1˚ Fórum Latino-americano de Fotografia de São Paulo Entrevista
Transcripción
1˚ Fórum Latino-americano de Fotografia de São Paulo Entrevista
1˚ Fórum Latino-americano de Fotografia de São Paulo Entrevista Marcos López Iatã Cannabrava: O Fórum Latino-americano de Fotografia de São Paulo é uma iniciativa pioneira no Brasil, que vem num momento propício onde a sociedade civil vêm discutindo uma aproximação com os nossos vizinhos da América Latina. Parece estranho falar isso, principalmente aos nossos colegas latino-americanos de outros países, mas muitos brasileiros, se perguntados sobre sua identidade latino-americana, ficarão em dúvidas ao responder, e serão capazes de argumentar longamente sobre a resposta “não”. Essa distância cultural foi um dos motivos que nos levou a construir esse projeto do Fórum, assim como a discussão sobre novos paradigmas para a fotografia, que vem enfrentando uma revolução, não só tecnológica, como muito se discute com a chegada da fotografia digital, mas também uma revolução de conceitos, de mercado. Nunca se falou e se pensou tanto em fotografia. Pode se dizer hoje que a fotografia é uma questão de massa. O Brasil é um país que conta com 100 milhões de celulares, em breve quase todos terão câmeras fotográficas. Fotografia não é mais questão de pequenos grupos e guetos. Diante desse novo paradigma, o Fórum se apresenta como uma das possibilidades e um dos mecanismos para a discussão das novas questões que vêm daqui para frente. Hoje temos a honra da presença de Marcos López, um dos mais conhecidos fotógrafos da Argentina e do mundo. Suas obras são conhecidas em diversos países e fazem parte de coleções como: Daros Latinamerica em Zurique, na Suíça, Museo Nacional de Bellas Artes de Argentina, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia em Madrid, Espanha, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, também na Espanha, Museo del Barrio de Nova Iorque, Estados Unidos, Museum of Fine Arts em Houston, Texas, Museo Nacional de Bellas Artes em Caracas, Venezuela, a da Casa de las Americas em Cuba e Fundación Antorchas na Argentina. Marcos Lopez também é um dos artistas da mostra Sutil Violento, que acompanha a programação do fórum. Para entrevistá-lo, convido Simonetta Persichetti, jornalista, crítica de fotografia, docente universitária, e Ricardo Mendes, pesquisador, escritor e criador do site Fotoplus. Como entrevistador surpresa, Alejandro Castellote, fundador do festival internacional de fotografia PhotoEspaña e atualmente editor de fotografia da Lunwerg, conhecida editora da Alemanha. É autor do livro Mapas Abiertos Fotografía Latinoamericana 1991-2002. Marcos López: Buenas Tardes. Ordené un power point cronológicamente desde mis fotos de los años ochenta cuando empecé a tomar fotos hasta ahora. Hasta fotos tomadas la semana pasada que todavía no sé si me gustan o no. Empecé con la foto del negativo de Che Guevara sujetado por el autor, el fotógrafo Korda. Me dio melancolía por eso de lo analógico, el negativo, lo que tuvo que ver Cuba con mi historia personal. De algún modo siempre estuve cercano a Cuba, estudié cine allí y me terminé casando con una cubana. Luego puse mis fotos documentales de los ochenta. Quería salir de la pampa gringa, inmigrante, europea, hacia la América profunda. En esta época ni se me cruzaba por la cabeza el color que era patrimonio de la publicidad, de los turistas. La cuestión artística estaba ligada al oficio, a lo artesanal. Yo sabía revelar, pasaba noches revelando. Actualmente casi ni opero las cámaras de foto, casi no hago nada. Contrato un asistente para iluminar, para operar las cámaras, porque no veo bien. Además nunca me gustaron las cámaras. Casi estoy trabajando con un pie en el cine y un pie en la situación teatral, de una forma muy parecida al hecho pictórico. Es una especie de pecado mortal lo de relacionar todo esto con la fotografía. Luego tengo mis retratos de los ochenta, en blanco y negro con cámara de seis por seis que en un momento dado empecé a colorear a mano. Hubo un período en que intuí que me iba a cansar del laboratorio y del blanco y negro, que habría llegado algún cambio en mi lenguaje fotográfico. No tenía ganas de salir a la calle a buscar cosas y empecé a experimentar el color. Coincidió con la llegada del presidente Menem mi proyecto que luego llamé Pop Latino donde incorporé aspectos del cómic, del cartón pintado, del pop art, trabajando en la frontera entre publicidad y arte. Me interesaba la idea de una Argentina de cartón pintado. Escribí un manifiesto que llamé Manifiesto de Caracas donde yo me paraba en una punta de Machu Picchu a declarar mi “latinoamericanidad”. Empecé a trabajar con el humor como crítica social, con una decepción subyacente, la ironía para no sufrir. Mientras hacía estas fotos Argentina se estaba desangrando económicamente con una especie de alegría yuppie, donde un peso era un dólar y el país continuaba en agonía yendo hacia una pobreza cada vez más extrema. Iba dejando de lado el documental haciendo cada vez más puestas en escena. Yo había estudiado cine, nunca tuve claro si quería ser fotógrafo o cineasta. En esta época no existía mercado fotográfico. Yo dejaba tiradas las fotos en mi casa porque no tenían valor como objeto de arte. Es una situación muy distinta a mi manera de crear imágenes ahora, cuando de algún modo mi sustento económico viene del mercado de arte contemporáneo. En cierto sentido es un problema porque cuando aparece el “billete” aparecen los problemas de identidad, de sinceridad, de hacia donde ir con lo poético. Para hacer una fotografía con identidad latinoamericana no es necesario irse a Cuzco, a Machu Picchu ni a fotografiar el cóndor de los andes, ni a las pirámides aztecas. En la periferia de Buenos Aires con los inmigrantes italianos y españoles, con un país que hace doscientos años que lo inventaron. De repente una fachada de supermercado me interesa come identidad visual en la que me quiero explayar. Todas las fotos que hacía estaban hechas con presupuesto cero, una cámara Nikon y película. Actualmente me he complicado y las producciones son un lío, de alguna forma perdí la inocencia. Pero esto es hacer un viaje sin regreso, cada vez hacer fotos es más complicado porque cada vez hay más fotos, porque cada vez hay más fotos aburridas y yo quiero hacer fotos interesantes, quiero ser capaz de reinventar mi propio lenguaje. Hice fotos de iconos latinoamericanos como la peruana Inca Cola, haciendo el guiño a la sopa Campbell's de Andy Warhol. Noto también que se me quedó una forma de componer deudora de David Hockney, hay muchas fotos donde en los retratos el sujeto aparece con un cactus delante. Luego hice una serie que creo que marca un “crack” en mi trabajo, son puestas en escena antes del Photoshop. Todo es artesanal, es un antecedente de mis fotos sucesivas y los grandes tamaños. Vienen de querer compararme con Diego Rivera y hacer como un nuevo muralismo de los años noventa. Recientemente también he hecho encargos publicitarios donde las fotos se inspiran en mi propio trabajo artístico. El cartón pintado les seduce a los publicitarios. La publicidad en realidad me parece una cosa horrible, o sea, que mostrando estas fotos estoy transparentando mi contradicción. Luego hago muchos bocetos de situaciones que me vienen a la cabeza y que la mayoría de las veces transformo en fotos. Son imágenes pseudo-documentales, pero en realidad son documentales. Recientemente hice también un mural “latinoamericanista” donde aparecen personajes políticos del pasado como el Che junto con Lula, Evo, etcétera, mezclados con símbolos norteamericanos como la NBA, la famosa foto de los soldados levantando la bandera en Iwo Jima. Considero que no es un trabajo logrado y lo muestro como una especie de backstage. Arriesgando, por si hay algún teórico en la sala, ¿qué pasa con las nuevas formas de documental? ¿Qué pasa con el “saltito” de Cartier Bresson [se refiere a la fotografía del francés titulada Detrás de la estación SaintLazare, Paris, 1932]? Yo mismo estoy en la contradicción de estar añorando comprarme una Leica y dejar de usar Photoshop. La fotografía transita callejones de difícil salida, cada uno tiene que inventar como salir de eso. Yo no estoy dando clases porque me produce angustia. A los alumnos les digo que tengo demasiados problemas para ver como hago con mis fotos para decirles que tienen que hacer ellos con las suyas. Toda mi formación estuvo influenciada por México, por sus grandes padres artísticos. Entonces llega un momento en que hay que rebelarse a los padres. Por ejemplo, hice una foto inspirada en una imagen [La Buena Fama Durmiendo, 1938] de Manuel Álvarez Bravo pero cambiando de sexo al personaje. De todos modos me canso de mi mismo, intenté volver a los orígenes. Me molestan las modas de la fotografía, que ella misma esté de moda, pero al mismo tiempo siento que estoy allí y me quiero escapar. Me interesa que un fotógrafo documental se pregunte como yo haya podido hacer “click” y mantener ese encuadre tan bien ordenado. Me interesa cierta discusión de la gramática fotográfica, cierta provocación como forma de reflexión sobre el medio: también sobre el digital que se inventó ya hace años pero sigue siendo un tema muy debatido. He de decir que las copias originales de los buenos fotógrafos desde los veinte hasta los cincuenta me siguen emocionando mucho más que las fotos en gran tamaño de Andreas Gursky. Alejandro Castellote: Creo que fuiste de la primera generación que estudió en San Antonio de los Baños, cerca de La Havana, en uno de los primero proyectos internacionalistas que generó el régimen cubano con estudiantes procedentes de toda Latinoamérica. Parece bastante sintomático viendo lo que has hecho después, que participaras en aquel primer proyecto, y me gustaría que contaras un poco cómo lo viviste, cómo es tu visión de aquel momento ahora en la actualidad. Marcos López: Fui a Cuba porque leí un aviso en el diario que decía “beca para estudiar cine en Cuba”. Yo ya era fotógrafo y nunca me había interesado el cine. Creo que lo que quería era irme de Argentina y aprender de América Latina. Cuando llegué a la escuela ya tenía un punto de vista con la imagen, ya era fotógrafo. La escuela fue muy importante para mi por las personas que conocí de toda Latinoamérica. Esta experiencia fue clave en mi formación. Nunca me gustó iluminar películas de otros, ni se me ocurren guiones, ni me gusta esperar tres años para hacer una película. O será que me gusta la fotografía y no tengo ganas de estar horas y horas filmando en un set. Podría hablar de un profundo amor por Cuba. Ricardo Mendes: Mudando um pouco de trajetória: você mencionou bastante ao longo da sua exposição essa questão de como a fotografia documental mais convencional podia receber a sua obra. Gostaria de saber como sua obra foi recebida no contexto argentino, principalmente no começo dos anos 1990, quando entra a questão da produção em cor. Marcos López: Me parece que bien. Ricardo Mendes: Mas ela foi percebida num contexto realmente do tipo “fotografia artística”, dentro da foto manipulada, ou... Marcos López: Creo que siempre fui muy seguro de mi mismo. Cuando yo digo “qué buena foto” ya está. Pero siempre me pasó que mis fotos tienen aceptación. Les dieron premios en Caracas, en México, esas aceptaciones para mi fueron muy... pensé: “qué bueno que mis fotos gusten en otros lados”. Después tuvieron cierta aceptación en España… con Estados Unidos nunca me metí. Ricardo Mendes: Sua obra é muito fácil de ser percebida no Brasil, através das nossas referências do Tropicalismo, que nos anos 1980 ganha um ar mais pop. Sua obra se encaixa muito dentro dessa mesma percepção, com todas as suas particularidades e riquezas. O próprio Nelson Lerner, que é um artista brasileiro que trabalha com colagens, desenho, objetos, apropriações, como aqueles bonecos em Caracas, por exemplo, utiliza essa mesma intensidade. Fiquei curioso se um fenômeno assim poderia ter acontecido com seu trabalho num panorama fotográfico do começo dos 1990 em Buenos Aires. Mas já que você mostrou os seus layouts, deu para perceber que você produz com muito cuidado, talvez até influência da sua experiência com cinema. Eu fiquei muito curioso com esses trabalhos de grupo. Como é que você trabalha os atores? Você obedece ao seu layout ou existe uma interação, um espaço pro acaso, para os figurantes em cena? Marcos López: Yo creo que a los actores no hay que decirles nada. La dirección de actores es una mentira. Las personas tienen la cara que tienen y que es fruto de emociones internas. Cuando se produce un momento realmente mágico en el set y aprieto el botón, eso es todo lo que necesito. Sí creo que hay una cuestión en el casting. Puede ser alguien que se ofrece para ayudante y le pongo de actor, luego viene el trabajo de coordinación en el retrato grupal y finalmente, que es lo que importa, el desamparo interno que estas personas muestran. Mi desamparo personal, siendo una persona escéptica, lo dicen los personajes de mi obra. La dirección de actores es esto, un feeling. Ricardo Mendes: Desamparo é a palavra chave no teu trabalho, ela amarra toda a obra desde os primeiros retratos. Eu vejo muita unidade entre o preto e branco e a cor. Marcos López: Desamparo es una palabra que me gusta mucho porque no es pretenciosa. Es un aprendizaje personal. Simonetta Persichetti: Eu queria retomar um pouco a última frase do Ricardo, quando ele diz que existe uma unidade entre os teus retratos em preto e branco e teu trabalho cor, que eu acho que continuam sendo retratos. Eu queria trazer um pouco da historicidade da fotografia argentina. Existe uma fotógrafa, inclusive tem uma foto dela numa das suas imagens, que já fazia um trabalho parecido com o surrealismo nos anos 1930, que é a Grete Stern. Em que medida ela influenciou seu trabalho? Porque essa tradição surrealista faz parte um pouco dessa história da fotografia argentina, dessa construção, desse imaginário. Marcos López: No, Grete Stern no influenció nada mi trabajo o por lo menos no me doy cuenta. La descubrí tarde. Yo puedo hablar de David Hockney, de Salgado, de Graciela Iturbide, de los documentalistas mexicanos y de muchos otros, sobre todo artistas plásticos. Puedo hablar de un fotógrafo argentino que vive en Barcelona, Humberto Rivas. Me gusta también el espíritu que este Foro comparte con los primeros encuentros de este tipo que hubo en Latinoamérica, o sea la formación de una identidad de la fotografía latinoamericana. Recuerdo en el 1978, durante la dictadura en Argentina, pedí por correo el libro del primer Coloquio. Pienso que si lo hubieran abierto podría haber tenido problemas. Ese libro, totalmente gastado de la cantidad de veces que lo he mirado siendo estudiante de ingeniería, ha sido de gran ayuda para mi. Puedo además hablar de Glauber Rochas y de sus puestas en escena en el sertão. La idea de sentir como propio el sertão es algo afectivo. Alejandro Castellote: En todo este período ha habido una reacción por parte de muchos artistas latinoamericanos a seguir siendo considerados con este sello, esta etiqueta de latinoamericano. Frente a esa reacción de muchos artistas tú vas por el lado contrario. Durante todo ese tiempo, has hecho una afirmación de tu condición de latinoamericano que por otro lado es curiosa: viniendo de Argentina, que es, para usar palabras de Jorge Luis Borges, “un pedazo de Europa exiliado en el Cono Sur”, una figura extraña a la tuya. Me interesa la reivindicación que haces frente a una gran mayoría de artistas que están por desvincularse de que se les asocie con el arte latinoamericano. Marcos López: Nunca lo dudé, siempre lo hice. Siempre supe que mi poética estaba en la textura del subdesarrollo, en los manteles de plástico de los bares de las periferias de las grandes megalópolis de Latinoamérica. Yo soy esto, lo traté de escribir con estas palabras [lee un texto propio desde un libro]: “Color, local y sentimiento. El estereotipo del estereotipo como camino para ir a la esencia misma del problema. Por ese callejón me gusta transitar como un mediocampista que sube desde el sur hasta el Caribe, con la ilusión de llegar al área haciendo paredes y tirando pases cortos con Diego y el pibe Valderrama. Con juego bonito y alegría brasilera. Vuelvo a sentir pudor, temor de como sonarán estas frases tan adjetivadas, tan barrocas, tan recargadas. ¿Qué va a pasar cuando contrasten con las fotos?” Sé hacia donde quiero ir, aunque por momentos me desvíe sufriendo las presiones del mercado y de los galeristas. Trato de tomar mi rumbo y si le gusta a un curador bien, y si no le gusta “I'm sorry”. Yo construyo mi identidad. Finalmente de lo que trato de hablar es de un estado emocional. Alejandro Castellote: Lo que te decía con respecto a la identidad es que tú hablas de identidad latinoamericana en primera persona y muchas veces la representación de esta identidad por parte de artistas de Latinoamérica está en manos de otra gente. Gente que lleva sus hijos en helicóptero al colegio, que han estudiado en Estados Unidos o Europa, que pertenecen a una oligarquía blanca que nunca se ha mezclado y que sin embargo son precisamente ellos los que abanderan la desvinculación de lo latinoamericano. ¿Te has sentido solo en todo este viaje o te has encontrado compañeros de viaje en la fotografía que emitan en la misma frecuencia de onda que tú? Marcos López: Yo estoy tratando de ser menos resentido, menos competitivo con los demás. Alejandro Castellote: ¿Cuándo has empezado este camino? Marcos López: Discúlpame pero me cuesta responderte. PERGUNTAS DO PÚBLICO Felipe Machado: Sou jornalista da UFSC. Marcos, nas suas fotos a gente vê cenários montados, atores posando. Você falou muito sobre identidade, que não é necessário, por exemplo, inventar muita coisa. Não é preciso ir a Cuzco, a Macchu Picchu, para mostrar identidade. Mostrar a identidade da América Latina que você tenta mostrar, é impossível sem uma foto pousada? Te interessa mais montar cenários e atores ou simplesmente pegar uma câmera e sair batendo fotos por aí do jeito que as coisas estão, sem ninguém posar? Marcos López: Por un lado me cansé de cargar con los trípodes, me da miedo sacar fotos en los barrios porque me pueden robar, cuando es invierno y hace frío prefiero hacer una puesta en escena en mi casa con calefacción. Esto es totalmente verdad. No me gusta andar todo el día para ver si saco una foto porque me canso. El llegar a la puesta en escena también es una cuestión de practicidad. Me parece que ya hay muchos buenos fotógrafos documentales, no puedo hacer nada más. Además tengo muy mala relación con la técnica y muchas veces las fotos me salen mal. La puesta en escena también viene porque se me ocurren imágenes que me costaría buscar en la realidad. Simonetta Persichetti: Agora falando sobre a teatralidade das fotos nessa ironia do teu discurso. Em alguns momentos você dizia que antes de você passar para a cor, havia o problema com a publicidade versus o artístico, a publicidade que você faz que ao mesmo tempo traz o seu trabalho pessoal também… não te parece que existe hoje essa confusão, não na sua fotografia, mas na contemporaneidade, onde a estética é muito publicitária? Marcos López: Yo creo que todas esas ferias de arte son algo horrible igual que el marketing, publicidad. Todo el mundo moderno gira en torno a venderte algo y los mismos que están detrás de este mecanismo son los que compran mis fotos y las usan para decorar sus salones. Esto que yo estoy expresando me da angustia. Esta falsa reflexión socio-política que gira en círculo me quita oxígeno. Este sentimiento trato de ponerlo en mis imágenes y por esto hago sólo cuatro fotos por año. Alejandro Castellote: Hace unos meses decías que se había acabado la ironía. Viendo tus últimas fotos sí que es verdad que se ha acabado el sarcasmo... Marcos López: La ironía es un grito desesperado de angustia. Es un escudo para esconder un desamparo del corazón. Alejandro Castellote: ¿Qué ha pasado para que ahora saques más tristeza que ironía en tus últimos trabajos? Marcos López: Pienso que estoy creciendo un poco, voy a cumplir cincuenta años. La ironía es un escudo. ¿Que me pongo a hablar en serio? Lloraría tres días seguidos. Wagner Medeiros: Eu sou assistente de fotografia. Gostaria de saber se você conhece o trabalho do David Chapelle e o que você acha sobre ele. Marcos López: David LaChapelle me parece absolutamente superficial. Yo soy un fotógrafo emparentado en línea directa con el dolor y con las muertes injustas de los narcos en las favelas de Río. David LaChapelle es un formalista que se queda en la superficie. Sus fotos me aburren de una manera suprema. Me tengo que aguantar que me comparen con él, pero me la busqué. Leí un reportaje del tipo que dice que está harto de trabajar y viajar tanto, que no puede dormir. Yo tampoco puedo dormir, pero me parece que la comparación con LaChapelle no tiene sentido. Sí es verdad que de vez en cuando hojeo sus libros, que anoto ideas, pero soy un fotógrafo absolutamente provinciano y él está todo el tiempo con jetlag.