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DEPORTES
Real
La Unión hace la Fuerza
Eneko Romo, Paúl Abásolo, Jagoba Beobide, Zuhaitz Gurrutxaga y el resto del equipo
del Real Unión saben que una de las claves del éxito es la fuerza. Como en el rugby,
este año seguirán luchando hasta el pitido final para conseguir la victoria: ascender a
Segunda. 943 y el periodista Roberto Ramajo se han permitido soñar con ellos.
Texto Roberto Ramajo. Fotografía Pedro Usabiaga. Maquillaje Idoia Ces para I’M Estilistas.
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El vestuario del siglo XXI de la mítica e histórica Unión se viste de gala para hacerse mayor y convertir por fin al equipo en un club de plata 44 años después
Adquirió fama mundial al ser el primer club de Segunda B en eliminar de la
Copa al Real Madrid, es líder solvente de su grupo, camina con paso firme
hacia su record de puntos en una temporada y está más cerca que nunca de
su ansiado ascenso a Segunda. Ya lo dice un clásico dicho de Irun: año impar,
año de play-off. Esta vez no podía fallar.
Xixa Otermin, Eduard Castro, Xabier Jauregi, Zuhaitz Gurrutxaga, Oier Larrainzar, Iñaki Berruet, Ion Carracedo, Iker Gabarain, Hodei Mendinueta, Iñaki
Castro, Jagoba Beobide, Iosu Iglesias, Aitor Sanz, Joseba Agirre, Iosu Villar,
Eneko Romo, Asier Salcedo, Manu Alejandro García, Félix Quero, Paúl Abásolo, Juanan Seguro, Juán Domínguez, Iñaki Goikoetxea y Sergio Francisco.
Esta es seguramente la mejor y más completa plantilla que ha tenido el Real
Unión en su historia más reciente. Pero no son sólo 24 (buenos) futbolistas,
son mucho más que eso. En Irún ya están considerados, por derecho y méritos propios, como auténticos héroes. El vestuario del siglo XXI de la mítica e
histórica Unión (así le conocían a este club en la cuenca del río Bidasoa en sus
brillantes y fulgurantes inicios) se viste de gala para hacerse mayor y convertir
por fin al Real Unión en un club de plata 44 años después (hay que remontarse
hasta la temporada 1964-65 para verle por última vez en Segunda).
Esta brillante página en la historia del club irundarra comienza en verano
del 2007. Tras caer en el play-off contra el Alicante, Javi Zubillaga dejaba la
nave txuri-beltz camino de Lleida, por lo que había que buscar un nuevo comandante en jefe. La comisión deportiva se reunió para barajar diferentes opciones. Sobre la mesa, un único nombre: Emilio Remirez, técnico navarro de
dilatada experiencia en Segunda B. Pero el entonces director deportivo, Akilino Etxarri (hoy miembro
de la secretaría técnica
y delegado del primer
equipo), propuso otro
candidato: Iñaki Alonso,
un joven entrenador de
Durango del que le habían dado muy buenas
referencias, que rozó el
ascenso con el filial del
Eibar y en tres años en
Segunda B había llevado
al Lemona a ser uno de
los conjuntos punteros
de la categoría. Un técnico joven y con ganas
de comerse el mundo,
ingeniero de profesión,
estudioso y apasionado
del fútbol, práctico y con
gusto por la pelota. La
decidida apuesta de Akilino (mítico ex jugador blanquinegro que vivió en sus carnes las tragedias de la
Gramanet y Lorca) por Iñaki Alonso (y su inseparable Charly –Carlos Barrutia-,
el preparador físico) fue aceptada tras muchas deliveraciones por la Junta
Directiva presidida por Ricardo García. Ahí empezó todo.
No es como se empieza...
Curiósamente, la ‘era Alonso’ se inicio con derrota en Lemona, el club del
que precisamente provenía el propio Iñaki Alonso. Evidentemente, no hacía
presagiar nada bueno. Y mucho menos cuando tardó hasta cinco jornadas
en lograr su primer triunfo en Irún. ¡Quién lo diría viendo ahora a su Real Unión!
Fueron unos comienzos complicados, en los que su puesto estuvo bastante
cuestionado dentro del club. Y eso que el equipo jugaba como los ángeles.
Quizá sea una exageración, pero pocas veces se ha visto en el Stadium Gal
un fútbol tan elaborado y vistoso como el de las últimas dos temporadas. Y en
una categoría tan rocosa como la Segunda B tiene un mérito inmenso.
Ese primer proyecto de Iñaki Alonso en el Real Unión terminó sin premio.
Tras reconducir la situación inicial, y hacer una destacable e importante remontada, se quedó a las puertas del play-off. Ganó en Sestao en la última
jornada, pero no dependía de sí mismo. Y no hubo milagro. La imagen de
Berruet, corriendo a celebrar con los brazos en alto el último golazo de Sergio
Francisco sin saber que los otros resultados le dejaban fuera y darse cuenta
justo después de que no servía para nada, queda ya grabada en el libro de
fatalidades que ha sufrido el club unionista en su época moderna. Seguro
que todo el mundo recuerda el empate de la Gramanet en Gal en el último
minuto que sólo servía al Málaga B o el gol de Ramos para el Lorca en la prórroga también en Irún en los últimos partidos de los play-off de la temporadas
2002-03 y 05-06. Infortunios que le han otorgado el calificativo de ‘Pupas de
Gipuzkoa’.
... sino como se termina (o se pretende)
Pero volvamos a nuestra historia. El momento más crítico de la misma tuvo
lugar el pasado verano. Tras no entrar en play-off, la continuidad de Iñaki Alonso en el Real Unión estaba en el aire. El club quería que siguiera y el durangués también ansiaba
renovar, pero exigía un
mínimo de reorganización interna y profesionalización del área
deportiva para dar un
paso adelante y luchar
decididamente por subir. La Cultural Leonesa, club grande en Segunda B, se metió por
medio e hizo un ofertón
al técnico vizcaíno. ¡Incluso le invitó a León
para enseñarle sus envidiables y modernas
instalaciones! Pese al
suculento caramelo que
le ofrecían (cualquiera
de nosotros hubiera sucumbido a la tentación
sin pensarnoslo dos veces), Alonso volvió a apostar por Irún para terminar lo que había empezado
con Akilino un año antes. Entonces, apareció Jordi Cantillo (sí, el máximo accionista a título individual de la Real) y su Anius Finanzas para aportar 240.000
euros que fueron vitales para completar una plantilla de 24 jugadores que
podrían ser titulares en cualquier club de la categoría. Un equipo compensado, equilibrado en todas sus líneas, con gusto por la pelota pero también por
el trabajo. Su estreno oficial ya fue un simple aviso de lo que vendría después:
0-3 en Lugo un 27 de agosto de 2008 en la primera eliminatoria de Copa con
un fútbol de alto nivel. ¡Había nacido el Barça de Segunda B! (Sí, cuando uno
se pone a exagerar...)
Trayectoria histórica y números de récord
En los 17 primeros partidos de liga, 12 victorias, cuatro empates y sólo una
derrota, 40 puntos de 51 posibles. Una racha impresionante de 11 partidos
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seguidos sin perder (con 7 triunfos seguidos). Campeón de invierno de su
grupo otra vez, algo que no hacía desde el 2001. Tiene una media superior a la
famosa ‘media inglesa’, y viaja con paso firme y seguro camino de pulverizar el
record de puntuación en Segunda B del Real Unión, establecido en 70 puntos
por el equipo entrenado por Miguel Sola. Y lo más importante, tiene todas las
papeletas para volver a ser campeón de su grupo y optar a la doble opción
de play-off. Estos son los números de este súper Real Unión de Iñaki Alonso,
que se hizo famoso mundialmente tras ser el primer club de Segunda B que
eliminaba al Real Madrid de la Copa. Aquel hito, del que el club editó un DVD,
posters, camisetas y calendarios de todo tipo, fue el punto más álgido de una
trayectoria que no deja de impresionar, que no existen adjetivos suficientes
para describirla, y que va camino de terminar como se merece, con el anhelado ascenso a Segunda. Aunque, pase lo que pase, ya hay que calificarla de
histórica. Porque lo es. (Y si no revisen las cifras de arriba).
Detrás del mito
Como en toda bonita historia siempre hay pasajes oscuros. Por ejemplo, los
efectos de la conversión del club en Sociedad Anónima Deportiva y la eliminatoria contra el Madrid, que se suponía debían solucionar gran parte de los
problemas económicos y para lo único que han servido es para ponerles un
parche que podría romperse si no se asciende a Segunda. O ciertos retrasos
en los pagos a plantilla y empleados que el nuevo Consejo de Administración
ha ido solucionando con mucho esfuerzo y trabajo. O la frícción vox pópuli
entre el Consejo y su patrocinador principal (con pequeños mosqueos porque
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Cantillo regalase un móvil a cada jugador por la eliminatoria del Bernabéu o
comprase un máquina de hacer hielos para Gal). O la tardanza en anunciar la
llegada del mítico López Ufarte como director deportivo (él mismo ha logrado
eliminar las suspicacias iniciales y demostrar que puede ser positivo para el
futuro).
Pero en la última década, detrás de este club ha estado un hombre que
define (con sus cosas buenas y malas) el espíritu unionista: el presidente Ricardo García (y su inseparable vice Manu Sagarzazu). Podrán gustar más o
menos sus decisiones (sobre todo en los referente a los dineros), pero hay que
reconocer su valentía y arrojo, al coger al Real Unión en Tercera y colocarlo
donde está. Se podrá discutir si para ello era necesario arriesgar tanta pasta,
pero que nadie olvide que han llegado a avalar préstamos con su propia hipóteca y poner mucho dinero de su bolsillo. ¿Usted lo hubiera hecho?
Pero la clave del éxito está, sobre todo, en un tópicazo enorme. Se van a
llevar un chasco... La siempre complicada de encontrar sintonía entre todos
los que trabajan para el primer equipo: los jugadores, los fisios Luís, Iker y
Jaime, los cuidadores del campo Iñaki, Angel y Martzel, el utillero más famoso
del mundo Paco Indias, el psicólogo Joxe Abando, las administrativas Jaione
y María, el técnico de porteros Costa, Claudio, el jefe de Gal... Los mismos que
calculan todo milimétricamente: sesiones de visualización con el psicólogo, la
musicoterapia de Charly (poner música cañera antes de cada partido), o bañeras de hielo para después de los entrenamientos (como Mendilibar en el Eibar). O que celebran sus cumpleaños con espectaculares barbacoas en Gal,
comparten coches para ir a entrenar, hacen juntos el clásico amigo invisible de
navidad. Detalles que también suman. Gracias chavales. ¡Aupa Unión!
ENEKO
ROMO
El gol del Bernabéu le hizo famoso en
toda la provincia y parte del extranjero. Tanto es así que se han realizado
carteles, pósters y calendarios de
mano con su jeta. Para los que acuden cada domingo al Stadium Gal,
sin embargo, el pamplonica es algo
más que el héroe del Bernabéu. Con
calidad suficiente como para jugar
en categorías más altas, Eneko tiene mucho peso en el equipo tanto
dentro como fuera del césped. Es su
segunda temporada en Irún, juega en
el centro del campo y nadie pone en
duda que es uno de los mejores de la
plantilla. Si el Unión no sube, Eneko
desgraciadamente se verá avocado a
abandonar la disciplina txuribeltz en
busca de proyectos deportivos más
ambiciosos.
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PAUL
ABÁSOLO
Dicen de él que hace cosas con
el balón comparables a las de
Messi. Y es que técnicamente
es uno de los mejores jugadores que ha tenido nunca el Real
Unión. Sin embargo, su especial
carácter y su intermitencia en el
juego han hecho que con veinticuatro años el de Durango todavía no haya conocido un vestuario de Primera División. Se trata
de uno de esos jugadores difíciles de entrenar. Sin embargo, su
paisano y amigo Iñaki Alonso ha
sabido conducirlo y exprimirlo al
máximo. Así, Paul lleva dos temporadas en el Unión rayando a
muy buen nivel y se ha ganado el
cariño de una grada que lo aclama constantemente. De carácter
bromista, en Irún se le conoce
como “El Dandy”.
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JAGOBA
BEOBIDE
Cedido por la Real, durante muchos años fue el complemento
perfecto para Elustondo en las
categorías inferiores txuriudines.
Mientras uno se encargaba de
la distribución del juego, Jagoba
ponía sobre la mesa el trabajo y la
pelea. Bregador nato, es uno de
los favoritos del cuerpo técnico.
Aunque fuera del campo tiene un
carácter tímido e introvertido, en
el terreno de juego no se amilana
ante ningún rival. Así, cuando se
pone delante de un jugador contrario sólo hay dos opciones, o
pasa la pelota o pasa el jugador,
pero jamás lo harán los dos a la
vez. Con tan sólo veintidós años
tiene mucho fútbol por delante y
un futuro más que prometedor. La
pregunta es: ¿en qué equipo?
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ZUHAITZ
GURRUTXAGA
Su fuerte personalidad le convierte en un jugador carismático. Prueba de ello es que los
realistas todavía se acuerdan de él y eso que
abandonó el equipo hace más de cinco años.
Mucho ha llovido desde entonces y a ZuhaItz
le ha dado tiempo a desencantarse con el fútbol y volver a engancharse a él. Iñaki Alonso es
el gran culpable de su renacer futbolístico, entrenador a quien conoció en Lemona y que ha
propiciado la vuelta de Zuhaitz a Irún. Y es que
el del Elgoibar ya estuvo en la filas del Unión en
la temporada 2005 y no le fue nada bien. Este
año, en cambio, es un fijo en el once de los de
Alonso y uno de los mejores jugadores. Eso sí,
ya no juega de central, ahora es lateral.
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