La Erosión del Suelo

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La Erosión del Suelo
 La Erosión del Suelo Anton Imeson Michiel Curfs Serie Folletos: B Number: 1 RESUMEN Prevenir la erosión es una tarea simple y sencilla; a pesar de ello, no menos del setenta y cinco por ciento de los suelos cultivados del mundo se han visto degradados o afectados por este fenómeno. En las regiones del norte del Mediterráneo este porcentaje es aún mayor. Que unas tierras hayan sido degradadas por la erosión en el pasado no significa necesariamente que sigan amenazadas en la actualidad. Hoy en día, los mayores niveles de erosión se están observando en tierras agrícolas y reforestadas. La erosión también puede ser la responsable de inundaciones y daños que se producen fuera de la zona afectada, en las llanuras aluviales. En la región mediterránea, la erosión adopta diferentes formas: erosión por salpicadura y laminar, erosión en surcos, cárcavas, túneles y canales, erosión eólica y erosión causada por las actividades ganaderas y el uso del suelo. Las consecuencias negativas son potencialmente peores en estas regiones que en otras más húmedas, debido a las condiciones específicas de suelo y clima. Los factores que influyen en la erosión hídrica son la energía y la cantidad de lluvia, la capacidad del suelo para resistir la erosión, la superficie del suelo cubierta y protegida por la vegetación, las características de la pendiente y las prácticas de manejo del suelo. El estudio de la erosión es muy difícil en la práctica, porque las condiciones que influyen en ella son dinámicas y cambiantes. Se trata de un fenómeno complicado de medir y modelar. ¿Hasta qué punto debemos preocuparnos por la erosión del suelo en la región mediterránea? ¿Cuáles son sus consecuencias sociales? ¿Cuáles son las previsiones sobre la erosión en relación con el cambio climático? La erosión es bastante fácil de controlar o evitar. Los principios de conservación y protección del suelo en el Mediterráneo se conocen, probablemente, desde hace miles de años. Es por ello sencillo adoptar medidas apropiadas para detener los problemas de erosión cuando éstos aparecen. De hecho, la erosión sería un problema menos grave si se movilizaran recursos y se elaboraran leyes que permitieran la creación de las instituciones necesarias para vigilarla y combatirla, como, por ejemplo, un servicio de conservación del suelo, el territorio y el agua. LA EROSIÓN Y SU INVESTIGACIÓN A LO LARGO DE LA HISTORIA LA EROSIÓN EN EL MEDITERRÁNEO Tipos de erosión Condiciones de desarrollo Tasas y áreas de erosión Cambio climático, manejo del suelo y erosión Incendios y erosión Pastoreo y erosión CONSERVACIÓN DEL SUELO, EL TERRITORIO Y EL AGUA Manejo adaptativo y conservación del suelo, el agua y el territorio ¿Cómo evaluar la erosión de los suelos ya las necesidades de conservación a pequeña escala? Conservación del suelo através del manejo de su estructura y su contenido de humedad CONCLUSIONES RECURSOS Referencias en el texto 1
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10 12 13 14 LA EROSIÓN Y SU INVESTIGACIÓN A LO LARGO DE LA HISTORIA Este cuaderno trata sobre los procesos de erosión del suelo y la desertificación en el Mediterráneo. Muchos proyectos de investigación europeos i han 1 estudiado la erosión «histórica» y sus consecuencias sobre la desertificación en el pasado. La erosión del suelo es episódica: durante muchos miles de años, se han ido alternando períodos de erosión y de formación del suelo. Los períodos de erosión pueden deberse a razones muy diversas, por ejemplo, fenómenos climáticos extremos, erupciones volcánicas, terremotos, o la formación de laderas inestables a causa de levantamientos tectónicos o cambios en el nivel del mar. Los factores más importantes que explican la erosión histórica del suelo son, sin embargo, el uso y las prácticas de manejo de la tierra. La mayoría de las veces, los cambios que la actividad humana provoca en los fenómenos erosivos son sutiles, difíciles de cuantificar y tienen consecuencias que se revelan sólo después de varios siglos. Los científicos europeos han estado estudiando los procesos de erosión del suelo de maneras diferentes y variadas. La investigación se efectúa tanto a escala microscópica como de paisaje. Los investigadores agrícolas se han centrado en la pérdida de suelo de las tierras de cultivo y en cómo evitarla usando métodos de conservación de suelos. Los investigadores del campo de las Ciencias de la Tierra tienen interés en comprender la naturaleza misma de los procesos de erosión y su relación con los cambios en el paisaje. Los geoecólogos han estudiado las relaciones y reacciones que existen entre la vegetación y los procesos hidrológicos, y cómo cambian con el tiempo. La investigación ha puesto de manifiesto que, paradójicamente, la complejidad de los procesos erosivos contrasta con la simplicidad de los métodos de conservación de suelos que pueden ser utilizados para controlarlos. Los conocimientos actuales sobre los procesos de erosión representan un enorme recurso que podría ser utilizado por las instituciones encargadas de abordar el problema de la erosión, siempre y cuando estas instituciones existan. Hay varios indicadores de la estabilidad del suelo que pueden utilizarse como indicadores de riesgo de erosión in situ. Cualquiera puede ponerlos en práctica, sin necesidad de conocimientos o equipos especializados. Los nuevos avances en el campo de la teledetección hacen pensar que, en un futuro próximo, se podrá vigilar la aparición de la erosión mediante radares de alta resolución. Ya se puede utilizar Google Earth para determinar, por ejemplo, el origen y la persona responsable de que su sala de estar o su sótano acaben cubiertos de lodo o de agua contaminada. Cuando el suelo se estudia microscópicamente, es raro encontrar que se formó en ese mismo lugar. El suelo se traslada continuamente de un sumidero o depósito a otro. La mayoría de los suelos erosionados viaja sólo una distancia muy corta de un lugar de reposo temporal a otro. Sin embargo, este 2 movimiento puede tener importantes consecuencias para la gestión de la contaminación y de las tierras. La erosión del suelo en el pasado es una de las principales causas de la desertificación que vemos hoy. Sin embargo, el suelo erosionado ya no está presente, por lo que el riesgo de que se produzcan nuevos fenómenos erosivos es generalmente mucho menor. El tipo de riesgo que presentan las zonas que fueron desertificadas por la erosión en el pasado es diferente del de las zonas que se salvaron entonces de la erosión. En el primer caso, están en situación de riesgo los sedimentos que fueron depositados en los fondos de los valles cientos o miles de años atrás. En el segundo, el riesgo amenaza los suelos que están experimentando cambios de uso. En cualquier caso, los procesos de erosión afectan sólo a un pequeño porcentaje de la zona que está sufriendo las consecuencias. Cuando el suelo de una zona se pierde más rápido de lo que se forma, la tierra puede perder su capacidad de producir cosechas. Esto sucedió en grandes zonas del Mediterráneo en el pasado, lo que explica que el suelo sea en la actualidad muy poco profundo o ii
rocoso. Todo esto implica que las medidas para hacer frente a la erosión deben concentrarse en el pequeño porcentaje del territorio que está sufriendo sus consecuencias. LA EROSIÓN EN EL MEDITERRÁNEO En prácticamente todas partes, los procesos geológicos «naturales» de meteorización y erosión han sido alterados por las actividades humanas. Estos cambios pueden aumentar o disminuir, según sean las circunstancias, los distintos tipos de consecuencias que la erosión produce. Los efectos de los procesos de erosión pueden adoptar formas muy diferentes. A veces, los efectos visibles son realmente pequeños, mientras que en otros casos pueden ser muy grandes. Tipos de erosión El origen de los procesos de erosión permite distinguir entre erosión eólica e hídrica. También existe la erosión inducida por las actividades ganaderas y de uso del suelo, que pueden considerarse en general como formas de erosión acelerada. La erosión eólica depende de la intensidad del viento, que ejerce una fuerza sobre el suelo que afecta a las partículas de un tamaño específico (limo grueso y arena). Éstas son fácilmente transportadas si no están unidas entre sí por materia orgánica, raíces o arcilla. La erosión hídrica está relacionada con distintos procesos. Los más comunes se describen a continuación, en el cuadro de texto. Tipos de erosión hídrica La erosión por salpicadura consiste en la desagregación y el movimiento de partículas del suelo, causados por el impacto de las gotas de lluvia. La erosión laminar es la eliminación de una capa delgada relativamente uniforme de suelo superficial, debida a la lluvia y a la escorrentía superficial no canalizada (figura 1). La erosión en surcos o regueros es un proceso habitual en los terrenos con pendiente, especialmente los labrados recientemente, en los que se forman, de forma aleatoria, pequeños pero numerosos canales, de pocos centímetros de profundidad (figura 2). La erosión en cárcavas es un proceso en el que el agua se acumula y crea canales estrechos, arrastrando, en un corto periodo, el suelo de estos canales hasta una profundidad considerable. Las cárcavas alcanzan habitualmente entre 0,5 y 25–30 m de profundidad (figura 3) y se forman en situaciones y tipos de roca específicos. Pueden formarse rápidamente por el derrumbe de los taludes. Las cárcavas son inestables porque suelen concentrar el agua de drenaje del terreno circundante. La erosión en túnel, subfusión, se produce en los suelos propicios para la formación de conductos subterráneos. A menudo se trata de suelos que contienen capas arcillosas que se contraen o expanden en función de la humedad, o capas que se dispersan espontáneamente con el agua durante las lluvias. Figura 3. Erosión en cárcavas, dendrítica. Figura 1. Erosión laminar en un campo de trigo en Portugal, cerca de Mértola. Se observa que el agua adquiere un color lechoso, lo que indica que las partículas de arcilla se han dispersado Para que se formen surcos y cárcavas se debe superar un umbral que depende de la fuerza ejercida por la escorrentía y de la resistencia del suelo a la erosión. Los surcos y cárcavas suelen aparecer en determinados tipos de material. Con frecuencia, se producen en tierras de cultivo en las que las capas profundas del suelo están compactadas y la capa arable tiene una escasa coherencia. También se forman en los terraplenes de las carreteras y en regiones de malpaís (badlands). Las cárcavas que se observan a lo largo de los cauces fluviales suelen estar provocadas por la progresiva incisión de los ríos. En las zonas de malpaís los procesos erosivos dominan el paisaje. Son habituales todos los tipos de erosión (salpicadura, laminar, en surcos, en cárcavas, en túnel), así como los deslizamientos de tierra. Estos 3 deslizamientos pueden ocurrir debido a las dificultades que encuentra la vegetación para establecerse. Figura 2. Erosión en surcos como consecuencia de la actividad agrícola. La escorrentía y la erosión se producen a causa de la compactación y desagregación del subsuelo. Esto ocurre en pendientes suaves, por lo que este tipo de erosión amenaza incluso a los terrenos que presentan unos pocos grados de inclinación. En el Mediterráneo se pueden encontrar diferentes tipos de cárcavas, en función del tipo de proceso y material responsables de su formación. El desarrollo de las cárcavas se produce principalmente por retroceso de los taludes, siguiendo un patrón dendrítico que pone de manifiesto cómo el agua drena a través de ellos. Los científicos que estudian la erosión del suelo consideran que la erosión hídrica es una consecuencia de los siguientes factores: a) la energía de la lluvia (que aumenta con su intensidad); b) la resistencia del suelo (que depende de la materia orgánica, de la química y del tamaño de las partículas del suelo); c) la inclinación y longitud de la pendiente; d) la vegetación y la cobertura del suelo; e) las prácticas de manejo. Los científicos han creado modelos de predicción de la erosión basándose en la evaluación de la influencia de estos factores. Estos estudios demuestran que, con mucho, el factor cuantitativamente más importante es la cobertura del suelo por la vegetación y las piedras. En la mayoría de los casos, esta cobertura puede ser manejada de manera que se reduzca al mínimo el riesgo de erosión. Condiciones de desarrollo La erosión del suelo es muy común en las zonas más áridas del Mediterráneo. Es fácil de observar porque la vegetación suele ser escasa durante largos períodos del año. Las formas que adopta son muy variadas, y entre ellas se encuentra la erosión que se produce cuando los ríos o las carreteras exponen rocas frágiles, tan sensibles y deleznables cuando están mojadas que la escorrentía traza rápidamente canales (regueros, cárcavas y túneles), de modo que en ocasiones acaban por formarse paisajes de malpaís (figura 4). La erosión y meteorización de esas rocas se debe en parte a las sales y minerales solubles que contienen. Figura 5. Los charcos empiezan a formarse. Cuando los charcos rebosan, el agua empieza a circular desde los campos hacia los ríos, que se llenan así de sedimentos 4 Figura 4. Suelo erosionable junto a una carretera, modelo en miniatura de malpaís Figura 6. Un río cargado de sedimentos Puede que existan canales más o menos profundos (surcos o cárcavas) y lugares en los que el suelo se deposite tras ser transportado por el agua. Estos cambios en la superficie del suelo, causados por la energía de la lluvia, significan que las precipitaciones siguientes necesitarán mucha menos energía para causar erosión. Se crea pues una retroalimentación negativa que hace que cada lluvia necesite menos energía (menor precipitación) que la anterior para erosionar el suelo. Por otra parte, en los lugares donde el agua y el suelo se acumulan existe una retroalimentación positiva que puede favorecer una mejora en las condiciones del suelo. La erosión, por lo tanto, crea un paisaje heterogéneo de zonas que son o el origen o el destino de los sedimentos. Figura 7. Un paisaje heterogéneo de zonas que funcionan como origen o destino de los sedimentos (fuente: Tongway, DL and Hindley, NL 2004) La erosión aparece en las tierras de cultivo cuando las prácticas de manejo del suelo no consiguen retener la lluvia que cae. Esto conduce al encostramiento de la superficie, mencionado anteriormente. La erosión en las zonas agrícolas también se produce por el laboreo, que da lugar a un descenso gradual del suelo en la dirección de la pendiente. El suelo se vuelve progresivamente más superficial. En los pastizales seminaturales, la erosión se manifiesta cuando la carga ganadera o el pastoreo son excesivos. La erosión también puede aparecer como consecuencia de los incendios forestales, sobre todo si éstos se repiten; el suelo se ve alterado por el paso del ganado que consume la vegetación posterior al incendio, por la extracción de árboles o por los trabajos de conservación. Los suelos arenosos de las zonas llanas se erosionan tanto por el viento como por los ríos, que arrastran la arena de sus riberas. A lo largo de los siglos, la erosión puede ser el resultado de muchas causas diferentes. La erosión, que desplaza el suelo de un lugar a otro, hace que algunos lugares sean mucho menos vulnerables que otros. Las diferentes manifestaciones de la erosión requieren ser abordadas mediante diferentes estrategias y medidas. Tasas y áreas de erosión Las tasas naturales de erosión del suelo son, por lo general, muy bajas (unos pocos milímetros o centímetros cada cien años). Muchos de los procesos que son responsables de la erosión raramente se observan porque más del noventa por ciento de la erosión se produce durante cortos y a menudo imprevisibles períodos, en los que estar a la intemperie es desagradable o incluso peligroso. La investigación ha demostrado que, como resultado de la degradación de los suelos, la erosión de las tierras agrícolas es más probable hoy en día. Los científicos han estudiado la frecuencia y la magnitud de las tormentas que causan erosión. iii . Han descubierto que más del noventa por ciento de toda la erosión anual puede ocurrir en un solo día. Por ejemplo, cerca de Lorca, en España, este porcentaje se alcanza, de media, un día cada cinco años. Los científicos también han observado que el noventa y cinco por ciento de la erosión se produce en un cinco por ciento de la superficie. Allí donde la vegetación o el humus protegen el suelo del impacto de las precipitaciones, se forman suelos estables, resistentes a la erosión hídrica, que regulan el ciclo hidrológico y el balance de nutrientes. En estos casos las tasas de erosión son generalmente muy bajas. En zonas de suelo desnudo o rocas meteorizadas, en campos agrícolas, terraplenes de la red viaria, obras de construcción y tierras baldías, las tasas de erosión son muy elevadas. Estas tasas son generalmente altas cuando la sequía, la presión económica o los conflictos armados obligan a la gente a utilizar zonas marginales para la producción de alimentos. 5 Figura 8. Medida de la erosión del suelo en España. La erosión del suelo se suele medir en parcelas experimentales, como ilustra este ejemplo Las principales conclusiones acerca de la erosión
Figura 9. Operaciones de manejo del suelo. El riesgo de erosión aparece cuando los suelos quedan expuestos a la lluvia. En los viñedos, la eliminación de las malas hierbas ocasiona con frecuencia tasas muy elevadas de erosión Figura 10. Alrededor de la mitad de los sedimentos que arrastran los ríos proviene de la erosión de las 6 riberas. El aporte de más o menos sedimentos al río, como consecuencia de la erosión, perturba el sistema, provocando inundaciones y la degradación de puentes y tierras agrícolas Figura 11. Surcos y cárcavas formados en escombreras de residuos tóxicos en Portugal Los efectos más graves de la erosión se producen aguas abajo, en las llanuras de inundación, donde la escorrentía transporta los sedimentos erosionados a través de los cauces fluviales, reduciendo su capacidad de transporte de agua. Así, la escorrentía aumenta la frecuencia y la magnitud de las avenidas en las llanuras aluviales, incrementando la superficie que corre riesgo de inundación. La fertilidad del suelo se ve afectada por la erosión. El transporte y deposición de partículas de suelo puede crear un riesgo importante, ya que durante la deposición, las partículas finas y gruesas se separan. Esto significa que la materia orgánica y la arcilla se concentran en los lugares donde los sedimentos se acumulan. Estas partículas son las que contienen casi todos los nutrientes y sustancias tóxicas del suelo. Estos lugares se convierten así en «puntos calientes» que, en ocasiones, causan contaminación. La erosión máxima está relacionada con la presión humana. Es un hecho comprobado en todo el mundo que las tasas más altas de erosión coinciden con la modernización de las prácticas agrícolas, en particular la utilización de maquinaria pesada para nivelar el terreno. Hoy en día, las tasas de erosión en los terrenos preparados con esa maquinaria pueden alcanzar los 20–30 cm en una sola tormenta que dure unas pocas horas (figura 13). Figura 12. Hoy en día, las tasas de erosión en los terrenos preparados con maquinaria pesada pueden alcanzar los 20–30 cm en una sola tormenta que dure unas pocas horas El uso de maquinaria pesada y la degradación biológica de los suelos se ha traducido en una disminución general de su calidad que hace que, en lugar de ser capaces de retener decímetros o metros de lluvia y evitar inundaciones y erosión, los suelos pueden retener sólo unos pocos milímetros o centímetros de la lluvia que reciben. Cambio climático, manejo del suelo y erosión En la región mediterránea, la frecuencia de eventos erosivos ha aumentado porque las tormentas son más fuertes y largas debido al aumento de las temperaturas. El mayor riesgo de erosión se encuentra en las tierras de labor o en las plantaciones de frutales, en las que el suelo se mantiene libre de malas hierbas. Los cambios en el clima y el uso de pesticidas conllevan una disminución del contenido de materia orgánica en el suelo. La materia orgánica mantiene unidas las partículas de tierra y facilita la retención y la infiltración del agua en el suelo, estimulando el crecimiento de las plantas. El aumento de las tasas de evaporación, del uso de fertilizantes y del riego favorece la concentración de sales en la parte superior del suelo, lo que aumenta su sensibilidad a la erosión hídrica. En estos casos, incluso una lluvia poco intensa provoca erosión. El proyecto de investigación ERMES, financiado con fondos europeos, estudió la respuesta ambiental de los paisajes frente a la degradación, a diferentes escalas, a lo largo de transectos climáticos en Israel, Grecia y España. Identificó un umbral de unos 350 mm de lluvia, por debajo del cual la sal dominaba significativamente el comportamiento del suelo y las tasas de erosión podían ser muy altas. En España, las zonas más altas de los transectos climáticos demostraron ser especialmente vulnerables debido a la corta temporada de crecimiento y al efecto negativo que esto tiene sobre el desarrollo de la estructura del suelo. Figura 13. Esta figura muestra que en los Países Bajos no hay relación entre el clima y la erosión. En todo el mundo, las tasas más altas de erosión coinciden con la modernización de las prácticas agrícolas, en particular la utilización de maquinaria pesada para nivelar el terreno. Éste es el caso en Noruega, España, Italia, Países Bajos y Portugal. Este gráfico muestra que la erosión puede ser controlada mediante un adecuado manejo del suelo Incendios y erosión En el Mediterráneo, las relaciones que existen entre la erosión, el suelo y la desertificación son paradójicas. En 1994 se organizó un taller científico con el objetivo de examinar el conjunto de resultados de la investigación en este campo. La inesperada conclusión, que aún hoy conserva su vigencia, es que, excepto en circunstancias especiales, el fuego tiende a mejorar la capacidad del suelo para retener el agua y aumenta su fertilidad. La erosión del suelo sólo aumenta cuando las temperaturas a las que se ve sometido superan un valor crítico de unos 400–600°C. Los árboles y arbustos mediterráneos han adaptado o modificado las propiedades del suelo de manera que el agua queda generalmente retenida en él. Estas propiedades –alta porosidad, hidrofobicidad y estructuras de captación del agua de lluvia – permiten que el agua se mantenga en las laderas y no cause erosión, a menos que el suelo sea muy poco profundo o haya visto dañadas estas propiedades por el pisoteo del ganado o la compactación. En los lugares en los que se registran precipitaciones muy intensas con cierta frecuencia, como es el caso de la costa valenciana, existe riesgo de erosión tras los 7 incendios debido a las fuertes tormentas que pueden producirse, por ejemplo, una vez cada diez años. Pero normalmente la vegetación responde tras el fuego y las propiedades del suelo mejoran, de manera que tres o cuatro años después de un incendio el riesgo de erosión desaparece. Sin embargo, incluso cuando se produce una cierta erosión, las partículas del suelo pueden ser retenidas por la vegetación rebrotadora, limitando así los daños. Después de un incendio, la transpiración es menor y el contenido de materia orgánica disminuye, por lo que hay más agua y nutrientes disponibles para las especies rebrotadoras. relacionadas con el suelo que se adapten a las condiciones locales. La tercera razón es el pastoreo. Las primeras plantas que crecen después de un incendio son generalmente ricas en nutrientes y muy del gusto de ovejas y cabras. Aunque habitualmente existen normas que protegen estas plantas contra el pastoreo, en la práctica suelen ser aprovechadas por el ganado, que pisotea la delicada estructura esponjosa del suelo, dañándolo. En general, los incendios forestales no causan erosión por sí mismos, por lo tanto hay que actuar con tranquilidad. Los principales problemas vienen de las actividades humanas posteriores al incendio, que persiguen obtener algún beneficio de la situación. La prevención de la erosión podría alcanzarse en gran medida manteniendo a la población alejada de las zonas afectadas y permitiendo a la naturaleza recuperarse, lo que generalmente requiere entre tres y cuatro años. Figura 14. Erosión tras un incendio en Cocoll, España Si no son los incendios los que provocan la erosión, ¿por qué suele aumentar la erosión tras ellos? Los estudios muestran tres razones principales. En primer lugar, existe el temor habitual a la erosión post‐
8 incendio. En lugar de cercar los bosques y mantener al público alejado para que la vegetación pueda recuperarse, se aplican medidas de protección y conservación del suelo, se extraen los árboles quemados y se plantan otros. Estas acciones dañan los suelos, que pierden su capacidad natural para regular el ciclo hidrológico, y no a causa del incendio, sino debido a cómo se han gestionado sus consecuencias. La compactación reduce la capacidad del suelo para retener el agua (y, por ende, evitar la erosión). Los horizontes del subsuelo fácilmente erosionables (B y C) quedan expuestos en la superficie y permanecen desnudos, sin ningún tipo de cubierta vegetal que los proteja. La escorrentía se produce porque las funciones hidrológicas del suelo se ven alteradas, teniendo como consecuencia frecuente la formación de surcos y cárcavas. La segunda razón que explica la erosión es que los árboles plantados en ocasiones son especies exóticas, que no han desarrollado propiedades intrínsecas o Pastoreo y erosión La cría de ganado ha tenido siempre un fuerte impacto en la erosión, porque los animales, con el pisoteo, pueden compactar el suelo y desplazar las rocas y piedras pendiente abajo, además de consumir o destruir la vegetación que protege el suelo. Pero los animales también pueden tener efectos positivos que reduzcan la escorrentía, por ejemplo mediante el aporte de nutrientes que favorecen el crecimiento de las plantas. Es muy difícil alcanzar una comprensión precisa de todas las consecuencias, puesto que las interacciones y retroalimentaciones entre las plantas, los animales y la erosión se producen a lo largo de decenios o incluso siglos; además, incluyen el uso del fuego como medio para mejorar la palatabilidad de las plantas y los cambios en las prácticas de manejo. En algunos casos, los efectos de la erosión que observamos en zonas que están siendo sometidas a un intenso pastoreo son el resultado de una erosión que se produjo, quizás, decenas o cientos de años atrás, y no pueden atribuirse a los actuales rebaños. El concepto de sobrepastoreo significa que hay más ganado del que puede soportar la capacidad de carga de las tierras, lo que producirá en última instancia una degradación del suelo. Tradicionalmente, el número de cabezas mantenido por los pastores estaba relacionado de forma muy compleja con la disponibilidad de pastos y con las oportunidades de pastoreo. Hoy en día, lo que no ha cambiado es la presión que ejerce la sociedad, directamente o a través de las políticas de uso del suelo, para que los ganaderos gestionen sus rebaños de una manera que a veces incrementa el riesgo de erosión. Figura 15. Erosión provocada por el pastoreo en Lesbos, Grecia Diversos estudios han demostrado que, cuando se desplaza libremente, el ganado vacuno es quizás el agente erosivo más importante en el mundo. La cría de vacuno en las zonas que tradicionalmente se destinan al ganado ovino o porcino es una de las principales causas de la erosión del suelo en ciertas partes del Alentejo (figura 16). Esto se debe en parte al gran peso de los animales y a las consecuencias que esto tiene cuando pisotean y desplazan el suelo pendiente abajo. Figura 16. Vacas causando erosión en el Alentejo Los procesos de erosión del suelo inducidos por el pastoreo dependen de la intensidad del pisoteo. Esta intensidad refleja la ubicación de los puntos de agua y de reunión utilizados por los animales, así como de los cercados. Estudios realizados en Israel demostraron que el pastoreo era el responsable de la mayoría de los sedimentos encontrados al pie de las laderas. Esta erosión tenía efectos beneficiosos porque concentraba los sedimentos en una zona en la que podían ser aprovechados para la agricultura y reducía la profundidad del suelo en las laderas, de modo que había más agua de lluvia disponible para su uso en el valle. El enorme crecimiento que ha experimentado la ganadería (en particular el porcino, pero también el vacuno y el ovino) en los últimos tiempos repercute en las zonas de pasto. Los efluentes producidos por los animales acaban por llegar a los cauces fluviales, lo que provoca que los bajos caudales estivales de muchos ríos mediterráneos sean tóxicos. El exceso de estiércol también ha provocado la degradación de la estructura de los suelos, que se han vuelto así mucho más sensibles a la erosión. CONSERVACIÓN DEL SUELO, EL TERRITORIO Y EL AGUA El suelo y sus propiedades no pueden desvincularse del paisaje en el que se desarrollaron, ni de la gente y las formas de vida que son y fueron responsables de su evolución. Por lo tanto, para tener éxito, las medidas de conservación del suelo deben tener en 9 cuenta tanto parámetros espaciales como temporales, y abordar sin ideas preconcebidas los principales motores de la erosión, que son a la vez de naturaleza física y cultural. Esto requiere que las políticas consideren la territorio, el suelo, el agua y el uso que las personas hacen de esos recursos desde el punto de vista de la responsabilidad ética de la sociedad. Nueva Zelanda es un ejemplo de buenas prácticas en este sentido. Uno de los enfoques que pueden utilizarse proviene del llamado «manejo adaptativo». Manejo adaptativo y conservación del suelo, el agua y el territorio En el sitio www.resalliance.org se puede encontrar información sobre cómo la conservación y la erosión del suelo pueden explicarse y gestionarse mediante un enfoque de manejo adaptativo. El planteamiento del manejo adaptativo está basado en ciclos adaptativos de acumulación y liberación. Figura 17. El ciclo adaptativo (izquierda) y su aplicación al estudio de las etapas de formación del suelo (derecha). Estos ciclos describen cómo los elementos se acumulan hasta alcanzar un umbral crítico, momento en el que puede producirse un colapso que libera los materiales, que pueden ser así explotados por otros procesos (figura 18). Esto ocurre a diferentes escalas. La erosión y la conservación pueden ser examinados a escalas de tiempo que van desde miles de años hasta apenas unas horas; todas ellas pueden ser gestionadas adecuadamente. También se puede definir la escala espacial utilizada para abordar la conservación del suelo, por ejemplo un campo o una ladera. A partir de ahí se puede estudiar de qué manera está cambiando con el tiempo, como resultado de nuestras acciones, la capacidad del suelo para regular la escorrentía, proteger a las personas contra la erosión y producir alimentos. Se pueden utilizar indicadores para cuantificar estos parámetros. En el Mediterráneo, donde el crecimiento de las 10 plantas está limitado por el agua disponible, los patrones de la vegetación pueden ser usados como indicadores. A una escala más pequeña, los cambios en la estructura del suelo son un buen indicador. Estos cambios reflejan el funcionamiento de los ecosistemas desde el punto de vista de los servicios que prestan, específicamente aquellos relacionados con el agua. La conservación del suelo y el agua refleja, a una escala más general, las inversiones que la sociedad hace a largo plazo. Cuando se toma la decisión de forestar una zona, se hace pensando en las generaciones futuras. Los agricultores trabajaban la tierra pensando en crear sistemas de manejo del suelo sostenibles. Así aparecieron los grandes paisajes de dehesa. El fuego, el pastoreo y el laboreo crearon un paisaje variado que concentraba los recursos (agua y nutrientes) de manera muy eficiente. iv Pero estos paisajes son culturales y es el esfuerzo humano el que, en parte, los mantiene. Cuando los agricultores dejan de ocuparse de ellos, estos paisajes pierden su sostenibilidad y desaparecen. Muchos de los fenómenos asociados con la erosión del suelo muestran características propias de los ciclos adaptativos. El suelo o los sedimentos se pueden acumular en hondonadas y canales, alcanzar un espesor crítico y, a continuación, ser erosionados de manera brusca, formándose así cárcavas como la de la figura 3. Una vez que aparecen, estas estructuras experimentan procesos de erosión totalmente diferentes de los que las generaron. Comprender y aplicar los conocimientos disponibles sobre, por ejemplo, los patrones de acumulación de materia orgánica o de sal hace posible la elaboración de medidas de conservación específicas dirigidas a las zonas donde serán más efectivas, en función de las diferentes etapas del ciclo. ¿Cómo evaluar la erosión de los suelos y las necesidades de conservación a pequeña escala? Se dispone de indicadores generalmente aceptados que pueden utilizarse para evaluar la función hidrológica de los suelos y de su cobertura. Estos indicadores están siendo ampliamente aplicados en los EE. UU. y Canadá. También se han utilizado con frecuencia en Europa y América del Sur, y proporcionan una alternativa menos costosa a los estudios de reconocimiento de suelos. Conservación del suelo a través del manejo de su estructura y su contenido de humedad La erosión del suelo se produce principalmente porque el suelo pierde su capacidad de absorber y almacenar agua. El objetivo principal debe ser retener el conjunto de las precipitaciones, sea en el punto mismo en el que caen o en un lugar donde puedan ser recogidas. La estructura del suelo debería proporcionar la capacidad de resistir a la desagregación y al transporte por el viento y el agua. Con el tiempo, y según sea el carácter de las tendencias dominantes, se produce una evolución natural o una degradación de la estructura del suelo. Las altas temperaturas, el pisoteo y el laboreo dan lugar a pérdidas de calidad. Por otro lado, la sombra, la humedad y los nutrientes que favorecen el crecimiento de las plantas permiten un desarrollo positivo de esa estructura. Desarrollo de la estructura del suelo En la capa arable del suelo, los procesos biológicos, químicos y climáticos transforman la roca madre en un material que está compuesto de un aglomerado de partículas separadas por espacios vacíos. La estructura del suelo evoluciona a lo largo del tiempo. Las partículas agregadas adquieren estabilidad frente al agua gracias a la materia orgánica, los hongos y las raíces, que las mantienen unidas. En ocasiones, cuando se humedecen, estos agregados y partículas se rompen en otros más finos y se dispersan, lo que puede dar lugar a la formación de una costra en la superficie del suelo. Estos procesos dependen de la química de las precipitaciones y de la humedad del suelo. Pequeñas cantidades de sales solubles pueden desencadenar fenómenos de expansión y dispersión. Esto da como resultado suelos muy duros cuando están secos, pero blandos y frágiles cuando están húmedos. Estos suelos tienen una mayor tendencia a experimentar erosión en túneles, en surcos y en cárcavas. Para el experto, la estructura del suelo es un excelente indicador de su salud y de la forma en que se está viendo afectado por la desertificación. Las zonas que tienen una vegetación en parches suelen presentar suelos con estructuras muy heterogéneas. En lugares sombreados y protegidos la estructura del suelo tiende a ser buena. Las piedras también favorecen una buena estructura, porque las partículas finas que hay entre las piedras y debajo de ellas suelen mantenerse relativamente húmedas. Una buena manera de determinar la estructura del suelo es utilizar el kit de ensayo Jornada (figura 20). Se mide la respuesta de los agregados del suelo cuando se sumergen en el agua. Así, la estructura se convierte en un indicador que puede ser utilizado para controlar la mejora del suelo. Figura 18. Superficie del terreno e importancia de la estructura del suelo Figura 19. El kit de ensayo de suelos Jornada 11 La humedad del suelo puede ser manejada de diversas maneras. En el Mediterráneo, uno de los factores clave de este manejo es reducir o minimizar las tasas de evaporación, relativamente altas. El acolchado (mulching) es una opción muy interesante, ya que protege el suelo de la intemperie sin por ello impedir que el agua de lluvia se infiltre. Con el tiempo, el propio mulch va degradándose, aportando nutrientes al suelo. En zonas con pendientes suaves, una buena opción es el uso de productos textiles, que no sólo aumentan la eficiencia de uso del agua, sino que también mantienen el suelo en su lugar, protegiéndolo así de la erosión. CONCLUSIONES La investigación realizada en Europa durante los últimos diez años ha aumentado considerablemente nuestra comprensión de los procesos de erosión. Los recursos y conocimientos de los que dispone la sociedad podrían ser suficientes para tratar el problema de la erosión. Sobraría con que se promulgaran leyes adecuadas y se crearan instituciones que dispusieran de las competencias y de la buena voluntad política necesaria para aplicarlas. La naturaleza y el alcance de la erosión en Europa son bien conocidos. La sensibilidad de los paisajes a la erosión depende de factores geológicos, geomorfológicos y climáticos. Pero que se produzca o no una erosión acelerada depende del uso y la gestión del suelo. Los principales procesos de erosión son la erosión laminar, en surcos, túneles y cárcavas, así como la erosión causada por el laboreo y el viento. Prevenir estos procesos requiere diferentes estrategias y métodos. El cambio climático está afectando a la erosión de muchas maneras. Las mayores tasas de erosión observadas no guardan relación con la cantidad de lluvia registrada. La sensibilidad a la erosión está influida por el tipo de roca, las pautas de crecimiento de la vegetación y la presión humana. 12 La erosión acelerada del suelo es una consecuencia de una mala gestión de las tierras presente y pasada, que reduce la capacidad de los ecosistemas para proporcionar servicios. Esta situación no siempre es evidente: a menudo, los responsables de adoptar decisiones no se dan cuenta de que ciertos procesos son la causa de los efectos que provoca la erosión. La erosión del suelo es un factor fundamental en la seguridad alimentaria, el cambio climático y las inundaciones. La conservación y gestión adecuada del suelo, el agua y el territorio no son únicamente una forma de prevenir la erosión, sino también factores determinantes para resolver el cambio climático y reducir la pobreza. Hacer frente a los problemas que provocan tanto la erosión como la desertificación requiere un enfoque interdisciplinario y la participación de la sociedad. La erosión del suelo debe ser abordada en el marco de un manejo adaptativo de la conservación del suelo, el agua y el territorio, que tenga en cuenta la evolución a largo, medio y corto plazo. Se debería evaluar la forma en la que los cultivos y sus consecuencias están afectando a las funciones de regulación hidrológica y de producción de servicios de los ecosistemas. Como se mencionó anteriormente, la mayoría de los procesos de erosión son fáciles de prevenir o controlar, siempre y cuando los problemas sean diagnosticados correctamente. Lo que usted puede hacer: A escala local, es sencillo controlar la susceptibilidad a la erosión mediante indicadores de la estabilidad del suelo, entre otros. Se pueden utilizar kits que estiman esta estabilidad, para así identificar el riesgo potencial de erosión y estudiar la eficacia de las acciones emprendidas. Permita que la lluvia se quede donde cae. Retenga la escorrentía en las pendientes, por ejemplo colocando piedras en un nivel inferior al de las plantas o aumentando la rugosidad de la superficie del suelo. Evite que el suelo quede desnudo, cúbralo con vegetación, mulch o piedras y sombréelo. Favorezca la vida del suelo. Mantenga el suelo sano dándole una buena estructura y conservando la humedad. Evite envenenar a los organismos del suelo, puesto que son los hábitats y las sustancias químicas que ellos producen los que regulan la hidrología del suelo y previenen la erosión. Evite compactar y alterar innecesariamente la estructura del suelo. Consulte a los agentes responsables de la conservación del suelo, el agua y el territorio, o a la administración pertinente. RECURSOS Se puede encontrar información sobre la erosión y la conservación del suelo en el Mediterráneo en el sitio web www.soilerosion.net. Podrá encontrar una descripción de las diferentes formas de erosión y enlaces a las conferencias y talleres organizados por el programa europeo COST, la Organización Internacional de Conservación del Suelo (International Soil Conservation Organisation, ISCO) y la Sociedad Europea de Conservación de Suelos (European Society for Soil Conservation, ESSC), entre otros. La ESSC es una organización prestigiosa que edita un excelente boletín informativo, no dude en convertirse en uno de sus miembros. La página web ofrece también otros enlaces útiles, como el del sitio de la FAO sobre desertificación o el de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD). Para obtener más información acerca de la degradación y la erosión de las tierras en relación con la calidad del suelo, consulte el sitio sobre degradación y desertificación del suelo elaborado por la Unión Internacional de Ciencias del Suelo (International Union of Soil Sciences, IUSS), donde encontrará explicaciones acerca de numerosos conceptos y procesos (http://soils.usda.gov/use/worldsoils/landdeg/). Puede descargar una guía‐test sobre calidad de suelos fácil de utilizar en http://soils.usda.gov/sqi/assessment/test_kit.html. Se pueden encontrar datos sobre la erosión del suelo en Europa en la página que el Joint Research Centre dedica a esta cuestión (http://eusoils.jrc.it/index.html). También está disponible un CD‐ROM titulado Nature and Extent of Soil erosion in Europe (Naturaleza y Alcance de la Erosión del Suelo en Europa), elaborado según las estimaciones del proyecto PESERA (Pan‐European Soil Erosion Risk Assessment, Evaluación Pan‐Europea del Riesgo de Erosión del Suelo). Los mapas muestran la presión erosiva potencial que existe en una zona determinada. No se refieren a la erosión que está teniendo lugar, sino más bien al riesgo hipotético. Se puede encontrar información sobre la erosión en el Mediterráneo en los informes de varios proyectos europeos, por ejemplo: Aguas 1 , MEDALUS 2,3 , y 1
European Commission. Aguas Project. EV5V‐CT94‐0487. Paleoclimatic reconstruction and the dynamics of human ERMES 4 (Environmental Response of Mediterranean Ecosystems, Respuesta Ambiental de los Ecosistemas Mediterráneos). El proyecto SCAPE también organizó reuniones que trataron sobre la erosión en el Mediterráneo. 5,6 El proyecto WEELS (Wind Erosion on European Light Soils, Erosión Eólica en los Suelos Ligeros de Europa) investigó la erosión en suelos que poseen una densidad baja. La erosión provocada por el laboreo fue el objeto del proyecto TERON (Tillage Erosion: Current State, Future Trends and Prevention, Erosión Debida al Laboreo: Estado Actual, Tendencias Futuras y Prevención). Para obtener información acerca de la erosión eólica, el sitio más útil es el de la unidad de investigación sobre erosión eólica de la Universidad de Kansas (WERU, www.weru.ksu.edu). Se puede encontrar una descripción de los métodos de conservación de suelos utilizados en todo el mundo en la WOCAT (World Overview of Conservation Approaches and Technologies, Reseña Mundial de Enfoques y Tecnologías de Conservación). El uso de indicadores en el ámbito de la erosión se describe en el sitio del proyecto Desertlinks (www.kcl.ac.uk/desertlinks), en el que podrá encontrar métodos para trabajar con los indicadores utilizados para estimar la degradación del suelo. 13 Existen sitios que describen otros métodos de cálculo settlement and land use in the areas of the middle Aguas (Almería), in the south‐east of the Iberian Peninsula (EUR 18036 EN) 97 p. 2
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ordinator A. C. Imeson) pp 744. 3
Thornes, J. Introduction. Mediterranean Desertification and Land Use. Pp 1‐11 in Brandt C.J. and J.B. Thornes Mediterranean Desertification and Land Use. Wiley 554 p. 4
ERMES. Modelling and exploring the impact of climate change on ecosystem degradation, hydrology and land use on a transect across the Mediterranean. EV5V‐0023 Final Report Co‐ordinator A. C. Imeson. 5
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Imeson, A.C, Arnalds O. Montanarella L, Arnodussen A. van Asselen S, Curfs M, Dorren L and Rosa, Diego de la, 2006 SCAPE: The Way Ahead. Soil Conservation and Protection in Europe, 139 pages. ISBN 0‐75312‐06‐07 EUR 22187. de los indicadores utilizados para estimar la degradación del suelo 7 . Los informes técnicos sobre erosión recopilados en el marco del Foro Europeo del Suelo (European Soil Forum) son otro de los recursos disponibles 8 . Se han elaborado varios informes sobre fuerzas motrices, presiones, impactos y respuestas, así como sobre la desertificación. Todos los informes están disponibles en el sitio del JRC. Referencias en el texto 1
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