La realidad supera a la ficción Cuando era pequeña

La realidad supera a la ficción Cuando era pequeña

La realidad supera a la ficción
Cuando era pequeña me encantaba ver películas donde los buenos siempre
vencían a los malos. Esas personas horribles que parecía que no tenían
corazón cuando mataban a gente inocente o cuando destruían todo lo que
tocaban hasta que llegaban los buenos y les ganaban para que la paz
volviera a resurgir. A la cabeza de los buenos siempre estaban países
occidentales, defensores de la justicia y de la igualdad entre personas.
Lógicamente esos países eran los que siempre ganaban aunque la batalla
fuese muy dura… ahora que ya soy mayor no consigo diferenciar entre
buenos y malos.
Ya no veo películas, la ficción no es tan buena como la propia realidad por
eso ahora mi medio de entretenimiento son las noticias, las cuales me
resulta graciosas, todos se contradicen, siempre están peleándose para
defender los derechos humanos cuando en realidad luchan por vienes
egoístas, dicen que matar es malo pero constantemente se ven asesinatos,
dicen que hay que cuidar el planeta pero son los primeros en permitir que
las grandes industrias contaminen, dicen que hay que acabar con el hambre
en el mundo pero gastan enormes cantidades de dinero en dar ayudas a los
bancos cuando en este preciso momento seguro que hay alguna persona que
muere de mal nutrición. Pero esto no interesa. Y no solo no les interesa a
las personas poderosas que tienen que malvivir con un sueldo voluminoso,
no nos interesa a nadie o ¿acaso hacemos algo para cambiarlo? La
respuesta es no. Preferimos pensar que todo eso no es asunto nuestro y que
ya alguien hará algo para cambiarlo, pero es una falsa ilusión, pero eso
nunca va a cambiar, los seres humanos somos peores que esos seres
horrendos que salen en las películas de extraterrestres.
Si soy sincera espero que haya vida extraterrestre, ET si lees esto llévame
contigo porque creo fielmente que serán mejore vivir con tu raza que con
la mía. Pero por ahora me tendré que conformar con esta hipócrita sociedad
en la que me ha tocado vivir.