De Chirico: El Sentimiento de la Arquitectura

De Chirico: El Sentimiento de la Arquitectura

De Chirico: El Sentimiento de la
Arquitectura
Obras de la Fondazione Giorgio e Isa de Chirico
Muestra Itinerante desde el 9 de diciembre de 2011 al 20 de septiembre de
2012
Fundación Iberê Camargo, Porto Alegre (apertura: 8 de diciembre | visita: 9 de diciembre
de 2011 a 4 de marzo de 2012)
Casa Fiat de Cultura, Belo Horizonte - MG (20 de marzo a 17 de junio de 2012)
Museo de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand (29 de junio a 20 de septiembre de
2012)
“El sentimiento de la arquitectura es, probablemente, uno de los primeros que los
hombres experimentaron. Las viviendas primitivas emplazadas en las montañas,
reunidas en el medio de pantanos, indudablemente originaron en nuestros antiguos
abuelos un sentimiento confuso formado por otros tantos de lo cual se ha
desencadenado, en el transcurso de los siglos, aquello que llamamos sentimiento
de la arquitectura”.
Giorgio de Chirico
La más expresiva colección de obras del maestro del Arte Metafísico, Giorgio de Chirico
(1888-1978), nunca antes expuesta en Brasil, será recibida por la Fundación Iberê
Camargo, la Casa Fiat de Cultura y el Museo de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand –
MASP. De Chirico: El Sentimiento de la Arquitectura - Obras de la Fondazione Giorgio e
Isa de Chirico está siendo organizada con la colaboración de la institución, con sede en
Roma, y cuenta con la curaduría de la también italiana Maddalena d’Alfonso, crítica de
arte y arquitectura que actualmente vive en Milán.
La exposición itinerante - integrada a los festejos del “Momento Italia/Brasil 2011-2012 comienza en la Fundación Iberê Camargo, donde permanece desde el 9 de
diciembre de 2011 al 4 de marzo de 2012, luego continúa en la Casa Fiat de Cultura (20
de marzo a 17 de junio de 2012) y posteriormente en el Museo de Arte de São Paulo,
Assis Chateaubriand – MASP (29 de junio a 20 de septiembre de 2012). Reúne 45
pinturas y once esculturas producidas en el período llamado neo-metafísico, entre los
años 60 y 70, además de 66 litografías de 1930, aquí reunidas por primera vez. Estos
grabados están libremente inspirados en los Calligrammes (1918) del poeta y amigo
Guillaume Apollinaire, un conjunto de 86 líricas, de las cuales 19 eran precisamente
caligramas: poemas visuales cuyos versos están dispuestos en la página en forma de
diseño. La arquitectura es uno de los motivos centrales de la pintura del italiano y está
presente en toda la exposición. Al visitante, se le ofrece una lectura del espacio urbano
“dechirichiano” y como de cómo el artista establece la relación entre la figura y el espacio
arquitectónico. En sus obras, el imaginario urbano y la ciudad encarnan la dimensión
interior y psicológica del hombre moderno.
Si Iberê Camargo estuviese vivo – hoy con 97 años – seguramente tendría mucho gusto
en recibir en “su Fundación” al maestro de Chirico, con quien estudió un año en Roma y
del cual se reconocía admirador. En 1948, cuando Camargo partió para Europa con una
beca de estudios, no dudó en solicitar clases con el italiano, que ya era célebre por su
vasto conocimiento técnico en pintura. A partir de septiembre de ese año, sus tardes
transcurrieron en el atelier de de Chirico. “Iberê siempre relataba ese período que fue muy
fuerte para él. Fue un momento de absorción de modelos. Cuando retorna a Brasil, en
1950, ya está haciendo algo mucho más profundo y creativo que lo que hacía antes”,
comenta la crítica de arte y profesora de la UFRGS, Mônica Zielinsky, responsable por la
catalogación de la obra completa de Iberê.
A ejemplo del maestro italiano, Iberê también le volvió la espalda a las evoluciones del
arte (en un momento en que el arte vibraba con la pintura abstracta y el neo-concretismo).
“Lo que él aprendió con de Chirico fue el modo de trabajar la pintura, de mezclar la tinta y
los pigmentos”, señala Mônica. No obstante, por más que Iberê negase una aproximación
temática con el italiano, la especialista observa semejanzas: “Con Lhote (André Lhote,
con quien Iberê estudió en Francia), Iberê aprendió composición, a alternar claros y
oscuros, y con de Chirico, tomó un poco del alma, de la soledad, y cierta densidad de la
pintura”. Según el filósofo y sociólogo Jacques Leenhardt la afinidad de los dos se
encontraba en la expresión del misterio que envolvía las cosas. Hay, inclusive, figuras
emblemáticas que aparecen en la obra de ambos, aún cuando de forma diversa, como el
maniquí e incluso el carretel.
Tener parte de la extensa producción de Giorgio de Chirico en Brasil es una oportunidad
única para que el público conozca la obra del maestro del arte metafísico. El artista fue
antecesor de algunas de las más importantes temáticas del pensamiento artístico
moderno y contemporáneo. Pintor, escritor y crítico, promovió junto a Alberto Savinio,
Carlo Carrà y Giorgio Morandi la pintura metafísica, que retoma la expresión de la filosofía
griega que significa “más allá de las cosas físicas”. Inventada por él, la corriente no
buscaba nuevas formas, como las tendencias de vanguardia del siglo XX, sino nuevos
significados. En sus composiciones, no hay un lenguaje extraño y el uso de la luz y de la
perspectiva es típico; la atmósfera, el silencio y el misterio son los que causan cierto
malestar. Un ejemplo es el cuadro Musas inquietantes (1924), en el cual fragmentos
dispares se ponen al lado del Castelo Estense, que surge en perspectiva distorsionada
sobre un palco de tablas donde se asientan enigmáticas esculturas-maniquís.
El Arte Metafísico influyó el grupo de los surrealistas, el que de Chirico llegó a integrar por
un breve período. Ellos vieron en él a uno de los padres del movimiento, pero rechazaron
su obra producida después de 1919. Fue a partir de ese año que de Chirico emprendió un
retorno al clasicismo, pasando, en seguida, por fases de inspiración naturalista y barroca,
siempre consiguiendo mantener, sin embargo, un carácter visionario y único en la historia
del arte.
Las obras cedidas por la Fondazione Giorgio e Isa de Chirico forman parte de la última
aventura expresiva del artista: a neo-metafísica. Los trabajos de este período comienzan
a ser producidos en los años 60 y se caracterizan por la exultación a través del color y por
el carácter poético del tratamiento de los protagonistas. Demuestran el especial e
innovador uso del espacio como palco de la relación entre el hombre y su mundo. En
ellos, están presentes las plazas de Italia, tema común a muchas obras, y los interiores
metafísicos que funcionan como metáforas de la complejidad del hombre moderno. En el
Retorno de Ulises (1986), por ejemplo, una aposento doméstico presenta una alfombra de
agua atravesada con esfuerzo por un hombre en un barco representando el mito de la
Odisea. En los trabajos neo-metafísicos, también son típicas las figuras de los maniquís y
de los arqueólogos, que son simulacros de sí mismos y se reconocen en los artefactos
relacionados a sus oficios.
Ciudadano del mundo, de Chirico vivió en Volos (su ciudad natal, en Grecia), Mónaco,
París, Ferrara, Roma y Nueva York. La experiencia de universos culturales diferentes
modeló su arte, donde las ciudades son reinterpretaciones, en clave simbólica, de la
arquitectura clásica y suspendida en el tempo: tanto en la imagen de la “plaza” como en
las referencias específicas de lugares como la iglesia florentina Santa María Novella, que
aparece en esta muestra como escenario de la obra El pensador (1973).
SERVICIO
Ministerio de Cultura y Fiat Automóviles presentan:
Exposición: De Chirico: El Sentimiento de la Arquitectura - Obras de la Fondazione
Giorgio e Isa de Chirico
Curaduría: Maddalena D´Alfonso, crítica de arte y arquitectura (vive en Milán).
Visitas: Del 9 de diciembre de 2011 al 04 de marzo de 2012
Horario: Martes a domingo, de 12h a 19h y jueves, de 12h a 21h.
Último acceso: martes a domingo, a las 18h30min y jueves, a las 20h30
Espacio: Fundación Iberê Camargo (Av. Padre Cacique, 2.000. Porto Alegre)
Entrada Libre: Las empresas Gerdau, Itaú, Vonpar y De Lage Landen garantizan la
gratuidad de la entrada.
Informaciones: +55 51 3247.8000 o por el sitio web www.iberecamargo.org.br