, Santo, Cordero
de Dios, así como las respuestas y
aclamaciones), y por otra parte que para
los textos que no forman este ordinario
(canto de entrada, posible canto en la
presentación de ofrendas, canto de
comunión, canto final) se pueden usar
cantos apropiados aprobados por la
Conferencia episcopal. El misal presenta
unas antífonas -normalmente sálmicaspara el canto de entrada y para el canto
de comunión, pero hay que decir que
conviene no reducir la celebración a estas
antífonas ya que la forma musical de la
celebración quedaría reducida a la forma
responsorial, sin mucha diferencia entre el
canto auténticamente responsorial (el
salmo entre lecturas) y los cantos que de
por sí no lo son, como es el caso del
procesional de entrada o el de la
comunión.
Y es en este momento donde situamos
nuestra reflexión.
Situación actual de la música en
nuestras comunidades
No podemos generalizar. Debemos
distinguir entre las comunidades que
celebran diariamente la liturgia con un
grupo estable de fieles y que han
cultivado la música, y las comunidades
que solamente se reúnen el domingo para
celebrar la Pascua Semanal.
Y todavía debemos distinguir entre
comunidades que se han preocupado por
tener un nivel musical en la celebración
que se debe ir elevando, y las
comunidades que han creído suficiente un
cierto uso de la música y del canto en sus
celebraciones.
Digamos también que el texto del Salmo
Responsorial no debe ser cambiado por
otros textos, Y que el versículo antes del
evangelio (aleluya o aclamación) debe
sintonizar con el mensaje evangélico.
Las primeras son comunidades religiosas
o comunidades con un grupo de fieles
que celebran, diariamente la liturgia.
La situación musical de estos grupos, a
pesar de no ser óptima, es muy buena,
porque vemos en ellas como un camino
que se está recorriendo. No podemos
decir que estas comunidades hayan
resuelto ya la cuestión musical, pero sí
que hay un intento generoso en bastantes
de ellas para que la liturgia sea expresión
de alabanza, para que suba la oración
acompañada con notas y armonías
agradables como el incienso ante el
Señor.
Las comunidades que celebran a diario la
liturgia, podemos afirmar que están en
una
buena
situación
musical,
generalmente.
Luego
están
las
comunidades parroquiales.
La situación es bastante diferente. Nos
encontramos con una extensa gama,
amplia por lo que respecta a la realidad
musical. Desde la parroquia en que el
único que canta es el casethe o el CD que
se conecta para que la celebración sea
"más solemne", o la que tiene un
presbítero que realiza
todos los
ministerios que prevé la liturgia -desde
presidente de la celebración a monaguillo,
pasando por músico y organista- hasta
comunidades que disponen de coral, de
director de cantos, e incluso instrumentos
musicales.
Como hemos dicho, están en camino y
cada vez mejoran sus celebraciones, y
podemos decir también, que intentan dar
vida a los textos litúrgicos, con melodías de uno u otro estilo-, pero respetando el
texto litúrgico.
Respecto al texto litúrgico es preciso
clarificar que es intocable el ordinario de
la misa, que no se deben hacer cambios
28
Taller para Coros y animadores de Canto
religión un refugio infantiloide ante la
realidad social que nos rodea?
Lo cierto es que también en estos últimos
años se ha visto en estas comunidades
parroquiales una preocupación por la
música en la celebración, pero los
resultados son diversos de una parroquia
a otra y por eso nos preguntamos: ¿qué
cantamos en nuestras celebraciones
dominicales? ¿Cómo cantamos? ¿Qué
criterios tenemos para elegir los cantos?
Ciertamente que los .responsables de las
celebraciones intentan mejorarlas, pero
muchas veces no encuentran material
apto
para
hacerlo.
Quizás
los
compositores de música y de letra
deberían hacer un examen de conciencia
serio y ver si lo que componen es para
una celebración litúrgica o para cantar en
cualquier otra situación. Y si lo que
pretenden es componer cantos religiosos
-no litúrgicos- deberían especificarlo sin
temor, en sus obras editadas, de manera
que cuando llega un material nuevo
publicado a cualquier persona, pueda
tener claro si es realmente litúrgico o no.
De no ser así los compositores están
ejerciendo un mal servicio a la comunidad
cristiana.
Los
cantos
en
las
asambleas
dominicales parroquiales
Podemos
afirmar
sin
temor
a
equivocarnos que la situación es bastante
pobre, en general. En las parroquias se
canta poco y no muy bien.
A pesar de los esfuerzos por introducir
cantos y más cantos en nuestras
celebraciones, muchos de ellos no son
más que la expresión de la piedad, más o
menos elaborada, con más o menos
gracia musical, que uno o diferentes
autores ofrecen a las comunidades para
que enriquezcan su celebración litúrgica.
Podemos decir que dichos cantos no
pueden atribuirse la categoría de
litúrgicos, por muy inculturados que sean,
o por muy atractivos que resulten. La
liturgia
quiere
músicas
actuales,
ciertamente, pero que no evoquen el
último anuncio de la televisión; la liturgia
quiere música que exprese el sentimiento
del pueblo, pero no el sentimentalismo
(nos dan mucho miedo esos cantos que,
después de cantarlos, producen una
sensación de "¡ay! ¡qué bien que estamos
aquí.'").
La elección de los cantos
Si el compositor de letra y música no ha
acertado en su composición, todavía hay
la posibilidad de no deformar una
celebración. Es cuestión de que el
responsable de elegir los cantos de la
celebración tenga claros los criterios que
debe seguir:
 no se puede cantar un canto
cualquiera,
 no se debe cantar el último canto
que ha salido porque es más
nuevo o más moderno,
 no se debe hacer una elección en
función -solamente- de lo que la
asamblea sabe,
 no se debe cantar lo primero que
se nos ocurre.
La elección de los cantos es un proceso
serio, lo cual no quiere decir que tenga
que ocupar un tiempo exagerado para
efectuarse.
Si repasamos el repertorio musical en
lengua castellana nos encontramos con
muchos cantos que reúnen estas
cualidades. Y quizás lo peor de esta
situación es que los que han criticado en
los últimos años aquellos cantos de
principio
de
siglo,
“ñoños”
y
sentimentales, ahora están elaborando
otros que se sitúan en el mismo plano,
tanto de contenido como de musicalidad.
¿No será que queremos hacer de la
Es preciso que el responsable de la
celebración conozca la asamblea que
debe animar y también e! repertorio
musical que dicha asamblea domina, así
como las líneas conductoras de la
celebración concreta que debe animar.
29
Taller para Coros y animadores de Canto
Con esta base se pueden elegir ya los
cantos que la comunidad debe cantar en
una celebración:
 cantos litúrgicos: por tanto, que la
letra responda al texto litúrgico, o
que se inspire en dicho texto sin
que deforme el contenido,
 cantos con una letra aceptable
teológicamente,
 cantos que la asamblea conozca y
pueda cantar sin dificultad: se trata
 de alabar a Dios con el canto y no
padecer
cantando
en
una
celebración,
 cantos con una cierta calidad
musical.
canto -como demuestra la experiencia- no
es el que se canta en la radio, ni el que
sonoriza las películas del cine o de la
televisión.
El canto litúrgico es el que da vida al texto
litúrgico o al contenido que la liturgia
evoca en cada fiesta, este canto puede
nacer del pueblo y de su folklore, pero no
debe ser vulgar.
Este canto ha de ser rico en contenido, el
que nace de la liturgia, y de la Sagrada
Escritura. No se puede concebir que
comisiones del mundo entero hayan
realizado esfuerzos considerables para
componer unos textos litúrgicos válidos y
actuales y que un compositor prescinda
de dicho esfuerzo para crear él una letra
más actual y más válida para la liturgia.
Es un absurdo.
Debemos superar este momento actual
que es decadente en cuestión musical.
Debemos hacer un gran esfuerzo para
que nuestras celebraciones litúrgicas
sean tales. No podemos volver a
transformar la celebración en un concierto
-como últimamente está pasando con
algunos cantos que por tan modernos y
por tener unos ritmos tan actuales
impiden a la asamblea participar y la
transforman en espectadora-, ni podemos
convertir nuestras celebraciones en la
sucesión de cancioncillas, que de tan
simples desagradan.
Si desde finales del siglo pasado se ha
mantenido un esfuerzo constante en
muchas personas para hacer de la liturgia
una realidad viva y encarnada en la
sociedad, no podemos ahora perder el
tren y quedarnos en un cierto
sentimentalismo musical. Es preciso que
continuemos el esfuerzo para conseguir
que nuestras asambleas vivan en la
celebración la fe de la Iglesia, expresada
también en música, y no que se limiten a
vivir la "grupitis" eclesial de unas cuantas
personas que creen ser el corazón y la
verdad de la Iglesia.
Cantemos, sí, pero cantemos la fe de la
Iglesia universal que está expresada en la
celebración litúrgica y, procuremos que la
música que da vida a esta fe sea la más
adecuada y la más rica.
La música tiene un lugar importante en la
celebración y debemos descubrirlo o
redescubrirlo. Nuestro esfuerzo está
encaminado hacia la consecución de una
música religioso-litúrgica. No es suficiente
con que sea popular-religiosa; la música
en la celebración debe ser diferente.
No estamos abogando por el gregoriano,
que ya tuvo su momento y todavía hay
comunidades que lo mantienen. Debemos
descubrir desde la situación actual que
vivimos un canto que sea litúrgico. Este
30
Taller para Coros y animadores de Canto
EL CANTO EN LOS DIFERENTES TIEMPOS
LITÚRGICOS
A través de todo el año litúrgico, la Iglesia celebra en diferentes momentos las distintas
etapas de nuestra historia de la salvación.
Cada tiempo litúrgico destaca algún punto específico de esta historia salvífica, y
obviamente, los cantos que acompañan ese tiempo también deben ayudar a destacar
esas mismas ideas. Así nos aseguramos que el canto se convierta en una agente de
catequesis para la asamblea.
EL CANTO LITURGICO EN ADVIENTO
El adviento es un tiempo relativamente
corto; cuatro semanas en total. Por esta
razón no es conveniente cambiar
totalmente de cantos cada año o cada
domingo de adviento, sobre todo
pensando en parroquias y comunidades
pequeñas.
estas ideas clave (tal vez asomar algún
villancico bien buscado…)
Si al comenzar el adviento nos
encontramos que en la celebración
litúrgica se respira novedad por la
decoración del templo, el color de los
ornamentos,
la
entronización
del
leccionario, la corona de adviento, etc;
Cómo no va a estar presente el canto en
esta novedad siendo parte integrante de
la liturgia?
La instrucción “Musicam
Sacram” nos lo recomienda vivamente:
Sí es bueno introducir cada año un canto
nuevo y conservar los cantos de años
anteriores de modo que puedan
convertirse con el paso del tiempo en
“tradicionales”, es decir, en “indicadores”
de ese tiempo.
“Se solemnizarán con el canto aquellas
celebraciones a las que la
liturgia
concede un relieve especial a lo largo del
año litúrgico” (M.S. 44).
Aún cuando el comercio nos va llenando
la cabeza con la idea de que “ya es
navidad” –a veces desde octubre-, la
Iglesia tiene plena conciencia de que este
tiempo aún no ha empezado (la Navidad
va del 25 de diciembre al 6 de enero). Por
eso no se deben incluir villancicos, sino
cantos que hablen de la esperanza en la
venida del Señor.
1.- La ambientación musical del
templo.
Musicalmente
podemos
también
ambientar el templo donde la comunidad
se va a reunir. Esta ambientación musical
nos ayuda a crear un clima propicio, nos
indica que no entramos en un sitio vacío,
sin vida, en una casa impersonal,
anónima. Es nuestra casa, la casa del
pueblo de Dios y la música ambiental nos
acoge.
Las dos primeras semanas del Adviento
hacen más énfasis en la segunda venida
de Cristo, la venida final que todos
anhelamos (lo que llamamos parusía), y
las semanas tercera y cuarta vuelven sus
ojos para recordar los elementos previos
a su nacimiento en Belén. Así también
podemos buscar cantos que destaquen
El adviento es tiempo de cierta sobriedad,
que debe contrastar con la ornamentación
31
Taller para Coros y animadores de Canto
Saber escoger los cantos. Recordar que
no
son
cuaresmales,
es
decir
penitenciales. La música sólo debería
usarse para acompañar los cantos y si en
algún caso se tocara música instrumental
que sea creadora de un ambiente de
serenidad. Antes y después de las
celebraciones
convendría
una
ambientación
musical
con
cantos
gregorianos de Adviento o música de
órgano que mantengan el ambiente
discreto
y
recogido.
NUNCA
VILLANCICOS. Hay que cuidar también
en este tiempo el canto de entrada, el
cual deberá crear el ambiente de la
celebración, cantos como: 'Ven, Señor no
tardes', "Cielos, lloved vuestra justicia",
'Esperando al Mesías' pueden ser muy
oportunos. Este canto es preferible
repetirlo los cuatro domingos en vez de
cambiarlo perdiendo el sentido creador de
atmósfera.
festiva y alegre propia de la navidad. Por
eso el canto ha de expresar esta cierta
sobriedad, en cuanto al uso de los
instrumentos; como nos lo aconseja el
Ceremonial de los Obispos:
“Utilícense
con
la
moderación que conviene a
este tiempo sin que se
anticipe la alegría plena de
la navidad” (C.E. 236)
2.- Los cantos del ordinario.
En el adviento hay un especial relieve de
los cantos del Ordinario, recordando que
se suprime el gloria en este tiempo.
Muchos de ellos expresan la dimensión
escatológica del adviento; por eso
tenemos que hacer un esfuerzo mayor
para cantarlos con total expresividad,
pues tienen resonancias y armónicos de
gozosa expectación.
3.- Los cantos marianos en Adviento
La exhortación sobre el culto a María
“Marialis cultus”, de Pablo VI, nos
recuerda que el adviento es el tiempo
litúrgico donde debe brillar más la figura
de la Santísima Virgen María, porque ella
es la puerta del cielo y la estrella del
adviento; por ella nos viene el Salvador; y
por eso hay que destacar la figura de
María en algunos momentos (sobre todo
en el cuarto domingo de adviento). Ella
viene a librar al pueblo que tropieza.
1. El Aleluya debería cantarse los
domingos y mejor omitirse los días
feriales.
2. Sería también oportuno cantar los
cuatro
domingos
una
misma
respuesta para la oración de los fieles,
la cual podría ser: "Ven, Señor Jesús",
"Ven, Señor no tardes más", "Venga a
nosotros tu reino". etc.
Las celebraciones pueden terminar con
un canto a la Virgen.
32
Taller para Coros y animadores de Canto
EL CANTO LITURGICO EN NAVIDAD
El tiempo de navidad es un tiempo breve
en su duración, pero repleto de
festividades.
Comprende desde las
primeras vísperas de la Natividad del
Señor, el 24 de diciembre, hasta las
segundas vísperas del domingo en que se
celebra el Bautismo del Señor. Es el
tiempo en que se da cumplimiento a las
promesas del adviento.
Esta teología de los textos de navidad nos
dará la pauta y el contexto tanto para
componer música para la navidad como
para seleccionar los cantos y villancicos
cuya letra vaya más en consonancia con
lo que la Iglesia quiere celebrar.
Además, otro canto que hay que destacar
es el Santus, que hace eco de la alegría
desbordante de los ángeles en el "Llenos
están el cielo y la tierra de tu gloria.
¡¡Hossana en el cielo!
En navidad cantamos el misterio de Dios
hecho hombre por nosotros. Por tanto,
las eucaristías de este tiempo no se
pueden reducir a meros villancicos.
Debemos cantar algo más que
villancicos.
Estos encontraran su
momento en la eucaristía, pero no
sustituirán ni al salmo ni a los cantos del
Ordinario. Y también debemos destacar,
por ejemplo, el himno del Gloria, que es el
gran canto litúrgico de la navidad.
2.- El canto de los villancicos
El tiempo de navidad es un tiempo muy
querido y entrañable para la Iglesia y para
la piedad popular, que lo ha expresado no
sólo en la rica imagenería navideña, sino
también en su popular y folclórica música:
el villancico. No es fácil en el villancico
conjugar la alegría juguetona y traviesa
con la profundidad teológica y mistérica.
“El villancico ha de ser comprometido y
tierno a la vez; no amargo ni
contestatario, sino universal y ecuménico.
1.-El canto del Gloria
Es el gran canto litúrgico de la navidad.
Conviene que se aprenda entero y sea
cantado por toda la asamblea como
himno. Recordando que el Gloria que se
ha de cantar es el Gloria litúrgico y no el
Gloria in excelsis Deo, canto nº 242 del
Cantad Alegres a Dios, que ni siquiera
está colocado con los demás Glorias
litúrgicos, pues es un villancico.
Los villancicos tienen su lugar en la
eucaristía en la presentación de las
ofrendas, y al final de la eucaristía, en la
adoración de la imagen del Niño. Los
villancicos para este momento los
podemos seleccionar con un criterio
abierto y universal. (Debe hablar de lo
que toda la Iglesia celebra)”.
La Iglesia celebra la navidad siempre a la
luz de la resurrección. Navidad es ya el
inicio de la redención salvífica. Por ello los
textos en navidad nos hablan de una
alegría desbordante, de contemplar la
victoria de nuestro Dios, de “aclamad al
Señor tierra entera”, de “alégrese el cielo
y goce la tierra retumbe el mar y cuanto
contiene”; el cielo y la tierra se unen; Dios
baja a la tierra y el hombre sube junto a
Dios, etc. Esta es la alegría desbordante
de la navidad que alcanza a todos, al
santo, al pecador, al gentil, al triste...
Si alguno se adapta, podría utilizarse
también para el canto de entrada. No
debemos olvidar nunca los matices
particulares que tienen los diversos días
de este período, en su mayor parte
pueden ser acompañados por aquellos
cantos que son parte de la música de la
Iglesia, (pero excluyamos los que no
dicen nada a la fe sino que se quedan en
los elementos accesorios o los que,
siendo tan regionales, traicionen la cultura
propia.
33
Taller para Coros y animadores de Canto
EL CANTO LITURGICO EN EL TIEMPO ORDINARIO
Durante el tiempo ordinario, la Iglesia
celebra el Misterio de Cristo y de la Iglesia
en su totalidad, y cada domingo nos habla
de este acontecimiento maravilloso. La
clave de lectura (y de los cantos) de este
tiempo es siempre el misterio de Cristo. La
lectura continua del Evangelio está en el
centro de la Espiritualidad de este tiempo, y
nos propone la vida y las palabras de
Jesús como norma de vida.
El misterio de Cristo en el tiempo ordinario
significa tomar en serio el ser discípulos,
escuchar y seguir al Maestro en el vivir
diario. Este tiempo es tiempo de
crecimiento y maduración, un tiempo en el
cual Cristo quiere llegar a ser nuestro rey
(último domingo del año litúrgico).
La escogencia de los cantos en este
tiempo debe hacerse con cuidado para no
caer en la repetitibidad de los cantos, es
decir cantar siempre lo mismo sin tener en
cuenta la liturgia de la palabra de ese
domingo o día entre semana.
Algunos coros o animadores de cantos,
piensan que preparar los cantos de la misa
es muy sencillo, es simplemente buscar
qué vamos cantar y listo! Sin embargo,
esto no es así.
Una
verdadera
elección de los cantos implica:
 una lectura seria y orante de la Palabra
de Dios que se va a proclamar en la
celebración (para esto tenemos el
calendario litúrgico).
 Tratar de encontrar el tema principal o
temas principales que trata de
regalarnos Dios por su Palabra. Casi
siempre el tema de la primera lectura es
continuado en el Evangelio.
 Hacer una lista de posibles cantos (2 por
rito) que servirían para acompañar la
celebración. Podemos ayudarnos con la
lista que ofrece “La Misa de cada día” o
el índice del “Cantad Alegres a Dios”.
 Escoger de la lista los cantos que
verdaderamente se adaptan al sentido
de la celebración.
Ejemplo:
Domingo XX del tiempo Ordinario (20 de Agosto del 2006)
1 paso: leemos las lecturas y sacamos las ideas principales.
I Lectura: Prov. 9,1-6
Nos muestra a la sabiduría personificada: ha construido una casa, ha plantado siete
columnas, preparado un banquete. Hace una invitación a comer de su pan y beber de su
vino etc. Esta sabiduría se puede identificar en el Nuevo Testamento con Cristo.
Salmo 33
Gustad y ved que bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él -bis- (Puede cantarse)
II Lectura Ef. 5,15-20
Exhortaciones para no dejarse llevar por la presión de las costumbres paganas. Lo que
realmente es bueno es dejarse llenar del Espíritu.
Evangelio: Jn 6,51-58
Adherirse a Jesús no es sólo creer en él, es también comer su Carne y beber su Sangre.
No simbólicamente sino realmente. Sólo alimentados de Cristo podemos aspirar a tener
vida eterna, pues Él es el Pan de Vida que ha bajado del cielo.
34
Taller para Coros y animadores de Canto
2 paso: Ya tenemos algunas ideas de la liturgia de la Palabra. En concreto, vemos que el
tema de este domingo es el Pan de Vida, de allí que los cantos deben buscarse en esta
línea: cantos eucarísticos.
3 paso: vemos que cantos sugiere “La misa de cada día”:
Entrada: Cantando la alegría de vivir (31)
Que bien todos unidos (160)
Ofrendas: En torno a tus altares (189)
Cuando un niño con hambre (52)
Comunión: Yo no soy nada (272)
Como el siervo que a las fuentes (37)
Envío: Hemos de ser sinceros (98)
4 paso: hacer una lista con otras opciones:
Entrada: La misa es una fiesta muy alegre (353)
Cantad alegres a Dios (30)
Ofrendas: Esto que te doy (109)
Pan de vida te presentamos (314)
Comunión: Yo soy el pan de vida (246)
Tu eres Señor el pan de vida (208)
Señor tu eres el pan (180)
Envío: Id amigos por el mundo (105)
Den al Señor sus alabanzas (257)
5 paso: escoger las mejores opciones, según el tema de la liturgia.
EL CANTO LITÚRGICO EN CUARESMA
1.- Tiempo de austeridad en el canto
La carta que publicó la Congregación
para el Culto Divino, en 1988, sobre la
“Preparación y Celebración de las Fiestas
Pascuales” entre otros aspectos que
recuerda y aclara, tiene muy presente el
del canto.
La Cuaresma, como el Adviento, son
tiempos litúrgicos no tan importantes
como la Pascua y la Navidad. Estas son
centrales, nucleares en el año litúrgico, y
vienen precedidas cada una de su tiempo
que las prepara: la Cuaresma es a la
Pascua algo parecido a lo que es el
Adviento a la Navidad. Pero Adviento y
Cuaresma son tiempos en que las
comunidades
cristianas
están
psicológicamente más predispuestas a la
creatividad, a hacer cosas, a organizar
algo. Por esta razón debemos aprovechar
estas disposiciones para mejorar y
potenciar el canto.
Empieza afirmando que “los cantos de las
celebraciones, especialmente de la Misa,
pero también los de los ejercicios
piadosos, han de ser conformes al
espíritu de este tiempo, y corresponder lo
más posible a los textos litúrgicos” (19).
Cuando habla del Domingo de Ramos
recuerda que “durante la procesión los
cantores y el pueblo cantan los cantos
indicados en el Misal Romano, como son
35
Taller para Coros y animadores de Canto
el salmo 23 y el 46, y otros cantos
apropiados en honor de Cristo Rey” (32).
Pero sobre todo al hablar del Triduo
Pascual se preocupa de que también se
cuiden los cantos, como luego diremos.
indudable la eficacia psicológica del
silencio con que empieza la celebración
de la Muerte del Señor el Viernes Santo,
cuando normalmente buscamos la
ambientación con un canto de entrada.
Durante la Cuaresma tiene que cambiar
nuestro repertorio. En el Tiempo Ordinario
cantamos el “Juntos como hermanos” o
“Junto a ti al caer de la tarde”, pero en los
tiempos fuertes y fiestas los cantos deben
ser nuevos, propios, casi exclusivos de
este tiempo, porque así es como ejercen
su mejor influencia educativa, marcando
los diversos tiempos del Año.
Un detalle de la pedagogía maternal de la
Iglesia es la excepción en todo este largo
recorrido en la austeridad: el cuarto
domingo de Cuaresma, domingo laetare,
se permiten los instrumentos y el adorno
discreto del altar con flores.
Como signo de austeridad no deberíamos
cantar el canto final ni tampoco en el rito
de la paz, para resaltarlo más en Pascua
como signo de la presencia del
Resucitado. En Cuaresma, como en
cualquier tiempo, debemos cantar, pero
no debemos cargar de cantos la
celebración. Demos oportunidades en
este tiempo al silencio musical y a la
austeridad en el canto.
Aquí sería bueno recordar las direcciones
en que debe moverse el canto durante
Cuaresma. A la luz de estas claves
teológico-espirituales cabría discernir los
cantos que ya existen, los que vale la
pena seleccionar para nuestro repertorio y
los que habrá que componer para ayudar
a las comunidades cristianas a expresar
bien su fe y crecer en su celebración más
profunda de la Pascua.
2.- Los textos de los cantos
Cuidar la letra (los contenidos) de un
canto, así como su calidad musical, su
adaptación al momento de la celebración,
al tiempo litúrgico y a la comunidad
concreta, son aspectos importantes, no
indiferentes. De ellos puede depender en
buena medida la eficacia espiritual de la
Cuaresma como preparación a la Pascua.
No podemos olvidar que el tiempo de
Cuaresma es un tiempo penitencial;
tiempo de austeridad, que se manifestará
tanto en el ornato del templo como en el
canto. Esta austeridad hay que destacarla
para que resalte más el gozo cuando se
haga desbordante en la Pascua. Por
este motivo, desde el comienzo de la
Cuaresma hasta la vigilia Pascual queda
prohibido adornar con flores el altar; no se
recita ni se canta el gloria ni el aleluya en
ninguna celebración.
Los grandes temas que deben aparecer
en los textos de Cuaresma reflejan las
distintas directrices de la Cuaresma
actual. Los cantos con el tema del pecado
y el perdón son abundantes. Es una
directriz que se ha desarrollado bastante,
pero en Cuaresma tenemos que cantar
algo más que el pecado y el perdón.
Durante la Cuaresma, por ejemplo, callan
los
instrumentos,
no
acompañan
“festivamente”, permitiéndose sólo para
sostener el canto, como corresponde al
carácter penitencial de este tiempo; es
decir, acompañan “prácticamente”. Así
también el aleluya deja de cantarse pues
el silencio resulta una buena pedagogía,
para que el Aleluya de la Noche Pascual y
el sonido de los instrumentos en Pascua
destaquen su intensidad festiva. Es
Otros
temas
cuaresmales
los
encontramos en las lecturas, las
oraciones, las Plegarias Eucarísticas, los
sacramentos de este tiempo: el paso de la
enfermedad a la salud, de la oscuridad a
la luz, de la debilidad a la fortaleza, de la
tentación y el pecado a la gracia y la
victoria. De la muerte a la vida.
36
Taller para Coros y animadores de Canto
Experimentando en nuestra existencia
este mismo paso Pascual de Cristo
Jesús.
sentirnos
y reconocernos débiles.
Comunidad de pecadores, que necesitan
la salvación. Los que son ricos no piden.
Los que lo saben todo no preguntan. Los
que se creen santos no piden perdón.
Pero nosotros nos sentimos pecadores.
Esto es lo que fundamentalmente
deberían reflejar también los cantos de la
Cuaresma y la Pascua: nuestra
incorporación a la Pascua de Jesús.
Esta actitud debe ir unida a otra muy
importante: la de conversión. Las tres
direcciones en que esto se concreta
tradicionalmente, a modo de prácticas
cuaresmales, son el ayuno (control de sí),
la oración (apertura a Dios) y la caridad
(apertura al prójimo). Un ayuno que no ha
pasado de moda: el cristiano tiene que
seguir diciendo a veces “no”, para lograr
ser libre y recordarse a sí mismo que lo
material no es lo absoluto. Una oración
que no sólo es decir oraciones, sino
abrirse a Dios. Una caridad que no es
sólo limosna, sino solidaridad y apertura
al prójimo.
Ahora bien, el proceso de Pascua recibe
expresiones
muy
variadas
y
complementarias. La primera es la
negativa: la experiencia que todos
tenemos de ser débiles y de que existe el
pecado en nosotros, en la comunidad
eclesial y en el mundo. No todo en
nosotros es ya Pascua o evangelio. Hay
muchas cosas que son anticristo. Como
también hay estructuras, en nuestro
mundo, que se pueden considerar
estructuras de pecado.
La Pascua de Jesús, el paso del Señor,
debe estar siempre en el horizonte de
nuestros cantos. El tema del éxodo, por lo
que tiene de movimiento, de dinamismo.
El
prójimo, la solidaridad con los
necesitados, como apertura a los
hermanos; la escucha atenta y meditativa
de la Palabra como apertura a Dios.
Además de los símbolos que acabamos
de nombrar -agua, luz y vida- se habla del
hombre viejo que deja paso al hombre
nuevo, de los cristianos revestidos de
Cristo, del grano de trigo que tiene que
morir para dar fruto, y se ponen en juego
simbolismos como el de la ceniza o el
fuego, los cirios que participan de la luz
del Cirio de Cristo, etc.
Otros temas son el desierto, con su
travesía y su experiencia de libertad; la
montaña sagrada, con su escala para
llegar a la Pascua; los sacramentos
Pascuales: el recuerdo vivo de nuestro
bautismo; el agua ( la mujer samaritana ),
la luz ( el ciego de nacimiento ), la vida (
la resurrección de Lázaro ). Todos estos
temas
nos
señalan
la
dirección
catecumenal de la Cuaresma. La
conversión, la alianza nueva, la
renovación bautismal, etc.
3. Los cantos en la Eucaristía
cuaresmal
Unas breves sugerencias sobre el
recorrido de los cantos de la Eucaristía en
el tiempo de Cuaresma.
El canto de entrada debería ser más
bien de tono penitencial en las cuatro
primeras semanas, y en las últimas más
centrado en la redención de Cristo y la
Cruz. Por ejemplo, sería bueno cantar
una o dos estrofas del canto “Danos, un
corazón” (u otro canto), y volver a cantar
otra estrofa como acto penitencial, dando
así unidad a todo el rito de entrada. ¿Qué
mejor cosa podemos pedir, cantando, a
Es lógico que la Cuaresma la empecemos
escuchando la frase con que el sacerdote
nos pone la ceniza: “conviértete y cree en
el Evangelio”. Cuaresma de pecadores.
Otra actitud, quizá la primera, actitud que
debería reflejarse en los cantos es la de
37
Taller para Coros y animadores de Canto
Dios, que el que nos dé un corazón
nuevo?
propias de cada día, y si no puede ser,
recurrir a las aclamaciones más comunes:
“Tu Palabra me da vida”, “Señor, tú tienes
palabras de vida eterna”, que se
convertirían en específicas del tiempo
Cuaresmal.
Cabe también cantar las letanías de los
santos como canto de entrada en los
domingos de Cuaresma. Durante la
procesión se inicia el canto de las
letanías, eligiendo los santos más
significativos. Se interrumpe para el
saludo del presidente y una breve
monición, y luego se sigue con las
invocaciones penitenciales que hay en las
mismas letanías, para concluir todo con la
oración colecta del día. Esta iniciativa,
además de dar mayor variedad al modo
de comenzar la celebración, proporciona
la ocasión de invocar a los santos, lo que
hace bien a una comunidad cristiana: los
santos, con la Virgen al frente, son los
que han celebrado mejor la Pascua del
Señor, son los mejores frutos de la
Pascua de Cristo, los que nos han
demostrado que vivir el evangelio es
posible desde todas las condiciones de la
vida.
Para después del evangelio están las
aclamaciones normales, pero con canto:
“Palabra del Señor. Gloria y honor a ti,
Señor Jesús”.
La respuesta (a ser posible cantada) a la
oración Universal en Cuaresma podría
ser más distintiva de este tiempo. Si
siempre se canta “Te rogamos, óyenos”,
“Te lo pedimos, Señor”, en este tiempo
podría ser “Kyrie, eleison”, con músicas
gregorianas sencillas.
La aclamación memorial, después del
relato de la institución, podría ser para
todo el tiempo de Cuaresma-Pascua:
“Cristo se entregó por nosotros. Por tu
Cruz y Resurrección nos has salvado,
Señor”.
El salmo responsorial debe ser el
propio. Es bueno aprovechar los del Libro
del
Salmista,
conscientes
de
la
importancia meditativa de este salmo y la
respuesta cantada por parte del pueblo.
En Cuaresma es bueno que se cante
siempre el Cordero de Dios durante la
fracción del Pan, que debería ser
prolongada, como pide el Misal,
comulgando siempre del pan partido en la
misma celebración.
En torno al Evangelio hay una doble
serie de aclamaciones. Antes de la
lectura, como en Cuaresma no se canta el
Aleluya, es la ocasión para dar a esa
pequeña aclamación el tono de alabanza
al Cristo que nos va a hablar. Por poco
que se pueda, sería bueno ensayar las
que el Libro del Salmista pone como
El canto de comunión podría ser más
austero: centrado en el Cristo que nos
redime, que quiere ser nuestro alimento
en el camino para la Pascua.
38
Taller para Coros y animadores de Canto
EL CANTO LITÚRGICO EN SEMANA SANTA Y
TRIDUO PASCUAL
La Congregación para el Culto Divino
publicó el 16 de enero de 1988 el
documento La preparación y celebración
de las fiestas Pascuales (PFP) con un
objetivo claro: “recordar algunos aspectos
doctrinales y pastorales..., en orden a
mejorar la celebración de los misterios de
la redención y favorecer la participación
más fructuosa de los fieles a las mismas”
(PFP 5).
Cantos
recomendados
para
la
procesión:
Anunciaremos tu Reino Señor nº16
Cantad Alegres a Dios
Camina Pueblo de Dios nº27
Juntos como hermanos nº111B
Que alegría cuando me dijeron nº159
Tu reinarás nº210
Tu Reino es vida nº211
Vienen con Alegría nº236
1.- DOMINGO DE RAMOS
La Semana Santa comienza con el
domingo de Ramos en la Pasión del
Señor en Jerusalén.
Para la Eucaristía se entonan los cantos
de Cuaresma
2.- JUEVES SANTO
2.1- Misa Crismal
“Durante la procesión los cantores y el
pueblo cantan los cantos indicados en el
Misal Romano, como son el salmo 23 y el
46, otros cantos apropiados en honor de
Cristo Rey” (PFP 32). Escoger cantos
apropiados para este día es una tarea
pastoral muy importante ya que a través
del canto vamos a favorecer el que todos
sintonicen
con
el
misterio
que
celebramos.
La Misa Crismal tiene dos aspectos de
gran utilidad pedagógica para nuestros
cristianos.
Por un lado, el obispo
consagra el Crisma y bendice los Óleos
para los distintos sacramentos, dentro de
la eucaristía. Por otro lado, esta eucaristía
es como una manifestación de la
comunión existente entre el obispo y sus
presbíteros en el único y mismo
sacerdocio y ministerio de Cristo (P.O. 7).
Es un buen modelo de cómo deberían
cuidarse los cantos “propios” de cada
tiempo o fiesta, para dar a su celebración
la máxima expresividad y profundidad
posible.
2.2- Misa Vespertina: En la Cena del
Señor.
La misa vespertina en la Cena del Señor
no es ni más ni menos que una eucaristía,
celebrada con toda dignidad, autenticidad
y motividad por celebrarse en la noche en
que fue entregado nuestro Señor. Pero la
eucaristía central en el Triduo Pascual es
la Vigilia Pascual.
Pero también pide que “no se omitan con
facilidad los textos litúrgicos de los cantos
para la participación del pueblo” y que sus
traducciones
tengan
melodías
apropiadas. “Prepárese un repertorio
propio para estas celebraciones, a ser
utilizado únicamente en las mismas”. O
sea, que no se resuelvan estas
celebraciones tan específicas de la Semana Santa con cantos “comunes”, sino con
“propios”, los más cercanos posible al
texto que los libros litúrgicos proponen.
El canto nos ayudará a celebrar con
mayor autenticidad y sentido.
Los cantos que hay que tener en
consideración.
1-Canto de Entrada.
2-Gloria (se canta con una
adecuada y oportuna monición)
39
Taller para Coros y animadores de Canto
3-Lavatorio de los pies
4-Procesión de los dones
5-Canto de Comunión
6-Traslado del Santísimo al lugar
de la reserva.
Cantos
recomendados
Eucaristía y la Vigilia:
para
- los cantos de la ostensión y la
adoración de la Cruz (“Mirad el árbol de la
Cruz”, etc.),
La comunión puede ser en silencio para
que el signo sea más expresivo.
la
EL
USO
DE
INSTRUMENTOS
MUSICALES DEBERÍA SER NULO ESTE
DÍA.
Cantos Eucarísticos, de adoración y de la
caridad o amor.
4.- SÁBADO SANTO
Durante el Sábado Santo -hasta la Vigiliala Iglesia permanece junto al sepulcro del
Señor, meditando su pasión y muerte, su
descenso al lugar de los muertos, y
esperando en la oración y en el ayuno su
resurrección.
Ver índice del Cantad Alegres a Dios.
CANTOS CATÓLICOS Y NO DE OTRAS
DENOMINACIONES.
3.- VIERNES SANTO
Es un día para contemplar en silencio la
muerte del Señor y por eso los cantos no
se usan o por lo menos con mucha
austeridad. Este día está completamente
centrado en la cruz. La comunidad
cristiana proclama la pasión del Señor y
ejercita su función sacerdotal rogando por
todos los hombres, adora la cruz y
comulga de la reserva del día anterior.
Es un día de silencio, lleno de oración,
esperanza y gozosa expectativa. Día de
serenidad, recogimiento, sosiego y
sobriedad. Todo el peso espiritual de este
día recae en la Liturgia de las Horas.
- En la Vigilia Pascual, se cantan las
aclamaciones en torno al Cirio Pascual y
al pregón, las respuestas a los salmos
responsoriales -como mínimo-, el Aleluya,
las letanías de lo santos -si hay bautizosy la aclamación que sigue a la bendición
del agua, así como los cantos que
acompañan a la aspersión con el agua
(que también podrían servir para cuando
los domingos la Eucaristía se inicia con
esta aspersión).
En la celebración de la pasión del Señor,
“el sacerdote y sus ministros se dirigen en
silencio al altar sin canto alguno” (PFP
65). La pasión según san Juan se canta o
se proclama.
Para la adoración de la cruz úsese una
única cruz, tal como lo requiere la verdad
del signo. Durante la adoración, cántense
las antífonas, los “improperios” y el himno
Oh cruz fiel, que evocan con lirismo la
historia de la salvación, o bien otros
cantos apropiados.
- la oración universal del Viernes
Santo sobre todo la aclamación de
respuesta del pueblo,
También en otros momentos se pide que
haya
melodías
oportunamente
publicadas: el pregón Pascual y la
bendición del agua bautismal.
40
Taller para Coros y animadores de Canto
EL CANTO LITÚRGICO EN PASCUA
1. Nota Introductoria.
Si la cuaresma era un tiempo de
austeridad y silencio musical, la pascua
es el tiempo de realce musical, de
abundancia y florecimiento del canto. Es
un tiempo de alegría y de gozo para
entonar cantos de fiesta en honor de
Cristo resucitado.
2.1- Cantos propios de la Vigilia.
A- El canto del Lucernario
La proclamación de “Luz de Cristo” que
puede ser cantada y rearfirmada por la
respuesta de los fieles “Demos gracias a
Dios” en el camino al templo, integra el
sentimiento comunitario a través de la
marcha.
En pascua tenemos que conseguir que la
liturgia, en su conjunto, suene y resuene
como una gran obra sinfónica: la sinfonía
de la nueva creación en Cristo, afinados y
vibrantes todos sus instrumentos.
B- El canto del Pregón
El cantor del pregón, además de
ensayarlo bien, es preciso que sienta su
contenido y lo exprese vibrando con el
texto y el sentido al pueblo, el cual
participará con las respuestas que le son
propias y que hacen más cercano el
sentido final de este hermoso poema.
Una de las actividades principales de la
comunidad cristiana durante el tiempo
pascual es el canto al Señor resucitado,
vivo y glorioso “Sólo el hombre nuevo
puede cantar el cántico nuevo” (san
Agustín). La pascua es la Fiesta de las
fiestas y “Cristo resucitado - nos dice san
Atanasio - viene a animar una gran fiesta
en lo más íntimo del hombre”.
3.- El canto de los Salmos en la noche
pascual.
En la noche pascual se da un gran
diálogo entre Dios y su pueblo. Dios habla
a su pueblo por medio de las lecturas y su
pueblo le responde con los salmos y las
oraciones.
El ideal está fijado en cantar todos los
salmos enteros. Cuando esto no es
posible podemos cantar al menos las
antífonas.
La palabra clave es !Aleluya!
No podemos olvidar ni separar de la
pascua los cantos al Espíritu Santo, pues
Pentecostés no es una fiesta aparte. Es
la plenitud y el cumplimiento de lo
inaugurado en la noche de pascua: el
Espíritu que resucitó a Jesús de entre los
muertos. Es el culmen de la pascua.
 I lectura: Salmo 103. nº140 “Oh Señor
envía tu Espíritu, que renueve la faz de
la tierra”
2.- El canto en la Vigilia Pascual.
Durante la Vigilia, la Iglesia espera la
resurrección del Señor y la celebra con
los sacramentos de la iniciación cristiana.
 II lectura: Salmo 15. nº270 o la
siguiente respuesta: “Protégeme Dios
mío me refugio en ti. Protégeme Dios
mío me refugio en ti”
La Vigilia pascual, “la madre de todas las
santas vigilias” (san Agustín), es una
noche de vela de la comunidad en honor
del Señor.
Con ser la noche más
importante del año, no es muy popular,
aunque poco a poco la comunidad
cristiana se va centrando en esta noche.
 III lectura: Salmo Ex15,1-6.17-18
Nº338 o la siguiente respuesta:
“Cantemos al Señor, sublime es su
victoria. Cantemos al Señor, sublime
es su victoria”
41
Taller para Coros y animadores de Canto
 IV lectura: Salmo 29. Cantar la
siguiente respuesta: “Te ensalzaré,
Señor, porque me has librado. Te
ensalzaré, Señor, porque me has
librado”
 V lectura: Salmo Is 12,2-6. Cantar la
siguiente respuesta: “Sacaréis aguas
con gozo de las fuentes de la
salvación”.
5- El canto del aleluya
Este canto es distintivo de todas las
celebraciones pascuales. En la Vigilia
Pascual se toma como aleluya antes del
Evangelio, el salmo 117 que se canta
luego de la octava lectura.
6- Liturgia Bautismal.
Si esta noche hay bautizos, entonces se
deben preparar cantos para el momento
del rito:
 VI lectura: Salmo 18. nº209 “Tu
Palabra me da vida” o cantar la
siguiente respuesta:“Señor tu tienes
palabras, palabras de vida eterna”
Letanías de los Santos y otros: eje. nº310:
“Hay que nacer del agua”
 VII lectura: Salmo 41. Se puede cantar
la primera estrofa y el estribillo del
canto nº36, como respuesta del salmo:
“Como el siervo al agua va, vamos
hacia ti Señor...”
7- Los demás cantos son como en el
ordinario.
No hay que olvidar que esta noche es
factible el canto de la Paz con todo su
sentido en medio de la esperanza y en
gozo pascual.
 VIII lectura: Salmo 117. nº86 “Este es
el día en que actuó el Señor, sea
nuestra alegría...”
8- El canto del “Regina Coeli”
Es un canto pascual, de tinte mariano,
que asocia la figura maternal de la Virgen
el plan Redentor de su Hijo.
4- El gloria.
Se entona con toda la solemnidad y la
alegría de Cristo resucitado, después de
la séptima lectura con su salmo.
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Taller para Coros y animadores de Canto
Cantos para el domingo ________________ de __________________
Fecha_______________
Primera Lectura ________________________________
Salmo ________________________________________
Segunda Lectura _______________________________
Evangelio _____________________________________
Canto de entrada ___________________________________________
Acto penitencial _____________________________________________
Himno del gloria _____________________________________________
Salmo o antífona
Responsorial _______________________________________________
Aclamación antes
del Evangelio _______________________________________________
Presentación de
los dones __________________________________________________
Santo _____________________________________________________
El gran amén de
la Plegaria _________________________________________________
Padrenuestro_______________________________________________
Canto de paz _______________________________________________
Cordero de Dios _____________________________________________
Canto de comunión ___________________________________________
43
Taller para Coros y animadores de Canto
Bibliografía Utilizada
Antonio Alcalde. Canto y música litúrgica
Alberto Aranda. Manantial y Cumbre
Buena Prensa, Actualidad Litúrgica
Marzo-Abril 1982
Julio-Agosto 1990
CELAM. Celebrar la Eucaristía
Conferencia Episcopal Chilena, Comentando la Institutio Generalis 2000
Dionisio Borobio. La Celebración en la Iglesia
Editorial montecarmelo, Chapucillas Litúrgicas
OGMR Ordenación General Misal Romano Pablo VI, 1975
IGMR Institutio Generalis Missalis Romani Juan Pablo II, 2000
OLM Ordo Lectionum missae Pablo VI, 1969
Material elaborado por
Pbro. Sixto Edo. Varela Santamaría.
Cura Párroco
San Joaquín de Flores
2012
44
Taller para Coros y animadores de Canto
Anexos
45
Taller para Coros y animadores de Canto
NO CANTE CON LA ASAMBLEA DESDE EL MICRO
Jean Lebon
Más de un animador de cantos se
sobresaltará al leer este título. Pero, ¡si
pudiera hacer que escucharan dos
grabaciones tomadas en directo en una
misma asamblea: una en la que el
animador se calla y otra en la que vocifera
desde el micro...! Esta última actitud es un
grave error. He aquí mis argumentos:
— Contrariamente a una opinión muy
extendida, cantar con la asamblea desde el
micro, lejos de incitarla, la invita a no
cantar. Los grandes del mundo de la
canción lo saben: cuando quieren que el
público participe y cante,
ellos callan.
— Cuando el animador
canta desde el micro, la
imagen sonora de la
asamblea
queda
falseada.
Se oye un vago murmullo
acompañando la voz de
un líder. ¿Es esto el
Pueblo de Dios?
— Si el animador canta
desde el micro con la asamblea, ésta
podrá progresar, quedará ahogada.
animador se convertirá inevitablemente
la boquilla vocal sin la cual la asamblea
tiene voz.
uno que cante. En cambio, todo irá mejor si
él calla y busca únicamente mediante el
gesto obtener lo que espera de la
asamblea.
— Para verificar si el canto ya está bien
sabido hay que incitar a cantar, escuchar y
callar. Si todavía no —en .período de
aprendizaje—, se debe tener cuidado con
las deformaciones (los casos son
numerosos).
— Si el animador está convencido y actúa
con decisión, sin vacilar, la asamblea
responderá sin titubeos. La
naturaleza siente horror al
vacío y la asamblea también.
Si el animador calla, quizá
después de alguna vacilación
un tanto miedosa, se elevará
un canto, no el del animador,
sino
aquel
original
e
irremplazable del Pueblo de
Dios.
Algunas
observaciones
complementarias...
no
El
en
no
— La Liturgia —y muy a menudo el canto—
es diálogo en el que cada cual tiene su
papel (vocal). Entonces, y sólo entonces, la
liturgia será viva.
— Si todos lo cantan todo, el "templo" se
adormece de estrofa en estrofa. Es
entonces cuando el solista debe reanimar el
canto y devolverle la vivacidad que ha ido
perdiendo poco a poco.
El animador no logrará su propósito si en el
fondo busca inconscientemente una
seguridad cantando: por lo menos que haya
46
— Hablamos del canto con micrófono.
Estas observaciones son válidas también
para el presidente de la celebración, para el
lector desde el ambón. Su deseo de cantar
con la asamblea es totalmente legítimo:
pero que sepan retirarse del micro.
El principio aquí expuesto tiene una
excepción: cuando el canto es nuevo,
totalmente desconocido por la asamblea, y,
sobre
todo,
cuando
no
hay
acompañamiento musical. En estos casos
el animador podrá cantar con la asamblea,
pero manteniendo una distancia del micro
de unos 40 cms.
"Eglise qui chante" (noviembre 1989)
(publicado en Misa Dominical)
Actualidad Litúrgica Julio - Agosto 1990 pág. 10
Taller para Coros y animadores de Canto
DUDAS SOBRE LA MÚSICA LITÚRGICA
1) ¿Que es la Música Litúrgica?
La música Litúrgica, como su nombre lo
dice, es la música que utilizamos dentro
de las celebraciones litúrgicas de nuestra
Iglesia; Misa de Domingo, funerales,
bodas, confirmaciones ó
bautismos. La Liturgia
Católica es una Liturgia
musical. La asamblea de
creyentes tiene un papel
central en el canto de la
Liturgia. La gente canta
textos de la Palabra de
Dios y textos de los
rituales de la Liturgia.
oración en la asamblea. Es muy
importante que la gente cante porque la
acción de cantar la liturgia forma
cristianos. Cuando la comunidad canta,
ésta expresa y profundiza su
fe.
La música Litúrgica realza los
textos y rituales de la liturgia
y mueve a la asamblea a la
unidad. Abandonamos el
individualismo para unirnos
en
una comunidad
de
creyentes cantándole a Dios. Escogemos
música que ayuda a la comunidad a
cantar su fe en unidad. Por lo tanto,
debemos re-evaluar la utilización de
cualquier
canto
que
no
cumple
completamente con la misión de mover a
la asamblea a cantar en unidad y fe.
El papel más importante de los coros o
cantores es el de ayudar a la asamblea
de creyentes a participar de lleno en la
Liturgia en forma activa y consciente. El
canto en la Liturgia y sus ritos es una
dimensión normal de cada experiencia de
2) ¿Por qué el Vaticano II enfatizó que la gente debe cantar?
Citando 1 Pedro 2,9, el Concilio Vaticano
II afirmó que el Pueblo de Dios debe
participar
completa,
consciente
y
activamente en la Liturgia. El Concilio
ordena a los Pastores de la Iglesia a
hacer la participación activa en la liturgia
la meta prioritaria frente a todas las otras
metas. Cuando la asamblea de creyentes
canta la liturgia, esta está participando
activamente en la liturgia y expresando su
fe. Expresar la fe, la profundiza.
diáconos podían proclamar la Santa
Escritura. Los catequistas instruían a los
Católicos a venir a oír Misa. La gente
entendía que 'ministerio' era algo
reservado para los sacerdotes, hermanos
y hermanas religiosas. Estas prácticas,
consecuentemente limitaban al pueblo en
su noción de responsabilidad personal de
llevar el reino de justicia a su vida diaria.
Los
En los años anteriores al Concilio
Vaticano II, el pueblo no cantaba ni
respondía durante la Santa Misa. El
pueblo era espectador pasivo que veía al
sacerdote y a los servidores hacer la
liturgia y llevar a cabo los responsorios y
aclamaciones. Sólo el coro cantaba. La
gente escuchaba. Sólo los Sacerdotes y
47
pastores
de
nuestra
Iglesia
entendieron que
el pasivismo en
el canto y las
respuestas era
algo
más
apropiado para
un salón de
conciertos y no
para
una
Taller para Coros y animadores de Canto
asamblea de creyentes expresando y
profundizando su fe como comunidad.
El propósito del canto en la liturgia es el
proclamar el mensaje y expresar
sentimientos humanos. Cantamos los
ritos, respondemos, proclamamos la
Palabra de Dios y compartimos en el
Sacrificio del Cuerpo y la Sangre de
Cristo. El presidente nos envía a
continuar nuestro ministerio en el mundo
como Cuerpo de Cristo. Somos los
ministros responsables de construir el
reino en el mundo. Salimos a evangelizar.
Después del Concilio Vaticano II, hemos
visto que la participación activa en una
celebración litúrgica bien planeada tiene
el poder de formar a la persona en su fe y
fortalecerle para evangelizar a la
sociedad. La participación activa puede
convencer al pueblo de Dios de que el
ministerio es también su misión
3) ¿Cuál es la diferencia entre los términos "música sacra" y
"música litúrgica"?
Ambos términos "música sacra" y música
litúrgica" se refieren a la música utilizada
dentro de la liturgia. Lo que estos dos
términos diferentes indican es el cambio
en la forma en que la iglesia se refería a
la música para la liturgia antes del
Concilio Vaticano II y como se refiere
después de éste.
la liturgia en el siglo VI, asignando cantos
propios a los textos de la liturgia durante
el año litúrgico. Los compositores
europeos de la iglesia del mundo
conocido escribieron cantos simples para
los salmos, cánticos, e himnos de la
liturgia y la Sagrada Escritura.
Más tarde el Papa Pío X
(1903 - 1914) reunió a los
oficiales de la Iglesia para
delinear la forma en que los
compositores
pudiesen
escribir e implementar música
para
la
liturgia.
Los
compositores
de
música
sacra debían ser aprobados
por Roma y la lista original
estaba constituida por compositores
europeos solamente. Con esta forma de
control, Roma desarrolló un sistema de
criterios y estándares que les permitía
juzgar objetivamente la naturaleza sacra o
profana de la música.
Durante los primeros tres
siglos de la Iglesia, los
Pastores de la iglesia
enseñaban que la música
es sirviente de la religión.
La música para la liturgia
era
llamada
"música
sacra." La música era
sacra sólo cuando ésta
abría las mentes de los creyentes a las
enseñanzas cristianas y preparaba sus
corazones para la vivencia de lo sagrado.
Es por esto que la música instrumental
estaba prohibida en las iglesias, pues al
carecer ésta de un texto de reflexión, no
podía convertir los corazones de los
creyentes.
En el siglo pasado el Concilio Vaticano II
produjo el documento 'Constitución de la
Liturgia Sagrada' (Diciembre 4, 1963)
Este
documento
menciona:
"para
promover la participación activa, la gente
debe ser motivada a tomar parte en la
celebración por medio de aclamaciones,
respuestas, salmodia, antífonas y cantos,
así como por medio de acciones, gestos y
Cuando la Iglesia se estableció en Roma,
entre los siglos VI (seis) y IX (nueve),
definió como sagrada la música que se
utilizaba en la liturgia y como profana la
música popular. Con la ayuda de
investigaciones y recursos de los
Benedictinos, el Papa Gregorio I organizó
48
Taller para Coros y animadores de Canto
presencia" (CLS 30). Con esto la
asamblea reemplazó al coro como
cantantes principales en la liturgia.
ese tiempo. Como resultado, el canto en
el idioma vernáculo paso a ser esencial
en la liturgia.
Esta nueva perspectiva y la celebración
de la liturgia en el lenguaje de la gente
ampliaron nuestra idea de la música
litúrgica. Los pastores de la Iglesia
estaban convencidos que el texto cantado
puede activar una conversión más
profunda en el corazón de las personas al
cantar estas en su propio idioma en vez
de Latín, el único lenguaje permitido hasta
El documento también abrazó la opción
de que la música fuese hecha por la
gente de las varias culturas en el mundo.
Roma no controlaría ya más una lista de
compositores aprobados de música
litúrgica. Como resultado, la música
católica
se
convirtió
en
música
multicultural
4) ¿Cuál es la función del Cantor?
El Cantor es un facilitador y un instructor.
El cantor anima a la asamblea a cantar y
tiene la capacidad de enseñarles música
nueva. El cantor actúa cuando no hay
coro que guíe a la asamblea a cantar en
la liturgia. El Cantor enfoca su atención en
la gente para asegurar que ésta cante.
El
Cantor
debe
resistir
la
Aunque el salmista, que tiene la función
de cantar los versos del Salmo
responsorial y la antífona de la comunión,
tiene un papel diferente al del Cantor,
estas
dos
funciones
se
ven
frecuentemente combinadas en una sola
persona, el Cantor.
tentación de atraer la atención hacia sus
habilidades musicales. La música en la
liturgia es una actividad comunal, no
individual.
En
su
lugar,
estas
capacidades, el resultado del talento y
trabajo duro, son entregadas a la
comunidad y la liturgia como una avenida
para acercarnos a la presencia de Dios.
Aunque la comunidad puede y debiera
apreciar las habilidades del cantor, esas
habilidades son utilizadas a su máximo
para ayudar a la asamblea a participar
activamente ya cantar a toda voz. El
cantor debe entender la importancia de la
participación activa de la asamblea para
llevarla al centro del culto a Dios.
El Cantor o Salmista canta los versos de
los salmos en forma tal que cada palabra
es escuchada claramente. El cantor tiene
la responsabilidad de utilizar la Biblia y
otros recursos de estudio para conocer
los antecedentes históricos de cada
salmo para que, al cantarlo, sepa quien lo
cantaba en tiempos bíblicos y porqué
razón. Un cantor debe estar bien
preparado; es un ministro que presenta
un salmo después de haberlo orado,
estudiado su lugar en la tradición y
estudiado cada matiz de su utilización
musical. Este método toma tiempo y
permite al cantor interiorizar el salmo.
Cuando finalmente el salmo es cantado,
el Cantor lo hace desde dentro de su
corazón.
Para lograr el canto de la asamblea el
Cantor es un animador que utiliza gestos
para indicar la entrada a la asamblea. Su
cara
expresa
un
envolvimiento
participación entusiasta en el canto. Si se
utiliza un sistema de sonido, el Cantor
debe ser cuidadoso de no hacer que su
voz sea el sonido dominante en la
49
Taller para Coros y animadores de Canto
asamblea. El cantor puede guiar a la
asamblea en la primera frase o verso de
un canto conocido, pero se alejará del
micrófono para que los instrumentos
acompañen las voces del coro principal,
la asamblea. La voz del Cantor no debe
ser amplificada todo el tiempo. Las
personas en la asamblea deben oírse a si
mismas cantar sin la voz del cantor
dominando la asamblea.
La Constitución de la Sagrada Liturgia
aclara que cada persona, ministro o laico,
que tiene un oficio dentro de la liturgia,
debe hacer todas, pero solamente, las
partes que le corresponden a ese oficio
en particular, de acuerdo con la
naturaleza de el ritual y los principios de
la liturgia (CSL 28). El sacerdote no
proclama la primera y segunda lecturas o
el salmo, y así mismo, el cantor no toca el
instrumento.
En el caso de haber un organista o
pianista que acompaña a la asamblea,
éste debiera guiar a la asamblea sólo con
el instrumento y no tomar, si no es
necesario, el papel del cantor de guiar
también con la voz.
Cuando hay un coro, la función del coro,
como grupo, es muy similar a la del
cantor.
5) ¿Cuál es la función del Director Litúrgico de Coro?
Un
director
litúrgico conoce
por experiencia
la
oración
católica y la
celebración de
festividades
y
temporadas del
año
litúrgico.
Esta persona debiera tener un profundo
amor por la misión de Jesús, quien le
encarga a promover esa misión en cada
aspecto de la vida y ministerio de la
persona.
coro o cantor. El coro principal es la
asamblea que canta la liturgia. El director
se preocupa si hay tan sólo una persona
en la asamblea que no esté cantando.
El director convoca cantantes de fe a
hacer un coro que expresan su fe al
ministrar. El director escoge música
litúrgica integra y bien hecha que ayude al
coro a expresar la profundidad y belleza
de su fe. Al mismo tiempo, el director lleva
a cabo una formación constante musical y
catequética para los miembros del coro.
El director litúrgico se diferencia de un
director de un coro en una escuela o
universidad porque su enfoque es único.
Un director litúrgico de coro trabaja con
música para ayudar a la asamblea a
cantar el rito en la liturgia lo cual levanta
los corazones de los creyentes y los
mueve a la conversión y a la misión.
La meta de los músicos litúrgicos es la
participación completa, consiente y activa
de cada católico en la liturgia.
Recordemos que la asamblea completa
ejerce un ministerio de música. Esto es
logrado a través del diálogo de oración
cantada entre la gente, el dirigente y el
50
Taller para Coros y animadores de Canto
6) ¿Cuál es la función del Coro?
El miembro del coro es primero un
discípulo y después un ministro. El
músico pertenece primero que todo a la
asamblea; es un devoto y es un ministro
que comparte su fe, sirve en la
comunidad, y expresa el amor de Dios a
través de la música.
Un coro litúrgico está más preocupado en
establecer un diálogo musical entre sí, la
asamblea y el presidente de la liturgia.
Esta preocupación será mayor que el
deseo de actuar frente la asamblea.
El coro actúa como un grupo de cantores
para introducir música nueva, para
enseñar a la asamblea como participar
activamente en la liturgia, y para animar a
la asamblea a cantar.
El coro es un grupo de discípulos que son
músicos. Su meta es avivar la fe de cada
persona en la asamblea al mover a cada
uno a cantar y expresar su fe. El coro
apoya y anima el canto de la asamblea
7) ¿Por qué es el órgano el principal instrumento en la liturgia?
¿O realmente lo es?
acompañar a la asamblea en su cantar en
la liturgia.
En tiempos antiguos de la Iglesia, el
órgano se utilizaba fuera de la Iglesia. La
música dentro de la liturgia era solamente
vocal. Después que el Papa Gregorio VI
revisó los cantos en el siglo VI, la Iglesia
empezó a aceptar gradualmente el
órgano en la liturgia en los siglos VIII y IX
para acompañar los cantos. La Iglesia fue
utilizando el órgano y otros instrumentos
para hacer que el canto Gregoriano
sonara más bello. Sólo los instrumentos
aprobados por Roma podían se utilizados
en la liturgia. Aunque la Iglesia aceptó
gradualmente el órgano, no aceptaba
originalmente algunos instrumentos de
percusión. Estos instrumentos eran
considerados por la Iglesia instrumentos
seculares, no sacros. Conforme la fe se
fue esparciendo a otras tierras este juicio
debe haber sido extraño para otras
El
instrumento principal en la liturgia es la
voz de la asamblea (la gente, el
sacerdote, el coro, el cantor y todos los
otros ministros). El órgano puede
sostener la nota, la melodía y el ritmo de
los cantos o aclamaciones. Puede guiar y
51
Taller para Coros y animadores de Canto
culturas en las cuales los instrumentos de
percusión eran considerados sagrados.
litúrgicos se amplió a aceptar los que el
obispo local considerara apropiados.
Debido a la naturaleza universal de la
Iglesia en el mundo, y su apertura gradual
a otras culturas, la apertura a otros
instrumentos para la liturgia fue
cambiando. El criterio para instrumentos
Aunque el órgano se considera muy
apropiado para la liturgia ya no es el único
instrumento capaz de levantar los
corazones de los fieles o de facilitar su
participación.
8) ¿Cuáles otros instrumentos son apropiados para
acompañar a la feligresía durante la liturgia?
Aunque la Constitución de la Sagrada
Liturgia considera el órgano altamente
apropiado otros instrumentos pueden
utilizarse también en la liturgia.
instrumento es inapropiado.
Se puede utilizar un instrumento o un
grupo de instrumentos para la liturgia. Sin
embargo, se debe tener siempre presente
que lo más importante en la liturgia no es
la instrumentalización. Si se puede lograr
una buena instrumentalización pero esto
hace difícil el canto de la asamblea, se
esta interrumpiendo la liturgia y deben
hacerse cambios inmediatamente.
Podemos utilizar clarinete, flauta, oboe,
trompeta, tuba, trombón, saxofón, violín,
guitarra, arpa e instrumentos de
percusión, para nombrar algunos. Los
instrumentos,
así
como los músicos,
deben ayudar a la
asamblea a cantar
la liturgia. Cuando la
liturgia se detiene o
el canto de la
asamblea
es
interrumpido por la
utilización de un
instrumento
en
particular,
dicho
Siempre es importante que quienes tocan
cualquier instrumento durante la liturgia
busquen una constante superación en sus
técnicas y capacidad musical, pero nunca
para llegar a opacar o sobresalir ante el
canto de la asamblea, sino para
embellecerlo cada vez más.
9) ¿Cómo podemos lograr que la asamblea
cante con gusto y bien?
Para lograr que una asamblea cante hace
falta establecer un repertorio de música
litúrgica que le guste a la gente. Estos
cantos deben ser repetidos durante las
temporadas litúrgicas del año. Un
repertorio sólido da forma e instruye a la
asamblea que le gusta cantar en una
espiritualidad cristiana.
ser delegado con la responsabilidad de
seleccionar y formar el repertorio de la
asamblea en tal forma que la asamblea
pueda cantar cantos apropiados para
cada temporada del año litúrgico. Muchas
veces se ve que no se le da la
importancia necesaria a esta necesidad.
El repertorio litúrgico de la parroquia
forma la espiritualidad católica. Si el
repertorio es débil o no existente esto
puede deformar espiritualmente a la
asamblea.
El repertorio de la parroquia debe
empezarse
con
una
planeación
cuidadosa. Un ministro de música debe
52
Taller para Coros y animadores de Canto
La asamblea necesita a un músico
competente y principalmente fervoroso
que entienda los rituales de la liturgia y
escoja la música apropiada para cada uno
de estos de acuerdo con la temporada
litúrgica. Este músico debiera tener la
a la asamblea al centro de la adoración
para cantar la liturgia.
Por lo menos una parte de la asamblea
debe tener acceso al texto y la música. La
utilización de himnarios es recomendable
cuando sea posible para unificar a la
asamblea. También es una buena
práctica el planear música que la gente
pueda aprender de memoria.
La parroquia necesita la utilización de
instrumentos de buena calidad sonora,
debidamente afinados y acompañando al
coro y a la asamblea desde un lugar
apropiado en la asamblea. Los músicos
deben capacitarse constantemente en el
manejo
de
su
instrumento
para
embellecer el canto de la asamblea.
capacidad de estudiar, enseñar y dirigir la
música litúrgica de modo que pueda llevar
10) ¿Cómo se puede organizar un repertorio
litúrgico para la parroquia?
El encargado de la Pastoral Litúrgica
debe tener una reunión con todos los
coros y cantores para planear el año
litúrgico por llegar. Juntos pueden hacer
una lista de los cantos, himnos y
aclamaciones que la asamblea canta
bien. La meta es tener un repertorio
utilizado por todos y así evitar que cada
Misa tenga un repertorio diferente. El
repertorio puede ser lo suficientemente
extenso para que cada Misa no sea una
replica de la anterior en cuanto a la
selección de cantos, pero que todos los
cantos utilizados en varias Misas de un
sólo día tengan una verdadera unificación
en tema. Trabajando juntos el director
ayuda a acordar lo siguiente:
más conocidos en todas las Misas de la
parroquia.
Incluir
seis
cantos
procesionales o convocatorios, (cantos de
entrada), que la gente sepa ya de
memoria y los cante regularmente.
1. Un esbozo del año litúrgico completo:
Adviento, Navidad, tiempo Ordinario de
invierno, Cuaresma, Triduo Pascual,
Pascua (incluyendo Pentecostés) y
tiempo Ordinario de verano.
3. Para las aclamaciones de la oración
eucarística, escoger unos tres Santos,
Aclamaciones Memoriales y varios Amen.
Tratar de que la aclamación memorial y el
amén sean en el mismo tono para
utilizarlos juntos. Hay que tomar suficiente
tiempo para enseñar a la asamblea
cualquier nueva versión de estas
oraciones cantadas. Aunque parezca
2. Hacer una lista de alrededor de seis
cantos que la asamblea ya conoce para
cada temporada. Lo mejor es escoger los
53
Taller para Coros y animadores de Canto
aburrido para los miembros del coro, no
hay nada de malo en el utilizar las
mismas oraciones durante todo el año si
es necesario para que la asamblea las
aprenda y las cante. Lo mismo se debe
aplicar para el Cordero de Dios cantado.
la asamblea canten con gusto. Los
miembros del coro podrán decir que están
aburridos de estar cantando los mismos
cantos con la asamblea, pero el que la
asamblea se sepa bien un repertorio
apropiado le puede dar la oportunidad a
los miembros del coro de concentrarse en
otras áreas del canto para hacer los
cantos más interesantes, por ejemplo,
hacer voces utilizando las diferentes
voces, altos, sopranos, bajos, tenores
para crear polifonías mientras la
asamblea canta la melodía base.
Además, conforme la asamblea se
descubre como parte activa e importante
en los momentos de canto, esta estará
más dispuesta a aventurarse a aprender
nuevos cantos de vez en cuando.
El crear un repertorio como el
mencionado arriba le da a la asamblea un
repertorio lo suficientemente extenso para
el año litúrgico. Se debe permitir el tiempo
necesario para que la asamblea lo
domine. El hecho de que la asamblea
completa sepa un canto determinado no
es señal de que ya hay que cambiarlo,
sino de que el coro esta cumpliendo su
misión ministerial.
Recuerda que la misión del coro de la
parroquia es el que todas las personas en
11)
¿Cual es la mejor manera de introducir
un canto nuevo en Misa?
La mejor forma de introducir un canto
nuevo es practicándolo con la asamblea
antes de la Misa. El coro debe estar
conciente que lo que al coro le tomó
horas de práctica no lo podrá aprender la
asamblea en cinco minutos antes de una
Misa. Por esto es necesario hacer esta
pequeña práctica varias veces.
Cuando se enseña un canto nuevo a la
asamblea, éste se debe utilizar por
algunas semanas. Es importante que las
primeras tres o cuatro veces que se utiliza
un canto nuevo, el coro no realice
arreglos vocales complicados si no que
canten la melodía base que la asamblea
debe aprender hasta que la asamblea
empiece a dominarla.
12) ¿Que partes de la Misa se deben Cantar?
Las aclamaciones que se deben cantar
son el Salmo, la aclamación antes del
Evangelio, las aclamaciones durante la
plegaria eucarística (Santo, Aclamación
Memorial y Amen), y el rito de la fracción.
Se debe planear música apropiada para
la procesión de entrada y la de comunión.
El canto de entrada prepara a la
asamblea para la Palabra de Dios y la
temporada litúrgica del año. Crea unidad
entre la gente para convertir una
asamblea de desconocidos en una
comunidad de creyentes, hermanos en
Cristo.
Durante la procesión de Comunión el
canto debe hablar de la acción que está
haciendo la asamblea: la unión en la
Eucaristía. Siendo que el canto debiese
durar tanto como la acción de la
asamblea y terminar cuando la acción
termina, es importante no seleccionar
cantos demasiado largos que tengan que
cortarse a la mitad, para terminarlo al
mismo tiempo que la acción de la
procesión. Es importante no seleccionar
un canto muy largo. Esto porque los
cantos largos suelen llevar un mensaje
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Taller para Coros y animadores de Canto
que se forma a lo largo del canto
completo, y el terminar el canto en la
mitad destruye el mensaje que el canto
tiene en sí. Algunos coros optan
equivocadamente por seguir cantando
hasta terminar el canto que seleccionaron
aún después de que la procesión de la
comunión ha terminado. Esto desfigura la
misión principal del canto procesional y
transforma el sentido litúrgico del
momento en un capricho del coro.
canto debe estar preparado sólo para la
duración del rito.
El canto de salida nunca ha sido una
parte oficial de la liturgia. Técnicamente
hablando, la liturgia acaba en el momento
en que el sacerdote da la bendición y
envía al pueblo en paz. Es por esto que el
canto de salida se puede suprimir o se
puede cantar con mayor flexibilidad en
tema, estilo, duración etc. Básicamente
queda a libre opción del coro. Las reglas
estrictas de liturgia ya no aplican en este
momento. Sin embargo es recomendable
que se utilice un canto con un tema de
alabanza, agradecimiento o de envío a
llevar a Dios a los lugares a donde ahora
va cada uno de los integrantes de la
asamblea, más ya como individuos y no
como asamblea.
El coro debe preparase para cantar el
Salmo cada domingo.
La asamblea puede cantar los cantos
ordinarios como el Señor ten Piedad, el
Gloria y el Cordero de Dios. Sin embargo,
la utilización de estos cantos requiere de
planeación especial.
Siendo
estas
oraciones las que la asamblea recita
cuando no hay música, es muy importante
que el coro utilice melodías sencillas y
que dé tiempo a la asamblea para que
aprenda a cantarlas antes de que se
empiecen a utilizar dentro de la Misa,
pues sería un error litúrgico si el coro se
dedica
a
cantarlas
bellamente
quedándose la asamblea callada durante
un momento en que ésta debía participar
activamente con viva voz. Hay que
ensayarlas, si es necesario, antes de la
Misa para que la asamblea las aprenda y
participe como es debido.
Se
pueden
considerar
cantos
suplementarios para los momentos de la
presentación de las ofrendas, la acción de
gracias después de la comunión y canto
de salida. El canto para la presentación
de las ofrendas puede ser con
participación
de
la
asamblea,
instrumental, o puede ser cantado sólo
por el coro. En todos los casos, este
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