perdon gratitud compasion

Transcripción

perdon gratitud compasion
PERDON GRATITUD COMPASION
Materiales de trabajo de la serie Agarti®
Responsable editorial para la asociación civil Haz lo que eres y sé lo que haces: Luca Galizia
Proyecto de diseño: Efrem Barrotta y Gabriele Saveri
Diagramación: Daniele de Lorenzo
Traducción: Paola Urbani y Adolfo Ayuso Audry
Revisión texto en español: Dania Mejía Sandoval
Ararat y Agarti son marcas registradas de Medidiscipline Lda
© 2013 M.E.D. Medidiscipline Events - Edition & Distribution Lda
Avenida Arriaga 73, 9004-030 Funchal Madeira - Portugal
Todos los derechos reservados
Este libro se imprime por parte de la asociación civil Haz lo que eres y sé lo que haces
escritura n. doscientos once mil
Encino grande 180/4 colonia Pueblo de Tetelpan 1700 del. Alvaro Obregon Mexico D.F.
bajo concesión de Med Medidiscipline
Primera edición en México: Septiembre 2013
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tel. Guadalajara 3331917091
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“La mente no tiene necesidad,
como una jarra, de ser llenada,
más bien, como madera,
de una chispa que la encienda
y un amor ardiente por la verdad.”
Plutarco
El arte de escuchar
Prologo
Patrizio Paoletti es italiano, muy conocido en Europa como pensador innovador y orador renombrado,
creador de una tecnología innovadora para la organización interior humana denominada Pedagogía
para el Tercer Milenio, emprededor de éxito, filántropo fundador de dos de las principales fundaciones
italianas para la educación y el apoyo a niños desaventajados, además es coach en varos seminarios y
cursos. Perdón, gratitud, compasión es la primera edicion en México de un libro suyo.
El recorrido que aquí se presenta, y que nos acompañará a través de las ideas de perdón, gratitud, compasión, nace de un ciclo de encuentros llamado “Preguntas y respuestas”, conducidos por Patrizio Paoletti
en el verano de 2012 en Assisi, Italia. Tras aquellos momentos dedicados a compartir estas ideas, con la
participación de centenares de personas profundamente involucradas, presentamos aquí un recorrido didáctico y de reflexión para profundizar en estas ideas fundamentales para nuestro tiempo y para la evolución
personal que estamos buscando todos juntos. Patrizio Paoletti nos acompaña, con su acostumbrada maestría y un renovado, directo e incisivo lenguaje,
a través de una investigación más íntima y profunda, llegando al corazón de las reflexiones que cada uno de
nosotros produce sobre sí mismo, su propio origen, su posible devenir. Al recorrido de investigación se agregan
ejercicios prácticos para el día a día, con la finalidad de descubrir en uno mismo la dimensión del sutil conflicto
interior y la posibilidad de su solución, para poder observar el estado de orfandad que experimentamos e ir
más allá de tal condición con el propósito de sumergirnos en nuevas dimensiones. Descubrimos así la posibilidad de dejar este opresivo peso que deriva del no perdonarse y perdonar las ofensas supuestas o reales.
Por fin liberados de la carga de las memorias pasadas y de las proyecciones futuras, podremos encontrar la
verdadera recompensa, que es gozar del momento y, gracias a esta capacidad nuestra de gozar, descubrir una
gratitud esencial, el gran deber que se le pide a la humanidad en cuanto especie ápice de nuestro planeta.
Se trata de la concreta capacidad de gozar del don inestimable de nuestro “estar aquí”, que nos permite ser
simplemente agradecidos por todo, del hecho de que estemos aquí, de la posibilidad de este momento presente.
Asimismo descubriremos nuestros límites y los límites del otro, y al mismo tiempo descubriremos la posibilidad de superar esos límites a través de la compasión, que nos enseña cómo reencontrar aquel mi mismo
mas real y profundo, que exsiste antes de la construcción de nuestras memorias, que antecede a los miedos,
a la debilidad y a la fuerza, aquel mi mismo que existe en una dimensión en la cual cesa todo el círculo de
las cosas de la vida, una dimensión donde es posible estar todos juntos, interconectados, ser responsables los
unos de los otros y beneficiarnos mutuamente.
Confiamos en que este texto pueda ser tu compañero para las más atentas e íntimas reflexiones sobre el
sentido de nuestro estar aquí, gracias a la línea trazada por Patrizio Paoletti. Notarás que la cuarta sección de este texto está dedicada a las preguntas más significativas que los participantes le han planteado a
Paoletti en este ciclo de encuentros y que bien reflejan las preguntas que cada uno de nosotros encuentra en
el camino de la búsqueda.
Apasionadamente, Andrea Pintimalli
5.
• PRIMERA PARTE •
el Perdon
.1.
El conflicto y las causas del conflicto
Este texto quiere empezar en la forma de un simple diálogo, en el cual sea posible
compartir reflexiones de sentido sobre los temas del perdón, de la gratitud y de la
compasión.
Quisiera entonces empezar contando un hecho de mi vida de hace algunos años. Un
señor bastante especial, que se llamaba C. R., vino a encontrarme en los años 80. Nos
reunimos algunos días y dialogamos juntos sobre algunos temas que le interesaban
mucho. C. R. había heredado una editorial por parte de su familia y había editado
algunos importantes textos sobre la espiritualidad; asimismo había frecuentado
una buena parte de las religiones conocidas, y por un rato había también pensado
de hacerse monje, pero al final no lo había hecho; además conocía de manera
enciclopédica las obras de Jung, Freud y de muchos otros filósofos y pensadores
contemporáneos. El planteamiento que me hizo fue simple: “Quisiera hablar con usted
de una manera natural, quisiera sobre todo que pudiésemos hablar al mismo nivel, es
decir, yo no voy a hacer preguntas y no espero respuestas, simplemente me gustaría
compartir con usted algunas de las observaciones que me he planteado en más de
cincuenta años de búsqueda”.
Podemos entonces empezar por una observación fundamental sobre nuestra especie,
que en aquel tiempo compartimos con C. R.: el ser humano desde siempre manifiesta
violencia, y no obstante millones de años de evolución, todavía nuestra época ve
conflictos de todo tipo, y de hecho, el primer fin de cada tecnología que producimos,
cada nuevo invento, tiene normalmente un uso violento, debido a nuestra enorme
necesidad de dominar el otro.
Indagando en el asunto, incluso llegamos a la comprensión de lo que yo defino el
estado de obligación en el cual la humanidad permanece, ignorando tal estado es
imposible cualquier proceso evolutivo. Es necesario comprender que no somos libres,
pues en nuestro estado de ser, una buena parte de nuestra vida, por no decir toda
nuestra vida, es reactiva y no interactiva. Es reactiva porque no recibe una lectura
del instante en el preciso instante, sino que el instante mismo es filtrado por las
experiencias personales precedentes, haciéndose así memoria y haciendo que se
El
conflicto y las causas del conflicto
9.
pierda el contacto, la sensibilidad ante el evento. En ausencia de la capacidad de
ser sensible al evento mismo, la respuesta, cualquiera que sea, es de todos modos
equivocada.
La investigación, entonces, se enfocó en el porqué de la extrema necesidad del ser
humano de incorporarse a alguna catalogación bien reconocida y homologada: “Soy
esto, soy esto otro; pertenezco a esto, a esto otro; soy hombre, soy mujer y – ¡que
quede claro! – soy cristiano, soy budista, induista, ateo. Soy todo lo que quieras, pero
que esté bien definido.”
La incapacidad del ser humano de mantenerse indeterminado subraya un estado de
necesidad agudo: la necesidad de sosegarse a uno mismo que no colma un miedo
–­­­porque el miedo, la avidez, la lujuria miran hacia el futuro –, pero la soledad, la
laceración que produce el sentirse solo debe ser cubierta por un anestésico, como
por ejemplo la gratificación. Esto aclara el porqué de la incapacidad de aplacar la
violencia, de acallar la violencia.
De modo que con el señor C. R. empezamos por una simple instantánea sobre la
humanidad. ¿La humanidad es violenta? No. Que la humanidad exprese violencia
es algo diferente. No sabemos todavía si los seres humanos sean violentos, pero
sabemos que a lo largo de la historia han expresado con gran fuerza y constancia su
necesidad a través de la violencia. La pregunta entonces es: ¿acaso es posible llegar
a un lugar donde la violencia pierda su fuerza? y ¿el perdón es el antídoto para la
violencia? La investigación da un resultado inmediato: no, el perdón no resana la
violencia. El perdón en sí mismo no tiene la fuerza para resanar la violencia.
¿Entonces qué es lo que puede aplacarnos? Ver claramente el estado de necesidad, su
origen y su vacuidad. Así, hay que comprender que es necesario extinguir un estado
de ignorancia para poder no acallar, más bien superar la violencia. La violencia, por
supuesto, es un estado necesario puesto que no se ha encontrado otra salida, otra
respuesta, otra canalización para la energía que manifiesta como una necesidad
exasperada: “¡Mírame!”. Y si no me miras, después de que te lo pedí de mil y un
maneras, ya llega el puñetazo, el grito, o peor, la afirmación: “Es inútil, no entiende.
¿Por qué tendría que darle todavía mi amistad? Es estúpido, es tonto, es ingenuo, es –
de todos modos – insuficiente para mí, y entonces me separo de él”.
Vivimos en una humanidad separada, porque constantemente es capaz de producir
etiquetas. Un rico es verdaderamente distinto de un pobre y realmente goza de más
poder que un pobre. Y en esto no hay nada extraño, es simplemente el análisis de
un estado. Pero nuestro hábito no consiste en analizar, más bien en etiquetar, la
mente etiquetadora produce una y otra vez sentencias que generan separación, y la
separación es violencia.
Es necesario abrir los propios ojos sobre estas y muchas otras condiciones, para poder
moverse del lugar en donde nos golpean y por ende sustraerse a la ley que afirma: “Si
.10
ARARAT
te golpean, tienes que reaccionar”. No es posible desvincularse de esta ley. Tú puedes
evitar ser reactivo solo si no eres golpeado. Entonces, la pregunta que cambia el
enfoque de la investigación es: ¿cómo arreglártelas para no ser continuamente violado
y violar a tu vez? Violado, antes que por los otros, por mí mismo, por mi sentido
histórico de insuficiencia, fruto de mi memoria, no actual ni objetiva. Este sentido de
insuficiencia está conmigo desde que nací, desde que salí del vientre de mi madre y
me encontré por primera vez incómodo, solo y – por qué no? – abandonado, en todo
caso, separado, sin la capacidad de afirmar: “Es natural”. Esta condición natural ha
sido para mí tan innatural que todavía pesa en mis espaldas como una roca enorme
que desacelera mi camino.
Hemos visto entonces tres puntos fundamentales. Desde que el ser humano existe,
con él existe la violencia; el origen de la violencia es la necesidad; la necesidad es la
manifestación de la soledad, de la separación, que se sigue multiplicando a sí misma a
través de etiquetas que cada día le dan mayor poder, potenciando así el circuito de la
violencia. Si tú no eres esto, entonces eres aquello, y pues no puedes simplemente ser
“otro”, porque otro está separado de yo. Pero si yo fuera nosotros, y si nosotros fuera
otro de nosotros, ¿que pasaría?
¿Nunca has conducido una investigación profunda en este sentido? ¡Si yo prolongara
mis confines y lograra contener más cosas, si mi sensibilidad lograra hacerme
empático! ¡Pero esto ya te ha pasado muchas veces¡ Y en ese momento, durante ese
tiempo tú fuiste objetivamente distinto, tus comportamientos cambiaron, porque tus
procesos reactivos, por un momento, también cambiaron. Pero, como dice el dicho, el
zorro pierde el pelo pero no las mañas, y después de un instante el hechizo se acabó, y
volviste a ser el “etiquetador”.
Hemos comprendido, entonces, de manera muy rápida, que la raíz de todo es la
separación, que se manifiesta con una extrema necesidad de gratificación, que se
convierte en una demanda extrema, que cuando no encuentra satisfacción – y no es
posible que esto pase, porque tal demanda es patológica –, se convierte en separación,
y hemos aprendido ya que la separación es violencia en sí misma.
Un confín puede ser extraordinariamente violento, increíblemente coercitivo. Y el
pensar que esto pueda protegernos o proteger a alguien es una locura. Mover a los
peones, mover la necesidad no es resolver la necesidad. Mover la olla de un fogón a
otro no es haber resuelto nada, significa simplemente creer que no seré yo el primero
en quemarme.
El
conflicto y las causas del conflicto
11.
Ejercicio 1 La vida como oportunidad
Finalidad:
Percibir la vida como la gran oportunidad. Hacerse consciente de la responsabilidad que
representa.
Resultados esperados:
Aumentar la sensibilidad.
Instrucciones:
Siediti comodamente con i piedi ben piantati a terra e la schiena eretta. Se puoi, non
Siéntate con los pies bien enraizados en el suelo y la espalda derecha. Si puedes,
no te apoyes en el respaldo y mantén la espalda relajada. Inhala profundamente
y exhala por completo... Relájate, relájate, relájate. Lleva ahora tu atención al
ambiente a tu alrededor, percibe su tamaño, hazte sensible a las cosas contenidas
ahí. Expande tu atención hasta los confines extremos del espacio que te rodea.
Toma referencias. Cuando te sientas listo, lleva tu atención a lo que piensas que
está afuera del ambiente que te contiene. Siente cómo todo esto te ayuda a expandir
tus percepciones. Respira profundamente y relájate al exhalar. Hazte consciente
del hecho de que desarrollar esta habilidad de confrontarte con ambientes siempre
más grandes y complejos es lo que verdaderamente necesitas para crecer y para
guiar tu vida. Quédate todo el tiempo necesario en este estado y amplifica tus
percepciones. Toma referencias. Percibe cómo la vida es para ti la oportunidad más
grande que hayas recibido. Las dificultades que existen en ella no son obstáculos sino
herramientas. Ellas tienen la tarea de ayudarte a perfeccionar el uso que tú haces de
tus recursos. Decide tomar plenamente el mando de tu vida. Inhala profundamente
y exhala por completo... Relájate, relájate, relájate. Quédate todo el tiempo que
te parezca necesario en este estado y deja que dentro de ti, gracias a estas nuevas
comprensiones, todo se reorganice, todo se reajuste. Permite ahora, y en todo caso
a ti mismo, reestructurar hechos y experiencias de manera natural y constructiva, de
manera que todo en ti colabore para la creación de la vida que quieres y que deseas.
Relájate. Quédate unos instantes en este estado y permite que dentro de ti todo pueda
suceder para hacerte todavía más listo y consciente, disponible y operativo, atento y
capaz. Ahora respira profundo y vuelve del todo presente el mundo que te rodea.
.12
ARARAT

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