Las crónicas de Sophia
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Las crónicas de Sophia
Las crónicas de Sophia Crónicas de una estudiante colombiana en Alemania “Las Crónicas de Sophia” vivir e estudiar en Alemania 2011-2012 Contenido Crónica 0 Presentación: Mamá: no me demoro… me voy para Alemania ........................ 4 Crónica 1: Aprenderse de memoria un diccionario completo vs. disfrutar el alemán .... 5 Crónica 2: Wohnheim: Un pequeño globo terráqueo ............................................................ 7 Crónica 3: “Primípara” por segunda vez .................................................................................. 10 Crónica 4: Se busca práctica o se subasta estudiante de ingeniería ................................... 13 Crónica 5: El señor de pantalones rojos también habla alemán.......................................... 16 Crónica 6: ¡Amo ser una estudiante colombiana en Alemania! .......................................... 20 Crónica 7: El todo o nada: ¡No soy nerda porque quiero, sino porque tocó! ................ 24 Crónica 8: Guía de viaje de becarios colombianos en Alemania: Yo voy, pero… ¿a dónde vamos? ................................................................................................................................. 27 Crónica 9: Un país con cuatro personalidades diferentes: muy lejos del trópico .......... 31 Crónica 10: Se habla alemán ....................................................................................................... 35 Crónica 11: Guía de viajes de un becario colombiano en Europa ...................................... 39 Crónica 12: 3 de agosto de 2012 – Por los buenos momentos... Imposible olvidar ...... 44 Publicado por: DAAD Colombia Centro de Información Cra. 11 # 93-52 Bogotá Textos: Sophia Méndez Pinto Fotos: Sophia Méndez Pinto Edición: Recopilación y montaje: Impresión: Angélica Hernández Barajas Anna Schwark y Franziska Koch Octubre 2012 – 1 Crónica 0 Presentación: Mamá: no me demoro… me voy para Alemania 11 de agosto de 2011! Mi nombre es Sophia Méndez, soy oriunda de la tierra del vallenato, pero estudio Ingeniería Química en la Universidad de Antioquia, ubicada en la ciudad de la eterna primavera. Nunca había venido a Europa, y después de una semana y media de haber llegado a tierras germanas, a Marburg, sigo levantándome por las mañanas, sin poder creer que ahora estoy donde siempre quise estar. Aquí me siento muy feliz! (Frente a unos generadores de energía.) Estaré estudiando y viviendo un año en Alemania y cada mes escribiré una crónica, como un pequeño reportaje sobre algunos temas que a todos los estudiantes colombianos que quieren venir a Alemania les pueden interesar. Creo que es bueno escribir para contar cuando tantas cosas pasan. El otro lado de esa gran piscina siempre me parecía muy distante, por mucho que soñara con ella. Pero el día por llegó, y luego de estar 11 horas en un avión, llegué al punto del sueño en que me decía a mí misma: “Por favor, por favor, que no sea un sueño. Que me pellizque y siga siendo cierto”… Es una sensación impresionante, sobre todo cuando uno comienza a darse cuenta que no podría estar soñando por tanto tiempo. En unos días esperen mi crónica de agosto…sobre esos malentendidos cuando se aprende otro idioma… Por primera vez salimos a darnos cuenta que esto estaba realmente pasando. De izquierda a derecha: Línea de atrás: Oscar y Carlos. Línea delantera: Juan, Carlos, Diana, Sophia, Johnnatan, Sebastián, Maria Alejandra y Luis Carlos. 4 Crónica 1: Aprenderse de memoria un diccionario completo vs. disfrutar el alemán 18 de agosto de 2011 “Disculpe, ¿puedo usar la piscina?” Esa fue mi primera metida de patas, cuando estábamos en el avión que nos traía a Alemania. La azafata sonrió, pero creo que mi cara de latina fue suficiente para que se diera cuenta que no era mi lengua materna, y además que estaba ansiosa y que quería empezar a hablar en alemán. Muy amablemente corrigió mi error. Estudiar alemán realmente es una experiencia que se disfruta, y se siente muy bien cuando se aprenden cosas nuevas y uno se da cuenta que cada día suena más alemán que cualquier otra cosa que haya dicho el día anterior. Sin embargo, era necesario entender que para aprenderlo era mejor no pensar en español, por eso, necesitábamos encontrar maneras de practicarlo en todas sus formas (lectura, escritura, escucha y habla) sin tener que aprendernos una página del diccionario y que al día siguiente se nos olvidara. Necesitábamos aprender alemán haciendo cosas que nos gustaran. En la Main Tower, con una vista panorámica de la hermosa ciudad de Frankfurt. De izquierda a derecha: Línea de atrás: Diana, Carol, Paola, Mauro, David, Sophia, Sebastián M., Vero, Maria Alejandra, Johnnatan, James, Cata, Juan, Paula, Rafa y Andrea Línea de adelante: Sergio, Juan David, Jorge, Carlos R., Carlos I., Luis Carlos, Oscar, Andrés, Sebastián E. Alrededor de la bandera: Julián, Diana y Diego Una estrategia común entre todos los que estudiamos alemán es escuchar música, y siempre ha sido una buena estrategia: se disfruta, se canta con emoción, y en el mejor de todos los casos, es pegajosa, repetitiva. Y ¿qué mejor manera de recordar una palabra si la dices en cada coro de una canción, que escuchas varias veces al día? Eso realmente funciona. Algunas redes sociales como Facebook son de gran ayuda. Una vez me uní a un grupo llamado “IchlernegernDeutsch!”, en el que no sólo hay principiantes sino también personas nativas que quieren colaborar con el aprendizaje. Una niña de Austria me agregó y me dijo que ella podía colaborarme. Hoy en día, a pesar de que aún no hemos tenido la oportunidad de conocernos personalmente, puedo decir que somos buenas amigas. Ella me ayudó a mejorar mi gramática de una forma muy práctica: Hablando con ella de cualquier tema. Esta es una gran herramienta, sobre todo para los tímidos que quizás no se atreverían a ir a saludar a alguien rubio que vean en un paradero de buses o en una fiesta. 5 Uno de los trucos de María Alejandra Loaiza y de Julián Caicedo, becarios que también vinieron a Alemania de la Uni. Norte (Barranquilla) y de la Uni. Antioquia (Medellín), respectivamente, es leer novelas y cuentos infantiles en alemán, mientras que Oscar Martínez de la Uni. Valle (Cali), piensa que es más sencillo cuando la mente asocia las palabras en alemán con imágenes, algo como Nemotecnia. Pero el cine doblado al alemán, las noticias habladas en un modo más lento (LangsamgesprochenenNachrichten), las novelas como “Jojo sucht das Glück” hechas para los que no son germano parlantes y desean aprender, y todas las secciones de aprendizaje de este idioma en la página de la Deutsche Welle son de las preferidas de algunos como Johnnatan Posada de la Uni Antioquia. Aunque no está de más el viejo truco de acostarse a dormir escuchando radio o cualquier tipo de audio, a ver si cuando nos levantamos sabemos más alemán que el día anterior… o que lo diga Sebastián Martínez de Uni Andes! Hay muchas palabras que no son tan comunes encontrar en los textos, a menos de que sea por ejemplo, un recetario de comidas… de haberlo hecho hubiese sido más fácil para nosotros hacer el mercado. Pero la práctica nos hará buenos estudiantes en el tema, y ya hemos aprendido más a reconocer qué compramos y qué comemos. Pero los germano-parlantes no están conformados únicamente por el que aprende el idioma y su reflejo en el espejo. Algunas veces queremos expresar algo pero terminamos diciendo otra cosa, que no nos hace quedar muy bien. Por ejemplo, uno de nuestros amigos intentó decir a toda la clase que le gustaba trotar (Joggen), pero dijo que le gustan los chicos (Jungen)… gran error! A muchos es más fácil y Diana P... Es muy fácil decir Hola (Hallo) y que te entenderlos, pero otros, a causa Sophia devuelvan una sonrisa sin haber tenido una larga conversación. de malentendidos, nos hacen correr perdidos por todo Frankfurt buscando la estación central de Trenes (Hauptbahnhof) a 15 minutos de que saliera el tren, y una vez en la estación, montarnos en la parte equivocada del tren. Sin embargo, la lección de alemán no había sido en vano. Alguien en el tren, quien sostuvo una clara conversación, nos explicó que debíamos irnos hacia la parte de adelante porque el tren se dividía al llegar a cierta ciudad, y luego sí iba hacia nuestro destino… Algo que por poco no entendimos. ¡En un mes esperen mi segunda crónica! 6 Crónica 2: Wohnheim: Un pequeño globo terráqueo 17 de septiembre de 201 En Colombia casi todos mis vecinos son paisas, y el “extranjero” es un pastuso, pues es el que está más lejos de su casa. El resto de vecinos viven en su ciudad natal. Mientras que en Marburg mi vecina de la izquierda es búlgara y el de la derecha es un chino más alemán que todos los alemanes. El resto, son extranjeros y unos pocos alemanes, excepto por otros dos que también vienen de la tierra del café. ¿Y el resultado de esta mezcla de nacionalidades y culturas? Una cocina en la que te pueden saludar de muchas formas, en la que en un rincón se habla mandarín, azerí (idioma oficial de Azerbaiyán) o español, pero hay un puente entre todas las culturas que se construye con el alemán o con el inglés. Jamás en mi vida había vivido con una persona que no fuese de mi familia. Aquí vivo con personas que nunca había visto, que tienen costumbres diferentes y por eso tenía la expectativa de cómo iba a ser vivir con ellos. No sabía cuáles choques culturales podríamos tener, si iba a ser muy incómodo o no… Al principio uno llega y ve a los demás salir de sus cuartos, estar en la cocina, Los domingos nos reunimos para hacer almuerzo. Este fue el último en la parada del bus, etc., y almuerzo de un domingo juntos. De izquierda a derecha: Julián, “Ditta”, Johnnatan, Sophia, Sebastián y Jorge. uno tiene ganas de saludarlos, preguntarles muchas cosas, hacer nuevos amigos, pero ¿y si no me responden?, ¿y si cada quien vive en su mundo? No es que nadie hable con nadie como uno pensaría. Si te encuentras a alguien en las escaleras te dicen Hi!, si estás en la cocina a menudo te preguntan ¿Hablas alemán?, y ese es el inicio de una larga conversación mientras pruebas un plato extranjero o ves a otros comer algo raro y piensas “¿Eso se come?”. La gente se reúne enfrente de los edificios, o más frecuentemente en las cocinas comunes. Se cuentan lo que hicieron durante el día, se alegran cuando alguno consiguió un trabajo… aprendes de otras culturas, practicas alemán o vuelves a la lengua materna cuando te encuentras algún mexicano o boliviano, aprendes palabras en idiomas que nunca pensaste como hebreo o croata, y le enseñas a otros cosas en español. Tanto es el intercambio cultural, que el chino más alemán que todos los alemanes no sabe decir nada en español, sólo una palabra que le enseñó un barranquillero que vive en este mismo piso… La palabra la dejo de tarea. 7 Aparte de vivir con otras personas de distintos lugares del mundo, vivir cerca a 28 estudiantes colombianos que llegaron conmigo, repartidos en estos 3 edificios, nos ayuda a sentir que aquí en Alemania, tenemos un pedacito colombiano. Entre semana vamos a almorzar a la MENSA, que es el restaurante universitario, pero los domingos nos reunimos y hacemos el almuerzo entre todos. Y no sólo los de las súper habilidades culinarias salen a relucir. Los que nunca en su vida habían cocinado entraron a hacer parte de la logística necesaria para hacer una lasaña deliciosa, pollo con champiñones, pasta, e incluso deditos de queso (o palitos de queso) típicos de la costa colombiana, para la sorpresa de cumpleaños de uno de nosotros. Además hacemos todas las labores domésticas básicas: Lavar la ropa los domingos, sacar la basura de los cuartos, limpiar la habitación, entre otras, lo que demuestra que lo que nos enseñaron en casa sí se aprendió. El último almuerzo de un domingo, esta vez, dedicado a uno de los paisas en su cumple. De izquierda a derecha: Sebastián, Johnnatan (de cumpleaños) y Julián Jugando a “La Olla”: Estar lejos de Colombia no significa dejar nuestras costumbres. Ser universitarios no significa que no volvamos a jugar como niños. En la foto: Julián (quien tiene el balón en la mano), a su izquierda Mauricio, Luis Carlos, David, Diego, Juan, Carol, Carlos, Juan David, Jorge y María, hasta llegar nuevamente a Julián. En el centro (en la Olla): Paola Molano (nuestra diarista). Esta cercanía nos permite celebrar todas esas tradiciones propias y que nos encantan, que extrañamos pero que recreamos acá en una pequeña colonia colombiana. Estas dos semanas de septiembre era muy común ver colombianos merodeando los edificios en los que vivimos, tratando de no ser vistos, que luego se acercaban a los buzones ubicados en las entradas de las respectivas torres, y todo para dejar un pequeño paquete cada viernes… a su amigo secreto. A pesar de que aquí en Alemania no se celebra el mes del amor y la amistad, nosotros seguimos la costumbre y esta semana 8 nos descubrimos, en una pequeña reunión que hicimos en el parque del frente. Entre los actos protocolarios figuraba recibir con aplausos a todo el que pasaba por ahí, aún si era un desconocido; jugar a “La olla” y luego decir algunas palabras a la persona que nos había tocado. Fue muy emotivo recordar que normalmente eso lo haríamos en nuestras ciudades con los amigos que cada uno tenemos. Aquí, aunque convivimos desde hace un mes y medio, encontramos personas para apoyarnos y para recordar buenas cosas como estas. Quiero aprovechar esta crónica para enviar un saludo a todos desde Alemania y desearles un Feliz mes del Amor y la Amistad. Pero los 29 colombianos no estamos juntos siempre para cocinar arepas. Esta experiencia no consiste únicamente en vivir en estos 3 edificios. Hay muchas cosas más que contar, cosas que han pasado y todo lo que vendrá… ¡Hasta el próximo mes! 9 Crónica 3: “Primípara” por segunda vez 19 de octubre de 2011 Se informa a todos los lectores que nos hemos trasladado a otra dirección, y que el código postal está registrado en la fría y siempre viva ciudad con el mayor número de puentes en el mundo, superando con cerca de 2.600 a Ámsterdam y Venecia… ¡Esta crónica se escribe ahora desde Hamburgo! Después de un episodio de despedidas en el marco del Oktoberfest, la comunidad de 29 colombianos fue dividida entre 7 Esta característica se ha vuelto el “apellido” de Hamburgo. En cada evento en ciudades alemanas. el que se habla de la ciudad, se resalta el número de puentes que tiene. Hamburgo, siendo la segunda metrópoli más grande de Alemania, consigue su encanto de urbe a través de viejas y nuevas edificaciones, palacios mercantiles, lujosos paseos, al tiempo que se levanta entre el agua de los ríos que se encuentran por doquier, y el fondo de esta maqueta es el segundo puerto más importante de Europa, luego del de Róterdam. Hamburgo recibe a sus nuevos estudiantes con su brisa fría y las imponentes embarcaciones de distintas procedencias. Este era un destino de gran interés, porque una preparación de 2 meses era necesaria, para llegar aquí y retomar después de casi 4 meses a la vida universitaria. La expectativa no podía ser mayor, pero ¿y cómo no?, teniendo que hacer una selección de materias de acuerdo a los intereses, a la compatibilidad con las de nuestra carrera en la Universidad en Colombia y a la propia visión profesional; teniendo en cuenta que no llegaría a clase con mis siempre amigos de la carrera, y estando segura que el profesor estaría enfrente de la clase sin decir ninguna palabra en mi lengua materna… Pero totalmente solos no nos sentíamos. Como ayuda a los nuevos estudiantes, a través de los programas de las universidades, se pueden solicitar un Tutor, “Buddy” o Mentor, y es un estudiante que te ayuda en todos tus primeros pasos, como recogerte al llegar a la ciudad por primera vez (o encontrártelo en el Oktoberfest como nos pasó a algunos) o dar un paseo por los sitios más importantes. Lo bueno es que no es como un guía turístico cualquiera. Los bien llamados “Buddys” se convierten en los primeros amigos en la ciudad, son personas que te integran en su cultura, te incluyen en planes con los suyos, a los que a su vez conoces, y es allí donde te sientes acogido, y es así 10 No es ninguna demostración. El día del inicio de clases los estudiantes de último semestre miembros de una especie de “Club estudiantil” reunían a los del primero por carreras y les contaban cosas básicas de la Universidad, así como los eventos que se organizan: excursiones, presentaciones, entre otros. que sabes que llegaste a aprender de las costumbres del lugar, sin que exista barrera cultural alguna. Es incluso la oportunidad de practicar el idioma o enseñar el propio, una especie de Tándem. Según Mareike, Thomas y Maria, algunos de nuestros mentores, la mejor oportunidad para conocer nuevas personas es a través del deporte, vincularse a equipos de la universidad, o a grupos artísticos como al coro, clases de baile, teatro, entre otros. Los idiomas no son más que una forma de expresión, razón por la que, durante una conversación con alemanes, se aglomeran en mi mente todas las clases de alemán a las que asistimos, y trato de buscar los verbos subrayados en las lecturas hechas, para aplicar lo que aprendimos. No es El nombre de “Buddys” fue una buena elección. Aquí, en la fiesta de inicio de más un ejercicio de semestre organizada por el grupo encargado de los eventos de la Universidad. En clase, es una reacción esta foto, con las tutoras de Óscar y Carlos: Mareike (izquierda) y Maria a algo que encuentras (derecha). chistoso, es expresar lo que piensas y sientes, y aunque al principio uno siente que debe hacer una especie de conversión mental con cada palabra que dice, con el tiempo todo empieza a fluir. Con los amigos todo marchaba bien, y ellos podían repetir cuando no entendía alguna frase. Lo complicado radicaba en cómo pedirle a una persona que escribe todos sus títulos antes del nombre, que está parado enfrente de una clase en la que crees que todos son alemanes y eres el único extranjero que llegó hace dos meses a Alemania, que por favor repita, más despacio, lo que acaba de decir. Este era el día esperado por muchos: volver a ser “primíparo”, en otro país, en el que la fama de exigencia y puntualidad era bien conocida por todos. Mi sistema nervioso estaba a punto de independizarse. Hacía frío, y aunque no lo hiciera, estaría aún con las manos heladas; no quería llegar tarde porque pensaba que 11 sólo vería la puerta cerrarse en mi cara después de que toda la clase me mirara ofendida por mi impuntualidad (palabra con la que, en opinión de los alemanes, los latinos estamos asociados). Por eso, para prevenir cualquier cosa que hiciera de mi primer día de clases un mal día, llegué a la Universidad con varios minutos de anticipación, para buscar el salón, para sentarme sin afán y reconocer “el terreno de juego”. Y una vez allí, me imaginaba que el ilustre educador se posaría en un atril con aires de grandeza, a alardear de su experiencia y a dejarnos muy claro que nadie debía opinar porque sus conocimientos eran astronómicamente mayores a los nuestros. Pero ese fue sólo un momento de derroche de imaginación y miedo. El profesor entró al auditorio, instaló su portátil, levantó su rostro… y sonrió. Habló con tal nobleza, paciencia y gusto por lo que hacía, que entenderle no fue una ardua tarea. Y aquí llegó el “Pero”. No hay experiencia en una universidad extranjera, sin el profesor al que no se le entiende nada, el que hace los comentarios chistosos y toda la clase se ríe. No crean que no, yo también me reía… de mí misma, porque no entendía los chistes. Sólo a uno que es extranjero, se le ocurre pensar, que en una clase de 15 o 20 estudiantes, el profesor lo mira a uno y sólo a uno, y ve en el rostro nervios, susto, Así es Hamburgo, una ciudad portuaria, de vientos fuertes, de tanto así, que incluso, cuando grandes barcos, fría, pero el cielo también se deja ver azul. En esta foto con Óscar y Carlos. en medio de su discurso se hace una pregunta a sí mismo, cree uno que lo va a señalar y le va a pedir que le responda. Nada de eso sucedió. Los primeros días de clase han sido de no olvidar, y uno comienza a sentir, que con el paso del tiempo, no habrán palabras que se escapen, que serán conocidos algunos de la clase (aunque aquí sea un poco más difícil que en Colombia) y que al menos lo que el profesor diga se entenderá. Mi alemán alcanzará un gran nivel, cuando me reía con la clase de nada más que los chistes del ilustre. Me ha impuesto un reto Profesor “Keil”. 12 Crónica 4: Se busca práctica o se subasta estudiante de ingeniería 23 de noviembre de 2011 ¿Me puede decir la hora por favor? 5:20 de la noche. Han pasado casi 4 meses, y ahora las niñas no usan vestido ni los niños pantalones cortos. De los árboles se ven sólo sus esqueletos y unas cuantas hojas que hacen falta por caer. La temperatura ha bajado, las plantas y los carros se congelan superficialmente por la madrugada y la luz del sol se ha vuelto exclusiva, pues un poco antes de la 5:00 pm empieza a oscurecer. De la imaginación a la realidad hay una gran diferencia, así como la temperatura que se ve en las calles y la sensación térmica. En algunas ciudades ya empezó a llover de una manera, por decirlo así, más compacta, de tal forma que el agua de lluvia no fluye… ¿Ahhhh?! Y es blanca. No me consta hasta el momento, pero para cualquier información al respecto pueden dirigirse a la sede de becarios del DAAD en Ilmenau. Esto me huele a diciembre, a vacaciones de invierno para los estudiantes, para la gente en las oficinas y empresas… ¿Empresas? ¿Vacaciones? ¡Un momento! Por favor no se vayan sin ver mi hoja de vida: Estudiante becaria del DAAD busca práctica. Pero es más que eso. Después de salir de clases y cualquier rato libre tiene un fin: elaborar y mejorar la hoja de vida, Un paso por la ciudad entre las históricas Polonia y Alemania: Stettin escribir el (Szczecin). Con Catalina, Oscar y Sophia. Como para hacer angelitos o jugar con ellas entre amigos: Las hojas de los árboles ya cayeron. Así es el otoño Bewerbungsanschreiben, que tanto quise ver. buscar en las páginas de las empresas conocidas las prácticas disponibles, etc. No es labor de un día, y por eso, antes de que el encargado de revisar el currículo de los practicantes empaque maletas, hay que organizar la documentación y empezar a enviar solicitudes. Durante 3 días seguidos intenté empezar a escribir mi solicitud, pero no era capaz. Me fue necesario entender que el objetivo de la carta es tener una primera conversación con el entrevistador, respondiendo de manera concisa a preguntas como; ¿Quién soy como persona?, ¿Quién soy y/o quién quiero ser profesionalmente? y ¿Por qué me interesa ese puesto como practicante y por qué en esa empresa? Hay personas que en poco tiempo han hecho muchas cosas, y eso es importante en una hoja de vida, pero si no es el caso, el Bewerbungsanschreiben es la oportunidad de demostrar que quieres aplicar lo que sabes y aprender lo que no, y que no siempre es necesario tener una larga experiencia para ser un buen practicante. Con las respuestas a ese tipo de preguntas hay que hacer que el entrevistador se interese en conocerte como 13 estudiante y que la empresa quiera contribuir a tu formación. Pero a veces uno se da cuenta un poquito tarde de los errores que comete. Precisamente, esta es la historia de una estudiante colombiana que les contaré a continuación. Por darle algún nombre a nuestra joven ingeniera becaria del DAAD y protagonista de esta historia, diremos que se llama Paulita. Paulita creyó que se le estaba haciendo tarde para enviar las solicitudes de práctica y, con hoja de vida bien elaborada, y un Bewerbungsanschreiben en mano, emprendió su aventura en la búsqueda de prácticas. Como bien dicen las abuelas: “es mejor prevenir que lamentar”. Y para asegurar que conseguiría un puesto, Paulita envió la módica cantidad de 44 solicitudes…así como para tener la oportunidad de decir NO a varias propuestas. Y efectivamente alguien dijo NO. De hecho, fueron 33 veces NO, pero no fue precisamente Paulita la que dijo esos no… ¿La razón? La pequeña Paula se dio cuenta que su carta tenía un sinfín de errores. Paulita no había buscado una segunda opinión para revisar su solicitud antes de enviarla. Y es que hay muchas buenas empresas en Alemania, pero no necesariamente la que se quiere está en la misma ciudad donde cada uno se radicó. Por esta razón, hay que hacer una “inversión” en viajes a donde se concrete una cita con la firma. Pero vale la pena, ¿o no María Alejandra? Al principio, uno busca sólo en las empresas que conoce, lo que en muchos casos puede representar pocas opciones. Una buena alternativa es informarse a través de las carteleras por departamentos en las Universidades, y muchas páginas de internet, entre ellas la de Bonding, una organización de estudiantes para estudiantes, como es su lema. Este grupo, que tiene sedes en varias ciudades de Alemania, organiza eventos en los que diferentes firmas asisten y uno Unternehmen. Empresas alemanas. Las opciones puede informarse acerca del área en Deutsche son muchas y muy buenas. Muchas de ellas tienen incluso en la que trabajan, la posibilidad de su portal en internet la opción de crear su hoja de vida según hacer práctica allí y los requisitos sus instrucciones y algunas recomendaciones para la del Bewerbungsanschreiben y para la entrevista de que hay que cumplir. Bonding brinda redacción trabajo. algunas asesorías para organizar la hoja de vida e, incluso, organiza sesiones de fotografía para conseguir una buena Bewerbungsphoto. Y es que las fotos para la hoja de vida son totalmente diferentes a las que siempre vimos en Colombia. Aquí comprendimos la importancia de esas fotos. Si a través de la carta de motivación tenemos nuestra primera conversación con el entrevistador, hay un rostro en la hoja de vida que, al verlo, da una primera impresión de la actitud del practicante. Es una verdadera sesión de fotos. De manera discreta te ríes y posas enfrente de la cámara de tal manera que te sientas cómodo. Al final, el resultado es una foto que, en primera instancia, capta un poco de la personalidad. 14 Bonding: De estudiantes para estudiantes. Se encuentra en 11 ciudades de Alemania. Ofrecen muchos servicios para asesorar a los estudiantes en su preparación académica. Como dije, no es labor de un día sino de varios tratar de convencer con documentos a los funcionarios de una empresa de que eres la persona indicada para la práctica. Y como todo cuento tiene final feliz, después de varias respuestas negativas y esfuerzos, alcanzar el objetivo sí es posible. Las pequeñas Paula y María Alejandra consiguieron práctica, como pronto sucederá con el resto de becarios jóvenes ingenieros… Y viviremos todos felices para siempre… 15 Crónica 5: El señor de pantalones rojos también habla alemán 11 de enero de 2012 ¡Yo lo sospechaba! Detrás de la cortina habría una sorpresa un día por la mañana al levantarme ¡Tan evidente ella! Y aun así me emocioné tanto, como si nunca me lo hubiese esperado. Eso sí, creo que mi imaginación exageró un poco cuando creí que desde el primer momento estaría todo inundado de color blanco… Pero no. Caía como si el cielo se estuviera deshojando. Y nos llegó la nieve a Hamburg, Karlsruhe e Ilmenau. Aunque es poca y se como llegaba se iba, pero Así derrite rápidamente, nos asombró! Izquierda: Luis Carlos. Derecha: “Ditta” con el paso de los días se insinuaba más, como si se quisiera quedar, para hacernos resbalar y cambiar de zapatos… la nieve llegó a Hamburgo y a todas las ciudades de mis amigos becarios. Y aunque hiciera frío abrí mi ventana, saqué mis manos para tocarla por primera vez, pero cuando estaba a punto de tocarla, se derretía… Para mí siempre se cumplía la fórmula Navidad + Europa = Nieve. Pero aún no alcanzaba para hacer angelitos, ni para hacer una guerra de bolas de nieve, ni para admirarle el porte al señor de piel de hielo y nariz de zanahoria, pero por ahora es suficiente para hacernos sentir como niños y mirar por la ventana de vez en cuando mientras estamos en clase, para ver cómo llueve hielo. ¡Mi Adventskalender! Esta es una de las tradiciones de la cultura alemana que más me gusta. La Navidad, Das Fest der Liebe como la llaman los alemanes, nos encontró en Alemania, desde el principio augurando una pequeña sorpresa por día. El Adventskalender es como un premio por levantarse cada día. Desde el 1º hasta el 24 de diciembre hay algo escondido en la bolsita correspondiente, y el contenido puede variar con los gustos, e incluso con las edades, pues por lo general tiene chocolates, pero otros más originales tienen incluso “Schnapps”. De estos días, hay 16 2 que necesitan algo más que lo que hay dentro en el Adventskalender: el 6, que es el día de San Nicolás (Sankt Nikolaus Tag) y el 24, la universal Noche Buena. En la primera de estas fechas, los niños cuelgan un calcetín al lado de la ventana, esperando que San Nicolás guardé un pequeño obsequio en ella. Pero en una casa donde hay 2 niños, hay seguramente más de dos calcetines colgados… se vale sentirse niño en esta época. Muchos lugares, principalmente la plaza enfrente del Rathaus, se ven ocupadas. Allí se arman pequeñas tiendas, instalan algunos de los juegos típicos de las ferias, y es allí, en el Weihnachtsmarkt (Mercado de la Navidad) donde huele a Navidad: a galletas que incluyen los famosos Lebkuchen, a almendras, a ponche de huevo (Eierpunsch)… Claro que, eso de creerse niño a cualquier edad es conveniente sólo a momentos, pues ahora que el frío nos hace encogernos de hombros, lo mejor es abrazar el vaso con las manos, respirar el vapor e inmediatamente sentir el sabor del que ayuda a que dejemos de titiritar: el famosísimo Glühwein. Yo diría que aquí las cosas no se venden como “Pan caliente”, sino como “Glühwein en Navidad”. Es como un vino rojo, menos fuerte, lo suficientemente dulce y que se toma caliente en cualquier lugar: en restaurantes, en el Weihnachtsmarkt, en casa, incluso, en la Universidad, y siempre rodeado de los buenos amigos. Weihnachstm arkt en Hamburg y Berlín. Lleno de luces, música y comida navideña. Que linda se ve Alemania llena de luces navideñas. Para los 29 becarios colombianos fue muy emocionante decir “¡Está nevando!”, aunque al principio solo fuera “Lluvia-Nieve”. El Adventskalender nos muestraba que la bolsita No. 24 estaba cada vez más cerca… ¿Dónde es la novena de hoy?, “Papá no se te olvide comprar las velitas”, ¿Mamá, qué vamos a cocinar juntas para la cena de navidad?, busquemos y armemos el arbolito, ¿y las luces de navidad que van en la terraza?, saquemos los manteles, los muñecos para la sala, los cojines, la guirnalda. Levantarse por las mañanas y escuchar villancicos o cualquier otra canción de diciembre… Ahí llegaron los tíos para hacer el sancocho, que le escondan el regalo al sobrino para que no lo vea antes de las 12, que hay que guardarse monedas en el 17 bolsillo, que hay que correr y darle la vuelta a la manzana con las maletas, ¡que no se le olvide comprar las uvas!, que cerraron la calle, que ya armaron el Año viejo de trapo, que en las noticias salió que ya es año nuevo en otras partes del mundo; súbale el volumen al equipo de sonido, que ya faltan 5 pa’ las 12…¡ay!, esa es la Navidad de mi tierra, y por eso, dejo claro, que esta ha sido la crónica más difícil de redactar. Por un lado es una experiencia inigualable estar en Alemania y conocer de otras culturas, pero para eso hay que estar lejos de casa. Uno siente la nostalgia de no vivir la misma tradición, de no sentarse a la mesa con la familia para la cena de navidad, de no abrazarse con ellos para hacer la cuenta regresiva. No es fácil estar a miles de kilómetros de la familia, pero encontramos la motivación en todo lo enriquecedor que nos trae esta experiencia, en ver la Navidad blanca que siempre vimos por televisión, en ver cómo aquí cantan y viven estas fechas, en aprender de las tradiciones de otros, en probar platos nuevos. Yo podría estar triste de no estar en mi casa, pero estoy donde alguna vez quise estar, tanto así, que aunque aún falten cosas de la lista de 12 de deseos o de propósitos para el año nuevo por cumplir, hay una que 29 veces, en listas Un edificio en la ciudad de Hamburg revela cuán universal es la Navidad. diferentes, será tachada, porque se hizo realidad. Uno siente que los parientes se tranquilizan cuando uno dice: “Los extraño muchísimo, pero ¿les cuento otra cosa?, el 21 de diciembre ví nevar por primera vez”. Sentimos una nostalgia enorme, pero que es compensada cuando miramos los enormes árboles de navidad de los Weihnachtsmärkte, cuando esperamos impacientemente que haya suficiente nieve para construir una población de Schneemänner, cuando se calienta el cuerpo con un traguito de Glühwein. Alemania es famosa, entre otras cosas, por sus vías vehiculares y férreas, así que ese señor de pantalones rojos no tiene excusa para no llegar por estos lares a comerse las galletas y tomarse un vasito de leche junto a la chimenea... y a ver si me trae un poquito del sancocho que hacen en mi casa. Qué bueno que la Navidad sea una fiesta universal, que el señor que les cuento que se viste de rojo también hable alemán, que a pesar de no ser simultáneo por la diferencia horaria se despida el año viejo y se celebre la llegada del año nuevo, abrazando a los que están con uno y brindando por todas esas cosas buenas de la vida. Para todos mis queridos lectores, para todos los que sueñan, para los que quieren vivir esta experiencia y los que fueron testigos de esta emoción: EIN ERFOLGREICHES NEUES JAHR! Un brindis por este año que hace poco empezó y por la canasta de 355 unidades que aún tenemos: Zum Wohl! 18 Un brindis con Glühwein por este sueño que se nos hizo realidad. Hacen parte importante de este éxito: Gracias DAAD! (En esta foto de izquierda a derecha: Oscar, Carlos I, Sophia y Carlos R) 19 Crónica 6: ¡Amo ser una estudiante colombiana en Alemania! Sábado, 28 de enero de 2012 Quiero empezar diciéndole a mi mamá que no se preocupe, que si me ve un poco “desteñida” no es porque esté enferma, es porque el sol hace con sus rayos lo que quiere. Y más aquí, donde el sol en esta época ni calienta, ni colorea la piel. Me miro al espejo y parece que le hubiese robado la nariz a un payaso y me la hubiese puesto. Sinceramente creí que a la señora Madre tierra se le había pasado la idea del invierno de este año. La Madre tierra podría haber pensado, con compasión con estos latinos friolentos, a los que parece que se les fuera el color cada vez que se bañan, “¿Qué tan malo puede ser un año que no haga tanto frío?”. ¿Niños? Sí, ¿Vergüenza? No. La nieve quedó hasta en los pantalones, creo que hasta comí nieve, pero la guerra de bolas de nieve es una “bacanería”. Pero NO! No hubo compasión. ¡No más color canela! Aún así, los europeos siguen pensando que algunos colombianos estamos bien bronceados. En mi caso, una vida entera de “eterno verano” en Medellín (y lo digo en comparación con este clima), no se puede perder en 3 meses de invierno… ¿o sí? Tal vez me equivoque y sí puedo desteñirme. El caso es que la época de los exámenes finales se acerca, y por “finales” me refiero a 100% de la nota que se juega en una sola prueba. Después, al parecer nos reuniremos muchos en el sur de Alemania a jugar a ser practicantes. Pero no señor! Nada de jugar. Esto es muy en serio. Pero antes de empezar con ese rol de ir a la empresa todos los días, hay que disfrutar de todos los beneficios que trae ser un estudiante en Alemania. Para nosotros, la lista de precios del transporte público, museos, musicales, entre otros, tiene tres secciones: Adultos, niños y estudiantes. Cuando alguien está matriculado en la universidad no sólo se recibe el carné de identificación como estudiante, sino también el Semester Ticket, que permite utilizar buses, todos los tipos de trenes en la ciudad (U-Bahn, S-Bahn, tranvía) y en algunos Estados federados viajar en los trenes regionales. No funciona para el Intercity Express (IC e ICE), ni tampoco en el sistema de trenes de otro Estado… ¡Y que sirva como testigo contundente el becario colombiano Luis Carlos! 20 Muy cierto, hay que estudiar! Y un tanto más si las clases y la única prueba son en alemán. No es sólo aprender contenidos, sino vocabulario, y entender el sentido de lo aprendido en alemán. Pero después de las duras jornadas, disfrutamos muchísimo cuando los miércoles, apenas se termina la clase de alemán a las 8 de la noche, nos relajamos y nos emocionamos viendo un partido de cualquier campeonato de fútbol europeo. Aprovechamos el esparcimiento y nos comemos una hamburguesa acompañada de una cerveza alemana (cualquiera entre la gran variedad). Nos deleitamos viendo a un grupo de españoles dividirse en dos cuando se juega el clásico, y todos estos buenos momentos los disfrutamos pagando sólo la mitad de lo que realmente cuesta. Uno de los tantos bonos que recibimos al registrarnos en la ciudad y que parecen tener validez infinita, nos permite toda esta diversión. Yo sé que esto puede ser una estrategia de ventas, de todas esas cosas de finanzas y comercio de las que no tengo ni idea, pero para estudiantes como nosotros, es una súper estrategia. Marburg es quizás la ciudad de Alemania que más percibió nuestra “Jabadera”, “Gomosería”, o como se les diga en las distintas partes de Colombia, a ese sentimiento de tener algo por primera vez y querer disfrutarlo al máximo. ¿Cuántas veces se bajó alguien del bus, de camino al curso de alemán, en la parada de Elisabethstraβe, para escoger entre varias opciones, y reclamar el duro y muy orgánico pan En Marburg. ¿Quién dijo spaguetti de helado? Después de clases en el curso de alemán y de almorzar en la MENSA, caminábamos por la ciudad, alemán, o ir hasta el y en la tarde probábamos alguna comida diferente. En esta foto, de “segundo piso de la ciudad” izquierda a derecha: Sebas E., “Ditta”, Maria Alejandra, Sophia, “Andrew”, (Oberstadt) a reclamar un Luis Carlos, Sebas M., Juan H., Julián y Johnnatan. café o un chocolate? Es como cuando uno tiene una cartilla y quiere llenarla a como dé lugar. Con esa libreta llena de bonos que recibimos los estudiantes aquí en Alemania, todos queríamos gastarlos hasta que no quedara ninguno. Y aunque no todos los bonos dicen “reclame gratis”, un porcentaje de descuento para cortarse el cabello un poco más barato, nunca sobra. A propósito, parece que en Alemania no sólo hemos aprendido del idioma y la cultura, sino también, por lo menos los hombres, a comprarse una máquina y dejar pequeños espacios en la cabellera para la ventilación…¿Cierto Oscar que la gran mayoría pagó “primiparada”? Además, a la universidad no se va sólo a estudiar. Uno puede unirse al coro, asistir a clases de baile, aprender nuevos idiomas, jugar cualquiera de los diferentes deportes pertenecientes a la escuela de deportes de la universidad o unirse a algún Vereinigung de la ciudad. Por ejemplo, Carlos Izquierdo practica salto alto como deportista de alto rendimiento en Colombia, y aquí en Alemania se unió a uno de esos grupos en la ciudad de Hamburgo. Y tan bien le ha ido a Carlos, que varios amigos fuimos a una 21 competencia a apoyar al de la camisa amarilla con un letrero: COLOMBIA. A Carlos, Hamburguer Meister, como le decimos ahora entre amigos, lo felicito nuevamente, por haber ganado en 2 ocasiones competencias en Hamburgo. Felicitaciones al “Hamburguer Meister”. Carlos I. En este tiempo, ha ganado dos competencias en la ciudad de Hamburgo. La casa en la que vivimos en Colombia es única, y no tiene comparación. Pero la experiencia de vivir en Alemania en una residencia universitaria es inolvidable. Como estudiante puedes presentarte en el Studentenwerk de cada ciudad para vivir en una de las habitaciones. Las ventajas son muchas: es más económico que vivir en pisos privados, están amobladas, y viven estudiantes procedentes de muchas partes. Uno tiene la oportunidad de hablar con ellos y conocerlos, aprender de sus culturas y cocinar juntos. Por ejemplo, aquí en Hamburgo se acostumbra a hacer “Noche ___” (Llene el espacio con cualquier nacionalidad). Los universitarios se reúnen para deleitarse de los platos típicos de otros países. De la noche francesa he aprendido que no comen sólo papas francesas y crepes; de la italiana que no sólo comen pasta, pero sí mucha. De la turca, que no comen únicamente Dönner como uno cree. Y nunca he estado en Francia, ni en Italia, ni en Turquía. De la comida española aprendí que la sangría es una delicia. De la comida checa no tenía ni idea! Pero gracias a Ondra, uno de mis Roomates, ahora sé qué comen los checos! Aunque la abuela de Ondra no hable español, mil gracias a ella. Todos esperamos a que él llegue de su visita a casa de su abuela, cargado de galletas, pan checo y obleas. Pues sí, no sólo los colombianos tienen obleas, los checos también tienen sus obleas! Una de esas noches temáticas sobre nacionalidades fue la nuestra, la de los colombianos junto a los mexicanos, brasileños y chilenos. Hizo falta una mesa larga y servir varias veces para mostrar sólo un poco de la riqueza gastronómica. Los mexicanos no comen chili con carne (cosa que todo europeo sabe decir en español), pero sí mucho picante. No se preocupen, mi lengua no perdió la memoria probando los platillos mexicanos. Los colombianos cocinamos patacones con hogao, arepas rellenas con carne y arequipe (hecho por nosotros) con galletas. Fue como volver por un momento a casa. 22 Yo creo que lo mejor de ser un estudiante extranjero en Alemania, es que siempre surgen nuevas ideas y planes para aprovechar la experiencia al máximo. Uno siempre tiene energía, no sólo para estudiar, sino también para salir y conocer la ciudad, para conocer gente nueva y nuevas culturas. Esta es la primera vez que estamos aquí y no nos da vergüenza jugar como niños en la nieve. Y hasta creo que dejamos a los niños sin La noche latina. Los mexicanos armaron su propia piñata. No me podía perder la oportunidad de revivir esos momentos de la infancia. Por eso, nieve para jugar al día cuando dijeron: ¿Quién rompe la piñata?, grité un fuerte ¡Yo! siguiente, porque la usamos toda para tratar de hacer nuestro primer muñeco de nieve. Unas cuantas escapaditas del mundo de “los grandes” para disfrutar un ratico de la niñez y después volver otro ratico a la vida de estudiante universitario. Pero ya está bueno de la escapada de hoy. A estudiar para los exámenes. En la próxima crónica de febrero les contaré cómo fue no tener Parciales, sino ¡sólo un aterrador Final! 23 Crónica 7: El todo o nada: ¡No soy nerda porque quiero, sino porque tocó! 23 de febrero del 2012 Und 1, und 2, und 3, … und 9, und 10, ein Hut, ein Stock, ein alter Mann, und vor, zurück, zur Seite, ran!. Sí, me aprendí una de esas canciones infantiles, de esas que también canta uno, tenga la edad que tenga, cuando no se quiere tomar nada en serio y simplemente quiere reírse con los amigos mientras camina por ahí. Eso sí lo aprendí, pero en medio de la emoción, levantarme y gritar Tor!... aún no. Aprender ese tipo de cosas me parece divertido… aprender… ¡Estudiar! Estudiar, cantar, divertirme, son verbos que me recuerdan mi experiencia en mi universidad en Colombia, cuando pasado un tiempo eran las mismas caras en las clases y una que otra nueva de vez en cuando: un repitente, uno que homologó de otra universidad, uno que asistió en un mismo semestre a las asignaturas de 2 semestres para adelantarse, etc. Pero me acuerdo de salir de clases, sentarnos en una de las tantas mesitas de la universidad, o tirarnos en el piso en cualquier pasillo, tomarnos un café si era muy temprano, almorzar juntos, o comer el “alguito” o “merienda”. Y eso se volvía necesario en la medida en que se acercaba la época de los exámenes. Esa época que se repetía de 3 a 5 veces por semestre, dependiendo de la materia; o en su defecto, era un semestre de permanentes épocas de exámenes, cómo a veces sucede cuando uno estudia en una Universidad pública. La universidad en Colombia. Despues de clases me reunía con mis amigos a hablar de todo, a almorzar y a estudiar juntos en cualquier parte, en los pasillos o enfrente de la cancha y acostados en el pasto. 24 Pero a pesar de eso, de alguna u otra forma uno lo disfrutaba, estando con los amigos, algunos haciendo cálculos de las notas que tenían que obtener como mínimo para aprobar la asignatura, analizando si aún había chances de pasar o no. De esas veces que alguien dice: ¡esta fue, voy a acabar con ese examen!, o ¡esta vez me tengo que sacar por lo menos un 3.5! Esa experiencia hay que adaptarla, pero, en palabras de las mamás: ¡no mijito, es ahora o nunca! Aquí no hay primera vez, ni próxima vez, ni última oportunidad ¡No señor! Aquí es LA oportunidad, porque aquí es algo como lo que dijo un señor muy famoso del que siempre nos contaba la profesora de filosofía: “El fin justifica los medios”. No es “El coco”, ni cualquier otro de los monstruos que les gusta esconderse entre los muebles de la habitación (debajo de la cama, en el armario, o incluso el que uno cree que habita en el primer piso de la casa cuando todos duermen y la luz está apagada), ni nada de esas cosas terroríficas… ¡Es el 100%! ¡Todo o nada! Y es por eso que los planes de fines de semana, de ver partidos de equipos como el Bayern München, Bayer Leverkusen, Borussia Dortmund, entre otros; de viajar y conocer en el tiempo libre, hay que dejarlos un tiempito a un lado, mientras nos preparamos para los exámenes. Y es que la época de exámenes marca evidentemente nuestra rutina: Ya no habían noches latinas, ni italianas, ni francesas. La gente sólo se reunía en las cocinas de los Wohnheim para aprovechar el amplio espacio, la mesa grande y estudiar. Lo que sí es cierto, es que a la hora de la cena, cuando ya todos estábamos en casa, nos preguntábamos qué tanto habíamos podido demostrar en los exámenes lo “ñoños” o “nerds” que nos habíamos vuelto, de cuenta de esos exámenes. El problema está en poder demostrar en un único examen, lo que realmente aprendimos, el punto esten poder hacer de cuenta que no existen los nervios. Una de las cosas a las que uno le teme, es no poder entender lo que preguntan, pues ya sea un examen oral o escrito, no sólo es el contenido, sino también el idioma lo que se pone a prueba. Saber expresar las ideas, ya sea convenciendo al profesor que está enfrente tuyo, o redactarle algo para convencerlo cuando más tarde califique tu examen. ¿Y es que cuántos exámenes que hicimos en la universidad fueron en alemán? Y no cuentan los cursos de idiomas. Por eso, los nervios eran mucho más de los que tendríamos en Colombia. Algunos profesores tienen una variante del examen en inglés; otros son únicamente en inglés, sobre todo las materias de maestría, en las que hay muchos estudiantes internacionales; o están las otras en las que el alemán es la única opción. Y es por eso que cuando me preparaba para ir a presentar mis exámenes, fielmente guardaba en mi ¿Cómo convencer al creador del formato MP3, que es tu profesor, de que estudiaste y dominas el tema? Que lo diga el becario “Andrew”. 25 bolso el diccionario. El tiempo es el mismo, para extranjeros y alemanes, por eso, el uso del diccionario tenía que ser para alguna palabra que estrictamente no entendiera y que me podía cambiar todo el sentido de alguna oración. La diferencia más importante es esa. Uno al principio se imagina que alrededor todos los alemanes estarán escribiendo rapidísimo las respuestas para todo, mientras uno ahí sentado no entiende nada y sólo se dedica a repetir en su cabeza “¿cómo es que era eso?”, hasta que uno comprende, que el idioma no es más una barrera, cuando has estudiado tanto, y conoces los términos importantes del tema, y mucho menos, cuando el examen comprende mucho lenguaje matemático, fórmulas, derivadas, integrales… Menos mal la matemática no se traduce en los idiomas… ¡Qué sería de nosotros sin el Sistema Internacional (SI)! Pero cuando de teoría se trata, esa que no siempre se puede traducir en lenguaje matemático, es cuando el examen del 100% es a veces un enemigo. Todo se reduce a 15 o 20 minutos de conversación con el profesor, en los que intentas demostrarle que no fuiste a tomar cerveza con los amigos ni fuiste a bailar, por estudiar para su examen. Aquí es cuando uno quiere prometerle el cielo y la tierra a la memoria para que te acuerdes de todo lo que viste durante el semestre y que leíste de manera intensiva en los últimos días. O lo peor, esas pequeñas cosas que uno dice “eso no cae, eso no lo preguntan”, preciso, como dijo Julián, uno de los becarios, “te aprendiste el 98% y justo en esos 15 min de preguntas te cayó el 2% que no aprendiste o se te olvidó, y sacas 6”. Archivos, hojas, libros, diccionarios... A estudiar se dijo. Claro, es que es ahora o nunca, literalmente. Sin embargo, después de tantos nervios, miedos y prejuicios, pudimos demostrarnos que por el hecho de venir tan lejos, con una lengua materna que no es el alemán, no significa que la calificación más baja es la de la única morenita en la clase (que es muy blanquita en Colombia, como dice Catalina). Es como que te encuentres a uno de los alemanes de tu clase y te diga: “a mi no me fue tan bien, pero a ti sí, y te felicito” ¿Cierto Oscar? O que te pidan los apuntes de la clase como a Paola; o que te reúnas con tus compañeros alemanes a estudiar para el examen, pensando que tendrías que llenarte de paciencia y preguntarles a ellos qué es cada cosa porque no entiendes. Pero no, incluso a veces es uno el que debe ser paciente para explicarles a ellos lo que no entienden. Lo más importante de todo: ¡Sobrevivimos! Y que nuestros padres no se asusten cuando les contemos que sacamos 1 o 2… esa nota es excelente, y de eso pueden estar seguros. 26 Crónica 8: Guía de viaje de becarios colombianos en Alemania: Yo voy, pero… ¿a dónde vamos? 21 de marzo del 2012 Hace unos días estaba conversando acerca de cualquier cosa con uno de los becarios colombianos que, como yo, está en Alemania. A falta de tiempo me dijo: “Más bien hablamos mañana, cuando salga del trabajo”. Y en esas andamos. Todos hacemos una práctica en este momento. Antes de eso, tuvimos que pasar cierto tiempo en las clases de alemán, en la universidad, o lo que no fue tan “terrorífico”: estudiando para los exámenes finales. Esa es la vida del estudiante: libros, universidad, trabajos, finales… conocer gente nueva, lugares nuevos... y como dijo uno de los becarios, conocido por su célebre frase: “Por ahí están diciendo que… Viaje” ¿Quién dijo viaje? Yo voy! Si los becarios tuviéramos cola, la moveríamos cada vez que alguien dijera: Viaje súper barato a cualquier parte. Y así fue el primer viaje, el primer fin de semana en Alemania. Pero no fue tan exitoso para nuestra guía, quien se había ofrecido a mostrarnos la llamada “Mainhattan”. Esta guía terminó abandonándonos después del medio día, cansada de nuestra fiebre fotográfica. Claro, ella conocía perfectamente la ciudad, pero a nosotros, que hace menos de una semana habíamos llegado, asombrados por la metrópoli, nos importaba un poco menos que un pepinillo que ella nos estuviera esperando. Y allí fue donde nuestro espíritu aventurero vio la luz y casi que desinhibidos esperábamos el viernes para buscar un mapa de Alemania, escoger un destino y organizarnos en grupos de 5, para disfrutar de los beneficios de uno de los nuestros mejores aliados en esta experiencia: el famoso Schönes Wochenende. Con ese tiquete uno puede viajar a partir de las 9 de la mañana del sábado y hasta las 3 de la mañana del día siguiente en trenes regionales. Pero claro, al principio uno cree que eso aplica para todo el fin de semana, a toda hora, pero no… Algunos vigilantes del Deutsche Bahn son un tanto comprensibles con esto, y por eso, les permitieron a nuestros amigos becarios de la Universidad Nacional viajar con “medio tiquete” en uno de sus primeros viajes al norte de Alemania, al Nuestro primer viaje: Frankfurt am Main. Y creo que en esos momentos explicarle, que no sabían nuestra guía ya estaba cansada de nosotros… o ya estaba por tirar la toalla! de dicha norma. Nosotros queríamos que cada viaje fuera una experiencia inolvidable, y es por eso, el viernes en la noche decidíamos todo para viajar el sábado temprano. La logística nunca funcionaba, sin nada de itinerarios. Nuestra estrategia era llegar a la ciudad que queríamos conocer, ir a la oficina de información turística, tomar un Stadtplan y ¡a 27 caminar se dijo! Eso sí, con el Schönes Wochenende uno puede usar el sistema de transporte público de la ciudad de destino, excepto por ejemplo el U-Bahn en Berlín porque pertenece a una empresa alterna. Con ese tiquete nadie se puede perder. Si se pierde, tome un bus S-Bahn o Strassebahn que vaya a la estación central de trenes Hauptbahnof y fin del problema! Eso sí, no se vaya solito con el tiquete, porque a los otros 4 les toca caminar devuelta… o comprar otro tiquete. Y como es sabido, la gran comunidad cafetera no permaneció en la misma ciudad todo el tiempo. Por eso, organizar grupo de 5 resultaba para algunos algo complicado. Uno viaja a cualquier parte con tal de que sea barato, porque todo es una experiencia, y en cada lugar hay algo interesante qué encontrar. Aquí se vale “pegársele” a los que tienen carro para que lo “arrimen” al destino. Por eso, el Mitfahrgelegenheit resulta una excelente opción. En la página web uno puede buscar según el destino y fecha de viaje alguna persona que ofrezca cupos en su carro. Es sólo cuestión de escribirle un correo o llamar al celular, fijar el punto de encuentro y a viajar se dijo! Pero no está de sobra confirmar una y otra vez. No vaya a ser que uno tenga todo listo para viajar y nunca aparezcan, y los dejen como a Vero y a Rafa esperando con las maletas listas. Si uno tiene un Schönes Wochenende, pero no un grupo de 5, puede ofrecer también los cupos libres por medio de la misma página a personas que vayan en la misma dirección. Uno se encuentra a veces viajeros en la estaciones de trenes con las que puede completar el grupo y viajar mucho más barato. Con el tiempo uno aprende cuáles son las mejores opciones o qué tipo de “inversiones” valen la pena, como la Bahncard 25 o la En uno de nuestros viajes patrocinado por el Schönes Bahncard 50, que son tarjetas de Wochenende ticket. Aquí, los becarios Luis Carlos, Sebastián E., descuento del 25 o 50% Catalina y María Alejandra. respectivamente, por 4 meses o un año y que se pueden tramitar en cualquiera de las oficinas del Deutsche Bahn en las estaciones de trenes. Así, el IC (Intercity) e ICE (Intercity Express), que al principio parecían utópicos, pasan a estar más cerca de nuestro alcance. Porque claro, cuando hay que viajar solo, o cuando el tiempo entra a ser una variante importante, hay que optar por comprar tiquetes individuales. Y por supuesto, con eso de que las fronteras entre los países del acuerdo Schengen “desaparecen” cuando uno tiene ese tipo de visa, hay que aprovechar la oportunidad para conocer también otros países. Viajar en tren sigue siendo una buena opción, sobre todo cuando se viaja a países vecinos. Uno puede desde ir con un Schönes Wochenende a Szczecin (Polonia), gracias a un acuerdo entre los sistemas de transporte, comprar un tiquete que conecte 3 o más países, y por cierto tiempo (Eurail). Esa es una excelente opción por ejemplo en Navidad, cuando se quiere aprovechar los días libres para hacer un pequeño tour por varias ciudades en distintos países. 28 En Szczecin con Catalina, Carlos I. y Oscar. Algunas veces en inglés, otras veces actuar, o simplemente pedir algo sencillo, como una hamburguesa. Ese tipo de opciones son una maravilla. Sin embargo, cuando las distancias se agrandan, la mejor opción es volar. Uno de nuestros consentidos es la agencia RyanAir, famosa por tener vuelos muy económicos a diferentes partes. Eso sí, no está en los aeropuertos principales de las ciudades, porque si no, no sería tan barato. Pero llegar sí es posible. Así por ejemplo, uno encuentra uno de estos aeropuertos en Frankfurt Hahn (a 1 hora de Frankfurt am Main), o uno puede viajar hasta Girona, cerca de Barcelona, a un precio más cómodo. Todo depende de lo que uno busque, porque si lo importante es llegar al destino, y conocer, los lujos no importan. Por supuesto, a veces uno tiene el deseo de conocer una o más ciudades específicamente. En mi opinión, en cada lugar al que uno vaya se encuentra algo interesante, algo por ver y conocer, una cultura diferente, un paisaje distinto. De ser así, conocer Europa resulta muy barato, si uno se mete a la página de RyanAir y busca desde la ciudad desde la que quede más fácil volar, los destinos más económicos. Entre estos destinos figuran ciudades que no son tan conocidas como Barcelona o Roma, y que por no saber qué esperar, nos sorprenden con todo lo que tienen para ofrecer, como la vez que viajé con mis amigos por unos 20 euros (ida y vuelta) a Tallin, la capital estoniana. Y 20 euros es la mitad de lo que cuesta un Schönes Wochenende. Y para otros beneficios, no se le olvide ver en la cartelera el precio para estudiantes. De esta manera, pudimos irnos por muchos menos del dinero que pensábamos, en Ferry desde Tallin hasta Helsinki (Finladia). Esa experiencia es inolvidable. Obviamente, la puntualidad es importante. Mejor duerma en el avión, y no se quede dormido en la casa como Andreita, una de las becarias, quien perdió el vuelo a Italia. Resulta complicado permanecer todos juntos cuando viajamos muchos a cualquier ciudad, y por eso, en el último momento toca correr para alcanzar el tren de vuelta. 29 Varias ciudades alemanas han tenido la dicha de ver la maratón de becarios colombianos. No es que vayamos tarde… No, nada de eso… es que nos divertimos corriendo por toda la ciudad con nuestros morrales! Bueno sí, también es cierto que a veces teníamos mucho menos del tiempo que necesitábamos para alcanzar el tren de vuelta a nuestra ciudad. RyanAir nos llevó a la capital española, en la que fuimos totalmente independientes como para conocerla con un mapa de la ciudad y muchas ganas de caminar. Y si es por este día… tenemos que aceptar que cerramos los ojos por un largo rato mientras estábamos en la estación central de trenes… De hecho, hay una sala para los viajeros que tienen que esperar un largo tiempo los trenes, sobre todo si es muy tarde en la noche. Pero es que a veces son muy pequeñas para todos los que queríamos viajar. Y si es por comida, si bien es cierto que queríamos probar cosas típicas de cada lugar que visitábamos, en algunas ocasiones nuestros morrales estaban llenos de los super prácticos sandwiches. ¿Quiere viajar? Llame a cualquiera de los becarios colombianos, y cualquiera le dirá: “tome un tren o un avión y váyase a cualquier parte”. De esos viajes nuestro sentido de la orientación se ha vuelto simplemente fantástico. Lo que no sabíamos, lo preguntábamos, si no sabíamos preguntar en el idioma del país (por ejemplo en polaco) y la persona no hablaba inglés, entonces no quedaba más que señalar imágenes, letreros, o dejar salir el actor que se tiene por dentro. En el peor de los casos, si no entiende nada del menú en un restaurante, sea un En un día de más de 24 horas. Dormir quedó para después. Un científico y váyase por el método poco más cerca de la triple frontera. Aquí en Aachen con Paola, del ensayo y error… o pida una Diana, Sebastián, David, Julián, Andrés, Luis Carlos, Jorge, Olga, pizza. Al menos la palabra es Johnnatan, Diego, Karol y Juan. “universal”. 30 Crónica 9: Un país con cuatro personalidades diferentes: muy lejos del trópico 21 de marzo del 2012 Yo recuerdo perfectamente el día en que llegamos a Alemania. No solamente estábamos sorprendidos porque por fin habíamos pisado tierra después de unas 13 horas viaje, y nada más y nada menos que tierras alemanas, sino porque mi reloj no coincidía con lo que veía, y no porque no le hubiese sumado las 7 horas de diferencia. Había demasiada luz para ser las 7 de la noche. De hecho, no sé si sea correcto decir 7 de “la noche”. Un sol como ese era un sol de 4 de la tarde en Colombia. Pero aquí, la tarde era joven. Cuando yo estaba en el colegio, la profe me enseñó que en el año había cuatro estaciones, pero que Colombia tenía una posición privilegiada y que por estar entre dos rayitas que alguien se inventó, y a las que se les dio por llamar “trópicos”, no se daban las estaciones. Y es por eso que en Colombia, pero particularmente en Medellín, vivimos en un verano eterno, alternado por épocas en las que parece que hubiésemos alquilado casa debajo de un “cielito roto”. Sin embargo, para mí Bogotá era demasiado fría, hasta que viví en carne propia lo que era realmente el frio. Y si bien es cierto que nuestro clima tropical es envidiado por muchos, por todos esos que se van a pasear a nuestras playas, o que andan en pantalonetas, chanclas y camisilla cuando uno tiene un buso puesto, los europeos opinan que vivir en un eterno verano sería demasiado aburrido. La primera vez que lo escuché me sentí indignada y tuve ganar de decir: “como se le ocurre!”, hasta que por fin entendí los Muchas caídas, pero uno obviamente muestra los resultados. En uno de los argumentos, o más bien, intentos por hacer Snowboard en Oberwiesenthal, Alemania. hasta que varios meses pasaron y pude vivirlo. Al principio fue tal cual como estar en Colombia. Mucho sol y calor, como para usar la misma ropa que uno usa en Colombia, o por lo menos en Medellín. Pero la diferencia era una, y muy impresionante: a las 8 el sol todavía brillaba, y no tengo que especificar si eran las 8 am o pm... da lo mismo. Por eso, para muchos fue complicado no sólo el “adelantarse” 7 horas en el tiempo, sino que a las 9, cuando uno empieza a sentir el cansancio del día, la luz del sol nos mantenía con los ojos bien abiertos y con ganas de hacer mucho en lo poco que quedaba del día. Fue una desventaja al principio, mientras muchos se acostumbraban a ello, lo que significó pocas horas de sueño y por supuesto, el apetito del almuerzo se volvió el apetito de la cena, y a la hora del almuerzo es como si uno quisiera desayunar. Después fue una ventaja, porque queríamos conocer 31 de todo y el día era lo suficientemente “largo” como para alcanzar a hacer muchas cosas. Con el paso del tiempo los días se fueron haciendo más cortos y un tanto más fríos. El sol hacia “turnos” más cortos y los árboles quedaron en la escala del rojonaranja-amarillo. Era hermoso ver los alrededores en esos colores, aun cuando esos colores yacían en el piso, cuando las hojas se caían. Era el otoño en el que se inspiran los poetas y escritores, el mismo otoño que llena el suelo de hojas. Era como uno lo ve en las caricaturas, como que uno se caía ¿Verano? Eso nos sobra en Colombia. Pero meses después y quedaba sepultado entre una estábamos como esos que se ven atrás. Aquí, con Julián, Luis Carlos, Johnnatan y Sebas E. montaña de hojas, o se podrían reunir todas y lanzarse hacia arriba, como si llovieran hojas. Y es cierto que existe un camino lleno de hojas, rodeado de árboles naranjas. Pero en el otoño entendí que pasaría mucho tiempo antes de que volviera a sentir el calor al que estaba acostumbrada. Y así fue. Todo empezó con unos 16ºC y una chaqueta y con una hora de vuelta en el tiempo, lo que significaba 6 horas de diferencia con Colombia. Y esta experiencia acabó con la sorpresa de vivir por primera vez lo que es caminar por la calle y ver que los indicadores de temperatura tienen un “menos” antes del número. Llegó un día en que el termómetro bajó hasta cero y de allí no subió más. Más bien, bajaba cada día más y más. A partir de ese momento uno sabía que lo más probable era que empezara a llover y ya no fueran más gotas, sino pedacitos de hielo. Uno cree que los copitos de nieve llegan con la navidad o en general con diciembre, pero no es así. Al principio es como si allá arriba estuvieran haciendo “cholado” o “raspado” y a uno le cayeran esos pedacitos pequeños que rápidamente se derriten. Después de algún tiempo de bajas temperaturas llegan los copitos de nieve, esos que tienen una forma perfecta, que parecen una pequeña red. Lentamente amanecía más tarde y atardecía más temprano, hasta que llegó el día más largo del año. Recuerdo que ese día tenía clases muy temprano, y muy en serio era lo que uno muchas veces dice en broma: eran algo así como las “8 de la madrugada” y anocheció cerca de las 4 y media. En el invierno era muy normal que a las 5 de la tarde ya fuese de noche. Por supuesto, el sol no salía ni brillaba como en julio cuando llegamos, y muchos Otoño en Hamburgo. En uno de los reencuentros con los becarios colombianos. De izquierda a derecha: Andrés, Luis Carlos, “Checho”, Diana, Sophia, Oscar, María A. y Cata. 32 días el cielo estaba gris. Era como de esos días que todos sabemos que le gustan a Julián, uno de los becarios colombianos al que se le arrugaba la cara cuando pasábamos mucho tiempo debajo del sol. Y no es que el sol nunca saliera ni quemara. Claro que quema, sobre todo en las llamadas “vacaciones de invierno”, cuando los deportes de invierno como el Ski y Snowboard están en su auge. Los que creen que uno debe ponerse bloqueador sólo para ir a la playa, se equivoca! El bloqueador era una de las cosas más importantes en la maleta cuando uno quería ir a la montaña a esquiar (o caer rodando por la nieve, que al principio era para nosotros lo mismo. Sin bloqueador, al final de la jornada quedaríamos como mapaches rojos. Después de los tres meses que oficialmente dura el invierno, debía venir la “calma”. Así tal cual me imaginaba y añoraba la primavera. Mucho antes de mudarme a Medellín, me enteré que la llamaban la capital de la eterna primavera. Ni mucho frío, ni mucho calor, ni chaquetas, ni chancletas. El clima es un punto medio entre el calor costero y el frío de la Sabana. Uno lo que inmediatamente piensa es que así tal cual es la primavera en los paisajes fuera de la zona del trópico. Y así la deseaba luego de que sintiera que mis huesos estaban en conserva en un refrigerador a -15ºC. Pero no fue así... Si bien las temperaturas no estaban por debajo de cero, tampoco lo estaban por encima de los 15. A veces si, a veces no. Un fin de semana la temperatura subió hasta 20ºC y el fin de semana siguiente cayó un poco de nieve... Lo sé, es una locura. Y no serán inventos ni exageraciones mías, pues los mismos alemanes dicen, adaptado al idioma colombiano: Después del invierno, las flores hacen su aparición. Aquí, en el Mandelblühtenfest en Gimmeldingen, Alemania. “Abril hace lo que se le da la gana” (April, April, der macht was er will). Hay días en los que uno se viste de vestidos de colores primaverales, y de busos muy delgaditos, como otros en los que uno parece que fuera a la playa, y hasta algunos días en los que tocó volver a sacar la chaqueta de invierno porque simplemente hacía mucho frío. Ya entiendo perfectamente por qué cuando los europeos van a Colombia sólo usan chaquetas, camisilla y chancletas, aun cuando uno tiene un buso puesto. Aún me asombra cómo en un solo lugar uno puede pasar por todo un proceso cuya diferencia entre sus extremos (invierno y verano) pueden llegar a ser hasta unos 50ºC. Para confirmar, pueden preguntarle por ejemplo a mis amigos becarios de la Universidad del Norte, acostumbrados a los 30ºC o más de Barranquilla, y que vivieron los cerca de -20ºC en Ilmenau, Alemania. O cómo es posible que uno tenga que adelantar el reloj una hora... Bueno, esa es la hora que uno devuelve después de que se la regalaron antes de empezar el invierno. 33 Mientras estábamos en Colombia le huíamos al sol. En la Costa por ejemplo, uno espera a que el sol no esté tan fuerte y es cuando sale a caminar, o uno busca siempre la mesa que esté en la sombra. Pero aquí es otro cuento. Después del invierno cada vez que sale el sol es una dicha. Uno ve cómo los alemanes salen y se lanzan en cualquier jardín para colorear un poquito la piel. Después del invierno el sol convoca a la gente. Todos hacen parrilladas, se sientan en el pasto a leer, a hablar, o simplemente a dar un paseo. Y estamos volviendo poco a poco, como al comienzo de nuestra llegada a Alemania, a disfrutar de la luz del sol hasta tarde, hasta el momento, hasta las 9 de la “tarde”. Ya entiendo lo que los alemanes querían decirme cuando me decían que sería aburrido vivir con el mismo clima todo el año. Es que cada estación tiene sus cosas típicas, y eso hace que cada vez que llega cada estación (sol, árboles naranjas, nieve, flores), uno la disfrute mucho más. He aprendido a disfrutar del verano y la posibilidad de salir a hacer parrilladas acompañadas de la muy tradicional cerveza alemana, bañarse en una piscina, río, lago, etc. También he disfrutado el otoño, sus calles llenas de colores y compartir con los amigos una botella de Federweiβer. Del invierno he gozado el Snowboard y el Glϋhwein. Y de la primavera, que aunque hasta ahora ha tenido conflictos de personalidad, llega con los árboles inundados de flores. Uno vive de todo un poco, y eso hace que las estaciones tengan su encanto. Yo era una de las que decía que prefería mil veces el frío que el calor... no me pregunten, ya no sé qué respondería. 34 Crónica 10: Se habla alemán 31 de mayo de 2012 Una vez escuchando la radio en Colombia, trataban de hacer adivinar a los oyentes qué era una de esas cosas que cierto porcentaje de personas (un muy elevado porcentaje) ha hecho cuando ha estado solo en la habitación, en el baño o en cualquier lugar de la casa. Y para dar una pista, haga de cuenta que tiene un espejo en el frente. Siendo niño, adolescente o adulto ¿qué haría usted? Alguien llamó y reveló uno de mi más grandes secretos de la infancia: uno se posa frente al espejo y comienza a balbucear palabras que no existen, a juntar vocales con consonantes de una manera arbitraria, y de vez en cuando añadiéndole un tono o una melodía diferente, lo que en otras palabras significa, hacer de cuenta que uno habla un idioma del que no tiene idea. ¿Otro que cayó al agua? Pues sí, yo jugaba a que sabía hablar el llamado idioma del amor y hacía “gárgaras” cuando quería pronunciar la “r”, o hablaba más con las manos que con la boca cuando quería hablar como los conocidos por su pasta y su pizza, o hasta sonaba como si tuviera unos tragos de más si quería convencer al espejo de que dominaba perfectamente la llamada lengua universal. No estoy segura de si alguna vez traté de hablar como los reconocidos por ser los genios de la cerveza, pero lo que todos decían, es que ellos hablaban como si siempre estuvieran enojados. ¿Realmente es cierto? Hace un poco más de tres años me decidí a empezar a estudiar alguna lengua extranjera diferente al inglés. El alemán apareció como una gran opción, y ni siquiera recuerdo muy bien por qué. El caso es, que antes de mi primera clase en la escuela de idiomas de mi universidad, estuve leyendo en internet algunas cosas sobre el alemán, y recuerdo, que la primera palabra que me aprendí fue “Schönheit” (belleza). Creo que fue simplemente porque me gustaba como se escuchaba y como se veía la palabra con los dos punticos sobre la O. Yo llegué a la clase, y un hombre se apareció hablando de una manera como si tuviera un espejo enfrente y estuviera solo en la casa. Para él tenía todo el sentido del mundo lo que decía, para mi ese día, y los siguientes seis meses él andaba siempre con su espejo ignorando a los demás. Yo creo que él a veces estaba perdido y hablaba solo... o la perdida era yo que no entendía ni “papa”. No todo fue tan malo, y después de los primeros días sabía presentarme, y eso bastaba para que los amigos pidieran que uno dijera algo en alemán y luego dijeran: “uy, super tesa”. Esa experiencia empezó para mi en un salón en Medellín, se extendió por 5 semestres y continuó en un salón... en Marburg, donde hicimos nuestro primer curso de alemán en Alemania. Antes de eso tuve que sentir vergüenza cuando en el avión le pregunté a la azafata dónde estaba la piscina, en En el festival de multilingua de la Universidad de Antioquia, donde empecé mi aprendizaje de la lengua alemana. 35 lugar de preguntarle por el baño... Al principio estaba nerviosa, porque no estaba segura de que los 5 semestres me fuesen a bastar para defenderme en un país en el que nadie (o al menos no cualquiera) me iba a explicar algo en español si no lo entendía. ¡Y cuando llegué a Alemania ya no lo creía! Y si bien uno empieza en el curso de alemán por escuchar diálogos, repetirlos, y leer el guión, una persona no se comportará como una grabadora en todo momento en una conversación. Dicha conversación no fluiría, pero para no quedar como un tonto, uno disimulaba cada vez que no entendía y le daba pena preguntar. ¿Cómo? Uno se decía a sí mismo: “si los demás se ríen es porque fue algo chistoso, ¡ríete tú también!; si los demás parecen que entendieron algo que aclaraban, di tu también “ah claro”; si los demás ponen cara de sorpresa ¡hazte el sorprendido!; si no te quedó claro si fue algo chistoso, una aclaración o una noticia/chisme, sólo te queda una opción: ¡di que sí a todo lo que digan!”. Pero en algún momento uno se comienza a acostumbrar a las palabras que utilizan para expresarse, a la forma en que pronuncian cada cosa, hasta que uno se da cuenta, que son menos las veces que disimula para entender, y son más las veces que uno pregunta si no entiende. Al principio yo recuerdo que contaba las mismas cosas todos los días, porque simplemente no sabía cómo decir las cosas interesantes y diferentes que había hecho en el día. Así se ampliaba el vocabulario, porque no era posible que uno tuviera tantas cosas para decir, para contar, para opinar y uno se limitara a decir “sí”. Aquí se habla alemán. Bueno, aunque con respecto a eso hay que aclarar algo. Uno no se puede confiar de decir en voz alta y en español cualquier cosa, porque se acerca un alemán o alemana y te dice: “¡yo hablo un poco de español!”. Algunas universidades ofrecen clases en inglés, pero otras sólo en alemán. Había que aprender alemán sí o sí, porque al profesor no le salen subtítulos cuando habla, ni a los productos en el supermercado cuando uno los mira, y los niños no te aclaran todo en inglés porque a duras penas saben hablar su lengua materna. Sí, me pasó que estaba sentada en un parque y se me acercó un niño y me dijo algo. Normalmente cuando uno le dice algo a un niño, él mira a la mamá para que le explique, pero yo fui quien la miró. No digamos que no le entendí, digamos simplemente que Aquí Oscar, un tanto intimidado por los niños alemanes. fue una conversación muy breve. Todas esas cosas suceden porque uno tiene que aprender. Y la forma más fácil de aprender es estando en las situaciones y entender por el contexto o pedir que le aclaren a uno en el mismo idioma, sin buscar la traducción exacta al español, porque uno no va por la calle deshojando el diccionario para entender qué significa cada cosa. 36 ¡Y hay de que uno pregunte dónde queda algo!, porque no es posible que uno asienta mientras la persona le explica a uno y con un “gracias” uno quiere convencerse de que lo entendió todo, pero la verdad es que sigue perdido. Los cursos de gramática nos sirvieron mucho para entender la lógica del idioma, e incluso para desarrollar la intuición concerniente al mismo idioma, como dice Julián, uno de los becarios colombianos. De allí en adelante, hay que hablar con los alemanes y poner en práctica todo lo que aprendimos en los cursos que hicimos. De repente, no existen tantos límites para expresar lo que uno piensa, lo que descubrió o le llamó la atención cierto día, lo que quisiera hacer, e incluso, una sonrisa con sentido aparece después de que alguien dijo algo chistoso. Obviamente, uno no aprende mucho alemán, si todo el día habla en español. Cuando uno conoce gente, cuando prende la radio y comentan cualquier cosa, cuando uno hace una pregunta en la calle, en una tienda o en un banco, cuando en las estaciones del metro dan información sobre los trenes, en el trabajo, en la universidad, el alemán es la primera herramienta para uno abrirse a otra cultura. Siempre hay un As bajo la manga (llámese inglés), para casos en los que definitivamente no se entiende, pero todo se vuelve más interesante, cuando ese As se queda En una conversación uno pone en práctica todo lo aprendido, uno allí, debajo de la manga. aprende mucho más y siente más confianza al hablar. Aquí con Andreas, uno de mis buenos amigos alemanes, Carlos I. y Cata. Me gusta saber que me rio porque algo me causó realmente gracia, que tengo amigos que han escuchado mucho más de mi que “sí” o “ah, claro”, que ya no me da pena preguntarle a alguien cuando necesito alguna información, que puedo entablar una conversación con el que se sienta enfrente mío en el tren, que he podido aprender dichos alemanes, aunque en medio de todo eso hay tropiezos como cuando uno dice algo que no quiso decir. Supongamos que le cuenta a alguien cosas sobre su familia y llega a la siguiente frase: “Cuando mi mamá estaba embarazada de mi hermano...” Tal cual lo dije una vez en alemán, y la persona me miró con cara de terror y luego se echó a reir ¿el por qué? La traducción exacta quiere decir, que yo tendría un hermanosobrino... Y todo eso que hemos aprendido corresponde al llamado Hochdeutsch que es algo como “alemán estándar”. Sin embargo, y así como en Colombia en el que encontramos el dialecto costeño, el valluno, el paisa, el rolo, entre otros, el alemán tiene sus variaciones. En el norte, en Hamburg, dichas variaciones no están presentes y puede decirse, que el Hamburg se hablar Hochdeutsch. Pero cuando uno se va a Minga… no lo busque en Google Maps, más bien pregúntele a Jorge, uno de los becarios residentes en esa ciudad. Ese es el nombre que se le da en el temido Bayerisch, uno de los acentos más complicados de entender. Minga corresponde a la conocida ciudad de München. 37 Pero una cosa es el “alemán alemán” y otra muy distinta es por ejemplo el “alemán suizo”. Tuve la grandiosa oportunidad de estar en ese país, y de hablar con una profesora suiza. Por su profesión ella debe tener muy claro cómo hablar de manera estándar (Hochdeutsch). Aunque noté ciertos acentos diferentes, me fue fácil entenderle y pensé “el alemán suizo no es tan complicado como dicen”… hasta que comenzó a hablar por teléfono con el esposo. Si mal no estoy, eso debió haber sido alemán, la verdad no estoy segura, porque si mucho, entendí una o dos palabras de todo lo que le dijo al esposo. Era como una mezcla de alemán, con cierto tono italiano, con una pronunciación más fuerte y diferente… y eso todavía era alemán! Después de eso entendí, por qué los muchos alemanes dicen que lo que los suizos hablan no es alemán, porque a veces ni ellos mismos entienden, y recurren al “sí” cuando no entienden nada. En ocasiones hay que reconocer, como bien lo dijo “Cata”, que el alemán ha atrofiado los idiomas que sabíamos. El inglés se volvió una “sopa” que contiene palabras alemanas, e incluso, enviamos los verbos al final como ocurre muy frecuentemente en el alemán. Y los idiomas atrofiados incluyen el español, pues ya no estamos en la “estación central de trenes” sino en el Hauptbahnhof, ya no tenemos compañeros de piso sino Mitbewohner y ya no hacemos una transferencia de dinero sino una Überweisung. O en el peor de los casos, inventamos palabras en español y hasta las decimos con toda seguridad. Como ejemplos están los “viajantes” de Carlos I. o “Yo me convezco” de la autoría de Ditta. No es tan malo que cosas como esas El alemán se volvió pan de cada día desde que hicimos nuestro curso de alemán en Marburg durante 2 meses. Allí “macheteabamos” cuando no sucedan, eso lo único que sabíamos una palabra en alemán. A veces le atinábamos y a veces no. De demuestra, es que en 10 izquierda a derecha: Diana S., Andrea, Rafa, James, Carlos R., Andrés y meses hemos aprendido Paola. mucho alemán. 38 Crónica 11: Guía de viajes de un becario colombiano en Europa 8 de julio de 2012 Hace casi dos meses en una de mis crónicas les conté sobre algunas de las opciones para viajar por Alemania y por Europa, y ahora esta crónica es el resultado de toda la experiencia que hemos vivido a lo largo de estos 11 meses durante nuestra estadía en Alemania. Una de las cosas que desde mi punto de vista diferencian en general a Europa de Suramérica, es la definición de fronteras. Claro, esto tiene muchas explicaciones: las distancias en Suramérica de un país a otro son mucho más grandes, pero las opciones de transporte son mucho menores. Por ejemplo, sólo dentro de Colombia, para ir del Norte al Sur, hay que viajar unos cuantos días en bus o tomar un vuelo, lo cual en general es muy costoso. Mientras que en Alemania está, según mi opinión y también según la de muchos becarios colombianos, el mejor sistema de trenes que hemos utilizado. Estar viviendo un año en Europa obliga a pensar que es necesario aprovechar el tiempo al máximo para poder ver muchas de las cosas que siempre se quisieron conocer. Por eso, los planes de viaje son muchos más constantes. Y entre estas confesiones hay que incluir lo que muchos alemanes nos han dicho a los colombianos viajeros: “ustedes han visto más de lo que yo he visto en toda mi vida en Europa”! La conclusión de todo esto es que cuando el estudio y las labores como practicantes nos lo han permitido, nos hemos vuelto grandes viajeros, es decir, nos hemos vuelto de grandes espíritus aventureros. Por eso, alternando todo ese mundo de la Ingeniería química, me he puesto en la labor de reportera para escuchar las experiencias de los becarios colombianos que han recorrido una buena parte de Europa, y he tomado nota de sus opiniones sobre la variedad de paisajes, ciudades y culturas que han visto. De la “Guía de viajes de un becario colombiano en Europa” (que no sé si se terminará algún día) les traigo tops muy variados de destinos en Alemania y en toda Europa. Destinos hay para todos los gustos, destinos de todos los sabores y colores... El Top 5 de los lugares para visitar en Alemania. En el centro: Berlin. En la esquina superior izquierda: Hamburg. En la esquina superior derecha: Heidelberg. En la esquina inferior izquierda: Friedrichshafen. En la esquina inferior derecha: Dresden. 39 Top 5 de los lugares para visitar en Alemania Cada país tiene algo en común entre todas sus ciudades, y Alemania no es la excepción. Alrededor de esas características comunes se extienden grandes ciudades y encantadores pequeños pueblos. Aquí va el top con los 5 lugares que recomendamos los becarios colombianos para visitar en Alemania: 5. En el quinto lugar de los favoritos de muchos becarios colombianos, está la llamada “Florencia del río Elba”: Dresden. 4. En el cuarto lugar se encuentra una ciudad construida al lado del Bodensee, desde donde se pueden ver las montañas al otro lado del lago e incluso, se puede tomar un ferri a Mainau, una isla de muchos jardines en el sur de Alemania: Friedrichshafen. 3. En la tercera posición está una ciudad ubicada en el estado de Baden-Württemberg, una ciudad pequeña cuya arquitectura antigua es notable en el castillo construido en la cima de una montaña y desde donde se puede ver toda la ciudad: Heidelberg. Y si bien muchos piensan que las pequeñas ciudades son las más bonitas, este top lo lideran dos grandes ciudades alemanas... 2. En el segundo lugar está el puerto más importante de los alemanes, y de la que estoy segura seguirá siendo calificada por Carlos I, uno de los becarios colombianos, como “Die schönste Stadt der Welt” (la ciudad más bonita del mundo): Hamburg. 1. El primer lugar de este top lo merece entre muchas otras cosas, por historia, por parques, por ser un eje político y por multiculturalidad, una ciudad que impresiona a muchos visitantes. Esta ciudad tiene mucho para mostrar y mucho para contar, y aún estando allá no podíamos creer que en algún momento hubiese sido dividida en dos. En el suelo están “tatuados” todos los acontecimientos históricos que alguna vez hemos escuchado, pues en muchas calles quedó registrada la línea sobre la que se levantaba el muro. Definitivamente, en el primer lugar de este top, está la capital alemana: Berlín. Top según gustos (destinos culturales, económicos, políticos, etc.) - Europa tiene mucho! Y como dije al principio, ya que las fronteras en Europa tienen una definición “distinta”, todos aprovechamos la oportunidad para conocer el viejo continente. Para recomendar un destino en Europa hay que saber qué es lo que el viajero busca. Por eso, este top es por categorías; es un top según el gusto de los viajeros. Pregúntenos qué busca y qué quiere hacer, y le diremos a dónde irse! • Para los que buscan escenarios históricos, está una ciudad en donde hay que detenerse en cada esquina para apreciar alguna escultura, edificio o cualquiera de las tantas cosas interesantes que ofrece una de las mecas de la cultura. Muchos dicen que 3 días pueden apenas darnos el tiempo para ver muchas de las cosas… pero siempre quedan muchas otras por ver en esta ciudad. ¿Adivinan de qué ciudad hablo? Hablo de la capital de Italia: Roma. 40 • Para los que buscan cultura, aparte de todo lo que se encuentra en Roma, existe una de las ciudades preferidas por los becarios colombianos. Es una ciudad que me parece absolutamente maravillosa. Los sitios más famosos de esta ciudad son el puente de Carlos construido sobre el De las favoritas de los becarios: Praga río Moldavia, la catedral de San Vito, que es la mayor muestra de arte gótico de la ciudad y la plaza de Wenceslao. Esta ciudad conserva muchos edificios antiguos que se encuentran distribuidos por toda la ciudad. Este lugar es: Praga. • Después de una sesión con un poco de cultura, política e historia, queda la noche... Por eso, los becarios colombianos recomendamos un buen lugar para ir de rumba. Aquí se encuentra la discoteca más grande de Europa, con 5 pisos y 5 ambientes diferentes. Hablamos nuevamente de un super destino, incluso también para ir de fiesta: Praga. • Para los que en cambio buscan lugares modernos, la llamada “Capital financiera de Europa” es una muy buena opción. Esta ciudad es particularmente distinta a las otras ciudades alemanas, porque de la altura promedio de casas y edificios comunes se escapan los altos edificios de grandes empresas y bancos. Aunque esta ciudad tiene rincones de viejas casas, es más bien La capital financiera de Europa: Frankfurt una ciudad moderna y un eje económico. Estoy hablando de: Frankfurt. • Para los amantes de la política, le recomendamos un eje político muy importante. En este lugar, desde una cúpula ubicada en la parte superior de un edificio se puede observar el parlamento. El argumento es que “el pueblo puede observar cómo sus 41 gobernantes debaten y toman decisiones”. El parlamento, al ser del pueblo (como dice el emblema enfrente del edificio), puede ser observado. Por supuesto, este lugar queda en: Berlin. • Pero si la idea es escapar de las grandes ciudades y deshacerse de las chaquetas, las botas y los pantalones largos que quedaron luego del clima loco de la primavera, hay que ir a relajarse en la arena como buenas “morsas”. Y como bien saben decir los alemanes: “Vamos a la playa!”. Recomendamos mucho una isla llamada por muchos, el 17 Estado de Alemania, porque es el primer destino veraniego para ellos; y puedo dar fe de eso! Uno se siente como en Alemania, sólo que con más calor y playa. Estoy hablando de: Mallorca. • Y para los amantes de la naturaleza, la “Guía de viajes de un becario colombiano en Europa”, les recomienda el lugar que más me ha gustado durante mi experiencia en Europa (por supuesto, aparte de Alemania). Hablo del país que nunca hizo parte de las guerras, hablo de un lugar donde los Alpes, el agua cristalina y de color turquesa, las ciudades viejas y bien conservadas, la tranquilidad que se siente en el ambiente hacen de este pequeño país un excelente destino. Sin embargo, debo introducir aquí otra categoría, porque este país del que estoy hablando, es de los destinos más costosos, junto a las ciudades escandinavas como Helsinki, de la que nunca olvidaré, donde un pastel con café cuesta 4 veces más de lo que cuesta en Alemania. Este destino encantador, aunque costoso, es: Suiza. Mi destino favorito fuera de Alemania: Suiza • Pero como una guía completa les ofrece una solución, aquí también recomiendo un destino más económico. Como dato curioso, les cuento que los alemanes que viven en la frontera con este país, van hasta allá porque las cosas son más económicas, mientras que los suizos, cuando hacen grandes compras, suben hasta Alemania porque así ahorran mucho dinero. Este destino recomendado es: Polonia. • Otro dato curioso que descubrimos entre las largas caminatas por las ciudades que visitamos, nos permitió deleitarnos con la cocina típica. Para esta categoría de los lugares recomendados, Julián, otro de los becarios colombianos, invita a visitar la capital eslovaca, en donde se puede probar el Bryndzové halušky, que incluye queso de ovejas con chicharrones. ¿Pero todos recordamos cuál es la capital de Eslovaquia? Es: Bratislava. • Y por supuesto, como en Alemania la cerveza es un símbolo cultural, esta guía completa incluye un top de cervezas. Las marcas más mencionadas por los becarios colombianos hacen que este top invite a degustar la cerveza de tres lugares: 42 3. El tercer lugar es para la cerveza checa. 2. El segundo lugar es para la cerveza belga. 1. Y el primer lugar, y rotundamente merecido, es para la cerveza de la capital de la extensa región Baviera en Alemania: München. Muchos destinos que visitamos y que nos gustaron quedaron sin mencionar. Definitivamente hay mucho para conocer, y un año es poco para descubrir todo lo que hay en el viejo continente. Aquí, en Porto (Portugal). En un año pudimos ver muchas de las cosas que siempre quisimos ver y por eso no podría generalizar y decir qué ciudad es la más bonita de todas. En cada lugar hay una cultura diferente, se esconden historias diferentes tras lo que vemos, y todas esas cosas son en mayor o menor medida interesantes. Además, es interesante ver cómo viven las personas en los distintos lugares del mundo. Y obviamente en cada lugar que visitamos hay muchas anécdotas para contar. Aún no somos abuelitos, pero si a los becarios colombianos nos dieran una mecedora y nos rodearan nuestros primos, sobrinos o incluso nuestros padres y demás familiares, no nos quedaría nada mal el rol de mecernos y empezar a contar nuestras historias. Y que saquen tiempo para escucharnos, porque hay mucho para contar. Por ahora, debo empacar y seguir en mi labor de reportera y verificar que los resultados sean verídicos. Bueno, en realidad la labor de reportera está hecha, pero aun así, hay que verificar. Hay un tren que abordar. Mamma mia! 43 Crónica 12: 3 de agosto de 2012 – Por los buenos momentos... Imposible olvidar Cada vez que escribo una crónica, tengo la oportunidad de revivir todas las experiencias que los becarios colombianos y yo vivimos en Alemania, porque sólo en la búsqueda de fotos en nuestra muy nutrida biblioteca de fotos de este año, recuerdo todas las cosas que hemos hecho juntos, los viajes, las despedidas, las bienvenidas, las personas que se han sumado a esta experiencia, las aventuras, y las dificultades que hemos logrado afrontar juntos. Es por eso que cuando pienso en cómo empezaré a contarle a mis seres queridos todo lo que hice durante mi año en Alemania, pienso que tienen que cancelar compromisos por lo menos por una semana. A Alemania llegamos hace un año 29 becarios colombianos llenos de expectativas, de sueños y de ansiedad (tanto así que el viaje de ida se nos hizo una eternidad). Yo aún recuerdo cuando les conté a mis papás que el viaje a Alemania iba a ser una realidad. Ni yo misma lo podía creer. Aún dos días antes del viaje era una idea en mi mente que aún no había podido asimilar, hasta la despedida antes de entrar a los controles de emigración. ¿Y cómo nos reconocimos todos los becarios colombianos estando en El Dorado en Bogotá? Los becarios teníamos un grupo en Facebook en el que nos contactamos todos y con las fotos teníamos idea de quién iba tras lo mismo. Yo recuerdo estar caminando por el aeropuerto y me topé a alguien a quién le pregunté: ¿Tu eres de los Jóvenes Ingenieros? Y así conocí al becario Luis Carlos de la Universidad del Norte, el mismo que canta y que sufrió una lesión en uno de los viajes mientras jugaba con otros becarios, pero que con todo el apoyo salió adelante y se recuperó muy bien. Él mismo me llevó al lugar donde estaba el resto de becarios de Barranquilla: Allí estaba un muchacho alto al que recordamos por sus “exóticas y muy interesantes” combinaciones de cosas dulces (Juan Henao), otro muchacho morenito Algunos de los momentos con los becarios colombianos para recordar siempre. 44 con muchísima actitud (Andrew), una chica que nos analizaba a todos y eso resultaba en las mejores imitaciones de cada becario (Maria Alejandra); y una chica que era la organizadora de eventos para los becarios, que hacia las cuentas de los viajes y que se volvió “mi compañera de chocoaventuras” (Ditta). Más adelante, en el Check In, conocí a los delegados de la capital de la salsa, los becarios de la Universidad del Valle. Allí estaban Carlos R., el pequeño de los caleños con el que me encantaba bailar salsa; “Checho” que era de los introvertidos, pero con toda la bondad y sencillez del mundo; Carlos I., nuestro atleta campeón y enamorado de la llamada por él “La ciudad más hermosa del mundo” (Hamburgo); mi compañera de piso en Hamburgo, Cata, con la que siempre iba de compras, a mercar, y a hablar de cualquier cosa; y el costeño entre el grupo de caleños, Oscar, quien siempre nos hacía reír con sus descripciones muy costeñas de sus experiencias. Luego llegaron los bogotanos, empezando por los becarios de la Universidad Nacional: Paola, nuestra diarista; Diego, el amante de la cultura y la historia; Juan David, quien tenía un estilo único; Carol, quien si bien era introvertida, estaba llena de amabilidad; y David, el tolimense entre los bogotanos, y cuya palabra de aprobación era siempre “Válido”. En otro lado del aeropuerto nos encontramos a los de la Escuela de Ingenieros: Vero, la que siempre madrugaba para ir a trotar; a Andreita, que nos inspiraba ternura; a Diana S., que aprendió, aparte de alemán, muchas expresiones costeñas; a James, el que cuando se reía se inclinaba hacia atrás, pero volvía; y Rafa, el experto en Paintball y con un gran sentido del humor. Por último, llegaron los delegados de la Universidad de los Andes. Allí estaba Mauro, de tierras nariñenses, el de la melena, una persona muy alegre y de muy buen léxico; Paula y Kelly J., dos chicas muy divertidas y que se le medían a cualquier plan; y Sebas M., que a la final aceptó, que los bogotanos también tienen acento, y que nos hizo reír mucho cuando trataba de usar expresiones costeñas. Todos juntos. La llegada y la despedida. A la derecha nuestra primera foto juntos, en Frankfurt. A la izquierda nuestra foto de despedida en el aeropuerto El Dorado. 45 Yo no llegué sola. Conmigo llegaron los paisas, que fueron como mis hermanos, uno de los cuales es Julián, que aprendió a bailar salsa en Alemania, y que nos dejó una de las frases emblemáticas en esta experiencia: “Por ahí están diciendo que...”; Sebas E., al que todos le decían que tenía más cara de europeo que de colombiano, y el que siempre se quedaba dormido en la playa; Johnnatan, que en su cumpleaños casi llora cuando vio que le hicimos un intento de bandeja paisa; y Jorge, de Montería, que era el saludable de todos y comía muchas frutas y ensaladas, y que vivía maravillado en la famosísima ciudad de “Minga” (véase también München). Debo confesar que yo había pensado en presentarme a la convocatoria para irme con la generación de Jóvenes Ingenieros de este año a Alemania. Sin embargo, cuando las oportunidades se presentan hay que aprovecharlas, y es por eso que un año antes de lo que yo había pensado, desperté en Alemania. Y nunca me arrepentiré de haberme ido antes, porque fue un año que ni yo, ni los demás becarios colombianos olvidaremos. Llegamos a un lugar totalmente nuevo para nosotros, aprendimos sobre ese lugar, su cultura, su geografía, su idioma y su gente. Siempre nos hizo falta nuestra familia, pero sabíamos que ellos compartían nuestra felicidad. La primera llamada a Colombia será de no olvidar, sobre todo, porque tardamos 2 días en buscar la forma de llamarlos. Nos fuimos izando la bandera colombiana, del país que queremos y que en alianza con el DAAD nos dió la oportunidad de hacer realidad muchas de las cosas con las que soñábamos; y volvimos extendiendo la bandera alemana, en agradecimiento por acogernos y regalarnos grandes y maravillosos momentos, por mostrarnos más allá de lo que en nuestro país podíamos ver, y por demostrarnos que nada de esto era una utopía. Quisiera resumir en esta crónica todo lo que vivimos durante ese año, pero no soy capaz de decir cualquier otra cosa sin antes decir aquí ¡GRACIAS!, porque nos ilusionamos con vivir algo como esto, luchamos y nos preparamos para ello, y al final de ese proceso recibimos un mensaje positivo. Porque nos fuimos como personas de distintas procedencias que no se conocían, y volvimos siendo amigos y compañeros de aventuras. Porque para contar y reírse tenemos todas las anécdotas de cuando perdimos un vuelo; de los trenes “transformers” que se dividen en una ciudad, y que, sin que supieran ese detalle, se les llevó las maletas a Jorge, Ditta y Sebas E. a München, mientras ellos se dirigían a Berlin; de las multas por comprar el tiquete equivocado; de las veces que viajábamos y no conseguíamos hostal y nos quedábamos a dormir en las estaciones de trenes, como en München, durante el Oktoberfest; de la gente que nos veían en un tren y nos preguntaba de dónde eramos; de las fiestas latinas a las que íbamos y que con sólo movernos un poco ya parecía un paso con la mejor técnica, claro, porque no estábamos en Latinoamérica, y por eso, fuimos la sensación; de todas las veces que íbamos a un lugar diferente para probar una comida diferente; de las caídas mientras intentábamos caminar por una calle llena de nieve o bajando la montaña mientras intentábamos hacer Snowboard o esquiar, así como de la primera vez que vimos la nieve y llamábamos con afán a los otros que vivían en la misma ciudad para informarles de lo que veíamos con nuestros propios ojos; y de curiosos hostales, como uno que quedaba en un muy pequeño barco en Amsterdam. Así como estas, hay muchas otras anécdotas, que quizás en su momento fueron muy preocupantes, pero de las que ahora nos reímos cuando las recordamos. Gracias a nuestros seres queridos que nos apoyaron en todo momento y que, en lugar de llorar porque no estábamos, se alegraban cada vez que les contábamos las cosas 46 que habíamos aprendido o conocido; gracias a todos los becarios porque sin ustedes esta experiencia no hubiese sido la misma; a todas las personas que conocimos y que aportaron cada una algo diferente a nuestros días en Alemania y en el resto de Europa; al DAAD por ser una parte tan importante de esta experiencia, apoyarnos y darme la oportunidad de contar muchas anécdotas y cosas que aprendí; y gracias a todos los lectores, por reírse de nuestras anécdotas, por opinar, por felicitarnos y dejar mensajes positivos, por dejarse contagiar de nuestro espíritu aventurero, y por dejarse motivar, porque todo el que desee vivir una experiencia así ¡tiene que hacerlo!, es mucho más de lo que uno se imagina, y es una experiencia en la que uno aprende de todo. De vuelta a Colombia. La alegría más grande es poder ver a mi familia. A Alemania llegamos 29 becarios colombianos, y a Colombia volvimos, luego de un año 29 becarios colombianos mucho más maduros, con experiencia, con conocimientos nuevos que queremos transmitir, con nuevos planes, y con muchísimo agradecimiento. Para mí, fue un gran placer reírme o sentir nostalgia escribiendo estas crónicas, y sé que, cuando en unos años las vuelva a leer, será para recordar, lo grandioso que fue este año. Sí se puede vivir algo así… así que ¡Ánimo! Con mucho cariño, Sophia 47 48