La albúmina del huevo y el vino tinto
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La albúmina del huevo y el vino tinto
[email protected] Número Página 1 Boletín del Huevo 21 2013 Abril Información periódica del mundo del huevo La albúmina del huevo y el vino tinto Miguel Muñagorri, Ingeniero Industrial en la especialidad de Organización Industrial, miembro de la Cofradía Vasca de Gastronomía y miembro del Consejo Asesor del Instituto de Estudios del Huevo, nos muestra una de las muchas utilidades de la albúmina de huevo en la industria. Tal vez poco conocida, la albúmina de huevo (la proteína de la clara) como clarificante de vinos se conoce desde hace siglos y se utiliza en los vinos tintos de gama alta. La albúmina, La albúmina del huevo proteína de La albúmina es una sustancia orgánica nitrogenada, soluble en agua, que se coagula con el calor por encima de los 60ºC, viscosa y de color blanco traslúcido. La clara, también llamada albumen, contiene un 88% de agua y el resto está constituido básicamente por proteínas, de las cuales la ovoalbúmina es la principal, y representa el 54% del total proteico de la clara. la clara del huevo, se utiliza como clarificante en los vinos tintos ¿Qué hacer con las yemas sobrantes? Una aplicación inmediata es como ingrediente en repostería La albúmina de huevo en polvo se obtiene separando la yema de la clara y deshidratando esta última. Para su conservación no requiere refrigeración, conservándose a temperatura ambiente entre 6 y 24 meses. ¿Qué uso tiene en el vino? Las albúminas tienen la propiedad de flocular (aglutinar) con los alcoholes, los ácidos y los taninos en los vinos. Después del proceso de fermentación los vinos se muestran turbios por tener en suspensión diversas partículas. La clara del huevo se usa como clarificante en los vinos tintos. Al añadir el agente clarificante con agitación, se realiza una buena mezcla en la que se atrapan las partículas en suspensión del vino y sedimentan. Pasados unos días tiene lugar el trasiego (cambio de recipiente), separando el vino limpio del sedimento. Se puede utilizar la albúmina de huevo de formas distintas: • Clara de huevo fresco (utilizada en los grandes “chateaux” de Burdeos), que normalmente son vinos muy tánicos. Página 2 • • Clara en polvo, soluble en soluciones que contienen carbonato de potasio. Clara congelada. Las dosis empleadas son muy pequeñas, de dos a tres claras de huevo por hectolitro de vino o de 8 a 10 gramos de albúmina de huevo en polvo por hectolitro. La clarificación por albúmina de huevo se realiza en los vinos tintos, ya que facilita su estabilidad térmica y fenólica, equilibra la estructura térmica del vino, arrastrando los taninos más astringentes. Además, no interfiere en las características aromáticas del vino, respetando la tipicidad varietal en nariz y en boca, es decir, no modifica las características propias del tipo de uva empleado. En resumen, este proceso limpia el vino y facilita las operaciones previas al embotellado, permite afinar y modelar los vinos, mejorando la expresión aromática y las sensaciones en boca y corrige defectos de estabilidad, evitando alteraciones posteriores. El “canelé”, se llama así porque se hace en un molde acanalado que le da forma. Es un pastelito tierno y suave en el interior y crujiente en el exterior. Su origen se remonta a 1519, en el convento de religiosas denominadas Las Anunciadas de Burdeos. Estas monjas fabricaban pasteles empleando la harina que recuperaban en los muelles, el ron procedente de las islas del Caribe y las yemas de los huevos que sobraban en la clarificación del vino. Ponían a cocer estos ingredientes en el molde y daban a los pobres los pastelitos. En 1830 esta receta fue popularizada por un pastelero de Burdeos y desde entonces se ha convertido en una especialidad local. En muchas localidades españolas con tradición vinícola es habitual también el uso de las yemas en postres típicos. La normativa europea permite los clarificantes proteicos, como la albúmina de huevo como práctica enológica. Se deben hacer ensayos previos para determinar la dosis a emplear y establecer el resultado organoléptico. ¿Y qué hacer con las yemas? Una aplicación inmediata es su empleo en repostería. Los habitantes de Burdeos las emplean para hacer un pastelito que con el tiempo se ha convertido en un dulce típico de la ciudad, el “canelé”. Foto: Canelé