El Lobo y los Siete Cabritillos

Transcripción

El Lobo y los Siete Cabritillos
El Lobo y
los Siete Cabritillos
La mamá de los siete
cabritillos tenía que salir de
casa a comprar comida.—No
abráis a nadie, sobre todo
tened cuidado con el lobo,
es muy astuto—advirtió a
sus hijos. Al rato, el
lobo llamó a la puerta.
-Abrid, hijos míos, soy vuestra
madre– dijo el lobo, intentando
engañarles. –No eres nuestra mamá.
Ella tiene la voz dulce,
y la tuya es ronca.
¡Eres el lobo! - dijeron todos
El lobo tomó unas claras
de huevo para aclarar su
voz y volvió a la
casa. –Abrid, hijos míos –dijo
con voz suave. Pero por
debajo de la puerta vieron
sus patas negras. –Nuestra mamá
tiene las patas blancas– dijeron.
El lobo echó harina en
las patas y la enseñó
por la rendija de la
puerta. Al ver que era
blanca le abrieron, creyendo que
era su mamá. El lobo
se comió a los cabritillos,
menos al más pequeño que
logró esconderse en la caja
del reloj. Al llegar la
mamá, el pequeño, llorando, le
explicó lo ocurrido. Salieron a
buscar al lobo. Le encontraron
durmiendo. En su panza se
movían los cabritillos. La mamá
abrió con una tijera la
tripa del lobo y los
sacó. Luego metió piedras y
cosió. El lobo se despertó
sediento, se acercó al pozo
a beber. Con el peso,
cayó al fondo y no
pudo salir. Los siete cabritillos
y su mamá, saltaban y
se abrazaban locos de alegría.

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