LC: El reciente Capítulo General de ustedes, tenido a Roma del 3
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LC: El reciente Capítulo General de ustedes, tenido a Roma del 3
LC: El reciente Capítulo General de ustedes, tenido a Roma del 3 de marzo al 12 de abril, ha insistido sobre la necesidad de «identificar las nuevas pobrezas», los “nuevos frentes de acción”. ¿Cuáles son? RM: Son todas esas situaciones que comprometen el futuro de los jóvenes, como la pobreza afectiva. Demasiados jóvenes ya no tienen padres y viven en una gran soledad. Existe también la pobreza cultural y la ausencia de coordenadas claras para insertarse en ella. Esto conlleva una pobreza ética y dificultades para situarse en el mundo: muchos ya no saben distinguir el bien del mal. Finalmente, la pobreza espiritual es evidente: ciertos jóvenes se desarrollan en un mundo sin trascendencia, que endurece las alas de la esperanza. Y sin ella no hay futuro: se contentan con vivir el instante presente, sin estar anclados en el pasado ni volcados hacia el futuro. Lo que falta a los jóvenes de Europa, con respecto a los de América Latina, de Asia o de África, es el sentido de la vida; están llenos de cosas, pero hambrientos de amor. Pero hay un elemento común a todos los jóvenes del mundo: por regla general, son buenos y desean ser felices. Por esto, el secreto del educador es el de ganarse la confianza de los jóvenes a fin de liberar toda la energía que se encuentra en sus corazones. LC: Ustedes quieren además «concentrase sobre las prioridades de la misión, más que sobre la gestión de las obras, sobre las presencias significativas más que sobre todos los frentes”. ¿Les faltan a ustedes las vocaciones? RM: Lo que nos importa no es tanto el sostenimiento de las estructuras, cuanto la educación de los jóvenes; intentamos comprometernos allí donde aún podemos ser Pastoral Juvenil Salesiana significativos. En un contexto de disminución de vocaciones, ya no podemos ocupar todos los frentes de acción. Sobre el plano mundial, con 500 novicios y 270 ordenaciones por año, las vocaciones van bien, aunque ellas disminuyan en Europa. Convencido del servicio que los Salesianos están aún llamados a ofrecer a los jóvenes de hoy, nuestro Capítulo ha marcado un “Proyecto Europa”, teniendo por objetivo el de reavivar la presencia salesiana en el Viejo Continente. Nos reuniremos en Roma a finales de noviembre para decidir las modalidades. LC: Ustedes están muy comprometidos en América del Sur. ¿Cuáles son los retos educativos y espirituales? RM: Con 1800 salesianos allí, somos la presencia de religiosos más significativa; sin embargo, debemos seguir cuidando la calidad de nuestras escuelas, desarrollar la evangelización en nuestras parroquias, consolidar nuestro trabajo con los chicos de la calle... La otra prioridad es la de inculturar el cristianismo en las poblaciones marginadas. Es verdad, la Evangelización es allí más fácil que en Europa: el nivel de vida es menos elevado y esos países poseen un humus religioso muy fuerte. Además, son poblaciones muy jóvenes. LC: Se dice que los salesianos son muy influyentes en el Vaticano. ¿Es cierto? RM: Nosotros siempre hemos intentado trabajar muy unidos a la Iglesia y al Papa. Antes del Cardenal Bertone (actual Secretario de Estado de Benedicto XVI), varios Salesianos ya habían ejercido altas funciones en el Vaticano, pero es la primera vez que uno de nosotros recibe una responsabilidad así. Se trata de un servicio de nuestra Congregación a la Iglesia, además de ser un gesto de estima de parte del Papa hacia los Salesianos. CENTRO SALESIANO REGIONAL DE FORMACIÓN PERMANENTE 29