Humania del Sur - Voz del Sahara Occidental en Argentina

Transcripción

Humania del Sur - Voz del Sahara Occidental en Argentina
Humania del Sur
Revista de Estudios Latinoamericanos,
Africanos y Asiáticos
ISSN: 1856-6812
ISSN Electrónico: 2244-8810
La Causa Saharaui
Universidad de Los Andes
Centro de Estudios de África y Asia
“José Manuel Briceño Monzillo”
Mérida – Venezuela
Año 9, Nº 17, Junio – Diciembre, 2014
Humania del Sur
Revista Semestral de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos
Editores
Universidad de Los Andes
Consejo de Desarrollo Científico, Humanístico, Tecnológico y de las Artes
© Centro de Estudios de África, Asia y Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas
“José Manuel Briceño Monzillo”
Imagen de portada
Pintura saharaui
Imágenes internas
Imágenes tomadas de Google.com
Imágenes de Diálogo con de archivos del editor invitado
Diseño y diagramación:
Centro Editorial La Castalia C. A.
José Gregorio Vásquez
Hecho el Depósito de Ley:
Depósito Legal: PP200602ME2418
Depósito Legal Electrónico: PPI200602ME3836
ISSN: 1856-6812
ISSN Electrónico: 2244-8810
Impresión:
Editorial Venezolana C. A.
Mérida, Venezuela
Versión electrónica:
Web site: http://saber.ula.ve/humaniadelsur/
http://www.human.ula.ve/ceaa/
Direcciones electrónicas:
[email protected]
[email protected] / [email protected]
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Tabla de contenido
EDITORIAL
pp. 7-9
DEBATE
La Causa Saharaui
Orígenes de la identidad del pueblo Saharaui
Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
La condición jurídica de Marruecos y España
en el Sahara Occidental
Juan Soroeta Liceras
pp. 13-31
pp. 33-52
¿Qué proceso de paz para el Sahara Occidental?
Carlos Ruiz Miguel
pp. 53-68
Los derechos humanos en el Sahara Occidental
Haddamin Moulud Said
pp. 69-86
Latinoamérica, Venezuela y la causa saharaui
Simón Rodríguez Porras
pp. 87-96
Humania del Sur 3
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
CALEIDOSCOPIO
La luz del Kailash. Una historia del Zhang Zhung y el Tíbet:
Una visión de conjunto y algunas reflexiones sobre
la trilogía por Chögyal Namkhai Norbu
pp. 99-112
Donatella Rossi
Lo profano en lo sagrado: Identidad religiosa y literaria
en el Rāmāyaṇa
Óscar Figueroa Castro
pp. 113-126
Antecedentes del Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad Estudio
en China: Evidencias de la combinación del trabajo productivo
con la enseñanza (1912-1958)
pp. 127-144
David Ibarra Arana
China como poder regional: El caso de Asia Central
Paulo Duarte
Ruanda: La historia de un pueblo
El imaginario occidental como premisa de la desigualdad
María Gabriela Mata Carnevali
pp. 145-168
pp. 169-180
DIÁLOGO CON
Mohamed-Salem Daha Lehbib
“La lucha del pueblo saharaui por su libertad es reconocida
por la comunidad internacional”
pp. 183-190
Hernán Lucena
RESEÑAS
pp. 193-199
DOCUMENTOS
pp. 203-204
NUESTROS COLABORADORES
pp. 205-206
4 Humania del Sur
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Summary
EDITORIAL
pp. 9-11
DEBATE
The Sahrawi Cause
Origins of the identity of the Sahrawi people
Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
pp. 13-31
The legal status of Morocco and Spain in Western Sahara
Juan Soroeta Liceras
pp. 33-52
¿What peace process in Western Sahara?
Carlos Ruiz Miguel
pp. 53-68
Human Rights in Western Sahara
Haddamin Moulud Said
pp. 69-86
Latin America, Venezuela and the Saharawi cause
Simón Rodríguez Porras
pp. 87-96
Humania del Sur 5
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
KALEIDOSCOPE
The Light of Kailash. A History of Zhang Zhung and Tibet:
An Overview and some Reflections about Chögyal Namkhai
Norbu’s Trilogy
pp. 99-112
Donatella Rossi
The Profane within the Sacred:
religious and literary identity in the Rāmāyaṇa
Óscar Figueroa Castro
pp. 113-126
Precedents of the Educational System “Half Work, Half Study”
in China: Evidences of the Combination of Productive
Work with Teaching (1912-1958)
pp. 127-144
David Ibarra Arana
China as a Regional Power: the case of Central Asia
Paulo Duarte
Rwanda: The history of a people.
The Western imagination as a premise of inequality
María Gabriela Mata Carnevali
DIALOGUE WITH
Mohamed-Salem Daha Lehbib
“The Saharaui people’s struggle for freedom is recognized
by the international community”
Hernán Lucena
pp. 145-168
pp. 169-180
pp. 183-190
BOOK REVIEWS
pp. 193-199
DOCUMENTS
pp. 203-204
OUR COLLABORATORS
pp. 205-206
6 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014.
Editorial pp. 7-9.
Editorial
La tierra donde vive el pueblo Saharaui es en la actualidad el espacio
africano que sufre una de las peores consecuencias de la herencia colonial
española y de los pactos neocolonizadores que la alianza internacional entre
Estados Unidos, Francia, la Unión Europea y el amplio complejo de empresas
multinacionales que operan en la región noroccidental del continente madre,
que condujeron a entregarla al colonialismo intra-africano de Marruecos.
Los ciclos de la historia mundial de la represión, las masacres, las
complicidades y la hipocresía en los organismos internacionales se repiten
una vez más en África. No bastó un apartheid en Sudáfrica con todos sus
muertos; no bastaron las masacres de Ruanda y Burundi; no bastan los altos
costos sociales que pagan los pueblos africanos en general por los golpes de
Estado y los movimientos económicos occidentales y asiáticos que actúan
depredadoramente en suelo africano. Tampoco se aprende la lección de las
secuelas de la aplicación de las recetas neoliberales en África por parte de los
propios gobiernos de la región que negocian y aplican dicho modelo económico, pero luego aspiran abogar por el respeto y libre autodeterminación…
sin concretar acciones efectivas para luchar contra el colonialismo intra —o
extra— africano impulsado por el capital, la tecnología, las empresas y las
armas de última generación.
El Consejo Editorial de Humania del Sur, en esta oportunidad,
presenta ante ustedes el N° 17 de esta revista (julio-diciembre 2014), cuyo
Humania del Sur 7
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
tema central es La Causa Saharaui: una edición de solidaridad activa con
un derecho histórico que el mundo y las Naciones Unidas deben reconocer
sin postergar más la toma de una decisión que solucione esta problemática
ante el peso imperante de la injusticia y la indiferencia.
En la sesión de Debate, tenemos un conjunto de trabajos que abordan
esta realidad. Juan Carlos Velázquez Elizarrarás nos presenta los orígenes de
la identidad del pueblo Saharaui. Juan Soroeta Liceras estudia la situación
jurídica de Marruecos y España en el Sahara Occidental. Carlos Ruiz
Miguel analiza las dimensiones del proceso de paz para el Sahara Occidental. Haddamin Moulud Said afronta la grave situación en materia de
derechos humanos en el Sahara Occidental. Y Simón Rodríguez Porras
evalúa el papel desempeñado por Latinoamérica y Venezuela ante la causa
saharaui.
En esta oportunidad Caleidoscopio nos ofrece: Un estudio de Donatella Rossi en perspectiva histórico-filosófica acerca del Tíbet, el Kailash
y la historia del Zhang Zhung. Una incursión de Óscar Figueroa Castro
en una dimensión de la filosofía india: la identidad religiosa y literaria en
el Rāmāyaṇa. Un examen por David Ibarra Arana de los antecedentes del
sistema educativo chino en el período 1912-1958. Un análisis por Paulo
Duarte del poder regional de China en Asia Central. Y, por último, una
presentación por María Mata de la historia del caso de Ruanda en el imaginario occidental
Para concluir, el Editor dialoga acerca de los distintos elementos
complementarios a esta problemática que vive el pueblo saharaui con Su
Excelencia Mohamed Salem Daha, Embajador de la República Árabe Saharaui Democrática en Venezuela.
Desde el Centro de Estudios de África y Asia “José Manuel Briceño
Monzillo” de la Universidad de Los Andes, manifestamos nuestra denuncia
con la manipulación que el gobierno de Marruecos hizo a la comunidad
internacional al convocar 5.000 grupos de derechos humanos de todo el
mundo a participar en la Conferencia Anual sobre Derechos Humanos en
la ciudad de Marrakech el pasado 27.11.2014. ¿Cómo entender, aceptar
y avalar esta estrategia del principal violador de los derechos humanos en
el pueblo Saharaui y en su propio territorio, cuando el Informe Interna-
8 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014.
Editorial pp. 7-9.
cional de Derechos Humanos (FIDH) condena al reino de Marruecos por
la lentitud de la reforma judicial, la corrupción sistémica, la tortura y la
represión de los grupos de derechos humanos marroquíes que protestan ante
las injusticias cometidas por su propio gobierno? Una vez más, las faltas
de libertades públicas, la violencia aplicada sobre los grupos pacifistas y el
limitar las protestas colectivas ponen en evidencia los vacíos legales para
enfrentar la voz de un pueblo que no desea ser cómplice de la siembra de
caos y el genocidio del pueblo saharaui.
En este siglo XXI debemos ser firmes en voz, movilización, análisis
y política exterior ante esta componenda, esta conspiración y estas nuevas
alianzas. Igualmente, debemos sincerar y denunciar los discursos en “defensa” de la Causa Saharaui por quienes caen en contradicciones: expresar
solidaridad y luego comprar minerales estratégicos a las empresas marroquíes
y españolas que explotan y extraen los recursos naturales saharauis es una
grave contradicción que es indispensable rectificar. Estamos en un tiempo histórico donde no se debe caer en ambigüedades en la aplicación del
boicot necesario para mantener la integridad ante la decadente monarquía
marroquí y sus cómplices.
No podemos hacernos la vista gorda ante el pisoteo de la autodeterminación y los graves atropellos de que se hace objeto diariamente al
pueblo Saharaui. Su lucha es un derecho que demanda apoyo decidido y
concientizar a nuestros pueblos al respecto es un deber institucional en las
patrias de Nuestra América y el mundo.
Vale este número de Humania del Sur para honrar a la memoria del
Profesor Luis Díaz Beltrán, uno de los pioneros en defender esta causa en
Venezuela en los espacios de la Universidad de Carabobo y espacios comunitarios de la ciudad de Valencia, así como a los Profesores Eríc Núñez Lira
y Eduardo Rivero, entre otros. Sus aportes son memoria y compromiso para
una futura historia de solidaridad de Venezuela hacia el pueblo Saharaui.
Humania del Sur 9
Debate
La Causa
Saharaui
Orígenes de la identidad del pueblo Saharaui
Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
La condición jurídica de Marruecos y España en el Sahara Occidental
Juan Soroeta Liceras
¿Qué proceso de paz para el Sahara Occidental?
Carlos Ruiz Miguel
Los derechos humanos en el Sahara Occidental
Haddamin Moulud Said
Latinoamérica, Venezuela y la causa saharaui
Simón Rodríguez Porras
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Orígenes de la identidad del pueblo saharaui... pp. 13-31.
Orígenes de la identidad
del pueblo saharaui
Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Universidad Nacional Autónoma de México
Ciudad de México-México
[email protected]
Resumen
Mientras que otros temas de las relaciones internacionales, incluyendo la realidad
política actual del Sáhara Occidental —última colonia en África— y de la
República Árabe Saharaui Democrática (RASD), han sido objetos privilegiados de
investigación y difusión, muy poco se ha investigado, publicado y difundido sobre
los orígenes y la consolidación de la identidad del pueblo Saharaui. En consecuencia,
en el presente artículo se emprende un análisis crítico con base en tres dimensiones
precisas: la histórico-político-religiosa, la cultural y la institucional.
Palabras clave: Identidad, sociedad Saharaui, historia, islam, colonización,
sistema tribal, cultura, Constitución política, Frente Polisario.
Origins of the identity of the Sahrawi people
Abstract
Whereas other issues of international relations, including the current political
reality of Western Sahara—last colony in Africa—and the Sahrawi Arab Democratic
Republic (SADR), have been privileged objects of research and difussion, very scanty
has been the research, publications and diffusion on the origins and consolidation
of the identity of the Sahrawi people. Therefore, in this paper a critical analysis is
undertaken based on three different dimensions: the historical-political-religious,
the cultural and the institutional.
Keywords: Identity, Sahrawi society, history, Islam, colonization, tribal
system, culture, Constitution, Polisario Front
Recibido: 25-6-14 / Aceptado: 28-7-14
Humania del Sur 13
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
1. Introducción
“A ningún pueblo puede imponerse una cultura, porque las culturas se
complementan y los otros tienen derecho a ser diferentes”.
Miriam Hmada
Ministra de Cultura de la RASD
Nuestro apoyo y simpatía por la causa del pueblo saharaui y su
identidad africana a toda prueba ha tenido cuatro episodios relevantes. El
primero, se remonta a los años ochenta del siglo anterior cuando se organizó
con la Embajada de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en
México, un primer ciclo de conferencias para dar a conocer en la comunidad
universitaria los fundamentos de su lucha libertaria. El segundo, cuando el
actual embajador de la RASD en México, su excelencia Ahmed Mulay Ali
Hamadi, fue el conducto del Frente Polisario para invitarnos a participar en
la Conferencia Mundial sobre Multilateralismo y Derecho Internacional: el
Sahara Occidental un Estudio de Caso, que tuvo exitoso verificativo en la
primera semana del mes de diciembre de 2008, en la República de Sudáfrica,
gracias a la coordinación establecida entre el Comité de Descolonización de
las Naciones Unidas, el Departamento de Asuntos Exteriores del país que
vio nacer y morir a Nelson Mandela, la Universidad de Pretoria y la Universidad de Sudáfrica. El tercero, cuando en 2010 publicamos un libro sobre
política comparada con un estudio completo sobre el sistema político actual
de la RASD, mostrándolo al mundo como el resultado de la construcción
política del último Estado africano colonizado y su lucha frente a los retos
de su autodeterminación y reconocimiento internacional. Y el cuarto, meses
después, en 2011, cuando se entregó personalmente un ejemplar de este texto
al Presidente Mohamed Abdelaziz, invitado especial del entonces presidente
de México para participar en la ceremonia conmemorativa de los 201 años
de nuestra independencia política. Ahora, en un quinto momento, se nos
ha pedido presentar algunas líneas de reflexión en torno a los orígenes de la
identidad del pueblo saharaui, las cuales pasaremos a exponer brevemente
en la presente contribución.
Al hablar del Sahara Occidental, nos referimos al territorio que actualmente es la RASD situado en la parte noroccidental de África y abarca un
área de 266.000 kilómetros cuadrados, que limita: al norte con Marruecos
con unos 500 km de fronteras; al noreste, con Argelia con 70 km de fronteras; al este y al sur, con Mauritania 1.570 kilómetros de fronteras; y al
14 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Orígenes de la identidad del pueblo saharaui... pp. 13-31.
oeste el Océano Atlántico, con un litoral de 1.200 kilómetros de longitud.
El problema del Sáhara Occidental se puede reducir a enunciados sencillos:
los saharauis eran saharauis cuando no había españoles ni franceses; el pueblo
saharaui tenía sus territorios naturales, que ocupaba a su modo nómada y
seminómada; tenía sus tierras, sus cultivos, sus ganados, su comercio, su
cosmovisión, su lengua, su identidad y cultura únicas. Todo eso era suyo
antes de que Francia, España o Marruecos existieran como Estados. Por ello,
no quepa duda, el territorio del Sahara Occidental pertenece solamente al
pueblo saharaui, porque ahí se gesta su identidad intrínseca, social, espacial
e histórica. En los tiempos pre-coloniales, y aun antes, los saharauis vivieron
como una comunidad independiente y desarrollaron sus propias formas de
expresión cultural y organizaciones sociopolíticas, siendo estos precisamente los elementos idiosincrásicos que conformaron el hecho diferencial de
esta sociedad insigne –que recuerda al Kurdistán, el Estado sin fronteras–,
durante incontables centurias.
Quienes los conocemos bien y sabemos de su pasado y su lucha presente, podemos constatar que los saharauis son célebres por ser una sociedad
tolerante, digna, con identidad y vida propia, abierta y pacífica que nunca
ha estado involucrada en ninguna forma de extremismo político o religioso.
Los orígenes de la identidad del pueblo del Sahara son profundos, complejos
y variados, perdiéndose en la noche de los tiempos y en los rincones aún
inexplorados de la historia humana.1
Mucho se ha escrito, debatido y resuelto en el derecho internacional
y en la política mundial de nuestros días acerca del derecho a la autodeterminación y a la independencia plena del pueblo saharaui para constituir un
Estado libre y soberano, reconocido por todas las naciones del orbe. Pero
muy poco se ha hablado y conocido acerca de los orígenes de su identidad,
su cultura, sus valores y su cosmovisión árabe y africana. Por eso es relevante
conocer, al menos en sus rasgos generales, esta dimensión sociológica de
su existencia para agregarla a la valerosa y legítima resistencia de una sociedad admirable para lograr el anhelo que todos los pueblos de la tierra han
compartido a lo largo de su devenir; y que es, justamente, la prerrogativa
de decidir por sí mismos a partir de su identidad propia e indiscutible y a
tener en sus manos la conducción de sus propios destinos, en armonía y
cooperación con todos los Estados que buscan la edificación de un nuevo
orden jurídico y político internacional, un estado de derecho mundial, donde
cobren sentido y vida propia la paz y la seguridad común en el convulso
sistema de relaciones internacionales que nos ha tocado vivir.
Humania del Sur 15
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
2. La identidad del pueblo saharaui emerge de las profundidades
de la historia africana, el Islam y el sistema de organización tribal
Los saharauis son los habitantes genuinos y auténticos del Sahara
Occidental. Su evocación remonta a un conjunto complejo de comunidades
nómadas, cuyos ancestros paleolíticos y neolíticos lo son de todo el mundo
y de África, la cuna de la humanidad. De las primeras migraciones que
llegaron al norte de ese continente a nuestros días, no sólo se transformó la
naturaleza sino también la historia. Terrenos fértiles convertidos en llanuras desérticas. Cazadores, pastores y recolectores transformados en tribus
guerreras nómadas o seminómadas. Ríos humanos sin fin de comerciantes
y esclavistas que por su conversión a la religiosidad igualitaria del Islam, se
vuelven férreos defensores de la independencia, la soberanía y la dignidad
de comunidades con pleno sentido de identidad nacional. La historia contemporánea de los saharauis invita a cualquier mente abierta a solidarizarse
con quienes lucharon y continúan luchando por las causas de la libertad y
de la justicia, cuya identidad y cultura original está fuera de toda duda pues
son los elementos más poderosos para llevar a buen término, en un futuro
no lejano, el logro de la emancipación real y la autonomía total.2
El Sahara se ha venido desertificando poco a poco en las últimas centurias. Va quedando atrás aquella sabana fértil donde vivía toda la típica fauna
africana. Infinidad de vestigios arqueológicos de época mesolítico-neolítica
dan cuenta de su existencia y de su interacción con las viejas poblaciones
humanas. En la parte occidental del Sahara, al noreste de la RASD, en la
cordillera de Zemmur, cerca de la ciudad de Tifariti, en el territorio liberado
y controlado por el gobierno saharaui, a pocos kilómetros de la zona hoy
ocupada por las tropas de Marruecos, existen unas rocas calcáreas alrededor
de un antiguo lago prehistórico, con grabados que dan cuenta de ello. Pero
poco se sabe de las poblaciones nómadas recolectoras y cazadores que dejaron
estas muestras y guijarros tallados, hachas de mano de dos caras, puntas de
flechas y otros artefactos y que sin duda fueron antecesores primigenios de
los actuales pobladores de ese espacio vital que ahora nos ocupa.
En épocas mucho más recientes, las migraciones crecieron en número y pueblos no autóctonos aparecieron en la región, provenientes del
extremo norte de África, de Asia y aun del África subsahariana. Hace unos
treinta siglos los sanhaja, antecesores de los diversos pueblos beréberes que
vivieron y viven en todo el Mediterráneo, bajaron del norte al noroeste
de África y se mezclaron con la población autóctona dispersa durante la
desecación del Sahara, así como con otros pueblos previos a los beréberes
16 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Orígenes de la identidad del pueblo saharaui... pp. 13-31.
como los gétulos y los lamtas. En el año 500 a.C. Hannon de Cartago recorrió las costas del África occidental, reportó la presencia de nómadas que
apacentaban su ganado en la costa, mucho antes de encontrar los grandes
ríos de Senegal y Gambia. Los cartagineses establecieron buenas relaciones,
y se sirvieron de ellos como guías e intérpretes. Los sanhaja cambiaron de
manera más permanente el medio ambiente sahariano. Cuando el suelo del
desierto empezó a dar escasos frutos para la manutención de los caballos,
hace unos veinte siglos, trajeron a la región el dromedario, ese camello de
una sola joroba con el que controlaron todo el desierto, convirtiéndose en
los dominadores de las travesías transaharianas. Las guerras tribales para el
control de las rutas del norte al sur del Sahara, llevaron a los sanhaja a aliarse
con otros beréberes y a establecer complejas relaciones comerciales con los
pueblos dominadores de los beréberes del norte, fueran éstos de su mismo
origen, como los cartagineses o colonizadores de zonas alejadas, como los
griegos, los fenicios, los romanos y finalmente, en el siglo IV, los vándalos.
En el siglo VII de la era cristiana comienza la islamización del Sahara,
un hecho fundamental para la historia de la humanidad, y en particular del
Mediterráneo, ya que separó el proceso conjunto de sus dos orillas de África
del norte y de Europa y empujó la cultura de la orilla meridional hacia Asia
más que hacia Europa. En 640, sólo ocho años después de la muerte del
profeta Mahoma, los árabes convertidos a una religión monoteísta e igualitaria, beduinos del desierto montados sobre caballos ligeros, deshicieron
todas las caballerías pesadas del mundo antiguo: penetraron en Egipto al
mando del califa Omar, derrotaron a los bizantinos en Siria, conquistaron
Mesopotamia y se dirigieron contra Persia. En 683 destruyeron Cartago e
iniciaron una compleja conversión de los beréberes.
Treinta años después cruzaron el canal de Gibraltar, llegando hasta
Francia con un ejército de beréberes e hispanos conversos. No obstante, en
734, enojados por la resistencia a la islamización y arabización del desierto,
los califas Omeyas enviaron una expedición hacia Sudán, donde obtuvieron
un enorme botín en oro y personas esclavizadas, aunque les fuera imposible establecerse. En un principio no todos los beréberes fueron propicios
a la conversión al Islam. No obstante, los sanhaja y los lemtas lo hicieron
relativamente pronto, lo cual les permitió dirigir la formación de una confederación de tribus con la cual consolidaron el reino de Audaghost que
dominó los caminos de Marruecos a Senegal.3
A lo largo del siglo XII, establecieron una convivencia relativamente
pacífica y se distribuyeron las zonas de pastoreo con las tribus beduinas de
los Benin Hilad, que provenían del desierto arábigo y habían sido enviados
Humania del Sur 17
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
por los soberanos fatimitas para la arabización y control de los beréberes, y
en los siglos XIII y XIV con los Benin Maquila y los Benin Hassan, beduinos
provenientes de Yemen, que ocuparon el Sahara sometiendo otros pueblos y
con los cuales los sanhaja establecieron relaciones complejas y acabaron por
fusionarse, generando durante este proceso la lengua nacional del Sahara
Occidental y Mauritania, el hasaní resultado de la superposición del árabe
clásico sobre las lenguas beréberes autóctonas. Aquí, en la lengua, está el
origen moderno de la identidad saharaui.
Pero el sistema tribal habrá de jugar un papel esencial en el proceso
de conformación de esta compleja identidad: el sistema tribal. El hecho
de que el fenómeno nacionalista, que va a surgir a partir de fines de los
años sesentas, y los acontecimientos de los años sucesivos han llevado a
los saharauis a borrar, por lo menos aparentemente, las diferenciaciones
tribales, no debe soslayar que la población saharaui se ha estratificado
hasta un pasado muy reciente en diferentes tribus, con características
jerárquicas propias, que han condicionado sobremanera la vida de los
individuos, aunque no la identidad, pues el saharaui, casi en su totalidad,
conoce perfectamente sus ascendientes hasta épocas remotas, principalmente
si se trata de una tribu de raigambre, lo cual se ve posibilitado y encaminado
por el modo semítico de nominarse, forma en la que no existen los apellidos,
sino el nombre propio, hijo de (uld, plural ulad), a su vez hijo de (y así sucesivamente). Para la mujer se emplea el término mint, pero su ascendencia
no interviene en la nominación. Este sistema de identificación exacta de
sus antepasados a lo largo de las generaciones, junto con el conocimiento
de su raíz étnica, les ha llevado a una distribución en grupos de tribus con
características propias.
Son varios grupos tribales saharauis históricos pero son tres los principales. En primer lugar, los arab, descendientes con más o menos pureza de
los árabes Maquil, los invasores del desierto procedentes de Arabia y del norte
de África, que se mezclaron en diferentes proporciones con los beréberes
nómadas en los siglos XIII-XV. Obligados a luchar en un país que les era
hostil, son personas de tradición guerrera, los hombres del fusil, “ahelmdafa”,
combatientes con características de violencia y orgullo. Vienen después los
chorfa (plural de cherif ), descendientes de Mahoma y, por tanto, de linaje
santo, hasta cuyo nombre puede remontar su ascendencia un saharaui de
reconocido prestigio. Estas tribus tienen un antepasado fundador que llega al
Sahara en circunstancias milagrosas; se mantienen dedicados a las cuestiones
político-religiosas, equiparándose a los arab, puesto que también empuñan
las armas con frecuencia. Los zuaia, “ahelktub”, gente de libros, son hombres
18 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Orígenes de la identidad del pueblo saharaui... pp. 13-31.
que renunciaron a la defensa, letrados y jurisconsultos de prestigio y expertos
en materia coránica, dedicados también a la enseñanza.4
Durante siglos el acompañamiento de pueblos distintos dio lugar a
organizaciones y agrupaciones tribales, jerárquicamente estructuradas, que
han llegado hasta la fundación de la República Árabe Saharaui Democrática, que hoy reivindica una forma de organización social más igualitaria
y participativa. La estructura tribal permitió a los habitantes del Sahara
entrar en contacto con los europeos que empezaron a navegar por las costas
atlánticas en el siglo XV sin perder el control del territorio ni plegarse a sus
formas de vida, manteniéndose siempre en actitud defensiva frente a ellos.
No obstante, no contribuyó al surgimiento de un sentimiento nacional,
pues mantuvo desunidas por siglos las tribus, los linajes, sus subsiguientes
efjad (fracciones), afrá (subfracciones) y los frigs, es decir los conjuntos de
tiendas (jaimas), o campamentos, de familias pertenecientes a un mismo
linaje. De hecho, las fronteras nacionales de los países de África del Norte,
y entre ellos obviamente de la RASD, no corresponden a la ubicación de
un territorio que un pueblo consideraba propio, sino a la imposición de
fronteras coloniales que separaron familias, tribus y ecosistemas, según las
necesidades de los invasores.
El sistema tribal, que sobrevivió a la invasión española del Sahara
Occidental en 1884, consintió a las tribus del Sahara vivir de la ganadería nómada y de las actividades complementarias del comercio y algunas
formas de agricultura, antes que plegarse al comercio de personas para los
portugueses y españoles durante los siglos XVI-XIX. Las sociedades tradicionales del Sahara eran sociedades claramente estratificadas, en las cuales
la genealogía de una persona tenía una función social pragmática, pues la
vinculaba a una categoría de prestigio, religiosa e intelectual. En otras palabras, la genealogía de una persona lo ubicaba en un linaje de descendencia
masculina, considerado como una unidad social y jurídica a la que pertenecía
por completo y con la cual tenía un vínculo casi absoluto de solidaridad.
Los que pertenecían al mismo linaje se conocían entre sí como “hijos del
tío paterno”. El linaje y la tribu estaban íntimamente ligados, llegando a
confundirse. Toda tribu tiene sus fracciones (efjad), cuyo origen es más bien
incierto. Todas las personas deben saber el nombre de siete antepasados
masculinos suyos, para establecer el grado de parentesco y, por ende, de
solidaridad al interior de un grupo. Remontándose a siete generaciones es
casi imposible llegar al fundador de una tribu, sobre todo de las más numerosas y distinguidas, pero es probable que se llegue al iniciador de una
fracción de bastante importancia a su interior5. De tal manera, hombres y
Humania del Sur 19
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
mujeres en el Sahara formaban necesariamente parte de una tribu, de las
cientos que se fueron conformando desde los siglos XI-XII de las sucesivas
divisiones de las tres principales.
Por otra parte, un aspecto nodal de la integración de la identidad
saharaui lo representa la enseñanza en forma escolarizada. Hay consenso
en reconocer que la escuela llegó a la sociedad saharaui con el Islam, ya
que la formación religiosa requiere de la capacidad de lectura y escritura
del árabe. En todos los grandes campamentos había una escuela coránica
y se emplazaba un zriba, esto es, unas ramas dispuestas sobre la arena que
representaban los muros de una mezquita al aire libre. En estas escuelas se
transmitían los saberes ortodoxos de la teología y el derecho islámico y se
insistía en los valores religiosos del respeto y la obediencia. La memoria jugaba un gran papel en la escuela coránica, así como la habilidad de revertir las
creencias populares esotéricas y encauzar las predicaciones de los místicos. A
las escuelas coránicas entraban los niños a partir de los siete años, habiendo
recibido junto con sus hermanas una formación moral y religiosa a través
de canciones, juegos, proverbios, adivinanzas en las que se entremezclaban
lo religioso y lo mágico, las recitaciones de la vida del profeta y las leyendas
tribales, juegos de memoria y prácticas rituales.
El gran reconocimiento que gozaban las mujeres en las tribus se sustentaba en la conciencia social de que su trabajo es muy pesado y necesario
para la vida de la comunidad. La educación de las niñas no implicaba la prohibición de la enseñanza de la lecto-escritura, sino un mayor énfasis en las tareas
consideradas propias de su condición y que implican una gran especialización.
La solidaridad femenina es considerada fundamental para la transmisión de la
cultura saharaui, el reforzamiento constante de la identidad social y la posibilidad
de mantener cohesionada la familia misma. A esta solidaridad, conocida como
tuiza, se debe la facilidad con que colectivamente las mujeres saharauis son
capaces de enfrentar trabajos pesados o completamente nuevos sin perder
sus tradiciones, así como pasarse informaciones vitales, debatir acerca de
su condición, tomar decisiones colectivas sobre educación y participación
política, y finalmente incidir sobre las decisiones de la tribu y, en la actualidad, sobre la política de los órganos de gobierno de la RASD.6
En todas las escuelas hay maestros y maestras preparadas, con una
sólida identidad saharaui, así como administradores y administradoras;
igualmente se gradúan cientos de mujeres y hombres en todos los campos.
Es cierto que actualmente todavía un cinco por ciento de la población es
analfabeta, pero en pocos años más la población estará totalmente alfabetizada. En los campamentos la educación es obligatoria hasta sexto y en el nivel
20 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Orígenes de la identidad del pueblo saharaui... pp. 13-31.
de educación media superior todos los jóvenes saharauis están estudiando.
En un viaje reciente observamos que cada vez más niños estudian en Libia,
en Argelia o en Cuba. Todos tienen derecho a estudiar hasta la preparatoria.
Todos tienen derecho a terminarla y el Estado tiene la obligación de buscarles
una beca para que realicen estudios universitarios.
3. La cultura como principal vehículo de consolidación de la
identidad del pueblo saharaui
Debido a la forma de vida beduina y nómada que ha tenido el pueblo
saharaui desde tiempos inmemoriales, la tradición oral en el Sahara Occidental viene a representar el eje fundamental de la cultura, la comunicación y
la estabilidad social; en esencia porque la sociedad se ha caracterizado desde
sus orígenes por el “nomadeo” y por tanto el establecimiento de las tribus
en un solo lugar era imposible, de aquí que la palabra se convirtiera en lo
más importante, ya que por medio de ésta se llegaba a solucionar problemas,
realizar pactos y también condenar actos indebidos. Entre los pueblos que
dependen de la tradición oral, la palabra es uno de los símbolos que mayor
significado tiene, pues, está ligada al origen y fin de las cosas, a su manejo,
a su creación, pero también a su destrucción. La memoria oral tiene la función de enseñar y de entretener en un mundo donde la frontera entre el ser
humano, los animales y la naturaleza es difusa. Hacer uso de la palabra es
fruto de un aprendizaje, no sólo se habla por hablar, en la medida en que
la palabra crea o destruye es necesario saber utilizarla.7
La cultura es una vía básica para la promoción y conservación de la
identidad de este insigne pueblo. Por ello, el Ministerio de Cultura es uno
de los componentes más importantes y recientes del gobierno de la RASD.
Al sopesar las grandes tareas y objetivos que corresponde cubrir a la cultura,
independientemente de la información y la educación, se decidió actuar
institucionalmente al respecto. El saharaui es un pueblo que en esta lucha
por la cultura y por la identidad lleva décadas y aun centurias. Durante la
colonia española, se impuso la pregunta existencial si eran españoles o saharauis. Luego con la invasión de Mauritania y Marruecos, se cuestionó si
eran saharauis o la mitad marroquíes y la otra mitad mauritanos ¿Y ahora
en la lucha contra Marruecos, son marroquíes o saharauis? Son interrogantes
que ponen a prueba la identidad nacional, a las que únicamente la cultura
puede dar respuesta, porque puede enseñar al pueblo mismo, y a todas las
naciones, que su lucha se sostiene en una identidad saharaui que es, a la
vez, ancestral y presente.8
Humania del Sur 21
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Uno de los objetivos más relevantes del Ministerio es mantener, preservar esa identidad, a través del cuidado y defensa de la cultura saharaui.
Más aún, cultivarla en las nuevas generaciones para que en el exilio y en la
diáspora forzada no se desarraiguen de su historia. También se busca recoger
las expresiones de esa identidad y esa cultura, su patrimonio cultural, pues
se trata de una sociedad beduina, toda su historia y literatura es oral; por eso
se afirma que un anciano que se muere es una biblioteca que se pierde. El
objetivo es recoger sus historias. Los saharauis sólo han tenido una biblioteca
importante en Smara, pero fue destruida por los franceses en su intervención
de 1912; ahora el esfuerzo se encamina a recapitular, recoger y guardar la
memoria y el patrimonio del pueblo saharaui. Hay otro objetivo fundamental
por el que se trabaja: motivar a la juventud, para que arraigándola en lo
que se habla y se recopila, la próxima generación pueda hacer en su lengua,
en su historia, en su patrimonio, mucha poesía, cuentos y narraciones. Es
un trabajo muy especial, encaminado a los futuros adultos que no conocen
su tierra porque han nacido en el exilio. Se busca también entender que la
cultura debe ser ese enlace, esa vía única mediante la cual se logra el acercamiento a la otredad, a las otras concepciones del hombre y del mundo. Es
una verdadera filosofía de la propia identidad, para cuya consolidación el
pueblo saharaui busca hacer inter-cultura entre los pueblos, manteniendo
lo propio y respetando lo extraño, buscando los factores comunes. Por eso
el saharaui comprende que cuando el otro no está de acuerdo con él, tiene
que entender su manera de desarrollarse, de ver la vida y la cultura en las
similitudes y en las diferencias.9
Y en la lógica de lo disruptivo-social que irrumpe en la identidad
popular, cabe enfatizar que, contra lo que llegara a pensarse, hay una distancia muy grande entre la cultura marroquí y la saharaui. Primeramente, la
organización social marroquí es completamente diferente a la de la sociedad
saharaui en términos orgánicos y estructurales. El pueblo saharaui tiene una
forma común de hablar el árabe, el dialecto hassaní, con el que se comunica,
relata sus vivencias y hace poesía, amén de que tiene por herencia colonial
la lengua castellana que lo hace una comunidad bilingüe; en tanto que en
Marruecos viven muchos pueblos y tribus beréberes que hablan sus propias
lenguas y dialectos. En la vestimenta también se notan las diferencias y no
se diga en la cocina y en la vivienda. Las mujeres saharauis no usan el velo
que cubre la cara. En la vida cotidiana y en las relaciones, la diferencia es
también muy grande. La situación de la familia, la posición social de la
mujer y al respecto a los derechos humanos al interior de ambas sociedades
son también marcadamente disímbolos. Un hombre saharaui nunca va a
22 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Orígenes de la identidad del pueblo saharaui... pp. 13-31.
ejercer violencia contra una mujer; en cambio, si un hombre marroquí no
lo hace así, ésta llega a interpretarlo como desinterés, desapego o falta de
compromiso marital.
Entre los saharauis, la mujer puede recibir todos los invitados que
llegan a su tienda, hombres y mujeres; les preparan comida, conversan, les
ofrecen un té. Por el contrario, las marroquíes no pueden abrir la puerta
de su casa a nadie, si no se encuentra el esposo. A una mujer divorciada
en Marruecos le sobreviene una vida de fracaso, vive prácticamente fuera
de la sociedad, marginada; en cambio, en la sociedad saharaui, una mujer
divorciada tiene más posibilidades de casarse nuevamente y de manera relativamente rápida. Esto es, los prejuicios sociales y la ‘presión social difusa’
–según expresión del francés Duverger– son también opuestos.10
Hay múltiples causas de las diferencias culturales con el resto de
la cultura árabe. Ahí radica parte de la esencia de la identidad del pueblo
saharaui, aunque hay que reconocer lo complicado que resulta comprender
la individualización de su cultura. También es cierto que, al margen de las
naturales diferencias, se observa una cierta cercanía con la cultura mauritana: hay tradiciones semejantes, ambos pueblos hablan hassaní, visten de
la misma manera, comparten la música “haul” (prohibida en los territorios
ocupados); pero también hay distinciones importantes. Por ejemplo, cuando una mujer mauritana tiene una cierta cantidad de dinero disponible,
intenta contratar a una trabajadora para las labores domésticas, aunque no
le quede para cubrir otras necesidades básicas; esta tendencia a deshacerse
del trabajo no existe entre las saharauis, que tienen impresa la cultura del
trabajo y adquieren conciencia de la importancia de producir y que su valor
radica en lo hacen porque les da importancia y ascendencia en la sociedad
e incluso en el trabajo político.11 Buscando los orígenes de esta muestra de
la identidad saharaui y que le da a su cultura un carácter único, se puede
encontrar que está relacionado con la defensa que los primeros pobladores
de esta región tuvieron que emprender para no ser sometidos por los pueblos
vecinos; así se construyó una sociedad cerrada en sí misma, endogámica,
para salvarse del mestizaje a que la querían obligar. Esta situación de defensa
celosa se mantuvo por mucho tiempo y es relevante en la conformación de
la identidad hasta nuestros días.
Parafraseando a la autora Francesca Gargallo, cuando retoma las ideas
de Miriam Hmada, Ministra saharaui, la cultura saharaui enfrenta grandes
desafíos para mantener sus rasgos de identificación original, como los que
se están produciendo con los avances de la comunicación, el internet, el
desarrollo tecnológico, las relaciones internacionales complejas y omnidiHumania del Sur 23
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
reccionales, la intensificación del tráfico de mercancías, la televisión, el cine,
la telefonía celular, la expansión de ideas, los valores artísticos, las normas
de comportamiento social entre los individuos, la problemática ambiental
común, la multipolaridad y los procesos globales propios del paradigma
moderno de la sociedad de la información y del conocimiento.
De ahí que el sistema educativo tenga bien claro que el uso de los
medios de comunicación masiva por parte de grandes potencias y lobbies
como instrumentos del cambio cultural les convierte en los vehículos responsables de la implantación de la cultura del consumismo y la construcción del egoísmo y la avaricia (propia del neoliberalismo a ultranza) y por
ende a la ruptura del tejido social, lo que presenta un reto fundamental de
la dimensión cultural en esa zona. Por estos y otros rasgos de la identidad
social y los retos que se le presentan, es también que el saharaui llega a sentirse más cercano a las naciones latinoamericanas, como México, que a los
propios países árabes. En primer término, como ya se dijo, porque la lengua
española remite a una historia común de colonialismo; y en segundo, en
virtud de que la mayoría de los países árabes han apoyado más al régimen
marroquí que a la justa causa saharaui.12
Otros aspectos culturales importantes que le dan identidad original
y solidez al tejido social saharaui, lo constituyen el baile, el culto a la tercera
edad y la preservación del patrimonio histórico y cultural. En la sociedad
saharaui se baila, bien y variado y con mucha frecuencia, pero siempre con
respeto hacia los mayores, el cual llega a ser tan grande que aun en el parlamento existe una sección reservada únicamente a ellos. Para un joven es
muy vergonzoso fumar delante de un anciano, aunque sea un desconocido;
incluso mirarlo de frente es signo de mala educación. A los ancianos, se les
escucha, se les consulta, se les pide opinión para la toma de decisiones y
por lo general se siguen al pie sus orientaciones, pero no por ello se puede
hablar de una gerontocracia prevaleciente e inamovible en el sistema político,
como ocurre en las teocracias y monarquías árabes, con escasa movilidad
política y poca incorporación de jóvenes, lo cual sí es habitual en la sociedad
saharaui de nuestro tiempo. Por su parte, se dispone de un gran patrimonio
arqueológico y artesanal y se está trabajando para que algunas universidades,
museos e instituciones internacionales coadyuven de varias maneras en su
protección y conservación.
Por su parte, multitud de artistas, académicos e intelectuales han
aportado su esfuerzo solidario en las diferentes campañas. De veinte años a
la fecha, equipos de arqueólogos y antropólogos de diferentes universidades
desarrollan trabajos de campo en yacimientos rupestres de los territorios
24 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Orígenes de la identidad del pueblo saharaui... pp. 13-31.
liberados del Sahara Occidental. Ha sido posible asimismo la creación del
Museo Nacional Saharaui y en los últimos años la sociedad civil española,
no los gobiernos, ha colaborado en la publicación de poesía saharaui contemporánea escrita en español, que no es sólo herencia sino también una
de las expresiones actuales de la identidad cultural saharaui, y muestra al
pueblo saharaui como el único pueblo árabe y africano hispanoparlante. Los
colectivos Generación de la Amistad y Poemario por un Sahara Libre tienen
mucho que ver en ello. La producción y el lanzamiento por empresas privadas
y solidarias de discos de música saharaui al mercado musical promueve la
cultura saharaui a nivel mundial como una labor de protección y difusión
de su patrimonio musical tradicional. Y sea aquí nuestro reconocimiento
a esa gran difusora de la cultura musical saharaui que es Aziza Brahim, a
quien conocimos personalmente en la República de Sudáfrica en 2008 y
a quien hemos calificado como “El canto libertario de la mujer saharaui”.
Para finalizar este apartado, considérese la importancia que tiene para
el pueblo saharaui el constituir una comunidad africana hispanoparlante
plenamente identificada. La razón por la que el habla del Sahara se llama
“hassania” es que la mayoría de los árabes que llegaron allí eran descendientes
de Hassan ben Abdelhadi ben Yafar ben AbiTaleb, pariente de Alí, el yerno
de Mahoma. El hassania, en el idioma común, la del guerrero por antonomasia, de ascendencia árabe y linaje descendiente del Profeta Mahoma.
Empero, a pesar de esta razón histórico-mítica muy difusa entre los saharauis
(que demuestra el éxito en términos culturales de la arabización del Sahara
organizada por los fatimitas), el hassania es una lengua sanhaja-árabe, que
hablan todas las tribus del Sahara Occidental y Mauritania. El sustrato y la
estructura de la lengua es berébere, y sobre él se ha montado el árabe clásico;
asimismo, tiene importantes elementos de las lenguas occidentales con las
que los saharianos entraron en contacto, principalmente el español en el
Sahara Occidental y el francés en el suroeste de Argelia y en Mauritania.
Como lo señala Hash Ahmed recordando al poeta mexicano Octavio Paz,
el idioma español no pertenece a nadie en especial sino que es patrimonio
de todos los pueblos que lo hablan como el saharaui y que de hecho se ha
convertido en un elemento esencial de la identidad nacional, sumado a infinidad de conductas, costumbres y valores sociales propios, que delimitan
claramente a la sociedades saharaui de todas sus vecinas árabe-africanas.
Por ello, se hace énfasis en la no casualidad de que Marruecos, en sus
repetidos intentos anexionistas no haya escatimado recursos para eliminar el
idioma español y erradicar su enseñanza, así como cualquier referencia a la
hispanidad en el Sahara Occidental, sustituyéndola por un afrancesamiento
Humania del Sur 25
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
forzado que se expresa en nombres de calles, ciudades y la capital misma. Y
España, la potencia colonial, desentendida de su responsabilidad histórica,
poco o nada ha hecho para preservar el lenguaje patrimonial que ella misma
creó y heredó, condenándolo a una extinción que solamente ha podido ser
revertida, exitosamente, por la voluntad política y social de los saharauis
que lo han declarado segundo idioma oficial de su Estado emancipado.13
4. La Constitución Política y el Frente Polisario: factores esenciales
para fortalecer la identidad social, la organización política y la
negociación internacional en pos del Estado Saharaui
En cuanto se proclamó la RASD, ésta se dotó de un gobierno (el 3
de marzo de 1976). El congreso nacional del Frente Polisario, en agosto
de 1976 (primer congreso nacional tras el nacimiento del Estado saharaui)
eligió por unanimidad a Mohamed Abdelaziz Secretario Nacional del Frente
Polisario. La RASD dispuso, por primera vez, de una constitución, que
está pensada y redactada sobre la base de las características principales de
la sociedad saharaui, heredadas del pasado: el espíritu de comunidad que
parece predominar todavía en todos los actos de la vida cotidiana (solidaridad
entre todos los miembros del pueblo que favorece la puesta en común de
los recursos disponibles), la naturaleza civil de la sociedad (el pueblo saharaui se adhiere a los valores del pacifismo, de la legalidad y de la primacía
de lo social, aunque se ve forzado a utilizar las armas para defenderse) y la
orientación igualitarista que se manifiesta en todos los niveles y en todos los
sectores del servicio público (alfabetización, comunicación, escolarización,
salud, educación, formación, actividades económicas, etc.).14
Desde 1976, la RASD ha conservado la misma Constitución,
aportándole, a cada congreso nacional del Frente Polisario, algunas modificaciones más o menos importantes, dictadas por las circunstancias como
una exigencia para la buena gestión de la lucha de liberación nacional. En
su preámbulo, la Constitución subraya el triple carácter árabe, africano y
musulmán del pueblo saharaui, el fundamento de su identidad única, así
como su resistencia secular anticolonial de ayer y de hoy para defender su
libertad, su caracterización y su dignidad. El preámbulo indica luego la
voluntad del pueblo saharaui de proseguir su combate libertador hasta el
logro de la soberanía de la RASD en la totalidad de su territorio nacional;
su adhesión a los principios de la justicia y de la democracia enunciados
en la declaración universal de los derechos del hombre y de los pueblos del
28 de junio de 1981; su convicción de que la libertad y la dignidad del
26 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Orígenes de la identidad del pueblo saharaui... pp. 13-31.
hombre sólo son posibles en una sociedad en la cual el derecho es soberano;
su determinación a poner en pie instituciones que garantizan las libertades
fundamentales y los derechos políticos, económicos y sociales del ciudadano,
los derechos relativos a la familia como célula fundamental de la sociedad;
su compromiso por trabajar para la edificación del Gran Magreb, de la
Unidad Africana, de la unidad de la nación árabe y el establecimiento de
relaciones internacionales sobre la base de la cooperación, la concordia, el
respeto mutuo y la instauración de la paz en el mundo.
En suma, la Constitución de la República saharaui refleja la voluntad
de adoptar como fundamentos los principios de la separación de los poderes,
la democracia, las libertades individuales, el respeto de los derechos del hombre, la independencia de la justicia, la libertad de expresión, la garantía de la
propiedad privada, la protección de la familia, entre otros más. Está escrita
sobre la base de la experiencia política, de las tradiciones y de las costumbres, así como de los antecedentes ocurridos antes, durante y después de la
colonización. Adoptada, y enmendada, por el congreso nacional del Frente
Polisario, la Constitución saharaui sigue, pues, imperfecta y no definitiva,
mientras no haya sido sometida a la ratificación del pueblo en su conjunto.
Por consiguiente, tiene carácter provisional hasta el restablecimiento de la
RASD en su territorio.
Por lo que concierne al Frente Polisario, éste es el medio (supremo)
del pueblo saharaui para llevar a cabo su marcha histórica, mientras que la
RASD constituye el marco en el cual el pueblo saharaui realiza el objetivo
de su evolución. A nivel del Frente Polisario, el poder político va de la base
(célula) hasta la cumbre (Secretaría Nacional), mientras que en la RASD, el
poder administrativo va de la cumbre (Presidente) hasta la base (comités).
El congreso nacional, el Secretario General, la Secretaría Nacional, son
los órganos de dirección del Frente Polisario, cuya organización política
básica se compone de células, secciones y departamentos. Legalmente, la
Secretaría Nacional es la depositaria del poder político. Sus miembros son
elegidos (democráticamente) por los representantes del pueblo reunidos
en el congreso nacional. Mientras que los congresos locales y provinciales
(administrativos) se celebran cada año para evaluar la gestión general y elegir a los alcaldes, las conferencias políticas que se celebran cada dieciocho
meses son el marco para la elección de los miembros del CNS (diputados)
y el congreso nacional (político y administrativo) se reúne cada tres años
para la elección de los órganos de dirección y para definir las orientaciones
y la política general. Una vez definidas, éstas no se deben discutir, pero las
modalidades de su aplicación sí son discutibles.15
Humania del Sur 27
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
La estructuración actual (Secretario General, Secretaría Nacional)
ha sustituido la del Secretario General con el Comité Ejecutivo y el buró
Político, abandonada durante el Octavo Congreso Nacional del Frente
POLISARIO (1991) a causa del comportamiento abusivo de algunos
miembros que transformaron el Comité Ejecutivo en una clase de oligarquía
instalada a la cabeza del Frente Polisario y de la RASD. En los años setenta
del siglo pasado, existían dos proyectos nacionalistas opuestos: uno, en el
que la joven elite (esencialmente los estudiantes) encarnaba la corriente
anticolonialista y fundó más tarde el Frente Polisario y el otro, formado
por los representantes saharauis de la administración colonial y los jefes
tradicionales (el Partido de la Unión Saharaui, PUNS, constituido sobre
una base tribal). Muy pronto, el Frente Polisario ganó la confianza de casi
toda la población. El PUNS, por su parte, acabó viviendo sus últimos días
en Marruecos. Hoy se distinguen objetivamente dos corrientes de opinión
dominantes, dentro del Frente Polisario. La primera, da la primacía a la
RASD como culminación de la lucha del pueblo saharaui y considera que
el Frente Polisario es el instrumento con el cual los saharauis deben alcanzar
este objetivo. Esta corriente privilegia generalmente el arreglo del conflicto
entre el Sahara y Marruecos por la vía diplomática. La segunda, estima al
contrario, que el Frente Polisario, en calidad de movimiento de liberación
nacional, es prioritario y que la RASD no es más que un instrumento en las
manos de los saharauis para alcanzar el objetivo final, a saber, la liberación
de la nación, incluso a través de la lucha armada.16
Es más que evidente que en este debate, más filosófico que político,
la divergencia entre estas dos corrientes se nota exclusivamente al nivel de
la concepción de los métodos de lucha y no al nivel de la finalidad de la
lucha llevada por el pueblo saharaui. No se olvide esta premisa. El Frente
Polisario no es un partido, ya que representa al pueblo entero; no es una
máquina gubernamental, ya que incluye a los gobernantes y a los gobernados.
Es un frente nacional. Oficialmente es el partido del pueblo, y de todo el
pueblo, y es parte de su identidad. Ha superado a todos sus rivales, y se ha
identificado con toda la sociedad, por eso es un elemento infaltable en el
robustecimiento de la identidad del pueblo saharaui. Es la forma superior
de organización política de un pueblo insigne en su lucha nacional para
liberar totalmente y definitivamente el territorio de la RASD de la ocupación
extranjera y para edificar una sociedad democrática moderna.
28 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Orígenes de la identidad del pueblo saharaui... pp. 13-31.
5. Reflexión final
Ha sido hasta una época relativamente reciente que se ha planteado,
discutido y escrito en distintos escenarios políticos nacionales e internacionales, sobre la realidad y la problemática que identifica al Sahara Occidental, antes Sahara español. Particularmente se ha centrado el debate en
las acciones y resoluciones de las Naciones Unidas, emitidas con base en el
derecho internacional y en la política mundial, para determinar el derecho
a la autodeterminación y a la independencia plena del pueblo saharaui para
constituir un Estado libre y soberano, reconocido por todas las naciones
del orbe. Empero, muy poco, o casi nada, se ha hablado y conocido acerca
de su historia, de su sentir, de los orígenes de su identidad, su cultura, sus
valores y su cosmovisión árabe y africana. Por eso estas breves notas nos han
permitido conocer, al menos en sus rasgos generales, esta dimensión sociológica de su existencia para agregarla a la valerosa y legítima resistencia de una
sociedad admirable para lograr el anhelo que todos los pueblos de la tierra
han compartido a lo largo de su devenir; y que es, justamente, la prerrogativa
de decidir por sí mismos a partir de su identidad propia e indiscutible y a
tener en sus manos la conducción de sus propios destinos. Para tal efecto,
se propusieron tres parámetros para centrar el análisis: primero, el origen
de la identidad del pueblo saharaui localizado en la historia africana, el Islam, el sistema tribal y la colonización; segundo, la cultura como principal
vehículo de consolidación de la identidad del pueblo saharaui; y tercero,
la Constitución Política y el Frente Polisario, como factores esenciales del
afianzamiento y divulgación internacional de la identidad nacional.
Notas
1
2
3
4
5
Arts, Karin y Pinto Leite, Pedro (Eds.) (2006). International Law and the
question of Western Sahara. La Haya, Países Bajos. Consúltese en la Sección
I el trabajo de Toby Shelley, Resistance and Colonilism: Building the Sahara
wiIdentity, pp. 31-36.
Gargallo, Francesca, Saharauis (2014) La sonrisa del sol. México: Editorial
Corte y Confección, pp. 5-6.
Sayeh, Ismail (1998). Les Sahraouis. Paris: Ediciones L’Haramattan, pp. 56
y ss.
Diego Aguirre, José Ramón. (1979). Historia del Sahara Español. Madrid:
S/E, pp. 501-503.
Rojas Ortiz, Monserrat (2010). La proscripción del mantenimiento de colonias y
territorios no autónomos. Tesis de Licenciatura en Relaciones Internacionales.
México: FCPS, UNAM.
Humania del Sur 29
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
Gargallo, Francesca, op. cit, pp 84 y ss.
Mulay Alí Hamadi, Ahmed (2009). “Oralidad en la Sociedad Saharaui”,
Ponencia presentada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. México:
UNAM.
Velázquez Elizarrárás, Juan Carlos (2008) “Los derechos humanos
fundamentales en el Sahara Occidental. Una visión de Relaciones
Internacionales”, Ponencia presentada en Conferencia Mundial sobre
Multilateralismo y Derecho Internacional: el Sahara Occidental un Estudio
de Caso, Pretoria: Universidad de Pretoria, Pretoria, Sudáfrica.
Badie, Bertrand y Hermet, Guy (1993). Política Comparada. México: Fondo
de Cultura Económica, pp. 77-82.
Duverger, Maurice (1969). Instituciones políticas y derecho constitucional.
España: Ariel, p. 234.
Información transmitida por Aminetu Haidar, en conversación informal
sostenida con el autor, Embajada de la RASD en Sudáfrica, Pretoria, 6 de
diciembre de 2008. Hemos denominado a esta gran luchadora social como
“La Voz Femenina de la Rebelión Saharaui”.
De Froberville, Martine (1996). Sahara Occidental. La confianceperdue. París:
Editions L’Harmattan. Revisar en especial el apartado La Paix en Danger,
pp. 209-239.
Hash, Ahmed (2009). “El español como espacio de encuentro con
comunidades hispanoparlantes. Su impacto político”, Conferencia magistral,
Embajada de la RASD en México.
Velázquez Elizarrarás, Juan Carlos (2010). La Política Comparada ante las Grandes
Pugnas Modélicas. México: UNAM. Ver el Capítulo VIII El Sistema Político
de la República Árabe Saharaui Democrática, pp. 506-566.
Velázquez, El Estudio de Caso…, op. cit., pp. 533-534.
Coloquio de los Juristas sobre el Sahara Occidental, Asamblea Nacional,
L’Harmattan, 2001. Al respecto, revisar la Ponencia del profesor Claude
Bontems: “El derecho de los saharauis a la autodeterminación, recordatorio
de los grandes principios”, pp. 37-46.
Referencias
Arts, Karin y Pinto Leite, Pedro (Eds.). (2006). International Law and thequestion
of Western Sahara. La Haya, Países Bajos: S/E.
Gargallo, Francesca (2014). Saharauis. La sonrisa del sol. México: Editorial Corte
y Confección.
Badie, Bertrand y Hermet, Guy (1993). Política Comparada. México: Fondo de
Cultura Económica.
Coloquio de los Juristas sobre el Sahara Occidental, Asamblea Nacional, L’Harmattan.
30 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Carlos Velázquez Elizarrarás
Orígenes de la identidad del pueblo saharaui... pp. 13-31.
De Froberville, Martine (1996). Sahara Occidental. La confianceperdue. París:
Editions L’Harmattan.
Diego Aguirre, José Ramón. (1979). Historia del Sahara Español. Madrid: S/E.
Duverger, Maurice (1969). Instituciones políticas y derecho constitucional. España:
Ariel.
Hash, Ahmed (2009). “El español como espacio de encuentro con comunidades
hispanoparlantes. Su impacto político”, Conferencia magistral, Embajada
de la RASD en México.
Información transmitida por Aminetu Haidar, en conversación informal sostenida
con el autor, Embajada de la RASD en Sudáfrica, Pretoria, 6 de diciembre
de 2008.
Mulay Alí Hamadi, Ahmed (2009). “Oralidad en la Sociedad Saharaui”, Ponencia
presentada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. México: UNAM.
Rojas Ortíz, Monserrat (2010). La proscripción del mantenimiento de colonias y
territorios no autónomos, Tesis de Licenciatura en Relaciones Internacionales.
México: FCPS, UNAM.
Sayeh, Ismail (1998). Les Sahraouis, París: Ediciones L’Harmattan.
Velázquez Elizarrarás, Juan Carlos (2008). “Los derechos humanos fundamentales
en el Sahara Occidental. Una visión de Relaciones Internacionales”,
Ponencia presentada en Conferencia Mundial sobre Multilateralismo y
Derecho Internacional: el Sahara Occidental un Estudio de Caso. Pretoria:
Universidad de Pretoria.
Velázquez Elizarrarás, Juan Carlos (2010). La Política Comparada ante las Grandes
Pugnas Modélicas. México: UNAM.
Velázquez Elizarrarás, Juan Carlos (2007). El Estudio de Caso en las Relaciones
Jurídicas Internacionales. México: UNAM.
Humania del Sur 31
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Soroeta Liceras
La condición jurídica de Marruecos y España en el Sahara Occidental... pp. 33-52.
La condición jurídica de Marruecos
y España en el Sahara Occidental
Juan Soroeta Liceras
Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea
San Sebastián-España
[email protected]
Resumen
El Sáhara Occidental es un Territorio No Autónomo pendiente de descolonización.
España, que lo sometió a dominación colonial desde 1884, sigue siendo, de
conformidad con el Derecho internacional, la Potencia Administradora del
territorio, de modo que Marruecos no es la Potencia Administradora del mismo,
sino una potencia ocupante: su condición jurídica en el territorio es la misma que
la de Israel en los territorios ocupados palestinos. Ahora bien, lejos de cumplir con
sus obligaciones internacionales, los sucesivos gobiernos de la democracia española
han venido apoyando la posición del Estado ocupante bajo la falacia de mantener
una posición de “neutralidad activa”.
Palabras clave: Sáhara Occidental, Territorio No Autónomo, Potencia
Administradora, Potencia Ocupante, autodeterminación.
The legal status of Morocco and Spain in Western Sahara
Abstract
Western Sahara is a Non-Self-Governing Territory, therefore pending decolonization.
Spain, which submitted it to colonial domination since 1884, remains, in accordance
with International Law, the Administering Power of the territory, and hence rather
than being the Administering Power of Western Sahara, Morocco is its Occupying
Power: its legal status is similar to that of Israel in the occupied Palestinian territories.
However, far from complying with its international obligations, Spain’s successive
democratic Governments have supported the position of the occupying State under
the fallacy that it holds a position of “active neutrality.”
Keywords: Western Sahara, not-autonomous territory, administering
power, occupying Power, self-determination
Recibido: 13-6-14 / Aceptado: 29-10-14
Humania del Sur 33
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
1. Introducción. De la colonización española a la ocupación del
territorio
El comienzo de la colonización española del territorio del Sahara
Occidental, conocido desde entonces como “Sahara Español”, se suele
situar en los últimos años del siglo XIX, coincidiendo con la Conferencia
de Berlín, lo cierto es que, a diferencia de la emprendida por la mayoría de
Estados que participaron en el reparto del continente africano, realmente
no llegó a ponerse en práctica de forma efectiva, es decir, explotando en
beneficio de la potencia colonial los recursos naturales del territorio, hasta
los años sesenta del siglo XX, cuando se descubrió la existencia de los ricos
yacimientos de fosfatos en la zona de Bucraa. Si hasta entonces los sucesivos
gobiernos españoles habían defendido su presencia en África para mantener
vivo el mito de su ya desaparecido imperio colonial tras su derrota en Filipinas en 1898, a partir de entonces tomaron conciencia de los beneficios
económicos que le podía reportar la explotación de estos recursos mineros.
De esta forma, empujando las agujas en sentido contrario a las del reloj de la
historia, España inició la colonización efectiva del territorio en el momento
en el que el resto de los Estados europeos llevaban a cabo el proceso de
descolonización y la mayoría de los territorios coloniales africanos se convertían en nuevos Estados. Así, pese a que no se puede negar la confluencia
de otros intereses en el control del territorio, tanto de carácter económico
como estratégico, las razones iniciales de la presencia española en las costas
del Sahara Occidental no atendían en la misma medida que otros Estados
europeos al tradicional objeto de la colonización.
En el ámbito de las Naciones Unidas el conflicto saharaui cobró relevancia a partir de 1955, año en el que España ingresó en la organización.
Desde entonces, la Asamblea General le exigió que cumpliera sus obligaciones en tanto que Potencia Administradora de un territorio colonial, de
conformidad con el artículo 73 e) de la Carta, obligaciones que se resistía
a cumplir bajo el peregrino argumento de que sus posesiones coloniales no
eran tales, sino “provincias de ultramar”. La Resolución 1541 (XV) de la
Asamblea General estableció los “Principios que deben servir de guía a los
Estados miembros para determinar si existe o no la obligación de transmitir la
información que se pide en el inciso e) del artículo 73 de la Carta”, en virtud de
los cuales quedaba claro que las posesiones coloniales de España y Portugal
eran territorios no autónomos. Poco más tarde, la Resolución 1542 (XV)
tomaba nota de la decisión española de comenzar a transmitir la información
a que se refiere el mencionado artículo 73 e); desde entonces se incluyó el
34 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Soroeta Liceras
La condición jurídica de Marruecos y España en el Sahara Occidental... pp. 33-52.
“Sahara Español” en la lista de Territorios No Autónomos, y por tanto,
pendientes de descolonización.
En abril de 1974, tras la Revolución de los Claveles en Portugal, que
tuvo entre otras consecuencias la renuncia de este país a su imperio colonial
y la inmediata independencia de sus antiguas dependencias africanas, España
se vio obligada a poner finalmente en marcha el proceso de descolonización
del territorio. Es cierto que la situación interna convirtió el problema de la
descolonización en una cuestión de segundo orden, ante la incertidumbre
que provocaba la inminente desaparición del dictador sobre el futuro del
país, pero dada su aparente incapacidad para hacerse cargo del proceso
de descolonización, lo que debió hacer es entregar la administración del
territorio a las Naciones Unidas, o, en su caso, a la población autóctona
del territorio, en vez de entregarlo a quienes, sin título jurídico para ello,
reclamaban la soberanía sobre el mismo. Como es sabido, a través de los
acuerdos de Madrid, concluidos el 14 de noviembre de 1975, días antes
de que falleciera Franco, España pretendió ceder la administración del territorio a una supuesta administración interina, de la que formaban parte
Marruecos y Mauritania, lo que no entra entre los poderes de las potencias
administradoras, y que, en realidad, supuso abiertamente la entrega del
territorio a estos dos países1.
A partir de entonces y hasta la entrada en vigor del alto al fuego, el
6 de septiembre de 1991, el Frente POLISARIO, movimiento de liberación nacional a quien las Naciones Unidas reconoce tanto la condición de
“único y legítimo representante del pueblo saharaui”, como la legitimidad
para hacer uso de la fuerza, llevó a cabo una guerra de liberación nacional
contra los dos Estados que invadieron en noviembre de 1975 el territorio.
Mauritania puso punto final a su presencia en el territorio en 1979, tras
concluir un acuerdo de paz con el Frente POLISARIO y reconocer a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), momento en el que Marruecos
ocupó inmediatamente el territorio que había abandonado ese Estado, pese
a que en 1976, a través de un acuerdo bilateral mauritano-marroquí, había
“renunciado” a esa parte del territorio saharaui, al “reconocer” la soberanía
mauritana sobre el mismo.
En la actualidad el pueblo saharaui está físicamente dividido entre
quienes permanecen en su tierra bajo la ocupación militar marroquí, quienes
lo hacen en la parte del territorio que se encuentra bajo el control del Frente
POLISARIO al sur del muro marroquí que cercena la integridad territorial
saharaui, quienes viven en la diáspora y quienes sobreviven en lamentables
condiciones en los campamentos de refugiados situados en Tinduf, al sur
Humania del Sur 35
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
de Argelia, a donde se vieron obligados a huir en 1975 bajo el bombardeo
de la aviación marroquí.
El 30 de agosto de 1988 Marruecos y el Frente POLISARIO negociaron el denominado Plan de Arreglo, que establecía la forma en que se
habría de poner fin al conflicto, mediante la celebración de un referéndum
de autodeterminación2. En 1990 el Consejo de Seguridad aprobó tanto el
Plan de Arreglo como el Plan de Aplicación de éste. De acuerdo con este Plan,
la Resolución 690 (1991) del Consejo de Seguridad creó la Misión de las
Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (MINURSO), con
la función principal de organizar el referéndum de autodeterminación, que
debía celebrarse en un plazo de seis meses. Pero un acontecimiento histórico
iba a dar al traste con la autodeterminación del territorio: en aquellas fechas
dio comienzo una cruenta guerra civil en Argelia, que se llevó por delante la
vida de cerca de 200.000 personas, y Hassan II, consciente de que el apoyo
argelino a los saharauis era clave para el desarrollo del conflicto, decidió
ya entonces que el referéndum no se celebraría nunca y utilizar el Plan de
Paz como forma de posponer indefinidamente la resolución del conflicto.
Lo cierto es que, tras más de dos décadas desde que se aprobara el
Plan de Paz, el paso del tiempo tiende a cubrir la historia con un manto de
polvo que conviene quitar periódicamente para recordar el auténtico origen
del conflicto. Posiciones interesadas de algunos Estados, entre los que destaca
por mérito propio Francia, defienden que el derecho de autodeterminación
es un derecho obsoleto, que el status quo del territorio es ya inamovible, y
que transcurridos ya casi cuarenta años desde que Marruecos “recuperó las
provincias del sur” hay que olvidarse de soluciones decimonónicas. En las
líneas que siguen voy a recordar los elementos principales del conflicto; en
especial, la condición jurídica del territorio y la de los principales actores en
él: España, Marruecos y el binomio RASD-Frente POLISARIO.
2. El estatuto jurídico del territorio
2.1. El Sahara Occidental es un Territorio No autónomo. Por lo tanto,
ni el territorio forma parte de la integridad territorial de Marruecos, ni
los saharauis son marroquíes
El territorio del Sahara Occidental
Como punto de partida, y como queda dicho, debe recordarse que
el Sahara Occidental es un Territorio No Autónomo (en adelante, TNA),
36 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Soroeta Liceras
La condición jurídica de Marruecos y España en el Sahara Occidental... pp. 33-52.
que figura desde 1960 en la lista de TNA de la ONU y en la agenda de
la Cuarta Comisión (Política Especial y de Descolonización). Aunque es
cuestión indiscutida, cabe recordar que tal y como habían expresado ya
en 1975 varios de los jueces que participaron en el Dictamen de la Corte
Internacional de Justicia (en adelante, CIJ), “España no podría ni reconocer
el derecho de otro Estado a reivindicar el territorio, ni admitir la existencia
de títulos de soberanía, ni convenir en la participación del territorio, ni
decidir su explotación en común, ni adjudicarse a sí misma la soberanía”.
Décadas más tarde, el Secretario General Adjunto de Asuntos Jurídicos, Hans Corell, estableció, a pregunta formulada por el Presidente del
Consejo de Seguridad, que los acuerdos tripartitos de Madrid, por los que
España pretendió poner fin a sus obligaciones en el Sahara Occidental, “no
transfirieron la soberanía sobre el Territorio ni confirió a ninguno de los
signatarios la condición de Potencia Administradora, condición que España,
por sí sola, no podía haber transferido unilateralmente”, de forma que la
transferencia de la autoridad administrativa sobre el territorio a Marruecos
y Mauritania en 1975 no afectó la condición internacional del Sahara Occidental como TNA (Informe de 12 de febrero de 2002).
La Resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General de las Naciones
Unidas, aprobada el 24 de octubre de 1970, afirmó que “el territorio de
una colonia u otro TNA tiene, en virtud de la Carta, una condición jurídica
distinta y separada de la del territorio del Estado que lo administra; y esa condición jurídica distinta y separada conforme a la Carta existirá hasta que el
pueblo de la colonia o el territorio no autónomo haya ejercido su derecho
de libre determinación de conformidad con la Carta y en particular, con
sus propósitos y principios”. La aplicación de esta resolución, que estableció
los principios estructurales sobre los que se asienta el Derecho internacional
contemporáneo, al TNA del Sahara Occidental significa lisa y llanamente,
que la descolonización no se dará por concluida hasta que el pueblo saharaui ejerza su derecho a la libre determinación. El objetivo que perseguía
la Asamblea General de la ONU al declarar que la condición jurídica de un
TNA es distinta y separada de la del territorio del Estado que lo administra
era impedir la asimilación jurídica del territorio colonial al de éste, y tenía
un doble destinatario: el territorio mismo y sus habitantes. De esta forma
se declaraba la nulidad, desde la perspectiva del Derecho Internacional,
de la política asimiladora de provincialización emprendida por España y
Portugal en los años cincuenta, que pretendió convertir, por una parte, a
los territorios coloniales en “Provincias de Ultramar”, y por ello, en parte
de su territorio nacional, y, por otra, a sus habitantes en nacionales suyos.
Humania del Sur 37
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Así, por lo que se refiere a la condición jurídica de los TNA, y con
independencia de la voluntad de las potencias administradoras, el Sahara
Español nunca fue parte de España, y el Sahara Occidental no ha sido nunca, ni es hoy parte de Marruecos. Esta afirmación tiene como consecuencia
inmediata la soberanía permanente del pueblo saharaui sobre sus recursos naturales, lo que significa que la explotación de los recursos naturales del Sahara
Occidental sólo será legal si se realiza con el visto bueno de sus representantes
y en beneficio del pueblo saharaui. El Sahara Occidental sigue pendiente de
descolonización, por lo que la explotación de sus recursos naturales (pesca,
fosfatos, petróleo, etc.) es y seguirá siendo ilegal mientras el Frente POLISARIO, “único y legítimo representante del pueblo saharaui”, no dé su visto
bueno a la misma, y el destinatario de los beneficios de tal explotación no sea
el pueblo saharaui. En este sentido, el mencionado Informe de Hans Corell
de 2002 señalaba que “(…) las actividades de exploración y explotación,
de seguir llevándose a cabo sin atender a los intereses y deseos del pueblo
del Sahara Occidental, infringirían los principios jurídicos internacionales
aplicables a las actividades relacionadas con los recursos minerales en los
Territorios no autónomos”. En consecuencia, para que la explotación de los
recursos naturales del territorio sea legal se requieren dos condiciones: que
se realice respetando los intereses (en beneficio de su población) y deseos
de la población (expresados a través de quien, según las propias Naciones
Unidas, ostenta la condición de su “único y legítimo representante”, el
Frente POLISARIO).
Por todo ello, Marruecos ni puede explotar los recursos naturales del
Sahara Occidental en beneficio propio, ni puede negociar tal explotación
con terceros Estados. Por ello, y entre otros, los tratados en materia de
pesca concluidos con Marruecos, primero por España en los años ochenta
del siglo pasado, y después por la Unión Europea con Marruecos (incluido,
obviamente, el actualmente en vigor), son nulos de pleno derecho y violan
el Derecho Internacional, en la medida en que incluyen junto a las aguas
jurisdiccionales marroquíes las del Sahara Occidental.
La población saharaui
Por otra parte, tal y como estableciera la CIJ, la condición jurídica
distinta y separada del TNA hace referencia tanto al territorio como a sus
habitantes, lo que significa que, globalmente considerados, los saharauis
nunca fueron españoles cuando el territorio era administrado por España,
ni son marroquíes desde la ocupación del territorio por este Estado. Cosa
distinta es que los Estados que administran un TNA reconozcan a los
38 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Soroeta Liceras
La condición jurídica de Marruecos y España en el Sahara Occidental... pp. 33-52.
habitantes de los mismos el derecho a adquirir su nacionalidad, puesto
que la competencia exclusiva a la hora de establecer las condiciones para la
adquisición de la nacionalidad forma parte de la soberanía de los Estados.
Esto quiere decir que, en caso de cumplir la normativa establecida por cada
Estado, los habitantes de los TNA podrían adquirir libre y voluntariamente
su nacionalidad. Pero este vínculo debe ser voluntario, y el derecho a adquirir una nacionalidad debe ser ejercitado de forma individual, puesto que
lo que el Derecho Internacional prohíbe son las medidas de naturalización
colectiva de los habitantes de un determinado TNA, que es lo que pretendió
España en 1957.
Hasta fechas recientes, la Dirección General de Registros y Notariado (DGRN) venía denegando la nacionalidad española o la condición
de apátrida a los saharauis que lo solicitaban y que poseían pasaporte de
Marruecos o de Argelia. En su opinión, quienes poseían el pasaporte de
Marruecos eran marroquíes, obviando que se trata de ciudadanos de un
territorio ocupado, del que solo pueden salir con los documentos expedidos por la Potencia Ocupante, y que Marruecos no tiene la capacidad de
convertir a los saharauis en nacionales suyos: el TNA del Sahara Occidental
sigue teniendo “una condición jurídica distinta y separada”. Igualmente la
DGRN entendía que quienes poseían el pasaporte argelino, eran argelinos,
haciendo caso omiso de algo de lo que era consciente: el pasaporte no es
más que un documento de viaje expedido por las autoridades argelinas a
los refugiados en los campamentos. En consecuencia, ante los Estados que
reconocen a la RASD, los saharauis tienen su propia nacionalidad: son
saharauis; ante los demás Estados, los saharauis que no han adquirido otra
nacionalidad (española u otra) son apátridas, y lo seguirán siendo hasta
que se celebre un referéndum de autodeterminación en el que se decida el
estatuto definitivo del territorio.
2.2. España es la Potencia Administradora
Tal y como ha señalado reiteradamente la Asamblea General de la
ONU, “a falta de una decisión de la propia Asamblea General, en el sentido de que un TNA había alcanzado la plenitud del gobierno propio de
conformidad con el Capítulo XI de la Carta, la Potencia Administradora
interesada debía seguir transmitiendo información en virtud del inciso e)
del artículo 73 de la Carta con respecto a ese territorio” (véase por ejemplo
la Resolución 58/102 de la Asamblea General de las Naciones Unidas,
aprobada el 17 de diciembre de 2003). De acuerdo con esta Resolución, es
evidente que España sigue siendo la Potencia Administradora del territorio.
Humania del Sur 39
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
España tenía dos posibles opciones, si es que, dadas las circunstancias
internas, llegó a la conclusión de que no tenía capacidad para concluir con
éxito el proceso de descolonización del territorio que había comenzado
años antes: bien abandonar el territorio entregando su administración a las
autoridades autóctonas, es decir, al pueblo saharaui, bien dejarlo en manos
de una administración internacional a cargo de las Naciones Unidas, que es
quien, de acuerdo con la Carta, le atribuyó su administración, con la obligación expresa de promover el desarrollo del territorio y de su población. Lo
que nunca debió hacer fue precisamente lo que hizo: entregar el territorio a
Marruecos y Mauritania, que habían anunciado ya su intención de ocuparlo.
Lamentablemente, lejos de cumplir las obligaciones que le impone
la Carta de la ONU como Potencia Administradora, España ha venido
apoyando sin disimulos la anexión del territorio al defender en cuantos
foros oficiales ha tenido la ocasión el plan de autonomía marroquí, cuya
denominación no consigue ocultar que se trata simple y llanamente de una
forma de integración del territorio en Marruecos. Su posición, ya asentada
con independencia del color del gobierno de turno, es la de “mantener
una neutralidad activa” ante las negociaciones de paz, como si cupiera la
equidistancia entre quien viola el Derecho internacional y quien sufre sus
consecuencias. Ante la aplicación del Derecho no cabe la neutralidad: quien
no apoya y presiona para que se aplique está promoviendo su violación.
2.3. Marruecos no es la Potencia Administradora, sino la Potencia
Ocupante
Marruecos no es la Potencia Administradora
Los acuerdos de Madrid, a través de los cuales España pretendió entregar el territorio a Marruecos y Mauritania el 14 de noviembre de 1975,
no supusieron una transferencia de la soberanía sobre el Territorio, entre
otras razones porque España tan sólo era administradora del mismo. En este
sentido debe interpretarse el Comunicado conjunto hispano-argelino concluido pocos años más tarde (1 de mayo de 1979), en el que España afirmaba
que “el hecho de haber puesto definitivamente fin a su administración del
Territorio el 26 de febrero de 1976 no podía significar una transferencia
de soberanía tratándose de un territorio no autónomo, en el sentido del
artículo 73 de la Carta de las Naciones Unidas”.
Más contundente fue la postura del Comité ad hoc de la Organización
para la Unidad Africana, actual Unión Africana, que el 23 de junio de 1979
40 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Soroeta Liceras
La condición jurídica de Marruecos y España en el Sahara Occidental... pp. 33-52.
aprobó la Resolución AHG.92 (XV), en la que afirmaba que “el acuerdo
de Madrid no establece la transferencia de la administración del territorio
a Marruecos y Mauritania y no constituye una transferencia de soberanía”.
En la actualidad el máximo reflejo de esta realidad es que la República Árabe
Saharaui Democrática (RASD) es miembro de pleno derecho de la Unión
Africana, mientras que Marruecos perdió tal condición cuando abandonó
la Organización, como consecuencia de la admisión de la RASD.
Pero quizás el documento de referencia en la materia sea el Informe
del 29 de enero de 2002, que el Asesor Jurídico y Secretario General Adjunto de Asuntos Jurídicos de las Naciones Unidas, Hans Corell, emitió
a petición del Presidente del Consejo de Seguridad, sobre “la legalidad,
en el contexto del Derecho internacional, incluidas las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad y la Asamblea General de las Naciones
Unidas y los acuerdos relativos al Sahara Occidental, de las medidas
que habrían tomado las autoridades de Marruecos, a saber, la licitación
y la firma de contratos con empresas extranjeras para la exploración de
recursos minerales en el Sahara Occidental”3. Entre otras cuestiones, este
informe establece lo siguiente:
El Acuerdo de Madrid no transfirió la soberanía sobre el Territorio
ni confirió a ninguno de los signatarios la condición de Potencia
Administradora, condición que España, por sí sola, no podía haber
transferido unilateralmente. La transferencia de la autoridad administrativa
sobre el Territorio a Marruecos y Mauritania en 1975 no afectó la condición
internacional del Sahara Occidental como Territorio no autónomo.
Tras la retirada de Mauritania del Territorio en 1979 y la concertación
del acuerdo mauritano-saharaui de 19 de agosto de 1979, Marruecos ha
administrado el Territorio del Sahara Occidental por sí sólo. Marruecos,
sin embargo, no figura como la Potencia Administradora del Territorio en
la lista de Territorios no autónomos de las Naciones Unidas.
Es importante recordar e insistir en que Marruecos no es la Potencia
Administradora del territorio, entre otras razones, porque en algunos de los
últimos informes realizados tanto por el Secretario General de la ONU como
por la asesoría jurídica del Parlamento Europeo se ha deslizado, intencionadamente o no, la expresión “Potencia Administradora de facto” para referirse
a Marruecos. En Derecho Internacional no existe la institución de Potencia
Administradora de facto. La Carta de las Naciones Unidas reconoce ciertos
derechos y obligaciones a las Potencias Administradoras con el objeto de
promover el desarrollo político, económico, social y cultural de los territoHumania del Sur 41
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
rios no autónomos. Marruecos nunca ha tenido tal condición y es única y
exclusivamente la Potencia Ocupante ilegal del territorio.
Marruecos es la Potencia Ocupante
La puesta en práctica de los Acuerdos de Madrid condujeron a una
situación de violación permanente del Derecho Internacional, puesto que
dieron lugar a una ocupación ilegal del territorio, primero parcial por parte
de Marruecos y Mauritania, y luego completa tras la retirada de este último Estado del Territorio, en violación, entre otras, de la Resolución 2625
(XXV) que establece que no se reconocerá como legal ninguna adquisición
territorial derivada de la amenaza o el uso de la fuerza. Esta es la razón por
la cual ningún Estado, ni siquiera Francia, su más incondicional aliado, ha
reconocido la anexión.
Desde antes incluso de que Marruecos ocupara el territorio por medio
de la Marcha Verde, el Consejo de Seguridad le había requerido para que
no la llevara a cabo, y, una vez realizada, le exhortó para que se retirara de
él -Resoluciones 379 (1975), del 2 de noviembre, y 380 (1975), del 6 de
noviembre-.
En el mismo sentido, resoluciones de otros órganos de las Naciones Unidas han calificado expresamente la situación de ocupación. Así,
por ejemplo, cuando tras la retirada del conflicto bélico por parte de
Mauritania, Marruecos ocupó la parte del territorio que dejaba este
país, la Resolución 34/37 de la Asamblea General de la ONU, del 21
de noviembre de 1979, además de legitimar la lucha armada del Frente
POLISARIO, deploraba profundamente “la agravación de la situación,
como consecuencia de la persistente ocupación del Sahara Occidental
por Marruecos, y de la ampliación de esa ocupación al territorio recientemente evacuado por Mauritania”. En el mismo sentido, cabe recordar
la Resolución 12 (XXXVII), del 6 de marzo de 1981, de la Comisión de
Derechos Humanos sobre “Negación al pueblo del Sahara Occidental
de su derecho a la libre determinación y de otros derechos humanos
fundamentales como consecuencia de la ocupación de su territorio por
Marruecos”, en la que “deplora la persistente ocupación del Sahara Occidental por Marruecos”4.
El estatuto jurídico de Marruecos en los territorios ocupados saharauis es similar al de Israel en los territorios ocupados palestinos. En este
sentido resulta ilustrativa la opinión que la Corte Internacional de Justicia
emitió en 2004 en relación con el derecho aplicable en estos últimos en
su Dictamen sobre la legalidad de la construcción del muro en los territorios
42 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Soroeta Liceras
La condición jurídica de Marruecos y España en el Sahara Occidental... pp. 33-52.
ocupados palestinos, en el que extrajo las siguientes conclusiones, aplicables
mutatis mutandis a los territorios ocupados saharauis:
a) Aunque Israel no es parte del IV Convenio La Haya sobre leyes y uso
de la guerra terrestre (1907), éstos son de plena aplicación en los
territorios ocupados, porque forma ya parte del Derecho internacional
consuetudinario.
b) El IV Convenio Ginebra de 1949 sobre protección de personas civiles
en tiempo de guerra (del que son partes tanto Israel como Jordania),
es aplicable de iure en los territorios ocupados. Marruecos, potencia
ocupante del Sahara Occidental desde 1975 y España, Potencia
Administradora, son Estados partes de esta IV Convención desde
1956 y 1952 respectivamente.
c) Israel alegaba la inaplicabilidad en los territorios ocupados del
Derecho Internacional de los Derechos Humanos, y en especial, de los
dos Pactos Internacionales de 1966 y de la Convención del Niño
de 1989, de los que es Estado Parte, con el argumento de que el
objetivo de estos tratados es proteger a los ciudadanos de sus propios
gobiernos en tiempos de paz, por lo que serían incompatibles con el
Derecho humanitario. Como señalara la Corte, “los redactores de los
Pactos no tenían intención de permitir que los Estados eludieran sus
obligaciones al ejercer su jurisdicción fuera del territorio nacional”.
d) Aunque Israel aseguraba que la construcción del muro era
estrictamente provisional, la Corte afirmó que “la construcción del
muro y su régimen conexo crean un hecho consumado en razón de
que podría muy bien llegar a ser permanente, en cuyo caso, y pese a
la caracterización formal del muro por Israel, ello equivaldría a una
anexión de facto”. Esta conclusión es aplicable del mismo modo al
muro construido por Marruecos en el Sahara Occidental, que divide
en dos el territorio.
De acuerdo con estas conclusiones, la Corte estableció las siguientes
consecuencias jurídicas, igualmente aplicables a Marruecos respecto del Sahara
Occidental:
a) Israel debe poner fin a sus violaciones del Derecho internacional;
b) Todos los Estados tienen la obligación de no reconocer la situación
ilegal y de no prestar ayuda o asistencia para el mantenimiento de la
misma.
Humania del Sur 43
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
c) Todos los Estados partes en el IV Convenio de Ginebra relativo a la
protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra, tienen
además la obligación, dentro del respeto por la Carta de las Naciones
Unidas y el Derecho internacional, de hacer que Israel respete el
Derecho internacional humanitario incorporado en dicho Convenio.
d) La ONU, y en especial la Asamblea General y el Consejo de
Seguridad, deberían considerar, teniendo debidamente en cuenta la
presente opinión consultiva, qué medidas adicionales son necesarias
para poner fin a la situación ilegal existente.
Si la cuestión del Sahara Occidental llegara nuevamente a la Corte
Internacional de Justicia, ésta no tendría más remedio que repetir estos
mismos argumentos en relación con la condición jurídica de Marruecos en
el territorio y las obligaciones del resto de los Estados.
3. La situación actual en los campamentos de refugiados y en los
territorios ocupados. Gdeim Izik y la dignidad de un pueblo
La resistencia en los campamentos de refugiados
Como queda dicho, desde 1975 el pueblo saharaui sufre de forma
diferente las consecuencias de la ocupación: en su propia tierra bajo la represión marroquí, en las condiciones de pura supervivencia de los refugiados
en la hammada argelina, y en las inherentes a las de toda diáspora.
Las condiciones de vida en los campamentos de refugiados son cada
día más difíciles. La proliferación de conflictos en todo el mundo desde aquél
año fatídico, unido a la grave crisis económica que, de una manera u otra,
incide en todo el mundo, ha hecho que la partida de la ayuda humanitaria
destinada a los campamentos saharauis por las Naciones Unidas se haya ido
reduciendo año tras año. Lo mismo ocurre con la ayuda de la Unión Europea,
que en determinados momentos álgidos de las negociaciones se ha llegado
a utilizar, incluso, para presionar a las autoridades saharauis. Por su parte,
la ayuda destinada por la Potencia Administradora a los campamentos de
refugiados tan solo sirve para tratar de justificar un merecido sentimiento de
culpa ganado a pulso por los sucesivos gobiernos españoles de la democracia,
que, con independencia de su color político, se han posicionado siempre
abiertamente a favor de la potencia ocupante. En este ámbito existe un
evidente divorcio entre el pueblo español y sus gobernantes. Finalmente,
otro factor, recordado por el propio Secretario General de la ONU en su
44 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Soroeta Liceras
La condición jurídica de Marruecos y España en el Sahara Occidental... pp. 33-52.
informe de abril de 2014, que favorece el progresivo empobrecimiento de
la población trae causa de la mencionada crisis, ya que quienes, desde la
diáspora venían enviando a sus familias ayuda económica desde Europa,
tienen cada vez más dificultades para encontrar trabajo. La consecuencia
es que el hambre ha vuelto a los campamentos de Tinduf, favoreciendo la
reaparición de enfermedades, que, como afirma el Secretario General en el
mencionado informe, son principalmente diabetes, hipertensión arterial,
anemia, enfermedades del corazón y Hepatitis B.
Por otra parte, a nadie se le escapa que la ayuda humanitaria que llega
a Tinduf procedente de las Naciones Unidas, la Unión Europea y España es
un arma de doble filo: por una parte, es realmente imprescindible para la
mera supervivencia de la población; pero por otra, sirve a los donantes para
acallar y adormecer conciencias, y para mantener el statu quo del conflicto,
tendiendo a consolidarlo por el transcurso del tiempo, en vez de buscar una
solución definitiva, acorde con el Derecho internacional y con la práctica
de la ONU en materia de descolonización.
La resistencia en los territorios ocupados
Debe recordarse que la mencionada concesión de ayuda humanitaria
está condicionada de forma casi absoluta por su destino: los campamentos de
refugiados. Esta circunstancia ha hecho que quienes sufren las consecuencias
de la ocupación en sus propias carnes se vean privados de cualquier tipo
de ayuda, a lo que se une la marginación social y la guetización de que son
objeto por las autoridades marroquíes en su propia tierra, que les impiden
el acceso a numerosos puestos de trabajo y les aplica una política de exclusión, agravada por la violación sistemática de sus derechos más básicos. Así,
Marruecos no sólo explota en beneficio propio, sin ningún tipo de control
internacional, los recursos naturales saharauis (pesca, fosfatos…) ante la
mirada complaciente de la Unión Europea y de España, sino que además
impide a los saharauis trabajar en esos ámbitos básicos de la economía del
territorio. Esta marginación es además de política y económica, social y
cultural. Así, en los territorios ocupados del Sahara Occidental no existe
ninguna Universidad. Son muy pocos los estudiantes que pueden acceder
a las universidades marroquíes, no sólo por una cuestión puramente económica, que es un problema muchas veces insalvable, sino también porque
en el momento en que se les vincula de cualquier forma con la defensa del
derecho de autodeterminación saharaui, se les impide automáticamente
seguir adelante con sus estudios. De esta forma, Marruecos no cumple ni
siquiera con las mínimas obligaciones exigidas por la Carta de la ONU a las
Humania del Sur 45
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Potencias Administradoras, condición que, como queda dicho, no posee;
pero estamos hablando de los mínimos exigibles a quien ocupa el territorio:
promover el desarrollo económico, social y cultural de la población.
Esta situación desesperada de marginación y de violación de los derechos humanos de la población saharaui, que en el momento actual no llega
a ser en número más que un tercio de la que vive en los territorios ocupados
(obviamente el resto de habitantes del territorio son colonos marroquíes
que disfrutan de condiciones de vida privilegiadas -trabajo, ventajas fiscales,
etc.-si se comparan con las del resto de marroquíes que viven en su país),
llevó en octubre de 2010 a más de 20.000 personas, según han reconocido expresamente las autoridades marroquíes, a levantar un campamento,
a unos diez kilómetros de la capital de El Aaiún, denominado por ellos
mismos “campamento de la dignidad”, para protestar pacíficamente por
tales condiciones de vida. Pero no se trataba de un tipo nuevo de movilización: ya desde años atrás la creación de campamentos en las afueras de
las ciudades principales del Sahara Occidental se había convertido en una
nueva forma de protesta pacífica de su población para reclamar derechos
económicos y sociales. Así, en septiembre de ese año se levantaron dos
pequeños campamentos al Norte y al Este de El Aaiún con este objetivo,
aunque sus organizadores procedieron a desmantelarlos pacíficamente tras
recibir garantías de las autoridades marroquíes de atender sus reclamaciones.
Como tales promesas no se cumplieron, el 10 de octubre de 2010 se inició
el desplazamiento progresivo de familias saharauis a la región de Gdeim Izik,
hasta configurar un campamento de más de siete mil jaimas, que superaba
la mencionada cifra de 20.000 personas.
En las primeras semanas de vida de este campamento, tanto las autoridades marroquíes como los medios de comunicación elogiaron el éxito
de la organización del campamento, la legitimidad de las reclamaciones
socio-económicas y el quehacer del Comité de Diálogo, interlocutor del
campamento en las conversaciones mantenidas con las autoridades marroquíes, creado a instancias de éstas. Incluso la cuestión fue objeto de debates
en las dos Cámaras del Parlamento de Marruecos y tuvo un importante
eco en los medios de comunicación marroquíes. Pero el 18 de octubre las
autoridades marroquíes levantaron un muro de arena alrededor del campamento, custodiado por militares y policías, para restringir las entradas y
salidas del mismo. Desde entonces la tensión fue aumentando dado que se
impedía por la fuerza el acceso de cientos de saharauis al campamento, y
alcanzó su punto álgido cuando miembros del destacamento militar marroquí dispararon contra un joven saharaui de 14 años, que intentaba entrar
46 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Soroeta Liceras
La condición jurídica de Marruecos y España en el Sahara Occidental... pp. 33-52.
en él, produciéndole la muerte, tal y como afirmó la Asociación Marroquí
de Derechos Humanos (AMDH).
El 5 de noviembre de 2010, el Gobierno de Marruecos, representado
por Abdelaziz Bennani, Jefe del Estado Mayor del Ejército y Comandante
de la Zona Sur, Taieb Cherkaoui, Ministro del Interior, y sus colaboradores,
entre los que se encontraba la diputada saharaui en el Parlamento marroquí,
Guejmula Ebbi, alcanzó un acuerdo con el Comité de Diálogo para atender
las demandas de empleo y vivienda, así como otras medidas individualizadas,
y aseguró su aplicación a partir del día 8 de noviembre de 2010. Pese a que
el acuerdo suponía el desmantelamiento pacífico del campamento por sus
propios habitantes, el día 7 el Fiscal del Tribunal de Apelación de El Aaiún
dictó órdenes de búsqueda y captura contra 24 activistas saharauis, bajo la
principal acusación de haber secuestrado a las más de 20.000 personas con
el objeto de desestabilizar la zona y atentar contra la seguridad interior de
Marruecos. Ese mismo día se cerró totalmente el acceso al campamento.
En la madrugada del 8 de noviembre de 2010, fecha teórica de la puesta
en marcha del acuerdo entre las autoridades marroquíes y la Comisión de
Diálogo, se produjo una gran operación de las fuerzas marroquíes para
desmantelar el campamento, en el curso de la cual se utilizaron medios
violentos (mangueras de agua caliente, gases lacrimógenos…) para dispersar
a la población, produciéndose enfrentamientos entre las fuerzas marroquíes
y los responsables de la seguridad del campamento. La violencia se trasladó
a las calles de El Aaiún, donde en los días siguientes fueron detenidas cerca
de quinientas personas, que, según afirmó más tarde el Relator Especial
sobre la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes5, fueron
sometidos de forma sistemática a tortura. Significativamente, estos hechos
se produjeron precisamente el día en que daba comienzo la ronda de conversaciones no oficiales entre Marruecos y el Frente POLISARIO sobre el
conflicto bajo los auspicios del enviado Personal del Secretario General de
las Naciones Unidas en Nueva York.
En febrero de 2013 se celebró un Consejo de Guerra ante el Tribunal Militar Permanente de Rabat contra veinticuatro activistas saharauis
acusados de haber asesinado a varios de los militares que participaron en el
levantamiento violento del campamento6. Los activistas fueron condenados
en su mayoría a penas de entre veinte años y cadena perpetua, en un juicio
en el que no se respetaron los más elementales derechos de los procesados
y en el que se acreditó la existencia de pruebas contundentes no de su culpabilidad, sino de su inocencia. Este juicio dejó patente que los intentos
de Marruecos por dar ante las Naciones Unidas y ante la Unión Europea
Humania del Sur 47
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
una imagen de Estado que evoluciona hacia la democracia y que respeta
los derechos humanos son vanos, y que se trata de una cuestión puramente
cosmética.
4. Conclusiones. El futuro del pueblo saharaui está en sus propias
manos
Mirar al pasado en el caso del pueblo saharaui es un ejercicio duro y
desalentador, porque son ya 130 años los que lleva sufriendo los efectos de
la colonización. Y es que a la colonización española (1884-1975) le siguió,
sin solución de continuidad, una nueva colonización, mucho más agresiva
y violenta, la marroquí (1975-2014). Si, por un lado, la colonización española explotó en beneficio propio los recursos naturales del territorio de
forma importante tan solo en la última década de su presencia en él, y, por
otro, salvando los paternalismos y las características propias de cualquier
colonización, la convivencia entre saharauis y españoles fue relativamente
buena (cabe recordar que el Frente POLISARIO, al igual que el resto de
movimientos de liberación africanos, se creó con el objeto de hacer frente
al Estado colonizador), de lo que son muestra las excelentes relaciones existentes hoy en día entre la sociedad civil española y la saharaui, lo cierto es
que la colonización marroquí tiene el dudoso mérito de competir con las
más brutales de la historia: violencia contra la población (de los crímenes
de guerra de los años setenta a las violaciones masivas de derechos humanos
de la población desde entonces) y explotación masiva de todos los recursos naturales del territorio, todo ello apoyado por un poderosísimo lobby
internacional, financiado con los réditos de esa explotación, que extiende
sus tentáculos hasta los pasillos de las Naciones Unidas, la Unión Europea,
o de los parlamentos de España y Francia. Mientras esto sucede, día a día
empeoran las condiciones de vida en los campamentos de refugiados, que
cada vez reciben menos ayuda internacional, y una generación que ha nacido
y vivido en ellos sin conocer su tierra no aguanta más.
Si bien hay que reconocer que el trabajo de la MINURSO a la hora
de confeccionar el censo para el referéndum de autodeterminación, y pese
al “sutil deslizamiento” de los sucesivos Secretarios Generales de la ONU
hacia las posiciones del Estado ocupante, fue riguroso, la falta de voluntad
política de la organización ha hecho inútil tanto esfuerzo, abandonando al
pueblo saharaui en un callejón aparentemente sin salida. El persistente veto
francés hace inviable cualquier avance en el proceso, hasta el punto de que
en los últimos años ha impedido que se puedan ampliar mínimamente los
48 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Soroeta Liceras
La condición jurídica de Marruecos y España en el Sahara Occidental... pp. 33-52.
limitados poderes de la MINURSO para que pueda supervisar la situación
de los derechos humanos en el territorio. ¡Francia impide que una misión
de las Naciones Unidas vele por el respeto de los derechos humanos!
En el ámbito de las organizaciones internacionales regionales, la
Unión Europea sigue apoyando al Estado ocupante, violando, con conocimiento de causa, el Derecho Internacional, pese a que los informes de los
servicios jurídicos del Parlamento Europeo han advertido reiteradamente
que, entre otros, los sucesivos acuerdos en materia de pesca con Marruecos
son contrarios al ordenamiento internacional7. Lamentablemente, ni la
Unión Africana, de la que la RASD es miembro de pleno derecho, ni la
OEA, en la que la RASD cuenta con importantes apoyos -son numerosos
los Estados que le han dado su reconocimiento-, han dado pasos significativos para promover la libre determinación del territorio. En mi opinión, la
participación activa de estas dos organizaciones en el conflicto, asumiendo
un papel que ciertamente les corresponde, podría suponer un importante
espaldarazo para la causa saharaui, más en estos tiempos de enquistamiento
del proceso de paz.
España, Potencia Administradora del territorio, lejos de cumplir con
las obligaciones que se derivan de tal condición, desarrolla una política que
denomina de “neutralidad activa”. Pero es que, además, esa neutralidad no
existe: su apoyo a Marruecos es incondicional. Camuflado entre los miembros del denominado Grupo de Amigos del Sahara Occidental —Estados
Unidos, Francia, España, Reino Unido y Rusia— (con amigos así, ¿para
qué quieren los saharauis enemigos?) se limita a apoyar las propuestas
marroquíes de autonomía para el territorio, una versión de la integración
del mismo en Marruecos, dejando a un lado la defensa del derecho de autodeterminación saharaui.
Desde que se conoció el censo para el referéndum, y Marruecos
decidió abandonar el Plan de Paz, la labor inagotable de los dirigentes del
Frente POLISARIO en el ámbito diplomático ha dado escasos resultados.
Pese a ello hay que alabar su constancia y la fe en las vías pacíficas de solución del conflicto, algo imprescindible en los tiempos que corren para poder
seguir contando con el apoyo de la Comunidad Internacional. Aunque la
legalidad internacional avalaría su vuelta a la lucha armada es obvio que a
sus principales enemigos les faltaría tiempo para acusarles de terroristas. Por
otra parte, reflejo de esta eficaz labor diplomática, a veces tan poco visible,
es el hecho de que hoy es el día en que ningún Estado, ni siquiera el más fiel
aliado de Marruecos, Francia, ha reconocido la anexión del territorio. Por
otra parte, la gestión de la escasa ayuda que llega a los campamentos, que
Humania del Sur 49
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
siguen “vivos” tras casi cuarenta años de pura supervivencia, sigue siendo
uno de los principales éxitos de una organización que surgió para combatir
militarmente y que, a pesar de los pesares, ha sabido adaptarse a las nuevas
circunstancias.
La paciencia del pueblo saharaui se agota día a día tanto en los campamentos de Tinduf como en los territorios ocupados, donde la represión
marroquí tiene el efecto de hacer cada vez más fuerte la resistencia. En este
sentido, Gdeim Izik supuso un punto de inflexión en el conflicto. Dejando
a un lado el miedo a las torturas y a las represalias, la población se desplazó
hasta el desierto para expresar su inquebrantable voluntad de luchar por su
libertad. La utilización por el gobierno marroquí de colonos para agredir
a los saharauis en la violencia que se desató en todo el Sahara Occidental
tras el desmantelamiento del campamento abrió, además, una brecha ya
insalvable entre nativos del territorio y ocupantes. Por otra parte, pese a
las torturas que todos ellos habían sufrido, la valiente defensa del derecho
de autodeterminación que hicieron los activistas saharauis ante el Tribunal
Militar Permanente de Rabat, en el corazón mismo del poder militar del
Estado ocupante, recordó y dejó bien claro que este camino no tiene marcha
atrás y que ni siquiera la violencia les podrá doblegar. Saben que, aunque
el Derecho está de su lado, no cabe esperar nada ni de las organizaciones
internacionales ni de los Estados. Que la solución pasa por ellos, por el
pueblo saharaui en su conjunto: ciudadanos, activistas de derechos humanos, refugiados y Frente POLISARIO. Y, pese a todo, dando un ejemplo al
mundo plagado de conflictos armados en que vivimos, siguen apostando
por la vía pacífica para alcanzar la independencia de su país.
Notas
1
2
El 26 de febrero de 1976 el representante de España ante la ONU comunicó
al Secretario General que a partir de ese momento daba por terminadas sus
obligaciones internacionales en relación con el territorio, y que ni éste había
formado parte nunca de España ni los saharauis habían sido nunca españoles.
Informe del Secretario General S/21360, del 18 de junio de 1990, que
contiene tanto las “Propuestas del Secretario General de las Naciones Unidas
y del actual Presidente de la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno
de la OUA para lograr un arreglo de la cuestión del Sahara Occidental,
aceptado en principio por las partes el 30 de agosto de 1988”, y el “Plan
de Aplicación propuesto por el Secretario General de conformidad con la
Resolución 621 (1988) del Consejo de Seguridad del 20 de septiembre de
1988”. Disponible en: http://www.un.org/es/
50 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Juan Soroeta Liceras
La condición jurídica de Marruecos y España en el Sahara Occidental... pp. 33-52.
3
4
5
6
7
Documento S/2002/161, del 12 de febrero de 2002. Disponible en: http://
www.un.org/es/
En el mismo sentido, véase, por ejemplo, E/CN.4/L.1489, o la Resolución
4 (XXVI), del 15 de febrero de 1980. Igualmente puede consultarse
BENVENISTI, E., The International Law of Occupation, Oxford University
Press, 2012, p. 171 y s.
Informe del 28 de febrero de 2013 (Documento Oficial de las Naciones
Unidas A/HRC/22/53/Add.2). Disponible en: http://www.un.org/es/
El autor de este trabajo estuvo presente a lo largo de toda la vista oral
en calidad de observador internacional, como Presidente de AIODH
(Asociación Internacional para la Observación de los Derechos Humanos).
El informe sobre el juicio puede consultarse en la siguiente dirección de
Internet: http://aiodh.org/wp-content/uploads/2013/11/Informe-juicioRabat-agosto-2013.pdf
Soroeta Liceras, J.(2009) La posición de la Unión Europea en el conflicto
del Sahara Occidental, una muestra palpable (más) de la primacía de sus
intereses económicos y políticos sobre la promoción de la democracia y de
los derechos humanos”, Revista de Derecho Comunitario Europeo, nº 34, pp.
823-864 (disponible en la siguiente dirección de Internet: http://www.arso.
org/JuanSoroeta2009.pdf ).
Referencias
Corell, H. (2010). Exploring and exploiting natural resources in Western Sahara.
In Multilateralism and International Law with Western Sahara as case study.
Edited by Neville Botha, Michèle Olivier, Delarey van Tonder, pp. 231–247.
Petroria, South Africa: VerLoren van Themaat Centre, University of South
Africa.
Franck, T. M. (1976). The Stealing of the Sahara. American Yearbook of International
Law, 70, 4, pp. 694–721.
Neville, B., Olivier, M. & Van Tonder, D. (2010). Multilateralism and International
Law with Western Sahara as case study. Conference Pretoria, 4 and 5
December 2008. South Africa, VerLoren van Themaat Centre.
Riquelme Cortado, R. y Soroeta Liceras, J. (2013). “Western Sahara”, Oxford
Bibliographies.
Riquelme Cortado, R. (2012). La soberanía permanente del pueblo saharaui
sobre sus recursos naturales, Cursos de Derecho Internacional y Relaciones
Internacionales de Vitoria–Gasteiz 2011, Universidad del País Vasco, Servicio
de Publicaciones.
Soroeta Liceras, J. (2001). El conflicto del Sahara Occidental, reflejo de las
contradicciones y carencias del Derecho internacional. Bilbao: Servicio de
Publicaciones de la UPV/EHU.
Humania del Sur 51
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Soroeta Liceras, J. (2005). El plan de Paz del Sahara Occidental, ¿viaje a ninguna
parte?, Revista Electrónica de Estudios Internacionales, 10, pp. 1-33.
Soroeta Liceras, J. (2009). La posición de la Unión Europea en el conflicto del
Sahara Occidental, una muestra palpable (más) de la primacía de sus intereses
económicos y políticos sobre la promoción de la democracia y de los derechos
humanos, Revista de Derecho Comunitario Europeo, 34, pp. 823-864.
Soroeta Liceras, J. (2014). International Law and the Western Sahara Conflict,
Oisterwijk (Holanda), Ed. Wolf.
Zunes, S., & Mundy, J. (2010). Western Sahara: War, Nationalism and Conflict
Irresolution. San Francisco: Syracuse University Press.
Villar, F. (1982). El proceso de autodeterminación del Sáhara Occidental. Valencia:
Fernando Torres.
52 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Carlos Ruiz Miguel
¿Qué proceso de paz para el Sáhara Occidental?... pp. 53-68.
¿Qué proceso de paz
para el Sahara Occidental?
Carlos Ruiz Miguel
Universidad de Santiago de Compostela
Santiago de Compostela-España
[email protected]
Resumen
El proceso de paz del Sahara Occidental sólo puede tener posibilidades de prosperar
si se cumplen tres condiciones: en primer lugar, que se parta de la situación real del
conflicto, que es que el Sahara Occidental ha experimentado diversas amputaciones
y ahora se halla dividido; en segundo lugar, que las fórmulas para solucionar el
conflicto sean conformes con el Derecho Internacional; y en tercer lugar, que la
fórmula que se estime correcta esté acompañada de un mecanismo de garantía. El
“Plan Baker” (2003) cumple con estos requisitos, pero no parece que el proceso de
negociación abierto en 2007 lo haga.
Palabras clave: Sahara Occidental, partición, negociación, referéndum,
Plan Baker.
¿What peace process in Western Sahara?
Abstract
The Peace Process in the Western Sahara may only succeed if it fulfills three
conditions: first, that it should be based upon the real situation of the conflict,
which is that Western Sahara has been amputated and is now divided; second,
that the formulae to solve the conflict should comply with the International Law;
third, that any formula considered as correct should be accompanied by a guarantee
mechanism. The Baker Plan (2003) fulfills these requirements, but it seems that
the negotiation process opened in 2007 does not do so.
Keywords: Western Sahara, partition, negotiation, referendum, Baker
Plan.
Recibido: 15-5-14 / Aceptado: 14-11-14
Humania del Sur 53
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
1. Introducción
En este trabajo se quiere argumentar, en primer lugar, que si bien
la razón próxima del conflicto del Sahara Occidental es la ocupación por
Marruecos del territorio entonces administrado por España, existen otras
causas de raíces más profundas. En efecto, una de ellas es la amputación de
la región septentrional del Sahara Occidental en 1912 que se consumó con
la entrega al Marruecos independiente en 1958. Se pretende mostrar que
aquella herida sigue produciendo efectos después de la invasión del resto del
Sahara Occidental a partir de 1975 y que el paso del tiempo lejos de curarla
la hace más grave. Por lo demás, se intentará hacer ver que el desarrollo de
la guerra ha llevado a una distribución del territorio que constituye el dato
indispensable para proveer a cualquier solución del conflicto que quiera
calificarse de “realista”.
En segundo lugar, se quiere exponer que, tras el desencadenamiento
de la guerra del Sahara los esfuerzos diplomáticos se volcaron en la búsqueda de “fórmulas” para solucionar el conflicto. Aquí se defenderá que sólo
las fórmulas conformes con el Derecho Internacional tuvieron el aval o la
aprobación de Naciones Unidas, mientras que las fórmulas contrarias a ese
Derecho nunca se han beneficiado de ese aval o aprobación.
En tercer lugar, se sostiene la tesis de que la búsqueda de “fórmulas”
de solución del conflicto constituye un camino casi agotado y que una contribución realista a la solución del conflicto debe centrarse en la búsqueda
de “mecanismos de puesta en práctica” de aquellas “fórmulas” de solución
que sean conformes con la legalidad internacional y que tengan en cuenta
la situación geográfica del territorio. Al principio, no se prestó la debida
atención a los “mecanismos de su puesta en práctica”, quizá por la presunción
de buena fe de las partes.
En cuarto lugar, se afirma que, con todas sus limitaciones, el “Plan
Baker” parece suponer la “fórmula” última más allá de la cual parece imposible encontrar otras que puedan mantener sintonía con la legalidad
internacional y constituye una propuesta inteligente para conseguir un
“mecanismo de aplicación efectivo” de la fórmula de solución.
Finalmente, a la luz de lo anterior, se expresa escepticismo ante el
proceso negociador abierto a raíz de la resolución 1754 del Consejo de
Seguridad por cuanto el mismo vuelve a centrarse en la búsqueda de una
“fórmula” de solución olvidando el “mecanismo de aplicación” de la misma.
54 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Carlos Ruiz Miguel
¿Qué proceso de paz para el Sáhara Occidental?... pp. 53-68.
2. El punto de partida para un proceso de paz realista: Un territorio
partido
2.1. La amputación de 1912 consumada en 1958
Poco después de que España ocupara el Sahara Occidental en 1884,
tras la firma de un tratado de protectorado con las tribus del territorio,
Francia plantó una de las semillas del futuro conflicto entre el Sahara
Occidental y Marruecos. Ocurre que el Sahara Occidental como entidad
histórica y cultural no coincide con el Sahara Occidental en sus fronteras
internacionalmente reconocidas en la actualidad. El Sahara Occidental se
configura, históricamente, como el territorio situado al sur de Marruecos.
El territorio históricamente reconocible como “Marruecos” es la suma del
Bled el majzen (territorio que se hallaba de facto controlado por el sultán de
Marruecos) y del Bled es siba (territorio al que el sultán creía tener derecho,
aunque escapaba a su control efectivo por causa de un estado de insumisión
permanente). Tal y como ha establecido el Tribunal Internacional de Justicia,
la frontera meridional histórica de Marruecos es el río Draa:
It is al so said that the historical evidence shows the territory between the
Souss and the Dra’a to have been in a state of permanent insubordination
and part of the Bled Siba; and that this implies that there was no effective
and continuous display of State functions even in those areas to the north
of Western Sahara. In the present proceedings, it has been common ground
between Mauritania, Morocco and Spain that the Bled Siba was considered
as forming part of the Moroccan State at that time, as also appears from the
information before the Court.
the 1895 treaty [note: between Great Britain and Morocco] is that it is
at variance with the facts as shown in the diplomatic correspondence
surrounding the transaction concerning the Mackenzie trading-station.
Numerous documents relating to this transaction and presented to the
Court show that the position repeatedly taken by Great Britain was that
Cape Juby was outside Moroccan territory, which in its view did not extend
beyond the Dra’a.1
Al sur del río Draa, por consiguiente, Marruecos no tenía ni soberanía
ni ningún otro derecho de carácter territorial. Sin embargo, en el tratado
hispano-francés de 1912 sobre Marruecos, Francia impuso una cláusula
según la cual la zona comprendida al sur del río Draa hasta el paralelo
27°40’ quedaba atribuida a Marruecos, pero ejerciendo en la misma España
su protectorado. La zona en cuestión (llamada en adelante “zona sur del
Humania del Sur 55
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
protectorado”, Tarfaya o Villa Bens) había sido siempre territorio saharaui
y nunca estuvo bajo la soberanía el Sultán ni había formado parte del territorio marroquí (ni del Bled-el-Majzén ni del Bled-es-siba). De esta suerte, en
1912 se produjo la primera “partición” del territorio saharaui, en beneficio
de Marruecos. Esta partición ha tenido y tiene graves consecuencias (Ruiz
Miguel, 1995: 40-41).
En efecto, la población saharaui de esta región de Tarfaya inició en
1958 una rebelión contra Marruecos, apenas después de que España le
entregara este territorio en el acuerdo de Cintra de1 de abril de 1958 (Ruiz
Miguel, 1995: 66-67). Más tarde volvió a producirse una rebelión antimarroquí en esta región en 1972 (Ibíd.:88). Es un dato cierto que un sector
importante de los fundadores del Frente Polisario eran saharauis originarios
de esta región de Tarfaya. Las revueltas anti-marroquíes en esta región han
sido constantes y especialmente se han agudizado a raíz del desencadenamiento, el 20 de mayo de 2005, de la “Intifada de la independencia”. En
efecto, algunos de los líderes más destacados de esta Intifada como Ali Salem
Tamek, han nacido en esta franja de Tarfaya.
2.2. Las heridas posteriores a 1975
El otoño de 1975 tras la esperanza trajo la tragedia al pueblo saharaui.
Todo parecía que iba a resolverse satisfactoriamente cuando el 16 de octubre
de 1975 el Tribunal Internacional de Justicia hizo público su dictamen sobre
el Sahara Occidental. El mismo constituía una victoria jurídica indiscutible
del pueblo saharaui, por cuanto el máximo tribunal internacional resolvió
que Marruecos nunca había ejercido ni soberanía ni ningún derecho de tipo
territorial sobre el Sahara Occidental:
The findings of the Court, however, regarding the nature of the legal
ties of the territory respectively with the Kingdom of Morocco and the
Mauritanian entity differ materially from the views advanced in that respect
by Morocco and Mauritania. In the opinion of the Court those ties did
not involve territorial sovereignty or co-sovereignty or territorial inclusion
in a legal entity.2
Por lo demás, el alto Tribunal confirmaba el derecho de las poblaciones del Sahara Occidental a la autodeterminación e independencia como
numerosas resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas habían
establecido en aplicación de la norma general sobre la descolonización
contenida en la resolución 1514 (XV):
56 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Carlos Ruiz Miguel
¿Qué proceso de paz para el Sáhara Occidental?... pp. 53-68.
the Court has not found legal ties of such a nature as might affect the
application of General Assembly resolution 1514 (XV) in the decolonization
of Western Sahara and, in particular, of the principle of self-determination
through the free and genuine expression of the will of the peoples of the
Territory.3
Sin embargo, apenas unos días después Marruecos decide invadir el
Sahara Occidental. Esa invasión se realizó por el Ejército marroquí a partir
del 26 de octubre de 1975 en la frontera nororiental del territorio (Ruiz
Miguel, 1995: 102-103). Más adelante, por la frontera noroccidental, se
produce la invasión mediante la llamada “Marcha verde”, compuesta por
civiles apoyados por el Ejército marroquí. La invasión marroquí mediante
la “marcha verde”, una vez que cruzó la frontera internacional del Sahara
Occidental el 6 de noviembre de 1975 fue condenada por la resolución 380
del Consejo de Seguridad que ordenó su retirada (Ruiz Miguel, 2005b).
Después de la invasión, España firmó con Marruecos y Mauritania
los llamados “acuerdos de Madrid” (Ruiz Miguel, 2005c). En estos acuerdos,
formalmente, no se procede a la partición del territorio del Sahara, sino a la
creación de una “administración temporal” tripartita (España-MarruecosMauritania) hasta el 28 de febrero de 1976. Con esos acuerdos España
intentó abandonar unilateralmente sus responsabilidades como potencia
administradora del territorio, pero el empeño no fue completo porque, si
bien de facto abandonó el territorio, de iure España sigue siendo considerada por Naciones Unidas la potencia administradora del territorio (Ruiz
Miguel, 2007). Sin embargo, en las negociaciones que llevaron a la firma
de estos acuerdos ya se acordó secretamente la partición del territorio entre
Marruecos y Mauritania. Y, en efecto, esa partición se realizó mediante
un “tratado de delimitación de las fronteras estatales” entre Marruecos y
Mauritania el 14 de abril de 1976. Este tratado dividía el Sahara Occidental
en dos partes divididas por una línea recta. La septentrional quedaba para
Marruecos (que llega hasta un poco más al norte de Dajla-Villa Cisneros,
la capital de la región sur), mientras la meridional sería para Mauritania. La
parte sur contaba con una costa rica en pescado. La parte norte, además de la
pesca, incluía las minas de fosfatos de Bu Craa. Esta partición, sin embargo,
nunca pudo ser efectiva por causa de la guerra. En efecto, tras el acuerdo
de Madrid, además de la invasión marroquí por el norte del territorio se
añade la invasión mauritana por el sur. La población más meridional del
Sahara Occidental, La Güera, fue invadida por el ejército mauritano el 19 de
diciembre de 1975 (Ruiz Miguel, 1995: 129). El Frente Polisario respondió
Humania del Sur 57
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
militarmente a la invasión. Inicialmente, el Frente Polisario controlaba la
mayor parte del territorio, razón por la que Marruecos y Mauritania no
consiguieron el dominio efectivo del territorio que formalmente se habían
repartido.
El 5 de agosto de 1979, Mauritania y el Frente Polisario firmaron
un acuerdo de paz mediante el cual Mauritania renunciaba a la anexión
de cualquier territorio del Sahara Occidental, pero mientras Mauritania
abandonaba el territorio Marruecos invadió la parte sur del Sahara Occidental que había correspondido a Mauritania en el reparto. El 11 de agosto
de 1979, Marruecos ocupa Dajla-Villa Cisneros (Ibíd: 131). La Asamblea
General de las Naciones Unidas condenó esta nueva invasión mediante su
resolución 34/374.
Conviene hacer notar que, no obstante el acuerdo entre Mauritania y
el Frente Polisario y la nueva invasión marroquí, Mauritania siguió ocupando
(hasta la actualidad) la población más meridional del Sahara Occidental, La
Güera, que hoy día está abandonada y custodiada por el ejército mauritano.
Por ello, aunque el discurso oficial de Marruecos es que el país comprende
“desde Tánger a La Güera”, lo cierto es que La Güera está desde diciembre
de 1975 en manos de Mauritania.
El dominio del territorio por el Ejército del Frente Polisario llevó
a Marruecos a adoptar una estrategia consistente en la construcción de
sucesivos “muros” o bermas con los que mantener al Ejército saharaui
lejos de las costas y de las poblaciones del interior del Sahara Occidental
(Ibíd.:138-142). El muro construido en 1985 encerró una parte del territorio internacionalmente reconocido de Mauritania, cercano a Amgala (en la
confluencia entre el paralelo 26 y el meridiano 12). Es importante advertir
que este hecho se halla disimulado en la cartografía oficial de las Naciones
Unidas que no refleja con exactitud el trazado del muro para evitar reflejar
que Marruecos mediante ese muro se ha anexionado de facto una pequeña
porción de Mauritania. La conclusión de los sucesivos muros ha llevado
a la situación actual en la que el Sahara Occidental está dividido de facto
entre una zona occidental bajo control marroquí y dos zonas orientales bajo
control saharaui.
Todos estos hechos conducen a un complejo mapa del territorio:
•
En primer lugar, Marruecos controla casi toda la costa y la mayor
parte del territorio del Sahara Occidental que es el comprendido
dentro del perímetro de los muros (más de un 80% del total del
territorio), que es la parte más occidental.
58 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Carlos Ruiz Miguel
¿Qué proceso de paz para el Sáhara Occidental?... pp. 53-68.
•
•
•
En segundo lugar, el Frente Polisario y su Estado (la República
Árabe Saharaui Democrática) controlan los dos territorios del
Sahara Occidental fuera del muro marroquí, uno al norte del
paralelo 26 y otro al sur de ese paralelo. No existe contigüidad
entre ambos territorios, razón por la cual para ir de uno al otro
el Frente Polisario debe atravesar necesariamente el territorio de
Mauritania. Del mismo modo, para acceder a estos territorios
desde sus bases de Tinduf (Argelia), el Frente Polisario también
tiene que cruzar por territorio mauritano.
En tercer lugar, Mauritania ocupa el territorio más meridional
del Sahara Occidental, al sur del paralelo 21º20’, donde está
La Güera. Sin embargo, como se dijo, Marruecos ocupa una
pequeña porción de Mauritania en la confluencia del paralelo
26º y el meridiano 12.
Y, finalmente, en cuarto lugar, la mayoría de la población saharaui
que huyó de la invasión marroquí se halla en campamentos de
refugiados en la región de Tinduf (Argelia) cerca de la frontera
de los cuatro países: Marruecos, Sahara Occidental, Argelia y
Mauritania.
3. La superación del conflicto mediante la búsqueda de fórmulas
de solución. El Plan Baker como estación término
3.1. La fórmula del Plan de Paz
Tras la invasión se inició una guerra que no terminó hasta 1991.
Mientras la guerra estaba en su apogeo se realizaron intentos de buscar una
solución al conflicto. Inicialmente, esos esfuerzos, estuvieron protagonizados
por la OUA (Organización para la Unidad Africana). Bajo la presión de
admitir como miembro de la organización al Estado fundado por el Frente
Polisario (la República Arabe Saharaui Democrática, RASD), Marruecos
aceptó solemnemente en 1981 la fórmula del referéndum de autodeterminación para solucionar el conflicto (Ibíd.:148-149). Sin embargo, la
aceptación del principio de esa fórmula no se vio seguida de medidas para
ponerla en práctica. Ante la falta de voluntad de Marruecos para organizar
el referéndum, la OUA decidió en 1984 admitir a la RASD como miembro
de la organización. Marruecos, como protesta, se retiró de la organización.
Desde ese momento, los intereses de Marruecos fueron defendidos por varios
Estados de la órbita franco-marroquí: Senegal y Gabón, principalmente.
Humania del Sur 59
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
El mantenimiento de la guerra y el alto coste económico y humano
que suponía, llevó a que en 1988, ambas partes (Marruecos y Frente Polisario) dieran su asentimiento a una fórmula de solución centrada en el
referéndum de autodeterminación. Es el “Plan de Paz” (Settlement Plan),
que desarrolla la propuesta de la OUA, y fue aprobado por el Consejo de
Seguridad en varias resoluciones de 1990 y 19915. En esta fórmula, Marruecos y el Frente Polisario eran las “partes del conflicto” mientras que Argelia y
Mauritania eran consideradas como “países vecinos”, a pesar de que la última
era en parte ocupante (de un pequeño territorio del Sahara Occidental) y en
parte ocupada (por Marruecos) además de estar constantemente utilizada
como territorio de paso (por el Frente POLISARIO). España, potencia
administradora de iure del territorio era asombrosamente ignorada y las
grandes potencias regionales y mundiales, también.
Pronto, sin embargo, surgieron discrepancias entre las partes, no
centradas en la fórmula de solución, sino en su puesta en práctica. Esas
discrepancias fueron remontadas mediante negociaciones directas entre las
dos partes del conflicto (Marruecos y Frente Polisario) en 1997 (los “acuerdos
de Houston”) e indirectas en 1999. Esos acuerdos recibieron la aprobación
del Consejo de Seguridad6.
El censo de votantes del referéndum de autodeterminación se concluyó en diciembre de 1999 y se publicó en enero de 2000. Ante la perspectiva
de perder el referéndum, Marruecos renegó de todos sus compromisos y
afirmó, a partir de entonces, que rechazaba el Plan de paz (y en particular,
el referéndum) como fórmula de solución del conflicto, a pesar de que
el Derecho Internacional confirmaba la validez de la misma por cuanto
garantizaba el derecho de la población saharaui a la autodeterminación. El
Secretario General de Naciones Unidas7 (sin negar la validez de la fórmula,
paralizó la misma con el argumento de que si se celebrase el referéndum y
“una de las partes” (eufemismo para referirse a Marruecos) no aceptase el
resultado, no habría un mecanismo coercitivo previsto en el plan de paz, ni
parecía probable que se pudiera adoptar (Ruiz Miguel, 2005ª: 459-461).
3.2. La fracasada fórmula del “acuerdo marco”
A pesar de que lo que había fracasado no era la fórmula para la solución, sino la falta de mecanismo de aplicación de la fórmula, a partir de
enero de 2000 (fecha del rechazo marroquí de la fórmula del plan de paz
que contenía el referéndum de autodeterminación) se inició un período
en el que se trató de hacer frente al problema ignorando, precisamente,
60 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Carlos Ruiz Miguel
¿Qué proceso de paz para el Sáhara Occidental?... pp. 53-68.
las causas. El problema no estaba en la fórmula elegida para solucionar
el conflicto del Sahara Occidental (el referéndum de autodeterminación)
pues la misma era conforme con la legalidad internacional. Por un lado, el
problema estaba en que Marruecos rechazaba todas las fórmulas exigidas
por el Derecho Internacional en la resolución 1514 (XV): un referéndum
de autodeterminación o el otorgamiento de la independencia sin referéndum. Por otro lado, el problema se hallaba en que no había mecanismo
de aplicación de la fórmula si “una de las partes” no aceptase el resultado.
El Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, intentó paliar
el bloqueo de dos modos:
•
•
En primer lugar, no dedicó sus esfuerzos a conminar a Marruecos
a aceptar las fórmulas previstas en el Derecho Internacional, sino
a intentar que el Frente Polisario aceptara una fórmula contraria
a ese Derecho.
En segundo lugar, el SG intentó establecer un mecanismo de
cumplimiento de esa fórmula que, como se ha dicho, no era
compatible con el Derecho Internacional. La fórmula alternativa
que presentó el SG8 fue un proyecto de autonomía en el marco
de la soberanía marroquí conocido como proyecto de “acuerdo
marco”. Aquel intento fracasó, como no podía ser menos, pues
la aprobación de una fórmula que contradecía todo el Derecho
Internacional vigente (Ibíd.: 463-466, 471) hubiera tenido imprevisibles consecuencias.
Tiene interés observar, no obstante, que a esa fórmula le acompañaba
un mecanismo de garantía consistente en que dos grandes potencias (USA y
Francia) asumieran el papel de garantes9. Era la primera vez que en el proceso
de paz se prestaba atención a la existencia de un mecanismo de garantía. La
idea era buena, pero estaba al servicio de una fórmula equivocada. Por lo
demás, era extraordinariamente llamativo que España, país vecino y potencia
administradora de iure del territorio no fuera llamada a garantizar el proceso
de solución del conflicto.
3.3. Nuevas fórmulas y nuevos mecanismos de aplicación
El fracaso de la fórmula alternativa contraria a la legalidad internacional obligó al Secretario General en el año 2002 a replantear el problema.
En efecto, el SG sugirió10 cuatro caminos para desbloquear el conflicto.
Humania del Sur 61
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Los dos primeros apuntaban a reenfocar el problema buscando mecanismos de aplicación para la fórmula del plan de paz (fórmula aprobada
por Naciones Unidas y conforme con la legalidad internacional por cuanto
contenía un referéndum de autodeterminación) o la de la “autonomía”
(fórmula nunca aprobada por la ONU y contraria a la legalidad internacional en tanto implicará reconocimiento previo de la soberanía marroquí).
Se trataba de aprobar uno u otro sin contar con el consentimiento de las
partes. No quedaba claro, sin embargo, en qué consistía el mecanismo de
aplicación de cada fórmula.
El tercer camino era la búsqueda de una nueva fórmula (la partición
del territorio) que contara con el asentimiento de las partes para hacer
innecesaria la existencia de un mecanismo de garantía.
Finalmente, la cuarta posibilidad era la “anti-fórmula”, o sea, el abandono de la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sahara Occidental (MINURSO) y el reconocimiento del fracaso de Naciones Unidas.
Quedaba, no obstante, sin explorar, una quinta fórmula (la “quinta
vía”) que sí era conforme a la legalidad internacional y fue sugerida por Argelia11, a saber, la administración directa del territorio por Naciones Unidas.
Esta última fórmula, si bien conforme con la legalidad internacional (como
la del Plan de paz), implícitamente superaba la debilidad de la fórmula del
Plan de paz pues con la administración directa por Naciones Unidas era
posible contar con un mecanismo de aplicación de la legalidad internacional.
4. El “Plan Baker” como estación de término. De la búsqueda de
fórmulas de solución a la búsqueda de mecanismos de aplicación
de las soluciones
El “Plan de Paz para la autodeterminación del pueblo del Sahara Occidental” o “Plan Baker II”, redactado por un constitucionalista
norteamericano se nutre de ciertas experiencias previas internacionales, en
especial en Bosnia (los acuerdos de Dayton12). Este plan fue propuesto por
James Baker a las partes en la gira que efectuó por la región en enero de
2003. El texto concreto del plan tardó en trascender a la opinión pública
pues Baker exigió máxima reserva. Finalmente, se hizo público al ser incluido, junto con los comentarios de las partes, en el informe del SG sobre
la situación del Sahara de mayo de 200313.
Las respuestas de las partes a la propuesta que les hizo llegar Baker
resultaron un tanto desconcertantes. En primer lugar, Marruecos expresó
su rechazo a este plan, tanto más desconcertante cuanto que el mismo le
62 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Carlos Ruiz Miguel
¿Qué proceso de paz para el Sáhara Occidental?... pp. 53-68.
era bastante favorable14. En segundo lugar, el Frente Polisario también expresó su rechazo15, menos desconcertante, dado que este plan representaba
un cambio desfavorable para el Frente en relación con el “Plan de Paz”
de 1990-1991 y los Acuerdos de Houston de 1997. Sin embargo, en un
movimiento sorpresivo, muy poco después el Frente Polisario que, en un
principio había mostrado sus críticas al plan, lo aceptó justo antes del debate
sobre el mismo en el Consejo de Seguridad16. En tercer lugar, constituyó
también algo inesperado la aceptación con reservas que formuló Argelia17.
Finalmente, en cuarto lugar, Mauritania expresó su apoyo al plan sin ningún tipo de reservas18. Después de examinar todas las observaciones de las
partes, el Consejo de Seguridad (en aquel mes presidido por España) apoyó
el “Plan Baker II” por unanimidad en su resolución 149519. Sin embargo,
ese apoyo no se produjo en los términos buscados por Baker.
El “Plan Baker” daba el paso decisivo para solucionar el conflicto.
Por un lado, combinaba las dos fórmulas barajadas en aquel momento (la
del “plan de Paz” y la del proyecto de “acuerdo marco” o autonomía) de
forma relativamente compatible con el Derecho Internacional. En efecto,
en este plan la fórmula de la “autonomía” se configuraba como un período
transitorio hasta que se decidiera la soberanía del territorio mediante la
fórmula del referéndum de autodeterminación.
Por otro lado, una vez que se comprobó que el problema no era tanto
el hallar “fórmulas” cuanto el ponerlas en práctica, incorporó elementos de
la “quinta vía” (administración directa por las Naciones Unidas, propuesta
por Argelia) para arbitrar un mecanismo de aplicación de la fórmula mixta
adoptada.
La estrategia se articulaba en dos fases. En primer lugar, se debía
aprobar la fórmula (el “Plan Baker”) por el Consejo de Seguridad sin el
consentimiento de las partes. Una vez conseguido esto, la puesta en práctica
del plan, según lo dispuesto en el mismo, se llevaba a cabo también bajo la
tutela de las Naciones Unidas sin el consentimiento de las partes. El problema era que sólo era posible pasar a la segunda fase si se había conseguido
superar la primera. Y, como veremos, eso no se consiguió. Sin embargo, la
segunda fase estaba perfectamente diseñada en el “Plan Baker”.
La clave del “Plan Baker” era que sólo tendrían que ser conformes con
la “Constitución” marroquí las propias leyes que dictase la administración
marroquí en el territorio para ejercer las competencias que el propio Plan
le atribuye, mientras que las leyes que dictase la Autoridad del Sahara Occidental en el ejercicio de las competencias que le atribuye el Plan no tendrían
que ser conformes con la “Constitución” marroquí, sino con el “Plan Baker
Humania del Sur 63
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
II” (art. 12 del Plan Baker), que se erige así en la auténtica “Constitución”
del territorio en el período transitorio previo al referéndum de autodeterminación. Esta cláusula permite argumentar que antes del referéndum de
autodeterminación no hay “integración” en Marruecos (a diferencia de lo
que preveía el proyecto de “acuerdo marco”) y ello hacía que esta autonomía
transitoria fuera conforme con la legalidad internacional.
Pero lo más importante era que, en caso de divergencia a la hora
de aplicar el plan entre la administración marroquí y la ASO, en caso de
conflicto entre la administración o una ley marroquí y la administración o
una ley saharaui, quien resolvería los conflictos sería un tercero neutral, el
Secretario General de la ONU (art. 22 del Plan Baker), lo cual es coherente
con considerar al “Plan Baker II” como la norma suprema o “Constitución”
del territorio en el período transitorio20. O dicho de otra manera, se aseguraba
que la administración última del territorio dependiera de Naciones Unidas.
Se creaba así un mecanismo de puesta en práctica de la fórmula mixta que
no podría quedar bloqueado por ninguna de las dos partes.
El borrador de la que luego sería resolución 1495, presentado por
USA, decía que el Consejo de Seguridad “aprueba” (endorses) el Plan Baker
II. Esta redacción, que implicaba la imposición del plan a las partes, acogía
la observación del Secretario General de que nuevas negociaciones entre
las partes no sólo no darían resultado sino que incluso serían contraproducentes21. Esta aprobación del plan por el Consejo de Seguridad, sin el
consentimiento de las partes, era coherente con el propio texto del plan,
que preveía un procedimiento de solución de las controversias que surgieran
de su aplicación en el que la última palabra la tenía el Secretario General
y no las partes.
Sin embargo, Marruecos presionó con éxito a la ministra de Exteriores de España, Ana Palacio, para que ésta pidiera a su colega de USA
(Colin Powell) y al presidente español Aznar, la eliminación del texto que
abría la puerta a la imposición del plan a las partes (Cembrero, 2006: 95).
Se llegó así a la definitiva redacción que mitiga el precepto sustancialmente
en el plano jurídico, aunque mantiene su fuerza política. Desde un punto
de vista jurídico, el texto definitivo de la resolución dice que el Consejo no
“aprueba”, sino que “apoya” el Plan Baker II (lo que es tanto como aprobarlo
“políticamente” pero no “jurídicamente”). En este sentido pide a las dos
partes que cooperen con la ONU y entre sí con vistas a la “aceptación” y
“aplicación” del plan. En definitiva, la resolución 1495 desactiva el “Plan
Baker” por cuanto, por un lado, su aprobación sigue dependiendo de las
partes y, por otro, se condiciona también su aplicación a esa misma acepta64 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Carlos Ruiz Miguel
¿Qué proceso de paz para el Sáhara Occidental?... pp. 53-68.
ción de las dos partes. El sustancial recorte jurídico del proyecto inicial de
resolución se intentó compensar políticamente con una redacción en la que
el Consejo daba al “Plan Baker” un aval político indiscutible al “apoyarlo
enérgicamente” y considerarlo una “solución política óptima” que, eso sí (y
ahí radica el problema) “reposa sobre el acuerdo de las partes”.
Al no haber “aprobado” (endorsed) el Plan Baker, el Consejo de
Seguridad mantenía el conflicto en las “viejas coordenadas” que hacían
depender todo del acuerdo de las partes. Es más, en su texto, la resolución
confiaba también al acuerdo de las partes la “aplicación” del plan, vaciándolo de sentido.
Y en el marco de las viejas coordenadas del conflicto, Marruecos
decidió moverse. Ya que la aprobación del plan dependía del propio Marruecos, Marruecos decidió finalmente no apoyarlo. Como se ha dicho,
aunque Marruecos había rechazado el plan antes de su aprobación por
el Consejo de Seguridad, éste, tras prestarle su apoyo unánime conminó
a ese país para que lo aceptase. Marruecos pidió tiempo “para reflexión y
consultas antes de dar una respuesta definitiva”. Inicialmente se le concedió
un tiempo hasta finales del año 2003. En diciembre de 2003, Marruecos
aceptó la resolución 1495 “en el marco de las viejas coordenadas”, es decir,
como una propuesta cuyo contenido y aprobación seguía dependiendo
del asentimiento de las partes22. A la vista de lo poco satisfactoria que era
la respuesta marroquí respecto al Derecho Internacional vigente, tras una
reunión de James Baker con la delegación marroquí el 23 de diciembre de
2003, se acordó dar a Marruecos un nuevo plazo, hasta abril, “a fin de poder
realizar nuevas consultas con Marruecos respecto de su respuesta definitiva
al plan de paz”.
Finalmente, tras este nuevo plazo, y cuando en España se instaló un
nuevo gobierno más cercano a sus tesis, Marruecos decidió rechazar totalmente el “Plan Baker” incluso como propuesta abierta para una negociación.
En su respuesta23, Marruecos rechaza todas las fórmulas compatibles con la
legalidad internacional y afirma que sólo está dispuesta a aceptar la fórmula
de “autonomía en el marco de la soberanía marroquí” que sea “definitiva”.
Sin embargo, ésta es, exactamente, una fórmula incompatible con el Derecho
Internacional pues de acuerdo con la legalidad internacional la soberanía
del Sahara Occidental sólo puede determinarse por el pueblo del Sahara
Occidental de forma libre y democrática.
Humania del Sur 65
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
5. El nuevo proceso negociador abierto en 2007: Otra vez la
búsqueda de “fórmulas” sin “mecanismos de aplicación”
Después de que el Consejo de Seguridad no aprobara el “Plan Baker”
la búsqueda de un nuevo camino de solución quedó cerrada. Sólo quedaba la posibilidad de que el Consejo de Seguridad o las grandes potencias
decidieran presionar a las partes en conflicto. Pero el problema es que eso
sería un “mecanismo de garantía” al servicio de no se sabe qué “fórmula”.
Oficialmente, la única fórmula aprobada por las Naciones Unidas es
el “Plan de Paz” de 1990 con sus correcciones de 1997 (acuerdos de Houston) y 1999. En cuanto al “Plan Baker” de 2003, si bien no fue “aprobado”
fue políticamente apoyado por unanimidad. ¿Esas presiones de las grandes
potencias se pondrían al servicio de estas fórmulas?
Marruecos ha intentado, sin éxito, que el Consejo de Seguridad
aprobara su fórmula alternativa (una supuesta “autonomía” que conlleva la
automática anexión del territorio). Sin embargo, el Consejo de Seguridad,
en su resolución 1754, de abril de 2007, tomó en consideración por igual
a la “fórmula” de autonomía presentada por Marruecos y al plan de independencia propuesto por el Frente POLISARIO sin aprobar ninguno de
los dos. El Consejo invitó a las partes a emprender negociaciones directas,
sin condiciones previas, para buscar una “fórmula” que provea la autodeterminación del pueblo saharaui. En ese marco se inició una primera ronda
de negociaciones en Manhasset (cerca de Nueva York) el 18 de junio de
2007, seguida de una segunda ronda en el mismo lugar el 10 de agosto de
2007 a la que han seguido otras dos rondas en el año 2008 (7-9 de enero
y 16-18 de marzo).
Aunque hay deseos internacionales de que se celebre una quinta ronda, las dificultades son grandes como ha reconocido el Enviado Personal del
Secretario General que ha sugerido que se celebren reuniones preparatorias
oficiosas antes de un quinto encuentro oficial directo. Esta sugerencia fue
acogida por la Resolución 1781 del Consejo de Seguridad que “Observa con
satisfacción que las partes están de acuerdo con la sugerencia del Enviado
Personal de celebrar conversaciones oficiosas en pequeña escala para preparar
una quinta ronda de negociaciones”
Pero mientras se intentan encontrar nuevas “fórmulas”, se dejan de
buscar “mecanismos de aplicación” de las fórmulas ya aprobadas. Y, mientras
tanto, la situación en el Sahara Occidental, especialmente, en el territorio
ocupado por Marruecos, sigue pudriéndose. Parece que habrá que volver
al “Plan Baker”.
66 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Carlos Ruiz Miguel
¿Qué proceso de paz para el Sáhara Occidental?... pp. 53-68.
Notas
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
Cfr. Western Sahara, Advisory Opinion, I.C.J. Reports 1975, para. 96 &
120.
Cfr. Western Sahara, Advisory Opinion, I.C.J. Reports 1975, para. 158.
Cfr. Western Sahara, Advisory Opinion, I.C.J. Reports 1975, para.162.
A/RES/34/37 (1979).
S/RES/ 658 (1990])y S/RES/690 (1991).
S/RES/1133 (1997) y S/RES/1238 (1999).
Informe S/2000/131, para. 36; y también los informes del SG S/2000/461,
de 22 de mayo, para. 28; y S/2000/683, de 12 de julio de 2000, para. 28).
En su informe S/2001/613.
Informe del Secretario General de 20 de junio de 2001 (S/2001/613), para.
54, 56 y 59. El “Acuerdo Marco”, que no llegó nunca a ser aprobado por
el Consejo de Seguridad se contenía en el Anexo I de este informe.
En su informe S/2002/178, para. 47 ss.
Cfr. sus observaciones contenidas en el anexo II del informe del SG
S/2002/41.
El “acuerdo marco general para la paz en Bosnia y Herzegovina” y sus anexos
(también conocidos como los “acuerdos de Dayton” o el “acuerdo de paz”)
fueron aprobados por la resolución 1031, de 15 de diciembre de 1995,
del Consejo de Seguridad. Dichos acuerdos, publicados como anexo en
un informe del Secretario General (S/1995/999) se negociaron en la base
Wright-Peterson deå la Fuerza Aérea norteamericana en Dayton (Ohio) el
21 de noviembre de 1995 y fueron firmados en París el 14 de diciembre
de 1995.
S/2003/565, de 23 de mayo de 2003. El texto del “plan Baker II” se incluye
como Anexo II del Informe y las respuestas de las partes como Anexo III.
Observaciones del Reino de Marruecos sobre la nueva propuesta del Sr.
James Baker titulada: “Plan de paz para la libre determinación del pueblo
del Sahara Occidental” [en el Anexo III del S/2003/565].
Carta de fecha 8 de marzo de 2003 dirigida al Secretario General por el
Secretario General del Frente POLISARIO [en el Anexo III del S/2003/565].
Carta del Frente POLISARIO al SG de Naciones Unidas de 6 de julio de 2003.
Carta de fecha 26 de febrero de 2003 dirigida al Secretario General por el
Presidente de Argelia en la que se incluye el Memorando de Argelia sobre la
nueva propuesta del Enviado Personal del Secretario General a las Naciones
Unidas que lleva por título “Plan de paz para la libre determinación del
pueblo del Sahara Occidental” [en el Anexo III del S/2003/565].
Nota verbal de fecha 17 de marzo de 2003 dirigida al Secretario General
por la Misión Permanente de Mauritania ante las Naciones Unidas [en el
Anexo III del S/2003/565].
Humania del Sur 67
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
19
20
21
22
23
S/RES/1495 (2003), de 31 de julio de 2003.
Éste es uno de los puntos de más proximidad con los “acuerdos de Dayton”:
el artículo V del acuerdo de puesta en práctica civil del plan de paz (anexo
X) que establece que “el Alto Representante es la máxima autoridad sobre el
territorio para la interpretación de este acuerdo sobre la puesta en práctica
civil del plan de paz”. El Alto Representante es designado de acuerdo con
lo dispuesto por la correspondiente resolución del Consejo de Seguridad
(artículo I, del acuerdo citado).
S/2003/565, para. 56 y 58.
Cfr. el documento “Contribution du Maroc à la negotiationd’une solution
mutuellement acceptable de la question du Sahara” donde Marruecos, por
primera vez de forma oficial presenta un proyecto de autonomía para el
Sahara Occidental. El documento puede consultarse en: http://www.arso.
org/ProjetA2003.pdf. En este texto, Marruecos dice: “Le Royaume du
Maroc avait ainsi décidé d’apporter une contribution concrète, crédible et
positive, dans le cadre de la résolution 1495 du Conseil” (para. 3).
Anexo I al informe S/2004/325 [“Respuesta del Reino de Marruecos a la
propuesta del Sr. Baker titulada “Plan de paz para la libre determinación
del pueblo del Sahara Occidental””].
Referencias
Cembrero, I. (2006). Vecinos alejados. Los secretos de la crisis entre España y Marruecos.
Madrid: Galaxia Gutemberg.
Ruiz Miguel, C. (1995). El Sahara Occidental y España. Historia, Política y Derecho.
Análisis crítico de la política exterior española. Madrid: Dykinson.
Ruiz Miguel, C. (2005a). El largo camino jurídico y político hacia el “Plan Baker
II”: ¿Estación de término?, Working Paper del Real Instituto Elcano (2003),
versión revisada publicada en Anuario Mexicano de Derecho Internacional
vol. V (2005), 445-498 [http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/
derint/cont/5/art/art14.pdf ].
Ruiz Miguel, C. (2005b). La Marcha verde continúa treinta años después, Libertad
Digital [http://exteriores.libertaddigital.com/articulo.php/1276230892].
Ruiz Miguel, C. (2005c). Los acuerdos de Madrid, inmorales, ilegales y políticamente
suicidas, La Ilustración Liberal 26, 57-65 [http://www.libertaddigital.com/
ilustracion_liberal/articulo.php/647].
Ruiz Miguel, C. (2007). “The referendum of self-determination and the role of
Spain”, en Karin Arts y Pedro Pinto Leite. (2007)., International Law and
the question of Western Sahara. Leiden: IPJET.
Western Sahara, Advisory Opinion, I.C.J. Reports 1975.
68 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Haddamin Moulud Said
Los derechos humanos en el Sahara Occidental... pp. 69-86.
Los derechos humanos
en el Sahara Occidental
Haddamin Moulud Said
Asociación de Juristas Saharauis
Sahara Occidental
[email protected]
Resumen
Privado de su derecho inalienable a la autodeterminación y la independencia, es
normal que el pueblo del Sahara Occidental se alce en armas o, cuando menos, se
manifieste reclamando tal derecho. Y cuando un Estado se opone a ese derecho,
en caso de alzamiento armado empleará la fuerza militar, mientras que en el de las
manifestaciones pacíficas de un pueblo desarmado las reprimirá. La supervisión de la
situación de sus derechos humanos es una necesidad hoy apremiante para el pueblo
Saharaui, ya que es uno de los pueblos que aún sufren la lacra del colonialismo.
Palabras clave: Sahara Occidental, represión, autodeterminación,
independencia, Frente POLISARIO.
Human Rights in Western Sahara
Abstract
Having been deprived of its inalienable right to self-determination and
independence, it is simply natural that the people of Western Sahara takes up arms
or, at least, manifests itself in demand of that right. And when a State opposes itself
to such a right, in case or armed uprise will resort to military force, and in that of
peaceful demonstrations will resort to repression. Supervision of it human rights
situation is nowadays a pressing need for the Saharawi people, since it is one of the
peoples still suffering the yoke of colonialism.
Key Words: Western Sahara, POLISARIO Front, repression, selfdetermination, independence.
Recibido: 2-5-14 / Aceptado: 6-6-14
Humania del Sur 69
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
1. Introducción
El Sahara Occidental es un territorio algo mayor que el Estado venezolano de Bolívar, cuya extensión territorial alcanza los 286.000 kilómetros
cuadrados. Está situado en el noroeste de África, entre Mauritania, Argelia,
Marruecos y el océano Atlántico. Hasta el año 1975, fue un territorio
bajo administración española, cuyos pobladores portaban documentos
de identidad españoles, votaban en los referéndums de entonces y tenían
representantes políticos propios en las Cortes de España.
Ya en la década de los sesenta del pasado siglo, la ONU, empieza a
exigir a España, la aplicación en el territorio, de toda la doctrina internacional
relativa a la concesión de la independencia a los países y pueblos colonizados.
Desde el año 1965, la cuestión del Sahara Occidental, entonces,
conocido como Sahara Español, empieza a atraer la atención de la Comunidad Internacional y, la Asamblea General, empieza a aprobar resoluciones
que exigen, a España, la concesión de la independencia, en aplicación de la
Resolución 1514 (XXV) de la ONU.
Cuando finalmente España se compromete en la organización y celebración de un referéndum de autodeterminación, en el que el pueblo saharaui
votaría entre la continuidad bajo soberanía española o la constitución de un
nuevo Estado, Marruecos, el Estado vecino reclama, para sí, el territorio. Ello
obliga a la ONU a enviar una pregunta a la Corte Internacional de Justicia
de La Haya. Así, la Asamblea General de la ONU adopta una Resolución
en diciembre de 1974, por la que pide al Tribunal de La Haya que emita
un dictamen consultivo sobre las cuestiones siguientes:
I.
¿El Sahara Occidental (Río de Oro y Saguía el Hamra) era, en el momento
de la colonización por España, un territorio sin dueño (terranullius)?
Si la respuesta a esta pregunta era negativa,
II. ¿Cuáles eran los lazos jurídicos de ese territorio con el Reino de
Marruecos y el conjunto mauritano?
El 16 de octubre de 1975, la Corte Internacional de Justicia, hace
público su célebre dictamen que, prácticamente, deja para el desguace las
pretensiones de Marruecos y de Mauritania y sienta la posición jurídica de
la Comunidad Internacional respecto del territorio.
En resumidas cuentas el Tribunal de La Haya viene a decir:
Resuelta negativamente la primera pregunta, el Tribunal dictamina
que pese a la existencia de numerosos lazos de tipo racial, lingüístico, religioso, cultural y económico entre tribus y emiratos cuyas poblaciones habitaban
70 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Haddamin Moulud Said
Los derechos humanos en el Sahara Occidental... pp. 69-86.
la región sahariana que hoy forma parte del territorio del Sahara Occidental
y de la República Islámica de Mauritania; y aunque se hallaron lazos jurídicos entre el sultán de Marruecos y algunas tribus del Sahara Occidental,
que indican manifestaciones de cierta autoridad del sultán respecto a estas
tribus, ni unos ni otros elementos eran indicativos de la existencia de lazos
jurídicos de soberanía territorial entre el territorio del Sahara Occidental,
por una parte, y el Reino de Marruecos y el conjunto mauritano, por otra.
El Tribunal no constata, pues, la existencia de lazos jurídicos de tal
naturaleza que pudieran modificar la aplicación de la resolución 1514 (XV)
en cuanto a la descolonización del Sahara Occidental y, en particular, la
aplicación del principio de autodeterminación mediante la expresión libre
y auténtica de la voluntad de las poblaciones del territorio.
Y en contra de todo pronóstico, en Rabat y en Nouackchott, los
respectivos gobiernos de Marruecos y de Mauritania, hicieron una lectura
inversa del histórico dictamen del Tribunal de La Haya. Incluso, el Rey de
Marruecos, Hassan II, hizo un discurso televisado en el que mentía a sus
súbditos, anunciándoles que el Tribunal Internacional le había dado la razón,
a Marruecos, en su reclamación del territorio.
Una cierta inestabilidad política en la metrópoli, España, unida a
la voracidad territorial de los Estados vecinos, Marruecos y Mauritania,
empujó al pueblo saharaui a vivir un calvario que perdura hasta nuestros
días. España acordó con esos dos Estados la entrega del territorio, con el
consiguiente abandono del pueblo saharaui a merced de la aviación de dos
ejércitos armados hasta los dientes que venían, desde el norte y desde el sur,
formando una pinza para ‘ocupar’ sus nuevos dominios.
Descartada toda posibilidad de acceder a la independencia por la
vía pacífica, el Frente POLISARIO, reconocido internacionalmente como
único representante legítimo del pueblo saharaui, proclama la República
Árabe Saharaui Democrática, el mismo día 27 de febrero de 1976, en que
España abandona definitivamente el territorio e inicia la lucha armada
contra ambos Estados.
En el frente sur, contra Mauritania, la guerra durará hasta 1979,
cuando Mauritania y el POLISARIO firman un acuerdo de paz por el que
el primero renuncia al territorio y reconoce a la República Saharaui. En
cambio, en el frente norte, contra Marruecos, la guerra seguirá segando vidas
hasta 1991, cuando la ONU acuerda la celebración de un referéndum de
autodeterminación en el territorio, donde los mismos saharauis de veinte
años antes, iban a elegir, ahora, entre la independencia o la integración a
Marruecos.
Humania del Sur 71
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Hasta la fecha de hoy el ansiado referéndum no se ha celebrado
por las trabas de Marruecos y por la resistencia de las grandes potencias a
imponer la paz en la región.
2. Derecho a la autodeterminación
El derecho a la autodeterminación es un derecho incrustado en la
cúspide del Derecho Internacional General. En el caso concreto del Sahara
Occidental existe, además, un dictamen del Tribunal Internacional de Justicia
que no deja lugar a dudas y que constituye una auténtica fortaleza jurídica,
donde los saharauis, se sienten virtualmente inatacables.
No es casual, en este sentido, que ningún Estado del mundo reconozca
la soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental. Ni siquiera Francia, el
verdadero guardián de los intereses marroquíes en los foros internacionales,
se atreve a reconocer la soberanía de Marruecos sobre el territorio.
3. El Sahara Occidental como Territorio No Autónomo
Como ya hemos dicho, el Sahara Occidental, se encuentra en la
Agenda de la ONU desde el año 1965, cuando se empieza a exigir la aplicación, en ese territorio, de toda la doctrina relativa a la concesión de la
independencia a los países y pueblos coloniales.
Igualmente, la IV Comisión de la ONU, mantiene en su agenda la
cuestión del Sahara Occidental como el territorio de mayor extensión que
aún está pendiente de descolonización, por lo que, anualmente, tiene que
examinar su situación.
Y ello es así porque, sencillamente, la ONU, entiende que el territorio no está gobernado por sus pobladores. O, lo que es lo mismo, que el
territorio está administrado por una fuerza extranjera que carece de título
jurídico que le habilite para administrar y/o ocupar dicho territorio.
4. Implicación de la Comunidad Internacional en el TNA
Durante muchos años, el conflicto ha estado hibernando al rebufo
de las corrientes dominantes durante el largo período de la Guerra Fría. Al
carecer de relevancia estratégica para los grandes bloques, prácticamente,
ha estado confinado al olvido.
Es con la caída del muro de Berlín y el final de la Guerra Fría, cuando
el conflicto empieza a atisbar verdaderas posibilidades de solución. Posibilidades que se verán truncadas por la intransigencia marroquí y el decidido
apoyo de Francia.
72 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Haddamin Moulud Said
Los derechos humanos en el Sahara Occidental... pp. 69-86.
5. Derechos Humanos en el territorio
El simple hecho de que Marruecos esté administrando de facto el
Sahara Occidental, sin tener título jurídico para ello ni, tampoco, contar
con el reconocimiento internacional de esa situación, invita, tal hecho, a
pensar que la situación de los derechos humanos, preocupa a la Comunidad
Internacional. O dicho en otras palabras, ya que la Comunidad Internacional
no ha podido llevar a efecto, en el territorio, el Corpus Iuris por ella misma
creado, al menos, debería brindar a los habitantes de ese territorio un mínimo
de protección internacional. Es decir, debería velar por la situación de los
derechos humanos en ese territorio que, año tras año, la ONU, reitera que
es un Territorio No Autónomo.
Curiosamente, a la Misión de Naciones Unidas para un Referéndum
en el Sahara Occidental, le habían sido amputadas ciertas competencias al
momento mismo de su creación, en el año 1991. En todas las misiones de
paz de las Naciones Unidas creadas después de 1977 existe un componente
de derechos humanos. Sin embargo, en la MINURSO, ese componente
había sido amputado.
Por otro lado, ningún organismo del Sistema Internacional de las
Naciones Unidas para los derechos humanos monitorea, vigila o supervisa
la situación de los derechos humanos en el territorio.
Desde el mismo día 31 de octubre de 1975, en el que Marruecos
invade militarmente el territorio, se inicia la violación de los derechos humanos de la población saharaui. Violaciones que, con el paso del tiempo,
serán sistemáticas. Cárceles secretas, violaciones sexuales, lanzamiento de
personas desde aeronaves, desapariciones forzosas y un largo etcétera.
Desde 1991, la situación sobre el terreno es la de un territorio dividido
por un muro militar; Marruecos ocupa la parte costera del territorio, donde
se encuentran las ciudades pobladas y, el POLISARIO, administra la parte
interior, prácticamente deshabitada. El POLISARIO, también, gestiona los
Campamentos de Refugiados saharauis, situados más allá de la frontera,
en el sureste argelino.
Desde los tiempos de la guerra, Marruecos mantiene el territorio
cerrado a cal y canto. Apenas llegan visitas. Ni medios de comunicación ni
organizaciones no gubernamentales, tampoco observadores independientes
pueden acceder al territorio.
Durante el reinado del ya difunto Hassan II, Marrueco, era gobernado
con mano dura. De hecho, en Marruecos, aquél período se conoce con el
nombre de los años de plomo. Y, si para los propios marroquíes eran años
Humania del Sur 73
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
de plomo, habrá que tener una imaginación muy fértil, para imaginarse
cómo debieron ser aquellos años para la población saharaui que vive en el
territorio ocupado.
Ciertamente los organismos creados por Marruecos para reparar
algunas heridas del pasado, no han tenido más remedio que reconocer la
brutalidad de la represión que los aparatos del Estado marroquí venían
practicando en el Sahara.
En el 2005, ya habían transcurrido quince años desde la firma del alto
el fuego y la planificación del referéndum y, sin embargo, sobre el terreno
nada había cambiado. En ese año, iba a nacer la revuelta saharaui, conocida
como ‘La Intifada’, por la que la población civil sale masivamente a las calles
a manifestarse y a corear eslóganes abiertamente antimarroquíes. Se corean
lemas a favor de la autodeterminación y la independencia. Marruecos castiga
severamente a los manifestantes y las cárceles se llenan de gente. Y de esas
cárceles o, especialmente, de la cárcel de El Aaiún, conocida con el nombre
de Cárcel Negra, saldrán las fotografías que llegarán al Consejo de Seguridad, en forma de denuncia de la grave situación de los derechos humanos.
El devastador impacto emocional provocado por esas fotografías
obliga al Secretario General de las Naciones Unidas a contratar con una
empresa canadiense para cerciorarse de la veracidad, autenticidad y ausencia de manipulación en esas fotografías. Finalmente, los profesionales
de la fotografía confirmaron al Secretario General sus peores temores: las
fotografías son auténticas y no han sido manipuladas. Fueron tomadas en
la Cárcel Negra de El Aaiún en julio de 2005.
74 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Haddamin Moulud Said
Los derechos humanos en el Sahara Occidental... pp. 69-86.
Fuente: Haddamin Moulud Said, 2014.
Entonces se inicia una tímida penetración de ciertas ONGs interesadas en la cuestión de los derechos humanos.
Humania del Sur 75
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
El rol que han asumido las Organizaciones No Gubernamentales
y la sociedad civil ha sido determinante para relanzar, al primer plano, la
situación de los derechos humanos en el Sahara Occidental. O, dicho de otra
manera, la Comunidad Internacional ha ido a remolque de las denuncias
públicas llevadas a cabo por las distintas organizaciones no gubernamentales. Los Estados, en tantos que exclusivos miembros del selecto club de
‘Sujetos de Derecho Internacional’, siempre se han mostrado renuentes a
asumir el papel de vanguardia que les corresponde asumir en la promoción
y protección de los derechos humanos.
A. Evaluación de la situación según Organizaciones No Gubernamentales
Para hacerse una idea cabal de la situación de los derechos humanos en
el Sahara Occidental, seguramente no hará falta apelar a la situación sufrida
en el pasado. Bastará la exposición de la situación actual para hacerse una idea
de cómo debió ser en los setenta, los ochenta y los noventa del pasado siglo.
Las limitaciones del espacio no permiten reproducir las opiniones
de las distintas entidades tenidas en cuenta para este trabajo. Por ello se
expondrá un ejemplo y se citarán las demás entidades para que el lector
pueda buscarlas por su cuenta.
ONGs.
A.1.- Human Right Watch1
Las leyes que penalizan los actos que puedan atentar contra el rey, la
monarquía, el Islam o la soberanía que Marruecos defiende sobre el Sahara
Occidental limitaron los derechos a las libertades de expresión, asamblea
y asociación pacíficas. En febrero, un tribunal militar condenó a 25 civiles
saharauis a penas de prisión, entre los cuales nueve fueron condenados a
cadena perpetua. Este fue sólo uno de los muchos juicios injustos celebrados
en los últimos años, que han resultado en condenas motivadas por razones
políticas.
Libertad de reunión. En el Sahara Occidental, las fuerzas de seguridad
reprimieron rutinariamente cualquier reunión pública considerada hostil
sobre la disputada soberanía de Marruecos sobre ese territorio
Libertad de asociación. En el Sahara Occidental, las autoridades denegaron
el reconocimiento legal a todas las organizaciones locales de derechos
humanos, cuyo liderazgo apoya la independencia de ese territorio, incluso
asociaciones que ganaron resoluciones administrativas judiciales afirmaron
que se les había denegado injustamente el reconocimiento.
76 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Haddamin Moulud Said
Los derechos humanos en el Sahara Occidental... pp. 69-86.
Igualmente, merece la pena leer los informes de las entidades siguientes: Amnistía Internacional; Front Line; R.F.Kennedy Center para
la democracia y los derechos humanos; CODESA; ASVDH; Comisión
Africana de derechos humanos y de los pueblos; Parlamento Europeo; Colegio de Abogados de Nueva York (Estados Unidos de América); Colegio
de Abogados de Zaragoza (España).
B. Evaluación según organismos oficiales
Ha costado mucho tiempo, atraer la atención de los organismos
internacionales sobre la cuestión de los derechos humanos en un Territorio
No Autónomo como el del Sahara Occidental. Sobre todo, teniendo en
cuenta los agravios comparativos si lo relacionamos con, por ejemplo, la
situación de los territorios ocupados de Palestina.
Ya en el 2006, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados elabora un informe verdaderamente demoledor para Marruecos.
Sin embargo, el Alto Comisionado, no se sabe muy bien por qué razones
decretó el secreto de dicho informe. Es decir, es como si no lo hubiera hecho, porque al decretar su secreto, dicho informe no podía ser alegado, por
ejemplo, ante el Consejo de Seguridad.
En este apartado me voy a permitir la reproducción literal de ciertos
párrafos de los distintos informes de los organismos internacionales. Y ello
es necesario porque ya no estamos ante simples denuncias del Frente POLISARIO, como parte interesada, ni tampoco como denuncias de medios
de prensa u ONGs que cuando interesa se les acusa de ser proclives a tal o
cual parte. Estamos ante informes oficiales de organismos que forman parte
del Sistema Internacional de Naciones Unidas para los derechos humanos.
Por eso es necesaria su reproducción parcial.
Informe de la Misión de la Oficina del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OHCHR) en el Sahara
Occidental y los campamentos de refugiados en Tindouf, de 15 / 23 de
mayo y 19 de junio de 2006, OHCHR.2
9. La cuestión del derecho de autodeterminación del pueblo del Sahara
Occidental es primordial para la consideración de la situación global de los
derechos humanos en los respectivos territorios. Es un derecho humano
consagrado en el Convenio Internacional de los Derechos Políticos y Civiles
(CIDPC) y en el Convenio Internacional de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales (CIDESC). El respeto de todos los derechos humanos de la
población del Sahara Occidental debe ser considerado conjuntamente con
Humania del Sur 77
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
este derecho y su no realización afectará inevitablemente en el disfrute de
todos los demás derechos garantizados, inter alia, en los siete derechos
humanos básicos internacionales de carácter obligatorio.
12. Las manifestaciones comenzaron en El Aaiún en mayo de 2005,
como respuesta a las protestas de familiares y activistas contra el traslado
de prisioneros saharauis a Agadir, las cuales, según testigos entrevistados
fueron dispersadas violentamente por fuerzas de seguridad marroquíes, que seguían a mas manifestaciones por la violencia policial y pidiendo
la autodeterminación y/o independencia, llevando además banderas
del Frente Polisario. Según los informes las manifestaciones empezaron
pacíficamente, pero se volvieron violentas a los pocos días siguientes, con
algunos manifestantes quemando banderas marroquíes y lanzando cócteles
molotov a las fuerzas de seguridad con el resultado de daños materiales y
heridas físicas a varios agentes. Hacia finales de mayo las protestas se habían
extendido a Smara y Dakhla y fueron acompañadas por manifestaciones de
estudiantes saharauis en Agadir, Casablanca y Rabat. Más manifestaciones
han tenido lugar en El Aaiún desde octubre de 2005.
14. La violencia utilizada por las fuerzas de seguridad durante las
manifestaciones fue el resultado de la muerte, el 30 de octubre de 2005, de
Hamdi Lembarki, el cual participaba en la manifestación pro-referéndum
en las calles de El Aaiún y murió por estas heridas en el hospital de Hassan.
De acuerdo con testigos oculares, varios oficiales de la policía marroquí le
arrestaron durante la mencionada manifestación, le llevaron a un muro
cercano, le rodearon y le golpearon repetidamente con porras en la cabeza
y otras partes del cuerpo. Un testigo ocular denunció a la delegación que el
señor Lembarki fue encontrado inconsciente en el suelo por varias personas
que le condujeron al hospital donde murió. La autopsia inicial indicaba que
su muerte fue el resultado de las heridas en el cráneo. El padre del Señor
Lembarki presentó una denuncia con el abogado del Rey en el Tribunal de
Apelación de El Aaiún, pidiendo una investigación sobre las circunstancias
de la muerte de su hijo y esta fue abierta. Además, la oficina del Fiscal en
El Aaiún ordenó una segunda autopsia. Oficiales del Ministerio de Justicia
en Rabat informaron a la delegación que dos oficiales de policía están
actualmente bajo custodia y han sido culpados por haber causado heridas
con arma y de este modo, involuntariamente, causando la muerte mientras
que llevaban a cabo su turno de trabajo como funcionarios públicos. Los
resultados han sido remitidos al Fiscal General, el cual ha trasladado a los
oficiales al juzgado de primera instancia donde por último están esperando
el juicio.
28. Según los testigos, se habrían establecido limitaciones al ejercicio
de la libertad de expresión acerca de la autodeterminación en el Sahara
Occidental. Durante muchas reuniones, tanto con representantes del
78 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Haddamin Moulud Said
Los derechos humanos en el Sahara Occidental... pp. 69-86.
gobierno, como de organizaciones no gubernamentales, se confirmó que la
soberanía de Marruecos sobre el Sahara Occidental no se puede cuestionar.
Estas limitaciones, sobre todo frente al derecho – reconocido a nivel
internacional – de autodeterminación del pueblo del Sahara Occidental,
no se pueden considerar como las restricciones admisibles según el artículo
19 del ICCPR, como la seguridad nacional, el orden público, la salud
pública o la moralidad.
Por su parte, los órganos creados en virtud de tratados internacionales
dicen lo siguiente:
B. 1).- Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
Observaciones del Comité de los Derechos humanos. De 1 de diciembre de 20043:
C. Principales motivos de preocupación y recomendaciones
8. El Comité sigue preocupado por la ausencia de progresos en la cuestión
de la aplicación de la libre determinación del pueblo del Sahara Occidental
(artículo 1 del Pacto).
El Estado Parte debería tomar medidas sin demora para permitir que las
poblaciones interesadas gocen plenamente de los derechos reconocidos en
el Pacto
12. Aunque reconoce el trabajo realizado por el Comité Consultivo de
Derechos Humanos en lo que respecta a la obtención de informaciones
y la indemnización en el caso de los desaparecidos, el Comité se declara
preocupado por el hecho de que los responsables de tales desapariciones
no hayan sido todavía identificados, juzgados y sancionados (artículos 6 y
7 del Pacto).
El Estado Parte debería efectuar las encuestas necesarias para identificar,
juzgar y sancionar a los responsables de esos delitos (artículos 6 y 7 del Pacto)
14. El Comité sigue preocupado por las numerosas alegaciones de torturas
y malos tratos a personas detenidas y por el hecho de que, en general, sólo
se exija a los funcionarios culpables de tales actos una responsabilidad
disciplinaria, en caso de imponerse alguna sanción. En este contexto, el
Comité observa con preocupación la falta de investigaciones realizadas de
una manera independiente en las comisarías de policía y otros lugares de
detención para cerciorarse de que no se practican en ellos torturas ni malos
tratos.
El Estado Parte debería velar porque las denuncias de tortura y/o de malos
tratos sean examinadas con prontitud y de una manera independiente.
Las conclusiones de tal investigación deberían ser objeto de un examen
a fondo por las autoridades competentes para que sea posible sancionar
disciplinariamente, pero también penalmente, a las personas responsables.
Humania del Sur 79
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Todos los sitios de detención deberían ser objeto de una inspección
independiente (artículos 7 y 10 del Pacto)
17. El Comité sigue preocupado por los informes sobre las malas condiciones
de encarcelamiento en las prisiones, en especial la insuficiencia de cuidados
médicos, la falta de programas educativos de reinserción y la falta de lugares
de visita (artículos 7 y 10 del Pacto).
El Estado Parte debería adecuar las condiciones de encarcelamiento a lo
dispuesto en el artículo 10 del Pacto y establecer penas sustitutivas
18. El Comité se muestra preocupado por el hecho de que se les han
confiscado los pasaportes a varios representantes de ONG, lo que les ha
impedido participar en una reunión de ONG sobre la cuestión del Sahara
Occidental celebrada en Ginebra con ocasión del 50º período de sesiones
de la Comisión de Derechos Humanos (artículos 12 y 19 del Pacto).
El Estado Parte debería aplicar el artículo 12 del Pacto a todos sus
ciudadanos
19. Al Comité sigue preocupándole el hecho de que la independencia de
los magistrados no esté plenamente garantizada.
El Estado Parte debería adoptar las medidas necesarias para garantizar la
independencia y la imparcialidad de la magistratura (párrafo 1 del artículo
14 del Pacto)
25. El Comité ha tomado nota de diversos informes en los que se señalan las
limitaciones impuestas al derecho de libertad de asociación.
Se pide al Estado Parte que adecúe su práctica a lo dispuesto en el
artículo 22 del Pacto
B. 2).- Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales
Observaciones del Comité de los derechos económicos, sociales y culturales,
de 4 de septiembre de 2006.4
D. Principales motivos de preocupación
13. El Comité lamenta que algunos temas importantes planteados en las
observaciones finales de 1994 (E/C.12/1994/5) y de 2000 (E/C.12/1/
Add.55) no se hayan tomado en consideración y que el Estado Parte no
haya abordado de manera efectiva los principales motivos de preocupación
indicados en el examen de su informe inicial y de su segundo informe
periódico, asuntos que siguen pendientes, a saber:
b) El hecho de que todavía no se haya aportado una solución clara a la
cuestión de la libre determinación de las poblaciones del Sahara Occidental.
80 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Haddamin Moulud Said
Los derechos humanos en el Sahara Occidental... pp. 69-86.
El Comité toma nota con preocupación de los informes acerca de la precaria
situación de los desplazados tras el conflicto del Sahara Occidental, que al
parecer son víctimas de múltiples violaciones de los derechos que les reconoce
el Pacto, en particular las mujeres y los niños.
B. 3).- Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos
o Degradantes.
Observaciones del Comité contra la Tortura. 1 de diciembre de 2011.5
5. El Comité, aunque observa que actualmente se están preparando algunos
proyectos de ley que tienen por finalidad modificar el Código Penal, está
preocupado por el hecho de que la definición de la tortura según lo dispuesto
en el artículo 231.1 del Código Penal vigente no sea plenamente conforme
al artículo 1 de la Convención contra la Tortura.
10. El Comité está preocupado por las numerosas denuncias de tortura
y malos tratos cometidos por los agentes de policía, los funcionarios de
prisiones y más particularmente los agentes de la Dirección de Vigilancia
del Territorio, reconocidos actualmente como agentes de la policía judicial,
cuando se priva a las personas de las salvaguardias jurídicas fundamentales,
como el derecho de acceso a un abogado, en particular contra las personas
que, según se sospecha, pertenecen a las redes terroristas o son partidarios
de la independencia del Sahara Occidental o durante los interrogatorios
con el objeto de extraer confesiones a los sospechosos de actos terroristas
(arts 2,4,11 y 15).
Acontecimientos relativos al Sahara Occidental
12. El Comité está preocupado por las denuncias recibidas sobre la situación
imperante en el Sahara Occidental, donde, al parecer, las fuerzas del orden
y las fuerzas de seguridad marroquíes someten a las personas sospechosas a
detenciones y encarcelamientos arbitrarios, a encarcelamientos en régimen
de incomunicación y en lugares secretos, a torturas y malos tratos, a la
extracción de confesiones mediante la tortura, a desapariciones forzadas y
al uso excesivo de la fuerza.
El Comité recuerda una vez más que, de conformidad con la Convención
contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes,
no se puede invocar ninguna circunstancia excepcional, cualquiera que
esta sea, para justificar la tortura en el territorio sometido a la jurisdicción
del Estado parte, y que las medidas de mantenimiento del orden y los
procedimientos de instrucción penal y de investigación deben ponerse en
práctica respetando plenamente las normas internacionales de derechos
humanos, así como los procedimientos judiciales y las salvaguardias
fundamentales en vigor en el Estado parte. Este debe tomar urgentemente
medidas concretas para prevenir los actos de tortura y los malos tratos que
se describen más arriba. Además, debe anunciar una política que pueda
Humania del Sur 81
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
traducirse en resultados mensurables desde el punto de vista de la eliminación
de los actos de tortura y de los malos tratos cometidos por agentes del Estado.
El Estado parte debe reforzar las medidas adoptadas para investigar a fondo
y de manera imparcial y eficaz todas las denuncias de tortura y de malos
tratos infligidos a prisioneros y a detenidos, y en todos los demás casos.
El campamento de Gdeim Iziken
13. Inquietan muy particularmente al Comité los acontecimientos
relacionados con la evacuación del campamento de Gdeim Iziken en
noviembre de 2010, en el curso de la cual varias personas resultaron muertas,
entre ellas agentes de las fuerzas del orden, y cientos de otras personas
fueron detenidas. El Comité reconoce que la gran mayoría de las personas
detenidas han sido posteriormente puestas en libertad y están en espera de
ser procesadas. No obstante, sigue seriamente preocupado por el hecho de
que esos procesos se celebrarán ante tribunales militares, en tanto que los
interesados son civiles. Además, el Comité está preocupado por el hecho
de que no se haya iniciado ninguna investigación imparcial y eficaz para
aclarar los acontecimientos y determinar las posibles responsabilidades en
el seno de las fuerzas del orden (arts. 2, 11, 12, 15 y 16).
El Estado parte debe reforzar las medidas adoptadas para investigar a fondo
y de manera imparcial y eficaz y rápida todos los actos de violencia y las
muertes ocurridas en el contexto del desmantelamiento del campamento de
Gdeim Iziken, y para enjuiciar a los responsables de tales actos. El Estado
parte debe modificar su legislación para que todos los civiles sean juzgados
exclusivamente por jurisdicciones civiles.
29. El Comité toma nota de la información proporcionada por el Estado
parte sobre el considerable volumen de trabajo realizado entre 2003 y 2005
por el mecanismo de justicia de transición, a saber, la Institución de Equidad
y Reconciliación, sobre las violaciones graves, masivas y sistemáticas de
los derechos humanos cometidas en Marruecos entre 1956 y 1999. Estas
investigaciones permitieron aclarar un gran número de esas violaciones,
dilucidando en particular numerosos casos de desapariciones forzadas, y
posibilitaron el otorgamiento de distintos tipos de reparación a numerosas
víctimas. Con todo, el Comité sigue estando preocupado por el hecho
de que esos trabajos no hayan incluido las violaciones cometidas en el
Sahara Occidental y porque ciertos casos de desaparición forzada no hayan
quedado resueltos al finalizar los trabajos de la Institución en 2005. Además,
inquieta al Comité que los trabajos de la Institución puedan haber llevado
a la impunidad de hecho de los autores de violaciones de la Convención
cometidas en el curso de ese período, ya que hasta la fecha ninguno de ellos
ha sido procesado. Por último, preocupa al Comité la información recibida
en el sentido de que no todas las víctimas ni todas las familias de víctimas han
82 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Haddamin Moulud Said
Los derechos humanos en el Sahara Occidental... pp. 69-86.
recibido una indemnización y de que no todas las indemnizaciones pagadas
han sido equitativas, suficientes o efectivas (arts. 12, 13 y 14).
A continuación imágenes del desmantelamiento ‘manu militaris’ del
Campamento de Gdeim Izik en octubre de 2010.
Fuente: Haddamin Moulud Said, 2014.
Humania del Sur 83
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
B. 4) El Examen Periódico Universal.6
El Examen Periódico Universal es un mecanismo ideado para examinar
a todos los Estados en relación a la situación de los derechos humanos.
Cíclicamente, cada Estado, comparece ante una troika compuesta
por un número determinado de Estados que lo examinan. El Estado
examinado interactúa con los demás Estados y éstos preguntan y formulan
recomendaciones.
Para ver hasta qué punto los Estados, a menudo, confunden la política con
los derechos humanos, veamos el ejemplo del Examen Periódico Universal
de Marruecos del 22 de mayo de 2008.
A continuación se expone la opinión sobre Marruecos, emitida por
algunos Estados que reconocen a la República Saharaui y donde, incluso,
se cuenta con una Honorable Embajada saharaui.
Uganda: Felicitó a Marruecos por su diálogo continuo con los órganos
de tratados y procedimientos especiales.
Uruguay: Valora la nueva Constitución que reconoce las desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias, las reformas en el ámbito de la
justicia de transición y la adopción del Plan de Acción Nacional para la
Democracia y los Derechos Humanos.
Venezuela: Elogió los esfuerzos de Marruecos para aplicar las anteriores
recomendaciones del EPU. Tomó nota de la supresión de las reservas a la CEDAW como un paso positivo hacia la promoción de un equilibrio de género.
También tomó nota de los esfuerzos realizados para combatir la pobreza.
Vietnam: Señaló que el disfrute de los derechos económicos, sociales y
culturales han mejorado progresivamente, aunque reconoció que Marruecos
todavía enfrenta desafíos, en particular frente a los grupos vulnerables y las
limitaciones socioeconómicas agravadas por la crisis financiera.
Zimbabue: Señaló los progresos realizados en la promoción y
protección de los derechos humanos de las mujeres, niños, personas con
discapacidad y los migrantes. También tomó nota de las prioridades, iniciativas y compromisos realizados por Marruecos para promover los derechos
humanos, en consonancia con su Constitución. Ghana: Dio la bienvenida a los esfuerzos de Marruecos de reforma,
incluyendo entre otras cosas la adopción de una nueva Constitución y el
desarrollo de las instituciones nacionales de derechos humanos.
México: Reconoció los esfuerzos realizados por Marruecos, incluida la
ratificación de la CDPD y su Protocolo Facultativo y el compromiso de
presentar su informe inicial al Comité de Trabajadores Migrantes. 84 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Haddamin Moulud Said
Los derechos humanos en el Sahara Occidental... pp. 69-86.
Mozambique: Elogió a Marruecos por la ratificación del Convenio de
los Derechos de las Personas con Discapacidades y sus Protocolos Facultativos y el Protocolo para Reprimir y Sancionar la Trata de Personas. Nicaragua: Acoge con particular satisfacción la creación del Consejo Nacional de Derechos Humanos Marroquí y observó con satisfacción los
esfuerzos de Marruecos para garantizar los derechos de las personas privadas de su libertad.
Sudáfrica: Reconoció el apoyo de Marruecos en la lucha contra el
racismo. También acogió con satisfacción la Iniciativa Nacional de Desarrollo
Humano y el Plan Marruecos Verde.
Cuesta creer que estos países que reconocen a la República Saharaui y
mantienen sólidas relaciones diplomáticas con la República Saharaui hayan
pasado por alto la cuestión de los derechos humanos justo cuando más falta
hacía al pueblo saharaui.
Han sido otros Estados, como Irlanda y Suecia, con los que la República Saharaui no tiene relaciones, los que han suscitado la cuestión de
los derechos humanos en el territorio.
E.- El Consejo de Seguridad y los derechos humanos en el Sahara
Occidental.7
En sus sucesivas resoluciones sobre el Sahara Occidental, el Consejo
de Seguridad de las Naciones Unidas sigue mostrándose bastante renuente
a la hora de implementar algún mecanismo de control de los derechos humanos, tal y como le exige el Secretario General de la Organización.
Desde hace bastantes años, tanto el POLISARIO como reputadas
ONGs, vienen reclamando la implementación de algún mecanismo de
control de los derechos humanos en el Sahara Occidental. Sin embargo, el
Consejo de Seguridad, forzado por la acérrima posición francesa, nunca ha
hecho caso a tales reclamaciones.
Ahora, el Secretario General, acuciado por los informes de las distintas
agencias onusinas, no ha tenido más remedio que apuntarse a la petición de
implementar algún mecanismo de control. Pero el Consejo de Seguridad
sigue haciendo caso omiso a tales pretensiones.8
Notas
1
Informe de Human Right Watch 2014. Disponible en:
http://www.hrw.org/es/world-report/2014/country-chapters/122289
Humania del Sur 85
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
2
3
4
5
6
7
8
Informe del OHCHR de mayo de 2006. Disponible en:
http://asoc.umdraiga.com/documentos/ONU_informesmision/Informe_
Mision_Visitadora_2006_es.htm
Observaciones del Comité de Derechos Humanos. Disponible en:
http://www.ohchr.org/SP/Countries/MENARegion/Pages/MAIndex.aspx
Observaciones del Comité de los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. Disponible en:
http://www.ohchr.org/SP/Countries/MENARegion/Pages/MAIndex.aspx
Observaciones del Comité contra la Tortura. Disponible en:
http://www.ohchr.org/SP/Countries/MENARegion/Pages/MAIndex.aspx
Examen Periódico Universal. Marruecos. Disponible en:
http://www.ohchr.org/EN/HRBodies/UPR/Pages/MASession13.aspx
Resolución del Consejo de Seguridad de abril de 2014. Disponible en:
http://www.un.org/es/sc/documents/resolutions/
Informe del Secretario General de abril de 2014. Disponible en:
http://www.un.org/es/sc/documents/sgreports/
86 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Simón Rodríguez Porras
Latinoamérica, Venezuela y la causa saharaui... pp. 87-96.
Latinoamérica, Venezuela
y la causa saharaui
Simón Rodríguez Porras
Asociación Venezolana de Solidaridad con el Sahara
Mérida, Venezuela
[email protected]
Resumen
Latinoamérica y el pueblo saharaui comparten un pasado colonial bajo el yugo
español. La solidaridad latinoamericana con la causa de la autodeterminación del
pueblo saharaui se ha expresado de múltiples formas en la últimas tres décadas,
y puede ser decisiva si logra acompasarse con los nuevos ritmos que adquiere el
conflicto.
Palabras clave: Sahara Occidental, Saharaui, Descolonización,
Latinoamérica, Solidaridad.
Latin America, Venezuela and the Saharawi cause
Abstract
Latin America, Venezuela and the Saharawi Cause. Latin America and the saharawi
people share a colonial past under the spanish yoke. Latin American solidarity with
the cause of saharawi self determination has been expressed en multiple ways in
the last three decades and can be decisive if it manages to accompany the new pace
the conflict is acquiring.
Keywords: Western Sahara, Saharawi, Decolonization, Latin America,
Solidarity.
Recibido: 6-6-14 / Aceptado: 17-10-14
Humania del Sur 87
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
1. La herencia colonial
El colonialismo es una de las mayores abominaciones históricas
que ha conocido la humanidad. Los pueblos que lo han padecido, lo han
resistido y finalmente derrotado; se encuentran entrelazados tanto por un
pasado común como por la responsabilidad de oponerse a toda opresión
colonial. Las influencias recíprocas del proceso de colonización de América
y de África son notorias, mientras que el saqueo de las riquezas minerales
en América y la esclavización del oeste de África configuraron las bases de
la acumulación que permitiría la industrialización de la metrópoli europea
y la conformación de un sistema económico global (Gunder Frank, 1978).
El siglo XIX fue el de las revoluciones independentistas en el continente
americano, bajo el impulso de la gran revolución de los esclavos en Haití.
Para España, que a comienzos del siglo XX sufriría importantes derrotas en
Cuba, Puerto Rico y Filipinas, el último refugio de su proyecto colonizador
fue el Sahara Occidental.
El inicio de la colonización del Sahara Occidental coincide con la
Conferencia de Berlín de 1884-1885, en la que las potencias europeas se
reparten el continente africano. Casi un siglo de opresión colonial española
dejaría un singular legado que emparenta al pueblo saharaui con los pueblos
latinoamericanos. La República Árabe Saharaui Democrática (RASD), junto
con Guinea Ecuatorial, también ex colonia española, es uno de los dos países
africanos que tienen el español entre sus idiomas oficiales. Esta condición
“encierra el potencial de convertir a nuestro país en un puente sólido para
las relaciones entre tres mundos, el africano, el árabe y el latinoamericano”,
observó hace algunos años el entonces embajador saharaui en Venezuela
(Ahmed, 2006). Otros rasgos de la identidad saharaui favorecen el desarrollo
de relaciones de solidaridad con Latinoamérica. El poeta y profesor universitario Bahia Mahmud Awah (2013) plantea que la tardía introducción de
la religión islámica en la sociedad saharaui ha permitido una asimilación
distinta a la del resto del mundo árabe, “lo que hace de ella una sociedad
creyente pero sobre todo laica. En efecto, esta sociedad no vive al ritmo de
la religión”. La experiencia ha demostrado una amplitud de miras propicia
al intercambio con Latinoamérica.
2. Latinoamérica y la RASD
Cuando la dictadura franquista pactó la entrega del Sahara Occidental
a Marruecos y Mauritania, se retiró sin descolonizar el territorio; algunos
soldados de la Legión Española desertaron y se incorporaron a las filas del
88 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Simón Rodríguez Porras
Latinoamérica, Venezuela y la causa saharaui... pp. 87-96.
Frente Polisario. Entre ellos estuvo un venezolano, Justo Casenave, quien
durante la guerra desempeñó tareas civiles de apoyo. Cubanos, mexicanos,
otros latinoamericanos, junto a vietnamitas, argelinos y activistas de otros
países también participaron de esta solidaridad internacionalista, mientras
la satrapía marroquí gozaba del apoyo económico y militar a gran escala de
Francia y EEUU, incluyendo la participación en combate de la aviación
francesa. En plena Guerra Fría, estos hechos contrastan notoriamente con
la distancia tomada por la URSS y China respecto de la causa saharaui,
“Ni siquiera una lata de sardina soviética llegó a los refugiados saharauis”
(Ahmed, 2006).
En Latinoamérica la mayoría de los Estados han reconocido a la
RASD. De los ochenta y dos países que han reconocido al Estado saharaui,
treinta son de Latinoamérica y el Caribe; incluso la RASD es miembro observador del Parlamento Andino. Además del reconocimiento diplomático,
ha habido una significativa cooperación en materia educativa con Cuba,
donde miles de saharauis recibieron instrucción universitaria en la década
del 80, incluyendo México y más recientemente con Venezuela. Nuestro
país fue el segundo en Latinoamérica en reconocer a la RASD, luego de
Panamá, en agosto de 1982. El contraste con la vieja Europa es notorio:
solo un país europeo, Albania, ha reconocido a la RASD. Marruecos, por
su parte, no tiene a América Latina entre las prioridades de su política exterior; al comenzar la década de los 80 contaba únicamente con embajadas
en Brasil y Argentina, ambas bajo dictaduras militares. En Sudamérica aún
Chile, Brasil y Argentina no han reconocido a la RASD, una demostración
de que persiste la subordinación de la política exterior de estos países a los
dictados de EEUU. El ex embajador estadounidense en la ONU, John
Bolton, explicó que el gobierno de Bush apoyó a la monarquía en base
al “argumento marroquí de que la independencia del Sahara Occidental
desestabilizaría a Marruecos y podría desembocar en una toma del poder
en ese país por los islamistas extremistas”. Esta sórdida alianza se visibilizó
nuevamente con el apoyo de Marruecos a la invasión de Irak en 2003. La
diplomacia estadounidense sigue orientada a evitar a toda costa la realización
de un referendo que permita el ejercicio de la autodeterminación del pueblo
saharaui (Cembrero, 2007).
La monarquía marroquí es encabezada por la dinastía alauita, que se
dice descendiente directa del profeta Mahoma. Marruecos es el único Estado
africano que no forma parte de la Unión Africana de Naciones, debido a su
papel colonial en el Sahara; sin el apoyo económico y político de Francia,
EEUU y España, no podría sostenerse la ocupación militar. A cambio, las
Humania del Sur 89
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
potencias participan del pillaje de los recursos naturales del territorio, como
veremos más adelante. Dentro de Marruecos, el único partido que apoya una
salida al conflicto que garantice la autodeterminación del pueblo saharaui es
el izquierdista Vía Democrática. Esto no es extraño en un país que no goza de
libertades democráticas elementales. Los medios de comunicación, disciplinados
al régimen, así como la mayoría de los partidos políticos, siguen al pie de la
letra la política colonial. En cambio, fuera de Marruecos, cada vez le resulta
más difícil a la monarquía mantener apoyos a su política en el tema saharaui.
3. Solidaridad y DDHH
El colonialismo español tardío, no fue menos brutal que en otras
latitudes en cuanto se estructuró un masivo movimiento independentista
en la década del 60, expresado en el Movimiento de Liberación Nacional
Saharaui y posteriormente la Organización Avanzada para la Liberación del
Sahara, liderizada por Mohamed Basiri, quien se convertiría en la primera
víctima de desaparición forzada saharaui en 1970 (Afapredesa, 2005). Las
masacres perpetradas por la Legión Española llevaron al movimiento independentista a constituir el Frente Polisario y optar por la vía armada. Luego
de la ocupación marroquí del territorio, el terrorismo de Estado adquiriría
a manos de la monarquía una escala comparable a la de las dictaduras del
Cono Sur. Se estima que en las últimas tres décadas se han practicado más
de 3.500 desapariciones forzadas, más de 20.000 detenciones arbitrarias y
se han generado más de 260.000 desplazados (Afapredesa, 2005). “Oficiales del ejército marroquí han cometido lo que podría llamarse crímenes de
guerra fuera del campo de batalla, y muchos civiles fueron arrojados desde
helicópteros o enterrados vivos debido a que eran saharauis”, admitió un alto
funcionario del régimen (Relti, 2008). El terrorismo de Estado no se limita
a perseguir a los saharauis que activamente defienden la autodeterminación,
sino que también se ceba con los familiares de las personas consideradas “enemigas” de acuerdo con un criterio análogo al de la doctrina de la seguridad
nacional. Familiares, maridos, esposas o hijas también han sido víctimas de
detenciones, desapariciones forzadas, torturas y violaciones. Familias enteras
han sido secuestradas por los esbirros marroquíes (Afapredesa, 2005).
Constituida en 1989, la Asociación de Familiares de Presos y
Desaparecidos Saharauis (Afapredesa), ha documentado y denunciado la
persecución política y las violaciones a los DDHH dentro de los territorios
ocupados por Marruecos, desarrollando una relación de colaboración con
la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de DetenidosDesaparecidos (FEDEFAM) (Afapredesa, 2005). La lucha de las Madres de
90 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Simón Rodríguez Porras
Latinoamérica, Venezuela y la causa saharaui... pp. 87-96.
la Plaza de Mayo por la justicia y la verdad ante las desapariciones forzadas de
la dictadura argentina también ha servido de ejemplo para la lucha contra esa
práctica represiva en los territorios ocupados por Marruecos (Engler, 2012).
Debido a las limitaciones en la libertad de prensa y la imposibilidad
de realizar un trabajo periodístico independiente de manera abierta en los
territorios ocupados, esta actividad, al igual que la defensa de los DDHH,
queda relegada a la clandestinidad. Exponiéndose a grandes riesgos, algunos
activistas del movimiento internacional de solidaridad con el pueblo saharaui
ingresan a los territorios ocupados en calidad de turistas. Tal fue el caso del
cineasta venezolano Carlos González, quien ingresó a El Aaiún, la capital
saharaui bajo ocupación, para documentar las denuncias de la población.
La monarquía marroquí lo apresó bajo cargos de espionaje (Beiba, Formoso
y Hernández, 2010).
En Europa y América Latina se ha estructurado un amplio movimiento de solidaridad con la causa saharaui, centenares de organizaciones en el
mundo se dedican a denunciar la situación del Sahara Occidental y exigir el
fin de la ocupación colonial; este movimiento podría llegar a desempeñar un
rol decisivo en el conflicto, como lo tuvo en la década del 80 la solidaridad
con el pueblo sudafricano oprimido por el régimen del apartheid.
La Asociación Venezolana de Solidaridad con el Sahara (ASOVESSA), forma parte de este movimiento. En su seno agrupa a estudiantes,
profesores universitarios y activistas políticos de diversa procedencia, con
el fin de apoyar la causa saharaui, estimular las relaciones bilaterales en
todos los ámbitos, apoyar el ingreso de la RASD como Estado miembro
de las Naciones Unidas (ONU), denunciar las violaciones constantes de
los Derechos Humanos en los territorios ocupados, apoyar la celebración
del referéndum para la autodeterminación del pueblo saharaui y exigir el
cese del saqueo de sus recursos naturales por parte del régimen marroquí
y capitales transnacionales. Desde su creación, ha propiciado procesos de
intercambio. Cineastas venezolanos como Carlos Azpúrua y Lilian Blaser
han participado en el festival de cine celebrado en los territorios liberados,
el FiSahara. Mientras que estudiantes y activistas han viajado a los campamentos de refugiados a dictar talleres, trabajar en los archivos históricos de
la RASD o sumarse a protestas de carácter internacional como la “Columna
de los mil”, que cada año denuncia el Muro de la Vergüenza levantado por
Marruecos con el apoyo de EEUU e Israel para dividir el territorio saharaui.
Humania del Sur 91
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
4. El gobierno venezolano y la RASD
Desde el reconocimiento de la RASD por parte del gobierno de Herrera Campins, la posición oficial del Estado venezolano en los organismos
internacionales ha consistido en una defensa del derecho a la autodeterminación e independencia del pueblo saharaui. En el año 1982, la RASD fue
reconocida y abrió una embajada en nuestro país. En los últimos años la
relación bilateral cobró mayor relieve, con la firma de Acuerdos de Cooperación Bilateral en octubre de 2004. En virtud de estos acuerdos, jóvenes
saharauis realizan estudios universitarios en nuestro país. A partir del año
2006, el Grupo Parlamentario Venezolano en el Parlamento Latinoamericano también impulsó acciones de solidaridad con el pueblo saharaui; el
mismo año, el presidente Chávez participó en una reunión con su homólogo
saharahui, Mohamed Abdelaziz en Caracas, al cabo de la cual ratificó su
compromiso con la exigencia a Marruecos de que descolonice el territorio
saharaui (Ahmed, 2006).
Como parte de la cooperación educativa con Cuba y Venezuela, fue
creada la Escuela Secundaria Básica “Simón Bolívar” en el mayor campamento de refugiados saharauis en Argelia, cercano a la Wilaya de Smara.
La primera etapa del proyecto ha entrado en funcionamiento, con una
matrícula de 360 alumnos; en la segunda etapa se incorporarán 300 alumnos más. Esta escuela permite que los niños avancen en su educación en
los campamentos, sin tener que procurarse por la formación en el exterior
a temprana edad. En el 2009, Venezuela se convirtió en el primer país latinoamericano que colabora con la Escuela de Cine del Sahara, mediante la
donación de equipos tecnológicos por parte del Ministerio de Cultura a fin
de apoyar la realización de un Curso Audiovisual Introductorio, en el que
participaron profesionales venezolanos en las disciplinas de guion, dirección,
cámara-sonido y edición. La Dirección General del Laboratorio Nacional
Hidráulica (LNH) del Ministerio del Ambiente y el Instituto Hidráulico
Saharaui desarrollan un proyecto relacionado con la administración de aguas
subterráneas, que incluye la capacitación en hidrogeología y perforación
para técnicos saharauis.
Desde 2009, la monarquía marroquí no tiene embajada en Venezuela.
Al cerrarla, alegó que el gobierno venezolano apoyaba el “separatismo”. No
obstante, las relaciones diplomáticas continuaron, cumpliendo las funciones
de embajador concurrente el embajador marroquí ante República Dominicana (Reyes, 2011).
92 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Simón Rodríguez Porras
Latinoamérica, Venezuela y la causa saharaui... pp. 87-96.
5. El boicot al saqueo colonial
Parodiando a Clausewitz, podemos decir que la economía es la continuación de la guerra por otros medios. El saqueo de los recursos naturales
por parte de la monarquía marroquí, en alianza con capitales transnacionales, es un aspecto crucial del régimen colonial, ya que descarga sobre los
trabajadores saharauis y sobre el territorio la manutención de su propio
sojuzgamiento. En virtud del saqueo, Marruecos es el principal exportador de
roca fosfática del mundo, con una producción anual de más de tres millones
de toneladas, lo que representa más de trescientos millones de euros al año.
Esto supone una tasa de agotamiento del recurso que se estima en un 2%
anual (WSRW, 2012). La depredación de los bancos pesqueros ubicados
en el mar territorial saharaui aporta a los capitales saqueadores ganancias
superiores al millardo de euros anuales. Se calcula que aproximadamente
novecientas mil toneladas de pescado obtenidas por los países de la Unión
Europea proceden de las costas del Sahara Occidental (Afapredesa, 2005).
En materia petrolera, también ha sido denunciado el involucramiento de
la transnacional francesa total, en proyectos de extracción petrolera en el
mar territorial saharaui (WSRW, 2012). Empresas francesas y marroquíes
desarrollan proyectos agrícolas en Dajla y otras zonas del sur del Sahara
Occidental (WSRW, 2011).
La lucha contra el saqueo marroquí y transnacional de los recursos
saharauis es por lo tanto una tarea de primera importancia. Pese a las expresiones de apoyo a la causa saharaui por parte del gobierno venezolano,
Venezuela no se escapa de la red económica tejida con los recursos expoliados al pueblo saharaui. Actualmente, la petroquímica estatal venezolana
Pequiven y FMC Foret (filial española de la transnacional estadounidense
FMC Corporation) son copropietarias de la empresa mixta Tripoliven, que
procesa el fosfato de calcio presente en la roca fosfática procedente del Sahara
Occidental (Ver: http://www.tripoliven.com/empresa.htm). FMC Foret es
una de las principales transnacionales involucradas en la explotación ilegal
de los recursos naturales en territorio saharaui, tal como reflejan los informes
de Western Sahara Resource Watch (2007) y Venezuela es uno de los destinos
de los fosfatos explotados ilegalmente (WSRW, 2012). Esta actividad económica realizada por la potencia ocupante, cuya soberanía sobre el Sahara
Occidental no ha sido reconocida por ningún país del mundo, financia la
permanencia de las tropas invasoras, las dota de armamento, sostiene el muro
de la vergüenza de más de 2.720 kilómetros que divide el territorio saharaui
y permite el funcionamiento de todo el aparato represivo y administrativo
Humania del Sur 93
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
colonial, al tiempo que compra el apoyo incondicional de potencias con
derecho a veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, como
lo son Francia y los EEUU.
La política exterior venezolana tiene su marco legal y doctrinario
sintetizado en el artículo 152 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, el cual establece como uno de sus principios la “solidaridad
entre los pueblos en la lucha por su emancipación”. (Ver: http://www.tsj.
gov.ve/legislacion/constitucion1999.htm). El comercio exterior, en tanto
concreción material de las relaciones exteriores de la República, no puede
atentar en contra de dicho principio. El boicot al pillaje marroquí y transnacional es consustancial a una auténtica política de solidaridad con la
emancipación del pueblo saharaui. Derrotar al colonialismo exige romperle
el espinazo económico.
6. La primavera árabe, hija del otoño saharaui
Pese a su relativo aislamiento geográfico y el silenciamiento del que
ha sido objeto en la gran prensa internacional, la lucha saharaui ha formado
parte de la oleada revolucionaria que ha sacudido al norte de África en los
últimos años. Como parte del auge en la resistencia dentro de los territorios ocupados, cuyos antecedentes fueron las intifadas de 2005 y 2007, en
noviembre de 2010 se realizó la protesta de Gdeim Izik, el campamento
de la dignidad saharaui, a las afueras de El Aaiún, con la participación
de más de veinte mil personas. Luego del violento desmantelamiento del
campamento por parte de los cuerpos represivos marroquíes, la monarquía
apeló a métodos fascistas como la utilización de grupos paramilitares y la
imposición de una vestimenta distintiva para los colonos marroquíes para
facilitar la represión. Esta movilización fue ubicada como un antecedente
directo del proceso de las revoluciones árabes, a juicio de analistas políticos
como el lingüista Noam Chomsky (Sahara Press Service, 2012), una posición
compartida por activistas saharauis ligados directamente al movimiento de
Gdeim Izik, como Sidi Ahmed Talmidi (Lubaki, 2012).
El ataque marroquí al campamento de la dignidad fue denunciado
por muchos saharauis como una ruptura del cese al fuego acordado en
1991, lo que derivó en exigencias al Frente Polisario de una vuelta a la lucha
armada, una tesis que cada vez cobra más fuerza. Omar Abed, representante
saharaui en las Islas Canarias, en una entrevista reciente dio cuenta del auge
de esta posición:
94 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Simón Rodríguez Porras
Latinoamérica, Venezuela y la causa saharaui... pp. 87-96.
Alrededor del 85% de quienes ahora se están manifestando en el Sahara son
jóvenes. Se trata de nuevas generaciones de saharauis que han nacido bajo
la opresión marroquí y que, tras tantas traiciones de España y también de
Naciones Unidas, no ven otra salida para obtener la independencia más que
la guerra (Canarias Semanal, 2013).
En años anteriores, la propia dirigencia de la RASD había planteado
esta perspectiva. Mahfud Alí Beiba, quien entonces presidía el parlamento
saharaui, planteó en 2009 que:
el atropello de que son objeto los derechos humanos en el territorio
ante el silencio de la ONU(...) el saqueo de que son objeto las riquezas
naturales saharauis de la mano de países europeos, la arrogancia, soberbia
e intransigencia exhibidas por Marruecos(...) nos empujan a acelerar la
preparación necesaria para el combate en una guerra que se avecina impuesta
por el cierre de todas las puertas que deberían haber conducido a una salida
pacífica (Beiba, Formoso y Hernández, 2010).
De avecinarse una nueva etapa en la lucha contra la ocupación
colonial, ella exigirá un mayor compromiso por parte del movimiento
internacional de solidaridad con el pueblo saharaui: “... no vengáis a tomar
el té o a darnos latas de atún de nuestro mar y decir que colaboráis con el
pueblo saharaui; hay que llevar esa conciencia más allá”, advertía desde los
campamentos de Tinduf el joven dirigente Talebuya Hamadi Faragi (Campelo, 2011). Palabras que el movimiento de solidaridad debe hacer resonar
en Venezuela y Latinoamérica.
Referencias
Ahmed, Hach (2006). Discurso de Orden en la Sesión Especial del Grupo
Parlamentario Venezolano ante el Parlamento Latinoamericano para celebrar
los 30 años de la fundación de la RASD. Cuadernos del Parlatino No. 1.
Marzo, Caracas, pp. 16, 22-23.
Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharahuis (2005). Sahara
Occidental, ¿Hasta cuándo? España: Tercera Prensa. pp 10-11, 21, 25, 7779, 89, 95-97.
Awah, Bahia Mahmud (2013). Entrevista publicada por Islam Hoy.
http://www.islamhoy.org/principal/secciones/colaboraciones/saharauis.htm
Beiba, Mahmud Alí; Formoso, Marisol; y Hernández, Gustavo (2010). República
Saharahui: tres miradas. Cuaderno del Parlatino No. 4. Pp 27, 29, 39.
Humania del Sur 95
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Campelo, Patricia (2011). El desierto donde se fragua la revolución saharaui.
Público.es http://www.publico.es/internacional/372642/el-desierto-dondese-fragua-la-revolucion-saharaui
Canarias Semanal (2012). Los jóvenes saharauis no ven más salida que la guerra.
Disponible en: http://canarias semanal.org/not/8423/_los_jovenes_
saharauis_no_ven_mas_salida_que_la_guerra___video__
La entrevista de Canarias Semanal a Omar Abed es del 13 de mayo de 2013. El
enlace es http://canarias-semanal.org/not/8423/omar-abed-los-jovenessaharauis-no-ven-mas-salida-que-la-guerra-videoCembrero, Ignacio (2007). Bolton lamenta que EE UU no le ayudase a
pacificar el Sahara. El País. http://elpais.com/diario/2007/11/22/
internacional/1195686014_850215.html
Gunder Frank, Ander (1978). La acumulación mundial, 1492-1789. Pp 39-42,
209-217.España: Siglo XXI Editores.
Engler, Verónica (2012). Las mujeres saharauis se inspiran en las Madres de Plaza
de Mayo para reivindicar a sus hijos. Página 12, http://www.pagina12.com.
ar/diario/dialogos/21-201419-2012-08-20.html
Lubaki, Andoni (2012). La Primavera Árabe comenzó en el Sahara Occidental.
http://gara.naiz.info/paperezkoa/20120730/354737/es/La-PrimaveraArabe-comenzo-Sahara-Occidental.
Relti, Máximo (2008). Un alto funcionario marroquí reconoce el genocidio del
pueblo saharaui. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=69223.
Reyes, Theis (2011). Esperamos un gesto de amistad del Gobierno venezolano. El
Universal, 1 de julio. http://www.eluniversal.com/2011/07/01/esperamosun-gesto-de-amistad-del-gobierno-venezolano#.Tg59_ZbjZK4.email
Sahara Press Service (2012). Arab Spring began in occupied Western Sahara, says
Noam Chomsky. http://allafrica.com/stories/201210251143.html
Western Resource Watch (2007). Spanish firms. http://www.wsrw.org/a115x555
Western Resource Watch (2011). Agricultura. http://www.wsrw.org/a203x1848
Western Resource Watch (2012). Extracción de fosfatos en el Sahara Occidental:
el expolio continúa. http://www.wsrw.org/a215x2367
Western Resource Watch (2012). Verano 2012, carga de Fosfato en El Aaiún. http://
www.wsrw.org/files/dated/2012-09-09/tabla_fosfatos_esp.pdf
Western Resource Watch (2012). Total regresa al Sahara ocupado con un inmenso
contrato de petróleo. http://www.wsrw.org/a109x2427
96 Humania del Sur
Caleidoscopio
The Light of Kailash. A History of Zhang Zhung and Tibet:
An Overview and some Reflections about Chögyal Namkhai Norbu’s Trilogy
Donatella Rossi
Lo profano en lo sagrado: Identidad religiosa y literaria en el Rāmāyaṇa
Óscar Figueroa Castro
Antecedentes del Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad Estudio
en China: Evidencias de la combinación del trabajo productivo
con la enseñanza (1912-1958)
David Ibarra Arana
China as a Regional Power: the case of Central Asia
Paulo Duarte
Ruanda: La historia de un pueblo
El imaginario occidental como premisa de la desigualdad
María Gabriela Mata Carnevali
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Donatella Rossi
The Light of Kailash. A History of Zhang Zhung and Tibet... pp. 99-112.
The Light of Kailash.
A History of Zhang Zhung and Tibet:
An Overview and some Reflections about
Chögyal Namkhai Norbu’s Trilogy1
Donatella Rossi
Sapienza University of Rome
Rome, Italy
[email protected]
Abstract
Chögyal Namkhai Norbu proposes a new outlook on the nature of the Tibetan
cultural identity, which for centuries has been conditioned by the perspective of
the Buddhist orthodoxy. Such view has undermined the opinion that Tibetans
nurtured about themselves concerning their written language and the overall
value of their civilization, especially the Bon tradition. In his Trilogy Chögyal
Namkhai Norbu takes us along a path that starts from the origin of the Zhang
Zhung kingdom and ends with the central Tibetan monarchy and the advent of
the Buddhadharma in Tibet, showing the profound and diversified dimensions of
this endangered civilization.
Keywords: Chögyal Namkhai Norbu, Zhang Zhung, Bon, Shenrab
Miwoche, History of Tibet, The Light of Kailash.
La luz del Kailash. Una historia del Zhang Zhung y el Tíbet:
Una visión de conjunto y algunas reflexiones sobre
la trilogía por Chögyal Namkhai Norbu
Resumen
Chögyal Namkhai Norbu propone un nuevo enfoque sobre la naturaleza de la
identidad cultural tibetana, que por siglos ha estado condicionada por la perspectiva
de la ortodoxia budista, la cual ha socavado la opinión de los tibetanos sobre su
escritura y lengua y el valor global de su civilización, y en particular sobre la tradición
Bon. En su trilogía Chögyal Namkhai Norbu nos conduce desde los orígenes del
reino del Zhang Zhung hasta la monarquía del Tíbet central y la llegada del dharma
de Buda al Tíbet, mostrando las profundas y diversificadas dimensiones de dicha
civilización —actualmente en peligro.
Palabras clave: Chögyal Namkhai Norbu, Zhang Zhung, Bon, Shenrab
Miwoche, Historia del Tíbet, The Light of Kailash.
Recibido: 4-3-14 / Aceptado: 6-5-14
Humania del Sur 99
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
1. Preface
Nowadays, when crossing a mountain pass, or welcoming the New
Year, and so on, people still exclaim “lHa rGyal lo!” (Lhagyal lo), which
means “The Gods are victorious!” This expression comes from a very distant
point in time and can be traced back, for example, to a Bon divinatory story
(Namkhai Norbu, 2013a):
[…] The three lords were the one carrying a golden sword with a blade so
sharp that it could slit silk, called the Lord Who Generates the Aspiration
for Happiness from the Gods; the child with an iron saw and a goat skin
coat, called the Lord Who Generates the Curse for Misery from the Demons;
and Lord Phya Keng-tse Lan-med, entrusted as the judge who truthfully
discerns good and evil, and decides between the victory and defeat of gods
and demons.
[Phya Keng-tse said:] “The two lords will throw the cho lo [dominoes] until
they sweat, and will fight for the gods and the demons, for life and death,
virtue and iniquity. If the gods are victorious, happiness, joy, bliss, and all
that is propitious will manifest and spread in this world and in the higher
realms. If the demons win, plagues, famines, war, and all that is inauspicious
will expand in this world. […]”
Then the Lord Who Generates the Aspiration for Happiness from the Gods
threw the cho lo […]. Then the Lord Who Generates the Curse for Misery
from the Demons threw the cho lo […]. At that point, Phya Keng-tse
Lan-med said: “Ah! Today the sun in the sky and the wind are good! The
moment on earth is a joyful one. At this time, when all the planets and stars
are favorable and harmonious, the twelve golden cho lo have been thrown in
the border country of the gods and demons, and the cho lo have sworn the
truth. […] The cho lo thrown this time result in favor of the gods. People
will have good years.” So he said. Then, those who had looked at the sunny
slope of the mountain went away laughing, while those who had gazed at
the shaded slope of the mountain left in tears.
100 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Donatella Rossi
The Light of Kailash. A History of Zhang Zhung and Tibet... pp. 99-112.
The cho-lo thrown by the Lord from the Gods resulted in the first three combinations, the
best ones, while the cho-lo thrown by the Lord from the Demons resulted in the last three
combinations, the worst ones; hence the victory in favor of the Gods.
Humania del Sur 101
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
102 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Donatella Rossi
The Light of Kailash. A History of Zhang Zhung and Tibet... pp. 99-112.
2. Introduction
According to the ancient worldview of Bon—the tradition that
its followers consider the primeval, autochthonous spiritual and cultural
tradition of the Tibetan civilization—the environment displays itself in a
tripartite fashion, being composed of three different dimensions: heaven
above, earth in the middle, and the subterranean world below, each dominated by different classes of beings and elemental forces.
Mythology informed liturgical practices in the form of ritual proclamations and explanations (Tib. smrang) about the origin of existence that
re-enacted the covenant established in primordial times between human
beings and those supernatural entities and forces (Namkhai Norbu, 1995,
passim).
The ability of interfacing with, and the numerous techniques and
ritual liturgies for effectively dealing with those dimensions were entrusted
to, and represented the prerogative of priests (called Bon gShen-po), who
were specialized in distinct and specific aspects of ritual actions (see Namkhai Norbu, 2013a: 78-85); those Bon gShen-po also performed the role
of protectors of the Tibetan monarchs for generations.
From a cosmological perspective, the Bon view maintains that, in
the very beginning, the universe and sentient beings were created through
the interaction of the collective essence of the five elements (space, air, fire,
water, earth), that generated one or more cosmic eggs, which hatched by
virtue of their own power, and from whose different components, all beings
of the heavenly, the intermediate, and the earthly sphere came into existence, including the primordial divine couples, progenitors of the human
race, whose descendants were born as the first tribal ancestors of Tibet (Cf.
Namkhai Norbu, 2013a: 38 et seq., and Namkhai Norbu, 2013a: 17-40).
Bon textual sources affirm that Tibet was governed by Bon, until
the country was converted to the Buddhadharma. In that regard, Bon and
Buddhist textual sources alike, agree in saying that the first king of Tibet
was gNya’-khrib Tsan-po (Nya-tri Tsen-po), who is deemed to be of divine
descent.
However, they disagree in terms of the number of royal dynasties that
succeeded him up to Srong-btsan sGam-po (Song-tsen Gam-po, 569-650),
the king who initiated the Buddhist tradition in Tibet, showing discrepancies
and inconsistencies in the order of succession, so that they either mention
thirty-three (Bon sources), thirty (Buddhist sources), or thirty-one monarchs
(Dunhuang documents).
Humania del Sur 103
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
In the findings of Chögyal Namkhai Norbu, the kings should be
reckoned as thirty-four, including the first king of Tibet, up to the father
of Srong-btsan sGam-po, gNam-ri Srong-btsan (Nam-ri Song-tsen); this
figure has been obtained after the Author consulted, compared, and collated
no less than twenty relevant Bon and Buddhist texts, as well as the Old
Tibetan Chronicles of Dunhuang (Cf. Namkhai Norbu, 2013b: 123-172).
3. Zhang Zhung and Tibet: Bon/Bod
As Chögyal Namkhai Norbu (2013a: 91) writes:
Traditionally speaking, the origin of Bon teachings known as the Everlasting
Bon [g.yung drung bon] coincides with the birth of gShen-rab Mi-bo-che in
’Ol-mo Lung-ring (see Martin, 1999: 258-301), Zhang Zhung, about 3,908
years ago. The teachings of gShen-rab became the essence of all different
forms of Bon, or one of the most sophisticated of all the traditions that had
been called Bon up to that time.
104 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Donatella Rossi
The Light of Kailash. A History of Zhang Zhung and Tibet... pp. 99-112.
gShen-rab’s legacy and the traditions that he systematized included
spiritual and doctrinal teachings, as well as diagnostic and healing methods,
apotropaic rituals, divinatory practices, and so on; they were translated and
diffused in Tibet and other neighboring countries.
The kingdom of Zhang Zhung, with Mount Kailash at its center,
and ’Ol-mo Lung-ring as the seat of the teacher, would thus represent the
cradle of the ancient Bon culture.
The influence of the Zhang Zhung kingdom remained strong, until
the dynasty of Central Tibet acquired supremacy, and among other territories, conquered and absorbed Zhang Zhung in the greater Tibetan empire,
which flourished from the seventh through the ninth century.
In this regard, it is interesting to relate a quotation concerning the
term Bon and the term Bod (Tibet), drawn by the Author from the White
Annals (Deb ther dkar po), which were compiled by the famous scholar
dGe-’dun Chos-’phel (Gendün Chömpel, 1905-1951) (in Namkhai Norbu,
2013b: 43):
Humania del Sur 105
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
According to the followers of the Everlasting Bon, in the beginning the
name of the country was Bon, which then became corrupted into Bod.
That bod and bon could be understood as having the same meaning may
seem ridiculous, but that is not the case. Before King Nam-ri Srong-btsan,2
the religious system of the Everlasting Bon had spread everywhere in the
country and thus it is not surprising that the name was well known. In
earlier times, the Chinese called Tibet the Country of Phon [phon gyi yul],]
a term phonetically related to bon. Furthermore, many examples exist in
the old language of the interchangeability of the two consonants da and
na as suffixes, for example in btsanpo and btsadpo [king] and in chunpo
and chudpo [bouquet]; it is possible that this was also the case for bon and
bod. In Mongolia, some call the followers of the Bon religion bod or bo.
Nevertheless, the Islamic religion that spread extensively in Kashmir is
called the religion of Kashmir [kha che’i chos]; similarly, since the religion
of gShen-rab spread in Tibet, it is possible that the name of the country
was attached to that of the religion, or that the name of the religion was
attached to that of the country. But other than a 2000-year-old forefather,
who could answer this question?
4. Adoption of Buddhism
When Buddhism was adopted as the state religion in the seventh
century, a dramatic change occurred in the cultural history of Tibet. The
followers of Bon were given the option to convert, or go into exile. The new
creed was embraced with great enthusiasm and devotion. India, because it
was the land of the Buddha, and China, because of its medicine and astrology and the important family connections established through marriage
alliances, became the two paramount models for Tibet. The tradition that
had accompanied the country for thirty-four royal dynasties fell into oblivion, and with it, all aspects related to the ancient cultural identity of Tibet.
The view referring to the cultural supremacy of India and China,
with respect to the indigenous Tibetan one, was consistently supported for
centuries by the Buddhist orthodoxy, both at the religious and scholastic
levels, maintaining that prior to the arrival of the Buddhadharma in Tibet,
knowledge was transmitted merely in an oral fashion. The consequences
resulted in the conviction that before the advent of Buddhism, Tibet was a
sort of no man’s land, without any cultural foundations and even, and most
notably, without a written language of its own. Such viewpoint was also
followed, without questioning, by the scholarly Western world.
This factor is of primary importance for understanding Chögyal
Namkhai Norbu’s view vis-à-vis the original foundations of the Tibetan cul-
106 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Donatella Rossi
The Light of Kailash. A History of Zhang Zhung and Tibet... pp. 99-112.
tural identity. He has undertaken a very long and very meticulous research,
mainly on textual sources, but also in the field, so as to be able to present
a more informed, cogent, and holistic perspective, the first occurrences of
which can be detected in works previously written, such as, for example,
The Necklace of gZi: A Cultural History of Tibet (Namkhai Norbu, 1982), or
lectures given at the Central Institute of Nationalities (Zhongyang Minzu
Xueyuan, now the University of Nationalities, Minzu Daxue) of Beijing,
PRC (1988).3
His viewpoint has been the object of criticism and denial; nonetheless, it has gradually received more attention, also in view of the researches,
increased access to Bon textual sources, work with knowledgeable representatives of the Bon tradition, and conclusions, that scholars worldwide
have been able to perform, share, carry out, and draw, in about fifty years
of studies on the Bon tradition. It would not be inappropriate to say that
they may have been prompted or inspired by such an outstanding Tibetan
scholar as Chögyal Namkhai Norbu certainly is.4
5. Structure of the Trilogy
The threefold division of the Trilogy is meant to reconstruct a cultural and historical highway, so that readers may see the evolution of the
various cultural aspects, their characteristics, as well as the transformation
and changes that came about; in the specific, how the ancient facies of the
Tibetan civilization unfolded, starting from the ones that see the Zhang
Zhung kingdom as the focal locus of expression, together with its extensive
influence over other geo-political and cultural areas of Tibet.
Thus, as I wrote in the Translator’s Foreword, the first volume, “The
Early Period, The History of Ancient Zhang Zhung,” considers the rise of
early human generations and the Bonpo lineages of ancient Zhang Zhung,
its dynasties, language, and culture.
The second volume, entitled “The History of the Intermediate Period: Tibet and Zhang Zhung,” is focused upon human generations, the
Bon lineages, the spread of Bon during the lifetimes of the first Tibetan
monarchs, the dynasties, written language, and civilization of ancient Tibet,
as well as upon the reigns of specific kings, the Bon religion, and Bonpo
religious figures (Dran-pa Nam-mkha’ in particular) of Zhang Zhung
during that period.
The third volume, “The History of the Later Period: Tibet,” is concerned with an assessment of the genealogies, Bonpo lineages, royal dynasties
Humania del Sur 107
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
(from the first monarch gNya’-khrib Tsan-po until the forty-fifth monarch
Khri-dar-ma ’U-dum-btsan), language, and civilization of Tibet.5
6. Focal point: the written language issue
Of all the incredibly vast amount of informed and textually supported
questions and issues that the Author raises, I consider the written language
one of extreme importance in the overall framework of the discourse at
stake. Because, what element can more consistently and undeniably define a
culture, other than its written language? That is why—and also in reason of
the structural limitations of this contribution—it will be the one represented
here; and the best way to do it, is quoting some ad hoc passages from Chögyal
Namkhai Norbu’s own work, which are relevant and self-explanatory.
First of all, concerning the fact that technical and spiritual data
and knowledge were only transmitted in an oral fashion, we read (Namkhai
Norbu, 2013b: 187-188):
If people like ourselves with our present-day understanding and skill in the
Tibetan language can remember with difficulty just a few details regarding,
for example, the Tibetan kings that appeared before Srong-btsan sGam-po
[…] or about medicine, astrology, and so on, let alone the totality of all
these, how can we possibly affirm that the people of those ancient times
were able to commit the totality to memory? […] If an underdeveloped
people settled in the dark country of Tibet, unable to read or write, had
not only committed to memory the history of thirty-four dynasties and the
details of the extensive and diversified Bonpo culture, but also preserved
this knowledge from generation to generation and amplified it for the sake
of posterity, it would have been a task of enormous magnitude, not an
insignificant one.
Secondly, as is well known, Buddhist sources affirm that in order
to devise a written language, Emperor Srong-btsan sGam-po dispatched
Thon-mi A-nu, a particularly able minister, to India, in order to study the
Dharma and to learn the Indian language. Nevertheless (Namkhai Norbu,
2013b:191-192):
Srong-btsan sGam-po was thirteen years old when he started to rule, but it
was not until he was fourteen years old that the idea of a need for a written
language in Tibet was envisaged. This new idea arose following circumstances
related to the arrival of missives from foreign rulers, and it was not until then
that Thon-mi A-nu was sent to India. Thon-mi A-nu could have well had a
108 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Donatella Rossi
The Light of Kailash. A History of Zhang Zhung and Tibet... pp. 99-112.
variety of admirable qualities such as a good disposition, great knowledge,
intelligence, and so on. In practice, however, he was sent to India, a huge,
distant, and alien country, although he had no cultural background, having
been born in Tibet, an obscure borderland and [according to this account]
lacking a written language. In those times there were no good roads, let
alone airplanes, trains, cars, or bicycles, as at present. Narrations of voyagers
to India undertaken by great translators such as Vairocana and others, relate
this obstacle.
Thus, firstly, how long would it have taken to go to India from Tibet?
Then, a Tibetan person with no cultural background arriving in India
would initially have had to study the local idioms in order to communicate
minimally with the Indians. How long would that have taken? And how
much time would he have needed, once arrived, to become proficient in the
written language, meet with the paṇḍitas, and having met them, to study
the Sanskrit language and the texts of Buddhist philosophy? Obviously
all that could not have been accomplished immediately. Then how long
would it have taken Thon-mi A-nu […] to return to Central Tibet? [H]
ow much time would the creation of a new written language and […] the
translation of several texts […] from Sanskrit into Tibetan have taken, in
order to present, as it is claimed, a new written language to the king? If we
consider all this from the viewpoint of feasibility, we can be absolutely sure
of the impossibility of realizing this plethora of activity in the short period
of time that extends from when Srong-btsan sGam-po was fourteen until
he reached the age of sixteen…
…that being the time traditionally considered for the taking place of the
event. However—and this is where the Author’s careful study and analysis of
sources reveal its congruity—he also cites a very authoritative text of the Buddhist
tradition in which it is stated that the minister Thon-mi transformed the written
language [yi ge bsgyur] (Namkhai Norbu, 2013b: 175).
Thirdly, by delving into, and examining different texts pertaining to
the Bon tradition, in which it is stated that spiritual teachings were committed to writing, he concludes that the existence of a written tradition prior
to Srong-btsan sGam-po can be demonstrated (Namkhai Norbu, 2013b:
178-181), and specifies that (Namkhai Norbu, 2013b:192):
The forms of writing used by the ancient Tibetan people prior to the Tibetan
dharmarāja Srong-btsan sGam-po were none other than smar chen and
smar chung, that is to say, the old script of Zhang Zhung.
Humania del Sur 109
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Finally, he suggests the idea according to which (Namkhai Norbu,
2013b:175-176):
[t]he calligraphy of the written language of the Tibetan people of ancient
times made it difficult to use. Thon-mi A-nu was asked to devise a new
system for the Tibetan written language, taking the Indian one as example,
110 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Donatella Rossi
The Light of Kailash. A History of Zhang Zhung and Tibet... pp. 99-112.
thus fulfilling the need of the Tibetan people for a more convenient writing
style. This new system would represent at the same time a suitable tool for
translating into Tibetan the Word of the Victorious One originating in
India, the treatises of subsequent savants, and the numerous and extensive
teachings that had appeared until then, while also facilitating discussions
on the profound meanings of dharma terms in the Sanskrit language.
If a written language had not existed in Tibet before then, the sentence
“Thon-mi Mi-chung Saṃbhoṭa transformed the written language” would be
unjustified, since there would have been nothing for him to transform, just
as determining the sharpness and length of the horns of rabbits and horses
is impossible because their heads bear no such appendages. 6
7. Conclusions
Consequently, the reasons why the Author has chosen the title The
Light of Kailash (Ti se’i ’od snang) should become clear. Chögyal Namkhai
Norbu has attempted the complex endeavor of re-evaluating the foundations and developments of the Tibetan culture, through a standpoint that
takes into account the entirety of relevant elements and their subsequent
implications. It is not a matter of negating or debasing the orthodox view;
but rather, of embracing a more open-minded investigative approach based
upon history and archaeology and devoid of prejudice and fabrications,
unsupported, as the Author says, by logic and reason.
That can only be actualized, in primis, by giving due credit to Bon
textual sources and by reconsidering the undeniable import of the ancient
Tibetan civilization, starting by looking at its first, original Light.
This is not an issue that can only concern the new Tibetan generations
and the need and efforts for preserving and contributing to the development
of a cultural identity in a very complex and delicate environment, which,
in itself, is a daunting task. It is an issue that involves all of us, because
the Tibetan civilization, with its richly diversified dimension, has made a
significant and specific contribution to the evolution of the cultural and
spiritual heritage of this planet; in deepening our understanding of it, we
could ensure that it may continue to do so.
Notes
1
This article was made possible by a Fellowship of the International
Consortium for Research in the Humanities “Fate, Freedom and
Prognostication. Strategies of Coping with the Future in East Asia and
Europe” (supported by the Federal Ministry of Education and Research)
Humania del Sur 111
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
2
3
4
5
6
at the University of Erlangen-Nuremberg, Germany.
I.e., the father of Srong-btsan sGam-po.
They can be considered as a preliminary version of The Light of Kailash.
For selected bibliographic references see Namkhai Norbu 2013a, Translator’s
Foreword, p. 7, note 1; p. 8 and notes; p. 9, and note 7.
Cf. Namkhai Norbu 2013a, p. 10. The third volume is being finalized at
the time of this writing and will be forthcoming shortly.
For the whole discussion see Namkhai Norbu 2013a, pp. 149-166 and
Namkhai Norbu 2013b, pp. 173-202.
References
Martin, D. (1999). ’Ol-mo-lung-ring, the original holy place. In Sacred spaces
and powerful places in Tibetan culture: A collection of essays, pp. 258-301.
Dharamsala, Kangra District, HP, India: Library of Tibetan Works and
Archives.
Namkhai Norbu, Ch. (1982). Bod rigs gzhon nu rnams la gros su ’debs pa gzi yi
phreng ba (The Necklace of gZi). Dharamsala, Kangra District, HP, India:
Library of Tibetan Works and Archives.
Namkhai Norbu, Ch. (1990). Zhang bod gna’ rabs kyi lo rgyus nor bu’i me long (The
Jewel’s Mirror. A History of the Ancient Genealogies of Zhang Zhung and Tibet).
Chengdu, China: Si khron mi rigs dpe skrun khang.
Namkhai Norbu, Ch. (1995). Drung, Deu and Bön: Narrations, Symbolic Languages
and the Bön Tradition in Ancient Tibet. Dharamsala, Kangra District, HP,
India: Library of Tibetan Works and Archives.
Namkhai Norbu, Ch. (2013a; trans. from the Tibetan and ed.: D. Rossi; English
ed.: Nancy Simmons). The light of Kailash. A history of Zhang Zhung and
Tibet. Volume one: The early period. Berkeley, CA, EE.UU.: North Atlantic
Books / Arcidosso, GR, Italy: Shang Shung Publications.
Namkhai Norbu, Ch. (2013b; trans. from the Tibetan and ed.: D. Rossi; English
ed.: Nancy Simmons). The light of Kailash. A history of Zhang Zhung and
Tibet. Volume two: The intermediate period. Arcidosso, GR, Italy: Shang
Shung Publications.
List of Illustrations:
Images of cho lo, from Namkhai Norbu (2013a: 209-210).
Image of gShen-rab Mi-bo-che, from Namkhai Norbu (2013a: 76).
Image of Mount Ti-se, from Namkhai Norbu (2013a: 14).
Images of Zhang Zhung script with Tibetan transliteration, from Namkhai Norbu
(2013a: 165-166).
112 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Óscar Figueroa Castro
Lo profano en lo sagrado: Identidad religiosa y literaria en el Rāmāyaṇa... pp. 113-126.
Lo profano en lo sagrado:
Identidad religiosa y literaria en el Rāmāyaṇa
Óscar Figueroa Castro
Universidad Nacional Autónoma de México
Ciudad de México-México
[email protected]
Resumen
Suele concebirse lo sagrado y lo profano como ámbitos distintos, incluso
antagónicos. En la antigua cultura sánscrita muchos casos sugieren una interacción
más complejo entre realidades sagradas y profanas. Aquí se explora el Rāmāyaṇa, una
de las dos grandes épicas hinduistas. En especial, el artículo revisa la construcción,
dentro del Rāmāyaṇa, de una identidad religioso-literaria frente al pasado védico y
los valores de la ortodoxia brahmánica. Con este fin se analiza la tematización que
el texto hace de sí mismo como el “poema original” (ādikāvya), así como la lectura
por figuras posteriores como Bhavabhūti (siglo VIII) y BhaṭṭaTauta (siglo X).
Palabras clave: Religión y literatura, literatura sánscrita, Rāmāyaṇa,
BhaṭṭaTauta, Bhavabhūti.
The Profane within the Sacred:
religious and literary identity in the Rāmāyaṇa
Abstract
The sacred and the profane are usually conceived as different and even antagonistic
realms. In the ancient Sanskrit tradition many examples suggesting a more complex
interaction between sacred and profane realities. Here the Ramayana—one of the
two great Hindu epics—is explored. The paper discusses the construction, within
the Rāmāyaṇa, of a religious and literary identity against the values of Brahmanic
orthodoxy and the Vedic past. To this end, the thematization of the Rāmāyaṇa as
the “primordial poem” (ādikāvya), as well as the text’s appropriation by later figures
like Bhavabhūti (VIII a.D.) and BhaṭṭaTauta (X a. D.), are analysed.
Keywords: Religion and literature, Sanskrit literature, Rāmāyaṇa,
BhaṭṭaTauta, Bhavabhūti.
Recibido: 13-1-14 / Aceptado: 28-1-14
Humania del Sur 113
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
1. Preámbulo
Suele pensarse lo sagrado y lo profano como ámbitos distintos, incluso
opuestos.1 No siempre o necesariamente es así. La antigua cultura sánscrita
ofrece un rico repertorio de casos que sugieren un mecanismo de interacción
más complejo entre realidades sagradas y profanas. En este artículo exploro el
caso del Rāmāyaṇa, una de las dos grandes épicas (itihāsa) que da identidad
al hinduismo clásico desde sus orígenes hasta nuestros días. En especial, me
propongo revisar la identidad literaria que el propio Rāmāyaṇa construye
respecto a sí mismo en sus primeras páginas, así como el significado que
la misma guarda en relación con el gran pasado védico y los valores de la
ortodoxia religiosa brahmánica.
Como intentaré mostrar, la construcción de dicha identidad se basa
en una búsqueda de legitimidad en una autoridad canónica y antigua,
al tiempo que se introducen cambios e innovaciones, dando así cabida a
expresiones originalmente situadas en la periferia o de plano marginales.
De entrada, esto querría decir que, lejos de ser una realidad fija, la cultura
sánscrita, como cualquier otra, experimentó cambios, algunos de hecho
muy profundos y definitivos. En nuestro caso, transformaciones a varios
niveles (histórico, social, lingüístico, etc.) debieron producirse para crear
un sentido de continuidad entre la antigua cosmovisión sacrificial védica y
la tradición épica a la que el Rāmāyaṇa da voz. De hecho, lo que se conoce
como sanscritización de la India bien puede abordarse a partir de los temas
aquí tratados y a la luz de esta apuesta por una continuidad en medio de
la discontinuidad.2 Esa apuesta, una vez más y como reza el título de este
artículo, puede entenderse como una instauración deliberada de lo profano
en lo sagrado.
2. El Rāmāyaṇa, una “historia que todo mundo conoce”
Compuesto a lo largo de un extenso período de tiempo, el Rāmāyaṇa
o la gesta del mítico héroe Rāma, constituye un ejemplo magnífico en virtud
de su perdurabilidad. Como se sabe, con excepción del período védico, se
trata de una historia que ha acompañado a la India hasta nuestros días.
Además, desde una época muy temprana desbordó el horizonte cultural
sánscrito para ser acogida por otros horizontes lingüísticos. Hay Rāmāyaṇas
sureños, escritos por ejemplo en tamil y canarés, y norteños, redactados en
hindi.3 La historia se volvió incluso producto de exportación y así se diseminó por el sureste asiático. Además, pronto rebasó su formato narrativo
original (cualquiera que sea el género que le queramos asignar: epopeya,
épica, etc.) para inspirar puestas en escena, poemas clásicos, canciones po-
114 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Óscar Figueroa Castro
Lo profano en lo sagrado: Identidad religiosa y literaria en el Rāmāyaṇa... pp. 113-126.
pulares, ciclos iconográficos y otros tipos de representación visual, etc., y
en la época actual historietas, series de televisión, espectáculos multimedia,
todos ellos casi siempre seguidos con gran fervor religioso y a veces incluso
militante. Al respecto cabe recordar que a partir del siglo V muchas de estas
recreaciones fueron comisionadas por reyes, lo que fue dando a la historia
un claro perfil político (Pollock, 1993).
En fin, muchos Rāmāyaṇas, cada uno el reflejo de un contexto social,
histórico, geográfico e intelectual propio, así como de filiaciones religiosas y
tradiciones literarias regionales (Richman, 1991: 16). El Rāmāyaṇa, como
afirma A. K. Ramanujan, es algo así como la “segunda lengua de toda un
área cultural” (Ibíd.: 45). Al mismo tiempo, como se sabe, esa centralidad
polifónica está erigida sobre una trama básica, sobre una “historia que
todo mundo conoce”, como afirma S. Pollock (1993: 263). Los distintos
Rāmāyaṇas son reinvenciones de una historia por todas conocidas; son
cristalizaciones de esa matriz básica compuesta por ciertos caracteres, ciertos
incidentes, cierta geografía. Esa historia común es el Rāmāyaṇa de Vālmīki,
redactado en sánscrito más o menos entre los siglos IV a. C. y III d. C.
Resumo a continuación la trama.
3. La trama
Un rey de nombre Daśaratha se lamenta por no tener un heredero.
Desesperado pide consejo a un grupo de sabios, quienes le sugieren como
remedio la realización de un costoso y complejo sacrificio. Daśaratha sigue
sus instrucciones y al poco tiempo sus tres esposas quedan encintas. Así
nacen Rāma, Bharata, y los gemelos Lakṣmaṇa y Śatrughna. Con el tiempo,
Rāma se convierte en un hábil, apuesto e inteligente guerrero, por el que
todos sienten aprecio. En su momento, Rāma gana la mano de la hermosa
y casta Sītā. Complacido, su padre decide retirarse y lo nombra su sucesor. La madre del segundo hijo, Bharata, de nombre Kaikeyī, no está de
acuerdo; piensa que la decisión no favorece a su hijo. Daśaratha cede ante
las presiones de Kaikeyī, pues tiempo atrás había prometido concederle
cualquier deseo, luego de que ella le salvara la vida. Kaikeyī saca provecho
de esa antigua promesa y pide que Rāma se exilie durante catorce años y que
su hijo asuma el trono. Ambos, padre e hijo, aceptan, y así Rāma abandona
su patria y se interna en la selva. Lo acompañan su fiel esposa y su leal hermano Lakṣmaṇa. La travesía resulta idílica hasta que aparece la demonia
Śūrpaṇakhā, quien, cautivada por la belleza de Rāma, intenta seducirlo. Éste
la rechaza y ella, ofendida, decide deshacerse de Sītā. Lakṣmaṇa interviene
y la mutila. Śūrpaṇakhā acude a su hermano, el poderoso demonio Rāvaṇa,
Humania del Sur 115
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
rey de Laṅkā. Al escuchar de labios de su hermana lo sucedido, así como
la descripción de Sītā, Rāvaṇa experimenta un profundo deseo por ésta.
Urde entonces un plan para raptarla. Por órdenes suyas, cierto demonio se
transfigura en un venado dorado y se acerca a la choza donde residen los
exiliados. Rāma y Lakṣmaṇa notan al enigmático animal en la espesura y,
embelesados, deciden salir y darle caza. Sītā se queda sola. Disfrazado de
humilde anacoreta, Rāvaṇa aprovecha el descuido, logra acercarse a Sītā y
la rapta. A su regreso, Rāma comprende que fue engañado y de inmediato
emprende la búsqueda de su esposa. La misma se extiende por las selvas del
sur de la India y comprende varios episodios. El más importante tiene que
ver con su alianza con el clan de los monos. Gracias a éstos, en especial al
prodigioso Hanumān, Rāma descubre el paradero de Sītā en la isla de Laṅkā,
y logra viajar hasta aquel lugar. La batalla es atroz. Finalmente, Rāma vence
a Rāvaṇa en un combate cuerpo a cuerpo. Recupera a Sītā, pero las dudas
sobre su integridad durante el tiempo que pasó con Rāvaṇa lo atormentan.
Con el fin de probar su pureza, Sītā se arroja al fuego, que al instante la
rechaza. Regresan juntos a Ayodhyā a reclamar el reino que les pertenece.
Sin embargo, la desconfianza nunca abandona a Rāma y el rumor popular
acaba asfixiándolo. Así, decide echar a Sītā sin saber que está encinta. Sītā
se refugia con Vālmīki y con el tiempo da a luz a dos niños que escuchan
de labios del mítico anacoreta la gesta de su padre.
4. Poder visionario y creación poética
Si volvemos al complejo mecanismo que anuncié antes, tendríamos
que decir algo sobre lo que el Rāmāyaṇa representó al interior de la cultura
sánscrita. Al respecto hay que recordar que en sus orígenes la épica, la tradición
en la que se inscribe el Rāmāyaṇa, fue una expresión popular sánscrita, mas no
canónica. De hecho, en cierto sentido fue una novedad que era necesario legitimar frente a la tradición védica, aquélla que tenía el monopolio sobre el sánscrito
al decidir quién podía usarlo y con qué fines. La diferencia entre uno y otro
horizonte es tangible a nivel puramente lingüístico. Como se sabe, concebido
como lengua sagrada, la lengua de la revelación, el sánscrito fue meticulosamente
codificado en la gramática de Pāṇini (aproximadamente siglo V a. C.), el gran
logro científico de la antigüedad, con el fin de resistir la tendencia de toda lengua
a sufrir cambios. Pese a esto, el sánscrito épico constituye en varios casos una
excepción respecto a las normas establecidas por Pāṇini (Burrow, 1955: 51-53;
Renou, 1956: 103-113).
Una de las razones más socorridas para explicar esta divergencia tiene
que ver con el agente detrás de la tradición épica: el sūta o kathaka, el bardo,
116 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Óscar Figueroa Castro
Lo profano en lo sagrado: Identidad religiosa y literaria en el Rāmāyaṇa... pp. 113-126.
figura mucho más cercana a la corte que al escenario sacrificial. Al mismo
tiempo, sin embargo, el sūta está emparentado con el sacerdote quien tenía
entre sus funciones principales recitar los himnos sagrados, venerar a los
dioses por medio de versos inspirados, a menudo recibidos en estados extáticos. Por otra parte, el sūta es el precursor del poeta clásico, y, por lo tanto,
al heredar su oficio al poeta, algo del recitador védico pasó también a él. La
tradición misma acabaría reconociendo esta continuidad. La evidencia más
simple es léxica: el uso de la palabra que en la India post-védica designa en
general al poeta, a saber, la palabra kavi, se remonta al universo visionario
de los sacerdotes y recitadores védicos.
Al respecto, la opinión de los especialistas parece ser unánime en
cuanto al núcleo etimológico más arcaico, indoeuropeo, de kavi (Lo Turco,
2009: 36-37; Gonda, 1984: 43). Al igual que con la palabra ṛṣi, en este
caso también predominaría el acto de ver. Empero, el poder visionario
es al mismo tiempo un poder verbal. La etimología de kavi también da
cuenta de esta ambivalencia, es decir, “presupone tanto una referencia a la
singular capacidad del ṛṣi para contemplar el Veda como a su condición
como fuente sonora, es decir, como fuente de versos inspirados” (Lo Turco,
2009: 37). El íntimo lazo que a través de las figuras del ṛṣi y el kavi existe
entre intuición y palabra, entre imagen y verso, zanja el camino para asociar
poder visionario y creación poética. Al respecto cabe recordar que aunque
inmersa en un contexto puramente ritual, la cultura védica no desconoció
el valor estético-poético de las alabanzas a los dioses. Como ejemplo puede
mencionarse la enorme atención que los recitadores prestaban a la textura
sonoro-musical de sus composiciones a través de la aplicación de sofisticados
principios fonéticos y prosódicos. También notables en este respecto son los
diversos pasajes que describen las cualidades de tal o cual patrón métrico
con una clara conciencia de su impronta sobre la sacralidad de un himno
(véase por ejemplo Ṛgveda 1.164.23-24). Por otra, parte es probable que
algunos poemas hayan sido creados a partir de materiales más antiguos con
el fin de añadirles un valor estético (Elizarenkova, 1995: 23-24). No debe
extrañarnos, por lo tanto, que el hombre védico haya asumido que entre
las muchas finalidades que persigue la composición y la recitación de un
himno está la de complacer o cautivar a su destinatario (véase por ejemplo
Ṛgveda 1.61.4-5). La belleza es pues una virtud que los dioses no sólo
reconocen sino que además aprecian y en cierto sentido desean. Saciar las
necesidades estéticas de los dioses descansa entonces en la textura poética
de las composiciones que a manera de tributo crea el sacerdote. Un canto
cuya forma y contenido son bellos puede tener un efecto vigorizante sobre
Humania del Sur 117
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
su destinatario celestial, quien, complacido, reciprocará el gesto con mayores
dosis de inspiración. Como parte de este intercambio poético-imaginativo,
el sacerdote afirma su función como poeta.
Si ahora trasladamos el paralelo más allá del horizonte védico, es claro
entonces que al llamar kavi a sus bardos y poetas, la tradición sánscrita intentó extender el aura de prestigio que envolvía al antiguo vidente, apropiarse
de sus prerrogativas y, en última instancia, crear una continuidad atemporal
en medio del ineludible paso del tiempo y el cambio sociocultural. A colación pueden traerse las célebres palabras del teórico literario Bhaṭṭa Tauta
(siglo X), quien definía al poeta a partir de la preeminencia del elemento
visionario (darśana), preeminencia materializada por su identidad con el ṛṣi:
Se dice que un poeta (kavi) no puede ser tal a menos que sea ṛṣi, y el ṛṣi es
tal en virtud de su [extraordinaria] visión (darśana), es decir, por su capacidad
para iluminar la verdadera naturaleza de las cosas en su infinita variedad.
Y es justo porque ve la verdad que los textos canónicos llaman kavi al ṛṣi.
Ahora bien, de manera convencional se llama kavi a quien posee [no sólo]
visión sino asimismo capacidad expresiva. Así pues, aun cuando el primer
poeta (ādikavi) siempre tuvo una visión lúcida, [pues era] un asceta, la gente
no lo llamó poeta sino hasta que [en él] surgió además el poder expresivo.
(Citado por Hemacandra en Kāvyānuśāsana 8.1).
Como el antiguo poeta sagrado, el kavi secular posee la facultad de
ver, en un golpe de intuición, las realidades que dan vida a sus composiciones. Pero más importante para nuestros fines aquí, es que con esta cita
volvemos al caso del Rāmāyaṇa. En efecto, la expresión “primer poeta”
(ādikavi) es un epíteto de Vālmīki, el mítico autor del Rāmāyaṇa. Con ello
Bhaṭṭa Tautase suma a una añeja tradición que considera al Rāmāyaṇa como
el “primer poema” (ādikāvya), o en un sentido más amplio, el poema que
inaugura el arte literario (kāvya). Ya en el siglo II d. C., el budista Aśvaghoṣa
celebraba:“Vālmīki fue el primero que creó un verso” (Buddhacarita 1.43), y
la misma idea aparece en todas las genealogías literarias. Dar a la historia del
príncipe Rāma la investidura del primer poema es algo que fue tematizado
incluso dentro de la propia trama de la obra gracias al ilimitado recurso
de la interpolación. Así, a partir de cierto momento, muy probablemente
en los primeros siglos de la era común, el núcleo original de la historia fue
ampliado a través de lo que hoy conocemos como el Bālakāṇḍa o Libro sobre
la infancia (Brockington, 1984: 53), en cuyas páginas fue incluido un breve
relato que recoge la experiencia de Vālmīki como primer poeta, en lo que
constituye una reflexión literaria sobre la propia literatura. La relevancia de
dicho pasaje para esta reflexión nos compele a referir aquí los pormenores.
118 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Óscar Figueroa Castro
Lo profano en lo sagrado: Identidad religiosa y literaria en el Rāmāyaṇa... pp. 113-126.
5. Vālmīki, el nuevo vidente del orden secular
Cuenta la historia que el sabio Vālmīki daba un paseo por las arboledas
que circundan al río Tamasā, cerca de la actual Allahabad, cuando escuchó
el agradable canto de una pareja de grullas4 en pleno rito de apareamiento
(Hammer, 2009: 194). Entregadas al juego amoroso, las aves no se percatan
de la súbita llegada de un cazador, quien sin tentarse el corazón, les dispara
una flecha hiriendo de muerte al inerme macho. Al ver caer a su amado
con el cuerpo ensangrentado, la hembra lanza un grito de dolor. Vālmīki es
testigo de la escena y en el acto lo inunda una profunda oleada de tristeza
(kāruṇya) (Rāmāyaṇa 1.2.14). Sumido en ese estado, sin poder apartar la vista
de la sollozante hembra, consciente de la injusticia (adharma) que acaba de
cometerse, se le escapan las siguientes palabras: “¡Que ni siquiera al final de
los tiempos encuentres reposo, oh cazador, por haber matado al macho de
esta pareja de grullas cuando estaba cegado por el deseo!” (Rāmāyaṇa 1.2.14).
Sorprendido no tanto por la maldición que acaba de proferir sino
por el modo como la enunció, Vālmīki cae en la cuenta de que algo sin
precedentes acaba de ocurrir (Rāmāyaṇa 1.2.15cd). La tristeza (śoka) que
le causó “ver” morir injustamente a la grulla se ha transformado en poesía
conforme a un patrón métrico preciso, el śloka, así bautizado en virtud del
sentimiento de zozobra (śoka) que lo produjo: “Formado por cuatro pies con
similar número de sílabas [y susceptible al] acompañamiento de instrumentos de cuerda y percusiones, llamemos śloka, y no de otro modo, [a los versos
que] de mí brotaron abrumado por la tristeza (śoka)” (Rāmāyaṇa 1.2.17).
El rito de iniciación que consagra a Vālmīki como el primer poeta
no termina aquí. Tras volver a su ermita, todavía acongojado por la muerte
de la grulla, el sabio se absorbe en un profundo estado contemplativo. Ante
él aparece entonces el dios creador Brahmā. Maravillado, el piadoso sabio
hace todo lo posible por atenderlo como es debido; sin embargo, no logra
concentrarse, pues su mente vuelve una y otra vez a la terrible escena y al
dolor transformado en poesía, hasta que de sus labios escapan de nuevo los
mismos versos. Brahmā lo escucha, sonríe y con gentileza le confiesa: “Lo que
has compuesto es un śloka. No le des más vueltas al asunto. ¡Oh brahmán, fue
por mi sola voluntad que de ti emanaron tan inspiradas palabras (sarasvatī)!”
(Rāmāyaṇa 1.2.29cd-30ab). Y enseguida le ordena: “Es tu deber ahora, ¡oh
eminente ṛṣi!, narrar la saga completa de Rāma […] Ninguna palabra tuya
en ese poema (kāvya) será falsa. Empleando versos śloka redacta la historia
de Rāma, al mismo tiempo sagrada y amena” (Rāmāyaṇa 1.2.31cd, 35).
La verdadera fuente del patrón métrico con el que Vālmīki dará vida a
la historia que inaugura el arte poético, es divina. No casualmente llamado en
este contexto “eminente ṛṣi” (ṛṣisattama), Vālmīki es un mero instrumento
Humania del Sur 119
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
dentro de un plan más vasto, decidido de antemano: la creación de todo
un género literario que, como los Vedas, sea edificante y produzca mérito
(pūṇya), pero que además entretenga y cautive (manorama). Así pues, la
creación espontánea, inspirada, del verso śloka es apenas un preámbulo cuyo
fin último es legitimar la invención del kāvya, de modo que en este caso śloka
y kāvya funcionan casi como sinónimos. En el corazón de esta identidad
yace, desde luego, la visión del dolor (śoka). Desde esta perspectiva, lo que
convierte al Rāmāyaṇa en la primera obra literaria sánscrita es la intensa
respuesta emocional del poeta, el nuevo ṛṣi, frente a experiencias humanas
tan básicas como el amor y la muerte (Pollock, 2003: 83).
Tras comunicar su mensaje, Brahmā desaparece. Todavía sin dar
crédito a lo sucedido, Vālmīki comienza a recitar el verso con fervor y entre
más lo hace más crece en él un sentimiento de admiración y placer en medio
de la experiencia original de tristeza (Rāmāyaṇa 1.2.38-39). Finalmente,
“con su alma purificada” (bhāvitātmanaḥ) por la recitación incesante de los
versos que los dioses pusieron en sus labios, Vālmīki anuncia a sus discípulos:
“Usando versos similares, ahora debo componer un poema completo [al
que llamaré] Rāmāyaṇa” (Rāmāyaṇa 1.2.40).
Con esta decisión, Vālmīki no sólo abraza su condición como primer
poeta. Al aceptar cantar bajo un formato poético (śloka) las aventuras de
Rāma, de algún modo acepta dejar de ser un ṛṣi tradicional, un kavi sagrado,
para abrazar su nueva identidad como vidente de lo profano. Al respecto
cabe recordar que si algo caracteriza al ejercicio de la poesía, el kāvya, fuera
del escenario ritual es precisamente su espíritu secular. De hecho, desde sus
orígenes ―ya sea a través de la recitación de gestas principescas (Rāmāyaṇa,
Mahābhārata) o la exaltación del poder regio mediante inscripciones laudatorias (praśasti); ya sea gracias a la actividad de rapsodas y narradores (sūta,
kathaka) o de dramaturgos y poetas (kavi)―, la poesía sánscrita asumió
como rasgo identitario cierto distanciamiento respecto al gran pasado védico.
En este sentido, el kāvya fue una especie de contracultura, a tal grado que,
como ha insistido Pollock (2006), su nacimiento de algún modo marca el
final del monopolio sacerdotal sobre el uso de la lengua sánscrita.
En suma, heredero del antiguo oficio del recitador, el nuevo kavi busca
la inspiración de la diosa-palabra a la manera del antiguo ṛṣi, pero lo hace
con fines completamente distintos y de hecho impensables en otros tiempos,
por ejemplo, cantar amores profanos o celebrar las hazañas guerreras de la
clase gobernante. El nuevo kavi es un heredero y un precursor. Adopta el
legado visionario védico con el fin de legitimar un arte que, paradójicamente,
pone en entredicho los valores y las aspiraciones de la tradición ortodoxa
védica. Hay pues continuidad en medio de la discontinuidad.
120 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Óscar Figueroa Castro
Lo profano en lo sagrado: Identidad religiosa y literaria en el Rāmāyaṇa... pp. 113-126.
Si ahora volvemos a Bhaṭṭa Tauta, nos resultará evidente que la alusión a este evento fundacional en realidad busca dar continuidad a esa línea
atemporal que entrelaza poesía y liturgia a través del poder visionario del
ṛṣi. El primer consenso cobra vida dentro y no al margen del segundo, y,
por lo tanto, más que simple réplica del himno védico, el Rāmāyaṇa y con
éste la literatura en general son representados como un fenómeno nuevo al
interior de una tradición antigua y prestigiosa. Bhaṭṭa Tauta guarda silencio
al respecto, pero es evidente que aquello que inaugura la nueva faceta del
kavi es el contenido de sus composiciones. Dicho contenido está condensado
simbólicamente en la escena de las grullas, al mismo tiempo una visión del
amor en plenitud y de su aciaga fugacidad. Recordemos que Vālmīki no
maldice al insensible cazador simplemente por haber matado a las aves; la
verdadera injustica (adharma), la misma que lo conmueve hasta transformar
su visión en poesía, es que el crimen haya sido perpetrado mientras las aves
hacían el amor. Lo trágico es pues que el canto más dulce pueda sin más
transformarse en un grito de dolor y desesperanza. Así pues, vista contra la
trama del Rāmāyaṇa, la tragedia de las grullas simboliza el destino también
trágico de la pareja épica, Rāma y Sītā, condenados a la separación no sólo
por la lasciva crueldad del demonio Rāvaṇa, sino en última instancia por
las dudas del propio Rāma en torno a la fidelidad de su esposa. Como ha
notado B. S. Miller (1973: 166), al morir la confianza de Rāma por Sītā,
ésta es condenada, como la grulla al ver morir a su amado, a vivir un duelo
permanente, el duelo de la separación.5
El propio relato sobre la invención de la poesía da cuenta de esta
transferencia simbólica. Una vez que el dios Brahmā revela el origen divino de los versos que esa triste mañana brotaron del corazón de Vālmīki,
el legendario ṛṣi se consagra a repetirlos sin cesar hasta que los mismos se
transforman ―gracias a esta especie de apropiación litúrgica― en la trama
que entreteje el aciago destino de Rāma y Sītā.
Así las cosas, podemos decir entonces que, atravesada de principio a
fin por la tristeza y la la finitud, la visión del nuevo kavi es una visión secular,
radicalmente distinta en su contenido de las visiones de los antiguos ṛṣis,
aunque íntimamente ligada a éstas precisamente por tratarse de una visión.
La diferencia entre el Vālmīki antes de aceptar la encomienda de contar
la historia del Rāmāyaṇa y aquel que da voz a esa historia, sería entonces
la diferencia entre un Vālmīki cuya inspiración está al servicio del orden
religioso y la de uno que adopta como misión celebrar el orden profano
(laukika, saṃsāra). Los sentimientos humanos conforman el nuevo universo
íntimo y secreto al que sólo tiene acceso el poeta mediante su percepción
inspirada y poder imaginativo.
Humania del Sur 121
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
6. La recreación de Bhavabhūti
Escrito un par de siglos antes de BhaṭṭaTauta, El último lance de Rāma
(Uttararāmacarita),6 la obra maestra de Bhavabhūti y una de las primeras
recreaciones dramáticas del Rāmāyaṇa,7 nos ofrece un ejemplo inmejorable
de este intercambio de premisas sacras y profanas. Así, en el preludio al
segundo acto, somos testigos del diálogo entre la anacoreta Ātreyī, por un
lado, y Vāsantī, la deidad femenina de la floresta (vanadevatā), por el otro.
La segunda inquiere a la primera sobre las causas que la empujaron a abandonar su patria, en el Norte de la India, y emprender un largo y extenuante
viaje hacia el Sur. Ātreyī explica que ha venido al Sur con el fin de estudiar
a los pies de célebres ṛṣis como Agastya. La respuesta despierta las dudas de
Vāsantī, pues Ātreyī es oriunda de la región donde reside Vālmīki, y por lo
tanto las razones de su travesía parecen injustificadas. ¿Por qué no estudiar
mejor con Vālmīki, cuya sabiduría y autoridad todo mundo reconoce? A
esto, la anacoreta responde que estudiar con Vālmīki se ha vuelto prácticamente imposible en virtud de la reciente encomienda que le asignó Vāc, la
Diosa-Palabra. En este punto, Bhavabhūti pone en boca de las dialogantes
el famoso episodio de las grullas, así como la espontánea respuesta poética
de Vālmīki, pero lo hace de tal modo que la ascendencia védica de la escena
quede fuera de cualquier duda. De hecho, en cierto sentido Bhavabhūti
“completa” la versión del Rāmāyaṇa al hacer explícito el antiguo mecanismo
de la inspiración sacrificial, por el que visión y palabra se confunden en un
único evento divino asociado con la gracia de Vāc. Sin embargo, como vimos,
el desenlace poético de esta visión se funda en una experiencia de dolor.
Lo inusitado en medio de lo tradicional, es decir, la peculiar sucesión
de órdenes socioculturales distintos, donde los vestigios del pasado quedan
registrados como en un palimpsesto al fondoade nuevas tendencias, queda
encapsulado en la respuesta de Vāsantī: “¡Asombroso! ¡Una encarnación
nueva, no védica, del verso (chandas)” (Uttararāmacarita 2.29).
Con esta sentencia y contra lo que una lectura superficial del pasaje
del Rāmāyaṇa podría sugerir, Bhavabhūti deja en claro que la novedad que la
literatura encarna no tiene tanto que ver con la creación de tal o cual patrón
métrico8 sino con los fines que ahora persigue el lenguaje poético, es decir,
con el despertar de una aventura literaria secular, no védica (anāmnāya). La
novedad no radica tanto en la forma como en el contenido.
El lugar que ocupa el poder poético-visionario en la construcción de
esa nueva identidad se asoma en las palabras con las que Ātreyī prosigue su
relación de tan insólitos hechos:
122 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Óscar Figueroa Castro
Lo profano en lo sagrado: Identidad religiosa y literaria en el Rāmāyaṇa... pp. 113-126.
En ese mismo instante, el dios nacido del loto, el dios creador [Brahmā],
se acercó al venerable ṛṣi [Vālmīki], a quien se había revelado la luz de la
palabra divina, y le dijo: “¡Oh ṛṣi, has despertado al insondable misterio
de Vāc! Narra, por lo tanto, la historia de Rāma. El ojo de tu imaginación
[brillará con] ilimitado resplandor visionario: tú eres el primer poeta”. Y
tras decir esto, desapareció. Entonces, el venerable ṛṣi Vālmīki compuso la
historia del Rāmāyaṇa, la primera expresión de la palabra divina entre los
seres humanos.
Vāsantī: ¡Ah, el saṃsāra se ha engalanado!
Ātreyī: Por eso decía que se ha vuelto prácticamente imposible estudiar
[con Vālmīki].
Vāsantī: Te entiendo. (Uttararāmacarita 2.30-34).
Tras su “despertar” (prabuddhi) a la verdad poética por mediación de
la Diosa Palabra, Vālmīki tiene una segunda revelación. El dios Brahmā le
pide cantar la gesta de Rāma, tarea para la que está plenamente calificado
al poseer el don visionario (pratibhā). Al respecto y aun cuando ese don no
está aquí al servicio de una encomienda sacrificial o religiosa, no por ello
deja de ser arṣa, literalmente, un don “propio de ṛṣis”. Dicho de otro modo,
gracias a su imaginación visionaria, el poeta sigue siendo ṛṣi. Esta reiteración
arcaizante coincide sin embargo con el nacimiento de una nueva identidad.
Como informa Brahmā a Vālmīki para luego desaparecer: “Tú eres el primer
poeta” (ādyaḥkavirasi). Vālmīki es ṛṣi y es poeta, un ṛṣi del orden secular.
Si ahora volvemos al dilema de Ātreyī, en busca de un maestro
“tradicional”, resulta evidente que la anacoreta simboliza el antiguo orden
sacerdotal, y más exactamente el monopolio que ese orden ejerció sobre
la lengua sánscrita, restringiendo su uso. Los lamentos de Ātreyī ante la
dificultad para continuar sus estudios religiosos en un nuevo orden cultural
donde los ṛṣis han puesto su inspiración al servicio del saṃsāra ―sinónimo
de impureza y muerte, las antípodas de los ideales ascéticos brahmánicos―,
contrastan con el júbilo de Vāsantī, quien sin tapujos celebra que con este
viraje la vida misma pueda ser dignificada estéticamente. Imaginar es embellecer el saṃsāra. Gracias a la poesía, la imaginación transita desde el ámbito
puramente religioso al de la cultura. Una vez más, lo profano en lo sagrado.
Visto desde este ángulo, el retrato escénico de Bhavabhūti parece
sugerir que fue desde que Vālmīki puso su poder visionario al servicio de
la poesía que dejó de enseñar los Vedas. El oficio sacerdotal está en crisis;
no así la inspiración. La necesidad de legitimar frente al canon semejante
transgresión se explica por sí sola. De ahí la obsesión por homologar a los
actores en cuestión.9Tal insistencia tiene un segundo efecto, tan paradójico
Humania del Sur 123
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
como el contexto en el que se produce: al celebrar el mundo ordinario a través
de un medio no ordinario, de algún modo ese mundo acaba irradiando un
aura sacra y tradicional; al estetizar la vida de algún modo la vida deja de
ser un asunto ordinario para dar voz, en cambio, a una verdad trascendente.
7. Epílogo
He aquí la pretensión última del kāvya, la pretensión que subyace a
esta reiteración del mito fundacional que recorre la historia de la literatura
sánscrita desde el Rāmāyaṇa hasta Bhavabhūti: sacar de la historia lo cotidiano y envolver con un manto de trascendencia las historias profanas. El
poeta aspira a crear un mundo ideal, puro en su mundanidad, libre de las
ilusiones del presente histórico. El arte desplaza así a la religión, y el poder
visionario pasa a ser propiedad casi exclusiva de poetas y artistas.
El grado más extremo de esta homologación sería el cosmogónico
u ontológico: si de las visiones del antiguo sacerdote inspirado dependía el
devenir del universo, ¿depende el universo de las visiones de poetas y dramaturgos? La propia tradición literaria no sólo no ignoró tan radical paralelo
sino que de algún modo lo cultivó y ostentó. Por ejemplo, Bhavabhūti mismo
afirma: “En la vida diaria, las palabras de un hombre honesto corresponden
a los hechos; en cambio, en el caso de los grandes ṛṣis, los hechos se ciñen
a sus palabras” (Uttararāmacarita 1.42). La idea vale desde luego para el
poeta, identificado por Bhavabhūti, como apenas vimos, con el ṛṣi. Un siglo
después, tan radical apuesta alcanzó una expresión todavía más exaltada y
explícita en la obra del teórico literario Ānandavar dhana. Sirvan sus célebres
palabras como conclusión para nuestro recorrido:
En el saṃsāra de la poesía, sólo el poeta es dios; el universo gira según su
designio. Si el poeta habla de amor, el mundo se impregna de esa emoción;
si el poeta [crea] sin pasión, todas las cosas pierden su sabor. El verdadero
poeta hace que cobren vida los objetos inanimados y que parezcan inertes
las criaturas animadas; en su obra todo acontece conforme a su voluntad,
libremente (DhvanyālokaVṛttiadkārikā 3.41).
Notas
1
2
Piénsese en autores clásicos como É. Durkheim y M. Eliade, cuya influyente
obra se basa en dicha dicotomía.
Como se sabe, el primero en emplear el término fue el sociólogo M. N.
Srinivas (1952). Por su parte, a fin de explicar el desarrollo de la tradición
literaria sánscrita y lo que esto significó para el monopolio brahmánico
124 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Óscar Figueroa Castro
Lo profano en lo sagrado: Identidad religiosa y literaria en el Rāmāyaṇa... pp. 113-126.
3
4
5
6
7
8
9
sobre la lengua, S. Pollock (2006) ha acuñado la iluminadora expresión
“cosmópolis sánscrita”.
Ejemplos notables son, en el primer caso, el Rāmāyaṇa tamil de Kampan
(siglo XII), y en el segundo, el Rāmāyaṇa en hindi de Tulsidas (siglo XVI).
Al respecto resulta útil la colección de ensayos reunida por P. Richman en
ManyRāmāyaṇas.
Más exactamente una pareja de grullas de cola blanca (Grusantigoneantigone).
En el pasado se propusieron muchas otras especies como referente del
término sánscrito krauñca. Al parecer hoy es conclusivo el argumento de J.
Leslie (1998) a favor de la grulla de cola blanca.
Sin embargo, autoridades dentro de la propia tradición literaria sánscrita
como Ānandavar dhana (Dhvanyāloka 1.5) intentaron armonizar la historia
de las grullas y la trama de la épica, de modo que sea la hembra (Sītā) quien
muere y el macho (Rāma) quien padece, si bien tal lectura es imposible desde
una perspectiva gramatical (Masson, 1969). En cualquier caso, no es una
casualidad que la trama del Rāmāyaṇa subyazca a una de las convenciones
más importantes de la poesía amorosa sánscrita: el juego unión-separación,
del que depende en particular el género literario del mensaje de amor
odūtakāvya (Figueroa, 2008: 61-66).
Sigo la afortunada traducción del título en la versión castellana de J. M. de
Mora (México, UNAM, 1984), en otros respectos más bien deficiente.
Esto en el supuesto de que Bhāsa, autor de dos dramas inspirados en el
Rāmāyaṇa (Pratimānāṭaka y Abhiṣekanāṭaka), haya vivido en una época
posterior que la que suele atribuírsele.
De hecho, el metro de pies octosilábicos, técnicamente conocido como
anusṭubh, es usado desde tiempos védicos. Antes que un nuevo metro, el
śloka es más bien una variante post-védica del anusṭubh (Sharma, 2000).
La misma insistencia reaparece en el séptimo y último acto de la obra, donde
Bhavabhūti mismo se identifica con Vālmīki a través de una representación
teatral del teatro mismo. Así, en lo que en realidad constituye una nueva
reflexión literaria sobre la literatura, Bhavabhūti hace decir lo siguiente a
Vālmīki durante el estreno de la puesta en escena del Rāmāyaṇa, de la que
él mismo es el director: “Compuse esta breve pieza teatral tras percibirla
nítidamente con el ojo de la inspiración que [sólo] los ṛṣis poseen […] Su
trama es densa por lo que los invito a poner suma atención” (7.10). Sentado
entre el público, un Rāma expectante murmura: “Quiere decir que los ṛṣis
perciben directamente el dharma” (Uttararāmacarita 7.11).
Referencias
Fuentes primarias
Ānandavardhana (1998). Dhvanyāloka. Delhi: Munshiram Manoharlal Publishers.
Bhavabhūti (2007). Uttararāmacaritam. Trad.S. Pollock. Nueva York: New York
University Press y JJC Foundation.
Humania del Sur 125
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Hemacandra (2007). Kāvyānuśāsana With Alaṅkāracūḍāmaṇi and Viveka. Patan:
Hemachandracharya North Gujarat University.
Nooten van B. A. y G. B. Holland (Eds.). (1994). Ṛgveda. A Metrically Restored
Text With an Introduction and Notes. Cambridge, Massachusetts: Harvard
University Press.
Vālmīki.(1990). Rāmāyaṇa. Delhi: Nāg Publishers.
Fuentes secundarias
Brockington, J. L. (1984). Righteous Rāma. The Evolution of an Epic. Oxford:
Oxford University Press.
Burrow, T. (1955). The Sanskrit Language. Londres: Faber & Faber.
Elizarenkova, T. J. (1995). Language and Style of the Vedic Ṛṣis. Nueva York: SUNY
Press.
Figueroa Castro, Ó. (2008). El mensaje de amor en la poesía sánscrita: Kālidāsa y
Vedāntadeśika. Estudios de Asia y África, 135, 61-82.
Gonda, J. (1984). The Vision of the Vedic Poets. Delhi: Munshiram Manoharlal
Publishers.
Hammer, N. (2009). Why Sārus Cranes Epitomize Karuṇarasa in the Rāmāyaṇa.
Journal of the Royal Asiatic Society of Great Britain and Ireland, 19-2, 187-211.
Leslie, J. (1998). A Bird Bereaved. The Identity and Significance of Vālmīki’s
Krauñca. Journal of Indian Philosophy, 26, 455-487.
Lo Turco, B. (2009). The Construction of Nature: Ṛṣis and Kavis. Pandanus, 9, 33-44.
Masson, J. L. (1969). Who Killed Cock Krauñca? Abhinava gupta’s Reflections on the
Origin of Aesthetic Experience. Journal of the Oriental Institute, 18-3, 207-224.
Pollock, S. (2006). The Language of the Gods in the World of Men. Sanskrit, Culture,
and Power
In Premodern India. Berkeley / Los Angeles: University of California Press.
Pollock, S. (2003). Sanskrit Literary Culture from the inside out. En S. Pollock
(Ed.). Literary Cultures in History. Reconstructions from South Asia (pp. 39130). Berkeley: University of California Press.
Pollock, S. (1993). Rāmāyaṇa and Political Imagination in India. The Journal of
Asian Studies, 52-2, 261-297.
Renou, L. (1956). Histoire de la langue sanskrite. Lyon: Editions IAC.
Richman, P. (Ed.). (1991). Many Rāmāyaṇas. The Diversity of a Narrative Tradition
in South Asia. Berkeley: University of California Press.
Sharma, A. (2000). Of Śūdras, Sūtas, and Ślokas: Why is the Mahābhārata
Preeminently in the Anuṣṭubh Metre? Indo-Iranian Journal, 43-3, 225-278.
Stoler Miller, B. (1973). The Original Poem: Vālmīki-Rāmāyaṇa and Indian Literary
Values. Literature East and West, 17, 163-173.
Srinivas, M. N. (1952). Religion and Society among the Coorgs of South India. Oxford:
Oxford University Press.
126 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. David Ibarra Arana
Antecedentes del Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad Estudio en China... pp. 127-144.
Antecedentes del Sistema de Educación
Mitad Trabajo Mitad Estudio en China:
Evidencias de la combinación del trabajo productivo
con la enseñanza (1912-1958)
David Ibarra Arana
Universidad de Costa Rica
San José-Costa Rica
[email protected]
Resumen
El artículo hace un recuento selectivo de experiencias e ideas educativas propuestas
en China por Dewey, Tao, el Movimiento Trabajo Estudio y Mao durante las
primeras décadas del siglo XX, en las que se evidencia la implementación del trabajo
productivo dentro de la enseñanza. A partir del análisis del papel activo de las ideas
en la conformación institucional, se determina la divergencia ideológica de estas
experiencias con respecto al Sistema de Educación “Mitad Trabajo, Mitad Estudio”
(SEMTME) implementado en China en 1958.
Palabras clave: Historia, China, educación, trabajo, estudio.
Precedents of the Educational System “Half Work, Half Study”
in China: Evidences of the Combination of Productive Work
with Teaching (1912-1958)
Abstract
This paper describes some educational experiences and ideas suggested by Dewey,
Tao, The Work Study Movement and Mao in China between the beginning of the
twentieth Century and 1919 as evidence of the implementation of productive work
in formal education. Based on the analysis of the active role of ideas in institutional
conformation, an ideological divergence between these experiences and ideas, and
the “Half Work, Half Study” Educational System (HWHSES) implemented in
1958 in China.
Keywords: History, China, education, work, study.
Recibido: 27-1-14 / Aceptado: 28-5-14
Humania del Sur 127
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
1. Introducción
La combinación del trabajo productivo con la enseñanza fue un tema
planteado por Marx y ampliado por Gramsci (1977)1 quien proyecta la categoría del trabajo como un principio educativo. Este principio sirvió de base
fundamental para desarrollar el Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad
Estudio (en adelante SEMTME)2implementado en China en el año 1958,
a partir de una propaganda impulsada por el Ministerio de Educación que
proponía que “la educación debía ser combinada con la labor productiva”
(Munro, 1967: 259). Bajo este sistema los estudiantes de educación media
(y de manera menos extendida, los estudiantes de educación primaria y
universitaria) empleaban su tiempo de forma equitativa tanto en la ejecución de labores manuales, como en el estudio. Esta iniciativa se proyectó
como un medio ideal para educar a la mayoría de la población china, especialmente la que vivía en las zonas rurales. Constituyó una alternativa a la
educación académica regular que preparaba a los estudiantes para el ingreso
a las universidades. El SEMTME estaba dirigido a formar al sector de la
población china que ofrecería la futura mano de obra al país. Políticamente,
su propósito consistía en vincular a los intelectuales con los campesinos y
obreros, con el fin de erradicar la diferencia de clases e integrar la actividad
mental con el trabajo manual. Este sistema se inspiró de ciertos principios
ideológicos que comulgaban con la pedagogía marxista. Al mismo tiempo
los principios prácticos sobre los que se basó3 convertirían al sistema en un
modelo flexible para ser aplicado en diferentes entornos.
Pese a la importancia que se le dio al SEMTME en el momento de
su fundación, es poco lo que se ha publicado acerca de sus orígenes4. Se
sabe que el sistema de educación general que prevaleció en China desde
fines del siglo XIX y durante todo el período republicano (entre 1912, luego
de la caída de la dinastía Qing, y 1949, con la fundación de la República
Popular China) recibió influencias de Occidente5(Schurmann, 1966). Las
dos primeras décadas del siglo XX se caracterizaron por la búsqueda de un
modelo educativo que rompiera con la tradición y que se insertara dentro
de un nuevo sistema político de gobierno. Algunas ideas educativas que
emanaron durante ese período pudieron estar asociadas con el principio que
combinaba la teoría con la práctica6. Estas ideas se podrían vincular con las
discusiones que se desarrollaron en el Movimiento del Cuatro de Mayo7 de
1919 (Gardner e Idema, 1973).
Este artículo tiene como objetivo evidenciar la combinación del
trabajo productivo con la enseñanza, a partir de una selección de ideas y
128 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. David Ibarra Arana
Antecedentes del Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad Estudio en China... pp. 127-144.
experiencias educativas que se desarrollaron en la China de la primera mitad del siglo XX, específicamente durante contexto del Cuatro de Mayo.
También se intentará demostrar su relación práctica con el SEMTME fundado en 1958. Se han formulado las siguientes preguntas que modelarán
la reflexión: ¿Cuáles fueron estas experiencias e ideas? ¿Quiénes fueron sus
autores y sus fundamentos ideológicos? ¿De qué manera se vinculan estas
ideas con la noción del trabajo como principio educativo del marxismo
y en la implementación del SEMTME de 1958? ¿Se podrían considerar
estos antecedentes como orígenes del SEMTME? Se plantean dos posibles
hipótesis. Por un lado, la práctica de combinar el trabajo y el estudio como
principio educativo emanado del pensamiento de Marx (Marx, 1970; 1996;
Marx y Engels, 2010) existió en China mucho antes de 1958, año de creación del SEMTME, en diferentes experiencias aisladas principalmente en
zonas rurales. La otra hipótesis que se plantea iría por la línea de las ideas:
existió divergencia ideológica de los creadores del SEMTME con respecto a
experiencias e ideas educativas precedentes, como posible causa de desvinculación. Se hará un recuento selectivo de ideas y prácticas de John Dewey,
Tao Xingzhi, del Movimiento Trabajo-Estudio para finalizar con las ideas
de Mao Zedong. Para ello se consultaron conferencias de John Dewey en
China, escritos de Tao Xingzhi, así como ciertas cartas y escritos de Mao
Zedong. Así también se recurrió a fuentes secundarias de autores que han
abordado el tema de la educación en China.
Como componente teórico de este artículo se ha tomado en cuenta
el aporte de Bittar y Ferreira (2009) quienes, a su vez, se han basado en el
marxismo para acercarse al estudio de la historia institucional educativa.
Se parte del supuesto que, históricamente, ninguna institución “puede
surgir, conservarse o cambiar fuera del vínculo con una cantidad de otras
instituciones y fenómenos sociales”(p. 501, Trad.). El presente trabajo intenta describir la formación institucional del SEMTME a partir de ideas
“que trascienden el tiempo y que pueden influir en la formación de otras
instituciones en otro tiempo posterior” (Ídem).
2. La idea del trabajo en la escuela para John Dewey
Las ideas del filósofo norteamericano John Dewey (1859-1952), a
través de sus diversas conferencias dictadas en China entre 1919 y 1920,
sirvieron para la reflexión sobre el tipo de educación más conveniente para
China. Se percibe en educadores como Hu Shi, Cai Yuanpei y Jiang Menglin
quienes se preocuparon por modernizar la educación en China (Sun, 1974).
Humania del Sur 129
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Dewey abordó el tema del trabajo en la educación de niños durante su
conferencia dictada en China sobre el drama creativo8 y el trabajo. Sostenía
que el trabajo es una actividad dirigida hacia un propósito que va más allá
de la actividad misma. El trabajo, para él, es un medio que presenta dos
ventajas educativas:
1. Produce resultados externos a la actividad realizada. Es un medio
que puede ayudar al niño a tomar conciencia de la importancia de
tener un propósito en sus actividades, a desarrollar su habilidad de
formular sus objetivos, y de esta manera evitar el comportamiento
que resulta en una actividad sin ningún propósito.
2. Ayuda al niño a reconocer la importancia de seleccionar los
medios apropiados para los fines buscados y así logra aprender
que un medio es efectivo solo en correspondencia con los fines
establecidos (Dewey, 1973).
Para el caso de la educación secundaria y la educación vocacional,
Dewey señaló algunos aspectos educativos que están vinculados con el trabajo. La educación secundaria es una institución cuyo propósito principal
consiste en preparar a los estudiantes para la educación superior. Sin embargo, por múltiples razones muchos de los egresados de la escuela secundaria,
no ingresan a la universidad, sino que entran al mercado laboral. Dewey
advirtió la ineficacia de la escuela secundaria si los estudiantes se concentran
demasiado en cursos que sirven como preparación para la universidad, sin
lograr acceder a ella. Por ello, subrayó la necesidad de orientar la educación
secundaria, también desde la perspectiva de preparar a los estudiantes para
enfrentar la vida laboral. Dewey consideraba que “la educación media debe
ser independiente y planear su programa para satisfacer las necesidades
comunes de los adolescentes, a fin de que sus egresados puedan emplearse
o continuar en la educación superior” (Dewey, 1973: 266, Trad.). El riesgo
con este tipo de educación era que luego se crearan escuelas para una élite,
se dedicaran a la administración, y otras escuelas para el entrenamiento de
trabajadores o productores en la sociedad, lo que se traduciría en una distinción de dos clases sociales, siendo la primera dominante sobre la segunda.
Aunque Dewey no dio aportes directos al concepto del trabajo como
principio educativo, con su teoría del pragmatismo en la educación, tuvo
algunas coincidencias con los principios que fueron tomados en cuenta para
la creación del SEMTME. Sus ideas fueron consideradas en algún momento
por Tao Xingzhi y por Mao Zedong, como se verá más adelante.
130 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. David Ibarra Arana
Antecedentes del Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad Estudio en China... pp. 127-144.
3. El trabajo y el estudio en Tao Xingzhi (1891-1946)
Tao Xingzhi fue una figura influyente en el debate sobre el tipo de
educación que se debía establecer en China a partir de la segunda década
del siglo XX. Este educador llevó a cabo varias reformas y experimentos
educativos9. Tanto el filósofo reformista Wang Yangming (1472-1529),
como Dewey influyeron en Tao, quien desarrolló propuestas prácticas para
la educación de masas, convirtiéndose así en uno de los primeros impulsores
de esta modalidad en las zonas rurales de China.
La doctrina educativa comunista que enfatizaba la unidad entre la
teoría y la práctica, según Teng (1974), provenía de una recomendación de
Wang Yangming. Este filósofo neo confuciano del siglo XVI propuso que
para conocer “es necesario llevar el conocimiento hacia la acción” (Botton,
1977: 299). Es decir, debía haber una relación entre el conocimiento y la
acción, pero también un esfuerzo para lograr el aprendizaje: “el conocimiento
es el principio de la acción y la acción es lo que completa al conocimiento.
[…] El conocimiento y la acción no pueden ser separados” (Ibíd.:305).
Tao Xingzhi tuvo conocimiento de estas ideas durante su permanencia
en la Universidad de Jinling. A partir de aquí parece ser que Tao formó
su creencia en la “reconstrucción nacional a través de la educación” (Yao,
2002: 253, Trad.).
Una vez graduado de la Universidad de Jinling, Tao entró en contacto
con Dewey en la Universidad de Columbia, donde tuvo oportunidad de conocer de sus ideas en calidad de alumno. Se interesó por el experimentalismo
y las ideas reformistas. A su regreso a China, aplicó la teoría experimentalista
de Dewey. Sin embargo, al no lograr éxito en sus primeras propuestas de
reforma educativa en las ciudades, decidió desarrollar sus experimentos en
zonas rurales. Su intención consistió en crear las condiciones bajo las cuales
los campesinos pudieran alfabetizarse (Zong, 2008: 9). A partir de aquí,
comienza a emplear una serie de métodos que modificaban las ideas de
Dewey, para que pudieran adecuarse a la realidad de China: la combinación
de la enseñanza, el aprendizaje y la acción; el ejercicio manual y mental; el
trabajo manual y al mismo tiempo el trabajo mental (Ídem).
Tao Xingzhi planteó que existe una unidad entre enseñar, aprender y
hacer, teniendo como denominador común la práctica o la vida real. Señalaba
que “algo que es aprendido en la forma en que es ejecutado y es enseñado
en la forma en que es aprendido”(Tao, 1974-75ª: 27-28, Trad.). Para ello
puso de ejemplo la agricultura que se realiza en el campo, sitio donde debe
ser aprendida y enseñada. Pensaba que trabajar solo con la mente o solo
Humania del Sur 131
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
con el cuerpo no puede ser considerado “hacer”. Para él la verdadera forma
de “hacer” implica trabajar con la mente mientras se trabaja con el cuerpo
(Ibíd.: 71). El que trabaja solamente con el cuerpo es controlado por otros
y los que trabajan con sus mentes llegan a ser de la clase alta y manipulan a
la gente que no tiene conocimiento. Por esta razón, según Tao, es necesario
sensibilizar a las masas para que sean conscientes del trabajo que realizan.
Tao instaló su “laboratorio educativo” en una aldea cercana a Nanjing:
los maestros vivían y trabajaban con los estudiantes. Todos participaban en
el trabajo manual y en el aprendizaje teórico. Las lecciones se basaban en
problemas cotidianos de los campesinos, por lo tanto, eran muy prácticas.
Con esto Tao se anticipó con sus iniciativas a prácticas que luego los comunistas implementarían en su base de operaciones de Yan’an.
En 1930 el gobierno del Guomindang cerró la escuela de Tao por las
presuntas implicaciones revolucionarias del proyecto, pero este educador
continuó con otro proyecto posterior a esa fecha conocido con el nombre
de “grupos de trabajo-estudio” orientado a enseñar a los trabajadores a
defenderse como fuerza unificada, exaltando su poder productivo y humano. El primer grupo de trabajo-estudio se organizó en octubre de 1932 en
Shanghai (Seybolt, 1974-75), luego se establecerían otros grupos en los dos
años siguientes. A partir de 1935 la fuerza social del concepto trabajo-estudio
se tuvo que reorientar a enfrentar el problema de la invasión imperialista
japonesa sobre China. Es probable que estos grupos ejercieran influencia
sobre el quehacer educativo comunista que se desarrolló en Yan’an.
Xu Teli (1877-1968), miembro del Comité Central del Partido
Comunista y en algún momento comisionado de educación, reconoció
a Tao por “haber inspirado varias políticas educativas adoptadas por los
comunistas” (Seybolt, 1974-75: 8, Trad.). Aunque podría considerarse que
el pensamiento educativo de Tao comulgaba con el comunismo chino, el
primero no estuvo exento de la crítica: “los maoístas suprimieron a Tao a
pesar de las afinidades ideológicas compartidas entre el radicalismo educativo
de Tao y el de Mao” (Yao, 2002: 265, Trad.). Los mismos críticos parecen
admitir la cercanía entre la actitud de Tao hacia el papel de la teoría en
el proceso de aprendizaje y la formulación de Mao en su ensayo Sobre la
Práctica. Tanto Tao como Mao parecen enfatizar el ‘hacer’ o la ‘práctica’ en
oposición al confucianismo y al marxismo dogmático (Seybolt, 1974-75).
Los grupos de trabajo-estudio (gongxuetuan) de Tao Xingzhi eran un
intento de integrar la escuela, la fábrica y la sociedad. Sin embargo, este tipo
de experimento fue objeto de críticas al ser considerado como reformista y
poco efectivo para destruir el “sistema educativo reaccionario” que promo132 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. David Ibarra Arana
Antecedentes del Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad Estudio en China... pp. 127-144.
vía “la educación feudal, fascista y comercializada” (Pan, 1974-75:116-17)
que se desarrolló durante el período republicano (1912-1949). Se achacaba
además, que Tao intentara usar métodos en su práctica educativa que, de
ser aplicados se hubieran convertido en obstáculos para el desarrollo de la
educación en la República Popular China. Cabe señalar que estas críticas
se realizaron en 1952, lo que indica una cercanía temporal de un modelo
educativo que, al menos por su nombre resulta similar con el implementado
en 1958. En otras palabras, cuando se estableció el SEMTME, la crítica de
la experiencia de los “grupos de trabajo-estudio” de Tao Xingzhi era reciente
dentro del ámbito educativo en China.
Tao Xingzhi no fue el primero en defender la idea de integrar el
trabajo intelectual y el trabajo manual para la transformación individual y
social. Ya antes, a inicios del siglo XX fue un tema central de los discursos
revolucionarios introducidos en China por anarquistas chinos que habían
ido a estudiar a París a fines del siglo XIX y puede ser analizado a partir del
Movimiento Trabajo-Estudio antes y durante el Movimiento del Cuatro
de Mayo (Yao, 2002).
4. Movimiento Trabajo-Estudio
Durante las dos primeras décadas del siglo XX surgió en Francia el
Movimiento Trabajo-Estudio, promovido por chinos que tenían influencia
del pensamiento anarquista. El objetivo inmediato consistía en enviar jóvenes
de China, ya fueran trabajadores o estudiantes, a Francia para llevar a cabo
dos actividades relacionadas entre sí: el trabajo manual, principalmente en
fábricas, y el estudio.
Varias personas involucradas en el programa trabajo-estudio, como
participantes en Francia o como miembros de asociaciones relacionadas
con la organización del movimiento, jugarían un papel, en la vida política
de China, sobre todo dentro del Partido Comunista Chino. Entre otros,
sobresalen Mao Zedong (1893-1976), Zhou Enlai (1898-1976) y Deng
Xiaoping (1904-1997). Esta modalidad vincularía a futuros actores políticos que dentro del movimiento revolucionario tuvieron una relación con
el problema educativo de combinar el trabajo con el estudio, ya fueran defensores u opositores del sistema que se implementaría a fines de la década
de 1950 dentro de las políticas educativas de la República Popular China.
La fundación del Movimiento Trabajo-Estudio10 en Francia se
atribuye a Li Shizeng (Bailey, 1988), quien había mostrado interés por el
pensamiento de Elisée Reclus.11 En 1908 Li abrió una fábrica de tofu a las
Humania del Sur 133
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
afueras de París, con 30 trabajadores chinos provenientes de la provincia
de Zhili12, misma que albergó una escuela de estudio de chino, francés y
conocimiento científico general. Se estableció un reglamento estricto de
prohibición de beber alcohol, fumar y jugar con apuestas (Bailey, 1988).
Este espacio constituiría el prototipo del movimiento trabajo-estudio, conocido también como ‘trabajo diligente y estudio frugal’ (qingon gjianxue).
Para Li, el esquema trabajo-estudio tendría una función tanto moral como
educativa: además de formar trabajadores con más conocimiento, el trabajoestudio podía eliminar en los jóvenes sus malos hábitos y transformarlos en
ciudadanos moralmente rectos y trabajadores. De esta manera, Li hacía eco
de la preocupación prevaleciente entre los reformadores chinos de fines del
siglo XIX ante la desviación moral de la población (Bailey, 1988).
Li también se interesó en enviar estudiantes chinos a Francia. Con
el establecimiento de la República en 1912, él mismo organizó la Asociación para Estudio Frugal en Francia (Liufa Jianxue Hui), de forma que
se expandiera el estudio en el extranjero y, a través del trabajo y una vida
simple cultivar hábitos de diligencia y trabajo. Fue apoyado por Cai Yuanpei
(1868-1940), quien había estudiado en Alemania antes de 1911 y era en
este momento Ministro de Educación en China (1912-13), y Wang Jingwei (1883-1944), líder prominente del movimiento político Tongmenghui
y asociado cercano de Sun Yat-sen (Levine, 1993). Al mismo tiempo, en
Beijing se abrió una escuela preparatoria, financiada por los fundadores
de la Asociación para el Estudio Frugal en la cual los estudiantes recibían
clases de francés y otras materias durante seis meses como una manera de
prepararlos para su estancia en Francia. Entre 1912 y 1913 aproximadamente
100 estudiantes de Estudio Frugal fueron a Francia.
Se esperaba que los estudiantes de “estudio frugal”, gracias a los
nuevos hábitos adquiridos y a su exposición a los ideales progresistas y
republicanos en Francia podrían, a su regreso a China, efectuar una reforma de su sociedad en gran escala (Bailey, 1988). El esquema del “estudio
frugal” terminó abruptamente en 1913 bajo la presidencia de Yuan Shikai,
quien sospechaba de la asociación y temía potenciales efectos subversivos
producto del envío de estudiantes a Francia en gran número. Con el inicio
de la guerra en Europa en 1914 ningún estudiante sería enviado a Francia.
En 1915, luego de que representantes del gobierno francés negociaron
en Beijing con la Compañía Huimin (bajo el control de Liang Shiyi, entonces
Ministro de Finanzas) el reclutamiento de trabajadores chinos para trabajar
en fábricas de Francia, Li anunció la creación de la Asociación de Trabajo
Diligente y Estudio Frugal, a fin de promover la “diligencia y perseverancia
134 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. David Ibarra Arana
Antecedentes del Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad Estudio en China... pp. 127-144.
en el trabajo, así como la frugalidad en el estudio”, para desarrollar el conocimiento de los trabajadores chinos que llegaran a Francia. Fue reabierta
la Escuela Preparatoria de Beijing, que había estado cerrada desde 1913,
con el fin de preparar a los estudiantes para el trabajo-estudio en Francia.
Otras escuelas preparatorias fueron abiertas en Baoding y Chengdu, donde
los estudiantes recibían entrenamiento práctico además de estudiar francés
(Bailey, 1988).
El primer grupo de estudiantes trabajo-estudio viajó a Francia a
principios de 1919. Entre marzo de 1919 y diciembre de 1920, 17 grupos
partieron hacia Francia, con un total de cerca de 1600 estudiantes. El
grupo más grande fue el número 15 que incluyó a Zhou Enlai entre sus
197 miembros. Esta dinámica de envío de estudiantes a Francia perdería
su vitalidad y se acabaría a medida que sus organizadores comenzaban a
vincularse más de lleno con la política y con el Partido Guomindang hacia
fines de la década de 1920.
5. Mao Zedong y su vinculación con el concepto del trabajo y el
estudio
Como ya se ha mencionado, la idea de combinar el trabajo y el
estudio parece ser una consecuencia directa del Movimiento del Cuatro
de Mayo, por influencia del anarquismo. Mao Zedong no fue ajeno a la
práctica de combinar el trabajo con el estudio, sino por el contrario, estuvo
muy vinculado con gente que participó en el experimento desarrollado por
los anarquistas chinos en Francia. En una carta que escribió a su amiga Tao
Yi en 1920 se refleja su interés en impulsar a compañeros a que fueran a
prepararse en el extranjero (Mao, 1992). Comentaba además que Peng
Huang y otros, organizaron un grupo de “ayuda mutua13 trabajo estudio”,
lo que para Mao parecía ser una excelente idea. Tanto Mao como Peng
para ese momento deseaban ir a la URSS. Para ello planeaban prepararse a
través del estudio autodidacta para formar un equipo de trabajo-estudio e ir
a la Unión Soviética (Mao, 1920). Mao también conocía experimentos de
trabajo estudio en el cual participaban mujeres14, y es por eso que animó a
Tao Yi para que organizara a grupos de mujeres en asociaciones enfocadas
al trabajo y el estudio.
En un documento del 5 de marzo de 1920 de la Sociedad de Ayuda
Mutua Trabajo Estudio de Shanghai, se menciona entre sus miembros iniciadores a Mao Zedong y a Chen Duxiu, fundador del Partido Comunista,
entre otros.15 Este documento que parece ser un programa de la Sociedad
Humania del Sur 135
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
de Ayuda Mutua Trabajo Estudio justifica su existencia por la realidad que
se vive en la sociedad china de ese momento, que evidencia una segregación
de clases. El documento describe la limitación del sistema educativo chino
que impide a los estudiantes trabajar mientras están en la escuela y, a los
que trabajan insertarse en la escuela (Mao, 1992).
Los miembros de la sociedad proponían establecer una forma para
combinar la educación y la ocupación, el aprendizaje y la convivencia, para
que los hombres y mujeres jóvenes de Shanghai pudieran emanciparse de
la sociedad tradicional china y así surgiera “una nueva vida y una nueva
organización, para llevar a cabo el método de trabajo de tiempo parcial y
estudio de tiempo parcial y el de ayuda mutua” (Mao, 1992: 498, Trad.).
Aquí se puede notar un vínculo muy fuerte entre Mao y personas que habían
participado en esta experiencia educativa.
En junio de 1920, tres meses después de fundada la Sociedad Trabajo
Estudio de Shanghai, Mao escribió una carta a Li Jinxi en donde mencionaba
que los miembros de la sociedad habían decidido cancelar su patrocinio al
proyecto y “por el contrario establecer una sociedad separada de auto-estudio
para trabajar medio tiempo y estudiar medio tiempo” (Ibíd.:518, Trad.).
Decía que todos sus compañeros cercanos, al igual que él habían decidido
ir a la URSS, después de año y medio o dos años de preparación. Ya para
este momento había tomado la decisión de estudiar por su cuenta y de no
volver a la escuela. Al parecer, Mao continuó con la idea que anteriormente
había expresado a Tao Yi. Como parte de su estudio mencionó que había
comenzado con la lectura de tres grandes filósofos contemporáneos (Bergson,
Russell y Dewey). Por esta razón, se puede pensar que la idea de combinar
el trabajo y el estudio ya existía en Mao desde antes de que conociera la
filosofía de Dewey, y su concepto de “educación-acción”.
En un documento fechado del 23 de septiembre de 1920, titulado
“Estatutos de la Sociedad de Estudios de Rusia”,16Mao funge como secretario
y Peng Huang como tesorero. El propósito de dicha sociedad de estudios
era “estudiar todo lo relacionado a Rusia”.17 En su artículo 2 se exponen las
actividades de la sociedad que contemplan la implementación del concepto
de combinar el trabajo y el estudio:
1. Investigar y compilar los resultados de la búsqueda en una serie
de publicaciones sobre la Unión Soviética;
2. Enviar gente a ese país para hacer estudios de campo;
3. Promover un programa de trabajo estudio en la URSS (Ibíd.:555).
136 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. David Ibarra Arana
Antecedentes del Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad Estudio en China... pp. 127-144.
Esta sociedad fue organizada en la provincia de Hunan, de donde
Mao era originario. Igualmente la Asociación para la Promoción del Trabajo Estudio que fue renombrada Asociación Mundial Trabajo Estudio, fue
fundada en París en febrero de 1920, siendo la mayoría de sus miembros
originarios de Hunan, y miembros de la Sociedad de Estudio del Nuevo
Pueblo, dentro del programa “trabajo estudio” en París. Mao pide detalles de
dicha organización en su carta dirigida a Luo Xuezan,18 quien parece tener
vínculos con la organización. La misma cesa actividades en junio de 1922
después de fundarse el Partido Comunista de la Juventud China en Europa.
De acuerdo con la información encontrada, el concepto “trabajo
estudio”, que también fue implementado en 1958, posiblemente se derivó
de las ideas del anarquismo que los chinos radicados en Francia acogieron e
implementaron, en primera instancia bajo el concepto de “trabajo diligente
y el estudio frugal”. También parece existir un vínculo con el concepto de
“ayuda mutua”, mismo que provino del anarquismo y que, posteriormente
fue retomado por el Partido Comunista en los primeros años de la República
Popular China con la organización de las comunas populares. Sin lugar a
dudas, la participación de Mao en estas organizaciones, influyeron en los
experimentos educativos posteriores desarrollados durante la guerra anti
japonesa y el Gran Salto Adelante.
Hay documentos escritos después de 1930 donde se puede notar un
interés de Mao por el concepto de “trabajo estudio”:
Estudiamos el marxismo, pero el método de estudio empleado por muchos
de nosotros va directamente contra el marxismo. En otros términos, esas gentes
violan un principio fundamental encarecido por Marx, Engels, Lenin y Stalin:
la unidad de la teoría y la práctica. Al infringir este principio han inventado uno
opuesto: la separación de la teoría y la práctica (Mao, 1972: 16).
Si bien en esta declaración no hace alusión directa al concepto
“trabajo estudio”, lo que menciona es el principio sobre el cual se basa el
concepto: la unidad de la teoría y la práctica. Aquí Mao comienza a hacer
una depuración del concepto educativo que combina la teoría y la práctica,
distinguiendo gente que aplica el método de estudio pero en contra del
marxismo. Ya Mao había abandonado las actividades de la década de 1920
y se había insertado en la dinámica de la base comunista de Yan’an. Muchos
de sus escritos posteriores sobre la educación se inspirarían en las prácticas
educativas empleadas en ese contexto de guerra. Después de la fundación
de la República Popular China, Mao apoyaría la idea de combinar el tra-
Humania del Sur 137
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
bajo y el estudio en las generaciones más jóvenes para que se desarrollaran
íntegramente (Mao, 1977).
6. Conclusión
El principio básico del SEMTME de combinar la teoría con la práctica, tuvo sus primeros antecedentes en experiencias educativas impulsadas
desde inicios del siglo XX por chinos que recibieron influencia del anarquismo. Durante este período convergen ideas de Occidente y propias de
China. Esto da lugar a varias experiencias educativas, que fueron posibles
referentes de prácticas educativas implementadas por el Partido Comunista
Chino. Mao Zedong uno de los impulsores de estas prácticas formó parte
del Movimiento Trabajo-Estudio implementado en la década de 1920, bajo
la corriente del anarquismo. Posterior a la década de 1920 Mao se muestra
contrario de la forma tradicional de enseñanza, heredada del pasado imperial.
También se separa de la corriente anarquista y asume el compromiso de
impulsar la educación desde la teoría marxista que, básicamente se resumía
en aplicar el concepto del trabajo como una condición clave para comprender el sentido de la educación: “la combinación del trabajo productivo con
la enseñanza” para la “transformación de la sociedad” (Marx, 2011: 10).
La implementación del SEMTME en 1958, se realiza bajo un principio en apariencia nuevo, que comulga con la pedagogía marxista. Sin
embargo, es válido agregar que los impulsores de este programa educativo,
dirigentes del Partido Comunista, en su mayoría durante su juventud estuvieron vinculados con los programas educativos de los anarquistas chinos
y, de acuerdo con Dirlik (1991), se mantendría el vocabulario usado por
el programa trabajo-estudio promovido por los anarquistas. Desde esta
perspectiva es viable pensar en una vinculación de estas prácticas previas
con el SEMTME.
Los miembros del Partido Comunista Chino encargados de la educación desligaron el principio básico del SEMTME de toda vinculación
con un concepto impregnado de ideas “reformistas” o “reaccionarias” que
fueron introducidas por el anarquismo y aportadas por Dewey. Aunque
Mao Zedong desde 1921 tenía ciertas dudas acerca del anarquismo, en 1960
deja muy clara su posición para la educación de los jóvenes al “asumir el
marxismo-leninismo” y al “oponerse al anarquismo y al liberalismo” (Mao,
1960). Como se ha podido demostrar en este estudio, existieron experiencias, ideas y actores que antecedieron al concepto básico del SEMTME,
cuyos fundadores desvincularon por razones ideológicas.
138 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. David Ibarra Arana
Antecedentes del Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad Estudio en China... pp. 127-144.
Este pequeño recuento ha dado pie a otras interrogantes. Por un lado,
el vacío de información durante las décadas de 1930 y 1940 en cuanto a la
aplicación del principio de combinar el trabajo productivo con el estudio.
Algunas fuentes consultadas hacen referencia a las experiencias educativas
en la base militar del Partido Comunista en Yan’an, pero no se han encontrado referencias traducidas sobre estas. Otra inquietud iría hacia un
posible estudio comparativo o enfocado en Latinoamérica, ya que durante
la investigación realizada se encontró una discusión reciente en Brasil, desde
el marxismo en cuanto al trabajo y el estudio en la educación (Frigotto,
2009; Saviani, 2007, 2011; Tumolo, 2011), así como referencias de algunas
experiencias aplicadas (Ribeiro, 2009) sobre las que sería interesante ahondar.
Notas
1
2
3
Marx señala que “la combinación del trabajo productivo con la enseñanza
desde una edad temprana es uno de los más potentes medios de
transformación de la sociedad actual” (1970, Apendix 3, Trad.). Smith
(2009) citando a Allman (2007) recoge algunas recomendaciones de Marx
sobre la educación: “no debería haber dicotomía entre el trabajo mental y
el trabajo manual; debería existir una integración del trabajo productivo
con la educación y el aprendizaje” (p.108, Trad.). Saviani (2011) señala
que “el trabajo ha sido una categoría clave para entender el sentido de la
educación como lo hizo Gramsci al introducir la noción del trabajo como
principio educativo” (p. 8, Trad.). Este pensamiento a su vez pudo haber
influido en Gramsci para desarrollar su “filosofía de la praxis” (Hill, 2009).
Este principio se insertó dentro de la política educativa propuesta por
Mao Zedong (1977) en su escrito de 1957 titulado “Sobre el tratamiento
correcto de las contradicciones en el seno del pueblo” donde se puede leer
el interés del líder por impulsarlo: “nuestra política educacional debe estar
orientada a lograr que todos aquellos que reciben educación se desarrollen
moral, intelectual y físicamente y se conviertan en trabajadores que tengan
conciencia socialista y sean cultos. Debemos promover el espíritu de
laboriosidad y economía en la construcción del país” (p. 442).
Entre los principios prácticos del SEMTME se destaca la flexibilidad
en habilidad y actitud que debían tener los estudiantes; la reducción de
la cantidad de materia de la enseñanza académica regular para poder
implementar el tiempo de trabajo; la masificación de las escuelas de zonas
rurales que adoptaban este sistema; la vinculación de las escuelas rurales
con las industrias urbanas; la participación de instructores que debían ser
trabajadores capacitados; la sustitución del método pasivo de aprendizaje por
Humania del Sur 139
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
4
5
6
7
8
9
10
la participación activa del estudiante, permitiéndole desarrollar su iniciativa.
Ver: Munro (1967).
En lo que se refiere a fuentes traducidas del chino al inglés o a documentos
escritos en inglés sobre el tema. Barendsen (1964), el autor que trabajó más
el tema de las escuelas mitad trabajo mitad estudio, indica que es difícil
establecer con seguridad cuando apareció por primera vez en el ámbito chino
este tipo de institución que también era conocida bajo el nombre de “escuela
secundaria agrícola”. Este autor señala que existen algunas referencias de
escuelas similares que ya existían en 1956 y 1957, pero que el origen de la
idea se acredita en las fuentes chinas a las autoridades de la provincia de
Jiangsu, primer lugar donde se dio a conocer su existencia.
Se puede mencionar la presencia de escuelas de misioneros provenientes de
Estados Unidos que desarrollaron escuelas y universidades. Cabe mencionar
que varios de los intelectuales chinos preocupados por la educación en China
habían realizado estudios superiores unos en Estados Unidos y, otros en
Japón, país que había iniciado desde mediados del siglo XIX procesos de
modernización de su sistema educativo bajo influencia germana.
En algunas partes de este artículo se hace alusión a la “combinación del
trabajo productivo y el estudio” o la “actividad física y actividad mental”
como términos similares y a la “la teoría y la práctica” como un término
complementario que constituye otro principio ideológico del SEMTME.
El Movimiento del Cuatro de Mayo se refiere a un levantamiento
intelectual ocurrido entre 1919 y 1920, impulsado por estudiantes y
profesores universitarios que protestaban en un principio contra las
humillaciones sufridas a raíz de la guerra y la invasión japonesa en
China y la complicidad del gobierno chino al permitir estas acciones.
Este movimiento tuvo variadas manifestaciones culturales y discusiones
intelectuales. Ver: Schwartz (1983).
Aquí Dewey se refiere a un concepto muy similar al término griego
“drama” que significaba simplemente “hacer algo” como él mismo señaló
en dicha conferencia: “no tengo objeción que los niños, cuando puedan y
tengan la oportunidad, tomen parte en teatro formal, pero el drama creativo
del cual hablo denota algo más amplio, y es cercano al significado del término
tal como los griegos lo usaron y no como lo es el drama del teatro tal como
lo conocemos ahora” (Dewey, 1973: 204, Trad.).
De estas reformas y experimentos se pueden mencionar entre los principales
los siguientes: el “movimiento de educación de masas” (1923-1926), la
escuela Xiao zhuang (1927-1930), el “movimiento asociación trabajoestudio” (1932-1936), la escuela Yucai (1938-1946), y la Universidad Social
(1945-1946) (Yao, 2002: 251-281).
Aunque las fuentes localizadas han sido limitadas, se ha podido encontrar
materiales sobre el tema. Ver Paul Bailey (1988). Arif Dirlik (1989) aborda
140 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. David Ibarra Arana
Antecedentes del Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad Estudio en China... pp. 127-144.
11
12
13
14
15
16
17
18
el tema desde del comunismo, y desde el anarquismo (Dirlik, 1991). Un
trabajo más amplio lo ha realizado Marilyn Levine (1993).
Reclus predice que la ciencia y la educación darían lugar a una sociedad
igualitaria en la cual los ideales de “apoyo mutuo” (huzu) y “cooperación”
(hezuo) serían llevados a cabo (Bailey, 1988).
Zhili fue una provincia del norte de China desde la dinastía Ming hasta que
la provincia fue disuelta en 1928 durante la era de la República de China e
incluía partes de las actuales provincias de Hebei, Henan, Shandong, y los
distritos administrativos de Beijing y Tianjin.
El concepto de “ayuda mutua” fue desarrollado por Pedro Kropotkin en
1902 quien a su vez indica que ya la idea había sido acuñada por Kessler en
1880. Ayuda mutua se define como “una de las principales causas activas
del desarrollo progresivo” de la humanidad (Kropotkin, 1902: 30).
Mao hace referencia en la misma carta a “La Sociedad de Mujeres de Hunan
para el trabajo y el estudio en Francia”, también menciona a otro grupo
que visitó, el de las Mujeres de Beijing de Ayuda Mutua Trabajo Estudio,
formado a inicios de 1920.
Ver: “A Fund-Raising Notice for the Shanghai Work-Study Mutual Aid
Society,” March 5, 1920 (Mao, 1992: 499-500).
En el documento original está escrito el nombre “Rusia” (eguo) en vez de
“Unión Soviética” (sulian). Ver: Mao (1985:101).
“Statutes of the Russia Studies Society,” September 23, 1920. Ver: Mao
(1992: 555).
“Letter to Luo Xuezan,” November 26, 1920. Ver: Mao (1992: 608).
Referencias
Bailey, P. (1988). The Chinese Work-Study Movement in France. The China
Quarterly, 115, 441-461.
Barendsen, R. D. (1964). Half-Work Half-Study Schools in Communist China: recent
experiments with self-supporting educational institutions. Washington: U.S.
Dept. of Health, Education, and Welfare, Office of Education.
Bittar, M. y Ferreira, A. (2009). História, epistemologia marxista e pesquisa
educacional brasileira. Educação & Sociedade, 30 (107), 489-511.
Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=87313702010
Botton, F. (1977). Wang Yang-Ming, un educador moderno del siglo XVI. Estudios
de Asia y África, 3(12), 292-314.
Dewey, J. (1973). Lectures in China, 1919-1920. R. Clopton., T.-C. Ou, (Eds.),
R. Clopton, & T.-C. Ou (trads.) Honolulu: University Press of Hawaii.
Dirlik, A. (1989). The Origins of Chinese Communism. Nueva York: Oxford
University.
Humania del Sur 141
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
_____. (1991). Anarchism in the Chinese Revolution. Los Angeles: University of
California.
Frigotto, G. (2009). A polissemia da categoría trabalho e a batalha das ideiasnas
sociedades de classe. Revista Brasileira de Educaçao, 14 (40), 168-194.
Recuperado de
http://www.scielo.br/scielo.php?pid=S1413-24782009000100014&script
=sci_arttext
Gardner, J., Idema, W. (1973). China’s Educational Revolution. En: S.R. Schram
(Ed.), Authority, Participation and Cultural Change in China: Essays by a
European Study Group (257-289). Cambridge: Cambridge University.
Gramsci, A. (1977). Cultura y Literatura. Selección y prólogo de Jordi Solé-Tura.
Barcelona: Península.
Kropotkin, P. (1902). El apoyo mutuo: un factor de la evolución. Santiago, Chile:
Instituto de Estudios Anarquistas. Recuperado de http://users.resist.
ca/~crisxyz/iea/biblioteca/pdf/Kropotkin.El%20apoyo%20mutuo.pdf
Hill, D. (2009). A Brief Commentary on the Hegelian-Marxist Origins of Gramsci’s
‘Philosophy of Praxis’. Educational Philosophy and Theory, 41(6), 605-621.
Levine, M. (1993). The Found Generation: Chinese Communists in Europe During
the Twenties. Seattle: University of Washington.
Mao, T. (1972). Reformemos nuestro estudio, Mayo de 1941. Mao, T.Obras
Escogidas de Mao Tsetung, (3). Pekin: Ediciones en Lenguas Extranjeras,
13-21. [Versión electrónica]. En: MarxistsInternet Archive. Recuperado de
http://www.marxists.org/espanol/mao/escritos/ROS41s.html
_____. (1977). Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno
del pueblo. Mao, T. Obras Escogidas de Mao Tsetung, (5). Pekin: Ediciones
en Lenguas Extranjeras, 98-104. [Versión electrónica]. Marxists Internet
Archive. Recuperado de
https://www.marxists.org/espanol/mao/escritos/CHC57s.html#s6
_____. (1977). La liga de la juventud debe tener presentes en su trabajo las
características de los jóvenes, 30 de junio de 1953. Mao, T., Obras Escogidas
de Mao Tsetung, (5). Pekin: Ediciones en Lenguas Extranjeras, 98-104.
[Versión electrónica]. Marxists Internet Archive. Recuperado de
http://www.marxists.org/espanol/mao/escritos/YL53s.html
Mao, Z. (1960). Principles of Educating Youth. Mao, T., Long Live Mao Zedong
Thought, s.l.: Red Guard Publication.[Versión electrónica] Recuperado de
http://www.marxists.org/reference/archive/mao/selected-works/volume-8/
mswv8_57.htm
_____. (1985). Maozedongjibujuan [Supplements to Collected Writings of Mao TseTung], (9), En: daoke baba. Recuperado de
http://www.doc88.com/p-7680478479.html
_____. (1992). Mao’s Road to Power: Revolutionary Writings, 1912-1949: The
Premarxist Period 1912-1920 (1). S. Schram, & N. Hodes, (eds.) Armonk:
M.E. Sharpe.
142 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. David Ibarra Arana
Antecedentes del Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad Estudio en China... pp. 127-144.
Marx, C. (1970). Critique of the Gotha Programme. Escrito en 1875. En: Karl
Marx, Friedrich Engels, Marx/Engels Selected Works, Vol. III, pp. 13-30.
Moscú: Progress Publishers. Zodiac y Briang Baggins (Trads.).[Versión
electrónica]. Recuperado de
http://www.marxists.org/archive/marx/works/1875/gotha/index.htm
_____. (1996). Instructions for the Delegates of the Provisional General Council: The
Different Questions. Barrie Selman (Trad.). Original publicado en 1866.
[Versión electrónica] Recuperado de
http://www.marxists.org/archive/marx/works/1866/08/instructions.htm
_____. (2011). En: Dermeval Saviani, História, trabalho e educação: comentario
sobre as controvérsias internas ao campo marxista. En: Germinal: Marxismo
e Educação em Debate, 2(3), 4-14.
Marx, C.; Engels. F. (2010). Manifiesto of the Communist Party. Escrito en 1847.
Marx, K., Engels, F. Marx/Engels Selected Works, Vol. One. Moscú: Progress
Publishers (1969), 98-137. [Versiónelectrónica] Marxists Internet Archive.
Recuperado de
http://www.marxists.org/archive/marx/works/download/pdf/Manifesto.pdf
Munro, D. (1967). Maxisms and Realities in China’s Educational Policy: The HalfWork, Half-Study Model. En: Asian Survey, 4 (7), 254-272.
Pan, K. (1974-75). A critique of the “life-education” theory (1952). En: Chinese
Education, 4 (7), 109-145.
Saviani, D. (2011). Historia, Trabalho e Educação: comentario sobre as controversias
internas ao campo marxista. Germinal: Marxismo e Educaçãoem Debate,
Londrina, 3(2), 4-14. Recuperado de
http://www.uel.br/revistas/uel/index.php/germinal/article/view/12343
_____. (2007). Trabalho e Educação: fundamentos ontológicos e históricos. Revista
Brasileira de Educação, 12 (34), 152-165.
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27503412
Schurmann, H. F. (1966). Ideology and Organization in Communist China. Berkeley:
University of California.
Smith, D. (2009). Critical Notice: Engaging Peter McLaren and the New Marxism
in Education. Interchange, 40 (1), 93-117. doi: 10.1007/s10780-008-9082-z
Seybolt, P. (1974-75). Editor’s Introduction.Chinese Education, 4 (7), 3-9.
Sun, E.-t.Z. (1974). Chinese schools in a revolutionary century. Journal of General
Education, 3 (26), 179-186.
Schwartz (1983). Themes in intellectual history: May Fourth and after. En: D.
Twitchett& J.K. Fairbank (Eds.). The Cambridge History of China. Nueva
York: Cambridge University Press, pp. 406-504.
Tao, X. (1974-75a). Some Answers to Questions about Experimental Rural Normal
Schools. Chinese Education, 7(4), 27-28.
_____. (1974-75b). Working with the mind while working with the body. Chinese
Education, 7 (4), 70-73.
Humania del Sur 143
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Teng, S. (1974). Education and Intellectual Life in China after the Cultural
Revolution. Contemporary Education, 3 (45), 174-182.
Tumolo, P. (2011). Epaço Aberto. Trabalho, educação e perspectiva histórica da
clase trabalhadora: continuando o debate. Revista Brasileira de Educaçao,
16 (47), 443-481. Recuperado de
http://www.scielo.br/pdf/rbedu/v16n47/v16n47a10.pdf
Yao, Y. (2002). The Making of a National Hero: Tao Xingzhi’s Legacies in the
People’s Republic of China. The Review of Education, Pedagogy, and Cultural
Studies, 3 (24), 251-281.
Zong, Z. (2008-9). Hu Shi and Tao Xingzhi. Chinese Studies in History, 2 (42), 3-21.
144 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Paulo Duarte
China as a Regional Power: the case of Central Asia... pp. 145-168.
China as a Regional Power:
the case of Central Asia
Paulo Duarte
Instituto do Oriente
Lisboa-Portugal
[email protected]
Abstract
This article aims to analyze the behavior of China as a regional power by considering
the specific case of Central Asia. The central argument is that Beijing is trying
to boost economic, political and military ties with the Central Asian Republics,
although its soft power is still very ineffective in the region. Moreover, the Chinese
regional ambitions are often viewed with suspicion by neighboring Central Asian
countries, which, given their long Soviet past, still see Russia as a great economic,
military and cultural reference.
Keywords: Central Asia, China, regional power.
China como poder regional: El caso de Asia Central
Resumen
Este artículo se propone analizar el comportamiento de China como poder regional,
considerando el caso específico de Asia Central. El argumento central es que
Beijíng está intentando establecer lazos económicos, políticos y militares con las
Repúblicas de Asia Central, aunque su poder en este campo resulta todavía muy
ineficaz en la región. Además, las ambiciones regionales chinas son comúnmente
vistas con suspicacia por los países vecinos de Asia Central, los cuales, debido a su
largo pasado soviético, todavía ven a Rusia como una gran referencia económica,
militar y cultural.
Palabras clave: Asia Central, China, poder regional.
Recibido: 6-8-14 / Aceptado: 9-10-14
Humania del Sur 145
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
1. Introduction
This article aims to analyze China’s behavior as a regional power, by
applying it to the specific case of Central Asia. The central argument is that
Beijing tries to shape economic, political and military ties with the Central
Asian Republics, although its soft power is still very ineffective in the region.
Moreover, the Chinese regional ambitions are often viewed with suspicion
by the neighboring Central Asian countries, which still see Russia as a great
economic, military and cultural reference, given its long Soviet past.
Central Asia and China are currently two interdependent regions at
various levels, as noted by Roman Mogilevski (2012): “China is too large
to Central Asia; Central Asia is huge to China.” In recent years, we have
been witnessing the emergence of China as a regional power, as well as a
substantial transformation of the power structure in Asia (Qianqian Liu,
2010; Kang, 2007; Harris, 2005).
Alternatively to the participant and non-participant observation,
which are difficult techniques to apply to this object of study, we resorted
to the semistructured interview. Regarding it, Ghiglione states that “the
interviewer knows all the topics on which he needs to get reactions from
the respondent, but the order and how he will introduce them are left to
his discretion” (2001: 64). However, some interviewees in Central Asia
requested anonymity or, in some cases, they asked to be referred to as local
experts. They will be named throughout this article as follows: Expert I,
Expert II, and so forth.
2. China’s behavior at the regional level
Analyzing the contours of the interaction between the Middle Kingdom and the Central Asian Republics over the past 20 years, it is clear that
the region has become an export market and a source of raw materials to
China (Kofman, 2012). The interdependence of Central Asian and Chinese
economies explains, according to Ablat Khodzhaev, that “many Central
Asians have found jobs and new sources of income via the infrastructure
supporting Chinese exports” (2009: 22). However, Khodzhaev stresses that
“the development of production in the republics of Central Asia has found
itself under pressure from Chinese imports, as they do not allow local manufacturers to compete” (Khodzhaev 2009: 22). Roman Mogilevskii (2012)
highlights the existence, in Central Asia, of “three categories of consumer
goods: the Western type, which are expensive but have a good reputation;
the Russians, which are not as expensive as the Western ones and have a
decent reputation; and the Chinese, which are cheap but of poor reputation,
although the situation has been changing, but slowly”.
146 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Paulo Duarte
China as a Regional Power: the case of Central Asia... pp. 145-168.
The Middle Kingdom has been improving communications (road,
air and rail) to Central Asia, has simplified the visa regime for foreigners,
reduced or completely eliminated customs duties on raw materials, invested
significantly in the organization of transportation and delivery of goods
and, since 1985, has been focusing on a policy of material incentives for
the export of Chinese goods (Ernst & Young, 2012; Winterbottom, 2012;
Bao Chang, 2012).
Urumqi, which was transformed into an air, rail and road bridge
between East and West, is “the economic center of China in Central Asia”
(EurasiaNet, 2007: paragraph 1). The increase in Chinese exports to the region is a consequence of the extraordinary expansion of the Middle Kingdom
economy (World Trade Organization, 2012). Indeed, as Khodzhaev explains,
“due to the saturation of the Chinese domestic market for consumer goods,
small and medium-sized enterprises - which produce textiles, electronic
components and household appliances – faced, since the mid-1990s, the
difficulty of selling their products” (2009: 22- 23).
Nearly two decades after the independence of Central Asian Republics
“it is difficult to find in the region large enterprises based on Chinese capital
and engaged in the production of export-oriented goods” (Khodzhaev 2009:
25). The import of Chinese goods, by the Central Asian Republics, led to the
formation of an economic niche for a part of the population of the region.
The case of the Dordoi Market is certainly one of the best (maybe the best)
examples in this regard due to its economic importance in Central Asia,
more specifically, in Kyrgyzstan, where it generates an extraordinary flow of
goods and capital. As noted by Igor Rotar, “the Dordoi Market is not only
a major center of commerce and employment to Kyrgyzstan”, but it is also
“one of the main entry points through which consumer goods from China
are exported to shops and markets in Kazakhstan, Russia and Uzbekistan”
(2012: para. 3). Let us consider the antecedents that explain the existence of
such a market in Kyrgyzstan. Questioned as to whether Kyrgyzstan imports
goods from China with the purpose of its subsequent re-exportation, the
local expert Roman Mogilevskii (2012) answered without evasion that, in
fact it happens, and that this practice has “a long history associated to it”.
According to this author, “the period immediately following the collapse of
the Soviet Union was marked by an institutional weakness”, under which
the “Customs Services” were “significantly affected” and so “it has become
quite easy [especially in the case of Kyrgyzstan] to import various goods
from other countries” (Mogilevski, 2012). In this context, Mogilevski (2012)
explains that “the Chinese ‘flooded’ all these countries [Central Asian]”, and
that it was clearly “cheapest to send goods from China to Kyrgyzstan, and
Humania del Sur 147
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
then take them from there, to Uzbekistan, Kazakhstan and Russia”. This
dynamic has led to a “huge deal” taking more and more people to get engaged in
it, as can be testified by the Dordoi Market, on the outskirts of Bishkek, which
“is, strictly speaking, the regional center of this trade” and simultaneously, “the
largest market of raw materials and Chinese commodities throughout Central
Asia and Russia” (Mogilevskii, 2012). The Dordoi Market , which is indeed
the most prominent of a broad economic web, based on a massive dynamic of
imports from neighboring China, is likely to contribute, however, to hinder
the development of local production. In this regard, it is noted that “although
the underground economy is relatively common in the post-Soviet space”, the
proportions that it assumes and its ‘persistence’ in the poorest States of Central
Asia raises serious questions about “the path of development of the region in
the long term” (Oxford Analytica, 2011 para. 1).
As a densely populated country, the priorities of China’s policy have
focused, in particular, “the problems of land shortage and unemployment”
(Khodzhaev, 2009: 25). By the end of 2011, rural China was home to about
“656.56 million people”, having the Chinese urban population (about
“690.79 million people”), exceeded for the first time in the country’s history,
the rural population, “for the past three decades of economic development”
(Bloomberg News, 2012: para. 1). Consequently, considering the continuous
growth of the Chinese population, the problem of unemployment tends to
worsen seriously (as the former Prime Minister Wen Jiabao warned in July
2012), creating a natural necessity for the continuous expansion of production (Want China Times, 2012). Ablat Khodzhaev believes that “these
circumstances will compel the Chinese government to increase investment in
local production of other countries, including the Central Asian” (2009: 26).
For this expert, “one can confidently predict that in Central Asia, Chinese
capital will be mainly invested in infrastructures supporting exploration,
production, processing and delivery of energy resources to China” (Khodzhaev, 2009: 26). Nevertheless, Khadzhieva Guljahan (2011) considers that
“the Central Asian Republics fear Chinese ‘invasion’”, or, in other words,
they fear that China makes use of the economies and markets of the region
to develop its own economy, unprofitable, therefore, to these countries”.
According to James Bosbotinis, “the standard of Chinese trade with
the States of Central Asia is that of a power that imports raw materials, energy
resources and unfinished products, while it exports finished products” (2010:
70). According to China Daily, “the volume of trade between Kazakhstan
and China exceeds the one that occurs between Kazakhstan and Russia for
the first time in centuries, considering that, since 2009, China has been
the second largest trading partner of Kazakhstan” (2011: para. 5). On the
148 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Paulo Duarte
China as a Regional Power: the case of Central Asia... pp. 145-168.
other hand, as indicated by Richard Weitz, “bilateral trade between the two
countries increased from 1.29 billion dollars, in 2001, to 33 billion dollars
in 2012 - or nearly a third of the foreign trade of Kazakhstan”, while “by
now, China is only surpassed by the European Union, which has a collective
market share of almost 40 % in the total foreign trade of Kazakhstan, due
to its massive purchases of Kazakh oil” (Asia Times, 2013: para. 19).
In turn, as far as the Sino-Uzbek trade is concerned, Richard Weitz
states that “China is the second largest [foreign] trade partner of Uzbekistan,
after the Russia”, having its bilateral trade reached the value of 2.5 billion
dollars in 2011 (2012: para. 8). The Middle Kingdom has made substantial
investments in Uzbekistan, aiming the development of the country’s natural resources, in particular, the gold and the energy sector (China Daily,
2013). According to Zabikhulla S. Saipov, “the trade between China and
Uzbekistan has been developing from the interpersonal level to the interstate level” (Eurasia Daily Monitor Volume, 2012: 172). During the visit of
President Karimov to China, on the sidelines of the Shanghai Cooperation
Organization summit in June 2012, the two countries signed “more than 30
agreements on trade, economy and investment, worth 5.3 billion dollars”
(Eurasia Daily Monitor Volume, 2012: 172). This range of agreements
suggests that the Middle Kingdom may have as its aim “to counterbalance
its trade and economic relations with Uzbekistan, with respect to those it
keeps with Kazakhstan” as well as “to seek to compete with Russia for power
and regional influence” (Eurasia Daily Monitor Volume, 2012: 172).
With regard to Sino-Turkmen trade, the The Journal of Turkish Weekly
(2012) reports that China ranks first in the total volume of foreign trade
with Turkmenistan. In fact, according to the The Observatory of Economic
Complexity (2012), it is for China that the majority of exports from Turkmenistan (39%) is aimed to, followed by Turkey (16%), Italy (8%), Russia
(6%), Afghanistan (4%). However, with respect to the main trading partners
(imports) is Russia that takes the best (22%), followed by China (18%),
Iran (14%), Germany (10%), Turkey (7%) (The Observatory of Economic
Complexity, 2012). Returning again to the The Journal of Turkish Weekly,
“Chinese enterprises operate in sectors related to oil and Turkmen gas, telecommunications, transport, agriculture, textiles, chemicals, food industry,
health protection industries and construction sector” (2012: para. 4). The
structure of imports from China faced with Turkmenistan is dominated,
mainly, by “industrial-purpose products, equipment and vehicles” (The
Journal of Turkish Weekly: 2012: para. 6). In turn, “Turkmenistan’s exports
to China are, with the exception of natural gas, marked by agricultural
products” (The Journal of Turkish Weekly, 2012: para. 6).
Humania del Sur 149
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
In an interview to the Daily Times, the director of the Kontent think
tank, Zafar Abudullayev, states that “China is currently the preferred economic partner of Tajikistan” (2012: para. 11). Data from the The Observatory
of Economic Complexity (2012) indicates that the main countries of destination of Tajik exports are Turkey (27%), Russia (20%), South Korea (10%),
Norway (6%), China (5%); and the major trading partners in imports, are
China (54%), Russia (27%), Iran (7%), Germany (2%) and Belarus (2%).
Chinese customs statistics show that “trade between China and Tajikistan,
in the first quarter of 2012 was of 320 million euros”, having registered
“an increase of 66% compared to the same period in 2011” (China Daily,
2012: para. 17).
Finally, regarding the Sino-Kyrgyz trade relations, in the first half
of 2012 the volume of trade between Kyrgyzstan and China was 479.4
million dollars, a growth of 23% compared to the same period in 2011
(Kabar, 2012). In an interview to the The Times of Central Asia , the Chinese
Ambassador to Kyrgyzstan, Wang Kaiwen, states that “China is investing
heavily in joint Sino-Kyrgyz projects” and that “the volume of trade between
the two countries is around 5 billion dollars per year” (2012: 2). Wang
Kaiwen also notes that “China does not see any inconvenience regarding
the possibility of Kyrgyzstan to join the Customs Union”; on the contrary,
Beijing assigns more importance “to the fact that both countries are members of the World Trade Organization”, and to be “necessary to improve
the balance of exports and imports” (The Times of Central Asia, 2012: 2).
Kyrgyzstan became one of the main centers for the re-export of Chinese
products in Central Asia. As indicated by Roman Mogilevski, “re-exports
are a source of revenue and employment for a good part of Kyrgyz people,
and an important sector of the national economy” (2012: 5). This activity
increased from the importation of cheap goods from China, Turkey and
other countries, which were intended for domestic sale in Kyrgyzstan (Ide,
2011). Kyrgyz traders would quickly realize that “the resale [of such products] to neighboring countries was highly profitable, and made possible
by the existence of bazaars in Kyrgyzstan”, being expanded afterwards to
“large regional trade centers” (Mogilevski, 2012: 5). In this context, “the
Kyrgyz entrepreneurs realized that the combination of cheap Chinese materials, a skilled and low-cost workforce, and the existence of channels to
re-export, would make it possible to develop an efficient textile industry”
(Mogilevski, 2012: 5). It was thus that emerged “several commercial and
manufacturing poles in terms of light industry” composed of “large bazaars
in Bishkek and Osh, and small shops and services relted to the textile sector”
(Mogilevski, 2012: 5).
150 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Paulo Duarte
China as a Regional Power: the case of Central Asia... pp. 145-168.
According to Vladimir Paramonov, the terms of trade between
China and Central Asia are more beneficial to Beijing, though likely to
reduce the region to a sort of appendix of raw materials of the Chinese
economy (2005). In Stephen Blank’s opinion, it is established “a mutually
profitable relationship” [in which the economic leverage becomes a political
instrument], although “inducing long-term dependence”, i.e, the Middle
Kingdom wins an almost monopolistic position facing the regional states,
resulting from their dependence in what concerns the Chinese market, in
terms of exports, imports and financing (2009: 440). As an example, Blank
notes that “the Tajik Government accepted a loan of several million dollars,
interest-free, from China in 2007”, followed by a “political cooperation
agreement, under which Tajikistan pledged not to recognize Taiwan as an
independent state” (2009: 440).
Among the Central Asian Republics with more relevance to the Chinese interests in the region, one can highlight Turkmenistan and Kazakhstan,
which are both endowed with substantial energy resources (China Brief, 2013;
Apoteker, 2012; Laruelle and Peyrouse, 2012). According to Richard Weitz,
“Kazakhstan is currently China’s most important economic and strategic partner
in Central Asia” (2008: 103). On the one hand, it is the largest State in the
region; on the other hand, it has considerable reserves of natural gas, oil and
other strategic raw materials, including uranium (Naumenko, 2012). The main
Chinese interests in Kazakhstan reside in the access to reserves of uranium, oil
and natural gas; in integrating transportation and transit infrastructures (national
and regional) with Xinjiang; and in consolidating political influence in Astana
(Muzalevsky, 2011; Shichor, 2008; Meier, 2013).
In 2009, China granted loans worth 10 billion dollars to Kazakhstan
in return for the access to Central Asian oil and gas (Daly, 2009). As Wenran Jiang mentions, “China’s investment [strategy] in Kazakhstan is based
mainly on the model “loans in exchange for oil supplies”, which gives the
Chinese companies “direct control over resources” (China Brief, 2009: 8).
According to Bracken et al, “one unique factor [of Kazakhstan] that
differentiates the Sino-Kazakh relations from those that China maintains
with other Central Asian Republics is the overlap of ethnic groups” (2013:
9). Approximately “180 000 Uyghurs live in Eastern Kazakhstan”, being
that “one million of ethnic Kazakhs live in China” (Bracken et al, 2013: 9).
It is, therefore, understandable that Beijing expresses “concern over ethnic
Muslim separatism in the Xinjiang autonomous region,” which encompasses
about “one-sixth of China’s land area” (Bracken et al, 2013: 9).
Turkmenistan is yet another Central Asian State with a high relevance to China (China Daily, 2013). In June 2009, for example, the Middle
Humania del Sur 151
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Kingdom lent four billion dollars to Ashgabat, in order to exploit the largest
natural gas field in Turkmenistan (one of the largest in the world), the South
Yolotan, near the Afghan border (Roberts, 2009). This loan is part of a longterm agreement (30 years), under which China will receive about 40 billion
cubic meters of gas per year (The Economist, 2010). As Erika Downs notes,
“China National Petroleum Corporation (CNPC) is currently the dominant
external actor in the onshore fields of Turkmenistan” (2011: 76). In 2007, the
country approved CNPC, through a “production sharing contract”, to explore
the field Bagtiyarlyk on the right bank of the Amu Darya river, which makes
the Chinese company “the first - and until now, the only - foreign company
operating onshore in Turkmenistan” (Downs, 2011: 76).
Turkmenistan exports natural gas to China through the pipeline
“Central Asia Natural Gas Pipeline”, also called the pipeline “TurkmenistanUzbekistan-Kazakhstan-China”, inaugurated on 14th December 2009 (The
New York Times, 2009). According to James Bosbotinis, “this pipeline helps
giving Turkmenistan an important mission, by connecting the Chinese energy infrastructure, in Central Asia, to the Indian subcontinent and the Middle
East” (2010: 72). In other words, Beijing estimates that Turkmenistan will
articulate the role of Gwadar, in the context of maritime energy imports
in China, with the energy infrastructure of Central Asia, connecting it to
Kazakhstan and to Xinjiang (Malik, 2012). Indeed, the huge deep-water
port of Gwadar reveals “China’s determination in developing its western
provinces and in connecting them to Eurasia” (Kemp, 2006: 74).
In a context in which investment and trade between Beijing and
the Central Asian Republics are beciming very auspicious, one would also,
possibly, expect a larger bet on Chinese soft power in Central Asia (Foust,
2011). In this respect, Sébastien Peyrouse uses as an example a Kazakh
study, which reveals that 44% of the experts consulted believe that China
will not be able to impose itself as a regional power in Central Asia (2008:
13). On the other hand, only 20% of the experts surveyed believe that the
Middle Kingdom will be an important actor in the region (Peyrouse, 2008).
Moreover, language and Chinese culture do not arouse (much) interest in
Central Asia, at least for now (Foust, 2011). In fact, in terms of soft power,
experts like Raquel Freire (2012) believe that China “has not made particular
effort to try to be well received [in the region]”, while “Russia expresses that
concern because it considers Central Asia as an area that belongs to it, in
quotation marks”. However, the fact that the Chinese are pragmatic and
(relatively) ‘unconcerned’, in terms of soft power, towards the region, does
not mean that China has “a very clear agenda for this area”, consisting essentially of “achieving economic benefits and energy resources” (Freire, 2012).
152 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Paulo Duarte
China as a Regional Power: the case of Central Asia... pp. 145-168.
Nearly two decades after independence, the Central Asian Republics
still live in a system very imbued with Russian reference points (Soviets,
not long ago) (Rumer, Trenin, Huasheng Zhao, 2007; Indian Council on
Global Relations, 2012). Indeed, “the language that allows access to the
world is Russian; Russia remains the country whose development model is
evoked more often; social and economic relations are still concentrated in
Moscow; and trends/ cultural fashions come from the Russian Federation”
(Laruelle and Peyrouse, 2009: 10). On the other hand, as underlined by
Daniel Vajdic, “the Kremlin wants them [the Central Asian Republics] to
remain dependent on Russia in terms of security”, which will ensure that
Russia will continue to be “the dominant power in Central Asia” (2012:
para. 11).
On the other hand, according to Edward Chow (2011), “ Russian
elites have a longstanding relationship with the Central Asian political elites:
they both know each other very well and speak the same language”. Besides, Russia (and then the Soviet Union) was the “former colonial power”,
which contributes to providing shared “similar tastes and perceptions”
(Chow, 2011). However, there is, curiously, at the same time, a propensity
to negotiate with the Chinese, “because they have money” (Chow, 2011).
In spite of the fact that the Russian cultural influence is predominant in
the region, one must, however, take into account the influence of Turkey
(Vlasov, 2013). Although he recognizes that the Chinese have the ability
to put “hospitals and businesses almost ‘turn-key’” Heitor Romana (2012)
considers that they “have no chance from a cultural standpoint [in Central
Asia]”, since, as noted by the expert, “all the traits that form Central Asia
are culturally turkish”. As emphasized by Michael Moreland (2012), the
Turkish expansion in Central Asia, is stimulated by the Turkish identity, by
the strategic interests and economic goals of Ankara. Since “Turkey connects, from a geographical point of view, Asia to Europe, the country could
serve as a bridge between the strategic blocks of NATO and the Shanghai
Cooperation Organization in Central Asia” (Atlantic Sentinel, 2012: para.
6). Moreover, “as the standard-bearer of Turkish identity, Ankara is exceptionally positioned to play a key role in Central Asia” (Atlantic Sentinel,
2012: para. 7).
The development of trade between Beijing and the Central Asian
Republics are not (yet) reflected in an increase of Chinese influence in
the region (Foust, 2011). On the other hand, China’s economic growth
(accompanied by the emergence of China as a regional and global power),
even seems, paradoxically, to raise “a greater concern” in the Central Asian
Republics than to contribute to the increase of the influence of the Middle
Humania del Sur 153
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Kingdom in the region (Indeo, 2012: para. 1). An enlightening case of the
discomfort that China seems to be causing in the region: the migratory
movements (Swanström, 2011; Rickleton, 2010). With regard to immigration, Igor Torbakov notes that “Beijing is accused of sponsoring, silently,
the Chinese migration in Central Asia” (2007: 158). The fear of the ‘yellow
peril’ is inherent to the question of Chinese immigration in the small Central Asian Republics, whose inhabitants are around “92 million people”
(Central Asia Competitiveness Outlook, 2013: 3). There’s nothing we can
compare to a China that has about one billion, three hundred and forty
nine million inhabitants (The World Factbook, 2013). The phenomenon
of crime appears as being connected to the question of immigration. According to M. Laruelle and S. Peyrouse, “the Central Asian Republics impute
to Chinese immigrants the responsibility for the rise in crime in urban
areas, showing themselves equally apprehensive regarding the emergence
of ghettos in big cities, especially the Chinatowns that arise in the capital
cities” (2009: 159). R. Mogilevski (2012) notes that “nowadays, there are
more Chinese living there [in Central Asia]”, although this expert does not
believe that “they are as numerous as those who reside in the United States,
for example”, because, as he clarifies, in Central Asia “we do not see Chinese
on every street corner”. Questioned about the reason why this happens, R.
Mogilevskii (2012) points out the restrictions on immigration imposed by
the several governments in the region, which are “very strict” (in the case
of Kyrgyzstan, for example, the maximum limit of immigrants allowed is
“10 thousand for the whole country”), though he admits to be “possible to
manipulate these numbers in many different ways”.
Likewise, let us mention the poor reputation that products from
China, as well as several Chinese businessmen - involved in dubious and/
or suspicious contracts - have in the region (Steiner, 2013). One should
not overlook, on the other hand, the issue of competition between Chinese
products vs regional products, which raises serious concerns at a local level
(Laruelle and Peyrouse, 2009; Sun Zhuangzhi, 2007; Crisis Group Asia
Report, 2013). In this respect, returning to Khadzhieva Guljahan (2011), the
expert informs that “the Central Asian products are unable to compete with
Chinese products”, which, in practice, has contributed to the “destruction
of light and heavy industry” in Central Asia, where “several industrial units
find themselves forced to close doors, or, in other cases, to substantially
reduce their production”.
The balance of powers in Central Asia is complex and fragile (Cooley,
2012). While, on the one hand, the regional powers are concerned with
the safeguard of their interests, with the assistance of the Central Asian
154 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Paulo Duarte
China as a Regional Power: the case of Central Asia... pp. 145-168.
Republics, these, in turn, also seek to maximize their own goals “benefiting
both from the competition between regional powers” (Feigenbaum, 2011:
4). Acting tactically, the Central Asian Republics can increase their trading
margin relatively to other regional States, establishing a balance of power
capable of guaranteeing their independence (Feigenbaum, 2011). On the
other hand, the Central Asian Republics seem to be “clever enough” by
using “an ambivalent diplomacy regarding the interests, mainly of Russians,
North Americans and Chinese in the region” (Torbakov, 2007: 158-159).
As Sébastien Peyrouse notices, “the pragmatism of Chinese business
men is often praised by Central Asians, and contrasted with indecision and
broken promises, of their European and Russian counterparts” (2009: 10).
Nevertheless, this expert explains that “the idea that Central Asians have of
China is far from entirely positive, in a way that the ‘sinophobia’ has been
growing rapidly” (Peyrouse 2009: 10). In fact, as emphasized by Umarov and
Pashkun, “despite the cordial nature of relations with the Middle Kingdom,
the Central Asian States feed a permanent distrust on Beijing”, and even
“a deep pessimism regarding the growing power of China”(2006: 2). On
the other hand, Roman Mogilevski (2012) believes that “Russia expresses
concern about the dynamism and involvement of China in the region”. R.
Mogilevski (2012) also considers that the fact that the Middle Kingdom
does not adopt an aggressive posture, and does not rush, “means that there
is a “widespread sense of fear towards China”, as in Kazakhstan, that reveals
itself “overly concerned regarding the Chinese influence [in the region] (...)”.
In turn, as M. Laruelle and S. Peyrouse observe, “despite the positive
effects it generates, for now, it is suspected, however, that in the long term,
China’s presence can cause considerable problems to the Central Asian nations” (2009: 8). According to these authors, “there is a strong suspicion that
China, as in the past, (still) owns imperial designs regarding the region, and
that it only tries to hide them or stall them” (Laruelle and Peyrouse, 2009:
8). One must recall that the Central Asian Republics endured, for a long
time, Russian domination (Pipes, 1983). In this respect, as Edward Chow
(2011) explains, “there is a feeling of compatibility that is very difficult to
experiment by the Chinese, “since these are, after all, “the people that the
Soviet system had taught to fear since primary school until university”; so,
much of that sensitivity still prevails in the region”. Therefore, it seems to be
rather strange that those Central Asian responsibles demonstrate, publicly,
a positive attitude towards the Chinese presence in the region. M. Laruelle
and S. Peyrouse have no doubts: “the manifestation of a positive attitude
towards China is not necessarily based on an ideological conviction (for
example, sympathy for the country or for its political regime…)” (2009:
Humania del Sur 155
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
67). Instead, it “seems to be guided by a certain ‘sinophobia’: the desire to
maintain strong ties with China because it is better to keep healthy relationships with a large and fearsome neighbor” (Laruelle and Peyrouse, 2009: 67).
In the case of Kazakhstan, for example, according to a local expert (Expert
I, 2012), “Nazarbayev has been very careful and pragmatic; the relations
with China are of a purely commercial nature, linked to the extraction of
resources”.
Krawchenko Bohdan (2012) understands that “the economic impact
of the Middle Kingdom is absolutely harmful”, and therefore that “the
Central Asian Republics reveal themselves extremely apprehensive towards
China, not knowing how to really handle with it”. Similarly, António Costa
Silva (2012) explains that “the Central Asian Republics collaborate with the
Chinese, though they fear them”. The expert reminds us of a symbolic aspect
related to it - the change of the capital of Kazakhstan, Almaty, practically on
the border with China, to Astana (northwest, closer to Russia) – due to a
constant “fear [Kazakh] that a possible invasion would completely dominate,
the [old] capital” (Silva, 2012). Despite the change of the capital, the ‘Chinese factor’, in other words, the weight of China, remains “overwhelming”,
and the Central Asian Republics have sought to counteract – and, here, the
case of Kazakhstan is exemplary - Western interests (in particular, that of the
major Western oil companies) and the Russian and Chinese interests - “by
joining ones more than others” (Silva, 2012). The Republics of the region
are seeking, according to this expert, “to play on the various trays to defend
their independence”, so that it is not “overly mortgaged to China” [or any
other major power] (Silva, 2012). Exemplary in this regard is, again, the
case of Kazakhstan, which maintains “excellent relations with the European
Union and with Russia, among others” (Silva, 2012).
In the opinion of Oleg Egorov (2011), “the China’s rapid expansion
can prove to be quite dangerous and harmful to the Central Asian Republics”. As an example, this expert informs that “they have been building
Chinatowns in the vicinity of pipelines, existing or projected, in Central
Asia” (Egorov, 2011). On this matter, Bohdan Krawchenko (2012) states
that the Chinese “use their own workers”, not only for the specific case of
the maintenance of pipelines, but also for the various activities in which
they are involved in Central Asia, not manifesting, on the other hand, “any
particular concern about environmental issues”.
According to Peyrouse et al, “Chinese aid, to the countries of the
region, does not contribute for them to become autonomous in the construction of their own development” (2012: 14). Rather, “[it] exacerbates the
economic dependence of these States in what concerns Chinese products
156 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Paulo Duarte
China as a Regional Power: the case of Central Asia... pp. 145-168.
and support”, and it is not, therefore, “devoid of financial and strategic interests” (Peyrouse et al, 2012: 14). China has sought to “create new export
markets for its products; close contracts for its companies, as well as ensure
new energy sources; and turn its Central Asian governments into ‘debtors’,
or even ‘vassals’” (Peyrouse et al, 2012: 14).
Returning to Oleg Egorov (2011), a Kazakh expert, “there is a
difference between the wages of the Chinese workers and the wages paid
to the locals”, which leads, sometimes, Kazakh workers to strike against
what they consider to be a “Chinese invasion”. Moreover, Egorov (2011)
also points out the case of illegal immigration of Chinese to Kazakhstan,
which also generates “a reason for dissatisfaction and concern”. For Bohdan
Krawchenko (2012), these fears “are not an utopia”, and in practice, “they
have been materializing”, existing, in fact, “many thousands of Chinese
who are traders, especially in the Russian Far East” where the population
density is too low.
We must note that Oleg Egorov (2011) does not deny that China
should support the social development of Kazakhstan (taking this country
as an example); however, this expert estimates that the construction of
hospitals and other public infrastructures, by the Chinese, in return for the
permit of the exploitation of the energy potential in the country, turns out
to be “little substantial”. Concerning this matter, Egorov (2011) reports that
“more than 78% of the oil and natural gas is being withdrawn [from the
Kazakhs]” and that “the Kazakh refineries only operate at half of its capacity”.
This explains that there is “little oil to be effectively refined” (although the
country is an oil producer) in Kazakhstan, and, “at the same time, there is a
large financial dependence comparatively to China” (Egorov, 2011). In this
regard, another local expert, Meruert Makhmatova (2011), explains that
in the case of Kazakhstan, for example, there is “a great dissatisfaction with
the way China has granted credit to the country”. The author states that
during the economic crisis of 2008, President Nazarbayev requested a loan
of 13 billion dollars to Beijing. However, such a high amount presupposes,
according to Makhmatova (2011), various negative effects for Kazakhstan,
where “local jobs are being taken by the Chinese”, being “the majority of
the population not pleased with the idea that the Chinese are part of the
Kazakh economy, investors and good friends of the President [Nazarbayev]”.
Martin C. Spechler stresses that “although China, actively, tries to
securitize its access to energy resources and other raw materials in Central
Asia, there is not, however, a [Chinese] significant private business dynamics
in any of the post-Soviet States” (2009: 3). There are, certainly, structural
factors that explain “the relative disinterest in the Chinese Central Asian
Humania del Sur 157
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
market”, namely, “its small size”, as well as “a climate of investment undermined by corruption and ‘unexpected’ taxes, currently common in Central
Asia”, capable of “discourage even the ‘tolerant’ Chinese” (Spechler, 2009:
15). While, on the one hand, “China’s economic presence in Central Asia”
is “very significant”, and although in many ways, Chinese investments are
“welcomed” by the Central Asian Republics, there is, however, a “lack of
transparency” inherent to such investments, as well as “to the relations of the
Middle Kingdom with those countries” (Edward Wong, 2011: para. 12). On
the other hand, “the local populations are cautious, especially in Kyrgyzstan
and Kazakhstan, where they have, for a long time, feared that the Chinese
migration can reverse the scales of the economic power in these countries”,
which have a “weak population density” (Edward Wong, 2011: para. 13).
In an article published in the Vancouver Sun, Jonathan Manthorpe
reports that “the prejudice against the Chinese is general” (2013: para. 7).
This is especially strong in Kyrgyzstan, where “Chinese mining companies
are accused of generating pollution, taking jobs from locals, offering little in
return” (Manthorpe, 2013: para. 7). On the other hand, “in several Central
Asian countries, there has been a crescendo of violence between Chinese
workers and local inhabitants” (Manthorpe, 2013: para. 9). These facts
suggest a kind of déjà vu, since the Chinese show similar behavior in other
parts of the world, such as in Africa. In this respect, Tanguy Struye stresses
that “many contracts concluded with Chinese companies are accompanied
by the requirement that 70% of their tasks are performed by their own
employees (usually prisoners or recruits)” (2011: 23). Then again, either
Central Asia or Africa “have been the scene of a repetition of very similar
problems to those that frequently occur in China: deforestation, land and
water contamination, disrespect for the environment, due to an unrestrained
pursuit of productivity” (Duarte, 2012: 27). Given the above, it is questionable whether the Chinese presence in Central Asia generates development
in the region. Sébastien Peyrouse doubts, indeed, that it contributes “to
the spread of knowledge and techniques for the interaction with the host
country” (2009: para. 9). For now, Saule Mukhametrakhimova remarks that
Chinese policy has proved to be “very pragmatic, emphasizing the economic
gains, rather than a quest for political domination” (2012: para. 9).
According to Roman Mogilevski (2012), although Central Asia is the
foreigner near Russia, “the presence and participation of China in the region
have increased significantly”, though, for this author, “the arguments for Russia to ‘return’” are strong: in fact, “the Russians have many ambitions from
a strategic point of view [regarding the region]”, and one can not neglect,
on the other hand, “the weight of nostalgia...”. Another local expert, who,
158 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Paulo Duarte
China as a Regional Power: the case of Central Asia... pp. 145-168.
nevertheless, requested anonymity (Expert II, 2012), adds to this nostalgia
– mentioned here by Mogilevski (2012) - a “traditional suspicion” from the
Central Asian Republics towards China. This expert describes the Soviet era
as “the time when the roads were paved and the infrastructures were built”,
so that “being part of the Soviet Union was like living in the Golden Age”,
where there was an operating system, while “nowadays the public facilities
are degraded” and, therefore, little or not functional (Expert II, 2012). To
Almaz Saifutdinov (2012), with the exception, perhaps, of “ancient philosophers or nationalists, traditional writers and Islamic characters”, it does
not seem, therefore, unreasonable to assert that “the older generation feels
nostalgia for the Soviet period, unlike the vast majority of the people that
is part of the younger generation”, who, not having experienced the Soviet
era, “do not truly know what to think...”.
Liubov Jdanova (2012), Director of the Department of European
Studies at the American University of Central Asia in Bishkek, understands
that Russia is “a kind of brother of the Kyrgyz people”, considering that
“approximately one million of Kyrgyz people go to Russia regularly, to visit
their relatives who live there”. But we should also emphasize the “trading
relations, Russia’s investments in the country, in various sectors...” (Jdanova,
2012). All of these factors lead, therefore, Liubov (2012) to recognize that
“Russia is ‘clearer’ [for the Kyrgyz people]” because “they share the same
past”. With the collapse of the Soviet Union, “there were many ambitions
and hopes that were lost” (Jdanova, 2012). It is no coincidence, in fact,
that Jean-Christophe Lermusiaux (2011) underlines that “the Central Asian
people grew up together for about three centuries; they lived communism,
as well as many other experiences together”. However, if Russia can arouse
that nostalgia referred to by Liubov Jdanova, among others, China, on the
contrary, often triggers an opposite feeling, in a way that, as Lermusiaux
(2011) refers, “everybody fears the Chinese”, including the Mongols and
Russians (these, by the way, in particular, the low population density of
Siberia), and so there is “a rejection of the foreigner as ‘a settler’, but not
of his investments”. Naturally, one can not speak of China as if it was a
‘homogenous block’, because, as we explained above, there are different
‘Chinas’, although the Xinjiang share common traits (culture, religion,
language, etc.) with central Asian peoples, and in that sense, we can say
that “there is a very similar worldview and a good understanding among
them” (Jdanova, 2012).
Let us also consider an issue that, although sometimes overlooked, is
of great relevance in that, directly or indirectly, it can dictate the behavior,
or influence the perception of certain actors concerning China: the soft
Humania del Sur 159
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
power (Duarte, 2012). For now, the Middle Kingdom reveals some difficulty in designing the so-called soft power in Central Asia (Nye, 2012). This
is an important limitation because it says a lot about a power that, while
economically and commercially strong, is faced, however, with “a great
difficulty in designing its civilizational component to other parts of the
world”, such as Africa, Latin America, and in this particular case, Central
Asia (Roman, 2012).
Heitor Romana (2012), who lived several years in the East, believes
that “the seduction for what China is, is quite considerable”, even then “little
consequent, if we consider an anthropological level”, that is, if we look deep
down in the “idiosyncrasies of being a Chinese”. In the author’s opinion,
“the Chinese make a great effort in giving themselves to the world”... because
“they do not have a universalist feature...” (...); “they don’t have something
that is in the cultural DNA, if one may say so”, though “they try to copy the
British, the English, the French, and even the Portuguese, model” (Roman,
2012). That is, according to H. Romana (2012) “China can not penetrate
the mental plan of the decision, because it is for that, after all, the soft power
is for”. In turn, António de Sousa Lara (2010) argues that China is faced
with the serious problem of “miscegenation not being in its culture”. In
other words, the author explains that “when the Chinese emigrated to the
European Union, or the United States (as evidenced by the large historical
communities living in London, New York, among other cities) they did not
mix with the population; they were not designed for a ghetto, they created
it themselves”, i.e, “the Chinese were the ones who built the Chinatowns”
(Lara, 2010). Now, for António de Sousa Lara (2010), “it demonstrates a
certain kind of attitude towards the outside: [the Chinese] do not want to
mix with the local population, or, then, they don’t know how to mix because
they have a very different culture, of which they do not want to abdicate”.
In conclusion, in the opinion of experts as Hak Li and Zhengxu
Wang, you can anticipate that, “unless China presents a clearer and more
proactive plan aiming to deepen its relations with the Central Asian Republics, its influence, in the region, will remain limited” (2009: 14). Laruelle
and Peyrouse also consider that although “many Central Asian experts confess his admiration for the speed with which China has been able to affirm
itself in Central Asia”, we must not, however, draw hasty conclusions since,
in many areas, Beijing’s influence is (or at least perceived) “still limited in
the region” (Laruelle and Peyrouse, 2009: 115; see also Volkov, 2013; Hak
Yin Li and Zhengxu Wang, 2009).
The energy issue is a driving force in economic relations between
Beijing and the Central Asian Republics (Xiaoqin Chen, 2012). In the
160 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Paulo Duarte
China as a Regional Power: the case of Central Asia... pp. 145-168.
origin of this observation lies another one: China needs energy. According
to Virginia Trigo (2010), “it is fundamental to the Middle Kingdom, to
have access to the resources... since this is the ‘factory’ of the world”. For its
geographical proximity, but also for its vast reserves of oil and natural gas,
Central Asia is, not surprisingly, seen by Beijing as an attractive opportunity
with regard to the import of energy resources (Journal of Energy Security,
2012; Fazilov and Xiangming Chen, 2013).
Enlightening, the numbers prove the extraordinary energy potential
in the region. According to Global Business Reports, “the Central Asian
Republics have proved to have natural gas reserves of over 6.7 trillion cubic
meters”, and “their confirmed oil reserves are estimated at over 60 billion
barrels of oil”, with some estimates reaching even “200 billion barrels” (Special Report: Caspian Region, 2012: 1). However, “most of its energy wealth
remains, largely, unexplored” (Special Report: Caspian Region, 2012: 1).
When talking about the importance of Central Asia for the energy
supply in China, we must consider it in a broader context, which concerns,
in essence, the issue of energy security. In its turn, this can be considered,
according to Nayoon Lee, “a question of, at the same time, international
and national security” (2013: 1). As Waco Worley suggests, “a country
should have, permanently, access to energy resources, taking a minimal
risk that these are exhausted” (2006: 2). So, that leads many States to try
to better exploit their domestic energy reserves. However, these are not
always enough to provide the energy needs of a country, which represents,
of course, a source of insecurity for itself. According to W. Worley, “energy
insecurity decreases the power and the influence of a State in the international system”, and so, “without the appropriate energy resources (domestic
or not), States can not become regional, and certainly not, world powers”
(2006: 2). In the case of China, an emerging country that shelters a fifth of
the world population, the issue of energy security is even more urgent “as
the Government moves towards achieving its goals of modernization and
collective prosperity” (China Daily, 2012: para. 1).
Returning to W. Worley, “since countries need energy to survive”,
they tend, in an “aggressive” way, to “look for the energy resources that are
held by other States”, seeking for that purpose, “as many partners as possible” in order to “diversify their sources of energy” (2006: 2). As they do so,
they create bonds (which include agreements on borders, trade and culture).
According to Robert Keohane and Joseph Nye (2001), the establishment of
such links is likely to generate a lasting cooperation between States. In the
case of China and the Central Asian Republics, that is increasingly evident.
If, on the one hand, Beijing needs these countries to diversify its energy
Humania del Sur 161
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
sources, they, in turn, see in China “a dynamic and accessible market for
their exports, as well as a vital (non-Russian) channel, through which they
can make their goods circulate to a wider international market” (Burles,
1999: 3; Shustov, International Affairs, 2012).
There are other factors that argue in favor of the way the Central Asian
Republics perceive China’s interest in the region. The Chinese Government,
unlike other governments, has the capacity to provide a broad financial assistance to these countries, which is absolutely vital to the development of their
economies (Garibov, 2013; Weitz, 2013). According to Nargis Kassenova,
“the Chinese support to development is provided either through subsidies
- usually paid in merchandises, through the delivery of goods and materials,
with the aim of reducing the risks of corruption - or through concessional
or on preferential terms loans” (2009: 10). Moreover, it is interesting to
note that this aid is not subject to any ‘democratic demand’, or subject to
the respect for human rights, contrary to the requirements often imposed
by “Western creditors and/ or donors”, in return for the aid given (Kassenova, 2009: 5). This is supported, for example, by Sébastien Peyrouse, Jos
Boonstra and Marlène Laruelle, according to whom “the economic support
provided by China has been successful”, among other aspects, because of
the “loans offered at very advantageous prices” and “the ‘turnkey’ services
proposed by Chinese companies”, which are “very accessible” (2012: 14).
Thirdly, the Chinese presence in Central Asia offers “a useful counterweight” to the Russian presence (Kucera, 2011). Effectively, for the
Central Asian Republics, “the fact that there are two major regional powers
in competition for the access to oil and natural gas” is, of course, “more
‘interesting’” than having to be subjected “to a situation of Russian monopoly”, as it has happened (Jackson, 2009: 18). In this regard, one must note
that Russia seems to understand that China is not only a ‘useful’ partner to
counterbalance Western influence in the region (Leksyutina, 2010; Weitz,
2012; Zhao Huasheng, 2013). It is also a competitor (Pravda News, 2002;
Mankoff and Miller, 2010; Cutler, 2013; Rabinovitch, 2013; Volkov, 2013).
In fact, to Dmitri Trenin, Director of Carnegie Moscow Centre, “although
they share common interests, China and Russia are not allies” (2012: 43).
If, on the one hand, Moscow does not tend to accept an eventual Chinese
supremacy, China, in turn, conceives Russia “as a faded power” (Trenin,
2012: 43). Another author, Axel Berkofsky, refers that “from the Russian
point of view, Beijing is a kind of unwanted guest”, which “challenges the
Russian influence in its near abroad” (2012: 1). Therefore, “the receptivity
of Moscow regarding a regional integration promoted by China”, in the
fields of “politics” and “security” remains “limited, unless it is used to hold
162 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Paulo Duarte
China as a Regional Power: the case of Central Asia... pp. 145-168.
the Western influence (especially that of the United States)” (Berkofsky,
2012: 1). Russia appears to be “cautious” about “China’s rapid military
modernization”, and “categorically against the establishment of Chinese
military bases in Central Asia” (Berkofsky, 2012: 1).
Fourthly, “the Chinese partnership with the Central Asian Republics
is well accepted by themselves, since these are – except for, possibly, Kazakhstan - fragile from a military point of view”, while, at the same time,
they face “multiple threats” at the security level (Duarte, 2012: para. 11).
Now, China has a lot of interest in preventing the insecurity in the region,
in particular with regard to separatist movements (Berkofsky, 2012). The
Russian military support to Central Asia is not, of course, recent, although
Beijing has shown, in this subject, an active interest in training the Central Asian armies and in contributing to the modernization of its military
equipment (China Brief, 2010; Swanstrom, 2011).
According to Edward Chow (2011), “China is a relative latecomer
in Central Asia”. In fact, as Suvankulov and Guc underline, “until the early
2000, China occupied a secondary position in the pursuit of influence
in the region” (2012: 23). Actually, “although it had concluded several
bilateral treaties with Central Asian Republics, Beijing’s priorities were
not concentrated in the region” (Suvankulov and Guc, 2012: 23). In the
90s, the Chinese asked themselves about “what to do in relation to Central
Asia” (Chow, 2011). In truth, the collapse of the Soviet Union took them
by surprise: “nobody knew, for sure, what would happen to the region”
(Chow, 2011). However, the North Americans were significantly faster in
trying to gain influence in Central Asia, in contrast to the Chinese, in part
because “it is very difficult to achieve the political consensus in China”, and
then set out for action (Chow, 2011).
In less than two decades, Beijing has managed to operate an extraordinary entrance in Central Asia. The Central Asian Republics discovered the
Chinese neighbor in 1991, at the time of their declarations of independence
(Zhang Chi, 2013). The newly independent Republics would be, then,
faced with the need to negotiate relations of good neighborhood with a
country about which they knew little, and which had been, in many aspects,
demonised by the Soviet propaganda (Kellner, 2008).
Peter Fonseca (2011) understands that China won “a clear prominence in the region”, which is also due to its “growing importance worldwide”.
Having solved the border disputes with its Central Asian neighbors, Beijing
proved to be a reliable partner in dealing with these Republics, not only in
terms of bilateral diplomacy, but also from the commercial point of view.
Effectively, as the The New York Times underlines, “since the beginning of
Humania del Sur 163
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
the financial crisis, China has surpassed Russia, until then the main trading
partner of Central Asia” (2012: para. 7).
3. Final Notes
The consolidation of the Chinese strategy towards Central Asia is a
complex game, mainly the result of good political relations and economic
agreements. However, if the trade is, usually, a source of peace and stability,
on the contrary, the dispute for the access to energy sources implies, however,
the existence of tensions, mistrust and rivalries. As a rising power, China
shows itself, naturally, apprehensive with regard to its energy security, more
specifically, with regard to the diversification of its energy sources. Here is a
‘necessary’, but not ‘sufficient’ reason to justify the importance of Central
Asia to China. In fact, the Middle Kingdom seeks not only to diversify its
energy partnerships, but also to break the isolation of some of its provinces.
In this context, the stability of Xinjiang and the Chinese periphery are at
the heart of Beijing’s security concerns, which tries to neutralize the independentist aspirations and terrorism.
It is premature to say that the Middle Kingdom profits from a decisive influence in the Central Asian region. Indeed, despite the speed with which China
has been able to assert itself in Central Asia, Beijing’s influence is still tenuous in
the region. On the other hand, one has to recognize that the Russian influence
in the region stands out. In fact, despite having already achieved independence
two decades ago, the Central Asian Republics share more similarities with
Russia than with China: not only at an economic, cultural level, but also with
regard to the confidence they won. In fact, China is still perceived as a ‘weird’
and quite ‘new element’ in these countries that were, until quite recently, under
the Soviet domination. There is a strong suspicion that the Middle Kingdom,
as in the past, still has imperial designs towards the region, trying, however, to
hide or postpone them. From what was said, it does not seem unreasonable
to conclude that, unless China presents a clearer and more proactive plan to
deepen its relations with the Central Asian Republics, its influence in the region
will continue to be reduced.
References
Abudullayev, Z. (2012). Kontent think tank, en: www.dailytimes.com.pk/default.
asp?page=2012%5C06%5C28%5Cstory_28-6-2012_pg14_8
Akerman, E. (2003). Central Asia in the mind of Russia: Some political
considerations, The Review of International Affairs, 2, no.4.
Bao Chang, China Daily, December 6, 2012, www.chinadaily.com.cn/cndy/201212/06/content_15990626.htm.
164 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Paulo Duarte
China as a Regional Power: the case of Central Asia... pp. 145-168.
Berkofsky, A. (2012). China’s Strategic Involvement in Central Asia-Strategies,
Results and Obstacles, Istituto Per Gli Studi Di Politica Internazionale,
n.º 128.
Blank, S. (2009). Chinese Energy Policy in Central and South Asia, Korean Journal
of Defense Analysis, 2, (4), 435-453.
Blank, S. (2011). Entrevista a través de contato telefónico. Estados Unidos da
América.
Blank, S. (2012). Rethinking Central Asia and its Security Issues, UNISCI
Discussion Papers, nº 28, Strategic Studies Institute, U.S. Army War College.
Bloomberg News, January 17, 2012, en: www.bloomberg.com/news/2012-01-17/
china-urban-population-exceeds-rural.html
Bosbotinis, J. (2010). Sustaining the Dragon, Dodging the Eagle and Barring the
Bear? Assessing the Role and Importance of Central Asia in Chinese National
Strategy, China and Eurasia Forum Quarterly, 8,(1).
Burles, M. (1999). Chinese Policy Towards Russia and the Central Asian Republics,
Prepared for the United States Air
Force by RAND‟s Project Air Force, en: www.rand.org/pubs/monograph_
reports/2007/MR1045.pdf
China Brief, March 5, 2010; en: www.jamestown.org/programs/chinabrief/
single/?tx_ttnews%5Btt_news%5D=36123&cHash=8514aa3caa
China Daily, May 27, 2011, en: http://usa.chinadaily.com.cn/business/2011-05/27/
content_12593814.htm
China Daily, June 6, 2012, en: http://usa.chinadaily.com.cn/china/2012-06/06/
content_15476995.htm
Chow, E. (2011). Entrevista telefónica para os Estados Unidos da América.
Cooley, A. (2012). Great Games, Local Rules: The New Great Power Contest in Central
Asia, Oxford University Press.
Cordesman A., e Yarosh, N. (2012). Chinese Military Modernization and Force
Development - A Western Perspective, Center for Strategic and International
Studies.
Downs, E. (2011). Inside China, Inc: China Development Bank’s Cross-Border
Energy Deals, John L. Thornton China Center Monograph Series, 3.
Duarte, P. (2012). China looks to Central Asia. Boletim Mundorama, 63.
Duarte, P. (2013). China and the Sea: the Changing Nature of Chinese Naval
Behaviour, Revista Militar, abril.
Egorov, O. (2011). Entrevista Pessoal. Almaty.
Eurasianet, July 12, 2007, en: www.eurasianet.org/departments/insight/articles/
eav071307.shtml
Feffer, IPS News Asia Pacific, December 14, en: http://www.ipsnewsasia.net/
bridgesfromasia/node/80
Feigenbaum, E. (2011). Council on Foreign Relations, February 23, www.
businessinsider.com/seven-guidelines-for-us-central-asia-policy-2011-2
Fonseca, Pedro (2011). Entrevista Pessoal. Lisboa.
Humania del Sur 165
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Fravel, M., China’s Search for Military Power, The Center for Strategic and
International Studies and the Massachusetts Institute of Technology, The
Washington Quarterly, 31(3), 125-141.
Freire, M. Raquel (2012), Entrevista pessoal, Coimbra.
Garibov, 2013, en: http://www.turkishweekly.net/news/149055/russia-and-centralasia-do-all-central-asian-roads-still-lead-to-russia.html
Garrison J. e Abdurahmonov A. (2011). Explaining the Central Asian Energy
Game: Complex Interdependence and How Small States Influence Their
Big Neighbors. Asian Perspective, 35 (3), 381-405.
Guljahan, K. (2012). Entrevista Pessoal. Almaty.
Harris, S. (2005), China’s regional policies: how much hegemony?, Australian
Journal of International Affairs, 59 (4) 481-492.
Igor, R. (2012), The Jamestown Foundation, November 7, en: http://www.jamestown.
org/single/?no_cache=1&tx_ttnews%5Btt_news%5D=40077&tx_ttnews%
5BbackPid%5D=7&cHash=51d3948f106a396dc262bd1a87bb2c4e
Indeo, F. (2012). Eurasian Review of Geopolitics, August 20, http://temi.repubblica.
it/limes-heartland/the-rise-of-china-in-central-asia/1928
Jackson, A. (2009). China and Central Asia, Caucasian Review of International
Affairs, CU Issue 33, May 19, en: http://cria-online.org/CU_-_file_-_
article_-_sid_-_41.html
Jdanova, L. (2012). Entrevista Pessoal. Bishkek.
Journal of Energy Security, November 20, 2012, en: http://www.ensec.org/index.
php?option=com_content&view=article&id=387:chinese-inroads-intocentral-asia-focus-on-oil-and-gas&catid=130:issue-content&Itemid=405
Kang, D. (2007). China rising: peace, power, and order in East Asia. New York:
Columbia University Press.
Kassenova, N. (2009). Aide au développement: la percée chinoise au Tadjikistan
et au Kirghiztan, Russie Nei Visions, 36, IFRI.
Keck, The Diplomat, January 7, 2013, en: http://thediplomat.com/2013/01/07/
destined-to-fail-chinas-soft-power-offensive/2/
Kellner, T. (2008). L’Occident de la Chine, Pékin et la nouvelle Asie centrale
(1991-2001), Paris: PUF. Keohane, R. and Nye, J. (2001). Power and
Interdependence. New York: Longman.
Khodzhaev, A. (2009). The Central Asian Policy of the People’s Republic of China.
China and Eurasia Forum Quarterly, (7) 1, 9-28.
Kofman. (2012). Asia-Pacific International Relations Study Center, http://
apircenter.org/russia/central-asia-great-games-or-graveyard/
Krawchenko, B. (2012). Entrevista pessoal. Bishkek.
Kucera, The Diplomat, 2011, en: http://thediplomat.com/whats-next-china/
central-asia/
Lara, A. (2010). Entrevista pessoal. Lisboa.
Lermusiaux, J. (2011). Entrevista Pessoal. Almaty.
Liu, Q. (2010). China’s Rise and Regional Strategy: Power, Interdependence and
Identity, Journal of Cambridge Studies, (5) 4.
166 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Paulo Duarte
China as a Regional Power: the case of Central Asia... pp. 145-168.
Makhmatova, M. (2011). Entrevista Pessoal. Almaty.
Manthorpe, J., (2013). Vancouver Sun, March 11, en: http://www.vancouversun.
com/opinion/op ed/China+faces+imperial+burden+Central+Asia/8078180/
story.html
Meier, March 7, 2013, China Daily Mail, http://chinadailymail.com/2013/03/07/
chinas-central-asia-problem/
Mingjiang L. (2009). Soft Power - China’s Emerging Strategy in International Politics,
Lexington Books.
Mody (2011). Harvard Political Review, en: http://harvardpolitics.com/world/
losing-control/
Mogilevski, R. (2012). Entrevista Pessoal. Bishkek.
Mogilevskii, R. (2012). Re-export Activities in Kyrgyzstan: Issues and Prospects,
Working Paper N.º 9, University of Central Asia.
Moore, Robbie (2013). The International, February 6, http://www.theinternational.
org/articles/334-chinas-iron-silk-road
Muzalevsky, R. (2011). Global Struggle for Kazakh Uranium Resources, Eurasia
Daily Monitor, Volume: 8 Issue: 74
Nye, J. Post-War Watch (2012), en: http://postwarwatch.com/2012/06/23/josephs-nye-on-power/
Oxford Analytica, June 23, 2011, http://www.relooney.info/0_NS4053_2314.pdf
Peyrouse, S. (2008). La présence chinoise en Asie Centrale: Portée géopolitique,
enjeux économiques et impact culturel, in Centre d’Études et de Recherches
Internationales, 148, septembre.
Peyrouse, S. (2009). Central Asia’s growing partnership with China, EU - Central
Asia Monitoring Working paper. Nº 4, October.
Peyrouse e Laruelle (2009). China as a Neighbor: Central Asian Perspectives and
Strategies, Central Asia-Caucasus Institute & Silk Road Studies Program.
Peyrouse, S., et al. (2012) Security and development approaches to Central Asia.
The EU compared to China and Russia, EUCAM Working Paper n.º 11.
Roberts, J. (2009), China, Turkmenistan ink loans-for-gas deals; China to lend $4
billion to Ashgabat, to get 40 Bcm/year of gas, Platts Oilgram News, June 26.
Romana, H. (2012). Entrevista Pessoal. Lisboa.
Saifutdinov, A. (2012). Entrevista Pessoal. Dushanbe.
Saipov, Z. (2012). China’s Economic Strategies for Uzbekistan and Central Asia:
Building Roads to Afghan Strategic Resources and Beyond, Eurasia Daily
Monitor, 9, Issue: 172 .
Shustov, 2012, China’s Growing Economic Importance to Central Asia, International
Affairs, en: http://en.ria.ru/international_affairs/20120629/174304839.
html
Silva, A. (2012). Entrevista Pessoal. Lisboa.
Spechler, M., (2009). Why Does China Have No Business in Central Asia? China
and Eurasia Forum Quarterly, 7(2), 3-15.
Sultanov, B. (2011). Entrevista Pessoal. Almaty
Humania del Sur 167
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Suvankulov, F. e Guc, Y. (2012). Who is Trading Well in Central Asia? A Gravity
Analysis of Exports from the Regional Powers to the Region, Eurasian Journal
of Business and Economics, 5 (9), 21-43.
Swanström (2011). China and Greater Central Asia: New Frontiers? Central Asia
– Caucasus Institute & Silk Road Studies Program.
The Economist, January 30, 2010, Riches in the Near Abroad: China in Central
Asia, The Economist, 394, N.º 8667
The New York Times, December 14, 2009, en: http://www.nytimes.com/2009/12/15/
world/asia/15pipeline.html?_r=0
The New York Times, June 8, 2012, en: http://www.nytimes.com/2012/06/09/
opinion/in-central-asia-public-cooperation-and-private-rivalry.html?_r=0
The New York Times, April 2, 2012, en: http://www.nytimes.com/2012/04/03/
world/asia/chinese-insider-offers-rare-glimpse-of-us-china-frictions.
html?_r=0
The Times of Central Asia, December 6, 2012, 14,(49) (750)
Torbakov, I. (2007). The West, Russia and China in Central Asia: What kind of game
is being played in the region?, Transition Studies Review, 14, Number 1, May
Trigo, V. (2010). Entrevista pessoal. Lisboa.
Vajdic, D. (2012). The Diplomat, July 17, en: http://thediplomat.com/flashpointsblog/2012/07/17/russias-shrewd-central-asia-play/
Volkov (2013). China, Russia compete for interests in Central Asia, Deutsche Welle,
March 23, en:
http://www.dw.de/china-russia-compete-for-interests-in-central-asia/a16694266?maca=en-rss-en-top-1022-rdf
Want China Times, August 13, 2012, www.wantchinatimes.com/news-subclass-cnt.
aspx?id=20120813000099&cid=1701
Weitz, Richard, Issue of the CACI Analyst, November 14, 2012, en: http://www.
cacianalyst.org/?q=node/5876
Weitz, R. (2013). Central Asia - Caucasus Institute, September 1, en: http://www.
cacianalyst.org/?q=node/5903
Winterbottom, China Africa, October 2012, en: www.chinafrica.cn/english/
business/txt/2012-09/28/content_487230.htm
Wong, E., The New York Times, January 2, 2011, en: http://www.nytimes.
com/2011/01/03/world/asia/03china.html?pagewanted=all&_r=0
Worley, W. (2006). Building ties that bind? The role of Central Asia in Chinese oil
security, Paper presented at the annual meeting of the International Studies
Association, Town & Country Resort and Convention Center, San Diego,
California, USA, March 22.
Zhang C. (2013). Historical Changes in Relations between China and Neighboring
Countries (1949–2012), Asia Paper, Institute for Security and Development
Policy.
168 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. María Gabriela Mata Carnevali
Ruanda: La historia de un pueblo. El imaginario occidental como premisa de la desigualdad... pp. 169-180.
Ruanda: La historia de un pueblo
El imaginario occidental como premisa de la desigualdad
María Gabriela Mata Carnevali
CEAA-ULA
Mérida-Venezuela
[email protected]
Resumen
La etnicidad ha sido y continúa siendo una dimensión crítica en la política africana,
al aportar los ingredientes primarios a la mayoría de los conflictos del continente.
Sin embargo, el problema no es la heterogeneidad étnica per se, sino el manejo
político del que es objeto. A propósito de cumplirse 20 años del genocidio en
Ruanda, este artículo revisa como el enfrentamiento entre los hutus y los tutsis se
remonta al período pre-colonial, pero obedece, sobre todo, a la institucionalización
de las diferencias físicas durante la colonia, lo que coloca al imaginario occidental
como premisa de la desigualdad.
Palabras clave: Ruanda, historia africana, imaginario occidental, etnicidad
politizada.
Rwanda: The history of a people.
The Western imagination as a premise of inequality
Abstract
Ethnicity has been and remains a critical dimension in African politics, as the
primary ingredient of most of the conflicts on the continent. However, the problem
is not ethnic heterogeneity per se, but its political use. On the occasion of the 20th
anniversary of the Rwanda genocide, this article reviews how the confrontation
between the Hutus and Tutsis goes back to pre-colonial period, but obeys mostly
to the institutionalization of the physical differences in the colony, which places
the Western imaginary as a premise of inequality.
Keywords: Rwanda, African History, Western Imagery, politicized
ethnicity.
Recibido: 6-8-14 / Aceptado: 15-10-14
Humania del Sur 169
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
1. Introducción
“La historia de África, como la de la humanidad,
es una toma de conciencia”
Ki- Zerbo, 1981.
Hace 20 años, en abril de 1994, en Ruanda se produjo uno de los
mayores genocidios de la historia. En menos de cuatro semanas, unos
800.000 tutsis fueron asesinados por los hutus.
La etnicidad ha sido y continúa siendo una dimensión crítica en la
política africana, al aportar los ingredientes primarios a la mayoría de los
conflictos del continente. Sin embargo, como bien afirma Entralgo (2005)
la heterogeneidad étnica per se no es la fuente determinante de dichos
conflictos. En su opinión, para un paradigma más incluyente en este tema
debemos utilizar el de las necesidades humanas: identidad del grupo étnico,
seguridad, reconocimiento, participación y autonomía, así como las circunstancias políticas y sistemas económicos que tratan de negar o suprimir esas
necesidades básicas. Por eso prefiere hablar de etnicidad politizada.
En el caso de Ruanda, la distinción entre los hutu y los tutsi tiene, en
efecto, un origen socio-político. Su formación como identidades opuestas
se remonta al período pre-colonial, pero obedece, sobre todo, a la institucionalización de las diferencias físicas durante la colonia. Y es que según la
literatura especializada, los principales grupos constitutivos de su población
actual, enfrentados desde antes de la independencia alcanzada en 1962 – los
hutu (84%), agricultores de habla bantú, y los tutsi (15%), pastores nilóticos,
a los que habría que sumar un reducido grupo de twa (1%)1– coexistieron
en relativa paz por largo tiempo antes de la incipiente formación del Estado
en el siglo XV y el sistema de vasallaje (clases) que caracterizaría posteriormente a las relaciones entre los dos grupos, el cual fue tergiversado durante
la colonia para hacerlo girar en torno a los rasgos físicos. Fue la percepción
europea, influenciada por los patrones de la estética occidental, la que llevaría
a las autoridades coloniales a introducir las políticas discriminatorias que
condujeron a las luchas fratricidas que culminarían con el brutal genocidio
de 1994 del que hoy se conmemoran ya 20 años. La concientización de
este hecho debiera contribuir a la sanación de viejas heridas y por ende a la
definitiva construcción de la paz en este convulsionado rincón del planeta.
“La paz no se conquista, se construye, y es ante todo obra de justicia”,
dijo una vez el papa Juan Pablo II. No puedo recordar donde lo leí, pero
asumí su pensamiento como propio. Y está claro que no puede haber justicia
sin establecer primero la verdad. Por eso, la urgencia de olvidar y perdonar
170 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. María Gabriela Mata Carnevali
Ruanda: La historia de un pueblo. El imaginario occidental como premisa de la desigualdad... pp. 169-180.
va de la mano con la necesidad de “recordar”. La memoria de las causas
profundas de la violencia experimentada es crucial para establecer la verdad
de lo ocurrido, considerando que, como afirma Helena Poland McCormick
(2000) en relación al apartheid en Suráfrica: “la conexión entre violencia y
silencio puede perturbarnos o peor, destruir en nosotros la capacidad de pensar
históricamente” (p. 23) y en consecuencia, para extraer las lecciones pertinentes (Traducción propia).
La situación actual de Ruanda nos dice que a pesar de los innegables
esfuerzos por parte del gobierno para “hacer justicia” y abrir paso a la “reconciliación nacional” después del genocidio que en sólo cien días cobrara la
vida de ochocientos mil2 tutsis y hutus moderados bajo la mirada indiferente
de la comunidad internacional y el apoyo abierto de Francia al gobierno de
Kigali, todavía falta camino por recorrer en el sentido de crear una plataforma
política basada en el consenso que satisfaga a todas las partes involucradas
y evite cualquier nuevo brote de violencia interétnica.
Si bien el 26 de mayo de 2003 se aprobó por referendo la nueva
Constitución de Ruanda, clave para la reconciliación nacional en la medida
que excluye las plataformas políticas basadas en divisiones étnicas y establece
valores básicos como la democracia, los derechos humanos, las libertades
individuales, la unidad del Estado, la descentralización administrativa y la
participación de las mujeres en la toma de decisiones; Paul Kagame, actual
Presidente, electo ese mismo año luego de un período de transición, enfrenta
graves acusaciones sobre represión a la oposición política, la supremacía de
los tutsis en las posiciones estratégicas del gobierno y el ejército, así como
respecto de su participación y de otros miembros del gabinete en el genocidio de 1994. La verdad es que el fantasma de la etnicidad politizada sigue
rondando. De hecho, las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda,
acusadas del genocidio, mantienen una guerra de baja intensidad contra el
gobierno desde la frontera con la República Democrática del Congo.
“Recordemos”, en memoria de los muertos pero con la mirada puesta
en el futuro, “las causas profundas” de la violencia experimentada en Ruanda,
al repasar la historia de su pueblo, la historia de una “etnicidad politizada”
con el imaginario occidental como premisa de la desigualdad.
2. Historia de una etnicidad politizada
Lo que hoy conocemos como Ruanda era parte del conjunto de
“reinos” de la región de los Grandes Lagos. Cuando en la historia general
de África se estudia esta área geográfica en el período comprendido entre
1200 y 1500 de la era cristiana, a pesar de los problemas metodológicos
Humania del Sur 171
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
señalados por B. A. Ogot (1984)3, queda claro que hubo una coexistencia
pacífica entre pastores y agricultores, el sistema de vasallaje que caracterizaría
posteriormente a las relaciones entre los dos grupos, no se desarrolló sino
a partir de 1500 cuando los dos grupos serían incorporados en una misma
entidad política. Pero, como bien señala Mamdami Momdani (2003), el
estado colonial, construido sobre este andamiaje, convirtió a las incidentales
diferencias físicas en el centro de sus políticas, abriendo el camino a futuros
enfrentamientos fratricidas.
La composición social de Ruanda ha cambiado poco a lo largo del
tiempo. La población ruandesa se fue conformando a partir de sucesivas
migraciones que se impusieron a los batwa, otwas considerados los primeros
habitantes de la región. Primero llegaron los hutu, después los tutsi.
Los twa, de origen pigmeo, superan en estatura a los pigmeos tradicionales debido al mestizaje entre ellos y los hutus. Desde tiempos inmemoriales
penetraron en las montañas boscosas de Ruanda. Vivían de la caza y de la
recolección de alimentos. Pero además hacían sus propios utensilios en
cerámica y fibras naturales. Hoy en día se dedican fundamentalmente a la
alfarería. La falta de un censo, por las dificultades que implica su realización,
hacen dudosas todas las estimaciones. Aunque se habla de que constituyen
hoy el 1% de la población de Ruanda y Burundi, algunas fuentes, portavoces
de los mismos twa, han estimado este porcentaje en 0.4%. La información
contradictoria ha impedido que se les considere, con razón, como una
“minoría en riesgo” (Domínguez Mederos, 2004).
Los hutu o bahutu, más del 80 % de la población de Ruanda y
Burundi, pertenecen a la raza Bantú, la “madre” de las razas africanas de
tradición agrícola. Dice Ehret (1984): “Una parte importante de la explicación
de la expansión de los territorios bantu es la creciente adaptabilidad agrícola
que mostraron muchos de sus primeros pobladores” (p. 494). (Traducción
propia). Los hutus eran (y son) agricultores, por lo que, según Joseph KiZerbo (1972), la división social del trabajo los convertiría en los “eternos
campesinos”. Provenientes de las regiones del nordeste, cuando llegaron
a la zona hacia el año 3000 a.C., conocían el manejo del hierro y gracias
a herramientas elaboradas con este metal destruyeron la selva e hicieron
que la zona fuese un inmenso campo de cultivo. En pocos años, debido a
su alta tasa de natalidad, ocuparon gran parte del territorio inter lacustre,
dejándoles a los twa sólo algunos cerros, pero igual comerciaban con ellos.
Según Ogot (Op. Cit.: 516), quien a su vez cita a Vansina4, los twa
intercambiaban pieles de animales, carne por sal y utensilios de hierro. Los
hutus cosechaban sorgo y cuidaban de una pequeña cantidad de ganado y
de abejas. Se vestían con pieles de cabra y ropa hecha de fibras naturales y
172 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. María Gabriela Mata Carnevali
Ruanda: La historia de un pueblo. El imaginario occidental como premisa de la desigualdad... pp. 169-180.
se organizaban por linaje en clanes bajo el liderazgo de los jefes de familia;
ya para el siglo XV, muchos de ellos pertenecían a lo que él llama “pequeños
estados”. Dice textualmente:
En el siglo XV, muchos de los bantú parlantes se organizaron en pequeños
estados; cada uno compuesto por varios linajes diferentes en virtud de un
linaje gobernante encabezado por un mwami (jefe o rey), que era a la vez
jefe de la tierra y líder religioso a cargo de la lluvia. (p. 516). (Traducción
y subrayado propio).
Ki-Zerbo (Op. Cit.), en la misma tónica, habla de un tipo de gobierno
“monárquico” dirigido por el muami o rey al que se atribuía un carácter divino.
Esto es importante por cuanto reseña la tenencia de haber ganado
por parte de los hutus y su organización en “estados” o “reinos” en un período anterior al advenimiento del clan tutsi Nyingiya, considerado el clan
fundador del Estado que hoy conocemos como Ruanda. Según Ogot (Op.
Cit.), tres clanes hutu son reconocidos como abasang wabutaka, aquéllos
que estuvieron allí primero que nadie o los propietarios originarios de la
tierra de Ruanda: los Singa, los Zigaba y los Gesera.
Entre los miembros de esta etnia, el apego al clan ha quedado prácticamente como elemento simbólico y guarda sólo un carácter histórico.
Normalmente se citan 48 clanes, entre los que destacan, el Abahanza, el
Abatobo, el Abajiji, el Abatangana y el Abanyagisaka. (Op. Cit., Ki-Zerbo).
La literatura antropológica considera como uno de sus rasgos más
importantes su creencia en el Maana o ser sagrado, el cual tenía su nido
en el alma del mwami y el poder de trascender todas las divisiones sociales.
Los tutsi o batutsi, son el 14% de la población actual ruandesa. Grupo
étnico camito-nilótico originario de Abisinia, fueron los últimos en llegar.
Se distinguen entre ellos dos grandes subgrupos: los tutsi-nyaruguru y los
tutsi-hima. Al parecer, el vocablo tutsi, en lengua kin yarruanda antigua,
significa “el que procede del extranjero” o “el que tiene abundancia de
algo”, nombre que la historia se encargaría de justificar (Mamdani, 2003).
Según Ki-Zerbo (Op. Cit.), Los tutsi-hima, procedían de un antiguo reino
conocido con el nombre de Toro o Hoima de donde llegaron hacia el siglo
XIII. Se les conoce 31linajes de los cuales 17 son considerados “honorables”.
Los tutsi-nyaruguru, señalados como los fundadores del Estado ruandés,
se agrupaban en 43 familias de pastores guerreros denominados según la
región de origen de su ancestro.
De acuerdo con la tradición oral, vinieron del norte en busca de
pasto para su ganado y finalmente se instalaron y colonizaron el territorio
Humania del Sur 173
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
alrededor del lago Kivu hacia el siglo XV. Pastores y nómadas, los tutsis
rechazaban el trabajo agrícola y solían consagrarse en sus tiempos de ocio
a sus amplias habilidades relacionadas con la poesía, a tomar miel con los
amigos y otros “juegos sutiles del espíritu”.
Los estudios lingüísticos señalan, que a su llegada se instalaron pacíficamente entre los hutus y asimilaron muy rápido la lengua local, el kin
yarruanda, en detrimento de su propio lenguaje, el kijema. Además, compartían la misma religión y contaban las mismas historias de sus ancestros,
constituyéndose en un ejemplo rarísimo de cristalización nacional en el
contexto pre-colonial africano.
Sin embargo, una explicación distinta ha comenzado a circular con
la pluma de Archie Mafeje (1991), para quien la teoría de la “convivencia
pacífica” es puesta en entredicho por la escasez de recursos. Su punto de
partida es Bunyoro, donde en algún momento del siglo XV tuvo lugar el
primer proceso conocido de centralización del poder en la región de los
Grandes Lagos. Según él, en Bunyoro la introducción del pastoreo debe
atribuirse a un grupo “invasor” que probablemente venía de Etiopía pero
la llamada “dinastía Bachwezi” no duró mucho. En el transcurso de pocas
generaciones los Bachwezi fueron echados del lugar para “reaparecer” como
los “Bahima” en Ankore, y los “Batutsi” en Ruanda y Burundi. En su opinión, al principio la tierra era abundante en las áreas de migración de los
Bahima, pero más tarde con el crecimiento de su población, eso cambiaría
forzando la conquista que culminó con la creación del Estado ruandés. Dice
Ogot (Op. Cit.) en la línea de Mafeje:
Estos pastores no se movían en grandes grupos cohesivos. Llegaron en
pequeños grupos hasta que al final del siglo XV fueron suficientemente
numerosos como para formar poderosas organizaciones de linaje en el sur,
donde pronto chocaron con los agricultores. Sin embargo, con la excepción
de dos grupos, ninguno de estos linajes fue lo suficientemente fuerte para
formar un estado independiente. Las excepciones fueron los Hondongo y
la Nyinyiga. (...) Esta última originó la dinastía gobernante de Ruanda (p.
518). (Traducción y subrayado propio).
Independientemente de si la llegada de los tutsi a la región de los
Grandes Lagos fue pacífica o no, el caso es que no tardaron en valerse de
diferentes estrategias para tomar el poder, como las infiltraciones, la colonización, la formación de alianzas matrimoniales con los reyes hutu locales y el
establecimiento de lazos de dependencia basados en el préstamo de ganado.
174 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. María Gabriela Mata Carnevali
Ruanda: La historia de un pueblo. El imaginario occidental como premisa de la desigualdad... pp. 169-180.
En la Ruanda antigua el poder era ejercido de modo hereditario por
los muamis o reyes hutu hasta el día en que los tutsi comenzaron a intervenir
en la elección de los monarcas. Para Domínguez Mederos (Op. Cit.), estas
interferencias tutsi explican las modificaciones que de forma constante se
empezaron a suceder en la corte y que entronizaron a varios monarcas en
detrimento de otros. Así fue electo el muami Mibambue Rutalindua en 1895
en menoscabo del muami Ruabugiri (1853-1895). Más tarde la operación se
repetiría al ser entronizado el muami Musinga (1897-1931) en detrimento
del mencionado Rutalindua. Ciertamente se trataba de muamis hutu que
se beneficiaban de la clase militar tutsi para conquistar y ejercer el poder.
Finalmente en 1931, los mismos tutsi derrotarían al muami Musinga para
colocar en el trono de Ruanda a Ruagatoraka, el primer muami tutsi de la
historia del país.
Las distintas dinastías tutsi instituyeron un régimen político “pseudofeudal” o clientelista que consagraría prácticamente la dominación de los tutsi
sobre los hutu. En este sistema, la preeminencia del mwami sobre todas las
instituciones del país era absoluta. En su calidad de jefe patriarcal supremo
de todas las familias del país, era el propietario de todos los muebles e inmuebles y ejercía también su poder infinito sobre el más importante símbolo
de la jerarquía social ruandesa: el ganado. En los límites previstos por sus
leyes, el muami elevaba soberanamente a quien él deseara a los puestos de
“prefecto del sol” o “prefecto de los pastizales”, con la finalidad de recaudar
los impuestos sobre los derechos de pasto o cultivo (Mulamba Mubyabo
Ngeleka y Ngoie Tshibambe, 1994).
Los tutsi esparcidos entre los hutu, fueron incorporados a agrupaciones militares dependientes del clan real, aunque no pertenecieran a la
aristocracia. De esta forma se fue creando una especie de “casta militar”
que abarcaba a todos los tutsi y excluía a todos los hutu, en lo que puede
verse el primer rasgo de discriminación interétnica, que se desarrollaría en
el siglo siguiente. Estas agrupaciones militares se destacaron en las guerras
de conquista y defensa nacional y tenían nombres tan singulares como “los
infatigables” o “los que no pueden ser golpeados”.
Es interesante resaltar que no existía ni existe una región particular en
los territorios de Ruanda y Burundi que pueda describirse como históricamente hutu o tutsi.5 En este sentido se puede afirmar que la única diferencia
real era entonces de carácter socio-político. Como explica Domínguez Mederos (Op. Cit.), hacia finales del siglo XIX, una escisión profunda separaba
a los ricos y poderosos de los pobres y débiles. La dependencia de los pobres
con respecto a los ricos tomó formas diversas, entre las que destacan sobre
todo la ubujake y la uburetua.
Humania del Sur 175
De la ubujake se servían las familias de la nobleza tutsi para proteger
sus intereses. Funcionaba como un contrato privado entre dos individuos y se
fundamentaba en la obligación del shabuja (patrón o señor) de entregar varias
cabezas de ganado a su umu-garagu (vasallo o cliente) con el compromiso de
protegerle y asistirle en sus necesidades. En contrapartida, el umu-garagule
prestaría los servicios derivados de su condición. Técnicamente, el umu-garagu,
podía ser tanto hutu como tutsi, pero en realidad la mayoría era hutu. Una posible
explicación, sería que los tutsi eran pastores y por ese motivo poseían las reses
que estaban en el centro del contrato antes mencionado.
A la uburetua estaba sometida también la inmensa mayoría del pueblo
hutu y consistía en la obligación que tenía cada joven de trabajar gratis dos
días a la semana (la semana tradicional era de cinco días) al servicio del jefe
tutsi. Por lo general, los tutsi estaban exentos de la uburetua, aunque no pertenecieran a la nobleza. Así, fueron adquiriendo un estatus de privilegiados
respecto de la gran mayoría hutu.
Pero este esquema no era tan rígido como parece. A pesar de que la
división del trabajo–en virtud de la cual los hutu eran agricultores y los tutsi
ganaderos y militares–le daba el poder económico a los tutsi, en la sociedad
ruandesa no estaba instituido un sistema “fijo y cerrado” como el de las
castas, por lo que podía suceder que se pasara de una categoría a la otra.
Por ejemplo, un tutsi que perdía su ganado, léase su riqueza, se convertía
en hutu; asimismo, si un hutu adquiría un número suficiente de cabezas de
ganado, pasaba directamente a contarse entre los miembros de la aristocracia
tutsi. A esta posibilidad de trasgresión social se le conoció con el nombre
de kwihutura o kuijutura. Su existencia ha llevado a algunos historiadores a
afirmar que es difícil hablar de los tutsi como un pueblo, sino más bien como
una clase social. Algunos más radicales como Mamdami (2003), hablan
incluso de una diferencia meramente de “status político”. En su opinión:
Había una institución en la Ruanda pre-colonial que impidió que la
distinción batutsi-bahutu evolucionara como diferencias de casta, al igual
que impidió la formación de una contra elite bahutu que pudiera con el
tiempo desafiar la dominación batutsi. Este fue el kwihutura (...) Es evidente
que estamos hablando de una distinción política, que divide al sujeto de los
que no lo son, y no de una diferencia socio-económica, entre explotadores
y explotados, o ricos y pobres (p. 236) (Traducción propia).
Según Linda Melvern (2000), la idea de que los hutu y los tutsi eran
etnias completamente diferentes e irreconciliables fue introducida por el
explorador y agente colonial inglés John Hanning Speke, quien “descubrió”
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. María Gabriela Mata Carnevali
Ruanda: La historia de un pueblo. El imaginario occidental como premisa de la desigualdad... pp. 169-180.
el lago Victoria en 1859, el mismo año en que Charles Darwin publicara
El origen de las especies.
Cuenta esta autora que Speke visitó los estados de Karagwe y Buganda
(parte de lo que hoy es Ruanda y Uganda), y en sintonía con las ideas de su
tiempo, atribuyó una explicación “natural” a las divisiones que había encontrado. El explorador inglés pregonó la existencia de una “raza superior”
diferente a la de los demás nativos pues creía que la superioridad cultural
en África central tenía que haber llegado de otro lugar. Para él, era muy
poco probable que “negros salvajes” pudieran tener semejantes niveles de
sofisticación política y religiosa. En su opinión, la clase dominante (los tutsi)
eran superiores y de rasgos más finos que los negros comunes pues eran más
altos y sus narices más afiladas. Además, tenían inteligencia y sentimientos
“refinados”. Al parecer, sus apreciaciones eran compartidas en general por
todos los europeos. Los primeros misioneros hasta llegarían a pensar que los
tutsi eran descendientes directos de los antiguos egipcios pues “su delicada
apariencia, su amor por el dinero y su capacidad de adaptación ante cualquier
situación indicaban un origen semítico.” (Citado en Melvern, Op. Cit: 154)
En mayo de 1894, el conde alemán Gustav Adolf von Götzen, se inserta en las selvas vírgenes de Ruanda y comienza la colonización de aquellos
parajes ubicados en los límites de la colonia belga del Congo y que serían
conocidos desde ese momento como Ruanda-Urundi.
A decir de Vicente Mazimpaka (1996), profesor ruandés de la Universidad de Madrid, los alemanes hicieron una burda simplificación de
las categorías sociales ruandesas al pretender aplicar criterios europeos. La
monarquía de los mwami fue interpretada por ellos como una monarquía
feudal sustentada en teorías racistas inspiradas en Fichte y Gobineau.6 La
estructura social ruando-urundesa fue entonces “reorganizada” definiendo las
atribuciones de cada uno de los grandes grupos étnicos que la componían.
Mamdani (Op. Cit.), en esta misma línea de pensamiento afirma:
Los alemanes interpretaban a África a través de la óptica de la Europa de
finales del siglo XIX imperial, que vio la humanidad como un conglomerado
de razas que requieren la identificación y la clasificación jerárquica. Tal
fue la inspiración detrás de la nueva disciplina de la antropología física,
cuyos cultores empezaron a clasificar a los batutsi y los bahutu como razas
separadas: una de origen “hamítico” y, por tanto, superior; y otra de origen
“bantú” considerada inferior (p. 237). (Traducción propia).
Pero serían los belgas, nombrados nuevos administradores del territorio por la Liga de Naciones, luego de la derrota alemana en la Primera
Humania del Sur 177
Guerra Mundial, quienes de 1929 a 1933, convirtieron esta teoría en la base
del aparato administrativo colonial al obligar a la población a identificarse
por medio de pases en donde se especificaba su origen étnico. A los tutsi,
por ser los más altos y tener facciones más finas, se les confirió el mando;
a los hutu, por ser los de estatura más baja y tener facciones duras o toscas,
se les confinó a la obediencia.
En palabras de Domínguez (Op. Cit.):
La percepción europea, tamizada por los excluyentes patrones de la
estética occidental, influyó definitivamente en la articulación de políticas
discriminatorias basadas en supuestas teorías de afinidad caucásica) (sp).
De aquí en adelante, los estereotipos europeos sellaron el destino
de luchas fratricidas, las cuales marcaron desde antes de la independencia
alcanzada en 1962, la historia reciente del país que en 1994 se desangró
con un cruento genocidio (comparado con el genocidio de judíos a manos
de los nazis), de cuyas secuelas todavía no logra levantarse.
3. Coda
Considerando que la etnicidad ha sido y continúa siendo una dimensión crítica en la política africana, al aportar los ingredientes primarios a la
mayoría de los conflictos del continente, bien vale la pena aclarar mediante
el estudio de casos concretos que el problema no es la heterogeneidad étnica
per se sino la falta de una estructura social (traducida en un marco legal) que
gobierne las relaciones entre los componentes diversos dentro del Estado y
garantice a cada unidad sus necesidades de identidad, seguridad y participación. Desde esta perspectiva resulta fácil entender que la crítica presencia de
la etnicidad en los conflictos africanos no es una condición patológica de la
sociedad, sino un reto para la gobernabilidad. Más aún si tenemos en cuenta
los efectos negativos de la herencia colonial, que engendró una rivalidad y
un separatismo interétnico como parte de sus mecanismos de dominación.
La paz no se conquista, se construye y es ante todo obra de justicia.
Supone y exige la instauración de un orden justo en el que los hombres
puedan realizarse como hombres, en donde su dignidad sea respetada,
sus legítimas aspiraciones satisfechas, su acceso a la verdad reconocido, su
libertad y su seguridad garantizadas. Un orden en el que los hombres no
sean objetos sino agentes de su propia historia.
Los distintos grupos étnicos deben tarde o temprano negociar los
fundamentos de los proyectos constitucionales del Estado al que pertenez-
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. María Gabriela Mata Carnevali
Ruanda: La historia de un pueblo. El imaginario occidental como premisa de la desigualdad... pp. 169-180.
can o realizar reformas a las constituciones vigentes. La omisión de estos
consensos políticos generaría un nuevo ciclo de políticas centradas en el
aspecto físico que ya han hecho un daño estructural a estos pueblos a un
costo social inmenso ante la mirada indiferente de los organismos internacionales. Sin embargo, esto no basta. Es necesario que lo acordado se refleje
en la vida diaria.
El ambicioso proceso de justicia y reconciliación adelantado en
Ruanda que involucra al Tribunal Penal Internacional para Ruanda, el
Sistema Nacional de Tribunales de Ruanda, el Sistema de Tribunales Populares Gacaca y a la Comisión Nacional para la Unidad y la Reconciliación
(CNURU), no tendrá éxito a menos que la reforma del Estado planteada
en la Constitución de 2003 se materialice en la práctica y se permita una
mayor participación hutu en la toma de decisiones.
Notas
1
2
3
4
5
6
Fuente: National Institute of Statistics of Rwanda (2007). Millenium
Development Goals. Towards sustainable social and economic growth.
Country report.
Esto según la ONU. Conmemoración anual del genocidio en Rwanda
(2010).Disponible: http://www.un.org/spanish/preventgenocide/rwanda/
commem.shtml. Otros autores manejan la cifra de un millón de muertos
(Mamdami, 2003 a).
Relativos a: 1) la escasez de fuentes, que se limitan a la tradición oral y la
lingüística 2) la parcialidad evidente en la literatura clásica a favor de los
pastores (tutsi) en detrimento de los agricultores (hutu) en lo que se refiere
a los aportes civilizatorios con su defensa de la “Teoría Hamítica”, según la
cual los tutsi constituían una raza superior no Bantú que vino de Etiopía y se
impuso a los hutu y a los twa 3) la integración de las diferentes cronologías
a las que se tiene acceso y 4) el predominio de la información proveniente
de las elites gobernantes.
Jan Vansina (Anvers, Belgica, 14 septiembre de 1929) es historiador y
antropólogo, conocido sobre todo por sus estudios del África precolonial.
Se considera uno de los grandes especialistas de la historia de los pueblos de
África central. De manera más general se le deben reflexiones importantes
sobre las fuentes orales en la historia como referente que permite la
reconstrucción y validación de los acontecimientos propios de los pueblos
ágrafos.
Aunque por supuesto hay zonas en las que un grupo es más prominente. En
Rwanda, por ejemplo, aproximadamente el 45% de los tutsi habitan una
región en el centro del país alrededor de Nyabisindu, sede de la monarquía
Tutsi. Ver: http://www.ikuska.com/Africa/natura/paises_africa.htm
En 1808, el investigador alemán Friedrich von Schiegel descubrió una
relación entre varios idiomas: el alemán, el holandés, el sueco, etc., y elaboró
Humania del Sur 179
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
la hipótesis que afirmaba que los mismos derivaban de una protolengua
ancestral llamada aria la cual, supuestamente, debía haber sido hablada por
los arios. Con base en esta teoría, otros pensadores concibieron la idea de la
nobleza de los alemanes por constituir una raza superior. El conde Arthur
de Gobineau, por ejemplo, propuso la Teoría de la Supremacía de la Raza
Blanca. En su obra habló del ario, del superhombre nórdico germánico,
estableciendo que la mezcla de esa raza pura con otras inferiores, era lo que
producía la decadencia de las civilizaciones.
Referencias
Domínguez Mederos, E. F. (julio-agosto2004). Rwanda, la historia de un
pueblo. Boletín Electrónico, no. 5. ISRI, Instituto Superior de Relaciones
Internacionales, La Habana.
Entralgo, A. (2005). El oro de la costa y otros recorridos. La Habana: Instituto Cubano
del Libro. Editorial de Ciencias Sociales.
Ehret, C. (1984). Between the Coast and the Great Lakes. General History of Africa.
T. IV Cap. 19. Paris: Tecnos, UNESCO.
Ki- Zerbo, J. (1981). Historia General de África I. Metodología y prehistoria africana.
Paris: Tecnos, UNESCO.
_____. (1972). L’histoire de l’Afrique Noird’hier a demain. Paris: Librairie Hatier.
Mafeje, Archie (1991). The theory and ethnography of African social formation. The
case of the interlacustrine Kingdoms. Dakar: CODESRIA.
Mamdami, Mahmood (2003 a). From Conquest to Consent as the Basis of State
Formation: Reflections on Rwanda. In: Gyandendra Pandey and Peter
Geschiere (eds). The Forging of Nationhood. New Delhi: Manohar Publishers.
_____. (2003 b). Violencia política en el África post colonial. Istor, (IV: 14).
Melvern, L. (2000). People betrayed. The Role of the West in Rwanda’s Genocide.
London: Zed Books Ltd.
Mulamba Mubyabo Ngeleka y Ngoie Tshibambe (1994). La Crisis en Ruanda.
Tiempo de Paz. No.34-35. Madrid.
National Institute of Statistics of Rwanda (2007). Millenium Development Goals.
Towards sustainable social and economic growth. Country report. Kigali.
Mazimpaka, Vicente (1996). Hutu-Tutsi: ¿A dónde vamos? Tiempo de Paz, No.
42, Madrid.
Ogot, B. A. (1984). The Great Lake Region. General History of Africa. T. IV Cap.
20. Paris: Tecnos, UNESCO.
Poland-McCormick, Helena (2000). I saw a nightmare. Violence and the
construction of memory (Soweto, June 16, 1976). History and Theory. Vol
39, Nº 4. Middletown, Connecticut: Wesleyan University.
180 Humania del Sur
Diálogo con
Mohamed-Salem
Daha Lehbib
“La lucha del pueblo saharaui por su libertad
es reconocida por la comunidad internacional ”
Humania del Sur 181
La lucha del pueblo saharaui por su libertad es reconocida
por la comunidad internacional como una lucha justa y una
causa justa. Es defendida por todo un pueblo, decidido a
arrancar su independencia nacional lo cual no puede tener
más que un solo escenario final: la victoria definitiva.
Mohamed-Salem Daha Lehbib. Foto suministrada por la Embajada Saharaui en Venezuela.
Mohamed-Salem Daha Lehbib: Licenciado en Química (Universidad de La Habana, Cuba) ha desempeñado importantes funciones como Representante Adjunto del Frente POLISARIO en España,
Representante del Frente POLISARIO en las Comunidades Autónomas del País Vasco (1990-2001),
Andalucía (2001-2008) y Canarias (2008-2012), y desde el año 2012 preside la misión diplomática
saharaui en la capital venezolana.
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Hernán Lucena
Diálogo con Mohamed-Salem Daha Lehbib ... pp. 183-190.
Diálogo con
Mohamed-Salem Daha Lehbib
“La lucha del pueblo saharaui por su libertad es
reconocida por la comunidad internacional ”
Hernán Lucena Molero
CEAAULA
Mérida-Venezuela
[email protected]
Su Excelencia Mohamed Salem Daha Lehbib, Embajador del pueblo
Saharaui en la República Bolivariana de Venezuela, representa la genuina
voz de su pueblo, nacido en Smara, ciudad del desierto ubicada en el noreste
del Sahara Occidental. Tiene en su haber histórico que dicha urbe ha sido
la única que no fue fundada por los españoles; en la actualidad se encuentra
ocupada por Marruecos. El embajador realizó sus estudios de primaria y
secundaria en Aaiun en el Sahara Occidental. Ha sido responsable de las
Relaciones Internacionales de la UJSARIO. Representante Adjunto del
Frente POLISARIO en España, Representante del Frente POLISARIO
en las Comunidades Autónomas del País Vasco (1990-2001), Andalucía
(2001-2008) y Canarias (2008-2012). Licenciado en Química (Universidad
de La Habana, Cuba) y desde el año 2012 preside la misión diplomática
saharaui en la capital venezolana.
Asumir integralmente la responsabilidad diplomática de su país,
demanda en los actuales momentos de las relaciones internacionales una
alta calificación para transmitir las realidades que vive el pueblo al cual
se representa y hacer llegar fidedignamente el mensaje de sus autoridades
gubernamentales y populares. En la actualidad el pueblo saharaui despliega
internacionalmente una campaña concientizadora por los derechos naturales
sobre su tierra, su condición y dignidad humana ante el mundo. Hacer valer este principio los lleva a debatir, develar, desmitificar y validar su causa
como sinónimo de resistencia ante cualquier escenario de la comunidad
Humania del Sur 183
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
internacional.
El futuro saharaui reside en la integración de sus masas populares
frente el opresor marroquí, paralelamente se van identificando día a día las
complicidades occidentales de los otros enemigos infinitamente peligrosos
que sostienen al reino de Marruecos, con préstamos de capitales, ventas
de armas, tecnologías represoras, permisología unilateral para empresas
transnacionales que saquean los recursos naturales saharahuis tanto del mar
como la tierra y la reiterada complicidad plena para validar desde afuera sus
masacres y no querer solventar esta situación colonialista y neocolonialista
que se vive en esta región de África Noroccidental.
No hay mejor química en los pueblos que la sangre avivada en la
memoria histórica, de una solidaridad activa y renovada en el tiempo. Ahí
radica el objetivo central de Humania del Sur al presentar en esta oportunidad el derecho de palabra del pueblo saharaui a través de su representante.
¿Cuál es el estado actual de la causa saharaui ante las Naciones Unidas
y Unión Europea?
Antes que nada quisiera aprovechar esta feliz ocasión para agradecer
al equipo que dirige la revista Humania del Sur por esta importante labor
de divulgación de la problemática de los pueblos que luchan por su libertad
y soberanía nacional, como el caso de mi pueblo. Quiero también enviar
un saludo a todos los que, de una forma u otra, han contribuido, con sus
aportes, a este número dedicado a difundir la situación de injusticia que
vive el pueblo saharaui desde hace más de 40 años.
En cuanto a la pregunta, he de decir que el estado actual de la causa
saharaui está caracterizado por una situación de ocupación militar ilegal,
contraria a todas las leyes internacionales y resoluciones de Naciones Unidas.
Esta ocupación trajo como consecuencia inmediata una criminal división
del pueblo saharaui y de sus tierras entre los que no pudieron huir ante la
llegada escandalosa de las huestes marroquíes y por tanto se encuentran desde
el 31 de octubre de 1975 bajo esa ocupación, a expensas de sus constantes
... el estado actual de la causa saharaui está caracterizado por una situación de ocupación militar ilegal,
contraria a todas las leyes internacionales y resoluciones
de Naciones Unidas.
184 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Hernán Lucena
Diálogo con Mohamed-Salem Daha Lehbib ... pp. 183-190.
abusos y permanentes excesos. Los que tuvieron la oportunidad de salir
de su tierra para buscar refugio más allá de la frontera argelina, donde se
formaron los actuales Campamentos de Refugiados Saharaui, viven de la
ayuda internacional en condiciones climatológicas extremadamente adversas,
esperando el día del ansiado regreso a su querida patria libre.
La doctrina de las Naciones Unidas respecto del Sahara Occidental
ha estado siempre orientada a garantizar el derecho imprescriptible del
pueblo saharaui a la autodeterminación y a la independencia en aplicación
de la resolución 1514 de la Asamblea General de 1960, del informe de la
Misión Visitadora de la ONU de mayo de 1975 y del dictamen del Tribunal
Internacional de Justicia de octubre de 1975, que recuerda e insiste en la
necesidad de la aplicación de la resolución 1514, especialmente del principio
de concesión de la independencia a los pueblos y países coloniales aplicable,
en toda su dimensión, al caso del Sahara Occidental como Territorio no
Autónomo.
En cuanto a la Unión Europea se destaca, más bien, la posición
del Parlamento Europeo que aprobó, en distintas ocasiones, resoluciones
exigiendo la aplicación de la doctrina de las Naciones Unidas rechazando y
condenando la política marroquí de represión sistemática y continua en las
Zonas Ocupadas de la República Árabe Saharaui Democrática (R.A.S.D.).
El Parlamento Europeo envió delegaciones para la investigación del abuso
y la violación de los derechos humanos de la población civil saharaui por
parte de las fuerzas de ocupación marroquíes, que llevan a cabo actos de
terrorismo de Estado permanentemente desde su entrada ilegal en la tierra
saharaui con un saldo de desaparecidos, asesinados, torturados y perseguidos
extremadamente sobrecogedor. La Unión Europea por su parte ha firmado
con Marruecos, potencia ocupante del Sahara Occidental, tratados de explotación de recursos naturales saharauis a pesar de su manifiesta ilegalidad,
algunos de los cuales fue rechazado por el propio Parlamento Europeo por
no cumplir con los preceptos del reglamento jurídico internacional.
¿En qué medida la descolonización del Sahara Occidental puede avanzar
ante un panorama de constantes violaciones a los derechos humanos y
frente al saqueo de las riquezas naturales del pueblo saharaui por parte
de Marruecos?
La lucha del pueblo saharaui por su libertad es reconocida por la
comunidad internacional como una lucha justa y una causa justa. Es defendida por todo un pueblo, decidido a arrancar su independencia nacional lo
cual no puede tener más que un solo escenario final: la victoria definitiva.
Humania del Sur 185
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Nuestro pueblo está decidido a determinar su derecho legítimo, cualquiera
que sea el precio a pagar. Marruecos ha intentado por todos los medios a
su alcance mermar la resistencia saharaui. Utilizó indiscriminadamente el
terror sistemático contra la población civil con miles de muertos, más de
600 desaparecidos y miles de encarcelados sin formación de causa, torturas,
palizas, persecución política de destacados activistas saharauis en pro de la
defensa de los derechos humanos. Los casos más emblemáticos son los de
Aminetu Haidar, Elgalia Dgimi, Ali Salem Tamek, Sidi Mohamed Dedech,
Brahim Dahan, Hmad Hammad y un extenso grupo de mujeres y hombres
saharauis que sufrieron en carne propia la crudeza de la represión marroquí,
quienes además conocieron las frías y tenebrosas celdas de los centros secretos de detención donde el hambre, el frío, la tortura, las enfermedades y la
inclemencia de los carceleros marroquíes los convirtieron en los “muertos
vivientes” de Tazmamaret, Agdez, Galet Maguna y otros terribles penales
secretos de Marruecos.
Podemos destacar, igualmente, el proceso viciado desde el primer día y
la ausencia de todas las garantías procesales orquestado contra los luchadores
saharauis promotores del campamento de protesta de Gdeim Izik en el que
25 luchadores civiles saharauis fueron condenados arbitrariamente a penas
que oscilan entre los 20 años y cadena perpetua, sólo por participar en un
campamento pacífico de protesta contra la presencia militar marroquí en el
Sahara Occidental y que fue violentamente desmantelado por el ejército del
país ocupante provocando muertos, heridos y encarcelados entre la población civil inerme. Marruecos, además de violentar la convivencia y la vida
diaria de los saharauis con su política de tierra quemada y de terrorismo de
Estado, está esquilmando, impunemente y de forma irracional los recursos
naturales del país, propiedad única y exclusivamente del pueblo saharaui.
Toda esta situación de injusticias y abusos permanentes no hacen más que
reforzar la resistencia de un pueblo herido que no se permitirá descanso ni
respiro hasta alcanzar su anhelada meta, el sueño más amado de obtener
algún día, más temprano que tarde, su libertad plena.
¿Qué escenarios están planteados a corto plazo: La resistencia y lucha
armada o las negociaciones a través de la diplomacia?
Los tres escenarios están permanentemente sobre la mesa. La resistencia civil activa está creando situaciones de gran inestabilidad para el ocupante
marroquí que responde, en cada ocasión, con el uso excesivo de la violencia
y la represión desmedida, provocando a su vez, más resistencia civil de la
población saharaui en las Zonas Ocupadas, hacia las que se responde con
186 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Hernán Lucena
Diálogo con Mohamed-Salem Daha Lehbib ... pp. 183-190.
más represión y más violencia por parte de la policía política del régimen
genocida de la potencia ocupante y así sucesivamente, en una espiral que no
se detendrá hasta la victoria definitiva. Muchas organizaciones y organismos
internacionales de defensa de los derechos humanos que lograron llegar a las
ciudades ocupadas del Sahara Occidental han expresado, reiteradamente,
su preocupación por la situación que vive la población civil saharaui que se
enfrenta diariamente al abuso más denigrante.
En cuanto a la lucha armada, el Ejército Popular de Liberación
Saharaui está preparado, bien armado y adiestrado para entrar en combate
en cualquier momento si las vías pacíficas se nos cierran nuevamente como
pasó en 1975 cuando los dos ejércitos vecinos avanzaron desde el norte y
el sur dispuestos a acabar con la resistencia de nuestro pueblo, para lo que
utilizaron todo su poderío militar y el apoyo de grandes potencias imperiales
que le dieron asistencia militar y política en todos los aspectos.
La vía diplomática está abierta desde el alto al fuego firmado por
el Frente POLISARIO, como representante legítimo y único del pueblo
saharaui, declarado por Naciones Unidas, y el Reino de Marruecos, como
potencia ocupante, bajo la supervisión de la ONU y la OUA, actual Unión
Africana. Por nuestra parte continuaremos y apoyaremos, como lo hemos
hecho siempre, los esfuerzos de estas dos organizaciones internacionales,
del Consejo de Seguridad, del Comité de Descolonización, del Secretario
General y de su Enviado Personal para avanzar hacia una paz definitiva y
evitar más derramamiento de sangre. Marruecos, sin embargo, está obstaculizando permanentemente, con su política inmovilista y expansionista,
el advenimiento de una solución mutuamente aceptable que garantize el
ejercicio por parte del pueblo saharaui de su derecho inalienable a la autodeterminación a través de un referéndum libre, justo e imparcial como
rezan todas las resoluciones de las Naciones Unidas relativas a la cuestión
del Sahara Occidental.
¿Qué espera la República Árabe Saharaui Democrática de la
comunidad internacional?
El Estado y pueblo saharaui esperan de la comunidad internacional,
en primer lugar, que cumpla con sus resoluciones y compromisos para
propiciar una solución justa y definitiva del último vestigio colonial en el
continente africano, restituyendo al pueblo saharaui sus derechos reconocidos por esa misma comunidad internacional. Que se cumpla la legalidad
internacional en el Sahara Occidental y que el expansionismo marroquí sea
Humania del Sur 187
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
aislado y obligado a respetar las leyes que rigen las relaciones internacionales,
poniendo fin a su política megalómana y beligerante con sus vecinos. Que
se respete la doctrina de la Unión Africana, especialmente el principio de
intangibilidad de las fronteras heredadas de la época colonial. Que se proteja a la población civil saharaui en las Zonas Ocupadas de las constantes
arremetidas violentas de los cuerpos represivos marroquíes cuya agresividad
y salvajismo sobrepasan todos los límites imaginables. Que se destruya
definitivamente el “Muro de la Verguenza”, el muro militar más largo del
mundo, con más de 2.700 Km. de largo y millones de minas antipersonas,
erigido por el agresor marroquí para dividir al pueblo saharaui y su territorio. Estas son algunas de las cuestiones que esperamos de la comunidad
internacional y que no pueden seguir postergándose.
En el ámbito latinoamericano: ¿Qué apoyo han recibido a la causa del
pueblo saharaui?
Con la comunidad latinoamericana nos unen muchos lazos, como la
lengua, que es un vehículo importantísimo en las relaciones entren pueblos;
el haber sufrido el mismo tipo colonialismo nos acerca mucho con nuestros
hermanos latinoamericanos. Desde los primeros años de la fundación de
la República Árabe Saharaui Democrática, los países latinoamericanos y
caribeños comenzaron el reconocimiento y establecimiento de las relaciones
diplomáticas con el joven Estado saharaui. Nosotros, en correspondencia,
abrimos varias embajadas en las principales capitales de Suramérica, Centroamérica y el Caribe; la inmensa mayoría de los países de Latinoamérica
reconocen a la República Saharaui. Igualmente, en el ámbito de la sociedad
civil, existe un amplio movimiento ciudadano de solidaridad con el pueblo
saharaui, nacido al calor de la heroica lucha que libró nuestro pueblo, bajo
la dirección del Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y
Río de Oro (Frente POLISARIO), contra el colonialismo español, primero,
y luego, contra el ocupante marroquí. Quisiera aprovechar las páginas de
esta prestigiosa revista para rendir un merecido homenaje a los hombres
y mujeres de este continente que, desde aquellos primeros y difíciles años
del combate por nuestra independencia plena, dieron lo mejor de sí para
acompañarnos en esa dura batalla y que siguen hoy, casi cuarenta años
después, tendiéndonos su mano generosa, solidaria, enteramente altruista.
Para ellos y ellas, para todo el movimiento de solidaridad latinoamericano
con la justa causa del pueblo saharaui, mi reconocimiento y más profundo
respeto y gratitud.
188 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. Hernán Lucena
Diálogo con Mohamed-Salem Daha Lehbib ... pp. 183-190.
En su opinión: ¿De qué forma se ha expresado la solidaridad venezolana
a los saharauis?
Venezuela reconoce al Estado saharaui el 3 de agosto de 1982, siendo
uno de los primeros países latinoamericanos. Pocos meses después se abre la
primera embajada saharaui en territorio venezolano. Pero desde mediados
de los años 70 existía ya un importante movimiento venezolano de solidaridad con la lucha de nuestro pueblo que, desde hace una década, lidera la
Asociación Venezolana de Solidaridad con el Sahara (ASOVESSA), cuyos
miembros, hombres y mujeres, despliegan a diario un esfuerzo descomunal
para mantener el apoyo, difundir la problemática saharaui y denunciar las
arbitrariedades del régimen de ocupación militar que sufre nuestra tierra.
Las relaciones entre Venezuela y el Sahara han ido profundizándose
en el transcurso de estos más de 30 años de relaciones oficiales, pero hay que
decir, sin lugar a dudas, que con el triunfo de la Revolución Bolivariana y
la llegada del Comandante Chávez al poder, el apoyo político y material de
la República Bolivariana de Venezuela al pueblo saharaui alcanza niveles no
conocidos anteriormente. Se abren las puertas de las universidades venezolanas para los estudiantes saharauis, se aprueban proyectos de cooperación
en temas como la búsqueda de aguas subterráneas en zonas desérticas con
escasos recursos hídricos, se construye la Escuela Secundaria Simón Bolívar
en apoyo al sistema educativo saharaui con fondos venezolanos, se envía ayuda alimenticia a la población refugiada en momentos de catástrofes naturales
y el apoyo político adquiere niveles de compromiso con las reivindicaciones
legítimas de nuestro pueblo. En estos momentos estamos trabajando para
afianzar más nuestras relaciones con Venezuela, promocionando la firma
de protocolos de hermanamientos con pueblos, ciudades y gobernaciones
venezolanas con sus homólogas saharauis. El año pasado se firmó un hermanamiento entre el municipio Santos Marquina del estado Mérida y la
daira saharaui de Mheiriz, que tuvo muchos éxitos y que queremos extender a otras instituciones venezolanas. En resumen, el apoyo venezolano se
acrecienta día a día y los saharauis queremos agradecer, profundamente,
esa permanente solidaridad del pueblo y gobierno venezolano con nuestra
lucha de liberación nacional.
¿Qué significa ser saharaui en el siglo XXI?
Bueno, nosotros queremos ser ciudadanos libres en nuestra tierra libre
y soberana, como es natural. Ser saharaui, en los tiempos que corren es, no
solamente ser ciudadano del mundo, de un mundo distinto, más justo, más
Humania del Sur 189
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
equitativo, más solidario, un mundo sin armas y sin guerras, sino también
preservar nuestras tradiciones genuinas, nuestra cultura milenaria y nuestros
valores de pueblo pacífico que ama la justicia y la paz por encima de todas
las consideraciones. El siglo XXI debe ser el siglo de la paz con justicia, del
desarrollo científico-técnico, de la convivencia pacífica entre todos los pueblos y naciones, de cultura ecológica para la preservación de nuestro planeta.
Los saharauis también queremos contribuir, humildemente, al advenimiento
de ese mundo ideal con el que sueñan todos los demócratas de la tierra.
¿Cuáles son las particularidades de la cultura saharaui?
La cultura saharaui, como la de todos los pueblos del mundo, tiene sus
especificidades. Nuestra cultura emana de nuestras tradiciones y valores de
pueblo africano, árabe, eminentemente nómada y con aportes importantes
de la cultura latina por haber sido colonia española durante cerca de un siglo
y donde la convivencia ha ido forjando una sociedad peculiar. La cultura
saharaui, por tanto, nace del crisol donde se funden todas esas culturas que
se entrecruzan en nuestra tierra. Es, por tanto, el resultado de la conjunción
de distintas fuentes. Se desarrolla en un medio más bien desértico, donde
la vida nómada es una eterna búsqueda de lluvia, fuente de pastos para el
ganado, de ahí el calificativo de “hijos de las nubes” con que se conoce,
habitualmente, a los saharauis. Estas son las principales peculiaridades de la
cultura del pueblo saharaui, que bebe de la sabia cultural africana, árabe y
latina, cuyo desenvolvimiento en el desierto la ido amoldando a lo largo de
los siglos para legarnos bastas y ricas manifestaciones culturales que hacen
de nuestro pueblo un pueblo tolerante, inclusivo, alegre, profundamente
hospitalario y extremadamente rebelde ante las injusticias.
Nuestra cultura emana de nuestras tradiciones y valores
de pueblo africano, árabe, eminentemente nómada y con
aportes importantes de la cultura latina por haber sido
colonia española durante cerca de un siglo y donde la
convivencia ha ido forjando una sociedad peculiar.
190 Humania del Sur
Reseñas
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014.
Reseñas... pp. 193-199.
Reseñas
Moya Fernández, Conchi. Poetas saharauis (Generación de la Amistad).
Caracas, Venezuela, El Perro y la Rana (Colección Poesía del Mundo),
2013, 79 pp.
Ronald J. Leite G.
Cuando disfrutamos de una antología
poética no solamente nos topamos con una
colección de piezas, que más allá de una simple recopilación, es un material digno de ser
revelado y destacado. Las fuentes orales por
lo general son sometidas a una fuerte crítica,
pero durante mucho tiempo éstas han sido la
manera más eficaz de transmitir y preservar
los mitos, ritos, tradiciones y demás prácticas
culturales de una sociedad, de generación en
generación. La poesía como manifestación de
sentimientos por medio de la palabra, ya sea
en verso o en prosa, suscita en cada uno de
nosotros ciertas características y expresiones
que abarcan cualquier cantidad de emociones.
El actual territorio del Sahara Occidental ocupado por Marruecos vio en la década
de 1960 la conformación de un grupo auto
denominado “La Generación de la Amistad”.
Jóvenes herederos del carácter nómada de la
sociedad saharaui que decidieron poner por
escrito todo ese cúmulo de conocimientos que
constituye la oralidad literaria de su cultura.
El idioma castellano presente en principio
como herramienta de la opresión colonialista
se convierte en la principal arma de difusión
de las múltiples injusticias y agresiones sufridas
Humania del Sur 193
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
por este pueblo. Similar a cualquier otra manifestación poética en la que se
alaba la belleza, estos poetas saharauis enaltecen el encanto del desierto y
su vida beduina pero también nos transmiten las angustias de la opresión
de su pueblo.
La periodista y escritora Conchi Moya Fernández nos presenta esta
antología, diez testimonios de los protagonistas de este acontecer saharaui.
Jóvenes formados en su mayoría en universidades cubanas que expresan su
cultura y sus angustias a través de la poesía. Parte de la colección “Poesía del
Mundo”, esta compilación nos abre la puerta al complejo mundo del Sahara
Occidental, sus alegrías y sufrimientos.
Liman Boicha, poeta saharaui
en Venezuela
194 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014.
Reseñas... pp. 193-199.
Reseñas
Molina Medina, Norbert. La inmigración japonesa en Venezuela
1928-2008. Mérida, Dirección General de Cultura y Extensión de
la Universidad de Los Andes / Centro de Estudios de África, Asia,
y Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas “José Manuel Briceño
Monzillo”, 2012, 44 pp. (Cuadernos del Japón, 1).
Víctor Daniel Albornoz
Norbert Molina Medina, investigador
del Centro de Estudios de África, Asia, y
Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas de la
Universidad de Los Andes, nos ha plasmado
el resultado de su investigación sobre la inmigración japonesa entre los años 1928-2008,
en el primer número de Cuadernos del Japón,
iniciativa editorial que celebramos dado que
viene a llenar un espacio en la historiografía
venezolana sobre la temática nipona, donde
crece cada vez más el estudio de la cultura
japonesa y su relación con Venezuela y Latinoamérica.
Esta primera publicación de Cuadernos
del Japón cuenta con una presentación de
Hernán Lucena, director del CEAA, intitulada
“Una nueva propuesta…”, y otra de Mauricio
Navia, Director de Cultura y Extensión de
la Universidad de Los Andes. Por su lado, el
texto de Molina Medina está dividido en tres
apartados y al final tiene sus conclusiones. El
primer apartado, titulado Las leyes venezolanas
y la migración asiática, se enfoca en los primeros contactos que existieron entre Venezuela
y Japón: a saber, el episodio de delicadas mi-
Humania del Sur 195
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
siones militares en la guerra ruso-japonesa, a principio del siglo pasado,
en que estuvo imbuido el general tachirense Rafael De Nogales Méndez, a
través del gobierno de Corea; y la aventura infructuosa en busca de riqueza
petrolera de Seijiro Yazawa, el primer inmigrante japonés en Venezuela que
se cree ingresó en 1928, aunque algunos datos refieren este suceso un año
después. Igualmente el capítulo detalla información respecto de las restricciones legales que Venezuela imponía a la migración asiática desde el siglo
XIX y durante buena parte del XX, entre lo que resalta la puntual información que el autor consigue sobre motivos de tinte racista que segregaban a
los inmigrantes asiáticos, considerados “el peligro amarillo” (p. 20), como
en el caso de los ideólogos del gobierno de Juan Vicente Gómez que solo
eran partidarios del ingreso de población blanca europea a Venezuela para
lograr un “blanqueamiento de la población” (ídem). No obstante, en los
intervalos de admisión por parte del gobierno venezolano, dos corrientes
migratorias pioneras lograron en parte establecerse y permanecer para asegurar la permanencia por generaciones, a pesar de una serie de obstáculos
que el autor sabe ilustrarnos; ellas son: 1) un grupo de pescadores traídos
por Yasawua desde Panamá, y que se devolvió casi completamente tras una
serie de adversidades y 2) quienes venían desde el Perú, encabezados por
Yizu Yonekura, y quienes tuvieron mejor suerte en su intento de establecerse.
El segundo apartado, denominado: Los avatares de la guerra: Las
penurias de la comunidad nipona en Venezuela, describe la situación de la
migración japonesa en Venezuela, nueve familias con veintitrés hijos y catorce solteros, a partir de la Segunda Guerra Mundial, y sobre todo desde
los sucesos de Pearl Harbor, sometidos a una serie de medidas para evitar
una expulsión del país, pues el gobierno de Venezuela se había declarado
solidario con EEUU, la colonia nipona se estableció en Ocumare del Tuy,
estado Miranda, acatando a una serie de restricciones económicas dictadas
contra todos los ciudadanos de los países del Eje que residieran en el país.
El tercer apartado, En búsqueda de nuevos horizontes: La expansión y
consolidación hacia el interior, ya menos detallado, se ocupa de darnos un
panorama general de lo que ha sido a partir de la década de los cincuenta
del siglo XX el proceso de asentamiento de los inmigrantes provenientes
de Japón, cuando se dejaba ingresar sin problemas a los ciudadanos de ese
país, pero se les vigilaba de cerca, pasando por los años sesenta, cuando
ya ha quedado de lado el prejuicio racista para con los países asiáticos y se
atestiguan llamados como los del escritor e historiador Ramón Díaz Sánchez
a un incremento de la migración en búsqueda de un acrecentamiento en la
riqueza biológica, cultural y tecnológica, lo que derivaría en una supresión
196 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014.
Reseñas... pp. 193-199.
de los elementos racistas de la Ley de Inmigración y Colonización (pp. 3344). A partir de allí el estudio aporta una serie de datos que hace énfasis en
el crecimiento del intercambio de Venezuela con Japón hasta el año 2008.
Al final, el libro nos ofrece una serie de fotografías que ilustran la
vida de los japoneses en Venezuela durante las décadas de los años treinta
y hasta los sesenta.
Metodológicamente la investigación es rigurosa, y a pesar de contar
con pocos antecedentes, suministra una cantidad de datos muy importantes en los dos primeros apartados. A pesar de esto, el tercer apartado es un
panorama general y brinda datos sin dar análisis, por lo que entendemos
que, quizás, el estudio debió haberse limitado hasta la década de los años
cuarenta para conservar su rigurosidad, y guardar los datos siguientes para
enriquecerlos y analizarlos en un trabajo posterior que abarcase las décadas
siguientes. Sin embargo, el lector sabrá agradecer este panorama tan general
para tener un primer acercamiento a lo que más recientemente ha sido la
relación migratoria y cultural entre Venezuela y Japón.
Tendrá en sus manos, tanto el lector especialista como el profano,
una investigación sobre un tema poco abordado que invita a descubrir más
novedades en la relación entre ambos países, y, en esa misma medida, nuevos
datos sobre la historia de Venezuela y de Japón más allá de sus respectivas
fronteras, donde sus ciudadanos han vivido y viven una historia que bien
vale sacar a la luz.
Humania del Sur 197
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Reseñas
González, Silvia Lidia. De vuelta a casa: Dekasegi y la presencia
latinoamericana en Japón. Mérida. Dirección General de Cultura y
Extensión de la Universidad de Los Andes / Centro de Estudios de África,
Asia y Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas, “José Manuel Briceño
Monzillo”, 2012, 32 pp. (Cuadernos del Japón, 2)
Laura B. Uzcátegui Moncada
Con De vuelta a casa: Dekasegi y la presencia latinoamericana en Japón, el Centro de
Estudios de África, Asia y Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas “José Manuel Briceño
Monzillo” y la Digecex dan continuidad a sus
Cuadernos del Japón, una colección que tiene
como finalidad, en palabras de Hernán Lucena (director del CEAA-ULA), difundir “los
estudios sobre historia política, económica,
social, filosófica y cultural del Japón, su vinculación con América Latina y, en particular,
con Venezuela” (p. 5). Este Cuaderno estuvo a
cargo de Silvia Lidia González, comunicadora
social e investigadora, doctora en Estudios
de Asia y África por El Colegio de México,
catedrática en universidades mexicanas y en
la Universidad de Estudios Internacionales
de Kanda, Japón, que ya ha demostrado su
carácter analítico en títulos como El ejercicio
del periodismo (1997); Hiroshima: la censura
del Siglo XX (2000); Hiroshima: Dos visiones:
Bomba atómica y manipulación mediática
(2003).
En esta ocasión, la autora nos presenta
un estudio que aborda el tema de la migra-
198 Humania del Sur
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014.
Reseñas... pp. 193-199.
ción de latinoamericanos al Japón, teniendo en cuenta todos los problemas
que, desde el punto de vista cultural, legal y político, ello implica. González describe este proceso migratorio de los descendientes de japoneses
latinoamericanos (nikkeijin) que se inicia durante los años 70 y 80 como
producto del repunte económico del país asiático, la escasa mano de obra y
su política de Estado. A través de una introducción, nos informa acerca de
la relación histórica entre Japón y los países latinoamericanos en materia de
inmigración; y desde los apartados: “Migración japonesa en América Latina”;
“Dekasegi: el retorno”; “¿Migrante o Dekasegi?”; “El envejecimiento de la
población”; “El choque de culturas”; “Problemas de identidad”; “Nihonjin
ron: Una sola raza vs. Japón multicultural”; González pone a dialogar las
diferentes percepciones (occidental, japonesa) que se tiene del “ser japonés”
y profundiza sobre el fenómeno denominado dekasegi, traducido como “salir
a ganar dinero”, para mostrarnos el estado actual del problema y los retos a
los que se enfrentan las nuevas políticas migratorias del país del sol naciente.
Humania del Sur 199
Documentos
Humania del Sur. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014.
Documento... pp. 203-204.
COMUNICADO DE LA CEAS SAHARA*
ANTE LA VIOLACIÓN DE LOS DDHH
EN EL SAHARA OCCIDENTAL, BOICOT AL II FORO
MUNDIAL DE LOS DERECHOS HUMANOS 2014
EN MARRAKECH. FARSA Y MONTAJE
(24 noviembre 2014)
En el reino de Marruecos, poco o nada ha cambiado desde los llamados “años del plomo”. Se impide la presencia en el Foro, de las verdaderas
Organizaciones saharauis de defensa de los DDHH, actualmente ilegalizadas
en el territorio ocupado del Sahara Occidental, y por el contrario se presentan
otras como tales, que no representan a nadie solo sirven para la propaganda
del Régimen Marroquí ante los participantes en el Foro Mundial.
Según el Informe Mundial sobre la Tortura, publicado en mayo de
2014 “La tortura y los malos tratos son una realidad y por lo general quedan
impunes en los centros de detención de Marruecos y el Sahara Occidental”.
En el Sahara Occidental continúan las violaciones sistemáticas de
los derechos más elementales de las personas, la represión, arrestos arbitrarios, desapariciones forzadas, secuestros, deportaciones, fosas comunes,
intimidaciones, las más elevadas formas y prácticas de la tortura. También
la negación de las libertades de expresión y de circulación, los juicios sumarios, y otras prácticas comprobadas por el Relator de la ONU contra la
Tortura, el argentino Juan Méndez, y denunciadas por la casi totalidad de
los organismos internacionales.
En los últimos años se han detenido miles de personas, de las cuales
decenas murieron en las cárceles marroquíes y otras cientos desaparecieron.
En Marruecos y en los territorios ocupados del Sahara Occidental, hay
decenas de presos políticos saharauis, víctimas de gravísimas e irregulares
condenas como, por ejemplo, la severa sentencia dictada por el tribunal
militar marroquí contra los 25 civiles, conocidos activistas saharauis de
Derechos Humanos del campamento de Gdeim Izik: una protesta pacífica
de miles de personas, en la que las fuerzas marroquíes irrumpieron de noche,
durante el descanso de jóvenes, ancianos, mujeres y niños, incendiando las
jaimas y arrasando con todo lo que había a su paso, dejando como saldo
detenidos, muertos y desaparecidos.
* Documento emanado de la Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con
el Sahara (CEAS-Sahara).
Humania del Sur 203
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
El Reino de Marruecos, además de saquear los recursos naturales de un
territorio que no le pertenece -porque, de acuerdo al derecho internacional
y a la ONU, está pendiente de descolonización-, mantiene muros militarizados (de más de 2.700 km de extensión) que dividen tanto la tierra como
a la población, con millones de minas anti personas, sembrando muerte y
destrucción a diario entre civiles inocentes. Sus fuerzas de seguridad cierran a cal y canto el territorio para la prensa extranjera y los observadores
internacionales, mientras cometen todo tipo de atrocidades contra manifestantes pacíficos y defensores de derechos humanos. Todo esto sucede en
un territorio oficialmente bajo supervisión de la ONU.
El Reino de Marruecos sigue rechazando el control de los Derechos
Humanos por la Misión de Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara
Occidental (MINURSO) que es hoy, la única misión de paz de la ONU sin
competencias en materia de Derechos Humanos. Esta supervisión es reclamada por infinidad de organismos nacionales e internacionales de derechos
humanos. El establecimiento de esta protección de los Derechos Humanos
es considerado por el mismo Secretario General de la ONU “urgente y
necesario”, como lo declara en su último informe pidiendo, además, que
sea independiente e imparcial.
El reino de Marruecos es el país que más resoluciones de la ONU
incumple, después de Israel: sabotea impunemente la legalidad internacional
y se niega a recibir al Enviado Personal del Secretario General de la ONU
para el Sahara Occidental, el Embajador estadounidense Christopher Ross.
Asimismo, se opone a que la Sra. Kim Bolduc-la nueva Jefa de la Misión
de Paz en el Sahara Occidental, designada por el Secretario General de la
ONU en mayo pasado- pueda viajar al territorio saharaui y empezar sus
trabajos, por el simple motivo de declarar sus intenciones de interesarse por
los Derechos Humanos en el territorio.
En la misma sintonía, se niega oficialmente a colaborar con el Enviado
Especial de la Unión Africana (UA), el Ex Presidente de la República de
Mozambique, Joaquim Chissano.
Por todo ello, desde CEAS-Sahara repudiamos el hecho de que
Marruecos sea la sede del II Foro Mundial de Derechos Humanos, y
hacemos un llamamiento a las Naciones Unidas, y a las Organizaciones de
Derechos Humanos para que no se presten a participar en esta FARSA que
solo persigue lavar la cara de un régimen que viola diariamente los DDHH
en el Sahara Occidental y en el propio Marruecos.
Madrid 24 de noviembre 2014
204 Humania del Sur
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
NUESTROS COLABORADORES
Juan Carlos Velázquez Elizarrarás. Profesor Titular de Carrera e Investigador Nacional III.
Universidad Nacional Autónoma de México Juan Soroeta Liceras. Profesor Titular de Derecho Internacional Público y Relaciones
Internacionales en la UPV/EHU, Presidente de AIODH (Asociación Internacional para la
Observación de los Derechos Humanos), Presidente del Instituto de Estudios Internacionales
del País Vasco “Francisco de Vitoria”, y Director hasta la actualidad de los Cursos de Derechos
Humanos de Donostia San Sebastian (desde 1997) y del Anuario de estos cursos (publicados
ya 13 volúmenes).
Carlos Ruiz Miguel. Catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Santiago de Compostela. Autor de 11 libros individuales (entre los cuales, “El Sahara Occidental y España.
Historia, Política y Derecho”, 1995). Colaborador en 35 libros colectivos y autor de más
de 60 artículos publicados en en español, inglés, francés, italiano y ruso en diversos países.
Haddamin Moulud Said. Miembro de la Asociación de Juristas Saharauis Sahara Occidental.
Simón Rodríguez Porras. Licenciado en Música egresado con la distinción Magna
Cum Laude de la Universidad de los Andes. Actualmente cursa estudios de Maestría en
Composición Musical en la Universidad Simón Bolívar. Es miembro de la Asociación
Venezolana de Solidaridad con el Sahara (Asovessa) y de la Dirección Nacional del Partido
Socialismo y Libertad (PSL).
Donatella Rossi. Doctora en Historia de las Religiones y Tibetología por la Universidad de
Oslo y profesora asociada y catedrática de Religiones y Filosofías de Asia Oriental y Lengua
y Cultura Tibetanas en el Dpto. de Estudios Orientales, Facultad de Letras, Universidad La
Sapienza de Roma. Actualmente es investigadora invitada en IKGF - Internationales Kolleg
für Geisteswissenschaftliche Forschung, ocupándose de la adivinación en el Tíbet.
Óscar Figueroa Castro. Realizó estudios de filosofía en la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM), y de lengua y literatura sánscrita en la Universidad de Chicago. Es autor
de dos libros: Pensamiento y experiencia mística en la India (Fondo de Cultura Económica,
2007) y El arte de desdecir. Inefabilidad y hermenéutica en India antigua (El Colegio de México,
2015), así como de varios artículos de investigación, reseñas y trabajos de divulgación. Es
investigador del Programa Estudios de lo Imaginario de la UNAM y docente de la Facultad
de Filosofía y Letras de la misma universidad.
David Ibarra Arana. Máster en Estudios de Asia y África con especialidad en China por
parte de El Colegio de México (2011). Tesis titulada “Orígenes y Transformaciones del
Sistema de Educación Mitad Trabajo Mitad Estudio en China, 1958-1985”. Desde el 2012
ha desempeñado como profesor de Historia en la Universidad de Costa Rica. Actualmente
realiza estudios de Historia Contemporánea de China a nivel de doctorado en la Universidad
Normal de Beijing.
Humania del Sur 205
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Paulo Duarte. Investigador en el Instituto do Oriente en Lisboa y estudiante de Doctorado
en Relaciones Internacionales en la Université Catholique de Louvain (Bélgica), donde
obtuvo previamente el grado de Magister en Relaciones Internacionales —habiendo
obtenido previamente su Licenciatura en Comunicación Social en la Universidade Católica
Portuguesa—. Su investigación se centra, entre otros temas, en la presencia de China en Asia
Central y otras partes del mundo, la seguridad energética, la competencia entre los grandes
poderes por el acceso al petróleo y el gas.
María Gabriela Mata Carnevali. Licenciada en Estudios Internacionales, Universidad
Central de Venezuela (UCV), y Comunicación Social, Universidad Cecilio Acosta (UNICA).
MS en Ciencias Políticas, Universidad de Los Andes (ULA). Venezuela. Diplomado en
Comunicación para el Desarrollo, Indian Institute of Mass Communications, Jawaharlal
Nehru University, New Delhi, India. Miembro del Centro de Estudios de África y Asia “José
Manuel Briceño Monzillo” (CEAA-ULA), Mérida-Venezuela.
Mohamed Salem Daha. Embajador de la República Árabe Democrática Saharaui en
Venezuela.
Hernán Lucena Molero. Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad de Carabobo
(UC) y Magíster en Historia de África y Asia de la Universidad Santa María (USM). Profesor
de la Escuela de Historia de la Universidad de Los Andes (ULA), Mérida-Venezuela. Fundador
y Director del Centro de Estudios de África, Asia y Diásporas Latinoamericanas y Caribe.
“José Manuel Briceño Monzillo” (CEAAULA) y Secretario Nacional de la Asociación
Latinoamericana de Estudios de Asia y África (ALADAA).
Ronald J. Leite G. Licenciado en Historia egresado de la Escuela de Historia de la Facultad
de Humanidades y Educación de la Universidad de Los Andes.
Víctor Daniel Albornoz. Licenciado en Letras y Magister en Lingüística por la Universidad
de Los Andes, así como doctorando en filosofía por la UBA, Argentina. Profesor de la Escuela
de Letras ULA. Miembro del Grupo de Investigaciones de Lenguas y Literaturas Clásicas,
investigador UBA-CyT y PEII. Editor de Praesentia, revista venezolana de estudios clásicos.
Ha publicado el Pacto patémico (2007) y artículos y reseñas en diversas revistas nacionales
y extranjeras.
Laura Beatriz Uzcátegui. Licenciada en Letras por la Universidad de Los Andes (2008),
Magister Scientiae por la misma casa de estudio (2012) y actualmente cursante del Doctorado
en Letras de esta Universidad, así como becaria del Plan II. Investigadora calificada por el
PEII. Ha publicado múltiples artículos en revistas especializadas nacionales e internacionales,
principalmente en el estudio de la literatura y la cultura hispanoamericana, y tiene en prensa
su libro La irreverencia por la palabra.
206 Humania del Sur
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Humania del Sur
Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos
RECEPCIÓN DE ARTÍCULOS
Humania del Sur, Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y
Asiáticos, fundada en 2006, es una publicación semestral, arbitrada, avalada por
REVENCIT, código RVH004 y LATINDEX folio 17295. Está abierta a todas las
corrientes del pensamiento universal que con el debido rigor y calidad científica y
una redacción clara, discurran sobre el acontecer en África, Asia y América Latina.
La Dirección recibe contribuciones inéditas (artículos y reseñas) en español, inglés,
portugués y francés. Los trabajos deben ser elaborados teniendo en cuenta las normas
de presentación que aparecen en las páginas finales del número más reciente de la
revista. Su publicación será decidida por el Comité Editorial, con base en el informe
arbitral. Las correcciones menores, de ser necesarias, quedan a cargo del Consejo
de Redacción.
Las contribuciones podrán ser enviadas como archivo adjunto,
acompañadas de la debida justificación en un correo electrónico, a la dirección
electrónica [email protected] / [email protected], o entregadas
personalmente o remitidas por correo, en soporte CD ROM a la siguiente dirección
postal:
Humania del Sur
Centro de Estudios de África y Asia “José Manuel Briceño Monzillo”. Avenida
principal Hoyada de Milla, casa Nº 0-276,
Mérida, Venezuela.
Código Postal: 5101
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
En la evaluación se usa el método doble ciego (el árbitro no sabe a quien
evalúa ni el autor sabe por quien es evaluado). Se calificarán de Excelente, bueno,
regular o deficiente los siguientes aspectos: 1) Relevancia del tema; 2) Originalidad
y solidez en la interpretación; 3) Estructura lógica del discurso;
4) Coherencia argumentativa; 5) Redacción y estilo; 6) Documentación bibliográfica;
7) Cumplimiento de las normas editoriales; y 8) Éxito en el propósito comunicativo.
El árbitro puede además hacer cualquier otro tipo de observaciones
que estime conveniente. El veredicto implica la publicación del artículo sin
modificaciones, con ligeras modificaciones, con modificaciones sustanciales, o su
NO publicación.
Humania del Sur 207
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Normas para la presentación de artículos y reseñas
a ser publicados en
Humania del Sur
Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos
1. Pertinencia: Humania del Sur recibirá trabajos de todas las corrientes del
pensamiento universal que con el debido rigor y calidad científica, y una clara
redacción, discurran sobre el acontecer en África, Asia y América Latina.
2. Certificado de originalidad: Todo material entregado debe incluir una carta
firmada por el autor donde se especifique que el trabajo es original, no ha sido
publicado y no se encuentra en proceso de evaluación para su publicación en otra
revista.
3. Idioma: Español, inglés, portugués o francés.
4. Extensión: Deberá oscilar entre 08 y 13 páginas tamaño carta, escritas con
procesador de palabras compatible con IBM, a un solo espacio, en letra Times New
Roman 12. En dicha extensión se incluirán, si es el caso, cuadros, dibujos, gráficos,
citas, notas y referencias bibliográficas.
5. Caracteres: Utilizar únicamente caracteres latinos, en presentación normal o,
para destacar, en cursivas. Las negritas se reservan para los títulos, subtítulos y
entretítulos. También irán en cursivas todas las palabras escritas en una lengua
diferente al idioma utilizado en la redacción del artículo.
6. Encabezamiento: Título centrado, en negritas, con letra Times New Roman
14. Nombre del autor, centrado, en negritas, con letra Times New Roman 12.
Institución, ciudad, país y correo electrónico, centrados y en negritas, con letra
Times New Roman 10.
7. Resumen: Luego del encabezamiento se incluirá un resumen con una extensión
máxima de 100 palabras. La redacción debe ser impersonal, evitando abreviaturas
y símbolos. Enunciar, al final del resumen, hasta cinco palabras clave que den
cuenta del contenido del artículo. Idioma: el mismo en el que se escribe el artículo.
Consignar adicionalmente una traducción al inglés, incluyendo título y palabras
clave.
208 Humania del Sur
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
8. Citas y referencias: Todas las citas y referencias deben ser presentadas según
el sistema de la American Psychological Association, mejor conocido como sistema
APA. La dirección de la revista sugiere consultar al respecto las siguientes páginas
electrónicas:
Español: http://ares.unimet.edu.ve/humanidades/bphu12/apoyo/APA.pdf
Inglés: http://cctc.commnet.edu/apa/apa_index.htm
Francés: http://www.udfapse.lib.ulg.ac.be/p035/Normes_APA/ Normes_APA.asp
8.1 Las citas breves (máximo tres líneas) van incluidas en el texto con el
mismo tamaño de letra y entre comillas. Las citas más extensas se escribirán
aparte en un tamaño de letra menor, alineadas cinco espacios a la izquierda
y sin comillas.
9. Notas, gráficos e ilustraciones: Según el sistema APA la especificación de las
fuentes se hace entre paréntesis en el texto, por lo tanto no debe haber notas por este
motivo. Las notas explicativas deben reducirse al mínimo, enumerarlas y colocarlas
al final del artículo, antes de las referencias. Los gráficos, cuadros o mapas deben
incluir su respectiva leyenda y la especificación de donde deben ser insertos. Los
cuadros llevarán numeración romana y las figuras o ilustraciones (fotos, mapas,
gráficos), numeración arábiga.
En caso de autores venezolanos, si el artículo es el resultado de un proyecto
de investigación financiado por organismos como el FONACIT, CDCHTA,
FUNDACITE o cualquier organismo regional-nacional, se recomienda incluir la
nota de agradecimiento a los entes.
10. Reseñas bibliográficas: Las reseñas bibliográficas deberán ser comentarios
descriptivos y/o análisis de publicaciones recientes, tener una extensión no mayor
de 3 páginas y estar relacionadas con la temática de la revista.
11. Hoja de información (aparte):
11.1. Resumen curricular del autor (máximo 5 líneas).
11.2. Dirección postal del autor.
La no adecuación a las presentes normas será razón suficiente para rechazar
un trabajo.
Los autores recibirán tres ejemplares de la revista en la cual haya sido
publicado su artículo.
Ver las normas en inglés, portugués y francés en nuestra página web.
Humania del Sur 209
Humania del Sur. Revista de Estudios Latinoamericanos, Africanos y Asiáticos.
Universidad de Los Andes, Mérida. Año 9, Nº 17. Julio-Diciembre, 2014. ISSN: 1856-6812, ISSN Elect.: 2244-8810
Instituciones con las cuales tenemos canje
EN VENEZUELA:
Revista Política Exterior y Soberanía.
Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual”/ FERMENTUM
Revista Venezolana de Sociología y Antropología. ULA / Revista Venezolana de Ciencia
Política. ULA / Revista Kaleidoscopio. Revista Arbitrada de Educación, Humanidades y
Artes. UNEG
Revista Anales De La Universidad Metropolitana.UM/ Cuadernos Unimetanos.UM/
Revista Educación en Valores. UC
Instituto de Investigaciones Históricas Bolivarium. USB/ Biblioteca Central. UC. Revista
de Filosofía. LUZ
EN ARGENTINA:
Centro de Estudios Sudamericanos. CENSUD. Instituto de Relaciones Internacionales
EN BRASIL:
Revista Diplomacia, Estrategia y Política. DEP
EN COSTA RICA:
Revista Inter.c.a.mbio. Revista sobre Centroamérica y el Caribe.
Universidad de Costa Rica
EN JAPÓN:
Instituto Iberoamericano. Universidad Sofía/ Institute
of Developing Economies IDE-JETRO
EN MÉXICO:
Biblioteca Daniel Cosío Villegas. El Colegio de México/Archipiélago
Revista cultural de Nuestra América. Estudios de Asia y África. El Colegio de México
Humania del Sur en la Web
1.
Humania del Sur
http://www.saber.ula.ve/humaniadelsur/
2.
CDCHT-ULA
http://www.ula.ve/cdcht/publicaciones/pub_elect.php
3.
REVENCYT
http://150.185.136.100/scielo.php?script=sci_alphabetic&lng=es&nrm=iso
4.
LATINDEX
http://www.latindex.org/pais.php?clave_pais=43&opcion=1.
5.
The Intute Virtual Training Suite
http://www.intute.ac.uk/cgi
210 Humania del Sur
Humania del Sur
Revista de Estudios Latinoamericanos,
Africanos y Asiáticos
DIRECCIÓN
Centro de Estudios de África, Asia
y Diásporas Latinoamericanas y Caribeñas
“José Manuel Briceño Monzillo”
Avenida Principal Hoyada de Milla, Casa Nº 02-76
Mérida, estado Mérida - Venezuela
Código Postal: 5101
Telefax: (0058) 0274 - 2401885
E-mail: [email protected] / [email protected] / [email protected]
Suscripción anual
Nombre: ________________________________________________________
Institución: ______________________________________________________
Domicilio: _______________________________________________________
Ciudad, estado, país: _______________________________________________
Teléfono: _______________________ Fax: ___________________________
PRECIO ANUAL (DOS NÚMEROS):
Venezuela: Bs. 200,oo
América Latina $ 50
Asia y África $ 50
USA y Canada $ 70
Europa $ 70
Deseo suscribirme a partir del No: __________________________
Forma de pago: Depósito o transferencia bancaria: Banco Mercantil. Cuenta
Corriente Nº 0105-0065-67-1065286686 a nombre de Fundación África y Asia
de Venezuela.
Fecha: _______________
Firma: _________________

Documentos relacionados