Santos Silva Cota su pensamiento y testimonios sobre su trayectoria

Transcripción

Santos Silva Cota su pensamiento y testimonios sobre su trayectoria
Universidad Autónoma de Baja California
Dr. Felipe Cuamea Velázquez
Rector
Mtro. Ricardo Dagnino Moreno
Secretario general
Dr. Óscar Roberto López Bonilla
Vicerrector Campus Ensenada
Dr. Miguel Ángel Martínez Romero
Vicerrector Campus Mexicali
Dr. José David Ledezma Torres
Vicerrector Campus Tijuana
Dr. Hugo Edgardo Méndez Fierros
Secretario de Rectoría e Imagen Institucional
Universidad Autónoma de Baja California
Santos Silva Cota : su pensamiento y testimonios de su trayectoria / Alejandro Mungaray
Lagarda, César Rubén Castro Bojórquez, coordinadores ; pról., Felipe Cuamea Velázquez. -Mexicali, Baja California : Centro de Estudios
sobre La Universidad, Universidad Autónoma
de Baja California, c2014.
272 p. : il. ;28 cm. –
ISBN : 978-607-607-226-4
1.Universidad Autónoma de Baja California-Historia. 2.Educación superior--Baja California
(México). I.Mungaray Lagarda, Alejandro, coord.
II.Castro Bojórquez, César Rubén, coord. III.Cuamea
Velázquez, Felipe, pról. IV.Universidad Autónoma
de Baja California. Centro de Estudios sobre la
Universidad.
LE7 S35 2014
©D.R. 2014 César Rubén Castro Bojórquez y
Alejandro Mungaray Lagarda
Las características de esta publicación son propiedad
de la Universidad Autónoma de Baja California
www.uabc.mx
ISBN 978-607-607-226-4
Coordinación editorial: Luz Mercedes López Barrera
Edición: Luz Mercedes López Barrera
Diseño y formación: Lydia Coronel Yáñez
Captura: Catalina Rojas Monzón y Ana Isabel León González
César Rubén Castro Bojórquez
Alejandro Mungaray Lagarda
(coordinadores)
Santos Silva Cota
Su pensamiento
y testimonios sobre su trayectoria
Prologuista
Felipe Cuamea Velázquez
P
Prólogo
Mensajes póstumos
PRÓLOGO
Felipe Cuamea Velázquez*
L
as personas positivas suelen darle importancia a los sueños porque es a partir
de ellos y la lucha por lograrlos que estos se convierten en realidad. A nivel
social ocurre algo semejante, ya que las comunidades, en la permanente
búsqueda de mayor desarrollo, por lo regular se comparan con otras a quienes perciben
con mejores niveles de bienestar o mejores prácticas en distintos aspectos, para
plantearse nuevos y más complejos propósitos que les permitan avanzar en tal camino.
En esa continua lucha por ser mejores, sin duda la educación genera consensos
inmediatos, pues todos sabemos y/o aceptamos, que una excelente vía para que los individuos sean mejores ciudadanos y profesionistas, es disfrutar los beneficios de una
educación de buena calidad. Una buena educación se convierte entonces en uno de
los retos más sensibles de todas las sociedades, porque en torno a ella se construyen
esperanzas familiares, sueños y anhelos personales, proyectos económicos y sociales
comunitarios y ventajas competitivas que diferencian hoy a las naciones y regiones
del mundo.
A 57 años de 1957, fecha formal de fundación de la Universidad Autónoma de
Baja California, estamos en condiciones de observar retrospectivamente, de hacer
comparaciones, medir trayectorias, seguir imaginando y construyendo futuros. La
presencia comunitaria de la UABC es tan sólida, como lo es la historia y el desempeño de los más de cien mil egresados de este gran esfuerzo colectivo que tanto
orgullo hace sentir a la sociedad bajacaliforniana. También estamos en condiciones
de detenernos un poco y asomarnos al pasado para recordar cuáles fueron los caminos elegidos, así como las veredas y brechas que hubieron de construirse cuando los
caminos existentes no eran transitables.
En Baja California hay muchas historias emblemáticas que nos llenan de orgullo, por
* Rector de la Universidad Autónoma de Baja California.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
ser resultado de esfuerzos, dedicación y luchas originadas en sueños de tantos mexicanos que desde principios del siglo XX siguen llegando de todos los rincones del país.
Todas ellas nos ilustran sobre vidas y seres humanos motivados por lograr metas inspiradas en sueños para ellos, sus familias y/o sus semejantes. El libro que aquí entregamos
a la consideración de los lectores, es una de esas historias. Su relevancia no radica tan
sólo en resaltar a las personas que reunidas en torno al sueño de tener una universidad en Baja California pensaron en darles a sus hijos la oportunidad que como padres
no tuvieron de ser profesionistas; o en apoyar la creciente demanda de profesionistas
que un estado que recién nacía en 1952; o en generar oportunidades profesionales que
arraigaran a sus hijos a una tierra que generosa les recibía con los brazos abiertos. Cada
una de ellas por sí misma es una razón relevante y moralmente válida para entender el
imperativo comunitario de soñar y fundar una universidad. La mayor relevancia del
texto consiste en ilustrar cómo el esfuerzo y aportación de tantas personas se organiza
en torno a un liderazgo como el de don Santos Silva Cota; y cómo a su vez este liderazgo se responsabiliza de organizar voluntades, esfuerzos y aportaciones, entre aciertos
y contradicciones, pero donde los individuos trascienden en la obra colectiva, donde el
todo es mucho más que la suma de las partes, concretando un proyecto compartido que
dio forma a una institución que nacía con leyes pero sin los medios.
A 57 años de haber hecho realidad el sueño de crear la Universidad Autónoma de Baja
California, hoy Benemérita, muchas generaciones se han pasado la estafeta de trabajar
para que esta casa de estudios tuviera los medios que ha necesitado, construirla, dotarla de
patrimonio, hacer crecer los espacios educativos, generar condiciones de armonía interna
y con la comunidad, prestigiarla nacional e internacionalmente en distintas áreas del saber,
vincularla con los distintos sectores productivos y sociales, pero sobre todo, para que hoy
sea más querida, reconocida y respetada por todos los habitantes de Baja California.
Esta obra compila pensamientos, ideas y reflexiones de quien fuera la persona que
tuvo la oportunidad histórica de organizar el proyecto de muchos en una institución para
todos. Incluye análisis y mensajes póstumos sobre su trabajo y obra universitaria. Todas
las aportaciones aquí reunidas dan fe de un ser humano que amplió el ámbito familiar
de su casa a la universidad; que supo convertir un decreto en acciones que le dieron
sustancia; que tuvo la humildad de traer los primeros archivos en la cajuela de su auto;
y que supo asumir la responsabilidad de 1958 a 1966 como rector, de concentrarse por
completo en su encomienda, de abandonar la práctica profesional privada para entregarle una universidad al pueblo de Baja California, siempre pensando en lo que más
necesitaba la UABC para nacer y seguir creciendo.
La vida y obra de Santos Silva Cota es ampliamente conocida por varias generaciones de universitarios, pero un tanto desconocida para las generaciones más recientes.
El doctor Santos Silva Cota fue un hombre de su época y de nuestro tiempo, participó
de un sueño compartido por muchos y tuvo la gran fortuna de atestiguar el desarrollo de aquél proyecto incipiente llamado Universidad Autónoma de Baja California,
seguir su desarrollo y avances, los momentos difíciles, también sus logros que le
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
significaron satisfacciones importantes.
Hombre de convicciones claras e ideas firmes, de carácter recio, con una pasión
entrañable por la educación superior y la universidad; un observador agudo y crítico de la vida universitaria, siempre propositivo, inquiriendo sobre temas diversos
de nuestra vida cotidiana, desde el más pequeño detalle a los grandes temas de la
educación. Se cultivó intelectualmente y cultivó amigos de generaciones diversas.
Entablaba conversaciones buscando el intercambio de opiniones y perspectivas,
provocaba discusión y salía airosamente con una sonrisa o comentario siempre que
fuera preciso distender el ambiente.
Esta obra se entrega a los bajacalifornianos y con un interés especial a las nuevas generaciones de universitarios que viven y se desenvuelven en un contexto de
globalidad, de comunicación instantánea, abundancia de información, en un mundo
donde la fricción del territorio se relativiza, las distancias se acortan, donde los
espacios sociales de encuentro se tornan virtuales y las formas de aprendizaje son
cada vez más novedosas y exigentes.
Son apenas 57 años de la fundación de la ahora Benemérita UABC, una institución que voltea a sus orígenes para recordar, conmemorar y valorar sus avances con
una perspectiva histórica, con nostalgia pero sin la añoranza de que tiempos pasados
fueron mejores; una universidad que ha sabido asumir su responsabilidad histórica
y social con trabajo creador, el esfuerzo de conjunto, reconociendo e integrando las
capacidades individuales en la cooperación y la solidaridad.
Para que esa perspectiva histórica de nuestra institución quede resguardada en los corazones de todos los que por sus aulas y laboratorios han pasado; y en el de las familias
que han visto sus sueños hechos realidad en sus hijos gracias a la Universidad, entender
las razones, contextos y obras de don Santos Silva Cota resalta en todos nosotros un
sentimiento de gratitud ante la magnitud que esas primeras obras han alcanzado después
de 57 años. Y como todos bien lo sabemos, la gratitud es la memoria del corazón.
9
I
Introducción
Mensajes póstumos
INTRODUCCIÓN
César Rubén Castro Bojórquez*
Alejandro Mungaray Lagarda**
E
n el amplio universo de personalidades: gobernadores, rectores,
directores de unidades académicas, académicos e investigadores
universitarios, profesionistas y miles de ciudadanos que han contribuido
a la creación, construcción, conformación, crecimiento y consolidación de la
Universidad Autónoma de Baja California, desde las primeras inquietudes por su
fundación de un grupo de estudiantes tijuanenses en 1955, hasta el día de hoy que se
ha calificado a la UABC como una de las mejores universidades estatales de México,
destaca preponderantemente la figura del doctor Santos Silva Cota:
Fue miembro del Comité Estatal Pro-Universidad en representación del sector
profesional de Mexicali, cargo que obtuvo a través de los colegios y grupos de
este municipio. Desde un inicio buscó la presidencia del Comité Pro-Universidad,
la cual no logró por ser el más joven de los miembros de dicho Comité, pero fue
tomado en cuenta como vicepresidente del mismo. La vicepresidencia del Comité
la desempeñó por poco más de un año, lo que lo llevó por ley a hacerse cargo de
la presidencia del Comité Estatal Pro-Universidad al ocurrir el lamentable fallecimiento de su presidente, licenciado José González Cordero (26 de abril de 1959),
y con base en el Acuerdo número 40 de fecha de 28 de febrero de 1958, expedido
por el Congreso del Estado de Baja California, se convirtió en rector interino de la
naciente Universidad Autónoma de Baja California.
La gestión rectoral del doctor Santos Silva Cota se comenta ampliamente en los
siguientes capítulos de esta obra. Vale la pena destacar que recibiendo solo una ley
que creaba la Universidad, durante los siguientes siete años, de mayo de 1959 a junio
* Rector de la UABC en el periodo 1979-1983.
** Rector de la UABC en el periodo 2002-2006.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
de 1966, conformó y entregó una Universidad que atendía a la enseñanza preparatoria
en las ciudades de Mexicali, Ensenada, Tijuana, Tecate y el valle de Mexicali (poblado Guadalupe Victoria); a la enseñanza técnica con las escuelas de Enfermería en
Mexicali y de Capacitación Agrícola en el valle de Mexicali (ejido Nuevo León); y, a
la enseñanza superior con la Escuela de Ciencias Marinas en Ensenada, Pedagogía y
Ciencias Sociales en Mexicali, Economía y Ciencias Administrativas en Tijuana. En
la función de investigación creó tres institutos: el de Investigaciones Oceanológicas
en Ensenada, el de Investigaciones Sociales Económicas y el de Investigaciones Industriales e Ingeniería en Tijuana.
En la estructura administrativa, adicional a la Rectoría, creó la Secretaría General,
Tesorería, Departamento de Servicios Escolares y Departamento de Difusión Cultural.
En infraestructura física, además de las donaciones de los edificios de la Escuela
Cuauhtémoc (hoy Casa de la Cultura de Mexicali), por parte del Gobierno del estado,
y del edificio para la Escuela Preparatoria de Ensenada, por parte del Club Rotario de
esa ciudad, las cuales recibió de su antecesor, gestionó y logró del Gobierno estatal
la donación de terrenos en Mexicali y Tijuana y del Gobierno federal la construcción
de los edificios para los planteles de las preparatorias de Mexicali y Tijuana, primeras
instalaciones construidas ex profeso para la Universidad.
De su gestión sobresale también la edición de la primera revista universitaria, la
creación del lema y escudo de la institución, la incorporación de la UABC a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), el
egreso de las primeras generaciones de oceanólogos, economistas, contadores públicos, administradores de empresas y profesores de educación media superior. Destaca
también la promoción que realizó para la formación de la Federación de Estudiantes
Universitarios de Baja California (FEUBC).
Todo lo anterior fue logrado a pesar de las penurias económicas que sufría la Universidad por la falta de apoyos financieros de los gobiernos estatal y federal antes
de que en 1969, el gobernador del estado, Ing. Raúl Sánchez Díaz, estableciera el
impuesto especial para educación que le garantizó a la UABC un subsidio estatal sustancial y permanente.
El doctor Santos Silva Cota representa el esfuerzo que por muchos años realizaron
los universitarios para construir una institución dinámica, sólida, vigorosa, estable,
que cumpliera con la demanda legítima de los bajacalifornianos de acceder a una
Universidad con una amplia oferta de carreras, en instalaciones funcionales y dignas
con un alto nivel académico y cumpliendo con los fines que le señaló su ley: crear,
transmitir y difundir el conocimiento.
La vida del doctor Santos Silva Cota, para fortuna de los bajacalifornianos, fue
larga y fructífera. De sus 90 años de existencia, más de 54 años los vivió en la
Universidad Autónoma de Baja California. Nadie supera ese tiempo, pero además,
es importante resaltar que siendo rector por siete años, es el único que ha fungido
por más de cuatro años al frente de la UABC; el único que fue miembro de la Junta
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
de Gobierno por más de veintitrés años; el único que dirigió la Junta de Gobierno
como presidente por más de siete años; la Universidad nació con él, la vivió a plenitud y su memoria perdurará por siempre en ella.
Esta obra editorial se realiza en honor a Santos Silva Cota, el rector, el presidente
de la Junta de Gobierno, el doctor honoris causa, el médico, el educador, el filósofo,
el humanista, el polémico, inquieto, controversial, incisivo, tenaz, persistente y férreo
universitario bajacaliforniano. Esta edición que comprende su obra, pensamiento y
testimonios es un monumento literario al universitario que vivió con pasión la Universidad Autónoma de Baja California.
Este documento está organizado por capítulos: En ellos se ubican algunos discursos,
artículos, publicaciones y cartas que el doctor Santos Silva Cota expresó y escribió a lo
largo de sus 54 años de universitario; desde el primer discurso que pronunció (el 23 de
septiembre de 1959), cinco meses después de hacerse cargo de la Rectoría de la UABC,
con motivo del inicio de clases en el ciclo 1959-1960, cuando la Universidad solo era
las escuelas preparatorias de Mexicali y Ensenada; hasta la última carta que le dirigió al
doctor Alejandro Mungaray Lagarda pocos meses antes de su fallecimiento.
Por los textos mostrados, se puede apreciar la inclinación humanística del doctor
Santos Silva Cota hacia los conceptos de educación, autonomía y filosofía universitaria.
Se incluyen también discursos varios ante la comunidad universitaria en diferentes
eventos: inicios de ciclo escolar, aniversarios y otros especiales, como fue su discurso
cuando fue ungido como doctor honoris causa de la UABC; publicaciones en diversos
libros colectivos, revistas y un número importante de artículos y cartas que hasta la
fecha habían permanecido inéditos.
En otro de los capítulos se transcribe una extensa entrevista que le realizó al doctor
Santos Silva Cota la investigadora y socióloga Wina Coulther durante el año de 1982,
cuando se implementó un programa de compilación de datos históricos con el propósito de editar un libro sobre la historia de la universidad. La entrevista se realizó por
casi un año y comprende una amplia gama de temas que el doctor Santos Silva Cota
atendió a través de las preguntas de su entrevistadora.
El capítulo siguiente organiza las reseñas históricas que en diferentes libros editados se han realizado sobre la gestión del doctor Santos Silva Cota en el periodo que le
tocó dirigir la UABC, de mayo de 1959 a junio de 1966. Los testimonios sobre su obra
relatan muy claramente los tiempos que vivió.
1. En el primer documento se aborda una reseña sobre la gestión rectoral del doctor Santos
Silva Cota en la edición colectiva Los pasos ganados editada en 1987 y coordinada por
el rector licenciado Alfredo Buenrostro Ceballos. El licenciado en economía Daniel
Olivas Beltrán, alumno fundador de la UABC, en el artículo titulado “Doctor Santos Silva Cota primer rector de la UABC”, realizó una primera reseña de este periodo rectoral.
2. Un segundo documento que plantea la reseña del periodo rectoral del doctor Santos
Silva Cota en Historia de la Universidad Autónoma de Baja California 1957-1997,
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
editado por la UABC en mayo de 1997, en el artículo denominado “La universidad:
más que un anhelo, una realidad, 1959-1966” escrito por el doctor David Piñera
Ramírez y Maricela González Félix. Este libro fue encomendado por el rector licenciado Luis Javier Garavito Elías al doctor David Piñera Ramírez, el cual fue
presentado en 1997 con motivo de la celebración del XL aniversario de la UABC.
3. En julio de 2001, el doctor Alejandro Mungaray Lagarda publicó un libro sobre la
vida del doctor Santos Silva Cota y su gestión rectoral, editado por la ANUIES, que
se denominó Santos Silva Cota y el inicio de la Universidad Autónoma de Baja
California. Este documento se incluye en la obra.
4. Otro documento incluido en esta edición reseña el periodo rectoral de 1959 a 1966
y se tomó del libro: Las sucesiones rectorales en la UABC 1957-2006, escrito por
Rubén Castro Bojórquez, editado por la UABC en febrero de 2006.
Al leer estas cuatro versiones, el lector puede concebir claramente los logros que tuvo
el doctor Santos Silva Cota durante los siete años que dirigió la UABC.
En este capítulo también se presenta una semblanza de vida del doctor Santos Silva
Cota y una reseña sobre su paso por la Junta de Gobierno de la UABC.
Durante los 54 años (1957-2011) que el doctor Santos Silva Cota se desempeñó como universitario, compartió con alumnos, maestros, directivos, colaboradores,
amigos y muchos otros universitarios su permanente búsqueda de la superación de la
educación en lo general y de la universidad en lo particular.
Un apartado importante en este libro es el dedicado a los mensajes póstumos que
universitarios y familiares escribieron sobre su relación personal con el doctor Santos
Silva Cota. El penúltimo capítulo da fe de esos pensamientos.
El epílogo es presentado por Alejandro Mungaray Lagarda.
Finalmente, queremos reiterar nuestro interés de que esta obra llegue a las manos
de todos los universitarios presentes y del futuro y que al escudriñar sus páginas identifiquen al universitario que definió y moldeó con sus ideas, pasión e inteligencia el
rumbo de la Universidad Autónoma de Baja California.
14
D
Di s c u r s o s
Mensajes póstumos
EL CAMINO ES MUY LARGO, LLENO DE INQUIETUDES Y DESENCANTOS; PERO
ESTO NO NOS CAUSA DESAZÓN*
E
n esta noche asistimos a un acto solemne que determina la iniciación de
los trabajos de la Universidad Autónoma de Baja California durante el año
lectivo 1959-1960, y fue nuestro deseo que el mismo se celebrara en presencia
de sus gestores, pueblo y gobierno de nuestro estado, enmarcado luminosamente
por la presencia del titular del primer gobierno constitucional del estado, quien por
decreto de fecha 27 de febrero del año de 1957, crea la Universidad Autónoma de
Baja California, con todos los ideales y conceptos que tiene la universidad moderna.
Los organismos universitarios, Comité Estatal Pro-Universidad, Junta de Gobierno,
Patronato Universitario, directores de planteles y catedráticos, con todo su corazón y
capacidad, canalizaron los primeros pasos de nuestra casa de estudios por el camino
del éxito y con el firme propósito de que la Universidad Autónoma de Baja California
llevase en sí el concepto integral de nacionalidad y recogiese en su marcha ascendente
los problemas de la región, para que firmemente aferrada a su espíritu de mexicanidad,
se proyectase como sombra fiel de las necesidades y ambiciones del estado.
Atentos siempre a los cambios profundos que el tiempo en que vivimos ha plasmado en
todas las actividades humanas y en el que tal vez se hayan desviado los fines y el contenido de los planes educativos, sentimos la obligación de aprovechar las experiencias propias
y ajenas, revisar nuestra conducta actual y darle a la educación todo el contenido y la fuerza que México y todos los demás pueblos de la Tierra necesitan para que la convivencia
humana sea llevada por los senderos de la armonía, amistad y comprensión.
Buscaremos el mejoramiento de la técnica, capacitaremos con toda suficiencia a
nuestros hombres para que la explotación de los recursos tenga resultados positivos para
la economía, pero daremos todo el impulso al estudio de las humanidades cultivando y
reforzando los valores espirituales para obtener, no hombres máquinas, sino verdaderos
* Rector Santos Silva Cota, en la inauguración del ciclo escolar 1959-1960. Mexicali, 23 de septiembre
de 1959. Texto publicado en el libro El discurso universitario. Su evolución en la Universidad Autónoma de Baja California 1957-1997, compilador David Piñera Ramírez, pp. 41-43, UABC, 1997.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
hombres creadores con un vigoroso
talento y un espíritu superior.
Otorgamos todo nuestro apoyo a
las escuelas de la enseñanza media,
base de la capacitación profesional,
y así inician este día sus labores las
escuelas preparatorias de Mexicali,
Tijuana y Ensenada.
Los problemas económico-sociales que afrontamos exigen su
resolución, por lo que se trabaja
para crear la Escuela de Comercio
y Administración. La salud pública y el cuidado de nuestro pueblo
demanda mejor capacitación en
los vectores de este servicio; hoy
labora la Escuela de Enfermería.
Los recursos naturales inexplorados o explotados en forma rudimentaria piden gente capacitada
en estos menesteres, se proyecta
por eso el Instituto de Oceanografía y Pesca y la Escuela de Agricultura para un futuro cercano. La
superación en la técnica y la cultura exige mejores hombres en la
docencia y la investigación, y así
Rector Santos Silva Cota. 1959.
está en estudio la creación de la
Escuela de Pedagogía Superior.
Estamos pues, palpando juntos,
sintiendo en carne propia los embates constantes de los problemas de la entidad y
tratando de resolverlos en la medida de nuestras posibilidades. El camino es muy
largo, lleno de inquietudes y desencantos; pero esto no nos causa desazón, porque
ustedes jóvenes de hoy y hombres de mañana, han dado prueba del poderío de vuestra
juventud, y la fuerza grandiosa que derraman con severa intencionalidad no podrá ya
ser detenida y así firmemente aprovechada en la consecución de los fines propuestos
por medio del estudio y la investigación, conformando sus conocimientos y experiencias con lo mexicano, porque la razón de la existencia y fuerza del país estará en la
conservación, precisamente, del sentido de nacionalidad, emanado del concepto de la
integración de nuestra raza.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA ASUME SU MISIÓN
FORMADORA Y ORIENTADORA CON PROFUNDO SENTIDO NACIONAL*
Tiene singular importancia este acto, en el que la joven Universidad Autónoma de Baja
California inaugura hoy, con la presencia del jefe del Estado mexicano y distinguido
universitario Adolfo López Mateos, los cursos del año escolar 1963-1964, porque
esta ceremonia tradicional se realiza en uno de los nuevos edificios de la Universidad,
construido por la comprensión y generosidad del universitario que dirige los destinos
de México, respondiendo a la promesa que hiciese a los jóvenes bajacalifornianos de
darle a nuestra Universidad las instalaciones y equipos indispensables para el cumplimiento de su alta misión.
Así, la Universidad Autónoma de Baja California se integra cada vez más al sistema nacional de educación superior, dentro de la planeación inspirada por usted para
el mejor servicio de la causa de México.
Con orgullo y emoción, queremos expresarle, señor presidente, nuestra gratitud
por la construcción de esta magnífica casa y por la que albergará a los jóvenes preparatorianos de Tijuana, y reconocer que ella viene a colmar las legítimas ambiciones de
un pueblo, el de Baja California, que desea participar de todos los bienes materiales
y espirituales, de todos los derechos y obligaciones que conforman el patrimonio
físico y espiritual de nuestra nación. Porque ello, dentro del imponderable campo de
la cultura, permitirá a Baja California, a su juventud, acrecentar su apasionada participación en el progreso social, económico y cultural del país y acercarse, más y más,
a la realización de los ideales humanistas de la revolución mexicana: de justicia social
y el bienestar común dentro de los principios de libertad y dignidad.
Baja California, señor presidente, es una resultante de la aportación demográfica y
espiritual de los mexicanos de todas las entidades federativas. Su vida y su progreso están
íntimamente vinculados a la provincia mexicana, de la que usted es devoto y eficaz amigo.
Los bajacalifornianos reconocemos con orgullo la secular contribución de nuestros antecesores que vinieron de todas las latitudes del país y que hicieron posible
nuestro progreso actual, roturando la tierra inhóspita para convertirla en florecientes campos agrícolas, en nutricios graneros; creando una creciente organización
industrial y comercial y concentraciones urbanas de sorprendente desarrollo.
Los bajacalifornianos supieron de la inconformidad y la rebeldía frente al absolutismo del virreinato; aportaron su colaboración decidida a la revolución de independencia; se honraron al estar presentes en el Congreso Constituyente de 1824; fueron
decididos batalladores por la unidad nacional en el federalismo y en la lucha contra
el partido conservador.
*
Rector Santos Silva Cota, en la inauguración del edificio de la Escuela Preparatoria de Mexicali, 26 de
septiembre de 1963. Texto publicado en el libro El discurso universitario. Su evolución en la Universidad
Autónoma de Baja California 1957-1997, compilador David Piñera Ramírez, pp. 48-53, UABC, 1997.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Cuando en 1847 y en la guerra más injustificable, la mayor parte del territorio nacional fue violado y sojuzgado por el invasor, Baja California quiso y supo
conservarse en todo momento mexicana, defendiendo la soberanía nacional. Aquí
estuvieron como en Padierna y Churubusco, Antonio L. Sosa, Manuel Pineda,
Meléndrez y en glorioso anonimato, muchos otros más. Decía el historiador Roa
Bárcenas: “Si el resto de la república se hubiese defendido como lo hizo Baja California, lo que fue nuestra derrota hubiese significado, más un timbre de gloria y una
prenda de seguridad y de grandeza”.
Baja California estuvo siempre limpia y decididamente con la bandera juarista,
con los principios de la soberanía nacional, la independencia y el derecho inalienable
de los pueblos para la autodeterminación; combatió contra la dictadura porfirista que
venía frenando los destinos de México; luchó denodadamente en toda la revolución
mexicana y contra los invasores de 1911, y participó, con profunda convicción, en el
Congreso Constituyente de 1917, propugnando por inscribir en nuestra carta magna
los postulados de la revolución mexicana.
Si la historia de Baja California es expresión de las más nobles luchas del pueblo
mexicano, la Baja California actual es un producto genuino de la revolución mexicana.
Consecuentemente, la Universidad Autónoma de Baja California es y debe ser fiel
reflejo del sentido histórico de nuestra península y de su especial fisonomía demográfica y espiritual, pero parte integrante del unitario sentido nacional y patrio. La
Universidad Autónoma de Baja California asume su misión formadora y orientadora
sin precarias limitaciones localistas, con profundo sentido nacional, pero sin dar la
espalda a la problemática socioeconómica y política de lo regional.
El enfoque humanista y técnico de sus actividades en la docencia, en la investigación y en la difusión cultural, está preñado por una honda preocupación universitaria,
humanista, pero conscientemente preocupado por lo mexicano, por lo nacional como
supremo común denominador y por lo regional como esencia de la fidelidad a los que
construyeron y están construyendo la grandeza del solar nativo.
No presenta nuestra Universidad los méritos de viejas y brillantes relaciones académicas de otras casas de estudios superiores de nuestra patria; no tenemos aún todas
las eficaces instalaciones materiales que en ocasiones alcanzan la grandiosidad de las
ciudades universitarias; pero nuestra universidad, haciendo suyas las palabras de un
auténtico universitario, el antiguo rector del benemérito Instituto Científico y Literario del Estado de México, y actual magnífico rector de los destinos patrios, cree y
afirma que no son las grandes instalaciones materiales el alma de la universidad.
El alma de la universidad la hacen la sabiduría y devoción de sus maestros; el empeño de sus alumnos; la voluntad de ambos de vincularse en permanente y estrecho
lazo a la vida del país y el deseo de hacer de cada jornada de trabajo una puerta abierta
hacia un mañana más luminoso para México.
La verdad, la belleza, la justicia valdrán lo mismo expuestas en el aula modesta o
improvisada; la exposición y examen libre de los temas científicos y humanistas tendrán
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
la misma vigencia, no por la esplendidez del marco material en que se desarrollan, sino
por la voluntad de servir a los fines superiores de la patria y de la humanidad.
Las verdades, los principios eternos de la sabiduría, de la bondad, del patriotismo,
que fueron expuestos en las sencillas ágoras o en el jardín de Academo, conservan
indestructible validez, mientras las maravillosas construcciones materiales de la antigüedad son ahora meras gloriosas ruinas.
SEÑOR PRESIDENTE:
En este acto que constituirá efeméride sin par en nuestra historia universitaria, queremos
pedirle reciba usted el homenaje y gratitud de maestros y estudiantes universitarios, del
pueblo de Baja California a quien pertenece esta universidad, por la generosa ayuda
material y por el permanente estímulo y docta y patriótica orientación que usted ha
venido dando a esta casa de estudios en su mandato constitucional. Lleve usted como
mejor presente el compromiso de que la juventud universitaria tendrá como pasión y
como pensamiento la interpretación que usted ha dado a la razón de ser de México, y que
los derroteros marcados en su régimen, fielmente secundados aquí por el gobierno del
estado, presidido por el señor Eligio Esquivel Méndez, y en el campo de la educación
nacional doctor Jaime Torres Bodet, serán sostenidos por ella para mantener congruente
y sin desarticulación, el camino hacia el grandioso futuro de la patria.
EN 1959, LA IDEA DE LA UNIVERSIDAD SOLO ESTABA REPRESENTADA POR SU
LEY ORGÁNICA*
El 17 de abril de 1959, recibí el señalado honor al que puede aspirar un universitario
en Baja California: ocupar la Rectoría de su Universidad.
La Universidad Autónoma de Baja California entonces representaba, más que una
realidad, un anhelo, una aspiración, quizás la más noble, de un pueblo que apenas
hacía pocos años había logrado alcanzar la categoría de entidad federativa libre y
soberana. Con ello, los bajacalifornianos adquiríamos, junto con el pleno ejercicio
de nuestros derechos cívicos, con la facultad de elegir nuestros propios gobernantes
y con la posibilidad de crear nuestras instituciones políticas y sociales, el imperativo
de formar la casa de estudios superiores, que nos permitiese adquirir conocimientos
científicos y humanísticos dentro del marco del respeto a la dignidad humana, de la
libertad de cátedra y de la autonomía universitaria, entendida esta como autogobierno
académico de la comunidad de maestros y alumnos.
*
Santos Silva Cota, al concluir su periodo rectoral. Mexicali, 29 de junio de 1966. Texto publicado en
el libro El discurso universitario. Su evolución en la Universidad Autónoma de Baja California 19571997, compilador David Piñera Ramírez, pp. 56-61, UABC, 1997.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
En 1959, la idea de la universidad solo estaba representada por su ley orgánica,
por los trabajos iniciados por el Comité Estatal Pro-Universidad y por dos escuelas
preparatorias, una en la ciudad de Mexicali con 67 alumnos y la otra en el puerto de
Ensenada, con diecinueve.
La señalada en primer término funcionaba en el edificio de otra institución educativa, en condiciones muy poco favorables para este nivel académico; la segunda
trabajaba en un edificio construido generosamente cedido por el pueblo de Ensenada,
pero careciendo de mobiliario, equipo de laboratorio y biblioteca indispensables. Los
16 maestros que formaban su personal docente, lo eran a título honorario o con remuneraciones casi simbólicas. Esto era todo lo que constituía el patrimonio universitario.
En el periodo que tuve el privilegio de dirigir los destinos de la universidad y
con estímulo, comprensión y franco apoyo del gobierno federal, representado en una
época por el señor licenciado Adolfo López Mateos, y más tarde por nuestro actual
presidente, señor licenciado Gustavo Díaz Ordaz; con el de los gobiernos estatales del
señor licenciado Braulio Maldonado, del señor ingeniero Eligio Esquivel, del señor
doctor Gustavo Aubanel Vallejo y del señor ingeniero Raúl Sánchez Díaz; del Comité
Estatal Pro-Universidad; de la honorable Junta de Gobierno, de maestros, alumnos y
de todo el pueblo de Baja California se logró:
La construcción del edificio y su donación en mobiliario, laboratorios y biblioteca
de la Escuela Preparatoria Mexicali.
La creación de la Escuela Preparatoria Tijuana, a la que se le construyó su edificio
y se le dotó de mobiliario, laboratorios y biblioteca.
La construcción de dos aulas y un auditorio en la Escuela Preparatoria de Ensenada
a la que se le dio equipo de laboratorio, mobiliario y biblioteca.
La creación de la Escuela Superior de Ciencias Marinas, en cuyo edificio se hicieron las instalaciones adecuadas para cuatro aulas de enseñanza y sus laboratorios
de biología, química, geología, meteorología, adquiriéndose equipo e instrumental
necesario y un vehículo útil a sus prácticas de campo.
Se instalaron las oficinas centrales de la Universidad, en las que se hicieron las
adaptaciones necesarias y a las que se dotó de mobiliario y equipo.
Fueron creadas otras escuelas preparatorias y profesionales, a las que, en la medida de las posibilidades del presupuesto, se les ha ido entregando material y demás
equipo para su desarrollo.
En el plan académico hemos hecho esfuerzos por mejorar la cátedra y obtener
mejores resultados en la enseñanza con la revisión de los planes y programas de estudio, con el mejoramiento de los procesos didácticos, con la superación del personal
docente al crear 12 plazas de maestros de tiempo completo y tres de medio tiempo.
Hoy, al término de mi mandato, la Universidad está constituida por cerca de 2 000 alumnos, 253 profesores; formada por cinco escuelas preparatorias, una Escuela de Enfermería, una Escuela Superior de Pedagogía, una Escuela de Ciencias Políticas y Sociales, una
Escuela Superior de Economía, una Escuela Superior de Contabilidad y Administración,
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
una Escuela Superior de Ciencias Marinas, un Instituto de Investigaciones Económicas
y un Instituto de Investigaciones Oceanográficas; en formación una Escuela de Ciencias
Químicas y un Instituto de Investigaciones en Ingeniería, Industriales y Tecnología.
Entregamos una universidad con prestigio académico en el país, con un presupuesto
de más de cinco millones de pesos, con edificios y terrenos propios que conforman un
patrimonio superior a los diez millones de pesos, y el pueblo de Baja California ha visto
egresar a las primeras generaciones de las escuelas de Enfermería, Superior de Pedagogía
y Superior de Ciencias Marinas, y dentro de pocos días saldrán las primeras generaciones
de las escuelas Superior de Economía y Superior de Contabilidad y Administración.
En cumplimiento a lo dispuesto por la Ley Orgánica, no nos preocupó tanto hacer
una ciudad universitaria como hacer de nuestro estado, un estado universitario, instalando en cada una de sus principales ciudades las escuelas necesarias y acordes con
su problemática y con sus posibilidades.
Con legítima satisfacción reconozco que esta obra, no exenta de problemas, obstáculos
y dificultades, fue posible por el esfuerzo y el amor a la Universidad de todos sus maestros
y directores, de los integrantes de la honorable Junta de Gobierno, honorable Consejo
Universitario, de todos los alumnos y especialmente del hombre bajacaliforniano que tuvo
fe en esta empresa y nos entregó y confió el mejor de sus tesoros: sus hijos.
Fue precisamente esta actitud la que estimuló mi esfuerzo y reafirmó mi convicción
de que la Universidad Autónoma de Baja California, producto auténtico del pueblo,
creada por él, será la que, en definitiva, dé a nuestra entidad la fuerza y la solidez del
institucionalismo, al formar en tierras mismas de Baja California, los profesionales y
técnicos que aceleren su propio desarrollo.
Reconozco, asimismo, que nada de lo que fue hecho, hubiese sido fácil sin la apasionada y decidida intervención del licenciado Alfonso Ortega Martínez, que fuera
secretario general ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades y que tan
ligado estuviera a la vida de nuestra institución desde sus fases iniciales.
Hoy puede decirse, él soñó y planeó la gran Facultad del Mar para Ensenada, Baja
California, como única institución en el país, en la que se realizarán estudios sobre
biología marina, química del mar, ingeniería y administración portuaria, oceanografía
y todas las demás disciplinas afines a este interés y que ayudarán, no solo a Baja California con sus extensos litorales, sino a México entero con sus diez mil kilómetros
de costas, en la explotación racional de los recursos marinos.
La Escuela Superior de Ciencias Marinas es la primera fase de esta realización, en
donde brillará la vigorosa personalidad del distinguido biólogo Pedro Mercado Sánchez, a quien con gran satisfacción entrego la estafeta de la responsabilidad.
Formar hombres es la tarea de padres y maestros. Descubrir sus facultades y colocarlas en donde es debido significa el éxito de toda empresa. La actividad docente, investigadora y la política universitaria descubrieron a Pedro Mercado, que hace varios
años llegó a colaborar con nosotros y hoy su calidad moral, su preparación científica
y sus virtudes, lo colocan en la más honrosa de las responsabilidades universitarias.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Confiamos en que conducirá a la Universidad con máxima inspiración, porque él
comprende que nuestra casa de estudios se apoya en la libertad de cátedra, en la libre
investigación científica; porque sabe que Baja California quiso que nuestra Universidad fuera un laboratorio de ideas en donde el método y el análisis construyeran el
procedimiento y la meta, la verdad.
Sentimos en nuestra gestión, como máxima responsabilidad, la de orientar a la
universidad en el plano regional, hacia la formación de profesionistas de vigorosa
intelectualidad en la búsqueda del mejoramiento de las condiciones económicas y sociales en que vivimos, porque nuestra pasión es Baja California; orientar a la Universidad en el plano nacional hacia una amplia colaboración con las demás instituciones
similares del país, en la preocupación de resolver los grandes problemas nacionales,
porque nuestro pensamiento es México; y en el plano internacional, acentuar la importancia de destacar la esencia del hombre y de los valores universales, porque nuestro objetivo es el hombre mismo.
Toca a mi sucesor alcanzar la plena realización de estos ideales. Las condiciones
son promisorias. Siguiendo lo establecido por la Ley Orgánica, ha quedado instalado
el honorable Patronato Universitario y al que se le ha entregado el patrimonio.
Sé que este organismo, estoy seguro de ello, consolidará las bases económicas de
la Universidad, por la alta calidad moral y técnica de sus integrantes y por el interés
marcado que muestran por esta institución.
La honorable Junta de Gobierno, tan activa y entusiasta, le brindará el mismo generoso apoyo que nos concedió.
El honorable Consejo Universitario, con su alta calidad de organismo académico,
le será un estimable cuerpo colegiado de orientación y apoyo.
La clara visión que de los problemas sociales, económicos, políticos y principalmente de las cuestiones educativas tiene el señor ingeniero Raúl Sánchez Díaz,
gobernador constitucional del estado, como lo ha demostrado al aumentar considerablemente la aportación estatal señalada a la Universidad, asegura al señor rector
y a toda la comunidad universitaria que todo ello se hará magnífica realidad para
nuestra máxima casa de estudios.
Universitarios de Baja California: siéntanse orgullosos de su casa de estudios y
sepamos todos juntos, mantener con dignidad la honrosa categoría de la institución.
Maestros: conserven eternamente viva esta realidad que han forjado y en constante
plan de superación dediquen su esfuerzo y su capacidad a una de las tareas más nobles: la formación del hombre.
Estudiantes: mantengan siempre el fuego constructivo de la juventud, que tanta significación tiene en la estructura universitaria, y ya hechos hombres, con la madurez de la
experiencia y el conocimiento adquirido, encaucen ese entusiasmo al servicio de la comunidad, sin olvidar jamás el ejemplo de las grandes figuras de nuestra historia y manteniendo permanentemente su mirada vigilante, en este pueblo mexicano que tanto los necesita.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
LAS TENDENCIAS MUNDIALES SE ENCAMINAN HACIA EL CAMPO ECONÓMICO,
PERO NOSOTROS NO DEBEMOS CLAUDICAR*
Crear la Universidad orientándola hacia lo regional, porque nuestra pasión es Baja
California, hacia el plano nacional, porque nuestro pensamiento es México y con mirada
universal, porque nuestra meta es el hombre mismo, fue desde siempre nuestra intención.
Llego a este solemne momento, pleno de emoción y de angustia. De emoción porque asistimos a un acto de madurez y de valoración, en el que una madre (nuestra
alma mater) juzga a uno de sus hijos, y de angustia porque, ante tanto que pueda
decirse, sé que mucho habrá de quedar en la historia. Me conforta, sin embargo, la
distinguida presencia de amigos, algunos de ellos que me acompañaron en la gran
aventura educativa que emprendimos y que fundamenta el honor que inmerecidamente se me brinda, al haber dado juntos, los primeros pasos en nuestra Universidad.
Al no dudar, ella encuentra su fermento en los grandes maestros de las escuelas primarias del Territorio Norte; de la Escuela Normal y Preparatoria de Mexicali de entonces; del Instituto Técnico Industrial de Tijuana y de las secundarias de la época; en
las generaciones de estudiantes que emigraron a las aulas universitarias de la ciudad
de México, Guadalajara y después de Sonora, semillero de inquietudes, forjadores de
asociaciones y bloques de estudiantes, que soñaron e hicieron suyas las aspiraciones
de nuestro pueblo, que deseaba convertirse en estado y tener una universidad.
Estas dos realidades de hoy no hubiesen sido posibles sin la gran acción de los
regímenes de la revolución mexicana que fueron dotando al territorio de obras muy
propicias para su desarrollo social, económico y cultural, fundamentalmente con el
reparto agrario, con el Tratado de Límites y Aguas y el consecuente distrito de riego
del Río Colorado, con la zona libre y con la federalización de las obras portuarias.
Se afianzó así, una población dinámica, emprendedora, formada con 110 mil nativos
del territorio y 115 personas originarias de las demás entidades de la república, que
ganaron el derecho de transformarse en estado de la federación en 1952 y tener, como
consecuencia, un gobierno propio, que junto a las leyes que le dan vida, promulga en
febrero de 1957 la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Baja California.
El Comité Pro Universidad en Tecate y todos los que estábamos interesados en
el problema, logramos que triunfara la idea de ubicar a la universidad en los cuatro
municipios, naciendo la Escuela de Ciencias Marinas y el Instituto de Investigaciones
Oceanológicas de Ensenada; la Escuela de Contabilidad y Ciencias Económicas en
Tijuana; la Escuela de Pedagogía y luego la de Ciencias Sociales y Políticas en Mexicali; y cinco preparatorias, pues, por una parte queríamos vincular al profesionista
con su medio en razón de sus recursos y necesidades, y por otra, nutrir de educandos
*
Santos Silva Cota, al recibir el grado de doctor honoris causa de la Universidad. Mexicali, 16 de noviembre de 1993. Texto publicado en el libro El discurso universitario. Su evolución en la Universidad
Autónoma de Baja California 1957-1997, compilador David Piñera Ramírez, pp 235-242, UABC, 1997.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
las unidades académicas superiores, en un
afán de edificar un estado universitario y no
tan solo una ciudad universitaria.
Al valorarnos, el ilustre pensador y entonces
secretario de Educación Pública, doctor Jaime
Torres Bodet, nos dijo en una ceremonia de inauguración de cursos en Ensenada:
En vez de imponerse en lo abstracto una simetría teórica, improcedente, copiando estructuras de otras instituciones de la república, la
Universidad de Baja California trata de organizarse en función de los requerimientos prácticos del estado.
Y añade:
Santos Silva Cota, estudiante de medicina en la UNAM,
México, D.F. 1940.
Importa sobremanera aspirar a mucho, pero no
importa menos saber que cuanto emprendamos,
deberemos hacerlo siempre con entereza y hacerlo bien, pues madurar sin crecer, implicaría
evidentes limitaciones materiales, pero crecer
sin madurar entrañaría la peor de las demagogias: la falsificación de la cultura.
Nos propusimos que el esfuerzo educativo fuera producto de acciones científicas y de realidades del entorno. No fuimos
sujetos de la improvisación que nos obligase a establecer un abanico de carreras
profesionales para satisfacer las presiones y permitir que nuestros hijos se quedasen como estudiantes y tenerlos que llorar mañana por no haber sido capaces
de crear los espacios profesionales para su arraigo.
Asumimos una actitud más prudente y justa y nos encuadramos dentro de la planeación nacional de la educación superior propuesta por la ANUIES, pero adaptada a
nuestros recursos, potencialidades y aspiraciones.
Construir construyéndose, ésa es su norma fundamental; conocer las necesidades reales del
medio que los circunda y proponer para cada una de sus necesidades un servicio útil, fecundo y claro. En cierto modo, la voluntad universitaria surgió en ustedes antes de haber podido
reunir los medios indispensables para dar a esa voluntad, expresión concreta y satisfactoria.
concluyó al respecto el doctor Bodet.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Hoy Baja California puede sentirse satisfecha, pues si antes de crearse la universidad funcionaban 16 universidades en la república, es la nuestra y así ha sido calificada, una de las primeras de México, por la seriedad de la institución, por la preparación
de los maestros, por la adecuada respuesta de los alumnos, por su libertad de cátedra,
su autonomía universitaria y la mexicanidad de sus autoridades, tres temas discutidos,
definidos y bien entendidos durante el análisis de ley de la universidad, hecha por la
II Legislatura del Estado en 1956.
Esta sucinta relación de antecedentes, actividades y eventos aciagos unos y venturosos los más, resultado de los ideales, entusiasmo y trabajo de la comunidad
universitaria en constante interacción con la sociedad que la circunda, describen a
grandes pinceladas de nítidos contornos, el transcurrir de estos primeros pasos que
dimos junto con la institución.
Treinta y seis años han transcurrido desde su fundación sin interrumpir o desviar
sus actividades durante nueve felices periodos rectorales, que con mejor inspiración
que nosotros, y cada vez con mayores recursos, han ido afirmando los objetivos generales de la institución, creando los órganos convenientes para estos propósitos, consolidando más y más el prestigio de nuestra Universidad, construido fundamentalmente
por maestros y alumnos, que juntos en una obra enaltecedora, fraguaron e impulsaron
el alma universitaria.
Durante todo este devenir prevalecen los principios originales de una universidad que nació de su pueblo y para su pueblo, y que los afirma positivamente el
rector, doctor Luis Lloréns Báez, al decirnos hace escasamente dos meses, en su
informe en la ciudad de Tecate:
La universidad mexicana, nuestra Universidad en lo particular, se encuentra ante un
dilema histórico, o se moderniza y renueva su papel de líder en el saber al servicio del
hombre con un claro compromiso social, o se anquilosa y pierde su capacidad de avance, extendiendo el peligro de perder su utilidad histórica.
En atención a todos estos sucesos y al significado real de un evento como éste, surgió en mí una gran interrogante: ¿acaso merezco esta distinción? (que tal vez también
haya sido la de alguno o de muchos: ¿se la merece?).
Yo no conozco otra respuesta que la de continuar en mi trabajo, en seguir sirviendo
de la mejor manera a la institución y a su comunidad, sin esperar recompensa y solo
aspirar a conocer un poco más de estos misterios de la naturaleza.
Es a partir de estas consideraciones que hago a ustedes, en una meditación sincera que se aparece como un verdadero imperativo la necesidad de transmitir las
nociones y elementos para que los universitarios construyan su propio concepto
de merecer como una responsabilidad de percatarse de su entorno, de darse cuenta
del papel protagónico que les tocará desempeñar dentro de la sociedad, hoy estudiantes y mañana como profesionistas.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
¿Merezco la universidad? Para considerar la respuesta como afirmativa, debemos suponer que el estudiante respondió positivamente al deber adquirir una educación sobresaliente, dándole a este acto de merecer un atributo muy importante,
lo sobresaliente, la excelencia.
Merecer es un valor moral que transita entre lo justo y lo injusto, entre lo individual y lo trascendente, y que lleva implícita una respuesta al esfuerzo, cualquiera que sea la calidad de éste.
Se ha considerado que la excelencia es solo un valor intelectual que oscila
entre la aptitud y la ineptitud, entre la eminencia en la capacidad y la mediocridad en la eficacia; pero, al igual que merecer, el concepto de excelencia también
trasciende al individuo mismo, no tendría significado si no proviniese de un acto
consciente y no tuviera propósitos definidos.
Considero a la excelencia como una cualidad de cualquier acción humana que
fuese intencionada, generosa e inteligente, en diferentes proporciones según la naturaleza del acto mismo.
Recuerdo una lectura de un libro de mi infancia que decía: “La patria no requiere
de mártires heroicos, sino de gloriosos vencedores”, concepto con el cual nunca he
estado de acuerdo, porque entonces creí y sigo creyendo, que las sociedades deben
reconocer las acciones humanas tanto de los mártires, por sus indudables buenas intenciones, como de los triunfadores por éxitos obtenidos.
Las instituciones educativas, las universidades, deberían estar atentas a las implicaciones y consecuencias de estos conceptos para que los esfuerzos en el desarrollo de la inteligencia vayan más allá de la finalidad de lograr la excelencia y se
fortalezcan los procesos formativos de los valores morales para lograr el real ente
académico, responsable ante sí y ante su patria.
Formamos una comunidad, nuestros actos personales impactan en los demás, el
individualismo es admirado, pero la concordia, el esfuerzo colectivo, trasciende más
profundamente en el tiempo y en el espacio.
Nuestra Universidad surgió con profunda vinculación a raíces en el régimen
social, jurídico y político del país, con la estructuración democrática de una república que postula los derechos del hombre y a la vez los derechos sociales o
de la colectividad, y que cuenta con disposiciones que enmarcan las facultades
y obligaciones que no dependen del gobernante, sino de la ley, porque somos un
estado de derecho.
Es justo recordar, a propósito, el pensamiento del primer presidente de la Junta de
Gobierno de la Universidad, el licenciado Pedro Castro López, cuando decía:
La universidad contemporánea estará llenando su misión si no da la espalda al dolor y a
la miseria del pueblo, y busca en la existencia colectiva su esencia para mejor aconsejar
en la solución de los grandes problemas.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Es evidente que las tradicionales garantías individuales, los tradicionales derechos del hombre, resultan insuficientes para que la persona
pueda realizarse, para que tenga una vida digna,
y por eso se requiere postular los derechos sociales como un medio para que el hombre tenga
oportunidades en educación, vivienda, medicina, mejor calidad de vida y facilidades para una
existencia más humanizada.
En este sentido, ningún gobierno debe exaltar
exclusivamente los valores personales, anteponiéndolos al bienestar general, porque haría una
sociedad egoísta; ni debe acentuar los valores
sociales sobre los individuales, porque sería establecer sistemas transpersonalistas que ignoran a
la persona humana y su derecho a realizar valores.
Si México fue la primera nación que estableció jurídicamente la concurrencia de los derechos individuales y de los derechos sociales,
por considerar que no solo hay oposición entre ambos, sino que son base del humanismo
actual, si tales formas ya fueron aceptadas en
la Declaración Universal de los Derechos del
Santos Silva Cota, a la derecha, con un compañero
de la universidad en la avenida San Juan de Letrán
Hombre, si las universidades tienen como tade la ciudad de México. 1942.
rea preservar la cultura y enaltecer los valores
de la vida humana, la Universidad Autónoma
de Baja California, siendo leal a sus principios,
seguirá cantando: “Por la realización plena del hombre”, “Por mi raza hablará el
espíritu”. La universidad no debe y no quiere estar sola, no pretende encerrarse en
los claustros de la excelencia por la excelencia misma, ni marginarse en aras de
una autonomía mal entendida, sino participar en todos los aspectos de la vida con
actividades de vinculación y extensión para obtener y mantener el bienestar del
hombre en una constante interacción, ya sea de manera personal o colegiadamente,
sin marginación de nadie.
Baja California tiene un pueblo resultado de una policromía de culturas integradas a
una geografía de trazos fuertes, en un mimetismo sui generis, en donde geografía y hombre, materia y espíritu, se funden y se recrean adquiriendo mutuamente sus fisonomías, sobriedad, grandeza, inmensidad, soledad en ocasiones, pero siempre realidad, que concibió
claros conceptos de libertad, justicia y democracia, y con ello en cuenta, mira el porvenir
con esperanzas. Ahora, al confrontar nuestro destino, conscientes de la universalidad de
la cultura, pero sin perder la esencia de mexicanidad y junto con nuestra universidad
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
moderna debemos preguntarnos: ¿estamos dispuestos a emprender una nueva aventura
de desarrollo integral?, ¿queremos construir el mundo del mañana?, ¿podremos hacerlo
mejor o nos dejaremos arrastrar por las fuerzas de un pragmatismo desenfrenado?
Indudablemente las tendencias mundiales se encaminan hacia el campo económico, pero nosotros, fieles a nuestra tradición humanística, no debemos claudicar, ni
permitir que se atente contra los derechos humanos, sino que con un sentido claro de
la realidad, debemos equilibrar el impacto de las tendencias, consolidando y desarrollando los valores morales para lograr el bienestar y la justicia social.
AÑO DEL JUBILEO: 50 AÑOS DE UNIVERSIDAD*
Ahora que estamos celebrando el año del jubileo, los 50 años de vida de nuestra
Universidad y los 45 años de haber sido creada la Facultad de Economía y Ciencias
Administrativas en la ciudad de Tijuana, deseo compartir con ustedes algunas
reflexiones en rededor de la creación de la UABC, que nos ayuden a encontrar las
razones primarias que permitieron el desarrollo de nuestra Universidad.
La evolución social de la humanidad transita de un estado de menor conocimiento
a otro de mayor conocimiento a través de una serie de operaciones intelectuales espontáneas o conducidas que permitieron al hombre actuar con ventajas sobre la naturaleza. Esto fue prontamente advertido por las sociedades, las que trataron de acelerar
o controlar este proceso por medio de prácticas de instrucción y enseñanza, desde las
más elementales hasta las más complejas y avanzadas como lo son los grandes sistemas educativos de las naciones en el mundo, para asegurar la educación, el avance
cultural y el desarrollo de sus pueblos.
Este proceso educativo institucionalizado avanza cubriendo etapas sucesivas, cada
una de las cuales establece las condiciones para el feliz advenimiento de la subsiguiente, en un continuo por lograr metas superiores.
En Baja California estuvimos en este proceso y después de haber recorrido obligadamente las etapas, arribamos a la que corresponde al nacimiento de la Universidad. Las condiciones del desarrollo nos fueron venturosas y se aprovecharon
hábilmente por sus habitantes.
Veamos cuáles fueron estas condiciones:
1. Desde siempre Baja California como territorio dependió directamente del Gobierno central, hasta el año de 1952 en que el Congreso de la Unión nos constituyó
en estado libre y soberano, confiriéndonos con ello la facultad de crear nuestras
propias instituciones facilitando la organización del desarrollo regional.
* Leído por el Dr. Santos Silva Cota el 27 de septiembre de 2006, en la ceremonia de celebración del 45
aniversario de la Facultad de Economía y Ciencias Administrativas en Tijuana, B.C.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
2. En la segunda mitad de los años de 1950 el Estado tenía una población superior a
los 400 000 habitantes distribuidos en cuatro ciudades bien organizadas.
3. En los años cercanos a su creación existían dos sistemas de educación básica, federal y estatal que cubrían las demandas a ese nivel, con un crecimiento importante
de la población estudiantil en secundarias, antecedente del bachillerato.
4. El analfabetismo fluctuaba entre 12 y 14 por ciento.
5. Más de 1 200 jóvenes bajacalifornianos cursaban estudios de bachillerato y profesionales en universidades e institutos de otros estados del país.
6. El desarrollo incipiente del nuevo estado clamaba por profesionales capacitados.
7. Un reclamo estudiantil apoyado por ciudadanos de Tijuana, presentado a través de
un anteproyecto para erigir la Universidad Autónoma de Baja California.
8. Buena disposición del gobierno estatal a la creación de una institución de educación superior.
Este estado de cosas no estaba provocado por un decreto de gobierno, sino que fue
producto del desarrollo de la entidad, gracias al trabajo y empeño de sus habitantes
que crearon las condiciones propicias para tener una institución de educación superior,
¿qué acaso no tenía importancia que más de 1 200 jóvenes bajacalifornianos estuviesen
lejos de nuestra entidad cursando estudios superiores?; ¿qué no era trascendente que los
niveles de educación básica estuviesen consolidados y que nuestra población estuviese
bien ilustrada como lo demuestra 12% de analfabetismo? ¿Qué no era real el reclamo
de los estudiantes de la ciudad de Tijuana por una institución de educación superior?
La ley vino después como corolario de este proceso, había necesidad de formalizar
el proyecto; crear la Universidad y dotarla de facultades, hacerla de servicio público,
reconocer su autonomía se convertía en un acto jurídico y en un estado de derecho,
solo la autoridad, en este caso el Gobierno, lo podía ejecutar.
Estaba la Universidad Autónoma del Estado de Baja California de pie, ¿qué rumbo
debiéramos señalarle? ¿cuáles serían las prioridades?
Algunos resultados de los trabajos de planeación realizados por el Comité Estatal Pro-Universidad y por la Junta de Gobierno nos sirvieron de base para elaborar
una tabla de consideraciones y justificantes para crear una escuela profesional en la
Universidad en 1959.
1. Características del desarrollo socio-económico estatal.
2. Necesidades y recursos del estado.
3. Objetivos de la Universidad Autónoma de Baja California.
4. Tradición y costeabilidad.
5. Planeación regional de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de
Educación Superior.
6. Demandas y presiones.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Primeras instalaciones de Ciencias Marinas en Ensenada. 1960.
1) Las actividades industriales y económicas se habían polarizado en Mexicali,
Tijuana y Ensenada, para responder a las inversiones federales y propuestas de desarrollo. Fueron ejemplo de ello: el distrito de riego del valle de Mexicali, el régimen
de zona libre y las obras portuarias de Ensenada concentrando en esos polos a los
profesionistas especializados.
2) El estado, recientemente creado como tal precisaba de profesionistas en los sectores
primario y secundario primordialmente, y sus recursos, aunque no muy grandes, pertenecían a Mexicali y a Tijuana.
3) Los objetivos de la UABC son claros y precisos: dar enseñanza preparatoria y superior para formar profesionistas; fomentar y llevar a cabo investigaciones científicas,
dando preferencia a las que tienden a resolver los problemas estatales y nacionales, y
extender los beneficios de la cultura.
4) La tradición ha considerado que una universidad es tal cuando tiene las carreras tradicionales, derecho, medicina e ingeniería; pero el recurso económico
escaso determinaba que se prefirieran carreras menos costosas, porque requiriendo pocas instalaciones, centrando el interés solo en lo que constituye una lección
de clase los maestros podían ofrecer gratuitamente sus oficios y cualquier lugar
podía servir de aula.
5) La Asociación de Universidades cuidando que el desarrollo de las instituciones de educación superior estuviera atento a las necesidades urgentes del país
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
El licenciado Adán Santa Anna imparte clases
al grupo de la Preparatoria de Tijuana en el
sótano de la Escuela Álvaro Obregón. 1960.
y que sus recursos humanos y materiales fueran aplicados racionalmente con un
espíritu de coordinación interinstitucional, para efectos de planeación dividió al
país en siete regiones, quedando Baja California en la región uno junto a Sonora,
Sinaloa, Chihuahua y Baja California Sur; acordando las universidades e institutos evitar crear aquellas escuelas profesionales que ya estuviesen funcionando en
la región correspondiente.
6) La demanda real está constituida por una ponderación meticulosa de las necesidades, la urgencia es solventarlas y la capacidad de oferta.
Desde los primeros planteamientos para organizar la Universidad se consideró que
en Tijuana debían de residir las carreras sobre economía y administración con base en
la vocación de la ciudad, pero el constituirlas se encontraría con la oposición de las
universidades de la región uno, y la desaprobación de la ANUIES pues las instituciones
vecinas contaban con esas carreras. Sin embargo, era bien visto y hasta recomendable
la creación de carreras de nivel medio, por ello al principio optamos por la carrera
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
de técnico o auxiliar de contabilidad, y se anunció en boletín de prensa que el 17 de septiembre
de 1960 se iniciarían los cursos de la carrera de
técnico en contabilidad. Su matrícula fue muy limitada y se canceló el proyecto.
Ante este resultado, se replanteó el proyecto sobre la base de crear una facultad con tres carreras
profesionales, de licenciado en economía, de contador público y de licenciado en administración de
empresas, congruentes con las características del
desarrollo de Tijuana, sus necesidades y recursos
y que esto haría más aceptable la propuesta, la que
se había ampliado con la creación de un Centro
de Investigaciones en Economía y Ciencias Administrativas en apoyo de la docencia.
Se formó una comisión de estudio que sometió
el proyecto a la Junta de Gobierno que lo consideró
aceptable, y solicitamos al Lic. Ricardo Zamora Tapia, en el mes de julio de 1961, se encargara junto
con profesionistas de la ciudad, a iniciar los trabaSantos Silva Cota. 1960.
jos de organización de la Facultad de Economía y
de Ciencias Administrativas, la que inició sus actividades en una ceremonia celebrada en la Escuela
Álvaro Obregón el día 25 de septiembre de 1961.
Su primer director fue el Lic. Ricardo Zamora
Tapia. La primera planta del personal docente y administrativo fueron: en Economía,
Lic. Román Hirales Corral, Ing. Jorge Calderón, Lic. Pedro Stasiuk, Lic. Alberto
Loaiza Peña, Lic. Ricardo Zamora Tapia y C.P. Raymundo Galván I.; en Contabilidad: C.P. Astolfo Ramírez S., C.P. Gustavo Alvarado, C.P. Antonio Martínez Zarsoza
y Lic. Javier A. Martínez; mecanógrafa Concepción Mijares Campos. La matrícula
para el primer año fue de 46 alumnos en economía y 12 en contabilidad.
En esa misma fecha se creó el Instituto de Investigación en Ciencias Sociales y
Económicas, su primer director fue el licenciado en economía Román Hirales Corral.
Posteriormente, en sesión del Consejo el Lic. Ricardo Zamora Tapia presentó
una ponencia solicitando la división de la Facultad de Economía y Ciencias Administrativas en dos escuelas, una de Economía y otra de Contabilidad y Administración, y después de revisiones del proyecto se obtiene en sesión celebrada el
20 de mayo de 1962 en Tecate, B.C., el acuerdo de Consejo Universitario creando dos escuelas, una de Comercio y Administración con las carreras de contador
público auditor y licenciado en administración de empresas, y una escuela de
Economía con la carrera de licenciado en economía. Fueron designados como
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
directores C.P. Antonio Martínez Zarzoza en la primera y el Lic. Ricardo Zamora
Tapia en la segunda.
Pues bien, esta es una breve historia de la creación de la Facultad de Economía y
Ciencias Administrativas de 1961 narrada a universitarios de la Facultad de Contaduría
y Administración y de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Baja
California en 2006.
Quiero terminar recordando las palabras pronunciadas por Antonio Martínez Zarzosa en un evento universitario en una tarde del 29 de junio de 1966:
Los principios fundamentales sobre los que descansa nuestra organización, la autonomía plena y la plena libertad de cátedra, necesitan cuajar en realidades objetivas; son la
base misma de la vida universitaria, pero estarían en peligro si cada uno de nosotros no
pusiera todo su entusiasmo y todo su trabajo para obtener que estos principios generosos
se realicen constantemente y sin mengua...
y añade:
por eso nuestra misión es muy alta; por eso el universitario mexicano servirá a la comunidad, en función del conocimiento que adquiera. Cuando lo hayamos preparado, cuando hayamos hecho de él un ser con conocimientos no solo teóricos sino prácticos, con
el dominio de su ciencia y de las disciplinas que de ella se derivan, habremos prestado
un gran servicio al país y a nuestra entidad, porque les habremos entregado hombres
capaces de elevar el nivel moral, vital y económico de la población.
Hasta aquí, Martínez Zarzosa.
Universitarios: nuestro agradecimiento profundo para los universitarios precursores de esta realidad y la felicitación cálida para los sucesores que la han hecho grande.
“Por la realización plena del hombre”.
37
E
Entrevista
Mensajes póstumos
ENTREVISTA DE WEENA COULTER
CON EL DOCTOR SANTOS SILVA COTA*
W
eena Coulter: El único edificio con que contaba la Universidad
Autónoma de Baja California era el de la Escuela Cuauhtémoc, aquí
en Mexicali, y que lo hubiéramos podido conservar. ¿Sabe usted por
qué no nos quedamos con él?
Santos Silva Cota: Se lo voy a platicar. Cuando se constituyó el estado, de territorio a
estado, se hizo una división de bienes que correspondía a la federación en todos los
ramos: educación, hacienda, aduana, etcétera y en lo que toca al ramo educativo, la
Escuela Cuauhtémoc se le entregó al gobierno del estado.
Esa escuela estaba en muy malas condiciones; los pisos que eran de madera
estaban ya apolillados; aparte, el Salón de Actos estaba vencido; estuvo una temporada desocupado, pero después, cuando el licenciado Braulio Maldonado pensó en
la educación superior, creó el Instituto de Ciencias y Artes del Estado; no consiguió
un mejor recinto para este Instituto que la Escuela Cuauhtémoc y se lo entregó al
Instituto, y también alojó ahí a la Escuela Preparatoria de Mexicali. Pero, además,
no podía desatender la escuela primaria que funcionaba en la mañana en este edificio, que aunque ya no tenía población que demandara la inscripción en esa escuela
porque había estado cerrada, puesto que ya la población mayoritaria con menores susceptibles de entrar a estudiar en preescolar estaban alojados en colonias
nuevas: en la colonia Orizaba, la colonia Pro-Hogar, en todas las colonias que en
su política de desarrollo del Allende popular estableció el licenciado Maldonado
Sández. Sin embargo, con el fin de mantener esa escuela viva, algunos elementos
del magisterio insistieron en inscribir estudiantes, niños de lugares alejados de
Pueblo Nuevo, de la sección segunda y parte de la sección tercera de Mexicali,
muy alejados de este lugar, por un supuesto cariño y amor a la escuela. Estos
* Entrevista realizada en 1982, en ocasión del XXV aniversario de la UABC. Weena Coulter trabajó como
investigadora del Museo del Estado, hoy Instituto de Investigaciones Culturales-Museo, UABC.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
maestros también buscaron, como bandera,
a algunos profesores que habían funcionado como tales en esta escuela y que actualmente estaban jubilados. Y también dijeron
una cosa muy romántica y afectiva: ¿Cómo
se iba a desalojar a las escuelas primarias
que tan necesarias eran en el estado y en el
país para poner una escuela superior? Menos una universidad que apenas si llegaba a
la mayoría o no. Buscaron también el apoyo de algunos elementos egresados de esa
escuela y que tuviesen posiciones políticas,
económicas, financieras destacadas aquí en
Mexicali para que los apoyaran; entonces,
se hizo una campaña que se publicó en algunos periódicos de la época en donde se
insistía en que esa escuela no fuese por
ningún momento sede de la universidad, y
sobre todo que se sacara la universidad de
allí, y que el edificio no se fuera a donar.
En aquel entonces lo único que la universidad usufructuaba del inmueble era un lugar
aledaño a la Escuela Cuauhtémoc, límite enSantos Silva Cota.
tre el parque Niños Héroes de Chapultepec y
Miembro de la Junta de Gobierno de la UABC. 1969.
la escuela, que lo destinaba a estacionamiento, y por el cual cobraba una cantidad, no me
acuerdo qué cantidad, pero percibía creo que
$250 o $300 pesos mensuales, con lo cual se
ayudaba a la Escuela Preparatoria para borradores, lápices, etcétera. Además, en el
patio de la Escuela Cuauhtémoc, que daba al frente de la avenida Madero, a un lado del
correo, había unos puestos de escribientes en máquina para hacer sobres, cartas, correspondencia, ayudar a llenar los giros, entonces pagaban una módica cantidad por ocupar
esos lugares. Con eso era lo único que usufructuaba la Universidad, pero nunca nos
atrevimos a romper un estatus político yendo por la fuerza o por presiones a obligar al
gobierno a que nos cediera el edificio; aunque nosotros teníamos el interés de que este
edificio fuese realmente el Centro Cultural de Mexicali, ya que sabíamos que por su
ubicación no podría ser nunca la escuela, no puede ser una escuela, tenía que ser sede
de su escuela, pero sí tenía una significación muy grande, que se ubicase la Universidad
en este primer edificio escolar.
Lo único que se logró fue el famoso letrero arriba “Universidad Autónoma de
Baja California” que tanto sirvió para los chascarrillos de los periodistas; el por-
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
qué ese edificio no se consiguió para la universidad, en ese momento se hubiera
podido ceder a la Universidad como bien, de acuerdo con lo dispuesto por propia
ley, que obligaba, invitaba al gobierno a ceder bienes y a formarle su patrimonio
inicial, y esa fue la situación.
¿Desde qué fecha tuvieron la Escuela Cuauhtémoc?
Desde que se inició. Desde 1959; es más, la preparatoria, aun antes de haberse incorporado a la Universidad ya funcionaba ahí conjuntamente con una escuela primaria, así es que teníamos nosotros primaria y preparatoria, y se decía a los maestros
de primaria, sobre todo a las maestras, que había promiscuidad, que había problemas sexuales, que porque los escusados de las criaturas los usaban los adultos, y
cosas de estas, que fueron después molestas; a mí me parecían chiquilladas, rencillas que en un país no deberían de ser; sin embargo, esto fue lo que motivó a que no
nos creyesen que a la Universidad se le hubiese cedido el edificio.
¿Hasta qué año estuvieron allí en la Escuela Cuauhtémoc?
Hasta 1961; de ahí nos pasamos al nuevo edificio que se hizo a la Preparatoria en
avenida Zaragoza. Allí se pasó ese año y dejamos el edificio para el Instituto de
Ciencias y Artes del Estado.
¿Cómo fue que las personas fueron tomando contacto con los promotores del Comité
Estatal Pro-Universidad. Por ejemplo: ¿Cómo fue que usted se vio involucrado o
comenzó a hacer contacto, de dónde surgió la gente?, ¿se conocían de antes?
Desde luego que existía amistad previa, identidad de pensamiento; cultivábamos ciertas
ramas del saber: algunos la medicina, otros formábamos grupos de charla; es decir,
éramos contertulios del café para dirimir problemas que nos interesaban, políticos,
sobre todo, sociales; pero, por otra parte, creo que el gobernador licenciado Maldonado delegó esta actividad en manos de la Dirección Cívica y Cultural del Estado a
cargo del profesor Lorenzo López, y él tenía amistades, y a través de las amistades de
él y de las mías nos fuimos conociendo y así nos fuimos involucrando en intereses,
por propio interés y por amistad. Creo que debió existir alguna línea, ya para seleccionar algunas personas previamente, la mayoría de este Comité Estatal, al principio
había estado formado por masones destacados, entonces podría pensar que hubiese
una tendencia, una política general así; pero otros no lo éramos, no estábamos dentro
de la masonería, aunque de ideas liberales, nos involucramos a través de estos grupos, de estas amistades. Yo estaba en el hospital ofreciendo mis servicios gratuitos,
estábamos creando el Centro Detector de Cáncer, estábamos formando el Departamento de Patología en el Hospital, autopsias, mejorando la práctica médica, entonces
había un aspecto educativo dentro del propio hospital.
Creo yo que esa fue la manera en cómo formamos el Comité, en semejante forma se divisó, no solamente en Mexicali sino también en Tijuana y Ensenada.
¿Y tenían reuniones así, seguido, se reunían en algún lugar en especial?
Para decidir, para formar el Comité, para comenzar a formar el personal, no todo era informal, podría ser un café, una casa, podría ser a bordo de un automóvil, en una oficina.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Y se iban platicando en forma amena.
Claro, pero cuando ya se vino, por ejecución gubernamental, la decisión integral, entonces ya comenzamos a sesionar en una oficina del gobierno que actualmente ocupa
la Universidad, en la esquina suroeste del segundo piso de Palacio de Gobierno,
creo en donde está actualmente una oficina de Rectoría. Ahí sesionábamos, ahí nos
reuníamos. No recuerdo exactamente de quién era la oficina, pero ahí teníamos las
reuniones formales.
Cuando se reunían de manera informal, es decir, cuando charlaban en un carro, en
un café o en la casa de alguien, ¿cómo imaginaban a la universidad? ¿Cuáles eran
los planes que tenían con respecto a la universidad? Uno a veces cuando gesta o
cuando se reúne por cosas así grandes, muchas veces es muy soñador, y medio
visualiza cómo debería ser esa universidad en Baja California.
En aquel entonces, si es que hubiesen algunas ilusiones, estaban limitadas; en primer
lugar porque veíamos la necesidad de crear preparatorias, y los que estábamos
entonces en una u otra forma habíamos concurrido a la formación de las preparatorias y estábamos involucrados como el máximo de enseñanza aquí en el estado,
por una parte; por otra, veníamos de universidades (nosotros éramos egresados de
universidades del país) en donde habíamos constatado la dificultad para adoptar
adecuadamente ciertas escuelas y nos dimos cuenta de que algunas carreras de
tipo humanístico eran más factibles de realizar. Si alguna ilusión existiese en aquel
entonces, aquella estaba constituida por pensar en escuelas humanísticas, sobre
todo derecho, y algo de contador; no pensábamos entonces en economía, inclusive,
estaba en pañales en nuestro país. Pensábamos, sí, en ciencias marinas, ¿por qué?
no sé por qué pensábamos en ciencias marinas, pero creo que nos engolosinó; yo
creo que alguien soltó esa idea, pero sí había ilusión por ciencias marinas; pero sí
estábamos limitados. No volábamos mucho, de eso sí estoy seguro; no volamos;
no pensamos que esta universidad pudiera irrumpir en todas las áreas de la cultura
y poder formar carreras.
Bueno, quizás lo de pensar en ciencias marinas pudo ser por el Scripps hablado y luego
por tener un territorio que está bordeado de agua por todos lados.
Eso sí; sabíamos que teníamos condiciones únicas en el mundo: el abulón, la langosta
de California, el nido y el refugio de ballenas, el elefante marino, cosas únicas en
el mundo, y tan suyos del mar de Baja California.
¿Cómo fue que lo designaron vicepresidente del Comité? ¿Fue por votación?
¿Cómo fue eso?
Cuando ya se constituyó el Comité, con los representantes de los diferentes sectores en los
diversos municipios en el estado, me convertí en activista. Realmente me entusiasmó la
idea de la universidad; entonces comencé a actuar con grupos interesados, motivando
a los demás, hablando con gente, no con la intención de sobresalir yo, sino porque no
sabía en qué forma íbamos a llegar posteriormente a constituir el Comité, a hacerlo
funcionar, pero me interesó mucho. Entonces, se empezó con personas de mayor edad
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
que yo, aparte del profesor Lorenzo López que funcionaría como coordinador de actividades, del doctor Bermúdez Alegría, progresista aquí en Mexicali, del ingeniero
Valenzuela, hombre maduro ya de edad, y ya no con tanto impulso como otros que
teníamos menos edad. Me signifiqué, y nos reunimos en el Palacio de Gobierno, para
llegar constituidos como un frente y que Mexicali tuviese una representación significativa dentro del Comité, porque reconocíamos también que habría otra gente que
seguramente tendría tanto interés como nosotros, y que eran residentes de Tijuana o
de Ensenada, y por cierto sería conveniencia u orgullo, pues también queríamos que
Mexicali tuviese una representación. Tuvimos una reunión en ese sentido y acordamos
que el elegido debía tener un interés porque Mexicali ocupara un puesto destacado
dentro del Comité Estatal Pro-Universidad. Llegamos a Tijuana en el Palacio de Gobierno del municipio, siendo presidente municipal el doctor Aubanel, quien nos prestó
un salón en donde hicimos la reunión, posiblemente en una votación hubiera ganado
el licenciado González Cordero, porque era un hombre más formal y más maduro que
yo, con ciertas características que lo hacían destacar como un hombre importante y que
en una elección pudiera haberme ganado, pero también estaba el hecho de que yo fui
propuesto en segundo lugar, entonces, para evitar problemas se pasó a una votación en
la que se determinó quien ocuparía el primer lugar para la presidencia del Comité y el
segundo lugar lo ocuparía el vicepresidente. Así fue. Como no había interés político,
sino el propio interés de la universidad y trabajo, y trabajo que no sabíamos cómo empezar, posiblemente lo supiese mejor el licenciado González Cordero y, si volvemos
a pensar, es posible que haya sido la selección más atinada. Y esa fue la forma en que
fui designado; e inmediatamente se comenzó a designar al resto de los elementos que
formarían el Comité Estatal Pro-Universidad: el secretario, el tesorero, los vocales y los
demás elementos que formarían las comisiones del Comité Central.
¿Cómo era el licenciado González Cordero?
El licenciado González Cordero era licenciado en derecho, notario público de Ensenada, un hombre de buena presencia, fornido, serio, con características de un
buen orador parlamentario, muy apegado al formulismo jurídico, a la forma y con
interés; pero creo que sería por su edad con mayor ilusión por lograr rápidamente
una consolidación material de la Universidad.
¿Cómo cuantos años tenía en aquel entonces?
Como 56 o 57 años.
Y falleció enseguida, al año ¿no?
Sí.
¿Él era de Ensenada?
No. Él estuvo aquí en Mexicali, aquí litigó, luego se fue como notario público, creo
que era de Jalisco, no se de qué parte, y vivía en Ensenada.
Las reuniones en aquel entonces las teníamos en Tecate, ahí las situamos por
costumbre, por ideas, por cercanía, por conveniencia de ser el punto de concentración de Ensenada, Tijuana, Mexicali y Tecate.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Evento académico. De izquierda a derecha: persona no identificada, Santos Silva Cota, Luis Encinas Jonshon (gobernador de
Sonora), Braulio Maldonado (gobernador de Baja California). En la segunda fila, atrás de Santos Silva, profesor Carlos García
Rivera (delegado de Educación); atrás, izquierda, de Braulio Maldonado, Guilebaldo Silva Cota. 1959.
Y en Tecate ¿en dónde se reunían?
Nos reuníamos en el recinto del cabildo del Palacio Municipal de Tecate. Algunas veces
en el restaurante (no recuerdo el nombre) donde comíamos muy buen bistec picado.
¿Está todavía ese lugar?
No lo sé, posiblemente sí. La señora nos estimaba mucho y decía “Allá está el conjunto de la Universidad” y nos preparaba unas tortillas calientitas muy sabrosas y
un bistec picado con papas, riquísimo.
¿Cómo fue la actuación del licenciado González Cordero? ¿Qué recuerda usted de
cosas que se destaquen de su actuación?
Él centralizó toda la actuación en su persona y buscó el apoyo de aquellas personas que
ya habían venido antes y que habían ofrecido su ayuda: la Asociación Nacional de
Universidades, a la cual se dirigió y expuso, según me cuentan, en un discurso muy
vehemente, la condición en que estaba la Universidad de Baja California, buscando,
pues, el apoyo. Y creo que de manera personal, informal, logró la simpatía y el apoyo;
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
tan es así que cuando él falleció y yo asistí a la primera reunión en la ciudad de México,
todos guardaban muy buen recuerdo del licenciado González Cordero.
Otra situación que me parece destacada fueron las intervenciones que tuvo con el
gobierno del estado, en aquel entonces bajo la administración de Braulio Maldonado,
para buscar la ayuda económica. Otra actuación fue la de buscar el apoyo del Club
Rotario de Ensenada para que ese Club donara un edificio para una Escuela de Artes
y Oficios y fuese cedida a la Universidad, cosa que se logró y fue donde comenzó la
Preparatoria de Ensenada y, posteriormente, en un galerón anexo a los talleres de la
Escuela de Artes y Oficios, se comenzó a trabajar con la Escuela de Ciencias Marinas.
Otra actuación destacada fue el haber elaborado un programa completo de inversiones y de operación de la Universidad. Preveía todas las actividades de la
Universidad en todas sus escuelas, todas sus áreas, sus institutos, no en forma escalonada sino en forma abrupta; sin embargo, contemplaba lo que él pensaba que
podría ser la Universidad en un futuro.
Otra actividad fue la de formalizar algunas cosas de la Universidad, como la
Junta de Gobierno. Cuando él asumió las funciones de presidente del Comité Estatal encontró que la propia ley lo constreñía en sus actividades; entonces promovió
ante el ejecutivo del estado que se elaborara un decreto con la aprobación del
Congreso, que se anexara a la ley fundamental para que le permitiese trabajar al
Comité Estatal Pro-Universidad, dándole a este Comité facultades y a su Comité
Directivo, entre ellos el licenciado González Cordero, y actuar en tal manera que
pudiese propiciar el desarrollo inicial de la Universidad.
Y la otra acción que le conocí fue la de promover ante el nuevo candidato a
la gubernatura, ingeniero Eligio Esquivel Méndez, los programas que tenían que
desarrollar en la universidad en el próximo sexenio de gobierno; esta fue la última
plática que tuve yo con él, poco antes de su muerte.
¿De que murió?
Cardiaco, abruptamente, porque yo no supe que estuviese enfermo. En el mes de
marzo, un mes antes de su muerte, caminamos enfrente de la Escuela Cuauhtémoc,
fuimos a comprar el periódico, tomamos un café, lo acompañé a su hotel donde
estaba alojado, y platicamos un rato. Él decía que estaba un tanto desilusionado
por la actitud de la gente, por lo lento del proceso de integrar la Universidad, del
mismo gobierno por la poca ayuda recibida. Yo le dije que en lo que yo le pudiera
servir yo podría ayudarlo para que no tuviese que trasladarse, que yo pudiese estar
ante el gobierno promoviendo, ante la Tesorería, para el pago de los maestros, que
era la única forma en que el subsidio se entregaba en partes, como lo dice el libro
del informe de la Junta de Gobierno. Su actitud dentro del Comité Estatal ProUniversidad y dentro de la Junta de Gobierno y actuando como Junta de Gobierno
fue muy mesurada, repito, muy apegado a la forma, al aspecto jurídico.
¿El subsidio que recibían era solo para el pago de los maestros y la manutención de
las escuelas, de las preparatorias, o tenían también sueldos?
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
En aquel entonces, el subsidio de la Universidad estaba establecido en la Ley de
Egresos del Estado, pero no se entregaron partidas de ese concepto. Se entregaban
periódicamente para el pago de maestros. La Escuela Preparatoria de Mexicali, que
fue la que inició, se sostenía aparte con cuotas que venía cobrando anteriormente,
antes de incorporarse a la Universidad, que eran $30 pesos, $25, creo, y nosotros
pusimos $30; pero lo manejaban los directores, el director de la escuela con su subdirector, para gastos de la escuela, entre ellos: material didáctico, gises, borradores,
franelogramas, artículos deportivos, creo yo que ese era el gasto.
¿Ustedes tenían sueldo?
En ese tiempo no había sueldo, únicamente se pagaba de esa cantidad de dinero a los
maestros de la preparatoria con cargo al gobierno del estado y al director que, antes
de entrar yo, tenía un sueldo mínimo, un pago mínimo, posiblemente con algunas
gratificaciones provenientes de los fondos de recuperación que tenía la escuela.
¿Cuándo hacían viajes a Tecate para reunirse, los gastos corrían por cuenta de ustedes?
Por cuenta de cada uno de nosotros.
¿Con qué frecuencia se reunían?
Primero lo hacíamos cada vez que se necesitase, después, cada mes, y eran pocos los
que faltaban a esas reuniones. Nos tocaron nevadas en La Rumorosa, nos tocaron
situaciones a punto de ser catástrofes, el camino llovido, etcétera.
Ya estaba pavimentada La Rumorosa ¿no?
Sí. En 1958 creo que se pavimentó la carretera, pero todavía estábamos con muchos
trastornos en la carretera: angosta, algunas curvas, no modificadas todavía, y había
nieve, niebla y lluvia.
Así que los gastos corrían por cuenta de ustedes. ¿Cómo de cuánto sería el presupuesto que tenían otorgado, pero que no se llegaba a dar?
Era de $1 059 000.00.
¿Para el primer año?
Así es, pero no se entregó; eso quedó en partidas dentro de la cuestión contable del
gobierno del estado.
¿Y por qué no se entregaba?
Porque no había dinero, creo. No había dinero, los presupuestos siempre tienen una
idea, una forma de realizarse con el fin de obtener mayor participación federal, entonces si fue un poquito para que la federación dé un poquito más, pero si la federación no da el presupuesto se queda inflado, pero realmente no existe.
¿Cuáles serían las labores que desempeñó el Comité y la Junta de Gobierno recién
creada la UABC?
En lo que se refiere al Comité Estatal, al estar casi centralizada la acción en el Comité Directivo y casi casi más en manos del licenciado González Cordero, esto
que acabo de decir era la actitud del Comité. Nosotros nos juntábamos, participábamos en forma esporádica. El trabajo de la Junta de Gobierno se puede ver
desde el inicio, como el de establecer el propio reglamento del Comité Estatal,
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
el establecer el reglamento de la Junta
de Gobierno y el pensar en establecer
algunos organismos legislativos o normativos, por ejemplo, reglamentos de
pagos, reglamentos de exámenes, fueron bosquejos.
¿Ya se hablaba de cuáles iban a ser los primeros institutos, se tenía ya proyectado
hacia dónde iban a crearse las escuelas?
Sí. Desde luego se hablaba de las escuelas
preparatorias, había que buscar la formación de más escuelas preparatorias,
había que pensar de dónde íbamos a
sacar a los estudiantes, pues no existían
estudios completos sobre población de
educación primaria y educación secundaria, eso lo realizamos después, por
allá en 1959, para ver cómo íbamos a
alimentar a las preparatorias y a otras
escuelas profesionales, pero le insisto,
volvíamos a pensar en Scripps (Instituto
de Oceanografía de la Universidad de
California en San Diego), y se piensa
en la Escuela de Ciencias Marinas y se
piensa en la Escuela de Derecho.
Inauguración del ciclo escolar 1959-1960 en el edificio
de la Escuela Cuauhtémoc. El rector Santos Silva Cota
¿Todavía vivía González Cordero en esa
y
el gobernador del estado Braulio Maldonado Sández.
época?
Sí. Este informe está escrito en mayo, un
mes después de la muerte de él, así es
que forma parte pues de ese episodio.
Esto contado por mí y esto escrito por el presidente de la Junta de Gobierno.
¿Por qué González Cordero centralizaba tanto toda la actuación en torno a él, era
muy egocéntrico, le interesaba proyectarse, no quería delegar?
Yo pensaba eso, pero a mí me sucedió lo mismo.
¿No había en quién apoyarse?
Había poca gente en quien apoyarse.
Será porque muchas veces uno abarca mucho, no siente confianza y no siente que
puede delegar.
En primer lugar, no había mucha gente en quien apoyarse, en segundo lugar todo era
gratuito, en tercer lugar, no nos animábamos por la limitación económica a pedir
ayuda, no podíamos exigir “quiero que me hagas esto para dentro de cuatro días”,
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
bueno, con qué dinero, el trabajo de nuestras secretarias lo pagábamos nosotros,
lo que teníamos que escribir lo pagábamos nosotros, las hojas las pagábamos nosotros. Entonces, por eso repito, yo me extrañaba de eso, pero cuando me pasó lo
mismo volví a centralizar y siempre platico el cuento de la gallinita que se encontró
un maíz y nadie la quiso ayudar, ni el hermano conejo, ni el hermano pato, ni el
hermano ganso le quisieron ayudar a sembrar el maíz. Después pidió ayuda para
regarlo y tampoco nadie le quiso prestar ayuda y ella lo hacía sola porque no les
podía dar nada a cambio hasta que se cosechó el maíz, ahí se empezó a repartir
todo, como sucede siempre. Y claro, el más ilusionado es el responsable. Él tenía
una ilusión, posiblemente más desmedida que la mía, por la edad, los años ya de él,
no sé, pero él tenía ganas de precipitar la evolución de estos problemas para llegar
a consolidar la Universidad. Yo me fui un poco más despacio.
¿Él gobernador les pedía informes? ¿Tenían reuniones? ¿Él se interesaba?
Sí, el gobernador sí se interesó, sí se interesaba, tanto el licenciado Maldonado, como
se interesaba el siguiente gobernante, ingeniero Esquivel Méndez, los dos nos tomaban en cuenta.
¿Por qué durante el gobierno de Esquivel no se traducía si había apoyo económico
hacia la Universidad?
Cuando entré yo en 1959, abrimos la Preparatoria de Ensenada, en 1960 instituimos la
Escuela Preparatoria de Tijuana y en 1961 las tres escuelas ya como escuelas, que
fue cuando comenzaron, porque en 1960 fundamos el Instituto de Oceanografía y
en 1961 comenzaron las escuelas de Ciencias Marinas, de Comercio y Administración, de Ciencias Económicas en Tijuana y la de Pedagogía. Y durante ese gobierno sí hubo ayuda económica, fue cuando se formalizó el subsidio del gobierno.
Respecto de Braulio Maldonado, estábamos comentando que si se interesaba o no
en la Universidad, si pedía reuniones, si trataba de estar empapado; lo que me
interesa también saber es ¿cómo fungía el profesor Lorenzo como nexo? ¿cómo lo
sentían ustedes dentro de esta perspectiva?
Bueno, el profesor Lorenzo López intervino directamente y activamente en la formación, primero de los representantes de los diferentes sectores del municipio y segundo en la integración del Comité Directivo del Comité Estatal Pro-Universidad. Ahí
comenzó él a desligarse de esta actividad y ya juntos de nuevo comenzó a trabajar,
y en donde dejó de fungir como representante del gobierno ante este Comité fue al
término del periodo del licenciado Braulio Maldonado Sández.
Es decir que fue por poco tiempo.
Sí. A él le tocó la tercera fase, 1957, 1958, 1959; esa fase inicial.
¿Cómo sentían ustedes al profesor Lorenzo López? ¿Era vehemente, explosivo?
Sí, cómo no. Era muy peleador con ideas por una universidad popular abierta; él también cultivaba la idea de que fuese una universidad humanista. En cuanto al pragmatismo que desarrollara los valores culturales mexicanos. De esta idea.
¿Lo sentían a él involucrado con ustedes?
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Inauguración del ciclo escolar 1959-1960 en el edificio de la Escuela Cuauhtémoc. De izquierda a derecha:
el rector, Santos Silva Cota, el gobernador del estado, Braulio Maldonado Sández, el director de la Escuela Preparatoria
de Mexicali, Rodolfo Sosa y Silva, y el secretario general de la UABC, Rafael Soto Gil.
No.
¿Sí se entusiasmó? ¿Formó parte activa o nomás sirvió de nexo?
Sí actuó, hablaba con la gente, convencía a la gente.
¿A quiénes?
Pues a los que no querían trabajar, a los que en una u otra forma estaban ligados a este
Comité para apoyarlo.
Es decir, que promovía bastante.
Tengo idea, pero desconozco sus actividades dentro de la Logia Masónica, pero supe que
dentro de ella promovió actividades de apoyo hacia la Universidad, no las oí en ese
entonces pero sí posteriormente; presentaba el problema como tema en sus trabajos.
Hemos hablado del porqué hubo tanta dificultad para tener apoyo económico por parte
del estado, del gobernador del estado. Esa falta de dinero, la falta de poder ejercer
el presupuesto ¿también se veía en otras áreas en las que el gobierno no invertía?
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Desde luego, el licenciado Maldonado Sández perteneció a la época austera del gobierno de don Adolfo Ruiz Cortines; él estaba en ese plan y la ayuda que las universidades de provincia habían recibido durante ese sexenio era insuficiente para
sufragar las necesidades. Y no fue sino hasta el advenimiento del gobierno del
licenciado Adolfo López Mateos en donde hubo una ayuda bien medida, bien planeada hacia las universidades.
López Mateos es el presidente que usted me comentó que de 20 millones que había
para las universidades ascendió a 140 millones. Una cosa parecida. Es decir, que
sí impulsó bastante.
Definitivamente, en cuanto a subsidios ordinarios, aparte de los extraordinarios y de
los específicos de construcción.
¿Qué podría usted comentar acerca del conflicto que surgió entre el Comité Estatal
Pro-Universidad y el Comité que se había formado también Pro-Universidad en
Tijuana, aquel que parecía que estaba vinculado a la Universidad Loyola?
Yo desconocía en papeles realmente la intervención que hubiera tenido o pudiese
tener la Universidad de Loyola; en cuanto al apoyo, no sé. Se dijo que económicamente estaban designados 50 000 o 100 000 dólares para fundar la Universidad
en Baja California mediante la penetración a través del Comité que en Tijuana se
pensaba establecer. Realmente no tuvo una estructura orgánica adecuada para que
funcionara como tal. Esta gente fue designada en un principio como parte integrante; se les llamó, se les invitó, por parte del licenciado Maldonado a que formasen
parte del Comité, y en una reunión que hubo en Tecate, con la presencia del gobernador, este grupo de Tijuana se negó a plegarse a las ideas que sobre la creación de
la Universidad tenía el gobierno del estado.
¿En qué consistía ese desacuerdo?
No recuerdo bien, pero seguramente por la extracción de las personas que estaban de
Tijuana, seguramente fue de tipo ideológico. Creo que hubo limitación de miras,
puesto que la Universidad en sí, en su ley estaba establecida la libre expresión de
las ideas, había libertad de cátedra, libertad de investigación y esa era la idea que
imperaba, y dependía esa libre investigación de la gente en turno, además de que
supiéramos que en el país y en el mundo estaban superando esas ideas.
¿Recuerda usted al presidente del Comité Pro-Universidad de Tijuana, González
Príncipe?
Sí, lo conocí. Era un hombre inteligente, creo que era el presidente del Comité Municipal del Partido Acción Nacional (PAN), además era dueño de una panadería o de
una cadena de panaderías, se expresaba bien, era enérgico, era firme en sus ideas.
¿Estaban muy unidos? ¿Llevaban mucho tiempo de pugnar así por una universidad?
No, era poco, creo que máximo unos seis meses.
¿Las personas del Comité Pro-Universidad de Tijuana eran de extracción alta, económicamente hablando?
No, fuera del señor González Príncipe… No lo eran.
50
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
¿Y gente que se proyectaba políticamente?
No, tampoco; gente connotada, gente de prestigio social, la que conformaba este Comité. No recuerdo los nombres, exactamente.
Tengo como dato que el licenciado González Cordero nunca asumió el carácter de rector,
aunque el Decreto Núm. 40 se lo daba, se le daba carácter de rector en su calidad de
presidente del Comité ¿Por qué cree usted que nunca asumió el carácter de rector?
Pienso, no sé, unos dicen que por modestia, otros dicen que por aspecto legal, pero yo
consideraba que él mismo lo vio, que al ser miembro de la Junta de Gobierno no
podía ser rector, ni provisional.
¿Era miembro también de la Junta de Gobierno? Y el artículo 40 solo facultaba siendo presidente del Comité, pero si era miembro de la Junta…
Pero la Ley, que era el órgano jurídico base, establecía que no podía. Creo que esa fue
la razón, porque como él era muy apegado a la forma de aspecto jurídico.
¿Cómo se enteró usted del fallecimiento de Cordero?
A través de un telefonazo que me dieron de Ensenada, fue mi tío, que era presidente municipal de Ensenada, quien me avisó; y yo invité a gente de aquí a que me
acompañasen a estar en el sepelio, y la única persona que me pudo acompañar de
aquí fue el doctor Bermúdez Alegría. Fuimos al sepelio; incluso fuimos hasta el
panteón; la oración fúnebre creo que la dijo el licenciado Alejandro Athié. Y ahí me
acuerdo que el licenciado Athié me dijo “Prepárese porque ahora a usted le toca”.
Y con ese pensamiento y con esa idea me vine platicando todo el camino con el
doctor Bermúdez Alegría, y estaba en esa etapa preparatoria, y eso demuestra el
interés del gobernador Braulio Maldonado, porque estaba yo en mi casa comiendo,
tocaron a la puerta y vi que era uno de los ayudantes del gobernador para decirme
que el gobernador quería verme. Muy bien, “Nomás termino de comer y voy con
él, voy a la Casa de Gobierno”. “No, ahí esta afuera esperándolo en su automóvil”.
“¡Ah caray! Entonces enseguida salgo”. Me puse el saco, me lavé los dientes y
salí. Me subí al coche con él y ahí estaba acompañándolo un licenciado, su nombre
se me escapa, un licenciado representante de Moreno y Cía. de Los Ángeles, que
donaba esos terrenos de Rosarito, era Antonio Moreno, aquel artista del cine mudo
y que había comprado los derechos de una compañía, tenía los derechos de propiedad del Rancho de Rosarito. Los otros nombres no los recuerdo, pero son muy
conocidos, creo que Acevedo o algo así, y él me dijo: “Usted ahora es el rector, así
que tiene que asumir esta situación”, nos fuimos a la Casa de Gobierno y me dejó
platicando con el licenciado, instándome el gobernador a que recibiese en nombre
de la Universidad esa donación, ya que el anterior le habían visto “tres pies al gato”
y no la querían recibir, yo le dije: “Sí, no hay problema”. Le pusimos fecha a la cita
y nos volvimos a juntar ante el notario público para establecer todo ese proceso de
testimonio de donación y testimonio de aceptación.
Así que quizá podríamos decir que una de las primeras medidas suyas como rector
fue aceptar la donación de un predio que corresponde al Rancho de Rosarito.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Sí, esto me dio la entrada. Ya el gobernador Braulio Maldonado reconocía que era
un órgano dependiente todavía. Fui a ver al gobernador para violentar la entrega
del subsidio, cosa que no se arregló sino que siguió pagándose en ese entonces. Al
término de su gobierno, en diciembre, entró el ingeniero Esquivel.
¿Qué otras medidas recuerda que hayan sido de las primeras que fue tomando como
rector, y cómo sintió que de repente iba a ser rector de la Universidad? Porque
pienso que para los universitarios uno lo vive siempre como lo inalcanzable llegar
a ser un rector de universidad, y para los que hemos pasado por universidades
academicistas y demás, siempre el rector es algo así como el ídolo, es el señor
rector. ¿Cómo sintió que de repente iba a ser el rector de la universidad?
Bueno, la primera preocupación por la Rectoría fue cuando me di cuenta de mi posición:
fue cuando me dijo el licenciado Athié: “Prepárese porque ahora le toca a usted”. No
sentí temor, soy muy modesto, siempre soy modesto, y no me sentí ni orgulloso, sino
con ganas de hacer las cosas. Además me sentía seguro porque tenía amigos que me podrían cobijar: Lorenzo López, me trataba bien; Bermúdez Alegría; tenía mucha amistad
con Pedro Castro López de la Junta de Gobierno, fuimos compañeros de escuela; muy
amigo con el ingeniero Valenzuela miembro de la Junta de Gobierno; con Santiago
Garín de Ensenada; con el licenciado Athié, muy correcto; con el doctor Aubanel de
Tijuana. Así que no sentí temor, sentí apoyo y posteriormente a ellos, la plática con mi
padre, le dije el problema en que estaba, me dijo lo que tenía que hacer.
¿Cómo fue esa plática?
Inauguración del edificio de la Escuela
Preparatoria de Mexicali, por el
presidente de la república, Adolfo López
Mateos. Le acompañan el gobernador
del estado, Eligio Esquivel Méndez y el
rector Santos Silva Cota. 1963.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
No la recuerdo muy bien, desde luego, cuando yo me fui allá a Ensenada, yo sabía
que voy a Ensenada porque voy al fallecimiento del licenciado González Cordero,
y no sé qué suceda pero es muy posible que yo sea el rector de la Universidad.
“¿Qué vas a hacer?”. Tengo primero que ponerme en la situación en que está, qué
es lo que tengo que hacer, dónde están los trámites, sé que algunos problemas son
el pago de subsidios, es lo que más se oye, el subsidio, y la formación de escuelas
no sé cómo esté. “Desde luego tienes que estudiar, estás en el papel de la educación
y tienes que estudiar materia educativa, yo te voy a ayudar, te voy a dar libros,
porque ese es tu papel, la universidad es netamente educación y tú tienes que estar
consciente en ese ramo”. A grandes rubros fue lo que platiqué con mi padre.
Después, la primera actuación fue el testimonio que tuve que firmar de aceptación; posteriormente me entrevisté con el licenciado Maldonado para que se me
entregase un subsidio que aparentemente había enviado la federación con destino
a la Universidad, que era en las postrimerías del gobierno del licenciado Maldonado, cosa que no logré, porque inclusive tuve una discusión con el licenciado,
porque yo le decía que de buena fuente sabía que había llegado un subsidio a la
Universidad, y que lo exigía, entonces él me regañó y me hizo saber que las cantidades que la federación entregaba a los estados podrían ser en diferentes rubros,
pero que en alguna forma habría subsidio para la Universidad. No tuve yo más
posibilidades de investigar, y así fue.
Posteriormente, otra actuación que tuve fue cuando acudí a entregar, conjuntamente con el candidato en campaña ingeniero Esquivel Méndez, los primeros
certificados de preparatoria de la primera generación de egresados dentro de la
Universidad de aquí de Mexicali.
Después, cuando yo trabajaba en el Centro Detector de Cáncer, recibí una llamada de la ciudad de México del licenciado Alfonso Ortega Martínez, secretario
del ejecutivo de la Asociación (ANUIES) con estas palabras: “Señor rector, muy
buenos días, ¿va usted a venir?”. Porque cuando falleció el licenciado González
Cordero y yo me di cuenta que era el rector, más por las intervenciones que me
permitió realizar el gobernador Maldonado, yo participé el fallecimiento del licenciado González Cordero a la ANUIES y a las universidades del país, porque la
UABC ya estaba recibiendo correspondencia de las diferentes universidades. Ahí
participaba que con base en lo dispuesto por la Ley y el Decreto 40 yo asumía
la Rectoría de la Universidad de tipo provisional, entonces me dijo el licenciado
Ortega Martínez, “señor rector ¿va usted a venir?” “no sé señor, ¿a dónde?” “tenemos junta de la Asociación, tal fecha, mes de junio”. “Supongo que sí, nada
más que voy a ver en qué forma podemos sufragar los gastos”. “¿Quiere usted
viajar por Mexicana de Aviación? ¿Tiene usted pasajes? Se le van a situar los
pasajes; ocurra a ella y estará alojado en el Hotel Regis junto con los demás rectores”. Entonces fue cuando platiqué con Pedro Pazuelos de la Junta de Gobierno, a informarle de todo lo que estaba pasando. Platicamos de todo lo que había
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
hecho el licenciado González Cordero; yo me aboqué a recoger los documentos
que él tuviese ahí; en tanto, fui a la casa de él a Ensenada, y en dos cajas de cartón
me dieron los documentos, y los recogí, los traje, me encaminé.
Como actuación inicial dispuse también de los depósitos bancarios que tuviese,
pues había una cuenta bancaria, la cual pudimos intervenir por $5 000 y luego había otra cuenta bancaria por $7 000 en la cual tuvimos que recurrir a la Comisión
Nacional Bancaria para que la liberase, porque aunque decía Universidad Autónoma de Baja California, estaba firmada únicamente por el licenciado González
Cordero, nada más, entonces con la intervención del gobierno logramos que nos
permitiesen usar esa cantidad, total que la cantidad que recibí fue de $12 000.
Arreglé los papeles en mi consultorio que fue la sede inicial de la Universidad; me
impuse pues de la situación de la ausencia del licenciado González Cordero y me
fui a México. Por cierto que no sabía a dónde dirigirme. Llegué tarde.
Llegué al recinto donde estaban los rectores, pasé, el licenciado Ortega Martínez
me vio, adivinó que yo era el de Baja California, me mandó un mensajero para preguntarme que quién era yo, —Doctor Silva Cota, me pasó y entonces él dijo: “Aquí
está presente el doctor Silva Cota, rector de la Universidad”; entonces alguien se
paró por ahí, no recuerdo quién, para preguntar que si la Universidad era miembro
de la Asociación de Universidades, y el licenciado Ortega Martínez dijo que sí, y el
que tomó la palabra volvió a preguntar que por qué iba a estar la Universidad representada como organismo universitario si no tenía más que preparatorias, “porque
está en pleno desarrollo”, contestó el licenciado Ortega Martínez, y terminó. Me
aceptaron, comenzamos a platicar, hubo un receso, comenzamos a tomar café y a
platicar, y salieron a tema los buenos recuerdos del licenciado González Cordero
de mucha gente amable, me invitaron a sentarme, luego nos recibió Nabor Carrillo.
Y comenzó nuestra actuación dentro de la Asociación.
Me di cuenta de que uno de los problemas básicos era en esa etapa de organización de la Junta de la Asociación de Universidades, el problema básico era
el dinero, a mí no tanto me interesaba el dinero, a mí me interesaba la estructura
universitaria, si algunas instituciones tenían ya tiempo de trabajar, ya tenían experiencia en la organización, a mí me interesaba la estructura, cómo funcionaba,
y claro, busqué a aquellas personas más accesibles que pudiesen comenzar a
informarme sobre estructuras de la universidad, organismos indispensables, reglamentos básicos, estadísticas necesarias para la propia Asociación. También
busqué a los funcionarios de segundo nivel de la Asociación de Universidades
que me pudiesen ayudar y esa fue mi primera aceptación. Además de que me
abrí de capa con los directivos de la Asociación y les dije mi inexperiencia, que
necesitaba contar con todo su apoyo.
Regresé a hablar con el gobernador, le platiqué sobre las gestiones con el señor Castro López, presidente de la Junta de Gobierno de la UABC, con el cual tuve bastantes
reuniones, con otros miembros de la Junta y nos propusimos inaugurar los cursos de
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
la Universidad. Invité al licenciado Braulio Maldonado, a los presidentes municipales,
a los funcionarios estatales, al presidente de la Asociación Nacional de Universidades,
que afortunadamente era muy cercano, era el rector de la Universidad de Sonora, licenciado Luis Encinas, y él con mucho gusto vino y nos apoyó con su presencia. Hicimos
ese acto inaugural, en el que yo dirigí la apertura. El discurso lo pronunció el licenciado
Maldonado y con ello iniciamos las actividades docentes en la preparatoria, que significaba también la iniciación de las actividades de la Escuela de Ensenada. Es un acto
simbólico de iniciar un curso, porque nuestra idea era que la iniciación del curso fuese
aprovechada como un mensaje de política universitaria para todo un año lectivo y no
terminar con graduaciones sino iniciar el desarrollo de las iniciaciones consecutivas.
En la fotografía del acto inaugural hay gente, directores de escuelas incorporadas
a la Universidad, porque tratamos de formalizar la incorporación de las escuelas.
Formalizamos la incorporación de la Escuela Junípero Serra de Ensenada; formalizamos la incorporación de la Escuela Salvatierra de aquí, acudí a la entrega de
diplomas del Bachillerato Salvatierra, en ese final de cursos para reforzar la incorporación, entonces su director era el padre Javier, y desde luego revisar los documentos
y prepararme para lograr el subsidio con el gobierno que entraba en diciembre.
Hay cosas muy simpáticas y lógicas, yo no me ofendí nunca de lo que pudiera
pasar; al terminar el gobierno del licenciado Maldonado, y ya triunfante el nuevo
candidato, había gente que se me echaba encima, grupos que inclusive en mi lugar
de trabajo fueron a entrevistarme, a pedirme que me saliese de la Escuela Cuauhtémoc, que no era una escuela para la Universidad, que era para los niños, aunque yo
hice un estudio de esa escuela, hice un estudio en esa época del origen de dónde
venían los niños, nadie venía de las zonas aledañas, todos venían de partes lejanas,
es decir, artificiosamente se mantenía una matrícula.
Me preguntó usted que cuáles habían sido mis primeras actuaciones: entonces
ya pasamos al acto inaugural de la Universidad y me dediqué entonces a planear lo
que teníamos que hacer para el próximo año para escuelas y para conseguir dinero,
sobre todo qué actitud iba a asumir el nuevo gobernador frente a la Universidad. Yo
seguí concurriendo a las sesiones mensuales que la Junta de Gobierno celebraba,
ya en mi papel de rector, como invitado. Sin voto, nada más con voz.
¿Y entonces qué había pasado con el Comité Estatal Pro-Universidad?
Seguía funcionando solo. Me di cuenta de las pocas personas que yo sumé a mi trabajo, fueron los señores Humberto Amaya y Francisco Zárate Vidal, con los cuales
comencé a trabajar. Ya no era posible buscar sino apoyo, sino dedicarme a un trabajo
para presentar algo.
¿Los demás miembros del Comité?
El comité tenía una Comisión Jurídica, tenía un Comité de Estudios Sociales.
¿Y se seguían reuniendo? ¿o no mucho, o ya no?
Nos reuníamos yendo yo a visitarlos, como lo hacía González Cordero. No podíamos
pedirles, no teníamos dinero para darles.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Secretario de Educación, Jaime Torres Bodet, rector, Santos Silva Cota,
Eligio Esquivel, gobernador de Baja California. 1961.
Entonces usted asistía a las reuniones de la Junta que sí se seguían celebrando en la
ciudad de Tecate.
Sí, como invitado. Pedí permiso para asistir y como voz me lo permitieron, y les informaba lo que estaba pasando, y lo que íbamos a hacer.
De nuevo yo me eché a cuestas las preparatorias, las tres preparatorias.
Comenzaba a pensar en la Escuela de Ciencias Marinas, en respetar aquella
recomendación que a mí me pareció maravillosa de formar los centros de investigación antes que escuelas, pero necesitábamos dinero. Formar los órganos
de la Universidad necesarios para funcionar de acuerdo con esas orientaciones
que yo había recibido en la ANUIES y de los rectores, qué órganos necesitamos
iniciar aquí. Al no contar con dinero no podía disponer de gente ocupándola. Preparé un plan de inversiones de subsidios, hice mis cálculos basándome
en que tendríamos que pagar una cantidad adecuada para que otras personas
pudieran dedicarse a esto; busqué amigos que, claro, sacrificasen parte de su
tiempo, ya que la Universidad, por su propio tamaño, no los iba a ocupar tiempo completo, si no podíamos hacer estas actividades, algunas de estudio, fuera
de nuestras horas de trabajo diario. De esta manera establecimos la cuota, los
coeficientes de crecimiento de las propias escuelas. Las que tenían primer año
para el siguiente ciclo iban a tener primero y segundo año; habría aumento de
matrícula, y teníamos que ponderar este aumento con base en los estudios que
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
estábamos realizando sobre secundarias para ver qué cantidad de muchachos
podríamos recibir en el año siguiente. Así hicimos el plan para presentarlo al
gobierno nuevo. Y yo desarrollé un programa de gastos de operación y de inversión de la Universidad sobre la base, una recomendación de la Asociación
de Universidades, de dedicarle 70% a la docencia, 20% a la difusión cultural y
10% a la investigación. Curva inversa: aumentar más la inversión que la operación, y a medida en que la inversión fuera satisfaciendo todas las necesidades
de la Universidad iría disminuyendo al aumentar los gastos de operación. Y ese
programa se lo presenté al señor gobernador del estado, al nuevo gobernador.
Quiero decirle a usted que ya antes el licenciado González Cordero había presentado un proyecto de inversiones de gastos de la Universidad al candidato, al
ingeniero Esquivel, pero era muy ambicioso, era un gasto de inversiones del orden
de cerca de 42 millones de pesos, no me acuerdo si eran 30, por ahí la cantidad,
porque se creaban todas las escuelas y demás y, claro, como el presupuesto del
estado era limitado, este presupuesto que se pedía significaba una gran erogación,
cosa con la cual el candidato no estuvo de acuerdo y no aceptó.
Posteriormente, ya conociendo esta situación fui más mesurado, posiblemente
me hubiera ido igual, pero fui más mesurado y preparé un presupuesto realista.
Yo asistía a las reuniones de la Junta de Gobierno, y en una ocasión el licenciado
Athié, quien entonces fungía como presidente de la Junta por retiro del licenciado
Castro López, dijo esto: “Hemos de pensar, y perdóneme señor rector que sea tan
franco, en un nuevo rector, porque si hemos de considerar que la ayuda mayor de
nuestra Universidad puede provenir del gobierno, debemos pensar en un rector que
sea amigo del gobernador, y usted por conocimientos que tengo no es amigo del
gobernador”; una expresión así, el doctor Aubanel me pegó un codazo y me dice
“cómo lo quieren”; yo me sonreí, y ya que habló el licenciado Athié, le dije, pues,
que le agradecía su franqueza, y que yo no estaba casado con la idea de permanecer en un puesto si yo no era grato al mismo, pero que siguiendo las indicaciones
y recomendaciones que usted haya proyectado en el presupuesto de egresos de la
Universidad que se lo iba a presentar en su oportunidad al señor gobernador, para
lo cual yo ya tenía cita para unos días después de su toma de posesión. Se quedó
en suspenso, a ver qué sucedía, y seguí trabajando en la propia escuela, a escribir,
cartearme, pedir información, leer, estudiar.
Me tocó la reunión con el señor gobernador. Me recibió en una de las formas
más correctas. Él tenía dificultad para caminar, me recibió de pie en la puerta,
me hizo sentar, le presenté el presupuesto, y en forma correcta lo comenzamos a
discutir, inclusive cálculos numéricos. Lo vio, lo estudió y lo aprobó: 1 200 000
de pesos, con su firma. “¿Cuándo tenemos la Junta de Gobierno?” en Tecate, tal
fecha, antes del último de diciembre. A la reunión de la Junta me hice acompañar
del ingeniero Garín, muy amigo del gobernador Esquivel, y nos fuimos juntos,
entonces él estaba aquí en uno de los trabajos de sus obras; llegamos allá y la sala
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
de Cabildo estaba ocupada y entonces sesionamos en un café, ya estaban reunidos
cuando llegamos nosotros. Hacía mucho frío, pasamos, y entonces el ingeniero
Garín dijo, “el doctor Silva tiene algo que informar”, y se informó.
En junta con el señor gobernador y discutido el presupuesto de la Universidad, este se iba a formalizar tal como se había presentado sin escatimar un
solo centavo, considerando gastos para esto y para lo otro, entonces se me
confirmó el subsidio. Coincidieron en que la postura estaba correcta, no había
por qué buscar complicaciones y entramos al gobierno del ingeniero Esquivel,
con el apoyo económico del mismo. Me causa extrañeza esto, era la primera
vez que se entregaba un subsidio correcto, y se entregó el subsidio correcto, es
más, solicité sin entregar la autonomía universitaria. Por indicaciones del señor
Francisco Zárate, que fue nombrado oficial mayor del gobierno de Esquivel, la
cosa contable y de pago de maestros se hizo en el gobierno del estado, yo no
necesitaba tener tesorería ni pagador.
Y entonces todo lo que se necesitaba para pagos de salarios estaba cubierto, se
otorgó directamente con recibos que se entregaban a la Tesorería.
En ese presupuesto contemplamos lo indispensable que era pagarle a los maestros,
entonces la cuota que se pagaba era $140/HSM, de tal manera que un maestro que
diera tres horas a la semana percibiese como salario del mes 420.00 pesos. A quienes
se consideró que tenían que ganar un salario por dedicarse exclusivamente a la Universidad era al secretariado, y se les puso un sueldo de 1 000 pesos así como a los de
servicios de intendencia; y para los directores un sueldo de 1 100 pesos, al secretario
general de 1 100, y al rector de 1 200, por jerarquía, no por otras cosas y por algunos
gastos de representación que tenía yo que realizar porque yo no sacaba gasolina, yo
manejaba mi automóvil con mi gasolina. Eso, creo, que se me olvidó, gastos de combustibles y lubricantes para automóviles, creo que en el presupuesto se me olvidó
incluirlo. En fin así fue como iniciamos la formalización de la entrega del subsidio.
A su vez comenzamos a preparar todo el programa, el plan para buscar el apoyo
del gobierno federal en los subsidios que les estaba otorgando a las universidades y
buscar todo el apoyo del presidente de México para la construcción de los edificios.
¿El apoyo de quien?
Del gobierno federal, para la construcción de los edificios. Estos apoyos ya los había
ofrecido el licenciado López Mateos en su campaña. Hasta ahí fueron mis primeras
actuaciones. Estas cosas evocadoras me hacen recordar otras y posiblemente haya
algunas que si encuentro documentos se los voy a ofrecer.
¿Se consiguió pronto el subsidio federal?
En ese año, en 1960. Ese año se consiguió únicamente el ofrecimiento del gobierno
federal para la construcción de los dos edificios de la Preparatoria. Fue durante
una campaña, siguiendo la cola de la comitiva perseguimos al licenciado López
Mateos que nos iba a recibir, íbamos en mi carro para entrevistarlo, tragándonos
el polvo de los camiones por caminos de tierra, yo acompañado de dos directores
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
y dos muchachas hicimos largas colas, esperas, en Tijuana, y en Rosarito también lo hicimos. El secretario privado del presidente nos dijo que nos recibiría
en Ensenada; nos fuimos a Ensenada, buscamos los lugares a los que él acudiría;
no tuvimos oportunidad de verlo; entonces nos fuimos a esperar al lugar donde
se llevaría a cabo el banquete final, porque de ahí, el presidente iba a volar a la
ciudad de México. Nos sentamos en un lugar estratégico en el restaurante donde
iba a estar el presidente, ahí nos avisó un periodista, un fotógrafo: “Qué están
haciendo aquí, los están buscando en el hotel, los están llamando, el presidente
los quiere ver”. Dejamos la mesa y nos salimos corriendo y llegamos allá, al
hotel, y nos recibió el ingeniero Esquivel, “¿Dónde estaban, muchachos?” Esperando al presidente. “Los está esperando”. Entonces hubo ciertos arreglos y nos
permitió hablar. Entramos, le presentamos el proyecto de la Escuela Preparatoria
de Mexicali, un muchacho de Tijuana, Lizárraga, y yo, quien un día antes dijo
“señor presidente queremos la Preparatoria de Tijuana, porque también tenemos
derecho”. Muy bien, después, tenlo seguro que se te va a construir, dijo el señor
presidente. Salimos contentísimos.
Aunque no es en esa secuencia de tiempo, esto fue en 1960; después le voy a
decir la fecha en que se hizo la ceremonia de colocación de la primera piedra.
Quedó en pie esta situación de la preparación de la escuela, informé a la Asociación de Universidades; la Asociación de Universidades hizo su gestión también, y
todos estábamos esperando el acuerdo y el plan de inversiones de la Presidencia para
que me llegase mi turno para la construcción de la Escuela Preparatoria de Mexicali.
Y estando yo en México, yo era muy amigo del doctor Gustavo Arévalo Gardoqui,
hermano del general Juan Arévalo, con el cual yo también guardaba mucha amistad,
y a través de Juan Arévalo le habló a Gustavo su hermano médico, que en ese entonces también estaba en México; coincidió con que yo estaba en México y el doctor
Gustavo tenía mi número telefónico, y me habló un viernes en la noche “Santos, que
te vayas mañana a Los Pinos, que te espera Humberto Romero, me dijo que vayas,
ya tienes tu dinero para tu construcción, no la amueles”.
Me fui a Los Pinos. En ese momento estaba preparándose la gira del señor
presidente de la república para el estado de Chihuahua para inaugurar el ferrocarril Chihuahua-Pacífico, y había mucha gente esperando en la antesala de la
Secretaría Privada; era un sábado a medio día, eran como las 11 a.m. para que
recibieran los boletos lo que iban a ser invitados especiales al viaje, y yo estaba ahí. Ya para esto a mí me conocía el capitán de zona, el jefe de ayudantes
del secretario privado, algunas otras personas me conocían por la amistad con
Juan Arévalo y con el doctor Arévalo; y al final de cuentas, como a las 9 de la
noche, me recibió el señor Romero, me dijo: “Santos, tienes suerte, ya se te
va a conceder tu escuela” “¡Ah qué bueno! ¿La de Mexicali?” “No, las dos, y
aquí está tu acuerdo; te vas a la Presidencia de la República con el secretario
Miranda Fonseca”. Lógico, me fui contentísimo.
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Toma de protesta del doctor Pedro Mercado Sánchez,
lo acompañan el gobernador del estado, ingeniero Raúl
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY
LAGARDA
Sánchez
Díaz, el rector saliente, Santos Silva Cota y
el presidente de la Junta de Gobierno, doctor Gustavo
Aubanel Vallejo. 1966.
Discurso del doctor Santos Silva Cota en la ceremonia
de toma de protesta de su sucesor en la Rectoría, biólogo
Pedro Mercado Sánchez. Teatro del IMSS. 29 de junio de
1966.
Presidium en la ceremonia de toma de protesta del rector Pedro Mercado
Sánchez. 29 de junio de 1966.
Fui a la Presidencia de la República y ahí estaban mis documentos, por cierto,
estaba mi señora allá en México, la invité a comer al “Lincoln” un restaurante de
muy buena comida en México; compré un portafolio porque el mío ya estaba muy
feo, compré un portafolio nuevo allí en una de esas tiendas que venden muchos
artículos de piel, y ahí metí los documentos, y ya, se acabó.
Y de allí, pues había que buscar el financiamiento, otro problemita, pero ya
se quedaba conmigo, con cuál compañía constructora. Quiero decirle que cuando
supieron que ya tenía el acuerdo para la construcción de esos edificios me localizaron en el Regis, donde estaba yo alojado. Me localizaron algunas personas,
constructoras; pero como eran documentos que tenían que ser financiados por una
constructora, no eran cheques, entonces tuvimos que buscar una empresa que es-
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
tuviese dentro de ese plan autofinanciada, que pudiese construir, y así se buscó la
compañía del general Clark. Clark de Baja California.
¿Cuál es el edificio aquí en Mexicali?
En la Zaragoza, el edificio que se entregó al Cobach. Ese edificio fue inaugurado en
1963.
Yo pensé siempre que era de hacía pocos años.
No, en la gira del señor presidente de la república para acá, fue en 1963. También hay
una cosa muy bonita en esos detalles, porque cuando vino a inaugurar esos edificios
sucedieron cosas muy bonitas, en esos últimos momentos, porque ya estábamos
en muy buenos tratos con el gobernador Esquivel Méndez, él ya se había portado
absolutamente muy bien respecto a la autonomía, la supo respetar y ordenó a sus
funcionarios que respetasen la autonomía de la Universidad, porque había intereses
políticos. Hizo muy bien, yo guardo muy buen recuerdo de él en ese sentido. No fue
exuberante en la ayuda económica, no tenía dinero, pero dentro de sus limitaciones
cumplió y luego hizo respetar la autonomía, no permitió intromisiones políticas.
Próximos a inaugurarse, los edificios estaban casi terminados, pero no amueblados, no estaban más que las instalaciones de madera del laboratorio; no había
muebles, yo no tenía dinero para los muebles, aunque lo había gestionado. Le dije
al secretario del señor gobernador, “programa en la visita del señor presidente de
la república la inauguración de los edificios de la Universidad”. Yo hablé a México
tres días antes de la venida del presidente. Dijo el gobernador (llegando de México
voló a los Ángeles, entonces de allá me habló el señor gobernador): “véngase ahorita porque tenemos que ver lo de la compra de los laboratorios para la Universidad”.
Entonces me fui en mi carro a Los Ángeles. Llegué a su hotel a platicar con
él, me puso a una persona encargada para que acudiésemos al día siguiente a
las compañíafs vendedoras de equipo instrumental para el laboratorio de las escuelas; necesitamos dos de física, dos de química y dos de biología, y no es tan
fácil dotar a una escuela, había que pedirlo con todo, bien programado. Entonces
tuvimos que ir a un gran almacén en donde se vendían estas cosas, y compramos
lo que tenían a la mano y el resto iba a comenzar a llegar; pero lo que lo vestía era
lo primero, era la parte más importante de los equipos grandes, la cosa chica iba
a venir después. ¿Cómo se va a pagar? No sé, el gobierno del estado. No, no hay
ventas para el gobierno del estado. ¿Cómo?
Al día siguiente hubo una reunión con el gobernador del estado y con el abogado
representante de la compañía para ventas a México. Llegué en mi calidad de rector, y
cuál no sería mi sorpresa que el abogado representante de la compañía era el abogado,
no recuerdo su nombre, era el abogado con el que habíamos suscrito los testimonios
de donación y aceptación de los terrenos de Rosarito; un abogado de origen mexicano
a quien las compañías lo habían contratado para sus ventas a México. Nos abrazamos
él y yo, entonces dijo: “No hay problema, con la pura firma del señor rector basta para
la venta”. ¡Oh! Nos quedamos asombrados, y me dijo “vámonos”. Salgo.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
El gobernador me invitó a comer, él hizo la comida, era muy bueno para cocinar,
yo lo ayudé, pues estábamos celebrando. Él sacó el pescado. Me acuerdo muy bien,
y yo le ayudé, usando el término de “pinche de cocina” ayudándole a preparar el
pescado. Nos lo comimos, muy contentos y estuvimos muy felices.
Ordené los muebles, los mesabancos. Hablé a México tres días antes; no hay
muebles; ¡zácatelas! De la Presidencia de la República: “Señor, con vía libre sale
un camión a la dirección de su casa, lo van a buscar cuando llegue a la hora que
sea con los muebles para que ponga la escuela”. Salió un camión especial por ruta
especial por Estados Unidos. Oiga, cuando hay la potencia de un gobierno, lo hace,
es fuerte. El presidente inauguraría a las 9 de la mañana. Llegó el camión a mi
casa el día anterior a las 2 de la mañana. Voy en la madrugada de la víspera, y veo
los muebles desarmados, ¡desarmados!, ¿con qué dinero los armó?, ¡a esa hora!, a
despertar gente. Nos fuimos a la prepa y a bajar la carga, y la otra parte a Tijuana.
Váyanse a Tijuana, entréguenlos. Les di el número de teléfono y la dirección a
donde tenían que llegar para que metieran los muebles.
El licenciado Ortega Martínez, que era secretario general de las universidades,
él siempre acompañaba al presidente, pero siempre llegaba antes para dejar todo
listo, todo el ceremonial, los discursos; revisaba todas esas cosas. Ahí están las
cosas, a armarlas. De mi bolsa puse dinero para armarlos, yo y Ortega Martínez,
armando muebles, los más que pudimos. “Todos, ¡véngase, muchachos! todos a
atornillar, no les tengan miedo, nomás déjenlos así después los vamos a apretar”.
Hicimos lo más que pudimos. Arreglamos cinco salones, no tuvimos más tiempo.
Vámonos a Tijuana. Ortega Martínez y yo nos fuimos a Tijuana en mi carro manejando, a armar allá los muebles. Nos regresamos a las 2 de la mañana, llegamos
aquí a las 4, yo caminaba muy aprisa, muy aprisa, mi mujer me estaba esperando:
café. A hacer el discurso. ¡Ay Dios! Ya tenía yo hechas varias cosas pero había que
discutir cómo, darle vueltas y vueltas. Léelo, café, léelo, café, léelo. Ahora hay que
hacer el discurso para Tijuana.
Pues total, salió todo muy bonito; se inauguró el edificio, estuvimos muy contentos, no sé si el presidente se habrá dado cuenta de lo que pasamos en la noche,
de lo que hicimos. Acabando el acto él se fue a otras negociaciones. Y nos fuimos.
Un primo mío que estaba aquí, tenía una avioneta particular, él nos llevó a Tijuana, y el licenciado Ortega Martínez, Soto Gil, que se acababa de iniciar, y yo nos
fuimos en su avioneta y volamos. El aeropuerto de Tijuana estaba cerrado porque
iba a llegar el presidente y no nos dejaban bajar hasta que Ortega Martínez que sí
conocía a todos los de la Presidencia pidió permiso: “soy Ortega Martínez, vengo
en la avanzada del presidente”, y ya bajamos. Nos fuimos allá, ya estaban también
los muchachos que habían armado los muebles, hicimos refuerzo y buscamos todo,
arreglamos el lugar; y nos volvimos a encontrar, ¡sí señor!, y ahí a hablar yo otra
vez. Se acabó eso, pero todo salió bien. Mi mujer se fue en carro para encontrarse
allá con nosotros, y así nos sirvió de paseo.
62
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
¿En 1963?
Me puso usted a recordar, hay muchas cosas antes.
Claro.
Todo lo que sucedió, las actuaciones ante la Secretaría de Educación Pública, buscar el
subsidio ordinario, el extraordinario, buscar apoyo de la Escuela de Ciencias Marinas, cómo habíamos conseguido la Escuela de Ciencias Marinas, eso vale la pena.
Ya contando en 1960 con el presupuesto firme del gobierno del estado y habiendo contemplado en ese presupuesto algunos órganos necesarios de la propia Universidad; de acuerdo con la recomendación que nos dieron las personas con más
experiencia que nosotros en la ciudad de México, rectores, la propia Asociación,
funcionarios, y contando con el presupuesto, repito, creamos la Secretaría General
de la Universidad; es decir, el órgano que diera fe de los actos del rector, formalizándolos. Segundo: el Departamento de Servicios Escolares. Comenzamos a tener
nuestra estadística, nuestro control de calificaciones, nuestro control de inscripciones; ya habiendo creado la tercera escuela que eran la de Tijuana, la de Ensenada y
la de Mexicali, y próxima a incorporarse la de Enfermería para que pudieran pasar
a la Universidad. Entonces necesitábamos esto, había además que llevar el control de los profesores, los currículos de los profesores y todo lo que corresponde
a un departamento escolar, cosa que ya había sido prevista y orientada por parte
de Humberto Amaya, que había colaborado con nosotros y que había sido, en su
tiempo, jefe de los Servicios Escolares de la Universidad Nacional Autónoma de
México, pero entonces él tenía un puesto, no debía desentenderse de él pero sí nos
hizo recomendaciones muy especiales y aprovechamos su experiencia.
Creamos también la Tesorería de la Universidad, depositada en manos de Francisco Zárate Vidal, él sí, sin cobrar. Creamos el Departamento de Difusión Cultural
en manos del licenciado David Piñera.
¿En que año?
En 1960. Éramos cuatro, cuando ya había centavitos. Es indispensable un Departamento Escolar, claro con su secretariado, sus archiveros y esas cosas; una Secretaría General con mi propia secretaria, la misma para los dos; y el Departamento
de Difusión Cultural, como pudiera ayudarse y con tareas que soñaba realizar. No
sé si Piñera guarde más memoria escrita de las actividades primarias de él, de las
primeras cosas que hizo, yo tengo bastantes datos. Se crearon los departamentos;
esta creación de departamentos sirvió de pretexto para una acción en contra mía,
ya que el jefe de los servicios escolares era primo mío, pero era uno de los profesores fundadores de la Universidad, muy metodológico, muy metódico, honrado,
dedicado y que había sido por largo tiempo profesor en secundaria. Entonces a él
le di esa situación.
¿Cómo se llama?
Austreberto Silva Olivares.
¿Y en el Departamento de la Tesorería?
63
Reunión ordinaria de la Asociación Nacional
e Institutos de Educación
Superior. Julio de 1959.
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
de Universidades
Reunión ordinaria de la ANUIES en
la que se determinó como miembro
definitivo a la UABC, se visitó al
rector de la UNAM, doctor Nabor
Carrillo, quinto de izquierda a
derecha, flanqueado por el doctor
Gonzalo Aguirre Beltrán y el
arquitecto Joaquín A. Mora, rectores
de las universidades de Veracruz y
Nuevo León, respectivamente. Julio
de 1959.
64
Reunión nacional de ANUIES.
18 de enero de 1961.
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
El señor Francisco Zarate Vidal. En la Secretaría General, al licenciado Rafael Soto Gil,
íntimo amigo mío, pero con un bufete muy prestigiado. Había sido asesor jurídico en el
gobierno, una persona muy honrada en su trabajo, muy formal también.
¿Francisco Zarate también era oficial mayor de gobierno?
Sí, y el licenciado Piñera estaba más alejado de mí, pero entonces el licenciado Piñera
trabajaba asociado al bufete del licenciado Soto Gil. Entonces me atacaron que
estaba repartiendo el botín de la Universidad entre parientes y compadres, por ahí
están los papeles, se los voy a enseñar.
¿El botín, el millón de pesos?
No, no, todavía no se entregaba, apenas comenzaban a entregarse los salarios, y además eran salarios y contra nómina de la Tesorería. Pero lo que sucedió fue que se
quitó de la dirección de las escuelas el control de los estudiantes y ya no llevaban
registro, ya no eran jefes, ya dependían de un departamento centralizado; segundo,
ya las cuotas no se pagaban ahí, tenían que pagarse a la Tesorería en el Departamento Escolar en el momento de inscribirse. De ahí buscamos el lugar que nos
permitiese tener las oficinas, rentamos ese edificio que tenía las oficinas centrales.
Trabajó ahí conjuntamente con Austreberto Silva Olivares y Manuelita Hernández,
quien después se encargó del archivo de la Universidad.
Manuelita Hernández era una persona muy correcta, de esas que no dejaban pasar
un sello; limpia, honradísima, un manejo tan bonito de ese departamento, con
estadísticas, con cálculos excelentes. No había computadoras, pura mecanización, cuadrículas y demás.
Se sucedieron otras cosas, los institutos, problemas de la Universidad, algunos
descontentos, huelguitas, huelgotas, etcéteras.
De las huelguitas y huelgotas después va a haber que platicar un poco a ver qué paso
en ese entonces. ¿Cuándo fue que se adoptó el lema oficial? ¿Se acuerda? Yo sé
que el lema oficial es de Miguel Gárate.
Sí, en 1964, más o menos, fue una acción del licenciado Piñera, por Difusión Cultural.
Bueno, pero quizá usted recuerda algo de esta actividad.
Sí, estábamos pendientes de todo, la Universidad estaba chica, se daba uno cuenta de
todo. La creación, en 1961, del Departamento Escolar, de Difusión, el Instituto de
Investigaciones Económicas y Sociales de Tijuana.
¿La Escuela de Ciencias Marinas cuando se creó?
Se creó en 1960.
¿La de Pedagogía?
En 1961, y Economía y Administración en 1961. Uno de los problemas más serios
con que contaba la Universidad, sobre todo, fue su explosión demográfica después de los edificios nuevos. Hubo necesidad de duplicar la planta de maestros
porque se duplicó y triplicó la cantidad de alumnos y la que había era insuficiente
para las escuelas preparatorias. Entonces, aquellos que ya habían aprendido a
ser maestros y que son a los que se les dieron las medallas de los 25 años de
65
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Universidad, que con cariño se identificaban porque les gustaba la cátedra, los
llamamos: a profesionales en diversos campos, medicina, sociología, leyes, ingeniería, diferentes materias. Y llamamos a algunas personas muy especiales,
llegaron, quisieron ser profesores, iniciaron los cursos en septiembre. Algunos
renunciaban en noviembre porque no podían; aducían trabajo, inexperiencia, o
se quejaban de grupos de alumnos indisciplinados. Otros, habían terminado ya
el programa, es decir, no habían hecho una programación adecuada a su materia,
no habían impuesto técnicas de enseñanza, de repetición, de ver, revaluar; querían terminar el programa en tres meses. Nos dimos cuenta de que teníamos la
necesidad de maestros de educación superior, máxime que las secundarias tenían
maestros sin prepararse para educación media; los del magisterio, en general,
asistían cada verano a las famosas normales superiores, en donde de manera muy
irregular llevaban dos o tres materias: didácticas generales, etcétera.
Las escuelas a las que más acudieron fueron la Normal Superior de México, la Nueva Galicia de Guadalajara y una de Nayarit. De las dos primeras, la mejor era la de
México, la segunda apenas estaba confortable, y la tercera era muy irregular. Inclusive
habían logrado con el gobierno que se les diese una beca en el pago de su sueldo de
marcha cada verano para que pudiesen pagarse sus inscripciones y sus gastos.
En aquel entonces el maestro de tiempo completo en la república ganaba entre
5 000 a 6 000 pesos. Ese era el sueldo. Un maestro de matemáticas que trajo la
Universidad de Sonora vino cobrando 6 000 pesos.
¿Qué año era?
En 1961, 1962. Consideramos que no podíamos pagar maestro de tiempo completo
en ese entonces, y que teníamos que formar nuestros propios maestros; ser autosuficientes en el campo principal de la Universidad que es la docencia, aparte
de que soñábamos con que pudiésemos un día transformar esta escuela en una
escuela de humanidades. Ya teníamos la Escuela de Ciencias Marinas, podíamos
seguir con la escuela de ciencias químicas en Tijuana, como se había pensado
en un principio, y en Mexicali, comenzar con la escuela de pedagogía, después
historia, literatura, etcétera. Y llegar hasta la de filosofía. Creo que también le
dije yo que no me animé a poner la escuela de filosofía aunque ¿era necesaria?
¿No? Y entonces pues vamos a formar la escuela.
En el país, dentro de las universidades no había, salvo la Universidad del Estado
de México, muchas que tuviesen una escuela para preparar profesores de educación
superior. La misma Universidad de México, tenía la división de Pedagogía dentro de
la Facultad de Pedagogía. Pero la mayoría de los maestros de la Escuela de Medicina
eran profesionistas destacados con deseos de enseñar. Algunos con muy buen éxito,
otros, con todos sus defectos. Fui a la ciudad de México y hablé con las personas de
la Escuela Normal Superior, con la Asociación de Universidades, y aunque se nos
dijo que no formásemos una escuela normal superior y una Escuela de Pedagogía,
una Facultad de Pedagogía, pues consideramos que no estábamos con esos tamaños,
66
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
y sí comenzar modestamente con una escuela que enseñase didácticas especiales,
psicotécnica, filosofía de la educación, sociología de la educación a un nivel para
maestros de educación básica, media y media superior (preparatoria).
El único caso que yo había oído fue el no poner la normal superior, pero puse
una Escuela Superior de Pedagogía. Cuando ese proyecto se trajo aquí, después de
haber hablado con la gente en México, la Junta de Gobierno no lo estimaba prudente, porque decía que no teníamos gente capaz para este nivel educativo, para formar maestros. Yo contesté, que había normales en primer lugar y porque se habían
hecho, que había Escuela de Ciencias Marinas, porque se habían hecho, que había
Escuela de Medicina en México y que no tenían maestros preparados mediante documentos probatorios, y se habían hecho. Entonces hubo una discusión en la Junta
de Gobierno. Yo presenté el trabajo; me apoyó primeramente el ingeniero López
Zamora. Entonces me pidieron el nombre del que pudiera ser responsable para tal
encomienda, y yo ya había hablado con esas personas, y el candidato más idóneo
me pareció el doctor Francisco Dueñas Montes.
Dueñas había sido siempre un iniciador de escuelas; él inició la Normal de
Maestros aquí; él inició la Preparatoria aquí; fue muy inquieto en ese sentido, en
virtud de que su preparación era doble, era maestro de la Normal de Maestros de
México y además era médico, era universitario y era normalista, con inquietudes
en la psicología. Entonces me pareció la gente más idónea, y sobre todo con
iniciativa porque en cuanto le presenté el programa, me dijo que sí y que él tenía
muy buenos amigos en la Normal Superior de Maestros y que iba a ver de qué
manera podía allegarse su colaboración. Entonces fundamos la Escuela Superior
de Pedagogía, con este interés de formar maestros especialistas o técnicos en
didáctica de las materias principales que eran aquí: lenguas, biológicas, físicomatemáticas e históricas. Esas fueron las cuatro principales ramas con las cuales
nos iniciamos. Es más, yo, en la parte del conocimiento básico de la biología, me
ofrecí y fui maestro durante un año dentro de la Escuela de Pedagogía en la materia de biología y zoología, para lo cual, además del conocimiento y la experiencia
que yo tuviese, tuve que estudiar para impartir clases.
La escuela se programó para que ingresasen a ella los maestros en servicio de la
Preparatoria, se invitó a aquellos maestros abogados, médicos, que en ese entonces
estaban dando clases en las prepas, para que fuesen en las tardes a recibir materias especiales de educación: didácticas, psicotécnicas, ciencias de la educación,
etcétera, y que con los maestros, pedagogos que eran de las normales que daban
clases en las secundarias con conocimientos en psicotécnica, didáctica, fuesen a
recibir materias básicas de conocimiento; si daban zoología aprendiesen zoología,
si daban matemáticas, matemáticas. Recibimos dos maestras de las preparatorias.
Desafortunadamente, era una escuela que no podía con esa intención, no podía
traer maestros de otras partes del estado, tenían que ser de los de Mexicali, entonces nomás dos maestros de la Preparatoria de aquí acudieron a algunas materias
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
psicopedagógicas, y sí logramos un éxito bastante grande con la inscripción por
parte de normalistas que estaban dando clases en secundaria. Máxime que en aquel
tiempo se estaban gestando mucho las secundarias por cooperación; había grupos
de profesores que impartían clases en una secundaria, otra acá, otra allá, ellos necesitaban preparación; por eso tenían interés en prepararse, en mejorarse.
Se logró bastante éxito en los primeros años que estuvimos ahí en vigilancia, dando clase, claro, que desgraciadamente pasó lo que sucede entre política,
entraron situaciones sindicales, y se convirtió esto en, pues en una escuela que
se perdió en su puesto principal y buscaba la ubicación de sus egresados en los
puestos, ya sean administrativos o de materias: “soy egresado de la Escuela de
Pedagogía, denme tantas clases”. Y llegamos a una situación un tanto tirante;
inclusive en la prensa apareció un escrito en donde dice el doctor Dueñas, “normalistas en contra del doctor Silva y sus universitarios”. Era difícil sacar a los
maestros con una preparación normalista si no tuviesen la propia intención motivada, sacarlos de ese camino estrecho en que los meten las normales y meterles
conocimientos más amplios, panoramas abiertos, filosofía, ética, un conocimiento pues del universo más completo; estaban muy apegados a los sistemas de la
Secretaría de Educación. Al respecto del artículo tercero, en todo, hasta de más;
poca libertad de cátedra, ideologías muy compactadas, y ese era el interés que yo
tenía, hacer de esa escuela más gente y crear profesores capaces, a su vez también ofrecerle a las secundarias mejor profesorado.
Así nació la Escuela de Pedagogía, no se logró el sueño que yo tenía de decir
que se fuese a hacer la Escuela de Filosofía, pero yo creo que sería un error terminar con ella, creo que la prioridad en la investigación en la Universidad está en la
investigación en la enseñanza, en educación, es la prioridad y no esperemos que
nos vengan técnicas educativas extrañas a nuestro propio medio, en donde sí se
investiga, y no de nuestro propio producto.
Por ejemplo, los muchachos que estudian medicina en esta escuela, cuando se reciben, si quieren trabajar como docentes dentro de la escuela, ¿llevan algún grupo
de materias pedagógicas, o simplemente con el título de médico pueden ejercer
como profesores de medicina?
Bueno, esta es novedad. En el año de 1964, creo, se dio al conocimiento nacional,
porque claro se venía gestando desde antes, la existencia de un apoyo académico
interuniversitario de la Universidad Nacional Autónoma de México que recibía un
subsidio específico para ese menester, entonces esta institución, con ese subsidio
tenía la obligación de dar apoyo académico para la formación de profesores. Cuando terminamos la gestión todavía no se recibía objetivamente en lo físico ese servicio, fue después cuando se comenzaron a organizar verdaderos cursos, cursitos,
cursillos y cursos anuales, además de la edición de mucha publicación del Colegio
de Profesores de la ANUIES, bastantes folletos sobre Alfonso Rangel Guerra, quien
fue entonces secretario general de la ANUIES y tuvo mucho empeño en esto.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Una de las reuniones del presidente López Mateos con los rectores integrantes de la ANUIES. Entre los presentes, el doctor Silva
Cota, rector de la UABC. Toluca, 1963.
Ya en esa situación se comenzó a establecer en las universidades un requisito para ingresar, y a algunos se les ofrecía la cátedra, a otros se les exigía que
con ese requisito de un curso de didáctica, máxime que salieron los psicólogos,
quién sabe de dónde, y se aventaron por todo el país dando cursos de didáctica,
y ahora creo que no hay un maestro que no haya recibido un curso de didáctica
de 40 horas, algunos de más tiempo, otros menos, algunos diferentes cursos, tres,
cuatro, seis cursos: didácticas especiales, sistematización de la enseñanza, de la
evaluación, elaboración de material, diseños, modelos de aprendizaje, etcétera,
y actualmente sí ya se exige, es más, el Estatuto Universitario que se acaba de
editar está exigiendo el comprobar con documentos la asistencia a cursos, los
que elabora su propia universidad o cualquier otra universidad o institución, que
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
sea reconocida. Pero no es suficiente. Creo que fue Bertrand Rusell quien dijo
que la posteridad les cobra muy caro a los talentos. El talento dijo una cosa y la
posteridad se encarga de tergiversar lo que dijo, y es lo que sucede ahora, creíamos que eso era muy bueno y hemos abusado, tengo la impresión de que se ha
abusado, no considero correcto que una persona que no ha tenido experiencia,
que es un técnico en diseño, en exposición, reciba un taller de didáctica y que en
unas cuantas semanas sea capacitado para ejercer una cátedra.
Sí. A mí me llamaba mucho la atención eso. Aparte de las materias de nuestra
carrera, para terminar de estudiar teníamos cuatro materias optativas de cualquier otra carrera, y si queríamos luego dedicarnos a la docencia teníamos que
hacer aproximadamente cuatro, ocho, dieciséis materias en cuatro cuatrimestres
sobre técnicas de educación.
Eso ha sido en parte aquí. Aquí algunas carreras sí tienen materias optativas. En todo
México y aquí mismo en la Universidad, pero otras no pueden tener optativas ya
son obligatorias, como sociología, psicología, matemáticas, estadística, en medicina son obligatorias. Y en algunos, por ejemplo, en los internados, en el internado
y el servicio social, a los médicos les dan talleres didácticos, y no solamente para
prepararlos para la docencia sino para prepararlos para la difusión de las ideas para
educar al pueblo; entonces ellos sí están llevando talleres didácticos en su estancia
hospitalaria, en su pregrado y en el servicio social.
¿Y quién les da esa preparación? ¿Egresados de Pedagogía?
No, son personas con preparación didáctica en salud pública.
Doctor, usted me habló de cómo se creó la Escuela de Pedagogía, me queda muy
difusa la idea del porqué se creó la de Ciencias Marinas. Antes me dijo que quizás
por el contagio del Scripps o porque se generaban movimientos de manera más
intensa en Ensenada; pero, no está muy claro el porqué se decidió Ciencias Marinas. La de Pedagogía sí es bien clara: la necesidad de formar gente capacitada
para las escuelas preparatorias y para las escuelas secundarias, e ir formando el
elemento docente que ustedes iban a necesitar para comenzar a crecer. La que a
mí me queda todavía en el aire es Ciencias Marinas y luego nos falta hablar de por
qué economía y administración.
Yo he pensado en la parte emotiva, afectiva, que Baja California es un estado marino; no se habla más que de marinería y no se habla más que de barcos y de la
Calafia y de los mares; los escudos son conchas, son olas; las canciones se han
referido al mar; no se oye más que de esto: hay mar. Luego, la naturaleza nos ha
dotado de ciertas singularidades: la emigración al mar de las ballenas, el tener
lugares en donde las especies son únicas en el mundo como el elefante marino,
como el abulón y alguna especie de langosta, el ser una faja tan larga con tantos
kilómetros de mar, no sé, pero creo que sí han de ser como 3 000 kilómetros o
más. Y en donde tenemos dos mares, caliente y frío. Siempre nos ha llamado la
atención el porqué Baja California se salvó de ser un desierto y agarra un clima
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
mediterráneo, eran muchos años cuando conocimos la corriente del Japón, la
corriente fría que mejoró mucho, tanto esta costa como la de California. Así que
el mar era para nosotros importantísimo.
En segundo lugar, la economía del estado dependía primero de la agricultura,
con el desarrollo del valle, y en segundo lugar del mar, todos los productos del mar,
y para esto, la ciudad más avanzada en toda la península era Ensenada. Es más,
todavía hablamos de las perlas de La Paz, que algunas adornan la testa coronada de
la reina de Inglaterra, de buzos y de cosas, de los piratas que entraban, todo eso. Y
después, repito, la segunda, el ingreso de la riqueza natural, especies muy significativas, singulares para el mundo en Baja California.
Tercero, nuestros pescadores recibieron educación de los más expertos del mundo, puesto que los buenos trabajaban en barcos atuneros o de pesca japoneses y
portugueses. Entonces esta gente aprendió mucho con ellos e influyeron en opiniones, influyeron con dinero. Con mucha significancia, la actividad de la pesca fue
muy importante. Después viene una política nacional de la marcha hacia el mar
generada por el presidente de la república Adolfo Ruiz Cortines, que ya había sido
prevista, inclusive por el general Sánchez Taboada, pero quien la programó en su
gestión fue Ruiz Cortines. Recuerde usted que la Universidad inicia poco después
o casi al término de la gestión del señor Ruiz Cortines.
Otro factor fue el de la regionalización de las universidades en el país. En
aquel entonces la Presidencia de la República aprobó un proyecto de la ANUIES
en el sentido de regionalizar en cinco o seis zonas a la república mexicana para
que estas tuviesen complementariamente las escuelas profesionales necesarias
para esa región y no duplicar esfuerzos, no repetir escuelas. Entonces consideramos que Baja California, por las condiciones geográficas y físicas, podría
singularizarse con una Escuela de Ciencias Marinas.
El otro factor, la idea que ya cambiaba, aparte de la que yo tenía de la Escuela de
Ciencias Marinas, era que siempre se insistía en la Escuela de Ciencias Marinas, el
propio Comité Estatal Pro-Universidad hablaba de la Escuela de Ciencias Marinas,
antes de formarse el comité se hablaba de una escuela de pesca. Tal vez, no sé, si
a nivel de Tijuana o de Ensenada pudiese haber influido Scripps; pero no creo, no
creo, Scripps era Scripps, estaba muy aparte.
En esa época hubo también serios problemas con el abulón y con el sargazo,
y aunado a ellos salieron a la luz pública problemas que estaban lesionando la
riqueza de Baja California, y se habló de técnicas, y de técnicos y de expertos,
esto fortaleció la idea de la creación de Ciencias Marinas. El hecho es importante,
era cómo formarlo. En la república mexicana no existían oceanólogos, no había
oceanógrafos; había físicos, gente de ingeniería hidráulica pero dedicadas a otras
actividades, no estaban en eso. Físicos que trabajaban allá, no sé qué actividad
tuviesen junto al mar, busqué gente que pudiese dedicarse a esta actividad y dentro
de la misma ANUIES pedimos información, pedimos ayuda.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Otro aspecto: escoger una persona. Se hizo a través de una comunicación personal,
familiar. La cuñada del que vino a ser director de Ciencias Marinas, muy amiga de
la casa, en la ciudad de México, le platicó a mi hermana que su cuñado acababa de
regresar de Scripps, había ido a hacer un curso de biología marina enviado por el Politécnico, ya que él era biólogo de esa institución. Hablé con esta persona un sábado en
la tarde, y en ese sábado de las 5 de la tarde a las 4 de la mañana en casa de él, en las
calles de Agricultura en Tacubaya, allí se entusiasmó, platicamos y me prometió venir
en una semana para hacer la Escuela de Ciencias Marinas; a la semana vino, le avisé
yo al doctor Aubanel, el doctor Aubanel me hizo el favor de trasladarlo en el avión,
recibirlo con muy buena atención en Tijuana y mandarlo a Ensenada, donde yo estaba
esperándolo para ver la situación. Para esto, ya se había platicado en Ensenada de estas
gestiones, y había interesado yo a Gabriel Ferrer y él muy entusiasta, sin decirme nada,
aprovechando un galerón (así le llamamos) enorme adjunto a la Escuela Preparatoria
(que fue el edificio que nos donó el Club Rotario de Ensenada para hacer la Escuela
Preparatoria), ese galerón estaba desocupado, así que se hicieron unas divisiones para
instalar la escuela. No me acuerdo si le dije que lo hiciera o no lo hiciera, pero él se
aventó a esa idea, y conjuntamente con un señor que fue maestro técnico de la escuela,
que era contratista y muy hábil para hacer las cosas, nos dio todo el material y el trabajo. Cuando llegó Pedro Mercado, la sorpresa fue para ambos, para mí, que vi que ya
había las divisiones, tabiques, donde iba a estar la dirección, los salones, y para Pedro
Mercado también, pues yo le había dicho que no teníamos nada.
Se animó, vio, programó, se quedó; vamos a crear la escuela como instituto; la
iniciamos al empezar el año lectivo en septiembre. Entonces se creó el Instituto de
Ciencias Oceanográficas en Ensenada primero en ese lugar y en septiembre iniciaron
los cursos. Periodo que usamos para escribir a toda la gente que nos pudiera ayudar,
a hacer gestiones a Florida, a Scripps, nos orientaron muy entusiasmados, pues la
idea que teníamos era de formar biólogos con botas y un biólogo con un laboratorio
enorme que era el mar y que fueran prácticos. Estaban muy entusiasmados porque
la división que ellos tenían en sus institutos y centros de investigación era biología
marina, y nosotros teníamos el oceanólgo, por eso de ahí nació la palabra oceanólgo,
no que naciera, sino que la conformamos y le dimos la interpretación de oceanólogo.
Oceanógrafo físico que se refiere exclusivamente a las cosas físicas del mar y el biólogo marino, en cambio, el oceanólogo comprendía varias áreas.
Y así, hay mucho detalles, qué soluciones se tomaron, qué pasó cuando fuimos a
México por aquella ayuda. No nos dieron la ayuda que queríamos, nos dijeron que
mejor nos apoyásemos en Scripps. Hablamos con la UNESCO. La UNESCO nos dio un
apoyo y apareció una publicación de prensa de Excélsior a ocho columnas primera
plana, que la Escuela de Ciencias Marinas iba a ser para Ensenada. Y entonces se
encargaba la parte de la ONU para la alimentación y la agricultura, la FAO. Sánchez…
no me acuerdo del nombre, segundo apellido, él habló con nosotros y nos dijo que
México tenía interés en formar el Instituto Oceanográfico en la ciudad de México.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
¿En la ciudad de México?
Así es. Esa fue una de las cosas que fue el enredo de ese momento para la formación
de la Escuela de Ciencias Marinas.
La Junta de Gobierno estuvo de acuerdo, puesto que ya campeada esa idea de la
Escuela de Ciencias Marinas. Yo tenía la tarea de buscar a la gente idónea. Afortunadamente, siempre Ensenada ha tenido gente bastante significada, yo siempre le he llamado la Atenas de Baja California. El único geólogo estaba ahí, el único fisicomatemático
estaba ahí, el único ingeniero químico estaba ahí, el único técnico de pesca estaba ahí;
pues ahí debía estar ¿no? Entonces comenzamos a buscar otra gente interesada que pudiera coadyuvar con nosotros en la tarea de la docencia, y se encontró gente dedicada y
con disciplina. La escuela fue muy disciplinada, tan es así, que cuando se hizo el primer
Consejo Universitario al que acudieron los estudiantes de Ciencias Marinas, cuando
llegaron ellos todos preguntaban que si eran monaguillos o de qué seminario venían,
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
porque venían con corbata y traje, no sé, y con muy buenas expresiones, muy sesudos,
muy serenos, me dieron muy buena impresión. Los maestros igual, no se permitían ausencias, no se permitían retardos; mucho muy juiciosa, muy rígida la disciplina. Aparte
de las materias propias de la carrera, estudiaban, matemáticas, biología, zoología, física, química, diversas materias que ayudasen en actividades como navegación, como
metodología, como buceo, nave de buceo, era completo.
¿Recuerda usted cuántos alumnos se anotaron?
Seis iniciaron, cuatro se recibieron, y los cuatro están bien colocados.
Y se hizo alguna campaña de sensibilización hacia la población para explicar el objetivo de la Escuela de Ciencias Marinas.
Tan es así, que las únicas publicaciones que se autorizaron por el precario y limitado
presupuesto fueron dos, destinadas a la asistencia de la Escuela a Puerto Rico, a
Perú, a Estados Unidos; se hizo el Congreso Nacional de Oceanografía; se invitó
a personalidades, al presidente de la república, licenciado Adolfo López Mateos,
al gobernador del estado, a Jaime Torres Bodet, para que conociesen la Escuela, y
se le dio publicidad en los periódicos. Se dieron conferencias y pláticas en algunos
clubes de servicio sobre la Escuela de Ciencias Marinas. Me consta que Ensenada
estaba muy orgullosa de todo ese tipo de publicidad.
Nosotros no queríamos hacer una escuela que produjese masivamente profesionistas del estado, porque aparte de que no podíamos preparar 100 técnicos,
100 oceanólogos del estado, sino los que necesitase la propia industria. Pero
también aquellos que pudiesen ser necesitados en otros estados, sobre todo
ribereños: Sonora, Sinaloa, Nayarit, Yucatán, Veracruz, Tamaulipas, Tabasco,
Guerrero Oaxaca, que tienen costas.
¿Hay más escuelas de ciencias marinas en México o esta es la única?
Bueno, esta fue la primera escuela, después aparecieron otras, fue una discusión, en Guaymas, el Tecnológico de Monterrey puso una extensión, pero era para producto del mar.
Después apareció una escuela de pesca, práctica de pesca, allá en Veracruz. Posteriormente vinieron otras, creo que hay cuatro, cinco o seis, no lo sé; es defecto, se duplican,
se duplican, se duplican, cuando una puede ser suficiente y no formar seis.
Nosotros pudimos recibir alumnos, comenzamos a recibirlos de diferentes partes de la república, bastantes alumnos, y lo más importante fue que recibimos de la
América del Sur, alumnos de Colombia, de Venezuela y de otros países.
¿Venían becados por sus países?
Trascendió la calidad de la Escuela más allá de las fronteras del país aparte de las
del estado.
Científicamente y técnicamente, ¿si usted tuviera que decir cuál de las dos escuelas,
si Ciencias Marinas o Pedagogía estaba sólidamente constituida, ¿por cuál de las
dos se inclinaría?
Ciencias Marinas.
Ciencias Marinas, sí, la impresión que tengo, no sé si es correcta.
74
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Bueno, hay una razón, digo, es más preciso, es más exacto la ciencia que la humanística, yo puedo decidir el avance más fácil, es más objetiva, hay duda en
algunos aspectos, hay desasociación de ideas o ideologías diferentes que pueden
confundir lo que es un avance.
Sí, pero la impresión que tengo, corríjame si es equivocada, la Escuela de Pedagogía
surge de la necesidad de formar maestros, hay necesidad de formar catedráticos, pero
al mismo tiempo surge medio improvisada en el sentido de que se cuenta con gente
capacitada del estado que pudiera servir para ese fin, quizá no grandes pedagogos ni
grandes didácticos o gente especializada en el ramo sino empíricamente relacionada
con esas disciplinas, en cambio, para la Escuela de Ciencias Marinas el surgimiento
se ve un poco más claro, es decir, hay todo un estudio, al menos como lo planteó usted
ahora, yo lo que le pido es que usted lo plantee para que quede dicho con sus palabras.
Bueno. Se puede decir esto: Era más fácil encontrar un maestro que un biólogo marino.
Biólogos marinos había tres en el país, y maestros muy buenos hay muchos, mediocres
hay más todavía y malos, pues no quiero decir que sean malos, pero los hay. Entonces
había más recursos de dónde poderles enseñar. Es una de las cosas que nos hace pensar
que fuésemos más rigoristas en la escuela. Una situación es que el director fue rigorista
y tenía una disciplina de investigador científica, era metodólogo de la investigación. En
ciencias de la educación no existía eso, no había tanta precisión, es más elástico pero la
intención fue de darle un rigor científico igual, claro sí, con su técnica especial.
El director de la Escuela de Ciencias Marinas entonces era Pedro Mercado. Él después cuando usted terminó su periodo de rector ¿continuó como director?
No. A mi término de rector él pasó a ocupar la Rectoría.
¿Y quién fue director después?
Gente propia de la escuela, que después de haber terminado la carrera fueron a obtener
maestrías y doctorados: primero Carlos de Alba Pérez y después Saúl Álvarez Borrego.
Al ver todo el proceso de afuera sin conocer la médula, la escuela que da la impresión
de estar seriamente planteada, seriamente constituida y que alcanza los logros, o
sea la que se ve como una escuela perteneciente a la Universidad, como una facultad es la de Ciencias Marinas. Dentro de todas es la que esta técnicamente mejor,
e igualmente el nivel de los estudiantes.
Bueno, hay una idea. Digo, una escuela de ingeniería espacial, frente a una escuela de
ingenieros civiles, vemos la de espacial más enorme, más grande, porque eso ya es
mucha especialización de una investigación, de una actividad científica. Creo que por
ahí va también, hay que ver, yo pienso, que una escuela de sociología puede ser tan
científicamente rigorista o rigorista científicamente como la de ciencias marinas.
Es que es más fácil salirse en esas actividades en donde son tan subjetivas, es
más fácil una idea. En ciencias una vez plasmada la idea,hay que demostrarla, hacer la hipótesis y comprobarla. Y no así está igual con esta, muy lógica, en cambio
acá sí, así se dice, y como no hay todavía mucha metodología en investigación en
otros campos que no sean los eminentemente científicos…
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Primera reunión del Consejo Universitario
en Mexicali. Sobresalen el licenciado
Octavio Pérez Pazuengo, el profesor
Francisco Barajas, el profesor Andrés
Silva Vite, el ingeniero Julio Torres Coto.
Atrás, el alumno Guadalupe González
Rubio y el licenciado Enrique Priego
Mendoza. 1962.
¿Cuáles fueron los aspectos o consideraciones que lo llevaron a determinar la creación
de Economía y Administración? Hemos hablado de Ensenada como ciudad marítima,
de Mexicali como un lugar donde las escuelas ligadas al agro podrían ser las más importantes de desarrollar, y luego usted comentó a grandes rasgos, que Tijuana era una
ciudad muy comercial en aquel entonces, lo sigue siendo ¿no? y que entonces había
mayor necesidad de una escuela de administración allá. Aparte de esas consideraciones ¿Hubo alguna presión por parte de la ciudad de Tijuana, de aquel dichoso grupito
pro-universidad que había, que otras consideraciones podría mencionar?
Existía previamente una idea general de la creación de una escuela de contadores,
Contabilidad se llamaba entonces, Administración le llaman ahora. Esa es una.
La otra se debió a la comercialización tan intensa que existió en la zona de Tijuana; pero había una situación muy especial para el desarrollo del estado, claro,
no teníamos sociólogos, pero los economistas en esa formación que tuviesen que
ser sociólogos, entonces consideramos que sin duplicar el personal administrativo pudiésemos constituir con una sola unidad dos carreras, contabilidad por una
parte y por otra parte economía. Nuestra intención era más hacia la economía.
Era más, pensábamos que la administración de empresas pudiese haber tenido
éxito, pero nuestro interés era la economía.
El estado se estaba desarrollando irregularmente, no tenía planes propios de desarrollo, había trabajos del Banco de México y programas de México que a gran
distancia se realizaban para el desarrollo del estado sin que hubiese actividad propia.
Era necesario realizar un estudio demográfico para soportar las necesidades de la
creación de una escuela de contabilidad; decir con él en mano: este es el estudio, es
lo que necesitamos, tenemos tantos años viendo y sintiendo cuál es el problema y no
se resuelve con una fórmula hecha en la ciudad de México para aplicarse aquí, eso
no lo vamos a hacer. Entonces había en la ciudad, y todavía, que formar economistas.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
El que no haya tenido éxito la escuela, desde mi punto de vista, fueron dos cosas.
Una, que los campos de la economía estaban cerrados. Nuestra Escuela Nacional
de Economía de México estaba marxisada, entonces había ciertos recelos contra
los egresados de la Escuela de Economía, y su ubicación no podía ser más que dentro del esquema gubernamental. Esa es una situación, y la otra, que por sí misma la
escuela, los economistas, para ser economistas tenían que ser un tanto rebeldes y
tenían que ser un tanto ideólogos, neoideólogos, neoprogresistas y traer corrientes
un tanto raras. Eso hizo que la escuela no tuviese un desarrollo adecuado.
¿La escuela se mantuvo o fracasó?
Se mantuvo. Tuvo dos épocas. Se mantuvo en tanto que la tuvimos con un solo director; a
esa escuela le anexamos un instituto de investigaciones socioeconómicas. Teníamos el
problema de la zona libre, teníamos el problema del desarrollo de Tijuana, teníamos el
desarrollo de la propiedad urbana, teníamos una serie de problemas muy serios. Y los
economistas no supieron ver esos problemas; los campos a los cuales nos podíamos dirigir se cerraron; es como lo que le pasó a los primeros egresados de Ciencias Marinas
que fueron a pedirle a la Universidad que los colocara como si fuera bolsa de trabajo.
Estábamos con el problema de economía, de que mientras hubo un solo director estuvo bien, pero que cuando se le anexó…
Después la escuela creció un poco y dividió su ámbito de acción en dos escuelas:
la Escuela de Contabilidad y Administración y la Escuela de Economía. Cada
una con su director.
Allí empezaron los problemas.
No. La escuela misma en sí, era una lucha con el poder, una lucha por tener director propio.
¿Había muchos alumnos, doctor?
En el estado, cuando se fundó la escuela, no había más que un economista, y un economista de tres años, no economista de universidad de seis años.
¿Y cómo hicieron con el plantel docente?
Traerlo de fuera. Y entonces nos dirigimos al licenciado Hirales, economista, para la
creación de los institutos.
Dos personas estaban preocupadas principalmente en esas fases iniciales de la
Universidad: el licenciado Braulio Maldonado Sández, gobernador del estado y el
licenciado González Cordero presidente del Comité Pro-Universidad. Para buscar
la orientación y con la experiencia de esta gente pudiésemos iniciar los primeros
pasos de la Universidad, en tal virtud pues, se recurrió a este organismo único que
existía en aquel entonces, aunque ya había dependencias de educación superior,
la SEP tenía el Departamento de Enseñanza Superior e Investigación Científica,
pero como departamento no tenía creada todavía una subsecretaría sino un departamento, entonces buscó el asesoramiento de la ANUIES y la Asociación nos ayudó
a instancias de las gestiones del licenciado González Cordero y la presión política
del licenciado Maldonado para enviar unas personas aquí, que fueron el licenciado
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
López Cámara, González Casanova, Ortega Martínez y Efrén del Pozo quienes
acudieron a la ciudad de Mexicali, en 1958, para tener una reunión con el Comité
Pro-Universidad, a la cual yo no asistí, pero posteriormente sí tuve oportunidad
de platicar con ellos y viajar por el estado para ver la geografía, sociología de las
diferentes poblaciones que existían y después de que se terminó de observar y ver
algunos datos que tuviésemos, que no eran muchos sobre este respecto, sobre todo
en educación, escolaridad, capacidad económica y capacidad docente, hubo cuatro
puntos importantes que estas personas señalaron: Una era la de distribuir la Universidad en los cuatro municipios, poniendo las instalaciones escolares adecuadas
a las condiciones socioeconómicas y poder de desarrollo de cada municipio.
Otra recomendación fue que comenzáramos por crear institutos de investigación; no solo íbamos a investigar los recursos, no solamente íbamos a investigar
las posibilidades sino también a hacer un trabajo como parte de lo que es una universidad moderna en investigación y que pudiéramos trabajar sin matrícula; pero
ya existía un pie para formar una escuela posteriormente, ya con una tecnología
aplicada a esa ciencia obtenida de esa investigación.
Nos propusieron regionalizar la educación, no solamente en relación con el propio
estado sino con el resto del país, que no fuésemos a crear instalaciones que duplicasen
su especie con nuestros vecinos, y la última recomendación fue que creásemos nuestros
cuerpos y que nos iban a ayudar al desarrollo de la Universidad tanto en docencia como
en la investigación como en difusión, sin llegar a establecer una reglamentación rigurosa que no nos permitiese actuar, que con base en acuerdos pudiésemos ir formando la
historia y la problemática para después llegar, cuando tuviésemos madurez suficiente, a
crear las reglamentaciones propias de cada departamento, pero que sí era necesario que
se constituyese un cuerpo para la realización técnica administrativa de la Universidad
y de ahí pues la necesidad de que iniciásemos la investigación creándose el Instituto de
Ciencias Marinas. Creamos el Instituto de Investigaciones Económicas de Tijuana, se
pensaba crear el Instituto de Investigaciones Psicopedagógicas aquí en Mexicali y el de
Agricultura que quedó sin consolidar, solo quedó en concepto nada más.
En lo que se refiere al Departamento Escolar, este era un organismo que debería
comenzar a establecer las normas generales para que la Universidad fuera un cuerpo
único. Las escuelas se estaban manejando a través de los criterios de los directores de
los diferentes institutos escolares que existían, no había norma general, muchas de las
veces era sin conocimiento, con muy buenos deseos pero, había necesidad de buscar
criterios básicos para revalidación de estudios porque nos constituiríamos en la mera
frontera; con muchos estudiantes que en lugar de hacer su secundaria en Mexicali, la
hacían en Estados Unidos (high school), y qué probabilidades tenían de revalidar esas
materias como secundaria para poder cursar la preparatoria o inclusive de college para
ingresar a escuelas profesionales. Por ello, era necesario establecer también algunos
aspectos normativos. No podíamos crear un departamento de personal, un académico,
un departamento administrativo; no había dinero, dentro de este Departamento Escolar,
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
tampoco podíamos crear una sección de planificación específica y programación, para
darle un cuerpo al Departamento Escolar teníamos que ver que fuese este el que se encargara del programa de materias, los planes de estudios, calendarios, asistencias de los
maestros, el control de alumnos y calificaciones, derechos para examen, derechos para
pago, etcétera. De ahí salió la idea de que en la primera sesión del Consejo Universitario tuviésemos ya organizado esto, pudiésemos ver, establecer o presentar proyectos de
reglamentos básicos, que eran muy importantes; el reglamento de pagos, el reglamento
de inscripciones y el reglamento de control estudiantil y el reglamento de exámenes
fueron los principales reglamentos con los que iniciamos el trabajo con el Consejo.
En lo que se refiere a difusión cultural, la Universidad estaba aislada, algunas veces en la prensa se hablaba negativamente, otras veces, positivamente, por la bondad
de algunos periodistas, se sacaba como noticia la llegada del rector de la Universidad
de Baja California, decir que había ido uno a México a conseguir un subsidio, que
se había obtenido una promesa, esas eran las noticias. Entonces teníamos que fijar la
presencia física de la Universidad ¿a través de qué? pues, de los pocos recursos con
que contábamos, buscamos a la gente adecuada con mucho interés, el licenciado Piñera tenía a la vez vocación y facilidad para estos aspectos, se dieron: exposición de
pintura, pequeños congresos, actos cívicos, conferencias, y a gastar el poquito dinero
que había y no solo a gastar para darle difusión, sino buscar publicación, si no llegábamos a un nivel popular, cuando menos a un nivel intelectual más elevado a través
de una revista que se sacó, o a través de sacudir a la población estudiantil (primarias
y preparatoria) para que tuviera interés en las cosas estéticas. Creíamos que este paso
era urgente y creo que fue valiosa la colaboración de este departamento con el licenciado Piñera puesto que las noticias que más empezaron a publicarse fueron las del
aspecto de las actividades culturales y las iniciamos tanto en Tijuana, en Mexicali, en
Ensenada y en Tecate, así como en el valle, con una serie de incomodidades y sacrificios, pero se hacían algunas veces con el teatro lleno, otras veces con teatro vacío;
se organizaron concursos de pintura, etcétera.
Esto le dio una proyección a la Universidad dentro del campo de la cultura de
Baja California y hubo respuestas bastante buenas, pues se nos acercaron grupos
para proponernos creaciones de ciertas escuelas, talleres que ellos consideraban
convenientes. Comenzaron a solicitar patrocinio de la Universidad para algún acto
cultural, empezaron a buscar a la Universidad en alguna forma. Esto responde al
porqué se fundó el Departamento de Difusión Cultural.
¿A parte de los fondos que procuraban los estudiantes, la Universidad le daba fondos
al Departamento de Difusión Cultural?
Sí, en aquel entonces la Universidad no contaba más que con dos tipos de teatros. Se estableció una cuota mínima, es decir, un pequeño programa de pagos de la Universidad,
derecho por revalidación de estudios, derecho por realización de estudios, derecho por
exámenes ordinarios y extraordinarios, derecho por exámenes a título de suficiencia y
por colegiaturas; pusimos como colegiaturas $30.00 (treinta pesos 00/100 M.N.) que
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
era lo que se pagaba en aquel entonces, menos de lo que se pagaba en escuelas privadas, más el subsidio del estado que en ese año de 1959 fue parcial, una cantidad de
$550 000 pesos.
Para 1960 se presentó un proyecto más elaborado, ya con gastos de estos departamentos y se nos entregaba por partidas, entonces sí había gastos generales y después el
gobierno nos entregaba esas partidas; veíamos ciertas posibilidades, pero limitadas. El
licenciado Piñera, por ejemplo, conseguía vehículos prestados para transportar las pinturas, los cuadros, o pianos, o algunos objetos que se necesitasen para proporcionar alguna exposición en Tecate, Tijuana, Ensenada; él buscaba quién le prestara un camión,
es más, él manejó una vez y chocó en La Rumorosa, y llegó a las tres de la mañana a
mi casa para darme el reporte de que había chocado y que tenía por allá el camión con
las pinturas, que temía que le robaran. Dijo que el carro venía muy de prisa y que se le
apagaron las luces. Conociéndolo, y sabiendo que él no conocía el auto, pues no era de
él, tal vez movió el botón de la luces. Era un camioncito. Hay por ahí un recibo firmado
por Raúl Cuevas, un estudiante, que recibió $30.00 (treinta pesos) para el traslado de un
piano a la ciudad de Ensenada, que era alguien que comenzó a interesarse también en
difusión cultural. Comenzaron a interesarse estudiantes, sin pago, nomás por vocación,
otros por interés, otros por estar, otros por ayudar, otros por recibir un reconocimiento
moral de sus acciones comenzaron a incorporarse a la Universidad. En el aspecto de la
difusión, creo que era más fácil que incorporarse a la investigación.
Ceremonia de colocación de la primera piedra de la Escuela Preparatoria de Tijuana. El ingeniero
Eligio Esquivel, de pie, acompañado, a su derecha, del doctor Santos Silva Cota, licenciado Rafael
Soto Gil y el presidente de la Junta de Gobierno, Gustavo Aubanel Vallejo. 1962.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Claro, así que entonces básicamente el Departamento de Difusión organizaba exposiciones de arte; publicó las revistas esas que yo vi, la uno, dos, tres, cuatro.
Un boletín informativo. ¿No lo ha visto?, una hojita mimeografiada con actividades,
conferencias teatro, orquesta de cámara.
Ah sí, con músicos ¿de dónde?
Con músicos de aquí. El profesor Argote, uno de ellos. No recuerdo cómo se llama
un señor de El Centro, Ca. y el Lic. Vidales, notario público de aquí de Mexicali,
vive aquí, pianista, violinista. Dimos varias audiciones, el grupo de cámara de la
Universidad Autónoma de Baja California, y ellos no cobraban.
¿En donde se presentaban?
En Mexicali, en el Teatro del Seguro Social. Cuando se presentaban en Ensenada lo
hacían en el auditorio que teníamos en Ensenada en Ciencias Marinas, un auditorio
que improvisamos, era un galerón, en la Cámara de Comercio en Tijuana, en la Cámara de la Industria de la Transformación en Tijuana, en la Escuela Cuauhtémoc,
en el teatro, ahí estaba la Universidad.
Cuando hacían exposiciones de arte, ¿eran pintores, escultores locales o venían también cosas de México?
Eran solo pintores de Baja California, es decir, que era una difusión regional fundamentalmente. La única difusión que se hizo fue a través de la revista que cuando
la distribuimos les pareció tan interesante que de otras partes de la república nos
solicitaban ejemplares.
¿Que tiraje se hizo de la revista? ¿Lo recuerda?
Creo que eran quinientos… no recuerdo.
¿La vendían o la regalaban?
La vendíamos. No recuerdo si a diez pesos como colaboración, y si no había colaboración: quédate con ella. Por ahí tengo un corte de caja que hace el director de la
escuela Preparatoria de Ensenada sobre cuarenta revistas que le entregó el profesor
Vizcaíno quien colaboró mucho en la revista, las llevó a consignación y el director
solo pudo vender veinte, y ¿qué se haría con las otra veinte? Esta fue una etapa
muy gratificante porque comenzó a haber eco con esta actividad, todavía no creían
muchos estudiantes sino muchos emigraban a otras partes de la república a estudiar
la preparatoria, y consecuentemente estudios profesionales.
En aquel entonces (1960-1961), el campo de las diferentes disciplinas escogidas
por los estudiantes estaba muy reducido, las cuatro famosas básicas: derecho, medicina, ingeniería, creo que eran las tres liberales que existían, como no teníamos
ni medicina, derecho, ni teníamos ingeniería, los estudiantes emigraban, pero sobre
todo por las dos primeras: derecho y medicina. Después vienen una serie de cosas,
desarrollo del país, nuevas disciplinas, se abren muchos campos. En ese tiempo en
Baja California todavía las escuelas no tenían el número de estudiantes del sexo
masculino igual al de estudiantes del sexo femenino. Actualmente, aquí en la Escuela de Medicina casi 50% es de hombres y otro 50% de mujeres, lo mismo es en
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Tijuana, antes 80% del alumnado era del sexo masculino, aun en las preparatorias.
Pero fue una época muy gratificante. En ese tiempo hubo necesidad de precipitar
un tanto el crecimiento de la Universidad en creer que pudiéramos suplir muchas
insuficiencias con calidad humana, con esfuerzo, con entusiasmo, con sacrificio. Y
porque veíamos que nuestra Universidad estaba corriendo contra el tiempo.
La ayuda federal a las universidades estaba encausada a las que tenían mayor
desarrollo y, que por necesidades propias, por su propia magnitud, sus problemas
eran más grandes, las ayudas ordinarias y extraordinarias federales las dirigían a esas
universidades, y como nosotros estábamos conformados por preparatorias se nos
limitaba la ayuda, así se dijo en una reunión de la ANUIES. ¿Por qué la Asociación va
a ayudar a la Universidad si no está organizada administrativa y técnicamente? Tampoco inventamos, buscamos asesoría. Muchas actividades ahora son de la responsabilidad de algún departamento con algún nombre diferente pero que se hacían las
actividades más modestamente por un departamento que era polivalente. Por ejemplo, el Departamento Escolar que manejaba personal y el Departamento de Bienestar
Estudiantil, así como otras actividades, revalidación, pagos y demás.
¿Observó cambios, doctor, a partir del programa que se comienza a realizar a través
del Departamento de Difusión Cultural, cambios en la población, cambios hacia
la postura que tenía de la Universidad?
Sí, por eso digo que fue gratificante este momento, porque hubo eco, comenzaron grupos, gente que cultivaba algunos aspectos de las bellas artes, técnicas, artesanías, se
acercaron a nosotros para que se creasen algunas instituciones que desarrollasen sus
propias facultades; darnos consejos, ayudarnos, decirnos, publicaciones en la prensa.
En ese momento, en la estructura del gobierno de Estado, ¿existía alguna dependencia que se dedicara a la promoción cultural, o eran ustedes solos?
En la parte inicial todavía no creada, ya estaba el Departamento de Acción Cultural,
de Asuntos Culturales, que en sus efectos ya había una ley, la Ley Orgánica de
Educación del Estado establecía algunos aspectos de esta cuestión, pero todos se
hacían muy escolares, muy dentro de la escuela.
¿No hacia el público en general?
Solo en aquellos casos de fiestas cívicas. Nosotros no hacíamos programas; si se presentaba algún problema, lo resolvíamos o nos concentrabamos en proyectar otra situación.
¿Participaba la comunidad en exposiciones o eventos que se programaban, o era
únicamente para la población estudiantil?
A todo el público se le invitaba a través de la prensa, a través de invitaciones especiales por escrito, de las amistades que tuviéramos, aunque se gastaba un poquito de
dinero, pero lo teníamos que gastar.
Entonces, en gran medida fue el precursor en cuanto a difusión cultural en línea general y específicamente también en Universidad.
El Departamento Escolar empezó a crear dentro del estudiantado una seriedad, ya no
era lo mismo “ir con el director a que me arreglen esto” o ir con el maestro, era ir
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
con un funcionario de la Universidad, fuera del aula a donde tenía que acudir para
resolverle un problema, donde había que hacer un trámite, donde había que hacer
una serie de documentos que presentar, en donde empezó a verse que la Universidad no era solamente recaudo de calificaciones, sino que empezaron a verse otras
acciones que le daban más seriedad.
De los recursos económicos, con los que contaba la Universidad, ya habíamos hablado cómo se administraban y de la forma en que se trabajaba. ¿Qué más puede
contarme sobre la estructura administrativa de la Universidad?
En ese entonces, como había un presupuesto de un millón seis mil pesos, que fue lo
que se aprobó en 1960, junto con el tesorero de ese tiempo, Francisco Zárate, y el
recaudador acordaron que la Tesorería manejase y qué nómina se pagara. No se
llevaba contabilidad, más que la contabilidad nuestra de lo que ingresaba por el
Departamento Escolar, lo demás lo manejaba Tesorería.
¿Habrá un documento? ¿O recuerda usted más o menos?
En 1959 no teníamos más que dos escuelas y no hacíamos más que multiplicar el número de estudiantes por 30 y por 12 para tener los ingresos, como 12 000 pesos en
prepa Mexicali y como 2 000 pesos en la Preparatoria Ensenada, anuales. Esto fue
subiendo a medida que aumentaron la matrículas por las escuelas profesionales; no
recuerdo, pero por ahí esta el ingreso que hubo para 1964, calculado sobre matrículas, sobre exámenes y colegiaturas, quitando sobre desertores; todo era calculado,
no era exacto porque no había becas o condonaciones de pago.
Segunda reunión del Consejo Universitario en Tijuana. Sobresalen: doctor Pedro Mercado Sánchez,
profesor Víctor Manuel Espinoza Velveta, licenciado Edmundo Guajardo J. (en uso de la voz), profesor Maldonado Tapia
y arquitecto Marco Aurelio Sandoval. 1962.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Las becas se daban por la Universidad o por el gobierno del estado; la Universidad las obtenía a través de una petición y con las calificaciones de los estudiantes
la Universidad declaraba exento el pago al alumno. Al final de año la deuda la
pagaba, si no se estaba al corriente de los pagos, no se aplicaban exámenes. Les
hacíamos un arreglo personal para ver si podían pagar 50% o qué cantidad.
¿Los treinta pesos eran mensuales o anuales?
Mensuales. Las materias se cursaban por semestres, por cuatrimestres; anuales de
septiembre a junio: nueve meses. Ingresábamos al día 10 o 12, como no había
refrigeración se tenía que buscar la forma (sobre todo aquí en Mexicali); teníamos
que buscar una fecha más fresca. Casi siempre los días 13, 14 y 15 de septiembre
eran calurosos. Tanto en la Escuela de Pedagogía como en la de Ciencias Marinas
teníamos refrigeración en el recinto.
Un ingreso para todas. Bueno, yo creo que entonces pasamos a cómo o qué relación
tenía usted como rector con ANUIES.
La ANUIES se fortaleció bastante en el tiempo del licenciado Adolfo López Mateos
como presidente de la república, era un organismo que tenía trabajando como desde 1950, no recuerdo, pero en 1959 o 1960 empezó a fortalecerse con el interés que
pusieron en ella tanto el licenciado López Mateos como don Jaime Torres Bodet,
y también con la ayuda del ingeniero Víctor Bravo Ahúja de la Subsecretaría de
Educación Superior.
La primera ayuda por la relación la tuvo el licenciado González Cordero, yo tuve la
segunda, y a partir de esa fecha busqué la manera de incorporarme con ellos. Recibí la
simpatía y la asesoría; la ANUIES, en aquel entonces, contaba con un consejo, había una
asamblea, había un presidente de asamblea y un secretario general permanente. Este
tenía dos secretarios auxiliares y su personal administrativo que en ese tiempo estaba
formado por ocho personas, siete porque el secretario auxiliar del secretario general de
la ANUIES ayudaba por las tardes, trabajaban en un local en donde estaba Radio Universidad, con un espacio de 200 m2, era el espacio que tenían con pasillos y salas de espera.
Mi actuación fue la de buscar la simpatía y la asesoría, estudiar los problemas junto con
ellos. Los problemas los discutíamos tanto con los auxiliares como con el secretario
general, con el cual cultivé una amistad muy grande, con el presidente de asamblea
y con otros rectores, que algunas veces coincidíamos en reuniones nacionales, otras
veces en viajes que hacíamos, otras en reuniones regionales; hablamos de llevar una
hermandad, porque todos estábamos con un apremio económico. Mi relación fue muy
buena, yo siempre pugnaba por la permanencia en la ANUIES porque ayudar al trabajo
de ellos ayudaba a contar, ayudaba a cuadricular; discutíamos algunos criterios. El mismo licenciado Ortega Martínez me invitaba a comer a su casa (a mí me convenía, me
ahorraba la comida), discutíamos sobre universidades. Yo ayudé, pues, técnicamente,
pero me adueñé de mucha información necesaria para la Universidad.
Estas reuniones me servían para enterarme cómo le hacían otras universidades
en sus problemas, cuáles dificultades enfrentaban; vi la forma de presentar los
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
nuestros, vi la forma de cuantificar cuáles datos estadísticos eran los más importantes para que estuviésemos en oportunidad, con nuestra información, de mostrar nuestra población total a la Secretaría de la Presidencia o a la Secretaría de
Educación para solicitar la aprobación de los subsidios. Así es que asistí a varias
reuniones tanto al Estado de México como a Hidalgo, San Luis Potosí y Zacatecas,
a algunos actos universitarios. Me acuerdo del aniversario del Instituto de Ciencias
y Artes, 50 o 100 años, en el estado de Zacatecas, actualmente Universidad.
Acudí al acto al cual iba a asistir el presidente de la república, en la víspera varias universidades invitadas, junto con el licenciado Ortega Martínez, un
secretario auxiliar técnico, el rector del Instituto de Zacatecas y yo estuvimos
acomodando las sillas del presídium, el procenio, el escenario, el lunetario; y
una cosa muy importante, el recinto era un edificio viejo, era un exconvento. El
escenario estaba enfrente, había un lugar como foso para los músicos que parecía
cueva o gruta, muy feo. ¿Cómo podríamos tapar eso? El licenciado Ortega Martínez sacó dinero de su bolsa y mandó comprar tela de cielo, es una tela muy delgada; entonces nos pusimos a clavarla, todavía no teníamos idea, de cómo tapar
ese hueco. Entonces mandó a un chofer de la Universidad a que fuese a comprar
al mercado (y sacó dinero) todas las flores que encontrara. Trajo flores y empezamos a hacer la selección de flores y a pegarlas en la manta de cielo. No tengo
foto, pero se veía precioso. En ese acto, en ese momento, cuando estábamos trabajando, el rector de la Universidad, una persona muy fina decía que cómo yo, un
rector invitado estaba haciendo ese tipo de labores, que me mandara al hotel, que
no debía de hacer aquello, que yo era invitado, “esto no es para él”. No teníamos
personal, las ideas brotaban, había que hacerlo: Y él respondió: “que aprenda,
que aprenda”. Esa era la convivencia que teníamos, una verdadera hermandad.
Esa Asociación estuvo viviendo mucho tiempo en ese aspecto.
El licenciado Ortega que además se cultivaba, había viajado mucho por la república, por América del Sur y por Europa. Había asistido a muchos actos universitarios y sabía el cambio de bola de birrete y sabía sobre colores de las togas y
sabía las formas de abrir y cerrar una sesión, la forma de preguntar a un secretario
sobre el quórum, la forma de responder todas esas cosas que son muy importantes;
y estas otras cosas que aprendimos, y que da solemnidad a un acto universitario
(también a tirar flores). Esas fueron mis relaciones con la Asociación de Universidades. A través de Ortega Martínez nos pusimos en contacto, él nos acompañó a
hablar con el ministro de Marina, Sermeño Araico, para la ayuda de la Escuela de
Ciencias Marinas. Fuimos a hablar con el secretario de la Presidencia para la ayuda
económica de la Universidad, a través de él tuvimos la incorporación a la SEP y
también a través del licenciado Ortega Martínez, una amistad con el ingeniero Bravo Ahúja, nos puso en contacto con representantes de la FAO en México, nos puso
en contacto con Adem Instituto de Investigaciones Químicas de la Universidad de
México, es decir, a través de él y con mucho interés en la Universidad.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Es decir que ¿el licenciado Ortega Martínez fue básico también para el desarrollo
de las escuelas acá?
Creo que Ortega Martínez lo hacía en todas las universidades; sí lo vi hacerlo en Zacatecas, lo vi hacerlo en Sonora, San Luis Potosí, Estado de México, él organizaba las comidas, el menú, él organizaba la mesa, las mesas, él decía fulano de tal debe estar cerca
del presidente para que hable y lo conozca porque hay que fortalecerlo, y lo hacía. A
mí me puso delante del presidente nada más que “me dormí” y en el momento de sentarme me cambiaron de tarjeta. Llegamos a compenetrarnos tanto, a mí muchas veces
me ponían a revisar oficios, a revisar comunicaciones importantes, criticar cuando el
nombre del rector les iba a platicar alguna gente o iba a decir algún discurso a ver cuál
era el pensamiento de la ANUIES. Yo era de la gente que hablaba, revisaba discursos, y
lo que peor, me decía que platicase con el ponente y lo hiciese cambiar de idea que era
más triste todavía, puros problemas, yo percibí resentimientos.
Para redondear lo de la ANUIES. ¿La relación a través suya generó algo directamente
en la Universidad, aparte de los apoyos que se lograron por los contactos con
ellos? o ¿tuvo una injerencia directa dentro de la UABC?
Visita del presidente Adolfo López Mateos a la Escuela de Ciencias Marinas en Ensenada. A la derecha del presidente,
Santos Silva Cota y a la izquierda Pedro Mercado, director de la escuela. 1963.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Desde luego, él estuvo varias veces aquí en la UABC visitando las universidades como
secretario general cuando no estaba el presidente de asamblea. Esto apoyó a la
Universidad frente al gobernador en algunas acciones de formación de escuelas.
Apoyó a la Universidad invitando y presionando para que nos acompañase en algunos actos universitarios; él no podía disponer de dinero, él tenía que ayudar, no
manejaba dinero más que otros gastos que nada más les prestaba el gobierno a la
Universidad y, en mi opinión, sí fueron apoyos muy directos.
¿Hubo apoyo académico también?
Dos veces mandó rectores a conferencias. No existía todavía el apoyo académico interuniversitario, creo que hasta 1963 ya hubo una partida por parte del gobierno federal para
ello, cosa que no pudimos o no planeamos o no quisimos, no sé, buscar ese respaldo.
Doctor, hemos hablado a grandes rasgos sobre la actitud del régimen del gobernador
Esquivel hacia la Universidad ¿quisiera usted redundar respecto a ello?
Desde luego. Al iniciarse el régimen del ingeniero Esquivel había la idea, de políticos más
que de universitarios, de que se iba a cambiar toda la administración, inclusive la de la
Universidad, y dentro de la misma Junta de Gobierno se pensaba eso, con todo respeto
hacia mi persona, se planteó a la Junta de Gobierno la posibilidad de ver un cambio y
nombrar a alguien más, aparentemente más idóneo a las políticas que se suponía tenía
el ingeniero Esquivel, es que él era una persona brusca en el trato, pero tenía una sensibilidad muy especial por las cosas, por las matemáticas, por la literatura, por la poesía;
que mucha gente no conocía esta parte de él, era deportista, muy campechano.
El primer encuentro que tuve con él fue cuando tenía que presentar el presupuesto
de ingresos y egresos de la Universidad. Busqué su ayuda y, como dije una vez, me
recibió de una manera muy formal, muy seria; discutimos, hablamos, no como amigos
ni como enemigos, sino de manera cordial. Vio todo el problema de la Universidad.
Lo vio lógico, claro, lo vio realista y aprobó todos los presupuestos que yo le presenté.
Eso sucedió cuando fue a Tecate.
Exactamente, de ahí comencé a actuar junto a él pero se vino la posibilidad de cambio político y hubo gente que intervino agitando, y crearon un problema dentro de la Universidad. Le plantearon al ingeniero Esquivel el problema de la Universidad. Entonces él
contesta: “Yo no tengo nada que ver con la Universidad. La Universidad es autónoma
y si tienen problemas vean al rector”. Esto fue una muestra de respeto a la autonomía
universitaria, además, me dio mucho apoyo. Sentí que en esos momentos asumía una
doble responsabilidad frente a una persona que, primero, responde ante un político del
estado; segundo, la misma responsabilidad que yo tenía dentro de la Universidad. Se
resolvió el problema afortunadamente bien, gracias a las facilidades que me proporcionó el gobernador en cuanto a accesos, en cuanto a asesoramientos y demás pláticas que
tuvimos con toda libertad para tener yo casi puerta abierta con ellos.
Discutimos varias cosas de la Universidad, hablamos de algunos proyectos
que él tenía; le enseñé lo que se estaba haciendo. Nunca se pensó, ni él me dijo
sobre la apertura de una escuela de ingeniería, pero sí tenía la intención de ayudar
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
a la Universidad, en buscar el apoyo para la Universidad. Aumentó el subsidio
del siguiente año, era más, en esa ocasión me dijo que pudiésemos pensar en
que ya que el gobierno es el único que otorga el subsidio, que la Universidad se
hiciese estatal. Fue cuando le dije: “conste que la autonomía ya ganada no debe
perderse”, y él me dio la razón. Nos permitió que dentro del informe de gobierno
en un capítulo especial no solamente se mencionase la partida que en el ramo
de educación se otorgaba a la Universidad como subsidio, sino cuáles eran las
actividades de la Universidad en respuesta a ese subsidio. Si nosotros recibimos
dinero del pueblo a través del gobierno pues sería lógico que explicásemos al
gobierno lo que estábamos haciendo con el dinero que manejaba del pueblo. Eso
nos pareció muy bueno porque le dio importancia a la Universidad, fijó políticas
para la Universidad, respetó la autonomía, la libertad de cátedra.
Tenía amistad con varias personas de la Junta de Gobierno: López Zamora, Bermúdez Alegría, Santiago Garín, muy amigos, y estaba muy empapado con las cosas universitarias. Yo estuve cerca de él; cuando venían rectores yo los llevaba de
visita con él, sin perder la autonomía ni decidir en las cosas, siempre dándole su
lugar. Fue invitado nuestro, él nos invitó a un banquete como universitarios, nosotros lo invitamos a otro banquete como universitarios; nos sentamos cerca de don
Jaime Torres Bodet y ahí me di cuenta de su gusto por la poesía, puesto que siendo
un poeta don Jaime Torres Bodet, la tertulia que hubo entre los dos fue maravillosa.
Estuve escuchando tanto al ingeniero Eligio Esquivel como a Torres Bodet.
En ese acto no iba a hablar don Jaime Torres Bodet, todos querían que hablase pero él dijo que no lo haría porque estaba muy cansado. Le ofrecimos un
banquete con pura comida local, con puro producto local, vino Santo Tomás,
la comida de Ensenada, nada extranjero. El licenciado Piñera hizo la presentación, y estas fueron sus palabras: el doctor Jaime Torres Bodet, secretario de
Educación Pública del estado, el ingeniero invitado de honor Eligio Esquivel
Méndez, gobernador del estado, y después hizo una apología, cuando menos,
un señalamiento geográfico ligero, primero de su obra literaria de la poesía; lo
presentó como ministro de Educación; y en eso pega un manazo don Jaime, yo
estaba a un lado de él, a su izquierda. “No”, dijo inmediatamente, se contuvo
y me toma del brazo y me dijo: “¿Me permite tomar la palabra señor rector?”
“Pues sí, como no”. Entonces le hablé al licenciado Piñera: “va a hablar el licenciado Torres Bodet”, “¿cómo?”, “sí, va a hablar”.
La poesía se hace en cada acto del hombre que esté en donde esté, es belleza; es
manejarla y estamos haciendo poesía, y siguió el discurso, no sé si Piñera lo tenga
grabado; no lo grabamos pero fue muy bonito pues se encendió y le dio mucho interés a la reunión. El ingeniero Esquivel Méndez salió muy contento de la misma.
Fueron momentos agradables, pues en ellos se escucha a gente muy sabia. Desgraciadamente, hubo otros problemas y no pudimos obtener del ingeniero Esquivel
todo lo que era necesario porque estaba muy gastado en otras acciones.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Sin embargo, estando en la ciudad de México me mandó buscar para dotar a
las escuelas de dos laboratorios casi en vísperas de la inauguración. Quería hablar
conmigo. Me invitó un café, un té y nos pusimos a platicar sobre la Universidad.
Inició con estas palabras: “¿Qué quiere usted que haga a favor de la Universidad?”
Entonces yo, le solicité que el terreno que era la ex antigua plaza de toros fuera totalmente donado a la Universidad, junto con el parque Hidalgo que es donde están
las lomitas, esas del zacatito. “Es suyo”, me dijo.
¿El parque Hidalgo es terreno de la Universidad?
No, no lo fue. Yo lo quería, en aquel entonces. “¿Qué más?”, pues el subsidio,
que se aumentara de acuerdo con el proyecto que teníamos “¿40% está bien?,
¿qué más?”, pues que me dieran subsidio extraordinario por 140 000 pesos; lo
necesitamos para terminar el año. Así fue. “¿Qué más?”, me dijo. Bueno mire,
estamos haciendo una iniciativa federal, cuyos rendimientos puedan ser usados
por la Universidad. Estamos viendo alguna zona costera alrededor del malecón,
donde hay terrenos federales que pudiera usufructarlos la Universidad. “Le ayudaremos. ¿Qué más? ¿Qué le parecería la Escuela de Arquitectura? ¿Qué le parecería el auditorio de Tijuana con su terreno aledaño?” Perfecto, ¿y va para la
Universidad?, “sí, para la Universidad”. ¿Y qué le parecería si pusiéramos allí un
planetario, cuesta un millón de pesos, en lugar de hacerlo de box y de gimnasio,
lo vamos a hacer cultural, permanente, porque existía la idea de poner una exposición de reptiles de Baja California. Vamos a hacerlo mejor un planetario. Tengo
un proyecto y un presupuesto, y he hablado con la CIA (SAI) de México.
Planetario para ver los astros.
Como la cúpula era movible, podía quitarse y hacerse un acto público. Abajo podríamos
hacerlo. Y, como dijimos, nos vemos en Mexicali para legalizar todo. Perfecto. Me
despedí de él el fin semana antes de que él muriera. Lo único que pudo llevar a cabo,
en aquel entonces, fue que se acatara la disposición de darle dinero a la Universidad,
fue Kabande, el tesorero del estado. Una semana después, murió.
Me gustaría saber qué es lo que recuerda de cuando se hizo la convocatoria del concurso del lema oficial de la Universidad, si usted tuvo acceso a los lemas que se
habían propuesto, etcétera.
Le dije al licenciado David Piñera que necesitábamos un lema universitario adecuado a la
época. Que pensase en eso, y con esa política y con ese criterio que se difundiera esa
idea y que el jurado tomase en cuenta estos puntos de vista de lo que es la Universidad.
Un lema al hombre, el nombre era lo básico tanto por el concepto de ciencia, predicción
por el bienestar, como lo relacionado a la actividad cultural, las bellas artes y toda la
expresión del hombre traducida del universo. Sí, pongamos al hombre como centro…
eso es lo que yo puedo recordar. No tengo una gran memoria de qué tanta difusión hicimos, si lo publicamos en la prensa; no tengo recortes de esa convocatoria. El jurado
estuvo integrado creo que por el ingeniero Valenzuela, no sé si el ingeniero Walther,
un licenciado, un profesor y creo que era un médico, no se si fue Bermúdez Alegría.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Miguel Gárate Velarde
recibe el premio de manos
del rector Santos Silva
Cota, por el lema “Por
la realización plena del
hombre”. 1964.
Detrás de esto había que pensar en el escudo, en sus colores, su significado y
tras el sentimiento y la razón actuales de la Universidad, porque nosotros habíamos
nacido con principios extraños a la realidad de Baja California.
Doctor Santos, otro tema que me gustaría que abordara usted, es el de las huelgas y
conflictos en general, inevitables en toda universidad.
En esta comunidad universitaria inclusive en sus etapas iniciales, cuando poco se
conocía qué era una universidad, cómo debía manejarse una universidad, tenía
bastante influencia de gente que había cursado carreras universitarias, que había
vivido movimientos políticos de cierta importancia en sus universidades de origen,
e influyeron en lo respectivo a nuestra Universidad. El primer movimiento que
se hizo aquí en la Universidad, que significó un paro de actividades, fue en 1960
aunque ya en 1959 había cierta inquietud, no en contra de la Universidad, sino
cierta inquietud de los estudiantes en Ensenada que eran los que tenían problemas
de estudio; pero, además, tenían inquietudes por problemas especiales y quisieron
llevar a la Universidad a ese problema (problemas sociales ideológicos).
Talamantes, que ha destacado nacionalmente, fue alumno de la prepa de Ensenada y
era una persona que producía ciertas inquietudes en las direcciones de escuelas. Yo me
iba a platicar con él, para que viese que la Universidad apenas estaba empezando, que
necesitaba de toda la ayuda y comprensión y evitar la agitación y, sobre todo, problemas o movimientos que pudieran dar al traste con esta fase inicial de la Universidad.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Lo hizo, comprendió este muchacho, no terminó la prepa aquí, se fue a otra Universidad, creo que a Michoacán; sin embargo, destacó que en ese momento había cierta
inquietud en Tijuana por manifestarse; no habíamos incorporado ninguna escuela en
Tijuana. Yo tenía contacto con los estudiantes de las escuelas preparatorias en Tijuana,
y por supuesto que me interesaba porque la Universidad fundara escuela allí, sobre
todo una escuela de derecho. Los estudiantes de Tijuana vinieron a Mexicali en un plan
bastante mesurado. Los problemas, repito, fueron en 1960, con el cambio de gobierno,
pensando que la Universidad estaba ligada políticamente a los cambios gubernamentales y que así como sucedían cambios a nivel de oficinas dependientes del ejecutivo del
estado posiblemente también pudiera haber intereses de las autoridades de promover
algún cambio con motivo de la estructuración de la Universidad, de haberse nombrado
el secretario general de la misma, el Departamento Escolar y Extensión Universitaria.
Se suscitó el primer movimiento universitario, acusaban a las autoridades de que
en lugar de fortalecer las preparatorias, que en lugar de aumentar los salarios, que
en lugar de promover la construcción de las aulas, estábamos repartiendo el botín
universitario. Y que habíamos dado nuestros puestos a personas muy allegadas, inclusive parientes y compadres. Esto trajo el primer conato, el primer movimiento que
llegó a suspender labores, que se fue extendiendo, que aunque pudimos sortear sin
interrumpir por largo periodo de labores, se fue acumulando. Solicitamos entonces
la intervención al gobernador en esos tres meses y él fue el que repitió una frase que
creo que fue muy buena porque demostró con ella el respeto a la autonomía universitaria, y no por evadir un problema, porque estaba muy interesado tal y como lo
demostró posteriormente, y que además me dio un apoyo ante la autoridades universitarias. Cuando les repitió a los estudiantes que el problema universitario no tendría
que ser arreglado por él, que siendo la universidad autónoma, la solución a los problemas que se suscitaran tendrían que buscarse dentro de su propia comunidad. Con
ello se fortaleció la autonomía universitaria; los estudiantes tuvieron que enfrentarse
con las autoridades universitarias. Se suspendieron las labores pidiendo la salida de
un director, pidiendo la salida de otro director, de algunos maestros; de tal manera
que inclusive ellos dieron la vuelta y hubo problemas en los que a los que los defendían los atacaban. Se pidió la salida de un director y tuvimos que optar por buscar
un tercero para solucionar los hechos, y que no saliera perjudicando el año lectivo.
Ese movimiento terminó con los estudiantes en cuanto a la designación del siguiente director y en ese movimiento tuvo que intervenir la Junta de Gobierno, y
lo hizo de acuerdo con la Ley Orgánica que establece que la Junta de Gobierno
intervendrá en todos los conflictos entre autoridades universitarias y, en este caso,
ya no eran los estudiantes, que no son autoridad, sino era el director de la escuela
Preparatoria de Mexicali y un grupo de profesores en contra de la Rectoría que
creó conflictos entre autoridades universitarias. La Junta de Gobierno investigó;
el señor Athié, el ingeniero Garín, el señor Alegría y el licenciado Valenzuela hicieron su investigación; levantaron sus actas y tomaron medidas determinadas por
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
la comisión nombrada por la Junta de Gobierno, esto acabó con el problema, pero
seguimos vigilando la situación. Se nombró al licenciado Carlos Juvera Calderón.
En estos movimientos estudiantiles además de que se pedían situaciones muy
concretas sobre cosas personales, también ponían en sus peticiones la creación
de bibliotecas, de laboratorios, aulas, material didáctico, algo que pareciera que
estaban buscando beneficio para la Universidad. Sí estudiaban los muchachos. Las
problemáticas que se manifestaban venían acompañadas de solicitud de equipos
deportivos, para apoyar sus peticiones personales e intereses muy particulares.
Al siguiente año, en 1961, Tijuana también promovió otra inquietud: Tijuana tenía
una preparatoria incorporada a la Universidad que era el Instituto Cuauhtlatohuac, contaban además con una preparatoria oficial, la Preparatoria Agua Caliente, más bien no
era oficial, sino que el grupo de profesores que trabajó en el Tecnológico de Agua Caliente se unió para hacer una escuela preparatoria por cooperación y logró incorporarla
a la SEP. Era una escuela cobijada por los maestros que daban clases en el Politécnico
de Tijuana, y mediante unas cuotas y un subsidio de 5 000 pesos que daba la federación
lograron incorporarse a la SEP con un tipo de bachillerato diferente al que nosotros teníamos, el bachillerato único y ellos tenían el bachillerato especializado, ambos de dos
años. Nosotros teníamos problemas para poder incorporar a esta escuela preparatoria.
Sin embargo, al contar con amigos dentro de los profesores que estaban dando sus clases se logró la incorporación de la Preparatoria de Tijuana a la UABC.
Continuamos trabajando con la Escuela Preparatoria de Agua Caliente como preparatoria de la Universidad. Pero esta escuela no se desincorporó de la SEP y siguió la
documentación por doble parte para llevar a efecto lo que marcaba la SEP y para cumplir el bachillerato único que estaba dando la Universidad con serios problemas para
los estudiantes. Estos sintieron el problema, lo atacaron, empezaron a manifestarse,
claro, promovidos y alentados por profesores perfectamente identificados; no sé si
lo hicieron para buscar satisfacciones personales, el caso es que también entraron en
la huelga, una huelga para desincorporarse de la SEP e incorporarse a la Universidad.
Ya habíamos decidido que fuese la Universidad quien tomase la tutela de esta
escuela, entonces se promovió nuevamente la huelga; hubo paro inmediato aquí, por
una situación muy especial: el Instituto Agua Caliente nos prestaba dos aulas para las
clases y la oficina que en la mañana funcionaba como dirección de la preparatoria.
Cuando se vino la huelga y se apoyó, no vimos con simpatía ese movimiento, convenía la regularización de esa situación pues hubo un tanto de inconformidad de parte
de los maestros que entonces eran directivos de esta escuela y optaron por desalojar,
pedir nuestra salida; ya no nos iban a prestar las aulas y pues esto era más serio, porque había que buscar dónde ubicarnos. No contábamos con recursos, la Universidad
de Tijuana no tenía instalaciones adecuadas que nos pudieran prestar. Estaba por inaugurarse la Escuela Lázaro Cárdenas, ubicada rumbo a las Playas de Tijuana, en un
lugar donde había una barriada de mucho peligro; pero necesitábamos instalaciones
adecuadas; decidimos tomar esta opción y aceptamos que nos prestaran ese local.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Buscamos la escuela del Sindicato Alba Roja. Disponían ahí de una escuela
primaria, una secundaria y por la tarde de unas aulas; no las prestaron. La escuela
particular tampoco la prestaron, entonces no tuvimos más que irnos a la escuela
de ese local, pero los estudiantes tenían un serio problema, porque empezaron a
ser atacados, burlados, se quejaban porque estaban utilizados por el pandillerismo
de esa zona y de que peligraba su seguridad. Teníamos que resolver el problema,
buscar quién nos pudiera ayudar. Rentamos dos pequeñas aulas en una escuela
comercial en la calle segunda en Tijuana, con el objeto de no perder las clases. Ni
un maestro se opuso a esta gira trashumante, “que ya para acá, ya para allá, ya para
acá siempre”. Los maestros cumplían y también los alumnos.
Así anduvimos por un tiempo, conocimos la Escuela Álvaro Obregón, que está
en Lomas de Altamira allá en Tijuana, era una escuela muy bien hecha, grande, con
instalaciones adecuadas para ser una escuela de alto nivel. Yo me acordaba de esa
escuela que en su época de reciente inauguración tenía cuatro plantas y una planta de
abajo, sótanos en los que estaba el museo, artes manuales, el gimnasio. Aunque solicité esa escuela no me la prestaron a nivel local, entonces me dije: ¿qué hago? Hablé
por teléfono a la Asociación Nacional de Universidades y les planteé el problema:
no tengo ningún local, ningún edificio, ni dinero para poder rentar y no hay dónde
rentar, pero está la Escuela Álvaro Obregón que tiene las instalaciones adecuadas.
¿Es la escuela donde está la Casa de la Cultura?
Sí. Cuando yo hablé con don Jaime Torres él ya estaba enterado del problema que
enfrentábamos. Se me indicó que hablara a la Secretaría de Educación con el director de Estados y Territorios que era un profesor que me había dado clases en la
primaria; y él me dijo: “Santitos, estás mal informado, hay un problema en Tijuana
muy serio; sin embargo, hay instrucciones de don Jaime de esto”. Pero seguía el
rechazo, entonces no me dieron salones de las plantas superiores, sino que me dijeron que me prestaban las aulas del sótano, con los mesabancos que teníamos, y lo
tomamos haciendo un lado tecolotes disecados.
HUELGAS Y CONFLICTOS
De las huelgas que hubo durante su periodo como rector, ¿cuáles le parecieron más
difíciles y cuáles las más importantes?
Unos de los conflictos estudiantiles que se presentaron durante la gestión fueron originados por falta de recursos económicos para poder cubrir todas las necesidades
de la Universidad, otros se debieron a la falta de orientación del estudiante en lo
relacionado con su propia universidad. Estábamos en una época en la que existía
bastante efervescencia estudiantil nacional, el estudiante se significaba por su inconformidad al querer intervenir en muchos asuntos universitarios, ya estaba apareciendo lo que le llaman ahora paridad en Consejo Universitario.
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Encuentro cultural. De pie, David Piñera Ramírez, jefe de Difusión Cultural de la UABC. En la mesa,
de izquierda a derecha: Santos Silva Cota, tres personas no identificadas, José G. Valenzuela, Arturo
Ibarra Ojeda (director de la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas) y Carlos Juvera Calderón
(director de la Preparatoria de Mexicali). 1964.
Se confundía y se quería establecer la autonomía como un autogobierno
compartido igualmente con todos los sectores que lo conformaban y otro motivo era, el litigar por presiones de otras fuerzas extrañas a la propia Universidad,
no digo que por motivos políticos, aunque sí se presentaron algunos movimientos de ese tipo, originados por cualquiera de estas situaciones y correspondían
casi al cambio de gobierno. Durante mi trabajo como rector me tocaron cuatro
administraciones gubernamentales: la del licenciado Braulio Maldonado, la del
licenciado Esquivel Méndez, a su muerte con el doctor Aubanel Vallejo, y después con el ingeniero Sánchez Díaz.
En esa época yo veía cierta agitación en la Universidad, movimientos que tuvieron significación fueron de la Escuela Preparatoria Mexicali en 1962, y la huelga,
más que huelga fue un movimiento estudiantil limitado a la Escuela de Economía,
creo que en aquel entonces tenía 23 alumnos en Tijuana. Posteriormente, se presentó un movimiento, casi al término de mi gestión como rector, nacido dentro de la
Preparatoria y generalizado después a varias escuelas, aunque no había integración
del movimiento, sí se dio; en unos se ganó y en otros se perdió. Se ganó puesto que
hubo madurez, se aprendió a dialogar. Se aprendió responsabilidad estudiantil; se
aprendió a tratar estudiantes y se mejoraron algunas estructuras universitarias, que
posiblemente no hubieran sido tan violentamente estructuradas si no actúan esos
grupos de presión, y pongo por ejemplo la integración del Consejo Universitario.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
La integración del Consejo Universitario fue una bandera que tomó la Escuela
Preparatoria Mexicali, en su primer movimiento, que fue un movimiento activador, y
la integración del Consejo era una situación que nosotros contemplábamos pero que
la veíamos con más prudencia que violencia, en virtud de que todavía no contábamos
con suficientes escuelas superiores, únicamente preparatorias y las que ya teníamos
confirmadas apenas estaban en sus primeros años de la carrera. Sin embargo, ante la
presión ya había algunas oficinas, ya estaba integrado el Departamento de Difusión
Cultural y el de Servicios Escolares, vimos, pues, que era posible, aunque no eran
las condiciones ideales para integrar el Consejo, sí se formó. Esa fue una ganancia.
Otra situación que creo que también se consiguió por este movimiento universitario fue en Tijuana por la Preparatoria Tijuana, puesto que nos obligó a resolver problemas de edificios ya que estábamos alojados en el antiguo casino de
Agua Caliente y por una situación doble, no estábamos a gusto, ni las autoridades
universitarias ni los estudiantes, y se levantó el proceso y tuvimos que irnos a
unos edificios prestados de la Secretaría de Educación Pública, cuya obtención
fue difícil. Las autoridades tuvieron que intervenir para que pudiéramos ocuparlas. Sí resonó este movimiento ante las autoridades de México, ante la propia
Asociación de Universidades, y ante la Secretaría de Educación Pública, pues
las necesidades que teníamos de un edificio, tanto en Mexicali como en Tijuana,
seguramente llegaron a la Presidencia de la República; se tomó la determinación
de que hubiera subsidio especial para la construcción de los edificios de esas
escuelas de Tijuana y de Mexicali.
El movimiento de Economía no tuvo gran resonancia ni consecuencias. Hubo
inconformidad debido a las carencias en lo que se refiere al magisterio, fue cuando se tuvo la necesidad de cambiar de director, en lugar de tener un licenciado en
derecho, se puso un licenciado en economía. Se ganó algo, pero no correspondió
al movimiento, sino al mismo proceso de universidades de buscar a los candidatos
especiales y que se consiguieron coincidentemente con esto.
Finalmente, el último movimiento huelguístico fue el que se presentó en la
Preparatoria Mexicali. Aquí se buscaba un cambio en la ley organizada de la universidad, no sé qué era lo que se buscaba en esa reforma; se hablaba de la paridad
ante el Consejo Universitario, se pedía la terminación del periodo provisional de
la Universidad, pero esto no modificaba la Ley Orgánica, lo que sí podía haber
modificado la Ley Orgánica, como lo pedían, era la paridad universitaria, como
estuviera integrado el Consejo Universitario. Lo demás no significó nada, se pedían más escuelas, pero eso no era la manera de hacerlo. Sin embargo, la suspensión de clases duró dos meses. La huelga no fue general. Hubo mucha resonancia
periodística y creo que fue todo.
Ahora bien, dentro de los conflictos que no terminaron en huelga se presentaron
algunos de la misma naturaleza o provenientes de las mismas causas que ya señalé. Hubo inquietud por aumento de salario, hubo inquietud por fijar una posición
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
del magisterio; se trató de formar un sindicato, se pedía igualar los salarios a los
de la Secretaría de Educación que se pagaban en segunda enseñanza; se pudieron
zanjar esas situaciones con base en el diálogo, con base en comprender el problema por ambas partes, y como se demostró que el Consejo Universitario tenía
representación del sector profesional y de trabajadores, pues no era tan necesaria
la formación de un sindicato como se pedía. Sin embargo, se integró una sociedad
de profesores, sociedad de maestros que sí actuó periodísticamente, inclusive con
publicaciones apoyando esa última huelga de la Preparatoria Mexicali, en donde
también se pedía lo mismo: reconocer la Ley Orgánica, terminación de periodo de
la Universidad, designación del Patronato Universitario, etcétera.
Solo en una ocasión y apoyándonos en la Ley Orgánica solicitamos la intervención de la Junta de Gobierno, por ser un conflicto entre las autoridades universitarias, y esto sucedió en la Escuela Preparatoria Mexicali, entre el Consejo Técnico,
el director de la escuela y la autoridad del rector. Esta situación se denunció ante
la Junta de Gobierno, se solicitó su intervención, esta nombró una comisión adecuada que hiciera la investigación; se presentaron otros problemas; se resolvió el
problema. Seguimos la marcha, hubo carencias dentro de las propias escuelas, problemas mínimos, de los maestros que querían ser directores o alumnos que querían
tener ciertos privilegios, pero no pasaron a mayores; se pedían recursos suficientes.
Nosotros lo que necesitábamos era ganarle tiempo al tiempo para desarrollar más
la Universidad y que situaciones como estas no nos tomaran tan débiles, porque
cualquier sacudimiento político nos podría comer y hacernos pedazos, porque ya
habíamos visto universidades en otros estados, aquí en el vecino, Sonora, donde la
inmadurez universitaria estudiantil más bien hizo pábulo de la Universidad donde
hubiera intervención política. Creo yo que ese fue el mayor conflicto.
¿Cómo era el sector estudiantil en ese periodo?
En su origen, por decreto social, era clase media baja, económicamente impedida
para dirigirse a otra parte del país a proseguir sus estudios. Así se formaban
nuestras preparatorias oficiales, no así las particulares donde había gente de
mejores condiciones económicas. Que los estudiantes provinieran de estos estratos, a mí me parecía maravilloso. Aunque yo no tenía una idea hacia dónde
iba la universidad, sí tenía una idea muy compenetrable del fenómeno social;
hicimos una encuesta de la biblioteca del estudiante, sobre qué temas interesaban: Mexicali se interesaba en temas filosóficos; Tijuana se interesaba en
temas culturales: literatura, arte y poesía; Ensenada en temas científicos; eso
les gustaba a los estudiantes y solicitaban libros de esa naturaleza para que se
incorporaran las pequeñas bibliotecas que se estaban creando en las escuelas;
fuera de eso el estudiante aún no invadido por la nueva onda, era un estudiante
serio, respetuoso, carecía del conocimiento de ceremonial universitario, de las
reglas de orden para convivir dentro de un centro universitario; era lógico, inclusive nosotros mismos estábamos aprendiendo eso.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Se fue integrando poco a poco y han venido aumentando las escuelas profesionales al ir aumentado los grados en las propias escuelas, al tener aquí invitadas a
algunas personas de otras partes de la república, funcionarios importantes, actos que
hicimos, iniciación de cursos, bailes, actos universitarios académicos. Poco celebramos las graduaciones. Lo más importante, lo primero, era la orientación que nos daba
la propia sección de universidades, posteriormente, la relación que tuvieron con los
estudiantes de origen de Baja California que estudiaban en Guadalajara, ciudad de
México y Monterrey quienes en sus vacaciones o viajes especiales intercambiaban
opiniones y poco a poco fueron mejor orientados de sus recintos universitarios. Sí,
estos estudiantes bajacalifornianos que emigraban a otras universidades luchaban y
pedían, y se adherían a los movimientos donde estaban contra situaciones de carestía
mundial o problemas de gobierno de opresión, pero por demostrar que estaban compenetrados en el problema social del mundo, no porque fueran a luchar allá, era parte
de todo universitario hacerlo así, y pedir la difusión de un dictador lejos del país.
¿Fue en la época de Cuba?
No, Cuba estaba sintiendo los debates; Tijuana estaba muy interesada, eran castristas, la
preparatoria y la Escuela de Economía eran también castristas; admiraban a Castro, al
Che Guevara, a Camilo Torres. Los estudiantes de Baja California entraban a las preparatorias y cada vez estaban más consolidadas, sobre todo con la inauguración de los
edificios, con la idea de que se iban a ir a otra parte del país, entonces el estudiante cursaba una buena preparatoria y luego iba a otras partes del país a continuar con estudios
superiores. Quiero decirle que en los exámenes de admisión que hacía la Universidad
para los estudiantes de provincia Baja California obtenía los primeros lugares, pocos
estudiantes bajacalifornianos eran rechazados.
Otras escuelas profesionales que se iniciaron sobre todo la de Ciencias Económicas y Administrativas en Tijuana, tuvieron muy poco alumnado, al mismo tiempo que teníamos veinte alumnos, cuarenta habían de emigrar a estudiar economía
o contabilidad. En la Escuela de Ciencias Marinas tuvimos seis alumnos, pero no
sabían de lo que se trataba; se hablaba de ciencias del mar. Al abulón, inclusive,
no se le conocía tanto, ni al sargazo, ni a las algas marinas, nada de eso, solamente unos cuantos teníamos más interés en esto. Veíamos el porvenir en el mar. No
tenía una gran demanda, pero por desconocimiento, inclusive creo que pudiera ser
que tuvieran miedo, miedo de ingresar a la escuela de Ensenada. Aunado a ello la
propia Escuela de Ciencias Marinas aplicó un examen de admisión bastante rígido.
La Escuela de Ciencias Sociales no hizo más que canalizar una inquietud demostrada por pequeños grupos, porque los otros venían de preparatorias de otras
partes del país para entrar a profesional. Se pedía la integración de la universidad, con medicina, con ingeniería y con derecho, que si no era así, la universidad
no existía, que si se solicitaba la escuela de derecho teníamos que crearla. Yo les
comentaba que hay universidades de agricultura en el Perú, que se acababa de
abrir otra en Chapingo, hasta una universidad femenina en México.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
El rector de la UABC, Dr. Santos Silva Cota, recibió en Mexicali al cónsul de EUA.
Les acompañan, de izquierda a derecha: Lic. Carlos Juvera Calderón (director de la Preparatoria
de Mexicali), Lic. Rafael Soto Gil (secretario general), Ing. Alejandro Aranda (subdirector
de la Preparatoria de Mexicali) y Lic. Arturo Ibarra Ojeda (director de la Escuela de Ciencias
Sociales y Políticas). 1965.
Se buscó canalizar nuestra capacidad en la creación de esas escuelas a través de
la Escuela de Ciencias Sociales, con una carrera de administración pública y una de
sociología; para hacer la de ingeniería no teníamos capacidad. Luchábamos por una
escuela de agricultura, pero nadie la pedía. Nosotros estábamos dentro de una preconización del plano nacional; había una escuela de agricultura en Sonora, no teníamos
porqué crear otra escuela de agricultura en Baja California; había una Escuela de
Derecho Sonora, no teníamos porqué repetir otra aquí; para no diversificar los recursos, perderlos, y además respetar el convenio para regionalizar la educación superior
de acuerdo con otras áreas determinadas. Hubo algunas ideas que fueron apoyadas
por padres de familias para que se formasen escuelas y que sus hijos no emigraran.
Yo decía en este caso, que era más triste ver que nuestros hijos emigraran como
universitarios porque no tenían fuentes de trabajo a que emigraran como estudiantes
y buscasen ellos mismos o regresasen a su patria chica ya terminada su emigración
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
temporal. Sin embargo, las presiones estudiantiles en ese sentido no se elevaron tan
intensamente; finalmente apoyaron a las autoridades universitarias para la creación
de edificios escolares. Me acuerdo de uno de ellos, Lizárraga, que se puso enfrente
del presidente Adolfo López Mateos y le dijo: señor presidente, la Preparatoria Tijuana es la más importante. El señor presidente contestó, se van a hacer las dos.
Los estudiantes de aquella época se expresaban a través del órgano periodístico, y temas periodísticos, en Ensenada, Mexicali, Tijuana. El estudiante de Baja
California, formado o no en la UABC, buscaba liderar en las universidades. Hubo
épocas en las que los grupos dirigentes de Sonora eran de Baja California.
¿Qué comentarios podría hacer sobre colaboradores, jefes de departamento, directores de escuelas e institutos, etcétera?
Nuestro interés en buscar colaboradores estaba basado en encontrar en cualquier campo aquella gente que verdaderamente nos pudiera ayudar; no era necesario que se
contara con un currículum brillante, pero sí con grandes deseos de ayudar. Esta era
la principal característica que buscábamos, de cualquier acción política, de cualquier
sector social, era bienvenido. Al principio tuvimos que buscar entre la gente más apegada a la Universidad. Recurrimos a los elementos más adecuados, comenzando por
el licenciado Soto Gil, brillante en su carrera profesional, con un bufete jurídico muy
estructurado, maestro fundador de la Normal Fronteriza, persona muy apegada al
régimen jurídico, eso me hacía sentirme muy seguro, confiaba en que él podría armar
los cabos sueltos. Como cuando rompimos unos sellos puestos por Hacienda, por
Conciliación y Arbitraje para poder obtener una imprenta que había sido donada a la
Universidad. Él, temeroso porque yo hacía un acto ilegal, le dije: “para eso estás”.
Aparte de que formalizó algunos aspectos de la Universidad, estaba muy entregado
a la misma. Trabajamos a deshoras de la noche; todo un grupo de gente, para estructurar algunos reglamentos internos de la propia Universidad. Él facilitaba las cosas,
era una persona en la cual yo me podía apoyar y la Universidad se podía engalanar
con ello, con la presencia del licenciado Soto Gil, tan es así que la propia Asociación
(ANUIES) en una ocasión me pidió que si era posible que el licenciado Soto Gil viajase a otra universidad para que les ayudara en la elaboración de su reglamento interno.
El doctor Austreberto Silva Olivares, no por ser mi pariente, porque como pariente lo conocía perfectamente bien y sabía cuáles era sus virtudes y cuáles sus
defectos, pero sus virtudes dentro de la Universidad fueron perfectamente bien
aprovechadas. Un hombre muy apegado también a la línea recta; firme a sus criterios de revalidación; estudioso para lo mismo, apoyándose en los reglamentos de
otras universidades, llevaba un registro acucioso y minucioso de todos los problemas, no solamente llevaba la relación con estudiantes sino con personal, puesto
que a su cargo quedó también la sección de personal.
¿Él estaba en el Departamento Escolar?
Sí, Servicios Escolares, que manejaba los problemas estudiantiles como los problemas laborales, dedicado ciento por ciento, no obstante que tenía sus tareas dentro
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
del Instituto Mexicano del Seguro Social, él hacia de tripas corazón y hasta su
consultorio abandonó para poder darnos más horas.
Respecto al Departamento de Difusión Cultural, yo no conocía al licenciado
David Piñera, lo conocí por sus inquietudes. Él presentó un programa antes de haber sido nombrado formalmente. Podía colaborar con la Universidad a sabiendas
de que no existía ningún puesto, ni había dinero; él quería desarrollar todas las
actividades en relación con su inquietud, que lo han conducido hasta estas cosas
históricas ahora. Muy trabajador, aun con su paciencia y ritmo de vida, era trabajador y entregaba y confeccionaba sus programas. Creaba un medio propicio, se
iba a Tijuana en camión, él transportaba inclusive cuadros a una exposición. Las
primeras publicaciones de la UABC gracias a su intervención fueron posibles.
En Tesorería tuvimos mucho apoyo pero no trabajo decidido, puesto que esta
área estaba dedicada a actividades dentro del gobierno, Oficial Mayor de gobierno, pero sí contamos con la entrega a algunas áreas gubernamentales que
nos eran necesarias. Zárate era un buen amigo y un enamorado de la Universidad; los directores que se fueron integrando, desafortunadamente algunos fueron
movidos, otros renunciaron, no creo que haya habido uno que haya subido a la
dirección para medio personal o un fin político, no creo.
En Preparatoria, salió el anterior director y después de él fue el químico Quiroz,
entregaba la universidad formalista por ciertas cosas políticas en donde se vio envuelto, él salió. Hubo una etapa de transición donde estuvo el licenciado Guajardo,
que no buscaba un número, él quería, si tenía tiempo, no fue así; vino el licenciado Juvera Calderón, muy formalista, se rodeó de buenos colaboradores, le tocó en
suerte el nuevo edificio de la escuela preparatoria; organizó a sus maestros, tenía
presencia. Él daba clases, fue una persona leal, no solo a la persona del rector sino
a la Universidad, un tanto romántico, pero leal, éramos conocidos, amigos, no muy
íntimos, discutíamos mucho, teníamos diferente opinión en lo que se refiere a una
universidad, pero creímos que era la persona idónea por su preparación para asumir
la dirección de la Escuela de Pedagogía, claro que hubo presión que le hizo desviarse
del propósito original, pero tampoco lo hacía él por buscar una posición personal.
En relación con la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas, su director fue Ibarra Ojeda, persona que yo no conocía, nunca la había visto en mi vida; una persona
que sabíamos que quería venirse para acá, que era egresado de la Universidad de
México, que era profesor, tenía su currículum y él quería ayudarnos y en condiciones malas económicamente. Fue de los maestros que tuvimos que pagarle como
tiempo completo para que regresasen. En aquel tiempo pagaban cinco mil pesos.
Estudioso; le dio formalidad a la escuela, mucha presentación.
En el valle de Mexicali la única escuela que fundamos fue la de Guadalupe
Victoria, vamos a decirlo, apoyé a mi papá y el tiempo se encarga y hasta ahora se
ha demostrado que fue la mejor selección. El director era un médico con prestigio
en el lugar y ya que se necesitaba tener un nombramiento o un título superior a
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
bachiller, el bachiller era el médico, pues se puso como director, pero se necesitaba
una persona que lo apoyara, con conocimientos en esta materia de la educación y
fue mi padre quien se entregó, inclusive allá dormía, les enseñaba a comer a los
muchachos; el mejor registro, la escuela mejor administrada, no por chica, sino
porque mi padre tenía conocimientos de lo que era la administración escolar; ese
era el problema de lo que era administración escolar, yo me di cuenta de eso.
Tengo varios escritos de él, inclusive hay una carta dirigida por él mismo al
Consejo Universitario en donde hace críticas no solamente de algunas personas
sino de su propio hijo, sobre el problema Licefer. La carta que leí yo en el Consejo
nos dejó fríos a todos, era crítica, no sé si propiciada por situaciones políticas o
por buscar una situación de arreglo, pero lo que estábamos realizando era lo justo,
aunque lesionara intereses.
En Tijuana, pues, la selección fue del magisterio de la preparatoria, hubo que
proponer al director, ahí no fue designado por auditoría, se propuso por el magisterio de la preparatoria, doctor Ángel Morales. Él se entregó a la escuela, era médico
y casi dejó su profesión por entregarse a la escuela con un salario ínfimo, porque
no se le pagaba por tiempo completo, además daba clases, no solamente era auditor
sino que también daba clases. Él es de aquí de Mexicali, y llegó a Tijuana después
de haberse recibido y se dedicó a la docencia, daba clases en la Preparatoria Agua
Caliente, así como en otra escuela particular, y luego se incorporó con nosotros.
Exposición cultural en el IMSS. De izquierda a derecha: dos personas no identificadas, Arévalo
Gardoqui, Ramón Paz y Santos Silva Cota. 1964.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
En relación con el director de Administración, de Contabilidad y Ciencias
Económicas, que así se llamaba al principio, fue el licenciado Zamora Tapia,
también joven ambicioso, universitario; fue líder universitario en la ciudad de
México, orador, respetuoso de la autoridad que con grandes empeños nos ayudó, puesto que sin ser economista, aceptó ser el director de Economía teniendo
enfrente a un director de un Instituto de Ciencias Económicas que sí era economista; ahí posiblemente nos haya faltado un poco de coordinación, lo que era
investigación con docencia, posiblemente nos faltó un poco de consolidación de
coordinar esos aspectos. Después, al unirse, por proposición del propio Consejo
Universitario, en Ciencias Económicas y Contabilidad, suman dos directores, el
otro director fue Antonio Martínez Sarsoza, como dicen, nos sacamos la lotería
en la Universidad, porque también casi abandonó su bufete, todo el equipo de su
despacho contable estaba al servicio de la Universidad. Viajó, hizo un congreso
de la Escuela de Contabilidad, le dio representación a la escuela, fue a otras
partes, inclusive en su propio despacho nos prestó su equipo; la contabilidad precaria de la Universidad, la administración de los bienes él la llevó, él hacía nóminas, hacía todo el cálculo y descuentos y demás pagos; los cheques se hacían en
su máquina, sin costo alguno para la Universidad. Regaló libros a la Universidad.
Dentro de su despacho adiestraba estudiantes, era un Quijote.
El otro director, a quien tampoco conocía, fue el licenciado Carrillo. El licenciado Luis Raymundo Carrillo era egresado de la Universidad de Guadalajara, y se vino para acá, a Tijuana, a buscar nuevos campos. Se casó en Tijuana,
inclusive. Una persona muy leal, con muchos deseos de superar a la escuela; se
encontraba por primera vez con una dirección de escuela, con autonomía, una
autonomía natural que ayudó a suavizar algunos problemas que se suscitaban
en la Escuela de Economía, pues ¡había tanto izquierdista!, porque eso era la
tónica de las escuelas de economía del país.
Él licenciado Román Hirales que estuvo trabajando con nosotros a cargo del
Instituto de Investigaciones Económicas, él lo organizó, no existía nada, él le
dio cuerpo, buscó un grupo de asesores, formó una comisión o un comité de investigación a título gratuito, se hicieron algunos trabajos de investigación, los
ofrecimos al gobierno sobre cosas de la frontera, no sé si los primeros trabajos
o no sobre los problemas fronterizos; hicimos estudios sobre flores, sobre el
cultivo de flores, sobre utilización del tiempo ocioso de la gente que trabajaba
al otro lado, desocupación, sobre curiosidades, trabajos creo que si existe el
instituto todavía deben de estar.
En Ensenada contamos con gente muy valiosa, desde el primer director que al
incorporarme yo como rector de la Universidad él ya estaba, me refiero al ingeniero Federico Reul, un gran colaborador, aunque al ingeniero le decíamos que
la sensibilidad por las cuestiones sociales y educativas estaban más arraigadas
y fuertes en los secretarios. Por propia determinación este hombre se entregaba
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
a la Universidad. Había unas épocas brillantes de la preparatoria, muy bien organizadas con muy pocos recursos en un local que fue donado, limitado en sus
capacidades, pero por organización de escuela muy bien, renunció a un puesto
de primera en Cementos California para dedicarse a la escuela, tuvo una gran si
no pelea, cuando menos era una rivalidad con el biólogo Pedro Mercado, porque
cada uno quería para su escuela lo mejor, y aprovechaban un microscopio o un
pizarrón y ambos muchas veces se quejaban de que el director de otra escuela le
había ganado tal banca o que el director de otra escuela le había ganado tal iluminación; la rivalidad fue muy buena porque se veía en este caso el reto, estaba
interesadísimo por el desarrollo de su propia escuela.
103
D
De su pluma
Mensajes póstumos
FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN ANTE EL NUEVO ORDEN MUNDIAL1
E
ste Foro es una magnífica oportunidad para todos aquellos que siempre
se han pasado la vida haciendo preguntas en busca de respuestas que les
permitan ajustarse a los aconteceres de la vida con el mínimo desajuste de
su salud mental. Más interesante es por cuanto sus temas se refieren a dos campos del
saber, quizás los más importantes en las áreas del pensamiento: filosofía y educación.
Mí propósito es juntar, armonizar, conceptos entre ambos campos a la luz de los
momentos actuales de la humanidad y ofrecer un enfoque, que a mi ver debe ser bien
considerado sobre un tema tan trascendental y cotidiano como la educación, en un
país y en un mundo que luchan por seguir el camino que la evolución le ha señalado
hacia su verdadero destino, aquel que la naturaleza misma le concedió al hombre
cuando lo dotó de su mentalidad. Tal es la condena del hombre en este mundo y por
toda la eternidad: pensar (y pensar).
Soy una de esas personas que siempre preguntan. Me formé en el área biológica v
soy un admirador de los educadores. Mi formación intelectual ocurrió entre las dos
grandes guerras y para situarnos en el contexto, hagamos unas preguntas. ¿Qué es la
filosofía? ¿Cómo podemos abordarla? ¿Cómo, definitivamente podemos filosofar?
Ernst Cassirer anota que Sócrates consideraba al asombro como la actividad más
genuinamente filosófica. García Morente, en sus lecciones de filosofía decía que para
acercarse a ella, el estudiante debe asumir una actitud infantil, de cuestionamiento
constante. Esta actitud debió haber sido la observada por el hombre en los albores de
la civilización y desde entonces siguió preguntando; primeramente sobre el entorno
físico que lo asombraba, que lo atemorizaba. Creó sus representaciones y símbolos,
estableció relaciones entre los hechos y encontró coincidencias en tiempo y espacio
entre ellos; la noche sucedía al día, las estaciones se repetían y poco a poco fue encontrando un orden dentro de ese supuesto caos inicial, un orden establecido por algo
exterior y superior a él, tal vez el origen de sus deidades y de sus cultos.
1
Ponencia presentada en el Primer Congreso Regional de Filosofía. Profesor de tiempo completo en la
Facultad de Medicina-Mexicali.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Advirtió que podía aprovecharse de sus conocimientos elementales y de lo que la
naturaleza le ofreció (hommo faber); y que la mejor manera de obtener el máximo
provecho era utilizar sus facultades físicas y mentales. Y para ello necesitó voltear
a su interior, precisaba conocerse, saber sus capacidades mentales que lo ponían en
ventaja sobre los otros seres, formando esquemas mentales sustentados en un cuerpo
elemental de información (homo sapiens).
Según los historiadores, nuestra cultura occidental nace en los siglos VII y VI A.C.,
con los griegos. Ciertamente, quienes formalizaron las leyes del pensamiento, quienes nos proporcionaron las primeras herramientas para reflexionar positivamente,
fueron los griegos. La mayeútica, la dialéctica, la lógica siguen hasta la fecha guiándonos intelectualmente. Crearon, asimismo, las diversas doctrinas sobre el origen del
universo, sobre la naturaleza de las cosas, establecieron el valor de las ideas y de la
virtud y se llamaron filósofos, amigos del saber.
En ese momento se expande por el mundo conocido de entonces una ola de inquietudes y saberes, que como bola de nieve, fueron creciendo, arrastrando con ella todo
el aporte intelectual existente, integrándose en un cuerpo, ahora sí, organizado de
información. Estaba sucediendo algo muy importante.
En un principio la filosofía comprendía todo el saber humano; en una u otra forma
aglutinaba a todas las ciencias particulares. Se constituyó en la ciencia de las ciencias. Buscó en los datos que otras disciplinas le permitieran el auxilio para apoyar sus
supuestos. Al principio, por la ausencia de tecnología, se hacían muy pocos experimentos por lo que la intuición y especulación fueron las bases de las teorías que se
ofrecían. Se buscó congruencia con los aportes de las ciencias positivas para sustentar
sus asertos, de tal manera que fue integrando a su alrededor una serie de disciplinas
que constituían el saber universal.
Por la especialización y redefinición de los campos que corresponden a las disciplinas, la filosofía se ha venido desprendiendo de algunas de ellas, pero como ninguna
por sí sola resuelve la problemática que ahoga al hombre, se han tenido que reagrupar
afectadas por semejantes propósitos, dando lugar a constituir otras ciencias o conjuntos de ellas llamadas pequeñas filosofías. En su madurez consolida varias doctrinas
sobre el ser, el deber y el saber, buscando de alguna manera incorporarse al tiempo
que le corresponde, a la experiencia y existencia del hombre.
Posiciones rígidas, ajenas a otro sentir y a otro pensamiento han mantenido a la
filosofía extraña a la existencia del hombre, a considerarla apartada de los actos simples y cotidianos de la vida humana. La sentimos extraña cuando se nos dice que la
filosofía representa un conjunto de conceptos y procesos intelectuales para conocer la
realidad última y eterna, para obtener la verdad absoluta. Y nuestra frustración se hace
mayor cuando sentimos la imposibilidad de alcanzar ese absoluto.
En el desajuste entre estos propósitos de la filosofía y las aspiraciones genuinas
del hombre, de libertad, justicia y felicidad, nació esa controversia que se da entre
humanismo y ciencia. Son dos términos, dos conceptos que algunos grupos se han
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
empeñado en oponer. La ciencia y las humanidades no son polos opuestos, no se
excluyen, se complementan; lo que sí se opone es la mala ciencia y las malas humanidades. Mala ciencia, cuando esta es instrumento de las más malvadas intenciones,
cuando brota y se entroniza en el poder, manteniendo a masas humanas enteras
en precaria posición social y económica, llegando hasta su aniquilamiento. Malas
humanidades cuando enclaustradas en actitud indiferente al sentir de los pueblos
se marginan de sus problemas, se convierten en cómplices de los poderosos y solo
sirven para escribir libros y hacer discursos.
Muchos de los hallazgos científicos han sido inspirados u obtenido sus raíces en
especulaciones filosóficas y de seguro, a su vez, algún problema fundamental de la
filosofía podrá ser resuelto en un laboratorio de física. El nuevo orden mundial está
sustentado en las fuerzas económicas y políticas que se han encumbrado, gracias a los
aportes de la ciencia y tecnología.
Tenemos el privilegio de asistir en este tercer milenio al descubrimiento de muchos
de los misterios del macro y microcosmos que nos llevarán a lugares casi imaginarios,
gracias al desarrollo de esa facultad privilegiada del hombre, su intelecto; pero también estamos asomándonos a la destrucción de nuestro planeta, que nuestra ceguera y
estulticia han hecho también posibles.
Nuevos conocimientos sobre materia y energía en los procesos termodinámicos, en la
constitución y estructura de aquella; nuevos conocimientos en genética y biología, progresos enormes en las teorías de la información y control, descubrimientos magníficos de
algunos secretos del universo, van de la mano con los agujeros en la capa de ozono, el
calentamiento de la tierra, la destrucción de los bosques, la desertización, la sobrepoblación, la pobreza y el hambre. No sabemos quién llegará primero a su meta, el bienestar o
la destrucción. Parece que no tenemos rumbo para escoger lo primero o lo segundo.
El presidente de la Junta de Gobierno de la
UABC, licenciado Alejandro Athié Carrasco,
hace uso de la palabra en la toma de posesión
del rector López Moctezuma. En la mesa,
de izquierda a derecha: doctor Santos Silva
Cota, licenciado Rafael Soto Gil, ingeniero
Luis López Moctezuma Torres, químico Juan
de Dios Muñiz Duarte. 1971.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
El ser humano no sabe qué hacer. El grave problema que afecta al hombre es su
individualismo que lo tiene perdido en su mundo. Un individualismo feroz, rayano en
lo que Santiago Ramírez llama “importamadrísmo”. Es indiferente a todo, egoísta. En
tanto estén satisfechas sus necesidades se olvida de los demás y de su entorno natural; se
desconoce a sí mismo, pierde su autonomía y por ende su responsabilidad moral, y pierde su propia dignidad. Se olvida de su real individualidad y su sentido moral y social.
¿Qué hacer ante estos hechos y cómo recomponer el rumbo que la civilización
lleva? Recordemos que el hombre no solo piensa, también siente, también desea. Se
manifiesta en la ciencia, en el arte, en la religión, en el lenguaje, en todo lo que es
cultura, pero también tiene esperanzas, cree en un futuro mejor, sueña en el porvenir.
En un enfoque biológico aseguramos que el hombre es un ser viviente, hasta ahora
el último peldaño de la evolución biológica y que no solo es física y química. También es vida. Es organización autorregulada, con metas y con intención (una mezcla
de determinismo y finalismo). Actualmente no hay ninguna duda de que las funciones
cerebrales, ya sean del área intelectual, afectiva o volitiva obedecen en todo o en
parte a procesos fisiológicos: diferencia de potencial, transporte de membrana, actividad bioquímica en las sinopsis, etcétera... que se desencadenan como respuesta a
estímulos externos o internos que recogen los órganos sensoriales, a todo lo anterior
le llamamos la mentalidad y no se duda de su existencia, pues ella produce las maravillosas obras de arte, pensamientos sublimes, hermosas teorías de la naturaleza, grandes descubrimientos, y a esto le llamamos el espíritu humano del cual sí dudamos.
Como la materia es una forma de energía, ¿no podrá ser que el espíritu sea también
una forma de materia? ¿Que el dualismo (materia y espíritu) que nos ha separado se
convierte en monismo, en una sola entidad? Este es un problema muy importante que
la filosofía puede ayudar a resolver. Ella tendrá que asumir su papel de ciencia totalizadora de los saberes que la ciencias particulares le ofrecen y centrarse en el hombre,
en sus metas, en sus experiencias, en sus relaciones con los otros hombres y con la
naturaleza. Tendrá que, conjuntamente con todas las disciplinas sociales y naturales,
determinar respetuosamente los fines que la humanidad debe atender y establecer de
acuerdo con todas las fuerzas humanas, los esquemas de valores e ir preparando las
mentes de los hombres para los cambios culturales, que se suceden más rápidamente
que los cambios de la evolución biológica. Este es el papel que debe representar la
filosofía de hoy día. Caminar de lo abstracto a lo concreto.
Que las ciencias filosóficas son actividades importantes en la educación es innegable; pero observemos primero cómo debe ser la enseñanza de esta disciplina para los
estudiantes universitarios, para los que dentro de ellos escojan la filosofía como su área
de estudio y para los estudiantes y alumnos de los ciclos inferiores de los sistemas de
educación. Conviene hacernos unas preguntas, ¿cuándo debemos empezar a enseñar
filosofía?, ¿en cuál ciclo de la educación sistematizada debe iniciarse su enseñanza?
Si el asombro, como se afirmó anteriormente, es una facultad genuinamente filosófica y es también la primera actitud consciente del niño ante el mundo que lo rodea,
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
debemos iniciar la enseñanza de filosofía en edades tempranas. Decía un científico
que él sería capaz de enseñarle algunos principios de la teoría de la relatividad a un
niño si pudiera coincidir en su lenguaje.
El maestro respetuoso, puntual, docto en su exposición y justo en su evaluación,
junto con su alumno hacen filosofía. Si se lleva al niño por ese proceso lento de enriquecimiento de su saber y de su conducta a través de las preguntas y respuestas, tal
como el hombre lo ha hecho a través de la historia (la ontogenia repite la filogenia),
estaremos preparando al estudiante de los ciclos inferiores para que entre a los superiores o se enfrente a la vida y al trabajo con ventajas y tranquilidad para que no lo
asuste un futuro aparentemente incierto.
Las escuelas parroquiales, desde hace mucho, enseñan doctrinas religiosas sobre
su naturaleza a los menores, sus deberes para con los demás, las virtudes y sobre
algunos aspectos de su origen y destino, pero lo hacen bajo el signo de la autoridad.
¿Por qué no dejar que los niños, con cierta orientación, asuman su autonomía en el
pensamiento y en su proceder y comiencen a crear, por sí mismos, sus obligaciones y
derechos? Decía mi padre, maestro normalista, “que la patria solo necesita de padres
que amen a sus hijos y maestros que eduquen con cariño”. Amor y verdad observados
en los primeros años escolares, harán de los niños pequeños filósofos, y en el sentido
etimológico de la palabra, amigos de la sabiduría.
Dejemos para los altos estudios seguir con la enseñanza de la filosofía, que se cuestionen sus doctrinas, que se actualicen sus pensamientos y prosiga la investigación filosófica,
porque pueden encontrarse nuevas luces en lo que se refiere a la esencia del hombre, la
validez del conocimiento y a su relación con una realidad. ¿Cambiaremos nuestros conceptos cosmogónicos? ¿Conservaremos nuestras ecuaciones fundamentales? ¿Cambiaremos nuestras tablas de valores? Seguramente serán problemas que tengamos que encarar.
La enseñanza de la filosofía en la educación superior debe partir de principios formulados por las Universidades, en el sentido de que la educación universitaria no es
solo la formación de técnicos, de personas que de inmediato se incorporen al mercado
de trabajo, sino de hombres y mujeres capaces, con ideas de servicio y solidaridad,
creativos, cultos y hábiles para adaptarse a los cambios que enfrentarán. Para ello, más
que modificar los planes de estudio se debe establecer un ambiente académico pleno de
libertad en las ideas, en la expresión de las mismas y en las acciones que determinen.
Que esa autonomía de que hacen gala las universidades se transfiera a sus académicos y
estudiantes. Deben desarrollar sus cuerpos colegiados y buscar establecer vínculos fuertes con las instituciones o grupos que le son afines, las educativas y la comunidad plena.
Hace alrededor de doce años que, influenciado por las nuevas corrientes de la biología
social, diseñé un modelo educativo basado en la existencia de dos subsistemas: el natural
y el social fuertemente interactuantes en que las cosas tienen diferente valor, pues en el
natural tienen valor de uso y en el social valor de cambio, correspondiendo a los campos
disciplinarios ecológico y económico. Este enfoque permitía establecer dos tipos de materias que integrarían el currículo universitario: las correspondientes a la naturaleza y aque-
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
llas otras llamadas ciencias humanas, integrando el modelo con materias que pudieran ser
afines a ambos campos del saber. Entonces señalé solo tres: matemáticas, teoría general
de sistemas y antropología. Hoy añado dos más: biología y psicología.
Para terminar, quiero anotar una parte de un poema de Albert Camus, que en cierta
forma nos refiere al grabado de Goya, conocido como “El Sueño de la Razón”.
En la etapa final me dirán que este universo unicolor puede ser reducido al átomo y que
el átomo mismo puede reducirse al electrón. Todo esto está muy bien y espero que prosigan. Pero me hablan de un sistema planetario invisible, en donde los electrones gravitan
en torno de un núcleo. Me explican esto con una imagen. Comprendo entonces que se
han visto reducidos a la poesía y que nunca sabré ¿Tengo tiempo para indignarme? Han
cambiado ustedes de teorías y la ciencia que iba a enseñarme todo termina en una hipótesis, la lucidez naufraga en metáforas y la incertidumbre se resuelve en obra de arte.
BIBLIOGRAFÍA
Abbagnano, N. (1969). Introducción al existencialismo. México: FCE.
Cassirer, E. (1973 ). Las ciencias de la cultura. México: FCE.
Dewey, J. (1964). La ciencia de la educación. Buenos Aires: Ed. Losada, S.A.
Scheler, M. (1972 ). La idea del hombre y la historia. Buenos Aires: La Pléyade.
Silva, S. (2002). La Universidad al rescate de las humanidades. Entorno a la Universidad. UABC.
Sinnott, E.W. (1960 ). La biología del espíritu. México: FCE.
Zea, L. (1959 ). La cultura y el hombre de nuestros días. México: UNAM.
Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas de la UABC ubicado en un edificio rentado en Tijuana, B.C. 1964.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
LA ESCUELA SUPERIOR DE PEDAGOGÍA*
Estamos
celebrando en este mes de septiembre, el cuadragésimo cuarto año de
fundación de la Escuela Superior de Pedagogía, la más antigua y la más genuinamente
universitaria. Antigua, puesto que fue fundada en 1960, tres años después de
promulgada nuestra Ley; fundamental y genuinamente universitaria, porque tiene que
ver con el saber y su dimensión académica. La aparición de esta unidad dedicada a la
pedagogía en el ámbito universitario causó extrañeza desde un principio y por tiempo
prolongado, ya que se consideraba que las universidades debían de crear únicamente
las carreras tradicionales: medicina, ingeniería, derecho.
Permítanme hacer algunas reflexiones, que servirán de preámbulo y de explicación
de las razones que fueron tomadas en cuenta para su fundación, y que ésta no fue un
acto aislado, sino ligado íntimamente al proceso educativo que se estaba dando.
La educación, como producto cultural de la humanidad, es un proceso que se
incorpora a su desarrollo, que crece, se transforma y avanza en el tiempo cubriendo etapas sucesivas, cada una de las cuales establece, las condiciones para el feliz
advenimiento de las subsiguientes, en un continuo por metas superiores. Estas etapas se dan siempre y en todas las culturas, ninguna influencia externa las cancela,
podrán acelerarlas o retardarlas, la paz, la prosperidad, la comunicación, en el primer caso, y las guerras, los desastres naturales o económicos, en el segundo, pero
siempre se alcanzan por ser parte esencial del proceso mismo y solo en él se dan.
En Baja California ocurrió claramente ese proceso.
Aparece la figura de Universidad, como producto del proceso educativo mismo,
ningún agente exterior la formó, no nació por un decreto. Nació por el impulso que le
dió a su propio desarrollo el pueblo bajacaliforniano, por las acciones de cada uno de
sus mujeres y sus hombres, por las demandas comunitarias, propuestas de la juventud,
gestas de estudiantes, actividades de maestros, y por el reclamo de quienes, ya profesionistas, regresaban al terruño tras el establecimiento de una universidad.
La intervención del gobierno o de otra autoridad en la formación de las universidades es fortuita, algunas veces necesaria, pero siempre es posterior al esfuerzo e
iniciativa de los grupos no gubernamentales de la sociedad.
En nuestro caso, formalizar la universidad y dotarla de facultades, hacerla de servicio público, reconocer su autonomía, debía ser un acto jurídico, y en un estado de
derecho, solo la autoridad, en este caso el gobierno, lo puede ejecutar. Es así que el
gobierno formaliza su creación a través de una ley.
Fiel a su origen, desde un principio, desde sus primeras acciones quedó plasmado
en ella el carácter y personalidad del bajacaliforniano, sobrio, emprendedor, hombre de paz, interesado en la gente y en el desarrollo de sus recursos y en llevar la
cultura a todo el estado.
* 20 de septiembre de 2004.
111
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
En su ley fundamental se transparenta el espíritu universitario tradicional que
nos une a la nación, determina nuestro origen en la historia, en la lengua y en la
cultura y nos señala el destino como mexicanos; de este hibridismo cultural nació
la praxis de nuestro pensamiento universitario: ayudar al hombre a alcanzar sus
ideales, a su realización plena.
Haremos ahora algunas anotaciones respecto al panorama universitario nacional
y al pensamiento fundamental que agrupó a las diferentes instituciones de educación superior del país.
En México no existía un verdadero sistema de educación superior. Las universidades e institutos estaban aisladas; en el seno mismo de ellas, no había estructuras
que les procurasen estabilidad y progreso. Como herencia de los movimientos provenientes de la autonomía mal entendida y por la existencia de grupos políticos con
ideologías opuestas en lucha por el poder, existía gran inestabilidad de los cuerpos de
gobierno de las instituciones educativas.
A principios de los años cuarenta del siglo pasado, se reunían en las ciudades
de México, Guadalajara y Monterrey, de manera informal, un pequeño grupo de
rectores y directores de institutos universitarios, para intercambiar información y
examinar problemas del funcionamiento de sus casas de estudios por ellos representadas. En 1944 se juntaron en la ciudad de San Luis Potosí, los rectores de
las universidades de Guanajuato, Guadalajara, Michoacán, Nacional Autónoma de
México, de Nuevo León y de Sinaloa y el director del Instituto de Ciencias y Artes
de Oaxaca, y convinieron que esas reuniones, hasta ahora informales, tuviesen el
carácter de Asambleas Nacionales de Rectores. Este es el antecedente de la ANUIES,
que se constituye en la ciudad de Hermosillo bajo los auspicios de la Universidad de
Sonora, los días 21 al 28 de marzo de 1950, con la presencia de rectores y directores
de once universidades y siete institutos.
En esa ocasión se aprobó la siguiente declaración:
Responde a un supremo interés nacional la planeación de la enseñanza superior que
debe concebirse en su proyección, como un acto de autoridad de las instituciones educativas y su ejecución, por tanto, se fincará en convenios interuniversitarios dentro de un
amplio plan de colaboración y reciprocidad e inspirada en las siguientes bases: adecuación de la enseñanza universitaria a los problemas, necesidades y recursos regionales;
procurar el arraigo regional de la población estudiantil y al mismo tiempo favorecer el
intercambio en los niveles regionales y nacionales; evitar la despoblación y la superpoblación escolares, entendida esta en el estricto sentido de atención eficiente al estudiante; creación de centros educativos regionales y nacionales suficientes; propender al
efectivo incremento del profesorado de carrera y al intercambio sistemático de maestros
e investigadores distinguidos, por periodos escolares completos. La educación superior
es función primordial del Estado, el debe proveer suficientemente para la atención de las
necesidades materiales de los establecimientos educativos superiores.
112
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
El gobierno federal y los de las entidades federativas deben coordinar sus esfuerzos
para cooperar equitativamente en la resolución de los problemas económicos que impiden
a las universidades e institutos de enseñanza superior realizar eficazmente sus servicios.
En 1960, año de fundación de la Escuela Superior de Pedagogía, el sistema de educación superior del país estaba integrado por 24 universidades públicas estatales, cinco
institutos científicos, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, y por cuatro institutos tecnológicos regionales. En ninguna de esas
instituciones había alguna instancia para la formación de profesorado, solo la Universidad del Estado de México tenía programada la creación de una escuela para este efecto.
La formación del magisterio para el ciclo de enseñanza media superior estaba a cargo
de la Escuela Normal Superior dependiente de la Secretaría de Educación Pública (SEP)
y de una escuela de carácter privado de Guadalajara, el Colegio de Nueva Galicia.
¿Qué ocurría mientras tanto en la entidad? Baja California había alcanzado un
buen desarrollo socioeconómico gracias a tres factores, que concurrieron a darle una
fisonomía muy particular: la reforma agraria y el distrito de riego del Río Colorado; el
régimen de zona libre y las obras portuarias, apuntando a los municipios de Mexicali,
Tijuana y Ensenada, respectivamente.
El desarrollo acelerado que tuvo en sus últimos años como territorio, trajo consigo un
aumento de su población, uno de los elementos para convertirse en estado de la federación. Esta inmigración comprendía también profesionistas y personas bien calificadas que
se asentaron en la entidad, adecuando su especialidad a las características y necesidades
particulares de los municipios: ingenieros agrónomos, ingenieros civiles o hidrólogos en
Mexicali, economistas, contadores en Tijuana y especialistas muy específicos en Ensenada, como ingeniero civil, geólogos, físicos, constructores para las obras portuarias.
En el campo político, las organizaciones locales y las de estudiantes bajacalifornianos en los centros educativos del país clamaban por la creación del estado libre y
soberano, lo que se logró al fin en 1952, cuando este territorio se convirtiera en un
estado más de la federación mexicana, el estado 29, como se le llamó, dándole a su
población la libertad, la facultad de erigir sus propias instituciones.
Y en el ramo educativo ¿qué teníamos en la época de creación de nuestra Universidad?: dos sistemas educativos estaban a cargo de esta función, la Dirección General
de Educación, de carácter federal y la Dirección de Acción Cívica y Cultura, de carácter estatal. La población escolar en las escuelas primarias era de 118 000 y la de
segunda enseñanza de 8 000 alumnos.
En el estado funcionaban tres escuelas federales de segunda enseñanza y seis estatales por cooperación, cuatro secundarias privadas y dos escuelas preparatorias, una
en Mexicali incorporada al estado y la otra en Tijuana incorporada a la federación.
Además, funcionaba el Instituto de Ciencias y Artes del Estado, que había sido
fundado para servir como un antecedente de una futura universidad, y tres escuelas
normales, una federal y las restantes estatales.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
De izquierda a derecha: licenciado Isidro Licón Dowling (jefe de Extensión Universitaria),
Óscar Valenzuela Ávila (secretario general), doctor Santos Silva Cota (miembro de la Junta de
Gobierno), licenciado Rigoberto Cárdenas Valdez (rector), licenciado Alejandro Athié Carrasco
(miembro de la Junta de Gobierno), licenciado Felipe Mosso Valdez (presidente del Patronato)
y licenciado José Santos Castañeda (miembro de la Junta de Gobierno). 1976.
Pero fuera del estado teníamos más de mil estudiantes bajacalifornianos en los
centros educativos del país. Pues bien, teníamos una ley, estábamos ya dentro del
sistema de educación superior del país; éramos responsables de la formación de los
hombres de una región de la patria. ¿Qué hacer? ¿Cómo iniciar? ¿Cómo consolidar
las estructuras organizacionales y crear un estado financiero sólido? ¿Esperar mejores
tiempos o responder de inmediato a un reclamo de la sociedad, creando los espacios
para la formación de sus hijos?
Personalmente, asumí esta responsabilidad; soñaba que la Universidad de Baja
California fuera un centro de investigación en donde se creara conocimiento.
La sensatez nos orientó en el sentido de compartir responsabilidades y decisiones
y, con emoción y un poco de audacia, optamos por erigir los espacios, las escuelas
profesionales que formarían a nuestra juventud.
Había antecedentes que nos ayudaron a considerar las bases para la selección de las
carreras profesionales que la UABC debiera establecer.
En octubre de 1957, ocho meses después de promulgada nuestra Ley Orgánica,
nos visitó una comisión de expertos de la UNAM formada por Efrén del Pozo, Enrique González Casanova, Alfonso Ortega Martínez y Luis López Cámara, en apoyo
de nuestras primeras actividades promocionales realizadas por el Comité Estatal Pro
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Universidad, establecido por la propia ley para organizar a la UABC, quienes, después
de recorrer el estado, recomendaron lo siguiente:
1. Que la persona que encabeza el Comité Pro-Universidad fuera por ley investida de
facultades para organizar los trabajos iniciales, fungiendo como rector provisional.
2. Que era preferible que las unidades académicas de la Universidad se establecieran
en los diferentes municipios de acuerdo a sus necesidades y recursos.
3. Que antes de establecer las escuelas profesionales o cuando menos simultáneamente se abriesen centros de investigación.
4. Limitar en lo posible el crecimiento excesivo de la población escolar del bachillerato propio y fomentar la apertura de planteles de este nivel por otros sectores.
5. Evitar al principio la reglamentación excesiva y rígida en tanto no se tenga conocimiento y experiencias sobre la función y destino de la institución.
Esto sirvió de base para que los grupos colegiados de la Universidad hasta ahora
constituidos, Comité Pro-Universidad y Junta de Gobierno, conjuntamente con las
autoridades existentes, iniciaran trabajos de planeación desde 1957 para la creación
de escuelas profesionales.
Desde los primeros planteamientos para organizar la Universidad se consideró que
en Tijuana debían de residir las carreras administrativas y de economía, en Ensenada
carreras relacionadas con el mar y en Mexicali con la agricultura.
Con la excepción de Mexicali, en que la escuela de agricultura no se estableció y
en su lugar fue la Escuela Superior de Pedagogía, en Ensenada y Tijuana se abrieron
las escuelas de Ciencias Marinas y de Economía y Ciencias Administrativas respectivamente, con institutos de investigaciones adjuntos, cumpliendo con el plan original.
La aparición de la Escuela de Pedagogía en el panorama universitario no fue una
emergencia, fue una necesidad y desde agosto de 1959 iniciamos su planeación inspirados en algunos modelos, sobre todo en el de la Universidad del Estado de México
con la que mantuvimos comunicación a través de Julio Torres Coto, entonces estudiante de ingeniería y que acaba de ser nombrado maestro emérito de nuestra Universidad, quien desde un principio quiso servir a esta institución.
Pensamos en una escuela sobre ciencias de la educación, con sus departamentos de
psicología aplicada, psicopedagógico, talleres y campos de investigación, que formara maestros para la educación media superior y superior y que algún día pudiera servir
de base para la constitución de la Facultad de Humanidades que conjuntamente con
la Facultad de Ciencias, que algún día nacería en Ensenada, con base en la Escuela de
Ciencias Marinas fueran los dos faros que orientaran nuestro desarrollo.
En el panorama nacional destacaba el hecho de que había muy pocos espacios para
la formación de personal académico de excelencia para la educación superior.
El estado de Baja California, pujante, con la fuerza que le daba el ser ya una entidad
libre y soberana de la Nación, hacía predecir un aumento en la demanda educativa sobre
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
todo en el nivel de la segunda enseñanza (y aunque el dato es de 1963, el sistema Estatal
de segunda enseñanza, que en 1960 estaba constituido por seis escuelas secundarias por
cooperación y cuatro privadas, en 1963 el estado controlaba 44 escuela secundarias).
A finales de 1959 presentamos un proyecto a la Junta de Gobierno para la creación
de la Escuela de Pedagogía, entonces el único cuerpo colegiado de la institución, quien
consideró el proyecto poco factible en una Universidad tan incipiente como la nuestra.
Pero el problema de la enseñanza en las escuelas secundarias y aún en nuestras
preparatorias oficiales e incorporadas, era muy serio. La enseñanza en ellos estaba
atendida mayoritariamente por maestros normalistas preparados para la enseñanza
primaria y por profesionistas de carreras liberales que buenamente enseñaban en las
aulas, pero carentes de principios y técnicas en ciencias educativas.
Importar maestros, tendrían que ser de tiempo completo, y en aquel entonces su
salario implicaba entre cinco y siete mil pesos mensuales. Tendríamos forzosamente
que formarlos aquí, teníamos que ser autosuficientes en cuanto al magisterio universitario. Urgía tratar de resolverlo.
Llamamos al Dr. Francisco Dueñas Montes para que nos ayudara a desarrollar
el proyecto. El Dr. Dueñas Montes contaba con una formación básica en educación
obtenida en la Escuela Nacional de Maestros de la ciudad de México, hizo también
estudios de Medicina en la UNAM.
Esa doble formación le daba la capacidad para que nos pudiera ayudar con ventaja
a establecer el pan de estudios que más se ajustara a lo que pretendíamos para esta
primera escuela profesional.
Considerábamos entonces que la Escuela de Pedagogía no fuera una normal superior más, sí como una unidad académica propia de la Universidad, se acogiera a su
espíritu universal, sumara la libertad de cátedra y libre investigación como principios
fundamentales y separada del dogma, para llegar a la verdad; que su plan de estudios
comprendiera además de técnicas educativas conceptos filosóficos y sociológicos de
la educación, y que condujera el proceso educativo de la Universidad.
Se buscó apoyo en la División de Educación de la Facultad de Humanidades de la
UNAM; gracias a los buenos oficios del Dr. Dueñas se logró la visita orientadora de
los doctores en educación Luis Herrera y Montes, Mastache Román y Arquímedes
Caballero, maestros en esta última dependencia y en la Escuela Normal Superior que
nos asesoraron y alentaron en nuestros propósitos.
De acuerdo con nuestras necesidades se crearon cuatro especialidades: maestro
en ciencias biológicas, maestro en ciencias físico-matemáticas, maestro en lengua y
literatura y maestro en ciencias educativas. Y se logró, ante la Dirección General de
Profesiones de la SEP, que para el ingreso, exclusivamente en esta escuela, se consideraran los estudios de Normal como los de bachillerato.
Y es así que una venturosa tarde, hace cuarenta y cuatro años, en la Escuela Secundaria 18 de marzo dieron principio las actividades de la Escuela Superior de Pedagogía
de la UABC, encabezadas por el Dr. Francisco Dueñas Montes, su director, auxiliado
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
por los siguientes académicos: Aguirre T. Guadalupe, Cruz Armendáriz Juan, Corella
B. Héctor, Delgado de T. Gabriela, González Hidalgo Demetrio, Montijo E.J., Pulido
Ramírez Soledad, Cano Caballero Guillermo, Covantes Rincón Manuel, Figueroa de
L. Consuelo, Jiménez Salvador y Morones de C. Evarista para servir en la docencia
de 71 estudiantes, 40 del género masculino y 31 del femenino.
A punto de finalizar los estudios de su primera generación de estudiantes, en noviembre de 1963, yo escribí algunos conceptos que aparecieron en el primer anuario
de la escuela acerca de su naturaleza, como una entidad integrada al proceso global
de la Universidad, dije entonces:
Por otra parte la Universidad Autónoma de Baja California tenía la necesidad de poseer
un organismo propio de altos estudios filosóficos y de educación, que fuera la columna
vertebral de un plan educativo, que con sentido nacional y sin perder de vista las necesidades propias de la región, lograse la unidad en nuestro sistema, para obtener al técnico
o al profesional idóneo para el desarrollo integral de nuestros recursos.
No sentimos ya el temor de un fracaso y sí la seguridad de que el trabajo desarrollado por la Escuela de Pedagogía nos dará las bases científicas y técnicas para la labor
de enseñanza en la Universidad, para culminar con la piedra angular, en la Facultad
de Filosofía y Letras.
Se tuvo y se tiene mucha fe en la institución, sirvieron a ella como maestros tres
rectores, Santos Silva Cota, Luis López Moctezuma y Rubén Castro Bojórquez.
Ahora de nuevo, cual Ave Fénix, levanta el vuelo para tomar el lugar de privilegio
que le corresponde y cumplir como formadora del académico universitario.
Así sea. Muchas felicidades.
“Por la realización plena del hombre”.
AUTONOMÍA Y AUDITORÍA
YO ME QUEDO CON MI LEY*
Durante los días 10,11,13 y 14 de octubre de 2005 se realizó el ciclo de conferencias
organizado por el CESU-UABC, sobre un asunto de actualidad, de gran relevancia para
la marcha venturosa de las universidades. El ciclo de conferencias llevó el nombre de
Autonomía y Auditoría y los títulos de las conferencias “Auditoría y Universidad”,
“Universidad y los procesos de fiscalización del gasto público”, “Derecho, autonomía
y educación superior” y “Transparencia y rendición de cuentas: ¿control o desarrollo
de la universidad?” Enfoques muy diversos presentados por cuatro personalidades que
tienen en común haber sido rectores de universidad, casi coincidentes en el tiempo.
* Octubre de 2005.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Durante el evento se escucharon nuevos conceptos, expresiones como transparencia, rendición de cuentas, fiscalización, derecho a la información, auditoría, se
entremezclaban entre sí con escasas expresiones sobre autonomía, y no podía ser de
otra manera, la auditoría es un ente tangible, para unos hasta onerosa, y en cambio la
autonomía es considerada como una entelequia.
No entendemos la autonomía en su cabal acepción, no sentimos que la tenemos;
hasta que la perdemos sabemos apenas que algo pasó, que algo ha cambiado. La
hemos ido perdiendo poco a poco ante la indiferencia de todos. Uno de los ponentes
en su turno señaló que el haber permitido el examen Ceneval a nuestros egresados
para fines de titulación y los programas que la Secretaría de Educación impone para
otorgar fondos federales a las universidades son más atentatorios a la autonomía que
la misma auditoría o fiscalización que se pretende efectuar.
En la pluralidad de enfoques se vertieron conceptos muy interesantes, pero los
cuatro conferencistas coincidieron en tomar en cuenta a la fracción VII del artículo 3º
constitucional como el punto de partida para su exposición y algunos consideraron la
necesidad de crear la ley reglamentaria de tal fracción.
También se comentó que en un estado de derecho sus leyes fundamentales son las
que deben regir nuestras actividades, que estamos cambiando, que estamos en otros
tiempos y que por ello debemos revisar los conceptos que nos guían, examinar nuestros reglamentos y adaptarlos a las nuevas realidades.
Creo que de este evento, lo que más nos interesa es lo que más nos afecta y más
cerca tenemos: nuestra UABC.
Alfredo Buenrostro, buen conocedor del problema, intervino más profundamente
en él, adujo que, en el caso de nuestra Universidad, el pueblo del estado por medio de
su representación en el Congreso reconoció la autonomía de la institución a través de
una ley, en la que se fijaron claramente los procedimientos y los órganos que intervienen en el manejo de su patrimonio, consideró como órgano superior de fiscalización
al H. Consejo Universitario. Es decir, en nuestra Universidad desde un principio quedó establecido por una Ley Orgánica la rendición de cuentas y el manejo transparente
de sus recursos, por eso el subtítulo de este ensayo, que el Lic. Buenrostro al final de
su presentación pronunció: “Yo me quedo con mi ley”.
Creo y considero que el tema no está agotado, los trabajos presentados deben ser
base para reflexionar profundamente sobre el mismo, aclarando y enriqueciendo los
conceptos de autonomía, universidad, fiscalización, etcétera, organizando pequeños
foros en las unidades, con el concurso de académicos, estudiantes, principalmente
consejeros o dirigentes de las agrupaciones estudiantiles, en fin, debe el tema ser digno de una o más discusiones del más alto nivel.
Deploramos la ausencia de universitarios ligados a los aspectos jurídicos de la
institución, pues su experiencia y talento, hubieran ayudado a esclarecer o cuando
menos a señalar caminos para resolver adecuadamente los problemas en rededor de
este tema.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Exrectores de la UABC. De izquierda a derecha: ingeniero Luis López Moctezuma Torres,
doctor Santos Silva Cota, licenciado Rigoberto Cárdenas Valdez (rector),
doctor Pedro Mercado Sánchez y licenciado Rafael Soto Gil. 1977.
LA ANUIES EN LA PERCEPCIÓN DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA
CALIFORNIA (1957-1971)*
Este evento es de gran significación para nosotros por dos razones: la primera
consiste en que los dos organizadores: Asociación Nacional de Universidades e
Instituciones de Educación Superior (ANUIES) y la Universidad Autónoma de
Baja California (UABC) se crean en la misma década, y la segunda, en que esta
Universidad, por haber nacido sin antecedentes, sin información estadística, solo
por un acto de gobierno a reclamo de estudiantes y de personas de buena voluntad,
se acogió sin prejuicios ni ataduras a los trabajos de planeación que la ANUIES venía
desarrollando con el concurso de todos sus asociados.
La interrelación que se dio entre la ANUIES y la UABC, considerada en el presente
trabajo como la percepción de una universidad de provincia, es un enfoque unilateral, una visión desde este lado del “mostrador”, sobre las actividades de la ANUIES y
nuestras respuestas a ellas.
* Ponencia presentada por Santos Silva Cota y Rafael Soto Gil en Congreso Nacional sobre Historia de
la Educación Superior en México, convocado por la Universidad Autónoma de Baja California y la
Asociación Nacional de Instituciones de Educación Superior efectuada en Tijuana, en noviembre de
2000. Publicada en el libro La educación Superior en el Proceso Histórico de México, Tomo IV, Semblanza de instituciones, coordinado por David Piñera Ramírez, pp. 395-410, 2002.
119
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Es costumbre cubrir periodos de la historia señalando lo exitoso y lo que trasciende
solamente, y se olvida de los pequeños mecanismos y momentos de cómo se realizan
y, sobre todo, por quiénes. No es el trabajo un mero relato anecdótico que destaque
porque sí algunos eventos, sino procurará acogerse al sentido etimológico de la palabra “anécdota”: esto es, “lo inédito” pero valioso.
Procedamos a definir a los protagonistas del proceso que se dio en década y media,
en el que el enlace con el otro actor fue a través de dos personas, ambos secretarios
ejecutivos, los licenciados Alfonso Ortega Martínez y Alfonso Rangel Guerra, que
caracterizaron a lo que llamamos en este trabajo “época alfonsina”.
Hasta el año de 1952, al constituirse el estado libre y soberano de Baja California,
sus habitantes tuvimos la oportunidad de decidir nuestro destino determinando las
instituciones políticas, sociales y educativas.
Dentro del desarrollo político y económico de la entidad, desde principios del siglo XIX hasta 1957, pasando por territorio, partido, subprefectura, distrito, de nuevo
territorio y ahora estado, el proceso educativo se vino efectuando penosamente al
principio y de manera acelerada después. Progresivamente se incrementa la población
escolar, se multiplica el número de planteles, la planta académica crece y se van conformando los diversos niveles o grados, culminando en la producción de un número
cada vez mayor de estudiantes que claman por estudios superiores y que forzosamente
tenían que emigrar hacia los centros de educación del país para lograrlos.
En 1957, año en que se promulgó la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de
Baja California, el estado, a cinco años de su creación, contaba con una población de
300 mil habitantes, 60 mil alumnos en primarias, once planteles de educación secundaria con cinco mil alumnos, y seis planteles a nivel medio superior, cuatro de ellos
privados incorporados al estado, con una asistencia de 400 estudiantes.
En lo económico la fuerza productiva del estado se caracterizaba por actividades
agropecuarias en el valle de Mexicali; comerciales y turísticas en Tijuana, y en Ensenada, las pesqueras portuarias, que aportaban significativos recursos a la entidad,
permitiéndole ejercer un presupuesto de egresos entre los más altos del país.
En el área político-social se establecieron las principales dependencias de gobierno, se promulgaron leyes y reglamentos, se efectuaron los primeros actos electorales
internos y se puso suma atención al crecimiento poblacional, abriendo colonias populares, creando empleos y proporcionando los servicios básicos a una población que
crecía apresuradamente.
Mientras tanto, en la ciudad de México, los grupos estudiantiles bajacalifornianos,
inquietos por la falta de instituciones de educación superior en el estado, resolvieron
luchar por la creación de ellas, y conjuntamente con ciudadanos de Tijuana preocupados
porque sus hijos no tuvieran que emigrar a otro lugar para obtener un título profesional,
presentaron al gobierno del estado un proyecto de ley para crear la universidad en el año
de 1956. El proyecto estaba fuertemente inspirado en la Ley Orgánica de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), y no podía ser de otra manera, pues quienes lo
120
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
elaboraron eran alumnos de la UNAM o exalumnos; sin embargo, llevaba un toque regional: el interés en crear dos escuelas: de agricultura una y otra sobre ciencias marítimas,
y un instituto de oceanografía e ictiología (Ley Orgánica de la UABC, 1957).
El Congreso aprobó en lo general el proyecto, y le añadió en el capítulo de transitorios un artículo que le daba a la creación de la universidad el carácter de propuesta
de toda la comunidad, de todos los sectores sociales del estado, al constituir el Comité
Estatal Pro-Universidad. Este inicia sus actividades con la elaboración de su reglamentación interna, nombra al cuerpo directivo y difunde su creación dentro y fuera
del estado, logra contacto con la ANUIES en septiembre de 1957.
A finales de los años de 1950, la Asociación contaba como miembros a casi el
mismo número de organismos que signaron el acta constitutiva de la organización,
aunque varios de ellos habían cambiado su régimen, para transformarse en institutos,
o colegios en universidades.
Durante este periodo de casi ocho años la ANUIES registra entre sus principales actividades la realización de siete asambleas nacionales, cinco conferencias regionales,
otras tantas conferencias nacionales con fines muy específicos, además de los trabajos
realizados por el Consejo Nacional y por las comisiones designadas. En todas esas
actividades campeaba el mismo espíritu que inspiró la creación de la ANUIES, y los
mismos problemas: situación financiera, bachillerato, personal académico, necesidad
de planeación, falta de información.
“La ausencia de planear con un sentido de responsabilidad nacional y cooperación
sobre bases de buena voluntad la enseñanza superior toma caracteres patéticos”, expresión vertida durante el desarrollo de los trabajos de la Primera Asamblea Nacional
de la Asociación, celebrada en Hermosillo. Se dijo, además:
La revisión y planeación de la enseñanza superior debe ser un acto de autoridad de las
instituciones respectivas; su ejecución, por tanto, tendrá en todo caso carácter institucional
interuniversitario y se basará en un sistema nacional de colaboración y reciprocidad, inspirada en los siguientes principios: adecuación de las enseñanzas a los problemas, necesidades y medios de la región en que operen y a los recursos de que dispongan; organización
regional mediante colaboración de conferencias y convenios entre los establecimientos
comarcanos, a efecto de redistribuir las atenciones y los mutuos compromisos de ayuda
que vigoricen la acción educativa, eviten duplicidades y competencias innecesarias, amplíen las perspectivas locales y realicen el aprovechamiento de los recursos disponibles;
sostenimiento por cooperación regional y aun nacional de grandes establecimientos distribuidos de acuerdo con las ventajas que ofrezca el sitio y la comarca respectivos; adopción
de medidas para el efectivo incremento del profesorado de carrera en todas las instituciones de enseñanza superior; fundar la docencia en la universidad.
De acuerdo con los anteriores puntos declarativos, las universidades e institutos
asociados se comprometían, previa ratificación de sus órganos de gobierno, “a no es-
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
tablecer ninguna nueva carrera profesional sin previa consulta a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, en la que se demuestre
satisfacer los requisitos y previsiones de eficiencia, así como la necesidad regional de
los nuevos estudios” (ANUIES, 1950).
Es indudable que el proceder a revisar la situación, capacidad, funciones y eficiencia
sería el camino adecuado para obtener la información requerida para una buena planeación
que, de acuerdo con la declaratoria, descansaba, además, en ciertas políticas y principios
que guardan vigencia en la actualidad, como la eficiencia de la enseñanza; la adecuación
de ella a los problemas, necesidades y recursos regionales; la organización por regiones
del sistema universitario, y algo por lo que se lucha actualmente: fundar la docencia en la
investigación: solo el conocimiento nuevo fortalece y justifica la enseñanza universitaria.
El bachillerato constituía otro de los grandes problemas nacionales en la educación superior. Todas la instituciones de educación superior (IES) contaban con él, y algunas tenían
el bachillerato de cinco años, o secundaria anexa, con planes de estudio diferentes: especializado, propedéutico, único, etcétera; con serios problemas en revalidación de estudios,
ya que en México se usaba revalidar materia por materia y no por ciclo íntegro. Durante la
primera década de vida de ANUIES y parte de la segunda fue preocupante la problemática
del bachillerato; se organizó de diversas maneras, se filosofó sobre él, y se recomendó
limitar el crecimiento del bachillerato universitario y prudentemente ir integrando a las
autoridades educativas estatales o federales los primeros tres años del mismo, o la segunda
enseñanza quien así la tuviera, mientras no se lograra la ayuda gubernamental.
El otro problema que caracteriza el movimiento histórico de la educación superior
que corresponde con nuestro ingreso a la Asociación es el que se refiere a la situación
financiera de las IES.
Para comprenderlo nos referiremos a un estudio sobre el estado financiero de las IES
que por encargo de la ANUIES hiciera, en 1952, Raúl Rangel, rector de la Universidad de
Nuevo León, en el que recabé información sobre 12 universidades y 14 instituciones,
que le permite poner de manifiesto que los subsidios que otorga la federación a las instituciones de provincia apenas constituyen 20% de sus gastos de operación; el resto lo
cubren con apoyos de los gobiernos estatales o con ingresos propios. También da cuenta
de las percepciones de los académicos, que son tan bajas que arrastran consecuencias
que afectan la naturaleza y calidad de los servicios educativos.
Por ser de palpitante actualidad, reproducimos un segmento del estudio referente al
carácter público y nacional de la enseñanza universitaria:
… bajo un criterio caduco, se limita, a menudo, la obligación del Estado a la impartición
de la enseñanza en sus niveles inferiores; aunque el desarrollo de la primaria, y posteriormente de la secundaria, es el impulso mismo que, primero, ha conducido al establecimiento de centros de educación superior y, segundo, del cual proceden los problemas
que estas instituciones confrontan por el crecimiento de su población escolar.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Entrega del edificio de Palacio de Gobierno Estatal a la UABC para la sede de Rectoría. De izquierda
a derecha, primera fila: contador Eduardo Jaúregui Félix, ingeniero Luis López Moctezuma Torres,
doctor Pedro Mercado Sánchez, rector, licenciado Rigoberto Cárdenas Valdez, gobernador del estado,
licenicado Milton Castellanos Everardo, doctor Santos Silva Cota, licenciado Rafael Soto Gil y
licenciado Héctor Guerra Echeguery. 1977.
Nadie podrá ahora plantear el problema educativo de una nación con solo referirlo
a una de sus fases: la enseñanza elemental. La educación es el proceso íntegro o no es
nada. Las fases superiores están implicadas en las mínimas y éstas solo adquieren su
verdadero sentido en función de los objetivos más altos (ANUIES, 1961a).
Así, a través de “viejos conceptos” se ha definido el panorama sobre educación
superior de ayer, sus problemas, sus aspiraciones y reclamos, éxitos y fracasos, y solo
nos faltaría describir las políticas en materia de educación del gobierno de la república, lo que iremos tratando en la exposición que ha de seguir.
El contacto personal con la ANUIES en 1957 consistió en participarle la formación
de su primer cuerpo colegiado: la Junta de Gobierno, y solicitar sus consejos y experiencias en lo que corresponde al establecimiento de la fase inicial de la universidad,
solicitud que tuvo pronta respuesta al nombrar por parte de la Comisión de Estudios
de Planeación Universitaria (formada a iniciativa del doctor Nabor Carrillo, rector de
la UNAM, y que funcionaba como órgano especializado de la ANUIES) a los señores
Efrén del Pozo, Alfonso Ortega Martínez y Pablo González Casanova, como expertos
que nos auxiliarían. Dicha comisión nos visitó, conoció nuestras condiciones y posi-
123
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
bilidades e hicieron algunas recomendaciones que hasta la fecha han caracterizado a
nuestra universidad: distribuir las unidades académicas en los diferentes municipios
de acuerdo con sus necesidades y recursos; considerar prioritariamente a la investigación sobre la docencia; limitar el crecimiento del bachillerato propio y, a cambio,
fomentarlo en otros ámbitos; procurar la provisionalidad racional de las normas, para
evitar ceñirnos desde el principio a esquemas rígidos, y designar como rector provisional a quien haya venido ocupando la presidencia del Comité Pro-Universidad.
Las recomendaciones o principios anotados obligaron al Comité Pro-Universidad
a replantear actividades y metas sobre los siguientes puntos: la procuración de un
decreto que modifique y amplíe la Ley Orgánica; que el ejecutivo local otorgue un
subsidio y precipite la desincorporación de escuelas señaladas en el artículo 44 de la
ley; elaborar un censo escolar y formular planes de estudio para las escuelas que iniciarían actividades en septiembre de 1958, y preparar presupuesto de egresos.
Los cinco puntos anteriores se lograron, habiendo obtenido del gobierno del estado
un subsidio por la cantidad de 700 mil pesos y de la II Legislatura del Estado el Decreto núm. 40, que adiciona el artículo tercero transitorio de la Ley Orgánica de la UABC.
Algunos miembros de la Junta de Gobierno con el rector Héctor Manuel Gallego García.
De izquierda a derecha: licenciado Carlos Juvera Calderón, licenciado Octavio Pérez Pazuengo, ingeniero
Isaías Romano Pérez, el rector Héctor Gallego García, doctor Santos Silva Cota (presidente de la Junta
de Gobierno), ingeniero Luis López Moctezuma Torres, licenciado rafael Soto Gil, ingeniero Armando
Macías Cota, doctor Ernesto Sánchez Valenzuela, contador Jesús López Anaya. 1985.
124
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Para asistir a la V Asamblea Nacional Ordinaria a celebrarse en la ciudad de México
en 1959, fuimos invitados personalmente por Alfonso Ortega Martínez, secretario general
ejecutivo de la asociación. La asamblea la presidían Nabor Carrillo como presidente y
como vicepresidentes, de acuerdo con el esquema establecido por los estatutos de 1950, el
arquitecto Joaquín A. Mora, rector de la Universidad de Nuevo León, y el doctor Gonzalo
Aguirre Beltrán, por la Veracruzana. El asunto a tratar versó sobre el problema económico
de las universidades y en general de la educación superior en México. Durante la misma,
se aceptó nuestro ingreso a la Asociación con base en la cláusula 17ª del estatuto aprobado
en 1950 y todavía vigente. También se resolvió enviar al ejecutivo de la nación, en ese
entonces Adolfo López Mateos, un memorándum solicitando un aumento en los subsidios
existentes, argumentando que la aportación federal representa apenas 20.7% del presupuesto de los ingresos de las IES, situación igual a la que existía en 1952 (ANUIES, 1961b).
Durante el desarrollo de la V Asamblea Nacional visitamos las oficinas de la Asociación para conversar con sus funcionarios sobre nuestros planes y de qué manera
podríamos ser auxiliados para el logro de nuestros objetivos. Las oficinas estaban en
el edificio de Radio Universidad de la UNAM, modestas, con sala de juntas, oficina del
secretario ejecutivo, cubículos para el personal técnico, local para el secretariado, una
sala de dibujo, otra de trabajo, ninguna computadora, solo sumadoras.
En agradecimiento a las personas que encontramos trabajando esa ocasión y que
posteriormente nos ayudaron a introducirnos en el laberinto de la educación superior,
nombraremos, desde luego, a Alfonso Quiroga Martínez, Fermín Díaz de la Serna,
Manuel Ávila Romo, Jesús Barrón, Francisco Castellanos Esparza, Manuel Boneta y
Pedro Rosas. Más tarde se incorporaron Enrique Romero y Fernando Uriarte.
Con nuevas experiencias y recomendaciones regresamos a nuestra entidad a cumplir con las siguientes metas: formalizar la organización administrativa de la Universidad, estudiar el proyecto universitario y analizar las posibilidades de abrir escuelas
profesionales; obtener información sobre el sistema educativo del estado, población
escolar en los niveles primario y secundario, existencia de escuelas o academias posprimarias y postsecundarias, salarios, etcétera.
Se cumplieron dos de las metas y quedó una en estudio, la que se refería a abrir
escuelas profesionales, y allí era donde necesitábamos la asesoría y apoyo de la Asociación, ya que privaba en aquel entonces la idea de que para que una institución
pudiera merecer el nombre de universidad debía contar con una ciudad universitaria
y con las carreras llamadas liberales.
En su ensayo sobre la educación superior, de 1937, Narciso Bassols dice:
No importa que la ciencia haya evolucionado, no importa que las necesidades sociales
hayan cambiado, se sigue, sin embargo, así en la universidad de México como en las
escuelas superiores de los estados, con la vieja idea, absurda a estas horas, de producir
los tres tipos clásicos de profesionistas mexicanos: el abogado, el ingeniero y el médico
para la ciudad (Bassols, 1962).
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Conocíamos todas estas ideas, así como los conceptos y declaraciones de la Primera
Asamblea Nacional y, junto con nuestro afán por constituir una universidad moderna, nos
hicieron recurrir a la Asociación, en la que tanto el secretario general ejecutivo, como el
secretario técnico pusieron sumo interés en la documentación que apoyaba nuestros planes, por lo que fue llevada al seno de la Conferencia Regional del Noroeste en 1960, en la
que con conocimiento previo del proyecto se consideró prudente aceptarla.
Se respetaban tanto las cinco recomendaciones específicas de la ANUIES en cuanto a la iniciación de nuestras actividades, así como las normas no escritas, pero
que flotaban en el ambiente universitario, en el sentido de no duplicar carreras
que existieran en la región y que las escuelas profesionales respondieran a necesidades sociales y a sus recursos; se proponían tres carreras: la de ciencias marinas
para Ensenada, agricultura en Mexicali (las dos con requisitos de bachillerato) y
la de técnico contable y de enfermería en Tijuana, de nivel subprofesional ambas.
Este esquema pronto cambió. Por conflictos entre el gremio agrícola no fue posible
constituir la escuela de agricultura y por la falta de matrícula tampoco se hizo la
de técnico contable en Tijuana. Por tal razón, y atendiendo estudios realizados por
nosotros que nos mostraban la falta de profesionalidad de los académicos encargados de la docencia en secundaria y bachillerato, se resolvió constituir la Escuela de
Pedagogía en Mexicali y una Escuela de Contabilidad y Ciencias Económicas en
Tijuana, esta estaba sugerida por un grupo de expertos que nos visitó en 1957, en
atención a las necesidades y características de la ciudad.
Nuestro patrimonio en 1958 se integraba con un subsidio del Estado por 1 200 000 pesos, más 146 mil pesos por ingresos propios y un predio de cinco mil m2 con construcción
terminada. Edificios o locales para la docencia los obtuvimos, en calidad de préstamo,
de las autoridades educativas tanto estatales como federales. Pero lo que no podíamos
obtener eran las personas expertas en las disciplinas que se enseñarían en las escuelas que
pretendíamos crear. Para sopa de tortuga, había que contar, desde luego, con la tortuga.
La Asociación de nuevo viene en nuestra ayuda; nos pone en contacto con la Secretaría de Marina, Pesca y con el Instituto de Ciencias de la UNAM, con la Escuela Normal Superior de la ciudad de México, con la Facultad de Filosofía y Altos Estudios de
la UNAM y con el grupo de economistas del Banco de México.
Los buenos oficios de la Asociación y algunas gestiones nuestras terminaron felizmente creando las tres escuelas profesionales: Pedagogía, Ciencias Marinas y
Contabilidad y Ciencias Económicas; pero, además, fieles a la recomendación de la
comisión que nos visitó en 1957, simultáneamente al nacimiento de las escuelas respectivas, creamos los institutos de Investigaciones Oceanológicas y de Investigación
en Ciencias Económicas y Sociales. Esta subestructura académica, lograda conjuntamente por la ANUIES y la UABC, mereció comentarios elogiosos de Jaime Torres
Bodet, en ocasión de una visita que nos hizo: “Construir, construyéndose, esa es su
forma fundamental: conocer las necesidades reales del medio que los circundaba y
proponer para cada una de ellas un servicio útil, fecundo y claro”, y agrega:
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
En vez de imponerse, en lo abstracto, una simetría teórica improcedente copiando las
estructuras de otras instituciones de la república, la Universidad Autónoma de Baja California trata de organizarse en función de los requerimientos prácticos del estado.
Permítanme ustedes felicitarles por la actitud realista que han adoptado, pues solo
sobre el conocimiento sagaz de nuestras aptitudes lograremos edificar verdaderamente
nuestro progreso. Importa sobremanera aspirar a mucho, pero no importa menos saber que cuanto emprendamos —aunque al principio parezca poco— deberemos hacerlo
siempre con entereza y hacerlo bien. Madurar sin crecer implicará evidentes limitaciones materiales, pero crecer sin madurar entrañaría la peor de las demagogias: la falsificación de la cultura (Revista Universitaria, 1962).
La disposición y voluntad de servir de las personas que constituían el personal
de la Secretaría General, contagiados por su titular, no eran privativas para esta
universidad, sino que todas las asociadas recibíamos igual trato. Se advertía un
celo y entusiasmo desmedido por ser parte del desarrollo de la educación superior, el que estaban descubriendo, no solo panorámicamente, sino conociendo las
piezas fundamentales de la problemática, y tanto ellos, los de la Secretaría, como
nosotros, los rectores.
La política educativa del nuevo régimen de Adolfo López Mateos trajo nuevas
esperanzas a los universitarios. El presidente en el discurso inaugural de su gobierno,
en 1958, dijo:
El país constituye un todo y su progreso debe ser un conjunto armónico. Buscaremos,
por consiguiente, la forma de elevar el nivel académico y técnico de los establecimientos educativos de los estados. Hay en nuestra provincia un noble afán de superación y
una aptitud creciente para alcanzarlo, que estimularemos constante y ascendentemente
(Conferencia regional de rectores de universidades del sureste, 1959).
La designación de Torres Bodet como secretario de Educación vino a asegurar la
nueva política gubernamental en este ramo, y el inicio de la reforma educativa de
1959 trajo una corriente de optimismo a las instituciones de educación superior, pues
respondió a las inquietudes y peticiones de ellas.
El pensamiento rector de la reforma expresado por el presidente López Mateos
marcaba rumbos: “Acentuaremos las tareas educativas en los grados primario y medio, para que llegue a todos, si es posible, la educación elemental, y la enseñanza
media al mayor número, sin descuidar las formas superiores de la cultura y de la
investigación” (Educación, 1960).
“Una reforma de esta amplitud —manifestó el señor Torres Bodet— ha de llevarse
a cabo con método, sin improvisaciones, pero sin demoras innecesarias.”
Este magnífico ambiente creado por las más altas autoridades del país fue propicio
para que la ANUIES estableciera las bases para la planeación de la educación superior
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
en México, proyecto que fue ampliamente discutido por los rectores en las conferencias regionales y aprobado por la Asamblea Nacional en 1961. Publicado por la
Asociación en su boletín en el mismo año, declara en su parte inicial:
Las veinticinco universidades y los cinco institutos de enseñanza superior que forman
la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior han
venido propugnando desde hace varios años por una planeación integral de la educación
superior en nuestro país, que permita el máximo aprovechamiento de los recursos materiales y humanos de la Nación y que haga posible enfrentar con éxito la resolución de
las grandes cuestiones educativas (ANUIES, 1961).
Y continúa con algunas consideraciones sobre diversos problemas que confronta el
sistema nacional de educación superior, como el explosivo crecimiento de la demanda, la peligrosa concentración de la oferta, que mantiene franco con las necesidades
nacionales. Se advertía, desde luego, una diferencia entre los centros educativos del
país, con tendencias distintas y carreras profesionales diferentes de acuerdo con sus
entornos, y por ello se acuerda crear siete regiones universitarias, que con la UNAM y
el Instituto Politécnico Nacional constituirán el sistema nacional de educación superior, haciendo al respecto la siguiente consideración:
… mediante un objetivo y riguroso análisis de la estructura y funcionamiento actuales
de nuestras casas de estudios y de las condiciones del desarrollo nacional, regional y
estatal, la Asociación estima que la constitución de regiones universitarias —incluyendo en el amplio sentido de esta palabra la educación superior politécnica— con
base en criterios geográfico, cultural, socioeconómico, y de mayor facilidad en la
intercomunicación, permitirá una verdadera planeación de la educación superior y, al
coordinar sus actividades, determinará el más eficaz desarrollo cuantitativo y cualitativo de cada una de las instituciones y una lógica y útil diversificación y distribución
de la educación superior en los aspectos de la producción de profesionistas, de la investigación científica y de la creatividad artística y cultural en general, y, sobre todo,
en un útil instrumento para el desarrollo del país.
En 1962, en su informe de gobierno, el presidente de la república dijo: “La planeación deberá coordinar los esfuerzos de las entidades a fin de alcanzar conjuntos regionales que se complementen unos a otros funcionalmente, ya que treinta universidades
no podrían crecer simultáneamente con las mismas pretensiones académicas”.
En el documento sobre las bases para la planeación se trata el problema de la
segunda enseñanza en sus ciclos básico y superior, y su relación con la enseñanza
subprofesional, por lo que se acuerda recomendar se mantenga un equilibrio de la
distribución de la población escolar: nivel profesional, 50 por ciento; nivel subprofesional, 20 por ciento, bachillerato o preparatoria, 20 por ciento.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Visita del gobernador, licenciado Xicoténcatl Leyva Mortera, para inaugurar el edificio de
Investigación y Posgrado. En primer plano, de izquierda a derecha: doctor Santos Silva Cota,
licenciado Rafael Soto Gil, el gobernador Leyva Mortera, ingeniero Guillermo Aldrete Hass,
presidente municipal de Mexicali, licenciado Héctor Gallego García, rector de la UABC
y arquitecto Rubén Castro Bojórquez. 1987.
Y así como en este rubro no solo hace recomendaciones sino ofrece parámetros,
también lo hace en otros, como en la necesidad de mantener un equilibrio en la orientación y diversificación de la educación profesional y subprofesional, y propone
profesiones y subprofesiones conectadas con el desarrollo socioeconómico y la industrialización del país, 60 por ciento; profesiones y subprofesiones para la atención
con los servicios sociales, 25 por ciento, y profesiones y subprofesiones para la preparación del magisterio de educación superior, 15 por ciento.
Considera la aplicación de los recursos financieros y estima que el presupuesto normal de cada institución debe dedicarse 80 por ciento a los gastos de operación y 20 por
ciento a las inversiones. Los gastos de operación deben tender a la siguiente proporción:
docencia: 70 por ciento, investigación: 20 por ciento y difusión cultural: 10 por ciento, y
recomienda procurar el equilibrio de las fuentes de ingresos en la siguiente proporción:
aportación estatal: no menor al 35 por ciento; aportación federal: hasta 50 por ciento; e
ingresos propios: no menor al 15 por ciento. Para darle formalidad a estas bases, en la
misma fecha de su aprobación se modificaron los estatutos de la ANUIES.
Estas bases generales, los parámetros señalados y otros acuerdos obtenidos en
asambleas, conferencias y coloquios orientaron definitivamente las acciones de
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
las universidades e institutos asociados, se manifestó el intercambio entre ellas y
se logró que cada institución se considerara integrante interactivo de un sistema
nacional educativo. Así, hubo numerosas ocasiones en las que grupos de rectores
acudieron a alguna universidad a actos académicos como muestra de solidaridad,
y en dos ocasiones acudieron en apoyo de dos rectores en conflicto, como fueron
los casos de Puebla y Michoacán.
Dentro de este ambiente de coordinación estrecha, cordial, si se quiere, comprendimos que nuestra función al frente de las instituciones tenía dos vertientes: una,
trabajar por nuestros propios objetivos y metas, y la otra, trabajar en atención a los
intereses y objetivos de la asociación. En la primera, instituir o mejorar las estructuras administrativas, crear los departamentos necesarios en una universidad moderna,
capacitar al personal académico con pequeños cursos y mejorar las condiciones de
trabajo, luchar por crear o acrecentar el patrimonio universitario y, lo más importante,
conocer nuestro entorno, sus perspectivas y la manera de influir en él. Por otro lado,
consideramos que proporcionar la mayor información y de manera oportuna sobre
los hechos universitarios, matrícula por niveles y por edades, categorías del personal
académico, salarios, etcétera, sería la mejor forma de apoyar a la asociación, dándole
toda clase de datos para que estuviese en aptitud de ir organizando y formalizando la
planeación de la educación superior a su cuidado.
La acción gestora de la ANUIES, ofrecida generosamente, fue aprovechada por nosotros para lograr ingresar al programa de subsidios de la federación, tanto ordinario como extraordinario o específico para construcción. Su papel de representante
y acompañante en nuestras gestiones ante las diferentes secretarías de Estado fue
decisivo para el éxito de las mismas.
Las diversas instituciones asociadas se beneficiaron con la dotación de la obra editorial de la UNAM y de una gran cantidad de obras del Fondo de Cultura Económica
lograda a gestión de la Asociación ante la Presidencia de la República.
Se caracterizó el periodo por una profunda interacción, en donde el trato personal
fue la manera más eficaz en la relación; ello es una de las razones de que la obra editorial, revistas, boletines, fuese escasa.
El objetivo principal del periodo fue el de organizar a las IES e incorporarlas al
campo de la planeación nacional para que la asociación fuese un elemento respetable,
juicioso y experto en la solución de los problemas educativos de México. Por ello,
procuró en todo momento que nuestra relación con las más altas autoridades del país
fuese digna y responsable.
Todavía recordamos aquella vez en que los rectores acompañamos al licenciado
Ortega Martínez, secretario general ejecutivo, a Palacio Nacional para entrevistar al
nuevo presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, quien por medio del secretario
particular se excusaba y nos invitaba a ver al secretario de Educación, y este a su vez
nos pedía ver al subsecretario, y al final de la ronda entrevistamos al director general
de Educación Superior e Investigación Científica.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Conocimos a Alfonso Rangel cuando era rector de la Universidad de Nuevo León,
y él nos conoció a nosotros. Supimos de sus inquietudes y de sus propósitos en la
vida; nos dimos cuenta de la importancia que para él tenía la palabra escrita como el
mejor vehículo de interrelación, advertimos que la relación entre la ANUIES y sus asociados seguiría siendo fácil y respetuosa, porque se estaba actuando entre amigos; así
lo decía él cuando procuraba obtener la ayuda de las instituciones amigas para aliviar
el problema financiero de la oficina.
Desde su aceptación como secretario general, inició un proceso de reorganización
de las oficinas a su cargo y de la comunicación con los asociados, editando el primer
número del Boletín, en el cual fija bien sus propósitos:
Entre tales tareas, tal como los estatutos de la Asociación lo señalan, y dejando
ahora de lado sus meras funciones de gestora, se cuentan la de coordinar una planeación racional de la enseñanza superior y la de promover, tanto como sea posible,
un intercambio de personas, información y servicios, cada vez más intenso, entre las
instituciones de enseñanza superior en el país.
Este boletín pretende ser un órgano tendiente a propiciar el cumplimiento de la última de las funciones señaladas. Si lograra su objetivo, poner al alcance de todos, información de interés general, necesariamente haría más factible el intercambio futuro
de personas y servicios para beneficio de todas las universidades. Es tan frecuente el
caso de instituciones que duplican esfuerzos por carecer de información adecuada,
con el desperdicio de experiencias educativas, programas, métodos, recursos, etcétera, que no trascienden más allá de las instituciones que las realizan (ANUIES, 1965).
Las buenas relaciones de las autoridades gubernamentales del nuevo régimen con
la Asociación fueron distintas a las que se venían dando con el anterior; se hacía,
pues, mantener activa la Secretaría General y a los que dependieran de ella y asegurar
la continuidad del sistema nacional de educación superior. Para lo primero, la labor
de Rangel Guerra se hizo febril, buscando recursos dentro de las instituciones asociadas, y para lo segundo dispuso las condiciones propicias a efecto de que a través
del trabajo compartido se lograse en 1966 un registro estadístico muy completo de la
educación superior, que representaba su realidad plena.
Aunque se había avanzado en centrar las bases para la planeación de la educación
superior, sobre todo en comenzar a crear una mentalidad entre los universitarios de la
necesidad de coordinación y de la importancia que tiene la información veraz y oportuna, faltaba mucho por hacer. El problema del bachillerato no estaba totalmente resuelto,
y el problema financiero seguía en pie, un poco más agravado por la política educativa
del nuevo gobierno; poco se había hecho en relación con el mejoramiento de la planta
académica, y las estructuras académico-administrativas no estaban cabalmente establecidas, pues solo la mitad de las IES cumplían con las funciones básicas de una universidad: docencia, investigación y extensión, y lo que más apremiaba era contar con
los medios adecuados de comunicación, boletines, revistas periódicas que mantuviesen
informadas a las instituciones asociadas entre sí y con otros órganos externos.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
La urgencia de realizar una planeación conjunta, coordinada, tomaba ciertas características patéticas, como se dijo en 1950, durante la Primera Asamblea Nacional,
en Hermosillo, por lo que se tomó la decisión de impulsar la planeación universitaria
como una actividad primordial, permanente, capaz de acabar con la improvisación,
y se determinó que fuéramos las instituciones de enseñanza superior, sujetos que habrían de someterse al plan por propia voluntad, quienes la elaborasen. Se organizaron
seminarios que se efectuaron en la sede de la ANUIES, entonces ubicada en la Ciudad
Universitaria del Distrito Federal, con la asistencia de funcionarios y personal de alto
nivel de tales instituciones. En esos seminarios se definió el concepto y se hicieron
estudios sobre organización académica y planeación universitaria.
Entendimos por planeación un proceso permanente de previsión tendiente a tomar
decisiones mejor informadas y optar por alternativas de acción más racionales. Comprendimos que todo lo que pudiéramos adelantar en el establecimiento de unidades de
planeación en cada una de nuestras instituciones, en la preparación de estadísticas, en el
cálculo de proyecciones, en el estudio de los recursos humanos y financieros de que nos
era posible disponer, sería de gran utilidad para la elaboración del plan nacional. Se señalaron algunos criterios básicos que deberían fundar la planeación universitaria: que serían
las propias instituciones de educación superior las que elaboraran el plan; que se planeara
para servir no solo al desarrollo económico de México sino al desarrollo integral, lo que
implicaba aspectos sociales, políticos y culturales; que no debía tender a la uniformización
de nuestras casas, planes ni problemas de estudio, sino a establecer criterios que armonizaran y coordinaran instituciones, planes y programas distintos, logrando un equilibrio
entre la unidad del sistema y la diversidad de las partes que lo integraban; que no era
posible pensar en mecanismos rígidos de aplicación del plan, sino que el carácter mismo
de nuestra tarea requería flexibilidad, la cual no implicaba, de ninguna manera, falta de
precisión en los objetivos, que debía ser de carácter indicativo, conteniendo una serie de
recomendaciones que no entraran en conflicto con los principios de la soberanía de los
estados, de los cuales dependían algunas de las casas de estudios —ni con los de la autonomía universitaria, porque era el consenso lo que daría fuerza a las recomendaciones que
se hicieran; que más que prever cuántos profesionales serían necesarios en un área muy
especializada, era procurar la formación de universitarios con una cultura universal, y un
método de estudio, análisis y trabajo que les permitiera ser útiles en diferentes campos de
actividad y, finalmente, que no podía aceptarse que la calidad de una universidad estuviera
en razón directa o indirecta de su tamaño: la calidad de los egresados depende de factores
distintos al del tamaño de la universidad en la cual se forman. La planeación debía estar
encaminada a dirigir el crecimiento cuantitativo y el mejoramiento cualitativo del sistema
y de cada una de las universidades que lo integraban.
Con estas orientaciones, continuamos en la Universidad Autónoma de Baja California los estudios iniciados sobre la expansión académica de nuestra institución, haciendo
un análisis del mercado profesional, de las estadísticas vocacionales, de la población
escolar, de la revisión de planes de estudios y programas, así como de la reorganización
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
de sistemas contables y administrativos. Nos ayudaron otras personas ajenas a nuestra
casa de estudios y continuamos recibiendo sugerencias y orientaciones que la Asociación Nacional de Universidades había delineado en las asambleas generales y a través
del Centro Nacional de Planeación Universitaria, que se estructuró como organismo de
la propia ANUIES en la X Asamblea General de la institución, celebrada en la ciudad de
Xalapa, Veracruz, en 1968, con el propósito fundamental de elaborar el Plan Nacional
de Educación Superior, que tuvo como primera tarea la de realizar un censo universitario y diseñar para ello un sistema unificado de obtención de información estadística.
La participación de las universidades e institutos de enseñanza superior estaba prevista en los trabajos del centro, y se traduciría no solo en la ayuda que las instituciones
pudieran prestarle sino en la colaboración que las instituciones recibirían de él.
Como uno de los resultados de los trabajos que realizamos en la UABC, decidimos
agregar a las carreras con que ya contábamos las de ingeniero topógrafo y geodesta,
técnico y licenciado en turismo, ingeniería agrícola y arquitectura.
Más tarde, un grupo de estudiantes, apoyados por profesionistas de medicina de la
localidad, solicitaron la creación de una escuela de medicina. Las autoridades universitarias respondimos que era conveniente realizar los respectivos análisis de factibilidad de la escuela y, en su caso, efectuar los estudios de planeación correspondientes.
Toma de protesta como rector del Lic. Héctor Manuel Gallego García. En la mesa, de izquierda a
derecha: persona no identificada, los integrantes de la Junta de Gobierno: Dr. Pedro Cervantes, Ing.
Isaías Romano, Dr. Santos Silva, Lic. Carlos Juvera, Ing. Luis López Moctezuma (presidente) y el
rector saliente Arq. Rubén Castro Bojórquez. 1983.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
La Rectoría solicitó el asesoramiento de la Asociación Nacional de Universidades,
que nos puso en contacto con la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de
Medicina. Directores de ambos organismos se trasladaron a Mexicali y durante varios
días analizaron la pertinencia de crear tal escuela, tomando en cuenta los recursos humanos existentes, así como las instalaciones, laboratorios, centros hospitalarios y otros
elementos con que contaba la ciudad. Su opinión fue en el sentido de que era factible y
recomendable la constitución de la escuela de medicina, motivo por el cual la Rectoría,
una vez terminados los trabajos de planeación relativos, dictó el acuerdo de creación de
la referida escuela, señalando como sede de la misma la ciudad de Mexicali.
Nos tocó también participar como universidad miembro de la asociación en la
asamblea celebrada en Villahermosa, Tabasco, que tuvo como resultado la expedición
del documento llamado Declaración de Villahermosa, que contiene un conjunto de directrices de la reforma educativa, como un proceso de cambio permanente cuya esencia consiste en estructurar el sistema educativo nacional con el objeto de que atienda
la creciente demanda de educación con todos sus grados y eleve al mismo tiempo el
nivel cultural y tecnológico del país, considerando que la reforma de la educación
superior está estrechamente relacionada con el resto de la reforma educativa.
Se dijo que el desarrollo integral del país demanda de las universidades una mayor
participación en la resolución de nuestros problemas, formar más y mejores profesionales, investigadores y especialistas, ampliar el conocimiento de nuestros recursos y
encontrar fórmulas de transformación que permitan superar las condiciones de nuestro medio: es la respuesta que la sociedad espera. Para esto —se concluyó—, es imprescindible que optemos por todas aquellas vías que permitan, a un mismo tiempo,
el mejoramiento y la aceleración de los procesos educativos.
Posteriormente, en una asamblea verificada los días 27, 28 y 29 de agosto de 1971
en Toluca, estado de México, la UABC rindió un informe acerca de los avances que
había realizado en torno a la reforma educativa, haciendo referencia, entre otras resoluciones que se tomaron, a las medidas necesarias para operar una escuela preparatoria piloto con la doble función de ciclo terminal y antecedente para estudio
de licenciatura; a que se establecieron salidas laterales en las escuelas de ciencias
agrícolas, ingeniería y turismo, por lo que se redactó un nuevo reglamento de exámenes profesionales para ampliar las opciones de titulación, y a que, finalmente, con el
objeto de fomentar los posgrados, se estaba estudiando un proyecto para establecer un
centro de estudios y de investigación científica en la Unidad Ensenada.
Se dejaba claro que la UABC asumía debidamente los principios de la Declaración
de Villahermosa. En esa misma asamblea, que fue la IV Reunión Extraordinaria de
la Asociación, los rectores suscribieron otro importante documento, que se conoce
como los Acuerdos de Toluca, entre los que destaca el siguiente:
Lo que se requería en nuestro sistema educativo superior era el académico docto,
claro y justo en las aulas. Este deseo fue colmado con el Programa Nacional de Formación de Profesores, con el objetivo de integrar y mejorar el cuerpo docente de las
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
universidades de las entidades federativas con los siguientes propósitos: formación
de nuevos profesores, mejoramiento y actualización del profesorado actual, instrumentación para la docencia y preparación de materiales y publicaciones. Se trataba de
convertir a los profesores en poseedores de conocimientos de punta y proporcionarles
las metodologías adecuadas para asegurar el éxito de sus acciones.
Este programa con el transcurso del tiempo hizo posible que un considerable número de profesores e investigadores recibiera becas para hacer estudios de posgrado
en instituciones del país y del extranjero, quienes a su regreso contribuyeron a una
verdadera elevación del nivel académico de sus institutos.
Otro acuerdo fue el encomendar a la ANUIES la elaboración de manuales para evaluar los sistemas universitarios y los proyectos académicos, así como para propiciar
la universalización de créditos.
Entre los distintos problemas de la educación nacional que se examinaron, el del
bachillerato lo vimos con especial atención, puesto que, de 18 planteles con que contábamos, seis eran preparatorias. Este ciclo, por su posición en el sistema, importa
como culminación de los niveles primario y secundario, pero al mismo tiempo como
antecedente de los estudios superiores, hasta el posgrado.
Esta doble condición del bachillerato implica, por lo tanto, la necesidad de considerarlo como un nivel que participa por igual de circunstancias relacionadas con los
ciclos inmediatos, anteriores y posteriores. En consecuencia, se resolvió que debe
estudiársele bajo estos dos aspectos, a fin de poder precisar su naturaleza y sus fines.
Para todo esto se requería implantar un bachillerato de tres años, de los que los dos
primeros se aplicarían a la formación general del alumnado y el tercero a estudios en
áreas específicas: ciencias exactas, de la salud, sociales, etcétera, más su capacitación
o adiestramiento en alguna técnica determinada.
La Declaración de Villahermosa y los Acuerdos de Toluca constituyeron pasos
importantes en la integración del sistema nacional de educación superior.
A partir de entonces, hubo un impulso sistemático alentado por la ANUIES y, por la
Secretaría de Educación Pública, lo que, entre otras cosas, hizo posible que las universidades de los estados recibieran subsidios federales considerablemente superiores
a los existentes.
El respaldo que la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de
Educación Superior nos dio en asuntos y resoluciones de gran trascendencia en
el desarrollo de nuestra casa de estudios, junto con otros factores, entre ellos el
incremento considerable de la población escolar, originó que la Universidad Autónoma de Baja California “entrara en su adolescencia”, vislumbrara un pujante
crecimiento, y merced a la comprensión del pueblo y gobierno, que vieron en ella
un instrumento de superación, se lanzara ya en firme a proponer y alcanzar los
caminos de solución a los diversos problemas que afrontaba nuestra región de la
patria y a constituirse en una institución socialmente útil y respetada por la comunidad que la abriga y que la sostiene.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Alfonso Rangel Guerra siguió en sus funciones como secretario general hasta el
año 1977, y su actuación está marcada en muchos de los actos e ideas que se suceden
en todo el sistema nacional de educación superior.
Todas las grandes realizaciones humanas (y la ANUIES es una de ellas) se distinguen por la magnitud del impacto que producen en el medio físico-social que las
rodea y por la forma en que se conducen los procesos para producirlo.
La magnitud de ese impacto estará condicionado por la fuerza que lo produce, la Asociación es este caso, y los reaccionantes que la reciben, las universidades; pero la forma
en que se conducen los procesos dependerá del conductor, el secretario general ejecutivo.
En el presente trabajo intentamos identificar algunas acciones significativas en un
periodo dado e interpretarlas a través de las actuaciones de dos personajes: uno licenciado en derecho y antropólogo de vocación y el otro también licenciado en derecho
pero hombre de letras por vocación.
BIBLIOGRAFÍA
ANUIES.
(1950). Memoria. México.
——. (1961). Boletín, p. 19.
——. (1961a). Boletín, 6, México.
——. (1961b ). Boletín, 7.
——. (1965, octubre). Boletín, 1.
Bassols, Narciso. (1962). Tres temas nacionales. México.
Conf. Regional. Rectores Universidades del Sureste. (1959). U. Veracruzana.
Educación. (1960), 2ª época, núm. 4. México: Secretaría de Educación Pública.
Ley Orgánica de la UABC (1957).
Revista Universitaria. (1962). vol. 1, núm. 4. México: UABC.
RUMBO AL 50
Durante unos días como ahora, por iniciarse la primavera, hace 49 años se aprestaba
un grupo de ciudadanos para arrostrar una gran aventura, hacer viable el proyecto
de la Universidad de Baja California; hoy una comunidad entera se apresta para
festejar el quincuagésimo aniversario de la institución, con una real fiesta de jubileo
instituida hace más de 2 500 años, creo fue el primer intento en la historia por
establecer una rendición de cuentas.
El tiempo nos une y nos separa, recordando a Octavio Paz por su poema “Entre irse
y quedarse”; estamos otra vez juntos con propósitos semejantes a los de antaño, crear
* Artículo publicado en la revista El Río, núm 10, Sociedad de Historia, “Centenario de Mexicali” A. C.
2010, pp. 8-9.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
el alma de la Universidad, y noto que algunos que nos acompañaron en las épocas del
comienzo, aquí presentes, están listos a emprender de nuevo el vuelo tras ese ideal,
de superación del género humano.
La Universidad no nació por un decreto como aseguraron algunos, no, su figura
aparece como producto de un proceso cultural que se desarrolla en etapas sucesivas
de manera natural, ningún agente exterior la formó. Nació por el impulso que le dio el
bajacaliforniano, a su propio desarrollo, por las acciones de cada uno de sus mujeres
y sus hombres, por las demandas comunitarias, propuestas de la juventud, gestas de
estudiantes, actividades de maestros y por el reclamo de quienes, ya profesionistas,
regresaban al solar nativo a integrarse al trabajo y sus aspiraciones.
El gobierno del estado acoge con beneplácito la iniciativa para fundar la Universidad considerando que para hacerla de servicio público y reconocer su autonomía,
debía de ser por un acto jurídico, que en un estado de derecho solo el gobierno lo
puede ejecutar y formaliza su creación a través de una ley.
Creo, fueron pues cuatro factores desencadenantes que en aquel preciso momento
precipitaron la constitución de la Universidad: 1º, la transformación del territorio norte
de Baja California, en estado libre y soberano, que nos permitió erigir nuestras instituciones; 2º, la gran emigración de estudiantes bajacalifornianos hacia universidades
del resto del país, pues en aquellas épocas había mas de mil de ellos; 3º, la propuesta
oportuna de los miembros del Club Universitario Tijuanense del anteproyecto de Universidad y; 4º, la respuesta adecuada del ejecutivo del Estado, promulgando la Ley.
¿Cómo comenzamos? Con una escuela preparatoria con 72 estudiantes y 16 maestros. Todo lo demás tenía que hacerse.
Aquí empezó el verdadero trabajo: el empeño e interés de los primeros maestros y
el entusiasmo, inquietud y fe de los primeros estudiantes favoreció las sustentación
básica de la Universidad, que se fue consolidando con la aportación de toda naturaleza, de los que poco a poco se han venido comprometiendo con la institución,
maestros, estudiantes, trabajadores, conscientes todos ellos de que la obra que están
acometiendo no es responsabilidad de un solo hombre, sino de todos sin excepción y
de que no son solo errores los actos del pasado ni milagros los del presente.
En lugar de una ciudad universitaria, tenemos un estado universitario, unidades
académicas y centros de investigación distribuidos en las principales ciudades de la
entidad, en algunas de ellas agrupadas en reales campus, también instaladas en áreas
rurales. La población estudiantil con que iniciamos era de 72, es ahora de 34 000 estudiantes; somos la primera universidad pública estatal del país.
No somos iguales que hace 50 años, somos mejores y juntos lo hemos logrado,
estudiantes, maestros y la sociedad bajacaliforniana, que con su fe en nosotros nos
brindó confianza para servirla y a quien en este largo periodo de trabajo académico le
hemos devuelto 72 000 de sus hijos, como profesionistas.
Seguimos creyendo en la juventud, no tan solo como una esperanza de la patria, no
como una realidad del mañana, sino como una realidad de hoy, tienen un papel que
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
desarrollar en la construcción del país. En el aula, en el laboratorio, en la biblioteca
está su quehacer, desde ahí tomarán nota que su trabajo bien hecho tiene mucha importancia para la patria a quien tendrán que rendirle cuentas.
Maestros, nuestro agradecimiento por su labor venturosa en esta gran tarea de ayudar a formar los ciudadanos útiles para el fortalecimiento de nuestro México.
Estudiantes, maestros, redoblemos esfuerzos, entreguemos lo mejor de nosotros
para que la humanidad pueda realizarse plenamente.
Cimarrones, vayamos con todo rumbo al quincuagésimo aniversario.
Por la realización plena del hombre…
ECOS DEL BICENTENARIO Y DEL CENTENARIO*
Letra clara, delineada. La mano esculpe la obra de arte... con proporciones casi
míticas, simbólicas… estas grafías la acompañaban en el transcurso de su vida. ¿Por
qué no quererlas? Así se escribía Zara Sosa. El trazo perfecto del contorno de cada
letra le revelaba historias insospechadas, conversaba con las palabras, con la letra
dibujada. Zara Sosa, mi abuela.
El 23 de agosto de 1873, siendo alumna de la Escuela Nacional de Santo Tomás,
fundada en 1859 por Eliseo Schieroni, Zara Sosa recibió una mención honorífica por
su capacidad lectora; el reconocimiento se lo otorgó José María Villagrana, subjefe
político de la frontera. Por aquellos años la capital del Partido Norte de Baja California se encontraba en Santo Tomás.
En los inicios del siglo XX, época en la que empezaba a manifestarse el descontento
hacia las clases dominantes, época de turbulencia política, el año de 1902 el panorama
no era gris para Elvira Cota, una adolescente de catorce años, quien recibía, precisamente de manos del presidente de la república don Porfirio Díaz, el primer premio por
su aplicación, que acreditaban sus calificaciones que obtuviera en el curso de primer
año superior en la Escuela Primaria Superior número 1 de Ensenada, Baja California.
Para Elvira este premio debió representar días de gloria que se verían reflejados en su
personalidad, pues ella siempre se caracterizó por su sencillez, sensibilidad y pasión por
la educación y por las artes, de manera especial, por la pintura y por la música clásica.
Elvira Cota Silva nació en 1888 en Ensenada, Baja California. Fue maestra en la
Escuela La Corregidora. Trabajó en la Delegación de Instrucción Pública, ahí conoció
a quien sería su esposo, el profesor Andrés Silva Vite.
Cuando nos remontamos a los acontecimientos ocurridos durante el periodo de la
Independencia de México, cuando se habla de los héroes que nos dieron patria, de
los revolucionarios, de los “rebeldes”, de los “radicales”; cuando rememoramos las
estampas impresas en los libros de historia en las que orgullosos destacan los bustos
138
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
de don Miguel Hidalgo, de Morelos de doña Josefa Ortiz de Domínguez, el ambiente
se percibe con cierto aire nostálgico por la efervescencia de aquellos sucesos.
Desde hace más o menos dos años, en nuestro país mucho se ha hablado sobre los
festejos del bicentenario de la independencia de México y del centenario de la revolución mexicana. De parte de las instituciones educativas han surgido convocatorias para
que tanto historiadores, escritores, y ciudadanos en general vuelquen en el papel, en
términos narrativos o ensayísticos, sus saberes e inquietudes por estos conocimientos.
En Baja California, mi estado, estos dos acontecimientos se enmarcan en estas celebraciones: uno, el primero, firmado desde la subjefatura política de la frontera, en Santo
Tomás, y el segundo firmado desde la Presidencia de la República, y que representan de
manera significativa los festejos del bicentenario de la independencia de México y del
centenario de la revolución mexicana, particularmente para quien esto escribe.
MEDALLA AL MÉRITO UNIVERSITARIO
Se me ha otorgado la gracia de esta venerable institución al disponer que una de las
distinciones con que la Universidad reconoce el mérito universitario lleve mi nombre,
y es así que la medalla al mérito universitario lo portará. Cuán satisfechos deberían
haberse sentido mis padres y qué orgullosos deberán sentirse mis hijos, una deuda con
unos y un legado con otros.
Pero ¿cuál es el significado con que yo recibo esta gracia?
Su otorgamiento es avasallador por la grandeza de quien la otorga y la modestia
de quien la recibe; lo interpreto, porque así me siento, como un acto de unción, he
recibido una gracia y debo estar feliz, pero de inmediato comprendo que la otra cara
de la moneda muestra que tengo una nueva obligación, como el estudiante graduado
que por un lado recibe un título o diploma y frente a ello, la pesada tarea de realizarse
y ayudar a los demás. Es como el agridulce de un suculento manjar en el que lo dulce
representa la parte agradable del acto de recibir y lo agrio la tarea por cumplir.
Se me ha preguntado, con motivo de este acto de imposición de mi nombre a una
medalla, qué significaba, si era como la otorgada por el Congreso de la Unión con el
nombre de Ignacio Altamirano o de Belisario Domínguez, yo contestaba que era algo
semejante, pero en el caso particular la diferencia estaba en el receptor de la distinción, ellos eran próceres de la patria y yo era un ciudadano común de México, y que el
haber sido señalado para tal efecto, por los universitarios de Baja California, se debía
tal vez a que, y en esta vez perdónenme un dejo de vanidad que como humano hube
de tener, esa selección era determinada por mi humildad, perseverancia, emoción y
audacia que mostré en el desarrollo durante los inicios de nuestra Universidad, cualidades que por lo demás le pertenecen a un ciudadano común
139
C
Cartas a Alejandro
Mensajes póstumos
IDEAS PARA UN PROYECTO DE DESARROLLO UNIVERSITARIO
Sr. Dr. Alejandro Mungaray Lagarda
Rector de la Universidad Autónoma de Baja California.
La labor de la Universidad es interminable, eterna, nunca acaba, si acaso sufre
transformaciones, pero sigue su curso. Este proceso de vida universitaria está organizado
para que se den esas transformaciones ajustadas a los cambios del entorno social,
científico, político, económico, de manera que la institución educativa salga fortalecida.
Es función del dirigente universitario encauzar esas actividades de ajuste y reforma y usted, con fe intensa y experimentada vida académica, ya lo manifestó en
reiteradas ocasiones. Pero esa responsabilidad no solo es suya, es también compromiso de todos los universitarios, y téngalo siempre presente que estaremos en
rededor suyo ayudándolo en sus tareas.
Este documento contiene algunas ideas relacionadas entre sí y con el propósito
fundamental de la Universidad, la excelencia académica. Aparentemente son sugestiones aisladas, pero que en algún momento de la vida universitaria aparecerán como
realidades; en ninguna forma molestan al proyecto de reforma que usted pretende, le
dan singularidad y colorido, tal vez representan un sueño de este servidor.
Debemos comenzar por definir nuestros principios y objetivos. La pieza fundamental
de estas cuestiones es determinar cuál es el objetivo central del conocimiento: ¿lo será las
cosas de la naturaleza o de las humanidades?, ¿será el justo medio en el desarrollo de ambas áreas la solución? Ella debe ser establecida por órganos colegiados y despertar en la
comunidad académica la inquietud por la innovación y la reforma como base de la perfección del hombre para que sea y viva mejor. Acatar nuestro lema: “Por la Realización Plena
del Hombre”, impregnar con él todas y cada una de las actividades de la institución, tanto
en lo interno como hacia el exterior y haciendo a los estudiantes creyentes y activistas del
mismo, armonizando racionalmente las enseñanzas científicas y las humanistas (recordar
que ya no tenemos bachillerato), llevarlos por el sendero del descubrimiento continuo de
las cosas, en las que el hombre es el protagonista principal, y demostrarles que el estudio
de las ciencias naturales productoras del bienestar es necesario, pero que la observancia
de las humanidades, el cultivo de las culturas clásicas no es solo un placer estético sino
también sustento para la formación intelectual y moral del individuo
No temamos revisar y reconsiderar en qué estado de desarrollo nos encontramos.
Significa que como todo organismo que se precie de ser trascendente, se ha madurado. El doctor don Jaime Torres Bodet, en ocasión de la ceremonia de iniciación de
cursos de nuestra Universidad en 1962 dijo: “madurar sin crecer implica obviamente
falta de recursos materiales; pero crecer sin madurar es la peor de las demagogias, es
la falsificación de la cultura”.
141
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
JUNTA DE GOBIERNO
En sus etapas iniciales de organización, en un afán de involucrar formalmente a los
habitantes de todo el estado en el desarrollo de la Universidad, La Junta de Gobierno
se designó, repitiendo el criterio de representación por municipio, procedimiento que
se empleó para el nombramiento de los miembros del Comité Estatal Pro-universidad.
La UABC es una institución de carácter estatal, con varios campos académicos que
obedecen a las necesidades y recursos de las diferentes regiones que constituyen el
estado, pero con una reglamentación unitaria que orienta las actividades al cumplimiento de lo mandado en nuestra Ley Orgánica.
En el estado actual de desarrollo de la UABC, con tres campos bien consolidados,
uno con desarrollo inicial y con políticas incipientes de expansión, sus cuerpos colegiados deben depender de conceptos de integración y globalización en nuestro universo bajacaliforniano y congruentes con tendencias científicas, filosóficas y sociales
que pretenda la Universidad establecer. En el caso de su Junta de Gobierno que tiene
por función designar al rector, a los directores de escuelas, facultades e institutos y al
Patronato, sus miembros se determinen bajo esos criterios de adecuación de las cualidades personales de los candidatos a las políticas de desarrollo, es decir, que si las
tendencias de la institución son hacía un humanismo o hacía un desarrollo científico o
tecnológico, deben influir para orientar el criterio decisorio de quienes designan, por
ser personas idóneas y no solo por ser representantes de un municipio.
UNIDADES PERIFÉRICAS
El desarrollo de la Universidad en nuevos espacios no debe responder a situaciones
geográficas o a divisiones políticas del territorio, sino a necesidades y recursos del
nuevo desarrollo y a oportunidades y previsiones aprovechadas y elaboradas por la
institución. Extenderse con vigor, seriedad y decisión para impactar fuertemente
en la nueva comunidad debe ser su propósito; lograrlo será solo con unidades de
investigación, verdaderos centros científicos necesarios en el lugar, que además de
ayudar a resolver problemática regional y local serían ejemplo para despertar la
inspiración por la ciencia en la juventud de la población circundante.
Instituciones como la UNAM y el ITM han instalado sus nuevos campus de esta
manera y los resultados han sido satisfactorios. Además, la comisión de expertos de
la Universidad de México que nos visitó en 1957 hizo la recomendación de que iniciáramos actividades con centros de investigación antes de escuelas profesionales o
en todo caso simultáneamente. Por ello nacieron el Instituto de Investigaciones Oceanológicas y el Instituto de Investigaciones Económicas.
142
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Hace aproximadamente siete años se hicieron estudios por parte de la Universidad
para ver la posibilidad de desarrollar dos unidades de investigación en San Felipe y
en San Quintín, habiendo sido el plan para San Felipe el más completo. Este consistió
en un proyecto para instalar un centro de Investigaciones en Ciencias Ambientales y
Oceanográficas dependiente del IIO y con posibilidades de financiamiento externo. San
Quintín deberá ser también considerado en las estrategias de expansión universitaria.
SAN FELIPE
Se encuentra en zona estratégica de la reserva de la biosfera del alto golfo y delta del
Río Colorado. Constituye un punto ideal para exploraciones e investigaciones del
golfo de California por sus características geográficas y de desarrollo, contiene la
infraestructura adecuada para la instalación de un centro de investigación y existen
organizaciones locales interesadas en que San Felipe sea el asiento de un centro de
esta naturaleza, brindando apoyos convenientes.
En algunos planes de desarrollo de la región a la UABC no se le toma en cuenta por
no contar con instalaciones científicas en el litoral del Golfo. El mayor número de publicaciones científicas sobre el Golfo, tanto en revistas nacionales como extranjeras,
provienen de investigaciones de la UABC y el CICESE.
Muy cercano a San Felipe se llevan a cabo actividades de acuacultura a nivel comercial y destacan las investigaciones realizadas por personas de la UABC en Ensenada sobre la totoaba, con vistas al repoblamiento de esta especie en el propio golfo.
Próximamente autoridades gubernamentales emprenderán tareas para crear arrecifes
en el golfo tendientes a su revitalización. La Universidad debe asumir su papel rector
en el desarrollo del estado con acciones vigorosas, seguras y magníficas.
SAN QUINTÍN
Un emporio en pleno desarrollo. Una gran avenida de 25 kilómetros de largo cruza
la región de San Quintín exhibiendo toda su efervescencia mercantil, industrial,
agrícola y humana. Una extensa avenida es flanqueada a ambos lados por una hilera
ininterrumpida de casas y negocios de todas clases, farmacias, tiendas de abarrotes,
licorerías, bancos, venta de artículos para el hogar, implementos de agricultura,
refacciones, estaciones de gasolina dando servicio a vehículos de todo tipo y de
últimos modelos y atrás de todo eso, los extensos campos agrícolas con tecnología
de punta que han dado vida a esta región con su amplio espectro de problemas y
atractivos étnicos, sociales, turísticos, administrativos, antropológicos, demográficos,
143
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
urbanísticos, de integración familiar y social que reclaman por su regularización, para
lo cual solo actividades de investigación formal lo podrán hacer, que únicamente
tendrán cabida en un centro de investigación.
Aunque ambas localidades: San Felipe y San Quintín cuentan ya con una unidad
de extensión de la UABC, existen ideas para iniciar actividades de docencia, abriendo
carreras profesionales de nivel medio o superior respondiendo a una demanda que no
está justificada que pueden llevarnos al extremo de recurrir a esquemas propios de
centros más integrados. Por ello, debemos revisar estos proyectos y considerar que la
mejor manera de llevar a cabo las políticas de expansión es a través de programas de
investigación científica que determinen y precisen las necesidades del medio y orienten las demandas sobre bases realistas.
POSGRADO
En una reunión de la ANUIES celebrada en Mexicali, en la cual se trató el tema de
posgrado en las universidades, el doctor José Sarukhán Kermez, entonces rector de la
UNAM, expresó que además de los requisitos básicos para considerar un posgrado como
excelente, debíamos cuidar dos aspectos importantísimos: buen ambiente académico en
torno al posgrado y considerarlo rigurosamente como un órgano de toda la universidad
y no solo de una unidad académica. Para ser sincero, pocas veces se ha logrado lo
anterior. Pueden ser varias las razones, pero considero que una de las más importantes
es la estructura de su organización de la que, tal vez, devienen las demás.
Debe crearse una división de posgrado con un cuerpo colegiado integrado por representantes de diversas áreas del conocimiento, que deba estudiar, investigar, autorizar y vigilar los estudios de posgrado que los directivos (Comisión de Planeación y
Desarrollo Institucional) convengan en beneficio de la institución, comprometiendo
de esta manera a toda la universidad en el posgrado. Considero que todos los profesores de posgrado deben tener proyectos de investigación en desarrollo para que los
estudiantes se incorporen a ellos y cumplan con la obligación de investigar y consecuentemente sus tesis sean aportaciones al conocimiento.
BÚSQUEDA DE TALENTOS
Por estar en la cúspide de la pirámide del sistema educativo, la Universidad puede y
debe ser su factor orientador en cuanto a los caminos que debe escoger la juventud
de un país. Por ello la vinculación más valiosa y natural de las IES será con el sector
educativo. Esta podrá ser de diferentes maneras, pero una y tal vez la más efectiva,
fructífera y emocionante, sería aquella tendiente a desarrollar las capacidades
144
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
vocacionales de los estudiantes, apegándonos fielmente a los propósitos de la
Universidad y ayudándoles a realizarse.
Esto es fácil y agradable lograrlo. Todos los años las autoridades educativas en el estado, de alguna manera seleccionan a los estudiantes más talentosos en los diferentes niveles
escolares. Basta obtener un listado y ponerse en contacto con ellos por medio de una carta
del rector acompañada por un lote pequeño de libros seleccionados según la edad de los
estudiantes, con lecturas interesantes que despierten el ingenio y enaltezcan las virtudes.
Sería el inicio de un proceso durante el cual las autoridades universitarias seguirían el
transcurrir escolar de los estudiantes seleccionados, cuidando de sus adelantos, reforzando
la relación de modo epistolar y con entrevistas orientadoras de la vocación.
Cercano el final de su bachillerato, la Universidad invitaría aquellos a cursar sus
estudios superiores en ella y en caso de ser aceptada la propuesta, la institución los
inscribirá automáticamente en la unidad académica seleccionada, con solo presentar
su certificado de haber terminado completo y satisfactoriamente su ciclo escolar. La
universidad así tendrá lo más granado del estudiantado, talentoso, con hábitos de estudio y formal. Con la generalización de este proceder, contribuirá a la formación de
una conducta de superación en el estudiante de todo el sistema educativo subyacente.
¿Qué mejor y más feliz vinculación de la Universidad con su entorno?
CLAUSTRO DE DOCTORES
Con base en los artículos 16 y 28 del Estatuto General de la Universidad se propone la
creación de un organismo académico para auxiliar en sus funciones a las autoridades de
la Universidad, que se llamará “Claustro de Doctores”. El claustro constituye un órgano
consultivo, con carácter propositivo de asesoría y orientación para el mejor desarrollo
de las funciones sustantivas de la UABC. Tendrá como funciones específicas asesorar
al Consejo Universitario, específicamente a las comisiones de Honor y Justicia, de
Legislación, de Grados y Revalidación de Estudios y del Mérito Universitario. Apoyar y
fomentar los estudios de posgrado. Apoyar y fomentar las actividades de investigación.
Presidir en unión del rector los actos solemnes de otorgamiento de honores académicos.
Concurrir a la labor editorial de la Universidad con trabajos y ensayos científicos. El
“Claustro de Doctores” estará integrado permanentemente por 28 miembros. El cargo
de miembro de claustro será vitalicio y podrá dejarse por renuncia del interesado.
GRADOS HONORÍFICOS
Desde su fundación, la UABC solo ha otorgado tres grados de doctor honoris causa, y son
muy escasas las veces que nuestra Universidad haya obtenido distinciones honoríficas,
145
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
sea a través de sus académicos, de sus trabajos o de sus publicaciones. La Universidad no
puede ni debe estar aislada del mundo de la ciencia y de la cultura en cualquier parte del
mundo que ocurra. Debe estar atenta a todas esas actividades culturales y saber reconocer
la obra meritoria y otorgar a quien lo haya ejecutado nuestro más alto reconocimiento.
Hacer lo anterior demuestra nuestro interés y capacidad para determinar lo valioso de la
acción humana. Si nuestro reconocimiento es aceptado por la persona o la institución,
estamos a su vez, siendo reconocidos y estamos estableciendo puentes de vinculación,
quizás los más importantes, con otras entidades, científicas, académicas, culturales.
Por otra parte, nuestras acciones, los trabajos ejecutados por nuestro personal académico o de investigación tienen su mérito. Algunos de ellos constituyen trabajos que
llamamos “de punta” que merecen reconocimiento exterior. Podemos merecer premios
nacionales de ciencia, y aún internacionales, pero necesitamos proyectarnos, y uno de los
vehículos más importantes para tal efecto, lo constituyen los lazos que hemos emprendido
con los reconocimientos académicos, honorarios o no. Este proyecto para establecer las
actividades y hacer realidad los anteriores objetivos requerirá de un órgano especial que
oriente y apoye a la Comisión de Grados y Reconocimientos del Consejo Universitario, el
cual podrá ser un Centro de Estudios Universitarios, que es el punto siguiente.
CENTRO DE ESTUDIOS UNIVERSITARIOS
Nace de la necesidad inquietante de buscar en los orígenes de la institución las
condiciones del entorno en su nacimiento, los principios y fundamentos que le dieron vida
y proporcionaron su esencia. Pero aquella crece y tras un deseo de superación reconoce su
realidad y destino, lo que ya no se puede satisfacer solo con un escudriñamiento histórico,
sino con la adquisición de un sentido de desarrollo, con el establecimiento de una visión
responsable que reclama una organización seria en la reflexión y crítica severa.
Por ello consideramos indispensable constituir un centro de estudios universitarios
con los siguientes objetivos: 1. Establecer el proyecto universitario dentro de la realidad de su entorno, próximo y lejano. 2. Determinar las rutas del desarrollo y darle
sentido a la planeación. 3. Proporcionar información periódica a todos los cuerpos de
gobierno de la UABC. 4. Orientar y apoyar las actividades de vinculación.
EDIFICIOS Y ARQUITECTURA
Unificar y dignificar las concepciones arquitectónicas de nuestros edificios y
construcciones. Que cada columna, pared o friso traduzcan nuestro espíritu, que
quede plasmado en cada rasgo arquitectónico nuestro pasado, presente y futuro.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Tenemos escudo, lema, colores, mascota y canto, ¿por qué no tener una composición
arquitectónica que nos inspire y nos identifique?
ANTROPOLOGÍA
“Por la Realización Plena del Hombre” es nuestro lema y no existe estudio, materia o
asignatura que se dedique integralmente al estudio del hombre en nuestra Universidad.
Las acciones son muy dispersas, por lo que sería muy importante y provechoso que se
instituyera una sección y cátedra permanente en antropología, integrando en un todo
al hombre biológico, al social y al científico.
CONSEJO UNIVERSITARIO
Revitalizar el consejo es un objetivo muy importante en la vida universitaria. En
él descansa toda la actividad de la institución y la responsabilidad de este cuerpo
colegiado debe ser plenamente compartida por todos y cada uno de sus miembros.
¿Cómo se lograría eso? Haciendo más solemne el acto del nombramiento del consejero
y su aceptación por el pleno, protestar el cargo.
En el caso de los académicos, no solo darles constancia de su desempeño, sino
darle un lugar y trato privilegiado ante las instancias universitarias. (Se le da más importancia al delegado sindical de cada unidad académica, que al consejero maestro).
En el caso de los estudiantes, no solo darles esos privilegios, sino que además permitirles que sean gestores de los demás estudiantes, que sean realmente representantes
del alumnado.
Las sesiones o juntas de las comisiones, pudieran o debieran ser presididas por
funcionarios (secretario general, vicerrector); empalmar los periodos de renovación
de consejero de tal manera que siempre existan miembros nuevos y antiguos; y largar
el periodo de duración del consejero.
Dr. Santos Silva Cota, enero de 2003.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
DR. ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA rector de la UABC
P r e s e n t e.
Apreciable Alejandro:
Su mensaje navideño me invitó a reflexionar sobre un tema que me preocupa, la
Universidad y yo, sobre mi responsabilidad ahora y mi trabajo mañana. Dada mi
edad, el mundo de las ideas me es más accesible que el de la acción, tanto para hacer
las propuestas ahora, como para ayudar a hacerlas realidad mañana.
Así escogí mi tema favorito, la educación. Hace varios años, usted tuvo la gentileza de rescatar del olvido y la indiferencia un artículo que escribí sobre el sistema
educativo nacional, publicándolo en una de las ediciones de nuestra Universidad; en
él me refería a que nuestro sistema educativo estaba fracturado, que sus diferentes
niveles transcurrían aislados, como estancos rígidos no permitían la interacción entre
ellos y desaparecía el sistema educativo como tal.
Estas reflexiones me llevaron a hacer una breve comparación entre lo que sucedía en los tiempos de la publicación de mi artículo y de lo que está sucediendo
hoy, en lo que se refiere a nuestra vinculación con los diferentes niveles educativos del sistema nacional y salvo algunas acciones aisladas, de convenios cupulares, poco se ha avanzado.
El sistema nacional educativo lo es todo o no es nada; desde preescolar hasta el
posgrado es un conjunto organizado de niveles de enseñanza con sentido de totalidad,
ningún nivel debe aislarse del resto sin peligro de destruir la organización.
Yo considero que la Universidad debe aceptar su responsabilidad de buscar la buena marcha de esa organización educativa. Tiene recursos, vocación, experiencia y un
sitio privilegiado en el sistema; está colocada al final del proceso y capacitada por
ello para recomendar rumbos, transformaciones políticas, métodos, a fin de asegurar
el éxito de las acciones dentro de un marco de respeto, cooperación e integración,
atendiendo irrestrictamente a los fines de la educación nacional.
La Universidad tiene vocación para la educación. Su primera escuela profesional
fue la Superior de Pedagogía. A ella se han sumado la de Ciencias de la Educación,
ahora de Ciencias Humanas, el Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo
independientemente de las actividades sobre educación a cargo de la Dirección
General de Asuntos Académicos durante los años de 1980 a 2003. Actualmente,
la Universidad funciona con cursos de posgrado sobre educación, tres a nivel de
maestría y uno en el doctorado.
La función más importante de la Universidad es la educativa, la de formar buenos e
ilustrados ciudadanos, la de lograr una vida más digna de vivirse; y una vida más digna
es rica en valores de cualquier naturaleza: intelectuales, morales, cívicos, etcétera. Esto
es lo que la Universidad tiene que hacer y lo realiza a través de su acción educativa.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Para cumplir cabalmente con lo anterior, la Universidad debe integrarse al sector
educativo, estar en contacto directo con todos los niveles del mismo, es su vinculación
más genuinamente universitaria porque es congruente con su función más importante.
Si queremos que nuestro sistema de educación superior prevalezca sólido, activo,
autónomo, adaptado al tiempo y al espacio, debemos hacer y permitir la autocrítica,
que ella nazca de nuestras propias entrañas, somos causa y efecto de lo que hagamos
y no nos lesiona, debemos aceptarla como procesos de autorregulación del sistema.
Preguntémonos cuántas acciones directas con los diferentes niveles educativos del
sistema hemos realizado. Qué relación mantenemos con las escuelas normales; cuáles
mantenemos con la Universidad Pedagógica Nacional. Debemos preguntarnos cuales
son los fines de la escuela mexicana en sus dos primeros niveles; preguntarnos qué
tanto sabemos del artículo 3° constitucional; cual es la reglamentación del estado de
Baja California en materia educativa. Qué tanto debe saber un alumno de un sexto año
de primaria o uno del último grado de secundaria.
Igualmente debemos preguntarnos qué está sucediendo en nuestro nivel de educación superior en cuanto a problemas de aprendizaje, metodológicos, académicos,
en relación con el trabajo y resultados de los otros niveles del sistema de los cuales
podemos aprender mucho. Einstein le preguntó a Jean Piaget cómo se formaba el
concepto de tiempo con el niño.
Creo que es bueno y necesario que hagamos un trabajo serio de autocrítica a nuestro sistema educativo superior con un criterio multifactorial, que hagamos su análisis
desde diferentes puntos de vista, sociológico, psicológico, metodológico, antropológico y filosófico.
Es momento de hacerlo. El espíritu que se crea en tiempos de jubileo facilita su
realización, es tiempo de rendición de cuentas de la actividad más importante de la
Universidad, la que le proporciona su razón de ser, su esencia, la actividad educativa.
Deseo me disculpe por romper las reglas, pero el calor del hogar en las épocas
navideñas me hicieron olvidar la urbanidad, brotó la emoción y en lugar de llamarle
por lo que es, el señor rector, que lo sabe hacer muy bien, lo hice usando un modo
más humano y personal.
Mis parabienes para usted y su familia y mi deseo ferviente de que realice un feliz
año 2006.
Con afecto,
Dr. Santos Silva Cota
149
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Universidad Autónoma de Baja California
Centro de Estudios Sobre la Universidad
Oficio Núm. 084/2005-1
SR. DR. ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Rector de la Universidad Autónoma de Baja California
P r e s e n t e.
Distinguido Sr. Rector:
Le estoy enviando una copia del boletín que elaboré en el año de 1991, hace 14 años,
sobre las pláticas de información acerca del proceso de nombramiento de rector y
que realizó la H. Junta de Gobierno, con el fuerte apoyo que usted, en su carácter de
secretario general de la institución, nos brindó
Esta última observación es una de las razones por lo que le interesará el documento
que tal vez recuerde, y la otra es que los argumentos que la comunidad universitaria
hace al proceso de designación de rector siguen siendo casi los mismos
Aprovecho la ocasión de enviarle copias de tres ensayos que he elaborado, uno sobre
la sucesión rectoral, otro sobre la política y universidad, ambos publicados en la prensa
local y un pequeño opúsculo “Mis libros” publicado en la Gaceta Universitaria
Sírvase aceptar las seguridades de mi atenta y distinguida consideración.
AT E N TAM E N T E
Mexicali, Baja California, 17 de mayo de 2005.
“POR LA REALIZACIÓN PLENA DEL HOMBRE”,
DR. SANTOS SILVA COTA
150
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Dr. Alejandro Mungaray Lagarda
Rector de la Universidad Autónoma de Baja California
Estimado señor Rector:
Al iniciar su gestión como rector de esta universidad le envié una misiva que
contenía una serie de preocupaciones, deseos y sueños que yo tenía en ese entonces
sobre la institución, sabiendo que los entendería porque hemos compartido algunos
pensamientos sobre la cultura y educación.
Hoy, ya cercano el término de su gestión deseo también enviarle otro mensaje, ya
no con preocupaciones y sueños sino con reconocimientos a su obra y comentarios a
su desempeño como hombre universitario.
Afortunado aquel ser humano que fija sus objetivos, se prepara con rigor y honestidad para alcanzarlos y en ese empeño lo hace con brillantez; afortunado porque usted
apoyándose en el lema de su Universidad, realizó su superación plena como hombre.
Siempre he sostenido que para ser rector de la Universidad se tenía que querer,
poder y deber ser. Las dos primeras formas pertenecen al pretendiente, la tercera al
cuerpo colegiado que lo designa.
Usted desde el momento que tocó la institución, seguramente dijo: quiero ser rector de esta universidad y desde entonces inició su superación, ya como alumno de la
Escuela de Economía, como maestro y como director de la misma
Prosiguió su marcha ascensional dentro de la administración universitaria en la que
se desenvolvió con entrega total pero con alegría y cariño. Entonces tuve la oportunidad de tratarlo y compartir algunas tareas, yo como presidente de la Junta de Gobierno
y usted como secretario general de la Universidad. Lo vi contento en su desempeño,
atento a resolver los asuntos de su incumbencia, sus opiniones fueron muy sensatas que
traducían un carácter fuerte, decidido siempre a actuar con rigor y justicia.
En esos andares, cuando se nos presentó el momento de designar al siguiente rector nuestra interacción fue más intensa, el intercambio de ideas se enriqueció; yo lo
ví muy feliz ante el proceso que se daba, sobre todo en los momentos más febriles.
Cómo gozó viendo su desarrollo desde fuera, pues usted no era elegible por ser menor
de 35 años que nuestra Ley Orgánica fija como uno de los requisitos para ser rector,
pero siempre de cerca, observó, aprendió, auxilió y se divirtió.
Considero que durante las numerosas reuniones que tuvimos para que recogiera la
información necesaria para escribir mi semblanza, que tuvo la gentileza de escribirla
y publicarla, se fue creando una amistad sincera extendida a las familias. Pero usted
originó su marcha. Irrumpió en los ámbitos nacional e internacional enriqueciendo su
currículum con acciones en la investigación, la docencia, la obra científica. Llego el
momento de poder ser rector.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Pues llegó a serlo y por méritos propios, sustentado en un impresionante currículum académico y por un gran espíritu que lo impulsaba a hacer las cosas bien y desde
ahora. Como producto de su experiencia recogida en los campos en los que actuó
tenía una idea, una visión de una universidad nueva, adaptada a los tiempos, necesidades y condiciones del hoy y del mañana.
Tales ideas convertidas en un plan nuevo, reformista, sacudieron a la Universidad que estaba al borde del anquilosamiento y le marcaron los nuevos rumbos y las
nuevas maneras de caminarlos. La eficiencia, imaginación, rigor y responsabilidad
fueron los principios que guiarían las acciones.
En los comienzos se cimbró el personal, hubo críticas al nuevo acontecer, algo de caos,
pero poco a poco, el personal académico y administrativo llegó a comprender que el eje
sobre el que giraban todas las nuevas acciones era la función educativa de la Universidad, era ella la razón por la que se tenía que conocer el real objetivo de la institución y al
comprenderlo así, la comunidad universitaria se adhirió gustosa a las nuevas tareas. ¿Qué
hizo usted? Lograr una de las pocas cosas que se pueden lograr, cambiar la mentalidad de
toda una comunidad (se dice que es más fácil cambiar la mentalidad de un pueblo, que
su dieta, apuntaba don Alfonso Reyes: “la educación moral base de la cultura, consiste en
saber dar sitio a todas las nociones: en saber qué es lo principal, en lo que se debe exigir
el extremo rigor; qué es lo secundario, en lo que se puede ser tolerante; y qué es lo inútil,
en lo que se puede ser indiferente. Poseer este saber es haber adquirido el sentimiento de
las categorías”. Eso hizo usted, que los universitarios supiésemos distinguir lo importante.
Su obra material fue grandiosa, pero para mí no supera el haber logrado la sublimación del espíritu del universitario, alumno, maestro, trabajador.
Toda su labor al frente de la institución trajo felicidad y confianza y la colocó en el
primer plano nacional, como la mejor universidad pública estatal de México.
Le reitero mi reconocimiento y mi agradecimiento por haber hecho grande a la
UABC. Sé que no estuvo solo, chez le femme, siempre estuvo a su lado Paty, su esposa,
doctora, académica e investigadora, que con su cariño e ideas lo ayudó en sus tareas.
Mis recuerdos para ella.
Me despido de usted, esperando seguir viéndonos y desearle éxitos en su vida
futura; uno no termina nunca de realizarse plenamente, cuando parece que lo logró
surgen nuevos retos.
Mi cariño, admiración y respeto,
Dr. Santos Silva Cota
P.D. ¡Caramba!, ahora, cuando me pregunten quién ha sido el mejor rector, tendré
que responder: somos tres, yo, Alejandro y, desde luego, el que está en funciones.
152
G
Gestor de la
UABC
Mensajes póstumos
DR. SANTOS SILVA COTA
PRIMER RECTOR DE LA UABC*
Daniel Olivas Beltrán**
E
l doctor Santos Silva Cota nació en el puerto de Ensenada, Baja California,
el 20 de junio de 1921. Su padre, profesor Andrés Silva Vite, había llegado
procedente del estado de Hidalgo para ejercer su labor educativa; conoce
en el puerto a la agraciada señorita Elvira Cota, formando matrimonio que le permite
integrar una hermosa familia, entre quienes destacan el licenciado Guilebaldo, el
ingeniero Ulises y el propio doctor Santos.
Santos Silva Cota realiza sus estudios primarios en la Escuela Benito Juárez, de la
ciudad de Mexicali, y en el año de 1939 concluye sus estudios en la Escuela Nacional
Preparatoria, donde obtiene por su clara inteligencia y aprovechamiento académico la
más alta distinción de pregrado bachiller laureado en la UNAM.
Realiza sus estudios profesionales en la Facultad de Medicina de la UNAM, y posteriormente hace internado de pregrado en el Hospital Juárez de la ciudad de México
en el año de 1944. Inmediatamente después se dirige a su entidad natal para realizar
sus labores de médico social en la comunidad rural de estación Hechicera del valle
de Mexicali, durante los años de 1944-1945. Al presentar su examen profesional en
febrero de 1945 obtiene el título de médico cirujano partero.
En el año de 1959, un joven de bata blanca irrumpe en las oficinas de la dirección de
la Escuela Preparatoria del Estado que funcionaba en lo que conocemos como Escuela
Cuauhtémoc, hoy Casa de la Cultura, para instalar las oficinas del Comité Pro-Universidad. Se trataba del doctor Santos Silva Cota, que desde el 2 de agosto de 1958 realizaba
* Artículo publicado en el libro Los pasos ganados. Ensayos y testimonios de la Universidad Autónoma
de Baja California (pp. 206-209). UABC, 1991.
** Catedrático de la Facultad de Ciencias Administrativas (jubilado). Exdirector de la Escuela de Turismo y alumno fundador de la UABC (1958).
155
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
acciones como vicepresidente de dicho cuerpo directivo. Desde entonces me dispensa
su amistad, pues en aquel tiempo publicábamos el periódico estudiantil Adelante y la
revista Universidad. Su director era Arnoldo Castilla, y el que esto escribe nada menos
que gerente general, cargo que compartía con el inolvidable amigo Armando Hernández
Domínguez, a la sazón director del periódico Vanguardia Estudiantil. Como estudiantes
de preparatoria fuimos muy activos, miembros del comité ejecutivo de la sociedad de
alumnos, teníamos acceso directo al señor gobernador del estado, el licenciado Braulio
Maldonado Sández, que nos trababa con el título de “mis amigos universitarios”, ¡y eso
que cursábamos el primer año de preparatoria!
En el mes de abril de 1959 falleció el licenciado José González Cordero, quien fungía
como presidente del Comité Estatal Pro-Universidad. El licenciado Rodolfo Sosa y Silva
director de la escuela, nos transportó con la representación estudiantil para estar presentes
en el sepelio en el puerto de Ensenada.
El doctor Santos Silva Cota asumió el carácter de rector de la Universidad al morir
el licenciado José González Cordero y con tal investidura inició en firme las actividades
docentes en la institución. Cabe hacer la aclaración de que dicho profesionista contaba con una magnífica clientela como ginecólogo y en consecuencia su profesión le
redituaba altos ingresos, pero fue tanto su cariño por la Universidad que se dedicó por
completo a ella sin importarle sus múltiples ocupaciones como médico, pues renunció a
los trabajos que tenía como director del Centro Detector de Cáncer, al de médico legista
del Tribunal Superior de Justicia, médico de hospitales de la Dirección de Asistencia
Pública y abrazó con todas sus fuerzas el quehacer universitario.
En el mes de septiembre de 1959, el flamante rector incorporó a la Universidad la
Escuela de Enfermería que dependía del Instituto de Ciencias y Artes del Estado, de
manera que junto con las preparatorias de Mexicali y la de Ensenada la institución
contaba con tres escuelas, ninguna de ellas de educación superior.
La Escuela Superior de Pedagogía inició sus cursos el 10 de septiembre de 1960 en
las instalaciones de la Escuela Secundaria núm. 18, únicamente en turno vespertino
y con 120 alumnos en las especialidades de pedagogía, historia, biología, y lengua
y literatura, teniendo como director al profesor y doctor Francisco Dueñas Montes,
como secretario a don Manuel Martínez Díaz de Sández, y a la señorita Ofelia Jaime
como mecanógrafa.
Los maestros fundadores fueron: el profesor Manuel Covantes Rincón, en lengua
y literatura; la profesora Isabel Macías, en psicotécnica pedagógica; la maestra Madelein de Montijo, en francés; el profesor Guillermo Cano Caballero, en etimologías;
el profesor Salvador Jiménez Gómez, en problemas filosóficos; el profesor Juan Cruz
Armendáriz, en inglés; la profesora Evarista Morones de Cano, en arqueología; el
doctor Francisco Dueñas Montes, en conocimiento de los adolecentes; la profesora Consuelo Figueroa de Lamadrid, en estadísticas metodológicas; el doctor Héctor
Corella, en zoología; la maestra Soledad Pulido Ramírez, en historia general; y Mrs.
Ruth Siegitz, en inglés.
156
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
COMO ALUMNOS FUNDADORES RECORDAMOS A LOS SIGUIENTES:
Especialidad de pedagogía
Especialidad de biología
Especialidad en historia
Especialidad en lengua y
literatura
Eréndira Villareno G.
Araceli Eugenia A.
Ma. Evangelina Aguilera A.
Ana Andrade L.
María Natalidad Gómez H.
Hermelina Cruz C.
Luana Burgos B.
Francisco Barajas R.
J. Manuel Sánchez Márquez
Ernesto Estrada A.
Antonio Espinoza A.
María Ibáñez G.
J. Manuel Delgado R.
Alma Velia García Velasco
Octavio Galván Flores
Mario Medina Bermúdez
Roberto González E.
León César González
Amado Gil Castro
Gregoria Martínez
Mariano García García
Miguel Medina L.
Ma. del Rosario Herrera Z.
J. Jesús Orozco C.
Manuel Mireles González
Manuel Navarro V.
Alfonso Ontiveros F.
María Elena López J.
Sara Mireles González
Felipe Rangel G.
Esteban Ruiz F.
Ma. Soledad Barragán S.
Emilio Ramos C.
Francisco Torres C.
Nazario Sauceda V.
Josefina Barraza García
María de los Ángeles
Vázquez
Enrique Vázquez C.
Salvador Vargas Tapia
Enrique Chávez P.
Alicia Williams R.
Jesús Soto Lozano
María Teresa Martínez S.
Miguel Maldonado Tapia
Esther Basurto T.
Benito Benjamín Calderón
Margarito Aguirre A.
Ma. de Lourdes Morales V.
J. Eulalio Soto Lozano
Graciela Chávez A.
Ramón Chavarín G.
Josefina Núñez G.
Nirvana Estrada D´M.
Lázaro Félix Cuevas
Ricardo Galaviz R.
David Chaparro P.
María del Rosario García R.
Manuel García López
Ramiro García R.
Plácido Valenzuela A.
Josefina Aidé Martínez N.
Abelardo Jáuregui B.
Feliciano González R.
Raúl Mireles González
Ignacia Meza C.
Eufemia Núñez C.
Hilda Guadalupe Pérez A.
Lidia Xóchitl Ruiz G.
Isabel Pérez
Silvia Valdez Rivera
Elvira Torres de A.
Amalia Ramírez R.
Francisco Robles Pérez
Pablo Urías Sandoval
Atalo Tapia Pérez
Ranulfo Evangelista V.
Ma. de Jesús Yee Z.
Dora Geraldina Hernández S.
LOS PRINCIPALES COLABORADORES DEL RECTOR DR. SANTOS SILVA COTA FUERON:
Lic. Rafael Soto Gil
Secretario general
Dr. Austreberto Silva Olivares
Jefe del Depto. Escolar, 1961
Lic. David Piñera Ramírez
Jefe del Depto. de Difusión
Sra. Ninfa Bravo
Secretaria particular
Sra. Rafaelita Hernández Q.
Responsable del archivo
Lic. Rodolfo Sosa Silva
Director de la Escuela Preparatoria de Mexicali de 1954 a 1960
Quím. Guillermo Quiroz G.
Director de la Escuela Preparatoria de Mexicali
Lic. Carlos Juvera Calderón
Director de la Escuela Preparatoria de Mexicali
Biól. Pedro Mercado S.
Director de la Escuela de Ciencias Marinas de Ensenada, del 11 de septiembre de 1960 al
28 de junio de 1966
Lic. Francisco Zamora T.
Director de la Escuela de Economía (Tijuana)
Dr. Francisco Dueñas M.
Director de la Escuela de Pedagogía (Mexicali)
Dr. Barraza
Director de la Escuela Preparatoria de Tijuana
Lic. Luis Raymundo Carrillo G.
Director de la Escuela de Economía de Tijuana
C.P. Antonio Martínez Zarzoza
Director de la Escuela de Contabilidad y Administración de Tijuana, en 1961
Lic. Arturo Ibarra Ojeda
Director de la Escuela de Ciencias Políticas y Sociales, en 1963
Lic. Román Hilares C.
Director del Instituto de Investigaciones Económicas
157
LA UNIVERSIDAD: MÁS QUE UN ANHELO,
UNA REALIDAD, 1959-1966*
David Piñera Ramírez** y Maricela González Félix***
L
a información que se vierte en el presente documento se refiere a una etapa que
se caracteriza porque en ella se iniciaron las actividades de docencia a nivel
profesional, las de investigación y las de difusión cultural. Esto es, dieron
principio las funciones fundamentales por las que en sentido estricto una universidad se
considera como tal. Se superó la etapa anterior, en la que solo se contaba con dos escuelas
preparatorias y no existía ningún plantel de carácter profesional, ni unidades académicas
para el desempeño de las funciones sustantivas de investigación y difusión de la cultura.
Al fallecer el licenciado José G. González Cordero, presidente ejecutivo del Comité
Estatal Pro-Universidad, de conformidad con el reglamento respectivo, ocupó ese cargo
el vicepresidente, doctor Santos Silva Cota. Al principio, este, del mismo modo que su antecesor, firmó oficios como presidente del referido Comité y, en documentos posteriores,
agregó, “en funciones de rector”, con base en el Decreto número 40 (Silva Cota, 1995).
Poco después, las autoridades federales le pidieron que, a fin de que las gestiones
que realizase en representación de la Universidad tuviesen mayor consistencia, asumiera en firme el carácter de rector, en los términos establecidos en el decreto aludido.
Así lo hizo y en adelante con tal investidura encabezó las tareas de la naciente Universidad, constituyéndose de esta manera en el primer rector.1
* David Piñera Ramírez (coordinador), Historia de la Universidad Autónoma de Baja California 19571997, UABC, 1997, pp 43-68.
** Investigador del Instituto de Investigaciones Históricas, UABC.
*** Investigadora del Instituto de Investigaciones Culturales, UABC.
1
Véase oficios núms. 517 y 518 del 24 y 25 de noviembre de 1959, del doctor Santos Silva Cota al ingeniero Víctor Bravo Ahuja, subsecretario de Enseñanza Técnica, de la Secretaría de Educación Pública
y licenciado Alfonso Ortega Martínez, secretario general de la Asociación Nacional de Universidades
e Instituciones de Educación Superior, respectivamente.
158
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Una de sus primeras acciones fue designar al licenciado Rafael Soto Gil como secretario general de la Universidad, ya que no se había hecho ningún nombramiento para el desempeño de esa función fundamental en toda universidad. Como se sabe, corresponde al
secretario general dar fe de ciertos actos importantes de la institución, así como tener a su
cargo la secretaría del Consejo Universitario. El oficio está fechado el 24 de julio de 1959.2
Ese mismo año, el 20 de agosto, suscribió el rector la escritura pública en la que
se formalizó la donación que la sociedad “Moreno y Compañía” hizo a la Universidad, de un predio de 1 500 hectáreas, aledaño al poblado de Rosarito, en ese tiempo
perteneciente a la municipalidad de Tijuana.3 Asimismo, hay que hacer referencia a
otras donaciones que recibió la Universidad; acciones de la Editora de Mexicali, S.
A., propietaria de un taller de imprenta; una caja fuerte y bonos del Ahorro Nacional
cedidos por el doctor Joaquín Galván.4
El 23 de septiembre de 1959 se verificó por primera vez una ceremonia formal de
inauguración de cursos, en el salón de actos de la Escuela Cuauhtémoc, que había
sido asignado a la Universidad.5 Fue un evento muy formal en el que se contó con
la presencia del gobernador del estado, licenciado Braulio Maldonado Sández, quien
tuvo a su cargo la declaratoria de inauguración de cursos; del licenciado Luis Encinas,
rector de la Universidad de Sonora y presidente en turno de la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES); de varios miembros
de la Junta de Gobierno y del Patronato Universitario; de profesores, alumnos y una
nutrida concurrencia de los diversos sectores de la sociedad (Última Hora, 1959). El
rector Silva Cota, al hacer uso de la palabra, expresó que, “después de llegar a ciertas
etapas de consolidación de las estructuras económicas y jurídicas de nuestro estado”
(Última Hora, 1959), se arribaba al plano de la educación superior, como medio para
lograr un desarrollo integral. Por su parte, el rector Encinas, transmitió un mensaje de
los universitarios sonorenses, a la vez que hizo una breve síntesis histórica de aquella
Casa de Estudios. El gobernador, al declarar formalmente iniciados los cursos, instó a
los jóvenes estudiantes para que siguieran bregando hasta satisfacer todas las aspiraciones cifradas en la Universidad bajacaliforniana (Última Hora, 1959, pág. 7).
Poco antes —el 10 de julio—, se había efectuado el baile de graduación de la cuarta generación de la Escuela Preparatoria de Mexicali, que ingresó en 1957, cuando el
2
El nombramiento hace referencia al prestigio profesional del licenciado Soto Gil, originario de Mexicali, quien hizo sus estudios en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.
3
Tal escritura se otorgó ante el titular de la Notaría Pública número 4 de Mexicali, B. C., licenciado Fernando
Díaz Ceballos, en el instrumento 4535, volumen 65. La referida compañía era cesionaria de varias porciones
de los derechos troncales de los Machado, dueños originales del rancho denominado “El Rosarito”.
4
En virtud de la donación, la Universidad se constituyó en accionista mayoritaria de la mencionada
sociedad. Dado que el taller de imprenta estaba intervenido por adeudos de impuestos y sueldos a los
trabajadores, miembros del Sindicato de Linotipistas, una solución que se encontró fue proporcionar el
equipó de imprenta al gobierno del estado, en comodato.
5
La invitación que para ese evento hizo circular la Universidad está suscrita por el secretario general,
licenciado Rafael Soto Gil, en Mexicali, B. C., el 23 de septiembre de 1959.
159
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
plantel pertenecía al gobierno del estado. Al egresar en 1959, tuvo el privilegio de ser
la primera generación de una escuela perteneciente a la Universidad, pues se había
incorporado a esta en 1958.6
Dentro de la línea de solemnizar la iniciación de cursos, se programó también la
ceremonia del siguiente ciclo lectivo para el día 19 de septiembre de 1960, a efectuarse en el Salón de Actos de la Escuela Preparatoria Mexicali (Escuela Cuauhtémoc).
En el programa respectivo figuró la declaratoria oficial de la inauguración de cursos a
cargo del ingeniero Eligio Esquivel Méndez, quien hacía pocos meses había ocupado
la gubernatura del estado.7
En ocasión de los primeros contactos que tuvo el rector Silva Cota con el gobernador
Esquivel Méndez, este, en forma cortés y clara, le sugirió que si se diesen los pasos
necesarios para que la Universidad bajacaliforniana dejase de ser autónoma y se convirtiera en una institución estatal, el gobierno del estado sufragaría totalmente los sueldo
del personal y los gastos de construcción de las instalaciones. El rector Silva Cota con
firmeza expresó al gobernador que, por encima de las carencias que enfrentaba la casa
de estudios, estaba el principio de autonomía, la Ley Orgánica de la Universidad establecía la obligación del gobierno del estado de dotarla de terrenos y recursos para la
construcción de edificios, así como de una parte sustancial de su presupuesto. Por fortuna el gobernador percibió bien la razón que asistía a los conceptos del rector.
LA ESCUELA DE ENFERMERÍA
Cuando el doctor Silva Cota inició su gestión, únicamente existían dos escuelas: la
preparatoria de Mexicali y la de Ensenada. Por ello, uno de sus primeros propósitos
fue crear otros planteles, sobre todo de nivel profesional. Así pues, se tomaron las
medidas necesarias para que la Escuela de Enfermería que funcionaba en Mexicali,
perteneciente al Instituto de Ciencias y Artes del estado, pasara a formar parte de
la Universidad, lo que, a la postre, propició la elevación del nivel académico de
esa carrera.8 La incorporación de dicha escuela a la Universidad se efectuó el 10 de
agosto de 1959 (Enfermería, Información general, 1995), y con ello la institución
fue admitida en forma plena en el seno de la ANUIES, pues hasta ese momento solo
contaba con una membresía provisional o condicionada, al ser considerada como
Universidad en desarrollo. En septiembre de ese año, la Escuela de Enfermería inició
6
En la invitación al evento de graduación figura entre los invitados de honor el gobernador Braulio
Maldonado Sández, que ya estaba en los últimos meses de su periodo; el ingeniero Eligio Esquivel
Méndez, candidato del PRI a la gubernatura del estado, quien fue el padrino de la generación, y el
doctor Santos Silva Cota, rector de la Universidad.
7
Invitación a la ceremonia oficial de inauguración de cursos, Mexicali, B. C., 19 de septiembre de 1960.
8
Primero primaria, luego secundaria y, después, preparatoria.
160
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
el ciclo escolar 1959-1960 como plantel universitario (Enfermería, Información
general de la Escuela de Enfermería, 1959-1960). Siguió funcionando en el
edificio de la Escuela Cuauhtémoc, y como se mejoraron los programas, la práctica
profesional en hospitales y, sobre todo, se exigió en lo sucesivo, el certificado de
secundaria como requisito de admisión dado que anteriormente bastaba el certificado
de primaria para ingresar a la Escuela (Enfermería, Reseña histórica de la Escuela
de Enfermería, 1961). El rector Silva Cota ratificó en el cargo de director de la
Escuela de Enfermería al doctor Gamaliel Gutiérrez Sánchez, quien lo ocupaba
desde la fase anterior del plantel (Enfermería, Información general, 1995).
SIGNIFICACIÓN DE LAS ESCUELAS PREPARATORIAS EN LA UNIVERSIDAD
En la etapa inicial de la Universidad, las escuelas preparatorias desempeñaron un
papel relevante, tanto por el carácter enciclopédico de la enseñanza que en ellas se
impartía —que proporcionaba a los jóvenes una información integral, al ponerlos en
contacto con las diversas ramas de la cultura— como porque eran los planteles con
mayor población escolar. A ello se suma el hecho de que el profesorado lo componían
generalmente destacados profesionales locales, lo que creaba un nexo estrecho entre
la Casa de Estudios y la comunidad.
La Escuela Preparatoria de Mexicali estuvo bajo la dirección del licenciado Rodolfo
Sosa y Silva,9 quien desempeñó ese cargo desde la fundación del plantel por el gobierno
del estado. En enero de 1960, lo sustituyó el químico Guillermo Quiroz Gudiño.10
La Escuela Preparatoria de Ensenada, fundada por las autoridades universitarias
en septiembre de 1958, tuvo como primer director al licenciado Evaristo Bonifaz
Gómez,11 quien fungió como tal hasta enero de 1960, en que fue sustituido por el ingeniero Federico Reul Gottschald.12
La Escuela Preparatoria de Tijuana empezó a funcionar en el ciclo 1959-1960. Esta
escuela tuvo su antecedente en la que en 1946 se formó en el edificio de la Escuela
Álvaro Obregón y que después se trasladó a las instalaciones del excasino de Agua
Caliente. Con una parte de la inscripción que ahí se hizo para el ciclo 1959-1960, se
formó la preparatoria que en lo sucesivo despendería de la Universidad Autónoma de
Baja California. El núcleo original con el tiempo vendría a ser la Preparatoria Federal
Lázaro Cárdenas, denominación que tiene hasta la fecha (Martín de Andrade, 1985).
9
Rodolfo Sosa y Silva era originario de Baja California Sur. Recibió título de licenciado en derecho por
la UNAM.
10
Guillermo Quiroz Gudiño es originario del estado de Michoacán; obtuvo el título de químico en el
Instituto Politécnico Nacional.
11
Evaristo Bonifaz nació en el estado de Chiapas. Era licenciado en Derecho por la UNAM y fue diputado
constituyente del estado de Baja California.
12
Federico Reul Gottschald nació en México, D. F., ingeniero militar.
161
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
PRIMEROS ALUMNOS EGRESADOS DE LA UABC,
1957-1959 DE LA ESCUELA PREPARATORIA DE MEXICALI
INTEGRANTES DE LA GENERACIÓN
Carlos Aguiar Villa
Horacio Gallegos Gamiochipi
Antonio Molina Fuentes
Eduardo Alvarado Mendiola
Mirna Obdulia García Velazco
Manuel Monter Gándara
Víctor Esteban Álvarez Noriega
Matías Pelayo Gómez Montiel
Daniel Olivas Beltrán
Javier Alonso Angulo Valencia
Armando Hernández Domínguez
Mario Alberto Plata Castaños
Rosa Argote Espinoza
Sergio Rafael Herrera Juárez
Jorge Rosillo Muñoz Cano
Miguel Ávila Ferrer
Rubén Fernando Herrera Mesina
José Luis Sánchez Granados
Arnoldo Castilla García
Juan Ibarra Noriega
Luis Sosa García
Francisco Cervantes Esquer
José de Jesús Juárez Sánchez
Maclovio Soto Morales
Guillermo Clark Soto
Guadalupe Daniel Limón Rubio
Ernesto Tequida Tapia
Francisco de la Cruz Murillo
Julio César Lozano Acosta
Julio Tequida Tapia
Roy Díaz Elizalde
Adolfo Madrigal Preciado
Alberto Vargas Guillén
Edmundo Espinoza Bojórquez
Alfredo Martínez Carrillo
Amparo Vázquez Favela
Javier Estrada Sandoval
José Miranda Roldán
Óscar Vega Valenzuela
Elías Ferrer Escamilla
Rafael Molina Ceseña
Alberto José Galaz Faucher
Sergio Vega Valenzuela
María del Carmen Velázquez Dueñas
Durante un tiempo, la escuela preparatoria de la Universidad permaneció en las
instalaciones de Agua Caliente, bajo la dirección del profesor Jesús Cortés Limón.13
Después, pasó a ocupar el sótano de la Escuela Álvaro Obregón.
Debido a la renuncia que presentó a su cargo, el profesor Cortés Limón14 fue sustituido temporalmente por el licenciado Ricardo Zamora Tapia, quien fungió como
director interino, hasta junio de 1961 en que la Junta de Gobierno designó al doctor
Ángel Morales Barraza, médico cirujano egresado de la UNAM.
CIENCIAS MARINAS Y OTRAS ESCUELAS PROFESIONALES
Para el año de 1960, bajo el gobierno estatal del ingeniero Eligio Esquivel Méndez,
la Universidad dispuso de un subsidio de 800 000 pesos. (Silva Cota, 1995). Ello fue
producto de las gestiones que al respecto realizó el rector Silva Cota. Hubo, pues, una
actitud de apoyo más definida que la mostrada por el anterior gobierno encabezado
por el licenciado Braulio Maldonado Sández. (Silva Cota, 1995).
13
Jesús Cortés Limón nació en Empalme, Sonora y realizó sus estudios en la Escuela Normal y Preparatoria de Mexicali. Fue designado por el H. Congreso del estado como Ciudadano Distinguido en 1987.
14
Renuncia al cargo de director de la Escuela Preparatoria de Tijuana, del profesor Jesús Cortés Limón, Tijuana, B.C., 19 de abril de 1961.
162
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
¿Universidad autónoma o estatal?
Ing. Eligio Esquivel Méndez
Gobernador constitucional del Estado de Baja California
Mexicali, B.C., 7 de julio de 1960
Sr. Dr. Santos Silva Cota,
Rector de la Universidad
Autónoma de Baja California
C i u d a d.
Distinguido señor rector:
Con sincera alegría se ha estado enterando este gobierno de los avances realizados por ustedes
en el vital renglón de la cultura superior del pueblo bajacaliforniano. Con gran interés y
satisfacción, asimismo, se ha impuesto del contenido de su atenta comunicación fechada el 22
de junio último.
Sin dejar de reconocer por un solo instante la necesidad urgente, mediata e inmediata,
de llevar a la práctica la planeación anotada, considero indispensable, a la par que, con
todo respeto, recordarle que ya en su oportunidad se le indicó que el subsidio de ayuda
para la Universidad era para honorarios de los señores profesores únicamente, y no para
la construcción de edificios, invitarlo para hacer una cordial excitativa al H. Patronato
Universitario a efecto de que se esfuerce por lograr las construcciones deseadas, así como
para satisfacer otras necesidades de la casa de estudios.
De no conseguirse el apoyo de la iniciativa privada para los fines anteriores, habría de
pensarse en una fórmula que justificara la participación económica total del estado en la
vida universitaria y no podría ser otra que el sacrificio de su autonomía. Si esa alma mater
estuviera dispuesta en algún momento de cambiar su actual nombre por el de Universidad
del Estado de Baja California, sería posible pensar en que el gobierno sufragara sus gastos
totalmente, sueldos de los profesores y construcción de edificios inclusive.
No desea mi gobierno que sea así, considera la autonomía universitaria como una auténtica
conquista que hace posible la libre investigación científica, cultural y pedagógica por
maestros y alumnos unidos en la tarea.
Confía este Ejecutivo en que abundará usted en las ideas expuestas y en que decidirá
canalizar el apoyo popular mediante el Patronato; pero, sea cual fuera su opinión, se le ruega
expresarla.
Reitero a usted la seguridad de mi aprecio y consideración más distinguida.
Ing. Eligio Esquivel Méndez
(Rúbrica)
163
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Con ese subsidio específico hubo mejores condiciones para planear el desarrollo de
la Universidad, tanto en lo relativo a la creación de unidades de docencia e investigación, como de apoyo administrativo.
Así, el rector Silva Cota, tras cambiar impresiones con la Junta de Gobierno de la
Universidad, acordó la creación de tres escuelas profesionales: Pedagogía, Ciencias
Marinas y Economía y Ciencias Administrativas.
La Escuela de Pedagogía inició sus labores el 20 de septiembre de 1960 en Mexicali. El propósito de las autoridades universitarias era preparar en ella elementos que,
a la vez que contribuyeran a solucionar el problema del reciente incremento de la
demanda de enseñanza secundaria registrado en la entidad, estuvieran también capacitados para la educación superior. (Silva Cota, “Escuela de Pedagogía”, 1960-1961).
Inclusive se pensó que, con el tiempo, podría surgir de ella una Facultad de Filosofía
y Letras. (Silva Cota, “Escuela de Pedagogía”, 1960-1961, pág. 2). Para dirigir la Escuela de Pedagogía se nombró al doctor Francisco Dueñas Montes, médico cirujano
y, además, egresado de la Escuela Nacional de Maestros.15
Al establecerse la Escuela de Pedagogía se manifestaron dos concepciones acerca de
sus propósitos; una ya descrita que sostuvieron las autoridades universitarias y otra sustentada por un buen número de profesores y alumnos, que concebía a la institución educativa como una normal superior, orientada específicamente a preparar profesores para
la enseñanza secundaria. Ambas tendencias se manifestaron de formas diversas. A veces
se expresaron en las discusiones sobre la problemática del mercado de trabajo, en otro
momento surgieron en la confrontación Pedagogía-Ciencias de la Educación, posteriormente, resurgieron a favor o en contra de la nivelación de los estudios de los egresados
de Pedagogía al rango de licenciatura, y más tarde, en relación con las modificaciones de
planes y programas de estudio. Finalmente, ambas tendencias hicieron crisis junto con la
escuela que las vio nacer. A pesar de todo, el cometido de la formación de docentes de
educación superior continuaría siendo uno de los grandes retos de la Universidad.
En cuanto a la estructura de la escuela, se crearon cuatro especialidades: pedagogía, historia, biología y lengua y literatura. La población escolar global fue de 120
alumnos en el ciclo inicial, que recibían clases en las aulas que facilitaba la Escuela
Secundaria número 18, situada en la esquina de la avenida Álvaro Obregón y la calle
Julián Carrillo, contigua al entonces palacio de gobierno del estado, hoy sede de la
rectoría de la Universidad. (Silva Cota, “Escuela de Pedagogía”, 1960-1961, pág. 1).
La Escuela Superior de Ciencias Marinas se creó en Ensenada, mediante acuerdo
del rector Silva Cota, fechado el 15 de diciembre de 1960, con el fin de dar “enseñanza superior, formando profesionistas en las ciencias del mar, fomentar y llevar a cabo
investigaciones científicas, dando preferencia a las que tiendan a resolver problemas
estatales o nacionales y extender los beneficios de la cultura”. (Aranda Manteca, 1990).
15
Francisco Dueñas Montes nació en Mexicali, B. C., y fue diputado constituyente del estado.
164
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
XXXII aniversario de la UABC. De izquierda a derecha: Ing. Luis López Moctezuma, Lic. Héctor
Manuel Gallego García, Arq. Rubén Castro Bojórquez, Lic. Alfredo Buenrostro Ceballos (rector),
Ing. Óscar Baylón Chacón (gobernador del estado), Dr. Santos Silva Cota, Dr. Pedro Mercado
Sánchez, Lic. Rigoberto Cárdenas Valdés y Lic. Rafael Soto Gil. 1989.
Cabe señalar que en ese entonces no había en toda América Latina ninguna escuela
que ofreciera estudios sobre ciencias del mar a nivel de licenciatura, por lo que puede
considerarse que la creación de esa escuela en la bahía de Ensenada fue un acto visionario, que desde sus inicios colocó a la joven Universidad bajacaliforniana a la vanguardia
en el horizonte latinoamericano de las ciencias del mar. (Ciencias Marinas, 1995).
Se diseñó al efecto un nuevo tipo de carrera profesional, con sentido interdisciplinario, que comprendía aspectos marinos: físico, biológico, geológico y químico
(Folleto informativo de la Escuela Superior de Ciencias Marinas, s.f.).
Otra circunstancia muy propicia para el éxito de la carrera, es que supo aprovecharse la
cercanía de Ensenada con La Jolla, California, en donde se localiza la Institución Scripps
de Oceanografía, de la Universidad de California “que a la sazón era y sigue siendo la
Meca de la oceanografía mundial” (Ciencias Marinas, 1995). Con ella se estableció una
estrecha relación de asesoría para iniciar el funcionamiento de la nueva escuela, e inclusive el biólogo Pedro Mercado Sánchez, quien realizó estudios de posgrado en la referida
Institución Scripps,16 se hizo cargo de la dirección de la Escuela Superior de Ciencias
Marinas, lo que facilitó las buenas relaciones a las que ya se hizo referencia, y algunos de
sus miembros impartieron clases en los primeros ciclos escolares.
16
Pedro Mercado Sánchez cursó licenciatura en biología en el Instituto politécnico Nacional y posteriormente maestría y doctorado en ciencias en la Institución Scripps, de la Universidad de California.
(Diccionario enciclopédico de Baja California, p. 360).
165
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Las instalaciones que ocupó esta escuela en el inicio fueron bastante modestas;
el local había sido construido por el Club Rotario de Ensenada para la Escuela de
Artes y Oficios y después se decidió donarlas a la Universidad. Se hicieron diversas adaptaciones para alojar ahí a la Escuela Preparatoria y a la Escuela Superior
de Ciencias Marinas.17
La escuela comenzó sus actividades con un curso preliminar y el primero comprendió el ciclo 1961-1962. Debe señalarse que la gestión de Mercado Sánchez
se caracterizó por su destacada capacidad profesional y su empeño para realizar
todo aquello que redundara en beneficio de la escuela. Por ejemplo, gracias a la
difusión que de inmediato dio a la nueva escuela, desde las primeras generaciones
figuraron alumnos provenientes de diversos estados de la república mexicana, e
inclusive de países latinoamericanos.
También para el ciclo 1961-1962 empezó sus actividades, en Tijuana, la Escuela de
Economía y Ciencias Administrativas. En ella se impartieron dos carreras, que posteriormente se enseñarían en sendas escuelas: licenciado en economía y contador público.
El objetivo de ambas carreras, derivado del análisis del desarrollo social y económico de la entidad, pocos años antes elevada a la categoría de estado de la federación,
así como de la considerable dinámica que le imprimía su vecindad con California,
EUA, era el de contribuir a la adecuada orientación del desarrollo de la entidad y aportar soluciones a su problemática social.
Para dirigir a la Escuela de Economía y Ciencias Administrativas se nombró al
licenciado Ricardo Zamora Tapia, joven profesionista que se había vinculado con la
idea de crear la Universidad de Baja California, desde los años del Club Universitario
Tijuanense. (Zamora Tapia, 1961).
El 25 de septiembre de 1961 se efectuó una ceremonia especial de inauguración de
cursos para la cual se hicieron circular invitaciones suscritas por el rector. El acto fue
en la planta baja de la escuela primaria Álvaro Obregón.18
Fue este edificio el que le dio albergue a la recién creada escuela universitaria. Se
le prestaron dos salones, de las cinco de la tarde a las nueve de la noche, una vez terminaba el turno de los niños. (Martínez Zarzoza, 1991: 236).
Desde el inicio, los estudiantes solicitaron a la dirección de la escuela y al rector
que se separaran las carreras, porque si bien la formación de los economistas y de
los contadores públicos supone elementos comunes, eran más las diferencias que les
encontraban. (Martínez Zarzoza, 1991).19 Esto fue tomado en consideración y para
17
Dichas instalaciones se ubican en la calle Primera núm. 1838, en Ensenada, B. C. Actualmente las
ocupa el Colegio de Bachilleres de Baja California, plantel Ensenada.
18
Invitación a la inauguración de cursos de la Facultad de Economía y Ciencias Administrativas, Tijuana, B.C., 25 de septiembre de 1961.
19
La separación de las dos carreras fue aprobada en sesión del Consejo Universitario, el 20 de mayo de
1962, efectuada en Tecate, B.C. Véase Libro de actas del Consejo Universitario, foja 41.
166
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
el siguiente ciclo escolar 1962-1963 funcionaron como dos escuelas, en virtud del
acuerdo que al respecto tomó el Consejo Universitario, a moción de los maestros y
alumnos de ambas carreras. La de Economía, de la cual continuó como director el
licenciado Zamora Tapia y la de Comercio y Administración, para la que se nombró
director al contador público Antonio Martínez Zarzosa.20
La matrícula fue reducida, pues sumada la de ambas carreras era por el orden de
veinte alumnos. Con el ánimo de facilitar el ingreso, a la de Economía podían hacerlo
ya fuera con certificado de bachillerato o con título de normal elemental. En consecuencia, un buen número de los que se inscribieron eran maestros normalistas.
Puede advertirse que desde los inicios de la Universidad se adoptó el criterio
de establecer dependencias en las distintas poblaciones del estado, de acuerdo con
las características particulares de cada una de ellas. Es decir, se tuvo un concepto
de regionalización. Así, con las pautas establecidas por la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) (Silva Cota, Funciones del rector, 1995), se fundaron Ciencias Marinas en la bahía de Ensenada,
Economía y Comercio y Administración en Tijuana, y Pedagogía en Mexicali. En
ellas privaba la idea de evitar las concentraciones de escuelas y demás unidades
universitarias en una sola ciudad, frecuentemente la capital del estado, distribuyéndolas en las diferentes regiones económicas y sociales (ANUIES, 1961). El
rector opinaba que más que una “ciudad universitaria”, de moda en ese entonces,
Baja California debía ser un “estado universitario”.
Algunas personas y autoridades de Tecate manifestaron interés en que se creara
ahí una escuela preparatoria. Eso se percibió en las reuniones que celebraba en dicha
población la Junta de Gobierno.21
En respuesta, la Escuela Preparatoria de Tecate empezó a funcionar para el ciclo
1961-1962. Se designó, al efecto, como director, al profesor Víctor Manuel Espinoza Velueta22 y se logró que la secundaria ubicada en avenida Hidalgo 740 prestara sus instalaciones para que laborara el nuevo plantel. Así, al iniciarse el ciclo
1961-1962, funcionaban las escuelas preparatorias de Mexicali, Tijuana, Ensenada
y Tecate dependientes de la Universidad. De este modo los cuatro municipios del
estado contaban ya con un bachillerato.
20
Oficio número 125/62 con el nombramiento del contador público Antonio Martínez Zarzosa, firmado
por el rector Santos Silva Cota en Mexicali, B. C., el 3 de octubre de 1962. Martínez Zarzosa nació en
San Luis Potosí y obtuvo su título profesional en la UNAM.
21
Por su ubicación geográfica se elegía generalmente a Tecate para la celebración de las reuniones de la
Junta de Gobierno de la Universidad.
22
El profesor Víctor Manuel Espinoza Velueta fungió como director de la Escuela Preparatoria de Tecate
hasta 1981 en que las preparatorias de la Universidad pasaron a integrar el Colegio de Bachilleres de
Baja California. Después, ya bajo este sistema, continuó al frente de la dirección, hasta su jubilación.
167
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
LAS CUESTIONES PRESUPUESTALES
A inicio de la década de 1960, la Universidad bajacaliforniana, al igual que muchas
otras, se sostenía fundamentalmente con el subsidio que proporcionaba el gobierno
del estado; el federal era muy reducido y eventualmente se lograban aportaciones
adicionales, bajo el concepto de subsidio federal extraordinario.
Para intentar resolver ese problema, el 19 de enero de 1961, los rectores de las
veinticinco universidades y seis institutos de enseñanza superior que funcionaban en
el país, se reunieron en la ciudad de México y entre los asuntos que trataron destacó
la necesidad de buscar la manera de superar la precaria situación que enfrentaban la
mayoría de las casas de estudios ahí representadas. (“Pasos en firme para remediar la
pobreza de las universidades”, 1961). Una de las principales reflexiones que predominaron en esa reunión de rectores, giró en torno a la necesidad de que los gobiernos
de los estados y el gobierno federal subsidiaran la educación secundaria, en virtud de
que la ANUIES desviaba parte importante de sus ingresos para solventar los gastos de
la educación secundaria. Al respecto, hay que recordar que un buen número de universidades sostenían bachilleratos de cinco años, tres de los cuales correspondían con
la educación secundaria y dos con la preparatoria.
El secretario general de la ANUIES, Alfonso Ortega Martínez, ponía el ejemplo de una
de las universidades del país en la que 58% de sus alumnos eran de secundaria y solo
recibía del gobierno de su estado un subsidio de quinientos mil pesos. Añadía que la Universidad le devolvía al gobierno estatal servicios de educación secundaria por un millón
cien mil pesos, resultando así que el subsidiado era el gobierno local y no la Universidad.
En ese contexto, los subsidios extraordinarios que recibió la Universidad eran muy
significativos, aunque no fuesen sumas elevadas. Asimismo, se explica que la promesa de construir edificios para las escuelas preparatorias de Mexicali y Tijuana,
hecha por el presidente de la república, Adolfo López Mateos, durante su visita a Baja
California en mayo de 1961, haya causado gran entusiasmo. (Silva Cota, Informe de
actividades de la UABC, 1960-1961, 1961).
LOS INSTITUTOS DE INVESTIGACIÓN PIONEROS
Estrechamente vinculado con la docencia se fundó en 1960 el Instituto de
Investigaciones Oceanológicas, bajo un concepto de interrelación con la Escuela
Superior de Ciencias Marinas de Ensenada. (Ciencias Marinas, 1995). Su primer
director fue el ingeniero César Obregón Martínez Sanz. Además del apoyo a dicha
escuela, se realizaron estudios sobre los recursos bióticos de las comunidades
marinas regionales, así como un levantamiento geológico de Baja California, con
la participación de profesores invitados de Scripps y de San Diego State College.
(Ciencias, 1995, págs. 2, 4 y 7).
168
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
El rector de la UNAM, Dr. Nabor Carrillo Flores, con rectores de las universidades estatales,
entre ellos el Dr. Santos Silva Cota. 1961.
En 1961 se creó el Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas, destinado a
desarrollar estudios regionales en esas áreas. Su dirección se encomendó al licenciado
en economía Román Hirales Corrales.23
Para su funcionamiento se rentó en Tijuana un local en la calle Sexta, número 594,
altos. Entre otras actividades, se realizaron investigaciones de mercado y viajes de
estudio con alumnos de la Escuela de Economía para observar el funcionamiento de
plantas industriales y diversos centros de trabajo existentes en Baja California y en
varias entidades de la Unión Americana.24
ESTRUCTURACIÓN ADMINISTRATIVA DE LA RECTORÍA
Al mismo tiempo que se fundaron las escuelas e institutos mencionados, se crearon
dos departamentos que tendrían a su cargo labores esenciales en el funcionamiento
de la institución: el Departamento Escolar y el Departamento de Difusión Cultural.
23
Román Hirales Corrales es nativo de Baja California y cuando se le nombró director del Instituto de
Investigaciones Sociales y Económicas, recientemente había egresado de la Facultad de Economía de
la Universidad de Guadalajara.
24
Informe del viaje de estudio al puerto de Ensenada, realizado el 2 de junio de 1962 por elementos del
Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas, y oficio del gobernador, ingeniero Eligio Esquivel
Méndez, en el que cooperará con dos mil pesos para el viaje del personal del Instituto por diversas
universidades estadounidenses.
169
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
El crecimiento de la población estudiantil complicó e hizo inconveniente que
cada plantel realizara la inscripción y el control general de sus alumnos. Así pues,
se creó el Departamento Escolar, cuyo objetivo principal fue tener un control sistemático y ordenado de los alumnos de todas las escuelas, a través de una oficina de
la propia Rectoría. En agosto de 1961, el doctor Austreberto Silva Olivares25 se hizo
cargo de ese departamento, e inmediatamente se avocó a la tarea de instrumentar la
reglamentación de los principales aspectos escolares: inscripciones, planes de estudio, calendario, exámenes, revalidación de estudios, control del personal, etcétera,26
lo que permitió una mayor coordinación de las actividades docentes, tanto en las
escuelas que dependían directamente de la Universidad, como en las preparatorias
particulares incorporadas. El proceso de incorporación de planteles particulares fue
propiciado por la propia Rectoría, a fin de ampliar la cobertura de la población de
bachilleres, sin que ello repercutiera directamente en el presupuesto universitario.
El Departamento de Difusión Cultural se creó en septiembre de 1961, con el
propósito de realizar actividades que, por una parte, permitieran complementar la
formación intelectual y artística que los estudiantes recibían en las aulas de clase
y por otra, hacer llegar a los diversos sectores de la sociedad bajacaliforniana el
mensaje cultural universitario. Como jefe de ese nuevo departamento se designó al
licenciado David Piñera Ramírez.27
Dado que los recursos con que contaba la Universidad eran limitados, se vio que
una alternativa adecuada era ponerse en contacto con las personas y grupos ya existentes en la comunidad, interesados en algunas manifestaciones culturales, con el
fin de estimularlos y apoyarlos para realizar, junto con ellos, actos a través de los
cuales expresaran más ampliamente sus inquietudes intelectuales y artísticas. Así, la
Universidad vino a desempeñar el papel de elemento impulsor y coordinador de las
expresiones culturales en el medio. Con ese sentido se principió con la organización
de diversos concursos estatales de ensayo, pintura, oratoria e historia regional, que
encontraron eco entre los interesados de esas manifestaciones de la cultura. Asimismo, también se apoyaron a diversos grupos para promover funciones de teatro28 y
25
Oficio de nombramiento expedido el 24 de agosto de 1961. El doctor Austreberto Silva Olivares originario de Tijuana, es odontólogo, egresado de la UNAM y previamente a su designación fue profesor
de la Escuela Preparatoria de Mexicali. Estuvo vinculado también a la enseñanza secundaria y normal
en dicha ciudad.
26
Alguna de estas cuestiones se plantearon ante el Consejo Universitario, por ejemplo el Reglamento
General de Exámenes, que se aprobó en la sesión efectuada en Ensenada, B. C., el 12 de mayo de
1962. (UABC, 1962).
27
Nombramiento firmado por el rector Santos Silva Cota, el 19 de septiembre de 1961. David Piñera
Ramírez obtuvo el título de licenciado en derecho por la Universidad de Guadalajara en 1959, donde
también hizo algunos estudios en la Escuela de Artes Plásticas.
28
Entre otros grupos se apoyó a las Damas Rotarias de Mexicali, quienes en 1961 presentaron la obra La
maestra milagrosa, con mucho éxito. Este apoyo se revirtió luego a favor de la Universidad, ya que
posteriormente las Damas Rotarias donaron quince mil pesos para apoyar las actividades de nuestra
casa de estudios.
170
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
conciertos de música clásica, ejecutados por artistas locales. Para este tipo de eventos
se utilizaban espacios de otras instituciones.
Asimismo, se fundó la Revista Universitaria, cuyo primer número apareció en
marzo de 1962 y fue un espacio en el que pudieron expresarse tanto los profesores de
las diversas escuelas, como algunos alumnos.
Cabe mencionar que Rubén Vizcaíno Valencia, delegado en Tijuana, Miguel de Anda
Jacobsen, delegado en Ensenada, y Enrique Ceballos Longoria, delegado en Tecate,
colaboraron con el jefe del Departamento de Difusión Cultural, durante un tiempo en
forma honoraria.29 Con el transcurso de los años el Departamento de Difusión Cultural
se convertiría en la Dirección General de Extensión Universitaria.
Entre las actividades que se organizaron para difundir la cultura podemos destacar
algunas por su significación en la comunidad. Los primeros concursos estatales de
pintura efectuados en la entidad, entre 1962 y 1963, dieron mucho impulso a las artes
plásticas, pues enfatizaron el valor que debe asignarse al arte en la sociedad. La prensa, al dar amplia cobertura a los eventos, hizo posible que se relacionaran entre sí los
pintores radicados en las distintas ciudades del estado.30 Por otra parte, se efectuaron
festivales de teatro universitario, en los que participaban grupos de alumnos, especialmente preparatorianos. Se ofrecieron recitales de música de cámara, con artistas que
colaboraban desinteresadamente con la Universidad.31
CONFLICTO EN LA ESCUELA PREPARATORIA DE MEXICALI
Como en la mayoría de las universidades, no faltaron situaciones que generaron
conflictos entre las autoridades y algunos sectores de la comunidad universitaria. Así,
en 1961, en la Escuela Preparatoria de Mexicali, la dirección y un grupo de profesores
y estudiantes asumieron una actitud crítica hacia las labores de la Rectoría. Dentro
de sus objeciones figuraba el hecho de que no se hubiera constituido el Consejo
Universitario. En buena medida la efervescencia producida por ese hecho dificultaba
la integración del importante órgano de gobierno,32 pero al presentar condiciones más
propicias se dieron los pasos conducentes para crearlo.33
29
Oficios 052/62 y 053/62 del jefe del Departamento de Difusión Cultural, David Piñera Ramírez, en los
que, con fecha del 23 de octubre de 1962 se hacen tales nombramientos.
30
En estos concursos empezaron a destacar pintores que posteriormente han ocupado un significativo
lugar en el movimiento plástico bajacaliforniano, como Rubén García Benavides, Benjamín Serrano,
José García Arroyo, Ruth Hernández, Manuel Aguilar y Rodrigo Muñoz, entre otros.
31
Nos referimos al pianista Alfonso Vidales Flores, al violinista Henry Marcot y al chelista Guillermo
Argote, que integraban un trío de música de cámara, a la vez que participaban con números musicales
en los programas de los actos académicos más importantes que se realizaban en la Universidad.
32
La Junta de Gobierno apoyó a la Rectoría y determinó el cambio del director y del subdirector de la escuela.
33
Convocatoria para la integración del Consejo Universitario, suscrito por el rector, doctor Santos Silva
Cota y del secretario general, licenciado Rafael Soto Gil, Mexicali, B. C., 8 de diciembre de 1961.
171
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
El 5 de enero de 1962 se celebró en Mexicali la primera junta previa a la instalación del Consejo Universitario. Tras la toma de protesta de los consejeros constituyentes, se procedió a designar a la comisión encargada de formular el reglamento
interno del propio Consejo. Asimismo, se trataron otras cuestiones de procedimiento y se acordó citar para una segunda sesión previa, a efectuarse en Tecate, en el
salón de Cabildos del Palacio Municipal, el día 20 de ese mes de enero. (Consejo
Universitario, 1962, págs. 2-5). En efecto, en esa segunda sesión previa, se aprobó
el referido reglamento, cuyo proyecto fue elaborado por la comisión designada para
ese fin y que integraron el rector, doctor Santos Silva Cota, y los consejeros doctor
Raúl de la Torre, licenciado Ricardo Zamora Tapia y el licenciado Rafael Soto Gil.
(Consejo Universitario, 1962, págs. 5-10).
La primera sesión ordinaria del Consejo Universitario se celebró el 17 de febrero
de 1962, en el local del Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas, en Tijuana. La designación de las comisiones permanentes, que fue uno de los principales
acuerdos tomados (Consejo Universitario, 1962, págs. 11-20), creó condiciones para
el funcionamiento regular de este importante cuerpo colegiado, que tanta trascendencia ha tenido en las diversas fases de la vida de la Universidad.
Es pertinente señalar que la efervescencia generada en la Escuela Preparatoria
de Mexicali, a causa de que no se había constituido el Consejo Universitario, derivó en fricciones internas entre estudiantes y Quiroz Gudiño, director del plantel.
Para restablecer el orden, la Junta de Gobierno determinó la destitución de este,
el 20 de noviembre de 1962.34
Lo sustituyó el licenciado Edmundo A. Guajardo, quien solo fungió como director
por espacio de siete meses.35
LOS PRIMEROS EDIFICIOS CONSTRUIDOS PARA LA UNIVERSIDAD
Ese mismo año de 1962 se obtuvo un logro muy significativo, al iniciarse la
construcción de los edificios de las escuelas preparatorias de Mexicali y Tijuana,
primeros que se construyeron expresamente para la Universidad. Ello fue el fruto de
una serie de gestiones que hizo el rector Silva Cota ante el gobierno federal a fin de
obtener recursos para la construcción.36
34
Expediente formado con motivo de la investigación que efectuó la Junta de Gobierno sobre ese conflicto surgido en la Escuela Preparatoria de Mexicali. (AG-UABC, archivero 34, exp.2).
35
El licenciado Edmundo J. Guajardo, en ese tiempo tenía uno de los más prestigiados bufetes jurídicos
de la ciudad de Mexicali. Recibió su título de abogado de la Universidad de Nuevo León.
36
El subsecretario de la Dirección de Inversiones Públicas de la Presidencia de la República, Raúl Ortiz
Mena, comunica al gerente general del CAPFCE, arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, la autorización
presidencial de la partida de 2 500 000 pesos, para la construcción de las escuelas preparatorias de
Mexicali y Tijuana, 17 de julio de 1962 (AG-UABC, archivero 34, gaveta 2, exp. Sep 2/114, folio 13).
172
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
PRINCIPALES COLABORADORES DEL RECTOR DR. SANTOS SILVA COTA, 1959-1966
Secretario general: Lic. Rafael Soto Gil; jefe del Departamento Escolar: Dr. Austreberto Silva Olivares;
jefe del Departamento de Difusión Cultural: Lic. David Piñera Ramírez.
Directores de escuelas e institutos
Mexicali
Escuela Preparatoria: Lic. Rodolfo Sosa y Silva/Quím. Guillermo Quiroz Gudiño/Lic. Edmundo J. Guajardo/Dr. Austreberto
Silva Olivares (interino)/Lic. Carlos Juvera Calderón;
Escuela de Enfermería: Dr. Gamaliel Gutiérrez Sánchez; Escuela Superior de Pedagogía: Dr. Francisco Dueñas Montes;
Escuela de Capacitación Agrícola: Ing. Roberto Valdés Osuna/Ing. Modesto Cruz;
Escuela de Ciencias Sociales y Políticas: Lic. Arturo Ibarra Ojeda;
Escuela Preparatoria Guadalupe Victoria: Dr. Juan Íñiguez Ancón.
Tijuana
Escuela de Economía y Ciencias Administrativas-Escuela de Economía: Lic. Ricardo Zamora Tapia/Lic. Luis Raymundo
Carrillo García; Escuela de Comercio y Administración: C.P. Antonio Martínez Zarzosa;
Escuela Preparatoria: Prof. Jesús Cortés Limón/Lic. Ricardo Zamora Tapia/Dr. Ángel Morales Barraza;
Instituto de Investigaciones Industriales y de Ingeniería: Ing. Julio E. Torres Coto Mazier;
Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas: Lic. Román Hirales Corrales.
Ensenada
Escuela Preparatoria: Lic. Evaristo Bonifaz Gómez/Ing. Federico Reul Gottschald/Lic. Octavio Pérez Pazuengo;
Escuela Superior de Ciencias Marinas: Biól. Pedro Mercado Sánchez/Ing. Gabriel Ferrer del Villar;
Centro de Investigaciones Oceanológicas: Ing. César Obregón Martínez-Sanz.
Tecate
Escuela Preparatoria: Profr. Víctor Manuel Espinoza Velueta.
Cuadro elaborado por José Gabriel Rivera Delgado y Luz María Reyes Chávez.
El rector nos narra cómo recibió la noticia de que se concedía el subsidio solicitado
de $2 500 000. Los terrenos ubicados en Mexicali en la colonia Nueva, 37 en el predio
de la antigua plaza de toros, y en Tijuana, en la colonia Juárez, fueron proporcionados
por el gobierno del estado.
Los días 7 y 8 de agosto de 1962 se efectuaron sendas ceremonias de colocación de
la primera piedra, a las que las autoridades universitarias invitaron a un considerable
número de representantes de diversos sectores sociales.
En la ceremonia de Tijuana, el presidente de la Sociedad de Alumnos de la Escuela
Preparatoria de esa ciudad, Jesús Ortiz Figueroa, expresó que el acto representaba
“para nosotros los jóvenes, para el pueblo de Tijuana y para todo bajacaliforniano, un
hecho de invaluable trascendencia, que pone de relieve el interés y apoyo que a nues-
37
El subdirector de la Dirección General de Catastro, ingeniero Luis López Moctezuma, envía oficio
al arquitecto Javier Márquez, al que anexa los planos del terreno asignado para la construcción de la
Escuela Preparatoria de Mexicali, ubicado en la manzana 123, de la colonia Nueva, 3 de septiembre
de 1962. (AG-UABC, archivero 34, gaveta 2, exp. Sep 2/114, folio 3).
173
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
tra alma mater está otorgando el primer universitario de México, el jefe de la nación”.
(Ortiz Figueroa, 1991). Asimismo, reconoció los esfuerzos del rector y del gobierno
del estado, para la obtención de ese logro.
El ciclo lectivo 1962-1963 fue iniciado formalmente por el doctor Jaime Torres
Bodet, secretario de Educación Pública, en ceremonia que se efectuó en el salón de
actos de la Universidad en Ensenada, el 13 de octubre de 1962. Allí se otorgó al destacado intelectual el título de Profesor Extraordinario de la Escuela de Pedagogía de
la Universidad. Al hacer uso de la palabra, además de agradecer la distinción que se
le confería, Torres Bodet manifestó: “Advierto en este joven estado una capacidad de
creación y un impulso de ser que, por sí solos, afirman y garantizan su aliento frente al
futuro”. Refiriéndose a la forma en que nació la Universidad bajacaliforniana agregó:
En cierto modo, la voluntad universitaria surgió en ustedes antes de haber podido
reunir los medios indispensables para dar a esa voluntad expresión concreta y satisfactoria. Las intenciones precedieron a los recursos. Y, sin embargo, el trabajo ha
comenzado en varias escuelas, y las escuelas han comenzado a constituir un conjunto
de creciente eficacia en el ámbito regional.
En vez de imponerse, en lo abstracto, una simetría teórica improcedente, copiando
las estructuras de otras instituciones de la república, la Universidad Autónoma de Baja
California trata de organizarse en función de los requerimientos prácticos del estado.
A esos requerimientos responden los planteles […] en cuatro ciudades de la entidad
[…]. (Torres Bodet, 1965).
En materia de subsidios, encontramos que el gobierno del estado poco a poco aumentó
el monto de sus aportaciones para el funcionamiento de la Universidad. En 1962 le otorgó
$1 500 000 y en 1963 lo aumentó a $1 800 000. Con esos recursos, en el primero de dichos
años se atendió una población escolar de 622 alumnos y en el siguiente de 730.
Al presentar su renuncia el licenciado Edmundo A. Guajardo como director de la
Escuela Preparatoria de Mexicali, en septiembre de 1962, se hizo cargo del plantel,
interinamente, el jefe del Departamento Escolar, doctor Austreberto Silva Olivares.
En enero de 1963 asumió la dirección, nombrado por la Junta de Gobierno, el licenciado Carlos Juvera Calderón, quien estaría al frente de la escuela por casi tres lustros,
en los que formaron varias generaciones de bachilleres.38
En sesión solemne del Consejo Universitario, efectuada el 7 de septiembre de
1963, se otorgó a la señora Eva Sámano de López Mateos, esposa del presidente de
la república, el título de Profesora Extraordinaria de la Escuela de Pedagogía de la
Universidad, en reconocimiento a su trayectoria como maestra y a la labor que venía
38
Carlos Juvera Calderón obtuvo título de licenciado en derecho en la Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo. Fungió como director del plantel durante 14 años, de 1963 a 1977. Fue miembro
de la Junta de Gobierno de la Universidad de 1982 a 1994.
174
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
desarrollando al frente del Instituto Nacional de Protección a la Infancia (Correo Universitario, 1963, 1:2 y 4).
Para la iniciación formal del ciclo 1963-1964 se contó con la presencia del presidente de la república, Adolfo López Mateos. El acto se efectuó en Mexicali, el 26 de
septiembre de 1963 y a la vez que el primer mandatario declaró abiertos los cursos,
inauguró el edificio de la escuela preparatoria. Estuvieron también presentes en el
acto el gobernador del estado, ingeniero Esquivel Méndez; el secretario de Educación
Pública, doctor Torres Bodet; el secretario ejecutivo de la ANUIES, licenciado Ortega
Martínez; así como funcionarios, profesores y estudiantes de la Universidad.
El rector Silva Cota agradeció a las autoridades ahí presentes el edificio que en esa
ocasión se inauguraba y manifestó que dicho acto “constituirá efeméride sin par en
nuestra historia universitaria”.
Horas después, al inaugurar el edificio de la Escuela Preparatoria de Tijuana, el
presidente de la república y demás autoridades escucharon los conceptos del estudiante Candelario Jordán Carrillo, quien expresó que ese edificio acogería “las inquietudes y las más legítimas aspiraciones de la juventud de esta ciudad fronteriza,
geográficamente la más alejada del centro del país, pero la más estrechamente unida
en la diaria batalla por forjar el México nuevo…” (Correo Universitario, 1963, pág.
3). El edificio construido para la Escuela Preparatoria de Mexicali albergó también
temporalmente a la Escuela de Pedagogía y en el de la Preparatoria de Tijuana estuvo,
asimismo, la Escuela de Contabilidad y Administración.
Los miembros de la Junta de Gobierno con el rector. De izquierda a derecha, sentado: Dr. Santos
Silva Cota, Ing. Santiago Garín Pinillas (presidente de la Junta), Arq. Rubén Castro Bojórquez
(rector), Dr. Conrado Noriega, Ing. Armando Macías Cota; de pie: Dr. Saúl Álvarez Borrego,
Lic. Carlso Juvera Calderón, Lic. Octavio Pérez Pazuengo, Ing. Luis López Moctezuma, Lic.
Alejandro Athié Carrazco y C.D. Ernesto Sánchez Valenzuela. 1982.
175
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Por otra parte, en 1963 se creó el Instituto de Investigaciones Industriales y de
Ingeniería, cuyos objetivos fueron realizar estudios sistemáticos de los recursos naturales susceptibles de industrialización en Baja California, así como de los problemas
tecnológicos y de ingeniería relacionados con la región y su desenvolvimiento. Quedó instalado en un local que se rentó en la calle Segunda de Tijuana. Su dirección se
le encomendó al ingeniero Julio E. Torres Coto.39
EL LEMA DE LA UNIVERSIDAD
Además de las necesidades de infraestructura y equipamiento, en la Universidad surgió
el deseo de contar con un lema que sintetizara los fines y objetivos de la institución. Así,
el día 5 de octubre de 1963, la Rectoría, por conducto del Departamento de Difusión
Cultural, convocó a un certamen en el que en forma abierta se invitó a participar a toda
la sociedad bajacaliforniana.40 Afortunadamente hubo una magnífica respuesta, pues se
sometieron a concurso 864 lemas, por personas de diversos sectores sociales.
Después de una serie de sesiones en las que los integrantes del jurado calificador
deliberaron ampliamente, se seleccionó la frase “Por la realización plena del hombre”, cuyo autor resultó ser el joven Miguel Gárate Velarde, quien hacía poco había
concluido sus estudios en la Escuela Preparatoria de la Universidad en Mexicali y
estaba iniciando estudios en la Facultad de Derecho de la UNAM.41 En la ceremonia de
premiación, efectuada el 29 de mayo en Mexicali, al hacer uso de la palabra expresó:
Nuestro lema descansa en tres interrogantes fundamentales: ¿Qué es el hombre? ¿Qué
se entiende por su realización plena? ¿Por qué debe realizarse plenamente?
Dotado de cuerpo y espíritu, el hombre es un valor supremo cuya realización estriba
en el desenvolvimiento de sus aptitudes físicas y espirituales.
Realizarse plenamente significa desarrollar al máximo de sus posibilidades la capacidad creadora que le enriquece, trabajando con eficacia y constancia para labrar los instrumentos que modelan su personalidad y le permiten alcanzar las metas que se propone
individual y socialmente.
El hombre debe realizarse porque ese es su destino necesario. Es preciso que se
encuentre a sí mismo y sin sacrificar su dignidad, conviva armónicamente y trate de
realizarse en forma plena como valor.42
39
Julio E. Torres Coto tuvo una destacada actuación en el Club Universitario Tijuanense, que pugnó por
la creación de la Universidad. Recibió título de ingeniero civil de la UNAM. Con el tiempo ocuparía la
presidencia del Patronato Universitario.
40
Convocatoria al certamen para elegir el lema de la UABC. (Correo Universitario, 1963, núm. 2, p. 1).
41
Miguel Gárate Velarde nació en 1942, en el valle de Mexicali. Obtuvo su título de abogado en la UNAM.
Fue profesor fundador y luego director de la Facultad de Derecho de la UABC, en Mexicali.
42
Por la realización plena del hombre. Discursos pronunciados en la solemne ceremonia de entrega de
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Narra el rector una gestión exitosa
Cuando arribó el presidente Adolfo López Mateos a Baja California, decidimos andar detrás del carro
de su comitiva Soto Gil y yo íbamos en mi carro, nos seguían algunos estudiantes, entre ellos Lizárraga Cota y César Martínez, El Chiquis, de Tijuana. El carro de la comitiva presidencial tomó ruta
por el camino de la Escénica, que en aquel tiempo estaba en construcción. Sabíamos que el presidente
tenía acto en Rosarito y a mí me interesaba hablar con él, de hecho todo el mundo me había dicho que
tenía que verlo, que lo tenía que abordar para tratarle el asunto de los edificios de las preparatorias, de
modo que decidimos andar detrás de él. A varias personas les hice saber mi propósito, entre ellos al
presidente municipal de Tijuana. Supe que comentó:
— ¡Qué le van a dar oportunidad a este!
Entonces fuimos a Ensenada y nos instalamos en el hotel Riviera donde iban a ofrecerle una
comida, yo ya no quise seguir al presidente al hotel Salazar, lugar en donde se encontraba reposando para más tarde trasladarse a la comida que las fuerzas vivas de Ensenada le iban a ofrecer en el
Riviera. Soto Gil, Gamaliel, algunos estudiantes y creo que Quiroz Gudiño, el director de la Preparatoria de Mexicali, andaban conmigo, estábamos esperando a que llegara el presidente, cuando de
repente se nos acerca el periodista Nacho Aguirre de Mexicali y nos pregunta:
— ¿Qué están haciendo aquí?, si el presidente los está buscando allá en el hotel.
De modo que tomé mi carro y a la carrera nos subimos y llegamos al hotel: el gobernador estaba
afuera sentado, con su bastón, y cuando nos vio llegar, nos preguntó:
— ¿Dónde estaban, andaban perdidos?
— Ahí estábamos esperando, nadie nos comunicó nada.
— Pueden pasar. Y pasamos junto con el señor gobernador para hablar con el presidente. Le dijimos
qué queríamos: ¡los edificios de la Preparatoria Mexicali!
— No se preocupen se van construir.
— ¿Y el de la Preparatoria Tijuana, cuándo?, –agregó Lizárraga.
— También cuenten con él.
Así fue, después proseguí el trámite del dinero del subsidio en la ciudad de México, y estando
allá, el doctor Gustavo Arévalo, quien fue diputado federal y ayudante personal del presidente López Mateos, me dijo:
— Humberto Romero, el secretario particular del presidente quiere que lo veas en Los Pinos, ahí te
van a dar el dinero.
En efecto, llegué, me recibió el capitán Lecuona, con quien estuve platicando, luego me atendió
Humberto Romero y me dijo:
— Te sacaste la lotería, te van a dar las dos escuelas.
Después, me trasladé a la Secretaría de la Presidencia y cuál fue mi sorpresa, no me dieron el dinero. Me dieron documentos para que fueran descontados por alguna compañía constructora que quisiera
entrarle a la obra. Me dijeron que la constructora Chapultepec, S. A., tenía dinero para autofinanciarse,
mientras que el dinero pudiera cobrarse y que era la que muy seguramente aceptaría la obra. De modo
que fui y en efecto aceptaron la construcción de los dos edificios, pagándoles con documentos.
Recuerdo que cuando estuve en México y salí con los documentos, traía en mis manos dos millones y pico de pesos, era un mundo de dinero, porque era 1 millón 250 mil pesos para cada escuela.
En ese tiempo tenía un portafolio viejo, de modo que me fui a una casa que vendía artículos de piel,
ahí sobre la calle Luis Moya y compré un portafolio muy bonito y en él guardé los documentos y me
fui con mi esposa a comer al Lincoln, un restaurante de moda, buena comida, coñac y toda la cosa.
(Entrevista realizada por David Piñera Ramírez, Tijuana, B. C., 1995).
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
LA ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y POLÍTICAS
El 17 de septiembre de 1964 inició cursos la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas,
que vino a ser, después de la perteneciente a la UNAM, la segunda en todo el país.
Por no tratarse de alguna de las carreras tradicionales, su creación motivó diversas
reacciones, desde la duda sobre su utilidad, hasta la objeción o el entusiasmo ante una
nueva opción de estudios profesionales.43
Fueron dos carreras de licenciatura las que se impartieron en la nueva escuela:
sociología y administración pública y ciencias políticas. El director fundador fue el
licenciado Arturo Ibarra Ojeda, quien recientemente había llegado de la ciudad de
México. Estuvo al frente del plantel durante varios años, por lo que su labor fue trascendental y dejó huella.44
El plan de estudios inicial de la escuela estaba basado fundamentalmente en el de
la UNAM, con un tronco común los dos primeros años para las dos carreras, que en
su conjunto combinaba la enseñanza de diversas materias: ciencias sociopolíticas,
jurídicas, administrativas y técnicas instrumentales.45
Esta escuela se instaló en un modesto local que se rentó, en el número 361 de la calle
B de la ciudad de Mexicali. Ahí se ubicaron también la Rectoría, la Secretaría General, el
Departamento Escolar y el Departamento de Difusión Cultural. Poco después se asignó
una pequeña estancia para lo que se denominó Biblioteca Central de la Universidad.46
premios al autor del lema universitario. UABC, Mexicali, B. C., junio de 1964. (AG-UABC, archivero
29, gaveta 2, exp. 295).
43
Algunas personas opinaron que mejor se hubiera creado la Escuela de Derecho y Ciencias Sociales,
que desde 1959 solicitaran egresados de la Preparatoria de Mexicali, inquietud que con frecuencia se
manifestaba. En un oficio de la Sociedad de Alumnos de la Escuela Preparatoria de Mexicali, dirigido
al presidente del Consejo Universitario, 12 de mayo de 1962. Entre los argumentos que se esgrimían
en su favor se decía que era un proyecto de fácil organización costoso y poco. Sin embargo, lo anterior
se oponía a los acuerdos que había tomado el Consejo Regional de la ANUIES, en el sentido de no crear
carreras que ya existieran en universidades vecinas, y escuelas de derecho que había en Chihuahua,
Sonora y Sinaloa. (AG-UABC, archivero 34, gaveta 1, exp. Secretaría General, núm. 58).
44
Arturo Ibarra Ojeda es originario de la ciudad de México. Obtuvo título de licenciado en la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Posteriormente obtuvo la maestría y el doctorado en la
misma institución. Fungió como director de la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas de la UABC,
desde su fundación en 1964 hasta 1973.
45
Plan de Estudios de la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas, UABC, Mexicali, B. C., 18 de septiembre de 1964, firmado por el director de la escuela, licenciado Arturo Ibarra Ojeda. (AG-UABC, archivero
22, gaveta 3, exp. 3/35, clasificación anterior 1/661. 2/309, año 1964-1968).
46
Era una estancia de aproximadamente tres metros y medio por lado, cuyo acervo inicial consistió en un
lote de publicaciones donadas por la Dirección de Publicaciones de la UNAM. Algunos de los libreros
de madera los hizo personalmente –serrucho y martillo en mano– el rector Silva Cota. Ese es el origen
de la actual Biblioteca Central de la Universidad en Mexicali, primera de las bibliotecas centrales con
que cuenta la institución, incluidas las de Tijuana y Ensenada.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
ACTA DE COLOCACIÓN DE LA PRIMERA PIEDRA DE LA ESCUELA PREPARATORIA DE MEXICALI
Siendo las 19 horas del día 7 de agosto de 1962, en Mexicali, ciudad capital del estado de Baja California,
reunidos los señores Ing. Eligio Esquivel Méndez, gobernador constitucional del Estado; Dr. Santos Silva
Cota, rector de la Universidad Autónoma de Baja California; Dr. Ramiro Bermúdez Alegría, Ing. Emilio López
Zamora e Ing. José G. Valenzuela, miembros de la H. Junta de Gobierno de la Universidad; Lic. Rafael Soto Gil,
secretario general de la Universidad; Sr. Francisco Zárate Vidal, tesorero de la Universidad; Lic. Edmundo J.
Guajardo, director de la Escuela Preparatoria de Mexicali; Dr. Francisco Dueñas Montes, director de la Escuela
de Pedagogía; Lic. Alfonso Ortega Martínez, secretario general de la Asociación Nacional de Universidades e
Instituciones de Educación Superior; Lic. José Luis Noriega, secretario general de Gobierno; Sr. J. Encarnación
Kabande, tesorero del Gobierno del Estado; Dr. Federico Martínez Manautou, presidente municipal de la ciudad
de Mexicali; Prof. Carlos García Rivera, director de Educación Federal en el Estado; Lic. Arturo Monges,
procurador general de Justicia; Gral. Agustín Carreño, jefe de la Guarnición Militar en Mexicali, Ing. Antonio
Sánchez Hernández, director de Catastro Público; Lic. J. Jesús Cabrera Fuentes, magistrado del H. Tribunal
Superior de Justicia; diputados Alfredo Aldrete y Víctor López Meza; senador y profesor Caritino Maldonado;
Ing. Carlos Rubio, Ing. Fernando Macías Rendón, director del Centro de Enseñanza Técnica y Superior, de
Mexicali; Sr. Jesús Rodríguez, presidente de la Sociedad de Alumnos de la Escuela Preparatoria de Mexicali;
Sr. Jorge Schroeder de la Vega, presidente del Club Rotario; Sr. Enrique Villegas Leyva, presidente del Club
de Leones, Sr. Alfredo Gruel, presidente de la Cámara de Comercio; Sr. Francisco Aguilar Moreno, secretario
general de la Liga de Comunidades Agrarias; Sra. Mary de Cisneros, presidenta del Club de Damas Rotarianas;
se inició la ceremonia de colocación de la primera piedra para la construcción de los edificios de las oficinas
centrales de la Rectoría y de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma de Baja California. El Lic.
Alfonso Ortega Martínez hizo entrega al señor rector de los documentos que amparan la cantidad de un millón
doscientos cincuenta mil pesos otorgados por el señor presidente de la república, Dr. Adolfo López Mateos,
para la construcción de los precitados edificios de la Unidad Tijuana de la propia Universidad. El Sr. Ing. Eligio
Esquivel Méndez entrega al señor rector de la Universidad el documento correspondiente a la donación que el
gobierno del estado hace a la Universidad, de la superficie de cinco mil metros cuadrados del predio conocido
con el nombre de explaza de toros para la construcción de los edificios ya descritos. Previa la intervención
de los señores. Lic. Alfonso Ortega Martínez, Dr. Santos Silva Cota y Armando Fierro Márquez, consejal
alumno de la Escuela Preparatoria de Mexicali, quienes hacen uso de la palabra en relación con el motivo de la
ceremonia, el señor Ing. Eligio Esquivel Méndez, gobernador constitucional del Estado, acompañado por todos
los asistentes, coloca en la parte central del predio ya descrito, la primera piedra para la construcción de los
edificios y dentro de ella se coloca una caja metálica que contiene ejemplares, de esta fecha, de los periódicos
ABC, El Mexicano, y Nuevo Mundo, que se editan en la ciudad de Mexicali, monedas de plata y de cobre del
cuño corriente mexicano de diversas denominaciones y una copia del original de esta acta, firmada por los
asistentes.
Doy fe
El secretario general de la Universidad
Lic. Rafael Soto Gil
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
DICTAMEN DEL JURADO CALIFICADOR EN EL CONCURSO SOBRE EL LEMA UNIVERSITARIO
En la ciudad de Mexicali, B. C., siendo las 17 horas del día 16 de mayo de 1964, en el local que ocupa la dirección de
la Escuela Preparatoria Mexicali, se reunieron los señores ingeniero José G. Valenzuela, licenciado Rafael Soto Gil,
psicóloga Margarita Montaño, ingeniero Gabriel Ferrer del Villar y licenciado Arturo Ibarra Ojeda, integrantes del
jurado calificador del certamen convocado para elegir el lema de la Universidad Autónoma de Baja California, según
convocatoria que se lanzó el día 5 de octubre de 1963, suscrita por el rector y el jefe del Departamento de Difusión
Cultural, y al efecto, una vez que deliberaron ampliamente sobre el particular, mediante voto razonado y tomando
en consideración que se ajusta totalmente a las bases de la convocatoria respectiva, por unanimidad se seleccionó el
siguiente lema: POR LA REALIZACIÓN PLENA DEL HOMBRE, enviado bajo el pseudónimo de Universitario.
Por tal motivo y haciendo constar que la selección final se llevó a cabo después de tres reuniones preliminares de
debates eliminatorios, los suscritos nos permitimos firmar para constancia de haber cumplido con la comisión que nos
fue encomendada por esta H. Universidad.
Ing. José G. Valenzuela
(Rúbrica)
Lic. Rafael Soto Gil
(Rúbrica)
Ing. Gabriel Ferrer del Villar
(Rúbrica)
Lic. Arturo Ibarra Ojeda
(Rúbrica)
Psic. Margarita Montaño
(Rúbrica)
LAS ORGANIZACIONES ESTUDIANTILES
En el periodo que nos ocupa, los estudiantes expresaban sus inquietudes ante diversos
problemas de la sociedad en general o de la Universidad en particular. Los dirigentes
de las mesas directivas de las sociedades de alumnos eran elementos destacados
en sus respectivas escuelas. Generalmente, las luchas para conseguir tales puestos,
mediante el voto estudiantil, eran arduas.
Sus actividades, además de los bailes y festejos propios de la edad juvenil, con frecuencia se encauzaban hacia el levantamiento de demandas o críticas a las autoridades
universitarias. En ocasiones exigían el cambio de algún profesor o director que, desde
su punto de vista, no actuaban en la forma debida. Otras veces objetaban asuntos relacionados con la estructura general de la Universidad, o con sus órganos de gobierno.
Además de las sociedades de alumnos de cada una de las escuelas, surgieron organismos de mayor envergadura, como federaciones o bloques, por ejemplo, la Federación de Estudiantes Universitarios de Baja California (FEUBC), la Federación Estatal
de Estudiantes Bajacalifornianos (FEEB), el Bloque de Estudiantes del Estado de Baja
California (BEEBC) o el Bloque Revolucionario de Estudiantes Universitarios de la
Baja California (BREUBC). Algunas de las organizaciones estudiantiles eran apolíticas
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
pero otras, en cambio, de una forma u otra tenían contacto con algún partido político.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Comunista (PC) eran las
opciones más frecuentes. Esto se advertía en la forma de concebir a la Universidad o
a la sociedad en general, en el discurso que empleaban o en sus estrategias de lucha.
Por su numerosa población estudiantil, la Preparatoria de Mexicali tenía un gran
peso en la política universitaria; por razones doctrinales y de militancia, lo tenía
también la Escuela de Economía de Tijuana, si bien contaba con pocos alumnos, un
importante número de ellos pertenecía a la Juventud Comunista. Varias de las agrupaciones publicaban periódicos, que eran sus órganos informativos. Algunos de esos
líderes posteriormente han destacado en sus respectivas actividades profesionales o
bien en áreas de la administración pública o de la política nacional.
EL DEPORTE EN LA UNIVERSIDAD
Muchos de los jóvenes estudiantes siempre han tenido inclinación por el deporte,
de tal manera que desde los inicios de la Universidad lo han practicado. Si bien no
había una dependencia dedicada ex profeso a fomentarlo, se practicaba en cada una
de las escuelas. Salvo canchas de basquetbol, se carecía de otro tipo de instalaciones:
gimnasio, pistas, campos, piscinas, etcétera. Por ello se utilizaban las de otros
organismos, como el Instituto Nacional de la Juventud Mexicana (INJM).
Era usual que las direcciones apoyaran a los deportistas con algunos gastos, los
uniformes por lo general se obtenían de patrocinadores externos. En el primer lustro
de 1960 tuvieron mucha relevancia los Juegos Deportivos Universitarios del Noroeste, que se celebraban en la Universidad de Sonora, en la ciudad de Hermosillo. Participaban deportistas de Chihuahua, Sonora, Baja California y Sinaloa.
Las notas periodísticas de esos años informan que la delegación de la UABC participaba en atletismo, béisbol, fútbol, basquetbol y volibol. Su actuación, por lo general, era
bastante buena, pues regresaban con trofeos, medallas y diplomas. Así pues, de esos años
parte la tradición deportiva universitaria, que se fortalece cada vez más en nuestros días.
LA PREPARATORIA DEL POBLADO GUADALUPE VICTORIA
En 1964, con el propósito de atender de alguna manera las peticiones de personas
y grupos del valle de Mexicali, que deseaban que hubiera ahí dependencias de la
Universidad, se creó la Escuela Preparatoria Técnica del poblado de Guadalupe
Victoria. Se confeccionó al respecto un plan de estudios en el que, además de las
materias tradicionales del bachillerato, se capacitara a los alumnos para el desarrollo
de actividades prácticas propias del medio rural. Se consideró que dicho poblado
era el idóneo para el establecimiento de una escuela de ese tipo, porque había ahí un
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
núcleo de ingenieros, agrónomos, médicos, químicos, etcétera, que permitía integrar
bien la planta de profesores. Para ocupar la dirección se nombró al doctor Juan Íñiguez
Ancón y como subdirector al profesor Andrés Silva Vite.47
LOS PRIMERO EGRESADOS
A mediados de la década de 1960, los esfuerzos realizados en las escuelas profesionales
de nuestra Casa de Estudios empezaban a fructificar, pues salieron de las escuelas
de Pedagogía y Ciencias Marinas las primeras generaciones de egresados. En junio
de 1964 salió la de Pedagogía, en sus cuatro especialidades: historia, biología,
pedagogía, lengua y literatura. Le siguió, en mayo de 1965, la de Ciencias Marinas,
que celebró el acontecimiento con una solemne ceremonia, en cuyo presídium estuvo
el entonces gobernador del estado, doctor Gustavo Aubanel Vallejo, acompañado
por el rector Santos Silva Cota y el director de la escuela, biólogo Pedro Mercado
Sánchez. (Aranda Manteca, 1990, pág. 53).
REUNIÓN REGIONAL DE LA ANUIES: EL BACHILLERATO DE TRES AÑOS
El 2 y 3 de octubre de 1964, los rectores de las universidades de Chihuahua, Sinaloa,
Sonora y Baja California, pertenecientes a la región noroeste de la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), se reunieron en Mexicali,
en las oficinas centrales de la Universidad. Los trabajos fueron dirigidos por el doctor
Moisés Canale Rodríquez, rector de la Universidad de Sonora y presidente en turno de
la Asociación, así como por el secretario ejecutivo de esta, licenciado Alfonso Ortega
Martínez. Entre los principales asuntos que se trataron figuró la conveniencia de ampliar
el bachillerato de dos años a tres, siguiendo la pauta recientemente señalada por la UNAM
(La voz de la frontera, 1964). Cabe destacar aquí que el licenciado Ortega Martínez brindó
sistemáticamente un decidido apoyo a la UABC, como secretario ejecutivo de la ANUIES.
Su asesoría y orientación fueron muy valiosas para el rector Silva Cota.48
Otro evento que dio especial relevancia a la Universidad bajacaliforniana fue el II Congreso Nacional de Oceanografía, efectuado del 15 al 18 de marzo de 1965 en las instalaciones de la Escuela de Ciencias Marinas, sede del evento. Además de las instituciones del
país conectadas con la oceanografía, concurrieron representantes de centros de investigación y organismos internacionales, incluida la UNESCO (El Mexicano, 1965).
47
Juan Íñiguez Ancón es médico por la UNAM y el profesor Andrés Silva Vitae fue un mentor con una
larga y prestigiada trayectoria en el campo de la educación en Baja California.
48
Así lo expresó en la ceremonia en que concluyó su gestión rectoral y tomó posesión del cargo su sucesor, Pedro Mercado Sánchez.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Todo ello se realizaba en medio de limitaciones presupuestales para cubrir la nómina de los maestros,49 pero de una manera o de otra se salía adelante.
FINAL DE LA GESTIÓN DEL RECTOR SILVA COTA
Considerando el desarrollo que en los diversos órdenes había alcanzado la Universidad
se pensó que era conveniente tomar las medidas necesarias para dar por concluida
la fase de su funcionamiento inicial, establecida por el decreto número 40, del 14 de
febrero de 1958. Esto es, se consideró que era pertinente que llegara a su fin la gestión
rectoral que venía realizando el doctor Silva Cota y que la Junta de Gobierno designase,
en los términos previstos por la Ley Orgánica, a la persona que en adelante asumiera
el cargo de rector. Las circunstancias eran propicias para ello, en especial por el hecho
de existir una nueva administración estatal, encabezada por el gobernador, ingeniero
Raúl Sánchez Díaz, a partir del 10 de noviembre de 1965. Esto representaba un tiempo
adecuado para dar los pasos necesarios, en un ambiente de estabilidad.50
Se pensó también en reformar el procedimiento para la integración del Patronato
Universitario, de tal manera que se pudiera integrar por representantes de cada municipio, sin tener que seguir el complicado procedimiento de elección de representantes
de los distintos sectores sociales, señalado por el artículo 26 de la Ley Orgánica, que
nunca pudo funcionar.
La administración del gobernador Sánchez Díaz, principió reformado dicho artículo mediante el decreto número 21, publicado en el Periódico Oficial del 29 de
abril de 1966. Así, a propuesta del Ejecutivo del estado, la Junta de Gobierno designó
para integrar dicho Patronato a los señores ingeniero Eugenio Elorduy Gallástegui, de
Mexicali; ingeniero Fernando Jara, de Ensenada; Rafael Villegas, de Tijuana y Federico Cota Moreno, de Tecate. Los patronos mencionados en primer y segundo término
quedaron como presidente y secretario, respectivamente.
Uno de los primeros pasos del Patronato Universitario fue acordar con la Rectoría
la entrega formal de los bienes pertenecientes a la Universidad.
49
Véase oficio del doctor Santos Silva Cota al gobernador del estado, en el que solicita se paguen por
adelantado algunos meses del año del subsidio estatal para poder integrar la nómina del personal. 11
de enero de 1965. (AG-UABC, archivero 34, gaveta 1, exp. Minutario 1965). También véase: “Esperan
cobrar su sueldo en la Universidad”, La Voz de la Frontera, 14 de mayo de 1965.
50
Véase escrito del doctor Santos Silva Cota, “Puntos de vista de la Rectoría de la Universidad Autónoma de Baja California”, publicado el 3 de enero de 1966, en La Voz de la Frontera. Ahí expresa
que en 1959, al fallecer el licenciado José Guadalupe González Cordero, asumió el cargo de rector
provisional, con las facultades que le otorgaban el decreto núm. 40, para atender lo necesario para la
instalación de la Universidad. Más adelante agrega que “ya estamos actuando en los procedimientos
para que sea la H. Junta de Gobierno quien determine, como lo ordena nuestra Ley Orgánica, lo conducente, sin alterar el procedimiento evolutivo dentro del orden de la institución y sin interrumpir las
gestiones ya iniciadas en beneficio de la Universidad Autónoma de Baja California”.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
El rector, Arq. Rubén Castro Bojórquez, y los miembros de la Junta de Gobierno. De izquierda
a derecha, primera fila: Lic. Octavio Pérez Pazuengo, Dr. Santos Silva Cota, Ing. Luis López
Moctezuma, Arq. Rubén Castro Bojórquez (rector), Dr. Conrado Noriega, Dr. Pedro Cervantes;
segunda fila: C.D. Ernesto Sánchez Valenzuela, Dr. Saúl Álvarez Borrego, Ing. Isaías Romano,
Ing. Armando Macías, Lic. Carlos Calderón y Lic. Jesús Antonio López Anaya. 1983.
Para ello, el rector Silva Cota les presentó el 18 de mayo de 1966, un estado del
patrimonio, en el que se detallaron pormenorizadamente dichos bienes: subsidios,
valores, terrenos, edificios, muebles y equipo de cada una de las escuelas e institutos
y de las oficinas centrales. El Patronato los dio por recibidos en esos términos.51
Con tales medidas hubo ya un organismo dedicado específicamente a atender los
aspectos económicos y financieros de la Universidad, lo que hizo posible que la Rectoría pudiese concentrar sus esfuerzos en las cuestiones académicas.
Como suele suceder en las situaciones coyunturales, surgieron personas y grupos
que trataron de acelerar el proceso de reestructuración. La efervescencia fue evidente
de manera especial entre los estudiantes de la Escuela Preparatoria de Mexicali, a los
que se sumaron después otros de algunas escuelas de Tijuana y Ensenada. Inclusive
hubo manifestaciones estudiantiles que demandaban la reestructuración del Consejo
Universitario y el cambio del rector. A ello hace referencia la prensa de esos días.52
51
Acta suscrita por el rector y los integrantes del Patronato Universitario, el 18 de mayo de 1966, en la
ciudad de Tijuana, B.C.
52
Véase La Voz de la Frontera, Mexicali, B.C., del 28 de febrero de 1966, en cuyo editorial intitulado
“Conflicto Universitario”, se menciona una manifestación, efectuada recientemente por estudiantes de
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Al margen de tales situaciones, las autoridades universitarias continuaron dando los
pasos necesarios en el proceso iniciado y la Junta de Gobierno se abocó, con fundamento en la Ley Orgánica de la Universidad a designar a quien ocuparía el cargo de rector.
La persona designada fue el biólogo Pedro Mercado Sánchez, quien, como ya se
señaló, ocupaba el cargo de director de la Escuela Superior de Ciencias Marinas, la
dependencia de la Universidad con mayor prestigio.
La ceremonia de toma de posesión del nuevo rector fue el 29 de junio de 1966, en el
Auditorio del Instituto Mexicano del Seguro Social, en Mexicali. Asistieron los miembros del Consejo Universitario, funcionarios de los tres niveles de gobierno y público en
general interesado en la Universidad. En el presídium estuvo el gobernador del estado,
ingeniero Raúl Sánchez Díaz; los rectores saliente y entrante, doctor Santos Silva Cota
y biólogo Pedro Mercado Sánchez; el doctor Moisés Canale, presidente de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior; el licenciado
Enrique Romero, secretario técnico de la misma; el doctor Gustavo Aubanel Vallejo,
presidente de la Junta de Gobierno de la Universidad; el ingeniero Eugenio Elorduy Gallástegui, presidente del Patronato Universitario; el ingeniero Fernando Jara, secretario
del mismo y el licenciado Rafael Soto Gil, secretario general de la Universidad. En el
ala derecha del recinto estuvieron los demás miembros de la Junta de Gobierno.
Al hacer uso de la palabra, el doctor Silva Cota se refirió al inicio de su gestión en
1959 y expresó:
La Universidad Autónoma de Baja California entonces representaba, más que una realidad, un anhelo, una aspiración, quizás la más noble, de un pueblo que apenas hacía
pocos años había logrado alcanzar la categoría de entidad federativa libre y soberana.
Con ello, los bajacalifornianos adquirían, junto con el pleno ejercicio de nuestros derechos cívicos, con la facultad de elegir nuestros propios gobernantes y con la posibilidad
de crear nuestras instituciones políticas y sociales, el imperativo de formar la casa de
estudios superiores, que nos permitiese adquirir conocimientos científicos y humanísticos, dentro del marco del respeto a la dignidad humana, de la libertad de cátedra y de la
autonomía universitaria, entendida esta, como autogobierno académico de la comunidad
de maestros y alumnos. (Silva Cota, Discurso, 1966).
Más adelante agregó:
la Escuela Preparatoria de Mexicali, frente al palacio de gobierno, para hacer evidente su deseo de reestructuración del Consejo Universitario y el cambio de rector. Cuestiones similares tratan las notas de
dicho periódico, “Mantendrán la unidad los universitarios” y “Peligro de otro paro de universitarios”,
de los días 8 y 14 de abril. En esta última fecha, el columnista Sergio Gómez Silva, menciona: “Según
reciente acuerdo tomado en Tijuana y entregado al rector y a la Junta de Gobierno de la Universidad,
desde este día han de celebrarse paros progresivos que deberán culminar en huelga estatal, en caso de
que no se resuelva la destitución del director de la Preparatoria de Tijuana, doctor Morales Barraza y
posteriormente, el cambio de rector de la Universidad
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Hoy, al término de mi mandato, la Universidad está constituida por cerca de 2 000 alumnos, 253 profesores; formada de cinco escuelas preparatorias; una Escuela de Enfermería, una Escuela Superior de Pedagogía, una Escuela de Ciencias Sociales y Políticas,
una Escuela Superior de Economía, una Escuela Superior de Contabilidad y Administración, una Escuela de Ciencias Marinas, un Instituto de Investigaciones Económicas,
un Instituto de Investigaciones Oceanográficas y un Instituto de Investigaciones en Ingeniería […] (Silva Cota, Discurso, 1966, pág. 3).
Después, aludió a la Escuela Superior de Ciencias Marinas: “[…] en donde brillaba la
vigorosa personalidad del distinguido biólogo Pedro Mercado Sánchez, a quien con satisfacción entrego la estafeta de la responsabilidad”. (Silva Cota, Discurso, 1966, pág. 5).
Concluyó exhortando a los universitarios a sentirse orgullosos de su casa de estudios y “a mantener con dignidad la honrosa categoría de la institución”. (Silva Cota,
Discurso, 1966, pág. 7).
Puesta de pie, la concurrencia le brindó un fuerte y prolongado aplauso.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
SANTOS SILVA COTA
Nació en Ensenada, B. C., el 20 de junio de 1921, hijo del profesor Andrés Silva Vite –quien
fue director general de Educación del Distrito Norte de la Baja California– y de la señora
Elvira Cota de Silva.
Cursó los estudios primarios en la Escuela Benito Juárez, de Mexicali, B. C., de donde
pasó a la Escuela Secundaria Agrícola, de la misma ciudad.
El bachillerato lo cursó en la Escuela Nacional Preparatoria de la UNAM, en la que estudió
también la carrera de medicina, obteniendo su título profesional el 7 de septiembre de 1945.
Regresó a Mexicali para ejercer como médico y en 1946 ocupó la Dirección del Centro
Epidemiológico de la Secretaría de Salubridad y Asistencia.
De 1953 a 1954 fue asistente en el Departamento de Anatomía Patológica del Hospital
Militar, en México, Distrito Federal.
De nuevo en Mexicali se desempeñó como médico legista del Tribunal Superior de Justicia, de 1954 a 1958; director del Centro Detector del Cáncer del Club de Leones de la
ciudad, de 1956 a 1958 y médico anatomopatólogo del IMSS, de 1959 a 1966.
Fue rector de la Universidad Autónoma de Baja California de 1959 a 1966.
Desempeñó los cargos de jefe de los Servicios Médicos de la Delegación del IMSS en
Baja California, de 1965 a 1978, y médico internista de dicho instituto en Mexicali, de 1978
a 1981, año en que se jubiló.
Después de concluido su periodo rectoral en la UABC, se le designó miembro de la H.
Junta de Gobierno de la propia institución en 1969; presidió dicho órgano de 1985 a 1993.
En el Centro de Investigación Científica y de Estudios Superiores de Ensenada (CICESE)
cursó la maestría en Ecología Marina, obteniendo el grado en 1985.
En ese mismo año, mediante la colocación de la placa respectiva, se le dio su nombre al
edificio de la Escuela de Ciencias Marinas, que fundara siendo rector.
Recibió en 1987 la medalla de honor “Ciudadano distinguido”, del Congreso del Estado
de Baja California.
Prestó sus servicios en la Dirección General de Investigación y Posgrado de la UABC,
como coordinador de Investigación, de 1987 a 1991, y estuvo adscrito a la Comisión de
Planeación y Desarrollo Institucional, de 1991 a 1995.
Por acuerdo del H. Consejo Universitario se le otorgó el grado de doctor honoris causa,
el 16 de noviembre de 1993.
La Clínica 25 del Instituto Mexicano del Seguro Social en Ensenada, a partir de 1994
lleva su nombre.
Fue investigador del Centro de Estudios Sobre la Universidad de 2003 a 2011, hasta su
jubilación.
187
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
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188
SANTOS SILVA COTA Y EL INICIO DE LA UNIVERSIDAD
AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA*
Alejandro Mungaray Lagarda**
S
INTRODUCCIÓN
antos Silva Cota (20 de junio de 1921) es un bajacaliforniano nacido en
Ensenada y formado en los recintos educativos del entonces territorio
hasta donde ello era posible en esos tiempos. Fue hijo del profesor Andrés
Silva Vite y de doña Elvira Cota, una distinguida heredera de la más pura tradición
bajacaliforniana, pues como él mismo lo dice,
mi mamá nació en Ensenada, mi abuela en Santo Tomás, mi bisabuela en San Vicente,
mi tatarabuela en San Telmo, y la más tatarabuela era de no sé dónde, pero por 1700 se
casó con Amperes Ceseña, al cual un rey de España, agradecido por sus servicios a la
corona, le dio el rancho de La Grulla, en Ensenada. Es una herencia que se perdió porque unos gringos se apoderaron de ella, desapareciendo los papeles. Esta propiedad era
la síntesis de un español con una india, que sería parte de la conquista de un continente,
de un desierto, de una cultura.
Su papá llegó de Hidalgo, huyendo del problema del cacicazgo, pues en esa tierra
mataban a los profesores y curas y quemaban las iglesias. En Ensenada lo agarraron preso por maderista, en el tiempo cuando Huerta mandó a asesinar al presidente
Madero. Don Andrés logró evitar a los huertistas pero no los llamados del amor... y
finalmente se casó.
*Publicado en Santos Silva Cota y el inicio de la Universidad Autónoma de Baja California, Colección
Documentos, ANUIES, 2001.
** Exrector de la UABC.
189
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Realizó estudios en la escuela primaria Benito Juárez de 1928 a 1933, y de 1933 a
1936 en la Escuela Secundaria Agrícola, precursora de la actual secundaria 18 de Marzo, ambas en Mexicali. Igual que tantos otros muchachos que compartieron sueños y
aspiraciones que justificaron el sacrificio familiar, mediante una beca ganada por concurso pudo realizar sus estudios de bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria de
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), entre 1937 y 1938, donde culminó con la distinción de “Bachiller Laureado”, la cual le fue otorgada en 1939. Esto, la
aprobación de sus exámenes y la beca, le permitieron ingresar a la Escuela Nacional de
Medicina, donde cursó sus estudios profesionales de médico cirujano y partero (19391945), titulándose, recién cumplidos los 24 años, el 6 y 7 de septiembre de 1945.
En 1953, con el producto de sus ahorros por su trabajo como director médico epidemiólogo en la entonces Secretaría de Salubridad y Asistencia (SSA), viajó de nuevo
a la ciudad de México para realizar un posgrado en anatomía patológica en el Hospital Central Militar (1953-1954). Complementó este posgrado como becario de la
SSA en la Campaña Nacional contra el Cáncer, con el curso de Citología Exfoliativa,
que desarrolló en el hospital Jesús Alemán Pérez (1954-1955). Este regreso fue muy
anhelado, pues su mayor deseo era volver a hacer una especialidad —si bien en aquel
entonces no había especialidades en México: el médico se formaba con trabajo en el
hospital, al lado de los grandes maestros. En esa época nuestros estudiantes dependían de manera importante de la medicina estadounidense pues se habían roto lazos
con Europa, que, en gran parte debido a la guerra, dejó de producir textos médicos:
estos tenían como fecha de edición cuando mucho 1935, y todos eran franceses.
Es muy conocida su amplia trayectoria dentro del campo de la medicina en Baja
California, antes y después de sus labores como primera autoridad de la Universidad Autónoma de Baja California, en sus difíciles años de creación y surgimiento.
Así, antes de dedicarse por completo a la obra universitaria, entre 1956 y 1959 se
desempeñó como médico B de hospitales, anátomo-patólogo, fundando el primer
laboratorio de patología de la Dirección de Asistencia Pública de Baja California.
También fue médico legista del Tribunal Superior de Justicia y director del Centro
Detector de Cáncer Club de Leones de Mexicali. Se distinguió por ser el único
médico vestido de blanco y por donar el laboratorio que construyó al hospital civil,
donde trabajaba sin cobrar. De hecho, con su trabajo como médico legista, en el que
recibía 500 pesos mensuales, fundó la revista médica del hospital civil, de la cual se
publicaron dos números, mientras que para el Tribunal Superior de Justicia realizó
el reglamento del sistema médico legal.
Durante sus años como responsable de las primeras actividades de la UABC, continuó
desempeñando sus labores profesionales como médico familiar, anátomo-patólogo, en
el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pues había que trabajar para cubrir los
gastos familiares y para mantenerse en la Universidad. Una vez que terminaron sus responsabilidades como primer rector, fue nombrado jefe de los Servicios Médicos Delegacionales del IMSS, donde permaneció por 22 años, de 1966 a 1982. Los últimos cuatro
190
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
años de su vida profesional fue médico no familiar, jubilándose en 1982. Esta dedicada
labor en al área de la salud recibió su recompensa en 1991 al asignarse su nombre a la
clínica 25 del Instituto Mexicano del Seguro Social de Ensenada.
En contrapartida, su pasión por las actividades universitarias la ha cultivado siempre manteniéndose activo en este campo. Si bien fue miembro de la Honorable Junta
de Gobierno de la UABC, designado por el Consejo Universitario en 1969 y en la que
permaneció hasta 1993, donde fue su presidente desde 1985; sus actividades académicas tuvieron un segundo aire conforme se acercaba su jubilación en el IMSS. De
esta manera, entre 1978 y 1981 fue profesor de introducción a la clínica en la Escuela
de Medicina de Mexicali, y de 1981 a 1983 subdirector académico de la misma. Entre 1987 y 1991 se desempeñó como coordinador de Investigación en la Dirección
General de Investigación y Posgrado, manteniéndose activo desde entonces como
investigador en aspectos educativos, así como también en la Facultad de Ciencias en
Ensenada, adonde ha regresado como si le resultara necesario completar un ciclo de
vida; así, 40 años y 10 meses después de haber obtenido su título profesional en Ensenada, entre 1983 y 1985 obtuvo el grado de maestro en Ciencias en Ecología Marina
en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior (CICESE), aunque de
acuerdo con él mismo, tardó dos años en terminar los experimentos, la redacción y la
defensa de su investigación, la cual fue dirigida por Saúl Álvarez Borrego.
En esta época su obra como investigador cobró nuevos bríos, y en 1987 participó
como ponente en el VII Congreso Nacional de Oceanografía; asimismo, en 1988 publicó un famoso artículo en la prestigiada revista Estuarine, Coastal and Shelf Science.
Esta faceta científica se había interrumpido en 1962, con alguna publicación aislada
en 1970, después de una prolífica carrera como investigador iniciada en 1955, con 15
publicaciones en la Revista de la Asociación Mexicana de Ginecología y Obstetricia
y en la Revista Mexicana de Neumología.
Podríamos decir que Santos Silva Cota ha tenido oportunidades extraordinarias
como protagonista de la historia educativa, profesional y científica de Baja California.
No siempre las obras emprendidas por los hombres para construir instituciones que
los trasciendan se pueden disfrutar personalmente. Tampoco es muy común que los
ciclos de desarrollo intelectual, interrumpidos por la necesaria y cotidiana vida profesional y familiar, puedan rehacerse. De acuerdo con Santos Silva, durante su periodo
como rector de la UABC (1959-1966),
se crearon las Escuelas Preparatorias de Tijuana, Ensenada, Tecate y Guadalupe Victoria, y
se incorporaron las del Instituto Salvatierra, en Mexicali, Junípero Serra, en Ensenada, y Colegio La Paz, en Tijuana. En el nivel profesional se crearon las escuelas Superior de Ciencias
Marinas en Ensenada, Economía y Administración en Tijuana, Pedagogía y la de Ciencias
Sociales y Políticas en Mexicali. Se organizaron los institutos de Investigación Oceanológica
en Ensenada y de Investigaciones Socioeconómicas en Tijuana. Se constituyeron el Consejo
Universitario y los departamentos Escolar y de Difusión Escolar. Se obtuvieron los primeros
191
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
subsidios estatales y federales, ordinarios y extraordinarios, y se construyeron los primeros
edificios para alojar a las escuelas preparatorias de Mexicali y Tijuana.
Esta historia de la UABC, es una historia parcial a partir de una biografía singular, pues
además de estar limitada a los tiempos de su creación, proviene de la visión de quien por
aras del destino tuvo el privilegio de ser su primer rector en una época difícil, en donde
quizás lo más fácil hubiera sido no emprenderla. En consecuencia, el texto es un producto
leído con su ojo y ceja, ante su duda de que las entrevistas grabadas en mayo de 1992 y
octubre de 1995 pudiesen estar cargadas de la pasión que le quitaran o dieran otro sentido
a sus expresiones. Finalmente, después de intensos diálogos en abril de 1997 y diciembre
de 1998, tomé la decisión de utilizar sus memorias y apuntes e incorporar la elocuencia de
su charla grabada, si bien escrita en tercera persona.
El texto refleja una labor con la mejor de las intenciones, con un interés ilimitado y
un gran entusiasmo de todos en los comienzos de la Universidad; no solo de los empleados, sino también de los estudiantes, que robando tiempo a los estudios, se dedicaban a
discutir y criticar la problemática institucional, realizando asambleas, lanzando proclamas y manifiestos y apoyando luchas justas de sectores sociales ajenos a la Universidad.
Para Santos Silva, la recreación de los tiempos primigenios de la institución enseña
sobre la firmeza y la lealtad de las personas que intervinieron en esta hazaña. Para dimensionar la importancia de esta tarea, suele citar la expresión de Rubén Castro Bojórquez, en su informe como rector durante el 25 aniversario de la Universidad, cuando
señala que “en el inicio de cualquier gestión, tres factores intervienen: definición de
un proyecto, integración de un equipo de trabajo y la adecuación de las expectativas
personales y las del grupo. Solo cuando estos tres factores se conjugan, podemos
pensar seriamente en una consolidación institucional”. En la perspectiva de Santos
Silva, muchas diferencias y cambios se han observado desde que la Universidad diera
sus primeros pasos. Sin embargo, nunca se ha perdido el proyecto y los universitarios
han crecido y aprendido, acercando permanentemente las expectativas personales y
de grupo en torno a lo que podría denominarse una “cultura institucional” en proceso
de aprendizaje y cambio permanente.
Para los jóvenes universitarios no siempre es posible convivir con los precursores
de los sueños de muchos, todavía con el ánimo y el deseo, a veces pasional y ferviente, de que el sueño propio, de padres y amigos, se convierta en una realidad que
arraigue y fortalezca personas e instituciones. El ideal de Santos Silva Cota de dotar
a la Universidad tanto de los elementos materiales como de una fe, una política, una
filosofía y una presencia social en Baja California, se ha cumplido con creces.
Estas líneas pretenden ser un homenaje a un hombre que vivió su tiempo con convicción, arrojo, protagonismo y humildad, en ocasiones todo a la vez, pero cuya dedicación y obra existen a cada momento, en todos los que en México y Baja California
se desempeñan como egresados de la Universidad Autónoma de Baja California.
192
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Inauguración del edificio de la Biblioteca Mexicali. De izquierda a derecha:
Lic. Rafael Soto Gil, Arq. Rubén Castro Bojórquez (rector), Dr. Santos Silva
Cota e Ing. Luis López Moctezuma. 1982.
LA EDUCACIÓN EN BAJA CALIFORNIA Y EL SUEÑO DE LA UNIVERSIDAD
Desde el 3 de febrero de 1824, cuando se expide el Acta Constitutiva por el 1er.
Congreso Constituyente de México, declarando el territorio de las Californias
(Walther, 1986), hasta el día 16 de enero de 1953, en el que el Congreso de la Unión
declara el estado libre y soberano de Baja California, los bajacalifornianos no tenían
derecho a elegir a sus dirigentes ni a integrar las instituciones necesarias para regir sus
vidas dentro de un orden que asegurara su identidad.
Los juristas mexicanos de otras épocas, llamarán a los territorios entidades anómalas y
casi inconstitucionales, expresando su pesar porque no obstante la proclamación de los
principios democráticos, se tuviera a aquellos bajo autoridades no electas por sus habitantes, trayendo como consecuencia el absurdo de la tutoría para los pueblos” (Silva, 1951).
Durante ese largo periodo de 128 años, el proceso educativo se realizó lenta y
penosamente, pues por el decreto del 17 de agosto de 1833, del presidente Valentín Gómez Farías, al secularizar las misiones (Grijalva, 1984), terminaba la labor
educativa misional. En 1859 aparece en Santo Tomás, cabecera del distrito, Eliseo
Schieroni, quien fundó una escuela particular subvencionada por los vecinos, la
193
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
cual posteriormente se transformaría en la Escuela Nacional de Santo Tomás. En
1873, el propio Schieroni se traslada a Real del Castillo, nueva cabecera del distrito, y funda otro plantel. “A la muerte de Schieroni (...) el Lic. Manuel Clemente
Rojo se hace cargo de la Escuela de Santo Tomás”, en donde trabajó arduamente
(Montero, 1958: 425-468), y en 1896 funda, en Ensenada, la Escuela Superior de
Comercio. Habrá que decir que antes de terminar el siglo se fundaron escuelas primarias en Tijuana, San Vicente y otras localidades.
Ya en pleno siglo XX, durante los años veinte, se crearon grandes planteles para las
escuelas primarias elementales y superiores: Justo Sierra y Corregidora en Ensenada,
Miguel F. Martínez en Tijuana, y Cuauhtémoc en Mexicali, organizadas y dirigidas
por eminentes maestros como Alfredo P. Uruchurtu, Matías Gómez, Andrés Silva
Vite, Luis Vargas Piñera, Miguel Muñoz, Enrique Carrillo, Joaquín García, Manuel
Quiróz Martínez, Carlos Gutiérrez y muchos más. Ellos sembraron en la mente de los
jóvenes de entonces el amor por el estudio y despertaron sus ambiciones en cuanto
a buscar nuevos horizontes para acrecentar su cultura a partir de la organización de
grupos sociales y tertulias, o emigrando hacia los centros culturales del país. En estos
tiempos salen a la ciudad de México, para estudiar el ciclo de segunda enseñanza,
que solo se impartía en la Escuela Nacional de Maestros, en la Escuela Nacional
Preparatoria de la Universidad de México y en la Escuela Médico Militar, jóvenes
como Francisco Dueñas, de Mexicali, Manuel Marín y García Montroil, de Tijuana, y
Guillermo Caballero y Ángel Martínez, de Ensenada —Anselmo Carranco, también
de Ensenada, estudió taxidermia en San Diego, California.
Los años de 1920 no solo fueron importantes respecto al tema de la emigración de
estudiantes, sino también en cuanto al impulso de la educación, sobre todo en el periodo
gubernamental del Gral. Abelardo L. Rodríguez (Rodríguez, 1928), periodo en el cual
se llevó a cabo formalmente el primer intento para establecer una institución de educación superior mediante la creación de la Escuela Normal y Preparatoria en Mexicali en
1927, ésta estuvo bajo la dirección de Manuel Quiroz Martínez, más tarde rector de la
Universidad de Sonora, en donde fundó una escuela normal y preparatoria. Por su parte,
en Tijuana nace el Centro Escolar Álvaro Obregón, en un hermoso y moderno edificio
que durante muchos años señoreó esta ciudad desde el Cerro Altamira.
Los años de 1930 fueron también pródigos para la educación en Baja California, pues
en 1933, cuatro años después de haberse instituido la enseñanza secundaria en el país,
nace en Mexicali la Escuela Secundaria Agrícola, herencia de la Escuela Normal Preparatoria, que pasó previamente como Escuela Normal Tecnológica y fue antecedente
de la Escuela Secundaria Federal Núm. 18. En 1936 es expropiado en Tijuana el Casino
Aguacaliente y se funda en sus instalaciones el Instituto Tecnológico de Tijuana, más
tarde Escuela de Enseñanzas Especiales Núm. 29. Con la creación de estas escuelas,
se intensificó la salida de la juventud hacia los centros de educación superior del país;
Chapingo, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Politécnico Nacional, la
Universidad de Guadalajara y la Universidad Michoacana son los principales polos de
194
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
atracción, aunque el Conservatorio Nacional, la Escuela de Bellas Artes y la Académica
de San Carlos fueron también invadidos por la juventud bajacaliforniana.
En 1937, en la ciudad de México, los estudiantes de Baja California se organizan y
fundan en la azotea de un edificio de la calle de Guatemala, atrás del Sagrario de Catedral, el Bloque de Estudiantes Bajacalifornianos, siendo su primer presidente Ramiro
Caloca, licenciado en derecho, y quien durante varios años fungió como secretario y
subdirector académico de la Escuela Superior de Pedagogía de la Universidad.
En 1957, al nacer la Universidad, Baja California solo contaba con algunas pocas
escuelas secundarias y su porcentaje de analfabetismo era de 14.8%, sin ningún antecedente inmediato de educación superior. En cambio, en aquellas entidades del país en las
que sí existían antecedentes en los institutos de ciencias y artes, el promedio de analfabetismo era de 40%. Los colegios civiles y las escuelas normales estaban ocupadas con
cargas excesivas, provenientes de la gran demanda por educación de segunda enseñanza, de nivel básico y superior, y por tanto, no estaban en condiciones de incorporarse
con ventajas a su entorno, debido a sus rígidas reglamentaciones, acordes a otros tiempos y espacios. Como señaló Jaime Torres Bodet en la ceremonia de inicio de cursos
de la UABC, en Ensenada, en 1962, “tal vez fue mejor que la Universidad naciera libre”.
PRIMERAS ACTIVIDADES Y VICISITUDES
Promulgada la ley, hacía falta coordinar las primeras actividades tendientes a integrar
el Comité Estatal Pro-Universidad, en los términos establecidos por la misma, por lo
que el Ejecutivo del estado designa, el 28 de mayo de 1957, al profesor Lorenzo López
González, titular de la Dirección de Acción Cívica y Cultural, como su representante
ante el Comité, con facultades para promover y encauzar su integración, buscando la
designación de propietarios y suplentes de los representantes de los sectores en cada
municipio. El profesor López González cumplió con su encomienda con el auxilio
de los presidentes municipales. Varios integrantes del Comité Estatal eran masones
destacados, pero otros fueron vinculados por su interés en la cultura. Una vez nombradas
las personas que ocuparían esos puestos, se les acreditó como tales por el gobernador y
el secretario general del gobierno del estado.
Santos Silva contaba con la amistad del licenciado López González, y como contertulios de café, compartían ramas del saber afines y dirimían problemas políticos y sociales de interés para ambos. En ese entonces Santos Silva trabajaba en el Hospital Civil,
donde creaba el Centro Detector de Cáncer, organizaba el Departamento de Patología,
mejorando la práctica médica, e integraba la función educativa dentro del propio hospital. Todos estos antecedentes sirvieron en su favor a la hora de formar parte del Comité.
El día 12 de julio de 1957, a las 17:00 horas, citó a una reunión en el Salón de
Cabildos del Ayuntamiento de Tecate. Una vez declarada abierta la sesión por el
señor gobernador y explicado el propósito de la misma, se procedió a la designa-
195
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
ción de comisiones. Al no estar conforme con la integración de la Comisión Ejecutiva formada por el Ing. Aurelio Gutiérrez Marroquín, Antonio Girban Nadal,
Gregorio Vidal, José Guadalupe González Cordero y Lorenzo López González, en
quien recayó la Coordinación Ejecutiva, la representación de Tijuana, encabezada
por el Sr. Víctor González Príncipe, protestó y abandonó el recinto, no obstante
el emotivo llamado del señor gobernador. En esta sesión también fue integrada
la Comisión Redactora del Reglamento Interior del Comité, con el Ing. Fernando
Salas, Dr. Jorge Bayardo Madrid, Lic. José G. González Cordero y Santos Silva.
Con la toma de protesta ante el señor gobernador, se dio por terminado el acto,
citándose para nueva reunión.
El abandono de la representación de Tijuana durante la instalación del Comité provocó una serie de reacciones que fueron mas allá de lo prudente, estableciéndose campañas de desacreditación que lesionaban el feliz inicio de la empresa universitaria. Esto
hizo considerar al Prof. López González la conveniencia de su alejamiento de las actividades de enlace con la institución, e inicia los términos de su renuncia señalando:
Considero de mi deber informar a la opinión pública del estado, que en el desarrollo de
mis actividades tendientes a promover la organización y el funcionamiento del comité
Estatal Pro-Universidad, procedí con estricto apego a la Ley, con absoluto respeto a la
institución que habrá de iniciar su vida en el presente año y al pueblo, que con profundo
interés y cariño auspiciará su realización.
Más adelante culminaba:
En el desempeño de mi cometido siempre tuve presente la actividad desarrollada por algunas personas en favor del establecimiento de la Universidad, pero sin perder de vista que el
interés por la educación y la cultura no es privativo de un grupo determinado de personas,
sino que ese interés es de todos los sectores del pueblo, que se aprecia con el mismo sentido patriótico en el valle de Mexicali, como en Tecate, en Tijuana y en Ensenada.
En la sesión plenaria celebrada en Ensenada, el 26 de julio de 1957, se aprobó el proyecto de reglamento y se integraron las ternas para elegir a los miembros de la Junta de
Gobierno, acordando finalmente citar al Comité Estatal Pro-Universidad a una asamblea
—a celebrarse en el recinto del Ayuntamiento de Tijuana el día 2 de agosto de 1957 a
las 17:00 horas. Durante la misma se nombró el cuerpo director del Comité Estatal, y en
ausencia de representantes de Tijuana, este quedó integrado exclusivamente con representantes de Mexicali, Tecate y Ensenada, de la siguiente manera: presidente, Lic. José G.
González Cordero; vicepresidente, Dr. Santos Silva Cota; secretario general, Sr. Humberto Amaya; tesorero, Sr. Francisco Zárate Vidal; auditor, Sr. Rodrigo V. Vidal; Departamento de Contabilidad y Glosa, Sr. Antonio Girbau Nadal; Proyectos y Construcciones, Ing.
Santiago Garín P.; Departamento Jurídico, Lic. Mario Somohano Flores.
196
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Diálogo de la Junta de Gobierno con estudiantes de Tijuana en el proceso de nombramiento de rector para
el periodo 1991-1995. En el centro el Dr. Santos Silva Cota, presidente de la Junta de Gobierno. 1991.
Durante esta sesión, Santos Silva acarició la idea de presidir el Comité Estatal ProUniversidad. En consecuencia, una tarde se llevó a cabo una reunión —en la actual
oficina de la Rectoría de la UABC para diseñar las estrategias a usar para buscar que él
fuera elegido presidente. Ya en Tijuana, y encabezados por el Dr. Gustavo Aubanel, los
masones se metieron a un salón. Como ya se llevaba una estrategia, en cuanto se abrió la
sesión y se recibieron las propuestas para candidatos, uno de ellos pidió la palabra y alguien gritó “González Cordero”. Otro por ahí dijo “Silva Cota”, y otro propuso que para
ganar tiempo y evitar tantas votaciones, el nombrado en primer término fuera el presidente53 y el nombrado en segundo término fuera el vicepresidente. Todos aceptaron, y
cuando salieron, Santos Silva le dijo a su acompañante: “Hubieras gritado mi nombre,
no pedir la palabra”. Así se nombró el Comité Estatal, cuyo presidente al final señaló:
“Señores, pueden retirarse, se les va a llamar cuando sea necesario seguir trabajando”.
53
El Lic. José Guadalupe Cordero nació en la ciudad de Guadalajara en 1908. Ahí cursó estudios de abogado en la Universidad de Guadalajara. Llegó a Mexicali en los años de 1940 como agente del Ministerio Público Federal, pasando posteriormente con el mismo cargo a Tijuana. Renunció a este cargo para
abrir su despacho de abogado litigante. Fue presidente del Comité Pro-Escuela “Orientación” del Club
Rotario de Tijuana; concursó para notario y obtuvo la patente de la Presidencia de la República para
ejercer como tal en el puerto de Ensenada, a partir de 1951. En esta ciudad fue presidente del Patronato
de Educación para el municipio de Ensenada, además de secretario de la Junta de Mejoras y presidente
del Club Rotario. Fue un hombre respetuoso, formal y muy apegado a las normas, características que
impregnó a su labor, la que emprendió con entusiasmo y dedicación.
197
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Santos Silva regresó a Mexicali a seguir su vida anterior, pues como vicepresidente, de acuerdo con el reglamento, solo podía cubrir las faltas y ausencias temporales o definitivas del presidente en ese periodo. De acuerdo con su sentir, “no fue
presidente del comité porque era hijo de masón. Por eso fue vicepresidente”.
En esa reunión también fueron aprobadas las ternas para integrar la H. Junta de Gobierno, las cuales se presentaron al señor gobernador quien, cumpliendo con lo mandado en el artículo 20 de la Ley Orgánica de la Universidad, designó, el 8 de agosto de
1957, al Lic. Pedro Castro López, Dr. Ramiro Bermúdez Alegría, Ing. José G. Jiménez
Cabral, Ing. Fernando Salas, Ing. Santiago Garín Pinillos, Lic. José G. González Cordero, Dr. Elpidio Berlanga León y Dr. Joaquín Galván, como integrantes de la primera
Junta de Gobierno, misma que quedó instalada el día 15 de agosto. Posteriormente, por
renuncia de los señores Dr. Elpidio Berlanga de León y Lic. Adán Santana, fueron nombrados el Lic. Alejandro Athié Carrasco y el Dr. Gustavo Aubanel Vallejo.54
El anteproyecto de Ley Orgánica se refería, en lo que corresponde al Comité Estatal, al que estaba integrado en Tijuana con representación unisectorial. Los legisladores creyeron prudente que ante un proyecto como la Universidad, debían participar
en él todos los sectores representativos de la comunidad bajacaliforniana, y así lo
consignaron en el artículo 2o. transitorio de la Ley Orgánica.
En el mes de agosto de 1957, el licenciado José G. González Cordero pertenecía
a dos órganos de la Universidad, que en aquel tiempo no se contraponían, pues era
presidente ejecutivo del Comité Estatal Pro-Universidad y miembro de la H. Junta de
Gobierno. Su primer acto fue solicitar al señor gobernador se sirviera nombrar a la
persona que sustituiría al profesor Lorenzo López González, quien presentó su renuncia como representante del Ejecutivo ante el Comité.
El licenciado González Cordero, prosiguiendo con su programa de acción, se dirigió a los integrantes del cuerpo directivo del comité, invitándolos a estudiar su campo
de responsabilidad y proponer acciones específicas. Él, por su parte, trabajaría en
un plan general que contemplara la búsqueda de datos estadísticos sobre población
escolar, las posibilidades de creación de las escuelas preparatorias y profesionales,
aspectos sobre reglamentación en torno al ingreso, el manejo de la población escolar y la calificación de la docencia; sobre la localización de terrenos e instalaciones
para alojar las diversas escuelas; y sobre fuentes de financiamiento. A partir del 15
de agosto de 1957, fecha en la que se designó el cuerpo de la H. Junta de Gobierno,
su relación con esta fue decisiva pues, dada su calidad de miembro integrante de la
misma, el apoyo fue total a las actividades del Comité.
En virtud de haberse pasado la fecha del 1 de septiembre sin haber desincorporado
de la Dirección de Acción Cívica del Estado a las instituciones que marcaba la Ley
54
En marzo de 1960 fue designado presidente de la Junta de Gobierno, y posteriormente, debido al
fallecimiento del gobernador, Ing. Eligio Esquivel, fue designado gobernador interino de diciembre de
1964 a diciembre de 1965.
198
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Orgánica en su artículo 44, el Comité envió al Ejecutivo Estatal, el 2 de octubre de
1957, dos anteproyectos de acuerdo para desincorporar las instituciones señaladas por
la ley y para ordenar a la Tesorería del Estado el pago a su cargo de los salarios del
personal docente y administrativo.
El 11 de octubre de 1957, personalidades expertas en planeación universitaria de
la UNAM —Dr. Efrén del Pozo, secretario general, Dr. Pablo González Casanova, del
Departamento Editorial, y Lic. Alfonso Ortega Martínez, de Planeación Universitaria— visitaron el estado y conocieron las actividades desarrolladas hasta entonces
por los organismos responsables; recomendaron: a) designar un rector provisional
con facultades específicas para promover, ordenar y dirigir las acciones para el inicio
de las actividades formales; b) dispersar las unidades académicas de la Universidad
en los cuatro municipios, de acuerdo con sus necesidades y recursos; c) considerar
prioritariamente a la investigación sobre la docencia; y d) limitar el crecimiento de
nuestro bachillerato e impulsar su desarrollo en instituciones particulares, manteniendo hasta donde fuese posible la provisionalidad de las disposiciones reglamentarias.
Estas recomendaciones fueron consideradas en todo su valor, y obligaron al Comité a replantear actividades y objetivos para los meses de noviembre y diciembre del
mismo año en torno a los siguientes puntos: a) se procurase la expedición de un decreto que modificara y ampliara la Ley Orgánica en los artículos 3o. y 4o. transitorios;
b) que el Ejecutivo local precipitara la desincorporación de las escuelas señaladas en
el artículo 44 de la Ley y asegurara su financiamiento; c) que se destinara un lugar
en Mexicali para la instalación de las oficinas del Comité Estatal; d) se elaborara un
censo escolar; e) se formulasen planes de estudio para las escuelas a iniciarse en septiembre de 1958; f) se elaboraran reglamentaciones provisionales; g) se localizaran
terrenos y edificaciones para alojar la sede de la UABC y sus escuelas; y h) se preparara
el presupuesto de egresos de la UABC para 1958, con base en el logro de subsidios.
Una vez elaborado este programa de trabajo, el Lic. González Cordero acudió, en
representación de la UABC, a la IV Asamblea Nacional de la ANUIES, en México, los
días 27 al 30 de noviembre de 1957.
LAS PRIMERAS INSTALACIONES
Cuando se constituyó el estado, se hizo una división de bienes entre este y la
federación en todos los ramos: educación, hacienda, aduana, etcétera. Respecto del
ramo educativo, la Escuela Cuauhtémoc se entregó al estado.
Esta escuela, construida a finales de los años de 1920, se encontraba en malas condiciones. Los pisos, de madera, estaban apolillados, el barrotaje estaba dañado y el salón
de actos estaba vencido. El edificio estuvo una temporada desocupado, y cuando el
Lic. Maldonado creó el Instituto de Ciencias y Artes del Estado, no consiguió un mejor
recinto que la Escuela Cuauhtémoc, donde también alojó a la Escuela Preparatoria de
199
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Mexicali. En este edificio funcionaba, en la mañana, una escuela primaria, la cual había
sido cerrada debido a que la población de menores de edad vivía en las nuevas colonias
establecidas con base en la nueva política de desarrollo. Con el fin de reabrir la escuela,
algunos elementos del magisterio insistieron en inscribir como estudiantes a jóvenes de
lugares alejados, como Pueblo Nuevo, de la sección segunda de Mexicali y parte de la
sección tercera. También buscaron atraer, como bandera, a algunos exmaestros ya jubilados, bajo el cuestionamiento de cómo se iba a desalojar a las escuelas primarias, tan
necesarias en el país y en el estado, para abrir una escuela superior que apenas si llegaba
a preparatoria. Buscaron también el apoyo de algunos egresados de la propia escuela
que tuviesen posiciones políticas o económicas destacadas, como don Gustavo Vildósola, senador de la República, y se hizo una campaña en algunos periódicos en donde se
pedía que la Escuela Cuauhtémoc no fuese por ningún motivo sede de la Universidad.
Muchas de estas críticas provenían de gente con importantes recursos económicos para
mandar a sus hijos fuera del estado o del país, que solían acuñar expresiones sarcásticas,
como aquella de la “Universidad de Paja California”.
Lo único que la Universidad usufructuaba del inmueble, era un lugar aledaño a la misma, límite entre el parque Niños Héroes de Chapultepec y la escuela, que entonces se
destinaba a estacionamiento de paga. Su encargado, don Teodomiro, percibía 450 pesos
mensuales, y lo que sobraba de la tarifa se utilizaba en la preparatoria para borradores,
lápices, etcétera. Además, en el patio de la Escuela Cuauhtémoc, que daba al frente de la
calle Madero, a un lado del correo, había puestos de escribientes para hacer cartas y llenar
giros (los evangelistas), que pagaban una módica cantidad por ocupar esos lugares.
Nunca se presionó al gobierno para que cediera el edificio, aunque había el interés
de que este fuese realmente el centro cultural de Mexicali, pues si bien por su ubicación céntrica ya no podía ser escuela primaria, por su significación histórica sí podía
ser la sede de la Universidad —no obstante, con el tiempo se convirtió en la Casa de
la Cultura de Mexicali.
INICIO DE LA GESTIÓN COMO RECTOR
Santos Silva fue notificado por su tío, el Sr. Santos B. Cota, presidente municipal
de Ensenada, del fallecimiento del Lic. González Cordero, sucedido el 26 de abril
de 1959. En compañía del Dr. Ramiro Bermúdez, se trasladó a Ensenada para estar
presente en el sepelio. Durante el mismo, el Lic. Athié, secretario de la Junta de
Gobierno, le dijo: “Prepárese, ahora le toca a usted”.
Con esta idea regresó a su casa y se lo participó a su padre, que había sido maestro, director de escuela, inspector y director general de Educación del Territorio de
Baja California. Él le recuerda que la universidad es educación, y le da a leer obras
de Cláparede, Ange Lo Patri, Dewey y Gutrie, pues era un admirador de la escuela
nueva, de la escuela activa, tema sobre el cual discutían todos los días.
200
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Rueda de prensa en donde se le comunica al licenciado Alfredo Félix Buenrostro Ceballos su
nombramiento como rector de la UABC. De izquierda a derecha, licenciado Rafael Soto Gil, contador
Jesús Antonio López Anaya, doctor Santos Silva Cota, licenciado Alfredo Buenrostro, licenciado Carlos
Juvera Calderón, ingeniero Isaías Romano Pérez y el licenciado Octavio Pérez Pazuengo. 1987.
Su primera acción como vicepresidente del Comité Estatal Pro-Universidad
fue participar el fallecimiento del Lic. José G. González Cordero a la ANUIES y
universidades asociadas, explicando que, por cuestión reglamentaria, él quedaría
a cargo provisionalmente. No obstante la información con la que contaba sobre
la marcha de la Universidad, por su asistencia a las reuniones de la Junta de Gobierno, consideró necesario conocer los pormenores del trabajo desarrollado por
el Lic. González Cordero y se trasladó a la ciudad de Ensenada para recoger la
documentación sobre la misma. Fue atendido por su esposa, la Dra. Beatriz Carrillo, quien le hizo entrega de dos cajas de documentos que puso en la cajuela de
su automóvil, lo que motivó a que el Lic. Athié dijera que Santos Silva traía “la
Universidad en su automóvil”, a lo que él solía contestar que los universitarios
traíamos a la institución en nuestros pensamientos.
Enterado de la documentación, emprendió el estudio estadístico de la población del
sistema educativo, y encontró que el problema de la segunda enseñanza era muy serio,
tanto en el nivel básico como en el superior. Aparte de determinar la población escolar
de la primera enseñanza, precisando la de los sextos años, se hizo un censo de la exis-
201
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
tente en los planteles de secundaria, en las normales y en las academias privadas de
enseñanza posprimaria. La población de segunda enseñanza era escasa; funcionaban
en el estado cuatro escuelas secundarias federarles, dos de ellas por cooperación, diez
escuelas estatales por cooperación, cuatro escuelas normales y el Instituto de Ciencias
y Artes. En cuanto a escuelas preparatorias, solo la de Mexicali, ya universitaria, la
recientemente instalada en Ensenada (1958), la federal de Tijuana y tres escuelas preparatorias privadas buscaron su incorporación al estado dentro del plan de cinco años de
la segunda enseñanza. Estos planteles estaban atendidos en su mayoría por profesorado
egresado de escuelas normales para enseñanza primaria y por profesionistas de otras
ramas, es decir, sin preparación especial en materia educativa.
Este problema, básico para que la Universidad obtuviera la población escolar en
cantidad y calidad para desarrollar con éxito todos sus programas, por su carácter
prioritario le hizo considerar la necesidad de ser autosuficientes en la formación del
cuerpo docente, ya que ni los gobiernos federal ni estatal tenían previsto solucionarlo
y no se contaba con recursos económicos para traer maestros de otro lugar. La formación docente era un problema nacional. Por tanto, la única forma de lograrlo era
constituyendo una unidad académica propia formadora de maestros.
Se hacía necesario conocer el trabajo y las condiciones tanto de las escuelas universitarias como de las incorporadas, por lo que con su propio vehículo viajó por el
estado tomando decisiones y ordenando algunas medidas: la construcción de un aula
más a la Escuela Preparatoria de Ensenada; la instalación en la misma de una línea
de teléfono y su conexión directa con la red de distribución de energía eléctrica; y el
impulso de procedimientos para los exámenes a título de suficiencia y de revalidación
de estudios, estableciendo las nuevas formas de certificados de estudio y logrando
que la Escuela Preparatoria de Tijuana, incorporada a la Secretaría de Educación, se
incorporara a la Universidad. Se cumplía así con las peticiones de los jóvenes de la
Federación de Estudiantes de Baja California.
Estas acciones demostraron que la Universidad ya no podría ser dirigida por un comité.
Como lo recomendó la comisión de la UNAM encabezada por el Dr. Efrén del Pozo, la Universidad debía ser dirigida por un rector provisional con el apoyo de un secretario general.
Por ello, Santo Silva comenzó a firmar como “presidente del Comité Estatal en funciones
de rector”. El famoso Decreto 40 faculta a quien ejerciera la función de presidente estatal
con todas aquellas funciones que la ley otorga al rector, para iniciar, proyectar y consolidar
a la universidad, y establece que la Junta de Gobierno nombraría al rector cuando lo juzgara conveniente. En el caso del Lic. González Cordero, aunque formalmente haya sido
el presidente del Comité Pro-Universidad y que en su persona recayera la responsabilidad
de rector, no se pudo llevar a cabo esto legalmente por pertenecer a la Junta de Gobierno.
En tanto que el problema de supervivencia de la Universidad en 1959 y 1960 permanecía sin resolver, en lo particular se dedicó a consolidar lo ya logrado: obtener
el reconocimiento como institución de educación superior por parte de la ANUIES,
posición importante y decisiva para tener oportunidad de participar en la distribución
202
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
del subsidio federal otorgado a las universidades del país; buscar de la nueva administración del gobierno estatal el reconocimiento a los órganos universitarios que venían
trabajando, a fin de lograr un aumento del subsidio estatal otorgado a la universidad
por la pasada administración; y finalmente, establecer los planteles de bachillerato cuyos egresados constituirían la matrícula de las escuelas profesionales que se crearan.
Asegurado lo anterior, consideró necesario y oportuno establecer dos funciones:
la primera, de regularización de las actividades normales de la Universidad, control
y registro de alumnos, revalidación de estudios, control de maestros, uniformidad de
planes de estudio, programas y demás tareas de un departamento de servicios escolares tradicional; y la segunda, para establecer relaciones con la comunidad y un vínculo interactuante con el medio social, con el fin de conocerse y ayudarse mutuamente,
función que solo un departamento de difusión cultural y extensión universitaria podía
llevar a cabo con eficacia. Estos proyectos fueron puestos a consideración de la H.
Junta de Gobierno, a cuyas sesiones Santos Silva asistía, la cual los apoyó recomendando aprovechar los proyectos elaborados previamente por el Comité Estatal y por
algunos miembros de la H. Junta de Gobierno. De paso habrá que decir que en estas
reuniones de la Junta de Gobierno disfrutaba de la compañía del Ing. Valenzuela y del
Dr. Bermúdez Alegría. Uno hablaba sobre astronomía y antropología física, y el otro
sobre poesía. Como parte de la velada, en la noche paraban en La Rumorosa y el Ing.
Valenzuela les enseñaba las diferentes constelaciones. Después de la lección, comían
en el restaurante de la Meche, un bistec picado muy bueno.
FUNCIONARIOS Y DEPENDENCIAS
Una vez comprendida la necesidad de un órgano ejecutivo en la Universidad, y después
de firmar como “presidente del Comité en funciones de rector”, Santos Silva siguió como
“rector provisional”; sin embargo, por consejo de algunos que sugerían eliminar lo de
“provisional” porque ello se reflejaba en la propia institución, llegó a firmar simplemente
como “rector”. Además, para generar confianza y credibilidad, consideró prudente contar
con asesoría y por ello designó al Lic. Rafael Soto Gil55 como secretario general.
En la época de su nombramiento como secretario general, Soto Gil ejercía de manera
brillante como asesor del H. Congreso, como director de Profesiones del estado y como
maestro fundador en la Escuela Normal Fronteriza. Su desempeño fue muy apreciado
55
Soto Gil nació en Mexicali. Fuimos vecinos y asistimos a la misma escuela primaria. Nos reencontramos en México, estudiando él el bachillerato de Ciencias Sociales y yo el de Ciencias Biológicas
en la Escuela Preparatoria de San Ildefonso. Ambos obtuvimos la presea “Bachiller Laureado” que
la UNAM estableció por vez primera en 1939. Soto Gil siguió su carrera de derecho dentro de una
generación de estudiantes distinguidos, siendo sus compañeros, entre otros, Luis Echeverría Álvarez
y Arsenio Farell Cubillas. Durante sus estudios obtuvo las más altas calificaciones así como mención
honorífica en su examen profesional.
203
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
por la propia ANUIES, especialmente por el Lic. Alfonso Ortega Martínez, quien le consultó algunos aspectos jurídicos y lo recomendó para tareas en otras universidades.
En palabras de Santos Silva, no obstante sus preocupaciones de “Beau Brummel”,
como escoger una corbata que hiciera juego con sus calcetines, o un pantalón bien
planchado, puso su inteligencia y cariño en la institución, prosiguiendo su carrera
como rector, y posteriormente como miembro de la Junta de Gobierno.
En los años de 1959 y 1960, las pocas unidades académicas, con bajo número
de estudiantes y poco personal docente, aunado a la falta de recursos financieros,
permitieron que el control de esas actividades se hiciera directamente en las escuelas, con su propio personal. Una vez que la matrícula creció, que las interacciones
entre los componentes del sistema universitario aumentaron y que la docencia se
organizó en torno a planes y programas unitarios, se hizo necesaria la creación del
Departamento de Servicios Escolares, que le diera a las actividades que el rector
realizaba con el apoyo de la secretaria de la Rectoría, Sra. Ninfa Bravo, el carácter
de formalidad, idoneidad y confiabilidad necesarias.
Lo anterior fue comentado con el Sr. Humberto Amaya, secretario del Cuerpo Directivo del Comité Estatal, persona sumamente amable y responsable y que había sido
encargado de ese Departamento en la UNAM durante el periodo como rector del Lic.
Ignacio García Téllez. Amaya estuvo de acuerdo en la necesidad de crear el referido
departamento, ofreciendo algunas recomendaciones muy valiosas.
En atención a las facultades que le otorgaba el Decreto 40, que modificaba los artículos 2o. y 3o. transitorios de la Ley Orgánica, designó, el 23 de agosto de 1961, al Dr.
Austreberto Silva Olivares56 y al Lic. David Piñera Ramírez como jefes de los departamentos de Servicios Escolares y de Difusión Cultural, respectivamente. Junto con la
designación del Sr. Servando Corral S., como cajero, realizada por el tesorero Francisco
Zárate Vidal y por él mismo, quedaban establecidas las primeras funciones universitarias: rector, secretario general, tesorero, Departamento de Servicios Escolares, Departamento de Difusión Cultural, cajero, directores de escuela y consejos técnicos.
El Dr. Silva Olivares asumió la planeación y organización del departamento, contando solo con un auxiliar de oficina, pues hasta seis meses después se obtuvo el auxilio invaluable de Manuelita Hernández, que hasta la fecha de su fallecimiento fue la
encargada del archivo de la UABC. De hecho, ella era un “archivo viviente”.
56
El Dr. Silva Olivares, mi primo, nació en la ciudad de Tijuana. Siendo sus padres maestros normalistas, fueron destinados al Distrito Federal en donde Silva Olivares estudió y obtuvo el título
de Cirujano Dentista en la Escuela de Odontología de la UNAM, en la calle de Lic. Verdad. Inició el
ejercicio de su profesión compartiendo con quien esto escribe el consultorio, abriendo después su
propio gabinete en donde ganó brillante prestigio por su seriedad y habilidad. Fue maestro de biología y química de muchas generaciones de estudiantes de la Escuela Secundaria Federal 18 de Marzo,
teniendo como uno de sus alumnos al expresidente de la república Ernesto Zedillo Ponce de León.
Actuó como secretario de la propia escuela, enseñó biología en la preparatoria y prestó sus servicios
como odontólogo de base en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
204
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Toma de posesión del rector Lloréns Báez. De izquierda a derecha: Carlos Juvera Calderón y Santos
Silva Cota, de la Junta de Gobierno; Ernesto Ruffo Appel, gobernador del estado; Alfredo Félix
Buenrostro Ceballos, rector saliente; Luis Lloréns Báez; y, Julio Torres Coto Mazier, presidente del
Patronato Universitario.
Así, se organizó el archivo y se modernizaron los registros tanto de alumnos como de
profesores, pero como hubo necesidad de reconcentrar la documentación de las escuelas, esto causó desconcierto y protestas por parte de algunos directores de las unidades
académicas. Según ellos, sentían que se les privaba de un instrumento de control. Santos Silva les comentó que el control que necesitaba no era para limitar, sino para ordenar
y facilitar las cosas. El control de personal, en su asistencia y calidad de desempeño,
quedó también a cargo de este departamento, así como la evaluación del aprendizaje, al
organizar la sección psicopedagógica, a cargo del psiquiatra Dr. Raúl de la Torre y de
la psicóloga Margarita Montaño. Se llevó a cabo la regularización con la Secretaría de
Hacienda, se cumplió con la reglamentación de la Dirección General de Profesiones, se
estableció fehacientemente la profesionalidad del personal docente y, gracias al Archivo
y su sección de estadística, se hizo un seguimiento de alumnos y se eligió a los mejores
por sus calificaciones, como antecedente del actual Mérito Escolar.
Este departamento era polivalente, pues así lo requerían el momento, las cargas de
trabajo y los recursos. En la práctica funcionaba como Servicios Escolares, Asuntos
Académicos, Recursos Humanos y, algunas veces, como Bienestar Estudiantil.
En este sentido, había muy pocas actividades de la Universidad que eran del conocimiento de los sectores primario, secundario y terciario. El Instituto de Oceanografía
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
había llevado a cabo exploraciones geológicas en Rosarito, frente a la Termoeléctrica,
dirigidas por su director el Ing. César Obregón. También había que encauzar algunos
trabajos que desarrollaban los encargados de la Escuela de Ciencias Marinas para darle
difusión y obtener el reconocimiento de la industria pesquera
Adjunto al despacho del Lic. Soto Gil trabajaba el Lic. David Piñera Ramírez,57
quien presentó un proyecto de Departamento de Extensión, muy sencillo pero a la vez
muy completo, que permitía realizar acciones de inmediato. Aunque esto sucedió a
finales de 1960, no fue sino hasta agosto de 1961 cuando el Lic. Piñera fue designado
jefe del Departamento de Difusión Cultural.
Se puso a trabajar desde el primer momento. Se relacionó con los pocos artistas
e intelectuales existentes en ese tiempo en Mexicali, Tijuana, Ensenada y Tecate, y
organizó diversos concursos: Juárez y la Reforma, La Libertad de Prensa, Autonomía Universitaria, etcétera. Donde había un amplio lugar de reunión de personas,
como las salas de espera del Seguro Social, las estaciones del ferrocarril o de autobuses, organizaba alguna exposición de pintura o escultura, siempre con la previa
invitación al público por medio de la prensa.
En 1961 se consiguió un local en la I Feria “Tecate en Marcha”. Santos Silva y
David Piñera lo adaptaron y decoraron juntos. Mientras Santos Silva clavaba con el
martillo, David Piñera se retiraba un poco para tener una vista panorámica del puesto
y sus aledaños y hacer las modificaciones necesarias para mejorar la presentación.
Así, el stand de la UABC fue uno de los más visitados y de los mejor presentados.
David Piñera invitó a participar como representante del Departamento de Difusión
Cultural en Tijuana al profesor Rubén Vizcaíno Valencia, así como a Cecilia Soto y
después a Miguel de Anda Jacobsen en Ensenada, y al Prof. Eduardo Ceballos en
Tecate. Como auxiliar en Mexicali, designó a David Anguiano Heredia. Junto con
Luis Felipe Castro y Eleuterio Méndez puso en escena piezas dramáticas con artistas
profesionales, aficionados y estudiantes. Logró la colaboración del grupo encabezado
por el Lic. Vidales, como la Orquesta de Cámara de la Universidad, y junto con ellos
planeó la Escuela de Música, en aquel entonces un sueño por falta de dinero.
Tres cosas realizó y promovió, entre muchas, que deben destacarse: la Revista Universitaria en 1961, el lema de la universidad y el Boletín, ambos en 1963, que merecen capítulo aparte. Una anécdota que retrata fielmente a David Piñera, destacando su
entusiasmo, interés y responsabilidad, es la siguiente: un día, a las dos de la mañana,
tocaron a la puerta de Santos Silva en la calle de Pastor Ramos. Con algunas escoriaciones en la cara, Piñera le contó a Santos Silva que habiéndose comprometido con
los pintores a devolverles sus obras tan pronto hubiera terminado la exposición, creyó
57
Oriundo del estado de Nayarit, realizó sus estudios en derecho en la Universidad de Guadalajara. Desde su época estudiantil gustó de la literatura y poesía. Se incorporó al despacho del Lic. Soto Gil, en el
edificio Guajardo, frente a la Escuela Cuauhtémoc, precisamente en la accidentada y frenética época
de los inicios de la Universidad.
206
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
prudente llevarlas él mismo a Mexicali. Para ello consiguió un camión de redilas,
cargó las pinturas y lo condujo en la noche a través de La Rumorosa. Precisamente
en una de las curvas de ese sinuoso lugar, las luces de un automóvil lo deslumbraron
y aunque actuó heroicamente, en lugar de pisar el freno, pisó el acelerador. Lo cierto
es que dejó el camión en el sitio del percance y de “aventón” llegó a Mexicali para
informar de lo sucedido a Santos Silva. Después de tomar una taza de café y reírse
celebrando el feliz final de la aventura, juntos fueron a recoger las pinturas.
Estos tres caballeros que llegaron con Santos Silva, al final de la jornada, cargados de polvo, sudor y sangre, fueron víctimas de ataques de la gente que siempre festejó cuanta desgracia les acontecía, ignorando las acciones venturosas de
la Universidad. En su momento y para evitar que se le siguiera causando daño a la
institución, por lealtad desearon renunciar, pero Santos Silva no aceptó. Solo les
pidió que no se ciñeran a cartabones rígidos, a imitaciones artificiales de tradiciones de otros lugares y culturas, pues solo la imaginación, la creatividad y a veces
la improvisación, les asegurarían el éxito.
LA ANUIES Y LA PLANEACIÓN ACADÉMICA DE LA UABC
Hasta el laboratorio en el antiguo Hospital Civil, en Mexicali, llegó una llamada del
secretario general ejecutivo de la ANUIES, Lic. Alfonso Ortega Martínez, para confirmar
la asistencia de Santos Silva a la V Asamblea Nacional Ordinaria de ese organismo,
a verificarse en la ciudad de México del 27 de julio al 2 de agosto de 1959. Ante su
asombro, se le informó que en las oficinas de la Compañía Mexicana de Aviación estaba
a su disposición un boleto de viaje redondo Mexicali-México-Mexicali, que tenía
reservada una habitación en el Hotel Regis de la capital y que una comisión le esperaría
en el aeropuerto capitalino. “¿Vendrá usted, señor rector?”.
Todo fue cierto, menos la comisión receptora, por lo que por falta de información llegó
a la Asamblea de la Asociación, en las oficinas técnicas de la UNAM, con retraso, desconfiado y con cierto temor, no obstante la simpatía y consideración que recibió por parte de
la presidencia de la asamblea, compuesta por el Dr. Nabor Carrrillo, Dr. Aguirre Beltrán,
Arq. Joaquín Mora y Lic. Alfonso Ortega Martínez. Sin embargo, no pudo evitar la sensación de ser un miembro más en la repartición del “pastel” (subsidios), pues se dijo que
la Universidad Autónoma de Baja California no era miembro de la ANUIES, por no tener
escuelas profesionales. El Lic. Ortega Martínez comentó que desde el año anterior se les
había aceptado provisionalmente como miembros y que se les ayudaría para que pudieran
crear las carreras profesionales. La jornada fue fructífera. Compartió las intervenciones
elocuentes, líricas y parlamentarias de los rectores, hizo amistad con ellos y tuvo la oportunidad de estar presente en la entrevista con el señor presidente de la república, Lic.
Adolfo López Mateos, en la cual se afirmó la importancia de los problemas académicos,
su calidad y la intención de apoyar a las instituciones de educación superior.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
También tuvo contacto con los grupos estudiantiles bajacalifornianos, representados por Carlos Díaz de León, secretario general de la Federación de Estudiantes
Universitarios, y con Raymundo Beltrán, Leonardo Bravo, Julio Torres Coto (y su
hermano), estos últimos representantes del Comité Juvenil Pro-Universidad de Baja
California. Con ellos tuvo una buena relación y les manifestó su preocupación por la
enseñanza del segundo nivel en el estado.
Tres sucesos influyeron de manera importante en la planeación académica de la
Universidad. El primero ocurrió en Mexicali, mientras comía en casa de sus padres.
A principios de julio de 1959, tocaron a su puerta y al abrir se encontró con un
ayudante del Lic. Braulio Maldonado, que le dijo: “Lo quiere ver el gobernador”.
Él respondió: “Bien, acabo de comer y lo veré en su oficina”; y el otro replicó: “Es
que está ahí enfrente, en su automóvil”. No tuvo más remedio que avisarles a sus
padres, asearse un poco y salir. “Súbete”, le dijo el gobernador al llegar a su auto.
Le presentó a su acompañante como el Lic. Manuel Ruiz, iniciando la marcha inmediatamente, y a su estilo, añadió:
El licenciado Ruiz representa a la empresa Moreno y Compañía, que donó 1 500
hectáreas del rancho Rosarito a la Universidad, y como le ven tres pies al gato, no
las quieren recibir. Ya leí la ley y los reglamentos, y como eres actualmente el rector,
tienes capacidad para recibir bienes a nombre de la Universidad. Platiquen ustedes y
pónganse de acuerdo, en caso de que tú quieras, en la fecha, para que ante notario se
haga el testimonio de aceptación de la donación. Mientras, preparemos los documentos para acreditar tu personalidad.
Después de un paseo por las calles de Mexicali, costumbre del gobernador, se pusieron de acuerdo y el día 20 de agosto de 1959 se hicieron las escrituras correspondientes
en la Notaría Núm. 4 de Mexicali, quedando asentadas en el instrumento 4535.
La Compañía Explotadora de la Baja California, cuya representación ostentaba el
Lic. Ruiz, era apoderada de Moreno y Compañía Sucesores, llamada antes Danzinger
y Compañía, dedicada a la explotación de tierras y toda clase de bienes inmuebles.
Moreno y Compañía Sucesores era cesionaria de varias porciones de los derechos
troncales de los dueños originales del presidio proindiviso del rancho denominado
“Rosarito”, adjudicados desde el 30 de julio de 1879. Este rancho estaba situado al sur
de la ciudad de Tijuana y la compañía verificó sesión gratuita en favor de la UABC de
1 500 hectáreas de terreno rústico, localizadas dentro del predio del rancho, condicionada a que una vez desmancomunadas las 1 500 hectáreas, la Universidad habría de
titular en el lugar que designara y en favor de la persona que señalara el Lic. Manuel
Ruiz, 57 de dichas hectáreas, y el resto de los terrenos deberían ser destinados al establecimiento de la ciudad universitaria y sus servicios. Santos Silva no le vio “tres pies
al gato” y bajo el principio de “a caballo regalado no se le ve el colmillo”, no objetó
los procedimientos, quedando todo debidamente protocolizado.
208
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Se confiere el grado de doctor honoris
causa al doctor Santos Silva Cota. Le
hace entrega del reconocimiento el
doctor Luis Lloréns Báez, rector de la
UABC. 16 de noviembre de 1993.
El segundo suceso fue su asistencia por primera vez a la Asamblea Nacional Ordinaria de la ANUIES. En atención a la problemática guardada por el estado en materia
de segunda enseñanza, a ciertas opiniones expresadas en el transcurso de la asamblea
y a los resolutivos de la Planeación Nacional de la Enseñanza Superior, que recomendaban no establecer ninguna nueva carrera profesional sin previa consulta a los
miembros pertenecientes a la región respectiva de la ANUIES, no parecía conveniente
iniciar la Universidad con las carreras tradicionales, tan solo por llamarse universidad
y porque no requerirían instalaciones costosas. Se decía, en el caso de derecho, que
para iniciar una escuela, solo se necesitaba un abogado que quisiera enseñar y un
209
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
alumno que quisiera aprender. No obstante, el presidente de la Junta de Gobierno,
Lic. Pedro Castro López, había afirmado que en septiembre de 1959 se iniciarían los
cursos de la carrera de derecho y ciencias sociales. Esto coincidía con las peticiones
de estudiantes que le hicieran llegar a Santos Silva, a través del secretario general de
Gobierno, Lic. Rafael Moreno Enríquez, y cuya idea original estaba contemplada en
el anteproyecto de Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Baja California, a
propuesta del Club Universitario Tijuanense, consignada en el artículo 7o. transitorio.
Todas estas consideraciones fueron motivo de plática entre Santos Silva y los hermanos Torres Coto, a quienes les expresó su idea respecto de la necesidad de una
escuela de educación de carácter universitario, en la cual los universitarios se hicieran
más pedagogos y los pedagogos más conocedores de la disciplina que enseñaran.
Incluso, según Santos Silva, podría funcionar como una división de investigación
educativa de una facultad de altos estudios o de filosofía. El Comité Juvenil Estatal
Pro-Universidad le envió sus consideraciones sobre una escuela de pedagogía, así
como antes le habían enviado numerosos planes de estudio de pesca y pesquerías.
El tercer suceso lo constituyó la ceremonia de apertura de cursos del periodo lectivo 1959-1960, celebrada en el Salón de Actos de la Escuela Cuauhtémoc el jueves
24 de septiembre de 1959. Santos Silva consideraba que una ceremonia inaugural
de cursos era de gran trascendencia, pues en ella se establecían los compromisos de
superación y se marcaban las políticas que guiaban los actos educativos. En consecuencia, procuró que a estas ceremonias acudiesen importantes personalidades de
la vida política y académica, y que su mensaje fuese de relevancia para la juventud
universitaria. En esta fecha fueron dos las personalidades que dieron su mensaje: el
señor gobernador, Lic. Braulio Maldonado Sández, y el Lic. Luis Encinas Johnson,
rector de la Universidad de Sonora y presidente de la Asamblea de la ANUIES.
Ambos personajes pronunciaron encendidos discursos, urgiendo a buscar la superación en el estudio y en el trabajo. Santos Silva, por su parte, anunció que en ese periodo
iniciaban sus cursos tres escuelas preparatorias con plan de dos años en Mexicali, Tijuana y Ensenada; una escuela de Enfermería y una escuela de Comercio y Administración
con la carrera de Técnico en Contabilidad en la ciudad de Tijuana, con 439 estudiantes
en su totalidad. También anunció que se estaba contemplando iniciar actividades, en el
próximo año, en las escuelas de Pedagogía y Ciencias Marinas. A esta ceremonia acudieron los presidentes municipales, directores de Educación federal y estatal, miembros
de la Junta de Gobierno y del Patronato, directores de las escuelas universitarias tanto
oficiales como incorporadas, estudiantes y público interesado.
ESCUELAS PREPARATORIAS
En 1950 la ANUIES estaba constituida por once universidades y doce institutos. De las
primeras, cinco eran autónomas, y de los institutos, solo cuatro tenían esta condición. En
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
esta década, la problemática de la educación superior se concentraba en el bachillerato
y en la situación financiera.
En 1959, 23 instituciones de la ANUIES contaban con bachillerato de dos años, una
de tres años y ocho el plan de cinco años. Sin embargo, de las 23 instituciones con
plan de dos años, 16 impartían cursos de enseñanza secundaria. Durante las reuniones nacionales ordinarias y extraordinarias se trataban estos temas, se nombró una
comisión para el estudio del bachillerato, su definición y objetivos, y se organizaron
coloquios regionales para tratar exclusivamente este tema.
Santos Silva tuvo una intervención en la Asociación, donde discutió el bachillerato
único, pues la Universidad de Guadalajara había hecho un estudio respecto de cómo la
polivalencia del bachillerato único perdería la formación para la práctica y para la universidad. Ya casi al término del periodo gubernamental del Lic. López Mateos, el Lic.
Ortega Martínez, que estaba con el Ing. Bravo Ahuja, llamó a Santos Silva y le dijo que
tenía razón, pues el bachillerato no servía más que para entrar a la universidad.
Desde el inicio de las actividades de la Universidad, las escuelas preparatorias
de Tijuana y Ensenada llevaban el plan de cinco años, así como las incorporadas de
Salvatierra, Cuauhtlatóhuac y Junípero Serra. Algunos planes eran especializados,
mientras que otros tenían materias obligatorias y optativas. En consecuencia, se
requería uniformar los bachilleratos, pero sobre todo, adaptarlos a las condiciones
que imponían las universidades a las que acudían los egresados de la UABC. Durante el 5 y 6 de agosto de 1961, el rector Silva Cota se reunió en la escuela Álvaro
Obregón, de la ciudad de Tijuana, con los directores de las escuelas preparatorias de
Mexicali, Tijuana y Ensenada, Guillermo Quiroz Gudiño, Ángel Morales Barraza
y Federico Reul, respectivamente, el director de Ciencias Marinas, Pedro Mercado
Sánchez, y el Lic. Ricardo Zamora Tapia, secretario de la Preparatoria de Tijuana,
para tratar asuntos inherentes al plan de estudios de las escuelas de este nivel y establecer el calendario escolar para el año 1961-1962 y el plan de pagos por concepto
de servicios escolares. Previamente se había determinado que algunos maestros de
la Universidad revisaran los programas de las diferentes materias del plan de estudios y expresaran sus observaciones, habiendo sido seleccionados para ello Pedro
Mercado, Federico Reul, Marco Aurelio Sandoval y José G. Valenzuela. En esa reunión se tomaron diferentes acuerdos, como que el bachillerato que se llevaría en las
escuelas preparatorias, propias e incorporadas, sería el “bachillerato universitario
rígido” (plan de dos años), conforme con las listas de materias aprobadas.
Las observaciones, modificaciones e innovaciones realizadas a los programas por
los maestros citados, de acuerdo con los actuales conceptos de contenidos y métodos
de enseñanza, fueron hechas del conocimiento de todas las escuelas oficiales y particulares. Se dieron algunas recomendaciones sobre las normas que regirían los exámenes y se cumplió con el resto de los objetivos, al determinar el calendario escolar
y elaborar el plan de pagos por servicios escolares.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
PREPARATORIA DE MEXICALI
La Ley Orgánica de la UABC establece, en el artículo 44, que el gobierno del estado
pasaría la preparatoria y otras escuelas a la UABC, antes del 1 de septiembre de
1957. Por circunstancias desconocidas, la Preparatoria de Mexicali, otrora Escuela
Cuauhtémoc, estaba instalada en el segundo piso del edificio comercial Sunland de
Mexicali, en la avenida Madero, y se incorporó a la Universidad el 1 de abril de 1958,
con efectos a partir del 1 de septiembre de 1957. La entrega física se realizó por
gestiones del propio Comité y con el auxilio de la H. Junta de Gobierno, bajo protesta,
según consta en acta de fecha 31 de mayo de 1958, en el edificio Sunland. La protesta
se debía a que la entrega no contemplaba nada acerca del pago del personal, según
consta en el archivo del Comité Estatal.
Debido a las pésimas condiciones en las que se laboraba en el edificio Sunland,
se solicitó al gobierno del estado ocupar aulas en la Escuela Cuauhtémoc, en donde laboraba una escuela primaria y la escuela Normal. El permiso para la ocupación de las aulas no se concedió inmediatamente, ya que estaba construyéndose el
edificio de la Normal en el exejido Coahuila, y hasta su terminación se desocuparían los salones que ocupaba la Escuela Cuauhtémoc. Para urgir el trámite, se hizo
necesaria la enérgica intervención de una comisión de la H. Junta de Gobierno,
integrada por el Lic. Castro López, Dr. Bermúdez Alegría, Ing. Valenzuela y Dr.
Ocampo Alonso, que logró el traslado de la preparatoria a las aulas de la Escuela
Cuauhtémoc el 8 de octubre de 1958, poco más de un año después de lo que señalaba la ley, en un evento en el que el Prof. Jesús Sigala, en representación de la
Dirección Federal de Educación, hizo entrega del edificio al Comité Estatal ProUniversidad y a la H. Junta de Gobierno.
PREPARATORIA DE TIJUANA
Como preparatoria incorporada a la Secretaría de Educación Pública, queda
formalmente integrada a la UABC en 1959; sin embargo, debido a la inquietud
estudiantil por un edificio propio, en 1960 vivió una huelga en la que se solicitaba
el cambio de directivos.
Como el local de la preparatoria pertenecía al Instituto Agua Caliente, tuvo que
abandonarse y buscar una nueva ubicación. Se gestionó para poder ocupar aulas provisionales en las escuelas Alba Roja y Abraham Castellanos, pero esto no fue posible,
no obstante la recomendación del Dr. Aubanel. Una academia particular, que dirigía
el profesor Arreola, ofreció dos pequeñas aulas, pero no eran adecuadas. Por ello se
recurrió al gobierno del estado, que ofreció tres aulas en la recientemente construida
Escuela Lázaro Cárdenas, lugar donde se reanudaron las clases. Desgraciadamente,
como la escuela estaba situada en una colonia despoblada y muy lejana del centro, y
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
como las clases se impartían por la tarde-noche, con riesgo para la seguridad de los
estudiantes, se abandonó el local. Ante este inconveniente, se solicitó apoyo a las
autoridades del Instituto Cuauhtlatóhuac (incorporada a la UABC), mas por problemas
económicos y de control administrativo tampoco se tuvo éxito.
A punto de inaugurar los edificios de las preparatorias de Tijuana y Mexicali, el
gobernador, Ing. Eligio Esquivel Méndez, en tiempo ya del presidente López Mateos,
habló con Santos Silva para confirmarle su asistencia y también que tenía instrucciones de la Presidencia de la República para arreglar todo y comprar el equipo de
laboratorio que iba a necesitar la Universidad. “Yo voy a tomar un avión”, le dijo el
gobernador, “y lo espero el martes en Los Ángeles, en el hotel Rooselvet, donde habrá una habitación para usted”. Santos Silva tomó su carro, sin dinero, y se fue a Los
Ángeles. Llegó al hotel y saludó al gobernador, quien le dijo: “qué tal si mañana se va
usted temprano a las diferentes empresas con Rolando Torres, que es el representante
del gobierno del estado en Los Ángeles, para comprar el equipo del laboratorio de
física y química para una escuela preparatoria”. Sin embargo, el proveedor no podía
entregar el equipo en un plazo tan corto de 15 días, tiempo en que llegaría el presidente de la República. Aun así, el joven vendedor se comprometió a entregar tres cuartas
partes de este equipo, pero cuando se le dijo que el pago sería a crédito, este contestó
que no había crédito para México. Santos Silva dijo que el gobernador estaba en la
ciudad, y al día siguiente llegó con el gerente de ventas, acompañado por su abogado.
El abogado de la compañía dijo: “conozco perfectamente la ley de la universidad, sé
las facultades del señor rector y me basta con la firma de usted”. Firmó y se compró el
equipo. Estaba tan contento el gobernador, que se fueron a la casa de Rolando Torres,
se puso el mandil y empezó a hacer la comida, para lo cual era muy bueno, igual que
para la poesía. Hizo un pescado al horno y pidió un vino blanco muy especial. Se le
compró y Santos Silva le ayudó en la cocina. Estaba tan entusiasmado acomodando
una capa de cebolla sobre otra, que tuvo que preguntarle: “¿y el pescado, dónde lo va
a poner?”. Así fue como cocinaron juntos un asunto de gran interés.
LAS ESCUELAS PROFESIONALES
Algunos resultados de los trabajos de planeación realizados de septiembre de 1957
a marzo de 1959 por el Comité Estatal, encabezado por el Lic. José G. González
Cordero, y por la Junta de Gobierno presidida por el Lic. Pedro Castro López,
sirvieron de base para crear una escuela profesional en la UABC en 1959. Este trabajo
fue realizado por Santos Silva y analizado por los licenciados Rafael Soto Gil, quien
recientemente había sido designado secretario general de la Universidad, y Alfonso
Ortega Martínez, secretario general ejecutivo de la ANUIES.
Un elemento adicional fue el importante asunto de las vocaciones y su demanda. Siempre se había dicho que los de Mexicali solo sabían hacer comida china o
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
carne asada. Sin embargo, cuando los estudiantes se iban a México, en los exámenes de admisión destacaban en ciencias sociales —los de Ensenada lo hacían
en ciencias y los de Tijuana en administración, de acuerdo con la información de
Servicios Escolares de la UNAM.
LA ESCUELA DE ECONOMÍA Y CIENCIAS ADMINISTRATIVAS EN TIJUANA
Para organizar la Universidad, se consideró que en Tijuana debían residir las carreras
administrativas y de contabilidad. Sin embargo, tratar de constituirlas tendría la
oposición de las universidades de la región 1 y la desaprobación de la ANUIES, pues
las instituciones vecinas contaban con esas carreras. Sin embargo, como era bien vista
y hasta recomendable la creación de carreras de nivel medio, se optó por la carrera
de técnico o auxiliar de contabilidad, para lo cual se exigía como nivel de escolaridad
haber cursado la enseñanza secundaria.
El Dr. Gustavo Aubanel, presidente de la Junta de Gobierno, contactó a Santos Silva
con el Prof. Arriola, maestro distinguido en el estado de Sonora y que había organizado
una escuela privada de contaduría (ubicada en la Av. Constitución 262 de Tijuana).
Juntos, y con la asesoría de tres contadores más, elaboraron un plan de estudios y se
anunció, en boletín de prensa, que el 17 de septiembre de 1960 se iniciarían los cursos
de la carrera de técnico en contabilidad. Por circunstancias económicas, se seleccionó la
Escuela Patronato, en la colonia Alemán, para impartir los cursos, pero su lejanía limitó
la matrícula y se interrumpió su nacimiento.
Sin embargo, no se quitó el dedo del renglón y se insistió en la carrera de economía, para la cual Santos Silva empezó a buscar economistas. Acudió con el Lic.
Alfonso Ortega Martínez, secretario general ejecutivo de la ANUIES, quien lo puso
en contacto con economistas jóvenes que laboraban en el Banco de México, pero
que no se animaron a correr una aventura de este tipo, y menos lejos de la capital.
También acudió con licenciados en economía de mayor edad, algunos de los cuales
estuvieron dispuestos pero hasta después de su jubilación. No podía esperar tanto.
A principio de 1961 platicó con el Lic. Román Hirales Corrales, economista de la
Universidad de Guadalajara, y obtuvo su compromiso para trabajar en la organización de la escuela, prometiendo la futura incorporación a estos trabajos de los
licenciados en economía Carrillo y De la Cruz Pulido.
El proyecto de la Escuela de Economía y Ciencias Administrativas y del Instituto
de Investigaciones Económicas y Sociales obedecía a dos razones: una, ser congruente con los planes primarios y abrir una escuela con dos carreras, economía y
contador público, situación aceptable por la ANUIES; y la otra, atender las recomendaciones de la comisión de expertos de la UNAM que visitara la UABC en octubre de
1957 —la cual recomendó que simultáneamente con las carreras se abrieran centros
o institutos de investigación anexos.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Inauguración de la primera Feria del Libro de la UABC. De izquierda a derecha:
Arq. Rubén Castro Bojórquez, exrector, C.P. Víctor Everardo Beltrán Corona, rector,
Lic. Rafael Soto Gil, exrector, Dr. Santos Silva Cota, exrector
y el CPT César Córdova Leyva, presidente del Patronato Universitario. 2000.
El proyecto fue bien visto por la Junta de Gobierno y en el mes de julio de 1961
Santos Silva solicitó al Lic. Ricardo Zamora Tapia, a la sazón subdirector de la Escuela Preparatoria de Tijuana, su colaboración para encabezar el desarrollo del proyecto.
Mientras, él se puso de inmediato en acción, e invitó a profesionistas distinguidos de
la ciudad de Tijuana a colaborar en el plan de estudios, programas y horarios. Por fin,
el 25 de septiembre de 1961 se celebró la ceremonia de inauguración de cursos de las
carreras de economía y de contador público, en el Salón de Actos de la Escuela Álvaro
Obregón de Tijuana, con la presencia del Lic. Ernesto Pérez Reul, en representación
del gobernador Eligio Esquivel. En esa misma fecha quedó también inaugurado el
Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales, a cargo del Lic. Román Hirales.
La primera planta del personal docente y administrativo fue, en Economía: Lic.
Román Hirales Corrales, Ing. Jorge Calderón, Lic. Pedro Stasiuk, Lic. Alberto Loaiza Peña, Lic. Ricardo Zamora Tapia y C.P. Raymundo Galván I.; en Contabilidad:
C.P. Astolfo Ramírez S., C.P. Gustavo Alvarado, C.P. Antonio Martínez Zarzoza y
Lic. Javier A. Martínez. El director fue Ricardo Zamora Tapia y la mecanógrafa,
Concepción Mijares Campos. La matrícula para el primer año fue de 46 alumnos en
economía y doce en contabilidad. Para asegurar una matrícula aceptable, se obtuvo
la autorización de la Dirección General de Profesiones para aceptar la normal como
equivalente al bachillerato, y solo para el ingreso a la carrera de economía.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Durante la primera sesión del Consejo Universitario, celebrada en Mexicali el día
5 de enero de 1962, la Escuela de Economía y Ciencias Administrativas, que impartía
dos carreras, pretendió registrar un representante maestro y un representante alumno
por cada carrera, pero en virtud de que la representación era por unidad académica, se
denegó su petición, quedando como único representante el Lic. Alberto Loaiza Peña.
Posteriormente, en otra sesión del Consejo, el Lic. Ricardo Zamora Tapia presentó un
escrito solicitando la división de la Escuela de Economía y Ciencias Administrativas en
dos escuelas, una de Economía y la otra de Contabilidad y Administración. Después de
revisarse el proyecto, en sesión celebrada el 20 de mayo de 1962, en Tecate, el Consejo
Universitario acordó dos escuelas: una de Contabilidad y Administración, con las carreras de contador público auditor y administración de empresas, y una de Economía,
con la carrera de economía. Como directores fueron designados el Lic. Ricardo Zamora
Tapia, en Economía, y el C.P. Antonio Martínez Zarzosa, en Contabilidad y Administración. En consecuencia, Santos Silva tuvo que buscar recursos económicos para pagar
dos plantillas administrativas no previstas en el presupuesto de egresos para 1962.
LA ESCUELA DE CIENCIAS MARINAS EN ENSENADA
La Escuela de Ciencias Marinas fue creada el 15 de diciembre de 1960, comenzando
con un centro de investigación que se dedicó, en primer término, a elaborar el plan
de estudios, establecer la infraestructura, adaptar un galerón y preparar un curso
introductorio o propedéutico. Esta actividad quedó a cargo del M.C. Gabriel Ferrer
del Villar, quien conjuntamente con el técnico Jorge Valdés, hizo las adaptaciones
necesarias para que los cursos se iniciaran en septiembre de 1961.
Sobre esta base se inició la difusión, con notas y boletines en la prensa local y nacional, como por ejemplo las de Prensa Marina, boletín semanal del Departamento de
Información de la Secretaría de Marina del 12 de junio de 1961, o las del periódico El
Mexicano del 18 de junio de 1961, donde se leía: “Finalmente, en el presente año de
1961, quedó establecido en el Puerto de Ensenada el Centro de Investigaciones Marinas de la Universidad Autónoma de Baja California”, y más adelante, “igualmente la
Rectoría creó recientemente la Escuela de Ciencias Marinas y el título que obtendrá
el alumno regular que haya cursado y aprobado todas las asignaturas vigentes del
plan de estudios, será oceanólogo”. En ambas notas aparecen las asignaturas que se
impartirían en los primeros tres años. Por su parte, el diario El Nacional, en el número
del 11 de junio de 1961, publicó una nota sobre la creación de la Escuela de Ciencias
Marinas diciendo: “el título profesional que otorgará será el de oceanólogo”.
La documentación de alumnos que buscaron inscribirse en la Escuela de Ciencias
Marinas y que fue remitida al Departamento de Servicios Escolares en Mexicali corresponde a: Granados Alamillo, José Luis; Lecuanda Camacho, Raymundo; y Nishikawa Kinumura, Katzuo Antonio, como regulares; Mungaray Verdugo, Epifanio,
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
como especial, y como parciales a Velis Castro, Daniel, en topografía e hidrología, y
Jiménez Gutiérrez, Enrique, en matemáticas superiores.
LA ESCUELA DE PEDAGOGÍA EN MEXICALI
En 1950 el censo general de población registraba para el territorio norte de Baja
California 226 966 habitantes, de los cuales 64.5% era población urbana y 35.5%
población rural. Las ciudades más pobladas eran Mexicali y Tijuana, con 64 609 y
59 952 habitantes, respectivamente, mientras que Ensenada contaba con solo 18 150
personas y Tecate con 3 681. El analfabetismo del estado era de 15.2%, siendo más
alto en Mexicali, 17.5%, debido a su mayor población rural.
Santos Silva sabía que los maestros que enseñaban en la preparatoria y en las secundarias eran maestros de escuela primaria. También que en esas preparatorias había
profesionales bien preparados en su disciplina, pero no en la materia de la enseñanza. Buscó la posibilidad de traer maestros, pero ¿con qué dinero?, si una maestra de
tiempo completo cobraba de cuatro a cinco mil pesos. Para mantener una jerarquía
de salarios, se asignó uno de 1 100 pesos, mientras que su secretaria ganaba 1 000
—porque ella sí necesitaba el salario—. Él tenía su trabajo en el IMSS y podía ejercer
además su profesión. En ese entonces no había una escuela para formar maestros.
Por ello estos iban a dos escuelas normales superiores: la Galicia de Guadalajara o la
Normal Superior de la ciudad de México, pues aún no se creaba la de Tepic. Había
una más por Coahuila, pero era de difícil acceso para los bajacalifornianos. Quienes
asistían tomaban dos materias durante el verano y se venían con otras dos. Como este
esquema no garantizaba que se obtuviese una buena formación, se consideró necesario hacer una Escuela Superior de Pedagogía para profesores de educación media
y superior. Su intención era que a esa escuela acudiesen los maestros normalistas a
tomar algunas materias sobre la educación de los adolescentes, y algunas otras para
poder enseñar ciertas disciplinas especializadas; y que los profesionistas que daban
clases en las preparatorias acudiesen para tomar materias educativas como psicología,
psicotécnica, psicología de los adolescentes, teoría educativa y didáctica. Ese era el
interés. Lo primero se logró muy bien, pero lo segundo no.
Cuando Santos Silva presentó el proyecto a la Junta de Gobierno, le dijeron que
era muy ambicioso, que no era posible realizarlo. Habló con el Dr. Francisco Dueñas
y le dijo: “Este es el proyecto, tú eres muy animoso, si quieres entrarle, aquí están los
documentos”. Y se puso a trabajar tanto que a veces había necesidad de detenerlo. Él
tenía amigos en la Normal Superior en México, porque fue normalista, aunque después hizo la carrera de medicina. Conocía a Mastache, Arquímides Caballero y a Rey
Montes, maestros que habían obtenido sus especialidades y maestrías en Educación
en Estados Unidos. Eran parte del grupo básico de la División de Pedagogía de la
Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y vinieron a ayudarlo en el proyecto. Le
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
dijeron que envidiaban la libertad que tenía para organizar un plan de estudios. Posteriormente, recibieron un escrito de Arquímides Caballero donde este hace un juicio
crítico del programa de estudios y recomienda algunas modificaciones.
Una vez le dijeron: “Santos, fíjate que los maestros de primaria ya se ponen corbata
para ir a la escuela”. Haber logrado eso es una cosa bonita. Y se logró como parte de su
sueño, construido día a día, dirigiendo la universidad, platicando con gente como David
Piñera, Rafael Soto Gil, Austreberto Silva, Carlos Juvera, Octavio Pérez Pazuengo y Antonio Martínez Zarzoza, porque se juntaban a tomar vino con pan y queso, aunque los
corrían del restaurante porque solo consumían una botella entre todos.
BIBLIOTECAS E INFRAESTRUCTURA
En los años de 1950 existían en el estado cinco librerías privadas: Atenas y Rivas en
Mexicali, Bañuelos en Ensenada, y otras en Tijuana. Por otra parte, en Mexicali solo
había una biblioteca en un edificio construido específicamente para ello, mientras que
en las demás poblaciones, las bibliotecas, pequeñas por cierto, funcionaban en las
escuelas y en algunos edificios públicos.
Si alguien necesitaba un libro, se solicitaba por correo reembolso a Robredo y Sucs.
Porrúa, de México, D.F. Santos Silva aprendió técnicas de lectura, a solicitar un libro
y a hacer pedidos a las librerías de la ciudad de México desde que cursaba la escuela
primaria en la Benito Juárez (1928-1932). Las cooperativas escolares de ese entonces
proporcionaban algunos recursos para constituir pequeños acervos de libros en los salones de clase. Se puede decir que formar una pequeña biblioteca era una cara ambición.
Durante una de las sesiones del Seminario de prospectiva sobre el futuro de la educación superior en
México y la Universidad, horizonte 2015-2020, evento organizado por el CESU. Entre los asistentes
destacan el Arq. Rubén Castro Bojórquez, el C.D. Javier Aguilera Núñez, el Dr. Santos Silva Cota y
el Dr. Alfredo Félix Buenrostro Ceballos. Septiembre de 2005.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Durante los meses de octubre y noviembre de 1959, visitó librerías y realizó una
pequeña encuesta en las pocas bibliotecas existentes sobre la temática que más interesaba a los lectores al solicitar libros en las tres poblaciones principales del estado. De
esta forma se percató, con sorpresa, que a los mexicalenses lo que más les interesaba
era conocer sobre temas de sociología y filosofía; en Tijuana tenían preferencia por la
literatura y la historia y en Ensenada por las ciencias naturales.
La primera escuela que se preocupó por tener una biblioteca, ya que tenía edificio
propio, fue la Escuela Preparatoria de Ensenada, en 1960. Sus directivos, el Ing.
Federico Reul y el Prof. Jorge Olguín, se dedicaron con empeño a colectar libros y
buscar donaciones, y Santos Silva, como pudo, a solicitar un crédito que les concedió H. Steele, fabricante y comercializadora de artículos de escritorio, para dotar
a la biblioteca de anaqueles, mesas de lectura y sillas. Al año siguiente, la escuela
contaba con una plaza de bibliotecario.
A finales de 1960, por gestiones de la ANUIES y por acuerdo del rector de la UNAM,
Dr. Nabor Carrillo, con pleno apoyo del presidente Adolfo López Mateos, se proporcionó a las instituciones de educación superior de provincia la totalidad del fondo
editorial de la UNAM. El problema fue entonces dónde depositar el gran número de
ejemplares. En un principio se guardaron en el anexo de la Dirección de la Escuela
Preparatoria, después fueron llevados a un cuarto del Centro Detector de Cáncer, a
cargo de Santos Silva y, finalmente, en 1961, quedaron en un local que el Lic. David
Piñera Ramírez había conseguido en Altamirano y Juárez, en Mexicali, propiedad del
Lic. Edmundo Guajardo, a cambio de una colección de libros. Esta librería quedó a
cargo del estudiante David Anguiano Heredia.
Mientras esta librería fue trashumante, sirvió para dotar las incipientes bibliotecas,
para venta al público, para donaciones y como objeto de cambio. En una ocasión,
Santos Silva le preguntó al Lic. José Luis Morales Alesio, quien llevaba los pequeños
litigios de índole laboral, cuánto iba a cobrar por sus servicios, a lo que este le contestó: “A mí págame con libros”. Esto convirtió a Morales Alesio en el primer abogado
general de la Universidad cuyo salario se cubría con billetes culturales, igual que se
hizo con el pago del alquiler al licenciado Guajardo.
Alejandro Lomelí Cota, periodista, escritor y después cronista de la ciudad de
Mexicali, tuvo a su cargo las actividades culturales del III Ayuntamiento del Municipio. Como amigo de los libros, organizó una modesta biblioteca situada en unos de
los locales del Mercado Municipal, frente a la avenida Obregón, y encargó su funcionamiento al entonces estudiante de preparatoria Miguel Gárate Velarde, autor del
lema universitario. Él fue el mensajero para que la Universidad hiciera un donativo
de los libros recibidos, con el fin de aumentar el acervo de la Biblioteca Municipal.
En los años sucesivos y a través de donaciones del Fondo de Cultura Económica, el
gobierno federal ayudó a consolidar el sistema. También la Universidad adquirió con
grandes esfuerzos material de lectura y libros de texto y de consulta comprados directamente en las librerías de México: Zaplena, Porrúa, Fondo de Cultura Económica y
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Alameda, con la lista de títulos elaborada por las propias escuelas. En 1961 funcionaban
tres bibliotecas en la UABC: la de la Preparatoria de Ensenada, la de Ciencias Marinas en
el mismo puerto, y la del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de Tijuana.
Con la inauguración de los edificios de las preparatorias de Tijuana y Mexicali, en 1963,
con local e instalaciones adecuadas, se construyeron dos bibliotecas más.
Una vez que la Universidad tuvo casa propia en dónde desarrollar sus actividades en
los tres municipios del estado, se consideró prudente que la Rectoría y sus dependencias
contaran con su recinto oficial; sobre todo porque las condiciones económicas habían
mejorado gracias a la intervención de la ANUIES, la cual recomendaba que se rentara un
edificio para ello. Esto que resultaba fácil en donde había casonas, palacios, seminarios
y exconventos, era difícil en Mexicali, donde los grandes edificios eran el Palacio de
Gobierno, la Colorado River Company, la Cervecería Mexicali, el cuartel y la cárcel. No
obstante, se alquiló un local por la calle B, entre Obregón y Lerdo, el cual se destinó a alojar la Rectoría y sus dependencias, la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas y la Biblioteca Central de la Universidad, que fue construida por estudiantes y algunos empleados
sin remuneración, bajo la dirección de Santos Silva como “maistro” de obra. El espacio
fue modestamente dotado con los libros que más interesaban, donde el orgullo eran los
110 tomos de la Enciclopedia Espasa-Calpe, adquirida nueva y en abonos. Se le puso
por nombre “Biblioteca Eva Sámano de López Mateos” y participaron en los trabajos el
Lic. David Piñera, David Anguiano, Fernando Medina, don José, conserje del edificio y
universitario de cepa, y Raúl Cueva, que quedó como encargado de su funcionamiento.
LAS RELACIONES SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD
EL GOBIERNO Y LA SOCIEDAD
La Universidad experimentaba los nuevos tiempos que López Mateos empezaba a
imponer en la educación superior: el presidente López Mateos comienza su gobierno
con 20 millones de pesos de subsidios a las universidades de provincia y termina con
180 millones, más alrededor de mil millones en subsidios extraordinarios y específicos
para construcciones. Renace así la Asociación de Universidades pero con otra política.
Santos Silva empezó cuando la política en la educación superior obedecía a la política nacional establecida por Adolfo Ruiz Cortines. Trabajo fecundo y creador era el lema
en ese entonces y la recuperación después de la posguerra era la prioridad más importante. Dentro de esta política nacional estaba inmersa la política del estado, encabezada
por el Lic. Braulio Maldonado, que había pensado en la universidad como un centro
de educación superior, aunque él venía de la época de los famosos colegios superiores,
que fueron realmente los antecedentes de la educación superior en México. Algunos de
estos eran muy buenos y estaban muy bien dotados con maestros y equipo, como los de
San Luis Potosí, Monterrey, Zacatecas, Pachuca y Toluca, famosos por su capacidad y
categoría. Con la idea de crear un cuerpo de instituciones que conformaran un estado li-
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
bre y soberano, el gobernador Braulio Maldonado fundó el Instituto de Ciencias y Artes
del Estado (ICAE). Para él, la cultura era tan importante que a la Dirección de Educación
la llamó Dirección de Educación y Bienestar, además de crear un sistema educativo
paralelo al sistema educativo federal y apoyar la consolidación de la Normal.
Para 1959, Maldonado concede un subsidio por 1 050 000 pesos a la Universidad,
pero como el Comité Estatal Pro-Universidad no quiso recibir las escuelas secundarias estatales de Mexicali y Tijuana, cuyo presupuesto era de 204 mil pesos, la cantidad que se entregaría a la UABC sería de 846 mil pesos; sin embargo, para junio de
1959 solo se había entregado la cantidad de 151 895 pesos.
Santos Silva tuvo pocas intervenciones con él, algunas duras, otras muy simpáticas
y otras que permitieron obtener algo para la Universidad. Cuando asumió la gubernatura el Ing. Esquivel, pertenecía a un régimen anterior y se suponía que la relación
gobernador-rector iba a ser mala y repercutiría en la Universidad; pero no fue así. Fue
una relación de mucho respeto.
En alguna ocasión que se suscitó un movimiento dentro de la Escuela Preparatoria
de Mexicali, unos muchachos fueron a verlo para pedirle que mediara la situación,
porque suponían que ante el cambio de gobierno habría cambio de rector. Entonces el
gobernador dijo: “la Universidad es autónoma, el asunto arréglenlo con su rector”. Le
dio todo el apoyo y respeto a Santos Silva, no obstante no ser de la misma ideología
y pertenecer a grupos políticos diferentes.
Doctor Santos Silva Cota en la presentación del libro Estudios de derecho comparado en materia
tributaria internacional, a su izquierda el autor, doctor Alfredo Félix Buenrostro Ceballos. 17 de
octubre de 2007.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Cuando Santos Silva fue a hablar con el gobernador, el 9 de diciembre de 1959,
le presentó un proyecto de presupuesto realista, de 1 799 760 pesos, el cual discutieron y se aprobó totalmente, cerrando la cifra en 1 800 000 pesos. En este presupuesto se contemplaba la operación de tres escuelas preparatorias, la de enfermería,
el gasto que causarían tres escuelas profesionales durante los meses de septiembre
a diciembre, y dos partidas para investigación y difusión cultural por la cantidad
de 672 960 pesos. Como solo inició una escuela profesional y una carrera de nivel
subprofesional, y las partidas destinadas a investigación y difusión cultural se ejercieron parcialmente, el total ejercido fue de 1 480 000 pesos. Durante su gestión, el
gobernador ayudó a la Universidad con algunas propiedades, y ya estaba en trámite
el decreto para ceder a la Universidad el auditorio de Tijuana, algunas partes ganadas al mar en Ensenada, el parque Hidalgo de Mexicali y aumentar el subsidio al
doble, pero falleció y todo quedó en el tintero.
Cuando asumió la gubernatura Gustavo Aubanel, que era presidente de la Junta
de Gobierno a la cual renunció, si bien no pudo ayudar mucho por su condición de
juez y parte, sí facilitó la relación gubernamental, que era muy importante, pues en
aquel tiempo se dependía totalmente del dinero que el gobierno estatal otorgaba.
Sin embargo, se mantuvieron las gestiones para que la Universidad participara en la
distribución del subsidio federal extraordinario, el cual se acordó realizar bajo las
siguientes bases: Sonora, 5 puntos; Chihuahua, 3; Sinaloa, 3; Baja California, 2 y
Territorio de Baja California, 1, acordándose finalmente que la ANUIES gestionara
ante las autoridades federales un subsidio específico para la construcción de edificios e instalaciones de la UABC.
Durante la gestión del Ing. Esquivel se obtuvieron fondos específicos para la construcción de edificios, un subsidio ordinario y subsidios extraordinarios. El edificio de
la Preparatoria de Mexicali, al igual que el de la de Tijuana, fueron construidos con
los mejores materiales, donde está ahora el Cobach Zaragoza, en Mexicali, y en la colonia Juárez, en Tijuana, en un terreno donado por la viuda de Álvarez. En Ensenada,
el Club Rotario consiguió un terreno en la calle Primera, y construyó un edificio con
área de oficinas y dos aulas. Dentro había un galerón donde se iba a poner la maquinaria para una escuela de artes y oficios. Ese edificio fue donado a la Universidad y se
adaptó con más aulas. Aquí empezó Ciencias Marinas, aunque después los estudiantes invadieron los terrenos del Morro y se hicieron los actuales edificios.
En Tecate prestaron el edificio donde está la secundaria, pero donaron un terreno
en la salida hacia Mexicali, que posteriormente se permutó. La Escuela de Contabilidad y Administración empezó en la escuela Alvaro Obregón y después en la preparatoria de la Juárez; la de Economía trabajaba parte en la Juárez y parte en el Instituto
de Investigaciones Económicas y Sociales, que estaba en una casa rentada por la calle
Sexta, ya para subir a la colonia Altamira. La Escuela de Pedagogía empezó en los
altos de la escuela Secundaria 18 de Mexicali, y la escuela de Ciencias Sociales y
Políticas, en un local que compartía con la Rectoría.
222
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
EL CETYS
El proyecto proviene de la política de expansión del Instituto Tecnológico y de Estudios
Superiores de Monterrey en Baja California. Sin embargo, coincide con la pretensión
de la industria regiomontana por controlar el mercado de Baja California. De hecho,
uno de los grupos industriales que más insistía en la derogación de la zona libre de
Baja California, era el de Monterrey, pues ellos querían que se acabara para entrar
protegidos. También coincide con el hecho de que la industria maquiladora se estaba
estableciendo en Baja California. El patronato que se forma primero está encabezado
por Ignacio Guajardo, pero también participan Rafael Soto Gil y Mario Hernández, entre
otros. Santos Silva guarda muy buena amistad con Ignacio Guajardo, que es un buen
profesionista y un leal amigo. Cuando le dan la tarea como presidente del Patronato,
lo llevó a presentar a Fernando Macías Rendón, que venía a organizar la conformación
del Cetys, para que le presentara un panorama educativo. Cuando terminó, le insistió
en que había que formar maestros en el estado pero no para educación superior, sino
para nivel medio. Todos estuvieron de acuerdo y dijeron: “El ingeniero industrial se
va a encargar de dirigir las maquiladoras, y la Escuela de Pedagogía se va a encargar
de formar a los profesores”, y así fue la negociación. Fernando Macías y Santos Silva
viajaban seguido a México a ver quién hacía más. Cuando se bajaban del avión, si
los periodistas entrevistaban primero a Santos Silva, decía que había conseguido 35
millones de pesos, y Fernando Macías decía que 10, y si entrevistaban primero a Macías,
él decía que 35 y Silva que 10. Eran muy amigos, comían juntos y platicaban mucho.
Era simpático que dos proyectos universitarios, con metas diferentes, surgieran al
mismo tiempo, presentando socialmente el panorama de una fractura en las posiciones
de poder bajacaliforniano; por lo menos entre el proyecto de don Braulio Maldonado y
su anteclericalismo y el proyecto privado de educación superior. En esa época el padre
de Santos Silva hizo un escrito ante la pretensión del Grupo Monterrey de controlar
el mercado, quienes además afirmaban que los bajacalifornianos gastaban muchas
divisas y que estaban perdiendo al país. Silva padre les contestó que la preocupación
de Monterrey había que aplaudirla, ya que al comprar el barro de Texas para fabricar la
loza de Monterrey, estaban recuperando para México la tierra que se había perdido. Sin
embargo, al comprar para México lo que se había perdido, exportaban divisas.
El hecho de que surgieran dos proyectos de universidad en un mismo momento,
seguramente reflejaba mucho de los problemas sociales y de la nula aceptación de la
corrupción gubernamental en materia de educación superior, por parte de la iniciativa
privada. Santos Silva prefería una institución de educación superior enfrente, que una
indiferencia social. Tal vez la presencia del Cetys haya servido como acicate para luchar, pues unos se comparaban con otros. Una diferencia respetable surgió durante el interinato del Dr. Gustavo Aubanel, pues el Patronato del Cetys pidió que se le concediera
la personalidad jurídica suficiente para otorgar títulos y revalidar estudios. Avisado por
el secretario general de la Asociación de Alumnos de la Universidad, Fernando Medina
223
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Robles, se apersonó en la Secretaría General de Gobierno, con el Lic. Villalobos, para
reclamar la decisión del gobierno en virtud de numerosos argumentos de índole estatal
y hasta nacional, pero sobre todo por la violación a la Ley de Educación y a la Ley Orgánica de creación de la Universidad. Entraron a la discusión el gobernador del estado
y el presidente del Congreso, Ing. Lizárraga, y ante sus argumentos se acordó retirar el
proyecto y borrar del Congreso esta discusión. Sin embargo, más adelante se impulsó y
apoyó el ingreso del Cetys al organismo regional de la ANUIES.
BIBLIOGRAFÍA
Grijalva Larrañaga, E. A. (1984). Educación en Baja California, Calafia, V, (2).
Montero, M. A. (1958). Historia de la educación en Baja California, memoria del 1er.
Congreso de Historia Regional, t. II, pp. 425-468. Mexicali: Gobierno del Territorio de Baja California.
Rodríguez, A. L. (1928). III Informe de Labores.
Silva Cota, G. (1951). Baja California Norte debe ser Estado, tesis recepcional de
licenciado en Derecho, México: UNAM.
Walther Meade, A. (1986). El Distrito Norte de la Baja California, Mexicali: UABC.
224
SANTOS SILVA COTA,1959-1966*
Rubén Castro Bojórquez**
E
l doctor Santos Silva Cota58 fue propuesto por los grupos de profesionistas
de Mexicali como su representante ante el Comité Estatal Pro-Universidad.
El 12 de julio de 1957, día en que se instaló el Comité, tomó protesta como
miembro del mismo; posteriormente, asistió y participó en la segunda asamblea
plenaria el 26 de julio, en la que se aprobó el Reglamento Interior del Comité; días
después, el 2 de agosto, se procedió a la elección del cuerpo directivo, en la cual fue
nombrado como vicepresidente.
La participación del doctor Silva Cota había sido intensa. Desde su incorporación
al Comité Pro-Universidad, en julio de 1957, su entusiasmo y pasión por la creación
de la Universidad permanecieron en todo momento. Las reuniones, tanto en las oficinas del profesor Lorenzo López González, como en el café, donde se platicaba y
planeaba la Universidad, se volvieron frecuentes; en ellas participaban tanto él como
los miembros del Comité y de la Junta de Gobierno que residían en Mexicali, como
* Castro Bojórquez, 2006.
** Investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad, UABC.
58
Santos Silva Cota nació el 20 de junio de 1921 en Ensenada, Baja California, de familias de mucho
arraigo en la península, sus estudios de enseñanza primaria y secundaria los realizó en Mexicali en
las escuelas de mayor tradición: Primaria Benito Juárez y Secundaria Agrícola (después Secundaria
núm. 18). Durante su permanencia en la ciudad de México, donde estudió la preparatoria y carrera
de médico cirujano (UNAM), fue un activo participante de las actividades estudiantiles, junto con su
hermano Guilebaldo, tanto en la Casa del Estudiante Bajacaliforniano, como en las agrupaciones de
bajacalifornianos que estudiaban en la capital del país. De regreso a Mexicali, B.C., en 1946, destacó
tanto en su profesión de médico patólogo como en su interés por asuntos de la comunidad y de su
gremio. En 1956 fungió como presidente del Colegio Médico de Mexicali. Con esos antecedentes, en
1957 lo invitan a formar parte del Comité Estatal Pro-Universidad.
225
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
el ingeniero José G. Valenzuela, el licenciado Pedro Castro López, don Humberto
Amaya, y en forma muy especial, el doctor Ramiro Bermúdez Alegría.59
Fue tanto el entusiasmo del doctor Santos que acarició la idea de lograr ser nombrado
presidente del Comité Pro-Universidad, por lo que el Grupo Mexicali lo propuso para
tal puesto en la reunión que se celebró para ese fin. Su audacia y atrevimiento rindieron
buenos frutos ya que fue nombrado vicepresidente (Silva Cota, 1982, pág. 7).
Durante todo 1958, a pesar de la lentitud con que avanzaban las acciones para
el establecimiento de la Universidad, se mostró paciente e inalterable ante la
magnitud de la obra que tenía enfrente. Pero el destino le deparaba repentino e
imprevisible futuro: el día 26 de abril de 1959, su tío, Santos B. Cota, entonces
presidente municipal de Ensenada, le informó por teléfono sobre el repentino y
sentido fallecimiento del licenciado José González Cordero, presidente del Comité Pro-Universidad. Sin reponerse aún de la fatal noticia, se trasladó a Ensenada
acompañado del doctor Bermúdez Alegría para estar presente en el funeral, al
cual asistieron la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno y del Comité
Pro-Universidad. Al despedirse de ellos antes de volver a Mexicali, el licenciado
Alejandro Athié Carrasco, miembro de la Junta de Gobierno, lo exhortó: “Señor
doctor, prepárese porque ahora le toca a usted” (Silva Cota, 1982, pág. 20). Se
refería, desde luego, a la Rectoría de la Universidad.
En el camino de regreso, la plática entre Santos Silva Cota y Ramiro Bermúdez
Alegría no tuvo otro tema que la Universidad. Dos días después, el doctor Santos
recibió en su casa la inesperada visita del licenciado Braulio Maldonado Sández
(gobernador del estado), quien le solicitó que de inmediato asumiera la presidencia del Comité Pro Universidad y, consecuentemente, con base en el Decreto
40, se hiciese cargo de la rectoría interina de la naciente Universidad. El doctor
Santos Silva Cota, de 37 años de edad, se convirtió en ese momento en rector de
la Universidad Autónoma de Baja California.
A Santos Silva Cota le entregaron una Universidad que no acababa de nacer:
dos escuelas preparatorias (Mexicali y Ensenada) con 67 y 19 alumnos, respectivamente; la de Mexicali funcionando en el edificio de otra institución educativa,
en condiciones muy poco favorables; la de Ensenada en un edificio construido y
cedido generosamente por el Club Rotario de Ensenada. La Universidad era solo
una ley (Piñera Ramírez, 1997, pág. 56). Sin subsidios, sin estructura administrativa, sin escuelas profesionales, sin patrimonio, ni terrenos, ni edificios. ¡Había
todo por hacer!
59
226
El doctor Ramiro Bermúdez Alegría, de nacionalidad nicaragüense, llegó a Mexicali a fines de la
década de 1940. Hombre de amplia cultura, apasionado y con ideas socialistas, fue muy querido por
la comunidad mexicalense. Médico de la Comisión de Irrigación, del Hospital General y del Instituto
Mexicano del Seguro Social, fue también catedrático fundador de la Universidad en las escuelas Preparatoria y de Pedagogía. En 1966 cambió su residencia a su país natal.
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
De izquierda a derecha: Lic. Rafael Soto Gil, Dr. Santos Silva Cota y Dr. David Piñera Ramírez.
Juntos tras 37 años de vida universitaria. 2003.
Santos Silva no perdió tiempo: sabía lo que tenía qué hacer y cómo hacerlo.
De inmediato nombró al licenciado Rafael Soto Gil como secretario general de la
UABC; poco después, al doctor Austreberto Silva Olivares como jefe del Departamento de Servicios Escolares y al licenciado David Piñera Ramírez como jefe del
Departamento de Difusión Cultural. En ese momento no le preocupaba de dónde
sacar dinero; ya les pagaría después.
La situación económica no cambió con el doctor Silva Cota al frente de la Universidad. En septiembre de 1959, la Universidad incorporó a la Escuela de Enfermería que desde 1953 venía funcionando en el ICAE (Instituto de Ciencias y Artes
del Estado) bajo la dirección del doctor Gamaliel Gutiérrez Sánchez. Asimismo,
ese año empezó a funcionar la Escuela Preparatoria de Tijuana, cuyo director
fundador fue el doctor Jesús Cortez Limón.
En octubre de 1959, un grupo de alumnos egresados de la preparatoria de la UABC en
Mexicali solicitó al gobernador que instalara la Escuela de Derecho en la ciudad de Mexicali, dado que esa carrera contaría con una gran población y daban por hecho que entre los
alumnos a inscribirse destacarían Horacio Gallego Gamiochipi, Arnoldo Castilla, Daniel
Olivas Beltrán, Francisco de la Cruz M., Alberto Plata Castaño, Leonardo Sosa, Atalo Tapia, Eulalio Soto Lozano, Ernesto Tequida, y otros más. El oficio de solicitud lo firmaron
Horacio Gallego, Arnoldo Castilla y Daniel Olivas, presidente, secretario general y secretario de actas de la Federación de Estudiantes Universitarios de Baja California.
227
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
La respuesta a tal petición la dio el licenciado Rafael Moreno Enríquez con oficio
fechado el 16 de octubre de 1959, dirigido al doctor Santos Silva Cota, rector provisional de la UABC, en el que le encomendaba, por acuerdo del gobernador del estado,
iniciar las gestiones necesarias a fin de que la Facultad de Derecho diera comienzo a
sus trabajos lo más pronto posible (CESU-UABC).
Algunos diarios de esa época —ABC, El Mexicano y Nuevo Mundo— dieron
la noticia de creación de la Escuela de Derecho (CESU-UABC). A quince días de
entregar el poder, el gobernador Braulio Maldonado Sández dio luz verde a la
creación de la Escuela de Derecho, pero una vez más no asignó recursos para tal
fin. La Universidad no podía tomar una decisión tan seria sin conocer el futuro
que le esperaba con el nuevo gobierno.
A pesar de que muchos universitarios consideran que la creación de la Facultad de
Derecho hubiese cambiado el derrotero de la Universidad, esto no sucedió sino hasta
1974. ¡Quince años después! Aquellos jóvenes, algunos de los cuales destacan hoy
como distinguidos profesionistas y catedráticos universitarios, tuvieron que emigrar
al centro del país para cursar sus estudios superiores.
Para el ciclo escolar 1960-1961 se crearon las escuelas siguientes: de Pedagogía,
en Mexicali, con el doctor Francisco Dueñas Montes al frente; de Ciencias Marinas,
en Ensenada, siendo su director el doctor Pedro Mercado Sánchez; y de Ciencias
Administrativas, en Tijuana, bajo la dirección del licenciado Ricardo Zamora Tapia.
El licenciado Braulio Maldonado Sández terminó su mandato el 31 de octubre de
ese mismo año, sin haber entregado un solo centavo extra a la Universidad. El doctor
Santos Silva Cota confiaba en que las cosas cambiarían con el ingeniero Eligio Esquivel
Méndez, quien había tomado posesión el 1 de noviembre de 1959 como gobernador del
estado, pero el inicio de sus relaciones con él no fue como hubiera esperado. Sin perder
tiempo, preparó los planes futuros de la Universidad y con base en ellos solicitó recursos económicos al gobierno del estado para cumplir con lo planeado en el ciclo escolar
1960-1961. Grande sería su asombro al recibir la respuesta del nuevo gobernador en la
que le expresaba:60 “[...] con todo respeto lo invito a hacer una cordial invitación al H.
Patronato Universitario a efecto de que se esfuerce por lograr las construcciones deseadas, así como para satisfacer otras necesidades de la casa de estudio”.
Y olvidándose de lo establecido en el artículo 4361 de la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Baja California, el gobernante agregó: “De no conseguirse
el apoyo de la iniciativa privada para los fines anteriores, habría de pensarse en una
60
Oficio con fecha del 7 de julio de 1960 dirigido al doctor Santos Silva Cota del ingeniero Eligio Esquivel Méndez, gobernador del estado de Baja California (1959-1964).
61
El artículo 43 de la Ley Orgánica de la UABC obliga al Estado a otorgar a la Universidad un subsidio
nunca inferior al 50% del presupuesto total anual de egresos de la misma; pero además, el gobierno
del estado queda obligado a contribuir para la construcción de los edificios que la albergarán en forma
permanente y, en general, a coadyuvar en la solución de sus problemas graves.
228
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
fórmula que justificara la participación económica total del estado en la vida universitaria y no podría ser otra que el sacrificio de su autonomía”.
El licenciado Daniel Solorio Ramírez, exdirector de la Facultad de Derecho en
Mexicali (1995-1999) y exabogado general de la UABC (1991-1995), comentaría años
después al conocer esta misiva: “Como revela esta trascripción, para el gobernante,
la entrega del fondo público lleva implícita la subordinación; huelgan comentarios
adicionales”. (Solorio Ramírez, 1998).
Pero el doctor Santos Silva Cota no se amilanó y persistió en su empeño, a tal
grado que no tardó mucho en lograr su objetivo; para fines de 1960 le entregaron el
primer subsidio otorgado a la Universidad, adicional al pago de las nóminas de las
escuelas preparatorias de Mexicali, Ensenada, Tijuana y de la Escuela de Enfermería.
A partir de este año, la relación de gobierno-Universidad fue de mayor apoyo y comprensión, un poco mejor que con Braulio Maldonado, pero nada más.
Los exrectores con el
rector Dr. Gabriel Estrella
Valenzuela. 2007.
229
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Desde el inicio de su rectorado, Santos Silva Cota acudió a la ANUIES y a su secretario ejecutivo, el licenciado Alfonso Ortega Martínez, con quien estableció una fuerte amistad; juntos realizaron labores de planeación universitaria que forjaron las ideas
y el plan de trabajo con el que se inició la UABC; además, lograron apoyos importantes
en construcciones y, en 1961, el primer subsidio económico del gobierno federal.
A partir de ese momento, la Universidad se regionalizó abriendo escuelas en los cuatro municipios; el tema, tan debatido en el Congreso, de la sede universitaria se resolvió
sin conflictos: iba a estar en todo el estado. En el ciclo 1961-1962 inició actividades la
Escuela Preparatoria de Tecate dirigida por el profesor Víctor Manuel Espinoza Velueta. En Ensenada se creó el Instituto de Investigaciones Oceanológicas bajo la dirección
del ingeniero César Obregón Martínez Sanz, el cual debía estar interrelacionado con la
Escuela de Ciencias Marinas; y en Tijuana se creó el Instituto de Investigaciones Sociales y Económicas, dirigida por el licenciado Román Hirales Corrales.
El 5 de enero de 1962 se celebró en Mexicali la primera reunión del Consejo Universitario bajo una intensa presión de grupos de alumnos de la Escuela Preparatoria
de Mexicali, que desde el inicio del ciclo escolar 1961-1962 solicitaban se convocase
a la integración del Consejo.
De la recién creada Escuela de Ciencias Administrativas se formaron dos escuelas
por acuerdo del Consejo Universitario del 20 de mayo de 1962: Economía, con el
licenciado Zamora Tapia al frente, y Contabilidad y Administración con el contador
público Antonio Martínez Zarzoza como director.
Un logro muy importante del rector fue la promesa del presidente de la república,
Adolfo López Mateos, para construir los edificios de las preparatorias de Mexicali
y Tijuana. Dichos edificios, inaugurados el 26 de septiembre de 1963 por el propio
presidente fueron los primeros construidos específicamente para la Universidad en
terrenos donados por el gobierno del estado. En ellos se instalaron provisionalmente las escuelas de Pedagogía en Mexicali y de Administración y Contabilidad en
Tijuana, además de las preparatorias.
En 1963 se creó el Instituto de Investigaciones Industriales y de Ingeniería con
sede en Tijuana62 bajo la dirección del ingeniero Julio Torres Coto; en 1964 se creó
la Escuela de Ciencias Sociales y Políticas en Mexicali, bajo la dirección del licenciado Arturo Ibarra Ojeda, y la Escuela Preparatoria del Poblado Guadalupe Victoria,
primera ubicada en el corazón del valle agrícola de Mexicali, cuyo director fue el
doctor Juan Íñiguez Ancón y su subdirector el maestro Andrés Silva Vite (quién años
después se encargaría de la dirección).
Con el deseo de que la institución contase con un lema que la identificara, el 5 de
octubre de 1964 sociedad y Universidad fueron convocadas a un certamen para que se
62
230
Este instituto desapareció en 1972, y posteriormente, en 1981, se tomó como base para crear el Instituto
de Investigaciones de Ingeniería en Mexicali, cuyo primer director fue el M.C. Salvador Franco Cárdenas.
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
ideara y propusiera un lema para la Universidad. Después de revisar 864 propuestas,
el 16 de mayo de 1964 el jurado calificador premió al joven Miguel Gárate Velarde,
autor del lema ganador: “Por la realización plena del hombre”.
Debido a la muerte de José González Cordero y a la renuncia de otros cuatro miembros, la Junta de Gobierno nombró a los sustitutos, recayendo tal honor en los señores
doctor Edmundo Pinto Berumen, de Tijuana; doctor Ignacio Aguirre Henríquez, de
Ensenada; ingeniero Juan Rico Larrañaga, de Tecate; y licenciado Carlos Thomas
López e ingeniero Emilio López Zamora, ambos de Mexicali. En los inicios de la
Universidad, durante la creación de las escuelas, el rector nombraba directores interinos en casi todos los casos, motivo por el cual la Junta tuvo poca actividad.
Una universidad con escasos recursos y sin el debido apoyo gubernamental era
presa fácil de toda índole de problemas, por lo que el rector Santos Silva Cota debió
enfrentar varios conflictos. Durante el último semestre de 1959, apenas siete meses
de haberse hecho cargo de la Rectoría, un vocero de la Junta de Gobierno le insinuó
que se debía dar oportunidad para que un allegado al nuevo gobernador asumiera la
rectoría de la Universidad y esta pudiera, de este modo, recibir el apoyo debido. El
problema quedó resuelto cuando un grupo de universitarios se acercó al ingeniero
Eligio Esquivel para plantearle la problemática universitaria, a lo cual él les manifestó
que acudieran con el rector Santos Silva Cota dado que a los universitarios correspondía resolver los problemas de los universitarios. (Silva Cota, 1982).
El 17 de diciembre de 1964 falleció el ingeniero Eligio Esquivel Méndez, gobernador constitucional del estado de Baja California; el Congreso del Estado nombró
en su lugar al doctor Gustavo Aubanel Vallejo quien había sido el primer presidente
municipal de Tijuana, de 1953 a 1956. En ese año de 1964, el doctor Aubanel ocupaba la presidencia de la Junta de Gobierno de la Universidad, por lo que el rector
Silva Cota abrigó esperanzas de que la Universidad fuese mejor comprendida y
apoyada por el nuevo gobernante, pero, no fue así: en los escasos diez meses y días
que el doctor Aubanel fungió como gobernador sustituto no hubo apoyos adicionales hacia la Universidad, de manera que siguieron las penurias presupuestarias que
había venido padeciendo desde su creación.
Otros problemas que afrontó durante su periodo rectoral tenían relación con incrementos de salarios, solicitudes de cambio de directores, periodos de paro o huelgas,
solicitudes de bibliotecas, laboratorios, aulas o material didáctico, la integración del
Consejo Universitario en forma paritaria (igual número de representantes alumnos y
maestros), la apertura de nuevas escuelas, etcétera.
De entre los movimientos más significativos, en el ciclo escolar 1960-1961,
el de la Preparatoria Mexicali fue el mayor: hubo un fuerte enfrentamiento entre
grupos que apoyaban a diferentes personas para ocupar la dirección de la escuela;
el elegido por los alumnos se entronizó en el puesto sin el consenso general ni la
autorización del rector, por lo que la Junta de Gobierno intervino nombrando un
director provisional.
231
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Doctor Santos Silva Cota. 18 de febrero de 2005.
El 1 de noviembre de 1965, el ingeniero Raúl
Sánchez Díaz tomó protesta como nuevo gobernador de Baja California. Para esas fechas, el doctor
Santos Silva Cota cumplía seis años y seis meses
como rector interino de la UABC. Durante ese periodo la Junta de Gobierno no lo había nombrado
como rector definitivo pero tampoco consideró necesario relevarlo del cargo.
Meses atrás, aprovechando la campaña política, se dejaron escuchar voces discordantes sobre
la prolongación de la rectoría del doctor Silva
Cota, dado que en su artículo 25 la Ley Orgánica
establece que el cargo de rector se desempeñará
por cuatro años y en ningún momento podrá ser
reelecto. Una de esas voces era la del profesor
Lorenzo López González, el mismo que siete
años antes había estructurado los órganos de gobierno de la naciente Universidad a encomienda
del gobernador Braulio Maldonado Sández.63 En
un escrito dirigido a los medios aseguraba que la
UABC funcionaba al margen de la Ley Orgánica.
Entre otras cosas, manifestaba lo siguiente:
a) No se ha cumplido con la Ley Orgánica ni con el acuerdo de la Junta de Gobierno, del seis de marzo de 1958, que establecen la creación del Patronato
Universitario el cual debe encargarse de crear, promover y administrar el patrimonio de la Universidad.
b) La Junta de Gobierno y el ejecutivo del Estado no han designado la sede de la
Universidad. Actualmente no podría realizarse tal designación pues para ese objeto
resulta incompatible al doctor Gustavo Aubanel Vallejo el desempeño simultáneo
de la presidencia de la Junta de Gobierno de la Universidad y de las funciones de
gobernador sustituto de la entidad.
c) La Junta de Gobierno no ha hecho la designación del primer rector.
d) No se ha notificado la disolución del Comité Estatal Pro Universidad, cuyo vicepresidente en funciones de presidente de este organismo y, consecuentemente
conforme lo establece la ley, en ejercicio de las atribuciones que corresponden al
rector, no ha dado injerencia al tesorero del Comité, Sr. Francisco Zárate Vidal, en
63
232
El profesor Lorenzo López González fungió como director de Acción Cívica y Cultural del Estado
durante el gobierno del licenciado Braulio Maldonado Sández (1953-1959), y fue el comisionado para
organizar el arranque de la Universidad, de mayo a agosto de 1957.
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
el manejo del presupuesto de la Universidad, que asciende ya a más de tres millones de pesos anuales.
e) No se está en condiciones de realizar balances por cuanto a resultados, en un acto
oficial conmemorativo de aniversario, cuando no se cumple con la ley (Archivo
CESU-UABC, 1965).
Y terminaba su escrito haciendo referencia al ingeniero Raúl Sánchez Díaz, en ese
momento candidato a la gubernatura del estado:
[…] En la ciudad de Tecate, ante un pueblo progresista, el C. Ing. Raúl Sánchez
Díaz, candidato a la gubernatura del estado se expresaba con vehemencia a favor del
mejor destino de nuestra universidad, en forma tal que, con variantes en los vocablos, su expresión confirmó el mensaje dicho hace ocho años ante el mismo pueblo
de Tecate por quienes por destino histórico quedamos íntimamente relacionados con
las instituciones educativas y universitarias de Baja California y hoy vigilantes de
ese destino, sentimos el estímulo de quien habrá de gobernar con acierto y energía
mediante el estricto cumplimiento de la ley.
Dado que las críticas continuaron, el mismo rector doctor Santos Silva Cota
envió otro documento a los medios escritos en el que expresaba: “[…] ya estamos actuando en los procedimientos para que sea la H. Junta de Gobierno quien
determine, como lo ordena nuestra Ley Orgánica, lo conducente, sin alterar el
procedimiento evolutivo dentro del orden de la institución y sin interrumpir las
gestiones ya iniciadas en beneficio de la Universidad Autónoma de Baja California”. (Archivo CESU-UABC, 1966).
La anterior declaración no calmó las inquietudes y la efervescencia de las inconformidades fue en aumento, a tal grado que los estudiantes de la Escuela Preparatoria
de Mexicali iniciaron una serie de manifestaciones y paros en demanda de la reestructuración del Consejo Universitario y del cambio de rector. A estos planteamientos se
sumaron otras escuelas de Tijuana y Ensenada.64
En mayo de 1966, a un mes de que el rectorado del doctor Santos Silva Cota rebasara los siete años, los problemas se agudizaron y florecieron otros nuevos, por lo
que, de común acuerdo, el rector y la Junta de Gobierno decidieron que había llegado
el momento de finalizar la etapa interina. Reunida la Junta en pleno, nombró como
rector para el periodo 1966-1970 al doctor Pedro Mercado Sánchez.
No obstante los continuos problemas que caracterizaron los últimos meses del
periodo rectoral del doctor Silva Cota, durante esta etapa se logró que el ejecutivo
del estado modificara la estructura y procedimiento para la integración del Patro-
64
La Voz de la Frontera, 28 de febrero, 8 y 14 de abril de 1966.
233
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
nato Universitario, dado que el anterior no había funcionado. Mediante el Decreto
21, publicado en el Periódico Oficial del 29 de abril de 1966, la Junta de Gobierno, a propuesta del ejecutivo, designó para integrar dicho Patronato a los señores:
ingeniero Eugenio Elorduy Gallástegui, de Mexicali; ingeniero Fernando Jara, de
Ensenada; Rafael Villegas, de Tijuana; y Federico Cota Moreno, de Tecate. La presidencia del Patronato recayó en el representante de Mexicali.
El 18 de mayo de 1966, el Patronato recibió de la Rectoría los bienes pertenecientes a la Universidad y desde esa fecha hasta la actualidad ha administrado el patrimonio de la UABC, tal y como lo establece la Ley Orgánica en el artículo 27.
Al terminó de la gestión65 del doctor Santos Silva Cota se cerró una página de la
historia con la que culminaba la creación de la Universidad. Había todo por hacer y él
lo hizo; definió y moldeó la Universidad con sus ideas, pasión e inteligencia, haciendo
que desde sus inicios cubriera todo el territorio estatal; adecuó la Universidad a la ley
y esta a la Universidad; creó las estructuras para transmitir, crear y difundir el conocimiento, uniendo la cátedra con la investigación; moldeó la figura de rector como jefe
nato de la Universidad tomando decisiones rápidas, ágiles, a veces enérgicas, siempre
consciente de que había que ser antes que simplemente parecer.66
Cuando él asumió la rectoría, la Universidad solo era un decreto, una entelequia
jurídica. Habían pasado escasos siete años y él entregaba una bella y promisoria realidad. Como bien lo describiera Alejandro Mungaray Lagarda, “Él es, ante todo, un
universitario que vivió su tiempo con convicción, arrojo, protagonismo, sacrificio y
humildad” (Mungaray Lagarda, 2001).
65
El doctor Santos Silva Cota pronunció en esa ocasión un emotivo discurso que culminó con las siguientes palabras:
Universitarios de Baja California: siéntanse orgullosos de su casa de estudios y sepamos todos
juntos mantener con dignidad la honrosa categoría de la institución. Maestros: conserven eternamente viva esta realidad que han forjado y el constante plan de superación. Dediquen su esfuerzo
y su capacidad a una de las tareas más nobles, la formación del hombre.
Estudiantes: mantengan siempre el fuego vivo constructivo de la juventud que tanta significación tiene en la estructura universitaria, y ya hechos hombres con la madurez de la experiencia y el
conocimiento adquirido, encaucen ese entusiasmo al servicio de la comunidad, sin olvidar jamás
el ejemplo de las grandes figuras de nuestra historia y manteniendo permanentemente su mirada
vigilante en este pueblo mexicano que tanto lo necesita.
66
234
Finalizada su gestión como rector, el doctor Santos Silva Cota —universitario con más de 50 años de
antigüedad— continuó con su labor en el Instituto Mexicano del Seguro Social como jefe de Servicios
Médicos, hasta su jubilación. Años después se reincorporó a la Universidad como subdirector de la
Escuela de Medicina. En 1985 obtuvo el grado de maestro en ciencias en ecología por el CICESE. En el
periodo de 1987 a 1991 fungió como coordinador de Investigación de la UABC. Se integró a la Junta de
Gobierno de 1969 a 1993, la cual presidió de 1985 a 1993. Este último año fue nombrado doctor honoris
causa por la UABC. En 1987 recibió la medalla de honor del Congreso del Estado de Baja California. Fue
investigador del Centro de Estudios Sobre la Universidad (CESU-UABC) hasta su jubilación.
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
BIBLIOGRAFÍA
Archivo CESU-UABC. (1965, 17 de julio). El nuevo mundo.
——. (1966, enero). La Voz de la Frontera.
——. (s.f.). Expediente del licenciado Horacio Gallegos Gamiochipi. Mexicali, Baja
California, México.
Castro Bojórquez, R. (2006). Santos Silva Cota 1959-1966. En Castro Bojórquez, R.,
Las sucesiones rectorales en la UABC 1957-2006 (pp. 59-78). Mexicali: UABC.
Mungaray Lagarda, A. (2001). Santos Silva Cota y el inicio de la Universidad Autónoma de Baja California. Tecate, Baja California: ANUIES.
Piñera Ramírez, D. (1997). El discurso universitario. Su evolución en la Universidad
Autónoma de Baja California 1957-1997. Mexicali, Baja California, México: UABC.
Silva Cota, S. (1982). Entrevista (W. Coulther, entrevistadora). Mexicali, Baja California, México.
Solorio Ramírez, D. (1998, septiembre). En la Universidad la autonomía no es un
mito. Revista ANUIES (105), 7-15.
235
SANTOS SILVA COTA Y SU PARTICIPACIÓN EN LA JUNTA
DE GOBIERNO DE LA UABC
César Rubén Castro Bojórquez
L
a Junta de Gobierno de la UABC está establecida en la Ley Orgánica que
creó a la Universidad Autónoma de Baja California mediante el Decreto
del 28 de febrero de 1957, la cual le asigna como funciones las siguientes:
I. Nombrar al rector, conocer de su renuncia y removerlo por causa grave. II. Nombrar
a los directores de las escuelas, facultades e institutos. III. Elegir a los miembros del
Patronato Universitario. IV. Resolver en definitiva cuando el rector vete los acuerdos
del Consejo Universitario. Y, V. Solucionar los conflictos que surjan entre autoridades
universitarias (Periódico Oficial del gobierno del estado de Baja California, 1957).
La primera Junta de Gobierno de la UABC se conformó con profesionistas que el gobernador del estado (1953-1959) Lic. Braulio Maldonado Sández seleccionó de ternas
que le fueron presentados por el profesor Lorenzo López González, director de Acción
Cívica y Cultural del estado y responsable organizador de los órganos de gobierno de la
Universidad (1957). La Junta de Gobierno fue instalada y tomó protesta el 8 de agosto
de 1957 en la ciudad de Tecate, Baja California (Castro Bojórquez, 2006: 36).
En sus orígenes, la Junta de Gobierno trabajó incansablemente por el arranque
de la Universidad, tal y como lo manifestó en el primer informe que rindió en mayo
de 1959 (Castro Bojórquez, 2006, pág. 42). En ese mes de mayo de 1959 inició su
gestión como rector el doctor Santos Silva Cota debido al fallecimiento del Lic. José
González Cordero, presidente del Comité Pro-Universidad y rector interino. El Dr.
Silva Cota, quien se desempeñaba como vicepresidente de dicho Comité, asumió por
ley la presidencia del Comité y la rectoría provisional.
Santos Silva Cota ejerció la rectoría de mayo de 1959 a mayo de 1966. Durante el
periodo de agosto de 1959 a junio de 1969 los cambios que sucedieron en la Junta de
Gobierno solo fueron por renuncia de algunos de los miembros originales y por ley
236
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
fueron sustituidos por nombramientos de la misma Junta. Fue hasta el 21 de junio de
1969 cuando el Consejo Universitario tuvo la oportunidad de nombrar a un miembro
de la Junta de Gobierno, fue su primer nombramiento, mismo que recayó en el Dr.
Santos Silva Cota (Castro Bojórquez, 2006: 107).
Hay que comentar que en sus inicios el desempeño de la Junta fue muy irregular;
en 1981 fue reestructurada con la renovación de ocho de sus miembros pero realmente la sustitución de sus integrantes se normalizó en 1991; a partir de entonces el Consejo Universitario ha venido nombrando un miembro cada año, tal y como lo dicta la
Ley Orgánica (Castro Bojórquez, 2006: 178).
Como miembro de la Junta, al doctor Santos Silva Cota le tocó participar en los
nombramientos de los rectores: ingeniero Luis López Moctezuma (1971-1975), licenciado Rigoberto Cárdenas Valdez (1975-1979), arquitecto Rubén Castro Bojórquez
(1979-1983) y licenciado Héctor Manuel Gallego García (1983-1987).
Aniversario quicuagésimo de la UABC. En el podio el Dr. Gabriel Estrella Valenzuela, rector. En la mesa, de izquierda a derecha:
Dr. Alfredo Félix Buenrostro Ceballos, Lic. Rigoberto Cárdenas Valdés, Dr. Santos Silva Cota, maestro Óscar Ortega Vélez
(secretario de Educación en el estado), Mtro. Luis Javier Garavito Elías (presidente de la Junta de Gobierno), Ing. Eugenio
Elorduy (gobernador del estado), C.P. Samuel Ramos (presidente municipal de Mexicali), C.P. Juan José Jasso (presidente del
Patronato Universitario), Mtro. Juan Carlos Romero Hicks (director general del Conacyt), Ing. Luis López Moctezuma Torres,
Arq. Rubén Castro Bojórquez, Dr. Luis Lloréns Báez, Dr. Alejandro Mungaray Lagarda. 27 de febrero de 2007.
237
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
El doctor Santos Silva Cota fue nombrado presidente de la Junta de Gobierno
el 18 de junio de 1985 y perduró en esa posición hasta el 12 de febrero de 1993.
Le tocó presidir la Junta de Gobierno en los nombramientos de los rectores: doctor Alfredo Félix Buenrostro Ceballos (1987-1991) y doctor Luis Lloréns Báez
(1991-1994).
Para el periodo 1987-1991, él transparentó por primera vez el nombramiento de
rector a través de una convocatoria a toda la comunidad, donde solicitaba a presentar
propuestas por escrito para designar rector (Castro Bojórquez, 2006: 194). Adicional
a la convocatoria, realizó innumerables entrevistas con directores de unidades académicas y universitarios destacados de la comunidad.
La Junta de Gobierno analizó un número importante de universitarios que reunían los requisitos para ser designados rector, de donde destacaban: Lic. Alfredo
Buenrostro Ceballos, licenciado José Luis Anaya Bautista, arquitecto Jorge Núnez Verdugo, doctor Luis Lloréns Báez, contador público Eduardo Jáuregui Félix,
doctor Humberto Torres Sanginés y el arquitecto Manuel Esparza León (Castro
Bojórquez, 2006: 198). El 24 de agosto de 1987, el doctor Santos Silva Cota comunicó a los universitarios que la Junta de Gobierno había nombrado al Lic. Alfredo
Buenrostro Ceballos para el periodo 1987-1991.
Cuatro años después, de nuevo el doctor Santos Silva Cota presidió la Junta de
Gobierno en el nombramiento de rector para el periodo 1991-1995. Además de la
convocatoria (Castro Bojórquez, 2006: 214) y las entrevistas personales con directores de escuelas e institutos, convocó a reuniones para exponer el procedimiento
del nombramiento de rector para el siguiente periodo. Ese año de 1991 los universitarios más destacados que fueron tomados en cuenta en su auscultación fueron: sociólogo y doctor Luis Lloréns Báez, licenciado Luis Javier Garavito Elías, contador
público Víctor Everardo Beltrán Corona, oceanólogo y maestro en ciencias Román
Lizárraga Arciniega, arquitecto y maestro en ciencias Manuel Esparza León, médico cirujano Humberto Torres Sanginés y licenciado Javier Pereda Ayala (Castro Bojórquez, 2006: 212). Posterior a varias reuniones de la Junta de Gobierno, el doctor
Santos Silva Cota comunicó a los universitarios que el nombramiento de rector para
el periodo 1991-1995 recayó en el doctor Luis Lloréns Báez.
Santos Silva Cota es relevado de su participación en la Junta de Gobierno el 12 de
febrero de 1993, duró en ella 23 años, 7 meses y 11 días.
El Consejo Universitario nombró en su lugar al licenciado Guillermo López de la
Peña y la Junta nombró como presidente, en su relevo, al licenciado Carlos Juvera
Calderón. En esa fecha culminaba una larga trayectoria del exrector Santos Silva Cota
en su paso por la Junta de Gobierno. En sus casi 24 años formando parte de la Junta
de Gobierno, sobresalió siempre su liderazgo y preocupación por los asuntos de la
Universidad. Le correspondió participar en el nombramiento de seis rectores y en el
de 52 directores de unidades académicas.
238
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
BIBLIOGRAFÍA
Castro Bojórquez, R. (2006). Las sucesiones rectorales en la UABC: 1957-2006.
Mexicali: UABC.
Periódico Oficial del gobierno del estado de Baja California. (1957, febrero).
239
M
Mensajes póstumos
Mensajes póstumos
SABER Y PROVOCAR A TRAVÉS DE LAS PREGUNTAS
M
Luis Lloréns Báez
e convence cada vez más la idea de que hablar de las personas,
en particular de aquellas a quienes se estima y sobre todo las que
ya se han ido, requiere de serenidad y equilibrio, para evitar la
exageración en los calificativos, o en los descalificativos, vicio muy común que acaba
distorsionando lo verdaderamente importante, que es la esencia humana, al mismo
tiempo exitosa y fallida, de las personas.
Con esta idea en mente, de los muchos momentos que compartí con Santos Silva
Cota, hay uno que a mi juicio lo pinta de cuerpo entero, como se dice coloquialmente,
y se trata de esa costumbre suya de preguntar continuamente y con ello provocar la
inteligencia, los sentimientos y las creencias de sus interlocutores. Parafraseando a
Fernando Savater, Santos tenía esa disposición a preguntar, quizás para librarse de la
red de certidumbres establecidas, incluyendo las suyas.
Al final de los años de 1980 y principios de 1990, teníamos por costumbre desayunar los sábados un grupo de universitarios, entre ellos Margarito Quintero,
Germán Osornio, Carlos Razo, Santos Silva y yo. El “olmo” era el nombre del árbol
por el que conocíamos del lugar, aunque en realidad era un algarrobo, adornando
la terraza de la cafetería del Hotel Lucerna, en Mexicali. El tema principal de esos
encuentros fue siempre la Universidad, y las discusiones eran apasionadas y desde
luego llenas de preguntas. Uno de esos sábados, a principios de 1991, Santos y yo
habíamos llegado un poco más temprano, por lo que aproveché la oportunidad para
consultarle sobre algo que me inquietaba. Estaba en proceso la creación del Instituto de Investigación y Desarrollo Educativo, y me interesaba la opinión de Santos
respecto de la conveniencia de preguntarle al entonces rector sobre la posibilidad de
que pudiera yo ayudarle en ese proceso, tomando en cuenta mi experiencia previa
en el Instituto de Investigaciones Sociales.
Me escuchó con atención y a cuenta de respuesta recibí una de esas preguntas
que lo cambian todo: ¿en lugar de estar pensando en dirigir una unidad académica,
241
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
no deberías estar pensando en ser rector? Respondí diciéndole que ni siquiera lo
había considerado, sobre todo porque no era originario de Baja California. Sentía
que esa era una limitante importante, no obstante que los antecedentes de la Universidad, y del estado mismo, indicaban otra cosa. Continuó Santos tratando de
hacerme ver el error en mi argumento, y de ahí nos fuimos moviendo a otros temas
de conversación, ya con la presencia de los demás miembros del “grupo del olmo”.
La pregunta de Santos, en esa oportunidad, fue determinante en mi pensamiento,
en el arreglo de mis preguntas y respuestas, y más importante aún, en mi vida y tránsito por la Universidad. Antes, pero especialmente después de esta ocasión, hubo otras
muchas preguntas que me hizo Santos, y yo a él, por supuesto; cuestionamientos que
fueron modelando muchos aspectos de mi entendimiento sobre la Universidad, sobre
el país, pero sobre todo en torno al ser humano y sus enormes posibilidades.
Durante mi gestión al frente de la Rectoría de la UABC, fue siempre reconfortante
saber que sus preguntas, y sus comentarios, me acompañaban con frecuencia. Lo
que hacía Santos conmigo, en los espacios de nuestras conversaciones, no era compartir certidumbres, o indicar soluciones, sino plantear preguntas, muchas de las
cuales ponían en jaque certidumbres.
A través de estas experiencias, fue posible para mí apreciar que una de las cualidades más importantes de un universitario, y quizás más ampliamente de un ser humano
que vive plenamente su tiempo, es su capacidad de cuestionar y procurar respuestas,
muchas de ellas fallidas, naturalmente, pero al fin y al cabo parte de un ejercicio de
una inteligencia en permanente búsqueda.
Santos nunca dejó de preguntar y buscar respuestas, y de provocar con ello la posibilidad de vulnerar, y acaso replantear muchas verdades aceptadas en temas importantes, verdades que con sus preguntas se volvían relativas, contextualizadas, y acaso
se transformaban en nuevas oportunidades de entender y actuar.
DON SANTOS SILVA COTA
Luis Javier Garavito Elías
¿CÓMO Y CUÁNDO CONOCÍ A DON SANTOS SILVA COTA?
En el invierno de 1961-1962, la Escuela Preparatoria de Mexicali, de la cual yo era
alumno, fue objeto de una huelga estudiantil que exigía la destitución del director
Guillermo Quiroz. Dicha Prepa pertenecía a la Universidad Autónoma de Baja
California y compartía espacios con la escuela primaria Cuauhtémoc y la Escuela
de Enfermería, esta también parte de la Universidad. Estábamos en el actual edificio
histórico de la Casa de la Cultura, ubicado en Madero y Altamirano, s/n, Zona Centro,
a un costado del Parque Héroes de Chapultepec de esta ciudad.
242
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Hacía frío, en la parte posterior del edificio, del lado norte que colinda con la
línea internacional, estábamos algunos estudiantes alrededor de una fogata, cuando
fuimos avisados que en el teatro de la escuela, con piso de madera, que le daba un
toque y aroma especial a tan majestuoso espacio, nos esperaba el rector de la Universidad, don Santos Silva Cota.
Efectivamente, en el recinto universitario nos visitaba un señor, que hoy me
doy cuenta era un joven de 40 años y que quería platicar, dialogar, como hoy se
diría, del tema de la referida huelga, que era la destitución del director. Fue tan
fructífera su visita que el problema se resolvió, llegó un director interino y las
actividades se normalizaron.
Pasaron los años, me fui a estudiar, y al regresar como profesional del derecho
(1968) el rector de la Universidad era mi admirado y querido maestro en la prepa, don
Rafael Soto Gil. De don Santos seguí teniendo noticias, pues era un hombre público,
excelente profesionista a quien, en lo personal, siempre lo asociaba con el momento
que lo conocí, que era la etapa de preparatoriano.
En el año de 1983, cuando Héctor Manuel Gallego García asumió la rectoría de la
Universidad y me nombró secretario general, don Santos era integrante de la Junta de
Gobierno y después fue su presidente. Eso me dio la oportunidad de tener muchas,
muchísimas conversaciones con él. En la primera oportunidad, hice referencia al tema
de cómo lo conocí más de dos décadas atrás; él simplemente sonrió y comentó sobre
las virtudes de las juventudes de esa época.
Don Santos como presidente de la Junta de Gobierno rescató una meta que se
impuso, generar la modificación al primer reglamento interior para ese órgano colegiado, el cual se aplicaba pero no tenía vigencia legal, fueron muchas horas de
trabajo con el entonces Departamento Jurídico de la Universidad de las cuales fui
testigo, y en ocasiones parte. El 20 de marzo de 1987, se aprueba por la Junta de
Gobierno su propio reglamento interior. Se lo dije en varias ocasiones, como buen
humanista, que por su razonamiento y su interés por la justicia debía estudiar la
abogacía, pues nada más el título le faltaba.
Médico patólogo de profesión, humanista por convicción, educador por pasión y
herencia de sus padres, y ameno conversador, la reflexión era el resultado de cada encuentro, cada plática, cada discusión que teníamos. Comentado por él, su paso por la
UABC fue contrario a las manecillas del reloj; primero fue rector, después subdirector
de la entonces Escuela de Medicina Mexicali, enseguida profesor, para concluir con
su maestría y finalmente el doctorado honoris causa.
Su legado está a la vista en todos los rincones de la Universidad, extrañamos su
presencia física, pero sus enseñanzas todos las tenemos presentes.
Por la fundación, construcción y desarrollo de la Universidad, por su presencia
siempre, en lugar de un minuto de silencio, brindémosle un aplauso permanente.
Gracias.
243
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
SANTOS, SANTOS...
Alejandro Mungaray Lagarda
Salir de mi ciudad natal y venir a estudiar tan lejos como Tijuana, me embargó de un
doble sentimiento. La tristeza por dejar a mi familia y el pequeño mundo que tanto quería
y por otro lado la emoción de conocer una ciudad que desde lejos se miraba gigante,
dinámica y atractiva, y de cerca plena de luces y gentes en constante movimiento.
Seguramente nunca hubiera experimentado esas emociones si mi padre no me hubiera
inculcado la necesidad de formarme con una profesión para salir adelante; si el saber de
los hijos de su alma mater, la Universidad de Sonora, no hubiera estado tan inestable e
incierto como para contribuir a mi grandeza; y si su hermano Epifanio no hubiera estado
viviendo en la tranquilidad de Rosarito. De hecho él fue quien le habló a mi padre de la
UABC, pues había intentado ser miembro de las primeras generaciones de oceanólogos.
Como el hubiera no existe, el 21 de julio de 1977 que llegué a Tijuana para iniciar
mis estudios de economía en la UABC, jamás me imaginé lo que sería de mí 35 años
después, en esta tierra tan prodiga y llena de oportunidades para quienes luchan y se
preparan por ellas; ni que 23 de esos años gozaría de la amistad de un hombre como
Santos Silva Cota, que sin ser mi padre tendría tanta influencia en la construcción de
mis esfuerzos y reflexiones.
De manera lenta y esporádica lo fui conociendo a partir de 1987, primero llamado
por la curiosidad de conocer a quien había fundado mi alma mater y después por la
sencillez de sus ideas y su forma de ser. ¿Cómo un hombre tan importante e influyente
en la vida universitaria podía ser tan sencillo y común? Ahora que ya no está con nosotros, es más fácil ver su obra y la forma en que nos fue enamorando del gran sueño
de su vida, que fue construir una UABC grande e incluyente que sembrara la educación
como factor de justicia social y progreso personal.
En un inolvidable viaje que la Junta de Gobierno realizó a las pinturas rupestres
de San Borja, de muchas formas, a veces regañón, a veces en broma, me insistió en
que aprovechara mi juventud para aprender de la condición humana y sus procesos
ante fenómenos de cambio institucional como el que se avecinaba para suceder al
Lic. Alfredo Buenrostro, a quien él siempre le tuvo un especial cariño. No volvimos
a tocar el tema hasta el final de una serie de entrevistas que le hice para conocer de
viva voz su obra y los motivos sociales y familiares que lo impulsaron. Mi sorpresa
fue mayúscula cuando descubrí que igual que para mí, su padre había sido un gran
inspirador de su vida y obra. A tal punto llegó nuestra convivencia en un ambiente tan
familiar como Mexicali, que mi nieto José María Rodríguez Mungaray fue bisnieto
de su hermana Quina y sobrino bisnieto de él. Entre admiración y cariño, nuestra relación fue creciendo y su consejo fue vital para mis días y actos como rector de la UABC.
Su amor y disciplina por el estudio lo mantuvieron siempre atento de cuanto le
rodeaba y se sentía responsable de tener una opinión informada. Alguna vez me dijo
244
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
que el liderazgo responsable obligaba al estudio permanente, sobre todo en un mundo
que cambiaba cada vez más rápido e impactaba con gran influencia a los jóvenes. Esto
lo enfatizó cuando, junto con David Piñera y Austreberto Silva, presentamos el libro
sobre él, en ocasión del 40 aniversario de la hoy Facultad de Economía y Relaciones
Internacionales, que él fundara el 26 de septiembre de 1961.
De muchas formas siempre lo he reconocido como un maestro inolvidable, pero
también como un maestro de otros rectores que también me han regalado su cariño
y enseñanzas. Seguramente que somos muchos los que debemos tanto a una persona
como Santos Silva y su empeño por construir y cuidar a la UABC. Igual que a mi padre,
siempre lo tengo presente y noto que sus consejos y acciones crecen con el tiempo.
DON SANTOS. SANTOS SILVA COTA, FIGURA EMBLEMÁTICA DE LA UABC
David Piñera Ramírez
Cuando estaba pensando en el enfoque que podría darle a este artículo que me encargó
el Arq. Rubén Castro Bojórquez, eficiente director de la revista El Río, consideré varias
opciones y me decidí por un sentido personal, con base en el contacto que tuve a través de
los años con el doctor Santos Silva Cota, cuya reciente muerte estamos lamentando. Así
será su impactante y peculiar personalidad la que trace el hilo conductor de estas líneas.
Lo conocí en Mexicali en 1959, cuando me lo presentó el licenciado Rafael Soto
Gil. Acababa de asumir la rectoría de la Universidad y despachaba en su consultorio
médico, ubicado a un lado del conocido Restaurant Bum Bum. La primera impresión
que me causó fue la de un hombre estrechamente vinculado a su tierra bajacaliforniana para el que el proyecto de Universidad, que estaba en sus manos, significaba un
fuerte compromiso y a la vez era fuente de promisorias acciones futuras.
Lo recuerdo fumando y tomando café, de manera de ser intensa, con expresiones
agudas, inquisitivas, pero que abrían la puerta para intimar. Surgió en mí la esperanza
de integrarme a su proyecto universitario y en otra de las ocasiones que hube de volver
a hablar con él, le presenté una propuesta para crear el Departamento de Difusión Cultural, que estaba contemplado en la Ley Orgánica de la Universidad, pero que no existía,
al igual que otras muchas cosas, pues la institución se reducía a las escuelas preparatorias de Mexicali, Tijuana y Ensenada. Uno de los problemas que impedían impulsar la
marcha de la Universidad era la falta de presupuesto, pues por diversas circunstancias
no lo otorgaba el gobierno del estado. Tras una serie de gestiones que realizó, logró
recibir subsidio, y en 1960 estableció las primeras escuelas profesionales e institutos de
investigación. Poco después, el 15 de septiembre de 1961, creó el Departamento de Difusión Cultural y simultáneamente tuvo a bien designarme director del mismo. Así me
abrió las puertas de la Universidad y se inició un largo camino en el que hubo ocasión
de colaborar con él en diversas tareas.
245
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
Pero antes de ocuparme de algunas de ellas deseo referirme a su familia, ya que es
algo que le dio un sello muy definido a su personalidad. Él hablaba con respeto de la
labor de su padre, el profesor Andrés Silva Vite, quien originario del estado de Hidalgo,
muy joven se vino a radicar al entonces distrito norte de la Baja California, del que
llegó a ser director general de Educación, después de realizar una esforzada labor como
maestro. En el medio magisterial conoció a la también profesora Elvira Cota, con quien
contrajo matrimonio en Ensenada, lugar en el que establecieron su hogar. Ahí nacerían
algunos de sus hijos, incluido Santos, y pronto se radicaron en la capital, Mexicali.
Doña Elvira fue también toda una personalidad, que mucho influyó en sus vástagos. Era
una bajacaliforniana de cepa, pues —caso poco frecuente en estas latitudes— no solo
era originaria de Ensenada, sino que también nacieron en la región su mamá, su abuela,
su bisabuela y su tatarabuela, cadena que reconstruía haciendo gala de una asombrosa
lucidez, que conservó casi hasta su muerte, registrada cuando tenía ciento un años de
edad. Ese profundo sentido de lo bajacaliforniano se lo heredaría a sus descendientes.
En lo personal también he tenido oportunidad de tratar a otros tres hijos del matrimonio Silva Cota: Sarita, quien labró una destacada trayectoria en el sindicalismo
magisterial; el licenciado Guilebaldo (Guile como se le dice afectuosamente), muy
conocido por su carisma, que le ha permitido ocupar los cargos de diputado federal,
procurador general de Justicia del Estado, presidente municipal de Ensenada, senador
de la república y notario público, adscrito a su natal Ensenada; así mismo, Elvira,
quien, entre otras cosas, desempeñó atinadamente su función de esposa de José María
Rodríguez, presidente municipal de Mexicali.
La niñez, adolescencia y primera juventud de Santos transcurrieron en Mexicali, lugar que se constituyó en el asiento definitivo de su hogar paterno y de él en lo personal,
ya que solo salió de ahí para cursar en la ciudad de México la escuela preparatoria y la
carrera de medicina en la UNAM. Una vez recibido regresó a su lar mexicalense a ejercer
su profesión, y al poco tiempo el destino le deparó la brillante oportunidad de ser el
primer rector de la Universidad Autónoma de Baja California. En ese tiempo también
contrajo matrimonio con Laura Elena Paz, guapa tapatía que se asimiló al ambiente de
Mexicali y estuvo al lado de él tanto en los momentos gratos que significa una gestión
rectoral, como en los difíciles y críticos que nunca faltan.
Retomando el hilo de mi relación personal con el rector Silva Cota, debo decir que
me brindó una amplia libertad para desempeñar mis labores de director del recién
fundado Departamento de Difusión Cultural. Como los recursos económicos eran
muy limitados y la Universidad prácticamente carecía de instalaciones, había que
emprender las actividades con base en creatividad y esfuerzo, trabajar, como se dice,
“con las uñas”. Pero él era el primero en dar el ejemplo. Los sueldos que proporcionaba la Universidad eran muy reducidos, por lo que redondeábamos el presupuesto
familiar con otros ingresos, él como médico del IMSS y yo en mi bufete de abogado.
Frecuentemente viajábamos de Mexicali a Tijuana o a Ensenada, en el automóvil de
su propiedad (ni soñar que hubiera un vehículo de la Universidad), manejando él per-
246
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
sonalmente. Trabajábamos durante el día en nuestras respectivas tareas, para regresar
en la noche, pues el presupuesto no alcanzaba para dormir en un hotel.
Recuerdo perfectamente que en los inicios de los años de 1960, cuando se
organizó la primera Feria Tecate en Marcha, decidió que la Universidad participara con un stand y lo montamos él y yo, apoyados por dos profesores de la
Preparatoria de Tecate. Hubo que clavar y pintar rápidamente, pero a la hora de la
inauguración de la feria, cuando la comitiva encabezada por el gobernador Eligio
Esquivel Méndez hizo el recorrido por las instalaciones, al llegar al de la UABC lo
encontró debidamente montado.
A propósito de esas estrecheces económicas cabe comentar que tenía fama de
ser muy celoso en cuidar el magro presupuesto universitario. Entre sus colaboradores comentábamos que era “duro con los centavos”. Inclusive yo platicaba
que en una ocasión que le presenté unas notas de unas tortas que les invité a unos
pintores, que colaboraron en montar una exposición de pintura, me dijo “¿cómo
que dos sodas?” A lo que yo le contesté: “Es que éramos seis personas y no nos
alcanzó con una sola”.
Pero poco después, gracias a sus gestiones ante el gobierno del estado y al apoyo
que obtuvo de la federación, en virtud del respaldo que le proporcionó la ANUIES, las
condiciones económicas empezaron a ser más desahogadas, inclusive tuvo oportunidad de construir los primeros edificios propios con que contó la Universidad, los de
las preparatorias de Mexicali y de Tijuana.
Una de las tareas en que trabajé en estrecha colaboración con él fue la redacción de
las convocatorias de los certámenes para elegir primero el lema y luego el escudo de
la Universidad. Estuvimos discutiendo cada una de las bases y afortunadamente los
resultados fueron satisfactorios en ambos certámenes.
Desde otro ángulo pienso que es interesante mencionar la impresión que me
daba cuando lo veía desempeñar sus funciones al frente de la Rectoría, la forma en
que percibía los fenómenos, la manera en que tomaba las decisiones. Esto conduce
a esbozar su perfil como rector. Creo que en parte se reflejaba en él su formación
de médico, concebía a la sociedad, e incluida en ella a la Universidad, como un
organismo cuyas funciones hay que estar observando. Por ejemplo, recuerdo que
cuando se presentó un movimiento de huelga en una de las escuelas, dijo: “Es que
la temperatura está alta, hay que esperar a que llegue la crisis y luego va a empezar
a bajar”. Y su diagnóstico en ese caso, al igual que en otros, fue acertado. Complementaba su concepción organicista con un sentido humanístico, que se puso de
manifiesto con el apoyo que brindaba a las actividades artísticas y culturales, así
como en diversas posturas que a lo largo de su vida asumió.
Un momento que recuerdo en forma especial fue cuando en 1966, después de dirigir por espacio de siete años a la Universidad, en la ceremonia en que hizo entrega
del cargo a su sucesor, biólogo Pedro Mercado, manifestó que al asumir la rectoría,
la institución prácticamente se reducía a los deseos de un pueblo de que sus jóvenes
247
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
recibieran enseñanza superior y que, al fin de su gestión la Universidad estaba constituida por cerca de 2 000 alumnos, 253 profesores; formada de cinco escuelas preparatorias; una Escuela de Enfermería, una Escuela Superior de Pedagogía, una Escuela
de Ciencias Sociales y Políticas, una Escuela Superior de Economía, una Escuela
Superior de Contabilidad y Administración, una Escuela de Ciencias Marinas, un Instituto de Investigaciones Económicas, un Instituto de Investigaciones Oceanográficas
y un Instituto de Investigaciones en Ingeniería... Al concluir sus palabras la numerosa
concurrencia le brindó un fuerte aplauso de reconocimiento.
Después, ya en su carácter de exrector, mantuvimos el contacto. Nuestras trayectorias fueron distintas, pero siempre dentro del ámbito de la UABC.
Sin la responsabilidad de la Rectoría y con el correr de los años, pudo tener una
vida más relajada. En una ocasión estábamos platicando y con el sentido del humor que lo caracterizaba, me comentó que con frecuencia le preguntaban que en
su opinión quién era el mejor rector de la UABC y que invariablemente contestaba
“El actual y yo”. Así no se metía en problemas.
Por otra parte, nunca rehuyó otras responsabilidades universitarias, ya que durante un buen número de años fue miembro de la Junta de Gobierno, organismo que
inclusive presidió.
También se mantuvo ágil y activo intelectualmente, por lo que me fue muy grato
que en el año 2000 participara en el Congreso Nacional de Historia de la Educación
que se efectuó en Tijuana, y me correspondió organizar. En él participó, juntamente
con el también exrector, licenciado Rafael Soto Gil, con una ponencia que titularon “La ANUIES en la percepción de la Universidad Autónoma de Baja California
(1957-1971)”. En ella hicieron referencia, entre otros aspectos, al valioso apoyo que
recibieron como rectores de dicho organismo, especialmente a través de dos de sus
secretarios generales, Alfonso Ortega Martínez y Alfonso Rangel Guerra, quienes
caracterizarían lo que los ponentes llamaron “época alfonsina”.
En los últimos años de su vida, cuando las enfermedades empezaron a recrudecerse
en su cuerpo, no perdimos el contacto, ya que poco tiempo antes de que llegara el fin
nos comunicábamos en función del proyecto que tenía de que se hiciera una nueva
publicación de La Cartilla Moral, que elaborara en 1944 don Alfonso Reyes, en virtud de que consideraba que todavía tenían vigencia sus conceptos y podían dar luz
para enfrentar la compleja problemática actual. Pensaba que podrían conjugarse con
nuestro lema “Por la realización plena del Hombre”, al que consideraba una “fuente poderosa de inspiración”. En el proyecto participaba también su querido amigo,
Alfonso Rangel Guerra, compañero en múltiples lides universitarias desde décadas
atrás. El proyecto no llegó a su realización, pero queda ahí la semilla humanística de
esos elevados espíritus universitarios.
No podría dejar de referirme a la emotiva ocasión que me tocó vivir en compañía
de él y de la comunidad universitaria, cuando el 25 de febrero último, en la ceremonia de aniversario de la UABC, el doctor Felipe Cuamea, rector de la institución,
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
tuvo a bien hacerme entrega, por acuerdo previo del Consejo Universitario, de la
Medalla al Mérito Universitario “Dr. Santos Silva Cota”. El súmmum de la emotividad lo dio su presencia en el presidium, reflejando en el rostro lo avanzado de su
enfermedad, que anunciaba la proximidad del inevitable fin. Cuando pasé al frente
y nos estrechamos los brazos, viví uno de los momentos más internos de mi vida,
pues sentí que nos transmitíamos recíprocamente una carga de energía que hacia
vibrar nuestros cuerpos y nuestros corazones. En medio de las lágrimas mal contenidas, tuve conciencia de que nos estábamos despidiendo.
Efectivamente, poco después expiró, cuando estaba próximo a cumplir los noventa
años de edad. Tuve el privilegio de participar en las honras fúnebres que le rindió la
Universidad, correspondiéndome el privilegio de pronunciar las siguientes palabras,
con que pongo fin a este escrito:
Hoy nos congrega un gran universitario, el doctor Santos Silva Cota.
En este hermoso Paraninfo rendimos honras fúnebres al primer rector de la Universidad Autónoma de Baja California.
En 1959, cuando inició su gestión, la Universidad era solo un anhelo, una aspiración, expresada en el decreto gubernamental que la fundó.
Con creatividad nos puso el ejemplo de superar la falta de recursos económicos
con base en imaginación y entrega. Así sentó las bases del desarrollo posterior de esta
Universidad, que con el concurso de varias generaciones de universitarios, ha venido
a ser el orgullo del pueblo bajacaliforniano.
La labor del doctor Silva Cota se constituyó en una enseñanza cotidiana de esfuerzo lúcido para crear las condiciones necesarias que permitieran transmitir el conocimiento, investigar, difundir la cultura.
Nos enseñó a tratar de servir a la comunidad a través del quehacer universitario.
Se convirtió en esa forma en el guía, en el hermano mayor, en el amor a la UABC y
a Baja California.
Después de concluida su gestión rectoral, de una forma u otra estuvo en contacto
con la Universidad, desempeñando importantes funciones, entre ellas la de presidente
de la H. Junta de Gobierno.
Tuvo el acierto de transitar la fase final de su existencia con categoría y dignidad.
Por años fue un patriarca, una figura emblemática, un ícono de la Universidad. Su
inteligencia y sabiduría le ganaron el cariño y la admiración de todos.
Con su muerte, la Universidad y nuestros corazones han sufrido una gran pérdida. Pero como sucede con los hombres escogidos por la historia, al cerrarse el
círculo de su existencia material, entra a otro plano imperecedero, en el que será un
paradigma, un modelo a seguir, que inspirará fecundas actitudes de superación en
las futuras generaciones de cimarrones.
Descanse en paz quien tanto sirvió y amó a nuestra Universidad.
249
CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
SANTOS SILVA: LA UNIVERSIDAD PLENAMENTE REALIZADA
Austreberto Silva Olivares
Santos Silverio Silva Cota fue un hombre que desde tierna edad inició el placer de la
lectura que nunca abandonó; decía que para leer a Alfonso Reyes “había que vestirse
de etiqueta”. Las lecturas de filosofía y educación fueron sus pasiones; la medicina,
su vocación y la oceanografía su reto y gran logro como estudiante.
Poseedor de una gran memoria, su plática era instructiva y amena. De carácter serio, a veces hosco, escondía una exquisita sensibilidad que cautivaba a sus interlocutores. Su mente
ágil y analítica, respaldada por una sólida preparación académica, le permitían disertar sobre
temas filosóficos y científicos y su espíritu de educador se hacía presente entre todos los que
deseábamos consultarle cualquier tema. De su padre, el Prof. Andrés Silva Vite, recordaba
su frase: “México necesita padres que amen a sus hijos y maestros que eduquen con cariño”.
La vida le dio la oportunidad de ver cristalizado su sueño de una institución de educación superior, por la que tanto luchó y que goza de gran prestigio: la Universidad
Autónoma de Baja California, plenamente realizada.
A MI AMIGO DR. SANTOS SILVA COTA (IN MEMORIA)
Carlos Juvera Calderón
En esta ocasión me referí a Santos, no como el gran rector que fue, sino en forma
personal con anécdotas que nos tocó vivir en los albores de la formación de nuestra
Universidad, como pioneros de la misma.
En uno de los recorridos, en que un servidor, en compañía de Santos y su mamacita, Sra. Elvira Cota de Silva, hicimos a la ciudad de Ensenada para solucionar asuntos
relativos a la Universidad, en donde el transporte era mi carro particular y los viáticos
corrían por nuestra cuenta, ya que veníamos de regreso, de noche, decidimos descansar un rato a la vera de la carretera, la Sra. Elvira hizo el comentario de que por esos
rumbos asaltaban forajidos, por lo cual decidí seguir a toda velocidad para evitar cualquier contingencia, entonces Santos manifestó que eso había sucedido, pero sesenta
años antes, lo cual nos causó gran hilaridad.
Santos fue un gran admirador de la naturaleza. En nuestros múltiples viajes por las
ciudades del estado, con la finalidad de ir forjando la Universidad, en ocasiones me
pedía salir de la carretera para recorrer arroyos en búsqueda de berro, el cual recolectaba, sabiendo de antemano los lugares dónde encontrarlo.
Todas las memorias que conservo de Santos en el devenir de los muchos años de
trayectoria al servicio de nuestra Alma Mater que nos tocó vivir son huellas indelebles dentro de mi ser. Descansa en paz, mi gran amigo Santos.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
HOMENAJE PÓSTUMO AL DOCTOR SANTOS SILVA COTA.
Julio Ernesto Torres Coto Mazier
Conocí a Santos Silva Cota en ocasión de su primera reunión en el seno de la ANUIES.
Me lo presentó el entonces rector de la Universidad Autónoma del Estado de México,
Josafat Pichardo. Aquello fue el principio de una cordial amistad y fructífera relación
de trabajo en el seno de nuestra Universidad, esencialmente por su constante interés por
dar forma a una institución que respondiera a la filosofía que tanto a él, como a mí, nos
había imbuido nuestro paso por la UNAM, la misma que le imprimió en sus orígenes don
Justo Sierra, y a partir del ’29, José Vasconcelos y sus discípulos y seguidores: la de una
institución de corte liberal, tolerante y abierta a todas las corrientes del pensamiento,
dedicada al servicio de la comunidad a la que se debe, cumpliendo cabalmente su
función sustantiva de crear, conservar y transmitir el conocimiento.
El doctor Silva, a quien siempre traté con un usted que jamás marcó distancia entre
nosotros, mereció mi respeto y se granjeó mi afecto desde aquella tarde en la antesala
de la Rectoría de la UNAM en que conocí su visión de la Universidad que soñaba fuera
aquella que en ese momento no contaba con más que un rector provisional, una ley
y un nombre. En su discurso había ese fuego que se intuye en quien sabe que debe y
puede hacer lo necesario para lograr una meta distante. Fuego contagioso aquel del
médico Silva que, ya entonces, le señalaba como doctor, pero en el sentido que tiene
en latín, derivando de doctus, participio pasado de docēre, enseñar, como lo entendieron los universitarios del medioevo y del renacimiento, el de aquel que ha recibido el
último y preeminente grado académico que confiere una universidad, que le reconoce
posesión del saber y capacidad para enseñar, título que, final, merecida y justamente,
le reconocería nuestra Universidad varios lustros después.
Santos fue en la UABC casi todo, rector, profesor, alumno, consejero universitario,
miembro de la Junta de Gobierno y doctor honoris causa, solamente le faltó formar
parte del Patronato. Pero más que eso, fue y seguirá siendo modelo señero y ejemplar de
lo que debe ser el auténtico universitario y, para quienes le conocimos y tratamos, un auténtico doctor laureado dentro de la más estricta y rancia tradición universitaria clásica.
Mucho aprendimos de él y esta, su Universidad, puede seguir haciéndolo a partir
de su ejemplo siempre vivo.
SEMBLANZA DE UN RECTOR
Jesús Ortiz Figueroa
Ingresé a la Escuela Preparatoria del Centro Escolar Agua Caliente, en Tijuana, que
formaba parte del sistema educativo local, cuando Braulio Maldonado, el gobernador
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
del recién constituido estado de Baja California, había puesto en manos del doctor
Santos Silva Cota la novísima universidad al nombrarlo su primer rector, quien en
su afán de construirla y hacerla crecer impulsaba la integración del sistema estatal de
educación preparatoria que proveería de estudiantes a la universidad, y nosotros, los
preparatorianos, ante la opción de convertirnos en una preparatoria federal o formar
parte de la naciente Universidad Autónoma de Baja California —generaciones 19601962 y 1961-1963—, optamos con entusiasmo, mayoritariamente, por incorporarnos a
la universidad, por lo que tuvimos que organizar un movimiento: nombrar un director,
el doctor Ángel Morales Barraza, y salir del hermoso Centro Escolar Agua Caliente,
antiguo casino transformado en centro educativo por el general Lázaro Cárdenas, y
emigrar al imponente edificio de la escuela primaria Álvaro Obregón, localizado en
la parte alta de la ciudad, en la colonia Altamira.
El pequeño grupo de estudiantes que se quedó en el Centro Escolar Agua Caliente
fue el origen de la actual preparatoria federal Lázaro Cárdenas, mientras que nosotros
orgullosamente formamos parte de la Preparatoria Tijuana de la Universidad Autónoma de Baja California que, con su decisión de formar parte de la universidad, culminó
el previsorio proyecto del rector Santos Silva Cota de integrar un sistema de escuelas
preparatorias de la Universidad con una en cada uno de los cuatro municipios de la
nueva entidad federativa.
Este primer proyecto del doctor Santos Silva Cota y la fundación de las escuelas
profesionales de Ciencias Marinas en Ensenada, Pedagogía y Ciencias Políticas y
Sociales en Mexicali, y en Tijuana, Economía, Comercio y Administración constituyen una respuesta a la vocación y a las necesidades sociales y económicas de los
emergentes municipios de Baja California que nos permiten percibir la profunda
visión del porvenir y la conciencia de la misión de la nueva universidad que tenía
su primer rector, con quien tuve la oportunidad de encontrarme y dialogar en múltiples ocasiones, tanto en sus visitas a nuestra preparatoria como en las entrevistas
que teníamos con él en Mexicali, en sus oficinas del Instituto Mexicano del Seguro
Social donde trabajaba, porque me tocó ser presidente de la sociedad de alumnos y
plantearle los múltiples problemas que se nos presentaban. El más grave de todos
era la necesidad de un edificio propio pues recibíamos clases en la cocina y en el sótano de la escuela primaria Álvaro Obregón. Años después, ya como profesionista
y director del Centro de Investigaciones Históricas UNAM-UABC, tuve oportunidad
de conversar con él cuando visitaba la dirección de Investigación y Posgrado de la
Universidad, donde él tenía sus oficinas.
En aquél entonces hablaba con nosotros sobre sus proyectos, quería que la universidad llegara a toda la juventud bajacaliforniana, por eso promovió su temprana descentralización consolidando núcleos de estudiantes y profesores en todos los municipios,
porque “son estos los que hacen la universidad, la infraestructura viene por añadidura”,
—decía. Su planeación fue prospectiva, como respuesta a las necesidades que se planteaban y no con base en el exiguo presupuesto estatal. Primero se creaban las escuelas
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
nombrando a los directivos, reclutando a los profesores e inscribiendo a los estudiantes,
y luego se construían los edificios, sabiendo que los problemas son áreas de oportunidad
para poner en juego nuestra capacidad que siempre es superior a nuestros problemas,
porque, citando a Pascal, decía: “el hombre es infinitamente superior a sí mismo, lo que
somos hoy no es nada en comparación con lo que podemos llegar a ser”.
La personalidad del doctor Santos Silva Cota se proyecta en su obra maestra, la
Universidad Autónoma de Baja California. Proyecto que asumió como tarea personal desde que recibió la encomienda de hacerlo realidad y continuó trabajando en él
durante toda su vida, aun después de haber terminado con éxito su gestión de rector.
Tenía plena conciencia de que hemos recibido la vida esencialmente para vivirla y
saber vivirla aun sin comprenderla porque ella es la mejor escuela y solo aprendemos
de ella viviéndola con plenitud. Precisamente, el peligro mortal en nuestra vida es no
vivirla. Por eso lo característico en su proyecto personal de vida fue el compromiso total
con los objetivos que asumió en lo individual y en lo social.
Fue un acierto de Braulio Maldonado, el primer gobernador constitucional de Baja
California, depositar en él esa gran responsabilidad. La inspiración del proyecto fue de la
juventud universitaria de nuestra entidad que estudiaba en la ciudad de México, organizada en el Club Universitario Tijuanense. Vivieron en carne propia la necesidad de emigrar
del terruño y salir de la casa paterna desde la adolescencia para cumplir sus propósitos
de formarse profesionalmente. Soñaron con la Universidad de Baja California, construyeron el proyecto, lo difundieron, promovieron la organización de un Comité promotor
de la universidad integrado por los representantes de las instituciones de la comunidad
tijuanense e incluso lograron aterrizarlo en un proyecto de ley orgánica que presentaron
al gobernador del estado que nacía, y este, ante la evidencia de su necesidad, el reclamo
de la juventud y de la sociedad bajacaliforniana, lo envió al novel Congreso local que lo
aprobó naciendo así la Universidad Autónoma de Baja California.
Santos Silva Cota, otro joven universitario, recibió la misión de hacer realidad ese
hermoso proyecto que nacía como un decreto, que carecía de instituciones de educación superior en qué apoyarse, sin presupuesto ni infraestructura, un sueño de los
bajacalifornianos que debía hacerse realidad.
Crecemos en la medida en que vencemos los obstáculos. Las grandes personalidades
son las que se enfrentan a los más grandes retos y la personalidad de Santos Silva Cota
recibió la oportunidad de crecer haciendo realidad el sueño de la universidad.
Vivir es luchar, sufrir, aventurarse y gozar. Solo quien toma decisiones y se arriesga
triunfa, fracasa, ama y es amado. Vivir con plenitud es asumir responsabilidades, aprender, pensar, reír, trabajar, soñar, divertirnos y servir. Leer, dialogar, meditar y cultivar la
vida familiar, social y espiritual. Todo esto hizo de su vida y nos legó Santos Silva Cota en
su proyecto personal y social que fue la Universidad para la juventud de Baja California.
Sobre la marcha se incorporaron al proyecto los jóvenes que lo habían iniciado, ahora como brillantes profesionistas, catedráticos o directores de las nacientes escuelas
universitarias, porque la vida es una inversión que se hace en cada uno de nosotros,
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
recibimos los talentos que debemos hacer fructificar, es un préstamo que debemos devolver. Y la generación que tuvo a su cargo esta tarea cumplió con éxito su compromiso,
porque el valor de la vida depende esencialmente del empeño en construir en nosotros
la verdadera vida que es la vida del espíritu.
Sumergidos en la fragua del vivir lo importante es aprender a aceptar los altibajos y
azares de la vida; estar abiertos a la aceptación de la realidad de todos los días, la que
sea, sabiendo que la paz, la felicidad y la alegría van de la mano con la lucha y el dolor.
Siempre y cuando perseveremos firmes en la lucha, soportemos con paciencia el dolor
y hagamos todo con amor. Santos Silva Cota estaba enamorado de la universidad.
Solo estamos verdaderamente vivos cuando tenemos un ideal, cuando tenemos el
corazón lleno, cuando las horas del trabajo, la tensión y el gozo superan el tiempo del
aburrimiento y la disipación. Santos vivió plenamente y compartió su vida con los
demás, con todos los universitarios. Vivir es hacer vivir. Vivir es crear y producir para
el hombre. La muerte es la esterilidad. Hoy su proyecto es nuestro proyecto y nuestro
lema es: “Por la realización plena del hombre”.
IDEARIO DE UN AMIGO ENTRAÑABLE
Arnoldo A. Castilla G.
Pertenezco a la primera generación de egresados de la Universidad Autónoma de
Baja California. Me tocó en suerte ser, en el momento de su creación, alumno de
la Preparatoria del Estado cuando esta institución pasó a ser parte de lo que hoy es
nuestra casa máxima de estudios.
El nacimiento de la UABC (1 de septiembre de 1957) fue un hecho que para muchos
bajacalifornianos pasó desapercibido, pero para quienes estudiábamos el bachillerato representó la esperanza de continuar nuestros estudios superiores en este terruño, al lado de
nuestras familias, que por condiciones económicas estaban impedidas para costear nuestros estudios profesionales en algunas de las ciudades del sur de la república que tenían
universidades de muchos años y prestigio formando profesionistas.
En meses anteriores a la promulgación de la Ley Orgánica que creó la Universidad,
se comentaba por nuestros profesores en los pasillos del segundo piso de la Sunland
de Mexicali, donde se albergaba la Prepa del Estado, que pronto se crearía una universidad en Tijuana de corte confesional, con recursos de la fundación Jenkins y que
para detener este proceso se dio inicio a una carrera contra reloj impulsada por el
gobernador del estado Lic. Braulio Maldonado Sández y el profesor Lorenzo López,
director de Educación Pública y Acción Cívica del Estado. Rápidamente el Ejecutivo
estatal pidió a sus asesores, encabezados por el Lic. Guilebaldo Silva Cota, elaboraran
un proyecto de ley orgánica, mismo que fue concluido apresuradamente, basado en la
ley que regía a la Universidad Nacional Autónoma de México.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
En un salón abandonado, dividido con cartón de yeso, se llevaron a cabo largas y
apasionadas discusiones en torno a esta ley y la necesidad de recursos económicos
que debería aportar el gobierno del estado para echar a andar una universidad acorde
con las necesidades de los bajacalifornianos.
Recuerdo que en esos prolongados debates participaban activamente el profesor
Rubén Vizcaíno Valencia, el Lic. Carlos Juvera Calderón, el doctor Austreberto Silva,
los químicos Guillermo Quiroz y Enrique Ante, el arquitecto Marco Aurelio Sandoval, el doctor Ramiro Bermúdez Alegría, el profesor Francisco Palau y los licenciados
Teofilo Domínguez e Isaías Ceniceros. No faltaban a las sesiones el doctor Francisco
Oliva, el ingeniero José G. Valenzuela, todos los anteriormente citados profesores de la
preparatoria, encabezados por el director licenciado Rodolfo Sosa y Silva.
Aprobada que fue la Ley Orgánica de la UABC, muchos alumnos caímos en decepción porque este hecho no se reflejó en mejoras materiales y administrativas que nos
permitieran acrecentar el aprendizaje de las diversas materias que integraban el plan
de estudios. Durante un tiempo, la naciente Universidad fue solo un letrero colocado
en la parte superior del edificio de la Escuela Cuauhtémoc, hoy Casa de la Cultura.
A los pocos meses de haber asumido el cargo de presidente del Comité Estatal
Pro-Universidad, falleció el señor licenciado José G. González Cordero, quien desempeñaba algunas funciones administrativas y directivas encaminadas a solidificar la
estructura jurídica que hasta ese momento se constreñía en una Ley Orgánica.
Ante la desgracia que representó la muerte del reconocido profesionista y
miembro distinguido de la masonería ensenadense, el Lic. González Cordero,
hombre recto, atento y entusiasta que dio los primeros pasos para la creación de
la Universidad, los integrantes de la directiva de la sociedad de alumnos nos entrevistamos con el doctor Santos Silva Cota, quien estrenaba el cargo de rector de
nuestra casa magna de estudios.
La entrevista duró aproximadamente cuatro horas, ahí conocimos a un hombre
maduro, enérgico, inteligente, quien además de contar innumerables anécdotas y enumerar sus logros académicos, como el hecho de haber sido distinguido como bachiller
laureado en la Escuela Nacional Preparatoria, exhibió una amplia cultura, basada en
el pensamiento positivista de Gabino Barreda, filósofo, político y médico, que había
sido en su época un referente del pensamiento universitario. Con anterioridad, supimos, por otras fuentes, que el doctor Silva Cota era en ese momento un especialista en
ginecología, profesionalmente muy reconocido y con elevados ingresos económicos.
Le cuestionamos el hecho de que estuviera dispuesto a sacrificar sus elevados ingresos en aras de un sueño, que era la Universidad, y nos respondió que algún día tendría
hijos y ellos serían los beneficiarios de su esfuerzo, y así fue, surgió una universidad
pobre en recursos, girando cheques que las casas de cambio y los bancos no aceptaban, con maestros y autoridades que no cobraban y que el enorme esfuerzo de impartir
clases, a veces en sus despachos y consultorios personales, les sería reconocido en los
anales históricos de la UABC, lo que por desgracia en muchos casos no ha sucedido.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
En la primera reunión que tenía por único objeto la presentación del comité
directivo de la sociedad de alumnos, logramos el apoyo económico del rector
para transformar el periódico estudiantil Adelante, que se editaba mensualmente, en una revista que se llamó Universidad y que era dirigida por el suscrito y
administrada por el maestro Daniel Olivas, hoy profesor jubilado de la Facultad
de Ciencias Administrativas, reconocido como uno de los mejores profesores de
la UABC, con cuarenta años de carrera docente, autor de libros importantes en
materia de economía que han llevado a considerarlo como uno de los mejores
economistas del estado.
Nuestro trato con el rector Silva Cota fue casi siempre cordial, a excepción de las
ocasiones en que asumía su papel de intelectual amante de la polémica o discutíamos
cuestiones relativas a los destinos de nuestra Universidad.
En una ocasión, visitó la ciudad de Mexicali el Lic. Adolfo López Mateos, en
ese momento candidato por el PRI a la Presidencia de la república. En una cena
dada en su honor, en el edificio Norma de la calle Madero, un grupo de estudiantes abordamos al candidato pidiéndole que dentro de las escuelas que estableciera
la naciente universidad se incluyera una facultad de derecho, porque un buen
grupo de alumnos de la prepa quería estudiar esa carrera y carecíamos de recursos
para trasladarnos y sostenernos en otra ciudad del país. El candidato aceptó de
buena gana interceder ante el rector Silva Cota para que se diera trámite favorable a nuestra petición y nos entregó una tarjeta autógrafa, dirigida al rector, en
la que lacónicamente establecía su disposición para que en caso de llegar a ser
presidente de la república, el gobierno federal apoyara la creación de la escuela
de jurisprudencia dentro de la UABC. En este evento participamos, los ahora abogados, Ignacio Gallegos Gamiochipi, Óscar y Sergio Vega Valenzuela, Guillermo
Clark Soto, Antonio Molina y otros en esa época compañeros estudiantes de la
preparatoria. Días después, con desagrado, el rector nos manifestó su desacuerdo
con nuestra petición, pues el tenía programado en meses próximos la creación
de las escuelas de Oceanógrafa, Economía, Pedagogía, Contabilidad, Enfermería
y Ciencias Políticas y Sociales, mismas que él consideraba eran necesarias para
impulsar el desarrollo, social, económico y cultural de la entidad.
También la discusión se daba cuando abordábamos temas relacionados con
la educación superior, acudía a mi oficina, ya siendo yo director de la Escuela
Preparatoria Baja California, aun perteneciente a la universidad, en donde invité
al doctor Silva a que se desempeñara como profesor, y los temas más recurrentes
eran el pensamiento de Jean Piaget y de Robert Richardson Sears, y en materia
económica, en ocasiones, se inclinaba por el pensamiento socialista, aunque militaba en el Partido Revolucionario Institucional, la prueba de este aserto, es el
hecho de que llegó a firmar desplegados del Movimiento de Liberación Nacional,
en el que participaban abiertamente el ex presidente Lázaro Cárdenas y el ex gobernador Braulio Maldonado Sández.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Estas líneas son testimonio del esfuerzo de un hombre que lo sacrificó todo en pos
de un ideal llamado UABC, un rector que en el maletero de su automóvil guardaba los
archivos de la naciente universidad, por no tener oficinas donde desempeñar su encargo, a excepción de un pequeño cubículo de madera dentro de la Escuela Cuauhtémoc,
construido con material conseguido en diversas negociaciones por la sociedad de
alumnos y el cual fue donado a la joven institución educativa.
Rindo testimonio de que esta universidad ha nacido y crecido gracias al esfuerzo de directivos, maestros y alumnos, muchos de los cuales no forman parte del
registro histórico de nuestra institución. Los hombres y mujeres de la comunidad
académica de la UABC han luchado en forma denodada para que esta deje de ser una
entelequia o botín de grupos de poder, políticos o autoridades gubernamentales, que
ambicionan ejercer el control sobre el centro intelectual y el bastión moral que representa nuestra universidad y donde se discuten, y deben seguirse discutiendo, en
absoluta libertad, todas las corrientes de pensamiento, vigentes y no vigentes, y la
problemática municipal, estatal y nacional. Sus conflictos internos deben ser resueltos a través del diálogo y la conciliación. Debemos estar conscientes de que nos une
el mismo ideal, que es la superación de Baja California a través de la enseñanza,
la difusión de la cultura y la permanencia de la investigación. La experiencia adquirida con cuarenta y tres años como profesor me permiten afirmar que la mística
que debe presidir a nuestra casa máxima de estudios debe nacer de la confianza, el
respeto, la buena fe y la unidad de propósitos. Este fue el ideario del doctor Santos
Silva Cota, rector de la UABC y amigo entrañable.
LUCHADOR INCANSABLE DE LA EDUCACIÓN LIBRE
César Obregón Martínez Sanz
Cuando
salimos a la luz en el estudio de las ciencias del mar, en 1961,
comprendimos que éramos iniciadores en México y Latinoamérica de una carrera
profesional a la que llamamos oceanólogo, dedicaba a entender el extenso campo
de la relación tierra-mar, en un país como el nuestro con más de 10 000 kilómetros
de litorales en dos grandes océanos.
Santos Silva Cota pasó a ser el instaurador de una política de función académica con alcance de verdadera autonomía. Lo reconocemos como un luchador
por la autenticidad autónoma universitaria en oposición a las tentaciones de una
educación estatizada.
Santos Silva se multiplicó por mil en esta Ensenada de su nacimiento. Lo recordamos siempre como el gran forjador de nuestra juventud.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
EL HOMBRE ENTUSIASTA Y GENEROSO
María Elena López Ponce
En el inicio del año 1962 empecé a trabajar en el entonces Departamento Escolar de
la UABC, gracias a la maestra Sara de la Cruz Silva Cota, cuando recién comenzaba
a andar esta institución. El departamento se ubicaba en un salón de la Escuela
Cuauhtémoc que en ese tiempo era la Preparatoria Mexicali. En esos mismos años,
el doctor contrajo nupcias y nos invitó a la ceremonia. El 14 de septiembre de 1964
nos cambiamos a la calle B, donde estaban ubicadas la Facultad de Ciencias Sociales
y Políticas y la Rectoría, fue ahí donde empecé a convivir con el doctor Santos Silva
Cota. Posteriormente nos mudamos a la avenida Obregón.
En aquel tiempo la universidad aún no tenía subsidio por parte del gobierno, y el
doctor Santos, cada vez que nos encontrábamos, me decía a tono de broma: “¡María
Elena, María Elena!... no va a haber quincena porque no han pagado los de Pedagogía”. Sin embargo, nuestro pago siempre llegó puntual.
Preocupado por crear un ambiente de amistad entre los trabajadores, el doctor Santos Silva organizaba año con año, en el mes de junio, un paseo a Tecate, en donde
convivíamos todos los trabajadores universitarios asentados en el estado.
Caracterizado por su simpatía y sencillez, lo recuerdo como un rector muy querido
por todos aquellos que tuvimos el gusto de conocerlo.
Pasaron los años, y la Universidad fue creciendo a una velocidad desmesurada;
ambos lo atestiguamos. Muchas cosas cambiaron, pero el entusiasmo por la UABC
permaneció en el doctor Silva Cota hasta su último suspiro, el día 10 de mayo del
2011, dos días después de mi jubilación, a los 48 años de servicios, de 1962 a 2011.
EL PILAR DE LA UABC
Miguel Gárate Velarde
El recordado amigo doctor Santos Silva Cota, con su ausencia física nos dejó un gran
vacío, pero está presente de manera constante entre sus compañeros de la Universidad
Autónoma de Baja California, porque incorporó a su vida profesional y humana el
proyecto de creación de nuestra casa de estudios y se convirtió en un pilar de la misma.
Como fundador de la institución, constructor de escuelas y facultades, así como
de bibliotecas, fue una persona eminente en nuestra institución. Un forjador del
proyecto institucional, un líder humanista que inspiró a las generaciones pasadas,
presentes y futuras. Le tocó presenciar con el mismo entusiasmo y sentido de pertenencia el rápido crecimiento de la institución, así como su prestigio científico y
académico. De ello siempre se sintió orgulloso.
258
SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Al posgrado en medicina, agregó el de maestro en biología. Con ello demostró el
compromiso que siempre tuvo con el conocimiento. Sin embargo, al graduarse con los
científicos de su generación, pronunció un discurso humanista, acorde con su concepción
del quehacer universitario. Más allá de los logros académicos y materiales, su legado es
cultural, de esos que anidan en la conciencia de las generaciones que le acompañamos y
las posteriores. Siempre mantuvo vivo el espíritu universitario y el amor por nuestra Universidad. Quienes tuvimos el gusto de tratarlo, lo hicimos con respeto, aprecio y gratitud.
Santos Silva Cota es un ejemplo a seguir, un modelo para los universitarios
porque vivió para hacer el bien, impulsar la cultura y la educación superior. Su
legado es imperecedero.
POEMA AL DOCTOR SANTOS SILVA COTA
Luz Mercedes López Barrera
Su mirada se clava en el horizonte, deseosa de salvaguardar el devenir de toda una
vida, que encarne su ser, su yo interior.
Es dueño del lenguaje, y se yergue orgulloso cuando su voz es escuchada, y con deleite inspirador reta a su interlocutor, lo cuestiona y lo obliga al razonamiento socrático.
Se admira del mundo actual, toma nota de él, y su pluma se detiene en el punto
fúlgido, en la palabra sobre el tiempo, en la escritura de la mañana, en el trazo exacto
con el que su voz dibuja las fantasías que no caben en la realidad, porque su destinatario está en el anonimato.
SUEÑOS REALIZADOS
Lydia Coronel Yáñez
Para
dedicarse toda una vida a ejecutar un proyecto que beneficie a una
comunidad entera se necesitan muchas cualidades. Decisión, carácter firme,
visión son algunos de los adjetivos que describen a un hombre emprendedor que
supo materializar las ambiciones propias y las de su entorno con escasos recursos,
pero con una enorme cantidad de ideales.
Cualquiera puede tener grandes anhelos, pero solo algunos logran concretarlos,
porque para soñar hay que ser valiente, hay que tener un gran compromiso y, sobre
todo, una enorme responsabilidad. Agradezco al doctor Silva por haber tenido la valentía para decidirse a soñar despierto y por, tal vez sin imaginarlo, mantener ese sueño vivo al extender infinitamente su obra a todas las generaciones que le han seguido,
lo que nos ha permitido realizar nuestros sueños individuales.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
MI HERMANO SANTOS
Guilebaldo Silva Cota
Fue mi primer maestro. El tenía 6 y yo escasos 3 años. En unos cuantos meses me
enseñó a leer y escribir. Nuestro padre el profesor Andrés Silva Vite, director de la
Escuela Progreso de Ensenada, había gestionado y logrado que maestros del territorio
norte fueran admitidos en los cursos que impartiría la gran educadora italiana María
Montessori a maestros estadounidenses en los veranos de 1926 y 1927 en Clearmont,
California. Quince maestros del territorio asistieron a esas conferencias y prácticas
pedagógicas. Santos quería demostrar que los niños mayores pueden enseñar más
rápidamente a los niños menores. Yo sería la prueba.
En el año de 1928, toda la familia nos fuimos a la ciudad de Mexicali en donde nuestro
padre sería director de la Escuela Primaria Benito Juárez recién construida por el gobernador general Abelardo L. Rodríguez. Santos, con sus mismas ideas, organizaba a alumnos
de los segundos y terceros años para enseñar a los de primer grado. Cuando se fundó la
Escuela Secundaria Agrícola como primer instituto de esta categoría, en el año de 1934, al
convocarse a la sociedad de alumnos de dicha escuela para escoger el lema de la asociación, triunfó la propuesta de Santos “Eleva y elévate”. Siempre tenía la idea de superación.
Más de treinta terrinorteños nos fuimos a la ciudad de México sucesivamente a estudiar; se formó el bloque de estudiantes en el año de 1940, con cuatro específicos objetivos: rentar una casa para el estudiante terrinorteño; lograr, a propuesta de Santos,
la creación de la Universidad Autónoma de Baja California y el Instituto Politécnico
Regional y que el territorio norte se convirtiera en estado federal, a propuesta general.
Los cuatro propósitos se obtuvieron.
Se recibió de médico y se dedicó en Mexicali a la medicina social y empezó a atender
los problemas de salud de los poblados del campo. Después, puso su consultorio médico
en la ciudad; se convirtió en jefe de los Servicios Médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social, y con ello logró la eficiente y oportuna atención médica para los beneficiados.
Su inquietud de perfeccionamiento lo regresó a la ciudad de México en donde se recibió
de anátomopatólogo, el primero de Mexicali; creó el Instituto de Cancerología.
Su activismo por la educación lo coloca como integrante del Comité Pro-Universidad de la recién creada Universidad Autónoma de Baja California. Con la repentina
muerte, por infarto, del que hubiera sido el primer rector, licenciado Jose G. González
Cordero, Santos asume en sustitución ese dignísimo honor. ¿Era cierto lo sucedido?
Su ideal universitario y su destino se habían conjuntado. Con esa pregunta me dice,
“creo que ahora se podrá hacer mucho por la educación de las juventudes, por el estado y por México”. No hay que crear una ciudad universitaria, hay que distribuir las
escuelas en cada una de nuestras ciudades. Con esta idea central puso toda su voluntad y energías al servicio de la educación universitaria. Por eso no dudó en hipotecar
su casa para aliviar los problemas económicos iniciales cuando fue necesario.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Terminó su tiempo y los distintos rectores que le sucedieron contribuyeron en la
creación de más institutos y escuelas hasta lograr que la de Baja California sea una de
las mejores calificadas en el país. El éxito de la universidad, dijo Santos Silva, hace
unos años, se debe a la responsabilidad de sus sucesivos rectores, maestros, directores
y alumnos siempre en constante crecimiento.
Genio y figura. Días antes de morir me dijo sentencioso tomándome de la mano:
“Confío que alumnos, personal docente y directivos universitarios continuarán con el
mismo celo y cuidado para mantener el prestigio de la Universidad y de esta obligación moral no excluyo a nadie”.
UN HOMBRE PARA LA HISTORIA
José Ma. Rodríguez Mérida
Ha pasado a la historia como uno de los personajes más destacados e importantes
que tiene Baja California, por lo que en reconocimiento a tus méritos y lo importante
de tus actos, por el servicio y devenir histórico de México, se te considera como
un mexicano que fue uno de los hombres más importantes en la historia de nuestro
estado, como médico, como activista político y como uno de los fundadores clave
para la formación de lo que es hoy la Universidad Autónoma de Baja California.
A MI HERMANO
Sara Silva Cota
El ser humano desea tener una familia, un libro, un hijo. Santos fue el tercer hijo de
Andrés Silva Vite y de Elvira Cota Sosa. Siempre estuvo al pendiente de su madre,
hasta lo último: aceptar la muerte. De chico hizo lo que quiso hacer.
Era mi protección en todo lo que necesitaba, era mi compañero de fiesta, estaba
pendiente de todo. Enseñó a leer a Guilebaldo. En secundaria fue un alumno destacado, siempre con excelentes calificaciones; siendo estudiante de preparatoria concursó
para recibir una beca con varios estudiantes, la cual obtuvo por sus sobresalientes
calificaciones y la sostuvo hasta el final de su carrera de medicina.
Regañón por naturaleza, pero siempre seguro de lo que quería. Tuvo una infancia llena
de actividades. De adulto se preocupó por la educación, lo cual lo llevó a crear la Universidad Autónoma de Baja California. Siempre estuvo pendiente de su familia, siempre al
lado de sus hijos, en valores, educación, hasta el final de sus días.
Mis hermanos y yo volveremos a estar juntos para vivir proyectos… Hasta luego
Santos, tu hermana Sara.
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
A MI PADRE
Santos Enrique Silva Paz
Te recuerdo por tus enseñanzas, por tu ejemplo y tu voluntad por ayudar. Siempre te
admiraré por tu huella imborrable y profunda que nos dejaste a todos.
Te quiero Papá.
Tu hijo, Santos Enrique.
AL FILÓSOFO, AL MAESTRO, A MI PADRE
Andrés Silva Paz
Gracias
por haber compartido tu pensamiento y sueños; tu espíritu de realizar
siempre las cosas por el camino correcto y del beneficio común. El haber hecho un
anhelo realidad para todos los bajacalifornianos, una gran institución del saber, con
muchos sacrificios familiares y económicos, que junto con tu leal y gran compañera,
mi madre, vadearon, que estuvo contigo hasta el último respiro de tu vida.
Siempre preocupado por el destino de la educación, por las futuras generaciones,
por promover la ciencia y el conocimiento, por tener un mundo más justo.
Muchos fueron testigos del impulso que le diste a las ciencias, a la investigación y
a la educación en esta tierra, como el protagonista de ello, registrado en ese cronómetro llamado historia, donde dejas tu ejemplo y tu legado; a todos nos diste una lección
de cómo comportarse ante el reto y las adversidades. Esa aura humanista, que siempre
te rodeó, prevalecerá en el presente y futuro.
Te quiere tu hijo Andrés.
Cito una frase de mis abuelos Andrés y Elvira: “México necesita padres que quieran
a sus hijos y maestros que enseñen con cariño…”.
EL HOMBRE, EL AMIGO, EL MAESTRO: MI PADRE
Laura Elena Silva Paz
En este momento de conexión entre reflexiones, recuerdos y letras, quiero contarte algo
que se refiere a nosotros dos: la experiencias de vida que aprendí estando a tu lado sin que
supieras… fue la lucha constante de enfrentar el valor de ser una familia y de mantenerla
unida, a pesar de las adversidades. Ahora lo comprendo y quiero expresarte mi gratitud
y amor aunque tal vez en otra vida podré agradecértelo. De esta manera me mostraste la
sencillez en que como seres humanos debemos ayudarnos, apoyarnos y cuidarnos.
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SANTOS SILVA COTA SU PENSAMIENTO Y TESTIMONIOS SOBRE SU TRAYECTORIA
Te vi ayudar a personas que nada tenían, te vi atender la casa y a todos los que vivimos en ella. Te vi llegar cansado de trabajar, dejar los problemas en la puerta y darte
tiempo para repasar las tareas de matemáticas, geografía, ciencias naturales y otras más,
¡aunque en algunos de estos intentos lograra huir!, es así que aprendí a valorar el hogar,
experiencia que trato de transmitirle a mi familia en cada momento que se vive.
Me has dado mucho, tu nombre limpio y digno, tu ejemplo recto, tu tiempo, tu amor,
tu paciencia, tu visión anticipada de un futuro que exige cada vez mejores individuos
y la preparación amplia en campos cultos de las ciencias naturales y biomédicas a las
que en afinidad nos acoplábamos a platicar tendidamente. Un hombre muy ocupado por
la educación, es así que eres la figura perpetua de una institución universitaria de gran
realce, tu UABC… Quiero agradecerte la acertada labor, de crear esta casa de estudios en
esta tu región, cuyo precepto fue creado para que tus hijos, los hijos de tus hijos y los
que no fueran tus hijos, se formaran como buenos ciudadanos y seres humanos.
Papá, eres ejemplo a seguir y el más excelente de los maestros.
Con cariño tu hija...
UN SER EXTRAORDINARIO
Natalia Silva Paz
Su obra como educador fue monumental. Elevó a planos altos la educación superior,
fue su gran preocupación y su mejor logro fincar en Baja California una institución
que dio frutos a través del tiempo y que cada año de avance fue su orgullo.
Preocupado por el estudio profundo de la naturaleza humana, en la búsqueda
del bienestar y el mejoramiento de la vida en todos sus ámbitos, su constante
cuestionamiento sobre los orígenes, esencia y destino de quienes lo rodeaban
buscaba explicaciones filosóficas y espirituales, aun cuando era un ser escéptico.
Su naturaleza como amigo y padre me dejó muchas enseñanzas, fue mi guía incondicional, aun cuando el problema era en el ámbito sentimental siempre estuvo a mi
lado sin condición, recuerdo sus palabras… “qué tiene la zarzamora que llora y llora
por los rincones”, siempre refiriéndose a mí con un cariño incondicional. En una ocasión leí al psicólogo Erich Fromm que señalaba en algunas de sus teorías, citadas en el
libro El arte de amar, que el amor de padre era condicionado, distinto al de la madre
que se entregaba sin condiciones. Hoy, después de hacer una reflexión, me doy cuenta
de que el autor estaba en un total error, pero si seguimos revisando sus teorías, también hablaba de la existencia de una estrecha y excelente relación entre padre e hija;
para él sus tres hijas: Laura, Julia y una servidora fuimos siempre su ramillete, orgulloso de nuestros logros, empujando siempre nuestro andar y exigiendo resultados; no
tengo más que decir que mi padre fue un ser excepcional, aún con su carácter fuerte
estuvo siempre tomándome de la mano en mi caminar, incluso cuando discutíamos y
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
estábamos en un total desacuerdo, él me hacía sentir que era parte de mi aprendizaje,
y, sin decir nada, tomaba de mi mano para levantarme cada vez que tropezaba.
Comprendía las necesidades y buscaba soluciones, le gustaba platicar sobre filosofía, biología, matemáticas, ecología, educación, sociedad, siempre cuestionaba
y hacía que sus allegados reflexionaran en sus ideas y consideraciones. Activo en
pensamiento y cuerpo, no se dejaba caer ante las circunstancias, siempre fuerte aun
cuando en sus últimos días decaía por su enfermedad, en el hospital sonreía al ver mis
ojos y me daba un beso cuando sentía la necesidad de decir te quiero.
Dejó este pensamiento el cual plasmó en un simple papel, y que pude recuperar antes
de que me cerraran las puertas a su espacio íntimo, y dice así:
“Aún puedo escribir las ideas que se van rápido, levantan al vuelo adiós. Aún conservo ideas claras de las cosas, la confusión está en la construcción, no hay temblores,
el pulso es de 84”.
Al leerlo compruebo una vez más, que aunque ya no estaba físicamente con nosotros, su pensamiento y su alma seguían presentes.
Con amor tu Zarzamora.
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E
Epílogo
Mensajes póstumos
EPÍLOGO
Alejandro Mungaray Lagarda
S
antos Silva asumió la Rectoría por un acuerdo del decreto que ya existía y
el término de su gestión estaba establecido por un criterio que la Junta de
Gobierno debía determinar. Si hubiera sido pasivo, la etapa de iniciación de
la Universidad hubiera durado 14 años, lo cierto es que la precipitó con tanta actividad.
Esta etapa inicial debía terminarse con base en factores de tipo económico, político y
de desarrollo. Duró siete años y nunca dejó de trabajar en ella. A medida que su familia
crecía, surgieron más necesidades y ya no tenía capacidad económica para enfrentarlas.
De hecho, se le había autorizado, por un acuerdo del secretario de Educación, que parte
del subsidio se destinara al pago de su salario, puesto que él se sostenía con el bajo
sueldo del IMSS, los 1 200 pesos del salario de la Universidad y con los ajustes de
cinturón. Por ello, la ANUIES promovió que del subsidio de la Universidad, se destinara
el pago de cinco mil pesos al rector, cantidad que no alcanzó a cobrar.
Pese a ello, Santos Silva no cedió en ninguna actividad. Viajaba en las tardes o en
las noches. Ocupaba a veces sus noches para ir a Tijuana y volver en la madrugada,
en su carro, pagando la gasolina, algunas veces acompañado de su leal y solidaria
esposa. Otras veces iba y venía en la madrugada a arreglar asuntos en Tijuana o en
Ensenada, usando las horas fuera del IMSS. Por ese motivo no pudo sacar adelante su
consultorio ni pagar sus letras, y como su carro se quedó en prenda, al embargarle el
consultorio le quitaron el carro. Quien sufrió por eso fue su esposa, doña Laura Paz
Ramírez, pues a él con un rato de buena charla se le olvidaba todo.
Dejó la Universidad en un clima maduro, pues la entrada de un nuevo gobierno
con una actitud diferente a la del Lic. López Mateos repercutió en las relaciones
políticas. Algunos promovieron la agitación y empezó a surgir la inquietud de lo
que iba a pasar. Él se dio cuenta y presentó un documento donde determina que
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CÉSAR RUBÉN CASTRO BOJÓRQUEZ Y ALEJANDRO MUNGARAY LAGARDA
debe separarse. En este contexto, no promueve nada que no pueda llevar a cabo y
entonces aparecen los grupos estudiantiles inadecuadamente manejados. Eran tiempos de cambios políticos en el estado y él solo pidió respeto para la Universidad y
para su familia. A cambio, él entregaría la Rectoría en un acto universitario, y así se
lo dijo al señor gobernador, por los efectos que podría tener tal cambio en los tres
máximos organismos: Patronato, Junta de Gobierno y Consejo Universitario. La
entrega a Pedro Mercado fue en presencia del presidente de la Asociación Nacional
de Universidades, el 18 de mayo de 1966.
En los cuatro años siguientes, se dedicó a rehacer su casa, su matrimonio, a trabajar en el IMSS, a comprar un carro, pues ya no tenía; asistió a un curso del Seguro
Social y se destacó en la seguridad social antes de ingresar como miembro a la Junta
de Gobierno de la Universidad, en 1970. Se considera a sí mismo un heredero del
desprecio de los bienes materiales sin utilidad práctica inmediata. México tenía una
adecuada estabilidad económica y pensó que con un salario y pensión, podría vivir
tranquilamente. Además, tenía la edad adecuada para ser idealista, y por eso no cuidó
de los bienes materiales y del futuro.
Santos Silva estuvo convencido de que una de las cosas que han asegurado el
bienestar de la Universidad, es que no se tuvo miedo a la política. Si alguna vez hubo
algún problema, fue debido al estado de descomposición social existente a nivel nacional. También estuvo convencido de que los universitarios hicimos nuestra reglamentación, nombrado nuestros rectores y a nuestros directores, cada vez de manera
más independiente, en el marco jurídico que establece la vigencia de la autonomía.
Ello se ha debido a que las autoridades universitarias han actuado con prudencia y a
que el gobierno ha actuado con respeto a la Universidad.
268
ÍNDICE
Prólogo ......................................................................................................................................................... 7
Introducción ................................................................................................................................................ 11
Discursos
El camino es muy largo, lleno de inquietudes y desencantos, pero no nos causa desazón ...................... 17
La Universidad Autónoma de Baja California asume su misión formadora y orientadora
con profundo sentido nacional ................................................................................................................ 19
En 1959, la idea de la universidad solo estaba representada por su ley orgánica .................................... 21
Las tendencias mundiales se encaminan hacia el campo económico, pero nosotros
no debemos claudicar ............................................................................................................................. 27
Año del jubileo: 50 años de Universidad ................................................................................................ 32
Entrevista
Entrevista de Wina Coulther con el doctor Santos Silva Cota ................................................................. 39
De su pluma
Filosofía y educación ante el nuevo orden mundial ............................................................................... 105
La Escuela Superior de Pedagogía ........................................................................................................ 111
La creación de una institución ....................................................................................................................
Autonomía y auditoría. Yo me quedo con mi ley .................................................................................. 117
La ANUIES en la percepción de la Universidad Autónoma de Baja California (1957-1971) .................. 119
Rumbo al 50 .......................................................................................................................................... 136
Ecos del bicentenario y del centenario .................................................................................................. 138
Medalla al Mérito Universitario ............................................................................................................ 139
Cartas a Alejandro
Ideas para un proyecto de desarrollo universitario ................................................................................ 141
269
12 de enero de 2005 .............................................................................................................................. 148
17 de mayo de 2005 .............................................................................................................................. 150
Dr. Alejandro Mungaray Lagarda ......................................................................................................... 151
Gestor de la UABC
Dr. Santos Silva Cota. Primer rector de la UABC ................................................................................... 155
La Universidad: más que un anhelo, una realidad, 1959-1966 .............................................................. 158
Santos Silva Cota y el inicio de la Universidad Autónoma de Baja California .................................... 189
Santos Silva Cota, 1959-1966 .............................................................................................................. 225
Su paso por la Junta de Gobierno ......................................................................................................... 238
Mensajes póstumos ................................................................................................................................... 241
Epílogo ...................................................................................................................................................... 265
Santos Silva Cota su pensamiento y testimonios sobre su
trayectoria se terminó de imprimir en noviembre de 2014
en Comersia Impresiones S.A. de C.V., Insurgentes 1793
int. 207, colonia Guadalupe Inn, CP. 01020, México, D.F.,
tel. (55) 5662-1872. El tiraje consta de 1 000 ejemplares.

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