Meteorito de Santa Rosa
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Meteorito de Santa Rosa
Masa principal del Meteorito de Santa Rosa de Viterbo. Museo Nacional. Omar Gaona 76 200 años de la caída de los Meteoritos de Santa Rosa de Viterbo De yunque a espada del Libertador y otras historias... El Astrolabio 77 REVISI oN DE TEMA ó LOS METEORITOS DE SANTA ROSA DE VITERBO Freddy Moreno Cárdenas Director CEAF. Gimnasio Campestre Correspondencia para el autor: [email protected] Recibido: 16 de abril de 2010 Aprobado: 10 de mayo de 2010 RESUMEN SUMMARY La lluvia de meteoritos de Santa Rosa de Viterbo (Boyacá) ocurrida en el año de 1810 constituye la más numerosa y estudiada en Colombia. En este artículo se reconstruye su historia y se hace un análisis de las dificultades que se ha tenido que superar para la clasificación de estos cuerpos. Así mismo se reporta un nuevo meteorito de 19 kilogramos que posiblemente está relacionado con este suceso. A meteorite showers occurred in Santa Rosa de Viterbo (Boyacá) in 1810, and became the largest and most studied event in Colombia. This article rebuilds its history and analyzes the difficulties that had to be overcome to classified the meteorites. In this study a new meteorite weighing 19-kilograms that is possibly related to this event is reported. Palabras clave: Meteoritos, Santa Rosa de Viterbo, Colombia, nuevo meteorito. Key words: Meteorites, Santa Rosa de Viterbo, Colombia, new meteorite. Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 78 INTRODUCCIÓN La mayoría de los filósofos antiguos veían a los meteoritos como cuerpos pesados que habían sido liberados de alguna forma de su morada celestial y caído a la Tierra. Aristóteles los consideraba como un fenómeno atmosférico, concepto que permaneció hasta finales del siglo XVIII. Los meteoritos han caído a la superficie de nuestro planeta prácticamente desde su formación. Se han encontrado más de una docena de meteoritos fosilizados, incrustados en terrenos pertenecientes al Ordovícico (hace 475 millones de años). Los primeros reportes históricos que describen una muestra de hierro metálico que pudiera considerarse un meteorito datan del año 1900 a.C. y pertenecen a los habitantes de Sumeria. Otras crónicas que describen caídas de rocas provienen de Creta (1478 a.C.) y de Japón (861 a.C.). De acuerdo con Tito Livio, un meteorito (un objeto cónico conocido como la aguja de Cybeles) fue transportado en una procesión real desde el sitio de impacto hasta Roma, donde fue reverenciado por otros quinientos años. Algunos filósofos del siglo XVIII pensaban que los meteoritos eran rocas terrestres. que habían sido golpeadas por relámpagos. Otros pensaban que estos cuerpos habían sido lanzados violentamente por volcanes. Esta idea fue puesta a prueba cuando en 1794 cayó una lluvia de piedras cerca a Siena(Italia), justo 18 horas antes que entrara en erupción el Monte Vesubio. Muchos científicos se apartaban de la idea que existieran rocas que pudieran caer del cielo ya que pensaban que no podían existir cuerpos pequeños en el espacio interplanetario, idea que sostenía Isaac Newton (McSween, 1999). Muchos otros relatos sobre caída de rocas han sido reportados a través de la historia El Astrolabio Figura 1. Jean Baptiste Boussingault hacia 1849 (Mc Cosh,1984). desde China hasta Grecia, pero el mejor documentado es el de Einsisheim en Alemania. Justo después del medio día del 7 de noviembre de 1492 una pesada roca triangular atravesó el cielo del norte de Europa y se estrelló en un campo de trigo a las afueras esta población de Alsacia. Pronto una multitud de curiosos se reunió alrededor del hueco de un metro de profundidad, causado por el impacto y con gran esfuerzo extrajeron una roca oscura, de la cual desprendieron pequeños pedazos para usar como talismanes para la buena suerte. Un alto magistrado de la ciudad viendo lo que sucedía, ordenó proteger la inusual roca y colocarla cerca a la entrada de la iglesia. Semanas después el emperador Maximiliano conoció del suceso mientras visitaba la región y ordenó conservarla dentro de la iglesia, como testimonio de un evento milagroso. En 1771 Wolfang von Goethe visitó Einsisheim, declarando a la roca como una estafa debido a que el fenómeno era certificado por la Iglesia. Finalmente la caída de los meteoritos sólo fue aceptada ante los eventos ocurridos en Barbotan (Francia) en 1790, Benarés (India) en 1798 y la lluvia de 2.500 piedras sobre L’Aigle (Francia) en1803, estudiada por los sabios Biot, Laplace y Poisson quienes legitimaron el suceso. Ante estos hechos Goethe aceptó el origen extraterrestre de los meteoritos (Lewis, 1996). 79 El físico alemán Ernst Chandli es considerado como el padre de la ciencia meteorítica, gracias a que escribió el primer libro sobre el tema en1794, en el cual sostenía que estos pequeños cuerpos estuvieron viajando por el espacio y fueron atraídos por la fuerza gravitacional de la Tierra. Su composición era diferente de las rocas terrestres por lo que estaban relacionados con los bólidos o meteoros muy brillantes (McSween,1999). Los estudios minuciosos de los químicos Edward Howard y Jaques de Bournon sentaron las bases de la clasificación moderna de los meteoritos según su composición: 1-Meteoritos pétreos: conformados por silicatos. 2- Metálicos: compuestos por aleaciones de Hierro y Níquel. 3-Pétreo-metálicos: mezcla de silicatos y aleaciones Fe-Ni. Los pétreos son los más abundantes con el 94% de las masas estudiadas, se dividen en acondritas (con 16 subclases) y las condritas (15 subclases). Los metálicos representan el 5% y se clasifican por su contenido de Galio, Germanio e Iridio o por el contenido de Níquel. El tercer grupo se divide en palasitas y mesosideritos y representan el 1% de los meteoritos (Norton,2002). Según el contenido de Níquel los meteoritos metálicos se subdividen en: hexaedritas entre 4.5% y 6.5% de Níquel. Presentan la estructura Widmansttaten cuando a la superficie del meteorito se le agrega ácido nítrico. El 92% del compuesto de Níquel corresponde al mineral llamado kamacita cuya estructura es hexahedral. Si el contenido de Níquel es superior al 11 o menor del 6% y no se observa la estructura Widmansttaten el meteorito se le cataloga como ataxita. La tercera es la octahedrita llamada así porque las láminas de taenita y de la kamacita se forman paralelas a las ocho caras triangulares de un octaedro. EL DESCUBRIMIENTO Pocos meteoritos metálicos eran conocidos por la ciencia a principios de siglo XIX. Para 1823 cerca de 13 de estos cuerpos habían sido reportados, ocho de los cuales eran pequeños especímenes colectados por el Museo de Viena (Buchwald y Wasson, 1968). Muy interesante resultó para la comunidad científica europea la noticia sumistrada por Humboldt en 1823 a la Academia Francesa a través de la misiva enviada por el naturalista francés Jean Baptiste Boussingault (Figura1) anunciando el descubrimiento y análisis (Tabla 1) de unas masas meteóricas en la Nueva Granada (Ramírez, 1950). Boussingault y Mariano Rivero habían sido contratados por Francisco Antonio Zea, quien tenía la misión especial de enviar a Colombia jóvenes instruidos para fundar en Santafé de Bogotá un establecimiento científico y una escuela particularmente destinada a formar ingenieros civiles y militares (Boussingault, 1892). Iniciada la travesía en suelo colombiano por Pamplona al llegar a Cerinza los expedicionarios relataron así su descubrimiento: “Nos aseguraban que en Santa Rosa (Boyacá) se encontraban menas de hierro excesivamente pesadas. Al pedir informes nos llevaron a donde el herrero para mostrarnos una gran pieza de esa mena, que le servía de yunque. Cuál sería nuestra sorpresa al reconocer en el dicho yunque, una masa de hierro metálico de forma bastante irregular con numerosas vacuolas en su superficie y recubierta de un barniz carmelita y que tenía, en una palabra, todo el aspecto de una masa de hierro meteórico” (Boussingault, 1892). Esta masa de hierro había sido encontrada por una joven llamada Cecilia Corredor en la colina de Tocavita, a un cuarto de legua Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 80 al este de Santa Rosa de Viterbo el sábado santo de 1810. Al parecer el fenómeno meteórico fue visto el día anterior, es decir el 20 de abril como nos lo relata el sabio francés quien visitó el sitio del hallazgo en 1823 (Figura 2). “Todavía pudimos ver, al indicarnos el sitio, una cavidad no muy profunda, de donde el bloque había sido retirado; este objeto, evidentemente cayó en la noche que precedió al sábado santo, porque nadie lo había visto antes, aún cuando el punto de la loma en donde fue encontrado se halle cerca de un sendero que los habitantes de la población toman ordinariamente para ir a buscar leña en el bosque y lo que apoya esta opinión es que, esa misma noche, habían visto un globo de fuego que avanzaba a gran velocidad, a ras de tierra hacia el SO.”(Boussingault, 1892). La persona que más estudió este caso fue indudablemente el Padre Jesús Emilio Ramírez S.J. quien entre 1940 y 1968 indagó sobre el suceso y recopiló los numerosos documentos que son utilizados en esta investigación (Ramírez,2004). En uno de ellos se relata la historia de cómo fue encontrada esta roca, referida por el señor Jesús Rojas Montañés (1943) nacido en el año 1859: Figura 2. Primera página de la obra de Rivero y Boussingault (1823). SANTA ROSA RASGATÁ Masa (Kg) 612.5 0.681 0.561 41 Hierro (%) 91.41 91.23 91.76 90.76 Níquel (%) 8.59 8.21 Grav.espec 7.3 7.6 6.36 7.87 22 7.8 7.6 Tabla 1. Análisis de los aerolitos de Santa Rosa y Rasgatá realizada por Boussingault y Rivero (1823). El Astrolabio “Me refería mi abuela así: Cecilia Corredor iba tras una clueca que apareció sin más ni más junto a su rancho; la siguió y viéndola entrar en una cueva se apoyó en una piedra... que le pareció muy fría: miró y pensó que eso era hierro ... Cuenta a sus vecinos y la tienen por chiflada; el cura José Ignacio Holguín, probablemente, la examina y la encuentra cuerda... van vecinos con rejos, picos, herramientas y bueyes y traen al pueblo la piedra, ...distancia 10 kilómetros...”. El lugar exacto del hallazgo se desconoce hoy en día. El Padre Ramírez (1950) visitó la población en 1925 y para la fecha los habitantes escasamente conocían vagos detalles de la historia. Prieto (1936) sitúa el lugar del impacto a un cuarto de legua (1200 metros) del pueblo. Gil y Concha (2005) proponen el sitio a 6 kilómetros al este, muy cerca a la vía que va hacia la vereda de Tocavita. 81 Figura 3. Imagen de la masa principal del meteorito en la plaza de Santa Rosa de Viterbo (Boyacá) tomado de Gil y Concha (2005). La descripción de Rivero y Boussingault dice que los habitantes se reunieron para bajar el meteorito y que quedó depositado durante siete años frente al Cabildo, tiempo después “ lo llevan a la herrería de Manuel Corredor,… no pudo servir de yunque porque no tenía parte plana” según cuenta Montañés (1943). Los jóvenes científicos compraron el meteorito para el Museo de Bogotá a Cecilia Corredor y le pagaron el precio que pidió: 20 piastras (100 francos). “Tan pronto como corrió la noticia de nuestra compra, vinieron gentes a ofrecernos pedazos de hierro de los que compramos una docena de muestras. Todos los habitantes de Santa Rosa poseían minerales. En un país en donde el hierro es una rareza, se consideraban felices de haber encontrado algo que podían utilizar como un martillo. Los numerosos pedazos de hierro establecían, sin lugar a dudas, el origen cósmico del metal; en efecto, la mayor parte de ellos habían sido recogidos después del descubrimiento de la gran masa, sobre campos cultivados en donde antes del sábado santo, no existían” (Boussingault, 1892). Siguiendo la moda de la época de fundir armas blancas a partir de meteoritos metálicos, se forjó con el hierro de Santa Rosa una hoja de espada la cual se ofreció al Libertador Simón Bolívar, la dedicatoria decía: “Esta espada ha sido hecha con hierro caído del cielo para defensa de la libertad” (Boussingault, 1892). Mc Cosh (1984) tiene otra traducción: “Hierro enviado por Dios para la defensa de la libertad”. La hoja de metal no resultó muy buena en palabras del sabio francés y tampoco hay noticia alguna desde entonces sobre la suerte de dicha arma. La tradición de hacer armas con hierro meteorítico es antigua y quizás viene de los beduinos de la región del Sinaí, quienes pensaban que quien lograba forjar una espada con este hierro era invencible en la batalla. La masa principal del meteorito fue calculada inicialmente en cerca de 750 kg lo cual generó dificultades para su transporte y a pesar de todas las recomendaciones que hicieron sus descubridores al gobierno, para que esa bella muestra de hierro cósmico fuera colocada en el Museo de Bogotá, quedó olvidado por más de ochenta años en la plaza de Santa Rosa (Posada,1938). Queda claro que en Santa Rosa y en sus alrededores cayeron numerosos cuerpos, algunos de los cuales fueron colectados por Boussingault y Rivero y posteriormente enviados a Europa a museos y colecciones privadas (Figura 3). OTRAS MASAS ENCONTRADAS Como se anotó anteriormente el padre Ramírez fue quien se preocupó por documentar la caída posiblemente porque en Santa Rosa existió por mucho tiempo un seminario jesuita. Gracias a lo anterior se lograron identificar otros dos meteoritos, el primero descubierto en 1926 por Daniel Velásquez S.J. y el señor Claudio Montaña, a un kilómetro al este de la plaza de Santa Rosa dentro de los predios del Seminario Jesuita a 50 centímetros debajo de la superficie mientras se hacía una zanja para conducir agua. Su masa es de 38.4 kilogramos (Figura 4). El segundo fue encontrado en 1942, por un agricultor en el campo llamado La Mesita Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 82 Figura 4. Meteorito de 38.4 kilogramos con corte en dónde se aprecia los nódulos de troilita, pertenece al Achivo Histórico Javeriano Juan Manuel Pacheco. Figura 7. Masa de 18.5 kilogramos que reposa en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de la Salle. Figura 5. Masa de 100.5 Kilogramos perteneciente al Archivo Historico Javeriana Juan Manuel Pacheco. Figura 8. Meteorito de 19 kilogramos perteneciente a la familia Jiménez Caro. cavernosas, de brillo blanco argentino y sonido metálico. Un corte de la primera hizo posible observar incrustaciones cilíndricas en forma de cigarro del mineral llamado troilita (Ramírez, 1949). En la actualidad están bajo custodia del Archivo Histórico Javeriano Juan Manuel Pacheco en Bogotá. No se le han hecho análisis a este fragmento (Figura 5). Figura 6. Meteorito de 120 kilogramos perteneciente Departamento de Geogiencias de la Universidad Ncional de Colombia Nacional de Colombia en los límites de La Foresta y Otengá (Boyacá), es de forma triangular y pesa 100.5 kilogramos (Forero,1955). Las dos masas tienen el mismo aspecto físico externo, son El Astrolabio Un tercer meteorito fue hallado en el año 1969 durante una salida de campo de estudiantes de Geología de la Universidad Nacional en las cercanías de Santa Rosa. Su masa es de 120 Kilogramos, tiene una forma irregular, caracterizada por la presencia de cavidades, con brillo mate y vestigios de corteza de fusión (Gil y Concha, 2006) (Figura 6). 83 Otro fragmento que al parecer también se encontró en esta región es el que se encuentra en el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de La Salle, cuya masa es de 18.5 kilogramos. No se conocen análisis a esta pieza (Figura 7). Durante el curso de esta investigación se identificó una pieza que al parecer también pertenece a la lluvia de Santa Rosa. Fue cedida hacia 1957 al señor Santiago Caro Carrillo en aquel entonces revisor fiscal de la Siderúrgica Paz del Río, por el señor Aristides Gutiérrez París, también funcionario de esta empresa. En la actualidad pertenece a la familia Jiménez Caro. Tiene una apariencia irregular como los anteriores, con numerosas depresiones (regmaglifos) y corteza de fusión. Sus dimensiones son 14*17* 27 centímetros y tiene un peso aproximado de 19 kilogramos (Figura 8). Los meteoritos de Santa Rosa de Viterbo tienen numerosos interrogantes históricos causados principalmente por el poco interés que por estos temas se ha tenido en Colombia y dificultades técnicas como su clasificación. LA DISPUTA DE BERLÍN Esta controversia surge en 1823 cuando se encontraron dos meteoritos, uno de 41 y otro de 22 kilogramos en Rasgatá cerca a Zipaquirá (Cundinamarca), uno de ellos pertenecientes a Jerónimo Torres hermano del prócer Camilo Torres. El meteorito de Rasgatá fue conocido en Europa gracias a una pieza de 13 libras que fue enviada por Rivero a un coleccionista llamado Heuland en Londres (Wholer y Partsch,1852). Luego fue comprada por el señor Head de Madrás quien se la vendió a Potscke en Viena. Ésta fue dividida hacia 1837. Numerosos especímenes de este hierro empezaron a aparecer en las grandes colecciones europeas. Las primeras muestras enviadas fueron marcadas como Tocavita y otras como Santa Rosa. Durante esta época se desató la moda de analizar este tipo de rocas razón por lo cual eran divididas en partes pequeñas y compartidos por los investigadores. Como resultado, quince años después los nombres de estas tres localidades se leían en las colecciones imperiales de Viena, Berlín y Londres, y en las colecciones universitarias de Gottingen,Tubingen, París, etc. La colección de aerolitos de Berlín poseía en 1848 dos grandes masas marcadas Santa Rosa (Tocavita) y Rasgatá. El doctor Rose describió los dos ejemplares como semejantes entre sí, de gran dureza y granos finos, se dejaban pulir bien, y al ser tratados con ácidos dejaban ver manchas y unas protuberancias pequeñas y alargadas en las que se incrustaban pequeñas partículas. En 1852 el Profesor Reichenbach de la Universidad de Tubingen consideró que las muestras de Santa Rosa y Rasgatá eran de dos hierros diferentes. En 1868 el geólogo alemán Stubel vio el famoso aerolito aún en la plaza de mercado, al aire libre y señaló sus dimensiones: 70 cms de longitud, 60 cms de ancho y 50 cms de altura (Stubel y Reiss, 1892) y tomó dos muestras de 67 y 23 gramos que envió al doctor Lasaulx (Ramírez,1950). Otra muestra aparentemente del aerolito de Santa Rosa llevada por H. Karsten desató la polémica puesto que no correspondía con las características de los que estaban en Berlín, hecho que hizo que el profesor Woehler analizara el de Rasgatá debido a que no parecía tener Níquel (Tabla 2). Por lo anterior el doctor Cohen en 1895 estudió cerca de treinta muestras de los meteoritos colombianos llegando a la conclusión que existían tres tipos: Santa Rosa: Hierro octaédrico, brecciado, del grupo Zacatecas, representado por la gran masa de la plaza de Santa Rosa y por los Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 84 Elemento Rasgatá° S. Rosa** Rasgatá* S. Rosa* Rasgatá* Tocavita* Fe % 92.35 91.48 93.38 92.30 92.81 89.81 Ni % 6.71 8.20 6.44 6.52 6.70 9.77 Co % 0.25 - 0.66 0.78 0.64 0.57 P % 0.35 - 0.35 0.36 0.28 0.22 C % - - - 0.18 0.19 0.03 0.45 0.02 0.02 0.06 0.09 0.08 Otros Tabla 2. Análisis de meteoritos colombianos realizados entre 1852-1899, hechos por Wolher,° Cohen* y Lasaulx** (Buchwald y Wasson, 1968). de las colecciones de meteoritos. Peso específico 7.654 a 16° C. Tocavita: Hierro octaédrico más fino, representado por los fragmentos envidos por Rivero y Boussingault. Peso específico de 7.85 a 14.8°C. A finales del siglo XIX los meteoritos colombianos eran famosos por las diferencias en los análisis que habían producido las muestras que se habían enviado a Europa empezando por las de Boussingault y Rivero. UN TROFEO PARA EL CAZAMETEORITOS Figura 9. la masa principal antes de ser cortada. Imagen tomada de Ramirez (1950). fragmentos extraídos por Stubel y Reiss. La estructura es de grano grueso y el peso específico de 7,689 a 16 °C. Posiblemente una de las piezas del Museo Británico marcadas con este nombre sea de Rasgatá mientras que las dos piezas de la colección de Tubingen procedan de Méjico. Rasgatá: Hierro con ataxita del grupo Nedagolla, representada por las muestras enviadas por Rivero y Boussingault y por la mayor parte del material conocido con los nombres de Rasgatá, Santa Rosa y Tocavita El Astrolabio A mediados del siglo XIX la Comisión Corográfica reconoce la importancia del meteorito, que permanece abandonado en el patio de la casa de la familia Solano y hacen notar la falta de recursos para enviarlo al museo y de un herrero para tomar una muestra (Ancizar, 1853). En 1875 el aerolito es puesto sobre una columna hecha por la ciudadanía siendo alcalde el Sr. Emilio Montañés (Montañez,1943). A finales del siglo XIX, Alfred Hettner (1892) recogió una anécdota interesante según la cual el meteorito era propiedad del emperador de Alemania y por lo tanto estaba protegido contra la destrucción (Figura 9). A principios de 1906 y después de haber enviado más de 18.000 comunicados a diversos países del mundo solicitando información 85 sobre caída de meteoritos y de haber recibido sólo cuatro respuestas positivas, Henry Augustus Ward, profesor de Historia Natural originario de Rochester, N. Y., colector de piezas para museos y aventurero, decide visitar el corazón de Colombia con el objetivo de asegurar para la ciencia el gran meteorito de Santa Rosa e incrementar su colección o por lo menos recoger información que permita la confirmación de la propuesta de Cohen y establecer hechos que demuestren su inexactitud. Después de remontar el Río Magdalena y alcanzar la altiplanicie, Ward encontró el aerolito sobre una columna estriada junto a la fuente que suministraba el agua para la villa. Verificó su peso y vio que había sido sobrestimado pues sólo alcanzó 612 kilogramos. Según palabras de Ward los habitantes apreciaban en grado sumo el siderito y sabía que era difícil adquirirlo, por lo tanto fraguó un plan y les propuso hacer una estatua del General Rafael Reyes, presidente de Colombia por esta época y quien había nacido en esta población, a cambio del meteorito de la plaza. Al gobernador de la región de Tundama le gustó la idea y en una tormentosa reunión con el alcalde y otros funcionarios forzaron la aprobación del plan. Tarde en la noche Ward invitó a los habitantes a una gran cena en el hotel donde se hospedaba y mientras ellos comían y bebían un piquete de 50 soldados silenciosa y rápidamente bajaron el meteorito y lo colocaron en un carruaje de bueyes (Plotkin, 2006). El profesor salió al siguiente día para Bogotá, pero al llegar a la estación de La Caro el 10 de marzo (El Mercurio, marzo 10/2006) un joven periodista (posiblemente Quijano Mantilla) denunció lo sucedido y el mismo General Reyes ordenó a la policía retener el carro y su carga (El Mercurio, marzo 22/1906). Ward entonces entabló una demanda para hacer respetar los derechos que tenía al haber hecho un negocio con las autoridades de Santa Rosa. Al parecer se llegó a un acuerdo rápidamen- te pues el 14 de marzo el Ministro Cuervo Márquez le comunicó al Director del Museo Nacional que el Ministerio había acordado ceder al profesor Ward uno los aerolitos que existían en el Museo y darle una parte del que trajo de Santa Rosa de Viterbo, en fragmento obtenido por corte de sierra y en la cantidad necesaria para que se apreciara su contextura (López,1996). La roca fue llevada a la ferrería que operaba en la hacienda La Pradera del municipio de Subachoque (Cundinamarca) sitio que poseía un cepillo para realizar los cortes. Finalmente el profesor Ward logró parte de su cometido, una pieza de 150 kilogramos de parte más delgada del meteorito, la que había sido usada como yunque y una parte de la masa del de Rasgatá que pesó cinco y medio kilogramos y que había permanecido en el Museo. Posteriormente el Ministro envió 25 libras de virutas producidas durante el corte a la Facultad de Matemáticas e Ingeniería de la Universidad Nacional con el fin de que se hiciera un análisis científico de este cuerpo mineral (López,1996). Este estudio lo realizó Ricardo Lleras Codazzi (1916) (Tabla3). En la actualidad el Fiel Museum de Chicago posee un bloque de 99,34 kilogramos del cortado por Ward (Nuñez,1998), el resto fue cortado y vendido. Como resultado del estudio de Henry Ward sobre la masa principal que fue recobrada de la colina de Tocavita concluyó que no había señal alguna de que una muestra hubiera sido retirada hasta 1906. Varios cortes fueron enviados a autoridades como el doctor Brezina y el doctor Cohen quienes los analizaron y a juicio de Ward concluyó que no había razón para mantener un tercer tipo de material, es decir, la octaedrita fina de Tocavita era parte de la misma de Santa Rosa (Ward,1907). Después de hacer un cuidadoso análisis del caso, Ramírez (1949) (Figura 10) concluye Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 86 Elemento S. Rosa* S. Rosa° Rasgatá° Tocavita° Fe % 92.30 93.0 92.8 89.8 Ni % 6.52 6.0 6.3 9.4 Co % 0.78 0.7 0.5 0.4 P % 0.36 0.1 0.2 0.2 C % 0.18 0.2 0.1 0.1 Cu 0.02 S 0.04 Cr Trazas Tabla 3. Análisis de meteoritos colombianos realizados por Henry Ward (1907)* y Lleras Codazzi° (Buchwald y Wasson, 1968). to geográfico. Señala cómo una muestra obtenida por Ward y perteneciente al U.S. National Museum contenía el siguiente error en el rótulo: “Rasgatá (Tocavita), Province de Boyacá, Colombia”. EL CASO DEL AEROLITO Figura 10. Fotografía del Padre Jesús Emilio Ramirez S.J. Imagen tomada de Ramirez (2004). que no hay que porque dudar de la autenticidad de los meteoritos de las colecciones europeas rotulados como Santa Rosa y Rasgatá dado que: los curadores de los museos son muy meticulosos al tomar la información de cada muestra. Se puede reconstruir hasta su origen el camino que siguió cada espécimen y las personas que recogieron o presentaron las muestras fueron reconocidos científicos como Boussingault, Humboldt, Stubel, etc. La mayor fuente de error para el caso que nos ocupa, viene de la falta de conocimienEl Astrolabio No deja de llamar la atención que el interés por la pérdida de parte del aerolito se suscitó 16 años más tarde cuando don Joaquín Quijano (El Tiempo, 17 de octubre /1922) publicó el artículo, “Abolengos” donde recuerda cómo el aerolito fue mutilado ante la indolencia de las autoridades, lo cual generó inquietud sobre la autenticidad del fragmento que permanecía bajo custodia del Museo Nacional. El hecho suscitó una noticia periodística el 22 octubre de 1922 en la que se plantearon las siguientes interrogantes:¿El fragmento de hierro que se exhibe como tal es el aerolito íntegro? ¿Es un facsímil fabricado con hierro ordinario? ¿Existen en el Museo Nacional los meteoritos de Rasgatá y Tocavita? (López,1996). Las dos primeras preguntas fueron resueltas con la participación de los lectores, del Dr. Lleras Codazzi y Rafael Orduz, entonces director del Museo Nacional. Sin embargo para el último interrogante es claro que para la fecha el meteorito de Rasgatá no hacía parte del inventario del Museo. Esta masa que había permanecido como una pieza del Museo 87 hasta el 14 de marzo de 1906 (López,1996) y del que Lleras Codazzi (1916) publicó una imagen, desapareció, perdiéndose la pieza clave que hubiera resuelto la pregunta ¿era el meteorito de Rasgatá de la misma caída que el de Santa Rosa? Posteriormente el hierro de Santa Rosa ha sido expuesto en diversos sitios: el Museo Nacional lo cedió en 1943 a la Universidad Nacional (López,1996), donde el padre Ramírez lo vio abandonado en el Laboratorio de Resistencia de Materiales. En 1949 el museo lo solicitó nuevamente a la Universidad. En 1951 el museo estimó su masa en 411 kilogramos (López,1996). Después estuvo expuesto en el Planetario de Bogotá entre 1969 y 1992 y retornó nuevamente al museo donde reposa actualmente (ver portada). La masa del aerolito de Santa Rosa fue estimada por Ward (1907) en 612.5 kilogramos lo que quiere decir que hacia 1951 había perdido una tercera parte. Según éste profesor el corte realizado fue de 150 kilogramos y 11,34 kilogramos de virutas resultantes de la anterior operación (López, 1996) lo que hace pensar que este cuerpo sufrió una mutilación adicional de 39,1 kilogramos, que no está documentada. Posada (1938) nombra Figura 11. Ddibujo del meteorito de Rasgatá. Realizado por Rivero y Boussingault (1823). al inglés Levy Appel como responsable de la traída y corte del meteorito, sin embargo no hay prueba alguna de lo anterior y la responsabilidad de Ward está bien documentada, pero podría dar indicios de otro personaje que estuvo interesado en obtener parte de la roca. SOLUCIÓN DEL DILEMA SANTA ROSA - TOCAVITA El último estudio acerca de los meteoritos colombianos (Buchwald y Wasson ,1968) presenta una nueva hipótesis que acaba con la propuesta hecha por Cohen a partir del hecho de que los identificados como Tocavita eran sólo tres, dos que están en Tubingen y otro en el Field Museum de Chicago. Un análisis de éste mostró que su estructura correspondía a una octaedrita plesítica alterada por calentamiento hasta cerca de los 1000°C. Su superficie muestra zonas martilladas y forjadas hechas, antes de pertenecer a la colección. La composición encontrada es 9.7 % de Níquel, 0.23 % de Fósforo, 0.03 % de Carbono, 39 ppm de Galio y 96 ppm de Germanio. Una comparación con otras caídas mostró que el contenido en Ga, Ge y Ni y estructura junto con las Tubingen eran muy similares a las de otro meteorito llamado Salt River, recuperado en 1850, que además tenía huellas de precalentamiento (Tabla 3). Si tenemos en cuenta que Santa Rosa y Tocavita deberían pertenecer a una misma caída, no deberían tener una composición tan diferente. Por lo tanto es muy probable que la muestra de Tocavita pertenezca realmente a Salt River, una confusión producto de un error de marcado de las muestras en la época en que Reichenbach era el curador de la colección de Tubingen. La concentración de Níquel, Germanio y Galio de las masas recuperadas en 1927, 1942 y Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 88 1969 corresponden con los datos obtenidos de los meteoritos marcados como Santa Rosa a partir de las secciones obtenidas por Ward, teniendo en cuenta que la variación que se observa es común y está dentro del rango de variación experimental (Tablas 4 y 5). La observación de cuerpos paralelos, cónicos y aplanados de troilita y una estructura policristalina son otros elementos comunes en los análisis metalográficos de las masas de Santa Rosa y Rasgatá. Este estudio considera que Santa Rosa es un meteorito difícil de clasificar ya que su estructura cambia sorprendentemente de espécimen en espécimen: son notables las líneas de Neumann, pero en algunas muestras aparece el Widmanstaten, sin alcanzar el patrón típico que alcanza en las octahedritas. Por esta razón Ward (1907) lo clasificó como octahedrita, Buchwald (1977) lo consideró posteriormente como anómalo y Grady como una ataxita, pobre en Níquel. Finalmente el trabajo de Buchwald y Wason (1968) considera que los resultados metalográficos del meteorito de Rasgatá muestran que era de la misma estructura de la masa principal de Santa Rosa hasta que fue calentado cerca de los 1000° C por el hombre, quizás en un intento de dividirlo. Esto provocó que fosfuros y sulfuros se derritieran y oxidaran la cohenita disolviéndose en la matriz produciendo cambios en las estructuras bainíticas según el contenido de Níquel y Carbono. Por tal razón Cohen consideró diferente y genuino el material de Rasgatá en Viena y Tubingen. Posiblemente lo meteoritos fueron llevados desde Santa Rosa (Boyacá) a Rasgatá (Cundinamarca) donde fueron colectados, hecho que ha sucedido en otras caídas (Figura 11). En la base de datos de la Meteoritical Society (2010) el meteorito de Santa Rosa está clasificado como uno de los nueve hierros del Tipo IC encontrados en el planeta. Según Hutchinson (2004) el Tipo I C es un tipo de El Astrolabio hierro con un contenido de Níquel menor al 6.1% en peso y una correlación negativa entre el Níquel y el Iridio. El estudio de la masa perteneciente al Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional lo sitúa dentro de las hexaedritas, debido a su bajo contenido en Níquel (4.9%), a la ausencia de la textura Widmansttaten, (Figura 12) y a la presencia de las líneas de Neumann en todas las muestras estudiadas (Gil y Concha, 2006). Un estudio posterior de estos autores lo clasifica como un meteorito anómalo ya que esta textura fue observada sólo en algunas partes de su superficie (Gil y Concha, 2006). Elemento Tocavita Kumerina Ballinoo Níquel % 9.63 9.69 9.71 10.02 Galio ppm 38.7 36.8 39.0 37.80 Germanio 96.1 ppm 93.4 94.4 100.00 Iridi ppm 8.1 94.4 100.00 6.8 Salt River Tabla 4. Comparación del meteorito de Tocavita con otras caídas (Buchwald y Wasson,1968). Gil y Concha, 2005 Comp. Fe2O3 conc. (%) 94.3 Gil y Concha, 2006 Elemento conc. (%) Fe 92.26 Ni 4.919 Ni 6.95 Co 0.3412 Co 0.48 P2O5 0.2971 P 0.40 Al2O3 0.01315 Al 0.07 SiO2 0.05022 Si 0.04 Cl 0.02 Cl 0.02 Ge 0.01611 Ge 0.02 S 0.02 Zn 0.02 Ga 0.01 Tabla 5. Resultados de los análisis de la masa Perteneciente al Depto. de Geociencias U. Nacional. 89 CONCLUSIONES En la actualidad hay seis fragmentos conocidos en Colombia que están relacionados con la lluvia de meteoritos de Santa Rosa de Viterbo, sin embargo sólo a tres de ellos se les ha hecho los análisis correspondientes, por lo tanto es necesario certificar este vínculo con las masas faltantes. Según los datos obtenidos por Boussingault, la caída del meteorito ocurrió el día anterior a su descubrimiento ya que los pobladores de la zona vieron un globo luminoso que se dirigía hacia el SO. Otra pista que apoya lo anterior es que se descubrió en una zona aledaña a un camino veredal donde no había sido visto antes y que los pobladores recogieron varios fragmentos que cayeron en los campos aledaños. Además Boussingault visitó el sitio de la caída de la masa principal e identificó la oquedad producida por el impacto era superficial. Los meteoritos de Rasgatá pertenecen a la misma caída de Santa Rosa de Viterbo debido a que los estudios metalográficos de Buchwald y Wasson (1968) demostraron que era de la misma estructura del de la masa principal de Santa Rosa hasta que fueron calentados en un intento por dividirlos. La clasificación de los meteoritos no está definida plenamente debido análisis realizados los resultados no han sido homogéneos, en ocasiones se observa la estructura Widmänstaten (Partsch y Wohler, 1852; Ward,1907), mientras que otros autores lo agrupan dentro de las ataxitas (Grady, 2000; Hutchinson, 2004). Los estudios realizados en la masa encontrada en 1969 también mostraron diferencias siendo catalogado como una hexahedrita (Gil y Concha, 2005) y como anómalo (Buchwald,1977; Gil y Concha, 2006). Figura 12. Sección del meteorito de Santa Rosa de Viterbo. Se observan los nódulos oscuros de troilita y la estructura en forma de tejido llamada Widmänsttaten.Tomada de http://www.impactita. com. AGRADECIMIENTOS El autor desea expresar sus agradecimientos al Dr. Howard Plotkin de la Western Ontario University, al Archivo Histórico Javeriano Juan Manuel Pacheco, al Museo Nacional de Colombia quienes suministraron material bibliográfico para realizar esta investigación. 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