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Transcripción

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Moderadora
Josez57
Traducción
Sisabel1320
Jess16
daffhein
gisse
EyeOc
Corrección
MaryJane♥
Maia8
Jut
Página
Francatemartu
2
Diseño
Sinopsis
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
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3
Proximo libro
N
atalia Moore es la nueva chica de la Preparatoria Santa Anna, y lo único
que quiere hacer es volar bajo el radar - llegar a sus clases, conocer a
algunos amigos, y tratar de no hacer el ridículo total de sí misma en el
ínterin. Pero cuando el guapo y popular Campbell Elliot sale de su manera de ser
amable con la chica nueva, el plan de Natalia de pasar desapercibida sale
volando por la ventana.
Cam es caliente, pero está completamente fuera de los límites. Raine Marsden, la
chica más popular y más mala en la escuela, ha tenido sus ojos en él desde el
verano. Y a Raine no le gusta la competencia.
Cuando Cam va tan lejos con Natalia invitándola a la fiesta de fin de semana
exclusiva en la casa de Raine, ella pone su mirada en una nueva víctima. Pero lo
que Natalia no sabe es que Raine y sus amigas no son chicas malas ordinarias.
Tienen poderes que mayoría de la gente sólo puede soñar, y nadie se interpondrá
en el camino de lo que ellas quieren. Y lo que quiere Raine es a Campbell.
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Pursued es el quinto libro de la saga Las brujas de Santa Anna, una serie que
demuestra hasta qué punto el verdadero amor va y que nada - ni siquiera el mal
puro - puede cambiar su destino.
Natalia
Traducido por Sisabel1320 y Jess16
Corregido por MaryJane♥
E
stoy caminando en la escuela a la mañana siguiente cuando veo
todas estas mariposas negras venir aleteando fuera de la taquilla de
Cam. Eran como de papel brillante y todo el mundo en la sala junior
se detuvo a mirar.
Empiezo a dar un paso hacia él, pero antes de que pueda, Brody llega
detrás de mí.
―Hey —dice simplemente―. ¿Dónde has estado? ―Él está usando su
chaqueta del equipo universitario y su cabello todavía está mojado por la
ducha.
―Estoy aquí mismo ―le digo. Estoy tratando de sonar amable, pero
también estoy un poco molesta.
No puedo pensar en otra cosa que llegar a Cam.
―Tú nunca me enviaste un mensaje de vuelta anoche ―dice Brody.
―Perdón. ―Me distraigo sin dejar de mirar a Cam, ya que esas mariposas
son espeluznantes.
Él se inclina y agarra una, dándole vueltas en su mano.
Brody sigue mi mirada.
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―Ahh ―me dice―. Así que Raine está invitando a Cam para ir al baile, ¿eh?
En ese momento, Raine llega caminando por el pasillo, vestida toda de
negro. Falda negra corta con capas, medias negras, camisa negra
ajustada y altos tacones de aguja negros.
Ella pone sus manos sobre los ojos de Cam, y cuando él se voltea, ella
recoge la mariposa grande de papel que estaba tendida en el suelo. La
desdobla y deja a Cam leer las brillantes letras blancas que,
probablemente, dicen:
―¿CAM, vas a ir al baile conmigo?
Cam sonrió, envolviendo sus brazos alrededor de ella. Si no lo conociera
mejor, pensaría que de verdad quería ir al baile con Raine.
―Yo siempre pensé que eso era tonto ―dice Brody, observándolos—. ¿Por
qué todo el mundo tiene que ir a por todas sólo para invitar a alguien a un
estúpido baile? Es una locura.
―No lo sé ―digo, mi boca seca. Lamo mis labios, tratando de no dejar a
Brody ver cómo temblaban por todas esas mariposas. Esto se está
volviendo real, y raro, y un fuerte sentimiento de temor que nunca había
sentido antes se posa en mi estómago. Me hace estar casi segura de que
algo realmente, realmente malo está a punto de suceder.
―Y además ―Brody dice―. ¿Por qué las chicas tienen que invitar a los
chicos? Llámame anticuado, pero creo que el chico siempre debe hacer
la invitación.
Todavía estoy mirando a través del pasillo hacia donde Raine ha envuelto
sus brazos alrededor de Cam, y él tira de ella acortando el espacio. Mis
ojos se cierran sobre él, pero rápidamente miro hacia otro lado antes de
que Brody o Raine puedan atraparnos mirando el uno al otro. Odio que
Cam este con Raine. Y mucho de ello ni siquiera tiene que ver con las
cosas espeluznantes que ella está haciendo.
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―¡Ho-la! ―Brody está diciendo―. ¡Tierra a Natalia!
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Bruja o no, eso no cambia el hecho de que el chico que me gusta tiene sus
brazos alrededor de alguien más.
―Lo siento ―digo, sacudiendo la cabeza y tratando de salir de ello. Le doy
la espalda a Raine y a Cam y le sonrío a Brody―. Estoy escuchando.
―¿Estás escuchando?
―Sí.
―¿Estás segura? ―Él se apoya en mi taquilla y me da una sonrisa burlona. El
realmente es caliente. Busco en su rostro para detectar cualquier signo de
maldad, algo en sus ojos que me lleven a creer que tiene algo que ver con
la locura que está pasando. Pero no hay nada.
―Positivo.
―Entonces, ¿vas a decirme por qué no me escribiste de regreso anoche?
Algo me dice que la verdad, estaba tan aniquilada después de mi
conversación con Cam en el bosque y mi espeluznante texto de Derek que
Acabé solo quedándome dormida después de que Cam me llamó, no se
va a cortar. Así que en lugar sólo digo:
―Lo siento, me quedé dormida muy temprano ayer por la noche.
Empezamos a caminar hacia mi salón de clases, y Brody tomo mis libros
fuera de mis manos. Por primera vez, empiezo a preguntarme si toda esta
cosa de ser un caballero que él puso en marcha es sólo un acto.
―Entonces, ¿quieres ir al baile conmigo? ―pregunta Brody, mientras
navegamos a través de los cuerpos que nos rodean. La sala junior, que era
tranquila hace sólo un segundo cuando todo el mundo vio el espectáculo
que Raine y Cam estaban poniendo, ahora está llena de actividad y de
risa, todos corriendo para llegar a donde tienen que ir antes de que suene
la campana.
―¿Qué pasa si lo tenía? ―pregunto, decidiendo burlarme de él un
momento.
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―Sí, conmigo ―él dice―. De ahí la pregunta “¿Quieres ir al baile conmigo?”
A menos que... oh, lo siento, Natalia, ¿tenías algún tipo de plan elaborado
para invitarme?
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―¿Contigo?
―Entonces todavía puedes seguir adelante con el ―me dice―. De hecho,
creo que deberías hacerlo. Me encanta. Algo real y grande, que todo el
mundo estaría hablando sobre ello al día siguiente.
―Eso está bien ―digo, Dando un gran suspiro falso―. Sólo voy a tener que
guardarlo para la próxima vez.
Cancelaré el cuarteto cantante.
―Natalia ―dice, fingiendo estar irritado conmigo―. ¿Estás tratando de
robar la idea de alguien más? Chelsey Simmons hizo eso el año pasado.
―Atrapada ―digo, chasqueando los dedos―. Maldición. Y yo estaba tan
ansiosa por ello, también.
―Estoy seguro de que lo estabas. ―Llegamos a mi salón de clases, y
extiendo la mano, tomando mis libros de él―. Entonces, ¿quieres ir? ―me
pregunta. De repente, se ve nervioso, como si no estuviera seguro de que
voy a decir que sí. No me atrevo, recordando lo que dijo Cam sobre no
confiar en Brody. Pero no estoy convencida de que Brody tiene algo que
ver con esto. E incluso si lo tiene, ¿qué se supone que debo hacer? Evitarlo
sólo va a ser raro.
Además, si Cam va al baile con Raine, entonces yo tengo derecho a ir con
Brody.
―Por supuesto ―digo sonriendo―. Por supuesto que quiero ir al baile
contigo―. Y mientras digo las palabras, me doy cuenta de que son
verdad.
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Después de la escuela, Adrianna y yo vamos de compras por vestidos para
usar en el baile. La invité a ir en el almuerzo, sobre todo porque me agrada
Adrianna, y también porque yo sólo quería hacer algo normal para un
cambio. Cam ha estado extraño todo el día, ignorándome en la sala de
estudio y en los pasillos. Y aunque sé que él dijo que no es una buena idea
que nadie nos vea juntos, es sólo que... No sé. Creo que estoy más molesta
al respecto de lo que debería.
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***
―¿Qué tal este? ―pregunta Adrianna, tirando a la longitud del piso un
vestido estilo sirena del estante y sosteniéndolo arriba.
―Eso parece un vestido de fiesta ―digo, haciendo una mueca y moviendo
a través de un montón de sencillos vestidos negros, en busca de mi talla.
―¡Bueno, no puedes no encontrar algo que te guste! ―dice ella―. Hemos
visto todo.
―No todo ―digo, señalando a los tres vestidos que están en mis brazos―.
Voy a probar con estos. Y, además, no puedes hablar. A menos que
quieras probarte algo.
―Quiero ―dice ella, nostálgicamente pasando su mano sobre la parte
superior de un vestido de color lila―. Pero primero necesito una cita.
Entonces consigo un vestido.
Adrianna quiere invitar a este chico Lancaster al baile, pero tiene miedo de
que si compra un vestido antes de que ella le pregunte, va a traerle mala
suerte. Y después de todo lo que está pasando con Raine y su loca cosa
vudú, ¿quién soy yo para decir que está mal? Además, Adrianna era
bastante agradable para venir de compras conmigo a pesar de que ni
siquiera estaba pensando en comprar nada.
Me dirijo al vestidor y cambio mi ropa escolar por un magnifico vestido
carmesí intenso, con delicados hilos brillantes corriendo a través del
corpiño.
La falda es acampanada y corta, y la parte superior tiene tirantes finos,
pero el color hace que el vestido parezca más de otoño que verano.
―¡Este es! ―digo, abriendo la puerta del vestidor.
―Oh, Natalia ―dice Adrianna aplaudiendo―. Te ves increíble.
―¿Tú crees?
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―Ni siquiera me voy a molestar en probarme los otros dos. ―Tampoco me
molesté en decirle que estoy un poco más interesada en que a Cam le
guste el vestido que a Brody. Me cambié de regreso a mi ropa, y Adrianna
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―A Brody le va a encantar.
y yo bromeamos alrededor mientras esperamos en la fila de la caja
registradora, pintando nuestros meñiques con las muestras de un exhibidor
de esmalte para uñas. Ha pasado un tiempo desde que he tenido algún
buen período de vinculación de chica con alguien que no sea mi madre, y
estoy pasando un buen rato.
―¿Deberiamos tomar un café o algo? ―le pregunto en nuestro camino
fuera de la tienda.
―Definitivamente ―dice Adrianna―. Y luego, ¿quieres ir a la tienda de
fiesta?
―¿Significa esto que vas a invitarlo? ―pregunto, mirándola por el rabillo de
mi ojo. No, Adrianna simplemente no va a comprar un vestido hasta que
invite a Lancaster, todavía ni siquiera sé si ella tiene el coraje de
preguntarle en primer lugar. Ellos son una especie en diferentes círculos
sociales, pero, por lo que Adrianna dice, llegaron a conocerse un poco
cuando fueron emparejados en un proyecto de estudios sociales a
principios de año.
―No lo sé ―dice ella, metiendo la mano detrás de su oreja―. Pero no hay
nada malo en tratar de obtener ideas sobre cómo haría para invitarle. Ya
sabes, por si acaso. ―Ella se muerde el labio―. ¿Cierto?
―Bien ―le digo―. Y no te preocupes, yo te ayudo. Va a ser divertido.
Pero cuando llegamos al café, hay una enorme fila que serpentea fuera
de la puerta y en el centro comercial. Puedo decir que Adrianna esta
poniéndose un poco inquieta, probablemente porque ella está ansiosa por
llegar a la tienda de fiesta y empezar a tratar de encontrar una manera
linda para invitar a Lancaster al baile.
―Por qué no te adelantas ―le digo―. Yo conseguiré los cafés y me reuniré
contigo allí.
Me mira agradecida, pidiéndome que le ordene un mocha latte, y luego
se va. Me ubico en la fila, inhalando el aroma del café y de los pasteles
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―Por supuesto.
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―¿Estás segura?
recién horneados, disfrutando el hecho de que estoy aquí, en el centro
comercial, de compras con una nueva amiga.
Mi teléfono vibra con un mensaje, y lo saco de mi bolso. Brody.
―¿Encontraste algo bueno?
Le escribo de vuelta.
―Creo que sí.
―¿De qué color?
―Rojo.
―¡Caliente! No puedo esperar para la cita.
―¿Algo gracioso? ―pregunta una voz familiar, y al darme vuelta, la
sonrisa inmediatamente cae de mi cara. Derek. Él está de pie allí, con las
manos en los bolsillos y una expresión de aburrimiento en su rostro. Hago lo
que dice mi primer instinto. Y eso es correr. Pero a medida que me vuelvo y
empiezo a huir, él agarra mi brazo.
―No me toques ―le digo, retorciéndome para liberarme. Un par de
personas se volvieron para mirar, y me acordé de la otra noche, cuando
Raine y yo tuvimos que salir de la tienda del Coach.
―De acuerdo, de acuerdo ―él dice, levantando sus brazos―. Relájate. Sólo
quiero hablar.
―Sigues diciendo eso. ―Cruzo los brazos sobre mi pecho, esperando―. Así
que si quieres hablar, habla.
Él suspiró.
―Quiero decir que lo siento.
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―Sí, lo siento. ―Él mira hacia una de las mesas en frente de la cafetería, y
dice en voz baja―: ¿Podemos sentarnos?
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―¿Lo sientes?
Pienso en ello. Cada fibra de mi ser está diciéndome que me aleje de él,
pero sé que si corro, él sólo va a seguir molestándome.
―Si hablo contigo, entonces ¿me dejaras en paz?
―Sí ―me dice, y luego, al ver la mirada escéptica en mi cara, añade―: lo
prometo.
―No es que tus promesas signifiquen algo ―murmuro, siguiéndolo a una de
las pequeñas mesas de hierro forjado en frente de la cafetería.
―Entonces, ¿cómo estás? ―me pregunta una vez que estamos sentados.
―No ―digo, sacudiendo mi cabeza―. Sin pequeña charla. Di lo que
necesitas decir.
―Bien. Lo siento por cómo terminaron las cosas ―dice―, y lo siento por lo
que hice. Nunca quise hacerte daño.
―Así que, ¿estás admitiendo que inventaste todos esos rumores sobre mí?
― Cuando todo se vino abajo en mi antigua escuela, y todos los rumores
se pusieron en marcha, Derek negó que él le hubiera dicho a todos que
tuvimos sexo, o todas las otras cosas repugnantes que él dijo que hicimos.
Incluso cuando las chicas de mi escuela me empezaron a llamar una zorra
y una puta, aún cuando mis amigos se volvieron contra mí, él todavía lo
negó. Así que, tal vez oírle admitirlo por primera vez resulta sorprendente.
―Sí ―dice. Moviéndose en su silla―. Y lo siento.
―Disculpa no aceptada. ―Tengo ganas de llorar, pero si Derek cree que
voy a romperme y tener algún tipo de crisis en el centro comercial, está
mal. Siempre he tenido rabietas por él y por lo que pasó en privado en mi
antigua escuela, y eso no va a cambiar ahora―. ¿Eso es todo? ―le
pregunto, poniéndome de pie.
―¿Ese tipo que estaba contigo el otro día? ¿Es tu novio?
―¿Qué tipo?
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―Entonces, ¿qué más?
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―No.
―¿El único en el estacionamiento?
―No ―digo―. Él no es mi novio. No es que sea asunto tuyo si lo fuera.
―¿En serio? ―Sacude la cabeza y se inclina hacia atrás en su silla,
enganchando su brazo en el espaldar―. Porque parecía que él realmente
se preocupaba por ti. Mucho más que como otro instrumento.
Me toma un segundo darme cuenta de quién está hablando. Brody. La
semana pasada cuando fuimos a desayunar.
―Sí, bueno, ahora que has dado tu opinión sobre mi vida amorosa,
supongo que me voy.
Me cuelgo el bolso sobre el hombro y miro hacia la cafetería.
―Gracias por hablar conmigo, Natalia ―me dice―. No voy a molestarte
más.
―Sí ―digo―. Lo creeré cuando lo vea. ―Me doy la vuelta para irme, y por
un segundo, creo sentirlo agarrar mi bolso para tirar de mí hacia él. Pero
cuando me doy la vuelta, todo lo que veo es su espalda, alejándose de mí
por el pasillo.
Adrianna y yo pasamos una hora en la tienda, y cuando salimos, no
estábamos ni cerca de dar con una buena manera para que ella le
pidiera a Lancaster llevarla al baile. Hago todo lo posible para olvidarme
de que acaba de ir abajo con Derek, e intentó divertirme jugando con los
objetos que hacen ruido, difícil con las boas y tiaras, y las selección de las
invitaciones que nos gustaría para nuestras bodas.
Solamente me acomodó con mi libro de matemáticas y un episodio DVD'R
de Glee cuando Cam me llamó.
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Mi madre está en el trabajo, así que pido una pizza mientras estoy
esperando para que venga, me cambió a mis pantalones de pijama más
cómodos, una camiseta y mi sudadera gris.
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Cuando llegué a casa, colgué mi ropa nueva en el armario, dejando que
mi mano se deslizara por la parte delantera de la falda. Es realmente
magnífica, y tengo una especie de ganas de estar en el baile con Brody.
—Hey —dice.
—Hola. —Su voz hace escoger mi corazón.
—¿Qué estás haciendo? —Me pregunte que sí le decía lo que estaba
haciendo realmente le haría pensar que soy un fenómeno, pero entonces
decidí que realmente no tenía nada que perder.
—¿Honestamente? Estoy viendo Glee y esperando para que llegue mi
pizza.
Suena el timbre.
—Suena cómo que está ahí —dice Cam.
—Eso fue rápido —digo, levantándome del sofá—. Cada vez que pido de
este lugar ellos nunca...
Abro la puerta, y Cam está de pie en la puerta de mi casa.
—Hola —dice, en el lado de su boca aparece en una sonrisa.
—¿Qué estás haciendo aquí? —digo, cerrando el celular.
—He venido a verte. ¿Puedo entrar?
—Por supuesto. —Me muevo a un lado y da un paso dentro.
Y entonces, antes de que sepa lo que está sucediendo, se vuelve hacia mí,
me tira hacia él y me besa. Está vez, me dejo llevar. No lo detengo. Me
inclino, y sus labios se sienten asombrosos y adecuados. El beso es
perfecto. Y cuando finalmente me alejo, tengo que recuperar el aliento.
—Hola —dice de nuevo, su frente contra la mía.
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El timbre suena de nuevo, y está vez realmente es la pizza, así que me
arrastro a mí misma lejos de Cam para contestar. Tomo algunos platos y
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—Hola —digo, todavía un poco sin aliento. Nos quedamos así durante unos
segundos, mi corazón palpita tan fuerte que temo que va a ser capaz de
escucharlo.
servilletas de la cocina, y traemos la caja a la sala de estar y nos instalamos
en el sofá.
Abre la pizza y deslizo una rebanada en un plato de plástico.
—Pepperoni y salchicha —dice, sosteniéndola hacia fuera para mí y
asintiendo con la cabeza en señal de aprobación—. Muy buena.
—Es mi favorita. —Tomo el plato de él inhalando el aroma de queso y
especias italianas.
—Me parece que la mayoría de las chicas tienen miedo de la salchicha.
—Yo no. —Tomo un sorbo de mi soda—. Así que, ¿qué pasa? —preguntó.
—¿Estás bien? Después de esta mañana, con las mariposas negras... Eso
fue...
—Lo sé —dice repentinamente serio—. Era espeluznante, ¿no? —Se pone
dos rebanadas de pizza en su plato.
—¿Has hablado con Aiden desde ayer? —pregunto.
—No. —Se encoge de hombros—. No estoy seguro de que hacer. No sé
cuánto le dijo Becca, o cuánto saben sobre mí.
—Sobre nosotros.
—Me gusta cuando nos llamas nosotros —dice, sus ojos se encuentran con
los míos. Él se acerca a mí en el sofá.
Apartó la mirada, de pronto incómoda. Sí, ése beso fue increíble. Pero,
sinceramente, la única razón por la que ocurrió fue porque me tomó por
sorpresa y perdí mi autocontrol.
—Él me lo pidió.
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—¿Invitaste a Brody al baile? —pregunta Cam, cómo sí estuviera
leyéndome la mente.
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No puedo estar besando a Cam. ¿Puedo? Toda esta relación secreta es
confusa, especialmente ya que se supone que debo ir al baile con Brody.
—¿Vas?
—¿Vas tú con Raine?
—Tú sabes que...
—Sí. —Pone su pizza abajo y me mira seriamente.
—Al menos estamos juntos en esto.
Sonrío.
—Me gusta cuando nos llamas nosotros.
Pasamos el siguiente par de horas comiendo pizza, viendo Glee (Cam
nunca lo había visto, y a pesar de que estaba tratando burlarse, creo que
secretamente le gustaba.) Cuando camino con él hacia la puerta, es un
poco antes de las once.
—¿Cuándo te veré de nuevo? —pregunta, saliendo al parcho.
—Mañana en el instituto.
—Eso no es lo que quise decir.
Dudó.
—¿Pensé que la gente no se suponía que no debía vernos juntos?
—¿Quién nos va a ver en tu casa está tarde? Además, me estacione dos
calles más allá.
—Eres tan encubierto —digo. Da un paso hacia mí, y cuando me
besando está vez, me deje ir incluso más que antes y cuando nos
alejamos, por un segundo casi me permito creer que podríamos estar
juntos.
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Cuando se va, me instalo en la mesa de la cocina.
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Lo miro por la ventana, bloquea a través de mi jardín del frente y por la
calle.
Tengo por lo menos una hora de tarea de matemáticas olvidadas antes de
poder ir a dormir.
Mientras saco mi libro de mi bolso, una pequeña, caja de regalo envuelta
cae sobre el suelo.
Me inclino hacia abajo y la cojo hacia arriba, pasando la mano por la
cinta blanca. ¿Qué él...? ¿Acaso Cam me dejó un regalo? No, creo,
estuve con él todo el tiempo.
¿Brody? Podría ser.
Y entonces la respuesta me golpeó cómo un disparo. Derek. Cuando
pensé que agarró mi bolso, él debe haberlo deslizado ahí dentro.
Por un segundo, me debato simplemente tirarla a la basura. Pero en
cambio, deslizo mi dedo debajo de la cinta, a mitad de camino espero
que explote o dispare agua o algo.
Pero es sólo una pieza de joyería. Un collar, con una delicada cadena de
plata.
Lo saco de la caja, tratando de obtener un mejor visión del encantó del
acabado.
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Y cuando lo hago, se me hiela la sangre. Es una piedra tallada en forma de
una mariposa blanca.
Campbell
Traducido por Daffhein
Corregido por MaryJane♥
N
i cinco minutos pasaron desde que dejé la casa que Natalia me
llamó.
—¿Me extrañas? —pregunto. Pero cuando escucho su voz sé que
algo está realmente mal. Empieza a contarme acerca de un extraño
colgante de una mariposa que encontró en su bolso y que quizá es de
Derek y de como él podría conocer a Raine y acerca de cómo ella
apenas puede mantener sus pensamientos rectos.
—Estoy volviendo —digo luego de que ella termine.
—Cam, no. Yo solo...yo probablemente sólo estoy siendo una bebé —dice.
—No me importa, estoy yendo. —Giro mi auto en una U mientras digo las
palabras.
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—Sé honesta, tú pusiste este colgante de mariposa, o lo que sea que sea,
solo para poder verme de vuelta ésta noche —digo, mientras camino
hacia ella.
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—Dame dos minutos. —Cuelgo el teléfono y trato de calmar mis
deshilachados nervios. Desde que Natalia llegó a la escuela, todo ha sido
como una montaña rusa. Hacia arriba y hacia abajo. Arriba y abajo. Hace
un rato estaba en el séptimo cielo, con Nat, abrazándola, besándola.
Y entonces algo extraño siempre debe suceder. No es su culpa, lo sé. Pero
no entiendo por qué tiene que ser tan duro. Estaciono el auto frente a su
casa, y ella ya está esperándome sentada en los escalones delanteros,
luciendo hermosa y perdida.
Ella tiene sus brazos alrededor de sus piernas y el mentón sobre las rodillas,
luciendo como una niña pequeña. Es muy adorable.
—No. Y no es divertido. —Ella sonríe de todos modos.
―Déjame verlo.
—Ni siquiera quiero tocarlo.
—¿Dónde está?
—Ya en su caja, cerca de la puerta delantera.
Abro la puerta de malla y la caja está ahí. Me dan escalofríos de sólo
mirarla.
—Wow. —Intento reír, moviendo mi cabeza como si fuera algo estúpido
que su ex fuera a hacer, pero tengo este malestar en mi estómago,
exactamente como el que sentí esta mañana cuando abrí mi
casillero. Abro la caja y miro el collar. Tengo que admitirlo, es hermoso en
cierta manera. Es como que si una parte de mí estuviera celoso de que no
haya sido yo quien se lo comprara. ¿Él siquiera lo compró? Tal vez el
chiflado lo hizo él mismo en su taller de mazmorra psicópata. Sacudo la
cabeza.
— ¿Qué? —dice.
Miro hacia abajo, hacia ella, sosteniendo la caja en mis manos.
—Nada. Sólo estoy un poco falto de palabras.
—Estoy asustada, Cam.
—No lo estés. No es nada.
—Sólo estás estresada. —Me siento al lado de ella y coloco la caja a mi
lado.
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—Tengo el presentimiento de que algo malo va a ocurrir. Y no puedo
hacer que desaparezca.
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Pero eso es una mentira, y ambos lo sabemos
—¿Es un mensaje hacia mí? —pregunta, señalando con la cabeza a la
caja.
—¿Cómo sabe Derek acerca de las mariposas?
—Quizá no fue él quien la puso en tu bolso. Quizá fue…Brody. O Raine.
—No fue Brody.
Le echo un vistazo. Se inclina hacia mí.
—Yo realmente no creo que él tenga algo que ver con esto.
Y no es porque me guste. Yo sólo…yo siento que él es una buena persona.
—Sí, Brody es un gran tipo, de acuerdo. Especialmente desde que él les
hace calzón chino a los chicos JVP.
—No es Brody —dice.
―No estuvo cerca de mi bolso hoy. Y tampoco Raine. Fue Derek.
Suspiro y me levanto.
—De acuerdo. Entonces hagamos algo al respecto.
—¿Hacer algo?
—Sip. Vamos, levántate. Estoy harto de sentarme y esperar a que todos se
muevan. Necesitamos tomar el control.
—¿Qué, como un drive-by?
Me río.
—No, no como un drive-by. Más bien como una operación de vigilancia.
—Cam, no quiero ir a ningún lado. Es tarde y estoy asustada.
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—Sabes dónde vive el tío, ¿no?
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—No. De ninguna manera. —Niega con la cabeza como si le hubiese
dicho que invite a Derek y a Raine a unírsenos a un campamento de fin de
semana, a un viaje con nosotros.
—Te protegeré.
Ella se suaviza un poco.
—¿Cómo?
—Nadie va a lastimarte mientras yo esté cerca. Lo prometo.
Ella me cree. Tal vez porque lo digo enserio.
―Bien —dice, finalmente.
—Genial. Vámonos.
***
Derek vive en la ciudad cerca de la calle principal, en una zona un poco
más peligrosa que la mayoría de la gente que conozco que van a Santa
Anna. Lo cual es probablemente el por qué él no va a Santa Anna. Pero la
calle está tranquila a ésta hora de la noche y yo me estaciono lo
suficientemente lejos como para que no seamos vistos aún si él estuviera
espiándonos desde su ventana. Pero la casa está sumida en oscuridad.
—Pareciera que hasta los psicópatas necesitan un tiempo para dormir —
bromeo mientras apago el auto.
—Qué gracioso.
Natalia tiene el brazalete en sus manos y lo examina intensamente en la
semi-oscuridad.
—¿Crees que ésto costó mucho? —pregunta.
—No lo sé. —Me siento y miro hacia la casa en oscuras y al auto vacío en
la entrada de autos.
—¿Ese es su auto?
—¿Ese auto fue testigo de mucha acción entre ustedes?
Página
—Mmmhmm.
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Ella mira y asiente.
Ella se sobresalta.
—Eso no es...
—Lo siento —digo rápidamente, sintiéndome horrible—. Mala broma.
—Una terrible. Y no, para tu información, ese auto vio muy poca acción.
Todo lo que realmente hacíamos era besarnos.
—Si no te importa que pregunte… ¿por qué demonios estabas saliendo
con ese tipo en primer lugar?
Ella sigue jugando con el maldito collar mientras me responde y quiero
decirle que deje de tocar esa cosa. Aunque no estoy seguro de por qué
quiero decirle que deje de hacerlo, así que no le digo nada.
—Es extraño. Quiero decir, toda la relación con Derek lo era. Él no era mi
tipo. Era muy divertido pero siempre estaba metido en problemas en el
colegio, siendo expulsado por holgazanear o algo. —Se detiene un
momento—. Pero vi algo en él. Era más que todo eso, mucho más que un
loco alborotador. Al menos, pensé que lo era.
—¿Todavía lo crees ?
—No. Sólo salimos un mes y entonces él comenzó a actuar como aburrido
y distante. Parecía que no se divertía más, por lo menos no conmigo. Yo ya
había decidido romper con él cuando escuché los primeros rumores. —
Aprieto los dientes. Una parte de mí está considerando seriamente en
llamar a la puerta de este tipo, arrastrarlo fuera y golpear su culo, aquí y
ahora.
—Al principio era sólo miradas extrañas y gente riendo mientras caminaba
por los pasillos. Pensé que sólo estaba siendo paranoica. Pronto todo
acabó y estaba recibiendo mensajes en Facebook diciendo que era una
puta.
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—Cosas asquerosas. Le dijo a todo el mundo que yo estaba siendo
demasiado pervertida y que eso lo asustó completamente. Que yo
estaba... —Hizo una mueca.
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—¿Qué dijo él que hiciste?
—No tienes que decirlo. —Aprieto el volante con tanta fuerza que mis
nudillos se tornan blancos—. Debería haberlo golpeado el otro día cuando
se te acercó en el estacionamiento del colegio.
—No. —Ella me miró.
—No quiero que te metas en peleas por mi culpa. Además, pienso que
Derek puede defenderse bien por sí solo. Solía tomar lecciones de boxeo.
—No tendrá la oportunidad de boxear si yo lo estampo contra una pared
primero.
—Cam. Por favor. —Ella coloca su mano contra mi hombro y me relajo.
—Lo siento.
—No, está bien. Me gusta un poco que te pongas todo protector.
Me quedo mirando el auto. Al maldito auto vacío en la entrada.
—Tal vez no pueda golpearlo, pero puedo hacer algo. —Abro la puerta del
auto pero ella me detiene.
—Espera, ¿qué estás haciendo?
—Estoy irrumpiendo en su maldito auto. A la mierda.
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Me apresuro a cruzar la calle, con un paso ligero. Cuando alcanzo el
camino de entrada, actúo como si viviera allí y tuviera todo el derecho a
hacer lo que estoy haciendo. Lo último que necesito es actuar todo
sombrío y ser descubierto por un curioso vecino. Intento con la puerta del
auto. Bloqueada. Sin embargo, la ventana está entreabierta, así que paso
mi mano a través, suavemente empujando hacia abajo hasta que la
ventana comienza a bajar lentamente. Finalmente puedo conseguir
dónde impulsar mi brazo, por suerte tengo brazos largos. Alcanzo el final
hasta abajo y encuentro la cerradura, y abro la puerta. Todo el proceso
me lleva tal vez un minuto. Divertido, pienso. Solía quejarme tanto por
23
Me alejo y ella me llama. Pero estoy real definitivamente determinado a
hacer algo acerca de éste idiota. Averiguar qué está planeando. No estoy
seguro de si va a haber algo incriminatorio en su auto pero si no, tal vez lo
hay en su casa.
ayudar a mi padre en su negocio de cerrajería. ¡Pero aquí estoy, poniendo
todo mi conocimiento de tan buen uso! Papá estaría orgulloso. Me deslizo
en el asiento delantero de Derek. Huele a colonia y a hamburguesas de
queso. Tal vez eso se debe a la bolsa de McDonald’s en el suelo del lado
del pasajero. Está tan oscuro que estoy teniendo problemas aún sabiendo
dónde mirar, pero me doy cuenta de que la guantera es siempre una
apuesta segura. Así que la abro y saco el premio gordo casi
inmediatamente. Una cámara digital. La agarro y la enciendo, la batería
sigue funcionando. Mi corazón late aceleradamente. Giro a mi alrededor y
compruebo para asegurarme de que nadie me está mirando. Hasta
ahora, no hay moros en la costa. Veo la parte delantera de mi auto, pero
el parabrisas está oscuro y es imposible saber si Natalia está allí.
Probablemente está enloqueciendo, pero necesito hacer esto. Una vez
que la cámara está encendida, encuentro la manera de entrar en las
fotos. Y cuando veo lo que hay allí, casi me siento desfallecer. Una ola de
incredulidad me golpea como un ciclo a través de los cientos de disparos.
—Jesús.
Esto es peor que ese estúpido colgante de mariposa. Mucho, mucho peor.
Meto la cámara en mi bolsillo, luego cierro de golpe la guantera y subo la
ventana. Trato de pensar en si hay o no hay alguna manera de que se dé
cuenta que estuve aquí, pero no lo creo. Casi no toqué nada del auto. La
evidencia estaba allí, sentada en la guantera.
—Idiota —susurro. ¿Pero es sólo un idiota? Parece que hay mucho más en
él que eso. Me apresuro en volver a mi auto y entro en él. Natalia está
blanca como un fantasma.
—¡No puedo creer que me hayas dejado así! —dice ella—. Y ¿en qué
diablos estabas pensando irrumpiendo en su auto?
Le doy una mirada de soslayo.
Página
—Pero ¿y si lo hubiera hecho? ¿Y si te pillaban? ¡Podríamos haber ido a la
cárcel!
24
—Hey, relájate, nada salió mal —digo, girando la llave en el encendido y
me alejo lo más posible de la escena.
―El punto es, nadie fue atrapado, Natalia.
—Estás tan loco como todos los demás —dice, mirándome con asombro.
—No lo creo. De hecho, estoy malditamente seguro que tu viejo amigo
Derek encabeza la lista en este momento.
—¿Viste algo?
Digo que no con la cabeza.
―Dime, Cam.
―Tienes que tratar de calmarte.
―Sólo...dime.
Suspiro.
―Bien. Pero prepárate porque es malo.
―Entendido.
―Encontré una cámara en su guantera.
Natalia gime.
―Oh, Dios.
Página
25
La sostengo mientras espero el desmayo.
Natalia
Traducido por Gisse
C
Corregido por Maia8
am está sosteniendo la cámara hacia mí, y yo la tomo, con mis
manos temblando. Me desplazo por las fotos una por una. Yo,
fuera de la escuela. Raine, caminando en el estacionamiento de
estudiantes con Teri y Becca. Brody en la práctica de fútbol. Yo y Adrianna
en el centro comercial.
—Ese imbécil —digo—. ¡No puedo creer que me siguió hasta el centro
comercial!
—¿Él te siguió?
—Sí. —Sigo desplazándome—. Debe haberlo hecho. Creí que era raro que
apareciera allí, pero... —Continúo—. ¡Jesucristo! —Tomo una respiración
profunda. Esto sólo ha pasado de ser un poco espeluznante a completa y
totalmente psicótico y aterrador—. Creo que deberíamos llamar a la
policía.
—¿La policía? ¿Y decir qué?
—Um, ¿que mi loco exnovio ha estado tomando fotos de vigilancia
espeluznantes de nosotros?
—Tal vez —me dice.
—¿Sólo qué?
Página
—No lo sé. —Se encoge de hombros—. Es que... —Se calla, mirando a
través de la ventanilla del coche hacia la casa de Derek.
26
—¿Tal vez? ¿No crees que esto cruce la línea? —Le tiendo la cámara de
nuevo, como si de alguna manera borrara lo que hay en ella.
—Mira, sé que probablemente suena loco, pero me da la sensación de
que si vamos a la policía, ellos no van a ser capaces de ayudarnos.
—Eso es ridículo. —Saco mi teléfono celular—. Por supuesto que serán
capaz de ayudarnos. ¿No es así? Quiero decir, son la policía. Se supone
que deben estar allí para ayudar. De hecho, esta es exactamente el tipo
de situación en la que se debe llamar a la policía.
—Aunque...
Cam tiene un poco de razón. Quiero decir, ¿qué diría? ¿Que mi exnovio
me regaló un collar raro? Eso no es un crimen. Y seguirme y tomar fotos de
mí, pero ¿cómo podría probar que esta es la cámara de Derek? E incluso si
pudiera probar que es la cámara de Derek, ¿cómo voy a decir que la
tengo? Cam entró en el coche de Derek, y estoy segura que la policía
estaría muy interesada.
Antes de que pueda decidir qué hacer, la puerta de la casa de Derek
empieza a abrirse.
—Al suelo —dice Cam, y los dos nos estrujamos en el asiento delantero.
—¿Por qué no nos estacionamos a la vuelta de la esquina? —pregunto.
—¿De verdad quieres estar caminando por ahí en la oscuridad, expuesta?
Él diciendo la palabra “expuesta” rompe el estado de ánimo sombrío y me
dan ganas de reír. Debe ver la mirada en mi cara, porque se acerca y
pone un dedo a los labios.
—Shhh —me dice.
Escuchamos el sonido de un coche arrancando, y Cam levanta la cabeza
y mira a escondidas a través del parabrisas.
Página
—¿Quién es? —pregunto. Una chica de aspecto familiar con el pelo rubio
blanco está caminando por la calzada de Derek. Se mete en un sedán
negro que está aparcado en la calle, entonces lo arranca y se aleja.
27
—¿Qué carajo? —Me siento un poco demasiado, mirando por encima del
salpicadero.
—Es la hermana de Brody —dice Cam, mirándome y sin ni siquiera tratando
de evitar el “Te lo dije” del sonido de su voz.
—¿La hermana de Brody? —digo—. ¿Qué carajo? Creía que estaba en
rehabilitación.
—Yo también. —Se pone en marcha el coche.
—¿Qué estamos haciendo? —pregunto.
—La estamos siguiendo.
***
Veinte minutos más tarde, vemos como la hermana de Brody aparca su
coche en la entrada de la casa de Brody. Apaga el motor y entra en el
interior, apagando las luces exteriores después de que cierra la puerta.
—Bueno, eso fue un poco decepcionante —digo.
—¿Qué? —Cam está mirando por la ventana, distraído.
—Creí que iba a ser una persecución a alta velocidad o algo así. —Estoy
bromeando, pero Cam no piensa que sea gracioso.
—Creo que el que la hermana de Brody venga de la casa de Derek es un
poco más peligroso que una persecución a alta velocidad. —Él está
mirando hacia el frente, su boca compuesta por línea recta, y su tono un
poco duro.
—¿Estás enojado conmigo? —pregunto.
De repente, estoy agotada. Apoyo la cabeza en el asiento y cierro los ojos
mientras Cam sigue conduciendo por la calle de Brody. Voy a la deriva
Página
—Bien —digo—. Brody podría estar metido en esto de alguna manera. —
No quiero creerlo, pero ver a la hermana de Brody salir de la casa de Derek
es un poco difícil de ignorar. Pienso en ese día con Brody en Harvard
Square, cómo nos encontramos con su hermana y cómo los dos se vieron
en una especie de lucha.
28
—No —me dice con un suspiro—. Lo siento, yo sólo... Estoy estresado. Y me
gustaría que admitieras que Brody podría estar metido en esto de alguna
manera.
durante unos segundos, porque lo siguiente que sé es que Cam está
virando hacia una estación de servicio veinticuatro horas.
—¿Deberíamos parar aquí? —pregunto adormilada—. ¿Y si alguien nos ve
juntos?
—Es más de medianoche —dice Cam—. Y, además, no tengo suficiente
gasolina para llegar a casa. —Apaga el coche y desabrocha el cinturón
de seguridad, a continuación, abre la puerta y se dirige hacia las bombas.
Saco el collar de la mariposa blanca de mi bolsillo y me siento allí durante
un tiempo, mirándolo, mi mente corriendo con todo lo que ha ido esta
noche. Después de un par de minutos, un coche aparca en la bomba en
frente de nosotros, y Becca se sale. Mierda. ¡Becca!
¿Qué diablos está haciendo aquí?
Trato de hundirme en mi asiento, pero antes de que pueda, se da la vuelta
y nuestros ojos se encuentran a través del parabrisas. Veo la cara de
sorpresa que cruza su rostro, pero luego me da una sonrisa maliciosa y se
pasea sobre el coche de Cam.
—Bueno, bueno, bueno —me dice a través de la ventana abierta—. ¿Pero
qué están haciendo estos dos niños locos?
—¿Cómo está tu cara? —pregunto.
Ella sólo sonríe, y Cam, probablemente al oír nuestras voces, viene
alrededor de la parte posterior donde ha estado bombeando el gas.
—Hola, Becca —le dice. No suena nervioso en absoluto—. Natalia y yo
estábamos simplemente pasando el rato en casa de Brody, y él tenía que
hacer deberes, así que me ofrecí a llevarla a su casa.
Esa no es exactamente la mejor historia que contar, ya que estoy segura
de que si Becca se lo dice a Raine, Raine comprobará con Brody. Y dudo
que Brody vaya a estar de acuerdo con nuestra mentira, o que estñe
encantado de que Cam y yo pasáramos el rato.
—dice
Cam—.
¿Cómo
estás?
¿Has
visto
a
Aiden
Página
—De verdad
últimamente?
29
—¿En serio? —pregunta Becca, como si no se lo creyera.
—¿Raine sabe de esto?
—¿Raine sabe sobre qué? —le pregunta Cam, pero ahora su voz suena un
poco más tensa.
—Que estás en la calle con ella. —Ella me mira como yo fuera un pedazo
de basura remolque o algo.
—No —dice Cam—. Y yo no estaba con ella. Como he dicho, nos
encontramos en casa de Brody.
—Cieeerto —dice ella.
—Lo hicimos —le digo, asintiendo con la cabeza como si eso fuera a
hacerlo realidad.
Se vuelve para mirarme, con una sonrisa en su rostro.
—Si esperas que me lo crea, eres aún más tonta de lo que pensaba. —Se
atusa el pelo rubio largo sobre su hombro, luego saca su teléfono,
probablemente para mandarle un mensaje a Raine y contarle sobre
nosotros.
—Quieta —le digo—. No le dirás a Raine. —Y antes de que sepa lo que
estoy haciendo, estoy fuera del coche y tratando de agarrar el teléfono de
sus manos.
—Ya basta —dice ella, me empuja por los hombros y se aleja de mí.
El hecho de que ella actúe como si ya no fuera una amenaza me pone
más loca de lo que estoy, así que trato de alcanzar el teléfono otra vez.
—¿Cuál es tu maldito problema? —pregunta.
—Bueno, te pegué una vez, ¿no? —digo—. Así que no puedes estar
demasiado sorprendida de que empezase a jugar contigo otra vez.
Página
No es el calor, a pesar de que me hace sentir caliente. Es más como una
sacudida de algo, no electricidad, pero cerca de ella.
30
Ella pone los ojos en blanco, y luego comienza a mandarle un texto nuevo
a Raine. Pero esta vez se tambalea por un segundo, y cuando lo hace, una
fiebre extraña fluye a través de mi cuerpo.
—Tú no lo harás —digo, moviéndome hacia ella—. No le vas a decir a
Raine sobre esto. Vas a volver a tu coche, vas entrar en él, y olvidar que
alguna vez nos viste aquí.
Becca asiente con la cabeza, pero no con miedo. Es más como si estuviera
en un trance o algo así. Me doy la vuelta y veo que ella se aleja, se desliza
dentro de su coche, y lo saca del estacionamiento.
Página
31
Es sólo cuando se ha ido que me doy cuenta de que todavía estoy
aferrada al collar de mariposa blanca, y que está ardiendo al rojo vivo en
mi mano.
Campbell
Traducido por Daffhein
B
Corregido por Jut
ecca se aleja y miro a Natalia, quien está sosteniendo ese maldito
collar. Sus ojos están muy abiertos y sus labios están firmemente
apretados.
—¡Hey! —Digo, chasqueando mis dedos en su cara. Me mira y parpadea
varias veces—. ¿Qué demonios fue eso?
Ella no me contesta. Pero sé lo que fue, lo he visto antes. Cuando Raine les
hacía esas cosas raras a sus padres, teniéndolos trayéndome cerveza
cuando ellos estuvieron gritando acerca de menores de edad bebiendo
hacía diez minutos atrás.
¿Y qué acerca de Aiden y Becca? La misma cosa.
Doy un paso hacia atrás.
—Tú…tú también puedes hacerlo.
—Espera, ¿qué? ¿Hacer qué? Cam.
—Eres como ellos, Nat. Como Raine.
—No, no lo soy.
—Cam, vamos.
Página
—Tú controlaste a Becca, recién. Te vi hacerlo. Estaba a punto de
delatarnos con Raine y entonces tú le dijiste que lo olvidara y ella...
obedeció.
32
Ella mira hacia abajo, al colgante en sus manos y luego a las cosas en su
bolso.
Ella se ríe pero sus ojos cuentan otra historia.
—Esto es una locura.
—Nat…
—No hice nada. No soy ninguna bruja malvada.
—No dije que lo fueras. Tal vez es ese collar.
Ella cruza sus brazos.
—Llévame a casa, ¿de acuerdo?
—Sí. Vamos.
Volvemos al auto y manejo hasta su casa. Ninguno de nosotros dijo nada
en el camino de vuelta. Agarra la cámara de Derek en un punto y
comienza a desplazar las fotos de nuevo. Finalmente, estaciono fuera de
su casa y no apago el auto. Como que me siento mal por haberle dicho
todas esas cosas a ella, enloqueciéndola.
Ella agarra su bolso y pongo mi mano en su brazo.
—Hey.
—No, no deberías haberme tocado. Podría haberte infectado o algo.
—Nat, no me refería a eso. Sé que eres una de las buenas.
Me mira con los ojos vidriosos.
—No soy ninguna de nada.
—Yo no…vamos. Tienes que admitirlo, fue una noche bastante loca —digo,
sonriendo—. Pero valió la pena ver a Becca puesta en su lugar.
Natalia sonríe.
—¿Pero cómo lo hice?
—No lo sé.
Página
Entonces su sonrisa se desvanece y es reemplazada por una mueca de
preocupación.
33
—Eso fue bastante genial.
—¿Qué si tienes razón? ¿Qué si soy como Raine?
—No lo eres.
—No lo sabes.
—De hecho, lo sé.
—¿Cómo?
—Así.
Me inclino y la beso en los labios. Al principio parecía que iba a empujarme
lejos, pero luego ella presiona contra mí y nos besamos por un largo
tiempo. Amo la forma en que se siente. Y es todo lo contrario a cómo me
siento cuando estoy con Raine. Ella me emborracha, me desorienta, me
enferma y me hace débil.
Natalia me hace sentir… como yo mismo. Pero en una forma mucho mejor.
—¿Lo entendiste ahora? —Le digo cuando finalmente nos separamos—. Si
yo hiciera eso con Raine ellos probablemente tendrían que llevarme a la
sala de emergencias.
—¿Así que así es como te aseguras de que no soy malvada?
¿Besándome? Conveniente.
Niego con la cabeza.
—Vamos a tener que comprobarlo periódicamente —digo—. Asegurarnos
de que nada cambie.
—Claro. Por supuesto. —Se ríe—. Debería irme.
—Puedes escribirme por cualquier cosa…
Ella sale del auto.
—Nat.
Página
—Ten cuidado, ¿de acuerdo? —Ella asiente con la cabeza, entonces entra
a su casa. Espero hasta que ella está a salvo en el interior antes de salir de
la calzada y volver a casa.
34
—¿Sí?
***
Al día siguiente, me pregunto si habrá alguna consecuencia de parte de
Becca por atraparnos juntos en la estación de gas. Pero no hay ninguna.
Cuando Raine me ve en el pasillo, por primera vez, sigue siendo ella misma.
—Hola, sexy.
Ella me sonríe. Becca y Teri la siguen por detrás como buenas y pequeñas
lacayas.
—Hey. ¿Qué está pasando? —Digo, actuando casual pero interesando,
aún cuando todo lo que quiero hacer es alejarme de esta chica.
—Nada. Hace siglos que no sé nada de ti. —Levanta una ceja. En el
pasado eso me habría parecido caliente, pero no más.
—Oh. Sí, bueno… el fútbol me mantiene ocupado y…
—Como sea. ¿Escuchaste las buenas nuevas?
—Ummm…no.
—¡Somos un cuarteto! Tú, yo, Aiden y Becca. ¿No es eso una locura? —
Dice Raine.
—Absolutamente. —Dice Becca—. Al principio estaba como, ¿cómo
puedo estar en... bueno... Aiden... tú sabes... pero ahora estoy como...
totalmente en ello.
—Gran sentimiento allí, Becca. —Le digo—. Bien dicho.
—No seas un idiota, Cam. —Raine dice, golpeándome juguetonamente en
el hombro—. ¿No vas apoyar a tu amigo y a mi amiga a encontrar el
amor?
—Por supuesto. Soy su fan número uno. De hecho, soy quien los nombró.
—¿Nombrarlos?
—Como sea, ¿te veo en el almuerzo? —Pregunta Raine.
Página
—¡Baiden! Eso es tan clásico. —Raine y Teri ríen pero Becca se ve un poco
molesta.
35
—Baiden. Ellos son el nuevo “Brangelina”.
—Siempre.
Se fueron trotando y yo respiré con alivio. Al menos Raine no trató de
besarme.
***
Las clases de gimnasia se están tornando extrañas. Primero, Brody está en
ellas y aunque pretendemos ser geniales uno con el otro, no lo somos.
Cuando tenemos que hablar, nunca es de nada excepto el fútbol, y aún
eso es incómodo.
Y nos hemos vuelto competitivos.
Hoy toca de nuevo básquet, sólo que esta vez Brody y yo estamos en
equipos contrarios. Por supuesto que tenemos que cuidarnos uno del otro,
porque somos los más altos y más fuertes de todo el piso. Al principio sólo
tomamos algunos jumpers. Él golpea algunos, yo otros. Intento jugar lejos
de él y dejarlo hacer sus propios tiros. Pero en una jugada se impulsa de
imitación y se zambulle en el aro, práctico y mágico.
Toda la clase estalla en vítores y él me guiña un ojo mientras vuelve a la
cancha.
—Sólo una pequeña muestra de lo que puedo hacer cuando quiero llevar
a cabo mi juego A, Campbell.
Odio que él me llame por mi nombre completo cuando en realidad casi
nadie lo hace.
Y está básicamente llamándome así en frente de todo el mundo. De
acuerdo, entonces supongo que iremos a lo difícil. Dejé que Brody pensara
que es más grande, más fuerte y más duro que yo por mucho tiempo.
Eso está por cambiar.
Cuando después tenemos la pelota, la anoto y hago un triple.
Ahora toda la clase está viéndonos ir más o menos uno a uno. Brody ya no
sonríe.
Página
Toma la roca y trata de falsearme de nuevo con el mismo movimiento que
yo antes pero se la robo, voy de lado a lado y lo pongo.
36
—¡Eso es! —Brody grita con una sonrisa.
Trata de driblearme una, dos, tres veces. Todas las veces mi defensa es
mucha, y él no puede superarme.
Su cara está empezando a sudar.
—Sólo una pequeña muestra, ¿no? —Susurro mientras él trata de
bloquearme por detrás hacia el aro.
—Eso parecía más toda la enchilada1. Yo no creo que haya nada en el
grifo, amigo.
Se gira e intenta un tiro de gancho y yo lo golpeo lejos.
—Hombre grande, ¿ajam? —Él dice.
—Nope. Sólo más grande que tú.
Toma el balón de nuevo y esta vez lo despojo. Mientras intento realizar un
golpe en bandeja, siento como él trata de venir y robarme la pelota desde
atrás. Entonces me detengo y giro bruscamente, planeando atraparlo con
un codazo a su abdomen cuando me de vuelta.
Sólo que no es Brody quien venía por detrás, es Aiden. Y no puedo cogerlo
del pecho, es muy bajo para eso. Mi codo golpea su nariz.
Se deja caer como si fuera un saco de papas. De su nariz brota mucha
sangre.
—¿Qué mierda te pasa? —Él dice.
—Mierda, hombre. Lo siento.
—Gilipollas.
El entrenador se acerca y le da una toalla para ponerse en la nariz.
Brody se acerca, moviendo la cabeza y sonriendo con ironía.
—Otro movimiento clásico, Cam. De seguro sabes cómo tratar a tus
amigos.
1
Enchilada: en español original, es un plato mexicano elaborado con maíz y chile.
Página
37
—Fue un accidente.
—¿Supongo que ganar puntos en clases de gimnasia es más importante
que la nariz de tu mejor amigo? —Brody pregunta.
—Te acompañaré hasta la enfermería. —Le digo a Aiden.
Aiden se encoje de hombros.
—De acuerdo. No me importa.
Mientras dejamos el gimnasio, escucho a Brody decir:
—¡Diste tres pasos en esa última entrada, muchacho!
Entonces estamos fuera y el golpe de las puertas suena detrás de nosotros
con un eco. Mientras cruzamos el vestíbulo de la escuela, le echo un
vistazo a Aiden. Sigue sosteniendo esa gran toalla en su nariz. Puedo ver
algunas manchas rojas, pero no parece ser tan malo.
—Amigo, lo siento.
Él frena y mira la toalla, limpiándose la nariz.
—¿Qué tienes en contra mío, Cam? ¿Te cagué tu momento o algo?
—¿Cagar mi momento?
—Sí, ¿hice algo para arruinarte la vida?
—Oh, lo entiendo. Cagar Mi Momento es el nuevo eslogan.
—De acuerdo. Sé un idiota. —Él comienza a caminar devuelta.
—Hey, vamos. Sólo estoy tratando de aligerar el ambiente —digo,
acelerando mi paso para alcanzarlo.
Empezamos a subir las escaleras juntos.
—No te necesito aligerándome el ambiente. ¿Por qué mejor tratas de no
interferir en mi vida?
—Me desmayé esta mañana. En el baño.
Página
Se voltea y me mira, esta vez su mandíbula está temblando.
38
—Hey, si estás hablando sobre lo del otro día…
Esta declaración me hace detenerme en seco. Comienzo a sentir esa ya
familiar sensación de terror en mi estómago.
—¿A qué te refieres con desmayado? Como, ¿perdiste el conocimiento?
—Creo que más o menos esa es la definición.
—Te lo dije, Aiden. ¿Acaso no lo hice? ¿No te advertí?
Él mueve su cabeza, comprobando la toalla ensangrentada de nuevo.
—Ella me gusta. Y me dijo que después del baile ella va a… —Él se calla.
—Creo que más o menos puedo imaginarme qué es lo que te prometió,
pero son puras mierdas.
—¿Piensas que todo es una gran mentira?
Suspiro. No quiero hacerlo sentirse mal sobre la primera chica que siquiera
está interesada en él.
Pero esto es muy importante.
—Lo siento, hombre, pero ella está jugando contigo.
—Sí. —Él mira al piso, su cara decayendo de apoco—. Sí. —Dice
silenciosamente—. En el fondo creo que como que me lo imaginaba.
—Ellas son peligrosas, Aiden. Y necesito que lo sepas.
—¿Peligrosas? ¿Como con la cosa de Camarada? ¿Piensas que son
vampiros o algo?
—No. No vampiros. Algo más.
Él mira alrededor, pero no hay nadie en el hall o en las escaleras. La
escuela se siente casi vacía.
—Como… ¿qué son ellas entonces?
—Brujas. —Se ríe y coloca la toalla nuevamente sobre su nariz—. Estás loco.
¿Brujas? ¿Enserio?
Página
—Quizá brujas.
39
Me encojo de hombros.
—Enserio. —Y así, a pesar de mi mejor juicio, le hablo de la noche que
espié a Raine, Becca y a Teri, y acerca de cómo Raine miró a una lámpara
y explotó.
Aiden sigue sacudiendo su cabeza como si no me creyera, pero su cara se
está tornando pálida.
—Eso es cosa de dibujos animados. No puede ser real.
—Lo es. Sé que suena loco pero es totalmente cierto. —No le diré sobre
Natalia, pienso. No quiero complicar las cosas aún más de lo que ya están.
—¿Y tú crees que Becca me lanzó algún hechizo o algo?
—Te está drenando. Como lo que Raine me hizo a mí.
Él me mira durante un largo tiempo.
—Pero eso es un tipo de vampiro, ¿no?
—Ellas no te chupan la sangre.
—No todavía, de todos modos. —Él sacude su cabeza y ríe, pero es un
sonido hueco—. Sólo mi suerte. Una chica caliente, finalmente, me quiere
golpear y resulta que es una bruja espeluznante tratando de matarme.
—Lo siento.
Él se encoje de hombros. Seguimos caminando y entonces estamos en la
enfermería.
—Creo que me voy a casa. —Él dice—. No quiero estar aquí ahora.
—Aiden… escucha. —Me siento tan mal por él. Pareciera que todo lo que
hago es lastimar al chico.
Pero él sonríe.
Página
Y entonces él entra en la enfermería. Y sólo me quedo ahí, mirándolo irse.
40
—Está bien, Cam. No tienes que decir nada más. Sólo... gracias. Gracias
por decirme.
Natalia
Traducido por eyeOc
Corregido por Maia8
D
urante los siguientes días, Cam y yo tratamos de idear algún tipo
de plan para lidiar con esta situación jodida. Pero estamos
completamente fuera de nuestro elemento, y todo lo que
consideramos posible parece tonto o irreal.
Y aunque hwmos estado hablado mucho, siento como si estuviera
guardando su distancia. Es amable, pero reservado, y tengo miedo de
que pueda tener algo que ver con lo que le hice a Becca.
No lo podía culpar. Digo, yo misma me asusté. ¿Cómo se supone que voy
a darle sentido a lo que pasó? O ¿considerar la posibilidad de que puedo
controlar mentes? ¿De que soy algún tipo de bruja?
La noche del sábado Brody me invitó a su juego, pero apenas estaba
manteniendo mi estado mental, así que en su lugar pasé la noche
encerrada en mi habitación, fingiendo estar enferma así mi mamá no me
molestaría.
Página
Quiero decir, esto es una mierda. Yacer aquí, teniendo miedo, no sabiendo
qué hacer. Es ridículo. Si algo malo va a pasar, si Raine y sus amigas tienen
alguna clase de poder, si yo tengo alguna clase de poder, no voy a
obtener respuestas estando asustada.
41
Caí en un sueño irregular alrededor de la una de la madrugada, pero
desperté otra vez a las cinco de la mañana, con mi mente acelerada,
indispuesta a estar en calma. Y mientras más yacía ahí, más nerviosa me
ponía. Y mientras más nerviosa me ponía, más enojada me empezaba a
sentir.
Voy a tener que encontrarlas yo misma. Y sé exactamente a quién
preguntar. Hago a un lado las sabanas y salgo de la cama, siendo
cuidadosa de no despertar a mamá. Me pongo unos pantalones de
mezclilla y un suéter rosa pálido, después deslizo mis pies en mis tenis y me
cuelgo mi mochila.
Tomo las llaves del gancho a un lado de la puerta y me dirijo hacia el auto
de mamá. Está congelando, así que prendo la calefacción al máximo,
después salgo por la entrada y me dirijo hacia la casa de Brody.
***
Cuando estoy a unas cuantas calles, lo llamo. Quería poder tomarlo por
sorpresa al tocar el timbre de su puerta, pero tenía miedo de que sus
papás o, peor, su hermana pudieran atender, y tendría que ceder. Mi
llamada va al buzón de voz, pero su auto está en la entrada, así que sé
que está en casa. Llamo otra vez. Otra vez sin respuesta. La tercera vez
contesta, sonando dormido.
—Hola —dice—. ¿Por qué no estuviste en el juego anoche? Te busqué.
Brody me llamó un par de veces anoche cuando llegó a casa después del
juego, supongo que para saber dónde estaba. Pero no contesté,
mayormente por que no quería lidiar con eso.
—Lo siento —digo—. No me sentía bien. Pero estoy aquí ahora.
—¿Donde?
—Afuera de tu casa.
Escucho ruido al otro lado de la línea, después lo veo mirando por una de
las ventanas de arriba.
Duda.
Página
—No podía esperar para verte —digo—. ¿Alguna oportunidad de que
quieras comprarme el desayuno?
42
—Hola —dice—. Es un poco temprano para una visita, ¿No lo crees? —Su
tono suena burlón, y definitivamente puede haber sido mi imaginación,
pero siento que a lo mejor también suena un poco nervioso.
—Seguro —dice—. Bajaré en un momento.
Aparece minutos después, usando pantalones de mezclilla y una abultada
chaqueta negra, encorvado por la frialdad en el aire. Abre la puerta del
lado del pasajero y entra.
—Hola —dice.
—Hola. —Salí de la entrada hacia la calle.
—Entonces, ¿por qué estás levantada tan temprano?
—No pude dormir. —Me encojo de hombros—. Supongo que estaba
pensando en ti. —No es siquiera una mentira. Estaba pensando en él, aun
si no era en una manera romántica.
—Eso es dulce. —Está en la guantera, mirando la colección de discos de
mi mamá—. ¿Sabes que tu mamá tiene a Billy Cyrus(1) aquí? A menos que
sea tuyo.
Se gira hacia mí, con una sonrisa en su rostro, luego se da cuenta de que
no estamos yendo en la dirección correcta.
—Este no es el camino —dice—. Denny´s es el único lugar abierto ahora,
está a la izquierda de mi calle, hacia el centro de la ciudad.
—Lo sé —digo.
—¿Entonces a donde vamos?
—A un lugar diferente —digo—. Un lugar que conozco.
—Bien.
Conducimos unas cuantas millas más, fuera hacia la ruta 112, después
estaciono el auto a un lado de la carretera.
—¿Qué quieres decir?
Página
—¿Así que, que está pasando? —pregunto, girándome hacia él en mi
asiento.
43
—¿Qué estás haciendo? —pregunta.
—Quiero decir, ¿qué está pasando? ¿Con Raine? Las mariposas, la mierda
rara vudú, todo.
Me mira como si estuviera loca, luego una sonrisa irrumpe en su cara.
—¿Es una broma? ¿Alguna cosa rara que estás haciendo? ¿Para invitarme
al baile de bienvenida? Natalia, te lo dije, creo que toda esa cosa es
vulgar.
—No es broma. —Tomo un respiro profundo—. Brody, vi a tu hermana
saliendo de la casa de Derek.
Frunció el ceño.
—No lo entiendo.
—Tu hermana —digo— estaba saliendo de la casa de mi exnovio. Mi
exnovio que ha estado acosándome.
—Sí, bueno, conoce un montón de personas problemáticas. —Se encoge
de hombros—. ¿Estuvo tu exnovio alguna vez en rehabilitación? Te
sorprenderías de cuántos romances empiezan ahí.
—¿Qué sabes sobre Raine y la Triada?
—Um, ¿que son unas perras engreídas? —Pero no estoy riendo. Suspira—.
Natalia, por favor, vamos a desayunar. Podemos hablar sobre lo que sea
que esto sea ahí. Muero de hambre.
—No.
—¿No?
Tomo una respiración profunda, casi como si fuera doloroso.
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—Me vas a decir lo que sabes sobre Raine, y lo vas a hacer ahora.
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—No. —Nos quedamos ahí en silencio, de repente, por ninguna una razón
aparente, estoy convencida de que sabe algo que no me está contando.
Y de verdad me molesta. Así que hago algo que no había hecho desde la
otra noche. Algo que no había pensado que haría. Mire a Brody y digo:
—No sé de lo que estás hablando —dice—. Y honestamente, estás
empezando a asustarme.
Estoy sintiendo la misma urgencia, la misma sensación de electricidad,
calidez y algo inexplicable, así que lo intento otra vez.
—Brody, dime qué están tramando Raine y la Triada. Dime sobre lo que
están tratando de hacerle a Cam. Dime qué significan las mariposas.
Pone la cabeza en sus manos, casi como si tuviera dolor, estoy segura de
que lo logré. Pero luego se gira hacia mí, de repente, es como si toda su
cara hubiera cambiado.
—Natalia —dice—, por favor deja de hacer eso. Podrá funcionar con otra
gente, pero no va a funcionar conmigo.
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Fin
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Brujas de Santa Anna #6
¡Visítanos!
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