Delincuencia y drogadiccion en el nino y

Transcripción

Delincuencia y drogadiccion en el nino y
Delincuencia y drogadicción en el niño y
adolescente
I. Gómez de Terreros Sánchez*, C. Belinchón Sánchez**
*Hospital Infantil Universitario “Virgen del Rocío”. Sevilla.
**Juzgado Nº 2 de Menores. Audiencia Provincial de Sevilla.
Resumen
Palabras clave
Abstract
Key words
La Ley Orgánica 5/2000 de Responsabilidad Penal del Menor, cuya entrada en vigor el
pasado enero 2001, ha sido acompañada de polémica y alarma social, centra el apartado
sobre Delincuencia en respuesta a la demanda de clarificación profesional. En cuanto a la
problemática de la droga, el alcohol se identifica como su primera puerta de entrada (84,2%
lo consume alguna vez ; 43,9% al menos una vez a la semana). El 25% de los fallecidos en la
UE entre 15 a 29 años se relacionan con el alcohol. El tabaco sigue al alcohol como
sustancia de consumo más extendida por los escolares (34,7%, de los que 21,6% lo
consumen diariamente). Predominio femenino. Patrones de actitud, comportamiento o
entorno, junto facilidad de acceso, precio y publicidad constituyen factores causales y
favorecedores. Alta morbilidad pediátrica pre y postnatal, con un 45-75% de niños
fumadores pasivos en el hogar. El Cannabis se muestra como la droga ilegal más
consumida, con importante crecimiento de la cocaína, que precisa neutralizar su imagen de
inocuidad. Descenso en los alucinógenos e incremento de las sustancias volátiles. Mayor
uso de tranquilizantes por las chicas. Las “drogas de síntesis”, surgen como fenómeno
sociocultural con señas de identidad peculiares. El ámbito educativo se muestra como lugar
idóneo para articular programas y actividades preventivas, implicando al alumno.
Delincuencia; Alcohol; Tabaco; Droga; Adolescencia.
DELINQUENCY AND DRUG ADDICTION IN THE CHILD AND ADOLESCENT
The organic law of Penal Responsability of Minors which came into force in January 2001 has
caused great social alarm and highlights the clause on Delinquency as a response to the
demand for professional clarification. Alcohol is identified as the gateway to the drug problem
(84.2% sometimes; 43,9% at least once a week). Twenty-five per cent of deaths in the EU
between 15 and 29 years of age are related to alcohol. Tobacco follows alcohol as the
substance most used by school-children (34,7%, of whom 21,6% consume it daily).
Predominantly girls. Setting, behavior and actitud patterns, together with easy availability,
price and publicity are causal factors and facilitators. High paediatric, pre and post natal
morbility, with 45-75% of children who are passive smokers at home. Cannabis is the illegal
drug most consumed, with increasing use of cocain, which must lose its image of being
harmless. Decrease in the use of halucinating drugs and increase in volatile substances.
Greater use of tranquilizers by girls. “Designer drugs” arise as a socio-cultural phenomenon
with peculiar identity signs. The educational setting is shown to be the appropriate place to
give preventive programs and activities, involving the pupil.
Delinquency; Alcohol; Tobacco; Drugs; Adolescence.
Pediatr Integral 2001;6(2):107-132.
DELINCUENCIA
La Ley de Responsabilidad
Penal del Menor, aún cuando
mejorable en la práctica, define al menor como sujeto de
derecho, y responsabilidad, al
que deberá correspondérsele
con una respuesta social.
Aun cuando en el último trimestre del año 1999, a las puertas del Siglo XXI, la atención se
concentraba en las posibles
consecuencias nefastas del
“Efecto 2000”, en nuestra Jurisprudencia Española se estaba experimentando una verdadera revolución en todo lo rela-
tivo a las personas, que sin haber alcanzado su mayoría de
edad, “menores”, entrarían en
conflicto con la Ley. El 12 de
Enero de 2000 es aprobada la
Ley Orgánica 5/2000, de Responsabilidad Penal del Menor,
cuya entrada en vigor se posponía, con un periodo de “va-
107
108
catio Legis” de un año, al 13 de
Enero de 2001.
Tal vez la expectación producida por otros quehaceres y
la ausencia de una campaña de
concienciación social han determinado que su presentación
en sociedad haya estado, lo mismo que su actual período de vigencia, acompañada de polémica y alarma social.
Nos encontramos, sin embargo, ante una Ley que, aunque mejorable en la practica, define al menor como sujeto de derechos y responsabilidades, como ciudadano presente y no para el futuro, al que deberá correspondérsele con una respuesta social ante una conducta agresiva, y con una oferta que
apueste por la moderación de la
agresividad.
Si nos detenemos en la Convención de los Derechos del Niño, en la que se les considera
como sujetos de derechos y deberes, con responsabilidad jurídica de acuerdo con su desarrollo y edad, hemos podido observar que el posterior desarrollo legislativo de la citada Convención ha puesto en evidencia
no solo los modelos tutelares en
un principio diseñados sino la
precariedad con que se ha venido definiendo la justicia nacional e internacional para niños,
adolescentes y jóvenes, y la necesidad de una mayor coordinación desde las distintas áreas
afectadas por una intervención
en interés del menor: educación,
psicología, salud, justicia. Es significativo en este sentido la reiterada referencia de la Ley de
Responsabilidad Penal del Menor en su preámbulo y a lo largo
de su contenido a la expresión
en “Interés del Menor “. Así, es
voluntad clara y manifiesta del
legislador que, en el seno de los
conflictos de intereses, se imponga la atención especial a las
circunstancias personales del
menor en una valoración conjunta con la naturaleza de los hechos. En este sentido la citada
Ley otorga a los equipos técnicos, formados por trabajadores
sociales, educadores y psicólogos una amplia intervención a lo
largo del procedimiento. Sus informes, aun cuando no vinculantes, sí serán determinantes
tanto para el Ministerio Fiscal como para el Juez de Menores en
la imposición de medidas.
La L.O. 5/2000 es una Ley
penal, en el doble sentido de que
entra en juego cuando es infringida la ley penal y que la respuesta a quien la transgrede tiene un sentido coercitivo y oneroso. Es novedosa, con su entrada en vigor, la delimitación de
su ámbito de aplicación. Así, son
menores infractores, los menores de 14 años a 18 cuyas conductas sean constitutivas de delito o falta; esto es, de acciones
u omisiones dolosas o culposas
penadas por la ley, estableciéndose en la franja de edad de
14 a 16 años ciertas distinciones
por lo que a la temporalidad de
la medida judicial se refiere. Aun
cuando también prevé su aplicación en una banda de edad
de 18 a 21 años, de conformidad con su Art. 4 y bajo ciertas
condiciones, previamente a su
entrada en vigor se acordó una
moratoria por un período de dos
años. En el supuesto de menores de 14 años las respuestas
ante conductas dignas de reproche social son encomendadas al ámbito familiar y administrativo (en situaciones protección).
Es novedad, asimismo, la
consagración de la instrucción
del procedimiento en el Ministe-
rio Fiscal. Como director de la
investigación, la ley contempla
la posibilidad del ejercicio del
principio de oportunidad en la
incoación del expediente, estos
es, en supuestos de hechos
constitutivos de delitos menos
graves sin violencia o intimidación en las personas o faltas. Careciendo el menor de antecedentes, el Ministerio Fiscal podrá desistir de la incoación del
expediente o derivar la resolución del conflicto a la mediación
y conciliación con la víctima, interviniendo para su materialización el equipo técnico, en cuanto profesionales de ciencias no
jurídicas dependientes del mismo.
Por lo que a las medidas se
refiere, la L.O. en su Art.7, las
enumera atendiendo a su gravedad, refiriéndose ante todo al
Internamiento en Régimen cerrado, semiabierto, abierto o terapéutico. En todos ellos los menores residirán en el centro, si
bien sólo el semiabierto y el abierto permitirán al menor desarrollar de menos a más actividades
exteriores o en su entorno, centrándose el terapéutico en una
intervención especializada en
función de la anomalía que defina el perfil del menor. En todo
caso, en aras de la reeducación,
de la reinserción y, en definitiva,
del Interés superior del Menor,
la L.O. contempla que la medida de internamiento conste de
dos periodos, ejecutándose el
segundo en medida de Libertad
Vigilada. Esta medida, que preside las medidas llamadas de
medio abierto, conlleva el seguimiento, asesoramiento y ayuda al menor a la superación del
conjunto de factores que han determinado la infracción. Un profesional de la Entidad Publica
competente en ejecución será el
encargado de su seguimiento, y
del control en su caso de reglas
o condiciones que el Juez acuerde en su contenido. Esta medida, junto con el tratamiento ambulatorio y en ultima instancia el
internamiento terapéutico, son
las más acordes ante el perfil de
un menor con alteración psíquica, adicción al consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas o sustancias psicotrópicas.
Otras medidas son la realización
de tareas educativas, la permanencia de fin de semana, la convivencia con una persona, familia o grupo educativo, la privación del permiso de conducir ciclomotor o vehículo de motor o
del derecho a obtenerlo, o la licencia de caza u otro tipo de arma y la medida de amonestación.
Dos últimos aspectos a resaltar son la introducción de una
Pieza de Responsabilidad Civil
para determinar en el procedimiento de menores las indemnizaciones que puedan corresponder por sus conductas, y la
especial relevancia que cobra la
Entidad Publica (Comunidad Autónoma), dado que aumenta con
la Ley su participación en el procedimiento, al ser oída en numerosos trámites y no limitarse
su intervención a la ejecución de
medida. En relación con la responsabilidad civil, afrontamos
una de las cuestiones más polémicas y dignas de reflexión
desde la entrada en vigor de la
Ley. La ausencia de participación
de la víctima como parte acusadora en el hecho criminal ha
suscitado un debate social poniendo en evidencia el sentir de
la ciudadanía huérfana de una
precampaña de concienciación
social difícil y complicada pero,
sin lugar a dudas, obviamente
necesaria.
Delimitado el marco legal de
la L.O. 5/2000 de Responsabilidad penal de los Menores, pasamos analizar la Delincuencia
y Drogadicción en Menores y
Adolescentes.
Afrontar ambos conceptos,
íntimamente relacionados, plantea cuestionarse dos espacios :
- El menor adolescente en conflicto.
- El menor adolescente en conflicto Legal.
Menor adolescente en conflicto/menor adolescente en
conflicto legal, reflejo del fracaso de una intervención por
prevención social.
Hablar del primer aspecto es
tratar al menor adolescente en
situación de riesgo y fiel reflejo
del fracaso por la ausencia de
una intervención por prevención
social. El perfil de estos menores y adolescentes responde a
consumidores en edades muy
tempranas de sustancias tóxicas, en la mayoría de los casos
heroína y hachís, coincidiendo
en un 75% una situación socio
familiar definida por carencias
sociales, culturales educativas
y económicas, variables éstas
que conllevan una dificultosa intervención en el entorno.
Frente a este sector de población, la sociedad de consumo en la que nos hallamos inmersos, con todas sus consecuencias, viene poniéndonos de
manifiesto, en una crisis de la familia, en una crisis de valores, la
cada vez más frecuente realidad
de menores y adolescentes que,
cubiertas las carencias que definían al anterior sector, se caracteriza sin embargo por la ausencia de una atención afectiva
y emocional más exigentes, dado su mencionado perfil. Esta
carencia les conduce a una si-
tuación de conflicto, siendo bastante elevado el índice de adicción a sustancias más sofisticadas y al alcohol ante la facilidad de poder adquisitivo. Su tratamiento también se demuestra dificultoso por la asunción de
responsabilidad familiar y el rechazo a una situación no querida y casi siempre incomprendida.
Ambos sectores en conflicto
con la Ley y el marco legal definido, conllevarán una intervención individualizada con medidas acordes al perfil psicosocial
educativo del menor, que debe
ser informado por el equipo técnico. Así, es evidente que será
determinante la situación sociofamiliar del menor o adolescente y el compromiso de la misma
para una intervención favorable
desde el tratamiento ambulatorio. Esta medida fundamental en
menores y adolescentes que presenten una dependencia al alcohol o a las drogas, en la práctica “se intenta” que sea dispensada desde los recursos públicos o, en su caso, privados
concertados con la entidad publica, que la administración ofrece. En muchos casos la necesaria voluntariedad del menor o
adolescente al sometimiento a
tratamiento, la ausencia de referente familiar comprometido o
su presencia involuntaria conllevan el fracaso de la medida.
Por lo que, ante un rechazo a un
tratamiento de deshabituación,
el Juez de Menores habrá de
aplicar otra medida adecuada a
sus circunstancias.
Puede darse el caso de que
el tratamiento ambulatorio se aplique como complemento a otra
medida. En casos extremos en
los que la adicción altere gravemente la conciencia de la realidad se aplicará la medida de
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TABLA I.
Prevalencia de
consumo de drogas
entre los estudiantes
de 14-18 años.
España, 1998.
Sustancias
Alcohol
Tabaco
Cannabis
Tranquilizantes
Cocaína
Speed/anfetaminas
Extasis
Alucinógenos
Sustancias volátiles
Alguna vez
Últimos
12 meses
Últimos
30 días
84,2
34,7
28,5
6,4
4,8
4,6
3,5
5,4
4,1
81,9
25,1
4,7
4,1
3,8
2,5
4,1
2,7
65,8
28,3
17,2
2,4
2,4
2,3
1,6
2,2
1,8
Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población
escolar 1998.
internamiento en centro terapéutico.
Ciertamente, confluyendo en
un 70% de los menores y adolescentes infractores estos parámetros de riesgos, cabría cuestionarse no ya el fracaso de la
prevención social, sino el sentido del diseño actual de los modelos de reeducación, sin haber
educado, y reinserción. En todo
caso, la consecución en el marco legal definido de una actuación en Interés del Menor, esto
es, responsable ante un comportamiento antisocial y negativo, el carácter sancionador del
reproche, más que un elemento
externo a la educación, consistirá en educar para hacerle consciente de la inadecuación de su
comportamiento en una sociedad democrática y para llevarle
a la asunción de responsabilidad. Ello, como es lógico, supone un esfuerzo material y humano altamente costoso, cuya
realidad, como en la mayoría de
los casos, queda a la voluntad
política.
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DROGADICCIÓN
No abordamos en el presente trabajo aspectos conceptuales y clasificatorios en relación a
los diferentes tipos de drogas,
que recientemente desarrollamos en el capítulo 68 del Tratado de Pediatría Social “Carlos
García Caballero”. Basamos
nuestra exposición en la Encuesta sobre drogas a la población escolar (Observatorio español de evolución de consumo),
con el objetivo de extraer y analizar la situación más próxima a
nuestra realidad, que permita
clarificar prioridades preventivas
a los profesionales de la Salud
en Atención Primaria.
La Encuesta se enmarca dentro del Programa de Encuestas
Nacionales que viene desarrollando la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre
Drogas. Permite conocer la situación de consumo de las diferentes drogas entre los estudiantes españoles (características
sociodemográficas, patrones de
uso y abuso de drogas...) y, al realizarse bianualmente (próxima a
salir la de 2000), facilita un seguimiento evolutivo del consumo
y evaluativo de los programas preventivos establecidos.
El periodo 14-18 años de
edad, constituye la etapa de
inicio del consumo.
La importancia de los datos
facilitados por la Encuesta escolar radica en el hecho de que
se dirige a un grupo de edad (14
a18 años) en el que suelen iniciarse los consumos de la mayor parte de las drogas, circunstancia que permite identificar de forma precoz la presencia de ciertos hábitos y patrones de consumo.
Asimismo, la encuesta facilita una valiosa información acerca de las percepciones, actitudes y opiniones de los estudiantes sobre aspectos relevantes relacionados con el uso
de drogas, tales como el riesgo asociado a las diferentes sustancias, su disponibilidad, el grado de desinformación con que
cuentan, su valoración y receptividad respecto a determinadas
intervenciones para la prevención del uso de drogas, etc.
ALCOHOL
El alcohol se comporta como la primera puerta de entrada al consumo de la droga.
En la Tabla I de Prevalencia
del Consumo de droga, se puede comprobar cómo el alcohol
destaca extraordinariamente, en
cuanto consumo, en las edades
de 14-18 años. Es esta circunstancia, por tanto, el acceso al
problema, lo que nos obliga a un
más pormenorizado análisis de
la situación.
En términos globales, Europa es el continente con más alto consumo de alcohol, considerándose como la substancias
psicoactiva más peligrosa. Su
consumo entre los adolescente
constituye un especial motivo de
alarma, pues preocupa que la
gente joven, incluyendo niñas,
es cada vez más bebedora, especialmente de cerveza, con-
sumiendo también nuevas bebidas alcohólicas como la denominada “alcopops”, compuesta de una mezcla de bebidas “blandas” y alcohol y específicamente producida para este grupo diana.
Prevalencia de consumo
El 25% de los fallecidos en
la UE entre 15 y 29 años de
edad, se relacionan con el alcohol.
El 84,2% de los escolares declaran haber consumido alcohol
alguna vez y un 43,9% lo hace
con una frecuencia de al menos
una vez a la semana. Las prevalencias para los indicadores
de consumo alguna vez, últimos
doce meses y último mes se
mantienen estables respecto a
1996.
Se mantiene el patrón de consumo de alcohol característico
de los adolescentes, consistente en el consumo de cervezas y
combinados, preferentemente
en lugares públicos, con amigos
y durante los fines de semana
(viernes, sábado y domingo). De
hecho, el 56,4% de los escolares que ha bebido en el último
mes restringió el consumo de alcohol al fin de semana. Los lugares habituales de consumo
entre quienes han bebido en el
último mes son los bares con
amigos (71%), las discotecas
(52%) y la calle con amigos
(40%). Por lo que se refiere a las
preferencias en cuanto al tipo de
bebida, apuntar que los combinados y la cerveza son las bebidas alcohólicas más consumidas, observándose un desplazamiento de las preferencias
hacia los combinados y los licores fuertes. La cerveza es la bebida preponderante en los días
laborales, si bien en los fines de
Día laborable:
0
1 a 29
30 a 60
61 a 99
100 o más
Sin respuesta
Media
Fin de semana:
0
1 a 29
30 a 60
61 a 99
100 o más
Sin respuesta
Media
Total
Hombres
Mujeres
78,9
9,9
4,9
2,3
3,1
0,9
12,2
72,5
11,7
6,7
3,3
4,6
1,3
17,8
84,6
8,4
3,4
1,4
1,7
0,5
7,1
6,5
10,3
13,6
14,1
54,7
0,9
186,8
6,8
8,2
11,0
11,3
61,3
1,3
227,6
6,1
12,1
15,8
16,7
48,8
0,5
150,6
TABLA II.
Cantidad de alcohol
consumida (cc de
alcohol puro) según
momento de consumo
(proporción de
consumidores últimos
30 días). España 1998.
Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población
escolar 1998.
semana los combinados/cubatas, los licores fuertes y los licores de fruta se sitúan por delante de la cerveza.
Los episodios de consumo
abusivo de alcohol son relativamente frecuentes entre los escolares. Así, el 41% se ha emborrachado alguna vez y el
23,6% en el último mes. Por su
parte un 30,3% de los estudiantes de 14 a 18 años ha tomado
cinco o más vasos/copas de bebidas alcohólicas en un intervalo de tres horas al menos una vez
en el último mes.
Pese a ello, sólo el 12,8% de
los escolares percibe que consume mucho o bastante alcohol,
confirmándose la tendencia generalizada a infravalorar su consumo.
La edad media de inicio al
consumo de alcohol se sitúa en
los 13.6 años, en tanto que la de
inicio al consumo semanal se sitúa en 14.9 años, no obstante, el
71,7% de los escolares de 14
años ha consumido alcohol en
alguna ocasión. Entre los 14 y
los 15 años se registra el mayor
incremento en el consumo de alcohol.
Los chicos beben mayor cantidad de alcohol que las chicas,
aunque éstas lo hacen con mayor frecuencia. La cantidad media de alcohol consumida por los
escolares queda especificada
en la Tabla II.
Respecto a la presencia de
determinados problemas asociados al consumo de alcohol,
conviene destacar que uno de
cada cuatro escolares reconoce haber tenido algún problema
en su vida, principalmente conflictos sociales, debido al consumo de bebidas alcohólicas.
Los problemas señalados con
mayor frecuencia son las riñas
(17,3%), las peleas o agresiones
físicas (8,8%) y los accidentes
que requirieron atención médica (7,1%). Debe destacarse también que un 7,6% de los estu-
111
diantes que habían consumido
alcohol en los doce meses anteriores a la realización de la Encuesta habían sido conductores
en ese período de vehículos a
motor bajo los efectos de esa
sustancia y un 23,2% pasajeros
de vehículos conducidos por alguien bajo dichos efectos.
La Conferencia Ministerial Europea de la OMS sobre Jóvenes
y Alcohol de Estocolmo (21-Febrero-2001) puso de manifiesto
la importancia de esta asociación, responsable según recientes estudios del 25% de los
jóvenes (15-29 años) fallecidos
en la Región Europea de la OMS.
Las principales razones esgrimidas por los escolares para
no consumir alcohol (entre quienes no lo hacen habitualmente)
son su potencialidad para producir accidentes, los efectos negativos sobre la salud y su capacidad de provocar delitos y
violencia.
Causas de consumo de
alcohol y factores asociados
Factores sociales, genéticos, ambientales, mentales y
estilo de vida se encuentran
correlacionados con el inicio
de consumo.
Identificar la causas y razones por las que el adolescente
se introduce en el uso y abuso
del alcohol es prioritario en la estrategia de prevención. La correlación de factores sociales,
genéticos, ambientales, mentales y de estilo de vida han sido
motivo de atención de los investigadores.
112
Sociales
Aunque pueden existir diferencias entre países, el consumo de alcohol entre adolescentes no debe ser considerado co-
mo consecuencia de la desigualdad social, sino como un
problema social global. La proporción de adolescentes que
consumen alcohol aparentemente refleja el desarrollo industrial de un país.
Familiares
En la mayoría de los casos,
la introducción al consumo del
alcohol tiene lugar en la familia,
principalmente en acontecimientos familiares (aniversarios,
bodas...). Estudios realizados sobre la influencia familiar ya muestran su efecto en la niñez, determinando posteriormente su
afinidad en la adolescencia. Los
niños aprenden en su temprana
edad el contexto relacionado con
el alcohol, lo que se hace patente incluso en sus juegos preescolares (simulación de brindis,
etc.). En este sentido, los padres
proporcionan el primer modelo
de consumo de alcohol.
Las investigaciones llevadas
a cabo se han centrado en la
búsqueda de factores genéticos,
modelos de comportamiento de
los padres, estilo de crianza y
patrones de comunicación existentes en la familia.
Dichas investigaciones, evidencian que, si bien el consumo
moderado es influenciado en
gran medida por los factores ambientales, el abuso y adición al
alcohol se co-determinan en un
grado significativo con factores
genéticos. Su consumo por los
propios padres en intensidad y
frecuencia lo describen como un
co-determinante decisivo en
cuanto al consumo de alcohol
por los jóvenes.
La mayor disponibilidad por
su frecuente uso familiar le ofrece al niño mayor la oportunidad
de probar el alcohol y desactiva
los consejos y advertencias en
cuanto a sus efectos dañinos.
Podemos afirmar que en nuestra sociedad existe una alta tolerancia e incluso un soporte ideológico en cuanto al consumo
de alcohol y otras sustancias psicoactivas.
Ya hemos indicado que la iniciación del consumo de alcohol
tiene lugar en la muy temprana
niñez. A los 16 años más de los
2/3 de todos los adolescentes
han experimentado su sabor y
sus efectos físicos y mentales,
así como sus efectos sociales
y su aceptación por la sociedad,
lo que caracterizará su posterior
comportamiento de consumo.
En consecuencia, queda claro
que los diseños de estrategias
de prevención deben tener lugar antes de estas edades.
No olvidemos que aún más
temprano, durante el periodo de
gestación y lactancia, los niños
de madres dependientes del alcohol están sometidos a un alto riesgo de desórdenes mentales y físicos, y posteriores trastornos en su desarrollo y comportamiento, al tratarse de familias disfuncionales, con problemas de disputa, violencia, desempleo etc., e incluso al añadirse co-morbilidad entre los padres, como la depresión, lo que
incrementa la situación de riesgo.
La composición familiar también se ha relacionado con el incremento del riesgo de consumo de alcohol en la niñez. Se ha
encontrado que los niños en familia uniparental (especialmente tras un divorcio) beben más y
más a menudo que los de la familia completa. El número de hermanos y su comportamiento de
consumo también interviene.
Especial relevancia adquiere la intercomunicación padreshijos. Familias excesivamente
permisivas, como en las de comunicación intrafamiliar, están
marcadas por continuas críticas
y reproches, y se muestran como familias de riesgo. La interrelación basada en la confianza y el mutuo respeto (la denominada familia democrática) tiene una influencia positiva sobre
el consumo del alcohol por el
adolescente e incluso capacita
a los padres a tener cierta influencia en la composición del
círculos de amigos de sus hijos.
Escuela
Si bien el consumo de alcohol, al contrario que el fumar, no
se efectúa durante el tiempo escolar, se reconoce que variables
relacionadas con la escuela tienen una clara influencia.
La frecuencia e intensidad de
consumo se muestran independientes de la capacidad académica e inteligencia del adolescente. Sin embargo, varios estudios muestran una clara relación entre el consumo de alcohol y el pobre rendimiento escolar. En este contexto, el alcohol sirve principalmente para
compensar la tensión emocional
relacionada con estas experiencias de fracaso escolar. Las
expectativas de los padres no
satisfechas, resultantes en conflictos familiares, también desempeñan un importante papel
aquí.
Esta relación rendimiento escolar y alcohol puede ser tanto
causa como consecuencia. Absentismo escolar, comportamientos y actitudes negativas
hacia la escuela, son a menudo
desencadenantes y consecuencias del mal uso del alcohol, subrayando la función compensatoria atribuida al mismo.
Como institución, la escuela
tiene una gran influencia en el
comportamiento de los alumnos.
Aparte de su familia y grupos de
amigos, es el lugar donde más
tiempo pasan. A su vez, la escuela se muestra como el más
importante ámbito de socialización. De ahí que la “atmósfera escolar” puede utilizarse como predictor del consumo de alcohol por los escolares, surgiendo estudios que analizan variables escolares al efecto.
Sorprendentemente, factores
como las relaciones sociales entre estudiantes no han mostrado
ningún efecto en cuanto al mal
uso del alcohol. Igualmente, el
comportamiento de los padres
relacionado con la actividad escolar (ayuda, expectativas, etc.)
está solo débilmente asociado
con la frecuencia de embriaguez.
Pares y subculturas
Todos los predictores de consumo de alcohol anteriormente
comentados quedan superados
por la influencia ante el comportamiento y actitudes ejercida
por el grupo de “pares”. Como
droga con efectos sociales, el
alcohol es una parte integrante
en la convivencia entre adultos
e incluso en la unión entre países y culturas. Este modelo cultural es imitado por los adolescentes en sus grupos.
Conforme el adolescente se
hace mayor, la familia pierde importancia en el proceso de socialización, mientras la influencia de los componentes del grupo de amigos se incrementa. Esto es parte del proceso normal
de alejamiento de los padres,
produciéndose dentro del grupo una identidad subcultural, que
lo diferencia de la cultura y normas de la generación de sus padres.
El pertenecer a un grupo especial se expresa a través de
símbolos. Especiales patrones
de comportamientos y actitudes
son tomados como símbolos de
una identidad subcultural a la
que se sienten comprometidos
(ej. “Un verdadero Punk tiene
que beber). Este patrón de comportamiento constituye factor de
riesgo para el mal uso del alcohol.
Parece obvio que el consumo de alcohol en la adolescencia es parte del regular proceso
de comunicación dentro de los
grupos de pares y subculturas
de los adolescentes. El comprometerse en la subculturas de
pares y la resultante experimentación con el alcohol puede
considerarse como una tarea del
desarrollo en esta etapa de la vida. Su uso dentro de las normas
puede ser considerado como un
signo de comportamiento social.
En cambio, el mal empleo del alcohol que supera las normas es
expresión de un desviado comportamiento social y una evidencia de su tendencia hacia la
delincuencia. (Maggs, Hurrelmann,1998).
La publicidad de bebidas alcohólicas, como ocurre con el
tabaco, tiene influencia de comportamiento entre la gente joven.
La orientación de mensajes publicitarios hacia un estilo de vida juvenil, incluyendo a la mujer, parece en parte responsable del incremento de consumo
y de las diferencias según el sexo.
Muchos mensajes publicitarios transmiten precisamente aspectos sociales como reducir la
tensión, promover contactos, mejora del humor y llevar hasta “el
máximo estado”. Estos mensajes
son tomados diferentemente por
niños y niñas. En ciertos contextos culturales los varones se encuentran en mayor riesgo al aso-
113
ciar su consumo con fuerza y virilidad. La prevención genero-especifica, que ponga atención en
las diferentes causas y funciones
de bebidas según el sexo, se encuentra muy poco desarrollada.
Disponibilidad, publicidad y
restricciones legales
Disponibilidad, publicidad,
costes, se enmarcan dentro de
las medidas de política social.
114
La Conferencia Ministerial Europea sobre la Gente Joven y el
Alcohol de la WHO, celebrada
en Estocolmo el 21 de Febrero
del 2001, concluyó con una importante Declaración que tiene
como objetivo proteger a los niños y a los jóvenes de las presiones para beber y reducir los
daños que les produce directa
o indirectamente el alcohol.
La declaración reafirma los
cinco principios de la Carta europea sobre el Alcohol que fue
adoptada por los Estados miembros en 1995 estableciendo los
principios, directrices y metas
para promocionar y proteger la
salud y el bienestar de todas las
personas de la Región.
La Declaración de Estocolmo reafirma los siguientes 5 principios de la Carta:
1. Todas las personas tienen
el derecho a una vida de familia, de comunidad y de trabajo,
protegida de accidentes, violencias y otras consecuencias
negativas del consumo del alcohol.
2. Todas las personas tienen
el derecho a una información válida e imparcial y a una educación, comenzándola en una edad
temprana, sobre las consecuencias del alcohol en la salud,
en la familia y en la sociedad.
3. Todos los niños y adolescentes tienen el derecho a cre-
cer en un ambiente protegido de
las negativas consecuencias del
consumo del alcohol y, en el grado que sea posible, de la promoción de bebidas alcohólicas.
4. Todas las personas con
consumo de alcohol dañino o peligroso y los miembros de sus familias tienen el derecho a tratamiento y cuidados accesibles.
5. Todas las personas que no
desean consumir alcohol o que
no pueden hacerlo por salud u
otras razones, tienen el derecho
a ser protegidas de las presiones de beber y a ser apoyados
en su comportamiento no-alcohólico.
Tanto los Gobiernos Locales
como Nacionales pueden ejercer influencia sobre el consumo
de alcohol tanto en adultos como en jóvenes a través de tres
niveles: disponibilidad, venta
(dónde y cómo), costes (impuestos).
Numerosos estudios han
mostrado que altos impuestos y,
consecuentemente, elevados
precios, tienen decisiva influencia sobre la cantidad de consumo. Donde el alcohol solo puede ser obtenido en pocos lugares, su disponibilidad es limitada y, por ello, se bebe menos.
Elevando la edad mínima para
la compra y el consumo de alcohol, se reduce la frecuencia
de accidentes relacionados con
el alcohol y otras categorías de
comportamientos inadecuados
de los adolescentes. Un estricto control en relación a la venta
de alcohol reduce su consumo.
El grado alcanzado por cada Estado en cuanto a las restricciones legales viene marcado por condiciones históricas y
culturales tales como la orientación religiosa predominante de
la población, y por derechos relacionados, la tradición y el mar-
co dentro del cual la política social es seguida, teniendo en
cuenta, por supuesto, a los correspondientes grupos de intereses.
Nadie duda de que los medios de comunicación y la exposición relacionada con la publicidad, directa e indirectamente,
juega un importante protagonismo. En la mayoría de los Estados, las restricciones en cuanto
a publicidad del alcohol se basan en una voluntaria auto-limitación de la industria. Existen diferencias en cuanto a regulaciones legales, según países en
nuestro entorno de la U.E.
Cuando planteemos medidas
de control de esta variable, relacionadas con los medios, no
podemos olvidar que sólo podrán tener el efecto esperado si
se conjugan con las otras medidas legales de protección del
adolescente anteriormente comentadas, como la restricción
en ventas, la limitación de edad
e incremento de precio, así como con otras medidas preventivas relacionadas con otras variables arriba comentadas.
Estrategias prometedoras de
prevención
El mejor lugar para implementar los programas de prevención son los colegios.
La investigación actual sobre
la prevención se basa en la suposición de que sólo una combinación de medidas individuales y enfocadas en su correspondiente contexto llevan a cambios de comportamientos con éxito. En términos de reducir el consumo de alcohol esto significa
combinar los efectos de las condiciones legales descritas con
esfuerzos intensivos hacia la prevención de ciertos tipos de com-
portamiento. Cuanto más se incorporan a las medidas preventivas el estudio y conocimiento
sobre sus causas y correlaciones, tanto más éxito tendrán.
El mejor lugar para implementar los programas de prevención está precisamente en
los colegios, donde la inmensa
mayoría de niños y adolescentes pueden ser captados. La prevención es particularmente efectiva cuando se proporciona a los
escolares una formación sobre
cómo resistir las influencias sociales, cómo desarrollar las habilidades para resolver problemas generales de la gente y cómo promocionar las capacidades interactivas pro-sociales tales como la competencia en el
control del estrés. En este contexto lo que importa es la forma
en que la prevención se imparte: según diversos autores, los
abordajes de programas participatorios e interactivos tienen
más éxito que los orientados hacia los métodos tradicionales.
Esto es particularmente cierto
para los adolescentes.
La política sobre el alcohol
La Conferencia de Estocolmo ( WHO 2001) marca los
objetivos preventivos referente a gente joven y alcohol a
conseguir en la Europa del
2006.
Los participante de la conferencia ministerial europea de la
WHO de Estocolomo sobre la
gente joven y el alcohol instan a
todos los Estados miembros y
organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales
y a otros organismos interesados a promocionar e invertir en
la salud y el bienestar de la gente joven con el fin de asegurar
que disfruten de una buena ca-
lidad de vida y un vibrante futuro en términos de trabajo, ocio,
vida de familia y comunitaria.
La política sobre el alcohol
dirigida a la gente joven debe
ser parte de una más amplia respuesta social, puesto que el
beber entre ellos en gran medida refleja las actitudes y prácticas de una más amplia sociedad adulta. La gente joven puede igualmente contribuir positivamente a resolver los problemas relacionados con el alcohol.
Para cumplimentar la más
amplia respuesta social que perfila el plan de acción europea sobre el alcohol 2000-2005 es necesario desarrollar objetivos especificos, medidas políticas y
actividades de apoyo para la
gente joven.
En la Conferencia de Estocolmo, se establecieron los siguientes objetivos preventivos,
a alcanzar por los países de la
Región para el año 2.006 según
sus diferentes culturas/ y ambientes económicos, legales y
sociales:
• Reducir el número de jóvenes que se inician en el consumo de alcohol.
• Retrasar la edad de inicio del
consumo.
• Reducir las oportunidades
y frecuencia en el consumo.
• Promover alternativas al consumo de alcohol.
• Implicar a los jóvenes en el
desarrollo de políticas de salud.
• Mejorar la educación de los
jóvenes sobre los efectos del
alcohol.
• Limitar las presiones comerciales que incitan a la bebida, especialmente en grandes concentraciones de población.
• Apoyar medidas contra la
venta ilegal.
• Facilitar el acceso a centros
de deshabituación.
• Reducir los daños del alcohol, en particular accidentes
de tráfico, agresiones y violencia.
Las estrategias para alcanzar estos objetivos se agrupan
en cuatro áreas.
1. Proporcionar protección
Reforzando medidas para
proteger a los niños y adolescentes de la exposición del sponsor y promoción del alcohol. Asegurar que los fabricantes no pongan a los niños y adolescentes
como diana para sus productos
de alcohol. Frenar la disponibilidad de bebidas estudiando el
acceso, edad mínima y medidas
económicas, incluyendo los precios, que influyen en el beber de
menores. Proporcionar protección y apoyo para los niños y
adolescentes cuyos padres u
otros miembros de la familia sean alcohólicos o tengan problemas relacionados con el alcohol.
2. Proporcionar la educación
Aumentar la conciencia de
los efectos del alcohol, particularmente entre la gente joven.
Desarrollar los programas de promoción de la salud, que incluyan asuntos del alcohol en ámbitos tales como instituciones
educacionales, lugar de trabajo, organizaciones juveniles y las
comunidades locales. Programas de formación para padres,
profesores, pares y lideres de la
juventud para ayudar a la gente
joven a aprender y practicar habilidades vitales y estudiar aspectos como el de la presión social y el manejo de los riesgos.
Facilitar a la gente joven la asunción de responsabilidades como miembros importantes de la
sociedad.
115
3. Ofrecer apoyo
Crear oportunidades que animen las alternativas a la cultura
de beber y favorecerlas. Desarrollar y animar el papel de la familia en promocionar la salud y
el bienestar de la gente joven.
Asegurar que colegios y otras
instituciones educacionales sean ambientes libres del alcohol.
116
4. Reducir los daños
Promocionar una mayor compresión de las consecuencias
negativas de beber para el individuo, la familia y la sociedad.
Dentro del ambiente de la bebida, asegurar la formación de los
que son responsables de servir alcohol y poner en vigor normas que prohiban la venta de alcohol a menores y a personas
ebrias. Reforzar las normas de
conducir bajo los efectos del alcohol y las sanciones. Proporcionar apropiados servicios sociales y sanitarios para la gente joven que tenga problemas
como resultado de beber sólos
o con otras personas.
La Conferencia de Estocolmo considera preciso para la
consecusión de los objetivos preventivos:
• Construir la involucración política, desarrollando planes y
estrategias nacionales comprensivas con la gente joven,
con el objetivo de reducir el
beber y los daños relacionados, particularmente entre los
diferentes segmentos de la
población juvenil y evaluar con
la gente joven los progresos
logrados en dicha dirección.
• Desarrollar sociedades o grupos con la gente joven, especialmente a través de apropiadas redes locales. Considerar a la gente joven como
un recurso y promocionar
oportunidades para que par-
ticipe en la toma de las decisiones que afecten a sus vidas. Se debe poner especial
énfasis en reducir las desigualdades, particularmente
en la salud.
• Desarrollar un punto de vista omnicomprensivo para estudiar los problemas sociales y de salud experimentados por la gente joven en relación con el alcohol, el tabaco, las drogas y otros asuntos relacionados. Proporcionar un acercamiento intersectorial a nivel nacional y local para asegurar una política sostenible y más efectiva. Asegurar que cuando se
promociona la salud y el bienestar de la gente joven se
tenga en consideración sus
diversos antecedentes culturales y sociales y particularmente, los de los grupos
con necesidades especiales.
• Reforzar la cooperación internacional entre los Estados
miembros. Muchas de las
medidas políticas necesitan
reforzarse a nivel internacional, si han de ser totalmente efectivas. La WHO proporcionará el liderazgo estableciendo apropiadas asociaciones y utilizando sus redes de colaboración a través
de la región europea. En este aspecto la cooperación
con la Comisión europea es
de particular relevancia.
Son una realidad que los
asuntos de salud tales como el
mal uso del alcohol por la gente
joven ocupan cada vez más un
lugar central en la agenda de la
política publica de la Europa de
hoy, cuya recomendaciones se
encuentran planteadas todavía
sólo a nivel de borrador.
Cada vez más los expertos
de la salud pública y los repre-
sentantes públicos de toda Europa trabajan juntos para establecer acercamientos comunes
para afrontar las prioridades de
salud en el contexto público que
se desarrolla.
La UE marca su enfoque sobre el alcohol a la luz de la evidencia de su consumo por la
gente joven, los importantes daños relacionados y el crecimiento
del problema en algunos países.
Se sabe que tanto el consumo regular como el consumo de
juerga tienen graves efectos sobre la salud física y mental de la
gente joven. A corto plazo, el
consumo de alcohol por los jóvenes se asocia con una amplia
gama de problemas sociales, ya
comentados, tales como el comportamiento antisocial, la violencia y la conducción bajo la influencia del alcohol.
La amplia discusión con expertos de los estados y empresarios ha mostrado que la cultura juvenil que subyace al comportamiento de consumo de alcohol es cada vez más de naturaleza internacional y, por lo
tanto, la acción a nivel de la Comunidad es cada vez más justificada y apropiada.
Tal acción a nivel comunitario solo resultará efectiva si tiene como objeto acompañar las
acciones esenciales a los niveles nacionales, regionales y locales, puesto que tratan mejor
la diversidad de cultura y las correspondientes divergencias en
los patrones y comportamientos
de consumo.
Las familias y los padres necesitan consejos y apoyos. La
gente joven necesita acceso a
la información clara y apropiada
que les ayude en las tomas de
decisiones informadas. Suministradores y camareros requieren formación. Y los gobiernos
necesitan el apoyo activo de los
ciudadanos para aplicar las leyes que ya están vigentes.
Con los cambios que enfoca
el comportamiento humano y la
libertad individual de elección,
necesitamos pensar cómo cambiar mejor la cultura de los muchos Estados miembros que toleran el abuso del alcohol. La
presión de los pares en animar
el consumo del alcohol entre la
gente joven no se debe subestimar. Las culturas y los comportamientos no pueden ser cambiados fácilmente pues hay razones complejas y no hay soluciones simples. Pero debemos
trabajar con y a través de los Estados miembros para enfrentar
este problema que costado
55,000 vidas en 1999.
¿Qué decir de la industria?,
¿qué podemos decir de nuestros fabricantes, publicitarios,
promotores y distribuidores?.
Hasta la fecha, nuestro tratamiento ha sido el de intensificar la promoción de la salud y
los esfuerzos educativos y presionar a los fabricantes y distribuidores para que actúen con
responsabilidad, a parte de tomar medidas reguladoras, diferentes según los países. Pero
como el borrador de la recomendación señala, los códigos
de conductas voluntarios son sólo tan válidos como los esfuerzos que se hace para aplicarlos.
Hasta la fecha se ha señalado a
la industria que tiene una oportunidad para demostrar sus credenciales actuando en la aplicación de dichos códigos, en su
marketing y en su promoción.
Finalmente, en su recomendación, la UE nos recuerda que
no hay soluciones sencillas para los problemas relacionados
con el alcohol que afligen a nuestra juventud. Todos debemos
aceptar nuestras responsabilidades al enfrentarnos con esta
plaga moderna.
Una mayor oportunidad para poner los asuntos del alcohol
y la juventud en las agendas políticas se acerca a medida que
los gobiernos de todo el mundo
se preparan para la Sesión Especial de los Niños de la Asamblea General de las Naciones
Unidas que se celebrará, en Septiembre de 2001, con el secretariado de UNICEF.
TABACO
Al tabaco se le reconoce
como droga de inicio. La nicotina es sustancia adictiva.
El consumo de tabaco es un
importante problema de salud
pública, no ajeno al ámbito pediátrico, con graves repercusiones sanitarias y elevados costes
tanto sociales como económicos.
Constituye la primera causa de
muerte evitable en el mundo.
En España, al igual que ocurre en los países desarrollados,
el consumo de tabaco resulta ser
la principal causa de mortalidad
prematura y evitable. Más de
70.000 estudios evidencian los
efectos nocivos que el tabaco
tiene para la salud y establecen
la asociación entre su consumo
y la elevada morbi-mortalidad de
la población.
La Comunidad Europea, en
su nueva directiva comunitaria
sobre el tabaco (a aplicar a partir del 1 de Enero del 2004), dará opción a las tabacaleras a elegir entre uno de los siguiente
mensajes que obligatoriamente
deberán resaltar en las cajetillas:
“Fumar mata a medio millón
de personas al año en la Unión
Europea”; “El tabaquismo pasivo daña a las personas de su alrededor especialmente a los ni-
ños”; o, “Fumar provoca cáncer
y enfermedades cardiovasculares”.
El tabaquismo, a parte de ser
un hábito, es una forma de drogodependencia. La nicotina, principio activo del tabaco, es una
droga adictiva y, como tal, reúne las características de otras
drogas: tolerancia, dependencia física y psicológica. El tabaco se reconoce como droga
de inicio para el consumo de
otras sustancias ilegales, siendo a su vez factor predisponente en la adopción de otras conductas de riesgo. Se demuestra,
además, que el consumo de alcohol es 2,7 veces superior en
adolescentes varones fumadores y de 4 en las fumadoras. En
cuanto a la marihuana, fue 6 veces superior en las adolescentes fumadoras y casi 8 en los varones fumadores.
Nos encontramos ante un
producto fácilmente accesible al
ciudadano a través de las expendedurías de tabaco, máquinas automáticas, bares, restaurantes etc., lo que posibilita su
gran disponibilidad a cualquier
hora del día. Accesibilidad que
se relaciona con el precio de venta, estimándose que por cada
incremento del 10% en el precio, se reduce la demanda en un
4%, reducción que es mayor en
los adolescentes y jóvenes.
Otro elemento que contribuye al consumo de tabaco es la
gran inversión publicitaria de las
industrias tabaqueras, destinada al mantenimiento y a la captación de nuevos fumadores en
grupos de población vulnerables,
como son los niños, adolescentes y mujeres, a través de la publicidad directa, mediante la promoción de sus productos bajo
el patrocinio de diversas actividades (deportivas, musicales,
117
TABLA III.
Evolución del
consumo de tabaco
entre los estudiantes
de 14-18 años según
sexo y edad. España,
1994-1998.
Alguna vez
1994
1996
1998
Últimos 30 días
1994 1996
1998
Total
34,1
34,6
34,7
28,1
29,2
28,3
Sexo
Hombres
Mujeres
29,6
38,7
28,9
40,0
28,8
39,8
23,4
32,9
23,7
34,5
22,7
33,3
Edad
14 años
15 años
16 años
17 años
18 años
20,4
31,8
37,7
40,5
48,6
21,2
30,5
38,3
39,3
52,8
22,5
31,9
39,4
41,3
54,0
14,5
24,9
31,9
35,1
43,1
15,0
24,9
33,1
34,6
47,2
15,8
26,0
32,5
35,5
46,5
Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población
escolar 1998.
viajes, sorteos, premios, etc.),
utilizando marcas de tabaco en
otros objetos (ropa, disco, calzados, relojes, etc.), o a través
de ingeniosas estrategias de
mensajes subliminales con diana situada en el joven y el adolescente, cuya adicción garantiza clientela futura.
Es necesario pues, que se garantice el derecho a la protección
de la salud, con la adopción y
cumplimiento de normativas que
regulen y limiten la publicidad del
tabaco, el consumo en lugares
públicos, la venta a menores, el
establecimiento de “espacios sin
humo”, una política de precios y
fiscalidad del tabaco.
¿En qué situación se
encuentra nuestros jóvenes
y adolescentes? (Encuesta
Observatorio Español 1998.
14-18 años)
La proporción de escolares
que fuman diariamente se sitúa en el 21,6%.
118
En nuestros escolares el tabaco sigue al alcohol como sustancias de consumo más exten-
dido. El 62% de los alumnos encuestados han consumido tabaco en alguna ocasión, si bien
si se excluye a aquéllos que tan
sólo han consumido algunos cigarrillos a lo largo de su vida, su
porcentaje se situaría en el
34,7%, de los cuales un 6,4%
son ex-fumadores y el 28,3% restante fuma actualmente (Tabla
I). La proporción de escolares
que fuman diariamente se sitúa
en el 21,6%. Aunque el consumo del tabaco haya disminuido
en términos absolutos para alcanzar los niveles que tenía en
1994, son cifras altamente preocupantes. (Tabla III).
La destacada prevalencia del
tabaquismo entre los escolares
se compagina con la moderación en el número de cigarrillos
consumidos; de hecho, el consumo medio de los fumadores
actuales es de 7,7 cigarrillos/día
(un 42,7% fuma de 1 a 5 cigarrillos). La cantidad media consumida aumenta cuando el consumo es diario hasta alcanzar
los 8,7 cigarrillos/día.
En cuanto al sexo, las cifras
de las chicas son sensiblemen-
te superiores al de los chicos,
habiéndose reducido, en ambos
sexos, la prevalencia del consumo actual de tabaco. Su prevalencia de consumo aumenta
con la edad, pasando en la encuesta de 1998 de un 15,8% en
los 14 años a un 46,5% a los 18
años (Tabla III).
A pesar de la positiva evolución seguida por el tabaquismo,
debe tenerse en cuenta que la
prevalencia de su uso entre los
escolares más jóvenes ha crecido ligeramente. La edad media de inicio al consumo se sitúa
en los 13.1 años, elevándose a
los 14.4 años para el consumo
diario, no existiendo diferencias
por sexos en las edades de inicio para este patrón de consumo (Tabla IV).
Diversos estudios coinciden
en establecer la edad de inicio
de consumo entre los 12 y 15
años, confirmando que su primer contacto viene realizándose cada vez en edades más
tempranas.
Causas. Factores
favorecedores
Facilidad de acceso, el precio y la publicidad son factores con papel decisivo en la
adopción y mantenimiento del
hábito.
El perfil del niño o adolescente fumador de tabaco responde en mayor o menor medida a unos patrones de actitud,
comportamiento o entorno predeterminados entre los que se
encuentran: pocas habilidades
sociales, carencia de estrategias
para afrontar problemas, falta de
capacidad para la toma de decisiones, aburrimiento, inclinación hacia conductas-problema,
baja autoestima, rendimiento académico por debajo de la media
o entorno de fumadores, bien
sea en su grupo de pares o por
sus familiares más directos, (padres, hermanos) en los que la
permisividad, tolerancia y aceptación son altas, predictivas y
determinantes tanto para la experimentación como para el consumo habitual.
A ello se añaden ciertos factores que desempeñan un papel
decisivo en la adopción y mantenimiento del hábito, tales como la facilidad de acceso, el precio y la publicidad. Durante la
adolescencia el individuo busca
la “ formación de la propia identidad”: afirmar su imagen y su
propio espacio individual y de
grupo, haciéndose especialmente vulnerable a la publicidad
que busca estrategias de imágenes con las que pueda identificarse el adolescente, provocando la experimentación.
Morbilidad pediátrica
relacionada con el tabaco
Un 45-75% de los niños son
fumadores pasivos en el hogar.
Se estima que entre el 47 y
el 75% de los niños son fumadores pasivos en el hogar. Los
niños menores de 5 años, expuesto al humo del tabaco consumido por sus padres (sobre
todo si la madre fuma) tienen nicotina en su orina en cantidades
equivalentes a un adulto que fuma 2-5 cigarrillos al día.
El hábito tabáquico durante el
embarazo conlleva riesgos de bajo peso al nacer, de aborto, de ingreso neonatal en UCI, de muerte perinatal y de síndrome de
muerte súbita. En este sentido se
ha encontrado que el riesgo de
retraso en el crecimiento intrauterino y de prematuridad están
directamente relacionados con la
Sexo
Total Hombres Mujeres 14
Edad media
consumo
por 1ª vez
Edad media
comienzo
de consumo
diario
15
Edad
16
17
18
13,1
12,9
13,3
12,0 12,6 13,3 13,8 14,1
14,4
14,4
14,4
13,1 13,8 14,5 15,2 15,6
TABLA IV.
Edad media de
comienzo de consumo
de tabaco según sexo
y edad. España, 1998.
Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población
escolar 1998.
cantidad de cigarrillos que la embarazada fuma al día. Pero no es
necesario que la embarazada fume, la simple exposición al humo
del tabaco (fumadora pasiva) reduce el peso del neonato al hacer y la edad gestacional. El consumo de tabaco, es por tanto una
causa perfectamente prevenible
de riesgos y complicaciones perinatales, sin olvidar la estimación
existente de que un 70% de las
mujeres embarazadas respiran
ambientes cargados de humo durante la gestación.
La nicotina permanece en la
leche de la madre hasta cinco
horas después de que ella haya
fumado un cigarrillo.
En el niño pequeño se aprecia una superior incidencia de
enfermedades respiratorias agudas del tracto superior como
amigdalitis, adenoiditis y otitis,
así como un mayor número de
hospitalizaciones, observándose en los de más edad un incremento de la patología infecciosa
broncopulmonar aguda. En ambos grupos se evidencia una mayor hiperreactividad bronquial y
en los pacientes asmáticos un
aumento de la gravedad, intensidad e incidencia de las crisis.
En la adolescencia el tabaquismo tanto activo como pasivo, se asocia de forma significativa con repercusiones clíni-
cas respiratorias. La afectación
de la función pulmonar en los
adolescentes fumadores se
muestra con una disminución de
los flujos medios, por un efecto
dosis-repuesta, que afecta de
forma significativa a las mujeres.
También se ha detectado en
adolescentes y adultos jóvenes
fumadores un mayor riesgo de
desarrollar tuberculosis tras la
infección primaria.
A largo plazo parece demostrada la persistencia de la
obstrucción de las pequeñas vías aéreas. Disminución del FEF,
asma y EPOC así como riesgo
de cáncer en el pulmón de mujeres no fumadoras sometida al
fumar pasivo durante su infancia,
son otros efectos comprobables.
La familia
Las familias deben estar informadas y comprometidas en
los contenidos de los mensajes antitabáquicos.
La familia debe estar informada y comprometida con el
contenido de los siguiente mensajes:
• Los hijos de padres fumadores suelen ser fumadores.
• No fume en presencia de los
niños.
• Por tu bien y el de los tuyos:
deja de fumar.
119
• La madre y el padre son referentes del niño. Dad ejemplo.
• Edúcate y edúcales en los
efectos nocivos del tabaco.
• Fumar en el hogar, especialmente en presencia del niño,
puede poner en riesgo la salud de la familia.
• No dejes que otros fumen en
tu hogar.
• Apoya las prohibiciones de
fumar en lugares públicos.
Papel del pediatra
Al pediatra le corresponde
un significativo papel preventivo.
120
El pediatra tiene que desempeñar un papel significativo
en la prevención y solución de
este problema, no sólo aconsejando a sus pacientes preadolescentes y adolescentes, sino
a los padres y al entorno cercano de aquellos niños que acuden a su consulta.
En efecto, el pediatra debería incluir sistemáticamente en
su historia clínica preguntas al
niño en privado acerca de si fuma, sobre todo en las edades
críticas de 12-16 años, y si es
así, hacer lo que se conoce como intervención mínima, que consiste en dar un consejo antitabáquico, haciendo especial énfasis en las causas por las que
se fuma y en las consecuencias
más directas que le afectan por
su relación con el entorno, como
el mal aliento, los dientes y manos manchadas, el dinero “quemado”, etc. Igualmente, sería
bueno que se facilitara algún material escrito que pudiese reforzar estos mensajes. Esto debe
hacerse sistemáticamente en cada una de las consultas a las que
acuda, y buscando siempre un
momento para hablar a solas con
el o ella y jugando con la complicidad de la información no
compartida con sus padres.
Los mensajes educativos que
trasmitamos deben ser efectuados teniendo en cuenta su estilo de vida y con lenguaje comprensible.
Así mismo deberá recoger en
la Historia Clínica el hábito tabáquico de sus padres y de los
otros adultos conviventes.
Nunca olvidar la figura del
pediatra como modelo. No fumar
delante de los pacientes, así como demostrar nuestra exigencia
de ambiente sanitario libre de
humo, son mensajes claros de
su perjudicialidad para la salud.
Escuela
La transmisión de los contenidos educativos antitabaco,
debe asumirse por el conjunto docente e impregnar todas
las actividades del centro.
El pediatra debe conocer que
es el centro escolar un foco importantísimo en la adquisición
del hábito y por tanto es allí donde se han de concentrar especialmente los esfuerzos coordinados con los diferentes agentes implicados.
La escuela tiene gran importancia en el desarrollo de los niños, pues es donde pasan gran
parte de su tiempo, donde centran gran parte de su entorno de
relación y donde es posible educarles de forma homogénea por
profesionales de la educación.
Los programas destinados a
la prevención del tabaquismo en
los jóvenes han sido desarrollados casi siempre en las escuelas, lugar más idóneo donde llevarlos a cabo, y generalmente
se ha buscado apoyarlos con
otros realizados en la comunidad o en los medios de comu-
nicación social. Para que estos
programas resulten eficaces, deben prolongarse durante todo el
período educativo, estar integrados en el currículo escolar y
ser llevados a cabo por los profesores de los propios centros.
Hay consenso en que las autoridades responsables (educativas y sanitarias fundamentalmente) deben coordinar y dirigir sus esfuerzos fundamentalmente a apoyar y estimular a
los profesores, dotándolos de los
medios necesarios (legislación,
cualificación y materiales didácticos) para el desarrollo de
las enseñanzas antitabaco en la
escuela. En España se incluye
la Educación para la Salud en el
currículo escolar dentro de los
denominados temas transversales, pero no parece que sea
posible considerar aún la educación antitabaco como realidad
en todos los centros educativos.
La transmisión de los contenidos educativos antitabaco debe ser asumida por el conjunto de
los docentes e impregnar todas
las actividades del centro. No sirve de nada transmitir en las aulas
ciertos valores y, en cambio, ofrecer modelos de comportamiento
contradictorios por parte del profesorado. Cuando esto sucede,
“el currículo oculto” anula el discurso teórico, pues no es posible
separar conocimientos y actitudes en aspectos relativos a la conducta. De ahí la importancia y el
papel ejemplarizante que tiene la
actitud del profesor.
Se confirma en los informes
de los Directores de Centros que
cuanto mayor es el porcentaje
de asignaturas en las que se imparten enseñanzas antitabaco,
mayor es la edad en la que los
jóvenes fuman su primer cigarrillo. Es decir, en su opinión, las
enseñanzas antitabaco pueden
retrasar la edad a la que los jóvenes se inician en el tabaquismo. Además, cuando más tarde
se inician más tarde se convierten en fumadores habituales. Esto es de vital importancia, pues
si no podemos evitar que muchos jóvenes fumen, sí podemos
hacer que lo hagan más tarde,
limitando así su dependencia nicotínica futura y las consecuencias patológicas de su hábito.
Sustancias
1994
Tabaco
Tabaco (diario)
Alcohol
Alcohol (semanal)
Tranquilizantes
Cannabis
Extasis
Alucinógenos
Speed/anfetaminas
Cocaína
Edad media de inicio
1996
1998
13,8
13,3
13,4
13,7
14,1
15,1
15,6
15,4
15,5
15,6
13,8
15,0
14,9
15,4
15,5
15,7
13,1
14,4
13,6
14,9
13,8
14,8
14,8
15,1
15,2
15,4
TABLA V.
Edades medias de
inicio al consumo de
las distintas drogas
escolares de 14-18
años. España. 19941998
DROGAS NO LEGALES
El patrón dominante de consumo es el experimental o esporádico asociado a contextos
lúdicos, escolares más jóvenes y con elevada disponibilidad.
En la Encuesta a la población
escolar de 1998 se evidencia un
porcentaje alto de escolares que
ha tenido contacto con drogas,
principalmente el alcohol y el tabaco (denominadas drogas legales) y el cannabis, con patrón
dominante de consumo experimental o esporádico, asociado
a contextos lúdicos (Tabla I).
Experimentación que se compatibiliza con la reducción en la
continuidad de consumo, exceptuando la cocaína, derivados
del cánnbabis y las sustancias
volátiles, que aumentan en porcentaje fundamentalmente como resultado de su expansión
entre los escolares más jóvenes
(Tabla V).
La disponibilidad percibida
de las sustancias es elevada, incluso de drogas ilícitas que tienen circuitos de distribución aparentemente poco accesibles.
Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población
escolar 1998.
El Cannabis (marihuana, hachís) es, tras el alcohol y el tabaco, la droga más consumida por
los escolares, registrando prevalencias muy elevadas, tanto para su uso experimental (un 28,5%
lo ha probado), como frecuente
(un 17,2% lo ha consumido en el
último mes). Es, además, la que
experimenta un mayor incremento
en sus niveles de prevalencia, al
crecer en un 8,2% en relación a
1996. Pese a ello, el aumento detectado en el consumo de Cannabis en el período 1996-98 es
muy inferior al del período 199496, lo que podría indicar que se
está desacelerando el crecimiento
del uso de esta sustancia.
Los varones presentan niveles de consumo superiores a las
mujeres en torno a cinco puntos
porcentuales para todos los indicadores de consumo (el 27,7%
de los chicos ha consumido en
el último año frente al 22,8% de
las chicas).
Psicoestimulantes
Cannabis
El Cannabis es, tras el alcohol y el tabaco, la droga más
consumida por los escolares.
Se aprecia un importante
crecimiento de la cocaína. Urge neutralizar su imagen de inocuidad entre sectores juveniles.
Se aprecia un importante crecimiento de la cocaína (Tabla VI),
junto al descenso del consumo
de éxtasis y anfetaminas, más
acusado en la primera. Crecimiento éste que nos obliga a su
análisis más detenido.
Los lugares más frecuentes
de consumo son las discotecas
(citadas por el 64,4% de los encuestados), los bares o pubs
(29,7%) y las fiestas (15,9%). En
cuanto a las motivaciones expresadas para su consumo, las
más recurrentes son la diversión
(46,1%), la experimentación de
nuevas sensaciones (39,5%) o
bailar (22,9%). Efectos adversos
relacionados son los conflictos
sociales como discusiones sin
agresión física (35%) o absentismo escolar (19%) y los derivados de viajes en vehículos de
motor.
El consumo de cocaína es
superior entre los varones y aumenta a medida que lo hace la
edad. Sorprende la precocidad
del contacto de los escolares con
esta sustancia ilícita (el 1,6% de
los escolares de 14 años y el
2,9% de los de 15 la consumió
en el último año). De tal modo
que, mientras entre los escola-
121
TABLA VI.
Evolución del
consumo de cocaína
entre los estudiantes
de 14-18 años según
sexo y edad. España,
1994-1998.
Alguna vez
1994 1996
1998
Últimos 12 meses
1994 1996 1998
Total
2,4
3,2
4,8
1,7
2,6
4,1
Sexo
Hombres
Mujeres
2,9
1,8
3,9
2,5
6,0
3,8
2,2
1,2
3,3
2,0
5,1
3,1
Edad
14 años
15 años
16 años
17 años
18 años
0,5
1,2
2,2
3,8
7,5
0,5
1,8
3,3
4,4
9,2
1,8
3,3
5,6
7,4
11,4
0,4
0,9
1,7
2,9
5,0
0,4
1,3
3,0
3,4
7,6
1,6
2,9
4,7
6,2
8,8
Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población
escolar 1998.
122
res de 18 años el consumo en el
último año ha pasado del 5 al
8,8%, entre los de 16 años subió casi el triple (del 1,7 al 4,7)
y entre los de 14 años aumentó
hasta cuatro veces (del 0,4% en
1994 hasta el 1,6% en 1998) -Tabla VI-.
El elevado nivel de policonsumo entre los consumidores de
cocaína también se evidencia en
la población escolar. Tomando
como referencia el consumo “alguna vez”, los jóvenes escolares consumidores de cocaína toman simultáneamente alcohol en
un 98,5%, Cannabis en un 94,7%
y tabaco en un 76,5%. También
con porcentajes importantes les
siguen las anfetaminas, el éxtasis, los inhalables y la heroína.
Mientras que en la población
general ha crecido significativamente el nivel de riesgo percibido ante el consumo habitual
de cocaína, en la población juvenil este nivel de riesgo percibido ha disminuido ligeramente,
situándose por debajo de la población general. Por lo tanto, una
de las claves de las políticas de
prevención en el futuro inmediato
consistirá en neutralizar esa imagen de inocuidad que tiene la
cocaína entre determinadas poblaciones y específicamente en
sectores juveniles.
Consumo de cocaína y
rendimiento académico
La probabilidad de haber
consumido cocaína alguna vez
tiene una relación directa con el
número de cursos repetidos. De
hecho, la prevalencia de consumo para los escolares que han
repetido algún curso se eleva
hasta el 8,7% (tres veces por encima de quienes no han repetido nunca un curso), llegando
hasta el 11,1% entre quienes han
repetido dos o más cursos.
Por su parte, los consumidores de cocaína presentan un número de ausencias o faltas a clase muy superior a los no consumidores (2,7 faltas como media
en el último mes y 1,2 respectivamente).
Consumo de cocaína y
disponibilidad económica
La disponibilidad económica
(dinero de bolsillo) de los esco-
lares se relaciona con el nivel de
experimentación con la cocaína,
de forma que cuanto mayor es
la cantidad de dinero de bolsillo
disponible más altas son las prevalencias de uso. Quienes afirman haber consumido cocaína
alguna vez disponían como media de 3.337 pesetas semanales, frente a las 1.721 pesetas de
quienes no la han consumido.
Consumo de cocaína y
utilización del tiempo libre
La frecuencia con que los escolares realizan salidas nocturnas tiene una asociación directa con el grado de experimentación con la cocaína. Si entre
quienes no salen nunca de noche la prevalencia de uso es del
0,5%, para quienes salen tres
o más veces a la semana alcanza el 10,2%.
También la hora de regreso
a casa cuando se sale de fin de
semana se asocia con la prevalencia de uso de la sustancia
analizada. Así, la probabilidad
de consumir cocaína para quienes vuelven a casa antes de las
24 horas es pequeña (un 0,6%),
aumentando progresivamente a
medida que lo hace la hora de
regreso, alcanzando prevalencias del 2,8% entre quienes vuelven entre las 24 y las 03:00 horas, y del 17,5% entre quienes
regresan después de esa hora.
Por lo que se refiere al tipo
de actividades desarrolladas, las
prevalencias de uso más altas
se registran entre quienes acuden todos los días a discotecas
o a bares/pubs, con prevalencias del 18,9% y 17,4%, respectivamente. Por el contrario,
la práctica de actividades deportivas, la asistencia a espectáculos deportivos y la lectura se
asocian con prevalencias de uso
más reducidas.
Alucinógenos
Descenso del consumo de
alucinógenose incremento de
las sustancias volátiles. Uso de
tranquilizantes significativamente mayor entre las chicas.
Por lo que se refiere al consumo de alucinógenos (LSD,
Mescalina, DMT, DOM, PCP,
MDA), destacar que sus prevalencias disminuyen con respecto a 1996, situándose en unos
valores similares a los existentes
en 1994. El descenso se produce en ambos sexos y en todos
los grupos de edad, excepto en
el grupo de 14 años en el que el
consumo crece hasta alcanzar
una prevalencia del 2% para el
indicador de consumo en el último año.
Consumo de otras drogas
Entre 1994 y 1998 se ha producido un incremento del consumo de sustancias volátiles que,
para el indicador de consumo
en el último año, pasó del 1,8%
registrado en 1994 al 2,7% de
1998. El 4,1% de los escolares
ha experimentado en alguna ocasión con estas sustancias.
A diferencia de otras drogas,
las prevalencias más elevadas
de consumo de volátiles se concentran en el grupo de edad más
bajo (14 a 16 años). De hecho,
el aumento experimentado por
el consumo de volátiles es atribuible fundamentalmente al comportamiento seguido por los escolares más jóvenes. Así, mientras que la prevalencia de consumo en el último año aumentó
1,8 veces entre los estudiantes
de 14 años, ha permanecido estable entre los de 18 años.
Por lo que se refiere a la evolución seguida por el consumo
de tranquilizantes/pastillas para
dormir (droga de comercio le-
gal), se constata que las prevalencias de consumo han crecido ligeramente con respecto a
la situación existente en 1996. El
7,7% de los escolares ha tomado tranquilizantes o pastillas para dormir alguna vez por prescripción médica, en tanto que un
6,4% lo ha hecho sin prescripción médica.
El consumo de tranquilizantes es significativamente mayor
entre las chicas. El 5,6 % de las
chicas los consumió en el último
año frente al 3,6% de los chicos.
Aunque la prevalencia de su consumo aumenta a medida que lo
hace la edad, resulta relevante
que a los 14 años un 4,2% de los
escolares ha usado alguna vez
estas sustancias.
El fenómeno de las drogas
de síntesis
Las drogas de síntesis se
están afianzando en las nuevas generaciones de jóvenes,
como un fenómeno sociocultural que se inviste de señas
de identidad peculiares.
Son psicofármacos sintéticos
producidos de forma clandestina y que, estructural y farmacológicamente, se parecen a algunas sustancias controladas y
perseguidas mediante convenios internacionales (psicoestimulantes, alucinógenos, etc.).
Concepto éste más social que
farmacológico.
Al parecer, el término “designer drugs” (“drogas de diseño”, por el que empezaron a
conocerse estas sustancias) fue
creado en los años sesenta por
Gary Henderson, un farmacéutico de la Universidad de California. Incluyen productos en su
mayor parte en forma de “pastillas” que, en general, son variantes de la anfetamina, un fár-
maco estimulante del sistema
nervioso central.
La más “popular” de estas
variantes de la anfetamina es
el éxtasis o MDMA, acrónimo de
3,4-metilendioximetanfetamina.
La MDMA fue sintetizada en laboratorio, formalizándose su
patente en 1914, aunque nunca
pasó de la etapa preclínica.
En los Estados Unidos el primer uso extenso y clandestino
de la MDMA apareció en los
años sesenta en el entorno de la
cultura psicodélica, junto con
otras anfetaminas y sustancias
alucinógenas como el LSD, la
MDA y la DOM. Fue en esa época cuando la prensa “underground” traspasó de la MDA o
“píldora del amor” a la MDMA el
nombre de “éxtasis”, una de las
muchas palabras con la que la
MDMA sería luego bautizada
(XTC, Adán, X).
A comienzos de los años 80
su uso aumenta, extendiéndose
por diversos países de Europa,
asociado a la expansión de ciertas formas musicales y subculturales juveniles (“acid house” y
“rave”) así como a espacios de
gran importancia en cierta cultura del ocio juvenil como las macrodiscotecas.
El fenómeno de las drogas
de síntesis no representa un hecho nuevo, ni porque las sustancias sean de reciente descubrimiento ni por tratarse de
drogas “diseñadas a la carta”
con un objetivo específico. El panorama actual es producto de
una suma de circunstancias que
han favorecido que drogas ya
existentes encuentren aceptación y potenciales consumidores en el seno de los actuales
movimientos juveniles.
Respecto a la evolución histórica en nuestro país, si bien se
detectan algunos consumos a fi-
123
124
nales de la década de los ochenta, la extensión de su uso comienza hacia 1992. Este uso se
ha producido parcialmente asociado a la popularización de una
serie de macrofiestas y a la audición de música “máquina” o
“bakalao”. La “ruta del bakalao”
constituiría la consolidación en
un ámbito más general de una
moda más elitista nacida en Ibiza hacia 1985, y caracterizada
por el traslado de los jóvenes entre macrodiscotecas” distantes
varios kilómetros entre sí a lo largo de todo un fin de semana.
Algunos de los parámetros
que confirman el proceso de extensividad y masificación que se
ha ido produciendo en el consumo de drogas de síntesis en
nuestro país son:
a) La pérdida de cualquier
carga ideológica precedente.
Actualmente no poseen sus
usuarios ningún contenido espiritual, contracultural o elitista.
b) El incremento de la disponibilidad de estas drogas. Existe una amplia oferta, asentada
en puntos cercanos de distribución y se ha producido una notable caída de los precios de estas sustancias.
c) La extensión del consumo
afecta prácticamente a la totalidad de áreas geográficas de
nuestro país, en progresiva inundación hacia zonas del ámbito
provincial y rural.
d) Se observa un incremento exponencial en el registro de
casos atendidos por intoxicación
clínica y tratamiento de secuelas derivadas del uso continuado de drogas de síntesis.
Aunque los estudios amplios
y sistemáticos sobre el consumo
de drogas de síntesis están aún
en fase incipiente, los datos con
que se cuenta en la actualidad
aportan la siguiente información:
• Un elevado porcentaje de
usuarios de estas drogas
consumen simultáneamente
otras -lícitas e ilícitas-, principalmente alcohol, cannabis, cocaína y LSD.
• La mayoría de los usuarios
de éxtasis tiene entre 18 y 24
años, aunque la distribución
total de consumidores se extiende en rangos de edad
muy amplios (de 14 a 50
años).
• Aunque predomina el porcentaje de usuarios varones
frente al de mujeres en proporción de 2/1, la equiparación entre sexos es superior
a la existente respecto a drogas como la heroína y más
afín a la observada entre
usuarios de cocaína.
• En orden a su situación en el
proceso de escalada del consumo de drogas, las sustancias de síntesis aparecen
después del uso de tabaco,
alcohol y Cannabis y como
precedente al consumo de
cocaína. En el Reino Unido
algunos autores señalan que
el éxtasis puede estar sustituyendo a la marihuana y LSD
como drogas de introducción
al uso de drogas ilegales.
Principales drogas de síntesis
y sustancias análogas
El consumo de éxtasis es significativamente mayor entre los
varones y aumenta a medida que
se incrementa la edad (a los 14
años un 1,5% de los escolares
afirma haber probado éxtasis
frente al 9,1% que lo ha hecho a
los 18). La edad media de inicio
al consumo se sitúa en los 14.8
años.
El éxtasis tiene actualmente
unos niveles de prevalencia sensiblemente inferiores al de sustancias como el speed, anfeta-
minas y alucinógenos, con las
cuales frecuentemente aparece
asociado su consumo, drogas
que igualmente registran un descenso en sus prevalencias de
consumo, aunque no tan importante como el observado en el
éxtasis.
Casi todo el éxtasis que se
consume en España y en Europa se ofrece en forma de comprimidos con colores llamativos
y diferentes dibujos y anagramas
grabados en su superficie. De su
apariencia exterior derivan los
nombres con los que son conocidos: fidodidos, tapones, delfines, pájaros, adanes, ovaladas,
etc. La misma sustancia puede
presentarse como comprimidos
de formas, tamaños, pesos y concentraciones distintos.
Además, una presentación
aparentemente idéntica a otra
puede contener sustancias diferentes. El peso por comprimido suele oscilar entre 250 y 350
mg. Las disponibles en España contienen como principales
activos uno de los cuatro derivados anfetamínicos emparentados química y farmacológicamente: MDMA, MDEA, MDA y
MBDB. La presencia de MDA es
especialmente preocupante por
su constatada toxicidad.
Las oscilaciones en el contenido de principio activo son
considerables. Esa variedad implica que los usuarios no saben
si los efectos de una pastilla tomada hoy equivaldrán a los de
otra tomada anteriormente. Un
usuario acostumbrado a una cierta cantidad de pastillas puede
un día consumir el triple de lo habitual sin saberlo, algo que puede ser especialmente grave en
el caso de las ingestas elevadas.
El contenido específico de
las pastillas, las oscilaciones de
las dosis, la posibilidad de par-
tidas conteniendo un derivado o
productos intermedios más tóxicos y, en suma, la ignorancia
de los usuarios de lo que realmente toman, así como las amplias lagunas en nuestro conocimiento de los efectos reales de
estas sustancias tornan la expansión del consumo de “éxtasis” en un potencial problema de
salud pública.
Se ha comprobado que la
MDMA puede producir daños físicos y psíquicos importantes en
algunas personas. En la literatura médica se han descrito diversas reacciones adversas graves - que requieren el ingreso
del usuario en un servicio de urgencias o su hospitalización causadas por la ingesta, a veces de dosis únicas de MDMA
o análogas. Las más frecuentes
han sido las siguientes:
• Hipertermias severas acompañadas de coagulopatía,
rabdomiólisis y, a veces, insuficiencia renal aguda.
• Ictus, a causa de hemorragias o trombosis cerebrales.
• Hiponatremias producidas
por una secreción inadecuada de ADH.
• Insuficiencias hepáticas de
diverso grado.
En España se han registrado
al menos cuatro muertes atribuidas a este consumo, sin olvidar la relación entre el consumo de éxtasis y los accidentes
de tráfico, sobre todo aquéllos
que se producen durante los fines de semana.
Parece que uno de los potenciales peligros del consumo
de MDMA y análogos es el riesgo de alteraciones psiquiátricas
en algunos individuos. Se ha relacionado este consumo con tres
tipos de dolencias: crisis de ansiedad, trastornos depresivos y
alteraciones psicóticas.
a) Drogas naturales
En los últimos años, han comenzado a aparecer, primero en
Estados Unidos y luego en Europa, unas sustancias denominadas “drogas naturales”, así conocidas por no ser productos
químicos sino elaborarse a partir de materias vegetales. Pertenece al grupo de los estimulantes, al llevar en su composición
cafeína y efedrina y sus efectos consiguen una elevación del
tono vital, pudiendo compararse con la ingesta de varias tazas
de café.
En España, la sustancia más
conocida (dentro de un nivel todavía muy minoritario) es el llamado “Herbal Ecstacy” (éxtasis
vegetal, en su acepción española). Se trata de un compuesto
orgánico formado en su totalidad por extractos o alcaloides
de origen vegetal, con forma de
pastilla circular de color azulón,
con una “e” grabada en una cara y una mariposa en el reverso.
Se comercializa en cajas de 10
ó 12 pastillas al precio de unas
3.000 pesetas el envase aproximadamente.
A largo plazo y debido a su
contenido de efedrina, se teme
que pueda ocasionar pérdida
de memoria, psicosis y daños
irreversibles en el Sistema Nervioso Central. Taquicardia y aumento de la presión sanguínea
son algunos de sus efectos más
comunes. Se pueden producir
además serias contraindicaciones si existen complicaciones del tipo de tensión alta, enfermedades cardiacas, renales
y diabetes. El simple hecho de
estar bajo tratamiento farmacológico es un factor de riesgo, en relación con la efedrina
que contiene, que puede desembocar en muerte por embolia.
b) Special K
Aunque no se poseen datos
de introducción en nuestro país, el Special K está considerada como una de las drogas de
síntesis más dañinas para la salud. Esta sustancia proviene de
la ketamina, un anestésico que
se adquiere en las farmacias. Se
puede esnifar o inyectar y mezclada con cocaína puede resultar altamente peligrosa.
Entre sus efectos más inmediatos figuran la alteración de la
respiración y el ritmo cardíaco y
la disminución del riego sanguíneo en el cerebro. De ahí que
pueda causar trastornos psíquicos irreversibles, e incluso ataques cardíacos, y hasta la muerte.
La nueva droga es mucho
más peligrosa que la cocaína o
que estimulantes de diseño como el speed y el éxtasis (MDMA). Su gran riesgo se produce
mientras duran los efectos de su
ingestión. Durante una o dos horas, depende de la dosis, el consumidor puede llegar a sufrir un
vacío de memoria y no ser consciente de sus actos.
Drogas de síntesis.
Reflexiones de interés
preventivo
Las drogas de síntesis se están afianzando en las nuevas generaciones de jóvenes como un
fenómeno sociocultural que se
inviste de señas de identidad peculiares.
La expansión del consumo
de pastillas de éxtasis y otras
sustancias afines se produce en
un marco social de rechazo al
consumo de heroína. Todo lo relacionado con esta modalidad
de consumo sobreviene, por tanto, en un momento de crisis de
otras drogas por lo que, por extrapolación, tiende a señalizar-
125
TABLA VII.
Grado de rechazo de
ciertas conductas de
consumo (proporción
de estudiantes que
rechaza cada
conducta). España,
1994-1998.
Consumir alguna vez
1994 1996
1998
Tabacoa
Alcoholb
Tranquilizantes
Cánnabis
Éxtasis
Cocaína
Heroína
40,0
62,3
69,5
77,6
80,1
38,3
55,6
68,4
72,8
76,0
38,4
51,9
67,2
69,6
73,5
Consumir habitualmente
1994 1996 1998
31,5
33,5
73,4
79,7
84,8
87,5
88,2
30,5
35,7
68,8
74,1
82,8
84,4
85,4
43.8
35,3
67,3
70,5
80,6
81,6
82,9
aFumar un paquete diario. bTomar 1 ó 2 cañas/copas cada día.
Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población
escolar 1998.
126
se en función de rasgos contrapuestos.
Su consumo se propaga más
como una cultura que como un
vicio. Rehuye lo individual constituyéndose en un acto fundamental y esencialmente colectivo y grupal, una práctica pública y rutinaria. Su uso posee
significado de elemento facilitador de la sociabilidad, la relación
enmarcada en el propósito de la
diversión y el ocio. El ambiente
subcultural y de ocio donde se
instalan se caracteriza por aportar innovación tanto a la conducta
de las personas que las frecuentan como al modo de divertirse. Locales multitudinarios,
con apariencia industrial, donde
sólo se baila un determinado tipo de música, envuelto en recursos visuales específicos, etc...
El consumo se produce entre el grupo de amigos, resaltando
el componente de confianza y
afinidad que ello conlleva. Enraiza así el sentimiento de pertenencia al ámbito de relación más
próximo. Su mayor incremento
se da en los períodos temporales destinados al ocio, fines de
semana, períodos festivos y estación veraniega. Las nuevas drogas de síntesis se están afian-
zando en las rutas nocturnas de
una nueva generación de jóvenes que busca evadirse, transportar su mente lejos e investigar
nuevas sensaciones de escape.
Estos patrones de comportamiento se difunden y ponen de
moda rápidamente entre un sector de población que busca su
propia identidad y en perfecta
consonancia con su necesidad
de autoafirmación frente al resto de la sociedad. Su impulso de
rechazo a las órdenes colectivas y adultas es su forma de afirmarse y rebelarse, no ven posibilidades de transformar nada,
ni en el orden político, ni el económico. Los marginados de hace unos años eran marginados
por obra de la sociedad; ahora, en la imaginación, la sociedad es la marginada.
DROGADICCIÓN. OPINIÓN
DE LOS ESCOLARES
(Encuesta escolar 1998)
Apartado que es preciso conocer dentro de nuestra función
preventiva.
Riesgo percibido asociado al
consumo de drogas
En general los estudiantes
piensan que consumir drogas de
comercio legal (alcohol, tabaco y tranquilizantes) causa menos problemas que consumir drogas ilícitas. El consumo de heroína, cocaína y éxtasis (por este orden), tanto de forma ocasional como habitual, son las conductas consideradas como de
mayor riesgo por los escolares,
asociándolo más a la frecuencia
de consumo que al tipo de droga.
Se constata particularmente
la existencia de un bajo riesgo
percibido asociado al consumo
de algunas sustancias como el
Cannabis o el alcohol, existiendo a su vez una asociación inversa entre riesgo percibido y
los consumos de las diferentes
drogas, de modo que las sustancias a cuyo consumo se les
atribuye un mayor riesgo son las
menos consumidas.
La evolución temporal del
riesgo percibido apunta a que
desde 1994 se ha reducido éste para todas las sustancias, excepto para el consumo ocasional de éxtasis y el consumo de
tabaco. Esta evolución es congruente con la que han seguido
los consumos de las diferentes
sustancias, de forma que a medida que disminuye la percepción del riesgo crece su uso.
Aprobación/rechazo del
consumo de drogas
Al igual que ocurría con el
riesgo asociado, son el consumo habitual de heroína y cocaína (seguidos del de éxtasis y
Cannabis) los comportamientos
que provocan mayores niveles
de rechazo (Tabla VII). Del mismo modo, los niveles de rechazo difieren significativamente según que el consumo sea habitual o esporádico, primando en
el rechazo más la frecuencia del
consumo que el tipo de drogas.
El tabaco ha visto crecer significativamente el rechazo, manteniendo el alcohol un nivel estable.
Dato importante a destacar
es el porcentaje mayor de escolares que rechaza absolutamente el comportamiento de consumo habitual que parece estar
condicionado por las acciones
informativas y sensibilizadoras
desplegadas para controlar el
uso de drogas. De igual modo,
aquellas conductas que están
más generalizadas entre los escolares (consumos experimentales y esporádicos) son las menos rechazadas.
Disponibilidad percibida de
las sustancias
La disponibilidad percibida
durante el período 1996-1998 varía en función de las distintas sustancias. Si bien ha aumentado el
porcentaje de escolares que
piensan que les resultaría muy
fácil o relativamente fácil conseguir la mayoría de las drogas
ilícitas (Cannabis, éxtasis, cocaína y heroína), se observan
descensos en la disponibilidad
percibida de las anfetaminas, los
alucinógenos y tranquilizantes.
Por su parte, la disponibilidad
del alcohol se mantiene estable.
Información recibida sobre el
consumo de drogas y sus
efectos y problemas asociados
Una amplia mayoría de escolares se considera correctamente informado acerca de los
consumos de las distintas drogas, sus efectos y los problemas
asociados a los mismos.
Las principales vías de información acerca de las drogas señaladas por los escolares son
los medios de comunicación
(55,6% de los casos), padres y
hermanos (52%), amigos (40,8%)
y profesores (37,9%). Las vías
principales por las cuales reciben información los escolares no
siempre son consideradas por
éstos como las más adecuadas.
Las mejores vías informativas y
las más objetivas serían, según
sus declaraciones, las charlas y
cursos sobre el tema (47,2%) y
la información procedente de
personas que han tenido contacto con las drogas (46,3%).
El ámbito educativo es el
idóneo para articular programas y actividades preventivas
con implicación de los alumnos.
los nuevos consumidores.
d) Puesta en marcha, con carácter experimental, de programas preventivos amplios
en zonas marginales, propiciando la detección precoz
de menores experimentadores y generando alternativas
positivas para la ocupación
del tiempo libre.
e) Formación de padres, profesores y “mediadores sociales” (entidades ciudadanas,
servicios sanitarios y sociales ...) sobre la importancia
de su rol en la prevención.
f) Generación de debates entre responsables institucionales y técnicos para ampliar
conocimientos y diseñar alternativas.
Comunidades Autónomas y
ONGs llevan a cabo campañas
informativas y redes asistenciales, adaptándose dispositivos
y programas a las exigencias de
los nuevos tiempos. Desde el
Plan Nacional sobre Drogas se
están impulsando las siguientes
líneas de prevención:
a) Asignación de la máxima
prioridad hacia estas nuevas
sustancias en los sistemas
de información y en los estudios promovidos por la Delegación del Gobierno.
b) Potenciación de campañas
informativas que aporten información veraz sobre el tema y publiciten los recursos
disponibles para su prevención y tratamiento.
c) Generalización de los programas escolares. Aunque,
si bien los programas preventivos en el medio escolar
no hacen aconsejable el
abordaje de sustancias específicas, sí puede contemplarse la temática de los nuevos patrones de consumo y
Ámbito educativo
El ámbito educativo se considera como uno de los más idóneos para articular programas y
actividades preventivas, tanto
por ser el espacio donde confluyen diversos agentes educativos y los propios alumnos, como por sus funciones naturales
en la facilitación del aprendizaje y la maduración personal.
Desde la aprobación de la
Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LO
1/1990) la prevención de drogas
en el ámbito escolar se encuadra dentro de un enfoque más
amplio de Educación para la Salud, asignatura que está considerada como materia transversal, es decir, desarrollada a lo
largo de todo el curriculum escolar.
Como ya se ha indicado, la
implantación de programas de
prevención en los centros educativos implica la formación de
los profesores y tutores del centro que se encargan de la aplicación de los mismos en el au-
ESTRATEGIAS
PREVENTIVAS Y
TERAPEUTICAS
127
la, al igual que incluye entre sus
objetivos la formación de padres
y madres, contando con el importante papel al efecto de las
Asociaciones de Padres.
Desde la aprobación de la
LOGSE la sensibilización de los
centros educativos hacia el desarrollo de este tipo de programas ha sido creciente. Actualmente, según datos del MEC, un
75% de los centros de enseñanza primaria y un 50% de los
de secundaria realizan algún tipo de actividad de prevención.
Entre los programas más difundidos de los aplicados en nuestro país hay que destacar los siguientes:
• Programa de Entrenamiento
en Habilidades de Vida.
• Programa de la Red Europea
de Escuelas Promotoras de
Salud (REEPS).
• Programa Discover: Aprendiendo a vivir.
• Programa Integral de Prevención Escolar (PIPES).
El Programa de la Red Europea de Escuelas Promotoras de
Salud (REEPS) es un proyecto
común de la OMS, la Unión Europea, el Ministerio de Educación y Cultura y el Ministerio de
Sanidad y Consumo. El objetivo
es crear una red de centros educativos en los que se promueva
la Educación para la Salud desde una perspectiva comunitaria.
El programa dispone de una serie de materiales para apoyar la
labor del profesorado; además,
todos los centros pertenecientes
a la red están conectados a traves de una intranet.
128
Las escuelas como promotoras
de salud. Futuros retos
El primer reto está centrado
en el principio de involucración
activa del alumno al constatarse, tanto en adultos como en jó-
venes, actuaciones aparentemente contrarias a los conocimientos que poseen.
Es preciso implicar a los
alumnos para que la enseñanza
les deje huella en sus acciones
y comportamientos. Esto significa que los profesores deben ser
capaces de enfrentar situaciones complejas en las que los estudiantes se encuentran involucrados como hacedores de decisiones independientes. Al mismo tiempo los profesores no pueden renunciar en su responsabilidad de desarrollar competencias en sus alumnos respecto al área cuestionada.
El punto de partida debe implicar una reflexión sobre el objetivo global de la actividad. El
desarrollo de la habilidad del estudiante de cambiar y actuar es
la meta principal. Y esta meta tiene consecuencias en términos
de exigencias de conocimientos.
Este acercamiento desde la
acción tiene considerables repercusiones sobre el “tipo de conocimientos” sobre el que se enfocarán la planificación, implementación y la evaluación de las
fases.
Cuatro dimensiones establece Jensen, en las que las diferentes perspectivas de conocimiento dentro de un tópico dado de salud deben ser vistas y
analizadas:
¿Qué clase de problema es?
Conocimiento sobre los
efectos
La primera dimensión trata
del conocimiento sobre la existencia y magnitud del problema
de salud. Estos son los efectos
relacionados con la salud de las
condiciones del ambiente, estilos de vida, relaciones sociales,
etc.
Este tipo de conocimientos
puede tratar de las consecuencias de un comportamiento dado, o de la lluvia ácida, o de la
pobre calidad del aire en la ciudad o en los lugares de trabajo.
O podría ser acerca de cómo la
violencia entre iguales en la escuela (bullying) afecta a la salud
y bienestar de los estudiantes.
En el área del consumo de sustancias, incluye conocimientos
sobre sus efectos a nuestros
cuerpos y mentes, cómo afecta el comportamiento en áreas
como la conducción, el sexo u
otros acontecimientos sociales.
Conocimiento que nos capacitará para explicar afirmaciones
como “si hacemos esto, eso podría suceder” o “si estas son las
condiciones o circunstancias,
entonces incrementará el riesgo
de aquello”.
Conocimientos importantes,
al estimular el interés y despertar la atención; de hecho se puede afirmar que crea un punto de
inicio de la voluntad de actuar.
La segunda dimensión: ¿por
qué tenemos los problemas
que tenemos? Conocimientos
sobre las causas
Porqué y bajo que condiciones nos enfermamos, que factores amenazan o benefician
nuestra calidad de vida, etc.
Por causa se entiende los
factores sociales asociados que
subyacen en nuestro comportamiento: ¿Porqué el fumar es
más común entre ciertos grupos
sociales? ¿Que aspectos de
nuestras condiciones de vida
tienen mayor efecto sobre si el
alcohol lleva al abuso? ¿Que
condiciones en el colegio contribuyen a que el bullying tenga
lugar? ¿Quiénes son los violentos en el colegio y cual es la causa?
Esta dimensión trata de identificar y discutir los factores causales. La publicidad, presión social de los pares, las expectativas, la soledad, y la baja autoestima pueden mencionarse como ejemplos de tales factores.
Muchas explicaciones referentes a las desigualdades de
salud en Europa se encuentran
dentro de esta dimensión, relacionadas principalmente con las
áreas sociológicas, culturales y
económicas.
¿Cómo podemos cambiar las
cosas? Conocimiento sobre las
estrategias del cambio
Esta tercera dimensión trata
de impulsar “una responsabilidad social compartida en el desarrollo de normas” con un comportamiento aceptado entre los
alumnos de una clase. Trabajar con adultos (ej. los padres)
sobre la organización de acontecimientos sociales extraescolares, etc.
Esta área es central y decisiva para una Educación para la
Salud orientada hacia la acción,
dentro de una “escuela democrática promotora de salud”, incluyendo conocimientos sobre
cómo estructurar la cooperación,
cómo se organizan las estrategias, cómo las relaciones de poder se estudian y analizan, etc.
Incluyen campos de conocimientos que se relacionan especialmente con las áreas psicológicas y sociológicas, siendo
importantísimo considerar los que
conciernen al alcance del problema (no sólo las causas), cuando se desarrollen las estrategias
para el cambio. Las diferentes
dimensiones del conocimiento
deben verse interconectadas, o
interelacionadas con los condicionantes de salud sobre los que
trabajan los estudiantes.
¿A dónde queremos llegar?
Los conocimientos sobre las
alternativas y visiones
Esta cuarta y ultima dimensión trata de la necesidad de desarrollar nuestras propias visiones. Un importante prerrequisito para que la voluntad y la capacidad actúen y cambien es
evidenciar que tenemos auténticas posibilidades (incluyendo
el apoyo necesario) en desarrollar y formar nuestros propios sueños e ideas para el futuro, en relación con nuestra propia vida,
trabajo, familia y sociedad.
Como ejemplo, se nos expone cómo esta dimensión podría
incluir conocimientos sobre las
condiciones en un colegio vecino o cómo se enfrentan los asuntos entre otras culturas, tanto cercanas como lejanas, puesto que
el conocimiento sobre estas condiciones puede ser una buena
fuente de inspiración para desarrollar nuestras propias visiones.
Quizás un colegio de la vecindad ha tenido éxito en la organización de fiestas para los
alumnos mayores sin o con muy
restringido consumo de alcohol.
Los alumnos de este colegio podrían ser invitados a presentar
sus ideas y experiencias. O algunos padres de alumnos de
otras clases pueden tener ideas
desarrolladas sobre como discutir y ver los asuntos relacionados con el consumo de sustancias (alcohol, tabaco, droga)
en estrecha relación con sus hijos. Estos padres podrían ser invitados a presentar sus ideas en
una reunión implicando a todos
los alumnos y padres en una clase.
Si nos enmarcamos en este
nuevo contexto, la información
tradicional de la salud se colocaría en el eje de la primera di-
mensión, relacionada con el conocimiento sobre los efectos.
Conocimientos que por sí no
necesariamente promueven acciones. De hecho tales conocimientos pueden crear un sentido de preocupación, que si no
es seguido de las correspondientes estrategias para cambiar, incluso pueden contribuir a
una parálisis de acción, deshaciendo una posible involucración
preexistente.
Todos los aspectos del conocimiento de salud deben ser,
por tanto, minuciosamente pensados a través de las perspectiva de acción y cambio, poniendo énfasis en el principio de
incluir a los estudiantes como
socios activos durante el proceso pedagógico. Métodos y
técnicas que tienen que ser desarrollados para su uso en la enseñanza en los colegios. Una
escuela democrática promotora de salud requiere un “nuevo
panorama” de conocimientos
y experiencias, más extensivo y
más coherente, que contribuya al desarrollo de un comportamiento saludable constituyendo un desafío para profesores,
investigadores, pedagogos que
debe construirse sobre unos cimientos profesionales cualificados, comprensión interdisciplinaria e implicación familiar/social, dentro de nuestro contexto cultural.
Sin duda, ante el mundo de
la drogadicción se precisa de
una actitud más decidida y activa por legisladores, gobernantes, autoridades sanitarias, instituciones, profesionales y la propia sociedad, aunque se trate de
una lucha desigual por la enorme presión económica de grupos interesados y la, por desgracia, aún escasa colaboración
de muchos profesionales.
129
BIBLIOGRAFÍA
Los asteriscos reflejan el interés del artículo a juicio del autor.
1.*** Calvo Fernández R, Calvo Rosales
J, López Cabañas A. ¿ Es el tabaquismo una epidemia pediátrica?.
An Esp Pediatr 2000; 52: 103-105.
Editorial que centra la problemática actual del tabaquismo infantil en nuestro
país. Su incremento discreto pero constante. Perfil del niño/adolescente fumador. Papel como droga inicio. Publicidad. Medidas preventivas y papel del
pediatra son motivo de reflexión, de la
mano del Prof. Calvo, profesional gran
conocedor y profundamente comprometido con este preocupante tema.
2.*** Castells P, Salgado G. Salir de noche y dormir de día. Claves para
convivir con nuestros hijos adolescentes. Guía para padres y educadores. Planeta; 2001.
A todos los profesionales que traten con
adolescentes, sus familias y educadores aconsejamos la lectura de este libro,
sin duda importante guía practica y de
reflexión. Nuevo trabajo del Prof. Castells en su importante línea de publicaciones de divulgación médica.
3.*** Delegación del Gobierno para el
Plan Nacional sobre Drogas. Encuesta sobre Drogas a la población
Escolar; 1998.
http://www.mir.es/pnd/
Encuesta que se enmarca dentro del
Programa de Encuestas Nacionales que
viene desarrollando la Delegación del
Gobierno para el Plan Nacional sobre
Drogas y que, entre otras acciones, contempla la realización de una encuesta
bianual entre los estudiantes de Enseñanza Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años. Su
continuidad bianual desde 1994 le confiere especial valor. Cuenta en su desarrollo con la colaboración de los responsables de los Planes Autonómicos
sobre Drogas, del Ministerio de Educación y Cultura y de los Departamentos de Educación de las Comunidades
Autónomas con competencias en materia de educación. Encuestas que nos
permite conocer evolución y situación
actual, constituyendo por tanto la base
principal de nuestra trabajo.
130
4.*** Delegación del Gobierno para el
Plan Nacional sobre Drogas. Informe sobre la Droga de Síntesis,
1998. http://www.mir.es/pnd/
Define, analiza su evolución histórica,
datos de consumo respecto a las prin-
cipales drogas de síntesis y sustancias
análogas existentes. Característica del
fenómeno, significado social y cultural,
control de la oferta y estrategia preventiva/terapéutica son abordadas.
5.
Dolz Lago M.J. Noticia de la Nueva Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor. Revista Surgam 2000;4: 42-47.
6.*** Gómez de Terreros I, Coy Ferrer E.
Niños marginados. Delincuencia y
drogadicción. En: García Caballero C. Pediatría Social. Díaz de
Santos; 1999; p. 377-395.
Capitulo dentro del primer tratado español de Pediatría Social en el que se
expone bases conceptuales en relación
a la delincuencia, reflexiones causales
y líneas programáticas de actuación. En
cuanto a la drogadicción bases conceptuales, tipología y clasificaciones de
interés practico, etapas del proceso, factores de riesgo, signos de alarmas que
conduzcan al diagnostico precoz. Terapia y su problemática.
7.*** Gómez de Terreros I, Arenas F, Castillo A, Nuñez de la Torre N, Rodríguez JM. Droga y adolescencia.
En: Callabed J, Moraga F, Sasot J,
editores. El niño y el adolescente.
Laertes;1996. p.183-196.
Capitulo desarrollado conjuntamente con
el equipo del Comisionado de la Droga de la Junta de Andalucía. Destacamos del trabajo lo relacionado con las
etapas del proceso de drogadicción,
factores favorecedores de consumo y
muy especialmente sus reflexiones en
cuanto a prevención.
8.*** Gómez de Terreros I. Pobreza, delincuencia, drogadicción y criminalidad en la infancia y adolescencia. En: García Caballero C,
González Meneses A, editores. Tratado de Pediatría Social. Díaz de
Santos; 2000. p. 661- 677.
Pobreza y marginación e impacto sobre
la salud en el contexto bio-psico-social
son analizados. Familia y delincuencia.
Significado de la delincuencia y programas de intervención, son abordados.
En esta 2ª edición se actualiza el apartado de drogadicción, resaltando los conocimientos que debe contar el pediatra tanto en lo que respecta a su detección precoz, como de las opciones
terapéuticas existentes.
9.*** Hernandez –Mezquita MA, Barrueco M, Jiménez CA, Vega MT, Garrido E. Opinión de los directores escolares sobre la influencia de factores del medio escolar en la actitud
de niños y jóvenes ante el tabaco.
An Esp Pediatr 2000; 52:132-137.
La influencia de los factores escolares
sobre la conducta frente al tabaco de niños y adolescentes, está fuera de toda
duda. Ante problemas que exigen abordaje interdisciplinario e intersectorial, es
imprescindible conocer la opinión de
otros sectores, en el presente caso de
los directores escolares. Reflexiones a
considerar en nuestra responsabilidad
y ámbito de trabajo.
10.***Lorenzo P, Ladero JM, Leza JC, Lizasoain I. Drogodependencias. Farmacología, Patología, Psicología,
Legislación. Panamericana; 1998.
Libro de obligada consulta a los profesionales que deseen profundizar en el
tema. Su enfoque es muy novedoso incluyendo sustancias que normalmente
no se tratan en otros libros o aspectos
tan actuales como el de las drogas de
diseño. Su abordaje es multidisciplinar
enfocandose tanto desde la Medicina
en sus aspectos farmacológico, clínico,
psiquiátrico y medico legal, como desde la perspectiva de la Psicología, Historial y Legislación.
11.***Maggs JL, Hurrelmann K. Do Substance Use Deliquency have Differential Associations With Adolescents´ Peer Relations?. International Journal of Behavioral Development 1998;22(2): 367-388.
Confirma la relación entre los “pares” y
el consumo de sustancias (alcohol y tabaco). En cuanto a la delincuencia, solo en pocos casos se veía relacionado.
Patrón que no difería según genero o tipo de colegio.
12.***Palacio Sánchez Izquierdo JR. El
principio del superior interés del menor. Revista Surgam 2000; 4: 24-26.
En este artículo se consagra los Derechos del Niño, especialmente en lo que
afecta a la reeducación e inserción del
menor .
13.***Settertobulte W, Jensen BB, Hurrelmann K. Driking among young
Europeans. World Health Organization: Regional Office for Europe; 2001.
Amplia y muy reciente publicación de la
Oficina Regional para Europa en el que
se trata profundamente el tema del alcohol y jóvenes en el contexto europeo.
En sus 43 paginas se analiza su prevalencia de consumo en el adolescente, causas de consumo y factores asociados, así como ejemplos de programas relacionados con el alcohol y promoción de la salud en la Escuela y finalmente los retos de futuro.
14. World Health Organization (WHO).
Ministerial conference on Young People and Alcohol. 2001. Etockholm.
http://www.youngalcohol.who.dk/
Como consecuencia de la Conferencia
Caso clínico
Se trata de un menor de 15
años de edad encartado en un
expediente de reforma por Fiscalía de Menores en virtud de
atestado policial como presunto autor de un delito de daños
en cabina telefónica, (rotura de
cristales y aparato de teléfono
arrancado). Daños que ascienden a una cuantía superior
a 50.000 Pts.
A instancia del Ministerio Fiscal, el equipo técnico adscrito
al mismo (Trabajador Social,
Psicólogo y Educador) estudian
al menor y se entrevista con la
madre quien acude como
acompañante, elaborándose el
siguiente informe psicosocialeducativo:
• Area Socio Familiar: Disciplina inapropiada, carencia
de atención y control por
parte de progenitores, disfunción en dinámica familiar, conflicto de pareja, contactos con servicios sociales infructuosos, múltiples
cambios de domicilio, grupo de iguales de riesgo.
• Area psicológica: Trastornos psicológicos, inestabilidad emocional, asuncion
de consumo de sustancias
Ministerial Europea de la OMS sobre Jóvenes y Alcohol que tuvo lugar en Estocolmo el 21 de Febrero del 2001, surge
la denominada “Declaración de Estocolmo sobre Jóvenes y Alcohol “. Im-
portante Declaración que abordamos en
nuestro trabajo, en la que se marca las
principales guías y metas preventivas
en cuanto a la promoción y protección
de la salud.
toxicas, situando inicio de
coqueteo con hachís a los
11 años de edad, intentos
auliticos.
• Area Educativa: Fracaso escolar temprano, absentismo, ausencia de motivación
ante cualquier actividad formativa y laboral.
solución (sentencia) se pone en
conocimiento de la Delegación
de Asuntos Sociales. Se solicita al Equipo de Medio Abierto,
propuesta de proyecto de ejecución a fin de concretar medidas y acordar fecha de inicio.
Cumplimentado el tramite,
el menor deberá atender a un
proyecto educativo formativo en
un taller de la zona, todos los
días y en horario determinado.
Se le informa así mismo, de la
cita a cumplimentar con Salud
Mental de la zona y contacto
con la entidad que iniciará su
programa de deshabituación.
Pueden darse dos posibilidades evolutivas:
A) Que los informes periódicos
que la entidad publica remita al juzgado sean favorable en cuanto a la respuesta del menor en ejecución de medida.
B) Que el menor, que a pesar
de su conformidad con la
resolución, no atiende al proyecto educativo y de atención terapéutica diseñado,
con ausencia así mismo de
colaboración familiar.
El Juez de Menores en esta segunda posibilidad, tendrá
que aplicar otra medida acorde a sus circunstancias.
Valoración psicosocial
educativa: múltiples factores
de riesgo, que demanda urgente intervención en evitación
de escalada de conductas disociales. El seguimiento debe
ser adecuadamente coordinado en cuanto a las diferentes
medidas terapéuticas a establecer.
Proposición de medida: Libertad Vigilada con asistencia
terapéutica, debiéndose proseguir en atención secundaria,
ante la temporalidad de la medida Judicial
Cumplimentados los tramites legales pertinente, se celebrada Audiencia (juicio), el menor reconoce los hechos de que
se le acusa y muestra su conformidad con la medida que solicita el Ministerio Publico consistente en Libertad Vigilada por
periodo de 4 meses con asistencia terapéutica. Dictada Re-
131
ALGORITMO 1:
ETAPAS DEL
PROCESO DE
DROGADICCIÓN
PROCESO DE DROGADICCIÓN
1ª . EXPERIMENTACIÓN
2º . PERIODO INTERMEDIO
3ª . DEPENDENCIA
Controla la droga
Busca cambio de ánimo
Aparecen primeras alteraciones:
- Funcionamiento psicosocial
- Rendimiento escolar
Pérdida control de uso
Indispensable contra “estado de tensión”
Desarrolla tolerancia
Uso de varias drogas
4ª. DESTRUCCIÓN O
SÍNDROME CEREBRAL
TÓXICO
ALGORITMO 2:
DROGA Y
EDUCACIÓN/
PROMOCIÓN PARA
LA SALUD EN LA
ESCUELA
12 a 20 años
Curiosidad
Reuniones Sociales
Efecto sobre estado de ánimo
Adolescentes mayores o adultos jóvenes
Busca evitar sensaciones negativas
Incapaz de comportamiento social productivo
Puede etapa reversible
Conocimiento de los
efectos
Conocimiento acerca de
visiones y alternativas
SALUD Y CONSUMO DE
SUSTANCIAS
Conocimientos sobre
estrategias para el cambio
132
Conocimiento de las
causas

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