Carátula, Revista Cultural Centroamericana - No. 42 / Junio

Transcripción

Carátula, Revista Cultural Centroamericana - No. 42 / Junio
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
Hoja de ruta
⇒ FERNANDO HENRIQUE CARDOSO: Despedida sin
remordimientos (prólogo a la edición brasileña de Adiós
Muchachos, de Sergio Ramírez)
Pláticas
⇒ FCO. JAVIER SANCHO MÁS: El ruido de las cosas al caer
Plática con Juan Gabriel Vásquez (Premio Alfaguara 2011)
Narrativa
⇒ RAFAEL MENJÍVAR OCHOA (San Salvador, 1959-2011):
Una luz que nunca se apaga (cuento)
⇒ ENRIQUE SERNA (México, 1959):
"Entierro maya" (cuento inédito)
⇒ EDMUNDO PAZ SOLDÁN (Bolivia, 1967):
Norte (nueva novela)
⇒ IVAN THAYS (Perú, 1968): Un sueño fugaz (nueva novela)
⇒ EDUARDO HALFON (Guatemala, 1971):
Mañana nunca lo hablamos (nuevo libro de cuentos)
⇒ BERNANDO FERNÁNDEZ, BEF (México, 1972):
Hielo negro (nueva novela)
Poesía
⇒ ROBERTO SOSA (Honduras, 1930 - 2011):
Selección poética
⇒ HUMBERTO AK'ABAL (Guatemala, 1952): Selección poética
⇒ SANTIAGO MONTOBBIO (España, 1966): Selección poética
⇒ JAVIER ALVARADO (Panamá, 1982):
Balada sin Ovejas para un Pastor de Huesos
Crítica
⇒ JOSÉ PRATS SARIOL: Fina García Marruz, una dimensión
nueva de lo conocido
⇒ COREA TORRES: La revolución perdida, de E. Cardenal
⇒ GUILLERMO CORTÉS DOMÌNGUEZ: La dramática y
conmovedora historia de la lucha sandinista (La trilogía de
Mónica Baltodano: Memorias de la lucha sandinista)
⇒ MAR PADILLA: El tiempo en serio (Contra el cambio, de
Martín Caparrós)
⇒ MANUEL OBREGÓN: Palabras sueltas (a propósito de La
Fugitiva, de Sergio Ramírez)
⇒ AMARANTA SBARDELLA:
Santiago Montobbio, entre arte y vida.
⇒ POESÍA ANTE LA INCERTIDUMBRE: Defensa de la Poesía
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Cine
⇒ RAMIRO LACAYO DESHÓN:
- Nacimiento de un arte - D.W.Griffith
- D.W. Griffith - Fotografías (slideshow)
⇒ OSCAR CASTILLO: "El compromiso"
⇒ FLORA VELÁSQUEZ:
NOW - Ahora es el momento, de Santiago Álvarez
⇒ GUADI CALVO: Arnold Antonin, el camino de la libertad
⇒ CINERGIA: Premio Pepe Escriche 2011
(Festival de Cine Huesca)
⇒ FRANKLIN CALDERA: Historia del Cine en 25 carteles:
Cuarto Cartel: La Pasión de Juana de Arco, de Carl
Theodor Dreyer
Vitrina
⇒ Poesía ante la incertidumbre. Antología de nuevos poetas
en español. Raquel Lanseros (España), Daniel
Rodríguez Moya (España), Fernando Valverde (España),
Andrea Cote (Colombia), Francisco Ruiz Udiel
(Nicaragua), Jorge Galán (El Salvador), Ana Wajszczuk
(Argentina), Alí Calderón (México)
⇒ El diablo sabe mi nombre, de Jacinta Escudos
⇒ Los Culpables, de Juan Villoro
⇒ Cómo estar solo, de Jonathan Franzen
⇒ Sonata inconclusa participa en el Festival Internacional
de Cine de Huesca
⇒ "Haga que esto dure", nota de Enrique Krauze
en solidaridad con Javier Sicilia
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Hoja de Ruta
Prólogo a la edición brasileña de Adiós Muchachos, de Sergio Ramírez
Despedida sin remordimientos
Fernando Henrique Cardoso
El ex presidente brasileño (1995-2002) Fernando Henrique Cardoso (Río de Janeiro,
1931) prologa la edición brasileña de las memorias de Sergio Ramírez, director de
Carátula y quien jugó un papel clave durante el derrocamiento de la dictadura
somocista y el gobierno revolucionario de los años ochenta. “Adiós Muchachos es uno
de esos libros –escribe el brasileño— que se leen con placer, y a la vez con
sufrimiento. Lo que es más raro, el libro cuenta la historia de una de las revoluciones
recientes que más entusiasmaron y que más desilusiones provocaron a muy corto
plazo.” Y mientras analiza lo que significaron estos años no sólo para Nicaragua, sino
para Latinoamérica, también hace un repaso y lanza algunas interrogantes (¿El sueño
de la Revolución se postergó? ¿Se acabó? ¿Habrá valido la pena?) y divisa amenazas
posibles. Éste es el prólogo íntegro.
FERNANDO HENRIQUE CARDOSO
Nació en Río de Janeiro (Brasil).
Político y sociólogo (Universidad de
San Pablo). Presidente de la
República de Brasil en dos períodos
constitucionales: 1995-98 y 19992002. Presidente del Instituto
Fernando Henrique Cardoso (IFHC,
San Pablo) y Presidente Honorario
del Partido de la Social Democracia
Brasileña (PSDB). Miembro de la
Junta del Club de Madrid (España) y,
en EE.UU., de la Clinton Global
Initiative (Nueva York), del Consejo
del Diálogo Interamericano
(Washington), del Instituto de
Recursos Mundiales (Washington) y
del Instituto Thomas J. Watson Jr.
para Estudios Internacionales de la
Universidad Brown (Providence).
Es uno de los intelectuales
latinoamericanos más influyentes en
el análisis de temas tales como los
procesos de cambio social, el
desarrollo y la dependencia, y la
democracia. Activo luchador por la
democratización de Brasil. Senador
Adiós Muchachos es uno de esos libros que se leen con placer, y a la vez con sufrimiento.
Lo que es más raro, el libro cuenta la historia de una de las revoluciones recientes que más
entusiasmaron y que más desilusiones provocaron a muy corto plazo. Sin embargo, el
autor, uno de los principales protagonistas de la lucha sandinista que derrocó a los Somoza,
electo del Estado de San Pablo.
Miembro Fundador del PSDB en 1988.
Ministro de Relaciones Exteriores
(1992-93) y de Finanzas (1993-94).
vice-presidente de Nicaragua bajo Daniel Ortega, escritor de renombre internacional y que
se torno crítico de los desmanes de significativos sectores del sandinismo, no escribe con
Profesor Emérito de la Universidad
amargura, ni se cuenta entre los arrepentidos de la revolución. Describe con detalles la
de San Pablo. Enseñó además en las
lucha armada, da cuenta de las negociaciones internacionales en las que tuvo activa
Universidades de Santiago de Chile,
participación, muestra el aspecto humano que envuelve la lucha revolucionaria, denuncia el
California, Inglaterra, París-
terror de las matanzas, pero no guarda resentimiento en su alma ni deforma las historias
Nanterre, École des Hautes Études
de sus nuevos adversarios ─los actuales dueños del poder, los sandinistas que por el voto
en Sciences Sociales, y Colegio de
volvieron a gobernar─ para hacerlos blancos fáciles.
Francia. Presidente de la Asociación
Internacional de Sociología (AIS)
El libro tiene, como no podría dejar de tener, cierto sabor a desilusión pero no a
arrepentimiento. Me hizo recordar mis propias ilusiones de juventud cuando creíamos en
las maravillas del crecimiento económico de la URSS, en lo igualitario de su sociedad y en
la formación del “hombre nuevo” soviético, y despertamos de nuestros devaneos con la
(1982-86). Doctor Honoris Causa en
más de 20 universidades. Miembro
Honorario Extranjero de la American
Academy of Arts and Sciences.
publicación del discurso de Kruschev denunciando los horrores del estalinismo. A mediados
de los años 1950, en un hermoso día paulino, tratando de comprender lo que pasaba,
Entre sus libros: Capitalismo y
fuimos al apartamento del respetado crítico cinematográfico y escritor Paulo Emilio Salles
esclavitud en el sur de Brasil: el
Gomes, que años antes ya había abandonado la creencia comunista. Conmigo creo que
negro en la sociedad esclavista Rio
estaban Fernando Pedreira, en esa época periodista del diario El Estado de Sao Paulo, el
Grande do Sul (1962); Dependencia y
abogado laborista Agenor Barreto Perente y otros dos compañeros. Paulo, recién llegado de
desarrollo en América Latina (con
su exilio en Francia, calmo, solícito y con su inolvidable aire de transmitir la sensación de
Enzo Faletto, 1969); La construcción
que comprendía y que a la vez era solidario con los más jóvenes, nos miró y dijo: “pero
de la democracia (1993); El
solo hasta ahora ustedes notaron eso?.Él se había desilusionado desde muy antes, con los
Presidente de acuerdo con el
procesos de Moscú de los años treinta, que ya debieron haber servido de alerta a las
sociólogo. Entrevista con Roberto
generaciones futuras.
Pompeu (1998); El mundo en
portugués. Un diálogo (con Mário
Ese ciclo de encanto y desilusión parece ser habitual en los que abrazan las grandes causas
transformadoras. Lo que es menos común es el juicio crítico realista pero que no alienta el
cinismo, ni tampoco invita a desistir de la creencia de que es necesario seguir luchando. Es
saludable continuar buscando lo que difícilmente será alcanzado y creer que el tiempo de la
Soares, 1998) y El arte de la
política: La historia que he vivido
(2006). También publicó artículos en
revistas de Brasil y varios países.
derrota y de la desilusión no fue tiempo perdido. Es éste el testimonio que Sergio Ramírez
nos brinda en este libro.
Recibió premios: Príncipe de Asturias
de Cooperación Internacional (2000),
Ver cómo el curso de la lucha contra los Somoza y el surgimiento de la llama revolucionaria
renacen en la pluma de un gran escritor militante, provoca de nuevo, aun en mi que ya
pasé por tantas desilusiones, el sentimiento de lo difícil que es cambiar el orden social y
político, y de lo necesario que es continuar batallando para cambiarlo. Leyendo el libro por
segunda vez, la primera en el original español y ahora en esta traducción, fui recordando
situaciones latinoamericanas que vi o acompañé de cerca: el derrocamiento de la
democracia en Brasil, y después en Argentina, la elección de Allende y su caída. Venezuela,
Mahbub ul Haq a la Contribución
Extraordinaria al Desarrollo Humano
del Programa de la UN para el
Desarrollo (2002) y J. William
Fulbright para el Entendimiento
Internacional (2003).
(Tomado de Fundaciòn KONEX)
tantas veces golpeada, la invasión de Santo Domingo, las luchas en Guatemala, y de ahí en
adelante. Los desmanes de las oligarquías centroamericanas descritos en este libro se
Enlaces:
diferencian poco de otros tantos desatinos que ocurrieron y aun ocurren en América Latina.
» Instituto Fernando Henrique
Cardoso (IFHC)
Por cierto, los tiempos son otros. Ya casi no se habla de “imperialismo”, ya no se ven las
intervenciones desabridas de los gobiernos norteamericanos. Carter reencarnó en Obama, y
» Club de Madrid: Hacia una
democracia efectiva
Clinton estuvo lejos de ser un Reagan. El mote de “subdesarrollo” que movía a tantos que
se oponían al antiguo orden oligárquico basado en el atraso de las masas, perdió arraigo
entre los más jóvenes y dejó de ser motivación para la acción transformadora. El
crecimiento de las economías llamadas periféricas, como la brasileña y la chilena, por
ejemplo, borraron de la memoria de muchos la época en que se gritaba en las reuniones
políticas: “¡socialismo o estancamiento económico!”. El discurso de la globalización ganó
espacios de aceptación con China a gusto en el G-20, ya soñando, quién sabe si no, en
participar del aun más restricto directorio del G-2, conciliando al Partido Comunista ─en
una “sociedad armoniosa”─ con el más veloz capitalismo de estado, exportador y aliado
SERGIO RAMÍREZ (Masatepe, 1942).
de las multinacionales, olvidadas ya las aspiraciones libertarias y la formación del “hombre
nuevo”. Al mismo tiempo, Rusia, todavía una potencia nuclear, encoge su superpoder para
Escritor nicaragüense. Integrante de
adoptar una posición de discreta participación entre los BRICs, mientras tanto Europa ve
la "Generación de la Autonomía", se
que su periferia está siendo atacada por los mercados financieros especulativos, cuando
gradúa Doctor en Derecho como el
antes éramos nosotros, los escuálidos latinoamericanos, los que servíamos a la avidez de
mejor alumno de su promoción. Al
los ganadores de dinero fácil.
derrocamiento de la dictadura
somocista es electo miembro de la
En este contexto, ¿qué decir de la revolución que como llama que inflamaba los corazones,
llevaba al heroísmo ─cuando no también a la perversión─ lo mejor que tenían muchos
pueblos?
Junta de Reconstrucción Nacional y,
en 1984, vicepresidente de la
República. Premio Alfaguara 1998,
No obstante, esa es la lección de este libro, que las luchas no fueron luchas perdidas, (o
su obra literaria abarca más de
no se perdieron). Es conmovedor como Sergio Ramírez, al hacer el balance de lo que
treinta libros, ocho colecciones de
ocurrió en Nicaragua, sin esconder nada de lo malo que hizo la revolución sandinista, no
cuentos, una docena de libros de
pierde la esperanza, ni deja de hacer ver que, a pesar de los errores, nuevas situaciones
testimonios y ensayos y las
políticas se crearon en el país. Aún sin alcanzar los objetivos idealistas de crear una
recopilaciones El cuento
sociedad basada en la igualdad y en la propiedad colectiva ─léase, estatal─ de los medios
nicaragüense (1976), El pensamiento
de producción, tampoco naufragó en la hegemonía del “partido único”, que era la premisa
vivo de Sandino (1975) y El cuento
para alcanzar las metas propuestas. Y dejó algunas marcas positivas. Refiriéndose al
centroamericano (1974).
comentario de un líder conservador sobre el surgimiento en la cultura política nicaragüense
de una “sensibilidad por los pobres” el autor escribe: Ésta es, en verdad, una de las
herencias indelebles de la revolución, más allá de los espejismos ideológicos que nos
Es Director de Carátula y editor de
su "Hoja de Ruta".
deslumbraron entonces, de los excesos burocráticos y de las carencias del marxismo
Enlaces:
practicante, de la inexperiencia y de las improvisaciones, de las poses, las imitaciones, y la
» Página oficial de Sergio Ramírez
retórica. Los pobres siguen siendo la huella humanista del proyecto que se fue
» Blog en el Boomeran(g)
despedazando por el camino, en su viaje desde las catacumbas hasta la pérdida del poder y
» Facebook Oficial
la catástrofe ética; un sentimiento soterrado, o postergado, pero de alguna manera vivo.
(pag. 247)
» Tweeter Oficial
¿Cual habrá sido la contribución de La Teología de La Liberación para el enraizamiento de
este humanismo de sensibilidad popular? Probablemente grande. Aun cuando hubiese
habido mucha ingenuidad de parte de los sacerdotes que se adhirieron al sandinismo, y
también muchos obstáculos para conciliar la misión pastoral de la Iglesia frente a la
supremacía de Roma en el universalismo católico ─y por tanto, frente al papel rector del
Papa─ con el emergente poder revolucionario, es innegable que sin la adhesión de muchos
curas, y sin su prédica entre las clases más altas, su empeño en la organización popular y
su dedicación a la lucha, aun la lucha armada, otro habría sido el camino del sandinismo.
La jerarquía católica, poco después del inicio del gobierno revolucionario, declaró que
aunque pudiera no haber contradicción entre la iglesia y los valores pregonados por el
sandinismo, era necesario alertar que un socialismo utilizado para someter ciegamente al
pueblo a las manipulaciones y dictados de quienes arbitrariamente detentaran el poder,
sería espurio y falso…(pág. 295). El choque entre la Iglesia oficial y la revolución, fue, por
lo tanto, más político que ideológico o valorativo. la Iglesia estaría dispuesta a aceptar
hasta un socialismo que significase el poder de las mayorías, una economía planificada, un
proyecto social que diese destino común a los bienes y recursos del país teniendo en vista
los intereses nacionales, la disminución de las desigualdades y de las injusticias, dice el
autor. Pero no aceptaría el monopolio de la ideología por el estado, ni mucho menos
toleraría una “iglesia popular” que se diferenciase de la “verdadera”, la de Roma.
Y no fue por motivos muy diferentes que las diversas corrientes de opinión que se juntaron
en el ápice de la revolución, y que llegaron a expresarse en el corazón del poder, acabaron
rompiendo la unidad política. Personalidades y facciones se fueron desgarrando para no
someterse a lo que infelizmente se fue formando desde el inicio del proceso transformador:
la tendencia de subordinación de todo, hasta del gobierno al partido y, por último de todos
en el partido “a los que mandan” o “a quien manda”. La Guerra Fría, prevaleciente en esa
época, llevaba a la revolución inevitablemente a buscar apoyo en Cuba y la Unión Soviética,
dada la intransigencia norteamericana. Las improvisaciones y los equívocos en la gestión
económica – más aun a causa del aislamiento impuesto al país por la escasez resultante –
alentaba mas y mas la pérdida de apoyos políticos internos diversificados, y como
contrapartida, el endurecimiento del poder revolucionario. No faltaron adhesiones a la
contra, esto es a la contra-revolución armada y guiada por la CIA, que terminó por obtener
apoyo aun entre las amplias capas de campesinos y de las clases medias desencantadas,
por no hablar de los ricos expropiados o temerosos de serlo.
En las páginas sobre el período duro de la guerra contra la intervención, se describe una
situación que nada tiene que ver con la otra guerra, vibrante, victoriosa, contra el
somocismo y su dictadura, abierta o disfrazada. Decaía el ardor revolucionario, sobraba la
prepotencia de los nuevos dueños del poder. Sin embargo, no todo se perdería en el plano
político. La epopeya del derrumbe de Somoza ganó grandeza porque junto con ella, como
vimos, hubo identificación con los pobres, tornándose así radical, “en el sentido más puro,
y bajo su ánimo de justicia, capaz de las mayores ingenuidades y arbitrariedades… lo
deseable, o lo justo. Lo deseable y lo justo debían desafiar a la realidad; y en la esfera de
la realidad estaba la economía, como parte de la obsolescencia a desterrar, pero también
estaba el tejido de las relaciones sociales marcadas por siglos de tradición cultural… (pág.
247). Las ilusiones iniciales, la “inocencia sin malicia”, indujo a los sandinistas a creer que
bastaba su identificación con los pobres para asegurar el apoyo de las masas a los cambios
sociales. Subestimaron las tradiciones, los rigores de la sociedad, su complejidad. Tenían
un compromiso con los cambios “hasta el final”. Nadie empuña un fusil para hacer una
revolución a medias, y por consecuencia, nadie hace un cambio radical sin un poder radical,
capaz de defenderse y... de ser permanente. Por lo tanto, la revolución sería incompatible
con el respeto al voto en caso de derrota electoral. En esas circunstancias de radicalización
creciente los moderados pasan a ser sospechosos. Entiéndase el porqué de la dinámica
política: cada vez mas centralización del poder, y cada vez mayor descontento entre los
que originalmente apoyaron el movimiento sandinista para derribar a los Somoza y para
mejorar las condiciones de vida del pueblo. La libertad era escasa y la comida también.
No obstante, las dificultades para vencer a la contra, sumadas a la oposición hasta del
Papa, a las luchas internas, al continuo cerco económico y político, a los errores de
conducción económica que frustraron desde la reforma agraria hasta el funcionamiento de
las grandes unidades de producción controladas por el gobierno, llevaron al
revolucionarismo a ceder en su ímpetu monopolizador. La sociedad dividida desde lo alto a
lo bajo, la presión externa, los cambios gorbachovianos en la misma Unión Soviética, todo
conducía a la búsqueda de nuevos arreglos políticos. Las elecciones y las reglas
democráticas antes admitidas como objetivos tácticos (puesto que lo estratégico era el
cambio social radical y la permanencia del partido en el poder para asegurar ese cambio)
acabaron por transformarse en estratégicos. Las elecciones de 1990 pasaron a ser
encaradas como objetivo esencial para poner fin a la guerra que la sociedad ya no
soportaba más y para legitimar al gobierno.
De susto en susto, la derrota electoral acabó siendo admitida. La realidad se impuso: el
vestido blanco de Violeta Chamorro (cuyo marido fue asesinado por Somoza, y quien se
había unido al inicio al sandinismo, y ahora disputaba el gobierno) atraía mejor a los
electores ansiosos de paz, que el gallo de pelea ennavajado escogido como símbolo por
Daniel Ortega en la campaña electoral. Derrotados los sandinistas, comenzó el juego
democrático, al cual Sergio Ramírez se ajustó. Daniel Ortega, sin embargo, tuvo
dificultades mayores para aceptar que el gobierno y la legitimidad son parte esencial del
ejercicio del poder. Continuó la lucha a través de huelgas, obstáculos y demás, bajo la
convicción de que el partido y su comandante eran los depositarios de la “verdadera”
voluntad popular. Se dio entonces la ruptura entre Daniel y Sergio. Los valores
democráticos absorbieron poco a poco el grueso de las fuerzas sociales y de la cultura
política nicaragüense. Se abrieron nuevas páginas de la historia, gracias a las cuales, Daniel
Ortega regresó más tarde al poder por la fuerza del voto y no de las armas.
El sueño de la Revolución se postergó (¿o se acabó?). La experiencia del partido impulsor
de todos los cambios para hacer justicia a los más pobres, terminó en la piñata (fiesta en la
cual los niños destruyen con palos una olla llena de golosinas o regalos) solo que esta vez
el palo tenia por blanco las propiedades públicas de las cuales, al final del régimen, muchos
dirigentes se apropiaron bajo el pretexto de garantizarse las mejores condiciones para
resistir los tiempos de la democracia. ¿Querrá eso decir que la revolución sandinista no
valió la pena? Sergio Ramírez respondió a esa pregunta en una universidad en Estados
Unidos diciendo: a pesar de todos los desencantos, sigue dándome gratificaciones. Si en
vez del socialismo como objetivo final, lo que hubiera quedado después de la caída del
somocismo fuera la democracia, la libertad, el pluralismo y una cultura política en la cual
hay sensibilidad por los pobres, esto no sería poca cosa.
Hay entretanto, amenazas. El regreso de Daniel Ortega al gobierno, lejos de representar un
puente con el pasado sandinista, más bien parece ser la vuelta al caudillismo, al poder
personal y familiar, anclado en los Consejos del Poder Ciudadano –simulacros de
democracia de base que no pasan de ser los brazos del partido en el poder. Al revés de la
llama ardiente del pasado que aun cuando era equivocada se fundamentaba en una
inocencia sin malicias, lo que se ve ahora es la astucia de quién ejerce el poder personal
cuasi autoritario, enmascarando sus objetivos en la retórica de las “utopías regresivas”
como el autor las califica. Éstas nada más representan la falta de escrúpulos encubierta en
la retórica progresista, con impudicia suficiente para confundir a los observadores más
superficiales. Pero no a Sergio Ramírez cuya trayectoria política nunca se desligó de
profundas convicciones, y que no acepta el poder personal como objetivo máximo de la
política.
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en esta edición de Hoja de Ruta
⇒ FERNANDO HENRIQUE CARDOSO: Despedida sin remordimiento (Prólogo a la
Ediciòn brasileña de Adios Muchachos, de Sergio Ramìrez)
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Crítica
Pláticas con Juan Gabriel Vásquez (Premio Alfaguara)
El ruido de las cosas al caer
Francisco Javier.Sancho Más
Un hombre joven ve llorar a otro mientras escucha poesía. Luego ambos se
encuentran en una mesa de billar y poco a poco, las cosas que le ocurrieron al que
lloraba pasan a formar parte del que observa. Es la historia de una extraña conexión
en la que se cuestiona la memoria y la infancia en un país sembrado por la violencia
del narcotráfico. Hechos como el de la cacería de un hipopótamo escapado de la
antigua hacienda de Pablo Escobar, o el del hallazgo de la caja negra de un avión
accidentado algunos años atrás, permiten que las conexiones con la memoria
conformen la historia. Y en medio de todo, están las preguntas. Juan Gabriel Vásquez
(Bogotá, 1973), residente en Barcelona, compone sus novelas en base a grandes
preguntas, como las que aparecían en su anterior libro, Historia secreta de
Costaguana. El ruido de las cosas al caer, premio Alfaguara 2011, es una historia muy
íntima de la Colombia de los años ochenta, la de las bombas y del auge del
narcotráfico. Carátula conversó con Juan Gabriel en plena promoción de la novela.
JUAN GABRIEL VÁSQUEZ
Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973)
es autor de la colección de relatos
Los amantes de Todos los Santos y
de las novelas Los informantes e
Historia secreta de Costaguana.
También ha publicado una
recopilación de ensayos literarios, El
arte de la distorsión (que incluye el
ensayo ganador del Premio Simón
Bolívar en 2007), y una breve
biografía de Joseph Conrad, El
hombre de ninguna parte.
SM: Juan Gabriel, nacimos en el mismo año, 1973, y quizá por eso me llamó la
atención que el narrador, de una edad parecida a la nuestra, empieza a
preguntarse muchas cosas acerca de la década de los ochenta, cuando nos tocó
ser niños y adolescentes. Utilizas varias veces en la novela la palabra
“generación”. ¿Se trata entonces de una novela generacional?
Ha traducido obras de John Hersey,
John Dos Passos, Victor Hugo y E.M.
Forster, entre otros, y es columnista
del periódico colombiano El
Espectador.
Sus libros han recibido diversos
JGV: Esa intención no estaba al principio de la novela, porque yo no suelo escribir partiendo
reconocimientos internacionales y se
de ideas abstractas, sino de imágenes que se me quedan en la memoria y que después voy
han publicado en 14 lenguas y una
persiguiendo. Después me hago preguntas sobre esas imágenes que siempre tienen que
treintena de países con
ver con un personaje y con los sucesos que le ocurren.
extraordinario éxito de crítica y de
SM: Háblanos de ese personaje y de esas imágenes.
público.
JGV: Pues se trata de un recuerdo de cuando yo estudiaba Derecho en Bogotá. Ya había
Su tercera novela, El ruido de las
decidido que lo mío era la Literatura, así que las clases me aburrían tanto que me iba a
cosas al caer, ha ganado el Premio
escapar a los billares.
Alfaguara 2011.
Juan Gabriel Vásquez vive desde
SM: Igual que el narrador de tu novela (Antonio Yammara). Esa parte, entonces
es real.
1999 en Barcelona.
(Información tomada de www.
JGV: Esa parte es real.
alfaguara.com)
SM: Los billares en Centroamérica, por ejemplo, no suelen tener buena fama
Enlaces:
»Alfaguara: Juan Gabriel Vásquez
JGV: ¿Por qué?
SM: Se asocian, injustamente, a jóvenes delincuentes, vagos, etc.
JGV: Pues en Bogotá son toda una tradición para estudiantes ilustres que no se toman en
serio sus estudios. Después de los billares, yo me iba a escuchar poesía a la casa del poeta
Silva.
SM: También el narrador de tu novela lo hacía.
JGV: Sí, también. Y la casa existe en el barrio de La Candelaria, de Bogotá. Es un centro
cultural que se estableció en el antiguo domicilio del poeta José Asunción Silva que dispone
de una biblioteca y una sala con sillones y audífonos donde uno se sienta a escuchar
poesía.
FRANCISCO JAVIER SANCHO MÁS
(Andalucía, España). Tiene 35 años.
Comparte la nacionalidad de alma,
SM: Colombia siempre sorprende por el fomento de la cultura que no se ve en
muchos países de América Latina, ¿verdad?
corazón y vida con Nicaragua.
Estudió Filología, y es Postgrado de
Pedagogía, Periodismo y Máster en
JGV: Sí. Se pueden llenar estadios de gente para escuchar poesía. Pero como te iba
Derecho Internacional. Ha sido
contando, estando en una de esas tardes en la casa del poeta Silva, vi a un hombre que
profesor universitario y de
escuchaba poesía y lloraba como un niño. Esa imagen me impresionó muchísimo. Después,
secundaria en Periodismo, Literatura
con el tiempo, fui construyendo una historia inventada sobre él, pero se quedaba sólo en
e Idiomas.
una historia personal. No hallaba lo que había detrás de todo eso, a qué preguntas me
llevaría. Mis novelas parten de algo pequeño, pero en algún momento se construyen sobre
Ha colaborado y editado en diversos
grandes preguntas. Con este personaje, las preguntas no aparecían hasta que mataron al
medios de comunicación de España y
hipopótamo de Pablo Escobar.
América Latina desde los 16 años:
ABC, La Jornada, El País, El Nuevo
SM: Es lo primero que el narrador cuenta en la novela.
JGV: Sí, un hipopótamo que mataron durante los años noventa y cuya cacería
retransmitieron en televisión. Se trataba de uno de los que había estado en el zoológico
construido por Pablo Escobar, un lugar que se volvió legendario en Colombia. Yo estuve allí,
de chico, sin el permiso de mis padres. Al ver al hipopótamo hice la conexión y en un
segundo empecé a recordar cómo fue crecer en Colombia durante los años ochenta con los
atentados dirigidos por Pablo Escobar. Empecé a preguntarme que implicaba para mi
generación haber sido contemporánea del desarrollo del narcotráfico de Pablo Escobar y
cómo me afectaba a mí, como individuo de aquella generación.
Diario, Babelia, Carátula, El Mundo.
Ha coordinado el proyecto Testigos
del Horror, una serie de reportajes
con novelistas para El País Semanal
de España que le ha llevado por
países como Yemen, Cachemira,
Congo, Bangladesh, Colombia o
Haití, durante año y medio para
entrar en contacto y contar el
SM: Una hipótesis. ¿Y si te hubieras quedado sólo con la historia personal del
sufrimiento de muchas personas en
personaje de Ricardo Laverde, el nombre que le diste al tipo que viste llorar un día
contextos olvidados.
mientras escuchaba poesía? Es decir, ¿hubiera podido ser una buena novela si
hubieses renunciado a vincularla a la historia de Colombia?
Ha publicado la Colección Cien
relatos geniales (Editorial Jamais,
JGV: No lo sé, pero creo que en cualquier caso, estas ideas la enriquecieron. Si hubiera sido
sólo un testimonio de la vida de otro, sin contar con las consecuencias que sufre el
narrador, creo que entonces habría sido una novela más pobre.
SM: Sin embargo, en esta novela, como en tu anterior Historia secreta de
Costaguana, hay momentos en los que ese esfuerzo de vincular las dos historias,
la del narrador con la de la historia de los demás personajes, así como con la del
país, puede resultar un tanto artificioso.
España); Las cien novelas para
siempre del siglo XX (Grupo Editorial
LEA, Managua), y el libro de relatos
Si estuvieras aquí, en Managua con
LEA y en España con Icaria Editorial.
Es columnista sabatino de El Nuevo
Diario desde hace varios años y
JGV: (algo sorprendido) ¿Ah sí? ¿Qué elemento te parece artificioso? ¿Que el ruido de un
miembro del Centro Nicaragüense de
avión que se accidentó pase a formar parte de la memoria del narrador?
Escritores.
(El avión del que habla Juan Gabriel existió y sufrió un accidente real ocurrido en los años
Primer editor de Carátula,
noventa, y en el que él sitúa a la esposa del personaje principal, que resultará una víctima
actualmente forma parte de su
más. La grabación de la caja negra, obtenida por el narrador, pasa a formar parte de la
Consejo editorial.
memoria de este último como algo propio)
SM: Sí, pero también que el narrador se sienta tan estrechamente vinculado a la
hija del personaje principal, sólo por ser de la misma generación. Creo que
vivieron situaciones muy diferentes. No sé. Pero son lecturas diversas que admite
la novela. Hay otros momentos que aparecen algunos de tus personajes
recurrentes. Por ejemplo, Conrad, al que mencionas por su obra La línea de
sombra. Lo haces para hablar de lo que significa hacerse adulto.
JGV: Sí, porque la novela habla de lo que significa haberse hecho adulto en la Colombia en
la que yo viví y que ha tenido tanto impacto por su violencia.
SM: Yo creo que en el libro se plantean las preguntas que nos hacemos muchos de
la misma generación y que hemos vivido en otros países. De hecho, el párrafo
final está lleno de preguntas.
JGV: Sí. De tres preguntas.
SM: No digamos cuáles son ahora, pero sí anticipemos que en la novela se camina
mucho por Bogotá.
JGV: Por lo menos, están los lugares que yo recuerdo de Bogotá, aunque a lo mejor no
sean muy precisos, geográficamente hablando.
SM: Siempre presente el barrio de la Candelaria, ese lugar de arquitectura colonial
tan entrañable, de Universidades y rincones donde beber cervezas.
JGV: Y donde jugar billar y escuchar poesía…
SM: También es una novela que hace un recorrido muy claro a través de la historia
del tráfico de drogas en el país. Mediante el personaje de un piloto de avionetas,
como Ricardo Laverde (el hombre que lloraba) asistimos a ese proceso que
arranca con el comercio de marihuana y desemboca en el de la Coca.
JGV: Sí, la droga ha cambiado todo en mi país. Hasta la manera de pensar de los
colombianos, sobre lo que se puede y lo que no se puede hacer. Ha cambiado hasta la
definición de corrupción. Mientras haya narcotráfico habrá violencia, con lo que la única
solución posible es la que no va a suceder: la legalización. Así que de momento hay pocas
salidas.
SM: Hay un personaje que llama poderosamente la atención, se trata de Elaine, la
pasajera de ese vuelo accidentado y la que deja viudo a Laverde. Ella había sido
una norteamericana, voluntaria de los cuerpos de paz que, sin embargo, se casa
con un tipo que entra al narcotráfico. Parece un poco contradictorio que alguien
tan idealista y comprometida como ella se una conscientemente a un piloto de los
narcos, ¿no te parece? ¿Es verosímil?
JGV: Y tanto. Ha pasado muchas veces. Esa relación no es especulativa. Me baso en
muchas declaraciones que aún no han sido recogidas en los libros de historia sobre la
participación de voluntarios norteamericanos en el desarrollo del narcotráfico.
SM: El otro gran tema que tratas en la novela es la necesidad de que los hijos no
reciban esta herencia de violencia.
JGV: Sí, más bien, el narrador busca cómo proteger a los que quiere, y de eso toma
conciencia al tener una hija y los miedos que eso conlleva. La novela está embebida de
vulnerabilidad, y de la ansiedad de nuestro tiempo. Su temática es colombiana, pero está
escrita en España, hoy. Yo creo que eso también influye.
SM: Hablando de Colombia, Elaine le escribe a su abuelo y le cuenta que está
leyendo Cien años de soledad, una novela que considera insoportablemente cursi
y “melodramática, lo peor que ha leído en mucho tiempo”. ¡Guau!, a veces un
autor utiliza a personajes para decir lo que él piensa, ¿no?
JGV: No, no. Yo en realidad admiro mucho a García Márquez y Cien años de soledad. Pero
tenía que vengarme de lo mucho que me impactó y sacarme un poco su fantasma, así que
en ese sentido sí utilicé al personaje.
SM: Si uno observa a otros autores, como Vallejo, Héctor Abad, o Laura Restrepo,
todos colombianos, sus novelas están marcadas por la violencia. También la tuya.
JGV: Hay otros autores jóvenes que no escriben sobre eso, pero sí, es algo que nos marca.
SM: ¿Por eso te viniste a España?
JGV: Lo mío fue más por razones literarias. En eso seguí el modelo de Vargas Llosa.
SM: ¿Piensas volver?
JGV: Quizá por un par de años. No me gusta estar mucho tiempo en un mismo sitio. Ya
llevo en Barcelona catorce años.
SM: ¿Este premio, tan importante a nivel económico y en otros sentidos, crees que
te puede marear un poco? ¿Estás escribiendo algo actualmente?
JGV: No. Estaba trabajando en una novela cuando de repente se me cruzó esta otra con lo
que a lo mejor no me entusiasmaba mucho lo que estaba escribiendo. Veré qué puedo
hacer con ella. Aparte tengo otros muchos proyectos, de los que nunca me canso.
SM: Aparte de la escritura, ¿con qué te ganas la vida?
JGV: Hago mucho periodismo y doy una clase sobre cultura española para jóvenes
universitarios norteamericanos que vienen a estudiar a España.
SM: Gracias por tu tiempo y suerte con la promoción.
JGV: Un saludo a todos.
A partir de esta entrevista, Juan Gabriel comienza la promoción de su novela premiada por
varios países de América Latina.
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en esta edición de Pláticas
⇒ FRANCISCO JAVIER SANCHO MÀS: Pláticas con Juan Gabriel Vásquez
(Premio Alfaguara 2011)
© CARÁTULA, 2004-2011. Cada autor es responsable de sus comentarios.
Carátula no asume responsabilidad alguna por las opiniones expresadas por sus colaboradores o lectores.
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Narrativa
Cuento
Una luz que nunca se apaga
Rafael Menjívar Ochoa, q.e.p.d.
Las letras centroamericanas se encuentran de luto por la partida reciente de dos
grandes autores: el salvadoreño Rafael Menjívar Ochoa (27 de abril) y el hondureño
Roberto Sosa (23 de mayo). En esta edición, Carátula recuerda a ambos con textos de
su autoría. De Rafael Menjívar Ochoa, nacido el 17 de agosto de 1959 y escritor,
periodista y traductor salvadoreño, autor de clásicos como Historia del traidor de
Nunca Jamás, compartimos su cuento "Una luz que nunca se apaga", título que hace
homenaje a la huella de su obra y legado.
RAFAEL MENJÍVAR OCHOA (San
Salvador, 17 de agosto de 1959 - 27
de abril de 2011) fue escritor,
periodista y traductor.
Estudió música, teatro y letras
inglesas. En 1999 se instaló en El
Salvador, donde en 2001 se convirtió
en Coordinador de Letras (director
de literatura) y en 2001 fundó La
Casa del Escritor, proyecto para la
formación de escritores jóvenes,
ubicado en la que fuera casa de
Salvador Salazar Arrué (Salarrué).
Pertenece a la llamada Generación
del Cinismo o Generación del
Desencanto, junto con Horacio
Castellanos Moya, Jacinta Escudos y
Miguel Huezo Mixco, entre otros que
comenzaron su producción literaria
en la época de la guerra.
Entre otros títulos, es autor de
Historia del traidor de Nunca Jamás
(novela, Costa Rica, 1985, Premio
Latinoamericano de Novela EDUCA
1984); Algunas de las muertes
(poesía, México, 1986), Los años
marchitos (novela negra, Costa Rica,
1990, Premio Latinoamericano de
Novela "Ramón del Valle Inclán");
Manual del perfecto transa (ensayo,
México, 1999); De vez en cuando la
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muerte (novela negra, San Salvador,
2002); Tiempos de locura. El
Salvador 1979-1981 (ensayo
histórico, San Salvador, 2006);
Cualquier forma de morir (Novela,
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Guatemala, 2006) e Instrucciones
para vivir sin piel (Novela, México,
2008).
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en esta edición de NARRATIVA:
⇒ RAFAEL MENJÍVAR OCHOA (San Salvador, 1959-2011):
Una luz que nunca se apaga (cuento)
⇒ ENRIQUE SERNA (México, 1959): "Entierro maya" (cuento inédito)
⇒ EDMUNDO PAZ SOLDÁN (Bolivia, 1967): Norte (nueva novela)
⇒ IVAN THAYS (Perú, 1968): Un sueño fugaz (nueva novela)
⇒ EDUARDO HALFON (Guatemala, 1971):
Mañana nunca lo hablamos (nuevo libro de cuentos)
⇒ BERNANDO FERNÁNDEZ, BEF (México, 1972): Hielo negro (nueva novela)
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Narrativa
Cuento inédito
Entierro maya
Enrique Serna
Enrique Serna (Ciudad de México, 1959), magnífico narrador considerado como uno
de los mejores autores de la literatura mexicana contemporánea. Autor prolijo, entre
sus obras se hallan las novelas Señorita México, Uno soñaba que era rey, El miedo a
los animales, El seductor de la patria (Premio Mazatlán de Literatura) y Ángeles del
abismo (Premio de Narrativa Colima). Es también un cuentista que con fineza
entrelaza el drama y el humor. El Nobel colombiano Gabriel García Márquez lo incluyó
como uno de los mejores cuentistas del siglo XX con el relato "Hombre con minotauro
en el pecho". Y es en este género, el del cuento, en que comparte con Carátula un
texto inédito.
ENRIQUE SERNA (Ciudad de México,
1959).
Licenciado en Letras Hispánicas por
la UNAM, trabajó como redactor
publicitario, argumentista de
telenovelas y biógrafo de ídolos
populares antes de entrar de lleno a
la literatura.
OBRA LITERARIA
Uno soñaba que era rey (novela),
Seix Barral, 1989; Señorita México
(novela), Seix Barral, 1993; Amores
de segunda mano (cuentos) Cal y
Arena, 1994 (elegido por la revista
Nexos como uno de los 10 mejores
libros de cuentos mexicanos
publicados en el último cuarto del
siglo XX); El miedo a los animales
(novela), Punto de lectura, 1995;
Las caricaturas me hacen llorar
(ensayos) Joaquín Mortiz; El seductor
de la patria (novela), Seix Barral,
1999 (Premio Mazatlán de Literatura
2000); El orgasmógrafo (cuentos),
Seix Barral 2001; Ángeles del abismo
(novela), Seix Barral (Premio
Narrativa de Colima 2004).
Fruta verde (novela) Planeta; Giros
negros (ensayos), Cal y Arena; La
sangre erguida (novela) Seix Barral
2010 (Premio de Narrativa Antonin
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Artaud, 2010, Francia).
Su obra ha sido traducida al francés,
al italiano, al portugués y al inglés.
Ha colaborado en distintos
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suplementos y revistas culturales,
entre ellos Sábado, Letras Libres,
Crítica, Confabulario.
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Una luz que nunca se apaga (cuento)
⇒ ENRIQUE SERNA (México, 1959): "Entierro maya" (cuento inédito)
⇒ EDMUNDO PAZ SOLDÁN (Bolivia, 1967): Norte (nueva novela)
⇒ IVAN THAYS (Perú, 1968): Un sueño fugaz (nueva novela)
⇒ EDUARDO HALFON (Guatemala, 1971):
Mañana nunca lo hablamos (nuevo libro de cuentos)
⇒ BERNANDO FERNÁNDEZ, BEF (México, 1972): Hielo negro (nueva novela)
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Narrativa
Nueva novela
Norte
Edmundo Paz Soldán
Norte ha sido descrita como "una novela acerca de la pulsión artística, la frontera que
atraviesa a los personajesy la violencia física y artística que desencadena el
desarraigo". Según su autor, Edmundo Paz Soldán (Cochabamba, 1967), "la novela
cuenta el sentimiento de estar perdido, deambulando, sin tu ancla, en un continente
extraño, en un país que no es el tuyo. Quería mostrar ese extravío en los personajes.
Muchas veces la relación del inmigrante hispano con Estados Unidos es de hostilidad
porque te sientes literalmente en una cultura ajena y ahí aparecen diversas patologías
que muchas veces tienen que ver con la violencia." Carátula comparte con sus lectores
los primeros dos capítulos de esta novela.
EDMUNDO PAZ SOLDÁN
(Cochabamba, Bolivia, 1967),
escritor, es profesor de Literatura
Latinoamericana en la Universidad
de Cornell.
Es autor de nueve novelas, entre
ellas Río Fugitivo (1998), La materia
del deseo (2001), Palacio Quemado
(2006) y Los vivos y los muertos
(2009); y de los libros de cuentos Las
máscaras de la nada (1990),
Desapariciones (1994) y Amores
imperfectos (1998).
Ha coeditado los libros Se habla
español (2000) y Bolaño salvaje
(2008). Su libro más reciente es
Norte (Mondadori, 2011).
Sus obras han sido traducidas a ocho
idiomas, y ha recibido numerosos
premios, entre los que destaca el
Juan Rulfo de cuento (1997) y el
Nacional de Novela en Bolivia (2002).
Ha recibido una beca de la fundación
Guggenheim (2006).
Colabora en diversos medios, entre
ellos los periódicos El País y La
Tercera, y las revistas Etiqueta
Negra, Qué Pasa (Chile) y Vanity Fair
(España).
Enlaces:
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» Blog del autor
en esta edición de NARRATIVA:
⇒ RAFAEL MENJÍVAR OCHOA (San Salvador, 1959-2011):
Una luz que nunca se apaga (cuento)
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⇒ IVAN THAYS (Perú, 1968): Un sueño fugaz (nueva novela)
⇒ EDUARDO HALFON (Guatemala, 1971):
Mañana nunca lo hablamos (nuevo libro de cuentos)
⇒ BERNANDO FERNÁNDEZ, BEF (México, 1972): Hielo negro (nueva novela)
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» Narrativa
Nueva novela
Un sueño fugaz
Iván Thays
La primera pista sobre la novela más reciente del peruano Iván Thays (Lima, 1969) la
dio él mismo, hace algunos meses, cuando declaró: "Yo mismo escribí un libro de
cuentos, inserto dentro de una novela, sobre el tema del fracaso literario, llamado 'Los
alces premeditados', aunque ahora se me antoja publicarlo separado de la novela y
titularlo Un sueño fugaz para que se subraye la idea del fracaso", siendo el fracaso
para este autor, considerado por Mario Vargas Llosa o Alfredo Bryce Echenique como
relevo en la literatura peruana, "como la cara de una misma moneda, donde también
se implica el éxito. La cita de Kipling me parece acertada: 'El éxito y el fracaso son un
par de impostores'. Fracasar o triunfar siempre es un engaño, un sueño
fugaz. Además, hay fracasos llenos de gloria y hay triunfos pírricos también. Lo
importante es que descubramos que, en nuestra vida, la fugacidad es el único
compañero de viaje. Lo único permanente es el cambio. No podemos, por tanto,
confiar en la seguridad del éxito ni del fracaso. Todo cambia siempre. Todo es fugaz."
Carátula comparte las primeras páginas de esta nueva novela.
IVÁN THAYS (Lima, 1968), escritor
peruano.
Estudió de Lingüística y Literatura en
la Pontificia Universidad Católica del
Perú, donde después fue jefe de
práctica. Con la publicación de Las
fotografías de Frances Farmer, su
primer libro, a principios de la
década del 1990, se convirtió en uno
de los escritores más singulares de
su generación.
Durante los siguientes años publicó
novelas e inició la conducción del
programa televisivo literario Vano
Oficio. También ha sido jurado de
numerosos certámenes de literatura,
como el Premio Alfaguara.
En 2007 fue elegido como uno de los
39 mejores escritores
latinoamericanos menores de 39 en
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el festival Bogotá39.
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Ha sido Finalista del Premio Copé
2008 con el cuento La ópera gris,
Premio Príncipe Claus 2000
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(Holanda), Finalista del Premio
Rómulo Gallegos 2001 con la novela
La disciplina de la vanida, Finalista
del Premio Herralde 2008 con Un
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lugar llamado Oreja de Perro.
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Es autor de los cuentos Las
fotografías de Frances Farmer
(1992), y las novelas Escena de caza
(1995), El viaje interior (1999), La
en esta edición de NARRATIVA:
⇒ RAFAEL MENJÍVAR OCHOA (San Salvador, 1959-2011):
Una luz que nunca se apaga (cuento)
⇒ ENRIQUE SERNA (México, 1959): "Entierro maya" (cuento inédito)
⇒ EDMUNDO PAZ SOLDÁN (Bolivia, 1967): Norte (nueva novela)
⇒ IVAN THAYS (Perú, 1968): Un sueño fugaz (nueva novela)
⇒ EDUARDO HALFON (Guatemala, 1971):
Mañana nunca lo hablamos (nuevo libro de cuentos)
⇒ BERNANDO FERNÁNDEZ, BEF (México, 1972): Hielo negro (nueva novela)
disciplina de la vanidad (2000), Un
lugar llamado Oreja de Perro (2009)
y su más reciente, Un sueño fugaz
(2011).
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» Narrativa
Nuevo libro de cuentos
Mañana nunca lo hablamos
Eduardo halfon
"Sin proponérmelo, casi sin darme cuenta, vuelvo una y otra vez a las narrativas de mi
infancia. A mis historias infantiles. Como si, al escribirlas, quisiera también recuperar
algo, o recordar algo, o simplemente regresar a ese espacio tan blanco del cual fui
desterrado. Toda infancia tiene sus puertas de salida. En toda infancia hay momentos a veces magnánimos, a veces prolijos, a veces breves y volátiles- que son como
pórticos hacia la grandeza del futuro. Los atravesamos con pasos inocentes, llenos de
ímpetu y curiosidad, sin entonces lograr comprender, por supuesto, que esos
precarios pasos son irrevocables, que no tienen marcha atrás. A veces pienso que por
eso escribo. Para intentar regresar a la ilusoria y frágil pureza de mi niñez, en la
Guatemala de los turbulentos años setenta. Para meter el plumón en la tinta de mi
memoria infantil hasta encontrar allí los momentos que fueron mis puertas de salida.
Para volver sobre mis pasos de niño y caminar nuevamente en aquellos pórticos y
quizás así, ahora, en un puñado de páginas, y a través del prisma nebuloso de la
memoria y la ficción, recuperar destellos de un paraíso perdido." Esto cree Eduardo
Halfon (Ciudad de Guatemala, 1971), uno de los narradores de mayor valía en la
Guatemala contemporánea, sobre su más reciente libro de relatos, Mañana nunca lo
hablamos, del que compartimos el cuento homónimo.
EDUARDO HALFON (Ciudad de
Guatemala, 1971).
Estudió Ingeniería Industrial en la
Universidad Estatal de Carolina del
Norte. Durante ocho años fue
catedrático de Literatura en la
Universidad Francisco Marroquín de
Guatemala.
En el 2007 fue elegido entre los 39
mejores escritores latinoamericanos
menores de 39 años, siendo incluido
en la selección Bogotá39.
En el 2008, su libro Clases de dibujo
ganó el Premio Literario Café Bretón
& Bodegas Olarra. Recibió el Premio
de Novela Corta José María de
Pereda por La pirueta. Entre sus
obras se encuentran Esto no es una
pipa, Saturno (2003), El ángel
literario (2004, semifinalista del
Premio Herralde de Novela), El
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boxeador polaco (2008), Morirse un
poco (2009) y La pirueta (2010).
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Ha sido traducido al inglés,
portugués, holandés, francés y
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⇒ RAFAEL MENJÍVAR OCHOA (San Salvador, 1959-2011):
Una luz que nunca se apaga (cuento)
⇒ ENRIQUE SERNA (México, 1959): "Entierro maya" (cuento inédito)
⇒ EDMUNDO PAZ SOLDÁN (Bolivia, 1967): Norte (nueva novela)
⇒ IVAN THAYS (Perú, 1968): Un sueño fugaz (nueva novela)
⇒ EDUARDO HALFON (Guatemala, 1971):
Mañana nunca lo hablamos (nuevo libro de cuentos)
⇒ BERNANDO FERNÁNDEZ, BEF (México, 1972): Hielo negro (nueva novela)
serbio.
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Narrativa
Premio Grijalbo de Novela 2011
Hielo negro
Bernardo Fernández, BEF
"Quería escribir una novela policiaca. Sobre una mujer policía grandota y ruda. Era
todo lo que sabía. Al escribir una novela es importante investigar para darle
coherencia al mundo ficticio que vas a construir. Es la parte que más me gusta del
proceso. La más divertida. Me puse a hacerlo. Decidí retomar a Lizzy, personaje de mi
novela Tiempo de alacranes. Andrea Mijangos, la mujer policía aparece también como
un personaje incidental en aquel libro. Me gustaría crear una serie. Una historia sobre
una mujer que hereda un cártel tras la muerte de su padre y decide convertirlo en una
corporación criminal global. Una proveedora de experiencias psiconáuticas. Me divertí
mucho escribiéndola. Espero que los lectores se diviertan layéndola". Así describe
Bernardo Fernández (Ciudad de México, 1972), mejor conocido como Bef y uno de los
referentes en la actual literatura de ciencia ficción mexicana, el proceso que le llevó a
escribir Hielo negro, que recientemente mereció el Premio Grijalbo de Novela 2011, y
de la que compartimos los primeros dos capítulos.
BERNARDO FERNÁNDEZ, BEF
(Ciudad de México, 1972), escritor,
historietista y diseñador gráfico
mexicano, uno de los más
reconocidos escritores de ciencia
ficción en México.
Es autor de la novela policiaca
Tiempo de alacranes (Premio de
Novela Policiaca "Una vuelta de
tuerca" en México y Premio Memorial
Silverio Cañadas en la Semana Negra
de Gijón). Es también autor de las
novelas Gel azul (2006), Ladrón de
sueños (2008), Ojos de lagarto
(2009) y Hielo negro (2011); de los
libros de cuentos ¡¡Bzzzzzzt!! Ciudad
interfase (1998), El llanto de los
niños muertos (2004), Los viajeros:
25 años de ciencia ficción (2010),
antología de cuentos con 18 autores.
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(antologador); de los libros infantiles
Error de programación (1997),
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Cuento de hadas para conejos
(2007), Vacaciones en Marte (2009),
Soy el Robot (2010) y de las
Compartir |
historietas Pulpo cómics (2004),
Monorama (2007), Perros Muertos
(2008), Monorama 2 (2009), Espiral
un cómic recursivo (2010).
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Es Premio Nacional de Periodismo,
Mención honorífica en el concurso de
cuento de la Feria Internacional del
Libro de Jalisco (1997), Primera
mención del concurso Vid de novela
en esta edición de NARRATIVA:
⇒ RAFAEL MENJÍVAR OCHOA (San Salvador, 1959-2011):
Una luz que nunca se apaga (cuento)
de ciencia-ficción (2001), Premio
Ignotus de la Asociación Española de
Fantasía, Ciencia Ficción y Terror
⇒ ENRIQUE SERNA (México, 1959): "Entierro maya" (cuento inédito)
(2007) y Finalista del Premio U.P.C.
⇒ EDMUNDO PAZ SOLDÁN (Bolivia, 1967): Norte (nueva novela)
(2004).
⇒ IVAN THAYS (Perú, 1968): Un sueño fugaz (nueva novela)
⇒ EDUARDO HALFON (Guatemala, 1971):
Mañana nunca lo hablamos (nuevo libro de cuentos)
⇒ BERNANDO FERNÁNDEZ, BEF (México, 1972): Hielo negro (nueva novela)
Enlaces:
» Blog del autor
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Poesía
Selección poética
Roberto Sosa, q.e.p.d.
Las letras centroamericanas se encuentran de luto por la partida reciente de dos
grandes autores: el salvadoreño Rafael Menjívar Ochoa (27 de abril) y el hondureño
Roberto Sosa (23 de mayo). En esta edición, Carátula recuerda a ambos con textos de
su autoría. De Roberto Sosa, nacido el 18 de abril de 1930 y uno de los poetas más
prestigiosos de su país, presentamos una selección poética, pues la poesía es —como
dijera él tantas veces— "un instrumento de indagación, un instrumento verbal para ir
entendiendo las relaciones de la sociedad, un resumen de una visión del mundo, es
una concentración química de la realidad".
ROBERTO SOSA (Yoro, Honduras, 18
de abril de 1930 – Tegucigalpa,
Honduras, 23 de mayo de 2011).
Poeta y periodista.
Premio Juan Ramón Molina (1967).
Premio Adonáis de Poesía (1968).
Premio Casa de las Américas (1971).
Premio Nacional de Literatura
Ramón Rosa (1972). Premio Ramón
Amaya Amador (1975). Premio Itzam
Ná (1980).
En poesía ha publicado Caligramas
(1959); Muros (1966); Mar interior
(1967); Los pobres (1968); Un mundo
para todos dividido (1971) y Secreto
militar (1985). En 1990 se publicó
Obra completa que incluye, además
de los poemarios anteriores, Máscara
suelta y El llanto de las cosas que
posteriormente se editaron en forma
individual. De su obra se han editado
las antologías Hasta el sol de hoy
(1987); Antología. Roberto Sosa
(1993); Antología personal (1998);
Digo mujer (2003) y Sosa para
siempre (2005).
Numerosas son las traducciones de
su obra en varias lenguas
extranjeras.
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en esta edición de Poesía:
⇒ ROBERTO SOSA (Honduras, 1930 - 2011): Selección poética
⇒ HUMBERTO AK'ABAL (Guatemala, 1952): Selección poética
⇒ SANTIAGO MONTOBBIO (España, 1966): Selección poética
⇒ JAVIER ALVARADO (Panamá, 1982):
Balada sin Ovejas para un Pastor de Huesos
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Poesía
Selección poética
Humberto Ak'abal
A Humberto Ak'abal (Momostenango, 1952), poeta de gran intesidad lírica y uno de
los mayores exponentes de su país, le preguntaron qué era la poesía. Él respondió:
"Esta ha sido la eterna pregunta de todos los tiempos. ¿Es que acaso es necesaria una
respuesta? ¿No basta con deleitarse con la lectura de un poema o de un libro de
poesía con el que uno se sienta identificado? El sólo intento de pretender dar una
respuesta equivale a romper el encanto, la magia que durante siglos ha mantenido la
poesía. Creo, más bien, que hay distintas respuestas, y que cada época tiene la suya;
más aún, me atrevería a decir que cada lector tiene su propia respuesta." Para que los
lectores de Carátula se armen de sus propias respuestas, compartimos en este
número una selección poética de este poeta de la etnia Maya K'iche.
HUMBERTO AK'ABAL
(Momostenango, 1952)
Poeta de la etnia Maya K'iche. Habla,
lee y escribe maya-k'iche' y español.
Autor de una docena de títulos,
entre ellos El animalero (1990),
Guardián de la caída de agua (1993),
Hojas del árbol pajarero (1995),
Lluvia de luna en la cipresalada
(1996), Corazón de toro (2001) y
Kamoyoyik (2002), así como de
varias antologías personales, como El
rostro del viento (2006).
Ha sido traducido al inglés, francés,
alemán y hebreo, entre otros
idiomas. Premio Internacional de
Poesía Pier Paolo Pasolini (2004),
Premio Continental Canto de
América para escritores de lenguas
indígenas (1998) y Premio Blaise
Cendrars (1997), entre otros.
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Balada sin Ovejas para un Pastor de Huesos
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» Poesía
Donde tirita el nombre
Santiago Montobbio
La biografía de un poeta, a veces, puede despistarnos de su propia obra. Santiago
Montobbio (Barcelona, 1966) estudió Derecho y Literatura. Vive en su ciudad natal
donde da clases como profesor de Literatura tanto en la prestigiosa Universidad
Nacional de Educación a Distancia (UNED) como en la Escuela Superior de
Administración y Dirección de Empresas (ESADE). Y aunque no siempre se cumple, de
un profesor de Literatura, que se declara admirador de Luis Cernuda y de Borges, uno
esperaría una obra poética llena de referencias literarias o de juegos experimentales
que pongan en práctica hallazgos académicos. Pero la poesía de Montobbio, sin
embargo, lleva la espontaneidad de los jóvenes, y sus versos buscan lo sencillo con
auténtica desesperación, lo nimio, lo pequeño para enaltecerlo como sólo se lee en los
grandes poemas de grandes poetas. Ustedes podrán gustar aquí una breve selección
de sus versos, entre los que incluimos algunos de sus últimos poemas, Donde tirita el
nombre, publicados en portugués por la editorial de Cláudio Giordano de São Paulo, y
traducidos por Fernando Fiorese. Además, hay otros tomados de Absurdos principios
verdaderos, libro que acaba de publicar en Españala colección Biblioteca Íntima de
March editor (y del que Carátula ya publicó un anticipo).
SANTIAGO MONTOBBIO (Barcelona,
1966)
Montobbio comenzó a publicar en
la Revista de Occidente en 1988, y
su primer libro de poemas: Hospital
de inocentes, recibió grandes elogios
de autores como Onetti (quien dijo
de sus versos: “de manera misteriosa
siento que coinciden con mi estado
de ser cuando estoy escribiendo”) o
Sábato (“Son magníficos”).
Más libros tan importantes como El
anarquista de las bengalas (2005)
confirmaron una trayectoria
marcada por versos que ahondan en
la memoria y en los que la alegría y
la tristeza bailan dándose la mano.
Últimamente, la poesía de Santiago
Montobbio está siendo traducida y
publicada en Francia, Italia y Brasil,
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entre otros países, además de en
España o México y creemos que su
difusión ya será imparable.
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Los poemas de Santiago pueden
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variar de intensidad pero no hay
duda de que como ocurre con los
que de verdad uno recuerda, entre
página y página, de pronto,
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aparecen destellos sublimes como
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Enlaces:
» Santiago Montobbio en la Cátedra
Miguel Delibes
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⇒ JAVIER ALVARADO (Panamá, 1982):
Balada sin Ovejas para un Pastor de Huesos
» Revista mexicana elpoemaseminal
con presentación de Angelina MuñizHuberman
» Traducción al italiano en revista
L’ospite ingrato
» Carte Allineate
» Carte Allineate 2
» Traducción al francés en Editions
du Cygne
» Edición digital del libro Donde
tirita el nombre en la Universidad
Católica del Perú
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Poesía
Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán 2010-2011
Balada sin Ovejas para un Pastor de Huesos
Javier Alvarado
El poeta Javier Alvarado (Santiago de Veraguas, 1982) se ha hecho merecedor del
Premio Centroamericano de Literatura Rogelio Sinán 2010-2011 con su poemario
Balada sin Ovejas para un Pastor de Huesos, según el jurado (compuesto por las
escritoras panameñas Emma Gómez y Eyra Harbar, y el escritor mexicano, Luis
Armenta Malpica) por cómo "dialoga con la poesía inscrita en el neobarroco con un
manejo acertado de la intertextualidad. El nivel del lenguaje, su cultura literaria y la
intensidad de muchos sus poemas, se suman a una arquitectura en cinco partes, muy
bien elaboradas con movilidad y riesgo". Finalista en 2010 del Casa de las Américas,
Alvarado también cuenta con los premios Gustavo Batista Cedeño, el Premio Nacional
Pablo Neruda 2004, y el de los Juegos Florales Centroamericanos 2010. Carátula
celebra este reconocimiento con una selección del poemario ganador.
JAVIER ALVARADO (Santiago de
Veraguas, 1982). Poeta panameño.
Premio Nacional de Poesía Joven de
Panamá Gustavo Batista Cedeño
2000, 2004 y 2007. Premio de Poesía
Pablo Neruda 2004 y Premio de
Poesía Stella Sierra en el 2007.
Mención de Honor del Premio Casa
de las Américas de Cuba 2010 con
Carta Natal al país de los Locos
(Poeta en Escocia). Premio
Centroamericano de Literatura
Rogelio Sinán 2010-2011 con Balada
sin ovejas para un pastor de huesos.
Primer Premio de los X Juegos
Florales Belice y Panamá con Ojos
Parlantes para estaciones de
ceguera.
Autor de Tiempos de Vida y Muerte
(2001), Caminos Errabundos y otras
Ciudades (2002), Poemas para
caminar bajo un paraguas (2003),
Aquí, todo tu cuerpo escrito (2005),
Por ti no pasa nunca el Tiempo (y
otros poemas al espejo) (2005), No
me cubre de edad la Primavera
(2008) y Soy mi Desconocido (2008).
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» Crítica
Fina García Marruz
Una dimensión nueva de lo conocido
José Prats Sariol
El crítico y escritor cubano José Prats Sariol, estudioso de la obra de esa camada de
literatos de Cuba, agrupados en la revista Orígenes, obsequia a los lectores de www.
caratula.net este magnífico ensayo que nos adentra en la obra de Fina García Marruz.
Prats lo escribió cuando la poetisa y ensayista cumplía 80 años en el 2003. Deudora
de los influjos de Juan Ramón Jiménez, María Zambrano y de sus colegas de Orígenes,
entre otros grandes autores que pasaron por el tamiz de su mirada, Fina esplendece
por sí sola, en el universo de las letras de la lengua española. En este 2011 Fina García
Marruz ha ganado el XX Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, galardón que
le reconoce su obra ensayística y poética, dotada, según Eliseo Diego de versos de
“apasionada belleza”. El texto de Prats Sariol: Una dimensión nueva de lo conocido,
depositario de admiración y crítica sobre la literatura de Fina, cobra entonces singular
vigencia y nos abre la posibilidad de ingresar al mundo de una creadora de alcances
mayúsculos.
JOSÉ PRATS SARIOL
José Prats Sariol (La Habana 1946),
hizo estudios de Literatura en la
Universidad de la Habana. Fue
discípulo en el Curso Délfico del
mítico José Lezama Lima, quien le
escribió en la dedicatoria de La
cantidad hechizada: “Armado de un
sentido crítico que colma en la
balanza la trenza de la lechuza y el
arcoíris del sunsún”.
Crítico literario, narrador, ensayista
y profesor universitario, posee una
compacta obra en la que sobresalen
... y así el saber por inspiración pertenece
por entero al mundo de la piedad...
María Zambrano, El hombre y lo divino
La frase es de ella. Sus poemas aspiran a “una dimensión nueva de lo conocido”. Pertenece
a un ensayo esplendoroso: Hablar de la poesía. En sus escasas páginas Fina García Marruz
inhibe, sin proponérselo, cualquier exégesis. Allí se halla lo esencial de su poética, ninguno
de sus críticos podría formularla de una manera tan llana y a la vez tan abismal, tan nítida
y a la vez tan inasible. Celebrar que la poetisa cumpla ochenta años a través de algunas
reflexiones sobre su obra se convierte así en un acto de vanidad, si no fuera por lo que uno
mismo aprende y por el cariño. Barrunto... Pero sólo una vulgar paráfrasis de Hablar de la
poesía me dejaría un breve espacio para discurrir.
las novelas: Erótica, Mariel (1997,
1999), Guanago Gay (2001); Las
penas de la joven Lila (2004); y
Cuentos… además de los textos
críticos: Estudios sobre poesía
cubana (1988); Criticar al crítico
(1983); Pellicer río de voces; No leas
poesía...; y Fabelo (1994). Junto con
un grupo de críticos literarios
preparó en 1988, la edición cumbre
de Paradiso, la novela de Lezama
Conjugo el futuro hipotético, trato de hacerle caso a su
Lima para la UNESCO. Ha sido
Gramática inglesa. Subordino. Comparto “una oquedad”
inicial. Porque hay que encontrar su peculiar sesgadura en
la diafanidad de la confesión: “La poesía no estaba para mí
en lo nuevo desconocido sino en una dimensión nueva de
lo conocido, o acaso, en una dimensión desconocida de lo
evidente”. Atención: no hay creación de altazores. Lejana
del espíritu vanguardista, la estirpe romántica va por otros
senderos. Conoce y desconoce los movimientos de la
poesía occidental y realiza una labor elitista, es decir, de elección. Escoge a John Keats.
compilado en el libro Tópicos y
trópicos pellicereanos. Estudios
sobre la vida y obra de Carlos
Pellicer, ed. Hora y veinte, 2005,
con el ensayo Pellicer, Lezama, el
amor filial. A su cargo estuvieron la
preparación (compilación, prologo,
notas…) de La Habana (1992)y de La
materia artizada (1996).
¿Por qué?
Ha ofrecido conferencias en
Porque no le interesa trascender sino ascender, porque desde sus primeros poemas hasta
universidades y centros culturales en
hoy ella vive —escribe— con su melancolía. La que los griegos llamaron “bilis negra” para
diversas partes del mundo.
regalarnos su etimología —la vaga tristeza pertinaz— es su principal fuente de energía
desde los sonetos iniciales donde confiesa en dos endecasílabos emblemáticos: “mientras
Dicen quienes le conocen que se
en lo que miro y lo que toco / siento que algo muy lejos se va huyendo”. Hasta cuando se
inició como escritor haciendo textos
trata de motivos temáticos muy distantes de sus registros más valiosos, como sucede en
para tiras cómicas... “Leyendo
Viaje a Nicaragua (1987), se percibe por lo menos una agonía —una competencia— con su
comics”, agrega: “Tuve esa suerte.
irrefrenable pesadumbre, en el sentido de que siempre se halla el vértigo de lo efímero
Escribí globitos para Disney porque
vinculado, desde luego, a su ideario religioso, a su fe católica que espera la resurrección
algunos no me gustaban o no tenía
pero que se sabe río a la mar, ofrenda al Señor que necesita el sentido de sacrificio.
dinero para comprar otro muñequito
-como le decíamos”.
La fugacidad de lo existente —el tópico latino del ubi sunt— que el poeta londinense sugiere
en sus estremecedoras odas entre Endimión e Hiperión, es el imán. Un imán que el amigo
Fue huésped becado, de la Casa del
de Shelley fragua en uno de sus primeros sonetos, tan extraño para los medios
Escritor de Puebla, México, durante
intelectuales de entonces: Sueño y poesía, donde la búsqueda en lo real de lo ideal arma el
dos años, en donde coadyuvó en la
signo romántico a principios del siglo XIX. Hasta que culmina en Roma, donde muere de
preparación de escritores noveles,
tuberculosis en 1821 con apenas veintitantos años, tras un sobrecogedor y extemporáneo
creó la revista Instantes, bajo los
Otoño, para dejar un signo más exacto: la On melancholy. Leer esta oda es apuntar en la
auspicios de la Universidad de las
poesía de habla hispana contemporánea hacia Fina García Marruz, hacia la que es una de
Américas y colaboró en varias
nuestras escasas voces fuertes, con suficiente independencia de cualquier apreciación
publicaciones literarias locales.
contaminante —sexual o racial, generacional o política...—, de las que olvidan las
Actualmente reside en Ohio.
Meditaciones pascalianas donde Pierre Bordieu nos enseña los peligros de “la falsa
eternización de un embalsamiento ritual”. Y sobre todo las falacias que atañen a la
irreductibilidad.
Este 2011 publicó el libro de ensayos
Lezama Lima o el azar concurrente,
Ed. Confluencias de España.
Una lectura —siempre reductible— de Sobre la melancolía podría armar y deconstruir las
principales intertextualidades, por otra parte bien explícitas en su obra, que desde la rápida
y convulsa vida de Keats se abren a los simbolistas franceses e ingleses, a las cartas de
Juana Borrero y al Diario de Cabo Haitiano a Dos Ríos del inmenso José Martí, al triste y
dulce de César Vallejo y a Paul Claudel, a sus amigos Gastón Baquero y Eliseo Diego, a su
esposo Cintio Vitier... En los estremecedores versos de la oda ella supo hallar lo que
necesitaba: Una manera de sentir las palabras en el mundo, caracterizada por una tenue
Enlaces:
» Facebook
aflicción hacia la existencia. Lo que se corresponde —afinidades electivas— plausiblemente
con las aficiones hacia la mitología y la filosofía griegas que On melancholy entrega. Y
también con el uso de un supuesto interlocutor que es el mismo poeta. Es a sí mismo a
quien Keats advierte la paradoja de que todo lo bello muere junto a toda alegría que
también fuga, cuando dice: “She dwells with Beauty —Beauty that must die; / and Joy,
whose hand is ever at his lips / bidding adieu”...
FINA GARCÍA MARRUZ
(Josefina García-Marruz Badía)
Poetisa, ensayista y crítica literaria.
Nació en La Habana el 28 de abril de
1923. Graduada en Ciencias Sociales
en la Universidad de la Habana en
1961. Fue integrante del consejo de
redacción de la revista Clavileño
(1943). Perteneció al grupo de
poetas (Lezama Lima, Gastón
Baquero, Eliseo Diego, Ángel
Gastelu, Virgilio Piñera, José
Rodríguez Feo, de la revista Orígenes
(1944-1956) junto con su esposo y
Esa aparente contradicción entre el deleite y la melancolía, haz y envés de todo lo que vive,
cómplice literario el también poeta
es la que Fina sabe convertir en poemas imperecederos, por lo menos tan durables como
las quimeras de la poesía, “the wakeful anguish of the soul”. Y es lo que explica en Hablar
Cintio Vitier.
Trabajó como investigadora literaria
de la poesía sin pretender imponer su credo, como una sencilla sugerencia no al lector —
en la Biblioteca Nacional José Martí
entelequia abstracta— sino a su probable lector del barrio, de la casa familiar. Desde la
angustia desvelada de su alma —como le enseñara Keats— la poetisa aspira a rozar la
belleza, a que algo de su cualidad se le revele mediante la experiencia de la escritura. Pero
no la busca en lo excepcional. Más bien, casi siempre, en lo más humilde: “Que podamos
tender la cama con la misma inspiración con que antes se iba a ver la caída del crepúsculo”.
y desde su fundación en 1977 hasta
1987 perteneció al Centro de
Estudios Martianos.
Posee una significativa obra
literaria, esencialmente demostrada
El acercamiento a la difícil sencillez admite que es siempre una degradación del paradigma
en poesía y ensayo:
de la poesía, a cuya aprehensión sabe renunciar porque desde el catolicismo —como desde
Poesía: Poemas, 1942;
la fenomenología— es tan imposible como la comprensión racional de la existencia de Dios.
Transfiguración de Jesús en el
Ello explica la renuncia a lo singular, en el sentido de que se exige no ser excluyente, no
Monte, 1947; Las miradas perdidas,
tener una poética sino tratar de compendiarlas, aunque el mismo intento —y los logros en
1951; Visitaciones, 1970; Viaje a
sus poemas emblemáticos— signifique, claro está, la formación de una poética. Por ello
Nicaragua, con Cintio Vitier, 1987;
afirma: “Que el sinsonte y ‘el divino doctor’ no se recelen mutuamente”. Y enseguida es
Poesías escogidas, 1984; Créditos de
mucho más exacta en la elección: “Ningún otro realismo que el de la misericordia”.
Charlot, 1990 (Premio de la Crítica
El enigma preside. Los acercamientos siempre frisan los misterios. Desde el sentir del alma
—tan María Zambrano— hay una leve burla a los procesos intelectivos de los fenómenos
poéticos. Por ello clama: “¡Si pudiéramos hablar de la poesía del mismo modo como ella
calla su esencia sin proclamación!”. Creo que el indicio —no certeza, porque volveríamos a
1991); Los Rembrandt de
l'Hermitage, 1992; Viejas melodías,
Caracas, 1993; Nociones elementales
y algunas elegías, Caracas, 1994;
Habana del centro, 1997; Antología
la trampa racionalista— puede no ayudarnos a disfrutar de sus mejores versos, porque
sería una flagrante contradicción exegética, sino advertirnos cómo para ella con Keats y
con los grandes románticos alemanes hay siempre un juego con lo insondable. Y aclaro que
el sentido lúdico tiene una palpable, nada inasible, dosis mística. Las oscuras tardes son
poética, 1997;
Poesía escogida, con Cintio Vitier;
Editorial Norma S.A., Bogotá, 1999.
Ensayo: Estudios críticos, con Cintio
desde el título un tributo, una ofrenda en su más diáfano sentido cristiano, a San Juan de la
Vitier, 1964; Poesías de Juana
Cruz y a Santa Teresa de Jesús, místicos y sería una redundancia agregar poetas con cuyas
vidas —y obras— no se identifica: comulga.
Borrero, 1967; 1977; Los versos de
Martí, 1968; Temas martianos, con
Los enigmas de Príncipe oscuro pueden argumentar la comunión mística, el sueño no al que
Cintio Vitier, 1969; Bécquer o la leve
aspira sino gracias al cual respira. En uno de los trémulos Sonetos a la pobreza, los
bruma, 1971; Poesías y cartas, con
endecasílabos van armando sin transgresiones el ruego. Fina suplica aquí como pocas
Cintio Vitier, 1977; Flor oculta de
veces, como pocas voces. Lo transcribo no para cometer después una paráfrasis —mal
poesía cubana, con Cintio Vitier,
hábito de cierta crítica “traductora”— sino para buscar una participación y lanzar señales
1978; Hablar de la poesía, 1986
hacia el verde:
(Premio de la Crítica 1987); Temas
martianos, segunda serie, 1982;
Príncipe oscuro
Textos antimperialistas de José
Nada entiendo, Señor, di lo que he sido.
Virgen es todo acto, el más impuro.
Yo no puedo llegar a esos oscuros
ángeles que he engendrado y que he movido
Acto, reminiscencia de lo puro,
que tan sólo una vez es poseído.
Martí, 1990; La literatura en el
Papel Periódico de la Habana, con
Cintio Vitier y Roberto Friol, 1991;
Temas martianos, (tercera serie),
1993; La familia de Orígenes, 1997.
Oh su extraña inocencia en lo perdido,
Premios y reconocimientos: Medalla
que espera tus nevados ojos duros.
Fernando Ortiz de la Academia de
¿Va el tiempo hacia el ayer y no al mañana?
Ciencias de Cuba; Premio de la
¿Va la estrella al ayer y no al mañana?
Crítica Literaria por: Hablar de la
¿Va mi sangre al ayer y no al mañana?
poesía, 1986; Créditos de Charlot,
Antepasado, hijo mío, realízame.
1990; Los Rembrandts de L’
Oh tierra en que he nacido, realízame.
Hermitage, 1992; Habana del
Acto, príncipe oscuro, realízame.
Centro, 1996; Darío, Martí y lo
El tópico del eterno retorno no creo que sea
suficiente para compendiar las señales de este
soneto, cuya ofrenda a José Martí lo hace
interactuar con Ismaelillo. Tampoco el mito de
Icaro. Aunque ambos sedimenten sus
resonancias, la melodía y el timbre —como en
el Réquiem de Mozart— son tan
sobrecogedores que rebasan el motivo
temático. El cariz se pluraliza, la sesgadura se
hace coral. La señal de impotencia tiembla
pero avanza, con armonía pero sin perder la
emoción, más bien lo contrario: potenciando
las emociones —contrapunto germánico que el
germinal americano, 2001; Medalla
Alejo Carpentier, 1988; Premio
Nacional de Literatura, 1990; Orden
Félix Varela, 1995; Premio Nacional
de Investigación Cultural, 2005;
Premio Poesía Pablo Neruda; XX
Premio Reina Sofía de Poesía
Iberoamericana.
Sus creaciones han merecido la
traducción a varios idiomas:
Poetiispanoamericani del novecento,
por Francesco Tentori Montalto,
Milano, 1987, y antologada en: Once
genio de Mozart supo engrandecer— porque no
rompe ni la forma soneto ni el leivmotiv. Sus flechas en la atmósfera de un confesionario
no dejan de tener certezas, pero para acceder a las preguntas, para llegar a las súplicas. El
acto —toda acción humana— es invocación o alusión, pero ese Príncipe oscuro es la única
paradoja tangible que desde el hijo y desde la tierra pueden formar no la falacia de
cualquier metafísica —ese equívoco epistemológico— sino a través de la fe —sin dualismo—
el vislumbre de la resurrección, de la realización, el “muero porque no muero”.
grandes poetisas hispanoamericanas,
Madrid, 1967, de Carmen Conde;
Breaking the silence, de Margaret
Randall, Canadá, 1982; y existe el
estudio sobre su obra En torno a la
poética de Fina García Marruz, de
José Luis Arcos, 1982.
Generalizo. Aún en mí —que soy un escéptico pertinaz, que no puedo sustraerme a lo
Enlaces:
visión gnóstica— las señales de este soneto son capaces de hacerme aspirar al fin de
»Premio Nacional de Literatura
algunas dudas. Su fuerza —maestría verbal— tal vez vaya más allá de sí misma. Quiero
decir no el lugar común de que no se lee, y menos poemas, para estar de acuerdo, entre
otras causas porque la unanimidad siempre es bostezo, o de que no hay que ser católico
para recibir las Confesiones de San Agustín —autor cuya lectura deja no pocas metáforas
en Fina. Trato de decir que en Príncipe oscuro asisto —como en Dador de Lezama— a la
sensación de que en algún segundo de su creación la autora dialogó con Dios. Esa
impresión es la que logra, al menos en mí. Y es la que deslinda la zona más enérgica —
animada— de su obra poética, como también de sus ensayos más agudos y espléndidos,
como el tan memorable estudio sobre otro poeta católico: Carlos Pellicer, que leyera en
Villahermosa de Tabasco, la ciudad natal de los “colores con brisa”, ante un privilegiado
público que aplaudimos tras un silencio de estupefacción ante la hondura espiritual —verbal
»Premio Reina Sofía de Literatura
Iberoamericana 2011
— que allí alcanzara, transmitiera.
El silencio, por cierto, dice mucho en los poemas de Fina García Marruz. Advierto que cerca
de Lezama —aunque sin el centro en los sensualismos manieristas— ella también supo
aprender de Juan Ramón Jiménez la máxima que privilegia “el espíritu contra el ingenio”, y
“lo intuitivo de la existencia material y espiritual” —según la conferencia que pronunciara
Juan Ramón en La Habana, en diciembre de 1936: Crisis del espíritu en la poesía española
contemporánea. Y que por ello —dentro del signo clave postvanguardista de lo que he
llamado la Galaxia Lezama— los valores del silencio (sugerencias implícitas) siempre son
esenciales, como en todos los poetas del grupo que logran pasar la prueba que Lezama
llamara “heliotrópica”, es decir, capaz de vencer la claridad cegadora.
Vuelvo al hilo de Hablar de la poesía. Allí dice:
“El silencio es en la poesía, como en la
naturaleza, un medio de expresión”. Y antes:
“Todo poeta siente, al trabajar, que sus
palabras son moldeadas por un vacío que las
esculpe, por un silencio que se retira y a la vez
conduce el hilo del canto”. Y después: “La
poesía vive de silencios, y lo más importante,
quizás, es ese momento en que el pulso se
detiene y va a la otra línea de abajo”. Allí sitúa
el numen, en la acción de escanciar se halla la
inspiración, todos los diosecillos capaces de
conducirla a la escritura. Sin interiorizar el
principio de los abismos, del vacío, la poesía
para ella no existe: “Denme el conocimiento de
un límite y la más simple frase melódica me puede llevar de la mano a lo insondable”.
Desde esta señal se lee mejor —o de otra forma— De cómo el tiempo devoró un poema,
todo el cuaderno que titula Segundas partes. La muerte se queda, precisamente, sola. Los
sentidos del silencio son ontología de la fugacidad y a la vez de la trascendencia. La ironía
del poema —“desmoronó un pedazo de adjetivo”—, su humor circense, se proyecta y
rebota como si la clave del correo fuera errónea. Deja —aunque, “alguno destelló su poco,
hay que decirlo”— a su vecino con “esa linda melodía” porque entonces sí que “De cómo el
tiempo respetó un poema” intuye el oficio del poeta, la certeza de que son escorzos,
plumillas con tinta a la encáustica, pero incapaces de ir más allá de sí mismas, de lo
efímero ante Dios, tal como le enseñara Sor Juana Inés de la Cruz y reflexionara en el
agudo ensayo que le dedicase.
Silencio-límite que —como ocurre con los poetas burladores de datas y circunstancias—
puede cubrir de “rocío” o transformar cualquier “hierro” o “diamante” porque su tempo
aspira ascender al no tempo. Y de esa mano ucrónica, carente de alienaciones temporales y
de estructuras clasificatorias ridiculizadas hace tiempo por Croce, se puede saltar sin
ningún peligro hacia Oh parque del otoño —uno de sus poemas juveniles, ¿juveniles? En
ese soneto atemporal también esta todo, como decía Goethe respecto de la naranja que
estaba en el sabor de una de sus lonjas. En su terceto final danzan las cuerdas que Fina
tañe en un presente eterno:
Mas, ¿qué intentas decir, qué es lo que quieres,
cuando te quedas quieto como un rey
divinamente desilusionado?
Imposibilidad de arribar a la realidad última, certeza de que siempre aparecerá otro límite,
convicción del silencio, salen a pasear por el parque “deshojado”, sin azahares. La poesía
de Fina García Marruz —gracias a Dios— nunca ha salido de la temblorosa intuición, de una
metáfora que camina por el filo de “Lo oscuro”, por los bordes de La noche en el corazón.
Los enigmas de El mediodía —poema que no debió excluirse de ninguna de sus antologías—
si alguna estación tienen es el otoño, pero nunca se enceguecen, nunca se dejan tentar por
los soles.
Parece ser cierto —como apuntara Cintio Vitier en Cincuenta años de poesía cubana— que
algún desinterés por la forma “a veces le debilita o desdibuja la eficacia verbal”. Pero
quizás donde de pronto uno piensa que los textos no son de ella, donde un inconsciente
rechazo le provoca anemia, es cuando se empecina en dejar “testimonio” —y los deja,
aunque flojos— de sucesos o personajes ajenos al silencio. Es decir, cuando escribe desde
un punto de vista que niega su poética del límite, su dimensión intimista, de “fidelidad al
ser” y al verso de Keats que tanto le gusta: “Nada sé, y sin embargo, la tarde me escucha”.
De nuevo la clave está en Hablar de la poesía, contra todo equívoco manipulador: “Lo que
más nos importa, en las cosas y sobre todo en las personas, no son sus ideas, no son sus
propósitos, por elevados que estos sean, sino su esencia misma, lo que emana de ellas
involuntariamente, como el olor de la resina del tronco”.
Quiero enfatizar que sus poemas anémicos son
aquellos donde se contradice, donde trata de
moralizar. Ella misma no se aplica a veces lo
que enseña: “La poesía no es el reino del
‘deber ser’ sino del ser, de aquí que toda
programación, todo propósito, moral o inmoral,
rebaje al arte, le dé una cierta limitación. El
moralizador, ese solista, olvida que conmover,
como dijera Martí, es moralizar”. Es el mismo
fenómeno que experimentamos cuando se deja
llevar junto a su esposo Cintio Vitier por las
creencias y no por las ideas, cuando ambos
quedan obcecados al curso de los tiempos. La
honradez que siempre exhibe, sin una pizca de
oportunismo, sólo conmueve cuando deja de catequizar, de ofuscarse. Y no sólo por la falta
de distancia —de perspectiva pluralista—, sino porque viste los poemas de una tonalidad
magisterial, como sucede, lamentablemente, en casi todos los que agrupa en Viaje a
Nicaragua, en De los héroes o en algunos de Anima viva. El énfasis —que en Pablo Neruda
es signo iridiscente— en ella suena ajeno, extraño a su voz. Baste leer Los millonarios o
preguntarse por qué le agrega a Oh árboles sagrados un último verso conclusivo,
explicativo, que apaga el sugerir que ella misma enarbola como valor inclaudicable del
poema.
Persona esencialmente apasionada, tal como se entiende sin los Edipos de bolsillo que
Lezama ridiculizara, su cuerda danza mejor cuando confiesa—en el ensayo que nos sirve de
Ariadna—: “A mis diecisiete años yo sabía muchísimas cosas más acerca de la poesía”. Para
enseguida agradecerle a un “pobre hombre” que le haya robado entonces una “arrogante
disertación sobre la poesía”. Y es que en ella las disertaciones son tan ajenas como un
paisaje lunar. Es que no puede salirse de Qué extraña criatura sin que aminore el impulso,
algo, por otra parte, bastante común en voces de timbres tan bien definidos como el suyo.
En aquel poema de Los misterios giran — ¡Y a qué velocidad!— sus principales duendes, los
güijes cubanos y los troles escandinavos, sin fronteras y dentro de las fronteras que ella
con un implacable sentido de la contención impone cuando vuela por sus motivos de
entraña. Allí están las preguntas cuyas respuestas son el desamparo, la indefensión de la
criatura ante “la mudez inmensa”, el “cuándo” que se extraña ante las soberbias y
distinciones mundanas. Risa y pena que ata en la paradoja ontológica que al vivir sabe que
muere.
La demente en la puerta de la iglesia es otra de sus médulas. La historia —tan cercana por
sus artificios narrativos a las que desenrollara Gastón Baquero— capta con la sapiencia del
corazón la “dignidad triste”, quizás porque todas las dignidades siempre llevan consigo algo
de tristeza. Poema sobrecogedor, su saga ahonda una de las más trémulas cuerdas de la
poesía escrita en Cuba, de Zenea a Juana Borrero, que después sigue en Francisco de Oráa
y en Lina de Feria, en Raúl Hernández Novas y en Amando Fernández, en Reina María
Rodríguez y en Ángel Escobar, en algunos que recién comienzan como Pablo de Cuba
Soria... Si el sentido de “textos canónicos” se mide por las influencias que esparce,
bastaría La demente en la puerta de la iglesia para argumentar los ecos de Fina García
Marruz. Allí el retrato del “aislado desafío” mira y ve —como Cervantes— para dejar apenas
las sensaciones de quien se sabe naufragio y a la vez símil de “estirpe sagrada”.
Temblamos con las dos —personaje y cronista— porque el texto sabe abrir, sobre todo
mediante la combinación extraña de elementos aparencialmente ajenos, lo inasible de la
existencia, ese algo de locura —de nuevo Keats y Hölderlin y por qué no Friedrich Nietzsche
— que sin tautología cifra en la locura nuestra locura, la que casi nunca sabe encararse
ante el espejo y sí burlarse de la “dama”. Poema interrogación, poema sin certezas,
“genialmente pasea como dama” porque su “cordura” es el vértigo del ser, porque “la ironía
dobla el borde de sus zapatos como el borde de la oscura risa”, como los bordes del pecado
original.
Transfiguración del Jesús en el monte —escrito a los veintitantos años— vuelve a dar fe de
ese borde filosófico donde el sitio de la poesía se confunde con el de la ética. Es el mismo
sentido de un tiempo indescifrable que en A unas palomas de Dante se cristaliza. Es la
única ilusión de Versos a los descampados, donde encuentra en ellos su mayor familiaridad:
Un poco parecidos los encuentro a mis versos.
Algo deslavazados, ni bien ni mal del todo.
Acá un mate apagado, allá un fulgor humilde,
y espacios que aún alientan entre arrumbados oros.
Es también, sin exclusiones populistas ni compartimentos demagogos, la metáfora cubana
de La Banda gigante donde antes de la muerte “enciende”, mete ruido, alegría, huye.
¡Huyes!” para así cantar con Benny Moré los más populares ritmos de la Isla, el más
envolvente guaguancó. O los enigmas de “Su ligereza de colibrí, su tornasol, su mimbre”,
dentro de los cuales la patria vuelve a ser Gabriel de la Concepción Valdés abandonado en
la Beneficencia por la madre, de la que sin embargo siempre hablara “con cariño”. Y una
línea de “Ay Cuba, Cuba...” que estremece porque dentro de José Martí — de sus Dos
patrias— suelta la responsabilidad atada a la penumbra: “Ay, no serás nunca madre
nuestra sino hija, Cuba, Cuba, loca mía, desvarío suave?”
En esa mezcla de lo más íntimo con lo más humilde —excelsas nimiedades— me parece
que está una de las señales —flechas donde el blanco es una espiral hacia sí misma—
características de su transcurrir poético. El desvarío intuitivo-lógico es quien ama y amasa,
quien hornea las preguntas de “Cuando tus manos se quedaban en reposo”, quien se
espanta dulcemente cuando ve que “Ya yo también estoy entre los otros”, allí donde —
siempre bajo la sensación de intemperie— se burla de la edad para dejar que la melancolía
la bañe en “los bancos del parque atardecidos”.
Y también es un amor irrefrenable hecho de culpas y perdones —tormenta cristiana—,
como cuando nada menos que a Virgilio Piñera, en poema que ciertos sectarios no citan
nunca, le encariña los diminutivos con una pregunta comprensiva, pluralista, ecuménica: “...
Pero quién / iba a desconfiar así / de la nada, diganló?” —con ese acento tan Rubén Darío.
Lo que no excluye, desde luego y en bien del respeto a lo diferente (a la convivencia sin
prejuicios y mucho menos con represiones), la distancia ante “Tu sino, la interrupción”.
Para que la infantil —¿infantil?— actitud agresiva de nuestro único poeta verdaderamente
vanguardista, donde la actitud transgresora busca y consigue irritar, se haga tan necesaria
como la impronta fundacional de espíritu clásico, envés de una hoja donde el haz Lezama
parece suscribir las preguntas que Fina nos deja: “Adónde el hueco quedó / del quejarse
del vivir? / ¿A qué teatro volver?”. Porque al asociar a Piñera con lo infantil —y de ahí mis
interrogaciones— lo está vinculando con una zona tan suya como los descampados. En El
niño que sonríe o en Tus pequeñas pisadas en la arena —poemas de los más entrañables
—, como en los relámpagos de Visitaciones, la infancia física y sobre todo anímica siempre
recibe su afectuosa complacencia, como parte imborrable de un tiempo que interactúa al
modo de los presocráticos, en la tangible forma de un retorno permanente, proustiano. No
como voluntad de recuerdo sino como presencia, es decir —étimo diáfano— como presente
del “alimento innombrable, lo real”.
La lectura de Homenaje a Keats con sus intertextos y sobre todo con su peculiar sintaxis
entrecortada, parece apuntar en la misma dirección que no va a la infancia porque nunca
ha salido —ni ha querido ni ha podido— salir de ella. La imagen latina del puer senex es la
que en un poema anterior —El huésped— se siente extraña pero teme que el visitante
parta, como algunos que pierden la niñez. Es la que le dice a Keats: “Tú no miraste el
pájaro en el árbol / tornasolado. Sólo el movimiento / de la rama por él abandonada /
temblar imperceptible”. Y en ese elogio está su identificación con lo imperceptible, con el
temblor del tiempo —como en las visiones del budismo— que no repara en infancia,
juventud, madurez y vejez porque las sabe ramas de un solo árbol.
Si sobre esta advertencia releemos Eliseo creo que disfrutamos con mayor intensidad del
cariño que le despliega a su cuñado, a quien primero dice: “Vienes de una infancia pura”,
para después caracterizar como nadie al enorme poeta Eliseo Diego, con una ráfaga en dos
versos: “Ojos de lejana chispa / y fulgor impenetrable”. Y es que la poesía de Fina García
Marruz: “...apresa, detiene, suspende o sorprende a las cosas en sus simultáneos,
confundidos, sagrados cenit y nadir. Ese es el don de su mirada, el cual (...) nos remite a
una sabiduría ancestral, la de los orígenes, y a la intuición de una legalidad o armonía
cósmicas, como diciéndonos que no por oculta su esencia, o por estar fragmentada en sus
numerosas y sucesivas apariencias, es menos poderosa y omnipresente” —como ha dicho
el poeta y ensayista Jorge Luis Arcos en su ducho, sabedor prólogo a la Antología poética
publicada en el 2002 por el Fondo de Cultura Económica en la Colección Tierra Firme.
Si uniéramos dos poemas: A nuestro Lezama
con Casa de Lezama no sólo verificaríamos
cuánta razón asiste a Jorge Luis Arcos cuando
observa en “cenit y nadir” la percepción de lo
paradojal, que en la sintaxis entrecortada tiene
su indicio más diáfano; sino cómo su obra se
encuentra mucho más cerca de Mariano Brull —
y es un estudio que aún la crítica no ha
realizado— que del Enemigo rumor y los
Fragmentos a su imán. Los contrarios no sólo
estampan la imagen de Cristo entre los dos
ladrones, también sellan una actitud que huye,
que fuga, que se aleja de La fijeza. Y en ese
privilegiar la impresión más sencilla, lo
instantáneo más doméstico que siempre se le escapa, también se halla la marca que la
distingue sin equívocos dentro de la poesía de habla hispana contemporánea, como
admiramos en los escasos seis versos de A una recién difunta, en Chaplin y Yorick... Y muy
particularmente en El momento que más amo, donde la escena final de Luces de la ciudad
—cuando Charlot sonríe ante la vida y el universo y deja a la ciega que le descubra—
multiplica toda la piedad que Chaplin supo dejarnos, que Fina supo escribir, dueña para
siempre de la sonrisa triste, “susurrando oscuro son” —como termina El viejo son oscuro
que no sabe de quién es, a quiénes atribuirlo porque son “tuyos, míos, confundidos”.
El epígrafe de mi exploración —a diferencia de los ochenta años que ella cumple este 28 de
abril— parece asistir con sus milenios. María Zambrano, de quien los poetas de Orígenes
recibieron tantas “razones del corazón”, no pensaba tal vez en los textos de su entonces
joven amiga cubana. Pero sí, allí y en “La Cuba secreta” hay otra forma de la clave, de
lograr una “dimensión desconocida de lo evidente”. Pero sí, porque “el saber por
inspiración” —la poética de Fina y sus realizaciones textuales— “pertenece por entero al
mundo de la piedad”. Pero sí, la pietas es virtud a lo que sale de las entrañas, como el
dolor de la Virgen María en el monte al sostener el cadáver de Jesucristo descendido de la
cruz, aspiración a la misericordia, tierna devoción. Pero sí, ahí es donde se halla Fina García
Marruz —melancolía helenística—, ese es su silencio y su quimera de oro, su Martí y su
Endimión. La tarde la escucha.
(En La Habana, abril y 2003)
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en esta edición de Crítica
⇒ JOSÉ PRATS SARIOL: Fina García Marruz, una dimensión nueva de lo
conocido
⇒ COREA TORRES: La Revolución perdida, de Ernesto Cardenal
⇒ GUILLERMO CORTÉZ DOMÍNGUEZ: La dramática y conmovedora historia
la lucha sandinista (La trilogía de Mónica Baltodano: Memorias de la
lucha
Sandinista)
⇒ MAR PADILLA: El tiempo en serio (Contra el cambio, de Martín Caparrós)
⇒ MANUEL OBREGÓN: Palabras sueltas (a propósito de La Fugitiva de Sergio
Ramírez)
⇒ Amaranta Sbardella: Santiago Montobbio, entre arte y vida
de
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Crítica
La revolución perdida, de Ernesto Cardenal
Corea Torres
El registro de los acontecimientos durante la revolución nicaragüense desde la
perspectiva del poeta, ahora narrador Ernesto Cardenal, es la memoria de una acción,
por demás épica y aleccionadora en la historia americana moderna. Más allá de los
resultados y las consecuencias que se han generado, el poeta de los Salmos, del Canto
Cósmico, de los Epigramas, del Estrecho dudoso, de la Hora 0, del Evangelio en
Solentiname, entre otros enormes poemas, no quiso quedarse sin contarlos y los
refiere en este libro titulado La Revolución Perdida. Corea Torres emprende un breve
escudriñamiento de sus palabras en el contenido, después de una detenida lectura y
araña, en cierta medida, trazos de esta historia que aún se continúa desarrollando en
una Nicaragua con las heridas abiertas ante la vista del poeta mayor Ernesto Cardenal.
COREA TORRES
COREA TORRES (Nicaragua, 1951).
Actualmente reside en México.
Ha publicado Miscelánea erótica
(Poesía colectiva 2007). A veces la
razón (cuento, 2001 3er. Lugar, V
Concurso Mujeres en vida, Filosofía y
Letras, UAP).
En 2009 publicó “Ahora que ha
llovido” (ANE-Noruega-CNE), una de
las obras seleccionadas en el
Certamen para publicación de obras
literarias, convocado por el Centro
Nicaragüense de Escritores.
Enlaces:
»Opiniones y comentarios:
[email protected]
Género: Memorias.
Título: La Revolución Perdida
(Memorias Tomo III). (2da. ed. 2004).
Autor: Ernesto Cardenal (Nicaragua
1925).
Editorial: anama Ediciones (1ª ed.
2003).
Nada está perdido si se tiene el valor
de declarar que todo está perdido y que
hay que comenzar de nuevo.
JULIO CORTÁZAR
El poeta Ernesto Cardenal, es una voz moralmente autorizada para narrar, desde su
perspectiva, los acontecimientos involucrados en la lucha sandinista de la Nicaragua de
1979. Su libro La Revolución Perdida registra esos hechos con sobrada autenticidad porque
ERNESTO CARDENAL
él, siendo uno de sus protagonistas, la trabajó, la cuidó y ayudó a realizarse.
Poeta nicaragüense. Poeta
Un decir reconocido por propios y extraños, el de Cardenal enriquece este tramo de la
historia latinoamericana encapsulada en las décadas de los setentas y ochentas, cuyo
desarrollo ejerció influjos en el mundo entero, y sus consecuencias dejaron abiertas las
ventanas por donde pudieron observarse las atrocidades, latrocinios, y verdaderos actos de
terrorismo de estado a los cuales acuden las potencias económicas en el afán de demostrar
su hegemonía. No tenemos reticencia alguna en aceptar la veracidad de los relatos de
Ernesto, por cuanto atendemos al entendido que obedece y hace honor a su vocación de
revolucionario. Sacerdote católico.
Nace en Granada, Nicaragua, 1925.
Vive su niñez en la también colonial
ciudad de León. Condiscípulo de
José Coronel Urtecho y Pablo
Antonio Cuadra en un colegio
jesuita, escritores vanguardistas
sacerdote y de revolucionario.
faros de generaciones de creadores
Luce López Barralt, doctora en literatura romántica por la Universidad de Harvard, y por la
literarios. Estudió Filosofía y Letras
Universidad Complutense de Madrid, además profesora de Español y Literatura Comparada
en la Universidad Nacional Autónoma
en la Universidad de Puerto Rico, le ha dicho a Ernesto después de la lectura de La
de México de 1943 a 1947 en donde
Revolución Perdida: “Has relatado estos momentos históricos de tu país con gran
convive con Tito Monterroso y
dramatismo y a la vez con gran ternura y candor”. Y son estas dos últimas calificaciones las
Ernesto Mejía Sánchez y comparte
que siento más precisas cuando trato de valorizar el libro. Ternura, por cuanto todo el
con ellos inquietudes literarias.
fenómeno revolucionario es tratado por Ernesto con su característica esperanza e
Estudia literatura inglesa en la
idealismo, como aguardando que la utopía fructifique, aún en terrenos extremadamente
Universidad de Columbia (Nueva
escabrosos y pese a las distintas aristas de que está conformado el oscuro poliedro de la
York).
naturaleza humana. Ingenuidad, por aquello de aguardar como algo cierto, casi acto de fe,
lo que sucederá en el contexto del alma de los afectados, es decir, la tierra prometida, el
cambio por el que se luchó hasta la muerte, y ese generalizado sentimiento a lo largo de
todo el volumen campea sin transigencias en lo que Cardenal expresa.
Comprometido con las luchas
sociales de su país, desde 1954,
participa en la conjura que
pretendía derrocar al dictador
Somoza García. Cardenal decide
entrar en el monasterio trapense
Gethsemani de Kentucky, Estados
Unidos. En 1959 abandona este
monasterio para estudiar teología en
Cuernavaca, Morelos. Se ordena
como sacerdote en Managua en
1965. Funda en una de las islas
Solentiname en el Lago Cocibolca
una comunidad que pronto se
convierte en importante foco de la
revolución de la vida cultural y
religiosa iberoamericana. Colabora
estrechamente con el Frente
Sandinista de Liberación Nacional
(FSLN) en la lucha para derrocar el
régimen de Somoza Debayle, hijo del
patriarca dictador. El 19 de julio de
1979, día de la victoria de la
Revolución Nicaragüense, es
nombrado Ministro de Cultura del
Para quienes desconocíamos detalles íntimos de los avatares de la Revolución Sandinista,
nuevo Gobierno revolucionario.
La Revolución Perdida, como testimonio vivencial de primera mano, engrosa las anécdotas
Ocupa el cargo hasta 1987.
que, a lo lejos, permiten tentar nuevamente, la textura de los esfuerzos solidarios y las
Abandona el FSLN en 1994 en
posibilidades manifiestas en todos los actos heroicos de los muchachos de esa generación,
protesta contra la dirección de
a la que le tocó experimentar, y no sobra decirlo, una de las acciones de mayor
Daniel Ortega. Actualmente
envergadura que pudiese tener un individuo: la de acceder a un estadio de conciencia por
participa en foros, seminarios y
él mismo construido, aún a sabiendas que el costo de sus decisiones le podían llevar a la
conferencias de distintas
pérdida de su juventud, en muchos casos su infancia, y hasta la desaparición física.
universidades del mundo y es
Presidente Honorario del Centro
La memoria de Ernesto Cardenal en La Revolución Perdida, ayuda en todo caso, a
Nicaragüense de Escritores.
reivindicar estos actos, pero también a replantear las líneas de nuestros pensamientos,
esta revolución en tierra nicaragüense no está tan lejos en el tiempo, y pareciera que sus
frutos de algún modo fueron infectados por la putrefacción generada desde el poder
omnímodo de la yankesía reaganiana, por intermedio de la CIA y sus ejecutores, los
mercenarios de la contrarrevolución, pero por otra parte hubo en esa siembra de minas en
el territorio fértil de la post revolución, un andamiaje construido desde adentro por una
burguesía local, que coadyuvó en gran medida a aprovecharse del hartazgo de la población
hacia la carestía, a la pérdida de vidas y a la falta de oportunidades, elementos tales
magnificados y mantenidos como arma por el cerco criminal que el gobierno gringo impuso
a rajatabla al gobierno sandinista.
Bibliografía
Poesía: Hora 0 (1957); Gethsemani
Ky (1960); Epigramas (1961); Salmos
(1964); Oración Por Marilyn Monroe
y otros poemas (1965); El estrecho
dudoso (1966); Mayapán (1968);
Homenaje a los indios americanos
(1969); Canto nacional (1972);
Oráculo sobre Managua (1973);
Canto a un país que nace (1978);
En cualquier sentido La Revolución Perdida contribuye a rememorar, a recuperar valores
Tocar el cielo (1981); Vuelos de la
confundidos en tanta desinformación sembrada alrededor del movimiento, da cuenta de
Victoria (1984); Quetzalcúatl (1985);
una cantidad de héroes anónimos que sólo avistados por una mirada desprovista de
Los ovnis de oro (1988); Cántico
egoísmo podría darse y Cardenal les rinde sentido homenaje al ocuparse de ellos, puesto
Cósmico (1989); El telescopio en la
que ellos fueron, en gran parte, importantes piezas en la consecución del triunfo.
noche oscura (1993); Versos del
Por un momento el libro podría prestarse a interpretaciones equivocadas, como en mi caso,
que de inicio me planteé expectativas prejuiciadas antes de terminar la lectura, pensé
encontrar sesudas explicaciones que justificaran, o acaso, analizaran críticamente las
causas de la pérdida, para descubrir después, en un rato a solas, rumiando el relato en una
suerte de iluminación de la conciencia, que sencillamente La Revolución Perdida, era ni más
pluriverso (2005); Pasajero de
Tránsito (2006).
Memorias: Vida Perdida (1999). Seix
Barral; Los años de Granada (2001)
Anama; Las ínsulas extrañas (2002).
Editorial Trotta; La revolución
ni menos que la historia de las interioridades y génesis, sin aliños de profundas y
perdida (2004). Editorial Trotta;
enmascaradas reflexiones, exenta de ditirambos psicológicos y filosóficos del movimiento
popular, cuya vanguardia estuvo representada en el Frente Sandinista de Liberación
Nacional, que destronó una de las tiranías más nefastas que se tenga memoria.
Ernesto Cardenal, una de las glorias de la poesía en lengua española, ahora devenido en
narrador aquí en esta saga, da el justo colofón a sus memorias iniciadas desde Vidas
Perdidas, pasando por Los años de Granada e Ínsulas Extrañas para terminar con La
Revolución Perdida, en donde desemboca, con la ternura que ya aludimos, en el repaso
sobre la verificación honesta del accionar de tantos protagonistas, para bien o para mal,
que confluyeron en el movimiento.
Otros: Ansías y lengua de la poesía
nueva nicaragüense (1948); Vida en
el amor (meditaciones) (1970); En
Cuba (1972); Fidel Castro:
cristianismo y revolución (1974); El
Evangelio en Solentiname (1975); La
santidad de la revolución (1976); La
batalla de Nicaragua (1980); La paz
mundial y la revolución en Nicaragua
(1981); Democratización de la
cultural (1982); Los campesinos de
Solentiname pintan el Evangelio
(1982); Nostalgia del futuro: pintura
y buena noticia en Solentiname
(1983); Nuevo cielo y tierra nueva
(1985); El río de San Juan: estrecho
dudoso en el centro de América
(1993); Del monasterio al mundo.
Correspondencia (1959-1968) (1998);
Premios y Reconocimientos: Recibe
en 1980 el Premio de la Paz del
Comercio Librero Alemán; La Orden
de la Liberación Cultural Rubén
Darío; Orden Augusto Cesar Sandino,
1985; Orden Comendador de las
Artes y las Letras por el Gobierno de
la República de Francia, 1985; Es
electo miembro de la Academia de
Bellas Artes de la República
Democrática Alemana, 1986;
Doctorado Honoris Causa por la
Los personajes retratados han sido cuidados de la manera que sólo un creador puede
hacer, con generosidad, sin resabios ponzoñosos, mostrando las características y valores
por los que han sido objeto de la atención focalizada del autor, considerado en su tiempo y
desde siempre, baluarte y paradigma del proceso, al igual que otros de su misma estirpe,
mencionados en el transcurso de la narración. Libro digno, La Revolución Perdida contiene
detalles de los andares y vicisitudes de escritores e intelectuales nicaragüenses mientras
recolectaban fondos para su empecinada lucha contra el régimen dictatorial somociano, la
Universidad Autónoma
Latinoamericana, Medellín,
Colombia, 1986; la Universidad de
Granada y Valencia en España, le
otorgan Doctorado Honoris Causa,
1987; El Premio Iberoamericano de
Poesía Pablo Neruda 2009.
incansable lucha de la iglesia de los pobres en la innovadora teología de la liberación, con el
Enlaces:
episodio tristísimo del regaño infringido por al Papa a Ernesto, dizque por estar al servicio
»Facebook : Ernesto Cardenal
de una agrupación –por muy revolucionaria que se considerase- fuera de la ley, el trasiego
» Palabra virtual: poemas con audio
de armas y víveres, la recepción de los amigos en Solentiname, las distintas conversiones
» Solentiname (Wikipedia.org)
de jóvenes provenientes del burguesato criollo, la lucha denodada en el programa sin par
de la alfabetización, que llegó prácticamente al 100 por ciento, la indomable decisión de sus
mujeres y otras batallas libradas al amparo de una mística y vocación libertaria de quienes
ahora son auténticos referentes, libro y memoria de dicho espacio histórico, con una prosa
impregnada de la poética cardenalicia, fluida, sencilla, dándole importancia al anecdotario,
a las percepciones y sensaciones personales sin detrimento alguno al fruto del relato, que a
fin de cuentas parece ser la intención: emprender la historia tal como la vio y la sintió.
Solentiname, isla situada en un archipiélago del Gran Lago de Granada, lugar ya mítico de
la literatura (al igual que los Macondos, Comalas, Santa María…), visitado por Cortázar,
García Márquez, Galeano entre algunos escritores importantes de América, amigos de la
Revolución, también aparece en el libro como otro personaje de la saga, con su carga de
fascinación y esperanza, pero además con el dibujo de los tintes trágicos originados en la
familias al integrarse a la lucha.
La Revolución Perdida, de Ernesto Cardenal, es entonces la sentida referencia de un poeta
y revolucionario acerca de los hechos y circunstancias que lo rodearon, en tanto daba lo
mejor de sí para embarcarse en el vuelo de la utopía libertaria, con el agregado de poseer
en sus entrañas, las inigualables voluntades femeninas, verticalidades estudiantiles, la
innegable templanza campesina, el oscuro sentido del deber militar para con el tirano,
concienzudas decisiones empresariales, profundidades del intelecto, dudas eclesiásticas,
innovadoras y arriesgadas posiciones políticas, pero más alto aún, el valor profundo de las
madres de la Revolución y los distintos desmembramientos familiares.
¿Qué sigue siendo la Revolución Sandinista en Nicaragua y sus repercusiones? me parece
una historia que aún continúa desarrollándose, aunque claro, este libro representa con todo
y las posiciones y obsesiones del autor, un verdadero testimonio de lo que puede realizar el
hombre cuando es solidario y lucha por el bienestar de la humanidad.
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en esta edición de Crítica
⇒ JOSÉ PRATS SARIOL: Fina García Marruz, una dimensión nueva de lo
conocido
⇒ COREA TORRES: La Revolución perdida, de Ernesto Cardenal
⇒ GUILLERMO CORTÉZ DOMÍNGUEZ: La dramática y conmovedora historia
la lucha sandinista (La trilogía de Mónica Baltodano: Memorias de la
Sandinista)
lucha
de
⇒ MAR PADILLA: El tiempo en serio (Contra el cambio, de Martín Caparrós)
⇒ MANUEL OBREGÓN: Palabras sueltas (a propósito de La Fugitiva de Sergio
Ramírez)
⇒ Amaranta Sbardella: Santiago Montobbio, entre arte y vida
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Crítica
Contra el cambio, de Martín Caparrós
El tiempo en serio
Mar Padilla
La periodista Mar Padilla realiza una lectura de la obra de Martín Caparrós, Contra el
cambio, editado por Anagrama. Lejos de lo políticamente correcto, el autor cuestiona
el concepto establecido del cambio climático y, según Padilla, nos "fuerza a elegir
entre dos tesis enfrentadas y, aparentemente, enemigas acérrimas: la que da
prioridad al cuidado y la conservación de la naturaleza del planeta, y la que aboga por
ayudar a preservar la vida de los millones de personas que apenas pueden comer cada
día".
MARTÍN CAPARRÓS
Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957)
se licenció en historia en París, vivió
en Madrid y Nueva York, dirigió
revistas de libros y revistas de
cocina, recorrió medio mundo,
tradujo a Voltaire, Shakespeare y
Quevedo, recibió el Premio Planeta
Latinoamérica, el Premio Rey de
España, la beca Guggenheim, plantó
un limonero, tiene un hijo y ha
publicado unos veinte libros. Entre
ellos, los relatos que lo consolidaron
como "el más importante escritor del
periodismo narrativo actual" (La
Nación) -Larga distancia, Dios Mío,
La militancia es, probablemente, uno de los temas medulares a lo largo de la obra del
escritor y periodista Martín Caparrós. En estos tiempos extraños, de absurdo olvido y
La Voluntad, La guerra moderna,
Amor y anarquía, El Interior- y las
apabullantes mutaciones, el compromiso personal, político y sentimental, que hace apenas
novelas, traducidas a una docena de
unas décadas llegó a ser la razón de vivir y de morir para tantas personas, luce ahora
idiomas y consideradas "un aporte
desvaído y lejano, a centenares de miles de kilómetros, en un planeta llamado pasado. En
mayor a la narrativa latinoamericana
Contra el cambio, Caparrós (Buenos Aires, 1957) se enfrenta, en cierta medida, a su propia
contemporánea" (El Mercurio): Ansay
identidad, a su sombra, romántica y descreída a partes iguales, y asume el envite de las
o los infortunios de la gloria, No
doctrinas del presente. El reto, derivado de un encargo del Fondo de Población de Naciones
velas a tus muertos, La noche
Unidas, es escribir sobre el nuevo credo más incontestable de finales del siglo XX y este
anterior, El tercer cuerpo, La
aciago XXI: el cambio climático.
historia, Un día en la vida de Dios,
Valfierno. A quien corresponda es su
A través del recorrido por una decena de países, el periodista va deslavazando su
escepticismo ante este nuevo cataclismo que, a modo de fresca ideología, se ha
primer libro publicado en Anagrama.
(Tomado de Anagrama)
expandido por todos los rincones de la tierra. Aquí el meollo del asunto reside en la
verosimilitud, o no, de este desastre anunciado, y Caparrós, atento a los peligros de lo que
Enlaces:
George Orwell llamaba “las Convenciones de Ginebra del pensamiento” y desafecto a lo
» Facebook
políticamente correcto, airea su criterio en libertad y muestra sus dudas al respecto. En su
» Wikipedia.org
periplo y desconcertado ante esta nueva alarma global, el periodista se posiciona a favor de
las personas con necesidades inmediatas –el hambre, la violencia, la obscena indecencia
de las condiciones de vida en tantísimos lugares- y en contra de lo que Caparrós considera
una aséptica doctrina, la de la meteorología desatada, que, tal vez, acortará el listado de
especies animales y vegetales que habitan el planeta, pero no acabará, según el autor, con
el mamífero apodado hombre.
Como debe ser, el cronista juega limpio y muestra sus sospechas: a la certeza de que no
sabemos vivir sin la presencia de nuevos y sucesivos apocalipsis se le une un cierto aire de
estafa y feas conspiraciones. Así, por una parte, carga contra tantos gurús climatéricos que
insisten en las bondades de la energía nuclear como solución al desastre y, por otra,
desconfía de los intensos esfuerzos de Europa y Estados Unidos en reducir las emisiones de
CO2 de los países emergentes, con China, India y Brasil a la cabeza. El objetivo real de
estas cuitas no es otro que prolongar, según el autor, la decrépita hegemonía occidental. Y
nunca hay que olvidar que las cifras son cabezotas y que, como señala Caparrós, a veces
MAR PADILLA
Periodista y antropóloga, (Barcelona,
1966), tuvo hace años el dudoso
honor de pertenecer a dos de las
bandas de punk más malas -y, por
suerte, absolutamente desconocidasde la ciudad de Barcelona.
tienen una rara simetría: los 500 millones de personas más ricas del mundo –un 7% de la
población- producen el 50% del CO2, y el 50% más pobre –casi 3.500 millones- produce el
Para viajar, para sobrevivir y,
7%. Como en un sueño viejo, Caparrós fuerza a elegir entre dos tesis enfrentadas y,
también, por malsana curiosidad, ha
aparentemente, enemigas acérrimas: la que da prioridad al cuidado y la conservación de la
ejercido los más diversos oficios,
naturaleza del planeta, y la que aboga por ayudar a preservar la vida de los millones de
como disc-jockey, tasadora de peces
personas que apenas pueden comer cada día.
para estudios de Biología Marina en
el puerto de Barcelona, vendedora
En su largo paseo por el mundo –Filipinas, Hawai, Brasil, las Islas Marshall, Nigeria, Níger,
de enciclopedias, coordinadora de
Marruecos, Mongolia, Australia, Estados Unidos- el escritor nos trasmite una mirada
melancólica que, a ratos, parece añorar la inocencia y el irresistible vigor que otorga la fe
en un futuro mejor. “Creer es la máscara perfecta para la desesperanza”, escribe. El
taciturno recorrido –que se podría leer, también, como una muy personal crónica sobre el
aprendizaje de la decepción- viene acompañado de datos científicos e históricos sobre este
cambiante clima nuestro y, también, de material de reflexión sobre ese misterio insondable
que es la relación entre el hombre y la tierra.
servicios de mensajería, camarera,
profesora de catalán de Barcelona y
de castellano en Boston, o
reponedora de alcohol en una
licorería, entre otros.
Trabajó durante más de cinco años
en la redacción de El País, y lo dejó
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para coordinar la producción de una
película de temática humanitaria
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Fernando León de Aranoa, Isabel
Coixet, Mariano Barroso, Javier
Corcuera y Wim Wenders. La
película ganó el Goya al mejor
en esta edición de Crítica
documental en 2008.
⇒ JOSÉ PRATS SARIOL: Fina García Marruz, una dimensión nueva de lo
Con Médicos Sin Fronteras ha estado
conocido
en Colombia, Palestina, Somalia,
⇒ COREA TORRES: La Revolución perdida, de Ernesto Cardenal
⇒ GUILLERMO CORTÉZ DOMÍNGUEZ: La dramática y conmovedora historia
la lucha sandinista (La trilogía de Mónica Baltodano: Memorias de la
lucha
Sandinista)
de
Etiopía, Marruecos, Mozambique,
Sudán, Kenia, Camboya, Bolivia y
Armenia, entre otros lugares.
⇒ MAR PADILLA: El tiempo en serio (Contra el cambio, de Martín Caparrós)
⇒ MANUEL OBREGÓN: Palabras sueltas (a propósito de La Fugitiva de Sergio
Ramírez)
⇒ Amaranta Sbardella: Santiago Montobbio, entre arte y vida
Ama el blues, el jazz, el r´n´b, el
rock´n´roll, el soul por encima de
muchas cosas, y a veces trata de
averiguar porqué escribiendo sobre
ello en la revista musical Ruta 66.
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Crítica
A propósito de La Fugitiva, de Sergio Ramírez
Palabras sueltas
Manuel Obregón
Lector macho, de esos que penetran el corazón mismo de la historia, Manuel Obregón
muestra los comentarios surgidos a raíz de su repaso por las páginas de la reciente
novela La Fugitiva, de Sergio Ramírez. Abundando en detalles, Obregón participa y
comparte sus emociones emanadas desde las estribaciones hasta las interioridades de
La Fugitiva, dejando constancia de la conmoción recibida después de su aventura a
través del universo narrativo del más reconocido novelista nicaragüense.
MANUEL OBREGÓN (Masatepe,
1941)
Licenciado en Economía por La
Universidad Nacional Autónoma de
México, con Maestría por la
Universidad de Vanderbilt,
Tennessee, ha laborado como
funcionario bancario en el Banco
Central de Nicaragua (1967-1997) y
ha colaborado en la fundación de la
actual biblioteca de dicho Banco,
además de Asesor cultural.
Jubilado de las actividades bancarias
viró su oficio hacia el de la
agricultura, sin olvidar nunca sus
grandes pasiones: la lectura y la
escritura de textos.
Escribir una novela debe ser el oficio más complicado del mundo. A la vez, el más
fascinante. Aquí expreso un simple punto de vista de lector que ha venido aquerenciándose
con la lectura desde hace muchas décadas. No es una crítica profesional sino de aficionado,
más parecido a la plática informal que al texto erudito.
Conozco a Sergio desde su niñez ya que somos coterráneos y desde jovencito ya traía la
veta de las inquietudes intelectuales, que más tarde desarrolló; no así las políticas, de las
que no puedo testimoniar antecedentes. Hoy, él mismo confiesa que ese capítulo de su vida
quedó atrás, aunque siempre deja abierta la puerta para opinar sobre el tema, que no es lo
mismo que militar o hacer proselitismo. Nosotros sus lectores celebramos que así sea. He
seguido su trayectoria de escritor desde sus tiempos de estudiante en la ciudad de León
cuando escribió su primera novela: Tiempos de Fulgor (1970, Editorial Universitaria de
Guatemala) y editó la revista Ventana que reunió a lo más selecto de los jóvenes
intelectuales de esa época, ya movidos por las musas de la poesía y la prosa, que buenas
pautas mostraran en esa publicaciones. Si trazamos un puente, que una su primera obra
con esta última, vemos que no sólo ha pasado abundante agua bajo el mismo, (creo sin
temor a equivocarme más de diez novelas y casi cuarenta títulos) sino que ese caudal se ha
venido ensanchando y purificando con los años, para alcanzar hoy, una obra muy rica que
sólo los talentosos y disciplinados logran.
En la tercera semana de Abril se publicó un adelanto de la novela (41 páginas) en la revista
digital Carátula (No 41/Abril-Mayo 2011) que él mismo dirige, y fue para mí una gran
sorpresa y un gran disfrute, su lectura. Desde ese momento me quedé esperando la
publicación completa. El 5 de Mayo recién pasado asistí a la presentación de esta obra en el
auditorio de LAFISE, en Managua. Como en otras ocasiones, me encontré con un Sergio
locuaz, chispeante, seguro y de buen humor, que supo manejar la escena en esa no muy
afortunada noche, dado que las tres jóvenes que mantuvieron la conversación con el
autor, dejaron mucho que desear, acaso por la poca habilidad y coordinación de las
preguntas o por las fallas de sonido, que nunca faltan. Terminada la velada regresé a mi
casa de Masatepe, prácticamente, a devorarla. En tres días la había leído, incluyendo el
subrayado que acostumbro en toda novela que acapara mi atención. Aunque ya conocía el
adelanto, decidí empezar desde el principio. Así que arranqué de nuevo.
Los pasos de animal grade se reconocen a distancia. Yo sentí que estaba frente a algo
especial, pero toda expectativa se quedó corta. Estoy dije, ante un juego perfecto. Y no
creo equivocarme, La fugitiva, es la novela mejor lograda del autor.
Sobre este género hay mucho que hablar. Incluso hoy leo en el diario La Prensa, (La
Prensa, 12-05-11) un artículo del mismo autor sobre la ficción (que es el basamento de
toda novela), quien poniéndose por encima de la realidad (sea ésta biografía o historia) la
trastoca para cambiarle el rostro, y entregarnos otra realidad, que ya no es la misma. Ha
habido una transgresión y el resultado es, una mentira. Es decir, la narrativa se convierte
de esa manera en impostura, la cual es aceptada por los lectores como la verdad literaria,
anulando o sustituyendo a la misma realidad. Partiendo de una verdad, nace una mentira,
que llega a ser tan verdadera, o incluso más, que la verdad misma. Eso sólo lo hace la
literatura.
He aquí mi primera digresión en cuanto a la ficción literaria, que complementa lo dicho por
el laureado escritor. No es que gracias a la imaginación del autor nazca de la verdad una
mentira, que sonaría como que la historia huele a falsedad y engaño. No, lo que ocurre es
que cuando se hurga la realidad gracias a la literatura, se genera una nueva dimensión de
las cosas, (una eclosión en el sentido cósmico) que ensancha esa misma realidad para
entenderla y calificarla mejor. No cómo sucedió, sino, cómo pudo haber sucedido, y por lo
tanto enriquece la realidad de la que se parte. No es impostura, al contrario, es una nueva
posibilidad, más clara, más transparente para entender el mundo. Asistimos al
remozamiento de la realidad, no para minimizarla, sino para enaltecerla, no para afearla,
sino para embellecerla, no para desvirtuarla, sino para purificarla.
No es una invención casual, es un renacer, un crear, un acto casi sagrado que tiene que ver
con la entrega de los dones, un comulgar, un rito, una pasión y una esencia. Uno puede
preguntarse para qué sirve escribir una novela, a fin de cuentas a quién le interesa si
sabemos de antemano que todo es virtual, inexistente, un espejismo. Grave error
imaginarlo de ese modo. Lo más grande que ha inventado el hombre es la escritura y la
capacidad de imaginar no tiene límite. No sin razón decía Santa Teresa de Jesús la “loca de
la casa es la imaginación”, como bien lo analiza Rosa Montero en su libro La loca de la casa
[Punto de lectura, 2003, Santillana Ediciones Generales, S.L.] que versa sobre el acto
creativo y todo lo que implica el reto frente a la página en blanco, donde no hay doble que
haga las partes difíciles, como en las películas.
Pues bien, la novela, como género o integradora de géneros y mundos diversos y
dispersos, sirve para muchas cosas, que se pueden resumir diciendo que nos integran a la
vida, donde toda variante y dimensión es posible. De ese modelar o remodelar la realidad
nace la ficción, que no es anodina ni tiene como objeto el engaño o la deformación (lo cual
de alguna manera la rebajaría), sino que se convierte en una nueva realidad enriquecida,
vitaminada, robustecida, calcificada, energizante, que nos lleva a otros brillos, a nuevos
descubrimientos, contrarrestando la rutina y la abulia de la vida diaria.
La novela, en esta dimensión expandida, formará nuevos paradigmas sin pretender ser
moralizante, permitirá rescatar o identificar valores ya perdidos, o, al menos redescubrirlos, brindará la oportunidad de escuchar otras voces que tienen mucho que
decirnos, ayudará a reconocer el entorno de ayer y de hoy permitiendo ubicarnos en su
globalidad. La novela posibilita también una manera de reordenar conceptos que
pudiéramos tener enredados y que nos limitan el conocer y el imaginar; además de recrear
épocas para revivirlas y conocerlas a fondo (creencias y costumbres), paralelamente
coadyuva a animar sentimientos dormidos o sofocados para solazarnos con nuevos soplos
de vida capaces de producir, espontáneamente, empatía con nuestros semejantes, a
coparticipar de las experiencias de vida de los demás y vernos en ellos como en un espejo.
Todo eso y más, es posible en la literatura, que funciona como elevar al cubo nuestras
limitadas vidas cotidianas. De vivir una sola vida, vivimos muchas.
Otros encontrarán recursos para defender causas perdidas y crear defensas frente a la
injusticia y la adversidad, para complementar el conocimiento del lenguaje sin el cual
seríamos remedos de hombre, y por añadidura coadyuvar a tener un mundo más seguro y
confiable en el que podamos vivir en paz y armonía, por otra parte facilita el entendimiento
entre los seres humanos, enriquece la vida, y nos levanta el buen humor. Ell hacer y el
soñar se tocan. Eso, también sólo lo logra la literatura.
Entonces, el acto creativo no es simple alteración que nos lleva a otro plano, que algunos
afirman, de mentiras y simulaciones. Es, más bien, un camino trazado hacia lo subliminal,
y al enaltecimiento de nuestras relaciones como seres humanos, que nos permite apreciar
la vida y vivirla mejor.
La novela de Sergio toma tres caminos, que no se bifurcan, y que si lo hacen, más adelante
se vuelven a encontrar. Ese es el arte de cerrar la historia, como empieza, termina.
El narrador que a su vez es el reportero Romano Minguela, hace uso del recurso de la
entrevista, que aquí es una simple formalidad, pues el periodista casi no dice una palabra,
para que la historia la conozcamos de primera mano, por tres voces femeninas: Gloria
Tinoco, Marina Carmona y Manuela Torres. Cuando el novelista nos entrega desde muy
temprano a estas tres mujeres, que no necesariamente coinciden en sus testimonios de
haber conocido a fondo a su ex compañera de estudios en la secundaria, y amiga del alma,
Amanda Solano, ya sabemos los lectores que estamos en buena compañía y que la historia
suena a cruel y desgraciada. El autor se aparta (la presentación inicial es solo una cortesía)
y lo que viene depende de lo que recuerden u omitan estas tres mujeres.
Cuando digo que como empieza termina, me refiero a que el reportero Minguela nos dice
casi la misma frase y las mismas palabras, al inicio y al final. Amanda Solano es sepultada
pasadas las seis de la tarde de un 16 de junio de 1961, bajo una llovizna, que según el
periodista-narrador, (apunta el día siguiente en La Nación), la única foto publicada refleja
“un abigarrado conjunto de paraguas, congregados alrededor de la fosa abierta, sobre cuya
seda brilla la garúa que empieza a nutrirse” (pág. 13, Alfaguara, abril de 2011).
Textualmente la misma frase se repite al final, aunque de manera más corta, “Un
abigarrado conjunto de paraguas, sobre cuya seda brilla la garúa que empieza a
nutrirse” (pág. 310, ídem). Y en esas tres versiones vamos a hundirnos los lectores,
ignorando si serán aguas tranquilas o agitadas.
Primera versión.
Doña Gloria Tinoco viuda de Iglesias (dama de alcurnia y bien plantada), ya en su edad
madura, cuenta lo que recuerda de Amanda Solano, aprovechando el viaje para impartir
una lección de historia de la Costa Rica de fines de siglo XIX y primera mitad del siglo XX.
Hablará con desparpajo, a como le gusta y a como le sale. Se referirá al barrio residencial
Amon, donde ella vive, de sus fundadores, de cómo se construyeron los principales edificios
de San José (por efecto imitación de la arquitectura europea, principalmente francesa), y
cómo fueron llegando inmigrantes de ese continente a establecerse en un país montañoso,
de buen clima y llovizna generosa, a cultivar las primeras plantaciones de banano y de café
y cómo se desarrollaron a partir de una economía eminentemente agrícola las primeras
industrias, los servicios públicos y el transporte de la ciudad. Pasa a ser San José, de una
villa rural a darse el caché de una ciudad que entra a la modernidad, orgullosa de contar
con un palacio de comunicaciones, un club elegante para la gente rica, telégrafo, tranvías,
puertos para exportar sus bienes primarios, ferrocarril, fábrica de licores, un teatro
nacional, funeraria, confiterías donde tener esparcimiento, hoteles, un elegante y selecto
colegio de señoritas donde educar a las hijas de los hacendados, ahora, incipientes
hombres de industria.
Estas primeras oleadas de alemanes, franceses e italianos son los que le vienen a dar vida
a la ciudad y, por ende, al país. Se forma así una burguesía orgullosa de sus orígenes,
donde imperan las costumbres de la alta sociedad, réplica de la europea aun con sus
contradicciones. Se supera aquello de que en San José hayan muchas quejas sobre “los
animales sueltos que se asomaban con tranquilidad a las puertas de las casas”, por lo que
con los ahorros producidos por el café se puede entrar ya a la modernidad. Atrás quedan
los “jefes de familia tacaños y desconfiados, que guardaban las ganancias de los
embarques de café en zurrones de cuero debajo de sus camas”.
Todo esto para enmarcar el entorno del origen de Amanda Solano, cuyos abuelos maternos
estaban relacionados con aquellos ancestros emprendedores, muchos de ellos ya venidos a
menos cuando se casaron con costarricenses. No obstante haber perdido fortuna, eran
tiempos en que, tener blasón o un pasado ilustre siempre era un pasaporte para ser
tratado con deferencia en esa sociedad cerrada y conservadora de la época.
El caso es que cuando Amanda Solano viene al mundo, era, ya no la nieta del infortunado
ingeniero Sigfried Starck, quien muere aplastado por el tranvía inaugurado por él mismo,
sino la hija de Julia Starck, una modesta costurera destinada a casarse con un resignado
empleado de finca, Carlos Solano Tenorio, su padre, que si bien se le conoce como
administrador, no se le reconoce en una mayor posición social. El señor Solano Tenorio, se
sabe, tuvo antepasados de fortuna que destacaron en la política, cuya sombra ilustre ya no
logró alcanzar, por lo que su enlace con Julia lo nivela en aspiraciones. Cuando Amanda
nace, ya su padre había fallecido, esto dice la señora Gloria, ya era un repunte de lo que
entonces “iba a alumbrarla en su vida la estrella de la desgracia”. Amanda fue, según este
testimonio, una mujer inteligente y muy bella. Ambas cualidades sólo le sirvieron, contra
todo buen pensar, para caer más rápido en el abismo.
Ser rebelde contra las mojigaterías de una época y de una ciudad estrecha en vida y
costumbres, no era común, así como hacer lucir su belleza en medio del escándalo que
suponía su conducta, no licenciosa ni mucho menos, pero sí libre y sin ataduras para
determinar su preferencia por los hombres, a quienes prodigaba una pasión irrefrenable y
contradictoria. Nada de eso, y otras cosas que surgieron en su agitada vida, se lo
perdonaron. La fueron estrechando al grado de no reconocerle sus dotes de escritora, su
talento, y mucho menos su beldad como mujer, tiña de unas envidia de otras.
Es dentro de ese medio un poco hostil y calcificado que Amanda pasa su adolescencia y
logra terminar sus estudios, con las limitaciones del caso, en el Colegio Superior de
Señoritas, el mejor y más estirado de la ciudad. De ahí que lo que Gloria reproduce son los
recuerdos de su compañera de colegio, al igual que las otras dos versiones, de gente que la
quiso y convivió con ella, los buenos y los malos momentos. Desde muy temprano dio
temple de su carácter y de sus inquietudes como novelista en ciernes. Se dice que sentía la
necesidad de ser mujer de letras “como si las palabras fueran un sustento a su organismo,
como el que toma hierro o calcio” y que “centavo caído en sus manos lo ahorraba para
comprar libros”.
Resultado, una vida sentimental descalabrada. Se casa con un diplomático que le pasa la
sífilis; antes había sido violada o violentada por su padrastro y expuesta al escarnio público
cuando uno de sus pretendientes decide secuestrarla, intento que frustra, pero deja una
huella profunda en su psiquis y es el comidillo de las damas de sociedad. Después contrae
nupcias con un abogado mafioso con quien procrea un hijo que será su calvario. Vendrá un
peregrinar por Guatemala, México y los EEUU en busca de recuperar la patria potestad que
le ha arrebatado el padre de la criatura. Una vida turbulenta, conocerá otros hombres y no
escapará de la persecución por sus bellos atributos que al final la lastimarán en alma y
cuerpo.
También las mujeres se juntarán a la cacería de aquella belleza, inalcanzable, sin cesar en
su propósito. Nada fijo, nada perdurable, los hombres que se le acerquen no durarán
mucho, serán simplemente de ocasión. Como dice Luís Rafael Sánchez, son amores que
“fenecen apenas nacer porque no se acoplaron los cuerpos ni las almas” (Devórame Otra
Vez, Ediciones Callejón, 2004, S. Juan PR, pág. 164) o en palabras de Gloria “Y allí terminó
ese episodio de su vida que duró apenas lo que dura un soplo del viento”. La personalidad
de esta mujer era difícil de entender, buscaba el amor y a veces hasta la conveniencia, se
arrima a la política de izquierda sin tener firmeza en los principios, piensa más en los libros
que desea escribir pero sólo le alcanza para escribir uno La puerta cerrada, otros atestiguan
que produjo varios, mas tarde o temprano los regalaba o los perdía. Se creaba una imagen
idealizada del hombre que debería amar y a la menor falla los despreciaba. Casi una
pequeña leyenda. Lo cierto es que, conoce pobrezas y enfermedades, que la llevan a
relaciones dispares donde “… los dos eran de condiciones sociales muy diferentes, aunque
igualados por la pobreza”. En resumen, para Gloria, “Amanda era de un talento
maravilloso, pero no sabía manejar su vida. Tenía ese problema, las decisiones
sentimentales que tomaba no eran las correctas”. El fin era de esperarse, Amanda muere
enferma en un sofá en el apartamento de su amiga Edith, en México, cuando se disponía a
prepararle un té caliente para reanimarla. No es casual que este capítulo tome la frase de
Amanda, en uno de sus escritos: “Sólo a la muerte se llega demasiado temprano”.
Se palpa aquí lo que dije al principio, la novela, en general, recrea una época, pero
sobretodo, es el medio idóneo que encuentra el escritor para desembarazarse de esa carga,
de esa cuenta pendiente, de pagar esa factura, de colmar esa necesidad, de cómo, él,
(Sergio Ramírez) se imagina debió haber sido ese mundo, desentrañarlo, alborotarlo,
removerlo, sacudirlo, para así y sólo así poder tener una explicación más clara de la Costa
Rica de hoy, o al menos la que él compartió en los doce años que vivió en San José, cuando
apenas rondaba los veinte y tantos años, pero ya con la madurez suficiente para ir
anotando en el libro de la memoria, sus vivencias.
Sólo hubo una pequeña desconsideración del reportero Minguela: no haber sugerido a la
señora Gloria, un pequeño “break” para tomar un vaso de agua o a lo mejor ir al baño (la
señora ha estado más de cinco horas hablando casi sin respiro y sin almorzar). Es hasta el
final de la entrevista que la anciana se percata de que tiene que tomar no sé qué pastillas,
cuando se supone ha llegado al límite de sus fuerzas. No le hubiera sentado mal un
pequeño descanso.
Segunda versión
Le toca el turno a Marina Carmona, también ex compañera de Amanda en el Colegio de
Señoritas, quien tiene mucho que decir sobre ella, dado que compartían afinidades
intelectuales y siempre la quiso atraer a la afiliación política de izquierda, en la que ella
militaba. Gustaba referirse a su amiga como La Docta Simpatía (una especie de sabelotodo)
y le atribuye cualidades de escritora y de cantante, fueran estas melodías mundanas o
clásicas. Aquí el relato se pierde en disquisiciones acerca de la historia de Costa Rica y
algunos personajes importantes, como el general Volio, monseñor Sanabria, el doctor
Calderón Guardia y Manuel Mora; todos ellos arquitectos de las reformas sociales profundas
que el país necesitaba, aun nadando contra la corriente, pues se predicaba que “se podía
ser católico y tener carné comunista sin cargos de conciencia”.
En esa línea se habla de la revolución de José Figueres y de la continuación de las reformas
emprendidas por su gobierno que culminan en la nacionalización de la banca, los seguros y
la abolición del ejército en 1949, todo para demostrar que el entorno de la vida social y
política del país que cubrió a Amanda Solano no se diferencia en mucho de otras
sociedades patriarcales de la época, fuese Centro. América o el resto de América Latina.
Es Marina la que mejor trata de explicar la complicada personalidad de Amanda y sus
contradicciones. Le gustaba a Amanda elegir su pareja sin temor al que dirán como un
ejercicio de la plena libertad que ella predicaba (un acto de rebeldía) pero a la vez se
dejaba llevar por la persona conquistada en el acto más ciego de entrega. Esa sumisión
está implícita en la novela La Puerta Cerrada donde el personaje principal es una mujer que
igual que ella no encuentra salida posible a sus conflictos. Nunca estuvo segura de los
pasos que emprendía, incluido el haberse casado con un destacado líder del partido
comunista con quien no se identifica, ni siquiera en la militancia. Al decir de su amiga,
Amanda “siempre estaba buscando unir hilos de colores opuestos”. “Era una chiquilla que
buscaba liberarse de sus redes, y al mismo tiempo disfrutaba de quedarse atrapada en
ellas”. Su inteligencia la llevaba a ser refractaria a “extraviarse en los vericuetos de la
medianía”. Se debatía en juntar el hombre carnal con el hombre ideal y en ese esfuerzo
siempre salía lastimada o frustrada.
Hay abundante prueba epistolar que su amiga guarda con celo porque es ahí donde
Amanda se retrata desde la intimidad y expresa lo que piensa sobre los demás.
Las reflexiones políticas de Marina nada agregan al pensamiento de Amanda en estos
temas, pero sí justifican la evolución del pensamiento militante, que es capaz de pasar de
alabanzas al partido comunista, a renegar de su ortodoxia y referirse, irónicamente, a las
vacas sagradas, como a un conjunto de momias, especialmente a los soviéticos.
Ya dijimos que en la novela cabe todo, incluidos los juicios de conciencia que puede tener el
autor y que parcial o tangencialmente se encarnan en sus personajes. En algún momento
Marina, buscando el apoyo del novelista, lo interpela: “pero usted como novelista sabe que
en boca de los personajes se suele poner convicciones arraigadas en el alma del
autor” (pág. 163). La misma inquietud surge más adelante como para aclarar que las
convicciones (políticas sobretodo) están sujetas al examen de conciencia, cuando Marina
agrega “he sabido corregir mis convicciones con los años, porque he procurado ver, y si
alguna lucidez me queda, la aplico a revisar mis antiguos juicios de valor, sin abandonar el
fundamento de mis ideas”. (pág. 198). Marina es la intelectual con un aire ortodoxo y
doctoral de saberlo todo. Hace alarde de citas clásicas y gusta de usar un vocabulario
rebuscadamente culto. Se permite dar consejos al novelista (digamos al narrador) como
aquello de “Cuídese de las fantasías, y ocúpese de la invención, que son materias
diferentes”.
Respecto a, Amanda, confirma (en otros términos), lo dicho por Gloria. Era una mujer
complicada con adicción a los hombres machos que ella quería transformar en arcángeles,
una mujer prisionera de sus propias contradicciones, huía de si misma y no sólo del medio
hostil que la rodeaba. En sus propias palabras: “Una mujer sola, en singular, frente a un
medio que respiraba mediocridad por todos sus poros, en plural”.
Marina, por su vena de intelectualidad, es la que mejor detalla las angustias de Amanda,
que en el fondo ya están plasmadas en la novela, única que se conoce, La puerta cerrada,
en la que autora y personaje se sobreponen formando un solo ser. Es su retrato hablado,
sinónimo de: soledad, incomprensión, desamparo, dudas, desgracia, abandono,
enfermedad, insatisfacción, angustia, escape, y sobretodo, indefensión, que en una mujer
bella y alejada de su único vástago, la llevará de seguro al callejón sin salida de la muerte.
Y todo eso a una edad, que en otras circunstancias debería ser de plenitud, cuando apenas
se tienen 40 años, para ella significó agonía, ruindad, ausencia de un verdadero amor que
nunca tuvo, y que la pudo haber salvado.
Aquí el narrador hace otra reflexión frente a su personaje, que es lo mismo que estarse
viendo de cuerpo entero frente al espejo de la perplejidad y sentir la zozobra de qué hacer
frente a la página en blanco (ese momento de intimidad, donde alegría y sufrimiento se
mezclan y donde hay que tener paciencia para aterrizar), a sabiendas de que, cito a
Amanda (que ahora podemos decir es intelectualmente el mismo narrador): “Ser escritor
impone obligaciones tremendas, entre ellas la de sufrir”. Aquí viene una transgresión, el
narrador le arrebata al personaje su novela: La puerta cerrada, que antes se llamaría La
fugitiva y se la apropia (y eso sólo lo hace el milagro de la literatura) que es como robarse
a si mismo. Esa historia podrá se contada ahora de otra manera.
Es un nuevo alumbramiento a partir de uno anterior, lo que vendrá es la historia ampliada
de Amanda que es la que tenemos entre manos: tres versiones de un mismo personaje o
de una misma persona: Yolanda Oreamuno (1916-1956), que fue, en la vida real,
modificada por la magia de la pluma. La construcción del juego perfecto al que aludimos al
principio. Ahora que el autor ha desplazado al personaje, puede hacer sus propias
confesiones: “el autor siempre está volcado al acto de imaginar”, a “la agonía del acto de
crear” “a solas con sus personajes y sus recuerdos” perplejo para no fallar y llegar, a la
otra orilla, al puerto seguro “donde arden las palabras que busca encontrar para su
escritura”. El autor (el narrador) sabe lo que busca y agradece a Marina los papeles que le
ofrece para sacar fotocopia y ya podrá irse tranquilo a casa a completar la historia de La
fugitiva, que bien podría llamarse, La desafortunada.
Tercera versión
El triángulo se cierra con broche de oro. Manuela Torres vendrá a ponernos en claro ese
lado oscuro de las relaciones afectivo-eróticas entre ella y su amiga Amanda.
Aparentemente la más despechada para despotricar contra su país de origen, Costa Rica, la
patria amada. Ella, Manuela, tiene incluso razones de mayor peso que Amanda para no
aceptar explicaciones, pues fue esa sociedad patriarcal la que más lodo le tiró a la cara por
el solo hecho de no aceptar que una mujer, libre como ella, pudiera escoger su sexo como
le viniera en gana, y esas ganas solamente quedaban saldadas con su lesbianismo que
nuca ocultó, esa era su naturaleza y contra estas leyes nada podemos hacer los humanos.
Es México la única patria que ella acepta, de la otra, echa un velo de desconsuelo. De aquí
en adelante todo olerá a tequila que es su bebida predilecta y a vituperios, aunque a estas
alturas cuando tiene lugar la entrevista, Manuela ya haya dejado el vicio que la hizo rodar
en tiempos malos y también, por qué no, es el mismo que la relacionó con el mundo
disoluto y parrandero que la llevó al éxito de sus canciones. Lo que nunca abandonará es
su forma franca de hablar, adornada de adjetivos fuertes como su aliento de resaca, que le
viene bien con su estampa de mujer terca y dura (que no decepcionada), dado que ha
logrado casi lo que ha querido en su vida, pero que no olvida los madrazos que ésta le ha
propinado.
Uno no puede dejar de imaginar que Manuela Torres es Chavela Vargas en persona, que no
muchos saben que nació en Heredia y es tan costarricense como la guaria morada. De ahí
las bellas formas de expresión (pues se siente mexicana) que salen de esa boca que no le
teme a nada, ni siquiera le preocupa que sus epítetos puedan lastimar a alguien, no es
mujer que a estas alturas se ande con remilgos. Tiene curtido el cuero para que le salgan
ronchas. Viene de vueltas, así que ella, tiene la palabra.
Dice Manuela que Amanda se sentía la mujer más incomprendida del mundo y se tira
algunas confidencias como que nuestro poeta Salomón de la Selva (Salomoncito como le
dice ella) vivió con Amanda y que le guardó mucho cariño hasta el punto de sufragar todos
los gasto de su sepelio, a pesar de que los de la Selva, a esas alturas, ya habían caído en
desgracia después de haber sido el poder detrás del trono en tiempos del gobierno de
Miguel Alemán. Que Juan XXlll (Angelo Giuseppe Roncalli), cuando era apenas Nuncio
Apostólico en París, fue muy amigo de Salomoncito, era fuerte jugador de cartas y fumador
empedernido.
Desmiente que Amanda se haya suicidado, reconoce que su amiga quería ser escritora de
fama (y se pregunta para qué sirve la fama), ésa puede brillar aunque ya estés muerto,
¡carajo!, no depende de tus deseos sino de la pinche voluntad de la gente, si le gustas le
gustas, algo así como la santidad, que puede ser alcanzada aunque hayas sido pecador.
La madre de Amanda fue una desconsiderada e irresponsable que le acidificó más el
carácter, pues nunca le prestó atención a sus problemas, ni siquiera cuando le confesó que
su padrastro la violó en el baño siendo muy joven, no le puso interés pues temía perder la
voluntad del querido a quien le procreó dos hijos.
Manuela no guarda rencor pero no perdona a Costa Rica que le haya negado cantar en el
Teatro Nacional, seguro por aquello de su preferencia por las mujeres y sí, se quejaba,
toleran que unos curitas hipócritas sean pederastas. Dice con firmeza que tanto a ella como
a Amanda las ningunearon y las apartaron como si hubiesen contraído la lepra. Pero se
desquitó de todas esas hipocresías pues se dio el gusto de cantar en el Palacio de Bellas
Artes de México y en el Palacio de la Música de Barcelona. Eso lo sabían las puritanas
autoridades costarricenses pero les valió madre.
Otra parte la dedica a hablar de ella misma, de cómo se fue a México y de cómo rodó en las
cantinas de mala muerte antes de conocer a los mejores artistas y de entrar al Tenampa
como en su casa. Aquí el narrador (que es el cómplice de estos desvíos y sus caminos
sinuosos) se dedica a contarnos cómo ella, Manuela, pinta el retrato de ese México de la
época, de la guerra cristera, de sus caudillos revolucionarios, del cine y de los Estudios
Churubusco y los actores de fama. Su amistad después con Agustín Lara, con Toña La
Negra, Andrea Palma, Dolores del Río y el laureado escritor Carlos Fuentes y de Carlitos
Monsiváis, su cuatazo del alma.
No se arrepiente de su anticlericalismo e ingenuamente confiesa que eso de curas y de
santos le resbala. Vienen luego sus conquistas de mujeres, las ignoradas y las de fama,
incluida la mítica Frida Kahlo, y explica cómo su amiga Edith (la mejor amiga de Amanda y
en cuyo apartamento murió) se metió de amante de Diego Rivera, el sapo Rivera como le
gusta llamarlo. Ese amorío con Frida terminó como empezó, primero con un beso en la
Casa Azul y después lo enfrió el aburrimiento. Los celos de Frida no los soportó. Como ya
estaba enferma e inválida en su cama de hierro, cada vez que regresaba por la madrugada
la olisqueaba como un perro buscando las huella de la infidelidad. No le gustaba eso de que
“me pegaba la nariz al cuerpo buscando los olores a mujer que traía enredados”.
En política Manuela siempre guardó distancia de sus amigos y no soportaba cómo los
comunistas toleraban y aplaudían hasta las barbaridades de Stalin. Burlonamente
exclamaba que eso del comunismo era “puro jarabe para mensos” y añadía que “Stalin a
mí me hacía los mandados, y Fidel Castro, él allá mandando en su cárcel, y yo acá”. No
tenía verdaderamente pelos en la lengua.
De su conquista imposible no calla nada. Amanda fue la mujer que más deseó y a la que
nunca pudo atraer y todo lo que hacía para llegarle le salía mal. Hasta una serenata de lujo
se malogró cuando ella esperaba que saliera o al menos encendiera la luz del cuarto donde
vivía pobremente, solo para enterarse después que días antes se había mudado de casa,
contado por la misma Amanda. Por ella sentía “No la congoja de un amor perdido, sino la
de un amor que no se ha podido alcanzar”. Luego vino la aventura de seguirla a los Estados
Unidos donde supuestamente el amante que la acompañaba le había prometido contacto
con amigos que le ayudarían a publicar sus libros. Resultó ser un tramposo y borracho
como tantos, que a la primera, cuando Amada se enfermó, huyó por el camino más corto y
fue ella, Manuela, la que tuvo que hacerle frente sin disponer de un centavo. La
hospitalizaron gracias a la oportuna ayuda de una compatriota suya que trabajaba en la
embajada en Washington y le ayudaron hasta que pudo regresar a México.
En tanta plática se le viene de nuevo la nostalgia y le confía al novelista-narrador, que se
había comprado un terrenito en Playa Tambor, en el golfo de Nicoya, en su mal recordada
Costa Rica, con la idea de construir una casa junto al mar “porque hasta los perros buscan
su querencia aunque les den de palos”. Se acobardó y no le entró, por que según apunta,
le tuvo miedo a aquellos parajes solitarios y temía que “me espantara el sueño el ruido del
oleaje”.
Creyó ayudar a Amanda montando un negocio de costurería en la Colonia Condesa que
resultó ser exitoso, aunque no creaba compromisos afectivos. Hasta que llegó la mala hora
y vino el episodio de las tijeras en que un amanecer (fue después de una borrachera)
Manuela tomó el camino del negocio solo para dar una vuelta, aunque es posible que aquel
amor distanciado todavía la perturbara, y en un arranque del demonio empezó a destruir a
dos manos todo lo que encontró en los estantes del negocio, incluidos los maniquíes que
rodaron en el suelo como juguetes en medio del estropicio. Todo ante los ojos atónitos de
Amanda y de las dos mujeres que trabajaban en las máquinas, hasta que vino después la
sensatez y la destructiva Manuela se hizo cargo de las pérdidas, se cerró el local y hasta ahí
terminó la sociedad con Amanda.
Deja claro sí que nunca amenazó a Amanda con las tijeras como han dicho otros bocones.
El episodio no lo supo explicar del todo, sólo dijo que “Era como si el diablo mismo, que me
llevaba de la mano, se afanara en soplar el fuelle para atizar el fuego de la sinrazón que me
devoraba”. No la volvió a ver hasta que supo de su muerte en la casa de Edith, y lo ya
contado de la generosidad de Salomón de la Selva que ayudó a que se enterrara en el
Panteón Francés.
Juicio Final
Tres personas distintas pero un solo Dios verdadero. Gloria, Marina y Manuela, distintas
versiones, claro, pero una sola Amanda, bella y perturbadora, indescifrable, enigmática,
difícil, incomprendida e incomprensible.
Un solo narrador que se bifurca por tres caminos, a sabiendas que adelante tendrán que
encontrarse, para rematar una historia contada con amor y cariño por la literatura,
utilizando, en un juego perfecto, la pura cepa que nace del lenguaje, y una entrega legítima
a la obra creadora.
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en esta edición de Crítica
⇒ JOSÉ PRATS SARIOL: Fina García Marruz, una dimensión nueva de lo
conocido
⇒ COREA TORRES: La Revolución perdida, de Ernesto Cardenal
⇒ GUILLERMO CORTÉZ DOMÍNGUEZ: La dramática y conmovedora historia
la lucha sandinista (La trilogía de Mónica Baltodano: Memorias de la
lucha
Sandinista)
⇒ MAR PADILLA: El tiempo en serio (Contra el cambio, de Martín Caparrós)
de
⇒ MANUEL OBREGÓN: Palabras sueltas (a propósito de La Fugitiva de Sergio
Ramírez)
⇒ Amaranta Sbardella: Santiago Montobbio, entre arte y vida
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Crítica
Santiago Montobbio, entre arte y vida
Amaranta Sbardella
La hispanista de la Universidad de Siena Amaranta Sbardella, especialista en filología
comparada, hace para Carátula una breve introducción a la poesía de Santiago
Montobbio, poeta catalán del que publicamos en la sección de Poesía de ésta misma
ediciòn una muestra de su obra, incluyendo los versos más recientes.
AMARANTA SBARDELLA
Experta en filología comparatista,
semiótica y comunicaciòn simbólica
e hispanista de la universidad de
Siena.
SANTIAGO MONTOBBIO
Santiago Montobbio nació en
Barcelona, España, en 1966. La
Hace veinte años un muy joven Santiago Montobbio escribió que “la vida y sus tenazas
muerte, el suicidio, el
nunca cambian/el poeta siempre es el mismo, entre el amor y el olvido”. Su recorrido
abandono, la soledad y la escritura,
poético se deshila a través de los entresijos de la vida, de la existencia; se interrumpe
durante una larga temporada para surgir de nuevo de manera inesperada y copiosa.
Motivos de las primeras antologías, entre las cuales destacan Hospital de inocentes, El
anarquista de las bengalas y Absurdos principios verdaderos (este último recién editado por
March Editor de Barcelona), se persiguen y siguen enseñando su indefectibilidad en los
poemas escritos en 2009, que se dan a conocer en estos meses. Mas la mirada se ha hecho
firme y madura. El poeta no ha dejado de cuestionar la vida en su misterio y su
vislumbrada extrañeza, pero dirige más su investigación hacia la penetración del arte en la
vida, y del arte en el mismo lenguaje poético.
ocupan los principales temas de su
obra poética.
Santiago Montobbio ha conseguido
ser reconocido en el ámbito europeo
como uno de los poetas españoles
más destacados de las recientes
generaciones. Varias antologías de su
poesía han sido publicadas por
revistas como Pagine de Roma,
El arte penetra, se concede, se desnuda aun guardando su velo de misterio, nos cincela
como esculturas siempre inacabadas e imperfectas, y la existencia adquiere sentido si
observada a través del prisma de la composición poética, que la renueva y exalta. Pero el
arte mismo mantiene su halo de inalcanzabilidad, para que el hombre siga interrogándose y
cercionándose de su sitio en un equilibrio inestable trazado desde fuera. Una presencia,
Dios, nos vigila como en sueño, sin darnos puntos de referencia y apoyo. Pero sigue allá,
donde la sombra lo evoca, donde una puerta se deja entreabrir.
Europe Plurilingüe y La Voix du
regard de París, Hispanic Culture
Review de Estados Unidos, Revista
de Occidente de Madrid, Nanico de
Sao Pablo y Literal de México.
Su obra ha recibido importantes
comentarios de autores como
En los poemas se percibe la tensión, al hilo de un descubrimiento,
Ernesto Sabato, Juan Carlos Onetti,
de una búsqueda que nos eleva mientras nos deje insatisfechos.
Miguel Delibes y Carmen Martín
La suspensión es por un lado la ascesis de un artista hacia la
Gaite.
sublimación de su propia experiencia, por otro lado la
incertidumbre de un ser humano que intuye místicamente la
presencia de una verdad y no logra agarrarla, quizás porque lo no
quiera, dado que esa sola ausencia consiente al poeta reconocer
las huellas de la inspiración.
Así que en una silla vacía descubrimos la silueta de alguien que allí se reposa, o percibimos
sombras bajando unas escaleras que no permiten subir, o atravesamos una calle que se
entrega al olvido. La presencia actúa en la ausencia, en contra de aquel principio de no
contradicción que el mismo poeta evoca en sus poemas, al reconocer que la noche es alba.
El hombre oscila entre el amor y el olvido. El amor se define en su indefinición: puede que
sea el amor en el sentido erótico – sentimental, o bien el amor cristiano de hermandad que
nos une gracias a un compartido sufrimiento, del cual el poeta parece ser profeta por su
íntima penetración de la realidad. El ‘tú’, el destinatario de las creaciones, asimismo,
permanece en el misterio y llega a ser una entidad más en este cuadro del olvido afirmado
al negar.
El olvido, por otro lado, impera en los poemas, sobre todo en estos últimos: impregna las
páginas y se repite como un tambor que nos recuerda la fragilidad del hombre y el
transcurrir del tiempo. Como escribe él mismo: “El insecto pequeño y perdido por el monte
último./ No mucho más es en la vida el hombre, oscuro./ Oscuro y malherido y devorado
por el tiempo y el olvido.” El hombre es, además, hoja, arroyo, secos así como era
enroscada la hoja montaliana (“A menudo la pena de vivir he encontrado:/ era el río que
bulle en la estrechura,/ era el enroscarse de la hoja/ reseca, era el caballo reventado”.
Trad. de Fabio Morábito).
El poeta escribe sobre el aire del olvido, lo busca y teme con
igual apuro. Recorre las trazas del olvido, y las encuentra en
unos elementos, como el pozo, la luna, el viento, la música,
que se cargan de nueva significación. Las “lunas bastardas”
que “bailan, sin roces ni cosquillas,/ perezosas y lentísimas,
al compás de ningún ritmo” (El anarquista de las bengalas)
se convierten en lunas negadas, solas y clavadas en un cielo
asequible y eterno. Ahora bien, la eternidad se puede
conseguir a través del arte eternalizador, que pugna contra
el tiempo. La poesía es algo natural, primario, como el aire
y el amor, e, igual que ellos, tiene que ser respirada y consumada en libertad. Al mismo
tiempo, la poesía es erosión, pérdida, siendo prerrogativa de los seres humanos.
El arte nace de la vida y en ella se cumple, pero le otorga valor y sensibilidad. No es el arte
aprendido en las academias, arte frío y dogmatizado, sino el arte que pulsa en las calles, en
las venas, en las inquietudes. Con palabras del mismo autor: “En el arte sólo se puede/
escribir con convicción, desde lo más hondo de uno mismo,/ pozo profundo donde se
remansa el alma y brota su agua” (Donde tirita el nombre).
La vida requiere ser sublimada en el arte, asalta al poeta, lo aprieta para que se exprese.
Así nacieron los poemas del último conjunto de 2009, La poesía es un fondo de agua
marina, empujados frenéticamente por la necesidad de la existencia de ser plasmada y
eternalizada en el arte. En pocos días febriles, los poemas surgieron de un manantial
renovado y siempre rozagante.
Montobbio se hunde en el mar de la inspiración y con leopardiana
dulzura deja que ésta pase por su sensibilidad y se convierta en
creación. Las múltiples potencialidades del poeta se destilan en
poemas seguidos, que trazan el hilo de la investigación
existencial, en primer lugar de un hombre, y, en segundo lugar,
de un artista.
Afirmaba Cesare Pavese al escribir el apéndice de Trabajar cansa que un poeta debería
atreverse a concebir su obra de mayor tamaño como un solo respiro. Y de esa manera
podemos leer este conjunto de Santiago Montobbio, como una construcción vibrante y
vívida, en la que la exigencia de un esquema impuesto deja paso a la sencillez y la fluidez
de la inspiración creativa.
Así como el arte, el lenguaje poético se configura a lo largo de los poemas: a veces el poeta
se interroga en el instante mismo de la creación sobre la vigencia de una u otra palabra o
bien reconoce haber ya expresado de manera similar emociones o afirmaciones. Sin
embargo, es éste otro testimonio de la naturaleza con la que nacen y crecen los poemas.
Montobbio conduce su ‘quaestio’ existencial en la soledad, con ecos de Salvador Espriu, y la
amargura de quien aspira titánicamente a la solución de un enigma que por sí solo salida
no tiene. La única salvación, como ya se ha afirmado, es la del arte, en un proceso
continuo e inagotable.
En El anarquista de las bengalas, Montobbio recordaba a un hombre que de repente
compuso un verso y se quedó callado al reconocer que este verso había perdido su
frescura, “porque si ese verso un día fue una flecha era ahora una flecha cansada”.
Ahora bien, podríamos retomar esta misma expresión para atestiguar que ese riesgo y
miedo de consunción de la palabra poética se ha superado y ha dado nueva fuerza a una
inspiración nunca acabada, en la que la tensión entre arte y vida empuja cada vez más a la
creación de poemas.
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en esta edición de CRITICA
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conocido
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la lucha sandinista (La trilogía de Mónica Baltodano: Memorias de la
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de
Sandinista)
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HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Crítica
Ante la Incertidumbre
Defensa de la Poesía
Fernando Valverde / Jorge Galán / Daniel Rodríguez Moya / Andrea Cote / Alí
Calderón / Raquel Lanseros / Ana Wajszczuk
La editorial Visor Libros publicó en mayo pasado el libro Poesía ante la incertidumbre.
Antología de nuevos poetas en español, en la que un grupo de jóvenes autores de
España e Hispanoamérica reivindican una poesía que ante todo se entienda y
emocione en un tiempo "lleno de incertidumbres".
Estos jóvenes tienen en común, además del idioma, unas importantes trayectorias
literarias. Pero sobre todo comparten la misma visión de la poesía. En este texto
compartido con Carátula, los poetas defienden su defensa de la Poesía.
Los jóvenes tenemos la extraña sensación de que nuestro tiempo anuncia el final de otro
tiempo. Nuestra época aparenta ser un camino de poca visibilidad, lleno de curvas
peligrosas, en el que las ideologías y los diferentes conceptos parecen menos claros que
nunca. Nuestra Historia está tocada por la incertidumbre en todos los sentidos y no parecen
surgir los puentes que terminen con nuestros precipicios, que se muestran ante nosotros
como un león que nos mide con compasión y amenaza.
Desde nuestra perspectiva de ciudadanos de España y América, la incertidumbre parece
abarcarlo todo: la política, la moral, la economía, las nuevas formas de comunicación que
paradójicamente han provocado una mayor incomunicación… Incluso las viejas utopías que
ilusionaron al mundo en el siglo XX parecen haberse esfumado, haberse quebrado de
JORGE GALÁN (El Salvador, 1973).
Premio Adonáis de Poesía, Premio
Antonio Machado y Premio Villa de
Cox.
manera irrecuperable.
Ante esta situación, un grupo de ocho poetas de España y América consideramos que era
necesario reflexionar, hacer un alto en el camino y defender la poesía como una de las
pocas cosas capaces de arrojar algo de luz para tratar de alcanzar algunas certidumbres
necesarias.
No pudimos empezar con peor pie. Un día después de que corrigiéramos las pruebas de
impresión de la edición española del libro, que forma parte de la colección Visor de Poesía,
RAQUEL LANSEROS (España, 1973).
se suicidaba en Managua nuestro amigo y admirado Francisco Ruiz Udiel. Sin duda este fue
Premio Unicaja de Poesía, Premio
un hecho que nos condicionó muchísimo, hasta el punto de que el proyecto peligró porque
Antonio Machado en Baeza y accésit
dejó de ser ilusionante para muchos de nosotros. Después lo retomamos con mucha fuerza
del Premio Adonáis de Poesía.
y con ilusión, ya que suponía una defensa de la poesía que nos entusiasmaba y que
Francisco Ruiz Udiel defendía con vehemencia.
Finalmente, hace unas semanas la antología, titulada Poesía ante la incertidumbre. Nuevos
poetas en Español, salía publicada a la vez en España (Visor), Nicaragua (Leteo), Colombia
(Ícono), El Salvador (DPI) y México (Círculo de Poesía). A estas ediciones, en los próximos
meses se van a sumar otras nuevas en Italia, Chile y Estados Unidos.
ANA WAJSZCZUK (Argentina, 1975).
Premio de Poesía Ciudad de Badajoz.
DANIEL RODRÍGUEZ MOYA
(España, 1976). Premio Federico
García Lorca de Poesía y Premio
Vicente Núñez.
¿Por qué una difusión tan grande para una antología de nuevos poetas? Porque el límite de
la poesía es la emoción, sin ninguna duda, y los lectores lo saben y lo sienten como algo
que hay debajo de los poemas, que los agita, que remueve sus entrañas y los hace sentir
especiales. Ante las incertidumbres de nuestro tiempo, reivindicar la poesía es un acto de
compromiso y también de lealtad. Todas estas cuestiones, aunque para muchos puedan
parecer banales, no han pasado desapercibidas para una parte de los poetas y una gran
parte de la crítica, que han reaccionado de forma contundente contra Poesía ante la
incertidumbre, precisamente porque no estaba hecha contra nadie, sino a favor de la
FRANCISCO RUIZ UDIEL (Nicaragua,
1977 - 2010). Premio Internacional
Ernesto Cardenal
de Poesía Joven.
poesía.
Basten algunos ejemplos del manifiesto inicial con el que se abre el libro que suscribimos
todos, y que seguimos suscribiendo palabra por palabra, porque después de lo visto
estamos todavía más convencidos de su utilidad y conveniencia.
Creemos que la emoción no puede estar de moda. La emoción es universal e
intemporal. Y la poesía tiene que emocionar. Ante tanta incertidumbre, para
FERNANDO VALVERDE (España,
nuestra sorpresa, una gran parte de los nuevos poetas en español se han
1980). Premio Emilio Alarcos del
adscrito a una tendencia tan experimental como oscura. Si en la segunda mitad
Principado de Asturias, Premio
del siglo XX los mejores poetas de nuestra lengua abandonaron las liras y las
Federico García Lorca y Premio Juan
torres de marfil; la poesía última, en busca de un nuevo camino, de una nueva
Ramón Jiménez.
actualidad literaria, se ha subido a un pedestal. En esta tarea se han visto
legitimados por algunos poetas cuyos proyectos literarios fracasaron de manera
estrepitosa precisamente por abrazar el barroquismo gratuito y la frivolidad de
la moda literaria. Ahora buscan una segunda oportunidad elogiando lo que
precisamente les condujo al callejón sin salida de las palabras huecas.
En nuestra modesta opinión, este fenómeno se estaba produciendo, y se sigue
produciendo. Nuestras palabras, y la difusión que han alcanzado, han provocado que
algunos poetas firmen manifiestos en defensa de la pluralidad poética. Unos manifiestos
que, por otra parte, podríamos suscribir también nosotros si no fuera porque sabemos que
la poesía no necesita ser oscura para retar el pensamiento del hombre. El lector sabe mejor
que nadie que la estupefacción no es equivalente al conocimiento. El estudio no es quien
revela el poder del lenguaje, quien lo hace es la sensibilidad.
ANDREA COTE (Colombia, 1981).
Premio Nacional de Poesía
Universidad Externado de Colombia,
Premio Internacional de Poesía
Puentes de Struga y Premio Cittá de
Castrovillari.
Nosotros no hemos dicho, ni hemos dado a entender, ni hemos querido decir lo que es la
poesía, porque sería algo demasiado complejo, y posiblemente ni tan siquiera podríamos
habernos puesto de acuerdo entre nosotros. Lo que sí que sabemos es qué no es poesía. En
eso estamos de acuerdo, y no estamos dispuestos a formar parte de un engaño, de una
corrupción que está haciendo mucho daño a la poesía porque la está alejando de sus
lectores, de la gente normal.
ALÍ CALDERÓN (México, 1982).
Por ese motivo en el manifiesto mostramos “nuestra desolación ante esta dinámica que nos
Premio Latinoamericano de Poesía
parece destructiva para la poesía porque conduce, de manera inevitable, a su
Benemérito de América y Premio
deshumanización. Los discursos fragmentarios, el irracionalismo como dogma y el abuso
Nacional de Poesía Ramón López
del artificio han supuesto la ruina de la poesía en muy diferentes etapas de la historia de la
Velarde.
literatura. Han hecho tanto daño, que hoy la poesía está considerada como un género difícil
que sólo leen los poetas, porque sólo parecen entenderse entre ellos como los habitantes
de unas ínsulas extrañas. Prueba de ello es la marginación que sufren los libros de poesía
en cualquier espacio, ya sea una librería, un suplemento cultural, un periódico, una
biblioteca...”
Tal vez alguien tenga una explicación mejor para todo esto. Habrá quien diga que la poesía
es un estado superior del alma para el que nosotros no estamos preparados, para el que la
mayoría de los mortales no están preparados. Sería por tanto un dogma de fe. Nosotros no
creemos que la poesía pueda ser considerada de ese modo en absoluto.
Cuando un poema no se entiende, el lector suele culparse a sí mismo, inducido
por la idea generalizada de que el poeta es un ser con una sensibilidad
diferente, superior. Una idea tan falsa como interesada. Si un poema no se
entiende el único responsable es quien ha tratado de establecer la
comunicación. O bien no ha sido capaz por sus limitaciones, o bien no lo ha
conseguido porque no era su propósito, porque sólo buscaba la erudición y el
artificio, algo que está bien visto, que tiene buena prensa y que provoca una
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palmadita en la espalda de la crítica, sumida en gran parte en la misma torpeza.
Creemos que este párrafo ha podido herir sensibilidades de forma especial. Sin embargo,
estamos convencidos de que es así. La gran poesía, la de Lorca, Neruda, Vallejo, Octavio
Paz, Miguel Hernández, Alberti, Antonio Machado, Whitman, Walcott, Gonzalo Rojas,
Szymborska… Los autores que leemos y admiramos… Toda esa gran poesía se entiende
perfectamente. Incluso cuando experimentan, cuando acarician las vanguardias, cuando
tratan de innovar… Ellos no nos dan gato por liebre. ¿Por qué entonces determinados
críticos patrocinan lo contrario? ¿Por qué firman antologías en las que de forma sistemática
se nos silencia a quienes nos sentimos discípulos de Ángel González, Claribel Alegría,
Gonzalo Rojas, José Emilio Pacheco, Piedad Bonnett, Juan Manuel Roca, Luis García
Montero, Benjamín Prado, los poetas de la experiencia…? Nos da la sensación de que los
amantes de Orfeo, de que los modistos oficiales están empeñados en legitimar sus obras
promocionando precisamente aquello que los hizo fracasar, lo que les llevó al callejón sin
salida de la erudición y el falseamiento del gusto.
Pese al desánimo que ha supuesto años de imposiciones por parte de estos críticos y
pseudopoetas, que han fabricado modas a su antojo y encaje, hemos creído necesario
reaccionar, porque seguimos creyendo que una de las misiones de la poesía es enfrentarse
al poder. Y el poder de hoy no hace más que invitarnos al silencio, al fragmento, a las
subjetividades ensimismadas y a la pérdida de diálogo entre las conciencias. Queremos
decirle adiós a todo eso.
Firman: Fernando Valverde (España), Jorge Galán (El Salvador), Daniel Rodríguez Moya (España),
Andrea Cote (Colombia), Alí Calderón (México), Raquel Lanseros (España) y Ana Wajszczuk
(Argentina), autores del libro Poesía ante la incertidumbre.
Más información en www.poesiaantelaincertidumbre.com
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en esta edición de Crítica
⇒ JOSÉ PRATS SARIOL: Fina García Marruz, una dimensión nueva de lo
conocido
⇒ COREA TORRES: La Revolución perdida, de Ernesto Cardenal
⇒ GUILLERMO CORTÉZ DOMÍNGUEZ: La dramática y conmovedora historia
la lucha sandinista (La trilogía de Mónica Baltodano: Memorias de la
Sandinista)
lucha
de
⇒ MAR PADILLA: El tiempo en serio (Contra el cambio, de Martín Caparrós)
⇒ MANUEL OBREGÓN: Palabras sueltas (a propósito de La Fugitiva de Sergio
Ramírez)
⇒ Amaranta Sbardella: Santiago Montobbio, entre arte y vida
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Cine
El nacimiento de un arte: D.W. Griffith
Ramiro Lacayo Deshon
Algunos hemos visto, otros escuchado del Nacimiento de una nación e Intolerancia de
D.W. Griffith como las películas más influyentes en la historia del cine. Revisando mis
anotaciones he tratado de explicar por qué la importancia de Griffitn en la
cinematografía mundial y cuáles fueron las innovaciones que ayudaron a crear una
gramática cinematográfica. Como anteriormente he señalado estos apuntes son
sacados de varios libros que he leído a través de los años y como eran de carácter
personal no todo lo citado está entre comillas, ni todas las traducciones son exactas.
RAMIRO LACAYO DESHÓN
Estudia humanidades en la
Universidad Centro Americana
(UCA), Managua, y arquitectura en
The Catholic University of America,
Washington D.C.
Publica cuentos y poemas en
suplementos literarios desde 1970.
En la insurrección (1978-79) es
integrante de la Brigada
Cinematográfica que recoge, en cine
y fotografía, la guerra contra
Somoza.
En los comienzos se hizo la luz, la luz atravesó el celuloide y aparecieron las primeras
imágenes en movimiento sobre un trapo: había nacido el cine. El interés de las primeras
proyecciones era mostrar como el cinematógrafo capturaba la realidad en movimiento: la
llegada de un tren a la estación, trabajadores saliendo de una fábrica, hombres jugando
cartas; y esto trajo el asombro ante un invento que estaba lejos de convertirse en arte. Al
poco tiempo la conmoción decayó y el cinematógrafo pasó de ser la primera parte de los
programas de vaudeville a la última, con el único propósito de repeler al público que quería
Durante los 80’s es cofundador y
director del Instituto Nicaragüense
de Cine (INCINE), y miembro
fundador de la Fundación del Nuevo
Cine Latino Americano. Realiza
documentales y películas de ficción
que obtienen reconocimientos en
escurrirse a la siguiente función.
festivales internacionales.
Los tableuax vivants y el ilusionismo volvieron a atraer al público espectador. Georges
Ha publicado un libro de cuentos,
Mèlliés (Francia, 1861-1938), director de teatro y dibujante, utilizó el cine como un medio
Nadie de Importancia (1984), y su
capaz de hacer trucos ópticos que la magia no podía y su película Viaje a la luna da un paso
primera novela, Así en la tierra, es
gigantesco al pegar la escena de un cañón disparando una nave con una toma de
finalista del premio Ateneo de
alejamiento de la cara de la luna con la nave clavada en un ojo.
Sevilla 2007.
El cine se basó en el teatro para introducirse al
Es editor de Cine de Carátula.
mundo de la ficción: la pantalla era el proscenio y
cada escena era completa, con su comienzo y final,
entradas y salidas, como el acto de cualquier obra
teatral. La cámara hacía la función del espectador
Enlaces
» Centro Nicaraguense de Escritores:
Ramiro Lacayo Deshón
sentado en su butaca, la distancia era fija y la
conexión de una escena con otra era
fundamentalmente cronológica y difícilmente entendida por el espectador.
En los países donde la tradición oral era muy fuerte, el público no entendía la relación entre
los personajes de una escena y necesitaba de una persona que explicara paso a paso el
argumento. Cuenta Luis Buñuel que pudo ver esta costumbre en la España de comienzos
del siglo XX y el hombre parado junto a la pantalla se llamaba explicador; tatarabuelos de
los actuales críticos de cine.
Se puede decir que Edwin S. Porter, (EEUU,
BIRTH OF A NATION (1915)
1870-1941) fue el primero en desarrollar un
lenguaje auténticamente cinematográfico al
País: Estados Unidos
utilizar tomas de archivo intercaladas con tomas
Género: drama
dirigidas para crear una película llamada La
Productora: D.W. Griffith & Epoch
Vida de un bombero americano,
Dirección: D.W. Griffith
demostrando que las tomas no necesitaban ser
Producción: D.W.Griffith
escenas contenidas en si mismas, sino que
Guión: Thomas F. Dixon Jr.
podían modificarse y articularse juntando un plano con otro. Porter, auténtico artista e
Música: Joseph Carl Breil y D.W.
innovador, también fue pionero en el uso del close- up (utilizado por primera vez en
Griffith
Inglaterra en 1900), del montaje paralelo y en dar la sensación de avance del tiempo en
Fotografía: G.W. Bitzer
una película.
Reparto:
Lilliam Gish
Pero estos elementos del nuevo lenguaje fueron usados de forma incipiente y respondiendo
a necesidades espaciales y mecánicas más que por razones dramáticas. Fue hasta con
Griffith que estas innovaciones adquirieron su madurez y se pudieron articular en una
narrativa cinematográfica con profundidad dramática, llevando el cine de un curioso invento
a un arte lleno de belleza, de poesía y de suspenso.
David Wark Griffith (EEUU, 1875-1948) nació en Kentucky
una década después de finalizada la Guerra de Secesión
norteamericana. Su padre, un coronel del ejército sureño,
perdió la fortuna familiar por lo que migraron a Saint Louis.
Nunca se bachilleró y desde muy temprano desempeñó
variados oficios incluyendo un puesto en una librería donde
desarrolló afición por los libros, especialmente victorianos, y
Mae Marsh
Henry B. Walthall
Miriam Cooper
la ambición de ser escritor. Le intrigaba el teatro y aunque
no tuvo éxito como escritor logro destacarse como actor.
Se trasladó a New York donde trabajó en los estudios de Edison como actor. Luego la
compañía rival, Biograph, le ofreció un puesto como director y realizó más de 450 cortos
que aceleradamente convirtieron el rústico lenguaje del cine en una gramática autónoma y
sofisticada. Es importante destacar que Griffith, en 1907, actuó en una película de Porter,
Rescate del nido de águilas y en 1908 dirigió su primer corto, Las aventuras de Dolly
Ann. Rápidamente se convirtió en uno de los directores más destacados.
Desde el comienzo de su carrera estuvo conciente de las limitaciones que imponían el
INTOLERANCE (1916)
filmar una escena desde un distancia fija, en plano general, para alcanzar la profundidad
dramática del teatro por lo que experimentó con acercamientos y alejamientos de la
País: Estados Unidos
cámara para colocar los énfasis emotivos y con la fragmentación de las escenas en planos o
Género: drama
tomas individuales yuxtapuestas para incrementar las posibilidades narrativas.
Productora: D.W. Griffith & Epoch
Dirección: D.W. Griffith
Puesta en escena:
La puesta en escena, mise en scene, tiene que ver con la selección de los actores, la
actuación, iluminación, escenografía, utilería, vestuarios, etc.; en fin todo lo que conlleva
establecer la diégesis. Griffith fue el primer director que se tomó tiempo buscando actores
que encajaran en los personajes que representaban y en hacer largos y numerosos ensayos
antes de comenzar a rodar una película. Él escogía el vestuario, la utilería y la escenografía
Producción: D.W.Griffith
Guión: D.W.Griffith, Tod Browning
Música: Joseph Carl Breil
Fotografía: G.W. Bitzer
Reparto:
Lilliam Gish
para reforzar el realismo de la escena y se negaba a usar telones pintados porque estos
quitaban veracidad. Si en escena aparecía un reloj, para Griffith tenía que ser el objeto real
Mae Marsh
Robert Harron
Erich Von Stroheim
y no una réplica de cartón.
El encuadre de la imagen:
Griffith comprendió la importancia del director de fotografía ya que el encuadre de la
imagen a ser fotografiada ayudaba a una mayor expresividad y se volvió conciente del
potencial dramático del close-up o primer plano. También entendió que el alejamiento de la
cámara para hacer tomás panorámicas dejando al actor como una silueta dominada por el
paisaje enfatizaba la vulnerabilidad del personaje y aumentaba la magnificencia del
espectáculo.
El uso de close-ups, o primeros planos, y planos generales, o panorámicas, no fueron su
invención pero si fue pionero al ligarlos a las necesidades narrativas y en entrecortar las
diferentes tomas para mejorar los efecto dramáticos. En este sentido dice Karel Reizs “El
descubrimiento fundamental de Griffith reside en la comprensión de que una secuencia
fílmica se hace a partir de tomas incompletas cuya selección y orden es guiado por la
necesidad narrativa”.
Montaje:
Una vez que Griffith descomponía una escena en diferentes planos en vez de una toma
continua, se enfrentó al problema de estructurar los fragmentos de una forma coherente
e imperceptible para que fueran una sola unidad. Él quería que el espectador sintiera la
escena como un flujo natural de imágenes sin ser distraído por cortes bruscos o saltos en
los empalmes. Para conseguir esto desarrollo la técnica de edición conocida como matchcut, unir dos planos a través de la continuidad del movimiento, del gesto, de la
direccionalidad o de la convergencia de las mirada; algo que se convirtió en un estándar
cinematográfico y que fue roto años después con el uso del jump-cut o salto de imagen.
Otra de las convenciones que quedaron establecidas fue el uso de los fade-in y fade-out,
o disolvencias como elementos de transición y con cierto valor emotivo. Usualmente
utilizados con un iris o diafragma, en el fade-in la imagen va apareciendo lentamente
sobre la pantalla y en el fade-out se va perdiendo en negro. La combinación de ambos
daba la sensación que ha transcurrido tiempo o armoniza un cambio de locación entre
escena y escena.
También inició el uso del POV, punto de vista,
cuando la cámara se convertía en los ojos del
actor introduciéndonos en su mundo
subjetivo. Usualmente estas tomás eran
seguidas por un acercamiento que mostraba
la reacción del personaje.
De todas estas innovaciones en la edición asociativa quizás la más característica de Griffith
es el cros-cut o entrecorte, la intercalación de tomas que suceden en diferentes escenarios
para dar la impresión que dos acciones simultaneas pero separadas son unidas por una
misma línea narrativa y que de cierta manera da una ventaja al espectador sobre los
actores. Es típico en las películas de Griffith intercalar dos o más acciones para aumentar el
suspenso y terminar con el clásico rescate de último momento.
El punto de vista del narrador:
La atención al detalle y las innovaciones introducidas
a la hora de montar sirvió a Griffith, no solamente
para explotar las posibilidades dramáticas sino que
también para trasmitir su punto de vista o sus
comentarios sobre la acción. Su identificación con el
sur de loa Estados Unidos y su inclinación por los
escritores de moral bien definida se deja ver en toda su obra y en El nacimiento de una
nación se percibe como la ideología del director, sus creencias y actitudes, inclinan la
película hacía un mensaje determinado (1).
En el cine no existen las narrativas inocentes y la ilusión de que somos una mosca pegada
en la pared observando la vida privada de los demás es solo eso, una ilusión voyerística.
Iluminación:
Griffith experimentó con la iluminación para acentuar tanto las características de los
personajes como el contenido simbólico de los escenarios. A veces la iluminación provenía
de atrás del personaje creando una especie de aureola o halo, angel lighting, que añadía
inocencia a los personajes femeninos, otras veces iluminaba desde abajo acrecentado los
rasgos y expresiones sombrías. El remarcar las sombras y el claro oscuro ayudaba al
sentido trágico de las escenas y a ubicar la maldad. “Usó películas de alto contraste... sobre
todo en escenas exteriores, secuencias bélicas (que marcaba) con líneas claras y
fuertes” (Franklin Caldera).
En su carrera como director Griffith
produjo muchísimos cortos, medios y
largos metrajes. Entre las más
destacadas están El nacimiento de una
nación (1915), basada en la novela de
Thomas Dixon, donde se reconstruye la
guerra de Secesión a través de dos
amigos que militan en bandos
diferentes. Esta película fue un éxito de
taquilla inmediato y mantiene su calidad
de clásica a pesar de su marcado racismo y el apoyo al KKK (2). El dinero ganado con esta
película lo invirtió en su segundo clásico, Intolerancia (1916), donde trató de enmendar
las posiciones supremacistas. La primera versión de Intolerancia duraba 8 horas y era un
film dividido en cuatro episodios alternados en diferentes épocas históricas que denuncian
la intolerancia como origen de la injusticia y las calamidades. Debido a lo complicado del
montaje el público de ese entonces no pudo captar la película y fue un fracaso de taquilla
que obligo a Griffith a pagar deudas durante el resto de su carrera.
A pesar de ser reconocido por la gran mayoría de directores, desde Eisenstein hasta
Coppola, como el pionero de la narrativa cinematográfica y la influencia más importante de
sus carreras, Griffith, al igual que su antecesor Porter, murió en 1948, solo y abandonado
en el cuarto de un hotel, sin que nadie llegara a su rescate en el último momento.
1. Como dijo un intelectual de color, lo malo de la película no es tanto la película sino que haya sido
un éxito. Protestaron las organizaciones de derechos civiles, pero el público blanco no notó nada
ofensivo. La dieron en la casa blanca y Wilson la alabó sin mayores comentarios. "Es la historia
contada con luces". (Franklin Caldera, e-mail)
2. En realidad El nacimiento de una nación son dos películas. La primera parte es la gran obra
maestra del cine. Esas reconstrucciones de batallas no pierden su impacto emocional y
cinematográfico. El asesinato de Lincoln es una secuencia muy linda, aunque no exacta, no aparece
la otra pareja que estaba junto a Lincoln. La firma de la paz en Appomatox (Grant y Lee) está bien
lograda. Pero luego viene la segunda parte, con esa posición anti-integracionista que realmente
golpea al espectador contemporáneo. Muchas escenas son teatrales en el peor sentido de esa palabra
aplicada al cine. Las actuacioens son primitivas, las concepciones de los personajes, risibles. La
presencia del ku klux klan, ¡imperdonable! Dos películas, una podría ser la mejor película del
mundo y la segunda, la peor película del mundo. (idem.)
* (Llamo estos escritos “recopilación de notas” porque son apuntes que a través de los años he recogido
en páginas sueltas más con intención autodidacta que académica, por lo que a veces no usé comillas para
las citas y las traducciones no son lo más exactas. Todo proviene de libros, y entre los que más han
influido están: 100 años de historia del cine de Franklin Caldera; Historia del cine de David Robinson;
Técnicas de edición de Karel Reizs; Closely watched films de Marilyn Fabe; DW GRiffith, american film
master, Iris Barry... y de alguna que otra observación propia).
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en esta edición de CINE
⇒ RAMIRO LACAYO DESHON: El nacimiento de un arte: D.W.Griffith
⇒ D.W. GRIFFITH: Fotografías (Slideshow)
⇒ FLORA VELÁZQUEZ: NOW- Ahora es el momento - de Santiago Alvárez
⇒ GUADI CALVO: Arnold Antonin, el camino a la libertad
⇒ OSCAR CASTILLO: El compromiso (Un compromiso con el cine)
⇒ CINERGIA: Premio Pepe Escriche 2011 (Festival de Cine de Huesca)
⇒ FRANKLIN CALDERA: Historia del Cine en 25 carteles - Cartel No. 4: La
pasión de Juana de Arco, de Carl Theodor Dreyer
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Cine
D.W. Griffth: Fotografías
Ramiro lacayo Deshon
Navegando por la web encontré esta colección de fotografías del director cinematográfico D.
W. Griffith. Son parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York,
publicadas en un folleto de 1940. La mayoría de estas fotos han estado fuera de circulación
por más de 50 años y son difíciles de encontrar incluso en la web. Hemos preparado una
D:W: GRIFFITH (Kentucky, 22 de
pequeña selección que muestra diferentes momentos de la vida y obra de este gran
enero de 1875 – Hollywood, 21 de
innovador, maestro de maestros y abuelo de todos los practicantes del oficio. La
julio de 1948) fue un director
reproducción de las fotografías es con fines exclusivamente culturales y educativos y no se
cinematográfico estadounidense
obtendrá ningún beneficio comercial.¡Qué disfruten cineastas, cinéfilos y cineros!
considerado el creador del modelo
americano de representación
cinematográfica (o montaje
D.W. Griffith: Slideshow
invisible), por lo que fue llamado «El
padre del cine moderno».
De ascendencia irlandesa, se educó
bajo las influencias dominantes en el
Sur de los Estados Unidos de aquella
época, con toda la carga de racismo
que esto conllevaba, y que le
influyeron poderosamente en su
carrera. Hay que destacar de este
prolífico director que realizó más de
500 filmes y colaboró en la creación
de muchos otros.
En 1897 se hizo actor aficionado,
llegando a ser profesional tres años
más tarde. Estudió en varias
escuelas locales, después trabajó
como actor de reparto y en
compañías ambulantes, hasta
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hacerse actor de cine en 1908,
cuando comenzó a trabajar para la
Comentarios
AM&B (American Mutoscope &
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Biograph). En esta misma compañía
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llegó a ser director en Nueva York y
en California, convirtiéndose en
productor independiente en 1913.
en esta edición de CINE
⇒ RAMIRO LACAYO DESHON: El nacimiento de un arte: D.W.Griffith
⇒ D.W. GRIFFITH: Fotografías (Slideshow)
⇒ FLORA VELÁZQUEZ: NOW- Ahora es el momento - de Santiago Alvárez
⇒ GUADI CALVO: Arnold Antonin, el camino a la libertad
⇒ OSCAR CASTILLO: El compromiso (Un compromiso con el cine)
⇒ CINERGIA: Premio Pepe Escriche 2011 (Festival de Cine de Huesca)
⇒ FRANKLIN CALDERA: Historia del Cine en 25 carteles - Cartel No. 4: La
pasión de Juana de Arco, de Carl Theodor Dreyer
Las películas que dirigió entre 1908 y
1913 para la compañía AM&B le
dieron una notable seguridad en su
oficio. Con El nacimiento de una
nación, en 1915, logró un éxito
excepcional, dando al espectáculo
cinematográfico sabor auténtico y
original. Otro de sus grandes filmes
fue Intolerancia, 1916, film muy
ambicioso por su tiempo y que
resultó ser uno de los más caros de
la historia del cine, pero también
una influencia para futuros
directores.
En 1919, junto con Charles Chaplin,
Douglas Fairbanks y Mary Pickford,
los artistas más cotizados del cine
del momento, fundó la United
Artists, para producir películas de
larga duración al margen del control
de los productores y financieros no
creativos del cine.
Griffith siguió realizando películas
con su sello especial hasta la llegada
del cine sonoro, o dicho de otra
forma hasta el fin del cine mudo.
Sólo realizó dos películas sonoras
Abraham Lincoln, 1930, y The
Struggle, 1931. El cine sonoro
significó su fin como director.
Enlaces:
» D. W. Griffith, padre de la
cinematografía
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Cine
"El Compromiso" de Oscar Castillo
Un compromiso con el cine
Ramiro lacayo
Desde el pasado viernes 29 de abril, 2011, se está exhibiendo en salas comerciales
costarricenses la película El Compromiso. Dirigida por Oscar Castillo, padre y abuelo
del cine centroamericano y viejo amigo del nicaragüense. El Compromiso es un drama
de un poco más de hora y media de duración cuyos personajes reevalúan, al paso de
los años, las secuelas emocionales que quedaron tras vivir las dictaduras y las luchas
revolucionarias en Latinoamérica.
Toda película terminada y exhibida es un logro para el cine latino americano y hay que
celebrarlo con bombos y platillos. La productora cinematográfica de Oscar, Óscar
Castillo Producciones, nos ha enviado material informativo, y Portal centro americano
de cine y video, [[email protected]], la entrevista de Raciel del Toro, que
publicamos en Carátula anticipándonos al estreno en las salas de nuestra región.
OSCAR CASTILLO
Debutó como actor en el Teatro
Estudiantil Universitario, de la
Universidad de Costa Rica, en la
obra “Los Jugadores”, de Nicolás
Gogol. Desde entonces, protagonizó
más de cincuenta obras clásicas,
modernas y nacionales. Fundó,
construyó y dirigió salas y grupos de
teatro, entre ellos la Sala de la Calle
4, “El Arlequín” y la Compañía
Nacional de Teatro.
Con El Arlequín organizó,
juntamente con el Ministerio de
Educación en 1972, en el Teatro
Nacional, la primera temporada para
estudiantes de secundaria con la
obra “La vida es sueño”, a la que
asistieron, por primera vez en la
historia del país, 70.000 estudiantes.
Bajo su dirección, la Compañía
Nacional de Teatro se convirtió, en
los años 70 del siglo pasado, en uno
de los mejores grupos de América
Latina. Recibió, entre otros, el
premio al mejor grupo extranjero en
La película de los que sueñan cambiar el mundo
(notas de la compañía productora:Óscar Castillo Producciones)
México compartido con su
equivalente español, el Teatro María
¿Pueden los ideales superar a la realidad? ¿Puede el poderoso afán de cambiar la sociedad
Guerrero.
colocarse por encima de los más puros y espontáneos sentimientos humanos? ¿Hasta
Fue en su tiempo que se habilitó el
dónde la ternura y el amor de un niño son capaces de imponerse a la más fuerte voluntad
Teatro del Museo, también conocido
de unos adultos comprometidos en una lucha por el cambio, en aras de un mundo mejor?
como Teatro al Aire Libre, y se
Esas interrogantes caen como pesadas espadas de plomo sobre la conciencia de los
establecieron las bases de lo que se
espectadores cuando ven la película “El compromiso”, que se estrenó el viernes 29 de
conoce, hoy en día, como la década
abril en siete salas de cine del país.
de oro del teatro costarricense, con
Los que estuvieron en guerra ayer desafiando el orden establecido, exponiéndose a las
balas y a la tortura, afrontando las privaciones de los placeres que da la vida holgada y
tranquila, de repente se ven sorprendidos por el reto más inesperado e inmediato que
puede tener un ser humano.
programas como: Teatro en los
Colegios, Teatro en las
Comunidades, Teatro en las
Fábricas, Festival de Teatro al Aire
Libre, Teatro de Títeres para
escuelas primarias, y un elenco de
actores permanente. Toda estas
iniciativas ofrecieron en el año 1975,
por ejemplo, 320 funciones por todo
el país, ante decenas de miles de
espectadores.
Todos estos programas contribuyeron
a formar un gran movimiento teatral
en las generaciones jóvenes de la
época y un público masivo, para un
teatro de calidad que disfrutó de
memorables montajes como “Puerto
Limón”; “Volpone”; “El Burgués
gentilhombre”; “Arturo Ui”; “La
Ópera de tres centavos”; “Pinocho
Rey”, entre muchos otros.
Luego volcó su interés hacia el cine.
Aquellos que soñaron con un mundo mejor, con mayor justicia social, y que expusieron el
pecho a las balas en pos de ese anhelo, se ven envueltos en la realidad cotidiana que sigue
siendo igual, carente de espíritu de solidaridad, pero que plantea diversidad de desafíos
Fue miembro fundador, junto con
sus amigos Antonio Yglesias, Samuel
Rovinski, Carmen Naranjo, Sergio
Ramírez y Nicholas Baker, de La Sala
todos los días.
Garbo, Istmo Film y la Distribuidora
¿Cómo es que un niño, un simple niño, es capaz de ponerle rumbo a la conciencia e
Cinematográfica del Istmo. Con ello
intelectualidad de un adulto que le toca desenvolverse en un ambiente egoísta y
se dio inicio a la exhibición y la
materialista, y por ello camina por la vida con la angustia del desencanto?
producción continuada e
Federico (Rubén Pagura) es un exitoso
independiente, de cine documental y
empresario en el campo de la publicidad
de ficción, en Centroamérica.
que ayer anduvo en la montaña, rifle al
La Sala Garbo fue la sede de
hombro, tratando con las armas cambiar la
numerosos acontecimientos
sociedad. En el combate lo acompañó
cinematográficos en el país. En este
Germán (Rodrigo Durán Bunster), a
quien en una ocasión le salvó la vida. El
tiempo pasó y se vieron obligados a
deponer las armas e integrarse a un sistema social que quisieron modificar. Se vieron
obligados por las circunstancias, a llevar una vida normal, donde día a día hay que ganarse
el alimento. Mascullaron en silencio la derrota aunque en sus corazones y pensamientos
siempre se mantuvieron vivos los anhelos de un mundo más justo, con mayores
oportunidades para todos.
lugar se programaron películas de
grandes cinematografías europeas
desconocidas por el público; se
promovió el cine latinoamericano y
se cultivaron espectadores y
espectadoras, entusiastas del cine
como una forma de expresión
artística.
Pero, en esa vida, Federico, con el pesado fardo de sus ideales y su extravío existencial a
Desde entonces ha producido,
cuestas, se encuentra inesperadamente ante un reto jamás imaginado por él, donde el niño
actuado y/o dirigido más de veinte
Daniel (Josué Peña), sin pretenderlo, le remueve sus más puros sentimientos y le da una
largometrajes, tanto documentales
razón impostergable para seguir existiendo.
como de ficción. Varias de esas
En este drama humano participan, entre
otros, Rocío Carranza, Silvia Rojas,
Fabián Sales, Anabelle Ulloa y la
revelación de un niño, Josué Peña, en el
películas participaron y ganaron
premios en festivales de primer
orden como Venecia, Nueva York,
Moscú o Berlín. La producción “El
papel de Daniel y con una responsabilidad
Salvador vencerá”, en la que
coprotagónica. Se trata de la primera
participó, recibió los cuatro premios
coproducción cinematográfica entre Costa Rica y Argentina.
más importantes –entre ellos el de
mejor película-, en el segundo
La dirección y guión estuvieron a cargo de Óscar Castillo; el director de fotografía fue el
español Antonio Cuevas, y el sound track fue realizado por el músico y compositor
Adrián Goizueta, argentino radicado en el país desde hace varias décadas.
festival del nuevo cine
latinoamericano de La Habana, en
1980.
En 1995 fundó la empresa “La
“El compromiso”, película de sello nacional, es un relato audiovisual como nunca antes
Zaranda” y dedicó sus esfuerzos a la
fue concretado en Costa Rica, y es un drama para nunca olvidar. Este trabajo
producción de series de televisión,
cinematográfico es posible gracias a la alianza entre Óscar Castillo Producciones y el
sin abandonar su pasión por el cine.
Instituto de Cinematografía de la Argentina (INCAA), una productora de gran
renombre latinoamericano, y con el apoyo económico del Programa Ibermedia, un fondo
de estímulo a la creación audiovisual en América Latina, España y Portugal.
En esta tarea se han concretado más
de 600 episodios de televisión entre
las series con mayor aceptación del
público, tales como “El Barrio”; “La
"EL COMPROMISO” DECLARADA PELÍCULA DE INTERÉS PÚBLICO
Plaza”; “La Zaranda”; “Aquí entre
nos”; “La Pensión”, entre otros
El Ministerio de Cultura y Juventud declaró de interés público la película “El
compromiso”, que se habrá de estrenar el próximo 29 de abril en ocho salas
programas.
de cine de San José. A continuación, las consideraciones que tuvo el
El 29 de abril de 2011 se estrenó su
mencionado despacho ministerial para formular esa declaratoria, según
más reciente largometraje, titulado
publicación de La Gaceta:
“El compromiso”, la primera
producción cinematográfica entre
1.- Que el largometraje denominado “El Compromiso”, es una coproducción
Costa Rica y Argentina.
entre Costa Rica y la Argentina, avalada por el Instituto Nacional de Artes y
Ciencias Audiovisuales de la Argentina, el Centro Costarricense de Producción
Cinematográfica, el Programa Nacional para el Desarrollo de las Artes Escénicas
(Proartes), la Junta Directiva del Teatro Popular Melico Salazar, el Consejo
Nacional de Cinematografía, la CACI (Comité de Autoridades Cinematográficas
de Iberoamérica), y el programa IBERMEDIA.
2.- Que el interés manifiesto del Gobierno de la República, mediante la acción
directa del Ministerio de Cultura y Juventud, PROCOMER y otras instituciones
públicas y privadas del país, de impulsar el desarrollo y crecimiento de la
industria cinematográfica en Costa Rica, como una fuente de desarrollo social,
cultural y económica sostenible.
3.- Que el cine como arte-industria, beneficia con su realización otras
expresiones artísticas merced a la participación de actores, escritores, músicos,
bailarines, camarógrafos, sonidistas y editores, así como a diversas actividades
económicas e industriales sostenibles como el turismo, los materiales de
construcción, el comercio y el transporte, entre otras.
Enlaces:
»Para más información los invitamos
a visitar: www.elcompromiso.net
4.- Que la producción de esta película, también tiene como objetivo el
fortalecimiento de los cimientos de una industria audiovisual y cinematográfica
nacional, que sea reflejo del desarrollo y potencial de las empresas culturales de
nuestro país y de sus beneficios para nuestra sociedad.
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en esta edición de cine
⇒ RAMIRO LACAYO DESHON: El nacimiento de un arte: D.W.Griffith
⇒ D.W. GRIFFITH: Fotografías (Slideshow)
⇒ FLORA VELÁZQUEZ: NOW- Ahora es el momento - de Santiago Alvárez
⇒ GUADI CALVO: Arnold Antonin, el camino a la libertad
⇒ OSCAR CASTILLO: El compromiso (Un compromiso con el cine)
⇒ CINERGIA: Premio Pepe Escriche 2011 (Festival de Cine de Huesca)
⇒ FRANKLIN CALDERA: Historia del Cine en 25 carteles - Cartel No. 4: La
pasión de Juana de Arco, de Carl Theodor Dreyer
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NOW -Ahora es el momento- de Santiago Álvarez
Flora Velázquez
En la búsqueda de Flora Velásquez de cortos de ficción y documentales de América
latina nos presenta esta vez el documental del cineasta cubano Santiago Álvarez,
NOW; un clásico mundialmente reconocido. Santiago fue un gran protector del cine
centroamericano y uno de los maestros y amigo personal de la generación de INCINE.
Valga esta breve reseña de Now como homenaje a este cineasta innovador y
comprometido con su lucha ahora y siempre.
Nunca he creído que necesariamente el arte tenga que
responder a la defensa de alguna causa social, o que
deba funcionar como herramienta para alimentar los
metarelatos que los sistemas tanto protegen, pero el
caso de Now, de Santiago Álvarez,me parece una
combinación fantástica entre fondo y forma.
Me recuerda a la canción “Respect” y su pegajosa y rica melodía: “just a little bit”, en la
que Aretha Franklin exige, con imperiosa función conativa, respeto a los hombres. Aclaro:
no es el caso de Santiago Álvarez Román, cuya causa es otra.
Pues rebatiendo en la web e investigando un poco al realizador de este corto, me di cuenta
que en algún momento se sintió profundamente comprometido con la causa de Martin
Luther King: la defensa de los derechos de los negros, palabra a la que recurro para no
caer en la trampa de los eufemismos del lenguaje.
Santiago Álvarez Román nació en Cuba en el año
1919 y falleció en 1998. Tuvo, en su vida, una
producción audiovisual bastante fecunda, tanto
que en esta isla anualmente se le dedica el
Festival Internacional de Documentales
Santiago Álvarez in Memoriam.
A los 19 años, luego de haber estudiado dos años de Medicina en Cuba, Santiago decidió
emigrar al país del norte, y allí vivió, en carne propia, los estragos del racismo. Trabajó en
una mina de carbón, cerca de Pennsylvania y vio cómo la gente moría de enfermedades
respiratorias producto de esta actividad.
Regresó a Cuba, a causa, principalmente, de la II guerra mundial: el gobierno
norteamericano reclutaba hombres, por supuesto negros y latinos, para las actividades
bélicas. En Estados Unidos se hizo comunista: el capitalismo fue el único culpable de esta
decisión.
De regreso en Cuba se hizo miembro del Partido Comunista y de la Sociedad Cultural
Nuestro Tiempo, organización de intelectuales que se oponía al gobierno de Batista. Al
triunfo de la revolución y con la creación del Instituto Cubano de Arte e Industria
Cinematográfica dirige el Noticiero ICAIC Latinoamericano, a los 40 años de edad.
Curiosamente fue en la segunda parte de su vida –
después de los 40– que realizó más de seiscientas
obras cinematográficas, de las cuales alrededor de
cinco son consideradas joyas por los críticos del
mundo.
Cuenta su esposa, Lázara Herrera, que estando en Estados Unidos, Santiago vivió un
episodio que lo marcó de por vida: una negra cargando a su hijo se subió a un ómnibus, en
los que era prohibido que los negros se sentaran adelante, él intentó darle el asiento y la
gente se escandalizó y empezó a protestar desenfrenadamente. Santiago se quedó con el
niño y la mujer se fue al fondo del transporte público. Certeramente la mujer y el niño
bajaron antes que él del transporte.
Años después, cuando ya era un documentalista formal en Cuba y luego del triunfo de la
revolución, el sonido de una canción le hizo recordar este penoso evento: escuchó “Hava
Nagila”, en la voz de Lena Horne y con esta hizo Now.
Now es un documental de seis minutos cuyo hilo
conductor es la canción de Lena Horne. Es una
sucesión de fotografías que muestran la realidad
de los negros en diferentes países y
circunstancias: víctimas del Ku Klux Klan, de la
policía norteamericana o de los nazis.
Estas fotografías no están dispuestas ingenuamente, el subir y bajar en los tonos de la
canción marca el ritmo y el tratamiento que se le da a la imagen. De ahí que se siente que
música e imagen son uno solo y que el coro de la canción sea un poco más alto –auditiva y
visualmente–.
La letra de la canción y el contenido del corto se combinan de forma armónica, haciendo de
la lucha en contra de la discriminación el tema de ambos. Lena era una artista que se
dedicó a la defensa de los derechos de los negros, su canción dice: “Everyone should love
his brother / People all should love each other”.
Hay, también, muchos movimientos de cámara. Se distinguen claramente planos generales
y planos de detalle que son logrados a través del uso del zoom out y el zoom in, que hacen
que la realidad fotográfica no sea tan estática y que se cree un artificio que aumenta la
expresividad de los personajes.
Aparece claramente una alegoría: la estatua a Abraham Lincoln, que se asoma de entre los
ojos de uno de los personajes, y que representa al estado norteamericano y su ideología.
Martin Luther King leyó su más famoso discurso “Yo tengo un sueño” frente a este
monumento en 1963.
Otro aspecto de la narrativa, es el clímax de la historia. Los
vejámenes que las fotografías nos muestran van subiendo de
nivel, de manera que al llegar a la parte conclusiva del filme
la tragedia aumenta y el espectador se llega a sentir
indignado por la crueldad de los abusadores, es decir, la
mayor intensidad dramática se alcanza al final del relato.
Now es una obra cinematográfica considerada precursora del videoclip latinoamericano, que
a través de la sucesión de fotografías, evidencia los vejámenes que han sufrido los hombres
y mujeres de raza negra. Es un pronunciamiento en contra del racismo que logra, entre
otras cosas, una narrativa armoniosa construida con música e imágenes.
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en esta edición de CINE
⇒ RAMIRO LACAYO DESHON: El nacimiento de un arte: D.W.Griffith
⇒ D.W. GRIFFITH: Fotografías (Slideshow)
⇒ FLORA VELÁZQUEZ: NOW- Ahora es el momento - de Santiago Alvárez
⇒ GUADI CALVO: Arnold Antonin, el camino a la libertad
⇒ OSCAR CASTILLO: El compromiso (Un compromiso con el cine)
⇒ CINERGIA: Premio Pepe Escriche 2011 (Festival de Cine de Huesca)
⇒ FRANKLIN CALDERA: Historia del Cine en 25 carteles - Cartel No. 4: La
pasión de Juana de Arco, de Carl Theodor Dreyer
SANTIAGO ALVAREZ
(18 de marzo de 1919 - 20 de mayo de
1998) fue un cineasta cubano.
Esdocumentalescribió y dirigió varios
sobre la cultura cubana y
estadounidense. Algunas de sus obras
más conocidas son el corto Now
(1964); Hanoi martes 13 (1965) y
Hasta la victoria siempre (1965). En
1968, colaboró con Octavio Getino y
Fernando E. Solanas en el documental
La Hora de los hornos, sobre los
efectos del imperialismo en
Sudamérica.
Fundador y director del Noticiero
ICAIC Latinoamericano, su obra se
destacó por la presencia activa del
periodismo, el genial uso del montaje
y el empleo de la banda sonora como
parte indisoluble de la acción
dramática. Fue nombrado miembro
de la Academia de Artes de la
República Democrática Alemana y
maestro perenne de la Escuela
Internacional de Cine de San Antonio
de los Baños. Jean-Luc Godard le
dedicó su segunda cinta de "Histoires
du cinéma".
Murió a causa de la enfermedad de
Parkinson en Habana el 20 de mayo
de 1998 y fue enterrado en el
Cementerio de Colón, en La Habana.
Enlaces:
» YouTube - Now (1965) Santiago
Alvarez
» YouTube - PART ONE: Hanoi, Martes
13 (1967) - Santiago Alvarez Ramon
» YouTube - PART TWO: Hanoi,
Martes 13 (1967), dir. Santiago
Alvarez Roman
» Hasta la victoria siempre (1967)
Santiago Alvarez
FLOR DE MARÍA VELÁSQUEZ
MAYORGA, nacida en Managua el 4 de
marzo de 1986. Estudia V año de
Filología y Comunicación en la
Universidad Nacional Autónoma de
Nicaragua (UNAN-Managua).
Debido a su interés en el arte y la
cultura, en el 2010 participó
Voluntariamente en el equipo de
apoyo del Festival Ícaro 2010.
Después de esta experiencia empezó
a escribir comentarios de cine,
utilizando en sus escritos,
herramientas como semiótica, crítica
literaria y de comunicación.
Ha publicado artículos en La Prensa
Literaria y La Brujula.
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Cine
Arnold Antonin, el camino de la libertad
Guadi Calvo
Arnold Antonin (1942, Port-au-Prince, Haití) es uno de los directores de cine haitiano
más reconocidos mundialmente. Ha sido merecedor de muchos premios
internacionales incluyendo uno en Cannes en reconocimiento a su carrera.
Actualmente trabaja en Haití como realizador, profesor universitario y promotor
cultural. Guadi Calvo, crítico cinematográfico y colaborador de Carátula, nos trae a la
atención este polifacético artista de una cinematografía que a pesar de su proximidad
geográfica y cultural, es poco conocida por nosotros.
ARNOLD ANTONIN
Arnold Antonin (1942, Port-auPrince, Haití) es un director de cine
haitiano y profesor universitario. Un
hombre de múltiples disciplinas es
conocido adentro y afuera de Haití
por sus compromisos con las causas
sociales, políticas y culturales. Ha
sido honrado con el premio Djibril
Diop Mambety en el Festival
Internacional de Cannes 2002 en
reconocimiento a su contribución
como cineasta. Recibió el premio
Paul Robeson African Diaspora a la
Más allá de las montañas, hay montañas.
Proverbio haitiano
Toda expresión artística habla del país que la produce pero quizás sea el cine quien más
claramente represente su cultura, aunque por su complejidad técnica y financiera es el arte
más difícil de llevar a cabo. Todos los países de nuestro continente latinoamericano, han
debido afrontar, y afrontan, infinitas dificultades para generar una cinematografía propia,
pero ninguno como las que desafía Haití.
major película en FESPACO in
Ouagadougoux en el 2007, 2009 y el
2011. También ha recibido
numerosos premios y menciones por
sus documentales y sus películas de
ficción. Fue presidente de La
Asociación de cineastas Haitianos del
No se puede pensar en Haití sin las tragedias que transitan desde siempre su montañosa
2005 al 2009.Ha sido jurado en
geografía, destinada a padecer todos los males, quizás por haber sido una de las primeras
varios festivales internacionales,
naciones en abolir la esclavitud, o por ser la primera república latinoamericana, o porque
incluyendo el Festival de la Habana.
también fue la primera república negra del mundo; pecado que occidente no le perdonaría
jamás.
En 1975 dirigió Haití, el camino a la
libertad (Ayiti, men chimin Libete)
Cuando Colón llegó a la isla de Ayití o Quisqueya, la que rebautizó como Hispaniola, hoy
ocupada por Haití y República Dominicana, estableció la primera colonia española que
serviría como base a la conquista de América. Ayití, tierra de montañas, en arawak, estaba
entonces habitada por los Tainos, una etnia pacifica de unos quinientos mil habitantes; las
enfermedades introducidas por los europeos, los trabajos forzados y las matanzas,
extinguieron la totalidad de la población en los siguientes cincuenta años.
un documental crítico a la dictadura
de Jean-Claude Duvalier que recorrió
el mundo. Antonin pasó varios años
en el exilio y regresó a Haití en
1986, después del derrocamiento de
la dictadura. Creó el centro comunal
Debido a la falta de mano de obra, el rey Fernando, el Católico, autorizó el 22 de enero de
Petion Bolívar, un sitio de promoción
1510, “el transporte de cincuenta esclavos negros, los mejores y los más fuertes
cultural y de debates políticos.
disponibles, para que trabajaran en las minas de la Hispaniola.” A partir de entonces la
población negra fue creciendo.
En 1697, cuando por el tratado de paz de Ryswick, Francia termina de arrebatarle a España
la parte occidental de la isla y Haití se convierte en la más importante de las colonias
francesas y posiblemente en la más rica del mundo. Las plantaciones comienzan a necesitar
grandes cantidades de esclavos, que por la sobre-explotación, tenían un promedio de vida
de cinco años, provocando así un constante flujo desde los puertos africanos de Guinea y
Angola.
Como efecto de la Revolución Francesa, se inicia en Haití un largo, sangriento y complejo
proceso de luchas por la independencia, donde el racismo, jugó un papel primordial y
definitorio. Haití declara su independencia en 1804 pero la osadía de haber derrotado a las
Enlaces:
»Arnold Antonin (Wikipedia)
fuerzas napoleónicas, la deberá pagar muy cara. Francia le reclamará ciento cincuenta
millones de francos oro, equivalente a unos veintidós mil millones de dólares actuales,
como “daños de guerra” y desde entonces ninguno de los imperios hegemónicos le
permitirá desarrollarse.
En 1915, el presidente norteamericano Woodrow Wilson, ordena invadir Haití bajó la excusa
de cobrar una deuda del City Bank. Las primeras medidas serán ocupar la aduana y la
oficina de recaudación de impuestos; cierran los bancos nacionales, imponen trabajos
forzados a gran parte de la población, prohíben la entrada de negros a hoteles y
restaurantes y para preservar las reservas de oro, se las llevan a Nueva York. Después de
casi veinte años de ocupación y saqueo más los casi treinta mil muertos, Estados Unidos
abandona la isla sin devolver un solo un dólar.
Unos años después, entre septiembre de 1937, y febrero del 1938, por orden del dictador
dominicano Rafael Leonidas Trujillo, fueron masacrados con machetes entre veinte y treinta
mil campesinos haitianos asentados en Dominicana, lo que se conocerá como la matanza
de Dajabón. Trujillo acordaría luego con el presidente haitiano Sténio Vincent una
indemnización de 750.000 dólares para que todo fuera olvidado.
Pero lo peor para la primera República negra del mundo, no había llegado. Desde el retiro
de los Estados Unidos en 1934, una confusa madeja de golpes militares y con débiles
gobiernos arrastran a Haití a una anarquía de facto, hasta que en 1957, en unas elecciones
amañadas, se establece en la presidencia François Duvalier, “Papá doc”, un médico de muy
aceitadas relaciones con los Estados Unidos. Finalmente Duvalier, con el guiño de los
Estados Unidos, se autoproclamaría presidente vitalicio y a su muerte en 1971 lo hereda su
hijo Jean Claude, “Baby doc”, que sería derrocado en 1986.
La era Duvalier llevaría a la nación al punto más trágico
de su historia. Durante esos treinta y cuatro años, reinó la
corrupción que convirtió a la familia presidencial en
dueños de absolutamente todo el país y crearon un
cuerpo militarizado, los Tontons Macoutes (“hombres de
la bolsa”) especializado en represión, tortura y muerte de
los opositores. En ese largo baño de sangre se perderían
más de doscientos mil ciudadanos y la dictadura Duvalier
empujó a Haití al oscurantismo más obtuso al apelar a las
creencias más arraigadas del pueblo, como el Vudú, para
mantener a las masas sumidas en un atraso pavoroso.
Durante su dictadura, los Duvalier cimentaron las bases para que Haití padeciera de una
profunda confusión política, fuera el país más pobre y atrasado de occidente y sus tasas de
mortalidad infantil aumentaran año con año. Sin industrias, con una agricultura deficitaria,
con graves problemas ecológicos, enfermedades que son pandemias; con sus bosques de
caoba diezmados, era impensable que surgiera una cinematografía nacional, pero el cine
haitiano existe y avanza por infinitos esfuerzo de sus creadores.
La brutalidad de la dictadura no pudo con los artistas, intelectuales, escritores y cineastas
que salieron a enfrentarla, entre ellos se encontraba el documentalista Arnold Antonin, que
junto a Raoul Peck, son los nombres más representativos del cine haitiano. Arnold Antonin
(Port au Prince en 1942), es uno de los más importantes intelectuales de su país. Fundador
del Centro Cultural Pétion-Bolívar, presidente de la Asociación de creadores de Haití,
profesor universitario y de la Escuela Nacional de Artes. Se doctoró en Economía en la
Universidad de Roma, y en 1983 obtuvo la Maestría en Derecho Económico e Internacional
de la Universidad Central de Venezuela, país donde vivió hasta 1986, año en que pudo
regresar a Haití. Pero sin duda, su vocación profunda fue el cine, la que puso a disposición
de la lucha contra la dictadura de su país y por el que recibió en el Festival de Cannes del
2002 el premio Djibril Diop Mambety por su película Mujeres de coraje.
El tema fundamental de la treintena de sus
documentales ha sido Haití y las distintas
maneras en que su pueblo fue martirizado desde
sus orígenes: las invasiones europeas, los
crímenes y negocios de los Duvalier, el Sida, la
droga y el terremoto de 2010, en Crónica de
una catástrofe anunciada.
Necesitados de un medio de difusión, el Movimiento Revolucionario 18 de Mayo, al que
pertenecía Antonin, decidieron rodar la acusación presentada ante el Tribunal
Internacional Rusell, contra la dictadura haitiana. Estas filmaciones se convirtieron en un
documental inicial contra la dictadura que duraba 15 minutos:
Los Duvalier en el banquillo de los
acusados. Gracias al impacto conseguido
con el público, Antonin, junto a sus
compañeros, decide rodar Haití, el camino
de la libertad (1974). Esta película se
divide en cinco capítulos, desde la llegada
de Colón hasta la ascensión de François
Duvalier, su dictadura, hasta la elección de
su hijo, el gobierno de Jean Claude y en los últimos dos capítulos las bases ideológicas de
la dictadura y un análisis del Frente Unitario antiduvalieristas. El mismo día que este film se
estrenó en Bruselas, Antonin filmaba la sesión del tribunal que condenó a la dictadura para
su documental Los Duvalier condenados (1975).
Un agente de la CIA, Seldan Rodman
conociendo el interés mundial por la
pintura naif, usó como pantalla el Centro
de Arte de Haití y junto a los Duvalier
explotaron a los artistas de la isla,
enviando alrededor de 150.000 obras al
año a diferentes colecciones
institucionales y privadas del exterior. Por sus trabajos, los artistas recibían menos del diez
por ciento de lo que valían sus obras. A partir de esta investigación Arnold Antonin realiza,
en el año 1975, ¿Puede un agente de la C.I.A. ser un Mecenas? (Arte ingenuo y
represión en Haití).
Para 1980 Antonin, se hace otra pregunta ¿Puede un Tonton-Macoute ser poeta?
Francois Duvalier, que entre tantos títulos tenía el de “Gran Protector de las Letras y las
Artes”, escribió en su juventud algunas poesías rebosantes de lugares comunes y
trivialidades, inclinación que le valió el título de “poeta del oscurantismo”. El padre de los
Tontons Macoutes, que asesinó a escritores y periodistas y obligaba a que escribieran
poemas en su honor, aun así mantenía su odio visceral contra los intelectuales. En este
film, Antonin también indaga sobre dos cuestiones claves de la cultura de Haití y del
Caribe, ¿cuál es su verdadero idioma, el creóle o el francés? y ¿cuánto define la negritud
la identidad de estos pueblos? A partir de la persecución de los intelectuales investiga las
condiciones de la producción literaria en el país y cuenta con la participación de figuras
mundiales como Julio Cortázar, Manuel Scorza, Luis Britto García y Aimé Cesaire.
Arnold Antonin, ha filmado documentales
institucionales sobre los derechos del niño,
de los trabajadores, sobre la problemáticas
de la salud pública haitiana y en 1994 filmó
Puerto Príncipe, la Tercera Guerra
Mundial ha tenido lugar, premiada en el
Festival de Montreal. Desde el año 2000
dirige una serie de films donde retrata a los grandes artistas y escritores haitianos como:
André-Pierre, el que pinta lo que es bueno (2003); Video.Préfete Duffaut, la piedad
y la imaginación urbana (2007); Aubelin de Jolicoeur, señor Haití (2007); Jacques
Roumain, la pasión por un país (2008).
Uno de sus últimos grandes éxitos es el largometraje
de ficción, ¿Tiene Sida el presidente? ( 2006), un
filme que cuenta la historia del director de un grupo
musical, seductor y machista, que un día es acusado
por una mujer de ser portador de esa enfermedad.
La idea del realizador en este film es concientizar a la
sociedad sobre Sida -en Haití existen cerca de
120.000 casos- frente a la mentalidad mágica de la
sociedad que cree que es un maleficio que la práctica del vudú puede exorcizar.
Arnold Antonin, sigue atento con su ojo, que es una cámara, filmando los destinos de su
país, consciente de que en cualquier momento una nueva plaga puede caer sobre la
primera republica negra del mundo.
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en esta edición de CINE
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⇒ CINERGIA: Premio Pepe Escriche 2011 (Festival de Cine de Huesca)
⇒ FRANKLIN CALDERA: Historia del Cine en 25 carteles - Cartel No. 4: La
pasión de Juana de Arco, de Carl Theodor Dreyer
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Cine
CINERGIA recibirá el Premio Pepe Escriche 2011 en el
Festival Internacional de Cine de Huesca
Ramiro Lacayo Deshon
A Carátula ha llegado la noticia de que en el marco del 39 el Festival Internacional de
Cine de Huesca, España, se dará el destacado Premio Pepe Escrichen a la organización
centroamericana, radicada en Costa Rica, CINERGIA, su directora, Maria Lourdes
Cortés irá a recibirlo. Este premio es un reconocimiento a Cinergía en pro del
desarrollo del cine latino americano. Por la importancia de este premio para el cine
centroamericano y en honor a la labor de CINERGIA, publicamos el comunicado que
enviara el Festival.
María Lourdes Cortés, directora de CINERGIA, recogerá el Premio Pepe Escriche en el
marco de la 39ª edición del Festival Internacional de Cine de Huesca, que se celebrará del
3 al 11 de junio de 2011. La Fundación del Festival ha decidido conceder el Premio Pepe
Escriche -que tiene como objeto el reconocimiento a la labor de unión entre diferentes
culturas a través del audiovisual- a CINERGIA por su constante y valiosa labor de formación
de profesionales y de fomento y conservación del cine de Centroamérica y el Caribe.
CINERGIA es un proyecto regional que cuenta con cinco ejes de acción: la formación, la
visibilización, la conservación y la divulgación del cine centroamericano. Desde el 2004, se
ha convertido en una referencia única para los productores de Centroamérica y el Caribe,
en una región en la que hay pocas o nulas oportunidades de apoyo sostenido para la
producción audiovisual. Su proyecto principal es el Fondo de fomento al audiovisual de
Centroamérica y el Caribe, primer y único programa de apoyo financiero al cine y al video
de la región. Por medio del fondo se han apoyado realizadores independientes de todos los
países del istmo, de los cuales muchos de ellos han recibido importantes reconocimientos
internacionales.
CINERGIA no solo contribuye económicamente al desarrollo de la producción audiovisual,
sino que da especial énfasis a la profesionalización del medio, ofreciendo becas de estudio,
asesorías especializadas y organizando talleres de alto nivel con maestros de prestigio
internacional. De igual manera, CINERGIA ha creado un importante archivo de filmes de la
región, una red de contactos cinematográficos y un portal de cine, video y animación en
Internet como una herramienta para visibilizar y divulgar la producción centroamericana en
el mundo, y facilitar los contactos entre los diversos actores de la producción audiovisual.
CINERGIA (www.cinergia.org) es administrado por FUNDACINE, fundación privada sin fines
de lucro, para el apoyo del audiovisual regional, con sede en Costa Rica.
El Premio Pepe Escriche fue creado en el 2009 en homenaje al fundador del Festival de Cine
de Huesca con el fin de perpetuar la memoria de quien, a través del cine y de la cultura,
impulsó tantos puentes de amistad entre España y el resto del mundo. El trofeo, que
consiste en una pieza artística creada por el artista reconocido internacionalmente y
distinguido en España con el Premio Nacional de Diseño en 2007 Isidro Ferrer, ha sido
entregado en las dos ediciones anteriores a la Escuela de San Antonio de los Baños de Cuba
(EICTV) y al World Cinema Fund del Festival de Berlín.
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MARÍA LOURDES CORTÉS
⇒ GUADI CALVO: Arnold Antonin, el camino a la libertad
⇒ OSCAR CASTILLO: El compromiso (Un compromiso con el cine)
Historiadora del cine costarricense y
⇒ CINERGIA: Premio Pepe Escriche 2011 (Festival de Cine de Huesca)
centroamericano, catedrática de la
⇒ FRANKLIN CALDERA: Historia del Cine en 25 carteles - Cartel No. 4: La
Universidad de Costa Rica,
pasión de Juana de Arco, de Carl Theodor Dreyer
investigadora de la Fundación del
Nuevo Cine Latinoamericano y
directora de CINERGIA. Fondo de
fomento al audiovisual de
Centroamérica y el Caribe.
Fue directora de la primera escuela
centroamericana de Cine y Televisión
fundada en Costa Rica (Universidad
Veritas) y del Centro Costarricense de
Producción Cinematográfica.
Ha ganado el Premio Joaquín García
Monge, en difusión cultural y dos
veces el Premio de Ensayo Aquileo J.
Echeverría, por los libros Amor y
traición, cine y literatura en América
Latina (1999) y La pantalla rota. Cien
años de cine en Centroamérica
(2005). Por este último libro, recibió
el premio honorífico "Ezequiel
Martínez Estrada" otorgado por la
Casa de las Américas (Cuba) al mejor
ensayo publicado del año (2005).
En este momento prepara una
investigación sobre García Márquez y
el cine y sobre la obra textual de
Silvio Rodriguez. Ha sido jurado en
festivales de cine en Francia,
Holanda, Cuba y México, donde
también ha dado charlas y talleres. El
Gobierno de la República de Francia
le ha otorgado el grado de Caballero
de la Orden de Honor al Mérito
(2005).
Enlaces:
» Pagina Oficial CINERGIA
»Festival Internacional de Cine de
Huesca
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Cine
Historia del cine en 25 carteles
Cuarto Cartel: La pasión de Juana de Arco, de Carl
Theodor Dreyer
Franklin Caldera
Un cartel más de la serie de crónicas de cine partiendo de la colección de carteles
cinematográficos de Franklin Caldera. En su navegar por la web, Franklin ha
encontrado bellísimos carteles que llenaron las paredes de los cines, varios fueron
ejecutados a mano por pintores y artesanos; y más de un director cinematográfico
comenzó su carrera en la mesa de dibujo. Acompaña cada cartel con una rigurosa
crónica de la película, esta vez La pasión de Juana de Arco de Carl Theodor Dreyer,
bridándonos una rápida mirada a la historia del cine. El uso en la revista de estos
carteles es exclusivamente cultural y educativo y en ningún momento se espera
obtener beneficios comerciales.
En la década de 1920 surgió en Francia un movimiento de cine experimental-surrealista
formado por Luis Delluc (Fievre), Germaine Dulac (La souriante Madame Beudet), Jean
Cocteau (La sangre de un poeta) y el español Luis Buñuel (Un perro andaluz), entre otros.
La pasión de Juana de Arco (1928), rodada en Francia bajo la dirección del danés Carl
Theodor Dreyer (1889-1968), incorpora (como Napoleón de Abel Gance) elementos del
cine de vanguardia en la narración lineal del proceso de Juana de Arco presentado a través
de los estados de ánimo de los personajes (y fragmentos del juicio).
Dreyer mezcla primeros planos de extraordinaria elocuencia visual con desplazamientos de
cámara y tomas en picado. La composición visual es al mismo tiempo clásica y
experimental. El lento discurrir de la acción produce un efecto hipnótico (propio del mejor
cine silente) que intensifica la atmósfera de espiritualidad.
Por la fina gama de sentimientos expresados con ejemplar sobriedad, la actuación de
Renée María Falconetti (nacida en Córcega; fallecida en Argentina en 1946) en el rol
protagónico es la mejor de la historia del cine; seguida por la de Chaplin en La quimera del
oro (1925) y la de Giulietta Masina en La strada (1954).
Dreyer continuó desarrollando un cine de gran austeridad expresiva, desprovisto de
elementos comerciales (Vampyr). Día de ira (1943), sobre la caza de brujas en Dinamarca,
y Gertrud (1964), son sus filmes más asimilables por el gran público.
La profundidad sicológica, la belleza visual, el minimalismo argumental, la preocupación por
los aspectos metafísicos de la existencia humana y una concentración especial en los
detalles, marcaron el camino a cineastas como el francés Robert Bresson (Un condenado a
muerte se escapa), el sueco Ingmar Bergman (El séptimo sello) y el soviético Andrei
Tarkovskij (Andrei Rublev, El sacrificio).
Esta corriente produjo también algunos de los filmes más aburridos de la historia del cine,
como Ordet (1955) de Dreyer, o Stalker (1979) de Tarkovskij.
Entre las muchas actrices que han interpretado a Juana de Arco en el cine destaca Florence
Carrez en el filme de Bresson, El proceso de Juana de Arco (1959), con una Juana más
desafiante ante sus captores, que la mística criatura de la Falconetti, incapaz de
comprender la crueldad de sus enemigos y la traición de sus aliados.
La versión hollywoodense de Juana de Arco (1949), dirigida por Victor Fleming, con Ingrid
Bergman, contiene una memorable caracterización del actor puertorriqueño José Ferrer
como Carlos VII. Jean Seberg fue Santa Juana (1957), en la cine-versión de la obra de
Shaw dirigida por Otto Preminger.
De Dreyer es esta definición de la experiencia del espectador: «Estoy en una sala de cine,
las pesadas cortinas se separan, las luces se apagan y la historia cobra vida sobre la
pantalla plateada. Quizá me hará llorar. Quizá me hará sonreír. Quizá lloraré con una
sonrisa en los labios. Quizá reiré con lágrimas en los ojos. Pero seré transportado más allá
del tiempo y el espacio, fuera de mi vida cotidiana hasta que se rompa el hechizo».
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en esta edición de CINE
⇒ RAMIRO LACAYO DESHON: El nacimiento de un arte: D.W.Griffith
⇒ D.W. GRIFFITH: Fotografías (Slideshow)
⇒ FLORA VELÁZQUEZ: NOW- Ahora es el momento - de Santiago Alvárez
⇒ GUADI CALVO: Arnold Antonin, el camino a la libertad
⇒ OSCAR CASTILLO: El compromiso (Un compromiso con el cine)
⇒ CINERGIA: Premio Pepe Escriche 2011 (Festival de Cine de Huesca)
⇒ FRANKLIN CALDERA: Historia del Cine en 25 carteles - Cartel No. 4: La
CARL THEODORE DREYER
pasión de Juana de Arco, de Carl Theodor Dreyer
(n. Copenhague; 3 de febrero de 1889
– f. ib.; 20 de marzo de 1968),
director de cine y guionista danés, es
considerado uno de los mayores
directores del cine europeo, como
señalan todas las historias del cine.
De joven, Dreyer trabajó como
periodista, y quizá encontró su
vocación escribiendo los intertítulos
de varias películas mudas y
posteriormente escribiendo guiones.
Su debut como director tuvo un éxito
limitado. La fama le llegó gracias a la
película Du skal ære din hustru (El
amo de la casa), en 1925. El éxito que
cosechó en su país se transformó en
un enorme triunfo en Francia, donde
se trasladó. La Société Genérale des
Films le encargó la realización de un
largometraje sobre la heroína
nacional: Juana de Arco.
La película La pasión de Juana de
Arco (La passion de Jeanne d'Arc), en
cuyo montaje también trabajó,
apareció en las salas en 1928 y fue su
primer gran «clásico», pero no fue un
éxito en taquilla. La película tiene
influencias tanto del realismo como
del expresionismo cinematográfico,
pero sin maquillar a los personajes.
Los decorados eran blancos y toda la
película está rodada a base de
primeros planos.
En 1955 rodó Ordet (La palabra),
basada en la obra de teatro
homónima de Kaj Munk. El personaje
central, un teólogo enloquecido por
sus lecturas de Soren Kierkegaard,
pone en entredicho la presunta fe
religiosa de su familia ante la muerte.
Esta película le valió el León de Oro
en el Festival Internacional de Cine
de Venecia en 1955. En ella destaca
el ritmo pausado, la práctica ausencia
de montaje por corte entre escenas,
en las que Dreyer deja que los actores
entren y salgan de encuadre al estilo
del montaje teatral. Es una película
cargada de preocupaciones religiosas.
La última obra de Dreyer fue Gertrud
(1965). Si bien es muy distinta a las
precedentes resulta una especie de
testamento artístico del autor, en la
medida en que trata de una mujer
que se mantiene fiel a su ideal de
amor: amar al otro por encima de
todo; incluso, de uno mismo. No se
arrepiente nunca de las elecciones
tomadas.
NOMBRE DEL AUTOR
FRANKLIN CALDERA (Managua, 1949).
Poeta, ensayista, traductor y crítico
de cine. Es abogado. Desde 1968
publica en La Prensa Literaria
poemas, críticas literarias y de cine y
traducciones de poesía en lengua
inglesa. Fue uno de los asiduos de la
cafetería La India, el emblemático
sitio de reunión de los poetas y
pintores de la Generación del 60 y
leyó sus poemas en La tortuga
morada, la primera discoteca de la
Managua de antes del terremoto.
Desde temprana edad tuvo gran
afición por el cine y junto con
Ramiro Arguello es uno de los
auténticos y últimos cinéfilos y
contadores de películas de nuestro
tiempo. Ha escrito numerosas críticas
y crónicas en revistas nicaragüenses e
internacionales y ha participado en
seminarios junto a cinéfilos de la talla
de Guillermo Cabrera Infante y
Manuel Puig.
En 1983 escribió con a Ramiro
Arguello, Datos útiles e inútiles sobre
cine; en 1996, Luces cámara acción:
cien años de historia del cine. Guarda
un libro de poesía a la espera de
publicación. Es co-editor, con Ligia
Guillén, de la revista “Poesía
Peregrina”.
Reside en la Florida desde 1985,
donde goza de los constantes
reestrenos de películas noir.
HOJA DE RUTAPLÁTICASNARRATIVAPOESÍACINECRÍTICAVITRINA
» Vitrina
1. Poesía ante la incertidumbre. Antología de nuevos poetas en español. Incluye a Raquel
Lanseros (España), Daniel Rodríguez Moya (España), Fernando Valverde (España), Andrea
Cote (Colombia), Francisco Ruíz Udiel (Nicaragua), Jorge Galán (El Salvador), Ana
Wajszczuk (Argentina), Alí Calderón (México)
2. El diablo sabe mi nombre, de Jacinta Escudos
3. Los Culpables, de Juan Villoro
4. Cómo estar solo, de Jonathan Franzen
5. Sonata inconclusa participa en el Festival Internacional de Cine de Huesca
6. "Haga que esto dure", nota de Enrique Krauze en solidaridad con Javier Sicilia
Poesía ante la incertidumbre. Antología de nuevos
poetas en español.
Raquel Lanseros, Daniel Rodríguez Moya Fernando
Valverde, Andrea Cote, Francisco Ruiz Udiel, Jorge
Galán, Ana Wajszczuk, Alí Calderón
Juan Manuel Roca
Elegir una preposición a la hora de titular un libro, algo que visto al paso parecería
insustancial, implica de entrada una postura moral en un momento de la historia abonado
por la incertidumbre.
La expresión "poesía ante la incertidumbre", y no contra la incertidumbre, esboza un deseo
de hacer claridad con la más cotidiana de las herramientas, una palabra inscrita en la
lengua de Machado y Gil de Biedma, de Miguel Hernández y Gonzalo Rojas, como quien
dice en una alta tradición refractaria al purismo y a la atracción por un mundo ensimismado.
No se trata de un rechazo de la duda que pregunta, hasta la muerte porta su hoz como si
fuera un gran interrogante. Más bien resulta un acto de reflexión que no le otorga a la
incertidumbre un rango de inobjetable certeza.
Poesía ante la incertidumbre.
Antología de nuevos poetas en
español.
Raquel Lanseros, Daniel Rodríguez
Moya Fernando Valverde, Andrea
Hay en estos poetas un diálogo con la incertidumbre, una conversación que no parte del
aserto sobre el que prevenía Zaratustra: "remover las aguas para parecer profundo", algo
de frecuente recibo en algunas tendencias líricas que, sin mundos que expresar, se
Cote, Francisco Ruiz Udiel, Jorge
Galán, Ana Wajszczuk, Alí Calderón
Varias ediciones disponibles.
esconden tras una niebla de palabras.
Información: Página oficial
Sin que se trate de un asunto programático a estos poetas los hermana el despojo, la
pesquisa y el encuento de la palabra justa en el inmenso pajar del lenguaje.
Más no por desacralizadora y cotidiana esta poesía abandona el rigor. A lo que no acuden
estos poetas es a los simulados hermetismos, a esa vieja herencia de aquel que se ahogó
en su propio reflejo, en las aguas de su propio deslumbramiento.
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"La poesía es algo que anda por la calle", decía García Lorca. Muchos de estos poemas
nacen en la calle y desembocan en el libro, en una actitud que tiende puentes entre la
intimidad y la intemperie, entre el adentro y el afuera de una mirada que tiene como centro
al hombre, sus anhelos y miserias.
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El diablo sabe mi nombre
Jacinta Escudos
Mario Martz D´León
«En las tardes de calor me convierto en cocodrilo». ¿Qué es esto? Un cuento. Sí. Un
cuento, y otro cuento, y ésta frase (la primera línea de lo que acaban de leer) es el inicio
del cuento «Yo, cocodrilo» que forma parte del libro de relatos «El diablo sabe mi nombre»
de la escritora salvadoreña Jacinta Escudos, que publica la editorial costarricense Uruk
El diablo sabe mi nombre
Jacinta Escudos
Editores, en su colección «Sulayom». La obra de esta escritora salvadoreña contempla
diversos géneros literarios, que van desde cuentos, poesía, crónica y ensayo; fue
Uruk Editores
Costa Rica, 2008
merecedora del I Premio Centroamericano de Novela “Mario Monteforte Toledo” con su
novela A-B Sudario que posteriormente la editorial Alfaguara publicó en el 2003.
Si mi memoria no me falla, la primera vez que supe de Jacinta Escudos fue cuando leí un
cuento suyo —que no recuerdo su nombre, por cierto— en la desaparecida revista de
creación literaria El ángel pobre, que dirigía a finales de los años noventa el escritor
guatemalteco-nicaragüense Franz Galich, autor de la novela «Managua Salsa City». En esa
ocasión Jacinta Escudos publicaba un cuento y contaba de cómo ese texto sobrevivió al
comentario crítico del escritor Sergio Ramírez cuando ella se encontraba en un taller con el
autor de La fugitiva. El cuento resistió, según creo recordar el comentario de Escudos, a
más de una revisión, y no me extrañaría que ese cuento se encuentra entre las sombras de
los catorce relatos que integran este libro, escritos entre 1995 y 2003 por diferentes
ciudades, entre ellas Managua, Lagenbroich y San Salvador; los escenarios son difícil de
identificar, salvo Francia y Alemania donde la autora se le adelanta al fracasado profeta y
mal entonado empresario Harold Camping, en un cuento que se titula «Días del fin»: “Las
cosas están ocurriendo con la suficiente lentitud como para que todos tomemos conciencia
de lo que está pasando: el fin del mundo ha comenzado”.
Me remito a esta experiencia, porque desde que leí el primer cuento de este libro vino a mí
la sombra de Borges a como vino la historia de ese cuento que publicaba la ya mencionada
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revista. Los cuentos aquí reunidos comparten el común interés de abordar el doblaje de la
subsistencia humana, expresado con el dominador “borgeano” de la “pluralidad del yo y de
las múltiples temporalidades” que adquiere un registro subjetivo del relato. Los personajes
(en su mayoría mujeres) experimentan transformaciones, como la de una mujer convertida
en hombre tras haberse enamorado o un hombre que se empareja con los insectos.
Se trata, en resumen, de un plato textual exquisito de una escritora que deja entrever que
(a pesar de que existan pocas editoriales internacionales interesadas en publicar a
escritores de la región) en Centroamérica se sigue intentando escribir buena literatura
después de leer a Tito Monterroso o a Rodrigo Rey Rosa.
Los Culpables
Juan Villoro
Editorial Almadía
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Los Culpables
Juan Villoro
Joel Flores
Existe en México una tradición del género cuento que podría configurarse en dos vertientes,
por un lado están los narradores que reviven el realismo sucio norteamericano, cuyo
México, 2007
registro se encuentra en Chejov y sus herederos son Carver o Cheever; y por el otro están
aquellos que cristalizan el imaginario de Río de la Plata, la poética de Cortázar y Borges, en
la intertextualidad y la hibridación de géneros. Basta evocar a Guillermo Fadanelli para no
prescindir de un ejemplo sobre lo primero, o los cuentos de Álvaro Enrigue en Hipotermia
para dialogar sobre lo segundo.
Sin embargo existe, también, una tendencia distinta en esta tradición narrativa que retoma
ambos imaginarios y los entrecruza y ciñe, como si de dos gruesos listones se tratara, para
presentarlos bajo los destellos de lo nuevo. Me refiero sobre todo a una literatura que no se
anquilosa al atender sólo al artificio, el cómo narrar las historias, sino que escucha o busca
ser testigo de los conflictos que arrecian a un país, sus disfuncionalidades, los sectores
marginados o donde más se encrudece la violencia y el odio de los seres humanos. Un
ejemplo es el libro de relatos Los Culpables, de Juan Villoro (1956), publicado por la
editorial Almadía, en 2007.
En el compendio, urdido por siete piezas narrativas, leemos un México donde todo
contrasta: la miseria con la riqueza; los sueños de dos hermanos de convertirse en
cineastas de la frontera con Norteamérica, con la falsa virilidad de un mariachi que lo tiene
todo, pero se niega a ser mariachi.
Descubrimos, también, que México tiene temas capitales, la corrupción, la múltiple
identidad de sus habitantes, el malinchismo, la traición, lo que una y otra vez sale en la
prensa nacional e internacional, lo terrible que para artistas como Artaud, Breton o Buñuel
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parecía mágico, surreal y para nosotros, los mexicanos, una pesadilla.
Los culpables son personajes que asimilan su contexto y desean hallarle un fin, explorar,
lucrar con lo que los rodea, como si la miseria que viven fuera una ‘historia en bruto’ que
los sacará de la pobreza: El gringo “confiaba en el cine mexicano como en un intangible
guacamole; había demasiado odio y demasiada pasión en la región para no aprovecharlos
en la pantalla. En Arizona, los granjeros disparaban a los migrantes extraviados en sus
territorios”, confiesa el narrador del relato “Los Culpables”.
Secuestros piratas, equipos de fútbol financiados por la mafia, iguanas que medían la libido
de dos amigos y la chica que los acompaña en su viaje por el sur mexicano, un hombre que
evade la realidad gracias a sus viajes en avión son algunas de las tramas que arman este
libro, que fácilmente se configura como uno de los imprescindibles dentro de la tradición
del cuento mexicano.
Cómo estar solo
Jonathan Franzen
Seix Barral
España, 2003
Las confesiones de Los culpables nos animan a aceptar que lo “buñuelesco” en México
quiere decir algo horrendo que a la vez es mágico.
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Cómo estar solo
Jonathan Franzen
Ulises Juárez Polanco
Encontrar un título al estilo de Cómo estar solo puede resultar chocante en un primer
instante, después de todo, son millones los libros de autoayuda disponibles hoy día.
Precisamente es eso lo que hace inmejorable esta recopilación de catorce ensayos de
Jonathan Franzen (Chicago, 1959), considerado la voz de la actual narrativa
norteamericana, después de la magnífica Las correcciones (The Corrections, 2001) y la
aclamada mundialmente Freedom (Freedom, 2010).
¿Cómo puede el individuo sobrevivir en la actual sociedad de masas? ¿Qué rol juegan la
masificación de la televisión y del internet en la actual sociedad del conocimiento? ¿Es en
esta época de tecnología de punta donde se recupera la moralidad perdida, o se estrechan
los frágiles lazos de familia? Y principalmente, ¿cuál es el rumbo de la novela actual y cómo
puede el artista permanecer auténtico, libre, y en contacto consigo mismo cuando el
entorno no se lo permite? Éstas y otras interrogantes son desarrolladas con una pluma
magnífica, de prosa fluida y lucidez devastadora.
Ya sabíamos que Franzen es un fino arquitecto de la ficción. Ahora es tiempo de
encontrarnos con el ensayista certero, quien explica en el texto introductorio que Cómo
estar solo tiene como hilo conductor “el problema de preservar la individualidad y la
complejidad en una cultura de masas ruidosa y que distrae: la cuestión de estar solo”. La
individualidad de uno visto como el encuentro con el yo interior. Éste es un libro que no
elogia ni hace panfleto por el aislacionismo o la soledad, al contrario, procura demostrar
que éstos no deben de temerse y que el camino a la búsqueda de la felicidad comienza en
la soledad. Para saber a dónde vamos debemos descubrir quiénes somos. Por eso Franzen
hace un repaso de temas contemporáneos que van desde temas cercanos como la
intimidad, los lazos familiares y la memoria, hasta ejes temáticos como la sociedad en la
globalización y la lucha del artista para sobrevivir en ella. El emblemático ensayo “¿Por qué
molestarse?” es un repaso introspectivo de Franzen y su visión de la novela, que causó
revuelo en Estados Unidos cuando fue publicado en 1996, y sólo este texto justificaría el
libro completo.
Pero este libro no procura convencer a golpes ni a gritos, sino a través de lo sugerente.
Para abordar el tema de la memoria y los lazos familiares Franzen narra la experiencia con
su padre, enfermo de Alzheimer (“El cerebro de mi padre”); para denunciar la corrupción y
burocratización del estado recurre a la historia del servicio de correos de Chicago
(“Extraviado en el correo”); si quiere enlazar la pasión por la lectura con la pasión carnal, lo
hace en “Libros en la cama”. Cada una de las historias fluye de lo ordinario a lo
extraordinario, no a través de rebuscados conceptos, pero a través de la elegancia en cada
imagen. En algunos textos el autor elude sus verdaderos puntos de vista y asume ambos
bandos, como en los ensayos sobre privacidad y el tabaco. No importa. Igual son textos
que ponen a pensar a cualquiera.
El gran problema de nuestra sociedad actual (sociedad pop, llena de gadgets y
reverenciadora de la televisión e internet) es que a todos no se nos permite disfrutar
nuestra individualidad y en cambio se nos convierte en meros engranajes de una entidad
corporativa masificadora. Así es como una lesbiana negra neoyorquina o un blanco baptista
del sur, que a primera vista pueden parecer diferentes, son en realidad lo mismo: ambos
“miran el show de Letterman todas las noches, ambos tienen problemas para encontrar
seguros médicos, ambos juegan a la lotería, ambos sueñan con sus quince minutos de
fama, ambos toman relajantes y ambos tienen un enamoramiento culpable por Uma
Thurman”. El libro hace la conexión entre los aspectos triviales del entorno social y su
efecto en la conciencia individual.
Todos parecemos ser los mismos. Y es por eso que debemos aprender a estar solos.
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Sonata inconclusa participa en
el Festival Internacional de Cine de Huesca
Nuestro editor de Cine, el escritor y cineasta Ramiro Lacayo Deshón, recibió la feliz noticia
que su documental Sonata inconclusa, "el peregrinar cotidiano de un poeta nicaragüense de
la generación de los años 60, acechado por la soledad y la esquizofrenia", un estremecedor
documental sobre el poeta Julio Cabrales, fue seleccionado para participar en el Festival
Internacional de Cine de Huesca, en España, festival de gran prestigio entre los cineastas, y
en España, ya que se inclina por los cortometrajes de ficción y documentales. Más
información sobre esta documental, y el Festival Internacional de Cine de Huesca, en este
enlace.
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Solidaridad con Javier Sicilia
Haga que esto dure
Enrique Krauze
NOTA: El pasado 28 de marzo el hijo del escritor y periodista Javier Sicilia, Juan Francisco, fue encontrado muerto en
Cuernavaca, Morelos, México, junto con otras seis personas. La Procuraduría General de Justicia del Estado de
Morelos informó que el cuerpo de Juan Francisco Sicilia Ortega se encontraba atado de pies y manos con claros
signos de tortura. La comunicad intelectual, artística así como organizaciones civiles de mujeres, derechos humanos
y jóvenes, emplazaron al gobierno de Morelos a entregar “resultados consistentes” en torno al asesinato de siete
personas –entre ellos el hijo del escritor Javier Sicilia—y llamaron a la ciudadanía a organizarse para frenar la ola de
violencia que en la entidad arroja más 450 muertes violentas de diciembre de 2009 a la fecha. El mismo día, con un
llamado a reconstruir el tejido social, el poeta Javier Sicilia, junto con los familiares de los jóvenes asesinados en
Morelos el pasado 28 de marzo, convocó a la sociedad a “adueñarse del presente y decidir el destino y la nación que
ustedes quieran”. Carátula comparte el dolor de Javier Sicilia y publica este nota de Enrique Krauze.
La marcha que encabezó Javier Sicilia el pasado 8 de mayo me recordó un episodio del
vasconcelismo. Vasconcelos volvió a México en 1929 para encabezar un vasto movimiento
cuyo objetivo era desplazar del poder a los generales e instaurar un liderazgo civil, pacífico
y honesto. Acabar, en una palabra, con el "México bronco". A la jornada siguiente del
atropello electoral, los vasconcelistas sintieron el vacío: ¿qué hacer? Se abrían varias
alternativas: fundar un partido político civilista (consejo del joven Gómez Morin), convocar
a una Revolución (la opción maderista), suicidarse heroicamente (como hizo Martí) o partir
al exilio (continuar la odisea del "Ulises criollo").
Vasconcelos, como se sabe, optó por la última, y qué bueno: sin su destierro no hubiese
escrito sus maravillosas memorias; pero en términos políticos, la mejor opción era la
primera. El PAN hubiera nacido diez años antes, sin los pesados lastres fascistas y clericales
que marcaron sus inicios. En esos días de incertidumbre, el intelectual más cercano a
Vasconcelos, el licenciado Miguel Palacios Macedo, le pidió: "haga que esto dure".
Vasconcelos le contestó tajante: "yo no soy Gandhi".
Vasconcelos no era Gandhi, Sicilia no es Vasconcelos, pero Sicilia, gran admirador de
Gandhi, sí tiene la inspiración que se requiere para hacer que su movimiento dure. Y tiene
mucho más; por ejemplo, un genuino temple religioso. Es hijo de los cambios del mundo
católico a partir del Concilio Vaticano II: la prédica y práctica de Sergio Méndez Arceo, la
Opción Preferencial por los Pobres, las Comunidades Eclesiales de Base. De gran
importancia para él fue la obra y la presencia originalísima, renovadora y vigente, de Ivan
Illich. Este ex sacerdote, filósofo del anarquismo católico, fundó CIDOC, institución
liberadora que hizo converger creativamente a la religión, la filosofía y el psicoanálisis.
Tengo entendido que estas corrientes intelectuales y religiosas orientan algunos libros de
Sicilia así como las revistas que ha dirigido (primero Ixtus, ahora Conspiratio). Estas
publicaciones han puesto hogar a la conversación entre la fe, la historia y la filosofía. En el
mismo sentido, no es casual que Sicilia sea un editorialista regular en Proceso, semanario
marcado por el mismo catolicismo social y progresista. Y no deja de ser significativo que la
Meca de toda esa corriente espiritual fuese la ciudad de Cuernavaca, epicentro de la vida de
Javier. De su vida y de su tragedia.
"Haga que esto dure". ¿Qué significa hoy este llamado para Javier Sicilia? Formalizar su
organización cívica. Integrar en ella a los mexicanos que comparten directamente su pena
(por haber sido ellos también víctimas del crimen) y a representantes independientes y
plurales de la sociedad civil. Elegir un nombre adecuado, buscar el financiamiento (hasta
por colecta pública), trabajar en dos sentidos -uno social, otro intelectual- para encarar, de
abajo a arriba, lo que Sicilia ha llamado "la emergencia nacional".
En la primera vía, aunque no será candidato en el 2012 ni probablemente nunca, Sicilia no
puede esquivar la significación social de su liderazgo. Su biografía y su legitimidad lo
colocan en una buena posición para encauzar la iniciativa social contra el crimen en el país.
Su perfil recuerda al Doctor Salvador Nava, que tras sufrir tortura por parte de las fuerzas
de seguridad, orientó a los potosinos hacia el cambio democrático y fue -con su marcha
estoica antes de su muerte- un personaje clave en la transición nacional. Ayer la prioridad
fue la democracia; hoy es la seguridad, la sobrevivencia.
La segunda vía consiste en proponer ideas. Ideas, no rollos autocomplacientes, confusos,
vindicativos, militantes, retóricos, dogmáticos. Ideas, no puños cerrados ni pancartas
fáciles ni simples exclamaciones de hartazgo u odio. Penosamente, las ideas han faltado en
el debate nacional sobre el crimen. Se requieren ideas concretas y prácticas, por ejemplo,
en torno al seguimiento de los flujos financieros ilícitos, a las reformas del sistema jurídico
y policial, al sistema penitenciario. Y se requiere también una reflexión de orden filosófico,
en un sentido amplio. La brutal aparición (reaparición, diría un historiador que haya leído
Los bandidos de Río Frío) del crimen organizado nos mantiene en un estado de shock que
nos ha impedido pensar con claridad. Hay que responder preguntas clave: ¿cuáles son las
raíces históricas de este problema?, ¿hasta qué punto ha sido un lastre nuestra concepción
misma de justicia?, ¿qué consecuencias tendría la legalización de la droga?, ¿es posible
imprimir un cambio drástico y arriesgado a nuestra relación bilateral con Estados Unidos
para que el ciudadano común de aquel país advierta el daño brutal que sus vicios, su
legislación, su inercia, su hipocresía y sus redes criminales, están causando en el nuestro?
El discurso de Sicilia en el Zócalo (reproducido por Proceso, ese mismo día) es un
diagnóstico puntual de nuestra situación y un llamado moral estremecedor. Gandhi,
pensador, político y profeta, no lo habría hecho mejor. El documento "Por un México en
paz, con justicia y dignidad" contiene exigencias mínimas y compromisos que tocan temas
mucho más amplios (económicos, educativos, sociales, mediáticos) para enfilarnos al
rescate integral de nuestra casa común. El debate serio sobre estos temas (sin el
dogmatismo y la politización que suele rodearlos) daría un seguimiento magnífico a la
jornada del 8 de mayo. Pero cualquiera que sean los planteamientos, no podemos darnos el
lujo de un pacifismo ingenuo y contraproducente. Sicilia tiene toda la razón en señalar que
la "podredumbre" proviene de los tiempos del PRI. Tiene razón en responsabilizar a este
gobierno de imprevisión e ineficacia. Y tiene razón en señalar que la Ley de Seguridad
Nacional "no puede reducirse a un asunto militar". Pero en su fuero interno Sicilia no
ignora, no puede ignorar, la irreductible maldad de los criminales. Y a ellos, pienso, no se
les encara sino con la fuerza y la ley. Ésa es quizá la primera pregunta que debe contestar
su fina y desgarrada conciencia religiosa: ¿cómo tratar con los asesinos de su hijo? La
sociedad, necesitada de luz, esperanza y claridad, aguarda su respuesta. No se cuál será,
pero le pido: haz que esto dure.

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