Discurso de Wendy K. Neu ante el Capítulo Empire
Transcripción
Discurso de Wendy K. Neu ante el Capítulo Empire
Este discurso fue pronunciado por Wendy Neu ante el Capítulo Empire State de ISRI el 28 de noviembre de 2001. Me han pedido que hable ante ustedes esta noche sobre la participación de nuestra compañía en la tragedia de las Torres Gemelas y voy a intentarlo. Sin embargo, es imposible entender la enormidad de la tarea y apreciar a capacidad lo que se ha logrado sin primero describir el impacto personal que este evento tuvo en nuestra gente. El 11 de septiembre comenzó como cualquier otro día. Las primeras discusiones en nuestra oficina usualmente se concentran en las numerosas peticiones extranjeras y cómo se esta moviendo el mercado. No obstante, una llamada teléfonica interrumpió esa discusión, y no creo que hayamos concluido la misma. Nuestra oficina tiene vista directa del WTC y teníamos una vista directa de la primera torre en llamas. Parecía que sólo habían pasado minutos, aunque pasó mucho más tiempo, cuando observamos con horror la segunda torre fue atacada. Nuestros peores temores eran una realidad. Mientras tanto, en nuestra planta Hugo Neu Schnitzer en Jersey City localizada en Claremont Channel, a menos de una milla de WTC, nuestros empleados también presenciaron el mismo horror. Al igual que nosotros, les invadió un gran sentimiento de impotencia. Sin embargo, en los días y meses subsiguientes, se les pediría que trabajaran más allá de su deber para ayudar en la masiva labor de limpieza y manejo de material, literalmente trabajando día y noche sin parar. Su orgullo y la necesidad de ayudar nos permitió realizar una labor que nunca pensamos que sería posible Como la empresa más grande de reciclaje de chatarra de hierro en el área metropolitana de NY y como resultado de nuestro contrato preexistente con el Departamento de Sanidad, HNSE participó en la recuperación de WTC desde el principio, como una industria recurso para agencias federales, estatales y locales, tales como NY DOS, FEMA, NJ DEP, NY DEC, Autoridad de los Puertos, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, (solo para nombrar algunas). En los días subsiguientes a la tragedia, cuando los esfuerzos de recuperación se concentraban en encontrar sobrevivientes, agencias reguladoras y federales discutían la posibilidad de desechar 1.3 millones de toneladas de escombros y chatarra en el mar. Sólo después de HNSE, Metal Management e ISRI consideraron seriamente el reciclaje de todo la chatarra de hierro y metal. No obstante, habían serios obstáculos que salvar.. El problema más crítico era remover aproximadamente 300,000 toneladas de hierro y más de 1 millón de toneladas de escombros de la Zona Cero de la forma más rápida posible y sin entorpecer las labores de rescate. Sorprendentemente, 48 horas después del 11 de septiembre, la ciudad había comenzado a remover material de la Zona Cero, y para el 14, 3 días después, sobre 10,000 toneladas de escombros y chatarra habían sido depositadas en el vertedero de Fresh Kills. Poco después, esa cantidad aumentó a 7,000 toneladas diarias. Eso es un equivalente 600 a 700 camiones cargados. Para aquellos de ustedes que no lo saben, el vertedero de Fresh Kills es una de las montañas de basura y escombros más altas en el estado de NY, con una extensión de 3,000 acres el cual ha sido utilizado por la ciudad de N.Y. como depósito de desperdicios durante los últimos 50 años, hasta que fue oficialmente cerrado en 2001. A las 24 horas de los ataques a las Torres Gemelas, el vertedero fue reabierto y utilizado como escena forense de crimen para el material extraído de la Zona Cero. El 21 de septiembre, HNSE, bajo el contrato existente con el Departamento de Sanidad, acordó hacerse cargo de las labores de reciclaje de todo el hierro y chatarra mixta en el vertedero. Finalmente pudimos ver el material que ya había llegado al vertedero desde la Zona Cero. Lo que vimos allí fue algo nunca antes visto, y esperamos nunca más ver algo así nuevamente. Sobre 35,000 toneladas de vigas de hierro provenientes de las torres estaban organizadas nítidamente en estibas de alrededor de 20 pies de alto. Muchas de las vigas estaban torcidas y distorsionadas como si estuvieran hechas de cera o de goma. Algunas tenían sobre 6” de grosor y estaban torcidas como si fueran pretzels. Ingenieros estructurales, expertos en estructuras de hierro que han sufrido terremotos y explosiones aseguraron jamás haber visto nada igual, y no podían imaginar la presión y calor requerido para causar este tipo de daño. Desafortunadamente, las vigas eran sólo el comienzo. En la superficie del vertedero de aproximadamente 20 acres de extensión las autoridades locales de ley y orden público establecieron una base provisional en la que realizaban una operación de recuperación para examinar manualmente los escombros cubeta por cubeta. En los treinta días siguientes comenzaron a procesar este material con la ayuda de correas mecánicas y cernidores, para separar la tierra fina, hierro y concreto pero aún seguían esparciendo el material por todos lados inspeccionándolo libra por libra. A las 24 horas de nuestra primera visita a Fresh Kills, movilizamos el primer grupo de lo que pronto se convertiría en un ejército de personas y equipo en el lugar. El 23 de septiembre, 2 días más tarde, ya comenzamos a sacar vigas de hierro cortadas del vertedero. Inicialmente comenzamos con una Komatsu 650 y una cizalla Le Bounty 175, que trajimos de un proyecto de demolición de un tanque en Brooklyn. En unos pocos días comenzamos con un equipo de incineración (8) hombres y el 27 de septiembre aumentamos el equipo a 13 hombres. Además se montaron estaciones de incineración, duchas de descontaminación, una oficina remolque, generador, tanques de agua y un camión con agua para suprimir el polvo Contratamos una organización de seguridad, Para asistir en la supervisión y para asegurar estricto cumplimiento con OSHA, en medidas tales como utilizar correctamente los respiradores, ducharse, cambiarse de ropa, así como recolectar las muestras de aire, de sangre y realizar pruebas de asbestos en las vigas de acero, contratamos a una organización de seguridad. Para realizar los trabajos en el lugar, trajimos tres cizallas portátiles adicionales una MSD 100, una MSD 175 y una MSD 200 acabada de salir de la fábrica. Toda esta maquinaria estaba montada en excavadoras Komatsu , (2) 650 y (1) 750, tres Komatsus adicionales, dos de ellas con ganchos y una de ellos con magneto. Llegamos a tener hasta 15 subcontratistas de arrastre llevando un promedio de 150 camiones cargados por día, tanto de material preparado como no preparado, a nuestras instalaciones en Claremont, Jersey City. Hacia el 8 de octubre comenzamos a transportar también la chatarra no preparada. Con un promedio de 16 a 190 toneladas por día, alrededor de 400 toneladas de vigas de hierro y hasta 1200 toneladas de chatarra mixta sin preparar a nuestras instalaciones en Claremont. La chatarra mixta es una combinación de vigas de acero rotas, hierro liviano, varillas, metal no ferroso de innumerables fuentes y todo material metálico que puede encontrarse en un edificio de cien pisos. Ya que se trata de una mezcla tan diversa y no hay segregación en el vertedero, 75 por ciento del material debe ser cortado y menos de 25 por ciento es triturable. Como podrán imaginar, nuestra labor principal en el vertedero es minimizar la cantidad de escombros, concreto y tierra mezclados con la chatarra. Aprendimos desde un principio que la mentalidad del operador de un vertedero es muy diferente de la nuestra. Luego de varias visitas al vertedero observamos que una vez la chatarra era examinada por las autoridades forenses, la inclinación era a enterrar el material. Al menos varios miles de toneladas, quizás hasta 10,000 fueron enterrados antes de que pudiéramos convencer a los operadores que ese material no era basura y que debía ser separado. Esperamos completar las operaciones de incineraci´øn en el vertedero a mediados o finales de diciembre cuando hayamos preparado y enviado las 35,000 o más toneladas de vigas de acero que llegaron al vertedero antes del 1ro de octubre. A finales de septiembre, se estableció un sistema para mercadear las vigas a través de un RFP en 2 lotes de 25,000 toneladas. El 22 de septiembre se otorgaron los primeros contratos a Metal Management y a HNSE, concediéndole 25, 000 toneladas cada uno, a ser enviados en un término de 30 días en barcazas con cargas de 40-1000 toneladas directamente desde la Zona Cero. Las primeras barcazas comenzaron a llegar a nuestras instalaciones en Claremont el 24 de septiembre, y completamos nuestro contrato el 7 de noviembre. Luego de la subasta anterior, se subastaron otras 60,000 toneladas en 3 lotes de 20,000 toneladas en octubre. Metal Management ganó 2 de los lotes y Blandford land Clearing ganó el lote remanente. La descarga de barcazas que llegaban continuamente a nuestras instalaciones en Claremont se convirtió en una labor de 24 horas y seis días a la semana, la cual requirió el uso de pieza de maquinaria a nuestra disposición. Inicialmente, comenzamos una Hitachi 110 con un gancho de 5 yardas, pero la falta de pivote y el peso de las vigas (muchas de ellas pesaban más de 30 toneladas cada una) hizo imposible el trabajo , y nos vimos forzados a utilizar una grúa de cable American 999 para enganchar las piezas más pesadas, así como una procesadora de material CAT 350 para descargar las vigas más livianas. Una vez descargadas, había que transportar las vigas del depósito a un lugar por separado de aproximadamente 7 acres para un proceso de preparación similar al del vertedero. Preparamos el área colocando asfalto triturado y piedra para tener una superficie sólida de trabajo. También empleamos a un contratista con 22 quemadores provenientes de Luisiana junto con dos grúas con ganchos. Se utilizó en Claremont el mismo protocolo de seguridad incluyendo supervisión y pruebas constantes. Simultáneamente con la descarga de barcazas, también recibíamos 150 o más camiones por día de chatarra sin preparar del vertedero, lo cual nos mantenía en un horario de operación de 24 horas al día, seis días a la semana y ocho horas los domingos. Para mantener el flujo de materiales manteníamos operando durante ese mismo horario dos cizallas, una 900 y una 1200 estacionario, nuestra trituradora de 6,000 HP y una prensa Harris de tamaño grande. Es importante mencionar que junto a las visitas no anunciadas de OSHA y otras agencias reguladoras, teníamos un representante del Departamento de Sanidad de NY en nuestra área de pesaje todo el tiempo, inspeccionando y supervisando cada boleto de pesaje de cada camión y el peso de carga de cada barcaza recibida. Finalmente, el 11 de septiembre el puerto de NY/NJ fue cerrado durante aproximadamente 10 días, una acción sin precedente que resultó en tener que cargar los barcos en otros puertos. Desde su reapertura hemos cargado ocho barcos para exportación para un total de 250,000 toneladas. En conclusión, el flujo de chatarra de la Zona Cero ha disminuido en las últimas semanas y esperamos poder reducir nuestros horarios de operación de 24 a 20 horas por día. John y yo nos hemos sentimos sumamente orgullosos de nuestra gente en estos días tan difíciles que han exigido tanto de todos. Fue un gran sacrificio en relación con el tiempo que no pudieron compartir con sus familias y el cual nunca podrán reemplazar. Soy muy afortundada de tener a Joe Payesko aquí con nosotros esta noche, nuestro gerente comercial y de operaciones. El estuvo a cargo primordialmente de los trabajos en Fresh Kills, además de sus responsabilidades regulares. Sin él no hubiéramos llegado hasta donde hemos llegado. Me gustaría agradecerle a él y a tantos otros en HNSE por su dedicación y arduo trabajo. . Muchas Gracias