¡Saque a sus hijos de la alcoba!

Transcripción

¡Saque a sus hijos de la alcoba!
Siglo nuevo
sexualidad
¡Saque a sus hijos
de la alcoba!
Con la llegada del primer hijo al hogar, las parejas se ven obligadas a hacer cambios en su rutina. Es sumamente importante no
dejar que los pequeños se adueñen de la intimidad, imponiendo
su presencia en la alcoba paterna.
Por: Psicólogo Sexólogo Silvestre Faya
Foto: Archivo Siglo Nuevo
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E
l nacimiento de un sólo pensar en llevarlo a cabo, la intimidad se haga cada vez
bebé no significa úni- proyectando de esta manera más lejana y frustrante.
camente la interrup- su inseguridad y temor a que
La espontaneidad queda
ción en el descanso natural de algo negativo ocurra. No obs- relegada, porque si alguno de
una pareja por el frecuente ho- tante, al dejar al niño con ellos los dos desea iniciar la relación
rario de alimentación y el llan- se arriesgan a algo más.
sexual no puede ‘lanzarse’, ya
to, sino que también suele dicque probablemente el bebé
tar cuándo y cuánto pueden
(que ya no es un recién nacidurar las sesiones amatorias. RELEGANDO EL ‘NOSOTROS’
do) está acostado en medio y
Y es que muchos amantes, al Los hijos son y deben ser un antes de hacer cualquier cosa
asumir su nuevo rol como pa- lazo mayor de unidad, ya que hay que quitarlo de la cama.
pás, instalan al pequeño en su representan el amor que dos O si la iniciativa tiene efecto
recámara para mantener una personas se tienen como espo- cuando el bebé ya está en su
estrecha vigilancia sobre éste. sos; sin embargo tenerlos den- cuna, pero dentro de la pieza
Generalmente, la precaución tro de la alcoba propicia que de la pareja, ambos saben que
es buena al brindarles tranquilidad, pero conforme se
van sumando los días y los
meses, algunos parecen no
decidirse a trasladar al nuevo miembro de la familia a su
propia habitación. Se sienten
culpables o malos padres por
puede despertarse y observarlos u oírlos, y aunque sea tan
solo un bebé sienten pudor y
optan por contener sus ganas.
Esto es más común en la mujer, que con tal de no exponerse ante su pequeño prefiere
fingir cansancio y postergar el
erotismo.
“¡VEN A DORMIR CONMIGO,
TENGO MIEDO!”
No nacemos con miedo, lo aprendemos. Permitir que los
Es deber de los padres conocer las consecuencias de tener un intruso
en su alcoba. De ninguna manera se justifica esta acción, pues la vida
conyugal es de dos y antes que papás fueron y son amantes
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hijos duerman en la recámara
paterna por largos periodos
fomenta la dependencia de éstos. Y luego pasa que ya siendo mayorcitos (algunos realmente grandes), los papás al
fin se deciden a mandarlos a
su propio cuarto. Pero si el niño ha crecido viendo como
normal acostarse con ellos no
se acostumbrará fácilmente
al cambio, e intentará manipularlos pretextando un miedo a todo con tal que le permitan volver. Si los padres
se mantienen firmes en que
debe dormir en su habitación,
pedirá que entonces alguno
de los dos lo acompañe arropándolo hasta que el sueño lo
rinda, lo cual también puede
convertirse en un hábito que
seguirá interrumpiendo la
vida sexual de la pareja.
LOS HIJOS
NO SON NUESTROS
Como decía Gibran Khalil Gibran, los hijos tienen sus propios pensamientos y por más
que deseemos heredarles
nuestra manera de ver la vida,
es imposible. Ellos deberán
enfrentar sus propios obstáculos y necesitaran desarrollar habilidades para resolverlos. Es fundamental fomentar
que piensen y actúen por sí
mismos, sin depender todo el
tiempo de alguien más.
Es deber de los padres conocer las consecuencias de tener un intruso en su alcoba.
De ninguna manera se justifica esta acción, pues la vida
conyugal es de dos y antes
que papás fueron y son amantes. Los niños que crecen con
permiso para dormir en la
recámara paterna, sin saberlo se convierten en enemigos
de su intimidad. Y aunque
parezca increíble, existen jó12 • Sn
venes que aún viven estas circunstancias, porque la falta de
carácter del padre o la madre
obliga al compañero a aceptar
lo inaceptable, olvidando que
nunca una pareja será un trío.
Hay que estar atentos para
detectar cuándo la permisivi- entre las sábanas como predad en realidad es sólo la cu- texto para rechazar al marido.
bierta de problemas en la mu- El varón que tiene dudas sojer o el hombre. La fémina que bre su virilidad o experimenfue instruida considerando la ta algún tipo de rechazo a la
sexualidad como algo sucio o sexualidad o hacia su esposa,
malo, puede mantener al hijo puede usar al niño como una
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barrera física y mental a fin de vencido de que es lo mejor paretardar o impedir los encuen- ra mi matrimonio y el desatros. En ambos casos, la mira- rrollo psicológico y sexual de
da irritada de la contraparte mi niño? Si su respuesta es ahacia el pequeño y el resenti- firmativa, el siguiente paso es
miento hacia el cónyuge son que platique con su consorte.
evidentes. Esta carga emo- Le sorprenderá descubrir que
cional le pesa al menor, quien muy probablemente él o ella
observa con desconcierto las lleve mucho tiempo anhelanreacciones encontradas, los do sacar a su hijo de la recápleitos y las agresiones verba- mara, no porque no lo quiera,
les. Como las recriminaciones sino porque se ha percatado
llevan un eco hacia su persona, del daño, el apego exagerado
harán mella en su capacidad y la dependencia que se está
de autoaceptarse y sentirse creando. Platiquen bastante,
digno de ser amado.
no es algo que se vaya a resolver solamente con avisarle al
pequeño. Se requiere de un
¿CÓMO LO SACAMOS?
cambio en el estilo de vivir que
Si usted ha permitido que su han llevado hasta ahora.
pequeño se quede en el lecho
El hijo -por pequeño que
marital y quiere cambiar esta sea- que habitualmente duercircunstancia, en primer tér- me en la alcoba de sus padres
mino pregúntese: ¿Realmente tiene dificultad para establequiere hacerlo? ¿Estoy con- cer límites de respeto a la in-
timidad de estos, pues siente notar que hoy piensan de un
que esa habitación forma par- modo y mañana de otro.
te de su espacio personal.
Posiblemente los acusará
de rechazarlo, pretextará que ¿Y AHORA QUÉ HACEMOS?
le da frío, que tiene grandes Aunque los amantes hayan retemores. Los culpará de su in- suelto sacar al niño del cuarto,
somnio, de pesadillas, de falta eso no garantiza que la vida
de descanso.
sexual será tal como era al
No obstante, así como a principio. Ambos tienen que
los árboles hay que podarlos poner de su parte para retocuando van creciendo, así hay mar la intimidad poco a poco
que ir poniendo al niño en cir- y disfrutar sin sentimientos de
cunstancias que ayuden a su culpa el placer erótico y amoprogreso como individuo. Há- roso que aspiren prodigarse.
ganle saber que la decisión fue
Cada día que pase, o mejor
tomada con el propósito de res- dicho cada noche, será una opetar su privacidad, y también portunidad más para confirque ustedes requieren de un si- mar que fue una sabia decisión
tio sólo para los dos.
dar un lugar propio al menor y
Una vez asumida la deter- proteger la privacidad que les
minación no den marcha atrás, otorgan las cuatro paredes de
pues si lo hicieran crearían en su recámara. §
el menor el hábito de ser ines- www.sexologosilvestrefaya.
table y el de no respetarlos por com
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