1 P. Alfonso Gil SM - Colegio Marianista Junín
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1 P. Alfonso Gil SM - Colegio Marianista Junín
P. Alfonso Gil SM 1927-2011 P. Alfonso Gil SM sacerdote marianista Bustillo del Monte, Santander, España 7 de diciembre de 1927 Junín, Buenos Aires, Argentina 4 de agosto de 2011 Compañía de María de Argentina 1 2 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 Buenos Aires, 7 de diciembre de 2011 Hoy nuestro querido Padre Alfonso hubiera cumplido 84 años. Cómo no recordar su fecha de nacimiento si él no se olvidaba nunca de nuestros cumpleaños, y nos hacía llegar su felicitación y nos recordaba en la oración. Esta mañana en el Colegio Marianista de Buenos Aires hemos realizado un sencillo pero emotivo acto. Desde hoy el SUM (Salón de Usos Múltiples) del subsuelo lleva su nombre. En su momento, hace unos años, fue uno de los mayores impulsores de la construcción del mismo, como lugar central de reunión de las actividades colegiales en el fundamento mismo del edificio del Colegio. La Hna. Blanca Jamar, fmi leyó una semblanza de Alfonso escrita por su amigo el P. José María Salaverri SM (Valencia, España), y luego he leído algunos párrafos de su diario personal de este último año. Algunas otras personas de la comunidad educativa añadieron algunos emotivos comentarios. Presidió el acto un sencillo cuadro con su foto, que quedará permanentemente en el SUM, y algunos de sus “recuerdos”: el ícono amado de la Trinidad, el cuaderno con su diario personal, su libretitaagenda en la que atesoraba tantos datos y señalaba especialmente las Eucaristías celebradas para sumarlas a su cómputo de misas desde su ordenación (hemos sumado las que tenía registradas este año al total del inicio de la agenda: el Padre Alfonso celebró desde que fue ordenado sacerdote… ¡22.512 misas!) Y también entre estas cosas significativas su violín, amigo de su intimidad personal que pocas veces vio el público. Hoy también, celebrando su cumpleaños, publicamos también estos documentos y testimonios que llegan a tus manos. Todas reflejan la huella que Alfonso ha dejado en el corazón de tantas personas. También compartimos algunos artículos periodísticos. Y finalmente algunas líneas de su cuaderno personal que hemos encontrado realmente significativas. Junto con esta publicación también hacemos público el texto de la conferencia que el 16 de agosto iba a dar en el Colegio Marianista de Buenos Aires y que con tanta dedicación e ilusión había preparado: “La Iglesia de los siete últimos Papas. Mi experiencia personal de Iglesia”. Querido Alfonso, en este aniversario de tu nacimiento, con el corazón agradecido por tu vida y por tu presencia en nuestras vidas, hacemos memoria de tu persona y le pedimos al Señor que nos regale también a nosotros los dones de la “vida teologal” y de la “fidelidad hasta el final a Jesucristo en el servicio de María” con los que coronó tu vida. P. Andrés D. Tocalini SM Animador de la Región Marianista de Argentina Compañía de María de Argentina P. Alfonso Gil SM 1927-2011 La Región de Argentina recomienda a nuestras oraciones fraternas a nuestro querido hermano, Audelino Alfonso Gil Santiago, sacerdote de la comunidad del Colegio Marianista (Buenos Aires), que ha fallecido al servicio de la Santísima Virgen el 4 de agosto de 2011 en Junín, Argentina, a los 83 años de edad con 66 años de profesión religiosa. Alfonso Gil nació en Bustillo del Monte (Santander, España) el 7 de diciembre de 1927. Realizó sus primeros votos como religioso marianista el 21 de septiembre de 1944 y su profesión definitiva el 12 de abril de 1950, en Zaragoza. Luego de haber estado destinado en Madrid y en el norte de África, se prepara para el sacerdocio en Friburgo (Suiza) y es ordenado el 17 de julio de 1955. Desde 1957 y durante diez años, Alfonso permanece en Chile -primero en la ciudad de Linares y luego en Santiago- hasta que fue designado Superior Provincial de la provincia marianista de Los Andes, unidad que animaba la vida religiosa marianista en Argentina y Chile. Se traslada a Buenos Aires y cumple su servicio como Provincial hasta 1975. En 1976, el Capítulo General de la Compañía de María lo elige Asistente General de Acción Apostólica y se traslada a Roma, donde permaneció, sirviendo con generosa entrega, hasta 1981. De regreso a Buenos Aires, fue designado Superior Provincial de la recientemente creada provincia marianista de Argentina, responsabilidad que ejerció entre 1982 y 1990. La comunión fraterna con la vida religiosa no le fue ajena. Contemporáneamente a su provincialato, Alfonso también fue Presidente de la Conferencia Argentina de Religiosos (CAR). En la década de los 90 también integró, el Departamento de Teólogos de CONFAR (Conferencia Argentina de Religiosas y Religiosos) aportando su sapiencia, experiencia y fraterna colaboración. Entre 1991 y 1992 estuvo sirviendo en la ciudad de Catriel (Río Negro) en la Parroquia Cristo Obrero. Posteriormente, Alfonso estuvo destinado en Nueve de Julio (1993-1998 y 2004-2010) y en Buenos Aires, donde vivió entre 1999 y 2003, y había retornado en febrero de este año. El Padre Alfonso nos ha dejado un testimonio de fidelidad y de vida de fe auténtica y profunda. Amaba entrañablemente a la Compañía de María y a la Iglesia. Durante este último año, además de animar la comunidad religiosa marianista de Buenos Aires, estaba Compañía de María de Argentina 3 4 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 siempre disponible para acompañar a personas enfermas y a colaborar con sencillez en lo que se le pedía en el Colegio. Pasaba mucho tiempo reflexionando y escribiendo, sobre la vida religiosa (recientemente se publicó un artículo en la revista www.mundomarianista.org) y preparaba una conferencia sobre “Los siete últimos Papas” y a través de ellos su “Experiencia personal de la Iglesia”. Viajando a 9 de Julio, el pasado lunes 1 de agosto, cayó por las escaleras del bus y sufrió la fractura de varias vértebras cervicales. Trasladado a Junín para una atención médica adecuada, siempre en total estado de lucidez, estuvo en la terapia intensiva esperando la intervención quirúrgica necesaria. Durante la misma, y a causa Compañía de María de Argentina de un paro cardíaco falleció el jueves 4 de agosto a la tardecita. Trasladados sus restos a Buenos Aires, se velaron en el Colegio Marianista, y a las 13 del viernes 5 se celebró la misa de cuerpo presente en la vecina Parroquia de Santa Julia. Al final de su homilía, el P. Andrés Tocalini SM, Animador de la Región Marianista de Argentina expresó : “Querido Alfonso, con vos se va una parte importante de nuestra historia; vos eras un verdadero signo de una etapa de nuestra vida marianista. Confiamos que desde el Cielo nos vas a ayudar a vivir esta etapa que estamos comenzando con espíritu de fe y una fidelidad de corazón”. P. Alfonso Gil SM 1927-2011 Homilía del P. Andrés D. Tocalini SM -Animador de la Región Marianista de Argentinaen la Eucaristía de cuerpo presente, celebrada en la Parroquia de Santa Julia el 5 de agosto de 2011, por el eterno descanso del P. Alfonso Gil SM. Estamos aquí reunidos para despedir a nuestro querido Padre Alfonso. Estamos todavía sorprendidos, no podemos creer lo sucedido. Sentimos su ausencia, y no somos pocos, en nuestra Familia Marianista, en la Iglesia, de aquí y de allá, del mundo entero estamos recibiendo mensajes que demuestran la gran estima que el Padre Alfonso supo cosechar a través de su vida. Su presencia puntual y siempre equilibrada, sus detalles y su memoria prodigiosa que nos regalaba habitualmente el recuerdo atento y distinguido. No se le pasaba un cumpleaños, un aniversario, un santo por extraño que sea. El Padre Alfonso, amó entrañablemente a la Compañía de María y su vocación marianista. Sirvió con dedicación y entrega admirable durante muchos años en misiones de responsabilidad en Argentina y Chile, y en el Consejo General de la Compañía de María. Su preocupación constante por la vida marianista en el mundo entero, era un signo del amor con el que vivía su vocación. Y sufría también con los dolores y los problemas de la vida marianista. Le pedí que me ayudara a contestar unas preguntas que nos enviaron a los capitulares para el Capítulo General del próximo año. Me expresó su convicción de la necesidad de un renacimiento espiritual y que la clave tiene que ser la santidad. La santidad, la vida teologal,… era de los temas más habituales y recurrentes que le hemos escuchado al Padre Alfonso. Vivir en Cristo. Vivir de la fe, pase lo que pase. Y ha sido ciertamente un testimonio para todos nosotros de una vida consagrada a Dios hasta el último respiro. La palabra evangélica “El que quiera seguirme, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga” se concretó en su vida de modo evidente. Pero sin perder su delicadeza y su profunda preocupación por lo humano. Antes de las preguntas más espirituales, recordamos sus clásicas preguntas ¿Comes bien? ¿Duermes bien? Su compromiso con la vida religiosa no fue solo espiritual y de relaciones con religiosas y religiosos. En épocas difíciles de la realidad argentina, su accionar como Presidente de la Conferencia de Religiosos, se destacó por una combinación de prudencia y a la vez de reclamo enérgico ante la desaparición de algunos religiosos. En la década de los ‘90 integró el Departamento de Teólogos de Confar aportando sabiduría, experiencia y fraternidad. Compañía de María de Argentina 5 6 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 El Padre Alfonso amó con todo su corazón a la Iglesia, atento siempre a estar dispuesto a los servicios que se le pidieran y manteniendo una red de contactos eclesiales amplia, más allá de identificaciones particulares. En estos días preparaba con entusiasmo una conferencia sobre “La Iglesia de los últimos siete Papas”, los que él había conocido, y a través de ellos su “experiencia personal de la Iglesia”. De hecho así termina la última versión del trabajo que dejó sobre su escritorio: “…para mí, los siete Papas con los que he vivido de creyente católico han sido un don inapreciable de Cristo, aceptado siete veces (y si llegara el octavo Papa, ya desde ahora cuenta con mi aceptación)…” Esta frase lo pinta de cuerpo entero en su amor incondicional a la Iglesia. Siempre presente allí donde se requería de su ministerio sacerdotal, muchos enfermos han recibido su acompañamiento y su bendición, y muchos familiares han encontrado con su presencia paz y consuelo, frente a la muerte de un ser querido. Siempre dispuesto a escuchar y a intervenir en asuntos delicados para los que se lo consultaba. Siguiendo su clásica orientación: “suaviter et fortiter”. En los últimos tiempos supo con su prudencia habitual estar presente sin asumir la responsabilidades que ya no le correspondían. Y cuando no podía con su genio, era capaz luego de reconocer su lugar y ubicar las cuestiones donde correspondían. En el año de nuestro Fundador, podemos decir que el Padre Alfonso ha sido un digno discípulo del Beato Guillermo José Chaminade, y con su vida entregada a María cada día, ha colaborado a dar al mundo y a la Iglesia ”el espectáculo de un pueblo de santos”. Los santos, sus amigos, conocedor de sus vidas a través de las cuales acercaba el Evangelio a niños y adultos. Y ayer, celebramos al Santo Cura de Ars. El Padre Alfonso, en sus tiempos en la Administración General, realizó una investigación para confirmar una profecía que el Santo le dio a un marianista, el Padre Babey. Y se encargó de difundirla a toda la Compañía de María. Una palabra personal, si me permiten. Quiero ser también testigo de esta presencia cercana y discreta, pero siempre profunda de Alfonso. Cuando yo todavía era alumno del Colegio de Junín y posible vocacional, no perdía oportunidad para acercarse y estar atento a mi proceso. Cartas, llamadas, regalitos siempre oportunos, acompañaron mi formación como marianista. Creo que fue la única persona que consiguió sacarme a correr con él por el camino de circunvalación de Junín. Su presencia cercana acompañando a mi familia en la larga enfermedad de mi mamá fue otro ejemplo de esa generosidad habitual en su vida. Esta mañana mi hermano me recordaba la ocasión en que le trajo a mi mamá una Virgencita de regalo luego de un viaje a España. Ella, que en su enfermedad, ya había perdido la vista, le dijo: “Alfonso yo no la puedo Compañía de María de Argentina P. Alfonso Gil SM 1927-2011 ver”. Y él con toda tranquilidad y dulzura le respondió: “No te preocupes María Rosa, que Ella te está mirando a vos”. Cuando a fines del año pasado me tocó pedirle en nombre del Consejo Regional un cambio de comunidad, me pidió un par de días y luego me respondió por mail: “Mi respuesta es sí, por supuesto. Hallo razones: por principio de obediencia religiosa. He releído la Regla de Vida 29 a 32 y 2.21 a 2.26. No hay nada ajeno al Evangelio ni a la Regla de Vida que justifique otra posición mía que la de obedecer cordialmente. Me parece ver una voluntad de santidad y justicia y compromiso con el Reino de Dios en mis Superiores (pido para que crezca más y más esta pureza de miras entre nosotros), con los que debo colaborar. En la Región debemos vivir gestos y signos de vida, de renovación y de actividad concreta de pastoral vocacional y de formación inicial (sin olvidar la permanente, por supuesto) y esto exige algún movimiento y sacrificio que afecte a algunos de nosotros…” Querido Alfonso, todavía ayer en la mañana conversamos mientras esperabas la operación. Estabas totalmente lúcido. Me preguntaste por otra situación que en estos días nos preocupaba y que te ha hecho sufrir tanto. Me dijiste “estoy paralítico” y me pediste que agradeciera a todos los que rezaban por vos y te enviaban sus saludos. Al final, me pediste la bendición. Tu ausencia se hará notar, sobre todo en los cumpleaños o en las fechas que siempre recibíamos tus felicitaciones, en tus consejos sabios, y en tu testimonio de fe y fidelidad. Pero sabemos que estás con el Señor, y desde Él nos ayudarás a seguir adelante. Querido Alfonso, con vos se va una parte importante de nuestra historia, vos eras un verdadero signo de una etapa de nuestra vida marianista. Confiamos que desde el cielo nos vas a ayudar a vivir esta etapa que estamos comenzando con espíritu de fe y una fidelidad de corazón. Querido Alfonso, descansá en paz. Amén. Compañía de María de Argentina 7 8 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 Recuerdos de una amistad. P. José María Salaverri SM, Valencia -España-, 7 de diciembre de 2011. La noticia del accidente del padre Alfonso Gil y su fallecimiento posterior me dejaron profundamente impresionado. ¡Otro más del ’44 que se nos va a la comunidad marianista del Cielo! ¡El quinto en menos de dos años! Teníamos pensado -él y yo- un encuentro en su verano en España. Tal vez se hubiera acercado a Valencia, y como en la vez anterior, me hubiera pedido ir a charlar a las orillas del mar. Alfonso tenía un sentido muy agudo de la belleza de la creación… 21 de septiembre de 1944 - 29 de junio de 1946. Aunque parezca mentira conservo la fecha exacta en la que “descubrí” a Alfonso. Fue el 29 de junio de 1946. Conocernos, lo que se dice conocernos, tuvo lugar a finales del mes de agosto de 1943. Fuimos llegando a Elorrio (Vizcaya) para iniciar el noviciado una treintena de jóvenes (provistos de la imprescindible cartilla de racionamiento… eran tiempos duros) provenientes aquel año de casi todos los colegios marianistas de España: Vitoria, San Sebastián, Cádiz, Madrid y Escoriaza… He dicho jóvenes, aunque hoy nos considerarían adolescentes. Yo tenía 17 años, Alfonso -y algún otrojustito los 15 que exigía el derecho canónico para empezar el noviciado. Muy jóvenes, sí; pero creo que en general muy maduros. El noviciado fue un año de paz, mientras por el mundo rugía la segunda Guerra Mundial. Hicimos los votos el 21 se septiembre de 1944. En Carabanchel Alto proseguimos nuestros estudios. Estábamos en dictadura, pero nosotros teníamos nuestra particular democracia. Cada grupo tenía su organización, un presidente con dos consejeros, elegidos en sufragio secreto cada tres meses, y reuniones semanales en las que nos Compañía de María de Argentina organizábamos para ayudarnos mutuamente, estudiar aspectos de nuestra vocación, etcétera... En mayo de 1946, los del ’44, me eligieron presidente y a Alfonso, consejero. Conservo los cuadernos con el detalle de esos tres meses. El 29 de junio, hay esta nota: “Hablé con Alfonso. Ayer fue el entendimiento completo. Hablamos los dos con el corazón en la mano. Pude descubrir los grandes tesoros de gracia que Dios ha depositado en su alma. Sí, Alfonso es uno de los mejores”. Desde entonces ha durado nuestra amistad. Alfonso, a pesar de su timidez inicial, ha sido una persona ‘amigable’. Creo que fue sembrando amistades por doquiera fue pasando. El 12 de abril de 1950, hicimos los votos perpetuos en Zaragoza en el marco incomparable de la Basílica del Pilar. La Provincia de España celebraba gozosamente el centenario de la muerte del Padre Chaminade. Yo venía de Cádiz y él de Tetuán. En su petición de votos abría su alma al superior general: “Siendo siervo inútil me espanto de que tenga atractivo grande hacia el sacerdocio que ha sido la aspiración de toda mi vida. Tengo, según creo, bien meditado lo que pido, y a Dios ruego P. Alfonso Gil SM 1927-2011 me dé la gracia de someterme, no sólo con resignación, sino con alegría a lo que de mí determinen los representantes del Padre…” “Siempre creo que para salvar muchas almas lo esencial es ser santo y esto bien sabe Dios que lo quiero con toda mi alma…” 1955 en Friburgo y cantó su primera misa el 31 de ese mismo mes en el santuario de Nuestra Señora de Montes Claros, patrona de la región donde se encuentra su pueblo natal, Bustillo del Monte (Santander, hoy Cantabria), donde había nacido el 7 de diciembre de 1927. Me enviaron al Seminario Internacional Marianista de Friburgo de Suiza en octubre de 1951. A Alfonso un año después. Coincidimos tres cursos en que compartimos mucho. Fue ordenado sacerdote el 17 de julio de Estoy convencido que Alfonso, a pesar de sus limitaciones de las que era muy consciente, ha sido un santo sacerdote y ha servido a la Compañía como lo prometió: con toda su alma. 21 de agosto de 2004. El no haber coincidido con él en comunidad me ha valido tener una amplia correspondencia. Nunca ha faltado su carta para el 25 de marzo, fecha de mi cumpleaños. Nunca le faltaba la mía para el suyo en la víspera de la Inmaculada. El 7 de agosto de 2004 recibí una carta suya. Los del ’44 íbamos a celebrar en Logroño, el sábado siguiente a la fiesta de la Asunción, los sesenta años de marianistas. Alfonso estaba de comunidad en Nueve de Julio y le hubiera gustado volver a encontrarse con esa promoción con la que siempre se sintió muy unido. Pero había visita de la AG a la Argentina. En la vida de Alfonso ha primado siempre el deber. No vino. Pero me encargó hacerle presente con esa carta. Extracto: “De aquel numeroso grupo joven de novicios quedamos en vida marianista once. Y cinco en el cielo. Para todos, un cordial abrazo que expresa el afecto, el agradecimiento y la esperanza. Agradecimiento porque los veo como un regalo inmerecido -y que me sobrepasa- de Dios en mi vida. Esperanza porque lo que comienza en el tiempo se continúa en la eternidad...” Para los días de reflexión y retiro, previos a la celebración, se nos había pedido exponer “cinco o seis experiencias que han dejado poso en mi vida”. Quiso dejar constancia de las suyas: “Las voy a enumerar sin glosarlas mucho: 1ª.- La vocación marianita como llamado de Cristo y de María; y como encuentro con la Compañía de María como institución; y como rostros, entre los que están ustedes (Si estuviera allí, diría ‘vosotros’). 2ª.- El sacerdocio como sello profundo que informa hasta la índole de uno mismo y hasta las ‘formas’ de ser y de actuar. Y que vincula aún más a Cristo y a la Iglesia, siempre desde lo marianista. 3ª.- América como desplazamiento desde el lar primero hacia la ampliación de horizontes y reubicación ante realidades muy nuevas y tareas urgentes. 4ª.- Las responsabilidades en la Compañía de María de Argentina 9 10 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 Compañía y en la Iglesia (Fue provincial en Argentina y Chile, asistente general de la SM en Roma y presidente de la Conferencia Argentina de Religiosos en Buenos Aires), como posibilidades exigentes de compromisos de salvación de un mundo cada vez más querido. 5ª.- La experiencia de la vida como principio, camino prolongado y final cercano a través del cual se entrevé -¡ojalá mucho más!- el rostro deseado del Señor. Comentar y desarrollar cada punto me llevaría mucho espacio y tiempo. Además creo que no es necesario. Intelectualmente se entiende, aunque subjetivamente tengan márgenes inexpresables.” Querido Alfonso, tu 5ª experiencia me suena a la última estrofa del Adoro te devote de Santo Tomás de Aquino, que tantas veces de jóvenes cantamos en la bendición con el Santísimo. Y que, en nuestro corazón, hemos seguido cantando hasta ahora. En latín, claro… “Jesu, quem velatum nunc aspicio; oro fiat illud quod tam sitio. Ut, te revelata cernens facie, visu sim beatus tuae gloriae.” Lo traduzco: “Jesús, a quien ahora miro escondido, te ruego me concedas lo que tanto ansío: que, viendo tu rostro sin velos, sea feliz contemplando tu gloria.” En este día en que hubieras celebrado tu cumpleaños en la tierra, quedamos tres del ’44. Gracias, Alfonso, por todo. ¡Hasta pronto! In memoriam. Hno. Andrés Pérez SM, Madrid -España-. Nos conocimos en octubre de 1956. El, sacerdote recién ordenado, y yo, un niño de 12 años, llegado de un pueblo rural castellano al Postulantado Marianista que se me antojó enorme y macizo. Fue nuestro capellán y Profesor de religión durante solo unos meses. A pesar del poco tiempo pudimos apreciar su cercanía y sencillez. Era el único profesor que, con sotana, jugaba al fútbol con nosotros en el recreo largo. Partía para América del Sur y para sorpresa nuestra en su acto de despedida nos deleitó con una exquisita interpretación de violín. Secreto bien guardado. Pasaron años y lustros y nos volvimos a encontrar en Argentina en 1968. El, Provincial de la Provincia de los Andes, y yo, un joven religioso con Compañía de María de Argentina muchas ilusiones y ganas de trabajar por el Reino. A partir de entonces, la obediencia y la providencia me permitieron disfrutar de su amistad, de su confianza, también de sus confidencias y, sobretodo, de su fidelidad a Dios, a María, a la Iglesia, a la SM y a sí mismo. Trabajamos codo con codo y alma con alma, él, como provincial, y yo, como viceprovincial, durantes dos períodos. Los tiempos y las tareas que compartimos no fueron fáciles. Creo que nunca perdió la paz. Para mí, ejemplo de paciencia evangélica y al mismo tiempo de una firmeza inquebrantable en sus convicciones más profundas. Actuaba “con mano de hierro pero con guante de terciopelo”. P. Alfonso Gil SM 1927-2011 También compartimos aprecio y cariño, trabajo, familia, amigos, vida interior, inquietudes… ¡Fui un privilegiado! Lo admiré por su constancia, su mesura, su sencillez y humildad y especialmente, por su espíritu de fe y su pasión por la verdad. Confieso que de todos los hermanos con quienes conviví ha sido el marianista más cabal y ejemplar, mi mejor amigo. En algunos momentos padeció la incomprensión: hubo quienes lo consideraban místico y espiritualista porque desconocían su realismo valiente, su cercanía y su fina delicadeza en el día a día; hombre sabio y conocedor del alma humana y lo tildaban de ingenuo; abierto al mundo y atento a los acontecimientos de actualidad, dedicaba horas y horas a la lectura y a la reflexión y lo señalaban como “angelical” y anclado en el pasado. Cierto que era un poco terco sobre todo cuando se trataba de lo esencial: santidad, conversión, oración, entrega… Dio testimonio de humildad, de paciencia y de una entrega sin límites. Atento a acontecimientos, necesidades y situaciones de cada uno se hacía presente con una llamada, una palabra, un gesto, un detalle… sencillo, sincero, cercano. Sentí fuertemente su fallecimiento. Dos días antes del accidente había recibido un correo suyo y acordábamos vernos el 10 de septiembre en Madrid. Falleció el día 5. Sé que está gozando de Dios e intercede ante nuestra Madre por la Compañía, por la Iglesia y por el mundo. ¡Gracias, Alfonso, por tu vida y tu amistad! Espigando en los consejos de Alfonso. Hna. María Cristina OCD, carmelita del Monasterio San José de 9 de Julio, desde hace casi dos años en el Monasterio de Santa María Madre en Ourense -España-. Comparto muy sencillamente los consejos y deseos compartibles de Alfonso en este año y medio de estar aquí. Los muchos recibidos a lo largo de los 15 años de acompañamiento cercano, comprometido, firme y suave me quedan como desafío a vivir y transfigurar en una vida Bella, verdadera y buena como la que Alfonso siempre me irradió. “Sorber la nueva vida con antena bien parada (parada en argentino, es decir, enhiesta, activa, no en ibérico, inactiva, detenida) y filtro (con sentido crítico, evaluativo) agudo, pero benevolente y misericordioso (como nos pide el Evangelio…).” “Dios nos pide todo el amor de que somos capaces. El Espíritu Santo nos va conduciendo a la entrega absoluta… que nunca llegará en la condición de peregrinos, sino que se da en la vida eterna, más allá de la pascua, de nuestra pascua, una vez que se ha descorrido ‘la tela de este dulce encuentro’…” “Abiertas a diversas culturas... y trabajar por su integración... esto las ayudará a ser mujeres maduras en Cristo, a universalizarse. Que reine la alegría que nace del amor…” “Comentando a Isaías he dicho que no debemos contentarnos con lo que Compañía de María de Argentina 11 12 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 hacemos sin someterlo a la criba y que necesitamos que alguien nos lo cuestione, aunque nos sea molesto, como el moscardón socrático…” “Me he unido al recuerdo de tu mamá. Siempre tengo un muy buen recuerdo de ella, así como de papá. Que gocen en el cielo.” “Es normal que cuando las primeras imágenes e impresiones de un lugar nuevo dejan de ser absorbentes y cuando va naciendo la rutina diaria, nos volvamos a nuestro interior, a nuestras raíces, y sintamos nostalgia de lo pasado y dejado lejos… Es lo que nos ha pasado a todos los que hemos vivido cosas parecidas. Seguirá la etapa de la identificación con lo encontrado, aunque sin olvidar ni dejar de amar lo dejado…. Quizá Jesús en la Encarnación experimentó algo similar. Y aquello sí que fue emigración…” “Rezo también por el proceso de toda la OCD. Que el Espíritu, finalmente, a través de penas, triunfe.” “Que sigas la senda ascendente hacia la cumbre del Monte Carmelo. Que no dejes de subir, aunque te canses. Que llegues lo más arriba posible. Que cantes de alegría en cualquier etapa que recorras. Que sepas que más importante que llegar arriba del todo es querer llegar y esperar que llegarás… a pesar de todo…” “Yo me he ido acostumbrando de nuevo a Buenos Aires. No es dramático, Pero echo de menos el parque y el campo abierto de 9 de Julio, además de mucha gente querida y muy buena.” “Yo también leí la nota sobre mí que apareció en el ‘Diario 9 de Julio’... Piadosas y bienintencionadas exageraciones. Pero en definitiva, ¿no es eso lo que busco, es decir, que la gente llegue a Cristo a través uno, a través de nosotros?” Antes de viajar a 9 de julio, agosto 2011: “Y yo te propongo otra intención: del 2 al 4, (…) Yo viajo mañana a 9 de Julio por unos días. ARRAIGADOS EN CRISTO y agarrados al manto de María.” Carta al amigo... Elena Otero, laica marianista de la Comunidad Laica Marianista Myriam Peregrina y Ntra. Sra. de la Roca, Buenos Aires -Argentina-. El jueves 4 de agosto del 2011 fue un día muy triste,... perdimos a un amigo: Audelino Alfonso Gil Santiago; para nosotros el Padre Alfonso. Sabemos que no lo veremos más pero quién nos quita lo vivido durante tantos años (en mi caso más de treinta). Por eso en estas líneas trataré de recordarlo con cariño y alegría en esos momentos compartidos. Te acordás Alfonso cuando ya bien entrado el año 1991, y luego de mi curación me dijiste... “¡Yo también pienso que fue un milagro! Deberíamos iniciar la causa de beatificación del Compañía de María de Argentina Padre Guillermo. ¿Te animás?” Hoy sabemos la respuesta. Me acompañaste durante todo el proceso de la enfermedad, en la curación y fuiste testigo en la Causa. Volviste a acompañarme hace poco cuando el corazón me jugó una mala pasada. Bueno eso era común en vos, persona que en un momento de su vida enfermaba o flaqueaba encontraba consuelo y apoyo porque ahí estabas, siempre presente cuando alguien lo necesitaba. Alfonso, sos mi amigo, mi hermano, P. Alfonso Gil SM 1927-2011 mi guía y digo sos porque sé que desde el Cielo me seguirás protegiendo como así también a mi familia. Lo mismo ocurre con Myriam Peregrina, comunidad de la que te sentías miembro, y no solo como asesor. Nos dejabas actuar y hablar con libertad, hasta nos permitías un "sacrilegio" por reunión o alguna palabra "fuera de lugar” (de esas que no anotabas en tu libretita), pero era increíble como con tu suave firmeza nos llevabas a la Verdad y salíamos enriquecidos de la reunión. Entendí lo que era la "fe del corazón" gracias a vos y sí que me quedaron grabados los cuatro rasgos del carisma marianista y la Consagración a María. Escuchábamos tus anécdotas por el mundo en silencio absoluto, cosa no muy fácil de lograr en nuestras reuniones. Me viene a la memoria un viaje en tren que hiciste en la India donde una mujer te paso un niño por la ventanilla e hiciste todo el recorrido con ese ser que se durmió en tus rodillas, o aquel día en casa de Estela donde, recién llegado de Polonia, nos contabas del sindicato Solidaridad y de un gremialista recién surgido que llegaría a ser presidente del país. En esa reunión decidimos disfrazarnos con sombreros ridículos, vos incluído, y estando todos sentados alrededor de la mesa, y muy serios dado el tema, se cortó la luz y vino un vecino a pedirnos velas. ¡Pobre hombre! No podía creer lo que veía... ¡Un grupo de locos! ¿Te acordás de los festejos de tus cumpleaños? Una vez te robamos el violín de tu placard y después de cenar nos deleitaste con tu música. Te fuiste sin saber quien había entrado en tu cuarto aquella tarde. ¿Y del cumple con los fuegos artificiales..? ¡Le dejamos estropeada a Ada la pared del patio andaluz! Fue ahí donde te disfrazamos con la peluca de Moria Casan, que todavía conservo, y te cantamos las mañanitas... ¿Y del tango que te hicimos con la música de Garufa? ¡Cuántos recuerdos! Los tenemos grabados en el corazón y nos acompañarán junto a tu presencia ya que siempre estarás con nosotros. ¡Gracias amigo..! Acción de Gracias en la Eucaristía del domingo siguiente en el Colegio Marianista de Buenos Aires, celebración que Alfonso presidía habitualmente. Palabras de María Teresa Santamartina, laica marianista de Buenos Aires. En este momento de acción de gracias, nuestra asamblea dominical de la misa de 11 del Colegio Marianista, quiere agradecerle al Padre Alfonso, ya que hemos tenido el privilegio de tenerlo cada domingo presidiendo la Santa Misa. Los que somos padres de alumnos y exalumnos lo hemos tenido al P. Alfonso como referente durante largos años. Fue capellán, representante legal, director espiritual, animador del grupo de liturgia, etcétera… y nos ha regalado su tremendo testimonio de fe, su sencillez, su desbordante cultura, su delicada prudencia y discreción y, sobre todo, su estar siempre cerca de cada uno de nosotros; con su memoria prodigiosa nos llamaba a cada uno por su nombre y el de nuestro marido e hijos… Recuerdo una homilía en la que hace poco hizo esas preguntas trascendentes que él solía hacer para hacernos Compañía de María de Argentina 13 14 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 reflexionar: ¿Quién soy? ¿Hacia dónde voy? Y concluyó diciendo que la verdadera felicidad es encontrarnos cara a cara con el Señor. En vez de rezar nosotros por Alfonso, le podemos pedir a él que interceda por nosotros, porque él ya vivió su Pascua y está gozando de Vida Eterna. Estoy segura que Alfonso hoy está aquí, compartiendo con nosotros esta Eucaristía y gozando de esa felicidad eterna. ¡Gracias Alfonso! Recemos agradecidos un Avemaría… Llegó al final con su misma sonrisa. Inés Precerutti, laica marianista de la Comunidad Laica Marianista Myriam Peregrina, Buenos Aires Argentina-. Quiero compartir mis pensamientos ante la muerte del Padre Alfonso, muchos momentos con él vividos, momentos de aprendizaje del alma y de conocimientos. ¡Qué dimensión tenía su desarrollo espiritual! Dimensión que iba más allá de todo lo que había elaborado con sus estudios y que le dieron tanto saber, entonces ante la dura noticia... Tuve una reacción... Una paz en mi alma enorme... Una paz ante su cuerpo inerte… creo que esa paz brotó por entender que su vida fue un camino, un camino... ¡hacia Dios! Había llegado al final del mismo con esa sonrisa hermosa que tenía, como diciendo “estoy feliz, llegué al lugar que tuve como meta toda mi vida”. Fue una vida rica porque mientras caminaba por ese sendero daba, daba su fe basada en conocimiento pleno, daba como marianista a su congregación... ¡y tanto! Daba a nuestra comunidad y a otras... Daba, daba... quería compartir generosamente todo con todos, abrir caminos y ¡lo logró! Cómo entonces no tomar su muerte con paz... Por todo lo que significó en mi vida como conductor espiritual, por todo lo que supo despertar en mí para que pudiera crecer, por todo los momentos compartidos y dados a Myriam Peregrina, nuestra comunidad, doy gracias a Dios porque el Padre Alfonso haya estado en mi vida, en la de mi esposo, en la de mi comunidad. Se pueden leer más testimonios sobre el P. Alfonso y recordatorios de su vida en internet. Los invitamos a visitar: http://www.diocesis9dejulio.org.ar/nueve_de_julio_archivos/abril.pdf http://www.institutolinares.cl/detalle_n.php?id=OTA= http://marianistas.cl/images/img_noticias/docu4e5e77bfd252e_31082011_204pm.pdf http://diarioel9dejulio.com.ar/?p=9917 http://caballitotequiero.com.ar/portal/2011/08/05/fallecio-el-padre-alfonso-gil-sacerdotemarianista/ Compañía de María de Argentina P. Alfonso Gil SM 1927-2011 Durante los días en los que Alfonso estuvo internado en Junín, y luego de su fallecimiento, hemos recibido una gran cantidad de mensajes (por teléfono, mail, correo,…) llenos de profunda emoción, afecto y agradecimiento por su vida y su testimonio. No podemos publicarlos a todos. Hemos seleccionado algunas frases de algunos de esos mensajes recibidos por mail para compartirlos extendiendo esta sentida semblanza de nuestro querido Padre Alfonso: ...siempre admiré en él, que más allá de no estar de acuerdo en algunas de sus posturas, mantuvo su coherencia personal y fue sumamente respetuoso de los demás y de las decisiones que tomaran... esas actitudes sólo se ven en aquellos que realmente aman el corazón humano como lugar sagrado de lo divino, aún más allá de convicciones religiosas o morales... Ana Pironio. Buenos Aires -Argentina-. Siento mucho lo ocurrido con nuestro querido Alfonso Gil, guardo siempre un recuerdo muy cariñoso de él, me encantaba su cercanía, su simplicidad, su bondad y su amabilidad. Me encantó cuando en el primer encuentro internacional de las CLM tocó y canto en una de las veladas... fue un momento muy especial. Ha sido un gran marianista y una gran persona. Hno. Domingo Fuentes SM Baurú -Brasil-. Un hombre carismático, intenso y un hombre de Dios; hemos perdido un gran hombre. Descanse en paz querido Padre Alfonso, lo tendremos siempre en nuestro corazón. Carmen Ormazábal. Santiago -Chile-. Su sencillez, humildad, sabiduría y justicia nos marcó. Fue un ejemplo de vida marianista. El Señor quiso llevarlo y seguramente desde allí seguirá apoyando, iluminando y guiando para que el carisma marianista siga haciéndose carne en la tierra. Miguel Frade. Junín -Argentina-. Alfonso es uno de esos que "nos marcaron el rumbo y nos enseñaron a vivir con libertad". Junto a su amigo entrañable el Hno. Luis Combes abrieron brechas de renovación y vitalidad en la vida religiosa argentina. Confiado que Alfonso nos seguirá acompañando, doy gracias a Dios por el regalo de su vida a todos los que intentamos seguir el camino de Jesús. Hno. Telmo Meirone. (religioso de La Salle). Buenos Aires -Argentina-. La noticia del accidente y del posterior fallecimiento del P. Alfonso me llegó cuando estaba pasando unos días con mis hermanos en Valencia. Lo sentí muchísimo pues era una persona a la que apreciaba por su integridad y su lucidez. Sirvió a la Compañía en puestos de gran responsabilidad con entera disponibilidad y dedicación. Es también una gran pérdida para la Región de Argentina. Estoy seguro de que el Señor lo habrá recibido con alegría y agradecimiento a su compañía. Por favor, transmite mi pésame a todos los hermanos. Durante estos días les he tenido muy presentes a todos en mi oración y, particularmente, en la eucaristía. Un fuerte abrazo fraterno, unidos en la fe y en la esperanza. P. Manuel Cortés SM (Superior General de la Compañía de María). Roma -Italia-. Era un hombre muy espiritual, entregado a la vocación marianista, que supo motivarnos....Que en paz descanse. P. David Fleming SM. Bangalore -India-. Valoramos tanto su sabia y serena presencia, su apoyo a las iniciativas pastorales en nuestra ciudad, su apertura e inserción en la vida diocesana. Muchísima gente, y muchos sacerdotes, acudían a él para el sacramento de la reconciliación y en busca de orientación. No necesito decir mucho más, porque quienes lo conocen saben cuánto le deben, le debemos todos. Martín de Elizalde OSB (obispo de 9 de Julio). El P. Alfonso fue un gran religioso y una gran persona. Sirvió a la Compañía de María con toda su alma, y ayudó a muchas personas. A mí, personalmente, los consejos que me dio tras su paso por la Administración General fueron de mucha ayuda. Hno. Javier Anso SM. Cádiz -España-. El P. Alfonso deja un recuerdo impresionante de Compañía de María de Argentina 15 16 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 un marianista enamorado de su vocación y de un servicio a la Compañía de María hasta el último momento de su larga vida. P. Lorenzo Amigo SM. Roma -Italia-. La partida del P. Alfonso me toca mucho. Fue un amigo leal de muchísimos años. Pude contar con su ayuda sacerdotal y sus consejos durante los últimos 25 años. Su sed de Dios era tan grande... Que su muerte traiga nuevas vocaciones a la Compañía de María. Mons.Dr.Osvaldo Santagada. Buenos Aires -Argentina-. Madre la Virgen Blanca, a quien honramos en ese día, la “SALUS POPULI ROMANI” ha presentado a nuestro querido Alfonso junto a Jesús en la gloria. Que lejos de hundirnos en soledad, esta ida al Padre, nos llene de Esperanza y nos haga seguir siendo fieles marianistas en la tierra. P. Justino Ortega SM. Pola de Lena, Asturias -España-. ¡Es verdad que los caminos de Dios son misteriosos! Me dio la suerte de conocer este gran hombre de fe, este gran misionero: sencillo, intelectual, riguroso y amistoso. Lo conocía por su nombre (mi maestro del noviciado hablaba de él como asistente apostólico de la Administración General) pero mi estadía en Argentina me dio la suerte de probar la delicadeza de sus convicciones como teólogo, religioso marianista, misionero (le gustaba hablar de sus viajes en África). Lo que me queda más es su disponibilidad para servir. El día que viajaba para Togo, tenía un compromiso pero lo dejo para acompañarme. Cuando lo saludé no sabía que era la última vez. Me prometió venir a visitarme en Benín. Pero bueno, los caminos de Dios son misteriosos. Nos veremos seguro en el Cielo. Por ahora pienso que él está intercediendo por nosotros. Hno. Joseph Adaki SM. Benín. Ha dejado una huella muy profunda en Chile y desde luego en mi propia vida. De Alfonso he recibido mucho personalmente como guía, amigo, consejero y su testimonio y ejemplo para mí de religioso marianista. Hno. José Pascual SM. Linares -Chile-. Los integrantes del Grupo Memoria Marianista tenemos una larga experiencia vivida en las aulas del colegio de Buenos Aires y en las obras animadas por la congregación. En esta historia, varios hemos conocido al padre Alfonso y sabemos de su tarea tanto cuando le tocó estar como superior provincial, como cuando se desempeñó "desde el llano". Enterarnos de su fallecimiento y de las circunstancias en que se dio, nos provocó consternación. Por este motivo queremos manifestarte, como miembros de la gran familia marianista que vos representás, que estamos unidos en los sentimientos de dolor pero sobre todo, los de gratitud por su testimonio de vida. Grupo Memoria Marianista. Buenos Aires -Argentina-. Una persona profunda, atenta, sensible delicada en el trato con los demás. Una persona que sin invadir la nuestra intimidad siempre estaba presente para compartir tanto nuestros Compañía de María de Argentina dolores como nuestras alegrías. Una persona con una fe abrazadora que transmitía en su vida diaria. Una persona con una cultura desbordante que no le impedía acercarse a los demás porque era profundamente humilde. Una persona que disfrutaba y cuidaba la naturaleza. Una persona que se sentía realmente hijo de La Virgen María y a Ella nos acercaba y nos pedía que siempre nos pusiéramos bajo su amparo. Se podrían escribir muchas cualidades del padre Alfonso pero hay una que creo lo resume todo era UN HOMBRE DE FE. Siempre estará presente en aquellos que nos sentimos sus amigos y quien desde el cielo nos seguirá guiando. Graciela 9 de Julio -Argentina-. Respetuoso, prudente, solidario, justo, conciliador. Lo conocí hacia los años 1991 cuando el Señor Ruiz de Angulo me dio una oportunidad laboral en el colegio que me formó y en el cual aprendí valores que me acompañaron y acompañan en mi vida. Su pérdida física me significa tristeza y ausencia. Confío en que desde el Cielo estará rezando por sus prójimos tan queridos para él como cada uno de nosotros lo fue y los enfermos a los que visitaba y acompañaba en su padecer dando la fuerza de la fe. Fue un regalo de Dios en mi vida, ojalá lo pueda ser yo para otros, ayudando tanto como él ayudó a quien necesitara. Una sola palabra “GRACIAS” y hasta pronto P. Alfonso. Roberto Saumell. Buenos Aires -Argentina-. P. Alfonso Gil SM 1927-2011 Compañía de María de Argentina 17 18 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 De su cuaderno personal… 9DJ: 7-8-XII- 2010(Mi) Ayer, 7, mi cumpleaños 83. Hoy, 8(Mi), Maria INMACULADA. Son dos acontecimientos anuales, situados al comienzo del Adviento, que vienen juntos y siempre los he visto y vivido inseparables. El día de ayer lo viví bien ocupado, con apenas espacios para saludar a la gente – mejor, dar ocasión para que saludara –y menos para pensar. Pero en la oración de la tarde y en la Eucaristía pude resarcirme: pensar, orar y hablar en la homilía. En esta destaqué la sinfonía del amor de Dios en la que acuerdan admirablemente la familia, la Iglesia, la tierra natal (la patria), la vocación y misión, los países de la misión. No es posible dudar del amor de Dios manifestado en Cristo. Hay que sintonizar, concordar y acordar con el Dios- Amor amando. Si no se ama se produce una cacofonía que destruye la unidad, la verdad, la belleza y el bien. El santo es el consonante con Dios. El pecador es el disonante. Yo Iglesia, soy santo y pecador. Hoy es MARÍA INMACULADA. La plenitud de la gracia no dejó espacio en Ella al pecado, ni en su concepción por Joaquín y Ana ni en toda su vida. María fue siempre un sí perfecto, pleno a Dios, que se integró en el sí divino- humano de Jesús. CASA GRANDE – 26 - I – 2011 (Mi) Santos Timoteo y Tito. Son las 10 hs. Estoy solo en mi habitación. No se oye nada alrededor ni en la casa ni afuera. Brilla el sol sobre una vegetación gozosa de haber recibido agua abundante, aunque no suficiente, en el día de ayer y en la noche pasada. Si yo tuviera buen oído debería oir desde aquí el murmullo del río, acrecentando su caudal. La naturaleza, tras una sequía pertinaz, pide más agua. Por momentos el sol guiña el ojo como asintiendo y como diciendo: “Esas nubes…” Los humanos lo deseamos. La lluvia, hoy, en las serranías de Córdoba, no son una amenaza terrible, sino una caricia deseable. Viene oportunamente el Salmo: “Oh, Dios, Tú eres mi Dios,… mi alma está sedienta de Ti, mi alma tiene sed de Ti como tierra reseca, agostada, sin agua.” (62). Yo me siento viviendo en una transición que cuenta con un desarraigo y despedida, una reintegración a un hábitat de múltiples microclimas ya conocidos, pero cambiantes, y muchos compromisos comunitarios y pastorales más y menos precisos. Estoy abierto. No presionaré. No quiero olvidar que yo mismo vivo una aceleración hacia el final. Sino ¿que significan mis “83”? Mis plazos de previsión y planificación no son de decenios, ni de lustros siquiera. Quiero ser realista y junto con ello abierto y confiado a la Providencia divina y de ningún modo acomplejado por el espectro de la vejez. Quiero que mi espiritualidad sea la del salmo 91 que recito con frecuencia: “Es bueno dar gracias al Señor y tocar para su nombre. Oh, Altísimo… El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano plantado en la casa del Señor… En la vejez seguirá dando frutos y estará lozano y frondoso PARA PROCLAMAR QUE EL SEÑOR ES JUSTO…” O sea, no “para pasarlo bien” - que no es lo mismo que sentirse feliz, que esto sí – sino para alabanza del Señor porque hace cosas y personas bien y buenas. Quiero que mi persona, mi conducta y mi imagen remitan a Jesús, hagan pensar en El. Que sea verdad - ¡de alguna forma! – lo que dos o tres niños separadamente dijeron a sus madres después de verme: “He visto a Jesús, sí! (¡¡!!) 9DJ – 4 – II – 2011 (Vi) (…) Un traslado así lleva adheridas necesariamente muchas cosas materiales, psicológicas y espirituales. Hasta me hace pensar, como no, en que será el último de esta naturaleza en mi vida mortal antes del viaje definitivo a la Casa del Padre. ¿Cómo será esta? Me he interrogado larga y rápidamente, pero con poco éxito imaginativo. ¿Cómo será la entrada? ¡Ay Dios que no sea excluido! Y me veo tan desvalido y despistado como cuando debí estar al nacer hace 83 años. ¿Dónde ir, qué hacer, a qué rostro conocido mirar…? Y siento que lo único juicioso es dejarse llevar por Dios y sus “acomodadores”. ¿Y, pasando el tiempo – que será eternidad -, no será aburrido, repetitivo, tedioso? A esto me he ido cobijando bajo la admiración de Paul Valery ante una célula viva, tal como lo describía H. Bianchotti hace unos años: una maravilla indescriptible en movimiento. Y he concluido: un Dios que multiplica al infinito un prodigio así minúsculo es capaz de llenar una eternidad con sus maravillas. Pensar en un Dios que se agota, además de ser una idea mezquina de Dios, y una blasfemia, es una ignorancia lamentable de Dios, sabio, poderoso y amor hasta el infinito. Compañía de María de Argentina P. Alfonso Gil SM 1927-2011 - - TEXTO INÉDITO - LA IGLESIA DE LOS SIETE ÚLTIMOS PAPAS ___ _ _ ___ _ _ __ _ _ ___ ______ ________ _ _ __ Mi experiencia personal de Iglesia P. ALFONSO GIL, SM INTRODUCCIÓN Santiago Ramón y Cajal escribió un libro titulado “El mundo visto a los ochenta años”. Yo podría titular esta charla de hoy de modo parecido, “La Iglesia que he vivido durante ochenta años”. Y esto es lo que voy a intentar. Lo voy a hacer, sobre todo, recorriendo las figuras de los siete Papas con los que me ha tocado vivir mi vida cristiana: Pío XI (1922-1939) Pío XII (1939-1958) Juan XXIII (1958-1963) Pablo VI (1963-1978) Juan Pablo I (33 días de agosto-septiembre de 1978) Juan Pablo II (1978-2005) Benedicto XVI (2005…) Aunque la Iglesia es mucho más que el Papa, los católicos vemos al Papa con nuestra razón y nuestra fe. Sin la fe, el Papa puede ser un jefe político, un empresario, un jefe de una sofisticado y grande ONG, un ayatolah cualquiera… Así lo ven muchos medios de comunicación. Incluso entre los católicos hay “más papistas que el papa” y otros infectados con el “complejo antirromano”. Pero hay creyentes que viven la comunión con el Papa en la Iglesia fundada por Cristo y que hizo a Pedro “piedra sobre la que fundó su Iglesia”. La Iglesia y los Papas, tienen como misión continuar la obra de Cristo y hacer que brille su verdad, triunfe su libertad-liberación y se imponga la cultura-civilización del amor. El Evangelio de Cristo está indisolublemente vinculado a la humanización del hombre. No es fácil al hombre mantenerse bien orientado sobre el Planeta Tierra, sabiendo dónde está el norte de la fe, de la vida y del destino de la humanidad. Muchos movimientos históricos se han presentado como verdades absolutas y se han hecho dictatoriales. Verdaderamente el hombre necesita una filosofía (razón) y una teología (fe) de la Historia y un gran sentido común. Necesita maestros de la verdad y del amor. Juan XXIII escribió la encíclica “Mater et Magistra”. Eso quiere ser la Iglesia para todos “hombres de buena voluntad”, como comenzó a decir el mismo universalmente recordado y cordialmente querido Juan XXIII. El 12 de marzo del año 2000 - muchos lo vivimos con una gran ilusión y una enorme convicción -, Juan Pablo II pidió perdón a Dios y al mundo por los pecados de la Iglesia. Y no se limitaba a los excesos de las Cruzadas, a la Inquisición y a la purificación de la “memoria histórica” sino a todas las otras muchas deficiencias y pecados de los cristianos de antes y de ahora, entre ellos, el escándalo de la división de las Iglesias y la pasividad o apostasía de muchos católicos. Porque la Iglesia es santa y pecadora. El Papa lleva en su alma la preocupación por todas las iglesias y por el mundo. En los prolongados diálogos (casi 500 horas) que tuvo con Joseph Ratzinger y que fueron recogidos en Compañía de María de Argentina 19 20 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 el libro “Luz del Mundo”, el periodista Peter Seewald afirma: “El Papa actual quiere que su Iglesia, después de los terribles casos de abuso y extravío se someta a una suerte de limpieza a fondo. Según él, es indispensable conocer por fin de nuevo el misterio del evangelio en toda su grandeza cósmica. En la crisis de la Iglesia se cifra para él una enorme oportunidad, la de redescubrir lo auténticamente católico. Para él la tarea es de mostrar a las personas a Dios y decirles la verdad: la verdad sobre los misterios dela creación; la verdad sobre la existencia humana; y la verdad sobre nuestra esperanza, que va más allá de lo puramente terreno.” Partiendo de esta voluntad de Cristo de ofrecer al mundo una Iglesia servidora de la verdad y del amor, echemos una mirada panorámica sobre la segunda mitad del siglo XX y comienzos de XXI. Cuando se reflexiona sobre el siglo XX y se lo quiere calificar en conjunto, afloran los siguientes adjetivos: Denso en acontecimientos Dramático por las guerras y movimientos político-sociales Convulsionado por los cambios múltiples cada vez más acelerados, “como presa de un instinto frenético hacia lo bueno” (Ortega y Gasset) Contestatario hacia las autoridades establecidas Desencantado porque el progreso soñado y la “sociedad de bienestar” tienen límites, la perfección es inalcanzable y porque ha constatado que paralelamente al progreso se da también el deterioro y la degradación de la calidad de vida, ahondando la inequidad entre personas, sectores sociales, pueblos y naciones y continentes. El siglo XX ha vivido los fenómenos del comunismo, del nazismo y del racismo; los adelantos asombrosos de la ciencia y de la técnica, especialmente del dominio (relativo) del átomo y de las comunicaciones; las crisis de la cultura de la modernidad y de la postmodernidad; la coexistencia molesta del Primer Mundo y del Tercer Mundo con sus inequidades y reproches; la inversión de muchos valores que predominaron en el Occidente durante 1500 años; los desafíos éticos de la nueva visión de la sexualidad, la ruptura familiar, el despertar del feminismo; la degradación ecológica; los flagelos del hambre y del sida… Todo ello, y mucho más, ha obligado a los cristianos a enfrentarse a múltiples desafíos éticos mirando a la realidad y proyectando sobre ella la luz del Evangelio Pero en contraste con estas notas de un tiempo difícil podemos y debemos hablar también de “un siglo XX, un siglo de gracia” (K. Rahner), es decir, de crecimiento: ha crecido la conciencia humana sobre sí misma; ha crecido la responsabilidad fraterna y la solidaridad; ha crecido la libertad y el respeto a la persona humana; se han conseguido victorias importantes sobre el racismo, la discriminación de la mujer y de la infancia; se ha ubicado a la educación en el puesto clave que le corresponde en el crecimiento humano personal-social para la vivencia de una auténtica democracia; cayeron muchas de las dictaduras; la medicina ha realizado progresos admirables que mejoran la salud humana y prolongan la vida; la tecno-ciencia, en general, ha dado pasos asombrosos. El hombre ha inaugurado los viajes espaciales. Y después de esta introducción, los invito a recorrer conmigo, Papa tras Papa, los siete con los que he convivido. -- PÍO XI - (ACHILLE RATTI) - 1922 a 1939 Lo primero y único personal que recuerdo de Pío XI es la noticia de su muerte en 1939. Yo tenía once años. Había sucedido a Benedicto XV en 1922. La Primera Guerra Mundial -de la que tanto oí hablar, seguida a continuación por la peste asesina de millones- había terminado en 1918. El tratado de paz de Versailles fue más bien una siembra de resentimientos nacionalistas que incubaron la venganza de la II Guerra Mundial. Benedicto XV, cuya voz ignoró Versailles, lo había predicho. Compañía de María de Argentina P. Alfonso Gil SM 1927-2011 En Italia se imponía la figura y la política social e internacional de Benito Mussolini y su fascismo. En 1929 Pío XI firmó con Mussolini el Tratado de Letrán por el que el dictador, en nombre de Italia, cedía a la Iglesia Católica los 0,44 km2 para el Estado Vaticano, a cambio de que la Iglesia renunciara a los Estados Pontificios perdidos en 1870 con la unificación italiana. La Iglesia se sintió aliviada. En Alemania arrasaba la figura, la ideología, el proyecto racista y hegemónico mundial de Adolf Hitler. Ambos países europeos formarían, con Japón y sus aliados, el núcleo de “las Potencias del Eje” en la II Guerra Mundial - que Pío XI no vivió-. En el Este de Europa, en Rusia, después de Lenin, dominaba la mano implacable de J. Stalin, otro dictador decidido a llegar al dominio mundial por la ideología totalitaria comunista inspirada en Marx. En América del Norte, los USA iban conquistando espacio y peso en la política mundial. Las otras potencias europeas de entonces, Inglaterra y Francia, se mostraron vacilantes y tímidas. ¿Qué pude entender yo de todo este panorama europeo y mundial? Muy poco. A mi corta edad se sumaba la traumática experiencia de la terrible “Guerra Civil Española” (1936-1939), en la que tomaron parte la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini a favor de Franco, Rusia a favor de los republicanos, mientras que las vacilantes Inglaterra y Francia observaban y calculaban. De la Guerra Civil sí tengo muchos recuerdos. La contienda española terminaba en abril de aquel mismo año 1939 dejándonos a los españoles, después de tres largos años de sangre, un país destruido y empobrecido. Se nos presentaba un desafío: la reconstrucción, o si empleamos las palabras de entonces, la construcción de “España Una, Grande y Libre”. Pío XI se enfrentó con valentía a las ideologías totalitarias condenándolas: al fascismo con la encíclica “Non abbiamo bisogno” (1931), al Nazismo con la encíclica “Mit brennender sorge” (1937), y al comunismo con la encíclica “Divini Redemptoris” (1937). Tal tensión se creó en Europa y en el Mundo que no podía sino terminar en una guerra: con Pio XI vivimos los prolegómenos de ella. Además, Pío XI hizo doctrina sobre el matrimonio, la educación, el compromiso cristiano de los laicos por la Acción Católica, las misiones, la justicia social (con la encíclica “Quadragesimo anno”, 1931) y alentó a los católicos mexicanos en la defensa martirial de su fe católica. Nuestra América Latina tenía entonces, en conjunto, poca significación y peso en el mundo. En nuestra Argentina vivíamos “la década infame”, pero en 1934 tuvo lugar el decisivo Congreso Eucarístico Internacional, para el que Pío XI nos envió como Legado al Cardenal Eugenio Pacelli, próximo sucesor suyo con el nombre de Pío XII. Pío XI fue un buen Papa y un gran estadista: firmó 34 concordatos con naciones de todo el mundo. La Santa Sede gozaba de un gran prestigio moral. - -PÍO XII -(EUGENIO PACELLI) – 1939 a 1958 De todos es conocida la figura del papa Pío XII: alta, austera, inapelable, hierática, distante, dogmática y también sensible, respetable, venerada, luminosa y querida. De él y de sus 19 años de gobierno de la Iglesia tengo muchos recuerdos y vivencias. Comenzó su pontificado unos meses antes que la II Guerra Mundial, tan inmensamente trágica y que se prolongó desde 1939 a 1945. Con ojos de niño y de adolescente mirábamos los mapas cambiantes de Europa y del mundo según los avances y retrocesos de las tropas de ambos contendientes. Nuestros maestros nos los ponían en los pasillos de los colegios. Las simpatías y antipatías afloraban. Durante la guerra se produjeron los peores e inimaginables horrores. Una guerra promovida por bautizados y llevada a cabo en gran parte sobre suelo cristiano que quedó empapado en la sangre de unos 35 millones de muertos. Simultáneamente tenía lugar en el silencio lejano de las llanuras de Polonia (Aushwiszt, Birkenau..) y otros lugares de Alemania (Dachau) el Holocausto Compañía de María de Argentina 21 22 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 del pueblo judío por parte del nazismo (como “solución final”) y en las inalcanzables e ignoradas estepas rusas los Gulags por parte del comunismo ruso. De ambos terribles fenómenos (la Shoa y los Gulags) supimos entonces muy poco en España. Yo nada, sólo después de años. Las consecuencias de tal desastre sumieron a Europa en la ruina y el hambre. La hegemonía mundial de Europa se acabó, aunque nos dimos cuenta poco a poco. Surgió de los Estados Unidos de Norteamérica el salvador Plan Marshall. Y con ello su dominio político, económico y cultura. Ya entonces comenzó “la caza de cerebros”. El pueblo católico cifraba en Pío XII una total confianza. Lo vio alguna vez asistiendo a los heridos por los bombardeos de Roma. Pío XII vivió intensamente la realidad bélica y llamando a la paz. Sus mensajes de Navidad eran dramáticos. Los escuchábamos pegados a la radio o lo leíamos ávidamente. Su acción a favor de los judíos es incuestionable aunque pocos años después diversos personajes le achacaron que no hizo condenas públicas de los terribles excesos que él debía conocer, a lo cual otros muchos responden que una condena pública habría exacerbado el antisemitismo y hubiera sido peor. Pío XII, además de multiplicarse para traer la paz al mundo, escribió cuarenta encíclicas además de constituciones apostólicas y multitud de mensajes y discursos sobre temas importantes que fueron abriendo camino hacia el Concilio Vaticano II: la interpretación de la Sagrada Escritura, el monogenismo, el Cuerpo Místico de Cristo, la Asunción de María (1950), el movimiento de los primeros sacerdotes obreros en Francia (“les prêtres ouvriers” de los cincuenta), el nacimiento de la nueva Europa. En 1957 se firmó el “Tratado de Roma”, en el que Pío XII tuvo una más que fuerte participación apoyándolo. A Pío XII le tocó vivir y codearse con hombres extraordinarios de su tiempo: Hitler, Mussolini, Stalin, Churchill, De Gaulle, De Gásperi, Einaudi, Adenauer, Schumann, F.D. Roosvelt, D. Eisenhauer, Franco, Maotsetung, Tito… Y vivió con los argentinos el ascenso de Perón y su caída. Siempre tuvo palabras de aprecio y aliento a los pueblos, no siempre de sus líderes. Teilhard de Chardin vivió en el pontificado de Pío XII. Y también una pléyade deslumbrante de teólogos, filósofos y científicos. A algunos (Congar, de Lubac) Pío XII los silenció. Con Pío XII se inició la gran reforma litúrgica (“Mediator Dei”, 1947) que culminaría el Concilio Vaticano II: se dejó el ayuno desde la noche anterior para comulgar, el agua no rompía el ayuno, se pudo “concelebrar” en la aglomeración de sacerdotes, se modificó la celebración de la Semana Santa… El espíritu de Trento se extinguía y se abría paso la brisa renovadora del Concilio Vaticano II. -- - JUAN XXIII -- (ANGELO RONCALLI) – 1958 a 1963 El Papa Juan XXIII, beato desde 2000 - fue beatificado en la misma ceremonia que Guillermo José Chaminade- es una figura universalmente querida y admirada. Evocado como prototipo de buen pastor de la Iglesia y hombre que aceptó sobre sus hombros, de alguna manera, el peso y la responsabilidad de toda la humanidad, Juan XXIII fue el primer Papa que en su encíclica “Pacem in Terris” habló no sólo a los católicos, sino a todos los hombres de buena voluntad que aceptan y defienden los “derechos humanos” proclamados por las Naciones Unidas en 1948. Sus encíclicas y exhortaciones fueron leídas y analizadas atenta y respetuosamente por la mayoría de los Jefes de Estado, entre ellos y de los primeros y con las mayores ponderaciones, Nikita Kruschev, entonces secretario general del Partido Comunista Soviético. ¿Cómo fue recibido Juan XXIII por el pueblo católico aquel 28 de octubre de 1958 de su elección? Con benevolencia compasiva hacia un viejito bajo de estatura, gordito y rechoncho, sonriente y bondadoso, pero con escepticismo y resignación: ¿qué podía hacer por una Iglesia que necesitaba urgentemente “aggiornamento”? Se le clasificó fácilmente: será un Papa de transición, de relleno. Sin embargo pronto sorprendió a la Iglesia y al mundo por su nuevo estilo, por su bonhomía, Compañía de María de Argentina P. Alfonso Gil SM 1927-2011 por su valentía en señalar metas y por el nuevo estilo de ser Iglesia. Afirmó desde el comienzo que la Iglesia debía abrir puertas y ventanas porque necesitaba aires renovados. Se ganó pronto las simpatías de la mayoría, pero también debió soportar presiones en contra de algunos de sus colaboradores más cercanos, como el Cardenal Ottaviani. El 25 de enero de 1959 anunció la celebración del Concilio Vaticano II. Se subraya que ni el mismo Juan XXIII midió la transcendencia y envergadura del proyecto. Horror en unos y entusiasmo e ilusión imposible de describir de muchos. Lo vivimos con una vitalidad eclesial única e inigualable. El Concilio comenzó en octubre de 1962. La cantidad de anécdotas es ingente. Juan XXIII presidió la Primera Sesión solamente, de las cuatro que tuvo. Pero antes había señalado a la Iglesia el camino a seguir con más claridad que nunca: el del Buen Samaritano que ama a la humanidad herida y se acerca con bondad y solidaridad a ella. Juan XXIII nos dejó dos magníficas encíclicas con la doctrina evangélica de siempre pero con un acento nuevo que llegaba al corazón humano: “Mater et magistra” (1961) y “Pacem in terris” (1963). Fueron fruto ambas de “un hombre de Dios que confió en el corazón humano y en la Providencia divina” (J. Orlandis, “La Iglesia Católica en la segunda mitad del s. XX”, pág. 35). Fruto también de un hombre de esperanza que había afirmado ante los catastrofistas: “Disentimos de esos profetas de calamidades…En el presente orden de cosas, en el cual parece apreciarse un nuevo orden de relaciones humanas, es preciso reconocer los arcanos designios de la Providencia divina”. (J. Orlandis, 28). La modernidad no ha maleado irremediablemente a la creación, a la humanidad. Juan XXIII no era partidario de la llamada “apocalíptica eclesial”. (M. Kehl, “Hacia donde va la Iglesia”, p. 12). Se empezaron a dar tímidamente los primeros diálogos cristianos-comunistas. El crudo y angustiante invierno de “la guerra fría” entre el Este del “socialismo real” y el Oeste del capitalismo liberal empezaba a descongelarse al soplo de una leve brisa. Una anécdota me sirvió particularmente para comprender la nueva visión del hombre y del mundo y las relaciones: Alexis Adzhubei (director de “Pravda”) y su esposa Rada (hija de Kruschev, el hombre de tipo “campesino pragmático y tosco”, bajo y rechoncho como Juan XXIII), visitaron al Papa en Roma. En la audiencia, Rada se fijó en las manos de Juan XXIII. Al terminar la audiencia, ya fuera, manifestó: “Mientras estaba delante del Papa me fijé en sus manos; son las manos de mi padre. Me emocioné”. Yo, joven sacerdote, pensé: El Papa, cabeza visible de la santa Iglesia de Cristo, y Nikita Kruschev, el zar del imperio comunista y ateo de la URSS, tienen las manos iguales… Las semejanzas no pueden detenerse ahí. Son hombres los dos. Tienen en común la condición humana. Deben entenderse. No estamos tan lejos unos de otros. A Juan XXIII lo lloramos todos cuando murió (3-VI-1963) y lo llamaremos siempre “Juan el Bueno”. Y nos asomaremos a su intimidad personal leyendo las admirables páginas de su “Diario del alma” y los “Apuntes de su agenda”. El ambiente espiritual y eclesial que respirábamos entonces era eufórico, optimista y esperanzado. Fue la herencia de buen Papa Juan XXIII. Herencia suya fue también el Concilio Vaticano II iniciado y abierto a lo impredecible. Contemporáneos de Juan XXIII los teólogos que tuvieron mucha incidencia en el Concilio. Entre ellos, nombremos a algunos: K. Rahner, H, Küng, Chenu, Congar, Moeller, Ratzinger, Schillebeecks, Lubac, Bea y los cardenales de Alemania, Francia y Bélgica, destacados teólogos de mentalidad centroeuropea ( “la alianza de Rhin”); y de otro lado Ruffini, Siri, Tromp, Schauf y otros que formaban el bloque de mentalidad conservadora mediterránea y sudamericana. -PABLO VI - (GIOVANNI BATTISTA MONTINI) – 1963 a 1978 Los cercanos a Pablo VI nos lo pintaban así: intelectual, clarividente e indeciso, fiel a su conciencia, fino y sensible, amigable (amistad notable con los filósofos Maritain y Guitton) y de exquisita cultura, muy cercano a Pío XII -de cuya plena confianza gozaba- y a Juan XXIII. Demócrata, hábil político, de profunda espiritualidad, “papable” en el primer puesto, muy reflexivo y analista. Compañía de María de Argentina 23 24 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 Su mentalidad abierta, de “progresista moderado”, atraía a muchos y retraía a otros. Fue admirado y contestado. Pero nadie tiene duda en afirmar que Pablo VI fue un gran pontífice. Por encima de las reacciones viscerales se dio la comunión eclesial. Algún analista de mentalidad periodística divide el pontificado de Pablo VI en dos etapas: La primera la llaman “Domingo de ramos” y dura hasta 1968 con la publicación de la encíclica “Humanae vitae”: etapa de la aclamación (5 años). La segunda la llaman la de “Viernes Santo” que se prolonga hasta su muerte (10 años), la dura etapa de la “contestación”, cuando pronunció aquel juicio sobre el tiempo que se vivía: “También en la Iglesia reina un estado de incertidumbre… Se creyó que después del Concilio vendría una jornada de sol para la historia de la Iglesia. Ha llegado, en cambio, una jornada de nubes, de tempestad y obscuridad… En el templo de Dios se ha introducido el humo de Satanás” (1972). El rostro de Pablo VI mostró angustia y preocupación interior. El mundo lo vio. La gran tarea de trascendencia histórica que realizó Pablo VI fue el Concilio Vaticano II desde la sesión segunda a la cuarta y última en 1965. Al Concilio, a la vida de la Iglesia dedicó Pablo VI todas sus fuerzas y su vida. El clima que vivíamos en la Iglesia durante el Concilio era de suma atención a todo lo que se decía y hacía en Roma, y atención a la repercusión que causaba en el mundo y en los diversos sectores eclesiales: obispos, sacerdotes (“sacerdotes para el Tercer Mundo” en la Argentina), religiosos, religiosas, seminarios, educación en colegios y universidades, laicos y pueblo cristiano y reacciones de los gobiernos estatales. Había una conmoción general. Muchos no nos perdimos ni una línea de las que se publicaban sobre el Concilio. Y todos nos edificamos o extrañamos o escandalizamos con cosas inauditas que nos llegaban: salidas de sacerdotes, religiosos y religiosas, hasta de obispos,”impromptus” en la liturgia, interpretaciones subjetivas en moral… Pablo VI se mostró claro y enérgico ante los acontecimientos, pero dejó ver su profundo sufrimiento. Nos dejó tres importantes encíclicas: “Ecclesiam suam” (1964), “Populorum progressio” (1967) y “Humanae vitae” (1968, muy cuestionada); una Exhortación apostólica, “Evagelii Nuntiandi”, que movió el espíritu misionero de la Iglesia y una Carta Apostólica, “Octogesima adveniens”, en el 80º aniversario de “Rerum novarum” de León XIII. Además Pablo VI vivió la descolonización de África, la Alianza para el Progreso de América Latina, la revolución cubana de Fidel Castro y la propagación en nuestro continente de la revolución por el Che Guevara, el asesinato de J.F. Kennedy en Dallas, el despertar de las Iglesias en los continentes “periféricos” (abrió la Conferencia del CELAM en Medellín en 1968), las guerras calientes entre árabes e israelíes, la “Guerra fría” y la apertura al Este (“Ostpolitik”) y la gran apertura al ecumenismo (encuentro con el patriarca Atenágoras). Viajó a Tierra Santa, India, Filipinas (donde sufrió un atentado) y Naciones Unidas en Nueva York, donde habló ofreciendo criterios del Evangelio. Fueron años vertiginosos, de cambios, de desconcierto y crisis, de “movimientos” nuevos, de creyentes que se sentían, cada vez más, “en diáspora”, en dispersión. La fe, la esperanza, la reconciliación y la comunión interna en la Iglesia estaban a prueba. Pese a todo, abundaba el entusiasmo y la participación eclesial. --JUAN PABLO I - (ALBINO LUCIANI) – 33 días de 1978 Recibí la noticia de la elección papal de Juan Pablo I en Francia el 26 de agosto de 1978. “¿Quién es Albino Luciani?”, preguntamos. El Cardenal de Venecia, nos respondieron. Y 33 días después, en Estados Unidos, me llegó la noticia sorprendente: “Murió el Papa”. En estos 33 días hizo algo importante, como lo hacen notar los analistas: se mostró amable, alegre, sonriente, claro, valiente, comunicador. La asistencia de público a sus audiencias fue creciendo rápidamente por su claridad, calidez, familiaridad, actualidad de temas pastorales y teológicos. Compañía de María de Argentina P. Alfonso Gil SM 1927-2011 No nos dejó ni encíclicas ni documentos notables. Pero cambió el clima eclesial: de la adustez de Pablo VI a la alegría sonriente de Juan Pablo I. Hizo de puente entre dos Papas diferentes: Pablo VI y Juan Pablo II. Entre los asistentes a la entronización de Juan Pablo I se encontraba Nikodim, metropolita de Leningrado, quien manifestó en la audiencia un vehemente deseo de hablar a solas con el Papa recién nombrado. Juan Pablo I accedió enseguida porque, además, Nikodim era un ferviente ecumenista. Durante la entrevista, Nikodim se desplomó y murió en brazos de Juan Pablo I, quien le dio la absolución y el perdón sacramental. Este hecho conmovió al mundo. Una muerte pronta y súbita lo esperaba también a este Papa de nuevo cuño, que nos dejó su sonrisa, su buena pedagogía pastoral, su esperanza y, también, una voluntad decidida a clarear la economía del Vaticano, necesitada de ello después de los turbios manejos del Banco Ambrosiano. De su muerte surgieron peregrinas interpretaciones, incluida la del asesinato, como lo quiso narrar el novelista Yallop. El mismo Juan Pablo I había subrayado su débil salud y se había referido a su pronta muerte. - - JUAN PABLO II - -(KAROL WOJTYLA) - 1978 a 2005 Juan Pablo II apareció en el balcón de la Plaza de San Pedro después de la “fumata blanca” el 16 de octubre de 1978 para decir al mundo: “No tengan miedo, abran las puertas a Cristo”. Serían los mensajes más repetidos de este Papa durante sus casi veintisiete años de pontificado. Había nacido en Wadowice, Polonia, 58 años antes y había experimentado en su propia carne y vida los rigores de unos acontecimientos históricos excepcionalmente duros que marcaron su juventud y fortificaron su carácter, templaron su fe, su esperanza y su decidida voluntad de amar y perdonar y despertaron su vocación de servir en un mundo conflictuado y falto de libertad. En el mundo católico fue recibido diversamente: con sorpresa por todos, con fe entusiasta por la mayoría, pero con temor “a priori” al posible involucionismo de un papa eslavo, que provenía de lejos, del frío y del conservadurismo polaco que había sobrevivido a la asfixiante opresión comunista. ¿Cuál es la imagen que nos queda de este gran pontífice a quien no pocos querían, ya a su muerte, apodarlo “Juan Pablo II el Grande”? Se coincide en que fue abierto, dinámico, avanzado en lo socio-político, pero ortodoxo e inflexible en dogma, firme en su gobierno, extrovertido y actor en sus relaciones con las grandes multitudes, enérgico, hábil y profundo comunicador, valiente, magnánimo en las luchas y en el perdón, activo, peregrino incansable (102 viajes pastorales). Juan Pablo II tuvo grandes admiradores y despertó pasiones multitudinarias por él, pero tuvo también encarnizados enemigos que atentaron contra su vida en 1981, poniéndolo al borde de la muerte. Esto le dio al mundo la ocasión de admirarlo por su perdón al autor del atentado, Ali Agça, a quien visitó en la cárcel para abrazarlo. También tuvo adversarios en el plano de las ideas: los teólogos Hans Küng y Leonardo Boff, más los contestatarios y disidentes. Y entusiastas: los jóvenes en las inolvidables Jornadas Mundiales de Juventud. Tuvo que relacionarse con las grandes personalidades religiosas y políticas del mundo: Villot, Casaroli, Suenens, Marti, Tarancón, König, Ratzinger (cardenales), sucesivos Presidentes de USA y de la URSS (Gorbachow y Raissa), Miterrand, Videla, Fidel Castro, Duvalier, Pinochet, Lech Walesa, Jaruzelsky… También brillaron en su pontificado con luz propia el P. Pío de Pietrelcina y la Madre Teresa de Calcuta, y tantos otros y otras… Al morir, en torno a su cadáver, en Roma, se congregaron muchos jefes de estado y personalidades hasta convertir su funeral en el más solemne y universal de la historia. Detrás quedan grandes logros: la caída del Muro de Berlín (1979) y del telón de acero; la petición de perdón al mundo en año del Jubileo, 2000, por los pecados históricos de la Iglesia; los encuentros inter- religiones de Asís; los sínodos continentales; el nuevo Derecho Canónico Compañía de María de Argentina 25 26 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 (1983), el nuevo Catecismo de la Iglesia Católica… Nos dejó 14 magníficas encíclicas sobre temas diversos e importantes en las que ofrece a la Iglesia y al mundo la doctrina evangélica y su poderoso pensamiento. Una de ella es “Fides et ratio” (fe y razón) que ha suscitado especial interés entre filósofos, científicos y teólogos. La estela de simpatía, grandeza y santidad que dejó Juan Palo II culminó en su beatificación en Roma el 1º de mayo de este año. No sólo la Plaza de San Pedro sino hasta la misma Ciudad Eterna se vieron chicas para acoger a tantos peregrinos que querían honrar su memoria. - BENEDICTO XVI -(JOSEPH RATZINGER) – Desde 2005 Al presentarlo lo hago con una anécdota elocuente y paradigmática de la forma en que fue acogido por la Iglesia: el 19 de abril de 2005, por la mañana, yo me hallaba en el centro de Buenos Aires en una reunión de religiosos y religiosas. Al final de la mañana y al despedirnos se habló del gran tema del día: el resultado del cónclave que se estaba celebrando en Roma en ese mismo momento. Una religiosa dio su opinión: “cualquiera, menos Ratzinger”. Al entrar en casa en Rivadavia 5652 recibí la noticia: “Habemus papam: Joseph Ratzinger, que se llamará Benedicto XVI”. En el ambiente los rostros manifestaban un variado panorama: resignación ante los caminos del Espíritu, alegría contenida, aceptación serena, rebelión expresa o contenida… No sé qué cara habrá puesto la religiosa aludida cuando se enteró de quién era ya su Papa. Joseph Ratzinger era la persona más conocida de la Iglesia después de Juan Pablo II, de quien gozó de plena confianza. El papa polaco le solicitó su presencia y servicios como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe desde 1981. Era y es universalmente reconocido por su alto nivel teológico y filosófico y no le ha faltado experiencia pastoral pues demás de párroco inicialmente, profesor de universidades y arzobispo-cardenal de Munich estaba informado de la vida real de la Iglesia e inmerso en ella. Pero no hay duda de que su figura ha sido polémica. La exposición pública a la que obliga el papado ha mostrado al mundo no sólo la soberana inteligencia de Benedicto XVI, sino también su sensibilidad y alma de artista, su comprensión y delicado respeto a las personas, su capacidad para enfrentar los problemas y desafíos como los abusos sexuales en la Iglesia. Hasta ahora, Benedicto XVI nos ha ofrecido tres encíclicas: “Deus caritas est” (la virtud teologal de la caridad), “Spe salvi” (sobre la esperanza por la que estamos salvados) y “Caritas in veritate” (la caridad en la verdad, de un gran contenido social). Monseñor Bruguès, en una conferencia que dio en la UCA el 24 de mayo de este año, afirmó: “Creo providencia divina que al frente de la Iglesia tengamos un Papa que confía en la razón, la usa admirablemente y, al mismo tiempo, la abre a la fe. Benedicto XVI no se preocupa por “lo políticamente correcto”, proclama la verdad y advierte contra “la dictadura del relativismo”. CONCLUSIONES: UN ITINERARIO ACCIDENTADO, PERO ASCENDENTE. Así he vivido y vivo este lapso de historia del mundo y de la Iglesia que abarca ochenta años. Cuando intento llegar a una síntesis de lo vivido y de lo dicho llego a estas conclusiones: 1.--- La proyección de la Iglesia sobre el Mundo y su realidad es fuerte e innegable, “como la levadura en la masa”. Lo ha hecho desde su condición de TESTIGO DE DIOS y CUERPO DE CRISTO, y como santa y pecadora, a la vez (LG 8). Su misión está vinculada inseparablemente a la HUMANIZACIÓN DEL HOMBRE. “Nada de lo humano le es ajeno”. 2.--- La Iglesia, conservando siempre su identidad esencial, ha experimentado cambios importantes. En estos ochenta años hemos pasado de una “Iglesia tridentina” (marcada por el Compañía de María de Argentina P. Alfonso Gil SM 1927-2011 Concilio de Trento, s. XVI y el Vaticano I, del s. XIX), Iglesia institución jerárquica, jurídica, verticalista, de clara división docente (que enseña y habla)y discente (que oye y calla), a una Iglesia “misterio” (LG, cap- 1ª) que nace en la Trinidad, es animada por la fe, la esperanza y el amor, se siente “Pueblo de Dios” e “Iglesia de comunión”; el laicado tiene sentido crítico y conciencia participativa (en una verdadera y sana “laicización”, mejor que democratización). 3.--- La Iglesia Católica se ha hecho más Católica, es decir, más universal, más globalizada, más descentralizada. Desde Pío XI todos los papas han impulsado las misiones “ad gentes”, han desarrollado el clero indígena. Han nombrado obispos y cardenales de todo el mundo, han ido “desitalianizando” la Curia Romana. (¡Qué sorpresa cuando vimos los primeros obispos y cardenales negros, amarillos…!) 4.--- La Iglesia se ha visto implicada en toda la historia humana: cultura, ética-moral, guerras, paz, justicia-injusticias, ciencia, arte, deporte, educación, salud… Ha creado un admirable cuerpo de doctrina social (DSI), especialmente desde León XIII (“Rerum novarum”) en adelante. Como autoridad moral la Iglesia ha sido la primera en el mundo. ¿Lo seguirá siendo? 5.--- La Iglesia Católica se ha ido abriendo al ecumenismo, es decir, a la relación y comunión con las demás Iglesias Cristianas: Ortodoxos, Luteranos, Anglicanos y demás confesiones (se tiende a evitar un uso indiscriminado de la palabra “secta”). Hablar hoy de Focio o de Lutero o de Calvino… ¡qué diferencia del lenguaje de hace 80 años! La Iglesia Católica se ha humillado y acercado con respeto y amor a los otros cristianos para dialogar ecuménicamente. Por supuesto, sin llegar al sincretismo o relativismo, sino manteniendo nítidamente la propia identidad. 6.--- De modo espectacular, con Juan Pablo II se tuvo los encuentros “inter-religiones” de Asís. En ellos participaron todas las religiones y creencias que quisieron: cristianos, judíos, musulmanes, budistas, sintoístas… El Vaticano II dio un gran paso con “Nostra aetate” (Declaración del Vaticano II). Este documento modificó nuestra mente católica y nuestras relaciones con los judíos (El capítulo de la relación con “nuestro hermanos mayores” es más importante de lo que se piensa de primeras y que merece atención especial), los musulmanes y las demás religiones. (Cfr: “Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso”, J. Dupuis, Sal Terrae, 1997). 7.--- Al interior de la Iglesia Católica hemos vivido una “evangelización de la autoridad jerárquica” (y de cualquier otro ejercicio de la autoridad, incluido el servicio de la política), es decir, se ha hecho un esfuerzo enorme, muchas veces polémico y doloroso y a veces desconcertante, para ejercer la autoridad (desde el Papa hasta el último cristiano) como Cristo dice (Mt 20, 28): no como “poder” que somete y explota, sino como amor que sirve, pastorea y humaniza. 8.--- El sacerdocio necesitaba también una purificación y un esclarecimiento: purificación para liberarlo de adherencias extrañas al sacerdocio de Cristo; esclarecimiento para poner de nuevo en claro que todo cristiano, desde el Bautismo, es sacerdote, profeta y rey. Esta realidad sacramental no es sólo una gracia honorífica de Cristo, sino sobre todo un compromiso y un programa de vida que afecta a todos los bautizados. 9.--- Este giro se reviste de una importancia muy grande con consecuencias influyentes en la mayoría de edad del laicado (“el gigante dormido” de la Iglesia), en la liturgia, en la pastoral, en la evangelización, en las responsabilidades del Reino de Dios. Y ojalá mucho más todavía. Lo cual no borra la diferencia “esencial” (ontológica) entre el sacerdocio ordenado y el sacerdocio común. Pero ambos, desde la humildad y la verdad, son un “ministerio”, es decir, un servicio a la comunidad creyente. Qué cambios hemos experimentado también en la visión y vida sacerdotal! 10.--- La mujer y el laicado en la Iglesia, en muchos aspectos psico-sociológicos, han caminado a la par, han sufrido postergación a la par y han despertado al mismo tiempo. Todavía los católicos nos sentimos incómodos y en deuda en cuanto al lugar que la mujer y el laicado deben ocupar en la Iglesia. Compañía de María de Argentina 27 28 P. Alfonso Gil SM 1927-2011 11.--- También los religiosos nos hemos sentido más urgidos a vivir la santidad de nuestra vida cuando el Concilio nos ha dicho que debemos “seguir a Cristo desde más cerca” (LG 42) en la pobreza, castidad, obediencia, oración, solidaridad, misericordia, disponibilidad… Y también nos ha dicho que no “huyamos del mundo” en cuanto humanidad necesitada, sino que “estemos en el mundo sin ser del mundo”, es decir, que acompañemos de cerca de la gente viviendo con ella “en justicia y santidad”. La VR ha cambiado mucho desde hace 8 años en todo: número de vocaciones, estilo de vida, relaciones con la Iglesia y ele mundo, 11.--- A través de la vida he visto que el mundo nos exige santidad a los cristianos, y más aún a los sacerdotes y religiosos. No nos perdona nuestros pecados aunque los airee morbosamente para encontrar una justificación para los suyos. He visto que los santos no se quejan de que el mundo nos exija santidad y nos recuerde que somos seguidores de Cristo. El diagnóstico actual de no pocos sobre la Iglesia Católica es que se halla en crisis, en un túnel, en un Sábado Santo. No niego nada de la realidad, ni las luces ni las sombras que tenemos los católicos. Pero afirmo mi fe en la Iglesia que se basa en la fe en Jesús, su fundador: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Y los poderes del infierno no podrán destruirla.” La Iglesia debe ser custodio, intérprete, testigo y ejemplo de la doctrina de Cristo. La indestructibilidad de la Iglesia - la única institución de occidente que ha durado 21 siglos - es la prueba del amor fiel de Cristo al hombre. La Iglesia es una barca que navega en el mar del mundo a la par que el Hombre, con la misión de salvar al Hombre pescándolo (Mt 13) y subiéndolo a bordo. Tiene sus enemigos, ya nombrados por Cristo: “Portae inferi” (poder del infierno, Mt 16), “Satanás” (Lc 22, 31) y sus colaboradores conscientes o inconscientes, y los cobardes, los cómodos, los relativistas en dogma y moral. A los enemigos exteriores hay que añadir los peores: los internos de la misma Iglesia, los peores según Benedicto XVI. No se encuentra ninguna institución humana que haya sido más combatida que la Iglesia. Creo que ni siquiera el pueblo judío. En ambos casos, lo es siempre Cristo por ser judío y por ser el fundador de la Iglesia. Lo peor para el católico sería perder la fe en la Iglesia. ¿Pero se puede tener fe en Cristo y no en la Iglesia como hoy afirman bastantes católicos? Dice Carretto: “Sin la Iglesia, ¿dónde iría yo? ¿A construir otra? No podré construirla sino con los mismos defectos, con los míos que llevo adentro. Y será mi Iglesia, no la de Cristo” (Citado por la rev. “Umbrales”, Nº 208.--- Cfr: “Rerum novarum”, Nº 21). Mi propuesta es una llamada a la fe y a la confianza en la Iglesia, a superar los miedos, a erradicar los complejos de “vergüenza de ser católico” o “el complejo antirromano”. En 1999 se reunieron en una convención teológica católicos y anglicanos para estudiar el papado, un tema que nos separa. Los anglicanos admitieron al Papa y ambos, católicos y anglicanos, pusieron el título al documento final conjunto: “El don de la autoridad”. Esto, un don, ha sido el papado para la Iglesia y para el mundo en los veinte siglos que nos preceden desde Cristo y San Pedro. Para mí, los siete papas con los que he vivido mi vida de creyente católico han constituido un inapreciable don de Cristo aceptado siete veces. Y si llegara el octavo papa, ya desde ahora cuenta con mi aceptación. La Iglesia no es sólo es el Papa, pero sin el Papa no hay Iglesia de Cristo. Compañía de María de Argentina P. Alfonso Gil SM 1927-2011 Hombre sencillo, sincero, humilde, De gran corazón, Su entrega total, Lo llevó al cielo. Un cielo distinto a partir de hoy, Porque, una persona como él, Merece el mejor lugar, A la diestra de Jesús. Con su caminar pausado, siempre atento, Recorría la ciudad, Del Colegio de Hermanas al Carmelo, Por la tarde el parque, su debilidad. Las familias del Colegio, Lo extrañarán más, Él siempre estaba, Con todos y en cada lugar. Siempre tenía, Su palabra de aliento, De esperanza, de consuelo, Lo vamos a extrañar… El Colegio Marianista llora, Y también la ciudad, ¿Quién no lo conoció? Era un caminante distinto Que nos enseñó a amar Compañía de María de Argentina 29