informe del estudio nacional a hogares sobre consumo de drogas
Transcripción
informe del estudio nacional a hogares sobre consumo de drogas
1 INFORME DEL ESTUDIO NACIONAL A HOGARES SOBRE CONSUMO DE DROGAS 2007 CONSEJO NACIONAL DE CONTROL DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y PSICOTRÓPICAS - CONSEP OBSERVATORIO ECUATORIANO DE DROGAS - OED COMISIÓN INTERAMERICANA CONTRA EL ABUSO DE DROGAS CICAD-OEA OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA DROGA Y EL DELITO - ONUDD 2 Tabla de contenido 1 2 2.1 2.2 2.2.1 2.2.2 2.2.3 2.2.4 2.2.5 2.2.6 ANTECEDENTES Y JUSTIFICACIONES. OBJETIVOS Y MARCO CONCEPTUAL. LOS OBJETIVOS. MODELOS EXPLICATIVOS DEL CONSUMO. La clínica. El método científico. Causalidad: relojes y mariposas. Los modelos explicativos en la prevención del uso de SPA. La interpretación cultural. La interpretación psicológica: “No soporté la soledad y me volví a inyectar…”. 2.2.7 La enfermedad cerebral. 2.2.8 Marco conceptual del CONSEP en la prevención del uso de SPA. 2.2.9 Marco conceptual del Estudio a Hogares. 3 CARACTERÍSTICAS METODOLÓGICAS DEL ESTUDIO. 3.1 LA POBLACIÓN ESTUDIADA. 3.2 LA MUESTRA. 3.2.1 Cálculo del tamaño de la muestra. 3.3 EL INSTRUMENTO. 3.4 EL TRABAJO DE CAMPO. 3.4.1 Niveles y funciones. 3.4.2 Aplicación de los cuestionarios. 3.4.3 Distribución del personal. 3.4.4 Ubicación de los individuos y aplicación de los cuestionarios. 3.5 LA ELABORACIÓN DE LA BASE DE DATOS. 3.6 EL ANÁLISIS DE LOS DATOS. 3.6.1 El concepto de prevalencia. 3.6.2 Las hipótesis del Estudio. 3.6.3 El problema de la comparación y la construcción de la tendencia. 3.6.4 Los métodos de investigación, su complejidad y sinergia. 4 EL CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN LA POBLACIÓN ECUATORIANA DE 12 A 65 AÑOS. 4.1 EL CONSUMO DE CIGARILLOS. 4.1.1 Prevalencia de vida (PV), último año (PA) y último mes (PM) del consumo de cigarrillos u otro tipo de tabaco (%). 4.1.2 Prevalencia de vida del consumo de cigarrillos u otro tipo de tabaco (%) y población representada (#) según dominio. 4.1.3 Distribución porcentual de los consumidores de cigarrillos u otro tipo de tabaco según el género. 4.1.3.1 Nacional. 4.1.3.2 Según el dominio y género. 4.1.4 Distribución de los consumidores según la edad del primer consumo de cigarrillos u otro tipo de tabaco (años). 4.1.5 Periodo en el cual fumó cigarrillos u otro tipo de tabaco por primera vez (%). 15 16 16 17 18 19 27 29 30 31 32 34 38 38 39 39 42 42 40 41 41 42 45 44 44 45 47 47 50 50 50 50 51 51 51 53 53 3 4.1.6 Número de cigarrillos u otro tipo de tabaco fumado por día en el último mes. 53 4.1.7 Ha fumado alguna vez al menos 100 cigarrillos o cantidad equivalente en la vida (%). 54 4.1.8 Número de años donde ha fumado a diario. 54 4.2 EL CONSUMO DE ALCOHOL. 54 4.2.1 Prevalencia de vida, últimos 12 meses y últimos 30 días del consumo de alcohol. 54 4.2.2 Prevalencia de vida, ultimo año y último mes del consumo de alcohol según dominio (%). 55 4.2.3 Prevalencia de vida del consumo de alcohol según el género (%). 55 4.2.3.1 Nacional. 55 4.2.3.2 Según dominio y género. 55 4.2.4 Edad del primer consumo de alcohol (%). 57 4.2.5 Consumo de alcohol durante los últimos 30 días según la edad (%). 58 4.2.6 Número de días de consumo de alcohol durante los últimos 30 días (%). 58 4.2.7 Número de bebidas tomadas en total en los días que tomó alcohol durante los últimos 30 días. 59 4.2.8 Número de bebidas ingeridas el día que más tomó. 59 4.2.9 Excesos en el consumo de alcohol en los últimos 30 días. Nivel Nacional. 60 4.2.9.1 Excesos con el alcohol (%). 60 4.2.9.2 Distribución de las personas que se excedieron con el alcohol, según el número de episodios, en los últimos 30 días. 60 4.2.9.3 Número medio de excesos con el alcohol. 60 4.2.9.4 Excesos con el alcohol según el género (%). 61 4.2.9.5 Excesos con el alcohol según la edad (%). 61 4.2.10 Número promedio de excesos en el consumo de alcohol en los últimos 30 días según regiones. 62 4.2.11 Excesos en el consumo de alcohol en los últimos 30 días según el género y dominios (%). 63 4.2.12 Número de veces que ha consumido 5 o más vasos de alcohol en un solo día en los últimos 30 días (%). 63 4.2.13 Amigos o familiares que se emborrachan habitualmente (%). 63 4.2.14 Intentos para dejar de beber. 64 4.2.15 Dinero gastado en los últimos 30 días por consumo de alcohol. 64 4.2.16 Escala de alcoholismo EBBA-CAGE (%). 64 4.3 EL CONSUMO DE MEDICAMENTOS TRANQUILIZANTES Y ESTIMULANTES.66 4.3.1 Prevalencia de vida, último año y último mes del consumo de tranquilizantes y estimulantes sin prescripción médica. 66 4.3.2 Prevalencia de vida del consumo de cualquier medicamento según el género. Nivel Nacional. 66 4.3.2 Prevalencia de vida del consumo de cualquier medicamento según el género y el dominio. 67 4.3.3 Prevalencia del último año del consumo de cualquier medicamentoo según la edad. 67 4.4 PERCEPCIÓN DEL RIESGO AL CONSUMIR SUSTANCIAS PSICOACTIVAS. 68 4.5 FACILIDAD PARA CONSEGUIR DROGAS. 70 4.6 OFRECIMIENTO DE DROGAS. 73 4 4.7 EL RIESGO. 74 4.8 EL CONSUMO DE DROGAS. 75 4.8.1 Prevalencia de vida del consumo de drogas a nivel nacional. 75 4.8.1.1 Prevalencia de vida según droga. 75 4.8.1.2 Prevalencia de vida según droga y dominio (%). 75 4.8.1.3 Prevalencia de vida según droga y edad media al primer consumo. 76 4.8.1.4 Proporción de consumo (prevalencia de vida de cualquier droga) según el género (%). 77 4.8.1.5 Proporción de consumo (prevalencia de vida de cualquier droga) según el dominio (%). 77 4.8.1.6 Proporción de consumo (prevalencia de vida de cualquier droga) según el género y dominio (%). 77 4.8.2 Prevalencia del último año (PA) del consumo de drogas. 78 4.8.2.1 Prevalencia del último año según droga. 78 4.8.2.2 Prevalencia del último año: número de personas representadas (#). 78 4.8.3 Consumo de marihuana durante los últimos 12 meses y otras Características. 79 4.8.3.1 Frecuencia del consumo de marihuana durante los últimos 12 meses. 79 4.8.3.2 Número de cigarrillos de marihuana consumidos al mes. 79 4.8.3.3 Gasto en marihuana en los últimos 30 días. 80 4.8.3.4 Costo de un cigarrillo de marihuana. 80 4.8.4 Consumo de cocaína y otras características. 80 4.8.4.1 Frecuencia del consumo de cocaína durante los últimos 12 meses y características. 80 4.8.4.2 Gramos de cocaína consumidos durante el último mes (gramos). 81 4.8.5 Escala de adicción según tipo de droga (%). 81 4.8.6 Patrones de consumo de drogas. 82 4.8.7 Consumo de drogas y consumo de alcohol en exceso (%). 11 4.9 EXPOSICIÓN A PROGRAMAS DE PREVENCIÓN. 83 4.9.1 Nivel de información sobre las drogas (%). 83 4.9.2 Fuente de la información recibida sobre las drogas (%). 83 4.9.3 Ha asistido a programas de prevención (%). 84 4.9.4 Calificación de los contenidos de prevención (%). 84 4.9.5 Según grupos. 84 4.10 EXPOSICIÓN A PROGRAMAS DE TRATAMIENTO. 85 4.10.1 Ha buscado ayuda profesional en los últimos 12 meses para disminuir el consumo de SPA (%). 85 4.10.2 Ha estado o está en tratamiento por consumo de sustancias en los últimos 12 meses (%). 85 4.10.3 Calificación de la atención recibida (%). 85 5 LOS FACTORES ASOCIADOS AL CONSUMO DE SPA. 86 5.1 RELACIONADOS CON EL SUJETO. 86 5.1.1 Género. 86 5.1.2 Edad. 86 5.1.3 Estado civil. 87 5.1.4 Migración de algún familiar. 87 5.1.5 Modelo de prevención del CONSEP: migración. 88 5 5.1.6 Nivel educativo alcanzado. 5.1.7 Universitarios. 5.1.7.1 Estudia actualmente en una universidad. 5.1.7.2 Año de estudio en la universidad. 5.1.7.3 Facultad según consumo. 5.1.8 Ocupación durante el último mes. 5.1.9 Institución en la que trabaja. 5.1.10 Ingreso económico del informante durante el último mes. 5.1.11 Ingreso económico mensual de la familia. 5.1.12 Nivel de satisfacción de las necesidades. 5.1.13 Excesos con el alcohol y consumo de drogas. 5.1.14 Modelo de prevención del CONSEP: FRP relacionados con el sujeto. 5.2 RELACIONADOS CON LA FAMILIA. 5.2.1 Personas con quienes vive actualmente (%). 5.2.2 Muerte parental. 5.2.2.1 Muerte del padre (%). 5.2.2.2 Muerte de la madre (%). 5.2.2.3 Edad media a la muerte del padre o de la madre (%). 5.2.2.4 Muerte del padre y/o de la madre (%). 5.2.3 Relación entre los padres (%). 5.2.4 Divorcio (%). 5.2.5 Edad al momento del divorcio (años). 5.2.6 Figura parental más dominante (%). 5.2.7 A quién le tiene más confianza (%). 5.2.8 Nivel de cohesión familiar (%). 5.2.9 Características de la relación con los padres (%). 5.2.9.1 Apoyo recibido por los padres (%). 5.2.9.2 Comunicación intrafamiliar (%). 5.2.9.3 Importancia de la opinión personal (%). 5.2.9.4 Fines de semana compartidos (%). 5.2.9.5 Sentirse querido en su familia (%). 5.2.10 Disciplina (%). 5.2.11 Recuerdos de la niñez y adolescencia (%). 5.2.12 Modelo de prevención del CONSEP: familia. 5.2.13 Vida sentimental. 5.3 RELACIONADOS CON LOS CONTEXTOS. 5.3.1 Nivel de información sobre las drogas. 5.3.1.1 Autocalificación (%). 5.3.1.2 Fuente de la información sobre las drogas (%). 5.3.1.3 Exposición a programas de prevención del consumo de drogas según la prevalencia de vida de cualquier droga. 5.3.1.4 Exposición a programas de prevención del consumo de drogas según la prevalencia del último año del consumo de marihuana. 5.3.1.5 Lugares donde se produjo la exposición a programas de prevención (%). 5.3.1.6 Nivel de información sobre las drogas según el género (%) . 5.3.1.7 Exposición a eventos de prevención según la edad (%). 88 88 88 89 89 89 90 91 91 91 92 92 93 93 94 94 95 95 96 96 96 97 97 97 98 98 99 99 100 100 100 101 101 102 103 106 106 106 106 107 107 107 108 110 6 5.3.1.8 Calificación de los contenidos de los eventos de prevención recibidos según grupos (%). 5.3.1.9 Características del barrio (%). 5.3.2 Personas que consumen drogas en los contextos del sujeto . 5.3.2.1 En el hogar: personas que fuman diariamente cigarrillos (%). 5.3.2.2 En el hogar: personas que consumen drogas (%). 5.3.2.3 Amigos que consumen drogas (%). 5.3.2.4 Compañeros de trabajo o de estudio que consumen drogas (%). 5.3.2.5 Personas que consumen drogas en la casa, amigos y compañeros de trabajo que consumen drogas según grupos (%). 5.3.3 Modelo de prevención del CONSEP: iguales. 5.3.4 CONOCIMIENTOS SOBRE LOS ACTORES INSTITUCIONALES. 5.3.5 Ocio y tiempo libre. 5.3.5.1 Número de veces que salió a fiestas, discotecas o lugares similares en los últimos 30 días. 5.3.5.2 Eventos particulares en los últimos 30 días en salidas a fiestas, discotecas, recitales, bares o lugares similares (%). 5.3.5.3 Relación entre el consumo de drogas en salidas y prevalencia en el último mes del consumo de cualquier droga. 5.3.6 Entorno laboral. 5.3.6.1 Calificación del trabajo. 5.3.6.2 Calificación del trabajo y consumo de drogas. 5.3.6.3 Calificación de las relaciones con los jefes y los compañeros de trabajo. 5.3.6.4 Calificación de las relaciones con los jefes según grupos. 5.3.6.5 Calificación de las relaciones con los compañeros de trabajo según grupos. 5.3.6.6 Calificación del salario que percibe. 5.3.6.7 Calificación del salario que percibe y consumo. 5.4 VIH/SIDA. 5.4.1 Realización de la prueba (%). 5.4.2 Relación sexual según tipo de pareja durante los últimos 12 meses (%). 5.4.3 Frecuencia del uso del condón durante el último año (%). 5.4.4 Realización de la prueba del VIH/SIDA y consumo de drogas (PV). 5.4.4.1 Según el género. 5.4.4.2 Según la edad. 5.4.4.3 Según la edad y el género. 5.4.4.4 Según el consumo de drogas (PV). 5.4.5 Resultado de la prueba del VIH/SIDA y consumo de drogas (PV). 5.4.6 Resultado de la prueba del VIH/SIDA y prevalencia de vida del consumo de heroína (%). 5.4.7 Resultado de la prueba del VIH/SIDA y prevalencia del último año y últimos 30 días del consumo de alcohol (%). 5.4.8 Resultado de la prueba del VIH/SIDA y excesos con el alcohol en los últimos 30 días. 5.5 UN MODELO MULTIVARIADO DEL CONSUMO DE SPA. 5.5.1 Definición de la variable dependiente. 5.5.2 Identificación de las variables independientes. 108 109 110 110 110 111 111 111 112 112 113 113 113 114 114 114 114 115 115 115 115 116 116 117 117 117 119 119 120 120 120 121 121 121 124 122 122 125 7 6 6.1 6.2 6.3 6.4 6.4.1 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES. 129 EL POSICIONAMIENTO DE LA PROBLEMÁTICA DE LA DROGA. 129 LA ESTRUCTURA CAUSAL DEL CONSUMO Y LA TENDENCIA. 132 CONCEPTOS, MODELOS Y PROGRAMAS DE ACCIÓN. 129 EL OBSERVATORIO ECUATORIANO DE LAS DROGAS. 130 Gestión de la información para el monitoreo de la respuesta nacional. 134 6.4.2 Gestión de la información para el monitoreo de la situación. 134 6.4.2.1 La medición de la tendencia. 135 6.4.2.2 ¿Han identificado adecuadamente la respuesta los sectores que configuran la situación?. 135 6.4.2.3 ¿Enfrenta la respuesta las variables que realmente determinan el problema?. 136 6.4.3 ¿Tiene en cuenta la respuesta los obstáculos para lograr sus objetivos?. 138 6.4.4 ¿Aprovecha la respuesta las oportunidades que existen en el país?. 139 6.4.4.1 Intensificar la relación del OED con la clínica. 139 6.4.4.2 Realizar paneles de expertos. 139 6.4.4.3 Realizar la evaluación de la efectividad, eficacia y eficiencia de los programas de prevención. 139 6.4.4.4 Fortalecer el sector de las organizaciones de la sociedad civil. 139 6.4.4.5 Territorializar el OED. 140 6.5 EL CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN EL ECUADOR. 136 6.6 ACERCA DEL MODELO DE LOS FACTORES DE RIESGO Y DE PROTECCIÓN 137 6.7 LA VARIABLE DEPENDIENTE. 138 6.8 LAS VARIABLES INDEPENDIENTES. 139 6.8.1 Variables sociodemográficas, individuales y familiares. 139 6.8.2 Variables sociodemográficas, individuales, familiares y de información. 139 6.8.3 Variables sociodemográficas, individuales, familiares, de información y de consumo en los entornos. 140 6.8.4 Variables sociodemográficas, individuales, familiares, de información, de consumo en los entornos y relacionadas con el entorno laboral. 140 7 GLOSARIO. 8 CONSEJO NACIONAL DE CONTROL DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y PSICOTRÓPICAS (CONSEP) SECRETARÍA EJECUTIVA Dr. Domingo Paredes Castillo EQUIPO TÉCNICO TERCERA ENCUESTA NACIONAL SOBRE CONSUMO DE DROGAS EN POBLACIÓN GENERAL Dra. Silvia Corella Ramírez Ing. Diego Vaca Enríquez DIRECTORA DE LA INVESTIGACIÓN ESTADÍSTICO LEVANTAMIENTO DEL TRABAJO DE CAMPO Dominios Quito y Guayaquil Centro de Estudios de Población y Desarrollo Social, CEPAR Dominios resto urbano Costa, resto urbano Sierra y urbano Oriente Centro de Planificación y Estudios Sociales, CEPLAES DISEÑO MUESTRAL Mat. Luis Castillo Ec. Carlos Criollo Centro de Estudios de Población y Desarrollo Social, CEPAR Centro de Planificación y Estudios Sociales, CEPLAES COORDINACIÓN OPERATIVA Dgfo. José Ordóñez, DIRECTOR EJECUTIVO DE CEPAR Ec. Ramiro Larrea, DIRECTOR EJECUTIVO DE CEPLAES COORDINACIÓN DEL TRABAJO DE CAMPO 9 CEPAR Dr. Luis Revelo Sr. Rommel Andrade Coordinador General del Operativo de Campo Coordinador de Campo CEPLAES Ec. Carlos Criollo Coordinador General de Campo SUPERVISIÓN DEL TRABAJO DE CAMPO CEPAR José Cabrera Coronel Isaías Estévez Padilla Edgar Lima Céli Luis Caiza Yamil Macías Orlando Alvear QUITO QUITO QUITO GUAYAQUIL GUAYAQUIL GUAYAQUIL CEPLAES Luis Caeciré Luis Villacreces COSTA SIERRA Y ORIENTE CONSEP Ing. Diego Vaca ENCUESTADORES CEPAR QUITO Luis Benavides Isaí Díaz Marco Oscullo Eva Oña Luis Díaz Jorge Macas María del Carmen Paredes Christian Egas Liliana Jami Miriam Espinoza Narcisa Mayorga Katy Meneses Alexandra Ortiz Luis Franco Carlos Tulcanaza Bolívar Vela Luis Villacreces 10 GUAYAQUIL Miguel Navarro Sandra Carrera Cristian Donaine Mariuxi Donaine Brasilia Villamar Franklin Guacón José Carrera Catalina Bustamante Andrea Bustamante Petita Acosta Arturo Lino Carlos Cevallos Paola Miranda Flor Chávez Berta Pazmiño CEPLAES CUENCA, LOJA Y MACHALA Luis Villacreces Moisés López IBARRA, LATACUNGA, SANGOLQUÍ, AMBATO, RIOBAMBA, PUYO Y LAGO AGRIO Magnolia Campoverde Lucía Torres Marcia Sánchez Silvana Aules Bolívar Vela Oswaldo Chávez SANTO DOMINGO DE LOS TSÁCHILAS, ESMERALDAS, PORTOVIEJO Y MANTA Carlos Meneses Antonio Ocaña MILAGRO, LA LIBERTAD, DURÁN, QUEVEDO Y BABAHOYO Meire Añazco Luis Caesire CAPACITACIÓN AL PERSONAL OPERATIVO Dra. Silvia Corella Ramírez, Ing. Diego Vaca, Dgfo. José Ordóñez, Dr. Luis Revelo, Ec. Ramiro Larrea, Ec. Carlos Criollo, CONSEP CONSEP CEPAR CEPAR CEPLAES CEPLAES 11 ELABORACIÓN DEL PROGRAMA DE INGRESO Ing. Eduardo Arguello, CEPAR DIGITACIÓN DE LA BASE DE DATOS Karina Lalvay Patricio Ortiz Katherine Valencia Paola Flores ANÁLISIS DE DATOS Y ELABORACIÓN DE INFORME Dr. Jaques Laufer, CONSULTOR Dra. Silvia Corella Ramírez, OBSERVATORIO NACIONAL DE DROGAS, CONSEP Ing. Diego Vaca, OBSERVATORIO NACIONAL DE DROGAS, CONSEP ELABORACIÓN Y ANÁLISIS DE LA BOLETA Observatorio Interamericano sobre Drogas, CICAD – OEA Proyecto Subregional, ONUDD Observatorio Nacional de Drogas, CONSEP Dirección Nacional de Control de la Demanda de Drogas, CONSEP CORRECCIÓN DE ESTILO DEL INFORME FINAL Patricio Viteri DISEÑO GRÁFICO SATRÉ Comunicación Integral Gonzalo Morales 12 PRÓLOGO La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) y la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD/OEA), a través de su Observatorio Interamericano de Drogas, brindan apoyo técnico y financiero a países sudamericanos en el marco del Sistema Subregional de Información e Investigación sobre Drogas en Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay. En este marco las comisiones nacionales de drogas integrantes del Sistema Subregional realizaron en el año 2008 estudios nacionales sobre el consumo de drogas en estudiantes secu8narios, que permitieron por primera vez contar con información comparable entre lo países. De la misma manera, durante los años 2006 – 2007, tales comisiones realizaron estudios nacionales en población general de 12 a 65 años, con diseños metodológicos comunes para posibilitar el análisis comparado de los datos. De esta forma y por primera vez estos países pueden comparar datos nacionales en población general sobre consumo de drogas sobre factores de riesgo/protección asociados, además de importante información de contexto relacionada con las políticas públicas en esta materia y los avances en prevención y tratamiento realizados y de los marcos jurídicos que regulan o no el consumo de alcohol, tabaco y drogas ilícitas. Sin duda las particularidades culturales, económicas y sociales de cada país son, necesariamente, un elemento a considerar al momento de establecer las comparaciones e interpretar la información relativa al consumo de drogas y de los patrones de uso de alcohol, tabaco y drogas ilícitas en los distintos países. Al mismo tiempo, la información producida contribuye al logro de un diagnóstico adecuado sobre la problemática del consumo en la Subregión y se constituye en un insumo clave para la reorientación y/o evaluación de las políticas preventivas y asistenciales ejecutadas, tanto de los sectores públicos como privados, a nivel nacional o regional. Por otra parte, los países diseñan y ejecutan estudios específicos con el objetivo de contar con información sobre otras poblaciones y sobre fenómenos asociados al consumo (morbilidad, delitos, poblaciones vulnerables entre otros). 13 El consumo de drogas que se sitúa entre los retos que enfrenta a los países productores y de tránsito preocupa a las autoridades nacionales que participaron en este estudio comparativo. Se espera que estudios de esta índole no solo puedan aportar a procesos de reflexión sino lo más importante apoyar a contrarrestar su incidencia en la población a través de estrategias y programas fortalecidos que cuenten con el apoyo de todos los actores de los sectores públicos, privados y de la sociedad civil en su conjunto. FLAVIO MIRELLA Representante de ONUDD para Perú y Ecuador y Coordinador del Sistema Subregional JAMES MACK Secretario Ejecutivo de la OEA/CICAD DIEGO GARCÍA Procurador General del Estado DOMINGO PAREDES CASTILLO Secretario Ejecutivo del CONSEP 14 1 ANTECEDENTES La Secretaría Ejecutiva del Consejo Nacional de Control de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas (CONSEP) realizó, a través de su Observatorio Ecuatoriano de Drogas (OED), la Tercera Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas. Este estudio se desarrolló en cumplimiento a lo establecido en el marco del Sistema Subregional de Información e Investigación sobre Drogas en Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay —del cual nuestro país forma parte desde el año 2005—, coordinado por la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas (ONUDD). Asimismo se contó con la asistencia técnica y económica del Observatorio Interamericano de Drogas (OID) de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), entidad de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Es importante realzar la cooperación mutua con la que estos organismos multilaterales vienen apoyando el fortalecimiento de este proyecto, en beneficio de los países integrantes. Es necesario también precisar que se llegó a un consenso entre los equipos técnicos de los Observatorios Nacionales de Drogas de cada uno de los países que participan del Sistema Subregional, en la definición de la metodología (instrumento y aspectos del muestreo) que permitiera la comparabilidad de los datos en la subregión. El desarrollo de la Tercera Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas contó con el financiamiento de fondos propios del CONSEP, ONUDD y de la CICAD. La planificación y ejecución del trabajo de campo, la elaboración de la muestra, edición y digitación de la base de datos, así como el análisis de consistencia fueron realizados por CEPAR, que ganó tras el proceso de Licitación Pública convocado por PNUD, y por CEPLAES a través de contratación de consultoría realizada por el CONSEP. En todo este proceso existió una participación permanente del equipo del OED. La dirección técnica del Estudio, el análisis de los datos y la elaboración del presente informe estuvo a cargo del OED y de un consultor contratado por PNUD que realizó el procesamiento de las variables para medir prevalencia, incidencia y dependencia, y la elaboración del Informe del Estudio. Si bien este estudio en población general es el tercero que ha desarrollado el país, no es posible realizar análisis comparativos entre ellos. Diferentes metodologías y diseño muestral impiden establecer tendencias a partir de los mismos. En este Tercer Estudio Nacional, la utilización de metodologías homologadas internacionalmente forma parte de una decisión estratégica para garantizar hacia el futuro la comparabilidad de la información obtenida. En este sentido, es necesario que el país defina una periodicidad para la realización de los Estudios Nacionales sobre consumo de sustancias psicoactivas. Partimos de la necesidad de contar con información válida sobre el fenómeno del consumo de drogas en el país, la cual nos permita identificar a la población objetivo según su pertenencia a grupos de riesgo, grupos de usuarios experimentales y consumidores que tengan una relación de dependencia o adicción al consumo de alguna sustancia psicoactiva, y definir prioridades de acuerdo a nuestras especificidades y particularidades como país. 15 La Secretaría Ejecutiva del CONSEP, a través del Observatorio Ecuatoriano de Drogas, se ha propuesto, como misión principal, el apoyar la toma de decisiones para intervenir en el complicado tema del consumo de drogas mediante la producción de conocimiento científico, por lo cual la investigación debe ser la base en la que se respalden las intervenciones en materia de drogas, para mejorar la efectividad de las acciones, aprovechar al máximo los pocos recursos disponibles y contribuir a la construcción del conocimiento sobre la realidad de las drogas. Para orientar las políticas preventivas y asistenciales se requiere, necesariamente, diferenciar las características que cada uno de estos grupos (clases sociales o niveles socioeconómicos, edad, sexo, nivel de educación) tiene en el país y cuáles son los patrones de consumo que manifiestan (tipo de sustancia, frecuencia de uso, edad de inicio). Podríamos afirmar que si se tiene un conocimiento cierto sobre estas dimensiones del problema del uso indebido de sustancias psicoactivas en el país, la definición de las políticas podría alcanzar un mayor nivel de precisión, acorde con la etiología de la problemática. 16 2. OBJETIVOS Y MARCO CONCEPTUAL El marco conceptual de un estudio delimita la teoría sobre la cual se sustenta. La relación entre la teoría y la realidad es compleja y no puede reducirse a un simple fenómeno de reflexión, tal como lo sostenía Heisenberg, cuando afirmaba que “lo que observamos, no es la naturaleza en sí, sino la naturaleza según es expuesta a nuestro método de investigación”. En el caso del presente Estudio, lo que se busca observar es el consumo, y el método elegido es un cuestionario precodificado aplicado a una muestra seleccionada en forma aleatoria de la población estudiada. 2.1 LOS OBJETIVOS Actualmente, después de dos décadas de esfuerzos de prevención en el Ecuador para desarrollar programas de acción capaces de alejar al sujeto de la experiencia psicotrópica, se tiene que reconocer que los resultados logrados no han alcanzado los niveles esperados. Varios se desarrollaron, pero pocos han logrado presentar evidencias científicamente comprobadas sobre sus impactos. Varios conceptos se han difundido, pero poca evidencia pragmática se ha logrado presentar sobre su eficacia. Generalmente, terminan desarrollándose en lo informativo. Esta situación obliga a plantear un interrogante: ¿Es posible prevenir el consumo de droga?, ¿es posible identificar a un sujeto en riesgo de consumir, desarrollar determinadas intervenciones y demostrar que permitieron desviarlo de una relación probable con la droga? El presente Estudio piensa que la prevención es una disciplina que puede construir tecnologías cada vez más eficaces, pero que también debe realizar un salto cualitativo para generar conceptos nuevos. OBJETIVO PRINCIPAL Contribuir al fortalecimiento de los programas de acción de reducción de la demanda de sustancias psicoactivas en el Ecuador. OBJETIVOS ESPECÍFICOS 1. Establecer, dentro de la metodología del Estudio Regional, el nivel de consumo de sustancias psicoactivas de la población ecuatoriana, sus características y patrones principales. 2. Identificar los elementos de la estructura causal del consumo de acuerdo a las variables contempladas en el diseño del estudio, con el fin de orientar la prevención del uso de drogas. 2.2 MODELOS EXPLICATIVOS DEL CONSUMO Un modelo en ciencia tiene que ser capaz de hacer predicciones verificables y, sobre todo, refutables (S. Hawking)1. Cabe preguntarse ¿cuántos modelos en las ciencias humanas cumplen con estos dos criterios? 1 La falsabilidad significa que para toda proposición científica se puedan diseñar experimentos que, en el caso de dar resultados distintos a los predichos, negarían la hipótesis puesta a prueba. 17 Los modelos explicativos iniciales del consumo se caracterizaron por contemplar un número reducido de causas (modelos unicausales). Por ejemplo, el modelo jurídico asimila simplemente al usuario como un delincuente; el modelo médico, como una víctima de una enfermedad, y el modelo psicosocial, como un producto-reflejo del consumismo y del hedonismo social o víctima de sus tensiones. Estos modelos constituyen lo que se podría llamar “la década perdida” de la prevención. Ninguno ha ofrecido una solución profunda a las personas involucradas en el problema, ya que la explicación se concentraba en conceptos que interpretaban el consumo desde la acción del producto sobre el sujeto o de la conducta aprendida de los adultos. En una etapa ulterior, se desarrollaron progresivamente modelos a partir de un enfoque que se calificó de “integral” y que no solamente buscó reunir los modelos unicausales anteriores, sino también unir todas las dimensiones del problema: demanda, oferta, marco jurídico, etc. Pero en la prevención concreta del uso de drogas, dicho modelo no logró superar declaraciones extremadamente generales y elaborar programas concretos. Actualmente, el modelo de los factores de riesgo y de protección (FRP) se ha convertido en el marco principal dentro del cual se elaboran los programas de prevención. Del modelo integral comparte el abordar un gran número de causas, y de los modelos unicausales, las causas que se identificaron. Pero ni los modelos unicausales ni los integrales han entendido claramente que el consumidor es un sujeto activo, o actor, y que como todo ser humano viviendo en sus circunstancias específicas, es capaz de tomar buenas o malas decisiones, y en este último caso también puede modificarlas. En otras palabras, este actor es capaz de modificar tanto su mundo interno como su mundo externo. La realidad, o sea la idea de un “algo” independiente del sujeto, es un concepto construido desde el sujeto; la separación entre un mundo interno y un mundo externo, es una construcción interna. En este sentido, el concepto según el cual el sujeto se ubica frente a un contexto exterior independiente se reemplaza por el de una construcción interna que separa un “interior” (in there) de un “exterior” (out there). En esta lectura, el consumo de drogas permite la construcción de un mundo alterando otro. Esta alteración puede ser temporal o permanente. Se llama “adicto” a una persona, sin detenerse a pensar que no era un “adicto” hasta que alguien le dio este nombre. De esta manera, se lo califica de “víctima” de un producto o de una sociedad tóxica, cuando en el fondo, es un arquitecto. 2.2.1 La clínica La clínica, o sea el tratamiento de los cuadros adictivos, también ilustra las contradicciones que existen entre los diferentes modelos terapéuticos. En este sentido, la oposición más profunda se ubica entre el modelo dopaminérgico de la enfermedad crónica del cerebro y el modelo psicológico de la adicción. El primero conoce varias aplicaciones y las llamadas prácticas “vivenciales” constituyen su expresión más extrema, pero también la más primitiva. Asumen que una enfermedad cerebral constituye el núcleo de la adición y provoca un resquebrajamiento general de la “voluntad”, lo cual justificaría la privación de los derechos del sujeto, su captura, 18 encarcelamiento y maltrato sistemático. El delito de privación de los derechos humanos que realizan estas prácticas constituiría una medida de protección para un sujeto que hubiera perdido todo control sobre su relación con el producto. Buscan la sola desaparición del consumo y castigan la “recaída”, que se produce generalmente en personas que nunca tuvieron el deseo de dejar de consumir. El modelo psicológico considera el consumo como un síntoma de una estructura conflictiva del sujeto, o sea un dispositivo regulador del sufrimiento. En este sentido, se separa del discurso social, médico y legal —donde todos deniegan el conflicto interno— y obviamente de las prácticas “vivenciales” que solo añaden el sufrimiento de la humillación al esencial del cual se nutre el síntoma. El desarrollo de un modelo sobre el consumo y las adiciones a partir de la clínica depende también de cómo el terapeuta observa al sujeto. Y toda observación incluye al observador y lo observado dentro de determinados parámetros, mientras que otros se volverán inaccesibles. Así, la observación produce un dilema: “si quieres escuchar el canto del búho, no lo podrás ver; pero si lo quieres ver, no podrás escuchar su canto”. Finalmente, cabe indicar que la clínica tiene una ventaja. El mismo proceso terapéutico implica en todo momento una rendición de cuentas, o dicho de otra manera, brinda información que permite medir la distancia que existe entre los objetivos y la situación actual. Esto difícilmente tiene la prevención, la cual rara vez mide sus impactos y los compara con los objetivos y los recursos invertidos. Suele vivir a la espera de programas de evaluación que estimarían los impactos obtenidos después de la ejecución de los programas de acción, pues todavía no entiende que debe realizar evaluaciones antes de su implementación. La clínica trabaja en una dinámica diferente ya que tiene en todo momento la posibilidad de saber si el proceso está o no alcanzando sus metas. Esta situación ha creado un contexto favorable al desarrollo de marcos teóricos y metodológicos. Por lo tanto, es un actor importante en la construcción de conocimientos para la prevención, aunque su casuística se relaciona más con personas que ya se involucraron en el consumo. 2.2.2 El método científico La construcción del conocimiento puede partir de una teoría. Pero ésta debe permitir hacer predicciones, las cuales tienen que confirmarse mediante la observación o determinados experimentos, como por ejemplo el presente Estudio Nacional. El otro camino consiste en ubicarse en ciertos lugares estratégicos, realizar observaciones, producir datos, reunirlos en conceptos y, finalmente, elaborar una teoría. Eddington, en 1919, viajó a la isla Príncipe para aprovechar un eclipse solar, realizar observaciones sobre la luz proveniente de ciertas estrellas y verificar de esta manera la teoría de Einstein acerca del efecto de la gravitación sobre el espacio. En cambio, Hubble realizó un paciente trabajo de astronomía observacional que permitió plantear la hipótesis de la expansión del universo. Estos dos ejemplos sobre el método científico pueden orientar la prevención en su proceso de construcción de conocimientos: acumular hechos, ligarlos y elaborar una teoría, o disponer de una teoría y realizar experimentos para probar sus predicciones. En realidad, ninguno de estos caminos se ha seguido en forma sistemática. El modelo de los factores de riesgo y de protección lo ilustra. Pero como dijo Poincaré, “se hace ciencia con hechos de la misma manera que se hace una casa 19 con piedras. Pero una acumulación de hechos no es una ciencia al igual que un montón de piedras no es una casa”. Heisenberg sostenía que son los hechos los que permiten construir una teoría, mientras Einstein afirmaba que es la teoría la que permite realizar observaciones. Pero en este último caso, mucho depende de la teoría disponible: una mala teoría no orientará al observador hacia hechos pertinentes y “si toda la herramienta disponible para conocer el mundo es un martillo, el mundo se parecerá a un clavo”. Además, la realización de observaciones contiene riesgos. Las observaciones realizadas en aquellos centros “vivenciales” que practican el arresto del sujeto, la privación de sus derechos y el castigo, verán comportamientos agresivos en los pacientes, lo cual, en su lectura, justificará mayores castigos. Pero no comprenden que la agresividad del paciente, lejos de ser una expresión de la falta, solo es una respuesta a la agresividad del centro. Mucho depende por lo tanto de las condiciones en las cuales se realiza la observación, y el desafío es de no “ir al zoológico y concluir que las jirafas no saben correr”. La prevención tiene ahora más de dos décadas de existencia, pero solo ha desarrollado un número reducido de modelos, que presentan al momento diversidad, heterogeneidad y contradicción. Además, muchos son meramente operativos, o sea diseñados para sostener algunas acciones específicas. Existe por lo tanto una gran necesidad de: A. Mejorar la descripción, la explicación y la previsión (el conocimiento). B. Ayudar una adecuada toma de decisiones (lo político o colocación inteligente de los recursos disponibles). C. Aumentar la calidad de las intervenciones (la acción y evaluación). Estas necesidades no pudieron ser satisfechas con los primeros modelos de la prevención, básicamente modelos de la causa única (la desinformación, el mal uso del tiempo libre, la presión del amigo o grupo, etc.). Se centraron en un concepto determinista y local de la causalidad, lo cual limitó su capacidad para entender el consumo y para guiar los programas de acción. La presente investigación es una representación numérica sobre una parte de la estructura causal del consumo. Como tal, complementa las representaciones cualitativas que se han construido. La primera brinda una observación realizada con un gran ángulo que describe ciertas de las características de una población, pero dando pocos detalles sobre los individuos, mientras las segundas, al contrario, ofrecen muchos detalles sobre individuos, pero no tienen capacidad para describir poblaciones. Este “principio de incertidumbre” de la investigación señala las sinergias que tiene que lograr la investigación de la estructura causal del consumo de sustancias psicoactivas. 2.2.3 Causalidad: relojes y mariposas Para Newton, cada efecto produce una causa y cada causa proviene de un efecto, lo cual describe una realidad estable, inmutable y predecible porque está estructurada en su tejido por un determinismo absoluto. Esta representación mecanicista se basa sobre el modelo del reloj. Sin embargo, se vio modificada por una serie de conceptos nuevos. Con Clausius, la causa puede desaparecerse, perderse sin retorno, y la entropía, apoderándose del sistema, apagaría el motor y nivelaría para siempre las diferencias. 20 Con la física cuántica, determinadas causas pueden surgir de la nada. Y con la teoría del caos se describe ahora sistemas regidos por un orden no predecible, donde las causas y los efectos no guardan proporción. Es el modelo de la mariposa. ¿De qué tipo será la causalidad implicada en el consumo de drogas? En el actual desarrollo del conocimiento científico, el concepto de causa y de efecto, o causalidad, se ha vuelto un concepto difícil. En el paradigma newtoniano, se describen acontecimientos cercanos o contiguos en el espacio y tiempo, relacionados en forma unidimensional. Sin embargo, el desarrollo de la ciencia moderna ha producido nuevos conceptos y ha demostrado que el mundo material solo se parece a un mecanismo determinista en algunos de sus aspectos. Por ejemplo, la descripción del sistema solar a partir de las leyes de Newton constituye una buena aproximación en un horizonte temporal corto. Pero en un horizonte más largo, la teoría del caos ha demostrado que este sistema no es estable como Newton lo suponía, girando para siempre en la eternidad, y que podría conocer cambios tan drásticos como perder un planeta. El descubrimiento del caos determinista ha sido un logro en el pensamiento científico, al igual que otros, y en la necesidad de mejorar las actuales teorías en ciencias humanas, y por ende en los modelos de prevención existentes, estos nuevos conceptos pueden ofrecer nuevas intuiciones. Por ejemplo, un concepto tradicional en la problemática del consumo de SPA ha sido el del escalamiento que quiere explicar el consumo adictivo como una progresión linear de tipo: cigarrillos Æ alcohol Æ drogas “blandas” Æ drogas “duras”. Sin embargo, la observación y la clínica muestran que dicha progresión tiene numerosas excepciones y que ciertas personas que no consumen cigarrillos ni alcohol saltan directamente, después de una primera experiencia, a un consumo compulsivo de un determinado producto. Una interminable sucesión de fenómenos caracteriza al mundo. Un “modelo” es un conjunto de conceptos reunidos para explicar cómo los sucesos se influencian mutuamente, o sea cómo modifican su comportamiento respectivo. Una manera de ordenar estos cambios consiste en buscar regularidades o correlaciones entre los sucesos, o sea determinar por ejemplo si cada vez que surge A, siempre sigue B. Cuando esta secuencia se produce, se dirá que A es causa de B y se tendrá un primer esquema explicativo. Se buscará determinar si cada vez que una persona abstinente se relaciona con un amigo consumidor (A) entonces termina consumiendo también drogas (B). Sin embargo, la bajada del barómetro que antecede a la tormenta no puede considerarse la causa de la tormenta. De la misma manera, se puede suponer que el consumo y los amigos consumidores dependen a su vez de una tercera variable común, como por ejemplo el deseo de cada uno de consumir. El modelo de la mala influencia se parece a la afirmación que sostiene que “el matrimonio es la principal causa del divorcio”. Un suceso, por ejemplo el consumo, es explicado en la medida en que pueda ser insertado en una red causal constituida por diversos procesos. La fuerza explicativa proviene de la capacidad para exhibir la red causal de la que forma parte el suceso que se pretende explicar, como lo hacen los modelos de simulación construidos en dinámica de sistemas (Jay Forrester). En general, se asume que un suceso tiene que ser altamente probable para que pueda ser explicado, y los sucesos cuya probabilidad es media o baja, o los sucesos singulares, quedarían inexplicables como la primera 21 explosión del Big-Bang. Los procesos causales propagan su propia estructura de una región del espacio-tiempo a otra y si se intersecan en algún lugar, cada uno es marcado por el otro e imprime una marca al otro (Wesley Salmon 1984). Se produce una interacción causal puesto que ambos sufren una modificación de su estructura (un cambio en una o más de sus características). El modelo basado en los factores de riesgo y de protección (FRP) se apoyó sobre la hipótesis de la presencia de conjuntos de causas simples que desarrollan un campo de fuerzas antagonistas en el sujeto y que lo empujan hacia el consumo o lo alejan de él. Una elaboración de dicho modelo es la siguiente2. En cierto sentido, se lo puede considerar como una integración aditiva de los múltiples modelos de causa única que han caracterizado los primeros esfuerzos de conceptualización de la prevención. 2 Universidad de Chile. Departamento de Pregrado. Cursos de Formación General, www.cfg.uchile.cl o http://www.risolidaria.org.es/ 22 Tabla 1 Factores de protección relacionados con el sujeto Consumo <----> Abstinencia Factores de riesgo relacionados con el sujeto a. Baja autoestima. b. Escasa capacidad para tomar decisiones. c. Dificultad para expresar emociones. d. Pocas alternativas para usar positivamente su tiempo libre. e. Carencia de compromiso escolar, bajo rendimiento y fracaso escolar. f. Temprano rechazo de sus iguales. g. Influencias sociales de usar drogas. h. Falta de metas personales y de un proyecto de vida. i. Falta de habilidades comunicativas y sociales, como la asertividad y la empatía. j. Percepción del consumo de drogas como algo no dañino y/o creencias positivas sobre el mismo. k. Desconocimiento de los efectos y consecuencias del consumo de drogas. l. Alienación y rebeldía. m. Temprana iniciación en el consumo de drogas. n. Autoconcepto y autoestima positivos. o. Tolerancia a la frustración. p. Adecuada resolución de conflictos. q. Adecuada toma de decisiones. r. Resistencia a la presión de grupo. s. Desarrollo de habilidades sociales. Capacidad de expresar adecuadamente emociones y sentimientos. t. Tener metas personales y un plan de vida. u. Capacidad de resiliencia, es decir, la capacidad que tiene una persona de no generar conflictos, enfermedades o problemas sociales en situación de vulnerabilidad. v. Tener valores espirituales incompatibles con el consumo de drogas. w. Manejo de la ansiedad. Este tipo de modelo es sumativo y es el más difundido en prevención. Sus elementos constitutivos pueden prestarse uno por uno a la validación experimental, como por ejemplo en un estudio cuantitativo. Sin embargo, presenta varios problemas. El primer problema se relaciona con la complejidad de los supuestos FRP identificados. Por ejemplo, si a los anteriores factores relacionados con el sujeto, se añaden otros, vinculados con otras dimensiones, como la familia, los pares, las condiciones socioeconómicas o el mismo producto, este tipo de modelo se vuelve muy rápidamente de difícil manejo, en especial cuando se tiene que diseñar programas de acción a partir de ellos. 23 Tabla 2 Factores de riesgo relacionados con Factores de protección relacionados la familia con la familia - - Familias que no se involucran en la vida de los hijos. Pertenencia a familias consumidoras o traficantes. Modelos e historia familiar de consumo. Falta de información sobre el consumo. Clima familiar. Problemas de comunicación, falta de tiempo. Sistema disciplinario permisivoautoritario. Autonomía. Presencia de disfuncionalidad familiar, violencia intrafamiliar, abuso, trastornos psiquiátricos. Falta de valoración de un estilo de vida saludable. - - - - Participación activa de los padres en el desarrollo de los hijos. Desarrollar y mantener de una cultura de no consumo. Mantener un clima familiar positivo, comunicación fluida. Conversación natural, clara y honesta acerca del consumo y sus efectos. Expresión del afecto. Normas familiares claras y consistentes, adecuadas a la edad de cada hijo. Autoridad basada en el respeto, clara. Estimulación de la autoestima, autonomía, identidad e individualidad. Expectativas realistas. Apertura para acoger a los amigos de los hijos. Factores de riesgo relacionados con Factores de protección relacionados los pares con los pares - - Presión hacía el consumo. Amigos consumidores y/o que presentan conductas de riesgo. Actitudes y valores grupales favorables al consumo. Falta de vinculación afectiva con la familia. Constitución de un grupo de pares como principal fuente de apoyo emocional e identificación. Acceso y disponibilidad de drogas. Desintegración social. - - - Desarrollo de valores alternativos al consumo por parte del grupo (estilo de vida saludable). Grupo respetuoso de la diversidad y diferencias personales. Capacidad de expresar sentimientos de amistad y cariño entre los miembros. Grupo abierto a nuevos miembros. Percepción del riesgo del consumo (información acerca de las consecuencias del consumo y sus mitos). Participación en programas de prevención. 24 El segundo problema se relaciona con la naturaleza cualitativa y su principal limitación, con la ausencia de peso de los diferentes factores: todos se asumen como ejerciendo una misma fuerza de influencia. De esta manera, se podría interpretar este modelo en el sentido de que la suma de los factores de protección, menos la suma de los factores de riesgo, daría el riesgo final en el cual se encuentra el sujeto en algún momento de su vida. Pero varios textos insisten en que estos factores deben entenderse en términos de probabilidad y no de determinación. Sin embargo, ninguno ha logrado definir estas probabilidades y se termina manejando operaciones aditivas. El sinsentido de tal operación se ve ampliado por los nuevos conceptos que surgieron de la teoría del caos, la cual demostró la importancia de los fenómenos donde no existe una proporcionalidad entre la causa y el efecto (“efecto mariposa”), donde una pequeña causa puede provocar un gran efecto. Pero la clínica demuestra su realidad, cuando por ejemplo el comentario aparentemente anodino de una madre precipita al hijo en un episodio alcohólico grave. También se observa que causas grandes pueden provocar efectos pequeños, cuando por ejemplo un largo trabajo terapéutico no modifica el comportamiento del paciente. En resumen, dichos factores no son equivalentes entre ellos en la ecuación del consumo y cabe realizar ciertas diferencias esenciales que el modelo de los FRP no hace. • Precondiciones: condiciones sin las cuales el acontecimiento nunca aparecería, pero incapaces de producirlo por sí mismas. Se trata de variables necesarias, pero no suficientes. Estas variables son comunes a varias expresiones psicopatológicas. Por ejemplo, la intensidad de los afectos disfóricos y el fracaso de su regulación en la estructura del sujeto, la dificultad para soportar el displacer, el hecho de vivir la tensión como traumática, constituyen ciertas precondiciones del comportamiento de adicción, pero también de otras expresiones sintomáticas. • Causas específicas: siempre presentes en cantidad y calidad para complementar las precondiciones. Por ejemplo, una relación específica con la Ley donde el sujeto puede realizar el acto de trasgresión cuando se produce la tensión (impulsividad), la relación con el placer, un placer que el sujeto se da a sí mismo independientemente del otro, se pueden considerar una causa específica de la toxicomanía. En general, las precondiciones y las causas específicas se relacionan con la historia del sujeto. Por esta razón, se puede afirmar que el sujeto ya es “toxicómano” antes de conocer la droga. Constituyen fracturas en su estructura y cualquier evento que aumente las tensiones intrapsíquicas y/o interpersonales puede sobrecargar la capacidad de asimilación y de acomodación del sujeto, transformarse en una catástrofe (R. Thom) y empujarlo hacia la búsqueda de soluciones especiales. Se produce una transición no lineal desde un orden hacia el caos, el orden que caracterizaba el sujeto marcado por un importante nivel de inestabilidad hacia un nuevo orden, el régimen adictivo, donde los afectos psicoactivos ocupan la función de una estructura disipativa (Ilia Prigogyne). • Causas contribuyentes: no están presentes en todos los casos, no pueden producir los efectos por sí solas, pero operan con las precondiciones y la causa específica para satisfacer la ecuación etiológica. Se refieren a cualquier evento que pueda sintonizarse con la conflictividad de la historia del sujeto y provocar un crecimiento de los afectos disfóricos del sujeto: abandono de la pareja, pérdida de un año lectivo, divorcio o rechazo parental. 25 • Causas precipitantes: aparecen aparentemente al último de la ecuación etiológica y preceden inmediatamente a la emergencia del efecto, y por esta razón suelen confundirse con las causas esenciales. La disponibilidad de la droga, el ofrecimiento, constituyen la causa precipitante tradicional en la ecuación. Pero ésta solo es periférica y puede actuar cuando las demás ya se han hecho presentes en la estructura del sujeto. Las causas contribuyentes y precipitantes son más actuales y, por este motivo, muchos modelos de prevención atribuyen al ofrecimiento o al amigo consumidor un peso que no tiene. Aplicar tal esquema permitiría diferenciar las llamadas “variables independientes” que suelen ser introducidas en los cuestionarios, cuando presentan funciones y pesos diferentes, lo cual se evidencia en la fuerza de las asociaciones estadísticas que se calculan. Permitiría a la prevención intervenir las variables que realmente inciden en el fenómeno, y no quedarse en causas periféricas o, peor, en confusiones en el análisis de la causalidad presente, como por ejemplo en su análisis de la influencia de los amigos consumidores que terminan afirmando que “el matrimonio es la principal causa del divorcio”. El tercer problema se relaciona con el concepto mismo de causalidad sobre el cual se asienta el modelo de los FRP, el de la causa directa o unidireccional, propio de los esquemas deterministas. No contempla la presencia de bucles de causalidad, donde A influye en B, y B, a su vez, influye en A, tampoco de sistemas de variables desarrollando múltiples interacciones. Este vacío tiene una importante implicación, a más de limitar considerablemente el análisis de la dinámica del consumo. Si los factores identificados influyen en el sujeto de manera aislada y unidireccional, su modificación implica trabajar con cada uno de ellos, lo cual significa un despliegue importante de recursos y de tiempo. Pero el concepto de factores de riesgo y de protección (FRP) constituye un mayor acercamiento a la estructura causal o a los procesos de causación del consumo, puesto que viene a precisar los modelos muy “abiertos” (como los de la prevención integral) que padecen el defecto de basarse en factores generales y poco operacionalizados. Sin embargo, el enfoque de los FRP se presenta en general de manera mecanicista, lineal y aditiva. Si un sujeto frecuenta lugares de diversión donde se consume drogas, si está agobiado o estresado en sus estudios o trabajo, si vive problemas familiares y/o de pareja, si consume alcohol en forma abusiva, entonces crecerá el riesgo al consumo. Pero si tiene confianza en sí mismo o vive un buen clima familiar, disminuirá dicho riesgo. Considerar que “4 factores de riesgo frente a 2 factores de protección significan una situación de riesgo para este sujeto” se basa en una pseudo-aritmética en la cual se cree que los FRP son equivalentes entre sí. Este tipo de análisis desconoce lo no lineal y asume una proporcionalidad entre la causa y el efecto. Además, no diferencia claramente, ni integra, el “tener un factor de riesgo” y el estar “expuesto a un factor de riesgo”. La “exposición” a un factor es un concepto explicativo borroso en ciertos casos, que niega la actividad del sujeto: una persona que busca consumir una droga se encontrará en algún momento precisamente en aquellos lugares donde sabe que existe consumo. Por otra parte, la relación factor de riesgo – factor de protección no precisa siempre si se trata de dos polos opuestos de un mismo continuo o de dos realidades distintas que interactúan entre sí. Finalmente, cabe indicar que los FRP se definen desde 26 la lectura misma que se hace del consumo, o sea del modelo más general que estructura el enfoque que se tiene sobre el consumo. Por esta razón, dichos análisis no han logrado todavía identificar una constelación esencial de FRP. Se sabe que cuando la presión aumenta, ciertos objetos se tuercen, mientras otros, se rompen. Pero el estado actual del conocimiento no permite predecir quién se torcerá y quién se romperá. Solo se puede observar que la adicción es una manera de cemento ubicado en las grietas y crea las condiciones para la formulación de una demanda. Retomando algunos de los factores de riesgo citados en el mencionado texto, se puede elaborar el siguiente diagrama causal para + + + evidenciar cómo en realidad interactúan los acontecimientos de la estructura del sujeto. Los + Depresión Consumo conflictos entre los padres producen depresión en el hijo, la cual puede conducir al consumo + + debido a los afectos psicotrópicos que brindan Conflictos entre los padres ciertos psicoactivos. La depresión disminuye el funcionamiento escolar y, por los fracasos que se presentan, aumenta la depresión. Aquí se presenta un primer bucle positivo. Pero el consumo suele aumentar los conflictos entre los padres cuando se culpan el uno al otro, y al aumentarlos, aumentará también la depresión, la cual intensificará la relación con la droga, etc. En esta lectura, la intervención no necesita darse en cada una de las variables implicadas en la estructura causal del consumo, sino que puede elegir ciertas variables estratégicas. Trabajar los problemas escolares puede tener cierto efecto sobre la depresión, pero seguramente no tanto como lograr reducir los conflictos entre los padres. Inadaptación escolar Estos bucles tienen una gran importancia en el análisis de la causalidad ya que explican perfectamente por qué los sucesos pueden alcanzar magnitudes importantes y orientarse hacia determinados atractores, por ejemplo el consumo compulsivo. El cuarto problema se relaciona con las diferencias importantes que existen entre diversos modelos de los FRP, como por ejemplo en cuanto a la dimensión de la familia: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. CONSEP Debilidades de valores ético-morales Uso de drogas por parte de los padres y actitudes permisivas hacia el uso de drogas Conflictos familiares, p. ej. maltrato Divorcio o separación de los padres Problemas de manejo de la familia: fracaso de los padres en controlar a sus hijos Castigo excesivamente severo o inconsciente Normas muy rígidas, ausencia o ambigüedad de las mismas FAD 1. Estilo educativo autoritario 2. Estilo educativo muy poco normativo 3. Estilo educativo sobreprotector 4. Estilo educativo hiperexigente 5. Clima familiar conflictivo y/o violento 6. Escasas expresiones de afecto 7. Baja cohesión familiar 8. Escaso apego a la crianza de los hijos 9. Comunicación familiar escasa o pobre 10. Actitudes familiares y comportamientos proclives al consumo de drogas 27 8. Malas relaciones afectivas y comunicación 9. Hogares disfuncionales por migración Estas diferencias generan interrogantes y cuestionan los procesos mediante los cuales se definieron dichos factores de riesgo y de protección. 2.2.4 Los modelos explicativos en la prevención del uso de SPA En un nivel de la prevención, se busca evitar el encuentro con el psicoactivo. En otro, cuando este encuentro ya se dio, se busca evitar el desarrollo de una relación más intensa con el producto y, finalmente, cuando esta relación se volvió exclusiva o excluyente, se busca deshacerla. La relación entre estos niveles no es necesariamente secuencial. Ciertas personas pueden vivir un tiempo con el psicoactivo para luego romper esta relación, mientras otras pueden entrar muy rápidamente en el consumo compulsivo. El mejoramiento del conocimiento sobre las morfologías del consumo han invalidado la hipótesis del escalamiento simple, una hipótesis formulada en aquellos tiempos cuando se pensaba que el miedo podía usarse para disuadir el primer contacto. Evitar el encuentro con la droga o lograr una reversibilidad de consumos iniciales requiere de ciertos conceptos y tecnologías, mientras que lograr la abstinencia en personas que han llegado a consumir compulsivamente las drogas, requiere de otros. Un estudio nacional no puede limitarse solamente a recabar información sobre los niveles de prevalencia del consumo de drogas. Idealmente, tal estudio es una herramienta para responder a ciertas preguntas, y estas preguntas deberían nacer de la prevención y regresar a la prevención. Por ejemplo, los modelos preventivos han aceptado rápidamente la idea de que el consumidor, en relación con el abstinente, ocupa diferentemente su tiempo libre. Sin embargo, no existe una prueba de aquello y antes de invertir recursos en programas de ocupación del tiempo libre, la prevención habría podido trasladar esta pregunta hacia la investigación. Esta relación sin embargo no se da con frecuencia. La prevención no suele hablar con la investigación: asume que dispone de modelos suficientes para intervenir en el problema. La literatura ofrece una gama amplia de conceptos, modelos, programas e intervenciones que se orientan hacia una amplia diversidad de variables supuestamente causales del consumo o del riesgo al consumo. La explicación monocausal de las décadas anteriores se ha transformado en los conceptos de factores de riesgo y de protección, y ellos se han multiplicado en la explicación. Pero cuando se los analiza, se puede reducir esta diversidad a un número más limitado de dimensiones, siendo las principales las siguientes: 1. Modelos orientados hacia el producto tóxico. 2. Modelos orientados hacia los conflictos tóxicos del sujeto. 3. Modelos orientados hacia los contextos tóxicos. Los modelos orientados hacia el producto, a partir de una lectura orgánica del consumo, se concentran sobre los efectos indeseados del psicoactivo en una perspectiva evidentemente informativa, racionalista y disuasiva, buscando convencer a la persona de los peligros somáticos, psicológicos y sociales que produce el consumo de drogas. Creen que el sujeto es un ser racional que al recibir más información, tomará una “decisión” 28 correcta y modificará su comportamiento. Pero al vivir una proporción importante de jóvenes en una fase de “luna de miel” con el psicoactivo, o en los inicios de su relación, este tipo de enfoque suele vivirse como equivocado por las mismas personas hacia las cuales se dirige. Además, la información busca generalmente la racionalidad del sujeto cuando lo que está implicado en el consumo se relaciona con la pasión. Los modelos orientados hacia los conflictos tóxicos del sujeto consideran la dinámica de los afectos psicotrópicos del psicoactivo y de los afectos disfóricos ligados a la conflictividad intra e interpersonal del sujeto. Trabajan a partir de la “irracionalidad” del sujeto, consideran la intervención preventiva como un trabajo de elaboración sobre las conexiones mentales que bifurcaron hacia los afectos psicotrópicos: en lugar de deprimirse, el adolescente consume cocaína. Pero en la prevención actual, los modelos que consideran el sujeto desconocen generalmente esta dinámica de la alquimia mental y se dirigen hacia una serie de variables periféricas y de poco peso. Por ejemplo, asumen que la “autoestima” puede enseñarse y trabajarse fuera de la estructura del sujeto. Regularmente, las prescripciones de comportamientos ideales, el “hay que”, se estrellan contra algo más profundo que impide su concreción. Se pide a la familia que “estimule la autonomía del niño”, pero esa madre alejada por su esposo vivirá la independencia de su hijo como una amenaza. Estos modelos consideran que es el conflicto en el cual se encuentra inmerso el sujeto lo que le impide tomar la “buena decisión” o descuidar la información recibida. Reconocen la presencia de funcionamientos antagonistas. Finalmente los modelos orientados hacia los micro y macrocontextos (el grupo de amigos, el barrio, la sociedad o la “cultura”) buscan modificarlos o enriquecerlos para crear ambientes “sanos” o hasta una sociedad ideal que generaría gratificaciones tan importantes para el sujeto que las ligadas al psicoactivo perderían toda importancia3. Trabajan a veces en lo concreto (las “canchas deportivas” del “tiempo libre”), en el empoderamiento social (el fortalecimiento de la organización y la participación ciudadana para dar solución a los problemas de una comunidad) y a veces también en la utopía (el cambio de la sociedad). De hecho, las diferencias tan considerables que presentan estos modelos (donde se transita conceptualmente desde la molécula cerebral hacia la sociedad tóxica) constituyen un indicador general acerca de su heterogeneidad y de la dificultad de la prevención para construir una teoría única desde la cual se podría diseñar programas eficaces, eficientes y efectivos. Esta disciplina es fragmentada y todavía constituida por un sinnúmero de teorías locales que abarcan un número reducido de variables. Resulta evidente que se encuentra todavía en los inicios de su desarrollo como teoría científica y por lo tanto, es aún incapaz de brindar soluciones profundas al problema. Por otro lado, lo que sorprende en esta situación, no es tanto el estado que presenta la prevención en el momento actual, sino la poca importancia dada a la investigación científica como herramienta para poner a prueba las hipótesis que sostienen dichos programas. El Ecuador cuenta con algunos estudios epidemiológicos, pero no son los más adecuados para entrar en los espacios íntimos del sujeto donde surgen los acontecimientos que tejerán la trama del consumo. Tampoco permiten analizar fácilmente la causalidad 3 En el concepto de C. Restrepo, se sugiere que si se pudiera generar la aparición de “ternura” en los contextos del sujeto, el consumidor ya no necesitaría de esta otra ternura que le brinda el producto. 29 mental muy particular que genera y une estos acontecimientos, la cual tiene más que ver con la causalidad cuántica y caótica que con el determinismo de la causalidad newtoniana. El “efecto mariposa”, la desproporcionalidad entre la causa y el efecto podrían brindar una mejor descripción de la dinámica del consumo que los relojes de Newton. Pero fuera de los tradicionales estudios epidemiológicos realizados, la prevención no cuenta con estudios específicos, como por ejemplo aquellos constituidos mediante planes experimentales, cuyo diseño metodológico es más apto para entrar en dichos espacios y su costo, más interesante. Tampoco se ha acercado a la clínica, la cual ha adquirido una experiencia importante en el trabajo terapéutico con los pacientes. Newton unificó el cielo y la tierra con la teoría de la gravitación; Maxwel, la electricidad con el magnetismo, y Einstein, la masa con la energía. La prevención tiene que limitar la dispersión de sus modelos explicativos. Para lograrlo, debe encontrar variables subyacentes más profundas detrás de los elementos identificados, o sea causas que provocan los diferentes efectos reseñados como “factores de riesgo”. Al momento, no existe tal teoría, solo fragmentos de textos. 2.2.5 La interpretación cultural El consumo se explica a menudo a través de un mecanismo cultural, especialmente en los enfoques de la prevención integral. Este enfoque entiende al consumidor como un reflejo de un determinado orden cultural, consumismo, cultura del ocio y de la diversión, malestar de la cultura, carácter ansiógeno de la sociedad, heterocontroles (sistemas jurídicos y médicos), controles sociales (familia y red social) y autocontroles (Castel y Coppel). Pero el concepto de cultura sigue siendo un concepto general que no explica por qué diferentes culturas pueden presentar un problema similar de consumo en su población. Sin reducir las características culturales a una suma de expresiones individuales, no cabe duda de que existe una serie de relaciones entre estas dimensiones. El movimiento hippie lo ilustra. Los hippies que promovieron una contracultura que buscaba el amor y la paz, y uso de drogas para expandir la conciencia; tuvo su apogeo al final de los años sesenta. Los hijos cuyos padres murieron en la Segunda Guerra Mundial eran niños; veinte años después, se rebelaron contra esta pérdida absurda, la violencia, y buscaron construir un mundo de amor y de paz. “Papa desapareció del otro lado del océano Dejando solo un recuerdo Una foto en el álbum de familia Papa, ¿Qué me dejaste? Papa, ¿Qué dejaste atrás para mí? Al fin y al cabo, solo era un ladrillo en el muro Al fin y al cabo, solo eran ladrillos en el muro ¿Cómo llenar los espacios vacíos donde solíamos hablar? ¿Cómo llenar este lugar? ¿Cómo completar el muro?” (Pink Floyd, The Wall, Another Brick in the Wall Part 1) La explicación cultural se encuentra al extremo de la explicación genética y de la enfermedad cerebral. En espera de alcanzar un mayor detalle y una posibilidad de 30 entrar en el campo de la verificación experimental, no se puede perder de vista la evidencia: solo es el sujeto el que busca la droga, y no lo contrario. El concepto de “guerra a las drogas” es un absurdo, y el problema es encontrar aquello en el sujeto que le da sentido a sus efectos psicotrópicos y permite la construcción de una función intrapsíquica especifica que dará cuenta de la repetición de la experiencia, hasta su progresivo agotamiento y consecuente demanda de tratamiento. 2.2.6 La interpretación psicológica: “No soporté la soledad y me volví a inyectar…” La interpretación psicológica se esparce en un gran número de modelos. Pero desde la clínica, se puede indicar lo siguiente: la experiencia del consumo genera una sensación mental particular, un estado emocional específico, el cual en el presente modelo se califica de “afecto psicotrópico”. Se trata de un concepto descriptivo inmediatamente accesible a la investigación clínica. Gui tiene 28 años y nació en Esmeraldas. Fumó por primera vez base a la edad de 15 años: Unos amigos me ofrecieron… Sentí… Sentí… Sí me gusto… Había tomado… Me sentí… Me elevó… Fumaba base. Solo cuando tomaba. Me componía. Me quitaba la borrachera… Luego probé la marihuana. Me gustó mucho más. Dejé la base… Con la base, me sentía más macho, más fuerte, más relajado… ¿Qué me gustaba con la marihuana? Para olvidar los problemas. Para relajarme. Para estar más tranquilo. Para meditar. Para pensar… Primero, consumía los fines de semana, luego durante la semana y al final tres a cuatro veces al día… No tuve problemas con el colegio. Llegué hasta el preuniversitario, en Comercio Exterior. A los veinte años me comprometí con una mujer. Seguía fumando. Fumaba para olvidar algún problema que tenía. Pero fumaba todos los días bien o mal. Si discutía con ella, salía a fumar un bate. Tu mente se mete en otras cosas. Me ayudaba a pensar los problemas. Con los amigos había más risas. Mis padres se divorciaron cuando tenía cinco años. No sé por qué. Viví con mi madre. Mi padre iba a verme los fines de semana. Se volvió a casar. Mi madre también. Al año que se separaron. Tenía mala relación con mi padrastro. Me pegaba. Nunca me llevé bien con él. Andaba triste. Muy triste de que no esté mi padre conmigo. Lo extrañaba. Mucho. Con mi madre, como que no le importaba cuando mi padrastro me pegaba porque no hacía nada. Tuve una niñez triste. Me puse muy nervioso. Temblaba cuando veía a mi padrastro. Mis padres se separaron y no se preocuparon mucho de mí. Mi madre no me cuidaba. De pronto los amigos, los malos amigos y entré en el consumo. Sí, cuando consumía, pensaba: “Por culpa de ustedes, por haberse separado, por no haber tenido un hogar normal. Por culpa de ustedes”. Quizá de pronto se dieron cuenta de que tuvieron la culpa. Mi padre por dejarme en manos de mi madre. Si mi padre se hubiera quedado con mi madre, todo hubiera sido diferente. Seguro. Si yo me hubiera quedado con mi padre, quizá hubiera estudiado arquitectura. Ahora, vendo hot-dogs. Tengo tristeza. Hubiera querido más cariño, más amor, que mi padre me sacara a 31 la playa, durmiera conmigo… Ahora, las cosas están mejores. Mi papá me dio una casa. Tengo planes. Voy a estudiar… Antes, todos los días, me fumaba un bate a las siete de la mañana, si no, andaba mal genio, bravo. El modelo psicológico asume, en general, que con la droga el sujeto se hace algo a sí mismo. Lo que expresa directamente un paciente en estos términos: “Soy adicto a lo que cambia mi manera de sentir”, fórmula radicalmente diferente a la del modelo orgánico, para el cual “la droga le ha hecho a su cerebro”, y a la del modelo sociológico: “me han hecho algo”. Si en el modelo intrapsíquico el sujeto se hace algo a sí mismo con la droga o si le hace algo al otro en el modelo interpersonal, cabe identificar este “algo”. La clínica muestra que se ubica en la dinámica que entretienen los afectos psicotrópicos y los afectos disfóricos en la estructura del sujeto, siendo estos últimos aquello al cual se refiere un paciente cuando dice: “no puedo sacarlo de mi mente”. En cuanto a los afectos psicotrópicos, se relacionan con la experiencia íntima que vive el sujeto en la relación con el producto. En resumen, se puede decir que permiten construir una ilusión, en el intento por controlar lo más difícil de controlar, los afectos: sentirse indiferente al mundo (la tranquilidad, con la marihuana por ejemplo), sentirse en la cima del mundo (la energía, con la cocaína), anular el mundo (el ruido, con la base), vivir en otro mundo (la ruptura, con los alucinógenos) o fabricar euforia o inconsciencia con el alcohol, cuando en realidad el sujeto no se ha movido de este lugar y sigue en el mismo, peor aún, cuando se van acumulando progresivamente los efectos indeseados del consumo. Los afectos psicotrópicos de la tranquilidad, de la energía, del ruido, de la ruptura y de la euforia constituyen una farmacia primitiva que el sujeto explorará y en la cual hará diversas elecciones para construir un montaje regulador especifico de su conflictividad. En este sentido, el problema no lo constituye la droga, sino la misma conflictividad del sujeto, y el modelo prevé que al modificarla, se logrará la abstinencia. Aquí, la droga es una “carta” remitida al silencio, una búsqueda en un lugar equivocado. Es una estrategia equivocada ya que en la capacidad reguladora momentánea de los afectos psicotrópicos, se sustituye a una solución más profunda de la conflictividad del sujeto y termina siendo un atajo a ninguna parte. Habrá que esperar que los efectos indeseados hayan saturado esta peculiar estrategia para que se genere una demanda y se produzca una interacción con un dispositivo terapéutico. Pero si la respuesta es punitiva o limitada al cerebro intoxicado, la carta seguirá en el silencio. Más aún, si solo busca la abstinencia, ese espejismo de la abstinencia que tantos programas buscan ignorando que el sujeto es “toxicómano” mucho antes de su primer consumo y que su batalla la desarrolla contra su memoria y los afectos que en ella viven. 2.2.7 La enfermedad cerebral El hueco donde una señal eléctrica salta de una neurona a otra se llama la hendidura sináptica. Puesto que el impulso no puede cruzar una abertura como impulso eléctrico, la cruza como mensaje químico por medio de neurotransmisores. Un neurotransmisor importante involucrado en la experiencia placentera se llama dopamina, que se elabora en el ápice de la neurona y es empaquetada en contenedores llamados vesículas. Cuando un impulso eléctrico llega al final de la neurona, la vesícula pasa a la membrana nerviosa y descarga su contenido de dopamina en la hendidura sináptica. La dopamina 32 cruza el hueco y se adhiere a los sitios receptores, en la membrana de la siguiente neurona. Cuando la dopamina bloquea un receptor, varias acciones tienen lugar en esa neurona: ciertos iones salen o entran, y se descargan ciertas enzimas o se inhiben. El resultado es que un nuevo impulso eléctrico se genera en esta neurona, y el "mensaje" continúa a la siguiente neurona. Después de que la dopamina ha saltado al siguiente receptor, es removida de la hendidura sináptica y regresada dentro de la primera neurona por las bombas de captación (uptake pumps). Esto sucede en la transmisión de las células nerviosas cuando la cocaína entra en el circuito de la gratificación cerebral. La cocaína se adhiere a las bombas de captación que actúan para quitar la dopamina de la sinapsis. Mayor cantidad de dopamina se acumula en la sinapsis, produciendo sentimientos de intenso placer. Desgraciadamente, el uso prolongado de la cocaína causa que el cerebro se adapte, y llegue a depender de la presencia de cocaína para funcionar normalmente, porque la cantidad presente de dopamina natural resulta "regularmente baja" a la acostumbrada por el usuario. Entonces, si la persona deja de usar cocaína, al no existir bastante dopamina en la sinapsis, la persona experimenta lo opuesto al placer: depresión, fatiga, humor decaído, etc. Los síntomas directos de este malestar se denominan síndrome de supresión. Incluso mucho tiempo después de que la persona ha dejado de usar la cocaína, las anormalidades cerebrales pueden persistir, causando sensación de malestar y anhelando más droga para remediar estos sentimientos (Fundación BACC, México). Lo que no explica el modelo de la dopamina es por qué el sujeto no puede sentir normalmente estos afectos de placer. Describe un mecanismo, el efecto psicotrópico, pero no por qué la sensación de placer tiene un significado particular para tal sujeto. El análisis químico de la tinta nunca podrá explicar el texto escrito. 2.2.8 Marco conceptual del CONSEP en la prevención del uso de SPA El marco conceptual del CONSEP en la prevención del uso de SPA, leído a través del Manual Ecuador, Estrategias de prevención a través de Municipios, se orienta hacia el modelo de los FRP. Diferencia las siguientes dimensiones: - Genética Constitucional Psicológica Sociocultural (familia, pares, escolar, comunidad y social) En estas dimensiones, identifica una serie de factores de riesgo (54) y de protección (60). Por otra parte, aísla los conceptos de “resilencia” y de “comunicación asertiva”, que parecen constituir el marco conceptual del cual se deberían desprender ciertas estrategias, líneas de intervención y programas de reducción de la demanda. La resiliencia y la comunicación asertiva forman parte de los factores de protección nombrados en este marco. En el texto mencionado, no se pueden evaluar los 104 factores identificados, en términos de su validez y consistencia. La validez es un criterio que consiste en justificar científicamente la elección de un factor en la lista, a partir de un concepto fuerte en ciencias humanas y/o de investigaciones rigurosamente desarrolladas. Esta justificación es importante ya que la 33 ubicación de un factor en el modelo significará tener que construir una intervención, sea para disminuirlo o fortalecerlo. La asociación de cada factor con el consumo tiene por lo tanto que ser demostrada, cosa que no sucede en el texto analizado. La consistencia de los indicadores se refiere a las relaciones mutuas que mantienen. Por ejemplo, la “buena salud mental”, el “autocontrol en el manejo de las emociones”, la “estructura de personalidad fortalecida”, el “manejo adecuado de afrontamiento del estrés” o la “resiliencia”, dicen exactamente lo mismo, o sea se refieren a una estructura funcional del sujeto. En otros términos, se refieren a un mismo factor en el sentido del análisis factorial, una técnica estadística que busca reducir la variabilidad entre variables en un número menor de variables llamadas factores. Por otra parte, las dimensiones identificadas deben ser independientes y no pueden contener FRP comunes. Cada factor dentro de una dimensión tiene que ser diferente de otro en la misma, pero debe relacionarse claramente a su dimensión. Por ejemplo, una de las dimensiones del modelo se califica de “Psicológica”, mientras que en la dimensión “Sociocultural”, se ubican las subdimensiones “Familiar” e “Individuales”, las cuales no pertenecen a dicha dimensión. Además, la dimensión “Psicológica” parece relacionarse con el individuo y recubre la subdimensión “Individuales” que ha sido ubicada en la dimensión “Sociocultural”. Finalmente, la consistencia se refiere también a la utilización de un modelo validado o fuerte en ciencias humanas para identificar y seleccionar los factores de riesgo y de protección al consumo. En la dimensión relacionada a la familia, no se logra identificar los referentes teóricos, ni los mecanismos familiares, a partir de los cuales se definieron estos factores. Por ejemplo, el modelo circumplejo de David Olson permite clasificar el funcionamiento familiar según tres ejes esenciales (flexibilidad, cohesión y comunicación) y elaborar una tipología del disfuncionamiento familiar, lo cual permite analizar toda una serie de asociaciones con el consumo a través de una escala construida por el mismo autor desde estos ejes (FACES II y III). El modelo desarrollado por el CONSEP indica que los factores de riesgo y de protección contemplados se modifican con el tiempo; pero en la dimensión de la familia, no hace referencia al ciclo de vida de las familias, concepto desarrollado por S. Minuchin que permite analizar en qué momentos de rupturas se presenta el consumo en los hijos de acuerdo a los conceptos de “morfostasis” y de “morfogénesis” (Wertheim, 1973). Estas dificultades no permiten usar los datos de la Encuesta para validar dicho modelo. Por otra parte, la Guía preventiva para padres de familia (www.consep.gov.ec) identifica las siguientes causas del consumo: a. b. c. d. e. f. g. h. i. Deficientes relaciones afectivas en la familia Difícil comunicación entre padres e hijos Deseo de escapar de la realidad: dolor, ansiedad, desesperación, frustración, etc. Necesidad de aceptación o presión del grupo de amigos Curiosidad y fácil acceso a la droga Imitación Problemas escolares, sentimentales y laborales Inadecuada información sobre las drogas Falta de tiempo y espacio para compartir en familia 34 Sin embargo, solo tres de los nueve factores mencionados se refieren al sistema familiar y, además, en una definición general que podría aplicarse a otros trastornos. En la Guía preventiva para educadores se indica lo siguiente: I. II. III. IV. V. VI. VII. VIII. IX. Deficientes relaciones afectivas en la familia Ausencia o inadecuada comunicación entre y con padres, maestros y estudiantes Deseo de escapar de la realidad: dolor, ansiedad, desesperación, frustración, etc. Necesidad de aceptación o presión del grupo de amigos (en algunos casos) Curiosidad y fácil acceso a la droga Imitación Problemas escolares, familiares o sentimentales Inadecuada información sobre las drogas Falencias en el proceso educativo del hogar y centros educativos De la misma manera, las causas identificadas en esta Guía no son específicas del sistema educativo, salvo dos (II y IX), pero expresadas en forma general. Con estos antecedentes, se entiende por qué el presente Estudio no ha podido utilizar las variables identificadas en la intervención preventiva para realizar su comprobación. 2.2.9 Marco conceptual del Estudio a Hogares El consumo de drogas se parece más a un fenómeno alquímico que mecánico y buscar una explicación implica añadir conceptos nuevos que quizá no se encuentran todavía claramente elaborados en las ciencias humanas actuales. Mau mantiene una relación compulsiva con la base, que se produce por episodios. Su orientación homosexual, así como sus problemas profesionales, lo obligan a vivir en la casa de sus padres. Tiene trabajos esporádicos que lo ocupan la mañana, mientras que en la tarde, se dedica a mirar películas pornográficas o ir a los baños turcos. La relación con los padres presenta momentos de tranquilidad y de conflictos agudos. Hace poco, se levantó de la mesa y les gritó: “El que me ame tiene que amarme drogadicto y maricón”. Su consumo de base suele asociarse a días y noches de orgías sexuales en el bajo mundo de Quito. Inicialmente, lo presentaba como una simple búsqueda del placer, de un placer ampliado por la base. Pero últimamente, lo miró de forma diferente y más profunda: “La base llena un vacío. Fumado, solo pienso en fumar y fumar. Me simplifica la existencia”. ¿Cómo entender la operación que realiza la base en el espacio mental de Mau, una operación que logra “simplificar su existencia”, o sea los conflictos que lo hieren? ¿Puede la tesis de la “enfermedad cerebral” de la inhibición de la recaptura de la dopamina explicar que cuando sus conflictos llegan a un punto de ruptura interna, Mau busque la base y la consuma durante varios días? De hecho, la base parece relacionarse más con la complejidad y el misterio de su historia individual que con un desequilibrio de ciertos neurotransmisores. Parece relacionarse más con el sufrimiento que con una molécula. Parece ubicarse del lado de una “solución” interna. Pero, ¿cómo entender que el consumo de base pueda brindar una “solución” a una determinada persona? Para 35 entender esta afirmación, cabe diferenciar los efectos deseados de los efectos indeseados del consumo. Los efectos deseados se relacionan con la producción de un afecto psicotrópico, mientras los indeseados, con los fenómenos negativos producidos por la relación con la droga: dependencia, gastos, problemas añadidos en otros ámbitos, etc. En general, el análisis se concentra sobre los segundos e ignora los primeros. De manera general, las ciencias humanas actuales, en particular la psicología y la sociología, suelen diferenciar y oponer dos mundos: un mundo interno al sujeto y un mundo externo al sujeto. Ambos mundos se relacionarían mediante una serie de interacciones que los afectarían mutuamente, dependiendo de los pesos específicos presentes en la influencia. Con el conductivismo, los patrones exteriores se depositarían en el sujeto y lo modelarían desde afuera. Suena la campana y saliva el perro; se presenta el amigo consumidor y se inicia el sujeto en el consumo. Dicho modelo ha generado varios conceptos y programas para reducir el consumo de drogas, como aquellos elaborados para desarrollar una capacidad de resistencia al ofrecimiento en el sujeto. Dicho modelo, con sus variantes, se organiza sobre la idea de que la droga se encuentra “allá afuera” del sujeto y que, desde esta externalidad, está amenazando a ciertas personas. Este análisis, desde su lógica, conduce directamente a la estrategia que busca atacar la oferta, decomisar la droga que se busca comercializar o fortalecer la capacidad de rechazo del sujeto. El presente Estudio calcula en 18 años la edad promedio del primer consumo de marihuana. Si es que la marihuana, como las demás drogas, rodea al sujeto durante toda su vida, ¿por qué su consumo suele producirse a esta edad precisamente? Esta pregunta obliga a orientarse hacia el sujeto, puesto que representa la cantidad que cambia, mientras la otra, la droga, se mantiene constante. Y orientándose hacia el sujeto, se descubrirá que esta edad media corresponde precisamente a una etapa específica en el desarrollo del sujeto: la adolescencia. Consecuentemente, habrá que preguntarse qué hace la adolescencia para que el sujeto sea más vulnerable al consumo de un psicoactivo. Evidentemente, se tendrá que analizar esta adolescencia en sus mecanismos y, para hacerlo, disponer de un modelo adecuado. Pero dicha elección es difícil por la existencia de múltiples modelos en ciencias humanas, pero también por otro aspecto más profundo calificado de paradigmático. Para entender este último aspecto, se tiene que recordar las características de la evolución de las ideas en ciencia, y dentro de este movimiento, la subordinación de las ciencias humanas respecto a las exactas. Isaac Newton se describió a sí mismo como a un niño jugando en la orilla del mar y divirtiéndose con el descubrimiento de una concha, mientras el gran océano permanecía sin descubrirse delante de él. Pero construyó una representación del mundo como un mecanismo hecho de partes que interactúan subordinadas a leyes eternas dentro de un espacio y tiempo inmanentes. La causalidad presente era por lo tanto completamente determinista: conociendo las leyes y la posición actual de los objetos, se podía predecir con completa exactitud su ubicación en el futuro. Además, para Newton, el observador siempre podía ubicarse en una posición independiente en relación con el objeto observado. La capacidad explicativa de estos conceptos, que describían tanto las manzanas como los planetas, los elevó a nivel de un paradigma que tuvo un profundo impacto sobre el pensamiento científico. La psicología 36 también se volvió mecanicista, aplicando a los fenómenos mentales los conceptos de un modelo que describía la materia. Sin embargo, la física al inicio del siglo XX empezó a producir una serie de nuevos conceptos. Con Einstein, la representación newtoniana del universo como una gran máquina se transformó radicalmente. Salvo para la constante de la luz, todas las demás mediciones dependían de quien las midiera y de lo que hiciera en ese momento. A partir de este punto, nuevos conceptos surgieron, siendo los más importantes aquellos que se relacionan con la física cuántica. Terminaron creando poco a poco un paradigma nuevo, en oposición al paradigma mecanicista. Por ejemplo, Heisenberg construyó un principio de incertidumbre que indica que cuando se quiere medir ciertos pares de variables, cuanta mayor certeza se busca en determinar la una, menos se conoce sobre la otra. Así, por el mismo hecho de realizar una medición, el experimentador modifica lo observado, introduciendo un error que es imposible de reducir a cero, por muy perfectos que sean los instrumentos. En otros términos, toda medición perturba lo que se observa y nunca se puede identificar lo que es atribuible al observador y al comportamiento del objeto observado. El gato de Shrödinger se relaciona con la superposición de los objetos cuánticos, o sea su posibilidad de existir en más de un estado a la vez. Se trata de un concepto extraño que contradice la evidencia según la cual los objetos únicamente existen en un solo estado. El problema entonces radica en entender en qué consiste el mecanismo mental presente en el consumo de un psicoactivo, si pertenece al orden de un funcionamiento mecánico y determinista o si implica conexiones más complejas. En El jardín de los senderos que se bifurcan (1941), Jorge Luís Borges ha construido una metáfora de la mente que se parece a la hipótesis que elaboró Hugh Everett en 1957, en una tesis dirigida por John Wheeler para solucionar el problema de la medición ilustrada por la paradoja del gato de Shrödinger. La propuesta de Everett es que cada medida "desdobla" el universo en una serie de posibilidades. Stephen Hawking ha llegado a decir que la “interpretación de los universos múltiples es trivialmente verdadera”. En esta interpretación, el gato no se encuentra vivo/muerto a la vez: existe vivo en una rama del universo y muerto en otra. La medición obliga al observador a ubicarse en una rama del mundo y, dependiendo en la que se encuentre, observará al gato vivo o muerto. La pregunta es: ¿dónde se encuentra el consumidor?, y la respuesta es: allí donde lo encuentra el instrumento de medición que el observador decide usar. Lo puede encontrar en una población de la cual tomará una muestra: esta última desarrollará estadísticos que buscarán estimar ciertos parámetros poblacionales para ubicar al consumidor. También lo puede encontrar, por ejemplo, en una consulta o en un centro de tratamiento. En el primer caso, la medición podrá describir una población y poco podrá decir sobre un individuo en particular; en el segundo, accederá a una información extensa sobre el sujeto, pero nada podrá decir sobre la población que representa. En cada caso, la representación elaborada será diferente. Identificar un marco conceptual para entender el consumo de SPA es un reto, tanto desde la fragilidad de las teorías en ciencias humanas como desde los mismos conceptos explicativos que la prevención ha producido. Dichos conceptos son a menudo tan descriptivos, dispersos o locales, que apenas merecen este calificativo. Hablar de prevención “especifica” e “inespecífica”, de prevención “primaria”, “secundaria” y “terciaria”, de modelo “ético-jurídico”, “médico-sanitario”, “psicosocial”, “sociocultural”, 37 “geopolítico estructural”, de estrategia “informativa”, “formativa” o de “alternativas”, de “fortalecimiento de los factores de riesgo y de minimización de factores de riesgo”, de prevención “integral”, etc., solo describen direcciones generales de posibles acciones sin que éstas se especifiquen concretamente. Para una investigación sobre drogas, el reto es por lo tanto buscar un modelo lo suficientemente específico para poder elaborar hipótesis y someterlas a las pruebas estadísticas. El algoritmo general de trabajo consiste en dividir la población en dos grupos, los abstinentes y los consumidores, y analizar si se diferencian o no en relación a otras variables tomadas individualmente o en grupo. Por ejemplo, si se encuentra entre los consumidores un nivel de desinformación mayor al que existe entre los abstinentes, se tendrá la posibilidad de plantear una relación entre estas dos variables: + información Æ - riesgo. Se elaborará un concepto según el cual el mayor riesgo de consumir dependerá de la importancia del nivel de desinformación y se desarrollará un programa destinado a entregar información sobre las drogas a las personas. El marco conceptual del presente Estudio contempla las siguientes dimensiones desde las cuales se elaboraron las variables del instrumento. A. Variables de caracterización del consumo (variables dependientes) 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Prevalencia de vida, último año y último mes Frecuencia de consumo Gasto económico del consumo Problemas ligados al consumo Exposición a prevención y tratamiento Consumo en la familia, amigos, lugar de trabajo y barrio Conocimientos sobre las instituciones que manejan el tema de la droga B. Variables de caracterización del sujeto (variables independientes o hipótesis) 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Características sociodemográficas Ingreso económico Dinámica familiar Niñez, adolescencia y vida sentimental Estado de salud Vida sexual Entorno laboral Tiempo libre Exposición a programas de prevención y de tratamiento La presentación de los datos se realizará en dos capítulos principales: el primero se relaciona con la descripción de los niveles de consumo existentes en el Ecuador, y el segundo, con un análisis de los factores asociados al consumo, o sea la prueba de las hipótesis del Estudio. 38 3 CARACTERÍSTICAS METODOLÓGICAS DEL ESTUDIO 3.1 LA POBLACIÓN ESTUDIADA El universo está constituido por un conjunto de personas que tienen características en común, las cuales constituyen el objeto de un estudio. En general, realizar una investigación sobre la totalidad del universo resulta difícil, ya que es necesario considerar factores importantes, como por ejemplo, el costo de la investigación o la posibilidad de alcanzar geográficamente a todos los individuos. El Sistema Interamericano de Datos Uniformes sobre Consumo de Drogas (SIDUC) de la CICAD-OEA normaliza varios aspectos claves respecto al estudio, con la finalidad de que los resultados sean comparables para todos los países en los cuales se aplica la misma metodología, pero sobre todo entre los diferentes estudios que realiza un mismo país. Uno de estos aspectos es el universo estudiado y el marco muestral, el cual debe cumplir con algunas características que permitirán que los resultados sean comparables con los de otros países que utilizan la metodología estandarizada del SIDUC. Durante la Reunión Técnica y de Coordinación del Sistema Subregional de Información e Investigación sobre el Uso Indebido de Drogas en Argentina, Chile, Bolivia, Ecuador, Perú y Uruguay, los países acordaron definir como población objetivo a aquella población urbana comprendida entre los 12 y los 65 años de edad con una muestra que debe ser representativa para el 70% de la población del país, aleatoria, por etapas y sin reemplazos. Para poder cumplir con este objetivo (y por criterios de presupuesto), se tomó en cuenta, para la elaboración del marco muestral, a las ciudades de más de 50.000 habitantes, para las regiones Costa y Sierra, y de más de 24.000 habitantes para las ciudades de la región Oriental, lo cual mejora la representatividad nacional de la muestra. No se pudo incluir a la provincia de Galápagos en la muestra. De este modo, se tomó en cuenta un total de 20 ciudades para la elaboración del marco muestral. Estas ciudades y sus respectivas poblaciones son presentadas en el siguiente cuadro: Tabla 3: Caracterización del marco muestral nacional No. 1 2 3 4 5 6 7 8 Región Costa Costa Costa Costa Costa Costa Costa Costa Provincia Esmeraldas Los Ríos Guayas Guayas Guayas El Oro Manabí Guayas Ciudad Esmeraldas Babahoyo Durán Guayaquil La Libertad Machala Manta Milagro Población 95.124 76.869 174.531 1.985.379 77.646 204.578 183.105 113.440 39 9 Costa 10 Costa Manabí Los Ríos Portoviejo Quevedo 11 12 13 14 15 16 17 18 19 Tungurahua Azuay Imbabura Cotopaxi Loja Chimborazo Pichincha Pichincha Pichincha Ambato Cuenca Ibarra Latacunga Loja Riobamba Quito Sangolquí Santo Domingo Sucumbíos Pastaza Nueva Loja Puyo Total Costa Sierra Sierra Sierra Sierra Sierra Sierra Sierra Sierra Sierra Total Sierra 20 Oriente 21 Oriente Total Oriente TOTAL NACIONAL 171.847 120.379 3.202.898 154.095 277.374 108.535 51.689 118.532 124.807 1.399.378 56.794 199.827 2.491.031 34.106 24.432 58.538 5.752.467 Fuente: INEC, censo 2001 Puesto que el objetivo de este estudio es el seguimiento de variables tales como la prevalencia del consumo de drogas, factores asociados, patrones de consumo y la exposición a programas de prevención, es necesario que la muestra sea elegida de tal manera que dé cuenta de estos indicadores de la manera más confiable posible. 3.2 LA MUESTRA Como se mencionó anteriormente, realizar una investigación sobre todos los individuos de una población no siempre es lo más conveniente. Por lo tanto, el concepto de muestra toma un papel fundamental en toda investigación por varias razones. Primeramente, una muestra es una porción más pequeña de la población que se está estudiando, lo cual disminuye de manera significativa el costo del levantamiento de la información; por otro lado, si la muestra es seleccionada de manera adecuada, se asegura con un cierto nivel de confianza (establecido por el investigador) que dicha muestra va a ser significativa y, sobre todo, representativa de la población. Los resultados que se obtengan podrán ser extrapolados a toda la población estudiada. La investigación por muestreo es una rama de la Estadística que trata el problema matemático de la extracción de una muestra representativa para una población, y las técnicas que usa están basadas en leyes y supuestos ampliamente estudiados y verificados, los cuales aseguran que la muestra extraída de una población sea significativa. Existen varias metodologías que se ajustan a las características y objetivos de cada investigación, permitiendo extraer una muestra adecuada. En este aspecto, un elemento esencial del procedimiento es el tamaño de la muestra. Su cálculo depende del diseño muestral utilizado, por lo cual se toman en cuenta, entre otros, dos aspectos 40 importantes. El primero se refiere al nivel de confianza de la muestra, que da una idea probabilística de la exactitud de los resultados. El segundo se relaciona con el margen de error o variación que siempre existe entre los resultados obtenidos en una muestra y su inferencia hacia la población. Sin embargo, este efecto puede disminuirse considerablemente dependiendo del tamaño muestral y se lo toma en cuenta al momento de calcularlo. En resumen, el objetivo de una muestra es representar de la manera más fiable posible al universo que se desea estudiar. Dicho universo se encuentra representado por su marco muestral4. Para el caso de la presente encuesta a hogares, el objetivo de la muestra es representar a la población urbana del país que está asentada en las ciudades con más de 24.000 habitantes para la región Oriental y más de 50.000 habitantes para las regiones Costa y Sierra. Esta muestra debe producir estimaciones de la proporción de consumidores con un alto nivel de confianza y bajo margen de error, dentro de los recursos económicos disponibles. Por otro lado, trabajar sobre un marco muestral estratificado5 permite mejorar la representatividad de la muestra, ya que se elimina la posibilidad de seleccionar unidades de análisis (individuos) no representativas de la población estudiada. Un criterio importante en la selección de los estratos es el nivel de representatividad deseada; por tanto, en este Estudio, se espera que los resultados sean extrapolados en el ámbito nacional y a cada una de las regiones geográficas del Ecuador continental. Además, la muestra se diseñó para ser representativa de las ciudades de Quito y Guayaquil. Consecuentemente, la estratificación se efectuó a nivel geográfico, tomando como criterio la región, o sea, Costa, Sierra y Oriente, además de las ciudades de Quito y Guayaquil Para poder cumplir con estos requerimientos, el diseño muestral debe permitir, en primera instancia, reducir significativamente los costos del levantamiento de la información. Para el efecto, el muestreo por etapas es el más eficiente. Para el presente estudio, el SIDUC eligió tres etapas muestrales. Las unidades muestrales de la primera etapa fueron los sectores censales definidos por el INEC en el VI Censo de Población y V de Vivienda, realizado en el 2001. Sin embargo, para las ciudades de Quito y Guayaquil, se observó que los sectores censales generaban una muestra muy variable, de tal manera que para disminuir la variabilidad de la muestra se optó por generar “nuevos sectores”, que se denominaron segmentos, los cuales eran el resultado de la adición y sustracción entre manzanas de uno o varios sectores que fueron las unidades primarias del muestreo en las ciudades de Quito y Guayaquil; esto generó una muestra mucho más estable para estas ciudades. Las unidades muestrales de la segunda etapa fueron las viviendas. Una vez que se seleccionaron los sectores (respectivamente los segmentos), se procedió a realizar una actualización cartográfica de los mismos con la finalidad de actualizar el número de viviendas y hogares presentes. Las unidades muestrales de la tercera etapa fueron los 4 Cabe recalcar que el marco muestral de este estudio toma en cuenta a la población urbana del país, mas no a la rural. 5 Los estratos son conjuntos constituidos por todas las observaciones de todos los posibles grupos de individuos con características conocidas. 41 individuos, seleccionados mediante la tabla de Kish que se encuentra en la primera hoja del formulario de la encuesta y cuya aplicación se la explica más adelante. 3.2.1 Cálculo del tamaño de la muestra El diseño muestral estuvo a cargo del Centro de Estudios de Población y Desarrollo Social, CEPAR, para las ciudades de Quito y Guayaquil, y el Centro de Planificación y Estudios Sociales, CEPLAES, para las regiones Costa, Sierra y Oriente. En varias reuniones se coordinaron los factores técnicos necesarios para asegurar que las muestras sean comparables entre sí. Para el cálculo de una primera aproximación al tamaño de muestra mínimo n0 se utilizó la siguiente ecuación: 2 ⎛z⎞ n0 = PQ⎜ ⎟ deff ⎝d ⎠ donde P es la proporción de consumidores que se supone existe en la población, este valor usualmente se lo sitúa en 0.10 y Q = 1 − P ; z es un valor que depende del nivel de confianza elegido, para este caso fijado en 1.96; d el margen de error considerado (menor al 2%) y N representa el tamaño de la población. Esta primera aproximación al tamaño de la muestra toma en cuenta que se va a seleccionar una población infinita. Sin embargo, el tamaño de la población incide sobre el de la muestra, de tal modo que es posible disminuirlo al ajustar el tamaño muestral a una población finita. Este ajuste por población finita es posible realizarlo con la siguiente ecuación: n= n0 n 1+ 0 N donde, n es el tamaño final de la muestra y N el número de personas en la población. Finalmente, se incrementó este tamaño de muestra para compensar un 30% de posible falta de respuesta. En el siguiente cuadro se resume el tamaño muestral obtenido por cada dominio de estimación. Tamaño de muestra obtenido DOMINIO TAMAÑO MUESTRAL Costa 1.020 Sierra 42 1.020 Oriente 1.008 Quito 4.310 Guayaquil TOTAL 3.3 3.252 10.610 EL INSTRUMENTO El instrumento fue un cuestionario precodificado y aplicado a manera de entrevista a la persona seleccionada en la vivienda señalada. Fue elaborado y aprobado por los coordinadores nacionales del proyecto de los países que conforman el Sistema Subregional de Información e Investigación sobre el Uso Indebido de Drogas, en las Reuniones Técnicas y de Coordinación del Sistema Subregional, en las cuales se estableció un cuestionario base para el informe comparativo. Para los respectivos informes nacionales, cada país debía incluir las preguntas que considerara convenientes para analizar la problemática interna del mismo. 3.4 EL TRABAJO DE CAMPO 3.4.1 Niveles y funciones La dirección nacional de la “Tercera Encuesta Nacional sobre Consumo de Drogas en Población General” estuvo a cargo de la Coordinadora Nacional del SIDUC del Observatorio Ecuatoriano de Drogas. Para las ciudades de Quito y Guayaquil, CEPAR estableció dos coordinaciones. Bajo su responsabilidad estuvo la capacitación de supervisores y encuestadores, conjuntamente con el equipo técnico del Observatorio Ecuatoriano de Drogas. Para las regiones Costa, Sierra y Oriente, dirigidas por CEPLAES, se establecieron varios niveles. Un coordinador para las tres regiones, el cual era el muestrista y el encargado de distribuir el trabajo de campo entre supervisores y encuestadores, así como de la capacitación de los mismos en coordinación siempre con el Observatorio Ecuatoriano de Droga que realizó una supervisión exhaustiva y permanente del trabajo. 3.4.2 Aplicación de los cuestionarios La aplicación de los cuestionarios estuvo bajo la responsabilidad de encuestadores con vasta experiencia y que además recibieron la capacitación correspondiente. A cada supervisor se le dio instrucciones precisas de la vivienda en la cual se debía realizar la encuesta y el encuestador debía ubicar la manzana (o segmento) en un mapa y dirigirse al sitio para aplicar el cuestionario. En caso de que la persona no se encontrara se hacía 43 una revisita hasta por tres ocasiones; en caso de no encontrar a la persona seleccionada en la tercera revisita, la misma se daba por perdida. 3.4.3 Distribución del personal El número de encuestadores necesarios para la obtención de los datos se distribuyó de tal manera que se garantizara este trabajo en el plazo de dos meses a nivel nacional (un mes en las regiones Sierra y Oriente, y otro en la región Costa). El trabajo de campo se distribuyó de la siguiente manera: Tabla 4: Distribución del personal de campo a nivel nacional DOMINIO CIUDAD ENCUESTADORES SIERRA Cuenca 2 Loja 2 Ibarra 6 Latacunga 6 Sangolquí 6 Ambato 6 Riobamba 6 Santo Domingo de los Colorados 6 COSTA Esmeraldas 6 Machala 2 Portoviejo 2 Manta 2 Milagro 2 La Libertad 2 Durán 2 Quevedo 2 Babahoyo 2 ORIENTE Lago Agrio 2 Puyo 2 QUITO Quito 15 GUAYAQUIL Guayaquil 15 TOTAL 96 SUPERVISORES 1 3 3 1 1 2 3 3 17 3.4.4 Ubicación de los individuos y aplicación de los cuestionarios Para la ubicación de los individuos se proporcionó a los encuestadores un mapa donde se encontraba pintado el sector (o segmento) y se especificaba la vivienda a la cual debían acudir los encuestadores a realizar la entrevista. Por ningún motivo el encuestador podía reemplazar la vivienda seleccionada. La selección se la realizó desde la oficina para no dar oportunidad al encuestador de decidir a quién entrevistar o no. La 44 selección del individuo se la realizó mediante la tabla de Kish, cuyo proceso se especifica a continuación. 1. En primer lugar se debe anotar los nombres de las personas que ocupan la vivienda, ordenándolos de acuerdo a la edad, de mayor a menor, pero solamente de las personas entre 12 y 65 años, con su respectiva edad, y a cada una se le asigna un número de orden en la columna 3. 2. Luego, se hace coincidir el número de orden con la Letra para el sorteo que se encuentra en la esquina derecha de la tabla de identificación geográfica. El cruce da como resultado un número, el cual indica el número de orden de la persona a la que se debe entrevistar. Para ejemplificar esto, se supone que se ha llegado a la vivienda y que existen 3 personas entre 12 y 65 años: Pedro, 39 años; María, 35 años, y Martín, 21 años, y que la letra del sorteo era “K”. La selección se realiza de la siguiente manera: No de Orden Edad Nombre Tabla 5: Tabla de Kish Asiste a algún estableciA B C D E miento educativo* Pedro 39 1 1 1 1 1 1 María 35 2 1 1 1 1 1 Martín 21 3 1 1 1 1 1 1 1 1 2 2 F G H I J K L M N O P Q R 1 1 1 1 1 1 2 2 1 1 2 2 1 2 2 3 1 2 2 3 1 2 2 3 1 2 3 4 1 1 2 2 1 2 3 3 1 2 3 3 1 2 3 4 1 2 3 4 Se observa que en la intersección se encuentra el número 2, indicando que se debe entrevistar a la persona que tiene como número de orden el 2, por lo que se debe entrevistar a María. Parte del trabajo del supervisor fue verificar que esta selección se la realizó de manera adecuada y que el encuestador no falseó en ningún momento la información. Tabla 6: Distribución del trabajo de campo a nivel nacional DOMINIO CIUDAD ENCUESTAS SIERRA Cuenca 246 Loja 108 Ibarra 102 Latacunga 48 Sangolquí 48 Ambato 150 Riobamba 144 TOTAL 1020 1 2 3 4 45 COSTA ORIENTE QUITO GUAYAQUIL TOTAL Sto. Domingo de los Colorados Esmeraldas Machala Portoviejo Manta Milagro La Libertad Durán Quevedo Babahoyo Lago Agrio Puyo Quito Guayaquil 174 78 192 132 144 102 54 156 96 66 558 450 2536 2579 8163 1020 1008 2536 2579 Posteriormente a la aplicación de los cuestionarios, el encuestador y el supervisor debían realizar el control de calidad respectivo a cada uno de los cuestionarios aplicados. Finalmente, se efectuó una supervisión por parte del equipo del Observatorio Ecuatoriano de Drogas, en la cual se visitaron todos los equipos de trabajo a nivel nacional. Cabe mencionar que esta supervisión se la realizó in situ en las primeras semanas del trabajo de campo con la finalidad de corregir posibles errores por parte de los encuestadores y supervisores. También se realizó una supervisión de los cuestionarios que eran enviados a las respectivas oficinas para su revisión. 3.5 LA ELABORACIÓN DE LA BASE DE DATOS La elaboración de la base de datos estuvo a cargo de CEPAR, bajo las especificaciones solicitadas por el Observatorio Ecuatoriano de Drogas. CEPAR entregó los siguientes productos: base de datos en archivo “SAV” (formato de archivo de SPSS), el diccionario de variables, es decir, los códigos utilizados para la organización de las variables en la base, además de la supervisión de la digitación. 3.6 EL ANÁLISIS DE LOS DATOS La base de datos de la encuesta constituye un objeto complejo. Los análisis estadísticos univariados permiten una descripción inicial de los datos, de tal manera que se puede tener una visión particular de cada una de las variables estudiadas a través de tablas de frecuencias. Una descripción univariada de las variables asociadas al consumo de sustancias psicoactivas permite calcular la prevalencia de vida, año y mes del consumo de alcohol, cigarrillo, drogas ilícitas y medicamentos adquiridos sin receta médica. 46 3.6.1 El concepto de prevalencia La prevalencia es un concepto de la epidemiología y se define por el cociente entre el número de personas que presentan una determinada característica y una población de referencia multiplicado por una constante, en general 100, para obtener un resultado de fácil lectura. En ciertos casos, se calcula una tasa por 100.000 habitantes cuando el valor del cociente es pequeño. La prevalencia de vida (PV) del consumo de una droga es la relación entre el número de personas que indican que alguna vez en la vida han consumido este producto y la población de referencia. La prevalencia de vida no hace diferencia entre las personas que consumieron una sola vez este producto y las que lo han consumido más frecuentemente. La prevalencia del último año (PA) expresa la proporción entre el número de personas que consumieron una droga durante el último año y la población de referencia, y la prevalencia del consumo durante los últimos 30 días (PM), es la misma relación pero correspondiente a este intervalo de tiempo. Para la generación de estas prevalencias es necesario contar con algunos criterios que se detallan a continuación: • Drogas individuales. En las prevalencias se toma en cuenta únicamente a los individuos que contestan afirmativamente a las preguntas relacionadas con el consumo de alguna droga, es decir, quienes no especifican consumo no son tomados en cuenta para el cálculo de los indicadores de prevalencia. • Combinación de algunas drogas. La combinación de algunas drogas se utilizó para la construcción de una variable llamada cualquier droga ilícita. La variable da cuenta del consumo en esta combinación y se la construye tomando en consideración la tabla de drogas ilícitas, con base en las respuestas del grupo que forma la pregunta 56. Cabe indicar que para la elaboración de esta variable no se tomó en cuenta a la ketamina, ni a la variable Otras drogas. Para tener una visión más amplia de las relaciones existentes entre las variables es necesario construir tablas de contingencia, en las cuales se analiza la relación entre dos variables específicas. Estas estimaciones incluyen relaciones de prevalencia de consumo en cada dominio estudiado, y dentro de cada dominio, se incluyen tablas de contingencia de variables sociodemográficas y de identificación del individuo Por otro lado, se incluyen tablas de contingencia de otras variables de interés que pretenden explicar de alguna manera relaciones de causa-efecto dentro de la problemática del consumo de drogas. En este tipo de estudios, en los cuales las variables de interés son explicadas a través de la conjugación de varias correspondientes, es necesario utilizar técnicas estadísticas que permitan el procesamiento adecuado de tal volumen de información. A este respecto, los análisis multivariantes ofrecen una amplia variedad de técnicas que posibilitan analizar a las variables en su conjunto, más no como variables individuales, lo cual permite tener una idea más global del problema. Finalmente, cabe indicar que todos los análisis fueron procesados en el paquete estadístico SPSS versión 11.0. 47 3.6.2 Las hipótesis del Estudio La prevalencia del consumo de SPA se asume como la consecuencia o efecto de ciertas causas, y una parte importante del análisis consiste en identificarlas. Este trabajo se realiza mediante el concepto estadístico de asociación. Existe una asociación cuando al cambiar los valores de una variable, también cambian los valores de otra. No existe una asociación entre dos variables cuando al cambiar los valores de la primera, no cambian los valores de la segunda. La asociación puede ser positiva o inversa. En el primer caso, el aumento (o disminución) del valor de A se asocia con el aumento (o disminución) del valor de B, mientras en el segundo, el aumento (o disminución) de A se asocia con la disminución (o aumento) de B. Por ejemplo, observar que el consumo aumenta entre aquellas personas que tienen un mayor número de amigos consumidores y disminuye entre las que tienen pocos o ningún amigo consumidor, permite plantear la presencia de una asociación entre estas dos variables: al aumentar A (los amigos consumidores), aumenta también B (el consumo), o sea su probabilidad; o al disminuir A, también disminuye B. Pero el carácter sistémico del consumo hace que rara vez una asociación entre dos variables implique una relación causal directa tipo A Æ B. En muchos casos, la asociación entre A y B se debe a la presencia de otra o de otras variables ocultas, a secuencias A Æ O Æ P Æ Q Æ B o a conjunciones de variables A + O + P + Q Æ B. El razonamiento probabilístico plantea generalmente una hipótesis nula H0, donde las diferencias observadas se deben al azar, y una hipótesis alternativa H1, donde las diferencias observadas no se deben al azar, por lo cual se puede plantear la presencia de una influencia causal. La estadística inferencial define un Error tipo I (rechazar la hipótesis nula cuando es verdadera) y un Error tipo II (no rechazar la hipótesis nula cuando es falsa), errores que pertenecen al razonamiento lógico en general donde se busca construir herramientas para poder aceptar algo verdadero o rechazar algo falso, y evitar rechazar algo verdadero o aceptar algo falso. Las hipótesis del Estudio están constituidas por todas aquellas variables que no se refieren a las de prevalencia del consumo y de patrones de consumo. Han sido descritas anteriormente y constituyen las variables independientes del Estudio ya que se supone que pueden afectar a las primeras. Cada una de estas variables constituye una pregunta. Por ejemplo, al preguntar a los entrevistados si sus padres se separaron o divorciaron, no se busca describir simplemente en la población la proporción de familias donde se produjo este evento, sino relacionar esta variable con la abstinencia y el consumo. De hecho, la presencia de esta variable implica una pregunta específica: ¿Un divorcio entre los padres aumenta la probabilidad de aparición del consumo en el hijo o la hija? ¿Puede considerarse el divorcio una causa del consumo? En este caso, el procedimiento usado para aceptar o rechazar esta hipótesis consistirá en examinar cómo se distribuyen los sujetos en relación con estas dos variables, y se elabora una tabla de contingencia para comparar la distribución de las frecuencias observadas, esperadas y marginales. Si el divorcio no tuviera influencia sobre el 48 consumo, se esperaría que la proporción de consumidores sea similar en el grupo de las personas cuyos padres se divorciaron y en el grupo de las personas cuyos padres no se divorciaron. Las diferencias que aparecen se estiman mediante diferentes estadísticos y permiten concluir sobre la dependencia o independencia de las variables examinadas. Para variables de intervalo o numéricas, bajo la suposición de normalidad entre los grupos y de varianzas iguales, la prueba t para muestras independientes permite estimar, por ejemplo, si la edad media de los entrevistados en el momento del divorcio difiere o no según el consumo y la abstinencia. 3.6.3 El problema de la comparación y la construcción de la tendencia El país requiere de conceptos explicativos para apoyar sus programas de reducción de la demanda, pero también de un conocimiento sobre el comportamiento en el tiempo del consumo de SPA en la población. La tendencia permite estimar la evolución del uso de SPA y cuando se dispone de información sobre otros componentes de la respuesta, tener una idea general sobre su eficacia. Lograr estas metas implica una capacidad instalada para repetir las mediciones a intervalo regular en el tiempo y mantener constantes los parámetros metodológicos de las mediciones, condición que no se ha logrado garantizar entre los estudios realizados en 1988, 1995 y el presente a la población general del Ecuador, ya que el proceso de estandarización de los estudios epidemiológicos en el continente y el OED alcanzó las mediciones después de la Segunda Encuesta Nacional realizada en 1995. Un segundo elemento que dificulta la comparación entre las mediciones realizadas se relaciona con la tasa de disimulación, o sea la proporción de personas que habiendo usado drogas o estando haciéndolo no lo reportan en el instrumento. El problema que plantea la disimulación del consumo personal es que aumenta el error ligado a la medición de las prevalencias, o su precisión; además, como se desconoce su importancia, no se puede calcular un intervalo de confianza sobre la cifra de prevalencia calculada en la muestra como estimador del correspondiente parámetro poblacional. Aunque el presente Informe presentará una estimación indirecta sobre esta magnitud, no existen argumentos para afirmar su constancia entre las diferentes mediciones realizadas en el Ecuador, ni entre éstas y las que se realizan en otros países. 3.6.4 Los métodos de investigación, su complementariedad y sinergia Las preguntas (o hipótesis) que un observador tiene acerca del comportamiento de ciertos fenómenos determinan los métodos que utilizará para responderlas, o sea para aceptar o rechazar las hipótesis que ha elaborado en su explicación. En este proceso, para evitar rechazar una hipótesis verdadera (Error alfa) o aceptar una hipótesis falsa (Error beta), el método científico dispone de varias metodologías que no se deben confundir. El objetivo principal del presente Estudio consiste en estimar el nivel de consumo de SPA en la población ecuatoriana, así como sus patrones de consumo y otras variables asociadas. Por lo tanto, se aplicó un cuestionario precodificado a una muestra probabilística y representativa de la población estudiada para poder estimar, a partir de 49 los estadísticos muestrales, los correspondientes parámetros de la población con márgenes de errores conocidos en las variables estudiadas. Los métodos no se clasifican por ser “cualitativos” o “cuantitativos”, sino según el nivel en el cual se realiza la observación (individuos, grupos o poblaciones) y según el nivel de medición en el cual se traducirán las variables observadas. Por ejemplo, múltiples escalas se aplican en el trabajo psicológico individual, pero también en estudios a poblaciones; la dinámica sociocultural da lugar a descripciones cualitativas, y también cuantitativas. El presente Estudio es un experimento que investiga variables cuyo nivel de medición es principalmente nominal y ordinal, y pocas de intervalo o de razón. Las variables nominales traducen el fenómeno estudiado mediante categorías no ordenadas, mientras que en el nivel ordinal, las categorías pueden ordenarse, pero sin poder cuantificar la distancia que las separa. Estos niveles de medición son los más frecuentes en el Estudio. En una escala de intervalo, un incremento de una unidad en el valor numérico representa el mismo cambio en la magnitud medida, con independencia de donde ocurra. Esta escala, junto con la de razón, se consideran más “fuertes” que las anteriores. Las escalas ordinales serían las únicas que se podrían calificar de “cualitativas” y las de intervalo o de razón, de “cuantitativas”, mientras las ordinales ocupan una posición intermedia. Es difícil discutir de la esencia de ciertos fenómenos, si “cualitativa” o “cuantitativa”, pero sí se puede definir con exactitud el nivel en el cual se los traducirá y, sobre todo, el tipo de análisis estadístico que se realizará en cada uno de estos niveles. Por ejemplo, se podría buscar medir la variable “consumo” en una escala de intervalo, preguntando el número de veces que un sujeto ha consumido un determinado producto porque este número existe en la realidad. Sin embargo, el error que cometería la memoria en muchos casos seria más grave que la pérdida de precisión que conllevan las escalas ordinales con las cuales se mide esta variable en el presente Estudio. Finalmente, cabe indicar que muchas de las variables de la Encuesta han sido medidas con escalas débiles porque no se sabe cómo medirlas en escalas más fuertes o porque representan a fenómenos complejos, como por ejemplo la “presión”, la “angustia”, los “conflictos familiares”, etc. Sin embargo, este problema no es específico de este tipo de metodología ya que es común a la mayoría de los fenómenos estudiados por las “ciencias humanas”, cualquiera sea el nivel de la observación, si individual, grupal o colectivo. Por lo tanto, en el proceso de la construcción de un conocimiento, el tejido causal del consumo de SPA tiene que observarse desde varios ángulos, con el fin de compensar las limitaciones propias de cada método con las fortalezas de otros y poder construir progresivamente una representación de su estructura, sus elementos y las interacciones que ligan estos elementos. El proceso tiene que permitir predicciones verificables y ser refutable, caso contrario no presentará consistencia. 50 4 EL CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN LA POBLACIÓN ECUATORIANA DE 12 A 65 AÑOS 4.1 EL CONSUMO DE CIGARRILLOS La primera sustancia examinada es el tabaco. 4.1.1 Prevalencia de vida (PV), último año (PA) y último mes (PM) del consumo de cigarrillos u otro tipo de tabaco (%) La prevalencia de vida, último mes y últimos 30 días del consumo de cigarrillos u otro tipo de tabaco se establece en 46.8%, 25.2% y 18.4%, respectivamente, a nivel nacional. Se observa una disminución considerable entre las prevalencias, lo cual traduce una reducción del consumo de cigarrillos en la población. Tabla 7 Prevalencia de vida 2.103.091 personas Población representada Prevalencia últimos 12 meses 1.132.930 personas Prevalencia últimos 30 días 827.131 personas 4.1.2 Prevalencia de vida del consumo de cigarrillos u otro tipo de tabaco (%) y población representada (#) según dominio Tabla 8 PV Población Quito 60,4 616.162 Guayaquil 44,0 647.127 Sierra 50,5 446.285 Costa 33,8 354.565 Oriente 55,5 38953 Nacional 46,8 2.103.092 Existen diferencias significativas (x2 = .000) entre los dominios, siendo la PV mayor en Quito en comparación a Guayaquil y mayor en el Oriente en relación con la Sierra y la Costa. 51 4.1.3 Distribución porcentual de los consumidores de cigarrillos u otro tipo de tabaco según el género 4.1.3.1 Nacional Tabla 9 Prevalencia de vida del consumo de cigarrillos SÍ NO GÉNERO MASCULINO 63,6% 36,4% FEMENINO 29,9% 70,1% El consumo de cigarrillos es mayor entre los hombres, siendo significativa esta diferencia (Ji cuadrado = .000). 4.1.3.2 Según el dominio y género Tabla 10: Distribución del consumo de cigarrillos alguna vez en la vida según el género y el dominio Consumo de cigarrillos alguna vez en la vida Dominio GÉNERO NO MASCULINO 75,5% 24,5% 100,0% FEMENINO 45,4% 54,6% 100,0% 60,4% 39,6% 100,0% MASCULINO 56,3% 43,7% 100,0% FEMENINO 30,5% 69,5% 100,0% 44,0% 56,0% 100,0% MASCULINO 73,0% 27,0% 100,0% FEMENINO 27,2% 72,8% 100,0% 50,5% 49,5% 100,0% MASCULINO 53,6% 46,4% 100,0% FEMENINO 16,3% 83,7% 100,0% 33,8% 66,2% 100,0% MASCULINO 71,6% 28,4% 100,0% FEMENINO 39,5% 60,5% 100,0% 55,5% 44,5% 100,0% Quito Total Guayaquil GÉNERO Total Sierra GÉNERO Total Costa GÉNERO Total Oriente GÉNERO Total SÍ Total 52 Tabla 11: Distribución del consumo de cigarrillos durante el último año según el género y el dominio Consumo de cigarrillos en los últimos 12 meses Dominio GÉNERO SÍ NO MASCULINO 48,9% 51,1% 100,0% FEMENINO 17,8% 82,2% 100,0% 33,2% 66,8% 100,0% MASCULINO 30,5% 69,5% 100,0% FEMENINO 10,1% 89,9% 100,0% 20,8% 79,2% 100,0% MASCULINO 48,5% 51,5% 100,0% FEMENINO 11,2% 88,8% 100,0% 30,1% 69,9% 100,0% MASCULINO 33,5% 66,5% 100,0% FEMENINO 6,6% 93,4% 100,0% 19,2% 80,8% 100,0% MASCULINO 44,8% 55,2% 100,0% FEMENINO 12,2% 87,8% 100,0% 28,4% 71,6% 100,0% Quito Total Guayaquil GÉNERO Total Sierra GÉNERO Total Costa GÉNERO Total Oriente GÉNERO Total Tabla 12: Distribución del consumo de cigarrillos en los últimos 30 días según el género y el dominio Consumo de cigarrillos en los últimos 30 días Dominio GÉNERO Quito GÉNERO NO MASCULINO 39,9% 60,1% 100,0% FEMENINO 10,3% 89,7% 100,0% 25,0% 75,0% 100,0% MASCULINO 22,0% 78,0% 100,0% FEMENINO 5,3% 94,7% 100,0% 14,1% 85,9% 100,0% MASCULINO 38,7% 61,3% 100,0% FEMENINO 6,2% 93,8% 100,0% 22,7% 77,3% 100,0% 26,0% 74,0% 100,0% Total Sierra GÉNERO Total Costa GÉNERO Total SÍ Total Guayaquil Total MASCULINO 53 FEMENINO 4,3% 95,7% 100,0% 14,5% 85,5% 100,0% MASCULINO 29,8% 70,2% 100,0% FEMENINO 6,9% 93,1% 100,0% 18,3% 81,7% 100,0% Total GÉNERO Oriente Total 4.1.4 Distribución de los consumidores según la edad del primer consumo de cigarrillos u otro tipo de tabaco (años) Para el 14.9% de la población que ha fumado alguna vez en su vida cigarrillos, el primer consumo se produjo antes de los 14 años. El rango de edad donde más frecuentemente se produce este primer consumo es el de 15-19 años. La edad promedio del primer consumo se calcula en 18.01 años. 4.1.5 Periodo en el cual fumó cigarrillos u otro tipo de tabaco por primera vez (%) Tabla 13 Durante los últimos 30 días 2.2 Hace más de un mes pero menos de 1 año 2.8 Hace más de 1 año 95.0 Las personas que usaron cigarrillos u otro tipo de tabaco por primera vez lo hicieron en su mayoría (95.0) hace más de un año. 4.1.6 Número de cigarrillos u otro tipo de tabaco fumado por día en el último mes 54 El número medio de cigarrillos fumados por día en el último mes se calcula en 3.91 entre las personas que fumaron durante el último mes. 4.1.7 Ha fumado alguna vez al menos 100 cigarrillos o cantidad equivalente en la vida (%) Tabla 14 Sí 40.7 No 59.3 El 40.7% ha fumado alguna vez al menos 100 cigarrillos en la vida. 4.1.8 Número de años donde ha fumado a diario Número de años donde ha fumado a diario (%). Nacional. El número medio de años de haber fumado a diario es de 9.87 años. El quartile 25 se ubica en 2 años; el 50 en 5 y el 75 en 15 años. 20,0 15,0 10,0 5,0 0,0 1 4.2 4 7 10 13 16 19 22 25 29 33 36 39 42 45 EL CONSUMO DE ALCOHOL Los niveles de consumo de alcohol en el país se describen a continuación. 4.2.1 Prevalencia de vida, últimos 12 meses y últimos 30 días del consumo de alcohol La PV del consumo de alcohol se calcula en 76.9%, la PA en 54.4% y la PM, en 31.7%. 55 Tabla 15 Población representada Prevalencia últimos 12 meses 2.446.180 personas Prevalencia de vida 3.458.104 personas Prevalencia últimos 30 días 1.423.815 personas 4.2.2 Prevalencia de vida, último año y último mes del consumo de alcohol según dominio (%). Tabla 16 Prevalencia de vida Prevalencia último año Prevalencia últimos 30 días Quito Guayaquil Sierra Costa Oriente Total 87.2 76.2 77.5 67.0 85.5 76.9 62.8 54.3 52.9 47.4 58.6 54.4 37.9 28.8 30.6 30.6 32.4 31.7 4.2.3 Prevalencia de vida del consumo de alcohol según el género (%) 4.2.3.1 Tabla 17 Nacional Prevalencia de vida del consumo de alcohol SÍ NO GÉNERO MASCULINO 84,1% 15,9% FEMENINO 69,8% 30,2% La prevalencia de vida del consumo de alcohol en los hombres se establece en 84.1% y en las mujeres, en 69.8%. 4.2.3.2 Tabla 18: Según dominio y género Distribución del consumo de alcohol alguna vez en la vida según el género y el dominio Ha consumido alcohol alguna vez en la vida SÍ NO Dominio Quito GÉNERO MASCULINO 90,8% 9,2% Total 100,0% 56 FEMENINO 83,6% 16,4% 100,0% 87,2% 12,8% 100,0% MASCULINO 82,8% 17,2% 100,0% FEMENINO 68,9% 31,1% 100,0% 76,2% 23,8% 100,0% MASCULINO 84,6% 15,4% 100,0% FEMENINO 70,2% 29,8% 100,0% 77,5% 22,5% 100,0% MASCULINO 78,4% 21,6% 100,0% FEMENINO 56,9% 43,1% 100,0% 67,0% 33,0% 100,0% MASCULINO 88,0% 12,0% 100,0% FEMENINO 83,0% 17,0% 100,0% 85,5% 14,5% 100,0% Total Guayaquil GÉNERO Total Sierra GÉNERO Total Costa GÉNERO Total Oriente GÉNERO Total Tabla 19: Distribución del consumo de alcohol alguna vez en la vida según el género y el dominio Ha consumido alcohol en los últimos 12 meses SÍ NO Dominio GÉNERO MASCULINO 73,4% 26,6% 100,0% FEMENINO 52,4% 47,6% 100,0% 62,8% 37,2% 100,0% MASCULINO 65,9% 34,1% 100,0% FEMENINO 41,7% 58,3% 100,0% 54,3% 45,7% 100,0% MASCULINO 67,8% 32,2% 100,0% FEMENINO 37,4% 62,6% 100,0% 52,9% 47,1% 100,0% MASCULINO 65,8% 34,2% 100,0% FEMENINO 31,2% 68,8% 100,0% 47,4% 52,6% 100,0% MASCULINO 67,7% 32,3% 100,0% FEMENINO 49,6% 50,4% 100,0% 58,6% 41,4% 100,0% Quito Total Guayaquil GÉNERO Total Sierra GÉNERO Total Costa GÉNERO Total Oriente GÉNERO Total Total 57 Tabla 20: Distribución del consumo de alcohol durante el último año según el género y el dominio Ha consumido alcohol en los últimos 30 días Dominio GÉNERO Quito SÍ NO MASCULINO 50,9% 49,1% 100,0% FEMENINO 25,1% 74,9% 100,0% 37,9% 62,1% 100,0% MASCULINO 42,0% 58,0% 100,0% FEMENINO 14,3% 85,7% 100,0% 28,8% 71,2% 100,0% MASCULINO 45,1% 54,9% 100,0% FEMENINO 15,6% 84,4% 100,0% 30,6% 69,4% 100,0% MASCULINO 46,5% 53,5% 100,0% FEMENINO 16,5% 83,5% 100,0% 30,6% 69,4% 100,0% MASCULINO 43,9% 56,1% 100,0% FEMENINO 21,0% 79,0% 100,0% 32,4% 67,6% 100,0% Total Guayaquil GÉNERO Total Sierra GÉNERO Total Costa GÉNERO Total Oriente GÉNERO Total Total El consumo de alcohol es mayor entre los hombres en comparación con las mujeres en prevalencia de vida, último año y último mes. La prevalencia de vida es mayor en los dominios de Quito y el Oriente. 4.2.4 Edad del primer consumo de alcohol (%) El 60.7% de la población realizó su primer consumo de alcohol entre los 15-19 años. 58 Tabla 21 Edad media del primer consumo de alcohol 18.1 años Percentil 25 16.0 años Percentil 50 18.0 años Percentil 75 20.0 años La edad media del primer consumo de alcohol en la población se calcula en 18.1 años. Tabla 22 Periodo en el cual consumió alcohol por primera vez (%) Durante los últimos 30 días 2.3 Hace más de un mes pero menos de 1 año 4.3 Hace más de 1 año 93.4 El 93.4% de las personas que consumieron alcohol alguna vez en su vida lo hicieron más de 1 año. Tabla 23: Edad media del primer consumo de alcohol según género, prevalencia de vida Género Masculino Femenino Población Edad media del primer consumo (años) 17.08 19.31 18.1 El primer consumo de alcohol se produce en promedio en los hombres a los 17.08 años y entre las mujeres, a los 19.31 años. 4.2.5 Consumo de alcohol durante los últimos 30 días según la ed La proporción del consumo de alcohol durante los últimos 30 días muestra un crecimiento rápido desde los 12-14 años hasta los 20-24 años, periodo en el cual alcanza un valor máximo (42.6%) que luego va disminuyendo progresivamente. 4.2.6 Número de días de consumo de alcohol durante los últimos 30 días (%) Número de dias de consumo de alcohol durante los últimos 30 días. Nacional. 54,5 21,7 11,9 6,4 1 2 3 1,0 0,8 0,4 1,9 0,1 0,2 0,2 0,4 0,0 0,2 0,1 0,1 4 5 6 7 8 9 10 Número de días 12 15 16 20 25 30 Durante los últimos 30 días, el 54.5% de la población estudiada ha tenido un día de consumo de alcohol. 59 Tabla 24 Número medio de días de consumo de alcohol en los últimos 30 días 2.14 días Percentil 25 Percentil 50 Percentil 75 1 1 2 El número promedio de días de consumo de alcohol se calcula en 2.14 días. 4.2.7 Número de bebidas tomadas en total en los días que tomó alcohol durante los últimos 30 días Tabla 25 Número medio de bebidas tomadas en últimos 30 días 22.51 Percentil 25 5.0 Percentil 50 10.0 Percentil 75 25.0 El número promedio de bebidas de alcohol tomadas en los últimos 30 días se establece en 22.51 unidades. 4.2.8 Número de bebidas ingeridas el día que más tomó en los últimos 30 días (%) Número de bebidas ingeridas el día que más tomó. Nacional. 12,0 10,0 8,0 6,0 4,0 2,0 0,0 200 140 100 80 70 55 48 37 32 28 25 22 17 14 10 7 4 1 Número de bebidas 60 El número de bebidas de alcohol ingeridas el día que más tomó se describe a continuación. Tabla 26 Número medio de bebidas el día que más tomó Percentil 25 Percentil 50 Percentil 75 13.35 bebidas 4 8 16 El número promedio de bebidas tomadas, el día que más tomó durante los últimos 30 días, se calcula en 13.35. 4.2.9 Excesos en el consumo de alcohol en los últimos 30 días. Nivel Nacional. 4.2.9.1 Excesos con el alcohol (%) Tabla 27 Ninguna vez 1 vez 2 veces 3 veces 85.3 9.8 2.8 0.9 4 o más veces 1.0 Durante el último mes, el 85.3% no se emborrachó, mientras el 14.7% se ha excedido con el alcohol por lo menos una vez. 4.2.9.2 Distribución de las personas que se excedieron con el alcohol, según el número de episodios, en los últimos 30 días Número de veces que se ha emborrachado en los últimos 30 dias. Nacional. 61,9 20,1 6,1 1 2 3 8,0 4 1,3 0,3 0,2 1,3 0,1 0,3 0,1 0,3 0,1 0,0 5 6 7 8 9 10 12 15 20 30 61 4.2.9.3 Número medio de excesos con el alcohol Tabla 28 Número medio de excesos con el alcohol en los últimos 30 días entre las personas que se excedieron con el alcohol Percentil 25 Percentil 50 Percentil 75 1.85 1.0 1.0 2.0 4.2.9.4 Excesos con el alcohol según el género (%) Tabla 29 GÉNERO Media N Desviación estándar MASCULINO ,51 1899907 1,287 FEMENINO ,05 2017755 ,277 Total ,27 3917662 ,946 Entre los hombres, la media del número de excesos con el alcohol se calcula en 0.51, mientras en las mujeres, en 0.05. Tabla 30 Excesos con alcohol No Sí el Masculino Femenino Total 73.7 26.3 96.3 3.7 85.3 14.7 Los excesos con el alcohol constituyen una conducta típicamente masculina, ya que es 7.1 veces mayor en los hombres que en las mujeres. 4.2.9.5 Excesos con el alcohol según la edad (%) Tabla 31 Grupo de Edad Media N Desviación estándar 12-14 ,04 393102 ,316 15-19 ,18 581053 ,741 20-24 ,39 503746 1,171 25-29 ,46 451651 1,310 30-34 ,35 407442 1,013 35-39 ,29 370481 ,736 62 40-44 ,30 314125 ,935 45-49 ,26 270574 ,850 50-54 ,23 254291 ,699 55-59 ,16 196858 ,526 60-65 ,22 174340 1,436 Total ,27 3917662 ,946 Media del número de excesos con el alcohol en los últimos 30 días según la edad. Nacional. 0,46 0,39 0,35 0,29 0,3 0,26 0,23 0,18 0,22 0,16 0,04 12-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-65 Los excesos, calculados como media del número de excesos según cada rango de edad, crecen de acuerdo a la edad y alcanzan un nivel máximo en el rango 25-29 años para luego disminuir, pero sin llegar a desaparecer. Evidencia un comportamiento presente durante toda la vida. 4.2.10 Número promedio de excesos en el consumo de alcohol en los últimos 30 días según regiones. Excesos con el alcohol según ciudades y regiones. 2,17 1,99 1,78 1,56 1,32 Quito Guayaquil Sierra Costa Oriente 63 La Costa representa el dominio que evidencia el mayor número promedio de excesos con el alcohol durante los últimos 30 días (2.17) y el Oriente, el menor (1.32). 4.2.11 Excesos en el consumo de alcohol en los últimos 30 días según el género y dominios (%). Tabla 32 Quito 83.2 16.8 Hombres Mujeres Guayaquil 87.8 12.2 Sierra 90.7 9.3 Costa 87.9 12.1 Oriente 83.5 16.5 Entre las personas que se excedieron con el alcohol, la mayor proporción de mujeres se encuentra en Quito y en el Oriente. 4.2.12 Número de veces que ha consumido 5 o más vasos de alcohol en un solo día en los últimos 30 días (%). Tabla 33 Ninguna 74.4 Una o más veces 25.6 En la población en general, el 25.6% de la población ha tomado por lo menos una vez 5 o más vasos de alcohol en un solo día durante los últimos 30 días. Tabla 34 1 2 58.5 20.6 3 6.3 4 9.5 5 1.3 6 0.8 7 0.3 8 1.5 9 0.1 10 0.3 11 0.1 12 0.3 15 0.3 16 0 20 0.1 30 0.2 Entre las personas que han tomado 5 o más vasos de alcohol en un solo día durante los últimos 30 días, el 58.5% lo ha hecho una sola vez; el 20.6%, 2 veces y el 20.9%, 3 o más veces. Tabla 35 Número promedio de veces de consumo de 5 o más vasos en un solo día 2.02 veces El número promedio de veces de consumo de 5 o más vasos en un solo día se calcula en 2.02 veces. 4.2.13 Amigos o familiares que se emborrachan habitualmente (%) Tabla 36 Ninguno 31.2 Uno 15.9 Dos o más 52.9 64 El 68.8% de los entrevistados indica que tiene uno o más amigos o familiares que se emborrachan habitualmente. 4.2.14 Intentos para dejar de beber Tabla 37 Muchas veces 9.6 Algunas veces 18.7 Nunca 71.7 El 28.3% de las personas que toman han intentado dejar de beber. 4.2.15 Dinero gastado en los últimos 30 días por consumo de alcohol Entre las personas que tomaron durante el último mes, el 19.7% indica no haber realizado ningún gasto al respecto. La distribución tiene una media de 8.07 dólares, un mínimo de 0.0 dólares, y un máximo de 550. 4.2.16 Escala de alcoholismo EBBA-CAGE (%) Entre las personas que por lo menos alguna vez en la vida tomaron alcohol, las variables que constituyen la escala de alcoholismo EBBA-CAGE presentan las siguientes frecuencias. Tabla 38 EBBA, nivel nacional. SÍ ¿Ha habido problemas entre usted y familiares (su pareja) a causa del trago? ¿Ha perdido amigos, amigas por el modo de beber? ¿Ha tenido ganas de disminuir lo que toma? ¿Le ocurre en ocasiones que, sin darse cuenta, termina tomando más de lo que desea? ¿Ha tenido que tomar alcohol en las mañanas? ¿Le ha ocurrido que al despertar, después de haber bebido la noche 19.0 6.9 24.7 27.2 3.5 20.0 65 anterior, no se acuerda parte de lo que pasó? ¿Le molesta que lo critiquen por la forma en que toma? 15.0 La distribución del puntaje que obtienen los consumidores de alcohol en esta escala se distribuye de la manera siguiente, representando el valor de 0 la ausencia de respuestas positivas a sus variables, y 7 una respuesta positiva en todas. Distribución de los consumidores de alcohol según la escala EBBA. Nacional. 59,4 10,3 0 1 9,7 2 7,2 5,6 4,9 2,2 0,7 3 4 5 6 7 El 59.4% de las personas que tomaron alcohol en PV no presenta ningún elemento alcohólico. La media de la distribución se calcula en 1.16, el percentil 25, en 0; el percentil 50, en 0 y el percentil 75, en 2. Las personas que presentan 2 o más respuestas positivas representan el 30.3% de la población, cifra que evalúa la proporción del consumo problemático con el alcohol existente en el país según este instrumento. Tabla 39: Distribución de los bebedores problemáticos según la edad (%) 12-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-65 11,4 27,3 35 33,3 31,4 28 33,2 31,9 24,3 30,9 22,4 La proporción de consumidores problemáticos llega a un valor máximo para el rango 2024 años (35.0%) para luego presentar un nivel estable, quizá ligeramente decreciente en función de la edad. Tabla 40: Distribución de los bebedores problemáticos según el género Bebedores no Bebedores problemáticos problemáticos Hombres 59.3 40.7 Mujeres 85.2 14.8 66 La proporción de bebedores problemáticos según el EBBA es 2.75 veces mayor entre los hombres que entre las mujeres. 4.3 EL CONSUMO DE MEDICAMENTOS TRANQUILIZANTES Y ESTIMULANTES El consumo de medicamentos tranquilizantes y estimulantes registrado en el Estudio es aquel que se produjo sin prescripción médica. 4.3.1 Prevalencia de vida, ultimo año y último mes del consumo de tranquilizantes y estimulantes sin prescripción médica En PV, el consumo de los tranquilizantes (2.0%) es superior al de los estimulantes (0.2%). La prevalencia del consumo de medicamentos psicotrópicos estimulantes y tranquilizantes, cualquiera sea el producto, se calcula en 2.1% a nivel nacional. Tabla 41 Población representada: tranquilizantes Prevalencia de vida Prevalencia últimos 12 Prevalencia últimos 30 días meses 89.784 personas 21.941 personas 11.632 personas Población representada: estimulantes Prevalencia de vida Prevalencia últimos 12 Prevalencia últimos 30 días meses 8605 personas 2516 personas 940 personas 4.3.2 Prevalencia de vida del consumo de cualquier medicamento según el género. Nivel Nacional Tabla 42 Sí GÉNERO % línea Casos MASCULINO 1,7% 38645 FEMENINO 2,5% 55293 67 Entre los hombres, el 1.7% ha consumido alguna vez en su vida un medicamento psicotrópico, mientras que en las mujeres 2.5%, siendo significativa esta diferencia (x2=.000). 4.3.3 Prevalencia de vida del consumo de cualquier medicamento según el género y el dominio Tabla 43: Distribución del consumo de tranquilizantes y estimulantes en la vida según el género y el dominio Consumo de tranquilizantes y estimulantes alguna vez en la vida Dominio GÉNERO NO SÍ MASCULINO 97,9% 2,1% 100,0% FEMENINO 98,0% 2,0% 100,0% 97,9% 2,1% 100,0% MASCULINO 99,5% ,5% 100,0% FEMENINO 99,4% ,6% 100,0% 99,4% ,6% 100,0% MASCULINO 97,9% 2,1% 100,0% FEMENINO 96,6% 3,4% 100,0% 97,2% 2,8% 100,0% MASCULINO 97,0% 3,0% 100,0% FEMENINO 95,6% 4,4% 100,0% 96,3% 3,7% 100,0% MASCULINO 99,1% ,9% 100,0% FEMENINO 98,2% 1,8% 100,0% 98,6% 1,4% 100,0% Quito Total Guayaquil GÉNERO Total Sierra GÉNERO Total Costa GÉNERO Total Oriente GÉNERO Total Total Las diferencias entre los hombres y las mujeres en el consumo de tranquilizantes y estimulantes aparecen significativas para Guayaquil, la Sierra, la Costa y el Oriente. 4.3.4 Prevalencia del último año del consumo de cualquier medicamento según la edad Tabla 44 Sí Grupo de Edad % línea Casos 12-14 0% 0 15-19 ,9% 5597 20-24 1,6% 9662 68 25-29 2,2% 11935 30-34 2,1% 9911 35-39 3,5% 15135 40-44 3,3% 12463 45-49 3,2% 10282 50-54 2,1% 5946 55-59 3,6% 7863 60-65 2,6% 5145 El consumo de medicamentos tranquilizantes y estimulantes crece con la edad, y a partir de 35-39 años hasta 60-65 años presenta los valores más altos. 4.4 PERCEPCIÓN DEL RIESGO AL CONSUMIR SUSTANCIAS PSICOACTIVAS De manera habitual, la población en general asocia con todas las sustancias investigadas un importante nivel de riesgo, ya que más de 9 de cada 10 entrevistados estima que se corre un gran riesgo al consumirlas. Tabla 45 Tipo de droga Frecuencia del consumo Cigarrillos Consumo: frecuente Alcohol Consumo: frecuente Tranquilizantes/Estimulantes Consumo: frecuente Marihuana Consumo: alguna vez Marihuana Consumo: frecuente Ningún riesgo 0,2 Riesgo moderado 3,4 Gran riesgo 94,5 No sabe 0,2 2,8 95,6 1,4 0,3 3,2 89,1 7,4 1,3 6,2 89,2 3,4 0 0,8 96,7 3,4 0,2 69 Cocaína Consumo: alguna vez Cocaína Consumo: frecuente Pasta base Consumo: alguna vez Pasta base Consumo: frecuente Éxtasis Consumo: alguna vez Éxtasis Consumo: frecuente 0,5 3,3 92,5 3,6 0 0,5 96,2 3,3 0,4 2,4 90,8 6,3 0 0,5 93,5 6 0,4 2,3 90 7,2 0 0,6 92,5 6,9 Las sustancias a las cuales la población asocia el mayor nivel de riesgo son la marihuana, la cocaína y el alcohol en consumo frecuente. En sus respuestas, los informantes parecen guiarse más de acuerdo a la frecuencia del consumo. Tabla 46: Sustancias ordenadas según “gran riesgo” Marihuana: consumo frecuente Cocaína: consumo frecuente Alcohol: consumo frecuente Cigarrillos: consumo frecuente Pasta base: consumo frecuente Cocaína: consumo alguna vez Éxtasis: consumo frecuente Pasta base: consumo alguna vez Éxtasis: consumo alguna vez Marihuana: consumo alguna vez Tranquilizantes/Estimulantes: consumo frecuente Ningún riesgo 0 0 0,3 0,2 0 0,5 0 0,4 0,4 1,3 0,3 Riesgo moderado 0,8 0,5 2,8 3,4 0,5 3,3 0,6 2,4 2,3 6,2 3,2 Gran riesgo 96,7 96,2 95,6 94,5 93,5 92,5 92,5 90,8 90 89,2 89,1 No sabe 3,4 3,3 1,4 1,9 6 3,6 6,9 6,3 7,2 3,4 7,4 El desconocimiento fluctúa entre 3.4% y 7.4% según el producto. Las sustancias sobre las cuales existen los mayores niveles de desconocimiento son los tranquilizantes/estimulantes y el éxtasis. Tabla 47: Sustancias ordenadas según el desconocimiento Ningún Riesgo Gran riesgo moderado riesgo Tranquilizantes/Estimulantes: consumo 0,3 3,2 89,1 frecuente No sabe 7,4 70 Éxtasis: consumo alguna vez Éxtasis: consumo frecuente Pasta base: consumo alguna vez Pasta base: consumo frecuente Cocaína: consumo alguna vez Marihuana: consumo alguna vez Marihuana: consumo frecuente Cocaína: consumo frecuente Cigarrillos: consumo frecuente Alcohol: consumo frecuente 4.5 0,4 0 0,4 0 0,5 1,3 0 0 0,2 0,2 2,3 0,6 2,4 0,5 3,3 6,2 0,8 0,5 3,4 2,8 90 92,5 90,8 93,5 92,5 89,2 96,7 96,2 94,5 95,6 7,2 6,9 6,3 6 3,6 3,4 3,4 3,3 1,9 1,4 FACILIDAD PARA CONSEGUIR DROGAS La facilidad o no para conseguir una droga suele interpretarse como un indicador de la disponibilidad de la droga en el tejido social y, por ende, de la eficacia de los programas de interdicción. Se asume también que la facilidad de conseguir una droga es un factor de riesgo para el consumo. Pero en una segunda interpretación, se relaciona principalmente con el deseo del sujeto para consumir, el cual lo empujará a identificar las estrategias que le permitan obtener el producto que busca. Por lo tanto, esta variable no tiene una interpretación simple, ya que depende a la vez de la disponibilidad de la droga y de las conexiones de los usuarios entre sí. Tabla 48 ¿Cuán fácil o difícil le sería conseguir? (%) Marihuana Cocaína Base Éxtasis Heroína Morfina Fácil 23,1 13,5 10,1 7,9 5,9 5,7 Difícil 10,7 13,9 13,2 13,5 14 13,7 No podría 13,8 15,7 16,3 16,8 17 17,2 No sabe 52,5 56,9 60,3 61,9 63,2 63,3 Con estos antecedentes, los datos indican que la marihuana es la droga más fácil de conseguir (23.1%) seguida por la cocaína (13.5%) y la base (10.1%). La información siguiente estima la facilidad de conseguir droga por dominio y por producto. Tabla 49 MARIHUANA Sí Casos % línea 71 Dominio Quito 313707 30,7% Guayaquil 254674 17,3% Sierra 117621 13,3% Costa 341708 32,6% 8828 12,6% Oriente Tabla 50 COCAÍNA Dominio Sí Casos % línea Quito 213351 20,9% Guayaquil 107659 7,3% Sierra 40417 4,6% Costa 238263 22,7% 6091 8,7% Oriente Tabla 51 BASE Dominio Sí Casos % línea Quito 147878 14,5% Guayaquil 60266 4,1% Sierra 23042 2,6% Costa 219943 21,0% 3673 5,2% Oriente Tabla 52 ÉXTASIS Dominio Sí Casos % línea Quito 161804 15,8% Guayaquil 63272 4,3% Sierra 16363 1,9% Costa 111902 10,7% 2197 3,1% Oriente Tabla 53 HEROÍNA Sí 72 Dominio Casos % línea Quito 115731 11,3% Guayaquil 29030 2,0% Sierra 11346 1,3% Costa 107794 10,3% 1751 2,5% Oriente Tabla 54 MORFINA Dominio Si Casos % línea Quito 105620 10,3% Guayaquil 36797 2,5% Sierra 9836 1,1% Costa 103623 9,9% 1737 2,5% Oriente De manera general, Quito y la Costa representan los dominios donde las drogas examinadas son de más fácil acceso. La información siguiente analiza la relación existente entre la capacidad de conseguir o no una droga y la situación del sujeto, abstinente o consumidor. Posibilidad de conseguir según consumo. Nacional. 78,9 69,6 21,1 Abstinentes Conseguir: No 30,4 Consumidores Conseguir: Si Se observa que entre los abstinentes, el 78.9% indica que no podría conseguir una droga, mientras el 21.1%, que podría. Estas proporciones cambian significativamente entre los consumidores ya que el 69.6% manifiesta poder conseguirlas. Aproximadamente, es 3 veces más fácil conseguir una droga cuando la persona ya la 73 consume que cuando no la consume. Pero esta conclusión solo significa que para usar de un producto, una persona debe saber donde obtenerlo. ¿Cómo imaginar un consumidor que no sabría donde encontrar su producto? 4.6 OFRECIMIENTO DE DROGAS El ofrecimiento se asume generalmente como un mecanismo que favorece la entrada en el consumo para una persona abstinente. Se trata de una hipótesis simple, la cual es ampliamente usada en los modelos de prevención, y que se basa sobre un concepto del sujeto como ente pasivo, no de actor. Actualmente, se considera más el deseo latente de consumir, no necesariamente reconocido ni asumido explícitamente por el sujeto, pero capaz de dirigirlo hacia los lugares o las personas donde se encuentra el objeto de su deseo. En ciertos casos, consiste en lograr que el otro satisfaga lo que se está buscando. Tabla 55 ¿Cuándo fue la última vez que le ofrecieron alguna de estas drogas, sea para comprar o probar? (%) Durante los últimos 30 días Marihuana Cocaína Base Éxtasis 0,8 0,3 0,2 0,2 Hace más de 1 Hace más de 1 mes, pero año menos de 1 año 2,5 15,5 0,8 5,3 0,4 2,9 0,5 1,8 Nunca me ofrecieron 81,3 93,6 96,5 97,4 Ofrecimiento según tipo de droga y cualquiera. Nacional. 20,6 18,7 6,4 Marihuana Cocaína 3,5 2,6 Base Éxtasis Cualquiera La droga más frecuentemente ofrecida es la marihuana (18.7%). Para cualquier droga, esta proporción asciende a 20.6%, lo cual significa que aproximadamente 20 de cada 100 ecuatorianos ha conocido alguna vez en su vida una situación en la cual hubiera podido consumir. 74 Entre los consumidores, el ofrecimiento de drogas es alto, 95.4% de los casos, lo cual es coherente ya que en los espacios donde se encuentran, también se hallan otros consumidores. 4.7 EL RIESGO El riesgo, tal como se lo define con las variables siguientes, describe una etapa cercana al consumo. Tabla 56 ¿Cree que las personas exageran cuando dicen que bajo ningún pretexto se debería probar drogas ilícitas? ¿Alguna vez, tuvo la posibilidad de probar una droga ilícita? SÍ 14.3 15.4 ¿Alguna vez ha tenido deseo o curiosidad de probar alguna droga ilícita? 9.5 ¿Creé que se debería tener una experiencia con las drogas ilícitas? 4.0 ¿Probaría drogas ilícitas para saber qué se siente? 3.3 ¿Aceptarías si un amigo te ofreciera drogas? 1.9 El 4.0% de la población cree que se debería evitar una experiencia con las drogas ilícitas, mientras el 3.3% indica que probaría una droga para conocer sus efectos. El 15.4% indica que alguna vez tuvo la posibilidad de probar una droga ilícita. Si se compara esta última información con la prevalencia de vida del consumo de cualquier droga, se podría pensar que de cada 3 personas que se encontró en la situación de poder probar una droga, una termina haciéndolo. El 9.5% manifiesta curiosidad para probar una droga ilícita. 75 La curiosidad para probar una droga ilícita alcanza su nivel máximo en el rango de 20-24 años, para luego disminuir regularmente con la excepción del rango que corresponde a los 40-44 años. Sus valores más altos se ubican desde los 15-19 años hasta los 25-39 años. Entre los hombres, alcanza un valor de 13.4%, y entre las mujeres 5.6%. 4.8 EL CONSUMO DE DROGAS Los datos que a continuación se presentan describen la morfología del consumo de drogas ilícitas en el país, o sea sus proporciones de consumo, así como ciertos aspectos de sus patrones de uso. 4.8.1 Prevalencia de vida del consumo de drogas a nivel nacional (%) La prevalencia de vida del consumo de drogas (PV) cuantifica a todas aquellas personas que consumieron por lo menos una vez en su vida una droga. Dicha variable no especifica en qué momento se produjo el consumo, el cual puede haberse dado hace mucho o poco tiempo, en una sola ocasión o en una forma repetida. 4.8.1.1 Prevalencia de vida según droga La información muestra que el consumo de marihuana sigue siendo el más difundido en la población (4.3%), seguido por la cocaína (1.3%) y la pasta base (0.8%). Las demás drogas presentan PV bajas. La PV para cualquier droga suma las personas que consumieron una o más drogas alguna vez en su vida, sin importar el tipo de droga consumida. No se incluyen en su cálculo los tranquilizantes y estimulantes, ni la categoría Otras drogas. La PV del consumo de cualquier droga se ubica en 4.9% en prevalencia de vida. 4.8.1.2 Prevalencia de vida según tipo de droga y dominio (%) Tabla 57 Inhalantes Quito Guayaquil Tamaño 3360 1653 PV 0,33 0,11 Sierra 0 0,00 Costa 1089 0,10 Oriente Nacional 82 6184 0,12 0,14 76 Marihuana Tamaño 80034 PV 7,84 Hachís Tamaño 7821 PV 0,77 Cocaína Tamaño 20367 PV 2,00 Base Tamaño 7527 PV 0,74 Crack Tamaño 253 PV 0,02 Heroína Tamaño 1434 PV 0,14 Éxtasis Tamaño 2692 PV 0,26 Opio Tamaño 0 PV 0 Morfina Tamaño 253 PV 0,02 Alucinógenos Tamaño 913 PV 0,09 41242 2,80 1241 0,08 13574 0,92 10521 0,72 469 0,03 0 0,00 3206 0,22 469 0,03 0,00 0,00 469 0,03 30373 3,43 0 0,00 6210 0,70 4361 0,49 0 0,00 1086 0,12 0 0,00 0 0 0 0,00 0 0,00 41649 3,97 2452 0,23 16119 1,54 13369 1,27 0 0,00 0 0,00 1032 0,10 0 0 0 0,00 2408 0,23 2112 3,01 82 0,12 551 0,78 332 0,47 0 0,00 0 0,00 88 0,13 0 0 0 0,00 0 0,00 195410 4,35 11596 0,26 56821 1,26 36110 0,80 722 0,02 2520 0,06 7018 0,16 469 0,01 253 0,01 3790 0,08 A nivel nacional, el total de las personas involucradas en el consumo de drogas en prevalencia de vida se estima en 320.893. 4.8.1.3 consumo Prevalencia de vida según droga y edad media al primer 77 La droga que más tempranamente se consume son los inhalantes (14.2 años) y las que más tardíamente se usan, los tranquilizantes (29.2%) y los estimulantes (25.2 años). La marihuana, la droga de mayor consumo en el país, suele consumirse por primera vez a los 18.6 años6. Sin embargo, cabe precisar que el consumo de crack se refiere en la muestra a dos casos, y el de morfina a un solo caso, por lo cual la edad media del primer consumo de dichos productos carece de sentido. 4.8.1.4 Proporción de consumo (prevalencia de vida de cualquier droga) según el género (%) Tabla 58 Abstinentes 91.4 98.8 Masculino Femenino Consumidores 8.6 1.2 Entre los hombres, la prevalencia del consumo de cualquier droga se calcula en 8.6%, y entre las mujeres en 1.2%, siendo 7 veces mayor el consumo entre los primeros. 4.8.1.5 Tabla 59 Quito 8.4 Proporción de consumo (prevalencia de vida de cualquier droga) según el dominio (%) Guayaquil 3.3 Sierra 3.8 Costa 4.8 Oriente 3.9 4.8.1.6 Proporción de consumo (prevalencia de vida de cualquier droga) según el género y dominio (%) Tabla 60: Prevalencia de vida del consumo de cualquier droga según el dominio y el género Dominio Cualquier droga GÉNERO SÍ MASCULINO 86,4% 13,6% 100,0% FEMENINO 96,7% 3,3% 100,0% 91,6% 8,4% 100,0% MASCULINO 94,0% 6,0% 100,0% FEMENINO 99,6% ,4% 100,0% 96,7% 3,3% 100,0% 93,4% 6,6% 100,0% Quito Total Guayaquil GÉNERO Total Sierra 6 GÉNERO Total NO MASCULINO La prevalencia de vida para la morfina corresponde a 253 personas, cifra que el SPSS redondea a 0 para el cálculo de la prevalencia, pero sobre la cual calcula la edad media del primer consumo en el valor mencionado. 78 FEMENINO 99,2% ,8% 100,0% 96,2% 3,8% 100,0% MASCULINO 90,7% 9,3% 100,0% FEMENINO 99,2% ,8% 100,0% 95,2% 4,8% 100,0% MASCULINO 93,3% 6,7% 100,0% FEMENINO 98,8% 1,2% 100,0% 96,1% 3,9% 100,0% Total Costa GÉNERO Total Oriente GÉNERO Total Se observan diferencias significativas entre el consumo de los hombres y de las mujeres en todos los dominios de referencia. 4.8.2 Prevalencia del último año (PA) del consumo de drogas 4.8.2.1 Prevalencia del último año según droga La prevalencia del último año del consumo de cualquier droga se calcula en 0.8%, y para la marihuana en 0.7%. 4.8.2.2 (#) Prevalencia del último año: número de personasrepresentadas Tabla 61 TIPO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS (PA) Marihuana Tranquilizantes Base Estimulantes Cocaína Inhalantes Heroína Éxtasis PERSONAS REPRESENTADAS 21941 32606 6811 2516 4147 0 0 333 79 El total de las personas involucradas en el consumo de SPA es de 68.354, y en el consumo de drogas ilícitas 33.232. 4.8.3 Consumo de marihuana durante los últimos 12 meses y otras características 4.8.3.1 Frecuencia del consumo de marihuana durante los últimos 12 meses Entre las personas que consumieron marihuana durante los últimos 12 meses, los que lo hicieron algunas veces durante este periodo representan el 33.4%, seguidos por los que lo hicieron una sola vez (25.1%), algunas veces semanalmente (16.7%), diariamente (13.4%) y algunas veces mensualmente (11.4%). No existe una relación lineal entre la frecuencia y la proporción. 4.8.3.2 Número de cigarrillos de marihuana consumidos al mes El número promedio de cigarrillos de marihuana consumidos al mes se calcula en 7.81 cigarrillos entre las personas que los consumieron. Número de cigarrillos de marihuana consumidos al mes. Nacional. 24,0 10,1 8,9 1 2 Los quartiles de la distribución se establecen: 7,7 7,4 6,5 3 4 5 6 7 4,2 4,3 2,1 3,0 8 12 10 15 5,2 16 7,4 2,8 3,7 2,8 18 24 50 Q1: 2,0 cigarrillos Q2: 5.0 cigarrillos Q3: 10.0 cigarrillos 80 4.8.3.3 Gasto en marihuana en los últimos 30 días El gasto promedio en los últimos 30 días de las personas que consumieron marihuana se calcula en 9.8 dólares. Los quartiles de la distribución se establecen: Q1: 0.0 dólares Q2: 3.0 dólares Q3: 15.0 dólares 4.8.3.4. Costo de un cigarrillo de marihuana El costo promedio de un cigarrillo de marihuana se calcula en 1.44 dólares. Costo de un cigarrillo de marihuana. Nacional. 49,6 Los quartiles de la distribución se establecen: 16,4 3,5 0 15,5 0,25 0,35 0,5 1 1,5 6,2 3,8 3,5 1,4 4 Q1: 0,5 dólares Q2: 1.0 dólar Q3: 1.0 dólar 10 4.8.4 Consumo de cocaína y otras características 4.8.4.1 Frecuencia del consumo de cocaína durante los últimos 12 meses y características 81 Entre las personas que consumieron cocaína durante los últimos 12 meses, los que lo hicieron algunas veces semanalmente representan el 36.4%, seguidos por los que lo hicieron algunas veces durante el periodo considerado (35.9%), una sola vez (16.3%) y algunas veces mensualmente (11.3%). No existe una relación lineal entre la frecuencia y la proporción. 4.8.4.2 Gramos de cocaína consumidos durante el último mes (gramos) La información siguiente describe los gramos de cocaína consumidos por las personas que usaron esta droga durante el último mes. Tabla 62 1 gramo 48.8 2 gramos 17.8 5 gramos 19.0 10 gramos 14.4 4.8.5 Escala de adicción según tipo de droga (%) Las variables siguientes describen los principales componentes clínicos del síndrome de acostumbramiento. ¿Ha sentido un deseo tan grande de usar que no pudo resistir o pensar en nada más? ¿Ha consumido a pesar de que tenía la intención de no hacerlo? ¿Ha terminado consumiendo drogas en mayores cantidades de lo que usted pensó? 0.4 0.2 0.1 0 0 0.5 0.1 0.1 0 0 0.4 0.1 0.1 0 0 Ningun Éxtasis Heroína Base Cocaína Marihua Tabla 63 99. 3 99. 3 99. 5 82 ¿Alguna vez la usó para eliminar problemas o para evitar que se presentaran? ¿Y se han presentado problemas cuando suspendía o disminuía el consumo de drogas? ¿Ha observado que, para obtener el mismo efecto, ha consumido mayor cantidad que antes? ¿Ha notado que la misma cantidad tiene menos efectos en usted que antes? ¿Ha dejado de hacer actividades de diversión o actividades que a usted le gustan por el consumo? ¿Pasa más tiempo que antes para recuperarse del consumo? ¿Ha continuado consumiendo a pesar de que le ocasione problemas de salud o emocionales? 0.4 0.1 0.1 0 0 0.2 0.1 0.1 0 0 0.2 0.1 0 0 0 0.2 0.1 0 0 0 0.1 0.1 0 0 0 0.2 0.1 0 0 0 0.3 0.1 0 0 0 99. 4 99. 6 99. 7 99. 7 99. 7 99. 6 99. 6 Sin embargo, la mayoría de los usuarios indica no presentar ninguno de los rasgos analizados, y dentro de los usuarios, aquellos que los presentan constituyen un grupo menor al 1% del total de los consumidores en prevalencia de vida. 4.8.6 Patrones de consumo de drogas Tabla 64: Persona que inició al sujeto en el consumo (%) Un amigo, conocidos del barrio 60,9 Nadie, yo solo 19,6 Un compañero de estudio 7,1 Un compañero de trabajo Un familiar Mi pareja Otro 5,2 4,6 1,4 1,3 En la mayoría de los casos (60.9%), el primer consumo se realizó con un amigo o conocidos del barrio. Tabla 65: Calificación de las drogas (%) Las drogas son peligrosas Las drogas deben usarse con medida y control Otro 71,8 24,3 2,6 Las cosas son mejores si uno está en algo 1,1 Las drogas lo son todo 0,3 La mayoría de las personas que usaron o están usando drogas las consideran peligrosas (71.8%) o que su uso debe controlarse (24.3%). 83 4.8.7 Consumo de drogas y consumo de alcohol en exceso (%) Tabla 66 Sin excesos con el alcohol Con excesos con el alcohol Abstinentes 86.7 13.3 Consumidores 55.1 44.9 Total 85.3 14.7 Entre las personas que se excedieron con el alcohol durante los últimos 30 días, la proporción de personas en prevalencia de vida para cualquier droga es 3.4 veces superior en comparación con las que no se excedieron. 4.9 EXPOSICIÓN A PROGRAMAS DE PREVENCIÓN La exposición a programas de prevención es un indicador de la actividad de la prevención en la población en general y en grupos específicos. Debería constituir un factor general de protección respecto al consumo. La información que a continuación se presenta se relaciona con la cobertura, pero no con el impacto. La cobertura es el tipo y la cantidad numérica de personas alcanzadas por estos programas, mientras el impacto, más difícil de medir, es la tasa de cambio provocada por la exposición a dichos programas de acción. 4.9.1 Nivel de información sobre las drogas (%) Tabla 67 Bien informado 40.2 Poco informado 52.5 Nada informado 7.3 El 59.8% de los entrevistados se declara poco y nada informado sobre las drogas. 4.9.2 Fuente de la información recibida sobre las drogas (%) 84 La mayor fuente de la información sobre las drogas en la población en general es la televisión (35.4%) y los profesores (20.4%). Esta última información podría constituir un indicador en cuanto al fortalecimiento de las acciones de prevención en el sistema educativo. 4.9.3 Ha asistido a programas de prevención (%) Tabla 68 No ha Barrio Escuela Universidad recibido Colegio 56.2 1.0 25.5 7.6 Lugar Asociaciones Iglesia Otro de trabajo 4.5 1.3 1.7 2.2 La información muestra que más de la mitad de la población (56.2%) indica que no ha asistido a eventos de prevención como cursos, talleres, charlas, etc.. El tipo de eventos más mencionado es la escuela y el colegio (25.5%), así como la universidad (7.6%). En los demás espacios investigados, la importancia de dichos eventos es baja. Esta información revela la baja cobertura de los programas de prevención en el país. 4.9.4 Calificación de los contenidos de prevención (%) Tabla 69 Alarmistas, exagerados 1.1 2.5 Interesantes Aburridos, deficientes No se aplica 40.5 93.3 1.8 4.2 56.6 100 De manera general, las personas que participaron en eventos de prevención expresan un alto nivel de satisfacción. 4.9.5 Según grupos El nivel de información sobre las drogas muestra que los consumidores se autocalifican como mejor informados (59.9%) que los abstinentes (40.1%) sobre las drogas. En una primera interpretación, se podría sostener que el nivel de información no constituye un factor de protección respecto al consumo. Sin embargo, la información de la Encuesta no especifica la calidad de dicha información. 85 4.10 EXPOSICIÓN A PROGRAMAS DE TRATAMIENTO La exposición a procesos de tratamiento se describe de la manera siguiente. 4.10.1 Ha buscado ayuda profesional en los últimos 12 meses para disminuir el consumo de SPA (%) Tabla 70 Prevalencia 0.4 Población representada 19.408 personas A nivel nacional, 19.408 personas han buscado ayuda en los últimos 12 meses para disminuir su consumo. 4.10.2 Ha estado o está en tratamiento por consumo de sustancias en los últimos 12 meses (%) Tabla 71 Prevalencia Población representada Sí, actualmente 0 2052 Sí, estuvo 0.2 10.873 Nunca 99.6 A nivel nacional, 2052 están en tratamiento al momento y 10.873 lo han estado alguna vez en su vida, en total 12.925 personas. 4.10.3 Calificación de la atención recibida (%) Tabla 72 Excelente 43.4 Regular 39.6 Deficiente 17.0 Solo el 43.4% de las personas que estuvieron alguna vez en tratamiento califican de “excelente” su proceso. La cantidad de personas que ha estado en tratamiento es pequeña. Si bien no se especifica su naturaleza, evidencia las limitaciones que presenta la respuesta nacional. Un factor explicativo de dicha situación puede relacionarse con la presencia de numerosos centros “vivenciales” en el país que por sus prácticas de violación sistemática a los derechos (captura, encerramiento forzado, maltrato físico y psicológico, etc.) han generado terror en los usuarios y una disminución de su demanda. 86 5. LOS FACTORES ASOCIADOS AL CONSUMO DE SPA Las medidas de asociación estiman la magnitud con la que dos fenómenos se relacionan. Constituyen una herramienta estadística para explorar la estructura causal de un fenómeno. Pero la presencia de una asociación no implica necesariamente causalidad. El concepto de asociación puede describirse más exactamente con el concepto de covarianza, el cual indica que cuando una variable A crece, otra variable B también crece o decrece. Una asociación puede significar que A es la causa de B, que B es la causa de A, que A y B son causados por C o que A y B no tienen relación uno con otro y que su asociación en los datos analizados se debe a una coincidencia. Varias técnicas permiten estimar las asociaciones entre variables (cociente de contingencia, correlación, regresión simple o múltiple, etc.). En el análisis que a continuación se presenta, la variable Consumo de cualquier droga en prevalencia de vida se considera la variable dependiente, y las demás, las variables independientes. 5.1 RELACIONADOS CON EL SUJETO 5.1.1 Género Tabla 73 Ji cuadrado = .000 Masculino Femenino Abstinente 91.4 98.8 Consumidor 8.6 1.2 El consumo de SPA en PV es 7.17 veces más importante entre los hombres en relación con las mujeres. 5.1.2 Edad Tabla 74 Ji cuadrado = .000 12-14 años 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-65 Consumidor 0.3 4.1 6.9 6.1 5.9 4.1 8.8 5.2 4.7 2.7 1.7 87 Si bien la edad se refiere a la edad actual del informante, y no a la edad durante la cual se presentó el consumo, la distribución de dicha variable muestra un comportamiento en el cual el consumo crece rápidamente hasta el rango de 20-24 años para mantenerse hasta los 40-44 años a nivel máximo, y luego empezar de disminuir regularmente. 5.1.3 Estado civil Tabla 75 Ji cuadrado = .000 Casado/a Divorciado/a Separado/a Viudo/a Soltero/a Abstinente 96.1 88.9 94.1 99.4 94.9 Consumidor 3.9 11.1 5.9 0.6 5.1 El mayor nivel de consumo se encuentra entre las personas divorciadas: es 2.8 veces mayor en este grupo en comparación con las personas casadas. 5.1.4 Migración de algún familiar Tabla 76 Ji cuadrado = .000 Sí No Abstinente 94.6 95.2 Consumidor 5.4 4.8 Se observa una diferencia significativa que indica que la proporción de consumidores es mayor en las familias que tienen algún familiar que ha migrado al exterior. 88 5.1.5 Modelo de prevención del CONSEP: migración Se comprueba parcialmente de esta manera el factor de riesgo expuesto en el modelo de prevención del CONSEP (Manual Ecuador, Estrategias de Prevención de Drogas a través de Municipios) y que se refiere a “hogares disfuncionales por migración”. 5.1.6 Nivel educativo alcanzado Tabla 77 Ji cuadrado = .000 Ninguno o sin instrucción Primaria incompleta Primaria completa Secundaria incompleta Secundaria completa Intermedia o terciaria incompleta Intermedia o terciaria completa Superior o universitaria incompleta Superior o universitaria completa Postgrado Educación especial Abstinente 96.5 97.6 95.1 95.9 95.5 91.2 Consumidor 3.5 2.4 4.9 4.1 4.5 8.8 84.0 16.0 92.7 7.3 94.5 5.5 90.4 100 9.6 0 El consumo se presenta principalmente entre las personas que alcanzaron un nivel intermedio o terciario completo en sus estudios (16.0%), postgrado (9.6%), terciaria incompleta (8.8%) y superior incompleta (7.3%). 5.1.7 Universitarios El 5.4% de las personas entrevistadas se encuentra estudiando en la universidad, o sea una población representada por 244.789 estudiantes. 5.1.7.1 Estudia actualmente en una universidad Tabla 78 Ji cuadrado = .000 Estudia en una universidad No estudia en una universidad Abstinente 90.9 95.3 Consumidor 9.1 4.7 El consumo es mayor entre las personas que estudian actualmente en algún centro superior de estudio (9.1%) en comparación con las personas que no estudian en una 89 universidad (4.7%). Dicha información tiene un carácter de preliminar ya que la muestra no fue diseñada para representar a esta población. Sin embargo, señala la necesidad de desarrollar estudios específicos en este segmento. 5.1.7.2 Año de estudio en la universidad Tabla 79 Ji cuadrado = .000 Primero Segundo Tercero Cuarto Quinto Sexto Séptimo Octavo No estudia Total Abstinente 96.5 94.1 90.0 85.0 80.7 100 100 100 95.3 95.1 Consumidor 3.5 5.9 10.0 15.0 19.3 0 0 0 4.7 4.9 El nivel de consumo de drogas crece con el año de estudio en la universidad y llega a un máximo en el quinto año. 5.1.7.3 Facultad según consumo Las facultades donde se encuentran los mayores niveles de consumo son las siguientes: 5.1.8 Turismo y Medio Ambiente (66.0%) Odontología (39.4%) Comercio Exterior (33.6%) Alimentos (33.3%) Ciencias Sociales (27.0%) Ciencias Exactas o Naturales (23.7%) Ingeniería Electrónica (20.2%) Idiomas (22.7%) Ocupación durante el último mes 90 El mayor nivel de consumo se encuentra entre las personas que indicaron que teniendo trabajo, no asistieron a su lugar laboral por estar de vacaciones (15.2%). El menor nivel está entre los jubilados (0.5%). Tabla 80 Ji cuadrado = .000 Trabajo jornada completa 40 horas Trabajo jornada parcial Jornada parcial y no quiere trabajar más Trabajo más de 40 horas semanales Un trabajo temporal Estuvo sin trabajo Teniendo trabajo no asistió por vacaciones Tareas del hogar Estudio Recibe ingresos de sus familiares Jubilado Incapacitado No hace nada Total Consumidor: Consumidor: Consumidor: total hombres mujeres 6.1 8.5 0.8 5.8 8.2 10.2 20.1 0.7 0 9.0 11.7 3.0 8.8 6.9 15.2 12.0 10.3 4.7 3.5 0 32.4 1.1 2.5 3.2 0.5 8.1 6.7 4.9 0 3.7 13.0 0.8 11.4 13.2 8.6 1.2 1.1 0 0 0 .02 1.2 Entre los consumidores hombres, el mayor nivel de uso de drogas se encuentra entre aquellos que trabajan a jornada parcial y no quieren trabajar más (20.1%), los que no hacen nada (13.2%) y los que reciben ingresos de sus familiares (13.0%), y entre las mujeres que consumieron drogas por lo menos una vez en su vida, en las que teniendo trabajo no asistieron por vacaciones (32.4%), las que tienen un trabajo temporal (3.5%) y las que trabajan más de 40 horas semanales. 5.1.9 Institución en la que trabaja Tabla 81 Ji cuadrado = .000 Pública Privada Trabajo informal NSA Abstinente 97.2 92.5 93.7 97.4 Consumidor 2.8 7.5 6.3 2.6 91 Las personas que trabajan en instituciones privadas (7.5%) y en el trabajo informal (6.3%) presentan un nivel de consumo mayor en comparación con las que trabajan en la función pública (2.8%). 5.1.10 Ingreso económico del informante durante el último mes Tabla 82 Ji cuadrado = .000 No contesta 0 dólares 1-100 101-200 201-350 351-600 601-1000 1001-2000 Más de 2000 NSA Abstinente 92.6 100 97.3 93.2 92.8 92.8 93.5 84.7 74.1 97.5 Consumidor 7.4 0 2.7 6.8 7.2 7.2 6.5 15.3 25.9 2.5 Los mayores niveles de consumo se observan entre las personas que declaran el mayor ingreso económico durante el último mes. En los demás niveles de ingreso, el consumo se distribuye de manera uniforme. 5.1.11 Ingreso económico mensual de la familia Tabla 83 T-test = .000 Abstinente Consumidor 460.56 dólares 654.41 dólares Las personas que consumieron o consumen drogas presentan un nivel de ingreso familiar promedio mayor que los abstinentes, siendo significativa esta diferencia. 5.1.12 Nivel de satisfacción de las necesidades Tabla 84 Ji cuadrado = .000 No contesta Sí No Medianamente NSA Abstinente 90.9 92.9 93.3 93.2 97.5 Consumidor 9.1 7.1 6.7 6.8 2.5 92 El nivel de satisfacción de las necesidades no muestra diferencias marcadas, ubicándose éstas en relación con el grupo de las personas que no contestaron y a las cuales la variable no se aplica. En conclusión, el análisis de las asociaciones entre el consumo de drogas y la situación económicas evidencia una relación compleja y la presencia de otras variables en la varianza de la variable dependiente. En todos los casos, no se comprueba la hipótesis según la cual el consumo se concentraría en grupos de bajos ingresos económicos. 5.1.13 Excesos con el alcohol y consumo de drogas La proporción de consumidores de drogas aumenta con el número de veces en que las personas se han excedido con el alcohol. Entre las personas que no se emborracharon durante los últimos 30 días, la proporción de consumidores se calcula en 2.3%. Dicho valor va creciendo con la frecuencia de excesos con el alcohol. 5.1.14 Modelo de prevención del CONSEP: FRP relacionados con el sujeto Los factores de riesgo identificados en dicho modelo y relacionados con lo psicológico presentan cierta incoherencia: no se especifican las categorías nosográficas abarcadas por el factor “problemas de salud mental” y se pasa de estructuras psicopatológicas como la depresión a actos como por ejemplo “trastornos de conducta”. En la información del Estudio, la variable relacionada al pedido de ayuda profesional por ”problemas de angustia, relaciones personales, depresión u otros” puede constituir un indicador del mencionado factor. En la tabla siguiente, se observa que entre los consumidores de drogas, en comparación con los abstinentes, la frecuencia de pedidos de ayuda por problemas personales es mayor (10.3%). Tabla 85 Ji cuadrado = .000 Sí No Población 9.4 90.6 Abstinente 9.4 89.7 Consumidor 10.3 90.6 Esta información apoya la hipótesis de la influencia de la dimensión psicológica como factor de riesgo del uso de drogas. Sin embargo, los factores identificados en el modelo del CONSEP deben recibir una definición más exacta. 93 5.2 RELACIONADOS CON LA FAMILIA La familia no es un contexto del sujeto. Es parte de su estructura profunda. El sujeto se construye dentro de las relaciones que se establecen en su sistema familiar mediante complejos mecanismos de asimilación y acomodación mutuos. Así, la formación del síntoma se produce desde y hacia este sistema familiar y su función ocupa un lugar tanto en sus espacios intrapsíquicos como interpersonales. La descripción de dicha dinámica solo se puede realizar en forma incompleta a partir de un método cuantitativo. 5.2.1 Personas con quienes vive actualmente (%) Tabla 86 Ji cuadrado = .000 No menciona Familia de origen completa Abstinente 94.9 96.1 Consumidor 5.1 3.9 Ji cuadrado = .000 No menciona Familia de origen incompleta Abstinente 95.4 93.2 Consumidor 4.6 6.8 Ji cuadrado = .000 No menciona Familia conyugal completa Abstinente 94.9 95.3 Consumidor 5.1 4.7 Ji cuadrado = .000 No menciona Familia conyugal incompleta Abstinente 94.9 97.1 Consumidor 5.1 2.9 Ji cuadrado = .000 No menciona Con sus hijos Abstinente 95.1 94.8 Consumidor 4.9 5.2 Ji cuadrado = .000 No menciona Con algunos familiares Abstinente 95.0 95.9 Consumidor 5.0 4.1 Ji cuadrado = .000 No menciona Solo Abstinente 95.4 90.5 Consumidor 4.6 9.5 Ji cuadrado = .000 Abstinente Consumidor 94 No menciona Solo con amigos 95.2 81.0 4.8 19.0 Ji cuadrado = .000 No menciona Otro Abstinente 95.1 97.7 Consumidor 4.9 2.3 Ji cuadrado = .000 No menciona NSA Abstinente 94.4 96.5 Consumidor 4.6 3.5 Las personas que viven con amigos y solas presentan el mayor nivel de consumo, 19.0% y 9.5% respectivamente, y las que viven en familias conyugales incompletas (2.9%) y en familias de origen completas (3.9%), el menor nivel. El consumo es más importante en las personas que viven en familias de origen incompletas (6.8%) en relación con las que viven en familias de origen completas (3.9%). Existe una relación general entre la cohesión del sistema familiar y el consumo de drogas, pero esta relación no es simple, y manifiesta la interacción de un sistema complejo de variables no contempladas en el presente cuestionario. 5.2.2 Muerte parental La muerte parental constituye un elemento desorganizador, a veces traumático, y a continuación se analiza su relación con el consumo de drogas. 5.2.2.1 Muerte del padre (%) Tabla 87 Ji cuadrado = .000 No sabe No murió Muerte natural Por enfermedad Por accidente Suicidio NSA Abstinente 96.7 94.7 95.8 95.0 95.2 79.1 96.1 Consumidor 3.3 5.3 4.2 5.0 4.8 20.9 3.9 Los informantes cuyo padre murió por suicidio muestran el mayor nivel de consumo (20.9%). Pero si se compara el nivel del consumo en los grupos donde murió el padre y donde no murió, no se observan diferencias significativas. 95 Tabla 88 Muerte del padre No Sí Total 5.2.2.2 Consumidor 5.3 4.8 5.2 Muerte de la madre (%) Tabla 89 Ji cuadrado = .000 Abstinente Consumidor No sabe 98.0 2.0 No murió 94.9 5.1 Muerte natural 96.3 3.7 Por enfermedad 93.8 6.2 Por accidente 98.5 1.5 Suicidio 100 0 NSA 96.1 3.9 No se observan casos de madres que se suicidaron y los informantes cuya madre murió por enfermedad muestran un mayor nivel de consumo (6.2%). Tabla 90 Muerte de la madre No Sí Total Consumidor 5.1 5.4 5.2 No aparecen diferencias significativas entre los grupos. 5.2.2.3 Edad media a la muerte del padre o de la madre (%) Tabla 91 T-test = .000 Abstinente Consumidor Población Muerte del padre 27.7 años 25.2 años 27.5 años Tabla 92 T-test = .000 Abstinente Consumidor Población Muerte de la madre 31.2 años 22.7 años 30.8 años 96 La pérdida del padre y de la madre se produce generalmente más tempranamente para los consumidores y la diferencia más importante se presenta en el caso de las madres. 5.2.2.4 Muerte del padre y/o de la madre (%) Tabla 93 Muerte de la madre Ninguno Uno de los padres Los dos padres Consumidor 5.1 5.8 4.2 Cuando se compara el consumo entre los grupos de personas que no han conocido una pérdida parental con las que han perdido uno de los dos padres o los dos, no se encuentran diferencias significativas. Este análisis sin embargo presenta una debilidad. No se puede afirmar que la muerte parental contribuye o no al consumo, ya que los datos no permiten determinar si esta muerte se produjo antes o después del consumo. En futuras encuestas, se tendrá que examinar la edad del primer consumo de droga. 5.2.3 Relación entre los padres (%) Tabla 94 Ji cuadrado = .000 Tienen/tenían una buena relación Hay ciertos problemas Le gustaría que su relación fuera mejor No tienen una buena relación Abstinente 95.7 95.3 94.7 Consumidor 4.3 4.7 5.3 91.9 8.1 En personas cuyos padres tienen o tenían una buena relación, la proporción de consumo alcanza 4.3%, mientras que en las personas que indican que sus padres no tienen o no tenían una buena relación, se ubica en 8.1%, o sea casi el doble. 5.2.4 Divorcio (%) Tabla 95 Ji cuadrado = .000 Sí No Abstinente 93.3 95.6 Consumidor 6.7 4.4 El consumo es mayor en las personas cuyos padres se divorciaron, aunque la diferencia es menos marcada que en el caso de la variable anterior. 97 5.2.5 Edad al momento del divorcio (años) Tabla 96 T-test = .000 Abstinente Consumidor Población Edad al divorcio de los padres 10.1 años 11.4 años 10.5 años Existe una diferencia de 1.3 años entre los promedios de las edades en las cuales se divorciaron los padres de los abstinentes y de los consumidores. 5.2.6 Figura parental más dominante (%) Tabla 97 Ji cuadrado = .000 No sabe, no contesta Padre Madre Ambos Ninguno Otro familiar NSA Población 7.3 46.3 21.1 18.7 5.5 0.4 0.7 Abstinente 92.9 95.4 94.9 95.3 95.4 96.6 94.0 Consumidor 7.1 4.6 5.1 4.7 4.6 3.4 6.0 En la población en general, la figura más dominante es el padre (46.3%), seguido por la madre (21.1%) y ambos (18.7%). La importancia del consumo según estos grupos es mayor en las personas que indican que la madre es o era la figura dominante (5.1%), eliminando los casos NS/NC y NSA. 5.2.7 A quién le tiene más confianza (%) Tabla 98 Ji cuadrado = .000 No sabe, no contesta Padre Madre Ambos Ninguno Otro familiar NSA Población 1.4 10.7 60.9 21.8 2.8 2.2 0.2 Abstinente 96.1 94.1 95.6 95.2 89.3 93.7 81.5 Consumidor 3.9 5.9 4.4 4.8 10.7 6.3 18.5 En la población en general, es la madre la figura que goza del mayor nivel de confianza (60.9%), tres veces mayor en relación con el padre (21.8%). El mayor nivel de consumo 98 se encuentra entre las personas que no otorgan su confianza a ninguno de sus padres (10.7%), eliminando los casos NSA. 5.2.8 Nivel de cohesión familiar (%) Tabla 99 Ji cuadrado = .000 No sabe, no contesta Población 5.2 Abstinente 93.7 Consumidor 6.3 Somos demasiados unidos 53.8 96.6 3.4 Estamos juntos, a veces necesito más espacio Estamos juntos y distantes a la vez Tenemos independencia, a veces me siento solo Cada cual vive su vida 16.8 92.9 7.1 12.5 93.2 6.8 3.3 96.2 3.8 8.0 93.4 6.6 NSA 0.7 91.1 8.9 La mayoría de las familias de los informantes (53.8%) presenta un nivel alto de cohesión caracterizado por la presencia de una proporción importante de dependencia entre sus miembros. Sin embargo, los mayores niveles de consumo se presentan en familias donde existe más dependencia que independencia (7.1%), en las que hay más independencia que dependencia (6.8%) y en las que existe un alto nivel de independencia (6.6%). El menor nivel de consumo se presenta en familias donde se observa un alto nivel de dependencia (3.4%). La relación entre la cohesión familiar y el consumo no evidencia una relación directa y requiere de estudios adicionales. 5.2.9 Características de la relación con los padres (%) La variable siguiente analiza algunos aspectos de la relación con los padres, y su distribución en la población es la siguiente. Tabla 100 Satisfecho de la ayuda recibida de los padres cuando tiene problemas Conversan lo suficiente los problemas existentes en la casa Su opinión cuenta para las decisiones importantes que se toman en la casa Los fines de semana están compartidos Nunca Casi nunca 7.6 Generalmente 9.9 Casi siempre Siempre 82.5 15.9 13.3 70.8 24.6 16.3 59.1 14.4 14.5 71.1 99 por todos los de la casa Siente que su familia le quiere lo suficiente 3.4 5.9 90.7 Su relación con el consumo se presenta a continuación. 5.2.9.1 Apoyo recibido por los padres (%) Tabla 101 Ji cuadrado = .000 Satisfecho de la ayuda que recibe(recibía) de sus padres cuando tiene(tenía) problemas Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre Abstinente Consumidor 89.9 94.3 94.3 96.1 95.1 10.1 5.7 5.7 3.9 4.9 El mayor nivel de consumo se observa en aquellas familias que no apoyan a sus miembros cuando éstos tienen problemas. La capacidad del sistema familiar para ayudar a sus miembros presenta una relación directa con el consumo. 5.2.9.2 Comunicación intrafamiliar (%) Tabla 102 Ji cuadrado = .000 Conversan(conversaban) entre ustedes lo suficiente los problemas que tienen(tenían) en casa Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre Abstinente Consumidor 92.9 94.0 93.9 95.6 95.6 7.1 6.0 6.1 4.4 4.4 La capacidad de discutir los problemas de la familia presenta una relación similar. Las familias que explicitan y analizan los problemas existentes presentan los niveles más bajos de consumo. 100 5.2.9.3 Importancia de la opinión personal (%) Tabla 103 Ji cuadrado = .000 Su opinión cuenta(contaba) para decisiones importantes que toman(tomaban) en casa Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre Abstinente Consumidor 93.0 95.1 95.6 95.4 95.1 7.0 4.9 4.4 4.6 4.9 las se Las personas que sintieron que su opinión no contaba para las decisiones importantes que se tomaban en la familia presentan el mayor nivel de consumo. 5.2.9.4 Fines de semana compartidos (%) Tabla 104 Ji cuadrado = .000 Generalmente, los fines de semana son(eran) compartidos por todos los de la casa Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre Abstinente Consumidor 90.3 93.4 94.0 95.6 95.9 9.7 6.6 6.0 4.4 4.1 En las familias donde nunca se comparte o compartía los fines de semana se presenta la mayor proporción de consumo. 5.2.9.5 Sentirse querido en su familia (%) Tabla 105 Ji cuadrado = .000 Siente(sentía) que su quiere(quería) lo suficiente Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre familia Abstinente Consumidor 93.5 87.7 95.5 95.7 95.2 6.5 12.3 4.5 4.3 4.8 le 101 Las personas que nunca o casi nunca se sienten o se sentían queridas muestran los mayores niveles de consumo. 5.2.10 Disciplina (%) Tabla 106 Ji cuadrado = .000 Cuando se mete(metía) en problemas por haber desobedecido algo importante, sus padres: No sabe, no contesta Le castigan(castigaban) físicamente Le amenazan(amenazaban) groseramente Le reprimen(reprimían) verbalmente Le hacen(hacían) razonar No le prestan(prestaban) mucha atención No les importa(importaba) No se aplica Población Abstinente Consumidor 0.9 30.5 4.0 93.7 97.8 6.3 2.2 22.2 40.2 1.3 95.1 95.8 96.4 4.9 4.2 3.6 0.2 0.7 83.7 16.3 El manejo de la disciplina en las familias se distribuye principalmente entre el razonar (40.2%), el castigo físico (30.5%) y la reprimenda verbal (22.2%). En las familias donde a los padres no les importa o importaba la desobediencia de sus hijos se presenta el mayor nivel de consumo (16.3%). 5.2.11 Recuerdos de la niñez y adolescencia (%) La siguiente información analiza algunos aspectos de la niñez y adolescencia de los informantes en la población general y en los abstinentes y consumidores. Tabla 107 Ji cuadrado = .000 Población Me sentía solo(a) 18.1 Metido en problemas 13.6 Me exigían mucho mis padres 44.2 Me desprotegido(a) 13.9 sentía Consumidor Rara vez Generalmente Rara vez Generalmente Rara vez Generalmente 3.8 6.5 4.3 8.8 5.2 4.7 Rara vez Generalmente 4.4 8.5 102 Mis compañeros(as) tenían enamorada(o) ya 29.9 No me gustaba apariencia física mi 16.6 No me entendía a mí mismo(a) 19.1 Insatisfacción respecto a los estudios propios 27.6 Aburrimiento 23.0 No tenía la libertad que quería 34.5 Rara vez Generalmente Rara vez Generalmente Rara vez Generalmente 5.6 3.7 5.2 3.7 5.0 4.6 Rara vez Generalmente Rara vez Generalmente Rara vez Generalmente 4.3 6.5 4.5 6.0 5.3 4.2 La información permite observar los valores de la variable en la población en general y entre los consumidores en comparación con los abstinentes. Esta variable se refiere a los recuerdos del informante acerca de ciertas de sus vivencias de la niñez y adolescencia. Señalan algunas zonas conflictivas. Los mayores niveles de consumo se encuentran entre las personas que con frecuencia estuvieron inmersas en diversos problemas (8.8%), se sentían desprotegidas en su familia (8.5%) y se sentían solas (6.5%). Estos elementos señalan una niñez y/o adolescencia más difícil en los consumidores. 5.2.12 Modelo de prevención del CONSEP: familia De manera general, el análisis bivariado confirma el factor de riesgo expuesto en el modelo de prevención del CONSEP (Manual Ecuador, Estrategias de Prevención de Drogas a través de Municipios) que se refiere a “malas relaciones afectivas y comunicación” y “divorcio o separación de los padres”. Se sospecha que dichas variables se potencian y que su mayor impacto sobre el consumo se produce cuando, a más de presentarse relaciones conflictivas entre los padres y del sujeto con sus padres, se produce la separación o divorcio. En relación con las “normas muy rígidas, ausencia o ambigüedad de las mismas”, la información a disposición solo confirma su ausencia, si la respuesta “no les importa” a la pregunta relativa a la reacción de los padres en caso de desobediencia represente un indicador satisfactorio del factor de riesgo. Tampoco se valida el factor del modelo que se refiere al “castigo excesivamente severo o inconsciente” y por ende, tampoco aquel que se refiere al “maltrato” como “conflictos familiares”. En cuanto al factor que se relaciona con “problemas de manejo de la familia. Fracaso de los padres en controlar a sus hijos”, tampoco se verifica ya que el mayor nivel de consumo se encuentra en aquellas familias donde es la madre la figura vista como más dominante. Finalmente, 103 para los demás factores, “debilidades de valores ético-morales” y “uso de drogas por parte de los padres”, no se dispone de información pertinente. La información obtenida permite precisar los factores más asociados al consumo. - Vivir solo, sólo con amigos o tener una familia de origen incompleta Haber perdido a su padre por suicidio Tener padres que no tienen una buena relación Tener padres que se divorciaron Vivir en una familia donde la madre es la figura dominante No poder sentir confianza en ninguno de los padres Sentirse juntos con la familia y necesitar más espacio Sentirse juntos con la familia y distante a la vez Vivir cada cual su vida en la familia No sentirse satisfecho de la ayuda recibida por los padres para los problemas personales No discutir lo suficiente los problemas de la familia Sentir que la opinión personal no cuenta en la toma de decisiones importantes en la familia Nunca compartir los fines de semana en la familia No sentirse querido en su familia Recibir castigo físico en caso de indisciplina Haber tenido problemas durante la niñez y la adolescencia Haberse sentido desprotegido durante la niñez y la adolescencia Estos elementos constituyen indicadores de la presencia de conflictos que se producen o se han producido en el sistema familiar y brindan elementos para los programas de acción que trabajan con la familia. También muestran que dichos programas no pueden limitarse a la sola información, ni a recetas sobre cómo debería funcionar la familia. Deben diseñarse para poder entrar y modificar estos elementos conflictivos. 5.2.13 Vida sentimental Las variables siguientes describen y comparan algunos aspectos de la vida sentimental de los consumidores. Tabla 108 Ji cuadrado = .002 Ha logrado vivir con su pareja lo que buscaba Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre Población Abstinente Consumidor 7.0 11.4 10.2 19.5 51.8 6.9 11.3 10.2 19.3 52.3 7.9 14.9 10.9 25.5 40.7 104 Tabla 109 Ji cuadrado = .472 Ha podido realizarse sexualmente Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre Tabla 110 Ji cuadrado = .387 Se ha sentido valorado(a) Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre respetado(a) Abstinente Consumidor 5.0 5.9 8.5 16.9 63.8 5.1 5.9 8.4 16.7 63.9 3.6 5.5 9.7 19.5 61.7 Población Abstinente Consumidor 1.7 4.4 7.5 16.7 69.7 1.7 4.3 7.4 16.6 69.9 1.2 6.0 8.4 18.3 66.6 Población Abstinente Consumidor 1.7 4.7 8.6 18.2 66.8 1.7 4.7 8.5 18.1 62.4 1.8 5.7 9.9 20.3 66.8 Población Abstinente Consumidor 2.1 7.5 12.4 23.7 54.3 2.1 7.4 12.4 23.8 54.3 2.4 7.8 12.6 23.1 54.2 y Tabla 111 Ji cuadrado = .515 Ha tenido seguridad Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre Tabla 112 Ji cuadrado = .990 Ha podido desarrollar potencialidad Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre Población su 105 Tabla 113 Ji cuadrado = .001 Ha sentido aprobación por parte de sus padres Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre Tabla 114 Ji cuadrado = .000 Ha sentido aprobación por parte de los padres de su pareja Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre Tabla 115 Ji cuadrado = .000 Ha sido fiel a su pareja Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre Tabla 116 Ji cuadrado = .782 Su pareja le ha sido fiel Nunca Casi nunca Generalmente Casi siempre Siempre Población Abstinente Consumidor 4.1 7.4 8.9 18.7 60.8 4.1 7.2 8.9 18.8 61.1 5.5 12.8 10.7 15.9 55.5 Población Abstinente Consumidor 7.2 9.9 10.7 19.6 52.5 7.2 9.5 10.6 19.8 52.9 8.2 17.1 13.4 16.1 45.2 Población Abstinente Consumidor 2.9 4.0 4.6 9.9 78.6 2.7 3.6 4.2 9.5 80.0 7.6 13.5 12.5 17.4 49.0 Población Abstinente Consumidor 7.4 9.3 6.5 10.8 66.0 7.4 9.3 6.6 10.8 65.9 5.8 9.8 5.5 11.6 67.3 Los consumidores, más que los abstinentes, expresan un mayor nivel de insatisfacción en las relaciones de pareja, un mayor nivel de conflicto con los padres de su pareja y una mayor dificultad en la fidelidad con su pareja. 106 5.3 RELACIONADOS CON LOS CONTEXTOS 5.3.1 Nivel de información sobre las drogas 5.3.1.1 Autocalificación (%) Tabla 117 Ji cuadrado = .000 Nivel de información drogas Bien informado Poco informado Nada informado sobre Abstinente Consumidor Total 39.2 53.2 7.6 59.9 38.3 1.8 40.2 52.5 7.3 las El 59.8% de la población indica que se siente poco y nada informado sobre las drogas. Los consumidores piensan estar más informados sobre las mismas (59.9%) que los abstinentes (39.2%). De manera general, los contextos de los sujetos entrevistados son relativamente pobres en información sobre las drogas ya que solo un 40.2% estima que está bien informado. Pero el concepto de “información sobre las drogas” debe discutirse puesto que se puede relacionar también con el hecho de conocer las drogas y sus efectos, lo cual implica una experiencia con ellas, o significa que el sujeto dispone de información “oficial” sobre estos productos. 5.3.1.2 Fuente de la información sobre las drogas (%) Tabla 118 Ji cuadrado = .000 Fuente de la información sobre las drogas Amigos Familiares Profesores Profesionales Ex-consumidores Televisión Libro Internet Periódicos NSA Abstinente Consumidor Total 9.7 10.0 21.0 8.4 5.4 35.6 3.9 1.1 1.2 3.7 17.7 5.2 9.8 10.5 9.8 32.5 6.4 5.9 0.5 1.8 10.1 9.8 20.4 8.5 5.6 35.4 4.1 1.3 1.2 3.6 En la población en general, la principal fuente identificada de la información es la televisión (35.4%), seguida por los profesores (20.4%). Pero para los consumidores es la televisión (32.5%) y los amigos (17.7%), mientras que para los abstinentes, la 107 televisión (35.6%) y los profesores (21.0%). Se observa un rol débil de la familia (9.8%) y de los profesionales (8.5%) en la transmisión de información sobre las drogas. 5.3.1.3 Exposición a programas de prevención del consumo de drogas según la prevalencia de vida de cualquier droga Tabla 119 Ji cuadrado = .000 Ha recibido o asistido a programas de prevención: cursos, charlas, etc. No Sí Abstinente Consumidor Total 56.3 43.7 54.1 45.9 56.2 43.8 Menos de la mitad de la población ha sido expuesta a programas de prevención (43.8%). Después de más de dos décadas de prevención en el país, esta cobertura se estima como insuficiente. No se observa una diferencia marcada entre los abstinentes y los consumidores en cuanto a la cobertura, por lo cual se concluye que el impacto de dichos programas es extremadamente reducido. 5.3.1.4 Exposición a programas de prevención del consumo de drogas según la prevalencia del último año del consumo de marihuana Tabla 120 Ji cuadrado = .000 Ha recibido o asistido a programas de prevención: cursos, charlas, etc. No Sí Abstinente Consumidor Total 45.7 54.3 56.3 43.7 56.2 43.8 La misma situación se presenta para los consumidores de marihuana en prevalencia del último año: han sido expuestos igualmente a eventos de prevención que las personas que nunca consumieron drogas. Este análisis muestra que a pesar de la diferencia significativa observada, la brecha no es importante. 5.3.1.5 Lugares donde se produjo la exposición a programas de prevención (%) Tabla 121 Ji cuadrado = .000 Lugares Barrio Escuela o colegio Universidad Lugar de trabajo Abstinente Consumidor Total 2.3 59.4 17.4 10.2 1.8 37.6 15.8 10.6 2.3 58.3 17.4 10.2 108 Asociaciones culturales Grupos de la iglesia Otro 2.7 3.8 4.2 7.9 6.7 19.5 3.0 3.9 5.0 El lugar donde más frecuentemente los informantes indican haber recibido contenidos para la prevención del consumo de drogas es en la escuela o colegio (58.3%). Para los consumidores, este lugar sigue siendo el principal (37.6%), seguido por Otro (19.5%). Esta información muestra que los centros educativos se han vuelto un lugar importante en el intercambio de información sobre las drogas. 5.3.1.6 Nivel de información sobre las drogas según el género (%) Tabla 122 Masculino Femenino Bien informado 44.8 35.6 Poco informado 49.3 55.8 Nada informado 5.9 8.7 Las mujeres presentan un nivel inferior de información sobre las drogas en comparación con los hombres. 5.3.1.7 Exposición a eventos de prevención según la edad (%) La exposición a eventos de prevención decrece con la edad. Tiene su mayor nivel en el rango 15-19 años. 109 5.3.1.8 Calificación de los contenidos de los eventos de prevención recibidos según grupos (%) Tabla 123 Ji cuadrado = .000 Abstinente Consumidor Total 2.3 93.8 3.9 7.6 83.5 8.9 2.5 93.3 4.2 Alarmistas, exagerados Interesantes Aburridos, deficientes Si bien la mayoría de los entrevistados (93.3%) califica de “interesantes” los contenidos de prevención a los cuales han sido expuestos, los consumidores manifiestan un nivel mayor de críticas o de insatisfacción respecto a los mismos en comparación con los abstinentes. Esta información indica que la prevención tiene que fortalecer modelos y acciones que tomen en cuenta las características de las personas que ya usan drogas. 5.3.1.9 Características del barrio (%) La información siguiente estima la conflictividad social de los barrios donde viven los entrevistados. Tabla 124: Conflictos en los barrios No Mucho contesta Tráfico de drogas 6.0 4.1 Robos en las casas 0.9 5.6 Daños a las cosas 0.5 3.8 Consumo de drogas 2.6 5.4 Asaltos o robos en la 0.6 6.8 calle Lugares peligrosos 0.6 4.6 Acciones violentas 0.4 2.9 Grupos satánicos 1.1 0.7 Pandillas violentas 0.8 2.8 Bastante Algo Poco Nada 9.7 14.4 7.8 13.7 18.5 14.3 21.1 14.7 17.4 21.3 13.7 27.8 18.6 15.7 21.5 52.2 30.2 54.5 45.2 31.3 9.3 5.2 1.2 5.4 16.9 12.3 2.9 11.6 17.0 14.7 3.6 11.6 51.6 64.5 90.5 67.9 Tabla 125: Conflictos en los barrios ordenados según la presencia de las situaciones analizadas No Mucho Bastante Algo Poco Nada Presencia contesta Robos en las casas 0,9 5,6 14,4 21,1 27,8 30,2 68,9 Asaltos o robos en la calle Consumo de drogas 0,6 6,8 18,5 21,3 21,5 31,3 68,1 2,6 5,4 13,7 17,4 15,7 45,2 52,2 110 Lugares peligrosos 0,6 4,6 9,3 16,9 17 51,6 47,8 Daños a las cosas 0,5 3,8 7,8 14,7 18,6 54,5 45 Tráfico de drogas 6 4,1 9,7 14,3 13,7 52,2 41,8 Acciones violentas 0,4 2,9 5,2 12,3 14,7 64,5 35,1 Pandillas violentas 0,8 2,8 5,4 11,6 11,6 67,9 31,3 Grupos satánicos 1,1 0,7 1,2 2,9 3,6 90,5 8,4 Los robos en las casas, los asaltos o robos en la calle y el consumo de drogas constituyen los problemas más importantes identificados en los barrios de los entrevistados, ya que las personas que observan su presencia, independientemente de su importancia, representan el 68.9%, 68.1% y 52.2% respectivamente para las tres situaciones mencionadas. 5.3.2 Personas que consumen drogas en los contextos del sujeto La información siguiente analiza la presencia de personas que consumen marihuana, pasta base, cocaína y otras drogas en la casa, entre los amigos y compañeros de trabajo de los entrevistados. 5.3.2.1 En el hogar: personas que fuman diariamente cigarrillos (%) Tabla 126 SÍ 16.9 NO 83.1 En el 16.9% de los casos, los informantes indican que existe en su casa una persona que fuma diariamente cigarrillos. Tabla 127 Ji cuadrado = .000 Fuma No fuma Abstinentes 16.5 83.5 Consumidores 25.5 74.5 La proporción de consumidores es mayor en las personas que viven en una casa donde alguien fuma diariamente cigarrillos. La información siguiente cuantifica las proporciones de consumidores de drogas según el producto en diversos contextos del sujeto. 5.3.2.2 En el hogar: personas que consumen drogas (%) Tabla 128 Marihuana Pasta base Cocaína Otras 111 2.5 0.9 0.6 3.9 El 2.5% de los entrevistados indica conocer a alguien en el hogar que consume marihuana; el 0.9%, pasta base; el 0.6%, cocaína y el 3.9%, otra droga. Esta información puede relacionarse con los padres que reportan el consumo de un hijo, como de un hijo que describe el consumo de uno de sus padres o de algún otro familiar, hermano por ejemplo. 5.3.2.3 Amigos que consumen drogas (%) Tabla 129 Marihuana 12.5 Pasta base 3.7 Cocaína 3.5 Otras 7.7 El 12.5% de los entrevistados indica que conoce que algún amigo cercano consume marihuana; 3.7%, pasta base; 3.5%, cocaína, y 7.7%, otra droga. 5.3.2.4 Compañeros de trabajo o de estudio que consumen drogas (%) Tabla 130 Marihuana 4.9 Pasta base 1.1 Cocaína 1.0 Otras 6.1 El 4.9% de los entrevistados indica que conoce algún compañero de trabajo o de estudio que consume marihuana; 1.1%, pasta base; 1.0% cocaína, y 6.1%, otra droga. 5.3.2.5 Personas que consumen drogas en la casa, amigos y compañeros de trabajo que consumen drogas según grupos (%). La siguiente información distribuye la presencia de personas que consumen ninguna, 1, 2, 3 o 4 drogas en los contextos del sujeto. Se observa que mientras mayor es el número de drogas consumidas en dichos contextos, mayor es la proporción de consumo en el grupo de las personas que alguna vez en la vida consumieron una droga. Esta información evidencia la asociación existente entre el consumo personal y el consumo de personas significativas en los contextos del sujeto. Pero determinar si el consumo de dichas 112 personas provoca o ha provocado el consumo personal, o lo contrario, es difícil y es más probable que la estructura de la influencia sea circular. 5.3.3 Modelo de prevención del CONSEP: iguales El modelo de de los FRP del CONSEP contempla varios factores relacionados con los iguales: amigos y presión del grupo principalmente, ya que los otros mencionados no se relacionan con dicha dimensión: búsqueda de sensaciones, actitudes favorables hacia el uso de drogas y conducta antisocial. La información obtenida en el Estudio muestra que los consumidores de drogas tienen amigos que también consumen drogas en una proporción significativamente mayor a la que se observa para los abstinentes. Tabla 131 Ji cuadrado= .000 Amigos que consumen marihuana Amigos que consumen pasta base Amigos que consumen cocaína Amigos consumen drogas que otras No Sí Abstinentes 97.2 80.3 Consumidores 2.8 19.7 No Sí 95.6 81.2 4.4 18.8 No Sí No Sí 95.6 82.6 95.8 87.0 4.4 17.4 4.2 13.0 Como ya se indicó, este análisis no comprueba la hipótesis según la cual los amigos consumidores representarían la causa del consumo. Existen varios argumentos para entender que si bien los amigos consumidores pueden ejercer cierta influencia sobre el sujeto, dicha influencia solo podrá concretarse si el sujeto desea consumir una droga. Por otra parte, una persona que desea consumir, sea consciente o no su deseo, buscará personas que lo hagan. La formación de las relaciones y de los grupos siempre se estructura a partir de un deseo común y compartido, lo cual explica directamente la asociación entre el consumo personal y el de los amigos. 5.3.4 CONOCIMIENTOS SOBRE LOS ACTORES INSTITUCIONALES Tabla 132: Percepción de la importancia del tema de la droga en actores (%) Sí No NC Las autoridades de gobierno 55.5 39.8 4.6 Parlamentarios 22.2 72.1 5.7 Autoridades municipales 34.1 60.1 5.7 Iglesias 54.2 40.0 5.7 113 De manera general, la población no percibe que las autoridades del gobierno estén otorgando un alto nivel de importancia a la problemática de las drogas (55.5%), menos las autoridades municipales (34.1%) y los parlamentarios (22.2%). 5.3.5 Ocio y tiempo libre La información siguiente examina algunos aspectos del ocio y tiempo libre, en particular la frecuencia de salidas a fiestas, discotecas, recitales, bares o lugares similares, así como la frecuencia de algunos eventos específicos de consumo y de violencia. 5.3.5.1 Número de veces que salió a fiestas, discotecas o lugares similares en los últimos 30 días El 75.8% de los entrevistados indica no haber salido a fiestas, discotecas, recitales, bares o lugares similares, mientras el 24.2%, indica que lo ha hecho. El número promedio de salidas en los abstinentes se calcula en 0.39 días y para los consumidores 1.48, siendo significativa esta diferencia. 5.3.5.2 Eventos particulares en los últimos 30 días en salidas a fiestas, discotecas, recitales, bares o lugares similares (%) La tabla siguiente describe algunos de los comportamientos que presentaron las personas que salieron a lugares de diversión durante el último mes. Tabla 133 Emborracharse o tomar más de la cuenta Consumir drogas Ser víctima de algún asalto bajo los efectos del alcohol o de la droga Nunca Una vez 16.6 69.9 23.1 98.4 22.9 97.2 4.9 20.4 0.2 1.0 0.5 2.2 Dos o más veces 2.3 9.7 0.1 0.6 0.1 0.6 No se aplica 76.7 76.5 76.5 114 Participar en pelea bajo los efectos del alcohol o de la droga Subirse a un vehículo conducido por alguien bajo los efectos del alcohol o droga Manejar un vehículo bajo los efectos del alcohol o droga 22.2 94.6 20.9 89.1 1.0 4.4 1.9 7.9 0.1 1.0 0.7 3.1 76.5 22.4 95.3 0.8 3.6 0.3 1.2 76.5 76.5 Entre las personas que salieron a dichos lugares, el 20.4% se excedió con el alcohol una vez, y el 9.7% dos veces o más. El 1.6% de las personas reconoció un consumo de drogas durante los últimos 30 días, cifra que representa el 0.3% en relación con la población total. 5.3.5.3 Relación entre el consumo de drogas en salidas y prevalencia en el último mes del consumo de cualquier droga (%) Tabla 134 Consumo en lugares de diversión Prevalencia del consumo de cualquier droga en los últimos 30 días en lugares de diversión 0.3 Prevalencia del consumo de cualquier droga durante los últimos 30 días 0.4 La prevalencia del consumo en el último mes de cualquier droga durante las salidas a nivel nacional se establece en 0.4%, y la observada en lugares de diversión en 0.3% a nivel nacional. 5.3.6 Entorno laboral Las variables siguientes examinan el entorno laboral de los entrevistados 5.3.6.1 Calificación del trabajo (%) Tabla 135 Interesante, Aburrido, monótono motivador 41.1 4.3 Estresante No se aplica 8.7 45.5 La mayoría de la población califica de “interesante” o “motivador” su trabajo. 5.3.6.2 Tabla 136 Calificación del trabajo y consumo de drogas (%) Consumidores Interesante, motivador 7.4 Aburrido, monótono 10.0 Estresante Total 4.4 7.1 115 La mayor proporción de consumidores se encuentran en aquellas personas que califican su trabajo de “aburrido, monótono” (10.0%). Pero cabe observar que entre las personas que lo califican de “interesante, motivador”, la proporción del consumo es casi dos veces mayor que entre las personas que lo califican de “estresante”. 5.3.6.3 Calificación de las relaciones con los jefes y los compañeros de trabajo (%) La calificación de las relaciones con los jefes y los compañeros de trabajo se describe en las siguientes tablas. Tabla 137: Relación con los jefes No Muy mala Mala contesta 0.6 0.1 0.2 Regular Buena 3.4 23.7 Tabla 138: Relación con los compañeros de trabajo No Muy mala Mala Regular Buena contesta 0.5 0 0.1 2.2 27.3 5.3.6.4 No se aplica 63.4 Muy buena 9.1 No se aplica 60.8 Calificación de las relaciones con los jefes según grupos (%) Tabla 139: Relación con los jefes en el trabajo y consumo Muy mala Mala Regular Buena Consumidores Muy buena 8.6 0 5.8 6.6 5.9 Muy buena 7.7 Total 6.4 El consumo de drogas no se asocia con las características de la relación con los jefes en el espacio laboral. 5.3.6.5 Calificación de las relaciones con los compañeros de trabajo según grupos (%) Tabla 140: Relación con los compañeros y consumo Muy mala Mala Regular Buena Consumidores 0 48.7 10.1 6.2 Muy buena 7.3 Total 6.8 La mayor proporción de consumidores se encuentra entre las personas que califican de “mala” su relación con sus compañeros de trabajo. 5.3.6.6 Calificación del salario que percibe (%) 116 Tabla 141: Calificación del salario que percibe (%) Muy malo Malo Regular Bueno 1.6 12.7 51.9 31.3 Muy bueno 2.5 En la población en general, el 14.3% de los entrevistados califica de “muy malo” y “malo” el salario percibido; el 51.9%, de “regular” y el 33.8%, de “bueno” y “muy bueno”. 5.3.6.7 Calificación del salario que percibe y consumo Tabla 142: Calificación del salario que percibe y consumo (%) Muy malo Malo Regular Bueno Muy bueno Consumidores 1.9 7.7 6.6 6.9 14.7 Total 6.9 La mayor proporción de consumidores (14.7%) se encuentra en aquellas personas que califican de “muy bueno” su salario. 5.4 VIH/SIDA El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), comúnmente llamados VIH/SIDA, representan uno de los mayores problemas sanitarios de las actuales sociedades modernas. El VIH se transmite a través de: - líquidos sexuales infectados; sangre infectada o productos de sangre infectada y de la madre infectada a su bebé durante el embarazo y el parto. En la perspectiva del presente Estudio, los consumidores de drogas inyectables, como por ejemplo de heroína y morfina, se encuentran en una situación de riesgo ya que a su problema de consumo se añade el riesgo de contraer el VIH al compartir jeringas en sus usos de drogas. Pero a esta situación se suma otra, relacionada a los fenómenos de desinhibición y de pérdida de control en los episodios de consumo, especialmente en relación con el alcohol frecuentemente asociado con la búsqueda de satisfacciones sexuales. En el Ecuador, la propagación de la epidemia estimada a través de los casos notificados al Programa Nacional de Control y Prevención de ITS-VIH/SIDA se describe de la manera siguiente: El total acumulado de casos de VIH/SIDA a diciembre del 2006 es de 9833 personas (VIH: 5748 y SIDA: 4085), y de personas fallecidas 1884. Para el periodo enero-junio 2007, el 117 PNS reporta 1174 casos nuevos de VIH y SIDA, dando un total acumulado de 11.007 casos a junio de 2007 y 1903 personas fallecidas para el periodo 1984-junio del 2007. 5.4.1 Realización de la prueba (%) Tabla 143 Ji cuadrado = .000 Se ha practicado exámenes de VIH/SIDA Sí No Población Abstinente Consumidor 28.8 71.2 28.2 71.8 40.8 59.2 La prevalencia de la realización de la prueba en la población se calcula en 28.8%, y entre los consumidores en 40.8%, existiendo una diferencia significativa con los abstinentes (28.2%). 5.4.2 Relación sexual según tipo de pareja durante los últimos 12 meses (%) Tabla 144 Pareja o cónyuge Amigo(a), enamorado(a) Persona del mismo sexo Trabajadora sexual Travesti, bisexual Otro Ha tenido relaciones sexuales 53.7 19.4 0.2 3.1 0 0 La baja proporción de personas que tuvieron relaciones sexuales durante los últimos 12 meses con personas del mismo sexo puede presentar un sesgo importante. En cuanto a las relaciones con trabajadoras sexuales, se calcula en 3.1%. 5.4.3 Frecuencia del uso del condón durante el último año (%) Tabla 145: Frecuencia según tipo de pareja Nunca Pareja o cónyuge 84.1 Amigo(a), enamorado(a) 38.2 Persona del mismo sexo 27.1 Trabajadora sexual 3.5 Travesti, bisexual 25.0 A veces 11.2 25.0 37.0 14.7 75.0 Siempre 4.7 36.9 35.9 81.8 118 Otro 83.3 16.7 El mayor nivel de uso del preservativo se observa en las personas que han tenido relaciones con personas vinculadas con el trabajo sexual, 81.8% de manera sistemática. Con la pareja o cónyuge, el uso sistemático del condón presenta niveles muy bajos (4.7%), mientras que entre las personas que han tenido relaciones sexuales con amigos(as) o enamorado(as) y con personas del mismo sexo, su uso sistemático es bajo, 36.9% y 35.9% respectivamente. La frecuencia del uso del condón para la categoría Otro podría presentar una contradicción con el valor para la misma categoría en la pregunta relativa a la presencia de relaciones sexuales en los últimos 12 meses. El valor de “0” ha sido redondeado por SPSS, pero se refiere en realidad a 565 personas, dentro de las cuales el 83.3% declaró nunca haber usado un condón. Tabla 146: Frecuencia del uso del condón (%) Ji cuadrado = .000 Población Uso del condón Siempre 14.7 Ocasionalmente 18.0 Nunca 67.3 Abstinente Consumidor 13.8 17.6 68.6 26.8 25.0 48.2 De manera general, el uso del condón es mas sistemático entre los consumidores de drogas (26.8%) en comparación con los abstinentes. Tabla 147: Frecuencia del uso del condón según grupos y tipo de pareja Pareja o cónyuge Nunca A veces Siempre Población 84.1 11.2 4.7 Abstinente 84.2 11.1 4.7 Consumidor 81.3 13.5 5.2 Amigo(a), enamorada(o) Nunca A veces Siempre Población Abstinente Consumidor 38.2 25.0 36.9 38.5 25.4 36.1 35.5 22.3 42.2 Persona del mismo sexo Nunca A veces Siempre Población Abstinente Consumidor 27.1 37.0 35.9 20.0 40.6 39.4 100.0 0 0 Trabajadora sexual Población Abstinente Consumidor 119 Nunca A veces Siempre Travesti, bisexual Nunca A veces Siempre 3.5 14.7 81.8 4.0 15.7 80.3 1.7 10.8 87.4 Población 25.1 100.0 0 Abstinente 100.0 74.9 0 Consumidor 0 0 0 Aparecen ciertas diferencias según los grupos en relación con el uso del condón de acuerdo al tipo de pareja. En relación con las trabajadoras sexuales, los consumidores presentan un mayor nivel de protección en sus relaciones, al igual que con amigos(as) o enamorados(as), pero no en las relaciones con personas del mismo sexo. Tabla 148: Relaciones sexuales según tipo de pareja y grupos Abstinentes Consumidores Pareja/cónyuge Sí 53.9 51.4 No 46.1 48.6 Amiga(o) o enamorada(o) Sí 17.8 50.6 No 82.2 49.4 Persona del mismo sexo Sí 0.2 0.3 No 99.9 99.7 Trabajadoras sexuales Sí 2.6 13.7 No 97.4 86.3 Los consumidores, en comparación con los abstinentes, presentan una mayor proporción de relaciones sexuales con amigas(os) o enamoradas(os), así como con trabajadoras sexuales. Estas diferencias en el tipo de pareja explican seguramente la mayor prevalencia del uso del condón observada en este grupo. 5.4.4 Realización de la prueba del VIH/SIDA y consumo de drogas (PV) Las características de la realización de la prueba del VIH/SIDA en la población y en subgrupos se describen de la manera siguiente. 5.4.4.1 Según el género (%) Tabla 149 Ji cuadrado= .000 Realización de la prueba Masculino Femenino Población 120 Sí No 29.3 70.7 28.2 71.8 28.8 71.2 La prevalencia de la realización de la prueba en la población asciende a 28.8%. Las diferencias entre los sexos son poco marcadas. 5.4.4.2 Según la edad (%) Realización de la prueba del VIH/SIDA según la edad (%). Nacional, 2006. 18,1 18 13,6 10,2 11,4 8,8 8 4,9 3,5 3,3 0,4 12-14 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-65 5.4.4.3 La distribución de las personas que se realizaron la prueba del VIH/SIDA según la edad tiene una media de 33.2 años y su percentil 25 se ubica en 24 años; 50 en 31 años, y 75 en 40 años. Los rangos donde se observa un mayor nivel de realización de la prueba son 20-24 y 25-29 años. Según la edad y el género (%) La proporción de hombres y mujeres que se realizaron la prueba no presenta diferencias marcadas según la edad, salvo en el rango de 15 a 19 años donde las mujeres representan el 57.6% y los hombres el 42.4%. 5.4.4.4 Según el consumo de drogas (PV) (%) Tabla 150 Ji cuadrado = .000 Realización de la prueba Sí No Abstinente Consumidor Total 28.2 71.8 40.8 59.2 28.8 71.2 121 Los consumidores de drogas se han realizado con más frecuencia la prueba del VIH/SIDA en comparación con las personas que nunca usaron drogas. 5.4.5 Resultado de la prueba del VIH/SIDA y consumo de drogas (PV) (%) Tabla 151 Ji cuadrado = .000 Resultado Positivo Negativo Abstinente Consumidor Total 0.4 99.6 2.3 97.7 0.5 95.5 Los consumidores de drogas presentan un nivel mayor del resultado positivo a la prueba en comparación con los abstinentes. Esta situación podría explicarse, más que por el uso de drogas inyectables, por las características de la relación con sus parejas. 5.4.6 Resultado de la prueba del VIH/SIDA y prevalencia de vida del consumo de heroína (%) Tabla 152 Consumidores 0 100 Resultado positivo Resultado negativo Abstinentes 0.5 99.5 Entre las personas que alguna vez en su vida usaron heroína, no se encuentra ninguna cuyo resultado haya sido positivo a la prueba del VIH/SIDA. 5.4.7 Resultado de la prueba del VIH/SIDA y prevalencia del último año y últimos 30 días del consumo de alcohol (%) Tabla 153 Ji cuadrado = .000 Resultado Positivo Negativo Vida Sí 0.5 99.5 No 0.7 99.3 Último año Sí No 0.3 1.0 99.7 99.0 Últimos 30 días Sí No 0.2 0.4 99.8 99.6 La proporción de personas con pruebas positivas del VIH/SIDA es mayor entre las que no consumieron alcohol en la vida, durante el último año y los últimos 30 días en comparación con las que lo hicieron. 5.4.8 Resultado de la prueba del VIH/SIDA y excesos con el alcohol en los últimos 30 días 122 Tabla 154 Resultado positivo a la prueba Resultado negativo a la prueba Número medio de excesos con el alcohol 0.0 0.29 Los excesos con el alcohol en los últimos 30 días son más frecuentes entre las personas que obtuvieron un resultado negativo en la prueba del VIH/SIDA en comparación con las que tuvieron un resultado positivo. No se puede aceptar la hipótesis según la cual el consumo excesivo de alcohol se asocia con una proporción mayor del resultado positivo en la prueba. 5.5 UN MODELO MULTIVARIADO DEL CONSUMO DE SPA La explicación requiere de un proceso que tiene que diferenciar las causas del consumo (variables independientes) del efecto (variable dependiente). En el caso presente, la variable por explicar es el consumo de drogas y el procedimiento consiste en buscar en las variables contempladas en el estudio las que abarcan una relación con el consumo, el sentido y el peso de la influencia, tomando en consideración sus interacciones mutuas. 5.5.1 Definición de la variable dependiente Sin embargo, los conceptos tradicionales de prevalencia de vida, último año y último mes, no permiten construir fácilmente una clasificación de los consumidores según la importancia de su relación con los productos. Esta falencia ya se describió en la Segunda Encuesta Nacional sobre el Consumo de Drogas en Estudiantes de Secundaria realizada por el Observatorio Nacional de las Drogas del CONSEP en el 2005. En resumen, se dirá que el concepto de prevalencia de vida por sí solo brinda una información general: el sujeto informa que alguna vez en su vida consumió una SPA. Este consumo puede haberse producido tanto hace pocos meses como hace muchos años atrás en su vida. Al comparar la PV con la PA, y en el caso donde no se produjo un consumo en el último año, la indeterminación sigue siendo casi tan importante. El periodo de consumo puede ubicarse en el pasado en cualquier momento. Puede tratarse de un consumo de una sola vez o de un consumo de varios años. En el caso donde existe un consumo en PV y PA, una incertidumbre similar se presenta. Tabla 155 Grupo 1 Grupo 2 Prevalencia de vida Sí Sí Prevalencia del último año Sí No Así, los grupos que se pueden construir no diferencian claramente a los sujetos, aunque la prevalencia del último año es la variable que brinda la información más precisa en la dimensión temporal. En sujetos jóvenes como los adolescentes, esta indeterminación se reduce de alguna manera ya que en este caso, por su edad, el consumo no puede encontrarse muy atrás 123 en el tiempo; pero en sujetos adultos, como es el caso para la mayoría de las unidades de la muestra de un estudio a la población general, dicha indeterminación aumenta mucho. El consumo puede haberse producido 10 o 20 años atrás en la historia y al clasificar a estos sujetos en el grupo de los consumidores, se comete un error evidente. En la prevalencia del último mes, o sea aquellos sujetos que iniciaron su consumo durante el último mes, la misma indeterminación se produce: no se sabe cómo evolucionará dicho consumo. No se sabe si se trata de un consumo de poca intensidad que desaparecerá rápidamente o si es el inicio de una relación importante con la droga. La metodología del Estudio ofrece dos variables para clasificar a los consumidores: 1. La duración del consumo. La duración del consumo es el tiempo calculado en años o meses entre la edad del primer consumo y la edad en la cual el informante indica que dejó de consumir drogas. Si declaró un consumo durante los últimos 30 días, se considera la fecha de la aplicación de la encuesta. 2. La frecuencia del consumo. Esta variable se ha medido en el presente Estudio con las categorías: “una sola vez”, “algunas veces en los últimos 12 meses”, “algunas veces mensualmente”, “algunas veces semanalmente” y “diariamente”. Con estas variables se pueden construir los siguientes grupos: Tabla 156 Frecuencia baja de consumo Frecuencia alta de consumo Duración baja Grupo 1 Duración alta Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 El Grupo 1 reúne a los experimentadores o consumidores esporádicos; el Grupo 2 a consumidores regulares y el Grupo 4, a toxicómanos o consumidores compulsivos. El Grupo 3 es más difícil de clasificar ya que reúne un consumo de corta duración, pero de alta frecuencia. Desde el criterio de la duración, está más cercano al Grupo 1, pero desde la frecuencia, más parecido al Grupo 4. Con las variables disponibles en el cuestionario y al no disponer de información sobre la edad en años del último consumo, se considera lo siguiente. 1. Edad del informante (v5) 2. Edad en la cual probó por primera vez (v57) 3. Consumo alguna vez en la vida (v56) 4. Consumo durante los últimos 12 meses y últimos 30 días (v61b) 5. Frecuencia del consumo durante los últimos 12 meses (v61c) La edad del último consumo se estima a través del consumo durante los últimos 12 meses. Con estas variables se construyen los siguientes grupos. Tabla 157 124 Duración GRUPO 1 Ex consumidores GRUPO 2 Consumidores actuales de intensidad GRUPO 3 Consumidores actuales de intensidad Frecuencia No se ha presentado un La frecuencia del consumo se consumo durante el último año, vuelve secundaria ya que éste pero sí en algún momento de la no es actual. vida. Se ha producido un consumo La frecuencia del consumo se durante el último año y/o describe de la manera baja durante los últimos 30 días siguiente: - Una sola vez - Algunas veces durante los últimos 12 meses Se ha producido un consumo La frecuencia del consumo se durante el último año y/o describe de la manera alta durante los últimos 30 días siguiente: - Algunas veces mensualmente - Algunas veces semanalmente - Diariamente El algoritmo usado para crear los grupos de consumidores es el siguiente: DO IF ((P60B= 1 OR P61B= 1 OR P62B= 1 OR P63B= 1 OR P64B= 1 OR P65B= 1) AND ((P60C = 1 OR P60C = 2) OR (P61C = 1 OR P61C = 2) OR (P62C = 1 OR P62C = 2) OR (P63C = 1 OR P63C = 2) OR (P64C = 1 OR P64C = 2) OR (P65C = 1 OR P65C = 2))). COMPUTE GRUPO = 1. ELSE IF ((P60B= 1 OR P61B= 1 OR P62B= 1 OR P63B= 1 OR P64B= 1 OR P65B= 1) AND ((P60C = 3 OR P60C = 4 OR P60C = 5) OR (P61C = 3 OR P61C = 4 OR P61C = 5) OR (P62C = 3 OR P62C = 4 OR P62C = 5) OR (P63C = 3 OR P63C = 4 OR P63C = 5) OR (P64C = 3 OR P64C = 4 OR P64C = 5) OR (P65C = 3 OR P65C = 4 OR P65C = 5))). COMPUTE GRUPO = 2. ELSE IF (P60A = 3 OR P61A = 3 OR P62A = 3 OR P63A = 3 OR P64A = 3 OR P65A = 3). COMPUTE GRUPO = 3. ELSE. COMPUTE GRUPO = 99. END IF. EXECUTE. De esta manera, se logra clasificar a las personas que han consumido o que consumieron drogas de acuerdo a los criterios establecidos anteriormente, y su distribución es la siguiente. 125 El grupo de los ex consumidores se caracteriza por un consumo en la vida y la abstinencia durante el último año. Representa al 83.9% de la población en prevalencia de vida. El grupo de los consumidores actuales presenta un consumo durante el último año, que se especifica según su frecuencia. Representan el 11.1% en baja frecuencia y 5.2% en alta frecuencia. Estos grupos se definen en relación con las sustancias inhalables, marihuana, cocaína, pasta base, heroína y éxtasis, ya que estos seis productos son aquellos sobre los cuales el estudio dispone de la información necesaria para dicha clasificación. 5.5.2 Identificación de las variables independientes A continuación, se presenta el resultado de la regresión logística binomial realizada para la variable abstinentes–consumidores de cualquier droga en prevalencia de vida con los coeficientes de regresión. Cabe indicar que un coeficiente positivo significa que la variable aumenta la probabilidad de ocurrencia de la abstinencia, mientras que uno negativo, aumenta la probabilidad de no ocurrencia de la abstinencia. Un coeficiente positivo significa que la variable actúa en el sentido de un factor de protección, mientras que uno negativo, de un factor de riesgo. Finalmente, el valor de los coeficientes estima el peso de la variable en la ecuación de regresión. Seguidamente se presentan las variables analizadas y retenidas por el modelo. El primer grupo representa a las variables que disminuyen la probabilidad de ocurrencia de la abstinencia (riesgo), y el segundo, las que aumentan la probabilidad de ocurrencia de la misma (protección). Dicho de otro modo, el primer grupo corresponde a los factores de riesgo del consumo, y el segundo a los factores de protección. En este análisis cabe diferenciar entre el valor estadístico de las variables retenidas y su valor práctico. Tabla 158 Etiqueta No contesta cómo calificaría las relaciones con sus jefes Ningún riesgo fumar marihuana alguna vez B 13,7 2 11,4 0 E.T. 6,52 Wald 4,41 gl 1 Sig. 0,035553 838 Exp(B) 1,09412E -06 5,21 4,77 1 0,028889 036 1,11473E -05 126 Ha tenido en los últimos 12 meses accidentes por causa del alcohol Riesgo leve o moderado fumar cigarrillos frecuentemente Riesgo leve o moderado consumir pasta base alguna vez Gran riesgo consumir pasta base alguna vez Me sería fácil conseguir cocaína Siempre ha sentido aprobación por los padres de su pareja Me sería fácil conseguir pasta base No sabe si en su trabajo existe algún tipo de programa para ayudar a un empleado que tiene problemas con alcohol o drogas En su trabajo no existe algún tipo de programa para ayudar a un empleado que tiene problemas con alcohol o drogas Casi nunca ha sentido aprobación por los padres de su pareja En su trabajo sí existe algún tipo de programa para ayudar a un empleado que tiene problemas con alcohol o drogas Nunca ha sentido aprobación por los padres de su pareja Me sería difícil conseguir cocaína Me sería difícil conseguir pasta base Casi siempre ha sentido aprobación por los padres de su pareja Casi nunca siente que su familia le quiere lo suficiente Le gustaría que la relación de sus padres fuese mejor 10,7 2 8,26 7,90 7,38 7,02 6,61 6,30 6,25 4,39 5,94 1 0,014764 205 2,19538E -05 3,31 6,22 1 3,12 6,41 1 2,91 6,43 1 1,50 21,8 2 7,54 1 1 2,92 16,2 8 4,56 0,012607 382 0,011319 801 0,011194 275 2,9892E06 0,006019 231 5,44464E -05 0,032644 155 0,000258 19 0,000367 376 0,000622 08 0,000892 833 0,001334 186 0,001825 677 0,001925 509 6,04 2,05 8,67 1 0,003219 663 0,002367 928 5,95 2,40 6,11 1 0,013378 634 0,002585 461 5,29 2,26 5,47 1 0,019290 244 0,004994 716 5,25 5,04 4,81 4,77 2,32 5,10 1 1,86 7,31 1 1,78 7,30 1 2,30 4,29 1 0,023876 499 0,006856 521 0,006872 986 0,038126 953 0,005208 519 0,006437 707 0,008079 413 0,008455 269 4,58 3,47 1,91 5,71 1 1,53 5,09 1 0,016840 697 0,023932 848 0,010177 134 0,031023 509 2,40 1,56 1 1 127 Sus padres se separaron / divorciaron Generalmente siente que su familia le quiere lo suficiente Hay ciertos problemas entre los padres pero en general están bien Casi siempre conversan entre ustedes lo suficiente los problemas que tienen en casa Generalmente los fines de semana son compartidos por todos en casa En su casa alguien consume alguna droga Actualmente vive con otro familiar Número de días que ha salido a fiestas, discotecas en los últimos 30 días Poco informado sobre las drogas Casi siempre su pareja le ha sido fiel Me sería fácil conseguir morfina 3,39 2,95 2,94 1,31 6,61 1 0,010095 934 0,031324 03 0,046966 496 0,033705 284 0,052048 112 0,052789 411 1,37 4,63 1 1,48 3,94 1 2,80 1,00 7,83 1 0,005115 785 0,060649 277 2,48 0,95 6,80 1 0,009093 809 0,082987 791 2,44 1,18 0,07 0,72 1 0,51 11,4 1 5,24 0,02 7,42 1 0,000726 705 0,022073 141 0,006439 517 0,086587 769 0,305867 472 0,923859 663 2,84 1,39 4,12 1 4,30 1,75 6,04 1 4,49 1,75 6,55 1 No cceptaría si un amigo le ofreciera drogas Gran riesgo consumir pasta base frecuentemente Género femenino 4,99 1,70 8,62 1 5,45 2,73 3,97 1 5,89 1,28 1 Institución que trabaja: pública 8,79 3,67 21,1 1 5,72 Más confianza a la madre 11,1 8 12,9 6 13,3 0 14,5 9 5,01 4,97 1 5,57 5,41 1 5,38 6,10 1 7,05 4,27 1 0,042182 41 0,013944 646 0,010444 114 0,003320 149 0,046108 131 4,32047E -06 0,016692 015 0,025690 438 0,019976 473 0,013504 168 0,038662 007 17,16753 157 74,02314 562 89,32969 831 148,3955 619 234,4458 858 364,6252 259 6617,863 132 72299,60 684 427410,1 657 598919,4 607 2179592, 812 No le tiene confianza a ninguno Más confianza al padre Jubilado, pensionado o rentista La tabla de clasificación de los grupos es la siguiente. 1 1 128 Tabla 159: Tabla de clasificación de los casos Pronosticados Porcentaje correcto Observados Consumidores Abstinentes Consumidores 103 29 78.0 Abstinentes 13 1901 99.3 Porcentaje 97.9 global La tabla de clasificación brinda una cuantificación de los consumidores bien y mal clasificados (consumidores clasificados como consumidores y consumidores clasificados como abstinentes), así como de los abstinentes (abstinentes clasificados como consumidores y abstinentes clasificados como abstinentes) con las variables retenidas por el modelo de regresión logística. En su análisis, cabe recordar que la prevalencia de vida no brinda una buena clasificación de los sujetos, ya que en un estudio a la población general, se encuentran personas abstinentes que consumieron hace mucho tiempo, al contrario de lo que pasa con los estudiantes de enseñanza media. Por lo tanto, la clasificación consumo en prevalencia de vida – no consumo en prevalencia de vida puede representar imperfectamente la clasificación consumidor – abstinente. Con esta limitación, las variables retenidas en el modelo deben analizarse por la información práctica que aportan. Una información importante se relaciona con las personas que se presentan como abstinentes, pero que el modelo clasificó como consumidores. Al suponer que las personas que se presentaron como abstinentes pero que el modelo clasificó como consumidores representan a las personas (o parte de las personas) que no reconocieron su consumo, la tasa de disimulación se calcularía en 21.9% y la prevalencia de vida del consumo de cualquier droga para el dominio Quito se establecería en 10.24% como límite superior. 129 6 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES Las principales conclusiones y recomendaciones del Estudio son las siguientes. 6.1 EL POSICIONAMIENTO DE LA PROBLEMÁTICA DE LA DROGA La importancia del tema de la droga en la agenda internacional ha ido disminuyendo a lo largo de esta última década. Por ejemplo, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), un plan acordado por 189 naciones del mundo para disminuir los problemas más graves de los pueblos, así como las instituciones de desarrollo más importantes a nivel mundial, no lo contemplan. Esta pérdida del posicionamiento de la droga en la agenda pública también es evidente en el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2010 de la Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES), donde la prevención y control de la droga no consta en sus objetivos ni en las metas identificadas. 6.2 LA ESTRUCTURA CAUSAL DEL CONSUMO Y LA TENDENCIA La información relevante en demanda es la tendencia del consumo y su estructura causal. La tendencia mide el comportamiento en el tiempo del nivel del consumo de drogas. Implica la repetición de las mediciones de manera uniformizada y es la variable esencial para la evaluación de la importancia de la demanda de drogas en el Ecuador, así como de la bondad de los programas de acción de prevención y tratamiento. El problema de la estandarización de las mediciones ha sido solucionado por el trabajo realizado por el Observatorio Interamericano de la Droga de la CICAD-OEA y por los observatorios nacionales de la droga en el continente. Para el Observatorio Ecuatoriano de la Droga, el desafío consiste en la realización de las mediciones con una frecuencia suficiente. La identificación de la estructura causal del consumo es el problema que mayor atención debería recibir. En este sentido, se tiene que desarrollar un plan que incluya métodos cualitativos y cuantitativos para lograr construir un modelo satisfactorio que permita apoyar los programas de prevención. La movilización de recursos nacionales en cantidad suficiente debería permitir obtener resultados satisfactorios en poco tiempo. 6.3 CONCEPTOS, MODELOS Y PROGRAMAS DE ACCIÓN Una opinión es una afirmación que no es susceptible de verificación o que no ha sido verificada científicamente. El conocimiento empírico es singular, inmediato y asistemático; no puede garantizar que sus afirmaciones se cumplan siempre, y se genera desde la experiencia directa con la realidad. Su dependencia a la experiencia única lo vuelve muy sensible a la apariencia de los objetos, entiéndase por “objeto” tanto el objeto exterior como el mismo sujeto. Para el conocimiento empírico, los cuerpos “caen” a tierra, mientras que en un concepto más exacto, están “atraídos” por la tierra. El método científico es un proceso en el cual se usan experimentos para contestar una pregunta. El primer paso se inicia alrededor de ciertas observaciones realizadas, fortuitas o sistemáticas, que pueden inducir una pregunta. Para responderla, se formula una hipótesis y para comprobar o refutar dicha hipótesis, se diseña un experimento específico, para generar datos que según su análisis, permitirán aceptar o 130 rechazar la hipótesis. El presente Estudio es el dispositivo experimental que permite poner a prueba una serie de hipótesis sobre el consumo. El éxito de una gestión técnica para reducir la demanda depende de la capacidad de transformar las opiniones en conceptos científicos y de perfeccionar los existentes. Esta tarea es difícil ya que la estructura causal del consumo es compleja al implicar un gran número de variables ligadas entre ellas de forma no lineal. El análisis realizado en el presente Estudio usando un modelo de regresión logística binomial y multinomial ilustra este punto. Estas variables tienen un efecto sobre el consumo porque actúan de acuerdo a la constelación de relaciones en la cual se encuentran inmersas. Surgen de esta manera flujos de probabilidades que propagan influencias complejas y no triviales sobre el consumo. La mente humana por sí sola no puede representar fácilmente tal red de interacciones y se necesita construir modelos matemáticos específicos para manejar estos niveles de complejidad. La única manera de transformar las opiniones en conceptos consiste entonces en entrar en el largo proceso de la comprobación de hipótesis según el método científico. Para lograrlo, se necesita de una estructura específica como por ejemplo el Observatorio Ecuatoriano de las Drogas, de datos y de una constante revisión de las hipótesis probadas en los estudios que se realizan, así como de conceptos modernos sobre el tejido de la realidad implicada en el consumo. Dicho proceso toma tiempo ya que hay que acumular datos para poder aceptar y rechazar las hipótesis que se construyen de medición en medición. Cabe tener en mente que los conceptos científicos en todos los campos se construyeron mediante un largo proceso de fracasos y de logros, y no hay razones para pensar que el campo de las drogas sea diferente. Lo que importa en esta búsqueda es la capacidad de mantener en el tiempo la dirección misma y el sentido de la investigación. Solo de esta manera se podrá establecer las tendencias del consumo de drogas en el Ecuador y sus causas. La improvisación, las coyunturas momentáneas o los cambios estériles son los peores enemigos que surgen en este largo proceso de construcción de conocimientos. La medición de los indicadores uniformizados que está realizando el Observatorio Ecuatoriano de las Drogas representa una metodología adecuada que permite construir poco a poco un cierto número de conceptos sobre el consumo de drogas en el país. 6.4 EL OBSERVATORIO ECUATORIANO DE LAS DROGAS El conocimiento ayuda a la construcción de políticas inteligentes y de programas eficaces. Fundamentalmente, garantiza la eficacia, efectividad y la eficiencia de las acciones. Cuando no se sustentan sobre un modelo sólido, los programas de prevención solo terminan desaprovechando los recursos existentes. En el tema de la droga, cabe hacer una diferencia entre el análisis de la situación y el análisis de la respuesta, y en ambas dimensiones, el OED debe fortalecer su presencia. El análisis de la situación se refiere al conocimiento del comportamiento del consumo de drogas en el país y a su estructura causal, mientras que el análisis de la respuesta, a los recursos conceptuales, financieros y programáticos con los cuales se interviene en el problema. Ambos se interrelacionan. En el análisis de la situación, se busca identificar la importancia del consumo y quiénes son más vulnerables, mientras que en el análisis de la respuesta, se buscará identificar lo que se hace en cantidad y calidad, básicamente lo 131 que funciona y necesita mantenerse, lo que funciona y puede ampliarse, lo que no funciona y necesita un nuevo enfoque más estratégico, lo que no es pertinente y debe abandonarse, y lo que no se ha enfrentado. Una política para lograr sus objetivos estratégicos tiene por lo tanto que construir un dispositivo especial para observar la situación y otro para mirar la respuesta y responder dos preguntas esenciales: ¿tiene un impacto lo que se hace? y ¿lo que se está haciendo asegura un manejo óptimo de los recursos disponibles en términos de eficacia, eficiencia y efectividad? 6.4.1 Gestión de la información para el monitoreo de la respuesta nacional El sistema de monitoreo y evaluación (SME) incluye un conjunto específico de indicadores de procesos, resultados e impactos que se recogen periódicamente en cada programa, con el fin de conocer sus avances y el grado de cumplimiento de sus objetivos, el tipo de dificultades que conocen y los ajustes que deben introducirse. El SME describe cómo los recursos generan procesos, cómo los procesos conducen a los resultados de los programas y cómo los resultados provocan impactos en los grupos considerados. De esta manera se puede establecer la efectividad, eficacia y eficiencia de los planes operativos y por ende del Plan. Por ello, es importante que en el SME se visualice la estructura de responsabilidad, los mecanismos claros de planificación, documentación, reporte, evaluación y sistematización, así como los recursos técnicos y financieros suficientes que garanticen el éxito del proceso. El Mecanismo de Evaluación Multilateral (MEM) se basa en la utilización de un grupo de indicadores para evaluar la respuesta, la política y los programas de un conjunto de países y sus avances en la solución del problema. Pero constituye uno de los componentes del SME. Cabe indicar que tanto la Estrategia nacional para enfrentar las drogas (Plan Nacional 1999-2003) como el Plan Nacional de Prevención y Control de Droga 2004-2008 no han sido evaluados y tampoco han logrado construir un dispositivo de monitoreo de la respuesta nacional. 6.4.2 Gestión de la información para el monitoreo de la situación El monitoreo de la situación implica también la definición de un grupo de indicadores específicos, puesto que lo que hace la respuesta se mide en el cambio del consumo y de otras variables asociadas. Para medir dichos cambios, se necesita elaborar una serie de indicadores normalizados, definir en forma estricta las metodologías con las cuales se los medirán y repetir la medición en el tiempo para poder identificar la tendencia que presentan estos indicadores. El mayor esfuerzo realizado en esta última década para generar información para el monitoreo de la situación en reducción de la demanda proviene del Observatorio Interamericano sobre Drogas (CICAD-OEA) y del Observatorio Ecuatoriano sobre Drogas (OED/CONSEP). El presente Estudio es el tercer estudio nacional que realiza el país, pero el primero que se realiza con la metodología elaborada por los países para los Observatorios Nacionales sobre drogas a partir del Sistema Interamericano de Datos Uniformes sobre Consumo de Drogas (SIDUC/CICAD-OEA). 132 El otro esfuerzo se relaciona con el Sistema Estadístico Uniforme sobre Área de Control de la Oferta (CICDAT/CICAD-OEA), que monitorea un grupo de indicadores relacionados con la oferta. Los indicadores uniformizados en demanda se relacionan con seis sectores poblacionales: personas en tratamiento, en salas de urgencia, medicina forense, menores con problemas judiciales, estudiantes de enseñanza media, estudiantes de enseñanza superior y población en general. El esfuerzo del OED se ha concentrado sobre los indicadores relacionados con las personas en tratamiento, los estudiantes de enseñanza media y la población general. Salvo para los indicadores de tratamiento, los estudios realizados han brindado una información técnica y confiable. Sin embargo, el monitoreo de la situación tiene que profundizar la medición de dichos indicadores y definir indicadores nacionales específicos. 6.4.2.1 La medición de la tendencia La medición de la tendencia requiere la realización de estudios en una frecuencia mayor a la lograda al momento. Esta necesidad implica un mayor apoyo económico nacional al OED ya que las mediciones deberían realizarse aproximadamente cada dos años para los estudiantes de enseñanza media y superior, así como para la población. Es importante estabilizar la metodología utilizada para realizar las mediciones ya que los datos de prevalencia en la población general han sido obtenidos en 1988, 1995 y 2006 con metodologías diferentes. Esta situación no permite establecer al momento la tendencia del consumo y evaluar el éxito de la política. 6.4.2.2 ¿Han identificado adecuadamente la respuesta los sectores que configuran la situación? Los sectores identificados al momento se describen a continuación, así como las mediciones realizadas. Tabla 160 Población estudiada Centros de tratamiento Salas de urgencia Medicina forense Menores con problemas judiciales Estudiantes de enseñanza media Estudiantes de enseñanza superior Población en general Cárceles Otras: niños de la calle, universitarios, etc. Mediciones realizadas Medición continua La medición se abandonó La medición se abandonó Ninguna 1998, 2005 Ninguna 1988, 1995 y 2006 2006 Mediciones discontinuas La respuesta ha identificado sectores importantes, pero no ha logrado realizar las mediciones con la frecuencia esperada. Por otra parte, se carece de información en 133 ciertos sectores importantes, especialmente en estudiantes de enseñanza superior, menores con problemas judiciales, hijos y familias de emigrantes, entre otros. 6.4.2.3 ¿Enfrenta la respuesta las variables que realmente determinan el problema? El OEM ha construido en el Segundo Estudio Nacional a Hogares (1995) un modelo discriminante sobre la estructura causal del consumo que se presenta a continuación. D = (+0.22 *P1) + (+0.13*P2) + (-0.32*P3a) + (-0.2*P3b) + (+0.31*P4) + (-0.25*P5) + (+0.26*P6) + ( -0.17*P7) + (+0.23*P8a) + (+0.3*P8b) + (-0.19*P9) + (+0.14*P10) + (+0.95*P11) + (+1.62*P12) + (-0.22*P13) + (+0.9*P14) + (-0.77*P15) + (+0.59*P16) + CONSTANTE(3.14). P1.Género Mujer=1 Hombre=0 +0.22 P2. Nivel de Instrucción del jefe de familia Prim. completa/ Sec. incompleta=1 Otro tipo de educación=0 +0.13 P3. Actualmente usted está: Trabajando ocupado=1 Desocupado/BuscaTrabajo=1 Trabajando parcialmente=0 Estudiante=0 Quehaceres domésticos=0 -0.32 -0.2 P4. ¿Qué oficio o trabajo desempeña usted? Profesionales /Técnicos=1 Obreros, Personal administrativo, Trabajadores de los servicios, Directores, Comerciantes y vendedores=0 +0.31 P5. Durante su vida estudiantil: Tuvo problemas escolares (Repitió años, conducta, desertó)=1 No tuvo problemas=0 -0.25 P6. ¿Ha perdido interés en las cosas? No=1 Sí=0 P7. ¿Quién piensa que es (era) más dominante en su familia de origen? Madre=1 Padre, Ambos, otros, ninguno=0 +0.26 -0.17 134 P8. Cuando sus padres le prohíben (prohibían) hacer algo y usted no está (estaba) de acuerdo generalmente: Obedece(cía) sin protestar=1 Obedece(cía) pero protestaba=1 No hace(cía) caso a sus padres=0 Lo hace(cía) a escondidas=0 +0.23 +0.3 P9.En su opinión: ¿qué tan fácil o difícil es conseguir inhalantes? Muy fácil, Fácil=1 Difícil, muy difícil, imposible=0 -0.19 P10. ¿Conoce cercanamente a personas o amigos que usan droga? No=1 Sí=0 +0.14 P11. ¿Alguna vez tuvo usted la posibilidad de probar una droga, aunque no lo haya hecho? No=1 Sí=0 +0.95 P12. ¿Alguna vez ha tenido deseo o curiosidad de probar alguna droga? No=1 Sí=0 +1.62 P13. ¿Cree que las personas deberían tener aunque sea una experiencia con droga? Sí=1 No=0 -0.22 P14. No probaría drogas por ningún motivo Verdadero=1 Falso=0 +0.9 P15. Probaría drogas para saber qué se siente Verdadero=1 Falso=0 P16. Consumir droga de vez en cuando no es peligroso CONSTANTE Verdadero=1 Falso=0 -0.77 +0.59 -3.14 Se estima que dichos estudios han logrado un análisis lo más profundo posible de la estructura causal del riesgo y del consumo desde su metodología específica. Los modelos construidos han podido identificar, en el conjunto de las variables analizada en 135 estos estudios, las que mayor contribución presentan en la probabilidad de ocurrencia del consumo. Estas variables, como las identificadas en el modelo construido con los datos de la Tercera Encuesta Nacional, constituyen un aporte para identificar los factores de riesgo y de protección que realmente pertenecen a la ecuación del consumo con el fin de apoyar los programas de acción de la prevención. En este sentido, es necesario trabajar en forma más estrecha con la prevención para analizar el sentido de las variables retenidas por los modelos construidos en 1995 y en 2006. 6.4.3 ¿Tiene en cuenta la respuesta los obstáculos para lograr sus objetivos? La respuesta en materia de reducción de la demanda debe orientarse hacia las variables que realmente intervienen en el consumo de drogas. En general, se sigue pensando que la disponibilidad de las drogas constituye la causa principal del consumo. Consecuentemente, y de acuerdo a esta hipótesis, la mayor parte de los recursos se invierten en la represión del tráfico (producción, transporte y comercialización) y asumen que los logros obtenidos en esta dimensión disminuirán el consumo. Sin embargo, la mayor parte de la droga decomisada no es una droga destinada al consumo nacional sino solamente una droga en tránsito hacia los mercados internacionales. La reducción de la oferta como estrategia para enfrentar el consumo afecta la disponibilidad, pero no el deseo para el consumo. 6.4.4 ¿Aprovecha la respuesta las oportunidades que existen en el país? Existen varias oportunidades en el país que el OED y la prevención en general no aprovechan como se debería. La respuesta puede ampliar la profundidad de su análisis en los aspectos siguientes. 6.4.4.1 Intensificar la relación del OED con la clínica Las personas que se encuentran en tratamiento por problemas de consumo de drogas constituyen una población que puede brindar una información de primer orden sobre la estructura causal del consumo. Se debería por lo tanto realizar alianzas estratégicas con ciertos centros con fines de investigación. Pero en este proceso, se tiene que seleccionar adecuadamente aquellos centros que entrarían a formar parte del proyecto ya que muchos en el país no presentan las condiciones técnicas y éticas que les permitan realizar tratamientos. 6.4.4.2 Realizar paneles de expertos Un panel de expertos reúne a profesionales que tienen un conocimiento directo e indirecto específico en materia de drogas. Por otra parte, la experiencia nacional e internacional es mucho más amplia y la prevención en el país tiene que salir del círculo en el cual se encuentra y abrir sus fronteras a nuevas ideas y nuevas experiencias. Un panel de expertos puede apoyar el proceso de identificación de la estructura causal del consumo al integrar los conocimientos cualitativos y cuantitativos. 136 6.4.4.3 Realizar la evaluación de la efectividad, eficacia y eficiencia de los programas de prevención La bondad de un programa de acción puede evaluarse antes de su implementación en una población, al contrario de lo que se suele pensar cuando se lo evalúa después de su ejecución. La condición consiste en trabajar con una metodología de grupos experimentales y grupos controles. Permite disminuir considerablemente los costos y asegura que el programa que se ejecutará en poblaciones tenga realmente impactos probados. 6.4.4.4 Fortalecer el sector de las organizaciones de la sociedad civil El esfuerzo de la investigación en droga a nivel nacional no puede limitarse a la sola actividad del OED, ya que el conocimiento es universal y las necesidades son múltiples. El Observatorio debe por lo tanto apoyar con recursos económicos y técnicos todas las iniciativas que se enmarcan dentro de los objetivos nacionales. 6.4.4.5 Territorializar el OED En su proceso de fortalecimiento, el OED debe buscar aliados estratégicos en los territorios a través de los gobiernos provinciales, de los municipios y de sus instancias de coordinación. Debería existir un esfuerzo mayor para motivar a los gobiernos y a los actores locales para realizar un diagnóstico territorial a partir del cual organizar su respuesta dentro de los objetivos identificados en el marco nacional de acción de prevención y control de la droga. 6.5 EL CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN EL ECUADOR La evaluación del nivel del consumo presente en el Ecuador a nivel nacional se estima en 4.9% en prevalencia de vida, cualquiera sea el producto usado, sin considerar los estimulantes (0.2%), tranquilizantes (2.0%) y la categoría Otras drogas (0.1%). Dicha medición demuestra que se mantienen los niveles de consumo en el país. La droga más consumida es la marihuana (4.3%), seguida por la cocaína (1.3%) y la base (0.8%). Entre las drogas de bajo uso, el hachís (0.3%) y el éxtasis (0.2%) representan los productos de mayor prevalencia de consumo. El uso de tranquilizantes y estimulantes sin prescripción médica presenta una prevalencia de vida de 2.0% y 0.2% respectivamente. El 14.7% de la población a nivel nacional indica que durante los últimos 30 días se emborrachó una o más veces, lo cual designa una población de 574.358 personas. Cabe indicar sin embargo que tales cifras subestiman los niveles reales del consumo por dos motivos principales. 1. Por ser el consumo un comportamiento estigmatizado desde el punto de vista social y del marco legal vigente, una proporción de consumidores no lo reconocen en dicha metodología. Sin embargo, no se puede estimar la diferencia entre el consumo confesado y el consumo negado. Solo se sabe que el primero es inferior al segundo, pero en una proporción que no se puede cuantificar 137 aunque el modelo de regresión logística realizado lo estima en cerca de 21.9%. Con esta corrección, la prevalencia de vida del consumo de cualquier droga en el dominio Quito (8.4%) podría ubicarse alrededor del 10.24%. 2. Debido al diseño muestral usado que selecciona un hogar donde elegir un informante, ciertos grupos de población no han podido ser representados en la muestra, como es el caso de las personas que viven en aglomeraciones de menos de 30.000 personas, o sea la población rural e indígena, las personas privadas de libertad, los grupos inmersos en fenómenos de movilidad social o laboral, y de desplazamiento, los consumidores en centros de tratamiento, las personas relacionadas con el trabajo sexual y otros. Por ejemplo, en el estudio nacional en cárceles realizado en el 2006 por el Observatorio Ecuatoriano de las Drogas, la prevalencia de vida del consumo de marihuana se estima en 28.3%, 10.8% para la cocaína y 10.6% para la pasta base, lo que representa para la marihuana una población de unas 4.500 personas involucradas en su consumo y que deberían sumarse a las identificadas en el Estudio Nacional. De esta manera, se estima que el país tiene que enfrentar una población de alrededor de 309.087 personas involucradas o que alguna vez se involucraron en el consumo de una o más drogas. El modelo construido con una regresión logístico-binomial brinda un elemento para estimar la tasa de disimulación. 6.6 ACERCA DEL PROTECCIÓN MODELO DE LOS FACTORES DE RIESGO Y DE El actual modelo de prevención del CONSEP, cuya formalización se encuentra en el Manual Ecuador, Estrategias de Prevención de Drogas a través de Municipios no especifica la metodología con la cual se elaboró. Tampoco se articula claramente con los procesos de investigación que desarrolla el Observatorio Ecuatoriano de las Drogas. Por este motivo, el presente Estudio Nacional no puede validarlos. En el futuro, se recomienda, por una parte, desarrollar un proceso técnico que permita fortalecer la construcción de un modelo de prevención y, por otra parte, construir un sistema para lograr la validación científica de sus hipótesis, entre otros, la realización de estudios cuantitativos específicamente organizados para obtener este resultado. Esta estrategia obliga a la construcción de un modelo coherente de prevención con un alto nivel de operacionalización de las variables contempladas para la prevención. El actual modelo de los factores de riesgo y de protección, a más de conducir a un atomismo que confunde el análisis, tiene la desventaja de distribuir un cierto número de causas según varias dimensiones sin diferenciar la dinámica desde la cual actúan. Actualmente, se habla más bien de “vulnerabilidad” y de “riesgo”. El riesgo se refiere a una circunstancia exterior, emergente o permanente, independiente del sujeto, como por ejemplo una erupción volcánica, la presencia de las drogas en el tejido social, su precio, la mala información disponible, las características del marco legal existente, la inadecuación de los modelos educativos, etc. La vulnerabilidad se define como una o más características de una persona, de una familia, de un grupo o de una comunidad, no determinada por la o las circunstancias calificadas de riesgo, y que existe 138 previamente a la ocurrencia del evento catastrófico (R. Thom) o peligroso. En este sentido, el concepto de preparación, “disponer alguien para una acción futura” (DRAE) debería ser el eje central del trabajo sobre la vulnerabilidad. Sin embargo, lo que hace que una persona en algún momento sea vulnerable a la droga se construye en su historia, y el consumo se produce en un encuentro entre el riesgo y dicha constelación. La fragilidad de la actual prevención es que espera al sujeto y se ubica en algún momento de su desarrollo para generalmente intercambiar con él información sobre la peligrosidad del consumo. Pero esta estrategia poco afecta su vulnerabilidad. 6.7 LA VARIABLE DEPENDIENTE Un estudio cuantitativo es una de las tecnologías que permiten mejorar la arquitectura de los programas de acción. En particular, puede aportar información sobre las hipótesis contenidas en los modelos de prevención existentes. Como ya se indicó, debe existir una relación estrecha entre dichos modelos y el diseño del estudio. En ciertas ocasiones, los modelos de prevención existentes no permiten derivar fácilmente hipótesis cuantitativas debido a su saturación en conceptos abstractos. Por ejemplo, decir que los “conflictos familiares” constituyen un factor de riesgo, en este nivel de formulación, puede significar cualquier cosa. No señala una estructura conflictiva específica. Sin embargo, para lograr verificar estos factores, se tiene que llegar a una definición adecuada de la variable dependiente, la cual tiene principalmente que lograr una clasificación correcta de los consumidores. Como ya se indicó, el concepto de prevalencia brinda la información más clara para el consumo del último año y el de prevalencia de vida termina generando una información borrosa que aporta pocos detalles sobre la historia del consumo más allá del año. Por esta razón, la realización de análisis multivariantes debe construir una clasificación lo más adecuada posible de los consumidores e iniciarla desde el mismo instrumento de medición. De hecho, la información más importante se relaciona con: 1. El consumo actual o pasado, es decir la determinación de si el sujeto ha dejado de consumir o si sigue consumiendo. En el primer caso, se lo calificará de ex consumidor, y en el segundo, de consumidor actual. 2. Pero más exactamente, la definición de la duración del consumo debe basarse sobre dos variables esenciales: la edad del primer consumo y la edad del último consumo. La diferencia entre estos dos momentos temporales brinda la duración del consumo. 3. La tercera variable se relaciona con la frecuencia promedio del consumo durante estos dos momentos temporales y permite afinar la clasificación de los consumidores. 4. Finalmente, se pueden usar ciertas variables adicionales para especificar con mayor detalle dichos grupos. Una de ellas se refiere a los periodos de abstinencia que pueden haber existido o no entre estos momentos. Un consumo continuo puede tener mayor gravedad que un consumo que ha conocido periodos de abstinencia. 139 Los estudios ulteriores por realizarse deben considerar estas variables, caso contrario los grupos construidos no brindarán una buena separación de los consumidores, lo cual disminuirá todos los análisis realizados. 6.8 LAS VARIABLES INDEPENDIENTES Finalmente, cabe evaluar la calidad del conocimiento que ha organizado el presente Estudio y que refleja el conocimiento general de los actores. El instrumento consta de dos secciones. La primera se relaciona con las variables descriptivas del consumo, y la segunda, con un conjunto de variables supuestamente explicativas del consumo. Cada una de estas últimas constituye una hipótesis. En un análisis multivariante, una manera de evaluar la fuerza de dicho conocimiento consiste en usar un modelo de regresión logística en sus diferentes etapas, evaluar los grupos de variables que se introducen progresivamente en el análisis en su capacidad de clasificación de los grupos. Un indicador esencial de un conocimiento acertado se relaciona con la proporción de casos correctamente clasificados a partir de variables que no se relacionan con el mismo consumo. Por ejemplo, preguntar a una persona si consumiría o no una droga en caso de tener la posibilidad de hacerlo para predecir su pertenencia al grupo de los abstinentes o de los consumidores consiste en una operación tautológica: usar el consumo para predecir el consumo. Se obtendría una buena clasificación en un modelo de regresión logística, pero ningún conocimiento sobre la estructura causal del consumo. 6.8.1 Variables sociodemográficas, individuales y familiares Las variables sociodemográficas, individuales y familiares del estudio clasifican correctamente a solo el 12.3% de los consumidores. Tabla 161: Tabla de clasificación Casos observados Casos predichos CualquierPV3 CualquierPV3 Abstinentes Consumidores Porcentaje correctamente predicho Abstinentes 4256282 Consumidores 17573 99,6 193538 27239 12,3 Porcentaje total 95,3 6.8.2 Variables sociodemográficas, individuales, familiares y de información Cuando a las anteriores se añaden las variables relacionadas al nivel de información, el porcentaje de clasificación correcta de los consumidores sube a 42.9%. Tabla 162 Casos observados Casos predichos 140 CualquierPV3 CualquierPV3 Abstinentes Consumidores Porcentaje correctamente predicho Abstinentes 1838897 Consumidores 16459 99,1 57859 43503 42,9 Porcentaje total 96,2 6.8.3 Variables sociodemográficas, individuales, familiares, de información y de consumo en los entornos Con las variables relacionadas con el consumo en los entornos de la casa, del trabajo y de los amigos, el modelo clasifica correctamente el 64.9% de los consumidores. Tabla 163 Casos observados Casos predichos CualquierPV3 CualquierPV3 Abstinentes Consumidores Porcentaje correctamente predicho Abstinentes Consumidores 1655788 6958 99,6 28475 52538 64,9 Porcentaje total 98,0 6.8.4 Variables sociodemográficas, individuales, familiares, de información, de consumo en los entornos y relacionadas con el entorno laboral Con las variables relacionadas con el consumo de drogas en el entorno laboral, el porcentaje de consumidores bien clasificados sube a 76.2%. Tabla 164 Casos observados Casos predichos CualquierPV3 CualquierPV3 Abstinentes Consumidores Porcentaje total Porcentaje correctamente predicho Abstinentes Consumidores 1657276 5470 99,7 19315 61699 76,2 98,6 141 Como se observa, al no incluir las variables relacionadas con el consumo de drogas, el modelo logístico no logra presentar un buen nivel de clasificación de los grupos. Este resultado evidencia la poca capacidad de las variables independientes elegidas para representar la estructura causal del consumo. Implica la necesidad de fortalecer el proceso de generación de conocimientos y una búsqueda de variables esenciales al consumo. Este proceso exige una sinergia entre los principales actores de la reducción de la demanda: la investigación, la prevención y el tratamiento. No entender esta necesidad conduce a seguir ejecutando programas de acciones de limitada eficacia. La prevención tiene que realizar una crítica seria de su saber y de su quehacer, ser transparente y rendir cuentas. Debe analizar por qué carece en gran medida de objetivos concretos y por qué suele describir lo que hace, y no lo que logra, o sea cuál es la razón para no evaluar sus resultados, sino solamente sus procesos. Pero fundamentalmente, tiene que examinar si se puede mantener su objetivo oficial, “prevenir la farmacodependencia”, o sea intervenir algo que todavía no ha acontecido. Como antecedentes, debe reconocerse que el problema del uso de drogas es mucho más complejo de lo que se pensaba inicialmente. Ni el castigo de la conducta desviante, en la oferta y la demanda, ni la asimilación del consumo a una enfermedad infecto contagiosa con la exculpación del que pide la droga y el castigo del oferente, han logrado disminuir su uso. Tampoco se ha podido modificar con las declaraciones de la prevención integral el carácter ansiógeno de la actual sociedad, ni sus mecanismos de exclusiones. El advertir la función reparadora del consumo, el fármaco como medicamento y veneno, tampoco ha permitido elaborar estrategias eficaces en tratamiento. El “buen uso del tiempo libre” se ha revelado una orientación ingenua. Muchas de las “campañas de información” han tenido un carácter infantilizante o terrorista y han terminado desprestigiadas por las mismas poblaciones hacia las cuales se dirigían. Las definiciones de los objetivos de la prevención abundan en general, cada una más amplia que las otras, como por ejemplo lograr el “desarrollo integral de la persona”. Pero ninguna se ha concretado, por lo utópico de tales objetivos, pero también por la ausencia de tecnologías que permitirían lograrlos. La caza y el secuestro de los usuarios por parte de los “terapeutas vivenciales” habilitados oficialmente han provocado un ambiente de terror, la reducción de la demanda y el alejamiento de la atención. En una sociedad ansiógena y saturada de drogas donde un cierto número de personas y grupos se encuentran, por su historia íntima, en situación de vulnerabilidad, se estima que las principales estrategias de reducción de la demanda deben lograr una reingeniería de la política en los siguientes aspectos. a. Reorganizar los programas hacia una función de alerta que permita a las personas prepararse ante el riesgo que presenta la existencia de las drogas. Esta estrategia, a la cual se deberían asociar los mismos usuarios, propone una redefinición del concepto tradicional de información sobre las drogas que persigue objetivos lejanos y no de preparación y de acción anticipada. Además, debe permitir la circulación de una palabra sobre las drogas en la red social y los grupos involucrados, la cual ha estado casi ausente durante esta última década. 142 b. Favorecer la construcción de competencias personales y sociales para lograr el desarrollo de una habilidad de autocontrol que permita evaluar y manejar la situación propia de vulnerabilidad, o sea en personas no involucradas en el consumo pero que podrían hacerlo, en personas que ya consumen para lograr una práctica más segura de autocontrol en el mismo consumo, mitigar el daño de su abuso, así como en los entornos inmediatos para limitar los daños colaterales y aumentar su capacidad de contención. c. Construir mecanismos que permitan la mediación de conflictos en la convivencia entre las personas implicadas en el consumo y las que no lo son. La mediación implica a los consumidores y a los abstinentes, los hombres y las mujeres en un enfoque de género, ya que el consumo se presenta mayormente en los primeros y afecta a las segundas, los hijos y los adultos, los consumos públicos de los primeros y los consumos privados de los segundos, así como los usuarios y los abstinentes en el lugar de estudio, de trabajo o del barrio, los asentados y los afuereños, como los que entregan la droga y los que la adquieren. La mediación es un proceso no adversarial y cooperativo que debe reemplazar el concepto de “guerra a las drogas” o de ganadores y perdedores implícito en la actual política antidroga. d. Eliminar el castigo y el estigma sobre los usuarios para ampliar el acceso a los servicios, mejorar la capacidad de acogida y de adherencia de estos últimos, fuera de la violencia y respetando los derechos humanos. Cabe observar que en la respuesta pública actual, existen más consumidores en el sistema penal que en el sistema de salud. e. Focalizar las acciones en las poblaciones vulnerables y no en la opinión pública, focalizar el control de la oferta en el crimen organizado y no en el pequeño vendedor, y focalizar el tratamiento en los consumidores problemáticos. f. Desconcentrar la política hacia los gobiernos locales y favorecer la construcción de soluciones nuevas asumiendo que lo que ha fracasado a escala nacional no puede repetirse a escala local. Incluso la llave tiene que entrar en un túnel oscuro antes de abrir la puerta… 143 7 GLOSARIO PREVALENCIA E INCIDENCIA En Epidemiología se denomina prevalencia a la proporción de individuos de un grupo o una población que presentan una característica o evento determinado en un momento, o periodo de tiempo ("prevalencia de periodo"), determinado. La prevalencia de una enfermedad es el número de casos que presentan la característica, por ejemplo una enfermedad o el número de personas que manifiestan una cierta característica, dividido por el número de individuos que componen el grupo o la población en un determinado momento. Características de la prevalencia: - Es una proporción. Por lo tanto, no tiene dimensiones y su valor oscila entre 0 y 1, aunque a veces se expresa como porcentaje. Es un indicador estático que se refiere a un momento temporal. La prevalencia indica el peso o la abundancia del evento que soporta la población. En la prevalencia influye la velocidad de aparición del evento y su duración. La prevalencia no debe confundirse con la incidencia. La incidencia es una medida del número de casos nuevos caracterizados por el evento, por ejemplo una enfermedad o el consumo de una droga, en un periodo de tiempo determinado. La prevalencia se refiere a todos los individuos afectados, independientemente de la fecha de contracción de la enfermedad. Una enfermedad de larga duración que se extiende ampliamente en una comunidad en 2002 tendrá una alta prevalencia en 2003 (asumiendo como duración larga un año o más), pero puede tener, sin embargo, una tasa de incidencia baja en 2003. Por el contrario, una enfermedad que se transmite fácilmente pero de duración corta, puede tener una baja prevalencia y una alta incidencia. La prevalencia es un parámetro útil cuando se trata de infecciones de larga duración, como por ejemplo el VIH/SIDA, pero la incidencia es más útil cuando se trata de infecciones de corta duración, como la varicela. MODELOS DE REGRESIÓN LOGÍSTICA Los modelos de regresión son modelos estadísticos en los que se desea conocer la relación entre: - Una variable dependiente cualitativa, dicotómica (regresión logística binaria o binomial) o con más de dos valores (regresión logística multinomial). Una o más variables explicativas independientes, o covariables, ya sean cualitativas o cuantitativas. La ecuación inicial del modelo de tipo exponencial, en su transformación logarítmica (logit) permite su uso como una función lineal. Las covariables pueden ser cuantitativas o cualitativas. Las covariables cualitativas deben ser dicotómicas, tomando valores 0 para su ausencia y 1 para su presencia (esta codificación es importante, ya que 144 cualquier otra codificación provocaría modificaciones en la interpretación del modelo). Pero si la covariable cualitativa tuviera más de dos categorías, para su inclusión en el modelo deberíamos realizar una transformación de la misma en varias covariables cualitativas dicotómicas ficticias o de diseño (las llamadas variables dummy), de forma que una de las categorías se tomaría como categoría de referencia. Con ello cada categoría entraría en el modelo de forma individual. En general, si la covariable cualitativa posee n categorías, habrá que realizar n-1 covariables ficticias. Un ejemplo con la covariable color de ojos: Categorías Azules (categoría de referencia) Verdes Marrones F1 0 1 0 F2 0 0 1 En este ejemplo un sujeto de ojos azules (la categoría de referencia), entraría en el modelo con F1=0 y F2=0, mientras que un sujeto con ojos verdes entraría con F1=1 y F2=0. Por sus características, los modelos de regresión logística permiten dos finalidades: - Cuantificar la importancia de la relación existente entre cada una de las covariables y la variable dependiente, lo que lleva implícito también clarificar la existencia de interacción y confusión entre covariables respecto a la variable dependiente (es decir, conocer la odds ratio para cada covariable). - Clasificar individuos dentro de las categorías (presente/ausente) de la variable dependiente, según la probabilidad que tenga de pertenecer a una de ellas dada la presencia de determinadas covariables. Los modelos de regresión logística binaria resultan los de mayor interés ya que la mayor parte de las circunstancias analizadas en ciencias sociales responden a este modelo (presencia o no de enfermedad, éxito o fracaso, consumo o no consumo, etc.). TEORÍA DE LAS CATÁSTROFES René Thom es el creador de la Teoría de las Catástrofes. Recibió la medalla Fields, galardón considerado como el Nobel de las matemáticas, en 1958. Thom es un matemático que construyó un modelo topológico de las singularidades y bifurcaciones, conocido como Teoría de las Catástrofes. Describe los saltos o cambios que se producen en los sistemas dinámicos: físicos, biológicos, psicológicos, conceptuales. La Teoría de las Catástrofes estudia desde el punto de vista matemático lo que vulgarmente se conoce como «la gota que colma el vaso», esa mínima gota que 145 provoca que el agua se derrame y se pase de un estado inestable a otro estable. Thom demostró que para los sistemas en los que interviene una o dos variables y en los que influyen hasta cuatro parámetros (tiempo, temperatura, gradientes...), hay siete rupturas o catástrofes elementales, a las que se dieron nombres muy plásticos e intuitivos: pliegues, cúspides, colas de milano, mariposas y ombligos –elíptico, hiperbólico y parabólico. Hay procesos de este tipo cuya superficie característica manifiesta una divergencia, como vemos en la Figura. Para dos valores muy próximos (x,y), (x,y+dy), puede ocurrir que las sucesivas variaciones de x conduzcan a dos regiones distintas de la superficie separadas por un “pliegue”, como ocurre con los puntos P y Q. Obsérvese que P y Q están situados en zonas distintas de la superficie, y no es posible el paso del uno al otro más que mediante un salto o discontinuidad. No es difícil imaginar ejemplos, como el de una compañía aérea obligada a satisfacer toda la demanda de pasajeros y cuyo avión habitual tiene una capacidad de 100 pasajeros, una demanda de 101 motivará la necesidad de utilizar un avión mayor, incluso la de aterrizar en un aeropuerto distinto. En pocas palabras, variaciones muy pequeñas del punto inicial de partida derivan hacia resultados totalmente alejados. TEORÍA DEL CAOS Teoría del caos es la denominación popular de la rama de las matemáticas y la física que trata ciertos tipos de comportamientos impredecibles de los sistemas dinámicos. Los sistemas dinámicos se pueden clasificar básicamente en: - Estables Inestables Caóticos Un sistema estable tiende a lo largo del tiempo a un punto, u órbita, según su dimensión (atractor). Un sistema inestable se escapa de los atractores. Y un sistema caótico manifiesta los dos comportamientos. Por un lado, existe un atractor por el que el sistema se ve atraído, pero a la vez, hay "fuerzas" que lo alejan. De esa manera, el sistema permanece confinado en una zona de su espacio de estados, pero sin tender a un atractor fijo. Una de las mayores características de un sistema inestable es que tiene una gran independencia de las condiciones iniciales. De un sistema del que se conocen sus ecuaciones características, y con unas condiciones iniciales fijas, se puede conocer exactamente su evolución en el tiempo. Pero en el caso de los sistemas caóticos, una mínima diferencia en esas condiciones hace que el sistema evolucione de manera totalmente distinta. Ejemplos de tales sistemas incluyen la atmósfera terrestre, el Sistema Solar, las placas tectónicas, los fluidos en régimen turbulento y los crecimientos de población. Sensibilidad a las condiciones iniciales significa que dos puntos en tal sistema pueden moverse en trayectorias muy diferentes en su espacio de fase incluso si la diferencia en sus configuraciones iniciales es muy pequeña. El sistema se comportaría de manera idéntica sólo si sus configuraciones iniciales fueran exactamente las mismas. Un ejemplo de tal sensibilidad es el así llamado "efecto mariposa", en donde el aleteo de las alas de 146 una mariposa puede crear delicados cambios en la atmósfera, los cuales durante el curso del tiempo podrían modificarse hasta hacer que ocurra algo tan dramático como un tornado. La mariposa aleteando sus alas representa un pequeño cambio en las condiciones iniciales del sistema, el cual causa una cadena de eventos que lleva a fenómenos a gran escala como tornados. Si la mariposa no hubiera agitado sus alas, la trayectoria del sistema hubiera podido ser muy distinta.