La Redó! - Historias de los mundiales

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La Redó!
Manchando la pelota
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Table Of Contents
Historia de los mundiales: Sudáfrica 2010 ............................................ 3
Historia de los mundiales: Alemania 2006 ........................................... 24
Historia de los mundiales: Corea/Japón 2002 ........................................ 32
Historia de los mundiales: Francia 1998 ............................................ 37
Historia de los mundiales: Estados Unidos 1994 ....................................... 60
Historia de los mundiales: Italia 1990 .............................................. 73
Historia de los mundiales: México 1986 ............................................ 78
Historia de los mundiales: España 1982 ............................................ 87
Historia de los mundiales: Argentina 1978 .......................................... 94
Historia de los mundiales: Alemania 1974 ........................................... 99
Historia de los mundiales: México 1970 ........................................... 106
Historia de los mundiales: Inglaterra 1966 ......................................... 112
Historia de los mundiales: Chile 1962 ............................................. 117
Historia de los mundiales: Suecia 1958 ............................................ 122
Historia de los mundiales: Suiza 1954 ............................................. 127
Historia de los mundiales: Brasil 1950 ............................................ 132
Historia de los mundiales: Francia 1938 ........................................... 137
Historia de los mundiales: Italia 1934 ............................................. 140
Historia de los mundiales: Uruguay 1930 .......................................... 145
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Historia de los mundiales: Sudáfrica 2010
by Fernando Marino - Miércoles, junio 11, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-sudafrica-2010-84308-/
Ya, pero ya, empieza el mundial y ya, pero ya, termina este repaso histórico por cada copa del mundo. En esta
oportunidad, la primera que se disputó en suelo africano.
El siniestro Joseph Blatter pensó en hacer un mundial por vez primera en el continente africano y las pupilas
dejaron de tener forma circular para quedar moldeadas con forma de una S con una línea vertical atravesada (?).
Fue así que aprovechó para simular ser Bob Geldof (?) y anunciar que la copa del mundo del 2010,
indefectiblemente, iba a jugarse en África. Sí o sí. Fue por ello que los posibles anfitriones a salir sorteados fueron
únicamente africanos: Sudáfrica -ganador-, Marruecos -el Mago sin Dientes de los sorteos (?): se presentó para
2010, 2006, 1998 y 1994, perdiendo todos-, Egipto y Libia/Túnez.
Pese a que los sudafricanos llegaron medio cagando (?) con la organización, el torneo transcurrió con normalidad.
Ahora bien, desde lo futbolístico fue un meh importante. Pero pasemos a analizar quiénes y cómo llegaron a
Sudáfrica.
Europa tuvo a 13 representantes. Pasaron derechito Dinamarca, Suiza, Eslovaquia, Alemania (que pasó cómodo,
quedando 4 unidades por sobre Rusia), España (ganó todos sus partidos, sacándole 11 puntos a Bosnia),
Inglaterra (terminó 6 puntos arriba de Ucrania), Serbia, Italia (campeón defensor, le sacó 6 puntos a Irlanda) y
Holanda (que ganó todos sus encuentros y aventajó por 14 puntos a Noruega y Escocia, que ni pasaron a
repechaje por ser los peores segundos con 10 puntos).
Al repechaje sobrevivieron selecciones como Portugal (quedó 1 punto debajo de Dinamarca y eliminó a Bosnia
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con sendos 1 a 0; hay que decir que Cristiano Ronaldo no hizo un puto gol en toda la clasificatoria), Grecia (había
quedado 1 punto por debajo de Suiza, ganándole ajustadamente a Ucrania en la repesca, lográndolo allá en
Donetsk), Eslovenia (terminó a 2 puntos de Eslovaquia y eliminó a Rusia gracias al gol de visitante) y Francia
(quedó 1 punto debajo de Serbia y pasó eliminando a Irlanda con la recordada mano de Henry que terminó con el
gol de Gallas). Así las cosas, quedaron afuera seleccionados como el de Suecia, República Checa, Turquía, Bélgica
y Croacia.
Sudamérica puso a 5 representantes en África. Brasil ganó la general con 34 unidades, un punto más que el Chile
de Marcelo Bielsa y el Paraguay de Gerardo Martino. Argentina, con 28 puntos, pasó como cuarta, cortando
clavos al asegurarse el pasaje al mundial recién en la última jornada, ganándole de pedo al último, Perú, en el
Monumental (con el inolvidable gol de Palermo bajo una copiosa lluvia) y, luego, venciendo como visitante a
Uruguay (que quedó condenado a jugar un nuevo repechaje, en el cual triunfó por sobre Costa Rica) con el gol de
Bolatti, que desembocó en el legendario LTA.
Habíamos empezado con un nuevo ciclo de Basile, que venía de ganar todo con Boca. Todos recordamos uno o dos
partidos del ’94 e, inmediatamente, sin mucho análisis profundo, nos imaginamos a Agüero, Messi, Tévez,
Riquelme, Palacio, Di María, Maxi Rodríguez, Milito, Crespo, Vildozo (?), todos juntos en cancha con un equipo
ultra-ofensivo. Pero no fue así. Salvo por el oasis que representó la Copa América de Venezuela, el rendimiento
estuvo muy lejos de lo esperado. Una apática derrota en Chile significó la renuncia del Coco y la llegada -bajo
sospechas pizzirrucheanas (?)- de Diego Armando Maradona. La cosa es que no se mejoró demasiado. Casi que
hasta se empeoró. Sacando el triunfo como local ante Venezuela, el resto del trabajo fue como para mandar todo a
la papelera de reciclaje, vaciar esa papelera, darle encima con el CC Cleaner y, después, prender fuego la PC (?):
orteada 1 – 6 en Bolivia, caída 0 – 2 en Ecuador con pelota doblando, lección recibida en Rosario por parte de los
brasileños y lastimosa derrota ante Paraguay -con Schiavi jugando a ser Batistuta (!)-.
Concacaf metió 3 representantes. Estados Unidos, que ganó el grupo final, superando a México, segundo
clasificado, por 1 punto y a Honduras, el último, por 4 unidades. Por tener peor diferencia de gol que los
hondureños, Costa Rica tuvo que jugar el repechaje, quedando eliminada por Uruguay, tal cual mencionábamos
antes.
Asia mandó a 4 representantes a tierras africanas. Pasaron Australia y Japón por ser primero y segundo,
respectivamente, del grupo 1 de la ronda final. En el grupo 2 clasificaron Corea del Sur y Corea del Norte,
liderando la más abajeña. Los terceros de cada grupo, Bahrein y Arabia Saudita, jugaban un desempate para ver
quién enfrentaba, en un nuevo partido repechaje, con el representante de Oceanía, Nueva Zelanda. Bahrein se
impuso por sobre los árabes tras empatar en el global, teniendo el plus de los goles de visitante. De todas maneras,
no pudieron con los All Blacks, y cayeron por un global de 1 a 0. Justamente, Nueva Zelanda había clasificado a
dicha instancia tras ganar un grupo compuesto por Nueva Caledonia, Fiji y Vanuatu.
África metió la friolera (?) de 6 representantes. Sudáfrica, por ser local, obviamente, ya estaba clasificada. Los
ganadores de los grupos que terminaron clasificando fueron Camerún (batió a Gabón, a Togo y a Marruecos),
Nigeria (superó a Túnez, Mozambique y Kenya), Argelia (le ganó un desempate a Egipto en Sudán por 1 a 0, tras
quedar igualados en puntos y con idéntica diferencia de gol y goles a favor), Ghana (dejó en el camino a Benin,
Mali y Sudán) y Costa de Marfil (se impuso a Burkina Faso, Malawi y Guinea).
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El grupo A tenía al local, a Francia (actual subcampeón mundial), a México y a Uruguay. Sudáfrica, dirigida por
un DT campeón mundial, Carlos Alberto Parreira, decidía prescindir de uno de sus históricos, Benni McCarthy,
quedando Steven Pienaar como su referente futbolístico. Los franceses, que volvían a ser dirigidos por el esotérico
(?) Raymond Domenech, afrontaba su primera copa del mundo post Zidane con un plantel que contaba con
jugadores como Hugo Lloris, Eric Abidal, William Gallas, Franck Ribery, Thierry Henry, Patrice Evra, Jeremy
Toulalan, Florent Malouda, Abou Diaby, Nicolas Anelka, Gael Clichy, entre otros.
Uruguay, con Oscar Washington Tabarez como seleccionador, se presentaba en Sudáfrica con una sólida base:
Diego Lugano y Diego Godín los centrales, los medios Diego Pérez y el hasta ese entonces desconocido Egidio
Arévalo Ríos, y los atacantes Luis Suárez, Diego Forlán y Edinson Cavani, más Sebastián Abreu en su rol de
cebador de mates y cameraman (?). México llegaba de la mano del reconocido Javier Aguirre. El Vasco juntaba a
tipos de experiencia como Rafa Márquez y Cuauhtémoc Blanco (de 37 pirulos) y a jóvenes como Carlos Vela,
Javier “Chicharito” Hernández (todavía en el Chivas), Giovani dos Santos (al que ya le habían dado salida del
Barcelona) y Andrés Guardado. Además, estaba nuestro Guillermo Franco, que iniciaba una suerte de ola (?) de
argentinos nacionalizados mexicanos.
Sudafricanos y aztecas inauguraron la copa del mundo en Iojánesberg (?), ante más de 84.000 personas. Era la
oportunidad ideal para que los Bafana Bafana obtuviesen su primer triunfo. No pudo ser, aunque casi: un golazo de
Siphiwe Tshabalala le daba la ventaja al local, pero se durmió en defensa (hasta Mandela tiró el achique, pero
quedó uno enganchado habilitando a todo el mundo -dicen sería un primo africano de Cahais (?)- y lo empató Rafa
Márquez en el tramo final del march. Uruguay inició su torneo igualando 0 a 0 ante Francia en un partido
chotísimo. Los orientales tuvieron el descaro de golear al local por 3 a 0, con dos tantos de Diego Forlán (un
terrible zapallazo y un penal). Luego, México le propinó el primer cachetazo a Francia, que empezaba a hacerle la
camucha (?) a Domenech, al ganarle 2 a 0. Uruguay, con un gol de Luis Suárez, le ganó por la mínima a México,
que quedó segundo por mejor diferencia de gol que los sudafricanos, que se aprovecharon de los franceses, a los
que derrotaron 2 a 1. Quedaron eliminados, pero, al menos, le regalaron el primer triunfo a su gente.
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Argentina había caído en un no complicado grupo B, junto con Grecia, Nigeria (con quienes ya había compartido
zona) y Corea del Sur. Los asiáticos tenían a un único hombre de referencia: su capitán y figura, el hombre del
Manchester United, Park Ji-Sung. Los griegos tenían todavía en el banco al alemán Otto Rehhagel, que disponía
de hombres más o menos (mas menos que más) conocidos como Georgios Samaras, Angelos Charisteas, Giorgos
Karagounis, Dimitris Saplingidis, Theofanis Gekas y Sokratis Papastathopoulos. Los nigerianos eran dirigidos por
un sueco, Lars Lagerbäck, y no iban a poder contar con su máxima figura, Jon Obi Mikel, que decidió no jugar el
mundial para preservar su condición física (si Maradona lo escucha, lo empala). Quedaban el oxidadísimo
Nwankwo Kanu y los bluffs Obafemi Martins y Victor Obinna.
La Selesió’, como ya dijimos, era conducida por Diego Armando Maradona, el mejor jugador de la historia, pero
no el mejor técnico. El 10 probó a 6.000 mil jugadores para terminar llevando a Nicolás Burdisso, Gabriel Heinze,
Lionel Messi, Carlos Tévez, Javier Mascherano, Maxi Rodríguez (venían del 2006), Juan Sebastián Verón,
Walter Samuel (volvían tras su ausencia en Alemania), Martín Demichelis, Clemente Rodríguez, Ángel Di María,
Gonzalo Higuaín, Sergio Agüero, Jonás Gutiérrez y 10 más, Martín Palermo, Diego Milito, Nicolás Otamendi,
Mariano Andújar, Sergio Romero y Javier Pastore (todos se estrenaban en una copa del mundo) y Diego Pozo y
Ariel Garcé (!), que pegaron pasaje a último momento (?).
Argentina debutó con Nigeria, su compañera inseparable en fase de grupos. Ganó bien el equipo de Maradona, que
no pudo con un inspirado Enyeama, que tapó todo menos el impecable cabezazo de Heinze. Después, vapuleó a
Corea del Sur con un gol en contra y una tripleta de Higuaín. Mención de honor para Demichelis, que sobró la
situación en el fondo y permitió el descuento de los asiáticos. El ex River se redimió abriendo el marcador en el
partido siguiente ante los griegos, cerrando la cuenta Martín Palermo, que, con ese gol, tachó hasta la generala
doble (?). La Selección pasó a octavos con puntaje ideal, siendo uno de los dos equipos que ganaron todos sus
partidos en la zona de grupos, al igual que en Francia ’98. Los coreanos fueron los otros clasificados con 4 puntos,
dejando afuera a Grecia (3 puntos) y a la casi local Nigeria (1 punto).
El grupo C reunió a Inglaterra, Estados Unidos, Argelia y Eslovenia. Los de la Rosa Roja eran dirigidos por el
gran Fabio Capello, que convocó a la base de siempre (Ashley Cole, Steven Gerrard, John Terry, Frank
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Lampard, Wayne Rooney, Joe Cole, Michael Carrick, entre tantos otros). Los eslovenos, obviamente, contaban
con muchas menos figuras, destacándose levemente el arquero Samir Handanovic, el volante creativo Robert Koren
y el puntero Valter Birsa. Ni hablar del plantel de los africanos, que tenían entre sus filas a muchos jugadores
desempeñándose en ligas europeas, pero en equipos de mediopelo para abajo (los más destacados eran Madjid
Bougherra -Rangers-, Nadir Belhadj -Portsmouth-, Antar Yahia -el héroe del desempate ante Egipto, del Bochum-,
Yazid Mansouri -Lorient- y Karim Ziani -Wolfsburg-. El Team America (?) era dirigido por Bob Bradley, que en
su plantel tenía a su hijo Emiliano Díaz Michael Bradley (ex Roma, que estaba en el Borussia Mönchengladbach),
y a Tim Howard, Clint Dempsey, Oguchi Onyewu, DaMarcus Beasley, Landon Donovan y Jozy Altidore.
Parejito fue el trámite. Pasaron los de habla inglesa, dejando afuera a Eslovenia y a Argelia. Ingleses y
norteamericanos quedaron igualados con 5 unidades y con igual diferencia de gol, aunque los yankees marcaron
más, así que ni hizo falta definir posiciones por enfrentamiento entre sí. Aunque hubiese sido al pedo, ya que
empataron 1 a 1, con goles de Gerrard y de Dempsey (con clara colaboración de Robert Green, que hizo una de
Javier Sodero). Ambos clasificados terminaron abrochando el pasaje a octavos con lo justo: los de Capello le
ganaron a los eslovenos (quienes eran los líderes hasta dicho enfrentamiento) con un solitario gol de Defoe,
mientras que USA superó a Argelia (tercer africano que se quedaba afuera) con un gol de Donovan en tiempo de
descuento.
Alemania, Serbia, Ghana y Australia coincidieron en el difícil grupo D. Los teutones eran liderados por Joachim
Löw, ex ayudante de Klinsmann y actual seleccionador nacional, que tenía, como siempre, una plantilla altamente
competitiva, con muchachos de la talla de Manuel Neuer, Sami Khedira, Bastian Schweinsteiger, Mesut Özil,
Lukas Podolski, Miroslav Klose, Thomas Müller, Philipp Lahm, Per Mertesacker, Toni Kroos, Jerome Boateng.
Es decir, buena parte de la base que va a disputar el mundial en Brasil. Los otros europeos, es decir, los serbios
(dirigidos por el reconocido Radomir Antic), no se quedaban atrás: Aleksandar Kolarov, Nemanja Vidic,
Branislav Ivanovic, Dejan Stankovic, Nikola Zigic, Milos Krasic, Neven Subotic, Zdravko Kuzmanovic, eran
algunos de los apellidos que integraban el plantel.
Los australianos llegaban a África con una generación que se jugaba sus últimos cartuchos (Mark Schwarzer, Lucas
Neill, Tim Cahill, Harry Kewell, Vincenzo Grella, Mark Bresciano) y que estaba a cargo de un holandés: Pim
Verbeek. Los africanos, dirigidos por un serbio (Milovan Rajevac), tenían uno de los equipos más competitivos del
continente, con jugadores como Asamoah Gyan, John Paintsil, John Mensah, Derek Boateng, Stephen Appiah,
Sulley Muntari, Andre Ayew y Kevin-Prince Boateng.
A priori, era una de las zonas más difíciles. Y terminó parejita la cosa: Alemania pasó como puntera, aunque recién
se aseguró en la última fecha la clasificación al ganarle a Ghana 1 a 0 con un golazo de Özil (antes, había goleado a
Australia -con festival del bueno de Mesut- y había caído ante Serbia). El segundo fue Ghana, que quedó empatada
en puntos con Australia: ambos habían ganado uno, igualado otro y perdido el restante, pero los africanos tenían
nula diferencia de gol (habían marcado sólo 2 goles -ambos de Asamoah Gyan, los dos de penal- y recibido igual
cantidad), mientras que a los Wallabies (?) los liquidó la goleada sufrida ante los alemanes. Así, las Estrellas
Negras se convertían en los primeros (y únicos) del continente en pasar a la siguiente fase. Los serbios quedaron
últimos, con los 3 puntos de su triunfo ante los alemanes.
Holanda, Dinamarca, Camerún y Japón eran los contendientes del grupo E. Los holandeses, de la mano de Bert
van Marwijk, llegaban afiladitos al mundial. No tenía un plantel de la concha de su madre (?), pero abundaban los
buenos jugadores: Maarten Stekelenburg, Gregory van der Wiel, Giovanni van Bronckhorst, Mark van Bommel -el
yerno del DT-, Dirk Kuyt, Nigel de Jong, Robin van Persie, Wesley Sneijder, Arjen Robben, Ryan Babel,
Ibrahim Afellay, Klaas-Jan Huntelaar, Rafael van der Vaart.
Los daneses de Morten Olsen llegaban con algunos viejitos como Martin Jorgensen, Jesper Gronkjaer, Dennis
Rommedahl y Jon Dahl Tomasson, más los jóvenes Daniel Agger, Christian Eriksen y Nicklas Bendtner, el Maxi
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López danés (?). Camerún presentaba también un buen equipo, con nombres como el de Carlos Kameni, Benoit
Assou-Ekotto, Nicolas N’Koulou, Rigobert Song y su primo, Alex Song, Sebastien Bassong, Geremi, Samuel
Eto’o, Achille Emana, Jean Makoun, Stephane Mbia y Pierre Webo, el Benjamin Button negro (?). Los japoneses
volvían a estar bajo el mando de Takeshi Okada, quien los había clasificado por primera vez a un mundial, allá por
el ’98. No estaba ni Nakata ni Miura ni Hyuga (?), sí seguía Shunsuke Nakamura, y ya asomaban unos jóvenes
Yuto Nagatomo, Atsuto Uchida y Keisuke Honda.
Justamente Holanda fue el otro seleccionado en pasar la primera ronda ganando todos sus encuentros: triunfos ante
Dinamarca (2 a 0), Japón (1 a 0) y Camerún (2 a 1). Los ponjas, con un Honda en gran nivel, pasaron al ganar sus
otros dos cotejos (1 a 0 a Camerún y 3 a 1 a Dinamarca). Los daneses, al derrotar a Camerún, dejaron en 0 a los
decepcionantes Leones.
Fue en el grupo F que cayó el último campeón. Quedó emparejado con Paraguay, Eslovaquia y Nueva Zelanda.
Los tanos habían arrancado un nuevo proceso con Roberto Donadoni, a quien le fue como el culo a Basile,
propiciando el retorno del DT campeón, Vittorio Pozzo Marcello Lippi, quien contaba con un rico plantel, con
buena base del campeón: Gianluigi Buffon, Giorgio Chiellini, Fabio Cannavaro, Daniele De Rossi, Gennaro
Gattuso, Antonio Di Natale, Alberto Gilardino, Claudio Marchisio, Mauro Camoranesi, Fabio Quagliarella,
Gianluca Zambrotta, Giampaolo Pazzini, Andrea Pirlo, Riccardo Montolivo y Leonardo Bonucci.
Los guaraníes, bajo el mando de Gerardo Tata Martino, habían hecho una gran Eliminatoria y buscaban
confirmar en la copa del mundo, como en Francia ’98. Varios conocidos en el equipo, como Justo Villar, Claudio
Morel Rodríguez, Denis Caniza, Julio César Cáceres, Carlos Bonet, Óscar Cardozo, Roque Santa Cruz, Diego
Barreto, Aureliano Torres, Nelson Haedo Valdez, Aldo Bobadilla y los paraguayizados (?) Lucas Barrios,
Néstor Ortigoza y Jonathan Santana.
Los eslovacos eran dirigidos por Vladimir Weiss, que también tenía a su homónimo hijo en el equipo, y, además,
contaba con buenos jugadores como Martin Skrtel, Robert Vittek, Miroslav Stoch y Marek Hamsik. Los
neozelandeces tenían un equipo casi amateur, con algunos hombres con carrera en Europa, como Winston Reid,
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Ryan Nelsen, Chris Killen y Rory Fallon.
Feíto resultó el desarrollo del grupo F. Muchos partidos cerrados, pocos goles, pocas emociones. Lo mejor fue el
haber albergado LA sorpresa del mundial: Italia, campeón defensor, terminó último y se despidió prematuramente
de África. Los tanos empezaban mal la copa, perdiendo con Paraguay con un gol del ex Racing (!) Antolín Alcaraz,
pero llegó a empatarlo a través de De Rossi. Lo mismo ocurrió con Nueva Zelanda: gol de Smeltz para los de
Oceanía a poco de empezado el match, empatándolo Iaquinta, de penal. La sorpresa se dio en la última jornada,
cuando los eslovacos (que tenían sólo 1 punto) derrotaron 3 a 2 a los campeones vigentes y los mandaron de vuelta
a casa, metiéndose, además, en octavos de final. El líder del grupo fue Paraguay, con 5 puntos. Nueva Zelanda
empató sus 3 partidos y quedó eliminado, siendo el único equipo que finalizó el torneo invicto (!).
En el grupo G no estaba el campeón, pero sí estaba uno de los máximos candidatos: Brasil. Los cariocas cayeron
en la zona de la muerte (?) que Costa de Marfil, Portugal y Corea del Norte. Los brasucas, conducidos táctica y
técnicamente (?) por Dunga, habían mostrado una versión que aterraba: menos jogo bonito, aunque hiper-efectivo
en ataque y con un arquero y una defensa tan sólidos, que no parecían brasileños (?). Atajaba Julio César, en los
laterales sobraban Maicon y Daniel Alves, defendían Lucio, Juan, Thiago Silva y Luisao, repartía Felipe Melo,
cagaba Elano (?), equilibraban Gilberto Silva y Ramires, atacaba Luis Fabiano, manejaba Kaká y enfriaba (?)
Robinho.
Portugal, conducido por el Omar Labruna de Sir Alex Ferguson (?), Carlos Queiroz, tenía algunos buenos
jugadores como Ricardo Carvalho, Danny, Simao, Miguel, Pepe y Fabio Coentrao, más algunos dudosos como
Tiago, Raul Meireles, Miguel Veloso y Bruno Alves, más los buenos-buenos de Deco y Cristiano Ronaldo. Costa
de Marfil, con Sven-Göran Eriksson en el banco, era la gran esperanza africana. Como para no serlo con estos
players: Kolo Toure, Didier Zokora, Seydou Doumbia, Salomon Kalou, Cheick Tiote, Gervinho, Didier Drogba,
Yaya Toure y Emmanuel Eboue ¿Y Corea del Norte? Todos en el medio local, salvo un par en Japón y uno que
andaba en Rusia, Hong Yong-Jo, el capitán del equipo.
Brasil se hizo cargo de su rol de candidato y lideró la zona con 7 unidades: no sacó las diferencias esperadas ante
Corea del Norte (ganó 2 a 1), aunque sí superó con claridad a Costa de Marfil (3 a 1) para cerrar empatando 0 a 0
con sus primos portugueses. Justamente, los lusos, que también habían igualado sin goles con los africanos, fueron
los segundos, principalmente por el 7 a 0 que le propinaron a Gimnasia Corea del Norte, que terminó como el
colista de la zona. Costa de Marfil, al igual que en Alemania, padeció el haber coincidido con algunos pesos
pesados.
El grupo H nucleó a el otro gran candidato, España, el campeón europeo, Suiza, Chile y Honduras. El conjunto de
Vicente Del Bosque era riquísimo: Iker Casillas, Gerard Piqué, Carles Puyol, Andrés Iniesta, David Villa,
Xavi, Fernando Torres, Cesc Fabregas, Víctor Valdés, Juan Mata, Xabi Alonso, Sergio Ramos, Sergio
Busquets, Pedro, Fernando Llorente, Javi Martínez, David Silva, Jesús Navas, muchos de ellos en el pico de su
carrera.
¿Quién podía ganarle? ¿Los hondureños? Nah (?). Los dirigidos por el colombiano Reinaldo Rueda tenían a
algunos jugadores medianamente reconocidos en el ambiente europeo: Maynor Figueroa, David Suazo y los
Palacios: Johnny, Jerry, Wilson y Marcelo (?) ¿Los chilenos? Mmmmmmm. Ah, pero estaba Marcelo Bielsa en el
banco. Entonces seeeeh (?). Claudio Bravo, Waldo Ponce, Mauricio Isla, Pablo Contreras, Alexis Sánchez, Arturo
Vidal, Humberto Suazo, Jorge Valdivia, Matías Fernández y Gary Medel eran de los más destacados en la
selección chilena ¿Y los suizos? Los dirigidos por Ottmar Hitzfeld no eran tan mal equipo. Había buena materia,
como, por ejemplo, Stephan Lichtsteiner, Philippe Senderos, Gökhan Inler, Alexander Frei, Valon Behrami, Hakan
Yakin y Xherdan Shaqiri.
Y Suiza daba la gran sorpresa, nomás. En el arranque, le ganaba 1 a 0 al máximo candidato: España. Chile, que ya
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le había ganado a los hondureños, sí pudo ganarle al equipo de Hitzfeld (ambos triunfos por 1 a 0) y quedó muy
bien posicionado de cara al último match con los españoles, que vencieron a Honduras y debían ganarle sí o sí a los
chilenos. Y lo hicieron por 2 a 1 (los de Bielsa jugaron casi todo el partido con uno menos por expulsión de
Estrada). Los suizos empataron 0 a 0 en la última fecha con Honduras y perdieron la gran oportunidad de clasificar.
Muchos partidos parejos se dieron en octavos de final. Uruguay iniciaba la epopeya fletando a Corea del Sur. El
héroe fue Luis Suárez, que había marcado el primero y, cuando el match estaba igualado 1 a 1, a 10 del cierre, se
acomodó en el área y sacó un derechazo precioso para decretar el pasaje a cuartos. Ghana tuvo que esperar un
poco más ante Estados Unidos: Asamoah Gyan, en tiempo suplementario, puso el 2 a 1 definitivo con el que las
Estrellas Negras pasaban a la siguiente ronda. Holanda no estuvo del todo cómoda con Eslovaquia: dos goles y
una gran actuación de Arjen Robben eliminaron a los del Este europeo, que descontaron en tiempo adicionado a
través de Robert Vittek (penal). Un horror fue el partido entre Japón y Paraguay, que terminaron 0 a 0 y lo
definieron en los penales (a favor de los sudamericanos, que pasaban por primera vez a los cuartos de final).
Chile, al igual que en el ’98, se encontró con Brasil en octavos y, al igual que en Francia, se comió una goleada:
Juan, Luis Fabiano y Robinho marcaron para el inapelable 3 a 0 que ponía punto final a la mejor performance de
Bielsa en mundiales (?). Y México, al igual que en el 2006, se encontró con Argentina en octavos y, al igual que en
Alemania, terminó eliminado, aunque no hubo necesidad de jugar un alargue. Carlos Tévez (en claro offside) y
Gonzalo Higuaín (con una gran definición) le daban la ventaja a la Maradoneta (?) en el primer tiempo. En la
segunda etapa, un fierrazo de El Jugador del Pueblo liquidó la cosa, quedando tiempo para el descuento de
Chicharito Hernández, que, con un golazo, le puso cifras definitivas al 3 a 1.
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El que empezaba a hacer diferencias era Alemania, que le clavó 4 a Inglaterra. Miroslav Klose (con ayudita de
David James) y Lukas Podolski ponían arriba a los alemanes en media hora de juego. Pero descontó rápidamente
Matthew Upson, de cabeza, tras una salida en falso de Neuer. Al minuto, la polémica: un remate de Lampard da en
el travesaño, pica adentro y sale. Pero el gol no fue convalidado (se cobraron la de la final del ’66). Los ingleses se
cayeron después de eso: un doblete de Thomas Müller en el segundo tiempo decretó la goleada. El otro gran
partido de octavos fue el que iban a disputar España y sus vecinos de Portugal. Dominaron los españoles, que
pasaron algún que otro sofocón, pero que terminaron ganando con el gol de David Villa, tras una gran jugada
colectiva de ataque.
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En cuartos de final, Ghana y Uruguay disputaron un partido infartante: Sulley Muntari, con un remate desde lejos,
batía a Muslera sobre el final del primer tiempo. Pero Uruguay salió decidido a buscar el empate en la segunda
etapa. Y lo logró con un tiro libre de Diego Forlán. En el epílogo del suplementario, Lucho Suárez hizo una de
Kempes al evitar un gol con la mano. Pasa que el reglamento evolucionó y el charrúa se fue expulsado. Asamoah
Gyan pateó el tercer penal del torneo, pero este en particular lo mandó a la Papúa Nueva Guinea (?). En la
definición por penales, Muslera atajó dos y Abreu la picó para meter a Uruguay en semifinales después de como
600 años (?).
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En otro encuentro, Brasil arrancaba ganándole a Holanda y seguía afirmándose como el gran candidato a
disputarle el título a España: a los 10 minutos, excelente pase de Felipe Melo que fue definido por Robinho.
Stekelenburg sostuvo las distancias y, en el segundo tiempo, Wesley Sneijder lo dio vuelta. Primero con un centro
que nadie desvió y que dejó en ridículo a Julio César, que salió como Kletnicki (?). Después, rematando de cabeza
en el área tras un corner. Melo terminó yéndose expulsado y los brasileños se despedían antes de lo esperado.
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La oportunidad que se le escapó a Paraguay… Hubiese sido histórico. Gran planteo de Martino ante España. En el
segundo tiempo, los guaraníes dispusieron de LA chance, pero Casillas le atajó un penal a Cardozo. Luego,
España tuvo su turno: Villar se vistió de Casillas y Xabi Alonso fue Cardozo. A menos de 10 para el cierre, gran
jugada de Iniesta, que deja a Pedro cara a cara con Villar, su remate da en el palo, el rebote es recogido por David
Villa, que define y su disparo da en un palo, luego en el otro, y entra. Los guaraníes se quedaban en la orilla de esa
playa de historia que significaba acceder a las semifinales por primera vez en su vida. En cambio, los españoles sí
metían semis por vez primera, aunque estaba más que claro que no era eso lo que iban a buscar. Iban a por más.
Uoff. Nos queda un partido de cuartos. Se suponía que Alemania era un chamuyo. Inconcebibles diferencias entre
dos equipos en una instancia como la de cuartos de final. Los teutones fueron inmensamente superiores a la
Argentina. Se sufrió muchísimo por el lado de Otamendi, quien había hecho un par de partidos aceptables como
lateral derecho (ante Grecia y México). Pero los teutones no tienen ningún tipo de parentezco con griegos y aztecas.
A los 2 minutos, tras un tiro libre, Otamendi pierde la marca y Romero sale a cortar saltando hacia abajo (?): gol de
Thomas Müller. El resultado se mantuvo hasta el segundo tiempo, pero Argentina estuvo muy lejos de empatarlo.
En los últimos 20 minutos, Miroslav Klose (dos veces) y Arne Friedrich entraron como panchos por su casa para
destrozar una ilusión argentina edificada únicamente en base a comparaciones con el ’86.
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Llegamos a semifinales, y el máximo candidato, España, se enfrentaba al mejor equipo del torneo, Alemania.
Primó la candidatura y los de Del Bosque, con un imponente salto de Carles Puyol, eliminaron a los alemanes. En
esa misma instancia, Uruguay se despertó súbitamente de ese sueño hermosos que estaba viviendo. Holanda le
ganó 3 a 1 y se metió en una final de copa del mundo tras 32 años. Un misil de Giovanni van Bronckhorst y otro de
Diego Forlán decretaban el 1 a 1 al cierre del primer tiempo. Llegando a los últimos 20 minutos, en una ráfaga,
Wesley Sneijder (con un tiro que se desvió y descolocó a Muslera) y Arjen Robben (con un preciso cabezazo)
liquidaron a los charrúas. Los de Tabárez descontaron en tiempo de descuento, a través de Maxi Pereira, pero no
alcanzó. Para colmo, no pudieron acceder al bronce, tras caer con los alemanes en el partido por el tercer y cuarto
puesto. Ganaban los europeos con un gol de Thomas Müller, que era casi Gerd (terminó como goleador del
torneo). Pero los orientales lo dieron vuelta con un gol de Edinson Cavani y con una linda volea de Diego Forlán
(elegido el jugador más valioso del certamen). Pero Marcell Jansen y Sami Khedira le arrebataron el último lugar
del podio. Igualmente, excelente performance de Uruguay, que, recordemos, había entrado medio de pedo, al
ganarle con lo justo a Costa Rica en el repechaje.
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España y Holanda jugaron una final más tensa que vistosa. Quedarán para el recuerdo la patada kung-fu de de
Jong sobre Xabi Alonso (pero el único que vio la roja fue Heitinga), la atajada de Casillas en un momento decisivo
para dejar con vida a España y el gol en tiempo suplementario de Andrés Iniesta, que tuvo la delicadeza de
acordarse del malogrado Dani Jarque, a quien le dedicó el gol (¡y qué gol!). Holanda, así, se mantiene con un
récord de 0 – 3 en finales. España, por primera vez en su historia, y tras tantos mundiales de coloneo (?), se
consagraba como el campeón del mundo. Merecidísimo título.
TODOS LOS GOLES DEL MUNDIAL
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EL ÁLBUM DEL MUNDIAL
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¿La Copa ó la Theron? ¿Eh?
RESPECT
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Shakira, dueña del tema del mundial: Waka Waka. Acá pidiendo un poco de Waka de morcilla
Un par de ojivas nucleares paraguayas
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Los Boateng. Una familia que no tiene muy claros sus orígenes
Jong Tae-Se, el Rooney norcoreano (?). Nos conmovió a todos al verlo quebrarse durante el himno de su país
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El camarazo a Heinze. Uno de los highlights de la Selección en Sudáfrica
Phillipe Moyez fue un hincha más en tierras sudafricanas
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La mano de Dios de cabotaje (?)
Casi, maestro
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Criminal patada a lo Liu Kang del asesino de de Jong
¿Es Iniesta el mejor jugador en la historia del fútbol español?
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Lo peor del mundial: las vuvuzelas. De sólo escuchar la palabra, millones de oídos se suicidan
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Historia de los mundiales: Alemania 2006
by La Redó! - Martes, junio 10, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-alemania-2006-2376-/
Los germanos nuevamente recibieron a la gran cita del fútbol, con la diferencia de que en esta ocasión lo hacían
como una nación unificada. En la cancha hubo dominio europeo y el título quedó para Italia por cuarta vez.
Argentina después de 8 años alcanzó los cuartos de final.
La Eliminatoria se caracterizó porque por primera vez el campeón defensor estaba obligado a disputar esta
instancia, por lo cual Brasil tuvo que sortear lo que para el Pentacampeón a esta altura casi que es un trámite
burocrático. Los brasileños terminaron como líderes de la zona sudamericana. Argentina, por su parte,
culminó en la segunda colocación. Para destacar el triunfo en La Paz luego de 32 años.
El andar de la Selección comenzó con Marcelo Bielsa al frente, que tras el fracaso en Corea/Japón 2002 quedó en
el cargo. El hecho más sobresaliente de esta nueva etapa del ex NOB fue la conquista del oro en los Juegos
Olímpicos de Atenas 2004, saldando una deuda histórica que tenía el fútbol argentino. Días después de lo realizado
en Grecia, la Selección le ganó 3-1 a Perú en Lima. Todo iba bien porque meses atrás Argentina había jugado la
final de la Copa América, por lo cual la consideración del entrenador, pese a la amarga derrota con Brasil, estaba en
alza.
Cuando nadie lo esperaba Bielsa decidió renunciar aduciendo falta de energía para seguir adelante. El lugar vacante
lo ocupó José Pekerman, que cumplía un no muy claro rol de manager. El ex tachero (?) debutó con un 4-2 ante
Uruguay en el Monumental.
Al igual que en la eliminatoria pasada, Paraguay y Ecuador completaron las plazas restantes. Uruguay, en cambio,
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finalizó quinto y otra vez tuvo que enfrentar a Australia en el repechaje Oceanía/Sudamérica, pero esta vez quedó
afuera.
Tras 24 años de ausencia Oceanía volvió a tener un representante en el Mundial. El último registro databa de
España 82 con Nueva Zelanda. Esta vez el honor recayó sobre Australia, que había jugado en Alemania 74. Los
Socceroos a partir de este mismo año se integraron a la Confederación Asiática.
Para llegar a su segundo Mundial los Aussies se quedaron con la serie ante Uruguay, tomándose revancha del
repechaje para Corea/Japón. En Montevideo la Celeste se impuso 1-0, pero días más tarde en Sydney los locales
vencieron por el mismo resultado. En los penales Mark Schwarzer atajó dos (a Darío Rodríguez y a Marcelo
Zalayeta) y se convirtió en la figura de la noche.
Mientras que en Europa, con Alemania ya clasificada por ser la sede, Holanda se sacó la espina que tuvo clavada
durante 4 largos años y retornó a la Copa del Mundo. Lo hizo con autoridad. Terminó invicto en el Grupo 1 con 10
triunfos y 2 empates. Como novedad surgió Ucrania, liderada por Andriy Shevchenko, que haría su debut en una
fase final. Como novatos europeos también aparecieron otras naciones del Este: República Checa y Serbia y
Montenegro.
A los infaltables Italia, España, Inglaterra y Francia, se le sumaron Croacia, Polonia, Portugal, Suecia y Suiza.
Curioso lo que ocurrió en África. De los 5 clasificados solamente un equipo tenía experiencia mundialista y que no
demasiada importante. Se trataba de Túnez, que ya había estado en Argentina 78, Francia 98 y Corea/Japón 02. El
resto de las plazas quedaron para Angola, apodados Las Palancas Negras, Costa de Marfil, Ghana y Togo. Afuera
se quedaron pesos pesados como Camerún, Nigeria y Egipto, el campeón de la CAN.
CONCACAF fue casi más de lo mismo porque Estados Unidos y México cumplieron los pronósticos. Tercero
concluyó Costa Rica. Trinidad y Tobago también obtuvo el boleto a Alemania. Lo hizo luego de pasar por un
repechaje contra Bahrein, quinto en Asia. De esta manera, se convirtió en el tercer país del Caribe en llegar a la
Copa del Mundo. Los anteriores habían sido Cuba (Francia 38) y Jamaica (Francia 98).
Los representantes de Asia llegaban desde los extremos del continente. De Medio Oriente aparecieron Arabia
Saudita e Irán, mientras que del Lejano Oriente lograron el pase Corea del Sur, en la quinta aparición consecutiva,
y Japón, que era la tercera al hilo.
Ya en el Mundial propiamente dicho, el Grupo C fue el que acogió a Argentina, que era el cabeza de serie.
Todavía con algunos fantasmas de Corea/Japón dando vueltas, los rivales de turno fueron Costa de
Marfil,Holanda y Serbia y Montenegro. Con tantos de Hernán Crespo y Javier Saviola, la Selección debutó con
un 2-1 ante los marfileños, que descontaron gracias a su figura Didier Drogba.
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La segunda presentación probablemente haya visto una de las mejores actuaciones de Argentina en mucho tiempo.
Aplastó a los serbiomontenegrinos (sic) con un 6-0 con un golazo de Cuchu Cambiasso que definió una jugada que
tuvo 24 pases. El sexto gol lo convirtió Lio Messi, en su primer festejo mundialista. Gracias al triunfo holandés
sobre Costa de Marfil (2-1), la clasificación quedó consumada y los miedos de una nueva eliminación temprana
quedaron disipados definitivamente.
Para cerrar la fase inicial Argentina enfrentó a Holanda, supuestamente el rival más fuerte de la zona.
Protagonizaron un partido intrascendente. Los dos tenían asegurado el pase a los octavos y sin nada en juego
igualaron 0-0.
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A todo esto Francia penaba en el Grupo G. Entró segunda detrás de Suiza y jugando muy mal. En la fecha 1 igualó
con los suizos 0-0 y luego empató con Corea del Sur 1-1. Se criticaba al equipo diciendo que sus jugadores estaban
demasiados viejos y que era necesario un recambio urgente. Ni siquiera el gran Zinedine Zidane podía revertir la
mala situación. En el cierre venció a una Togo ya eliminada por 2-0 y como Suiza doblegó a los surcoreanos por el
mismo tanteador, los franceses, casi de milagro, continuaban en carrera.
Los restantes candidatos cumplían. Alemania se apoderaba del Grupo A, secundado por Ecuador, que por primera
vez se metía en los octavos de un Mundial. Inglaterra lideraba el Grupo B seguido por Suecia, Portugal y México
eran los clasificados del Grupo D, en el E Italia y Ghana seguían adelante, dentro del F avanzaban Brasil y
Australia y el H tenía a España y Ucrania como líderes.
En la nueva instancia Argentina se cruzó con México en un complicado encuentro que la Selección tuvo que dar
vuelta. A los 6 minutos Rafa Márquez abrió el marcador. La desventaja duró un rato porque Crespo puso el 1-1. En
realidad, la pelota tocó en un mexicano antes de entrar al arco defendido por Oswaldo Sánchez, pero la FIFA, con
criterio, optó por dárselo al delantero. Ya en el suplementario Maxi Rodríguez sacó un terrible zapatazo desde
afuera del área que estableció el 2-1 definitivo.
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Es hermoso darle a una pelota con un zapatazo así
Luego de mucho sufrimiento Argentina volvía a meterse entre los 8 mejores en una Copa del Mundo. No
llegaba a esta instancia desde Francia 98 cuando cayó con Holanda.
En los otros partidos, Italia venció 1-0 a Australia jugando muy mal. El español Luis Medina Cantalejo sancionó un
dudoso penal cuando ya se estaba disputando tiempo adicional/recuperado. El autor del tanto fue Francesco Totti.
Mientras que Francia se despertaba. Zidane apareció en todo su esplendor y eliminó a España con un 3-1.
Nuevamente la Furia Roja llegaba con aspiraciones y se iba demasiado pronto.
Caso inédito el de Suiza. El equipo del Jefe (?) se despidió sin recibir goles en contra en 4 partidos. Por los octavos
cayó 3-0 en la tanda de penales con Ucrania tras un 0-0 en los 120 minutos. También se mantuvieron en carrera
Alemania, 2-0 sobre Suecia; Inglaterra, 1-0 frente a Ecuador; Portugal, 1-0 contra Holanda; y Brasil, 3-0 ante
Ghana.
En el histórico estadio Olímpico de Berlín, Argentina se las tuvo que ver con el local, con todo lo que ello
implica. Fue el encuentro más dramático de los cuartos porque tuvo de todo. De cabeza a los 49 Roberto Ayala
ilusionaba a los hinchas argentinos. Alemania, alentado por un estadio repleto, buscaba igualar. Mientras tanto la
Selección aguantaba. Arriba Tévez luchaba con las torres alemanas, Riquelme, que sin saberlo se despedía de los
mundiales, salía por Cambiasso. Sobre todo los riquelmistas, que son tan insoportables como los antiriquelme,
consideran que a partir de ese momento la estructura se terminó de desmoronar.
Un rato antes tuvo que salir Roberto Abbondanzieri porque un fuerte dolor que no lo dejaba atajar. En principio se
dijo que era fractura en las costillas, pero finalmente no fue nada. Pekerman, con toda lógica, lo sacó. Si el arquero
no puede estar de pie tiene que salir, más en una situación límite como la que se vivía en ese momento. Esta
forzada variante impidió el ingreso de Messi, que mientras tanto con cara de nene aburrido y enojado
jugaba con el paso sin prestarle demasiada atención a lo que sucedía alrededor suyo.
La Mannschaft merodeaba el gol hasta que finalmente este llegó por medio de Miroslav Klose a 10 del final. En el
alargue la igualdad se mantuvo y hubo que recurrir a los penales. Otra vez los tiros desde los 12 pasos se
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interponían entre argentinos y alemanes.
Jens, pasame el papelito que lo vendo en E-Bay (?)
Jens Lehmann peló el misterioso papelito con un supuesto croquis que indicaba como iban a ser los remates
de sus oponentes. Atajó los tiros de Ayala y Cambiasso. Oliver Neuville, Michael Ballack, Lucas Podolski y Tim
Borowski no fallaron y le dieron la clasificación a Alemania. Argentina se despidió de un buen mundial, aunque
quedó la sensación que había material para hacer algo más importante.
También por los cuartos de final se despidió Brasil, el defensor del título. Un equipo desalmado se topó con una
Francia que tuvo a un Zidane endemoniado. Esa noche, en Frankfurt, Zizou la rompió y desquició a todo aquel
que tuviera puesta una camiseta amarilla. La victoria fue por 1-0 con tanto de Henry. Todos aquellos que semanas
atrás habían dicho que estos jugadores estaban acabados la tenían adentro. Eliminaron al campeón y con un fútbol
de alto nivel.
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Zidane y, quizás, su mejor actuación individual con Les Bleus
Las semifinales habían sido ocupadas íntegramente por europeos porque Italia superó 3-0 a Ucrania, que ya
estaba más que satisfecha con esta actuación, y Portugal en los penales terminó con las ilusiones inglesas. Los
lusitanos, al igual que en Inglaterra 66, volvían a quedar entre los 4 mejores.
Emoción pura destiló el choque de colosos que protagonizaron Italia y Alemania. Durante los 90 no pasó
demasiado. Ambos tuvieron chances pero ninguno rompió el cero. Todo lo importante se dio en el suplementario.
Con una Italia más ofensiva que lo acostumbrado, Fabio Grosso adelantó a la Azzurra, ventaja que un rato después
estiró Alessandro Del Piero para sellar el 2-0 definitivo con un golazo. Los italianos prevalecieron en una dura
batalla física y mental y por eso volvían a una final.
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Dos generaciones de galácticos (?)
Por el otro lado de la llave, Zidane marcaba de penal para arruinar la ilusión de Portugal, que contaba con un
ascendente Cristiano Ronaldo y que poco pudo hacer para evitar la derrota. Con este 1-0, Francia
definitivamente borraba la decepción de Corea/Japón y con 8 años de diferencia iba en busca de su segunda Copa
del Mundo.
Imposible olvidar esa definición del 9 de julio de 2006 que tuvo como árbitro a Horacio Elizondo. Sin dudas la
imagen más recordada, y no sólo de este partido, sino de todo Alemania 06, fue el momento en que Zidane le
propinó un cabezazo en el pecho al mala leche de Marco Materazzi. Que se metió con la madre, con la hermana
o que se burló de la descendencia argelina, fueron algunas de las cosas que se dijeron (dicen) sobre aquel incidente
que marcó a fuego aquella final.
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Elizondo no dudó en expulsar a la estrella francesa, que a los 7 puso a su equipo al frente con gol de penal
picándosela al arquero. Hay que tener mucho huevo para hacer algo así en un momento como ese y cuando todo el
planeta te esta mirando. El propio Materazzi empató.
La igualdad se mantuvo firme durante el tiempo extra, período en el que se produjo la expulsión de Zidane,
informada por el cuarto árbitro, Medina Cantalejo. Al igual que en Estados Unidos 94, fue necesario recurrir a la
tanda de penales. Seguramente a más de un tifosi se le cruzó por la cabeza el remate de Roberto Baggio que
terminó en el cielo de California.
A diferencia de aquella vez ninguno de los italianos falló. El que si erró fue David Trezeguet y la ilusión de volver
a festejar se diluyó. Tras meses muy complicados para el calcio por los escándalos generados por el arreglo de
partidos en la liga, Italia podía limpiar su imagen ante el Mundo.
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Historia de los mundiales: Corea/Japón 2002
by La Redó! - Lunes, junio 09, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-coreajapon-2002-2375-/
Dos de las grandes potencias económicas asiáticas pujaban por acoger la Copa del Mundo. Para no perder el
negocio, la FIFA tomó una decisión salomónica e inédita: que compartan la sede. Para Argentina quedará un
recuerdo muy amargo y para Brasil la alegría del Penta.
Ante la novedosa situación de una organización compartida, por primera vez en la historia 3 selecciones ingresaron
directamente a la fase final del Mundial. También fue la última vez que el campeón defensor, en este caso Francia,
tuvo la posibilidad de ausentarse de las Eliminatorias. Para esta instancia se inscribieron 199 equipos, pero
finalmente 193 tomaron parte.
En Sudamérica Argentina había ganado la zona con contundencia y consiguió el pasaje a Corea/Japón con varias
fechas de anticipación. La novedad era Ecuador, que por primera vez llegaba a la fase final de una Copa del
Mundo. Se producía el retorno de Uruguay, ausente desde Italia 90, por lo cual todas las selecciones que alguna vez
levantaron el trofeo decían presente. La Celeste tuvo un paso previo por el repechaje ante Australia. Completaron la
nómina de sudamericanos Brasil y Paraguay.
Mientras que en Europa, junto con los nombres ya tradicionales como Alemania, España, Inglaterra e Italia,
aparecieron países que hacía rato que no se escuchaba de ellos. Tal el caso de Polonia, que no se clasificaba desde
México 86 y que, especialmente en la época de Grzegorz Lato, supo tener bastante protagonismo, y Rusia. Luego
de la fructífera experiencia de 1998, Croacia volvió a clasificar e Irlanda reapareció tras la actuación en Estados
Unidos 94. El gran ausente fue Holanda. Ni siquiera pudo jugar el repechaje porque finalizó tercero en el Grupo 2.
Turquía, en tanto, retornaba a una Copa del Mundo después de 48 años.
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Además de los mencionados, los restantes representantes de la UEFA fueron Bélgica, Dinamarca, Portugal, Suecia
y Eslovenia.
En Asia, en tanto, ante la falta de los favoritos Corea del Sur y Japón la eliminatoria fue más abierta. Las 2 plazas
disponibles las ocuparon China, otro debutante, y Arabia Saudita. Como siempre en Concacaf hubo lógica: entraron
Estados Unidos y México, acompañados, en este caso, por Costa Rica. En África superaron el corte Senegal,
Sudáfrica, Camerún, Túnez y Nigeria.
Así como en Francia 98 Argentina había caído en un grupo accesible, esta vez le tocó vivir la contracara. Junto con
el equipo de Marcelo Bielsa, al que muchos daban como principal candidato, estaban en el Grupo F Inglaterra,
Suecia y Nigeria. Se lo tildó como el grupo de la muerte. Aunque se sabía que la misión en la primera fase era
complicada, había esperanza para llegar lejos, especialmente por lo mostrado durante la rueda preliminar.
El debut frente a los nigerianos fue positivo, por lo menos desde el resultado. En Ibaraki, Japón, con gol de
Batistuta Argentina ganaba 1-0. Ni el más pesimista imaginó que ese sería el último grito del Bati con la camiseta
celeste y blanca. Las malas noticias aparecieron temprano: durante el precalentamiento se lesionó Roberto Ayala y
no pudo jugar en todo el torneo. La segunda presentación fue el clásico ante los ingleses. David Beckham de penal
se sacó la espina del 98 y los británicos se impusieron 1-0.
El 12 de junio será un día que el fútbol argentino querrá olvidar. Aquellos que madrugaron, o siguieron de largo,
atestiguaron uno de los tragos más amargos que ha sufrido la selección en los mundiales y es imposible no
relacionarlo con el desastre de 1958.
Sin demasiadas ideas, Argentina era el que más intentaba. En el segundo tiempo un tal Anders Svensson empezó a
cavar la tumba con un tiro libre que en principio no parecía demasiado peligroso. La barrera no saltó, o lo hizo a
destiempo, Pablo Cavallero se durmió y los nórdicos se ponían en ventaja. Para sumar al caos que se avecinaba,
Claudio Caniggia, en este caso el nombre polémico que toda lista mundialista siempre tiene, se fue expulsado por
insultar al árbitro cuando estaba en el banco de suplentes. Lamentablemente ésa era la última imagen del Hijo del
Viento, un jugador que le dio mucho a la Selección.
A medida que el reloj corría los nervios iban en aumento. Verón pedía calma e iba caminando a patear los córners,
Bielsa se ponía de cuclillas, tomaba agua y buscaba soluciones que no encontraba. Lo sacó a Batistuta y lo puso a
Crespo, abortando la posibilidad de que jueguen los dos juntos, algo que se le venía reclamando desde hacía mucho
tiempo.
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Van a pasar los años y la leyenda de la “traición” de Verón en el 2002 crecerá aún más
Sobre el final, el árbitro de Emiratos Árabes Unidos, Ali Bujsaim sancionó un penal sobre Ortega que solamente él
vio. Ortega mismo pateó, lo erró y de rebote Crespo marcó el empate. El gol había llegado, pero ya era tarde: el
reloj marcaba 88 minutos. Lo que quedó fue simplemente para buscar la heroica y no alcanzó.
La decepción y la bronca, aumentada por el horario en la que se había consumido la eliminación (alrededor de las 6
de la mañana), eran muy grandes entre los hinchas. El veletismo típicamente argento dijo presente, sobre todo en la
prensa. Varios de los que alabaron hasta el cansancio a Bielsa ahora lo señalaban como el enemigo público número
1. Otra vez la ilusión mundialista terminó de manera abrupta y muy tempranamente.
Durante las largas horas de programas que hay que rellenar con la previa del mundial, que son tediosos, aburridos,
carentes de originalidad y terminan siendo la nada misma, se decía que los grandes candidatos a disputar la final
eran Argentina y Francia. A las palabras se las llevó una tormenta y en la cancha sucedió lo opuesto: ambos
corrieron la misma (mala) suerte.
Fue tan olvidable el andar de los franceses que ni siquiera pudieron celebrar un gol. Todo vino mal barajado desde
el principio cuando en un amistoso previo sufrieron la pérdida de Zinedine Zidane por lesión. En una especie de
versión Siglo XXI de la inauguración de Italia 90, Les Blues cayeron 1-0 con la colorida Senegal, una de las
sorpresas del torneo. Luego del olvidable 0-0 con Uruguay, que incluyó la expulsión de Henry, la despedida fue
con derrota 2-0 ante Dinamarca. Sin dudas unas de las peores actuaciones de un campeón defensor.
Recordada y polémica fue la actuación de Ángel Sánchez en Portugal-Corea del Sur, encuentro en el que los
lusitanos se jugaban el ingreso a los octavos. Los surcoreanos se impusieron 1-0 y los portugueses se lo querían
comer crudo al árbitro, con Luis Figo y Fernando Couto a la cabeza. Portugal terminó eliminado con dos menos por
las expulsiones de Joao Pinto, roja directa, y de Beto por doble amarilla.
Uno de los puntos sobre los que más se habló fue la actuación arbitral y los beneficios que tuvieron los locales, en
especial Corea del Sur. Es muy recordado el encuentro ante Italia por los octavos del final. El ecuatoriano Bryron
Moreno expulsó a Totti porque consideró que simuló una falta adentro del área y le anuló un gol de oro a Damiano
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Tommasi. Los organizadores ganaron 2-1 y se desató la ira de los jugadores y de la prensa italiana.
“Es un Mundial sucio”, tituló Corriere della Sera. El entrenador Trappatoni daba a entender que había un complot:
“nuestra campaña estuvo caracterizada por los errores arbitrales. Utilizamos todo el fair play posible, pero cuando
vi que Japón fue eliminado pensé que sería peor y tuve razón”. Los Azurrros se volvieron a casa con mucha bronca
y con 4 goles anulados sobre la misma cantidad de presentaciones.
En esa misma rueda ante Bélgica, Brasil también recibía una colaboración de un tal Peter Prendergast. El delantero
belga Marc Wilmots cabeceó lícitamente en el área y convirtió. Se lo anularon por una supuesta infracción sobre
Roque Junior que no fue tal.
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Alemania, ya en los cuartos, se vio beneficiado ante Estados Unidos cuando Torsten Frings evitó con la mano un
gol yanqui que hubiera sido el empate. Mientras las protestas iban en aumento, la FIFA minimizaba estos hechos y
trataba de no darle demasiada importancia.
España es otro de los que integra la lista de aquellos que se fueron furiosos con los arbitrajes. Buscando el pase a
las semifinales se enfrentó con Corea del Sur y no le convalidaron 2 goles. El primero por un supuesto empujón de
Iván Helguera y el otro porque el línea triniteño (¿a quien se le ocurre poner un línea de Trinidad y Tobago a esta
altura del Mundial?) Michael Ragoonath sancionó que la pelota se había ido del terreno de juego, cosa que no
sucedió. Corea del Sur ganó 5-3 en los penales y los españoles no dudaron en cargar todas las culpas contra la terna
arbitral y, especialmente, sobre el juez de línea.
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Seh, Turquía y Corea del Sur jugaron por el tercer puesto. Cual-Quiera.
Con o sin arbitrajes dudosos, a las semifinales llegaron equipos habituados a estas instancias como Alemania y
Brasil y novatos como Corea del Sur y Turquía. Los alemanes despidieron a los surcoreanos con un 1-0, mismo
resultado que los brasileros le propinaron a los turcos, a los que ya habían enfrentado en la primera fase. Pese a ser
dos de las selecciones con más historia, ésta iba a ser la primera vez que sus caminos se cruzaban en un mundial.
En el casi siempre intrascendente partido por el tercer puesto se produjo un hecho que obligó a los historiadores a
actualizar los archivos. A los 11 segundos Hakan Sukur convirtió el gol más rápido en los mundiales, dejando atrás
el récord que ostentaba el checoslovaco Vaclav Masek, quien en Chile 1962 anotó a los 15 segundos. Turquía ganó
3-2 y se colgó la medalla de bronce.
La final tuvo como protagonista excluyente a Ronaldo, junto con Zidane uno de los mejores jugadores de la era
post Maradona. Hizo los 2 goles que le permitieron a Brasil alcanzar el Pentacampeonato que se le escapó en
Francia 98. Quien en ese momento había pasado del Inter al Real Madrid, se convirtió en el máximo anotador del
Mundial con 8 tantos.
Futbolísticamente Corea/Japón 2002 no fue lo mejor que se haya visto. Fue tan bajo el nivel que el premio al mejor
jugador se lo dieron a Oliver Khan, que se había comido el primer tanto brasilero.
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Texto de Luciano Emanuel Giliberti
Entregas anteriores: [URUGUAY 1930] – [ITALIA 1934] – [FRANCIA 1938] – [BRASIL 1950] – [SUIZA
1954] – [SUECIA 1958] – [CHILE 1962] – [INGLATERRA 1966] – [MÉXICO 1970] – [ALEMANIA 1974] –
[ARGENTINA 1978] – [ESPAÑA 1982] – [MÉXICO 1986] – [ITALIA 1990] – [USA 1994] – [FRANCIA 1998]
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Historia de los mundiales: Francia 1998
by Fernando Marino - Viernes, junio 06, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-francia-1998-84032-/
Se acerca el mundial y se va terminando este repaso. Hoy: el primer mundial de Zinedine Zidane. El primero sin
Diego Armando Maradona.
Tras 60 años, Francia volvía a albergar una Copa del Mundo, imponiéndose en la votación ante Marruecos. Los
africanos, así, debían esperar un par de mundiales más para ser anfitriones. Fue el primer torneo en agrupar a 32
equipos, siendo beneficiados africanos y asiáticos, quienes pudieron tener a algún representante más. Además, hubo
varias selecciones debutantes en mundiales. Pero pasemos a la competición per se.
El grupo A tenía al campeón defensor, Brasil, a Marruecos y a Escocia y Noruega como representantes europeos.
La Verdeamarelha, dirigida por el legendario Mario Zagallo, se daba el lujo de dejar afuera de la lista al mejor
jugador del mundial pasado: Romario. Aunque poco se lamentaban los brasucas, ya que tenían un astro llamado
Ronaldo bajo la manga. También contaban con otras figuras como Cafú, Roberto Carlos y Rivaldo, además de
contar con tipos experimentados como Taffarel (del Atlético Mineiro), Bebeto (del Botafogo), Dunga (del Jubilo
Iwata japonés), Aldair (de la Roma) y Leonardo (del Milan), y jóvenes proyectos como Emerson (del Bayer
Leverkusen) y el bluff en potencia (?) Denílson (del Sao Paulo).
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Así se ponía Romario al anunciar que no iba a estar en Francia
Los marroquíes, dirigidos por un local, Henri Michel, llegaban tras dominar el grupo que compartió con la Ghana
de Abedi Pele, la Sierra Leona de Mohamed Kallon y el Gabón de… eh… dominó su grupo (?). Sus mejores hombres
jugaban todos en el Deportivo La Coruña: el experimentado central, Nourredine Naybet, y los atacantes Mustapha
Hadji y Salaheddine Bassir.
Noruega había clasificado cómodamente como primera en su grupo, imponiéndose por sobre selecciones de
segundo, tercer, cuarto, quinto y sexto orden (?) como Suiza, Hungría, Finlandia y Azerbaiyán ¿Sus figuras? Los
hombres del Manchester United, Ronny Johnsen, Henning Berg y Ole Gunnar Solksjaer, más Tore Andre Flo, del
Chelsea. Los escoceses, por su parte, pasaron también directamente luego de consagrarse como los mejores
segundos de Europa, relegando a Suecia, que había sido tercera en el mundial anterior. No tenían mucha figurita,
salvo por el mediocampista John Collins, del Monaco. Sí atajaba Jim Leighton, del Aberdeen, que tenía casi 40
pirulos y que había estado en los mundiales del ’82, ’86 y ’90.
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Jim Leighton atajaba a tranquera abierta y con vaselina en los arcos superciliares (!)
Justamente, Escocia fue el rival de Brasil en el debut. Sufriendo, pero los campeones del mundo ganaron. Y lo
hicieron con un gol y medio en contra (?): abrieron la cuenta a través de César Sampaio, pero fue dudoso; lo
empató Collins, de penal; Gordon Durie y Kevin Gallacher arremetieron contra los defensas brasileños y metieron
un par de preguntas en los upites cariocas; pero, cuando entrábamos al tramo final del match, Cafú llegó al fondo y
Boyd se la llevó puesta para poner el 2 a 1 definitivo. Los de Zagallo sí dieron algunas muestras de su potencial en
el siguiente partido ante Marruecos, al que golearon por 3 a 0 con tantos de su tridente ofensivo: Bebeto, Rivaldo y
Ronaldo. En la jornada final, los africanos goleaban a los escoceses y clasificaban. Más aún cuando Bebeto, a casi
10 del final, le daba el triunfo a Brasil ante Noruega. Pero apareció la supuesta mano negra: lo empató de
inmediato Tore Andre Flo y, al toque, un penal dudoso convertido por Rekdal le dio el pase a octavos a los
nórdicos, despachando a los marroquíes de vuelta para África.
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Un noruego y una brasileña se casaron antes del partido entre sus respectivos países. Bizarro. Innecesario
El grupo B tenía al subcampeón mundial, Italia, acompañada de Austria, Chile y Camerún. Los tanos, dirigidos
por Cesare Maldini, tuvieron que aguardar hasta último momento para saberse clasificados: quedaron por detrás de
Inglaterra en el grupo, teniendo que definir en la repesca (?) ante Rusia, a quienes dejaron afuera. Como siempre,
presentaron un equipazo, con tipos de la talla Paolo Maldini, Fabio Cannavaro, Alessandro Nesta, Demetrio
Albertini, Alessandro Del Piero, Filippo Inzaghi, Enrico Chiesa, Christian Vieri y un joven Gianluigi Buffon,
aunque el que volvía a atajar era Gianluca Pagliuca. El que entró por la ventana fue Roberto Baggio, que cargaba
con la cruz de haber errado el penal decisivo en la final del mundial anterior. Il Codino estaba prácticamente
borrado, pero metió una campaña de la re concha de su madre (?) con el humilde Bologna y, pese a cierta reticencia
por parte de Maldini padre, terminó siendo convocado.
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Bielsa decía que Crespo y Batistuta no podían jugar juntos, lo cual podía ser justificado. Cesare Maldini, por su
parte, sostenía que Baggio y Del Piero no podían compartir cancha (de hecho, no coincdieron un minuto en
Francia), lo cual es casi insostenible
Los austríacos, conducidos por Herbert Prohaska (uno de los mejores jugadores de todos los tiempos de su país),
pasaron como líderes de su zona, relegando a una Escocia que había clavado 23 puntos y a Suecia. Los destacados
en el plantel eran sus hombres más experimentados: el gran Toni Polster (del Köln) y el no tan gran (?) Andreas
Herzog (del Werder Bremen). Los cameruneses, dirigidos por el francés Claude Le Roy, sobrevivieron
holgadamente a un grupo relativamente fácil integrado por Angola, Zimbabwe y Togo. Contaban con hombres muy
experimentados como el arquero Jacques Songo’o (34 años, Deportivo La Coruña) y nuestro conocido, François
Omam-Biyik (32 años, Sampdoria), aunque también tenían al jugador más joven del mundial: un tal Samuel
Eto’o, que tenía 17 añitos y jugaba en el Leganés (!), ese Twingo al que todavía no había estrellado Grinbank.
Hasta seguía Alphonse Tchami en el equipo (!), que andaba por el Hertha de Berlín. La gran figura de los Leones
era Patrick M’Boma, del Gamba Osaka japonés.
Por último, los chilenos, conducidos por el uruguayo Nelson Acosta, volvían a participar de un mundial luego de su
incursión por España ’82 tras terminar como cuartos en las Eliminatorias sudamericanas. Tenían buenos jugadores
como los volantes Fabián Estay y José Luis Sierra, y otros no tan presentables (?) como los ex Racing Manuel
“Paja” (?) Neira y Marcelo “Guatón” Vega. Las estrellas eran, indudablemente, Marcelo Salas y el capitán, Iván
Zamorano.
Italia fue el claro ganador del grupo. Con decir que el segundo fue Chile, que pasó a octavos sin ganar un solo
partido… Justamente, tanos y chilotes (?) inauguraron la zona y los sudamericanos casi dan la sorpresa, gracias a un
enorme Salas, que se comió en dos panes a Nesta y a Cannavaro; pero apareció Roberto Baggio para inventar un
penal y patearlo él mismo, espantando fantasmas y salvando el quincho pellejo de Cesare Maldini, que enderezó la
nave con la goleada a Camerún y el triunfo ante Austria, para pasar cómodo con 7 unidades. Decíamos que el
segundo fue Chile, que empató sus 3 partidos (!).
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Baggio aconsejando a un Salas que acababa de ser vendido a la Lazio en una fortuna
En el grupo C estaban el local, Francia, sus coterráneos europeos de Dinamarca, más Arabia Saudita y
Sudáfrica. Lógicamente, los galos, que no metían un mundial desde el ochendaiséi’, no jugaron ningún tipo de
clasificatoria, justamente, por ser los anfitriones. Cantona había pasado a la historia, pero los franceses llegaban con
una gran generación de jugadores, como Bixente Lizarazu, Laurent Blanc, Youri Djorkaeff, Didier Deschamps,
Marcel Desailly, Zinedine Zidane, Robert Pires, Lilian Thuram y Emmanuel Petit, más los jóvenes Thierry
Henry, Patrick Vieiria y David Trezeguet. El seleccionador era Aime Jacquet, que se dio el lujo de convocar
también a paquetes de la talla de Christophe Dugarry, Stephane Guivarc’h y Bernard Diomede.
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Un joven Trezeguet celebrando su gol ante Arabia Saudita
Los daneses, que eran dirigidos por un sueco (Bo Johansson), llegaron tras ser los líderes de un grupo compuesto
por Croacia, Grecia, Bosnia y Eslovenia. Contaban con tres de los mejores jugadores de su historia: Michael
Laudrup, Petr Schemichel y Brian Laudrup. Los árabes, que venían de ser una de las revelaciones en el ’94,
tenían al técnico campeón del mundo: el brasileño Carlos Alberto Parreira. La llegada a Francia se dio sin
sobresaltos (y claro, su zona estaba integrada por Malasia, China Taipei y Bangladesh). No tenían jugadores
destacados, aunque estaban los históricos Mohamed Al-Deayea, Fuad Amin, Sami Al-Jaber y Saeed Al-Owairan,
todos partícipes de la buena campaña en el mundial previo. Los Springboks (?) llegaban a Francia para disputar su
primer mundial, tras ganar su zona imponiéndose por sobre el Congo, la República Democrática del Congo y
Zambia. El francés Philippe Troussier tenía a su disposición a la mejor generación de jugadores de la historia del
país: los defensores Mark Fish (del Bolton Wanderers; al que alguna vez se lo mencionó para venir a jugar a
Uoooooca) y Lucas Radebe (histórico del Leeds United), los volantes Quinton Fortune (del Atlético Madrid),
nuestro (?) Doctor Khumalo (del Kaizer Chiefs) y John Moshoeu (del Fenerbahçe) y los delanteros Phil Masinga
(del Bari) y Benni McCarthy (del Ajax).
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Zidane era expulsado por agredir a un rival sin pelota. Un aviso de lo que ocurriría 8 años más tarde
El local ganó todos sus partidos: goleó a 3 a 0 Sudáfrica y 4 a 0 a Arabia (partido en el que fue expulsado Zidane
por meter un cabezazo pectoral pisotón a un rival) y, ya más relajados, vencieron a los daneses, que pasaron como
segundos con 4 puntos, producto de la igualdad ante los sudafricanos y el triunfo ante los árabes. Lo llamativo fue
que Parreira fue echado tras la segunda jornada (la mencionada caída ante Francia, más la derrota 0 – 1 en el
debut ante Dinamarca), siendo reemplazado por Mohammed Al-Kharashy, que sacó un punto con la igualdad 2 a 2
ante Sudáfrica, que había obtenido su primer punto en mundiales tras empatar 1 a 1 con Dinamarca.
El grupo D fue catalogado como el grupo de la muerte y estaba compuesto por España, por Bulgaria (cuarto
puesto en el ’94), por Nigeria (vigente campeón olímpico) y Paraguay. Los españoles tenían nuevamente en el
banco al nefasto Javier Clemente, que tomaba la base del conjunto que disputó el mundial anterior (Andoni
Zubizarreta, Albert Ferrer, Abelardo, Fernando Hierro, Julen Guerrero, Sergi, Santi Cañizares, Guillermo Amor,
Miguel Ángel Nadal y Luis Enrique) y le agregaba a algunos jugadores como Kiko (Atlético Madrid), Joseba
Etxeberría (Athletic Bilbao), Alfonso (Betis) y Fernando Morientes (Real Madrid). Pero la gran gran figura era un
tal Raúl, que tenía sólo 20 años y la obligación de romperla toda, como lo hacía temporada tras temporada en el
Real Madrid. Entre los 22 estaba nuestro Juan Antonio Pizzi, que, por aquel entonces, jugaba en el Barcelona. Los
búlgaros puntearon su grupo tras sumar más que Rusia, Chipre, Israel y Luxemburgo. Llegaba con la base del
equipo revelación del ’94 un tanto oxidada: Trifon Ivanov, Emil Kostadinov y Hristo Stoichkov bordeaban el
retiro y ya estaban de vuelta en su país, jugando en el CSKA Sofia; Krassimir Balakov se mantenía en el Stuttgart;
se había caído el pelado Letchkov, pero ingresaba al plantel el lungo delantero Lubo Penev.
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Crack
Los nigerianos pasaron a Guinea, Burkina Faso y Kenia para llegar cómodos a tierras francesas. A la brillante
generación que jugó en Estados Unidos (Finidi Gorge, Mutiu Adepoju, Rashidi Yekini, Jay-Jay Okocha y Daniel
Amokachi) se sumaban valores como los de Victor Ikpeba (24 años, del Monaco), Sunday Oliseh (23 años, del
Ajax), Tijani Babangida (24 años, del Ajax), Taribo West (24 años, del Inter), Celestine Babayaro (19 años, del
Cheslea) y el gran Nwankwo Kanu (21 años, del Inter). Quien estaba a cargo del plantel era nada menos que Bora
Milutinovic.
El conjunto guaraní, bajo el mando del brasileño Paulo César Carpegiani, metió una grandísima Eliminatoria,
culminando segundos, a 1 punto del líder, Argentina. Así, volvían a disputar un mundial, torneo que no jugaban
desde el ’86. El plantel era muy bueno y estaba poblado con unos cuantos conocidos nuestros: José Luis Félix
Chilavert (Vélez), Francisco Arce (Palmeiras), Carlos Gamarra (Corinthians), Celso Ayala (River), José
Saturnino Cardozo (Toluca), Roberto Acuña (Zaragoza), Miguel Ángel Benítez (Espanyol), con algunos bonus
tracks (?) como Catalino Rivarola (Gremio, ex Talleres), Julio César Yegros (Cruz Azul, ex Mandiyú), Arístides
Rojas (Unión, ex Independiente), Pedro “el Cabo” Sarabia (River), Danilo Aceval (Unión), Hugo Brizuela
(Argentinos), Rubén Ruiz Díaz (arquero ex Talleres y San Lorenzo, entre otros) y el gran Carlos Morales Santos
(de Gimnasia y Esgrima de Jujuy).
El triunfo de Nigeria sobre España en el debut, en lo que fue uno de los mejores partidos del mundial (con una
destacada actuación de Okocha), avisaba que habrían sorpresas. Los africanos terminarían como líderes del grupo,
mientras que el segundo clasificado fue Paraguay, que, justamente, derrotó a las Águilas en la última jornada ¿Qué
significó esto? Que España quedó eliminada en primera ronda, ese a vapulear a la no menos decepcionante
Bulgaria por 6 a 1 en la última jornada.
El grupo E, integrado por Holanda, Bélgica, México y Corea del Sur, terminó siendo el más emotivo. Pero
veamos primero cómo y quiénes llegaron a tierras francesas. Los Países Bajos (?), conducidos por el gran Guus
Hiddink pasaron como líderes de su zona en la clasificatoria y contaban con un plantel casi inmejorable: Edwin
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van der Saar, Jaap Stam, Frank y Ronald de Boer, Wim Jonk, Dennis Bergkamp, Patrick Kluivert, Clarence
Seedorf, Phillip Cocu, Marc Overmars, Edgar Davids, Giovanni van Bronckhorst, Jimmy Floyd Hasselbaink,
entre otros. Bélgica había compartido grupo en Eliminatorias con los holandeses, quedando un punto por detrás de
los naranjas. En el repechaje despacharon a Irlanda para encontrarse nuevamente con los Naranjas en la primera
ronda del mundial. Su gran figura era Luc Nilis (decisivo ante los irlandeses en la repesca), pero no era el único
reconocido: estaba el hoy seleccionador nacional, Marc Wilmots, el brasileño nacionalizado Luis Oliveira, y el
inoxidable Enzo Scifo.
Los coreanos malos (?), que no contaban aún con jugadores globalizados (?), clasificaron fácil tras batir a Tailandia
y a Hong Kong y ganar el grupo 2 de la ronda final. Su seleccionador era un histórico con nombre de cuete
navideño (?): Cha Bum-Kum. Los Aztecas no clasificaron caminando, sino más bien haciendo footing (?), ya que
fueron sorprendidos en tercera ronda por Jamaica, aunque después sí pasaron como los mejores en la ronda final
¿Quiénes jugaban en ese equipo? Un Jorge Campos menos bagayero (?), la ex leyenda de River (?) Alberto
García Aspe, Luis García, Cuauhtémoc Blanco, Oswaldo Sánchez, Pavel Pardo, Luis Hernández -el Caniggia de
cabotaje (?)-, Francisco Palencia y Óscar “Conejo” Pérez, los más reconocibles.
Holanda lideró, aunque no se le hizo tan fácil. Quedó igualada en puntos con México, pero quedó primera gracias a
la diferencia de gol (el 5 a 0 a Corea del Sur, además de catalizar el despido del seleccionador oriental, hizo
diferencias). Bélgica, al igual que Chile, empató sus 3 encuentros, pero no pasó, ya que los mexicanos pudieron
ganarle a los coreanos, mientras que los belgas no. Los aztecas pasaron produciendo infartos a troche y moche (?):
habían arrancado 0 – 1 abajo con los asiáticos y lo dieron vuelta; perdían 0 – 2 con Bélgica, y lo empataron; en 20
minutos de partido perdían 2 a 0 con los holandeses: descontó Peláez a 15 del cierre, sufrió la expulsión de Ramón
Ramírez y, en el cuarto minuto de descuento, el Pájaro Hernández los mandó a octavos, dejando afuera a los
belgas.
Uno de los goles más gritados en la historia del fut-ból (?) mexicano
El grupo F estaba teñido de beligerancia (?): Alemania, Yugoslavia, Estados Unidos e Irán. Los germanos,
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nuevamente dirigidos por la Bruja (?) Berti Vogts, ganaron una zona relativamente complicada, con equipos como
Portugal y la Ucrania de Shevchenko, y selecciones caca (?) como Armenia, Irlanda del Norte y Albania. El plantel
estaba compuesto por la base del mundial de México ’86, más o menos (?): Jürgen Köhler, Andreas Möller,
Lothar Matthäus, Ulf Kirsten, Thomas Hässler, Oliver Kahn, Dietmar Hamann, Jürgen Klinsmann, Oliver
Bierhoff, Jens Lehmann, y otros ancianos (?).
Los yugoslavos afrontaban su primera copa del mundo post-divorcio territorial (?) luego de quedar segundos de
España en el grupo y, en el repechaje, destrozar a Hungría por un global de 12 a 1. Pese al mencionado
descuajeringamiento nacional (?), quedaron agrupados muy buenos jugadores como Slavisa Jokanovic (del
Tenerife), Miroslav Djukic (del Valencia), Vladimir Jugovic (de la Lazio), Dejan Savicevic (del Milan), Predrag
Mijatovic (del Real Madrid), Dragan Stojkovic (del Nagoya Grampus), Sinisa Mihajlovic (de la Sampdoria),
Savo Milosevic (del Aston Villa), Darko Kovacevic (de la Real Sociedad), más unos jóvenes Dejan Stankovic y
Perica Ognjenovic (ambos del Crvena Zvezda).
Los iraníes pasaron a la ronda final de su clasificatoria destrozando a Siria, Kirguistán y las Islas Maldivas (39
goles a favor, 3 en contra). En el grupo 1 de la final terminaron por detrás de Arabia Saudita y quedaron como peor
segundo, teniendo que jugar el repechaje con Uruguay Australia. Habían igualado en Tehrán 1 a 1 (el gol de
Kewell complicaba a los iraníes de cara a la revancha). En Melbourne, los Canguros ganaban 2 a 0 y ya estaban
descorchando, pero en una ráfaga de menos de 5 minutos lo igualaron los de Medio Oriente, conformando una
linda pecheada por parte de los australianos. El plantel era íntegramente ignoto. Sus mejores jugadores jugaban
todos en la Bundesliga: Karim Bagheri y Ali Daei, del Arminia Bielefeld, y Khodadad Azizi, del Köln.
Los Estados Unidos de Norteamérica del Mundo (?) ganaron su grupo de pedo en la tercera ronda, quedando un
punto por sobre Costa Rica. En el grupo final, terminaron segundos de México y clasificaron, metiendo tercer
mundial consecutivo. El plantel ya estaba un poco más repartido por ligas un tanto más competitivas (además de ya
contar con una propia, la MLS, que ya estaba en pleno desarrollo): hablamos de Brad Friedel (Liverpool), Kasey
Keller (Leicester City), Claudio Reyna (Wolfsburgo), además de Alexi Lalas y Tab Ramos (del Metrostars), Brian
McBride (del Columbus Crew), Marcelo Balboa (del Colorado Rapids), Cobi Jones (de Los Angeles Galaxy), Eric
Wynalda (del San Jose Clash), entre otros.
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Un mensaje para los grandulones
Alemania, al igual que Holanda, se aseguró el primer lugar gracias a una mejor diferencia de gol que los
yugoslavos. Los de los Balcanes les ganaban a los germanos 2 a 0, pero, sobre el cierre, los alemanes, que tienen
más vidas que una bolsa de gatos, la remontaron, privando a los del Este europeo de hacerse con el primer lugar.
Irán y EEUU fueron, básicamente, a ver quién la tenía más larga entre ellos (ganaron claramente los iraníes por 2 a
1, lo cual fue casi como ganar un mundial).
El grupo G encontró apiñados a Inglaterra, Colombia, Rumania y Túnez. Los ingleses, dirigidos por Glenn
Hoddle, hicieron una buena Eliminatoria, postergando a Italia, Polonia, Georgia y la siempre complicada Moldavia
(?). Como siempre, contaban con muy buenos jugadores: Sol Campbell, Paul Ince, David Beckham, Alan
Shearer, Steve McManaman, Paul Scholes, Les Ferdinand, Michael Owen, Rio Ferdinand. Los rumanos,
nuevamente conducidos por Anghel Iordanescu, ganaron su zona imponiéndose a selecciones poco amenazantes
como Irlanda, Lituania, Macedonia, Liechtenstein e Islandia (de hecho, ganó todos sus encuentros, empatando sólo
uno). Prácticamente, era el mismo equipo que metió campañón en USA ’94: Dan Petrescu (30 años, Chelsea),
Gheorghe Popescu (30 años, Galatasaray), Gheorghe Hagi (33 años, Galatasaray), Ilie Dumitrescu (29 años,
Atlante), Florin Prunea (29 años, Universitatea Craiova), con el agregado de jóvenes talentos como Ovidiu Stinga,
Viorel Moldovan y Adrian Ilie.
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Explosión
Los colombianos clasificaron terceros, 2 puntos por sobre Chile y 1 punto por debajo de los paraguayos. Era la
última oportunidad de una generación brillante (en esta oportunidad, a cargo de Hernán “Bolillo” Gómez), otra vez
encabezada por Adolfo Valencia (30 años, Independiente Medellín), Carlos Valderrama (36 años, Miami Fusion),
Faustino Asprilla (28 años, Parma) y Freddy Rincón (31 años, Corinthians). Acompañaban conocidos nuestros
como Óscar Córdoba, Mauricio Serna y Jorge Bermúdez (todos de Boca), Iván Córdoba (de San Lorenzo) y
Faryd Mondragón (de Independiente) ¿De Túnez qué se sabe? Prácticamente nada (?), salvo que tenía a un par de
jugadores en la Bundesliga.
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Un error ponerlo a Valderrama en la barrera
Rumania sumó un punto más que Inglaterra, que terminó clasificando como segunda. Colombia, que definió el
pasaje a octavos mano a mano con los ingleses en la última fecha (perdieron 2 a 0), volvió a decepcionar y quedó
afuera al quedar tercera. Como curiosidad, Henryk Kasperczak, DT de los africanos, también fue echado tras
cosechar 2 derrotas en 2 partidos, durando exactmente lo mismo que Víctor Púa en Central (?).
El grupo H encontraba a la Argentina acompañada de 3 selecciones debutantes: Croacia, Japón y Jamaica. El
equipo de Daniel Alberto Passarella no cortó clavos como el de Basile para clasificar, ni fue arrollador como el de
Bielsa. El conjunto del Kaiser, con algunas dudas, y aprovechando que Brasil no las jugó, terminó primero en la
clasificatoria, un punto por sobre Paraguay. El 0 – 2 con Ecuador y “la pelota no dobla”, los empates de local con
Paraguay (el gol de Chilavert a Burgos) y Chile, la caída con Bolivia y el cóndorrojeo de Cruz (?), fueron algunos
de los highlights (?) de la clasificación de la Celeste y Blanca. El plantel tenía a algunos sobrevivientes del ciclo
Basile (José Chamot, Roberto Sensini, Diego Simeone, Gabriel Batistuta, Ariel Ortega y Abel Balbo, la gran
sorpresa), más algunos pollos suyos de River (Roberto Ayala, Matías Almeyda, Germán Burgos, Leonardo
Astrada, Sergio Berti, Hernán Crespo y Marcelo Gallardo), más algunos otros pollos de por fuera de River
(Claudio López, Juan Sebastián Verón y Javier Zanetti), más algunas apuestas bizarras (Mauricio Pineda, Pablo
Paz, Nelson Vivas, Pablo Cavallero y Marcelo Delgado) y Carlos Roa, que, calladito, se metió en la lista y terminó
siendo el arquero titular.
Los croatas llegaron a su primer mundial luego de batir a Ucrania en el repchaje (habían quedado segundos en su
zona, 1 punto debajo de Dinamarca, y 1 punto por sobre Grecia). Para ser vírgenes (?), tenían un grandísimo
plantel: los predecesores del seleccionador actual, Igor Stimac y Slaven Bilic, Robert Jarni, Dario Simic, Mario
Stanic y a unos muchachos llamados Robert Prosinecki, Zvonimir Boban y Davor Suker (y eso que no llegó
Alen Boksic).
¿Jamaica? Conducida por un brasileño, René Simoes, no jugó la ronda preliminar de la Concacaf, pero sí la primera
ronda (eliminó a Surinam) y, por ende, la segunda ronda (echó a Barbados). En tercera ronda dio la sorpresa y
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puntó por sobre México. En la ronda final quedó por debajo de los Aztecas y de Estados Unidos, pero pasó igual.
El plantel era ignotísimo: mucho jugador del medio local, aunque tenían a varios jugando en Inglaterra (equipos de
medio pelo para abajo), siendo el más conocido Frank Sinclair, que jugaba en un Chelsea que no estaba de moda
aún.
Los jamaiquinos, que llegaban al mundial con fama de violentos, aprovecharon y se sacaron una foto con el
equipo argentino
¿Japón? Llegó a la ronda final tranquilo, luego de superar a Macau -me estoy enterando de la existencia de esta
nación (?)-, Nepal y Oman. En la ronda final, quedó segundo de Corea del Sur, teniendo que jugar un desempate
con el segundo del otro grupo, Irán, para ver quién iba derechito al Mundial y quién tenía que jugarse una instancia
más ante Australia. El partido se jugó en Malasia y un gol de oro convertido por Okano le dio el pasaje a Francia a
los ponjas. Todos sus jugadores se desempeñaban en la liga local, siendo el más conocido Tom Misaki Hidetoshi
Nakata, que tenía 21 años y todavía no había aterrizado en el Calcio.
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(!)
Finalmente, Argentina fue el otro, junto con Francia, que pasó ganando todos sus partidos: triunfo ante Japón sin
sobrarle nada, goleada a Jamaica y triunfo ante los croatas. Croacia fue el segundo con 6 unidades. Japón y Jamaica
sólo tuvieron que dirimir el último lugar (que quedó para los Nipones).
En octavos de final no hubieron grandes sorpresas, aunque casi… Paraguay aguantó estoicamente ante Francia y
lo llevó a suplementario, donde se perpetró el primer gol de oro de la historia mundialista: Trezeguet se la bajó de
cabeza con mucha categoría a Laurent Blanc, que entró como una tromba y batió a un Chilavert que ya era figura
(de hecho, fue uno de los mejores arqueros del torneo). México, acostumbrado a arrancar perdiendo, empezó
ganándole a Alemania gracias a un tanto del “Pájaro” Hernández (que erró otro increíble y que pudo haber sido
decisivo), pero el fútbol es un deporte en el que juegan 11 contra 11 y siempre ganan los alemanes: Klinsmann, a
15 del final, y Bierhoff, a 5 del cierre, dieron vuelta la quesadilla (?) y despidieron a los mexicanos.
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Recuerdo de un gol dorado
Hubieron triunfos muy ajustados, como el de Italia, que le ganó por la mínima a Noruega con un tanto de Christian
Vieri, figura y goleador de los tanos en el certamen ante la apatía de Del Piero. También ajustado fue el triunfo de
Croacia, a la que le bastó con un penal convertido por Suker para dejar en el camino a Rumania. Agónico fue lo de
Holanda: Yugoslavia le había empatado el partido y llevaba todo al alargue, pero, en el minuto 92, apareció Edgar
Davids para, con un remate que se desvió en el camino, meter a los de Hiddink en cuartos.
Los que la carajearon toda (?) fueron Brasil y Dinamarca. Los de Zagallo, con dopietas de César Sampaio y de
Ronaldo, golearon 4 a 1 a Chile, que se fue del mundial en octavos sin ganar un partido. Los daneses se
aprovecharon de una Nigeria que casi que se autoboicoteó por un conflicto generado a causa de desacuerdos
relativos a los premios para los jugadores y terminó comiéndose (también) un 1 – 4 en contra.
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Roa emulando al Goyco
El partido restante de los octavos fue el “clásico” entre Argentina e Inglaterra. Un primer tiempo de los más
intensos que se hayan visto, con un Ortega brillante, con 4 goles, cambios en el marcador y Chamot (?). Abrió la
cuenta Batistuta, de penal, pasados los 5 minutos de juego. A los 10, penal para los ingleses cometido por
Pochettino convertido por el infalible Shearer. Pasado el cuarto de hora de juego, Owen encaró a toda velocidad,
dejó pintados a Ayala y a Chamot y definió bárbaro para poner a los de Hoddle arriba. Sobre el final de la primera
etapa, Zanetti decretó el empate al culminar una muy buena jugada preparada. El segundo tiempo fue todo tensión:
Beckham expulsado, ambos equipos poniéndose cada vez más cautelosos (Ortega ya se había apagado y Owen
quedaba muy solo, aunque, cada vez que la agarraba, se fruncían millones de culos en el cono Sur). El alargue pasó
y llegaron los penales, donde Roa se destacó al pararle los remates a Ince y a Batty y meter al equipo de Passarella
en cuartos de final, superando lo logrado en USA ’94.
Y en cuartos la quedó la Selección, nomás. Argentina empezó perdiendo rápido con Holanda (gol de Kluivert),
pero supo igualarlo de inmediato, gracias a una buena definición del “Piojo” López. El partido discurría y no se
sacaban muchas diferencias. La cautela volvía a apoderarse de varias cabezas y parecía que nos íbamos
nuevamente al overtime (?). Más aún, después del fierrazo de Batistuta que reventó uno de los palos de van der Sar.
Pero los Naranjas sufrían la expulsión de Numan. Parecía que la suerte se volcaba en favor de la Argentina, pero,
luego, Ortega se la zidaneó en la pera (?) al arquero holandés y dejó las cosas 10 contra 10. Y así fue que
llegamos al minuto 90, momento en el que parte un pelotazo desde Calamuchita (?), que encuentra a Bergkamp
muy cómodo en el área; el crack holandés la baja con maestría y hace pasar de largo a Ayala para definir ante Roa
y terminar con las esperanzas argentinas. Ni tiempo para que Verón pateé un corner quedó…
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Garrón
Croacia se consagraba como la gran sorpresa al jubilar a Alemania con un imponente 3 a 0, con sendos remates
de Jarni y Vlaovic, tan bonitos como similares y con una gran maniobra individual de Suker. Por otro lado, Brasil y
Dinamarca disputaban el mejor partido del mundial: lo ganaban los daneses desde el vestuario, con el gol de
Jorgensen; lo empató rápido Bebeto; luego, los europeos lo dejaron arrimar a Rivaldo, que sacó un remate
inatajable para Schmeichel; en la segunda etapa, una pirueta fallida de Roberto Carlos anuló el intento de despeje y
le dejó servido el empate a Brian Laudrup; pero, 10 minutos más tarde, volvió a aparecer Rivaldo, que amortiguó el
envalentonamiento danés. Así fue que Brasil se metió en semifinales y le brindó una despedida más que digna a
Michael Laudrup.
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Grossor por duplicado
Francia sufrió de nuevo, pero volvió a meterse en semifinales de una copa del mundo. La vuelta de Zidane al once
titular tras cumplir la suspensión no alcanzó para desnivelar el trámite a su favor ante la siempre molto difficile (?)
Italia. Y casi lo ganan los tanos, pero la hermosa volea a la carrera de Baggio besó el ángulo del arco de Barthez, lo
cual pudo haber producido un silencio atroz aún más acentuado que aquel que le siguió al gol de Kostadinov por las
Eliminatorias para USA ’94. La cuestión fue que, en los penales, Barthez, el Rob Halford de los arcos (?), le
encontró la vuelta a la corta carrera de Albertini y Di Biagio le acertó al travesaño, dándole el pasaje a semis a los
locales.
Brasil le ganaba a Holanda y se metía en una nueva final, pero los de Hiddink siempre dejaban lo mejor para los
epílogos: a minutos del cierre del match, apareció Kluivert solito en el área y, muy cómodamente, cabeceó a la red
para poner el 1 a 1 definitivo. Aunque no tan definitivo, ya que los brasileños no fallaron en la tanda de penales,
mientras que los holandeses sí. Segunda final consecutiva para la Verdeamarelha, mientras que los Naranjas
quedaban a las puertas de igualar la gesta del ’74.
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Thuram jugó a ser Just Fontaine por unos minutos y le dio el pasaje a Francia para su primera final
En la otra llave, Croacia seguía sorprendiendo y Suker (que terminó como el goleador del mundial, con 6 pepas)
marcaba el 1 a 0 para los visitantes. Pero dos flojísimas salidas fueron aprovechadas por un héroe inesperado:
Lilian Thuram, que hizo los dos goles que pusieron a Francia en la final, la primera de su historia. Los croatas casi
concretan lo que parecía una utopía. De todas maneras, siguieron haciendo historia, ya que le ganaron a Holanda el
partido por el tercer puesto y, de esta manera, en su primer mundial disputado se subieron al podio.
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Histórico
La final entre franceses y brasileños fue jugada en Saint Denis ante más de 80.000 personas. Y cuando todos
esperábamos algo de Ronaldo, el que apareció en todo su esplendor en el partido decisivo fue Zinedine Zidane,
que jugó un partido brillante y marcó los dos goles (casi llamativamente, ambos de cabeza, ambos en el primer
tiempo) con los que Francia derrotaba más que justificadamente a un Brasil tan o más gris que el propio Zagallo
(¿Qué le habrá pasado a Ronaldo en la previa? Salió a la cancha como lobotomizado).
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Zidane cabeceando correctamente en una final
En el segundo tiempo, los embates brasileños no fueron suficientes y el local, a partir de los pies de “Zizou”,
dominó el partido. Recién lo pudo liquidar de contra en tiempo de descuento con el gol de Petit. Fue así que el 3 a 0
final significó el primer título mayor para la selección francesa, así como también el salto al estrellato
mundial de Zinedine Zidane, que logró lo que Platini nunca pudo lograr.
La final completa
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Todos los goles
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Entregas anteriores: [URUGUAY 1930] – [ITALIA 1934] – [FRANCIA 1938] – [BRASIL 1950] – [SUIZA
1954] – [SUECIA 1958] – [CHILE 1962] – [INGLATERRA 1966] – [MÉXICO 1970] – [ALEMANIA 1974] –
[ARGENTINA 1978] – [ESPAÑA 1982] – [MÉXICO 1986] – [ITALIA 1990] – [USA 1994]
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Historia de los mundiales: Estados Unidos 1994
by Martín Gorojovsky - Miércoles, junio 04, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-estados-unidos-1994-83794-/
El retorno de la alegría brasileña, la última gesta mundial de Maradona, un campeón defensor sorprendido por una
selección bizarra. Todo esto y más dejó el campeonato de la “Pax americana”.
Brasil, Marruecos y Estados Unidos presentaron sus candidaturas para organizar la decimoquinta Copa del Mundo.
Como una especie de guiño del Destino la elección tuvo lugar un 4 de julio (el de 1988 para ser precisos) día de la
independencia del gigante del norte, que resultó electo organizador del Mundial de 1994 por amplio margen. Si
bien en otras ocasiones la máxima cita del fútbol había tenido lugar en países cuyas selecciones no eran
precisamente potencias de la disciplina (como Suiza, México o Chile) al menos se trataba de lugares donde el
fútbol es un deporte medianamente popular. Claro que las posibilidades comerciales del mercado norteamericano
eran un filón que la FIFA ansiaba explotar. Hasta hoy el Mundial de 1994 tiene el récord de asistencia a los
partidos. Por otra parte una de las exigencias del ente rector del fútbol fue que Estados Unidos crease una liga
profesional. La Major League Soccer nació dos años después y fue el punto de partida de cierto crecimiento en
calidad para el fútbol yanqui.
Uno de los primeros conceptos que se asocian al recuerdo de este torneo es el de una marcada mediocridad
futbolística. Probablemente uno de los motivos para tal conclusión es la ausencia de varias selecciones históricas,
unas por motivos estrictamente deportivos otras por cuestiones vinculadas a la política mundial, especialmente en
las eliminatorias europeas. El de 1994 fue el primer Mundial posterior a la disolución de la URSS y del Bloque del
Este. De las eliminatorias participaron Rusia y los tres países del Báltico (Estonia, Letonia y Lituania), a diferencia
de Ucrania, Bielorrusia y Moldavia que tenían selecciones afiliadas a la FIFA, pero que no completaron a tiempo el
papeleo de inscripción para la Copa del Mundo, lo cual demuestra que el comunismo había caído pero la burocracia
no (?).
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Checos y eslovacos participaron con una selección conjunta aunque la vieja Checoslovaquia se había separado el 1º
de enero de 1993, y en Yugoslavia la guerra civil y desmembración del país dejó fuera de competencia a una gran
generación de jugadores como Dejan Savisevic, Zvonimir Boban, Davor Suker, Dragan Stoijovic y muchos más.
Sin los eslavos del sur el Grupo 5 de las eliminatorias europeas perdió a su cabeza de serie, circunstancia que fue
aprovechada por Grecia, clasificada en primer lugar y escoltada por los rusos. Pero también en el oeste hubo
ausencias y sorpresas.
Emil Kostandinov festeja su gol, que en la agonía del partido clasificó a Bulgaria y dejó afuera a Francia. Fue la
primera de varias sopresas que dieron los balcánicos.
Bulgaria y Noruega dieron dos batacazos, una eliminando agónicamente a Francia (el líder del grupo clasificatorio
fue Suecia) y la otra relegando a Inglaterra. Junto con los noruegos clasificó Holanda, sin Marco van Basten
(lesionado) y Ruud Gullit (peleado con el DT Dick Advocaat). Tampoco fue de la partida Dinamarca, que perdió
el pasaje en la última fecha ante España. En su lugar viajó Irlanda, que tras empatar ante Irlanda del Norte alcanzó
en puntos y diferencia de gol a los daneses y los eliminó por tener más goles convertidos.
Italia, dirigida por Arrigo Sacchi (que venía de revolucionar a Europa con su Milan ochentoso) consiguió una
previsible clasificación, y su escolta fue Suiza, que tras veintiocho años de ausencia volvió a clasificar a un
Mundial. Por último Rumania y Bélgica ponían en juego sus buenas generaciones para entrar sin problemas a la
fase final. Los Laudrup, David Platt, Paul Gascoine y Eric Cantoná vieron la copa por televisión.
También en África la violencia política determinó una ausencia llamativa. Fue la del liberiano George Weah, cuyo
país estaba envuelto en una cruenta guerra civil. Los clasificados por el Continente Negro fueron Camerún, con
algunos jugadores del ‘90 y el respeto que imponían a partir de su buena actuación en el Mundial de Italia,
Marruecos, representante del África árabe, y una debutante: Nigeria. Desde Asia llegaron Corea del Sur, que con
su tercera participación consecutiva se posicionó como la potencia del lejano oriente, y Arabia Saudita ocupando
el papel que generalmente rota entre los países del oeste asiático como Irán o alguno de los petroemiratos del Golfo
Pérsico.
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Con Estados Unidos clasificado automáticamente y sin ninguna sanción que le trabara el acceso México lideró sin
problemas la eliminatoria de la CONCACAF. Su escolta fue Canadá, que debió jugar un repechaje ante el ganador
de la zona de Oceanía. Éste fue una vez más Australia, que se quedó con el clásico de los Dominios Británicos (?) y
se sentó a esperar al siguiente rival de repesca, que saldría de la CONMEBOL.
Sin Chile, sancionado por el “Cóndor Rojas-gate” (?), los nueve participantes fueron divididos en dos grupos.
Brasil jugó contra Bolivia, Uruguay, Ecuador y Venezuela. Estos dos últimos equipos no pesaron en la
competencia, pero Bolivia, con una buena generación encabezada por el Diablo Marco Antonio Etcheverry, se
hizo fuerte en La Paz (ganó todos sus partidos allí) y logró sacar suficientes puntos de visitante para vencer a
Uruguay en la lucha por el segundo puesto.
La selección boliviana el día que triunfo ante Brasil en La Paz. Bolivia consiguió clasificar por primera vez por
méritos deportivos a un Mundial, donde además sumó su primer punto y marcó su primer gol.
Argentina por su parte compitió contra Paraguay, Perú y Colombia, que desde 1987 venía dando pelea a nivel
continental gracias a su generación dorada. Los colombianos además habían tenido una buena actuación en Italia
‘90 que pretendían mejorar en tierra norteamericana. Perú fue el peor equipo del grupo, mientras que Paraguay se
mostró como un rival duro, capaz de complicar a argentinos y colombianos.
La selección albiceleste llegó como bicampeón de la Copa América, y con un invicto de treinta y un partidos
consecutivos gracias a diversos triunfos y empates en amistosos y torneos falopa (?) menores. Alfio Basile había
sucedido a Carlos Bilardo en 1990, apostaba por el buen trato de pelota e intentaba construir la selección postMaradona, dado que el Dié pasó momentos difíciles desde lo personal y lo futbolístico (la sanción por consumo de
cocaína en Italia y sus erráticos pasos por Sevilla y Newell’s) tras perder la final ante Alemania Federal. El
resultado hasta el momento era bueno, pero la Copa América del ‘93 se había obtenido con más angustia que
juego.
Aún así el camino arrancó bien con los triunfos ante Perú y Paraguay en condición de visitante. Una caída en
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Barranquilla ante Colombia que terminó con el invicto argentino sembró algunas dudas, aunque en Buenos Aires
un nuevo triunfo ante los descendientes de los incas devolvía la tranquilidad. El 0 a 0 ante Paraguay en el
Monumental significó la pérdida de un punto importante, aunque se esperaba con confianza a Colombia para el
cierre del grupo.
Pero como bien se sabe dicho cierre estuvo lejos de lo ideal. La goleada 5 a 0 de Colombia sobre Argentina trajo
consigo una catarata de críticas a la selección nacional. Los cafeteros obtuvieron la clasificación directa subidos a
una ola de elogios que pronto se convirtió en exitismo, mientras que los del Río de la Plata tuvieron que jugar la
repesca ante Australia. Basile decidió convocar nuevamente a Diego Maradona, y en una serie de estrecho
marcador (1 a 1 en Australia, 1 a 0 en Argentina) su equipo completó la lista de clasificados.
Cinco minutos del segundo tiempo. Faustino Asprilla marca el segundo gol colombiano (el primero de los dos que
convirtió él) y encamina el partido hacia la goleada.
Una vez comenzado el Mundial, el 17 de junio de 1994 en Chicago tras una ceremonia que dejó perlas como esta,
la mayoría de los equipos “grandes” mostró más bien poco fútbol mientras que las selecciones más humildes entre
sus limitaciones y su atrevimiento eran las que ponían las notas más entretenidas. Quizás esta sea otra razón por la
que se recuerda con tanto desdén a este campeonato.
Estados Unidos integró el Grupo A junto a Suiza, Colombia y Rumania. El desarrollo fue cambiante y entretenido
por momentos. Se suponía que los sudamericanos ganarían con tranquilidad este grupo a priori accesible, pero
fueron sorprendidos por rumanos y yanquis sucesivamente. Los primeros mostraron un gran juego de contraataque,
con el enorme (metafóricamente hablando (?)) Georghe Hagi como figura, y en el debut vencieron por 3 a 1 al
conjunto del Pibe Valderrama. Mientras tanto Estados Unidos, dirigidos por ese recurrente personaje llamado
Bora Milutinovic, empataba 1 a 1 contra Suiza. Los locales sorprendieron al mundo cuando en la segunda fecha
vencieron con claridad por 2 a 1 a Colombia mediante el fatal gol en contra de Andrés Escobar y una gran
jugada colectiva rematada por Earnie Stewart. Entre tanto la victoriosa Rumania cayó sin atenuantes contra Suiza,
que la goleó 4 a 1.En la definición volvieron a cambiar los papeles. Rumania logró otra victoria (1 a 0 sobre el
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local) y el triunfo colombiano por 2 a 0 ante los helvéticos no alcanzó para evitar la eliminación y el fracaso.
Oleg Salenko en la tarde que convirtió 5 goles. Fue un vibrante 6 a 1 a favor de Rusia, pero Camerún también
dispuso de chances netas de gol. Partidazo en San Francisco.
Brasil jugó y ganó con claridad el Grupo B. Sus rivales fueron Rusia, Camerún y Suecia. El equipo dirigido por
Carlos Parreira era sólido en defensa y contundente en ataque, sin embargo carecía del brillo histórico que sus
antecesores de los treinta y cinco años previos habían mostrado en diferentes torneos. El único jugador que
aportaba algo de fantasía era Romário, el desequilibrante delantero que junto a Bebeto marcó la mayoría de los
goles de la campaña. El debut arrojó un claro 2 a 0 ante los rusos, luego llegó una goleada 3 a 0 ante Camerún y en
el cierre, ya clasificados, empataron contra Suecia 1 a 1. Los nórdicos a su vez arrancaron con un empate en 2 goles
ante Camerún y luego triunfaron por 3 a 1 ante los ex-comunistas. Presentaban también un equipo bien parado en
defensa y de buenos delanteros, con la particularidad de contar con un vikingo negro (?), el sueco-venezolano
Martin Dahlin. Camerún mostró poquísimo en relación a lo hecho cuatro años antes, al igual que Rusia respecto a
la trayectoria de la URSS en los mundiales. En el último partido los europeos golearon 6 a 1, con cinco goles de
Oleg Salenko, que se convirtió en el hombre que más goles marcó en un partido de mundiales, mientras que el
descuento de Roger Milla lo convirtió en el goleador más veterano.
El Grupo C tuvo un desarrollo un poco más mediocre. Integrado por Alemania, Bolivia, España y Corea del Sur,
no fue el trámite que se hubiera esperado para los europeos. Los germanos (dirigidos por Berti Vogts) inauguraron
el Mundial con un estrecho triunfo por 1 a 0 ante Bolivia. Los sudamericanos habían complicado a sus rivales hasta
que tiraron mal el achique y Jürgen Klinsmann no perdonó. Los ibéricos en tanto hicieron gala de una muy
mezquina idea táctica pergeñada por su entrenador, el vasco Javier Clemente. Comenzaron empatando 2 a 2 ante
Corea del Sur, que al remontar la desventaja de dos goles en contra en los últimos minutos mostró signos de
progreso futbolístico. En la segunda fecha España se encontró ganando ante Alemania por la mínima, pero no se
animó a liquidarlo y en el arranque del segundo tiempo Klinsmann apareció de nuevo para empardar el marcador.
Mientras tanto Bolivia no pasaba del 0 a 0 contra Corea. El entusiasmo de los bolivianos no logró quebrar a la
defensa asiática, ni alcanzó para hacerle frente a España, que le tiró la chapa encima, venció por 3 a 1 y clasificó en
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segundo lugar, porque a su vez Alemania venció a Corea, aunque después de ir 3 a 0 arriba vio como los coreanos
arrimaban al empate, aunque la nafta no les dio para ir más allá del 3 a 2.
Italia protagonizó el llamado Grupo E, considerado “el de la Muerte” porque resultó ser más parejo de lo
esperado. Por otra parte fue uno de las más feos en cuanto a juego. En el debut Irlanda sorprendió a los italianos al
vencerlos por 1 a 0 sin esforzarse demasiado porque los peninsulares exhibieron un juego muy limitado. El otro
partido fue el triunfo 1 a 0 de Noruega sobre México. Luego mexicanos e italianos se recuperaron al vencer
respectivamente a los irlandeses (por 2 a 1) y a los noruegos (por 1 a 0 y sufriendo mucho). Los cuatro equipos
empataron en el cierre del grupo. México consiguió el 1 a 1 después de empezar abajo en el marcador, mientras que
Noruega e Irlanda protagonizaron un soporífero 0 a 0. Todos con cuatro puntos e igual diferencia de gol.
¿Clasificados? México por convertir tres goles, Irlanda e Italia por convertir dos (Irlanda segunda por ganar el
partido entre ellos), Noruega afuera por convertir apenas un gol.
“Dromedario cósmico, ¿de que desierto viniste para dejar en el camino a tanto belga? […] Gracias Alá, el que
nunca tira achique ni usa línea de tres, por el fútbol, por Owairan, por este Arabia 1-Bélgica 0.” (?)
Bélgica fue considerado cabeza de serie, pero recibió en su grupo a Holanda, con lo cual ninguna zona quedó muy
desbalanceada. Los otros dos equipos alojados en el Grupo F fueron Marruecos y Arabia Saudita, cuyo técnico era
el argentino Jorge Solari. Los belgas vencieron en el debut a los marroquíes por la mínima diferencia y sin que les
sobre nada. Los holandeses por su parte mostraron poco para un equipo que contaba con los hermanos De Boer,
Ronald Koeman, Frank Riijkard y Dennis Bergkamp en el plantel. Ganaron 2 a 1 después de empezar
perdiendo y gracias a un fiero error del arquero árabe en el final del partido. En la segunda fecha se jugó el clásico
de los Países Bajos (en el sentido regional del término), con victoria belga por 1 a 0, de nuevo sin mostrar mucho y
en gran parte gracias a la actuación del arquero Michel Preud’homme, que frenó todos los embates holandeses.
Arabia ganó el choque de árabes por 2 a 1, y en la última fecha mientras Holanda vencía previsiblemente a
Marruecos por 2 a 1 y se metía en octavos, Saed Al-Owairan sorprendió al mundo con el mejor gol de la copa.
Arrancó en la mitad de la cancha y no paró de apilar jugadores rivales hasta definir en el área contraria ante la
salida de Preud’homme. El resultado no se modificó con lo cual los belgas terminaron terceros a pesar de ganar dos
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partidos, los árabes fueron segundos y los holandeses ganaron el grupo.
El último en definirse fue el Grupo D, donde Argentina enfrentó a Grecia, Nigeria y Bulgaria. Entre el 0-5 ante
Colombia y algunos amistosos previos no del todo satisfactorios, los albicelestes llegaban con dudas al debut frente
a los helénicos. Por suerte estos decidieron imitar a sus estatuas famosas (?), y Argentina no tuvo problemas para
ganar, golear 4 a 0 y gustar. Boston presenció la primer tripleta de Gabriel Batistuta y una nueva obra de arte de
Maradona, que tras una gran jugada colectiva sacó un zurdazo al ángulo derecho del arquero Antonis Minou. El 10
estaba de vuelta y la ilusión crecía cuando en la segunda fecha apareció Claudio Caniggia con dos goles para que
Argentina diese vuelta el marcador ante Nigeria. Fue 2 a 1 ante los cucos del grupo, que en la primera fecha
golearon 3 a 0 a Bulgaria, gracias a la potencia de sus delanteros Rashidi Yekini, Emmanuel Amunike y Daniel
Amokachi. Los búlgaros sin embargo consiguieron su primera victoria en los mundiales al golear ellos también a
Grecia por 4 a 0. No solo los griegos eran muy flojos, sino que Bulgaría traía un buen equipo conducido por Hristo
Stoichkov, figura del Barcelona. Por lo mostrado en los primeros partidos y por lo poco que mostraban algunos de
los candidatos parecía que Argentina tenía destino de finalista por tercera vez consecutiva pero…
La última maravilla. Como siempre la lengua de Maradona afuera y el defensor que mira lo inevitable.
La mañana del 30 de junio, el día que se cerraba la primera ronda, cayó una bomba. El análisis antidóping que
Maradona se había realizado tras el partido con Nigeria dio positivo de cinco sustancias. La más importante
fue la efedrina, que en pequeñas dosis funciona como anticongestionante nasal, pero en en dosis mayores como
estimulante. Se cruzaron varias versiones: que Maradona había intentado cubrir consumo de cocaína, que se trataba
todo de una trampa armada por la FIFA con Pelé, Havelange, Blatter y Jorge Dorio (?) como miembros del
complot, etc. La AFA aceptó que el capitán fuera marginado de la competencia, según dijo Julio Grondona para
evitar que Nigeria reclamase los puntos. Sin Maradona, Argentina enfrentó en Dallas a Bulgaria. Basile ensayó
reconstruir al equipo poniendo a Leo Rodríguez en lugar del Diego, y antes de la media hora de juego Caniggia se
resintió de una lesión. Su remplazo fue Ariel Ortega, de apenas 20 años de edad.
A pesar de todo Argentina se iba al descanso 0 a 0, con lo cual ganaba el grupo sin importar que en ese momento
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Nigeria venciera parcialmente a Grecia por 1 a 0, pero en el segundo tiempo las desgracias se siguieron
acumulando. Una mala salida argentina fue aprovechada por Stoichkov, que en la contra marcó el 1 a 0. Y en el
minuto final hubo un gol en cada partido. Nigeria aumentó la diferencia casi al mismo tiempo en que Nasko
Sirakov de cabeza ponía el 2 a 0 de los búlgaros. La diferencia de gol y la derrota ante Bulgaria determinaron que
Argentina clasificase en el tercer puesto detrás Nigeria y Bulgaria.
En los octavos de final no hubo grandes sorpresas. Alemania empezaba a mostrar su potencial gracias a los goles
de Rudi Vöeller y de Klinsmann, pero aún así Bélgica angustió sobre el final a los campeones. Fue 3 a 2 para los
germanos, pero los belgas protestaron un penal no cobrado cuando el partido iba 3 a 1. España derrotó a Suiza por
3 a 0, más por peso específico que por ambición goleadora. El equipo de Javier Clemente seguía adelante. El
fixture marcó que los rivales de Alemania y de España se definirían en el cierre de la ronda. En el medio se jugaron
los partidos que daban forma a la llave opuesta.
El 3 de julio Suecia despachó sin despeinarse a la sorprendete Arabia por 3 a 1. Más tarde Argentina llegó hasta
Los Ángeles para tratar de recuperarse ante Rumania. El partido, reseñado aquí, terminó 3 a 2 en favor de los
súbditos de Drácula (?) que aprovecharon varios errores defensivos argentinos, aunque vale marcar también que el
árbitro Pierluiggi Pairetto no cobró dos penales a favor de Argentina. Illie Dumitrescu en dos ocasiones y Hagi
marcaron para los rumanos, mientras que Batistuta y Abel Balbo aportaron los goles con los que Argentina se
despidió tempranamente del Mundial.
Más raro que sueco de color. Bueno, no tanto. (?) Martin Dahlin festeja su gol ante Arabia Saudita.
El 4 de julio, en el primer turno, Holanda venció 2 a 0 ante Irlanda gracias a los goles de Bergkamp y Wim Jonk
(éste con una ayuda del arquero Pat Bonner) en el primer tiempo. Durante la segunda parte los naranjas regularon
hasta el pitazo final. El segundo partido fue el de los locales ante Brasil. Uno de los jugadores estadounidenses era
el hijo de uruguayos Tabaré “Tab” Ramos, y se sabe que cuando hay uruguayos y brasileños jugando al fútbol
entre sí la infracción memorable no se hace esperar. En el primer tiempo Ramos chocó accidentalmente (?) contra
el codo del lateral brasileño Leonardo Araújo. Este fue expulsado y recibió cuatro fechas de suspensión, pero
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igualmente Brasil destrabó el partido cuando Romario habilitó a Bebeto para que definiera el duelo. De todas
formas la actuación de los yanquis era, dados sus antecedentes, meritoria.
Al día siguiente Italia y Nigeria definían al rival de España, mientras que México y Bulgaría buscaban el lugar en
cuartos ante Alemania. Los nigerianos estaban decididos a emular la campaña de Camerún del ‘90 y lo
consiguieron…en el sentido de pechear y perder estúpidamente un partido que controlaron durante un rato largo.
Amunike abrió el marcador en el primer tiempo gracias a, cosa rara, una falla defensiva italiana en un córner. Italia
seguía exhibiendo pobreza futbolística y para peor sufría la expulsión de Gianfranco Zola. El partido se moría
cuando a la salida de un lateral (!) en mitad de cancha (!!!) la defensa africana no atinó a cerrar nada, y Roberto
Baggio, que hasta el momento brillaba por su ausencia en la copa, marcó el empate que llevó el partido al alargue.
Ya en tiempo suplementario Augustine Eguavoen cometió un penal bastante tonto, que Baggio cambió por gol. 2
a 1 e Italia seguía con vida. El último clasificado fue Bulgaria, que tras empatar 1 a 1 se impuso en los penales ante
México. Poco que destacar del partido como no fuera la falta de pericia azteca en los penales, lo histórico de la
campaña búlgara (no había ganado partidos en los mundiales hasta entonces), y la rotura y reparación de uno de los
arcos en el transcurso del partido.
Romario, figura y goleador de Brasil, lucha contra la marca del holandés Stan Valckx.
El Mundial avanzaba pero de un comienzo entre entretenido aunque de bajo vuelo el nivel de los partidos no
mejoraba. Los cuartos de final arrancaron el 9 de julio con un triunfo de Italia sobre España en otro partido chato.
Como tantos encuentros de aquel Mundial se jugó al mediodía, calculando un horario cómodo para la televisión
europea, pero sin tener en cuenta que jugar en verano en lugares como Texas, California, Florida o el húmedo
noreste yanqui no ayuda al rendimiento de los jugadores. Al margen del clima España hizo otro planteo amarrete
frente a una Italia que mostraba la camiseta y poco más. Dino Baggio abrió el marcador, empató José Luis
Caminero y en los minutos finales llegaron las emociones. Julio Salinas emuló a su compatriota “Casigol
Cardeñosa” (?) para fallar en un mano a mano, mientras que pocos minutos después Il Codino volvía a mostrar su
categoría para desnivelar el marcador.
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Luego llegó otro partido que amenazaba con defraudar al espectador. El primer tiempo de Brasil Holanda fue muy
malo, pero en el complemento ambos fueron a buscar la victoria y se olvidaron de las precauciones. Pegó primero
Brasil a través de Romario y de Bebeto, pero Bergkamp y Aron Winter aprovecharon algunas fallas en el fondo
brasileño para volver a igualar el partido. Diez minutos antes del final el desintoxicado (?) Branco sacó un furioso
tiro libre que colocó a Brasil entre los semifinalistas.
El gran batacazo lo dio Bulgaria cuando derrotó por 2 a 1 a Alemania. Los balcánicos se plantaron sin nada
que perder, y gracias al talento de sus mediocampistas y delanteros dieron vuelta un resultado que empezaba
adverso cuando Lothar Matthäeus adelantaba a los germanos por 1 a 0, en el comienzo del segundo tiempo. Antes
Bulgaria había peloteado a Alemania, pero con la ventaja parecía que todo se resolvería como siempre a favor de la
poderosa Mannschaft, hasta que en cinco minutos un tiro libre fantástico de Stoichkov y un cabezazo de Iordan
Letchkov cambiaron la historia.
Que Suecia y Rumania estuviesen en cuartos de final era algo relativamente imaginable por el desarrollo de sus
camapñas, pero que uno de los dos accediera a la semifinal les daba derecho a colgarse el cartel de revelación.
Semejante calificativo lo dirimieron con un empate 2 a 2 que por momentos fue bastante anodino más allá de los
cuatro goles. Suecia quebró el 0 a 0 cuando faltaban diez minutos (gol de Thomas Brolin) para el final del partido
pero sobre la hora el delantero Florin Raducioiu llevó el partido al alargue. El propio Raduciuoiu volvió a
adelantar a los carpáticos, pero Kenneth Andersson también aguó la fiesta rival con un cabezazo cinco minutos
antes del que se cumplieran los 120. En los penales apareció el arquero sueco Thomas Ravelli y el 5 a 4 clasificó a
los nórdicos.
Otra hazaña búlgara. Festejan Iordan Letchkov (en primer plano), Nasko Sirakov (en segundo plano) y Krassimir
Balakov (al fondo). Lo sufren Mathäeus y Guido Buchwald.
A pesar de la cantidad de sorpresas que había entregado el Mundial en las semifinales se impusieron los dos
equipos que por historia eran candidatos a ganar cada partido. Italia brindó su mejor performance ante Bulgaria a la
que arrolló con claridad, sobre todo durante los primeros cuarenta y cinco minutos cuando además de los dos
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golazos de Baggio contó con varias chances netas de gol. La figura de Italia salió lesionada en el segundo tiempo y
los búlgaros intentaron conseguir el empate (Stoichkov había descontado de penal sobre la hora de la primera
mitad) pero no tuvieron profundidad, aunque también es cierto que el árbitro francés Joel Quiniou no vio una mano
de Alessandro Costacurta en el área cuando faltaban veinte minutos para el pitazo final. Lo de Brasil frente a
Suecia fue más trabajoso aunque menos sufrido. Otra vez con Romario como estandarte el equipo de Parreira
acorraló a los nórdicos, que pretendieron aguantar el partido, pero se olvidaron de armar la segunda parte del plan,
esa que consiste en cómo ganar (?). Irónicamente el gol llegó cuando la figura brasileña, de apenas 1,68 m de
altura, ganó de aire en el área sueca y con un cabezazo de pique al suelo definió el duelo.
En esta fase decisiva Bulgaria mostró que los primeros tiempos le sentaban mal (?) cuando no tuvo manera de
evitar que Suecia le metiera cuatro goles. El segundo tiempo estuvo demás. Los nórdicos habían metido su mejor
campaña desde el subcampeonato de 1958 y los balcánicos pese al mal final no solo habían conseguido su primer
triunfo en mundiales sino que en el camino se cargaron con claridad al campeón defensor.
Llegó entonces la gran final. Brasil-Italia, choque de potencias. El ganador sería el primer tetracampeón del
Mundo. Los antecedentes más cercanos eran la final del ‘70 donde el scratch dio una lección de fútbol, y la
revancha de los italianos en el ‘82 en la que prevaleció su juego amarrete táctico. Las grandes figuras de cada
equipo habían metido hasta el momento cinco goles. Uno menos que Salenko y Stoichkov, los goleadores hasta ese
momento. Italia además recuperaba Franco Baresi, lesionado en la primera ronda..
Petar Houchev no puede parar a Roberto Baggio. La jugada terminará en la apertura del marcador a favor de
Italia.
Un gran marco para una final que resultó un verdadero bofe. Cuatro años antes el último partido fue pobre pero al
menos uno de los dos equipos (Alemania Federal) intentó ganar. Esta vez además del clásico planteo italiano de
colgarse del travesaño y esperar el error rival, los brasileños buscaron pero sin arriesgarse excesivamente. Fue la
primera vez, y lamentablemente no sería la última, que ambos finalistas jugaron con evidente miedo a perder.
También fue la primera vez que nadie convirtió goles y la primera vez que un mundial se definió por penales.
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Lauros no precisamente halagadores para recordar el partido de fútbol supuestamente más importante a nivel
universal.
El primer ejecutante fue Baresi, que elevó su remate por encima del travesaño. Acto seguido Gianluca Pagliuca
contuvo el penal de Marcio Santos. Demetrio Albertini quebró por fin el cero. Romario fue el siguiente, detuvo
su carrera dos veces, la pelota pego en el palo y…rebotó hacia adentro, 1 a 1. Tampoco fallaron Alberigo Evani y
Branco, pero en el cuarto turno Taffarel atajó el remate de Daniele Massaro, mientras que Dunga sí conseguía
batir a Pagliuca. Roberto Baggio tuvo la responsabilidad de mantener con vida a Italia. Al igual que Baresi
(recordemos que físicamente ambos llegaron con lo justo al último partido) tiró la pelota a las nubes y se desató el
festejo que los brasileños habían ansiado desde 1970.
Paradójica postal final para una copa del mundo. Festeja el arquero (Taffarel) y se lamenta el delantero (Baggio).
El saldo final arrojó un campeón que brilló poco para lo que su rica historia marcaba pero que a lo largo de los siete
partidos fue netamente superior a sus rivales. El subcampeón en cambio se encomendó a los raptos de iluminación
de su principal figura y poco más. Además de los finalistas quedaron un puñado de buenos jugadores, equipos que
desde su humildad despertaron simpatía en los neutrales y ofrecieron todo el fútbol que pudieron de acuerdo a sus
recursos, y algunos equipos que defraudaron más allá de la duración que alcanzaron en la competencia. Para
Argentina en particular fue una desilusión enorme y encima generada por motivos extrafutbolísticos. Quizás no fue
el peor campeonato de la historia, pero sus pocos méritos aparecen por comparación de defectos de otros
mundiales. La historia continuaría, con más protagonistas, en Francia ‘98.
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Historia de los mundiales: Italia 1990
by La Redó! - Sábado, mayo 31, 2014
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Con la mejor canción que entregaron los Mundiales y una mascota que nunca quedó muy claro qué era, Italia
recibió otra vez a la Copa del Mundo. Los penales de Goyco, el bidón de Branco, la puteada de Maradona, el baile
de Milla, entre otros, son los algunos de los aspectos más recordados.
Alemania nunca fue campeona como tal. Si bien los germanos mantienen el historial, sólo fueron campeones bajo
el nombre de Alemania Federal. En Brasil 2014 parte como gran candidato
Después de la experiencia de 1934 Italia acogió de nuevo a un Mundial. Los partidos se distribuyeron en 12
ciudades: Roma, Florencia, Nápoles, Bari, Turín, Génova, Milán, Bolonia, Verona, Udinese, Cagliari y Palermo.
Para llegar aquí se inscribieron 110 selecciones. Sólo 22 pudieron superar las duras eliminatorias. Entraron
directamente Argentina, por ser el defensor del título, y la Azzurra por ser local.
Por Sudamérica llegaron Brasil, Colombia y Uruguay; la zona de Concacaf tuvo como representantes a Costa Rica
y a Estados Unidos. México fue descalificado porque en un torneo juvenil utilizó jugadores que superaban el límite
de edad reglamentaria. La lista de participantes la completaron Austria, Checoslovaquia, República Federal de
Alemania, Yugoslavia, Rumania, URSS, Bélgica, España, Suecia, Escocia, Inglaterra, Irlanda y Holanda. Desde
África llegaron Camerún y Egipto. De Asía participaron Emiratos Árabes Unidos y Corea del Sur.
A causa de la situación política, Italia 90 marcó la despedida de varios países que desaparecieron o se fueron
disgregando a raíz de la caída del Muro de Berlín. Estos fueron la URSS, Checoslovaquia y Yugoslavia. También
será recordada por la última aparición de la Alemania dividida.
Como se destilaba por aquellos años, el poseedor de la Copa del Mundo era el encargado de abrir el Mundial. Esta
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vez le tocó a la Argentina, lo que también sería el inicio de un tortuoso camino hacía la final. El rival era la
desconocida y colorida Camerún. Con la presencia de Maradona y varios de los muchachos del 86, parecía pan
comido para el equipo de Bilardo. A los 66 minutos Oman Biyik puso el 1-0 definitivo. Con este triunfo el mundo
empezaba a tener noticias de los cameruneses, que fueron la sorpresa al alcanzar los cuartos de final.
Francoise Omam Biyik se hizo famoso porque tiró una galletita que Pumpido no pudo agarrar. Sensini lo
marcaba.
“Fue la peor derrota de mi carrera”, reconocía el Doctor luego de perder en el debut dentro del Grupo B. Vale
recordar que ese día en el Giuseppe Meazza en el palco estuvo, junto con otros presidentes, Carlos Saúl Men*m.
La delegación de Camerún cuando tenía un rato libre en la concentración se iba al zoológico de Fasano. “El
ambiente no es el mismo, pero ayuda para no extrañar la familia y nuestro paisaje”, explicaba Emmanuel Kunda.
Los cameruneses mostraron un fútbol abierto bastante diferente a lo proponían la mayoría de los equipos. Los
gurúes del fútbol empezaban a hablar que el futuro estaba en África. Todavía se espera que se cumpla la profecía.
La segunda presentación de la Selección produciría un quiebre y el que lo sintió en carne propia fue Pumpido (?).
En una jugada desafortunada Olarticoechea se llevó por delante la pierna del arquero y lo fracturó. En reemplazo de
Nery entró Goycochea, quien a la larga sería protagonista central. Finalmente Argentina ganó 2-0 y tranquilizó las
aguas. La última aparición en la ronda de grupos fue frente a la Rumania. Igualaron 1-1 y el equipo nacional se
metía en los octavos como uno de los mejores terceros.
La primera fase deparó como restantes clasificados a Brasil, Colombia, conducida por Maturana, a la Costa Rica de
Bora Milutinovic, Alemania, Irlanda, Italia, Yugoslavia, Inglaterra, España, Bélgica, Uruguay, Rumania y Holanda.
Por caprichos del fixture se dio un cruce entre Argentina y Brasil.
Aquellos que ese domingo a la mañana en Buenos Aires y en el resto del país se sentaron frente a la TV a seguir el
clásico sudamericano prácticamente sufrieron un padecimiento durante 90 minutos. En la previa hubo una
bilardeada (?). El ex Estudiantes fue a un casamiento a saludar a una novia porque según él “trae suerte”. La única
manera racional de explicar el triunfo argentino es gracias a tener el as en la manga de Maradona, que jugó con el
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tobillo hinchado.
Brasil atacó la mayor parte del tiempo. Hubo pelotas en los palos y jugadas que no se entiende como no entraron al
arco del Goyco. Hasta que en un momento la pelota cayó en la zurda prodigiosa del Diego. Eludió a Alemao y a
Ricardo Rocha y le dio un pase preciso (y precioso) a Caniggia. Éste eludió a Taffarel y definió. Argentina lograba
el agónico gol y la sufrida clasificación a los cuartos de final.
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Uno de los legados que dejó este partido fue el bidón más famoso de la historia. En un momento atendieron a un
jugador argentino. Branco se acercó y pidió tomar agua. Siempre dijo que a partir de ese momento se empezó a
sentir mal. Algunos protagonistas de esa tarde dicen es mentira, otros que Galíndez le metió un vomitivo. Al día de
hoy todavía no queda demasiado claro que ocurrió con ese bendito bidón y, aunque ya cansa un poco, todavía es
tema de discusión.
Otro derby que se dio en esta segunda instancia fue Alemania-Holanda. Los holandeses tenían un muy buen equipo
con el gran Marco Van Basten, Ronnie Koeman y Rudd Gullitt, que venían de una gran temporada con sus equipos.
Nuevamente se quedaron en amagues. Los alemanes ganaron 2-1 y se metieron entre los 8 mejores.
Muy recordado es Camerún-Colombia, uno de los encuentros más emocionantes que entregó Italia 90. En el tiempo
regular igualaron 0-0 y hubo que ir al suplementario. A los 109 el gran Roger Milla marcaba el primer gol y bailaba
en el banderín del córner. Un rato después Freddy Rincón, tras un pase del Pibe Valderrama, empataba otra vez las
acciones. La eliminación colombiana se decretó cuando Higuita intentó hacer una de las suyas. Salió jugando hasta
mitad de cancha, perdió la pelota y Milla puso el 2-1 definitivo. Hubo decepción en la selección Colombia, que
aspiraba a hacer un mejor Mundial. “Se terminó. Dirigí un equipo vació, sin alma. Nos mató un pecado de
presunción, puesto que todos antes del partido dieron por supuesta la clasificación”, manifestaba Pancho Maturana.
Ya en los cuartos a la Argentina le tocó medirse con Yugoslavia. Entre el tiempo regular y el suplementario no se
sacaron diferencias y fueron directo a los penales. Aquí fue cuando Goycoechea apareció en todo su esplendor y
prácticamente solidificó buena parte de lo que sería su carrera deportiva. Les paró los tiros Brmovic y a Hadzibecic.
Pese a los yerros Troglio y Maradona el conjunto nacional se metía en semis.
En medio de un vuelo futbolístico bajo la modorra la rompió el choque que en esta instancia protagonizaron
Camerún e Inglaterra, apoyada por su tema oficial, en que participaron varios jugadores. David Platt puso a los
ingleses al frente. Kunde fue el encargado de empatar y Ekeke adelantó a los cameruneses. El conjunto británico
contaba con Gary Lineker, uno de los grandes goleadores de ese momento. El delantero de Totthenham convirtió el
los 2 tantos claves. Puso la segunda igualdad y en el tiempo extra selló el 3-2 definitivo.
De esta manera por segunda vez en la historia Inglaterra se metía entre los 4 mejores de un Mundial. La última vez
había sido en el 66 cuando salió campeón. Camerún registró la mejor actuación para un representante africano,
campaña que todavía no fue superada. De alguna manera este fue el despegue del fútbol de aquel continente y se le
empezó a tener otra consideración.
Los cuartos de final los completaron los triunfos de Alemania sobre Checoslovaquia por 3-1 y de Italia ante Irlanda
por 1-0. Con esta victoria los italianos serían los rivales de Argentina en Nápoles, lo fue uno de los momentos más
calientes y polémicos.
El clima se que se vivió desde la previa fue muy tenso, a tal punto que en la concentración argentina arrancaron la
bandera que habían izado. Por supuesto que todo este ambiente se trasladó a la cancha. El gran momento ocurrió
durante los himnos. Mientras se cantaba el de los visitantes el público empezó con los silbidos, que aumentaron
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cuando la pantalla del estadio mostró a Maradona, que les rajó una puteada que le salió del alma. Sin dudas esa fue
una de las grandes imágenes del Mundial.
Toto Schillaci, goleador del Mundial con 6 tantos, puso en ventaja a la Azzurra. Este fue un cachetazo para el
equipo de Bilardo, que a partir de ahí reaccionó. Se plantó con autoridad en la cancha y en el segundo tiempo
alcanzó el empate. Walter Zenga salió mal, Caniggia lo anticipó e igualó el pleito 1-1. De nuevo a los penales. La
figura de Goycoechea salió al rescate. Le paró los remantes a Donadoni y a Serena, respectivamente, y desató el
festejo celeste y blanco en un San Paolo en donde reinaba un silencio atroz.
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Por cuarta y, por ahora, última vez en la historia Argentina se metía en una definición mundialista. El rival iba a ser
el mismo que 4 años atrás: Alemania, que venía de perder dos finales consecutivas (España 82 y México 86). Para
llegar al partido clave los alemanes también tuvieron que recurrir a los tiros desde los 12 pasos luego de igualar 1-1
con Inglaterra en otro choque picante.
El cierre fue un fiel reflejo de lo que se vio a lo largo del Mundial con más lucha que juego. Argentina, con varias
bajas por lesión y suspensiones, caso la de Caniggia, afuera por acumular 2 amarillas, aguantó como pudo
esperando alguna genialidad del Diego. El momento culmine se produjo a los 85 minutos. En un ataque germano
Rudy Völler entró al área, Sensini se tiró a buscar la pelota y el teutón cayó al piso. Quedará para la discusión
eterna si fue infracción o no. Lo concretó es que el mexicano Codesal sancionó una falta. Pese a que Goyco estuvo
cerca, Andreas Brehme no perdonó y frustró las ilusiones del bicampeonato.
“No quiero opinar sobre el penal. Sólo digo que fue una final desastrosa”, se quejaba Rinus Michel, el entrenador
de la Naranja Mecánica. El dato curioso es que Monzón y Dezotti se convirtieron en los dos primeros expulsados
en una final. Como recuerdo queda la imagen del Diego llorando desconsoladamente durante la premiación.
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Un resumen de lo que se vio en el Mundial lo dio Alfredo Di Stefano: “La culpa de todo la tienen los italianos.
Ellos inventaron el cattenacio, pero lo desperdigaron por toda Europa. A veces me río cuando dicen que defienden
con 3 ¡Si atacan con 1!” En 52 partidos hubo 160 amarillas y 17 rojas, superando el registro de México 86 (135 y
8). También fue la versión con peor promedio de gol (2,2).
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La imagen más dolorosa de todo el Mundial
Texto de Luciano Emanuel Giliberti
Entregas anteriores: [URUGUAY 1930] – [ITALIA 1934] – [FRANCIA 1938] – [BRASIL 1950] – [SUIZA
1954] – [SUECIA 1958] – [CHILE 1962] – [INGLATERRA 1966] – [MÉXICO 1970] – [ALEMANIA 1974] –
[ARGENTINA 1978] – [ESPAÑA 1982] – [MÉXICO 1986]
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Historia de los mundiales: México 1986
by Zeronickname - Lunes, mayo 26, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-mexico-1986-1964-/
Aún no había comenzado la Copa Mundial de Alemania 1974, cuando en Frankfurt la FIFA anunciaba que la
decimotercera edición del torneo de fútbol por excelencia sería Colombia 1986. Sin embargo, por diversas causas
los colombianos renunciaron y México volvió a ser sede.
Es tan cierto que los colombianos fueron boicoteados para organizar la Copa Mundial de la FIFA, como que en los
ocho años que habían transcurrido desde que fueron designados como sede, poco y nada habían hecho. Comenzaba
el año 1982 y las presiones estaban al caer, porque restaban sólo 4 años.
El que tomó el guante fue un gerente de una marca multinacional de calzados y ropa deportiva, que lanzaba los
primeros petardos: “ocho de cada diez personas andan descalzas en Colombia, a lo que habría que sumarle el
problema del narcotráfico y la guerrilla”, decía un jerarca de la empresa que era una de las máximas aportantes a
la Copa Mundial.
Desde FIFA había llegado un pedido poco realizable para los colombianos, pero que no distaba demasiado de lo
que se le exigía a cada organizador: estadios de lujo, una red de ferrocarriles para comunicarse con las sedes y otras
minucias (?) como precios congelados para todos los de FIFA desde el 1º de enero de 1986 y descuentos en los
mejores hoteles.
El peruano Teófilo Salinas, mandamás de la CONMEBOL desde 1966, y que había ayudado a Joao Havelange a
sentarse en el sillón de Zurich, se sorprendió ante los pedidos de FIFA para con Colombia y la organización del
torneo, tanto que salió al cruce de Havelange: “A Colombia le han impuesto condiciones imposibles. Vamos a ver si
la FIFA presenta las mismas exigencias a otro país donde tenga las miras para que se organice el Mundial.
Mientras tanto el mundo está a la expectativa de lo que decida el gobierno colombiano”.
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El 5 de noviembre de 1982 el Presidente de Colombia, Belisario Bentacourt, anunciaba en cadena nacional la
renuncia de su país a organizar la decimotercera Copa Mundial de la FIFA: “Como preservamos el bien público,
como sabemos que el desperdicio es imperdonable, anuncio a mis compatriotas que el Mundial de Fútbol 1986 no
se hará en Colombia. Previa consulta democrática sobre cuáles son nuestras necesidades reales no se cumplió la
regla de oro consistente en que el Mundial debía servir a Colombia y no Colombia a la multinacional del Mundial.
¡Aquí tenemos muchas otras cosas que hacer y no hay ni siquiera tiempo para atender las extravagancias de FIFA
y sus socios! Gabriel García Márquez (había ganado recientemente el Premio Nóbel de Literatura en 1982) nos
compensa totalmente lo que perdemos de vitrina con el Mundial de Fútbol”.
Havelange, hombre de no callarse muchas cosas, respondió: “Resulta ofensivo que el presidente Betancur se
refiera a la FIFA tratándola de ‘Multinacional del Fútbol’. La FIFA no tiene la culpa si Colombia, a pesar de
disponer de doce años para prepararse, se confiesa incapaz de organizar la Copa. Creo que Betancur debería
quedarse triste con esa situación y asumir la responsabilidad, en vez de hacer críticas a la FIFA, que no hizo más
que exigir una serie de obligaciones, iguales a las que le hizo a España para el último Mundial. Tengo la certeza
de que varios países van a querer organizar el mundial”.
Acto seguido se designó como sede a México, previo estudiar las candidaturas alternas de Estados Unidos y
Canadá, y cuando llegó el momento de reafirmar la presidencia de la CONMEBOL, Havelange le bajó el pulgar a
Salinas asumiendo Nicolás Leoz en su lugar.
Como si se resistiera (?), la Copa número 13 seguía liquidando sedes. O al menos lo intentaba. El 19 de septiembre
de 1985 un terremoto de 8.1º en la escala Richter destrozó gran parte del Distrito Federal y se llevó más de 35.000
vidas humanas. Pero los mexicanos se unieron a pesar del dolor y siguieron adelante con la organización del torneo
que, como en España ’82, iban a jugar 24 equipos en la fase final.
Pero había una nueva reglamentación para el torneo, ya que desaparecía la segunda ronda en grupos y volvían las
llaves a partir de los octavos de final. Nuevamente los equipos quedaban divididos en 6 grupos y pasaban de ronda
los dos primeros, más los 4 mejores terceros.
Europa se quedó con 14 plazas, incluyendo la que ocupaba Italia por ser el último campeón y restándole una a la
CONCACAF, que tuvo como único clasificado a Canadá, selección que hacía su debut mundialista. Claro está, los
mexicanos se quedaron con un lugar directo por organizar la competencia.
Oceanía, por primera vez, tenía una eliminatoria separada de Asia, aunque aún no lograba obtener una plaza
directa. Australia comenzaba a mostrarse como único equipo fuerte y ganaba el torneo de la región, pero para viajar
a México tenía que enfrentarse ante el segundo del Grupo 7 europeo, Escocia.
Los escoceses ganaron en Glasgow y sacaron pasaje a México al empatar en Melbourne contra los canguros, como
ya lo habían hecho Polonia, Alemania Federal, Portugal, Inglaterra, Irlanda del Norte, Francia, Bulgaria, Hungría,
Unión Soviética y la sorpresa, Dinamarca.
Holanda y Bélgica tuvieron que definir una plaza entre sí y a esa altura convertían el clásico del benelux en uno de
los partidos más jugados en las eliminatorias. Los holandeses, con jóvenes figuras como Frank Rijkaard y Ruud
Gullit, habían perdido por 1 a 0 en Bruselas y estaban ganando 2 a 0 en el partido revancha en Rotterdam. Cuando
faltaban 3 minutos para irse a México, Bélgica convirtió el gol del descuento que valía doble para la definición.
Argentina se clasificó agónicamente, empatando ante Perú en el Monumental con un gol convertido por todos (?),
aunque Ricardo Gareca fue quien empujó la pelota cuando caminaba por la línea del arco. Uruguay y Brasil
también entraron directamente ganando sus grupos, mientras Paraguay acompañó quedándose con el repechaje
sudamericano.
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Argelia repetía la clasificación, siendo Marruecos el segundo clasificado africano, ambos seleccionados
pertenecientes a la parte norte del continente. Corea del Sur ganó uno de los grupos finales de Asia volviendo a
competir en una fase final después de 32 años, mientras que Irak hacía su primera participación.
Los grupos en México cambiaban su denominación y dejaban los números por las letras. En el Grupo A estaba
Italia, campeona defensora del título, y lo compartía con Bulgaria, Corea del Sur y Argentina, que no había sido
considerada como cabeza de serie. Italia y Bulgaria empataron 1 a 1 en el partido inaugural, retomando la tradición
que se mantenía desde 1966 y que había sido interrumpida en 1982 con la derrota albiceleste a manos de Bélgica.
Pero la selección Argentina, ahora dirigida por Carlos Salvador Bilardo, tenía al mejor Maradona de todos
los tiempos y que estaba rodeado por un equipo conformado con importantes figuras. Pero el público no estaba
conforme con la performance que en México, comenzó a mejorar. El primer partido fue un 3-1 a favor ante Corea
del Sur y en la segunda fecha un empate 1 a 1 ante los campeones del mundo.
Italia había abierto el marcador con un gol de Altobelli de penal a los 6 minutos de la primera etapa, pero media
hora después Diego Armando Maradona se puso el traje de ilusionista y tiró el primer truco del mundial cuando
recibió un pase desde el sector izquierdo del área rival. Scirea le salió al cruce y el argentino se quedó sin ángulo
para patear al arco, ya que el primer palo estaba cubierto por el arquero Galli. Igual Maradona le pegó y puso la
pelota entre el palo y el guardameta, consiguiendo el empate que sería definitivo.
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Argentina e Italia no tuvieron problemas en superar a Bulgaria y Corea respectivamente, y pasaron a los octavos de
final, mientras que los búlgaros pasaron de ronda con dos empates, pero como uno de los cuatro mejores terceros.
México, Paraguay, Bélgica e Irak fueron los cuatro equipos que conformaron el Grupo B, desde donde también se
clasificaron tres equipos. Los locales fueron primeros al ganarle a los belgas e iraquíes y empatar con los
paraguayos. Los sudamericanos, además del punto obtenido ante México, derrotaron a los asiáticos y empataron
con los europeos, éstos últimos clasificados al ganarle a Irak.
El Grupo C se lo quedó la Unión Soviética que comenzó goleando a una debilísima Hungría por 6 a 0. También
estaba la gran selección francesa de Henri Michel, que además de mantener a todas las figuras del equipo
semifinalista de 1982, sumaba al joven goleador Jean-Pierre Papin. Los galos también golearon a Hungría, pero con
menor cantidad de goles que los soviéticos y entraron en segundo lugar. El último equipo del grupo fue Canadá,
que perdió los 3 partidos ante los europeos.
Brasil era otro gran candidato a quedarse con el título en México, como lo había hecho 16 años antes. Derrotando a
España, Irlanda del Norte y Argelia, los brasileños fueron los únicos que ganaron los 3 partidos de grupo y fueron
acompañados por España, que no tuvo problemas en pasar a los argelinos y los norirlandeses.
Los charrúas volvían a la mayor competencia mundial de fútbol, la cual dominaron en sus comienzos pero no
pudieron sostener sus logros con el paso del tiempo. A pesar de haberse perdido los dos últimos mundiales
arrancaron en México ’86 con un empate ante Alemania Federal, que había sido subcampeona en 1982 y mantenía
la solidez histórica.
Dinamarca ya era conocida en Europa y se había clasificado por sobre la Unión Soviética en la eliminatoria
continental. Morten Olsen, Soren Lerby, Michael Laudrup, Jan Molby, Jesper Olsen y Preben Elkjær Larsen eran
los jugadores más renombrados en los mejores clubes de las ligas de Inglaterra e Italia.
Vestidos con una camiseta revolucionaria para los mundiales, debutaron ganándole a Escocia por 1 a 0 y se
aprontaron a enfrentar por primera vez a un Campeón del Mundo. Uruguay, con jugadores de la talla de Enzo
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Francescoli, Rubén Paz, Antonio Alzamendi, Marcelo Saralegui y Jorge Da Silva, estaba dispuesto a poner a la
celeste nuevamente en la cima.
Pero en el medio se cruzaron con un equipo danés que fue bautizado como “El Tomate Mecánico” y que con 6
goles aplastó el intento del otrora campeón. Y no fue la única sorpresa de los nórdicos, que en la última fecha les
ganaron a Alemania con un solidísimo 2 a 0. A pesar de sumar sólo dos puntos, Uruguay se clasificó a los octavos
de final como uno de los mejores terceros.
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Marruecos hizo perder muchísima plata a las agencias de apuestas al quedarse con el primer lugar del Grupo F,
relegando a Inglaterra al segundo lugar y a Polonia al tercero. Portugal, que jugaba su segunda copa mundial, se fue
con mejor ubicación que varios de los mejores terceros, pero se quedaron afuera por terminar cuartos en el grupo.
La parte final de México 1986 dejó afuera a sólo 8 de los 24 participantes. México avanzaba hacia los cuartos de
final, su mejor ubicación histórica, pero esta vez jugando 5 partidos. En Azteca los locales le ganaron 2 a 0 a
Bulgaria y enfrentarían a Alemania Federal, que estuvo 89 minutos para hacerle un gol a Marruecos.
Argentina y Uruguay reeditaron el clásico del Río de la Plata enfrentándose después de 56 años sin verse las
caras en terrenos mundialistas, desde aquella primera final en 1930. El 1 a 0 final para el conjunto rayadoazul fue
demasiado tacaño en comparación al juego que brindaron los argentinos.
PPP no lo puede creer. Ahí tenés otro one hit wonder (?)
Tal vez con el fútbol más exquisito de la Copa, Francia avanzaba perfilándose como candidata y refrendaba el
supuesto con un cómodo 2 a 0 ante Italia, que se volvía a la península sin mostrar nada, con un solitario triunfo
ante Corea y una “baguét” que entró por un orificio no habitual para la incorporación de alimentos (?).
El Scratch seguía sin dejar puntos en el camino y le daba la estocada final a los “restos de Polonia”, que
liquidaba a su generación de grandes jugadores con un 4 a 0 tan contundente como escaso, según las alternativas
del partido. Sócrates, Josimar, Edinho y Careca fueron los autores de los goles del conjunto sudamericano, que
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ahora debía enfrentar a los franceses.
Arranca… uno de los 10 mejores partidos de la historia de los mundiales fue protagonizado por Bélgica y
Unión Soviética. El enfrentamiento fue una sucesión de centros y pelotazos que terminó con 7 goles. Belanov
ponía el 1 a 0 para los rusos pero Bélgica empataba a través de Scifo. Reponiéndose del golpe de la igualdad
Belanov volvía a poner en ventaja a la URSS, pero Jan Ceulemans equilibraba el marcador. En el tiempo
suplementario, los belgas, que no conformaban un gran equipo pero contaban con uno de los mejores arqueros de la
competencia, hacían dos goles más. Haber llegado a octavos era mucho para los Diablos Rojos, pero ya estaban en
cuartos.
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España también quería llegar a la siguiente fase pero en el camino tenía que superar a los daneses, que tras la
goleada 6-1 ante Uruguay parecían todos vikingos hábiles, de 3 metros de altura. Sólo un milagro podría salvar a
los españoles que deben haber rezado muy fuerte (?) porque Butragueño tuvo el partido de su vida al convertir
cuatro de los cinco goles que los ibéricos les metieron a Dinamarca, nuevos herederos del frescor mundial.
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Inglaterra quería repetir el título obtenido en su tierra, bajo toneladas de sospechas. Habían conformado un
equipo con la base del plantel de 1982 con el plus de algunos jóvenes talentos, como el goleador Gary Lineker que
ya habían convertido un triplete (?). Paraguay aguantó sólo media hora el cero en su arco y durante los siguientes
60 minutos, el arquero Roberto Fernández fue a buscar la pelota 3 veces al fondo de la red. Inglaterra estaba entre
los ocho mejores pero tenía un rival duro en los cuartos de final.
El León inglés era defendido por 11 batalladores que dejaban todo por cuidar la valla perteneciente a la diosa (?)
Football Association, creadora del juego hacía más de 100 años. No iban a ser fáciles los argentinos y lo sabían,
porque ese pequeño demonio enrulado (traducción de that little piece of shit (?)) podía hacer algo que no convenía
a los intereses del fútbol británico.
Arranca… Peter Shilton era el último guardián a vencer por los argentinos y se hacía complicado, porque el
experto guardameta contaba con una vasta experiencia en el arco inglés, que había sido vulnerado tan sólo una vez
desde el comienzo de la Copa. Antes de llegar a Shilton había que pasar por Butcher, un verdadero carnicero que le
dejaba su marca a todo aquel que pasara por su sector. También estaban Gary Michael Stevens, Trevor Steven,
Glen Hoddle, Steve Hodge y ese asesino serial llamado Gary Lineker.
Lineker le había hecho 3 goles a Polonia y 2 a Paraguay, perfilándose como el máximo artillero de la Copa en
tan sólo dos partidos. El temor que se le tenía al atacante inglés era similar al que generaba Maradona porque se
había despertado, y con una insaciabilidad tremenda.
El juez de la justa fue el tunecino Ali Bennaceur y era asistido por Benny Ulloa de Costa Rica y Bogdan
Dotchev, de Bulgaria. Los tres árbitros, tal vez inconscientes, desconocían aquella interna que tenían los creadores
del fútbol con sus alumnos más rebeldes, esos sudamericanos de rayado que eran capaces de mezclar un partido
con las invasiones inglesas y un gol con un ollazo lleno de aceite hirviendo.
Según cuenta la leyenda (?) en 1807 los ingleses eligieron mal el lugar de desembarco para la segunda invasión a
Buenos Aires y un lugareño simuló guiarlos hacia la capital del virreynato. Con su caballo los llevó por el camino
más escabroso desde Ensenada hacia el Riachuelo. En el recorrido los ingleses se toparon con un ejército de nativos
y perdieron algunos hombres, pero siguieron en su avance hacia el fuerte, nada más que encontraron una terrible
resistencia civil que los obligó a rendirse.
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¿Trampa? De ninguna manera, defensa propia podía alegarse. La misma defensa (?) que utilizó Diego Maradona,
en el séptimo minuto de la segunda etapa, cuando recibió un despeje de un rival cayendo la pelota desde el
cielo, justo donde él estaba. Y pudo saltar más allá de los eternos centímetros de Peter Shilton. Y Dios le extendió
su mano derecha para cobrar una vieja venganza.
No era por aquellas invasiones en épocas coloniales. No era por la inútil Guerra de Malvinas de 1982. Con ese gol
salido de un puño mágico (?) Argentina se pudo cobrar aquella amarga eliminación de 1966, cuando los
ingleses sacaron a los rioplatenses de su Copa con la venia de los otros cómplices, los alemanes.
Arranca… la moral de los batalladores británicos se venía a pique cuando intentaban reclamarle a toda costa al
árbitro tunecino la anulación del gol que ya había cobrado. Offside no era, y eso es lo que explicaba el norafricano
que había entendido que si bien el 10 argentino estaba en posición adelantada fue un mal despeje de Hodges que lo
ayudó a meter su puño en el medio del pecho inglés, apretando su corazón para dejarlo herido, pero sin matarlo
aún.
Arranca por la derecha… Argentina tenía el poder absoluto del partido. Los guardianes de la corona estaban
con las cabezas gachas, listas para caer en el canasto que posaba debajo de la guillotina. Caían prisioneros del
embrujo del enrulado y sus coequipers, hasta el punto que fueron hipnotizados (?) por un pase mágico (!) de Héctor
Enrique hacia la derecha de la mitad del campo “Balón para Diego, ahí la tiene Maradona, pisa la pelota.
Maradona” decía el mejor pregonero que pudo tener aquel momento mágico en el que el planeta se detuvo para ver
esa obra de arte.
“Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial. Y deja el tendal. Y va a tocar para Burruchaga… ¡Siempre
Maradona! ¡Genio, genio! ¡Ta, ta, ta, ta, ta, ta, ta! … ¡Gooooooool gooooooool! ¡Quiero llorar! ¡Dios santo, viva
el fútbol, golaaaazo! ¡Diegoooool!!! Maradonaaaa! Es para llorar, perdónenme. Maradona, en recorrida
memorable, en la jugada de todos los tiempos, barrilete cósmico, ¿de qué planeta viniste para dejar en el camino a
tanto inglés?, para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina. Argentina 2 – Inglaterra 0. ¡Diegol,
Diegol!, Diego Armando Maradona. Gracias, Dios, por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas, por este
Argentina 2 – Inglaterra 0.”
Relato del periodista Víctor Hugo Morales; 22 de junio de 1986, 12:54, Ciudad de México, México.
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Cuando el argentino arrancó por la banda derecha los soldados ingleses iban cayendo de a dos; en la primera pisada
quedaron desairados Reid y Beardsley. Un intento de Hodge para perseguir al endemoniado rival quedó trunco
unos metros más adelante, cuando ya le había sacado una ventaja a Reid que trataba de alcanzarlo. De pronto
apareció el carnicero, Butcher, que quedó fuera de batalla con un simple amague. Terry Fenwick era el último de
los escollos antes de que el pibe de oro se tuviera que enfrentar al cancerbero, que ni tirándole la armadura encima
pudo detenerlo. Cuando Shilton al fin salió a matar o morir, Butcher se levantó de sus cenizas e intentó su última
defensa. Un amague dejó sin chances a ambos y Maradona clavó su puñal definitivo en el corazón de la F.A.
El gol de descuento para los ingleses, casi sobre el epitafio de la justa, sólo sirvió para que el killer (?) pudiera
convertir su sexto tanto y consagrarse por sobre el resto de los romperredes, de los cuales había muchos y muy
buenos.
??Que los cumplas fé-liz, que los cumplas fé-liz, que los cumplas Mi-che-el (?), que los cumplas fe-liz ??. Brasil y
Francia habían empatado en el mejor partido del mundial por 1 a 1 tras 120 minutos de magia, con una gran
participación de las defensas y la destacada actuación del golero francés, Jöel Bats, que le detuvo un penal a Zico
cuando quedaban 15 minutos para el final del partido.
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Los penales iban a definir al semifinalista y el primero en patear fue Sócrates, que tenía la oportunidad de poner al
Scratch arriba, pero Bats estaba imposible de vencer. Stopyra, Alemao, Amoros… ahora todos convertían. Le tocaba
de nuevo a Zico y esta vez lograba vencer al ágil guardameta. Bellone y Branco también convirtieron su gol y
estaban 3 a 3. Llegaba el turno del cuarto penal para Francia y el ejecutante era nada más ni nada menos que
Michel Platini, el astro francés que justo, estaba cumplindo 29 años.
Y Michel llegó a la pelota, la acomodó y la intentó cruzar al ángulo, pero la mandó a la conchisumuá (?). Por
suerte para el cumpleañero Bats seguía en forma y le detenía el tiro a Julio César, para que luego Fernandez, que se
pronuncia Fernandéz en francés, hiciera el último y colocara nuevamente a Francia en Semifinales de un Copa
Mundial.
Pero las malas noticias llegaban para los galos ya que Alemania, dando pena, superaba a México también en
definición por tiros desde el punto de penal y se convertirían en sus rivales en la instancia anterior a la final.
Bélgica seguía avanzando y se aseguraba los 7 partidos en la Copa al sacar a España, altísimos pechos, por la
definición desde los 11 metros. Pero en la semifinal esperaba Argentina, el equipo más descansado y que no había
jugado más de 90 minutos por partido. Otra tarde memorable de Diego Armando Maradona que hizo dos golazos
espectaculares y dejó asentado cuál era el mejor equipo de la copa, coincidente (?) con el que tenía al mejor
jugador.
Dirigida por Franz Beckenbauer, la selección alemana avanzaba como podía. Con lo justo llegaba a las
semifinales pero también con un perfil muy bajo. Si bien eran los subcampeones mundiales no tenían grandes
elementos, pero eran Alemania con todo lo que eso significa.
Grandes ahorradores de energías (?) y metódicos al máximo, los teutones aprovecharon el cansancio de los
franceses y les ganaron con dos goles; uno de Breheme al comienzo del partido y uno de Völler sobre el final. Para
Francia quedó el consuelo del tercer puesto, donde pudo batir a Bélgica por 4 a 2, para Alemania, intentar ganarle
al equipo del nuevo Dios del Fútbol en la final.
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El calor en el Distrito Federal era insoportable y el mediodía en el Azteca derretía todo lo que estuviera bajo su
órbita. Cuando el brasileño Romualdo Arpi Filho pitó el comienzo del último partido de la Copa, los más de
114.000 espectadores padecían el sol del verano mexicano.
Las camisetas albicelestes eran las que buscaban romper el arco rival y tardaron 23 minutos para abrir el
marcador por intermedio de José Luis Brown, que terminaría el partido con un agujero en su camiseta por el
cual enganchaba su pulgar para sostener con el peso un hombro lesionado.
El primer tiempo terminó con la mínima ventaja para los sudamericanos, que ampliaron el marcador con un gol
creado con todo un trabajo táctico desde un lateral defensivo: la jugada empezó con Valdano recibiendo el
lateral en posición de 4 a la altura del área argentina y finalizó con el mismo Valdano definiendo en posición
de 11.
Alemania parecía derrotado, abatido como en la final de 4 años antes, cuando Italia le había pasado el trapo. Pero
llegó lo inesperado para todos. Dos centros, dos distracciones de la defensa albiceleste y Rumennigge y Völler
dándoles la igualdad a los europeos. Los argentinos se miraban y no entendían nada, encima faltaban 9 minutos
para que todo terminara.
Maradona necesitaba hacer un gol más para alcanzar a Lineker en el tope de la tabla de pichichis (?) y se suponía
que en la final lo podía hacer. Pero los alemanes le pusieron una marca tan pegajosa que prácticamente lo anularon.
Matthaus parecía un verdadero carcelero que lo seguía a sol y sombra y siempre contaba con la ayuda de un
compañero para anular al genio del fútbol.
Pero cuando se descuidaron un segundo, el genio volvió a frotar la lámpara y sacó de la nada una habilitación
para que Burruchaga se fuera corriendo hacia la valla enemiga. Y quedando mano a mano ante Schumacher
le dio el tercer tanto al equipo argentino, que obtenía su segunda Copa y esta vez lo hacía fuera de casa.
Tekerematarensen (?). El Burru salió como si se hubiera tirado un pedo después de comer tres putaparió y se la
mandó a guardar al Schumi (?) malolento.
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Argentina tuvo el mejor equipo porque Carlos Bilardo fue capaz de ensamblar 10 grandes jugadores alrededor de
un genio único, que conmocionó a México y al mundo entero. Argentina fue campeón, con robo, sí, pero con robo
por tener a Maradona.
Entregas anteriores: [URUGUAY 1930] – [ITALIA 1934] – [FRANCIA 1938] – [BRASIL 1950] – [SUIZA
1954] – [SUECIA 1958] – [CHILE 1962] – [INGLATERRA 1966] – [MÉXICO 1970] – [ALEMANIA 1974] –
[ARGENTINA 1978] – [ESPAÑA 1982]
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Historia de los mundiales: España 1982
by Zeronickname - Domingo, mayo 25, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-espana-1982-1956-/
Naranjito, 24 equipos, la mayor goleada, el debutante más joven, un Jeque entrando en la mitad de un partido y la
selección de Italia ganando una final en colores (?), fueron algunas de las perlitas que dejó la Copa Mundial España
1982.
La FIFA seguía recibiendo afiliados que pedían plazas para participar en la fase final de la Copa Mundial y se
decidió darles el gusto. Ocho nuevos lugares se abrieron para que en teoría África, Asia y CONCACAF tuvieran
más representantes, pero fueron los europeos los beneficiados que se quedaron con cinco de esos 8 cupos.
España por ser organizadora y Argentina por ser campeona defensora, se quedaban con su lugar directo evitando la
kilométrica eliminatoria que comenzó el 30 de marzo de 1980 en la capital de Guyana, Georgetown, con una
goleada de la selección local ante su similar de Granada.
La CONCACAF fue dividida en 3 regiones (norte, centro y caribe) que dejaban dos finalistas cada uno para
conformar un hexagonal donde los dos primeros se iban para España. Los dos representantes de centroamerica, El
Salvador y Honduras, se transformaron en las primeras sorpresas al meterse en el Mundial, dejando afuera a
México y Canadá, los seleccionados candidatos a viajar.
Alemania Federal, Austria, Bélgica, Unión Soviética, Checoslovaquia, Hungría, Inglaterra, Italia, Escocia,
Yugoslavia, Irlanda del Norte, Francia y Polonia se clasificaban desde Europa, haciendo que no falte nadie. Casi,
porque Holanda se quedó en el camino perdiendo contra Francia y Bélgica, pero dejando puntos de local ante
Irlanda. También fallaba Suecia en el ingreso a la Copa, que había quemado una generación de buenos jugadores
que participaron de tres mundiales consecutivos.
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Sudamérica tuvo una ronda de clasificación sencilla y corta. Como Argentina tenía pase directo y había 3 plazas
para repartir, se dividieron los nueve equipos restantes de la Conmebol en 3 grupos y el ganador de cada uno se iba
para España. Brasil, con un equipazo bajo el mando del técnico Telé Santana, aplastó a las complicadas (?)
Venezuela y Bolivia, mientras que Chile se metió superando la zona contra Paraguay y Ecuador.
La clasificación más complicada estaba en el grupo que compartían Uruguay, Perú y Colombia. Se suponía que era
una zona sencilla para los uruguayos que fallaron nuevamente a la clasificación, perdiendo en el Centenario ante
los restos de las figuras (?) que quedaban en Perú. Los incaicos le daban el saludo de despedida a una generación
que logró 3 participaciones mundiales de las últimas 4, para luego nunca más clasificarse.
En África hicieron un poco más corta la eliminatoria, en partidos de ida y vuelta con eliminación directa donde se
clasificaron Camerún y Argelia, dos seleccionados casi desconocidos para el mundo del fútbol. Los argelinos
tenían un par de jugadores medianamente conocidos en Europa, como Mustapha Dahleb en PSG y el defensor
Nourredine Kourichi, mientras que el camerunés más famoso era un tal Albert Roger Mooh Miller, que andaba
baldoseando por la primera división de Francia esperando meter un hit o similar y era conocido como Roger Milla.
Asia compartía zona con Oceanía donde Kuwait se erigía como el ganador de la ronda final y se metía por primera
vez en una fase final, pero el segundo lugar quedaba igualado entre China y Nueva Zelanda y había que
desempatar. En la Ciudad de Singapur los neocelandeses le ganaron con comodidad a los chinos en una definición
en teoría emocionante y se convirtieron en los últimos clasificados a España 1982.
Argentina tenía que abrir la duodécima Copa Mundial enfrentándose a Bélgica, con quien compartía el Grupo 3
junto a Hungría y El Salvador. Los 24 equipos habían sido divididos en 6 grupos, de los cuales se clasificaban a la
Segunda Ronda los dos primeros. Esos 12 seleccionados eran luego separados en 4 zonas de 3 equipos y los
primeros pasaban a semifinales.
Pero antes de comenzar el torneo, el 2 de abril, Leopoldo Fortunato Galtieri mandó a tomar las Malvinas por la
fuerza desatando una guerra con Gran Bretaña. En realidad la decisión la tomó antes porque la crisis económica y
la inflación se habían llevado puestos a Videla y a Viola, entonces qué mejor que para ganar la imagen perdida que
tomar las islas por la fuerza. Y al principio el muy hijoputa lo logró, porque la Plaza de Mayo se llenó de gente que
cantaba loas a favor del presidente dictatorial.
Desde las revistas, los diarios, las radios y la pantalla de TV con la cara de José Gómez Fuentes se le decía al
pueblo “vamos ganando”, mientras los pibes caían presos de las balas y el hambre. Todo el país juntaba chocolates
y abrigos, entre otras cosas, para mandarles a esos chicos de 18 años que apenas empezaban a caminar por la vida y
estaban “sacando a los ingleses de las islas”. Poco sorprendió cuando días después de finalizada la guerra se
denunciara que las donaciones no llegaban donde ellos combatían. Ovejas crudas, muertas pocos segundos antes,
eran la única opción de una comida al menos tibia.
Los ingleses llegaron con el mes de mayo ya avanzado y se quedaron nuevamente con las islas; Argentina se rindió
el 14 de junio y quedaba con un saldo de 649 muertos, aunque a esa altura poco importaba porque un día antes la
selección dirigida por César Luis Menotti, campeona defensora del título, había perdido 0-1 ante Bélgica y el fútbol
tapaba los horrores de una guerra idiota.
El DT argentino tenía una de las mejores selecciones de la historia ya que al equipo campeón del 78 le sumaba las
figuras de Diego Maradona, Jorge Valdano y Ramón Díaz, conformando un equipazo que parecía invencible, pero
que ante la congeladora belga cayó casi sin reacción. El otro partido del Grupo 3 lo jugaron Hungría y El Salvador,
registrándose la máxima goleada en una fase final mundialista con el triunfo de los europeos por 10 a 1.
En la segunda fecha Bélgica eliminó de la competencia a El Salvador, aunque en esa oportunidad los
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centroamericanos no fueron goleados. Los que sí recibieron unos cuantos goles en contra fueron los húngaros, que
tuvieron la honra (?) de ser los primeros en ligar un tanto de Maradona en los mundiales, el mismo rival con el que
el jugador había debutado 5 años antes. La selección albiceleste parecía despertarse y se metía en la segunda ronda
derrotando a los salvadoreños por 2 a 0, no sin antes llevarse unos buenos tatuajes de tapones (?), cortesía de los
jugadores de El Salvador. Bélgica, tras empatar con los húngaros, se clasificó en el primer lugar del grupo, dejando
afuera al equipo que había hecho una decena de goles en un partido.
Espantosos fueron los partidos del Grupo 1 donde quedaron alojados en el sorteo los seleccionados de Italia,
Camerún, Perú y Polonia. Y fueron los polacos los únicos que ganaron un match, metiéndoles 5 goles a los
peruanos, ya que los partidos restantes terminaron con empates (tres 0 a 0 y dos 1 a 1), clasificándose también Italia
porque sumó dos goles a favor y dos en contra, mientras que los africanos se quedaron con uno y uno.
La primera sorpresa de la copa la dio Argelia, que derrotó a Alemania Federal por 2 a 1 y conmovió al mundo del
fútbol. Austria empezaba a darle un baño de realidad a Chile y le regalaba la primera derrota con un generoso 1 a 0.
Alemania le metió 4 a los chilenos en la segunda fecha y volvía a meterse en carrera porque los austríacos estaban
con todo y ayudaban despachando a los argelinos con un 2 a 0 contundente.
Cuando faltaban 10 minutos para que termine el primer tiempo en el partido entre Chile y Argelia, los norafricanos
estaban dando un festival de fútbol y convertían el tercer gol, pero en la segunda mitad pecaron de ingenuos, se
quedaron y recibieron dos goles que los puso apretados en la tabla en caso de empate en puntos.
Austria y Alemania jugaban al día siguiente porque todavía se creía en la honestidad en el fútbol, aunque ambos
llegaban con la ventaja del resultado del sorprendente conjunto africano. Si los argelinos hubieran mantenido el
resultado del primer tiempo, alemanes y austríacos no podían hacer absolutamente para arreglar un pase de ronda,
pero los goles chilenos abrieron el abanico de oportunidades. Austria tenía 4 puntos y +3 de diferencia; Argelia 4
puntos y 0 de diferencia, mientras que Alemania llegaba con 2 puntos y +2 de diferencia.
Los teutones tenían que ganar para llegar a la segunda ronda y si lo hacía por dos goles o menos también entraba
Austria. El vergonzoso 1 a 0 a favor de Alemania, que tuvo sólo un tiro al arco, fue el partido más escandaloso de
la historia de los mundiales.
Inglaterra, Francia y Checoslovaquia compartían el grupo 4 junto a la exótica selección de Kuwait, que también
dejaba sorprendido al público empatando ante Checoslovaquia. Inglaterra se mostraba como un candidato al título
ya que le había ganado a la gran selección de francesa donde se destacaban Platini, Giresse, Tigana, Six y
Rocheteau.
En la segunda fecha los ingleses se metieron en la segunda ronda al derrotar a Checoslovaquia, que a esa altura ya
había demostrado que era un equipo más que ganable y Francia goleó a Kuwait debiendo definir con los
checoslovacos en el tercer partido.
Ante los kuwaitíes se produjo un hecho no menos que bizarro cuando el príncipe Fajd Al Jaber Al Sabah,
presidente de la Asociación de Fútbol de Kuwait, se metió en el medio del campo de juego para protestar un gol
galo. En el minuto 80 del partido Francia convirtió el cuarto gol pero los jugadores asiáticos se le quejaron al
árbitro soviético Miroslav Stupar porque creyeron que la jugada estaba anulada, ya que habían escuchado un pitazo.
Cuando el ruso estaba mandando a cagar (?) a los kuwaitíes, el sangre azul se paró de su palco haciendo un ingreso
espectacular en la cancha, rodeado por guardaespaldas, esgrimiendo su poder y con una impunidad pocas veces
vistas en un espectáculo deportivo. El encuentro estuvo parado durante 8 minutos reanudándose cuando el referi
anuló el gol sin motivos. Francia volvió a meter el cuarto gol, la FIFA no toleró el escandalete, Stupar fue
expulsado del arbitraje y el príncipe Al Sabah se tuvo que poner con una multa.
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Clarísimo: si sos Príncipe petrolero hacés lo que se te canta la parte 5 de la cobertura del orificio anal, más
conocida como quinto forro del orto (?).
Si algo no esperaban los españoles era comenzar el grupo 5 con el pie izquierdo. Tenían como rivales a los
hondureños, un equipo ganable en la teoría. Pero cuando promediaba la segunda mitad fue Honduras quien abrió el
marcador llegando los locales al empate definitivo por un penal apenas (?) dudoso. Irlanda del Norte y Yugoslavia
empataban cero a cero con el parrafo destacado que en el equipo británico jugaba Norman Whiteside, que apenas
tenía 17 años y 41 días de edad convirtiéndose en el jugador más joven en debutar en una Copa Mundial.
Mientras los irlandeses seguían empatando España lograba su primera victoria en la Copa ante Yugoslavia y
calmaba un poco las voces que pedían la cabeza del DT José Santamaría, pero la derrota en la última fecha por 1 a
0 ante Irlanda del Norte avivaba las ganas de liquidar al técnico. Igual los locales sabían que perdiendo por la
mínima diferencia pasaban, porque un día antes Yugoslavia le había ganado a Honduras por 1 a 0 y quedaba con
menos goles que los españoles.
Además de tener un equipo de la hostia, Brasil tuvo en el Grupo 6 a tres rivales que no le podían hacer sombra.
Zico, Sócrates, Junior, Falcao, Tonino Cerezo y el resto de los monstruos vestidos de amarillo les hicieron 2 goles a
los soviéticos, 4 a los escoceses y 4 a los neocelandeses. La URSS y Escocia terminaron con 3 puntos, pero los
británicos habían recibido la goleada canarinha y se tuvieron que volver para el norte de la isla, otra vez con las
manos vacías.
Bélgica, Polonia y la URSS fueron los 3 equipos que quedaron en el grupo A, del cual llegaron a la semifinal los
polacos, que metían una tremenda trilogía mundialista con brillantes campañas en 1974, 1978 y 1982.
Francia comenzaba a levantar vuelo y arrasaba con Austria e Irlanda del Norte en el Grupo D, mientras que
Alemania se quedaba con el B desde donde eliminaba a Inglaterra y a España. Los teutones, que llegaron hasta esa
instancia arreglando con Austria, empataron sin goles ante los ingleses y luego derrotaron a los españoles. Ya
eliminado, el conjunto local tuvo el placer de llevarse puesta a Inglaterra tras igualar 0 a 0, aunque al público poco
le importó y bien cabreao que estaba, joder (?).
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Si alguna vez hubo un grupo de la muerte fue el denominado C en la segunda fase de España 1982, donde cayeron
3 seleccionados que habían sido designados como cabezas de serie. Argentina e Italia entraron en segundo lugar y
descajetaron la organización de la copa compartiendo la zona con Brasil.
Enzo Bearzot, DT de la azzurra, era altamente criticado porque había convocado a Paolo Rossi que tenía jugados
apenas tres partidos en la temporada 1981/82, ya que volvía de una sanción de 2 años por estar involucrado en un
escándalo de apuestas. Rossi siempre se declaró inocente y aunque le habían reducido la pena de 3 años a 2, llegaba
a la copa en un pobrísimo estado.
Pero el delantero comenzó a salir del letargo y con su ayuda Italia derrotó a una desconocidísima selección
argentina por 2 a 1. Los dirigidos por Menotti tenían que ganarle nada más y nada menos que a Brasil, a quienes
enfrentaron en las dos ediciones anteriores donde los verdeamarelos ganaron en 1974 y quedaron igualados sin
goles en 1978.
A los 11 minutos fue Zico el que sepultó la esperanza argentina abriendo el marcador para Brasil, que en la
segunda etapa convirtió dos goles más. Cuando faltaban cuatro minutos Diego Maradona le puso un terrible
planchazo Batista, yéndose expulsado de la Copa y dos minutos más tarde Ramón Díaz hacía el gol del honor,
dejando la definición a la semifinal en un mano a mano entre brasileños e italianos.
El Dié cobró durante todo el mundial y por una patadita de nada lo rajan. Recomendable ver el fulcito en youtube.
Abrumador partido dejaron italianos y brasileños donde apareció la razón de Bearzot con la convocatoria de Rossi,
que se despachó con sus primeros tres goles en la Copa. Los dos primeros goles del delantero fueron respondidos
con empates brasileños, pero tras el tercero la defensa italiana se cerró para siempre y los europeos se metían por
segunda vez consecutiva entre los 4 mejores.
Dos goles más hizo Rossi en la semi ante Polonia y en dos partidos se ponía como el máximo goleador del torneo,
junto al alemán Karl-Heinz Rumenigge que le convertía el segundo gol de su equipo a Francia en el mejor
encuentro de la Copa.
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Pierre Littbarski abrió el marcador para Alemania Federal en la otra semifinal que quedaba en tablas con el gol de
penal de Michel Platini a los 27 minutos del primer tiempo. Después de pelotearse durante 90 minutos y de un claro
penal no sancionado para los franceses cuando el arquero teutón Schumacher casi le arranca la cabeza a Battiston,
tuvieron que ir al alargue donde Francia se puso inmediatamente al frente en el marcador y aumentó su ventaja
cuando restaban 20 minutos para el final.
No lo toca (?)
Pero Alemania siempre fue esa selección a la que nunca había que dar por muerta, cosa que sí hicieron los
franceses y se encontraron con un empate indeseado. Tras igualar también en los 120 minutos tuvieron que
desempatar por tiros desde el punto de penal, definición que debutaba en las Copas Mundiales y que quedó para los
teutones. Aunque el arquero francés Ettori fue el primero en detener un tiro en la definición, Schumacher se quedó
con los disparos de Six y de Bossis, depositando a su equipo en la final.
El cansancio sufrido por los galos durante el desgastante partido ante los alemanes los dejó mansitos para que los
polacos pudieran quedarse con el tercer lugar, despidiéndose así una generación de jugadores que en 10 años
habían conseguido dos podios mundialistas y una medalla dorada en los juegos olímpicos.
El Estadio Santiago Bernabeu de Madrid tenía más de 90 mil espectadores dispuestos a presenciar una final entre
dos campeones mundiales, que se enfrentaban por cuarta vez en la historia de los mundiales. Dos de los encuentros
anteriores se habían producido en 1962 y 1978, terminando ambos igualados sin goles y a decir verdad, pocos
esperaban que se hicieran alguno.
Si bien ambos seleccionados habían comenzado la Copa, uno con resultados apestosos (?) y el otro pactando la
clasificación, también es cierto que estaban en la cresta de su rendimiento. Pero aunque pareciera increíble los
alemanes habían quedado afectados físicamente por el desgastante encuentro ante los franceses y se notaba en el
campo de juego.
YouTube Video
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A los 25 minutos de la primera mitad Italia desperdició la chance de abrir el marcador porque Antonio Cabrini
desvió un tiro penal, pero ni bien comenzó la segunda parte Paolo Rossi puso en ventaja a los italianos. Marco
Tardelli hizo el segundo y Alessandro Altobelli el tercero para terminar de derrumbar moralmente a los alemanes
que a pesar de todo, descontaron por intermedio de Paul Breitner cuando toda Italia festejaba su tercer título
Mundial.
Entregas anteriores: [URUGUAY 1930] – [ITALIA 1934] – [FRANCIA 1938] – [BRASIL 1950] – [SUIZA
1954] – [SUECIA 1958] – [CHILE 1962] – [INGLATERRA 1966] – [MÉXICO 1970] – [ALEMANIA 1974] –
[ARGENTINA 1978]
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Historia de los mundiales: Argentina 1978
by Zeronickname - Miércoles, mayo 21, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-argentina-1978-1948-/
Diez años antes de que los militares tomaran el poder en la Casa Rosada la FIFA le había otorgado la organización
de la Copa Mundial de la FIFA a la Argentina. El mayor evento futbolístico del mundo quedó manchado por los
asesinatos cometidos por el Gobierno y sus colaboradores.
El Ministerio de Bienestar Social tenía una dependencia en la cual se tejían todos los preparativos para la
realización de la undécima Copa Mundial de la FIFA, la cual había ganado la AFA el 6 de julio de 1966, en
Londres. Aquel ministerio era la base operativa de José López Rega, el ultraderechista secretario privado de Juan
Domingo Perón y de María Estela Martínez, además de ser el creador de la Alianza Anticomunista Argentina
(Triple A).
Junto a “el Brujo” se encargaban de la promoción de la Copa el Capitán de Navío Carlos Lacoste, el sindicalista
Paulino Niembro (dirigente de Nueva Chicago y representante de AFA), el comisario Domingo Tesone y el
secretario de las 62 organizaciones, Lorenzo Miguel.
El 24 de marzo de 1976, con la llegada de los militares al poder, se creó el Ente Autárquico Mundial 78 (EAM 78)
para quedarse con la organización de la Copa. Al mando estaba el general Omar Actis, quien fuera asesinado a
balazo limpio en Wilde, el 19 de agosto de agosto de 1976, teóricamente por un grupo de Montoneros. Pero las
pruebas conducían a la Armada manejada por Emilio Massera, quien tenía en Lacoste a su hombre de confianza.
Si bien el ejército reemplazó a Actis con el general Antonio Merlo, era Lacoste el que manejaba todos los hilos de
la organización mundialista. Fue tanto el poder que acumuló Lacoste que su amigo, Joao Havelange lo convirtió en
vicepresidente de Conmebol, reemplazando al fallecido Santiago Lyden. Gracias a ese puesto logró ganar un lugar
en el comité organizador de España 1982 y luego una vicepresidencia en FIFA.
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En abril de 1977 el gobierno sacaba un decreto 1261, el cual le permitía al EAM 78 mantener la reserva absoluta en
la difusión de sus actos. Como dato de color, el periodista Aldo Proietto era el encargado de las informaciones
oficiales y uno de los pocos que sabía que el Mundial le estaba costando al país cerca de 520 millones de dólares,
cuatro veces más de lo que costó organizar España 1982.
Mientras los hijos de puta estos seguían saqueando al país, matando a sus habitantes y quedándose con sus hijos, el
Mundial daba comienzo el 1º de junio de 1978 con 16 seleccionados, de los cuales 14 se clasificaron por la
extensa eliminatoria que seguía acumulando selecciones debutantes.
Las dos ausencias más sonoras fueron la de Uruguay e Inglaterra, aunque los ingleses perdieron su lugar ante Italia.
El 14 de enero de 1978 se sortearon los grupos mundialistas y si bien Argentina no había sido muy beneficiada con
sus rivales, contaba con la ventaja de que todos sus partidos se disputarían a las 19:15 horas, ya que una medida
populista del gobierno había designado ese horario “para que cada argentino pueda llegar a su hogar para ver el
‘Mundial de todos’ por televisión”.
Con periodistas serviles, capaces de publicar cualquier cosa, la defensora del título Alemania Federal, abría la
competencia ante Polonia, la nueva sensación europea que contaba con figuras como Lato, Szmuda, Deyna y
Szarmach. Los alemanes ya no tenían a Gerd Müller y a Beckenbauer en su escuadra, pero sí estaban el
excepcional arquero Sepp Maier, el defensor Berti Vogts y la joven promesa teutona, Karl-Heinz Rummenigge.
Pero como en las últimas ediciones, el partido inaugural fue un aburrido empate 0 a 0.
Junto a polacos y alemanes el grupo 2 se completaba con Túnez y México, siendo los africanos una gran intriga y
los centroamericanos el equipo a golear por el resto. Los tunecinos le metieron 3 goles a los mexicanos que en la
segunda fecha eran humillados por los campeones defensores por 6 a 0. Polonia, al igual que Alemania, sumaba 3
unidades porque había derrotado a Túnez y prácticamente se clasificaba a la segunda ronda ya que en su último
partido tenía que jugar ante México.
Camisetas Levi’s y rulos al viento (?) eran los atributos de la buena onda mexicana, que dejó que sus rivales les
convirtieran 12 goles…
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“Si no los hubiera respetado tanto, podríamos haber ganado”, dijo el técnico tunecino Abdelmajid Chetali tras
empatar sin tantos ante los alemanes. Así los africanos se quedaron afuera mientras que Polonia se clasificaba en
primer lugar y se iba a jugar al Grupo B de la Segunda Ronda. Alemania Federal fue al A.
A los 10 minutos de la primera mitad se producía el primer murmullo en el Estadio Monumental cuando Károly
Csapó puso el 1 a 0 para Hungría en el partido debut del seleccionado argentino, que logró empatar 5 minutos más
tarde por intermedio de Leopoldo Luque, devolviéndole el espíritu a los más de 70 mil espectadores que estaban
presentes en el Estadio de River Plate.
Argentina seguía sumando y ganaba sin convencer, clasificándose en la segunda fecha al vencer a Francia
por 2 a 1 en un partido más complicado que ante los húngaros. Italia también lograba superar a franceses y
húngaros y pasaba a la segunda ronda, aunque italianos y argentinos debían dirimir el primer puesto del grupo para
ver quién seguía jugando en Buenos Aires y quién se tenía que mudar a Rosario. Italia se impuso con un solitario
gol de Roberto Bettega y se quedó jugando en la sede principal de Argentina 1978, mientras que la selección
albiceleste se mudó con su lluvia de papelitos a cuestas a la ciudad más importante de la provincia de Santa Fe.
Suecia y Brasil estaban igualando 1 a 1 su partido en el Grupo 3 cuando en el tiempo de descuento el conjunto
verdeamarelo tuvo un corner a favor, que fue ejecutado a la perfección por Nelinho. Cuando la pelota estaba por ser
empujada a la red por Zico, el árbitro galés Clive Thomas pitó el final del encuentro, justo cuando Brasil marcaba
su segundo gol, que no fue convalidado.
Austria se clasificaba en la segunda fecha ya que derrotaba a España primero y a Suecia después, dejando el
segundo lugar para que lo pelearan los equipos restantes. Cuando los austríacos derrotaban a los nórdicos, en el otro
partido del grupo se produjo el más famoso “no gol” (?) de la historia de los mundiales. El delantero español Julio
Cardeñosa recibió un pase encontrándose con el arco brasileño completamente desguarnecido y la pelota en su
pies. El jugador de Real Madrid Betis acomodó la pelota una vez, dos, tres, el tiempo seguía corriendo y no se
decidía a patear al arco vacío. Cuando al fin disparó a puerta, su tiro fue detenido en la línea por el defensor
Amaral, que impidió la eliminación temprana de Brasil.
Los brasileños entraron secundando a Austria y fueron a parar a Rosario, donde esperaban Argentina, Polonia y
Perú, que ganaba sorprendentemente el Grupo 4. Holanda, Escocia e Irán acompañaban a los peruanos en una zona
donde se esperaba que fueran holandeses y escoceses los que pasaran de ronda.
Ally McLeod, DT de la selección del norte de Gran Bretaña, decía que tenía el mejor equipo del mundo y sus
dirigidos serían campeones mundiales, pero los representantes de los highlanders llegaron a la Argentina para
pasarse la mayoría de las noches de joda (?), logrando su único triunfo en la última fecha, ante Holanda, cuando el
equipo ya estaba eliminado.
Quedaban sólo 8 equipos y los 4 del grupo A de la segunda ronda eran todos europeos: Alemania Federal,
Italia, Holanda y Austria les aseguraban a la UEFA un finalista, que sería el ganador de esa zona, ya que se
mantenía el mismo sistema utilizado en Alemania 1974.
Holanda, con la ausencia de su astro Johann Cruijff, según decían porque estaba en desacuerdo con la dictadura
militar argentina, aplastaba a Austria apabullando a sus rivales con un contundente 5 a 1. Italia, que había empatado
ante los alemanes en un 0 a 0 espantoso, le ganaba a Austria por la mínima diferencia y alcanzaba a la Naranja
Mecánica en el tope de las posiciones.
Para la última fecha llegaban italianos y holandeses con 3 puntos y tenían que jugar entre sí, mientras que Alemania
podía acceder a algún partido definitorio porque con 2 unidades se medía ante Austria. Los austríacos
sorprendieron a los teutones y les ganaron por 3 a 2, mientras que Holanda se clasificaba a su segunda final
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consecutiva derrotando a Italia por 2 a 1.
El grupo B estaba compuesto por 3 selecciones de Sudamérica, sumándose a ellas Polonia. Brasil y Argentina
iban a pelear por el lugar en la final, siendo Polonia el rival a respetar y Perú el que podía recibir más goles.
Mario Alberto Kempes era la gran figura del seleccionado argentino capitaneado por Daniel Passarella,
dirigido técnicamente por César Luis Menotti. Grandes jugadores como Leopoldo Luque, Daniel Bertoni,
Oslvado Ardiles y Ubaldo Fillol eran la columna vertebral de una selección que había sufrido la renuncia de Jorge
Carrascosa, una de las mejores alternativas que había en la salida por los laterales.
Menotti dejaba afuera de la lista a un joven talento que había debutado cuando estaba a punto de cumplir 16 años,
casi dos años antes del comienzo de la Copa. Diego Maradona ya maravillaba al público en Argentinos
Juniors, pero no estaba lo suficientemente maduro como para integrar un plantel mundialista, según el DT
argentino.
En el partido ante Polonia Kempes lucía diferente. Durante la primera fase se lo veía con un frondoso bigote el
cual se afeitó porque no había podido conseguir un gol. Su primer tanto llegó a los 16 minutos del partido ante
Polonia, el cual Argentina había dominado casi en su totalidad. Cuando habían pasado 35 minutos de la primera
mitad, una jugada que salió de un tiro libre a favor de los polacos, rebotaba en el travesaño del arco defendido por
Fillol, cayendo en los pies del goleador Lato. El delantero de Polonia no dudó en patear a un rincón de la valla
desguarnecida, pero Kempes la detuvo estirando su brazo derecho. El penal para los polacos fue atajado por el
arquero argentino y el “Matador” convirtió luego su segundo gol en la Copa.
Argentina se tenía que medir ante los brasileños, que sin demasiado esfuerzo había derrotado al combinado peruano
por 3 a 0. El que parecía ser el encuentro definitorio del grupo terminó igualado sin tantos y definían la llave en la
última fecha, a la que llegaban con 3 puntos cada uno.
Trigo, dinero y aprietes habrían recibido los peruanos por dejarse ganar. Nadie guardó un recibo (?)
A las 16:15 del 21 de junio, en el Estadio Mundialista de Mendoza, Brasil enfrentaba a Polonia y se ponía al frente
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en el marcador a los 12 minutos, para cerrar el partido con un 3 a 1 a favor. Con ese triunfo el conjunto brasileño
sumaba 5 puntos con 6 goles a favor y 1 en contra. Argentina, que jugaba a las 19:15 tal como estaba estipulado
con anterioridad, sabía que tenía que ganar por 4 goles de diferencia para acceder a la final, aunque un triunfo
abultado por tres goles, también le servía.
El 6 a 0 final ante Perú despertó sospechas en casi todos los rincones del mundo, aunque la diferencia de
equipos era notable. El arquero de la selección incaica era Ramón Quiroga, que había nacido en Rosario y hasta
1973 defendió la valla de Rosario Central, había sido el primer apuntado en el orden de las acusaciones, pero nunca
hubo pruebas contundentes de un arreglo. Argentina había enfrentado a Perú en Lima unos meses antes del inicio
de la Copa y en la primera media hora ganaba 3 a 0, así que no era muy loco pensar que se le podía hacer más de 4
goles al seleccionado de la banda roja.
Con un estadio Monumental lleno pero no tan bullicioso, Brasil le ganaba a Italia por 2 a 1 y conseguía el podio en
la Copa de Argentina, pero las miradas estaban enfocadas al partido del domingo 25 de junio, donde Argentina
jugaba su segunda final mundialista 48 años después de su bautismo en la definición de un mundial.
Pocas veces la cancha de River Plate estuvo envuelta en un absoluto y frío silencio como el que se pudo escuchar
(?) ese domingo, cuando en el minuto 90 Ruud Krol ejecutó un tiro libre rápido en la mitad de la cancha, dándole
con un pase de 40 metros el balón a Resenbrink, que pudo eludir a su marcador pero estrelló el tiro en el palo
derecho de Fillol. Mientras todos los argentinos recuperaban el aliento, el árbitro italiano Sergio Gonella pitó el
final para dar paso al alargue.
Los holandeses estaban agotadísimos, mientras que los albicelestes parecían tener mucho más resto físico o mejor
calidad de falopa (?). Si en la década del 60 los jugadores salían lastimados de las canchas para recuperarse en
tiempo necesario, jugadores con fracturas jugaban como si nada unos días después de sufrir las lesiones. En varias
camisetas argentinas había manchas de sangre debido a la rudeza del juego, pero poco importaba. El título era el
objetivo y por él iban los batalladores albicelestes.
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Kempes hizo el segundo, Bertoni el tercero y Argentina festejó por primera vez un campeonato mundial que se
le postergaba por casi medio siglo. La alegría de los campeones fue tal, que los torturadores sacaban a sus
víctimas de los centros clandestinos de detención para festejar juntos, en una de los actos contradictorios más
grandes de la humanidad. No pudo ser completa la fiesta para los argentinos, quienes en su mayoría sospechaban
que algo pasaba, pero no tenían una verdadera dimensión de lo que sucedía y encontraba en el fútbol un grito de
desahogo.
Entregas anteriores: [URUGUAY 1930] – [ITALIA 1934] – [FRANCIA 1938] – [BRASIL 1950] – [SUIZA
1954] – [SUECIA 1958] – [CHILE 1962] – [INGLATERRA 1966] – [MÉXICO 1970] – [ALEMANIA 1974]
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Historia de los mundiales: Alemania 1974
by Zeronickname - Sábado, mayo 17, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-alemania-1974-1941-/
La tensión que envolvió a la Copa de Alemania fue pocas veces vividas en un torneo. No habían pasado dos años
de la masacre de Munich, donde el grupo terrorista palestino “Septiembre Negro” mató 11 atletas israelíes, y la
guerra fría gozaba aún de excelente salud. Pero durante el Mundial, sólo se respiró fútbol.
La Copa Jules Rimet se quedó para siempre en Brasil y el Mundial de Alemania mostraba un nuevo trofeo: La
Copa FIFA. Esta vez la escultura (?) no quedaba para nadie y quien la ganara, se quedaba con una réplica. Esa
modificación coperil (?) venía acompañada de la nueva estructura del torneo, que tendría una segunda fase, también
en grupos, al igual que en la primera ronda.
El sistema se había utilizado en los juegos de Munich 1972, donde Polonia se mostró como nueva potencia
futbolística alcanzando el oro con jugadores de gran jerarquía. No habían semifinales, así que para acceder al
último partido del torneo había que ganar sí o sí el grupo de la segunda fase, donde los segundos esa zona,
pasaban a jugar el partido por el tercer puesto.
Brasil estaba adentro directamente porque les había pasado lustre a todos en la Copa del 70, pero ahora no
contaban con Pelé, que igual estuvo figurando ante las cámaras. Alemania Federal también tenía pase directo por
organizar la competencia y los 14 equipos restantes llegaban desde las eliminatorias.
Como Asia y África habían conseguido plaza directa, había que quitarle una a Europa o a Sudamérica. Como
ninguno quería resignar el lugar, se decidió que entre un lugar sea disputado entre dos selecciones de esas
confederaciones: por el lado europeo, el ganador del Grupo 9 de eliminatorias (conformado por la Unión
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Soviética, Irlanda y Francia) se clasificaba a ese repechaje, mientras que los sudamericanos dispusieron que lo
hiciera el ganador del Grupo 12, compuesto por Chile, Perú y Venezuela.
La vieja y la nueva, dos bellezas de oro macizo, deseo de los coleccionistas sin pruritos. La primera se llamaba
Victoria y le cambiaron el nombre a Jules Rimet. Se la quedó Brasil por ganarla 3 veces y después se la afanaron.
La otra no se la queda nadie y tiene espacio para inscribir campeones hasta 2038.
Argentina y Uruguay ganaron sus respectivos grupos (los charrúas lo hicieron por diferencia de gol sobre
Colombia) y se metieron en Alemania. Tras la renuncia de Venezuela, Chile y Perú se jugaron mano a mano el
lugar por el repechaje con tres partidos vibrantes lanzando a los chilenos como ganadores.
En el grupo uno europeo se produjo un triple empate entre Suecia, Austria y Hungría, 3 equipazos que tenían como
rival débil a Malta. Pero nórdicos y austríacos tuvieron mayor diferencia de gol que los magyares, teniendo que
jugar un desempate entre ellos, ganado por Suecia.
Las sorpresas en las clasificaciones llegaban todas desde Europa: Polonia volvía a una Copa después de 36 años,
aunque por primera vez lo hacía con un equipazo. Claro que el golpe lo dio dejando afuera nada más ni nada menos
que a Inglaterra. Italia no tuvo rivales de peso y tampoco problemas para clasificarse, como tampoco los tuvo
Alemania Democrática, que se clasificaba por primera vez a una fase final mundialista.
Holanda tenía un seleccionado fantástico, basado en el revolucionario Ajax que había ganado de todo. Con Rinus
Michel a la cabeza y con talentos como los de Johann Cuijff, Johnny Rep, Ruud Krol, Johann Neeskens, Rob
Resenbrink y Willi Van Hanegem, se hacía un seleccionado invencible. Practicando el Fútbol Total no pudieron
ganarle a los defensivísimos (?) belgas en la eliminatoria (dos empates 0 a 0), pero los naranajas entraron porque
hicieron 24 goles en 4 partidos, contra 12 de sus vecinos rivales.
Bulgaria seguía clasificándose para hacer absolutamente nada, pero al menos metía su cuarto mundial al hilo. A
esa generación búlgara le alcanzaba la nafta para pasar las eliminatorias, pero en la disputa por la Copa seguía
siendo presa fácil de los equipos en serio. Otra presa fácil, pero en la etapa eliminatoria, era España: por segunda
vez consecutiva se quedaba afuera de la Copa, esta vez en manos de Yugoslavia.
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Escocia también sacó pasaje a Alemania 1974 sacándose de encima a Checoslovaquia, que ya no contaba con un
gran equipo como en las ediciones anteriores, mientras que la Unión Soviética ganaba el dichoso grupo 9 dejando
a Francia afuera. En realidad los franceses no pudieron derrotar a Irlanda, perdiendo en Dublin y empatando en
París.
El 26 de septiembre de 1973 Chile viajó a Moscú y empató 0 a 0 con los soviéticos, que desnudaban varias
falencias futbolísticas. Dos semanas antes, el presidente chileno Salvador Allende era derrocado del gobierno y se
suicidaba en la Casa de la Moneda con un fusil AK47 que le había regalado Fidel Castro. Era perseguido por las
Fuerzas Armadas que habían bombardeado todo para quedarse en el gobierno.
El partido de vuelta debía jugarse en el Estadio Nacional de Santiago, el 21 de noviembre de 1973. Los
soviéticos no quisieron ir a disputar el encuentro alegando que el estadio era utilizado por el nuevo gobierno
chileno como centro de detención clandestino. La URSS no renunció, sino que pidió cambio de escenario,
sugiriendo alguna cancha argentina. La FIFA estuvo de acuerdo pero aclaró que Chile también debería
estarlo. Pero la negativa chilena hizo que los soviéticos no se presentaran y tras una pantomima incluyendo un gol
contra nadie y con festejos, metió a Chile en el mundial de Alemania.
Australia era el clasificado por Asia, mientras que desde África llegaba Zaire. En aquel entonces el continente
africano tenía una especie de reglas propias o diferente interpretación de las mismas, o al menos algunos escribían
las propias. Por ese motivo y tras un partido discutidísimo donde se convalidó un gol a favor de Zaire cuando un
delantero empujó al arquero marroquí adentro del arco mientras tenía la pelota en sus manos, Marruecos abandonó
la eliminatoria dándole a los zairinos el pase al mundial.
La última sorpresa llegaba desde CONCACAF. México se había clasificado a todas las ediciones mundialistas
desde Brasil 1950 y parecía que no había rival capaz en la región, de quedarse con la plaza a la Copa. Pero apareció
una selección caribeña que desbarató a todos: Haití perdió su único partido de eliminatorias cuando ya se había
clasificado sin conceder siquiera un empate.
Cruel y gracioso (?) el destino que había dejado el sorteo, dejaba a los dos Alemanias en el Grupo 1 junto con
Chile y Australia. En Europa era vox pópuli el genocidio que estaba llevando a cabo el gobierno de Augusto
Pinochet y aunque no se quería mezclar el fútbol con la política, ese grupo tenía todos los condimentos como para
hacerlo. Igualmente desde la organización aseguraban que era un torneo de fútbol y poco tenía que ver con la
política, aunque desde los medios agitaban con el partido entre Alemania Federal y Alemania Democrática,
poniéndole como título “La batalla de la Guerra Fría”.
El Muro de Berlín dividía al que alguna vez había sido un estado que intentó conquistar el mundo de la mano de
Hitler, pero la realidad lo mostraba dividido política y geográficamente, pagando el sufrimiento, como siempre, los
pobladores. Encima los alemanes federales empezaron ganando sus partidos ante Chile y Australia, pero no
convencían a su público. Sus hermanos orientales eran más limitados futbolísticamente, pero no tuvieron escollos
en dejar atrás a chilenos y australianos, jugándose el partido entre las Alemanias con ambos equipos clasificados.
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Alemania versus Alemania. Aburrídismo partido que ganaron los alemanes (?) por la mínima diferencia. Alta
camiseta la de DDR.
El 22 de junio de 1974 se enfrentaron en el Volkparkstadion de Hamburgo con helicópteros volando
constantemente en los alrededores del estadio, espías en las cuatro tribunas y redadas en los alrededores, donde
eran llevados detenidos todos los sospechosos de algo y los que estaban en sus alrededores. Un espía fue
encontrado muerto en un bar dos horas antes del partido y por las dudas, los alemanes se llevaron presos a todo
aquel que caminara por las veredas del café.
Desde la cancha no salió otra cosa que un partido de fútbol entre Alemania versus Alemania, por lo que el empate
en cero estaba casi cantado. Pero Jürgen Sparwasser, a 13 minutos del final, puso el 1 a 0 definitivo para los
germanos orientales dando una gran sorpresa y despertando las críticas del público hacia la Alemania buena (?),
que estaba en segunda ronda sin convencer.
En el grupo 2 cayeron las selecciones de Escocia, Yugoslavia y Brasil, quienes empataron sus partidos entre sí.
Iban a pasar a la segunda ronda aquellos dos equipos que le hicieran la mayor cantidad de goles a Zaire.
Yugoslavia les metió 9 a los africanos y se aseguraba un lugar en la segunda ronda. Los escoceses les habían
hecho sólo 2 en la primera fecha y tenían que esperar que Brasil no hiciera más de esa cantidad.
Los jugadores de Zaire no eran malos, sino que disponían de una gran habilidad y mucho entusiasmo. Pero sus
físicos no estaban para aguantar el ritmo que imponían los seleccionados europeos y sudamericanos y no sabían
demasiado del fútbol desarrollado. Brasil pasó de ronda ganando 3 a 0, aunque tuvieron que esforzarse demasiado
para doblegar a los africanos. En un tiro libre a favor de los brasileños y ante la demora en la ejecución,
Ilwnga M’Wepo salió de la barrera y le dio a la pelota con toda su fuerza. El árbitro lo amonestó y el
africano nunca supo por qué. Según sus costumbres (?), el que llegaba primero a la pelota se quedaba con ella y
se comía al rival en un rico guiso…
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Holanda era candidata para quedarse con el grupo 3 y así lo hizo. Le había ganado a Uruguay caminando pero la
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Naranja Mecánica estaba fallando en la definición. Ante los de Michel, los charrúas recibieron sólo 2 goles en su
valla, aunque podrían haber sido más. Ante Suecia los holandeses patearon 35 veces al arco pero Ronnie Hellström
mostraba por qué era considerado uno de los mejores arqueros del mundo y lograba mantener en cero su valla, cosa
que no pudo hacer el arquero búlgaro ante el embate anaranjado (?). Junto a Holanda se clasificó Suecia, que no
recibió goles en contra.
Argentina tenía una zona complicada y bastante falta de moral. Italia, Polonia y Haití completaban el Grupo 4
que se destacó por estar minado de secuestros (?) y corrupción. Los polacos derrotaron 3 a 2 a Argentina y
demostraron que eran superiores, mientras que Italia le ganaba por 3 a 1 a Haití. Un par de días después de los dos
primeros partidos se descubrió que Ernst Jean-Joseph, un recio defensor haitiano, había dado positivo en el
control antidóping y se transformaba así en el primer drogón descubierto en la historia de los mundiales.
Haití estaba gobernada con mano de hierro por el dictador “Papa doc” Duvallier y no les cabía ninguna. JeanJoseph fue llevado al lugar de concentración por dos “Tonton Macoutes” (miembros de la guardia del presidente)
que le dieron murra hasta cansarse. Luego lo enviaron a su tierra donde fue detenido clandestinamente y torturado
sistemáticamente, hasta que lo liberaron en 1976. El bueno de Ernst no se acercó nunca más a un porro (?).
Mientras Polonia le metía 7 goles a los haitianos, Argentina e Italia empataban 1 a 1 en un partido donde el
conjunto sudamericano fue levemente superior al europeo y los albicelestes, para la última fecha, necesitaban
ganarle a Haití y que Polonia se hiciera cargo de los tanos, que a la vez sabían que sus chances eran casi nulas.
Por eso Pietro Anastasi, que se desempeñaba como delantero en Juventus y en la selección italiana, no tuvo
pruritos en encarar a Deyna y ofrecerle 100 mil dólares a cambio de un empate. Deyna no podía creer que le
estuvieran ofreciendo un soborno, pero el dinero no era algo que sobrara en su patria. Igualmente, cuando fue con
sus compañeros que también habían recibido la misma oferta de parte de otros jugadores, la pensaron dos veces.
Pero al día siguiente, un periodista del diario La Razón se acercó a los polacos y les ofreció 22 mil dólares
diciéndoles “esto no es un soborno, no se sientan heridos ni preocupados. Es tan sólo un premio por ganarle a
Italia”. Los polacos aceptaron y salieron a la cancha a jugar ante Italia enojados con quienes quisieron sobornarlos,
pero felices con quienes los incentivaron.
Polonia se impuso por 2 a 1 mientras Argentina goleaba a Haití por 4 a 1 y pasaba de ronda por diferencia de gol
sobre los italianos. Nadie denunció absolutamente nada y la FIFA no actuó porque “sólo escuchamos trascendidos”
.
Ya en la segunda ronda se despertaron Holanda, en el grupo A, y Alemania en el B. Ambos seleccionados ganaron
cómodamente sus grupos dejando a Brasil y Polonia para el partido por el tercer puesto. Los holandeses golearon a
Argentina por 4 a 0 en un partido en el que tranquilamente podían haber hecho 8, 10 ó 12 goles y llegaron a la final
sin recibir tantos. Alemania se clasificó para el último partido peleando cada minuto ante Suecia, Yugoslavia y
Polonia, pudiendo doblegar a estos últimos 15 minutos antes de la finalización del partido.
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Cruijff ya eludió a Carnevali y entra caminando al arco argentino
Los polacos lograron un magnífico tercer puesto al derrotar a un desconocido Brasil que sufría la falta de Pelé y
Lato se convirtió en el goleador de la Copa al hacer 7 tantos durante los 7 partidos de su equipo en el torneo.
Cuatro días después de cumplirse los 20 años del Milagro de Berna, donde Alemania le ganó sorpresivamente
la final del mundial 54 a los fantásticos húngaros, los teutones tenían que medirse en la final a los mecánicos
holandeses, imparables para todo el mundo, que además de jugar de manera excelente pegaban que daba calambre.
Tanto repartió Holanda que fue el equipo con más amonestados del torneo.
Después de 16 pases consecutivos en los primeros 30 segundos del partido final, Cruijff logró meterse en el área
alemana para ser derribado por Uli Höeness. Los locales tocaron la pelota por primera vez cuando sacaron del
medio tras el 0-1 antes de cumplirse el primer minuto de juego. Pero Alemania es Alemania y nunca se rindió, no
se rinde y jamás se rendirá. Con el resultado en contra salieron a buscar el arco holandés y 25 minutos más tarde
consiguieron el empate. Inexplicablemente los holandeses quisieron enfriar el partido estando en ventaja y pagaron
las consecuencias del brrrr (?). Antes de terminar la primera mitad, el bomber Gerd Müller ponía el 2-1 para los
locales y se convertía en el máximo goleador de la historia de los mundiales.
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Müller hace el segundo en la final y el decimocuarto en su carrera mundialista. Con choreo, fue superado por
Ronaldo en 2002. ¿Holanda? Brrrr (?)
Holanda intentó buscar. Durante todo el segundo tiempo le llenó de centros el área que defendía Sepp Maier. Pero
el brillante arquero, ayudado por Beckenbauer, Breitner, Vogts y la línea de medios, frustraron cada uno de los
ataques naranjas. La suerte estaba echada, Alemania se consagraba campeón por segunda vez en la historia,
derrotando nuevamente al candidato indiscutible.
Entregas anteriores: [URUGUAY 1930] – [ITALIA 1934] – [FRANCIA 1938] – [BRASIL 1950] – [SUIZA
1954] – [SUECIA 1958] – [CHILE 1962] – [INGLATERRA 1966] – [MÉXICO 1970]
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Historia de los mundiales: México 1970
by Zeronickname - Jueves, mayo 15, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-mexico-1970-1926-/
Después de dos Mundiales excedidos en violencia, había que hacer algo para que el negocio no decayera y
esconder un poco la mugre debajo de la alfombra era una buena alternativa. Durante los Juegos Olímpicos de
Tokyo 1964 se votó la sede, en donde México le ganó a la Argentina por 56 a 32.
La FIFA era un polvorín y la CSF, resentida por como sacaron a Brasil, Argentina y Uruguay de Inglaterra 1966, le
declaraba la guerra a Europa. En la UEFA, Sir Stanley Rous, les comunicaba a los dirigentes: “En las próximas
elecciones para la presidencia de FIFA, les pido que voten por mi. Esto es Europa contra Sudamérica y en Europa
queremos ser capos vieja (?). Y hay que buscar a mi sucesor para mantener el liderazgo”.
Rous tenía 72 años, había sido árbitro profesional, Secretario de la Football Association y dirigía la FIFA
desde hacía 9 años. Quería 4 años más. El otro candidato a pelear mano a mano las elecciones provenía de
Sudamérica, era Joao Havelange, el Presidente de la Confederación Brasileña de Deportes (la CBF se fundó en
1979) que ya tenía un gran poder sumando a los americanos y a los africanos, que se la tenían jurada a FIFA desde
antes de las eliminatorias de 1966.
La lucha era encarnizada y si bien hubo momentos de paz, se reflotaba meses antes del comienzo del Mundial de
México, por quejas de algunos sponsors, se le enrostraba el sistema de eliminatorias a Rous, porque se habían
quedado afuera Argentina, España, Hungría (que era bicampeona olímpica) y Yugoslavia, clasificándose en cambio
El Salvador, Israel y Marruecos, a quienes no les podían vender ni un paty (?).
Antes de ser árbitro y dirigente, Rous era profesor de gimnasia en la Watford Boys Grammar School. Recordado
por la cocinera P. Chatruc (?) siempre contaba la broma que le hicieron cuando llegó: “Le dijimos que en la escuela
había unos cuervos que tenían picos afiladísimos y se alimentaban de cerebro humano. Picaban y picaban hasta
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que llegaban a la materia gris para devorarlo. Stanley era un poco ingenuo y se creyó que ante al aviso de
llegada, la única solución era enterrar la cabeza y esperar a que se fueran. Me acuerdo que fue el jardinero Cross
(?) quien comenzó la broma al grito de ‘vienen los cuervos, vienen los cuervos’. Stanleysito (?) enterró su cabeza
en un pozo y la tapó para no sufrir heridas, pero los profes llevaron la joda más allá y procedieron a violarlo,
mientras el pobre muchacho gritaba ‘picá, picá, cuervo botón, que vas a llegar al cerebro si sos brujo’ (?)”. NdA:
Perdón.
Tal vez fue allí cuando a Rous le comenzó a gustar la carne en barra (?), o tal vez con su vieja amistad que
mantenía con uno de los fundadores de FIFA. La cosa era que en el fútbol no existían los putos y así se tenía que
mantener. Por eso, cuando unos días antes del comienzo de la Copa, recibió un sobre con unas fotos en su
habitación, sabía que se venía una fulera. Las imágenes lo mostraban semidesnudo con otro dirigente en una
cama. Las fotos las habría mandado a sacar un ex waterpolista.
Un par de semanas después un agente del M16 se acercó a Rous y le dijo: “el problema de las fotos ha sido
neutralizado (…) No querrá saber los desagradables detalles, sólo le puedo decir que jugamos al mismo juego con
estos chantajistas brasileños”.
Con las pruebas fuera del camino, Rous negoció con Havelange y sellaron un pacto que decía algo más o menos
así: “vos no me jodés ahora, aflojo con la mano dura, yo me quedo otros cuatro años y para 1974 tenés todo el
apoyo para ser el Presidente de FIFA. Pero me hacés Presidente Honorario”. Besito y apretón de manos más tarde
(?), Sir Stanley Rous fue reelecto, mientras los mexicanos se quejaban hablando de la inversión que habían hecho
una inversión de plata terrible y apenas llegaban a cubrir los gastos, mientras FIFA se forraba en guita sin poner un
cobre.
Además de México e Inglaterra, desde las eliminatorias llegaban a la Fase Final de la Copa Mundial de la FIFA
(más conocido como Mundial): Alemania Federal, Rumania, Italia, Unión Soviética, Suecia, Bélgica,
Checoslovaquia y Bulgaria representando a Europa; Israel y Marruecos fueron los participantes clasificados de
Asia y África, que habían conseguido su plaza individual; El Salvador por CONCACAF (los organizadores no
ocupaban plaza continental) y Brasil, Uruguay y Argentina Perú por Sudamérica.
Mientras en Argentina la vergüenza entraba por todos lados debido a la eliminación en cancha de Boca ante Perú,
las novedades mundialistas llegaban con las tarjetas amarillas y rojas, que comenzaron a funcionar en las
eliminatorias, y la posibilidad de realizar dos cambios de jugadores por equipos durante los partidos.
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El fútbol estaba claramente dividido entre rústicos y líricos. Casi todos jugaban bien, pero la ductilidad para
hilvanar jugadas bonitas y para el traslado del balón, quedaba para pocos. México abrió el Mundial jugando contra
la Unión Soviética, en el Estadio Azteca y bajo el griterío infernal de los más de 100.000 mexicanos que aturdían a
propios y ajenos.
El partido entre los candidatos a pasar a cuartos de final por el Grupo A terminó igualado sin goles y fue
arbitrado por el alemán Kurt Tschenscher, quien no se quedó con las ganas de ser el primero en sacar la
tarjeta amarilla, mostrándosela (?) por primera vez al defensor ruso Evgeni Lovchev. Junto a la URSS y los
locales estaban Bélgica y El Salvador (los dos de CONCACAF en un mismo grupo), que fueron sólo para rellenar.
El Grupo 2 estaba conformado por Italia, Uruguay, Suecia e Israel, con partidos tan espantosos que sólo se
hicieron 5 goles en los 6 encuentros. Los italianos pasaron con su Catenaccio, sumando 4 puntos y
convirtiendo un solitario gol a los suecos, mientras que Uruguay entró en el segundo lugar por tener mejor goal
average que Suecia.
Brasil terminó liderando el Grupo 3, ganando todos los partidos, incluso el que los enfrentó con los campeones del
mundo. Inglaterra, fuera de sus límites, también pasó de ronda ganándole por la mínima a Checoslovaquia y
Rumania. Los brasileños hicieron 8 goles en los partidos de la primera ronda con una línea de ataque
conformada por Jairzinho, Tostao, Pelé y Rivelino.
Los alemanes federales, laboriosos como siempre y vistosos como nunca, buscaba revancha de la final perdida ante
Inglaterra 4 años antes y se clasificaban en el primer lugar del Grupo 4 a todo trapo (?) ganando todos los partidos,
con 10 goles a favor y 4 en contra. En las filas germanas estaban los experimentados Franz Beckenbauer, Uwe
Seller, Sigfried Held y Helmut Haller, a quienes se le sumaban el delantero Gerd Müller (hizo 7 goles en la
primera fase) y el arquero Sepp Maier.
Junto a Alemania Federal pasó Perú, que jugaba un fútbol hermoso y eran dirigidos por el brasileño Didí. Pero en
los cuartos chocaron contra la selección de la nacionalidad de su coach y perdieron claramente 2-4. La excursión
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peruana se terminó pronto, como también la del equipo local que tuvo que efrentarse a una Italia que comenzaba a
despertarse y le hacía 4 goles a los mexicanos.
Con mucho trabajo y a poco de finalizar los 120 minutos, Uruguay logró sacar de la Copa a la Unión
Soviética que ya no tenía a Lev Yashin en el arco, mientras que un partidazo, Alemania se vengaba de la final con
los ingleses. Con goles de Mullery (?) y de Peters, Inglaterra estaba por llegar nuevamente a semifinales, pero en
los últimos 20 minutos Beckenbauer y Seeler hacían lo que siempre hace Alemania y en el alargue se impusieron
por 3 a 2, mandando a los isleños a su casa con todo el coso (?) adentro.
Si había un rival que los brasileños no querían en la final eran esos leones que vestían de color celeste. Sin ser
vistosos mantenían la garra charrúa y le hacían partido a cualquiera, pero los verdeamarelhos estaban on fire (?) y a
pesar de comenzar perdiendo, dieron vuelta el partido y se impusieron por 3 a 1. En el último minuto del partido
se produjo una jugada mágica cuando Tostao tiró un pase en profundidad al borde del área grande. Pelé entró
sólo y dejó pasar la pelota con un amague, desairando al arquero uruguayo Ladislao Mazurkiewicz, que había
salido a buscarla. En la carrera el jugador brasileño superó la línea de la pelota y se frenó vértice del área chica para
dominarla y girando 180 grados pateó hacia el arco. Pero el balón salió rozando el poste derecho de un arquero
vencido y el que pudo haber sido el gol más maravilloso de la historia quedó trunco. Leche (?).
Italia y Alemania era la otra semifinal y todos esperaban un partido cerrado y aburrido. Y no estaban muy errados
los que preanunciaban el bodrio porque tras el gol de Bonisengna a los 7 minutos del primer tiempo, los italianos se
cerraron como culo de muñeco, pero en el último segundo Karl-Heinz Schnellinger logró el empate. Otra vez
alargue y a partir de ahí los 30 minutos más intensos de la historia mundialista. A los 4 minutos del suplementario
Müller hizo su noveno gol en la Copa poniendo arriba a los alemanes. Los tanos salieron a buscar convirtiendo
dos goles en 5 minutos, poniéndose nuevamente al tope del marcador, pero Müller consiguió otra igualdad. Hasta
el público estaba agotado de tremendo partido y no podía creer el espectáculo que estaba viendo; un minuto
después del tercer gol alemán Gianni Rivera hacía el cuarto para Italia, que volvía a una final después de 32
años.
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Los cansados alemanes accedieron al escaloncito de abajo del podio al ganarle a los uruguayos por la mínima
diferencia, mientras el mundo esperaba la final entre los opuestos. Tanto Brasil como Italia tenían dos
campeonatos ganados y el que se coronaba en México 70 se quedaría con la Jules Rimet para siempre, como
lo estipulaba el reglamente. Era el choque entre los extremos opuestos; el fútbol táctico pero práctico de los
italianos, contra la alegría y la técnica de los brasileños.
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Pelé estaba jugando su última Copa y la quería más que a nada en el mundo. En el banco estaba como técnico
Mario Zagalo, otrora compañero del debutante con un bepi (?) en la Copa del 58 y ambos estaban deseosos por
llevar nuevamente la Copa a su país, pero sabían que los italianos no se la iban a hacer fácil. Después de un primer
tiempo que terminó empatado en un tanto con goles de Pelé y Bonisengna, los brasileños salieron decididos a
quedarse con todo en la segunda parte, haciendo del catenaccio una cortina de cintas de colores (?) y metiendo tres
goles de lujo con intervenciones de Gerson, Jairzinho y Carlos Alberto para quedarse con la Rimet… hasta que se la
afanaron el 19 de diciembre de 1983.
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Historia de los mundiales: Inglaterra 1966
by Zeronickname - Domingo, mayo 11, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-inglaterra-1966-1919-/
Durante los JJOO Roma 1960 Inglaterra fue elegida sede de la VIII Copa del Mundo. Los ingleses habían
inventado el juego más popular del planeta y la fiesta futbolística por excelencia viajaba hacia su tierra originaria.
En 1961, Stanley Rous, un ex árbitro inglés y secretario de la FA, asumía como presidente de la FIFA.
Todo estaba dado para la coronación perfecta. Inglaterra contaba con un gran equipo que tenía a Bobby Charlton a
pleno e iba engranando para recuperar su grandeza histórica con el objetivo de alcanzar el título de campeón
mundial. En Europa parecía no haber competencia, al menos no una imposible de superar.
En el año 1964 la Confederación Brasileña de Deportes organizó un torneo denominado Copa de las
Naciones, en conmemoración a su 50 aniversario. Fue un cuadrangular, en el que además de los brasileños,
participaron Portugal, Inglaterra y Argentina.
La selección albiceleste fue al torneo a ubicarse en el cuarto lugar; con constantes cambios de técnicos (cuatro
desde la eliminación en 1962 hasta la Copa de Naciones de 1964), diezmada y sin talentos grandilocuentes, no
había muchas oportunidades ante la Portugal de Eusebio, Brasil bicampeón y los maestros ingleses.
José María Minella se había hecho cargo del equipo que iba a jugar en Brasil y llevó un puñado de jugadores
experimentados, como por ejemplo Amadeo Carrizo, que volvía a la selección después de los 6 goles
checoslovacos y muchísimos debutantes y elementos con menos de 10 partidos en la celeste y blanca.
Equipo timorato, si los había, se destacaba por jugar con una línea de 4 fija en el fondo, con los dos volantes y la
ayuda de uno de los delanteros en el medio, que se retrasaba un poco. El pelotazo era el arma fundamental y con
ese juego tosco se le ganó a Portugal por 2 a 0.
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Ya no se iba a terminar en el último lugar y llegaba la hora de enfrentar a los bicampeones en el Pacaembú, que les
habían metido 5 a los ingleses. Pero Argentina tuvo su noche mágica y se impuso por 3 a 0, incluso con
lucimiento de Carrizo que le detuvo un penal a Gerson. La historia cuenta que Pelé estaba tan caliente y tan
cansado de recibir golpes, que le rompió la nariz a José Mesiano de un cabezazo, aunque tiempo después se develó
que no existió tal golpe y todo habría sido una farsa.
Para cerrar el torneo, Argentina derrotó a Inglaterra por 1 a 0 en el Maracaná y se quedó con la Copa que iba
a ser para la selección local que cumplía medio siglo de vida. Ahí fue cuando los ingleses notaron que su gran
escollo para alcanzar el Mundial estaba en Sudamérica. Tanto Argentina, como Brasil, y en menor medida
Uruguay, eran un peligro latente para alcanzar el objetivo.
Brasil estaba clasificada directamente por ser la selección defensora del título, así como Inglaterra por ser
organizadora. De Sudamérica entraron Argentina y Uruguay, las otras dos selecciones temidas por los ingleses,
además de Chile, que en su Copa habían ganado partidos muy importantes. El propio Minella fue quien clasificó a
los albicelestes a la Copa de Inglaterra, pero luego renunció dejándole la vacante a Osvaldo Zubeldía, quien
también dio un paso al costado, ambos en descontento con la AFA.
Un gran conflicto se produjo en África. Primero se le pidió a la FIFA la expulsión de Sudáfrica por el Apartheid
y con un poco de refunfuño (?) fue concedido. Luego llegó el descontento por tener que compartir una sola
plaza clasificatoria con Asia y comenzaron las renuncias masivas. En el grupo de Asia y África tan sólo
quedaron Corea del Norte y Australia, clasificándose los coreanos.
México seguía siendo el habitué de CONCACAF y se destacaba porque su arquero, Antonio Carabajal, jugaría su
quinta copa consecutiva. Alemania Federal, Bulgaria, Portugal, Suiza, Hungría, Italia, Unión Soviética,
España y Francia eran los clasificados de Europa, que junto a la selección local sumaban 10 equipos de 16.
Estaba todo listo para el comienzo de la Copa y sólo había que esperar que llegara la fecha. Los grupos estaban
sorteados desde enero de 1966, por primera vez aparecía una mascota, en este caso Willie, un león medio chotón….
Todo estaba en su lugar y en perfecto orden para que la fiesta en la tierra donde el fútbol diera sus primeros pasos
tuviera su torneo. Todo, excepto la Copa.
El 20 de marzo de 1966 los guardias de seguridad del Westminster Central Hall chocaron sus peras contra el piso y
los ojos se les desorbitaron y multiplicaron (?) cuando notaron que la vitrina que contenía la Copa Jules Rimet
estaba vacía. Scotland Yard desplegó un operativo impresionante pero no había ni media pista; ni siquiera habían
podido decular cómo habían sacado el trofeo de la vitrina.
Una semana más tarde, David Corbett hacía su recorrido habitual por su barrio, Upper Norwood, llevando a su
perro Pickles (nombre siome para llamar a un pichicho) a llenar los jardines de los vecinos de caca canina (?).
Hurgando en la basura de un jardín, Pickles dio con un objeto resplandeciente envuelto en papeles de diarios. Era la
Copa que tanto buscaba el mundo entero y Corbett, al devolverla, fue compensado con 5.000 libras esterlinas.
El 11 de julio y con la Copa sana y salva, Inglaterra abrió su Mundial en el Estadio Wembley enfrentándose a
Uruguay. Como era de suponer el partido fue cerrado y no lograron sacarse ventaja, finalizando el mismo con el
resultado en blanco. Francia y México fueron los rellenos del grupo y no ofrecieron demasiada oposición para que
charrúas e ingleses pasaran a Cuartos de Final como líderes del Grupo 1.
En el Grupo 2 había quedado alojada Argentina, junto a tres selecciones europeas: Alemania Federal, España y
Suiza. El único empate del grupo se produjo entre argentinos y alemanes, que además derrotaron a sus rivales con
cierta comodidad, aunque con encuentros demasiado cerrados y tácticos por demás.
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Brasil, flamante bicampeón Mundial, contaba aún con Garrincha y con Pelé, pero les faltaban los generadores
de fútbol que extinguieron su carrera tras la Copa de Chile cuatro años antes y si bien empezaron con un 2-0 ante
Bulgaria, el triunfo les costó varios dolores (?) ya que los árbitros dejaban que los europeos golpeen a los
campeones. Y les pegaban con las dos (?).
Pelé no jugó ante Hungría (se suponía lesionado, pero luego apareció ante Portugal) y Brasil perdió los dos
partidos restantes, mientras que portugueses y húngaros pasaban la primera ronda cómodamente. Portugal ganaba
los 3 partidos y además contaba con Eusebio, la Pantera Negra de Mozambique, que hacía 3 de los 9 goles de la
primera fase.
En el Grupo 4 se produjo la primera sorpresa de la Copa. Italia y la Unión Soviética eran los candidatos a quedarse
con los dos lugares para los cuartos y hasta la segunda fecha así estaba dado, pero los italianos perdieron ante
Corea del Norte. Las tapas de los diarios se imprimieron con litros de tinta para resaltar en doble negrita y con
mayúscula la palabra “Vergogna” y los desconocidos orientales acompañaban a la URSS a los cuartos de final.
Los coreanos le ganaron a Italia y les devolvieron sus cachorritos (?), con quienes luego tuvieron sexo y después
se los comieron (?)
Casi meten una segunda sorpresa los chiquitos de ojos rasgados (?) que tenían a los simpatizantes del Boro como
hinchada propia, ya que por ser los más débiles y tener el mismo color de camiseta del equipo inglés, llegaron a ser
seguidos por los fans hasta Liverpool, donde estaban jugando ante Portugal y se encontraban con un 3 a 0 de
ventaja.
Pero la Pantera Negra se despertó, hizo 4 goles y Portugal se impuso por 5 a 3, accediendo a semifinales en su
primera participación mundialista, lugar al que también llegaron los soviéticos por primera vez al derrotar a
Hungría en el otro partido de cuartos. Lev Yashin fue el gran responsable de que su selección se pudiera
colocar entre las 4 primeras, porque ahogó cada intento de los magyares, que no eran tan mágicos como los del
’54, pero eran buenos.
Con Brasil afuera el problema quedaba reducido a argentinos y uruguayos. Los albicelestes tenían que jugar
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contra Inglaterra, mientras que los charrúas debían hacerlo ante Alemania Federal. Para barrer la mugre (?)
los organizadores designaron un árbitro alemán para el encuentro entre argentinos e ingleses y un árbitro
inglés para el partido entre uruguayos y alemanes.
El pacto implícito (?) salió perfecto ya que Alemania aplastó a Uruguay por 4 a 0, con vergonzosas expulsiones
para los sudamericanos que pegaron muchísimo menos que sus adversarios. Incluso, a poco de comenzado el
encuentro que tenía dominio celeste, el árbitro ignoró un penalazo a favor de la selección Charrúa cuando el
defensor teutón Karl-Heinz Schnellinger voló de palo a palo para sacar una pelota que se colaba en la red,
con la mano.
Inglaterra derrotó a Argentina por la mínima diferencia con una polémica expulsión al capitán argentino, Antonio
Rattín, que al irse del campo de juego después de discutir varios minutos, se sentó en la alfombra real para intentar
mirar el partido con comodidad (?). Acompañado por Ken Aston hacia los vestuarios, Rattín caminaba en forma
lenta y le mostraba la camiseta celeste y blanca al público inglés, que estaba completamente exacerbado por el
partido, el whisky y la cerveza.
Con la misma parsimonia que JSV (?) para ir a patear un corner, Rattín abandona la cancha.
Al pasar por uno de los corners donde flameaba la insignia británica, el jugador argentino apretujó el
banderín poniendo más locos a los fanáticos locales que comenzaron a gritar más fuerte “Animals”. Una gran
muestra del odio que tenían algunos ingleses se dio al final del encuentro cuando el técnico de la rubia albión (?),
Alf Ramsey, se abalanzaba sobre las camisetas inglesas que estaban intercambiando con los argentinos,
incluso sacándoselas de las manos a los sudamericanos.
Stanley Rous aprovechó el escándalo para ponerle a la Argentina la máxima multa que permitían los
estatutos: 1.000 francos suizos y la exclusión de las próximas copas mundiales. La oposición que encontró el
inglés por toda Sudamérica, Africa y parte de Europa fue tan grande que pronto le iba a costar la presidencia de
FIFA.
Alemanes e ingleses no tuvieron riesgos ante soviéticos y lusitanos respectivamente, a quienes derrotaron con
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el mismo marcador, 2 a 1, y pasaron a la final. En el partido por el tercer puesto Portugal le ganó por 2 a 1 a la
URSS con un gol de Torres a dos minutos del final y se subió al escalón más bajo del podio.
El pacto de cuartos de final se hacía añicos en mítico Wembley Stadium desbordado de público, que bajaba los
niveles de euforia a los 12 minutos de la primera mitad cuando Helmut Haller ponía el 1 a 0 para los alemanes.
Los centros llovían en ambos arcos y la naturaleza no quiso ser menos, mandando unos chaparrones terribles,
mientras Geoffrey Hurst convertía el gol del empate y le devolvía a las tribunas el grito de “England, England”.
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La primera parte finalizó igualada 1 a 1 y el segundo tiempo fue bastante pelmazo, hasta que en el minuto 78
Martin Peters puso el 2 a 1 para los ingleses que comenzaban con los festejos. Pero sobre el final, Wolfgang
Weber dejaba nuevamente el marcador en tablas y obligaba a jugar 30 minutos de tiempo suplementario.
A la octava Copa Mundial le faltaba un bochorno. A los 11 minutos del primer tiempo suplementario Hurst
recibió un centro y estrelló su tiro en la parte inferior del travesaño de Tilkowski; la pelota picó en tierra y
se elevó. El jugador inglés festejó el gol y el árbitro suizo Göttfried Dienst, que estaba lejos de la jugada, tuvo que
consultar con el asistente ruso Bakhramov, quien aseguró que la pelota había entrado.
Lo cierto es que la pelota jamás cruzó la línea de meta, pero el gol fue convalidado. Parecía que nada debía
evitar el título inglés y sobre el final del encuentro llegó otro gol de Hurst para darle a los ingleses su primer y
única título de Campeones del Mundo, que nadie le podía piratear (?) en su tierra.
La pelota no entró y se sigue alejando del arco de Tilkowski. Los caraduras lo festejaron y todo. Luego Bobby
Moore levantó la Copa
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Historia de los mundiales: Chile 1962
by Zeronickname - Domingo, mayo 04, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-chile-1962-1913-/
Tres países presentaron su candidatura para organizar la VII Copa Mundial y en el Congreso de la FIFA realizado
en Lisboa el 10 de junio de 1956, se determinó que la misma se jugaría en Chile. El otro candidato a organizarla era
la Argentina, pero perdió la elección por 32 votos a 11.
Para la participación al Mundial de Chile se inscribieron 56 selecciones y por primera vez había posibilidades
de que un seleccionado asiático y un africano ingresaran a la Copa a la vez. Pero el desprecio de los dirigentes para
las pocas selecciones que había en Asia y África quedaba plasmado en el formato de eliminatorias.
El ganador de los playoffs entre Ghana, Marruecos, Nigeria y Túnez, para acceder al mundial de Chile,
primero tenía que eliminar al vencedor del grupo 9 de Europa, España. La misma vara le cupo a los
asiáticos, donde el ganador tenía que jugar con Yugoslavia. Y Concacaf, que sólo había aportado triunfos por
parte de Estados Unidos a la historia de la Cioa, tuvo que jugar un repechaje contra el Paraguay. Obviamente no
hubo clasificado alguno de la CAF y la AFC, comenzando así una serie de quejas que tendría su punto máximo de
ebullición 4 años más tarde.
En agosto de 1960 comenzaban las eliminatorias, pero 3 meses antes, el 21 de mayo, un fuerte terremoto
arrasó con las ciudades de Talca y Concepción, llevándose además la vida de casi 6.000 chilenos. Fue allí donde
Carlos Dittborn, Presidente del Comité Organizador, acuñó la popular frase “Porque nada tenemos, todo lo
haremos”.
Chile se levantó como pudo y poco se supo de los 3 millones de personas que se habían quedado sin techo, pero el
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Mundial siguió adelante, sumándose al seleccionado local y Brasil, clasificados directos, los 14 equipos que
provenían de eliminatorias: Argentina, Uruguay, Colombia, México, Suiza, Inglaterra, España, Yugoslavia,
Unión Soviética, Alemania Federal, Hungría, Checoslovaquia, Italia y Bulgaria.
Los búlgaros debutaban en la competencia y habían dejado afuera a Francia con un gol de Hristo Illiev a un minuto
del final del encuentro de eliminatoria. La selección gala, tercera en la Copa anterior con el máximo goleador
histórico en una Copa, nunca pudo juntar a sus atacantes ya que diferentes lesiones fueron marginando a Fontaine,
Kopa, Wisnieski, Piantoni y Vincent. Más allá de eso, Francia estuvo a segundos de ingresar, pero…
Faltaban sólo 32 días para el comienzo de la Copa y nueva desgracia se sumaba a la C*pa Mundi*l de Ch*l*
1962 (?): con tan sólo 41 años de edad, Carlos Dittborn sufría un paro cardiorrespiratorio que su cuerpo no
pudo resistir. Otra vez el pueblo chileno se vestía de luto.
Una nueva reglamentación se imponía en el sistema de grupos: el goal average. Si dos o más equipos igualaban en
alguna posición, la resultante de goles convertidos sobre goles recibidos era la encargada de definir el lugar en la
tabla. El sistema era bastante injusto porque si un equipo sumaba dos goles a favor y ninguno en contra tenía un
promedio más alto que otro que obtuviera siete a favor y dos en contra, porque la valla en cero daba resultado
infinto.
La primera selección que experimentó una eliminación por goal average fue Argentina en el Grupo 4. El conjunto
albiceleste dirigido por Juan Carlos Lorenzo convirtió el primer gol de la Copa que significó el triunfo por 1 a 0
ante Bulgaria. Luego llegó la derrota 1-3 ante Inglaterra y por último, un empate en cero ante Hungría, que ya
estaba clasificada a Cuartos de Final.
Inglaterra también sumó 3 unidades, producto del triunfo ante los argentinos, una derrota con los magyares y un
horrible 0 a 0 ante los búlgaros. Con el reglamento de las copas anteriores, argentinos y británicos hubieran tenido
que jugar un desempate, aunque es justo decir que con los reglamentos siguientes Argentina también habría
quedado afuera.
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Si algo había algo para destacar en la Copa de Chile, era la violencia extrema que se presentó en los campos
de juego. En el segundo partido del Grupo 1 entre Yugoslavia y la Unión Soviética se produjo la infracción más
violenta de la historia de los mundiales. El jugador ruso Eduard Dubinski tenía posesión de la pelota y esperaba a
que algún yugoslavo le saliera para tirar un pelotazo.
Sus compañeros no se acercaban y los balcánicos no presionaban, aún perdiendo 0-1. Dubinski seguía quieto, con
el balón en sus pies, hasta que Muhamed Muji? soltó cadena (?) y fue directamente a pegarle una patada al
ruso, a quien le provocó una fractura que lo alejó de las canchas y de la vida: la herida de la fractura nunca
soldó bien y se le infectó produciéndole un sarcoma que acabó con su vida unos años más tarde. Muji? ni siquiera
fue advertido por el árbitro de aquel encuentro, aunque los yugoslavos, al enterarse que el jugador ruso había sido
fracturado, lo mandaron de nuevo a su país natal.
Uruguay y Colombia fueron los rivales de rusos y yugoslavos, pero los sudamericanos estaban para hacer bulto
nomás: Uruguay le ganó a Colombia y perdió ante los europeos, mientras que los colombianos tuvieron su
mayor hazaña al empatarle 4 a 4 a la Unión Soviética en un partido por demás extraño.
Los soviéticos se fueron al descanso ante Colombia con un cómodo 3-1 y al comenzar la segunda mitad hicieron el
cuarto. Pero a 20 minutos de la finalización del partido Marcos Coll convirtió el descuento, haciendo el primer
gol olímpico de la historia de los mundiales. La tardía reacción de Lev Yashin, el mejor arquero del mundo,
extrañó a varios y más aún cuando los colombianos llegaron al inexplicable empate sobre el final.
El árbitro del partido fue el brasileño José Etzel Filho, un barrilete importante (?) que años después declararía:
“soy descendiente de húngaros y le tenía mucha bronca a la Unión Soviética por la invasión en 1956. Colombia
llegó al empate porque los ayudé”. Tanto humo desparramado en la década del 70 fue sepultado (?) cuando cayó
el comunismo y se abrieron los archivos de la KGB. Varias de esas carpetas tenían el nombre de Lev Yashin y
la principal destacaba sus aptitudes deportivas y aclaraba que era un aplicado miembro del partido comunista, como
también destacaba su adicción al tabaco y a la bebida.
Una de las costumbres de Yashin era tomar una medida de vodka antes de comenzar los partidos y una segunda en
los entretiempos. En el partido ante Colombia, con el resultado muy favorable para los soviéticos y tal vez por el
frío de Arica, a la copita habitual la siguió otra; y otra; y otra. Casi una botella entera se bajó el arquero que dejó en
el vestuario la mayoría de sus reflejos.
En el Grupo 2 estaban Alemania Federal, Italia, Chile y Suiza. Los clasificados a cuartos de final fueron los
alemanes y los locales, mientras que Suiza se fue sin sumar. Italia pudo sacarle un punto a los alemanes y sumó 3
en total, pero no llegaron a pasar de ronda porque en el primer partido cayeron sodomizados (?) ante Chile en un
partido denominado “La Batalla de Santiago”.
Todo comenzó cuando los periodistas Antonio Ghirelli y Corrado Pizzinelli escribieron para el periódico
italiano “Il Resto del Carlino” su visión de la realidad de Santiago de Chile: “En vano los chilenos, como para
consolar a los italianos, dicen que Santiago se parece a Turín […] Y ello tal vez para tratar de hacer olvidar la
realidad de ésta capital, que es el símbolo triste de uno de los países subdesarrollados del mundo y afligido por
todos los males posibles: desnutrición, prostitución, analfabetismo, alcoholismo, miseria… Bajo éstos aspectos
Chile es terrible y Santiago su más doliente expresión, tan doliente que pierde en ello sus características de ciudad
anónima”.
El diario chileno “El Mercurio” se encargó de magnificar los escritos y los 66.000 espectadores en el Nacional
de Santiago querían saltar a la cancha para comerse crudos a los jugadores de camisetas azzurras. Trasca (?),
cuando el árbitro Ken Aston expulsó al italiano Giorgio Ferrini por una falta violentísima, éste se retobó y tuvo que
salir empujado por las fuerzas policiales.
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A poco del final de la primera parte, Leonel Sánchez le puso un piñón (?) a Mario David, Aston se hizo el otario y
tiró un “follow, follow (?)”, pero cuando David se desquitó de la injusticia pateándole la cabeza a un rival que
estaba en el piso, el arbitrario (?) referee lo expulsó.
En la segunda parte llegó el desmadre. Cabe aclarar que los italianos sabían que la cancha iba a ser un polvorín
después de la reproducción del artículo y con las mejores intenciones ingresaron al campo de juego tirando
claveles blancos a los chilenos, tratando de calmar al público furioso. Claro que un par de florecitas no iban a
comprar a más de 65 mil chilenos furiosos que querían enterrar cada uno de los claveles en los jardines corporales
de lo jugadores y regárselos in situ (?).
Cuando Leonel Sánchez, alto hijoputa a esta hora, le rompió la nariz de un piñón a Humberto Maschio, se recontra
cagaron a trompadasgolpearon todos contra todos hasta que intervinieron los carabineros, que de paso también
cascaron a un par de tanos. El partido se reanudó y Chile metió dos goles sobre el final, consiguiendo así su
clasificación.
Salvo por el empate ante Checoslovaquia y el desgarro que sufrió Pelé, Brasil pasó sin sobresaltos el Grupo 3.
España fue pintada a la Copa, ya que empezó perdiendo ante los checos que no habían desarmado las valijas porque
sabían que se volvían en la primera ronda. Es más, México ganó su primer partido en los mundiales derrotándolos
por 3 a 1 en la última fecha, pero con sólo 3 puntos les sobró a los checos para pasar junto a Brasil.
Los yugoslavos tenían la particularidad de ser insistentes (?). En los Juegos Olímpicos de 1948, 1952 y 1956,
fueron finalistas y perdieron en las 3 oportunidades. Pero en Roma 1960 alcanzaron el oro. En las Copas de 1954 y
1958 habían jugado contra Alemania Federal en los cuartos de final y se fueron silbando bajito en ambas
oportunidades.
En los partidos anteriores los balcánicos fueron dominadores en el juego pero fallaron a la hora de definir. Cuando
se enteraron que los teutones serían nuevamente sus rivales en la misma instancia dijeron: “la puchac (?) otravezic
los roperovic. A envaselinevic el ortoscovic”. Pero el Mund*al 62 tenía más sorpresas y Yugoslavia pasó a
semifinales.
Chile, con el apoyo de los termossu público logró ganarle a los soviéticos y los checoslovacos, que seguían con las
valijas armadas, derrotaron sorpresivamente a Hungría. Brasil, que estaba sin Pelé, se encontró con un Garrincha de
máxima pureza (?) y aplastó a Inglaterra con dos golazos de Mané.
Garrincha ya era la sensación del torneo y en las semifinales, a pesar de haber cobrado al menos una patada
de cada chileno, metió los dos primeros de su selección. Con el resultado del partido ya sellado y a falta de 10
minutos, se fue expulsado el chileno Landa. Tres minutos más tarde y harto de que le peguen, Garrincha reventó en
el aire a un rival y también se fue a los vestuarios. Sin esconder su favoritismo (?), la FIFA habilitó a Garrincha
para jugar la final ante los checos (que a esta altura se hacían los boludos diciendo constantemente que estaban
eliminados) y no a Landa para el tercer puesto de Chile ante Yugoslavia.
Los yugoslavos le ganaron a la flatulencia (?) a los alemanes el partido de sus vidas, porque no pudieron contra una
Checoslovaquia que sólo sabía cerrarse atrás. Tampoco pudieron con los locales, que con un solitario gol de
Eladio Rojas en el minuto 90, alcanzaron el tercer lugar; su posición más alta en la historia de los mundiales.
La final la empezó ganando Checoslovaquia que se cerraba más de la cuenta y le daba la tenencia de la pelota a
Brasil. Pero en la contra los checos eran peligrosísimos y estrellaron un tiro en el palo. No habían pasado dos
minutos del gol checo cuando Amarildo, el reemplazante de Pelé, logró el empate por error: quiso mandar un
centro y le pegó tan mal que la pelota se coló en el palo de Schörjf.
En la segunda parte, después del segundo gol brasileño, los checos se decidieron a atacar y en una de sus
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embestidas (?) tiraron un centro que cayó en el área, dio en la mano de Djalma Santos y Gilmar se quedó con la
pelota. El árbitro soviético Nikolai Latyshev dijo que vio la jugada, pero que fue casual. Luego hubo una
suposición sobre la nacionalidad del árbitro y la teoría de que “nunca un satélite puede ser campeón del mundo; al
menos no antes que la URSS”…(?) Incomprobable. El “Imán” Vavá hizo el tercero y Brasil se quedó con su
segunda Copa, en un mundial polémico y violento, pero siendo un justo ganador.
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¿Tenés una hora y media? Mirate el resumen de aquella época en una película documental
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Historia de los mundiales: Suecia 1958
by Zeronickname - Domingo, abril 27, 2014
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El 23 de junio de 1950, a un día del comienzo de la Copa Mundial de Brasil, la FIFA le dio la organización de la VI
Copa Mundial a Suecia. Los escandinavos habían renunciado a tener la Copa en 1930 y no tuvieron oposición para
armarla en 1958.
El mundo era un real pandemonium y la tecnología avanzaba a pasos agigantados. Los rusos habían colgado (?) en
el cyberespacio el Sputnik que estaba girando alrededor del planeta y en 1956 habían invadido Budapest porque los
húngaros habían iniciado una revolución. Los magiares mágicos abandonaban su país y el mejor equipo del mundo,
que no había podido alzar la Copa, quedaba prácticamente desarticulado.
Egipto le metía a shot in the ass (?) al imperialismo británico y nacionalizaba el Canal de Suez, mientras que las
guerras musulmanas-israelíes eran cosa de todos los días desde hacía 10 años, cuando Gran Bretaña partió Palestina
en dos y creó el Estado de Israel, incrementándose el antisemitismo en Medio Oriente.
La Unión Soviética se inscribía por primera vez para participar de la competencia mundial por excelencia y se
clasificaba teniendo que desempatar con Polonia. De las eliminatorias europeas también entraban Inglaterra,
Irlanda del Norte, Escocia, Yugoslavia, Austria, Checoslovaquia, Francia y los restos de (?) Hungría.
Argentina volvía para demostrarle de una vez por todas al mundo entero quien la tenía más grande, goleando a
Chile y a Bolivia en Buenos Aires, mientras que Brasil y Paraguay completaban el terceto sudamericano. México
seguía siendo el representante de CONCACAF y la plaza para Asia/Africa tenía más renuncias que los radicales en
sus gobiernos (?).
Nadie quería jugar en Tel Aviv contra Israel. Los más extremistas se iban escupiendo (?) de la competencia
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porque los israelíes participaban, pero el resto proponía que Israel hiciera de local en terreno neutral. Pero los hijos
de Isaac dijeron “ni ahí tátele” y entraban directamente.
La FIFA no quería clasificados sin pasar por la eliminatoria, porque los únicos que tenían dicho privilegio
eran los locales y los campeones defensores, que en esta oportunidad eran Suecia y Alemania Federal.
Entonces se decidió que todos los seleccionados que terminaron segundos fueran a un sorteo y el que saliera, sería
el rival de Israel.
Uruguay y Bélgica no se inscribieron para meter su nombre en los copones por diferentes motivos, aunque gente de
mala fe (?) acusa a los uruguayos de antisemitas (!), una participación mundialista no justificaba tremendo viaje a
Tel Aviv. Al final el agraciado fue Gales, que derrotó a los israelíes en los dos partidos, agregando una nueva plaza
para los europeos y clasificando por primera y única vez en la historia a las 4 selecciones británicas.
Los suecos recuperaban a dos de los tres jugadores que conformaron el trío GreNoLi que había ganado la medalla
dorada en 1948. El que faltó fue Gunnar Nordhal que jugaba en Roma y ya no era el graaaaaan crack sin sus
compañeros. Gunnar Gren ya se había retirado, no tenía club y estaba llegando a los 40 años. Así y todo aceptó de
buena manera y fue la figura experimentada de su equipo.
El reglamento volvía a cambiar y esta vez entraba en la lógica, excepto que aún los goles no definían nada en las
posiciones. Si dos o más equipos terminaban igualados en el segundo lugar, tendrían que jugar desempates.
El partido inaugural fue el de los campeones defensores, Alemania Federal, ante los eternos campeones morales,
Argentina. A los 2 minutos de juego Orestes Osmar Corbatta abría el marcador y refrendaba el juego de lujos
y taquitos con el que los sudamericanos se iban a llevar la copa para que todos la chupen (?). Pero los europeos
eran máquinas cubiertas con piel (?) y dieron vuelta el partido ante un equipo con más panzas que músculos.
Argentina le ganó con comodidad a Irlanda del Norte y pasaba de ronda con un empate ante Checoslovaquia,
porque los irlandeses le habían ganado a los checos, y éstos empataron con Alemania, que ya estaba clasificada.
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Corbatta hizo otro gol, consiguiendo el tercero en la copa, pero los checoslovacos habían metido 3 y quedaban 25
minutos para el final del partido.
La reacción argentina fue tan grande (?) que su rival logró meter tres tantos más, cerrando una goleada histórica y
los checoslovacos se ganaron el derecho a desempatar contra Irlanda del Norte, con quienes luego perdieron. En
Ezeiza, un grupo de hinchas que esperó a la selección para recibirla, colaboraba con los gastos (?) tirando monedas.
En Francia había un delantero marroquí que tenía una patada terrible, llamado Just Fontaine. Junto a Raymond
Kopa, Roger Piantoni, Maryan Wisnieski y Jean Vincent conformaron un quinteto de ataque que pasaba a
cuartos de final, convirtiendo once goles, siete de ellos a Paraguay.
El segundo equipo clasificado del Grupo 2 fue la siempre molesta Yugoslavia, que si bien empataba con Paraguay
y Escocia (equipos muy cerrados), se hacía muy efectiva ante equipos que atacaban. A puro contraataque ofensivo
(?) los yugoslavos le ganaron a Francia por 3 a 2.
Si había un equipo malo en esos tiempos, era México. No había forma de que sumaran otra cosa que derrotas. Su
debut en Suecia tampoco fue demasiado auspicioso ya que les tocó en su primer partido la selección local y
perdieron 3 a 0. Chanfle (?).
Pero los mexicanos se cruzaron con Deportivo EmpateGales y empataron 1 a 1 consiguiendo su primer punto
mundialista. Hungría, o lo que quedó de ellos, aún tenía buenos jugadores y como México era servil (?) a sus
rivales, lograron sumar 3 puntos, lo mismo que Gales que había igualado en los 3 partidos. Suecia pasó el grupo 3
caminando y entre galeses y húngaros tuvieron que desempatar por el segundo lugar clasificatorio, quedando para
los británicos.
Brasil compartía el Grupo 4 con la Unión Soviética, Inglaterra y Austria. El primer partido, si bien finalizó con un
3 a 0 verdeamarelho a Austria, el juego no terminaba de conformar a los brasileños. Tras empatar sin goles ante
Inglaterra, los líderes del equipo (Nilton Santos, Vavá, Zagalo y Didí) se dirigieron al técnico Vicente Feola y le
pidieron que incluyera a dos pibes que estaban en el banco o ellos no entrarían más a la cancha. El psicólogo del
equipo dijo algo así como “uno es débil mental; el otro es una criatura y tiene pie plano” refiriéndose a esos
pibes que se llamaban Manoel Francisco dos Santos y Edson Arantes dos Nascimento, más conocidos como
Garrincha y Pelé.
Claro que con Garrincha no exageraba demasiado la nota. Con unos pesos que había ganado se compró una radio
hermosa en el país escandinavo y no le había salido nada barata. Mario Américo, el masajista del equipo y alto hijo
de puta, le dijo al jugador que la radio no le iba a servir en Brasil, porque transmitía solamente en sueco. Garrincha
desconfió pero al enchufarla encontró en todas las emisoras que se hablaba sueco y le vendió la radio al garca por
menos de un cuarto de su valor.
Para la última fecha del grupo Brasil y la Unión Soviética lideraban con 3 unidades y atrás venía Inglaterra, con dos
puntos y tenía que jugar contra Austria, pero mientras los ingleses seguían dando pena en los mundiales empatando
con los austríacos, Brasil le mostraba al mundo sus nuevas estrellas. Para ser justos con los ingleses, unos meses
antes del Mundial se produjo la tragedia que se llevó la vida de los Busby Babes, el legendario equipo de
Manchester United campeón con muchos pibes. De las ocho muertes, la más sufrida para los ingleses fue la de
Duncan Edwards, un jugador que dicen, era mucho mejor que Pelé.
Al minuto de juego entre Brasil y la URSS, el débil mental (?) escrachaba un pelotazo en el palo izquierdo de
Yashin y 40 segundos más tarde, el pendejo de pie plano le daba al poste derecho. No pasaron más de 20
segundos para que el centrodelantero brasileño Vavá convirtiera el primer gol. La Araña Negra no entendía nada y
la defensa soviética hacía agua en todos lados. Al final fue un piadoso 2 a 0 que mandó a la URSS a desempatar
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con Inglaterra y el equipo de la Reina se fue con el rabo (?) ruso entre las piernas.
Los irlandeses del Úlster practicaban el típico juego que predominaba en Gran Bretaña, aunque habían sido los
únicos en ganar en la primera fase. Inglaterra había empatado los 3 partidos de grupo y luego cayó vencida,
mientras los escoceses se fueron soplando la gaita con el ortocon dos derrotas y una igualdad. Igual [modo
asociación libre (?) off] Irlanda pasó al gas porque se morfaron 4 contra la Fgans (?) de Fontaine.
Gales, que defendió todo el partido ante Brasil con no menos de 8 jugadores, tuvo que recibir el primer gol de
Pelé en los mundiales. Para colmo fue el gol de su vida porque estaban tan cerrados los galeses que Edson, de
espalda al arco, no tuvo otra alternativa que pasarse la pelota de chilena por sobre el defensor, darse vuelta mientras
estaba en el aire y mandarla a guardar. Y lo hizo.
Ivor Allchurch, uno de los pocos galeses con habilidades especiales, también tenía problemas para crear juego,
aunque los defensores brasileños no eran tan aplicados como los británicos. Para empatar tenía que arrancar de
media cancha, eludir a Nilton Santos, amagar ante la cortada al piso de Bellini, enganchar cuando el arquero
Gilmar se moviera y recién ahí definir. No lo hizo, ni siquiera lo intentó el amargo (?).
En Suiza 1954 Yugoslavia había llegado a cuartos y fue eliminada por Alemania Federal. El destino quiso que
se volvieran a encontrar en la misma fase, a la misma hora pero en distinto lugar. Ahora los eslavos tenían
jugadores más hábiles y los alemanes estaban viejos y cansados. Pero los mundiales se hicieron para que Alemania
le cagara la vida a todos y sacó a Yugoslavia con un solitario gol de Helmut Rahn.
En Yugoslavia había 3 hermanos futbolistas. Uno era el crack de la selección, Milos, delantero fino y goleador.
Otro era un poco más tosco y laburador; Milorad fue parte del plantel pero no entró en ningún partido. El hermano
menor, Belivor, que en ese entonces tenía 13 años y granitos (?) por todos lados, marcaría un hito en la historia de
los mundiales dirigiendo a 5 seleccionados distintos en 5 Copas Mundiales consecutivas. Así de grosos fueron los
Milutinovic.
Suecia no la tenía nada fácil, pero bah, a quién le importaba. Ya habían pasado de ronda y las expectativas
estaban alcanzadas al menos. Perder contra la Unión Soviética no iba a ser tan grave pero los rusos estaban
infladísimos y Yashin, el mejor arquero del mundo, no podía con todo. Los locales ganaron cómodos por 2 a 0 y los
viejos GreLi (?) estaban imparables. Tanto que limpiaron a los alemanes en la semifinal con una frialdad
inigualable.
En la segunda semifinal, partidaaaaaaaaazo (?). De un lado Brasil, con su Fútbol Samba y alegre practicado por
Pelé, Garrincha, el Imán Vavá, Zito, Zagalo y el resto de acompañantes. Del otro Francia, Fútbol Champagne
con un quinteto de ataque que terminaba las jugadas con el cañón marroquí Just Fontaine. Empezó el partido y
Vavá abrió la cuenta para los sudamericanos. Unos minutos más tarde Just Fontaine empataba. Iban 1 a 1 y no
habían pasado 10 minutos. Brasil se fue ganando por 2 a 1 en la primera parte y en la segunda mitad Pelé se
ponía a jugar, hacía 3 goles y maravillaba al mundo entero.
Los franceses, recontra re calientes, le metieron 6 goles a Alemania en el partido por el tercer puesto, Fontaine
hizo 4 y se consagró como goleador de la Copa con 13 tantos, convirtiéndose en el goleador histórico de los
mundiales en ese entonces.
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Suecia estuvo a punto (?) de ser campeón del mundo porque a los 3 minutos Nils Liedholm hizo el primer gol
de la final. Pero un ratito después Vavá lo empataba y poco más tarde metía el segundo. Mientras el público sueco
ni fu ni fa, Brasil, que estaba con camiseta azul, hizo un par de goles más y casi cerraba el partido. Casi porque
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después del descuento de los locales, en el último minuto, Pelé le tiró una vaselina de cabeza entre los dos
centrales al experimentado arquero Kalle Svensson, para poner el 5 a 2 y para que se lo llevaran en andas hasta
Brasil con la primera Copa de la colección.
Entregas anteriores: [URUGUAY 1930] – [ITALIA 1934] – [FRANCIA 1938] – [BRASIL 1950] - [SUIZA
1954]
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Historia de los mundiales: Suiza 1954
by Zeronickname - Domingo, abril 20, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-suiza-1954-1899-/
Suiza había sido designada sede de la V Copa Mundial de la FIFA en 1946. La gran guerra era un recuerdo, pero el
mundo ya estaba dividido en dos. Alemania y Japón volvían a la FIFA luego de su expulsión y 45 selecciones se
inscribían para la competencia.
Suiza 1954 ya tenía prácticamente un campeón. Casi no hacía falta que se jugara el torneo ya que una selección en
Europa arrasaba con todo lo que se cruzara por su camino. Y ese conjunto se había creado 5 años antes, con el
objetivo fijado en la Copa del Mundo.
Gusztáv Sebes era el técnico de Hungría a finales de la década del ’40 pero también era viceministro de Deportes.
En su cabeza giraba el Wunderteam austríaco, que un par de décadas antes había maravillado a toda Europa. Al
igual que la selección austríaca, Italia había basado sus seleccionados campeones en tan sólo dos equipos y Sebes
quería eso para su combinado.
Por eso no es de extrañar que el Ministerio de Defensa tomara al club Kispesti, donde jugaban dos baluartes del
fútbol húngaro: Ferenc Puskás y József Bozsik. Así el equipo pasó a llamarse Budapest Honvéd (Soldado de
Budapest) y se convirtió en el club del ejército. Para agregarle un poco de poder reclutaron (y van sin (?)) a László
Budai, Zoltán Czibor y Sándor Kocsis de Ferencvaros, al arquero Gyula Grosics de Teherfuvar y al volante
defensivo de Vasas, Gyula Lipovics más conocido como Gyula Lóránt.
A partir de ese entonces nacieron los Magyares Mágicos, también llamados los Maravillosos Magyares, el Equipo
Dorado o el aputosado (?) Líbelulas Blancas que se ligaron por parte de la prensa mundial en Helsinki. Claro que
esto no surgió de un día para el otro, sino que desde que se armó el seleccionado en 1950, no sólo no perdieron
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partido alguno, sino que empataron apenas dos.
En los Juegos de Helsinki 1952 se quedaron con el oro caminando (sufrieron un poquito en la fase preliminar ante
Rumania), y para agigantar el mito que venían construyendo, le ganaron a Inglaterra en el mítico Wembley
Stadium, por 6 a 3. Y como si eso fuera poco, los húngaros les dieron la revancha a los ingleses en Budapest y le
metieron 7 sin enmantecarla (?).
A todo esto Hungría se había clasificado a Suiza 1954 sin jugar un solo partido, ya que Polonia huyó
valientemente (?) a enfrentar a ese equipo monstruoso que hacía de los arqueros rivales un colador de Pintiers,
defendía con 4 hombres y atacaba con la misma cantidad. Sebes utilizaba un sistema proto 4-2-4 que sería
modificado un tiempo más adelante por Brasil, además de ser puesto en práctica.
Inglaterra, campeona del torneo británico, también estaba clasificada y se sabía sin chances después de la
humillación que había recibido por partida doble. Escocia, que había renunciado viajar a Brasil por creer que los
ingleses eran imbatibles, decidió ir ocupando su plaza de subcampeona por el british.
Alemania Federal, Bélgica, Francia, Austria, Italia, Checoslovaquia y Yugoslavia fueron los seleccionados
europeos que ganaron su grupo de eliminatoria para meterse en la Copa, a los que se sumaron México, Brasil
(Argentina seguía excusándose con la ausencia), Corea del Sur y, por supuesto, Suiza como organizador y
Uruguay como defensor del título.
Sólo restaba definir un lugar que se lo disputaban España y Turquía. Los españoles habían triunfado en Madrid por
4 a 1 y los turcos hicieron lo propio en Estambul por la mínima diferencia. Había que desempatar y el Olímpico de
Roma fue el terreno neutral que terminó con la incógnita del último clasificado, aunque empataron 1 a 1.
Para ese entonces, en España, jugaba Ladislao Kubala, un verdadero crack nacido en una zona de Europa que había
pertenecido en forma alternativa a Austria, Checoslovaquia y Hungría. El centrodelantero del Barcelona ya había
jugado en las selecciones de Checoslovaquia y Hungría, por eso no sorprendió a nadie cuando antes del partido de
desempate llegó un cable de la FIFA, que les impedía a los ibéricos la inclusión de Kubala, hombre clave en el
ataque español.
Pero sí hubo sorpresa cuando tras la eliminación española, gracias a que Luigi Franco Gemma, el niño seleccionado
para realizar el sorteo, sacó el nombre “Turquía”, la FIFA negó haber enviado el famoso telegrama, aunque sí fue
cierto que Hungría pidió una inhabilitación por irregularidades en el fichaje del jugador.
Con los 16 equipos clasificados se procedió al sorteo de los grupos y el campeonato iba a presentar una novedad
reglamentaria: se clasificarían a la segunda fase dos equipos por grupo para jugar llaves desde los cuartos de final,
que se iban a sortear una vez que quedaran los ocho equipos.
Lo extraño fue que se eligieron dos cabezas de serie por cada grupo que no podían jugar entre sí, al igual que los
dos equipos restantes. Y si alguna selección igualaba en puntos con otra, debía jugar un partido desempate.
En el Grupo 1 fueron Brasil y Francia y los cabezas de serie, acompañados por Yugoslavia y México.
Sudamericanos y yugoslavos pasaron a la siguiente ronda con 3 unidades, ya que empataron el partido entre sí.
Austria y Uruguay se quedaron con el grupo 3, donde estaban Escocia y Checoslovaquia. Los campeones del
mundo seguían siendo un equipo de temer y golearon a los esoceses por 7 a 0, mientras que los austríacos también
tuvieron su resultado abultado al meterles 5 a los checoslovacos.
Se estaban convirtiendo muchísimos goles en el torneo y el empate 4 a 4 entre Inglaterra y Bélgica lo refrendaba.
Al mismo tiempo Suiza derrotaba a Italia y prácticamente lo sacaba de la competencia, aunque el triunfo italiano
sobre Bélgica les dio otra chance en el desempate contra los locales, que volvieron a imponerse y esta vez con
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goleada 4 a 1.
El grupo 2 era el más especial. Allí se alojaba Hungría, junto a Turquía como cabezas de serie. A ellos se sumaban
Alemania y Corea del Sur. Los alemanes federales eran dirigidos por el Mago Sepp Herbeger, que ya se había
hecho cargo de la selección en Francia 1938. Herbeger conocía de memoria a los equipos europeos y sabía que
Hungría iba a llegar a la final. Su objetivo era tratar de arribar al último partido sin cruzarse con los sudamericanos.
Zorro como pocos y tras ganarle a Turquía por 4 a 1, sacó la cuenta que si perdía con los húngaros tendría que
desempatar ante los turcos, a quienes ya habían goleado. Corea del Sur no era rival ya que además de ser malos con
ganas (?), venían de jugar la Copa Asiática y estaban realmente cansados.
Para jugar contra Hungría, Herbeger mandó un equipo colmado de suplentes a la cancha con precisas y sencillas
instrucciones: romper el ballet húngaro como fuera. Hans Schäfer tenía una orden especial y era llevarse a Puskás,
a quien lesionó y sacó prácticamente de la Copa. A pesar de eso Hungría se impuso por 8 a 3, pero Alemania le
volvió a ganar a Turquía y pasó a los cuartos de final.
Si algo alegró al mago Herbeger fue saber que en su llave no estaban los peligrosos sudamericanos, que quedaron
en el camino de los húngaros. Alemania tuvo que jugar ante la dura Yugoslavia (era triple subcampeona olímpica),
logrando superarla 2 a 0 con cierta comodidad.
Suiza jugó ante el nuevo Wunderteam el partido más emotivo de la Copa, bajo un calor abrumador. Antes de los 25
minutos de la primera etapa los suizos ganaban 3 a 0, pero los austríacos convirtieron 5 tantos en 10 minutos y
encima erraron un penal, logrando imponerse por 7 a 5 despidiendo así a los locales. El arquero austríaco, Schmeid,
jugó desde los 20 minutos del primer tiempo insolado y una vez finalizado el encuentro fue internado en Centro
Hospitalario de la Universidad de Lausana.
Con dos hombres jugando al 50% de sus posibilidades por lesiones (Abbadie y Andrade) y su legendario Capitán
Obdulio Varela inmovilizado por un desgarro, Uruguay sacó del Mundial a los ingleses. Los uruguayos ya habían
goleado a los otros británicos en la primera fase, Escocia, y ahora habían aleccionado a los creadores del fútbol
eliminándolos en un encuentro sin brillo que terminó 4 a 2. Los charrúas estaban nuevamente entre los cuatro
mejores.
La peor batalla campal de los Mundiales se produjo en el encuentro entre Brasil y Hungría. La historia le puso un
nombre, “La Batalla de Berna”, y todo comenzó en el segundo tiempo. Los brasileños querían tomar el Mundial de
Suiza como la revancha del Maracanazo, y qué mejor que ganarle a los candidatos número uno a llevarse la Copa
del Mundo, ya que podian encontrarse con Uruguay en las semifinales.
Pero a los 7 minutos, los magiares, que se habían quedado sin Puskas, estaban ganando 2 a 0. Doce minutos
después, una nueva figura del seleccionado brasileño, Djalma Santos, descontó con un gol de penal y con ese
resultado, bajo una torrencial lluvia, terminaba el primer tiempo donde no faltaron las patadas con toda la mala
leche.
Los brasileños acusaban a los húngaros de cometer fouls tácticos para entorpecer el juego, pero los sudamericanos
no habían hecho una buena elección de tapones para sus botines y se resbalaban en el lodo provocado por la lluvia.
A los 15 minutos, el húngaro Lantos, estiró la ventaja transformando un penal en gol, y cinco minutos más tarde,
Julinho volvió a descontar. Pero a los 26 minutos comenzó la primera parte de la gran batalla. Nilton Santos y
Boszic se tomaron a golpes de puño en la mitad de la cancha, y el inglés Ellis, árbitro del encuentro, los expulsó.
Los brasileños comenzaron a comprender que perdían con los dueños del mejor fútbol del momento y comenzaron
a abusar del juego brusco. Pero el epicentro de los incidentes estuvo en un jugador húngaro, que estaba en el banco
de suplentes por una lesión, viendo el partido con los técnicos magiares.
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El jugador brasileño Zezé, se levantó del otro banco para defender a Moreira, su técnico, que había recibido un
gastecito (?) de parte de Ferenc Puskas y ambos comenzaron a golpearse duramente. Cuando otro brasileño,
Pinhero, se acercó para agredir a Puskas, el húngaro tomó una botella que había en el piso y se la partió en la
cabeza. Allí se desató la hecatombe, que sólo se detuvo cuando la policía suiza intervino con sus bastones,
pegándole a todos los que se cruzaran por el camino. El 4 a 2 final fue sólo anecdótico, pero sirvió para que los
magiares accedieran a las semifinales.
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Herbeger, que innovaba con un arma secreta (?), les dijo a sus jugadores que “si los suizos le hicieron 5 goles a
Austria, nosotros no deberíamos hacer menos de media docena”. El contundente 6-1 depositó a los alemanes en la
final, que se enfrentarían ante un cansado seleccionado húngaro, que derrotó por 4 a 2 a Uruguay en 120 minutos
tras empatar 2 a 2 los 90 iniciales.
Los charrúas ya no podían más y habían dado lo mejor de sí. Diezmados por las lesiones y el cansancio cayeron
ante Austria por 3 a 1 y se fueron con el cuarto lugar. El técnico argentino Guillermo Stábile había visto la Copa e
informó que Argnetina podría competir sin problemas en los mundiales.
La mañana del 4 de julio de 1954 no pudo ser mejor para Sepp Herbeger. En el plantel estaba Adolf “Addi”
Dassler, quien había inventado los botines con tapones intercambiables. El terrible calor de aquel verano suizo
provocó varias lluvias, y la mañana de la final tuvo uno de esos chaparrones que enlodaron la cancha.
Los húngaros comenzaron a desplegar todo su ballet con Puskas incluído (jugó lesionado) y a los 8 minutos estaban
ganando 2 a 0. Pero dos minutos más tarde, Morlok achicó la diferencia. El barro frenaba el trayecto del balón en
cada jugada, y de a poco frenaba también al Ballet húngaro. Herbeger esperaba el momento en el que sus once
atletas desplegaran todo su poderío, y al minuto 17, Rahn, convirtió el gol del empate. Dos córners, dos centros
alemanes y el empate había quedado sellado en la primera parte. Igualmente Turek, el arquero teutón, estaba
jugando el partido de su vida evitando que los ataques magyares terminaran en gol.
Los capitanes Fritz Walter y Feren Puskás se saludan
Los alemanes jugaban y marcaban, mientras los húngaros se resistían a abandonar su “Ballet” y llegaban
como podían, pero Turek seguía mostrándose sólido bajo los palos. Ambos estaban pensando en un torturador
alargue, hasta que Rahn recibió otro centro de Fritz Walter, eludió a su marcador y envió la pelota al palo derecho
del elegante arquero Grocsis.
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Puskas hizo un gol a dos minutos del final pero el árbitro inglés, William Ling, lo anuló por offside. Un error
garrafal, ya que el delantero magyar estaba habilitado, cosa que poco le importaba a los alemanes que festejaban
su primer título y así nació “El milagro de Berna”.
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Historia de los mundiales: Brasil 1950
by Zeronickname - Martes, abril 08, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-brasil-1950-1724-/
La Segunda Guerra Mundial había terminado con un saldo aterrador y la vida de muchísimos jugadores se apagó en
aquel holocausto que se llevó 73 millones de almas. Europa quedó virtualmente destruída y llegaba el momento de
la reconstrucción. Mientras tanto, el Mundial, volvía a Sudamérica.
La Copa Mundial de la FIFA, que en ese entonces se llamaba “Victoria”, fue uno de los tesoros más
buscados por los nazis. Cuando se desató la guerra, el General Giorgio Vaccaro, presidente de la Federazione
Italiana Giuoco Calcio, se encargó de retirarla de la bóveda de seguridad del banco y se la dio en confidencia al
dirigente Giovani Mauro, quien la guardó en una caja de zapatos y la puso debajo de su cama. Nadie más sabía
donde estaba la copa.
El alemán Ivo Schricker, Secretario General de la FIFA, mantuvo abierta la sede de Zurich durante todo el conflicto
bélico y más allá de todo lo que se pudo haber aburrido mirando el cucú de los relojes (?), fue su persistencia y la
de Jules Rimet las que impidieron que al Mundial también se lo llevara la guerra.
El calendario marcaba el mes de julio de 1946 cuando la plana mayor de la FIFA se reunió en Luxemburgo para
darle continuidad a las Copas Mundiales, que tanta alegría le daban a los pueblos (?) y hacían olvidar el horror
bélico. La primera decisión adoptada fue cambiar el nombre del trofeo, que dejó de llamarse “Victoria” y
tomó el nombre de “Jules Rimet”, en homenaje al Presidente de FIFA por el esfuerzo por mantener viva la
competencia.
La emoción de Rimet fue aún mayor cuando se confirmó que Inglaterra y el resto de los países de la Isla volvían
a ser parte de la familia FIFA, dejando de lado viejas rencillas. Para conmemorar semejante noticia, el 10 de
mayo de 1947, se enfrentaron en Glasgow, Escocia, la selección de Gran Bretaña ante Resto de Europa, logrando
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imponerse los británicos por 6 a 1.
En esa junta del Comité de la FIFA también se decidió dónde y cuándo se jugarían los dos próximos
mundiales. A sabiendas de que estaban en deuda con Sudamérica, la cuarta Copa Mundial se jugaría ahí sin dudas.
Pero Argentina, ofendida por lo del ’38, no presentó su candidatura. Sí lo hizo Brasil, que no tuvo rival para la
organización mundialista.
Además, Europa se estaba reconstruyendo y jugar en América daba más tiempo, aunque para la quinta Copa se
eligió a Suiza, país que se mantuvo neutral durante el conflicto. La Copa en Brasil se jugaría en 1949, mientras
que en Suiza se disputaría en 1953.
La primera competencia mundial post guerra de envergadura fue el torneo olímpico de Londres de 1948,
que quedó en poder de Suecia. En la ciudad donde campanea el Big Ben fue la reunión en la que se cambió las
fechas a las copas (1950 y 1954) y un año más tarde se armaron los cabezas de series para el Mundial.
En el grupo 1 iba a estar Brasil, organizador de la Copa; en el 2 caía Italia, defensor del título; para el grupo 3
estaba reservado el lugar para Inglaterra, que volvía a la FIFA y en el grupo 4 iba a ser Argentina cabeza de serie,
ya que era una selección invencible y había ganado 3 Sudamericanos consecutivos. Además, para la eliminatoria,
Argentina enfrentaba a Bolivia y a Chile, en un grupo donde se clasificaban los dos primeros.
Si bien el fútbol mundial estuvo frenado, en Sudamérica la llama de la competición seguía encendida y
Argentina era un equipo imposible de vencer. Pero un conflicto gremial con los jugadores derivó en un
éxodo a la recientemente creada liga profesional de Colombia, que les pagaba cifras siderales a los jugadores
sin dejarles dinero a los clubes. Néstor Rossi, Adolfo Pedernera, José Manuel Moreno, Rinaldo Martino,
Alfredo DiStéfano y otras grandes figuras emigraron al país cafetero, diezmando al seleccionado argentino.
Además había un conflicto político entre Argentina y Brasil, que se sumaba a la pelea entre la AFA y la CBD
(Confederación Brasileña de Deportes, la CBF nació mucho más tarde), porque los argentinos no fueron al
sudamericano del ’49 aduciendo “razones de fuerza mayor” (?), cuando en realidad querían decir “si vamos con
los muertos que quedaron nos hacen el ocote de ida y vuelta”. Trasca (?) los brasileños les impidieron al club
Bangú jugar amistosos contra equipos argentinos, en una competencia amistosa en Chile.
Todos esos condimentos hicieron que Argentina se bajara nuevamente de la competición mundial, siendo seguida
por Perú y Ecuador, que siempre apoyaron a la AFA de manera incondicional. Las razones esgrimidas por las tres
asociaciones fueron “diferencias con la CBD”.
Para afrontar las eliminatorias se inscribieron 32 selecciones, de los cuales salían 14 equipos que se sumaban a los
clasificados Brasil e Italia. De los anotados, 17 selecciones eran de Europa y Africa no presentó participantes.
Sin jugar un solo partido preliminar se clasificaron Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia por Sudamérica; mientras
que por Europa entraban Inglaterra, Escocia, Yugoslavia, Suiza, Suecia y España. Turquía también entró tras
derrotar a Siria en la ida (después del 1-7 los sirios se hicieron los opas y no se presentaron) y porque los austríacos
tampoco quisieron participar. Filipinas, Indonesia y Birmania renunciaban a las eliminatorias, dándole el lugar
directo a India, al tiempo que Estados Unidos y México llegaban para representar a Norte y Centro América.
Con los 16 clasificados estaba todo listo para el sorteo, pero empezaron a caer renuncias inesperadas. Primero fue
Escocia, que entró junto con Inglaterra como subcampeón del British Championship, pero se excusaron del largo
viaje diciendo que “los ingleses ya nos ganaron aquí y lo hicieron bien, así que no iremos”.
Francia había perdido en la ronda preliminar ante Yugoslavia y el Presi (?) les ofreció ir en lugar de Escocia. Los
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francios (?) aceptaron al instante, pero luego se bajaron porque “Brasil es un país muy grande y tendremos que
viajar muchísimo”. Los brasileños, un poco disgustados, les recordaron que durante la Copa anterior los pasearon
por toda Francia y no se quejaron, entonces los franceses se sinceraron: “no tenemos un carajo (?) para competir,
los mejores han muerto en la guerra”.
Turquía también se bajó de la Copa y no se insistió mucho por ellos. Los brasileños invitaron en su lugar a la
madre patria, que había perdido en la eliminatoria ante España. Portugal entonces aceptó la invitación con una
sonrisa (?) pero luego decidieron no ir.
India había participado de los Juegos de Londres de 1948 y habían causado una extraña admiración porque
la mayoría de ellos jugaba sin botines. Un fuerte vendaje y dedos afuera eran los zapatos (?) con los que jugaban
la mayoría de los indios. Pero la FIFA les dijo que “sin botines no hay mundial”, los indios dijeron “ok, no
mundial (?)” y la Copa quedó con 13 equipos clasificados prestos a jugarla.
Todos llegaron en avión a Brasil, pero Italia se fumó dos semanas en un barco, no había forma de convencer a
los tanos que se subieran a un bicho (?) de metal con alas, porque un año antes, el avión Fiat G.212 CP que
transportaba al plantel de Torino, se estrelló contra el terraplén de la Basílica de Superga en Turín. Todos
los pasajeros del avión murieron y 9 de ellos eran titulares indiscutibles de la selección.
Con un cambio en el formato, en el cual se interpuso el razonamiento, no sin pocas discusiones se impuso el
sistema por grupos para la primera y segunda ronda. La idea era que las selecciones no viajaran miles de kilómetros
para jugar un partido e irse, mientras que los europeos sostenían que la copa era de eliminación directa.
Brasil no tuvo mayores problemas en quedarse con el Grupo, que compartía con Yugoslavia, México y Suiza.
Justamente con los suizos perdieron un punto empatando 2 a 2 en la segunda fecha, generando el murmullo del
Pacaembú de Sao Paulo. Brasil llegaba a la última fecha en el segundo lugar (Yugoslavia había ganado los dos
partidos) y como sólo se clasificaba el primero, el empate los dejaba afuera.
Pero con la potencia goleadora de Ademir, combinado con el juego de Jair, Zizinho y Chico, Yugoslavia no tuvo
chance en un Maracaná que tenía más de 150 mil espectadores. Para esa tarde en la que Brasil ganó por 2 a 0, se
habían vendido 142.429 tickets.
Otro grupo con cuatro equipos era el 2. Inglaterra compartía la zona con Chile, Estados Unidos y España, y se
suponía que iban a pasar a la ronda final. Pero un haitiano que jugaba para los norteamericanos les hizo un gol y
pesar de que el partido mereció terminar 10 a 1 (como aseguraban en Inglaterra porque creyeron que al cable le
faltaba un uno delante del cero), lo cierto es que lo ganaron los yanquis.
Igual España, que no había participado de la Segunda Guerra Mundial, estaba un poco más armadita y ganó todos
los partidos del grupo, clasificándose al cuadrangular final. Uno de los jugadores más destacados de la Furia Roja
(?) era Telmo Zarraonandia Montoya, más conocido como Zarra, que en 20 partidos en su selección convirtió la
misma cantidad de goles.
Las renuncias dejaron a los Grupos 3 y 4 con tres y dos equipos respectivamente. Uruguay tuvo que jugar tan sólo
un partido para llegar a la ronda final, haciéndole 8 goles a Bolivia. Italia, defensor del título, cayó ante Suecia que
venía de ser campeón olímpico en 1948. Los suecos tenía 3 jugadores fantásticos que funcionaban a la perfección:
Gunnar Gren, Gunnar Nordahl y Nils Liedholm.
Tras el éxito de los Juegos de 1948, A.C. Milan se gastó unos manguitos y se llevó a los 3 suecos, a quienes
apodaron “el trío GreNoLi” y cuando llegó la hora de ir a Brasil 50, cuando los suecos los pidieron, los tanos
dijeron “minga” (?). Igualmente Suecia le ganó a Italia 3 a 2 y le sacó la chance de seguir defendiendo la Copa.
Paraguay, que también integraba el Grupo 3, le robó un empate a los suecos que no alcanzó para nada.
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En la ronda final Brasil se devoró a los dos europeos con terribles goleadas. El Maracaná explotaba en cada partido
y la seleçao respondía con goles. Mientras tanto, Uruguay le empataba a España de milagro y le ganaba a Suecia
sin sobrarle una moneda.
El destino quiso que el fixture diera en la última fecha lo que se podían considerar como partidos por el
tercer lugar y la final. Brasil tenía 4 unidades y jugaba ante Uruguay, que llegaba con 3, mientras que España
tenía 1 punto y jugaba con Suecia, que aún no sumaba.
La cosa estaba cómoda para Brasil y para España, que con empates conseguían el título y el podio respectivamente.
Incluso si Brasil goleaba a Uruguay y España derrotaba a Suecia, los ibéricos podían ser subcampeones. Pero
como un presagio de lo que podía pasar en el Maracaná, Suecia le ganó a España por 3 a 1 y se quedó con la tercera
colocación.
Mientras almorzaban en el hotel, en la previa del partido, los uruguayos notaron que en sus cubiertos se leía la frase
“Brasil Campeón del Mundo”. Había llaveros, botellas de vino, ceniceros, pósters, banderas… cientos de miles de
productos listos para salir a la venta tras el partido.
Si bien Brasil llegaba al último partido arrasando con todos sus rivales (menos Suiza) y Uruguay cortaba rieles (?)
en cada uno de sus encuentros (menos antes Bolivia), había que disputar los 90 minutos restantes y en algún punto
sabían que no sería fácil.
Brasil atacó y llegó constantemente al arco charrúa defendido por Roque Máspoli, pero el que más peligro acercaba
era el conjunto celeste, capitaneado por Obdulio Varela. La primera etapa finalizó con el score en blanco pero ni
bien comenzó el complemento, Ademir hizo una diagonal arrastrando a la defensa uruguaya, dejándole el
arco libre a Friaca que puso el 1 a 0.
La fiesta se desató en las tribunas del Maracaná y parecía todo cocinado. Obdulio Varela agarró la pelota, se la
puso debajo del brazo y le fue a protestar al árbitro ingles Reading la validez del gol. Con eso se ganaba algunos
chiflidos y lograba que varios jugadores brasileños se pusieran un poco nerviosos.
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Uruguay comenzó a tomar las riendas del juego y a los 67 minutos, tras un centro de Ghiggia, Schiaffino
empató el partido y a pesar de que la igualdad alcanzaba para que el título se quedara en Brasil, los uruguayos
parecían multiplicarse en el campo de juego y se hacían insostenibles.
Jules Rimet tenía en su bolsillo un discurso que leería una vez finalizado el encuentro, mientras entregaba la Copa
en el campo de juego. Por la inmensidad del Maracaná, para llegar al final del partido, tuvo que dejar el palco
quince minutos antes de la finalización del encuentro para dar la vuelta e ingresar por el túnel a la cancha.
Mientras caminaba, se preguntaba por la buena acústica en los pasillos del Maracaná ya que no se escuchaba el
griterío que se hacía en las gradas. Pero en realidad no sabía que el Estadio completo, y todo el país, se quedaba sin
habla cuando faltando 10 minutos, Alcides Ghiggia volvió a escaparse por la punta derecha y en lugar de darle
nuevamente el pase al Pepe Schiaffino (que otra vez estaba solo), definió bajo al primer palo batiendo a Barbosa.
Cuando Rimet llegó al campo de juego, lo primero que vio fue un policía llorando desconsoladamente, luego, once
uruguayos gritando en medio de un gran velorio. Desencajado, le dio la Copa al capitán Obdulio Varela sin decir
una palabra de su discurso, que estaba escrito en portugués.
BONUS TRACK
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¿Querés morbo? Escuchá el relato completo de Brasil-Uruguay por la Radio Nacional de Brasil
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Entregas anteriores: [URUGUAY 1930] – [ITALIA 1934] – [FRANCIA 1938]
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Historia de los mundiales: Francia 1938
by Zeronickname - Miércoles, marzo 26, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-francia-1938-1719-/
Una rotación continental incumplida hizo que la tercera Copa Mundial de la FIFA se volviera a disputar en
Europa. Francia, tierra donde nació la FIFA y el mismo Jules Rimet, fue la sede elegida. El dirigente quería la
Copa en su patria porque sabía que la cosa se estaba poniendo fea.
Los ánimos en el Viejo Continente estaban caldeadísimos pero el show debía continuar. Los juegos Olímpicos de
1936 en Berlín habían tenido un torneo del fútbol, el cual quedó para Italia, alcanzando así su primera
medalla dorada. Y fue en esa ciudad donde se realizó la reunión de Comité Ejecutivo de FIFA que designó a
Francia como sede mundialista para 1938.
Argentina y Alemania también eran candidatos, pero la votación terminó a favor de los franceses por 18 sufragios
contra 4 para Argentina y ninguno para los alemanes. Los sudamericanos, disgustados con la decisión, renunciaron
a participar de la competencia, aunque luego cambiarían de parecer y avisaron que irían, pero si quedaban
exceptuados de jugar la eliminatoria, la cual tendrían que jugar ante Brasil.
Los uruguayos mantenían el boicot a los europeos, en venganza a la ausencia de estos en la Copa que se
había jugado en Montevideo 8 años antes. Tras la renuncia de final de Argentina el resto de las asociaciones
americanas se plegó al boicot encabezado por los rioplatenses, con excepción de los carneros (?) Brasil y Cuba.
A la FIFA no le gustaba que llegaran equipos sin jugar eliminatorias, y menos si eran selecciones de poca
monta como la caribeña. Fue entonces que los dirigentes decidieron hacerle un nuevo ofrecimiento a la selección
argentina para que fuera a Francia, se midiera ante Cuba (a quien podría eliminar con comodidad) y así ingresar a
la Copa enfrentándose a Rumania. Pero la negativa se mantuvo en pie y los cubanos se quedaron con su lugar.
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Con 37 selecciones inscriptas, cuatro más que le edición anterior, además de Francia como organizador e Italia
como defensora del título, las eliminatorias clasificaron a Alemania, Suecia, Noruega, Polonia, Suiza, Austria,
Hungría, Checoslovaquia, Holanda y Bélgica. Rumania, Brasil y Cuba entraron sin jugar un solo partido
preliminar, al igual que las Indias Orientales Holandesas, selección a la que a partir de 1950 se convertiría en
Indonesia.
Muchas veces confundido por varios expertos (?) con las Antillas Holandesas (bueno che, las dos eran colonia de
los orange), los asiáticos eran dirigidos por Johannes Mastenbroek y representaban una gran incógnita ya que sólo
los holandeses los habían visto jugar en una gira previa a la Copa por el país de la marihuana libre (?). Y la
incógnita la despejaron en el primer partido demostrando lo malos que eran y comiéndose 6 goles ante Hungría,
que le terminó haciendo precio. En plantel indonesio había gemelos y cuenta la anécdota que el técnico holandés
realizó dos cambios sin que nadie lo notara, porque el resto también eran parecidos entre sí (?).
Checoslovaquia se sacaba de encima a Holanda con total comodidad, al mismo tiempo que Bélgica era eliminada
por la selección local. Francia no despertaba demasiado interés en su propio público y el triunfo vino de maravilla
(?). Italia le ganó a Noruega cortando barras de acero y Brasil jugaba un terrible partidazo ante Polonia.
Bajo una lluvia molestísima y con la cancha hecha un chiquero, la selección sudamericana se impuso por 6 a 5. El
polaco Ernst Wilimowski convirtió 4 tantos y fue el primero en hacer un hattrick+1 (?). En ese encuentro se lució
Leónidas, conocido como el Diamante Negro, que hizo 3 goles, uno de ellos, sin botín. En la jugada previa al gol
Leónidas perdió un zapato en el barrial y siguió jugando, convirtiendo un tanto que fue conocido como el “Gol de
las Medias”.
Con sorpresa, Cuba y Rumania terminaron igualados 3 a 3 después de 120 minutos y tuvieron que jugar un
encuentro de desempate, que quedó para la selección caribeña que ganó por 2 a 1. Suiza también sorprendía
igualando ante Alemania y dejando afuera a los teutones en segundo partido, tras ganar 4 a 2.
El DT Suizo era Karl Rappan, un relojero austríaco apasionado por el fútbol que sabía de las carencias técnicas que
sobraban (?) en su plantel. Reconociendo esto se sacó la careta y dijo que sus jugadores estaban más para pelear
que para jugar de igual a igual con las grandes estrellas que abundaban en las demás selecciones y a puro
contraataque aniquilaron a los alemanes, que pocas veces pudieron abrir el denominado “cerrojo suizo” de Rappan,
padre del Catenaccio.
Suecia pasó directamente a la segunda fase, porque meses antes del comienzo de la Copa Hitler se daba una vuelta
por Austria y decía “uy que linda, me la quedo”. El anexamiento del país al Tercer Reich provocó también que los
jugadores del Wunderteam austríaco reforzaran a la selección alemana. La gran estrella, Matthias Sindelar, se negó
rotundamente porque era de origen judío y sabía que los nazis estaban exterminando a su pueblo. Perseguido, un
año más tarde, el excepcional jugador se quitó la vida.
El sueño de los cubanos terminó en los cuartos de final contra el debut de los suecos, que les hicieron 8 peponasson
(?) y conseguían la mayor goleada en Mundiales hasta el momento. El relojito suizo de Karl Rappan detuvo su
marcha ante el ballet húngaro, que se iba mostrando como candidato al título, al igual que Italia, que despedía a los
franceses de su propio torneo.
Brasil y Checoslovaquia empataron 1 a 1 en 90 minutos que fueron una verdadera masacre con 3 expulsados y
varios jugadores más fuera del campo de juego por lesiones graves. Quedaron tan diezmados los equipos que el
árbitro decidió que no se jugara el tiempo suplementario y Brasil accedió a la semifinal al ganar 2 a 1 en el
desempate, en un partido donde no se cometió ni un “fau”.
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Creyéndose campeones, los brasileños afrontaron la semifinal ante Italia sin incluir a Leónidas, su máxima figura,
reservándolo para la final (?). Entendían que el rival a vencer era Hungría, que practicaba un fútbol vistoso y
sólido, pero no tuvieron en cuenta que Italia los podía catenacciar (?) y así perdieron por 2 a 1.
A Suecia le había alcanzado con golear a Cuba para acceder a la semifinal, pero en el camino se toparon con
Hungría, que caminando les regalaron 5 goles para mandar a los nórdicos al partido por el tercer puesto, donde
también fueron derrotados por los brasileños traidores (?), por 4 a 2 y Leónidas, que estaba re fresquito pero no en
la final, metió dos.
Cuando Mussolini notó (?) que su equipo estaba en la final y queriendo mostrarse nuevamente ante el
mundo con el poder de la Copa Mundial, mandó nuevamente el aviso de “Vittoria o la morte” al plantel que
también dirigía Vittorio Pozzo, el DT campeón en 1934. Benito lo consideraba un gran técnico, pero creía que con
sus órdenes ampulosas ponía nerviosos a sus jugadores, por eso aceptó gustoso la invitación al palco oficial y
vigilar así de cerca al entrenador.
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Antes de comenzar el partido y con los jugadores en la cancha, Jules Rimet acompañó al Presidente de la France,
Albert Lebrun, para que saludara a los finalistas. Lebrun no cazaba un fulbo de fulbo (?) y no tenía puta idea de
quiénes jugaban. Años después Rimet contó que “el Presidente me dijo ‘oiga, quiénes son los franceses’, y lo
primero que se me ocurrió fue presentarle a Georges Capdeville, el árbitro francés del encuentro.
A diferencia de la final del 34, Italia no pasó mayores sobresaltos ante Hungría, ya que dominó las acciones de
juego desde el primer minuto. Seis minutos después de comenzado el partido la Azzurra estaba ganando 1 a 0 y
pesar de que los brrrrrrhúngaros (?) igualaron dos minutos más tarde, la primera mitad terminó 3 a 1. Italia retuvo
la Copa tras el 4 a 2 final con Giusseppe Meazza conduciendo los hilos del equipo y los tantos de Colaussi y
Silvio Piola. Terminaba el mundial en Europa y en Sudamérica esperaban ansiosos organizar su Copa en los
siguientes cuatro años, pero la segunda guerra mundial pospuso todo hasta 1950.
Entregas anteriores: [URUGUAY 1930] – [ITALIA 1934]
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Historia de los mundiales: Italia 1934
by Zeronickname - Sábado, marzo 22, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-italia-1934-1708-/
Tras el relativo éxito de Uruguay 1930 la FIFA, en la reunión de Comité Ejecutivo del año 1932, le dio a Italia la
organización de la Segunda Copa Mundial. Benito Mussolini quería quedarse con el trofeo a toda costa y amenazó
de muerte a sus jugadores como incentivo (?).
“Oh César, los que van a morir te saludan” le dijo Frantisek Planicka a sus compañeros, rompiendo filas tras el
saludo fascista de los italianos antes del comienzo de la final. Con su particular sentido del humor, el arquero
checoslovaco avizoraba lo que en teoría podría tornarse realidad. Encima, a falta de 19 minutos para que
sucumbiera (?) la Segunda Copa Mundial de la FIFA, Antonin Puc ponía el 1 a 0 para Checoslovaquia…
Benito Mussolini había puesto mucho énfasis en la Copa. No sólo quería organizarla, sino que también
quería quedársela para propagandear (?) el fascismo. Ni bien había finalizado el Mundial del 30 se encargó de
que el argentino Luis Monti se convirtiera en “oriundi”.
Los oriundi eran los jugadores extranjeros que se nacionalizaban italianos para representar a la selección azzurra y
en aquel plantel de 1934 había cinco, cuatro de ellos argentinos. A Monti se le sumaron Atilio Demaría, Enrique
Guaita y Raimundo Orsi. También estaba el brasileño Guarisi en el plantel italiano.
El dictador, antes de comenzar la Copa, envió un telegrama a la concentración dirigido al plantel con tan sólo 4
palabras: “Vittoria o la morte”. Monti debía afrontar una nueva Copa bajo presión, jugándose la vida literalmente.
Claro que no iba a caer el sólo en caso de no alzar la Jules Rimet.
A diferencia de la Copa anterior, que sólo tuvo como inscriptos a los 13 participantes y tres desertores (?), para la
segunda Copa Mundial se inscribieron 33 selecciones de las cuales tenían que quedar 16 para la fase final. Los
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italianos también tenían que participar de la ronda preliminar y su rival era Grecia, a quienes despacharon 4-0 en el
partido de ida.
Como no querían ninguna sorpresa, la revancha en Atenas nunca se jugó ya que los coterráneos de Aristóteles
renunciaron a cambio de un dinero que utilizaron para construir su sede. También se clasificaron Suecia, Hungría,
Austria, Rumania, Suiza, Holanda, Bélgica, Alemania, Francia, Brasil, Argentina y Egipto. Quedaba un lugar para
un equipo de lo que en un futuro sería la CONCACAF: Estados Unidos y México se jugaron la participación en un
partido que se disputó 3 días antes del comienzo de la Copa, en Roma, ganándose los de la bandera a bastones y
estrellas el lugar.
Para los europeos no existía eso de jugar partidos en grupos y que de ahí salieran los semifinalistas. Para ellos las
Copas se jugaban por eliminación directa y así dispusieron que se definiera el mundial, que tenía como candidatos
al título a la selección local, a Hungría y a Austria, un equipo apodado “Wunderteam” (Equipo Maravilla) liderado
por su máxima figura, Matthias Sindelar.
Los austríacos comenzaron derrotando a Francia pero lo hicieron recién en la prórroga y con un ajustado 3 a 2. Otro
gran equipo de los márgenes del Danubio, Hungría, avanzaba ganándole a Egipto, no sin pasar un buen javete (?):
tras el 4-2 final los húngaros se sacaron los signos de interrogación de los calzones, porque los norafricanos habían
logrado ponerse 2 a 2 y casi le dan vuelta el partido.
Italia aplastó a Estados Unidos con un contundente 7 a 1, España se sacaba de encima a Brasil, Alemania limpiaba
a Bélgica, Checoslovaquia derrotaba de manera ajustada a Rumania y Suiza hacía lo propio con Holanda.
Argentina, que había renunciado a participar, al final decidió ir con el representativo de la liga amateur.
Cuando llegó el momento de las inscripciones, Argentina estaba con otra de sus tantas divisiones en el fútbol. En
1931 nacía el profesionalismo y se creaba la Liga Argentina de Football. En esa liga estaban los mejores equipos
(estaba naciendo el mote de los 5 grandes) y los mejores jugadores, pero no era la afiliada a FIFA. Entonces, para
participar de la Copa de Italia, Argentina tenía que concurrir con los jugadores de la Amateur.
FIFA hizo una excepción e invitó a la selección de la liga profesional, que tenía camiseta blanca con vivos verdes,
pero los dirigentes renunciaron a participar ya que consideraban que el campeonato profesional tenía mayor
atractivo que la Copa. Chile, que tenía que jugar la eliminatoria contra Argentina, se dio por clasificada, hasta que
la liga amateur (la oficial) aceptó ir a la Copa. El rival de la albicelestes fue Suecia, que se impuso por 3 tantos
contra 2, en un partido donde los amateurs argentinos dominaron casi en su totalidad, pero fallaron en la definición.
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Los argentinos que quedaron afuera ante Suecia en 1934
Los cruces en cuartos de final juntaron a Hungría y Austria, los dos seleccionados que mejor fútbol practicaban (o
el más vistoso) en el viejo continente. Enemigos a muerte, todos esperaban un partidazo pero lo jugaron como si
fuera una guerra. Hungría perdió un jugador por expulsión y otro por lesión en un encuentro violento que catapultó
a Austria a la semifinal del torneo.
Nadie daba dos liras (?) por Checoslovaquia, pero su emparejamiento vino con suerte y el rival fue Suiza. Los
hacedores de relojes de chocolate (?) no eran tan malos, pero sí tenían una importante inconstancia debido a que su
juego quedaba limitado por jugadores ídem. Igualmente Checoslovaquia ganó 3 a 2 de manera ajustada, siendo
Planicka la figura.
Alemania no tenía un gran equipo pero le metía garra a la cosa y los suecos los tuvieron que sufrir, el 2-1 teutón.
Quedaba el partido de desempate entre Italia y España, ya que habían terminado igualados 1 a 1 en un partido de
120 minutos cargado de violencia.
Los españoles salieron derrotados de aquella batalla disputada en Florencia, ya que perdieron a sus mejores
jugadores por lesiones. Uno de ellos fue el arquero Ricardo Zamora, que no pudo recuperarse para el desempate
que terminó a favor del conjunto local por la mínima diferencia.
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Una imagen muy elegante (?) del encuentro en el que Italia eliminó a España
Checoslovaquia no dejaba de sorprender. Con un juego tosco por momentos, y vistoso por otros, le ganaba con
comodidad a Alemania con 3 goles de Oldrich Nejedly y se metía en la final. Alemania era el único equipo del
torneo que jugaba con el sistema táctico inglés conocido como WM. Si bien eran prolijitos, carecían de ideas para
sorprender en ataque.
El otro cruce de semifinales enfrentaba a la azzurra contra el Wunderteam y los tanos estaban realmente asustados.
Mussolini no dejaba de recordarles a los jugadores que si no obtenían la Copa, sus cabezas iban a rodar por
la Piazza di Spagna y se armaban un fulbo entre los soldados del régimen. Pavada de presión justo antes de
jugar ante el que era uno de los mejores equipos del planeta.
Pero justo en ese partido Austria hizo brrrrrr (?), el argentino Guaita convirtió el único gol antes de los 20 minutos
y los italianos dirigidos por Vittorio Pozzo le metieron un freezer a un partido que además, tuvo el condimento de
la lluvia que embarró el campo de juego e impidió que el Wunderteam hiciera de las suyas.
Austria no pudo recuperarse de la derrota y sucumbió ante una extraña Alemania en el partido por el tercer puesto,
con un 2-3 entretenido para el público. Los austríacos tuvieron que jugar con la camiseta de Nápoli porque ambos
equipos vestían de blanco originalmente. Fue la primera selección en vestir colores de un conjunto local en la Copa
de la FIFA.
“Oh César, los que van a morir te saludan”, había dicho Planicka, arquero y capitán de un seleccionado
checoslovaco que a esa altura, se veían levantando la Copa. El equipo de Europa Central estaba conformado por
once roperos que además, movían un poco la pelota. Claro que los italianos no se quedaban atrás y tenían al tanque
argentino Monti en la mitad de la cancha, entre otros corpulentos.
Luisito, como le decían los cercanos, había disputado la final del 30 para Argentina con un alto zogaca (?) ya que
su verdadero juego había quedado limitado por los dirigentes albicelestes y las amenazas de muerte hacia él y su
familia. En Italia tenía más libertad para pegar y así se lo hizo saber a Antonin Puc, a quien sacó de la cancha con
una dura infracción cuando promediaba el segundo tiempo.
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Puc se recuperó pronto, reingresó y convirtió el primer gol del partido a los 71 minutos. Italia se desesperaba,
Mussolini amenazaba, el público bajaba los pulgares y Pozzo trataba de reorganizar a su equipo. Para peor, tres
minutos después del gol, Jiri Sobotka casi mete el segundo tanto checo que fue impedido por el palo del arquero
italiano Giampiero Combi.
Por mucho menos que esto, al bueno (?) de Maurito Zárate le hicieron la vida imposible en Italia
Pero los oriundi iban a rendir sus frutos y el wing izquierdo argentino, Raimundo “Mumo” Orsi, ídolo de la parte
roja de Avellaneda, puso el empate a 9 minutos del final con un golazo de antología. Los azzurros salvaban sus
vidas, al menos por 30 minutos más, ya que con el empate iban al alargue.
Los checoslovacos estaban fusilados anímica y físicamente. Los italianos aprovecharon eso para tomar el dominio
del encuentro y a los 5 minutos de la primera parte suplementaria el argentino Guaita le dio un pase “como con la
mano” a Angelo Schiavio, quien definió al primer palo de Planicka poniendo el 2 a 1 definitivo en el tablero.
El conjunto italiano se consagro Campeón mundial, los jugadores mantuvieron sus vidas (además de cobrar un muy
buen dinero), Planicka no contó más chistes (?) y los mundiales comenzaban a juntar una gran cantidad de
fanáticos alrededor del mundo.
Entregas anteriores: [URUGUAY 1930]
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Historia de los mundiales: Uruguay 1930
by Pep - Sábado, marzo 15, 2014
http://la-redo.net/historia-de-los-mundiales-uruguay-1930-1662-/
Desde la fundación de la FIFA, en 1904, su mentor, Jules Rimet, bregó por la creación de un Campeonato
Mundial de Fútbol en el que se enfrentaran los seleccionados de todos los países. Recién en 1928, durante los
Juegos Olímpicos de Amsterdam, se puso fecha para la realización de la primera edición de esa competencia.
Uruguay y Argentina ingresando al Centenario para disputar la primera final mundial
Durante la década del 20 la idea fue tomando fuerza y en 1927 se decidió que fuese 1930 el año del primer
mundial. Cinco países, Uruguay, Italia, Holanda, España y Suecia expresaron su interés en ser sede de la
competición, pero sólo los charrúas prometieron hacerse cargo de los gastos de viaje y hospedaje de los
participantes, como así también de construir un nuevo estadio para la ocasión.
En 1929, durante el Congreso de FIFA en Barcelona se confirmó la elección de la ROU como sede de la primera
Copa del Mundo. Los uruguayos no sólo justificaron la elección en las cuestiones económicas/financieras, sino que
eran los vigentes bicampeones olímpicos (competencia que la propia FIFA años después denominó “Campeonatos
Mundiales Amateurs“), y además en ese 1930 festejaban el centenario de su independencia (de allí el nombre del
estadio erigido para el certamen)
Por diversos motivos (que fueron desde la garquez a la caguez (?), pasando por el amarretismo) la mayoría de los
seleccionados europeos se fueron bajando de un torneo que no tenía previstas eliminatorias. Los británicos no
estaban afiliados a FIFA pero igualmente se los invitó en su carácter de inventores del fútbol, aunque rehusaron
participar. Sólo 4 equipos europeos cruzaron el Atlántico para animarse a los fríos uruguayos.
Del lado americano la situación fue diametralmente opuesta, y 9 equipos (7 sudamericanos y 2 norteamericanos)
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fueron parte de la contienda. No hubo equipos africanos, asiáticos ni de Oceanía que participaran, aunque Egipto
estuvo a un trasbordo de ser parte del Mundial, pero no llegó el voucher a tiempo (?)
Un inclemente clima montevideano complicó las obras del Centenario y el Mundial debió comenzar sin que su
estadio principal hubiese sido terminado. Recién el 18 de julio, primer partido del local, fue inaugurado, por lo que
los primeros partidos se disputaron en Pocitos y el Parque Central.
El nuevo Estadio Centenario
La Copa arrancó el 13 de julio con dos partidos. En Pocitos, Francia jugaba frente a México, mientras que en el
Parque Central, Estados Unidos se medía con Bélgica. Ambos partidos se jugaron en simultáneo, pero en épocas
gorilas no hubo transmisión para todos (?). A los 19 minutos el francés Lucien Laurent batió al arquero mexicano
Oscar Bonfiglio, y anotó el primer gol de la historia de los Mundiales. Los galos derrotaron a los aztecas 4 a 1,
mientras que EEUU se cargó a los belgas con un contundente 3 a 0.
Al día siguiente llegó el debut de Brasil, parádojicamente con derrota tras el 2 a 1 propinado por Yugoslavia. En la
misma fecha Rumania le ganó 3 a 1 a Perú.
El 15 de julio fue el debut de Argentina que derrotó ajustadamente 1 a 0 a Francia con un gol de tiro libre de Luis
Monti a los 81 de juego. Los franceses se quejaron del arbitraje del juez brasileño Almeida Rego, quien finalizó el
partido en pleno ataque francés…. cuando faltaban 6 minutos para que se cumplieran los 90 reglamentarios.
Finalmente el partido continúo luego de un bote a tierra (?), pero la ventaja albiceleste se mantuvo.
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Barriletes bolivianos
El 16.07 debutó Chile que le ganó 3 a 0 a un México que comenzaba a hacer escuela, mientras que el 17 debutó
una apunada Bolivia que se comió un 4 a 0 a manos de Yugoslavia. Ese mismo día fue la presentación de
Paraguay, que cayó por 3 a 0 ante Estados Unidos en un encuentro en el que el delantero yanqui Bert Patenaude
se transformó en el primer jugador en marcar un hat trick en la Copa del Mundo. El 18, día patrio en la ROU,
finalmente se inauguró el Estadio Centenario y debutó en Mundiales la selección de Uruguay, que derrotó con lo
justo a Perú 1 a 0 con gol de Héctor Castro.
En una competencia que no tuvo empates y en las que sólo continuaban los ganadores de los respectivos grupos
clasificaron a semifinales Uruguay, Argentina, Estados Unidos y Yugoslavia. Los 4 equipos clasificaron de
modo invicto a esa instancia.
El 26 de julio, en el Estadio Centenario, se disputó la primera semi y Argentina vapuleó a Estados Unidos con un
lapidario 6 a 1. Stábile -2-, Peucelle -2-, Monti y Scopelli anotaron los tantos argentinos, mientras que Brown
señaló el descuento que ponía a tiro de la hazaña (?) a los yanquis en el minuto 89, cuando el primer set ya había
terminado.
Al día siguiente, también en el Centenario, se jugó la segunda semifinal, y el 6 a 1 se repitió, pero esta vez en favor
de Uruguay y en desmedro de Yugoslavia. No obstante, los europeos habían dado la sorpresa al ponerse en ventaja
a los 4 minutos con gol de Sekulic, pero la celeste lo dio vuelta en los siguientes 15 minutos, aunque recién pudo
ampliar la ventaja a los 31 de la primera etapa. Cea -3-, Anselmo -2- e Iriarte fueron los orientales que marcaron
en ese cotejo.
La final estaba prevista para el 30 de julio. Desde Argentina viajaron más de 20.000 personas para presenciar el
partido, pero menos de la mitad de ellas pudo ingresar a un Centenario caldeado hasta la última baldosa. Las
discusiones estuvieron a la orden del día y abarcaron todo tema medianamente polémico. De hecho, ambos
equipos querían jugar con su propia pelota, por lo que se decidió que se jugara un tiempo con cada balón.
En el primero se usó el argentino, y en el segundo el uruguayo.
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Además, la previa tuvo varios puntos candentes, destacándose por sobre todos las amenazas que sufriera el capitán
argentino, Luis “Doble Ancho” Monti. Algunos jugadores argentinos preferían que Monti (cuya madre había sido
amenazada de muerte) no jugara, pero finalmente fue de la partida, aunque las crónicas señalaron que fue un
fantasma en el terreno de juego.
A su vez, el árbitro belga Jean Langenus había exigido que un taxi lo esperara en la puerta del estadio y lo
conduciese inmediatamente de terminado el partido al puerto de Montevideo para embarcarse a Europa, en
previsión de un eventual ataque a su persona si los locales resultaban derrotados.
La única voz de concordia la puso Carlos Gardel, quien fiel a su juego doblecamiseteril (?) visitó a ambos
planteles antes de la final para desearles suerte en el match decisivo.
Finalmente a las 15.30 y ante un público que según algunas versiones superaba las 90.000 personas (80.000 según
FIFA) comenzó la primera final de una Copa del Mundo de fútbol.
Los locales se pusieron rápidamente en ventaja a través de Pablo Dorado a los 12 minutos, pero Argentina igualó a
través de Carlos Peucelle a los 20´y se puso en ventaja con gol de Guillermo Stábile (su 8º del torneo) a los 37´.
Así terminó la primera etapa con victoria parcial albiceleste que había disfrutado de su pelota durante esos 45
iniciales.
En el complemento todo cambiaría. Al bajo nivel de Monti y la lesión que prácticamente impedía caminar a
Francisco Varallo, los visitantes sumaron la lesión del arquero Juan “Cortina Metálica” Bottaso quien recibió un
muñonazo (!) en los riñones del Manco Héctor Castro.
Pedro Cea igualó a los 57´, Victoriano Iriarte puso el 3 a 2 charrúa a los 68´, y finalmente Castro (al que le
decían Manco y era manco), puso el 4 a 2 definitivo a los 89´, sepultando cualquier posibilidad de empate
argentino.
Más allá de amenazas, de policías con bastones en el campo de juego, de diversas lesiones y foules varios no
sancionados, los comentarios de la época destacan la justicia de la victoria uruguaya, señalado que la celeste se hizo
fuerte de local y absobió mejor la presión desarrollando un gran juego que contrastó con la merma de la producción
argentina.
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El festejo de los locales
De ese modo concluyó el primer Mundial de fútbol. Jules Rimet entregó la Copa que lo homenajeaba al capitán
oriental, José Nasazzi, cuyo nivel, jerarquía, personalidad y fortaleza física eran tan superlativas que no contó con
suplente alguno durante el torneo.
Estadísticas:
*Campeón: Uruguay
*Subcampeón: Argentina
*Tercero: Estados Unidos
*Cuarto: Yugoslavia
Si bien no se disputó partido por el tercer puesto se ha acordado otorgar la tercera plaza al seleccionado de Estados
Unidos por corresponder de acuedo a la tabla de posiciones finales y porque los yugoslavos no quisieron disputar
ese encuentro.
Goleadores:
1) Guillermo Stábile (Argentina): 8
2) Pedro Cea (Uruguay): 5
3) Bert Patenaude (EEUU) y Guillermo Subiabre (Chile): 4
*Partidos jugados: 18
*Goles convertidos: 70
*Promedio de gol por partido: 3,88
*Empates: 0
*Equipos participantes: 13
*Sudamérica: 7 (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú, Uruguay)
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*Europa: 4 (Bélgica, Francia, Rumania, Yugoslavia)
*Centro y Norte América: 2 (Estados Unidos, México)
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Manchando la pelota
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