Vía Verde de la Sierra Subética

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Vía Verde de la Sierra Subética
Página Oficial del Club Aire Libre Treparriscos
Vía Verde de la Sierra Subética
Un encuentro con la PrimaveraEn el último viaje me quedó pendiente realizar la parte del recorrido de la Vía Verde del
Aceite que se interna por tierras cordobesas con el nombre de Vía Verde Subética, y que mejor época para hacerlo que
en plena primavera. Entre la Sierra y la Campiña sur hemos pedaleado durante 75 Km . a través de campos de trigo
verdes, tierras de olivos, viñedos inmensos y rodeados en todo momento de flores de todas las clases y colores, con
una climatología estupenda (a pesar del viento) y una temperatura que rondaría los 25 grados.
Un encuentro con la Primavera
En el último viaje me quedó pendiente realizar la parte del recorrido de la Vía Verde del
Aceite que se interna por tierras cordobesas con el nombre de Vía Verde Subética, y que mejor época para hacerlo que
en plena primavera. Entre la Sierra y la Campiña sur hemos pedaleado durante 75 Km . a través de campos de trigo
verdes, tierras de olivos, viñedos inmensos y rodeados en todo momento de flores de todas las clases y colores, con
una climatología estupenda (a pesar del viento) y una temperatura que rondaría los 25 grados. Como no es de
extrañar, en este viaje me acompañaba mi infatigable compañera de aventuras, Ana. Salimos bien entrada la
mañana desde la Estación de Alcaudete en Jaén , y pedaleamos unos 6 o 7 Km . hasta entrar en la Via Subética
(podéis ver esta parte en el relato anterior).
A los pocos kilómetros de pedaleo, ya en tierras cordobesas, nos
encontramos la Laguna del Salobral, lugar donde anidan distintos tipos de aves, aunque en esta ocasión (supongo que
debido a la falta de precipitaciones de este año) la laguna estaba seca.
Pronto nos dimos cuenta de que
estábamos inmersos en plena primavera.
El terreno picaba hacia arriba, pero con la amena conversación, la
temperatura tan agradable y el paisaje que íbamos contemplando llegamos al primer pueblo que atraviesa esta Vía sin
darnos cuenta. La silueta del pueblo de Luque se recorta al fondo destacando su castillo asentado en los escarpados
riscos.
Como salimos tarde, decidimos no entrar al pueblo ya que hay que desviarse un par de kilómetros de la ruta.
A cambio, nos encontramos con la agradable sorpresa de que muchas de las estaciones antiguas de esta ruta las han
remodelado y transformado en mesones. La vieja estación de Luque nos vino al pelo ya que eran las dos de la tarde y las
mesas al sol invitaban a una cerveza.
Después de una buena comilona al sol, hicimos un esfuerzo para
montarnos en nuestras bicis y seguir pedaleando. Pero pronto volvimos a entrar en calor, que junto con el sopor
después de comer y la temperatura se convirtió en una experiencia muy relajante ya que las bicis iban ahora solas en el
llano. Cada vez el terreno era mas abrupto, estabamos en plena Sierra Subética, y de ésta, en mitad de los cortados
de roca emerge el bonito pueblo de Zuheros, rodeado de rocas, arboles verdes, prados, con su castillo, también
enhiesto sobre una peña... Además de la famosa Cueva de los Murciélagos, principal atractivo turístico del pueblo.
Su pequeña estación.
Y una bonita postal bajo el pueblo. Un puente del S.XIX atravesando un gran cañon. (en
este lugar hay una pequeña área de descanso con un paisaje precioso)
Después de deleitarnos con el paisaje
proseguimos atravesando túneles y pasos entre la roca, fruto de las obras de infraestructura del antiguo “Tren
del Aceite”
Pronto llegamos al siguiente pueblecito, Doña Mencía, cada vez adentrándonos más en la
Campiña sur, con espacios mas amplios, rodeados de campos de trigo y olivos. Aquí podéis ver la Estación de Doña
Mencía, también convertida en mesón para tomar un refrigerio.
Ahora el camino iba hacia abajo, y el pedaleo era
rápido, a unos 25 Km/h . Por lo que pronto llegamos al pueblo de Cabra, pueblo grande con todos los servicios y donde
esta el Centro de Interpretación del Tren del Aceite, como no, ubicado en su antigua estación de tren.
Es una visita
que os recomiendo. Además del restaurante y bar con terraza que hay en el piso de arriba, en el antiguo andén de la
estación esta expuesta una impresionante locomotora de carbón de mediados de siglo, además de estar ambientado con
fotos tamaño real de antiguos viajeros de hace 60 años (el cura, el quinto que va a la mili, el lugareño ataviado con
sus vestiduras típicas, etc). En el interior del complejo también se puede aprender acerca de los tipos de aceites, olivos,
la historia del tren, etc.
Después de la “visita cultural”, emprendimos la marcha, ya inmersos en
plena campiña cordobesa, con grandes campos de trigo, pendiente suaves y rodeado de verde.
El camino seguía
hacia abajo, y sin esfuerzo, charlando al calorcito de la tarde, llegamos enseguida a Lucena, un pueblo enorme, con un
gran polígono industrial. Tardamos mas de media hora pedaleando en dejarlo atrás. Y como siempre, siguiendo la Via
del Tren del Aceite, encontramos su estación.
Saliendo de Lucena entre flores amarillas.
Y entre estas flores
salió a recibirnos una amiga...
... con un raton en el estomago como podéis ver. La tarde caía ya, el sol se
apagaba en los verdes campos, y nosotros seguíamos con nuestro pedaleo, inmersos cada vez en conversaciones más
profundas (es un lujo pedalear con gente como Ana), y cada vez adentrándonos en un paisaje mas relajante en busca
de nuestro destino ese día. Aquí os pongo una bonita foto que ilustra esta parte del camino, en ella podéis ver el camino
blanco de gravilla, flanqueado de viñedos, campos de trigo y olivares, serpenteando sin detenerse... el mejor lugar para
que surjan los pensamientos mas profundos.
Al fin, con el sol casi en el horizonte llegamos a las Navas del
Sepillar, una pedanía de Lucena, y donde íbamos a pasar la noche. A la salida de este pueblo finaliza esta Via Verde,
pero nosotros intentamos seguir por algunas pistas de tierra que se perdían entre campos de olivos hasta Puente Genil
(a 10 Km . de alli). Al final desistimos y volvimos al bonito pueblo de las Navas del Sepillar, que esta junto a Moriles
(famoso por sus bodegas y su vino fino).
Una cena en el parque con la puesta de sol, unas cervezas en el bar del
pueblo y unos juegos de cartas nos dieron pie a meternos en el saco, pero no de cualquier manera, un vivac en mitad
de campo de olivos plateados en plena campiña sur cordobesa, bajo un cielo de estrellas increíble que puso el broche
de oro a ese día.
Espero que os haya gustado y lo repitáis. Hasta el siguiente viajeeee!
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Generado: 14 December, 2016, 03:56

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