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charter-regata antigua 8/10/03 14:11 Página 1 Antigua Race Week: el desafío Charter El mundo a su alcance No fue el azar lo que nos convirtió en un equipo de regatistas –novatos, eso sí–, sino los varios meses que llevábamos entrenando en la Escuela de Regatas de Aproache de Altea, que nuestros skippers Antonio y Joaquín dirigen, y donde, con gran entusiasmo por nuestra parte y fe por la suya, intentan hacer de nosotros un sólido grupo capaz de gobernar un barco. Texto y fotos: Carmen Hernández T ras varias regatas de prueba en España (con buena nota para todos/as) nuestros esfuerzos se dirigieron a metas más ambiciosas: la Regata de Antigua, una de las más prestigiosas del mundo. Así que colgamos los bolígrafos, el ordenador, el fonendo y demás ocupaciones y en los siguientes doce días seríamos sólo un equipo de navegantes que harían historia… o no… pero seguro que iba a ser divertido… En la maleta, lo imprescindible: el impecable uniforme, un librito infumable sobre la reglamentación en las regatas y lo más importante: nuestros dos skippers, que son los que se habían leído el libro y harían que todo fuera fácil e incluso nos podrían conducir a la victoria, ¿por qué no? Somos 17 y nos repartimos en rios briefing que les esperaban, mientras que nosotros dedicamos el resto del día a los baños, el snorkel y el tapeo con unas cervezas fresquitas. Por la noche cenamos las tres tripulaciones en tierra, en uno de los puestos callejeros que tanto abundan por estas tierras, donde se cocina todo a la brasa: pollo, costillas, hamburguesas... Las distintas tripulaciones se reconocían por los uniformes, el cuadro se llenaba de colorido. Durante la cena, charlé con una de Suiza. Son muy amables, será porque no estábamos en la misma clase... La primera Nos levantamos a las 6 h, había que ultimar los preparativos: recogimos todo el barco, colgamos los dorsales (137 “Corail”, 141 “Rosco”), izamos la bandera amarilla que identifica a nuestra clase y, por fin, comenzó la regata... Según Antonio, había “20-25 nudos de viento en la salida, una boya de desmarque a una milla y empopada hasta la llegada. Un recorrido con cinco puntos de paso sorteando arrecifes (mañana será más táctica, con una ceñida más larga), viento estable durante toda la regata”. e vegamos a 7 nudos con viento de través y al amanecer salimos para estar en Antigua, que está a unas 40 millas, antes de las 14 h. Cuando llegamos ya había muchos barcos entrenando por los alrededores del campo de regatas, frente al English Harbour. Nos unimos al multitudinario entrenamiento. Soplaba mucho viento, había olas, resultaba divertida, pero técnicamente poco afortunada, esta primera experiencia. Reconozco que una sombra de duda se cernió sobre todos nosotros... Tras el desastre fondeamos y los skippers acudieron a los va- i b dos barcos, “Corail” y “Rosco”, dos veleros de 50 pies, sin spí. Competimos en la clase de Bareboat (chárter), con otros 110 barcos. Había además otro barco de españoles, el “Piran”, de 38 pies. Viajamos hasta Guadalupe para recoger los barcos. Tras el largo viaje, y después de una noche reparadora, nos levantamos y, como si de un ejército de hormigas se tratara, comenzó a desplegarse una enorme actividad para ultimar los preparativos: unos al papeleo, otros a la compra, otros a por aletas y gafas... Tras estibar la enorme compra, partimos hacia Antigua para llegar el sábado a la hora del briefing. Por el camino íbamos tomando contacto con nuestro barco, se repartían las tareas para la regata: yo me conformaba con hacer banda, las fotos, el vídeo y el relato, Joaquín iría a la caña, Alberto y Javier al génova, donde les ayudarían Paloma y Mar, y Gabriel con las cartas y la mayor, que compartiría con Teresa. Entrenamos la izada de velas, su trimado, las viradas, nos familiarizamos con drizas, escotas, puños, pajarines y demás aderezos de nuestro velero. Hicimos el viaje en dos etapas; la primera noche fondeamos en la parte sur de Guadalupe, tras 42 millas desde el puerto base. Na- Página 2 Dickenson Bay r 14:11 a 8/10/03 C charter-regata antigua r M a d e St. John’s l Jolly Harbour A N G T I U A BARBUDA & ANTIGUA Falmouth English Harbour charter-regata antigua 8/10/03 14:11 Página 3 Charter El mundo a su alcance gatistas, la playa estaba sembrada de improvisados restaurantes donde el plato fuerte era el pollo barbacoa con mazorca de maíz, regado con una cerveza carib o un rum punch. Veía caras tostadas por el sol, cansancio en los rostros, pero un ambiente que llamaba a la convivencia, a compartir sufrimientos y esfuerzos en el mar y una reparadora cena en tierra, entre amigos. Era genial. Las previsiones fallaron, nuestro barco corrió bien, nos subió a todos la moral, sobre todo al skipper, que, tras el entrenamiento del día anterior, se temía lo peor. Y de postre, el premio: en el tablón de las clasificaciones (como en el colegio el día de las notas) brillaban dos nombres: “Rosco”, nuestro barco con nombre de perro de lanas bonachón, fue el primero, a ocho minutos del segundo. “Corail”, la pequeña sirenita, fue el tercero. No estaba nada mal. La playa se iluminaba con unos maravillosos fuegos artificiales. Aún nos quedaban fuerzas para tomar un Mount Gay mientras escuchábamos música en directo y los lugareños bailaban en pareja al modo de allí, con los cuerpos muy pegados, muy sensual... Nosotros estábamos en la línea menos favorecida de la salida, desde donde vimos al “Rosco” salir como un cohete. Tras el primer bordo, recuperamos posiciones. Competimos cuerpo a cuerpo con otro barco, al que finalmente descalificaron por saltarse una baliza antes de la línea de llegada. Tras la prueba fondeamos cerca de la playa, en Dickenson Bay, y comimos en el “Rosco”. Genevieve y Miguel habían preparado kingfish (que pescamos el día anterior durante la travesía) en escabeche, ensalada de patata y melocotones en almíbar rellenos de atún y mayonesa. Acompañamos el festín con un buen vino, estuvimos charlando sobre la regata y, después, una siesta. Nos la habíamos ganado. Por la noche, mientras tomábamos una cerveza en uno de los chiringuitos de la playa, todos los barcos (éramos 200) descansaban en el mar. Los palos iluminados competían en belleza con el cielo estrellado, formaban un segundo cielo que se mecía... En tierra, los locales se esmeraban por atender a los re- charter-regata antigua 8/10/03 14:11 Página 4 A peor Con el ánimo exultante tras el buen resultado del día anterior, pronto nos dimos cuenta de que no todo era tan fácil... y de que ése no era un buen día... Y es que ya en la salida comenzaron los problemas. Apurando por tomar posiciones en la boya, rodeados de un enjambre de barcos ávidos por hacer una salida con ventaja, nos vimos obligados a hacer una virada incorrecta y nuestra pequeña sirena enredó su cola alrededor de la boya de salida. Tuvimos que hacer un giro de 720º de penalización, salimos los últimos. Tras este jarro de agua fría, las cosas fueron tomando otro cariz; poco a poco remontamos posiciones. En otra de las boyas, un barco que intentó arremeter contra nosotros cometió una infracción, así que izamos la bandera roja de protesta. Vi en el horizonte cientos de barcos, iban en posición, en fila india, el sol brillaba y el agua estaba muy esmeralda. Era un espectáculo formidable. Nos pasaban e íbamos pasando barcos de otras clases, veía sus proas hundirse en el mar mientras el barco escoraba, surcaban el agua veloces y elegantes... Aunque no lo vimos durante la regata, sabíamos que el “perro de lanas” estaría en cabeza. Eso nos animaba, y es que era nuestra baza de triunfo segura. Luego Antonio me contaría su regata: “Hemos tenido un primer tramo de ceñida de 4 millas, luego de aleta y por último dos ceñidas más. Un recorrido costero con tramos de ceñida, aleta y popa. Los regatistas, después del miedo del primer día, se han envalentonado, han dejado de ser conservadores y ha habido algún incidente. Viento estable, 1525 nudos. Las clases regata han tenido otro recorrido, aunque el final es el mismo para todas las clases, con lo que las llegadas son más justas.” Además, me contó sus trucos a la hora de plantear la regata: “Cinco minutos antes hay que estar en la lí- nea de salida, dos minutos para atrás, dos de vuelta y un minuto de margen antes de salir, aunque nos hemos aproado, porque nos pasábamos”. Nos tenía a sotavento. Dijo que lo mejor es llegar a la línea de salida en el último momento; cayó a su popa y luego a sotavento de ellos, les orzó y sacaron a dos barcos de la salida. Salieron terceros, pero tras una virada con bordo a tierra se colocaron primeros hasta el final. Llegamos a Jolly Harbour. Ha- charter-regata antigua 8/10/03 14:11 Página 5 Charter El mundo a su alcance bía miles de palos, una inmensa flota que, ordenadamente, fue tomando posiciones hasta quedar todos atracados en el puerto. Comenzó a sonar la música y se izaron banderas multicolores. En el puerto había muchos bares y tiendas de souvenirs, un ambiente fantástico y mucha expectación ante la salida de los resultados: “Rosco”, 1º y 5º en la general de bareboat; “Corail”, 9º y 26º en la general. Al final, todos satisfechos. Nos esperaba una noche de fiesta, nos lo habíamos ganado... Viéndolos ahí, todos juntos atracados en la marina, barco contra barco, cualquiera diría que por la mañana, durante la regata, cada uno se convertiría en un poderoso caballo que lucharía por ir el más rápido, batiendo las velas como crines que apuran el viento mientras se triman para sacarle el máximo provecho, lamiendo el mar con el casco, hundiendo la proa en su vertiginoso galope, enfrentándose con cualquiera que ose entrometerse en su camino. El mar, el viento y la mano del hombre moldean los veleros, como figuras de plastilina. Aquí en tierra son camaradas, sólo en el mar se desata cada día una lucha de titanes... Laureles y reconocimiento Tras el tropezón del día anterior, hubo cambio de táctica, aplicando aquello de que “quien a buen árbol se arrima...”, así que decidimos seguir a “Rosco” desde el principio. “Optamos” por salir a barlovento de toda la flota (no apto para novatos, según me cuentan los skippers) y evitamos así el viento sucio de todos ellos. Remontamos así hasta la cabeza de la flota, que ya no dejamos hasta el final. La prueba transcurrió entre ceñidas y bordos pegados a tierra. Fuimos pasando barcos de otras clases. En las últimas millas del recorrido, “Rosco” salió pitando, le esperaba su hueso, y llegó el primero (por supuesto...), 4º en la general. “Corail” fue 2º, 13º en la general. Los ánimos estaban recuperados y los equipos, agotados, pero felices con esta nueva hazaña. Ya íbamos siendo conocidos entre las tripulaciones, era la primera vez que un equipo español arrasaba en la regata; nos miraban con respeto y algunos empezaban ya a imitar a “Rosco”. charter-regata antigua 8/10/03 14:11 Página 6 mos 23 (los tres barcos españoles al completo), aunque, a medida que transcurría la noche, iban llegando navegantes de otras tripulaciones. Nuestro barco se convirtió así en una pequeña sucursal de Naciones Unidas: había italianos, brasileños, americanos, argentinos, suizos... es la magia de la vela, que aúna deporte, competitividad, aventura, camaradería... y, quizás, un triunfo el sábado... Día 6 de regata Jornada chárter El cuarto día, la organización nos brindó una maravillosa de jornada de descanso, así que aprovechamos para dedicarnos al chárter: fuimos a una playa cercana a Falmouth y pasamos el día disfrutando de los baños, el snorkel, la comida a bordo y, por la noche, la fiesta en la calle, amenizada por una Steel Band. A la mañana siguiente nos esperaba otro día intenso... Una vez más fuimos puntuales a la cita. Los grupos fueron saliendo por clases. Había mucha ola y vientos de 20 nudos. La regata tenía dos ceñidas, una aleta y una popa. Tras la prueba, los skippers discutieron las tácticas de salida de otros barcos. “El “Lofoten” ha salido amurado a babor”, me dijo Antonio. Me explicó que aquí no prima el dinero para equipar un barco, aquí compites con un barco cualquiera y si lo haces andar, ganas. “Barco grande gana a pequeño por el viento que hay, porque pasan mejor la ola...” “Rosco” volvió a ser 1º; lo que le colocó el 2º en la general. “Corail” fue 3º. Por la noche celebramos una cena-fiesta en el “Corail”, éra- Ese día teníamos visita a bordo. Fabio, un argentino propietario de un bellísimo barco –el “Gibian”, un Frers de 100 pies–, que tuvo que retirarse al segundo día de regata porque rompieron el gennacker y perdieron la hélice. Le habíamos conocido en la fiesta del día anterior. La salida la hicimos a barlovento. El lado favorecido era el de la boya. Navegamos costeando hacia el oeste, con vientos moderados que aumentaban a lo largo de la regata; la vuelta la hicimos hacia el este, en popa. El recorrido era de 19 millas y consistía en un través, ceñida, popa, través, popa y dos ceñidas finales. El “Lofoten” seguía causando problemas al “Rosco”: llegó se- gundo de toda la flota y a 30 segundos, el perro. El primero fue el “Kalikobass”, un Frers de 76 pies de soberbia línea. En la clasificación, “Rosco” 1º, 2º en la general; “Corail” 2º, 5º en la general. Fabio disfrutó de lo lindo y pudo comprobar cómo éramos capaces de hacer una regata de campeones con nuestra peculiar manera de entender las cosas... y en nuestro “barquito” (él sabía que en el “Rosco” gastaban más disciplina). Así que al día siguiente nuestros dos campeones estarían en la gran final, la regata del últi- mo día, donde sólo participan los mejores de la clase Bareboat. Nuestro sueño se había hecho realidad… La gran final El recorrido era de 17 millas, teníamos viento del este, 15 nudos, y éramos 15 barcos. En la salida vimos al temible “Lofoten”, a nuestros amigos los suizos, al “142”, que había sido nuestro gran rival durante toda la semana, y al resto de los participantes. Nos saludamos antes de la salida, y es que a es- charter-regata antigua 8/10/03 14:11 Página 7 Charter El mundo a su alcance tas alturas éramos todos viejos conocidos... La sirenita no confiaba en hacer una gran papel ese día, rodeada de tan fieros competidores. Nuestras esperanzas se depositaban en el “Rosco”. Fabio nos acompañó, no quiso perdérselo. Entorpecidos en la salida por todos los barcos de la flota, teníamos que caer a sotavento para evitar colisiones, tras lo cual viramos para encontrar viento limpio y ganar barlovento. Despegamos. “Rosco” hizo una gran salida y le vimos primero. Tras la primera ceñida entramos cuartos en la primera boya; el “142” nos perseguía de cerca, iniciamos la empopada, la sirena agitó su cola y fuimos ganando terreno a nuestros rivales hasta alcanzar el segundo puesto. Tras la empopada, nueva ceñida, otra empopada y llegada a meta; el barco del comité hizo sonar su sirena. Habíamos llegado los segundos, detrás del “Rosco”. El “142” se acercó a felicitarnos. Fue una gran regata. En la clasificación final las notas no pudieron ser mejores: “Rosco”, 1º en su clase, 2º en la general, y “Corail”, 2º y 5º en la general. Ya sólo nos quedaba la última fiesta, la de recogida de premios, que empezaba a las tres y continuaba por la noche. La flota española (“Rosco”, “Corail” y “Piran”) tomó tierra y se hizo fuerte en un chiringuito de la marina (que casualmente que- Lo que hay que saber • La ARW tiene lugar todos los años, coincidiendo normalmente con la última semana de abril y la primera de mayo. • Se puede ir con Iberia, vía Puerto Rico; con British Airways, vía Londres; o con Air France, vía Guadalupe o S. Martin. • Los barcos se pueden alquilar a Aproache, que dispone de todo tipo de embarcaciones para participar en esta regata o para disfrutar de ella sin participar, recorriendo las islas del Caribe. • Para adquirir nociones que permitan ganar regatas, Aproache tiene en Altea la Escuela de Patrones y Regatas, donde todos los fines de semana se imparten clases prácticas, que incluyen la participación en regatas oficiales. da a diez metros de los barcos), comenzó la ronda de bailes, fotos de grupo, vídeos, algún roncito... y la entrega de trofeos. Esa tarde todo el Caribe escuchó nuestros gritos y pudo comprobar lo alborotadores que podemos llegar a ser los navegantes españoles... copas, diplomas y fotos comenzaron a entrar en nuestras maletas. Por la noche continuó la fiesta con la entrega de más trofeos... Y mientras, en el puerto, una sirena preciosa recostaba su cabeza sobre el lomo de un perro de lanas...