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Estudio científico demuestra que concesiones forestales tienen el mejor manejo de las especies maderables más valiosas de los bosques tropicales Investigación se realizó en área protegida más grande de Centroamérica, conocida como la Reserva de la Biosfera Maya, en Petén, Guatemala CIUDAD DE GUATEMALA (5 de noviembre, 2015) – Un nuevo estudio científico sobre la caoba y otras especies menos conocidas de árboles que se realizó en la Reserva de la Biosfera Maya (RBM), en Petén, Guatemala demuestra que las comunidades locales con derecho al manejo del bosque aprovechan de manera sostenible los árboles más valiosos de la región. Esta investigación —la primera de su clase en un contexto de manejo comunitario forestal en el mundo— demuestra que en 16 años de operación, las comunidades, a quienes en la década de los noventa el Estado, a través del Consejo Nacional de Áreas de Conservación (CONAP), les otorgó el 40% de la reserva en administración bajo contratos de concesión de manejo y uso de recursos naturales dentro de un área protegida, han sido capaces de sostener el aprovechamiento forestal con un índice de deforestación casi nulo de 0,4%. Este manejo de los recursos contrasta enormemente con el declive de los bosques tropicales en gran parte de Latinoamérica, así como con el índice general de deforestación de 1,4% en Guatemala, según información basada en estudios independientes de expertos de Rainforest Alliance, Wildlife Conservation Society y CONAP. “Las concesiones forestales comunitarias de Petén, en Guatemala, representan la mejor práctica a nivel mundial para la gestión de bosques tropicales —dijo el autor principal del estudio, Dr. James Grogan, ecologista forestal, reconocido experto en caoba a nivel mundial y colaborador del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE)—. “Al dejar que la biología fije las reglas, se garantiza la regeneración del bosque y del árbol de caoba, una madera preciosa y amenazada en gran parte de los trópicos. Lo cual sugiere un modelo de desarrollo sostenible y conservación forestal que podría replicarse internacionalmente”. Por su parte, César Beltetón, director nacional del Departamento de Manejo Forestal del CONAP aseveró que “los resultados de la investigación confirman que los lineamientos técnico forestales y el efectivo monitoreo desarrollados por el CONAP como ente rector del manejo forestal en áreas protegidas, son consistentes con el manejo sostenible y la conservación”. La RBM abarca el 20% del territorio de Guatemala y limita con Belice y México, con cerca de 2,1 millones de hectáreas, lo cual la convierte en el bosque protegido más grande de Centroamérica. En esta zona habitan cerca de 180 000 personas. “Aunque existió mucha desconfianza sobre la entrega de los bosques en áreas protegidas a las comunidades, ahora vemos que están en las mejores manos —dijo Marcedonio Cortave, doctor honoris causa y director ejecutivo de la Asociación de Comunidades Forestales de Petén (ACOFOP) —. Este estudio muestra que cuando las comunidades rurales tienen los derechos para usar y gestionar el bosque podemos hacer una mejor silvicultura”. Las concesiones forestales comunitarias de Guatemala son una poderosa fuente de desarrollo económico y de conservación de los recursos naturales y son el mejor modelo a nivel mesoamericano que combina el desarrollo social y económico, garantizando la sostenibilidad del bosque y de las comunidades en el largo plazo. Siguiendo regulaciones gubernamentales, las comunidades basan sus decisiones de extracción en un plan de gestión de largo a mediano alcance, el cual involucra un Plan Operativo Anual (POA) con su respectivo censo que incluye todos los árboles que se aprovechan y conservan. De todos los árboles se especifica el diámetro mínimo de extracción según especie, la altura y se aplica el conocimiento sobre el índice de crecimiento de las diferentes especies. De esta forma los silvicultores pueden estimar la cantidad de árboles que crecerán hasta un tamaño comercial para el momento de la próxima extracción y ajustan su recolección en función de eso. Este método permite asegurar que los árboles jóvenes crezcan para reemplazar los que se retiran. El informe señala que el enfoque comunitario contrasta marcadamente con la forma en que se determinan los volúmenes de aprovechamiento en la mayor parte de los trópicos, usualmente a partir de diámetros mínimos arbitrarios. En Brasil, por ejemplo, las compañías madereras pueden extraer el 80% de los árboles de caoba de mayor tamaño (los que tienen más de 60 cm de diámetro), siempre y cuando se dejen al menos cinco árboles por cada 100 hectáreas. Esto significa que pueden llegar a extraer 80 de cada 100 árboles y dejar solo 20, aplicando únicamente una fórmula, sin tener en cuenta la cantidad de árboles jóvenes en el área, lo cual impide que las poblaciones de caoba se recuperen entre extracciones. La caoba de hoja ancha, conocida como la joya de las maderas tropicales, es codiciada por su belleza, grano, resistencia y propiedades técnicas de utilización, por estas razones tiene los más altos precios en el mundo y está siendo sobreexplotada desde hace décadas. La investigación en Guatemala examinó la gestión de las cinco especies de mayor explotación comercial en la reserva: la caoba de hoja grande, el cedro, el manchiche, el pucté y el árbol de santa maría. Las comunidades abrieron mercados para cada una de estas especies a través de FORESCOM, una empresa de procesamiento de valor agregado y mercadeo autogestionada. El estudio recomienda continuar la facilitación de alianzas entre las empresas forestales comunitarias, el gobierno y las organizaciones de asistencia técnica para fortalecer las operaciones de las comunidades forestales, propiciando la continuidad de los contratos u otras figuras legales más estables, que les garanticen un manejo a largo plazo. Benjamin Hodgdon, director forestal de Rainforest Alliance y revisor del estudio, afirmó que “es hora de dejar de cuestionar la capacidad de las comunidades de gestionar en forma sostenible sus bosques y darles los derechos y el apoyo para que lo hagan”. En particular, señaló que las comunidades forestales funcionan mejor cuando tienen el control de una gran área de bosque de alto valor, lo cual les permite construir negocios rentables. La investigación efectuada se titula Análisis del estado de conservación de la caoba de hoja ancha, cedro y otras especies menos conocidas de la Reserva de la Biosfera Maya, Petén, Guatemala, y cuenta con James Grogan, como autor principal y Christopher Free, Gustavo Pinelo, Andrea Johnson y Rubí Alegría, como coautores.