Discurso del Presidente de la UDI, Jovino Novoa, en el Consejo

Discurso del Presidente de la UDI, Jovino Novoa, en el Consejo

Discurso del Presidente de la UDI, Jovino Novoa, en el Consejo
General y Proclamación de Joaquín Lavín Infante como Candidato
a la Presidencia de Chile
18 de junio 2005
Nos hemos reunido esta mañana para decirle a las
mujeres y hombres de nuestra Patria, que Chile tiene
una esperanza.
Nos hemos reunido esta mañana, también, para decirle a
los que sufren que no se encuentran solos y que sus
angustias y privaciones son conocidas, sentidas y
compartidas por mucha gente de corazón y manos
limpias.
Y nos hemos reunido esta mañana, amigas y amigos,
para proclamar, como candidato a la Presidencia de
Chile, a un hombre honesto y capaz. A un líder que ha demostrado conocer cuáles son las
mejores soluciones para los graves problemas que afectan a millones de chilenos.
Nos reunimos esta mañana para proclamar a Joaquín Lavín como futuro Presidente de Chile.
Ahora más que nunca, Chile necesita un cambio profundo en el gobierno. Necesitamos nuevos
aires y una fuerza renovada. Necesitamos de una nueva ética, aquella que pone en el centro de la
preocupación del gobernante los problemas de la gente y no los intereses de partidos o de grupos
de presión.
Ahora más que nunca se requiere transparencia y control efectivo a quienes ocupan posiciones de
poder. Después de 16 años en el gobierno, la Concertación está desgastada y, lo que es más
grave, no aceptan ser fiscalizados, a pesar de las evidentes incorrecciones que se denuncian cada
vez con mayor frecuencia.
Si se contratan asesorías, por miles de millones de pesos, los chilenos tienen el derecho a
preguntar si ellas son necesarias. Si en algunos contratos aparecen parientes o personas
vinculadas a las más altas autoridades, el país tiene el derecho a exigir transparencia absoluta.
No es aceptable que nos impidan fiscalizar y menos, que se nos ataque por cumplir con
nuestro deber.
Necesitamos hombres y mujeres honestos, que vayan a servir a los más pobres y no a servirse
del poder. En este acto se encuentran reunidos miles de jóvenes, dirigentes políticos y sociales,
profesionales, trabajadores y emprendedores, quienes jamás han renunciado a su profundo
compromiso con una sociedad más justa y que renuevan, ahora con más fuerza que nunca, su
vocación de servir.
Ahora más que nunca, nos une la mística, la fortaleza y la fe en el futuro.
La mística forjada en la creación de un movimiento popular y de inspiración cristiana, que nació
desde y para la gente, que se ha nutrido en el afecto sincero a los chilenos de todas las
condiciones, que se ha expandido a todo Chile a través de la conquista de los corazones, que se
ha ganado el respeto aún de sus más enconados adversarios por la coherencia de sus posiciones
y que se ha forjado en la adversidad de los ataques y en el martirio de nuestros líderes.
Este movimiento político inédito en la historia de Chile, la Unión Demócrata Independiente, no
nació para servir el interés de un grupo, ni menos las ambiciones de poder de una persona. Nació
para servir a Chile pero, por sobre todo, llegó a la vida pública para servir a los más pobres.
Disputamos palmo a palmo las poblaciones a quienes creyeron tener por décadas el monopolio de
la representación de los humildes y les ganamos ¡lejos! la batalla. La adhesión a nuestros
postulados nos ha situado como el partido político más importante de nuestro país. Por
ello, hemos sido víctimas de los peores ataques y de las más infamantes mentiras.
Nunca antes en la historia de nuestro país se había visto bajeza más grande como la
que se cometió con nosotros. Pero la verdad se impuso y nuestra fuerza prevaleció.
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Nuestra fortaleza arranca de la mística que nos une y de la fidelidad a nuestros principios.
Solo así es posible construir: fundados en la solidez de la roca y no sobre la fragilidad pasajera de
la arena.
En la fortaleza con que hemos enfrentado todo tipo de adversidades, en la mística con que hemos
construido el partido más grande de Chile y en nuestra indisoluble unión con el mundo popular
encontrarás, Joaquín, nuestro principal aporte a tu candidatura. Nuestro apoyo es total. Está
comprometido hasta el final y es generoso.
Es total y comprometido hasta el final porque tu te has comprometido, a lo largo de toda tu vida y
con toda intensidad, con el servicio público. Haz tenido adversidades y haz sufrido ataques, pero
tu vocación de servicio público ha prevalecido.
Nuestro apoyo es también generoso. Nuestros estatutos disponen que cuando un miembro del
partido sea elegido Presidente de la República, su militancia quedará suspendida, mientras dure el
ejercicio del cargo, en consideración a la absoluta independencia con que debe ejercerse tan alta
función pública. Teniendo el convencimiento que tu candidatura no es sólo de la UDI, sino que de
miles y miles de chilenos que ven en ti la esperanza de un futuro mejor, te entregamos desde
ahora esa necesaria independencia para que tu candidatura, tu programa y tu futuro gobierno sea
el amparo de los más débiles, la oportunidad de los jóvenes, la posibilidad de trabajo para el que
la necesita, la protección a la mujer y a la familia, sin que haya lugar a discriminaciones políticas,
a favoritismos ni sectarismos. Serás el candidato de todos y gobernarás para todos.
Amigas y amigos:
Nos une hoy también nuestra fe en el futuro.
Tenemos la convicción profunda de que Chile, ahora más que nunca, necesita con urgencia un
cambio de gobierno y sabemos que Joaquín Lavín es quien mejor encarna el anhelo de aires
nuevos en la conducción de nuestro querido país.
Chile vive tiempos complejos. La inmensa mayoría de los chilenos ven a diario a nuestras
autoridades hablándonos de triunfos y de avances que no se condicen con la realidad que a diario
enfrentan las personas que no están en los circuitos del poder.
Nos llegan imágenes de grandes logros, de supercarreteras, de avances tecnológicos, de grandes
acuerdos comerciales, de importantes cargos internacionales.
¿Pero quién se preocupa de los cesantes? ¿Quién acoge el sentimiento de impotencia de tantos
miles de hombres y mujeres que no encuentran trabajo?
¿Quién combate con energía a la delincuencia? ¿Dónde están las cámaras y los focos para mostrar
a las víctimas de los delitos?
¿Quién combate a la droga y se compromete a no indultar narcotraficantes?
¿Quién se acuerda de las mujeres solas que mantienen su hogar y que muchas veces no tienen ni
siquiera la plata de la micro para ir a trabajar?
Ahora, más que nunca, tenemos que trabajar sin descanso para que Joaquín Lavín, a quién hoy
proclamamos con orgullo como el Presidente de los Pobres, conduzca los destinos de Chile y así,
de una vez por todas, las necesidades de las personas más humildes ocupen el primer lugar entre
las prioridades de los gobernantes.
Joaquín Lavín tiene una característica que lo distingue entre todos los postulantes a la Primera
Magistratura: Es una persona que dice siempre la verdad. Por eso lo conoce la gente, por eso lo
quieren las chilenas y los chilenos.
Lo que nuestro país necesita en los próximos años es un Presidente que llegue a servir y no a ser
servido; que sea, como el ha dicho tantas veces, el primer empleado de los chilenos, que no sea
soberbio, que escuche opiniones distintas y no se crea siempre dueño absoluto de la razón.
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Chile necesita un Presidente que no tenga conflictos de intereses.
Chile quiere un Presidente que no necesite de leyes para saber lo que se puede y lo que no se
puede hacer.
Chile necesita un Presidente que sea firme con la delincuencia, que no indulte jamás a un
narcotraficante y que no acepte ni justifique, por ningún motivo, actos de corrupción, cualquiera
sea la persona que los cometa.
Amigas y amigos. Estimado Joaquín.
Tu vas a ser Presidente de Chile porque eres un hombre honrado. Porque dices siempre la verdad.
Porque eres un hombre sencillo, de trabajo y con un talento de excepción, que lo pones al servicio
de los más pobres.
Porque no buscas el poder por el poder, ni por el dinero. Tu lo buscas para ver realizado tu sueño
de ver a un país sin pobreza y con una clase media fuerte y respetada.
Porque no estás en el servicio público desde hace unos pocos meses o años. Estás desde muy
joven, siempre y cada día.
Porque eres la personas adecuada. Eres el hombre correcto, en el momento preciso, en el lugar
indicado.
Serás presidente después de una lucha tenaz y podrás lograrlo porque estás acompañado de esta
gente extraordinaria, que sabe ganar, que triunfa desde el rigor y que se levanta de la
adversidad.
Por todos estos motivos, y por mil razones más, serás el próximo Presidente de Chile y, junto con
María Estela, demostrarán que ha llegado el tiempo en que los únicos privilegiados sean aquellos
que hoy están postergados.
Tienes nuestro respaldo leal y entusiasta, Joaquín. Estás llamado a llevar la semilla de la
esperanza a cada rincón de nuestra tierra, a contagiar con tus convicciones de un futuro mejor a
los habitantes del sufrido norte, a quienes habitan las verdes praderas del sur, a los que surcan
nuestro mar buscando su sustento y a los que trabajan, aman, ríen y sufren en la profundidad de
las minas, en los campos y en nuestras grandes ciudades, y ven en ti una nueva luz para sus
vidas.
Que Dios ilumine tus pasos en esta histórica tarea y que el recuerdo de Jaime Guzmán te inspire
cuando necesites fuerzas renovadas.
En esta mañana llena de mística y fe en Chile, te proclamamos, con profunda emoción, como el
futuro Presidente que unirá a Chile y lo llevará a la senda de progreso y desarrollo que merece.
Viva Chile. Viva la UDI. Viva Joaquín Lavín.
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