RUTA 1 ROMÁNICO PALENTINO 16:30 horas

Transcripción

RUTA 1 ROMÁNICO PALENTINO 16:30 horas
RUTA 1
ROMÁNICO PALENTINO
16:30 horas
Salida hacia la ermita de Rupestre de Olleros de Pisuerga
Breve introducción al Eremitismo Rupestre:
Sus orígenes cronológicos oscilan entre los siglos VIII y
X y sus primeros inquilinos fueron gentes que emigraron
de Al-Andalus con motivo de los levantamientos y
sublevaciones de origen mozárabe.
Estas migraciones se realizaron sobre todo hacía el
norte peninsular y más concretamente en la cuenca alta
del río Ebro y las provincias de Burgos, Palencia y
Santander son las que se reparten los más importantes
eremitorios de la península.
La característica común de todas las ermitas rupestres
es que se realizan de forma artificial y sobre rocas
blandas de arenisca poco compacta y sin gran dureza y
situadas en valles erosionados por corrientes
hidrológicas.
Estos primeros pobladores excavaron pequeñas
cavidades como lugar de oración no abusando de
grandes alturas ni anchuras en sus naves, salvo
excepción de la que vamos a visitar
En la localidad de Olleros de Pisuerga, pequeña pedanía de Aguilar de Campoo,
nos encontramos con uno de los mejores ejemplos de eremitismo peninsular. Se
trata de la Ermita de los Santos Justo y Pastor una de las de mayor dimensión
del eremitismo español.
Sus orígenes se remontan a los siglos IX y X y su excavación inicial consistía en
una oquedad alargada que en la actualidad hace las funciones de sacristía.
Posteriormente se fue aumentando la excavación hasta llegar a realizar dos
naves y la cabecera de una tercera de finales del s. XII, llegando a realizar una
increíble labor de ingeniería al horadar las entrañas del Monte Cildá
En la actualidad la ermita consta de dos naves con sus correspondientes
capillas absidiales. En la capilla de la derecha se abre una estrecha galería que
hoy se utiliza como sacristía y en la de la izquierda, que fue la capilla principal
con su primitivo altar, se ubica otra capilla casi en penumbra descubierta ya en
el s. XX.
Las dos naves excavadas se cubren con falsa bóveda de cañón apuntada,
también se advierte el detalle de labrar los arcos fajones con cierto
apuntamiento cuya única función es decorativa y dar al templo el gusto de la
época en que se amplió.
Las naves están divididas por tres columnas y una pilastra que es la sustenta el
coro y es de la época. De las tres columnas dos se sustituyeron en el s. XVII por
deterioro de las originales quedando tan solo una de las primitivas.
A la izquierda de la nave central se penetra, a través de un arco de medio punto,
a un pequeño espacio que es el tercer ábside del templo cubierto también con
bóveda de cascarón y que da acceso a un pequeño púlpito que se abre a las
naves.
En conjunto la decoración es muy escasa únicamente en el coro se pueden
observar capiteles dobles pero con una traza muy tosca.
El templo, que en la actualidad, ejerce la función de iglesia parroquial de Olleros de Pisuerga, está complementado
por dos lauras próximas y una necrópolis de tumbas antropomorfas excavadas en el entorno del templo.
Sobre una de las lauras se levanta una torre en piedra de sillería, del s. XVII. Se remata el conjunto en una pequeña
espadaña que contribuye localizar y a sacralizar el lugar.
17:45
Visita al Monasterio de San Andrés de Arroyo
Santibáñez de Ecla
El Monasterio de San Andrés de Arroyo, se encuentra situado en la comarca de La Ojeda al
noreste de la provincia de Palencia, en el término municipal de Santibáñez de Ecla.
El Monasterio se ubica en un valle alejado del núcleo urbano y recibe el
sobrenombre de Arroyo porque, según la tradición, la imagen de San Andrés
apóstol se encontró en el arroyo que riega el valle, motivo por el cual el cenobio
lleva el nombre.
Fue la condesa doña Mencía de Lara, nieta de don Rodrigo González, Conde de
Lara y casado con doña Sancha, hija de Alfonso VI, hermana de Diego López de
Haro, y testamentaria del rey Alfonso VIII la que mandó construir, a principios del
siglo XII, un Monasterio de vida contemplativa bajo la Orden Monástica del Cister y
siguiendo la regla de San Benito “ora et labora” como la máxima cristiana de todas
las Ordenes Monásticas Benedictinas.
En esta época surgen numerosos monasterios en el norte de la península Ibérica y serían los reyes y las familias
nobles los que patrocinaban su fundación, unas veces para que les sirvieran de panteón, otras para albergue de
familiares o bien para redimirles de sus culpas y otras veces, las que más, para rendir culto a Jesucristo como
prueba de su fe católica. Fue la propia doña Mencía la primera abadesa del monasterio y su jurisdicción abarcó a
numerosos pueblos de la comarca.
El monasterio sigue el estilo clásico de las construcciones cirtencieses: unidad de estilo y sobriedad en la
decoración y materiales. Se organiza a partir de la iglesia, con orientación este-oeste, y el claustro, a través del
cual se distribuyen el resto de las dependencias: sacristía, sala capitular, refectorio (desaparecido), cilla, etc.… El
Monasterio está declarado B.I.C. desde 1931
La iglesia tiene planta de cruz latina, de una sola nave con crucero y cabecera triple. Los dos
ábsides laterales de la cabecera son cuadrados y cubiertos con bóveda de crucería
cuatripartita, mientras que el ábside central es poligonal (heptógono) y cubierto con nervaduras
radiales cuyos nervios convergen en una clave y sustentados por columnas que parten del
suelo y, situadas en los vértices de cada lado del ábside. La luz se deja entrar mediante vanos
con estrechos ventanales muy alargados y abocinados, con arcos de medio punto sustentados
en arquivoltas y baquetones. El tramo anterior es de planta rectangular, más alto y con bóveda
cuatripartita. En el ábside del Evangelio hay una
escultura de San Andrés, en el ábside de la Epístola hay una escultura de
Santa Bárbara y en el presbiterio hay escultura de San Benito, San
Bernardo y la Asunción, todas ellas del XVIII. Casi toda la nave está
ocupada por un coro cerrado con tres arcos y sillería barroca. La iglesia
fue consagrada en 1222
La Sala Capitular es una estancia cuadrada abierta a la crujía oriental del
claustro. Es el espacio arquitectónico de mayor belleza y perfección del
conjunto monacal. Se accede por un hueco de paso existiendo cuatro ventanales de arcos apuntados con
arquivoltas y arco rebajado sobre un grupo de ocho columnas con capiteles de hojas rizadas que rodean a su vez a
otra central más gruesa y todo ello sobre un zócalo corrido. La misión de estos ventanales, aparte de iluminar la
estancia, es permitir a las conversas tomar parte de los actos desde el Claustro.
Está cubierta con una espléndida bóveda de crucería, de ocho nervios sobre columnas de esquina y columnillas
sobre ménsulas enlazadas por arcos forneros, que da cobijo a dos sarcófagos: uno el de la condesa Mencía,
primera abadesa del monasterio, y el otro, se supone, de su sobrina María Díaz de Haro, segunda abadesa del
monasterio, ambas condesas de Lara.
La decoración de los sarcófagos son con talla de motivos evangélicos
(Calvario y Reyes Magos) y escudos entre pequeñas columnas románicas y
cabezas de dragones. En las piedras que cubren los sarcófagos aparecen el
báculo abadial. Están sustentados por leones de piedra. Sobre un muro de
la sala se muestra una imagen románica en piedra de
otras abadesas en las cinco fosas existentes.
El Claustro de forma trapezoidal es la joya del Monasterio, un zócalo corrido que se ve
interrumpido únicamente por dar entrada a la zona central, recorre todo el claustro. Del
zócalo arrancan unas columnillas pareadas que soportan arcos apuntados con arquivoltas.
Los capiteles con decoración vegetal, típica del Cister, rematan las columnillas de fuste liso.
El pareado de las columnas es similar al de Santa María la Real de Aguilar de Campoo y
al de las Claustrillas del Monasterio de Las Huelgas de Burgos.
En la esquina del noroeste resalta una columna más gruesa destacando su fuste con una
decoración labrada dibujando franjas en zig-zas y flores de seis pétalos y el capitel con
filigranas ahuecadas casi al aire de gran virtuosismo. Esta columna se ha convertido en la
imagen emblemática del Monasterio. En el centro del patio hay una fuente de estilo románico.
19:00 horas
Visita a la Ermita de Santa Cecilia, Salida hacia Vallespinoso de Aguilar
Dentro de la inmensa concentración, la mayor de Europa,
de arte románico existente en la provincia de Palencia,
Santa Cecilia de Vallespinoso de Aguilar es un referente
por su localización.
Orientada según los cánones y situada en el alto de una
roca desde la cual se divisa gran parte del valle de la
Ojeda, la ermita de Santa Cecilia ofrece una
impresionante estampa que no pasa desapercibida al
visitante.
Datada en los años finales del s. XII, consta de una sola
nave rematada en un ábside semicircular.
La portada abocinada, de gran belleza, con una sucesión de
arquivoltas en degradación. Se accede al interior por medio de
una puerta con arco de medio punto y decorada con capiteles,
que sustentan las arquivoltas, corridos a modo de friso y con
decoración vegetal. A ambos lados nos encontramos con un
friso corrido decorado con escenas históricas (San Jorge
matando al dragón, arpías, San Miguel y el demonio,
centauros enfrentados, las tres marías en el sepulcro y un
basilisco)
En el muro de la epístola se levanta adosada una torre que arranca con forma cuadrada
y termina en cilíndrica.
La cabecera lo constituye un ábside con un amplio presbiterio y en la parte anterior de la
nave nos encontramos con una pequeña espadaña.
En el ábside su ventana central posee guardapolvo que da cobijo a un para de columnas
con sus respectivos capiteles y arquivoltas, decoración ésta ya encontrada en el
Monasterio de San Andrés.
Santa Cecilia de Vallespinoso de Aguilar fue declarada Monumento Histórico Artístico en
el año 1951
Esta iglesia de Santa Cecilia guarda una gran similitud y estilo con las no muy lejanas de
Barrio de Santa María y San Juan de Villanueva de Pisuerga, hoy conservada en un
parque de la ciudad de Palencia.

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