Maestro Interlocutor de maestros!
Transcripción
Maestro Interlocutor de maestros!
Comité Editorial Cuidado de la edición Yolanda López Gina Quintero Martha Gutiérrez Corrección de estilo Elvira Lucia Torres Barrera Grupo de Reflexión Coordinador Académico Mauricio Pérez Abril Coordinación Asociación Red Pido la Palabra María Eugenía Clavijo Claudia Bibiana López Ximena Vargas Sandra del Pilar Rodríguez Sofía Tamayo Lilia Grijalba Luz Marina Castiblanco Rubby Mendoza Nubia Nazzire García Ernestina Zuleta Yolanda Álvarez Vilma Grijalba E-Mail: [email protected] Rosario Abaunza María Fernanda Molano Yolanda López Martha Lucia Gutiérrez S. Ilustración de cubierta Pablo Pérez Suárez NIT : 900445066-0 ISSN: Diseño e Impresión León Gráficas . ¡Maestro interlocutor de maestros! Mauricio Pérez Abril Mauricio Pérez Abril Contenido El guardador de rebaños......................................................................................................................................................................7 Un Merecido Homenaje......................................................................................................................................................................8 Convers-Ando Con Mauricio.......................................................................................................................................................... 10 El respaldo y la confianza al trabajo docente............................................................................................................................................................................ 19 A Mauricio Pérez22 Al doctor Mauricio Pérez Abril...................................................................................................................................................... 24 Querido Mauricio.............................................................................................................................................................................. 25 A mi maestro Mauricio................................................................................................................................................................... 27 A Mauricio Pérez Abril..................................................................................................................................................................... 29 Mauricio: La humildad y la generosidad que impulsaron el nacimiento y la construcción de la Red Pido la Palabra......................................................................................................................................................................... 30 Mauricio Pérez Abril, un ejemplo de vida...................................................................................................................................... 33 Mauricio, nuestra luz, nuestro maestro.......................................................................................................................................... 35 Un soñador que deja soñar.............................................................................................................................................................. 37 Mauricio: un camino......................................................................................................................................................................... 40 Un recorrido por el sendero de la formación, en muy buena compañía................................................................................................................................................................ 42 Mauricio Pérez Abril El guardador de rebaños Desde la ventana más alta de mi casa, con un pañuelo blanco digo adiós a mis versos, que viajan hacia la humanidad. Y no estoy alegre ni triste. Ése es el destino de los versos. Los escribí y debo enseñárselos a todos porque no puedo hacer lo contrario, como la flor no puede esconder el color, ni el río ocultar que corre, ni el árbol ocultar que da frutos. He aquí que ya van lejos, como si fuesen en la diligencia, y yo siento pena sin querer, igual que un dolor en el cuerpo. ¿Quién sabe quién los leerá? ¡Maestro interlocutor de maestros! ¿Quién sabe a qué manos irán? Flor, me cogió el destino para los ojos. Árbol, me arrancaron los frutos para las bocas. Río, el destino de mi agua era no quedarse en mí. Me resigno y me siento casi alegre, casi tan alegre como quien se cansa de estar triste. ¡Idos, idos de mí! Pasa el árbol y se queda disperso por la Naturaleza. Se marchita la flor y su polvo dura siempre. Corre el río y entra en el mar y su agua es siempre la que fue suya. Paso y me quedo, como el Universo. Fernando Pessoa De heterónimo Alberto Caeiro 7 Un Merecido Homenaje Un merecido homenaje La gratitud es la memoria del corazón. Jean Baptiste Massieux Con gran alegría la Red de reflexión permanente sobre la pedagogía del lenguaje en el Tolima ¡Pido la palabra! ofrece un merecido aunque incompleto homenaje a Mauricio Pérez Abril, a través de la presente publicación. En esta se recogen las voces de algunas de sus integrantes, las cuales representan el sentir de todo el colectivo, pues gracias a la iniciativa de Mauricio existe el Nodo Tolima, en la Red Nacional de Lenguaje.Gracias también a su entusiasta y comprometida labor a lo largo de los últimos 16 años, ésta se ha ido consolidando de tal forma que el Departamento tiene mayor visibilidad en el plano educativo nacional. Todos los escritos de las integrantes del grupo de reflexión (María Eugenia, Martha Lucía, Yolanda, Sandra, Lilia, Luz Marina, Ximena, Edilma, Sofía y Bibiana) exaltan las cualidades personales de Mauricio — generosidad, amabilidad, bondad, respeto, confianza, dedicación, entre otras — porque cómo entender que, por ejemplo, una persona por su propia cuenta viaje en su carro:Bogotá - Ibagué – Bogotá, un sábado al mes, a 8 veces con Pablito a bordo, durante más de 10 años para conocer las preocupaciones de maestros urbanos y rurales del Tolima; y a partir de este ejercicio compartir experiencias, libros, datos, contactos con sus amigos y colegas con este grupo de “profes”. En esta obra también se hacen presentes amigos y colegas de Mauricio como Gloria Rincón quien nos brinda la oportunidad de conocer sobre el origen de su interés por la educación, a través de la entrevista que le hizo con ocasión de este reconocimiento. Por su parte, Alice Castaño y Claudia Montoya “dan fe” del respaldo académico y afectivo que el homenajeado ofrece a manos llenas, con lo cual es consecuente con su idea de que la educación debe aportar en alguna medida a la transformación de un país tan “complicado” como el nuestro. Finalmente, se resaltan los aprendizajes más significativos sobre las enseñanzas de Mauricio Pérez Abril: la necesidad de trabajar en equipo y de sistematizar las prácticas pedagógicas con el lenguaje, con rigor y dedicación de tal forma que se puedan generar cambios, educativos que afecten de manera positiva a la sociedad colombiana, y entre maestros y estudiantes podamos construir una nación mejor. ¡Maestro interlocutor de maestros! Mauricio Pérez Abril Convers-Ando Con Mauricio Gloria Rincón Bonilla Coordinadora, Red Colombiana para la Transformación de la Formación Docente en Lenguaje ¿Cuándo empezó esta conversación? Hurgo en mi memoria y recuerdo la primera vez que lo vi: él y yo éramos conferencistas en un evento en la Escuela Pedagógica Experimental (EPE), hacia mediados de la década del 90. En ese momento yo era profesora en una I.E. de Cali. Me llamó la atención que en su exposición se refirió a una experiencia que realizaba en su aula, en una Normal, para trabajar la comprensión de textos complejos como un ensayo filosófico. Se veía (o ¿era?) muy joven, más bien tímido, pero –por lo que capté en ese momento-, apoyado por una influyente figura de la educación colombiana: Carlos Vasco. Apenas tuve la oportunidad me le acerqué y le dije que me había gustado mucho su trabajo. Carraspeó y sonrió. Yo sentí que me autorizaba a seguir esa aproximación. Como compartimos el interés por participar en espacios tales como los eventos sobre educación y lenguaje, nos seguimos encontrando. Y empezamos a prolongar las conversaciones, a ligarlas con nuestras escrituras. Así, me enteré que hacia 1997 llegó al MEN, a la División encargada del currículo en el área de Lenguaje. Ese año yo ingresé como profesora a la Universidad 10 del Valle, y allí nos llegó su invitación (como funcionario del MEN) a participar en las discusiones para elaborar los “Lineamientos curriculares”. Entre tantas reuniones, nuestra amistad se afianzó. Compartíamos el gusto por “una cervecita” después del rigor académico, la buena mesa y… seguir conversando (porque como bailarín si perdió el año hace rato). Por aquellos años, fue mi amigo “cachaco”, muy gentil, que, como yo, gozaba nuestros encuentros, en los que dibujábamos otros mundos para la escuela colombiana. Como dijo una vez mi hija después de escuchar su voz al responder una llamada telefónica que me hizo: “ese amigo tuyo es un gomelo”. Tal vez esas conversaciones fueron las que nos impulsaron, en 1998, cuando el MEN no parecía estar interesado en la idea de la RED que había lanzado en un evento, a que nos juntáramos con Fabio Jurado, Blanca Bojacá, y otros colegas para asumir nuestro mayor reto: hacernos cargo de la construcción de la RED Colombiana de Transformación docente en Lenguaje. Desde entonces, fueron aún más frecuentes estas conversaciones, escrituras compartidas, lecturas comentadas e investigaciones lideradas. Toda una rica vida intelectual y de amistad invaluable. Y para ser coherente con este gusto por conversar con Mau¡Maestro interlocutor de maestros! ro, ahora como un homenaje, sigo hablando con él: G.R1: ¿Por qué tu interés académico, personal, profesional en el área del lenguaje? M.P.A: Que pregunta tan difícil. Pues mira, estaba pensando yo que hay una parte personal y es mi gusto por la literatura, por la lectura y literatura. Yo llego al campo del lenguaje más como formándome en el campo de la literatura, especialmente de la literatura francesa, yo estudie filología francesa. En principio yo no tenía un interés en docencia, en investigación en estos dos temas, pero, como estudié licenciatura, entonces, comienza uno a ocuparse por estos temas de la relación entre lectura, escritura, literatura. Y terminé pues muy interesado en ver esos vínculos entre lectura, literatura, escritura, oralidad y por allí luego el ejercicio docente, enseñando a niños pequeños; yo trabajé en la Normal de Nuestra Señora de la Paz en Bogotá. Ese fue mi punto de amarre a todos esos intereses; allí comencé a preocuparme por: cómo hacer para que los niños de bajos recursos pudieran tener un acceso a un buen nivel de desarrollo del lenguaje, de aproximarse a la literatura, de construir un buen nivel de lenguaje oral como una condición para la vida social. Digamos que por ahí surgen mis intereses, luego ya formalizo mis intereses de investigación y este tipo de cosas. 1 Para la transcripción usaremos estas iniciales: G.R., correspondiente a un turno de Gloria Rincón Bonilla y M.P.A., al de Mauricio Pérez Abril. ¡Maestro interlocutor de maestros! G.R: Ya, pero a ver, tú dices que inicialmente no había un interés en la docencia, sin embargo tu mamá es profesora, tienes una hermana profesora, escogiste entrar a una licenciatura. ¿Crees que esta situación tuvo que ver para que tomaras la decisión de entrar a una licenciatura? M.P.A: De hecho yo estudie geología, yo empecé estudiando fue geología. G.R: ¿Geología? M.P.A: Geología G.R: ¿Siii? M.P.A: Ciencia pura, si claro (risas). Pero finalmente mi interes era éste, desde pequeño mi tendencia hacia la literatura era muy fuerte; entonces, de pronto también tuvo mucho que ver lo de mi familia, mi hermana mayor y mi mamá son pues docentes, y de pronto, no sé, indirectamente e inconscientemente eso estaba ahí. G.R: Si. M.P.A: No fue una decisión digamos abierta, de “quiero ser profesor”, no. Pero la primera experiencia que tuve de docencia si fue muy fuerte, y ahí si como que descubrí que por ahí era, por allí había una buena posibilidad de amarrar esos intereses. G.R: Vale. Tú planteas que, digamos, en la docencia te interesa lo de la formación del lector, lo de, que se formen lectores literarios. Sabemos que la educación colombiana enfrenta mu11 chos problemas. De tantos asuntos y problemas tan graves que se viven en la educación colombiana, ¿en cuál crees que ha estado más tu contribución tanto investigativa, como de desarrollo de experiencias pedagógicas? M.P.A: Pues, realmente en lo que yo creo que he contribuido es en posicionar la práctica de enseñanza del lenguaje como una posible fuente de conocimiento para generar transformaciones; más que un tema, como un asunto específico del lenguaje, porque me interesan todos… Es más como en siempre estar pensando en que el ejercicio del docente, del profe que se las tiene que ver con el lenguaje, eh pues que tiene que cualificarse en ese ejercicio. Y el aporte mio ha sido más en ese campo de tratar de tomar esas prácticas como objetos de estudio para generar conocimiento desde ahí, desde los diferentes procesos del lenguaje; pero yo lo veo más, me siento más aportando en ese campo como de la generación de investigación, de conocimiento nuevo, de ayudar a posicionar a un profe que tiene una buena experiencia y ayudar a visibilizar eso, acompañarlo en la escritura, ser interlocutor de esos profes para también tensionar sus concepciones y sus teorías, en ese sentido allí si abría un poco, como un aporte pero más subsidiario que tiene que ver como con la función nuestra de profesores de universidad, que es cómo aproximar las prácticas a esas teorizaciones que a veces no llegan claramente a la escuela… pero, si a mi me preguntan por el aporte, yo diría que es más por ese campo de generar modos de investigar, de sistematizar. 12 G.R: Ya. M.P.A: Respetar el saber de un profe y tratar de ayudar a visibilizarlo a teorizarlo un poco, a cuestionarlo y por eso también el interés de estar en una red, no? Ya en lo específico, el tema que más me ha interesado es la oralidad; y me sigue interesando mucho este tema en relación con ciudadanía, con la idea de que los niños que van a ser futuros ciudadanos, para su vida social necesitan como condición, el contar con una voz sólida que les permita encontrar un lugar, hacerse visibles, hacerse respetar en la vida social y académica y eso pasa por la oralidad. Entonces me preocupa bastante, cada vez más, el tema de la oralidad; de hecho, actualmente estoy haciendo un experimento con la formación de las pedagogas acá en la universidad. Mi clase de este semestre es con énfasis en la oralidad, didáctica de la oralidad. Allí estamos haciendo un ejercicio de oralidad, precisamente con los estudiantes, tratando de aprender a hablar, formalmente, académicamente. Aprender a discutir un escrito de un compañero, pero con cierto nivel, con cierta altura; es más, me gusta gastarle mucho tiempo a tratar de comprender lo que el otro dice, a intentar realmente respetar la posición del otro, ceder el punto de vista… estamos leyendo a Burbules, el libro éste de Diálogo en la enseñanza y vamos sólo a leer un libro en todo el semestre, despacito como para poner en juego esa idea de la conversación como, como algo fundamental en la pedagogía, pero entonces pienso siem¡Maestro interlocutor de maestros! pre en que un futuro docente, sino vive eso en la universidad, no sólo se entera de que eso es importante sino que, sino que si lo vive, si vive un espacio de conversación formal, respetuosa, después probablemente eso pueda incidir en su ejercicio docente. Entonces digamos que el tema de la oralidad, siempre ha estado ahí, me parece que es como el lugar del reconocimiento, del sujeto en la escuela y desde los más pequeñitos… el vínculo entre oralidad y literatura me atrae mucho, o sea la idea de formar comunidades de conversación sobre lo que se lee, tomar la literatura como el objeto de conversación cada vez más elaborado, más sistemático, eso me gusta mucho, eso es como que lo que estoy pensando ahora, trabajándole a eso. G.R: Ya. Es muy interesante la perspectiva que le das a la oralidad, porque es frecuente encontrar que ese componente de la enseñanza de la lengua, que se denomina en los Estándares producción oral, básicamente sea abordado como un asunto técnico, el asunto de la entonación, del volumen de la voz, de la dicción, y si se trata de considerar la producción, se pide en el vacìo: “haga un discurso de no sé qué, comente con sus compañeros…”, es decir, una serie de pedidos, que aparecen por que si, y que más que temas de conversación, de lo que se trata es de hacer producciones orales; eso me llama mucho la atención porque pareciera que esto que hacemos todo el tiempo: hablar, hablar, hablar, no es el objeto de la clase. Cuando el objeto escolar es producción oral, hay que crear una situación artificial para pararse a hablar de lo que el maestro le diga… y no es toda esa ¡Maestro interlocutor de maestros! reflexión que tu estas planteando como acciones del maestro, sea universitario o de preescolar porque piensa cómo es la relación con sus estudiantes, porque reflexiona sobre qué se habla en su clase, cómo se habla… y eso lo vuelve objeto de estudio y no hace pedidos absurdos, eso de “párese ahora y hable de tal cosa”… es pensar ese flujo cotidiano que se está dando allí en el aula y que va tomando unas intencionalidades… M.P.A: Si, hay otra… Por ejemplo siempre me cuestiono sobre la llegada de las teorías del discurso y de los géneros y de las tipologías al terreno del lenguaje oral, o sea, creo que la cosa se resuelve si trabajamos desde un enfoque de diversidad discursiva oral. A mi me parece que se asumen las teorías de un modo igualmente técnico, tal como enseñar a hablar con entonación adecuada, o sea que el foco sigue siendo formal. El dominio de unos géneros es el dominio de unas técnicas del habla, pero detrás de eso no hay necesariamente una postura de diálogo como tal. A mi me gusta muchísimo la postura de Burbules sobre el tema del diálogo porque él lo considera como una jerarquía, o sea, el diálogo es una manera de enseñar, y el diálogo, desde la perspectiva de este autor implica que los que están involucrados, todos tienen una diversidad de voces, que supone de unos cuidados muy particulares, o sea que lo que si realmente se abre un espacio de conversación, de diálogo en el aula todos tendrían la posibilidad, el derecho y el deber de tener una postura frente a la conversación independientemente si es de un asunto de la ciencia o de la literatura, cada quien 13 tiene un recorrido, cada quien tendría algo que, que decir desde su lugar. Y cuando los niños sienten que eso es auténtico ellos hablan, si no no hablan; o sea, digamos que cuando descubren que realmente hay un respeto por su procedencia, por su voz, crece el espacio de conversación, los compromete más; tanto a los niños como a los profesores, entonces hay mucha cosa ahí… como una ética de la conversación en juego, que compromete, que vincula, hay como la construcción de un fin colectivo, de un proyecto colectivo de conversación que no se reduce a “vamos aprender a exponer”, aunque eso también hay que hacerlo por supuesto. G.R: Claro, pero no solo eso. Sino esto en un contexto de necesidad. M.P.A: Los modos formales del habla hay que aprenderlos, eso se aprende en la escuela, como se aprenden los géneros textuales, pero, los de la escritura porque los de la oralidad son secundarios, digamos que no es lo central. Tampoco se trata de que hablamos de cualquier cosa y opinamos y punto. Sino que la conversación cada vez se va volviendo algo más complejo, más elaborado, por el efecto mismo de la regulación de la conversación que lidera el profesor, eso sí, sin lugar a dudas. Pero regular la conversación, no es silenciar, no es excluir, sino exigir cada vez un poco más, hablar con mayor documentación, con mayor rigurosidad… así vamos ingresando… vamos pasando de los géneros más informales a los géneros más formales del 14 habla. Si eso se toma en serio, entonces eso implica una pedagogía muy lenta, gastarle muchísimo tiempo a la conversación y despreocuparse un poco de la cantidad y de los contenidos pues eso trae todos los problemas del mundo. Cuando trabajamos con profes acá en Bogotá sobre esos temas, siempre dicen, “no pues, eso suena súper, pero…” G.R: Si, pero, “a qué hora enseño todos esos…”. Como tu mismo lo estás planteando, es una urdimbre que se va tejiendo en el aula, donde, de la lectura pasamos al comentario; pero ese comentario interesado que necesariamente nos conduce a un habla reflexiva, a un habla que se apoya a su vez en la escritura, a un habla que incluso llega a un nivel de elaboración que nos parece chévere ponerlo por escrito, o sea, es una relación permanente entre todos esos componentes, no tratarlos como elementos aislados del lenguaje para volverlos objetos de enseñanza… así pareciera que se entiende toda esa segmentación que aparece tanto en la política pública, como en los manuales escolares. M.P.A: Si, el otro tema es el de la subordinación de lo oral a lo escrito. Lo importante en la escuela es la escritura y la lectura. Y casi siempre el punto de llegada es la escritura ¿no?, o sea que si hay oralidad es para preparar la escritura. Pero qué pasa si lo hacemos al revés, por ejemplo en la experimentación que estoy haciendo yo en este semestre, estoy pidiendo escribir más bien poco y hablar mucho, por la idea de poner el foco de ¡Maestro interlocutor de maestros! la formalización en lo oral y no en lo escrito, entonces si leemos un artículo o un capítulo para discutir en clase, tomamos nota, subrayamos el texto, eh y preparamos un comentario oral. Pero es escribir para hablar, no al revés. El producto final es la conversación, participar en una conversación que cada vez sea más elaborada; pero no termina con la escritura, digamos que es más como pensarse; es como la discusión de David Olson sobre la subordinación de la oralidad por la escritura. G.R: En la escuela. M.P.A: En la escuela si, cómo hacer para desacralizar un poco la escritura, igual en la universidad, pues en nuestra investigación de LEU también quedo como esa pregunta: es como demasiada ilusión que la escritura va a resolver el problema del conocimiento. Hace falta lo que tiene que ver con la conversación epistémica. Esto lo estuvimos discutiendo hace unos días en un congreso en Buenos Aires. Es decir, el descuido de la oralidad en la educación superior también es muy problemático, la idea de que leer y escribir son unos procesos fundamentales para la apropiación de un conocimiento son centrales. La conversación, el habla formal de una disciplina casi no se tiene en cuenta. Entonces, creo que la preparación, el trabajo sobre la oralidad ayuda también muchísimo a ordenar el conocimiento, y esto no lo hemos explotado mucho. El tema de que no escribimos porque no tenemos ordenado el pensamiento en una disciplina lo sabemos hace tiempo, pero, tampoco le trabajamos a formalizar y ordenar ese pensamiento en la conversación co¡Maestro interlocutor de maestros! lectiva y eso puede ayudar muchísimo. G.R: Claro. No está desligado. M.P.A: Y esto es importante desde que los niños están chiquitos, o sea la idea de que los niños van aprendiendo a regular su discurso oral, a ordenar sus pensamientos para intervenir en una discusión… pero no solo para luego pensar en que si eso se escribe o no se escribe, pues no es obligación llegar siempre a la escritura… o sea, como que también ando cuestionando un poco el exceso de escritura, también estoy siguiéndole un poco los pasos a Percival ¿no? Como cuestionando un poco si el problema central es la escritura o es el conocimiento y los procesos del lenguaje en relación con el conocimiento. Esto lo trabajamos en Buenos Aires y la discusión estuvo muy buena, pues el grupo de Paula Carlino está más centrado en lectura y escritura. G.R: Claro, ella se ha centrado en esos procesos M.P.A: Si, su grupo de investigación es sobre lectura y escritura. Entonces le decíamos que porque no le agregamos la oralidad a ver qué pasa… o que si finalmente el problema es lectura, escritura y oralidad o el tema es, qué hacemos con el conocimiento y en función de eso qué papel cumplen los procesos del lenguaje pero no al revés, no es como que el fin es aprender a leer y escribir, o el fin es apropiarnos de un modo de pensar, un modo de hablar en la disciplina. 15 G.R: O si la lectura y la escritura provocan, producen una participación en los espacios de la oralidad, o si en la universidad eso ya está resuelto. Bien, hablemos ahora un poquito de la Red. Tu en éste momento me estás hablando por ejemplo, de un evento en Buenos Aires que tiene que ver con una Red interesada en lectura y escritura en la educación superior. Pero tu y yo compartimos también el interés, y ha salido en esta conversación, por el trabajo con los maestros de educación básica, educación preescolar. Y este es el fundamento de la Red Colombiana de Transformación Docente en Lenguaje que agrupa a profesores interesados en el área del lenguaje de todos los niveles del sistema. Tu fuiste uno de los fundadores. Yo te adjudico el hecho de ser uno de los promotores principales porque cuando la propuesta de ésta red llega al Ministerio, tu estabas allí y convocaste, y convocaste muchas veces, y eso hizo que esa idea no se traspapelara entre tantas cosas que el Ministerio de Educación acoge y luego deja por ahí. Ya comentabas tu interés en ser interlocutor de los maestros, en hacer visibilizar su trabajo, en plantear allí un espacio de indagación. ¿Cómo ves el desarrollo de nuestra Red Colombiana a través de estos más de quince años que ya llevamos en ese trasegar? M.P.A: Pues, a mi, cuando apareció la conversación con Josette Jolibert en su momento sobre la posibilidad de armar esa red en Colombia me pareció muy, muy potente, muy atractiva la idea –que yo se la atribuyo a Josette- de pensar en la transformación, mejor dicho, de cuál es el lugar de nosotros los que 16 investigamos y nos formamos en estas cosas, en relación con la educación pública. Cuál es nuestro aporte… Josette, si me acuerdo muchísimo que ella dijo, “yo me retiré de la vida académica formal porque mi función es aportar algo muy en concreto en las prácticas de transformación, en las prácticas de las escuelas que lo necesitan”. Por ahí me parece que fue el discurso y la posición de Josette. La idea de trabajarle a una red me atrajo mucho por esa dimensión de transformación de la práctica y de la política… y del aporte a la política pública. Entonces digamos que ese es el amarre fuerte y por eso le he trabajado, le hemos trabajado muchos años a esa red con todas las dificultades que hemos tenido; es un proyecto más político que didáctico, lo didáctico está en el fondo pero, está subordinado, digamos que lo que nos mueve es el interés de aportar a la transformación de las prácticas, entonces digamos que por ahí yo diría decido apostarle a un trabajo en red y seguirlo haciendo… vale la pena a pesar de que tenemos los mil líos de siempre. G.R: Si. Y qué te parece que hemos transformado, o sea, ese título que tenemos de transformación docente, en estos quince años de estar en esta cantaleta, tú ¿qué crees que hemos transformado, qué se ha transformado en el espacio de la red? M.P.A: Pues, no hemos hecho una medición, no, (risas) sistemática de las transformaciones, pero yo si considero, que por lo menos en los espacios en los que yo he estado cerca, si se evidencian las transformaciones. En el grupo del Tolima por ejemplo. Poder ver a ese grupo de maestras, ver el modo como ¡Maestro interlocutor de maestros! logran distanciarse de sus prácticas para poder sistematizarlas, escribirlas, someterlas a la discusión pública… todo eso; pienso en Sofía Tamayo, en la misma Sandra del Pilar, en Yolanda, en María Eugenia, en todas esas profes que ya son unas quince profes, con las que he permanecido más de diez años discutiendo su práctica; en ellas es evidente la trasformación, no sólo la transformación en su discurso, sino en sus prácticas. Los resultados que obtienen con sus niños, los reconocimientos que han obtenido a nivel nacional e internacional. Digamos que si uno se pone a inventariar eh, esto mismo en todos los nodos que existen, entonces yo creo que sí hay transformaciones que son muy alentadoras, así no sean masivas. Porque no son quinientas, pero son quince… sabemos que tenemos unas experiencias que pueden aportan un conocimiento para que otros profes puedan desde ahí verse y cuestionar sus prácticas, me parece que ello ya es valioso. Más que los resultados en la prueba, aunque me imagino que si hiciéramos algún estudio comparado de los resultados de los profesores de la RED contra los que no son de la red, tal vez se podría hallar. Pero no nos interesan ese tipo de mediciones. Lo que si siente uno son personas muy comprometidas, muy vinculadas a su formación, a su transformación, que permanentemente están cuestionando lo que hacen y eso se evidencia en sus participaciones en nuestros encuentros de la red. O sea, yo si siento que hay una energía que todavía funciona, que funciona y siempre ha funcionado, que lo que nos convoca es el interés por la trasformación así eso no sea tan visible. Sigue ¡Maestro interlocutor de maestros! haciendo como un tópico, pero eso nos mueve, creo. G.R: Si. Y bueno, en esa misma línea, en un sueño no cumplido todavía ¿Qué aspirarías que la RED lograra? ¿Qué quisieras que fuera parte de la dinámica de la RED? M.P.A: Bueno, ya lo hemos hablado en algunos de los encuentros, yo creo que nos debemos la sistematización de la construcción del conocimiento en RED, de lo que como colectivo hemos hecho. Yo creo que los nodos han avanzado localmente y ahí hay desarrollos y posturas que se podrían identificar como locales, pero a nivel nacional yo creo que nos debemos esa sistematización de lo que hemos avanzado como colectivo nacional. Hay mucha disparidad en los discursos, en los enfoques mismos a pesar de que llevamos mucho tiempo compartiendo espacios, pero creo que es un déficit nuestro, es una debilidad de quienes hemos estado coordinando la RED. Porque no hemos logrado darle una formalización a ese saber colectivo. O sea, nosotros tenemos un conocimiento colectivo latente y es hora de sistematizarlo. Así, poniéndonos nuevos retos, aprendiendo de lo que hacemos, de los otros y con los otros es que venimos tejiendo esta RED. Tejiendo y destejiendo (cuál Penélopes) prácticas e ideas, se nos van los días. ¡Gracias a la vida por haber puesto a Mauricio en mi camino! Cali, Spbre de 2014 17 Gloria Rincón Bonilla y Mauricio Pérez Abril Tumaco/2011 (Entrevista) El respaldo y la confianza al trabajo docente De vez en cuando la vida afina con el pincel: se nos eriza la piel y faltan palabras para nombrar lo que ofrece a los que saben usarla Joan Manuel Serrat (Fragmento de De vez en cuando la vida) S omos maestras que desde hace muchos años empezamos a escribir sobre lo que hacemos en las aulas y que encontramos —a través de Gloria Rincón— en la Red para la Transformación Docente una comunidad académica que tiene preguntas y reflexiones similares a las nuestras. En el Encuentro Departamental del Programa de Mejoramiento Docente en Lengua Materna: Investigar la lectura y la escritura en el aula (Buga, 2005), conocimos personalmente Mauricio Pérez Abril, quien hasta ese momento para nosotras era un nombre que veíamos constantemente en artículos que leíamos sobre la enseñanza del lenguaje en grados iniciales. Un autor cercano intelectualmente, pero ubicado en ese mundo etéreo que le atribuimos a las personas que leemos, en el mundo ¡Maestro interlocutor de maestros! de nuestras ideas. En ese mundo de no correspondencias: los lectores admiramos a los autores, los autores no saben de nuestra existencia. En el Taller Nacional del 2008 (Bucaramanga) el autor nos conoció y fue entonces cuando adquirimos corporeidad para él, estaba en nuestra mesa escuchándonos. Más allá de lo atemorizante que puede resultar esta circunstancia para maestras que se estrenan en tales eventos, encontramos en Mauricio un auténtico interés por nuestro trabajo y esto permitió que compartiéramos otros espacios de construcción intelectual. Aquello que inició como una reflexión puntual sobre nuestras experiencias tomó otras dimensiones cuando, varios años después, escribimos nuestra tesis de maestría. Mauricio (con asesoría de Catalina Roa) nos dirigió la tesis, que ha sido el trabajo más riguroso de investigación que hemos realizado hasta el momento. Con frecuencia nos decía: “dejen hablar a los datos, aún no los han escuchado” y nosotras, queriendo ver lo que él veía pedíamos ayuda divi- 19 na que nos permitiera “hablar” con esa información inerte, y releíamos los corpus. Al fin, hablaron los datos, construimos las categorías y terminamos la investigación. Durante el proceso, se reunió con nosotras por Skype y WhatsApp, viajó varias veces a Cali para asesorarnos y nos referenció en diversos espacios académicos. Así es él, acompaña en el aprendizaje, es riguroso, dedicado, generoso con su saber y su amistad. A través de nuestra experiencia, damos fe de que para Mauricio —el autor, el investigador, el profesor universita- rio— el trabajo docente en el aula es importante, merece atención y constituye el lugar en el que se da la construcción sobre la didáctica del lenguaje. Para él el trabajo de los maestros y maestras es protagónico y debe ser asumido con compromiso y orgullo porque con cada una de nuestras decisiones marcamos o debemos marcar la diferencia… así como él lo hace. Gracias, Mauricio, por la confianza, la credibilidad y el respaldo, por ser nuestro ejemplo de maestro. Claudia Montoya, Mauricio Pérez Abril, Alice Castaño y Gloria Rincón Cali /2013 Alice Castaño y Claudia Montoya María Eugenia Clavijo, Mauricio Pérez, Claudia Bibiana López A Mauricio Pérez E scribirle a una persona como Mauricio Pérez para ofrecerle un homenaje, es la mejor oportunidad para expresarle lo que ha significado su acompañamiento durante estos doce años en mi formación como ser humano y profesional, desde el trabajo académico desarrollado en la Red Pido la Palabra del departamento del Tolima. En primer lugar, quiero resaltar de Mauricio su compromiso incondicional, su constancia, su dedicación con la red del Tolima, sus valiosos aportes con la rigurosidad reflexiva de su formación académica, así como su imparable capacidad propositiva, su don para escuchar, observar y, lo más importante, su respeto en la crítica constructiva del otro. En segunda instancia, deseo mencionar, a partir de esas cualidades de Mauricio, su incidencia en la búsqueda y construcción de otras vías que han transformado las maneras de enseñar el lenguaje, insistiendo fundamentalmente en reflexionar sobre la práctica, en tomar distancia de ella, someterla al análisis, a la discusión entre pares, y haciendo énfasis en establecer un vínculo indisoluble entre la experiencia y la escritura de esta para evidenciar las inconsistencias de la práctica e ir efectuando los cambios necesarios a través de la reescritura. 22 Finalmente, quiero despedirme con un breve relato de Eduardo Galeano, dedicado a seres humanos que, como Mauricio, logran generar transformaciones positivas en otros: El Mundo Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. —El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende. Eduardo Galeano (El libro de los abrazos). Mauricio, ¡Gracias eternas por el acompañamiento! Claudia López Poveda Docente de la Institución Educativa Manuela Omaña, Flandes (Tolima) ¡Maestro interlocutor de maestros! María Eugenia Clavijo, Edilma Grijalba, Yolanda López, Rosario Abaunza, Mauricio Pérez, Martha Gutiérrez, Lilia Grijalba y Nubia García, Integrantes de «Pido la Palabra Tolima» Al doctor Mauricio Pérez Abril N o había encontrado el momento de expresarlo, pero, desde mi corazón, quería manifestarlo hace mucho tiempo, por eso no quise dejar pasar esta oportunidad y me atreví a hacerlo a través de estas líneas. Palabra y tomé la decisión de vincularme a ella. Le comparto que estudié una licenciatura y un posgrado en Castellano y Literatura; pero confieso que aquello que aprendí en la universidad no supera nunca el fundamento teórico y conceptual que adquirí en la Red Pido la Palabra. Quiero compartirle que hace, aproximadamente, unos nueve años asistí a un encuentro de maestros de literatura y tuve la oportunidad de comprar allí el libro Competencias y proyecto pedagógico, donde había un artículo de su autoría, titulado “Hacia una pedagogía del discurso: elementos para pensar la competencia argumentativa en los procesos de escritura en educación básica”. En esa ocasión, también escuché diferentes ponencias, entre las cuales, recuerdo especialmente la del doctor Fabio Jurado y la suya, Mauricio, que me motivaron mucho por su discurso y calidad de trabajo. Desde entonces, quedé confundida y empecé a reflexionar sobre cómo debería replantear mi práctica pedagógica de aula y así se fue despertando en mí la ansiedad por buscar la forma de lograr este cambio. Por fortuna, me di cuenta de la existencia de la Red Pido la Por lo anterior, Mauricio: agradezco infinitamente su apoyo incondicional, las orientaciones sabias y pertinentes que nos brindó durante estos años con tanto esfuerzo, donde el único estímulo fue el de ayudar a un equipo de docentes que queríamos cambiar, formarnos y transformar nuestras prácticas con los estudiantes. 24 Se me ha dificultado volver a la red, pero quiero contarle que mi práctica pedagógica se fundamenta en las enseñanzas que allí recibí. ¿Cómo olvidar esas largas jornadas incansables de trabajo, durante las cuales nos reíamos, aprendíamos y también llorábamos al ver nuestra realidad como docentes? Sus apreciaciones nos hacían reflexionar, algunas veces nos sentíamos mejor y otras, peor; pero la realidad nos edificó como docentes. ¡Maestro interlocutor de maestros! Como resultado del proceso de trabajo que llevo a cabo en mi institución, una niña llamada Lizet, del grado octavo, participó el año pasado en un concurso de crónica a nivel departamental y obtuvo el primer puesto. ¿Por qué? Porque esa fue la semilla que usted sembró en mí, a través del proceso didáctico de escritura y lectura. Mauricito, mil gracias por sus aportes y por compartirnos su sabiduría, siempre está presente en mi corazón, mente y aula de clase. Le deseo muchos éxitos. Edilma Grijalba Rubiano Querido Mauricio R ecuerdo que un día fui invitada a uno de los congresos departamentales que, año tras año, organiza la Red Pido la Palabra en el municipio de Ibagué, departamento del Tolima. Fue así como asistí, llena de expectativas, buscando mejorar mi quehacer pedagógico de una forma organizada, esperando que fuera de interés y significativo para mí y, de paso, para apoyar a mis estudiantes. Entonces, tuve la oportunidad escuchar una y otra ponencia de excelentes maestros que hablaban desde su propia práctica y mostraban resultados a través del seguimiento porque habían logrado transformar el modo de enseñar, entre ellos: Mauricio Pérez Abril, quien dejo ver, a través de su propuesta, la importancia de hablar, leer y escribir, habilidades que es fundamental desarrollar desde la educación inicial con nuestros niños y niñas, puesto que son, ante todo, prácticas socioculturales. Luego, la ponencia de Mauricio fue tan clara y precisa, que me llevó a cuestionarme y reflexionar sobre el cambio, la responsabilidad y el compromiso docente frente a mi propio quehacer pedagógico, al enfrentar y confrontar con mis pequeños los procesos de lectura, escritura y ora- ¡Maestro interlocutor de maestros! 25 lidad que apenas iniciaban en la educación formal. procesos en las aulas de clase con los estudiantes. Así pues, sentí la necesidad de repensar: ¿Cómo haría para cambiar viejos paradigmas, de una educación tradicional y repetitiva? Este despertar me llevó a hacer un alto en el camino y, a partir de ahí, decidí seguir asistiendo a las reuniones programadas por la red para estudiar juiciosamente, aprender y descubrir respuestas a algunos interrogantes e inquietudes que me planteaba. Hoy, doy gracias a Mauricio Pérez Abril y a la Red Pido la Palabra por los aportes conceptuales de formación y transformación que allí se construyen y fundamentan para fortalecer Mauricio, que el Todopoderoso lo acompañe siempre. Muchas gracias por su ejemplo, acompañamiento y preocupación para que nuestras aulas sigan siendo un espacio de construcción de saberes para alcanzar la transformación escolar y, en consecuencia, social. Sus aportes me ayudaron, no solo a mejorar mi aspecto laboral sino también a nivel personal, a transcender en mi vida. 26 Lilia Grijalba Rubiano ¡Maestro interlocutor de maestros! A mi maestro Mauricio La prudencia nos hace tener un trato justo y lleno de generosidad hacia los demás, nos conduce por un camino más seguro. Página de la vida. M auricio, gracias por sus enseñanzas y, en especial, por la prudencia y amabilidad con que siempre, generosa e incondicionalmente, ha estado ahí, dispuesto a compartir conocimientos y a transmitir su saber. ¿Cómo lo conocí? A partir del deseo de transformarme como docente y cambiar mi práctica en el aula e incentivada por un programa de la Secretaría de Educación que me brindó la oportunidad de participar en siete talleres de Lengua Materna, en las instalaciones de la Coruniversitaria (hoy denominada Universidad de Ibagué). Este estudio me llevó a aceptar la invitación a formar parte de una red de estudio sobre las prácticas pedagógicas de lenguaje que acogía a profesores de algunos municipios del departamento del Tolima. Fue allí donde me encontré por primera vez con el maestro Mauricio Pérez Abríl. En esa ocasión solo me dediqué a observar la dinámica del grupo, la cual llamó la atención y desde ese momento me inicié en esa gran aventura, participando así de las exposiciones sobre el trabajo de aula que se realizaban en ese entonces. ¡Maestro interlocutor de maestros! Luego, han sido muchos los años transcurridos, así como las maestras y maestros que por allí han pasado, algunos de ellos han aprovechado dicho espacio como trampolín para compartir sus experiencias, otros simplemente asisten por curiosidad y otros — entre los cuales me incluyo—en realidad deseábamos permanecer en este grupo. Actualmente, la red está conformada por un colectivo de trabajo con reconocimiento regional, nacional e internacional que le ha permitido a la Institución Educativa Liceo Nacional de Ibagué(Tolima), en la cual laboro, viajar a muchos lugares de Colombia y Latinoamérica en las maletas e ilusiones de las compañeras Martha Lucía Gutiérrez y María Eugenia Clavijo. Mauricio, quiero manifestarle que aprendí de usted esa capacidad de escuchar y guardar silencio mientras la otra persona se expresa, especialmente en los momentos difíciles. Aprendí a defenderme con argumentos en situaciones de confrontación, hablando no tan pasito que no me oigan ni tan duro que falte al respeto al otro… Nuevamente, gracias y ¡felicitaciones! Ernestina Zuleta Zuleta 27 En las largas y fructíferas sesiones de los sábados con Mauricio Pérez Abril A Mauricio Pérez Abril La gratitud en silencio no sirve a nadie. Stern C uando en la vida profesional se da con personas que lo hacen a uno crecer y sentirse bien, no queda otra cosa que dar gracias. Participar en el Grupo de Reflexión de Lenguaje en la red del Tolima durante tantos años y contar una vez al mes con el acompañamiento del profesor Mauricio Pérez Abril era sentir cómo cada sábado se convertía en el momento deseado con ansiedad: viajes, risas, bromas, dudas, conocimiento, apoyo, crecimiento y, ante todo, respeto y sabiduría. Se trataba de un espacio donde sentía que cada una de las preguntas que hacía al profesor Mauricio era escuchada por él con una atención que admiraré siempre, pues nunca durante los diez años de participación sentí que a mis intervenciones no les prestara tanto interés como a las de mis compañeras. reas que nos proponíamos en cada encuentro, que luego era llevada al grupo de reflexión. En mi caso, llevaba mis videos con parte de la clase para observarlos y analizarlos, y siempre encontré en él una motivación para continuar el trabajo y montar mi proyecto de oralidad, que me llevó a crear la emisora de la institución. En una ocasión se visitó mi institución, ubicada en ese momento en Villa Restrepo, para observar una clase sobre argumentación, ese día también conocí de él su sencillez y su sensibilidad para apreciar la naturaleza, recuerdo que estaba pendiente del desarrollo de la clase y, con su cámara, no dejaba de captar todo el paisaje que ofrece este hermoso lugar. Muchas gracias, profesor Mauricio, por permitirnos contar con usted en el grupo de reflexión del Nodo Tolima ¡Pido la Palabra!. Luz Marina Castiblanco El compromiso, el saber y la experiencia del profesor Mauricio, me permitieron realizar cada una de las ta- ¡Maestro interlocutor de maestros! 29 Mauricio: La humildad y la generosidad que impulsaron el nacimiento y la construcción de la Red Pido la Palabra La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes. José Martí E n Mauricio Pérez Abril, hay que destacar sus múltiples esfuerzos en la construcción de la Red Pido la Palabra. Su capacidad de liderazgo, enseñanza y persistencia hicieron posible sostener estos espacios de estudio, cuestionamiento y reflexión permanente durante los encuentros y debates académicos para confrontar con los maestros los aportes y los desaciertos de las prácticas pedagógicas en la comunidad académica. De esta manera, Mauricio Peréz Abril y María Eugenia Clavijo Premio Compartir al Maestro 2013 30 ¡Maestro interlocutor de maestros! pudimos avanzar, revisar y corregir los procesos relacionados con la forma enseñar a leer y escribir en los diferentes niveles de escolaridad en que nos encontrábamos en ese entonces. Recuerdo tanto cuando Mauricio se presentó en el Centro de Convenciones con Joseth Joliberth, en un evento departamental sobre proyectos pedagógicos de aula, y cuando invitó públicamente a los profesores a formar parte del grupo de lectura y escritura en el Tolima… Me inscribí de primera en la lista, junto con Norma Bonilla, y a partir de ahí, inicié mi recorrido pedagógico con otros maestros interesados por cualificar sus prácticas pedagógicas de aula, conformando así el primer grupo de estudio con las compañeras de la escuela Gualanday. Enfrentar la lectura, la escritura y la oralidad en público me preocupaba mucho, pues escuchaba al profesor Mauricio cuando explicaba la dinámica de los proyectos de investigación, así como el valor y compromiso que esto significaba. Fue tanta la pasión por este grupo de estudio, que siempre esperábamos a Mauricio con las compañeras de Gualanday y nunca le fallábamos a la reunión donde se exponían los proyectos que iniciábamos. Durábamos el día entero, trabajando de 8:00 a.m. a 8:00 p.m., el tiempo se nos pasaba discutiendo y debatiendo los problemas de enseñanza-aprendizaje que se nos presentaban con los procesos de lectura y escritura que cada una orientaba. ¡Maestro interlocutor de maestros! Luego, lo más difícil para mí era la interrogación insistente que Mauricio nos hacía a cada una sobre el proyecto que diseñábamos —por qué debíamos explicar paso a paso los momentos del proceso que vivíamos, por qué pasar de un proceso a otro y en qué fundamento teórico nos basábamos— y saber que, al terminar la exposición, el trabajo de días y meses se nos desbarataba. De este modo fui descubriendo y comprendiendo que el soporte teórico me era indispensable como docente para poder evidenciar y explicar con propiedad la didáctica que desarrollaba. Precisamente, esos cuestionamientos y reflexiones fuertes, por parte de Mauricio, fueron los que me enseñaron a pensar y a repensar el cómo fortalecer los procesos de lectura y escritura en mi quehacer pedagógico en el aula con mis estudiantes, pero ya con un sentido más figurado. A partir de los cuestionamientos y del estudio juicioso junto a Mauricio y el colectivo de la Red Pido la Palabra, fue él quien nos llevó de la mano por largos años a redescubrir y reestructurar el camino del conocimiento y la investigación. Con su apoyo incondicional y sabiduría nos condujo a repensar, a dejar a un lado la repetición con los estudiantes y a tener claro lo que en realidad es una buena práctica de enseñanza-aprendizaje, porque fue así como comprendí, a través de mi propia práctica docente, que las clases en el aula deben ser espacios de reflexión y cambio permanente donde los estudiantes no se limiten únicamente a repetir lo que 31 dice el maestro, o lo que el maestro quiere que digan los estudiantes. También entendí que, como docentes, no podemos limitarnos por el temor de no cumplir con un plan de estudio empolvado y desactualizado, sino que las prácticas son, ante todo, prácticas socioculturales en los que se debe llevar a los chicos a discutir, confrontar, proponer, argumentar y ser protagonistas de su propia historia, como una condición de vida social, involucrándolos y comprometiéndolos, con el fin de que lleguen a ser autónomos, críticos y responsables frente a 32 cualquier situación comunicativa generada. Como pionera de la Red Pido la Palabra debo gratitud y reconocimiento al “padre pedagógico” Mauricio Pérez Abril, por lograr que en nosotros trascienda la actitud de cambio, formación y transformación docente frente al complejo proceso del aprendizaje y la enseñanza de la lengua para seguir tejiendo la red. Mauricio Peréz, Jossette Jolibert, Martha Gutiérrez y Edna García. Espinal / 1999 María Eugenia Clavijo Beltrán ¡Maestro interlocutor de maestros! A Mauricio Pérez Abril, un ejemplo de vida través de nuestra vida conocemos seres maravillosos. Mauricio, ese caballero alegre, entusiasta, entregado a su labor docente, maestro, amigo incondicional, es uno de ellos. Recuerdo el primer día que tuve la fortuna de escucharlo: llegué a la Universidad de Ibagué, por invitación de Luz Ángela Castaño a escuchar a un maestro que venía de Bogotá a orientar a los profesores del área de Humanidades. Estábamos unas veinte personas en el recinto, expectantes y deseosas de aprender de las experiencias del maestro invitado. Cuando llegó y lo presentaron nos quedamos asombrados por su juventud, su amabilidad y calidez, pues teníamos la impresión de que las personas de Bogotá son un poco frías. Conocer a Mauricio fue una experiencia inolvidable, ya que, además de su personalidad, el trabajo que realizó con el grupo permitió replantear los programas de las asignaturas que teníamos a cargo desde lo conceptual hasta lo metodológico. Además, nos convocó como grupo de profesores universitarios al debate respecto a la pedagogía, la didáctica y la evaluación en la educación superior. Aquel día, después del taller, dialogué con él durante largo tiempo, y encontramos que tenemos un maestro en común: Fabio Jurado. Fue así como Mauricio me comentó acerca de su deseo de convocar a un grupo de maestros in¡Maestro interlocutor de maestros! quietos, para reunirnos y dialogar sobre nuestras experiencias de aula en Ibagué. Entonces, en 1998, en el marco de un proyecto de actualización de Maestros de Lenguaje del sector rural del Tolima, nos dimos a la tarea de buscar esos profesores, y aquí estamos aun construyendo red, caminando por el sendero para el cual Mauricio Pérez sentó las bases hace 16 años y que desde entonces ha venido construyendo para y con nosotros. Hay tanto que agradecerle a Mauricio: su constancia, su paciencia con este grupo inquieto y a veces conflictivo, su sabiduría para orientarnos y enseñarnos a pausar, a no acelerarnos para aprender, a reflexionar, a debatir, a repensar cada decisión que tomamos en nuestras aulas. Pero, ante todo, agradecemos su generosidad con el conocimiento y su interés por hacer de Colombia un país mejor a través de la educación que se imparte en las aulas de clase. Sé que todos quienes hemos tenido la fortuna de conocerlo reconocemos en usted a un gran maestro y a un ser humano maravilloso, un ejemplo de vida digno de admirar y de imitar. Martha Lucía Gutiérrez Sáenz 33 Mauricio Pérez y Sofía Tamayo. Tumaco /2011 Mauricio, nuestra luz, nuestro maestro A llá por el año 2000, cuando llegué a por primera vez a una reunión del grupo de reflexión de la Red Pido la Palabra, tenía gran expectativa por conocer a Mauricio, gracias a la profe Rosalí Meza, quien hablaba constantemente de él. A ella la había conocido en Falan, un pueblito tolimense donde habían programado un taller orientado por Francisco Parra Sandoval y Mabel Betancourt. Hoy, después de muchos años, creo que fue providencial ese encuentro con Rosalí, porque fue ella, quien, casi de la mano, me llevó a la red. Me hablaba de “Mauricio” con tanto fervor, que en un principio pensé que estaba un poco enamorada de él. Yo, que recién venía a trabajar a la capital tolimense solo sabía de Mauricio que venía de Bogotá y que era una eminencia. Pensaba entonces encontrarme con un señor muy serio, de corbata, bigote y traje de paño. que había sobre la mesa. Por largo rato, estuve pendiente de la puerta, esperando la llegada de Mauricio… Ese día, Rosalí no llegó a la hora acordada, pero me había dado las indicaciones precisas para llegar. No conocía a nadie y llamó mi atención un profe con pinta de gomelo, muy afable, sentado en medio del círculo de maestras de varios municipios del Tolima, y que devoraba con deleite de niño chiquito, las almojábanas y bizcochos de Castilla Creo que casi ni pestañeé durante toda la sesión. Recuerdo que quise tomar apuntes de todo lo que explicaba, pero la fascinación de lo que estaba viendo, no me lo permitía. Me preguntaba incesantemente de dónde sacaba ese “profe” tanta sabiduría y, sobre todo, tanta paciencia para lidiar con ese grupo bullicioso de maestras que le inte- ¡Maestro interlocutor de maestros! Recuerdo que Norma y su grupo de maestras de Gualanday, un corregimiento cercano a Ibagué, estaban exponiendo un proyecto de aula relacionado con un viaje a Maloka, un parque interactivo de la ciudad de Bogotá, y me llamó mucho la atención, la manera como el profe en mención “diseccionaba” con una meticulosidad absoluta cada una de las actividades que se pretendían desarrollar en el marco de ese proyecto y cómo iba haciendo evidente que detrás de cada acción que se desarrolla en el aula, hay una concepción sobre la lectura, la escritura e incluso sobre el ser del maestro. Igualmente, iba precisando de manera muy clara los referentes conceptuales que apoyaban sus puntos de vista sobre el proyecto. 35 rrumpían a cada momento… Esa fue una constante en todos estos años de nuestra red: la rigurosidad con la que Mauricio nos enseñó a tomar distancia de nuestra práctica pedagógica, para redimensionarla desde perspectivas teóricas y pedagógicas que él nos iba ayudando a construir, por la vía de la argumentación, de la lectura y, especialmente, de la escritura, un proceso que, por excelencia nos ha permitido repensar cada experiencia de aula. Desde esa rigurosidad, pero también desde su enorme generosidad, él también asumió el proceso de consolidación de un grupo de maestras que decidieron apostarle a un proceso de formación que se constituyó en 36 referente a nivel nacional. Todas nosotras fuimos creciendo gracias al apoyo incondicional de “nuestro” Mauricio, a su genialidad, y a su extraordinaria capacidad de hacer explícito aquello que nos era difícil comprender. Durante muchos años, respirábamos el orgullo de contar con su presencia, también lo vimos crecer y agigantarse en el ámbito académico. Particularmente a mí, Mauricio no deja de sorprenderme. Cada línea que escribe es una inspiración. Gracias, Mauricio, nuestra luz, nuestro MAESTRO. Sofía Tamayo ¡Maestro interlocutor de maestros! Un soñador que deja soñar El poeta es un fingidor, Finge tan completamente, Que hasta finge que es dolor El dolor que en verdad siente […] Fernando Pessoa (Fragmento de Autopsicografía) L a primera vez que vi al Profesor Mauricio Pérez Abril, él moderaba una mesa de trabajo en el centro de convenciones de Ibagué donde también estaba Josette Jolibert, de eso ya hace 16 años. Llegué tarde en esa ocasión y, al escucharlo, me inquietó saber quién era el personaje que hablaba con tanta fluidez y propiedad sobre el quehacer del maestro, sobre la Ley General y sobre otras formas de hacer con el lenguaje que se podían intentar con maestros que quisieran asumir el reto del cambio. “Seguro no es de aquí”, pensé, escuchando como suspendida su discurso. Todo lo que hablaba me interesaba y la forma como lo expresaba, la verdad sea dicha, me fascinó. Inalcanzable estaba para mí en aquella época, lo cierto fue que una tarde alcé el auricular del teléfono de mi casa y una voz ¡Maestro interlocutor de maestros! que a mí se me antojó era la de Mauricio Pérez me invitaba a pertenecer a un grupo de estudio que se metiera de lleno a reflexionar sobre la enseñanza y el aprendizaje del lenguaje en las aulas del Tolima. Le dije “sí”, sin pensarlo, asumí el reto con algo de susto y timidez que aún hoy siento cuando Mauricio me habla o se sienta a mi lado. Me retiré un tiempo de la red, un par de años más tarde volví al colectivo y me sorprendió la transformación que habían empezado a tener aquellas docentes que iniciaron con Mauricio, que ya participaban y exponían en congresos fuera del departamento. Vale decir aquí que de ese grupo que inició la Red Pido la Palabra Tolima, solo Mauricio Pérez y María Eugenia Clavijo han permanecido, en un trabajo ininterrumpido desde sus inicios hasta la fecha. Hoy esa red, hija de Mauricio, cuenta con maestras acuciosas que desean figurar en el ámbito académico nacional, producto del bagaje obtenido en las largas y fructíferas sesiones de los sábados al lado del Maestro Mauricio. ¿Cómo nos hemos sostenido? Básicamente, gracias 37 a Mauricio, él ha sido muy respetuoso de los saberes de las maestras del grupo, no juzga, orienta; no deslegitima el trabajo académico de nadie y, sobre todo —es lo que admiro de él—, tiene un alto sentido de pertenencia por el grupo: piensa y trabaja en colectivo. Nuestros triunfos son sus triunfos y, así no lo exprese abiertamente, sabemos que se alegra cuando nos va bien y sufre con nuestros desaciertos, pero es muy respetuoso en la forma de hacernos caer en cuenta de nuestros errores. Aprendí de él la importancia de estar en una verdadera alerta académica, en sesiones con él, yo no perdía detalle de lo que decía, la bibliografía que referenciaba era para mí una fuente de consulta inmediata y, una vez llegaba a mi casa después de las sesiones de los sábados, me ponía a buscar en internet a qué se refería cuando hablaba sobre aspectos del lenguaje que en mi formación docente no había escuchado. Mauricio nos dejó ser y en estos largos años nos vio crecer y cambiar de piel, “…nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos” como dijo el poeta. del saber, es consciente de nuestras capacidades y limitaciones, a cada una nos da nuestro lugar y a cada una nos pone a trabajar en lo que, él cree, hacemos mejor. Nos quiere a su manera, respeta la diferencia, asume que es un grupo heterogéneo y, en ocasiones, difícil. Gratitud, Mauricio, por hacer posibles tantos sueños. Yolanda López Mi relación con Mauricio ha sido de contrastes, mi forma de ser contestataria me ha ocasionado ciertos momentos difíciles en el grupo de la red, no obstante, reconozco con humildad que Mauricio Pérez cambió mi vida en todo sentido. Confió en mí para llevar a cabo varios proyectos de la red y traté de no defraudarlo (no sé si lo conseguí) porque es exigente y riguroso en la búsqueda 38 Mauricio Pérez y Yolanda López. Ceremonia Premio Compartir al maestro 2010. ¡Maestro interlocutor de maestros! En El proyecto formando maestros por un tolima lector Ibagué / 2014 Mauricio: Un camino Caminante no hay camino se hace camino al andar. Antonio Machado R ecuerdo que llegué decidida a resolver todas mis dudas sobre lectura y escritura a la Maestría en Educación con énfasis en Lenguaje de la Universidad Javeriana, pero nunca esperé que en vez de resolver aquellas dudas se me fueran a presentar más. Hasta el momento, contaba con diez años de experiencia en enseñanza preescolar y estaba muy segura de la calidad de mi trabajo. Sin embargo, sabía que debía mejorar mi práctica de enseñanza en cuanto a los procesos de lectura y escritura en los niños. Pero qué me iba a imaginar que en ese lugar iba a encontrar a un hombre capaz de quebrar las convicciones incuestionables de mi “modelo” de enseñanza y transformarme en la maestra que soy hoy en día, ¡qué iba yo a saber que en mi camino profesional se cruzaría Mauricio Pérez Abril! Este hombre no solo cumplió el papel de ser mi maestro en la Maestría y tutor de tesis, sino que fue toda una revelación en mi carrera profesional y para la de otros docentes que se lo encontraron en un salón de clase. Este excelente maestro es un mundo abierto que, a través de 40 sus planteamientos, además de lograr una mirada distinta a la investigación, genera otras alternativas de trabajo didáctico como las secuencias didácticas, cuyo estatus en el trabajo de los maestros de la red lo tenía la pedagogía por proyectos. Gracias a él y a sus profundas reflexiones supe que yo tan solo era una “maestra tradicional creativa”. Recuerdo que en nuestras conversaciones me hacía preguntas como: ‘‘Ximena, ¿si un niño está escribiendo su nombre, por ejemplo: “Felipe”, y no escribe siguiendo el trazo correcto de la letra “F”, qué haces? ¿Lo corriges inmediatamente?”, y por supuesto, mi respuesta era afirmativa. Luego, a partir de preguntas como estas y respuestas como las mías, llegábamos a un proceso pausado de revisión de cada situación. A través de estos procesos fui haciendo comprensiones determinantes para mi trabajo, mi quehacer, en el aula como, por ejemplo, que la lectura iba más allá de descifrar grafemas y reproducirlos fonéticamente, y que escribir no era reproducir gráficamente las letras. Pues bien, Mauricio fue un puente para conocer a los grandes investigadores como: Emilia Ferreiro, Cristina Diez, Sofía Vernon, Anna Camps, entre otros, para ¡Maestro interlocutor de maestros! encontrarme con los docentes del grupo de reflexión Red Pido La Palabra del Tolima, en el que fui aprendiendo que la lectura y la escritura no son procesos mecánicos sino cognitivos y que para enseñarlos es necesario saber sobre ellos, tener una fundamentación conceptual, un enfoque que oriente el trabajo didáctico y una propuesta que se revise constantemente para fortalecerla. Así pues, podría contar muchas cosas más de la incidencia de Mauricio Pérez Abril en mi vida y en la de todos los docentes que conforman esta red, pero sin duda alguna, y es preciso decirlo, él es el puente, el camino y el motor para que muchos maestros seguros de sí mismos y a la vez convencidos, como lo era yo, tengan la oportunidad de tomar distancia de su práctica y repensarla para conjugar espacios de enseñanza más pertinentes con las exigencias, necesidades e intereses de los ciudadanos que estamos formando en nuestras aulas. A Mauricio, un maestro que cambio mi forma de pensar, de enseñar y de concebir el mundo para iniciar un nuevo camino. Ximena Vargas Losada ¡Maestro interlocutor de maestros! Mauricio Pérez Abril 41 Exponiendo en uno de los congresos de la red en Ibagué Un recorrido por el sendero de la formación, en muy buena compañía E ra el encuentro de cierre de la especialización en Docencia en educación básica con énfasis en la enseñanza de la lecto-escritura dirigida a docentes de básica primaria del área rural del departamento del Tolima y cuya formación exigió abrir espacios en los municipios para crear micro-centros (espacios de formación docente) en los cuales se abordó la fundamentación sobre el lenguaje que llevaría a repensar la educación tradicional de los grados iniciales. Yo estaba en dicho encuentro, en el centro de convenciones de Ia Gobernación del Tolima, porque había hecho parte de uno de los tres micro-centros que funcionaron en el municipio de Flandes. La jornada transcurrió con mucha emotividad, en ella se encontraba Mauricio Pérez Abril porque había sido docente en la Especialización pero yo no lo conocía. Al finalizar, él anunció el propósito que tenían los docentes de seguir formándose, de tener nuevos encuentros, de no terminar el diálogo profesional y continuar conversado sobre el lenguaje, la educación, etc., así que Mauricio invitó a los asistentes a vincularse a conformar un grupo para ello y pensé que sería para mí una oportunidad de aprendizaje, 42 de formación docente, y así se lo dije de inmediato. - “Te llamaremos” - me respondió. Esto sucedió en 1998. Transcurrido un tiempo, recibí del mismo Mauricio Pérez la invitación a la reunión del grupo de reflexión Pido la Palabra, que se realizaba los viernes en la tarde en la Universidad de Ibagué. No lo podía creer cuando recibí su llamada, me emocioné, y por supuesto, no falté. Ese día, en la sesión se hacían análisis de producciones textuales de niños de tercero de primaria, yo no comprendía nada de lo que decían, todo era nuevo para mí: las reflexiones, los aportes, las intervenciones de los asistentes sobre el lenguaje, la escritura, la didáctica, … estaba asustada y quise salir corriendo, pero la tranquilidad de Mauricio, el respeto con que escuchaba, vinculaba y debatía con los maestros me convencieron de quedarme en este grupo que él siempre ha acompañado. Así, han transcurrido 16 años, casi que sin darme cuenta. Tal vez porque todo el tiempo he ido descubriendo al lado del incansable trabajo académico de Mauricio, que la labor docente en los primeros grados de escolaridad requiere de claridades conceptuales sobre la oralidad, la ¡Maestro interlocutor de maestros! lectura, la escritura, la literatura y la didáctica, para conjugar situaciones de aula desde las cuales se ponga a los estudiantes al nivel intelectual que requiere la vida académica y social. Para ello, él ha sido incondicional, generoso con su conocimiento y con la confianza con la que le apuesta al trabajo docente. Aunque con gran humildad siempre dice que es él quien aprende de nuestras propuestas. Mauricio no sólo es gran experto en los temas de lengua- ¡Maestro interlocutor de maestros! je en Colombia, también ha sido la mejor compañía para recorrer los caminos de la reflexión del trabajo de aula, del fortalecimiento teórico y de la transformación docente. Su cercanía es motivo de orgullo, y de admiración; el empeño puesto en el crecimiento académico de ¡Pido la Palabra! Nodo Tolima de la Red Nacional de Lenguaje, se constituye en uno de sus mejores legados. Sandra del Pilar Rodríguez Gutiérrez 43