Títeres reformas - Kusi-Kusi

Transcripción

Títeres reformas - Kusi-Kusi
"KUSI - KUSI"
Teatro y Taller de títeres
TÍTERES
Efectivo medio de concientización
Ocho de la mañana. Al pasar veloz la camioneta, a través del polvo del camino,
se ven campesinos apresurados, caminando a pie, hacia un destino común, el
patio de la ex hacienda Sullupujio, donde a partir de las nueve horas se
discutirá si se prorroga o no el plazo para la inscripción de la cooperativa. Se
discutirá mucho. Hablaran muchos campesinos. Los ánimos se exaltaran. El
quechua golpeará violentamente nuestros oídos, como viniendo no sólo de la
garganta de curtidos campesinos, resueltos a demostrar su capacidad de
trabajo, sino desde más adentro , de más abajo del seno de la pachamama,
sustentadora de la milenaria raza de los Incas. Al final, al rayar el mediodía,
después de la intervención apasionada de un personero de Reforma Agraria,
se llegará a un acuerdo feliz. Se prorroga el plazo de inscripción. Nosotros
dudamos si será conveniente dar una función de títeres después de tres horas
de discusión. Es sábado los campesinos han venido de lejos y es tiempo de
cosecha. Están seguramente ansiosos de retornar a sus casas. Y nosotros sin
hablar quechua. Pero el tiempo del desasosiego no dura mucho. Se hace la
consulta:
Hermanos campesinos, aquí entre nosotros, hay dos artistas, dos titiriteros,
enviados por la Dirección de Promoción y Difusión de Reforma Agraria para
presentarles una función de títeres…. ¿Quieren ver la función o desean
descansar? Respuesta multitudinaria y rotunda. ¡Sí!. ¡Queremos ver! No queda
otra cosa que armar el teatrín lo más rápidamente posible, manos generosas,
encallecidas por la chaquitaclla, se ofrecen para ayudar. En pocos minutos todo
está listo para comenzar. No hay tiempo para vacilaciones. Nuestras gargantas
están secas por el polvo y por el miedo. Miedo a que no nos entiendan. Mejor
dicho a que no nos dejemos entender, como no hay tocadiscos, un papel
cualquiera lo reemplazara, un papel y uno labios movidos con gran cariño,
producirán algunos compases de Vírgenes del Sol, para que “ Kusi – Kusi”,
niño indio, haga su aparición bailando ante el asombro y el desconcierto de los
campesinos, apostados frente al teatrín. Pero ello dura apenas instantes.
Porque la magia comunicativa de los títeres, irrumpe rauda, derribando
barreras idiomáticas y borrando miedos capitalinos. Suena una carcajada se
iluminan rostros que más parecen esculpidos en piedra. Retumban risas, se
oyen preguntas y respuestas, venidas de jóvenes que parecen viejos y de
viejos que parecen jóvenes. Los titiriteros, únicamente se miran y redoblan
sus esfuerzos, acicateados por el ansia de ver y oír que su trabajo electriza el
ambiente. Queda entablado el dialogo, interrumpido brevemente para preparar
el escenario del primer cuento “el espantapájaros”. Se abre el telón
nuevamente. Miradas concentradas. Bocas abiertas manos que se levantan
esfuerzo solidario y colectivo, haciendo fuerza desde sus asientos cuando el
campesino títere pide ayuda “para cosechar las verduras de la chacra de la
cooperativa que pertenece a todos los campesinos”. Se prodigan hasta quedar
morados y exhaustos, pero felices, cuando ven salir una tras otra, las
beterragas que serán llevadas al mercado más cercano. Luego, el auditorio
campesino se convierte en Tribunal Supremo de un conejo ladrón, pero
simpático de la chacra de la cooperativa. Un conejo que ignora que ha llegado
la Reforma Agraria. Que no sabe para qué sirve, ni que beneficios trae.
Tampoco conoce a Túpac Amaru y mucho menos sabe que dijo: Todos, a voz
en cuello se lo enseñaron: “Campesino, el patrón ya no comerá mas de tu
pobreza”.
Ellos piden luego funciones en sus respectivas comunidades. Han
comprendido que tienen nuevos derechos y deberes que cumplir; y así se lo
manifiestan al Director de la zona Agraria. A lo largo del recorrido por la
Pampa de Anta; Sullupujio, Huarocondo, Izcuchaca, Anta, Zurite, se repite la
misma entrega noble, sencilla, sin subterfugios, elemental y pura, como el cielo
del Cuzco. Días después, el Cuzco, los espectadores son niños y jóvenes,
estudiantes de la Gran Unidad Escolar Inca Garcilaso de la Vega y del
Colegio Nacional de Ciencias. Son los futuros beneficios y continuadores de la
presente época de transformación socio- económica y es necesario que tomen
conciencia de su rol desde ahora. Luego las normalistas y alumnas del Colegio
“Santa Rosa”, acompañadas de sus profesores, espectan las mismas obras.
Las reacciones son más lógicas, más estudiadas, más racionales, pero
igualmente frescas y naturales. Finalmente, la seriedad del Paraninfo
Universitario, se rinden ante la contagiante e irresistible atracción de los títeres.
Catedráticos, universitarios, empleados, acompañados de sus familiares,
esposa e hijos, ríen, gritan, tanto o más que cualquier campesino. Es que el
títere de movimientos limitados, pero de extrema vivacidad, subyuga y encanta
a los niños y adultos del campo y de la ciudad. Educa y recrea. Concientiza. En
todas partes la misma pregunta: ¿Cómo caminan? ¿Hablan? ¿Quién los
maneja? la misma expresión en los rostros: Alegría, sorpresa, curiosidad,
comprensión.
Casi 7,000 espectadores, 9 funciones, 10 días.

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