Maestro Interlocutor de maestros!

Transcripción

Maestro Interlocutor de maestros!
Comité Editorial
Cuidado de la edición
Yolanda López
Gina Quintero
Martha Gutiérrez
Corrección de estilo
Elvira Lucia Torres Barrera
Grupo de Reflexión
Coordinador Académico
Mauricio Pérez Abril
Coordinación Asociación
Red Pido la Palabra
María Eugenía Clavijo
Claudia Bibiana López
Ximena Vargas
Sandra del Pilar Rodríguez
Sofía Tamayo
Lilia Grijalba
Luz Marina Castiblanco
Rubby Mendoza
Nubia Nazzire García
Ernestina Zuleta
Yolanda Álvarez
Vilma Grijalba
E-Mail: [email protected]
Rosario Abaunza
María Fernanda Molano
Yolanda López
Martha Lucia Gutiérrez S.
Ilustración de cubierta
Pablo Pérez Suárez
NIT : 900445066-0
ISSN:
Diseño e Impresión
León Gráficas .
¡Maestro interlocutor
de maestros!
Mauricio Pérez Abril
Mauricio Pérez Abril
Contenido
El guardador de rebaños......................................................................................................................................................................7
Un Merecido Homenaje......................................................................................................................................................................8
Convers-Ando Con Mauricio.......................................................................................................................................................... 10
El respaldo y la confianza
al trabajo docente............................................................................................................................................................................ 19
A Mauricio Pérez22
Al doctor Mauricio Pérez Abril...................................................................................................................................................... 24
Querido Mauricio.............................................................................................................................................................................. 25
A mi maestro Mauricio................................................................................................................................................................... 27
A Mauricio Pérez Abril..................................................................................................................................................................... 29
Mauricio: La humildad y la generosidad que impulsaron el nacimiento y la construcción de la
Red Pido la Palabra......................................................................................................................................................................... 30
Mauricio Pérez Abril, un ejemplo de vida...................................................................................................................................... 33
Mauricio, nuestra luz, nuestro maestro.......................................................................................................................................... 35
Un soñador que deja soñar.............................................................................................................................................................. 37
Mauricio: un camino......................................................................................................................................................................... 40
Un recorrido por el sendero de la formación,
en muy buena compañía................................................................................................................................................................ 42
Mauricio Pérez Abril
El guardador de rebaños
Desde la ventana más alta de mi casa,
con un pañuelo blanco digo adiós
a mis versos, que viajan hacia la humanidad.
Y no estoy alegre ni triste.
Ése es el destino de los versos.
Los escribí y debo enseñárselos a todos
porque no puedo hacer lo contrario,
como la flor no puede esconder el color,
ni el río ocultar que corre,
ni el árbol ocultar que da frutos.
He aquí que ya van lejos, como si fuesen en la diligencia,
y yo siento pena sin querer,
igual que un dolor en el cuerpo.
¿Quién sabe quién los leerá?
¡Maestro interlocutor de maestros!
¿Quién sabe a qué manos irán?
Flor, me cogió el destino para los ojos.
Árbol, me arrancaron los frutos para las bocas.
Río, el destino de mi agua era no quedarse en mí.
Me resigno y me siento casi alegre,
casi tan alegre como quien se cansa de estar triste.
¡Idos, idos de mí!
Pasa el árbol y se queda disperso por la Naturaleza.
Se marchita la flor y su polvo dura siempre.
Corre el río y entra en el mar y su agua es siempre la
que fue suya.
Paso y me quedo, como el Universo.
Fernando Pessoa
De heterónimo Alberto Caeiro
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Un Merecido Homenaje
Un merecido homenaje
La gratitud es la memoria del corazón.
Jean Baptiste Massieux
Con gran alegría la Red de reflexión permanente sobre la
pedagogía del lenguaje en el Tolima ¡Pido la palabra! ofrece un
merecido aunque incompleto homenaje a Mauricio Pérez Abril,
a través de la presente publicación. En esta se recogen las voces
de algunas de sus integrantes, las cuales representan el sentir de
todo el colectivo, pues gracias a la iniciativa de Mauricio existe el
Nodo Tolima, en la Red Nacional de Lenguaje.Gracias también
a su entusiasta y comprometida labor a lo largo de los últimos
16 años, ésta se ha ido consolidando de tal forma que el Departamento tiene mayor visibilidad en el plano educativo nacional.
Todos los escritos de las integrantes del grupo de reflexión
(María Eugenia, Martha Lucía, Yolanda, Sandra, Lilia, Luz Marina, Ximena, Edilma, Sofía y Bibiana) exaltan las cualidades
personales de Mauricio — generosidad, amabilidad, bondad,
respeto, confianza, dedicación, entre otras — porque cómo
entender que, por ejemplo, una persona por su propia cuenta
viaje en su carro:Bogotá - Ibagué – Bogotá, un sábado al mes, a
8
veces con Pablito a bordo, durante más de 10 años para conocer
las preocupaciones de maestros urbanos y rurales del Tolima;
y a partir de este ejercicio compartir experiencias, libros, datos,
contactos con sus amigos y colegas con este grupo de “profes”.
En esta obra también se hacen presentes amigos y colegas
de Mauricio como Gloria Rincón quien nos brinda la oportunidad de conocer sobre el origen de su interés por la educación, a
través de la entrevista que le hizo con ocasión de este reconocimiento. Por su parte, Alice Castaño y Claudia Montoya “dan fe”
del respaldo académico y afectivo que el homenajeado ofrece a
manos llenas, con lo cual es consecuente con su idea de que la
educación debe aportar en alguna medida a la transformación
de un país tan “complicado” como el nuestro.
Finalmente, se resaltan los aprendizajes más significativos
sobre las enseñanzas de Mauricio Pérez Abril: la necesidad de
trabajar en equipo y de sistematizar las prácticas pedagógicas
con el lenguaje, con rigor y dedicación de tal forma que se puedan generar cambios, educativos que afecten de manera positiva a la sociedad colombiana, y entre maestros y estudiantes
podamos construir una nación mejor.
¡Maestro interlocutor de maestros!
Mauricio Pérez Abril
Convers-Ando Con Mauricio
Gloria Rincón Bonilla
Coordinadora, Red Colombiana
para la Transformación de la Formación Docente en Lenguaje
¿Cuándo empezó esta conversación? Hurgo en mi memoria
y recuerdo la primera vez que lo vi: él y yo éramos conferencistas en un evento en la Escuela Pedagógica Experimental (EPE),
hacia mediados de la década del 90. En ese momento yo era
profesora en una I.E. de Cali. Me llamó la atención que en su
exposición se refirió a una experiencia que realizaba en su aula,
en una Normal, para trabajar la comprensión de textos complejos como un ensayo filosófico. Se veía (o ¿era?) muy joven, más
bien tímido, pero –por lo que capté en ese momento-, apoyado
por una influyente figura de la educación colombiana: Carlos
Vasco. Apenas tuve la oportunidad me le acerqué y le dije que
me había gustado mucho su trabajo. Carraspeó y sonrió. Yo
sentí que me autorizaba a seguir esa aproximación.
Como compartimos el interés por participar en espacios tales como los eventos sobre educación y lenguaje, nos seguimos
encontrando. Y empezamos a prolongar las conversaciones, a
ligarlas con nuestras escrituras. Así, me enteré que hacia 1997
llegó al MEN, a la División encargada del currículo en el área de
Lenguaje. Ese año yo ingresé como profesora a la Universidad
10 del Valle, y allí nos llegó su invitación (como funcionario del
MEN) a participar en las discusiones para elaborar los “Lineamientos curriculares”. Entre tantas reuniones, nuestra amistad
se afianzó. Compartíamos el gusto por “una cervecita” después
del rigor académico, la buena mesa y… seguir conversando
(porque como bailarín si perdió el año hace rato). Por aquellos
años, fue mi amigo “cachaco”, muy gentil, que, como yo, gozaba nuestros encuentros, en los que dibujábamos otros mundos
para la escuela colombiana. Como dijo una vez mi hija después
de escuchar su voz al responder una llamada telefónica que me
hizo: “ese amigo tuyo es un gomelo”.
Tal vez esas conversaciones fueron las que nos impulsaron,
en 1998, cuando el MEN no parecía estar interesado en la idea
de la RED que había lanzado en un evento, a que nos juntáramos con Fabio Jurado, Blanca Bojacá, y otros colegas para asumir nuestro mayor reto: hacernos cargo de la construcción de
la RED Colombiana de Transformación docente en Lenguaje.
Desde entonces, fueron aún más frecuentes estas conversaciones, escrituras compartidas, lecturas comentadas e investigaciones lideradas. Toda una rica vida intelectual y de amistad
invaluable.
Y para ser coherente con este gusto por conversar con Mau¡Maestro interlocutor de maestros!
ro, ahora como un homenaje, sigo hablando con él:
G.R1: ¿Por qué tu interés académico, personal, profesional
en el área del lenguaje?
M.P.A: Que pregunta tan difícil. Pues mira, estaba pensando
yo que hay una parte personal y es mi gusto por la literatura, por
la lectura y literatura. Yo llego al campo del lenguaje más como
formándome en el campo de la literatura, especialmente de la
literatura francesa, yo estudie filología francesa. En principio yo
no tenía un interés en docencia, en investigación en estos dos
temas, pero, como estudié licenciatura, entonces, comienza uno
a ocuparse por estos temas de la relación entre lectura, escritura, literatura. Y terminé pues muy interesado en ver esos vínculos entre lectura, literatura, escritura, oralidad y por allí luego el
ejercicio docente, enseñando a niños pequeños; yo trabajé en la
Normal de Nuestra Señora de la Paz en Bogotá. Ese fue mi punto de amarre a todos esos intereses; allí comencé a preocuparme
por: cómo hacer para que los niños de bajos recursos pudieran
tener un acceso a un buen nivel de desarrollo del lenguaje, de
aproximarse a la literatura, de construir un buen nivel de lenguaje oral como una condición para la vida social. Digamos que
por ahí surgen mis intereses, luego ya formalizo mis intereses
de investigación y este tipo de cosas.
1
Para la transcripción usaremos estas iniciales: G.R.,
correspondiente a un turno de Gloria Rincón Bonilla y
M.P.A., al de Mauricio Pérez Abril.
¡Maestro interlocutor de maestros!
G.R: Ya, pero a ver, tú dices que inicialmente no había un
interés en la docencia, sin embargo tu mamá es profesora, tienes una hermana profesora, escogiste entrar a una licenciatura.
¿Crees que esta situación tuvo que ver para que tomaras la decisión de entrar a una licenciatura?
M.P.A: De hecho yo estudie geología, yo empecé estudiando
fue geología.
G.R: ¿Geología?
M.P.A: Geología
G.R: ¿Siii?
M.P.A: Ciencia pura, si claro (risas). Pero finalmente mi interes era éste, desde pequeño mi tendencia hacia la literatura era
muy fuerte; entonces, de pronto también tuvo mucho que ver lo
de mi familia, mi hermana mayor y mi mamá son pues docentes, y de pronto, no sé, indirectamente e inconscientemente eso
estaba ahí.
G.R: Si.
M.P.A: No fue una decisión digamos abierta, de “quiero ser
profesor”, no. Pero la primera experiencia que tuve de docencia
si fue muy fuerte, y ahí si como que descubrí que por ahí era,
por allí había una buena posibilidad de amarrar esos intereses.
G.R: Vale. Tú planteas que, digamos, en la docencia te interesa lo de la formación del lector, lo de, que se formen lectores
literarios. Sabemos que la educación colombiana enfrenta mu11
chos problemas. De tantos asuntos y problemas tan graves que
se viven en la educación colombiana, ¿en cuál crees que ha estado más tu contribución tanto investigativa, como de desarrollo
de experiencias pedagógicas?
M.P.A: Pues, realmente en lo que yo creo que he contribuido es en posicionar la práctica de enseñanza del lenguaje como
una posible fuente de conocimiento para generar transformaciones; más que un tema, como un asunto específico del lenguaje, porque me interesan todos… Es más como en siempre
estar pensando en que el ejercicio del docente, del profe que se
las tiene que ver con el lenguaje, eh pues que tiene que cualificarse en ese ejercicio. Y el aporte mio ha sido más en ese campo
de tratar de tomar esas prácticas como objetos de estudio para
generar conocimiento desde ahí, desde los diferentes procesos
del lenguaje; pero yo lo veo más, me siento más aportando en
ese campo como de la generación de investigación, de conocimiento nuevo, de ayudar a posicionar a un profe que tiene una
buena experiencia y ayudar a visibilizar eso, acompañarlo en la
escritura, ser interlocutor de esos profes para también tensionar sus concepciones y sus teorías, en ese sentido allí si abría un
poco, como un aporte pero más subsidiario que tiene que ver
como con la función nuestra de profesores de universidad, que
es cómo aproximar las prácticas a esas teorizaciones que a veces
no llegan claramente a la escuela… pero, si a mi me preguntan
por el aporte, yo diría que es más por ese campo de generar modos de investigar, de sistematizar.
12 G.R: Ya.
M.P.A: Respetar el saber de un profe y tratar de ayudar a visibilizarlo a teorizarlo un poco, a cuestionarlo y por eso también
el interés de estar en una red, no?
Ya en lo específico, el tema que más me ha interesado es la
oralidad; y me sigue interesando mucho este tema en relación
con ciudadanía, con la idea de que los niños que van a ser futuros ciudadanos, para su vida social necesitan como condición,
el contar con una voz sólida que les permita encontrar un lugar,
hacerse visibles, hacerse respetar en la vida social y académica y
eso pasa por la oralidad. Entonces me preocupa bastante, cada
vez más, el tema de la oralidad; de hecho, actualmente estoy haciendo un experimento con la formación de las pedagogas acá
en la universidad. Mi clase de este semestre es con énfasis en
la oralidad, didáctica de la oralidad. Allí estamos haciendo un
ejercicio de oralidad, precisamente con los estudiantes, tratando
de aprender a hablar, formalmente, académicamente. Aprender
a discutir un escrito de un compañero, pero con cierto nivel,
con cierta altura; es más, me gusta gastarle mucho tiempo a
tratar de comprender lo que el otro dice, a intentar realmente
respetar la posición del otro, ceder el punto de vista… estamos
leyendo a Burbules, el libro éste de Diálogo en la enseñanza y
vamos sólo a leer un libro en todo el semestre, despacito como
para poner en juego esa idea de la conversación como, como
algo fundamental en la pedagogía, pero entonces pienso siem¡Maestro interlocutor de maestros!
pre en que un futuro docente, sino vive eso en la universidad, no
sólo se entera de que eso es importante sino que, sino que si lo
vive, si vive un espacio de conversación formal, respetuosa, después probablemente eso pueda incidir en su ejercicio docente.
Entonces digamos que el tema de la oralidad, siempre ha estado
ahí, me parece que es como el lugar del reconocimiento, del sujeto en la escuela y desde los más pequeñitos… el vínculo entre
oralidad y literatura me atrae mucho, o sea la idea de formar
comunidades de conversación sobre lo que se lee, tomar la literatura como el objeto de conversación cada vez más elaborado,
más sistemático, eso me gusta mucho, eso es como que lo que
estoy pensando ahora, trabajándole a eso.
G.R: Ya. Es muy interesante la perspectiva que le das a la
oralidad, porque es frecuente encontrar que ese componente de
la enseñanza de la lengua, que se denomina en los Estándares
producción oral, básicamente sea abordado como un asunto
técnico, el asunto de la entonación, del volumen de la voz, de
la dicción, y si se trata de considerar la producción, se pide en
el vacìo: “haga un discurso de no sé qué, comente con sus compañeros…”, es decir, una serie de pedidos, que aparecen por que
si, y que más que temas de conversación, de lo que se trata es
de hacer producciones orales; eso me llama mucho la atención
porque pareciera que esto que hacemos todo el tiempo: hablar,
hablar, hablar, no es el objeto de la clase. Cuando el objeto escolar es producción oral, hay que crear una situación artificial para
pararse a hablar de lo que el maestro le diga… y no es toda esa
¡Maestro interlocutor de maestros!
reflexión que tu estas planteando como acciones del maestro,
sea universitario o de preescolar porque piensa cómo es la relación con sus estudiantes, porque reflexiona sobre qué se habla
en su clase, cómo se habla… y eso lo vuelve objeto de estudio
y no hace pedidos absurdos, eso de “párese ahora y hable de tal
cosa”… es pensar ese flujo cotidiano que se está dando allí en el
aula y que va tomando unas intencionalidades…
M.P.A: Si, hay otra… Por ejemplo siempre me cuestiono
sobre la llegada de las teorías del discurso y de los géneros y
de las tipologías al terreno del lenguaje oral, o sea, creo que la
cosa se resuelve si trabajamos desde un enfoque de diversidad
discursiva oral. A mi me parece que se asumen las teorías de
un modo igualmente técnico, tal como enseñar a hablar con
entonación adecuada, o sea que el foco sigue siendo formal. El
dominio de unos géneros es el dominio de unas técnicas del
habla, pero detrás de eso no hay necesariamente una postura
de diálogo como tal. A mi me gusta muchísimo la postura de
Burbules sobre el tema del diálogo porque él lo considera como
una jerarquía, o sea, el diálogo es una manera de enseñar, y el
diálogo, desde la perspectiva de este autor implica que los que
están involucrados, todos tienen una diversidad de voces, que
supone de unos cuidados muy particulares, o sea que lo que
si realmente se abre un espacio de conversación, de diálogo en
el aula todos tendrían la posibilidad, el derecho y el deber de
tener una postura frente a la conversación independientemente
si es de un asunto de la ciencia o de la literatura, cada quien
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tiene un recorrido, cada quien tendría algo que, que decir desde
su lugar. Y cuando los niños sienten que eso es auténtico ellos
hablan, si no no hablan; o sea, digamos que cuando descubren
que realmente hay un respeto por su procedencia, por su voz,
crece el espacio de conversación, los compromete más; tanto a
los niños como a los profesores, entonces hay mucha cosa ahí…
como una ética de la conversación en juego, que compromete,
que vincula, hay como la construcción de un fin colectivo, de
un proyecto colectivo de conversación que no se reduce a “vamos aprender a exponer”, aunque eso también hay que hacerlo
por supuesto.
G.R: Claro, pero no solo eso. Sino esto en un contexto de
necesidad.
M.P.A: Los modos formales del habla hay que aprenderlos,
eso se aprende en la escuela, como se aprenden los géneros textuales, pero, los de la escritura porque los de la oralidad son secundarios, digamos que no es lo central. Tampoco se trata de
que hablamos de cualquier cosa y opinamos y punto. Sino que
la conversación cada vez se va volviendo algo más complejo,
más elaborado, por el efecto mismo de la regulación de la conversación que lidera el profesor, eso sí, sin lugar a dudas. Pero
regular la conversación, no es silenciar, no es excluir, sino exigir
cada vez un poco más, hablar con mayor documentación, con
mayor rigurosidad… así vamos ingresando… vamos pasando
de los géneros más informales a los géneros más formales del
14 habla. Si eso se toma en serio, entonces eso implica una pedagogía muy lenta, gastarle muchísimo tiempo a la conversación y
despreocuparse un poco de la cantidad y de los contenidos pues
eso trae todos los problemas del mundo. Cuando trabajamos
con profes acá en Bogotá sobre esos temas, siempre dicen, “no
pues, eso suena súper, pero…”
G.R: Si, pero, “a qué hora enseño todos esos…”. Como tu
mismo lo estás planteando, es una urdimbre que se va tejiendo
en el aula, donde, de la lectura pasamos al comentario; pero ese
comentario interesado que necesariamente nos conduce a un
habla reflexiva, a un habla que se apoya a su vez en la escritura, a un habla que incluso llega a un nivel de elaboración que
nos parece chévere ponerlo por escrito, o sea, es una relación
permanente entre todos esos componentes, no tratarlos como
elementos aislados del lenguaje para volverlos objetos de enseñanza… así pareciera que se entiende toda esa segmentación
que aparece tanto en la política pública, como en los manuales
escolares.
M.P.A: Si, el otro tema es el de la subordinación de lo oral
a lo escrito. Lo importante en la escuela es la escritura y la lectura. Y casi siempre el punto de llegada es la escritura ¿no?, o
sea que si hay oralidad es para preparar la escritura. Pero qué
pasa si lo hacemos al revés, por ejemplo en la experimentación
que estoy haciendo yo en este semestre, estoy pidiendo escribir
más bien poco y hablar mucho, por la idea de poner el foco de
¡Maestro interlocutor de maestros!
la formalización en lo oral y no en lo escrito, entonces si leemos un artículo o un capítulo para discutir en clase, tomamos
nota, subrayamos el texto, eh y preparamos un comentario oral.
Pero es escribir para hablar, no al revés. El producto final es la
conversación, participar en una conversación que cada vez sea
más elaborada; pero no termina con la escritura, digamos que
es más como pensarse; es como la discusión de David Olson
sobre la subordinación de la oralidad por la escritura.
G.R: En la escuela.
M.P.A: En la escuela si, cómo hacer para desacralizar un
poco la escritura, igual en la universidad, pues en nuestra investigación de LEU también quedo como esa pregunta: es como
demasiada ilusión que la escritura va a resolver el problema del
conocimiento. Hace falta lo que tiene que ver con la conversación epistémica. Esto lo estuvimos discutiendo hace unos días
en un congreso en Buenos Aires. Es decir, el descuido de la oralidad en la educación superior también es muy problemático,
la idea de que leer y escribir son unos procesos fundamentales
para la apropiación de un conocimiento son centrales. La conversación, el habla formal de una disciplina casi no se tiene en
cuenta. Entonces, creo que la preparación, el trabajo sobre la
oralidad ayuda también muchísimo a ordenar el conocimiento,
y esto no lo hemos explotado mucho. El tema de que no escribimos porque no tenemos ordenado el pensamiento en una
disciplina lo sabemos hace tiempo, pero, tampoco le trabajamos
a formalizar y ordenar ese pensamiento en la conversación co¡Maestro interlocutor de maestros!
lectiva y eso puede ayudar muchísimo.
G.R: Claro. No está desligado.
M.P.A: Y esto es importante desde que los niños están chiquitos, o sea la idea de que los niños van aprendiendo a regular
su discurso oral, a ordenar sus pensamientos para intervenir en
una discusión… pero no solo para luego pensar en que si eso se
escribe o no se escribe, pues no es obligación llegar siempre a
la escritura… o sea, como que también ando cuestionando un
poco el exceso de escritura, también estoy siguiéndole un poco
los pasos a Percival ¿no? Como cuestionando un poco si el problema central es la escritura o es el conocimiento y los procesos
del lenguaje en relación con el conocimiento. Esto lo trabajamos en Buenos Aires y la discusión estuvo muy buena, pues el
grupo de Paula Carlino está más centrado en lectura y escritura.
G.R: Claro, ella se ha centrado en esos procesos
M.P.A: Si, su grupo de investigación es sobre lectura y escritura. Entonces le decíamos que porque no le agregamos la
oralidad a ver qué pasa… o que si finalmente el problema es
lectura, escritura y oralidad o el tema es, qué hacemos con el conocimiento y en función de eso qué papel cumplen los procesos
del lenguaje pero no al revés, no es como que el fin es aprender a
leer y escribir, o el fin es apropiarnos de un modo de pensar, un
modo de hablar en la disciplina.
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G.R: O si la lectura y la escritura provocan, producen una
participación en los espacios de la oralidad, o si en la universidad eso ya está resuelto. Bien, hablemos ahora un poquito de
la Red. Tu en éste momento me estás hablando por ejemplo,
de un evento en Buenos Aires que tiene que ver con una Red
interesada en lectura y escritura en la educación superior. Pero
tu y yo compartimos también el interés, y ha salido en esta conversación, por el trabajo con los maestros de educación básica,
educación preescolar. Y este es el fundamento de la Red Colombiana de Transformación Docente en Lenguaje que agrupa
a profesores interesados en el área del lenguaje de todos los niveles del sistema. Tu fuiste uno de los fundadores. Yo te adjudico el hecho de ser uno de los promotores principales porque
cuando la propuesta de ésta red llega al Ministerio, tu estabas
allí y convocaste, y convocaste muchas veces, y eso hizo que esa
idea no se traspapelara entre tantas cosas que el Ministerio de
Educación acoge y luego deja por ahí. Ya comentabas tu interés en ser interlocutor de los maestros, en hacer visibilizar su
trabajo, en plantear allí un espacio de indagación. ¿Cómo ves el
desarrollo de nuestra Red Colombiana a través de estos más de
quince años que ya llevamos en ese trasegar?
M.P.A: Pues, a mi, cuando apareció la conversación con Josette Jolibert en su momento sobre la posibilidad de armar esa
red en Colombia me pareció muy, muy potente, muy atractiva
la idea –que yo se la atribuyo a Josette- de pensar en la transformación, mejor dicho, de cuál es el lugar de nosotros los que
16 investigamos y nos formamos en estas cosas, en relación con
la educación pública. Cuál es nuestro aporte… Josette, si me
acuerdo muchísimo que ella dijo, “yo me retiré de la vida académica formal porque mi función es aportar algo muy en concreto en las prácticas de transformación, en las prácticas de las
escuelas que lo necesitan”. Por ahí me parece que fue el discurso
y la posición de Josette. La idea de trabajarle a una red me atrajo
mucho por esa dimensión de transformación de la práctica y de
la política… y del aporte a la política pública. Entonces digamos
que ese es el amarre fuerte y por eso le he trabajado, le hemos
trabajado muchos años a esa red con todas las dificultades que
hemos tenido; es un proyecto más político que didáctico, lo didáctico está en el fondo pero, está subordinado, digamos que
lo que nos mueve es el interés de aportar a la transformación
de las prácticas, entonces digamos que por ahí yo diría decido
apostarle a un trabajo en red y seguirlo haciendo… vale la pena
a pesar de que tenemos los mil líos de siempre.
G.R: Si. Y qué te parece que hemos transformado, o sea, ese
título que tenemos de transformación docente, en estos quince
años de estar en esta cantaleta, tú ¿qué crees que hemos transformado, qué se ha transformado en el espacio de la red?
M.P.A: Pues, no hemos hecho una medición, no, (risas)
sistemática de las transformaciones, pero yo si considero, que
por lo menos en los espacios en los que yo he estado cerca, si
se evidencian las transformaciones. En el grupo del Tolima por
ejemplo. Poder ver a ese grupo de maestras, ver el modo como
¡Maestro interlocutor de maestros!
logran distanciarse de sus prácticas para poder sistematizarlas,
escribirlas, someterlas a la discusión pública… todo eso; pienso en Sofía Tamayo, en la misma Sandra del Pilar, en Yolanda,
en María Eugenia, en todas esas profes que ya son unas quince
profes, con las que he permanecido más de diez años discutiendo su práctica; en ellas es evidente la trasformación, no sólo la
transformación en su discurso, sino en sus prácticas. Los resultados que obtienen con sus niños, los reconocimientos que han
obtenido a nivel nacional e internacional. Digamos que si uno
se pone a inventariar eh, esto mismo en todos los nodos que
existen, entonces yo creo que sí hay transformaciones que son
muy alentadoras, así no sean masivas. Porque no son quinientas, pero son quince… sabemos que tenemos unas experiencias
que pueden aportan un conocimiento para que otros profes
puedan desde ahí verse y cuestionar sus prácticas, me parece
que ello ya es valioso.
Más que los resultados en la prueba, aunque me imagino
que si hiciéramos algún estudio comparado de los resultados de
los profesores de la RED contra los que no son de la red, tal vez
se podría hallar. Pero no nos interesan ese tipo de mediciones.
Lo que si siente uno son personas muy comprometidas, muy
vinculadas a su formación, a su transformación, que permanentemente están cuestionando lo que hacen y eso se evidencia en sus participaciones en nuestros encuentros de la red. O
sea, yo si siento que hay una energía que todavía funciona, que
funciona y siempre ha funcionado, que lo que nos convoca es
el interés por la trasformación así eso no sea tan visible. Sigue
¡Maestro interlocutor de maestros!
haciendo como un tópico, pero eso nos mueve, creo.
G.R: Si. Y bueno, en esa misma línea, en un sueño no cumplido todavía ¿Qué aspirarías que la RED lograra? ¿Qué quisieras que fuera parte de la dinámica de la RED?
M.P.A: Bueno, ya lo hemos hablado en algunos de los encuentros, yo creo que nos debemos la sistematización de la
construcción del conocimiento en RED, de lo que como colectivo hemos hecho. Yo creo que los nodos han avanzado
localmente y ahí hay desarrollos y posturas que se podrían
identificar como locales, pero a nivel nacional yo creo que nos
debemos esa sistematización de lo que hemos avanzado como
colectivo nacional. Hay mucha disparidad en los discursos, en
los enfoques mismos a pesar de que llevamos mucho tiempo
compartiendo espacios, pero creo que es un déficit nuestro, es
una debilidad de quienes hemos estado coordinando la RED.
Porque no hemos logrado darle una formalización a ese saber
colectivo. O sea, nosotros tenemos un conocimiento colectivo
latente y es hora de sistematizarlo.
Así, poniéndonos nuevos retos, aprendiendo de lo que hacemos, de los otros y con los otros es que venimos tejiendo esta
RED. Tejiendo y destejiendo (cuál Penélopes) prácticas e ideas,
se nos van los días.
¡Gracias a la vida por haber puesto a Mauricio en mi camino!
Cali, Spbre de 2014
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Gloria Rincón Bonilla y Mauricio Pérez Abril
Tumaco/2011 (Entrevista)
El respaldo y la confianza
al trabajo docente
De vez en cuando la vida afina con el pincel:
se nos eriza la piel y faltan palabras para nombrar
lo que ofrece a los que saben usarla
Joan Manuel Serrat
(Fragmento de De vez en cuando la vida)
S
omos maestras que desde hace muchos años empezamos a escribir sobre lo que hacemos en las
aulas y que encontramos —a través de Gloria
Rincón— en la Red para la Transformación Docente una
comunidad académica que tiene preguntas y reflexiones
similares a las nuestras. En el Encuentro Departamental
del Programa de Mejoramiento Docente en Lengua Materna: Investigar la lectura y la escritura en el aula (Buga,
2005), conocimos personalmente Mauricio Pérez Abril,
quien hasta ese momento para nosotras era un nombre que
veíamos constantemente en artículos que leíamos sobre la
enseñanza del lenguaje en grados iniciales. Un autor cercano intelectualmente, pero ubicado en ese mundo etéreo
que le atribuimos a las personas que leemos, en el mundo
¡Maestro interlocutor de maestros!
de nuestras ideas. En ese mundo de no correspondencias:
los lectores admiramos a los autores, los autores no saben
de nuestra existencia.
En el Taller Nacional del 2008 (Bucaramanga) el autor
nos conoció y fue entonces cuando adquirimos corporeidad para él, estaba en nuestra mesa escuchándonos. Más
allá de lo atemorizante que puede resultar esta circunstancia para maestras que se estrenan en tales eventos, encontramos en Mauricio un auténtico interés por nuestro trabajo y esto permitió que compartiéramos otros espacios de
construcción intelectual.
Aquello que inició como una reflexión puntual sobre
nuestras experiencias tomó otras dimensiones cuando,
varios años después, escribimos nuestra tesis de maestría.
Mauricio (con asesoría de Catalina Roa) nos dirigió la tesis, que ha sido el trabajo más riguroso de investigación que
hemos realizado hasta el momento. Con frecuencia nos decía: “dejen hablar a los datos, aún no los han escuchado” y
nosotras, queriendo ver lo que él veía pedíamos ayuda divi-
19
na que nos permitiera “hablar” con esa información inerte,
y releíamos los corpus. Al fin, hablaron los datos, construimos las categorías y terminamos la investigación. Durante
el proceso, se reunió con nosotras por Skype y WhatsApp,
viajó varias veces a Cali para asesorarnos y nos referenció
en diversos espacios académicos. Así es él, acompaña en el
aprendizaje, es riguroso, dedicado, generoso con su saber
y su amistad.
A través de nuestra experiencia, damos fe de que para
Mauricio —el autor, el investigador, el profesor universita-
rio— el trabajo docente en el aula es importante, merece
atención y constituye el lugar en el que se da la construcción sobre la didáctica del lenguaje. Para él el trabajo de los
maestros y maestras es protagónico y debe ser asumido con
compromiso y orgullo porque con cada una de nuestras
decisiones marcamos o debemos marcar la diferencia… así
como él lo hace.
Gracias, Mauricio, por la confianza, la credibilidad y el
respaldo, por ser nuestro ejemplo de maestro.
Claudia Montoya, Mauricio Pérez Abril, Alice Castaño
y Gloria Rincón Cali /2013
Alice Castaño y Claudia Montoya
María Eugenia Clavijo, Mauricio Pérez,
Claudia Bibiana López
A Mauricio Pérez
E
scribirle a una persona como Mauricio Pérez para
ofrecerle un homenaje, es la mejor oportunidad para
expresarle lo que ha significado su acompañamiento
durante estos doce años en mi formación como ser humano y
profesional, desde el trabajo académico desarrollado en la Red
Pido la Palabra del departamento del Tolima.
En primer lugar, quiero resaltar de Mauricio su compromiso incondicional, su constancia, su dedicación con la red del
Tolima, sus valiosos aportes con la rigurosidad reflexiva de su
formación académica, así como su imparable capacidad propositiva, su don para escuchar, observar y, lo más importante, su
respeto en la crítica constructiva del otro.
En segunda instancia, deseo mencionar, a partir de esas cualidades de Mauricio, su incidencia en la búsqueda y construcción de otras vías que han transformado las maneras de enseñar
el lenguaje, insistiendo fundamentalmente en reflexionar sobre
la práctica, en tomar distancia de ella, someterla al análisis, a la
discusión entre pares, y haciendo énfasis en establecer un vínculo indisoluble entre la experiencia y la escritura de esta para
evidenciar las inconsistencias de la práctica e ir efectuando los
cambios necesarios a través de la reescritura.
22 Finalmente, quiero despedirme con un breve relato de
Eduardo Galeano, dedicado a seres humanos que, como Mauricio, logran generar transformaciones positivas en otros:
El Mundo
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia,
pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá
arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar
de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y
fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se
entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero
otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin
parpadear, y quien se acerca, se enciende.
Eduardo Galeano (El libro de los abrazos).
Mauricio, ¡Gracias eternas por el acompañamiento!
Claudia López Poveda
Docente de la Institución Educativa Manuela Omaña,
Flandes (Tolima)
¡Maestro interlocutor de maestros!
María Eugenia Clavijo, Edilma Grijalba, Yolanda López, Rosario Abaunza, Mauricio Pérez, Martha Gutiérrez,
Lilia Grijalba y Nubia García, Integrantes de «Pido la Palabra Tolima»
Al doctor Mauricio Pérez Abril
N
o había encontrado el momento de expresarlo, pero, desde mi corazón, quería manifestarlo hace mucho tiempo, por eso no quise dejar pasar esta oportunidad y me atreví a hacerlo a
través de estas líneas.
Palabra y tomé la decisión de vincularme a ella. Le comparto que estudié una licenciatura y un posgrado en Castellano y Literatura; pero confieso que aquello que aprendí
en la universidad no supera nunca el fundamento teórico
y conceptual que adquirí en la Red Pido la Palabra.
Quiero compartirle que hace, aproximadamente,
unos nueve años asistí a un encuentro de maestros de
literatura y tuve la oportunidad de comprar allí el libro
Competencias y proyecto pedagógico, donde había un
artículo de su autoría, titulado “Hacia una pedagogía
del discurso: elementos para pensar la competencia argumentativa en los procesos de escritura en educación
básica”. En esa ocasión, también escuché diferentes ponencias, entre las cuales, recuerdo especialmente la del
doctor Fabio Jurado y la suya, Mauricio, que me motivaron mucho por su discurso y calidad de trabajo.
Desde entonces, quedé confundida y empecé a reflexionar sobre cómo debería replantear mi práctica
pedagógica de aula y así se fue despertando en mí la ansiedad por buscar la forma de lograr este cambio. Por
fortuna, me di cuenta de la existencia de la Red Pido la
Por lo anterior, Mauricio: agradezco infinitamente su
apoyo incondicional, las orientaciones sabias y pertinentes que nos brindó durante estos años con tanto esfuerzo,
donde el único estímulo fue el de ayudar a un equipo de
docentes que queríamos cambiar, formarnos y transformar nuestras prácticas con los estudiantes.
24 Se me ha dificultado volver a la red, pero quiero contarle que mi práctica pedagógica se fundamenta en las
enseñanzas que allí recibí. ¿Cómo olvidar esas largas jornadas incansables de trabajo, durante las cuales nos reíamos, aprendíamos y también llorábamos al ver nuestra
realidad como docentes? Sus apreciaciones nos hacían
reflexionar, algunas veces nos sentíamos mejor y otras,
peor; pero la realidad nos edificó como docentes.
¡Maestro interlocutor de maestros!
Como resultado del proceso de trabajo que llevo a
cabo en mi institución, una niña llamada Lizet, del grado
octavo, participó el año pasado en un concurso de crónica a nivel departamental y obtuvo el primer puesto. ¿Por
qué? Porque esa fue la semilla que usted sembró en mí, a
través del proceso didáctico de escritura y lectura.
Mauricito, mil gracias por sus aportes y por compartirnos su sabiduría, siempre está presente en mi corazón,
mente y aula de clase.
Le deseo muchos éxitos.
Edilma Grijalba Rubiano
Querido Mauricio
R
ecuerdo que un día fui invitada a uno de los
congresos departamentales que, año tras año,
organiza la Red Pido la Palabra en el municipio
de Ibagué, departamento del Tolima. Fue así como asistí,
llena de expectativas, buscando mejorar mi quehacer pedagógico de una forma organizada, esperando que fuera
de interés y significativo para mí y, de paso, para apoyar a
mis estudiantes. Entonces, tuve la oportunidad escuchar
una y otra ponencia de excelentes maestros que hablaban
desde su propia práctica y mostraban resultados a través
del seguimiento porque habían logrado transformar el
modo de enseñar, entre ellos: Mauricio Pérez Abril, quien
dejo ver, a través de su propuesta, la importancia de hablar, leer y escribir, habilidades que es fundamental desarrollar desde la educación inicial con nuestros niños y niñas, puesto que son, ante todo, prácticas socioculturales.
Luego, la ponencia de Mauricio fue tan clara y precisa,
que me llevó a cuestionarme y reflexionar sobre el cambio, la responsabilidad y el compromiso docente frente a
mi propio quehacer pedagógico, al enfrentar y confrontar
con mis pequeños los procesos de lectura, escritura y ora-
¡Maestro interlocutor de maestros!
25
lidad que apenas iniciaban en la educación formal.
procesos en las aulas de clase con los estudiantes.
Así pues, sentí la necesidad de repensar: ¿Cómo haría
para cambiar viejos paradigmas, de una educación tradicional y repetitiva? Este despertar me llevó a hacer un
alto en el camino y, a partir de ahí, decidí seguir asistiendo a las reuniones programadas por la red para estudiar
juiciosamente, aprender y descubrir respuestas a algunos
interrogantes e inquietudes que me planteaba. Hoy, doy
gracias a Mauricio Pérez Abril y a la Red Pido la Palabra
por los aportes conceptuales de formación y transformación que allí se construyen y fundamentan para fortalecer
Mauricio, que el Todopoderoso lo acompañe siempre.
Muchas gracias por su ejemplo, acompañamiento y preocupación para que nuestras aulas sigan siendo un espacio
de construcción de saberes para alcanzar la transformación escolar y, en consecuencia, social. Sus aportes me
ayudaron, no solo a mejorar mi aspecto laboral sino también a nivel personal, a transcender en mi vida.
26 Lilia Grijalba Rubiano
¡Maestro interlocutor de maestros!
A mi maestro Mauricio
La prudencia nos hace tener un trato justo
y lleno de generosidad hacia los demás,
nos conduce por un camino más seguro.
Página de la vida.
M
auricio, gracias por sus enseñanzas y, en especial, por
la prudencia y amabilidad con que siempre, generosa e incondicionalmente, ha estado ahí, dispuesto a
compartir conocimientos y a transmitir su saber.
¿Cómo lo conocí? A partir del deseo de transformarme como
docente y cambiar mi práctica en el aula e incentivada por un programa de la Secretaría de Educación que me brindó la oportunidad
de participar en siete talleres de Lengua Materna, en las instalaciones de la Coruniversitaria (hoy denominada Universidad de Ibagué). Este estudio me llevó a aceptar la invitación a formar parte de
una red de estudio sobre las prácticas pedagógicas de lenguaje que
acogía a profesores de algunos municipios del departamento del
Tolima. Fue allí donde me encontré por primera vez con el maestro
Mauricio Pérez Abríl. En esa ocasión solo me dediqué a observar la
dinámica del grupo, la cual llamó la atención y desde ese momento
me inicié en esa gran aventura, participando así de las exposiciones
sobre el trabajo de aula que se realizaban en ese entonces.
¡Maestro interlocutor de maestros!
Luego, han sido muchos los años transcurridos, así como las
maestras y maestros que por allí han pasado, algunos de ellos han
aprovechado dicho espacio como trampolín para compartir sus
experiencias, otros simplemente asisten por curiosidad y otros —
entre los cuales me incluyo—en realidad deseábamos permanecer en este grupo.
Actualmente, la red está conformada por un colectivo de trabajo con reconocimiento regional, nacional e internacional que
le ha permitido a la Institución Educativa Liceo Nacional de Ibagué(Tolima), en la cual laboro, viajar a muchos lugares de Colombia y Latinoamérica en las maletas e ilusiones de las compañeras
Martha Lucía Gutiérrez y María Eugenia Clavijo.
Mauricio, quiero manifestarle que aprendí de usted esa capacidad de escuchar y guardar silencio mientras la otra persona
se expresa, especialmente en los momentos difíciles. Aprendí a
defenderme con argumentos en situaciones de confrontación,
hablando no tan pasito que no me oigan ni tan duro que falte al
respeto al otro…
Nuevamente, gracias y ¡felicitaciones!
Ernestina Zuleta Zuleta
27
En las largas y fructíferas sesiones de los sábados con Mauricio Pérez Abril
A Mauricio Pérez Abril
La gratitud en silencio no sirve a nadie.
Stern
C
uando en la vida profesional se da con personas que lo hacen a uno crecer y sentirse bien,
no queda otra cosa que dar gracias.
Participar en el Grupo de Reflexión de Lenguaje en
la red del Tolima durante tantos años y contar una vez
al mes con el acompañamiento del profesor Mauricio
Pérez Abril era sentir cómo cada sábado se convertía
en el momento deseado con ansiedad: viajes, risas, bromas, dudas, conocimiento, apoyo, crecimiento y, ante
todo, respeto y sabiduría. Se trataba de un espacio donde sentía que cada una de las preguntas que hacía al
profesor Mauricio era escuchada por él con una atención que admiraré siempre, pues nunca durante los diez
años de participación sentí que a mis intervenciones no
les prestara tanto interés como a las de mis compañeras.
reas que nos proponíamos en cada encuentro, que luego
era llevada al grupo de reflexión. En mi caso, llevaba
mis videos con parte de la clase para observarlos y analizarlos, y siempre encontré en él una motivación para
continuar el trabajo y montar mi proyecto de oralidad,
que me llevó a crear la emisora de la institución.
En una ocasión se visitó mi institución, ubicada en
ese momento en Villa Restrepo, para observar una clase
sobre argumentación, ese día también conocí de él su
sencillez y su sensibilidad para apreciar la naturaleza,
recuerdo que estaba pendiente del desarrollo de la clase
y, con su cámara, no dejaba de captar todo el paisaje que
ofrece este hermoso lugar.
Muchas gracias, profesor Mauricio, por permitirnos
contar con usted en el grupo de reflexión del Nodo Tolima ¡Pido la Palabra!.
Luz Marina Castiblanco
El compromiso, el saber y la experiencia del profesor
Mauricio, me permitieron realizar cada una de las ta-
¡Maestro interlocutor de maestros!
29
Mauricio: La humildad
y la generosidad que
impulsaron el nacimiento
y la construcción de la
Red Pido la Palabra
La gratitud, como ciertas flores, no se da en la altura
y mejor reverdece en la tierra buena de los humildes.
José Martí
E
n Mauricio Pérez Abril, hay que destacar sus múltiples esfuerzos en la construcción de la Red Pido
la Palabra. Su capacidad de liderazgo, enseñanza
y persistencia hicieron posible sostener estos espacios de
estudio, cuestionamiento y reflexión permanente durante
los encuentros y debates académicos para confrontar con
los maestros los aportes y los desaciertos de las prácticas
pedagógicas en la comunidad académica. De esta manera,
Mauricio Peréz Abril y María Eugenia Clavijo Premio
Compartir al Maestro 2013
30 ¡Maestro interlocutor de maestros!
pudimos avanzar, revisar y corregir los procesos relacionados con la forma enseñar a leer y escribir en los diferentes
niveles de escolaridad en que nos encontrábamos en ese
entonces.
Recuerdo tanto cuando Mauricio se presentó en el Centro de Convenciones con Joseth Joliberth, en un evento departamental sobre proyectos pedagógicos de aula, y cuando invitó públicamente a los profesores a formar parte del
grupo de lectura y escritura en el Tolima… Me inscribí de
primera en la lista, junto con Norma Bonilla, y a partir de
ahí, inicié mi recorrido pedagógico con otros maestros interesados por cualificar sus prácticas pedagógicas de aula,
conformando así el primer grupo de estudio con las compañeras de la escuela Gualanday. Enfrentar la lectura, la
escritura y la oralidad en público me preocupaba mucho,
pues escuchaba al profesor Mauricio cuando explicaba la
dinámica de los proyectos de investigación, así como el valor y compromiso que esto significaba.
Fue tanta la pasión por este grupo de estudio, que
siempre esperábamos a Mauricio con las compañeras de
Gualanday y nunca le fallábamos a la reunión donde se exponían los proyectos que iniciábamos. Durábamos el día
entero, trabajando de 8:00 a.m. a 8:00 p.m., el tiempo se
nos pasaba discutiendo y debatiendo los problemas de enseñanza-aprendizaje que se nos presentaban con los procesos de lectura y escritura que cada una orientaba.
¡Maestro interlocutor de maestros!
Luego, lo más difícil para mí era la interrogación insistente que Mauricio nos hacía a cada una sobre el proyecto
que diseñábamos —por qué debíamos explicar paso a paso
los momentos del proceso que vivíamos, por qué pasar de
un proceso a otro y en qué fundamento teórico nos basábamos— y saber que, al terminar la exposición, el trabajo de
días y meses se nos desbarataba. De este modo fui descubriendo y comprendiendo que el soporte teórico me era indispensable como docente para poder evidenciar y explicar
con propiedad la didáctica que desarrollaba. Precisamente,
esos cuestionamientos y reflexiones fuertes, por parte de
Mauricio, fueron los que me enseñaron a pensar y a repensar el cómo fortalecer los procesos de lectura y escritura
en mi quehacer pedagógico en el aula con mis estudiantes,
pero ya con un sentido más figurado.
A partir de los cuestionamientos y del estudio juicioso
junto a Mauricio y el colectivo de la Red Pido la Palabra, fue
él quien nos llevó de la mano por largos años a redescubrir
y reestructurar el camino del conocimiento y la investigación. Con su apoyo incondicional y sabiduría nos condujo a
repensar, a dejar a un lado la repetición con los estudiantes
y a tener claro lo que en realidad es una buena práctica de
enseñanza-aprendizaje, porque fue así como comprendí, a
través de mi propia práctica docente, que las clases en el aula
deben ser espacios de reflexión y cambio permanente donde los estudiantes no se limiten únicamente a repetir lo que
31
dice el maestro, o lo que el maestro quiere que digan los estudiantes. También entendí que, como docentes, no podemos
limitarnos por el temor de no cumplir con un plan de estudio
empolvado y desactualizado, sino que las prácticas son, ante
todo, prácticas socioculturales en los que se debe llevar a los
chicos a discutir, confrontar, proponer, argumentar y ser protagonistas de su propia historia, como una condición de vida
social, involucrándolos y comprometiéndolos, con el fin de
que lleguen a ser autónomos, críticos y responsables frente a
32 cualquier situación comunicativa generada.
Como pionera de la Red Pido la Palabra debo gratitud
y reconocimiento al “padre pedagógico” Mauricio Pérez
Abril, por lograr que en nosotros trascienda la actitud de
cambio, formación y transformación docente frente al complejo proceso del aprendizaje y la enseñanza de la lengua
para seguir tejiendo la red.
Mauricio Peréz, Jossette Jolibert, Martha Gutiérrez
y Edna García. Espinal / 1999
María Eugenia Clavijo Beltrán
¡Maestro interlocutor de maestros!
A
Mauricio Pérez Abril, un ejemplo de vida
través de nuestra vida conocemos seres maravillosos. Mauricio, ese caballero alegre, entusiasta,
entregado a su labor docente, maestro, amigo incondicional, es uno de ellos. Recuerdo el primer día que tuve
la fortuna de escucharlo: llegué a la Universidad de Ibagué,
por invitación de Luz Ángela Castaño a escuchar a un maestro que venía de Bogotá a orientar a los profesores del área
de Humanidades. Estábamos unas veinte personas en el recinto, expectantes y deseosas de aprender de las experiencias
del maestro invitado. Cuando llegó y lo presentaron nos quedamos asombrados por su juventud, su amabilidad y calidez,
pues teníamos la impresión de que las personas de Bogotá
son un poco frías. Conocer a Mauricio fue una experiencia
inolvidable, ya que, además de su personalidad, el trabajo que
realizó con el grupo permitió replantear los programas de las
asignaturas que teníamos a cargo desde lo conceptual hasta lo
metodológico. Además, nos convocó como grupo de profesores universitarios al debate respecto a la pedagogía, la didáctica y la evaluación en la educación superior.
Aquel día, después del taller, dialogué con él durante
largo tiempo, y encontramos que tenemos un maestro en
común: Fabio Jurado. Fue así como Mauricio me comentó
acerca de su deseo de convocar a un grupo de maestros in¡Maestro interlocutor de maestros!
quietos, para reunirnos y dialogar sobre nuestras experiencias de aula en Ibagué. Entonces, en 1998, en el marco de
un proyecto de actualización de Maestros de Lenguaje del
sector rural del Tolima, nos dimos a la tarea de buscar esos
profesores, y aquí estamos aun construyendo red, caminando por el sendero para el cual Mauricio Pérez sentó las bases
hace 16 años y que desde entonces ha venido construyendo
para y con nosotros.
Hay tanto que agradecerle a Mauricio: su constancia, su
paciencia con este grupo inquieto y a veces conflictivo, su
sabiduría para orientarnos y enseñarnos a pausar, a no acelerarnos para aprender, a reflexionar, a debatir, a repensar
cada decisión que tomamos en nuestras aulas. Pero, ante
todo, agradecemos su generosidad con el conocimiento y su
interés por hacer de Colombia un país mejor a través de la
educación que se imparte en las aulas de clase.
Sé que todos quienes hemos tenido la fortuna de conocerlo reconocemos en usted a un gran maestro y a un ser
humano maravilloso, un ejemplo de vida digno de admirar
y de imitar.
Martha Lucía Gutiérrez Sáenz
33
Mauricio Pérez y Sofía Tamayo. Tumaco /2011
Mauricio, nuestra luz, nuestro maestro
A
llá por el año 2000, cuando llegué a por primera
vez a una reunión del grupo de reflexión de la
Red Pido la Palabra, tenía gran expectativa por
conocer a Mauricio, gracias a la profe Rosalí Meza, quien
hablaba constantemente de él. A ella la había conocido en
Falan, un pueblito tolimense donde habían programado un
taller orientado por Francisco Parra Sandoval y Mabel Betancourt. Hoy, después de muchos años, creo que fue providencial ese encuentro con Rosalí, porque fue ella, quien,
casi de la mano, me llevó a la red. Me hablaba de “Mauricio” con tanto fervor, que en un principio pensé que estaba
un poco enamorada de él. Yo, que recién venía a trabajar
a la capital tolimense solo sabía de Mauricio que venía de
Bogotá y que era una eminencia. Pensaba entonces encontrarme con un señor muy serio, de corbata, bigote y traje
de paño.
que había sobre la mesa. Por largo rato, estuve pendiente de
la puerta, esperando la llegada de Mauricio…
Ese día, Rosalí no llegó a la hora acordada, pero me había dado las indicaciones precisas para llegar. No conocía
a nadie y llamó mi atención un profe con pinta de gomelo,
muy afable, sentado en medio del círculo de maestras de
varios municipios del Tolima, y que devoraba con deleite
de niño chiquito, las almojábanas y bizcochos de Castilla
Creo que casi ni pestañeé durante toda la sesión. Recuerdo que quise tomar apuntes de todo lo que explicaba,
pero la fascinación de lo que estaba viendo, no me lo permitía. Me preguntaba incesantemente de dónde sacaba ese
“profe” tanta sabiduría y, sobre todo, tanta paciencia para
lidiar con ese grupo bullicioso de maestras que le inte-
¡Maestro interlocutor de maestros!
Recuerdo que Norma y su grupo de maestras de Gualanday, un corregimiento cercano a Ibagué, estaban exponiendo un proyecto de aula relacionado con un viaje a
Maloka, un parque interactivo de la ciudad de Bogotá, y
me llamó mucho la atención, la manera como el profe en
mención “diseccionaba” con una meticulosidad absoluta
cada una de las actividades que se pretendían desarrollar
en el marco de ese proyecto y cómo iba haciendo evidente
que detrás de cada acción que se desarrolla en el aula, hay
una concepción sobre la lectura, la escritura e incluso sobre
el ser del maestro. Igualmente, iba precisando de manera
muy clara los referentes conceptuales que apoyaban sus
puntos de vista sobre el proyecto.
35
rrumpían a cada momento…
Esa fue una constante en todos estos años de nuestra
red: la rigurosidad con la que Mauricio nos enseñó a tomar
distancia de nuestra práctica pedagógica, para redimensionarla desde perspectivas teóricas y pedagógicas que él nos
iba ayudando a construir, por la vía de la argumentación,
de la lectura y, especialmente, de la escritura, un proceso
que, por excelencia nos ha permitido repensar cada experiencia de aula. Desde esa rigurosidad, pero también desde su enorme generosidad, él también asumió el proceso
de consolidación de un grupo de maestras que decidieron
apostarle a un proceso de formación que se constituyó en
36 referente a nivel nacional.
Todas nosotras fuimos creciendo gracias al apoyo incondicional de “nuestro” Mauricio, a su genialidad, y a su
extraordinaria capacidad de hacer explícito aquello que
nos era difícil comprender. Durante muchos años, respirábamos el orgullo de contar con su presencia, también lo
vimos crecer y agigantarse en el ámbito académico. Particularmente a mí, Mauricio no deja de sorprenderme. Cada
línea que escribe es una inspiración.
Gracias, Mauricio, nuestra luz, nuestro MAESTRO.
Sofía Tamayo
¡Maestro interlocutor de maestros!
Un soñador que deja soñar
El poeta es un fingidor,
Finge tan completamente,
Que hasta finge que es dolor
El dolor que en verdad siente […]
Fernando Pessoa
(Fragmento de Autopsicografía)
L
a primera vez que vi al Profesor Mauricio Pérez Abril, él moderaba una mesa de trabajo en
el centro de convenciones de Ibagué donde
también estaba Josette Jolibert, de eso ya hace 16 años.
Llegué tarde en esa ocasión y, al escucharlo, me inquietó
saber quién era el personaje que hablaba con tanta fluidez
y propiedad sobre el quehacer del maestro, sobre la Ley
General y sobre otras formas de hacer con el lenguaje que
se podían intentar con maestros que quisieran asumir el
reto del cambio. “Seguro no es de aquí”, pensé, escuchando como suspendida su discurso.
Todo lo que hablaba me interesaba y la forma como
lo expresaba, la verdad sea dicha, me fascinó. Inalcanzable estaba para mí en aquella época, lo cierto fue que una
tarde alcé el auricular del teléfono de mi casa y una voz
¡Maestro interlocutor de maestros!
que a mí se me antojó era la de Mauricio Pérez me invitaba a pertenecer a un grupo de estudio que se metiera de
lleno a reflexionar sobre la enseñanza y el aprendizaje del
lenguaje en las aulas del Tolima. Le dije “sí”, sin pensarlo,
asumí el reto con algo de susto y timidez que aún hoy
siento cuando Mauricio me habla o se sienta a mi lado.
Me retiré un tiempo de la red, un par de años más tarde volví al colectivo y me sorprendió la transformación
que habían empezado a tener aquellas docentes que iniciaron con Mauricio, que ya participaban y exponían en
congresos fuera del departamento. Vale decir aquí que de
ese grupo que inició la Red Pido la Palabra Tolima, solo
Mauricio Pérez y María Eugenia Clavijo han permanecido, en un trabajo ininterrumpido desde sus inicios hasta
la fecha. Hoy esa red, hija de Mauricio, cuenta con maestras acuciosas que desean figurar en el ámbito académico nacional, producto del bagaje obtenido en las largas
y fructíferas sesiones de los sábados al lado del Maestro
Mauricio.
¿Cómo nos hemos sostenido? Básicamente, gracias
37
a Mauricio, él ha sido muy respetuoso de los saberes de
las maestras del grupo, no juzga, orienta; no deslegitima
el trabajo académico de nadie y, sobre todo —es lo que
admiro de él—, tiene un alto sentido de pertenencia por
el grupo: piensa y trabaja en colectivo. Nuestros triunfos
son sus triunfos y, así no lo exprese abiertamente, sabemos que se alegra cuando nos va bien y sufre con nuestros
desaciertos, pero es muy respetuoso en la forma de hacernos caer en cuenta de nuestros errores. Aprendí de él la
importancia de estar en una verdadera alerta académica,
en sesiones con él, yo no perdía detalle de lo que decía, la
bibliografía que referenciaba era para mí una fuente de
consulta inmediata y, una vez llegaba a mi casa después
de las sesiones de los sábados, me ponía a buscar en internet a qué se refería cuando hablaba sobre aspectos del
lenguaje que en mi formación docente no había escuchado. Mauricio nos dejó ser y en estos largos años nos vio
crecer y cambiar de piel, “…nosotros, los de entonces, ya
no somos los mismos” como dijo el poeta.
del saber, es consciente de nuestras capacidades y limitaciones, a cada una nos da nuestro lugar y a cada una nos
pone a trabajar en lo que, él cree, hacemos mejor. Nos
quiere a su manera, respeta la diferencia, asume que es un
grupo heterogéneo y, en ocasiones, difícil.
Gratitud, Mauricio, por hacer posibles tantos sueños.
Yolanda López
Mi relación con Mauricio ha sido de contrastes, mi
forma de ser contestataria me ha ocasionado ciertos momentos difíciles en el grupo de la red, no obstante, reconozco con humildad que Mauricio Pérez cambió mi vida
en todo sentido. Confió en mí para llevar a cabo varios
proyectos de la red y traté de no defraudarlo (no sé si lo
conseguí) porque es exigente y riguroso en la búsqueda
38 Mauricio Pérez y Yolanda López.
Ceremonia Premio
Compartir
al maestro
2010.
¡Maestro
interlocutor
de maestros!
En El proyecto formando maestros por un tolima lector
Ibagué / 2014
Mauricio: Un camino
Caminante no hay camino se hace camino al andar.
Antonio Machado
R
ecuerdo que llegué decidida a resolver todas
mis dudas sobre lectura y escritura a la Maestría en Educación con énfasis en Lenguaje de
la Universidad Javeriana, pero nunca esperé que en vez
de resolver aquellas dudas se me fueran a presentar más.
Hasta el momento, contaba con diez años de experiencia
en enseñanza preescolar y estaba muy segura de la calidad
de mi trabajo. Sin embargo, sabía que debía mejorar mi
práctica de enseñanza en cuanto a los procesos de lectura
y escritura en los niños. Pero qué me iba a imaginar que
en ese lugar iba a encontrar a un hombre capaz de quebrar las convicciones incuestionables de mi “modelo” de
enseñanza y transformarme en la maestra que soy hoy en
día, ¡qué iba yo a saber que en mi camino profesional se
cruzaría Mauricio Pérez Abril!
Este hombre no solo cumplió el papel de ser mi maestro en la Maestría y tutor de tesis, sino que fue toda una
revelación en mi carrera profesional y para la de otros docentes que se lo encontraron en un salón de clase. Este
excelente maestro es un mundo abierto que, a través de
40 sus planteamientos, además de lograr una mirada distinta
a la investigación, genera otras alternativas de trabajo didáctico como las secuencias didácticas, cuyo estatus en el
trabajo de los maestros de la red lo tenía la pedagogía por
proyectos. Gracias a él y a sus profundas reflexiones supe
que yo tan solo era una “maestra tradicional creativa”.
Recuerdo que en nuestras conversaciones me hacía
preguntas como: ‘‘Ximena, ¿si un niño está escribiendo su
nombre, por ejemplo: “Felipe”, y no escribe siguiendo el
trazo correcto de la letra “F”, qué haces? ¿Lo corriges inmediatamente?”, y por supuesto, mi respuesta era afirmativa. Luego, a partir de preguntas como estas y respuestas
como las mías, llegábamos a un proceso pausado de revisión de cada situación. A través de estos procesos fui
haciendo comprensiones determinantes para mi trabajo,
mi quehacer, en el aula como, por ejemplo, que la lectura
iba más allá de descifrar grafemas y reproducirlos fonéticamente, y que escribir no era reproducir gráficamente
las letras. Pues bien, Mauricio fue un puente para conocer
a los grandes investigadores como: Emilia Ferreiro, Cristina Diez, Sofía Vernon, Anna Camps, entre otros, para
¡Maestro interlocutor de maestros!
encontrarme con los docentes del grupo de reflexión Red
Pido La Palabra del Tolima, en el que fui aprendiendo que
la lectura y la escritura no son procesos mecánicos sino
cognitivos y que para enseñarlos es necesario saber sobre
ellos, tener una fundamentación conceptual, un enfoque
que oriente el trabajo didáctico y una propuesta que se revise constantemente para fortalecerla.
Así pues, podría contar muchas cosas más de la incidencia de Mauricio Pérez Abril en mi vida y en la de todos
los docentes que conforman esta red, pero sin duda alguna, y es preciso decirlo, él es el puente, el camino y el motor para que muchos maestros seguros de sí mismos y a la
vez convencidos, como lo era yo, tengan la oportunidad de
tomar distancia de su práctica y repensarla para conjugar
espacios de enseñanza más pertinentes con las exigencias,
necesidades e intereses de los ciudadanos que estamos formando en nuestras aulas.
A Mauricio, un maestro que cambio mi forma de pensar, de enseñar y de concebir el mundo para iniciar un
nuevo camino.
Ximena Vargas Losada
¡Maestro interlocutor de maestros!
Mauricio Pérez Abril
41
Exponiendo en uno de los congresos de la red en Ibagué
Un recorrido por el sendero de la formación,
en muy buena compañía
E
ra el encuentro de cierre de la especialización en
Docencia en educación básica con énfasis en la
enseñanza de la lecto-escritura dirigida a docentes de básica primaria del área rural del departamento del
Tolima y cuya formación exigió abrir espacios en los municipios para crear micro-centros (espacios de formación
docente) en los cuales se abordó la fundamentación sobre
el lenguaje que llevaría a repensar la educación tradicional
de los grados iniciales. Yo estaba en dicho encuentro, en
el centro de convenciones de Ia Gobernación del Tolima,
porque había hecho parte de uno de los tres micro-centros
que funcionaron en el municipio de Flandes.
La jornada transcurrió con mucha emotividad, en ella
se encontraba Mauricio Pérez Abril porque había sido docente en la Especialización pero yo no lo conocía. Al finalizar, él anunció el propósito que tenían los docentes de
seguir formándose, de tener nuevos encuentros, de no terminar el diálogo profesional y continuar conversado sobre
el lenguaje, la educación, etc., así que Mauricio invitó a los
asistentes a vincularse a conformar un grupo para ello y
pensé que sería para mí una oportunidad de aprendizaje,
42 de formación docente, y así se lo dije de inmediato. - “Te
llamaremos” - me respondió. Esto sucedió en 1998.
Transcurrido un tiempo, recibí del mismo Mauricio
Pérez la invitación a la reunión del grupo de reflexión Pido
la Palabra, que se realizaba los viernes en la tarde en la
Universidad de Ibagué. No lo podía creer cuando recibí su
llamada, me emocioné, y por supuesto, no falté. Ese día,
en la sesión se hacían análisis de producciones textuales de
niños de tercero de primaria, yo no comprendía nada de
lo que decían, todo era nuevo para mí: las reflexiones, los
aportes, las intervenciones de los asistentes sobre el lenguaje, la escritura, la didáctica, … estaba asustada y quise salir
corriendo, pero la tranquilidad de Mauricio, el respeto con
que escuchaba, vinculaba y debatía con los maestros me
convencieron de quedarme en este grupo que él siempre
ha acompañado.
Así, han transcurrido 16 años, casi que sin darme cuenta. Tal vez porque todo el tiempo he ido descubriendo al
lado del incansable trabajo académico de Mauricio, que
la labor docente en los primeros grados de escolaridad
requiere de claridades conceptuales sobre la oralidad, la
¡Maestro interlocutor de maestros!
lectura, la escritura, la literatura y la didáctica, para conjugar situaciones de aula desde las cuales se ponga a los estudiantes al nivel intelectual que requiere la vida académica
y social. Para ello, él ha sido incondicional, generoso con
su conocimiento y con la confianza con la que le apuesta al
trabajo docente. Aunque con gran humildad siempre dice
que es él quien aprende de nuestras propuestas.
Mauricio no sólo es gran experto en los temas de lengua-
¡Maestro interlocutor de maestros!
je en Colombia, también ha sido la mejor compañía para
recorrer los caminos de la reflexión del trabajo de aula, del
fortalecimiento teórico y de la transformación docente. Su
cercanía es motivo de orgullo, y de admiración; el empeño puesto en el crecimiento académico de ¡Pido la Palabra!
Nodo Tolima de la Red Nacional de Lenguaje, se constituye
en uno de sus mejores legados.
Sandra del Pilar Rodríguez Gutiérrez
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