Salvaje Buenos productos nuestro amor ha generado, buena herida

Salvaje
Buenos productos nuestro amor ha generado, buena herida que supura buenas rimas,
profundo tajo sin sitio para suturas. He llegado varias veces a la cima pero aprendí que nada en
el tiempo perdura que el aburrimiento y el vacío derrumba cualquier estructura. Escucha mis
colores y observa mi voz, la utilizo de hoz pintando de rojo un campo gris de temores.
Yo elijo caer cuando estoy arriba, yo elijo arriesgar para sentir el chute de adrenalina, el que no
arriesga no gana y yo sólo aprendo cuando me quedo sin nada, cuando el fracaso a mi puerta
llama, prendo mi espalda en llamas. Acabaré con cualquier piraña que intente joder mi calma,
cuando estoy cabreado mi voluntad es ley y el resto callan, porque me dejo la vida en alcanzar
mi límite donde a arañazos gravé una raya. Depuro mi vida de farsas y de personas que te
construyen vallas, gente que mete sucias manos en tu cerebro y lo aplasta. Les encanta , cogen
las riendas de tu vida y la desbaratan hasta que no te queda cordura ni esperanza. Te quieren
como a una planta, no pienses, no hables, no actúes, obedece y danza, cual marioneta esclava.
Entonces dices basta y te plantas. Te revelas y controlas tú los hilos de los que antes colgabas,
enséñales quien manda, que lamenten haber destruido una relación de oro y plata, haber
violado tu mente sensata a base de emotivas falacias, haciendo uso del amor que sentías y tu
ciega confianza.
Destruye y reconstruye un bosque podrido y salpicado por las marismas de un río insalubre
que con sus aguas lo invade y cubre. Saca de tu bosque toda esa puta mugre y lánzala a esta
libreta dándole forma de ubre, de donde mamarán otros tus experiencias lúgubres,
encontrando un respiro, sintiéndose algo más comprendidos, al no ser los único que sus gestos
de afecto prostituyen y por frialdad su amor sustituyen.