El Verbo Entre Nosotros - Sisters of Charity of the Incarnate Word

Transcripción

El Verbo Entre Nosotros - Sisters of Charity of the Incarnate Word
El Verbo Entre Nosotros
1
SOBRE NUESTRO CAMINO
Q
ueridas Hermanas y amigos,
La temporada de otoño nos invita a contemplar la
belleza de la naturaleza en el cambio de las hojas y en
el frío del aire, así como en celebraciones con
familiares y amigos durante las próximas fiestas.
Tenemos el desafío de evitar aquellas cosas que nos
separan unos de otros, y causan desigualdad entre
aquellos con quienes vivimos y trabajamos, dadas las
presiones dentro de nuestra sociedad para hacer cosas más grandes y mejores,
para salir adelante, y tener éxito a toda costa.
En Juan 1:14 leemos, “La Palabra se hizo carne, puso su tienda entre
nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único;
en él todo era don amoroso y verdad.” Este recordatorio en las Escrituras nos
da esperanza a medida que seguimos adelante y nos preparamos para el
maravilloso tiempo de anticipación para la venida del Señor que celebraremos
en las temporadas de Adviento y Navidad. Jesucristo vino a nosotros como uno
de nosotros, y reveló el amor incondicional que Dios tiene para toda la
humanidad.
Este otoño estamos concientes de muchos eventos en la Iglesia y la
sociedad. El 11 de octubre, 2012, el 50 aniversario del Concilio Vaticano II, el
Papa Benedicto XVI anunció un “Año de la Fe” e invitó a toda la Iglesia a
profundizar su fe como pueblo de Dios. Este año el Santo Padre nos pide que
“entremos por la puerta de la fe.” A medida que profundizamos nuestro
entendimiento del contenido de nuestra fe, vamos a aprender más plenamente
lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz y cómo él quiere que vivamos.
Durante los últimos cincuenta años desde el Concilio, los sucesores del Papa
Juan XXIII han asumido la convocatoria del Vaticano II de muchas diferentes
maneras, por ejemplo, los cambios en la Liturgia, un aumento en la participación
de los laicos en la Iglesia, la tradición del Día Mundial de la Juventud, y años
“especiales” (Año de la Fe, Año Mariano, Año Sacerdotal, etc.) Continuemos
caminando juntos en esta jornada como fieles cristianos.
En medio de las cosas maravillosas que Dios nos da, todavía encontramos
el dolor y sufrimiento de nuestros hermanos y hermanas por todo el mundo.
Pidamos para que podamos responder a la gracia de Dios ayudando a otros en
su necesidad, incluso en medio de la incertidumbre y la confusión.
En esta edición de El Verbo Entre Nosotros, van a leer muchas
maravillosas historias sobre el amor de Dios hecho visible en las vidas de
nuestras propias Hermanas por medio de sus historias, en sus muchos años de
ministerio celebrado con Jubileos, y en agradecimiento por todas las
oportunidades para dar testimonio de ese amor de Dios en imitación del Verbo
Encarnado celebrando y conmemorando la historia de servicio. Dios continúa
haciendo Su morada entre nosotros, incluso ahora. ¡Que cada uno de ustedes
disfrute de la plenitud de la gracia, paz y amor de Dios!
Hermana Celeste Trahan, Miembro, Consejo General
2
El Verbo Entre Nosotros
La Congregación de las
Hermanas de la Caridad del
Verbo Encarnado
Houston, Texas,
publica El Verbo Entre Nosotros
dos veces al año para nuestras
Hermanas, Asociados CCVI y
amigos. Por las historias y
fotografías en cada edición,
celebramos y damos testimonio de
la presencia de Dios en nuestro
mundo al compartir nuestras
experiencias en nuestros
ministerios y nuestras vidas.
Also Available in English
Editora
Hna. Rose Scanlan, CCVI
Directora de Comunicaciones
Linda Macdonald
Especialista de
Comunicaciones
Hna. Jane Zartman, CCVI
Asistente de Producción y
Traducción al español
Liana Fernández-Baca
Por favor enviar artículos y
fotografías para El Verbo Entre
Nosotros a Linda Macdonald en la
Villa de Matel, 6510 Lawndale
Street, Houston, Texas 77023 o
por correo electrónico a
[email protected].
Fecha límite para la Edición
Primavera / Verano es el 1 de
febrero, 2013.
Visite nuestra página web
www.lashermanasdelacaridad.org.
EN ESTA EDICION
4
ONCE HERMANAS CELEBRAN SUS JUBILEOS
Las Hermanas, cuyos caminos de vida se resaltan, colectivamente han
dado 510 años de servicio al Verbo Encarnado.
10
15
NUESTRO NOMBRE
¿Cuál es el significado del nombre de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado?
Pat Kerwin escribe que el nombre de una congregación religiosa toma un significado
más allá de simplemente un contexto histórico, porque a menudo su nombre está
impregnado con las ricas tradiciones espirituales y carisma de la misma congregación.
CENTRO RUAH
El Centro Ruah en la Villa de Matel abrió hace 25 años. En celebración del aniversario
del centro de retiro El Verbo Entre Nosotros presenta una sección de 8 páginas.
23
HERMANA MARTINA: EL LEGADO VIVE
Hermana Martina Casey era una mujer gentil, amable y
humilde, pero una gigante en el campo de educación de
enfermería.
26
LA FAMILIA CASEY
Tres hermanas Casey, incluyendo Hermana Martina, fueron
Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado. Resaltamos
sus vidas en esta corta historia de la familia Casey.
28
MI HISTORIA
Hermana Juana Margarita Flores Peréz describe su camino
de vida desde su temprana niñez en El Salvador y en sus
años de devoto servicio como Hermana de la Caridad del
Verbo Encarnado.
32BREVES
PORTADA: Hombres y
mujeres, tanto laicos como
religiosos, que están buscando
una relación más profunda con
Dios en el Centro Ruah
encuentran en los recintos de la
Villa de Matel un lugar espiritual
de belleza. Ver la historia del
Centro Ruah, que ahora está
celebrando su 25 aniversario.
El Verbo Entre Nosotros
3
Jubileo
2012
Felicitaciones a once de nuestras Hermanas
que celebraron su Jubileo
que representan el aniversario de
25, 50 y 60 años
como miembros de la Congregación de las
Hermanas de la Caridad del Verbo
Encarnado, Houston, Texas.
Jubileo de Diamante:
Hermana Christine Marie Serrano
Hermana Enda Marie McDermott
Hermana Marie Bernarde Clancy
Hermana Mary Antoninus Martin
Hermana Mary Damian Murphy
Hermana Mary Gemma Stanford
Jubileo de Oro
Hermana Mary Celestine Kavanagh
Jubileo de Plata
Hermana Edis Marilú Yañes Reyes
Hermana Pauline Troncale
Hermana Ruth N. Tigüilá Robles
Hermana Vicenta Miranda
Los años combinados de servicio a la Iglesia
De las Hermanas suman 510.
4
El Verbo Entre Nosotros
JUBILEO DE DIAMANTE
Hermana Antoninus Martin
“Contar mi historia es una forma de tocar las vidas de
otros seres humanos,” dice Hermana Antoninus Martin.
“Tengo el privilegio de compartir parte de la mía con
ustedes”.
Nacida en Dundalk,
County Louth, Irlanda,
Hermana Antoninus es la
sexta en una familia de
nueve hijos. Ella creció
durante la Segunda Guerra
Mundial, y recuerda que la
comida era racionada y las
personas luchaban por
sobrevivir. Siempre ha
recordado sus raíces.
La fe de Hna.
Antoninus fue alimentada
por la Misa diaria y las
devociones vespertinas.
La película, El Canto de
Bernadette, la impresionó
tanto que ella le prometió
al Señor que si él la llamaba a la vida religiosa, ella siempre
trataría de hacer Su voluntad. Después de mucho
discernimiento, ella decidió unirse a la misión Africana,
pero Hermana Enda Marie McDermott, quien era una
postulante en Carrigoran, County Clare, le escribió una
carta y, ella recuerda, “Fue así que me uní a las Hermanas
de la Caridad del Verbo Encarnado.”
Ella tenía dieciséis años cuando dejó Irlanda con ocho
otras jóvenes postulantes y recuerda que todas se ayudaron
mutuamente en su camino de fe. Vino a la Villa de Matel en
Houston. Hizo su Profesión de Votos Perpetuos en 1957.
Ella tuvo una gran experiencia de crecimiento espiritual
y emocional cuando tomó el programa de Educación
Clínica Pastoral para llegar a ser Capellán certificada. Por
medio de esta experiencia, se convenció de que Dios la
estaba llamando a un ministerio de servicio a los enfermos
y a los que sufren. Es al lado de la cama de los enfermos
que ella realmente siente su llamado, donde su empatía y
compasión pueden expresarse cómodamente.
Ella ha tocado vidas en Irlanda y en los EE.UU. en
Utah, Texas, Oklahoma, Missouri, Louisiana y California.
Actualmente, ella es la Líder Local en el Convento St.
Placidus y, dice ella, “Lo mejor aún está por venir.”
Lo que la sostiene al moverse de un lugar a otro es el
hecho de que nunca está sola porque Dios siempre está
con ella. El Verbo hecho carne, el Verbo Encarnado, es el
que obra a través de ella. Con Él, todo es posible.
JUBILEO DE DIAMANTE
Hermana Christine Marie Serrano
Hermana Christine Marie Serrano nació en Texas City,
Texas, en 1927, y viene de una familia de cuatro hijos y
cuatro hijas. Durante su crecimiento en Texas City, ella a
menudo visitaba a las Hermanas de la Caridad del Verbo
Encarnado que enseñaban
en la Escuela Nstra. Señora
de Fátima. Le gustaba
escuchar a las Hermanas
hablar de su propia vocación, y esas historias hicieron una impresión en ella.
Además, el estilo de vida de
la Hermanas también tuvo
influencia y decidió entrar a
la Congregación. Entró a la
Villa de Matel, la Casa
Matriz de la Congregación
en Houston en 1949.
Hermana Christine Marie
hizo su Primera Profesión
de Votos en 1952, y su
Profesión de Votos
Perpetuos en 1957.
Recibió su grado en Administración de Negocios de la
Universidad de Houston en 1955, y estuvo en ministerio en
la Oficina de Admisión de la Enfermería St. Joseph en el
Centro de Houston. De 1955 a 1967, fue la Contadora de la
Enfermería St. Mary en Galveston. Durante los próximos
diecinueve años, Hna. Christine Marie sirvió como Contadora en el Centro St. Anthony, Servicios de Hospital CCVI,
Hospital St. Joseph y Villa de Matel, todos en Houston.
A principios de 1987, ella tomó un muy merecido
sabático en el Instituto Aquino de Teología en St. Louis,
Missouri, y en el Programa Éxodo, Dittmer, también en St.
Louis. De 1987 hasta 1994, sirvió como Tesorera en el
Hospital St. Mary en Port Arthur, Texas, y luego fue la
Tesorera del Convento en la Comunidad del Hospital St.
Mary, hasta que se jubiló en el 2007. Mientras fue Tesorera
en el Convento, también era la Persona de Hospitalidad,
haciendo que todos lo que llegaban se sintieran bienvenidos.
Sin nunca buscar ser el centro de la atención, ella ha
trabajado sin descanso y en silencio. Su devoción a sus
ministerios la hicieron que sea una inspiración para otros.
Actualmente reside en el Convento St. Placidus en la
Villa de Matel, donde continúa su ministerio de oración.
Hermana Christine Marie dice que el momento más
memorable de su vida como Hermana de la Caridad del
Verbo Encarnado fue ver cómo las Hermanas en la Escuela
Nuestra Señora de Fátima se conectaban con los niños.
JUBILEO DE DIAMANTE
Hermana Damian Murphy
Hermana Damian Murphy nació en County Cork, Irlanda, y
es la sexta de ocho hijos. Sus hermanas mellizas mayores,
Hermanas Nora Christina y Gertrude Murphy entraron a la
Congregación antes que ella. Ella entró al Convento St.
Michael, Carrigoran, Co. Clare, Irlanda, en 1950 y tres
meses después viajó a la
Villa de Matel, Houston,
Texas.
Hermana Damian asistió
al Colegio Dominico del
Sagrado Corazón, Houston,
donde recibió su Grado de
Ciencias en Enfermería.
Después recibió su Maestría de Ciencias en Administración de Cuidado de la
Salud de la Universidad de
Houston, Clear Lake, Texas.
Durante sus sesenta
años de ministerio, Hna.
Damian ha estado en misión
en hospitales de California,
Texas, Oklahoma y Arkansas. Sus ministerios han sido en
enfermería, educación de enfermeras, como directora de la
unidad de cuidados críticos, y en administración de hospitales. Ella fue Administradora del Hospital St. Elizabeth en
Houston, Texas, y Vice Presidente de Integración de Misión
en el Sistema de Salud St. Michael, Texarkana, Texas.
Cuando dejó Texarkana, ella recibió un reconocimiento
especial por sus muchos años de dedicado servicio. El 27
de mayo fue proclamado Día de Hermana Mary Damian en
Texarkana y sus servicios fueron reconocidos por la
Cámara de Diputados de los EE.UU. Ella se jubiló y ahora
reside en el Convento Marian en la Villa de Matel desde
junio, 2010 donde continúa su ministerio de oración y
presencia en su nueva comunidad.
El momento más memorable de su vida fue cuando
estaba cargando a un niñito que se estaba muriendo de
cáncer al cerebro. Mientras Hna. Damian cargaba al niño él
tomó su último aliento y falleció. Ella dijo que el niñito era
un “ángel” regresando a Dios. La madre del niño expresó
su aprecio por su presencia y cariño. Hermana Damian
sintió la visión del Obispo Claudio Dubuis: “Nuestro Señor
Jesucristo sufriendo en las personas de una multitud de
enfermos y necesitados de toda condición busca alivio en
sus manos”. Esta experiencia la hizo conciente de la
presencia amorosa y compasiva de Dios.
El consejo que Hermana Damian le daría a alguien que
está considerando la vida religiosa sería que rece por la
guía del Espíritu Santo al hacer su decisión.
El Verbo Entre Nosotros
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JUBILEO DE DIAMANTE
Hermana Enda Marie McDermott
Hermana Enda Marie McDermott nació en Iniskeen, County
Monaghan, Irlanda, en 1932. Ella tiene un hermano y una
hermana, que es Hermana Rose Marie McDermott, también
miembro de la Congregación de las Hermanas de la Caridad
del Verbo Encarnado, Houston, Texas.
Desde que se acuerda,
Hermana Enda Marie siempre
quiso ser religiosa. El ejemplo
de sus padres y otros familiares, así como el de Hermanas
Bertille Sullivan y Concepta
Oakes, influenciaron en gran
medida su decisión de entrar
a esta Congregación. Además
las Hermanas de la Misericordia en Dundalk, Irlanda,
tuvieron influencia en que ella
entrara a la vida religiosa.
Cinco meses después de
entrar al Convento St.
Michael en Carrigoran,
Irlanda, en 1949, ella viajó a la Villa de Matel en Houston.
Hermana Enda Marie hizo su Profesión de Votos
Perpetuos en 1957. Para prepararse para su futuro
ministerio en enfermería, Hermana Enda Marie recibió su
Grado de Enfermera de la Escuela de Enfermería St. Mary
en Galveston. Estuvo en misión en muchas de las
instituciones de la Congregación como enfermera
registrada y supervisora y en dos orfanatos y en hospitales
en Texas, Utah, California, Louisiana, y Arkansas en los
EE.UU., en Irlanda y en Guatemala.
Hermana Enda Marie recibió su Grado en Artes
Liberales de la Universidad de St. Thomas en 1977. Ella
también asistió al Programa de Educación en Pastoral
Clínica en la Universidad de St. Louis que la preparó para
su ministerio como Representante de Pacientes en tres
hospitales.
Actualmente, Hermana Enda Marie está sirviendo en un
ministerio de oración y presencia en el Convento Marian en
la Villa de Matel.
El momento más memorable de su vida fue cuando
estaba trabajando como enfermera misionera y supervisora
en un hospital de 100 camas en Huehuetenango, Guatemala. Ella dijo que la pobreza de los pacientes y sus familias
era desgarradora. Añadió que la enorme gratitud de los
pacientes y sus familias por cualquier cosa que se hacía
por ellos era expresada de muchas maneras. Su consejo
para cualquiera que esté considerando la vida religiosa es
orar para discernir el llamado de Dios y obtener dirección
espiritual de un Director Espiritual calificado.
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El Verbo Entre Nosotros
JUBILEO DE DIAMANTE
Hermana Gemma Stafford
Hermana Gemma Stafford nació en Ballybane, Gort,
County Galway, Irlanda, la mayor de siete hijos.
Cuando estaba en la escuela primaria y secundaria,
Hermanas de varias Congregaciones de religiosas visitaban
su clase. Desde temprana edad, Hermana Gemma sabía que
estaba interesada en la vida
religiosa en una
Congregación cuya misión
principal era cuidar a los
enfermos. Aunque ella vivía
a 30 minutos del convento
de las Hermanas de la
Caridad del Verbo
Encarnado, nunca había
escuchado de la
Congregación. Un sacerdote
redentorista en misión en
Gort la refirió al Convento
St. Michael de la
Congregación en Carrigoran,
County Clare. Una vez que
se enteró de la misión y ministerios de la Congregación, ella
solicitó entrar al convento.
Mientras trabajaba a tiempo parcial en el Hospital St.
Joseph en Houston, estudiaba en la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Houston. Siguiendo su interés en
cuidado de la salud, ella estuvo en ministerio en el campo
de farmacia por muchos años en hospitales de la
Congregación. Sirvió en hospitales en Beaumont y
Galveston antes de regresar al Hospital St. Joseph en 1984
como Directora Asistente de Farmacia. Antes de ser
nombrada Directora de Farmacia del hospital, ella estuvo
bajo el tutelaje de Hermana Nathy McGettrick. Un artículo
sobre Hermana Gemma en el boletín del hospital dijo, “...su
mezcla única de temperamento y tenencia la hicieron una
institución dentro de nuestra institución”. Ella también
sirvió como Representante de Pacientes en California y
ahora es Representante de Pacientes en Casa Carrigoran,
Irlanda.
El momento más memorable de su vida fue cuando se
despertó y encontró el sótano y las calles alrededor del
Hospital St. Joseph inundadas debido a la Tormenta
Tropical Allison. Recuerda que la destrucción de propiedad
por la tormenta fue inimaginable; sin embargo, la
dedicación y cooperación del personal de St. Joseph
trabajando juntos fue tremenda. Esta situación la ayudó a
tener un sentido de desapego y dependencia, recordando
que Dios siempre está en control. Su consejo para alguien
que está considerando la vida religiosa es saber que es una
vida de plenitud, satisfacción y servicio.
JUBILEO DE DIAMANTE
Hermana Marie Bernarde Clancy
Hermana Marie Bernarde Clancy nació en Kilnaboy, Co.
Clare, Irlanda en 1931, la séptima de catorce hijos. Cuando
asistía a escuelas operadas por las Hermanas de la
Misericordia, ella sentía que tenía vocación religiosa. Su
hermana Mary, que llegó a ser Hermana Mechtilde, ya
había entrado a la
Congregación de las
Hermanas de la Caridad del
Verbo Encarnado.
Hermana Marie Bernarde
entró al convento en
Carrigoran, County Clare,
con ocho postulantes y llegó
a la Villa de Matel el 15 de
diciembre, 1949. Asistió a la
Universidad de Nuestra Sra.
De los Lagos en San
Antonio, Texas, y empezó su
ministerio de enseñanza en la
Escuela Nuestra Sra. de
Fátima en Texas City.
Después enseñó biología y química en la Villa de Matel a las
Novicias y Postulantes.
Recibió su Maestría de Ciencias en Biología de la
Universidad de Notre Dame, Indiana. Por los siguientes
diez años enseñó en tres escuelas preparatorias. En el otoño
de 1975 asistió al Instituto de Formación Religiosa en la
Universidad de St. Louis, Missouri. Al final del curso, el
grupo hizo un retiro en Manresa, España, en el monasterio
donde San Ignacio de Loyola rezó y escribió los Ejercicios
de San Ignacio originales.
Al regresar a Houston, sirvió como Directora de
Formación y después como Directora de Ministerio Juvenil
en el Convento St. Michael en Carrigoran. Recibió una
Maestría en Recursos Humanos de la Universidad St.
Edward en Austin. Sirvió como Directora de Recursos
Humanos en Regis/St. Elizabeth en Waco, hasta que fue
elegida para el Equipo de Liderazgo de la Congregación.
Mientras estaba en el Consejo, fue asignada a la Oficina
Corporativa de SCH como Directora de Misión. Allí
desarrolló y ejecutó un programa de liderazgo para todos
los administradores y gerentes en el sistema de salud.
Después de jubilarse de SCH, enseñó clases de ESL en
la Clínica del Suroeste en Houston. Ahora jubilada en el
Convento Marian, ella continúa estando involucrada en el
programa de ESL en el Centro St. Austin.
Ella ha disfrutado su vida como religiosa, y está agradecida
por las contribuciones que ha hecho a la Congregación,
especialmente como maestra y como directora espiritual.
JUBILEO DE ORO
Hermana Celestine Kavanagh
Hermana Celestine Kavanagh nació en Irlanda en 1933. Su
padre fue el que la influenció para ser religiosa. El falleció
cuando ella tenía 17 años, pero el día antes de morir, él le
pidió que dijera “unas cuantas oraciones” con él. La
oración que ella leyó incluía, “Señor, que te conozca y te
ame en espíritu y en
verdad…”
Ese mismo año, ella
asistió a la escuela de
enfermería y la oración
arriba mencionada se
convirtió en su mantra.
Cuando se graduó, ella
decidió entrar a la vida
religiosa como Hermana de la
Caridad del Verbo
Encarnado. En enero, 1960,
viajó con tres otras
Postulantes a la Villa de Matel
in Houston.
Durante los cinco años
que ella hizo Profesión de Votos Anuales, estuvo en misión
como Supervisora de Enfermería en hospitales en Port
Arthur, Cameron y Beaumont, Texas. Después de su
Profesión de Votos Perpetuos en 1967, estuvo en misión
en el Centro St. Anthony, Houston, y en el Hospital St.
Bernardine, San Bernardino, California. Recibió su Grado
de Maestría en Servicio Social en 1975, y regresó al
Hospital St. Bernardine a trabajar en el Departamento de
Servicio Social. Después fue reasignada al Hospital St.
Joseph, Houston, donde trabajó en el Departamento de
Salud Mental.
En mayo, 1981, ella leyó una carta solicitando a una
Hermana para liderar un Proyecto de Salud Pública en un
área romota de Kenia. Hermana Celestine se ofreció de
voluntaria, y viajando sola, fue la primera de esta
Congregación en misión en África. El Proyecto de Kenia
tenía tres componentes básicos: enseñar higiene, enseñar
cuidado prenatal y vacunar a los niños. Después de su regreso de Kenia, Hermana Celestine
regresó a trabajar al Hospital St. Patrick, Lake Charles,
Louisiana, y después al Hospital St. Elizabeth, Beaumont,
Texas, donde permaneció hasta su jubilación en el 2008.
Hermana Celestine recuerda que el momento más
memorable de su vida cuando bajó del avión en Nairobi,
Kenia, y dijo por primera vez en África “Alabado sea el
Verbo Encarnado” en nombre de todas las Hermanas de la
Caridad del Verbo Encarnado.
El Verbo Entre Nosotros
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JUBILEO DE PLATA
Hermana Edis Marilú Yañes Reyes
Hermana Edis Marilú Yañes Reyes nació en Yucuaiquín,
Departamento de La Unión, El Salvador. Ella tiene dos
hermanos.
El deseo de conocer sobre la vida religiosa nació en ella
a temprana edad. Acostumbraba preguntarle a su madre
sobre el estilo de vida de
una religiosa y le dijeron que
necesitaba “estudiar mucho
y portarse bien”. Recuerda
que creció con esa
motivación la cual, ella dice,
“nunca se va a borrar de mi
mente y de mi corazón”.
Cuando tenía 18 años,
fue invitada por una amiga a
participar en una junta para
jóvenes en la Parroquia de
Chirilagua que era dirigida
por una Hermana Misionera
de las Hermanas Ursulinas.
La primera Hermana de la
Caridad del Verbo
Encarnado que ella conoció fue Hermana Shivaun Fahey.
Hermana Marilú recuerda que fue un día especial cuando
Hermana Shivaun vino a su casa y habló con ella y con su
madre. Ella decidió entrar a esta Congregación. Hermana Marilú hizo su Primera Profesión de Votos en
la Parroquia de San Sebastián en Guatemala, el 21 de
noviembre, 1987, y su Profesión de Votos Perpetuos en la
Catedral de la Inmaculada Concepción de la Diócesis de
Huehuetenango el 21 de mayo, 1995.
Hermana Marilú ha estado en misión en varios
ministerios en Centro América, incluyendo El Amparo de
San José y Comunidad Oscar A. Romero, mejor conocida
como COAR. También ha trabajado en Formación con las
Afiliadas, Novicias y Hermanas en Votos Anuales. Ahora
ella está ayudando a Hermana María Otilia Guerra
Chinchillá con la formación religiosa de las Novicias.
La experiencia que ha tocado su corazón fue cuando
visitó Casa Juan Diego en Houston, Texas. Al escuchar a
una mujer salvadoreña, Hermana Marilú se dio cuenta que
esta mujer era Cristo sufriendo, igual que otros sufriendo
por todo el mundo. Impresionada por la fuerza espiritual de
esta mujer, le llamó la atención el hecho de que el llamado
de fundación del Obispo Claudio Dubuis todavía es
relevante hoy en día.
Si una joven esta considerando la vida religiosa,
Hermana le diría que se deje guiar por Dios y expresarle
sus deseos a él con confianza. También recomienda hablar
con un director espiritual.
8
El Verbo Entre Nosotros
JUBILEO DE PLATA
Hermana Pauline Troncale
Nacida en el Hospital St. Joseph en Houston, Hermana
Pauline Troncale fue bautizada y empezó la escuela en la
Iglesia del Sagrado Corazón. Ella recibió un grado de Ciencia en Economía Familiar de la Universidad Louisiana State
en Baton Rouge, Louisiana. Después de su graduación de
la Universidad, ella trabajó
en Houston por 10 años.
Ella era activa como
miembro del coro, Ministro
de Eucaristía y con el programa de Rito de Iniciación
Cristiana para Adultos.
Estas experiencias dieron
forma a su formación de fe.
El Padre Frank Fabj le regaló una copia de Sirviendo
con Alegría, y al leer el libro
fue que ella conoció a la
Congregación.
Hermana Pauline hizo su
Profesión Perpetua en 1992.
Obtuvo una Maestría en Administración de Cuidado de la
Salud de la Universidad de St. Louis y asistió al Instituto
para Formación Religiosa en la Unión Teológica Católica
en Chicago para prepararse para su Ministerio en
Vocaciones. También recibió un certificado en Dirección
Espiritual.
Su misión más memorable fue servir como Directora
Ejecutiva en la Clínica San José, Houston, donde
fácilmente podía ver la mano de Dios obrando para ayudar
a aquellos que no tienen acceso a servicios de salud u
otros servicios clínicos.
Hna. Pauline también ha servido en el Centro de Bienestar en el Hospital St. Patrick, en Servicios de Misión en
el Centro Médico Schumpert, Hospital St. Joseph, y
Cuidado Pastoral en St. Mary en Galveston. Ella fue la
Directora de Vocaciones para la Congregación por cinco
años y sirvió como Directora Asociada, Oficina de
Vocaciones de la Arquidiócesis de Galveston-Houston por
seis años. El ministerio de vocaciones fue un tiempo de
gran significado ya que ayudaba a hombres y mujeres en
su camino hacia el sacerdocio y la vida religiosa. Otros
ministerios involucraban retiros y programas para los
desamparados y sirviendo como Capellán voluntaria en la
Cárcel del Condado de Harris con los Ministerios
Correccionales Arquidiocesanos. Actualmente sirve en
Cuidado Pastoral en el Hospital St. John en Nassau Bay.
Hna. Pauline dice, “He recibido muchas bendiciones en
estos 25 años de servicio al Señor, y estoy muy agradecida
a las Hermanas, familiares, compañeros de trabajo y
amigos que me han apoyado en el camino”.
JUBILEO DE PLATA
Hermana Ruth Nohemí Tigüilá Robles
Hermana Ruth Nohemí Tiguilá Robles nació en
Quetzaltenango, Departamento de Quetzaltenango,
Guatemala, y es la mayor de cinco hijos.
Su deseo de ser Hermana fue influenciado por un gran
número de personas indígenas cerca de su casa. Muchas
veces ella vio a niños pobres
cuyas madres trabajaban
duro para darles de comer.
Hermana Ruth siempre tuvo
el deseo de ayudarlos de
alguna forma. Buscó una
congregación que trabaje
con los niños, los ancianos y
los enfermos. Ella descubrió
a las Hermanas de la Caridad
del Verbo Encarnado y sintió
que esta Congregación cumplía su deseo de servir a
otros.
Hermana Ruth hizo su
Primera Profesión de Votos
en la Iglesia de San
Sebastian en la Ciudad de Guatemala, Guatemala en 1987,
y su Profesión de Votos Perpetuos en Esquipulas,
Chiquimula, Guatemala, en 1994.
Entre sus ministerios, Hermana Ruth fue maestra en la
Escuela Dolores Bedoya en la ciudad de Guatemala, y fue
la Administradora de El Amparo de San José en
Huehuetenango, Guatemala. Cuando vivía en Zaragoza, La
Libertad, El Salvador, fue responsable del programa de
Becas de la Fundación Cristiana para Niños y Ancianos.
Además, Hermana Ruth estuvo a cargo de Romero, un
hogar para jóvenes estudiantes mujeres en la Comunidad
Oscar Arnulfo Romero (COAR) Ella también fue Directora
Asistente de Formación y Representante Legal para la
Congregación en Guatemala.
Elegida para un término de cuatro años como Consejera en el 2010, Hermana Ruth está actualmente sirviendo
como parte del Equipo de Liderazgo de la Congregación.
Ella recuerda que el momento más memorable de su
vida pasó cuando estaba trabajando en El Amparo de San
José. Los residentes allí eran ancianos abandonados,
especialmente los que tenían impedimentos físicos y
mentales. “Ellos me enseñaron mucho sobre amor,
compasión, sinceridad y simpleza”.
“También me enseñaron a compartir y a no ser
egocéntrica. La mayoría del personal me mostró como
confiar en la Providencia de Dios y eran testimonio de ser
servidores con un corazón alegre. Esta fue una experiencia
muy poderosa para mí.”
JUBILEO DE PLATA
Hermana Vicenta Miranda
Hermana Vicenta Miranda nació en Hacienda San Alfonso,
Tamanique, La Libertad, El Salvador, en 1956. Fue la primera de siete hijos. Aunque creció sin juguetes manufacturados, ella dijo que realmente disfrutó su infancia y apreciaba las muñecas de trapo que su madre hacía para ella.
Como mujer laica
comprometida, ella estaba
involucrada en el ministerio
parroquial: enseñanza en la
Liturgia de la Palabra,
preparación de niños para
recibir los Sacramentos,
trabajo con la catequesis y
otras actividades
parroquiales. Gradualmente,
ella sintió que la vida
religiosa estaba en su
futuro. Padre Robert Ready
escuchó de sus deseos y le
dijo que vaya a Zaragoza, El
Salvador. Allí conoció a
Hermana Stanislaus Mackey
y Hermana Audrey Walsh, Hermanas de la Caridad del
Verbo Encarnado en ministerio en COAR. Después, asistió
a la Primera Profesión de Votos de dos de las Hermanas de
la Congregación. Ella quería ver cómo vivían las
Hermanas. Recuerda, “Me gustaba el estilo de vida de las
Hermanas y el trabajo que hacían. ¡Y es así cómo empezó
esta gran aventura para mí!”
Hermana Vicenta hizo su Primera Profesión de Votos
en 1987 en la Iglesia de San Sebastián en Guatemala, y su
Profesión de Votos Perpetuos en 1994 en la Basílica de
Esquipulas, también en Guatemala.
Mientras continuaba su educación, Hermana Vicenta
estuvo en misión en COAR, ayudando a cuidar a los niños.
Ella trabajó en enfermería en Chiquimula, Guatemala y en
el Hospital Nacional en Huehuetenango, Guatemala, y en la
promoción de jovencitas en Casa Claudio en Esquipulas,
Guatemala. Estuvo involucrada en la Promoción de
Vocaciones en Guatemala y El Salvador. Previamente,
Hermana Vicenta sirvió en ministerio supervisando la
construcción de la Casa de Retiro y Casa de Formación en
Pachalí, Santiago Sacatepequez, Guatemala. Actualmente
ella está estudiando Teología Feminista y trabajando con
los ancianos en el Hogar San Vicente de Paúl en El
Salvador.
Los momentos más memorables de su vida religiosa
fueron cuando trabajó con los niños en COAR, las jóvenes
y gente de la calle. Su consejo a alguien considerando la
vida religiosa es estar presente con el Señor.
El Verbo Entre Nosotros
9
NUESTRO NOMBRE
“¿Qué hay en un nombre?” escribió William Shakespeare;
“. . . una rosa con cualquier otro nombre olería igual de dulce.”
Congregación
de las
Hermanas de la
Caridad
del
Verbo Encarnado
Por Pat Kerwin
10
El Verbo Entre Nosotros
El significado de un nombre puede haber sido fácilmente
rechazado por los jóvenes enamorados, Romeo y Julieta,
pero la historia muestra que el poder de un nombre puede
perdurar a lo largo de los siglos. Los apellidos llevan el
recuerdo de generaciones pasadas – algunas veces para
bien, y a veces para mal; los nombres nacionales y
corporativos provocan memorias de acciones valientes y
éticas así como de hechos vergonzosos. El nombre de una
congregación religiosa tiene un significado más allá de un
simple contexto de historia, porque a menudo su nombre
está integrado con las ricas tradiciones espirituales y con el
carisma de la misma congregación.
¿Cuál es el significado del nombre: Congregación de las
Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado? Antes de
explorar las riquezas teológicas y espirituales de este
nombre, sería bueno revisar un poco de historia para
comprender mejor los orígenes de la Congregación.
En 1866, la Diócesis Católica de Galveston abarcaba
todo el estado de Texas. Era un extenso terreno escabroso
que acababa de salir de la Guerra Civil y estaba plagado por
epidemias de cólera, fiebre amarilla, y sufrimiento humano
de muchas clases. Los recursos para el cuidado de los
enfermos, los moribundos, y los huérfanos eran
extremadamente limitados. Claudio María Dubuis era el
Obispo de Galveston. Había llegado a Texas desde el área
cerca a Lyon, Francia, cuando era un joven sacerdote –
ordenado apenas por un año. Él había mostrado un gran
celo por la misión de Texas y se había distinguido en sus
primeras asignaciones en Castroville y San Antonio. Sin
embargo, cuando fue nombrado el segundo Obispo de esta
vasta diócesis, vio con mayor claridad las enormes
necesidades de sus fieles.
Él hizo un llamado a la Orden del Verbo Encarnado en
su Francia natal para que le ayuden enviando hermanas
enfermeras para servir a los enfermos. La orden francesa
era de claustro en ese entonces y ellas se dedicaban
principalmente al ministerio de educación, pero su
Superiora, Madre Angelique Hiver, le prometió al Obispo
Dubuis de que si él encontraba a jóvenes para su misión en
Texas, ella las prepararía como religiosas y las formaría en
la espiritualidad del Verbo Encarnado. El Obispo tuvo éxito
en encontrar tres jóvenes – enfermeras religiosas en un
hospital en Lyon, a pocos pasos del monasterio del Verbo
Encarnado.
El Verbo Entre Nosotros
11
Las tres acompañaron al Obispo Dubuis al monasterio
dónde recibieron lo que debe haber sido el programa de
formación más breve en la historia de vida religiosa; seis
días después de subir la colina sagrada hacia el monasterio,
y dos días después de haber recibido el hábito de esta
nueva familia religiosa, la nueva congregación de tres zarpó
hacia Texas llegando a las costas de Galveston un mes
después el 25 de octubre, 1866. Las edades de las tres
mujeres fluctuaban entre 27 y 33 años. Llegaron a una
ciudad porteña desesperaba por atención médica. Por
medio de arduo trabajo y gran fe, ellas iniciaron un legado
que se convertiría en cientos de otras mujeres que
seguirían: la construcción de un sistema de cuidado de
salud católico, enseñanza en escuelas católicas, haciendo
ministerio en centros de retiro y por medio de obras de
justicia y caridad en los Estados Unidos, y en Irlanda,
Guatemala, El Salvador, y Kenia.
¿Qué inspiró a estas primeras jóvenes y a las muchas
otras que vendrían después de ellas? Fue un llamado de
Dios articulado por medio del Obispo Dubuis, su fundador:
“Nuestro Señor Jesucristo, sufriendo en las personas de
una multitud de enfermos y necesitados de toda condición,
busca alivio en sus manos”.
Las Hermanas lo reflejarían algunos años más tarde en
sus Constituciones: “Nuestro fundador, el Obispo Claudio
M. Dubuis, quiso que nuestra Congregación sea una
mezcla de dos grandes tradiciones en la Iglesia. Como
Hermanas de la Caridad sus miembros sirven a los
enfermos y necesitados; como Hermanas del Verbo
Encarnado honran de manera especial la sagrada
humanidad de la Palabra Eterna, modelando su amor y sus
vidas en la de ella.
El misterio de la Encarnación – el maravilloso
cumplimiento del deseo eterno de Dios de llegar a ser uno
con la humanidad, redimiéndonos para que podamos
participar en la vida Divina, es el misterio central de
nuestra fe cristiana. Es el momento desde el cual todo el
mundo mide el tiempo – antes o después de Cristo. Y ha
sido objeto de escritos y reflexiones a través de los siglos
por los santos, místicos y narradores de hoy en día.
John Shea cuenta este misterio a través de los ojos de
una niña:
Tenía cinco años, segura de las cosas,
y las recitaba con lenta solemnidad,
convencida de que cada palabra era una revelación.
Dijo que eran tan pobres
que solo tenían emparedados de
mantequilla de maní y mermelada para comer
y que fueron muy lejos de su casa sin perderse.
La señora montaba un asno,
el hombre caminaba, y el bebé
estaba dentro de la señora.
12
El Verbo Entre Nosotros
Se tuvieron que quedar en un establo con un buey
y un asno, pero los Tres Hombre Ricos los encontraron
porque una estrella iluminaba el techo.
Vinieron los pastores y podías acariciar a las ovejas
pero no les podías dar de comer.
Luego nació el bebé.
¿Y sabes quién era?
Los ojos de la niña se volvieron tan grandes
como monedas de plata.
El bebé era Dios
Y ella saltó en el aire, se dio la vuelta, y se zambulló
en el sofá, y hundió su cabeza bajo el cojín
que es la única respuesta apropiada
para las Buenas Nuevas de la Encarnación.
“La Oración Navideña de Sharon”
La Hora de lo Inesperado.
San Agustín escribió sobre la Encarnación un poquito
más teológicamente: “¿Qué gracia más grande podía Dios
habernos concedido que hacer que su único Hijo sea hijo
del hombre, para que el hijo del hombre pueda a su vez
convertirse en hijo de Dios? Pregunta si era merecido;
pregunta por la razón, por su justificación, y ve si vas a
encontrar cualquier otra respuesta que no sea pura gracia.”
[Sermón 185: PL 38, 997-999]
Nadie habló del misterio de la Encarnación más
poéticamente que el amado discípulo, Juan, en el prólogo
de su evangelio:
En el principio era la Palabra,
y la Palabra estaba ante Dios,
y la Palabra era Dios. ….
Y la Palabra se hizo carne,
puso su tienda entre nosotros,
y hemos visto su Gloria:
la Gloria que recibe del Padre el Hijo único;
en él todo era don amoroso y verdad. Las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado se
basan en la espiritualidad de la Encarnación – un misterio
que por siempre cambió nuestra manera de mirar a Dios, al
mundo, y a toda persona humana. Cual el Dios invisible
tomó carne humana en Jesús, el Verbo Encarnado, él
reveló la naturaleza de Dios como una comunidad de
personas que viven en amor, igualdad, y mutualidad. Hizo
visible el compromiso de Dios con la humanidad y su
historia, y selló un nuevo pacto irrevocable en su sangre.
En su propia carne, el Verbo Encarnado reveló el amor
incondicional de Dios por toda la humanidad.
Al mismo tiempo, por medio de la encarnación, Dios
escogió compartir su propia vida con nosotros –
haciéndose humano para que los humanos puedan llegar a
ser divinos. La humanidad, hecha a la imagen de Dios en la
creación, ahora lleva la imagen del Hijo por medio de la
incorporación en su Cuerpo. Siendo redimidos, no puede
haber dualismo en nuestra mente
sobre el mundo o sobre la persona
humana. La dignidad de cada
persona humana es la base de la
teología encarnada y de todo
aspecto de nuestra vida humana
manifestada de acuerdo al diseño de
Dios es bueno y santo.
El místico moderno, Thomas
Merton, experimentó una epifanía de la
Gloria y bondad de Dios en la humanidad en
una esquina de la calle:
“En Louisville, en la esquina de Fourth y Walnut, en el
centro de la zona comercial, de repente me sentí abrumado
con la idea de que amaba a todas esas personas, que eran
mías y yo de ellas, que no podíamos ser extraños el uno
con el otro a pesar de que éramos totalmente
desconocidos.
“Tengo la inmensa alegría de ser hombre, miembro de
una raza en la cual Dios Mismo se encarnó. Como si los
dolores y estupideces de la condición humana me podrían
abrumar, ahora me doy cuanta de lo que todos somos ¡Y si
solamente todos se dieran cuenta de esto! Pero no se puede
explicar. No hay forma de decirle a la gente que todos están
caminando brillando como el sol”.
La espiritualidad de la encarnación nos llama a VER la
faz de Cristo “caminando brillando como el sol” en cada
hermano y hermana; y nos llama a SER la presencia de
Cristo con todos los que conocemos.
Sin duda esto se ha visto en los 146 años de presencia
y servicio de las Hermanas de la Caridad del Verbo
Encarnado. Ellas escucharon y respondieron al llamado
espiritual de ser “Evangelios de Amor” – haciendo el amor
de Dios visible en Jesús una realidad en el mundo. Su
generosidad para con los pobres, su compasión por los
enfermos, su crianza de los huérfanos debido a las
epidemias tan antiguas como el cólera y tan recientes como
el VIH-SIDA, su defensa de la justicia para los marginados,
su obra en programas de alfabetización para el inmigrante,
y su sinnúmero de obras de misericordia conocidas solo
por Dios han sido un testimonio viviente de que la obra de
la encarnación continúa en la historia humana por medio de
los que son discípulos de Cristo.
Sin embargo, las Hermanas serían las primeras en
decirnos que esta espiritualidad no es solo de ellas; es la
espiritualidad fundamental de todo cristiano. Cada uno de
nosotros, hecho a la imagen de Dios, es hecho para la
comunidad, para la amistad, para vaciarse en favor de
otros. El amor de Dios se encarna y se concreta en la
historia humana; nuestra respuesta a la encarnación del
amor de Dios también debe concretarse en las
circunstancias ordinarias de nuestra vida cotidiana. Sucede
en los eventos de la vida familiar, en
ayudar a los vecinos, en comunidades
parroquiales, en las arenas cívicas y
políticas, en las decisiones que
defienden el bien común.
En El Santo Anhelo, Ronald
Rolheiser, OMI, recuerda una
parábola por el escritor Nikos
Kazantzakis sobre ver la presencia y la
gloria de Dios en lo ordinario. Él escribe:
Un hombre se acerco a Jesús
y se quejó del ocultamiento de Dios.
“Maestro” le dijo, “Soy viejo. Durante toda mi vida
siempre he guardado los mandamientos. Todos los años
de mi vida adulta, he ido a Jerusalén y he ofrecido
los sacrificios prescritos.
Todas las noches de mi vida, no me he acostado sin
decir mis oraciones primero. Pero…. Miro a las
estrellas y a veces a las montañas – y espero, espero
que Dios venga para poder verlo.
He esperado por años y años, pero es en vano.
¿Por qué? ¿Por qué? ¡ésta es mi gran queja, Maestro!
¿Por qué Dios no se muestra?”
Jesús sonrió y respondió suavemente:
“Hubo una vez un trono de mármol en la entrada
oriental de una gran ciudad. En este trono se sentaron
tres mil reyes. Todos ellos le pidieron a Dios que
apareciera para que pudieran verlo, pero todos se
fueron a sus tumbas sin que se cumplieran sus deseos.
Entonces cuando los reyes habían muerto, un
paupérrimo, sin zapatos y hambriento, vino y se
se sentó en el trono.
“Dios”, susurró, “los ojos del ser humano no pueden
mirar directamente al sol, porque se volverían ciegos.
¿Cómo, entonces, Omnipotente,
te pueden ellos mirar directamente?
Ten piedad, Señor, modera tu fuerza, rebaja tu
esplendor para que yo, que soy pobre y afligido,
pueda verte!”
“Entonces – escucha, anciano – Dios se convirtió en
un pedazo de pan,una taza de agua fresca. una
una túnica tibia, una choza, y en frente de la choza,
en una mujer amamantando a un bebé.
‘Gracias, Señor’ susurró el paupérrimo.
‘Te humillaste por mi bien.
Te convertiste en pan, agua,
una túnica tibia y una esposa e
hijo para que te pueda ver.
Y te vi.
Me inclino y adoro tu amado rostro
de muchos rostros.’
El Verbo Entre Nosotros
13
“Dios se hace carne,” Rolheiser dice, “para que cada
hogar se haga iglesia, cada niño se haga como Cristo, y que
toda comida y bebida se hagan sacramento. Las muchas
caras de Dios están ahora en todo sitio, en la carne,
moderada y rebajada, para que nuestros ojos humanos lo
puedan ver.
“Dios, en su rostro de muchos rostros, se ha hecho
accesible, y visible, como la llave de agua más cercana. Ese
es el por qué de la encarnación.”
¿Dónde vemos los signos de la encarnación hoy? De
seguro los vemos en la belleza de la creación y en la alegría
del amor humano; en la risa de un niño o las lágrimas de los
solitarios; en una sonrisa, en la compasión de amigos y
extraños. Y también vemos la encarnación en el dolor.
En Concilio Vaticano Segundo, la Iglesia nos recordó
que la faz de Cristo está encarnada en los marginados y en
los que sufren; tenemos una obligación particular de
reconocer y estar en solidaridad con ellos escribieron los
Padres del Concilio: “La alegría y esperanza, el dolor y
ansiedad de la gente de este tiempo, especialmente los que
son pobres o en alguna manera afligidos, son también la
alegría y esperanza, el dolor y ansiedad de los seguidores
de Cristo”. Gaudium et Spes, 1
No podemos encender la televisión ni leer un periódico
hoy sin ser confrontados con el sufrimiento en todo rincón
del mundo. Estamos acosados por las imágenes de
devastación en las victimas inocentes de la guerra y
violencia en México, en Siria, en los asesinatos sin sentido
en los Estados Unidos en Colorado y Wisconsin, y en toda
el África Subsahariana. Vemos los cuerpos demacrados de
los que mueren de hambre en las portadas de revistas que
se exhiben junto a libros de la dieta de última moda que nos
va a ayudar a perder las extras libras que hemos ganado en
nuestras mesas de abundancia. El consumo excesivo de los
recursos de la tierra por unos pocos, garantiza que muchos
no van a tener lo mínimo necesario para la supervivencia.
Estos recordatorios podrían dejarnos un sentido de
desesperanza – si no fuera el hecho de que somos
discípulos del Verbo Encarnado. En la Encarnación Dios ha
escogido dejar que su poder fluya por la carne humana – la
carne de Jesús, y la carne de los seguidores de Cristo. En
nuestra oración, no es suficiente pedirle a Dios que
resuelva los problemas; estamos llamados a ponerle piel a
nuestra oración y tomar la iniciativa como Cuerpo de Cristo
para sanar los sufrimientos del mundo.
Santa Teresa de Ávila lo dijo muy bellamente:
Cristo no tiene otro cuerpo que el tuyo,
No tiene manos ni pies en la tierra
excepto los tuyos.
Tuyos son los ojos a través de los cuales
14
El Verbo Entre Nosotros
él mira al mundo con compasión.
Tuyos son los pies con los que él camina
para ir haciendo el bien.
Tuyas son las manos con las que ahora
él nos va a bendecir.
Por medio del Bautismo, estamos llamados de una
manera singular a usar nuestros dones dados por Dios para
seguir este llamado de Cristo de ser una hermana amorosa,
un hermano amoroso de aquellos a quienes encontramos
cada día. Al permitirnos estar realmente abiertos al Espíritu
de Dios, nos convertimos en personas centradas en el
camino del Verbo Encarnado expresadas tan bellamente en
las Bienaventuranzas.
Abandonando el poder y beneficio del mundo, optamos
por ser pobres de espíritu, ser constructores de paz; en
nuestras relaciones con otros elegimos actuar con
compasión y misericordia, trabajar por justicia para todos,
y consolar a los afligidos y sufrientes. Literalmente, en las
palabras de San Pablo, fijamos nuestros corazones en los
dones más grandes – el más grande de todos es amor. Las
Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado abrazan este
llamado con todo el corazón en sus propias Constituciones
cuando escriben: “En nuestra misión de encarnar el amor
del Verbo Encarnado, somos conscientes de que en
cualquier forma de ministerio que desarrollemos, nuestras
vidas deben ser un testimonio convincente de la presencia
de Jesucristo. … nuestro deseo más profundo es promover
en todo momento la dignidad fundamental de la persona,
demostrando de este modo nuestro carisma encarnacional.”
[47, 49]
El nombre de la Congregación, las Hermanas de la Caridad
del Verbo Encarnado merece nuestra reflexión – y lo que
adoptamos en nuestras propias vidas. Si la caridad es
sinónimo de amor y el Verbo Encarnado es la presencia de
Dios hecha visible en forma humana, entonces, por virtud
de su nombre, las Hermanas reconocen su llamado de ser
la encarnación del amor de Dios hecho visible en el Dios
hombre, Jesucristo. Ellas dan testimonio de manera audaz y
profética del llamado que cada cristiano recibe como
seguidor de Jesús. Que cada uno de nosotros viva el poder
de ese nombre mientras crecemos diariamente en nuestro
deseo y nuestra capacidad de manifestar el amor del Verbo
Encarnado en nuestras vidas y de reconocer a Cristo
revelado en toda la humanidad.
Alabado sea el Verbo Encarnado. Por siempre.
Celebrando 25 Años
CONGREGACIÓN DE LAS HERMANAS DE LA CARIDAD DEL VERBO ENCARNADO - HOUSTON, TEXAS
U
n lugar de silencio,
belleza, sanación y
esperanza, que está
abierto a todos los que
están buscando a Dios.
Ruah no puede traducirse por ninguna palabra en
español. Es una palabra hebrea que algunas veces
indica el aliento de la fuerza de vida, viento, el
movimiento del aire, o espíritu. En la escritura
hebrea “ruah elohim” es el viento creativo del
Señor. Usamos formas circulares como símbolos
de Ruah. El círculo es un antiguo símbolo cristiano
para Dios, comunidad y el universo. Nuestros
círculos están en movimiento, como sugiere T.S.
Eliot “punto de quietud en un mundo que gira”,
Dios es el centro silencioso y el movimiento
circular es nuestro girar alrededor enfocándonos en
nuestro centro creativo. En el oriente, el círculo es
un símbolo de iluminación.
liderazgo escuchó el llamado de explorar la manera
de compartir responsablemente la belleza y la
amplitud de los edificios y terrenos de la Villa de
Matel para dar uso a los espacios no utilizados.
En noviembre, 1986 la idea que eventualmente
empezó a destacar fue la posibilidad de iniciar
un ministerio que estaría en continuidad con la
espiritualidad de la Congregación y serviría a las
CENTRO RUAH
SU CORTA HISTORIA
Y DESARROLLO
Principios
A mediados de la década de 1980, el liderazgo de
la Congregación de las Hermanas de la Caridad
del Verbo Encarnado tomó conciencia que la Villa
de Matel, la Casa Matriz de la Congregación,
tenía espacio que se podría utilizar mejor. La Villa,
situada en 65 acres en el sureste de Houston,
había albergado la mayoría de los programas de
formación inicial para postulantes y novicias
desde 1925. Sin embargo, a finales de la década
de 1970 y en la década de 1980, las jóvenes que
entraban a la Congregación en Centro América y
en África estaban recibiendo sus experiencias de
formación inicial dentro de sus propias culturas, y
aquí en los EE.UU., el programa de formación se
había mudado de la Villa para implementar mejor
las metas de formación a luz de la convocatoria
del Concilio Vaticano II. Lo que una vez fueron
atareadas aulas, oficinas y dormitorios ahora
estaban vacíos la mayoría del tiempo. Más aún,
la Capilla de
la Villa era
conocida como
un lugar de
oración, belleza
y excelente
acústica. Estaba
atrayendo a
muchas personas
en el área. En
ese contexto, el
Hermanas y a otros. Se pidió a Hermana Mary
Adeline O’Donoghue que explorara el ofrecimiento
espiritual que más se necesitaba en el área de
Houston e investigara lo que algunas otras Casas
Matrices habían hecho con sus espacios a medida
que el número de personas que entraban a su forma
de vida disminuyó. La única dirección específica que
ella recibió del Equipo de Liderazgo de la Congregación fue que la nueva entidad no debía duplicar
lo que otros centros de retiro en el área de Houston
ya estaban haciendo. Era claro para Hermana Mary
Adeline, que fue nombrada directora del nuevo
ministerio, que cualquier cosa que se iniciara no
debería competir activamente con estos centros.
El primer paso que Hermana Adeline tomó
fue reunir a un grupo diverso del área de Houston
que escucharía con ella y con otros miembros de la
Congregación para discernir las necesidades y enfocar el posible ministerio. Ella le explicó al grupo
las direcciones que le habían dado y se tuvieron
muchas reuniones. El proceso produjo una declaración de misión que fue aprobada por la Superiora
General, Hermana Jean Ann Godsell y el Consejo.
Esa declaración dice que el nuevo ministerio de
las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado
debía enfocarse particularmente en promover la
recreación del espíritu humano. Su trabajo principal
sería planear dar la bienvenida a personas o grupos
que buscan sanación ofrecida por un entorno de
belleza, tranquilidad, y reverencia por toda la vida.
Ese documento aún provee dirección para la planificación anual del ministerio.
Además de la declaración de misión, el proceso
inicial de discernimiento también produjo el nombre
para el ministerio:
Ruah. Palabra hebrea
para aliento o viento
de Dios, Ruah, se
menciona por primera
vez en el Génesis:
Todo era confusión y
no había nada en la
tierra. Las tinieblas
cubrían los abismos
mientras el espíritu de
Dios aleteaba sobre la
superficie de las aguas.
Nosotros en el Centro
Ruah continuamos
capitalizando sobre
el rico significado de esta palabra hebrea al dar la
bienvenida a las personas que vienen aquí. Continuamos invitándolas a intencionalmente prestar
atención al aliento, al toque, a la suave sanación del
amor de Dios en sus corazones. El caos de sus vidas
diarias gradualmente se retira cuando la experiencia
de soledad y silencio apoya su búsqueda llena de fe.
Ruah oficialmente abrió el 1 de enero, 1988,
la Solemnidad de María, la Madre de Dios. En el
25 aniversario de su apertura, 1 de enero, 2013, la
Congregación celebrará las Vísperas Solemnes de
esa fiesta en la Capilla de la Villa, y pedimos que
María continúe inspirándonos a crecer en apertura a
las obras del Espíritu mientras tratamos de ser, con
otros, extensiones del Amor Encarnado en nuestras
propias situaciones.
Silencio un Requerimiento
para Admitir Grupos en Ruah ­
El grupo involucrado en la concepción de Ruah
había discernido la necesidad de un lugar de oración
en esta área que, por así decirlo, se especializaría en
la promoción y protección del silencio como un don
y una disciplina necesaria para el discernimiento.
Eso significaba que no íbamos a ofrecer seminarios
o talleres de trabajo en equipo ya que otros centros
hacen eso muy bien. Hubiera sido fácil caer en esa
modalidad, pero nos hemos mantenido firmes, y
los huéspedes que buscan pasar tiempo aquí, ya sea
personalmente o como grupos, han sido llamados a
abrazar la disciplina del silencio.
Durante los años siguientes, Ruah calladamente
ha estado atrayendo a personas de la comunidad de
Houston y otros lugares, y hoy se le conoce como
un lugar con un enfoque intencional en el silencio
y como un lugar de escucha compasiva por el Verbo
Encarnado, quien también necesitaba retirarse a
lugares tranquilos. Podemos afirmar que la dirección discernida por ese grupo inicial ha dado frutos,
Ruah ha llevado a la gente a sus corazones donde
aprenden a descansar en la presencia de Dios dentro
de ellos, y el mismo Aliento de Dios los ha enviado
con confianza a proclamar las Nuevas del Amor de
Dios en las calles de sus vidas. Muchos de ellos, de
diversas maneras, nos han dado el mensaje de que,
efectivamente, el silencio es un remedio para los
males de la sociedad.
Hospitalidad y Generosidad de
la Congregación
Hace poco uno de nuestros huéspedes de habla
hispana, que está aprendiendo inglés, escribió:
“Gracias Hermana por abrir la puerta.” Me tocó
el corazón y me recordó de tantos que a lo largo
alcance de Ruah en la comunidad hispana. Estamos
agradecidas a estos donantes y a nuestros huéspedes
habituales cuyas generosas ofrendas apoyan el
ministerio de Ruah.
Las Parteras del Espíritu –
Religiosas y Laicas
de los años nos han dado mensajes similares.
Estamos agradecidas a todas esas Hermanas que
indirectamente han hecho posible este ministerio en
su casa, y la gente sabe que la Villa es donde viven
muchas Hermanas. ¡Y tenemos la generosidad!
Hemos apreciado que por casi 25 años el liderazgo
Congregacional ha aprobado ofrecer los servicios de
Ruah a base de donaciones. Hemos tenido la libertad
de invitar a los que preguntan sobre cobros a decidir
en luz de las palabras de San Pablo a los Corintios:
Cada uno dé según lo que decidió personalmente, y
no de mala gana o a la fuerza, pues Dios ama al que
da con corazón alegre.
Algunos han dado mucho más de lo que les
hubiéramos cobrado y otros, que no hubieran
venido si hubiéramos cobrado, vinieron y dieron un
poquito. Aquellos a quienes les dimos la bienvenida
incluso si no podían pagar, enviaron cheques con
notas diciendo algo como: “Cuando no tenía trabajo
ustedes me animaron a seguir adelante y ahora
puedo decir gracias.”
Ocasionalmente Ruah recibe regalos de amigos
de Ruah, y algunos han sido destinados para una
mejora específica o servicio que prestamos. Uno de
ellos ha sido designado para ayudar al programa de
…toda la creación… ha estado gimiendo en un
gran acto de dar a luz… y no solo la creación sino
también todos los que poseen las primicias del
Espíritu… San Pablo.
Desde el principio, la dirección espiritual ha sido
un componente
mayor de Ruah,
y hemos tenido
la bendición
de tener una
variedad de
directoras
espirituales que
han servido
aquí. Miembros de la
Congregación
tales como
Hermanas
Kathleen Smith, Mary Tobin, Brenda Williams y
Ann Margaret Savant han reflejado el carisma y
espíritu de la Congregación con sus dones especiales.
Ellas han hecho contribuciones inmensurables para
desarrollar el ministerio y en donde sirven ahora, las
reconocemos, y también recordamos con cariño a dos
otras que ahora disfrutan de la presencia inmediata de
Dios, es decir nuestra propia Hermana Venard Moran
y Hermana Margaret Cussen, miembro de la Hijas de
María y José.
Varios directores espirituales han hecho y continúan haciendo invalorables contribuciones en dirección espiritual y / o participando en entrenamientos
y grupos para directores. Entre ellos se encuentran:
Maureen Bacchi, Kathryn Stelmak, el Rev. Mike
Gemignani, Hermana Mary Pat Driscoll, Hermana
Josepha O’Brien, Stephanie Harrison, Geneva Green
y Jenella Smith. También, Eugenia Rust, Nance Weir
y Jana Ryder han ofrecido muchas horas voluntarias
ayudando al personal de Ruah de muchas maneras.
Cuando sentimos el clamor del Espíritu llamándonos a llegar a nuestros vecinos, Hermana Rose
Scanlan, que había estado sirviendo en el Centro
St. Austin como maestra de inglés como segunda
lengua, fue instrumental en expandir y dar forma a
una estructura para una creciente y vibrante rama
de Ruah para nuestra comunidad hispana. Ahora
Rachel Rodríguez y Janet Mayorga con confianza y
creatividad dirigen ese aspecto de Ruah en St. Austin.
Ciertamente una de las ayudantes más fieles ha sido
nuestra comprometida sacristana, Hermana Esther
Marie O’Farrell, que siempre está dispuesta a ayudar-
nos con Liturgias, Servicios de Taizé y otros eventos
en la capilla.
Además de la ayuda de muchos trabajadores
laicos de la Villa de Matel, bajo el liderazgo de tanto
Hermana Lucille Desmond como Hermana Rachel
O’Keeffe respectivamente, otras personas laicas han
hecho ministerio directamente con nosotras en Ruah.
Ellas dieron forma y apoyaron el desarrollo de Ruah
empezando con Kathryn Fitzgerald, Cathy D’Eramo
y Barbara Rooney. Ahora, Janet Troy y Kaye Johnson
traen dedicación y creatividad mientras sirven con
alegría y generosidad ejercitando liderazgo e influencia en sus áreas. Ellas no solo ofrecen dirección
espiritual y dirigen grupos sino que tocan a nuestros
huéspedes por medio de exposiciones, panfletos,
servicios de oración, plantas y flores y atención a las
temporadas litúrgicas. Su flexibilidad ha sido un don
y ambas dicen que han crecido de muchas maneras
diferentes, recibiendo y dando bendiciones. Durante
los primeros 18 años de la vida de Ruah, Hermana
Adeline, Directora, también sirvió como Vicaria para
Religiosos para la Diócesis de Galveston-Houston.
Ella no hubiera podido hacerlo sin la asistencia capaz
de sus compañeras de trabajo en Ruah.
Continuidad en medio
de Discontinuidad
Ruah ha sido enormemente bendecida por haber
nacido y crecido en este bello edificio de la Villa
en estos campos sagrados. Cambios, crecimiento
y desarrollo han marcado la historia de Ruah; sin
embargo, ha habido un hilo de continuidad que ha
mantenido claro el enfoque. Inicialmente las Hermanas comisionaron a Ruah para que sea un recurso
para tanto ellas como para la comunidad de
Houston. En ese tiempo muchas Hermanas
estaban todavía en ministerio activo en hospitales, escuelas, y muchas de ellas venían a Ruah
para sus retiros anuales de ocho o seis días. A
medida que más Hermanas se jubilaban, el personal de Ruah las ayudaba en sus comunidades
aquí, pero ahora sus necesidades espirituales se
suplen de diferentes maneras.
Gradualmente menos Hermanas venían
a Ruah, al mismo tiempo, empezamos a notar
grandes números de personas laicas que buscaban renovación aquí. Algunas venían por días,
otras por fines de semana, pero pocas podían
hacer retiros más largos. Hubo una explosión
en el número de las que buscaban dirección
espiritual personal. Entonces, se hicieron
algunos cambios desde el exterior, invitándonos a
escuchar a Dios.
Se han hecho otros cambios desde el interior.
Hemos aprendido a prestar atención a lo que parece
funcionar, lo que realmente re-crea los espíritus
humanos confiados a nosotras, y qué emerge como
anhelos profundos de grupos que han venido a
menudo. Cuando notamos que pocas personas laicas
podían venir a nuestros retiros de seis u ocho días,
escuchamos el llamado de ofrecer mini retiros. Otro
ejemplo es la iniciativa de programar experiencias
de Oración Taizé en la Capilla de la Villa e invitar
al público. Ese movimiento surgió de escuchar con
un grupo de la Iglesia Bautista Willow Meadows,
quienes inicialmente lo dirigían. Más tarde, los Amigos de Taizé tomaron el liderazgo bajo la dirección
de Elizabeth Turner, su esposo Al,
y Bridget Wenk.
El planeamiento anual del Personal
de Ruah es un proceso de oración para
tomar decisiones sobre retener ofrecimientos actuales o añadir nuevos. Todo
se hace en luz de la declaración de misión
original, que nos llama a enfocarnos
en promover la recreación del espíritu
humano y a dar la bienvenida a personas que buscan sanación ofrecida por
un entorno de belleza, tranquilidad, y
reverencia por toda la vida. Ha servido
como nuestra ancla de continuidad. Por
lo tanto, todo lo que Ruah ofrece en
­ministerio, todo cambio que hacemos,
toda restricción que nos ponemos a
nosotras mismas y a otros, es en servicio
de esto: permitir a las personas escuchar
y confiar en el Ruah de Dios dentro de
sus propios corazones.
Sí, ponemos restricciones en nosotras mismas
como personal. Fluyen de la reflección sobre
nuestros hábitos de trabajo, dándonos cuenta de la
influencia de la cambiante cultura que influye no
solo a nuestros huéspedes sino también a nosotras.
Regularmente nos pedimos a nosotras mismas crecer
en prestar atención al Espíritu de Verdad durante
nuestras juntas de personal, supervisión por compañeros
y sesiones de entrenamiento.
Lo Que Vemos Ahora
A lo largo de los años hemos notado que el Centro
Ruah se ha convertido en algo que nunca planeamos
deliberadamente y podemos decir que Ruah da un
buen ejemplo de lo que significa ser católico: cen-
trado, pero a la vez dando la bienvenida a personas
de muchas denominaciones cristianas y de otras
tradiciones de fe. Atrae a muchos que han sido
ofendidos o desilusionados por la Iglesia en la cual
han crecido, y proporciona experiencias que inician
la reconciliación. Más aún, Ruah también se conecta
con nuestros vecinos hispanos a los que ofrecemos
apoyo en su fe y les enseñamos varias formas de
oración.
Por último, podemos afirmar que Ruah se está
convirtiendo en un centro ecuménico e interreligioso, donde el silencio es un idioma común por el
cual el Amor de Dios cura y unifica.
Hoy después de 25 años, estamos listas para
­celebrar que en lo que nos estamos convirtiendo juntos
en Cristo es en sí mismo nuestra mejor manera de
hacer ministerio con aquellos que Dios nos envía.
Es la obra del mismo Espíritu
que cubrió a María y continúa
llamándonos a decir: Alabado
Sea el Verbo Encarnado.
Este artículo es el fruto de un
esfuerzo de equipo de Hermana
Mary Adeline O’Donoghue,
Janet Troy y Kaye Johnson,
de izquierda a derecha en la foto
de la página opuesta.
La naturaleza de Dios es un círculo cuyo centro
está en todas partes y la circunferencia en ninguna.
– Empédocles
CONGREGACIÓN DE LAS HERMANAS DE LA CARIDAD DEL VERBO ENCARNADO - HOUSTON, TEXAS
Villa de Matel | 6510 Lawndale Street | Houston, Texas 77023 | 713-928-0053 | lashermanasdelacaridad.org
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sin el consentimiento previo y por escrito de las HERMANAS DE LA CARIDAD DEL VERBO ENCARNADO, está estrictamente prohibido.
H
ermana Martina Casey era una mujer gentil,
amable y humilde. Y, aunque pequeña de estatura,
era una gigante en el campo de educación de
enfermería. Ella inspiraba respeto y se ganó el
cariño de los estudiantes a su cargo.
Durante su ministerio como Hermana de la
Caridad del Verbo Encarnado en la Escuela de
Enfermería St. Joseph, en el Departamento de
Enfermería del Colegio del Sagrado Corazón y en la
Facultad de Enfermería de la Universidad St.
Thomas, todos en Houston, Hermana Martina hizo
cambios que ayudaron a desarrollar el rol de las
enfermeras en el cuidado de la salud en Texas, la
nación y de hecho en otros países.
Aunque ella falleció hace quince años, el innegable
legado de Hermana Martina vive hoy.
Hermana Martina: El legado vive
El 29 de mayo, 2012, la Facultad de Enfermería de la
Universidad St. Thomas abrió sus puertas otra vez
después de haber estar cerradas por más de 25 años.
Veintiocho estudiantes de enfermería en la Clase del
2014 asistieron al primer día de clases. Ellos son los
primeros estudiantes de enfermería en UST desde que la
facultad previa cerró en 1986.
El renacimiento de la facultad se produjo en gran
parte por medio de la Asociación de Exalumnos de
Enfermería, muchos de los cuales fueron educados e
inspirados por Hermana Martina. Hace algunos años, la
ex alumna Carol Peavy instó al Presidente de UST, Dr.
Robert Ivany, que considerara esta posibilidad. Lo que
siguió fueron numerosas juntas que involucraron a
exalumnos, ejecutivos de cuidado de la salud, decanos de
facultades de enfermería, y ciudadanos locales. Se creó
un Consejo Asesor de Enfermería compuesto de 60
ciudadanos, y exitosamente llevó esta idea a la realidad.
Donaciones de Carol y Odis Peavy de $2.5 millones,
junto con las de la Asociación de Exalumnos de
Enfermería, la Fundación Cullen para el Cuidado de la
Salud, la Fundación Cullen para Educación Superior, la
Congregación de las Hermanas de la Caridad del Verbo
Encarnado, Houston, Texas, y de la comunidad, pusieron
los planes en marcha. Hoy el programa de Licenciatura
de Ciencia en Enfermería en la Universidad de St.
Thomas es un programa de cuatro años de duración que
se enfoca en enfermería centrada en el paciente por
medio de un curriculum de sanación y cuidado holístico.
El Dr. Poldi Tschirch, quien ha servido por 30 años
en práctica clínica y en enseñanza de enfermería en la
Rama Médica de la Universidad de Texas en Galveston,
fue nombrado Decano de la Facultad de Enfermería.
“Cuando me encuentro frente a retos difíciles, pienso en
Hna. Martina y obtengo inspiración de ella,” dijo el Dr.
Tschirch. “La influencia que ella tuvo en sus estudiantes
es evidente en la manera en la que sus enfermeras se
han conducido con lo mejor de sus habilidades y con el
El Verbo Entre Nosotros
23
cuidado amoroso que dado a cada paciente. De los
profesores y estudiantes por igual, he oído que ella era
una mujer extraordinaria.”
Hna. Martina empezó su tenencia como Directora de
Enfermería en la Escuela de Enfermería St. Joseph en
Houston en 1943. Su nombramiento a tan temprana edad
de experiencia como enfermera fue indicativo de la confianza que el liderazgo de la Congregación puso en ella.
Con modestia y humildad, inicialmente ella no estaba
segura que la Congregación había hecho la mejor
elección. Natural de Irlanda, Hna. Martina fue una de tres hermanas de la familia Casey en entrar a la Congregación.
(Ver historia en la página 26). Ella recibió un Diploma en
Enfermería de la Escuela de Enfermería
St. Joseph, y luego sirvió por un año
como Instructora en la Escuela de
Enfermería St. Mary en Port Arthur,
Texas. Ella se sorprendió cuando Madre
Damian Dollard, la Madre General de la
Congregación, le dijo que la iba a enviar
a la Escuela de Enfermería St. Joseph,
Houston, como Directora de la Escuela
de Enfermería. “Sentí que no tenía las
cualidades necesarias para ser directora,
pero fue en vano” recordó Hna. Martina
en su autobiografía. “Todo lo que
escuché fue, ‘Vas a estar bien, jovencita,
y Dios va a bendecir tus esfuerzos.’”
Cuando Hermana Martina llegó a la Escuela de
Enfermería St. Joseph el 14 de julio, 1943, la Segunda
Guerra Mundial estaba en su apogeo y se necesitaban
enfermeras desesperadamente. Fue una época que trajo
muchos cambios en los roles de las mujeres que históricamente habían sido limitadas en sus opciones profesionales. Las mujeres empezaron a hacer trabajos en lugar
de hombres que habían dejado sus trabajos para luchar
por su patria. En ese tiempo, la enfermería era una tarea
centrada y orientada a la enfermedad donde la dignidad
de la persona en su totalidad como paciente se perdía en
medio de la rutina diaria del tratamiento.
“Hermana Martina y otras como ella encontraron
esta adhesion a una educación limitada y prescripción de
un rol rígido, aborrecible”, escribió Mavis Pennington,
Clase de 1944, en un artículo para el Boletín de Exalumnos de Enfermería en octubre, 1997. “Su sentido de justicia se indignó porque las mujeres en el sistema imperante
eran tratadas tan injustamente. Afortunadamente, hubo
una nueva corriente, una nueva percepción del cuidado
de la salud agitandose en los Estados Unidos. La
Segunda Guerra Mundial con toda su miseria y pérdida
de vida había demostrado que las mujeres en todo ámbito
24
El Verbo Entre Nosotros
de empeño podían e iban a entrar en roles previamente
realizados por hombres. En unidades del Ejército y la
Marina cerca de campos de batalla, la enfermeras hacían
funciones que nunca antes se les había permitido.”
El primer desafío de Hermana Martina en la Escuela
de Enfermería St. Joseph fue la preparación para el
Cuerpo de Enfermeras Cadetes en la escuela. Este fue
un nuevo programa iniciado por el Gobierno de los
EE.UU. y fundado bajo el Servicio de Salud Pública de los
Estados Unidos en un esfuerzo de proporcionar más
enfermeras para las Fuerzas Armadas.
Preparar un presupuesto para el programa de acuerdo con los requerimientos gubernamentales fue un desafío mayor para la irlandesa Hna. Martina quien confesó,
“Nunca había manejado dinero
americano y no podía diferenciar una
moneda de diez centavos de una de
cinco.” Afortunadamente ella recibió la
ayuda que necesitaba de otra miembro
de la Congregación, Hermana John
Marie Crowley, quien acababa de
completar su grado en contabilidad de la
Universidad de Texas.
“Ella fue como un regalo del cielo
cuando más se necesitaba. Con su ayuda
se preparó y presentó el presupuesto y
fue aprobado por USPHS y estabamos en
marcha,” escribió Hna. Martina.
Reconociendo que se debían hacer
grandes cambios en la manera que se educaban a las
enfermeras, Hna. Martina llevó a cabo un plan de
estudios que hacía hincapié en la dignidad de cada
persona y en el cuidado de la persona en su totalidad y
no solo la enfermedad. Se añadió un fuerte curso en
ética a los estudios de las enfermeras.
La escuela operaba un Programa de Diploma de 3
años que se desarrolló en un Programa de Colegio
Menor de Enfermería por medio de la Universidad de
Houston. Fue un buen programa construido sobre una
base sólida. Seguidamente, con el apoyo y ánimo de la
Junta Examinadora de Enfermeras de Texas y de la
Congregación, Hermana Martina lideró el desarrollo de
un programa de licenciatura de enfermería en conjunción
con el recientemente establecido Colegio Dominico del
Sagrado Corazón. Con el apoyo de las Hermanas
Dominicas, el Programa de Licenciatura de Ciencias en
Enfermería, el primero de su tipo en Houston, se hizo
realidad en septiembre, 1948.
“Aquellos que conocieron y siguieron a Hna. Martina
en su búsqueda de atención de enfermería centrada en el
paciente por medio de excelencia en la educación de
enfermería nunca van a olvidar los profundos cambios
para bien que ella influyó”, escribió Mavis Pennington.
“Algunos de nosotros estamos convencidos que una
santa estuvo entre nosotros en los pies de una maestra,
líder y amiga.”
Hermana Deenan Hubbard, una Hermana de la
Caridad del Verbo Encarnado, asistió a la escuela de
enfermería cuando era un departamento del Colegio
Dominico del Sagrado Corazón. Ella recordó “Hermana
Martina creía en la Escuela de Enfermería y el efecto
que tenía en el cuidado de los enfermos. Ella también
creía en educar a los estudiantes no solo en lo mejor de
temas clínicos de enfermería sino también en tratar a los
pacientes con respeto, dignidad y cuidado genuino. Nos
enseñaban a cuidar a toda la persona… no solo a la
enfermedad. También nos enseñaban que las familias de
los pacientes no solo eran parte de su sistema de apoyo,
sino también parte de su bienestar; por lo que sus
familias necesitaban ser incluidas en el cuidado.”
Lo que Hna. Deenan aprendió en la escuela la ayudó
en Kenia cuando ella estuvo en ministerio en el dispensario así como otras enfermeras en la Congregación fueron
guiadas en su ministerio de cuidado de la salud en Guatemala, El Salvador e Irlanda. De hecho, las estudiantes de
Hna. Martina, tanto laicas como religiosas, han
proporcionado cuidado de enfermería por todo el mundo.
Hermana Lillian Barta recordó que Hna. Martina le
dijo que siempre recuerde que un paciente era una
persona, no un número de habitación. En sus años en
ministerio en cuidado de la salud, Hna. Lillian siempre ha
practicado ese consejo.
Otra ex alumna de la Escuela de Enfermería, Hna.
Celeste Trahan, recuerda que fue Hna. Martina quien
persistentemente le aconsejó que obtuviera un título de
postgrado. Hna. Celeste, quien ahora sirve como miembro del Consejo General de la Congregación, empezó a
enseñar a estudiantes en UST después de recibir su
grado de maestría, que es exactamente lo que Hermana
Martina quería que ella hiciera.
“Ella realmente debe haber rezado mucho para que
esto suceda, y ¡no ha dejado de orar e interceder para
que el Programa de Enfermería sea re-iniciado en UST!”
dijo Hermana Celeste.
Tal era el cariño de sus estudiantes que un grupo de
sus antiguos alumnos escribió un tributo a Hna. Martina
que lee en parte: “Todos tenemos una persona especial,
significativa que nos influye cuando empezamos el
desarrollo de nuestra vida profesional. En algún lugar, en
algún momento, otro ser humano llega a impresionar a un
principiante, y en ese momento algo de la persona
especial se transmite de una a la otra. Algunos lo llaman
carisma, algunos lo llaman filosofía… y algunos lo llaman
amor. Sea lo que sea, muchas de nosotros lo hemos
sentido cuando Hermana Martina nos llamó por nuestro
nombre, tocó nuestras manos y nos ayudó en nuestros
principios como enfermeras profesionales.”
El programa de licenciatura permaneció en el Colegio
Dominico por 27 años, pero debido a dificultades
financieras, la Escuela de Enfermería fue transferida a la
Universidad de St. Thomas en 1972. Se quedó allí hasta
1986 cuando otra vez debido a dificultades financieras se
cerró la Escuela de Enfermería.
Hna. Martina escribió sobre las emociones en ese
tiempo: “Sería imposible describir los sentimientos cuando nos dijeron que ya no era posible que la Universidad
mantuviera funcionando la escuela debido a la situación
financiera y que se había tomado la decisión de cerrarla
con la graduación de la clase de 1986. Creo que la mejor
manera de tratar de describir cómo nos sentimos sería
comparándolo con el Proceso de Morir de Kubler-Ross
– ira, negación, y finalmente aceptación.”
Siempre modesta y humilde, Hna. Martina escribió,
“Mirando hacia atrás a mis muchos años en la Escuela
de Enfermería, con sus subidas y bajadas, estoy convencida de la parte que la Divina Providencia jugó en mi
vida. Fui bendecida con personas maravillosas que me
ayudaron.
“Tuve la bendición y el privilegio de haber estado en
una posición de tocar e influenciar las vidas de tantas
buenas estudiantes. Sería casi imposible grabar todo lo
que se llevó a cabo entre los más de 1500 estudiantes y
yo en un periodo de 43 años. Debo decir que encontré
que las estudiantes eran muy abiertas, honestas, y
cooperadoras. Le agradezco a Dios por el privilegio de
trabajar y estar asociada con ellas. Estoy segura que
ellas me dieron más a mí de lo que yo les dí a ellas.”
Una Cátedra en la Universidad de St. Thomas en Honor
de Hermana Martina está actualmente siendo
desarrollada por la escuela. La fundaciónn está casi
completa pendiente de fondos adicionales.
El Verbo Entre Nosotros
25
LA FAMILIA
CASEY
A principios de los años 1900, la familia Casey vivía
en una granja en Croughmore, Mitchelstown, County
Cork. Patrick y Mary Casey tenían cinco hijos, cuatro
hijas, Margaret, Johanna, Elizabeth, y Sheila y un hijo,
Sean. Era un hogar religioso donde la oración era tan
parte de la vida diaria como el comer, dormir y jugar. Los
padres guiaban el rezo del rosario todas las noches y
cada uno de los hijos decía un ministerio, empezando del
menor.
Criaban vacas en la granja las cuales eran ordeñadas
a diario. La familia tenía una huerta de verduras, algunas
gallinas, pollos, gansos, patos y un par de cerdos. Hacían
su propia mantequilla y eran casi auto-suficientes.
Los hijos asistían a la escuela local, Escuela Nacional
Ballygiblin, a una milla de distancia. Todos los días de
colegio los niños tenían que caminar a la escuela que era
un edificio de dos habitaciones, una para los niños y otra
para las niñas. Ellos asistían a la escuela por casi 10 años
o hasta que tenían 14 años de edad. No había otra educación disponible, aunque los hermanos Casey siempre
alabaron la calidad de educación que recibieron. Hoy en
día, el edificio aún existe pero no está en uso.
Todos los niños tomaron lecciones para tocar el violín.
A Johanna especialmente le gustaba tocar y a menudo
tocaba en reuniones familiares o en bailes.
A partir de este principio en una familia unida y cariñosa, tres de las hermanas buscaron seguir el llamado de
Dios a la vida religiosa. Margaret, Johanna y Elizabeth,
las mayores de los hijos, entraron a ser miembros de la
Congregación de las Hermanas de la Caridad del Verbo
Encarnado. Las sobrinas y sobrinos de la próxima generación, las conocían colectivamente como “las monjas” o
simplemente como Tía Peg, Tía Jo y Tía Lizzie.
Hermana Pierre (Margaret Casey)
Margaret fue la primera de las tres jovencitas Casey en
llegar a ser miembro de la Congregación de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado. Entró al Convento St. Michael, Carrigoran, County Clare, Irlanda, y poco
después viajó con su banda de postulantes a los EE.UU.
Su banda logró dos hitos importantes en la Congregación. Ellas fueron las primeras en entrar al Convento St.
Michael en Carrigoran, la casa de recibo establecida para
las jóvenes irlandesas que buscaban ser miembros de la
Congregación. Ellas fueron el último grupo en entrar al
26
El Verbo Entre Nosotros
La residencia Casey en 1929 con Patrick y Mary Casey a la
derecha y sus hijos Sean, Elizabeth y Sheila
Convento St. Mary en Galveston como Postulantes, y
las primeras en recibir el Santo Hábito en el recientemente inaugurado Noviciado en la Villa de Matel, la
Casa Matriz de la Congregación en Houston, que se
acababa de mudar de Galveston.
Originalmente, Margaret tomó el nombre Hermana
Philomena, pero después lo cambió a Hermana Pierre
cuando Philomena fue dado de baja del calendario de
santos por la Santa Sede en 1964. Hizo su Profesión de
Votos Perpetuos en la Villa en 1933.
Hermana Pierre recibió su Diploma de Enfermera
de la Escuela de Enfermería St. Mary en Galveston y
un Grado de Ciencia en
Educación de Enfermería de la
Universidad Católica de América
en Washington, D.C. Hizo
estudios de post-grado en
enfermería psiquiatrica en el
Sanatorio De Paul en New
Orleans y en el Hospital St.
Elizabeth en Washington, D.C.
También recibió un Grado de
Maestría en psicología de la
Universidad de Houston.
Ella sirvió como supervisora e instructora de enfermería en varios hospitales de la Congregación en
California y Texas. Fue muy respetada por su trabajo en
enfermería psiquiátrica, y por su ayuda a todos los
necesitados. Ella se auto describió como una mujer
eclesial – una mujer que servía al Cuerpo de Cristo, la
Iglesia, con lo mejor de su capacidad y con todas sus
energías.
Hermana Pierre falleció el 16 de agosto, 1983. En
su velorio se le recordó como una persona práctica. Ella
se puso metas durante su vida religiosa y se obligaba a
lograrlas.
Hermana Martina (Johanna Casey)
La primera memoria de Hermana Martina sobre su
interés de ser religiosa fue cuando su hermana mayor,
Margaret, se estaba preparando para entrar al Convento
St. Michael. Un tiempo después, Hermana M. de Pazzi
Moriarty vino a visitar a la familia Casey. Hna. Martina
después recordó, “Creo que quería ver que pasaba
conmigo, porque me preguntó si todavía sentía un
llamado a la vida religiosa. Cuando le dije que sí, ella dijo
‘¿Qué estás esperando? ¡Apúrate y ven ahora!’ me dijo
que me podría unir a ‘un hermoso grupo de jovencitas’
que estarían partiendo para Texas a finales del año”. A
los 22 años, Johanna entró al Convento St. Michael en
noviembre, 1928, y partió para los EE.UU. el 28 de
diciembre, 1928.
“Nos sentíamos solas pero a la vez emocionadas”,
escribió Hna. Martina. “Fue solo cuando estábamos en el
barco que las lágrimas empezaron a fluir y todas nos
sentíamos terriblemente solas. Nos
dimos cuenta que estábamos dejando nuestras familias y país y quizás
nunca los volveríamos a ver”.
El grupo llegó a la Villa de
Matel, la Casa Matriz de la
Congregación en Houston el 11 de
enero, 1929, y se unió a un grupo
más grande que había venido antes
a la Villa. Ellas fueron conocidas
como La Banda Campeona.
Hna. Martina recordó, “Aunque éramos un grupo
muy diverso, difiriendo en niveles educativos, talentos, en
edad, algunas aún adolescentes y otras en sus veintes,
nos convertimos en un grupo muy cohesionado. Las
preocupaciones de una eran las preocupaciones del
grupo”. Las veintitrés de la banda recibieron el Santo
Hábito el 8 de septiembre, 1929. Y el 8 de diciembre,
1936, Hermana Martina hizo su Profesión de Votos
Perpetuos como miembro de la Congregación.
Ella se graduó de la Escuela de Enfermería St.
Joseph en Houston en 1935, recibió una Licenciatura de
Ciencia en Educación de Enfermería de la Universidad
Estatal de Louisiana y una Maestría de Ciencia en
Educación de Enfermería de la Universidad de St. Louis.
Durante su ministerio en la Escuela de Enfermería St.
Joseph, en el Departamento de Enfermería del Colegio
Dominico del Sagrado Corazón. y la Facultad de
Enfermería de la Universidad St. Thomas, Hermana
Martina tocó las vidas de muchos de sus estudiantes y
creó un legado que aún vive hoy.
Hermana Martina falleció el 12 de febrero, 1997.
Hermana Elizabeth (Elizabeth Casey)
El santo patrón de Mitchelstown, la ciudad natal de la
familia Casey, es San Fanahan. Él construyó un monasterio allí hace siglos y se le atribuye un santo pozo que
hay allí. El pozo todavía se usa como un lugar de
devoción. La gente de Mitchelstown tiene una gran fe en
San Fanahan.
Cuando Elizabeth Casey era niña, desarrolló una
seria condición al ojo. Su madre la llevó al pozo y rezó el
rosario allí por nueve días. El ojo de Elizabeth mejoró.
Siguiendo los pasos de sus dos hermanas mayores,
Elizabeth entró al Convento St. Michael en 1929, todavía
siendo adolescente. Poco después,
viajó a la Villa de Matel en
Houston y continuó su formación
religiosa. Tomó el nombre
Hermana Fanahan, pero regresó a
su nombre bautismal en 1967.
Ella fue citada una vez en el
boletín del Hospital Schumpert
diciendo, “siempre he querido estar
cerca de la gente, ayudándoles.
Por lo que la vida religiosa fue una
elección natural para mí”. Las decisiones de sus dos hermanas mayores que la precedieron en la Congregación
reforzaron más sus convicciones. Añadió “Mis hermanas
eran muy especiales para mí y siempre las admiraba”.
Hermana Elizabeth hizo su Profesión de Votos
Perpetuos en 1937. Recibió su educación formal de
enfermería en el Hospital St. Mary en Galveston. Sirvió
como Enfermera Registrada en puestos de personal y
administración en un número de los Centros de Cuidado
de Salud de la Congregación. Ella dio 31 años de
amoroso servicio al Centro Médico Schumpert en
Shreveport, Louisiana, donde fue la Tesorera y después
Administradora Asistente para Servicios Generales.
En el mismo artículo Hermana Elizabeth dijo,
“Aunque un llamado a la vida religiosa es especial, todos
los cristianos están llamados a hacer sus especiales
contribuciones para la construcción del Reino. Todos
hacemos sacrificios ya sea en nombre de vocaciones
religiosas, matrimonio, familia o carrera. Pero si bien
debemos renunciar a algo en la búsqueda de nuestros
sueños, recibimos mucho a cambio”.
Hermana Elizabeth falleció el 22 de septiembre,
1995. Los que tuvieron el gran placer de conocerla
recuerdan su gentil sabiduría, su cariñosa sonrisa y
amorosa preocupación por todos.
El Verbo Entre Nosotros
27
Mi Historia
Por Hermana Juana Margarita Flores Peréz
Nací en una aldea que se llama Cantón El Carrizal
en el Departamento de Cuzclatán, Cojutepec, El Salvador en 1945.
Mi papá se llama Victor Manuel Flores,
y mi mamá ya murió hace 15 años, y se llamaba María Juana Peréz.
Soy la primera de cuatro hermanas.
Mi hermano murió a los tres días de nacido.
Hasta los 12 años viví con mi abuelita, y, tengo que admitir,
era muy consentida.
28
El Verbo Entre Nosotros
Ya que era la primera nieta, creo que recibí atención
especial. Todo me lo hacían, incluso me peinaban. Mi
abuelita tenía vacas, y yo iba a cuidarlas. Era divertido y
nunca me parecía un quehacer.
Mi abuelita era católica muy tradicional. Le gustaba ir
a las procesiones, a Misa, y a otros servicios. Aprendí
mucho de ella. También iba a los rezos de los santos, y
como no me podía dejar en la casa, me llevaba con ella.
Fui confirmada a tierna edad, como a los cuatro años.
Tomé clases de catequesis para hacer mi Primera
Comunión.
Cuando murió mi abuelita, fui a vivir con mi Mamá y
mi Papá al Cantón San José La Ceipa, La Candelaria,
Cojutepec, Cuzclatán. Allí, sí tuve que
aprender a hacer oficio. Completé el quinto
grado, pero en el sexto grado, tuve que
trabajar para ayudar en la casa. Por un
tiempo, trabajaba mientras iba a la escuela,
pero después tuve que dejar de ir a clases.
En ese tiempo yo no conocía a
religiosas. El sacerdote llegaba una vez al
mes para celebrar la misa en mi pueblo,
pero nunca nos hablaba de vocaciones.
Cuando tenía 18 años, asignaron un
sacerdote a nuestra parroquia y ahí fue
donde yo me integré para ayudar en el
trabajo de la Iglesia, ayudando en la
catequesis y con los jóvenes en la comunidad que estaban
aprendiendo sobre las enseñanzas católicas. El Padre
necesitaba jóvenes para ayudar, y a mi me gustaba
mucho ayudar en la comunidad.
Cuando yo era joven, a la mujer generalmente no la
enviaban a la escuela; por lo tanto, yo tenía más
educación que todas las demás, ¡Con mi sexto grado!
Usualmente, a las niñas las mandaban solo al primer
grado porque sus papás decían que eso era suficiente. Se
pensaba que las mujeres se iban a casar y no les servía
para nada seguir estudiando. Entonces yo reunía a las
jóvenes y les enseñaba lo poquito que yo sabía.
Por las noches, dos de nosotros, un señor y yo,
también enseñábamos a los adultos. Usábamos la radio
para enseñarles a leer y escribir, que incluía clases de
instrucción. Me gustaba el programa, y ésa era la única
oportunidad que los adultos y las jóvenes tenían.
Uno de los sacerdotes me envió a San Miguel, como
a 100 kilómetros de mi casa, para recibir capacitación en
catecismo. Cuando estaba asistiendo a esas clases,
conocí a Hermana Francesca Kearns, que vino con
Hermana Carolina María Piedad Ramos, a visitar al
grupo. Ambas eran miembros de la Congregación de las
Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, Houston.
Ellas hablaron un poquito sobre la vida religiosa. Esa fue
la primera vez que escuché sobre esto. Después me
enteré que Hermana Carolina María fue la primera mujer
de Centro América en ser miembro de la Congregación.
Yo no tenía interés en la vida religiosa, pero otra
joven sí. Ella me dijo, “Acompáñame. Voy a ir a hablar
con la Madre”. Entonces, fui con ella.
Hermana Carolina, la Promotora de Vocaciones para
la Congregación en Centro América, habló con la joven
mientras yo me quedé afuera esperándola. Cuando
terminaron de hablar, Hermana Carolina salió y preguntó,
“¿No habrá cafecito?” yo le dije, “Sí” y la llevé a la
cocina a hacerle un café. Fue ahí donde
platicamos. La otra joven ya se había ido.
Después, la otra joven no entró, pero yo lo
hice dos años después de conocer a
Hermana Carolina.
Durante esos dos años, Hermana
Carolina seguía escribiéndome cartas
porque no había teléfonos celulares o
correo electrónico. De vez en cuando,
Hermana Francesca venía a verme, ya que
ella trabajaba en El Salvador y Guatemala.
Es así que empezamos nuestra relación. A
mí me gusta ayudar a la gente, y vi lo
mucho que se preocupaban ellas por
ayudar a otros.
Había otra congregación donde algunos de sus
miembros vivían cerca de donde yo vivía. Esas
Hermanas trabajaban en el hospital y estaban buscando
enfermeras. A mí no me gustaba lo de la enfermería.
Hermana Carolina, que continuaba escribiéndome, y
Hermana Francesca, con su manera amigable y cariñosa,
crearon una relación más cercana conmigo. Es por eso
que me atrajo más esta Congregación.
Después de dos años de contacto, decidí entrar al
convento. Al principio, a mi papá no le gusto la idea. Mi
mamá no decía nada, pero mi papá sí. Lo primero que me
dijo fue “¿Por qué?” yo le dije que iba a probar, y si no
funcionaba, que iba a regresar. Entonces con eso ya
quedó tranquilo.
También la gente de mi pueblo me decía “vas a dejar
a tu familia; ¡qué grosera!” algunos de los comentarios
eran muy crueles, pero yo ya había tomado mi decisión.
Desafortunadamente, eso es lo que pasa con muchos
jóvenes. Sus padres los desaniman, y entonces no entran
a la vida religiosa. Además, en ese tiempo, la idea era
que desde que uno se iba al convento ya no regresaba a
su casa. Ahora, eso es solo para las monjas de clausura.
El Verbo Entre Nosotros
29
En esta Congregación, nosotras podemos ir a visitar a
nuestras familias en casa.
Hoy, mi papa está contento y dice que Dios me
llamó, y yo respondí, y eso es muy bello. Cada una de
nosotras tiene que escuchar el llamado de Dios; los
caminos a los que estamos llamadas pueden ser muy
diferentes.
Al principio yo era Aspirante, la primera etapa de mi
formación para ver si la vida religiosa era para mí y si
ésta era la Congregación para mí. Yo no había terminado
mi Básico, entonces empecé a estudiar en la nocturna.
Trabajaba durante el día en el asilo de ancianos y
estudiaba en la noche. Hermana Ann Mary Brangan
estaba a cargo de las Aspirantes.
Hice mi preparación como Postulante y Novicia en
Casa del Verbo Encarnado en Guatemala, donde pasé
cuatro años. Después de hacer mi Primera Profesión de
Votos Anuales, recibí mi Diploma de Bachillerato en
Comercio y Administración / Contabilidad del Colegio
Hispanoamerica en Santa Tecla, El Salvador.
Primero me enviaron en misión a trabajar en El
Salvador donde era responsable por la bodega, donde
guardábamos las cosas para los niños en la Comunidad
Oscar Arnulfo Romero, conocida simplemente como
COAR. Localizada en Zaragoza, La Libertad, El
Salvador, está compuesta de grupos de casas para niños
huérfanos y abandonados, una clínica, y una escuela.
Fundada por el Padre Ken Meyer, la intención inicial de
COAR fue para albergar a los niños que fueron víctimas
de la guerra civil.
Mientras estuve en COAR, enseñé clases de
catecismo en la escuela. Llegué a ser Directora
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El Verbo Entre Nosotros
Asistente de COAR en 1990. Me encantó trabajar en
COAR y los niños siempre estarán en mi corazón. Los
niños simplemente eran encantadores.
Hice mi Profesión de Votos Perpetuos el 25 de
marzo, 1992, en El Salvador. Fue un día hermoso, y yo
estaba muy contenta.
Enseñar religión es algo que siempre me ha gustado.
En 1993, cuando estaba en ministerio pastoral, estudié
para Maestra en Ciencias Religiosas en el Instituto de
Ciencias Religiosas en la ciudad de Guatemala por tres
años, de donde recibí mi grado de profesora
de religión. Estoy agradecida por esta
oportunidad que la Congregación me ha dado
para servir mejor al Verbo Encarnado, Jesús.
En 1996, fui enviada en misión a Intipucá, La Unión,
El Salvador, en Ministerio de la Pastoral Parroquial. Yo
era responsable por la preparación del grupo de
catequistas y también participé en el coro.
Cuando regresé a COAR en el 2001, mi
responsabilidad principal era trabajar directamente con
los niños, asegurándome que tuvieran todo lo que
necesitaban. Enseñé Formación de Fe a los estudiantes
de primaria y secundaria.
Me gustaba trabajar más con los niños mayores ya
que me identifico más con los jóvenes. Cuando estaba
enseñando catequesis, era responsable por quince salones
en la escuela. Preparé a los jóvenes para que me ayuden
con las clases. Uno de los maestros me dijo, “Gracias por
enseñarme a dar clases”. Él fue uno de mis alumnos que
descubrió que le gustaba la enseñanza, y estudió para ser
maestro y por eso está agradecido.
Cuando estaba en COAR en el 2004, me nombraron
Directora de Vocaciones para El Salvador. En ese
ministerio yo visitaba las aldeas para hablar con las
jóvenes sobre su vocación. Mi ministerio era promover
vocaciones, ayudar a cada joven a descubrir su propio
llamado en la vida.
Hay diferentes opciones en la vida, y cualquiera que
uno escoja habrá dificultades. Nada es perfecto; sin
embargo, lo mejor es descubrir cuál es su propia vocación. Donde se siente mejor y feliz. Si ellas descubrían
que esta no era la Congregación para ellas, estaba bien;
estaban en libertad de escoger otra. Yo no me molestaba
si me decían “he decidido no entrar a la vida religiosa”.
Yo no estaba promoviendo que entraran a nuestra
Congregación,
sino que ellas
eran libres de
encontrar su
propia vocación.
Si decidían que
se iban a casar,
estaba bien. Yo
he promovido a
muchas jóvenes,
y siempre las he
felicitado cuando
ellas han tomado
sus decisiones,
cualquiera que
ellas fueran.
Ahora, estoy en misión en la Casa de Retiros del
Verbo Encarnado. Soy la Tesorera y Asistente de
Administración, y estoy muy ocupada. Este ministerio es
otra parte de mi camino en la vida religiosa que me ha
llevado por muchos senderos.
Cuando reflexiono sobre mi vida como miembro de
esta Congregación, pienso en los bellos niños de COAR y
en las dedicadas Hermanas que he tenido el privilegio de
conocer. Ha sido y continúa siendo una hermosa vida.
Recuerdo a Hermana Carolina, que en paz descanse. Me
impresionó su trato muy humano. Ella era muy sensible y
me impresionó desde el principio de conocerla. Recuerdo
a Hermana Stanislaus Mackey y Hermana Audrey
Walsh, que eran muy comprensivas y generosas. Aprendí
mucho de esas verdaderamente excelentes mujeres que
sirvieron en Centro América.
En años más recientes, recuerdo a Hermana Mary
Patricia Driscoll; yo fui su asistente en COAR. Nos
comunicábamos muy bien. Nada de lo que ella hacía, lo
hacía sola. Ella me comunicaba y yo hacía lo mismo. Lo
que pensábamos lo poníamos en común y trabajábamos
muy bien. .
En los más de 25 años que he sido miembro de la
Congregación, he visto el crecimiento en la diversidad de
nacionalidades entre nuestras Hermanas, Ahora tenemos
La Vida Religiosa ha sido una maravillosa
experiencia llena de fe para mí.
El llamado de fundación
de nuestra Congregación dice,
“Nuestro Señor Jesucristo,
sufriendo en las personas
de una multitud de enfermos y necesitados
de toda condición, busca alivio en sus manos.”
Mientras continuo mi camino,
estoy agradecida por la bendición de Dios
en llamarme a responder a los necesitados.
Hermanas de Guatemala, Irlanda, Kenia, Nigeria,
Filipinas, España, los Estados Unidos de América y
Vietnam, así como de mi propio país de El Salvador. Esta
mezcla de culturas crea una profundidad especial en
nuestra Congregación que nos hace ser mejores.
Aunque las Hermanas sean del mismo país, hay
diferentes costumbres dentro de cada país. Lo que yo
hago es aprender, compartir y adaptarme. Por ejemplo,
en mi ministerio en Guatemala hoy, estoy trabajando con
Hermana Madeleva Manzanares, la Directora de la Casa
de Retiros. Ella es americana. Yo soy salvadoreña.
Trabajamos bien juntas, y tenemos la libertad de
expresarnos. Este es el tipo de ambiente que se nutre en
esta Congregación.
El Verbo Entre Nosotros
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PUBLICACIóN NACIONAL RESALTA LAS
INICIATIVAS MULTICULTURALES CCVI
ASAMBLEA GENERAL CCVI 2012
La Asamblea General de la Congregación, que se lleva a
cabo cada cuatro años, tuvo lugar en la Villa de Matel del
jueves, 12 de julio al miércoles 18 de julio. Más de cien
Hermanas de África, Centro América, Irlanda, y muchas
partes de los EE.UU., se reunieron para rezar, compartir,
celebrar y aprender las unas de las otras.
La meta general de la Asamblea fue “participar en un
proceso interactivo de reflexión, información,
compartimiento, y celebración mientras imaginamos un
porvenir lleno de esperanza”.
Las participantes tuvieron la bendición en toda la
Asamblea de la hábil animación de Hna. Barbara
Valuckas, SSND, así como de dos encantadores
caballeros, Rob Glover y Elliot Wimbush, quienes
proporcionaron música llena de inspiración para el
Compartimiento de Fe y la Liturgia diaria.
Ya que las congregaciones de mujeres religiosas hoy en
día tienen el reto de invitar e incorporar a mujeres de
diferentes orígenes culturales en sus comunidades,
surgen preguntas en cuanto a la manera de fomentar cohesión, resolver tensiones y negocias diferentes expectativas y prácticas. Tratando de explorar los matices del
multiculturalismo dentro de la vida religiosa, la revista
HORIZON, una publicación de la Conferencia Nacional
de Vocaciones, se dirigió a nuestra Congregación para
aprender cómo tratamos los patrones culturales de
nuestra vida en conjunto. El resultado es una historia de
siete páginas por Carol Schuck Scheiber, editora de
HORIZON, que se publicó en la
edición Verano 2012 de la revista.
Para escribir la historia, la Sra.
Scheiber trabajó con nuestro
Equipo de Liderazgo y más de una
docena de miembros de la Congregación,
quienes reflexionaron sobre preguntas acerca de cómo
nuestro carisma anima la convivencia multicultural, cómo
vivir interculturalmente nos ha afectado, y qué consejo
sobre multiculturalismo darían a otros.
La Sra. Scheiber escribió, “Una pregunta fundamental para la comunidad ha sido: ¿Cómo pueden los
miembros que pertenecen a minorías étnicas o culturales
sentirse en casa dentro de sus comunidades religiosas?”
Ella notó que la respuesta final para crear una congregación multiétnica unificada es un proceso continuo.
La historia completa se encuentra en la página web de la
Congregación www.lashermanasdelacaridad.org. Este
artículo es un elogio al progreso hecho por nuestra
Congregación al esforzarnos por ser una comunicad
multicultural/intercultural dando testimonio profético del
Evangelio y sus valores.
Edición también en
línea
La edición Otoño/Invierno de El
Verbo Entre Nosotros se puede
ver en la página web de la
Congregación:
www.lashermanasdelacaridad.org.
Por favor envíe este enlace a
sus familiares y amigos para
que también ellos puedan leer
sobre las buenas obras de las
Hermanas de la Caridad del
Verbo Encarnado, Houston.
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El Verbo Entre Nosotros
HOSPITAL CHRISTUS – ST. ELIZABETH
CELEBRA 50 AÑOS DE SALUD Y SANACIóN
La Diócesis de Beaumont y miembros de la
Hospital CHRISTUS – St. Elizabeth. “Vamos a
comunidad reconocieron al Hospital CHRISTUS – St.
continuar siendo fieles a la misión de las Hermanas de
Elizabeth por 50 años de salud, amor y sanación con
la Caridad proporcionando servicios de cuidado de la
una Misa de Acción de Gracias el viernes, 18 de mayo, salud que son innovadores y de calidad, para todos
2012, en la Iglesia Católica Santa Ana en Beaumont,
nuestros pacientes”.
Texas.
El Hospital
Fundado por
CHRISTUS – St.
nuestra
Elizabeth ha traído
Congregación in
muchas novedades
1962, el Hospital
a la zona,
CHRISTUS – St.
incluyendo la
Elizabeth ha
primera unidad de
llevado a cabo su
cuidados coronarios
misión por medio
y de cuidados
siglo extendiendo el
intensivos en el año
ministerio
1967, la primera
misericordioso de
unidad de una sola
Jesucristo. En los
sala de maternidad
últimos 50 años, el
(Centro para la
hospital ha crecido
Nueva Vida) en
de las 231 camas
1986, y el primer
originales a casi el
programa de
doble de su
rehabilitación
capacidad a 438
cardiaca (Instituto
camas. El hospital
del Corazón) en
Las Hermanas que asistieron a la celebración del Hospital
ahora emplea a más
1988.
CHRISTUS - St. Elizabeth fueron (en la foto de izquierda a
de 1,600 empleados
La Misa de
derecha): Hermanas Celestine Kavanagh, Antoninus Martin,
de cuidado de la
Acción
de Gracias
Patricia Ann Hamiter, Rachel O’Keeffe, Margaret Mary
salud haciendo del
fue celebrada por el
Gertrude Chepkurui Marindany, Edith Bulubisi Wasike, Lucy
Hospital CHRISTUS
Obispo Curtis J.
Jacintah Mueni Nzesa, Ann Margaret Savant, Francesca
– St. Elizabeth el
Guillory, S.V.D.,
hospital más grande Kearns y Celeste Trahan.
D.D., Obispo de la
entre Houston y Baton Rouge.
Diócesis de Beaumont, en la Iglesia Católica St. Anne.
Nuestras Hermanas establecieron sus primeros
Inmediatamente después del servicio hubo una
cuatro hospitales en el Sureste de Texas hace 114
recepción en el Comedor de Invitados del Hospital
años. El Hospital Hotel Dieu abrió en 1898 con
CHRISTUS – St. Elizabeth.
capacidad para 24 pacientes. Para 1934, la
Congregación operaba tres hospitales en el área,
Hermana Francesca
incluyendo St. Therese y el Hospital St. Mary en Port
Kearns y Hermana
Arthur. En 1956, las Hermanas comenzaron un
Celeste Trahan
esfuerzo de recaudación de fondos para construir un
sostienen un grupo
hospital más grande y moderno. Con la ayuda de
de fotografías de
donaciones generosas de la comunidad, el Hospital St.
Hermanas en St.
Elizabeth abrió en mayo de 1962.
Elizabeth cuando
“Estamos muy orgullosos de nuestra historia y del
estuvieron en misión
impacto que hemos hecho en la comunidad del Sureste
allí.
de Texas”, dijo Paul Treviño, Administrador del
El Verbo Entre Nosotros
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TRES NUEVOS OBISPOS NOMBRADOS EN
DIóCESIS EN DONDE SIRVE NUESTRA
Congregación
El Papa Benedicto XVI ha nombrado nuevos obispos en
tres diócesis en donde nuestra Congregación tiene
ministerios actualmente.
Diócesis de El Quiché
Obispo Rosolino Bianchetti Bofelli,
quien había estado sirviendo como
Obispo de Zacapa y Santo Cristo
de Esquipulas, Guatemala, es el
nuevo Obispo de la Diócesis de El
Quiché, Guatemala. Él es originario
de Italia y fue ordenado sacerdote
el 28 de junio, 1974. El ministerio
de la Congregación en El Quiché es Hogar De Ancianos
Sor Herminia, un centro residencial para el cuidado de
los ancianos pobres.
Diócesis de Tyler
Mons. Joseph E. Strickland,
quien previamente fue vicario
general de la Diócesis de Tyler,
Texas, fue nombrado Obispo de
Tyler. Nacido en Fredericksburg,
Texas, recibió un Grado de Artes
de la Universidad de Dallas y una
Maestría en Divinidad del Seminario
de la Santísima Trinidad una licenciatura en Ley
Canónica de la Universidad Católica de América.
El Sistema de Salud CHRISTUS St. Michael, copatrocinado por nuestra Congregación, está localizado
dentro de esta diócesis.
Diócesis de Huehuetenango
El Obispo Álvaro Leonel Ramazzini Imeri es el
nuevo Obispo de Huehuetenango,
Guatemala. Nacido en la Ciudad de
Guatemala, fue ordenado al
sacerdocio el 27 de junio, 1971. él
tiene un doctorado en Ley Canónica
de la Pontificia Universidad
Gregoriana, Roma, y ha sido
profesor y rector del seminario
nacional de Guatemala. En 1988, fue
nombrado Obispo de San Marcos y
recibió la consagración episcopal del
Papa Juan Pablo II el 6 de enero, 1989.
El Amparo de San José, un centro para el cuidado de
personas abandonadas, es el ministerio de la
Congregación en esta diócesis.
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El Verbo Entre Nosotros
SE RECONOCE A LA CONGREGACIóN
En una reciente “Cena de Agradecimiento” para todos
los ayudantes de cocina en el Servicio para Desamparados SEARCH en Houston, cada grupo u organización
representada recibió un
plato especial con su
logo. El plato está
colgado en la pared del
comedor de SEARCH.
Voluntarios CCVI en
SEARCH incluyen a
(foto de la derecha)
Hnas. Ruth N. Tigüilá
Robles, Rachel O’Keeffe
y Margaret Bulmer.
SEARCH trabaja
para comprometer,
estabilizar, educar,
emplear y dar vivienda a
personas y familias que están desamparadas
Se honra a la congregación por su
trabajo en Alfabetización
Nuestra Congregación fue reconocida en el Desayuno de
la Alcaldía en Honor al Liderazgo en Alfabetización
celebrado el 10 de mayo, 2012, en el Houstonian en
Houston, Texas. El programa de premios, que es un
evento anual, reconoce a defensores extraordinarios de
alfabetización que han contribuido a los esfuerzos para
mejorar la alfabetización en Houston y a educar a la
fuerza de trabajo de la ciudad.
En la foto de izq. a der. se encuentran Hermana
Michele Curtin, maestra en el Centro de Alfabetización St. Austin en Houston; Gastón Olvera, Director
del Centro de Alfabetización St. Austin, quien aceptó
el Premio; la Alcaldesa de Houston Anise Parker; y
Sheri Foreman del Centro Houston para la
Alfabetización, quienes fueron anfitriones del evento.
Hermana Gerard Earls HonRADA POR
PRINCIPIOS DE NUEVA VIDA (NEW LIFE
BEGINNINGS)
Hermana Gerard Earls, Vicepresidente de Integración de
Misión en el Centro Médico Dignity Health St. Mary en
Long Beach, California, fue honrada por la organización
Principios de Nueva Vida, un refugio local para mujeres y
niños, en su Cena de Celebración y Subasta Benéfica.
Randy Gordon, Presidente de la Cámara de Long Beach
fue el anfitrión del evento que tuvo el tema “Aloha”.
El evento anual de recaudación de fondos ayuda a
apoyar Principios de Nueva Vida, que fue fundado por
Rebecca Younger y
Bonnie Beardslee.
Nueva Vida faculta a
mujeres con desafíos
económicos y
diversas culturas que
han sido afectadas
por violencia
doméstica y
dificultades y les da
esperanza de una vida
mejor con sus hijos.
La organización
reconoció a Hermana
Gerard por su
generosidad y trabajo continuo con el programa y por su
apoyo a las mujeres y niños que residen allí.
Tom Salerno, Presidente y CEO de St. Mary, en la
foto de arriba con Hna. Gerard, dijo, “La asociación de
Hermana Gerard con esta organización refleja el
compromiso que tenemos con nuestra comunidad, y estoy
feliz de estar aquí para honrarla y apoyar “Principios de
Nueva Vida”. El concejal Dee Andrews y Rebecca
Younger presentaron el premio a Hermana Gerard en
medio de una ovación de pie que resonó por varios
minutos.
HERMANA HELENA RECIBE GRADOS
Hermana Helena Adaku
Ogbuji recibió dos grados de
Maestría, una en Teología y
otra en Divinidad del Instituto
Aquino de Teología en St.
Louis, Missouri, el 11 de
mayo, 2012. Ella también
recibió un certificado en
Estudios Bíblicos.
Hermana Ignatia O’Driscoll anima a los motociclistas
desde el carro de seguridad al tomar la delantera
para el inicio de la Carrera de las Monjas.
¡EXITOSA CARRERA DE LAS MONJAS!
La Carrera de las Monjas, un paseo en motocicleta de 50
millas, escoltado por la policía a beneficio de las Clínicas
CHRISTUS basadas en las escuelas, ha sido declarada
como un total éxito por la Fundación CHRISTUS para el
Cuidado de la Salud, quienes fueron anfitriones del
evento. Llevada a cabo el 20 de octubre, 2012. El evento
anual que llevó a motociclistas desde la Villa de Matel en
Houston a Schlitterbahn Waterpark en Galveston recaudó
$ 100,000.
¡UNA COMUNIDAD VERDE!
La Comunidad St. John ha iniciado
una modesta pila de abono
orgánico en su patio en Nassau
Bay. Podemos ver a Hna. Pauline
Troncale taladrando agujeros de
aireación en un bote de basura
que contendrá el abono orgánico
de hojas, recortes de césped,
restos de verduras, bolsitas de
té, granos de café, etc. Hna.
Ricca Dimalibot tomó esta
maravillosa foto. Las Hermanas
también participan en el
programa de reciclaje local.
Hermana Pauline también se
ha unido a Urban Harvest, que proporciona
boletines, clases y paseos de los jardines y
huertas del área de Houston. Las Hermanas
esperan cultivar deliciosas verduras este otoño.
El Verbo Entre Nosotros
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Sisters of Charity of the Incarnate Word
P.O. Box 230969
Houston, TX 77223-0969
Llamadas a Servir
Somos una congregación
internacional e intercultural
de mujeres religiosas
sirviendo a Jesucristo que
está sufriendo en una
multitud de personas. Si eres
una mujer católica y soltera
que se siente llamada por
Dios, te invitamos a contactar
a uno de nuestros Equipos de
Vocaciones via nuestra
página web para ver cómo te
podemos ayudar en tu camino
de vocación. a
36
www.lashermanasdelacaridad.org
El Verbo Entre Nosotros

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