Diagnóstico por Imagen Síndrome de Casi Ahogamiento
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Diagnóstico por Imagen Síndrome de Casi Ahogamiento
Diagnóstico por Imagen Síndrome de Casi Ahogamiento Dr. Guillermo Marín Salazar1, Susana Preciado-Ramírez2, Dr. Alfonso Valenzuela Espinoza3, Dr. Jorge Rodarte Corro3, Enf. Rosario Camacho4 Internista, Unidad de Cuidados Intensivos Hospital General de Tijuana, ISESALUD Tijuana B.C., México 2 Estudiante de Medicina Facultad de Medicina Universidad Autónoma de Baja California Tijuana B.C., México 3 Patólogo Servicio de Anatomía Patológica Hospital General de Tijuana, ISESALUD Tijuana B.C., México 4 Programa de Cuidado Pre Hospitalario Hospital General de Tijuana, ISESALUD Tijuana B.C., México 1 Resumen Se presenta el caso de un paciente masculino de 24 años de edad con manifestaciones clínicas, radiológicas y gasométricas de síndrome de insuficiencia respiratoria aguda secundario a inmersión en agua salada-casi ahogamiento, lo cual se confirmó por estudio histológico. La evolución del paciente fue tórpida hasta la defunción. Se discute la patofisiología, el tratamiento, la radiología y los cambios histológicos. Palabras clave. Síndrome de casi ahogamiento Abstract We are reviewing the case of a 24 year old male patient with clinical, radiological, gasometrical manifestations of acute respiratory distress syndrome secondary to immersion in sea water (near drowning), confirmed by histopathology. The progress of the patient was torpid and he died. A short discussion on the near drowning syndrome pathophysiology, treatment, radiology and histological images is made. Key words. Near drowning syndrome Introducción U nas 140,000 a 150,000 personas fallecen ahogadas cada año en todo el mundo, siendo los lugares turísticos, los desastres naturales, y en los niños la inmersión en cubetas, los sitios de mayor probabilidad para este accidente. En Estados Unidos de Norteamérica fallecen anualmente unas 8000 personas por esta causas, y el ahogamiento representa la tercer causa de muerte de todas las muertes accidentales, y es la segunda causa de muerte en hombres menores de 44 años, en los niños se ha mencionado como la tercer causa de muerte,1,2,3,4 En © Anestesia en México 2008;20(2): 102-105 México no existen datos exactos de esta causa de muerte. Los resultados de quien ha sufrido un accidente de inmersión puede incluir el síndrome de inmersión, el cual se define como muerte súbita después del contacto con agua fría, o lesión por inmersión, que se define como muerte resultante dentro de las 24 horas de inmersión (ahogamiento), o al menos sobrevivir temporalmente (casi ahogamiento), o rescate de la víctima del agua (salvar). Ahogamiento secundario se refiere a la muerte producida por la complicaciones de la inmersión, 24 horas después de ésta.5,6,7 La asistencia médica escalonada desde el sitio de la 102 inmersión en el agua, el traslado al hospital, la atención en la sala de urgencias y posteriormente en las unidades de terapia intensiva han logrado disminuir la mortalidad por los efectos cardiorrespiratorios propios de esta entidad, donde al anestesiólogo juega un papel preponderante para la resucitación oportuna y evitar el daño neurológico o la muerte. La fisiopatología del casi ahogamiento se resume con la aspiración de agua dulce o salada, lo que conduce a un alveolo lleno de líquido pero aun perfundido, lo que produce una sustancial mezcla pulmonar venosa. Cuando se trata de agua salada hipertónica atrae líquidos adicionales del plasma hacia los pulmones. Con ambos tipos de agua, el edema pulmonar ocurre y se asocia a la anormalidad de ventilación-perfusión.2,3,6 En este artículo se muestran las imágenes de un caso de casi ahogamiento para establecer una correlación clínicaradiológica-histológica ya que no es frecuente obtener un estudio patológico en personas que han sufrido casi ahogamiento en agua de mar y que alcanzan a llegar vivos a las unidades de cuidados intensivos. Figura 1. Radiografía simple del tórax que muestra imágenes compatibles con neumonía, broncoaspiración, o SIRA. Descripción del paciente Masculino de 24 años de edad, que fue llevado a la sala de urgencias del Hospital General de Tijuana ISESALUD por presentar inmersión en agua salada 30 minutos antes de su ingreso. No hubo datos sobre el tiempo que estuvo inmerso en el mar antes de ser rescatado por los paramédicos del lugar, donde recibió maniobras básicas de reanimación cardiopulmonar logrando integrar al paciente a su medio ambiente, sin necesidad de intubación endotraqueal in situ. Es trasladado al servicio de urgencias donde se le recibió despierto, con presión arterial 80/40, frecuencia cardiaca de 112, respiraciones de 42, 34°C. Veinte minutos después de su ingreso el paciente tuvo paro cardiorrespiratorio del cual se restableció con las maniobras habituales. Se intubó y se dejó en ventilación controlada, sedación con midazolam y analgesia con fentanilo durante 18 horas. Las gasometrías mostraron en forma repetida hipoxemia severa con acidosis respiratoria. Una vez estabilizado se transfirió a la unidad de cuidados intensivos, donde la imagen radiológica de ingreso (Figura 1) mostró infiltrados pulmonares bilaterales extensos con broncograma aéreo. La gasometría de ingreso a la terapia intensiva mostró un índice de oxigenación de 300. Ocho horas después este índice de oxigenación era de 149, lo cual apoyó la idea diagnóstica de SIRA. Se estableció PEEP en 10 y se tuvo que incrementar hasta 14, con volúmenes corrientes de 5-7 mL/kg, con compromiso hemodinámico conforme se aumentaba el PEEP, manifestado por disminución del gasto urinario e hipotensión arterial, por lo que se hicieron ajustes con apoyo con dopamina-norepinefrina. Una nueva radiografía mostró progresión de los infiltrados pulmonares que coincidió con aumento de la necesidad de FiO2 e incrementos de PEEP, ya que se disminuía la saturación de oxígeno por debajo de 85%. Tuvo de nuevo parada cardiaca que revirtió a maniobras de reanimación cardiopulmonar avanzadas, dejando al paciente post paro con hipotensión arterial durante dos horas, no obstante el incremento de Figura 2. Imagen panorámica del tejido pulmonar donde se observan numerosas membranas eosinófilas adheridas en las paredes alveolares. las aminas. Dos horas después tuvo otra parada cardiaca de la cual no se recuperó. En el postmorten inmediato se tomó tejido pulmonar por punción percutánea (Figuras 2 y 3), las cuales mostraron cambios inflamatorios, membranas hialinas, con engrosamiento de la membrana alveolo capilar y llamó la atención la presencia de macrófagos macrofágicos. Discusión Aproximadamente 10 al 15% de las víctimas de accidentes por inmersión, tienen laringoespasmo agudo que resulta en ahogamiento en seco, a causa de ello no hay aspiración de agua dentro de los pulmones y mueren típicamente a causa de asfixia obstructiva profunda en el sitio del accidente. El ahogamiento es la muerte por asfixia después de la inmersión en agua, el cual sucede en las primeras 24 horas del accidente. Una pequeña cantidad de líquido broncoaspirado (1 a 3 mL/kg de peso) pueden llevar a anormalidades en el intercambio de gases, y se ha descrito a la hipoxemia como la consecuencia más importante del casi ahogamiento.3-8 Si © Federación Mexicana de Anestesiología, A.C. 103 Figura 3. En la luz alveolar hay numerosos macrófagos alveolares de tipo macrofágico que recuerdan a los neumocitos tipo 2. Se observan alveolos con células gigantes de tipo a cuerpo extraño con citoplasma microvacuolado. el paciente sobrevive más de un día como nuestro enfermo, entonces se le llama casi ahogamiento, independientemente que al final muera o no. El ahogamiento secundario se define como el inicio retardado de la insuficiencia respiratoria después de un episodio de casi ahogamiento, el cual puede darse hasta 96 horas posterior al accidente. Cuando la víctima tiene aspiración líquida se da el ahogamiento húmedo o con aspiración, siendo esto lo más habitual, como en el caso que se muestra; con apnea que cede al aumentar la hipoxia, iniciándose movimientos respiratorios con aspiración de líquido a los pulmones. El momento del rescate inicial en el sitio de la inmersión es vital y se debe de hacer con ventilación boca a boca, si es necesario dentro del agua. El masaje cardiaco subacuático no es efectivo en esta fase y puede retardar el rescate inicial, por lo que se debe dejar para cuando el paciente ha sido sacado del medio líquido, donde se sigue con RCP completa, corroborando la permeabilidad de la vía aérea, ventilación y circulación, cuidando la posibilidad de lesión de la columna cervical, sin olvidar la prevención de la hipotermia.2,5,7,8 El traslado desde el sitio de la inmersión a un servicio de urgencias debe de ser inmediato y sin abandonar las maniobras de reanimación y de estabilización, de preferencia orquestadas por el personal médico desde el hospital por algún sistema de comunicación. Especial atención merece el apoyo ventilatorio, situación que fue descuidada en nuestro 104 © Anestesia en México 2008;20(2): 102-105 paciente, ya que se trasladó sin intubación traqueal ni apoyo ventilatorio no invasivo. Esto se dio ya que al parecer el enfermo se encontraba estable, pero la radiografía ulterior demostró broncoaspiración. El manejo intrahospitalario es una continuidad del tratamiento administrado durante el rescate y en el trasporte de los pacientes, siendo lo más importante el apoyo de la vía aérea y la de la preservación del cuidado neurológico, complementando con el apoyo a las alteraciones secundarias como la hipotermia, la posible sepsis pulmonar por broncoaspiración y su efectos retardados. Se debe de completar el estudio en búsqueda de posibles factores que hayan motivado el accidente como intoxicaciones (en especial alcohol), accidentes vasculares cerebrales, infarto agudo del miocardio, etcétera. No olvidar la búsqueda de lesiones secundarias, en especial fracturas. Es necesario indagar otras patologías previas en el estudio de rutina, o con el familiar cuando estos se hagan presentes. El informe de los paramédicos que se encargaron del rescate es también vital, ya que usualmente contiene datos de interés para la valoración médica inicial en la sala de urgencias. Este manejo debe de ser siempre muy agresivo, como lo comentan Callejo y Martínez,8 ya que hay casos de sobrevivencia aún en pacientes con inmersiones prolongadas hasta de una hora y con acidosis grave.9 vez estabilizado, se debe de trasladar al paciente a la terapia intensiva, donde el problema pulmonar debe de seguir en manejo, en especial con la idea de rescatar la mayor posible superficie de intercambio de gases. Esto puede ser con ventilación no invasiva o invasiva. El uso de CPAP mejora la capacidad residual funcional de los pulmones al disminuir la fistula intrapulmonar rescatando alveolos no funcionantes. La evolución de nuestro paciente fue tórpida por lo avanzado de la broncoaspiración de agua salada hipertónica y el manejo inicial de rescate no óptimo, que retrasó el apoyo ventilatorio hasta el momento de las manifestaciones clínicas de falla respiratoria. La breve sobrevivencia obedeció al apoyo intrahospitalario, el cual no pudo evitar su evolución a SIRA. En estos casos no se recomienda la hipercapnia permisiva por el efecto nocivo sobre la circulación cerebral.10 Los pacientes que desarrollan SIRA pueden necesitar altas presiones de la vía aérea durante la ventilación, con incremento del riesgo de barotrauma y hacerse necesario la sedación y el bloqueo neuromuscular para mejorar el manejo ventilatorio, aumentar la complacencia pulmonar, mejorar el intercambio de gases y acortar el tiempo de acoplamiento al equipo. La sedación y en ocasiones la analgesia son necesarias, no obstante que pueden facilitar problemas para la evaluación neurológica posterior. El uso de diuréticos es dudoso en este tipo de edema pulmonar, ya que no es por hipervolemia y debe de manejarse con ventilación mecánica con PEEP. Si hay broncoespasmo puede requerir el uso de beta agonistas en aerosoles.6,8 La aspiración de agua hipertónica, como es nuestro caso que estuvo sumergido en el mar, produce desnaturalización del surfactante y lesión de los neumocitos tipo 2, lo cual se puede observar en las imágenes histológicas. Hay un desplazamiento de líquido rico en proteínas hacia el alveolo produciendo un edema pulmonar no cardiogénico.5,8 A diferencia, la aspiración intrapulmonar de agua dulce produce un lavado de surfactante, creándose inestabilidad alveolar condicionante de atelectasias y cortocircuitos intrapulmonares e hipoxia. El resultado en ambas situaciones es falla respiratoria con aumento de los cortocircuitos intrapulmonares de derecha a izquierda, alteración de la ventilación/perfusión, disminución de la complacencia y un aumento de la resistencia de las vías aéreas pequeñas. Existe pues poca diferencia fisiopatológica entre la aspiración de uno u otro tipo de agua,1,7 excepto el contenido aspirado de bacterias u otros contenidos en agua dulce o salada. Las infecciones, la aspiración de cáusticos y el barotrauma son también causa de morbimortalidad. La infección puede estar relacionada con la aspiración de agua contaminada, con el vomito aspirado o asociada a la ventilación. El paro cardiaco repetitivo y usualmente rebelde al manejo obedece a la hipoxia, isquemia, acidosis, hipotermia, alteraciones electrolíticas, cambios en la mecánica ventilatoria con aumento de las presiones en la vía aérea, engrosamiento de la membrana alveolo capilar, estado de choque, arritmias (asistolia, fibrilación ventricular, taquicardia ventricular, bradicardia severa), con baja de la fracción de eyección ventricular izquierda. Es vital mantener el gasto cardiaco para asegurar la perfusión tisular, muy en especial el flujo sanguíneo cerebral y evitar o disminuir el edema cerebral secundario a la hipoxia o traumatismo en caso de existir. De igual manera se debe de preservar la función renal.8,11,12,13 En resumen, se hace una correlación clínica-radiológica e histológica de los eventos sucedidos en un paciente con inmersión en agua de mar y se discute la fisiopatología que explica los eventos del casi ahogamiento. Referencias 1. Alan W. et al: A canine study of cold water drowning in fresh versus salt water. Critical Care Medicine 1995; 23:2029-2037. 2. Fernández BFJ, Raso SM. Ahogamiento y casi ahogamiento. En: Diagnóstico y tratamiento de urgencias pediátricas. 3ª ed. 2002; 17.8:420-424. 3. Callejo Hernández MF, Martínez López HO: Ahogamiento o casi ahogamiento. En: Manual de prácticas clínicas para la atención integral al adolescente. 1 a ed. Ciudad de La Habana. MINSAP , 2002; 11: 383-387. 4. 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