Cuaresma-Pascua - Archidiocesis de Valencia

Transcripción

Cuaresma-Pascua - Archidiocesis de Valencia
Cuaderno Pastoral
2014
Cuaresma-Pascua
Seréis mis testigos
Seréis
mis
testigos
© Arzobispado de Valencia
Edita:
Arzobispado de Valencia
Vicaría de Evangelización
Diseño y producción gráfica:
Medianil Comunicación
www.medianil.net
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e
Mensaje del Santo Padre................................................................................. 04
Carta Saludo del Sr. Arzobispo...................................................................... 10
CUARESMA-PASCUA 2O14
PARA LA LITURGIA........................................................................................13
PARA LA PARROQUIA..................................................................................81
Celebración Penitencial..................................................................... 82
Aportación de Comisiones:
Comisión Diocesana de Apostolado Seglar-Laicos.........92
Comisión Diocesana de Pastoral de la Salud..............100
Comisión Diocesana de Pastoral de
l’Ambient i Ecologia Humana................................................ 103
Comisión Diocesana para los Mayores............................108
Vía Crucis................................................................................. 108
Vía Lucis................................................................................... 124
COV Catequesis para niños.................................................... 141
COV Catequesis para jóvenes............................................... 145
Comisión Diocesana de Enseñanza...................................155
Comisión Diocesana de Espiritualidad.............................159
Comisión Diocesana de Misiones........................................178
Guión de oración de Cáritas ................................................. 182
PROPUESTA DE CANTOS................................................................................... 201
EL MONASTERIO DE CUARESMA................................................................... 207
Seréis mis testigos
Mensaje del Santo Padre
Francisco
para la Cuaresma 2014
4
Mensaje del Santo Padre
“Se hizo pobre para enriqueceros con su pobreza”
(cfr. 2 Cor 8, 9)
Queridos hermanos y hermanas:
Con ocasión de la Cuaresma os propongo algunas reflexiones, a fin de que os
sirvan para el camino personal y comunitario de conversión. Comienzo recordando las palabras de san Pablo: “Pues conocéis la gracia de nuestro Señor
Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por vosotros para enriqueceros
con su pobreza” (2 Cor 8, 9). El Apóstol se dirige a los cristianos de Corinto
para alentarlos a ser generosos y ayudar a los fieles de Jerusalén que pasan necesidad. ¿Qué nos dicen, a los cristianos de hoy, estas palabras de san Pablo?
¿Qué nos dice hoy, a nosotros, la invitación a la pobreza, a una vida pobre en
sentido evangélico?
La gracia de Cristo
Ante todo, nos dicen cuál es el estilo de Dios. Dios no se revela mediante el
poder y la riqueza del mundo, sino mediante la debilidad y la pobreza: “Siendo rico, se hizo pobre por vosotros…”. Cristo, el Hijo eterno de Dios, igual
al Padre en poder y gloria, se hizo pobre; descendió en medio de nosotros, se
acercó a cada uno de nosotros; se desnudó, se “vació”, para ser en todo semejante a nosotros (cfr. Flp 2, 7; Heb 4, 15). ¡Qué gran misterio la encarnación
de Dios! La razón de todo esto es el amor divino, un amor que es gracia, generosidad, deseo de proximidad, y que no duda en darse y sacrificarse por las
criaturas a las que ama. La caridad, el amor es compartir en todo la suerte del
amado. El amor nos hace semejantes, crea igualdad, derriba los muros y las
distancias. Y Dios hizo esto con nosotros. Jesús, en efecto, “trabajó con manos
de hombre, pensó con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre,
amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a nosotros excepto en el pecado”
(Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, 22).
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
La finalidad de Jesús al hacerse pobre no es la pobreza en sí misma, sino —
dice san Pablo— “...para enriqueceros con su pobreza”. No se trata de un juego de palabras ni de una expresión para causar sensación. Al contrario, es una
síntesis de la lógica de Dios, la lógica del amor, la lógica de la Encarnación y
la Cruz. Dios no hizo caer sobre nosotros la salvación desde lo alto, como la
limosna de quien da parte de lo que para él es superfluo con aparente piedad
filantrópica. ¡El amor de Cristo no es esto! Cuando Jesús entra en las aguas
del Jordán y se hace bautizar por Juan el Bautista, no lo hace porque necesita
penitencia, conversión; lo hace para estar en medio de la gente, necesitada
de perdón, entre nosotros, pecadores, y cargar con el peso de nuestros pecados. Éste es el camino que ha elegido para consolarnos, salvarnos, liberarnos
de nuestra miseria. Nos sorprende que el Apóstol diga que fuimos liberados
no por medio de la riqueza de Cristo, sino por medio de su pobreza. Y, sin
embargo, san Pablo conoce bien la “riqueza insondable de Cristo” (Ef 3, 8),
“heredero de todo” (Heb 1, 2).
¿Qué es, pues, esta pobreza con la que Jesús nos libera y nos enriquece? Es
precisamente su modo de amarnos, de estar cerca de nosotros, como el buen
samaritano que se acerca a ese hombre que todos habían abandonado medio
muerto al borde del camino (cfr. Lc 10, 25ss). Lo que nos da verdadera libertad, verdadera salvación y verdadera felicidad es su amor lleno de compasión,
de ternura, que quiere compartir con nosotros. La pobreza de Cristo que nos
enriquece consiste en el hecho que se hizo carne, cargó con nuestras debilidades y nuestros pecados, comunicándonos la misericordia infinita de Dios.
La pobreza de Cristo es la mayor riqueza: la riqueza de Jesús es su confianza
ilimitada en Dios Padre, es encomendarse a Él en todo momento, buscando
siempre y solamente su voluntad y su gloria. Es rico como lo es un niño que
se siente amado por sus padres y los ama, sin dudar ni un instante de su amor
y su ternura. La riqueza de Jesús radica en el hecho de ser el Hijo, su relación
única con el Padre es la prerrogativa soberana de este Mesías pobre. Cuando
Jesús nos invita a tomar su “yugo llevadero”, nos invita a enriquecernos con
esta “rica pobreza” y “pobre riqueza” suyas, a compartir con Él su espíritu
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Mensaje del Santo Padre
filial y fraterno, a convertirnos en hijos en el Hijo, hermanos en el Hermano
Primogénito (cfr Rom 8, 29).
Se ha dicho que la única verdadera tristeza es no ser santos (L. Bloy); podríamos decir también que hay una única verdadera miseria: no vivir como hijos
de Dios y hermanos de Cristo.
Nuestro testimonio
Podríamos pensar que este “camino” de la pobreza fue el de Jesús, mientras
que nosotros, que venimos después de Él, podemos salvar el mundo con los
medios humanos adecuados. No es así. En toda época y en todo lugar, Dios
sigue salvando a los hombres y salvando el mundo mediante la pobreza de
Cristo, el cual se hace pobre en los Sacramentos, en la Palabra y en su Iglesia,
que es un pueblo de pobres. La riqueza de Dios no puede pasar a través de
nuestra riqueza, sino siempre y solamente a través de nuestra pobreza, personal y comunitaria, animada por el Espíritu de Cristo.
A imitación de nuestro Maestro, los cristianos estamos llamados a mirar las
miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a realizar obras
concretas a fin de aliviarlas. La miseria no coincide con la pobreza; la miseria
es la pobreza sin confianza, sin solidaridad, sin esperanza. Podemos distinguir
tres tipos de miseria: la miseria material, la miseria moral y la miseria espiritual. La miseria material es la que habitualmente llamamos pobreza y toca
a cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana:
privados de sus derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad
como la comida, el agua, las condiciones higiénicas, el trabajo, la posibilidad
de desarrollo y de crecimiento cultural. Frente a esta miseria la Iglesia ofrece
su servicio, su diakonia, para responder a las necesidades y curar estas heridas
que desfiguran el rostro de la humanidad. En los pobres y en los últimos vemos el rostro de Cristo; amando y ayudando a los pobres amamos y servimos
a Cristo. Nuestros esfuerzos se orientan asimismo a encontrar el modo de que
cesen en el mundo las violaciones de la dignidad humana, las discriminacio-
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
nes y los abusos, que, en tantos casos, son el origen de la miseria. Cuando el
poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la exigencia
de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad y al compartir.
No es menos preocupante la miseria moral, que consiste en convertirse en
esclavos del vicio y del pecado. ¡Cuántas familias viven angustiadas porque
alguno de sus miembros —a menudo joven— tiene dependencia del alcohol,
las drogas, el juego o la pornografía! ¡Cuántas personas han perdido el sentido de la vida, están privadas de perspectivas para el futuro y han perdido la
esperanza! Y cuántas personas se ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales injustas, por falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad
que da llevar el pan a casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la
educación y la salud. En estos casos la miseria moral bien podría llamarse casi
suicidio incipiente. Esta forma de miseria, que también es causa de ruina económica, siempre va unida a la miseria espiritual, que nos golpea cuando nos
alejamos de Dios y rechazamos su amor. Si consideramos que no necesitamos
a Dios, que en Cristo nos tiende la mano, porque pensamos que nos bastamos
a nosotros mismos, nos encaminamos por un camino de fracaso. Dios es el
único que verdaderamente salva y libera.
El Evangelio es el verdadero antídoto contra la miseria espiritual: en cada ambiente el cristiano está llamado a llevar el anuncio liberador de que existe el perdón del mal cometido, que Dios es más grande que nuestro pecado y nos ama
gratuitamente, siempre, y que estamos hechos para la comunión y para la vida
eterna. ¡El Señor nos invita a anunciar con gozo este mensaje de misericordia y
de esperanza! Es hermoso experimentar la alegría de extender esta buena nueva,
de compartir el tesoro que se nos ha confiado, para consolar los corazones afligidos y dar esperanza a tantos hermanos y hermanas sumidos en el vacío. Se trata
de seguir e imitar a Jesús, que fue en busca de los pobres y los pecadores como el
pastor con la oveja perdida, y lo hizo lleno de amor. Unidos a Él, podemos abrir
con valentía nuevos caminos de evangelización y promoción humana.
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Mensaje del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas, que este tiempo de Cuaresma encuentre a
toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en
la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume
en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo
a cada persona. Podremos hacerlo en la medida en que nos conformemos a
Cristo, que se hizo pobre y nos enriqueció con su pobreza. La Cuaresma es
un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué
podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza.
No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin
esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele.
Que el Espíritu Santo, gracias al cual «[somos] como pobres, pero que enriquecen a muchos; como necesitados, pero poseyéndolo todo» (2 Cor 6, 10),
sostenga nuestros propósitos y fortalezca en nosotros la atención y la responsabilidad ante la miseria humana, para que seamos misericordiosos y agentes
de misericordia. Con este deseo, aseguro mi oración por todos los creyentes.
Que cada comunidad eclesial recorra provechosamente el camino cuaresmal.
Os pido que recéis por mí. Que el Señor os bendiga y la Virgen os guarde.
Vaticano, 26 de diciembre de 2013
Fiesta de san Esteban, diácono y protomártir
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
Carta Saludo del
Sr. Arzobispo
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Carta del Sr. Arzobispo
Queridos hermanos:
Nos volvemos a acercar a los tiempos de la Cuaresma y de la Pascua. Tiempos
en los que hacemos memoria de los acontecimientos centrales y fundamentales de nuestra salvación: la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor
Jesucristo. La Cuaresma y la Pascua nos invitan, pues, a adentrarnos en lo
profundo del misterio de Dios que sale a nuestro encuentro, que se hace pobre para nosotros y con nosotros y que nos ofrece, de nuevo, su salvación, la
participación en su vida, la alegría y la bienaventuranza eterna.
La Cuaresma y la Pascua de esta año en nuestra Archidiócesis, están marcadas
por el último de los ciclos del Itinerario Diocesano de Renovación que con
el lema “Seréis mis testigos” (Hch 1, 8), estamos teniendo en las parroquias.
La llamada constante al testimonio de la propia vida no es una “estrategia” en
momentos de dificultad. Se trata de la respuesta a un mandato del Señor que
por la fuerza del Espíritu Santo nos hace sus testigos. No es nuestra fuerza
sino su presencia en nuestras vidas, en nuestras acciones, en nuestras instituciones, quien nos hace testigos auténticos del amor de Dios en el mundo. Así,
la Cuaresma y la Pascua son los momentos centrales, el punto de partida de
esta llamada siempre misionera, siempre a salir de nosotros, siempre a ser ante
el mundo portadores de la “alegría del Evangelio”.
La Cuaresma y la Pascua de este año coinciden con la segunda parte del presente ciclo del Itinerario. En esta segunda parte se nos invita a ir “al mundo
entero y anunciar el Evangelio” (Mc 16, 15). Por eso en este año tiene más
fuerza la Misión que realizaremos. En esta Cuaresma, tenemos previsto realizar la Misión Magnificat. La Misión quiere poner a la Virgen María, la primera en ser y dar testimonio de Cristo, como ejemplo de vida y como compañera
en nuestro itinerario de vida, en nuestro caminar. Para ello se han preparado
cuatro predicaciones a las que os animo a participar y a invitar a otros, alejados
o no, a participar en ellas.
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Seréis mis testigos
La Cuaresma y la Pascua de esta año serán también un tiempo adecuado para
que nos sigamos haciendo la pregunta que os hacía en mi carta pastoral al inicio de esta curso: “¿Qué quieres que haga por ti?” (Lc 18, 35-43). El encuentro
de Jesús con el ciego cerca de Jericó marca un cambio en el modo de entender
nuestra vida y nuestras acciones pastorales, incluso de entender cómo hemos
de vivir la Cuaresma y la Pascua. Este encuentro muestra a Jesús saliendo de sí
mismo, poniéndose a la escucha del otro, que no le ve pero se sabe necesitado
de él: nos muestra a Jesús atento a las necesidades de los demás, sean quienes
sean acogiéndoles con su cercanía y curando sus debilidades. Así nos lo propone también el Santo Padre que vivamos el tiempo de Cuaresma y Pascua:
“Queridos hermanos y hermanas, que este tiempo de Cuaresma encuentre a
toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en
la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume
en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo
a cada persona” (Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2014).
Las Comisiones de las Vicarías de Acción Caritativa y Social y de Evangelización han preparado estos materiales, estos recursos, para que los podamos
utilizar en las Parroquias y demás Comunidades Cristianas. Es importante
que preparemos con este espíritu los tiempos de Cuaresma y Pascua, tiempos
en los que, por diversas razones, muchos se acercan de nuevo a las celebraciones y oficios y aprovechemos para hacerles llegar, otra vez, la cercanía de
Dios que siempre espera y acoge. Nuestra pobreza, nuestra austeridad, serán
signos de la presencia de Dios que en su Hijo Jesucristo “se hizo pobre para
enriqueceros con su pobreza” (cfr. 2 Cor 8, 9).
Con gran afecto os bendice
+ Carlos, Arzobispo de Valencia
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Para la LITURGIA
Cuaresma-Pascua
2014
Para la
LITURGIA
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Seréis mis testigos
5 de marzo de 2014
Miércoles de Ceniza
Testigos de Jesús...
por el bautismo
La palabra de Dios en esta celebración
Primera lectura.
Joel 2, 12-18:
El profeta Joel describe la liturgia penitencial del “Día
de la expiación” en el antiguo Israel, y pide al pueblo
de Dios que rasgue su corazón y no los vestidos. La
penitencia tiene su pleno sentido cuando se convierten las voluntades de las personas. Convertirse es
volver a Dios con ánimo firme y sincero. Contestaremos a la palabra de Dios con el salmo penitencial por
excelencia: “Misericordia, Señor, hemos pecado”.
Segunda lectura.
2 Corintios 5, 20-6. 2:
San Pablo considera la conversión auténtica como una
tarea permanente cuando dice: “Dejaos reconciliar con
Dios” porque nuestro tiempo es breve, y la Cuaresma
es tiempo de gracia y salvación. La reconciliación consiste en recomponer la relación rota o debilitada entre
nosotros y Dios, entre nosotros y los hermanos.
Evangelio de Mateo 6, 1-6. 16-18:
Jesús enseña a sus discípulos cómo tiene que ser su
estilo de vida y describe tres dimensiones de la misma: la oración, relación con Dios; la limosna, relación
con el prójimo; y el ayuno, relación con uno mismo.
La oración es imprescindible para el discípulo de
Cristo; la limosna es expresión de sincera caridad y el
ayuno muestra la conversión a Dios.
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Para la LITURGIA
Monición a la Liturgia de la Palabra
Comentario
Comenzamos hoy un itinerario que nos conducirá
a la Noche Pascual, en la que serán bautizados los
nuevos hijos de la Iglesia y nosotros renovaremos
nuestro bautismo. Este camino lo vivimos instruidos y modelados por la Palabra de Dios, proclamada
cada día en la celebración. El día de nuestro bautismo el sacerdote, tocando con el dedo nuestra boca
y nuestros oídos, hizo el rito del “Effetá” (que significa ábrete). Recordamos hoy al inicio de la Cuaresma
este gesto con las mismas palabras que nos fueron
dichas aquel día a cada uno: “El Señor Jesús, que
hizo oír a los sordos y hablar a los mudos, nos conceda escuchar su Palabra y proclamar la fe”.
Iniciamos hoy la Cuaresma, el camino de preparación para la celebración de la Pascua. “Hay cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin
Pascua”, nos acaba de decir el papa Francisco en su
exhortación apostólica Evangelii Gaudium (6).
Estos días de misericordia y perdón que se nos regalan pretenden restablecer en nosotros la imagen
de Cristo que recibimos en nuestro bautismo y que
el pecado con frecuencia enturbia, empaña y desfigura. Es una nueva oportunidad que Dios nos brinda
para recomponer la relación rota o debilitada entre
Él y nosotros, entre nosotros y los hermanos. No dejemos caer en saco roto este tiempo de gracia y de
En este momento el lector puede subir al ambón lle- salvación, como nos ha dicho san Pablo.
vando el leccionario, lo deposita sobre él, lo abre soEn este año A las lecturas dominicales nos harán
lemnemente y proclama la primera lectura.
recorrer un itinerario catecumenal, acompañando
a aquellos que se preparan para recibir los sacramentos de la iniciación cristiana en la Noche Santa
de la Pascua. Para nosotros, bautizados ya, será una
nueva ocasión para revivir lo que el Bautismo nos ha
dado y recuperar así la novedad y la frescura de la
Vida en Cristo con la que queremos vivir la Pascua y
el resto del año.
En este primer día de la Cuaresma Jesús nos ofrece
tres instrumentos para vivir este tiempo, vinculados
con nuestras relaciones básicas. Con frecuencia nosotros nos convertimos en el centro de nuestra vida,
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
pasando por encima de Dios y de nuestro prójimo.
Las tres armas que aparecen en el pasaje del evangelio de hoy invierten esta tendencia. Así la oración se
presenta como vía de intimidad con Dios, el ayuno
nos descentra de nosotros mismos y la limosna (la
caridad) nos abre a las necesidades del hermano.
El rito que vamos a vivir seguidamente nos hace experimentar nuestra pobreza y nuestra fragilidad. Recibimos la ceniza en nuestras cabezas. Cenizas que
nos hablan de suciedad, de caducidad, de muerte.
Al final de nuestro camino cuaresmal recibiremos
de nuevo el agua del Bautismo en la aspersión de la
Noche Santa, que nos habla de limpieza, de noveLa Cuaresma de este último año del Itinerario Dio- dad, de vida. Entre estos dos momentos un tiempo
cesano de Renovación nos tiene que llevar a redes- de cuarenta días que hoy se abre para dejar que el
cubrir la dimensión testimonial de nuestra vida cris- Señor renueve en cada uno de nosotros la gracia y la
tiana adquirida por el Bautismo. El testimonio es la santidad de nuestro Bautismo.
consecuencia natural de nuestra fe. El Bautismo nos
hace participar de la Profecía, del Sacerdocio y de la
Realeza de Cristo Jesús. Somos parte de un Pueblo
Santo que anuncia con la palabra, la celebración y el
servicio a su Esposo y Señor.
Domingo tras domingo nos acercaremos, a través de
la escucha de la Palabra y de los signos empleados
en el Sacramento del Bautismo, a tomar una conciencia más profunda y agradecida del don inmenso que hemos recibido y de la misión que se nos ha
confiado. Hoy hemos recordado el rito del “Efettá”
y le hemos pedido a Dios que abra nuestros oídos
en esta Cuaresma para escuchar su Palabra y suelte
nuestra lengua para proclamarla a nuestros hermanos los hombres con valentía y generosidad. Éste
es nuestro mayor testimonio, una vida modelada y
transformada por su Palabra.
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Para la LITURGIA
Oración de los fieles
Ahora es el tiempo de la gracia, ahora es el tiempo
de la salvación. Acudamos al comenzar la Cuaresma
a Dios nuestro Padre para que escuche las súplicas de
su pueblo penitente. Oramos cantando (o diciendo):
Kyrie eleison.
Para que la Iglesia entera, que ha recibido hoy el
signo de la ceniza, sienta la necesidad imperante de su conversión a Dios y de su retorno a ser
reflejo del rostro de Cristo en medio del mundo.
R/. Kyrie eleison.
Por los pecadores, los que se sienten alejados
de Dios, los bautizados que viven al margen de
la Iglesia; para que en estos días de misericordia
se dejen encontrar y perdonar por Cristo que los
llama a volver a Él.
R/. Kyrie eleison.
Por nuestra diócesis y nuestro arzobispo Carlos,
por todos los grupos del Itinerario de Renovación, por nosotros mismos y nuestra parroquia,
para que en esta Cuaresma nos dejemos convertir en auténticos testigos del amor de Cristo.
Para que todos los hombres puedan experimen- R/. Kyrie eleison.
tar la cercanía de Dios en este tiempo santo y por
la oración y la escucha de la Palabra descubran a Dios todopoderoso y eterno: escucha las oraciones
de tu pueblo, perdona sus pecados y purifica su menCristo presente en sus vidas.
te, para que cuantos con amor iniciamos el camino
R/. Kyrie eleison.
de la Cuaresma, obtengamos la paz y la misericorPor todos los que pasan necesidad material o es- dia. Por Jesucristo nuestro Señor.
piritual, para que nuestro ayuno y nuestra gene- R/. Amén.
rosidad les haga experimentar la caridad cristiana y el amor fraterno.
R/. Kyrie eleison.
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
9 de marzo de 2014
Primer domingo
de Cuaresma
Testigos de Jesús…
el Hombre
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Génesis 2, 7-9; 3, 1-7:
En el comienzo de la historia de la salvación está
el pecado de los primeros padres, que se opone al
proyecto creador de Dios. El pecado original es una
muestra del mal empleo de la libertad humana, que
busca independizarse de Dios y cae en la esclavitud
del mal.
Segunda lectura.
Romanos 5, 12-19:
San Pablo presenta dos figuras opuestas: Adán y
Cristo. Del primero viene el pecado, mientras que por
medio de Jesucristo se restauró la relación con Dios.
Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.
Evangelio de Mateo 4, 1-11:
En el paraíso terrenal Adán quiso independizarse de
Dios y hacerse igual a él; Jesús, en cambio, cuando
estuvo en la soledad del desierto, se mostró fiel a la
voluntad del Padre y a su misión salvadora, sin ceder
a las tentaciones del triunfo humano o del uso de su
poder para beneficio propio.
En este domingo junto al crucificado o en un lugar
destacado del presbiterio se puede colocar el óleo de
catecúmenos para ilustrar la catequesis bautismal.
Habrá que tener presente que hoy se celebra “el día del
Seminario” en nuestra diócesis.
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Para la LITURGIA
Comentario
Cada año el primer domingo de Cuaresma nos lleva a
contemplar este combate “cuerpo a cuerpo” de Jesús
contra el maligno en el desierto. Con sus cuarenta días
de ayuno y oración el Maestro inaugura el camino de
nuestra cuaresma y nos ofrece el modelo de una humanidad que sabe vivir aferrada a la voluntad del Padre frente a otros atajos más fáciles y seductores. En la
oración colecta de este domingo pedimos aquello que
deseamos vivir en este tiempo: “avanzar en la inteligencia del misterio de Cristo y vivirlo en su plenitud”.
Cristo, en su experiencia en el desierto a donde es
conducido por el Espíritu, nos muestra qué supone
ser hombre. Este tiempo de Cuaresma nos lleva a reconsiderar qué es ser hombre. Y lo hacemos mirando
la humanidad de Jesús. En ella contemplamos lo que
Dios ha querido hacer con nosotros al crearnos y, más
aún, al recrearnos en Cristo después de la experiencia
de ruptura que el pecado ha ocasionado en nosotros,
como escuchamos en la primera lectura de hoy.
Las tentaciones de Jesús, en el texto de Mateo, son
como un resumen de las tentaciones de Israel en el
desierto y al mismo tiempo símbolo de toda la vida
de Jesús, dedicada a la lucha contra el mal y el pecado. La Buena Noticia que encontramos en la liturgia de hoy es que esta victoria es posible también en
nuestra vida. En la Noche de Pascua renunciaremos
nosotros también al poder del demonio sobre nosotros después de habernos entrenado en este combate con el ejercicio de la Cuaresma, muriendo al hombre viejo para dar a luz al nuevo.
En la tradición eclesial en este domingo tiene lugar
el rito de la elección o inscripción del nombre de
los catecúmenos que van a recibir el bautismo en
la próxima Pascua. Comienza el tiempo de seguir a
Cristo con mayor generosidad, ejercitando la mente
y el corazón, la voluntad y la propia libertad. Junto a
ellos la comunidad cristiana que los recibe los acompaña dejándose modelar por el Señor, avanzando en
la santidad y fidelidad al propio bautismo y sirviendo
Con el texto del Génesis iniciamos el recorrido por de modelo y estímulo en el discipulado.
las etapas de la historia de la salvación que la primera lectura de los domingos de Cuaresma nos van a Como Jesús en el desierto encontraremos la fuerza y la
ofrecer. Hoy el relato de la creación y del pecado de energía para esta lucha en la Palabra de Dios que, junlos primeros padres nos hace fijar la esperanza en la to al alimento eucarístico, recibimos en el camino haobra renovada que en Cristo se nos ofrece para de- cia la Pascua. Es aquí donde experimentamos que en
jarnos rehabilitar también nosotros en la Pascua de la debilidad y flaqueza de nuestra condición humana
sólo podemos tener la certeza de la victoria en la ayueste año.
da y el ejemplo estimulante de Cristo. Con él podemos.
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
Monición al Credo
Oración de los fieles
El día de nuestro bautismo fuimos ungidos con este
óleo de catecúmenos. El aceite es el signo del vigor,
de la fuerza, de la agilidad, del bálsamo y la curación.
Fuimos ungidos en el pecho para ser fuertes en la
lucha contra las asechanzas del mal y ser liberados
del dominio de Satanás y de sus engaños. Vamos a
profesar ahora el símbolo de la fe, preparándonos a
nuestra renovación bautismal en la Pascua, pidiéndole hoy al Señor la fuerza necesaria para avanzar en
el combate contra el pecado.
Presentamos nuestras súplicas confiadamente a
nuestro Dios, el Padre de Nuestro Señor Jesucristo,
con la certeza de la sobreabundancia de su misericordia y su perdón ante nuestras debilidades y pecados. Respondemos cantando (o diciendo):
Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por la Iglesia de Jesucristo, que ha iniciado su
camino hacia la Pascua, para que muestre en su
rostro la misericordia infinita de Dios. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por el papa Francisco, por nuestro arzobispo Carlos y todos los pastores de la Iglesia, para que
durante esta Cuaresma puedan ser instrumentos
de Cristo para reconciliar a los hombres con Dios.
Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por nuestro Seminario Diocesano, mayor y menor, para que los que allí se preparan al sacerdocio vivan con radicalidad el seguimiento de Jesús
y configuren su corazón al de Cristo, Buen Pastor.
Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Por los rectores y formadores del seminario, por
las comunidades religiosas y todos aquellos que
contribuye con su oración, su dedicación y su
trabajo a la formación de los seminaristas, para
que la acción del Espíritu Santo les ayude a vivir
y transmitir la alegría de anunciar el Evangelio a
los futuros pastores de nuestro Pueblo. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por las vocaciones al ministerio sacerdotal, para
que nunca falten jóvenes que respondan con generosidad y radicalidad a la llamada del Señor.
Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por nosotros y por toda la humanidad, para que
en este tiempo de Gracia podamos experimentar
la fuerza del amor y de la misericordia de Dios que
vence todo pecado y toda tentación. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Escucha Padre las súplicas que tu Pueblo te presenta
por medio de Jesucristo, que en su humanidad nos
ha mostrado el camino para luchar contra el mal y
aferrarnos a tu voluntad. A ti la gloria por los siglos
de los siglos.
R/. Amén.
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
16 de marzo de 2014
Segundo domingo
de Cuaresma
Testigos de Jesús…
el Hijo de Dios
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Génesis 12, 1-4:
La vocación de Abraham marca el inicio de la segunda
etapa de la historia de la salvación y nos recuerda nuestra propia vocación cristiana. Dejando su tierra y marchando a la tierra prometida por Dios, el patriarca es un
ejemplo de fe y de confianza en Dios.
Segunda lectura.
2 Timoteo 12, 1, 8b-10:
San Pablo anima a su discípulo Timoteo a vivir de
acuerdo con la vocación de Dios que le llamó al servicio
de Cristo en la Iglesia. Todos nosotros servimos ahora
a Cristo resucitado, cuya luz brilló un momento en la
transfiguración en el monte Tabor, señalando el término glorioso de su Pasión.
Evangelio de Mateo 17, 1-9:
La transfiguración de Jesús manifestó a sus tres discípulos predilectos aquella gloria que alcanzaría su humanidad después de sufrir la Pasión. Con esto quería
animarlos a seguir su ejemplo, como lo hace ahora a
nosotros, para que respondamos a la vocación cristiana.
En este domingo junto al crucificado o en un lugar destacado del presbiterio se puede colocar una vestidura
blanca bautismal para ilustrar la catequesis.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Comentario
Si el domingo pasado nos acercábamos con el evangelista del año, san Mateo, a mirar el itinerario de
nuestro camino cuaresmal, hoy con él ponemos los
ojos en la meta, en el final de ese camino y del de
nuestra propia vida. El pasaje de la Transfiguración
nos invita cada año a suscitar en nosotros el deseo
de lo que nos espera al término de nuestra propia
historia: la presencia viva y resucitada de Cristo, el
Hijo de Dios.
Abraham es el personaje que nos ocupa en esta segunda etapa de la historia salvífica de Dios con la humanidad. La invitación a salir de la propia tierra y a
entrar en la dinámica de la confianza y el abandono
en manos del Dios de la promesa, resuena hoy para
cada uno de nosotros. Nuestro Dios es de fiar, es digno de confianza. Su promesa acompaña el camino
de nuestra vida dándole sentido pleno y acrecentando nuestra esperanza.
“Señor, qué hermoso es estar aquí”. El gozo profundo de estar y de gozar de la presencia de Cristo, el
Hijo de Dios, es anuncio en nuestro camino cuaresmal de la vida pascual y por tanto anticipo en la vida
terrena de lo que gozaremos en el cielo. Ése es nuestro destino definitivo, la contemplación de su rostro
glorioso.
Al terminar la celebración de hoy volvemos a nuestras casas con el recuerdo de las palabras de Jesús:
“levantaos, no temáis”. Su presencia nos acompaña
en nuestro día a día mientras somos peregrinos en
este mundo y la experiencia del encuentro que hemos vivido nos otorga la certeza de que este Jesús a
quien seguimos es el mismo Hijo de Dios.
Este Dios se nos da a conocer con rostro concreto en
Jesús, el Hijo de Dios. La experiencia de Pedro, Santiago y Juan puede ser renovada este domingo en
nosotros al escuchar, como nos dice el Padre, al Hijo
amado y predilecto y contemplarlo, no con rostro
resplandeciente como el sol y con vestidos blancos
como la luz, sino sacramentalmente en las especies
del pan y del vino.
Seréis mis testigos
23
Seréis mis testigos
Monición al Credo
Oración de los fieles
El día de nuestro bautismo recibimos esta vestidura
blanca, con la que fuimos revestidos como anuncio
de nuestra propia resurrección. La gloria de Cristo
que hemos contemplado en el Tabor se nos ha regalado a nosotros al hacernos partícipes de su filiación,
al hacernos por el bautismo hijos de Dios. Hoy al profesar la fe, como preparación a la renovación bautismal en la Noche de Pascua, le pedimos al Señor que
en esta Cuaresma nos ayude a redescubrir nuestra
condición de hijos en el Hijo.
Oremos con fe a Dios nuestro Padre, para que ilumine nuestra vida con la gracia y el amor de su Hijo.
Respondemos cantando (o diciendo):
Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por la Iglesia, para que en su palabra y en su obra
refleje siempre el rostro de Cristo, su Señor. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por todos los catecúmenos que se preparan para
recibir en la Pascua que se acerca los sacramentos de la iniciación cristiana (el bautismo, la confirmación y la primera comunión), para que su
camino catequético les haga descubrir la alegría
de la fe. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por los pueblos que sufren bajo las guerras y la
violencia, para que encuentren la paz y la reconciliación como don de Dios que se nos otorga en
Cristo. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por los que no creen en Dios, los que lo buscan
sin saberlo, los que viven sin esperanza, para que
puedan descubrir en nuestra propia vida el verdadero rostro del Dios vivo, revelado en Cristo.
Oremos.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por nosotros, llamados a vivir en la oscuridad y
a la luz de la fe, para que no nos desanimemos y
confiemos en quien hace nuevas todas las cosas.
Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Señor Dios nuestro, Tu Hijo Jesús ha destruido nuestra muerte y ha sacado a la luz la vida inmortal; que
tu misericordia venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Seréis mis testigos
25
Seréis mis testigos
23 de marzo de 2014
Tercer domingo
de Cuaresma
Testigos de Jesús…
el Agua Viva
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Éxodo 17, 3-7:
La tercera etapa de la historia de la salvación es la del
Éxodo, cuando Dios libró a su pueblo de la esclavitud
de Egipto por medio de Moisés. En este domingo el
gran profeta da de beber a su pueblo, como imagen
futura de Jesús, que nos da el agua de la vida que es
el Espíritu Santo.
Segunda lectura.
Romanos 5, 1-2.5-8:
La lectura apostólica proclama la salvación que nos
obtuvo el misterio pascual de Jesucristo. El amor
de Dios ha sido derramado en nuestros corazones,
como ocurrió con la mujer samaritana, con el Espíritu Santo que se nos ha dado.
Evangelio de san Juan 4, 5-42:
En esta primera escena del tríptico catecumenal, Jesús anuncia el don de Dios que está en el origen de
la salvación. Comenzamos a salvarnos a partir de un
encuentro con Jesús, junto al agua del bautismo.
En este domingo junto al crucificado o en un lugar destacado del presbiterio se puede colocar un ánfora con
agua para ilustrar la catequesis bautismal.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Comentario
Tras los evangelios que se presentan cada año de
las tentaciones y la transfiguración inauguramos en
este domingo el llamado tríptico bautismal, los tres
pasajes del evangelio de Juan típicos de la predicación catecumenal, que se leen en este ciclo A. Desde
antiguo la Iglesia ha elegido estos tres encuentros
salvadores de Jesús como imagen del progresivo
avance y crecimiento en la fe para los que se preparan a recibir el bautismo.
San Pablo dice que aquella roca de donde brotó el
agua en el desierto “era Cristo” (cf. 1 Cor 10,4).
Israel, la mujer samaritana y nosotros nos presentamos este domingo sedientos. Hemos buscado con
frecuencia saciar nuestra sed en charcos fangosos,
en aljibes agrietados, en otros pozos en los que no
hemos encontrado satisfecha nuestra necesidad.
Todos tenemos sed: sed de verdad, de vida, de felicidad, de amor… En esta celebración cada uno le
Hoy el sugerente encuentro entre la mujer samari- pedimos a Jesús: “Dame de esa agua para que nunca
tana y el Maestro nos sitúa a todos en el brocal del más tenga sed”.
pozo de Sicar. Allí Jesús, cansado y fatigado por el
camino y el calor de la jornada, se hace el sediento Hoy es Cristo Jesús quien se nos presenta como la
para entrar en diálogo con cada uno de nosotros fuente de agua viva que nosotros necesitamos. No
y llevarnos a conocer el don de Dios. Como dice el es un agua superficial, pasajera, que calma la sed por
prefacio propio de este domingo, Jesús “quiso estar un instante. Jesús, como luego hará con el pan, la
sediento de la fe de aquella mujer para encender en luz y la vida, se nos ofrece como don: “Yo soy, el que
habla contigo”. Jesús es el agua viva, el surtidor de
ella el fuego del amor divino”.
agua que salta hasta la vida eterna.
En la primera lectura el protagonista de la tercera
etapa de la historia de la salvación, Moisés, hace En el itinerario de preparación al bautismo en este
brotar el agua de la roca ante la murmuración y la domingo tiene lugar el primer escrutinio a los catecúqueja del pueblo sediento. En el desierto Israel ex- menos. Es una buena ocasión para que hoy podamos
perimenta que Dios es el Señor de la vida. El desier- cada uno reconocer las carencias que encontramos
to, naturalmente estéril, es el espacio más adecua- en nuestra vida cristiana, podamos poner nombre a
do para que se manifieste la potencia vivificante de los “falsos maridos” con los que hemos pactado en
Dios, simbolizada en el agua. En nuestra travesía por nuestra vida, podamos presentar ante el manantial
el desierto de la vida, Dios nos ha dado también a de la Gracia las heridas que el pecado ha ocasionado
nosotros una vida nueva con el agua del bautismo. en nosotros.
Seréis mis testigos
27
Seréis mis testigos
Monición al Credo
Este domingo nos lleva a valorar el don de la fe que
hemos recibido en nuestro bautismo, pues por medio de esta agua viva, santificada por el Espíritu y la
Palabra, en nosotros se ha obrado la salvación. El encuentro con Cristo nos ha convertido en sus testigos.
Es momento de dejar nuestros viejos cántaros junto al pozo y volver a nuestras calles a contar con la
vida lo que ha hecho con nosotros. Ojalá, por nuestro cambio de vida, nuestros amigos y paisanos nos
puedan decir como a la Samaritana: “Ya no creemos
por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y
sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo”.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
El agua, como la que contiene esta ánfora, es útil y
necesaria para beber, para limpiar y purificar, para
hacer fecundos los campos y es precisa para la vida
del hombre.
En el agua de nuestro bautismo Cristo ha saciado
nuestra sed de vida eterna. Hoy al profesar nuestra
fe agradecemos este don inmenso y preparamos
nuestro corazón para renovar el bautismo en la Noche Santa de Pascua, cuando será bendecida el agua
en la que serán inmersos los nuevos hijos de la Iglesia
y con la que nosotros seremos asperjados.
Para la LITURGIA
Oración de los fieles
El amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones como don inmenso de su gracia. Acudamos a
Jesucristo, fuente de agua viva, con nuestra necesidad de ser lavados y purificados. Respondemos cantando (o diciendo):
Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por todos los discípulos de Cristo, para unidos
al Papa y a nuestros Obispos, tengamos sed de
verdad y por la profundización en nuestra fe nos
encontremos cada día con Dios. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por los que no conocen el don de Dios y buscan
insaciablemente: para que descubran en Cristo el
manantial de agua que salta hasta la vida eterna.
Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por los creyentes de otras religiones, para que
adorando a Dios en espíritu y verdad puedan
encontrar su rostro, manifestado en Jesucristo.
Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por todos nosotros, lavados en el agua que brota
del costado abierto del Salvador, para que en el
encuentro personal con el Maestro conozcamos
más y mejor el don de Dios y podamos ser testigos más auténticos de su presencia. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Señor Dios nuestro, tú calmaste la sed de tu pueblo
haciendo brotar el agua de la roca, y por medio de tu
Hijo diste a la Samaritana el agua de la vida; atiende
a nuestras súplicas, danos de beber, derrama sobre
nosotros el agua del Espíritu. Por Jesucristo nuestro
Señor.
Por la multitud de los bautizados que viven al
margen de la Iglesia, para que esta Cuaresma sea R/. Amén.
una oportunidad de redescubrir su experiencia
eclesial y renovar su fe. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
30 de marzo de 2014
Cuarto domingo
de Cuaresma
Testigos de Jesús…
la Luz del Mundo
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
1 Samuel 16, 1b-6.7.10-13a:
La cuarta etapa de la historia de la salvación se sitúa
en la tierra prometida, y en ella tiene un lugar muy
importante el reinado de David. La unción del joven
héroe, elegido personalmente por Dios, es figura
profética de la unción bautismal de los cristianos.
Segunda lectura.
Efesios 5, 8-14:
El proceso catecumenal es una experiencia de iluminación de la inteligencia con el don de la fe, para poder creer en Cristo Salvador. La luz de la fe nos libra
de la ceguera y de la muerte eternas.
Evangelio de Juan 9, 1-41:
La segunda imagen del tríptico catecumenal es la del
ciego de nacimiento, curado por Jesús junto al agua
de Siloé. Todo este largo pasaje de san Juan es una
catequesis sobre el bautismo que nos salva, visto
desde el efecto de la iluminación del conocimiento
para poder reconocer a Jesús y creer en todo lo que
Dios ha hecho por nosotros.
En este domingo junto al crucificado o en un lugar destacado del presbiterio se puede colocar un cirio de los
que se usan habitualmente en los bautizos para ilustrar la catequesis.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Comentario
Llegamos al segundo evangelio típicamente catecumenal de san Juan y, tras el pozo de Sicar, hacemos
estación en la piscina de Siloé. Aquí es donde encontramos al verdadero “enviado”, al que es la Luz del
mundo, al que es capaz de romper las tinieblas de
nuestra ignorancia, del pecado y de la maldad del
hombre para abrirnos definitivamente los ojos de la fe.
En nuestro recorrido por la historia de la salvación
que hacemos con la primera lectura llegamos hoy a
la hermosa escena de la unción del rey David. David
es elegido y ungido como rey no por su apariencia
o por favoritismos humanos, sino por la manera de
actuar de Dios, que mira el corazón. David, a pesar
de su pecado, fue un rey “según el corazón de Dios” y
después de la consagración que hace de él el profeta
Samuel “quedó invadido por el Espíritu del Señor”.
una nueva creación Jesús toma tierra y hace barro
con la saliva de su boca, él que es la Palabra, para
hacernos ver. El ciego nunca había visto la luz, era
invidente desde siempre. Y este hombre tiene una
progresiva experiencia de fe que le lleva desde el
desconocimiento de “ese hombre”, pasando por el
descubrimiento de “un profeta” a la profesión de fe
en Cristo, el Hijo del hombre, a quien ahora puede
ver y le reconoce como Kyrios: ¡Creo Señor!
Nosotros hemos sido llamados por el bautismo al
mismo proceso. En la antigüedad cristiana se le llamó a este sacramento Photismós, iluminación. Nos
lo recuerda san Pablo en la segunda lectura: “En otro
tiempo erais tinieblas; ahora sois luz en el Señor.
Caminad como hijos de la luz”. Con nuestro bautismo se nos ha hecho pasar de la tiniebla a la luz, de
la oscuridad del pecado a la claridad de Dios. Cristo
Dios nos ha elegido también a nosotros. Y sabemos mismo es nuestra luz, el que ilumina nuestro espíritu
que él siempre elige a los instrumentos más débiles, con la claridad de su gracia (oración poscomunión).
a aquellos que no tienen valor o resultan inútiles a
los ojos de los hombres, a los que no encuentran otra En este domingo Laetare, el gozo de ser iluminados
fuerza más que el Señor. Así queda clara que la inicia- por la luz de Cristo hace revivir en toda la Iglesia la
tiva de la salvación es de Dios y sólo de Él. En la elec- experiencia bautismal. Jesús mismo nos dice que no
ción de Dios no hay méritos, no hay premios, no hay hemos recibido esta luz para esconderla u ocultarla
logros. Sólo hay gratuidad y misericordia por su parte. (Mt 5, 15), sino para alumbrar en medio del mundo,
para ser testigos y reflejo de su luz. El ciego de naDios nos ha querido abrir los ojos de la fe, como al cimiento encuentra dificultades serias y oposiciones
ciego de nacimiento, a través de nuestro bautismo en su testimonio, pero él sólo puede hablar de lo que
para permitirnos el encuentro con Cristo. Como en ha experimentado y de que era ciego y ahora ve.
Seréis mis testigos
31
Seréis mis testigos
Monición al Credo
En esta Pascua ya cercana Cristo quiere hacernos
volver a ver, iluminarnos con la claridad de su luz.
Somos llamados a vivir en esa luz, como hijos de la
luz y no de las tinieblas. Las obras de la luz, la vida según Cristo, serán nuestro testimonio más auténtico
y transparente.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
El día de nuestro bautismo recibimos una vela como
ésta, encendida del cirio pascual. Era el signo de
nuestra iluminación. Se nos pedía acrecentar esta
luz, caminar como hijos de la luz y perseverar en la
fe para salir con todos los santos al encuentro del
Señor. En la Vigilia de Pascua tendremos de nuevo
la experiencia física de pasar de la tiniebla absoluta
al inicio de la celebración a la claridad de la luz. El
cirio pascual, signo de Cristo Resucitado, quebrantará la oscuridad de la noche y de su luz tomaremos
también nosotros nuestras débiles luces. Al profesar
ahora la fe de la Iglesia le pedimos al Señor que ilumine nuestro corazón y nos disponga a renovar ese
día con decisión nuestro bautismo.
Para la LITURGIA
Oración de los fieles
“Tu luz, Señor, nos hace ver la luz”. Iluminados por
su presencia y su claridad presentamos nuestras súplicas e imploramos la misericordia de aquel que nos
cura de nuestras cegueras. Respondemos cantando
(o diciendo):
Oh Señor, escucha y ten piedad.
Para que la Iglesia santa pueda dejarse iluminar en
esta Cuaresma por la luz de la Palabra de Dios y recobre la alegría auténtica del evangelio. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por los catecúmenos que se preparan durante la
Cuaresma para recibir el bautismo en la Noche
de Pascua, para que, iluminados en su camino
por Cristo y acompañados por la Iglesia, experimenten el paso de la oscuridad del pecado a la
luz de la fe. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por los enfermos, los atribulados, los presos y
esclavizados, para que el Señor Jesús que curó
al ciego de nacimiento colme sus vidas de paz,
consuelo y esperanza. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por cada uno de nosotros que avanzamos en
nuestro camino hacia la Pascua del Señor, para
que la conversión de nuestras obras como hijos
de la luz afiance la alegría de sabernos salvados
por Cristo. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Señor Dios nuestro, que nos has enviado a Jesucristo, luz del mundo, para iluminar las tinieblas de
nuestra ignorancia y nuestro pecado; escucha nuestras súplicas, cura nuestra ceguera e ilumínanos con
tu luz. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Por tantos ciegos que dicen ver y se aferran a su
ceguera, por los que encuentran dificultades en
su fe, por los que el pecado y el mal han cegado,
para que iluminados por la luz de Cristo descubran
su realidad y avancen en su salvación. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
6 de abril de 2014
Quinto domingo
de Cuaresma
Testigos de Jesús…
la Resurrección
y la Vida
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Ezequiel 37, 12-14:
La quinta etapa de la historia de la salvación nos sitúa en el momento de los profetas que anunciaron la
venida de Cristo. Ezequiel profetiza la restauración
de Israel describiéndola como una resurrección de
cuerpos muertos; del mismo modo Jesús anunciará
la vida nueva y eterna mediante el signo de la resurrección de Lázaro.
Segunda lectura.
Romanos 8, 8-11:
El proceso catecumenal tiene como término el nacimiento a la vida eterna que Dios concede a los que se
unen al misterio pascual de Cristo mediante el bautismo y la acción del Espíritu Santo.
Evangelio de Juan 11, 1-45:
La tercera imagen del tríptico catecumenal es la de
la resurrección de Lázaro; en ella Jesús se muestra
como la fuente de la resurrección y la vida; quien
cree en él no morirá para siempre.
En este domingo junto al crucificado o en un lugar destacado del presbiterio se puede colocar el Santo Crisma para ilustrar la catequesis bautismal.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Comentario
Tercer encuentro “transformador” de Cristo en nuestro camino de renovación bautismal. Estamos a quince días de la Pascua y la liturgia nos lleva a mirar el
camino de Jesús hacia la cruz y hacia la vida nueva.
Hoy es en Betania donde encontramos el contraste
más fuerte de todo el camino cuaresmal y donde el
hombre se juega la verdad de su existencia. En nuestro redescubrimiento bautismal hemos ido pasando
de la sed al agua, de la tiniebla a la luz y hoy llegamos
al tránsito de la muerte a la vida. La casa de los amigos de Jesús se ha llenado de olor a muerte, pero la
presencia del Maestro desafía al mayor enemigo del
hombre y arranca de la boca de Marta y de todos nosotros un grito creyente y decisivo ante su pregunta
conmovedora: “¿Crees esto?”.
En nuestro recorrido con la primera lectura de estos
domingos cuaresmales por la historia de la salvación
llegamos a la quinta etapa con los profetas, don de
Dios para su pueblo y signo de su fidelidad inquebrantable. Escuchamos hoy a Ezequiel con el anuncio de
abrir los sepulcros e infundir el espíritu para que los
hombres tengan vida.
reconocemos que “es el Dios y Señor de la vida que
levantó del sepulcro a su amigo Lázaro y hoy extiende
su compasión a todos los hombres y por medio de sus
sacramentos los restaura a una vida nueva”.
Es el sacramento del Bautismo el que ha parado el
avance de la muerte en nuestra existencia. Las aguas
del bautismo fueron nuestro sepulcro y nuestra inicial
resurrección. Desde aquel día nosotros conscientemente le podemos decir a Cristo: “Tú eres la resurrección y la vida porque llevamos tu misma vida, Señor”.
La resurrección de Lázaro es el signo definitivo en el
evangelio de Juan de la actuación divina en Jesús y es
anuncio inmediato de la Pascua de Cristo. Tenemos
que notar que este acontecimiento no es la victoria
definitiva de Jesús sobre la muerte. Lázaro en cierto
modo es “revivificado” por Jesús más que resucitado,
pues vuelve a tener la vida limitada y caduca que tenía
antes de su muerte y con el tiempo volverá a morir.
La resurrección de Jesús será la entrada en una vida
nueva, no será ya un paso hacia atrás, como Lázaro,
sino hacia delante, y será definitiva y para siempre.
Y lo será no sólo para Cristo sino también para todos
aquellos que participemos de su Misterio Pascual.
Esta esperanza de encontrar “la vida”, que ha sido el
deseo y anhelo de la humanidad entera a través de los
siglos, nosotros la vemos colmada en Jesús. Él se nos El mensaje de este domingo es esperanzador para
presenta hoy con estas palabras: “Yo soy la resurrec- Israel, para Lázaro, para Cristo, para nosotros. Dios
ción y la vida”. En el prefacio propio de este domingo quiere abrir nuestros sepulcros, allí donde no hay
Seréis mis testigos
35
Seréis mis testigos
Monición al Credo
vida, donde huele a muerte, donde el dolor y el sufrimiento, el miedo y el pecado nos mantienen atados,
esclavizados y paralizados. Y nos quiere sacar de ahí a
vivir su misma vida, la vida eterna. Resuena hoy con
fuerza la voz de Jesús que a cada uno nos dice: “Sal
fuera”. Esto es la Pascua que vamos a celebrar, esto
es lo que Cristo quiere hacer con nosotros de nuevo.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
El día de nuestro bautismo fuimos ungidos en nuestras cabezas con este aceite perfumado, el Santo
Crisma. Desde entonces fuimos consagrados para
Cristo, somos miembros de su cuerpo, le pertenecemos. Los cristianos, ungidos, estamos llamados
a llevar el buen aroma de Cristo con nuestras obras.
Así, frente al mal y la muerte que parecen dominar el
mundo, nos convertimos en signo de la vida nueva y
eterna que el Señor nos concede ya aquí en la tierra
y que se nos regalará en plenitud en el cielo con la
resurrección. Profesamos nuestra fe en el Dios de la
vida, a la espera de renovar nuestro Bautismo en la
Noche Santa de Pascua.
Para la LITURGIA
Oración de los fieles
Oremos confiadamente a Dios todopoderoso que
en Jesús nos ha concedido la esperanza de una vida
eterna. Respondamos cantando (o diciendo):
Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por la Iglesia, que ha recibido la misión de anunciar al Dios de la vida, para que sea capaz de
atraer a todos los hombres a la salvación de Cristo. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por los que viven y experimentan dificultades
serias en sus vidas: los enfermos, los discapacitados, los presos y drogadictos, los que carecen
de lo necesario para vivir. Para que encuentren
en Cristo al amigo que llora por ellos y los libera de aquello que los esclaviza y les conduce a la
muerte. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por los pecadores y cuantos viven alejados de
Dios, para que en este tiempo de conversión, la
oración perseverante de la Iglesia les ayude a retornar al Señor y a salir de sus sepulcros a una
vida nueva. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por todos los que viven sin esperanza delante de
la muerte, para que descubran en Cristo Jesús el
sentido de sus vidas y la posibilidad de creer en
la eternidad. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por nuestros hermanos que han muerto en el Señor; para que Dios perdone sus pecados, acoja
sus almas y les conceda la luz y el descanso eterno. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por nosotros, por los grupos del Itinerario de Renovación en nuestra diócesis y por nuestra comunidad parroquial, para que seamos testigos
de la vida eterna que hemos encontrado en Jesús, delante de los hombres de nuestro mundo.
Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Señor, Dios nuestro; tu Hijo Jesús entregó su vida
por nosotros para que tengamos vida, la vida en plenitud; desde lo hondo gritamos a ti, escucha nuestra
voz. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
13 de abril de 2014
Domingo de Ramos
en la Pasión del Señor
Testigos de Jesús…
el Crucificado
Misa de Pasión
Primera lectura.
Isaías 50, 4-7:
El tercer cántico del Siervo del Señor anuncia la pa-
LA PALABRA DE DIOS EN ESTE DOMINGO sión del Mesías, presentándola como una muestra
suprema de obediencia a la palabra y la voluntad de
Dios, al someterse al poder del pecado del mundo
y padecer por ello mansamente. Gran importancia
Evangelio de Mateo 21, 1-11:
tiene la recitación del Salmo responsorial 21, menCorresponde este año leer el relato de san Mateo cionado por Cristo en la cruz: Dios mío, Dios mío, ¿por
correspondiente a la entrada de Jesús en Jerusalén. qué me has abandonado?
Como es habitual en este primer evangelio, se declara que en Jesús se cumplen todas las antiguas profe- Segunda lectura.
cías acerca del Mesías que había de venir.
Filipenses 2, 6-11:
Bendición de las palmas
San Pablo proclama la unidad del misterio pascual
de Jesucristo, humillado hasta la muerte de cruz
como el Siervo de Yahveh y glorificado como Hijo de
Dios en la resurrección.
Pasión de nuestro Señor Jesucristo
según san Mateo 26, 14-27, 66:
Según la intención propia del evangelista san Mateo,
que escribía para los judíos convertidos al cristianismo, todo esto ocurrió para que se cumpliera lo que
escribieron los profetas. Jesús en la pasión es el Siervo de Yahveh paciente que acepta la voluntad a veces
En este domingo conviene adornar con palmas y ra- incomprensible del Padre; todos sus padecimientos
mos de olivo la imagen del crucificado para ilustrar la estaban profetizados en el Antiguo Testamento.
catequesis bautismal centrada en el signo de la cruz.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Comentario
Llegamos al último domingo de esta Cuaresma, que
nos sitúa en la puerta de la Semana Santa. La celebración de hoy nos lleva a contemplar a Jesús que
entra en Jerusalén para vivir la entrega definitiva de
su vida por la humanidad. Éste es nuestro encuentro dominical con Cristo crucificado, como la semana
que viene lo será con el Señor resucitado.
Antiguo Testamento para hacer notar cómo se cumplen en Cristo todas las promesas. Otras particularidades del relato de la Pasión según el evangelista
que leemos este año son por ejemplo el remordimiento y suicidio de Judas, los fenómenos cósmicos
a la muerte de Jesús, o los ultrajes de los que pasan
junto a la cruz.
La procesión de ramos de palma, olivo y laurel se
convierte en testimonio de la fe, de la paz y de la victoria de Cristo que la Iglesia proclama cada día pero
que hoy toma las calles de nuestros pueblos y ciudades como un grito que anuncia y saluda al que viene
en el nombre del Señor. En este cuarto año del Itinerario la procesión de Ramos se convierte en signo
visible de nuestro testimonio y compromiso público.
Terminamos nuestro recorrido cuaresmal por las
etapas de la historia de la salvación. La sexta etapa
es la que corresponde al Mesías. Por ello hoy escuchamos el tercer cántico “del siervo del Señor” del
profeta Isaías, que nosotros vemos cumplido en Jesús, el siervo sufriente. Un buen prólogo para el relato de la pasión. La semana que viene comenzaremos
una nueva etapa de esta historia salvífica al escuchar
El ambiente festivo de la procesión nos lleva a la durante toda la cincuentena el inicio del tiempo de la
profundidad de la Eucaristía, donde escuchamos el Iglesia en el libro de los Hechos de los Apóstoles.
impresionante relato de la Pasión, este año según
Hoy la sombra de la cruz se proyecta sobre la celesan Mateo. Domingo tras domingo leemos cada año
bración eucarística de un modo único. La misa de
a un evangelista sinóptico, pero es en la celebración
la Pasión del Señor nos hace percibir especialmende este domingo cuando llegamos al núcleo de ese
te el memorial y la actualización del sacrificio de la
evangelio, con el relato de la pasión y muerte de JeCruz que celebramos en cada eucaristía. La Iglesia se
sús, y con la respuesta del Padre en el relato de la repone en pie ante el misterio la Pasión de Cristo y de
surrección que proclamaremos en la Noche Pascual.
su Resurrección, pues reconoce que aquí se nos ha
Tenemos que señalar como distintivo del relato de regalado la salvación y de aquí cobramos la fuerza
este año que san Mateo toma especial cuidado, des- para nuestra vida y testimonio a lo largo del año.
de la cena del Señor hasta el sepulcro, en ir citando el
Seréis mis testigos
39
Seréis mis testigos
Monición al Credo
La cruz y la gloria que se presagian en este domingo
como pórtico de la Semana Santa nos hacen mirar
en la vida obediente y entregada de Jesús el modelo
de nuestra propia vida cristiana. El bautismo nos ha
injertado precisamente en esta nueva vida que celebramos en la Pascua, nos ha hecho morir con Cristo
para resucitar a una vida nueva. Hoy, al acompañar a
Cristo en su pasión, agradecemos el gran don de su
cuerpo entregado y de su sangre derramada, que son
para nosotros el testamento y la herencia de su amor.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
En este domingo la Iglesia primitiva entregaba
el credo, en la traditio symboli, a los que iban a ser
bautizados en la Noche Pascual, para que el Sábado
Santo lo pudieran proclamar ellos. El día de nuestro
bautismo, al entrar en la Iglesia, nos marcaron con la
señal de la cruz en nuestra frente. El signo de la cruz
nos ha acompañado desde entonces a lo largo de
nuestra vida y nos identifica como cristianos. Ante la
imagen del crucificado, en este último domingo antes de la Noche de Pascua, profesamos el símbolo de
la fe que hemos recibido de la Iglesia.
Para la LITURGIA
Oración de los fieles
Entramos en los días oscuros y luminosos de la pasión y muerte del Señor. El Espíritu convoca a su Iglesia a experimentar el amor infinito del Padre, a través
de su Hijo colgado en la cruz. Presentemos confiadamente nuestra oración cantando (o diciendo):
Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por la santa Iglesia, para que viviendo en la fe el
misterio de la Pasión, recoja del árbol de la cruz
el fruto de la esperanza. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por los jóvenes, en este día de la Jornada Mundial de la Juventud, para que, unidos en la Iglesia,
aprendan el valor de la pobreza al contemplar a
Cristo en su pasión y descubran que éste es el
camino para alcanzar el Reino de Dios. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por los enfermos, los moribundos y todos los
que sufren, para que apurando el cáliz de la Pasión, a semejanza de Cristo paciente, tengan la
firme esperanza de participar con él en su gloria.
Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por los pecadores para que experimenten en
estos días de la pasión la misericordia de Dios y
sientan que valen el precio mismo de la sangre
de Cristo. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Por nosotros que en el bautismo fuimos sumergidos en la muerte de Cristo y nos disponemos a
celebrar su Pascua para que participemos también de su resurrección. Oremos.
R/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
Para que los pueblos alcancen la paz por medio Escucha, Padre, la oración de tu pueblo, que celebra
de la sangre de Cristo y todos los hombres alcan- la pasión de tu Hijo; haz que, después de haberlo
cen la salvación. Oremos.
aclamado en el día de la alegría, sepamos seguirlo
con la fidelidad del amor en la oscura, pero vivificaR/. Oh Señor, escucha y ten piedad.
dora, hora de la cruz. Por Jesucristo nuestro Señor.
R/. Amén.
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
El Triduo Pascual
2014
Con estas breves introducciones a la celebración de
la Semana Santa, se desea ayudar a vivir de forma
TESTIMONIAL estos actos tan importantes. Al mismo tiempo intentaremos volver sobre el mensaje
fundamental de este año del Itinerario Diocesano de
Renovación (IDR): “SERÉIS MIS TESTIGOS”. Se indica en cursiva la forma en que podrían participar los
comprometidos en el IDR.
A lo largo de esta Semana Mayor, destacaremos, entre otros muchos, unos momentos y signos de gran
valor simbólico que pueden llamar la atención de los
alejados o los menos instruidos.
Los comprometidos en el IDR deberían prepararse y
provocar el interés y el diálogo sobre el significado de
estas celebraciones.
La extrañeza, y las preguntas que pueden suscitar
son el mejor motivo para una instrucción y vivencia
compartida en la mejor tradición bíblica, como leemos en Deuteronomio 6, 20-21: En el futuro, cuando
tu hijo te pregunte diciendo: “¿Qué significan los testimonios, las leyes y los decretos que Yahveh nuestro
Dios os mandó?”, entonces responderás a tu hijo:
“Nosotros éramos esclavos del faraón en Egipto,
pero Yahveh nos sacó de Egipto con mano poderosa”... Y lo mismo cuando se trata del ritual de la cena
de Pascua en Éxodo 12, 26-27: Y cuando os pregunten vuestros hijos: “¿Qué significa para vosotros este
rito?”, responderéis: “Éste es el sacrificio de la Pascua de Yahveh...”.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Domingo de Ramos
en la Pasión del Señor
Bendición de palmas y ramos,
procesión y santa Misa
Un rito propio de este día:
la procesión de las palmas y ramos
Acompañamos al Señor cuando entra en la Ciudad
Santa para ofrecer su sacrificio para la redención del
mundo. Durante los primeros siglos del cristianismo,
este domingo estaba dedicado a la entrega del “Credo”, el símbolo de la fe, a los catecúmenos que debían
recibir el bautismo en la Pascua; era la “entrega del
símbolo” que preparaba a la “devolución del símbolo”
que los bautizandos debían realizar en la mañana del
Sábado Santo. El “símbolo” era en la vida corriente un
signo de reconocimiento: dos fragmentos de cerámica que debían encajar; de este modo, los candidatos
recibían el “Credo” que debían aprender de memoria
como señal de admisión entre los cristianos.
Es una procesión al revés de las normales, donde el
sacerdote va en cabeza y no se va en filas, sino en
grupo tras él. No hay imágenes, porque la marcha es
como el cuerpo de Cristo, cabeza y cuerpo que van a
Sión y al templo, en la Ciudad de Dios. Hacemos lo
que hicieron los niños y gentes de Jerusalén en este
mismo día.
Los que siguen el IDR podrían ir juntos por grupos en
esta procesión.
En el siglo IV comenzaron a llegar a Tierra Santa un
gran número de peregrinos que deseaban recordarlos hechos de Jesús en los mismos lugares en que habían ocurrido. Muy pronto comenzaron a repetir la
entrada festiva del Señor en Jerusalén, bajando del
monte de los Olivos con palmas, ramos y cantos y
acompañando al Obispo.
Esta celebración se difundió por todas las iglesias
con diferentes formas, y la propia de la liturgia romana es muy fiel a la tradición primitiva de Jerusalén, con la asamblea que se reúne fuera de la iglesia,
y marcha hacia ella después de leer el Evangelio de
la entrada de Jesús, siguiendo con cantos al Obispo
o sacerdote que preside.
Seréis mis testigos
43
Seréis mis testigos
Los colores litúrgicos en la Semana Santa
Las procesiones de Semana Santa
En estos días se usan ornamentos cuyo color tiene
un significado que todos deben conocer. El rojo recuerda la realeza de Cristo y también su sangre derramada en la Pasión, por eso se usa el Domingo de
Pasión desde la procesión de las palmas en honor de
Cristo Rey y también el Viernes Santo. El morado es
signo de penitencia y por eso se utiliza en la Cuaresma y en sus días finales, lunes, martes y miércoles de
la Semana Santa. El blanco es el color de la alegría y
se viste en todo el tiempo de Pascua, la Cincuentena
o Pentecostés, a partir de la Vigilia Pascual; son blancas y resplandecientes las vestiduras de los ángeles
que anuncian la resurrección de Jesús, como lo fueron sus ropas en la Transfiguración.
Desde las de pasión y muerte hasta la de gloria, estas
manifestaciones piadosas populares son un motivo
de asombre, preguntas y emociones especialmente
para los más jóvenes, y los mayores deberían aprovecharlo para que las verdades de la fe en Jesucristo
se conserven unidas a las imágenes plásticas de los
pasos y también de las representaciones de la Pasión. Los penitentes, las promesas, los sacrificios...
deberán llevar a una explicación de que toda la vida
ha de ser también un ejercicio de renuncia al pecado
y a las malas costumbres, para purificarnos, aprovechar el amor que Dios nos ofrece y convertirnos cada
vez más a Dios.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Miércoles Santo
Jueves Santo
Misa “en la cena del Señor”
La Misa Crismal es una magnífica imagen del misterio
de la Iglesia, en la que se expresa el fluir de la gracia de
los sacramentos desde el sacerdocio de Cristo y por
medio de sus ministros que la hacen presente en todas las comunidades.
Se conmemora la institución de la eucaristía y del sacerdocio, y se recuerda el supremo mandamiento del
amor. Es el “Día del amor fraterno”.
Algunos representantes del IDR podrían acompañar a
su párroco ese día a la Catedral para recoger el Crisma
y los Santos Óleos, que podrían llevar luego en la
procesión de entrada en la Misa del Jueves Santo en
sus parroquias.
Unos ritos propios de este día:
el lavatorio de los pies
Todas las iglesias son este día un gran cenáculo. Las
personas elegidas para el lavatorio representan a los
doce apóstoles y el sacerdote es Jesucristo, que da así
ejemplo de humildad y de servicio. El contexto en el
que Jesús pronuncia estas palabras no es otro que la
noche del Jueves Santo, después de la Cena, antes de
morir en la cruz. En esa impresionante ocasión, Jesús
revela a sus discípulos que va hacia el Padre. Este ir
al Padre constituye el culmen de la salvación. Todo el
que siga a Jesús irá a donde Él va. El día siguiente no
se celebra la Eucaristía, y se resalta con una procesión
el traslado de las formas consagradas hasta el sagrario. Se abre así un tiempo de vigilia y oración ante el
Santísimo en el que respondemos a las palabras de
Jesús en el monte de los Olivos: “Velad y orad para no
caer en la tentación” (Mt 26, 41).
Este año se podría lavar los pies a los animadores y
otros miembros del IDR.
Seréis mis testigos
45
Seréis mis testigos
Monición de despedida
Al final de la misa del Jueves Santo, se puede convocar El “Monumento”
a los fieles a la siguiente “estación” con estas o seme- En la oración ante el santísimo sacramento, conserjantes palabras:
vado para la comunión del día siguiente en el “MoQueridos todos: Al terminar esta celebración, vamos numento”, acompañamos al Señor en la soledad de
a seguir acompañando al Señor en los primeros pa- su Pasión y le damos gracias porque ha querido persos de su Pasión, en oración ante el Santísimo Sa- manecer sacramentalmente en medio de nosotros.
cramento, como en el Monte de los Olivos. Luego, Hoy el sagrario está adornado con flores y luces,
mañana, a las (…) horas celebraremos el Oficio de para enseñarnos la importancia de la presencia del
Laudes ante el Monumento y a las (…) horas el Via Señor en el sagrario de todos los días, donde se conCrucis en (lugar donde se realice). Por la tarde, a las serva para dar la comunión a los enfermos o a los que
(…) horas, como los peregrinos a Jerusalén, acudire- están en peligro de muerte y ser adorado con calma
mos al Gólgota, al Calvario, a venerar la Cruz salva- y silencio, en un diálogo con él. Para favorecer todo
dora, cuando la Palabra de Dios nos anuncie el sacro- esto suele haber una capilla especial, adornado con
santo misterio de la Pasión. Recordad que mañana fervor y buen gusto, para que le visitemos allí con
es día de ayuno y abstinencia. Siempre muy cerca de frecuencia.
Jesus. Alabado sea el santísimo sacramento del altar.
Podrían organizarse turnos de velas ante el Santísimo
R/. Sea por siempre bendito y alabado.
con los grupos del IDR y asistir juntos a la Hora Santa
o la Liturgia de las Horas.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Viernes Santo
Celebración de la Pasión
del Señor”
Este acto vespertino comienza con la liturgia de la palabra en la que se leen dos lecturas y la Pasión según
san Juan, a la que sigue la homilía y la oración universal; concluye esta liturgia con la adoración de la Cruz
y la comunión con la Eucaristía consagrada en la Misa
de la Cena del Señor.
Monición de despedida
Hermanos y hermanas: Nos separamos en silencio,
como aquellos que “bajaban del Calvario y se daban
golpes de pecho”. (Nos vamos a encontrar de nuevo
en la procesión del Santo Entierro). Mañana Sábado
Santo nos reuniremos a las (…) horas para celebrar
el Oficio de Laudes como si estuviéramos junto al
Unos ritos propios de este día:
Santo Sepulcro y, ya por la noche, debemos estar tola adoración de la cruz
dos para la gran celebración de la Vigilia Pascual. Se
Un altar sin manteles y una cruz sin crucifijo. En esta nos invita a seguir guardando este día el ayuno, para
tarde, la desnudez del altar, símbolo de la de Jesús en romperlo en la celebración de la Pascua del Señor.
el Calvario, y la austeridad de la ceremonia nos tras- Hasta que nos reunamos todos otra vez junto al fuelada al patio del Gólgota, en el magnífico conjunto de go en la Noche Santa.
monumentos que contemplaban los peregrinos de
los siglos IV, V y VI, antes de la invasión islámica. Allí, El Vía Crucis
al aire libre, delante de la colina del calvario, revestida
de mármoles preciosos y sobre la que se alzaba una En muchos casos fuera del templo, de nuevo parece
gran cruz de madera, se leía la pasión y se pasaba a que nos traslademos a la ciudad santa de Jerusalén,
besar la reliquia de la cruz, la Vera Crux que encontró recorriendo con Jesús, la Vía Dolorosa.
santa Elena.
Los animadores o un miembro de cada grupo del IDR
Es un acto de profunda seriedad, pero alumbrado por podrían leer los textos de las estaciones.
la gloria del madero en el que estuvo clavada la salvación del mundo. El acto del Viernes Santo no es un
funeral. La sencilla cruz de madera, sin la imagen del
crucificado, que cruza la iglesia hasta el altar para allí
ser adorada: el trofeo de la Pasión ante el que deberemos hacer genuflexión siempre que pasemos ante él,
hasta que comience la Vigilia Pascual.
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
Sábado Santo
Oficio de lecturas y Laudes
Unos signos singulares:
La mañana de este Sábado Santo debería ocuparse el fuego y el cirio pascual
en la oración y en la preparación de la gran Vigilia, al Nos reunimos en torno a una hoguera, como los ismenos por el grupo más responsable de la comuni- raelitas en los campamentos cuando iban hacia la tiedad. Los miembros del IDR podrían preparar y cele- rra prometida. En la Pascua todo es nuevo, el fuego,
brar el Oficio de Lecturas y Laudes. Es un día en que el agua del Bautismo, los panes sin levadura… El cirio
se nos invita a continuar el ayuno del Viernes Santo, pascual es un símbolo de Jesucristo resucitado, que
siguiendo la primitiva tradición del ayuno prepascual conserva las huellas de la pasión, como la cruz y las
que se rompe en la comunión de la Vigilia.
cinco marcas señaladas con granos de incienso que
recuerdan las cinco heridas del crucificado. También
se marcan en el cirio el Alfa y la Omega, letras griegas
que significan que Jesús es el Señor de esta Pascua,
En la noche santa,
cuyo año tambien se marca, y de todos los tiempos,
Solemne Vigilia Pascual
del principio al fin. Como la columna de fuego que
iba guiando a los israelitas en el desierto, así nos guía
ahora Jesús y entra el primero en la iglesia, iluminánEl Misterio Pascual de Cristo, crucificado, sepultado y dola con su luz.
resucitado, tiene en esta liturgia nocturna “Madre de Los miembros del IDR podrían preparar la hoguera,
todas las demás vigilias”, su celebración culminante. repartir las candelas a los fieles y proclamar las lecturas.
La vigilia comienza en el exterior del templo con la liturgia de la luz y se ilumina la iglesia como signo de la
resurrección del Señor. La liturgia de la palabra proclama las maravillas de Dios en la historia de la salvación, desde la creación del mundo al Misterio Pascual
de Jesucristo; luego viene la liturgia bautismal, con
la renovación de las promesas que se hicieron en la
iniciación cristiana, y luego la asamblea es invitada a
la mesa que el Señor, por medio de su muerte y resurrección, ha preparado para su pueblo (cuarta parte
de la vigilia, liturgia eucarística).
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Domingo de Pascua
de la Resurrección del Señor
Un rito propio de este día:
el “encuentro”
En casi todos los pueblos tiene lugar la ceremonia del
“Encuentro” de Jesús con su santísima Madre. Es un
acto juvenil y alegre, en el que la liberación de la muerte se expresa soltando pajaritos y palomas; como dice
el Salmo 123: “Nuestra vida ha escapado como un pájaro de la jaula del cazador...”. La piadosa tradición de
que Jesús se apareció antes que a nadie a su Madre
aparece por primera vez en el apócrifo “Evangelio de
Nicodemo” y a él alude también san Ambrosio en su
Tratado sobre las vírgenes, pero son los autores de los
siglos XIV y XV quienes desarrollarán literariamente
este tema que hace a María sufrir una pasión paralela
a la de su Hijo como corredentora con él.
Los miembros del IDR podrían acudir a este acto como
grupos de familias, llevando cada una paloma o cada
niño un globo que se soltasen en el momento del encuentro.
Misa solemne
Los cincuenta días que van desde este domingo de
Resurrección hasta el de Pentecostés han de ser celebrados con alegría y exultación como si se tratase de
un solo y único día festivo, más aún, como un “gran
domingo”, tal como lo proclama el himno israelita
propio de estas fechas que los cristianos aplicamos al
Misterio Pascual: “Éste es el día en que actuó el Señor;
sea nuestra alegría y nuestro gozo” (Salmo 117, 24).
Segundas Vísperas.
Conclusión del Triduo Pascual
Es un acto que podríamos ir recuperando. Son la celebración del encuentro vespertino de Jesús con los
caminantes de Emaús y con los discípulos en el cenáculo. Se abre el tiempo de alegría de la Cincuentena,
la semana de semanas que es el santo Pentecostés.
Seréis mis testigos
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La Pascua
2014
50
Seréis
mis
testigos
Para la LITURGIA
I. La Pascua
del cuarto año del “Itinerario”
Un año más comenzamos la gran jornada de la Pascua, el Pentecostés, la Cincuentena que no forma
más que un solo día, aquél en que actuó el Señor y
que es nuestra alegría y nuestro gozo (cf. Sal 118,
24). Pero éste es un año especial; estamos concluyendo el programa del Itinerario Diocesano de Renovación que se convocó tomando como ejemplo el
encuentro de Jesús con los discípulos en el camino de
Emaús y, como ellos, después de escuchar la voz del
Señor, podremos decir en este tiempo de Pascua:
¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba
por el camino y nos explicaba las Escrituras? (Lc 24,
32); ahora el Señor nos envía al mundo, en unos de los
momentos culminantes de la Pascua, su Ascensión a
la gloria, diciéndonos. “Seréis mis testigos” (Hch 1,8).
divina unción en los corazones de los fieles y al envío
de los testigos del Resucitado como sal de la tierra y
luz del mundo.
Dos signos para este tiempo de Pascua
El primero de ellos es el rito de la aspersión del
agua, con los formularios en forma de invocaciones
que trae el Misal y que están recomendados para el
tiempo pascual y el canto o rezo del Gloria.
También se puede reforzar el mensaje de cada domingo con las palabras de envío y despedida al final
de la misa, siguiendo los modelos que se ofrecen en
esta publicación
Los israelitas debían contar siete semanas de días a
partir de la Pascua para completar el Pentecostés y
culminar esta cincuentena sagrada con la fiesta “de
las semanas” en la que se hacía la ofrenda de los panes amasados con las primicias de la harina (cf. Lev
23, 15-21) y, posteriormente iniciaron la costumbre
de celebrar en este día la entrega de la Ley en el Sinaí
y de llevar por las calles en procesión los pesados rollos de la Toráh. En el tiempo de la Nueva Alianza, los
cristianos seguimos celebrando la sagrada cincuentena, en este año culminamos el IDR de forma que
las primicias de la Pascua nos llevan al gran día de la
entrega de la nueva ley de los seguidores de Cristo
que es el Espíritu Santo, ley de libertad escrita con la
Seréis mis testigos
51
Seréis mis testigos
II. La estructura
del leccionario pascual A
1. Las lecturas evangélicas.
Los tres “tiempos” de la Cincuentena
Los ocho domingos de Pascua están organizados
en varios grupos temáticos que conviene tener en
cuenta; así el primero de estos es el “tiempo de las
apariciones” (domingos 1º, 2º y 3º), en el cual se leen
pasajes que evocan aquellos felices encuentros que
fundaron la liturgia cristiana y el “día del Señor”.
Luego sigue el “tiempo de Cristo Pastor de la Iglesia”
(domingos 4º y 5º), porque Cristo resucitado vuelve
a su Iglesia para conducir a los fieles a la vida eterna
que él ya disfruta, y prosigue su obra salvadora a lo
largo del tiempo mediante la Iglesia, que anuncia y
realiza su obra salvadora y la extiende a toda la humanidad.
Termina este ciclo en el “tiempo del don del Espíritu” (domingos 6º, 7º -Ascensión y 8º - Pentecostés),
de forma que se prepara y se celebra la entrega del
Espíritu por Cristo a la Iglesia y la envía a todas los
pueblos. De este modo puede proseguir la obra del
Buen Pastor. Estas tres etapas aparecen sobre todo
en los evangelios; porque las otras dos lecturas siguen un orden independiente, que ocasionalmente
se enlaza con el Evangelio, como iremos precisando
en cada caso.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
2. Las primeras lecturas
3. Las segundas lecturas
Durante los domingos de Cuaresma, la lectura del
Antiguo Testamento ha recorrido las cinco primeras edades del mundo, desde la creación, Abraham,
Moisés, David y los profetas. Ahora, con la venida de
Cristo y su misterio pascual, comienza la sexta de las
edades del hombre, la que nos lleva hasta la séptima, de la parusía y el reino eterno. Toda esta sexta
edad ocupa el tiempo jubilar inaugurado por Jesús,
es el tiempo de la Iglesia y, por ello, la lectura de los
Hechos de los Apóstoles, que no es continua o cronológica sino litúrgica, nos irá ofreciendo los primeros
pasos de este tiempo dichoso.
Las lecturas apostólicas de las solemnidades de
Pascua, Ascensión y Pentecostés se repiten todos
los años, y son comentarios o reflexiones teológicas sobre el misterio que se celebra. En los demás
domingos se leen este año pasajes escogidos de la
primera carta del apóstol san Pedro, que es una catequesis para los bautizados que nos alecciona en este
tiempo de profundización en la iniciación cristiana
que hemos recibido. También en esta selección se ha
conseguido a veces una armonización temática con
el Evangelio, como aparece de modo evidente en los
domingos 2º y 4º.
“En los Hechos, san Lucas reconstruye la vida y el impulso misionero de la primitiva comunidad cristiana,
idealizándolos para que se conviertan en paradigma
de la Iglesia de todos los tiempos. A través de relatos magistrales de los acontecimientos cruciales, de
grandes discursos y de sumarios generalizadores,
traza el arco de la primera expansión de la fe cristiana desde su tierra de origen, Jerusalén, hasta Roma,
la capital del mundo pagano” (Seréis mis testigos. Vosotros sois la sal de la tierra, IDR, Valencia 2013, 14).
Seréis mis testigos
53
Seréis mis testigos
III. Moniciones
y temas de homilía
para los domingos
de la cincuentena pascual
A. LOS DOMINGOS DE
LAS APARICIONES 20 de abril de 2014
Primer domingo
de Pascua
No nos podemos callar
la gran noticia
Como en el tiempo de cuaresma, los breves esquemas
de homilía se pueden completar con los comentarios
que aparecen en la sección “Liturgia” de www.archivalencia.org.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Hechos de los apóstoles 10,34a-43:
O bien, en este año A.
Mateo 28, 1-10 (De la vigilia pascual):
La lectura de los Hechos de los Apóstoles nos introduce en la sexta de las edades del mundo, la de la
Iglesia de Jesucristo, que comenzó en el año jubilar
que inauguró nuestro Salvador.
El Señor presente en la Iglesia, que impulsa y da fruto a su actividad, es el mismo Jesús de Nazaret que
murió en la cruz y que ha sido resucitado por el Padre
con la fuerza transformadora del Espíritu Santo.
Segunda lectura.
Colosenses 3,1-4:
O bien, en la Misa vespertina.
Lucas 24, 13-35:
El apóstol explica el sentido salvador del misterio
pascual y lo que significa ahora para nosotros; los
cristianos hemos resucitado con Cristo en el Bautismo y debemos llevar una vida digna del cielo.
En la tarde del día primero, dos discípulos todavía
confusos por las primeras noticias de la resurrección
del Señor, se encontraron con él, que caminó junto a
ellos cuando se dirigían a Emaús.
Evangelio de san Juan 20, 1-18:
El Evangelio de san Juan nos relata la primera aparición de Jesús resucitado a María Magdalena y la
marcha de Pedro y del discípulo amado a comprobar
que la tumba del Señor estaba vacía, en la mañana
del primer día de la semana.
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
Ideas para la homilía
La Eucaristía en el día de Pascua
Hoy es el día de la gran noticia: “Cristo ha resucitado”; es el Evangelio por excelencia, y no podemos
callarlo. Como Pedro cuando recibió el don del Espíritu, también nosotros tenemos esa gracia y la hemos de avivar, creyendo con más fuerza, confesando
la fe y proclamándola con palabras y obras.
nos aplica las gracias y la vivencia del Misterio Pascual. Buscar los bienes del cielo, purificar nuestra
conducta, es decir, organizar nuestra personalidad y
nuestra vida según el modelo de Jesucristo. Es lo que
intentamos con la penitencia cuaresmal y que ahora
se nos ofrece como una gracia de la Pascua del Señor
si estamos preparados para recibirla.
En la segunda lectura Pablo saca la conclusión para
la vida cristiana. La muerte y resurrección de Cristo,
acontecimientos ambos que han tenido lugar por
La lectura de san Pablo nos sitúa en el centro del nosotros, nos han introducido realmente en su vida:
Misterio Pascual y nos revela lo que significa este Habéis muerto, habéis resucitado con Cristo. Como
misterio para cada uno de nosotros: Ya que habéis todo tiene en él su consistencia (Col 1, 17), todo se
resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá mueve y vive con él. Pero al igual que el ser de Cristo
arriba, donde está Cristo… Porque habéis muerto y estaba determinado por su obediencia al Padre, así
vuestra vida está con Cristo escondida en Dios (Col también nuestro ser es inseparable de nuestro deber.
3, 1 y 4).
No sólo es algo que ocurrió, es una cosa que está
ocurriendo ahora.
Así pues, en nuestra iniciación cristiana, cada cristiano ha sido incorporado, injertado en Cristo, de
modo que su muerte y resurrección no son sólo un
hecho del paso o una obra maravillosa de Dios, sino
también un misterio de salvación que celebramos
todos a partir del Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, y que renovamos constantemente, ya sea
cuando lavamos nuestra conciencia en la Confesión
como cuando participamos en la Comunión. En todos estos momentos la efusión del Espíritu Santo
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Monición de despedida
Hermanos y hermanas: Id y anunciad con alegría lo
que habéis escuchado; llevad a todos el amor que os
ha unido en la comunión con el Resucitado. Podéis ir
en paz. Aleluya, aleluya.
R/. Demos gracias a Dios. Aleluya, aleluya.
Seréis mis testigos
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Seréis mis testigos
27 de abril de 2014
Segundo domingo
de Pascua
Domingo de la Divina
Misericordia
¡Abramos las puertas
al Señor!
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Hechos de los apóstoles 2, 42-47:
Las primeras lecturas del tiempo pascual nos van
anunciando la sexta y penúltima etapa de la historia
de la salvación, la de la Iglesia, aquella en la que estamos y que se inauguró con Jesucristo. Hoy se nos
describe el maravilloso crecimiento de la primitiva
comunidad de los creyentes, con el triple ministerio
de la palabra, la liturgia y la caridad.
Segunda lectura.
1 Pedro 1, 3-9:
Durante los domingos de Pascua de este año A, leeremos la primera carta de san Pedro, que es una catequesis para los bautizados que nos alecciona en
este tiempo de profundización en la iniciación cristiana que hemos recibido.
Evangelio de san Juan 20,19-31:
Todos los años leemos en este domingo el mismo
pasaje del Evangelio que nos muestra el significado
del domingo cristiano: El Resucitado establece el ritmo semanal del nuevo “día del Señor”, “a los ocho
días”, para actualizar el misterio de su muerte y de
su gloria, confirmar nuestra fe, llenarnos de alegría y
confiarnos su misión.
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Para la LITURGIA
Ideas para la homilía
El domingo de la octava
Este día nos hace presente el mejor monumento que
los primeros cristianos levantaron a la resurrección
del Señor. No hecho de piedra, más duradero que el
bronce; pues no fue otro que cambiar la sacrosanta
observancia del sábado por el nuevo día del Señor,
en el primer día de la semana. Y esto fue porque si
bien Dios santificó el sábado y en él descansó de su
trabajo creador, Cristo consagró el nuevo domingo
con su resurrección y su aparición al recurrir este
mismo día.
La importancia de la lectura de las dos apariciones
que vienen a fundar el nuevo “día del Señor” es tanta
que este pasaje evangélico se lee todos los años. Es
una estupenda forma de enseñarnos el significado
de la asamblea dominical, tan amenazada actualmente entre nosotros por la costumbre del “fin de
semana”, cuando éste se plantea como un espacio
en el que cabe todo, hasta las compras en domingo,
menos el tiempo para formar la asamblea que convoca el Señor.
La sagrada liturgia es toda ella un misterio de presencia. Así como no hay ninguna aparición del Resucitado
en que los discípulos lo hayan “buscado y encontrado”, sino que siempre es Él quien ha tomado la iniciativa, así en la asamblea dominical Él sigue siendo el
convocador. La acción litúrgica parte de la presencia
de Cristo en medio de los reunidos en su nombre, se
extiende a la Palabra de Dios mismo que, mediante
la proclamación de las Escrituras, sigue hablando a
su Iglesia, y culmina en la liturgia eucarística.
Con alegría escuchamos hoy la palabra de Pedro que
felicita a los nuevos cristianos: No habéis visto a Jesucristo, y le amáis (1 Pe 1,9; Segunda lectura) inspirada
en la última bienaventuranza pronunciada por Cristo
y dirigida a los cristianos de todos los tiempos: “Dichosos los que crean sin haber visto” (Juan 20,29).
La Iglesia sigue estando animada por el don pascual
del Espíritu, que crea en ella el dinamismo triple y
único que realiza en el mundo el ministerio de Cristo Sacerdote, Profeta y Rey. La primera lectura nos
describe la vida de la comunidad escuchando la doctrina de los apóstoles, celebrando el culto mediante
la oración y los sacramentos —el bautismo, la fracción del pan (eucaristía), la unción de enfermos, las
ordenaciones...— y ejerciendo la diaconía de Cristo
mediante la comunión de bienes materiales con
los necesitados. Del mismo modo, actualmente, la
tarea pastoral de las parroquias y de la diócesis se
apoya en este ministerio con tres facetas que no son
compartimientos estancos y exclusivos, sino formas
especializadas de realizar la obra del único Cristo en
el tiempo. No se puede separar la liturgia de la caSeréis mis testigos
59
Seréis mis testigos
Monición de despedida
ridad, ni el profetismo de las otras dos actividades. Hermanos y hermanas: El próximo domingo es muy
Cada una de ellas, sin las otras, deja de ser cristiana. importante, porque iremos al encuentro de Jesús en
el camino de Emaús, donde le reconoceremos al parPor ello este día, el día que hizo el Señor, es la fuen- tir el pan de su palabra y de la Eucaristía. El Señor site y el culmen de toda la vida cristiana. Vivamos gue con nosotros; en su nombre, ¡Id y llevad a todos
con alegría este tiempo en el que Cristo —nuestra la paz del Resucitado!
Pascua— se ha hecho para nosotros solemnidad y
R/. Demos gracias a Dios.
sacramento.
60
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
4 de mayo de 2014
Tercer domingo
de Pascua
Le reconocemos
al partirnos el pan
Moniciones a las lecturas
Primera lectura y Evangelio.
Hechos 2, 14.22-23:
El primer anuncio público de la resurrección del Señor, hecho por san Pedro en el día de Pentecostés,
declara que la muerte y glorificación de Jesucristo
son el cumplimiento de todo lo dispuesto por Dios
para la redención de la humanidad, conforme estaba
contenido en las profecías del Antiguo Testamento.
Segunda lectura.
1 Pedro 1, 17-21:
Los cristianos ponemos nuestra fe y nuestra esperanza en Dios, que resucitó a la gloria a su Hijo Jesucristo, que se había ofrecido en sacrificio como el
Cordero de la nueva Pascua de la salvación.
Evangelio de Lucas 24, 13-55:
El relato pascual de la aparición de Jesús a los caminantes de Emaús se dirige ahora a nosotros, que
leemos las Escrituras con la mente iluminada por el
Espíritu Santo, que es el don principal del Señor resucitado. La palabra de Dios nos lleva a la Eucaristía
y a la fracción del pan.
Seréis mis testigos
61
Seréis mis testigos
Ideas para la homilía
Con Jesús en el camino de Emaús
En la tarde del primer día de la semana, en la primera
Pascua de resurrección, dos discípulos iban camino
de Emaús, cerca de Jerusalén. No van invocando a
Jesús, llamándolo para que se les aparezca, sino que
caminan bajo el peso de la desilusión. Y es el Señor
el que se les aproxima y se les revela. Así, en este
maravilloso episodio vemos cómo la fe pascual de la
Iglesia se acrecienta mediante la interpretación que
Jesús hace de sí mismo. Los discípulos que caminan
con el desconocido hablaban de Jesús como si fuese
un simple profeta; pero Jesús recurre a las Escrituras
que se leían en las sinagogas: la Ley, los Profetas y
los demás libros. Todo lo que se narra proféticamente en la Escritura indica que el sufrimiento y la muerte no son la última palabra de Dios sobre el hombre,
sino que el Hombre definitivo, el Mesías, experimenta y comunica la salvación.
En esta ocasión podemos volver a escuchar un pasaje muy oportuno que nuestro Arzobispo escribió en su
Carta Pastoral de convocatoria del Itinerario (Seréis
mis testigos, pp.14-15).
“En medio de nuestras conversaciones y preocupaciones, Jesús camina a nuestro lado, nos interpela, y
nos pregunta: ‘¿Qué conversación es esa que traéis
mientras vais de camino?’. En este Itinerario de Renovación, esta pregunta de Jesús es fundamental:
62
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
¿Cuáles son las preocupaciones de los hombres y
mujeres a los que hemos de proclamar el Evangelio?
¿Qué es lo que ocupa las vidas de aquellos que van
de camino? La respuesta es el punto de partida pues
nos ayudará a situarnos ante las preocupaciones de
los hombres y mujeres de hoy. La pregunta de Jesús
ayuda a los discípulos a indagar en sus propias vidas, a dar razón de sus preocupaciones, a ver qué les
pasa, a saber situarse ante la realidad que les supera,
que no entienden y que condiciona sus vidas.
Entre la penumbra del crepúsculo y el ánimo sombrío
que les embargaba, aquel Caminante era un rayo de
luz que despertaba la esperanza y abría su espíritu al
deseo de la plena luz. ‘Quédate con nosotros’, suplicaron, y Él aceptó. Poco después el rostro de Jesús
desaparecería, pero el Maestro se había quedado veladamente en el ‘pan partido’, ante el cual se habían
abierto sus ojos”.
Los discípulos de Jesús se convencieron de su resurrección por los mismos medios por los que nos podemos convencer nosotros: la meditación de la Escritura y la celebración de la Eucaristía; bajo la luz del
Espíritu del Resucitado.
No les faltaba a ellos la presencia de Jesús, como no
nos falta a nosotros; pero en la confusión que llevaban dentro no distinguían nada con claridad. No es
que Jesús se haya disfrazado, sino que es su falta de
Para la LITURGIA
Monición de despedida
fe y esperanza lo que oculta su presencia. Cristo no
se nos muestra ahora para imponernos desde fuera
una solución a nuestros problemas, sino que hace
mucho más: nos explica el sentido de lo que nos ha
pasado y el sentido de la historia humana como historia de salvación. Entonces y ahora, devuelve la vista a los ciegos.
Como los discípulos de Emaús, también nosotros
hemos de salir ahora al encuentro de los hermanos,
para comunicarles que hemos estado con el Señor.
No es preciso que lo digamos con palabras; será suficiente que vean nuestra paz y nuestra alegría y nos
pregunten: ¿De dónde vienes así? Podéis ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.
Seréis mis testigos
63
Seréis mis testigos
B. EL TIEMPO DEL
BUEN PASTOR
11 de mayo de 2014
Cuarto domingo
de Pascua
Seguimos al pastor y
obispo
de nuestras almas
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Hechos de los Apóstoles 2, 14a.37-41:
La conclusión del primer sermón misionero de san
Pedro en Jerusalén muestra el efecto de la palabra
de Dios que es el Evangelio de la resurrección de
Cristo. Comienza la reunión del nuevo pueblo de
Dios, nacido en el bautismo.
Segunda lectura.
1 Pedro 2, 20b-25:
La lectura de san Pedro es el mejor comentario al
Evangelio del Buen Pastor. Cristo resucitado nos ha
marcado un camino para que sigamos sus huellas y
lleguemos con él al cielo.
Evangelio de Juan 10, 1-10:
El Señor comienza su discurso en el que se presenta
a sí mismo con el único pastor y la puerta para entrar
en el reino de Dios. Los cristianos no podemos menos que seguir la tarea de los apóstoles y anunciar a
todos los hombres la vida, la verdad y el camino que
es Cristo resucitado.
64
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Ideas para la homilía
El domingo del Buen Pastor
A lo largo de los tres ciclos de lecturas dominicales,
se lee en este domingo 4º de Pascua el discurso de
Jesús en el que se presenta como el Pastor que lleva a los redimidos hacia la salvación. En la primera
parte del discurso (año A), Jesús resucitado se proclama como el único pastor de sus ovejas; por eso él
las conoce y ellas conocen su voz, le siguen cuando
las llama por su nombre (Jn 10,4) (en el aprisco hay
otras muchas ovejas que todavía no son de Cristo) y
las lleva a pastar a las verdes praderas. Él es el pastor legítimo que entra en el aprisco por la puerta que
—en otra imagen— es él mismo, y no como los ladrones y bandidos (los falsos maestros) que entran
por otra parte para robar y matar (Jn 10, 8 y 10). Sus
ovejas se caracterizan por tener un oído especial,
una especie de instinto para distinguir al verdadero
pastor —a un extraño no le seguirán, porque no conocen la voz de los extraños (Jn 10,5)—, y adquieren
este sentido especial de la fe verdadera mediante el
sonido único e inconfundible de la palabra de Dios
que oyen en Jesús.
Esta palabra tiene un sonido completamente distinto al de todas las visiones del mundo, religiones
e ideologías puramente humanas, y Jesús sabe que
su pretensión no es comparable ni homologable con
ninguna otra: Yo soy el camino... Nadie se acerca al
Padre sino por mí (Jn 14,6); por eso todos los otros
caminos y puertas conducen al error y al extravío.
El que reivindica para sí toda la verdad tiene que
mostrar una divina intolerancia para con todos los
caminos inventados por los hombres, pues ninguno
de ellos conduce a los únicos pastos eternos que son
capaces de saciar. Ninguno de ellos lleva a la casa del
Padre.
El Pastor nos dejó un ejemplo para que sigamos sus
huellas. Las heridas de Jesús, que soportó con dulzura todas las injurias y sufrimientos, cargando con
nuestros pecados en el leño de la cruz sin rebelarse
contra el dolor que sufre la humanidad, sino poniéndose obedientemente —el Siervo de Yahveh— en
manos del Padre que juzga justamente (1 Pedro
2,23) nos han curado y nos han conferido ese instinto que nos permite seguir su ejemplo como auténtica llamada de Dios: nosotros, que andábamos como
ovejas descarriadas hemos vuelto al pastor y guardián (en el griego de la Biblia, Epískopos, Obispo) de
nuestras almas (1 Pe 2,25).
Jesús nos da la posibilidad y la ayuda necesaria para
seguirle, pero, además, nos ha dejado su ejemplo
para que sigamos sus huellas. Llegaremos al hogar
eterno de nuestro Pastor si ponemos los pies en sus
huellas, imitando su ejemplo como verdaderos sierSeréis mis testigos
65
Seréis mis testigos
Monición de despedida
vos de Dios, no rehuyendo la cruz sino abrazándola Queridos todos: en el momento de despedirnos nos
en su seguimiento. Con el salmo responsorial 22 ora- damos cuenta de que estamos en buenas manos,
mos: El Señor es mi pastor, nada me falta.
como son las de Jesucristo, nuestro Buen Pastor; él
conoce nuestros nombres y camina con nosotros.
Hoy, que se celebra el Día de oración por las vocacioSed testigos de esta gracia tan consoladora, y no tennes, pidamos que el Señor conceda a nuestra Iglesia
gáis miedo de compartir con todos la paz y la espelos pastores que tanto necesita.
ranza que da el sentir su presencia. Podéis ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
18 de mayo de 2014
Quinto domingo
de Pascua
Jesús,
camino, verdad y vida
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Hechos de los apóstoles 6, 1-7:
La Iglesia apostólica, guiada por el Espíritu de Cristo resucitado, va desarrollando sus ministerios para
atender a la triple misión de la liturgia, la predicación
y la caridad. En el episodio que se lee hoy se ha visto
el origen del orden del diaconado.
Segunda lectura.
1 Pedro 2, 4-9:
La Iglesia de Cristo es el nuevo Israel, sin estar ligada a las instituciones o a los lugares materiales, sino
que todo en ella es fruto de la acción del Espíritu. Los
cristianos forman desde la iniciación cristiana el nuevo sacerdocio regio y espiritual.
Evangelio de Juan 14, 1-12:
Jesús inicia su discurso de despedida al término de
la última cena. Leídas en este tiempo litúrgico de la
Pascua, las palabras del Señor nos orientan hacia la
Ascensión al Padre y son como su testamento espiritual.
Seréis mis testigos
67
Seréis mis testigos
Ideas para la homilía
La despedida del Buen Pastor
El domingo siguiente al del Buen Pastor forma una
cierta unidad con él, pues cada año nos trae una enseñanza que Jesús, Maestro y Guía de la Iglesia, dirige a sus discípulos a la manera de un mensaje fundamental, como un testamento espiritual que les
deberá orientar en su porvenir. El pasaje evangélico
de hoy está situado al comienzo del discurso de despedida del Señor en la última Cena. De este modo, en
los próximos domingos, escucharemos la palabra de
Jesús como preparación a la Ascensión y a Pentecostés. En la liturgia evocamos esos días durante los cuales, según san Lucas, Jesús estuvo hablando con los
discípulos acerca del reino de Dios (Hechos 1,3). Hoy
Jesús comienza anunciando su próxima glorificación:
Cuando vaya a la casa del Padre y os prepare sitio
volveré y os llevaré conmigo... Y a donde yo voy, ya
sabéis el camino (Juan 14, 3-4).
Nuestro Pastor no nos dejó una filosofía ni un método de vida, ni tan siquiera un código de normas para
alcanzar la salvación. Jesús se dio a sí mismo como
camino o medio para llegar a vivir junto a Dios. Jesús
es la vida porque es el único que la posee en plenitud
y puede comunicarla (cf. Juan 5,26). Por ser la vida
plena es la verdad total, es decir, puede conocerse
y proclamarse como la plena realidad del hombre y
de Dios. Es el único camino, porque sólo su vida y su
68
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
muerte, proclamadas y re-presentadas en el misterio
litúrgico, muestran al hombre el itinerario que lo lleva
a realizarse. Seguirlo, por tanto, consiste en recorrer
su camino, asimilarse vital y personalmente a su vida
y muerte mediante la participación en los sacramentos y la práctica de la caridad. Tenemos a Jesús como
nuestro camino cuando, en todos los momentos de
nuestra vida, comulgamos con sus padecimientos,
muriendo su misma muerte para llegar a su resurrección gloriosa (cf. Flp 3, 10-11).
Tras la marcha de Jesús al Padre y el envío del Espíritu Santo sobre la Iglesia, se construye la morada,
el templo vivo de Dios en medio de la humanidad, y
los que lo forman como piedras vivas son al mismo
tiempo los sacerdotes que ejercen su ministerio en él
y que son designados incluso como sacerdocio real (1
Pedro 2,5 y 9; Segunda lectura).
La primera lectura, en la que se narra la elección de los
primeros diáconos para encargarlos de una tarea preferentemente administrativa, temporal de la Iglesia,
mientras que los apóstoles prefieren dedicarse a la
oración y al servicio de la palabra (Hechos 6,4; Primera
lectura), muestra las dos dimensiones de la casa espiritual construida sobre Cristo; Él estaba en contacto
permanente de oración con el Padre y anunciando su
palabra, pero al mismo tiempo había sido enviado a
los hombres del mundo, a enfrentarse a sus miserias,
Para la LITURGIA
Monición de despedida
enfermedades y problemas espirituales, así también se reparten en la Iglesia los diversos carismas y
ministerios sin que por ello se pierda su unidad (los
primeros diáconos, como Esteban y Felipe, predicaban y bautizaban, además de administrar las ayudas
materiales). Dicho con palabras del Evangelio: Cristo
va a reunirse con el Padre sin dejar de estar con los
suyos, y no los olvida en su oración; el Espíritu que él
les envía es transmitido a su vez por la Iglesia a sus
ministros, y es el alma de aquélla, Espíritu misional
que dirige y anima la misión de la Iglesia.
Hermanos y hermanas: vamos a separarnos e iremos por diferentes caminos, pero en todos ellos nos
acompañará el Buen Pastor, que se ha hecho para
nosotros “camino, verdad y vida”. Nuestro “sacerdocio real” no termina con la misa; ahora tenemos
que “consagrar el mundo” con el trabajo y la caridad.
Podéis ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.
Seréis mis testigos
69
Seréis mis testigos
C. EL TIEMPO DEL
ESPÍRITU
25 de mayo de 2014
Sexto domingo
de Pascua
Dar razón de
nuestra esperanza
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Hechos de los Apóstoles 8,5-8.14-17:
Los apóstoles perfeccionaban la iniciación cristiana
de los recién bautizados confiriendo el don del Espíritu Santo mediante el gesto de la imposición de
las manos. Es lo mismo que ahora se representa mediante el signo de la unción con el santo crisma en el
sacramento de la confirmación.
Segunda lectura.
1 Pedro 3,15-18:
Los cristianos estamos animados por el mismo Espíritu que resucitó a Jesucristo de entre los muertos.
Este Espíritu nos mueve a dar testimonio de nuestra
esperanza en el mundo a pesar de todas las contradicciones.
Evangelio de Juan 14,15-21
Jesús continúa el discurso de despedida, consolando
a los discípulos y prometiéndoles el don del Espíritu
Santo. Son palabras llenas de misterio que se fueron
realizando en la vida y experiencia de la Iglesia.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Ideas para la homilía
El Espíritu de la verdad
con el don pascual del Espíritu y permanecer así en la
Iglesia. Jesús promete a los que permanezcan en su
amor el Espíritu de la verdad. Jesús, al que escuchábamos el domingo pasado como el camino, la verdad y la vida, se había designado a sí mismo como
la verdad, en la medida en que en él —en su vida,
muerte y resurrección— se revela la esencia del Padre de un modo perfecto y definitivo: sólo mediante
La primera lectura de este domingo muestra la ac- el destino humano de Jesús se ha demostrado como
ción del Espíritu Santo en los primeros pasos de la verdad la afirmación de que Dios es amor (1 Juan 4,
Iglesia de Cristo. El Espíritu, en efecto, no sólo per- 8.16), nada más que amor, y que todos los demás
feccionó la iniciación cristiana de los samaritanos atributos, como creador, todopoderoso o justo, no
(año A), sino que incluso se adelantó al bautismo, son sino formas y aspectos de su amor.
cuando Pedro vacilaba en admitir a los paganos en
la Iglesia (año B) e hizo caer, en esta sexta etapa de Los discípulos no podían comprender esta verdad
la historia de la salvación, las seculares fronteras del que Cristo es y manifiesta en su vida, antes de que
antiguo Pueblo de Dios (año C). Este año leemos el Espíritu de la verdad descendiese sobre ellos. Enque Felipe, uno de los “diáconos” de origen helenis- tonces, les dice Jesús, comprenderéis la unidad del
ta, llegó a Samaria huyendo de la persecución que amor entre el Padre y el Hijo, y la unidad entre Cristo
ocasionó la muerte de Esteban; allí, actuando por su y los hombres que aman. Esta unidad es el Espíritu,
cuenta, evangelizó y bautizó a muchos samaritanos. y él es quien la crea. Esta unidad exige una coherenEntonces el colegio de los apóstoles envió a Pedro cia con el conjunto de la vida del creyente en Crisy Juan para que completaran aquella primera inicia- to, pues, como dice el Maestro: El que acepta mis
mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me
ción cristiana mediante el don del Espíritu Santo.
ama, lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y
En el Evangelio continuamos leyendo el discurso de me revelaré a él (Juan 14, 21).
despedida de Jesús en la última cena. Cristo se despide de los suyos antes de iniciar su Éxodo por me- La consecuencia de lo proclamado en el Evangelio es
dio de la Pasión y la Ascensión, pero es para volver que el cristiano debe estar siempre dispuesto para
Comenzamos la última etapa de la Cincuentena Pascual. Los tres próximos domingos están centrados
temáticamente en el don o gracia pascual del Espíritu Santo, que Jesucristo envía desde el Padre, luego
de ser exaltado en la gloria (Solemnidad de la Ascensión, próximo domingo).
Seréis mis testigos
71
Seréis mis testigos
Monición de despedida
dar razón de su esperanza (1 Pedro 3,15; Segunda
lectura), porque le anima el Espíritu de la verdad. No
se trata de afirmar con prepotencia que se posee la
verdad; nuestra respuesta a quienes nos preguntan
debemos darla con mansedumbre y respeto. Con
mansedumbre, porque nosotros no somos dueños
de la verdad, sino que ésta nos ha sido dada; y con
respeto, porque hemos de ser respetuosos con la
opinión de los demás y con su búsqueda de la verdad.
En el Itinerario de Renovación nos preparamos precisamente para dar razón de nuestra esperanza. También Cristo, el justo (y nosotros no lo somos), murió
por los injustos. Él era hombre como nosotros, y por
eso lo pudieron matar; pero como poseía el Espíritu,
fue devuelto a la vida (1 Pedro 3,18). Ésta es también
nuestra esperanza.
72
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
El próximo domingo estamos citados de nuevo en el
Monte de los Olivos, para encontrarnos con el Señor,
que deja esta tierra corporalmente para ir junto al
Padre. En esa solemnidad de la gloriosa ascensión al
cielo, recibiremos su mandato de extender su Evangelio a todas las gentes. ¡Llevad a todos la alegría y
la paz que nos entregó Jesús. Marchad en paz!
R/. Demos gracias a Dios.
Para la LITURGIA
1 de junio de 2014
Solemnidad de la
Ascensión
La Ascensión del Señor
Moniciones a las lecturas
Primera lectura y Evangelio.
Hechos 1, 1-11 y Mt 28, 16-20:
Estas dos lecturas proclaman el mismo acontecimiento de la Ascensión del Señor a los cielos que se
celebra en esta festividad. Estamos en el penúltimo
momento del misterio pascual, antes de la donación
del Espíritu Santo.
Segunda lectura.
Efesios 1,17-23:
Esta lectura es una reflexión teológica sobre el sentido profundo que tiene la Ascensión del Señor para la
Iglesia y para cada cristiano.
Seréis mis testigos
73
Seréis mis testigos
Ideas para la homilía
La misión universal
La Ascensión es un momento más del único misterio
pascual de la muerte y resurrección de Jesucristo, y
expresa sobre todo la dimensión de exaltación y glorificación de la naturaleza humana de Jesús como
contrapunto a la humillación padecida en la pasión,
muerte y sepultura.
Al contemplar la ascensión de su Señor a la gloria del
Padre, los discípulos quedaron asombrados, porque
no entendían las Escrituras antes del don del Espíritu, y miraban hacia lo alto. Las palabras de los dos
hombres mensajeros son fundamentales: Galileos,
¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, volverá como le habéis visto marcharse (Hechos 1,11).
Por extraño que parezca, los discípulos no sintieron
nunca pena de haber perdido la presencia física de
Jesús; al contrario: después de la Ascensión y Pentecostés comprendieron que el Señor, que no había
abandonado el seno de su Padre al bajar de los cielos,
tampoco se había separado de ellos al volver a su Padre. Nunca jamás había estado la tierra tan llena de
lo divino, jamás habían sentido a Jesús tan presente,
tan fuerte, tan consolador. A donde quiera que iban,
él les secundaba, confirmando sus palabras con los
milagros que les acompañaban.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
En el relato de este misterio según el Evangelio de
san Mateo (28,19-20), el Señor envía a los discípulos
a proclamar y a realizar la salvación, según el triple
ministerio de la Iglesia: pastoral, litúrgico y magisterial: Id y haced discípulos de todos los pueblos (por el
anuncio profético y el gobierno pastoral, formando y
desarrollando la vida de la Iglesia), bautizándolos en
el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo
(aplicándoles la salvación, introduciendo sacramentalmente en la Iglesia); y enseñándoles a guardar
todo lo que os he mandado (mediante el magisterio
apostólico y la vida en la caridad, el gran mandato).
Se está cumpliendo el plan de Dios, y la salvación,
anunciada primero a Israel, es proclamada a todos
los pueblos. En esta obra de conversión universal,
por larga y laboriosa que pueda ser, el Resucitado estará vivo y operante en medio de los suyos: Y sabed
que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin
del mundo.
Al mismo tiempo, el Evangelio fundamenta el valor
de la liturgia y de toda la obra de la Iglesia como una
acción divina y humana a la vez, en la que Cristo tiene un papel protagonista y a la que asocia a su amadísima Esposa la Iglesia (Cf. Sacrosanctum Concilium
7). Entender y vivir la liturgia como “misterio” es tener presente, en primer lugar, “el valor de lo invisible” y adorar y recibir la presencia de nuestro Señor
y Cabeza como Salvador y Mediador universal. Así lo
Para la LITURGIA
Monición de despedida
Una vez más estamos citados, el próximo domingo,
en el Cenáculo de Jerusalén, para actualizar el gran
acontecimiento de Pentecostés. Allí contemplaremos la gloria del Señor que nos entregará el don del
Misterio Pascual que es su Espíritu Santo. Con los ángeles de la Ascensión os repetimos: “No os quedéis
Deseando unirnos de forma más comprometida con mirando al cielo. Aguardad al Señor que viene a vola misión de la Iglesia por medio del Itinerario de Re- sotros con su Espíritu de verdad, de vida y de amor”,
novación, en este envío solemne que se proclamó en él confirmará vuestras palabras con sus señales salla Ascensión y se confirmó en Pentecostés, no nos vadoras. ¡Marchad en paz!
apartamos del mundo, desencarnándonos, sino que
somos llevados a trabajar en él con todos los hom- R/. Demos gracias a Dios.
bres, porque, instruidos por la fe acerca del sentido de
nuestra vida temporal, al mismo tiempo, con la esperanza de los bienes futuros, llevamos a cabo la obra
que el Padre nos ha confiado en el mundo y labramos
nuestra salvación (Vaticano II, Lumen gentium 48).
proclama la lectura apostólica cuando concluye que
el Padre, cuando recibió la humanidad glorificada
de su Hijo, todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la
Iglesia como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo,
plenitud del que lo acaba todo en todos (Ef 1, 23).
Seréis mis testigos
75
Seréis mis testigos
8 de junio de 2014
Solemnidad de
Pentecostés
El don pascual
del Espíritu
Moniciones a las lecturas
Primera lectura.
Hechos 2, 1-11:
Esta lectura proclama el acontecimiento de la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, cuando se
cumplió la Cincuentena Pascual o “Pentecostés”. En
la fiesta judía de la entrega de la Ley de Moisés, recibimos la nueva Ley de Cristo: el Espíritu Santo.
Segunda lectura.
1 Cor 12. 3b-7.12-13:
El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia; toda la obra
de Jesucristo se aplica gracias a él. El Espíritu Santo
hace posible la confesión de fe y nos une en un solo
cuerpo.
Evangelio de Juan 20,19-23:
En el día de Pascua, Jesús envía a los apóstoles y les
comunica su Espíritu. Volviendo a leer lo mismo que
al comienzo de la Pascua, recordamos que toda la
Cincuentena es un gran día de fiesta, el día que hizo
el Señor.
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Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
Ideas para la homilía
El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia
rar a Cristo del Espíritu. San Pablo nos enseña que las
La jornada final de la cincuentena pascual, no era un dos principales obras de la gracia de Cristo —la fe y la
buen día para los discípulos de Jesús, no era cosa de comunión eclesial— se realizan a lo largo del tiempo
salir a la calle. En todo Jerusalén los judíos de la ciu- gracias a la intervención del Espíritu Santo.
dad y los numerosos peregrinos celebraban ruidosa- El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia; toda la obra
mente la entrega de la Ley de Moisés en el Sinaí. Por de Jesucristo se aplica gracias a él. El Espíritu Santo
eso, los escasos seguidores del Maestro de Nazaret, hace posible la confesión de fe —sin Él nadie puede
el Crucificado que murió acusando de faltar a aque- decir “Jesús es el Señor” (Cor 13,3b; Segunda lectulla venerable Ley, estaban reunidos en oración jun- ra)— y nos une en un solo cuerpo. Sólo el Espíritu,
to con María, la Madre de Jesús. Pero todo cambió: don del Padre, revela a Cristo resucitado —sólo Crisallí recibieron el don prometido por el Resucitado: to revela al Padre— y sólo él con el Espíritu lleva al
la nueva Ley y el alma de la nueva Iglesia, el Espíri- Padre. El centro de esta revelación es la resurrección
tu Santo. A partir de aquí es creada la Iglesia Una y como obra del Espíritu (Rom 1,1-4 y 1 Cor 15,45). Y
santa. Aquí comienza el anuncio del Evangelio, junto como Cristo, también nosotros (Rom 8,1-10).
con la celebración del Resucitado y las obras nuevas
La celebración de esta solemnidad nos invita a vivir
del Reino.
en un renovado Pentecostés: como los apóstoles nos
El discurso de san Pedro en este mismo día nos da la encontramos pobres y en gran medida desvalidos
clave para comprender el misterio (designio divino) ante el mundo. Ha pasado ya, incluso en los países
contenido en el acontecimiento de Pentecostés: A de antigua evangelización, como el nuestro, la sieste Jesús lo resucitó Dios, de lo cual todos noso- tuación de una “sociedad cristiana”, la cual, aún con
tros somos testigos. Exaltado a la diestra de Dios las múltiples debilidades humanas, se basaba explíy recibida del Padre la promesa del Espíritu Santo, citamente en los valores evangélicos. Hoy se ha de
le derramó según vosotros veis y oís (Hechos 2,32- afrontar con valentía una situación que cada vez es
33). Pentecostés manifiesta a Cristo Resucitado en el más variada y comprometida, en el contexto de la
ejercicio pleno de su sacerdocio único, lo que es la globalización y de la nueva y cambiante situación de
finalidad de toda su vida a partir de la Encarnación pueblos y culturas que la caracteriza.
histórica: obtener primero para sí, y después para
los discípulos el Espíritu Santo, Espíritu del Padre y La llamada a la “nueva evangelización” señala que
del Hijo en la coeternidad bienaventurada, alegría y hace falta reavivar en nosotros el impulso de los oríamor divinos y transformantes. No podemos sepa- genes, dejándonos impregnar por el ardor de la preSeréis mis testigos
77
Seréis mis testigos
Monición de despedida
dicación apostólica después de Pentecostés. Hemos
de revivir en nosotros el sentimiento apremiante de
Pablo, que exclamaba: “¡Ay de mí si no predicara el
Evangelio!” (1 Cor 9,16).
Hermanos y hermanas: Hemos llegado a un día en el
que, al despedirnos hace tres años nos preguntábamos: ¿Cuál será el resultado del Itinerario Diocesano
de Renovación, de ese camino que se habría ante nosotros como una peregrinación espiritual y pastoral?
¿Cuántos estaremos y cuál será entonces la situación de nuestra sociedad y nuestra Iglesia? ¿Habremos escuchado de verdad la voz del Señor? Os invito
a compartir vuestra experiencia. ¡En el nombre del
Señor: Id a todo el mundo y anunciad el Evangelio!
Aleluya, aleluya.
R/. Demos gracias a Dios. Aleluya, aleluya.
78
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la LITURGIA
IV. Peticiones para unir
a la oración de los fieles
en esta cincuentena pascual
1. Para que la Sagrada Escritura, con la luz del Espíritu Santo, sea de verdad la fuente de nuestra
espiritualidad y busquemos en ella la respuesta a
todas nuestras inquietudes, roguemos al Señor.
2. Para que permanezcamos constantes en este Itinerario de Renovación y nuestros grupos mantengan la unidad y el afecto entre los hermanos en la
fe, roguemos al Señor.
3. Para que, Jesús, el Buen Pastor, encuentre respuesta a su llamada y nuestra Iglesia tenga los
ministros que necesita para ejercer su sagrada misión, roguemos al Señor.
4. Para que la renovación y fortalecimiento de nuestra vida cristiana haga de nosotros nuevos y eficaces apóstoles en nuestra sociedad, roguemos al
Señor.
5. Para que el Espíritu Santo, que nos guía en nuestro itinerario cristiano, nos una en la misión y en el
testimonio de su amor, roguemos al Señor.
6. Para que en la Iglesia no falten quienes consagren
totalmente su vida al servicio de Dios y de los hermanos en el Orden sacerdotal y en la vida consagrada, roguemos al Señor.
7. Para que el Espíritu Santo encuentre acogida en
nuestras vidas y renueve nuestras comunidades
cristianas, y el anuncio del Evangelio llegue con
eficacia a todos los hombres, roguemos al Señor.
Seréis mis testigos
79
Para la PARROQUIA
Cuaresma-Pascua
2014
Para la
PARROQUIA
81
Celebración
comunitaria del
sacramento de
la penitencia
82
Para la reconciliación
de varios penitentes
con confesión y absolución
individual
Para la PARROQUIA
Monición inicial
Dentro del proceso del IDR –convocado por nuestro Sr. Arzobispo– en que está inmersa nuestra
diócesis, este curso se nos recuerda especialmente que “Seréis mis testigos” (Hch 1, 8). Los temas
de este ciclo nos hacen recorrer la historia de la
salvación y se nos invita especialmente a hacer
de nuestra historia personal y comunitaria una
historia del amor de Dios.
Descubrimos nuestra condición de criaturas que
ocupamos un lugar personal, único e irrepetible en
el conjunto de la creación, porque hemos sido hechos a “imagen de Dios” y puestos para someter la
tierra y cuidarla como administradores suyos.
La fidelidad de Dios respecto a la creación y en
ella al ser humano se va alargando en el tiempo
marcado por Dios con las distintas alianzas que a
lo largo de esta Cuaresma escuchamos en la palabra de Dios.
Ritos iniciales
Los ministros hacen su entrada en silencio, precedidos
por la cruz y por el libro de los evangelios. Llegados al
presbiterio, el evangeliario se coloca sobre el ambón y
al lado se coloca la cruz. Como señal de veneración, el
presidente puede incensar el libro de los evangelios y la
cruz, mientras se canta un canto adecuado, por ejemplo:
Canto de entrada
Éste es el día del Señor.
Éste es el tiempo de la misericordia.
Delante de tus ojos ya no enrojeceremos
a causa del antiguo pecado de tu pueblo.
Arrancarás de cuajo el corazón soberbio
y harás un pueblo humilde de corazón sincero.
En medio de las gentes,
nos guardas como un resto
para cantar tus obras y adelantar tu reino.
Seremos raza nueva para los cielos nuevos;
sacerdotal estirpe, según tu Primogénito.
Con las palabras del salmo 145 comenzamos
Saludo
nuestra Celebración penitencial en este tiempo
En el nombre del Padre , y del Hijo
de gracia y conversión que es la Cuaresma:
y del Espíritu Santo.
“El Señor es bueno con todos
R/. Amén.
y cariñoso con todas sus criaturas…
abres tú la mano y sacias de
El Señor, que en su infinita misericordia
favores a todo viviente”.
nos regenera a la libertad de los
hijos, esté con todos vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
Seréis mis testigos
83
Seréis mis testigos
Liturgia de la Palabra
Monición presidencial
(con estas o parecidas palabras)
Celebrante:
Dispongámonos ahora a escuchar la Palabra del
Señor. Acojamos con un corazón abierto esta Palabra de vida, para poder reconocer nuestro pecado y volver a encontrar el camino de regreso a la
casa del Padre.
El camino de la vuelta a Dios es cada vez una
nueva acogida del amor misericordioso con el
que el Padre nos sale al encuentro. Él vuelve
hacia nosotros su rostro para que, regenerados
por su presencia, nos convirtamos en testigos de Lectura de la segunda carta del Apóstol
su amor para con todas las criaturas.
san Pablo a los Corintios 5, 20-6, 2
Oración
Padre santo y misericordioso, que llamas
siempre a tus hijos con la fuerza y la dulzura del
amor. Rompe las durezas de nuestro orgullo
y crea en nosotros un corazón nuevo, capaz
de acoger el don de la vida de tu Hijo. Él que
es Dios y vive y reina contigo, en la unidad del
Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
Salmo responsorial 94, 1-2. 6-7. 8-9 (R.: 8)
V/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis vuestro corazón”.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: “No endurezcáis vuestro corazón”.
Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la
Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor...
Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al
Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor...
Ojalá escuchéis hoy su voz: “No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras”.
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor...
84
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Aclamación al evangelio (15,32-32)
De pie.
R/. Gloria, honor a ti, Señor Jesús.
Convenía hacer fiesta y alegrarse,
porque este hermano tuyo
había muerto y ha vuelto a la vida,
se había perdido y ha sido encontrado.
R/. Gloria, honor a ti, Señor Jesús.
Evangelio según san Lucas 15,13.11-32
“Cuando todavía estaba lejos,
el padre lo vio y, conmovido,
salió a su encuentro”.
Al final se puede repetir la aclamación:
Gloria, honor a ti, Señor Jesús.
Homilía
Esquema para el examen
de conciencia comunitario
1. “Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo al
padre: Padre, dame la parte de la hacienda que me
corresponde. Y él les repartió la hacienda” (Lc 15,1112).
¿Me creo con derechos en la presencia de Dios?
¿A dónde me ha conducido mi excesivo afán de
libertad y autonomía? ¿A la libertad o a la esclavitud?
2. “Entró en sí mismo y recapacitó” (Lc 15,17).
Como el hijo pródigo de la parábola, ¿tengo la
capacidad de reflexionar, de entrar en mí mismo,
para darme cuenta de mi situación? ¿Pienso con
nostalgia en la casa del Padre?
3. “Cuántos jornaleros de mí padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre.
Me levantaré e iré a mi padre” (Lc 15,17).
Sigue una breve homilía, centrada en los textos proMi voluntad de vuelta a la casa del Padre, ¿es equíclamados. Deberá llevar a los penitentes al examen de
voca e interesada?
conciencia, a la renuncia al pecado y a la conversión.
Acabada la homilía, cuídese de que siga un oportuno
4. “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no
tiempo de silencio, para permitir que los penitentes se
merezco ser llamado hijo tuyo. Trátame como a uno
recojan en el examen de conciencia y muevan su code tus jornaleros. Partió y se puso en camino hacía
razón a una verdadera contrición de los pecados. Si se
su padre” (Lc 15,18-20).
cree oportuno, el examen comunitario de conciencia
¿Pretendo intercambiar mi condición de hijo con
puede sustituir a la homilía. En este caso, este examen
el “pan” que me permitiría sobrevivir?
debe inspirarse claramente en el texto proclamado.
Seréis mis testigos
85
Seréis mis testigos
5. “Cuando todavía estaba lejos, lo vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. El hijo le dijo: “Padre, he pecado contra
el cielo y contra ti. Ya no merezco ser llamado hijo
tuyo” (Lc 15, 20).
Frente al amor misericordioso de Dios que perdona a mi hermano, ¿cultivo sentimientos de enfado, de celos, de desprecio?
¿Me tengo por bueno, justo, fiel?
¿Encuentro excusas para juzgar y condenar a los
¿Cómo reacciono ante la iniciativa del Padre,
hermanos?
quien, olvidando toda forma de cálculo, me sale
al encuentro, acogiéndome sin reservas, rehabili- 8. “El padre salió a suplicarle” (Lc 15,28).
tándome en mi dignidad de hijo?
¿Estoy dispuesto a convertirme a la lógica del
6. “Pero el padre dijo a los criados. Pronto, traed el vesamor del Padre y, sobre todo, al amor fraterno?
tido mejor y vestidlo, ponedle un anillo en su mano
y unas sandalias en los pies. Traed el novillo ceba- 9. “Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es
tuyo, pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse,
do, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta,
porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelporque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la
to a la vida, estaba perdido y ha sido hallado” (Lc
vida, estaba perdido y ha sido hallado. Y comenza15, 15, 32-32).
ron la fiesta” (Lc 15,22-23).
¿Soy plenamente consciente de que sólo en el
abrazo del Padre podré vivir plenamente mi vocación a la libertad?
7. “El hijo mayor se encontraba en el campo y, al
volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música
y las danzas, y llamando a uno de los criados, le
preguntó qué era aquello. Él le dijo: ha vuelto tu
hermano y tu padre ha matado el novillo cebado,
porque lo ha recobrado sano. Él se irritó y no quería
entrar” (Lc 15,25-28).
86
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
¿Consigo entender el amor del Padre como una
realidad viva, presente y visible en los gestos y
en las palabras de Jesús, que mediante el Espíritu
Santo sigue actuando eficazmente en su Iglesia,
sobre todo en los sacramentos? ¿Sé captar, con los
ojos de la fe, la caridad del Padre en los acontecimientos de la vida humana, en la vida de la Iglesia
y en mi propia vida?
¿Cómo respondo a la llamada del Padre, que me
lleva a ensanchar mis horizontes y a realizar gestos de auténtica caridad?
Para la PARROQUIA
Rito de reconciliación
Las invocaciones de perdón pueden ser sustituidas Oración del Señor
por un salmo o por un canto apropiado. El presidente
En Cristo, podemos presentarnos al Padre en un
invita a dirigirse a Dios:
solo Espíritu porque hemos sido nombrados herederos suyos. Como hermanos: miembros de
Invoquemos a Dios, nuestro Padre, que espera a
una sola familia, nos dirigimos con confianza al
los hijos alejados y, a su vuelta, los acoge entre
Padre con las palabras que Cristo Nuestro Señor
los brazos de su misericordia.
nos enseñó: Padre nuestro...
R/. Padre, hemos pecado contra el cielo y contra ti.
Al final, se canta:
No te hemos reconocido como Padre misericorTuyo es el reino,
dioso, nos hemos alejado de tu casa.
tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Pero, llenos de confianza, nos dirigimos a ti.
El presidente concluye:
R/. Padre, hemos pecado contra el cielo y contra ti.
Mira con bondad, Señor, a tus hijos que se recoNo hemos administrado con responsabilidad
nocen pecadores y haz que, liberados de toda culnuestra herencia: nuestra existencia, la libertad
pa por el ministerio de tu Iglesia, den gracias a tu
que nos has dado.
amor misericordioso. Por Cristo Nuestro Señor.
Pero, llenos de confianza, nos dirigimos a ti.
R/. Padre, hemos pecado contra el cielo y contra ti.
No hemos escuchado la llamada a escuchar tu
voz ni tu Palabra de reconciliación. No hemos sabido alegrarnos y hacer fiesta por el perdón que
tú concedes a nuestros hermanos. Pero, llenos
de confianza, nos dirigimos a ti.
R/. Padre, hemos pecado contra el cielo y contra ti.
R/. Amén.
Confesión y absolución individual
Los ministros de la reconciliación se dirigen a las sedes preparadas. Siguen las confesiones sacramentales
individuales. A cada penitente se le encomienda una
obra de satisfacción o “penitencia” adecuada a sus faltas.
Durante las confesiones se puede cantar o poner una
música suave, de fondo.
Seréis mis testigos
87
Seréis mis testigos
Ritos finales
Acción de gracias
Y ahora, con el cántico de la Virgen María, demos
gracias a Dios Padre por la gracia de su perdón.
Se aconseja cantar el “Magnificat”en alguna de sus
versiones (“El Señor hizo en mí maravillas”, “Mi alma
glorifica al Señor mi Dios...”) himno de alabanza al
Padre, junto con la ofrenda del incienso alrededor
del altar. El presidente concluye la acción de gracias
diciendo:
Dios omnipotente y misericordioso,
que de modo admirable creaste al hombre
y más admirablemente aún lo redimiste;
que no abandonas al pecador,
sino que lo acompañas con amor paternal.
Tú enviaste a tu Hijo al mundo
para destruir, con su pasión,
el pecado y la muerte
y para devolvernos, con su resurrección,
la vida y la alegría.
Tú has derramado el Espíritu Santo
en nuestros corazones
para hacernos herederos e hijos tuyos.
Tú nos renuevas constantemente
con los sacramentos de salvación
para liberarnos de la servidumbre del pecado
y transformarnos, de día en día,
en una imagen, cada vez más
perfecta, de tu Hijo amado.
88
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Te damos gracias por las maravillas
de tu misericordia
y te alabamos con toda la Iglesia
cantando para ti un cántico nuevo
con nuestros labios,
nuestro corazón y nuestras obras.
A ti la gloria por Cristo en el Espíritu
Santo, ahora y por siempre.
R/. Amén.
Intercambio del gesto de paz
Regenerados por el perdón del Padre, intercambiad un signo de comunión fraterna.
Bendición final y despedida
Antes de la bendición y la despedida, se puede
sugerir, además de la “penitencia” personal, una obra
penitencial común de caridad que realizar como signo
que actualiza la conversión.
El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
El Dios del amor y de la misericordia
os haga concordes en la caridad
y os establezca en la paz.
R/. Amén.
Para la PARROQUIA
Y la bendición de Dios omnipotente,
Padre , Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros
y permanezca para siempre.
R/. Amén.
El Señor os ha perdonado. Podéis ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.
Seréis mis testigos
89
Cuaresma-Pascua
2014
Aportación
de
Comisiones
91
Comisión
Diocesana de
Apostolado
Seglar-Laicos
¡Toma tu cruz
y sígueme!
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz y sígame (Mt 16,24)
Ante las dificultades del mundo contemporáneo,
muchos se preguntan con frecuencia: ¿Qué puedo
hacer? La luz de la fe ilumina esta oscuridad, nos
hace comprender que cada existencia tiene una valor inestimable, porque es fruto del amor de Dios.
El ama también a quien se ha alejado de él; tiene
paciencia y espera, es más, él ha entregado a su
Hijo, muerto y resucitado, para que nos libere radicalmente del mal. Y Cristo ha enviado a sus discípulos para que lleven a todos los pueblos este gozoso
anuncio de salvación y de vida nueva.
Benedicto XVI (Mensaje para la JMJ RÍO 2013)
Presidente: En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Todos: ¡Tu entrega en la cruz nos da la vida,
nos enseña el Camino y nos revela la Verdad!
Presidente: Oremos. Oh Padre, enviaste tu Hijo Eterno para salvar al mundo y escogiste hombres y
mujeres para que, por Él, con Él y en Él, proclamasen la Buena Nueva a todas las naciones. Concede las gracias necesarias para que, en el rostro
de todos tus discípulos, brille la alegría de ser, por
la fuerza del Espíritu Santo, los evangelizadores
que la Iglesia necesita en el Tercer Milenio.
Todos: Amén.
92
Para la PARROQUIA
Primera Estación
Segunda Estación
Un joven: 1ª Estación: Jesús es condenado a muerte.
Un joven: 2ª Estación: Jesús carga con la Cruz.
Una joven: Un inocente fue condenado.
Una joven: Asumió una Cruz que no era suya.
V/. Él trajo un proyecto de vida.
Él quiso liberar a los hermanos.
Vino para proponer a su pueblo
que tomaran la historia en sus manos.
Y a la muerte fue condenado.
V/. Él dice que la vida es valentía.
Que es necesario luchar sin cesar.
Vino a enseñar que es necesario
cambiar las tinieblas en luz.
Y he aquí que le dan una Cruz.
Oración
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Tu divino
Corazón me atrajo. Vengo de las periferias del mundo. Soy misionero y en mi camino me encuentro con
muchos jóvenes inocentes que todos los días son llevados a la muerte de la pobreza, la violencia y por
todo el tipo de consecuencias del pecado que nos
hiere desde los orígenes de la humanidad. Quiero seguir tus pasos con la seguridad de que todo lo puedo
en Aquel que me fortalece y si Dios está por nosotros
¿quién contra nosotros?(Cf Fil 4,13; Rom 8,31-32).
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Tu divino
Corazón me convirtió. Cargaste sobre tus hombros
mis dolores y miserias(Cf Is 53,4). Era mía la cruz que
te hirió. Quiero completar en mi vida tu sacrificio,
dejándome tocar por tan gran amor y dando testimonio con las palabras y con el ejemplo en cualquier
lugar donde el mundo lo necesite. Llevaré para siempre tu cruz en mi pecho y tus palabras en mi corazón.
Quiero ser instrumento de este amor que nunca se
cansa de amar.
Padrenuestro.
Padrenuestro.
Seréis mis testigos
93
Seréis mis testigos
Tercera Estación
Cuarta Estación
Un joven: 3ª Estación: Jesús cae por primera vez.
Un joven: 4ª Estación: Jesús encuentra
a su madre afligida.
Una joven: La cruz se hacía cada vez más pesada.
V/. Él dice que la vida es ternura.
Que es necesario saber perdonar.
Vino a enseñar que hasta quien se equivoca
tiene a Dios como Padre.
Y él cae bajo el peso de la cruz.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! En las caídas tu humilde Corazón me anima. Hoy te pedimos
por la recuperación de los jóvenes que cayeron en la
drogadicción y demás adicciones. Son victimas de
un comercio violento y cruel. Están desfigurados y
corren el riesgo de permanecer en el suelo. Veo tu
rostro en el rostro de cada uno de ellos. Enséñanos
a ser como el buen samaritano que no se queda en
los discursos sino que tiene el valor para levantar a
quien está tirado a la orilla del camino y cuidar de sus
heridas (Cf Lc 10,25-37). En este gesto de solidaridad,
enséñanos que solamente en ti encontraremos la total transfiguración.
Padrenuestro.
Una joven: ¡Dolor del Hijo, dolor de la madre!
V/. Él veía el valor de las mujeres.
Y a las mujeres buscó liberar.
Vino a enseñar que la mujer lleva en si misma
el misterio del ser.
Y a su madre sufrir, va a ver.
Oración (mujer)
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Contemplo la profunda comunión de amor entre tu Corazón
y el corazón de tu madre ¡Es una comunión redentora! Aquel intercambio silencioso de miradas, camino
de la cruz, dice más que cualquier discurso o palabra.
El dolor del Hijo es realmente el dolor de la madre.
Esto me lleva a pensar en las luchas a favor de la vida
desde la concepción hasta su fin natural. Nosotras
las mujeres, tenemos una vocación muy fuerte para
defender todo lo que tiene vida. No podemos aceptar la violencia de quienes se creen con el derecho
de interrumpir una vida indefensa. Queremos proclamar con tu madre: el Señor hizo en mi maravillas.
Derriba a los arrogantes de sus tronos u exalta a los
humildes. Despliega la fuerza de su brazo y nos sostiene en el camino de la nueva evangelización (Cf Lc
1,46-55)
Padrenuestro.
94
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Quinta Estación
Sexta Estación
Un joven: 5ª Estación: Simón de Cirene ayuda
a cargar la cruz de Jesús.
Un joven: 6ª Estación: Verónica enjuga
el rostro de Jesús.
Una joven: Se convirtió mientras ayudaba a Jesús.
Una joven: La mujer que no se calló.
V/. Cargaba su cruz cansado.
Aplastado por tanta opresión.
Y he aquí que llevó su cruz
un hombre del campo.
También sufría con Jesús.
V/. Tenía un rostro de hombre del pueblo.
Tenía marcas de duelo y sufrimiento.
Tanto sufrió que de los escupitajos
y sangre se desfiguró.
Sin embargo alguien su rostro enjugó.
Oración
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Tu divino
Corazón me ha llamado. Tu llamada resuena con
fuerza en mi interior: “Si alguno quiere venir en pos
de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”.
Sin embargo, no siempre comprendo que la luz debe
pasar por la cruz. Al cargar un poco de tu peso, quiero aprender el camino para configurarme contigo.
Que pueda decir un día: no vivo yo, sino que es Cristo
quien vive en mi (Cf Gál 2,20). Haz de mi un ministro
transparente. Líbrame de la tentación de estar en los
primeros puestos y enséñame a ser un buen pastor,
que da la vida para congregar a tu pueblo en la unidad.
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Soy consagrada a tu divino Corazón en el servicio al hermano.
No me puedo callar mientras encuentro en los vías
crucis de la vida a tantas victimas de una “cultura de
la muerte”: mujeres en la prostitución y familias en la
miseria, enfermos sin asistencia y ancianos despreciados, emigrantes sin tierra y jóvenes sin empleo,
personas excluidas de la cultura digital y minorías
tratadas con prejuicio…la lista es grande, mi Señor.
Al enjugar las lágrimas, el sudor y la sangre del rostro
de estos hermanos y hermanas veo maravillada que
tu rostro se estampa en el lienzo de mi solidaridad
(Cf Mt 25,31-46). Enséñame a unir siempre el misticismo y la militancia, la fe y la vida, el cielo y la tierra,
porque Dios es nuestro Padre y somos hermanos,
pero el pan también es nuestro y somos cristianos,
es decir, personas que creen en el milagro de compartir.
Padrenuestro.
Padrenuestro.
Seréis mis testigos
95
Seréis mis testigos
Séptima Estación
Octava Estación
Un joven: 7ª Estación: Jesús cae por segunda vez.
Un joven: 8ª Estación: Jesús consuela a las mujeres
de Jerusalén.
Una joven: Quien cae subiendo, cae hacia lo alto.
V/. Él dijo que la vida es un regalo.
Para quien no se detuvo ni desistió.
Lleva la cruz de los hermanos
en los hombros con coraje y valor.
Y una vez más, al suelo cayó.
Oración
¡Henos aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! En tu corazón encontramos nuestra morada. Desde nuestra
juventud, iniciamos un camino de amor en Cristo,
que es la manera cierta de construir una familia que
tiene papel fundamental para la transmisión de la fe
y de la vida. Contemplando tu pasión entendemos
que todo lo que hiciste fue por amor. Sin embargo,
aprendemos que nuestras pasiones no son cimientos seguros. Solamente construye sobre roca quien
edifica en el amor. Danos la sabiduría para iniciar
la construcción por los cimientos y no por el techo.
Enséñanos que cada opción exige renuncias. Si caemos, Señor, que sea siempre en la lucha por avanzar,
nunca porque estemos desistiendo de ella. Aún en
las caídas, no permitas que nos separemos de ti.
Padrenuestro.
Una joven: Vocación de mujer: de la cuna
hasta la cruz.
V/. En el camino por donde Él iba.
Sufriendo casi solo, sin nadie.
Algunas mujeres llorando
siguieron a Jesús que sufría.
Eran madres solidarias con el dolor.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! En su corazón tan humano aprendí el valor salvífico del sufrimiento y del dolor. Completo en mi carne lo que
falta a las tribulaciones de tu Cuerpo que es la Iglesia
(Cf Col 1,24). No puedo olvidarme que la redención
se realizó por tu Cruz, es decir, por el sacrificio. Eso
me enseña que el dolor es parte de la condición humana y es enteramente tocado por tu amor que salva. Eso no me lleva a una alienada resignación, sino
que me hace consciente de que algunos dolores son
oportunidades para unirme a tu Cruz. Es un misterio que solamente los que sufren unidos a ti pueden
discernir en la medida cierta. Enséñame a que, en el
momento del dolor, más que hablar de Dios es mejor hablar con Dios. La oración consuela más que la
explicación.
Padrenuestro.
96
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Novena Estación
Décima Estación
Un joven: 9ª Estación: Jesús cae por tercera vez.
Un joven: 10ª Estación: Jesús es despojado
de sus vestiduras.
Una joven: ¡Después de eso no volvió a caer!
V/. Otra caída y ya es la tercera.
Y cae, de cansancio, al suelo.
Así como tantos que sufren
por el hambre de pan y de amor.
Y sucumben por tanta opresión.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! En tu Corazón de maestro encontré la Verdad. Vengo del
mundo de los estudios. En este momento son parte
de mi misión. Me encantan el conocimiento y la ciencia, pero muchas veces me seducen y hasta me inducen a imaginar que no te necesito. Sin embargo, mi
corazón tiene sed de un amor y de una verdad que
superen los amores y las verdades de esta tierra. Solamente en tu Verdad encuentro la eterna sabiduría.
Y en este tesoro encuentro las fuerzas para no caer
ya. Solamente quien encuentra la verdad, más allá
de los límites del cuerpo, permanece verdaderamente de pie.
Padrenuestro.
Una joven: ¡Era pobre y murió más pobre!
V/. Le quitaron sus vestiduras.
Echaron a suertes la que le restó.
Tan despojado y al no tener nada más
se dio a sí mismo.
Era pobre y murió aun más pobre.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Tu corazón
me enseña muchos modos de promover la comunión. Sé que las redes sociales son una posibilidad
para construir verdaderas relaciones, sin embargo
exigen mucho cuidado para no convertirme en rehén
de las fuerzas de dispersión que les roban a los jóvenes su identidad. La manipulación de la inteligencia
es una de ellas. Eso puede llevarnos a una alienación
de los derechos religiosos, sociales y políticos. Delante de tu despojo total en el camino de la Cruz te
pido en el nombre de los jóvenes: que tu gracia nos
enseñe los caminos para evangelizar el “continente
digital” y nos deje atentos a la posible dependencia
o confusión de lo real y lo virtual, corriendo el riesgo de sustituir el encuentro con las personas por los
contactos a través de la red.
Padrenuestro.
Seréis mis testigos
97
Seréis mis testigos
Undécima Estación
Duodécima Estación
Un joven: 11ª Estación: Jesús es clavado en la Cruz.
Un joven: 12ª Estación: Jesús muere en la Cruz.
Una joven: Dos trazos formaron Su Cruz.
Una joven: El autor de la vida aceptó morir.
V/. Teniendo dos ladrones a su lado.
Fue clavado en la Cruz que cargó.
Crucificado, agredido, insultado, Jesús perdonó
al verdugo que le hirió y mató.
V/. Aplastado, herido y vencido.
Derrotado Él no reaccionó.
Como quien no puede hacer nada
agonizó y expiró.
Es la vida la que vemos morir.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! En tu divino Corazón encontré la verdadera libertad. Soy
consciente de aquellas palabras de Juan Pablo II: “La
peor prisión es un corazón cerrado”. Miles de jóvenes están encarcelados cumpliendo penas por errores cometidos. Tu mirada de perdón desde lo alto de
la cruz me hace pensar que es posible cambiar de
vida. Enséñame que tu cruz unió la tierra y el cielo
y que tus brazos abiertos acogen a todos, hasta los
que están en la cárcel (Cf Mt 25,43).Qué alegría saber
que amas no solamente a quien es justo y santo, sino
también al pecador (Cf Rom 5,8).
¡Gracias, Señor, por tu inmensa compasión!
Padrenuestro.
98
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! En tu Corazón encontré la vida y la vida en plenitud. Conoces
bien los límites de mi condición física. Vivo un periodo difícil de purificación. La enfermedad es mi cruz.
Acéptame unido a ti en este momento. La seguridad
de que estás conmigo hace que cada minuto valga
la pena. Quisiera vivir muchos años, pero ¿qué es
eso comparado con la eternidad? Entonces, Señor,
fortalece mi fe, mi esperanza y mi caridad. Que oiga
de tu boca la frase que consoló a tantos enfermos y
dolientes: “Tu fe te ha salvado, vete en paz” (Cf Lc 8,
48).
Padrenuestro.
Para la PARROQUIA
Decimotercera Estación
Decimocuarta Estación
Un joven: 13ª Estación: Jesús es bajado de la Cruz.
Un joven: 14ª Estación: Jesús es colocado en el sepulcro.
Una joven: María y los discípulos lo bajaron
de la Cruz.
V/. Parecía estar todo acabado.
Jesucristo baja de la cruz.
Muerto y sin vida María lo recibe sin decir nada.
Es a mi pueblo al que veo llorando.
Oración
¡Heme aquí Señor Jesús, Cristo Redentor! Es maravilloso escuchar las lecciones de tu divino Corazón.
Paso los días en el silencia de sonidos y palabras.
No puedo oír con los oídos, pero escucho tu voz en
mi corazón. Al mirarte bajado de la cruz, reposar en
el regazo piadoso de tu querida madre, siento que
todos los discursos son insuficientes y no es necesario ni una sola palabra. Existen momentos en que el
silencia y la contemplación hablan mucho más. Enséñame a bajar de la Cruz a mis hermanos, que en
ella sufren y esperan misericordia de mi parte. Que
mi testimonio sea un silencioso grito de amor y de
solidaridad.
Una joven: Sembrado en el fecundo silencio.
V/. Sepultado en la roca más fría.
Nada más se podía esperar.
Se iba con Él el proyecto de vida que vino a
enseñar.
Es mi pueblo escondido y rezando.
Oración
Señor Jesús, Cristo Redentor, aquí estamos, envíanos! (Cf Is 6,8).
Queremos ser un solo corazón y una sola alma. Iremos a todas las naciones de la tierra para dar testimonio de que encontramos el verdadero camino
hacia la vida. La semilla de tu Palabra ha caído en
nuestros continentes. No la dejaremos sepultada.
Enséñanos a cultivar esta semilla para que nazcan
los frutos de una nueva evangelización.
Padrenuestro.
Padrenuestro.
Seréis mis testigos
99
Comisión
Diocesana de
Pastoral
de la Salud
“También nosotros debemos
dar la vida por los hermanos”
(Jn 3,16)
100
Para la PARROQUIA
El sufrimiento redentor y glorificado del Hijo Dios,
constituye la epifanía del amor trinitario que es Dios
y de la vocación del hombre a la filiación. En el centro del acontecimiento pascual, se sitúan, la pasiónmuerte y resurrección de Jesús.
Ante todo, el “acontecimiento pascual” llega a su
plenitud en la revelación amorosa de Dios como “Padre” que permite que su único “Hijo”, nuestro Señor
Jesucristo, pase, para salvarnos-sanarnos-redimirnos, por su pasión y muerte en cruz, lo que le lleva
por el “Espíritu Santo” a la gloria de la Resurrección.
También representa éste, la experiencia límite de la
libertad del Hijo como don de sí, de su solidaridad
e identificación con los hombres, de su fidelidad y
obediencia al Padre. La libertad impulsa a asumir
(Getsemaní) hasta las últimas consecuencias el amor
al Padre, lo que supone el anuncio de la llegada del
Reino. “Yo doy mi vida para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita sino que la doy por mí mismo”. La
experiencia del sufrimiento físico y espiritual (expresada en el grito del total abandono) manifiesta hasta
qué punto el rechazo de Dios, por parte de los hombres, hiere profundamente su condición humana.
La más alta posibilidad de realización está en el sufrimiento, no ha pesar del sufrimiento, sino en el sufrimiento y a través del sufrimiento.
Ninguna vida humana está libre de hacer frente a
estas limitaciones; el cristiano lo acepta mirando a
Jesús, que sufrió el dolor en todas sus dimensiones:
físico, abandono de sus discípulos y amigos, fracaso en su proyecto hasta que llega a preguntar por
qué…, hasta sentir el abandono del Padre de quien
se sentía y sabía uno….La aceptación es el paso para
transformar ese dolor.
El cristianismo es la religión del Amor. Este es el que
permite, trasformar el sufrimiento. No olvidemos
que todo lo que Dios quiere o permite es para nuestro bien y que sólo quien pasa a través del hielo del
dolor llega al incendio del Amor.
De ahí que el sufrimiento humano, en su realidad
física y espiritual, y la muerte, fruto del pecado en
la forma dramática y angustiosa en que se experimenta en la práctica, se comprenden pues de nuevo
a través del “acontecimiento pascual” en la relación
recíproca de “ágape” como libre don de sí del Padre
y del Hijo, que se vuelca y sobreabunda en la huLa persona humana que sufre se da cuenta de que ha manidad, que se transforma por medio del Espíritu
perdido algo, le falta la salud y en algunas ocasiones Santo en un acontecimiento de Salvación, en signo e
el reconocimiento social.
instrumento de la relación del Padre en Cristo Jesús
crucificado y redentor.
Todo sufrimiento es un desequilibrio que nos vemos
impulsados a restablecer. Por tanto, más que quejarnos de que exista, está en nuestras manos trabajar
para que desaparezca o se palie. El sufrimiento que
nos ha golpeado una vez, nos induce pues a cambiar
ya que es un medio para crecer.
Seréis mis testigos 101
Seréis mis testigos
Peticiones
ORACIÓN POR LOS ENFERMOS
- Señor, haz que el Papa, los Obispos, en especial Señor,
nuestro arzobispo Carlos, los sacerdotes y diáconos, Te encomendamos a todos los que sufren,
sean portadores de tu Palabra de Salvación en espe- a los enfermos de nuestra comunidad.
cial a los jóvenes que buscan a Dios.
Hemos oído su queja y su dolor;
- Te pedimos Señor, por los jóvenes llamados a se- sus silencios, su soledad, sus lágrimas…
guir la voz del Espíritu, haz que sepan acoger el don
nos enmudecen, nos duelen…
de la vocación, siendo fuertes en las dificultades y
pero en ti ponemos la esperanza.
alegres en la entrega.
Su lucha por la vida, o su desesperación,
- Señor, tú que elegiste y llamaste a los primeros discípulos, enviándolos al mundo, protege a nuestras nos impulsan a reflexionar,
familias, haz que nunca falten laicos preocupados a descubrir el corazón de la vida…
la necesidad de amar y ser amados.
por formar pequeñas “Iglesias Domé sticas”.
- Señor, te encomendamos a las parroquias, para
sean presencia evangelizadora, comunidades sanas
y fuentes de salud junto a los enfermos y a quienes
les ayudan a afrontar la enfermedad.
Haz, Señor,
que, guiados por tu Espíritu,
nos pongamos en su camino
y, acompañando su vida,
encontremos, juntos, paz y serenidad.
- Señor, haz que los que hemos sido llamados a pertenecer al grupo “Enfermos Misioneros” nos sinta- Amén.
mos miembros activos de tu Iglesia, misioneros de
tu Reino.
- Te pedimos Señor, por todos los agentes de pastoral, para que cada vez seamos más las personas que
descubramos que el secreto de la felicidad consiste
en vivir abiertos a la voluntad de Dios.
102
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Comisión
Diocesana de
Pastoral
de l’Ambient i
Ecologia Humana
Ser testigos en la custodia de la
creación también en la parroquia
103
Seréis mis testigos
Tiempo para reflexionar,
tiempo para actuar
Cuaresma es tiempo en el que la austeridad o la sobriedad cobran mayor relevancia. El ayuno y la abstinencia, por un lado, y el estilo de vida consumista,
por otro, no encajan. Si además caemos en la cuenta
de que la cultura del consumismo y del desperdicio
supone dar la espalda a los pobres y, además, es generadora de cultura del descarte, de pobreza (Mensaje XLV Jornada Mundial de la Paz n.1), seremos entonces capaces de entender que nuestro ayuno de lo
superfluo y la abstinencia de consumismo, más que
una negación penosa, es fuente de riqueza para las
personas y para la tierra que es el hogar de todos.
Amar, orar, reducir, reutilizar, reciclar… una propuesta de programa cuaresmal y pascual.
Ser testigos de nuestra fe en Dios creador pasa necesariamente por sabernos ministros de la creación,
es decir, responsables. “En cambio, a menudo nos
dejamos llevar por la codicia, por la soberbia del dominar, del tener, del manipular, del explotar; no custodiamos la naturaleza, no la respetamos, no la consideramos un don gratuito que tenemos que cuidar
y poner al servicio de los hermanos, también de las
generaciones futuras” (Mensaje XLV Jornada Mundial
de la Paz n.1).
104
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
¿Cómo podemos ser testigos de nuestra responsabilidad en la salvaguardia de la creación? Con
sencillas acciones. Este año podemos plantearnos
dar testimonio con el uso responsable del papel en
la misma parroquia. Y el próximo… con el uso de la
energía, por ejemplo.
Las pequeñas acciones que os proponemos (quizás
algunas desde siempre las hemos hecho, quizás
otras las teníamos olvidadas y, otras, puede que
nos llamen la atención) responden a la dinámica del
grano de mostaza; dar testimonio no supone necesariamente grandes acciones, pero sí suponen una
oportunidad para evangelizar: nuestra parroquia tiene una responsabilidad en la salvaguardia del medio
ambiente porque transmite la fe en Dios creador.
Estas acciones, estos testimonios, son una buena
ocasión para comunicar desde el ejemplo que todos,
especialmente los cristianos, somos responsables de
la creación.
Y si mañana descubrimos que en algún consejo que
se proponen nos equivocamos, entonces rectificamos, pero no hacer nada nos evocaría, más que la
prudencia, cierto personaje de la parábola de los
talentos.
Para la PARROQUIA
Pequeñas acciones,
testimonios de fe
Para un testimonio cristiano y, por tanto,
solidario…
Reduce:
Reutiliza:
• Revisemos los documentos de nuestro ordenador con un corrector ortográfico antes de imprimirlos.
• Para imprimir borradores podemos
utilizar el papel fotocopiado o impreso a una cara.
• Aprovechemos mejor el papel en la
impresión reduciendo el tamaño de la
letra, los márgenes o el interlineado.
Si por el tipo de documento o publicación no podemos hacerlo, al menos
en los borradores sí.
• Las hojas que se imprimieron o fotocopiaron a una cara también las podemos cortar, a la medida que nos
convenga, reutilizándolas para tomar
notas, apuntar un número de teléfono, la intención de una misa..
• Utilicemos el correo electrónico como
alternativa a otras vías de comunicación con papel.
• Los carteles de las campañas que son
de color blanco por el revés se pueden
reutilizar para rotular o, como toda la
vida, para forrar libros…
• Imprimamos y fotocopiemos a dos
caras. Al comprar alguno de estos
aparatos escojamos la que te permita
hacerlo.
• Hagamos las fotocopias realmente
necesarias, aunque podamos pagarlas todas. En la mayoría de los casos
calculamos para que sobre.
Seréis mis testigos 105
Seréis mis testigos
Recicla:
• La sacristía y el despacho suelen ser
lugares de descarte de papel, y no digamos los locales parroquiales. Depositemos todos los residuos de papel y
cartón en contenedores de recogida
selectiva. Puede servir una pequeña
caja o una “papelera” azul, o con una
bolsa azul, para indicar que es exclusivamente para papel. Después las vaciaremos en el contenedor azul.
• No estaría de más poner un pequeño
rótulo en la papelera que hiciera alusión al deber de ser responsables para
con la creación. Nos recordará que no
sólo lo hacemos para ser buenos ciudadanos, sino además porque somos
cristianos (en la web de la Vicaría:
http://evangelizacionvalencia.org, en
la Comisión de Pastoral de l’Ambient
i Ecologia Humana, os dejamos un
ejemplo junto con ese material para
Cuaresma-Pascua).
106
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
• Es recomendable que quines se encarguen de la limpieza estén informados
de que cada cosa vaya al contenedor
apropiado. De otra forma también es
recomendable que haya uno o varios
responsables encargados de vaciar el
contenido de las papeleras en los contenedores azules de la calle.
• Antes de poner los papeles en los contenedores, extraigamos todos los elementos extraños (clips, grapas, ventanas de sobres…).
• Pleguemos las cajas de cartón quitando las cintas de embalaje.
Para la PARROQUIA
• Que las marcas no nos confundan.
Cuando indican sin más “reciclable”
con el símbolo correspondiente, o
“100% reciclable”, significa solamente eso, que el papel es reciclable, no
que contengan material reciclado.
Podemos lanzar al contenedor de papel:
Papel de impresión o escritura
Sobres
Diarios y revistas
Catálogos y trípticos
Carpetas y cartones
Pósteres y publicidad
No debemos lanzar al contenedor:
Papel térmico de fax
Papel adhesivo
Papel de autocopiado
Carpetas con elementos metálicos
o plásticos (quítalos previamente)
Cartones de bebidas (tetrabricks)
Pañuelos o servilletas, con
restos de comida, orgánicos…
• No en todas nuestras parroquias los ayuntamientos disponen de contenedores de recogida selectiva de residuos. Aún así podemos reducir y reutilizar.
• A la hora de aplicar unas buenas prácticas ambientales, una actitud impositiva y minimalista puede
conducir a la animadversión ante el cuidado de la
creación. Siempre es más hacer menos que no hacer nada. Cambiar la mentalidad cuesta, y de eso
sabemos un rato.
• Es bueno recordar que las cosas nunca las hacemos del todo bien, ni quien propone con sus incoherencias, ni quien escucha con oído crítico,
pero señalar los fallos del otro no es excusa, como
decíamos antes, para “pasar” de las responsabilidades que nos son propias y para no hacer mejor
las cosas.
“Hay otros seres frágiles e indefensos,
que muchas veces quedan a merced de los intereses económicos
o de un uso indiscriminado.
Me refiero al conjunto de la creación.
Los seres humanos no somos meros beneficiarios,
sino custodios de las demás criaturas”.
(Evangelii Gaudium n.215)
Seréis mis testigos 107
Seréis mis testigos
Comisión
Diocesana para
los Mayores
Vía Crucis
de los Mayores
El Vía Crucis es un momento privilegiado de la tradicional piedad de nuestros mayores durante la
Cuaresma y la Semana Santa. Momento de oración
guiada por la Palabra de Dios, en el que, a través de
las tradicionales estaciones, contemplamos las etapas del camino que siguió Cristo hasta su muerte en
la Cruz.
Proponemos, en el presente año, recorrer el Vía Crucis de la mano de la Exhortación apostólica Evangelii
gaudium del papa Francisco, teniendo como fondo
el horizonte de la misión evangelizadora a la que
nuestros mayores, y todos los cristianos, estamos
llamados. Desde la Resurrección de Cristo podemos
contemplar y meditar con serena alegría los misterios de la Pasión de nuestro Señor.
108
Para la PARROQUIA
Monición inicial
En el nombre del Padre , y del Hijo
y del Espíritu Santo.
R/. Amén.
El papa Francisco, en la Exhortación apostólica
Evangelii gaudium, nos recuerda que el Evangelio, donde deslumbra gloriosa la Cruz de Cristo,
invita insistentemente a la alegría. Bastan algunos ejemplos: «Alégrate» es el saludo del ángel
a María (Lc 1,28). En su canto María proclama:
«Mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador» (Lc
1,47). Jesús mismo «se llenó de alegría en el Espíritu Santo» (Lc 10,21). Su mensaje es fuente de
gozo: «Os he dicho estas cosas para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría sea plena» (Jn 15,11). Nuestra alegría cristiana bebe de
la fuente de su corazón rebosante. Él promete a
los discípulos: «Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría» (Jn 16,20). E insiste:
«Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón, y
nadie os podrá quitar vuestra alegría» (Jn 16,22).
Después ellos, al verlo resucitado, «se alegraron»
(Jn 20,20). El libro de los Hechos de los Apóstoles
cuenta que en la primera comunidad «tomaban
el alimento con alegría» (2,46). Por donde los discípulos pasaban, había «una gran alegría» (8,8),
y ellos, en medio de la persecución, «se llenaban
de gozo» (13,52). ¿Por qué no entrar también nosotros en ese río de alegría? (cf. EvG 5). Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Acto de contrición
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos
quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Ayudado
de vuestra divina gracia, propongo firmemente
nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Seréis mis testigos 109
Seréis mis testigos
Primera Estación
Jesús es condenado a muerte
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio
según san Mateo (26,59-60.63-66)
Meditación
Señor, tu Espíritu nos hace creer en Jesucristo,
Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno busque con su muerte y resurrección nos revela y
caban un falso testimonio contra Jesús para connos comunica la misericordia infinita del Padre.
denarlo a muerte y no lo encontraban, a pesar de
En nuestros oídos vuelve a resonar siempre el prilos muchos falsos testigos que comparecían. El
mer anuncio: «Jesucristo te ama, dio su vida para
sumo sacerdote se puso en pie y le dijo: «Te conjuro
salvarte, y ahora está vivo a tu lado cada día, para
por el Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías,
iluminarte, para fortalecerte, para liberarte». Ese
el Hijo de Dios». Jesús le respondió: «Tú lo has dianuncio que siempre queremos volver a escuchar
cho. Más aún, yo os digo: desde ahora veréis al Hijo
y que siempre queremos volver a anunciar de una
del hombre sentado a la derecha del Poder y que
forma o de otra a nuestros hijos y nietos (cf. EvG
viene sobre las nubes del cielo». Entonces el sumo
164).
sacerdote rasgó sus vestiduras diciendo: «Ha blasPadre nuestro...
femado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos?
Acabáis de oír la blasfemia. ¿Que decidís?». Y ellos
Canto
contestaron: «Es reo de muerte».
A ti levanto mis ojos
a ti que habitas en el cielo;
a ti levanto mis ojos
porque espero tu misericordia.
110
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Segunda Estación
Jesús con la cruz a cuestas
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio
según san Marcos (8,34-36)
Jesús, llamando a la gente y a sus discípulos les
dijo: «El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero
el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la
salvará. Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar
el mundo entero si pierde su vida?».
Meditación
Señor, sabemos que la entrega de Jesús en la cruz
no es más que la culminación de un modo de vivir que marcó toda su existencia. Cautivados por
ese modelo, deseamos integrarnos a fondo en la
sociedad, compartimos la vida con todos, escuchamos sus inquietudes, colaboramos material y
espiritualmente con los que sufren en sus necesidades, nos alegramos con los que están alegres,
lloramos con los que lloran y nos comprometemos en la construcción de un mundo nuevo, codo
a codo con los demás. Pero no por obligación, no
como un peso que nos desgasta, sino como una
opción personal que nos llena de alegría y nos
otorga identidad (cf. EvG 269).
Padre nuestro...
Canto (CLN 103)
Ved la Cruz de la Salvación
donde Dios nos dio la vida;
precio de la redención
de la humanidad caída.
Cruz de Cristo Vencedor,
te adoramos, sálvanos.
Seréis mis testigos 111
Seréis mis testigos
Tercera Estación
Jesús cae por primera vez
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del libro del profeta Isaías (53,4-6)
Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido
de Dios y humillado, traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro
castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos
curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno
siguiendo su camino, y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes.
Meditación
Señor, no nos dejes caer en la tentación de la
conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de
vinagre. Sabemos que nadie puede emprender
una lucha si de antemano no confía plenamente en el triunfo. El que comienza sin confiar perdió de antemano la mitad de la batalla y entierra
sus talentos. Aun con la dolorosa conciencia de
nuestras propias fragilidades, queremos seguir
adelante sin declararnos vencidos, recordando lo
que el Señor dijo a san Pablo: «Te basta mi gracia, porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad» (2 Cor 12,9). El triunfo cristiano es siempre
una cruz, pero una cruz que al mismo tiempo es
bandera de victoria, que se lleva con una ternura
combativa ante los embates del mal (cf. EvG 85).
Padre nuestro...
Canto (CLN 117)
Y Jesús nos dará en el Calvario
su lección: “Hágase tu voluntad”.
Y su sangre, vertida por nosotros
será el precio de nuestra libertad.
112
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Cuarta Estación
Jesús se encuentra con su Madre
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Lucas (2,34-35.51)
Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Mira,
éste está puesto para que muchos en Israel caigan
y se levanten; será una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti,
una espada te traspasará el alma». Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Meditación
Señor, tu madre María es la que sabe transformar
una cueva de animales en la casa de Jesús, con
unos pobres pañales y una montaña de ternura.
Ella es la esclavita del Padre que se estremece en
la alabanza. Ella es la amiga siempre atenta para
que no falte el vino en nuestras vidas. Ella es la
del corazón abierto por la espada, que comprende todas las penas. Como madre de todos, es signo de esperanza para todos los hombres. Ella es
la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la
fe con su cariño materno. Como una verdadera
madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del
amor de Dios (cf. EvG 286).
Padre nuestro...
Canto
Mientras recorres la vida,
tú nunca solo estás,
contigo por el camino
Santa María va.
¡Ven con nosotros al caminar,
Santa María, ven! (bis)
Seréis mis testigos 113
Seréis mis testigos
Quinta Estación
El Cireneo ayuda a Jesús
a llevar la cruz
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Mateo (27,32)
Al salir, encontraron a un hombre de Cirene,
llamado Simón, y lo forzaron a llevar su cruz.
Meditación
Señor, los mayores sabemos que el Evangelio
nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física
que nos interpela, con su dolor y sus reclamos,
pero también con la alegría que contagia en un
constante cuerpo a cuerpo. La verdadera fe en el
Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don
de nosotros mismos, de nuestra pertenencia a la
comunidad, del servicio, de la reconciliación con
la carne de los otros. El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura (cf.
EvG 88).
Padre nuestro...
Canto
Un mandamiento nuevo
nos dio el Señor:
que nos amáramos todos
como Él nos amó.
La señal de los cristianos
es amarse como hermanos.
114
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Sexta Estación
La Verónica enjuga
el rostro de Jesús
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del libro del profeta Isaías (53,2-3)
No tenía figura ni belleza. Lo vimos sin aspecto
atrayente, despreciado y evitado por los hombres,
como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros; despreciado y desestimado.
Meditación
Señor, los mayores queremos que la belleza del
Evangelio pueda ser mejor percibida y acogida
por todos. Pero sabemos que la fe siempre conserva un aspecto de cruz, alguna oscuridad que
no nos quita la firmeza de nuestra adhesión, pues
hay cosas que sólo se comprenden y valoran desde esa adhesión que es hermana del amor. Por
ello, queremos transmitir esa belleza del Evangelio despertando la adhesión de los corazones de
nuestros hermanos, con nuestra cercanía, amor
y testimonio. Anunciar a Cristo significa mostrar
que creer en Él y seguirlo no es sólo algo verdadero y justo, sino también bello, capaz de colmar
nuestra vida de un nuevo resplandor y de un gozo
profundo, aun en medio de las pruebas y sufrimientos (cf. EvG 42.167).
Padre nuestro...
Canto (CLN 402)
Anunciaremos tu Reino, Señor,
tu Reino, Señor, tu Reino.
Reino que ya ha comenzado,
Reino que no tendrá fin.
Tu Reino, Señor, tu Reino.
Seréis mis testigos 115
Seréis mis testigos
Séptima Estación
Jesús cae por segunda vez
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del libro de los Salmos (22,7-12)
Pero yo soy un gusano, no un hombre, vergüenza de la gente, desprecio del pueblo; al verme, se
burlan de mí, hacen visajes, menean la cabeza:
“Acudió al Señor, que lo ponga a salvo; que lo libre si tanto lo quiere”. Pero tú eres quien me sacó
del vientre, me tenías confiado en los pechos de mi
madre; desde el vientre materno tú eres mi Dios.
No te quedes lejos, que el peligro está cerca y nadie
me socorre.
Meditación
Señor, muchas veces nuestra propia familia o
nuestros amigos pueden ser como un desierto
donde hay que conservar nuestra fe y aun tratar
de difundirla. Pero precisamente a partir de la experiencia de este desierto, de este vacío, es como
podemos descubrir nuevamente la alegría de
creer, su importancia vital para todos nosotros,
hombres y mujeres. En el desierto se vuelve a
descubrir el valor de lo que es esencial para vivir,
del sentido último de la vida. Y en el desierto se
necesitan sobre todo personas de fe, como nosotros, que, con nuestra propia vida, indiquemos
a nuestros hermanos el camino hacia la Tierra
prometida y de esta forma mantengamos viva la
esperanza (cf. EvG 86).
Padre nuestro...
Canto (CLN 107)
Sí, me levantaré.
Volveré junto a mi Padre.
A ti, Señor, elevo mi alma.
Tú eres mi Dios y mi Salvador.
Sí, me levantaré.
Volveré junto a mi Padre..
116
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Octava Estación
Jesús encuentra
a las mujeres de Jerusalén
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Lucas (23,28-31)
Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por vosotras y
por vuestros hijos, porque mirad que llegará el día
en que dirán: “Bienaventuradas las estériles y los
vientres que no han dado a luz y los pechos que
no han criado”. Entonces empezarán a decirles a
los montes: “Caed sobre nosotros”, y a las colinas:
“Cubridnos”; porque, si esto hacen al leño verde,
¿qué harán con el seco?».
Meditación
Señor, los mayores practicamos frecuentemente la oración de intercesión por el prójimo, que
nos estimula particularmente a la entrega evangelizadora y que nos motiva a buscar el bien de
los demás. Como decía san Pablo: «En todas mis
oraciones siempre pido con alegría por todos vosotros [...] porque os llevo dentro de mi corazón»
(Flp 1,4.7). Es la gratitud que brota de un corazón
verdaderamente atento a las necesidades de los
demás. De esta forma, nuestro corazón se nos
vuelve más generoso, deseoso de hacer el bien y
de compartir la vida con los demás. Es un adentrarnos en el Padre y descubrir nuevas dimensiones que iluminan las situaciones concretas y las
cambian. Podemos decir que el corazón de Dios
se conmueve por la intercesión, pero en realidad
Él siempre nos gana de mano, y lo que posibilitamos con nuestra intercesión es que su poder, su
amor y su lealtad se manifiesten con mayor nitidez en todos nosotros (cf. EvG 281-283).
Padre nuestro...
Canto
Hija de Sión, alégrate,
porque el Señor está en ti,
Salvador y Rey. (bis)
Seréis mis testigos 117
Seréis mis testigos
Novena Estación
Jesús cae por tercera vez
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Mateo (11,28-30)
Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Tomad mi yugo y aprended de
mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas. Porque mi
yugo es llevadero y mi carga ligera.
Meditación
Señor, necesitamos que hagas crecer en nosotros la seguridad de que no se pierde ninguno
de nuestros trabajos realizados con amor, no se
pierde ninguna de nuestras preocupaciones sinceras por los demás, no se pierde ningún acto de
amor a Dios, no se pierde ningún cansancio generoso, no se pierde ninguna dolorosa paciencia. A
veces nos parece que nuestra tarea no ha logrado
ningún resultado. Pero sabemos que el Espíritu
Santo obra como quiere, cuando quiere y donde
quiere; nosotros nos entregamos pero sin pretender ver resultados llamativos. Sólo sabemos
que nuestra entrega es necesaria. Queremos
aprender a descansar en la ternura de los brazos
del Padre en medio de la entrega creativa y generosa. Sigamos adelante, démoslo todo, pero dejemos que sea Él quien haga fecundos nuestros
esfuerzos como a Él le parezca (cf. EvG 279).
Padre nuestro...
Canto (CLN 519)
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo.
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor escucha tu voz.
118
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Décima Estación
Jesús es despojado
de sus vestiduras
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Juan (19,23-24)
Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes, una para cada
soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin
costuras, tejida toda de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron: «No la rasguemos, sino echémosla
a suertes, a ver a quién le toca». Así se cumplió la
Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a
suerte mi túnica».
Meditación
Señor, nosotros queremos compartir la vida con
la gente y entregarnos generosamente, pero
necesitamos también sentir que cada persona
es digna de nuestra entrega. No por su aspecto físico, por sus capacidades, por su lenguaje,
por su mentalidad o por las satisfacciones que
nos brinde, sino porque es obra de Dios, criatura tuya. Todo ser humano es objeto de la ternura
infinita del Señor, y Él mismo habita en su vida.
Jesucristo dio su preciosa sangre en la cruz por
esa persona. Más allá de toda apariencia, cada
uno es inmensamente sagrado y merece nuestro
cariño y nuestra entrega. Por ello, si logro ayudar
a una sola persona a vivir mejor, eso ya justifica
la entrega de mi vida. ¡Y alcanzamos la plenitud
cuando rompemos las paredes y el corazón se
nos llena de rostros y de nombres! (cf. EvG 274).
Padre nuestro...
Canto (CLN 104)
Perdona a tu pueblo, Señor,
perdona a tu pueblo, perdónale, Señor.
Por los tres clavos que te clavaron
y las espinas que te punzaron,
perdónale, Señor.
Seréis mis testigos 119
Seréis mis testigos
Undécima Estación
Jesús clavado en la cruz
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Lucas (19,25-24)
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la
Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella
al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer,
ahí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Ahí
tienes a tu madre».
Meditación
Señor, en la cruz, cuando Cristo sufría en su carne
el dramático encuentro entre el pecado del mundo y la misericordia divina, pudo ver a sus pies la
consoladora presencia de su Madre y de su amigo.
En ese crucial instante, antes de dar por consumada la obra que el Padre le había encargado, Jesús
le dijo a María: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego
le dijo al amigo amado: «Ahí tienes a tu madre».
Jesús nos dejaba a su madre como madre nuestra. Sólo después de hacer esto Jesús pudo sentir que «todo está cumplido». Al pie de la cruz, en
la hora suprema de la nueva creación, Cristo nos
lleva a María. Él nos lleva a ella, porque no quiere
que caminemos sin una madre (cf. EvG 285).
Padre nuestro...
Canto (CLN 102)
Oh rostro ensangrentado
de Cristo, el Señor.
Cabeza circundada
de afrenta y de dolor.
Contritos contemplamos
tu pena y tu aflicción.
Acoge nuestro llanto,
¡oh Cristo Salvador!
120
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Duodécima Estación
Jesús muere en la cruz
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Mateo (27,45-50.54)
Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron
tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde Jesús gritó: «Elí, Elí lamá sabaktaní», es decir:
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Jesús, dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu. El centurión y sus hombres, que custodiaban
a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba dijeron
aterrorizados: «Realmente éste era Hijo de Dios».
Meditación
Señor, a los mayores nos apremia la tarea de la
evangelización, en cualquier época y lugar, que
no puede existir sin la proclamación explícita de
que «Jesús es el Señor». La evangelización, como
predicación alegre, paciente y progresiva de la
muerte y resurrección salvífica de Jesucristo,
debe ser nuestra prioridad absoluta (cf. EvG 110).
Padre nuestro...
Canto (CLN 106)
¡Victoria! ¡Tú reinarás!
¡Oh Cruz, tú nos salvarás!
El Verbo en ti clavado
muriendo nos rescató,
de ti, madero santo
nos viene la redención.
¡Victoria! ¡Tú reinarás!
¡Oh Cruz, tú nos salvarás!
Seréis mis testigos 121
Seréis mis testigos
Decimotercera Estación
Jesús es bajado de la cruz
y entregado a su Madre
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Mateo (27,55-59)
Había allí muchas mujeres que miraban desde lejos, aquellas que habían seguido a Jesús desde
Galilea para servirlo; entre ellas, María la Magdalena y María, la madre de Santiago y José, y la
madre de los hijos de Zebedeo. Al anochecer, llegó
un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era
también discípulo de Jesús. Éste acudió a Pilato a
pedirle el cuerpo de Jesús. Y Pilato mandó que se
lo entregaran. José, tomando el cuerpo de Jesús, lo
envolvió en una sábana limpia.
Meditación
María, madre de Dios y madre nuestra: Tú, que
estuviste plantada ante la cruz con una fe inquebrantable y recibiste el alegre consuelo de la resurrección, consíguenos ahora un nuevo ardor
de resucitados para llevar a todos los hombres el
Evangelio de la vida que vence a la muerte. Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos el don de la belleza que
no se apaga (cf. EvG 288).
Padre nuestro...
Canto (CLN 316)
Estrella y camino, prodigio de amor,
de tu mano, Madre, hallamos a Dios.
Tú nos lo diste en Belén, en pobre portal,
en tu regazo le ven el rey y el zagal.
Tú nos lo diste en la cruz, altar de dolor,
muerto en tus brazos está un Dios redentor.
122
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Decimocuarta Estación
Jesús es puesto en el sepulcro
V/. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/. Porque por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Del Evangelio según san Lucas (23,53-55)
Después de bajarlo de la cruz, lo envolvió en una
sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la
roca, donde nadie había sido puesto todavía. Era el
día de la Preparación y estaba para empezar el sábado. Las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea lo siguieron, y vieron el sepulcro y cómo
había sido colocado su cuerpo.
Meditación
Señor, como decía san Pablo: «El amor de Cristo nos apremia» y «¡Ay de mí si no anunciara el
Evangelio!» Sabemos que la vida se acrecienta
dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. De hecho, los que más disfrutan de la
vida son los que dejan la seguridad de la orilla y
se apasionan en la misión de comunicar vida a los
demás, pues la vida se alcanza y madura a medida que se la entrega para dar vida a los otros. Eso
es en definitiva la misión del cristiano.
Señor, haznos a todos los mayores, no evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o
ansiosos, sino gozosos ministros del Evangelio,
cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo
(cf. EvG 109-110).
Padre nuestro...
Canto (CLN 151)
Ubi cáritas est vera, Deus ibi est.
Congregávit nos in unum Christi amor.
Exsultémus et in ipso iucundémur:
Timeámus et amémus Deum vivum.
Et ex corde diligámus nos sincéro.
Ubi cáritas est vera, Deus ibi est.
Seréis mis testigos 123
Seréis mis testigos
Vía Lucis
de los Mayores
Oración final (cf. EvG 288)
Virgen y Madre María,
Tú, que estuviste plantada ante la cruz
con una fe inquebrantable
y recibiste el alegre consuelo de la resurrección,
recogiste a los discípulos en la espera del
Espíritu
para que naciera la Iglesia evangelizadora.
Consíguenos ahora un nuevo ardor de
resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Estrella de la nueva evangelización,
ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la
comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa,
de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.
124
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Cada día cobra mayor auge un nuevo ejercicio de
piedad denominado Vía Lucis. En él, como sucede en
el Vía Crucis, los fieles, recorriendo un camino, consideran las diversas apariciones en las que Jesús, desde la Resurrección a la Ascensión, manifestó su gloria a los discípulos, en espera del Espíritu Santo que
les había prometido. Es una forma de piedad propia
del tiempo pascual, en la que los fieles recuerdan el
acontecimiento central de la fe: la Resurrección de
Cristo.
El Vía Lucis es un excelente instrumento para ayudar
a nuestros mayores, a nuestros ancianos, y a todos
nuestros fieles, a que reflexionen sobre el misterio
pascual, transmitiéndoles la alegría de la evangelización.
Este año, proponemos seguir este camino de la
mano de la reciente Exhortación apostólica Evangelii
gaudium del papa Francisco.
El modo de realizar el Vía Lucis es semejante al del
Vía Crucis, pudiendo los files recorrer las XIV estaciones tras un fiel que porta un cirio encendido, símbolo
de la Luz que es Cristo resucitado, o bien, permaneciendo los fieles sentados.
Sugerimos que este ejercicio sea realizado en nuestras parroquias y residencias de ancianos durante el
tiempo de la Pascua, de modo semejante al Vía Crucis en el tiempo cuaresmal.
Para la PARROQUIA
Monición inicial
En el nombre del Padre , y del Hijo
y del Espíritu Santo. Amén.
La alegría del Evangelio llena el corazón y la
vida entera de los que se encuentran con Jesús.
Quienes se dejan salvar por Él son liberados
del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del
aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace
la alegría. El Papa Francisco, en la Exhortación
apostólica Evangelii gaudium quiere dirigirse a
todos los fieles cristianos, tanto mayores como
jóvenes, para invitarnos a una nueva etapa
evangelizadora marcada por esa alegría. El deseo
de Dios para todos nosotros es que nos abramos
a los demás, a los pobres, gozando de la dulce
alegría de su amor, en el entusiasmo por hacer
el bien. Ésta es la vida en el Espíritu que brota del
corazón de Cristo resucitado (cf. EvG 1-2).
Acto de contrición
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío;
por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme
con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia,
propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia
que me fuere impuesta.
Amén.
Seréis mis testigos 125
Seréis mis testigos
Primera Estación
Jesús resucita y
conquista la vida verdadera
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según san Mateo (28,5-6)
El ángel habló a las mujeres: «Vosotras no temáis,
ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No está
aquí: ¡ha resucitado!, como había dicho. Venid a
ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos y va
por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”.
Mirad, os lo he anunciado».
Meditación
Señor, un anuncio renovado se nos ofrece a los
creyentes, incluso a los tibios y a los no practicantes: una nueva alegría en la fe y una fecundidad evangelizadora. Dios nos ha manifestado
su amor inmenso en Cristo muerto y resucitado.
Él hace a sus fieles siempre nuevos; pues aunque
sean ancianos, «les renovará el vigor, subirán con
alas como de águila, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse» (Is 40,31). Cristo es el «Evangelio eterno» (Ap 14,6), y es «el mismo ayer y hoy
y para siempre» (Heb 13,8), pero su riqueza y su
hermosura son inagotables. Él es siempre joven
y fuente constante de novedad. La Iglesia no deja
de asombrarse por «la profundidad de la riqueza,
de la sabiduría y del conocimiento de Dios» (Rom
11,33) (cf. EvG 11).
Padre nuestro...
Canto
¡Resucitó! ¡Resucitó! ¡Resucitó!
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Resucitó!
La muerte, ¿dónde está la muerte?
¿Dónde está mi muerte? ¿Dónde su victoria?
¡Resucitó! ¡Resucitó! ¡Resucitó!
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¡Resucitó!
126
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Segunda Estación
Los discípulos de Jesús
encuentran su sepulcro vacío
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según san Juan (20,3-4.6-8)
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo
corría más que Pedro. Llegó también Simón Pedro
detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos
tendidos y el sudario con que le habían cubierto la
cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y
creyó.
Meditación
Señor, la fe es creer en ti, creer que es verdad que
nos amas, que vives, que eres capaz de intervenir
misteriosamente, que nunca nos abandonas, que
sacas bien del mal con tu poder y con tu infinita
creatividad. Es creer que tú marcha victorioso en
la historia «en unión con los tuyos, los llamados,
los elegidos y los fieles» (Ap 17,14). La resurrección de Cristo provoca por todas partes gérmenes de un mundo nuevo, porque la resurrección
del Señor ya ha penetrado la trama oculta de la
historia, porque Jesús no ha resucitado en vano.
¡No nos quedemos al margen de esa marcha de
la esperanza viva! (cf. EvG 278).
Padre nuestro...
Canto (CLN 202)
Acuérdate de Jesucristo,
resucitado de entre los muertos.
Él es nuestra salvación,
nuestra gloria para siempre.
Si con él morimos, viviremos con él.
Si con él sufrimos,reinaremos con él.
Acuérdate de Jesucristo,
resucitado de entre los muertos.
Él es nuestra salvación,
nuestra gloria para siempre.
Seréis mis testigos 127
Seréis mis testigos
Tercera Estación
Jesús resucitado se aparece
a María la Magdalena
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según san Juan (20,14.16-18)
María la Magdalena se vuelve y ve a Jesús, de pie,
pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «¡María!». Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!». Jesús le dice: «No me retengas,
que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve
a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”». María la
Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto».
Meditación
Señor, nosotros, como María la Magdalena, queremos vivir también en una profunda renovación
misionera, pues hay una forma de predicación
que nos corresponde a todos nosotros como tarea cotidiana. Se trata de llevar el Evangelio a
las personas que cada uno trata, tanto a los más
cercanos como a los desconocidos. Es la predicación informal que podemos realizar en medio de
una conversación y también es la que realizamos
cuando visitamos un hogar. Ser discípulo es tener la disposición permanente de llevar a otros
el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza,
en el trabajo, en un camino, pero siempre recordando el anuncio fundamental: el amor personal de Dios que se hizo hombre, se entregó por
nosotros y está vivo ofreciendo su salvación y su
amistad (cf. EvG 127).
Padre nuestro...
Canto (CLN 522)
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Aleluya, aleluya.
128
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Cuarta Estación
Jesús se aparece
en el camino a Emaús
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según san Lucas (24,13-14.25-27)
Meditación
Señor, sabemos que toda la evangelización está
fundada sobre la Palabra de Dios, escuchada,
meditada, vivida, celebrada y testimoniada. Las
Sagradas Escrituras son la fuente de la evangelización. Por lo tanto, hace falta que nos formemos continuamente en las Sagradas Escrituras.
Es fundamental que la Palabra revelada fecunde radicalmente la catequesis y todos nuestros
esfuerzos por transmitir la fe. Sabemos que la
evangelización requiere la familiaridad con la Palabra de Dios y esto nos exige un estudio serio y
perseverante de la Biblia, así como promover su
lectura orante personal y comunitaria. Acojamos
el sublime tesoro de la Palabra revelada (cf. EvG
174-175).
Aquel mismo día, dos de ellos iban caminando a
una aldea llamada Emaús; iban conversando entre
ellos de todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y
se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran
capaces de reconocerlo. Entonces él les dijo: «¡Qué
necios y torpes sois para creer lo que dijeron los
profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto y entrara así en su gloria?». Y, comenzando
Padre nuestro...
por Moisés y siguiendo por todos los profetas, les
explicó lo que se refería a él en todas las Escrituras. Canto (CLN 411)
Por los caminos sedientos de luz,
levantándose antes que el sol,
hacia los campos que lejos están,
muy temprano se va el viñador.
No le detiene en su caminar,
no le asusta la sed ni el calor.
Hay una viña que quiere cuidar,
una viña que es todo su amor.
Dios es tu amigo, el viñador,
el que te cuida de sol a sol.
Dios es tu amigo, el viñador,
el que te pide frutos de amor.
Seréis mis testigos 129
Seréis mis testigos
Quinta Estación
Reconocen a Jesús resucitado
al partir el pan
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según san Lucas (24,30-35)
Jesús, sentado a la mesa con ellos, tomó el pan,
pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció de su vista. Y se dijeron el
uno al otro: «¿No ardía nuestro corazón mientras
nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?». Y, levantándose en aquel momento, se
volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban
diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se
ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo que les
había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Meditación
Señor, sabemos que es indispensable que la Palabra de Dios sea cada vez más el corazón de toda
actividad de la Iglesia. La Palabra de Dios escuchada y celebrada, sobre todo en la Eucaristía,
alimenta y refuerza interiormente a los cristianos
y nos vuelve capaces de un auténtico testimonio
evangélico en la vida cotidiana. La Palabra proclamada, viva y eficaz, prepara la recepción del
Sacramento eucarístico, y en el santísimo Sacramento esa Palabra alcanza su máxima eficacia
(cf. EvG 174)
Padre nuestro...
Canto (CLN O 25)
Andando por el camino, te tropezamos, Señor,
te hiciste el encontradizo,
nos diste conversación,
tenían tus palabras fuerza de vida y amor,
ponían esperanza y fuego en el corazón.
Te conocimos Señor, al partir el pan,
tú nos conoces, Señor, al partir el pan.
130
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Sexta Estación
Jesús resucitado se aparece
a los discípulos en Jerusalén
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según san Lucas (24,36-39)
Estaban hablando de estas cosas, cuando él se presentó en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros».
Pero ellos, aterrorizados y llenos de miedo, creían
ver un espíritu. Y él les dijo: «¿Por qué os alarmáis?,
¿por qué surgen dudas en vuestro corazón? Mirad
mis manos y mis pies: soy yo en persona».
Meditación
Señor, el Evangelio nos recuerda que Cristo ha
unificado todo en sí: cielo y tierra, Dios y hombre, tiempo y eternidad, carne y espíritu, persona
y sociedad. La señal de esta unidad y reconciliación de todo en sí es la paz. Cristo «es nuestra
paz» (Ef 2,14). El anuncio evangélico comienza
siempre con el saludo de paz, y la paz corona y
cohesiona en cada momento las relaciones entre
los discípulos de Jesús. La paz es posible porque
el Señor ha vencido al mundo y a su conflictividad permanente «haciendo la paz mediante la
sangre de su cruz» (Col 1,20) (cf. EvG 229).
Padre nuestro...
Canto (CLN 216)
Jesús, nuestra Pascua, por todos murió.
Cantemos alegres, que resucitó. (bis)
Pascua sagrada, oh fuente de alegría,
despierta tú que duermes,
que el Señor resucitó. (bis)
Pascua sagrada, oh Pascua siempre nueva,
dejad al hombre viejo, revestíos del Señor. (bis)
Seréis mis testigos 131
Seréis mis testigos
Séptima Estación
Jesús resucitado da su paz
a los discípulos y el poder
de perdonar pecados
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según san Juan (20,19-23)
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana,
estaban los discípulos en una casa, con las puertas
cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado.
Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre
me ha enviado, así también os envío yo». Y, dicho
esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les
quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les
quedan retenidos».
Meditación
Señor, tú nos invitas a todos nosotros, en cualquier lugar y situación en que nos encontremos,
a renovar ahora mismo nuestro encuentro personal con Jesucristo, a tomar la decisión de dejarnos encontrar por Él, de intentarlo cada día sin
descanso. Esta invitación es para todos, porque
nadie queda excluido de la alegría que trae el
Señor. Cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada
con los brazos abiertos. Él nos permite levantar
la cabeza y volver a empezar, con una ternura
que nunca nos desilusiona y que siempre puede
devolvernos la alegría. No huyamos de la resurrección de Jesús, nunca nos declaremos muertos, pase lo que pase. ¡Que nada pueda más que
su vida que nos lanza hacia adelante! (cf. EvG 3).
Padre nuestro...
Canto
Te seguiré, Señor,
por los caminos del mundo.
Seré como el vagabundo,
que va mendigando amor.
Seré como el vagabundo,
que va mendigando amor..
132
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Octava Estación
Jesús resucitado,
refuerza la fe de Tomás
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según san Juan (20,24-29)
Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les
contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los
clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos
y no meto la mano en su costado, no lo creo». A los
ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y
Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las
puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros».
Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis
manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no
seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás:
«¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque
me has visto has creído? Bienaventurados los que
crean sin haber visto».
Meditación
Señor, tú nos ofreces a todos nosotros, también
a los tibios o no practicantes, una nueva alegría
en la fe y una fecundidad evangelizadora: el Dios
que manifestó su amor inmenso en Cristo muerto y resucitado. Él nos hace siempre nuevos; pues
aunque seamos ancianos, «les renovará el vigor,
subirán con alas como de águila, correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse» (Is 40,31). Él es
siempre joven y fuente constante de novedad. Él
siempre puede, con su novedad, renovar nuestra vida y, aunque atravesemos épocas oscuras,
la propuesta cristiana nunca envejece. Cada vez
que intentamos volver a la fuente y recuperar la
frescura original del Evangelio, brotan nuevos
caminos, métodos creativos, otras formas de
expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual. En realidad, toda auténtica acción evangelizadora es siempre «nueva» (cf. EvG 11)
Padre nuestro...
Canto (CLN 274)
Creo en Jesús, creo en Jesús,
Él es mi amigo, es mi alegría, Él es mi amor.
Creo en Jesús, creo en Jesús. Él es mi Salvador.
Seréis mis testigos 133
Seréis mis testigos
Novena Estación
Jesús se aparece
en el mar de Tiberíades
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según san Juan (21,1.3-7.12-14)
Meditación
Señor, tú nos llamas a la misión con una entrega
generosa, pero sería un error entenderla como
una heroica tarea personal, ya que la obra es ante
todo de Él, más allá de lo que podamos descubrir
y entender. Jesús es el primero y el más grande
evangelizador. En toda la vida de la Iglesia debe
manifestarse siempre que la iniciativa es de
Dios, que «Él nos amó primero» (1 Jn 4,19) y que
«es Dios quien hace crecer» (1 Co 3,7). Es Dios
quien ha querido llamarnos a colaborar con Él
e impulsarnos con la fuerza de su Espíritu. Esta
convicción nos permite conservar la alegría en
medio de una tarea tan exigente y desafiante que
toma nuestra vida por entero. Nos pide todo, pero
al mismo tiempo nos ofrece todo (cf. EvG 12).
Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al
lago de Tiberiades. Simón Pedro les dice: «Me voy
a pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo». Salieron y se embarcaron; y aquella
noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo,
cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?». Ellos contestaron:
«No». Él les dice: «Echad la red a la derecha de la
barca y encontraréis». La echaron, y no podían sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo a
quien Jesús amaba le dice a Pedro: «Es el Señor».
Jesús les dice: «Vamos, almorzad». Ninguno de los
discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porPadre nuestro...
que sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca,
toma el pan se lo da y se lo da, y lo mismo el pes- Canto (CLN 407)
cado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció
Tú has venido a la orilla,
a los discípulos después de resucitar de entre los
no has buscado ni a sabios ni a ricos,
muertos.
tan sólo quieres que yo te siga.
Señor, me has mirado a los ojos,
sonriendo, has dicho mi nombre,
en la arena he dejado mi barca,
junto a ti buscaré otro mar.
134
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Décima Estación
San Pedro le reitera
su amor a Jesús
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según san Juan (21,15-19)
Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le
contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús
le dice: «Apacienta mis corderos». Por segunda vez
le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él
le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él
le dice: «Pastorea mis ovejas». Por tercera le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez:
«¿Me quieres?» y le contestó: «Señor, tú conoces
todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo:
cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las
manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras». Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a
dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme».
Meditación
Señor, todos nosotros somos movidos para evangelizar por el amor de Jesús que hemos recibido,
esa experiencia de ser salvados por Él que nos
mueve a amarlo siempre más. Mas ¿qué amor es
ese que no siente la necesidad de hablar del ser
amado, de mostrarlo, de hacerlo conocer? Pero
si no sentimos el intenso deseo de comunicarlo,
necesitamos detenernos en la oración para pedirle a Él que vuelva a cautivarnos. Nos hace falta clamar cada día, pedir su gracia para que nos
abra el corazón frío y sacuda nuestra vida tibia y
superficial. Puestos ante Él con el corazón abierto, dejando que Él nos contemple, reconocemos
esa mirada de amor. No hay nada mejor para
transmitir a los demás (cf. EvG 264).
Padre nuestro...
Canto
Un mandamiento nuevo nos da el Señor:
que nos amáramos todos como Él nos amó.
La señal de los cristianos
es amarse como hermanos.
Seréis mis testigos 135
Seréis mis testigos
Undécima Estación
Jesús resucitado
envía a los discípulos
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según san Mateo (28,19-20)
«Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos,
bautizándolos en el nombre del Padre , y del Hijo
y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo
lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos».
Meditación
Señor, todos nosotros nos sentimos llamados a
evangelizar obedeciendo al mandato misionero
de Jesús que acabamos de escuchar. Acabamos
de escuchar el momento en el cual el Resucitado
envía a los suyos a predicar el Evangelio en todo
tiempo y por todas partes, de manera que la fe
en Él se difunda en cada rincón de la tierra. Todos
somos invitados a aceptar esta llamada: salir de
la propia comodidad y atreverse a llegar a todas
las periferias que necesitan la luz del Evangelio.
La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una alegría misionera (cf. EvG 20-21).
Padre nuestro...
Canto (CLN 215)
Alegrémonos, hermanos,
el Señor resucitó, aleluya.
De la muerte nos salvó
el amor de nuestro Dios, aleluya.
136
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Duodécima Estación
La Ascensión de Jesús
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Evangelio según san Lucas (24,50-53)
Y los sacó hasta cerca de Betania y, levantando
sus manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se
separó de ellos, y fue llevado hacia el cielo. Ellos
se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con
gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.
Meditación
Señor, sabemos que los que más disfrutan de
la vida son los que se apasionan en la misión
de comunicar vida a los demás, pues la vida se
alcanza y madura a medida que se la entrega
para dar vida a los otros. Eso es en definitiva
la misión. Por consiguiente, un evangelizador
no debería tener permanentemente cara de
funeral. Recobremos y acrecentemos el fervor,
la dulce y confortadora alegría de evangelizar,
incluso cuando hay que sembrar entre
lágrimas. Ojalá el mundo actual –que busca a
veces con angustia, a veces con esperanza–
pueda así recibir la Buena Nueva, no a través
de evangelizadores tristes y desalentados,
impacientes o ansiosos, sino a través de
ministros del Evangelio, cuya vida irradia el
fervor de quienes han recibido, ante todo en
sí mismos, la alegría de Cristo (cf. EvG 10)
Padre nuestro...
Canto (CLN 518)
Gustad y ved qué bueno es el Señor;
dichoso el que se acoge a Él.
Gustad y ved qué bueno es el Señor;
dichoso el que se acoge a Él.
Seréis mis testigos 137
Seréis mis testigos
Decimotercera Estación
María y los discípulos
esperan en oración la venida
del Espíritu Santo
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Libro de los Hechos de los Apóstoles (1,12-14)
Entonces se volvieron a Jerusalén, desde el monte
que llaman de los olivos, que dista de Jerusalén lo
que se permite caminar en sábado. Cuando llegaron, subieron a la sala superior, donde se alojaban.
Todos ellos perseveraban unánimes en la oración
junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Meditación
Señor, sabemos que con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María. Ella reunía a
los discípulos para invocarlo (Hch 1,14), y así hizo
posible la explosión misionera que se produjo en
Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de comprender el espíritu de la nueva evangelización. A la
Madre del Evangelio viviente le pedimos que interceda para que esta invitación sea acogida por
toda la comunidad eclesial. Ella es la mujer de fe,
que vive y camina en la fe, y así es un punto de
referencia constante para la Iglesia. Ella se dejó
conducir por el Espíritu, en un itinerario de fe, hacia un destino de servicio y fecundidad. Nosotros
hoy fijamos en ella la mirada, para que nos ayude
a anunciar a todos el mensaje de salvación, y para
que los nuevos discípulos se conviertan también
en agentes evangelizadores (cf. EvG 284.287).
Padre nuestro...
Canto
Juntos como hermanos,
miembros de una Iglesia,
vamos caminando
al encuentro del Señor.
138
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Decimocuarta Estación
Pentecostés:
la venida del Espíritu Santo
Meditación
V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.
Del Libro de los Hechos de
los Apóstoles (2,1-4.11)
Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos
juntos en el mismo lugar. De repente, se produjo
desde el cielo un estruendo, como de viento que
soplaba fuertemente, y llenó toda la casa donde se
encontraban sentados. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se dividían, posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos
de Espíritu Santo y empezaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les concedía manifestarse. Y cada uno los oímos hablar de las grandezas
de Dios en nuestra propia lengua.
Señor, nosotros los mayores también queremos
ser evangelizadores con Espíritu, evangelizadores que nos abrimos sin temor a la acción del
Espíritu Santo. Sabemos que en Pentecostés, el
Espíritu hizo salir de sí mismos a los Apóstoles y
los transforma en anunciadores de las grandezas de Dios, que cada uno comienza a entender
en su propia lengua. El Espíritu Santo, además,
nos infunde la fuerza para anunciar la novedad
del Evangelio con audacia, en voz alta y en todo
tiempo y lugar, incluso a contracorriente. Por eso
lo invocamos hoy, bien apoyados en la oración,
sin la cual toda acción corre el riesgo de quedarse
vacía y el anuncio finalmente carece de alma. Jesús quiere evangelizadores que anuncien la Buena Noticia no sólo con palabras sino sobre todo
con una vida que se ha transfigurado en la presencia de Dios (cf. EvG 259).
Padre nuestro...
Canto (CLN 253)
Danos, Señor, un corazón nuevo.
Derrame en nosotros un Espíritu nuevo.
He aquí que vienen días, palabra del Señor,
en que yo sellaré con la casa de Israel
una Alianza nueva.
Danos, Señor, un corazón nuevo.
Derrame en nosotros un Espíritu nuevo.
Seréis mis testigos 139
Seréis mis testigos
Oración final (cf. EvG 288)
Virgen y Madre María,
Tú, que estuviste plantada ante la cruz
con una fe inquebrantable
y recibiste el alegre consuelo de la resurrección,
recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu
para que naciera la Iglesia evangelizadora.
Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Estrella de la nueva evangelización,
ayúdanos a resplandecer
en el testimonio de la comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa,
de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.
140
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Centro de
Orientación
Vocacional
Catequesis
para niños
JESÚS Y LA SAMARITANA
“El que beba del agua
que yo le daré
nunca más tendrá sed”
(Jn 4, 14)
141
Seréis mis testigos
Objetivos
– Que el niño sienta la necesidad de acercarse
“al pozo” para escuchar a Jesús.
– Que el niño descubra la alegría de recibir
el agua viva que mana de Jesús.
– Que el niño sienta el deseo de dar
testimonio del Señor.
Texto:
Juan 4, 5-15
En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaría llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a
su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob.
— «Si conocieras el don de Dios y quién es el que
te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua
viva».
La mujer le dice:
— «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo,
¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que
nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo y de él
bebieron él y sus hijos con sus ganados?».
Jesús le contestó:
Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús
le dice:
— «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed;
pero el que beba del agua que yo le daré nunca más
tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá
dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta
la vida eterna».
— «Dame de beber».
La mujer le dice:
Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar
comida.
— «Señor, dame esa agua: así no tendré más sed,
ni tendré que venir aquí a sacarla».
Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía.
La Samaritana le dice:
— «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí,
que soy samaritana?».
Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
142
Jesús le contestó:
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Para los catequistas:
El texto cuenta un encuentro entre Jesús y una
mujer. La mujer está sedienta, buscando agua,
necesita acercarse al pozo para encontrarla. De
la misma manera nosotros estamos sedientos de
vida, cansados y agobiados, necesitamos acercarnos a Jesús para escucharle y recibir esta vida.
Los niños, desde ya bien pequeños, cargan con
historias difíciles y sufrimientos grandes pero son
muy capaces de experimentar el descanso al escuchar las palabras de Jesús.
Una vez encontramos a Jesús nos cuesta reconocerlo, como le pasa a la samaritana, pero el texto
nos invita a, que cuando le encontremos, le mostremos la necesidad que tenemos y confiemos en
Él. Jesús nos invita a esto, a creer en Él y a extraer
el agua viva que mana de su fuente.
Por tanto podemos resaltar 3 momentos de este
texto que se asemejan a 3 grandes momentos
cuando descubrimos a Jesús en nuestra vida:
1. Jesús se hace el encontradizo contigo.
Te busca.
2. Jesús te anuncia: Yo soy el Cristo, la Vida.
3. Se produce un cambio en tu
vida. Invitación a seguirle.
Es necesario que a través del juego los niños se
sientan sedientos y experimenten qué ocurre
cuando no pueden saciar esta sed. Y así, hacer
el simbolismo con la sed de Jesús que es mucho
mayor y que siempre sacia.
Sólo Jesús sabe lo que necesita escuchar nuestro
corazón. Hemos de transmitir a los niños que el
encuentro con Jesús siempre produce alegría y
nos llama a seguirle, como le pasó en este caso a
la samaritana.
El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros 143
Seréis mis testigos
Actividad
Los niños realizarán 8 pruebas en grupo en las
que se procurará que se agoten para que pidan
agua. Al finalizar cada prueba se les ofrecerá un
vaso de plástico agujereado y se les llenará de
agua, por tanto podrán beber agua pero se les escapará la mayoría de ella e intentarán no dejarla
escapar, quedándose con sed (no se les ofrecerá
más agua que la de 1 vaso en cada prueba). En las
pruebas se utilizarán o se les premiará con frutos
secos salados (que les dará mayor sensación de
sed). De esta manera al finalizar el juego estarán
todos sedientos.
Se finalizará el juego con la representación del
texto por parte del grupo de monitores, donde al
terminar, el personaje de Jesús les ofrecerá garrafas de agua fresquita en cantidad para todos.
A continuación se les hará una catequesis donde
se explique el objetivo y la gracia del juego explicado en el apartado anterior.
Pruebas:
1. Lanzar quicos con la boca y encestar en una
papelera.
2. Transvasar agua de vaso en vaso. Cada niño
sostiene su vaso con los dientes y no pueden
cogerlos con las manos. Solo inclinar la cabeza para pasarle el agua al vaso del compañero.
3. Decir un trabalenguas con la boca llena de
Cola Cao (una cucharada cada niño).
4. Hacer 2 equipos y que unos hagan reír a los
otros, vale todo menos tocarlos. Después a la
inversa. Cuando hayan conseguido que todos
se rían han de inventar un baile.
5. Diferentes tipos de carreras: Carreras de carretillas por parejas, carreras de sacos, carreras de caballos por parejas, carreras a la pata
coja…
6. Resolver las operaciones matemáticas que el
monitor les diga, mientras ellos no dejan de
saltar (sumas, multiplicaciones, restas…).
7. Encontrar a 3 monitores que llevan un botijo y
pillarlos (los monitores se escaparan para que
les cueste alcanzarlos y así se agoten, pero
al final se dejaran atrapar).pruebas y consiguiendo piezas del puzle. Y así sucesivamente
hasta el 3r pitido. En el 3r sobre habrá, junto a
la misma pregunta una letra (de la frase “Tú lo
sabes todo, tú sabes que te quiero”).
144
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Centro de
Orientación
Vocacional
Catequesis
para jóvenes
JESÚS Y LA SAMARITANA
“El que beba del agua
que yo le daré
nunca más tendrá sed”
(Jn 4, 14)
145
Seréis mis testigos
1. Presentación de la actividad (10´)
2. Lectura de la Palabra (5´)
3. Catequesis (20´)
4. Tiempo de desierto (15´)
5. Puesta en común (15´)
6. Peticiones (5´)
7. Oración final (todos juntos)
1. Presentación de la actividad (10´)
Objetivos
Reflexionar sobre el gran deseo de plenitud que
hay en el corazón humano. Un deseo que procuramos saciar de muchas maneras distintas, pero
lo hacemos sin éxito si lo hacemos al margen de
Dios, ya que es Él quien ha puesto ese deseo en
nuestro corazón, y el Único que puede llevarlo a
plenitud. ¿Por qué? Porque es el deseo de Dios. El
deseo de plenitud que ansía nuestro corazón es
Dios mismo.
Por ello, cuando buscamos donde no está, se hace
el encontradizo con nosotros, busca el encuentro
para darnos lo que deseamos: la vida eterna, vivir
junto a Él. Y lo hace a través de su Hijo Jesucristo.
146
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
La necesidad de conocer
qué deseo hay en nosotros
Para Mirar nuestra vida y las posibilidades que
presenta, es un ejercicio necesario y saludable,
porque nos hace conscientes de cuanto anida en
el corazón del ser humano.
Hay que parar, hacer silencio exterior e interior
de tantos ruidos, y observar qué deseo hay en mi
corazón. Y ahí descubrimos la grandeza que conlleva, el deseo de plenitud que nos mueve a hacer
todo lo que hacemos, pero también las limitaciones que están muy presentes y que suponen
interrogantes profundos y serios. Así, nuestro
caminar por la vida está cargado de detalles hermosos, pero también de situaciones dolorosas
que tantas y tantas veces, nos hacen tambalear y
dudar de casi todo.
Para la PARROQUIA
El encuentro de Jesús y la Samaritana:
el agua anhelada
Para acercar a los jóvenes a ese deseo que hay en
todo corazón, proponemos el pasaje del encuentro de Jesús y la Samaritana (Jn 4, 5-42), una mujer que busca y desea ALGO DIFERENTE, encontrándolo en JESÚS. Un Jesús cansado y sediento,
pero que sabe de necesidades profundas y, con
plena libertad, quiebra las normas sociales, legales y rituales y entabla una conversación, serena
y profunda, con aquella mujer, proponiéndole
“otra cosa” diferente y que, de veras, pueda llenarle; esto es, ofreciéndole lo que no han conseguido sus “cinco maridos” ni el culto de su pueblo.
Un relato cargado de SIMBOLISMOS, de ofertas,
de acogida, de gozo por lo descubierto, de “extrañezas”… Vamos a “meternos” en el relato mismo y “sentir”, desde dentro, cuanto ahí se está
proponiendo. Nos metemos sin miedo alguno.
2. Lectura de la Palabra (5´)
Juan 4, 5-42
En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaría llamado Sicar, cerca del campo que dio
Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de
Jacob.
Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado
junto al manantial. Era alrededor del mediodía.
Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús
le dice:
— «Dame de beber».
Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar
comida.
La Samaritana le dice:
— «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a
mí, que soy samaritana?».
Porque los judíos no se tratan con los samaritanos.
Jesús le contestó:
— «Si conocieras el don de Dios y quién es el que
te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua
viva».
La mujer le dice:
— «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo,
¿de dónde sacas el agua viva?; ¿eres tú más que
nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo y de
él bebieron él y sus hijos con sus ganados?».
Seréis mis testigos 147
Seréis mis testigos
Jesús le contestó:
«El que bebe de esta agua vuelve a tener sed;
pero el que beba del agua que yo le daré nunca
más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta
hasta la vida eterna».
La mujer le dice:
— «Señor, dame esa agua: así no tendré más sed,
ni tendré que venir aquí a sacarla».
Él le dice:
— «Anda, llama a tu marido y vuelve».
La mujer le contesta:
— «No tengo marido».
Jesús le dice:
- «Tienes razón, que no tienes marido: has tenido
ya cinco y el de ahora no es tu marido. En eso has
dicho la verdad».
La mujer le dice:
— «Señor, veo que tú eres un profeta. Nuestros
padres dieron culto en este monte, y vosotros
decís que el sitio donde se debe dar culto está en
Jerusalén».
148
sotros adoramos a uno que conocemos porque
la salvación viene de los judíos. Pero se acerca
la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar
culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y
verdad, porque el Padre desea que le den culto
así. Dios es espíritu, y los que le dan culto deben
hacerlo en espíritu y verdad».
La mujer le dice:
— «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando
venga, él nos lo dirá todo».
Jesús le dice:
— «Soy yo: el que habla contigo».
En esto llegaron sus discípulos y se extrañaban
de que estuviera hablando con una mujer, aunque ninguno le dijo: «¿Qué le preguntas o de qué
le hablas?».
La mujer entonces dejó su cántaro, se fue al pueblo y dijo a la gente:
— «Venid a ver un hombre que me ha dicho todo
lo que he hecho; ¿será éste el Mesías?».
Salieron del pueblo y se pusieron en camino
adonde estaba él.
Mientras tanto sus discípulos le insistían:
Jesús le dice:
— «Maestro, come».
— «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en
este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre.
Vosotros dais culto a uno que no conocéis; no-
Él les dijo:
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
— «Yo tengo por comida un alimento que vosotros no conocéis».
Para la PARROQUIA
Los discípulos comentaban entre ellos:
3. Catequesis (20´)
- «¿Le habrá traído alguien de comer?».
Juan 4, 5-42
Jesús les dijo:
En el pasaje de Jesús y la samaritana, el símbolo
al cual se hace constante referencia es el agua,
como realidad que el hombre de la Biblia busca
con ansiedad continua pues es símbolo y condición de la vida y de la fecundidad. Esta realidad
amada y deseada con todo el cuerpo y el corazón
del hombre llega a convertirse, por eso mismo,
en símbolo de Dios. Para Jeremías, Dios es “manantial de aguas vivas” y no “cisterna agrietada”
(Jer 2,13). San Pablo, en el comentario que hace
a Éxodo 17, dice que aquella roca de donde brotó
el agua en el desierto “era Cristo” (1 Cor 10,4). El
agua que Jesús ofrece a la mujer de Samaria, junto al pozo de Jacob, es Él mismo, su palabra vivificante e interiorizada por la acción del Espíritu,
el don de la vida nueva.
— «Mi alimento es hacer la voluntad del que
me envió y llevar a término su obra. ¿No decís
vosotros que faltan todavía cuatro meses para
la cosecha? Yo os digo esto: Levantad los ojos y
contemplad los campos, que están ya dorados
para la siega; el segador ya está recibiendo salario y almacenando fruto para la vida eterna: y
así, se alegran lo mismo sembrador y segador.
Con todo, tiene razón el proverbio: Uno siembra
y otro siega. Yo os envié a segar lo que no habéis
sudado. Otros sudaron y vosotros recogéis el fruto de sus sudores».
En aquel pueblo muchos samaritanos creyeron
en él por el testimonio que había dado la mujer:
“Me ha dicho todo lo que he hecho”.
Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le
rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó dos
días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer:
— «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros
mismos lo hemos oído y sabemos que él es de
verdad el Salvador del mundo».
El simbolismo del agua evoca el misterio del bautismo, en donde la palabra de Cristo y la fuerza
del Espíritu, presentes sacramentalmente en el
agua, símbolo de fecundidad y vida nueva, transforman al hombre en nueva criatura que anuncia
al mundo las maravillas de Dios.
Seréis mis testigos 149
Seréis mis testigos
La búsqueda
Jesús busca a la oveja
El primer elemento que destaca es la presencia de que alejada de Él y perdida
una mujer EN BÚSQUEDA: la sed de agua, el ir y
venir a la fuente todos los días; la rutina de la vida…
Aquella “pobre” mujer (“pobre” por ser mujer en
aquella cultura, y, además, una marginada por ser
samaritana), busca “algo” que le de plenitud. Pero
todavía no lo ha encontrado. El relato habla de
cinco maridos, todo un símbolo que indica que ella
no ha buscado correctamente y que estos no han
sabido saciar la sed de felicidad que aquella mujer arrastra. Por lo tanto, la FRUSTRACIÓN forma
parte del caminar de esta Samaritana.
Ese “buscar incorrectamente” por parte de la samaritana, se traduce en una infidelidad a Dios.
Era a Él a quien tenía que buscar. Aquella mujer
es alguien representativo de su pueblo, que se ha
alejado de Dios y del culto verdadero. Al hablar de
los “cinco maridos”, Jesús denuncia el “adulterio”
del pueblo de Samaria, que desde antiguo adoraba “cinco divinidades” (2 Re 17,24-41). Su lenguaje
es el de los antiguos profetas, que consideraban
la idolatría como adulterio, como infidelidad del
pueblo (esposa) a Yahvé (esposo). La samaritana
personifica al pueblo de Samaria, infiel al marido
Yahvé, entregada a los ídolos amantes, pervirtiendo el culto, amenazada de morir de sed. Por eso,
los judíos no se relacionaban con los samaritanos y,
menos aún, con las samaritanas (por su condición
de “mujer”). Así, esta mujer se “extraña” de que un
hombre judío se dirija a ella y le pida de beber.
150
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Jesús, como Yahvé antiguamente, corteja nuevamente al pueblo fiel, representado en la samaritana, hablándole al corazón y reconciliándolo
con él.
Está claro: Dios, en Jesús, no se deja atrapar por
los ritos y las normas sociales. Allí donde se encuentra con alguien que BUSCA y DESEA la plenitud de su vida, se lo ofrece gratuitamente, sin
condiciones; aunque sea una mujer considerada
pecadora y pagana; aunque su “culto” era ilegítimo y no pertenecía -según los baremos de Israel- al pueblo de la Alianza. Este Dios es capaz
de “saltarse” cualquier barrera con tal de llenar el
corazón de una “pobre” mujer.
Y es que, según Jesús, el CULTO tiene que ser algo
muy diferente de la maraña de ritos vacíos en los
que se había convertido en Israel (¿Acaso también hoy, entre nosotros?). El “adorarán al Padre
en espíritu y verdad…” es “otra historia” que los
viejos esquemas de Israel no entienden. La Adoración al Padre se hará en “Espíritu y Verdad”, es
decir, bajo la acción del Espíritu Santo y en unión
con el Hijo de Dios, Jesucristo, que es la Verdad.
El verdadero culto al Padre es una existencia
marcada por la amorosa obediencia filial hacia él
y por el amor concreto y eficaz hacia los demás
considerados como hermanos. La samaritana
Para la PARROQUIA
habla simplemente de “Dios”, pero Jesús habla Jesús como DON de Dios
del “Padre”, delante del cual todos los hombres deseado por todo corazón humano
son hijos y hermanos entre sí.
Jesús es el gran don de Dios, que donando su paPor eso, al que busca con sincero corazón y se
labra, superior a la ley mosaica (“el agua del pozo
sienta junto al pozo de Sicar, le ofrece otra cosa:
de Jacob”) genera en el creyente la vida eterna,
“Si conocieras el don de Dios…”. He aquí la CLAla misma vida de Dios (“manantial que brota
VE de la cuestión. El “DON de DIOS” es, precipara la vida eterna”). El agua del pozo calma la
samente, el mismo Jesús, “el que habla contigo”.
sed cada vez que se bebe, pero hay que volver a
beber. El agua que ofrece Jesús calma la sed defiÉsta es la profunda revelación que se le ofrece a
nitivamente porque se convierte en el hombre en
la Samaritana, y como a ella, a todo aquél que se
manantial, que brotará perpetuamente y comuabre a ese Dios y a su don. Y esto sí que transfornicará vida inmortal.
ma de arriba abajo toda la persona, haciendo que
su historia y su rumbo adquieran una dimensión
NUEVA.
El agua es la palabra y la verdad de Jesús, que interiorizada en el corazón bajo la acción del Espíritu, llega a convertirse en nosotros en “espíritu
y vida”.
Es Jesús mismo, que a través de su palabra leída y meditada en la comunidad y bajo la acción
del Espíritu, se nos revela progresivamente y nos
hace partícipes de su misma vida filial.
Ahora sí que el ENCUENTRO es pleno y total.
Es verdad: posiblemente, sin merecerlo, pero es
que “lo BUSCABA”, aunque fuera a tientas; y los
“cinco maridos” no habían conseguido saciar la
sed de aquel pobre corazón. Pero Jesús le ofrece
precisamente lo que es capaz de satisfacer el deseo más hondo del corazón humano. Le ofrece…
“el Don de Dios”.
Seréis mis testigos 151
Seréis mis testigos
Ser testigos de lo deseado
y encontrado: Jesús
La samaritana reconoce al Salvador, al Don de
Dios que ansiaba, y olvida su sed material para
transformarse en apóstol, en “enviada” a contar
le Buena Noticia. Aquella mujer, dejando el cántaro que le servía para realizar su anodina rutina
de todos los días, ahora sí, llena de “otra vida”,
camina presurosa hacia sus vecinos para ofrecerles lo que ella ha empezado a descubrir en aquel
encuentro. Ella se vuelve en TESTIGO de lo que
intuye o cree haber descubierto, y consigue que
otros acudan a experimentar los que ella ha experimentado. Lo que gratis ha recibido, gratis lo da.
Y su testimonio les lleva a Jesús, y así lo confiesan: “Nosotros mismos lo hemos oído y sabemos
que él es de verdad el Salvador del mundo”. Aquí
el “encuentro” de la mujer ha tenido un efecto
expansivo, y, cuantos acuden, descubren que era
verdad lo que el pobre corazón insaciable de la
samaritana había descubierto.
Hoy y aquí
¡Inmensa y profunda catequesis la del evangelista para cuantos se acercaban, con corazón sincero, a su Evangelio! Todo un PROCESO para todo
aquel que busca, y lo hace a pesar de su condición de “pecador”.
Sentarse junto a Jesús (ya se en el pozo o donde
fuere); abrirle el corazón y manifestarle esa “sed”
que le abrasa por dentro; acoger el don que el
mismo Jesús le ofrece; y, entonces, todo cambia,
todo se hace NUEVO. Ésta es la propuesta.
También, HOY y AQUÍ, el proceso tiene que ser
similar al descubierto junto al pozo de Sicar.
También, hoy y aquí, necesito ABRIRME (necesitamos ABRIRNOS) a este caminante con el que
me he encontrado; también, hoy y aquí, es necesario disponerse a ACOGER el DON que me
ofrece. Ese don es el que obra el cambio y hace
nueva toda una vida. Ese don es el que hace posible que quien ha experimentado el encuentro,
se convierta en TESTIGO y ANUNCIADOR de la
Buena Nueva.
Ojalá tenga ganas y valor para sentarme junto al
Caminante y escuchar su propuesta. ¡Merece la
pena! Pregúntale a la Samaritana… y te lo dirá.
¡Ánimo!
152
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
4. Tiempo de desierto (15´)
Después de haber proclamado el pasaje evangélico, se trata de tener un tiempo de desierto.
Distribuiremos a cada joven en un sitio donde no
pueda hablar o ver a otros y así poder estar a solas con el Señor. Se les dará:
1. el pasaje evangélico de Jn 4, 5-42
2. las siguientes preguntas:
¿Si pudiera pedir un solo deseo cuál sería? ¿Qué
es lo que deseas realmente en tu corazón?
¿Lo has encontrado ya? ¿Ha sido llevado a plenitud ese deseo?
Para el tiempo de desierto se les puede dar esta
plegaria para ayudarles a percibir la presencia de
Dios.
YO SÍ TE CONOZCO
Hijo/a mío/a:
Tú todavía no sabes lo que eres.
No te conoces aún
—quiero decir que no te has reconocido del
todo—
como objeto de mi amor.
Por eso no sabes lo que eres en mí
e ignoras las posibilidades que
hay escondidas en ti.
Despierta y deja los malos sueños:
esa fijación en los fracasos y los fallos,
en los cansancios, caídas y pasos en falso.
Todo eso no es tu verdadero yo.
Déjate amar y guiar y... ¡ya verás!
Las máscaras que llevas
y los disfraces que te pones
te pueden ocultar a los ojos de los demás
—quizá a tus propios ojos también—,
pero no pueden ocultarte a los míos.
Esa mirada, tu mirada, que no es clara,
y tu deseo febril, anhelante,
así como tus ambiciones, apetencias y ardores
tan queridos, tan tuyos, tan fuertes...
todo eso no es tu verdadero yo.
Seréis mis testigos 153
Seréis mis testigos
Bajo todo ello, detrás de todo eso,
más allá de tus dudas y tu pasado,
yo te miro, yo te amo, yo te elijo
y abro las puertas del cielo para mostrártelo.
Tú eres un hijo a quien quiero.
¡Podría decir tantas cosas...!
No de ese tú que busca disfraces,
sino del tú que permanece en mi corazón
y que acuno como Padre/Madre en mi regazo,
del tú que puede aún manifestarse...
Haz visible lo que eres para mí.
Sé el sueño hecho realidad de ti mismo.
Activa las posibilidades que en ti he puesto.
No hay ningún don al que no puedas aspirar.
Llevas mi sello, mi sangre y espíritu.
Te beso, te amo, te libero, te lanzo...
Te abro a la vida y te hago dueño.
Y si todo esto es lo que yo hago,
¿qué te impide levantarte, andar y ser?
Estás en el mundo por tu bien y mi querer.
5. Puesta en común (15´)
6. Peticiones (15´)
7. Oración final (todos juntos)
Oración
Padre Bueno,
a pesar de nuestros pesares y contradicciones,
nosotros somos tus hijos,
a quienes Tú amas con ternura.
Por eso nos perdonas cuantas veces
nos acercamos a Ti con humilde
y sencillo corazón.
Y es que Tú, Padre,
nos esperas en cualquier rincón del camino,
dispuesto a saciar nuestra sed
más profunda e insaciable.
Aumenta en nosotros el deseo
de ser y vivir como hijos tuyos,
y que tu Espíritu nos enseñe el modo
para ofrecer a muchos hermanos
el CAMINO que lleva a Ti.
Para que esto sea posible,
ilumina con tu DON nuestros corazones.
Amén.
154
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Comisión
Diocesana de
Enseñanza
Propuesta para preparar
la Cuaresma, la Pascua y Pentecostés
para ser...“testigos por el mundo”
155
Seréis mis testigos
Continuando con el trabajo iniciado en Adviento, queremos apoyar desde el mundo educativo y la catequesis el cuarto año del Itinerario Diocesano de Renovación que lleva por título: “Seréis mis testigos”: para
preparar este tiempo pascual os presentamos unos
recursos que esperamos sean de vuestro interés.
Nuestros objetivos son:
En esta ocasión hemos dividido el trabajo en cuatro
momentos “fuertes”: CUARESMA, SEMANA SANTA,
PASCUA Y PENTECOSTÉS, en los que presentaremos
el tema a través de un video de nuestros protagonistas
del programa “TESTIGOS POR EL MUNDO” o “Serafín” según sea el tramo educativo. Os propondremos
actividades para trabajar el video con los alumnos o
catecúmenos y además una manualidad en alguno de
los momentos. Estos materiales que hemos elaborado estarán colgados de la página www.cecpu.org en
MATERIALES CUARESMA Y PASCUA, junto con sus
respectivas guías didácticas. Si los queréis impresos
a todo color podéis solicitarlos a través de la página
www.redjoven.org. En la guía didáctica vais a encontrar: los objetivos, la metodología y una propuesta de
acción para cada reportaje.
— Suscitar una reflexión sobre las actitudes de los testigos de Jesús partiendo de la Palabra de Dios.
— Acompañar con el material audiovisual y su posterior trabajo en el colegio o en la parroquia*, el conocimiento y significado de estos tiempos litúrgicos y sus
festividades más importantes.
— Provocar situaciones en las que el niño o el joven
se sienta interpelado ante el compromiso cristiano de
anunciar a Jesús.
— Potenciar la reflexión ante la vivencia personal del
testimonio y anuncio de Jesús.
Os proponemos como metodología socrática que potencie el aprendizaje significativo y el protagonismo
del alumno: queremos que el niño/adolescente sea un
sujeto activo dentro del proceso, por eso el material es
visual para llevarles a la reflexión a partir de estos códigos, para ellos tan significativos (videos); manual, para
darle tiempo a reflexionar lo que se le ha propuesto
(recortable) mientras va trabajando, y las actividades
finales que le proponen siempre un compromiso personal.
*Sugerencia: aquellos que trabajáis con niños de 6-7
años visionar los videos de SERAFÍN y los de TESTIGOS
POR EL MUNDO y decidir cuáles se adaptan mejor a las
características de vuestros alumnos o catecúmenos.
156
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Ya que el material está pensado para poder trabajarlo
tanto en la parroquia como en el colegio, sugerimos que
os coordinéis para que el trabajo sea complementario.
Para acceder a los materiales, visita la página web
www.cecpu.org y pincha el botón “MATERIALES CUARESMA – PASCUA 2014”. Allí encontrareis la siguiente
organización:
VIDEOS DE SERAFÍN (ETAPA RECOMENDADA: INFANTIL y PRIMER CICLO DE PRIMARIA)
VIDEOS “TESTIGOS POR EL MUNDO 2014” (ETAPA
Cuatro videos en los que tenemos como protagonis- RECOMENDADA: PRIMARIA Y SECUNDARIA)
ta a un ángel que se llama SERAFÍN y sus dos amigos
exploradores. Juntos nos acompañarán durante estos
tiempos litúrgicos explicándoles a los más pequeños lo
esencial de cada tiempo. Acompañamos este material
con sus cuatro guías didácticas con las orientaciones
para trabajarlo en clase con los niños.
Cuatro videos con formato “reportaje” dentro de
un programa llamado “TESTIGOS POR EL MUNDO
2014”: a través de sus reporteros, Paco Mar y Sara,
vamos a adentrarnos en estos tiempos litúrgicos y sus
festividades más importantes. Junto a ellos escucharemos los testimonios que nos ayudarán a situarnos mejor en el momento que vamos a vivir y nos darán pistas
para prepararnos mejor ante esos acontecimientos.
Junto a los videos encontraréis las Guías didácticas con
propuestas específicas para trabajar en la escuela PRIMARIA y SECUNDARIA, y en la parroquia catequesis
de COMUNIÓN y CONFIRMACIÓN.
Proponemos visionar el reportaje especial de “TESTIGOS POR EL MUNDO”, en el que nos contarán los hechos que sucedieron en Palestina a través de testigos
relevantes, para descubrir por qué los cristianos celebramos hoy de manera especial cada uno de estos momentos: inicio de la cuaresma, Semana Santa, Pascua
o Pentecostés.
Seréis mis testigos 157
Seréis mis testigos
Los personajes y los temas que se van a tratar son:
1er. REPORTAJE “TESTIGOS POR EL MUNDO
– CUARESMA”: María, testigo privilegiada. Nos presentará las diferentes “armas” que nos ofrece la Iglesia
para prepararnos en la Cuaresma.
2º REPORTAJE “TESTIGOS POR EL MUNDO – SEMANA SANTA”: Juan, el apóstol predilecto de Jesús.
Nos contará en primera persona sobre Jerusalén lo que
ocurrió durante los días de la Pasión y Muerte de Jesús.
3er. REPORTAJE “TESTIGOS POR EL MUNDO –
PASCUA”: Jesús, resucitado que nos envía a una misión muy especial. Nos hablará sobre su Resurrección
y veremos qué significa hoy entre los niños y jóvenes.
4º REPORTAJE “TESTIGOS POR EL MUNDO – PENTECOSTÉS”: Paco, Mar y Sara nos explicarán qué es
Pentecostés y nos presentarán a los actuales testigos
de Jesús: MISIONEROS EN CUALQUIER PARTE DEL
MUNDO.
Esperamos que os gusten. Si necesitáis cualquier aclaración podéis dirigiros a la Comisión de Enseñanza y Educación Católica (963 155 894) y preguntad por el Secretariado de recursos didácticos.
158
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Comisión
Diocesana de
Espiritualidad
En este tiempo de Cuaresma-Pascua —tiempo de
gracia—, en que la Iglesia nos invita a vivir la fe más
intensamente, nuestra Comisión os propone una selección de frases de los Santos Padres que pueden
animar a la lectura del texto completo del comentario y que el lector encontrará en la dirección que
indicamos al final del bloque de Cuaresma y del de
Pascua.
Con estos textos queremos recuperar los testimonios de quienes desde los primeros siglos de la Iglesia, son testigos de la Fe y del núcleo fundamental de
la misma: la muerte y resurrección de Jesús, el Cristo.
Ya San Pablo nos recomienda: “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios”
(Hebreos 13,7).
Con ello seguimos con el objetivo pastoral de este
curso: “Seréis mis testigos”.
Vivamos también nosotros de esta forma el Tiempo
de Cuaresma-Pascua.
159
Seréis mis testigos
Cuaresma-Pascua
2014
Textos de los Santos Padres
para reflexión
Tiempo de Cuaresma
Miércoles de Ceniza
Mt 6,1-6.16-18
“Seamos, pues, humildes, hermanos, y, deponiendo
toda jactancia, ostentación e insensatez, y los arrebatos de la ira, cumplamos lo que está escrito, pues
lo dice el Espíritu Santo: No se gloríe el sabio de su
sabiduría, no se gloríe el fuerte de su fortaleza, no se
gloríe el rico de su riqueza; el que se gloríe, que gloríe
en el Señor, para buscarle a El y practicar el derecho
y la justicia”.
De la Carta de san Clemente Primero, Papa, a los Corintios
“El camino de esta vida es duro y lleno de pruebas:
cuando las cosas van bien no hay necesidad de exaltarse, cuando van mal hay que abatirse. La felicidad
que el Señor te concede en esta vida es para consolarte, no para corromperte. Y si en esta vida te golpea, lo hace para corregirte, no para perderte. Acepta al padre que te corrige, si no quieres probar al juez
que te castiga. Son cosas que les decimos todos los
días, y hay que repetirlas con frecuencia porque son
buenas y hacen bien”.
San Agustín, InIo.evang. 12, 13 s.
“Lo que es el sol para el día, la limosna es para el ayuno: el esplendor del sol aumenta la plenitud del día,
disipa la oscuridad de la noche; la limosna acompaña
el ayuno santificando la santidad y, gracias a la luz de
la bondad, purifica de nuestros deseos todo lo que podría ser mortífero. En una palabra, lo que es el cuerpo
para el alma, la generosidad es para el ayuno: cuando
el alma se retira del cuerpo, le ocasiona la muerte; si
la generosidad se aleja del ayuno, es su muerte”.
San Pedro Crisólogo (v. 406-450), Obispo de Rávena, Sermón 8
160
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Primer domingo de Cuaresma
Mt 4, 1-11
“¿Era imposible para el Señor el convertir las piedras
en pan? Fue capaz de hacer hombres de las piedras,
como decía el mismo Juan Bautista: Poderoso es
Dios para sacar de estas piedras hijos de Abrahán (Mt
3,9). ¿Por qué entonces, no hizo el milagro? Para enseñarte cómo debes responder al tentador. Suponte
que te hallas afligido. Se te acerca el tentador y te
sugiere: «Si fueras cristiano y en verdad pertenecieras a Cristo, ¿te abandonaría en este apuro? ¿No te
hubiese enviado su socorro?». Quizá el médico está
todavía sajando, y por eso te abandona; pero no te
abandona. De la misma manera Pablo no fue escuchado porque fue escuchado. En efecto, Pablo dice
que no se le escuchó a propósito del aguijón de su
carne, el ángel de Satanás, por quien decía que era
abofeteado: Por lo cual rogué tres veces al Señor que
me lo quitase y me respondió: Te basta mi gracia,
pues la fortaleza llega a su plenitud en la debilidad
(2 Cor 12,7-9).
está escrito que él ha mandado a sus ángeles que se
ocupen de ti, que te tomen en sus manos, para que
tu pie no tropiece en la piedra (Mt 4,6). Si te tiras,
los ángeles te recogerán. Podía suceder así, hermanos, de forma que si el Señor se hubiese arrojado, los
ángeles hubiesen recogido devotamente su carne.
Pero ¿qué le respondió? Está escrito también: No
tentarás al Señor tu Dios (Mt 4,7). Tú me crees un
hombre. Para esto precisamente se había acercado
el diablo, para probar si era o no el Hijo de Dios. Él
veía sólo la carne, pero su majestad la manifestaban
sus obras. Los ángeles habían dado su testimonio. El
diablo, pues lo veía mortal y por eso lo tentó; pero la
tentación de Cristo es gran enseñanza para el cristiano. ¿Qué está escrito, pues? No tentarás al Señor
tu Dios. No tentemos, pues, al Señor diciendo: «Si
pertenecemos a ti, concédenos el hacer milagros».
San Agustín, Comentario al salmo 90, II 6-7
¿Qué dirás si el diablo te tienta diciéndote: «Si tú
fueses cristiano harías milagros como muchos cristianos los hicieron». Engañado por esta perversa
sugerencia, serías capaz de tentar al Señor tu Dios
diciéndole: «Si soy cristiano, si lo soy ante tus ojos y
me cuentas en el número de los tuyos, concédeme
hacer algo semejante a lo que hicieron tus santos».
Has tentado a Dios, pensando que no eres cristiano
si no haces tales cosas... ¿Qué debes, pues, responder para no tentar a Dios, si el diablo te tienta diciéndote: «Haz milagros»? Responde lo mismo que
el Señor. El diablo le dijo: Arrójate al suelo, porque
Seréis mis testigos 161
Seréis mis testigos
Segundo domingo de Cuaresma
Mt 17, 1-9
Tercer domingo de Cuaresma
Jn 4,5-42
“Que la predicación del Santo Evangelio sirva, por
tanto, para la confirmación de la fe de todos, y que
nadie se avergüence de la cruz de Cristo, gracias a
la cual el mundo ha sido redimido. Que nadie tema
sufrir por la justicia, ni desconfíe del cumplimiento
de las promesas, porque por el trabajo se va al descanso, y por la muerte se pasa a la vida; pues el Señor
echó sobre sí toda la debilidad de nuestra condición,
y, si nos mantenemos en su amor, venceremos lo
que Él venció y recibiremos lo que prometió”.
“Es por ti por quien Jesús está fatigado del camino.
En Cristo encontramos la fuerza y la debilidad: se
nos muestra a la vez poderoso y anonadado. Poderoso porque “en el Principio la Palabra existía, y la
Palabra era Dios, en el Principio él estaba en Dios”.
¿Quieres saber cuál es el poder de este Hijo de Dios?
“Todas las cosas fueron hechas por él, y sin él nada
fue hecho”. ¿Hay algo más fuerte que aquel que ha
hecho todas las cosas sin experimentar cansancio?
¿Quieres conocer su debilidad? “La palabra se hizo
San León Magno, Papa, Sermón 51 carne y habitó entre nosotros”. El poder de Cristo
te ha creado; su debilidad te ha recreado. El poder
“Al cubrirlos a todos la nube y hacer en cierto modo de Cristo ha dado el ser a lo que no era; la debilidad
una sola tienda, sonó desde ella una voz que decía: de Cristo ha evitado que pereciese lo que era. En su
Éste es mi Hijo amado (ib., 5). Allí estaba Moisés, allí fuerza nos ha creado, en su desvalimiento ha venido
estaba Elías. No se dijo: «Estos son mis amados». en nuestra busca”.
Una cosa es, en efecto, el único, y otra los adoptados.
San Agustín, Tratado sobre san Juan, 15, 6; CCL. 36, 152
Se recomienda a aquél de donde procedía la gloria a
la ley y a los profetas. Éste es, dice, mi Hijo amado, “La transformación que la gracia opera en esa muen quien me he complacido; escuchadle (ib.), puesto jer es maravillosa” (Jn 4,28-29). El pensamiento de
que en los profetas fue a él a quien escuchasteis y la samaritana se centra ahora solamente en Jesús y,
lo mismo en la ley. Oído esto, cayeron a tierra. Ya se olvidándose del motivo que le había llevado al pozo,
nos manifiesta en la Iglesia el reino de Dios”.
deja su cántaro y se dirige al pueblo, deseando coSan Agustín, Homilía (Sermón 78, 3-4) municar su descubrimiento. “Los Apóstoles, cuando
fueron llamados, dejaron las redes; ésta deja su cántaro y anuncia el Evangelio, y no llama solamente a
uno, sino que remueve toda la ciudad”.
S. Juan Crisóstomo, In Ioannem 33
162
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Cuarto domingo de Cuaresma
Jn 9,1-41.
“El episodio presenta todo un proceso de evangelización que se inicia con el entusiasmo de la samaritana” (Jn 4,39-42). “Lo mismo sucede hoy a los
que están fuera y no son cristianos: comienzan sus
amigos cristianos por darles noticias de Cristo, como
hizo aquella mujer, lo mismo que hace la Iglesia; luego vienen a Cristo, esto es, creen en Cristo por esta
noticia y, finalmente, Jesús se queda con ellos dos
días, y con esto creen mucho más y con más firmeza
que Él es en verdad el Salvador del mundo”.
“Después de muchas vicisitudes, el ciego que había
recuperado la vista fue excluido de la sinagoga judía.
Se enfurecieron con él, y le excluyeron de su sinagoga. Ved qué temían sus padres; nos lo expuso el
evangelista; no lo silenció: Pues sus padres —dice—
temían confesar a Cristo y ser excluido de la sinagoga. Por eso dijeron: «Edad tiene; preguntádselo a
él». Temieron, pues, que los excluyeran de la sinagoga; él no lo temió, y fue excluido; sus padres quedaron en ella. A él le queda Cristo que lo acoge, para
San Agustín, Tratado sobre san Juan,15,33 que pueda decirle: Pues mi padre y mi madre me
han abandonado. Pero ¿qué añadió? Pero el Señor
me ha acogido. «Ven, ¡oh Cristo!, y acógeme; ellos
me excluyeron, acógeme tú; tú, el enviado, acoge al
rechazado». Ved que lo acoge: se mostró a los ojos
que él se dignó abrir. ¿Crees —le dice— en el Hijo de
Dios? A lo que él, aún untado, responde: ¿Quién es,
Señor, para que crea en él? Y el Señor: Lo has visto;
el que está hablando contigo, ese es: le lavó la cara.
En consecuencia, viendo ya con el corazón, adoró a
su Salvador. Cristo Jesús hace eso mismo con el género humano equiparable a un ciego de nacimiento,
aún untado en su cuerpo, con la intención puesta en
realizar el milagro; pero el milagro lo hizo para encarecer la fe. Con este milagro de abrir los ojos del
ciego de nacimiento, encareció la fe que, día a día
abre los ojos del género humano, también él ciego
de nacimiento”.
San Agustín, sermón 136 A (=Mai 130)
Seréis mis testigos 163
Seréis mis testigos
Quinto domingo de Cuaresma
Jn 11,1-45
“Entre todos los milagros que hizo nuestro Señor Jesucristo, se predica principalmente la resurrección
de Lázaro. Pero, si observamos quién lo realizó, debemos deleitarnos más que asombrarnos. Resucitó
a un hombre el que hizo al hombre, pues ese mismo
es el Único del Padre, mediante el cual, como sabéis,
se hizo todo. Si, pues, mediante él se hizo todo, ¿qué
tiene de particular si mediante él ha resucitado uno
solo, cuando tantos nacen mediante él cotidianamente? Más es crear a los hombres que resucitarlos.
Se ha dignado empero crear y resucitar: crear a todos, resucitar a algunos.
“Pero era preciso que de momento hiciera algunas
cosas para que, dados cual indicios de su energía,
creamos en él y nos preparemos a la resurrección
que acontecerá para vida, no para castigo, puesto
que asevera así: Vendrá una hora cuando todos los
que están en los sepulcros oirán su voz y quienes
obraron bien saldrán para resurrección de vida; quienes obraron mal, para resurrección de juicio”.
“Y como hubiese dicho esto, se fue y llamó silenciosamente a su hermana María, diciendo: El Maestro
está ahí y te llama. Es de advertir cómo nominó silencio a la voz baja. Efectivamente, ¿cómo guardó
silencio la que dijo: El Maestro está ahí y te llama?...
Ella, cuando lo oyó, se levantó inmediatamente y
vino a él, pues Jesús aún no había llegado a la aldea,
sino que estaba aún en el lugar donde Marta le había
salido al encuentro… ¿Por qué importó al evangelista narrar esto? Para que veamos qué oportunidad
164
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
hizo que muchos estuvieran allí cuando Lázaro fue
resucitado. En efecto, los judíos, porque supusieron
que se apresuraba precisamente para buscar en las
lágrimas el solaz de su dolor, la siguieron; así halló
muchísimos testigos tan gran milagro de un muerto
cuatriduano que resucitó”.
San Agustín. TRATADO 49. Comentario a Jn 11,1-54,
predicado en Hipona en otoño de 414
Para la PARROQUIA
Triduo Pascual
Domingo de Ramos
Mt 26, 14-27,66
“Venid, salgamos al encuentro de Cristo, que por
propia voluntad, se apresura hacia su pasión, para
llevar a plenitud el misterio de la salvación de los
hombres”.
De los Sermones de san Andrés de Creta, Obispo
Sermón 9 sobre el Domingo de Ramos: PG 97, 990-994
«Es preciso que observemos no sólo el día de la pasión, sino también el de la resurrección. En esto consiste el Triduo sacro, en el que Cristo padece, reposa
en el sepulcro y resucita» (San Ambrosio, Ep. 23,1213).
Jueves Santo
“No penséis que he venido a abolir las enseñanzas de
la ley...” (Mt, 5,17)
“Cristo crucificado es, para los infieles, escándalo y “…la Ley condujo al Verbo, y de antigua se transfornecedad; para nosotros, en cambio, poder y sabidu- mó en nueva..., el precepto se transformó en gracia,
ría de Dios.
la figura en verdad, el cordero en Hijo, la oveja en
He aquí la debilidad de Dios que es más fuerte que hombre y el hombre en Dios...
los hombres, y la necedad de Dios más sabia que los El Señor, siendo Dios, se revistió de la naturaleza de
hombres… quien fue crucificado en una sola nación hombre: sufrió por el que sufría, fue encarcelado…,
se ha asentado en los corazones de tantas otras y juzgado en lugar del culpable, sepultado …Y, resuquien entonces fue entregado a la muerte en un solo citando de entre los muertos, exclamó con voz popueblo, ahora es adorado por todos. Y, sin embar- tente: …Yo soy quien he librado al condenado… Yo
go, incluso ahora, leen como ciegos… lo que la voz soy, dice, Cristo; el que venció la muerte, encadenó
profética anunció con tanta antelación que había de al enemigo, llevó al hombre hasta lo más alto de los
suceder: Taladraron mis manos y mis pies, contaron cielos; yo, en efecto, que soy Cristo.
todos mis huesos; dividieron mis vestidos y sobre mi
túnica echaron suertes (Sal 21,17-19)…estas cosas se Venid, pues, vosotros todos, los hombres que os
cumplieron tal y como fueron anunciadas en el sal- halláis enfangados en el mal, recibid el perdón de
mo… Ahora, en cambio, leen que ha sido predicha vuestros pecados. Porque yo soy vuestro perdón,
y reconocen que se ha cumplido, y eligen todavía soy la Pascua de salvación, soy el cordero degollado
negar a Cristo, porque ya no pueden volver a darle por vosotros, soy vuestra agua lustral, vuestra vida,
muerte... Por tanto, amadísimos, celebremos este vuestra resurrección, vuestra luz, vuestra salvación
aniversario con devoción y gloriémonos en la cruz de y vuestro rey. Puedo llevaros hasta la cumbre de los
Cristo, pero no una sola vez al año, sino con una vida cielos, os resucitaré, os mostraré al Padre celestial,
os haré resucitar con el poder de mi diestra”.
continua de santidad.
San Agustín comenta el Evangelio, Sermón 218 B
Melitón de Sardes (hacia 195) Obispo. Homilía pascual
Seréis mis testigos 165
Seréis mis testigos
Viernes Santo
“Y ordenó Pilato que lo azotaran,…pero ni aun así labra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios? Esta
se aplacó el furor de los judíos, sino que clamaban: Palabra de Dios se hizo carne y acampó entre noso¡Crucifícalo, crucifícalo!
tros. … Él hizo, pues, con nosotros este admirable intercambio, tomó de nuestra naturaleza la condición
Dice Pilato: Yo no encuentro en él delito alguno. …
mortal y nos dio de la suya la posibilidad de vivir.
Nosotros tenemos una Ley, y según la Ley debe morir, pues se ha hecho Hijo de Dios.
Por tanto, no sólo no debemos avergonzarnos de
la muerte de nuestro Dios y Señor, sino que hemos
Pero decidme: ¿Es cosa de recriminar quien hace
de confiar en ella con todas nuestras fuerzas y gloobras de Hijo de Dios el que a Sí mismo se llame Hijo
riarnos en ella por encima de todo: pues al tomar de
de Dios? ¿Qué hacía mientras Cristo? En tanto que
nosotros la muerte, que en nosotros encontró, nos
ellos así dialogaban, él hacía verdadero el dicho del
prometió con toda su fidelidad que nos daría en si
profeta: No abrirá su boca. En su humildad fue arremismo la vida, que nosotros no podemos llegar a
batado del juicio; Él callaba”.
poseer por nosotros mismos. Y si aquel que no tiene
San Juan Crisóstomo, Explicación del Evangelio de san Juan, pecado nos amó hasta tal punto que por nosotros,
Homilía LXXXIV (LXXXIII), Tradición S.A. pecadores, sufrió lo que habían merecido nuestros
México 1981, Tomo 2, pp. 345-352 pecados, ¿cómo después de habernos justificado,
dejará de darnos lo que es justo? …Confesemos, por
“La pasión de nuestro Señor y Salvador Jesucristo
tanto,… que Cristo fue crucificado por nosotros: y
es una prenda de gloria y una enseñanza de pacienhagámoslo no con miedo…, sino con orgullo.
cia. Pues, ¿qué dejará de esperar de la gracia de Dios
el corazón de los fieles, si por ellos, el Hijo único de El apóstol Pablo, que cayó en la cuenta de este misDios, coeterno con el Padre, no se contentó con na- terio, lo proclamó como un título de gloria. Y siendo
cer como un hombre entre los hombres, sino que así que podía recordar muchos aspectos grandiosos
quiso Incluso morir por mano de aquellos hombres y divinos de Cristo ... dijo: Dios me libre de gloriarme
que él mismo había creado? …
si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo”.
¿Por qué vacila todavía la fragilidad humana en creer
que un día será realidad el que los hombres vivan con
Dios? … Dios ha muerto por los hombres.
Porque ¿quién es Cristo, sino aquel de quien dice la
Escritura: En el principio ya existía la Palabra, y la Pa-
166
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
San Agustín, Sermón Güelferbitano PLS 2, 545-546
Para la PARROQUIA
Sábado Santo
“El Señor descendió a los lugares inferiores de la tierra para anunciar el perdón de los pecados a cuantos creen en El. …En efecto, «el Señor se acordó de
sus muertos, de los que previamente dormían en la
tierra del sepulcro, descendiendo hasta ellos para librarlos y salvarlos”.
El trono de los querubines está a punto, los portadores atentos y preparados, el tálamo construido, los
alimentos prestos; se han embellecido los eternos
tabernáculos y moradas, han sido abiertos los tesoros de todos los bienes, y el reino de los cielos está
preparado desde toda la eternidad”.
San Ireneo, Adversus Haereses IV 27,2; 33,1. III,19,3
De una Homilía antigua sobre el grande
y Santo Sábado.(PG 43, 439. 451. 462-463)
“¿Qué es lo que hoy sucede? Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un
gran silencio, porque el Rey duerme.
Va a buscar a nuestro primer padre como si éste fuera la oveja perdida. Quiere visitar a los que viven en
tinieblas y en sombra de muerte. Él, que es al mismo
tiempo Dios e Hijo de Dios, va a librar de sus prisiones y de sus dolores a Adán y a Eva.
Nota:
Quien quiera acceder a los comentarios completos
puede hacerlo en la web de la Vicaria de
evangelización/ Comisión de Espiritualidad:
http://evangelizacionvalencia.org/Pagina.
aspx?Pag=14&Menu=3&SubMenu=18
Yo soy tu Dios, que por ti y por todos los que han de
nacer de ti me he hecho tu hijo; y ahora te digo que
tengo el poder de anunciar a los que están encadenados: “Salid”, y a los que se encuentran en las tinieblas: “iluminaos”, y a los que duermen: “Levantaos.”
El enemigo te sacó del paraíso; yo te coloco no ya
en el paraíso, sino en el trono celeste. Te prohibí que
comieras del árbol de la vida, que no era sino imagen del verdadero árbol; yo soy el verdadero árbol,
yo, que soy la vida y que estoy unido a ti. Coloqué un
querubín que fielmente te vigilara; ahora te concedo
que el querubín, reconociendo tu dignidad, te sirva.
Seréis mis testigos 167
Seréis mis testigos
Tiempo de Pascua
Vigilia del Sábado
y Domingo de Pascua
“Muchas predicciones nos dejaron los profetas en “Que la muerte fue destruida y la cruz es una victoria
torno al misterio de Pascua, que es Cristo; a él la glo- sobre ella, que aquella no tiene ya fuerza sino que
ria por los siglos de los siglos. Amén.
está ya realmente muerta, lo prueba un testimonio
evidente: ¡Todos los discípulos de Cristo desprecian
El vino desde los cielos a la tierra a causa de los sufri- la muerte y marchan hacia ella sin temerla, pisándomientos humanos; (…) cubrió a la muerte de confu- la como a un muerto gracias al signo de la cruz y a la
sión y dejó sumido al demonio en el llanto, …
fe en Cristo!”.
Éste es el que nos sacó de la servidumbre a la liber- “La demostración por los hechos es más clara que
tad, de las tinieblas a la luz, de la muerte a la vida, todos los discursos...”.
de las tinieblas al recinto eterno, e hizo de nosotros
San Atanasio, De Incarnatione Verbi 20-32
un sacerdocio nuevo y un pueblo elegido y eterno.
Él es la Pascua nuestra salvación. Éste es el que tuvo
que sufrir mucho y en muchas ocasiones: el mismo
que fue asesinado en Abel y atado de manos en Isaac, el mismo que peregrinó en Jacob y vendido en
José, expuesto en Moisés y sacrificado en el madero,
perseguido en David y deshonrado en los profetas.
Éste es el que se encarnó en la Virgen, fue colgado
madero y fue sepultado en tierra, y el que, resucitado de entre los muertos, subió al cielo. Éste es el cordero que enmudecía y que fue inmolado; el mismo
que nació de María, la hermosa cordera; el mismo
que fue arrebatado del rebaño, empujado a la muerte, inmolado al atardecer y sepultado por la noche;
aquel que no fue quebrantado en el leño, ni se descompuso en tierra; el mismo que resucitó de entre
los muertos e hizo que el hombre surgiera desde lo
más hondo del sepulcro”.
Melitón de Sardes, Sobre la Pascua.
(Núms. 65-71: SC 123, 95-101)
168
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
2º Domingo de Pascua
Jn 20, 19-31
“Hoy consagró con su resurrección el domingo”.
custodie vuestros corazones y vuestros pensamienSan Agustín. Sermón en la octava de Pascua 8, 1,4 tos. Y la paz de Cristo, que sobrepasa todo juicio,
dice no ser otra que su Espíritu, el cual colma de toda
“Observa de qué modo Cristo, penetrando milagro- clase de bienes a quien participare de él”.
samente a través de las puertas cerradas, demostró
San Cirilo de Alejandría,
a sus discípulos que era Dios por naturaleza, aunque
Comentario sobre el evangelio de san Juan
(Lb 12, cap 1: PG 74, 703-706).
no distinto del que anteriormente había convivido
con ellos; y mostrándoles su costado y las señales de
los clavos puso en evidencia que el templo que pendió de la cruz y el cuerpo que en él se había encarnado, lo había él resucitado, después de haber destruido la muerte de la carne, ya que él es la vida por
naturaleza, y Dios”.
“Ahora bien, da la impresión de que fue tal su preocupación por dejar bien sentada la fe en la resurrección de la carne,”… no llegasen a pensar que ahora
tenía un cuerpo distinto de aquel que había muerto
en la cruz.
“Por tanto, todo el que tenga un adarme de sentido
común contará entre los milagros del Señor el que
entrara en la casa estando la puertas cerradas. Saluda, pues, a los discípulos con estas palabras: Paz
a vosotros, designándose a sí mismo con el nombre
de «paz». En efecto, los que gozan de la presencia de
Cristo, es lógico que estén tranquilos y serenos. Es
precisamente lo que Pablo deseaba a los fieles, diciendo: Y la paz de Cristo, que sobrepasa todo juicio,
Seréis mis testigos 169
Seréis mis testigos
3º Domingo de Pascua
Lc 24, 13-35
“Estos días leemos el relato de la resurrección del
Señor según los cuatro evangelistas. Y es necesario
leerlos a todos, porque cada evangelista por separado no lo dijo todo, sino que lo que uno omite lo dice
el otro. Y de tal manera se completan unos a otros,
que todos son necesarios.
¿Qué es, hermanos, qué es lo que aquí se debate?
Tratamos de afianzarnos en la fe que nos asegura que Cristo, el Señor, ha resucitado. Ya creíamos
cuando hemos escuchado el evangelio, y al entrar
hoy en esta iglesia éramos ya creyentes; y sin embargo, no sé por qué se oye siempre con gozo lo que
nos refresca la memoria. Y ¿cómo no va a alegrarse
nuestro corazón desde el momento en que nos parece ser mejores que estos dos que van de camino y a
quienes el Señor se aparece? Pues nosotros creemos
lo que ellos todavía no creían. Habían perdido la esperanza, mientras que nosotros no abrigamos duda
alguna sobre lo que para ellos constituía motivo de
duda.
Con todo, recordad, carísimos, cómo el Señor Jesús
quiso ser reconocido al partir el pan por aquellos,
cuyos ojos eran incapaces de reconocerlo. Los fieles
comprenden lo que quiero decir, pues también ellos
reconocen a Cristo en la fracción del pan. Porque no
cualquier pan se convierte en el cuerpo de Cristo,
sino tan sólo el que recibe la bendición de Cristo”.
San Agustín, Sermón 234
(1-2: Edit Maurist t. 5, 987-988)
170
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
“A nadie es lícito participar de la Eucaristía si no cree
que son verdad las cosas que enseñamos, y no se ha
purificado en aquel baño que da la remisión de los
pecados y la regeneración, y no vive como Cristo nos
enseñó.
Los que poseen bienes de fortuna y quieren, cada
uno da, a su arbitrio, lo que bien le parece, y lo que se
recoge se deposita ante el que preside, que es quien
se ocupa de repartirlo entre los huérfanos y las viudas, los que por enfermedad u otra causa cualquiera
pasan necesidad, así como a los presos y a los que se
hallan de paso como huéspedes; en una palabra, él
es quien se encarga de todos los necesitados.
Y nos reunimos todos el día del sol, primero porque
en este día, que es el primero de la creación, cuando
Dios empezó a obrar sobre las tinieblas y la materia;
y también porque es el día en que Jesucristo, nuestro
Salvador, resucitó de entre los muertos … se dejó
ver de sus apóstoles y discípulos y les enseñó todo lo
que hemos expuesto a vuestra consideración”.
San Justino, mártir, De la primera apología en
defensa de los cristianos Cap. 66-67
Para la PARROQUIA
4º domingo de Pascua
Jn 10, 1-10
5º domingo de Pascua
Jn 14, 1-12
“Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas
me siguen, y yo les doy la vida eterna. Y un poco antes había dicho: Quien entre por mí se salvará, y podrá entrar y salir, y encontrará pastos. O sea, tendrá
acceso a la fe,…
“La resurrección de Cristo destruye el poder del abismo, los recién bautizados renuevan la tierra, el Espíritu Santo abre las puertas del cielo.
La resurrección de Cristo es vida para los difuntos,
perdón para los pecadores, gloria para los santos.
Sus ovejas encuentran pastos, porque quienquiera Por esto el salmista invita a toda la creación a celeque siga al Señor con corazón sencillo se nutrirá con brar la resurrección de Cristo, al decir que hay que
un alimento de eterno verdor. ¿Cuáles son, en efec- alegrarse y llenarse de gozo en este día en que actuó
to, los pastos de estas ovejas, sino los gozos eternos el Señor.
de un paraíso inmarchitable? Los pastos de los elegiLa luz de Cristo es día sin noche, día sin ocaso. … una
dos son la visión del rostro de Dios,…
vez que ha amanecido la luz de Cristo, huyen las tiBusquemos, estos pastos,… porque amar de esta nieblas del diablo y desaparece la negrura del pecaforma ya es ponerse en camino.
do, porque el resplandor de Cristo destruye la tenebrosidad de las culpas pasadas.
Que ninguna adversidad pueda alejarnos del júbilo
de la solemnidad interior, puesto que cuando alguien … del mismo modo las tinieblas no pueden seguir la
desea de verdad ir a un lugar, las asperezas del cami- santidad de Cristo. … La luz de Cristo luce, ilumina,
no, cualesquiera que sean, no pueden impedírselo.
destella continuamente y las tinieblas del pecado no
pueden recibirla: por ello dice el evangelista Juan: La
Que tampoco ninguna prosperidad, por sugestiva luz brilló en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.
que sea, nos seduzca, pues no deja de ser estúpido el
caminante que, ante el espectáculo de una campiña Por ello, hermanos, hemos de alegrarnos en este día
atractiva en medio de su viaje, se olvida de la meta a santo. Que nadie se sustraiga del gozo común a caula que se dirigía”.
sa de la conciencia de sus pecados, que nadie deje de
participar en la oración del pueblo de Dios, a causa
San Gregorio Magno, papa, sobre los evangelios.
Homilía 14, 4-6 del peso de sus faltas. Que nadie, por pecador que se
sienta, deje de esperar el perdón en un día tan santo.
Porque si el ladrón obtuvo el paraíso, ¿cómo no va a
obtener el perdón el cristiano?”.
San Máximo de Turín, obispo Sermón 53, 1-2. 4
Seréis mis testigos 171
Seréis mis testigos
6º domingo de Pascua
Jn 14, 15-21
“Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Os he
dado un mandamiento: que os améis mutuamente y
hagáis unos con otros como yo he hecho con vosotros. En esto consiste el amor: en cumplir los mandamientos y ponerse al ser-vicio del amado. Yo le pediré al Padre que os dé otro Defensor. Son palabras de
despedida. Y como todavía no lo conocían bien, era
muy probable que ellos habrían de buscar ansiosamente la compañía del ausente, sus palabras, su presencia física, y que no habrían de aceptar, una vez que
él se hubiera marchado, ningún tipo de consuelo. Y
¿qué es lo que dice? Yo le pediré al Padre que os dé
otro Defensor, esto es, otro como yo.
“Dios nos ha reconciliado por medio de Cristo y nos
ha confiado el ministerio de esta reconciliación”.
“Los que poseen las arras del Espíritu y la esperanza
de la resurrección, como si poseyeran ya aquello que
esperan, pueden afirmar que desde ahora ya no conocen a nadie según la carne: todos, en efecto, somos
espirituales y ajenos a la corrupción de la carne. Porque, desde el momento en que ha amanecido para
nosotros la luz del Unigénito, somos transformados
en la misma Palabra que da vida a todas las cosas. Y, si
bien es verdad que cuando reinaba el pecado estábamos sujetos por los lazos de la muerte, al introducirse
en el mundo la justicia de Cristo quedamos libres de
la corrupción.
En efecto, mientras Cristo estaba con ellos, no conocían la aflicción; pero cuando se fue, al quedarse solos y sobrecogidos de temor, habrían de recibirlo con Si tal es la condición de aquel que se convirtió para
nosotros en abanderado y precursor de la vida, es nemayor anhelo. Que esté siempre con vosotros. …
cesario que nosotros, siguiendo sus huellas, formeLo llama Espíritu de la verdad. …
mos parte de los que viven por encima de la carne, y
no en la carne. Por eso, dice con toda razón san Pablo:
El mundo no puede recibirlo porque no lo ve. …Toda- El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo
vía le buscaban a él, querían su compañía. Para tran- ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Hemos sido, en
quilizarlos dice: Tampoco yo os dejaré desamparados, efecto, justificados por la fe en Cristo, y ha cesado el
volveré. No temáis, dice; no he dicho que os enviaré efecto de la maldición, puesto que él ha resucitado
otro Defensor porque yo vaya a dejaros para siempre; para liberarnos, conculcando el poder de la muerte;
no he dicho: vive en vosotros, como si no haya de vol- y, además, hemos conocido al que es por naturaleza
ver a veros En realidad, también yo vendré a vosotros. propia Dios verdadero, a quien damos culto en espíriNo os dejaré desamparados”.
tu y en verdad, por mediación del Hijo, quien derrama
San Juan Crisóstomo, Homilía 75 sobre el sobre el mundo las bendiciones divinas que proceden
evangelio de san Juan (1: PG 59, 403-405) del Padre.
San Cirilo de Alejandría, obispo.
Comentario sobre segunda carta a los Corintios 5,5-6,2
172
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
7º domingo de Pascua
Jn 17, 1 -1
“La cruz es voluntad del Padre, gloria del Hijo, gozo
del Espíritu Santo, orgullo de Pablo: Dios me libre —
dice— gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo. La cruz es más brillante que el sol, más espléndida que sus rayos: pues cuando aquél se oscurece, ésta resplandece; y si se oscurece el sol, no es porque se le quite de en medio, sino porque es anulado
por el esplendor de la cruz. La cruz rasgó el protocolo
que nos condenaba, inutilizó la cárcel de la muerte;
la cruz es indicio de la divina caridad. Tanto amó Dios
al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no
perezca ninguno de los que creen en él.
Ahora bien, ¿por qué el mismo que llama a la cruz gloria y reprende al discípulo porque intenta disuadirlo
del camino de la cruz, que se muestra como el buen
pastor desde el momento que se deja matar por sus
ovejas, que dice desear la cruz y encaminarse libremente a ella, por qué —repito— ruega que esto no
suceda?”.
“Y ahora voy a ti y digo esto en el mundo para que
ellos mismos tengan mi alegría cumplida». Aún no
había dejado el mundo, estaba todavía en él, pero
puesto que muy pronto iba a dejarlo, es, por así decir,
como si ya no estuviera en él. Pero ¿cuál es esta alegría
que quiere que sus discípulos tengan cumplida? Lo ha
explicado ya más arriba, cuando dice: «Para que sean
uno como nosotros». Esta alegría que es la suya y que
les ha dado, les predice su cumplimiento perfecto, y
es por ello que habla de ella «en el mundo». Esta alegría, es la paz y la felicidad del mundo venidero; para
obtenerlas es preciso vivir en este mundo de acá en la
moderación, la justicia y la piedad”.
San Agustín (Sermón sobre San Juan, nº 107)
San Juan Crisóstomo, Homilías sobre el
nuevo Testamento (PG 51, 34-35)
Seréis mis testigos 173
Seréis mis testigos
La Ascensión
Mt 28, 16-20
“Él ha sido elevado ya a lo más alto de los cielos; sin
embargo, continúa sufriendo en la tierra a través
de las fatigas que experimentan sus miembros. Así
lo atestiguó con aquella voz bajada del cielo: Saulo,
Saulo, ¿por qué me persigues? Y también: Tuve hambre y me disteis de comer. ¿Por qué no trabajamos
nosotros también aquí en la tierra, de manera que,
por la fe, la esperanza y la caridad que nos unen a él,
descansemos ya con él en los cielos? Él está allí, pero
continúa estando con nosotros; asimismo, nosotros,
estando aquí, estamos también con él. Él está con
nosotros por su divinidad, por su poder, por su amor;
nosotros, aunque no podemos realizar esto como él
por la divinidad, lo podemos sin embargo por el amor
hacia él”.
San Agustín (Sermón 98, Sobre la Ascensión
del Señor, 1-2; PLS 2, 494-495)
174
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
“… nuestro Señor Jesucristo, después de haber realizado todo lo que convenía a la predicación evangélica y a los misterios del nuevo Testamento, cuarenta
días después de la resurrección, elevándose al cielo a
la vista de sus discípulos, puso fin a su presencia corporal para sentarse a la derecha del Padre, hasta que
se cumplan los tiempos divinamente establecidos en
que se multipliquen los hijos de la Iglesia, y vuelva, en
la misma carne con que ascendió a los cielos, a juzgar a vivos y muertos. Así, todas las cosas referentes
a nuestro Redentor, que antes eran visibles, han pasado a ser ritos sacramentales; y para que nuestra fe
fuera más firme y valiosa, la visión ha sido sustituida
por la instrucción, de modo que, en adelante, nuestros corazones, iluminados por la luz celestial, deben
apoyarse en esta instrucción”.
San León Magno, Tratado 74 (1-2: CCL 138A 455-457
Para la PARROQUIA
Pentecostés
Jn 20, 19-23
“Grata es para Dios esta solemnidad en que la piedad recobra vigor y el amor ardor, como efecto de la
presencia del Espíritu Santo, según enseña el Apóstol
al decir: El amor de Dios se ha difundido en nuestros
corazones mediante el Espíritu Santo que se nos ha
dado (Rom, 5,5). La llegada del Espíritu Santo significó que los ciento veinte hombres reunidos en el lugar
se vieron llenos de él. En la lectura de los Hechos de los
Apóstoles escuchamos que estaban reunidos en una
sala ciento veinte personas a la espera de la promesa
de Cristo. Se les había dicho que permaneciesen en
la ciudad hasta que fuesen revestidos del poder de lo
alto. Pues yo -les dijo el Señor- os enviaré mi promesa. El es fiel prometiendo y bondadoso cumpliendo.
Lo que prometió en la tierra, lo envió después de ascendido al cielo. Tenemos una prenda de la vida eterna futura y del reino de los cielos. Si no nos engañó en
esta primera promesa, ¿va a defraudarnos en lo que
esperamos para el futuro?”.
“Y les dijo: Paz a vosotros. Como mi Padre me ha enviado, así también os envío yo. Esto es: como el Padre, que es Dios, me ha enviado a mí que soy Dios, así
también yo, que soy hombre, os envío a vosotros, que
sois hombres. El Padre envió al Hijo y determinó que
se encarnara para la redención del género humano.
Quiso ciertamente que viniera al mundo a padecer, y
sin embargo amó al Hijo a quien mandó a la pasión.
Asimismo a los apóstoles, que él eligió, el Señor los
envió al mundo no a gozar, sino —como él mismo
fue enviado— a padecer. Y así como el Hijo es amado
por el Padre y no obstante es enviado a padecer, de
igual modo los discípulos son amados por el Señor y,
sin embargo, son enviados al mundo a padecer. Por
eso dice: Como el Padre me ha enviado, así también
os envío yo; esto es, cuando yo os envío al torbellino
de las persecuciones, os estoy amando con el mismo
amor con que el Padre me ama, quien no obstante,
me hizo venir a soportar los tormentos.
San Agustín. Sermón 378
La palabra «enviar» puede entenderse también de su
naturaleza divina. En efecto, se dice que el Hijo es en“¿A quiénes llamó dichosos, hermanos, sino a noviado por el Padre, en cuanto que es engendrado por
sotros? Y no solamente a nosotros, sino a todos los
el Padre. En el mismo orden de cosas, el mismo Hijo
que vengan después de nosotros. Porque no mucho
nos habla de enviarnos el Espíritu Santo que, siendo
tiempo después, habiéndose alejado de sus ojos morigual al Padre y al Hijo, sin embargo no se encarnó.
tales para fortalecer la fe en sus corazones, cuantos
Dice en efecto: Cuando venga el Paráclito, que os enen adelante creyeron en él, creyeron sin verle, y su fe
viaré desde el Padre. Si, pues, debiéramos interpretar
tuvo gran mérito: para conquistar esa fe, movilizaron la palabra «enviar» únicamente en el sentido de «enúnicamente su piadoso corazón, y no el corazón y la carnarse», en modo alguno podría decirse del Espíritu
mano comprobadora”.
Santo que sería «enviado», ya que nunca se encarnó.
San Agustín, Sermón 88 (1-2: Edit Maurist t. 5 469-470) Su misión se identifica con la procesión, por la que
Seréis mis testigos 175
Seréis mis testigos
Santísima Trinidad
Jn 3, 16-18
procede del Padre y del Hijo. Por tanto, así como se
dice del Espíritu que será enviado porque procede, así
también se dice correctamente del Hijo que es enviado, en el sentido de que es engendrado”.
San Gregorio Magno, Homilía 26 sobre los
Evangelios (1-2: PL 76, 1197-1198)
“Y como quiera que a nosotros, redimidos de la muerte, se nos imparte en el bautismo —como acabamos
de decir—la gracia de la inmortalidad por la fe en el
Padre y en el Hijo y en el Espíritu Santo, basados en
esta razón creemos no estar autorizados a admitir en
la santísima Trinidad nada servil, nada creado, nada
indigno de la majestad del Padre; toda vez que una
sola es nuestra vida, vida que conseguimos por la fe
en la santísima Trinidad, y que indudablemente fluye
del Dios de todo lo creado, como de su fuente, que
se difunde a través del Hijo y que se consuma en el
Espíritu Santo.
Teniendo, pues, esto por cierto y por bien sentado,
accedemos a recibir el bautismo tal como se nos ha
ordenado; creemos tal como hemos sido bautizados;
sentimos tal como creemos; de suerte que, sin discrepancia alguna, nuestro bautismo, nuestra fe y nuestro modo de sentir están radicados en el Padre, en el
Hijo y en el Espíritu Santo.
176
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Y todos cuantos, acomodándose a esta regla de verdad, confiesan tres personas y pía y religiosamente
las reconocen en sus propiedades, y creen que existe
una sola divinidad, una sola bondad, un solo principado, una sola potestad y un solo poder, ni abrogan
la potencia de la monarquía, ni se dejan arrastrar a la
confesión del politeísmo, ni confunden las personas,
ni se forjan una Trinidad con elementos dispares y heterogéneos, sino que aceptan con simplicidad el dogma de fe, colocando toda la esperanza de su salvación
en el Padre y en el Hijo y en el Espíritu Santo: todos
estos comparten con nosotros una misma forma de
pensar. Pedimos a Dios tener también nosotros parte
con ellos en el Señor”.
San Gregorio de Nisa, Carta 5 (PG 46, 1031)
Nota: Quien quiera acceder a los comentarios
completos puede hacerlo en la web de la Vicaría
de Evangelización/ Comisión de Espiritualidad:
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Seréis mis testigos 177
Seréis mis testigos
Comisión
Diocesana de
Misiones
Propuesta
misionera
El Primer domingo de Mayo, la Diócesis de Valencia
recuerda de una forma especial a sus misioneros. La
labor misionera “ad gentes” de los valencianos sigue
siendo muy significativa. En la actualidad hay alrededor de quinientos religiosos (religiosas, frailes, sacerdotes, etc.) y unos cien laicos (OCASHA, Camino
Neocatecumenal, etc) en países de Misión. En los
últimos años ha disminuido mucho la presencia de
sacerdotes diocesanos. Aun así, ahora hay diecisiete sacerdotes del presbiterio diocesano, algunos de
ellos ya jubilados.
Hay misioneros valencianos en América , África, Asia
y algunas ciudades de Europa. Este tercer domingo
de pascua rezaremos especialmente por ellos. Es
el día de Valencia Misionera, este año con el lema:
“Nuestros santos valencianos salieron a las periferias”. Mas allá de las fronteras parroquiales y diocesanas hay lugares del tercer mundo donde no se
conoce a Jesucristo y donde se visibiliza la opción de
la iglesia por los pobres.
178
Para la PARROQUIA
Además de hacer alguna mención en la homilía, se Otra Opción, en este tiempo de Pascua, es la de repodrían hacer algunas preces:
zar todos los viernes, sábados, o el día que se estime
oportuno en cada parroquia, el Rosario Misionero, y
• Para que el Espíritu Santo fortalezca a los misio- ofrecer cada misterio por un continente o por un país
neros valencianos y lleven el Evangelio a todos en los que se encuentran nuestros misioneros diocelos hombres, sobre todo a los enfermos y a los sanos: Mozambique, Chile, Perú, Ecuador y Cuba.
pobres, Roguemos al Señor.
• Para que en nuestra iglesia de Valencia surjan
nuevos misioneros que anuncien la Buena Noticia no solo con palabras sino sobre todo con su
vida , Roguemos al Señor.
• Para que nuestros misioneros se sientan apoyados por esta iglesia valenciana con nuestras oraciones, sacrificios y ayuda económica, roguemos
al Señor.
• Por las familias de los misioneros, para que Dios
les reconforte y consuele ante la lejanía y preocupación por sus hijos o hermanos que decidieron ser “obreros” en la viña del Señor, roguemos
al Señor.
También el mismo día, pediremos con toda la Iglesia
por las Vocaciones Nativas. Si bien es cierto que
siempre será una obligación de cada Iglesia particular
no desentenderse de la misión “ ad gentes”, también
es cierto que el ideal de todo territorio de misión es ser
evangelizado por sacerdotes , religiosos, catequistas,
laicos , que sean nativos. También se podría hacer
alguna mención en la homilía e introducir algunas
preces con esta intención particular.
Seréis mis testigos 179
Seréis mis testigos
Misterios de Gozo
(lunes y sábado)
Misterios de Luz
(jueves)
1. La encarnación del Hijo de Dios.
1. El Bautismo de Jesús en el río Jordán.
Intención Misionera: por la encarnación del
Evangelio en todos los pueblos de la tierra.
2. La Visitación de María a su Prima Isabel.
Intención Misionera: para que los hambrientos
de la tierra sean colmados de bienes.
3. El Nacimiento de Jesús en belén.
Intención Misionera: para que Jesús sea creído
Salvador del mundo y Mesías de la paz.
4. La Presentación de Jesús en el templo.
Intención Misionera: que Jesús sea
reconocido luz de las naciones.
5. Jesús perdido y hallado en el templo.
Intención Misionera: por la Infancia
Misionera para que los niños dediquen
su vida a la difusión del Evangelio.
180
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Intención Misionera: que todos los seres
humanos reciban el don de la fe y el bautismo.
2. La Revelación de Jesús en las Bodas de Caná.
Intención Misionera: que todos los varones
y mujeres participen en la Nueva Alianza.
3. Jesús anuncia el Reino de Dios e invita
a la conversión.
Intención Misionera: para que abunden los
misioneros del Reino de Dios en toda la tierra.
4. La Transfiguración de Jesús.
Intención Misionera: que sirvamos a los
que sufren como hijos amados de Dios.
5. Jesús instituye la Eucaristía.
Intención Misionera: por la comunión
de todas las Iglesias en el único Cuerpo
de cristo, para que el mundo crea.
Para la PARROQUIA
Misterios de Dolor
(martes y viernes)
Misterios de Gloria
(miércoles y domingo)
1. La oración de Jesús en el huerto de Getsemaní.
1. La Resurrección de Jesús, el Señor.
Intención Misionera: Por los presos; por los
condenados a muerte para que se confíen
al juicio último de la misericordia de Dios.
2. La flagelación de Jesús.
Intención Misionera: Por los
“enfermos misioneros” en comunión
con el Redentor del mundo.
3. Jesús es coronado de espinas.
Intención Misionera: Por los noviolentos, profetas de la paz,
burlados en todas las naciones.
4. Jesús es cargado con la cruz.
Intención Misionera: Por los inmigrantes,
forasteros, transeúntes y solitarios.
5. La crucifixión y muerte de Jesús.
Intención Misionera: que los
pueblos crucificados por la violencia
resuciten a una vida digna.
2. La Ascensión del señor al Padre.
Intención Misionera: que todos los
miembros de la Iglesia sean misioneros.
3. La venida del Espíritu Santo.
Intención Misionera: por la práctica
del diálogo interreligioso.
4. La Asunción de María a la gloria.
Intención Misionera: por la liberación de
las mujeres pobres en toda la tierra.
5. La coronación de María.
Intención Misionera: que todos los seres
humanos reciban el don de la fe y el bautismo.
Intención Misionera: Por la
salvación del mundo.
Seréis mis testigos 181
Seréis mis testigos
Guión de
oración de Cáritas
para
la comunidad
parroquial
en tiempo de
Cuaresma
182
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Orar desde las periferias
Para la PARROQUIA
Ambientación del lugar
Desarrollo de la oración
La oración estará presidida por una cruz grande de ma- Lector 1:
dera reclinada sobre una mesa y apoyada en el suelo.
Vamos a iniciar este momento de oración haSe puede colocar alguna alfombra alrededor para que
el que quiera, en la parte última de la oración, pueda
ciendo el canto inicial que tenemos en la hoja.
arrodillarse o sentarse un momento ante la cruz.
Mientras lo cantamos os invito a que seamos
conscientes de la Bondad y el Amor con que Dios
Se entregará a los asistentes fotocopiada la hoja que
Padre-Madre inunda nuestras vidas cada día a
hay al final de este guión con los textos para meditar.
través de tantas mediaciones sencillas. Que seamos conscientes de la Bondad y el Amor de Dios
Se pondrá música de fondo para crear clima de recogique habita en nuestro corazón.
miento.
Canto:
La Bondad y el Amor del Señor
duran por siempre… (autor Kairoi).
Si no se canta se puede también escuchar.
Lector 1:
Empezamos leyendo en el Evangelio de Marcos
este pasaje que nos va a acompañar a lo largo de
esta oración:
“En aquél día, de madrugada, antes del amanecer,
Jesús se levantó y, saliendo de la ciudad, se dirigió
a un lugar apartado a orar”… (a una periferia) Mc
1,35
¿Queréis que le sigamos para hacer oración con él?
Pues salgamos de aquí… y vayamos a buscarle en
las periferias apartadas de nuestra ciudad para
unirnos a su oración.
Seréis mis testigos 183
Seréis mis testigos
Pero para poder dar con él deberemos ir llenos
Vuelve su rostro hacia nosotros y, señalando hacia
de silencio interior, vacíos de nosotros mismos, y
los que viven en esta periferia, nos pregunta conabiertos a todo lo que él quiera sugerirnos y desmovido a cada uno de nosotros:
pertarnos en lo más profundo de nuestro corazón
¿QUÉ HA SIDO DE ESTOS HERMANOS Y
al contacto con la realidad que se vive, o se sufre,
HERMANAS TUYOS?
en las periferias de la ciudad.
Y nosotros nos quedamos contemplando, sin paSi estáis dispuestos y dispuestas a esto tan extraño
labras, a estos prójimos nuestros que viven adohoy en día como hacer silencio interior, vaciarse de
rando a tantos dioses mundanos.
uno mismo, y estar abiertos a lo que Dios nos dice
En la hoja de oración vamos a quedarnos mirando
en la realidad que nos rodea… podemos YA MISla imagen 2ª, que simbólicamente quiere repreMO salir de aquí en busca de Jesús para orar con él
sentar a las personas que viven sin Dios. Y miranen la periferia donde esté arrodillado.
do esta imagen… nos preguntaremos una y otra
¡Pues nos ponemos en marcha todos juntos…!
vez en nuestro interior diciendo:
Después de mucho caminar, le encontramos arro- “SEÑOR, ¿QUÉ QUIERES QUE HAGA?
dillado en la primera periferia, es la periferia de los
…Y dejaremos que el silencio nos inunde para que
empobrecidos, de los que viven en el lugar más
la respuesta de Dios pueda llegar a nuestro coraapartado de la sociedad del bienestar, los sin trazón. Vamos a dejar ahora unos minutos para este
bajo, los sin hogar, los sin papeles, los sin ayudas
momento de contemplación.
sociales, los sin poder llegar a fin de mes, los sin
derechos, los sin alimentos, los sin oportunidades Se dejará música suave de fondo.
Pasados unos 8-10 minutos, el lector 1 dirá:
para gozar de una vida digna.
Ante ellos Jesús está arrodillado orando en silencio. De pronto nos ha escuchado llegar, (…somos
tantos).
Ahora os invito a proclamar todos juntos la oración que tenéis en vuestra hoja titulada “Aquí estoy”.
Aquí estoy, Señor Jesús,
para hacer tu voluntad.
Inúndame con tu Espíritu.
Hágase en mí según tu Palabra.
184
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Toma mi vida entera,
mis capacidades, mis cualidades,
mis pertenencias, mis manos,
mi mirada, mi escucha,
mis palabras, mi calor humano…
para ser instrumento en tus manos,
para ser buena noticia de tu Evangelio,
para hacer presente tu Reino.
Lector 1:
Continuamos el Evangelio con que empezamos
esta oración: En estos momentos llegan aquí, a
esta periferia donde estamos, “Simón Pedro y los
demás discípulos de Jesús que han venido en su
busca, y le dicen: Maestro, todos están buscándote. Y él les contesta: Vayamos a los pueblos cercanos a anunciar el mensaje también allí. Para eso he
venido” (Mc 1,36-38).
Lector 1:
Releemos en silencio este texto evangélico para
que nos calen sus palabras. Y aquél que se sienta
llamado por el dueño de la mies a ser uno de sus
obreros, volverá a proclamar en su interior la oración titulada “Aquí estoy”.
Durante este tiempo largo que ahora vamos a
tener de oración personal, el que quiera podrá levantarse y acercarse a la cruz que tenemos aquí
delante, para tocarla con su mano y transmitirle
su propio calor humano. Con este sencillo gesto
haremos visible que somos obreros de la mies,
llamados a dar nuestro calor comprometido a
aquellos que sufren la fría cruz de la injusticia y el
desamparo. Podrá quedarse un momento junto a
la cruz, arrodillado o sentado, tocándola y orando
ante ella.
Lector 2:
Se dejará música suave de fondo.
“Jesús recorría todos los pueblos y aldeas ense- Pasados unos 10-12 minutos, el lector 1 dirá:
ñando en cada sinagoga. Anunciaba la buena notiEn estos momentos, si alguien quiere hacer una
cia del Reino y curaba toda clase de enfermedades
petición, alguna acción de gracias, o compartir
y dolencias. Y al ver a toda aquella gente, se sentía
algo de lo vivido en este espacio de oración, ahora
CONMOVIDO, porque estaban tristes y desalenes el momento de hacerlo.
tados, como ovejas sin pastor. Dijo entonces a sus
Para terminar vamos a rezar juntos, cogidos de la
discípulos:
mano, la oración que Jesús nos enseñó, y después
― La mies es mucha, pero son pocos los obreros.
de rezarla nos daremos un abrazo de paz: Padre
Por eso pedidle al dueño de la mies que mande
nuestro…
obreros a su mies” (Mt 9,35-38).
Seréis mis testigos 185
Seréis mis testigos
Canto:
La bondad y el amor del señor duran por
siempre, duran por siempre. (bis)
Alabemos al Señor, nos inunda con su amor.
Da la paz al corazón, nos inunda con su amor.
Se hace nuestro servidor, nos inunda con su amor.
Imagen 1ª
¿QUÉ ES LO QUE HAN HECHO CON TUS
HERMANOS Y HERMANAS?
“SEÑOR, ¿QUÉ QUIERES QUE HAGA?
186
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Oración:
“Aquí estoy”
Aquí estoy, Señor Jesús,
para hacer tu voluntad.
Inúndame con tu Espíritu.
Hágase en mí según tu Palabra.
Toma mi vida entera,
mis capacidades, mis cualidades,
mis pertenencias, mis manos,
mi mirada, mi escucha,
mis palabras, mi calor humano…
para ser instrumento en tus manos,
para ser buena noticia de tu Evangelio,
para hacer presente tu Reino.
Para la PARROQUIA
Imagen 2ª
¿QUÉ HA SIDO DE ESTOS HERMANOS Y
HERMANAS TUYOS?
Oración:
“Aquí estoy”.
Evangelio:
“Jesús recorría todos los pueblos y aldeas
enseñando en cada sinagoga. Anunciaba la
buena noticia del Reino y curaba toda clase
de enfermedades y dolencias. Y al ver a toda
aquella gente, se sentía CONMOVIDO, porque
estaban tristes y desalentados, como ovejas
sin pastor. Dijo entonces a sus discípulos:
― La mies es mucha, pero son pocos los
obreros. Por eso pedidle al dueño de la mies
que mande obreros a su mies” (Mt 9,35-38).
Oración:
“Aquí estoy”.
“SEÑOR, ¿QUÉ QUIERES QUE HAGA?
Seréis mis testigos 187
Seréis mis testigos
Guión litúrgico
para la eucaristía
del segundo
domingo del mes
cuya colecta se
destina a Cáritas
Parroquial
188
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
9 de marzo de 2014
Domingo 1º de Cuaresma
Para la PARROQUIA
(Material para que los miembros de cada Cáritas Pa- Monición de entrada
rroquial puedan animar la Eucaristía dominical, con el
fin de sensibilizar e implicar a la comunidad en el com- Bienvenidos a esta celebración del primer domingo de Cuaresma. En este tiempo litúrgico vamos a
promiso sociocaritativo).
preparar nuestros corazones y nuestras vidas para la
Pascua de Jesús, nuestra Pascua. Pasar de la muerte
Ambientación
a la Vida. En estos cuarenta días queremos dar muerEn el interior de la Iglesia se colocará en el ambón de te en nosotros a todo aquello que nos quita vida, paz,
las lecturas o bien en el altar un cartel que diga:
alegría, esperanza, y sobre todo que nos impide ver
la necesidad y sufrimiento de nuestro prójimo.
Que la eucaristía de hoy nos empuje a unirnos más
íntimamente a Cristo, porque sólo así podremos ser
sembradores de Esperanza, de vida nueva, en un
mundo donde hay tanta muerte, tantos crucificados
por la injusticia, la pobreza y el egoísmo.
Seréis mis testigos 189
Seréis mis testigos
Palabra de Dios
Peticiones
1. Señor de la Vida, te pedimos por todos nosotros
que iniciamos el camino cuaresmal. Ayúdanos a
ECuando un grupo humano vive en auténtica fraterpurificarnos de todos nuestros egoísmo que nos
nidad; cuando una persona vive en gratuidad, entrealejan del calor de tu amistad siempre presente en
gada y al servicio de los demás; cuando los problemas
nuestro corazón. Roguemos al Señor.
del otro son también mis problemas… estamos siendo constructores de espacios de ESPERANZA, el pa- 2. Señor de la Vida, te pedimos por todas las perraíso vuelve a hacerse presente en este mundo.
sonas que están comprometidas en la tarea de
ayudar a los más desfavorecidos y luchar por la
En esta primera lectura vamos a escuchar el relato del
justicia, para que no caigan en la tentación del
pecado de Adán y Eva. Si el mundo de hoy está como
desánimo y la desesperanza. Roguemos al Señor.
está, roto por la injusticia y el egoísmo de los hombres, es señal de que todavía hay mucho de Adán y 3. Señor de la Vida, te pedimos por la Iglesia, por el
Eva en el corazón de los seres humanos de este siglo.
Papa, los obispos, por los sacerdotes, los religiosos y los laicos, para que sean fieles testigos del
Monición a la 2ª lectura: Rom 5,12-19
Evangelio en el siglo XXI. Roguemos al Señor.
Monición a la 1ª lectura: Gén 2,7-9;3,1-7
San Pablo nos va a hablar de Jesús como el nuevo 4. Señor de la Vida, te pedimos por los gobernantes
Adán, es el hombre nuevo que hace la voluntad del
de este mundo, para que no caigan en las tentaPadre. Es el contagiador de una Vida nueva que nos
ciones del poder, y ejerzan su cargo para servir,
hará capaces de hacer de esta tierra un cielo. Dejéy hacer políticas que contribuyan a construir un
monos contagiar por él. Hacen falta muchos hommundo más justo. Roguemos al Señor.
bres y mujeres nuevos en el mundo de hoy, que sean
5. Señor de la Vida, te pedimos por los jóvenes, para
sembradores de esperanza con su estilo de vivir.
que en ellos surja la inquietud por el compromiso
Monición al Evangelio: Mt 4,1-11
y el servicio a los más desfavorecidos, superando
las tentaciones del egoísmo. Roguemos al Señor.
Jesús, el hombre nuevo, no se libra de las tentaciones
cuando se propone llevar adelante su misión del reino. Son parte del camino, y por difícil que sea, él nos
enseña a recorrerlo marchando el primero. No nos
desanimemos cuando las vivamos en carne propia.
Son la mejor manera de purificar nuestras intenciones y motivaciones profundas.
190
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
Monición y Oración
para después de la comunión
Señor Jesús,
danos entrañas de misericordia
frente a toda miseria humana.
Inspíranos el gesto y la palabra oportuna
frente al hermano solo y desamparado.
Ayúdanos a mostrarnos disponibles
ante quien se siente explotado y deprimido.
Ayúdanos Señor a hacer posible entre nosotros,
una comunidad que sea un espacio de esperanza,
de amor, de libertad, de fraternidad, de justicia y de paz,
para que todos encuentren en ella
un motivo para seguir esperando.
Ayúdanos a llevar a la práctica en esta Cuaresma,
y en el resto de nuestras vidas,
el auténtico ayuno que tú quieres:
que trabajemos para romper
tantas cadenas injustas,
que nos desatemos del consumismo
y del afán de tener, que ayudemos a liberarse
a los que viven oprimidos por cualquier motivo,
que no dejemos que a nuestro alrededor
nadie humille o maltrate a nadie,
que compartamos nuestro pan con el hambriento,
que seamos siempre acogedores
del prójimo herido,
que vivamos en todo momento
desde la generosidad y la gratuidad,
y no nos desentendamos nunca de los problemas
y necesidades de nuestros semejantes.
Entonces seremos luz de esperanza en este
mundo, y tú te harás presente en este mundo
con nuestra presencia comprometida.
Seréis mis testigos 191
Seréis mis testigos
La Semana
de la Caridad
7 días para la Esperanza
Se trata de programar 7 actividades de sensibilización para 7 días. Estos 7 días pueden corresponder
a los días de una semana natural, o bien los 7 días se
pueden distribuir a lo largo de dos o tres semanas o
un mes.
Proponemos al equipo de cada Cáritas Parroquial
que organice en su comunidad esta semana de la
Caridad, con la finalidad de sensibilizar sobre este
tema, y dar a conocer la labor de Cáritas a los miembros de la parroquia, y no sólo a ellos, sino también
abrirlo a las personas del barrio o pueblo. Sería una
manera de visibilizar el compromiso sociocaritativo
que tiene la comunidad parroquial como fruto de su
seguimiento de Jesús resucitado.
Propuestas de posibles actividades
para programar en estos 7 días
Ofrecemos ahora un listado de actividades de donde se pueden seleccionar aquellas que se vean
más viables para la propia comunidad parroquial.
No está cerrado el listado, sino que está abierto
a muchísimas más actividades e ideas que puedan surgir de la iniciativa y creatividad que tenga cada equipo. Una vez elegidas, se elaborará
un calendario con las 7 fechas y las actividades a
realizar, y se le dará la máxima difusión para que
todos los interesados puedan participar en ellas.
192
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
1. Día de puertas abiertas de Cáritas
2. Presentación de un programa
o proyecto de Cáritas Diocesana
Organizar una sesión informativa donde Cáritas Parroquial presente toda la labor que está realizando:
informe de las problemáticas sociales que hay en la
zona y cómo está respondiendo a ellas, los proyectos
que lleva en marcha; dé a conocer las necesidades
que tiene y de qué recursos humanos y económicos dispone; contar cómo se organizan y funcionan,
cómo se relacionan y trabajan coordinadamente con
otras entidades de la zona; cómo funcionan arciprestalmente con las otras Cáritas parroquiales y cómo
se coordinan con Cáritas Diocesana.
Organizar una sesión en la que se presente un programa o proyecto que lleva adelante Cáritas Diocesana. Que venga uno de sus responsables y algunos
de sus voluntarios para que expliquen lo que hacen,
cuenten las problemáticas que tienen las personas
que acompañan, cómo responden a ellas, y cómo
viven ellos esta experiencia. También decir cómo se
puede colaborar con ellos.
Esto sería en cuanto a la parte visible de Cáritas, pero
en esta sesión propondríamos que también se hablara, en una segunda parte, de la vivencia personal
de algunos de los miembros del equipo de Cáritas.
Consistiría sencillamente en que compartieran su experiencia personal, porqué están en Cáritas, lo que
está suponiendo o ha supuesto para ellos, para su
vivencia de fe y crecimiento humano su estar en Cáritas. Decir en qué les está marcando Cáritas, lo que
les aportan las personas que acompañan y atienden
desde Cáritas. Terminado esto, se iniciaría un coloquio con los asistentes donde responder a preguntas
y comentar lo expuesto. Luego podrían visitar los locales donde Cáritas realiza su labor.
Seréis mis testigos 193
Seréis mis testigos
3. Cena de la Fraternidad
4. Presentar la Campaña de Cáritas:
“Abrir caminos de Esperanza”
Se invitará a toda la comunidad a participar en una
cena donde cada uno traerá su bocadillo y un sencillo
regalo sorpresa envuelto en papel de regalo. Este regalo será un detalle que no cueste dinero, bien puede ser alguna cosa suya o bien algo hecho por él. A
la entrada cada uno irá dejando el regalo dentro de
un saco o cesta que esté dispuesto para esto, y en
otro lugar depositará anónimamente, como donativo para las necesidades de Cáritas, el dinero que él
suele gastarse cuando sale a una cena con amigos o
familiares.
Las bebidas, el salado y el dulce lo pondría Cáritas.
Acabada la cena, dándole relevancia especial, el
equipo de Cáritas irá entregando los regalos a todos
los asistentes como signo del compartir fraterno.
Después se podría tener organizada una sencilla velada en la que los miembros de la comunidad que
tengan alguna cualidad artística puedan lucirse:
canto, instrumento musical, humor, escenificación,
baile, algún concurso, etc. Aquí los jóvenes podrían
encargarse de dinamizar y organizar todo esto.
194
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Convocar a toda la comunidad parroquial, y a todo el
barrio o pueblo, para hacer un acto de presentación
de la Campaña. Contactar con el coordinador/ra de
Cáritas de la Vicaría correspondiente para hacer esta
presentación.
Para la PARROQUIA
5. Testigos de Esperanza
(mesa de experiencias)
6. Celebración eucarística del
segundo domingo del mes de mayo
ACCIÓN de GRACIAS de Cáritas
Se invitaría a participar en una mesa de experiencias
a 4 ó 5 personas que por su trabajo y compromiso
a favor de los demás, son testimonio de esperanza
en los tiempos de hoy. Pueden ser personas que trabajan en una Ong, o que han estado colaborando en
algún país empobrecido, o que han asumido en sus
vidas un compromiso solidario que es un ejemplo,
o que son un ejemplo de humanidad y de fe en su
día a día, o que superaron una situación o adversidad
o problemática muy difícil en sus vidas y están aquí
como ejemplo de esperanza de que se puede salir del
pozo... Algunas de estas personas pueden ser miembros de la propia comunidad parroquial, o conocidos
por alguien de la comunidad, o que son del barrio,
pueblo o ciudad.
Se trata de que en esta mesa de experiencias se den
testimonios de que otra forma de vivir es posible, y
que se puede ser feliz a pesar de las dificultades, y
que se puede ser feliz estando comprometidos en
la felicidad y dignidad de los demás, de que con la
fuerza del amor se puede hacer posible lo que parecía imposible.
En esta celebración el equipo de Cáritas se encargará
de animar la liturgia utilizando el guión litúrgico que
Cáritas Diocesana prepara para el segundo domingo
del mes de mayo. (Si no se reciben los guiones que
Cáritas Diocesana prepara para todos los segundos
domingos de mes, contactar con el coordinador/ra
de Cáritas de la Vicaría correspondiente para recibirlos).
El sacerdote, en la homilía de este domingo, podría
hablar de la importancia de la Caridad en la vida de
la comunidad como una forma de testimoniar la Fe.
Y en la acción de gracias, un miembro del equipo de
Cáritas hará una oración de gratitud a Dios y a la comunidad, y luego animará a todos a seguir apoyando
la labor que hace Cáritas.
Seréis mis testigos 195
Seréis mis testigos
7.Vigilia de oración animada por Cáritas 8. Trabajar los materiales didácticos
de la Campaña de Cáritas en
Convocar a toda la comunidad parroquial a una vitodos los grupos parroquiales
gilia de oración con Cáritas. Se utilizará el guión de
oración que también Cáritas Diocesana prepara para En los grupos de catequesis, o de fe, o de adultos, o
el segundo domingo del mes de mayo.
de movimientos juveniles, dedicar dos sesiones o reuniones o encuentros para tratar algún documento
de trabajo que se ofrece en la carpeta de materiales
didácticos según cada edad. Si no se dispone de esta
carpeta, contactar con el coordinador/a de Cáritas
de la Vicaría correspondiente para solicitarla.
196
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
9. Charla sobre los Objetivos de
Desarrollo del Milenio
Organizar una charla de sensibilización e información sobre los ODM. Presentar la movilización que
está llevando adelante Cáritas sobre este tema. Pedir que venga alguien de Cáritas Diocesana para informar sobre cuál es el grado de cumplimiento de los
ODM en la actualidad y qué podemos hacer al respecto.
10. Círculos de Encuentro-caFé
Invitar a la comunidad a participar en estos encuentros o tertulias, que podrían ser por la tarde del domingo o del sábado o viernes... mientras se toma
un café y unas pastas. La finalidad sería encontrase
informalmente, para comentar las últimas noticias
que trae la prensa sobre la realidad social y sus problemáticas, o que han salido en otros medios de comunicación.
Se trataría de ver cómo debemos posicionarnos
como cristianos ante ellas, qué haría Jesús en nuestro lugar, qué nos está queriendo decir él con esto
que está sucediendo. Se trataría de hacer comunitariamente una lectura creyente de la realidad, y dejarnos interpelar por ella.
Cada uno daría su opinión, compartiría cómo lo ve,
inquietudes e interrogantes que le suscita esa realidad, qué le está diciendo Jesús por medio de ella, etc.
Se podría utilizar la Palabra de Dios de ese domingo
para encontrar en ella claves de lectura de esta realidad social que aflora en estas noticias.
Seréis mis testigos 197
Seréis mis testigos
11. Foro de alternativas:
Otro estilo de vivir es posible
12. Prácticas de Solidaridad para
provocar experiencias de Caridad
Se organiza una mesa de experiencias con personas
que hablen sobre banca ética, consumo responsable, sostenibilidad medioambiental, experiencias interesantes de asociacionismo o cooperativismo en la
zona, etc. Puede aprovecharse para poner un puesto de venta de productos de comercio justo, etc. Si
resulta muy extenso para una sola sesión, puede
pensarse en hacer un ciclo de charlas monográficas
sobre cada una de estas experiencias o alternativas.
El equipo de Cáritas Parroquial hará un listado de
posibles puestos de colaboración dentro de su tarea diaria, para que personas de la comunidad puedan hacer una experiencia de voluntariado estando
acompañados por alguien de Cáritas.
198
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Para la PARROQUIA
13. La ruta de la Solidaridad
14. La cruz de la Esperanza
De la misma manera que organizamos excursiones
para conocer ciudades nuevas, donde encontramos
guías que nos explican los monumentos y edificios
más representativos, aquí se trata de organizar una
especie de excursión o ruta para conocer los lugares
más representativos de nuestra ciudad o alrededores, donde se están produciendo experiencias de solidaridad dignas de ser conocidas. Se trataría de visitar obras, o instituciones o entidades que realizan
una labor sociocaritativa que es signo de esperanza,
y que alguien en ellas nos explique lo que hacen, etc.
En el primer domingo que empiece esta semana de
la Caridad, se pondrá en la entrada de la Iglesia una
cruz de madera grande, (o bien dibujada sobre un
papel continuo pegado en la pared). Estará allí hasta
el día en que se celebre el Corpus, el día de Caridad.
Sobre la madera de esta cruz estarán pegadas tiras
de papel con las necesidades concretas que tiene Cáritas Parroquial, para poder ayudar a personas y familias concretas que atiende y acompaña. (Estas necesidades que se coloquen deberán estar muy bien
concretadas, y se pondrán sólo aquellas que se considere que pueden ser cubiertas por la solidaridad de
la comunidad. A lo largo del tiempo hasta que llegue
el día de Caridad, se podrán colocar nuevas necesidades según vayan surgiendo).
Seréis mis testigos 199
Seréis mis testigos
Ejemplo de concreción de las necesidades para favo- Con todo esto queremos invitar a la comunidad a bajar
de la cruz, o aliviar en su via crucis, a tantas personas y
recer la ayuda:
familias que ahora viven crucificadas por la injusticia,
1. Una nevera ……… X euros (puedes aportar la can- la crisis, el paro, la pobreza, el desamparo, la necesitidad que quieras para colaborar en la compra de dad. Es una llamada a la comunidad para ser agentes
la nevera, o bien dar una nevera que tengas y que de resurrección, para dar vida donde se vive en muerno necesites).
te, para dar esperanza donde la desesperanza mata.
2. Una cuna para bebé.
Al pie de la cruz habrá un cartel para indicar dónde
y cuándo puede entregar la gente sus aportaciones
para cubrir estas necesidades: en el despacho de
Cáritas parroquial en un horario asequible, o antes
de las misas en el despacho de Cáritas, o indicando
varias personas de referencia a las que acudir y en4. Un recibo de la luz …… X euros (puedes aportar la tregarlo, etc.
cantidad que quieras para esta necesidad).
Cada semana se irán tachando las necesidades de la
5. El alquiler de un mes …… X euros (puedes aportar cruz que se vayan solucionando, (no se quitarán de la
la cantidad que quieras para esta necesidad).
cruz para que se vea que han sido satisfechas gracias
6. Hacen falta dos personas que quieran integrarse a la ayuda de los miembros de la comunidad). Y cada
semana en la eucaristía dominical recordaremos
en el equipo de Cáritas.
esta iniciativa de la cruz.
7. Etc.
El domingo del Corpus en el que celebremos el día
de Caridad, tras el momento de la comunión, como
acción de gracias, se llevará al altar la cruz en la que
estarán sólo pegadas las tiras de papel que han sido
tachadas a lo largo de este tiempo, y se dará gracias
a la comunidad por la vida, la esperanza y el apoyo
que, a través de Cáritas, han dado a las personas más
necesitadas, porque de esta manera muestran que
Cristo sigue vivo y resucitado entre nosotros, y de
que estamos llamados a ser agentes de resurrección,
sembradores de Vida y de Esperanza.
3. Alimentos básicos para un mes para una familia de
4 miembros ……. X euros (puedes aportar la cantidad que quieras para colaborar en la ayuda alimentaria de esta familia).
200
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Propuesta de
CANTOS
Los cantos que proponemos se pueden encontrar en:
– Cantoral Litúrgico Nacional (Coeditores Litúrgicos).
Secretariado Nacional de Liturgia. Madrid (CLN).
– Cantoral de Misa Dominical (Centre de Pastoral Litúrgica).
Barcelona (MD).
– Cantate Domino (Parròquia Sant Jaume Apòstol).
Algemesí (Valencia) (CD).
El Animador puede elegir el canto que considere más apropiado.
Téngase en cuenta que en el criterio de la selección debe tenerse
en consideración el texto del canto (o cantos), más que la música.
Si no se conoce la música se puede buscar la partitura: los tres
cancioneros que proponemos tienen edición de sólo letra y también de partitura y texto. El Cantoral MD en edición musical va
acompañado de un CD, con sólo acompañamiento, que puede
ayudar a cantar.
Como último recurso se puede utilizar el texto del canto elegido
sin cantar, a modo de oración común.
201
Seréis mis testigos
Cantos para la Cuaresma
A Ti levanto mis ojos
CD: 31
Camina, pueblo de Dios
CD: 47
¿Cómo le cantaré al Señor?
CD: 66
Compadiu–vos de mi, Déu meu – Salm 50
CD: 67
Cristo, por nosotros, se sometió / Crist es féu per nosaltres CD: 76 CLN: D35
Dios es fiel
CD: 93 CLN: 117
El camí que féu Jesús
CD: 99
El Señor es mi fuerza
El Señor es mi luz y mi salvación – Salmo 26
CD: 104 CLN: 505
En Dios pongo mi esperanza
CD: 110
Éste es el tiempo en que llegas
CD: 115 CLN: 657
Excelso Creador del universo
CD: 121
Levanto mis ojos a los montes – Salmo 120
CD: 160 CLN: 524
Llorando los pecados
CD: 168 CLN: 110
Nosaltres hem de gloriar-nos / Nosotros hemos de gloriarnos CD: 177
Nos has llamado al desierto
CD: 178
Perdona a tu Pueblo, Señor
CD: 198 CLN: 104
Piedad, Señor, hemos pecado – Salmo 50
CD: 200
Pequeñas aclaraciones / Cuando el pobre nada tiene CD: 78 CLN: 725
Con vosotros está / ¿Le conocéis? CLN: 723
Pueblo de reyes
CD: 204 CLN: 401
Senyor, no ens deixes / Grande es tu ternura
CD: 229
Sí, me levantaré
CD: 240 CLN: 107
Donde hay caridad y amor
CD: 95
Vell pelegrí / Errante voy, soy peregrino
CD: 274 CLN: 715
202
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
MD: 128
MD: 337-1
MD: 47
MD: 104
MD: 240
MD: 339-2
MD: 343
MD: 332-1
MD: 339-1
MD: 45
MD: 43
MD: 12
MD: 341-1
MD: 321-1
MD: 179
MD: 38
Propuesta de CANTOS
Cantos para la Cuaresma
¡Victoria! ¡Tú reinarás!
CD: 284 CLN: 106
Vós sou, Senyor, la llum del meu cor
CD: 287
¡Oh rostro ensangrentado! ¡Oh testa lacerada! CD: 188 CLN: 102
Por valles y aldeas
Ved la Cruz de salvación CLN: 103
Perdón, oh Dios mío CLN: 105
Ten piedad de mí CLN: 108
Dame tu perdón / Ten piedad, Dios mío CLN: 111
Acuérdate, Señor CLN: 113
Ten piedad, Señor CLN: 114
Te pedimos perdón CLN: 116
El mandato / Os doy un mandato nuevo CLN: 152
Os doy un nuevo mandato CLN: 153
Pueblo míoCLN: 154
A la hora de nona / Por nuestro amor murió el SeñorCLN: 155
Oh cruz, te adoramosCLN: 156
Me invocará y lo escucharé
Hosanna al Hijo de David
Perdónanos nuestras culpasCLN: 115
Oh Cruz fiel y venerable
Sube el Nazareno
Os doy un nuevo mandato
Cristo nos da la libertad
Vienen con alegría, SeñorCLN: 728
MD: 334
MD: 338
MD: 17-1
MD: 335-1
MD: 332-2
MD: 346
MD: 347-1
MD: 331-1
MD: 333
MD: 341-2
MD: 347-2
MD: 349
MD: 350
MD: 94
MD: 65
Seréis mis testigos 203
Seréis mis testigos
Cantos para la Pascua
Acuérdate de Jesucristo
CD: 3 CLN: 202 MD: 352-1
Alegre la mañana que nos habla de Ti
CD: 14 MD: 99
Alegrémonos, hermanos
MD:
360
Alegría, alegría, alegría
CD: 15
Alegrémonos, hermanos CLN: 215 MD: 360
¡Aleluya, aleluya! Es la fiesta del Señor
CD: 18
¡Aleluya! Mujeres santas MD: 354-1
Canta aleluya al Señor
CD: 49
Canta con júbilo / Éste es el día esperado CLN: 219 MD: 369
Cantad al Señor MD: 365
Como el grano de trigo
CD: 65 CLN: 212
Cristo, alegría del mundo CLN: 654 MD: 370
Cristo resucitó CLN: 218 MD: 351-1
Cristo resucitó
MD:
368
Danos, Señor, un corazón nuevo / La alianza nuevaCD: 79 CLN: 253 MD: 371
El Señor os dará su Espíritu Santo MD: 375-1
El Señor resucitó MD: 354-2
El Señor resucitó MD: 356-1
El Señor vive
MD:
357-1
En la mañana de Resurrección
CD: 112
Envía, Señor, tu Espíritu / Envía tu Espíritu CLN: 254 MD: 373
Éste es el día en que actuó el Señor – Salmo 117 CD: 114 CLN: 522 MD: 224
Gloria, Aleluya CLN: 716 MD: 56
Hacia ti, morada santa
CD: 133 CLN: O16 MD: 49-1
Jerusalem, glorifica el Senyor – Salm 147
CD: 142
204
Cuaderno Pastoral C U A R E S M A - P A S C U A 2 0 1 4
Cantos para la Pascua
Jesús, nuestra Pascua
CD: 144 CLN: 216 MD: 367
La fiesta del Señor MD: 362-2
La Vida venció a la muerte MD: 364
L’Esperit de Déu ompli l’univers
CD: 158
L’Espérit del Senyor vindrá a volsaltres
CD: 159
Nosaltres hem de gloriar-nos / Nosotros hemos de gloriarnos CD: 177 MD: 343
Nuestra Pascua inmolada
CD: 179 CLN: 203 MD: 351-2
¡Oh luz gozosa!
CD: 183 CLN: 653 MD: 8-1
Oh, Señor, envía tu Espíritu
CD: 186 CLN: 252 MD: 372
Pueblo de reyes
CD: 204 CLN: 401 MD: 12
Pueblos todos, batid palmas
CD: 205
Regína Caeli, laetáre
CD: 215 CLN: 303 MD: 392
Resucitó el Señor MD: 353-2
¡Resucitó, resucitó!
CD: 217 CLN: 208 MD: 362-1
Resurrección
MD: 358
Se despertó la vida MD: 353-1
Señor, Dios nuestro, ¡Qué admirable es tu nombre! – Salmo 8 CD: 233 CLN: 501 MD: 211
Señor, Tú has vencido a la muerte
CD: 236
Te conocimos al partir el pan
CD: 248 CLN: O25 MD: 178
Una nueva vida, tu misma vida
CD: 266 CLN: 426 MD: 21
Un cántico nuevo MD: 357-2
Un solo Señor
CD: 271 CLN: 708 MD: 5-1
¡Victoria! ¡Tú reinarás!
CD: 284 CLN: 106 MD: 334
Vive con nosotros MD: 356-2
Yo soy el pan de vida
CD: 288
205
El monasterio de Cuaresma
El monasterio
de Cuaresma
En este tiempo de Cuaresma y Pascua, tiempo de desierto y
contemplación, se nos propone un recorrido por un monasterio
virtual.
A través de Internet, en las páginas web www.archivalencia.org
y www.idrvalencia.org, encontraremos una ilustración que recrea
un monasterio. Podremos recorrer sus distintas estancias en las
que encontraremos propuestas para vivir en profundidad este
tiempo de salvación.
Seréis mis testigos 207

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